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sábado, 4 de octubre de 2025

Notas del Antiguo Testamento

 

El ateísmo es una especie de estupidezMIS NOTAS SOBRE EL ANTIGUO TESTAMENTO

¿Puedes imaginarte a Dios, el Único, el Creador del universo? Es inimaginable, pero yo me lo imagino por sus hechos, primero que todo bello, noble, delicado, paciente, unas veces serio y otras sonriente, cuando mira a sus ángeles escogidos y la efectividad de la obra de gracia salvadora abriéndose camino en el bajo mundo humano, y serio, no preocupado por la superlativa necedad de los amantes del pecado. Su gloria es bella y mucho más donde brotan sus ideas y van saliendo hacia acá sus sabios propósitos. La Biblia es bella, interesante, habladora de cosas hermosas, contadora de las terribles, de la seriedad divina que hace lo que tiene que hacer y corta por lo sano cuando tiene que hacerlo y deja sus marcas en indómitos y obedientes hacia los cuales fluyen sus juicios y sus piedades. Pero todo eso que estoy diciendo, mejor dicho escribiendo, ya es agua pasada y forman parte de un veterano que conoce las guerras de Jehvá y aunque herido en sensibles lugares, da su experiencia que la fe en Dios es un indispensable ingrediente en las buenas filosofías que relucen majestuosas mezcladas con las feas vestiduras de los locarios malpensados con huecas sutilezas y picardías (Col.2:8). Los pensamientos no se imponen, se les ofrecen al sentido común. Bien ciegos son los ojos que no ven a Dios.

 

En el año mil novecientos sesenta y cinco sucedió lo siguiente: El impuesto ateísmo marxista comenzaron a enseñarlo en las aulas de toda Cuba, desde los párvulos hasta los universitarios, y por conciencia natural, no por doméstica educación religiosa, empecé a disentir con el profesor de darwinismo que le pagaban para que lo enseñara. Un compañero de clases empezó tímidamente a apoyarme en mis discusiones con los políticos del centro educativo y me suministró algunos libros que utilicé para arrogantemente triunfar sobre las ideas marxistas, agnósticas de aquellos profesores. Me documenté tanto en eso de evidencias divinas en la creación del mundo que casi podía demostrar la existencia de Dios que para mí era obvio que alguien tuvo que hacer todo lo que veíamos y éramos. La idea de que la naturaleza surgió espontáneamente por sí misma me parecía increíble, más que aceptar que Alguien la había hecho, con sus muchas leyes y perfecciones. Aunque toda aquella cantidad y bien intencionada literatura no me aumentó ni un grano de mostaza la fe, creía con la cabeza y dudaba con el corazón. Leí con avidez un libro titulado Pruebas Tangibles de la Existencia de Dios, y otros por el estilo.  

De todos modos, dentro de los veinte alumnos que formábamos el grupo del último año yo era como una molesta espina ideológica o teológica, sin pertenecer a ninguna denominación cristiana, a no ser con la pila bautismal católica, un aguijón para los tutores marxistas. Empecé a caerles mal, buscaron ayudas con tres militares y vestiditos de verde oliva me entrevistaron en el plantel de enseñanza y me advirtieron que si no cambiaba mis ideas, que le dijera adiós a mis proyectos universitarios.  Y como yo persistía en creer lo que me parecía obvio, determinaron cortar por lo sano y enviarme para el destierro de mi población, por tres años. Implementaron el castigo con el servicio militar. De los antiguos compinches de mi vida carnal me olvidé por completo, y sin esfuerzo alguno salieron de mi vida como si nunca hubieran existido porque yo iba rumbo a ser otro hombre, sin darme cuenta.  

En un tren larguísimo, abarrotado de jóvenes víctimas, llegamos a la ciudad de Pinar del Río. Yo llevaba las lágrimas en la punta de los ojos, porque no le iba a reír la gracia a los militares sinvergüenzas que cumplieron su amenaza, de no dejarme continuar mis estudios en la universidad, si inmediatamente y sin demora, de un solo golpe, borraba del mapa mi idea de Dios y la osadía de asistir a una iglesia bautista. Desde allí en camiones militares nos transportaron a toda velocidad, por la repleta de peligrosas curvas, carretera Luis Lazo, donde uno se volcó y desparramó el contenido de muchachos hacia la carretera y las cunetas. Muchos salieron maltrechos, brazos y cabezas rotas, y un pobre desgraciado con la columna vertebral quebrada, que tuvo el aliciente de que lo devolvieran a casa por no servirles para soldado.  

Recuerdo que se sonreía muy contento porque no tenía que pasar esos tres odiosos años haciendo lo que no quería y obligado a pensar de forma distinta. Parecía no darse completa cuenta que la ventaja de marcharse en esas condiciones no era muy grande comparada con el daño permanente que tendría en su cuerpo, y la vida inerte que para siempre le esperaba. El propósito de trasladarnos para Guanito fue convertirnos en maestros del socialismo. El curso estaba programado para unos ocho o nueve meses. Confieso que me fue facilísimo aprender a explicar cosas; entrenamiento que me fue útil para enseñar doctrinas opuestas en la iglesia a la que aquellos militares profesores enseñaban. Nos numeraron a todos, a mí me cayó el número 24, y a mi lado, el 25, estaba mi amigo Ricardo Bosque Almeida, sobrino de un comandante de la revolución cubana. Nos ponían por la mañana en filas, y teníamos que estar un buen rato rectos e inmóviles como postes, mientras nos registraban palpándonos de arriba abajo, buscando no sé qué y sospechando no sé qué cosa. En uno de los bolsillos yo tenía un pequeño libro. Cuando el sargento lo notó y lo apretó me preguntó que qué era aquello, y le respondí lo que era, un Nuevo Testamento. Y me dijo ¿qué es eso?  

En el grupo había un negro un poco más alto que todos nosotros, creo que se llamaba Lázaro, que sin ton ni son le daba por correr alrededor de los edificios con un paso bastante largo y a mucha velocidad, y mientras nos cansábamos de mirarlo él no daba ninguna señal de agotamiento. Entonces pensamos que, por sus escondidas prácticas de religión africana, adquiría cierta fortaleza sobrenatural que no tenía su cuerpo natural. El asunto es que no hacía caso a los jefes para que parara, y decidieron que como no podían echarle fuera el demonio, lo echaron a él, que recogió campante sus cosas y se fue.  

En aquella unidad algunos reclutas y unos cuantos cabos y sargentos formaron un grupo musical con la esperanza que los invitaran a otras unidades y poder escaparse un poco de la suya, y además tenían por causa de sus prácticas, la ventaja de quedar excluidos casi completamente de gran parte del reglamento de la unidad. En todos los meses que estuve en ese campamento sólo los escuché ensayar repetidamente una sola canción cuyo estribillo decía, o al menos el que yo recuerdo, “como el agua del torrente que no tiene paradero”. Había un sargento, que no era el peor con nosotros, sonreía de vez en cuando y no nos regañaba nunca, que tenía el macabro placer con todos los perros vagabundos que se atrevían a registrar en la basura del comedor, si podía atraparlos, los ahorcaba. Nada de envenenarlos ni de ahuyentarlos con golpes, los ejecutaba. Un día gris que parecía que estaba aburrido de ahorcar perros, se ahorcó él.  

Eso después me lo contaron, cuando nos juntamos los conocidos para hacer resúmenes de las vidas de los jefes. Entonces saltó a colación lo que hacía el macabro sargento, y como la justicia divina, o vaya usted a saber si no fue el diablo, el que le sugirió que experimentara con su cuello lo mismo que les había hecho a los desdichados animalitos. En la escuela, aunque no era más que el año 1965, había pocos religiosos confesos, ocho en total, incluyéndome a mí. Dos eran presbiterianos que jamás me presentaron a Juan Calvino. Otro era católico practicante, hermano de un miembro de la iglesia bautista de Colón, que había sobrevivido a una enorme operación del corazón, al menos por un buen tiempo hasta que murió, todavía joven dejando viuda a una bonita joven mujer, y unos cuantos niños bien educados.  

Pues el hermano de ese formó parte de la pequeña iglesia que teníamos, y después me enteré de que, junto con otro amigo mío, un hermoso ejemplar de negro fino, cuyo nombre era Lino, habían decidido dejarse de tanta religión y hacer las paces con el club de jóvenes proselitistas ateos. De los otros no me acuerdo de sus caras ni de sus nombres, supongo que porque no tenían mucho significado espiritual ni llamaban la atención por algo fuera de lo común. Parece que a Lino le pidieron que me ayudara en cuanto a la ideología, ya que él había hecho un buen tránsito sin mucha resistencia ni molestia, y conocía el camino de la apostasía mejor que nadie. Lino me dijo una tarde muy serio que tenía que hablar conmigo, que yo sabía para qué. Pero sospechando la inutilidad de su esfuerzo y que se expondría a mis preguntas y asombro, se terminó el curso y nunca me llamó a conversar.  

En efecto, el entrenamiento para ser maestro terminó y se graduaron todos menos uno, yo. No porque quise, porque de buena gana si me dejaban enseñar ciencias o letras sin ideología, hubiera aceptado; pero eso ellos no lo querían, y por lo tanto todos los demás se fueron felices a diferentes regiones a impartir clases y pertenecer a la privilegiada categoría de maestros en alguna unidad militar. Y al muchacho que ahora cuenta la historia, decidieron trasladarlo desde el ejército para la marina de guerra, y para allá se lo llevaron. Recuerdo que me sacaron y me llevaron a otros lugares, pero parece que nadie quiso hacerse cargo de mí y tuvieron que conformarse con el consejo que me dejaran terminar el curso y luego ya verían que ruta me harían tomar. Una de esas fotos fue tomada en una las calles de Guanito, en la provincia de Pinar del Río. La otra, ese edificio que parece abandonado se corresponde ahora a un hospital para locos, lo que, en otro tiempo, en 1965, era un bonito edificio de varios pisos, para gente tuberculosa. En este sitio fue donde vi por primera vez, expuesto en una urna de cristal, un pulmón abierto por la mitad para mostrar la costra de nicotina que le había pegado su difunto propietario. La otra foto es una estrecha visión del bello valle de Isabel María, situado detrás de la unidad militar donde nos alojaron, adornado con flores, pájaros, y casas con guajiras bonitas.      

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       Valle Isabel María    Guanito                Hospital de tuberculosos

 

GUANITO, en la occidental provincia de Pinar del Río, fue decisivo para mi nacimiento espiritual. Llegué allí castigado por mis creencias con el propósito de lavarme el cerebro de ideas religiosas. Si no habían podido sacarme mis convicciones naturales sobre la existencia de un ser supremo, por las buenas, entonces habían probado por las malas. Me sentía desafortunado y solitario. Mis creencias religiosas se tambaleaban, no precisamente por los vientos marxistas ni el miedo político, que no sentía alguno, sino por algo que desconocía, la diferencia que hay en creer y tener fe, aunque ambas tienen imitaciones casi idénticas. Me sentía desdichado, estaba triste, solitario como una paloma silenciosa en lugar muy distante (Sal. 56:1). Había sido echado allí por la voluntad de Dios y el tiempo traería sus explicaciones. El único antiguo conocido que sabía dónde había ido a parar era Dios, al que quise defender y perdí. Ellos creían, con fuerza y marxismo que me matarían a Dios y mi fe en él. Y si así fue, yo estaba dispuesto a morir los dos juntos. Primero me matarían a mí y mi fe y luego se encargarían de él. Cuando quisieron matar a mi Dios, enviaron a Carlos Roberto Darwin, que después de hablar conmigo enrolló sus papeles sobre la evolución de las especies y me dejó su Biblia, leyendo Génesis uno, dos y tres; y le dijo a Marx y a Engels que se largaran que yo no evolucionaría. Y se fueron dejándome con mis pruebas tangibles de la existencia de Dios. Pero entrando de nuevo a Guanito, la misteriosa, incomprensible providencia divina que ellos desconocían continuó con su programa, y salí de aquella crisis con el corazón palpitante de gozo y dando brincos de libertad. 

Una mañana cuando pude me retiré sólo fuera de los edificios de la unidad militar. Me llevé mi Nuevo Testamento y me senté solitario y ensombrecido, más triste que un difunto, junto a un pequeño arroyo, sin fuerzas para orar y menos para creer. Vino a mi memoria todo lo que me había pasado y me examiné a mí mismo, y empecé a llorar porque me sentía que estaba padeciendo por nada y había perdido lo que más quería por un puñado de cosas inexistentes. Agonizando en mi desesperación con mis ojos bien abiertos mirando los altos pinos le dije a Dios “oh, Dios, aquí estoy, y lo he perdido todo por afirmar que tú existes, sin embargo, no creo en ti”. Me levanté de allí al instante creyendo, como un milagro. No confesé ningún pecado de los muchísimos que había cometido, sino mi incredulidad, cuando le dije al propio Dios que no creía en él. Allí me convertí en otro. No oí ninguna voz, no se me apareció ningún ángel, no me leyeron ningún texto bíblico. Desesperado, decepcionado, le dije a Dios que no creía en él y creí. No guardé mis dudas para mí mismo ni me fabriqué una fe postiza.

Y regresé a la unidad militar dando saltos y más saltos sobre los pequeñitos pinos, ligero como la paloma de Noé, sin el peso de mis dudas en sus alas; sin más pruebas y evidencias de su existencia que la seguridad de su contacto. La fe nació por una aproximación a su divina esencia y cayó hecha pedazos la muralla de mi incredulidad. No le llamo catarsis sino honesta confesión. Mi fe no es fingida (2 Ti. 1:5), soy honesto con Dios y conmigo mismo. Dice el apóstol Santiago que los demonios no son ateos, saben que existe Dios, y él les da miedo (Sgo. 2:19). Los idiotas humanos son los que le desafían. El diablo crea idolatría, pero no adora imágenes. No es estúpido. 

Las “pruebas tangibles de la existencia de Dios” valen para la apología, pero no dan fe y los intelectuales irónicos con oídos sordos dirán como los antiguos atenienses “ya, ya, ven otro día por aquí” (Hch.  17:32). El arrepentimiento había ocurrido desde que comencé a andar en los pasos de Dios. Fue algo que sin dificultad practiqué desde un principio. Rompí con todo aquello que era pecaminoso con la facilidad que el Espíritu Santo me dio, algo así como cuando uno se sacude cualquier cosa que le haya caído encima y la echa al suelo y se olvida de ella con entera facilidad y sin ningún pesar por haberla perdido. Nunca desgrané uno a uno mis pecados en confesión. El hallazgo de la fe era tan grande, el nuevo nacimiento instantáneo, que toda mi maldad fue ignorada y abandonada. La vieja vida desapareció. Yo no miraba a un Dios airado conmigo, sino a un Dios lejano, escondido y a la vez evidente en la creación, al alcance de la mano, pero remoto para aprehenderlo. 

Mi única convicción era mi incredulidad, esa era mi desesperación, y lo que necesitaba era la presencia de Dios, la convicción de su realidad. Entonces empecé a leer el Nuevo Testamento y en él, y de otros libros, fui aprendiendo las doctrinas cristianas. La teología me ayudó a explicar lo que yo había experimentado. No acepté “el plan de la salvación”, fui aceptado por Dios “en el Amado” (Ef. 1:6) y comprendí todo lo que tenía que ver con mi salvación. No seguí “pasos” para ser santo y fiel. Ser cristiano es vivir en la presencia de un Dios omnipresente y omnisciente. Mi ética es una convicción de lo que no se ve.    

Creí en Dios, “que le hay”, que existe, y después en Jesucristo. No fui a Cristo, fui llevado a Cristo. Me maravillé de que todo estuviera tan bien organizado y fuera tan fácil, y todavía me palpita de alegría el corazón desde que aprendí que mis pecados eran por él y en él perdonados. No por un hombre que usurpa su rol encerrado en un pequeño quiosco. ¿Cómo podrá mantener limpia su memoria y corazón oyendo tantas inmundicias? Jesucristo es mi abogado defensor y él mismo paga con su muerte mi fianza y sentencia de muerte. Quien único puede perdonar pecados. No encontré a Dios sino como dijo Agustín, obispo de Hipona, “me encontraste”. Fui llevado por Dios a Jesucristo. Mi salvador legal. He aprendido muchas cosas sobre él: “que yo andaba sin esperanza en el mundo”, la doctrina de la salvación vino después para explicar cómo, cuándo y dónde fui encontrado. Fui elegido desde antes que la tierra girara por primera vez alrededor del sol, y toda mi vida providencialmente abastecida con la gracia de Dios. Supervisada por su providencia.

En el patio de aquella unidad militar Dios me hizo cristiano y en aquel lugar también encaminó mis pasos para la puerta del seminario Bautista en la Habana no de la universidad para estudiar ingeniería eléctrica. Pasado el tiempo aprendí a leer mejor la Biblia y encontré aquellas palabras del profeta que dijo que cuando nos saliera el sol de justicia en sus salas nos traería salvación, saltaríamos como becerros en la manada (Mal. 4: 2), “mas vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia y en sus alas traerá salvación”. Bendigo ese momento en Guanito, Pinar del Río, Cuba, año 1965. Fui libre de dudas y creí, y salté de gozo como becerro de la manada, y no me lamenté más, ni seguí llorando, y allí suspiré, y sus ángeles vieron a un joven soldado vestido de verde oliva corriendo hacia el campamento como si volara con ellos. Terminado el curso me enviaron para una unidad militar y estuve en el ejército por dos años y uno en la marina de guerra y desde allí al cumplir los tres salí. Desde entonces ese Sol que es la luz de su rostro, la gloria suya brillando en el rostro de Jesucristo, que no se ha ocultado en mi vida un solo día.  He tenido días oscuros y muy nublados, pero mi salvación no ha tenido ni noches ni eclipses.  

La fe del joven que me llevó a la iglesia bautista, no sé de qué estaba hecha. Era condescendiente, y le huía sonriendo a cualquier peligro de apología. Por él mismo escuché con pena, de sus crisis materiales y espirituales. En Miami estando de visita lo llevé a la iglesia y no levantó su cabeza una sola vez para mirar al predicador porque decía que ya no creía en los pastores. Una cosa que sí fue vital para mí fue su moral cristiana, en aquel tiempo, que lo hacía diferente a mis viejos amigotes, y por esa razón no le fue difícil que yo fuera a escuchar a su iglesia bautista al escritor de las “pruebas tangibles” de la existencia de Dios, el doctor Luis Manuel Gonzales Peña. Y lo oí con deleite, e hice todo lo que él quiso, levantar mi mano, recibir a Cristo, pasar al frente, etc., pero ninguna de esas cosas me quitó mi heredada incredulidad. Me vi inmerso en la iglesia y lo que ella tenía, como asombrada y contenta con mi presencia, empezó a compartirlo conmigo. Todo lo que de pronto me rodeó era bonito, muy nuevo y celestial y yo quería vivir siempre entre aquel paraíso divino. La iglesia era algo superior a mí, extraño y mejor. Ella se enamoró de mí y yo de ella, era mi madre adoptiva y la quise desde que la conocí, Dios mi Padre y Jesús mi héroe redentor. No conocía la Trinidad, sino que oía de las Tres Personas por separado y cualquiera de ellas me era valiosa como un misterio, más para relacionarse que para discutirlo. Aprendí a cantar himnos y escuchar coros.  

Cuando me daban pase para salir iba a mi pueblo y a la iglesia bautista. Los jóvenes se reunían en un cuarto de cristal dentro del templo y me veían llegar casi antes que las puertas del templo se abrieran, y como número uno entraba y me quedaba solitario esperando el comienzo. No me sentía herido por la indiferencia de ellos porque no estaba allí porque los necesitara sino porque se hablaban las cosas que ya me gustaban. Todito aquel grupo provenía de hogares cristianos, el único cananita era yo, un nuevo prosélito del Israel de Dios. No fue el ambiente fraternal lo que dirigía mis pasos hasta allí, no eran ellos mi atractivo, ni mi riqueza; no eran indispensables para mi fe que remotamente estaba naciendo sin conexión con la fraternidad. Me sentía afortunado y de pronto enriquecido, y no sé si asombrado o incómodo con la pequeñez espiritual de aquellos longevos en la iglesia.  

Posiblemente eran sentimientos injustos y la vida de aquellos muchachos tenía más valor que la del novato caminante que allí estaba, salido de la nada. No disfruté mucho del grupo porque el servicio militar me sustrajo de ellos, y cuando los visitaba de cuando en cuando no les hacía caso, salvo a la misionera que recién graduada estaba entre ellos. El cariñoso pastor, Raúl Suárez la había traído desde el Seminario Bautista en La Habana, desconociendo que me estaba trayendo al patio de mis orígenes, mi novia y el amor de mi vida, Walquiria. Esa figurita delgada, casi anticuada, más parecida a las mujeres de la Biblia que ninguna hubiera visto, era la más semejante a Cristo que había conocido, me llenó de admiración y encanto, y como yo era un bien recibido aprendiz entre las iglesias apostólicas, al escuchar a Priscila corrigiéndole la doctrina a Apolos, me pareció que esta mujer hecha de páginas bíblicas, podría formar conmigo un dúo de servicio ministerial para enseñar exactamente, con la teología de la gracia, el reino de Dios. Sin darnos cuenta como nos mirábamos, nuestros ojos nos embrujaron y sin excesivo erotismo intuimos que éramos casi gemelos y habíamos nacido el uno para el otro, y todo lo que tuviéramos que hacer tendría que ser sin separarnos, como nos lo había dicho la Voz del Destino.  

 

 

 

Génesis, una introducción 

Este libro tiene muchísimos años. Pudiera ser que Moisés comenzó a tomar notas sobre el origen del mundo cuando tranquilo leía en la biblioteca egipcia del faraón (Hch. 7:22) y consultaba textos de autores en la “cuna de la humanidad”. Y conociendo al que le habló en la zarza (Ex. 2:2; Dt. 33:16), halló en la literatura antigua al “Dios no conocido” (Hch. 17:23). Y encontró a Melquisedec. Y se sorprendió que la verdad estuviera viva en Ur de los caldeos. Y comprendió que su pueblo tenía esa verdad, la de un Dios único, Creador de todo y no un dios para cada cosa. Pensó que era un buen momento para plasmar en papel y papiros la historia de la revelación de ese Dios porque la oral había sido efectiva, pero era muy tímida. Y su producción literaria fue inmensa. Y la supremacía de la palabra de ese Dios. 

Y aunque no lo explicó, de él provino el tiempo, en un instante, con su primera palabra después de un eterno silencio. Y vio en él la infinitud y que él mismo abarcaba dos eternidades (Sal. 106:48). Y su experiencia lo corroboró, antes de él ninguno, y sin un después de él (Ex. 3:14). Dios creó el mundo. No hay duda. No que la materia evolucionó, todavía no había un solo agnóstico; sino que Dios la hizo, de la nada, de su pensamiento, porque de su boca, su Palabra es creadora, y materializó sus ideas, como imaginaba las cosas, bellamente. Dios tiene una imaginación muy bella e inteligente.  Del aliento de su boca salió la tierra, y la miró y no le gustó porque estaba completamente redonda (o achatada en los dos polos) y así era más difícil hacerla girar sobre un eje que él se estaba imaginando. Entonces les hizo los polos. 

Y observándola tampoco le gustó el desorden que había porque todas las cosas estaban mezcladas, la plata con el oro, el cobre con el hierro, las piedras invadidas por el agua, el subsuelo marino muy superficial, de modo que inundaba todo lo que quería seco, entonces emergieron las montañas y una gran parte de lo que llamó tierra. 

Entre tanto que hacía todo eso lo iba alumbrando con ninguna otra luz que no fuera la que brotaba de su gloria, y complacido con lo que miraba glorioso, y espumando gusto, se retiró un poco y colocó en su lugar una brillante estrella a la cual llamó sol, y para que durante la noche los terrícolas que habría de formar pudieran andar y los enamorados mirar la luna, la hizo como una bella fémina que recibe con agrado los ojos de su brillante y enamorado rey. El hueco celeste le pareció demasiado oscuro y colocó girando dentro de él, millones de otros faros que se han solido llamar, estrellas, cometas, planetas. 

Y se dijo para sí, que serían sólo adornos y huellas de su maravillosa inteligencia pero decidió dejarlos vacíos, y solamente pobló este pequeño globo que hemos llenado de problemas; con la flora y una fauna bellísimas, con una pareja hecha a su imagen y semejanza, que después como totalmente malagradecidos y desobedientes se echaron a las espaldas lo que él les había advertido, y en ningún momento consideraron que sus, dichos en forma muy amable, consejos, eran órdenes estrictas que en caso de incumplirlas, se harían polvo y tierra. Y eso precisamente fue lo que pasó. Una guadaña llamada Muerte los cercenó. Y después de eso comenzaron los hombres a matarse entre sí, envidiándose y odiándose, y Dios los dejó por muchos y muchísimos años, qué digo yo, siglos y milenios, entregados a sus propios odios, ambiciones y concupiscencias, y creyéndose dioses edificaron torres, y hablaron palabras distintas y como no se comprendieron ni pudieron llegar a acuerdos, así desunidos por el idioma se alejaron unos de otros, y formaron etnias, y empezaron a diferenciarse por sus estaturas, el color de la piel y sentido común. 

E hicieron sus propias culturas, unas más y otras menos; pero todos, toditos, ufanos, se erigieron en dioses y crearon otros muchos inventados, que se les parecían bastante, y de ese modo llegó a ser tal la ceguera y la ignorancia espiritual de ese único y sabio Dios, Creador de todo, que ni a tientas lo pudieron encontrar, entre tantos (Hch.17:27). Y no sé cómo, pero se murieron los grandes monstruos marinos, y se enterraron todos los enormes helechos, y se pudrieron y se convirtieron en petróleo, en gas, y en tema de discordia, hasta hoy. Y al principio como no sabían hacer nada, y empezaron a atacarse para quitarse la comida, las joyas, las mujeres y las cuevas, y a defenderse con piedras y atacarse unos a otros a palos, y pedradas, más con gritos que con palabras porque sabían pocas para mentir y engañar con las artes y la prensa; y después con el desarrollo de su ciencia, hicieron tenedores, utilizaron el fuego para el horno de la cocina y para la hoguera de los adversarios religiosos, y derritieron piedra y sacaron  hierro, y más tarde bronce, y cuando encontraron oro y diamantes, se los pusieron en las orejas, narices y  cuellos, y entonces se pelearon más. Yendo y volviendo entre épocas y geografías, el de Java contra el de Piltdown, y los dos contra el Neandertal. Y uno se sentó y se le ocurrió la honda, y se la dio a David y este lanzó una piedra lisa a la frente de Goliat, y a otro la catapulta, y asaltaron a Jerusalén la terrenal y no quedó de ella piedra sobre piedra, y otro ideó cómo acabar con muchos al mismo tiempo e hizo armas de destrucción masiva que esparcían piedras, clavos, virus y átomos por todas partes.

En fin, que los hijos de Adán y de Eva se han portado muy mal y por esa razón Dios decidió enviar un Segundo Adán, a su Hijo, y lo juzgó y lo condenó en lugar de los pecadores; así de ese modo hace unos dos mil años se ha empezado un segundo universo con un nuevo reino, hecho de amor y perdón, con buenas nuevas bajadas del cielo, y quien las encarnó se ha ido un rato, y lo estamos esperando para que nos dé una, purificada por el fuego, tierra y un cielo nuevo (Ro. 8: 20-23; 2 Pe. 3:13). Y de eso no dice mucho Génesis, pero otros libros de la Biblia sí, y lo último que mencioné se puede leer en el muy simbólico Apocalipsis, pero aquí no lo trato porque es como he dicho, el último, y esta introducción es para el primero.

1En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.  3Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.4Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. 5Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. 6Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 9Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13Y fue la tarde y la mañana el día tercero.  14Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,15y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.  17Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,18y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.  21Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.22Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.23Y fue la tarde y la mañana el día quinto.   24Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.25E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno” (Ge. 1:1-25).

 

 

Solamente con la Palabra de Dios 

Ge. 1:1

1En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. La intención de Moisés es dejar claro la suficiencia de la Palabra de Dios. Me parece que el énfasis en todo el texto de la creación recae en esas palabras “desordenada y vacía”, como los otros planetas, para que conozcamos el origen de lo que somos, y tenemos, nuestra relación con la eternidad por medio de Dios. Hubo un tiempo que no estábamos aquí, no éramos lo que sin nada bello: nuestra vida, si aplicamos el caso, era un total desorden con un espíritu vacío, una catástrofe, un terremoto, un cataclismo. No estaban aquí las cosas preciosas que nos rodean y nos hallamos habituados a ver. Este relato está dado para estimularnos la gratitud a Dios y nos hace pensar en la suficiencia de la Palabra de Dios para crearlo todo. Dios empieza de cero, de nada. Siempre es así. Hizo el mundo por partes, con paciencia, como si lo estuviera adornando, lo esculpiera, lo edificara (principalmente a la mujer, 2:22) y así lo fue llenando, con mucha paciencia, de las cosas bellas y raras que conocemos, mostrando su inteligencia, buen gusto y su intervención en cada parte. El relato original escrito por Moisés parece un canto, un poema antiguo, lo mismo en este capítulo que en el segundo y “todo es bueno en gran manera” (v.31). Te adoramos Señor.

Ge. 1:2

2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas”. No lo creó distante sino estando en íntimo contacto con él, fue “empollando”. La palabra original indica un ave revoloteando sobre un nido. 

Ge. 1:3,4

“Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz”. La luz es creada sin articularla con el sol, porque no existía. Esta es una luz especial, la luz de sí mismo, emitida de su propia luz, emitiendo su presencia hasta lo más recóndito del globo, y todo quedó alumbrado; y vio Dios, sintió Dios que era bueno que se transmitiera visiblemente; y después inventó cómo acumularla y distribuirla en estrellitas y soles para que resplandecieran físicamente con lo que habían tomado de la nada. Formas físicas de la luz divina. Y unas luces giraban alrededor de otras, y unas las tenían propia y otras prestadas, y todas eran de Dios. Y en el sol acumuló mucha para nosotros. 

 

Un gran periodo de tiempo llamado día, o 24 horas 

Ge. 1:5-12   

5Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. 6Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. 8Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. 9Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno”.

 

¿Habla de ‘día” de 24 horas cuando aún no hay sol? ¿Año? El autor se adelanta y por eso dice eso. ¿Pudiera ser que el día fuera la primera etapa de la creación? ¿Qué tiene que ver la “tarde y la mañana” con el sol si no existía? Esto es un documento actualizado y elaborado para ser leído por personas que ya conocen lo que es el día y la noche y sobre todo la semana y como se llaman los animales. Algunos piensan que, y yo no discuto ese punto, que se trata de que “un día” originalmente fue un período geológico y Moisés lo convirtió en uno de los días de su semana. Lo verdaderamente impactante en la lectura devocional del pasaje, es la voz de Dios, la importancia que ella tiene en todo lo creado, simplemente Dios habla y crea. En el capítulo 2 nos distribuye la creación dentro de la semana. Este primer capítulo de Génesis es más litúrgico. No es un documento científico, es un relato ceremonial calculado para hacerlo, o simplemente es así, coincide con el sábado, el día de la adoración, dentro de la ley dada por el autor de Génesis, Moisés. Pruebas de esa actualización son estos textos: “…donde hay oro. Y el oro de aquella tierra es bueno” (2:11,12). “Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre” (2:19). Y ese juego con la fonética de las palabras varón y varona (2:23) en hebreo ¿Adán y Eva hablando hebreo? Se comunicaban de otras maneras y el hebreo es equivalente, lo mismo que hacemos con el español. 

Ge. 1:7

“…y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que estaban sobre la expansión”. Cuando mires las nubes en el cielo o las muchas luces tintineando dentro de él, piensa que Dios lo creó primero que a ti para que lo vieras y te admiraras, y llegaras a Admirarlo. Al terminar el segundo día había algo más que en el primero, se estaba creando el universo.

 

No se necesitan más pruebas de su existencia que la creación del universo 

Ge. 1:9

“Entonces dijo Dios: Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así”. Por algún impresionante movimiento telúrico; se hundió el fondo marino y nacieron las montañas y los valles. Cosas tan grandes dichas de forma tan simple como si fueran a un niño destinadas. Sí, fueron escritas para el hombre de fe, para quien cree en Dios, que conoce su poder en la experiencia y en la historia de su revelación, la Biblia. No está escrito el relato para convencer a nadie de la existencia de Dios sino para llenarnos de agradecimiento y adoración a él. Dios dice “yo Soy el que Soy”, y eso basta (Ex.3:14). Que es lo mismo que decir yo soy el único existente. No puso a disposición nuestra lo que hizo con el mundo sino hasta que ya creíamos en él. La Biblia es un libro de fe, escrito para ser leída por gente de fe. Este es un relato para hombres y mujeres de fe.  ¡Oh Génesis!, aparece Dios súbito en escena, actuando, no está escrito para creer en Dios sino para adorarle, darle gracias, para que se unan sus hijos como las estrellas del alba (Job 38:4-7). Según Moisés, según Dios mismo, no se necesitan más pruebas de su existencia que la creación del universo.

Ge. 1:10

"Y vio Dios que era bueno". También se puede traducir “vio Dios que todo estaba bien”. Esto se aplica también cuando Dios convierte a un pecador en cristiano, y lo hace santo y fiel, le entrega el arrepentimiento y le concede el don de la fe, así lo hace una nueva criatura, una persona espiritual; y en cada paso que da Dios mira su obra y si hace falta ir arreglándola, y los que están alrededor, como si fueran ángeles, también aprueban lo que están mirando y están de acuerdo que lo que Dios ha hecho en tal y tal persona “es bueno en gran manera” (1:31); y “todo lo que Dios creó es bueno y no debe desecharse” (1 Ti. 4:4).

Ge. 1: 11,12

“Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él. Y fue así”. Cuando tengas de la hierba una espiga de granos en tu mano para llevar a tu boca, adora a Dios por el ingenio, el gusto, las papilas gustativas, y el olor que puso en su creación, para que con acción de gracias participen de ello los creyentes (1 Ti. 4: 1-5). 

 

Génesis tiene una elaboración teológica actualizada

Ge. 1:14-19

14Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 15y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19Y fue la tarde y la mañana el día cuarto”. 

Esto no es un tratado de astronomía; no dirigido al investigador científico sino al hombre común que participa de las estaciones del año, que siembra y cosecha, para el hombre en su vida doméstica. Que “sirvan de señales para las estaciones días y años” es una interpretación del autor de este documento, que supo Moisés por revelación o por tradición oral y escrita sobre la creación del mundo. Algunas porciones de Génesis son una elaboración teológica actualizada, tal vez cuando la Ley fue dada, y Dios revelado. Es un documento religioso y destinado al culto a Dios. Oh, Dios, que yo te adore en cada estación del año, primavera, verano, otoño e invierno; gracias Señor.

Ge. 1:20-31

20Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 24Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 25E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.

Los peces, los animales, las aves, y el hombre como una creación especial para que se enseñoreara de todo lo que él hizo. En este capítulo se exalta la Palabra. La sencillez del relato obedece a la Palabra de Dios y es escrito para un hombre que conoce a Dios y lo ha visto hacer tantas cosas con esa Palabra y sabe que para él nada es imposible o difícil. ¡Qué fácil es todo en Génesis! Eso me impresiona. Lo mismo pasa cuando con ojos desorbitados contemplamos la creación de un hombre nuevo, con la potente palabra de Dios, sin adiciones ni sustituciones; ella sola basta, sin más música que esa dulce y bella voz.

Ge. 1:26

“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. “Hagamos la humanidad”. El nombre Adam significa rojizo. No era blanco de ojos azules, tampoco de piel morena o de ojos oblicuos. ¡Qué dignidad, haber sido creado reflejando la gloria de Dios, pareciéndose a él!; en razonamientos, sentimientos, físicamente. ¡Qué motivo para su autoestima Dios le dio! No quiere decir que Dios tiene forma humana.

Ge. 1:28

“Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra…”. No hay hambre en el planeta porque haya mucha gente sino porque los bienes de consumo no están bien distribuidos, o con una economía sin desarrollo. 

 

 

El hombre fue creado para disfrutar a Dios

Ge. 2:3

“Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho”. Esto pone de manifiesto que el varón que elaboró estos documentos está bien informado del culto a Dios y de la Ley (Ex. 20:11). Sirve para organizar el trabajo y la adoración. Esta fue una de las razones por la que se da este relato, por lo a propósito que es para formar parte de la adoración por medio de la Ley. Sin embargo, no hay ninguna petición de adoración aquí, ni en todo el capítulo. El hombre es creado y exaltado, no humillado, Dios no lo creó para que lo adorara sino para que lo disfrutara. No le dijo, “ven y póstrate ante mí”. La adoración, y ahora del soberbio ser humano se requiere, aparece con el pecado por causa de la auto exaltación del hombre, que dejó su posición de dignidad (rango), como los ángeles caídos (Jud. 1:6); su territorio, y se “propasaron” (habitación, casa), y siendo una criatura quiso convertirse en Dios. “Seréis como Dios”.  El disfrute de Dios ahora, sin santidad de vida, es una quimera, una ilusión y un engaño. 

Volviendo atrás: Moisés no crea la semana, ya está hecha. El sábado es una rígida ordenanza de adoración como aparece en la ley mosaica. Eso no se ve en los casi mil años de Adán, ni en todo Génesis. Ni Abram, ni Jacob, ni nadie parece guardarlo. Es parte de la estructura de adoración mosaica, levítica. Moisés lo rescata de milenios escondidos. ¿Entonces es parte de la salvación? No. Jesús, dijo que fue hecho “por causa del hombre, no el hombre por causa del sábado (día de reposo)” (Mr. 2:27); para disfrutar de Dios.

 

El matrimonio es una relación íntima, indisoluble y laboral 

 

Ge. 2:4-25

Ge. 2:4-25

4Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, 6sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. 7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. 8Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 10Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; 12y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. 13El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. 15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. 18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.  21Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”.

La pareja matrimonial es formada por Dios. Mira qué distinto es esta unión al “vivir en pareja” en esta descristianizada sociedad. Dios es “el todo” en el matrimonio, del género, de la unión, de su propósito, de cómo mirarse el uno al otro.  De cómo “valorarse”, y para qué formar la pareja. Dios no los hizo solamente para que tuvieran relaciones sexuales sino para que vivieran con significado. Esa expresión, “y la trajo al hombre” es bella y a pesar de todo lo que pasó entre Adán y Eva, el pecado de ellos y el de los hijos, uno asesinó al otro, debió celebrar siempre ese momento bello cuando Dios le dio a su mujer, el día de su boda. Unión que nunca terminó en divorcio y vivieron casi mil años juntos, ni Adán cambió a su vieja compañera por alguna joven descendiente ni tuvo un harén. Ese día hay que celebrarlo y es día de acción de gracias a Dios. La bendición mayor que Dios le dio a ambos no fue el paraíso ni siquiera los hijos sino el matrimonio. 

¡Cómo se ha degenerado esa unión! Se ha animalizado hasta el punto de querer formar “hogares” parejas del mismo sexo, y que no sólo es pecado sino una blasfemia al nombre de Dios. Todo lo que uno ve en la mayoría es instinto, instinto animal, rebajados al nivel de las bestias, siempre orgánico y nada más. A ese instinto lo llaman amor, sin otro acompañante. El día de la boda no es la unión de dos cuerpos sino de dos vidas.

La dispensación en días del capítulo primero de Génesis tiene un motivo litúrgico (1:5) y apunta hacia el sábado y es por eso por lo que no muestra insistencia en los detalles de lo creado, pareciendo simplista el relato. En esta porción no hay día primero, segundo, ni séptimo.  Aquí lo más importante es la pareja humana y la necesidad que tiene el uno del otro, sobre todo, ¡para trabajar! El paraíso mismo necesita que se le cuide y se le labre (2:15), y se le llama paraíso especialmente por la abundancia de agua (vv.5,6,10-14). La mujer no aparece como un complemento romántico sino como un auxilio para el trabajo (vv.20-24). 

Génesis uno trata sobre el origen de la raza humana y Génesis dos sobre el origen del matrimonio, como una relación íntima, indisoluble y laboral. Por primera vez se menciona el dinero (vv.11,12) porque es algo importante en el matrimonio, como si el documento hubiera sido elaborado por un comerciante (el oro es bueno, el juicio de un joyero). La pareja de Génesis dos se parece al matrimonio de Proverbios 31 y Dios al hombre, Adán, con pensamiento “judío”. Aparece por vez primera la palabra muerte (v.17). 

El capítulo dos es una tragedia matrimonial. Aquellos dos que fueron creados para ser mutuamente obedientes a Dios en pareja se rebelaron y la relación entre los dos perdió su balance y se desarmonizó; la mujer como un castigo pasó a ocupar una posición subordinada al hombre (Ge. 3:16), y con respecto al hombre la maldición se convirtió en resultados laborales adversos y además la muerte (Ge 3:17-19). 

La maldición parcial es no prosperar económicamente. Eso no quiere decir que todos los ricos son los que hacen la voluntad de Dios. Los sufrimientos, lágrimas y enfermedades no se mencionan sino el sudor. Génesis uno presenta la maldición más primitiva, la más simple, labradora, campesina, luego vendrán otras, urbanas, de las cuales el hombre se haría acreedor. El día de las madres debiera festejarse en el día de las bodas, y el día de los padres también, ese mismo día. Y después de esos los cumpleaños (Mt. 14:6). Y todas esas celebraciones con acciones de gracias al que formó la pareja humana que simboliza la unión de Cristo con su iglesia, y a quien dio la vida, Dios.  

Ge. 2:5

“Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra”.  Está implícito el deber humano para trabajar; la necesidad de la lluvia (vv.6,15).

Ge. 2:9

“Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida…”.  El hombre no fue creado para genéticamente ser eterno; su vida estaba condicionada y era dependiente (Apc. 22:2). ¡Oh hermano, fe con obediencia!

Ge. 2:19

“Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre”. El nombre original. ¿En qué idioma? Esto indica la antigüedad del documento cuando el mundo hablaba una sola lengua. 

Ge. 2:21

“Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar”. ¿Lo del sueño sería para que no viera crear a la mujer o para dar la idea de anestésico? Si la mujer no es inferior por creación tampoco lo es por ninguna otra razón. Pablo parece derivar el sometimiento de ella al varón en relación con el tiempo de su creación, en un segundo tiempo y por haberse dejado engañar por el diablo (1 Ti. 2:14,15). Porque haya sido creada a partir del hombre no es inferior, la sujeción no es inferioridad, como en una empresa,  indica más bien el propósito en el matrimonio; es colaboración sin inferioridad. El matrimonio es indisoluble y el divorcio una mutilación, un suicidio. 

Ge. 2:23                                                                                    

“Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada”. Está escrito en forma de un pequeño salmo o una composición poética. “El hombre expresa su favorable opinión manifestándolo por medio de esta poética confianza” (The Broadman Bible Commentary). Muchos autores piensan que Dios se lo inspiró o se lo reveló. Y ¿qué de herejía tiene que uno piense que fue lo que realmente Adán pensó y se dijo y luego en idioma hebreo, y en otros idiomas así se arregló? 

Ge. 2:24, 25

“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Esta observación de desnudez pudiera tener que ver con la fusión del hombre y la mujer en el acto matrimonial (v.24). De todas maneras, un matrimonio unido por Dios es todo eso, una cosa. En ese instante, un sexo completamente limpio, intercambio placentero, sin traza de aberraciones; algo hecho con natural santidad, con gratitud al Creador, que inventó tal estímulo de unión. Después de tal relación, intensamente humana y pura, sienten ambos que el lazo entre ambos es muy estrecho y ninguno de los dos necesita un complemento ni que el tal o la cual es insatisfactoria y debiera haber otra porque la elegida por Dios resultó inadecuada. 

 

Ge. 3

1Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto? 2Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. 7Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?12Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. 20Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. 21Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. 22Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

Ge. 3:1

1Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del huerto?”. Se puede aceptar que la serpiente fuera más inteligente que el resto de los animales, pero no que razonara como un ser humano caído en pecado. Hay que elegir entre que se trata de un mito o del diablo. El Nuevo Testamento le llama diablo, “la serpiente antigua” (Apc. 12:9; 20:2). Se trata de alguien que estaba espiando la conversación entre Dios y la pareja; no pudo haber sido un animal y quienes únicos estaban presentes eran los ángeles, y por allí, en algún invisible escondite, el mismo diablo. Una forma de contar la historia es la fábula. El diablo tiene muchísimos disfraces, según la época y la ocasión, y lo mismo acapara a una serpiente, que a un Pedro o un Judas Iscariote, o un ser brillante (2 Co.11:14). Y en cuanto a que Dios les había prohibido no comer ningún fruto del huerto, era mentira, y la intención parece ya sacarlos del paraíso, y lo logró, porque el pecado es lo único que nos saca de donde se halla Dios.

Ge. 3:2

“… ha dicho Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”. Ya la pareja estaba informada del concepto de la muerte. Tal vez le dijo “te volverás tierra” y le señaló con el dedo el polvo. Pudo haberle respondido “eso es mentira tuya”. Me parece que la defensa que hizo a la verdad de Dios fue débil.

Ge. 3:1-7

“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos, y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”. ¿Dónde está Dios en todo ese relato? El silencio de Dios, o la ausencia de Dios, o la distancia de Dios, indica falta de comunión. Dios esperaba la obediencia y fe en su Palabra. En la tentación, Dios parece ausente y no lo está, se halla callado. Cuando eso ocurre el más alto conocimiento como el que ellos tenían, la correcta exégesis de la palabra de Dios que hicieron, no les fueron suficientes, y por supuesto, abatidos.

Ge. 3:4,5

“Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”. ¡Cómo van a pensar que Dios miente! Ella quiso decirle: “Si Dios no quisiera que adquieras el conocimiento del bien y del mal no habría plantado este árbol”; y Eva miró los frutos colgando entre las hojas, y el reptil erguido sobre una rama, como si alas tuviera. Su intención era que probara la desobediencia y conociera el mal por experiencia; y una gran frustración le cayó a la Primera Dama cuando despojada de algo sintió que quedó, y se desprendió de su cuerpo la gloria que la cubría y el Espíritu sagrado que la envolvía; y agitado su pecho y ensombrecido su rostro corrió hasta su compañero con una fruta en la mano para tener con él alguien en su despojo y solitario infortunio. Aquella mentira con que se acusaba a Dios tenía arropada esta verdad, “llegarás a ser como yo”, y cayó del árbol el esperpento, como un gusano, y ellos fueron así, similares al diablo. No es por vista, pareja, sino por fe.  

Ge. 3:6

“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió”. ¿Cómo pudo con una mirada suponer todo eso? Y ya su mirada cambió, de una santa por la codicia, la confianza por el pánico, la gratitud por la envidia, y dejó de ser radiante para ser oscura, y no vería más al Invisible con su par de ojos engrandecidos y ciegos, que parecían más dos hoyos profundos que una pareja de escrutadores de la belleza y la Deidad. La doctrina y la correcta interpretación de la Palabra de Dios le sirvieron para poco en el momento de la tentación, cuando se tiene la Biblia abierta, se memoriza y no se cumple.

 

Antes de hablar de doctrinas hablemos de ética cristiana

Ge. 3:7

“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”. 

¿Se les abrieron o se les cerraron? (2:25). Se les cerraron para Dios y se abrieron para el pecado. No dice que se sintieron espiritualmente mal, que tuvieran alguna crisis nerviosa o se asustaran; mentalmente parece que el pecado los dejó intactos viéndose afectada solamente la moral sexual; no es muy sabio determinar y concluir si hemos hecho bien o mal por nuestro estado de ánimo o nuestra conciencia de relación con Dios; uno puede sentirse bien tras haber pecado, es mejor atender a la actuación externa y a cómo se mira el sexo propio y el otro, y esa es una frecuente razón para huir, de Dios y de los cristianos. Un poco más adelante la pareja se esconde porque se siente desnuda (vv.8-11). Dios "andaba recorriendo el jardín"; el dueño del jardín y de ellos. 

Después de esto Dios mató a algún inocente cordero, o algún becerro, para utilizar su piel y cubrir la desnudez humana. Eso es un acto de justificación, según lo entendemos por el Nuevo Testamento. El inocente Cordero de Dios muere por el pecado del hombre. El sexo se convirtió en la madriguera, la Ciudadela del mal. El sexo tuvo que ser justificado, y fue lo primero que Dios cubrió con su justicia, antes que la envidia, que el homicidio, que el hurto, que las blasfemias y la incredulidad. Si queremos conocer si una persona está convertida hay que buscar primeramente su justificación en su vida sexual; si es desorganizada, y es sexualmente desobediente a Dios, eso indica que no ha sido cubierto su pecado por la justicia de Jesús y que su sangre no lo ha limpiado y que no heredara el reino de Dios. Martín Lutero, defendiendo el derecho de los monjes a casarse, y no fornicar con las monjas, afirmaba que el acto matrimonial entre esposos es santo, y podría venir el Señor Jesucristo en ese momento, y ellos no sentir miedo ni vergüenza por ser encontrados amándose.

En la lista que, de pecados, Pablo pone el adulterio, la fornicación, las inmundicias y lascivias preceden a los errores doctrinales como la idolatría, hechicerías, los vicios como el alcohol, etc. (Ga. 5:19-21). Por eso decimos, “bien, antes de hablar de credos, religiones falsas y verdaderas, de arminianismo y calvinismo, de mormones y Testigos de Jehová y de alabanzas y músicas ¿por qué no hablamos de ética cristiana, quiero decir de las obras de la carne?”.  

Ge. 3:8

“Se escondieron de la presencia de Jehová”, para esconder su sexo. La presencia de Jehová está en la voz; huyeron de esa voz que recordaban y que les traía recuerdos; la palabra de Dios y Dios eran una misma cosa. Y dijo el hombre que tenía miedo. ¿A qué y por qué? A Dios, el creador, el dador de la ley. Se sentían desnudos ante la voz de Dios. Y sienten culpa y vergüenza.

 

Por qué huimos de Dios

Ge. 3:7-10

Todo esto es una humanización de Dios. Fíjate, lector de la Biblia, que es inútil huir del castigo cuando uno peca. El pecado “lleva en sí castigo” como el miedo (1 Jn. 4:18); y si no, mírale en el fondo de los ojos a los homosexuales, los adúlteros y los fornicarios, detrás de sus sonrisas y maquillajes. Entonces por qué se meten por la nariz drogas sino para descerebrarse y vivir mentirosas alucinaciones. En realidad, Dios no vino a Adán y Eva para castigarlos sino para arreglarlos, pero algún castigo tendría, mínimo, pero alguno. La mayor pérdida es la realidad de Dios. Dios no aparece para castigarnos sino para resolver nuestro problema. Y si exige un castigo es mínimo, con misericordia. Los castiga a trabajar y a parir con un poco de dolor; en vez de ejecutarlos.

El relato permite hacer una generalización, que la principal razón por la que huimos de Dios, la principal, es por la relación que hay entre el pecado y el sexo y como no queremos dejar limpio de pecado el sexo, entonces huimos de Dios para que ni Dios ni alguien nos llame la atención. La envidia, el odio, incluso el homicidio, aunque evita el castigo humano, no hace huir de Dios, como los presos lo atestiguan, porque Caín no huyó de Dios. 

Por otro lado, es inútil el intento de taparle el pecado a Dios. En el caso de Adán, cuando le preguntó dónde te has metido, le diría, “aquí, detrás de este árbol”. Y salta a la vista que hacemos lo mismo. Nos escondemos detrás de algunas hojas y ramas secas. Una casa. Ropa bonita. Un auto nuevo. Un título. Una sonrisa. Del dinero. Huimos de Dios porque sentimos remordimientos y culpas carnales. Es mejor salir desnudos, no huir, no tapar nada y exponer a Dios lo que nos hace sentirnos avergonzados, arreglar lo que haya que arreglar, enfrentar las consecuencias y pedir misericordia al Señor, que siempre la ofrece.  Dios tapa nuestro pecado cuando lo tapa con la piel de Jesucristo “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne (Ro. 13:14); creados conforme a su imagen (Ef. 4:24). Cuando Dios lo llamó y le preguntó por dónde andaba, porque se puso en fuga “de la iglesia”, él le respondió, “tengo problema con mi sexo” “se me ha ido de él la gloria tuya que lo cubría y ahora uso un taparrabos”, “estoy aquí”.  Y ¿qué haces ahí?  Escondiéndome, ¿de quién? ¿De la serpiente? No, de ti. 

 

Adán, el viejo, el viejo marido

 

Ge. 3:12

Y el hombre respondió: La mujer que me distes por compañera me dio del árbol, y yo comí”. 

 

Gracias por la mujer que me diste, hemos tenido muchos, muchísimos disgustos, nos hemos culpado recíprocamente, hemos llorado juntos, los hijos nos han hecho pasar muy malos ratos, lloro mucho a Abel y extraño a Caín, pero esas dos desgracias no nos han separado ni siquiera nos hemos planteado la posibilidad de que cada uno coja un rumbo distinto. Dios nos ha enseñado que los problemas matrimoniales tienen solución. Si se escribiera nuestra biografía cuenten lo que hemos hecho, que seguimos juntos a pesar de todo y a ninguno de los dos se le ha metido en la cabeza vivir sin el otro. Nos hemos sentado debajo de varios árboles para discutir nuestras desgracias, y hemos acordado soluciones. Gracias por la mujer que me diste, Jehová. Supe que me sacaste una de mis costillas y con ella me has dado esa mujer preciosa, perfecta, y aunque hubiera otra en el mundo yo no tendría ojos sino para Eva. No podemos ni podríamos vivir el uno sin el otro. Tomaste una de mis costillas para hacerla y es como si hubieras tomado carne de mi corazón. La amo, Dios, con todo el corazón que me diste, y sin ella me sentiría incompleto, ninguno de estos ríos preciosos, Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro y; y el oro de aquella tierra es bueno, con el cual le hice un peine para su larga cabellera, le fundí, a mi gusto, un anillo con dos piedras, una de bedelio, carbunclo, roja, y la otra un ónice, aunque semi preciosa es bella. Amo a mi dama, y los dos amamos a nuestro Creador, que es la joya más preciosa que ambos tenemos, disfrutamos el uno del otro.

Pisón, Gihón, Hidekel, tendría la virtud para alegrarme si estuviera solo, la amo a ella y te amo a ti y formamos los tres un triángulo de amor, y las circunstancias han demostrado que las cuerdas que nos han atado son irrompibles (Ose. 11:4).  Parece que mi corazón le dice a los oídos y a mis ojos “amo a mi Creador y amo a Eva”. Nuestras miradas son de amor no necesitaremos de programas que inventen para entretenernos y hacernos pasar un buen rato porque los mejores ratos los pasamos mirándonos, haciéndonos señas y dándonos naturales caricias que engendran hijos. La mujer que me diste es perfecta, físicamente bella, encantadora. Han pasado siglos desde que comenzamos a vivir juntos, ya no somos físicamente iguales, Eva tiene menos cabellos blancos que yo, y más abundantes, menos arrugas que las mías si se contaran. Los dos somos una carne y carne de corazón. Un día me preguntó sí todavía yo la veía bonita y le respondí que sí y además la invité a ir al río y mirarse en las aguas. También me miré yo. Cosa curiosa de nuestro creador, que la hizo más potente que yo, porque, aunque ha parido con mucho dolor, sabe vencerlos todos. No he puesto mis ojos en ninguna de mis descendientes más jóvenes y todavía bonitas, no la cambiaría por otra, aunque fuera hecha con el oro y bedelio de este lugar (Ge. 2:12). La experiencia en la vida vale más que la juventud; a propósito, mis mejores tratos y para mi gusto es delicioso conversar largamente con mis descendientes viejos, me siento muy bien entre los que tienen blanco el pelo y arrugas como yo, que entre aquellos que han estado menos tiempo en este mundo. Mi Dios es viejo y yo también soy viejo. Cada uno de mis descendientes ha cogido su rumbo, he oído decir que a Caín le va muy bien y ha creado una sociedad muy adelantada en el uso de metales, pero le hacen poco caso a Dios (Ge.4:22). Ya dejo de hablar de ellos y vuelvo a mencionar a mi Eva, que ahora, después de despertar, lava ropas, quiero decir, la que ya usamos que no es fabricada con hojas de higuera sino de pieles y son tantas, y bonitas, no taparrabos, que no caben en el común armario. Ayer le regalé mi libro, quiero decir, mi papiro, y que serán pronto impresas 280 copias que podrán ser compradas en el Amazona. Después la llevé a cenar a una cueva conocida como Cuerno Largo (Long Horm). Y volvimos a casa y se comió una manzana.

