No ensucies tu computadora con cosas asquerosas


Num.25:6-13
“Finees atravesó a ambos con su lanza, al israelita y a la mujer, por su vientre”.


En  pleno acto sexual enclavó de un golpe al hombre y a la mujer. En esta sociedad sería tenido como un asesinato y Finees sería condenado a treinta años de cárcel o a la pena de muerte. Sin embargo Jehová no lo tuvo como un asesinato sino como una ejecución de la justicia divina o estatal. La ley dada por Moisés a Israel condenaba el hecho con esa magnitud. Estos amantes habían desafiado sin decencia ni respeto espiritual la autoridad de Dios y la de Moisés, y burlándose de la congregación, asentando un mal ejemplo para la ciudadanía, y que con descaro fuesen imitados. No les importaba el castigo divino ni temblaban por alguna retribución a tal osadía. Todo el mundo estaba estupefacto; pero Finees no pudo soportarlo y tomando una lanza salió tras ellos y no los dejó consumar el amor porque de un golpe los dejó ajusticiados y tendidos. 

La ley de Dios se respeta y la autoridad de sus ministros también. Este celo de justicia fue iniciativa suya; no se inspiró en ningún precedente sino que le nació desde adentro al contemplar el mal. Obró como lo hizo el Señor cuando limpió el templo en Jerusalén, volcó las mesas, tiró las monedas al piso y sacó los animales. A Dios le agradan las iniciativas de puro ardor, que demuestren cuán fervientes somos en la obra del Señor.

¿Tienes celo, y puedes decir “os celo con celo de Dios?” (2 Co.11:2),  ¿o como decía el profeta Elías: “He sentido un vivo celo por Jehová de los ejércitos”? Nota en ti mismo si tu celo se ha apagado y si es posible avivar un poco las brasas que aún quedan; tal vez una fresca corriente de aire del cielo pueda encender de nuevo la llama del Espíritu. Haz las obras primeras que estaban llenas de mucho más calor que las últimas. El Señor premió ese celo “bárbaro y violento” y Finees recibió el privilegio de que él y sus descendientes sirvieran en el sacerdocio perpetuo. Si deseas un rango espiritual superior, tienes que ser celoso, si eres fiel en lo poco sobre lo mucho el Señor te pondrá. El no pudiera concederte una mayor responsabilidad mientras no note en ti un profundo anhelo de hacer las cosas excepcionalmente bien. Entrégate a lo que tienes que hacer y hazlo bien y seguramente el Señor te promoverá con un ascenso como recompensa.

Trasladado el caso desde la ley hasta Cristo ya no habría que mostrar celo alanceando una pareja por hacer eso, pero sí protestando por la fornicación entre los jóvenes de la iglesia, exhortándoles que se conserven vírgenes hasta el matrimonio, que no miren películas inmorales ni visiten sitios en la internet donde los ya pervertidos dueños hacen una fortuna con sus páginas pornográficas, que no ensucien sus computadoras con esas cosas asquerosas.

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