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Mostrando entradas de octubre, 2009

Estan poniendo el mundo patas arriba

“Se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús” (Jn. 2:1-12). Bíblicamente el matrimonio no se define sólo como una “pareja” tal cual hoy se dice, “mi pareja” para indicar que viven juntos como marido y mujer sin casarse. También eufemísticamente se llaman “novios” cambiándole el significado a la relación. Es una unión carnal sin compromiso ni tiempo definido, sin estar legalmente casados. Esa no fue la clase de unión que se festejaba en Caná a la cual Jesús y sus discípulos asistieron. Eran verdaderamente novios sin haber tenido contacto físico pero deseaban hacer pública su decisión de vivir como marido y mujer, formar una familia civilmente constituida. Esa unión fue la que el Señor santificó con su presencia. El compromiso forma parte de la definición de un matrimonio bíblico y es visto como un yugo , igual que cualquiera otro mandamiento de Jesús (Mt. 11:29). Sin esas ataduras (“cuerdas de amor”, Oseas 11:4) no se puede

Desaliento ministerial

Isaías 49. 1-4 "Jehová me llamó desde el vientre de mi madre, puso en mi boca espada aguda, me dijo mi siervo eres, pero yo dije por demás he trabajado". Calvino comenta: “Aunque no veamos el fruto de nuestros trabajos, podemos estar contentos por esta razón, el testimonio de nuestra conciencia que estamos sirviendo a Dios para quien nuestra obediencia es aceptable. Cristo anima a los piadosos maestros a luchar ardientemente hasta que obtengan la victoria sobre la tentación y que poniendo a un lado la malicia del mundo continúen contentos en el desempeño de su deber y no permitirle al corazón desalentarse. Si al Señor le complace probar nuestra fe y paciencia hasta el punto que no obtengamos ningún provecho de nuestra labor, debemos reposar sobre nuestra conciencia. Si no somos capaces de ser consolados con ese testimonio es que nuestra motivación de servicio a Dios no es pura sino que somos movidos por el mundo y nuestras ambiciones. “Sin embargo aquí Cristo

Suspira, no bosteces

Salmo 119:131 “ Abrí mi boca y suspiré porque anhelaba tus mandamientos ”. No dice el salmista que “mi boca abrí y bostecé ” sino “mi boca abrí y suspiré porque deseaba tus mandamientos”. La palabra suspirar se usa también para las “palpitaciones del corazón”; cuando a uno le palpita el corazón por “todo el consejo de Dios”. ¿Suspiras por el retorno de épocas de oro que la iglesia ha vivido, por la vuelta de aquellos viejos tiempos y viejos profetas , que aun después de muertos sus huesos continuaban teniendo más vida que muchos vivos? ¿Por un buen sermón, que esté basado íntegramente en la Palabra de Dios, que sean los pensamientos del Espíritu Santo dejados en la Biblia? El alma que ama la palabra de Dios suspira cuando recuerda aquellos tiempos cuando en los cultos la Biblia era lo principal y no otras cosas que han importado para adornarlo, azucararlo o hacerlo más atractivo. Recuerda que en la Ley estaba prohibido ponerle miel a los sacrificios pero no sal (Lev.2:1

¿Eres Testigo de Jehová siendo hispano?

Isaías 43. 10 “Vosotros sois mis testigos”. Mire, que si usted es mexicano, salvadoreño, hondureño, de América del Norte, Central o del Sur, y si no salió de los lomos de Jacob, olvídese de auto-nombrarse Testigo de Jehová. Jehová nunca ha dicho: “Vosotros los egipcios, los babilonios, los sirios y los hispanos sois mis testigos”. Estrictamente Testigo de Jehová son los israelitas y no los que así nombró Rutherford el 26 de Julio de 1931 a su secta que hasta entonces se llamaba Estudiantes de la Biblia y por la revista que publican, La Torre del Vigía. Tal vez los jerarcas de su secta han tomado el nombre “Testigos de Jehová” porque quizás les parecieron pintorescas las palabras, o porque querían congraciarse con los judíos o suplantarlos en la historia; y eso, presumo, lo hicieron sin mucho reflexionar porque les quedan inapropiadas. Se queda atrás en la revelación, en la historia y pierde la actualización que le dio Jesús cuando al irse a su gloria dijo: “Recibir