 

 

Ge. 3:14,15

Un castigo bien pequeño para el reptil, la condenación a vivir en un nivel inferior de la creación; no se menciona la muerte porque la muerte ya formaba parte de la existencia animal. Para el hombre vivir en un nivel inferior al que fue creado, es una gran humillación; la enfermedad y la muerte son humillaciones. “Los versículos tienen una estructura poética y son muy antiguos” (Broadman Bible Commentary). En esos versículos no hay un odio cultural hacia la serpiente sino una maldición, un tipo de alguien caído que come polvo por su pecado (49:17). En realidad, esto parece tanto una pintura de la raza humana como del diablo. El nunca olvidado caso de involución no evolución de este reptil. Imagino que al principio los animales no eran carnívoros sino herbívoros, porque el mundo era un paraíso. El hombre ya se comporta como las bestias, de modo infrahumano. 

 

Eva, Sara y otras no eran meros adornos

 

Ge. 3:16,17

La mujer sólo recibe el pequeño castigo de un parto muy doloroso, y, además, su servidumbre ante el sexo opuesto, “desearás a tu marido y él te dominará”. No hay expresiones exageradas, palabra feas o llanto. Quizás para la mujer ese fue un gran castigo, perder su igualdad como creación, sus criterios independientes, su libre albedrío, y tener que recibir órdenes de su marido y no ser solamente una ayuda idónea. La mujer en estado de maldición antes de Cristo ocupa una posición inferior ante el hombre, disminuida como ser humano (como en la mayoría de esos antiquísimos países orientales o asiáticos); sin embargo a partir de él nos libra de la maldición del pecado y nos redime con su obediencia; ella vuelve a alcanzar el nivel de dignidad que recibió como herencia suya por su Creador; en el mundo pagano y donde se establezca la ley de Moisés, en el hogar, trabajo y sociedad; la mujer en referencia a la posición del hombre es discriminada; “el marido es cabeza de la mujer”, es una enseñanza apostólica que no va al origen de la creación sino que está enraizada en la sociedad judía formada por la ley de Moisés, donde tendrá que preguntarle y consultarle todo al esposo, “está bien esto, ¿puedo ir allá?”. Con objetividad, con Moisés ellas estaban mejores que en otros países; sin embargo, y con todo lo que se lee de ellas en Génesis no estaban tan, tan, humilladas. Lo mismo Sara que Raquel, que otras, no eran meros objetos o esclavas del marido. En ciertas situaciones, como con humor se ha dicho, el marido es la cabeza y ella el cuello. En el mundo de la gracia de Jesucristo, la mujer es una eficiente colaboradora que aporta al bienestar doméstico, donde hay un hombre que está en este mundo primero que ella, pero que él debe saber que ella es también “coheredera de la gracia” (1 Pe. 3:7); y la dirige con común acuerdo, consentimiento y por la Palabra de Dios. El hombre es su profeta doméstico.

 

El príncipe y su mujer expulsados

Ge. 3:20-24

Este texto es muy simbólico; si se mira como parábola las enseñanzas serían estas: el hombre sabe que ha caído en pecado, se conoce bajo la maldición de Dios y es capaz de saber lo que es bueno y lo que es malo (v.22). El hombre pecador tiene cortado el acceso a los medios de gracia; es decir, ha perdido su derecho a los medios de vida (vv.22,24). El hombre ha sido expulsado de la presencia de Dios (v.23). Calvino dice que vivía como un príncipe en su palacio, del cual fue echado. El v.21 lo miro tanto como un acto de bondad del Señor para cubrir la vergüenza del ser humano, para ayudarlo, como un pronóstico de justificación por la sangre. 

Leamos Éxodo 37:7-9. Estos querubines están ahí representándonos a nosotros en relación con la obra de Cristo que es el arca, y su cruz el propiciatorio o la tapa donde se vertía la sangre del pacto y se hacía la expiación por el pecado. Estos seres no se les conocen bien la forma que tienen, a veces con dos caras, son utilizados por Dios, pero aparentemente es lo más sagrado que hay en el cielo, lo más antiguo, aparecen en el origen de la creación. Calvino dice que simplemente son ángeles; y especulo, es sólo una imaginación, que son los antiguos pero fieles compañeros de aquellos ángeles que pecaron, de Satanás, por cuanto Dios dice (Ge. 3:20-24), hablando consigo mismo, pero ¿por qué no con ellos que también conocían el bien y el mal? Dios coloca en el camino al árbol de la vida aquellos que han sido fieles cuando otros no, criaturas que adoptan formas míticas, medio humanas y medio animal, racionales e irracionales, dominadas por el espíritu y por los instintos, salvajes y mansas, de arriba y de abajo, de Dios y del diablo. Ningún ser en la corte celestial representa tanto nuestro privilegio y desgracia como ellos, y supongo que ninguno entiende mejor al pecador que ellos, de modo que en el AT los vemos no peleando sino en los negocios de la salvación, cerca del trono de Dios y de su gloria. Y un ejemplo es la caída del rey de Tiro, similar a la del hombre y de Satanás (Eze. 28:13-18), y es lo que más estremece, el peligro que corren los cristianos cuando suben en privilegios ante Dios. 

En el capítulo que sigue, Moisés entresaca la historia de Caín y Abel para mostrar los dos caminos que tomaron las naciones del mundo; y supongo para enseñar la forma correcta de la adoración, la antiquísima, la cruenta.

Ge. 3:22

Es un texto dificultoso en nuestras versiones porque da la idea, que el verbo estar o ser se halla en presente cuando en realidad según los antiguos manuscritos, el samaritano, siriaco y la Septuaginta, lo tienen en pasado, así que la traducción más apropiada sería “he aquí, el hombre era como uno de nosotros conociendo el bien”; y el sentido permite una pequeña glosa, que era puro y santo conociendo el bien, pero ahora conoce el mal. ¿Habla consigo misma la Trinidad, o mira a su alrededor a los ángeles escogidos? No hay ninguna amenaza de castigo después de muerto. En sentido general sería una sorpresa para todos estos muertos, después de muertos hallar que seguían existiendo. Todo el castigo es agrícola. Por supuesto que tienen que echarlo de allí porque ya no tiene derecho alguno a la vida eterna.

 

Ge. 4:1-26

1Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. 2Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. 3Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. 8Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 9Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. 13Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. 14He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. 15Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. 16Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. 17Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. 18Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. 21Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. 22Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama. 23Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida,Y un joven por mi golpe. 24Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será. 25Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”.

 

Caín da origen a la humanidad expulsada de la presencia de Dios, su progreso en la arquitectura (v.17), en la ganadería (v.20), en las artes (v.21), en la industria metalúrgica (v.22). Los vv. 23,24 muestran la violencia y el crimen formando parte de la incipiente raza alejada de Dios. También es importante en este capítulo la exaltación de los sacrificios cruentos (vv.1-7). Moisés conoce bien lo que está escribiendo y hace la selección de la historia apropiada para exaltar la redención del hombre por el derramamiento de sangre (He. 9:22). Abel representa la humanidad bien instruida a la cual el Señor mira con agrado porque hace lo correcto, se acerca correctamente para recibir el perdón de su pecado y adquiere la capacidad para dominarlo (Versión Internacional), si es que no se refiere al hermano, al cual en efecto dominó. “Si obras bien ¿no serás enaltecido? Pero si no obras bien, el pecado acecha a la puerta, va contra ti has de minarla” (Biblia Textual). La Septuaginta es la que añade “salgamos al campo”. La humanidad pagana también sacrificaba animales, pero a otros dioses. Ah, y no olvidemos que no fueron los dos únicos hijos que tuvo la primera pareja.

 

Trata de ser mejor sin atacar aquél que sabe cómo ser victorioso 

 

Ge. 4:4,5

Esto tiene una corta lección de culto y otra amplia y social. Caín debió ofrendar con fe y algo cruento, pero él era un humanista y pensaba, en contra de Dios, que sin derramamiento de sangre se puede hacer remisión de pecados. Y estaba obstinadamente equivocado. Se siente esta inconformidad de Caín cuando parecen fallar las oraciones personales y que Dios tiene preferencias con otras personas y las mira con más agrado, y está más visiblemente presente en el testimonio de ellos que en el propio; su soberanía parece aplastante o arbitraria ¿? Es una desdicha grande para alguien mirar que Dios prefiere a otros y no aprecia lo que se hace “por él y para él”. Cuando Dios le explicó su falta de bendición no le dijo que era peor que su hermano sino porque no había hecho las cosas bien habiendo podido hacerlas; Caín no pidió otra oportunidad para mejorar sus obras, perfeccionar su obediencia y hacer que su Dios no se sintiera insatisfecho; la ira, la envidia y el celo por Dios lo dominaban todo; no hizo nada con esa clase de sentimientos sino expulsarlos y quitar de en medio aquél que lo hacía sentir inferior y tan desgraciado. Dios le advirtió de antemano que si no solucionaba correctamente su situación interior la agravaría cometiendo una locura.

Él podría igualar a su hermano y Dios le dijo que sólo tenía que hacer las cosas mejor, pero Caín quería que Dios se satisficiera con lo que él hacía, mas Dios insistía en que él podría mejorar; Caín continuaba diciéndole que no a Dios, “no hace falta ser tan estricto en la religión, no hay que trabajar mejor para prosperar, las cosas han sido bien hechas y debían dar resultado”; no se sentía conforme con los resultados de sus acciones y tampoco quería laborar mejor; se negaba a un cambio y a la optimización de sus obras. Su celo por Dios y la envidia que le hacía sentir la prosperidad del próximo podrían haberse curado trabajando mejor, pero ese era un camino largo y sudoroso que no quería empezar. Dios le comunicó a Caín que lo que sentía no era una insatisfacción religiosa, sino que él renunciaba a ser enaltecido y se determinaba a obedecer los impulsos bajos de su espíritu, las manifestaciones peores de su naturaleza humana. El problema de Caín con Dios no era que aquél no llenaba los requisitos de su religión, sino que se decidía a ser un hombre inferior al que podía haber sido; la inconformidad de Dios con él consistía en que el hombre no dominaba sus impulsos de injusticia y los incubaba para darles una salida social incorrecta, atacando aquél que había sabido ser victorioso.  

Para Dios lo más importante no es la perfección de las ceremonias religiosas ni el pulimento de doctrinas divinamente reveladas, sino que el hombre que creó actúe bien, ese es el fin en la adoración a Dios, y en todo caso esa es la función humana de la teología. Caín engendró hijos que llevarían dentro su propio dilema y triunfarían como artistas y orfebres, dando forma a una adelantada y cruel sociedad; y a eso precisamente no se refería Dios, al progreso artístico, económico, científico; a eso la deidad no le llamaba específicamente “progreso” sino al perfeccionamiento del hombre como tal, no al mejoramiento del mundo hostil donde vive sino al progreso del ser humano, y por eso se ventila una acción antisocial y da pie al análisis del primer criminal. Trata de ser mejor sin atacar aquél que sabe cómo ser victorioso. 

Ge. 4:7

“Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo” (LBLA). Esa traducción está bonita y muchos desearíamos que fuera así; pero ¿quién puede creer que la codicia del pecado puede ser dominada con alguna potencia interna? Aquí tiene que referirse a otra cosa o mejor dicho a otro, a Abel a quien dominaría hasta el homicidio. Hace falta mucha gracia para dominar el pecado, refrenar los impulsos y negarse a sí mismo. Sí, somos guardas de nuestros hermanos, y debemos protegerlos en todo lo que podamos. El relato cuando habla del derramamiento de sangre, en el original contiene el plural, o sea “sangres” (v.11), lo cual indica que posiblemente este asesino lo golpeó en diferentes lugares, donde brotaba la sangre a borbotones y que le dio más de un golpe en diferentes partes del cuerpo.

Ge. 4:12

“Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en la tierra”.  La palabra castigo también puede traducirse iniquidad; no estoy seguro que él midiera la anchura de su pecado y que le llamare de forma tan correcta: iniquidad. Posiblemente se refiere a eso, a que sería un hombre derrotado toda su vida, al mal progreso económico, ¿no? Y eso le pareció un castigo demasiado grande para soportarlo (v.13). ¿Sí? Peor es que lo hubiera encerrado en la cárcel a cadena perpetua, que lo hubiera devorado una fiera, matado un rayo, o como a Judas Iscariote que se cayó por un barranco y se destripó. Siempre a uno le parecen los castigos de Dios grandes cuando merecemos más. Generalmente la misericordia y la justicia en el castigo, son templadas.

Ge. 4:14,15

Da a entender que la raza había crecido, estaban dispersos y muchos no se conocían y había hombres peligrosos a los cuales Lamec temía. En tan poco tiempo aquella sociedad estaba como la nuestra (vv.17,19,23).

Ge. 4:17

No es importante romperse la cabeza para saber de dónde salió la mujer de Caín, era hija de Adán, pero Moisés sólo escoge la historia que es conveniente para su propósito sacerdotal, la de Caín y de Abel.

Ge. 4:20-22

¡Vaya, qué aporte dieron los descendientes de Caín a la ganadería, la música y al progreso en el uso de los metales, para hacer armas de guerra, cuchillos y espadas, armaduras! Y ¿por qué no pensar que arados para los bueyes y azadón para la tierra y otros análogos? El nombre de la hermana significa placentera o bella. El progreso de la sociedad parece más relacionado al linaje de Caín que al de Abel; de este se mantiene, quiero decir de sus descendientes se mantiene silencio en relación con el avance. Así son las cosas de Dios, como abandona a una comunidad que apenas se percata de la existencia de los valores espirituales.

 

Lamec y su canción hebrea

Ge. 4:23,24

El escritor ahora nos da el árbol genealógico de Caín. El material y la forma de este material es diferente de los anteriores. Algunos intérpretes piensan que se han usado dos fuentes en la confección de este capítulo, o son dos genealogías o el orden de ella se ha perdido. El editor simplemente se limita a preservar la historia y sus intenciones… el uso del hierro que sigue a la edad del bronce es obviamente posterior en la escala social de lo aquí representado. Estos versículos contienen una canción de Lamec donde se gloría e ilustra el crecimiento de la poligamia y la brutalidad ya existente entre aquellos hombres; un eco de esto se halla en Mt. 18:22. La canción misma es una buena ilustración de un poema que consiste de seis líneas donde la segunda, la cuarta y la sexta repiten el pensamiento y la forma de la primera, tercera y quinta. Esto es lo que se entiende por paralelismo de la poesía hebrea” (Broadman Bible Commentary). Como he dicho, en estos capítulos se ve la influencia mosaica hebrea del editor. Dios revela su nombre en hebreo, Dios es hebreo, el paraíso es hebreo, el oro de la tierra de Havila es judío, Adán es hebreo, Abel es un buen hebreo y Caín uno malo, y el mundo es hecho en seis días, con el cincel con el que Moisés copió los Diez Mandamientos, y santificó el sábado de adoración.

 

Probaron andar sin Dios y no les fue bien

Ge. 4:26

Si esto es simultáneo con lo anterior, empezaron a orar principalmente debido a la violencia que había en el mundo (los asesinatos de Abel y el que mató Lamec, y otros que no se mencionan), cuyos crímenes quedaban impunes. Con Caín no hicieron nada y este Lamec aunque tenía miedo que lo mataran regó el rumor que Dios no quería que lo tocaran. La bigamia había comenzado y se propagaba. Entonces los hombres piadosos abrumados por aquello empezaron a invocar el nombre de Dios (Ge. 6:11-13; 4:19,23).     

Esto tuvo que ser un derramamiento del Espíritu Santo, porque sólo cuando pasa eso los hombres empiezan a orar; primero, confesando sus pecados, dando gracias por la misericordia recibida, gozándose en él, regocijándose en la verdad y disfrutando la esperanza. Jehová hasta ese momento era una deidad ignorada, dejada, substituida, pero a partir de entonces, habiendo probado andar sin él, lo llamaron. Como siempre pasa y pasará. Y estamos esperando que pase, sí, oh, Dios. Amén. 

 

Veo por lo menos estas cosas importantes: la longevidad dentro de los “hijos de Dios” (6: 2), que son los descendientes de Set; promediaban más de 800 años. Lo otro es establecer una línea recta entre Set y Noé; las otras cosas son detalles que sirven para hacer verosímil la historia.

Ge. 5:1-32

1Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 2Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. 3Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. 4Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 5Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.6Vivió Set ciento  cinco años, y engendró a Enós. 7Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.  8Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió.9Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán. 10Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió. 12Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. 13Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió. 15Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared. 16Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió. 18Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. 19Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.21Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios 25Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. 26Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió. 28Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; 29y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo. 30Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. 31Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.32Y, siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet”.

Ge. 5:2

“Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adán el día en que fueron creados”. La pareja humana estaba otra vez necesitada de la bendición de Dios, para su futuro en el matrimonio. No hay un sexo intermedio ni tercero. Si aparece, no fue Dios el creador sino Satanás.

Ge. 5:3

“Engendró un hijo conforme a su semejanza”. Impuro. ¿Para quién has parido tus hijos, para ti, para ellos, para Dios o para el diablo? Cuando Adán tuvo otro hijo en lugar de Abel el que perdió se dice que lo engendró conforme a su imagen: impuro, opaco, sin gloria, le transmitió en sus genes y alma todas sus malas inclinaciones, la semilla de la muerte. El parecido genético sería mayor que el físico.

 

Iban caminando juntos y Dios le dijo vete conmigo

Ge. 5:18-22

18Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. 19Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió. 21Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas”. 

Su primera experiencia como padre, cuando nació su hijo Matusalén, fue un acontecimiento especial para él. Supongo que fue una experiencia de cambio espiritual porque ella marcó el fin de una marcha carnal que llevaba y comenzó a caminar con Dios. Por sesenta y cinco años no caminó en el Espíritu sino en la carne, siendo como era, un hijo de Set, y parte del linaje de Dios. 

Su conversión fue profunda y con todo su corazón, porque dice que “caminó con Dios”, que es una forma exacta para decir que en todos los caminos de su vida se encontraba Dios, una forma también de decir que ahora su vida era una vida espiritual; o tal vez porque ahora andaba más tiempo con Dios que con la gente, le deleitaba desde entonces, más la compañía divina que la humana; tenía más sociedad con lo que existe en el espíritu que con lo que existe en lo físico (Col. 1:10). 

Sin embargo, este hombre no era un asceta sino un profeta (Jud. vv.14,15). Es bueno que el Espíritu nos haya conservado esta pequeña nota de algún sermón suyo, porque por medio de ella nos enteramos de su difícil contexto social, muy difícil, lleno de gente impía por entre las cuales se fue abriendo paso con Dios; gente que merecía el juicio divino. Entre ellos caminó con Dios y fue profeta que los reprendía; fue, pienso, el primer profeta que el mundo tuvo. No escribió ningún libro, pero milagrosamente se conserva esa nota hallada también en un libro apócrifo. Gente dura, que blasfemaba contra Dios; pero si Satanás abrió la boca de ellos, Dios abrió la de Enoc, un “joven” de 65 años, comparando su edad con la de otros. Una buena lección que nos dejó. Comenzó a caminar con Dios y a huir de las pasiones juveniles, a predicarles el juicio; supongo que el diluvio unas cuantas largas generaciones más, o la segunda venida de Cristo. 

Llamaba al mundo a volver a Dios, a caminar en sus pasos como él lo hacía; y a este hermano, como una perla de la profecía, Dios lo llevó al cielo vivo, para que los hombres levantaran sus ojos de la tierra, para que pensaran no en la longevidad en este mundo sino en la eternidad con Dios, pues aunque estuvo en este mundo muchos menos años que su hijo Matusalén, fue más bienaventurado y feliz que todos ellos por su forma de andar que lo hizo dichoso y después porque “estar con Cristo es muchísimo mejor” (Flp.1:21-23) . En su época ya los hombres querían quedarse para siempre en este mundo. No podían imaginar que Dios crearía otro, que hubiera otro además de éste; por eso fue traspuesto y lo buscaron, pero en vano (He. 11:5). La incredulidad caminaba rampante con este mundo y Enoc con Dios. Hay un mundo más allá. Iban caminando juntos y Dios le dijo vete conmigo. Oh, Señor, que yo tenga testimonio de haberte agradado. Oh sí, te agrado. Amén.

Ge. 5:21-24

En vez de “21Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (ver 6:9), la V.I. traduce “y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó”. “y no hallado”, sólo aparece en la Septuaginta. Nadie se explicaba qué se había hecho; pensaron que alguna fiera lo había devorado, que se había ahogado en algún pozo, despeñado por algún precipicio o que comenzó a caminar y desapareció del mapa; la gente lo vio andando y no sabía si se trasladaba del país o iba a alguna otra parte. Dios lo sustrajo para sí. Lo levantó de la tierra y lo puso en el cielo (He. 11:5; Jud. 1:14).

Ge. 5:22-25

22Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. 25Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec”. Observa que el más santo del mundo en ese entonces no pecó por casarse y engendrar hijos. Su matrimonio no fue un pecado ni le obstaculizó su faena santa, ni contristó al Espíritu Santo multiplicándose; vivió santísimamente, más que los solteros, él con hijos, y fue al cielo.

 

Lo que la gente quiere que seamos y lo que Dios quiere

Ge. 5:28,29

28Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; 29y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo”. El nombre Noé significa reposo o descanso. La palabra descanso también significa confort. Las palabras parecen una ironía por el diluvio que se avecinaba. El reposo vendría después del diluvio. La intención de esta declaración es dar esperanza. Algunos dicen que fue un inventor de instrumentos agrícolas y que con ellos se hizo más fácil el cultivo. Pero no sé de dónde lo han aprendido. Lo que sí se sabe y eso en sentido general, es que le pusieron por nombre Noé presintiendo que tendría alguna comisión, o vocación divina, como benefactor de la humanidad: un gran economista, algún célebre inventor, cualquiera otra cosa que ayudara a la gente en sus labores agrícolas y de pastoreo. Pero la misión de Noé fue diferente, más celestial que terrenal, e inquietó a sus contemporáneos con sermones de juicio, fue un predicador antes que un magnate industrial, lo opuesto a los sueños y esperanzas que se hicieron con él. Sabían que Dios haría algo, pero no lo que ellos pensaron. Quizás dirían “¿qué llegará a ser este niño?” (Lc. 1:65). Lo que la gente quiere que seamos y lo que Dios quiere son dos cosas distintas. 

 

Ge. 6:1-22

1Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. 5Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. 9Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.  10Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. 11Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.12Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. 14Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. 15Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. 16Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. 17Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. 18Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. 19Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.
20De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.21Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. 22Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.

Ge. 6:1-8

“Y le pesal Señor haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón”. Es una introducción a la historia del diluvio con algunos aspectos importantes y un par de ellos esenciales: el tiempo para el arrepentimiento de la humanidad estaba fijado, 120 años (v.3). Un solo predicador para todo el mundo, Noé. El segundo aspecto esencial es la decisión divina de exterminar la humanidad. Cuando Moisés escribe esto, “se arrepintió” de haber hecho al ser humano en la tierra y le dolió en el corazón... ¡me arrepiento de haberlos creado! (vv.6,7), ya era historia; lo que Moisés hace es interpretar la historia del juicio de Dios, la conclusión por lo que había hecho, y lo pone en palabras como si Dios lo hubiera dicho, para que se entendiera que lo ocurrido había causado gran dolor a él y que el hombre era el culpable. Calvino dice que lean eso los arminianos que imaginan que al hombre le queda algo bueno en sí. Y ¿qué se pudiera decir de este mundo del siglo XXIII que es mejor que aquel otro? En ninguna manera.

 

Son bellas, o exóticas, más que las cristianas

Ge. 6:2

“Los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban” (2 Pe.2:4,5; Jud.1:6,7). Es un pecado muy grande la contaminación matrimonial de la raza santa. Deja que los hijos del mundo se casen entre ellos y los jóvenes creyentes con hijas de Dios. Dice Gill lo siguiente: 

“Según escritores árabes después de la muerte de Adán la familia de Set se separó de la de Caín. Set tomó a sus hijos y esposa y se instaló en una alta montaña (Monte Hermón) en la cumbre donde su padre Adán había sido sepultado, y Caín y todos sus hijos vivieron en el valle debajo donde Abel fue muerto. Set sobre la montaña obtuvo un prestigio de santidad y pureza, y se hallaban tan cercanos a los ángeles que podían escucharlos y unirse en alabanzas con ellos y por esa razón él y sus hijos recibieron el nombre de “hijos de Dios”. Su padre Set y los otros patriarcas les habían dicho que no descendieran y se juntaran con los habitantes del valle con los hijos de Caín. Algunos de ellos desobedecieron y bajaron y tomaron mujeres y después les siguieron otros atraídos por la belleza de ellas. Dicen algunos autores judíos que siendo los cainitas más numerosos y poderosos que ellos sólo le permitieron casarse con sus mujeres, agradando la carne sin tener en cuenta el carácter moral y civil de ellas, sin el consentimiento de sus padres y sin consultar a Dios cometiendo así fornicación a lo cual aquellas mujeres tenían adicción además del baile y las canciones mundanas, y esos fueron los atractivos que hicieron que aquellos jóvenes dejaran el monte santo y descendieran a tomarlas”. Como si dijeran entre ellos, “son bellas, más que las cristianas”.  El NT, concretamente Pablo, dice “no os unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Co. 6:14-18). Ese yugo pesa mucho y se lamenta toda la vida haber fantaseado que algún día ellos se harían cristianos. No es cierto que sean más bellas, sino más sensuales y exóticas, y llenaron más los ojos de los hijos de Dios que sus hermanas en la fe.

 

Ge. 6:3

“Entonces el Señor dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años”. Es el tiempo que se le dio para el arrepentimiento. Más de un siglo, ¿no cree que es suficiente para que cambien las cosas en una sociedad? Tal vez, es casi seguro, que por eso un imperio bueno que comienza a descomponerse no se derrumba en pocos años, sino en varios siglos, ejercitando Dios su paciencia y misericordia y dándole oportunidad para el arrepentimiento.

Ge. 6:4

“Y había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas le dieron a luz hijos. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre”. No ángeles sino los hijos de Set. Algunos piensan que fueron demonios, vestidos como ángeles de luz. Esa mezcla espiritual produjo héroes, y gigantes, hombres no celestiales pero consagrados al mundo con mucha influencia religiosa: morales, justos, fieles, valerosos, honrados. Sin embargo, la influencia de ellos fue sólo terrenal, política, económica, militar, pero no espiritual. La tierra siguió corrompiéndose, aunque ellos la habitaban, porque no es el estado, el ejército, quien preserva la sociedad sino el evangelio a través de la iglesia. ¿Por qué ella se ha de diluir en él? Ese ejemplo bíblico es vívido hoy en día aquí en Estados Unidos y en otras partes donde lo que apenas va quedando del evangelio es un frío residuo.

Ge. 6:5

“Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal”. Señor, el corazón tiene esa misma enfermedad, continuamente espera que se le pase el efecto de un buen sermón, el fuego de un tiempo de meditación y estudio y vuelve a la carga. Con toda seguridad no soy el único, sino que esa epidemia la padece cada ser humano, y la enfatiza en verdad la teología calvinista. Nuestra salvación es por gracia, desde una punta hasta la otra.

Ge. 6:7

“Me pesa haberlos creado”. Más bien es “me duele, me siento triste, suspiro”. Es un antropomorfismo hebreo; eso no quiere decir que Dios reconoció que se había equivocado y que su plan no había funcionado como lo previsto. Dios es omnisciente y su presciencia lo conoce todo y nada le toma por sorpresa. Quiere decir que en el mundo pasan cosas que a Dios le hacen suspirar y que no toma placer en castigar a los hombres. Eso se dice para que ni aun en el castigo dejemos de mirar a Dios buscando su compasión. Y los arminianos ¿qué piensan de eso? Tengan en cuenta el antropomorfismo que a Dios le pesó haber hecho al hombre, y no digan que tiene algo bueno. Ge. 6:9-22

“Noé andaba con Dios”. Noé era una excepción, el único hombre no violento en aquella sociedad donde los hijos de Dios (los hijos de Set) se habían casado con la descendencia de Caín y Lamec, los cuales fueron violentos, y mezclada la raza espiritual con la carnal, se volvieron tan salvajes como ellos. La dimensión del arca es extraordinaria, la Versión Internacional dice que tenía 140 metros de largo, 23 de ancho y 14 de alto, tres pisos (6:15,16). ¡Imagínese usted un barco con ese tamaño! Y lleno de animales, un puñado de personas, flotando sobre el agua, y que tuvo que ser enorme la cantidad que cayó. Ciento veinte años de la vida de Noé fueron dedicados a este proyecto exclusivamente (6:22). “Caminó con Dios” quiere decir que estuvo viviendo como agradaba a Dios, que siempre anduvo en los caminos del Señor y que no dio un solo paso sin su aprobación. En tanto tiempo no da un sólo paso ni tiene un solo tropiezo espiritual, es un milagro  de la gracia de Dios, y ella en Noé lo logró

Ge. 6:11-13

“Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”. Es la violencia lo que enfatiza, pero las dos cosas porque la corrupción también formó parte del paquete. Los hombres se trataban mal, los unos a los otros, y daba miedo vivir entre ellos. Había suficiente mundo para que cada uno viviera donde escogiera, había espacio y recursos para todos, sin embargo, pelearon entre ellos por las pasiones que combatían en sus miembros, y dividían la tierra de todos en dueños particulares (10:25; Sgo. 4:1-2). Eso no tiene nada que ver con el engaño de un estado político que se lo toma todo. En todo el relato hasta el v.22 en varias ocasiones Dios le asegura a Noé que, por su causa, “contigo” (vv.18,19), es que se salva la familia y también las especies.

Ge. 7:1-24 

1Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. 2De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. 3También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. 4Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. 5E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová. 6Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. 7Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. 8De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. 10Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, 12y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; 14ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.  15Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. 16Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta. 17Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. 18Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. 19Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. 20Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes. 21Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. 22Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. 23Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. 24Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”.

Ge. 7:1

“Entonces el Señor dijo a Noé: Entra en el arca tú y todos los de tu casa; porque he visto que sólo tú eres justo delante de mí en esta generación”. No dice delante de “ellos” sino delante de mí.

 

Para hacer grandes cosas para Dios no tienen que ser muchos

Ge. 7:2,3

“De todo animal limpio tomarás contigo siete parejas, el macho y su hembra; y de todo animal que no es limpio, dos, el macho y su hembra”. El tamaño del arca es enorme, para indicarnos que la salvación también es grande, que Cristo es grande, y la selección de animales limpios y no limpios da a entender la preservación indiscriminada de la especie, y que intrínsecamente nadie es puro, a no ser que sea purificado por Dios. Las dimensiones del arca son establecidas, limitadas, y en ella no cabría una multitud de personas porque Dios sabía que no iban a entrar, y limitó el espacio. Una señal de la omnisciencia y predestinación. Nociones de la ley antes de su promulgación. Los diez mandamientos existían, pero no habían sido promulgados. Moisés, incluyendo el Génesis uno lo enfoca por la ley. Ya el hombre había sido enseñado en la clasificación religiosa de las especies, o es Moisés quien ha compilado la historia y se le reveló eso. Me parece más bien como he dicho, siendo Moisés el autor de este libro, aparece sobre él la influencia de la ley. ¿Tan pocos? ¿Repoblar el mundo con dos de cada uno? ¿Y si se enferman y se mueren? ¿Y si alguno tiene un accidente? No se enfermará ninguno ni habrá accidentes que lamentar. Todo irá bien, la providencia de Dios se encargará de eso porque “al hombre y al animal conserva” (Sal. 36:6). Dios con poquísimos repuebla el mundo. Así con un puñado de personas y no muchos sabios y entendidos (1 Co. 1:26). Cuando Israel entró a Egipto, eran unos setenta y cinco, y cuatrocientos años después, salió más de un millón (Hch. 7:14). A no pocos ministros en la actualidad se les ha metido en sus cabezas, que para hacer grandes cosas para Dios tienen que ser muchos en números. Si Dios dice que metan en el arca, un par de pájaros, ninguno de los dos se enfermará ni se morirá.  

Ge. 7:4

“Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que he creado”. Para Dios fue muy duro destruir la obra de sus manos. Hay Biblias anotadas con notas curiosísimas que dicen de donde salió tanta agua. Vaya usted a saber de dónde vino, pero vino.

Ge. 7:7

“Entonces entró Noé en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, a causa de las aguas del diluvio”. Noé no tiene nietos. Bendito sea Dios ¡creyeron! Si no podemos hacer salvos a algunos, por lo menos pidamos a Dios que nos ayude a salvar la familia y podamos decir “yo y mi casa serviremos a Jehová (Jos. 24:15)”.

Ge. 7:8

“De los animales limpios y de los animales que no son limpios, de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra”. Observa que la humanidad desde el principio tenía el conocimiento levítico sobre animales religiosamente aceptables o inaceptables (7:20). Más parejas limpias que no limpias, supongo que por los sacrificios.

Ge. 7:9

“De dos en dos entraron con Noé en el arca, macho y hembra, como Dios había ordenado a Noé”. ¡Qué bonitas son las parejas! Noé no los condujo al arca, Dios los trajo por medio de su Espíritu. ¡Dios bendiga las parejas y por parejas traiga los matrimonios a su iglesia! No es con ejército ni con fuerza que los pecadores acuden a Cristo sino con su Santo Espíritu (Zac. 4:6); no hay que salir a torearlos, ni darle la vuelta al mundo para traer prosélitos (Mt. 23:15), para eso está el Gran Misionero, el Espíritu Santo; y nadie puede venir a Cristo si el Padre no lo trajere (Jn. 6:44; Jn. 6:65).

Ge. 7:10

“Y aconteció que a los siete días las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra”. Dios no da un solo paso sin un significado legal. Me refiero al muy simbólico número siete. 

Ge. 7:12-16

“Entraron, pues, con Noé en el arca de dos en dos de toda carne en que había aliento de vida”. Noé es como el Salvador del mundo, gracias a que había un hombre justo que caminaba con Dios y el mundo pudo ser salvado por él (Ge. 6:9). También Enoc caminó con Dios (Ge. 5:22,24). Un tipo de nuestro Señor Jesucristo. El arca es su obra. Una experiencia imborrable para este hombre y su familia, indescriptible para mí. No sé cómo pudo haber disfrutado el gozo de su salvación. Tantos años construyendo la embarcación y con tan pocos salvándose. Un ministerio importante para él y la historia y de poco éxito inmediato. Por eso, el propósito de Dios, su voluntad, es el mayor éxito. 

 

Jehová cerró la puerta porque era tarde y peligroso

Ge.. 7:16                                        

"... Jehová cerró la puerta..." 

¿Sabes lo que significa en el NT una puerta cerrada? Lee este ejemplo puesto por Jesús: “pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco” (Mt. 25:10-12). Lo que está diciendo es que él, es la puerta que ahora está abierta; y eso lo sabemos porque somos predicadores, que Dios no la ha cerrado todavía, y que es el pecado y los equivocados maestros de ella que van de puerta en puerta y edifican sus templos para enseñar equivocadamente el significado de la Palabra de Dios. Los escribas en tiempos de Jesús eran los máximos exponentes de la Escritura, sin embargo, sus interpretaciones podrían estar equivocadas porque generalmente las acompañaban con malas tradiciones humanas. Jesús se quejó con amargura de esta situación y dijo: “¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis” (Lc. 11:52). 

Y como dijo el Señor, la llave de esa puerta es el conocimiento de Cristo Jesús. Y esa llave es la misma que Dios usó para abrir nuestras mentes y corazones, nuestra alma y nuestro hogar a su Palabra, a sus evangelistas, a los libros cristianos, a la iglesia. Sí, claro que llegó hasta nuestras emociones, pero como dice específicamente el autor de Hebreos, que Dios puso primero su palabra en nuestra mente y después en nuestro corazón (Je. 31:33; He. 8:10). Y así es como hemos venido a ser el pueblo suyo, no de otra manera, porque el gran apóstol Pablo dijo que la incredulidad tiene que ser quitada con el conocimiento de la Palabra de Dios, y se pone él mismo como ejemplo de esa verdad doctrinal, y afirma que por esa vía dejó de ser blasfemo, injuriador y perseguidor de la iglesia (1 Ti. 1:13). 

Los cambios mentales y espirituales, y de conducta de un pecador se producen por el conocimiento que tiene, y la altura, anchura y profundidad de su amor por Dios, por el prójimo, es decir, su vida cristiana depende de ese conocimiento (Ef. 3:18,19), y es como el cristiano, nosotros, nos llenamos de la plenitud de Dios. 

Volviendo por donde empecé, Jehová después de 120 años de predicación en vano, decidió que eran suficientes los sermones oídos y cerró él mismo la puerta del arca de salvación. Para que los de afuera no pudieran entrar y los de adentro estuvieran seguros, para que los animales no pudieran salir ni los que asustados quisieran hacerlo; en ese momento el arca era como una prisión. Eran “prisioneros de esperanza” (Zac. 9:12); como “esclavos de Cristo” (1Co. 7:22); aunque los humanos que viajaban y los brutos quisieran abandonar el barco de la salvación (Cristo) no podrían porque la puerta estaba cerrada por la mano de Dios y sin el permiso de ellos, por supuesto para su propio beneficio, para que sus instintos carnales no vencieran la salvación. Y para que los que estaban afuera: carpinteros, calafateadores, ensambladores incrédulos, curiosos y burladores, aunque quisieran entrar, por compasión nadie podría abrirles la puerta porque era tarde y peligroso. Era el fin de mundo, la venida de Cristo.

Ge. 7:17

“... y se elevó sobre la tierra”; observa como la salvación consiste en una elevación un levantamiento de sobre la tierra, en un ascenso; lo mismo que causó la muerte del mundo salva a los creyentes, para unos, aguas de juicio y para otros de justificación. La resurrección ha de ser también una elevación desde la tierra a la gloria de Dios.

Ge. 7:18

“Flotaba”; en apariencia a la deriva sin embargo bajo la supervisión de la providencia. No estaba diseñada con un timón ni con remos para navegar, su fin era la salvación y no una nave de recreo o de transportación. Sobrevivir. No hundirse. Hasta que las condiciones cambiaran. Hay situaciones así, sólo hay que flotar, uno no puede dirigirse a ningún sitio, no puede, no conoce ni sabe dónde, es esperar que todo se aquiete y calme y cuando sea posible salir.

 

El salvador de muchos animales y poca gente

Ge. 7:23

“... y quedó Noé solamente, y los que con él estaban en el arca”. Es una pena también que los animales se hubieran ahogado, aunque no era culpa de ellos el pecado humano los afectaba y caían dentro del juicio divino. Por eso es por lo que el apóstol dice que la creación “gime a una” esperando la redención del mundo, y que ella sea libertada de la esclavitud del pecado y del juicio. Gime por causa del pecado humano, y se une a la iglesia en ese mismo clamor (Ro. 8:22,23). 

¡Qué desolado y triste quedó el mundo! La tierra estaba de nuevo “desordenada y vacía” y Dios volvería a empezar por el principio, hacer una humanidad nueva con el mejor de los hombres; pero desgraciadamente aquel salvador era imperfecto y sus descendientes frustraron las intenciones de Dios y el hombre nuevo, la nueva humanidad, resultó ser tan perversa como la primera. Dios sabía eso, pero quiso que conociéramos su indignación contra el pecado, el juicio; que una nueva humanidad sólo es posible de modo distinto, con una nueva creación espiritual; y que en ningún otro hay salvación sino en Jesucristo (Ge. 8:20-22; Hch. 4:12). Hoy existen las mismas causas para que Dios decida abolir de la faz de la tierra la raza humana. “Tal el terrenal tales los terrenales, tal el Celestial tales los celestiales”. Los hombres siguen corrompiéndose y la violencia está por todas partes. La historia del mundo es la historia de la salvación y la condenación. Aquellos otros se salvaron por la compañía de Noé. Jesús hizo referencia al diluvio y a su segunda venida, diciendo “será como los días de Noé” (Mt. 24:37; 1 Pe. 3:20).

Ge. 8:1-22

“Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. 2Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. 3Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días. 4Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. 5Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes. 6Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, 7y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. 8Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. 9Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. 10Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. 12Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él. 13Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. 14Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. 15Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. 18Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. 19Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca. 20Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. 21Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”.

Ge. 8:1 

“Y se acordó Dios de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca; y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguas”. Los antropomorfismos bíblicos son buenos para orar, nos expresan mejor. Dios siempre se acuerda de nosotros; tal vez eso se dice porque Noé imaginó, sin fundamento, que era demasiado tiempo su encerramiento y que Dios se había olvidado de que lo había puesto allí. Pura imaginación la mía sobre Noé. Dios no se olvida dónde nos destina, donde nos hallamos de paso y plantamos nuestra tienda, y si nos hará regresar, cambiar el rumbo o proseguir; Dios nos habla desde “un torbellino”, como al patriarca (Job 38:1; Job 40:6).

Ge. 8:3

“Las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra…”. Después del castigo de Dios las cosas se normalizan gradualmente. No hay que perder la paciencia ni la esperanza de que las cosas vuelvan a su normalidad. La palabra significa “caminar”, o sea retrocedieron, caminaron hacia atrás, abandonando la tierra.

 

La memoria y los papeles de Noé 

Ge. 8:4-10

“En el mes séptimo en el día diecisiete el arca descansó”. Tantos detalles sobre el diluvio además de las medidas del arca me hacen suponer que Noé escribió un diario de todos aquellos acontecimientos; me imagino que junto con las notas de los sermones o testimonios que le daba a aquella gente por 120 años, o juntamente con los papeles de orden financiero que tenían que ver con la construcción del arca. Noé debió ser un hombre de letras y tal vez tuvo que ver algo con los relatos anteriores. Los detalles que siguen a continuación dan a entender que hubo otra persona que usó esos papeles para formar lo que hoy constituye parte del Génesis, creo que Moisés. Si no hubo ningún diario tuvo que haber habido prodigiosas memorias que de modo oral relataran fechas y acontecimientos con sorprendente exactitud, hasta que alguien las pusiera en piedra, papiro, o pergamino. Dios salvó la verdad hasta nosotros.

Ge. 8:9

“Pero la paloma no encontró lugar donde posarse, de modo que volvió a él, al arca, porque las aguas estaban sobre la superficie de toda la tierra. Entonces extendió su mano, la tomó y la metió consigo en el arca”. Oh, Señor, bendito y amoroso, somos tan torpes que, aunque haya una ventana abierta por tu Hijo no sabemos entrar, y a menos que tú extiendas tu mano y nos lleves adentro de ti, no seremos salvos. Revoloteamos afuera, seguimos ajenos, damos vueltas inútiles y no hallamos nuestro agujero. Atráenos, Señor. Usa tu ciencia, saca de un juicio a tus tórtolas, tómalas en tu mano y regresa nuestras almas a ti. Que nunca más vuelva a volar lejos de ti, extienda yo mis alas dentro de tu nombre; en el arca de la fe en tu mano ella se pose. Vuelva yo a ti con una hoja de olivo de paz en mi boca. 

Ge. 8:12

"... y esperó aún otros siete días...". Noé no era tan impaciente como yo pensé. Esa era una de las virtudes de nuestro Señor (2 Te. 3:5). La Biblia Textual traduce que Noé esperó  “ansiosamente”.

Ge. 8:15-19

“Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos”. Pobladores de un mundo viejo desembarcan en uno nuevo, y con el paso de los años las cosas se pondrían igual, porque con ellos llevaban el germen de la discordia.

 

No pierdas las ganas de vivir

Ge. 8:20-22

“Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud; nunca más volveré a destruir todo ser viviente como lo he hecho”. Dios se juró a sí mismo no azotar de nuevo al mundo con un cataclismo como el anterior, porque no valía la pena; haría falta un hombre nuevo, “creado en la justicia y la santidad” (Ef. 4:22-24). Noé y sus sobrevivientes transmitirían la epidemia que llevaban en sus venas. El mundo estaba seguro sólo con todos sus hombres muertos, con una justicia absoluta, y con una nueva creación. La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios. Oh qué enseñanzas de redención nos da el diluvio.

¿No estaba triste por lo que había pasado o agradecido por lo que Dios había hecho? Después de una gran guerra los templos deben abrirse para arrepentimiento y alabar a Dios. No juzgues la justicia de Dios con otros cuando es tan misericordioso contigo.

Esto uno puede mirarlo como una promesa para alentar el corazón de la humanidad, para mirar hacia delante, y no perdiera las ganas de vivir; y tuvo resultado porque empezó a cantar “¡mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches!" (este último versículo aparece escrito en forma poética o si se hubieran convertido en una canción); el mismo ánimo que ha tenido después de las dos grandes guerras mundiales. Otra forma de mirar el texto es pensar que a Dios le pesó lo que había hecho porque él no se siente feliz después que castiga al hombre, no es dichoso con las tragedias humanas. El castigar a sus criaturas no forma parte intrínseca de su carácter.

Ge. 8:20

“Tomó de todo animal limpio, de toda ave limpia y ofreció sacrificios”. Es obvio que no lo haya hecho a penas salir del arca, o los animales y las aves se reprodujeron dentro. Prefiero pensar que después de un tiempo fue que hizo esos sacrificios.

Ge. 9:1-29

1Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. 3Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. 5Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.7Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.8Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; 10y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:13Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.m15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.,18Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. 19Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra. 20Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;21y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. 22Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.23Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. 24Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos. 26Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo. 27Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo. 28Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años. 29Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió”.

Ge. 9:1

“Bendijo Dios a Noé y a sus hijos”, qué bonito es eso, al padre, a los hijos, sus nueras, etcétera.

Ge. 9:2

“Y el temor y el terror de vosotros estarán sobre todos los animales de la tierra, y sobre todas las aves del cielo, y en todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados”. Le habla como le había hablado a Adán, porque en ese momento era como Adán.

Ge. 9:4

“Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis”. Dios no le dio la ley sólo a Moisés, y a nadie más, ella venía siendo dispersada y enseñada en el mundo. Moisés la recibió de forma especial, él la amplió, en cualquier época que uno viviera podría agradar a Dios, los diez mandamientos. “La sangre”, “los diezmos” “la fe”, etc.

 

Reglamentos para vivir con Dios sin arte de adoración 

Ge. 9:4-7

“Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis”. La prohibición de comer sangre, además porque se usaría en los sacrificios religiosos por el pecado, se hace para enseñar al hombre a no usar violencia contra sus semejantes ni quitarle la vida a nadie. En este punto histórico esta advertencia de ausencia de violencia es mucho más útil que la prohibición por razones ceremoniales que vendría muchos años después. Una de las fuertes razones que Dios tuvo para el diluvio fue la violencia doméstica y social. Marca bien eso en tu mente, los mandamientos ceremoniales y llamados “religiosos” son posteriores a los que tienen que ver con la humanidad y el comportamiento, con la vida agradable a Dios; al principio sólo existían leyes y reglamentos sin el arte en la adoración; posteriormente para Dios enseñar la redención introduce las ceremonias, y aquellos mandamientos originales fueron alargados hasta entrar en la religión por la ineficacia de los hombres en cumplirlos; pero cuando venga lo perfecto, y lo perfecto es el evangelio, todas esas ceremonias religiosas quedan suspendidas y con Cristo se retorna al trato de Dios con el hombre como al principio del mundo, con entera libertad y sin más mediadores que su Hijo. Cargar a los creyentes con la prohibición de las transfusiones apoyándose en estas palabras es derivar una mala función de las palabras de Dios.

 

Ge. 9:6

El que derrame sangre de hombre,

            por el hombre su sangre será derramada,

            porque a imagen de Dios

            hizo El al hombre. 

            [7] En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos;

            poblad en abundancia la tierra y multiplicaos en ella”. 

El respeto a la vida humana; la dignidad del hombre no la toma de sí mismo sino porque es creado a la semejanza de la deidad. Es significativo que haya varios cánticos en Génesis. Los poetas, o la inspiración poética, se funden con la profecía y se vuelven en ocasiones, una. Y ella recuerda en la mente pública las grandes palabras y los grandes hechos de Dios. En cualquier sentido. Los profetas solían ser también poetas.

 

Mira no el arcoíris sino la cruz

Ge. 9:8-17

“Pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra. Y acontecerá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se verá el arco en las nubes”. Hoy sabemos que el arcoíris es un fenómeno natural, un prisma de agua suspendido en la atmósfera a través del cual pasa la luz blanca y se descompone en sus preciosos colores; no es un fenómeno milagroso sin embargo es usado por Dios como una señal de un pacto con el hombre de que no volvería a destruir la tierra con agua para que el hombre pudiera mirar el cielo sin miedo y no se asustara cuando viera llover, es una promesa de paz y que ha entrado en acción su misericordia. Y eso no exceptúa los desbordes de ríos, deslaves y tsunamis.  Este no es el origen del arcoíris sino de un pacto. Este texto es muy primitivo. Parece una porción sermonaria, como lo que anteriormente he dicho con relación al arrepentimiento de Dios: esas expresiones de “me acordaré del pacto” “yo lo veré y me acordaré” es una personificación verbal del hecho en sí; Dios no tiene que mirar el arcoíris para acordarse de nada. Y dicho de forma más sublime, nos mira a nosotros a través de Jesucristo y cuando nos ve pecar cambia sus ojos y mira la cruz donde juzgó nuestros pecados.

Ge. 9:8-13

“Quiero decir, que acabo de alargar mi paciencia y misericordia con los pecados de los hombres”.

 

Recurrió al alcohol para olvidar

Ge. 9:11-17

“Cuando el arco esté en las nubes, lo miraré para acordarme del pacto eterno entre Dios y todo ser viviente de toda carne que está sobre la tierra”. 

Especialmente estas palabras van dirigidas al corazón de Noé y a la posteridad que se sienta como él cuando temblando sus piernas mientras bajaba las escaleras desde el tercer piso del arca, aterrado, para que renovara sus deseos de vivir, para que no se suicidara. No indica que haya bajado feliz y cantando, a no ser la promesa, porque él y su familia habían sobrevivido. Supongo que, todo lo contrario. Con ganas de no vivir tampoco. 

Después de aquel espantoso y prolongado encierro y la horrible visión, como se ve en los vv. 20,21, desenterrando cadáveres, oliendo el hedor de la muerte por todos lados, no había ningún rincón con aire puro. Deprimido. No sabía cómo quitarse de su mente lo que había visto. No creo que se embriagara festejando el éxito en la cosecha (vv.20,21). Necesitaba un tratamiento espiritual.  Perecieron sus amigos y compañeros, mujeres, niños, vecinos, y sus sonrisas o sus gritos estaban vivos en su memoria, y para olvidar recurrió al alcohol, y tampoco esa fue su solución sino la maldición de sus hijos (v.29). Dios lo hizo olvidar y le sanó sus recuerdos y pudo vivir tres siglos y medio más (vv.24-27). 

Algo similar hará el Señor cuando veamos “la gran cena del Cordero” o ‘Las Espantosas Bodas del Cordero”. No podemos pasar la eternidad recordando el Juicio Final. ¿Cómo te sentirás en el día del juicio ante Dios y veas a tus amigos y familiares echados en las tinieblas de afuera y llorando con lágrimas que partirían el alma? La gran bendición del paraíso será olvidar. No acordarse es una bendición. En parte el infierno consiste en recordar, y no poder quitarse la culpa que traen esos recuerdos. Sepultar en el olvido. Danos, Señor, ¡una memoria sana y nueva! 

Ge. 9:20-29

“Y bebió del vino y se embriagó y se desnudó en medio de su tienda”. La maldición del mundo está relacionada con la violencia, el alcohol y el sexo.

 

El destino del Medio Oriente, Europa y África 

Ge. 9:18-28

“Y bebió el vino y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda. Y Cam, padre de Canaán vino la desnudez de su padre y se lo contó a sus hermanos que estaban afuera. Maldito sea Canaán; siervo de siervos será para sus hermanos”.

He pensado, en primer lugar, en el propósito que pudiera haber tenido Moisés al copiar este incidente en su libro, para justificar, sino para explicar la maldición de Dios sobre las naciones de Canaán; por esto y por todo lo que sigue Moisés se distingue como un gran historiador; esa “explicación” del origen de la maldición divina sobre estos pueblos parece desproporcional entre la falta cometida y el castigo impuesto. Uno puede entender la muerte de Adán y Eva por un pequeño pecado contra Dios, contra su santidad, pero ¿por un pecado de burla, murmuración, contra el mal testimonio de un padre borracho, justifica tan severa pena? Esa “profecía” aparentemente no brota porque haya venido el Espíritu Santo sobre este padre sino de su cólera, de su ira contra su hijo, una condena mosaica a la desnudez (3:7,21). 

Sin lugar a duda a juicio humano es excesivo que por esta razón que él le marque su destino, cuando lo que pudo dañar el futuro de Canaán fue el mal ejemplo que Noé le dio a él, quizás la clase de trato que a partir de entonces el hijo recibió. Los padres tienen que cuidarse de las palabras que les dicen a los hijos y de la conducta que les presenten que influyan en el futuro y destino de ellos. Esencialmente los descendientes de Canaán fueron maldecidos por la conducta de ellos no por este incidente doméstico que parece explicar males nacionales tan grandes. 

Pero tengo otra explicación que tiene que ver con quién es Canaán. Para explicar sencillamente la maldición sobre los cananeos; observa que no fue por pecados grandes como el homicidio sino por su desvergüenza y por ser de espíritu malo. Fue maldecido por lo que era tanto como por lo que hizo. La maldición que le impone es su servidumbre social, sería un pueblo explotado por los otros pueblos. Cuando Moisés avanza sobre Canaán conoce ya el destino de aquellas naciones; y más que una guerra de conquista sería el cumplimiento de una profecía. 

Mucha importancia debemos darles a los pecados pequeños en la familia, a la vulgaridad, la inmoralidad, en la casa. Cuidado con libertades pecaminosas dentro de la casa. En estas palabras sencillas se ha echado el destino del Medio Oriente, Europa y África. La redención de esos pueblos es por medio del evangelio de Jesucristo que cambia el espíritu y el destino de ellos, con la gracia de Uno que es más que Noé en este lugar (Mt. 12:41,42).

 

 

Ge. 10:1-32

1Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. 2Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. 4Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. 5De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. 6Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. 8Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. 9Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. 10Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, 12y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. 13Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, 14a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim. 15Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,16al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,17al heveo, al araceo, al sineo, 18al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos. 19Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. 20Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 21También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet. 22Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. 24Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. 25Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.   26Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera, 27Adoram, Uzal, Dicla, 28Obal, Abimael, Seba, 29Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. 30Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente. 31Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 32Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio”.

 

Ya he dicho que Moisés fue un gran historiador y teniendo acceso a bibliotecas muy bien surtidas pudo escribir tantas cosas sobre el origen de la humanidad, dispuestas en importancia y en línea recta con la Ley que había recibido. Este señor llamado Nimrod generalmente se le tiene como el primer emperador, monarca o dictador que conoció la humanidad, sin embargo, este hombre valiente no lo era como David, una valentía épica, sino como cazador, delante de Dios. Pero se le tiene como un hombre malo.

En segundo lugar, era un gran constructor de ciudades, y conquistador de ciudades, sus reinos los alcanzó con la punta de la flecha no construyéndolos con sus propias manos y las de sus siervos. Las ciudades Babel, Nínive, las reconstruyó después de conquistarlas. Más adelante leemos lo de la construcción de una torre para hacerse una gente famosa (capítulo 11), lo cual, claro, estaba en oposición a la voluntad de Dios. Dios le estropeó el proyecto y tuvo que ser abandonado. Calvino piensa que era un salvaje guerrero y que lo que edificó fue con la fuerza y desmedida ambición. Es cierto que, aunque cazaba “delante de Jehová” por ningún lado se ve que buscara la gloria de Dios. La Biblia Textual traduce “enfrentado a Yahvé”.

Ge. 10:4

“Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim”. Moisés está haciendo un buen trabajo, el origen de las naciones del mundo.

Ge. 10: 6-10

“Él fue un poderoso cazador delante del Señor; por tanto se dice: Como Nimrod, poderoso cazador delante del Señor”. No contradice la profecía. Podrán ser poderosos, dominar imperialmente el mundo, que en carácter y destinos serán siervos. Es asombroso que naciones que han deslumbrado al mundo con su poderío y esplendor, lo hayan logrado a pesar de una mala profecía en contra, como un hacha puesta en el cuello de ellas. 

Estas cosas las escribió el Espíritu Santo para el final de la historia. ¿De qué parte estarás, de la gloria temporal del mundo o de las promesas de Dios? No hay hacha ni maldición para la iglesia. ¿De la historia profana, vulgar, humana, horrible de las naciones del mundo (vv.11-20), o del pueblo de Dios? (vv.16,19). Oh Señor, yo no quiero formar parte de la historia de los pueblos del mundo sino de la iglesia, no que los hombres lean mi nombre, sino que lo conozcas tú. No me interesa que mi nombre no aparezca en los libros de los maldecidos; me gozo que esté escrito en los cielos (Lc. 10:20).

