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Mostrando entradas de junio, 2011

No para saludar a Jedutún

Salmo 27:4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida para contemplar la hermosura de jehová   y …para inquirir en su templo”.   Literalmente significa arar, romper (la tierra); en este caso investigar, escudriñar (se), penetrar dentro de lo profundo de Dios y de su corazón. Pero también es admirar (a Dios). Lo que pides a Dios búscalo; las bendiciones que quieres, trabaja por ellas. Y ¿qué pide? Gastar más tiempo en la casa de Dios; no recortar el tiempo a la adoración para ocuparse en los compromisos reales de palacio, administración, la guerra, la economía, la diplomacia, sino quitárselo a todo ese trabajo para dedicarlo totalmente a la adoración. No quiere trabajar seis días y reposar uno para consagrarlo a Jehová, sino reposar y consagrar a él los siete, la semana entera, el año completo, su vida. ¿Cuándo tú lees que David esté dedicado a un día semanal? Para dos cosas quiere hallarse en la casa de Dios. Para co

Las cosas difíciles del Padre Nuestro

 Lucas 11:5-13 5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?  12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará

El gusto por la palabra de Dios

Lucas 10: 38-42   38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Quizás el propósito principal de este relato sea indicar la clase de hospitalidad que Jesús prefería, cuando el mayor tiempo de estancia en una casa era dedicado a escuchar sus estudios, sobre otras cortesías. En sentido general casi siempre fue así, porque los hogares que visitaba se volvían centros de predicación y milagros. El Señor recomienda la actitud de María, que sentada a sus pies escuchaba y aprendía (

Nuestra fe es una decisión divina

Lucas 10:21-24 (Mt. 11:25-27; 13:16-17)   21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. 22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. 23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; 24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. Pregúntele a un viejo creyente en Dios y en Jesús si se arrepiente de ser llamado cristiano, y le dirá con una sonrisa en la boca que jamás. Los discípulos pudieron saber que Jesús estaba contento, quizás no porque sonreía sino por su alabanza a Dios, y el tono exaltado de sus palabras.

Una doctrina para vivir y morir

Efesios 1:7-12 “7 En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados   según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”. No fue Calvino quien inventó la palabra predestinación, tampoco Agustín obispo de Hipona. Las palabras elegidos y predestinación son acuñadas por el apóstol Pablo, salieron de su puño y letra y encontradas en las epístolas firmadas con su nombre. Ese sistema de doct