Cómo descifrar el acertijo de circunstancias irrazonables
Juan 16:1-4
“1Estas
cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. 2 Os expulsarán
de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará
que rinde servicio a Dios. 3 Y harán esto porque no conocen al Padre
ni a mí. 4 Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la
hora, os acordéis de que ya os lo había dicho”.
Conociendo Jesús que se aproxima la
hora de su muerte y que los discípulos serán esparcidos, trata de prepararlos
para que reciban los adversos acontecimientos, las expulsiones de las
sinagogas, el deshonor, como algo que se halla escrito y planeado en la
voluntad de Dios, y quiere decirles confórmense
y no se quejen. Para que en aquellos momentos se dijeran a sí mismos
"así lo quiere el Señor, así tienen que ser las cosas y no debemos
quejarnos por lo que nos pasa, ni siquiera procurar arreglarlo".
Eso es un privilegio que
particularmente ellos tenían, estar seguros que las circunstancias estaban
escritas. ¿Acaso no podríamos enfocar nuestras tragedias del mismo modo, aunque
Jesús no nos haya dicho con antelación, "te va a pasar esto y lo otro, confórmate y no te quejes, que eso no te
disminuya tu fe sino más bien que la aumente en la palabra que he dicho?".
Esa palabra tiene una aplicación
general y se aplican tanto aquellos discípulos en esas específicas y contrastes
como todos los discípulos en el futuro en cualquier circunstancia que ocurra la
enfoquen con la doctrina de la
predestinación, asociada siempre a una sabiduría divina providencial. Y
quiere decirles de este modo, dense esta
explicación para que descifren el acertijo de circunstancias irrazonables. El
propósito manifiesto es que no tengan "tropiezo", es decir sean
confundidos y no hay explicación y eso pueda lastimar el testimonio. El hecho
de pertenecer a la sinagoga y poder asistir a sus reuniones era un privilegio
grande que nadie querría perder. Y que si por declararse discípulo de Jesús lo
perdían no debían lamentarlo porque si en una congregación echan a Jesús no
tienen por qué los discípulos esperar que no les pase igual (Jn. 9: 34; 12: 42).
Los oficiales religiosos estarían
convencidos de que aquella secta, que ellos llamaban herejía, era peligrosa y
destruía la tradición de los ancianos y el culto a Dios. En muchos de esos
casos, como Saulo de Tarso lo hacían por un deber religioso (Hch. 20: 9), y la
sangre derramada de esos mártires la ofrecían como un culto a Dios. Y esa
ignorancia de Dios y de Jesús se ha repetido en no pocas persecuciones contra
los cristianos, fomentada por creyentes en el mismo Dios que ellos. E igual ceguera
la padecen la mayoría de los judíos, paganos y seculares hasta el día de hoy, y
la explicación teológica que le da Jesús es la más sencilla, nada saben de Dios
ni de mí, y debe ser la única con la cual ellos
descifren el a veces acertijo de circunstancias irrazonables, y orar por
ellos porque "no saben lo que hacen" (Mt. 5: 44; Luc. 23: 34). Si lo
supieran no hubieran crucificado "al Señor de gloria" y a sus
gloriosos apóstoles (1 Co. 2: 8).
esa forma de actuar la sigo... procuro aguantarme con lo que me pasa o que no me afecte? ummmm
ResponderEliminarBueno ha sido muy gratificante leerte...
Un saludo!
Que Dios te cuide, "manipulador...". Me alegro te hayas llevado algo con tu visita.
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