Tuviste éxito pero no glorificaste a Dios

Núm.20:10-13
“¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?  Alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias”.


Un hombre puede tener éxito y sin poca fe; yo quiero tener mucha fe aunque poco éxito. Moisés obtuvo lo que el pueblo quería, agua, y la crisis se solucionó, pero no como Dios hubiera querido que la gente la recibiera. El Señor le dijo que le “hablara” a la peña y él la había golpeado. De todos modos el agua brotó, pero ante los ojos de Dios no fue igual. Tuvo un éxito público pero quedó derrotado personalmente. No es el éxito lo que debes procurar sino  tener fe sea que por medio de ella llegue el triunfo o no, el asunto más importante para ti es tu salvación, creer con todo tu corazón al Señor. Si te dieran a escoger entre el triunfo, la gloria entre los hombres y el aumento de tu fe, prefiere lo último.

Nota en el texto que lo más importante no es servir a la congregación sino la santidad del Nombre de Dios. Y Moisés tuvo éxito sin santificar y glorificar a Dios. Eso fue lo que le reprochó el Señor a Moisés, que había fallado en santificarlo ante los ojos de su pueblo. Golpear y que saliera agua haría el milagro más razonable. “La golpeó y se abrió, tenía un manantial escondido y al tocar la roca se partió y el agua salió”. El método empleado por Moisés era mucho menos glorioso que simplemente hablarle a la roca porque pondría la confianza de la gente sobre el método y no sobre la palabra dicha por fe en el nombre del Señor. Dios le había dicho que no usara ningún método sino solamente la palabra de fe. Si Moisés hubiera hablado a la piedra, la confianza de la gente en la palabra de Dios habría sido mayor que en su vara. Su liderazgo por fuera creció pero su ministerio se acortó. Tuvo mucho éxito y poca fe.

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