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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Los buenos amigos no cambian

Hechos 9:26-29 "Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípulo. Pero Bernabé lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino".  Gracias a Dios que ayudó a Saulo, que dio un buen informe de él, si no, se hubiera tardado un poco más en convencer a la iglesia de que su fe no era falsa. El hecho que lo llevara a los apóstoles indica que miraba en él un hermano útil, capaz de ser de bendición para la iglesia. Bernabé también lo llevó a Antioquia (11:22-30). ¿Descubriría talentos? El bien que le hacía a Saulo se lo hacía a la iglesia, al reino los cielos. Esta amistad duró muchos años, pero tuvo sus crisis y supongo que se superaron (15:36-40; Ga.2:11-13). Eran buenos amigos y los buenos amigos no cambian (Pro. 18:24; Jn. 15:12-14).

Jesús no era un predicador vulgar ni un chapucero

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Hechos 4:13 "Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús".  Del vulgo. Esto no es una excusa para no ocuparse en leer (1Ti.4:13; 2Ti.4:13), y no comprar libros devocionales que inspiren el alma y hagan crecer la fe y la esperanza celestial. Ni comentarios que robustecen el entendimiento de la Escritura. Tampoco es una excusa para no hablar y escribir bien el idioma y para predicar diciendo palabras mal dichas que desacreditan el evangelio y la oratoria cristiana, o escribir con horribles faltas de ortografía. Nuestro Señor no fue un hombre sin letras y del vulgo y aunque le predicaba a muchos analfabetos no hacía descender sus palabras a aplicaciones feas en un af á n de ser contempor á neo.  No tenía títulos rabínicos pero sí muchos conocimientos y por eso le llamaban rabí (Luc.2:52). Sus palabras, como por ejemplo el Sermón del Monte y las m

Son orgullos de la obra de Dios

Juan 12:7 “ Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto”.   “Déjala”, no critiques a los hermanos que son consagrados. ¿No son discípulos como tú? ¿No están consagrados al Señor? ¿O te molesta la consagración de ellos? ¿Cómo es posible que eso te fastidie; no debería más bien molestarte la des-consagración de otros? Hay discípulos que nunca hallan bien lo que sus hermanos hacen y no les critican lo malo   sino hasta lo bueno. No seas como aquel que fue un día discípulo y llegó a ser un traidor. Los que son así critican, por ejemplo, la generosidad que algunos hermanos y hermanas usan con sus consiervos o con la obra en general. Cuando se enteran del dinero que ellos dan a la iglesia les parece muy mal y lo califican como un "desperdicio" (Mt.26:8) y alegan que podía habérsele dado un mejor uso que tirarlo sobre la cabeza del Señor o sus pies. Enseguida proponen un uso mejor que el que se le dio, como si el dinero fuera de ellos o lo h

Biblias y Nuevos Testamentos con letras en rojo

Juan 5.19-23 "Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió". Jesús y el evangelista concuerdan que al Hijo se le debe honrar como al Padre (Dios); todo este texto hasta el final del capítulo su énfasis consiste en que las obras que Jesús hacía eran de origen divino y que probaban su autenticidad apostólica, en el sentido de que había sido enviado por el Padre. Cuando dice que el Hijo

Atrévete a robarle una bendición a Jesucristo

Marcos 5:21-34   (Mt. 9:18-26; Luc. 8:40-56) “Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.   Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.   Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién

Satanás sueña día y noche con nosotros

Lucas 11:24-26  “ Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”. Satanás no se conforma con perder su habitación, procura recobrarla para ensuciarla y embarrarla   otra vez; si no puede impedir la conversión le queda la opción de la apostasía. El diablo sueña con el regreso de todos los que hoy son cristianos, y hace lo posible para que caigan de nuevo en sus manos. A los tiempos que siguen a la conversión se les llama "el primer amor"; y a veces la duración de ese primer amor es el tiempo que Satanás gasta en llegar hasta el infierno y convencer a dos o tres compañeros para reforzar el ataque y tomar de nuevo la Ciudad de Alma Humana, como dice Bunyan.  Pasado los primeros