Ge. 10:14

“…a Patrusim, a Casluhim (de donde salieron los filisteos) y a Caftorim”. Los filisteos existieron como nación por muchos siglos, fueron constantes enemigos del pueblo de Israel, y después desaparecieron. Ahí tienes más abajo el origen de las naciones cananeas. Nota en el v. 19 que las dos sociedades, Sodoma y Gomorra, se hicieron rápidamente famosas, tristemente célebres como San Francisco y Cayo Hueso.

Ge. 10:21

“También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet”.  De este "Heber", semita, provienen los hebreos.

Ge. 10:25

"...Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra"; más bien “dividida” porque se agruparon por idiomas y por supuesto ocuparon un territorio particular (10:5). Clarke piensa que es el origen de los continentes. Quizás, el principio del origen de la propiedad privada. No dice que se pelearon entre ellos por ambición, sino que como hablaban diferentes idiomas y llegaron a tener una cultura distinta, consideraron como hermanos, que cada uno ocupara una porción de la tierra, la cuidara y la labrara, negociara, sin derramamiento de sangre. Los hijos de Heber dieron muestra que es mucho mejor y más honorable para la humanidad que el mundo sea distribuido, que se respeten “los límites de su habitación” y no conquistarlo. No "tenían las cosas en común". Si éste es el origen del capitalismo, el comunismo nunca fue una opción viable en los comienzos del mundo.

Ge. 10:32

“Estas son las familias de los hijos de Noé según sus genealogías, por sus naciones; y de ellos se propagaron las naciones sobre la tierra después del diluvio”. Moisés fue un gran historiador, un hombre culto (Hch. 7:22), que sabía a donde llevaba su pueblo, y que aquella peligrosa travesía era más segura que quedarse en Egipto, y que el destino de aquel puñado de gente tendría un rol central en la historia del mundo, y era más valioso y glorioso que los tesoros de los egipcios, y su nombre más importante que en los ataúdes egipcios (He. 11:24-29). Sabía que la verdadera historia no la hacían los hombres sino Dios porque conocía las profecías, los orígenes de todas las naciones y las promesas y maldiciones que existían para ellos. Esa es su clase de fe, la de un líder y devoto creyente en la Palabra de Dios.

Ge, 11:1-32

“1Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí. 3Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 4Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra. 10Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas. 12Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala. 13Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14Sala vivió treinta años, y engendró a Heber. 15Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 16Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg. 17Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 18Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu. 19Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas. 20Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug. 21Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas. 22Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor. 23Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas.24Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré. 25Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas. 26Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán. 27Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30Mas Sarai era estéril, y no tenía hijo. 31Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. 32Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán”.

La conexión entre el cielo y la tierra es una escalera

Ge. 11:4 

"... edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo...". Pudiera tratarse de un Zigurat para observar las estrellas. Si uno compara 11:8 con 10:10, asume que el director de este proyecto, la construcción de la torre, fue el famoso cazador Ninrod, que se convirtió también en un líder mundial y que pasmado por el rápido crecimiento de las familias de la tierra no halló una noción política satisfactoria para mantener la gente bajo su dominio, y en vez de hacer un programa organizado que le permitiera la transmisión y ejecución de sus órdenes animó al pueblo con la construcción de un edificio que sirviera de centro y admiración de todos, donde cada uno hubiera puesto una piedra, se sintiera orgulloso de su trabajo y no se fuera a otro lugar fundando otros reinos y haciendo otros dominios. 

Pero esta idea arquitectónica fue interrumpida por Dios al anotar que éste solo ser humano procuraba hacerse soberano de todos y ocupar su lugar en el mundo, un incipiente anticristo, inflado por sus conquistas en la caza e infatuado con la admiración de los demás. Este fue el primer asalto al cielo, y al cielo no se llega por obras, sino por fe, y Ninrod no la tenía. La conexión entre el cielo y la tierra no fue una torre sino una escalera, la cual era Cristo (28:12,13; Jn. 1:51).

Ge. 11:5 

“Y el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que habían edificado los hijos de los hombres”. Se ve lo antiquísimo del relato por lo primitiva que es su teología, la de un dios local. Es un hábito del lenguaje para decirnos que Dios se metió en el asunto. Se informó de lo que pasaba.

Ge. 11:7

“Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua, para que nadie entienda el lenguaje del otro” ¿Por qué habla en plural? No es una reminiscencia pagana, es quizás una alusión a la Trinidad, o menos probable la ejecución de su voluntad por medio de ángeles, porque Dios no tiene por qué consultarlos ni necesita acompañantes.

Ge. 11:1-9

“Por eso fue llamada Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra; y de allí los dispersó el Señor sobre la faz de toda la tierra”. Éste no es propiamente el origen de los idiomas. Si se parece al famoso "don de lenguas", pero invertido, fue un milagro temporal que persistió solamente el tiempo necesario para que una vez rota la comunicación e imposible restablecerla, decidieran agruparse los que se entendían, apartados de los otros. Fue más bien una división, bien simple provocada por Dios que facilitara el alejamiento y la cesación de la loca empresa. Por eso se dice “os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos, una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer" (1 Co. 1:10). La construcción de esta torre se interrumpió no debido a un mal cálculo de los gastos, como aquella otra (Lc. 14:28), sino a una mala motivación, especialmente en el corazón de su líder y promotor.  Hicieron los cambios en los materiales de construcción por cuestiones de facilidad más que por modernización. No había suficientes piedras, que hubiera sido mejor y el asfalto, o betún, abundaba en lugar de la mezcla.

Ge. 11:28

“Murió Harán en presencia de su padre Taré”. Es duro para un padre hallarse presente junto al lecho mortuorio de su hijo amado. Imborrable imagen que ningún tiempo borrará. Es una condescendencia divina morir rodeado por la familia, satisfecho con su formación. La extensión de la vida de cada cual, depende de distintos factores, en especial Dios. Otra traducción pudiera ser que murió antes que el padre. Cualquiera de las dos situaciones causaría gran dolor.

Ge. 11:31

“Y Taré tomó a Abram su hijo, a su nieto Lot, hijo de Harán, y a Sarai su nuera, mujer de su hijo Abram; y salieron juntos de Ur de los caldeos, en dirección a la tierra de Canaán; y llegaron hasta Harán, y se establecieron allí”.  Parece como si Abram fuera el acompañante de Taré y no a la inversa. Abram le contó a su padre Taré sobre su experiencia espiritual con Dios y como le había llamado para que saliera de Ur de los caldeos, Taré se lo dijo a su nieto Lot y a su hijo Harán; o Abram se lo dijo a todos ellos de modo tal que se entusiasmaron y se sintieron llamados también como lo había sido el primero. En realidad, Dios llamó a uno y ese llamamiento se multiplicó y se hizo extensivo a toda la familia que lo aceptó como si perteneciera a ella también; por eso es que se dice que el padre fue el que reunió a todo el grupo y se pusieron en marcha hacia la tierra de Canaán, y llegaron hasta la ciudad que posteriormente habría de tener el mismo nombre, Harán. Y ahí se detuvieron indebidamente por mucho tiempo.

Ge. 11:32

"Los días de Taré fueron 205 años y murió". Vivían tanto, a pesar de la falta de higiene y de vivir en un mundo aunque quizás no tan lleno de epidemias como ahora. ¿Dónde estaba el cáncer, y las enfermedades cardiovasculares? Se nos ha ido haciendo más difícil vivir en este mundo. O estaban escondidas porque vivían menos. ¿No? Quizás.

 

Ge. 12:1-20

“ 1Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. 6Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. 7Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. 8Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. 9Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev. 10Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 11Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 13Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. 14Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. 16E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. 17Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 18Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 20Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía”.

 

 

Podemos ser de bendición a pesar de muchas cosas

Ge. 12:2

“Te bendeciré y serás bendición”. 

Éstas son palabras dichas a Abram. Si Dios bendice una vida, esa persona es edificante.  Abram no sólo está en el cielo con Dios, sino que él mismo representa el cielo y se le llama “el seno de Abram” (Lc. 16: 22, 23). Serás de bendición (1) aun equivocándote en alguna cosa, pero no en tu teología ni en tu fe. Abram nunca se equivocó en su teología. Sin embargo, cometió equivocaciones en otras cosas, por ejemplo, cuando salió de Ur y por afectos familiares permitió que le acompañaran otros que no habían sido llamados por Dios. Sin embargo, a esos mismos, aunque no fueran una bendición para él, él sí fue bendición para ellos. Estoy pensando en su padre Harán y en su sobrino Lot. Con todos esos errores cometidos se cumplió el designio de Dios de ser bendición para otros. A todo se le puede añadir que continuó siendo de bendición a pesar que (2) no tuvo un matrimonio perfecto, por lo menos es lo que me parece: pensemos lo que él hizo con Sara y aquel príncipe pagano llamado Abimelec, y para lo que se prestó en relación con su sierva Agar, de la cual nació Ismael y descienden los árabes. Es decir, a pesar de los contratiempos en que se vio envuelto en relación con su mujer, en otras áreas de su vida también fue de bendición. Dios puede bendecir y que sean de bendición hogares que no son perfectos. 

También (3) fue de bendición, aunque a veces fue valiente (cuando rescató a Lot) y a veces un cobarde (cuando mintió sobre su matrimonio e hizo que Sara mintiera). Fue de bendición como buen hijo y tío, y lo demuestra que estuvo con Taré hasta que murió. Su familia recibió de él muchas bendiciones. Y supongo con razón que sería un buen abuelo y vecino. ¿No? Y sobre todo la más grande bendición que recibió y compartió (4) fue dejar el paganismo, adorar un solo Dios y ser justificado por su fe. Cuando Dios le hizo la promesa, creyó a Dios y le fue contado por justicia" y en último lugar fue de bendición para otros de la misma fe, y que tal vez, o es seguro, eran más grande que él, como Melquisedec a quien dio los diezmos (14:14-24); y fue como si lo diera a Jesucristo de quien este hombre era un espejo (He. 7:1-4). Si somos de bendición en palabras, carácter, y hechos seremos de edificación para los demás. A pesar de todo. Y estaremos un día en el cielo recibiendo en el seno de Abram aquellos para los cuales significamos algo.

Fue un hombre valiente y amaba a su familia: estuvo con Taré hasta que lo enterró. No le gustaba discutir con la familia y dejó que Lot escogiera donde quería ir con su ganado. A Lot lo salvó cuando se lo llevaron de Sodoma. Dios sabe lo que somos y lo que puede hacer con nosotros. Es difícil hacer una biografía de Abram. La mayor parte del tiempo está en silencio. Quizás por eso Isaac fue un hombre de meditación. Sencillo. Lo engañaron. No hay discursos. Se sabe que estuvo dispuesto a dar a Dios lo que pidiera, aunque fuera su hijo.

Ge. 12:1-3

"Y Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré". La conversación, o llamamiento está particularizado, dedicado completamente a Abram y no a Taré, ni a Lot; dice "vete" "tus" "tu" "te" "bendeciré" "serás" "en ti". Parece como si Dios quisiera despejar un poco el grupo y enfatizarle a Abram que aunque había compartido su llamamiento y le había permitido a un grupo que le sirviera de compañía, la promesa era para él y el llamamiento era para él y no para los demás, y que en última instancia cuando tuviera que hacer una decisión debía hacerla en solitario y no con democracia consultando a sus parientes, le gustara o no les gustara a los otros; él sería el portador de la bendición para toda la tierra y no los demás que disfrutarían de esa bendición temporalmente sin trascendencia. La gratitud del mundo sería a Abram y no a su familia, como del mismo modo, y con el mismo respeto, agradecemos a Jesús su llamamiento y su vocación no exactamente a José, a María y a sus hermanos.

 

Un plan de Dios para la tercera edad

Ge. 12:2,3

“Vete de tu tierra Abram, y de tu parentela y de la casa de tu padre..."; y de la tierra que te vio nacer e irás a otra donde no creciste ni te educase y donde su cultura es completamente distinta y opuesta a la tuya; sin embargo cuenta con mi bendición y precisamente en ese sitio es donde yo te haré “grande”, y en esa tierra de extraños te “bendeciré” y engrandeceré tu nombre; y tendrás tantas bendiciones que tendrás que compartirlas con otros; y en el trato que otros tengan contigo bien los bendeciré o los maldeciré, estaré muy atento a cómo te reciben, cómo otros sonríen, como se comportan contigo estando presente o ausente, mis ojos estarán fijos en el corazón de ellos y los juzgaré si maquinan contra ti y sin tú saberlo los maldeciré y sin que tú pronuncies alguna maldición en contra de los mismos; y por tu corto tiempo en este mundo no podrás ser testigo de hasta dónde llegará tu influencia, pero hasta lo más recóndito del globo de un modo o de otro llegará la bendición que yo te daré, o mejor dicho la bendición que daré al mundo a través de ti y no quedará un padre, una madre, un hijo, un pariente, que roce lo que yo te daré a ti que no salga bendecido, tanto con las promesas que te entrego para ti y la posteridad como la educación monoteísta y teológica que te iré impartiendo, y tu vida sencilla tendrá una trascendencia inimaginable”.

Y toda esa bendición ¡Dios mío cuando ya peinaba canas! Abram no emigra por razones económicas porque ya había “acumulado” bienes y “riquezas” (v.5), y tenía esclavos. Cuando Dios le pide que emigre no es un joven pues tiene 75 años (v.4), una edad cuando ya uno piensa que no le queda futuro sino ordenarlo todo para enfrentar las limitaciones físicas que se avecinan y la muerte. No fue su caso y por la gracia de Dios el mío que tengo vividos tres cuartos de siglos con fuerzas sin limitaciones como Caleb  a los 85 (Jos. 14:6-15).

Pero Dios tenía un plan con él a esa edad llamada hoy “la tercera edad”. Fue en ese momento cuando el Señor quiso llamarlo. ¿Vamos a discutir con Dios, y deplorar que más sueños sobre el futuro teníamos cuando éramos novatos, y que decida siendo viejísimos expandir nuestras bendiciones? ¿No llamó a Moisés a los 80?  Y ser de bendición es vivir yendo de un lugar a otro emitiendo la gloria de Dios, no con la que se coronan los hombres, sino la luz que procede de Dios, la que sale de las páginas de la Biblia, de una ética santa, de una vida de oración y de esperanza, que, si los cananeos paganos se acercaran para verla, de asombro se quedarían pasmados, pensando que contemplaban un dios anciano.

Ge. 12:4

“…y Lot con él”, a Lot Dios no lo llamó, pero también salió no sólo para acompañarlo sino para participar de la promesa. Lot le dio muchos problemas a Abraham, malos ratos, corrió riesgos por él; y aunque y también era un nombre de fe, fue bendecido él solo, no su familia ni su descendencia, que fueron enemigos del pueblo santo (20: 36-38). Tenía una misión espiritual; y Lot no hacía falta. Nosotros no repartimos el llamamiento de Dios, es él quien lo hace, y eso no se puede compartir, es único. Uno puede hacerse ilusiones con la familia que nunca llegan.

Ge. 12:1-3

“Y el Señor dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre,  a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”. No le dijo crearás una nación grande, sino que yo, de ti haré una nación grande, le prometió hacerlo famoso y extender su bendición a través de él a todo el mundo. Más del noventa y nueve por ciento de la promesa de Dios a Abram no la recibió sino sus descendientes (Hch.7:5); cuando recibas una promesa de Dios piensa que el por ciento mayor de su cumplimiento pudiera ser para otros a través de ti, y después de ti. Moisés recoge en la historia de su pueblo las promesas de Dios que avalan su misión. 

Ge. 12:5-7

“Y tomó Abram a Sarai su mujer, y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado”. Moisés conoce esta historia; sabe que el pueblo que ahora dirige tiene un destino: Canaán, que allá debe llevarlo. El Dios que le habló en Ur y Harán está en Canaán.

Ge. 12:7-9

“Y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí un altar al Señor, e invocó el nombre del Señor”. Abram está muy avivado espiritualmente, y en poco tiempo ha edificado dos altares a Dios. Está feliz por haber llegado allí. Traía consigo a su Dios, que habría de ser el Dios de su nación. Por donde pasaba iba dejando huellas de su religión, su fe y espíritu, de agradecida adoración. Señor, que por dondequiera que yo pase vayan quedando algunas huellas de tus bendiciones, una, dos, tantas como tú quieras. Amén.

Ge. 12:10

“Y hubo hambre en la tierra; y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra”. ¿Cómo sería la tierra que Dios le prometió, sin lluvia y pobre? ¿No era Ur mil veces mejor? Podría decirse: ¿Por qué Dios me ha traído a esta región menos próspera? ¿Qué futuro podré hallar aquí? Uno no debe razonar tanto las promesas de Dios sino creerlas, aunque las circunstancias la contradigan...Dios sabrá por qué. Cuando le prometió un hijo podía tenerlo, pero cuando lo tuvo humanamente ya no podían. Dios mismo es quien le pone obstáculos a la fe que nos da y la prueba.

 

Parcialmente fieles y parcialmente infieles

Ge. 12:10-20

“Y éste trató bien a Abram por causa de ella; y le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos”. Este pasaje anecdótico parece parte de una historia romántica, sin embargo, forma parte del Libro sagrado del cristianismo, la Biblia, y como la cara bonita y el cuerpo hermoso de Sara despertaron la codicia de estos paganos que en presencia de su propio marido le decían piropos. ¿Qué quiere decir este pasaje, que hagamos mal para que vengan bienes? No, que Dios puede sacar bien del mal, Abram no fue premiado por Dios por haber hecho lo malo, sino que Dios le dio un ejemplo de su misericordia, no reprendiéndolo por lo malo sino evitando que el mal que había empezado hacer se consumara y bendiciéndolo en cambio, salvándolo del pecado y a otros que por su causa iban a pecar. Hay una gran misericordia aquí mostrada para cuando somos parcialmente fieles y parcialmente infieles; los que son tentados y han caminado hacia el pecado, pero sin consumarlo al fin, y se avergüenzan tener esperanza que Dios los vaya a bendecir; que de lo malo Dios saca lo bueno y desde entonces seamos más piadosos y más precavidos, porque una segunda imprudencia puede no tener una salida feliz. Abram aceptó aquellas bendiciones, prosperó con ellas, pero no tendría nada de que gloriarse por ese progreso, porque era totalmente inmerecido y a causa del sacrificio de la virtud en de un ser querido y del colapso de su matrimonio. ¿Llamas bendiciones al progreso por vender a tu mujer? El miedo, que después le quitó (14:12-24).

Ge.12:10-12

“Di, por favor, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo viva gracias a ti”. Abram no amaba a Sara como a sí mismo sino menos; amarla como a uno mismo pertenece al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; es un mandamiento que pone en ascenso de dignidad a la mujer. Sara aprendería de esto a amar más a Dios que a su esposo, y él que debía considerarla y darle más valor que el que le daba. Dios no buscó la liberación feminista de Sara sino que mejoraran la calidad de ese amor, que se amaran con un amor de mejor clase. No es lograr la independencia sexual de cada uno sino fortalecer armoniosamente, con valor, respeto y amor, la interdependencia. Abram parece que no fue muy inteligente en medir las consecuencias de su decisión; no midió las consecuencias de hacerse pasar como soltero.

 

Es mejor interdependencia que feminismo

Ge.12:10-12

“Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida”.

A cualquier amigo o admirador de Abram se le cae la cara de vergüenza al leer lo que hizo con su esposa. La primera lección general para nosotros es buscar a Dios personalmente cuando broten los conflictos matrimoniales porque él no quiere que el pecado desuna la pareja para siempre. Aquel matrimonio no se destruyó no porque ambos fueran sabios sino porque Dios, cuando ellos cometieron errores, intervino y los protegió. El pecado hubiera deshecho por completo aquella santa y bonita unión entre Abram y Sarai. Él perdería mucho y ella lo perdería todo. 

Este que leo no era un matrimonio perfecto. Abram estaba quería a Sarai, la encontraba bella, sin embargo, estaba más enamorado de su vida que de ella. Abram no amaba a Sarai como a sí mismo sino menos, y prefirió sacrificar su matrimonio a perder su vida. No estaban tan unidos como era de desear, y esto por el egoísmo masculino social de entonces. Ahora nota las implicaciones que tiene eso. Hay varias, pero voy a señalarte sólo aquellas que afectan a la pareja bíblica.  Abram debía progresar no tanto primero como esposo sino como siervo de Dios, en amor hacia el prójimo y en fe. Amor y fe, las dos virtudes capitales que deben alumbrar toda relación humana, o mejor dicho, que deben permear toda personalidad y abundar dentro de nuestra humanidad. Si Abram hubiera amado a Sarai como a sí mismo y hubiera tenido fe en Dios no hubiera hecho lo que hizo. Esas dos virtudes son esenciales para el buen matrimonio. Mira como el Señor soluciona el problema.  

 

El mandamiento de amar a la esposa como a sí mismo es un ascenso en la dignidad femenina, y un elevamiento de la mujer-dama, que había caído en la servidumbre matrimonial por un proceso de desarrollo del egoísmo varonil. Sarai aprendería de este incidente a amar más a Dios que a su esposo y él tuvo que aprender que debía considerarla y darle más valor que el que le daba. Dios no buscó la liberación feminista de Sarai, sino que mejoraran la calidad del amor entre ambos, que se amaran con un amor de mejor clase. 

No es lograr la independencia sexual de cada uno sino fortalecer armoniosamente, con valor, respeto y amor, la interdependencia. No hay ningún principio de movimiento feminista en la defensa que hace Dios a Sarai, no se trata de liberarla a ella para que desobedezca a su injusto marido y que tenga forma de vivir independiente de él en caso de que la relación se rompa, sino de que continúen viviendo juntos, pero con una nueva forma de relación, menos arbitraria y egoísta por parte de él y con más dignidad para ella. La independencia femenina y no la interdependencia lo que hace es socavar la relación y acentuar ahora en ambos el egoísmo solitario e independiente que fue condenable en él. Matrimonio, padres y familia, son conceptos que indican interdependencia, respeto, valoración y amor profundo, no liberación. Llama a Dios dentro de la familia y pídele que te ayude a solucionar según él, los conflictos que se agitan en torno al matrimonio. Y piensa, que es mucho mejor interdependencia, reparto de responsabilidades, de un modo serio y constante, luchador, que un impulso ideológico conocido como feminismo, un reparto político conveniente para la mente moderna dentro de un mundo que se ha propuesto acabar con las tradiciones, aún las buenas, sin miramientos de ningún tipo y sin hacerle caso para nada al viejo Libro que ha creado sociedades justas y superiores, la Biblia. No hay que tenerle miedo a la interdependencia, porque la ayuda idónea es excelente para lograr triunfos laborales y crear descendientes libres y educados, y en la gracia de Dios. El matrimonio de Sarai y Abram perduró, con menos egoísmo, sin feminismo y una mejor interdependencia, a pesar de los libidinosos ojos del egipcio.

Ge.12:17-20

“Pero el Señor hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram”. Dios generalmente no habla con los impíos por medio de su Palabra sino por medio de castigos, aunque algunas veces “su benignidad los guía al arrepentimiento”. El argumento y el conocimiento por medio del Espíritu son para los santos. ¡Oh, qué privilegio es ser enseñados por el Señor! Dios está más airado con los impíos, aunque no pequen que con sus hijos cuando pecan; una es la ira de Dios contra un enemigo y otra su ira contra un hijo débil, desobediente, miedoso y egoísta. El que no tiene gracia aun lo que tiene que le será quitado. El Señor le quita las cosas a los impíos (Mt 13:12).

Ge. 13:1-18

1Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. 3Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, 4al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová. 5También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. 7Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. 10Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera. 14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová”

 

Ge.13: 2

"... era riquísimo en ganado, en plata y en oro"; y además era riquísimo espiritualmente, a pesar de sus pecados; o para decirlo mejor, eran riquísimas las promesas que le habían dado (2 Pe. 1:4).

Ge.13: 3,4

"... al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí el nombre de Jehová". ¡Qué días aquellos! Después de su mala experiencia en su matrimonio, posiblemente con culpa, regresó por sus jornadas al lugar donde se había encontrado con Dios antes, para verter allí toda su frustración y dolor, para implorar del Señor perdón y sanidad; y seguramente que ambas cosas recibió de su Dios. ¡Bendito seas Señor, Dios de nuestra restauración!, ayúdanos a andar en retroceso cuando te hemos faltado, y volvernos por el camino que nos fuimos y regresar al lugar donde te habíamos invocado, y a ser lo que fuimos.

Ge.13: 5

“Y también Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas”. ¿Y qué hiciste Lot que no te uniste a tu tío para invocar el nombre de Dios? 

 

Lot, mirado por los judíos, por el apóstol Pedro, y por mí

Ge.13:1-13

“Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera”.

Para juzgar la vida de un hombre hay que conocer mucho de ella, no sólo una parte, sea la mejor o la peor. Un hombre es la suma de lo bueno y lo malo, de lo fuerte y lo débil. Comúnmente se representa a Lot como un santo tan perfecto como Abram porque estuvo asociado con él. No comparto plenamente con la mala opinión que los judíos tienen de él; sin embargo, entre Lot y su tío hubo una gran diferencia, eran dos hombres completamente distintos, Abram miraba al cielo y Lot a la tierra. La experiencia espiritual de Abram con Dios era frecuente y profunda y de Lot en cambio no se dice que Dios le apareciera en alguna forma.  En realidad, pienso, lo que Lot era espiritualmente lo era por la influencia espiritual que Abram ejerció sobre él. A mí me parece que la reflexión sobre su vida es útil para aprender cómo no dirigir la familia y cómo yendo ella tras las ambiciones del padre o la madre puede ser conducida al exterminio y la condenación. Lot no supo o no pudo, ni siquiera a su propia esposa, acercarla al mundo espiritual, tal vez, por razón de ella misma o de él, en quien lo espiritual era muy tenue y sin preeminencia. Lot perdió la influencia espiritual de Abram desde el mismo momento que se apartó y al menos familiarmente, también comenzó a decaer. 

El NT defiende a Lot y lo describe en términos muy finos (2 Pe. 2:6-8). El E.S. lo conoce mejor que nosotros. Lot hizo una mala selección, pensó que había elegido mejor que Abram porque escogió la tierra con más ventajas y precisamente por esa no sabia elección fue acercándose más y más a su maldición. Y mi dura exposición sobre este hermano se parece más a la que tienen los judíos que a los que son compasivos como Pedro.

Ge.13:7,8

"... y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y de Lot… porque somos hermanos". Si somos hermanos no debiera haber contienda y si hay contienda tenemos que arreglarla de la mejor manera porque somos hermanos; y aunque seamos hermanos como no pensamos igual ni somos igual, mejor es que cada uno viva separado del otro para que no haya contienda porque somos hermanos. Cuando dice hermano está queriendo decir tío y sobrino. 

 

Piensa bien dónde vas con tu mudada

Ge. 13:8-13 

“Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera”. 

 

Lot escogió lo mejor según su criterio económico, la irrigada llanura del Jordán, pero no habría de ser bendecido; se fue separando y alejando de su buen tío y de la bendición del Señor; enriqueciéndose por un lado y empobreciéndose por el otro, y no le importaba que yendo con su familia se fueran acercando a vivir entre personas que eran pecadoras "en gran manera". Dios no le dijo que se mudara allí con sus hijas para predicar el evangelio. No le envió como misionero a Sodoma, y su vida y su influencia fueron nulas y no ganó a nadie, aunque siempre andaba por la calle sin mirar a los lados y “caritriste”. Me temo que su mujer, que fue la única que miró hacia atrás cuando huían, haya sido una opinión determinante en aquellos movimientos (Ge.19:15,16). 

Hay que escoger bien el lugar donde vivimos, adonde llevamos la familia, y con quienes se relacionarán los hijos mientras crecen y se educan, porque sepámoslo o no, querámoslo o no, la influencia sobre ellos no se puede evitar y que en parte los copien. Mucho lloraron los ojos de Lot viendo lo que veía pero para salirse de todo aquello necesitó la sobrenatural mano de Dios, y quien antes poseía mucho de tal manera que tuvo que poner su negocio sin asociación con el tío, terminó quedándole tan poco que cabía en una cueva, y la cuenta bancaria casi en cero, dejando la gran ciudad por un pueblito muy pequeño, Zoar, que él mismo consideró que era su único refugio, donde se cometían mucho menos pecados, menos delincuencia, menos prostíbulos, menos alcohol, menos droga, menos pornografía y menos hogares mal formados donde los hijos no tenían armas automáticas  para ir a las escuelas o los cines, a los conciertos de “country music” (Las Vegas) y acribillar a gente inocente (19: 20, 30).

Ge. 13:10,12

"... como el huerto de Jehová... y fue poniendo sus tiendas hacia Sodoma". Lot miró el panorama puesto delante de él y escogió según su opinión; vio que la llanura del Jordán era muy hermosa y que tenía todo lo que necesitaba, que decidiendo por aquello decidía bien, favorablemente. Así son las tentaciones; se presentan muy favorables, excepcionales, agradables a los ojos, y conducen al infierno. Lot no se percataba que aquella delicia lo iba acercando hacia su destrucción. No te apoyes en tu propia prudencia porque instruido por la Biblia puedes aprobar lo mejor (lee estos dos textos, Pro. 3:5; Ro. 2:18).

Ge. 13:13

“Y los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra el Señor en gran manera”. La sodomía es un pecado en gran manera malo contra Jehová. Si es así ¿Cómo es que se puede “legalizar” esa unión? ¿Cómo aprobarla y bendecirla como casados en una iglesia? ¡Abominación! La tierra nos ha de vomitar (Lev. 18:28; 20:22).

Ge. 13:14-18

“Pues toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre”. Moisés antes de sacar al pueblo conocía estas promesas, y en lo futuro se movía con la potencia de fe que ellas le daban. Muchas vicisitudes y obstáculos enfrentó, pero prosiguió fortalecido por la convicción que dirigía el pueblo hacia su correcto lugar, y que a su vez él era el medio para el cumplimiento de la promesa, y más importante que él entrara, era que la descendencia de Abram se relocalizara en el sitio escogido por Dios. Abram vivió en tienda sin embargo era el dueño de todo, en promesa. El tiempo es nuestro, el ayer, el presente y el futuro, el mundo y el sepulcro, la vida y la muerte, todo es nuestro en promesa, y todas las promesas en Cristo son sí, en el evangelio, todas son amén, y a los mansos se les dará la tierra por heredad (1Co. 3:21-23; 2Co. 1:20). 

Ge. 13:18 

“Y habitó en el encinar de Manre y edificó un altar al Señor” (12:6; 14:13). Continúa edificando altares a Dios, uno nuevo en sitio distinto, y allí lo dejaba por si alguien quería usarlo, si fuera posible. Dios nos permita dejar a nuestro paso, recuerdos sagrados, constancia de nuestra privada adoración a Dios, quizás alguien de paso y apurado prefiera el viejo nuestro que construir otro.

 

 

Nunca han matado una mosca de Beelzebub 

Ge. 14:1- 24

“1Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim, 2que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar. 3Todos éstos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado. 4Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el decimotercero se rebelaron. 5Y en el año decimocuarto vino Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim, 6y a los horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto. 7Y volvieron y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar. 8Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim; 9esto es, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco. 10Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte. 11Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron. 12Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron. 13Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram. 14Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. 15Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. 16Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente. 17Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 18Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. 21Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. 22Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram;  24excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte”.

¡Imposible!, que se pueda obtener la victoria tan grande con gente tan inadecuada (aunque adiestrada), aunque a los siervos de Abram se les añada los posibles guerreros que vinieran con sus aliados Aner, Escol y Manre, era imposible que pudieran hacer lo que hicieron, fue una locura, un acto de fe principalmente de Abram y que pudiera convencer a esos generales, amigos y aliados, a emprender una guerra suicida para rescatar a un rehén. Si no interviene Dios esta victoria hubiera sido imposible. Una familia contra un ejército es militarmente imposible. ¡Abram! Un peregrino nómada no un general. ¡Qué amor tan grande tenía por su sobrino con quien había tenido algún “roce”; por él lo arriesgó todo! Fue una locura de amor, una aventura de fe. Supongo que consultó a Jehová y siguió los impulsos del amor al prójimo y el deber familiar.

Oh, Señor, que no confiemos en número y en preparación sino en ti. 

Un pequeño grupo santo y consagrado es equivalente a una multitud, obtiene los mismos resultados, una familia que con la bendición de Dios gane victorias mundiales. No necesariamente una iglesia tiene que tener miles de miembros para realizar grandes hazañas, una menor llena de fe, coraje y Espíritu también puede lograrlo. Con lo que uno aprende domésticamente sin un entrenador “profesional”, como David con las ovejas y los leones, puede echar abajo y de bruces al peor Goliat del mundo. 

 Entrenamientos y más adiestramientos de ociosos y bien pagados griegos y hebreos, que conocen raíces y declinaciones, doctores en la materia, que no matan una mosca del diablo, no aprovechan para nada en la iglesia porque ellos no tienen experiencia en el combate, que tienen más nombreque pericia; o ganaron una pequeña y remota escaramuza hace mucho tiempo y desde entonces otros más ociosos todavía, lo eligieron para que fuese por el valle reuniendo pastores nómadas y entrenándolos teóricamente en el arte de cortar cuellos erguidos que se levantan contra el conocimiento de Cristo, sacar ojos que hacen caer, y restaurar manos secas, inertes hace mucho tiempo, para que retornen a la generosidad y estrechen a otras en señal de compañerismo y de aprobación. El asunto es que eso lo han aprendido en libros y saben bien cómo se maneja la espada, que nunca han sacado de la vaina. El que lee entienda. 

Ge. 14:13,14

“Adiestrados, nacidos en su casa”, la Reina-Valera no dice nada del entrenamiento de estos hombres, pero Abram los había entrenado, y además tenía sus aliados, por si acaso. ¡Quién sabe! Una iglesia pequeña lista para hacer grandes cosas si llegara la ocasión.

 

Un hombre, o una mujer, espejo de Jesucristo

Ge. 14:17-24

“Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.  Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.  Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que, desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte”. 

Las palabras tienen la forma de una bendición y están escritas en forma poética, o como se habla bajo inspiración profética. Este es un pasaje misterioso y noble; yo supongo que Melquisedec tuvo contacto con Abram antes del combate y fue él quien le aseguró al patriarca que saldría triunfador en tal insólita y desventajosa guerra. Uno piensa que Abram era el único en el mundo que tenía la fe del Dios único y no era así, había también allí en los alrededores un hombre tan santo, espejo de Jesucristo dentro de aquellos cananeos (He. 6:20;7:1) y consagrado como él, que ejercía el sacerdocio separado de todos, desconocido, poco influyente e intrascendente, pero existente. Posiblemente en Jerusalén (Sal.76:2).  Aparece como caído del cielo, guardado por Dios para bendecir la iglesia en su mismo origen y proteger a su principal fundador. Y ¿por qué Dios no lo escogió a él, más cerca, con una mejor posición que a este desconocido pagano venido desde Ur de los caldeos? La pregunta hay que hacérsela a Dios, y él respondería “porque quiero”. Dios tiene planes con su pueblo y no es el mismo para cada uno. Melquisedec era superior, más adelantado en la fe, pero Dios escogió a otro. Bueno es que también nos miremos “a cara descubierta” en Jesucristo (2 Co. 3:18) y arreglemos nuestra imagen, nuestros ojos, boca, manos, pies, como los suyos, mirándonos en su espejo, sin olvidarnos, como dice Santiago, lo que éramos (Sgo. 1:23,24).

Ge. 14:20

“Y le dio Abram el diezmo de todo”.  Si tenía la ley del diezmo tendría que tener la ley ceremonial y moral. Uno tiene que presumir, suponer o adivinar toda la religión de ellos por sólo algunas prácticas que nos descubren; la mayor parte de lo que sabían y vivían permanece escondido, pero eran verdaderos santos.

Ge. 14:21-24

“No tomaré ni un hilo ni una correa de zapato, ni ninguna cosa tuya, para que no digas: "Yo enriquecí a Abram". 

Con más palabras le hubiera querido decir “para que no te gloríes en lo que me diste, no me hace falta lo tuyo, yo tengo bastante, Dios me ha dado más de lo que merezco, además por las cosas que he oído de ti y de tu pueblo, no me siento bien recibir algo de tus manos, y si viviera en el siglo XXI no haría negocios con ricos y conocidos homosexuales”. Eso último no se lo dijo. No conviene, a veces, por testimonio y por escrúpulos espirituales, aceptar favores o regalos de algunos, como si sus propiedades estuvieran “contaminadas por sus carnes” (Jud. 1:23), y por decencia es mejor darle las gracias sin manifestarles nuestras reticencias morales.

Ge. 15:1-21

“Ge. 15:1-21

1Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. 7Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos”.

 

 

Si quieres un premio extraordinario, haz algo extraordinario 

Ge. 15:1

“Tu galardón…sobremanera grande”. “Tu recompensa”. Es precioso leer esto, que Dios le promete a Abram un galardón extraordinariamente grande. Leyendo más abajo: una descendencia tan abundante como las estrellas del cielo (v.5). A Dios le gusta que miremos el cielo y pensemos en sus promesas. A Dios le gusta el cielo. El primer hombre y padre de una nación completa. Y me impresiona el momento en que se le hace este extraordinario anuncio, cuando acababa de hacer una gran obra con su prójimo, arriesgándolo todo por amor a él, una gran acción para la obra de Dios, y una decisión bellísima, guardarse de ambiciones y mantener su alma sin contaminación (14:17-24). Si quieres un premio extraordinario, haz algo extraordinario en esos tres niveles, (1) por tu prójimo primero, como lo hizo por Lot (2) por la obra de Dios después y (3) por tu misma vida espiritual en último lugar. Así en ese orden, y por lo que hagas los ángeles te alabarán y Dios te beneficiará con un premio. 

Ge. 15:5

"... y lo llevó afuera". A veces necesitamos salir de nuestro circuito, de la casa, y caminar afuera para adentrarnos en el infinito mundo de las estrellas, soles y Dios; mucho encerramiento perjudica el estado de nuestro ánimo. Por eso Isaac alivió su dolor por la muerte de su madre caminando y orando en el campo (24:63) y Jesús se separó “a un lugar apartado”. Señor cuando la impaciencia y el pesimismo den señales de mi deterioro, por favor, tómame de la mano y sácame de donde estoy.

Ge. 15:6

“...le fue contada por justicia”, “se le reconoció por justicia”, le fue contada su fe como si fueran sus obras, una vida perfecta. ¿Qué puede significar sino eso? ¿No lo prueba la Escritura? Las obras que son hechas con fe son internamente consideradas por Dios como obras perfectas. Abel y Caín ofrecieron ofrendas, ambos ofrecieron buenas ofrendas, pero sólo la de Abel fue aceptada porque fue la única que tenía fe (He. 11:4). Y también se dice que todo lo que no provenga de fe es pecado (Ro. 14:23).  La fe es tan apreciada por Dios que excusa cualquier pecado que posea el ejercicio de ella o que se haya cometido. Hay ejemplos de eso. Rahab mintió cuando le preguntaron por los espías que tenía escondidos en su casa (He. 11:31,32.). Oh, qué particularmente importante es esto para mí. No es rendir a Dios una vida perfecta para ser aceptado por él sino una vida de fe. Creer, sí, creer mucho a Dios y entonces nuestra “justicia será mayor que la de los escribas y fariseos”, y cumplir con la meta ordenada de “sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Por supuesto que la fe no comunica perfección, sino que es “contada” o “reconocida” como perfección. La fe es el medio para recibir la perfección de Cristo, su justicia. No nos hace internamente perfectos sino considerados así.

 

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero 

Ge. 15:9-11

“Y las aves de rapiña descendían sobre los animales sacrificados, pero Abram las ahuyentaba”. Abram cuida los sacrificios. Parece que habían pasado doce horas y Dios no hacía nada con ellos, pero él seguía cuidándolos, aunque vinieran las moscas, las águilas, los buitres o los cuervos, o se pudrieran. Es nuestra obligación ofrecer a Dios lo mejor y también evitar que el diablo se lo coma. Pues ¿cómo? Dándole gritos, tirándoles piedras o con un palo. El diablo fastidia bastante, y Lutero que tenía una amplia experiencia con sus diabluras, harto ya de sus mortificaciones, según una tardía leyenda, le arrojó un tintero. Si los sermones que predico no obtienen ningún resultado, como si Dios no los aceptara, seguiré velando y orando sobre ellos hasta que descienda fuego del cielo y los consuma; que se pudran si Dios quiere, pero seguiré cuidándolos en oración para que sean bendecidos. Bueno, la Escritura dice que cuando la semilla se pudre, germina (Jn. 12:24; 1Co.15:36). Ganar un alma y cuidarla para que los pájaros voraces de otras sectas no se la coman es una fatigosa pero necesaria ocupación. Tírale oraciones o versículos bíblicos, que nunca se pudren, son buenos para espantar los pájaros depredadores y las aves de mal agüero. 

Ge. 15:12,13

"... más a la caída del sol... el temor de una grande oscuridad cayó sobre él”. Parece que tenía miedo dormirse y que algo malo le pudiera ocurrir. A uno le da miedo estar en un lugar solitario esperando por Dios. Si yo sospecho y siento que Dios se está acercando, y es de noche, no creas que bailaría.

Ge. 15:13-16

“Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años”. En otro lugar dice 430. Moisés conocía esto de antemano y supuso, o se ofreció, para ser él quien cumpliera lo que estaba escrito. “Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así” (Hch. 7:25). Era él, pero no el tiempo.

 

Viejo y sin motivos de queja, aunque haya vivido mucho

Ge. 15:15 

"... tú vendrás a tus padres en paz y serás sepultado en buena vejez". 

 ¿Por qué no dice irás..."? Se puede traducir de las dos maneras. Es una promesa muy especial, para que no se preocupe el patriarca Abram, al sentir pasar los años y perder una a una sus acostumbradas facultades. Para cuando se mire en el espejo y vea gris su cabello y los pliegues de su rostro, los mire con indiferencia o con orgullo, porque en cada cana y en cada arruga hay depositada mucha historia, con perdones y bendiciones, lágrimas y consuelos. La palabra “vendrás” se puede traducir lo mismo ir que venir porque Dios está en una punta y la otra, aquí y allá, en los dos extremos de la muerte; el mismo Dios que tenemos aquí es el que encontraremos allá, y el que está allá es el que servimos aquí, en la muerte y en la vida es el mismo. ¡Oh, Dios de mi existencia! Es como si Dios le hablara desde el lugar de los muertos; o como si los muertos estuvieran en el lugar donde está Dios.  Nota que se infiere aquí la inmortalidad de los padres, es decir de los que han muerto en la fe, y que se dice precediendo a la sepultura y a la buena vejez; lo cual implica la inmortalidad del alma y que los padres están vivos no sólo en la mente de Dios, sino que existen donde se encuentra Dios. Un gran consuelo para los que tienen una fe con esas dimensiones. Dios le enseña a pensar en sus muchos años como una “buena vejez”. Y ¿hay alguna vejez buena? Siendo honesto, no es una promesa para todos los envejeciendo sino para algunos. ¿No son todas las vejeces, a la vista, deprimentes y llenas de aflicciones corporales? ¿No son las enfermedades lo peor de la vejez? ¿Cómo se puede decir que es un tiempo bueno? Tal vez se refiera a la extensión de la vejez como si le dijera que viviría mucho; pero de todos modos le pudiera estar prometiendo que no la pasaría mal cuando fuera viejo ni lamentaría haber llegado a la senectud. Dios es bueno y tiene especiales consideraciones con los ancianos que ama, sus muy preciosas y antiguas escogidas joyas. Yo soy uno, mis amigos pastores también los cuento. No evita que envejezca su hijo amado, sobre quien tiene puesto sus ojos, pero sustrae de él cualquier motivo de queja por haber vivido mucho.

Ge. 15:16

“Y en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos”. Es decir: a ellos todavía no les ha llegado el momento de perderlo todo, pero lo perderán; el pecado seguirá multiplicándose y aumentando en volumen y se tomará cuatro siglos de decadencia moral y espiritual hasta que ya sea imposible que existan como naciones y como personas, entonces tendrán que cederle la tierra a ustedes. Una nación pierde ante Dios el derecho a sus fronteras y de habitar en su suelo cuando ya la tierra no los puede soportar. Los justos son los que heredan la tierra (Sal. 37:9,28). Es poco patriótico esto, ¿no? Por eso Dios establece el límite de su habitación (Hch.17:26).

Ge. 16:1-16

1Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 3Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. 4Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. 6Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. 7Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.9Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.  10Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. 13Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? 14Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered. 15Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. 16Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael”.

 

No confiaré en métodos sino en promesas y esperaré

Ge. 16:1-6

“Entonces Sarai dijo a Abram: He aquí que el Señor me ha impedido tener hijos. Llégate, te ruego, a mi sierva; quizá por medio de ella yo tenga hijos”. Sarai inventó un método para cumplir la promesa de Dios en su matrimonio. Dios le había dicho que le daría un hijo (15:1-6) y como no se cumplía y pronto sería “imposible” tenerlo o criarlo, pensó que quizás Dios quería que ellos hicieran algo, que tendrían una parte que cumplir, o una alternativa que buscar, por lo menos así podrían cumplir la promesa, aunque fuera por la mitad. Ismael fue un hijo, pero según la carne (Ga.4:23,29), y un hijo nacido por métodos humanos no trae alegría sino tristeza, carnalidad, y al final hay que echarlo porque no puede vivir ni con sus padres. No confiaré Señor en métodos sino en tus promesas, y esperaré. El que está formando una iglesia cristiana, que es familia de Dios, que espere y no intente hacer las cosas sin promesas de Dios, porque no saldrán bien, sino que multiplicará sus dolores de cabeza.

Ge. 16:1-6

“Y Abram escuchó la voz de Sarai”. ¿Cómo es que esta mujer comparte su marido por una noche? ¿Qué pensaría cuando no dormía a su lado? ¿No sentiría celos, repugnancia hacia sí misma, odio? ¿Dónde estaba el amor que le sentía? ¿Realmente lo amaba? ¿Qué clase de matrimonio tenían? La vergüenza de no tener un hijo, por la falta emocional de no poseerlo, ¿fue mayor que sus sentimientos innatos de mujer? Es difícil entender esto con nuestra mente occidental y moderna, no se puede comprender a Sara cuando propone y suplica a su marido que fornique para que le dé un hijo como si Agar fuera una bestia. El hogar de los patriarcas no era como el nuestro, sin embargo, cumplieron los propósitos de Dios. La palabra “seno” LBLA la traduce así, “yo entregué a mi sierva en tus brazos”; y esa es la idea. La palabra significa “interior” “rodillas” “en medio” “dentro”. ¿Cómo se va a sentir después que ella misma la puso en sus brazos?  

Ge. 16:4

“Miraba con desprecio a su señora”. No tenía que decírselo con la boca, con los ojos se lo decía todo, “yo soy mejor que tú, tengo un hijo y tú no, eres estéril”. No era algo que se inventaba, era real, y lógico o social. Muy femenina esa satisfacción y autoestima de Agar. Quizás uno no pueda subir en dinero, pero sí con bendiciones familiares.

Ge. 16:6

“Mira, tu sierva está bajo tu poder; haz con ella lo que mejor te parezca”. ¿Le dio permiso para maltratarla? Así lo entendió ella.

Ge. 16:7-12

“El ángel del Señor añadió: Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá contar por su multitud”. Estas palabras dichas por el ángel están en poesía. La historia del Medio Oriente es complicada, por erróneas decisiones humanas y por la voluntad de Dios; Ismael pudo haberse muerto en la infancia o haberlo devorado alguna fiera en sus cacerías; ni lo uno ni lo otro, Dios le prometió también a él una grande descendencia. Si nosotros no hacemos las cosas bien hechas, ¿por qué pedirle a Dios que las haga o las enderece? Dios nos está llamando constantemente la atención hacia él por las guerras entre árabes y judíos. Y los árabes, he oído se multiplican más que los estadounidenses que sólo engendran uno o dos hijos mientras ellos varios, eso significará que para el año 2050 la población árabe será muy grande en Estados Unidos con las consecuencias que tendrá sobre el gobierno republicano y democrático. La política no pertenece a la salvación.

Ge. 16:9

“Vuelve a tu señora y sométete a su autoridad”; es decir, “te maltrata, pero ve para allá, es mejor eso que vagar solitaria, desprotegida y expuesta a peligros; ahí pasas trabajo, pero tienes sustento y protección, la vida fuera de ese lugar pudiera ser peor, Dios está al corriente de tu situación (v.11)”. Dios está vivo y mira. Ella entendería que la mandaba a vivir en un infierno, sin prometerle que Sara la trataría mejor por miedo a perder una criada dos veces.

Ge. 16:11,12

“Y la mano de todos contra él”. El carácter de los unos y de los otros es formado por Dios y siempre estarán ocupados en atacarse y defenderse; son hermanos genéticamente y enemigos en vocación. El problema entre esas dos naciones comenzó en la tienda de Sara.

 

Agar enseña doctrinas a gentiles, israelíes, árabes y palestinos 

Ge. 16:13,14

“Y llamó aquel lugar pozo del Viviente que me ve" 

Para ella en ese momento los dioses no veían o eran indiferentes a los asuntos de los esclavos y las mujeres. Ahora supo que Jehová, el Dios de su amo, veía, le importaban las mujeres y le hablaba a los esclavos. Hace tantos miles de años Agar descubrió el carácter del Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Dios de los evangelios. 

Descubrió allí, o más bien, se le mostró allí, que el que hizo los ojos veía (Sal. 94: 9) y que a ella la miraba con compasión, que no estaba mirándola para hallar sus faltas, su poca fe y sus ultrajes sino su aflicción, la forma de ayudarla, que la estaba mirando no para castigarla por sus pecados sino para acompañarla, para orientarla cuando perdiera el camino, para aconsejarla, darle promesas, sanar su humillación, cerrar sus heridas, darle un corazón más amplio para perdonar. Agar descubrió la omnisciencia de Dios. 

¡Qué consuelo tan grande es conocer la omnipresencia y omnisciencia de Dios!, y que tiene planes tan magníficos y especiales con algunos en este mundo. Y que no está lejos de cada uno de "nosotros" sino que en él "vivimos, nos movemos y somos" (Hch. 17:28). Pero esa relación tan magnífica, de gracia, se puede romper si pecamos contra él. También quiere decir que "todas las cosas están "desnudas y abiertas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (He. 4:12,13; Sal. 139). El que aseguró que las oraciones elevadas con las puertas de la habitación cerradas, también ve todo lo que se hace en ella cuando no se está orando. Salió de la casa con dos doctrinas nuevas en su pequeña teología, la omnisciencia y omnipresencia de ahora su Dios, Jehová, para que aprendamos a vivir con ellas los gentiles, los israelíes y todos los árabes y palestinos. El único y común Dios de todos ellos, Padre de un solo Señor de todos, Jesucristo (Ro.10:12; Efe.4:5).

Ge. 17:1-27

1Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. 2Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. 3Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 5Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 10Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 11Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 12Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 13Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. 15Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. 16Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. 17Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 18Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 19Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 20Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. 21Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. 22Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham. 23Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. 24Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio. 25E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. 26En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 27Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él”.

 

Prepara tu retiro porque te vas

Ge. 17:1 

“Y era Abram de 99 años cuando Jehová se le apareció y le dijo: yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto”. No tiembles mi hijo, yo soy todopoderoso y no hay quien te toque. Lo importante para que dispongas de la ayuda de mi brazo es que seas perfecto, si no pecas nadie podrá hacerte frente”. “Sé perfecto”, sé integro, sé sincero y veraz. No quiere decir que nunca peques, sino que siempre hagas su voluntad. No vivas, viejo de cien años con sentimientos de estar acabando porque eso sucederá cuando no tengas nada que hacer por Dios. O lo has hecho todo. Entonces como Jesús podrás decir “consumado es” o como Pablo, “he acabado mi carrera y estoy esperando una corona de gloria” (2 Ti. 4:7,8). Uno no acaba sino cuando la voluntad de Dios no tiene ninguna nueva orden. Mientras Dios pida algo es que hay tiempo para hacerla. Si Dios te pone en el ánimo que no tienes nada más que hacer sino vegetar en tu retiro y discontinuidad, prepara tu casa porque te vas.

Ge. 17:2,4

“Y yo estableceré mi pacto contigo, y te multiplicaré en gran manera”. Tú miras tu presente y yo miro a tu futuro. Entre tú y yo no habrá pecados sino mis promesas y mi compromiso para ayudarte.

Ge. 17:3

“Entonces Abram se postró sobre su rostro…”. Se postró sobre su rostro como si quisiera decir: ¡Qué pequeño soy y qué grande eres tú! (v.17).

 

Cambios en apariencia pequeños, pero grandes

Ge. 17:4-8

“Entonces Abram se postró sobre su rostro…”. Mientras Abram iba tomando las palabras de Dios, con reverencia él le iba dando más y más. Esa palabra “pacto perpetuo” “seré el Dios de ellos”. ¡Dios mío qué plan tan definido! Por eso Moisés se atrevió a sacar a todo un pueblo para otro lugar, mudarlo completo, con niños, mujeres, casas, todo, para la tierra de Canaán. Dios le dijo “eres un padre enaltecido” (Abram) y con mis bendiciones, cuando cumpla mi propósito contigo serás recordado como “un padre de muchedumbre” (Abraham). Oh bendito Dios, yo quiero ser un padre enaltecido y después un gran evangelista, un padre de multitudes. Continuó siendo un padre enaltecido, pero además de eso padre de muchísimos, con el alargamiento de su vida y nombre. Dios es quien produce nuestros cambios en apariencia pequeños, pero en realidad muy grandes. “Fecundo”, qué bonita es esa palabra que quiere decir “te cargaré con frutos”. “no serás más estéril” “verás, o, mejor dicho, no verás con el curso de los años lo que haré contigo, no importa que no lo veas el mundo lo verá”.

Ge. 17:9-14,23-27

“Este es mi pacto que guardaréis, entre yo y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado”. ¿Eso es todo Señor? ¿Eliminar la carne de sus prepucios? Algo semejante de esto es el bautismo (no un exacto equivalente) “en él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos” (Col.2:11,12). Dios va desde afuera hacia dentro. Enseña al pueblo a tener una señal que es suyo, a tener conciencia que pertenece a un pueblo escogido, una señal íntima y personal. Les enseña las ceremonias. A limpiar lo de afuera del plato. Pero todo eso es sólo el primer paso. Ya estando en el pacto deben aprender a ser santos verdaderamente, luego vienen las leyes del Éxodo y Levítico. ¡Qué precioso es ser bautizados en el bautismo de Cristo, ser circuncidados en el corazón y conocer el evangelio! 

 

Es para que te retiñen los oídos, te rías a menudo y adores mejor

Ge. 17:15-21   

“Entonces Dios dijo a Abraham: A Sarai, tu mujer, no la llamarás Sarai, sino que Sara será su nombre. Y la bendeciré, y de cierto te daré un hijo por medio de ella. La bendeciré y será madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rio, y dijo en su corazón: ¿A un hombre de cien años le nacerá un hijo? ¿Y Sara, que tiene noventa años, concebirá? Y dijo Abraham a Dios: ¡Ojalá que Ismael viva delante de ti! Pero Dios dijo: No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él. Y en cuanto a Ismael, te he oído; he aquí, yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Engendrará a doce príncipes y haré de él una gran nación. Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el cual Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene”. 

 

Dios continuó cambiándole el nombre a toda la familia de Abram. Este fue el día que les cambió el nombre a todos con promesas; ya sus nombres les recordaban el futuro de bendición que tendrían. Pasara lo que pasara recordarían por sus nombres el propósito de sus vidas. Abram, por afligido que se hallara y pensara en su esterilidad, si eso le llevaba a la cama triste debía pensar que ya no se llamaba Abram sino Abraham “padre de una muchedumbre”. Si Sarai se llamaba “mi princesa” “princesas”, del padre, de la madre, de sus ancestros y dioses, a su nombre se le quitaría el posesivo de ellos, o del plural, una i, para ser simplemente libre de todo eso, de tradiciones religiosas paganas. Dios le quitó algo de su nombre para hacerla más suya que de nadie. Ahora sería Sara, a secas. A su esposo le añade, a ella le suprime. Una sola letra, un pequeño cambio en su vida la revoluciona toda. Los pequeños cambios de Dios son importantes. Por una letra también se definió en el concilio de Nicea la divinidad de Cristo, y por cierto una i quitándosela a la palabra “semejante” en griego para que quedara “de igual”. Sara, como si dijera, ahora es hecha por Dios una mujer ortodoxa. Sara comprendió que ahora ella pertenecería a Dios y sería “madre de multitudes”. 

