La repoblación de la iglesia


Isaías 49: 19-21
“¿Quién me engendró éstos?  Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola,  peregrina y desterrada;   ¿quién,  pues,  crió éstos?  He aquí yo había sido dejada sola;   ¿dónde estaban éstos?”.


Estas palabras tienen que ver con la repoblación de la iglesia. “¿Quién me engendró éstos?”. Los engendraron otras mujeres y otros hombres que tú no sabías que existían. Míralos que son tan judíos como tú. Hablan tu lengua, tienen tus libros sagrados, adoran a Jehová y guardan sus mandamientos como tú. Estaban  debajo de otro cielo que no era el de Jerusalén, entre  los otros pueblos y naciones, y llegarán más. Si Dios lo prometió espéralos. Fíjate quién repuebla la iglesia. Dios. El Señor se encargaría de eso, el crecimiento es una obra de gracia suya. Lo que está encomendado a nosotros es conservar de generación en generación la pureza del evangelio por el cual ser salvos y predicarlo. El mundo no puede ser salvo con otro evangelio aunque se llame cristiano y se le parezca, tiene que serlo con un evangelio puro (Ga.1: 6-9).

El crecimiento de discípulos es una consecuencia de que la palabra crezca y sea glorificada (Hch. 6:7; 2 Te. 3:1). O como se dice de otro modo, es  una consecuencia directa de sembrar la buena semilla de la palabra de Dios y regar con mucha oración y amor cristiano el cuidadoso cultivo, porque Pablo siembra, Apolos riega, pero el crecimiento lo da Dios (1 Co. 3: 6, 7).

En segundo lugar la pureza de la iglesia. Si queremos que Dios haga crecer la iglesia debemos ser puros y trabajar para presentar a Dios una iglesia pura como una virgen, sin mancha ni cosa semejante, como la Esposa de Jesucristo. La promesa de la repoblación de la iglesia llega cuando está próxima a extinguirse. El profeta en su visión se asombra cuando ve el número de nuevos convertidos y no puede explicarse dónde estaban y quién pudo criarlos, y seguirían llegando traídos en los brazos de Dios.  Si conservamos el evangelio sin contaminación, si lo predicamos, si vivimos sin la contaminación de la carne y el mundo, la iglesia será repoblada por Dios.  

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