Los apóstoles no hicieron de Judas el patito feo

Mateo 26:14-16 

“Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, [15] y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata. [16] Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle”.

He recortado este trozo como parte de una exposición más extensa. ¿Cuál fue el móvil que condujo a Judas para traicionar a Jesús? No hubo malos tratos de Jesús. ¿Quién puede explicar su apostasía con razón diciendo que Jesús, por ejemplo lo aborreció? En el N. T. dice que los amó hasta el  fin; que Jesús no le ofreció oportunidad de servicio por cuanto llegó a ser prominente, o que se desconfiaba de su sinceridad y se desconfiaba que sustrajera de la bolsa, que no se le sembró en su corazón lo mismo que en todos los demás, las mismas exhortaciones, los mismos consejos, los mismos sermones.

Cuando Jesús explicaba sus parábolas a sus discípulos aparte, no se dice que excluyera a Judas, porque también lo atendía para que creciera en conocimientos. Y en cuanto a las ordenanzas, Jesús lo bautizó o Juan, o algún otro y se le permitió que profesara una fe que no tenía y que confesara pecados de los cuales no se había arrepentido y que se sentara a la mesa, comiera la Pascua con él y tomara la santa cena en cuyo pan y vino no confiaba.

¿O algún motivo teológico? No hay ni trazas de que él se hubiera separado por cuestiones doctrinales, por no aceptar una doctrina u otra. Su rechazo era mayor, de orden espiritual, lo que él rechazaba era todo el evangelio, al mismo Jesús porque no era lo que quería. Si hubiera sido alguna doctrina, el Señor se la podría haber explicado pero no podía hacer nada por él porque rechazaba su evangelio. Judas no era un teólogo, no le importaba la teología, no tenía afición hacia ella, él estaba desinteresado completamente de lo que fuera doctrina, de quién era Dios y si Jesús era el Cristo o había que esperar algún otro.

Su real motivo era la ambición (v. 13), gloria y dinero, por cuanto dijo "¿qué me queréis dar y yo...?". ¿No valoraba su apostolado? ¿Su cargo? Ya esas cosas, si primero le entusiasmaron, ya no, había perdido interés en ellas. Ahora lo que deseaba era dinero. Eso es lo último que se hace con Jesús, cambiarlo por dinero. Más o menos como otros hoy. Dos cosas les pasan, no les gusta el evangelio y prefieren ganar dinero a oír la palabra de Dios.

Es honrado decir que nunca acusó a Jesús de malos tratos. Lo que debía ser motivo de su fidelidad, ¡Cristo no le había fallado! ¿Y sus compañeros? No, no hay evidencias de que pudieran justificar su traición por la conducta de ellos. La Escritura no menciona que ese problema existiera. Habría que inventar esa excusa. No hay razón para dejar a Jesús, descalificando a sus compañeros. No añadió a su traición el pecado de murmuración. El móvil no fue los malos tratos y que hubiera sus compañeros o el Señor hecho de él el patito feo del grupo.