Es maravilloso el origen del pueblo de Israel, de cero, de nada, de lo imposible, como es asombroso nuestro llamamiento, nuestra elección desde Ur de los caldeos, antes que el mundo fuese, nuestra fe, justificación y glorificación. Nos inclinamos reverentes con el patriarca y nos identificamos con su risa. No por incredulidad sino de asombro, y como él diría: ¡me retiñen los oídos! Si uno supiera lo que Dios puede hacer con su vida se reiría, no se lamentaría tanto, no se impacientaría, llenaría su corazón de alegría, estaría contento, aunque tenga 99 años y habitara no en mansiones sino en tiendas. Su religión estaría llena de gozo, adoraría mejor y se reiría más a menudo. 

 

Nadie puede hacernos reír mejor que Dios 

Ge. 17:17,18

“Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rio…”. Nadie puede hacernos reír mejor que Dios.

Abram: No me hagas reír Señor, ya estoy muy viejo para eso, perdóname, pero me tengo que reír, ¡tú tienes cada cosa!, supongo que te refieres a mi buen mayordomo ¿no? 

Dios: No. Me refiero a que vas a engendrar un hijo. 

Abram: Por favor Señor, no juegues conmigo, has dejado envejecer nuestros cuerpos y ¿ahora?”. 

Dios: El tiempo no es importante. Los obstáculos no son importantes. Lo importante es que yo quiera.

Comentario 

No fue una risa de incredulidad sino santa. Sara se rio al oír lo mismo 18:12 y añadió                          “cualquiera que lo oyere se reirá conmigo” (21:5,6). Nadie puede hacernos reír mejor que                   Dios. Las promesas y las bendiciones de Dios nos hacen reír. Cuando Jehová hiciere subir la cautividad de Sion nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanzas (Sal. 126:2; Job 8:21). El diablo hace llorar. El pecado trae la muerte y el sufrimiento. Cuando Abraham vio la gloria de Jesús se gozó de antemano (Jn. 8:56). Isaías igual (Jn.12:41).  David se alegraba cantando, Abram postrándose. La reverencia y la alegría pueden existir juntas. Es la verdadera alegría, una alegría reverente.

 

Mucho petróleo, pero sin la tierra prometida

Ge. 17:20,21

“Sobre Ismael te he oído, tendrá lo que pediste, muchas bendiciones”. Dios le dijo "sobre Ismael te he oído"; significa que Dios siempre oye lo que pedimos para nuestros hijos, aunque no exactamente lo que le pedimos para ellos porque nuestros deseos están regulados por su voluntad y por el propósito que con ellos tenga. Pero siempre nos oye. 

Pero fuera del pacto. Señor, yo quiero bendiciones, pero juntamente con Cristo (Ro. 6:4-6; 8:32); quiero “todas las cosas” o “muchas cosas” pero con Cristo, aunque reciba las bendiciones multiplicadas “con persecuciones” (Mr. 10:30). Nuestro Padre realmente tiene una sola bendición, las otras no se comparan con esa (Ge. 27:38). Caín tuvo bendiciones para su vida, Esaú también las logró, los árabes también, pero no como la iglesia que recibe las bendiciones con promesas (Efe. 6:2); no deseo bendiciones sin Cristo, alejado de la ciudadanía de Israel. "A Ismael también le daré bendiciones, pero no me encerraré en pacto con él", quiso decirle que no serían contadas por justicia sus obras, no sería hijo del Espíritu; tendría nombre y prosperidad, pero sin la promesa de Dios, con lo de Dios; e indudablemente se le dio la circuncisión, pero no el pacto (vv.23-27); ver Gálatas 6:15. Ismael heredó mucho petróleo sin la tierra de la promesa.

Ge. 17:24

“Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado en la carne de su prepucio”. ¿Es muy tarde para convertirse y para bautizarse? No, no es tarde para hacer un pacto con Dios, al final de la vida se puede alcanzar a Dios y arreglar lo que en la juventud se desarregló; aunque te quede poco vívelo con Dios.

Ge. 18:1-33

“1Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron. 9Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. 10Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara dieciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. 15Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído. 16Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. 23Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? 24Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. 27Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. 28Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. 29Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar”.

 

Ge. 18:1-8

Dios representado por tres ángeles. Quizás un avance de la santa Trinidad. Abraham siempre habló a ellos en singular y refiriéndose como “el Señor” no los señores, como nosotros nos dirigimos a tres personas.

Ge. 18:1

“Y el Señor se le apareció en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día”. Fue una sorpresa, no estaba sacrificando junto a un altar. Es bueno cuando el Señor nos visita en nuestra casa. No sólo en el templo. Abram era muy rico sin embargo hallaba tiempo para sentarse un rato (13:2).

Ge. 18:2,6,7

“Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz tortas de pan”. Observa que preparó la cena “corriendo” “de prisa”, apurado. De igual modo los ángeles “dieron prisa a Lot” (19:15). No para que se fueran pronto sino para servirles presto. “En lo que requiere diligencia no perezosos sirviendo al Señor” (Ro.12:11). Se apuró mas no estaba afanado “con muchos quehaceres” (Lc.10:41). Era diligencia. Observa que no le ofreció cualquier cosa sino lo “tierno y bueno” (v.7), porque “si bien hicieres serás enaltecido” (Ge.4:7).

 

Cosas excepcionales con dos viejos, viejísimos 

 

Ge. 18:12-14

12Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo”. 

 

Esa no es una sonrisa de fe, quizás tampoco de completa incredulidad, pero al go escéptica, con alguna reserva. Se tragó su duda y la expresó con una sonrisa. Si Dios quiere rejuvenecer toda la persona, la cara, sin cirugías, las manos, los pies, o una parte nada más, lo hace. Nadie puede volver un cabello que ya está blanco en negro sin teñirlo, Dios sí (Mt. 5:36); siendo rubio (rosado, pelirrojo), volverlo negro como el cuervo (Cta. 5:10). En los vv.10,14 se emplea la palabra “volveré” como “cumpliré”; cuando Dios cumple una promesa está presente. La acción de Dios delata su presencia. Abraham cuando todavía Dios no le había alargado el significado a su nombre (Ge. 12:1; Ge.17:4-6), le da un nombre nuevo que le recordara el significado de su vida, y siendo ambos viejísimos volvieran, por algún periodo de tiempo, a sentir deleite, así le llama con sonrisa Sara a las relaciones matrimoniales, igual o parecido, sin medicinas, pastillas, como el placer que sintieron cuando tenían menos años. Cosas excepcionales que el Creador, y que el que escribe esta nota, casado, padre, abuelo, también viejísimo conoce bastante sobre el asunto como esos dos añejados, que con pocas palabras sabe de lo que Dios y ellos estaban hablando. Y, por su parte, no dice más, aunque quizás deje con ganas de que extienda el asunto los libidinosos pícaros con sus picardías.

 

Ge. 18:15

“Pero Sara lo negó, porque tuvo miedo, diciendo: No me reí. Y Él dijo: No es así, sino que te has reído”. No le dijo: eres mentirosa, sí te has reído. Fue delicado, “no es así” y firme, “sí te has reído”. Dios procura corregirnos sin ofendernos.

Ge. 18:16

“Entonces los hombres se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos para despedirlos”. Cuando uno empieza a hablar con Dios ya no quiere terminar (v.22). Para un creyente (no para un pecador como Caín) la presencia del Señor es el mejor lugar para estar, y dice “hagamos aquí dos enramadas, una para Moisés y otra para Elías” (Mt.17:4). No los dejaba irse porque no habían hablado casi nada; sabía que habían ido para algo más. Si nos postramos ante Dios, debemos decirle “dime algo tú, no me dejes hablar sólo, y no te dejaré si no me bendices” (Ge.32:23-26).

 

Compromete con Dios a tu familia

Ge. 18:17-19

“Y el Señor dijo: ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?”.  

Es una supuesta reflexión divina para explicar por qué se le comunicó con anterioridad a Abraham la condenación de Sodoma. ¿No era mejor suponer que fue para que no sufriera una crisis espiritual cuando se enterara de la muerte de su sobrino Lot? ¿Para que intercediera por él? ¿O para que lo ayudara? Pudo ser por esas razones o más bien sería por la futura conquista de Canaán, para que él ni sus descendientes tuvieran algún escrúpulo en arrasar la tierra, y que su conquista sería en el tiempo adecuado. Esa es nuestra exégesis de por qué los ángeles comunicaron a Abraham el secreto de la destrucción de aquellas ciudades; y la razón que da el escritor sagrado que estuvo en el corazón de Dios fue doble: el propósito de Dios para Abraham, bendecirlo a él y al mundo entero, y su fidelidad para la palabra de Dios en su familia y descendencia, porque “mandará a sus hijos y a su casa después de sí...” que obedezcan las palabras de Dios. “Siendo el gran hombre que lo haré, si ya me he propuesto bendecirlo tanto, si veo que será fiel, ¿qué impide que le revele lo que voy a hacer? ¿No tiene él familia allí? Quizás quiera interceder por ellos, me pida algo para ellos; y veré cómo reacciona cuando sepa el juicio que haré con los impíos”. A Dios le agrada saber y oír, y ver, nuestros esfuerzos para perpetuar la fe en nuestros hijos; por esa razón es que nos concede algo, nos trata como profetas. Oh Señor que yo guarde y mande a mis hijos que guarden tus mandamientos, que sean más obedientes que yo, que tengan más fe. Dios, aquí estoy comprometido, dentro de mi familia, con la continuidad de la fe una vez dada a los santos.

 

Aumento de la homosexualidad

Ge. 18:20-22; 19:13

“Y el Señor dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave”. La versión Reina-Valera dice “el clamor contra Sodoma” en vez de “el clamor de Sodoma”.  No se identifica la persona que clama contra esas ciudades (NET); Calvino parece decir que es el pecado mismo el que clama contra ellos y me creo que tiene razón. Un ejemplo es la sangre de Abel, o sea su asesinato, el pecado de homicidio, clama ante Dios (Ge. 4:10). Dios oye de modo audible el pecado. Sin embargo, pudiera, supondría a otros que oraban. Quizás Lot (2 Pe. 2:7,8). Pudiera incluir sus santos ángeles que no anhelan mirar esas cosas (1Pe. 1:12); segundo, la naturaleza que desea vomitarlos (Lev. 18:26-28), y la creación que gime por causa del pecado de ellos (Ro. 8:22) y desea su redención. Sobre todo, la justicia de Dios clama dentro de su corazón que destruya a esos impíos; y si no fuera porque la misericordia detiene su mano ya lo hubiera hecho. Falta una sola cosa para que el juicio de Dios se ejecute: que el pecado alcance su clímax, “veré si han consumado su obra”, si se han corrompido desde de los adultos hasta los jóvenes y los niños (19:4); y si “ha llegado a su colmo la maldad” (15:16). Hay escuelas aquí en USA y en Europa que quieren enseñar, y algunas ya lo hacen, que la homosexualidad es normal. Cuando en sus escuelas los maestros empiecen a enseñarles que la sodomía es natural, normal. Entonces entre los niños comenzará la homosexualidad. Dios no ha destruido el mundo por esa razón. Ya ha destruido personas, familias, ciudades, naciones, sociedades. ¿Dónde están los creyentes de Nueva York, y hay nueve estados más Washington DC que ya ofrecen casar homosexuales, y han aprobado la legalidad del casamiento entre parejas del mismo sexo? Hasta existen capillas y ministros supuestamente cristianos que los casan. Muy bien si la iglesia clama contra esa sodomía. risa

 

Si Dios lo amara no sería sodomita

Ge. 18:23-33

“Y se apartaron de allí los hombres y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del Señor”. Abraham intercedió a Dios para que no quemara a los impíos con fuego eterno (Jud. 1.7). ¿No intercederé por aquellos que sufrirán el fuego que nunca se apaga, juntos con el diablo? (Mt. 18:8; 25:41). Jesús dijo que ese fuego físico no era todo el castigo pues aún les espera un castigo peor (Mt.10:15) para ser impuesto en el día del juicio. El castigo físico no es todo el castigo por faltas morales. Y eso es la desobediencia a la voluntad de Dios. Serán castigados a la supervivencia de sus conciencias, a sus propios remordimientos, sus mismas hechuras, al fuego del pecado que nunca se extingue (Mt.13:42). Por este texto, cómo podemos decirle a un homosexual que se niega al arrepentimiento y quiere corromper el mismo cielo: Dios te ama, y si Dios lo amara no ¿perecería en sus pecados? Eximen a Dios de la palabra aborrecer. Los homosexuales a los cuales Dios ama se arrepienten de sus pecados y no llegan a juicio, cómo está claro en las conversiones de la iglesia en Corinto (1Co. 6:9,11). Si un homosexual ama a Dios, Dios lo ama a él, y es lavado de su homosexualidad por el Espíritu de Dios. Es un cruel engaño, ni siquiera una mentira piadosa, decirle que Dios lo ama, aunque siga siendo homosexual. Muchos homosexuales mueren creyendo que Dios los ama y que en el día del juicio la pasarán bien. Dios amó a Jacob no porque fuera perfecto, era pecador, pero Jacob lo amaba. Si un homosexual ama a Dios, el homosexual cambia. 

Ge.18:26,28-32

“Entonces el Señor dijo: Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por consideración a ellos”. Si hubiera una pequeña iglesia con 50 miembros, 45,30, o diez miembros, no los destruiré, pero sólo hay un hombre justo, uno solo, Lot, y por amor a él le daré oportunidad a la familia, pero no a más. ¿Y qué diferencia hay que haya una iglesia mayor, más grande, pero si no son santos? Si la sal pierde su sabor, ¿de qué sirve? El juicio del mundo viene cuando las iglesias pierden completamente su santidad y adoptan las costumbres de las gentes. Por algo Pedro mencionando el juicio del mundo dice que el Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros (“vosotros” dicen algunos manuscritos, pero es lo mismo) no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pe.3:9). Y se refiere a los cristianos.

 

Ge. 19:1-33

1Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron. 9Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. 10Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara dieciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. 15Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído. 16Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 22Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. 23Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? 24Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 25Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 26Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. 27Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. 28Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. 29Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 30Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 31Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 32Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar”.

 

No olvidemos la hospitalidad

Ge.19:1-3

“Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma al caer la tarde, cuando Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra, y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la noche en la plaza. El, sin embargo, les rogó con insistencia, y ellos fueron con él y entraron en su casa; y les preparó un banquete y coció pan sin levadura, y comieron”.   Lot vio la dignidad de aquellos transeúntes. Quería tener amigos distintos a los sodomitas, aunque fuera un corto tiempo, para charlar de algo más que no fuera las corrupciones de la carne. Pensó que aquellos tres provenían de Dios y él quería ser amigo de los amigos de Dios. “No” dijeron los tres personajes. Lot “porfió” “insistió”. Los presionó para que se quedaran. Y ellos dijeron: “está bien”. No querían molestarlo y mirar la ciudad. En realidad, Dios venía para casa de Lot, Dios esperaba que lo invitara y que porfiara con él. En realidad, dijo “no” pero no era un no. Un no hasta cierto punto. No cambió la voluntad de Dios que en el fondo era sí. Oh Señor, si fuéramos perseverantes en la oración, si porfiáramos contigo tú entrarías a nuestro hogar y “cenarías con nosotros y nosotros contigo” (Apc.3:20). Y, por último, Dios sabe dónde viven sus elegidos y los visita en sus casas, a veces no en figura humana sino en carne y hueso. “Algunos sin saberlo hospedaron ángeles” (He.13:2). Dios no estaba poniéndole obstáculos y Lot lo comprendió, y por eso no se rindió ante una transitoria y considerada pequeña negativa.

Ge.19:4,5

“Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos”. Si Abraham hubiera visto y oído esto se hubiera quedado menos triste cuando con tanto sentimiento oraba para que no perecieran aquellos homosexuales, se hubiera quedado más conforme  e indignado; no tenían remedio. Aquella gente estaba deseosa de llevar la homosexualidad a la iglesia, a las cosas santas y hasta el cielo. Hubieran hecho homosexual a la religión de Lot... a su Libro Sagrado, y las Tres Personas de la santa Trinidad.

 

Que se casen en Sodoma, no en Jerusalén 

Ge.19:4-7 

 “Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción.  Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente”. 

¿“Hermanos”? ¿Así les llamó a los sodomitas? La palabra hebrea “`ach” (awkh) se puede entender en un sentido amplio. Seguramente que con ese significado extendido fue que Lot la usó para referirse a los sodomitas que buscaban asaltar y violar a los dos ángeles que habían entrado a su hogar. Puede entenderse, ¿que eran hijos de los mismos padres? No. ¿Primos, parientes? Tampoco. ¿Conciudadanos, vecinos? Más o menos, aunque ellos nunca lo tuvieron a él como ciudadano de Sodoma sino como emigrante y extranjero. Si Lot los llamó hermanos pensando que eran seres humanos, bien. Eran moralmente distintos y les quiso llamar hermanos, desbordando amor por ellos, aunque afligido al considerar la conducta de ellos. Él sabrá por qué. No hay objeción. Si les quiso llamar hermanos como si fueran hijos de los mismos padres, aunque no los fueran, o los consideraba así, es un asunto personal suyo y nadie interviene ni objeta. Es un hombre libre y está bien que los trate con respeto y amabilidad, aunque esté enterado que quieren sodomizar su familia que es la iglesia y a los dos ángeles que son el cielo. No necesariamente tenemos que estar de acuerdo con él.

Pero, ¿hermanos en la fe, en la religión, hijos del mismo Dios? Ya eso es otra cosa. No los llamó hermanos en ese sentido. En todo caso pudiera haberlos llamado “señores y señoras” “damas y caballeros”. Esos caballeros y esas damas no forman parte de la iglesia, no pueden ser miembros de ella ni ciudadanos del reino de los cielos. Hermanos sí son los ex-homosexuales mas no activos como en la iglesia de Corinto, y no como éstos que intentan sodomizar a los ángeles.

En la ciudad de Corinto hubo “hermanos” que se echaban con varones fueron “lavados” y “santificados” por el Espíritu Santo (1Co.6:9-11). Si “en el día del juicio será más tolerable el castigo para los sodomitas que para Capernaum” (Mt.11:23), pudiera ser que por las amorosas exhortaciones de pastores como Lot, corteses pero abrumados por “la nefanda conducta” de ellos (2Pe. 2:7), antes que sean llevados a juicio logren que se arrepientan y los libre de esa obsesión sexual pecaminosa, sean perdonados, y vayan con cuerpos ya santificados juntos delante de las ex- rameras y ex - publicanos hacia el reino de Dios.

No Lot, no son hermanos en la fe. Si ellos quieren casarse entre ellos mismos, que el rey de Sodoma les dé su aprobación mas no Jehová, ni el rey de Salem, ni Melquisedec sacerdote del Dios Altísimo, ni Jesús Nazareno el Rey de los judíos vaya a sus bodas y les regale el vino. A esas bodas no van los apóstoles ni la Virgen María. Pueden adoptar niños y criarlos como si fuera un matrimonio heterosexual, pero en Sodoma no en Jerusalén “la ciudad del Gran Rey”. 

 

Ge. 19:8

“He aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón; permitidme sacarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo”. ¿Un alto concepto oriental sobre la hospitalidad? Bien. No bien. ¿Cómo el amor por unos huéspedes puede ser mayor que el de tus hijas? Es una falta de balance. Hay creyentes que dicen, “esto es corbán”, y otros son candil de la calle y oscuridad en la casa y son “peores que los incrédulos” (1Ti.5:8). Mejor hubiera sido decirles: “Me matan, pero no les entrego a ninguna”. Con la excusa de servir a Dios y al público menosprecian la familia. La aspiración última de los homosexuales no es la familia (que nuestras hijas no sean vírgenes y forniquen) sino la iglesia y Dios.

 

Lot no juzgó a los sodomitas

Ge. 19:9,10

“Mas ellos dijeron: ¡Hazte a un lado! Y dijeron, además: Este vino como extranjero, y ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y acometieron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta, pero los dos hombres extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron la puerta”. Los homosexuales toman nuestra negativa al asentimiento de la homosexualidad como un juicio a ellos, una intransigencia, radicalismo, un insulto, menosprecio y discriminación. No hace falta quitarles el derecho de ser homosexuales, sus apetitos quieren más, se ofenden con nuestra santidad, quieren tener derecho sobre nuestra santidad. Sólo basta que no queramos concederle el derecho para corromper lo espiritual y se sienten ofendidos. 

Los ángeles no salieron a discutir con ellos, no les predicaron sermones ni los llamaron al arrepentimiento, ni los fulminaron en ese momento, les aplicaron un pequeño y último juicio, la prohibición de tocar el reino de los cielos, “ceguera”. Una ley justa que retenga la expansión de la homosexualidad es una equivalencia de este juicio por ceguera. Los ángeles extendieron la mano, no sus manos, y guardaron a Lot. La mano de los ángeles es la mano de Dios. El texto hebreo contiene “las manos”; de todas maneras, las manos de los ángeles están al servicio de Dios. La protección de la providencia es la protección de Dios. La última alternativa de la iglesia es protegerse primero y después el exilio, salir de esa ciudad o país; cuando las instituciones espirituales por sí mismas no sean capaces de detener el avance de la corrupción sobre ella.

 

Dicen que no hay diablo, ni juicio, ni pecado ni Dios

Ge. 19:12-14

“Entonces los dos hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del Señor, que el Señor nos ha enviado a destruirlo. Y salió Lot y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: Levantaos, salid de este lugar porque el Señor destruirá la ciudad. Pero a sus yernos les pareció que bromeaba”. ¿Tienes aquí alguno más que quieras que se salve? Los ángeles conocían toda la parentela de Lot, pero les estaban preguntando por los vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc. ¿Quieres que el bodeguero de la esquina se salve? ¿El panadero, el copero, el herrero, el farmacéutico, el médico? ¿Alguien que sea como tuyo (tienes)? Y Lot se quedó pensando un tiempo y le respondió: “no, sólo mis futuros yernos”. Por su mente pasaron muchos nombres: “no, éste no, éste tampoco, no creerán, aunque se les predique, sería como “echar las perlas a los puercos, me despedazarían”. 

Sus ilusiones de salvación con los yernos tampoco funcionaron. Si alguna vez pensó que se convertirían a la fe en este momento se dio cuenta que jamás cambiarían. Allí no había esposo fiel para sus hijas. Tomaron el mensaje como una broma, como si fuera un chiste. Ver algo similar en Mateo 27:47. Les habló del juicio y se rieron queriéndoles decir que no creían esas cosas, y lo que tan solemne les decía lo tomaron como un chiste o una broma porque no creían en un juicio venidero, ni alguien que se ocupara de eso, o sea, si fueran actuales, “no creemos en esas cosas de viejos”, “no hay juicio ni infierno porque no hay diablo, pecado ni Dios”. Y se quemaron en el fuego que no creían con un juicio que pensaban era imaginario.

 

No seas lento para cambiar de compañía y del modo de pensar

Ge. 19:15,16

“Daban prisa a Lot”, como si le dijeran “apúrate que queda poco tiempo, estas cosas deben suceder pronto, la paciencia de Dios está llegando al límite, hay una hora fija y no habrá más oportunidad, lo que está determinado se derramará (Dan.9:7). El tiempo de salvación no es indefinido ni infinito. Nadie sabe el día ni la hora sino Dios y por eso hay que darse prisa. Hay gente que es lenta para salvarse, lenta para creer, lenta para huir. Si Lot empezó con alguna prisa se fue parando hasta que se detuvo, y los ángeles tuvieron que arrastrarlos fuera de la casa. Señor, a veces no basta con tus amonestaciones para que huyamos de la ira venidera y tienes tú que sacarnos personalmente del sitio de juicio. Los sacaron no por las virtudes de ellos sino conforme a la misericordia de Dios. Fue la segunda vez que las manos de los ángeles asían de Lot. Si el Señor no asía de Pedro el apóstol se hubiera hundido (Mt.14:30,31). Siempre tenemos “acá abajo sus brazos eternos” (Dt.33:27). No seas lento para dejar el mundo y el pecado, abandonar las malas compañías, cambiar de modo de pensar y huir hacia Dios.

 

Dios tiene hijos muy extraños

Ge. 19:15-22 

“Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida”. Lot, desgraciadamente, es el tipo de un creyente sincero y con una muy extraña combinación de cosas en su carácter. Uno lo ve y lo oye suplicarle a los yernos que escapen del juicio venidero, y que por alguna razón no lo tomaron en serio (v.14), cuando lo oye discutiendo con los sodomitas por sus huéspedes lo admira, cuando lo escucha ofrecer a sus hijas vírgenes para salvar aquellos extraños, se queda con la boca abierta sin saber si admirarlo o condenarlo; y ahora que se le da la oportunidad de escapar de Sodoma duerme la mañana (v.15) y los ángeles tienen que apurarlo para que se ciña, empaquete lo que piensa sacar y salga pronto de la ciudad.  No sólo iba lento, sino que se paró definitivamente como si el juicio vendría el año próximo y no esa misma mañana (v.16). La palabra no sólo indica que se detuvo, sino que hizo “preguntas” que es el primer significado de la palabra. ¿Qué preguntas? ¿A esa hora? ¿Por qué no las hizo antes? La palabra también indica “dudar” “reluctante”. ¿Dudas de qué tipo? “¿Si me voy o no me voy, si ahora o después, si será verdad o no?”. Reluctante en acabar de huir como si no tuviera muchas ganas de hacerlo y lo hace porque lo están empujando. Cuando se le dice que huya al monte, le parece que está muy lejos y pide que lo dejen refugiarse en una pequeña ciudad mucho más cercana (vv.19,20); “le cambia los planes a Dios con respecto a su salvación”, y elige su propia forma, por decirlo de alguna manera, y luego más extraño aún es el ruego que hace sobre la pequeñez de la ciudad como si por ser pequeña y no importante fuera un motivo para no destruirla por el pecado que también la contaminaba. Además, pensaba que estaría más seguro en una ciudad que en el campo. 

Y todavía más extraño es el relato que se hace al final del capítulo sobre la borrachera que tuvo y cómo durmió con sus dos hijas; de modo que uno se siente inclinado a decir similar a los rabinos: “Este hombre no tiene ni un ápice de fe ni de temor de Dios (2Pe.2:7,8)”. Sin embargo, era un hombre justo, como se da a entender por lo que Dios hizo con él. Muy poca gloria traería a Dios y no serviría de ejemplo para nadie que quisiera inspirarse en algún modelo de fe y consagración. 

Oh, la fe es algo maravilloso, cómo puede desviar el curso de una persona que si se queda en donde está se quema, que posee una fe auténtica sin embargo tan extraña. Cuesta trabajo llamar a una persona tan extraña, hermano, sin embargo, el movimiento de esa vida proviene de la mano de Dios. 

 

Ten cuidado con los pecados pequeños 

Ge. 19:20

 

“Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida”. ¿No es pequeña? “una equivocación”, allí hay poco pecado. ¿Quién le ha dicho que, en una pequeña ciudad, un pequeño barrio, una familia pequeña puede haber pocos pecados? Una ciudad grande tiene más medios de corrupción. La gente puede ser moralmente mejor y eso no quiere decir que está libre de condenación. Y no se reporta que hubiera algún santo en Zoar. Otra equivocación, Dios no va a castigar una ciudad con pocos pecados. Si a Adán lo castigó por uno. Hay muchos ejemplos sobre eso. Pero siendo particular. Esa misma forma de argumentar la usan algunos para lo que llaman pecados pequeños. Se disculpan diciendo que no es de muerte, no es homicidio, no es una blasfemia, no es apostasía. Dicen que mucha gente lo hace, todo el mundo lo hace, es parte de nuestra sociedad y nadie lo condena. ¿Y por eso lo harás tú? ¿Quieres ser condenado con el mundo? Se excusan alegando que se halla entre los santos del Señor, que buenos hijos de Dios lo hacen y continúan siendo cristianos, son gente de experiencia y años en el evangelio, por lo tanto, no debe ser tan grave porque si no, ellos no lo harían. Y unos dicen que facilita la forma de vida porque así uno queda bien con los demás, no se les ofende, pero se les engaña. El Señor también aborrece los pecados pequeños (Cant.2:15).

Ge.19:17-23

“El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar”. Hay quien quiere escapar adonde quiere, desea que la salvación llegue a su modo, velocidad, medios y caprichos. Lot quiere escapar pero pone tantos obstáculos que parece que no quiere, que no tiene muchas ganas de irse o que se salve; esos salen de la condenación pero no van todo lo lejos que debieran.

 

Ge. 19:26

“Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal”.  Eva también miró y en un segundo se convirtió en otra con los ojos abiertos para otras cosas, y transmitió su desgracia a su marido que se hizo solidario y dio aprobación a su desobediencia. La mano no se movería hacia el mal si los ojos no se posaran donde no deben. Mirar para otro lado podría salvar el alma de muchas penas. Mirar hacia el cielo no hacia la tierra. Un pequeño retroceso solamente paraliza las buenas intenciones y frena definitivamente el escape de una desgracia segura. Ver  nota sobre Lucas 17:32

Ge. 19:30

“Subió Lot de Zoar y habitó en los montes, y sus dos hijas con él, pues tenía miedo de quedarse en Zoar. Y habitó en una cueva, él y sus dos hijas”. Se acordó que ese no era el plan inicial de Dios, sino una concesión y vio que los de allí eran igual que los de Sodoma o parecidos y merecían lo mismo. Hombre que era rico, con muchísimo ganado y dinero ahora todo lo que tiene cabe en una cueva. Un ejemplo palpable de que el pecado empobrece.

Ge. 19:29-38

“Démosle a beber vino a nuestro padre y acostémonos con él”. Dos muchachas corruptas; tal vez por mucho tiempo no le dijeron que el embarazo era suyo sino de los novios y cuando lo supo se murió de dolor. Hubiera sido mejor que murieran y no que escaparan para hacerle ese daño al padre. Y del vientre de ellas dos salieron dos naciones, Moab y Amón, inveterados enemigos de Israel. En cuanto el vino sugiere la idea de que lo compraron y eso implica que el relato es muy posterior y no reciente a los acontecimientos anteriores. En realidad, esa borrachera parece más bien que lo drogaron; no se dice explícitamente eso pero hubiera tenido que ser una barbaridad de alcohol para que hiciera lo que hizo sin que dejara trazas en su memoria, la clase de vino que fuera tuvo un efecto similar a un poco de droga dentro de la tasa. Esto no fue una violación sino una seducción por parte de dos muchachas sin principios morales, culturizadas por el libertinaje de la sociedad donde habían vivido.

Ge.19:31

“Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la tierra”. Pensaban que el mundo se había acabado; Lot no las había enseñado a mirar más allá de donde vivían, donde había otras gentes mejores.

Ge. 20:1-18

1De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. 2Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. 3Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.4Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? 5¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. 6Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. 7Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos. 8Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera. 9Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. 10Dijo también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto? 11Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer. 12Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer. 13Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es. 14Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 16Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada. 17Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. 18Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham”.

 

Ge. 20:1,2

“Y Abraham dijo de Sara su mujer: Es mi hermana. Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara”. ¿Por qué se cometen las mismas “faltas, errores” o “pecados”? Uno tiende por la misericordia divina a cometer los mismos pecados, que por la misericordia divina no tuvieron consecuencias, y que fueron usados para bien. Cuando Dios usa misericordia con nosotros y no nos deja caernos en el mal, podemos quedarnos sin aprender la lección que nos dio. A veces para nosotros es mejor recibir las malas consecuencias de nuestros actos para que no volvamos a repetir lo mismo. Si la segunda vez no recibió daño ni perdió su mujer fue por el gran plan que Dios tenía con ellos y porque su pecado haría daño a inocentes personas. Aprendemos más rápido por la ley de causa y efecto, por la ley del pecado, por la justicia de Dios, que por los cuidados de su misericordia.

 

Dios tolera algunas costumbres

Ge. 20:3-6

“¿No me dijo él mismo: “Es mi hermana”? Y ella también dijo: “Es mi hermano”. En la integridad de mi corazón y con manos inocentes yo he hecho esto”. Dios sabe cuándo uno actúa inocentemente y lo protege del daño; no hay que espantarse por las consecuencias que pueden salir de una santa determinación, aunque no parezca sabia y perjudique los intereses. El Señor conoce las intenciones del corazón y las valora (He.4:12). Muchos son los varones hijos de Dios a los cuales el Señor ha protegido interviniendo para que no caigan en tentación, y ha puesto obstáculos, barreras humanas y espirituales para evitar, con su Santo Espíritu que pequen de este modo contra él, contra sus fieles esposas e inocentes hijos. Gracias a Dios por aquellos momentos en que ha obstaculizado un pecado que con ganas se hubiera cometido. Oh Dios que no me lamente cuando procedo con corazón íntegro y manos inocentes. ¿Con qué limpieza de manos y sencillez? ¿No estaba aumentando su harén? El adulterio, bajo la ley de Moisés, es un pecado mayor que la poligamia. Dios en el Antiguo Testamento tolera algunas costumbres sociales que no le gustan.

 

No perdemos fácilmente nuestra vocación 

Ge. 20:7

“Ahora pues, devuelve la mujer al marido, porque él es profeta y orará por ti, y vivirás”. ¿Profeta? ¿Qué clase de profeta que para preservar su vida exponía su mujer al pecado? ¿Cómo es que, Dios más bien no escondió la identidad de Abram y lo hubiera nombrado como un extranjero, un ovejero, un arameo, pero no como uno de sus profetas? Uno dice, ¿qué clase de pastor es ese, que es conforme al corazón de Dios y actuó así? ¿Qué clase de apóstol que negó al Señor tres veces? ¿Qué clase de misionero es ese señor llamado Demas que se fue a Jerusalén y abandonó a sus compañeros? (Hch.13:13) Abram es ante todo un hombre de fe como lo demuestran estos pocos datos históricos de sus peregrinaciones.  A Abram su fe le fue contada por justicia (Ro.4:9) y nació en su corazón antes que fuera circuncidado (Ro.4:12), y ambas son gracias otorgadas por Dios de modo que impulsado por ella fue capaz de preparar un viaje sin conocer su destino (He.11:8), y ni el grado de su fe, ni la circuncisión fue un reparo para que su profesión religiosa fuera probada, y quedara como un ejemplo doctrinal de salvación para el mundo entero (He.11:17). Y regresando a los problemas externos que tuvo que enfrentar su matrimonio cuando otro hombre quiso romperle la unión con Sara su mujer, Dios no se avergüenza fácilmente de nosotros y no perdemos nuestra vocación por un acto loco. A pesar de toda su vida de oración no se extingue y la eficacia de sus intersecciones permanecen en acción y Dios las escucha y concede vida por ellas.

 

Tú me abriste el gusto por la pornografía 

Ge. 20:9

De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos. Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera. Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. Dijo también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto? Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi muJe. Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por muJe. Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es. Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer”. 

El pecado de adulterio es un pecado llamado "grande", y eso lo dijo no un santo y fiel de Jesucristo sino un pagano, uno que no pertenecía al pueblo de Israel, pero sabía que era una falta moral enorme y que las consecuencias siempre serían grandes y perjudicarían no solamente a una familia sino a todas las familias de la nación. Y Abimelec tendría muchas faltas, pero no quería añadir a ellas una más, la del adulterio, la mujer que Dios le había dado a otro y que se habían jurado ser fieles entre ellos. ¿Por qué conquistar la mujer de otro hombre, robársela, si ya tiene una? Abimelec, un idólatra, un polígamo pagano reprendió al hijo de Dios y le dijo que eso no se hacía. 

Trata de que otro no te culpe de haberlo expuesto al pecado. ¿Cómo justificarás ante Dios las acusaciones de que desgraciaste su matrimonio, trajiste vergüenza a sus hijos engendrando medios hermanos? O yendo a otra clase de pecados, que te digan, “a mí tú me iniciaste en el uso de drogas, tú me enseñaste a tomar cervezas y bebidas fuertes, me iniciaste a usar el teléfono móvil (celular) para enviar textos sucios, para iniciar una relación pecaminosa y para mirar videos pornográficos, tú fuiste quien me abrió el gusto por la pornografía”.

Ge. 20:11

"No hay temor de Dios en este lugar y me matarán por causa de mi mujer". Tenía razón en lo que estaba diciendo y en este temor que había en su pecho, que aquella era una sociedad bárbara, sin ética rigurosa y moral alguna, lo que llamaríamos hoy o por lo menos estamos en vía de una completa secularización, como algunos piensan, donde el temor de Dios va paulatinamente desapareciendo y como consecuencia la sociedad es afectada enormemente y se suceden los actos violentos, suicidios, maltrato doméstico y homicidios callejeros. Si el temor de Dios desaparece de una sociedad, que no espere que el comportamiento ciudadano continúe pacífico y sea obediente a las leyes.

Ge.20:12

“En realidad es mi hermana, hija de mi padre”. Medias mentiras.

 

Cuando decirle adiós a la salvación de tu marido

Ge. 20:13

“Y sucedió que cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije a ella: “Este es el favor que me harás: a cualquier lugar que vayamos, dirás de mí: Es mi hermano”. Sara no debió aceptar esa proposición; tal vez pensaba que no era tan hermosa como su joven marido pensaba o que tal cosa nunca ocurriría; y ocurrió. De veras que cuando la Escritura dice que ella le llamaba “señor”, así lo era, estaba tan sujeta a su marido como al “Señor”, era su completa sierva. El Espíritu Santo alaba a Sara por esa dependencia de su esposo; pero si se me permite un poco juzgar su obediencia con los ojos de un gentil salvado por la gracia de Cristo y en el siglo XXII, a mí me parece, que, aunque no pudo por el siglo en que vivió su matrimonio, ella no debió haber aceptado tal proposición, diciendo una mentira por causa del miedo de su marido. Una mujer nunca debe aceptar una proposición de su marido que la conduzca a pecar contra Dios. Tal vez pueda aceptar que él le prohíba que vaya a la iglesia y que los hermanos la visiten en su hogar porque él no quiere verlos allí, es el dueño de la casa, pero lo que sí no puede aceptar, aunque esté sujeta a él como su esposa, es que él le prohíba que lea la Biblia, que ore y que lo trate cristianamente. No debe aceptar acompañarlo a lugares pecaminosos para recrearse juntos con alegrías carnales delante de los ojos de todos, porque eso va en contra de sus principios cristianos, contra Dios y contra la salvación de su esposo. Aunque ella le llame “señor”, él no es su Señor o su Dios; puede obligar su cuerpo mas no su espíritu y manchar su alma. A nadie podemos dar la obediencia que damos a Dios ni ser incondicionales a ninguna persona como lo somos a Dios. “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”.  Si una mujer acepta una proposición pecaminosa que le hace su marido, que le diga adiós a sus deseos que él se convierta a Cristo, que se despida de la salvación de él y de los hijos. El marido incrédulo debe “ser santificado en la mujer”, y ¿cómo le podrá reprochar un pecado que ella misma cometió? Si el marido la obliga a pecar y ella por más que opuso resistencia no pudo, entonces él debe darse cuenta que no lo disfrutó, que tiene remordimientos de conciencia, que se siente triste y enlutada, y que vierte lágrimas por la miseria en que ha caído. Así él se dará cuenta que tienen dos conciencias distintas, que una es leal a Dios y la otra no y que ningún pecado hará feliz a su buena esposa. Si un esposo propone a su compañera que vaya con él a pecar y si se niega irá acompañado con otra persona, ella debe dejarlo ir solo y orar por él, por su matrimonio y por sus hijos y pedir el auxilio de las oraciones de sus hermanas en la congregación. El pecado que él cometa sin ella no lo hará dichoso, y pudiera repetirlo, pero se cansará y se aborrecerá a sí mismo. Y hay otra forma de pararlo que no es orar sino hablar sobre la posibilidad de la separación si no refrena sus gustos adulterinos. 

Ge. 20:16

“Y a Sara le dijo: Mira, he dado a tu hermano mil piezas de plata; he aquí, esta es tu vindicación delante de todos los que están contigo, y ante todos, quedas vindicada”.  Por causa de su esposo nadie te mirará tu belleza, ni querrá tomarte por mujer; por tu persona todos tendremos los ojos tapados, o será para ti como un velo que te oculte el rostro; “vindicada” ¿se puede con dinero vindicar la humillación que sufrió? ¿Por qué ha de ser vindicada de su matrimonio, del daño que su esposo le hizo? Sólo Dios podría restaurarla, sólo Dios la vindicaría, ni el dinero ni las disculpas.

Ge. 20:18

“Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec”. Se supone que ella estuvo varios meses en aquel harén.

 

21

1Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. 2Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. 3Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. 4Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. 5Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. 6Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. 7Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez. 8Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. 9Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 11Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. 13Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. 14Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 15Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 16y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. 17Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 20Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. 21Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. 22Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. 23Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. 24Y respondió Abraham: Yo juraré. 25Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. 28Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte. 29Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 30Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos. 32Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. 33Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. 34Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días”.

 

Ge. 21:6,7

“Y dijo Sara: Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo”. Se acordaba cuando se rio detrás de la puerta, o tal vez allí se rió de asombro o incredulidad, pero ahora se ríe de gozo, porque estaba de fiesta (Ge.18:12). Una cosa es la risa de un incrédulo y otra la de un cristiano, no suenan iguales ni tienen la misma luz en los ojos. Los mandamientos, las promesas y los actos vigorosos de Dios siempre nos hacen sonreír, y mejor que eso nos estimulan la imaginación y reactivan nuestra fe.

Ge.21:8

“Y el niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado”.  El tiempo quedaba a discreción de los padres, pero algunos rabinos dicen que, a los dos años, otros a los cinco y hasta más. Debemos hacer una fiesta cuando nuestros hijos espirituales ya no tomen leche sino alimento sólido (He.5:12-14); cuando dejen lo que es de niños (1Co. 13).

Ge. 21:9,10

“Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a luz a Abraham burlándose de su hijo Isaac, y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac.” No era para tanto, todos los niños lo hacen, que se pelean unos contra otros, lo malo es cuando los padres le dan tanta importancia como Sara. Ella lo sabía y le dijo a Abram que era por cuestiones de herencia (v.10). 

Ge. 21:11

“Y el asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo”. Es cierto que es un hijo natural, pero es su hijo.

Ge. 21:11-13

“Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia”. Cómo no me va a parecer grave, y angustiarme Señor, cómo no me dolerá, estoy muy triste, lo extrañaré y esta situación me partirá mi viejo corazón. Sólo tú me podrás ayudar dándome consuelo. Fue un grave error haber empezado esto y muy doloroso terminarlo, dame fuerzas para volver a los planes iniciales conmigo, ayúdame a hacer lo que debo y no sufrir más. Continúa Señor tus planes iniciales conmigo, los que escribiste en la eternidad, antes que tu mundo fuera hecho.

Ge. 21:13,14

“Y también del hijo de la sierva haré una nación, por ser tu descendiente “. Salió con pocas cosas y una gran promesa; al principio no fue fácil y anduvo de un lugar para otro, perdida. Tal vez le dio dinero.

 

No somos toda la historia sino un poquito de ella

Ge. 21:15-21

“Y el agua en el odre se acabó, y ella dejó al muchacho debajo de uno de los arbustos, y ella fue y se sentó enfrente, como a un tiro de arco de distancia, porque dijo: Que no vea yo morir al niño. Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios abrió los ojos de ella, y vio un pozo de agua; y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. Y Dios estaba con el muchacho, que creció y habitó en el desierto y se hizo arquero. Y habitó en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto”. 

Observa en conjunto las grandes enseñanzas del texto, aunque se trate de Ismael y no de Isaac; quizás lo que te llame la atención sea la crueldad que usaron con Agar e Ismael, o el ángel que le habla desde el cielo y le dice que allá arriba oyó al niño gritar, que Dios siempre oye cuando los niños oran y lloran, que todas las oraciones de los niños suben rápido al cielo, y no hay por qué preocuparse pues muy cerca de ellos está una fuente con agua. Pero esas cosas son las más pequeñas, el pasaje tomado en conjunto no enfatiza la providencia divina sino el propósito de Dios; el mensaje más grande para la madre y el niño es que Dios hará del muchacho una nación muy grande (los árabes). Por supuesto, que, si el niño tendrá tantos descendientes hasta formar una nación, su supervivencia se hallaba asegurada. No le dice: “No le faltará nada” ni “tendrá un futuro brillante”, pero nada le faltó. No se lee que Agar haya tomado un esposo para que la mantuviese a ella y a su hijo, ni que se haya empleado como criada en la casa de algún señor. Aunque no se dice, puede que Abrahán la haya despedido con bastante plata además de pan y agua. Si Dios le promete lo grande, lo pequeño se halla incluido porque “¿cómo no nos dará con El, todas las cosas?” (Ro. 8:32). La Escritura mira el propósito de Dios para nuestra vida no sobre la base de la culminación de necesidades personales, sino como parte de un conjunto, no individualmente sino colectivamente, en cuanto al significado que tenemos para el grupo, la familia, pero más que eso, la nación y el mundo. Su propósito es su plan y su plan es colectivo y lo concibe sobre la base de nuestro rol en la historia como parte de un plan global con el mundo y con la iglesia. 

La realización de nuestra persona, de nosotros individualmente, no es lo que cuenta sino nuestra participación, junto con otros muchos, en llevar a cabo la historia dirigida por Dios. Personalmente puede que haya cosas que no obtengamos nunca y debemos abstenernos de satisfacernos por medios pecaminosos, su plan no puede incluir siquiera que lleguemos a ser felices, sino útiles, y no obstaculizar el plan general de Dios para el mundo, del cual usted y yo formamos una parte. La Biblia recoge más la historia de naciones que de individuos. Ni tú ni yo somos toda la historia de nuestro pueblo, de nuestro país, del mundo, sino un poquito de ella. 

Ge. 21:14

“Se levantó y ella se fue y anduvo errante por el desierto de Beerseba”. En tierra ajena como un nómada.

 

Madre e hijo llorando

Ge. 21:16,17

"Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró”. La que lloró fue la madre, Agar.

Ge. 21:20

“Y Dios estaba con el muchacho”. Mira como Dios le da cosas buenas a la gente y las acompaña sin darles participación en su reino. Y se hizo tirador de flechas y cazador, y una persona ágil, sin miedo a la muerte, ruda y decidida.

Ge. 21:22-24

“…ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad, sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido”. Le tenían miedo a las bendiciones de Dios, a su compañía, a los propósitos Suyos.

 

Si sabes cuál es la voluntad de Dios, no le pidas a nadie su opinión 

Ge. 22:1-8

1Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.3Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 7Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos”.

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos”. 

 

Sabía que lo que Dios le pedía nadie se lo aprobaría, nadie lo entendería, ni Sara ni sus criados, y mucho menos Isaac. Sobrarían las opiniones. El pedido de Dios levantaría oposición y se necesitaba mucho entendimiento espiritual para aceptar la demanda; por eso Abraham no se lo dice a nadie, o le dice solamente la mitad de lo que Dios quería de él, pero la parte más importante del plan de Dios para su vida se la calla. De haber dicho algo todos pondrían el grito en el cielo y hubieran gritado al unísono un estruendoso ¡No! 

Pocas veces debemos preguntarle a la gente cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida. Uno no debe someter a juicio de ajenos lo que sabe que es la voluntad de Dios, no se debe recoger la opinión de ellos, y en ocasiones ni informarles, para que nadie nos impida cumplirla. ¿Debes consultar con otros si amarás a Dios con todas sus fuerzas? ¿O a tu prójimo como a ti mismo? No. ¿Si dejarás el pecado? No. ¿Si recibirás el Espíritu Santo? ¿Si dejas el mundo y las cosas que están en el mundo? ¿Si te bautizas en Cristo? No. ¿Le vas a preguntar al mundo si lo crucificas? ¿Si crucificas el pecado, si lo mortificas?  ¿Al diablo si ya no le servirás más? ¿Permiso a la sociedad para creer en Cristo? No te hace falta la aprobación de todos para obedecer la voluntad de Dios que es siempre lo mejor para tu vida. 

 

La fe no se ve tanto por lo que se adquiere, como por lo que se quita o pierde 

Ge. 22:1-14

“...9Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 13Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto”. Otra traducción, y quizás la mejor, sería “en el monte de Jehová será visto”. El pasaje así coordina un mejor sentido. Y dado que el lugar es el monte Moriah donde se habría de edificar el templo de Salomón, o sea el monte Sion, las palabras tienen el alcance de una profecía.

¿Por qué no le puso por nombre “liberación de mi angustia”? El nombre va dirigido a instruirlo, y a sus descendientes, en la doctrina de la providencia en toda la vida y primeramente en relación con el culto, de dar a Jehová lo mejor que se posea, y nada tiene más valor que un hijo. Por qué no dijo: he aprendido a amar a Dios, sobre todo, a no negarle nada, ¿si esa parece que fue la intención? Lo que aprendió lo aprendió para sus descendientes, que supieran que en comunión con el Señor les sería provisto para servirle; no habría excusa para abandonar las ofrendas y sacrificios por el pecado. También el relato tiene el propósito escogido por Moisés para fortalecer la centralidad del culto en la vida del pueblo. 

Otra razón para contar este episodio quizás sea la ratificación de la promesa dada (vv. 15-18; 12:14-16) y, teniendo en cuenta la posteridad, incluyéndonos, hacernos mejores creyentes. ¿Quieres que Dios cumpla sus promesas en ti? Tienes que ser un mejor hombre de fe, más obediente, no negarle nada y negarlo todo por él (Lc.14:26). La fe no se muestra tanto por lo que uno adquiere sino por lo que se quita, lo que entrega, lo que pierde. Son renuncias lo que demuestran la fe, no adquisiciones. Como ya he sugerido, el relato está recogido con el fin de enseñar a confiar en la prueba de la fe en la providencia de Dios; que, si él tiene la preeminencia, en todo él proveerá. Dios es inmutable; por lo tanto, siempre se mostrará providencial. Hay una palabra que a Dios no le gusta; por eso se la dio a Abraham, "rehusar", y la emplea un par de veces (vv.12,16). Y Moisés enseñó que a él tampoco le gustaba. A la Ley no le gusta. 

La fe que justifica no está relacionada tanto a ninguna otra doctrina como a la providencia de Dios, donde ella se asegura y se muestra por la obediencia, sin incertidumbres ni inconstancias. Si somos justificados como Abraham es “por fe y para fe” (Ro.1:17). La primera fe corresponde a la salvación y la segunda a la vida. Es una misma. Se conoce la primera por la observación de la segunda.

Ge. 23:1,2

“Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella”. Duelo, según la costumbre se sentaba en el suelo por un tiempo y entonces rompía a llorar. Es conmovedor ver a un anciano llorando y con los ojos llenos de lágrimas mirando el cadáver de su muJe. Lloramos aunque sepamos que partió para estar con Jesús. Habían envejecido juntos. Tuvieron problemas, no económicos sino familiares, sin embargo vivieron juntos toda la vida. Se dice que Abram le dolió mucho cuando le llevaron a Ismael pero no dice que llorara por Agar. Por Sara sí. No se llora por una transitoria amante sino por la mujer de siempre. Cada vez que miraba su lívido rostro se le partía el alma y le salían lágrimas del corazón. 

 

La muerte arranca la esposa de nuestro lado, pero no del corazón.

Ge. 23:4

“Peregrino soy entre vosotros, dadme en propiedad una sepultura para que pueda sepultar a mi difunta”. A mi muerta. No tenía un terreno previamente comprado, pero tenía dinero para enterrar a los suyos donde murieran (23:1-20). No hay que escoger previamente el lugar donde uno será sepultado, si se tiene dinero para enfrentar los gastos cuando la providencia quiera. Lo que sí hay que prever para la muerte es dónde irá el alma y si el cuerpo será sepultado con la esperanza de la resurrección. 

Obra con sabiduría en relación con tu cuerpo y alma, y no te olvides de lo más importante, no morir en tus pecados. En el texto LBLA introduce una palabra para aclarar el sentido y es “apartarla”, para “apartar el cadáver de delante de mí”. Ese posesivo me indica la ternura y la montaña de dolor que sentía. Definitivamente todavía era su mujer, después de muerta. Luego diría “se me murió mi mujer”. La muerte arranca la esposa de nuestro lado, pero no del corazón. El autor español Miguel Delibes cuando se le murió la mujer dijo: se me ha muerto la mitad de mi corazón, la mejor mitad.

 

El entierro de una esposa, o, ahorra para tus muertos

Ge. 23:15

“La tierra que vale cuatrocientos siclos de plata, ¿qué es eso entre tú y yo? ¿Qué es esta cantidad de dinero entre tú y yo? Somos ricos los dos. ¿Por qué nos vamos a pelear por una cantidad pequeña o grande? Abraham no quiso aquel dinero, quiero decir regalada, además era fingido el desinterés del heteo, un espectáculo. De paso, nota las dos veces que hace reverencia, o se inclina delante de los hijos de Het (vv.7,11). Un hitita. Se debe tratar con respeto a quienes no son iguales que uno. Un negocio se hace con respeto. 

Otra cosa: mira las veces que estos ajenos, quizás amigos le llaman al cadáver de Sara “tu difunta” pero Abraham le llama “mi muerta”. Hay un mundo de diferencia y dolor entre tú y mi (vv.4,6,8,11,13,15). Así pasa en todos los funerales. Muchos están allí, conversan y hasta se ríen, entretanto unos pocos son los genuinos dolientes, los otros son acompañantes y adornos. De todos modos, la presencia del grupo anima porque se comprende que la identificación completa es imposible y eso de “acompaño tus sentimientos” es más una fórmula convencional que una expresión auténtica. Todos comprenden eso. Ellos comprendían que todo el dolor era de él, no de ellos, y hacían lo que podían siendo amables y generosos con él porque supondrían cuánto estaría sufriendo. 

Y al llegar el inevitable momento de sepultar su muerta, metió la mano en el bolsillo, o en el cofre y pesó las alhajas, anillos, collares, brazaletes o monedas legítimas, y pagó sin problemas todo el costo de la luego muy famosa tumba en Macpela. Hay que proveer para ese entonces y no acudir a la caridad pública. Ni a la incineración de un cuerpo muy amado, que se lleva muy sublimes e íntimos secretos.

Ge.24:1

“Abraham era viejo, entrado en años; y el Señor había bendecido a Abraham en todo”. “En todo”. En la familia, en los negocios y en su vida espiritual. Con salud, dinero. Bendiciones de abajo y de arriba.

Ge. 24:2-4; 47:29-31 

2Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,3y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;4sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac”. “2Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,3y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;4sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac”. “29Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. 30Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como tú dices. 31E Israel dijo: Júramelo. Y José le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama” (Ge. 47:29-31).

 

Es un rito que por mucho tiempo fue practicado en India, Etiopía y Egipto. Hay comentaristas antiguos que piensan que esta ceremonia tenía que ver con los genitales y la sagrada continuación de la familia y con el origen de la circuncisión. La palabra muslo, una parte suave, se coloca como un eufemismo de lo otro. Un israelita no debe casarse con nadie que no sea de la descendencia espiritual suya; no porque le vaya a ir bien o mal en el matrimonio sino porque estamos formando un pueblo especial para Dios. Las creencias importan tanto o más que la belleza.

Ge.24:7 

“El Señor, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra donde nací, y que me habló y me juró, diciendo: "A tu descendencia daré esta tierra", él mandará su ángel delante de ti, y tomarás de allí mujer para mi hijo”. Le quiso decir que no se preocupara; sabía cómo Dios actúa porque así lo había hecho con él, y en realidad el siervo nunca vio ningún ángel, pero la providencia lo guio y sucedió como Isaac le había dicho. Confió enteramente la selección de la mujer de su hijo al encargo divino, y Dios no falló a su fe. Y el ángel estuvo allí, en espíritu.

Ge. 24:9

“Y el siervo puso la mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto” Posiblemente en sus genitales. Una cuestión de vida o muerte, como aquel moribundo pidió (47:29).

Ge. 24:12

“Y dijo: Oh Señor, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy, y que tengas misericordia de mi señor Abraham”. Diría, oh Señor, haz que mi hijo tenga buen encuentro y halle una mujer conveniente para él. Ten misericordia de mí para que su elección no sea de amargura de espíritu (26:34,35) para mí y mi mujer; que elija sabiamente una creyente y una ayuda idónea. (Dios oyó esa oración y mi hijo ya tiene cuatro hijos con una excelente esposa). El buen funcionamiento del matrimonio de los hijos es una misericordia para los padres de ellos. Ver a sus hijos felices y caminando, con los nietos, con Dios. 

 

 

Me da miedo estar solo

 

Ge. 24:12-16 

12Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. 13He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. 14Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor. 15Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro. 16Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía”.

