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Mostrando entradas de octubre, 2017

La física y la matemática forman parte del carácter de Dios

SALMO 147:15-19 “ Él envía su palabra a la tierra; velozmente corre su palabra. Da la nieve como lana, y derrama la escarcha como ceniza. Echa su hielo como pedazos; ante su frío, ¿quién resistirá? Enviará su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas. Ha manifestado sus palabras a Jacob, sus estatutos y sus juicios a Israel ”. ¿Puedes ver como yo, amigo, reconocer en las leyes naturales la acción de la palabra de Dios? No plantea su existencia como en un mundo solitariamente regido por las leyes naturales. No, sino que piensa que la acción continua de cualquiera de ellas, no es impersonal, sino que por la voluntad de Dios que envía su palabra es por lo que cada una funciona. No cae un pájaro a tierra sin su consentimiento, ni la lluvia moja los campos de los justos como de los injustos, sin que sea su expresa voluntad.  No vivimos en un mundo gobernado por leyes y no por Dios, sino por un Dios que gobierna con leyes (148:6). Una ley cualquiera es una

Despacio, no quieras llegar demasiado pronto a tu destino

SALMO 126:5,6 “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla”.  La traducción preciosa es bonita pero más cerca del original se halla la semilla “sembrante o sembradora”. El evangelio es una semilla para ser sembrada, no un árbol, que viene después. El salmista conoce los sufrimientos del campesino y como llora mientras vierte, y recuerda con tristeza los pasados fracasos, por la incertidumbre del presente, por el clima, por la escasez de la preciosa semilla, y mientras se lamenta, ora. ¿Y qué? Al tiempo determinado recogerá la cosecha, alegremente; así nuestros sueños se convertirán en realidad algún día y recogeremos los frutos de nuestros desvelos y lágrimas.  Tú dices: “No, ya pasó el tiempo de recoger frutos, Dios no me dará mis sueños, no tendré recompensa, moriré en el exilio, me he desgastado inútilmente”. Despacio, no quieras llegar demasiado pronto a tu destino . Estaré triste pero llevo en mi corazón la “preciosa semilla”; quisiera que ella naciera y no

Suspiros por los viejos tiempos

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SALMO 119:131 No dice: “mi boca abrí y bostecé ” sino “mi boca abrí y suspiré porque deseaba tus mandamientos”.  ¿Suspiras por el retorno de épocas de oro que la iglesia ha vivido, por la vuelta de aquellos viejos tiempos y viejos profetas, que aun después de muertos sus huesos continúan teniendo más vida que muchos vivos, por un buen sermón que esté basado íntegramente en la Palabra de Dios, que sean los pensamientos del Espíritu Santo dejados en la Biblia?  El alma que ama la palabra de Dios suspira cuando recuerda aquellos tiempos cuando en los cultos la Biblia era lo principal, y no otras cosas que han importado para adornarlo, azucararlo o hacerlo más atractivo pero superfluo. El alma de quien ama los mandamientos divinos suspira cuando lee aquellos grandes sermones y aquellas grandes exposiciones del pasado, dice: “Oh Dios, envía hombres como Agustín, obispo de Hipona, hombres como Lutero, Calvino, Owen, Bunyan, Spurgeon, Wesley, Whitefield, que sean verdaderos maestros