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Mostrando entradas de enero, 2015

La higuera y su intercesor

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LUCAS 13:6-9  “  6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. 9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Jesús no dijo esta parábola fríamente sino con los ojos mojados, el espíritu de ella es ese, no de juicio sino de misericordia, y él es representado por el hortelano que intercede por la higuera estéril para que no la arranque. Está impresionado con lo que acaba de decir con respecto al futuro de su nación, y esta pequeña parábola la compuso para ilustrar tal acontecimiento, o más bien para explicarlo, y al hacerlo vierte sus sentimientos de compasión y ¡cuánto quisiera él que eso no ocurriera!, que su amado

Tenemos más hermanos que los que contamos

Marcos 9:36-41 "Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está".  Esto parece ocurrir en el contexto de una gira misionera. Se encuentran a alguien que por alguna razón trabaja independiente de los otros (un caso raro; puede ser uno de esos a los que se refiere Jesús en Mt.12:27 y que los fariseos reconocían como el poder de Dios; o de los discípulos de Juan). Los discípulos se exceden en su autoridad y quieren controlar, por una razón eclesiástica , la soberanía del Espíritu. La iglesia no tiene dominio sobre el Espíritu, ni sobre la Biblia. La iglesia no manda a Dios. Jesús es el Señor de la iglesia y no la iglesia el Señor de Jesús. El Espíritu Santo es incontrolable. Es contra el Espíritu Santo la dictadura eclesiástic

Dios no tiene que reelegirte con una vez basta

Zacarías 1: 17 "Clama aún, diciendo: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sión, y aún escogerá todavía a Jerusalén". Tú dices, “Dios me escogió pero pequé, me escogió en otro tiempo, ahora no soy ya escogido por él, si así todavía fuera, él me hubiera ayudado”. Los judíos en Babilonia pensaban de modo similar, habían sido transportados hasta allí y vividos 70 años (o quizás 50) fuera de Israel lo que les había hecho creer que ya no eran el pueblo de Dios, que Jerusalén había sido desechada como asiento de los pies divinos. Perdieron el concepto de la elección como nación y por eso desmayaban, muchos no querían regresar, se miraban como las otras naciones, abandonadas por la providencia y sujetas al azar y la fortuna. Mira que una palabra importante para el profeta para animarlos es escoger y la repite varias veces (2:12; 3:2). Si Dios te escogió cuando eras débil e impío y te dio su gracia, y por un tiempo fuiste su

Si no es por necesidad no te jubiles del ministerio

Números 6:1-21 “Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión, y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz. Y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber vino.”. Si quieres ser instruido lee todo el capítulo. Nota que era más fácil entrar al nazareato que salirse de él . Concluir era más complicado ceremonialmente y debía hacerlo santamente , ofreciendo víctimas por “expiación”, holocaustos, etc. ¿Por qué?, tal vez por dos razones,  (1) porque aunque haya estado consagrado a Dios no había ejercido perfectamente su consagración y por esa razón debía poner en orden todo, ofreciendo por sus pecados vocacionales un cor