 

Que sea la joven a quien yo diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, y que responda: “Bebe, y también daré de beber a tus camellos”, la que tú has elegido   para tu siervo Isaac; y por ello sabré que has mostrado misericordia a mi señor”. Ora, siempre ora por eso hijo mío, y no elijas porque la doncella te cautiva con su belleza, sino porque la providencia te la señala; recuerda que estás buscando una mujer adecuada y no sólo bonita. Si confías en la providencia la encontrarás (v.21). Hay una mujer destinada para ti, o “señalada” por el dedo divino (v.44). Es sabio notar cómo estos antiguos solían confiar a la providencia de Dios eso de la unión matrimonial, y parece que eran menos instintivos que los creyentes del siglo XXI. 

 

Ge. 24:21

“Entretanto el hombre la observaba en silencio, para saber si el Señor había dado éxito o no a su viaje”. Ya sabía que Dios lo estaba prosperando, pero se quedó callado para no ayudar la respuesta a su oración. Para estar seguros de la voluntad de Dios hay que esperar. A Dios no hay que ayudarlo a contestar nuestras peticiones, con sus dos manos bastan. Yo sé lo que le pasó a Saúl y a otros, por apurarse en impaciencia.

Ge. 24:1-26 

1Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo. 2Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, 3y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; 4sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. 5El criado le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra. ¿Volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste? 6Y Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá. 7Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo. 8Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo. 9Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio. 10Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 11E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua. 12Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. 13He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. 14Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor. 15Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro. 16Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía. 17Entonces el criado corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. 18Ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber. 19Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber. 20Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 21Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no. 22Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez, 23y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos? 24Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar. 26El hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová”. 

Eso fue lo único que hizo cuando se dio cuenta que la providencia había llevado sus pasos hasta allí, donde él quería. Después se contarían recíprocamente muchísimas cosas que el texto abrevia, pero la esencia de sus andares se resumió en esa muda oración, que fue solo una reverencia a Jehová, y silencio. Cuando no existen palabras ni hay tiempo, una inclinación de respeto a Dios vale, un saludo con la mano o un beso al aire, que nadie oye ni ve.

 

Ge. 24:27

“Bendito sea el Señor, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de mostrar su misericordia y su verdad hacia mi señor; y el Señor me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi señor”. No comenzó a saltar o abrazar a la muchacha ni a cantar; lo primero no fue contarles a otros lo que Dios había hecho con él, testificar, sino postrarse y orar, no primero ir y mostrar la gracia divina sino la adoración privada. No sustituyas la adoración por el evangelismo. Ni viceversa.

Ge. 24:34,35

“Y el Señor ha bendecido en gran manera a mi señor, que se ha enriquecido, y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos”. Lo primero que le dijo fue la situación espiritual. ¿Tiene importancia a la hora de decidir? Sí. El dinero no es todo, pero está incluido junto a las bendiciones del Espíritu Santo, la vida bajo las promesas, la centralidad de ella, su visión, etc.

Ge.24:32-49

32Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían. 33Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla. 34Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham.35Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene. 37Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito; 38sino que irás a la casa de mi padre y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo. 39Y yo dije: Quizás la mujer no querrá seguirme. 40Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre. 41Entonces serás libre de mi juramento, cuando hayas llegado a mi familia; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento. 42Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije: Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando, 43he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual dijere: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro, 44y ella me respondiere: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; sea ésta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor. 45Antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le dije: te ruego que me des de beber. 46Y bajó prontamente su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos. 47Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos; 48y me incliné y adoré a Jehová, y bendije a Jehová Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo. 49Ahora, pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la siniestra”.

 

Dios ha hecho todo lo que le pedí, más aún, de la forma que se lo pedí. Lo mejor que puede ser y pedir es que su hija haya sido providencialmente elegida para un hombre. Se postró sobre su rostro como lo haría un pastor. No siempre más a veces Dios accede a darnos lo que le pedimos y de la misma forma que lo pedimos para que no tengamos duda de su respuesta y consideremos su condescendencia. 

Ge.24:40

“El Señor, delante de quien he andado, enviará su ángel contigo para dar éxito a tu viaje”. Ya he dicho que no vio ningún ángel, pero seguro que lo tuvo, en la invisible providencia divina. Esa es su gran confianza basada en su experiencia espiritual, digo, en su experiencia cristiana, porque conoce cómo es el Señor y que su vida tiene valor delante de él. Una experiencia permeada con fe. A veces no sacamos fe de lo que hemos vivido y por supuesto no tenemos palabras de fe para otro, y para el trabajo que hacen en nuestro favor. Esta versión que dice “el Señor en cuya presencia he andado” suena bonita y parece el lenguaje de un profeta en labios de un criado. Así he hablado yo, que habiendo sido plebeyo, sin sangre azul, y trabajando en el muladar, he sido sentado con los príncipes del pueblo escogido, predicado y conocido a Jehová como un profeta, como los príncipes de su pueblo.

Ge.24:49

“Misericordia y verdad”; ¡qué hermosa y consoladora unión!

Ge.24:50

“Del Señor ha salido esto; no podemos decirte que está mal ni que está bien”. Habrá querido decir, “sea hecha la voluntad de Dios, no tengo objeción porque si algo sale de Dios hay muchas cosas buenas que decir”. A pesar de la mezcla de superstición que pudiera tener su conocimiento.

Ge.24:52

“Y sucedió que cuando el siervo de Abraham escuchó sus palabras, se postró en tierra delante del Señor”. Este hombre en toda su misión se postraba ante Dios; no era un experto en escoger mujeres para otros. No confiaba en sus ojos sino en los de Aquel que mira el corazón. Abraham envió un santo para que descubriera la novia; un hombre que vivía las doctrinas que le había enseñado, especialmente confiaba en la providencia de Dios (v.26). No la escogió porque fuera la más bonita ni porque fuera simpática. El miraba hacia donde apuntaba el destino, el dedo de Dios.

Ge.24:58-60

58Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré. 59Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres. 60Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos”. 

Estas palabras suenan como si esta familia ahora supiera o ya supiera el destino de todos ellos, supongo desde que Abram dejó Ur de los caldeos, que conmovió la ciudad con su partida a un lugar incógnito. O era la ambición de todos ellos, fundar naciones, ser trascendentes por sus descendientes, en número. Una santa ambición espiritual tenemos en Cristo, que nuestros descendientes espirituales nazcan por millares y la nación de Jesús sea inmensa como la arena del mar. Un gran, único y santo testimonio, siempre tiene alguna trascendencia. Puede que muera sin verlo, pero una vida piadosa, arrojada a los pies de Jesús, como el grano de mostaza que se planta en un sitio, llegará a ser una frondosa hortaliza en el huerto de Jehová. 

Ge.24:60

“Que tú, hermana nuestra, te conviertas en millares de miríadas”. No le desearon que fuera feliz y rica sino la madre de una nación poderosa.

 

 

La esposa, un consuelo cuando muere la madre

Ge. 24:62-67

62Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habitaba en el Neguev.63Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.64Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello  65porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.66Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho. 67Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre”. 

 

¿Meditar? ¿Un filósofo?  Si se traduce “comunión” cae también bien, porque saldría a tener comunión con Dios. Es una palabra de significado incierto.  Reflexionar encaja mejor. Calvino dice que la palabra significa tanto meditar como orar, y que parece que él vivía en otra tienda que la de Abraham.  Salió para hablar con Dios, pensar en su ley; buscar su luz sobre sus asuntos, es decir “meditar en sus caminos” (Hag.1:5-7). Y si salió porque estaba triste y quería estar solo con su dolor y verter su corazón a Dios en oración, hacía muy bien en alejarse del grupo y sumergirse en la soledad. Y fue a ese pozo para reavivar su fe en la doctrina de la omnisciencia y providencia de Dios. En nuestra vida constantemente debemos revivir en nuestras mentes esas dos doctrinas, especialmente como Isaac cuando estaba pasando una crisis por la muerte de su madre. Señor ¿ves lo que me pasa? ¿Proveerás para mí? ¿Te interesan mis asuntos? ¿Conoces mis preocupaciones? Y son preguntas que se le hacen a Dios, a su omnisciencia, y se sigue esperando en el asunto. “Entonces Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca y ella fue su mujer, así se consoló Isaac de la muerte de su madre” (v.67). Habían transcurrido tres años desde la muerte de Sara. Las mujeres, los esposos y los niños tenían sus propias tiendas. La esposa empezó a llenar el vacío dejado por su querida madre y convirtiéndose en otra madre. No hubo alguna ceremonia, sino el paso de una tienda para otra, y comúnmente con una fiesta, lo que aquí no ocurrió. El largo, feliz matrimonio es más que una bendición sacerdotal o pastoral, es la unión consumada y hecha por Dios. Para siempre. Envejecer y morir unidos. “Entonces Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca y ella fue su mujer, y la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre” (vv.66,67). Tal vez es la esposa la única persona que puede consolar al hombre cuando se le muere la madre. Si Dios no hubiera dispuesto que todos nuestros afectos tengan sustitutos viviríamos muy desconsolados después que perdiéramos, privados por la vida o las circunstancias, a alguien (Mt.19:29,30).

25:5,6

5Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. 6Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental”. Dios da todo lo que tiene a los que son nacidos del Espíritu Santo; a los nacidos de la carne sólo dones. No recuerdo bien si Abraham tenía concubinas mientras Sara vivía, exceptuando a Agar.

Ge. 25:8

“Abraham espiró y murió en buena vejez anciano y lleno de días, y fue reunido a su pueblo”. “Esa expresión es usada en tiempos antiguos y significa unida con otros espíritus que han partido. Moisés la usa once veces (Ge. 15:8, 17; 35:29; 49:29, 33; Num.20:24-26; 27:13; 31:2; Dt.32:50) y una vez en Jueces (Jue.2:10). No significa que lo echaron junto a otros difuntos. Todos los espíritus iban al Seol-Hades antes de la resurrección de Cristo, pero permanecían en dos compartimentos” (Dake, notes). Yo lo pondría en presente, los espíritus de Cristo suben a él y los que no, son separados en el hades, o infierno.

Ge. 25:9

“Y sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela”. No todo el tiempo fueron enemigos el hijo del Espíritu y el hijo de la carne (Ga.4:29), los que son hermanos siempre deben ser hermanos, aunque uno sea creyente y el otro no. Y aquí el dolor común los une. A veces ni aun eso. 

Ge. 25:11

“Y habitó Isaac junto a Beer-lajai-roi”, o “Pozo del Viviente-que-me-ve”. Es curioso que ahí fue donde Agar y no su madre había tenido una gran experiencia espiritual; la experiencia espiritual de otros, si se pueden comprobar que no son versiones sino reales, son aprovechables. Sobre todo, aquellas que demuestren la omnisciencia y omnipresencia de Dios; que Jehová es un Dios vivo y que ve, que contesta las oraciones y arregla las cosas para que funcionen para bien.

Ge. 25:21

“Y oró Isaac al Señor en favor de su mujer, porque ella era estéril; y lo escuchó el Señor”. ¿De quién era el problema, de Rebeca o de Isaac? Dios lo resolvió, aunque ellos no supieran verdaderamente de quién era, o lo creyeran mal. Dios nos responde, aunque no entendamos bien cuál es el problema, de salud o de otro tipo. Quien tiene que entender es él y no nosotros. Los esposos deben orar por sus mujeres más que exigirles sobre una situación que ellas no pueden cambiar. Comprensión.

Ge. 25:24-26

24Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz”. 

Las historias de Dios son historias bonitas, parecen porciones y guiones para novelas. A mí me parece que son embellecidas subsecuentemente con los hechos de la historia: El origen y doble significado del nombre Jacob, por la forma de su nacimiento y por lo que hizo con la bendición de la primogenitura suplantando a su hermano Esaú. Algún día, cuando la historia termine, con el advenimiento del Hijo de Dios, los hechos de la historia tendrán múltiples significados y sentido, y nos reiremos como Abram, y de cada uno de nosotros se podrá escribir una novela donde se diga, como se ha dicho del pueblo judío: “Oh profundidad de la ciencia de Dios”. Lo que ahora nos preocupa y nos angustia será lo más bonito de nuestra existencia, el significado mismo de porqué hemos vivido. ¡Oh Dios, continúa con tu plan trazado desde la fundación del mundo! 

 

El duro trabajo del campo

Ge. 25:27

 

“Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del campo; pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas”. Génesis, Dios y la mentalidad mosaica judía no asocia el trabajo en el campo con la mejor bendición divina. Esaú no cosechaba, cazaba. Pienso que si hay un sector laboral que recibe directamente la mayor cantidad de desgracia producto de la caída en pecado es el trabajo del campo, en países subdesarrollados; en ninguna otra ocupación hay dispuesto más rigor para hacer sentir la vida humana como una carga, que en el trabajo en el campo donde el hombre por el pobre resultado que obtiene y lo difícil de su labor y el sudor que vierte sobre una tierra que parece renuente e ingrata, piensa en su separación de Dios. La mecanización moderna ha mejorado esa situación. Es cierto que Adán tuvo la obligación de labrar el huerto (Ge.2:15), aunque por lo feraz del Edén y la ausencia de enemigos, puede que fuera más un entretenimiento que una lucha por la subsistencia. También sé que el bendito y recto rey Uzías era “amigo de la agricultura” (2Cr.26:10), cosa muy extraña esa, mezcla de realeza y oficio plebeyo. Y que Salomón dice que la vida del rey y la de su pueblo dependen de lo que se coseche en el campo (Ecl.5:9), y todo lo que el hombre hace es “para su boca” (Ecl.6:7), por lo menos lo indispensable. La agricultura no es la peor de las ciencias, pero es la más difícil, la más lenta y la que directamente menos dividendos deja, sin la industrialización. Génesis dice que la tierra fue hecha maldita por causa del pecado de Adán y que una consecuencia de esa rebelión espiritual sería invertir mucho esfuerzo físico y obtener un rendimiento por debajo de la mano de obra empleada (Ge.3:17-19). La misma forma de vida maldecida, junta con ser errante, fue impuesta a Caín por haber dado muerte a su hermano Abel (Ge.4:12) y más adelante, considerando que su castigo era muy grande, procuró evadirlo dedicándose él y sus descendientes a profesiones que no tenían mucho que ver con el trabajo directo en el campo (Ge.4:19-21). Dios bendiga los campesinos que proveen la materia prima a la industria de las ciudades.

 

Las cosas sagradas no se venden

Ge. 25:29-34

29Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, 30dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 31Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”

 

Este episodio está contado aquí no para explicar por qué los edomitas no son el pueblo escogido por Dios, aunque eran hijos del primogénito de Isaac sino Jacob. El Espíritu Santo lo ha dejado para estudio de la apostasía. Lo que pasa es ridículo e insensato. Tonta la proposición de Jacob de comprar una primogenitura con un plato de comida y necia la aceptación y horrible la conclusión, que “así menospreció Esaú la primogenitura”, demasiado seria para lo que allí está ocurriendo, como si en verdad fuera un negocio. Esaú no parece haber considerado nunca que aquello hecho en su juventud fuera verdad; no le hizo caso, no lo tomó en serio, porque sabía que su padre jamás reconocería lo que había hecho, porque una primogenitura se puede quizás robar, pero no vender; y él finalmente la perdió porque otro la tomó en su lugar, lo suplantó no porque haya tenido alguna fuerza jurídica la venta. 

Sin embargo, no es un juego entre los dos, no se nota ningún fingimiento en Esaú que haga pensar que estaba engañando a Jacob como si tuviera los dedos cruzados, se porta como un niño grande y da por lo que no vale casi nada todo lo que tiene, sus bendiciones celestiales, el privilegio de haber nacido primero y heredar lo mejor que su padre tuviera, y las promesas divinas. Se porta como un bellaco, hombre entontecido, siente, piensa y habla no como un hombre cabal, no es él mismo, es otro, en un estado anormal y fuera de su juicio. Su madre no lo hubiera reconocido y su padre menos, ambos se hubieran desencantado de él y si le hubieran mirado los ojos habrían visto que estaba como loco, que no era realmente Esaú, hipnotizado por un enrojecido caldo caliente, fijando en la comida sus ojos como si eso fuera lo único importante en lo que tenía que pensar, desear y obtener, haciéndose la boca agua con un plato de comida vulgar, hablando de morirse por él como si le fuera imposible vivir un minuto más si no se satisfacía con él. 

No se moriría si no lo comía, al contrario, por mucho que lo deseara viviría si no lo comía. Pagaría no con dinero sino con bendiciones celestiales, con su reputación, con privilegios, con oportunidades, con fama, con historia y renombre; todo eso para satisfacer un placer gástrico, un efímero deleite corporal. Si es el propósito del Espíritu enseñarnos eso, no da ninguna solución, nos deja espantados, airados, boquiabiertos, con un increíble sabor amargo sin saber si reír, salir llorando, murmurando o acusarlos a ambos de ser un par de tontos e ir donde el padre y contárselo todo para que los corrija con una vara bien gruesa para que aprendan a no comprar ni vender las cosas sagradas. Como lo que Cristo ha hecho por ellos y el Espíritu Santo, y la iglesia, la fidelidad a Dios, la santidad del cuerpo y del matrimonio y el honor ante los hijos, y muchos más. 

Ge. 26:1-5

1Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes”.

 

“Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras”. Ese es uno de los propósitos al escribir la historia de los patriarcas, la continua ratificación de la promesa de la tierra; y la necesidad del establecimiento del estado de Israel (Ge.22:10-20; 20:1-18). Muchos estudiosos piensan que hubiera habido tres incidentes similares sino solamente uno y los demás son réplicas. Entre esos se piensa que el relato original tiene que ver con Isaac, y que posteriormente se le adjudicó a una persona más importante que él como Abraham, y además se le añadió el elemento sobrenatural. Lo más probable es que ‘tal el padre tal el hijo’. “Es común ver que los hijos sigan el ejemplo de los padres y mientan para evitar eso. La aparición de relatos y eventos similares, acentúa el hecho de que la bendición ha pasado a Isaac, aunque haya fallado como su padre lo hizo” (NET). Esa promesa de bendición jamás se hubiera cumplido sin la aparición de Jesucristo. Ni soñar que el Antiguo Testamento judío, sería de bendición para el mundo, sin que nuestro Señor hubiera emergido para cumplir todas sus sombras y promesas y extender el evangelio al mundo entero.

 

Ge. 26:6,7

6Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto”.

No sólo los mismos temores se heredan, sino que también los malos ejemplos de los padres se siguen. ¿No sabes que tus hijos vivirán circunstancias semejantes a las tuyas? (12:13; 20:2). En este tiempo Rebeca era joven y bella. Quizás más que Sara.

Ge. 26:8

“Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana, y he aquí, vio a Isaac acariciando a Rebeca su mujer”.  Debió haber cerrado la ventana ¿no? Está bien que se demuestren el cariño el uno al otro pero en privado. Cierra la puerta, pasa el cerrojo para que los niños no entren, quita los espejos, que nadie jamás de los jamases tenga posibilidad de filmarte en una escena romántica.

 

Aconsejar a los hijos como quien conoce el asunto de primera mano

Ge. 26:6-11

6Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella. 10Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado. 11Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá”. 

Una situación parecida a la de su padre; heredó su fragilidad, pero no tuvo ningún obstáculo milagroso que evitara su pecado, sino que lo vieron acariciando a su mujer. El relato de Beerseba y el nombre son similares. Parece una duplicación.  El hijo siguiendo los pasos del padre, incluso en sus baches. Tuvo que haberse reído, con malicia, al recordarlo todo. A veces los hijos no aprenden de la experiencia de sus padres; o quizás porque ellos no les cuentan sus pecados porque les da vergüenza; nuestras faltas deben formar parte del manual de educación de nuestros hijos, aunque nos avergoncemos y se desilusionen un poco ya que algún día vivirán episodios similares; por lo menos sin darles detalles hablar por la boca de la experiencia como quien se reserva el derecho de no divulgar sus faltas, aconsejar como quien conoce el asunto de primera mano.

Ge. 26:12,13

“Y el Señor lo bendijo”. ¿Es que Dios le premió su debilidad? No, es la misericordia del Señor que nos obliga a ser fieles con su bondad, benignidad (Ro.2:4). Merecemos un castigo y nos da una bendición.

 

A veces, disimula tus bendiciones

Ge. 26:19-22

“Y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot, porque dijo: Al fin el Señor ha hecho lugar para nosotros”. 

Dios nos ha prosperado y así terminó esa enemistad. Los siervos de Isaac querían agua y cavaron para obtenerla, y habiendo abierto algunos pozos tuvieron que dejárselos a esos poderosos y ambiciosos vecinos, porque era mejor entregarle los pozos, aunque no les pertenecían, antes que se subiera la ira y la cólera de los trabajadores y siervos y quisieran irse a las manos, y por aquella fuente de agua se derramara sangre en el desierto. Así hay individuos que están dispuestos a perder la vida por robarles a otros lo que con esfuerzo e ingenio han podido lograr, sabiendo donde pueden cavar y donde hay promesa de bendición, y en vez de imitar esa industria tratan de quitarles el fruto de los sueños, sabiduría y trabajo a aquellos que han logrado algo. A veces uno tiene que tapar sus bendiciones y cubrirlas, disimularlas a los ojos de aquellos que las miran que en vez de inspirarlos les engendran envidia.

Ge. 26:23-25

“Y él construyó allí un altar e invocó el nombre del Señor y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo”. Quedan promesas para el futuro. Se demuestra que los nombres de los pozos se los dieron los patriarcas. Isaac no era un guerrero-cobarde, era un hombre manso y prudente.

Ge. 26:26-33

“Vemos claramente que el Señor ha estado contigo”. Aquella gente creía firmemente que la prosperidad de Isaac se debía a que era el bendito de Jehová. Como le tenían tanta envidia lo hubieran dañado si no hubiera sido por Dios. La más grande obra de Moisés no fue haber llevado a su pueblo por el desierto sino haber escrito para él estos cinco libros. Los que lo odiaban ahora quieren ser sus amigos, porque cuando los reprobados perciben las bendiciones que hacen próspero a un hijo de Dios, se les desata en el corazón una profunda envidia y como no pueden quitárselas, prefieren fingir alguna relación para no ser absorbidos o destruidos.

Ge. 27:2

“Mira, yo soy viejo y no sé el día de mi muerte”. Le quiso decir “soy viejo y me puedo morir en cualquier momento”. Eso lo sabemos todos los que hemos vivido muchos años, más que otros que han muerto prácticamente jóvenes. Desconocemos cuando se pondrá punto final a nuestra peregrinación y seamos recogidos al seno de Abraham, o con Cristo lo cual es muchísimo mejor. Todos los que tienen esa esperanza hablan de la muerte sin miedos.

Ge. 27:2

“Hazme un guisado para que te bendiga antes que me muera”; no es lo mismo que hacen algunos viejos hoy en día, darse la buena vida antes de morirse y repetir en la vejez los pecados de la juventud, o los que no alcanzaron a cometer. Isaac lo que desea es arrojar sobre su hijo una bendición, no la maldición de un mal ejemplo, sino una bendición que perdure por generaciones, después de ido él. Yo espero que un recuerdo de cristiano ejemplar, la vida mía y de Walky, sean de bendición hasta nuestros nietos, y mis notas a la Biblia por algunas generaciones. Si es que la misericordia y le place a mi Amo y Señor.  

 

Hay madres que parecen un apóstol

Ge. 27:6-17

“Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando”. Rebeca sabe lo que está haciendo; para ella no es robar ni le importa mentir con tal que cumpla el propósito de Dios para su hijo Jacob (25:23). Y fue un robo y mentiras. Se le ha culpado mucho y acusado de haber perdido sus dos hijos. Puede que lo presintiera, pero estuvo dispuesta a ello con tal que cada uno recibiera de Dios lo suyo. Según su punto de vista, Esaú era quien se disponía a robar la bendición a su otro hijo. Las palabras que les dice a su hijo para quitarle el miedo a la maldición de Dios son atrevidas y fuertes, afirmando que el castigo que pudiera merecer su osadía le fuera aplicado a ella y la maldición que pudiera caer sobre su hijo ella la recibiera. Como madre uno entiende eso, porque una madre está dispuesta a hacer por su hijo lo que fuera, incluso recibir la maldición por sus locuras e imprudencias, hacerse responsable ante Dios de la justicia que merecen los pecados de aquel, volverse ella maldición y ser separada de Cristo con tal que el hijo desobediente sea salvo (Ro. 9:3). Las madres suelen ser parecidas a un apóstol y a Jesucristo.

 

Hay hombres que les gusta oler a flores como mujeres

Ge. 27:14,15

“Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba. Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor”. 

La palabra puede traducirse los elegantes, codiciables, preciosos y hasta sensuales. Esaú era un cazador, pero le gustaba vestirse bien y perfumarse, para ocasiones especiales, “con esplendidez” (v.27). ¿Qué contradicción es esa, un hombre tan varonil oliendo a perfume como las flores y las mujeres? Hay épocas en que los hombres-hombres empiezan a lucir prendas de mujeres, argollas en las orejas y dejarse crecer el cabello, sin ser nazareos, cosa que “la naturaleza misma enseña”, según Pablo, que es vergonzoso o indigno de un masculino (1 Co.11:14). Esas son épocas en que los sexos se invierten y en lo oscuro y de espalda, no se diferencia una dama de un caballero, y cuando se vuelve uno queda asombrado. Pero nada, el cine muestra la admiración por esos parecidos heroicos medievales. ¡Y pensar que hay muchísimas señoritas, que les encanta que su barbudo y bigotudo novio, tenga ese detalle femenil y también se deje crecer el cabello como ellas! Eso, oler a rosas y jardines, para quien estima la virilidad y que no le guste usar el perfume comercialmente fabricado para hombres, es peor que oler a sudor y a pólvora, o a arco y flecha como Esaú. Que el cuerpo huela con el olor natural de cada cual y en la vida, cuando huele, que sea Cristo (2 Co. 2:14,15; Ef. 5:2).

Ge. 27:19

“Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas”. ¿Puede Dios ser engañado? ¿Bendecirá a un impostor? La Escritura presenta a Isaac como si Dios hubiera depositado ya en él las bendiciones y sólo tuviera que entregarlas. ¿Luchas por las bendiciones de Dios? Hazlo como lo harías por cualquier otra cosa, un empleo, un negocio, como un asunto terrenal. Las bendiciones de Dios, aunque inmerecidas, suelen venir como algo que uno logra. Ve tras ellas, sal a buscarlas y que Dios las entregue en el trabajo y apeteciéndolas con toda el alma, adelántate a ellas y no esperes a que lleguen. ¡Oh, tantas mentiras!

Ge. 27:20

“Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. …”. ¿Dios? No fue Dios sino tu madre, ¿por qué tomas el nombre de Dios para mentir? Hermano ¿tú temes a Dios? Vienes buscando una bendición suya ¿y mientes en su nombre? ¿Cómo puedes imaginar que el resultado de un engaño se llame éxito o bendición?

Ge. 27:22

“Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú”. Si hablas como Jacob, actúa como Jacob, no como Esaú. Si predicas el evangelio, vívelo, si oras por los demás, sírvelos, si amas la verdad no digas mentiras, si cantas alabanzas no cantes las canciones de los bebedores y sensuales (Sal. 69:12), si dices que eres templo del Espíritu Santo, sé  puro. No a la duplicidad y a las espantosas dobles vidas.

Ge. 27:26

“Te ruego que te acerques y me beses”. Le pidió un beso, ¡cómo queremos las expresiones de afecto de nuestros hijos! No sólo el plato de comida sino sentimientos; con eso somos más que recompensados, no nos hace falta nada más, o más bien, recompensa con afectos. Dios pide lo mismo; que las virtudes teológicas nos hagan apetecer la fe, esperanza, hasta que le amemos. Adoramos con un beso (Sal.2:12).

 

Bendición económica 

Ge. 27:28,29

“Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y abundancia de grano y de mosto. Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones; sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan”. ¡Tanto luchar por esa clase de bendición! Consistía en prosperidad económica (v.28) y política (v.29), y protección divina, “malditos los que te maldijeren y benditos...”. Cualquiera de las tres son bendiciones de Dios, económica, política y espiritual. ¿Qué hubiéramos querido, que le dijera “a ti te daré las llaves del reino de los cielos, sobre esa roca edificaré mi iglesia” “todos tus pecados serán perdonados” “estarás conmigo en el paraíso”? Dios nos bendice en cada generación de la historia como en cada época es necesario. Cuando Dios nos bendice económicamente y se suman los bienes de consumo y los negocios prosperan, cuando extiende nuestra influencia más allá de los mares y entre las naciones, y cuando preserva nuestra religión y la fe una vez dada a los santos, piensa en la iglesia, su nación. ¿Y no es necesario que la economía reciba una sabia bendición cuando tantos planes de recuperación económica fracasan? ¿Y no necesitan los políticos modernos ser menos insensatos y torpes, menos agresivos y más espirituales? ¿No estamos deseando como la tierra sedienta por el agua, que estos líderes no regimenten tanto la religión que no les incumbe y nos dejen adorar sin mezclarse en nuestros credos y no nos desacrediten más?

Ge. 27:33

“Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande”. Se estremeció pensando que un extraño, uno ajeno a la familia  pudiera haber tomado tanta riqueza, un destino tan bueno y un futuro tan precioso. Tiembla si otro y no tú pudiera tomar tu vida, tu futuro, tu éxito; que llegue a ser él exitoso y tú derrotado, él la cabeza y tú la cola, que él sea el amo y tú su empleado. Lo que Dios te da es tuyo, tu destino es tuyo. El perdón y el cielo.

 

Para recibir bendición no hay que hacer trampas

Ge. 27:30-38

“Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar. E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga. Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito. Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo:¿No has guardado bendición para mí?  Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío? Y Esaú respondió a su padre:¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró”.

 

Es difícil no simpatizar con Esaú por lo que le hicieron su madre y su hermano. Sé que es un “profano” (He.12:16); pero fue una víctima de la confabulación de su madre y su hermano. Ella lo traicionó. Fue ella quien urdió ese plan de mentiras para que él perdiera su futuro, su destino, el éxito en este mundo. Tenía razón para luego odiar a su propia madre por lo que ella le hizo para favorecer a su hermano menor. ¿Quién puede oírle clamar con amargura, postrarse de rodillas ante su anciano padre pidiéndole alguna otra bendición, y sollozar con lágrimas en los ojos sintiéndose robado y engañado y no inclinarse a su lado, poner la mano en su hombro y tratar de consolarlo? (vv.37,38). El Señor había dicho que el mayor serviría al menor pero no hacía falta tanta mentira, él podía bendecirlo sin que ella lo ayudara, como pasó con Efraín y Manasés (Ge.48:14). Dios tiene modos inimaginables para nosotros para cumplir su llamamiento y propósito conforme a la elección. ¿Quién podría reconocer como válida una bendición tomada por medios tan impropios? El propósito de este relato no será justificar la bendición de Israel sobre Edom porque en él, Esaú sale más bien aprobado que desaprobado, es más virtuoso que su hermano. Esa bendición vino sobre Jacob pero no porque allí Isaac lo haya bendecido sino porque el Señor así lo había querido (Ro.9:9-16). Aunque conozcamos nuestra elección ese no es el modo de hacerla “firme”. Debilita nuestra elección, por decirlo así, cuando con engaños queremos quitar a otros para ponernos nosotros. 

Dios lo bendijo pero después; merecían él y su madre una buena exhortación, por haber hecho aquella trampa. Dios nos bendice porque quiere bendecirnos, pero no queremos dejar la bendición en sus manos. Rebeca le hizo daño a Esaú, un daño muy grande, para toda su vida. Era una mujer mentirosa y dura, no se conmovió con las lágrimas de Esaú, y después de todo continúa actuando serenamente y desprende a Jacob de su lado con un consejo. David fue llamado por Dios para ser rey, fue ungido rey y pasaron más de 20 años, sin empujar a Saúl, hasta que se sentó donde él estaba sentado. Un contraste con Rebeca. Aunque le fuera dado por Dios ese puesto. Amado, defendamos nuestra bendición, no juguemos con ella ni la comercialicemos como hizo Esaú porque si la perdemos no la obtendremos, aunque la busquemos con amargura y lágrimas.

 

 

Bendíceme después, aunque sea después 

Ge. 27:34-38

“Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí,  padre mío. Y él dijo: Vino tu hermano con engañó y tomó tu bendición. Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura y he aquí, ahora ha tomado mi bendición.  Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo y le he dado por siervos a todos sus hermanos;  de trigo y de vino le he provisto;  ¿qué,  pues,  te haré a ti ahora,  hijo mío? Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío?  Bendíceme también a mí, padre mío.  Y alzó Esaú su voz, y lloró”.

 

Aunque te parezca una sorpresa, tomo las palabras dichas por un reprobado a su padre, que son buenas para orar a Dios cuando se necesita una bendición. Esaú suplicó a Isaac, “bendíceme también a mí, padre mío” (v.34) y repitió lo mismo en el v.38, pero añadiendo a su súplica lágrimas, pues “lloró”. La pregunta no deja de ser conmovedora, “¿no tienes más que una sola bendición?” (v.38), y era una lástima que el viejo tuviera sólo dos y la segunda fuera inferior. Y donde este cazador muestra sumisa y conmovedora desesperación es cuando dice “bendíceme también a mí, padre mío”. 

Quiere decirle: “Bendíceme “después” pero, aunque sea después, que sea después; si a él lo bendijiste primero, bendíceme a mí aunque sea el segundo, después que termines de bendecirlo a él bendíceme a mí si te queda alguna bendición”. Y si eso fuera poco le añadió un “padre mío”, como quien dice “también eres mi padre porque yo también soy tu hijo”. Esaú era mejor hijo que Jacob, terrenal, profano y velludo, pero no suplantador. Si no cuento lo que hizo después con sus mujeres profanas.

En nuestro caso, no hemos vendido nuestra primogenitura y somos elegidos por Dios que es mejor padre que Isaac y tiene más de dos bendiciones, y cuando rogamos a él no lo hacemos como bastardos ni reprobados sino como hijos legítimos de la promesa. Sin embargo, con humildad cristiana tenemos que reconocer que Dios tiene hijos mejores que lo que nosotros somos o por lo menos hay otros hijos que necesitan tanta bendición como nosotros la necesitamos o quizás necesitan más bendición que la que nos hace falta. 

Conscientes de eso podemos con humildad pedir a nuestro común Padre que después que haya bendecido a otros, cuando haya repartido importantes bendiciones, que por favor nos bendiga también. Esaú nunca alcanzó la promesa, aunque la procuró con lágrimas pero sí una bendición. Como él le pidió a Isaac nosotros podemos pedirle a Dios. Cuando veamos que Dios bendice a otro no lo envidiemos sino pidamos que después que lo haya bendecido, cuando lo haya hecho prosperar, también lo haga con nosotros. Si usted ve que Dios está bendiciendo otra iglesia dígale: “Señor después que la hayas bendecido bendice también la mía”. ¿Acaso tiene Dios sólo una bendición? No. ¿No tiene otra y otra y están guardadas? Seguro. Señor, después que hayas bendecido a otro bendíceme también a mí.

 

Cómo estar de buen ánimo 

Ge. 27: 37

“He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos tus parientes; y con grano y mosto lo he sustentado”. Esas cosas acaban de comenzar a existir sólo en promesas, digamos que son virtuales; desde ese momento hasta la obtención de todas esas bendiciones habrían de pasar años, siglos, pero ya se dan como ciertísimas (Lc.1:1), y se enuncian en pasado, aunque todavía no se hayan acercado, porque aquello que se encuentra como en cápsula dentro de una promesa divina ya existe potencialmente para los cuales están destinadas. Si con fe suficiente pudiéramos creer de antemano las promesas que leemos en este Libro Santo trabajaríamos con más esperanza, con más paciencia, esperando que se haga realidad lo que se ha pronunciado a nuestro favor. Creer y esperar son las dos virtudes o dones de la gracia que hay que poseer y ejercitar para estar de buen ánimo y tranquilos mientras se aguarda lo prometido, y creyéndolo hasta ese entonces sin incertidumbres ni vacilaciones.

Ge. 27:44-46

44y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue; 45hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día? 46Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?” 

Aproximadamente fueron 40 años los que Jacob estuvo fuera de la casa de sus padres, y se cree que cuando regresó ya Rebeca estaba muerta. No fueron pocos sino muchos, más de lo que ella imaginó, y en la práctica se quedó sin los dos hijos por tratar de hacer la obra de Dios a su manera. Cuando Dios promete alguna cosa él dirá cómo ha de hacerse y proveerá los medios y las circunstancias para que se hagan conforme a su voluntad sin necesidad de apelar a inventos propios y sutilezas engañosas que no son directamente aprobadas por Dios. Es cierto que ella estaba cumpliendo el propósito de Dios, pero así como lo planeó no fue la mejor forma de hacer su plan, porque las formas y los medios que se empleen para hacer lo que Dios quiere, no deben ser retorcidos y fraudulentos como este.

 

Ge. 28:2

“Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre”. Si tú sabes dónde hallar una mujer que te sea una buena compañera, ve a buscarla.

 

Por supuesto que tiene que salir bien

Ge. 28:3,4

3Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; 4y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham”.  

No parece ya enojado con su hijo; y sí haber reflexionado sobre el destino de su hijo menor según Jehová. Uno no puede repartir las bendiciones de Dios según preferencias personales. No se distribuye el reino de los cielos a nuestro gusto. Le llama a Dios todopoderoso. Llegaría a esa doctrina a través de su experiencia, no porque apagó el sol durante un día ni porque abrió las aguas del Mar Rojo sino en los hechos cotidianos de su vida y en su corta experiencia con la gracia. Más bien por el desenvolvimiento de la providencia en su vida y especialmente por la doctrina de la elección, porque Dios lo prefirió a él a su hermano Esaú. Cuando Moisés salió con el pueblo en andas por el desierto estaba completamente convencido, por su recabada información sobre la historia providencial con Dios de su pueblo, que aquel territorio por promesa divina le pertenecía a él y a su descendencia. No tenía miedo sacar la multitud desde Egipto y llevarla hasta allá porque sabía lo que estaba haciendo, su convicción estaba confirmada por la palabra de Dios. Cuando nosotros actuamos conforme a la palabra de Dios no debemos preguntarnos si hicimos bien o mal, lo hicimos como Dios quiso y por supuesto tiene que salir bien.

Ge. 28:8,9

“Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía”. Como padres cristianos las hijas del mundo, las mujeres del mundo, no tienen todas las calificaciones para esposas de nuestros hijos. Esa clase de malicia, ese rencor, el deseo de mortificar y herir a su padre, revela un corazón profano y malo. 

 

Ge. 28:11-13

11Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.12Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.  13Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia”.

Cada mañana subo una escalera semejante cuando a veces arrodillado, otras de pie,  oro y ellas, como si fueran yo, escalan arriba hasta donde me permite mi presura o el peso de mi alma. Podría imaginar que esa escalera, mis oraciones que suben peldaño tras peldaños hasta el cielo, o sube mi alma con ella cargada con deseos, afanes y miedos. Los ángeles serían las respuestas divinas. Siento placer mientras subo por ella y me aproximo al cielo, más alta ella que la del proyecto de Babel. A veces sigiloso otras gateando. Me pongo a un lado y dejo que en el subibaja la ocupen esos mensajeros divinos. Dios se nos revela de modo que podamos interpretarlo y no olvidarlo. 

Cansado (Ge.31:13; 35:3).  Jacob siempre recordaría ese sitio, poque nosotros siempre recordamos, aunque no con la frecuencia necesaria, los sitios y el tamaño de las bendiciones. Tener un libro de apuntes cotidianos, un diario, suple con ayuda a los recuerdos antes que se vuelvan borrosos y se esfumen como la bruma.Dejo el resto para los versículos siguientes.

Ge. 28:14

“Y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Todos los patriarcas sabían que Dios quería bendecir al mundo por medio de ellos. Y de la Simiente, el Mesías, Jesucristo.

Ge. 28:15

“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido”. No dejaré por la mitad lo que he dicho, ten por seguro que no dejarás de recibir ni una de las cosas que te he hablado; no te preocupes donde vayas, la gente que conozcas, mis palabras no dependen de tus circunstancias, ni de las épocas. Señor ¿son las promesas de Jacob para mí? (2 Co.1:20). No le da ningún detalle sino en general; para formar un pueblo. “No te dejaré” ¡qué afirmación tan preciosa! No me dejes Señor, no me dejes, continúa relacionándote conmigo, continúa adelante con lo que has pensado y prosigue mi vida hasta tu meta. Dios no nos da falsas esperanzas, dice y tiene el poder para cumplir su palabra y memoria para no olvidarla. Amén. 

 

Si Dios está en esa iglesia yo no voy 

Ge. 28:16,17

16Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.17Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo”.

Uno esperaría que Jacob al despertarse dijera: “¡Qué sueño tan fascinante he tenido, ha sido algo maravilloso y quisiera volver a dormir y soñar con lo mismo!”; pero no fue así, cuando Jacob se despertó dijo que era una pesadilla, algo horrible. Había visto ángeles no demonios que lo miraran amenazantes ni les dijeran blasfemias sino puros ángeles de Dios que subían y bajaban del cielo, y no diablos saliendo del infierno. No vio a Satanás. Sin embargo, halló el lugar terrible. Había estado en la casa de Dios y en la misma puerta del cielo y se sintió mal. Entonces ¿si hubiera estado en el infierno y no en el cielo, se habría hallado más a gusto? Quizás a los impíos no les guste el infierno, pero el paraíso menos.

Los pecadores se sienten bien donde haya pecados, una cueva de ladrones, y un hervidero de demonios, no donde esté Dios. Se sienten bien donde la carnalidad esté a la orden del día y los ojos se llenen de sensualidad y no donde haya Espíritu Santo, predicación, cristianos y Dios.  El lugar más terrible para un pecador es donde se sienta a Dios.  

A veces los hermanos inútilmente preparan el culto para que las visitas se “sientan” bien y les dan la música que a ellos les gusta, el trato que les encanta y la predicación que los entretenga y divierta. Y a esa entrega sicológica llaman “presencia de Dios”. Y todo con el propósito que regresen y se conviertan a Cristo. El culto debe ser preparado para los santos, pensando en ellos se escribió todo el Nuevo Testamento, y lo que estos primeros oigan les viene como anillo al dedo a los otros. Los santos se sienten bien con la presencia de Dios. Los engañadores y suplantadores (Jacobos) se sienten funestos y desgraciados. La gloria que brilla en la faz de Jesucristo les alumbra sus conciencias y se espantan; sienten la voz de Dios al aire del día y corren por miedo para taparse sus vergüenzas. ¿O es que se puede manufacturar un arrepentimiento salvador que no constituya una crisis espiritual? 

No quieren regresar a Betel a no ser que ya no sea más “casa de Dios y puerta del cielo”; entonces sí, si los líderes bien entrenados en “iglecrecimiento” hacen que los reflexivos ángeles no suban y bajen en silencio la escalera sino soplando trompetas apocalípticas sobre el milenio, los tres años y medio de la gran tribulación, y otras aventuras exegéticas propias de soñadores y engañabobos. O le dan un micrófono a cada uno y les enseñan insulsas musiquillas que interrumpan con amenes y aleluyas y pidan de vez en cuando un aplauso para Jesucristo, como si fuera para Jedutún el músico principal. De todos modos, el Altísimo no es otro que el Vecino que vive en el piso de arriba, un rico bonachón que da todo lo que le pidan y se ríe de las gracias y pecadillos de los confianzudos e irreverentes que viven en la planta baja. 

Jacob, que todavía no era cristiano hubiera deseado la aparición de cualquiera otro espíritu semejante a él, pero no la de un Dios que es luz, tres veces santo, tan justo y tan distinto; y a esa hora temprana tomó su bulto y continuó más deprisa su fuga hasta Aram, o a Tarsis, Madrid, Miami, Ciudad Méjico, Buenos Aires, Lima, o hasta el oriente del Edén, a tierra de Nod (Ge. 4:16), a menos que de algún modo la providencia le aparezca en Peniel (Ge.32), luche con Dios, lo vea cara a cara, sea librada su alma y reciba un nombre nuevo mejor que el de Lampiño y Engañador. 

 

No negocies con la providencia 

Ge. 28:18-22

18Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. 19Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero. 20E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti”. 

Dios le había mostrado a Jacob, con la visión de la escalera, que su providencia lo guiaría toda su vida; y ahora el voto que él hace muestra cierto interés en ella. Sin embargo, por mucho que uno quiera cambiar el sentido de las palabras con las cuales hizo su voto, no puede; parecen expresar una condición para recibir a Jehová como su Dios. Puede que quisiera decir: “¿Si Jehová  me da todo lo que necesito y me protege, será mi Dios, si no me satisface mis necesidades no será mi Señor?”. No quisiera tomarlas así sino más bien que será mi Dios porque no viviré para otro ni me olvidaré de él.

Yo supongo que no juntó las palabras adecuadamente y dijo lo que no hubiera querido decir. Jacob sabía que Jehová era el Dios de sus padres y que lo había amado desde que se hallaba en el vientre de su madre y que lo había bendecido como si fuera un primogénito y concedido que fuera heredero de la bendición de sus abuelos. Él no está condicionando su decisión por Dios a la manifestación de la providencia en su vida. Pero eso que él no quiso decir sí es lo que hacen otros, escoger a Dios, al menos verbalmente, si él los ayuda en todo lo que les hace falta. “Si veo la providencia de Dios en mi vida, compartiré mis bendiciones con su obra”. La providencia divina no debe ser una condición que se ponga para la aceptación de Dios porque está implícita en su aceptación. Lo que Jacob quiso decir fue: “Si veo la providencia de Dios en mi vida sabré que Jehová es mi Dios, no tendré ninguna duda de ello porque he aprendido por los labios y las experiencias de mis ancestros que la adoración a Jehová garantiza su cuidado permanente, la provisión de alimentos para mi casa, la salud mía y de mis hijos y la protección contra la voluntad de mis enemigos. Si veo esas cosas en mi experiencia no tendré dudas que Jehová es mi Dios. No puedo concebir la adoración a él sin buenas recompensas. Entonces no me olvidaré de ayudar al sacerdocio y al prójimo con los diezmos de la prosperidad que él me haya traído, no me quedaré con todo lo que me dé, me acordaré que tiene una obra para la cual también me bendice a mí”. Y ¿a quién le daría los diezmos si no había un culto mosaico? A Melquisedec o su sucesor. Cuando uno es enseñado en la gracia, en la fe, es enseñado en toda la ley de Moisés. 

 

Ge. 29:11

“Entonces Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró”. Había hecho el viaje para buscar una esposa y enseguida la halló. Y lloró emocionado por lo bien que le iban las cosas; emoción por la bendición de Dios. Se enamoró de su bello semblante y trabajó para comprársela al padre (v.11).

Ge. 29:12,13

12Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y ella corrió, y dio las nuevas a su padre. 13Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas”. Mira qué forma tan afectuosa con que se tratan, no podía pedir un mejor recibimiento. La bendición de Dios se  le mostraba por afectos familiares. Del mismo modo nos pasa.

Ge. 29:15

“¿Acaso porque eres mi pariente has de servirme de balde? Hazme saber cuál será tu salario”. Claro, es un sobrino pero no un esclavo. Y Jacob empezó a trabajar por y para su mujer y no por dinero, específicamente. Es hermoso trabajar para la esposa y para los hijos, es tierno gastar con ellos lo que se gana, en comida, ropas y medicinas, estudios y si se pudiera, en recreaciones.

Ge. 29:16,17

“Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer”. Los ojos eran muy poco para que él se enamorara por ellos; el rostro incluía más. Jacob no conocía mucho de las cualidades espirituales de Raquel, sólo lo laboral y físico. No pensaba en eso que piensa el hombre moderno: “¿Me comprende?”. Su amor se despertó por esas dos cosas bíblicas, el amor físico y la correspondencia laboral. ¿Acaso la primera pareja, en específico la mujer, no fue creada para glorificar a Dios y trabajar? Piensen cuando se conocen y son atraídos recíprocamente, antes del lecho conyugal, ¿qué haremos juntos, que metas?

Ge. 29:19

“Y Labán dijo: Mejor es dártela a ti que dársela a otro hombre; quédate conmigo”. Qué bueno es el momento cuando uno conoce el buen hombre que será esposo de su hija. ¿Quién será Señor? Cuando escribo esta nota todavía ella es niña. No debo inquietarme por ese hombre porque Dios se lo traerá. A veces padezco porque no sé quién será y de dónde vendrá, cuando sólo debo orar más a Dios por él (o ella para mi hijo) y Él se lo llevará. Eso ocurrirá en el tiempo del Señor, en el lugar del Señor y con la aprobación del Señor. Hoy mi hija tiene 30 años, se casó con Mark y tienen un niño de casi un año, Gedeon, que es mi último nieto (enero 2016).

Ge. 29:20

“Jacob, pues, sirvió siete años por Raquel, y le parecieron unos pocos días, por el amor que le tenía”. Cuando uno ama el tiempo pasa volando.

Ge. 29:21-25

21Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella. 22Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete. 23Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella. 24Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada. 25Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?”. ¿Y no conversaron primero? ¿Y no le quitó el velo y la contempló antes de juntarse? ¿Estaba tan oscuro todo sin una sola estrella o el resplandor de la luna? ¿No tuvieron “luna” de miel? Lea lo amaba y seguro participó del engaño y se fingió su hermana, de otro modo, sin conocer bien la costumbre matrimonial de los orientales, el fraude hubiera sido percibido por Jacob. O su padre la persuadió, o le dijo que Jacob había trabajado por ella, que era la mayor y debía casarse primero.

Ge. 29:30

“Y sirvió a Labán durante otros siete años”. No es que pensara que Jacob fuera tan buen hombre que lo quisiera para sus dos hijas sino porque las vendió a las dos a un solo hombre.

 

Una esposa no amada, y el propósito de Dios

Ge. 29:31-35

31Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. 32Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido. 33Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón. 34Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos; por tanto, llamó su nombre Leví. 35Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz”. 

No soy un experto en la comprensión del alma femenina, así que esto no es más que un intento exegético para sacar del caso de Lea algunas lecciones bíblicas. Mi propósito es dar alguna comprensión y conformidad, en el Señor, a las hermanas lectoras de este blog. El varón admira a la mujer como madre, pero la ama como muJe. Los hijos no hacen que la ame más. Dios sabía que Jacob no amaría más a Lea por sus nuevos hijos. Con cada parto él no aumentaría su cariño por ella, pero sí por los hijos que ella le daba. Sin embargo, Lea no parece entender eso, o no quiere admitirlo, que la sucesión de hijos no obraría el milagro de que Jacob cayera rendido a sus pies. Pensó que siendo más madre sería más amada. Jacob amaba más a Raquel que a ella no porque le diera un par de hijos sino, principalmente por su  cara bella y hermosa figura. Detrás de esa competencia con su hermana, a ver quién  paría  más, se hallaba el plan divino. Así fue dando a luz a los patriarcas, con los cuales Dios tendría un propósito mejor que el de ella, que era sentirse amada. Es de suponer que si Lea hubiera sido una mujer realizada matrimonialmente, o un tanto más, como Raquel, no hubiera quizás parido tantos  fundadores del pueblo de Israel  Es verdad que Raquel también estaba desesperada por parir, y se murió de parto, pero el amor de su marido la ayudaba mucho en esa equivocación cultural. Es posible que si Lea se hubiera realizado en el amor no hubiera sido tan “creativa”. La poderosa fuerza emocional de su insatisfacción  ayudaba al plan específico  de Dios: ir formando tribus. A veces creemos que si Dios no nos hace felices a pesar de que oremos y supliquemos, no está cumpliendo su propósito  en nuestras vidas.  Que Lea se sintiera menospreciada (la palabra significa odiada) e inferior, era, sin discusión sobre su soberanía, el propósito de Dios. Si lo hubiera querido, la había hecho feliz. No la hubieran vendido, “ni metérsela por los ojos” (vulgarismo) a su marido.  Gracias a esos sentimientos de inferioridad, sin poder luchar y vencerlos en su cultura, habría de dar continuos hijos. Estos abusos, culpas, frustraciones, tienen otro lado positivo en relación con la creatividad, no reproductora de hijos, sino vocacional. Si ocurriera esa experiencia en una dama moderna, esa experiencia de Lea, que su marido no la ame y con quien tiene varios hijos, si tiene ella calificaciones, pudiera convertirla en una artista que concibe cuadros, una escritora que produce libros,  o magníficos blogs, que tratando de ser alguien para sí misma y para la sociedad, devora toneladas de literatura, se especializa e inventa. Dios tiene algún propósito cuando no la cura de su perenne insatisfacción, y como mujer casada rumia a diario muchas amarguras. El propósito divino con Lea fue dar nacimiento a pueblos. Resumen: La misión del evangelio no es satisfacer todas las necesidades emocionales de una persona sino salvarla, conducirla a la obediencia a Dios, a hacer su voluntad, a buscar no el balance de su personalidad, sino su operación funcional de cualquier modo, y si conoce las páginas de la Biblia, pensará que lo que lo que le ha ocurrido tiene un propósito divino, cualquiera que haya sido la injusticia social, las envidias personales y el despotismo doméstico. Que Dios lo quiso así,  y no tuvo fue la mala suerte, porque si pudiera haber vivido tres mil años, el tiempo y la  historia lo afirmarían. No es muy sabio medir la bendición de Dios por los parámetros de la felicidad. Fue la voluntad de Dios que viviera sin ser querida, tal vez admirada como madre pero no amada como mujer, y eso pudo haberlo comprendido con los años porque a sus últimos dos hijos, a uno le puso por nombre Leví que vino a ser el  padre de todos los sacerdotes de Israel, y al otro lo llamó Judá de quien nacieron grandes reyes como David y Jesucristo y adoró a Dios (vv.34,35). 

 

Competencia entre dos Iglesias, y su famoso pastor

Ge. 30:3

“Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella”. 

Voy hacer una alegoría con estas dos mujeres. Pablo hizo una alegoría de Sara y Agar, yo la haré con Raquel y Lea, Pablo dijo que eran dos pactos, la ley y la gracia, yo encuentro que son dos iglesias que compiten por crecer en número, lo cual es desafortunado porque son hermanas y como hermanas debían amarse y no competir sino amarse recíprocamente y darle gracias a Dios por la prosperidad de la otra. 

Sin embargo, desafortunadamente no sucedió así, la iglesia con prosperidad hizo saltar de envidia a la estéril que no soportaba que aquella tuviera hijos y ella no, y que se hubiera sentido mejor si no los tuviera o si se morían, o les sucedía alguna desgracia. Cada parto de ella la hacía sufrir porque la hacía sentir inferior, quiero decir que cada nuevo miembro que bautizaba, cada número que añadía le producía dolor. 

La hermana estéril debía esperar en Dios, pero no lo hizo, recurrió a una solución social dándole a su sierva al marido para que engendrara hijos que legalmente serían propiedad de ella pero como producto de una fornicación, haciéndolo infiel a él, hijos que fueron naciendo con nombres muy bonitos que reflejaban su situación emocional perturbada pero por los cuales no había “sufrido dolores de parto” porque no habían sido formados dentro de ella.  

Debió esperar el día que Dios se acordara de ella y le diera a José, y con José debió conformarse pero esa palabra ella la desconocía, y quiso otro más, y lo tuvo, Benjamín, y éste le provocó la muerte, una grieta enorme que la llevó a desaparecer, un símbolo de lo que es una división en una iglesia, que le produce una herida mortal. 

Y la iglesia próspera, sin tener necesidad de caer en lo mismo que la estéril que llegó al punto de tampoco conformarse con un límite en su membrecía y se desvió hacia la superstición y usó las mandrágoras para tener otro hijo; un nuevo método de evangelización que realmente no servía para nada pero ella lo tuvo como si fuera efectivo; supongo que eso es sombra de los pañuelos ungidos, aceites, últimos cursos de cómo tener éxito, y otras cosas a las cuales se les da un poder milagroso de engendrar hijos cuando es mentira.  

Y Jacob ¿es un tipo de Cristo el esposo de la iglesia? No. Es un tipo del pastor de la iglesia, una clase de pastor muy trabajador, que ama la iglesia pero socialmente adaptado que engendra hijos con sus esposas y con sus siervas, de su matrimonio y de fornicación, y ¡hasta se alquila!, no le importa que lo usen, ese no es su problema sino el de ellas. Se adapta a sus iglesias y hace lo que ellas quieran con tal que el número aumente y ser él el autor de tan tremendo crecimiento, disputado por una congregación y por otra porque es capaz de hacerlas crecer y darle nombre a ellas y orgullo, y un nombre famoso. Disgusting (repugnante).

Ge. 30:8

“Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí”. ¿Con luchas de Dios? ¿Contra tu hermana? ¿No serán las luchas tuyas y no de Dios, y además con celos? ¿Has sido bendecida deshonrando a tu sierva y haciendo infiel a tu marido? Si hubiera luchado en oración como Jacob con el ángel, entonces sí podría haber dicho que luchó “con Dios y los hombres, y vencido”. 

Ge. 30:14-16

14Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. 15Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo. 16Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche”. Es una historia bonita, también una pequeña superstición con respecto a la concepción y las mandrágoras; una semilla redonda del tamaño de una ciruela, una patata o una pequeña manzana; de esta última palabra pudiera salir el nombre “manzana del amor”, o con una fonética parecida  a la palabra deseos. Isacar, más que recompensa significa “hombre alquilado”.

Ge. 30:22

“Entonces Dios se acordó de Raquel; y Dios la escuchó y le concedió hijos”. La había oído desde un principio, años atrás, pero respondió al tiempo debido.

 

Las bendiciones tardías 

Ge. 30:22-24

22Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. 23Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta; 24y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo”. 

 Él llegó tarde, al tiempo de Dios, y fue el más bendecido y honorable de todos. Si Dios te adelanta sus bendiciones tal vez no sean tan buenas, no tengan tanta calidad, no sean tan útiles, bellas y significativas. José no hubiera sido José el que conocemos sino otro personaje sin o con menor proyección. Lucha contigo para ajustarte a Sus tiempos. ¿Qué de otro modo sino ungido con paciencia? “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”. Y la paciencia no es una de las piezas de la armadura del soldado cristiano mencionadas por Pablo en Efe. 6:13-17 que uno puede pedir y recibir. Los dones son dados por Dios y aunque uno los desarrolle nace con ellos o los da como un milagro el Espíritu Santo. La paciencia no es un don que uno puede recibir pidiéndolo como se pide el escudo de la fe, el yelmo de la salvación, el arrepentimiento, etc., la paciencia es un fruto del Espíritu que se produce dentro de la vida cristiana, que nace y crece con la madurez cristiana, madurez de la fe, hija de la esperanza. Es igual que el gozo, la templanza, la bondad, la benignidad y la paz. Puede uno pasarse la vida pidiendo paciencia y no recibirla a no ser que pida gracia para un mejoramiento de la fe cristiana. Tener un mejor espíritu como el de “dominio propio” para decirse a uno mismo “¿por qué te abates alma mía, espera en Dios porque aún he de alabarle?”  (Sal.42:5,11; 43:5). La paciencia, como los otros frutos del Espíritu requiere inteligencia, control, disciplina y virilidad, pórtate como hombre, y en la iglesia había mujeres; aumenta tu vigor, sé fuerte (1Co.16:13). Es una bendición que llega tarde y cuesta conservarla.

Ge. 30:24

“Y le puso por nombre José, diciendo: Que el Señor me añada otro hijo”. Cuando engendro un hijo espiritual le pido a Dios que me añada otro.

Ge. 30:27

“Quédate conmigo; me he dado cuenta de que el Señor me ha bendecido por causa tuya “. No lo quería dejar ir porque su negocio iba mejor desde que él llegó. Donde esté Dios hay prosperidad (ejemplo, v.30; 39:20-23; 2Sa.6:11-13).

Ge. 30:37-43

37Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas. 38Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber. 39Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores. 40Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán. 41Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas. 42Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob. 43Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”

“Así prosperó el hombre en gran manera”. Bien ignorante estaba Jacob al imaginar que las varas tendrían algo que ver con sus bendiciones, o determinar el color del pelo de las ovejas. Era la providencia de Dios que quería bendecirlo. Aquello era una superstición, una ingenua enseñanza inventada. No obstante Jacob sabía que era Dios quién lo bendecía y no las varas. Oh Señor que siempre reconozcamos tu bendición (31:9,16). Compara 30:43 con 31:6; “con todas mis fuerzas”. Si queremos prosperar hay que trabajar duro.

Ge. 31:1,2

1Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. 2Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes”. Los hijos eran los que hacían que Labán cambiara con Jacob, ¿no podrían romper el contrato? No rompía el contrato porque no le convenía. Él no se apoderó de lo del padre de ellas, trabajó y la providencia se lo pasó, además Labán no fue despojado porque también prosperó. 

Ge. 31:3

“Entonces el Señor dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tus familiares, y yo estaré contigo”. Hacía tiempo que él quería irse, ahora el cambio de trato de Labán aumentaba sus deseos y lo justificaba. No importa que la gente nos ponga mala cara si Dios nos sigue bendiciendo; precisamente por eso nos ponen mala cara (v.5).

Ge. 31:5-7

5y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. 6Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; 7y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal”. Quiso tranquilizarlas con la conversación y que no temieran por su vida porque todo estaba ocurriendo bajo la supervisión divina. Dios es un impedimento para que nos hagan daño los que bien no nos quieren. Andamos en la sociedad con un círculo protector alrededor nuestro, y por eso no le permite a los malos perjudicarnos. 

 

No tengas miedo si te quedas sin sueldo

Ge. 31:7,8

7y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal. 8Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados”. Te ha cambiado el salario, pero no ha podido hacerte daño, la providencia de Dios se encargará de ti y de tu salario. Te lo pueden bajar y aun perderlo, que la providencia dará el remedio de alguna otra forma. No habrá dinero, pero sí hay Dios. El  Señor nos salva del pecado y nos repone de bancarrotas. Dios está atento al mal trato laboral (v.12); aunque ores ya Dios lo sabe, y si eres justo él está de tu parte, espéralo que ya viene. Ha diferencia entre lo que es la maldad, la mala o buena suerte y la providencia de Dios (v.8). Adjudicar nuestro progreso o retroceso a la mala o buena suerte, es una superstición pagana. A mí no me ha guiado nunca la buena o la mala suerte, ni las estrellas ni la fortuna, sino la inteligencia divina, y le estoy muy agradecido, aunque casi siempre en principio en situaciones, no la entienda. Jesús dijo, “lo          que yo hago ahora no lo entiendes, pero lo entenderás después” (Jn.13:7). El asunto no ha sido entender sino de tener fe. Dios le afirmó a Jacob su intervención, en sueños, y le dijo que en la cópula de los animales se hallaba él; y el color de la piel de ellos y el sexo, había sido cosa suya. Y lo mismo sucede en la piel de nuestros hijos, sus tamaños y su sexo, si es varón o hembra. Y estemos conformes, y amémoslos y cuidémoslos mucho.

Ge. 31:13

“Donde me hiciste un voto”. Aunque Dios no hable, él sabe lo que hemos dicho en el momento de orar. Recuerda palabra por palabra toda la oración. ¡Aleluya! Dios, acuérdate de mis oraciones antiguas y atrasadas. Amén. 

Ge. 31:19

“Raquel robó los ídolos domésticos que eran de su padre”.  Terafines (v.34). Prueba que los parientes del lado allá del rio eran idolatras. ¿Para que los quería? Cuando clamaste a Dios por hijos y les ponías nombre ¿a qué Dios te referirías? Al único, entonces ¿para qué los quieres? Si crees en Dios no necesitas tener ídolos, ya tienes al omnipotente, omnipresente, omnisciente; un Dios tan grande no puede ser representado por imagen. Nada le debes a esos ídolos que no han hecho prosperar a tu padre. Déjalos ¡y robarlos! ¿No has aprendido de la fe de tu marido? (vv. 32-35).

Ge. 31:24

“Guárdate que no hables a Jacob ni bien ni mal”. Dios trata a sus hijos con preferencia y no le gusta que ni aún le hablen en mala forma, que le hagan algún agravio. Este hombre iba a hacerle daño, a quitarle lo que tenía, pero Dios sostuvo su mano y le advirtió que ni siquiera le alzara la voz, que no le fuera a ofender ni amenazarlo. No le hables “mal” quiso decirle (vv.29,42).

Ge. 31:32-35

32Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado. 33Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel. 34Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló. 35Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos”.

No se puede por medios humanos arrancar la idolatría del corazón, siempre hallará forma de esconderla en la silla de un camello. El Espíritu Santo es quien tiene que enseñarle que un ídolo nada es en este mundo, cuando la verdad del evangelio se abra paso por la mente (1Co.8:4).

 

Trabajo, de las primeras palabras en Génesis 

Ge. Ge. 31:38-42  

38Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 39Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 40De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis               manos y te reprendió anoche”.

“El trabajo no mata a nadie”, suele decirse. Jacob obtuvo riqueza porque trabajó muchos años seguidos y sin mencionar reposo. No sólo trabajó, sino que con honradez. Si una fiera se comía alguna oveja él la pagaba, si se accidentaba o perdía, era su responsabilidad y abonaba el precio por ello. Además, confiaba en la providencia de Dios, en su continua bendición de modo que no necesitaba enriquecerse con trampas, engaños, o robando. Aunque puso las varas delante de las ovejas cuando parían, no fue su superstición lo que le trajo prosperidad sino la providencia del Señor sobre sus labores. 

Todo lo que tuvo lo consiguió con trabajo. Génesis es un libro que habla del origen de todo, y desde el principio de la humanidad uno lee esa palabra, trabajo. Dios trabajó haciendo el mundo e hizo a Adán para que trabajara en el paraíso (Ge.2:15).  El hombre trabajador complace a Dios. Dios es trabajador y Jesús fue muy trabajador, de modo que algunas veces no tenía tiempo ni para comer (Mr.6:31) y le llamaban por su oficio de trabajador, “carpintero” (Mt.13:55). 

Dios ama al hombre que está siempre ocupado, Dios amaba a Jacob. Y Jacob prosperó en medio de la envidia y de los pecados de los demás. No veo alguna otra cosa que haga más hombre al hombre que su trabajo, exceptuando su relación con la Deidad. El que trabaja crea, produce, se multiplica, ayuda a su prójimo y mejora el mundo, el trabajo nos hace parecidos a Dios, por eso el trabajo que hagamos sea hecho como delante de sus ojos y no de los hombres, es decir para la gloria de él, bien. Cuando el Señor provee trabajo nos da el pan de cada día, cumplimos nuestros compromisos, y le damos a él gracias por ambos.

 

Qué recuerdo tenía Jacob de su padre

Ge. 31:42,53

42Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche. 53El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre” Jacob tendría muchos recuerdos de su padre, de cuando era niño y él lo cuidaba, le enseñaba el idioma, lo exhortaba, lo regañaba, pero de lo que más se acordaba era de su temor a Dios; cómo todas las cosas las ponía en sus manos (26:20-22); del trato bondadoso a pesar que lo engañó para robarle una bendición (27:33; 28:1). No hay ningún récord que lo castigara o que riñera a su madre por urdir la mentira: era un hombre noble que amaba a su familia y meditaba mucho en Dios (24:63); que había vivido como un hijo de la promesa desde su juventud, jamás perdidamente; recordaba que su amante padre era un hombre santo. Fue el temor a Dios de su padre lo que como factor humano influyó más en su vida. Llegó a creer en Dios por el temor de su padre. No por el miedo que le tuviera a su padre sino por el temor y el respeto que el padre le tenía a Dios. 

Ge. 31:44

“Ahora bien, ven, hagamos un pacto tú y yo y que sirva de testimonio entre tú y yo”. Un pacto para protegerse y proteger a sus hijas; es pura hipocresía pues las había vendido. Firmaron la paz, Labán temía que Jacob se hiciera fuerte y luego quisiera vengarse de los tragos amargos que le causó. Hay gente que para que sean buenos amigos nuestros tenemos que ser fuertes (vv.44-53).

 

Los ángeles andan más por la tierra que volando 

Ge. 32:1,2

1Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. 2Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim”. 

“Dos campamentos o dos ejércitos”. Unos rabinos piensan que se trata de la familia de Jacob y de los ángeles, pero otros con más estudios ven que son dos ejércitos angelicales, uno por un lado y otro por el otro, o uno delante y otro detrás. Cerca de ese sitio después se menciona una ciudad como Mahanaim (Jos.21:38; Cant.6:13) y la poesía salomónica menciona eso (Gill).  Parece como si por sus experiencias hubiera pensado que los ángeles andaban más por la tierra que volando por el cielo; creo que debiera ser así, que, en vez de estar perpetuamente cantando, están siempre sirviendo a la providencia entre los pobres e ingratos humanos (He.2:14). 

Pues entonces esos espíritus purísimos caminan más entre casas y automóviles que saltando de una nube para la otra. Buscando y cuidando los elegidos para que reciban fortaleza y protección de parte de Aquel que se los ordenó, secando con un pañuelo de amor sus grandes gotas y trayendo algún Simón para los ayude con la cruz. Y no porque uno sólo no sea suficiente, sino que hacen falta miles, varios campamentos, porque los opositores, también incorpóreos, abren las puertas del hades y salen para combatirlos. De eso parece que se encarga Miguel (Da.10:13). Y no andaba cantando en la gloria, ni conduciendo carros de fuego; ni tampoco aquel anónimo con su espada desenvainada que vio una burra, sino para impedirle a un humano torpe su equivocado camino (Mum.22:23). Seguro, que el ministerio de estos espíritus tiene que ver con nosotros los terrícolas y en eso se ocupan, en órdenes celestiales estrictas.

Ge. 32:4

“Así diréis a mi señor Esaú”. Nota que le llama “señor” por el pánico que tenía.

Ge. 32:5,6

5y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos. 6Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él”.

Esaú sabe que su hermano trata de borrar sus amargos recuerdos con dinero, que lo que quiere es que no lo mate. Y conocemos lo que pasó con esas gestiones porque él no había olvidado lo que le hizo a su hermano robándole la primogenitura, haciéndose pasar por él engañando al casi ciego padre. Su mal proceder yacía en su historia y en su conciencia y la vuelta del ultrajado lo hacía temblar. Sin embargo, aunque débil militarmente, sin ejército alguno, atenido a la providencia divina, en el encuentro si hubo pocos besos y abrazos, Esaú rebosante de orgullo y exitoso en su carrera no le tocó un cabello a sus hijos, sus mujeres ni una sola pezuña hendida.

 

 

Tus favores son más altos que yo

Ge. 32:10

“Indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a tu siervo; pues con sólo mi cayado crucé este Jordán, y ahora he llegado a tener dos campamentos”. Quiso decir: “Tus favores, puestos unos sobre otros, son más altos que yo, cada bendición que he recibido no la merezco, reconozco todo lo que has hecho por mí, que no lo pierda”. Observa en el v.8 cuando ve las promesas de Dios en riesgo, cómo ora. A este texto me refiero cuando pienso en mi situación actual, 22 noviembre 2012. No puedo decir como Jacob que mis años han sido “pocos y malos” (Ge. 47:9). No sería justo que dijera eso; tendría que ser casi ciego y terriblemente ingrato para no ver, reconocer y agradecer a Dios que ahora me tenga sobre dos campamentos. Con un cayado como quien dice, con nada, crucé el Atlántico hacia España, con un cayado vine a Estados Unidos, y ahora estoy sobre dos campamentos. Si algo he de exaltar es la misericordia de Dios. Tramos de ella no han sido fáciles sin embargo sus manos me han sostenido, a mí y a los míos. Sigue el año 2013, tengo algunos nuevos en mi grupo, tres adultos y una joven. Avanzamos a paso de hormiga. Dios hizo las hormigas. Guillermo Carey dijo que avanzaba a pulgadas. Yo también.  Tuve una hija, Ifdy. Su querida madre me la dio. Mañana cumplo 66. No estoy nervioso con respecto al futuro, parece más glorioso, con una gloria distinta, que la del pasado. Jacob daba gloria a la misericordia de Dios con él, así yo. Y es la experiencia de David y de otros (1Cro.17:7,8).

Ge. 32:11

“Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo le tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí y a la madre con los hijos”. No dice líbrame de la mano de mis vecinos paganos, los filisteos, sino de mi ¡hermano! El más grande enemigo es su hermano, el que puede destruirlo. Oh Dios cuídame de mis hermanos y hermanas en la fe, ¿no fueron los israelitas los que hicieron pecar a Moisés y por culpa de ellos no pudo entrar a la tierra de promisión? ¿No somos a veces heridos en la casa de nuestros hermanos? (Sal.106:32; Zac.13:6). Mucho peligro vocacional podemos hallar entre hermanos y hermanas, y el diablo busca usarlos.

Ge. 32:12

Y tú dijiste: “De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad”. Señor tu promesa está a punto de no cumplirse, ¿dónde está tu propósito? Dios no tiene miedo como nosotros. No nos vamos a morir antes de tiempo sino “hasta que haya hecho todo lo que te he dicho” (28:15), hasta que hayamos hecho todas las obras que ha hecho para que anduviéramos en ellas. ¡Qué esperanza!

Ge. 32:13-15

13Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú: 14doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 15treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos”. Toma, es una buena porción de lo que te robé, te la doy por la bendición que sustraje. Jacob no recordaba que el propósito de Dios era más grande que sus faltas. No se ha leído que un hermano regale a otro, no en efectivo, sino en propiedades, una cantidad tan honorable como esa. Lo obsequió como si fuera un millonario, y no por amor sino por miedo.

Ge. 32:20

“Lo apaciguaré con el presente que va delante de mí. Y después veré su rostro; quizá me acepte”. Está bien que haga lo posible por arreglarse con su hermano, pero lo principal es que luche con Dios en oración para que no se destruya por “antiguas enemistades” (Eze.25:15).

 

Un bastón para papá Jacob 

Ge. 32:24-32

24Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. 31Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. 32Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo”. 

¿Cómo decir eso, que un hombre luche con un ángel? ¿Cómo puede abrazar un espíritu un hombre de carne y huesos? No conocemos casi nada sobre las propiedades de los ángeles, pero sabemos que cuando adoptan la forma humana también adoptan las características de un ser humano y pueden incluso ingerir alimentos como aquellos tres que visitaron a Abraham. Se hacen sólidos como la materia sin serlo, se convierten físicamente en hombres de modo que se les llama varón, sin poder distinguir entre un ser humano nacido de una mujer y un ángel en forma humana, por eso “algunos sin saberlo, hospedaron ángeles” (He.13:2). 

El mismo Señor Jesús resucitado dijo que no era un espíritu porque era tocable (Lc.24:39) sin embargo podía penetrar las paredes y con su nuevo cuerpo ¡conservaba aún los huecos de los clavos y la herida en el costado! ¿Cómo se entiende eso? (Jn. 20:19,20,27). Muy poco conocemos del más allá. Puede imaginar a un ángel flotando en el aire o volando ¿pero sentado sobre una piedra? Pues sí y sé de dos sentados sobre una tumba (Jn. 20:12). Un gran maestro, Calvino, piensa que se trata de una visión. El panorama podría encerrar esa definición, pero lo de una lucha exige que el espíritu se sustantive. Volviendo al pugilato de uno de ellos con Jacob. 

El relato se vuelve más enigmático cuando se lee que lo venció. ¿Cómo puede un hombre vencer a un ángel tan poderoso si con un simple toque lo deja cojo? (v.32). Sin embargo, toda la noche estuvieron luchando sin que el ángel le hiciera algún daño, hasta que se declara vencido al rayar el alba (v.26). El ángel le dijo “me has vencido” y vencer aquí es sinónimo de convencer porque las fuerzas contrarias a Jacob se hallan dentro de la voluntad de Dios; por tramposo y mal hermano. Dios lo bendijo por medio de Isaac, pero cada músculo de su voluntad estaba en contra de lo que hizo. La oposición angelical no es otra que las mil fortísimas razones que tiene Dios para rehusarnos las bendiciones que nos da y no merecemos y que son por “el puro afecto de su voluntad” (Ef. 1:5), de su musculosa voluntad. Fíjese que el ángel no dijo que lo había vencido a él sino a Dios quien le ordenó que le entregara la bendición.

Jacob le pidió una bendición, el ángel le dijo un rotundo no, “ni lo sueñes”, y entonces Jacob le vio en la mirada los reproches divinos por lo que había hecho y se le colgó al cuello a Dios, lo abrazó para impedir que se fuera  y mientras forcejeaba le decía: “No te dejaré si no me bendices con mi hermano (v.26); no te dejaré ir si no aceptas mi arrepentimiento y me das tu perdón”. 

Esa experiencia tiene resonancia en las palabras del apóstol “mirad cuán gran lucha sostengo por vosotros y por los que están en Laodicea y por los que no han visto mi rostro” (Col. 2:1), y que muy bien John Gill explica así “…quiere decir, sus fervientes oraciones y luchas con Dios, los conflictos que tiene dentro de su mente, con su espíritu por el bien de las iglesias de Cristo, y el cuidado que tiene con ellas incluyendo aquellos hermanos que les son desconocidos”. O sea, la lucha de Jacob con el ángel es la esencia misma de lo que conocemos como oración. 

Y eso de la cojera estoy seguro que sus hijos lo interpretaron bien, regalándole algún bastón, acomodando lo espiritual a lo espiritual y comiendo de todo sin supersticiones. Nunca olvidaron el ejemplo paterno que las cosas hay que hacerlas bien hechas, aunque se tengan las bendiciones predestinadas en los lugares celestiales porque si no, hay que pelear mucho por ellas.  

Ge. 32:26

“Entonces el hombre dijo: Suéltame porque raya el alba. Pero Jacob respondió: No te soltaré si no me bendices”. Observa que ruega a Dios en primera persona, dice “si no me bendices”. Y ¿sus mujeres, hijos, siervos y propiedades, el trabajo de años, para quedarse sin nada en unos momentos? Es que Jacob sabía que si Dios lo bendecía a él también se proyectaría la bendición sobre todo lo que era suyo, y por eso él luchaba por esa bendición. ¿Dios podía bendecir a sus esposas, hijos y trabajo sin bendecirlo a él? No lo creo, él era el dueño de todo aquello, y el método del Señor es bendecir al padre y toda su casa. Oh Señor, bendíceme, dame tu triunfo y salvación dentro de mí, en mi alma. Ayúdame a prevalecer contigo. Hagamos con Dios una lucha personal, en él se vencen a los hombres. La misma verdad la hallamos en Job 1:9,10. Dios había cercado la persona de Job y al hacerlo así también había encerrado con él todo lo que él poseía. Su preciosa familia y su prosperidad económica eran el fruto de la bendición del Señor sobre él.

 

Cambio de nombre, cambio de forma de ser

Ge. 32:28

“Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido”. 

Alma mía, retírate a la soledad con Dios no sólo para reír dulcemente sino para luchar, si eres un verdadero israelita, para obtener lo que quieres, para tu alma, para la de los otros, para transformar al profano Esaú, como si fueran él quien lucha con Dios por tus labios, hasta que sepas que ha sido bendecido. Así entenderás Mateo 17:20,21; Col. 2:1, que la oración es una lucha para ganarle a Dios, para derrotarlo por una bendición, triunfar sobre sus reparos para extender su bendición. ¿Quieres que la palabra de Dios “corra y sea glorificada?”. Sí, Señor. ¿Está estancada? Sí Señor. ¿Los hombres no cambian? Por sí mismos no, Señor. ¿De nada vale que les exhortes porque son como el áspid sordo que no hace caso por muy hábil que sea el encantador? Exactamente Señor (Sal.58:5), por muy bonito que hable el predicador. No entienden sermones inteligentes. No, son como “el caballo y el mulo, sin entendimiento”.  Déjalos y retírate a suplicar o llorar por ellos delante de Dios (Je.13:17). La solución es de Dios. Entonces dirás como Raquel “con luchas de Dios he contendido y he vencido”; y esa experiencia será recordada como Neftalí (Ge.30:8). Quizás has luchado mucho con alguien, pero directamente, le has dañado demasiado para que crea en tu confesión de arrepentimiento, y no puedes borrar de su memoria lo que le hiciste y te da miedo. Eso le pasó a Jacob. Sigue orando hasta que raye el alba, lucha por esa situación que causaste. Lo que hiciste es tan grande que no lo podrá borrar tus palabras, pero sí tu oración.

Ge. 32:29                                       

“Lo bendijo “allí”; y recogió el resultado en otro lugar.

Ge. 32:32

“Por eso, hasta hoy, los hijos de Israel no comen el tendón de la cadera que está en la coyuntura del muslo, porque el hombre tocó la coyuntura del muslo de Jacob en el tendón de la cadera”. 

¿Es eso lo único que han derivado de esa experiencia? Una superstición, no hay ninguna conexión religiosa entre la razón de la cojera de Jacob y el muslo de un cordero, un carnero o una vaca. Mejor hubiera sido que hubieran inculcado a todas las generaciones, el hábito de contender con Dios en oración. Pero siempre es más fácil y de gusto carnal, comenzar una superstición. ¡Son más religiosos así!

Ge. 33:1-3

1Alzando Jacob sus ojos miró y he aquí venía Esaú y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. 2Y puso las siervas y sus niños delante luego a Lea y sus niños y a Raquel y a José los últimos. 3Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces hasta que llegó a su hermano”. 

Claramente indica que amaba a unos hijos más que otros, los de las siervas primero, los de Lea en el segundo grupo y a Raquel en el último, pero a todos más que a sí mismo, porque se puso al frente de los grupos. Hubiera preferido perder a unos primero que a otros, pero por cualquiera de ellos daría su vida, aunque es criticable no deja de ser hermoso. 

Ge. 33:4

“Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, y echándose sobre su cuello lo besó, y lloraron”. ¿Quién lo hubiera predicho, aquel hermano herido, rencoroso con sentimientos de homicidio? ¡Lo que puede la oración y la lucha con Dios! Si oráramos más nos llevaríamos mejor con los hermanos.

Ge. 33:5

“¿Quiénes son éstos que vienen contigo? Y él respondió: Son los hijos que Dios en su misericordia ha concedido a tu siervo”. 

Como si dijera “estos niños que amo y son mi deleite, me los ha dado Dios, no son pocos sino muchos y también el pan para criarlos a todos”. Gracias por nuestros hijos, Señor. Es por misericordia de Dios que tenemos hijos, los criamos y los educamos, los vemos casarse dentro de la familia de Dios, no juntarse o vivir en concubinato, y nos dan nietos legítimos de un santo matrimonio que dure hasta la eternidad. Hijos, yernos, nueras, que nos da Dios. “Son los hijos que Dios me dio” (He.2:13). 

Ge. 33:8

“¿Qué te propones con toda esta muchedumbre que he encontrado?”. Quiso decirle: -¿Qué te propones con todo esto? Y él respondería, que no me mates, que no nos mates (32:11).

Ge. 33:9

“Tengo bastante, hermano mío; sea tuyo lo que es tuyo”. ¡Qué dulce han de haber resultado esas palabras a los oídos de Jacob!... Han pasado muchas cosas entre nosotros, pero aún somos hermanos y no enemigos. La oración salva a la familia, la reconcilia de una manera maravillosa, imprevista.

 

Un agresivo hermano convertido en espejo divino

Ge. 33:10

“Porque veo tu rostro como uno ve el rostro de Dios, y favorablemente me has recibido”. 

Parece exageración o adulación porque todavía está aterrado. De todas maneras, como lo vio cambiado y tan bien dispuesto, sonriente, amaba y que le tendía los brazos para besarlo, lo comparó como si hubiera visto un ángel del Señor o a Dios mismo. Realmente Dios lo había cambiado y aquel cambio había que atribuírselo desde el corazón de Esaú hasta su cara, a Dios. Así que si no es adulación es dicha. Uno puede decir que ha visto el rostro de Dios si ve en Moisés brillando la gloria de Dios en su cara, o si mira el rostro de Jesucristo donde brilla esa misma gloria, y suprema. El de un ángel si mira a Esteban (Hch.7:15). No obstante, si ve a un hermano muy querido y ausente por años a quien se desea abrazar, cenar juntos, hablar de muchas cosas. Pero ¿sentía esa amorosa nostalgia Jacob por Esaú? Claro que no. O tal vez sí. ¿Qué tanto favor? El no hacerle pagar sus pecados, olvidar sus ofensas, llamarle hermano. Es una actitud producida por Dios. Nos hacen un gran favor cuando nos perdonan los agravios que les hemos hecho, como Dios nos ha perdonado otros, y nos reciben como si no se acordaran de nada, y olvidan con muy buena memoria como lo hace Dios. Un agresivo hermano convertido en espejo divino. Sí Señor, yo te puedo llamar “tanto favor” porque no me has tratado como merezco, has olvidado mis agravios, me has llamado hermano (He.2:11,17). Así miró Jacob a Esaú, porque su corazón se desbordaba de miedo, y en el fondo amor por él.

Ge. 33:11

“Dios me ha favorecido, y porque yo tengo mucho”. Qué bueno es que un hermano le muestre a otro su prosperidad y que le diga que no la ha obtenido con malos manejos, ni defraudando, sino con la bendición de Dios sobre su trabajo. Y que la envidia no muerda su pequeño corazón.

 

La iglesia es bonita yendo al paso de las paridas y los niños 

Ge. 33:12-15

12Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti. 13Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas. 14Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir. 15Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor”. 

Parece que lo que quiere es que se vaya, le tiene miedo. Ya se han reconciliado, se han pedido perdones, no hay mucho más que hablar y seguir juntos como si nada hubiera pasado y juntar dos historias completamente distintas, borrar por voluntad propia tantos años de separación, es imposible. Esa hermandad no se puede disfrutar jamás. Han ocurrido muchas cosas que sería imposible sacar de la memoria. Estaban predestinados a vivir lejos el uno del otro. Se podrían conformar a tener noticias recíprocas sin procurar un acercamiento. Los pasados no se usan, pero siguen viviendo. No sé si generalizar, pero hay personas que no pueden apagar sus rencores y nunca miran igual a un ofensor. Si se tiene una memoria mala. 

Realmente no le hacía falta, Dios lo cuidaba. No siguieron juntos varios días. Sin embargo, mucho de lo que dice es cierto y muestra cuán conocedor es de su ganado, y habla a favor de las recién paridas y de los niños que también son tiernos. Le dice: “Compréndeme, tengo que ir lento, al paso de las madres paridas y de los niños, a ninguno de ellos puedo apurar o los mataré a mi paso”. Las iglesias deben ir al paso de las madres que crían y de los niños. No debe dejarlos a ellos detrás y abandonados a su suerte. Deben tener sus maestros. Los adultos, los maduros deben ajustar el paso, ir más despacio, que los que todavía están en la infancia. Soportarlos y proveer. Los niños no deben quedarse rezagados ni obligarlos al trote de los adultos. Y no se les puede dar la vianda de adultos maduros a esos niños. Ellos son importantes para nuestras congregaciones. Si no se acomodan a ellos, los perderán, y una iglesia sin niños no tiene futuro, y es fea.

 

 

Ge. 33:18-20

18Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad. 19Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. 20Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel”. 

Quiere decir “Dios, el Dios de Israel”. Al fin en un lugar seguro, con el corazón lleno de experiencia y gratitud a Dios. Ya su familia ha crecido. “Cuando él estuvo en Siquen, Dina era una niña de no más de seis años y Simeón y Leví de unos once o doce, y antes que se marcharan ya Dina se podía casar y los otros dos eran jóvenes mayores y capaces de hacer lo que hicieron como se cuenta en el próximo capítulo” (Jhon Gill). Es como si hubiera dicho “Dios, el Dios mío” ¡Qué Dios tengo yo! “Dios mío y señor mío”. ¡Qué Jesucristo tengo! Han pasado muchos años y Dios sigue conmigo y con los míos. Se ve cómo va creciendo en espiritualidad Jacob. Levanta más altares de adoración y nombra los sitios con el nombre de Dios que cuando se hallaba en Padan- aram. Iba andando y formando la revelación. Allá no leo que levantara algún altar y que invocara a Dios como ahora. 

Dios ha tenido mucha paciencia conmigo todos estos pasados años, y aunque no ha estado satisfecho con mi vida y trabajo, ha esperado hasta que aparecieran los frutos de su amor. ¿Por qué no voy a esperar por ti si tú has esperado tanto por mí?

Ge. 34:1

“Y salió Dina, la hija de Lea, a quien ésta había dado a luz a Jacob, a visitar a las hijas de la tierra”. ¿Sola? ¿Necesitaba amigas con las cuales platicar? No tenía hermanas. Tendría unos catorce o quince años. Dice Josefo que había un festival en Siquem y ella asistió para ver las muchachas que vendrían, cómo se vestían, se ornamentaban, hacer amigas entre ellas y conocer sus costumbres. Las niñas no deben andar solas sin un hermano o padre que las cuide. Hay muchos villanos en el mundo. Ni los niños tampoco. Hay muchos degenerados.

Ge. 34:2

“Y cuando la vio Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de la tierra, se la llevó y se acostó con ella y la violó”. ¡Dios mío qué dolor para Jacob! Si no hubieran permitido los padres que se fuera sin un guardián acompañándola nada le hubiera pasado porque el platicador enamorado no la hubiera engañado llevándosela para la soldad. ¡Vil! (v.7).

Ge. 34:7

“Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque Siquem había cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse”. La RV traduce “vileza”. La palabra hebrea tiene estos significados: tontería, villanía, crimen, maldad. Una violación es todo eso; y la palabra también significa “castigo”, porque debe castigarse al que fuerce a una dama. ¡Ojalá se mutilaran todos los que cometen esa infamia y que fueran amputados! (Ga.5:12)

Ge. 34:23

“Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros”. Nota como quieren robarle el dinero a Jacob. Estos son los que se hacen religiosos, los que se dicen ser circuncidados del corazón, que se bautizan para sacar ganancias. Jacob nunca estuvo de acuerdo con la matanza que hicieron Simeón y Leví, ni con el pillaje que usaron (Ge. 49:5-7). La Biblia deja en claro que eso estuvo mal; lo que hizo el violador, pero los dos hijos de Jacob se excedieron matando a inocentes y robando, actuando como un par de feroces delincuentes. El castigo es para el violador, y se castiga con dignidad (Dt.22:25).

Ge. 35:1

“Entonces Dios dijo a Jacob: Levántate, sube a Betel y habita allí; y haz allí un altar a Dios”. ¿Se lo habrá dicho alguno de los hijos de Melquisedec, o un ángel? Hace referencia a su experiencia, “terrible” en aquel lugar.

Ge. 35:2

“Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos”.  Mira como la familia de Jacob, incluyendo sus criados, estaban contaminados con la idolatría (v.4). Uno se descuida y el pecado se mete en la familia sin ser notado hasta que se da cuenta y ordena a todos que lo saquen y se deshagan de él. Después de eso Jacob les ordenó que se purificaran, con agua y con Espíritu, y como señal de volver a empezar se cambiaran la ropa, ¿y la contaminada qué? ¡Aborrecerla como manda el Señor! (Ex.19:10; Jud.1:23) y despojarse de ella como del “cuerpo pecaminoso y carnal” (Col.2:22).

Ge. 35:3

“Y levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado”. Entonces el sueño de la escalera lo tuvo como respuesta a su oración. Oró y la respuesta lo asustó. Para que recuerde que Dios es el Dios de toda su vida. Vemos juntas la providencia y la oración, y uno la ve cuando pide cosas específicas y las recibe.

 

Las baratijas religiosas desaparecerán 

Ge. 35:4

“Entregaron, pues, a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que tenían en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de la encina que había junto a Siquem”.  Figuras de dioses, amuletos y talismanes, objetos extraños para superstición (31:19) que les colgaban de las orejas. Posiblemente no tendrían mucho valor y fueron rotos en pedazos y después sepultados. Si hubieran sido de oro o plata podrían haberse derretido y convertido en dinero (Jos.3:5). Esto es una conversión. 

Tendría que saber que a su familia se le estaban pegando las costumbres de las naciones, especialmente por el contacto con los cananitas y los de Siquen. Uno debe estar atento a la vida religiosa de la familia y sus atrasos y adelantos y de vez en cuando hay que ordenar un registro y regresar a la antigua pureza poco a poco perdida. Tal vez hay que regresar hasta donde se perdió el “primer amor” y rescatarlo para un presente frio o tibio, casi sin ternuras existentes. 

O hay que regresar a las “fuentes” como dijeron los humanistas en el siglo XVI y los reformadores, y buscaron el NT en griego, revisaron el Antiguo de punta a cabo y el poderío de la superstición católico-romana comenzó a desintegrarse en una buena porción de Europa. Y no hay que escribir nuevas constituciones para nuestras iglesias, con la confesión de fe de Londres de 1689, o la de Westminster es suficiente; con el estudio de ellas solitas se echan afuera las figuras hedonistas de los dioses modernos, los amuletos y talismanes supersticiosos de los astros y los signos del zodiaco, a los cuales les ha dado ahora por creer a la gente vacía de esta sociedad seca y postmoderna. Los hijos del Israel de Dios, esto es la iglesia, no deben fundirlos en nada, no es oro, son baratijas del intelecto y de la religión, no valen la pena, y lo mejor que se puede hacer es enterrarlos, en tierra o en hueco en la memoria, en el olvido. Las religiones sí van a desparecer con el tiempo, la secularización las destrozará, y me alegro, las mentirosas, pero no las doctrinas del Señor Jesucristo y de sus doce apóstoles, que no podrá la ciencia ni un millón de avances de ella. Amén. 

Ge. 35:8

“Y murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de la encina; y ésta fue llamada Alón-bacut”. La muerte empieza a visitar el hogar de Jacob y su familia a  deshacerse. Parece que la lamentaron bastante (vv.16-21). Gill dice que de Rebeca lo último que se supo fue lo que pasó con sus hijos y después una mención sobre su sepultura en 49:31. Su nombre fue escrito en el polvo y pregunta Gill  “¿No es eso una señal de la desaprobación divina?”. Sin embargo su nodriza o ama de llaves es lamentada y se supo más de ella.

Ge. 35:9-15

“Y Jacob le puso el nombre de Betel al lugar donde Dios había hablado con él”. Dios hace referencia a las dos experiencias religiosas más importantes en su vida hasta ese momento. Le vuelve a llamar Betel por la misma razón pero sin espantos. Señor refresca nuestros mejores momentos y días (28:19).

Ge. 35:11

“Yo soy el Dios Todopoderoso”. ¿Qué aplicación puede tener para nuestra fe esa palabra, omnipotente? Para que pueda confiar en su fidelidad y en su Palabra, dicho y hecho. Hay poder para lo prometido. A Jesucristo se le llama todopoderoso (Apc.1:8).

Ge. 35:13

“Entonces Dios subió de su lado”. Terminó de hablar con él, desapareció la gloriosa visión, acabó. No que Dios cambió de lugar, sino que volvió a su estado invisible y silencioso.

 

Cuando ha llegado el tiempo para ser feliz

Ge. 35:16-21

“Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín”. Pobre Jacob, ahora que podía vivir feliz con su amada y celebrar el nacimiento de otro hijo, ella se le muere en el mismo parto. Ella le llamó “Benoni” o “hijo de mis tristezas” pero Jacob rechazó ese nombre por otro parecido pero no igual con un significado distinto, y pienso que fue dado por el Espíritu porque Benjamín significa “hijo de mi mano derecha” y encierra la ayuda y dependencia que habría de tener aquel hijo con él cuando fuera anciano (44:20).  El Espíritu Santo no quiso afligirnos con el profundo dolor de Jacob y no nos dijo cuánto sufrió por esa pérdida. Y él quiso recordarla a ella en sus alegrías. Los rabinos dicen que Benjamín vivió 111 años. Oh amado, cuando nos parece que ha llegado el tiempo más propicio para ser feliz, el tan esperado, puede ser el peor de nuestras vidas, el más lleno de dolor, los días más negros. Acuérdate que cada día está sujeto a la providencia de Dios, a su misericordia, que lo que hoy gozamos, que las pertenencias que poseemos son dones de Dios y no sabemos cuándo van a ser devueltas a su real Propietario. Cada día es suyo, mañana y tarde. ¡Cómo Dios lo preparó especialmente para ese momento! Señor no te separes de mí si llego a esos momentos.

Ge. 35:20

“Erigió un pilar”, o un monumento de piedras, no tanto como un panteón. El asunto es que quiso poner algo sobre la tierra que identificara el lugar por si quería volver a él, y hablar con ella, o recordarla más cerca. Eso está bien, un sitio donde uno sabe que descansa la mujer de su amor y de su vida, para ir a llorarla y decirle lo solo que se siente. Y por supuesto, para darle gracias a Dios por el tiempo que la disfrutó, y pedirle consuelo, pero no respuestas. Y si a eso se le añade un libro sobre la biografía de la vida de ella, contando momentos, haciendo historia, para que la lean los hijos, los nietos y todos los que muestren algún interés. Si la vida ha honrado a Dios, eso debiera hacerlo alguien. Una forma de ir leyendo y besando esos recuerdos.

Ge. 35:22

“Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre; e Israel lo supo”. Pobre Jacob, como si su dolor fuera poco, su hijo lo humilla más con esa inmoralidad. En la Septuaginta se añade que no le pareció bien que hiciera eso. Posiblemente lo reprendió duro y aunque no dijo una palabra al respecto, el dolor lo llevó dentro hasta el día de la sepultura, y le quitó la primogenitura (Ge. 49:3). En el original hebreo hay una pausa, como un silencio, que es llenado en la Septuaginta. Jacob no habló de eso, lo llenó de asombro y lo dejó mudo por la vergüenza. 

Ge. 35:28,29

28Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años. 29Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo, viejo y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y Jacob sus hijos”. Se encontraron en los funerales. Todo olvidado y todo en paz. Esa expresión “reunido a su pueblo” tiene esperanza porque piensa que “su pueblo” está en el otro mundo, no en el que deja (Num. 20:24,26; 27:12-14). 

Ge. 36:1 

“Estas son las generaciones de Esaú, es decir, Edom”. ¡Qué extraño!, que el Espíritu Santo nos deje la genealogía de Esaú, un reprobado, símbolo de maldición y muerte, de profano, hasta que sus descendientes desaparecieron. Lo mismo pasa con Caín y sus descendientes. Son los brillantes nombres de los enemigos del pueblo de Dios. ¡Cuántos fueron ellos y ninguno sobrevivió! Hicieron daño, trajeron sufrimiento, lágrimas, a veces tuvieron mejor suerte, pero al final destruidos. Esa fue la gloria de las naciones, la cual le ofreció el diablo a Jesús, “todo esto te daré si postrado me adorares” (Lc. 4:5-8). Y él la declinó. Oh Dios, que no dejemos tu gloria para formar parte de la gloria de los hombres.

Ge. 36:35

“Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad fue Avit”. Madian y Moab se hallaban cerca y a veces se llevaban mal, y este hombre puede tenerse como dichoso que se nombre, como el de su pueblo, aparezca en el libro de Dios, aunque con gloria humana, exhumada en esta página, de nada sirve saberla.

 

Ge. 37:1-30

1Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán. 2Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. 3Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.4Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. 5Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. 6Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. 8Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras. 9Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. 12Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. 21Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. 23Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. 25Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto. 29Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos. 30Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo? 31Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; 32y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. 33Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado. 34Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. 35Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre. 36Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón capitán de la guardia”. 

Leyendo todo corrido, resaltan pensamientos dignos de alguna reflexión y palabras inspiradoras en especial la divina providencia, su voluntad permisiva, las buenas y malas intenciones. Con relación a los hombres no merecemos el daño que nos hacen: envidia, odio con que nos tratan, pero sí merecemos eso como castigo de Dios por nuestros pecados.

Ge. 37:2

“Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos”. Los patriarcas no eran unos jóvenes santos. Tal vez Jacob le pidió esto a José o quizás él le preguntaba, y éste le contaba la frustración que tenía. Si así fue, hizo mal, y si además añadía lo de los sueños, peor. Con todo, ha quedado como un testimonio de su elección al ministerio profético, y para que sepamos que todo lo que Dios dice del futuro, se cumple.

Ge. 37:3,4

“Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores”. Por ninguna razón un padre debe amar más a un hijo que a los otros, se sienten heridos y menospreciados como si no los quisieran. Esto traería discordia entre ellos. Y menos hacerles costoso regalos y que los demás lo sepan. No tiene excusa por haberlo tenido en su vejez, a los 91 años y de su amada esposa Raquel. A él lo odiaban, pero no al padre.

 

José miraba su futuro, pero desconocía cómo llegaría  

Ge. 37:5-11

“Y José tuvo un sueño y cuando lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más. Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho”. Quizás no lo contaba para envanecerse ni para molestarlos sino como una revelación de Dios para contarles el propósito que él tenía con su vida. Los hermanos no se regocijaron, sino que lo envidiaron. Lo aborrecían por la palabra de Dios y ésta era el principal motivo de separación. El joven tenía la seguridad que aquello era un mensaje de Dios, que le revelaba el futuro, aunque no le dijo cómo llegaría hasta él. Eso sería un asunto de fe.  No le fue revelado que lo echarían en una cisterna ni que sería vendido como esclavo para Egipto. En todos esos momentos tuvo que estar seguro que Dios cumpliría sus sueños. Lo que hizo el padre estuvo bien, reflexionar en lo que su hijo decía. Hace bien uno en hallar tiempo para meditar en lo que Dios está haciendo en sus hijos. Por medio de envidia, maltrato y prisión sería lo que Dios quería y estaría dónde Dios quería.

Ge. 37:20

“Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: "Una fiera lo devoró." Entonces veremos en qué quedan sus sueños”. “Veremos si Dios puede cumplir su palabra; nosotros podremos frustrarla”. Se equivocaron. Lo que Dios quiere hacer con nosotros nadie lo impide: la malicia de los hombres no frustra los propósitos de Dios. No sé si a pesar del pecado de ellos o por medio del pecado de ellos; da igual, pero aquí comenzó la realización del futuro de José. La providencia siempre es inteligente, más que nosotros y calcula mejor, y todos los cabos los deja atados.

 

En el barco de la providencia

Ge. 37:25-28

25Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto”. 

Este debió ser el momento crítico cuando el joven debió dejarse llevar por los acontecimientos y recordar que, seguramente, aquello era exactamente lo que Dios quería que ocurriera. En estos momentos no se dice cómo José tomó sus circunstancias, pero después sus hermanos recordándolo dijeron que él les rogaba que no lo vendieran y se hallaba angustiado (Ge. 42:21). 

Cuando es inútil luchar, llorar y suplicar contra un cambio de circunstancias hay que permitirles que ellas sigan su curso, como las aguas de un río, y acompañarlas sin resistencia sólo procurando no ahogarse, hasta ver donde desemboquen y nos permitan dejarlas. Ellas son dirigidas por la providencia de Dios y nosotros dentro. Es el momento cuando hay que decidir no salir de dentro ni nadar en contra sino flotar, esperar y confiar en el Señor que habrá algún día una desembocadura y todo habrá terminado. El río puede ser sumamente largo y desconocido, que parezca no tener fin, pero lo tiene. Así Pablo y Silas tomaron las cosas en la cárcel en Filipo, en vez de llorar y lamentarse, cantaban himnos a Dios, acomodados exactamente a sus momentos. La vida nos hace felices o nos amarga, depende de la fe que tengamos, que lo peor sepamos hacer con lo peor como hizo Moisés cuando huía de la serpiente, según Dios se lo aconsejó, “tómala por la cola”, por el sitio donde más te convenga ¿eh? No, por la cola o por el medio son los sitios de más peligro porque ella puede doblarse y morderlo, pero eso no sucedió porque la serpiente se volvió un palo que él podía mover a su gusto y sin peligro. Su circunstancia fue modificada porque la tomó como Dios le dijo no como su sabiduría le hubiera aconsejado. Las circunstancias hay que tomarlas, uno se dice, por donde menos daño hagan según la experiencia que tengamos y la razón, es obvio, eso nos dice nuestra psicología, pero mejor que ello es tomarlas por donde la Biblia nos dice, con fe, y no sólo no nos harán daño, sino que podremos manejarlas mejor y servirnos de ellas mientras que en el otro caso no. El diablo quiere en estos tiempos, con las iglesias de Dios, sustituir la Palabra bíblica por la psicología como si ella, secular, fuera mejor o complementara la perfecta Biblia. Es imposible que la psicología diga las cosas a la mente con la perfección de la Palabra de Dios, ella las dice más bonitas y conllevan esperanza y fe, y la otra no, es seca, aburrida y presuntuosa, ostenta lo que no tiene. Por todo eso José, aunque le dolió mucho lo que hicieron, y se los dijo, los perdonó. 

Cuando ellos pensaban que estaban deshaciendo por completo el plan de Dios era cuando lo estaban exactamente favoreciendo y poniendo a José en camino al trono de Egipto. La providencia, que no descubre sus secretos, estaba usando el bien y el mal (Rubén, Judá, etc.), para sus fines. 

Oh, hermano, no lamentemos jamás nuestra suerte que nadie podrá sacarnos del camino que Dios nos ha trazado.  Todo cooperará para bien, las cosas que nos gustan o no nos gustan, las felices y las tristes, los buenos amigos y los desleales, la buena familia y los malos hermanos. Recordemos que la sabiduría de Dios es “profunda” igual que su ciencia (Ro.11:33). Dejémonos llevar por Dios, en su embarcación, aunque sea un gran pez como Jonás, un submarino, y salgamos afuera con los cabellos mojados donde no queríamos ir.

Ge. 37:33

“Él la examinó, y dijo: Es la túnica de mi hijo. Una fiera lo ha devorado; sin duda José ha sido despedazado”. ¿Qué pensaría Jacob de los sueños de José? Se diría: “Fueron ilusiones, no promesas ni profecías”. Sí, es la túnica de tu hijo, pero no la sangre de tu hijo. Eso es lo que te han hecho creer. Ellos te han mentido y te están engañando para que lo des por muerto estando vivo. Jacob dijo: “Sin duda”, para él, pero no era cierto y a Dios no pueden engañarlo y lo que ahora parece una mentira bíblica, el tiempo, las circunstancias o llegado el caso un mejor examen, demostrarán que las evidencias contrarias eran falsas y la Palabra de Dios tenía toda la razón, fuera dicha por inspiración, por visión o por sueños. 

Ge. 37:34

“Y Jacob rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días”. ¿No les rompería el corazón viendo su padre así? ¿No se sentirían culpables por ver aumentar las arrugas de su padre en el rostro y canas en su cabeza? Y todo para esconder sus pecados.

Ge. 37:35

“Y todos sus hijos y todas sus hijas vinieron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado, y dijo: Ciertamente enlutado bajaré al Seol por causa de mi hijo”. Quería sufrir, no deseaba conformidad, no quería olvidarlo, recordarlo toda su vida, vivir y morir con el amargo amor en el corazón.

Ge. 37:36

“Mientras tanto, los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia”. Este capitán de la guardia o cuerpo de guardia. Algunos traducen “capitán de los matadores” “de los carniceros” o de los prisioneros y su ejecutor. ¿Sabes lo que es el dolor de tener un hijo esclavo, que alguien te lo venda al pecado, del vicio, alcohol o drogas, y que los que lo hayan arrastrado en su caída sean familiares? Oh Dios cuida de nuestros hijos y de esa esclavitud libéralos.

Ge. 38:1-30

“Sucedió por aquel tiempo que Judá se separó de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Hira. Y allí vio Judá a la hija de un cananeo llamado Súa; la tomó, y se llegó a ella” (vv.1,2)  . Todo este capítulo recoge la humillación de Judá, por sus hechos y el de sus hijos. No conozco que haya tenido un hijo bueno, excepto Sela de quien nada bueno tampoco se dice. Separado de sus hermanos se buscó una mujer, y un amigo mundano (v.20), que practicaba como él la prostitución. En este capítulo no se recuerda a Tamar como la mujer mala sino a Judá. Tamar no fue una prostituta (aunque no hizo bien fornicando), y nadie la conocía como tal; quien se corrompía en ese capítulo era uno de los hijos de Jacob. No engendró ningún hijo santo, los otros dos los ejecutó Dios, eran perversos, egoístas. Tamar lo que quería era tener un hijo. Judá en vez de casarse lo que hizo fue pecar.

 

Alcoba conyugal

Ge. 38:8,9 

8Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano. 9Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano”. Dios conoce el corazón de todos los hombres y las motivaciones de sus acciones; y el Señor también mira con quién se tienen relaciones sexuales y cómo se efectúan, porque el Espíritu dijo que el lecho matrimonial debe estar “sin mancilla” (He.13:4). ¿No dice el Señor que se cierre la puerta de la habitación y se ore en secreto porque Dios ve en secreto? (Mt.6:6). Lutero dijo a los exmonjes que la relación matrimonial fue ordenada por Dios y que, aunque se hiciera ardientemente, podría en ese momento volver Jesucristo y no habría nada que temer. O ¿es que Dios entra, si es que el Viviente que me ve, tiene que entrar, sólo cuando lo que se va a hacer en la alcoba es un culto religioso? Cuando se cierra la puerta Dios no se queda afuera, está dentro y ve y oye todo lo que pase. Siempre el matrimonio se halla en la presencia de Dios. Onán no quería darle un hijo a su hermano porque el primogénito no sería suyo, no llevaría su nombre y la herencia sería de él y no del padre. Sería padre biológico del hijo, pero no legal. 

Y ¿qué más le daba? De todos modos, la herencia no sería suya tampoco si no engendraba un hijo. No quería tener un hijo, criarlo y que llevara el nombre de otro. Y Dios lo estaba mirando y le repugnó lo que hacía con su mujer porque en el matrimonio todo no es válido, hay cosas que se pueden hacer por común acuerdo de la pareja, pero no de común acuerdo con Dios, y “son dignos de muerte los que tales cosas hacen” (Ro.1:32). Las conciencias de ellos pueden quedarse tranquilas, pero bajo condenación. Hay cosas que se hacen en el matrimonio que desagradan a los ojos de Dios y hay cosas que se dicen e hieren sus oídos. Pero como “vergonzoso es hablar de lo que ellos hacen en secreto” (Efe.5:12) yo me callo; y como dice Calvino, llego sólo hasta donde la vergüenza me permita hacer comentarios sobre una alcoba conyugal.

 

Señales de un amor escondido

Ge. 38:24-26

24Sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada. 25Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. También dijo: Mira ahora de quién son estas cosas, el sello, el cordón y el báculo. 26Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció”. 

Sí, somos inclinados a condenar a muerte a los que pecan con los mismos pecados que nosotros cometemos. Pero Dios es justo y le descubrió su maldad justo en el momento de cometer una injusticia, porque el que tenía más conocimiento de Dios la había envilecido; y reconocer públicamente su incesto, su incredulidad y que ella era mucho mejor que él (Calvino muestra alguna simpatía por ella). Pudo haberse casado con ella, era viuda, o haberla liberado para que hallara un nuevo esposo. Cuando uno peca suele dejar alguna señal de ese amor escondido, que a su tiempo será una prueba contra el que pecó.

Ge. 39:1-6

1Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá. 2Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. 3Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. 4Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo q.ue tenía. 5Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo. 6Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia”.

Cuando llegó a lo que parecía el punto máximo de su desgracia comenzó su bendición. Uno no debe preocuparse por donde Dios lo lleva, es un camino seguro. Siempre se dice, “Jehová estaba con José” o “el Señor” como dice LBLA, y eso era lo más importante no el daño que le estaban haciendo. En ningún otro episodio de su vida se lee tantas veces, cinco, el nombre de Jehová. Las ideas de José eran buenas y mejoraban el negocio, sus planes, organización, todo era bueno y Dios lo hacía marchar bien (vv.2,21). Había mucho de Dios en todo el trayecto, en sus sube y baja.

Ge. 39:4

“Así encontró José gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal”. El dueño siempre mira con buenos ojos al empleado en quien confía y que hace prosperar su casa. Pensó que le podía dar mayor participación en su hacienda y aumentó su autoridad.

Ge. 39:6

“Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de José, y con él allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía”. El estrés suyo se lo pasó a José que con la bendición de Dios lo manejó.

Ge. 39:7

“Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: Acuéstate conmigo”. Codiciosa, desvergonzada y calumniadora por añadidura.

Ge. 39:8,9

8Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. 9No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?”. Muy bien “y será un dulce secreto” entre los dos. Y él respondía siempre que no. “Dios lo sabrá” “Será dulce para ti, pero para mí después será muy amargo”. Tenía gustos varoniles, pero principios religiosos. Le dio dos razones para no poner una mano sobre ella: El temor a Dios y la lealtad, dos cosas que constituían el fundamento de su fidelidad, más que el propósito de su trabajo.

Ge. 39:10-12

“Y ella insistía a José día tras día”. El acoso sexual aumentó y llegó hasta el intento de violación. No ocurrió nada entre los dos, pero le levantó una calumnia y nadie le creyó lo que él dijo sino a ella, como en todos estos casos. La gente aceptó la versión de ella y consideró increíble la de él. El “no pecar contra Dios” fue lo que lo salvó, el miedo al castigo divino y no el posible escándalo o las consecuencias de su pecado. Los principios religiosos son importantes pero el temor a Dios es más. El amo no tuvo que decirle que podía disponer de todo menos tocar a su mujer, que parece que no estaba contenta con él. Una mujer insatisfecha o desilusionada, frustrada con su marido.

Ge. 39:23

“El Señor estaba con él, y todo lo que él emprendía, el Señor lo hacía prosperar”. El mismo patrón de bendición. Hubo un escándalo, pero era mentira. Aquella mujer por poco le arruina su carrera, pero no pudo porque Dios no la dejó. Lo que realmente derrota a un hombre es el pecado no el precio por ser fiel a Dios y al prójimo. Ahora se repuso para no caer más y José no lloró la pérdida de su posición, porque, aunque perdió dinero y trabajo no perdió su fidelidad, su conciencia limpia y su temor de Dios. Los sufrimientos de ser fiel a Cristo no son tan grandes como los de las consecuencias de ser un adúltero. José salió huyendo y dejó su capa que es mejor que dejar la vergüenza.

 

Dios sabe quién entra y sale de una cárcel 

Ge. 40:1-3

1Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto. 2Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos, 3y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso”. 

Nota como la providencia de Dios hace que los pecados de algunos hombres, en este caso el copero y el panadero, sean para bendición de los creyentes; tal vez esa sea una de las razones (no la única) que Dios tenga para permitir a los impíos que pequen, les soporta sus maldades por algún propósito con su iglesia. No la contaminación de ella ni que se vuelva crédula de herejías sino para reafirmar su lealtad. No es casualidad que los echen en la misma cárcel que a José sino suprema inteligencia. Dios sabe quién entra y quién sale de una cárcel, por qué está allí y si merece que le revisen su caso o que siga preso. Dios conocía al carcelero en Filipos y envió a Pablo allí para que cantara y orara, y los otros presos los oyeran (Hch.16:25). La historia no acontece por sí misma es Dios quien la genera. Sin ser culpable de su salvajismo y crímenes. Estoy completamente seguro que Dios controla la historia porque hasta en los sueños de los hombres interviene.

 

José era un buen capellán 

Ge. 40:6-8

6Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. 7Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? 8Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora”.

 

 José es un extraño carcelero, único, no sólo se preocupa porque los presos tengan comida y facilidades sanitarias, sino que se sientan bien; les preguntó sobre su tristeza, como un pastor o capellán para ellos. Piensa que la privación de libertad es el único castigo que deben tener los presos sin añadirle las malas condiciones de la cárcel. ¡Esperaba que sus presos estuvieran contentos allí! Tal vez la dura vida que se le impone al preso sea un método de corrección y tenga sus resultados positivos, pero también los endurece. Sobre todo, los presos por motivos religiosos y políticos. 

¿Cómo pueden estar llenas las cárceles, en este siglo XXIII, de presos políticos? Estos dos pensaban, como la mayoría, que todos los sueños son mensajes que envían los dioses; y no es así, realmente muy pocos los son, la mayoría tiene que ver con la vida misma, con la vida psíquica y espiritual sin contener más de una revelación de lo que somos, no alguna predicción. Pero estos sí eran mensajes de Dios. Si un sueño trae una comunicación de Dios, sus símbolos pueden ser interpretados por la Biblia como se interpreta en ella una visión profética o una parábola en el NT, usando la misma clase de exégesis. Si fuera posible.

Y mencionando eso, José les dijo, “es de Dios las interpretaciones”, o lo que sería para nosotros “es de Dios la exégesis de su revelación”. Ni más ni menos, no es adivinación ni suposiciones sino atención estricta a cada palabra dicha, a cada símbolo expuesto; y en eso hay que contar con el Espíritu Santo para que al intérprete lo guie a toda verdad. Aquellos presos fueron afortunados al hallarse otro confinado que creía en Dios y era sensible a sus preocupaciones y podía aconsejar con propiedad referente a lo que Dios les estaba diciendo. No subas al púlpito sin conocer exactamente la palabra suya que quieres comentar para tu prójimo y la relación que ella tiene con la vida de ellos, que no es dejarlos contentos sino hablarles con franqueza exegética y carcelaria, que cada cual reciba su destino, la libertad, la prolongación de su situación, o un desafortunado fin. 

Ge. 40:9-19

9Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, 10y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. 11Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. 12Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. 14Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.15Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por  qué me pusiesen en la cárcel.16Viendo el jefe de los panaderos que había  interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. 17En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza. 18Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. 19Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti”. 

Ninguno de los dos sueños está muy complicado, exceptuando el significado de los números, los tres sarmientos, los tres canastillos, que pudieran ser tres días, tres años, etc. He ahí en los números es donde los intérpretes de las profecías yerran queriendo ser exactos como José, pero sin el don de él. Una observación general permite vaticinar un desenlace positivo en el primero y negativo en el segundo. 

Ge. 40:14,15

“Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa”. Yo no veo que haya hecho mal con pedir ese favor, aunque por un tiempo lo olvidaron (v.23), porque a los que uno ayuda espiritualmente deben ser agradecidos, y él no les pidió dinero (1 Co.9:6-14). No sobornó al copero, no le dio dinero, pidió que defendiera su inocencia ante faraón como si usara un abogado que tome a cargo su caso. Pero la mayoría de la gente se olvida del bien que les hacemos, al menos por un tiempo (41:9); aunque no por eso debemos dejar de hacerlo (Lc.17:11-19).

Ge. 40:20-23

“Y sucedió que, al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus siervos”. A veces en los cumpleaños pasan cosas buenas y malas (Mt.14:6). Eso no es razón para no celebrar ninguno, para no dar gracias a Dios; sirven para prometernos más santidad, consagración, para contar los días que nos quedan (Sal.90), para enumerar sus bendiciones (si es que se pueden contar). Algunos toman esto como mandamientos ya escritos para privarse de la libertad que les da el Espíritu Santo; como en este caso, los crean con algún material bíblico (Mr.7:1-13). Seamos libres con la libertad con que Cristo nos hizo libres.

 

El buen trabajo abre caminos

Ge. 40:23

“Mas el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él”. Tristemente te olvidaron, José. Esperaste mucho de él. La gente es ingrata. Te olvidó porque no ha llegado la hora en que seas puesto en libertad. Si Dios lo hubiera querido se lo habría recordado como después ocurrió (41:9), pero no como un recuerdo de agradecimiento sino por tu buen trabajo. Aprende a pensar, joven profeta, en una historia programada donde los eventos son colocados por Dios en su lugar, día y minuto correspondiente. No obstante, Dios no es ingrato para olvidar el trabajo de tus manos (He.6:10) ¿Has visto hombre diligente en su obra? Delante de los reyes estará” (Pro.22:29). El buen trabajo por sí solo abre caminos. La calidad de lo que se hace es su mejor promoción y anuncio(41:15,16). Si José no hubiera trabajado bien en su vocación profética, entonces sí lo hubieran ignorado perpetuamente.

1Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;2y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. 3Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; 4y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. 5Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,6y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;  7y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. 8Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón”.

Ge. 41:1-8

1Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;2y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. 3Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; 4y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. 5Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,6y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;  7y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. 8Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón”.

Ge. 41:1 “Y aconteció que, al cabo de dos años, Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo”. Faraón va a necesitar de él, y Dios hace que lo necesite. Dios sabe dónde están los puestos vacantes y los ministros que los ocupen, y da la orden y los llaman. Dos años de humillación y bendición, de lecciones espirituales en la cárcel. Este es Dios creando una necesidad de trabajo para José. Después de esto inmediatamente puso un anuncio que necesitaba “un experto en sueños”, como burlonamente los hermanos se habían referido a él. Cuando Dios quiere movernos de una posición a otra, cuando desea para nosotros un ascenso, y ya estamos listos, hace que nuestro currículo caiga en las manos apropiadas y nos den el trabajo. José no envió su currículo, pero Dios lo hizo.

Ge. 41:4

“Y las vacas de mal aspecto y flacas devoraron las siete vacas de hermoso aspecto y gordas”. Además de la interpretación que le dio José, el sueño me parece la obra del mal sobre el bien; escenas como éstas uno las ve, desagradables, de mal gusto, espantosas. El pecado devorando lo santo, la enfermedad lo sano, el diablo destruyéndolo todo. Oh Dios hasta cuándo veremos eso, el triunfo de lo feo, de lo siniestro, de la maldición.

Ge. 41:9-13

9Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.10Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la  guardia a mí y al jefe de los panaderos. 11Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.12Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño. 13Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado”.

Estrictamente dijo que se acordaba de sus faltas, pero por implicación quería mencionarlas. Por supuesto que no podía hablar del asunto sin mencionar su presidio. No se acordó de él o no lo mencionó por gratitud sino por él mismo para ganar méritos ante faraón. ¿Ya ves? Es mejor orar a Dios que pedir favores a los hombres. Tenemos también que aprender a recibir los favores humanos contaminados como los de este copero, en sus motivaciones, por intereses propios; y además darle gracias al Señor que es el verdadero autor de esos beneficios (Flp. 1:18). Dios sabe y determina el modo de morir de cada uno, para su gloria (Jn. 21:19; 2 Co. 1:10). No siempre la respuesta es de paz.

Ge. 41:15

“He oído de ti que oyes un sueño y lo puedes interpretar”. No le respondió: "Ah, ¿ya te lo dijeron? ¿Ha llegado ante ti mi fama? No, faraón, no tengo ninguna ciencia ni método de interpretación de sueños, no descifro símbolos ni he aprendido de los hombres el valor figurado de los números; dependo sólo de la revelación de Dios, que él me lo explique, y ya. No hay arrogancia en sus palabras, no fue a una escuela de interpretación de sueños. ¿Por qué para sacar un mensaje religioso, interpretar una profecía, vamos a depender de escuelas, libros y seminarios? Porque no somos como José ni como Daniel y menos como Pablo que dijo que no aprendió el evangelio de hombre alguno (Ga.1:12).

Ge. 41:22-35

22Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas. 23Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas; 24y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete. 25Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. 26Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. 27También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. 28Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. 29He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. 30Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. 31Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima. 32Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. 33Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. 35Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo”. 

Guarda las bendiciones de Dios, todos los tiempos no van a ser iguales, hay tiempos de “abundancia y de hambre”. Señor, ayúdanos a dirigir por tu palabra nuestra economía. Las bendiciones que Dios te da protégelas, consérvalas, para cuando lleguen tiempos feos, devoradores, te sostengas por ellas; sobre todo cuando los años te marchiten y la vejez fea, flaca, sin salud y el espectro de la muerte se acerque, en esos tiempos no temerás si has guardado la fe, la esperanza, el amor a Dios y al prójimo. Y dinero. El v.32 afirma que el cambio de la economía se halla determinado por Dios, y la solución económica y quien la habría de tener, también se hallaba determinada.

Ge. 41:37            

“Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos”. Si le pareció bien fue porque creyó, o por lo menos fue sabio porque ahorrar es una decisión inteligente. José no le dijo que lo comunicara a todo el país para que cada familia y negociante hiciera lo mismo. No lo habrían de creer o los especuladores harían cosecha del asunto si llegaran a creerlo.

Ge. 41:38

“Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?”. No, por supuesto que no, no hay otro; y se puso a un lado y le entregó la economía del país, no el ejército, ni la inteligencia militar, sino la economía para que teológicamente dirigiera la nación. En un puñado de versículos se resumen sus trabajos, pero el plan de Dios con él no fue ponerlo en la cumbre por causa de Egipto sino para salvar a su pueblo del exterminio; el Espíritu Santo adrede le disminuye la importancia al rol económico de José, hasta el nivel de ser una preparación para su pueblo, su función espiritual. Ninguna cosa es más importante para el profeta de Dios que ser profeta y eso es lo que Dios quiere que sea. Si ministro del evangelio, ministro del evangelio. Y guárdense los caros diplomas que sustituyen con el noble nombre de pastor.

Ge. 41:42-45

42Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. 45Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto”.

Quiso convertirlo en un egipcio y por fuera lo logró, pero no por dentro (43:32; 50: 11). José aceptó adaptarse completamente a la vida egipcia y hasta se casó con una mujer egipcia, una dama importante; no de su religión ni de su fe, con ella tuvo dos hijos: Efraín y Manases; y quizás, supongo, la ganó para sus doctrinas religiosas. Lo supongo porque les nombró a sus muchachos con nombres y significados hebreos, que resumían sus experiencias; Dios lo ayudó a olvidar y le dio una vida fructífera.

Ge. 41:51

“Dios me ha hecho olvidar”, tanto los trabajos que pasó como las injurias que le hicieron sus hermanos, y con esa tranquilidad espiritual tuvo una mente sana y lista para las revelaciones divinas, y nunca en sus 120 años se dijo que ella le fallara y que tuviera que dejar su trabajo por incompetencia. Los olvidos de la conciencia son salud para ella. Todo, todito, obra para bien, y es mejor azucarar recuerdos, nombres e imágenes nefastas y desagradables, que conservarlos intactos en vinagre.

 

Comprométete con la historia de la iglesia

Ge. 41:55-57

55Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. 56Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. 57Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre”. 

Dios no le dijo a José que compartiera su plan económico con el pueblo porque deseaba bendecirlo más que a los egipcios, tenía en mente la gloria de su nombre. No son sólo benefactores y filántropos, buenos gobernantes y economistas los que Dios quiere, sino el triunfo de la fe, de la verdad, de la iglesia y de su pueblo; el reconocimiento de su soberanía, de su bendición. Dios quiere antes que el mundo vaya a prosperar y que tenga seguridad económica, primero que el evangelio esté encumbrado y tenga la preeminencia. Mejor que aparecer en los anales de la historia de los hombres, es trabajar por el desarrollo de los proyectos divinos, comprometerse con la historia de la iglesia.

Ge. 42:2

“Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos”. José es de bendición para Egipto y Egipto para el mundo. La emigración, política o económica, forma parte de la estrategia de Dios con su iglesia.

Ge. 42:7-9

7Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos”. 8José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. 9Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido”                  

Las palabras eran ásperas y con el ceño fruncido, pero nada de eso era real, su corazón se deshacía de amor por ellos; pero él fingía que los acusaba, que no creía sus palabras, y todo eso no era para castigarlos sino para oír de ellos arrepentimiento y confesión de culpa; y cuando eso pasó sus entrañas se conmovieron y lloró (vv. 21,24). Dices ¿por qué Dios me trata así? Su maltrato tiene una razón, sacar una confesión de tus labios; su maltrato no revela sus sentimientos reales de piedad y compasión. Lo verás después. En ese momento se dio cuenta que se estaban cumpliendo los propósitos de Dios y que sus sueños fueron profecías. ¡Qué momento tan hermoso cuando en esos instantes estamos viviendo los minutos del cumplimiento de la Palabra del Señor!

 

Por qué Dios me trata como si no me conociera

Ge. 42:28,36

28Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?36Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas”. 

Las palabras eran ásperas, José los acusaba de espías, se comportaba como si no los conociera, los trataba como si fueran enemigos, sospechaba de ellos y las más estrictas verdades las tomaba como si fueran mentiras que había que comprobar. Nada de eso era real, su corazón se deshacía de amor por ellos (vv.21-24) y se esforzaba para no echarse sobre sus cuellos y abrazarlos y besarlos; lejos estaban ellos de sospechar cuanto cariño había detrás de aquellos malos tratos; y todo eso no era para castigarlos por el mal que habían hecho sino para oír de ellos una confesión de culpa. Y cuando eso sucedió sus entrañas se abrieron y brotaron, incontenibles, sus duramente contenidas lágrimas de amor. Dices ¿por qué Dios me trata ásperamente como si no me conociera? Tiene una razón, sacar una confesión de verdad de tus labios. Su trato áspero no revela sus verdaderos sentimientos de piedad y compasión. 

Ellos dijeron: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios? Ni remotamente sospechaban que era todo lo contrario a lo que ellos pensaban. Creían que Dios les estaba haciendo mal, que les había tendido una trampa, que se había acordado de las iniquidades cometidas y les había llegado el turno para rendir cuentas. Querían decir: Dios nos ha hecho mal, no esperábamos que nos pasara esto. Todo esto se agrava, va de mal en peor, no saldremos vivos de esta situación, estamos siendo castigados por Dios; aunque Dios es rico en misericordia ahora no nos atiende por todos los pecados que cometimos. No, no tenían razón. Dios les complica un poco la vida, los maltrata algo, los asusta y no los castiga porque ya lo ha encaminado todo para bien, le ha dado un sentido nuevo al pecado de ellos, lo ha colocado como una pieza beneficiosa dentro de su proyecto, le ha cambiado el rumbo y con sabiduría ha situado el mal en el camino de la bendición. Ya el mal que hicieron fue transformado y sus efectos, aunque perduren como malos recuerdos y dolor, no surtirán más daño y sus frutos serán beneficiosos. Ahora que todo está arreglado, sólo quiere una simple confesión de culpabilidad, un reconocimiento del daño que se ha hecho, por razón de la misma salvación de ellos y por la relación familiar que lo requiere. Dios no anda con una vara detrás de nosotros para pegarnos por nuestras iniquidades, sino que realiza la operación de injerto del mal dentro del bien para que nunca nos gloriemos del perdón que hemos recibido o de las bendiciones que nos hemos ganado, que no son nuestras sino suyas. No quiere nuestro dinero sino nuestra confesión de pecados. Esa fue la interpretación que le dio José al daño que le habían hecho y les pidió que no agonizaran espiritualmente para siempre con una conciencia culpable porque el Señor lo había arreglado todo, componiendo lo descompuesto, arreglando lo roto, sanando lo herido (45:4-8).     

 

Jacob pensó que toda aquella “tragedia” era contra él (v.36); pero le diría: No son contra ti, son a favor tuyo, espera un poco, confía en la providencia de Dios y verás, lo que hoy te parece tan contrario y destructivo, es precisamente lo que más a favor tuyo está. Ríete de tus contratiempos, gózate en tus debilidades (2 Co. 2), en escasez, enfermedad y muerte, para ti no hay mala suerte; con un poco de paciencia podrás dar gracias por todo. 

Ge. 43:6-10

6Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano? 7Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. Acaso podíamos saber que él nos diría: ¿Haced venir a vuestro hermano? 8Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. 9Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre; 10pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces”. 

La cuestión de dar permiso para que Benjamín se fuera se demoró bastante (v.10) porque Jacob no quería. Judá le dijo: “si Benjamín perece a mí me pedirás cuenta, seré ante tus ojos culpable”. Y ¿qué resolvería con eso? Si Benjamín perecía nadie podría reparar la pérdida, ni valdría la pena acusar a otro. Esto no pudo convencerlo.

Ge. 43:7

“¿Acaso podríamos saber que nos diría “traed a vuestro hermano”? No, la providencia de Dios nunca se puede conocer de antemano, lo que ha de acontecernos sólo Dios lo conoce y ya no hay adivinos ni profetas en el mundo, que por medio de sueños, visiones, pueda decirnos lo que nos ha de deparar el porvenir. El futuro puede darnos inimaginables sorpresas. Si parecen malas como esta, no hay que preocuparse por ello, Dios ha dispuesto tramos oscuros en nuestro camino, pero él no se va de nuestro lado, él ve en las espesas tinieblas que ha creado, y lo mismo le da que sea de noche como de día (Sal.139:12; Isa. 45:7). Dios, mucho tiempo después entendí por la experiencia que él me había enviado delante de algunos hermanos para que los ayude cuando ellos, muy necesitados, llegan a este país. Bendigo al Señor de corazón al poder hacer algo por ellos.

Ge. 43:12

“Tal vez fue un error”. ¿Equivocación? ¿Un error? No, fue sabia providencia. Dios no se equivoca, hermano, no comete errores, es sabio e inteligente (vv.19-23).

Ge. 43:14

“Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo”. Cuando Jacob era joven no hablaba así, según va aumentando en años más cerca de Dios se siente, más le conoce, más le reconoce; cuando era joven sólo hablaba de amor y trabajo; eran las dos cosas principales en la formación de su familia. Ahora no, ahora el trabajo, el amor; ni su inteligencia ni el dinero son omnipotentes sino Dios y la misericordia suya la que hace que la familia sobreviva, y que andando el tiempo ella corrija lo malo que hicieron y nos devuelva lo que el pecado que cometieron quitó (1Re.1:16,17).

 

El dinero en nuestro bolsillo lo pone la mano de Dios

Ge. 43:23

“Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os ha dado ese tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero”. No dijeron “José dio orden”. La palabra hebrea “matmun” también significa dinero. Les quiso decir: “El dinero que hallaron se los puso Dios en la bolsa por manos humanas, por secretas (matmun) manos humanas”. El dinero que tienes te lo ha dado Dios, retenlo, úsalo, compártelo. Señor, gracias por el dinero que nos das. Tú nos das con Cristo todas las cosas, y nos llenas de sorpresas apareciendo sin que sepamos de dónde ni cómo (Ro.8:32). Oh Dios tú sabes cuánto hay en nuestras billeteras. Perdona setenta veces siete nuestras incrédulas preocupaciones financieras. Poco a poco, porque Dios y así la providencia revela su sabiduría y misericordia. Él escribe historia de modo ordinario y nos da lo que nos hace falta, con extrañas operaciones sin milagros.

Ge. 43:34

“La porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos”. No porque iba a comer más sino para distinguirlo, era una señal de amor. Lo mismo hace Dios con nosotros. Cuando vayas a comer y te sobren los alimentos piensa en el amor que Dios te tiene, las bendiciones de él sobreabundan (Dt.28:11) En 2Co.4:15 la palabra “sobreabunde” significa “en exceso”; lo que Dios nos da excede a lo que merecemos y suponemos y a veces excede a lo que les da a otros quizás porque nos ame más que a otros, o ¿Dios ama a todos igual? Yo no estoy dentro de su corazón pero se que cada cual siente y experimenta que Dios lo ama mucho. No es que unos sean menos hijos suyos que otros, la mitad de ellos, porque todos somos hijos suyos, hemos sido engendrados por el mismo Espíritu, pero a algunos de sus hijos, por el placer de su libre gracia y voluntad, da más bendiciones que a otros legítimos hijos y siervos suyos. Bendiciones con dones diversos.

Ge. 44:5,15

5¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis. 15Y les dijo José: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?”. Se fingió demasiado egipcio, pudo haberle puesto otro artículo en la bolsa. Pero todo el mundo sabía que José no “adivinaba” sino que Dios le revelaba los sueños y por eso no le decían José sino Safnat-paanea, que descubre los secretos. Sin la copa. Que usaría para beber y la gente creía que la miraba y que el reflejo de ella le enviaba mensajes. Yo no quiero pensar que José en sus años adultos era menos celoso por su testimonio que cuando joven y que se estuviera haciendo pasar por un brujo.

Ge. 44:33,34

33te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos. 34Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre”. Si uno lee la historia y se conmueve ¡cuánto más José! Estos hermanos, ahora adultos maduros, aman más a su padre que cuando eran jóvenes. Tuvo que haberles pesado mucho lo que hicieron con José. Judá ahora daría su vida por su padre y por su hermano. Oh Dios cámbianos y haznos mejores hermanos e hijos. Menciona varias veces las canas de su padre. ¿Te importan? ¿Has tenido que ver con ellas? (Lv. 19:32).

 

No enseñes tus lágrimas de arrepentimiento 

Ge. 45:1

1No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos”. 

Sería una escena muy íntima, de familia. No quiso que nadie presenciara su revelación y se les apareciera como uno de entre los muertos, porque lo daban por muerto; y no lo estaba, sino que bajaba desde el trono, desde el cielo. No quería que nadie presenciara la reconciliación cuando ellos 10 le pidieran perdón y lloraran con él, y oyeran y vieran sus besos de reconciliación. Nadie tenía que enterarse de aquellas historias y lo mucho que lamentarían haberla escrito y haberlo tratado tan mal. José quería que sólo sus oídos oyeran aquellas confesiones de pecados, y extraños que no saben de eso, puros espectadores que no servían para nada sino como mirones y estorbos, estuvieran presentes. Tampoco quería que los ajenos lo vieran despojarse de su grandeza y convertirse en uno de ellos, no porque se avergonzara de ellos sino porque era demasiado para ser contemplado por los que no creen; y si le vieran así, llorando, sin la gloria real, no lo entenderían y hasta podría parecerles que perdía grandeza y juzgar su vaciamiento o “kénosis” como ridícula. 

¿Qué es eso de enseñar las lágrimas ante el público cuando uno se convierte a Jesucristo? La conversión es una experiencia privada y si se quiere contar que sea después pero cuando ocurre no debe haber otros sino Dios. Es una revelación y ¿qué hacen otros intentando cooperar con oraciones? ¿Acaso el Señor necesita que le ayuden a convertir un alma? ¿No es él suficiente para darse a conocer según quiere? ¿Entonces por qué quieren interferir? Es mejor que salgan y dejen solo a quien se encuentra con el Señor. Es una experiencia demasiado sublime la reconciliación, hay muchas confesiones que hacer que daría vergüenza que segundos las oyeran, y seguro que con ojos y oídos ajenos metidos en medio ningún ser pudoroso lo cuenta todo como debe ser y por rubor omitirá pecados que se sentiría humillado si se hacen públicos. Comoquiera que lo mire, a los curiosos hay que echarlos afuera y poner distancia entre alguien que se convierte y a quien se convierte. La conversión de un alma no exige el conjunto. Aquel que estando “en forma de Dios” y se despoja de su gloria real para ejercer el sacerdocio según el orden de Melquisedec y cargar con el pecado de los hombres no necesita de ayudantes. 

Ge. 45:4

“Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron”. Y los que estaban lejos ahora son hechos cercanos (Ef.2:13). Quería verlos de cerca para que nunca más estuvieran distantes y hacerlos participantes de la naturaleza divina y para que vieran, desearan, mi gloria. Sabes que me refiero a Jesús. 

Ge. 45:5-9

5Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.6Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. 9Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas”. 

La culpa de ellos se la echa a Dios, Dios se responsabiliza por el pecado que cometieron. ¿Es esto la esencia de la doctrina de la justificación? No está queriéndoles decir que Dios cometió el pecado de ellos, que Dios los hizo pecar, que aprobaba lo que habían hecho, que haberlo vendido no era pecado. No, lo que quiso decirles y enseñarles fue que Dios había usado el pecado de ellos para hacerles bien a todos, y que lo encaminó todo para bien, que lo había bendecido. Señor ¡qué sabia es tu providencia!

Ge. 45:9

“Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas” (Hch.2:36). “Ven a mí y no te detengas”, dice Cristo. “Tengo de todo, no temas dejar nada, no te sientas inseguro”.

Ge. 45:11-15

11Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes. 12He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla. 13Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá. 14Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello. 15Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él”. 

Ven padre mío, yo me encargo de todos ustedes. Cuéntenle a mi padre mi gloria; mis bendiciones, hasta donde me ha elevado Dios. Si descubrieras la gloria de Cristo no temerías dejar tu pobreza, verías que tu mejor oro está enmohecido al compararlo con la gloria suya. Oh ¡luz y perfecciones! (Urim y Tumin) (Ex.28:30). ¡Cuánta gloria brilla en su rostro! (2 Co. 3:7;4:6), contemplarla es mejor que poseer los tesoros de los egipcios.

Ge. 45:16

“Cuando se oyó la noticia en la casa de Faraón, de que los hermanos de José habían venido, agradó a Faraón y a sus siervos”. Si no fuera por José nunca le hubiera agradado a faraón que vinieran aquellos hebreos; también nosotros somos “aceptos en el Amado” (Ef. 1:6).

Ge. 45:16-28

16Y se oyó la noticia en la casa de Faráon, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos.17Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán; 18y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.19Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre, y venid.  20Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra.  21Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros conforme a la orden de Faraón, y les suministró víveres para el camino. 22A cada uno de todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio trescientas piezas de plata, y cinco mudas de vestidos. 23Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.24Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo: No riñáis por el camino. 25Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre. 26Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía. 27Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió. 28Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera”. 

¡Qué despliegue de abundancia y qué fervor, cuánto amor, qué gracia! Eso fue lo que trajo a Jacob a Egipto. Cuando un pecador es atraído a Cristo Dios le envía pruebas indubitables para que perciba la veracidad del anuncio y llega a él con la abundancia del evangelio (Ro.15:29) de Cristo para salvar; su plenitud, sus perfecciones como cordero de Dios, etc. No teme porque le satisface plenamente con sus riquezas en gloria; envía pruebas de todo lo que tiene, nos da sus arras (2 Co.1:22;5:5). Compara lo que el mundo ofrece con lo que es Cristo y verás que él es “el todo” (Col. 3:11). Le dijeron que no se preocupara por sus enseres que lo que dejara no era comparable con lo que le esperaba.

Ge. 45:26

“Pero él se quedó atónito porque no les podía creer”. Si crees, sonríe. ¿Por qué no sonreímos? Porque no creemos.

Ge. 45:28

“Basta, mi hijo José vive todavía. Iré y lo veré”. Su esperanza muerta revivió, sus ojos contemplarían el rostro amado. Era una resurrección; ¡oh resurrección que nos devolverás lo que la muerte nos quitó! Sorbida es la tristeza en victoria. Sus almas están en el paraíso y sus cuerpos saldrán de la tierra. Y volverlos a ver, tenerlos de nuevo, ¡qué experiencia! ¿Quién puede ser tan tonto y perderla por no creer?

Ge. 46:1

“Y partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac”. Se detuvo en su camino para adorar a Dios.

Ge. 46:3

“Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación” “Y haré allí una gran nación”. Pero eso no ocurrió en un abrir y cerrar de ojos sino que tomó a Dios cuatrocientos años cumplir lo que había dicho. Las promesas de Dios son seguras en el tiempo, sin embargo, cuando se trata de una promesa grande pudiera ser necesario que pasen siglos antes que ella sea completada. Nuestra vida es corta y posiblemente no alcance para ver la longitud del cumplimiento de las promesas divinas dentro de ella. Debemos concentrarnos en el momento y vivir nuestra época despacio, haciendo lo que agrada al Señor, sembrando como quien dice con esperanza y que nuestro Dios será siempre nuestro Dios y cumplirá su propósito en nosotros aún más allá de la muerte (Sal.48:14).

 

Quiénes cerrarán tus ojos

Ge. 46:4

“Yo descenderé contigo a Egipto, y ciertamente, yo también te haré volver; y José cerrará tus ojos”. Jacob murió en Egipto. Volvería muerto. Tu amado José estará a tu lado cuando mueras, contemplarás su rostro y él te despedirá para la eternidad. Su mano querida cerrará, mirándolos, tus ojos. Parecerá tétrico, pero hay belleza en esto. Dios con palabras como éstas hace que uno le pierda miedo a la muerte, y que ame su familia para no morir abandonado. La muerte es una realidad que las personas mayores como Jacob saben que no la tienen lejos y en vez de apartarla de la mente deben pensar en ella, en quiénes cerrarán sus ojos y dónde se abrirán en el otro mundo, con Dios o en el infierno (Lc.16:23). Otra horrible realidad que no entiendo completamente y no me espanta, pero creo. Cuando mis ojos se cierren aquí, se abrirán en el otro mundo, verán a Dios (Mt.5:8), su gloria, los amigos y a Cristo. 

Ge. 42:6,7 

6Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo; 7sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto”. ¡Dios mío!, toda la iglesia se mudó al extranjero y Dios asumió la responsabilidad de preservarla. No temas, que una obra empezada por él no desaparece. Entraron a Egipto un pequeño grupo, una familia contando los esclavos, 70 (v.27; Hch.7:14).

Ge. 46:28,29

28Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. 29Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente”. Qué diferente es este encuentro al del hijo pródigo y su padre. Aquí hubo mucho llanto y amor, allí un solo beso. Sin tener en cuenta todo el significado de aceptación, olvido y reconciliación que tuvo aquel ósculo santo.

Ge. 46:30

“Entonces Israel dijo a José: Ahora ya puedo morir, después que he visto tu rostro y sé que todavía vives”. Estas palabras se parecen a las de Simeón cuando vio al Niño Jesús en el templo, pero éste no quiso seguir viviendo. Estaremos satisfechos cuando despertemos a su semejanza (Sal.17:15). Mi corazón se colmará cuando mis ojos vean a Dios y a mi Salvador. ¡Oh qué día, será el más grande de mi vida, cuando muera!

 

De abominables a aceptos en Cristo

Ge. 46:31-34

31Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32Y los hombres son pastores de ovejas, porque son hombres ganaderos; y han traído sus ovejas y sus vacas, y todo lo que tenían. 33Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es vuestro oficio? 34entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas”. 

Dios mío cuánto peligro, la única persona que los aceptaba era José, o mejor dicho, eran aceptados por ser padre, madre, hermanos de José; eran bienvenidos por causa de José, pero ellos como tales eran abominación a los egipcios. Andando el tiempo perderían, con la muerte de José, toda esa aceptación, serían humillados y maltratados. Señor, nosotros no perdemos nuestro favor y siempre somos “aceptos en el Amado” porque Él es nuestro sacerdote para siempre (Ef.1:6; He.6:20). Nosotros, fuera de Cristo para la justicia de Dios somos en nosotros mismos abominación. Todos nuestros privilegios, altísimos, se deben a nuestro Hermano Mayor, y como gentiles somos purificados por el Espíritu Santo para que nuestras ofrendas sean aceptas. Pero gracias al Señor ya todo hombre en Jesucristo es limpio y no debe ser llamado común o abominación (Hch.10:15). Ni para los egipcios ni en el mundo entero.

Ge. 47:5

“Y Faraón dijo a José: Tu padre y tus hermanos han venido a ti”. Tu padre y tus hermanos necesitan de ti; ayúdalos. Si uno no ayuda a los padres es peor que un incrédulo (1Ti.5:8); la providencia con nosotros así lo demanda.

 

Pobre y sin embargo rico, quién bendice a quién 

Ge. 47:7

“Y Jacob bendijo a Faraón”. ¿No ves?, quien tiene las promesas está por encima de los reyes del mundo. Sin discusión alguna el menor es bendecido por el mayor (He.7:7). Jacob bendijo a Faraón, no Faraón a Jacob. Faraón pudo haber pensado “yo lo poseo todo, ¿qué necesidad tengo de una bendición?”. Sí, lo tenía casi todo, pero le faltaba la bendición de Dios y cuando uno lo tiene todo sin la bendición de Dios, no tiene nada o lo que tiene no es realmente una bendición. La bendición de Dios es la que transforma nuestras posesiones en una bendición y evita que se conviertan en una maldición que pierda el alma, el cuerpo y la familia. Faraón pudiera pensar “yo soy un dios, adorado por todo Egipto ¿qué bendición me puede dar a mí un mortal?”.  Y se equivocaba, no era un dios, aunque lo tenían como dios, era un hombre engreído y necesitaba la bendición de Dios como cualquier mortal. O quizás razonar “él viene a mí porque necesita de mí, tiene hambre, sin mí moriría él y su familia ¿qué bendición podrá tener para darme este pobre que no tiene que comer? Y ¿por qué no la usa para sí mismo?” No, no lo creas así, la bendición de Dios no es lo que piensas, no es riqueza, comida y bebida sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Ro.14:17). Tiene la bendición de Dios aquel a quien se le han dado las promesas y las ha creído, y eso tenía Jacob y no Faraón. Aquel, que, aunque haya vivido una vida sencilla sus pasos han sido ordenados por la providencia de Dios y tiene maravillosas experiencias espirituales con el Dios invisible. Faraón no sabe lo que es trabajar por su esposa, pero él sí, no sabe lo que es luchar con un ángel por una bendición, pero él sí, no sabe lo que es sufrir, tener aparentemente todas las cosas en contra, pero él sí, pero tampoco conoce el consuelo de Dios. Faraón no tiene su nombre escrito en el cielo, pero Jacob sí, y eso es mejor que poseer todos los poderes de este mundo y los poderes sobre los ángeles y demonios. Faraón tenía muchas cosas, pero le faltaba una muy necesaria, Cristo (Lc.10:42). Oh Señor, yo tengo esa misma bendición, yo sé que la que hay en mi corazón es igual que la que Jacob le ofrecía a Faraón y es más preciosa que “los tesoros de los egipcios” (He.11:26).  “Como pobre mas enriqueciendo a muchos”, con bendiciones (2 Co. 6:10). 

 

Le parece poco, más de un siglo de vida 

Ge. 47:8-10 

8Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? 9Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación. 10Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón”. 

Lo único que le interesó a Faraón fue su edad, quizás porque le asombraba que hubiera vivido tanto. Aunque se pasen muchos trabajos y se tengan incontables sufrimientos, la vida cristiana es la más sana (si se come saludable, claro), y sin excesos, tiene la bendición de Dios, como quien está en contacto con la eternidad. A Jacob le parecían sus años pocos porque tenía la esperanza de vivir más; y de cierto vivió 17 años más (v.28). El Señor le complació añadiéndole años a su vida. Yo no quisiera vivir ni un día más que los que Dios haya determinado. Ezequías lloró porque no se quería morir, no se murió, y después de eso engendró a Manasés que bañó a Jerusalén con sangre. 

Los que se desesperan por alargar sus vidas lo hacen porque piensan que están acabando, pero yo pienso que estaré empezando, que voy a recoger mi siega, que veré la sustancia de todas mis sombras, que dejaré lo imperfecto para ir a lo Perfecto, que cesaré de andar por fe para andar por amor, que estaré completo, que veré a Dios. ¿No quieres dejar el cuerpo de tu “humillación?” (Flp. 3:21), abandonar la carne y sus debilidades, esa torre de Satanás y de toda tentación? No te extrañe dejar las bellezas de este mundo que las bellezas del otro donde está Dios y los justos hechos perfectos, son más bellas. Jacob califica sus años como “malos” porque recuerda las muchas cosas malas que le pasaron, pero no se acuerda de las buenas y grandes, muy grandes y muy buenas. A veces nos pasa lo mismo.

Ge. 47:14

“Y José recogió todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán a cambio del grano que le compraban, y José trajo el dinero a la casa de Faraón”. ¿No tenía faraón motivos para agradecerlo?

Ge. 47:15-26

15Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero? 16Y José dijo: Dad vuestros ganados y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. 17Y ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año. 18Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra. 19¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra. 20Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón. 21Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, desde un extremo al otro del territorio de Egipto. 22Solamente la tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón les daba; por eso no vendieron su tierra. 23Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy, a vosotros y a vuestra tierra, para Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la tierra. 24De los frutos daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños. 25Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. 26Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón”. 

No hables mal de lo que hizo José, fue una medida comercial. De todos modos, salvó a Egipto de una gran mortandad y de muchísimas enfermedades y fue una oportunidad que tuvieron ellos para conocer a José, a su Dios, a la profecía. Tal vez la religión de José se extendió en Egipto debido a su influencia. No estuvo mal lo de vivir con cuatro partes y darle a faraón sólo una.  Nosotros pagamos más impuestos que el quinto.

 

Jacob cerrando su último capítulo 

Ge. 47:29

29Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto”. 

Con ciento treinta años se halla mentalmente sano. No hay que darle la comida.  Sólo perdió la vista (48:10). Dios le dio aviso que ya su tiempo era cumplido; y no hay miedo por nada; no pide que Dios le dé más tiempo para vivir; se dispone a cerrar su último capítulo y lo que quiere es “dormir con sus padres” (v.30). No le daba igual morir en un lado o en el otro. No, quería que sus huesos reposaran juntos a los que había amado, estar donde ellos. Tenían poco conocimiento de ultratumba, casi ninguna esperanza, a no ser que haya algo en “fue unido a su pueblo” (Ge.25:8); sin embargo, creían en Dios y lo adoraban porque era la verdad, el Creador, el defensor, el sustentador; digno de ser temido y adorado, aunque no abrigaran ninguna forma de irse con él al morir. Dios les complacía enormemente en esta vida; Dios para acá abajo, que abarcaba su historia, el presente, el pasado, la profecía, para este mundo, no para otro, y con la muerte se resignaban a desaparecer, pero creían en la inmortalidad de Dios, en la continuidad de su pueblo. Sobre esta clase de fe y Dios se edifica la personal escatología cristiana. Las promesas en Cristo para la vida piadosa, no sólo trabajadora, son más amplias, tienen “promesa en esta vida presente y en la venidera” (1Ti.4:8).

Ge. 48:1

“Y sucedió que después de estas cosas, le dijeron a José: He aquí, tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín”. La esposa no fue; llevó a sus dos hijos para que los bendijera. ¡Qué bueno es tener un abuelo lleno de bendiciones! ¿Cómo dijiste que tus días han sido tan malos si tienes bendiciones para faraón, para tus hijos y nietos?  No iban para que les diera dinero sino para recibir bendiciones más amplias que les ayudaran a tener un buen futuro. En el trabajo, en la salud, la familia, la economía, etc. Los abuelos son la historia verdadera de la familia y una bendición tenerlos, no una carga soportarlos. Cuenten ellos sus historias o escríbanlas. 

Ge. 48:2

“Israel hizo un esfuerzo y se sentó en la cama”. Lo estaba esperando para bendecirlo. Ya no era el poderoso joven que huyó de casa. Moribundo, pero lleno de la bendición del Señor. Hace un esfuerzo para transmitirlas. Y ¿qué tal si hubiera dejado libros para que los nietos leyeran? Pudieran escribir discretas biografías sacándoles lecciones al pasado y transportándolas en páginas al presente y futuro. El legado de tesón y tenacidad en el ejemplo es toda una herencia.

Ge. 48:3

“El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán; me bendijo, y me dijo: “He aquí, yo te haré fecundo y te multiplicaré; y haré de ti multitud de pueblos y daré esta tierra a tu descendencia después de ti en posesión perpetua”. No sé a través de qué experiencia pudo conocer que Dios era omnipotente. O tal vez se puso a pensar en el control biológico para fundar pueblos, en el origen de las naciones y en las guerras de conquistas para desalojar las naciones y darles la tierra ocupada. Es una gran cosa en un mundo tan hostil saber que Dios todo lo puede y que “me fortalece”. Podemos medir las fuerzas de Dios por nuestros triunfos con él, por sus bendiciones.

Ge. 48:5-7

“Raquel se me murió en la tierra de Canaán, en el camino, cuando faltaba todavía cierta distancia para llegar a Efrata, y la sepulté allí en el camino a Efrata, esto es Belén”. Jacob había deseado tener por lo menos dos hijos más, pero se murió Raquel, quería hijos de ella. "Se me murió"; todavía lo sentía. Es una expresión muy triste. Continuaba amándola, como suya, después de muchos años sin ella.

Ge. 48:8,9

“Y él dijo: Acércalos a mí, te ruego, para que yo los bendiga”. Los hijos nuestros y nuestros nietos deben acercarse a nosotros para que sean bendecidos con nuestras vidas y palabras. Observa que antes de bendecirlos como varón de Dios, se muestra el humano afecto de abuelo y padre; los abraza y los besa; pudo haberlos sentado en sus piernas, leído un cuento, jugar con ellos. La instrucción cristiana debe ser precedida por los afectos naturales.

 

Aquí donde estuve preso y a punto de cometer adulterio

Ge. 48:9

“Y José respondió a su padre: Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí”. 

 

Son los hijos dados por Dios y tenía razón porque nuestros hijos son un don de Dios; quiso decirle, como padre orgulloso de sus dos hijos “míralos padre mío ¿no son bellos?”, y después le pediría a Efraín y Manasés que le dieran un beso al abuelo. Y el viejo no sacó del bolsillo una moneda para cada uno sino una espléndida bendición. 

Note, que José le dice a Jacob aquí no porque tuviera otros hijos regados por el mundo sino porque aquíquiere decir aquí donde fui vendido como esclavo, aquí donde llegué con tan malos recuerdos, aquídonde he estado preso, aquí donde estuve a punto de cometer adulterio y salí huyendo, dejé la capa pero no la reputación, pero no lo hice porque Dios me dio fuerzas para correr, aquí donde Dios me ha hablado muchas veces, aquí donde he prosperado, aquí y no allá es donde yo debía estar para ser de bendición a mi pueblo y al mundo. Aquí no me arrepiento de haber venido a pesar de todo porque aquí me trajo la providencia. Por lo tanto, aquí estaré hasta que se me cierren los ojos para siempre, entonces podrán llevarme y sepultarme junto a mis antepasados, aquellos con los cuales quiero resucitar. Aquí tengo mis hijos y aquí me he quedado y mientras Dios no cambie su plan yo sigo el que me ha dado, y no creo que vaya a recibir de él instrucciones contrarias de parte de dos o tres malos señores, porque estoy en el apogeo de mi carrera de bendición cuando se hacen realidad los sueños que de joven arropé.  

Ge. 48:11

“E Israel dijo a José: Nunca esperaba ver tu rostro, y he aquí, Dios me ha permitido ver también a tus hijos”. Porque Dios nos da más de lo “pensamos o entendemos” (Efe.3:20), más de lo que imaginamos; muy pocos sueños, o ninguno, se nos quedarán sin cumplir antes de morir.

 

Dios no hace acepción de personas, pero usa excepciones

Ge. 48:8-20

8Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos? 9Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré. 10Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó. 11Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.12Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra. 13Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él. 14Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito. 15Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, 16el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra. 17Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza. 19Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones. 20Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés”. 

No podemos gobernar a Dios e imponer nuestros deseos sobre su bendición, su gracia fluye para donde él quiere. José sabía que el primogénito es bendecido primero y mejor; pero Dios puede usar excepciones y la ley no está por encima del Legislador. La fe es una excepción hecha a los que antes conoció, y una excepción cuando se la mantiene y ¡maravilla!, se la aumenta (Lc.17:5). Debemos preservar siempre en nuestra teología la libertad del Espíritu Santo (1Co.12:11). Y no intentemos comprender completamente los procederes de Dios porque muchas veces están cruzados, son complejos y parecen equivocados, y operan en un sentido que puede causar disgusto a los que esperan una línea recta de un proceder normal sin cambio; como José con disgusto vio lo que su padre hacía y quiso que cambiara sus manos, que obrara en consecuencia con lo establecido, con lo tradicional, como siempre se han hecho las cosas, e Israel se negó y le enseñó que Dios puede hacer excepciones y hacer trazos que parecen equivocados pero son, para él, correctos. Llámale caprichos si quiere, a lo que Dios hace, pero son sus deseos; y “¿quién entendió la mente de Dios?” (Ro.11:34).  La soberanía divina es libre. La gracia de Jesucristo es libre. Si Dios te distingue, confórmate con el puesto y la posición que te dio. No mires para el lado para ver cuánto se le dio al otro ni te compares porque eso no es sabio, ni te disguste cómo Dios hace las cosas ¿no tiene él, derecho sobre lo que es suyo? Si quiere a otro hacerlo superior a ti ¿qué te importa, no eres tú grande? Si Dios hace las cosas cruzadas y alguno se disgusta, que no seas tú con quien ha procedido muchas veces de modo cruzado e inexplicable. No, no ha sido equivocación, no es un error de Dios, ni te imagines eso, ha sido adrede, ha obrado así, extrañamente, de modo sabio, con propósito, e intencionadamente. ¡Oh Dios de mis acertijos y encrucijadas! Dios no hace acepción de personas, pero usa excepciones (Ga.2:6).

 

Ge. 49:1

“Entonces Jacob llamó a sus hijos, y dijo: Reuníos para que os haga saber lo que os ha de acontecer en los días venideros”. Enfermo, moribundo, pero lleno del Espíritu Santo. En este momento su vida espiritual está por los cielos. No recuerdo que estuviera tan bien. ¡Qué diferencia entre aquel joven extranjero que llegó a Padan-aram y alquiló su trabajo y este ahora, un viejo profeta de Jehová que puede predecir el futuro de su nación!

 

El castigo de la insignificancia

Ge. 49:3,4

3Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder. 4Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, subiendo a mi estrado”. 

Perdiste el primer lugar por un pecado sexual. Lea con temor esas palabras, varón de Dios, hijo de nobles y príncipes, miembro de la familia de Dios. Oiga como con dolorosa memoria el viejo creyente ofendido dice “subiste a la cama de tu padre”; no, no fue Jacob quien dijo eso sino Dios en persona que le dijo “te metiste en la cama de tu padre con su mujer ¿cómo pudiste ser tan vil?”. Después sí es Jacob quien habla y dice “él subió a mi lecho”, reafirmando lo que oyó al Señor decir. 

No fue él el primero que se lo dijo, fue Dios porque el que mejor memoria tiene es Dios y el más ofendido con lo que le hicieron a Jacob fue él. Después Jacob dice “sí se metió en mi cama”. Un hombre dominado por pasiones pecaminosas no puede tener tanta dignidad y cuando llegara la hora futura de ser digno él no lo sería. Ya no podrás ser el número uno ni el principal porque perdiste dignidad subiendo al lecho de otro, fuiste el uno ahora serás el postrero; ¡ay, Rubén!, te envileciste, ya nadie puede respetarte y apreciarte como antes. Supiste muchos años después lo que habías perdido. No recibiste castigo, pero perdiste importancia, y para ti eso fue un gran castigo, la insignificancia. Tenemos vivos recuerdos, mejor dicho, muertos recuerdos de esos casos.

Ge. 49:5-7

5Simeón y Leví son hermanos; armas de iniquidad sus armas. 6en su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía, porque en su furor mataron hombres, y en su temeridad desjarretaron toros. 7Maldito su furor, que fue fiero; y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, y los esparciré en Israel”. Continúan los pecados pasados marcando el destino futuro de las tribus. Lo que hicieron con la familia de los que violaron a la hermana. Malos actos que en su tiempo no tuvieron consecuencias, que sólo recibieron un lamento, los cuales Jacob ni Dios aprobaron, salen a la luz ahora e imposibilitan la bendición. ¿Tienes hijos que pecan contra Dios? No te pongas de parte de ellos, no apruebes ni justifiques sus viles acciones. Acepta la pena que Dios les impone.

Ge. 49:8-12

8Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti. 9Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así como león viejo: ¿quién lo despertará? 10No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. 11Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido, y en la sangre de uvas su manto. 12Sus ojos, rojos del vino, y sus dientes blancos de la leche”. 

Judá será un príncipe bendecido, el Espíritu se muestra contento con él y satisfecho. No se menciona lo ocurrido con Tamar a quien confundió con una prostituta.  Es una tribu de grandes reyes y dentro de la cual nacerá el Rey de reyes, Jesucristo, y por él se congregarán los pueblos para ser gobernados en sus corazones. Siloh, “la tercera línea del v.10 contiene uno de los misterios no resueltos del Antiguo Testamento. En cualquier parte del A.T. ese nombre se le adjudica a la ciudad de Silo en el territorio de Efraín. “Hasta que Siloh venga”; si el término es correcto, la identidad y el tiempo cuando venga es desconocido. Siloh es desconocido como nombre mesiánico antes del Talmud, y esta interpretación aparece por primera vez en el siglo XVI”. “Hasta que venga a quien pertenece”; es la mejor traducción y probablemente el artículo neutro se refiere al cetro del reino con un sentido mesiánico” (The Broadman Bible Comentary). 

Ge. 49:14,15.

14Isacar, asno fuerte Que se recuesta entre los apriscos; 15Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo”. 

La única razón que se da para perder su libertad fue su indolencia; en vez de luchar para retener para sí todas sus bendiciones y privilegios, prefirió cederle una parte de ella a un rey enemigo, quedarse con menos pero trabajar y luchar menos; alquiló sus bendiciones a otros, que ajenos se llevaran parte de su porción, que administraran su suerte. Señor ¿cómo voy a acostumbrarme a compartir tus favores con ladrones, aceptar la mediocridad en lugar de la excelencia, la servidumbre en lugar de la libertad, que otros administren mi futuro y se lleven lo que era para mí y mis hijos? No quiero ser despojado por extraños.

Ge. 49:16-18

16Dan juzgará a su pueblo, Como una de las tribus de Israel. 17Será Dan serpiente junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete. 18Tu salvación esperé, oh Jehová”. Aunque no se espere mucho de él, aportará mucho en el gobierno nacional y habrá sorpresas de hijos suyos por medio de los cuales Dios dará salvación a Israel (v.18).

 

Camina buscando un buen púlpito 

Ge. 49:20

“En cuanto a Aser, su alimento será sustancioso y él dará manjares de rey”. 

O dará el “pan” el “grano”, rico, nutritivo y abundante, para el Rey. Aquí “grasa” es sinónimo de manjar. Señor ya que he empezado a orar, seguiré pidiéndote, que mis sermones sean substanciosos, ricos, reales, comida de rey, pan de ángeles, sazonados con sal y gracia, nutritivos, que tengan fibra, proteínas y vida, y todo cocido con el fuego de tu altar. Busca, alma mía, un lugar donde haya pan sustancioso, un sitio donde Dios envíe la lluvia de su bendición sobre su hierba y su rocío para vida eterna. Camina lo que tengas que caminar para llegar hasta allí.  Camina buscando un buen púlpito. Ese es el manjar que prefiere tu Rey, y que tú oigas. Camina como dijo Spurgeon en sentido contrario donde no se predique pan sustancioso, quiere decir, como dijo Bunyan, donde no se predique biblina.

Ge. 49:21

“Neftalí es una cierva en libertad que pronuncia palabras hermosas”. “Neftalí, cierva suelta, Que pronunciará dichos hermosos”. Yo sé que no todos admiten esta explicación: que de Neftalí saldrán hombres de labios bendecidos que pronunciarán dichos hermosos, poemas, bellas rimas, brillantes imágenes literarias, poetas que inspirarán el alma de su pueblo, pronunciarán bellamente las profecías del Espíritu Santo, le darán estrofas hermosas que recogerá el alma misma de ellos, sus experiencias con Dios y con los hombres. Oh, hemos visto el espíritu de Neftalí esparcido por otras tribus. Jesús es el más grande poeta del mundo. Uno no puede ver la belleza del mundo a menos que tenga en su espíritu un poco de poesía.  Y vano es el tiempo y el esfuerzo de los poetas que no cantan las bellezas de Dios, los misterios de la gracia, la gratitud humana al Creador, la providencia; etc.

Ge. 49:24

“Su arco permaneció firme y sus brazos fueron ágiles por las manos del Poderoso de Jacob (de allí es el Pastor, la Roca de Israel”.  Oh Señor, ¡qué bueno que tú eres el Pastor de la iglesia!, y sobre ella has puesto ayudadores que se llaman metodistas, pentecostales, presbiterianos, bautistas, etc. Señor bendice tu ganado en todos los sellos de denominaciones cristianas, bendice el cuidado que cada uno da, prospéranos a todos, sin envidia ni competencia religiosa.

Ge. 49:25,26

25Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre. 26Las bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos”. 

Yo sé que Dios te bendecirá porque me ha bendecido a mí más que a mis progenitores y te bendecirá a ti más que lo que ha hecho conmigo. Amén. Jacob no heredó la fortuna de su padre, la suya se la dio Dios, lo que heredó de su padre fue el Dios de él, las promesas y la bendición; y esas son las que transmite a sus queridos hijos y nietos. El mejor legado de nuestro testamento es Dios. 

El Señor, distribuye sus bendiciones, ya sea la bendición de la lluvia o de una fructífera cosecha, o bendiciones celestiales y bendiciones terrenales. El asunto es que las bendiciones y la clase de ellas llegan a su tiempo debido en el punto necesario y cuando se necesiten, las futuras llegarán en el futuro, y no saldrán hacia el presente para que otros las tomen si nos hallamos lejos del alcance de la mano. Las bendiciones de Dios no pasarán a otros, por eso es por lo que llegarán oportunamente cuando podamos extender la mano hacia ellas y tomarlas, y ningún ajeno podrá apropiárselas. Por ende, debemos estar tranquilos esperando en Dios esas bendiciones, para que ningún otro las reciba si nos las enviara para calmar nuestro afán, ese compañerito cotidiano de la incredulidad, y no cuando el reloj de Dios marque, porque son exclusivas, y tienen nuestros nombres; y no con un ánimo inquieto por lo que corresponde a ocurrir en el futuro, que seguro está porque está en la mano y los propósitos de Dios; escritas están esas bendiciones de la vida y la fecha cuando serán otorgadas. Tranquilo Humberto (06/18/2017).

Ge. 49:33

“Cuando Jacob terminó de encargar estas cosas a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró, y fue reunido a su pueblo”. Órdenes y mandamiento. Son profecías. Cuando Dios nos da una promesa, es un mandamiento, cuando nos predice el futuro, es para andar y trabajar por él. “Encogió sus pies…” quizás porque estaba sentado en el borde de la cama y los subió; pero es mejor pensar que murió recogiéndolos, como un ave que se dispone a volar, porque los años nuestros “pronto pasan y volamos” (Sal. 90:10; Num.20:24,26).

 

Que no lo embalsamen, ya no estás ahí 

Ge. 50:1,2

1Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.
2Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel
”. Aunque José ordenó necesariamente embalsamar a Israel para poderlo trasladar a otro país, la costumbre en sí misma es un vano intento para no entregarle a la muerte su conquista; idea desesperada de que con química se puede retardar o vencer el devastador efecto de la descomposición, como si preservando intacta la forma del cuerpo se preservara la vida; como si se dijera "no lo queremos dejar ir, no ha muerto". 

También el que se va a morir y ha pagado su embalsamamiento, se conserva su cuerpo, puede hacerse la ilusión de que no está muerto, que no se ha acabado de morir, que no se ha hundido completamente en el Sheol y sigue de alguna manera existiendo en este mundo fuera del polvo. No, la paga del pecado es muerte, el polvo volverá al polvo y lo más importante es morir con la esperanza de la resurrección y no con la presunción que se está vivo en forma de una espantosa momia, egipcia, israelita o hispana (v. 25; He.11:22). 

Son los hechos los que deben seguir después de la muerte no el simulacro de un ser viviente, una espantosa imitación (Apc.14:14). Que no lo embalsamen, es un candidato a la resurrección, y de todos modos ya no está ahí sino con Cristo que es muchísimo mejor. Los judíos, distinto a los egipcios, no aprendieron bien a embalsamar sus difuntos.

Ge. 50:8

“Sólo dejaron a sus pequeños”. Los niños no debieran ir a los funerales, deben ir acercándose poco a poco a la realidad del juicio de Dios. ¿No habéis visto los ojillos de ellos espantados mirando fijo, sin comprender bien, el rostro amado del padre, la madre o de los abuelos? ¿Por qué grabarle esa foto en la memoria? Hicieron bien que los nietos no besaran ¡por Dios no!, el rostro frígido del abuelo. José besó en nombre de Efraín y Manasés.

Ge.  50:1-14

“Y cuando los habitantes de la tierra, los cananeos, vieron el duelo de la era de Atad, dijeron: Este es un duelo doloroso de los egipcios. Por eso llamaron al lugar Abel-mizraim”. La sepultura con todos los honores humanos. Un simple pastor de ovejas tuvo su entierro con la magnificencia de un presidente; pero más allá de los días de luto, de las lágrimas egipcias, lo más importante era la esperanza de la fe con que había muerto el difunto. Moisés no tuvo un funeral así, ni Aarón, ni Pablo o los apóstoles, pero todos recibieron una recepción en el cielo. Oh bendita fe, bendita promesa y bendito sea Cristo nuestra esperanza de gloria (Col.1:27). 

 

El corazón perdona, pero la memoria no olvida

Ge. 50:15-18 

“Quizá José guarde rencor contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos”. Mira como en este momento recurren a Dios, a la religión, para protegerse contra la venganza y el castigo por sus pecados. ¿Siervos del Dios de tu padre? (v.17). Si hubieran sido siervos de Dios no hubieran hecho lo que hicieron, así no actúan los que temen a Dios y lo tienen como Padre y Señor. Más bien actuaron como hijos del diablo (Jn.8:44) y llamaron a Jesús Señor sin hacer lo que él dice (Mt.7:21-23). 

Otro asunto. Tal parece que la culpa y la vergüenza por el pecado no desaparecen jamás de la conciencia, y siempre que se recuerda el hecho y se piensa que va a salir al conocimiento público, comienzan las justificaciones, las palabras y los movimientos para volver a esconderlo. La conciencia no olvida nunca; el perdón borra legalmente el pecado y por él no somos juzgados por Dios, pero no lo quita de la memoria. Mientras estemos en este mundo la maldición del pecado nos dañará. Oh Dios ayúdanos a olvidar. La tierra que cubre el tiempo es efectiva, si algún desgraciado no la corre con su mano. 

 

No te preocupes, Dios lo teje 

Ge. 50:15-20

“No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy”. Para perdonar hay que hacer un esfuerzo, se necesita resolución y ganas de hacerlo, medicina eficaz, y un gran trabajo mental que hay que hacer sobre los sentimientos y los recuerdos, la inculcación de doctrinas dentro del corazón. (1) No actuar como si fueras Dios y dejar todos los recuerdos a él (2) Poner en la balanza de la providencia divina todo el monto del daño recibido en un plato y las bendiciones recibidas en el otro. Los que sufren por el pecado de otros podrán olvidar, pero no los que han hecho sufrir a otros.  

“Lo encaminó todo para bien…”; literalmente significa “tejer, meter una cosa dentro de otra, fabricar, imputar, reconocer”. Dios tejió todo el asunto, tomó los hilos de la historia en sus manos y con ellos tejió, como con pieles, una túnica (Ge. 3:21) para cubrir de Sus ojos su vergüenza, una túnica manchada con la sangre del Cordero, de Su Hijo Jesucristo (Gr. 37:31,32); y desde entonces a Sus ojos siempre queda tapado. Dios reconoce la sangre de Su Hijo en la justicia con que nos cubrimos por la fe, y nos justifica. Y la urdimbre que teje con nuestras vivencias la providencia, es solo inteligible por Dios. Y tardamos muchos años en comprender algo de ella.

 

 

 

 

 

 

                                                   

 

 

 

Éxodo 

Es éxodo porque es una salida, como se dice en las primeras líneas. Éste es un gran libro, no hay duda, y Moisés lo escribió, sin saberlo, aunque era profeta, que todas aquellas artes y trabajos hechos en el desierto, la fidelidad e infidelidad de su pueblo, especialmente sus escritos, dejarían plasmados para la humanidad entera, especialmente para la Señora Elegida, la iglesia, la historia simbólica, y en sombras legales, pero ellas, la obra de Cristo y de nuestra salvación, unos mil quinientos años antes que él naciera.

Los escépticos y criticones bíblicos son muy antiguos y se hallan, por desgracia, dispersos en todas las épocas y lugares. Y a los tales se les ha ocurrido la tontería de que Israel nunca estuvo en Egipto y en la tierra de Gosén, donde el río Nilo se desbordaba con frecuencia y borraba todo lo que está a su alrededor incluyendo aquellas viejas cabañas hechas con barro e hierba, que eran los hogares de los israelitas, y que fabricaban ladrillos para el faraón. Pues bueno, toda evidencia de aquel pueblo habría de ser borrada con las subsecuentes riadas de ese gran y caudaloso río. Pues como siempre les viene a la vena a los enemigos de la verdad bíblica, como hurgando en la arqueología no han podido encontrar, por lo menos hasta ahora, rastros de Israel en aquellos tiempos y en aquel lugar, a los tales se les ha metido en la cabeza que el éxodo de este gran pueblo, es un puro mito, como si faraón fuera el héroe y no Moisés, y no un gran mentiroso que sintiéndose abatido y derrotado por aquel anciano judío y su vara prodigiosa, se encargara de que en sus registros y anales, a ningún escriba se le ocurriera humillarlo con tales derrotas; y ni uno solo de ellos osó registrar una sola sílaba de tan escandaloso desastre.

Lo cierto es que el comienzo del éxodo son batallas teológicas, llenitas hasta el colmo de verdades espirituales muy provechosas para los santos de Jesucristo. Es fascinante en el libro la lucha entre la verdad y la mentira, una contienda que acabó con la derrota a la diabólica superstición y los poderes engendrados por el príncipe de las tinieblas. Allí no nació Jehová, allí se manifestó Jehová, el Dios del Génesis, de Abraham y de Melquisedec, y por qué no, el Dios de Adán y de Abel. El eterno, el "Yo Soy el que Soy".

Adéntrese conmigo y lo que Dios me haga ver, así en cortas notas, se lo mostraré.

 

Yahvé, Jehová, Adonaí

Ex. 1:5-7

“Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación”. Cuando el Señor se lleva un líder levanta otros. A veces pasan muchos años como en este caso. El sustituto de José fue Moisés y hasta él transcurrieron cuatro siglos. Un buen líder no nace cada día. Fueron fecundos y se multiplicaron. Y Dios continuó con su propósito cuando aquellos líderes se murieron; “se fortalecieron en extremo”, quiere decir que se fortalecieron en crecimiento, rápidamente, con vehemencia. Moisés está asombrado y feliz por la multiplicación del pueblo. De setenta personas a miles y millones; cuando el pueblo del Señor crece, Dios aumenta la alegría (Isa.9:3). Se dice poco del fortalecimiento religioso en esos cuatrocientos años, pero por la experiencia de Sifra y Fúa, las dos prominentes parteras, se deduce que la religión verdadera y el temor de Dios prevalecieron, y nunca la fe se extinguió completamente aunque el nombre de YO SOY, YAVE, o Jehová, era poco o nada conocido. Lo del becerro de oro es una señal de idolatría. Quedó un remanente escogido por gracia. “El tetagrama YHWH  con las vocales de Ǎdhōnāy  y transliterado como Yehōwāh pero leído por los israelitas en voz alta como ădhōnāy  y en español Adonai” o Señor (Diccionario de E-Sword).

1:8,9

“He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros”. ¿Será verdad eso o es una exageración por celo, envidia y miedo? ¿No leyó la historia? Lo que quiere decir es que no le importaba la tradición histórica de bendición de Israel. Le temblaban las piernas al faraón y por eso dicen esas mentiras para incitarlos a la destrucción de los judíos.

1:10

“Procedamos, pues, astutamente con él no sea que se multiplique, y en caso de guerra, se una con los que nos odian y pelee contra nosotros y se vaya de la tierra”.  Temían o pretendían que se unieran a los fenicios y etíopes, aunque desde tiempo atrás los egipcios los habían vencido. Mayor que el temor de Israel que se apoderara de Egipto era que se fuera y perdieran esa fuerza laboral. No querían que creciera y tampoco perderlos. Al diablo le da horror el crecimiento de la iglesia y que la fe de ella pueda vencer el mundo, y los reinos suyos vengan a ser de Cristo. Una iglesia raquítica y débil es lo que pretende el diablo, con pocos cristianos y casi ignorantes.

 

Satanás nos odia por nuestras bendiciones 

Ex. 1:10-14

“De manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel”. Se desencadenó una injusta e irrazonable persecución. Satanás nos odia por nuestras bendiciones. Hace todo lo posible para que Dios no nos bendiga; por eso es tan difícil obtener una bendición del Señor; no es tan fácil como algunos piensan puesto que la petición halla millones de obstáculos colocados adrede en su trayectoria. No bajan las bendiciones si no se multiplican los perdones. Primero comenzó con una tiranía insufrible que luego dio paso a los asesinatos. Todo lo permite Dios cuando prepara sus corazones para que apetezcan la pascua y la redención, para que se embarquen, sin retorno, en un bendito viaje religioso de revelación y conquista, para Israel y para los gentiles del mundo entero. Gracias Señor por aquellos cuarenta años de Israel en el desierto. Gracias por los libros Éxodo, Levítico, Número y Deuteronomio. Una peregrinación de fe.

1:15

“Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá”. O Fúa. Tal vez habría otras muchas pero estas dos eran más conocidas, las mejores y las instructoras de las demás. Eran hebreas y no egipcias. Y no tienen pruebas los que imaginan que era Jocabed la madre de Moisés y Miriam su hermana, que por esa época era una niña.

 

Las clínicas de abortos, y dos enfermeras judías

Ex. 1:15-21

“Pero las parteras temían a Dios y no hicieron como el rey de Egipto les mandó, sino que dejaban con vida a los niños varones”. Esto es el valiente ejemplo de dos enfermeras.  Sifra y Fúa fueron dos enfermeras que respetaban su vocación. Estas dos mujeres hebreas eran las encargadas de recibir a los niños y niñas que Dios le daba a su pueblo. Cientos de niños y niñas habían pasado seguros por sus manos. Algunas se llamaban como ellas, algunos padres les pedirían que les nombrara. Cuando los niños crecían las madres les decían: “Saluda a esa mujer que va a la reunión de oración, esa fue la que te ayudó a venir al mundo”. De cierto modo eran dos madres de todo Israel. Amaban su profesión y no dejarían sus carreras por ninguna otra; por la práctica y por el estudio se habían convertido en dos enfermeras brillantes, solicitadas por todo el mundo. Ejecutaban los partos más difíciles sin que la madre ni la criatura perecieran. Dios les daba entendimiento. Tal vez había otras muchas pero estas eran las más reconocidas, las mejores y las instructoras de las demás. Hasta Egipto había llegado la fama de las dos y de allá venían las mujeres egipcias solicitando que ellas las atendieran con recomendaciones para proseguir el embarazo y para tener sus hijos.

Un día sucedió algo inesperado cuando la profesión de ellas y la religión fueron probadas. Y pasaron la prueba de un cambio social brusco. Faraón se volvió loco y por razones políticas y económicas dictó una ley muy descabellada y brutal: que se le ordenara a las parteras que ahogaran a los niños varones cuando fueran a nacer. El decreto estremeció la tierra de Gosén y las mujeres piadosas empezaron a orar, incluyendo a las dos buenas enfermeras.

Se reunieron en la habitación más privada de su casa, que había servido como clínica de alumbramiento a no pocas parturientas, oraron al Señor y pidieron que él las guiara. Conversaron sobre el asunto. La diafanidad de la profesión de ellas y la sinceridad religiosa habían sido atacadas con un solo golpe. Tenían que decidir, si traer descrédito a la profesión y negar lo que habían estudiado, y renunciar a la religión de sus antepasados o sacrificar la profesión, honrar a Dios y perder sus vidas.  Ambas miraron el título que tenían colgado sobre la pared que las autorizaba, por experiencia, a ejercer la profesión infantil. Junto a sus títulos había muchos reconocimientos de personas agradecidas que le reconocían con gratitud haberlos ayudado con sus mujeres. Por todos aquellos honores, por respeto a la profesión en sí, por el destino de sus conocimientos que era salvar vidas y no quitarlas, tendrían que decir un no rotundo al decreto de Faraón.

Después que consideraron profesionalmente su desobediencia pasaron a un punto más importante, a las consideraciones de la fe, también había que pensar religiosamente sobre el asunto. No podían matar a los bebitos sin volverse enemigas de Dios. La Biblia de ellas era muy delgada. No tenía más de cincuenta páginas. Constituida por un solo libro, Génesis. Meditaron en la tradición oral de la Creación del mundo, en la conducta de los primeros hombres, en la trasposición de Enoc, en el diluvio, en la maldad de los hombres en tiempos de Noé, en Abram, Lot, la destrucción de Sodoma y Gomorra, y cuando llegaron ahí las manos y las voces de ellas temblaban.

No hallaron ningún renglón que mencionara la prohibición de ejecutar muchachitos, la ley revelada aún era muy incompleta, pero conocían a Dios y le temían, y sabían que aquello era un crimen y sería algo aborrecible ante sus ojos. La Biblia de ellas no prohibía el aborto, sin embargo, el espíritu de la revelación y el conocimiento de Dios les indicaban que aquello sería un pecado muy grande porque otras cosas más pequeñas Dios las había castigado severamente. Si Dios aborrecía el adulterio y había detenido a Abimelec y al propio Faraón de pecar contra él, también aborrecería matar a los niños, era un acto sanguinario. Si Dios aborrecía la violencia, el casarse y descasarse, o sea el divorcio y por eso había condenado al mundo, también aborrecería el aborto. Si Dios aborrecía el incesto y lo que hicieron las hijas de Lot durmiendo con su padre, el aborto también lo odiaba. Se sentían descendientes de aquellos grandes ejemplos, incluyendo al misericordioso José. No, no obedecerían a Faraón y no matarían ni un solo niño aunque naciera con defectos físicos. Era un niño, normal o deformado, pero era un niño, una criatura que Dios enviaba al mundo y merecía vivir para su gloria.

Cuando Faraón decretó que asfixiaran los niños al momento del nacimiento se arrodillaron ante Dios, le pidieron confianza y valor y decidieron que no cumplirían la orden de ningún modo. Se negarían y cuando el caso se supiera ya hallarían algún medio para salirse del problema. Se dijeron: “Si perecemos pereceremos, pero el decreto no obedeceremos” y “Puede el Señor librarnos de la mano de Faraón, pero si no nos libra su ley no cumpliremos”. Dos mujeres de fe estaban retando el puño del monarca egipcio. Dice el relato que Dios bendijo las familias de ellas por causa de haberle temido.

Vamos a nuestra aplicación. En toda la Biblia nuestra, que tiene sesenta y cinco libros más que la de las enfermeras egipcias, uno aprende que Dios quiere que todos los niños nazcan; y para prevenir el aborto voluntario dio a las madres un gran amor anticipado al alumbramiento. El aborto no es una práctica cristiana y no tiene la sanción de Dios, al contrario. Si una enfermera, un médico o una madre, respeta su vocación, rehusará poner su mano o su bisturí en contra de la vida de una criatura indefensa, cualquiera que sea la cantidad de semanas que tenga. Bendita sean estas dos, Sifra y Fúa, mujeres bienaventuradas que amaron más las vidas de los bebitos que las suyas.

Arriesgaron sus títulos, profesión, carrera, bienestar, libertad o vidas porque respetaron su profesión y porque temieron a Dios. Probaron  que su religión y fe no era un cuento, una pantalla, una ilusión social sino algo genuino que llevaban en sus pechos. Prefirieron el peligro antes de convertirse en un par de asesinas, sus conciencias no lo permitieron ni sus principios, su amor a la vida, su temor a Dios. Prefirieron mil veces perderlo todo a caer en las manos del Dios vivo. No podían obedecer la orden de aquel monstruo institucionalizado. La corona no se respeta cuando la lleva un impío. Dijeron para ellas mismas, dúo formidable ¿pensáis que con nuestras propias manos vamos a estrangular a los niños? Estáis locos, no lo vamos hacer, hallaremos una excusa, alguna mentira para desobedecerlos. ¿Hemos estudiado para eso? ¿No tiene moral la ciencia médica? Jamás hubiéramos practicado el aborto.

Y concluyo. Dios bendijo sus familias por negarse a matar niños. Quizás usted tenga más dinero si se hace un aborto y pueda vivir mejor, comprar casa, autos, pero no tendrá la bendición de Dios sobre todo eso. Si usted misma ha caminado a una clínica de abortos, pida perdón a Dios por haberlo hecho y confíe que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. Si en verdad se ha arrepentido de ello, si hoy lo lamenta y llora por lo que hizo, si no tuvo fe ni temió a Dios, pero ahora no hubiera querido haberlo hecho. Confíe en Cristo que Dios nos perdona en él los crímenes más grandes. El amor de Dios es más grande que una decisión monstruosa. Propaguemos el temor del Señor entre los hombres y se cerrarán las clínicas de abortos.

1:18,19

“Las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas”. No hablemos de que mintieron, para no colar el mosquito y tragar un camello. Les contestaron como se merecían. Agustín dice en estos casos, como el de Rahab, que el silencio debe ser la respuesta.  Además, son fuertes y bien instruidas y si no, una vecina, hasta el marido las puede ayudar a parir, y no tan ignorantes y débiles como las egipcias.

2:1

“Un hombre de la casa de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví”. ¿Por qué aquí no escribe el nombre de sus padres? Los excusa por no poder retenerlo más tiempo con ellos como a Aarón y María que nacieron antes (v.3). Lo hubieran tenido más tiempo si no se les ocurre una salida mejor. ¿Excusas a tus padres? Ese hombre fue Amram hijo de Coat (6:18).

2:4

“Y la hermana del niño se puso a lo lejos para ver qué le sucedería”. Tal vez lloraba; poco se imaginaba qué unidos estarían sus destinos en la obra del Señor. María cantó muy bonito un salmo de liberación.

2:5,6

“Al abrirla, vio al niño, y he aquí, el niño lloraba. Y le tuvo compasión, y dijo: Este es uno de los niños de los hebreos”. Parece una mujer tierna, la providencia de Dios no daría en adopción a uno de sus escogidos a una mala persona, a una gente equivocada. Dios bendiga las personas que son responsables de entregar en adopción a los niños que no tienen padres. Es horrible salir de la orfandad y caer en las manos de abusadores. Aquí en Estados Unidos se tiene bastante cuidado con eso. El abuso infantil es penado por la ley. Pero Dios retornó el proceso de adopción y el niño regresó a su buena madre que siempre es mejor que cualquiera otra persona, y ese es el ideal, que las madres mismas se encarguen de sus hijos (vv.8,9). Sin embargo, fue plan del Señor porque de otra manera un humilde judío hijo de padres esclavos no podría en toda su vida llegar hasta donde él llegó entre los egipcios. Si no imposible, casi.

2:1-10

“Entonces puso al niño en ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del Nilo”. Se piensa que ella salió al jardín del castillo, cerca del Nilo, y en algún sitio especial privado se bañaba por placer o por ideas religiosas. Ese plan fue inspirado por Dios, no para preservar la vida de Moisés sino para hacer de él el hombre y el líder que luego fue. Moisés siempre entendió que su providencial preservación y la clase de educación, y su posición, lo entendió todo como que Dios lo llamaba para bendecir a su pueblo (Hch.7:20-23); aunque cuando llegó a los cuarenta años en su "crisis de media vida", suponiendo que lo mejor de su vida estaba atrás, que la muerte se acercaba y se imaginaba ya hecho una momia, se precipitó. Pero siempre estuvo seguro de su elección. Algunos escritores judíos piensan que tendría menos de veinte años pero nosotros aceptamos la opinión de Esteban (Hch.7:23).

 

La diplomacia suele ser mejor que la violencia

Ex. 2:11,12

En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena”. Una gran cosa fue que este noble dejara su residencia y visitara a los obreros de su país, especialmente los emigrantes; en este caso por medio de su nodriza o de su propia madre supo que pertenecía a su raza. Y estuvo bien que de primera mano se enterara de los trabajos que estaban pasando. Si hubiera regresado al palacio con ese informe y dado pasos legales para aliviar la condición de ellos, habría sido mejor que emplear la violencia para cambiarles las condiciones laborales. Por esa forma violenta y revolucionaria no se convirtió en el líder que el pueblo de Dios necesitaba. El método no era apropiado y el tiempo no había llegado. Así no se comienza el reino de Dios. "¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros?”. Aquello no le dio ninguna autoridad sobre el pueblo, que no estaba buscando un líder, ni Moisés era uno de ellos.

 

Moisés, el marido caballeroso

Ex. 2:14-22

“Y al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían, y dijo al culpable: ¿Por qué golpeas a tu compañero?”. Era un hombre con un gran sentido de justicia; quizás nunca le pesó lo que al egipcio ni cómo trató de apaciguar a los dos israelitas, aunque sabía que había sido inútil. Todos hemos hecho cosas bien hechas que han sido inútiles, pero no por eso nos pesa haberlas hecho ni hemos renunciado a seguir haciéndolas. Uno puede seguir hacia su futuro dejando atrás muchas decepciones y malos recuerdos.

Moisés era un poderoso en Egipto y no era fácil conspirar contra él sin que se enterara. Y eso fue lo que ocurrió. Le dieron aviso y le dio tiempo para huir. Huyó a Madián donde se casó con la hija de un sacerdote, que, estando relacionado en su origen con el pueblo de Israel, sería un sacerdote de Jehová como Melquisedec. En 2:18 es llamado Reuel y en 3:1 Jetro. La palabra también indica príncipe. Moisés nunca se hubiera casado con una mujer que no fuera temerosa de Dios, aunque no entendiera a plenitud todas las enseñanzas del Señor. Por ejemplo, la circuncisión.

“Este Reuel que dio a su hija Séfora a Moisés, es indiscutiblemente el mismo Jetro que en 3:1 le llama suegro. Ahora, ¿cómo Hobab el hijo de Reuel es llamado por Moisés en Num.10:29 hijo de Reuel, su cuñado,  y en Jue.4:11 se le llama a Hobab hijo de su suegro. Los estudiosos del Tárgum suponen que Reuel es el abuelo de Séfora y en ese caso en 2:18 debiera entenderse abuelo y nieta en 2:21. Esta hipótesis seria indudablemente admisible si fuera probable sobre otras bases. Pero una comparación  de Num.10:29 con Exo.2:18 y abuelo en Exo.2:21 no necesariamente prueba que Hobab y Jetro fueran la misma persona mientras en Exo.18:27 parece conducir a una conclusión opuesta; y como en griego la palabra puede ser usada lo mismo para suegro que cuñado, Reuel como el nombre propio de su suegro, y Jetro como se sostiene en Exo.4:18,  el título también sirve como un apodo y muestra el rango de Reuel en su tribu como la forma árabe “imam”; entonces Jetro y Hobab fueron ambos hijo de Reuel y cuñado de Moisés, lo cual es insostenible sobre la base de Num.10:29 el epíteto “hijo de Reuel” no sería omitido en Exo.3:1” (K.D.)

Mira dónde Moisés halló su esposa; no era egipcia ni israelita sino madianita. Sobre esa unión no se sabe mucho; no la escogió pensando en su liderazgo porque eso le parecía que ya no lo tendría, la nacionalidad de Séfora es como una protesta amarga contra los suyos y contra los egipcios; pero en su frustración necesita una mujer humilde, una ayuda. Es interesante cómo la conoció. Por ser humano y caballeroso con ellas y haberlas defendido de los pastores. Esas cualidades unidas al valor le hicieron pensar al padre de las muchachas que podía tenerlo como huésped en su casa, empleado, y quizás marido de una de sus hijas. Y así fue. Tal vez este es uno de los episodios menos comentados sobre la vida de Moisés y sin embargo es uno de los más bellos. El Moisés de la Ley y del monte Sinaí parece otro, sin embargo no es otro, es el mismo en cierne, con un humilde comienzo. No estaba esperando una gran oportunidad sino que estaba dispuesto para toda buena obra, aunque fuera defender a un grupo de mujeres y sacarles agua de un pozo.

2:23-25

“Oyó Dios su gemido, y se acordó Dios de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob”. Es una forma humana para decir: “ah, ustedes se me habían olvidado pero ahora me acuerdo que hice un pacto con Abraham y reconozco que son sus descendientes". Aunque pasen cuatro siglos y parezca que Dios no se acuerda de su iglesia él no la ha olvidado. Él no está muerto ni ha olvidado sus promesas hechas hace tantos años. Haz lo que tienes que hacer y deja que Dios obre cuando quiera. El promedio de vida de una generación es importante pero no suficiente para presenciar lo que Dios tiene planeado hacer. No podemos verlo todo en nuestros días; trabajemos para la historia.

3:2

“Y se le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de una zarza…”. Si Dios ha escogido una zarza seca como candelabro es para mostrarnos su gracia porque ha hecho de nosotros lo mismo, volvernos en eso donde brille su gloria. ¿Qué somos por naturaleza sino zarzas secas?

 

Es el atractivo divino lo que nos mueve a Dios

Ex. 3:5

“Entonces Él dijo: No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa”. Cosas que aprendió Moisés: que Dios es Santo y él pecador, que la primera lección de fe es la santificación, que hay que guardar con respeto y reverencia la distancia entre Dios y él, que Dios puede brillar, convertir en un sagrado candelabro la vida menos provista de belleza (no escogió un olivo ni una palma), porque “lo necio del mundo escogió Dios” (1 Co. 1:27-29); es el atractivo divino lo que mueve a los hombres a descalzarse ante un testimonio donde haya fuego de Dios, donde la vida parezca un milagro. Moisés aprendió respecto y reverencia para lo sagrado; la santidad de Dios fue lo que más le impresionó y eso se ve en sus libros y experiencias con Dios, Dios no hubiera podido dar su Ley al mundo si no es por medio de un hombre santo. Fue el más manso del mundo, por lo tanto, igual que Jesucristo (Num. 12:3; Mt. 11:29); no fue el concepto de humildad lo que le enseñó sino de santidad (v.11). Por eso el Señor pudo utilizarlo tanto porque Moisés, lo mismo que el apóstol Pablo, crecía en santidad. Esa es una gran enseñanza para los ministros de Dios que trabajan duramente en su obra. Si hubiéramos sido más santos habríamos sido más exitosos. Ningún defecto hace infructífera nuestra labor como la falta de santidad, y ningún otro don es capaz de sustituirla sin desdecir el liderazgo. 

 

Jesús es quien le da importancia a la Biblia

Ex. 3:6

"Y dijo: yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro porque tuvo miedo de mirar a Dios". Este texto es citado por nuestro Señor con el propósito de demostrar que, dentro del Pentateuco, que manejaban los saduceos, se enseñó la resurrección de entre los muertos (Mr.12:26). Explícitamente aquí no se está enseñando la resurrección de entre los muertos, sino que Jehová está concediéndole a Moisés su identificación para que conozca que es el Dios de sus padres y no otro, o sea el Dios verdadero, el Dios de las promesas, y de su proyecto de hacer con su familia una nación. Así es como leemos ese texto cualquiera de nosotros. Las palabras no lo dicen, pero Jesús no se fija en las palabras sino en Dios, y no lo lee de esa manera, histórica, sino teológica; y es Jesús el que le da ese significado y sabe lo que está diciendo puesto que él es "la resurrección y la vida" (Jn.11:25); él conoce que esos cuerpos muertos resucitarán y hace esa afirmación pensando con dichosa esperanza, en sí mismo porque los resucitará. Tiene poder para cumplir cualquier porción de la Escritura porque es su Alfa y Omega. Ningún otro exégeta o escriba docto en el reino de los cielos pudiera hablar así y que se le acepte su interpretación, porque nadie sino a Jesús, la Palabra de Dios hecha carne, conoce la profundidad de la Escritura y puede extender el significado de la letra hasta donde llegue su deseo, y por esa razón "todas las promesas en él son sí y amén", y cumplir símbolos y palabras que no lo mencionen, y darle importancia a una persona que como una zarza no la tiene (2Co.1:20). Es quien le da significado a la Biblia por lo que en ella pone de sí mismo, como el ángel ilumina y da calor a una seca zarza sin ocasionarle daño (Hch.7:30,35). Suprime a Jesús, que es la llave del conocimiento, y ¿quién leerá lo que quede? 

3:7-13

“Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, si voy a los hijos de Israel, y les digo: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros," tal vez me digan: "¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?”.  Dios le está presentando sus credenciales a Moisés. No está demostrando su existencia sino revelándose en relación con las religiones del mundo. Moisés fue el principal encargado de enseñarle a Israel el monoteísmo; su Nombre glorioso; "Yo soy Jehová y no hay más dioses"; dicho y hecho en la misma cuna del politeísmo: Egipto.

3:11,12

“Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto?”.  Tú te consideras sin importancia pero yo te la daré con mi presencia, (y ¿de qué otra manera podríamos tener importancia y ser trascendentes si no es por la presencia de Dios en nuestra palabra y hechos?) no irás sólo sino acompañado por mí. Nuestra importancia en el oficio de la fe nos la da la presencia de Dios.

 

No acababa de ser inventado Jehová

Ex. 3:13-15

“Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a vosotros”. "El auto existente" (leer nota al 5:2). El que no empezó nunca. El que físicamente es nada, cero. Por eso el hombre, dentro del círculo de la creación, jamás podrá encontrar a Dios. Es imposible. Hay un abismo esencial entre él y su creación, esto es, nosotros, aun el más inteligente de nosotros. Él nunca fue y nunca será, siempre es. Un concepto de sí mismo completamente opuesto a la religión del mundo, particularmente la egipcia. Su eternidad no necesita demostración ni es posible tampoco obtenerla. Es como si hubiera venido acá y se hubiera ido, y habiéndose marchado ya no es posible estudiarlo y demostrarlo, a menos que él regrese, y esté entre nosotros y nos diga "aquí estoy". Sabemos por la creación que estuvo aquí y que pudiera estar, pero fuera de ella que es como si no estuviera. Dios no tiene dimensiones, no tiene hora, no tiene fechas; su ser desconoce el tiempo y el espacio. Nuestros conceptos de habitación, de medida, no funcionan para realizar de él una descripción. Desde nosotros hacia él que es inalcanzable. Un abismo nos separa. Habita en lugar inaccesible. Si los hijos de Israel no pudieron soportar la gloria divina brillando en el rostro de Moisés ¿quién podría resistir mirar toda su pureza, santidad y gloria? Por eso el mundo tiene que ser quemado con todo lo que contiene, y la creación purificada con fuego donde no quede residuo, ni el más mínimo del pecado humano.  Aquí no se origina Dios, no acaba de ser inventado Jehová, sino que acaba de nacer "teológicamente" el monoteísmo (desde la creación del mundo existía); el origen del judaísmo, de la religión verdadera. El Dios de Abraham, Israel, Jacob (3:6; 3:13), va a formar el culto nacional de un pueblo; va a ofrecer ante los ojos del mundo su luz y revelación.

3:18,19

“Pero yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir, si no es por la fuerza”. Te van a oír pero el trabajo que vas hacer con ellos será difícil. Tendrá que ser así para que las maravillas de mi gracia se manifiesten. Las plagas que vinieron fueron evidencias contra el politeísmo, un triunfo rotundo sobre la mentira religiosa, supersticiones y leyendas de hombres y diablos.

 

Todo por gracia

Ex. 3:20,21

“Y daré a este pueblo gracia ante los ojos de los egipcios; y sucederá que cuando os vayáis, no os iréis con las manos vacías”. ¿Gracia? La mayoría de los egipcios estaban aterrorizados y otros admirados del Dios tan grande que se habían conseguido los judíos. Todo ese dinero no fue para pagarles los sufrimientos, sino que mucho de ello sería usado para la formación del culto en la construcción del tabernáculo. Pidámosle a Dios dinero si es lo que nos falta para una empresa cristiana. O mejor dicho, él lo proveerá para lo que ha pensado hacer con nosotros. Todo lo que Dios nos da es por gracia aunque lo entreguen obligadamente, con rabia y espantos, o con admiración. No importa lo que los hombres sientan hacia nosotros, ni las motivaciones que tengan, lo importante es lo que siente Dios al demostrar que tiene dominio sobre los hombres, sobre sus criterios y emociones. La gracia, sea común o especial y redentora, siempre proviene de Dios. Esta última es salvadora y la otra no pero demuestra quién rige, el Dios que nos consiguió para él y quiénes obedecen. Nosotros.

 

Los resultados del ministerio

Ex. 4:1

“¿Y si no me creen, ni escuchan mi voz? Porque quizá digan: “No se te ha aparecido el Señor”. No aceptarán mi experiencia y tendrán sospechas de mí. ¿Qué es eso que tienes en la mano? ¿Una vara? ¿Un lápiz? ¿Una Biblia? Un laptop con muchos programas para estudiar tu Palabra. Con él hago público mis encuentros contigo. Predica, entonces predica, aunque no te oigan. Si no te hacen caso a ti a mí tampoco. Ya somos dos, no estás solo.  Algún día te oirán y si no te oyen ellos, ni te leen ellos, otros te oirán lo que les dices a ellos y leerán lo que ellos no leen. Si ellos no creen lo que te digo créelo tú. Tuyo es el ministerio que yo te doy y los resultados son míos. Métete eso en tu cabeza que yo sé lo que hago, sabiendo que tu trabajo no es en vano (1Co.15:58).

 

Preparado para la insistencia, el éxito le tomará diez etapas

Ex. 4:1-9

“Y sucederá que si no te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal. Y sucederá que si no te creen a estas dos señales ni escuchan tu voz, tomarás agua del Nilo y la derramarás en tierra seca. El agua que tomarás del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca”.

El Señor le advierte la posibilidad que una primera lección fuera insuficiente y no tan poderosa como para que ellos la aceptaran. No por insuficiencia en la calidad de lo que se les dijera o vieran sino en la cantidad, porque desde el origen de la humanidad la incredulidad tomó cautivo el centro de la personalidad humana y todos sus accesorios. Especialmente los sentidos. Quizás por eso nuestro Señor reunió a más de quinientos testigos para que le vieran resucitado y ascender al cielo, tal vez por eso estuvo cuarenta días con ellos, les apareció muchas veces y los invitó a usar todos los sentidos, incluyendo el tacto, para que creyesen y no fueran incrédulos (Jn.20:27), por eso dejó que preservaran un poco de maná en una urna dentro del arca, la vara de Aarón que floreció y Cristo que recogieran las doce cestas de pan, porque conocía la debilidad de los sentidos humanos para creer. El Señor sabía lo que pasaría y se lo dice así para que se vaya preparando para la insistencia, ya que el éxito le tomará diez etapas. No son nuestros sermones deficientes en calidad, sino que hay que predicar más, ciento veinte años antes que el agua, como un diluvio, desborde la ciudad (Ro.15:19-21). Insiste Moisés, Pedro, Jacobo, Juan, Andrés, tú y yo.

 

Señor, busca un sustituto

Ex. 4:1-12

“Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente, ni ayer ni en tiempos pasados, ni aun después de que has hablado a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua”. Las excusas y el pero de Moisés. Estaba renuente a tomar esa responsabilidad. ¿Qué hubieras hecho tú si tienes ochenta  años y Dios te pide que realices los sueños de tu juventud? Para Moisés eran etapas cerradas, vanidades que había vivido; su deseo ahora es vivir tranquilo, entrar a su reposo eterno y no tomar un liderazgo tan grande. En el v. 13 le dice de corazón: "Señor, por favor envía otro por mí, busca un sustituto. “Oh Señor mi interés mayor ahora es tener comunión contigo, adorarte, disfrutarte y prepararme para la eternidad. Señor yo no quiero hacer milagros; busca una gente joven que tenga sueños y fuerzas; yo estoy terminando; estás pensando en la persona equivocada”. Era el momento de Dios cuando menos gloria de los hombres buscaba, cuando había enterrado toda su vocación (v.31). Uno esperaría quizás un milagro en sus labios y que comenzara a hablar bien, pero no fue así, Dios le envió un colaborador, un ayudante, que era mejor porque cuando se cansara, y se cansó mucho, le sostuviera sus brazos. Viejo, no te vayas a descansar, no es uno que ocupe tu lugar lo que la obra necesita, sino que te quedes y otro que te ayude.

 

Cómo tomar las cosas

Ex. 4:4

“Tómala por la cola”. La vida nos hace felices o nos amarga, depende de la fe que tengamos, que sepamos hacer con lo peor como hizo Moisés cuando huía de la serpiente, según Dios se lo aconsejó, “tómala por la cola”, por el sitio donde más te convenga ¿eh? No, por la cola o por el medio son los sitios de más peligro porque ella puede doblarse y morderlo, pero eso no sucedió porque la serpiente se volvió un palo que él podía mover a su gusto y sin peligro. Su circunstancia fue modificada porque la tomó como Dios le dijo no como su sabiduría le hubiera aconsejado. Las circunstancias hay que tomarlas, uno se dice, por donde menos daño hagan, es obvio, eso nos dice nuestra psicología, pero mejor que ello es tomarla por donde la Biblia nos dice, con fe, y no sólo no nos harán daño sino que podremos manejarlas mejor, abrir rocas, matar sed, y hacer brotar ríos y océanos, y ya leemos, servirnos de ellas mientras que en el otro caso no.

 

No nos quejemos de los dones que nos faltan

Ex. 4:11

“Y el Señor le dijo: ¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy yo, el Señor?”. Le quiso decir: “Así te he hecho yo y no me equivoco cuando te escojo”. Moisés no fue hecho por Dios para ser orador y predicador sino profeta, maestro, escritor y ejemplo para su pueblo. ¿No es eso bastante? Y para esa comisión no le hacía falta ser elocuente. No nos quejemos de los dones que nos faltan, que otras personas tienen menos y para lo que Dios quiere que hagamos con nuestros defectos y habilidades podremos hacerlo. Y no hay injusticia en él cuando a uno le da algo y a otro no, a uno el habla y predica bien, a otro un buen oído y compone salmos, a otro, buena visión y tiene excepcional puntería para derribar a los enemigos del Señor (Jue.20:16). Dios es el dueño absoluto de las habilidades que poseemos y con ellas o sin ellas nos envía al mundo. En la forma en que Dios habla se ve que no hay ni asomo de injusticia en hacer un hombre mudo y a otro ciego, que viva sin ver el mundo donde vive. Así nos muestra su total soberanía por un lado y por el otro nos estimula a reflexionar con gratitud y reconocer que lo que tenemos, los labios, los ojos, las manos y las piernas son dones de Dios, y en Cristo estamos para la salvación y ministerios, en todo completos (Col.2:10; 4:12).

 

Una ayuda emocional para un pastor solitario

Ex. 4:14 

“Entonces se encendió la ira del Señor contra Moisés, y dijo: ¿No está allí tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien”. ¿Cómo la notó, por qué no lo castigó? Quizás por el tono de su voz. Dios le da la solución, pero enojado, y supongo porque eran muchas las excusas de Moisés y porque para su trabajo no necesitaba un segundo que le disminuiría su gloria y sería un parcial sustituto de su dependencia divina. Si Dios cree que podemos hacer un trabajo solos no le pidamos colaboradores. ¿Y si el colaborador se convierte en un obstáculo y su compañía se vuelve incómoda? ¿Y si no está conforme con el segundo puesto y apetece el primero y el diablo le fomenta la envidia? Si nos hiciera falta algún colaborador porque la obra lo requiere, Dios será el primero que lo envíe, pero si incluso nos quita los que teníamos ¿para qué pedirle alguno más? Viendo Dios que su colaborador podría a la larga perjudicarlo más que beneficiarlo le envió a su hermano biológico, no un buen hermano “en la fe”. Aarón nunca le sirvió de intérprete a no ser delante del pueblo, pero no era imprescindible. Sí, estuvo junto a Moisés frente a Faraón con los ancianos representando al pueblo (3:18), sin que ellos necesariamente dijeran algo. Hablaba bien, Jehová le dijo, pero no era determinante su ayuda. Siendo su hermano querido seguro que el líder se sentiría bien teniéndolo a su lado. Era más bien una ayuda emocional que pedía aquel pastor solitario, una ayuda más psicológica que pastoral. Moisés no necesitaba vencer su soledad porque por cuarenta años se acostumbró a estar solo; y quizás por timidez o consciente de su insignificancia; y aun siendo así Dios piensa que, si no necesitamos esa clase de compañía, no le cae bien que andemos detrás de él pidiéndole una. La obra de Dios es de un solo hombre, dijo Spurgeon, y aunque tenía a su hermano como co-pastor, la obra era suya y de Dios. Tanto con Aarón como con María la hermana, andando el tiempo Moisés tuvo problemas (Num.12:5-10; Ex. 32:21); y los problemas que le causaron no trascendieron más ni se volvieron peores porque Dios intervino a favor de él y se encargó de ellos dos, y además porque eran familiares. Dios tenía un lugar para cada uno de esos dos colaboradores de Moisés, pero un poco más alejados de Moisés que lo que éste quería. Que sea Dios quien coloque nuestros ayudantes, pastores o diáconos, a la distancia que él quiera y que ellos reconozcan que son nuestros voceros y que estamos nosotros y no ellos “en lugar de Dios” (v.16).

4:18

“Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro, y le dijo: Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz”. Por dos razones pudo Moisés guardar silencio. Por modestia, no le dijo: “Voy a contarte la maravillosa experiencia que he tenido hoy en el desierto”. Prefirió que no, que aquella visión había sido para él y no para distribuirla. Y no se lo diría porque no quería oír opiniones que fueran opuestas a las de Dios. Si Dios nos dice algo, no consultemos una segunda opinión.

4:21

“Cuando vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo”. Dios le enseñó a Moisés que él era absoluto. Primero le dijo "Soy el Existente", no hay más; ahora le dice que él asume la responsabilidad del endurecimiento de faraón y que no lo defendiera. No porque directamente trabajara sobre su corazón para endurecérselo sino porque mientras le hablara y continuara con su propósito no le daría un corazón nuevo y obediente, ni un corazón creyente, no lo inclinaría hacia el proyecto de Moisés sino que dejaría que faraón reaccionara naturalmente a la petición de aquellos. A más sermones, peor condición. Eso quiere decir negativamente, con odio y prepotencia, buscando lo suyo propio, con la sola autoridad de su cargo político sin gracia divina. Indefectiblemente la reacción de todo hombre enfrentado a la Palabra de Dios, es negativa. Es Dios quien único puede hacer que los pensamientos y sentimientos cambien. Por eso se dice que Dios endureció el corazón de aquel hombre para explicar teológicamente lo que otros harían políticamente. Es Dios quien pudiera manejar esas piedras.

4:23

“He aquí, mataré a tu hijo, a tu primogénito”.

Ese versículo parece fuera de lugar. Eso ocurrió después de todas las epidemias que cayeron sobre él y su pueblo.

 

Lee esto sin que yo te aclare mucho

Ex. 4:24-26

“Y aconteció que en una posada en el camino, el Señor le salió al encuentro y quiso matarlo”. Si esto lo incluyó Moisés en su narración o alguien después, no lo sé. La expresión “pedernal afilado”, un cuchillo de piedra, indica la antigüedad del texto. Es muy confuso. Tiene que ver con alguna repentina enfermedad, que es tomada como un ataque de Dios por no haber circuncidado al hijo. Algunos piensan que tampoco Moisés había sido circuncidado y debía haberlo hecho previo al matrimonio, como era la costumbre.

La palabra “esposo” significa “un pariente por matrimonio”, o en forma figurada la circuncisión de un niño. El asunto de la circuncisión va y viene del niño a Moisés. Séfora parece muy enojada con Moisés porque había descuidado la circuncisión de su hijo, o porque su religión incluía un rito tan doloroso y cruento. No se sabe qué cantidad de religión verdadera ella tenía para enojarse con lo de la circuncisión. ¿Qué es eso de “tirar” el prepucio? Literalmente es “tocar” con el prepucio los pies de Moisés; que dicen que pudiera ser un eufemismo para indicar la relación matrimonial de ella con Moisés. Si fuera así el rito también se enlaza con el tiempo previo al matrimonio. Tal vez he dicho muchas cosas y no he aclarado casi nada.

4:31

“Y el pueblo creyó. Y al oír que el Señor había visitado a los hijos de Israel y había visto su aflicción, se postraron y adoraron”. Los temores de Moisés se desvanecieron; el pueblo aceptaba su liderazgo, ahora cuando miraba en él la señal del cielo, ¡y qué lindo adorarían! Que mi señal, Señor, no haga que la gente me aplauda sino que te adore. Yo quisiera ser esa clase líder raro que no se mueve con complacencia.

5:1

“Moisés y Aarón fueron y dijeron a Faraón: Así dice el Señor, Dios de Israel: "Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto”. Faraón, Tothmosis II, nieto de Aahmes (1:8), que no tenía dos dedos de frente sabía que querían escaparse. Se dice que entre los paganos esa petición era justa y comprensible y no sonaba tan rara como a nosotros.

5:2 

“Pero Faraón dijo: ¿Quién es el Señor para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? No conozco al Señor, y además, no dejaré ir a Israel” (Jehová). Parece que les dijo que en el libro de los ángeles donde aparecen también el de los dioses no se hallaba escrito el nombre de Jehová. Era para él un “Dios no conocido”. Es que a Jehová no lo generaron los paganos. Tampoco es una producción judía sino una revelación a Israel. Les respondió con ignorancia e insolencia sin respeto para el Dios y la religión de otros. Tampoco los griegos tenían ese nombre dentro de sus dioses (Hch.17:23).

5:4,5

“Pero el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué apartáis al pueblo de sus trabajos? Volved a vuestras labores”. Les quiso decir: "Me están perjudicando económicamente. Ustedes tienen tiempo para esas cosas porque están ociosos". Posiblemente al ver los ancianos del pueblo acompañándolos (3:18).

5:6-9

“Ya no daréis, como antes, paja al pueblo para hacer ladrillos; que vayan ellos y recojan paja por sí mismos”. ¿Por qué no los dejó presos? Encarcelados ellos, se desvanecería la agitación espiritual que habían formado. La posible explicación sería que faraón los consideraba profetas de Jehová y temía provocar a ira a Dios. Va a encabezar el partido teológico contra Jehová y va  a perder. Pensó que si multiplicaba o triplicaba el trabajo mataría las necesidades espirituales del pueblo; quitarles el tiempo para la adoración. Esa es la estrategia actual de Satanás, y decirles a los que empiezan a oír el evangelio, que “no atiendan a palabras mentirosas” y darles ocupación de modo que sustraigan todo el tiempo para sí y no lo tengan para Dios. Así obran los tiranos ateos que tratan a su pueblo como esclavos, los obligan a trabajar diciéndoles que el trabajo hace al hombre y no necesita de Dios. Les cierran las fronteras a los hijos de su pueblo, les ponen obstáculos a los procedimientos legales de emigración para hacerles difícil o imposible salir del país. ¡Y hablan de paraíso! El paraíso hay que cerrarlo para que no entren no para que no salgan. Ya el panorama político ha cambiado y las fronteras de casi todos los países son más condescendientes.

5:17,18

“Mas él dijo: Sois perezosos, muy perezosos; por eso decís: "Déjanos ir a ofrecer sacrificios al Señor” (Jehová).  Insiste en su teoría que el pueblo se ocupa de la religión porque no tiene nada que hacer; iba en sentido contrario, la religión es un refugio para afligidos. Cuando los tiranos sienten aires de libertad en su país, se enfurecen y hacen más dura la esclavitud de los ciudadanos con leyes que les hagan más difícil la vida, para que afligidos no piensen emanciparse.

 

El nuevo pastor con ganas de renunciar

Ex. 5:20-23

“Y les dijeron: Mire el Señor sobre vosotros y os juzgue, pues nos habéis hecho odiosos ante los ojos de Faraón y ante los ojos de sus siervos, poniéndoles una espada en la mano para que nos maten”. Literalmente dijo que habían hecho que olieran mal delante de faraón, algo así como “estos huelen mal”. Moisés aceptó la queja, sabía que era verdad; se había complicado la situación del pueblo y en este momento estaban peores; hizo lo que hace un buen siervo de Dios: orar.

Extendió sus brazos a Dios y le dijo: "Señor ellos tienen razón, no te pido que cambies tus planes, sino que hagas algo. Mis primeras gestiones no han sido bendecidas por ti. Sé que me estoy precipitando, pero cumple tu palabra. Hemos hecho lo que dijiste y aún no tenemos éxito". Qué tristeza hay en estas dos palabras “tú tampoco”. Cuando uno espera que Dios cumpla su palabra y no lo hace y tiene que seguir esperando.

Estas palabras tienen el eco de un casi frustrado pastor del Nuevo Testamento, cuando no hace mucho que llegó a su iglesia y esperando que sus reformas y predicaciones comenzaran a ser una bendición, eso no ha ocurrido sino que inconformes protestan y algunos se marchan y un espíritu de crítica y de decepción invade la congregación, entonces el siervo del Señor ora porque otra cosa no puede hacer, además de llorar, y le pregunta al Señor si no se ha equivocado y ha confundido su llamamiento, y si éste es auténtico, qué es eso de permitir que pasen tales cosas y como que se ha ido después de traerlo y lo ha dejado sólo, orando con franqueza, "tú no has hecho nada", y la posibilidad de una renuncia está cerca. Una crisis espiritual que Moisés superó, y como él muchos de nosotros por alguna razón, en alguna porción del recorrido de nuestro ministerio.

6:1

“Respondió el Señor a Moisés: Ahora verás lo que haré a Faraón; porque por la fuerza los dejará ir; y por la fuerza los echará de su tierra”. Sí, hermano, satanás no suelta una vida si no hay una mano más fuerte que la de él que se la quite. Jehová conquista “la ciudad de Alma Humana”, la rinde con violencia del amor y su justicia. A veces se limpia la casa de su presencia, se barre el espíritu de sus costumbres y se perfuma con el olor del conocimiento de Cristo, y aunque se vaya por un tiempo retorna con un séquito de espíritus peores que él mismo. 

6:1-6

“Por tanto, di a los hijos de Israel: "Yo soy el Señor (Jehová), y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes”. Está a punto de comenzar el conflicto espiritual entre los que es y lo que no es, entre la verdad y la mentira. Dios procura dejar claro ante el pueblo la realidad de quién es. No es un nuevo Dios creado por Moisés y Aarón; les recuerda su propósito con ellos (pacto) que es su destino.  No absolutamente porque ellos sabían ese nombre (Ge.2:4; 15:2; 15:6). Se usaba El-Shaddai y Elhim. Pero la explicación más adecuada me parece es que aquí es cuando se reveló con ese nombre, Jehová, o YO SOY, y que Moisés quien es el autor y editor de esos documentos habla como lo hace un historiador. Disfruta la expresión “juicios grandes”. Todo lo que Dios hace es grande, en amor y en justicia; pasma, aterra o conmueve y exalta, saca un ¡ay! (quejido) o una alabanza. La salvación es ¡tan grande! (como Cristo, como el pecado y más grande que el pecado y el corazón, como el juicio de Dios, como el cielo y el infierno, del tamaño de las dimensiones del amor divino) (He. 2:3).

6:9

“De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés a causa del desaliento y de la dura servidumbre”. Combate tus congojas y desalientos o pierdes la fe; la tristeza y la melancolía son más amigas de la incredulidad que de la fe. Y Satanás sopla sobre ellas para aumentarlas. Ahora no pensaré más en mis afanes porque no puedo acelerar mi pie, me sentaré con el ángel sobre la piedra de la tumba de Jesús y dejaré que el tiempo pase y amanezca. Si uno no puede hacer nada hay una cosa que sí puede hacer, orar por el incremento de su fe. Ya no orar por otras cosas sino por uno mismo, no esperar siquiera algo sino disfrutar a Dios.

6:12

“Pero Moisés habló delante del Señor, diciendo: He aquí, los hijos de Israel no me han escuchado; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de palabra?”. “No logro inculcarles fe; si yo fuera un buen orador los hubiera levantado en masa detrás de mí”. No es por nuestra oratoria, no es por nuestro estilo, es por el Espíritu de Dios; las palabras bonitas hacen oír pero no dan fe (Ecl.12:9). Llegaron a seguirlo, a veces a regañadientes, pero no por elocuencia en discursos sino por otras razones, la autoridad y el respaldo divino.

6:26

“Estos son Aarón y Moisés a quienes dijo el Señor: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos”. Esto lo dejó escrito el Espíritu Santo para que reconozcamos y admiremos a nuestros pastores como los judíos a estos dos libertadores y ministros para ellos.

6:28

“Y sucedió que el día que el Señor habló a Moisés en la tierra de Egipto”. Enfáticamente se subraya que él es Jehová; el eterno, el existente; no es un Dios más, es el que existe, nuestro y nosotros suyos. Y su existencia no depende de la deserción en masa que está ocurriendo detrás de la moda escéptica del actual secularismo. Ni de la ingratitud e incredulidad de Israel.

7:3

“Pero yo endureceré el corazón de faraón”. Endureceré es una forma de decir "se endurecerá" (4:21), pero también una forma de hablar de castigo, es una palabra vindicativa; toma responsabilidad por las consecuencias porque su palabra es la causa; él sabe que la insistencia lo empeorará. Se endurecerá con su razón, con su bondad, con su justicia; con el derecho, pidiéndole lo bueno. Es responsable y faraón es culpable. Dios no crea la dureza de su corazón ni su maldad. La diferencia la hace su bendición, su gracia, que acompañe a sus exigencias (Ro.9:17). Si leo la Biblia sin la gracia, la dudo, si algún texto me reprende me enojo; cuando estoy frente a la Palabra de Dios pudiera ser destruido por ella o edificado, vivir o morir, me mata como dijo el gran apóstol (Ro.7:9). 

7:4

“Y Faraón no os escuchará; entonces pondré mi mano sobre Egipto y sacaré de la tierra de Egipto a mis ejércitos, a mi pueblo los hijos de Israel, con grandes juicios”.  “No te preocupes por la oposición, eso es cosa mía, yo sé cómo vencerla”. Tu palabra es como martillo, derriba los muros de la incredulidad (Je.23:29). El pecado es poderoso pero no soberano; y si tiene alguna soberanía es temporal y jamás definitiva.

7:5

“Y sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando yo extienda mi mano sobre Egipto y saque de en medio de ellos a los hijos de Israel”. Un evangelio de juicio sobre Egipto, se les reveló con rostro enojado, en llama de fuego, vengativo y protector.

 

No te ofendas Timoteo ni tampoco tú Tito

7:7

“Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres cuando hablaron a Faraón”. Un par de ancianos; concentradas dentro de canas y arrugas, debilidad, la sabiduría y la fe. Fueron llamados a la hora de Dios, a la época de Dios cuando podrían hacer un trabajo muy superior al que hubieran hecho cuarenta años atrás. Uno crece y madura despacio. La fe y la santificación nos parecen que nunca crecen. La mejor regla que tenemos para medirlas es la vergüenza que nos traen las dudas tenidas y  los recuerdos de pecados cometidos. Cuando se trata de correr rápido y de ciencias modernas, los jóvenes sacan ventajas; cuando se necesita hablar del conocimiento de Dios, los ancianos los dejan a la zaga. Su eficiencia no se atrasó un día, una hora, ni un minuto. La ancianidad está más cerca del ser humano que la juventud. Con la gracia de Dios y el desgaste del hombre exterior el interior se va renovando hasta el conocimiento y la madurez plena (Col.3:10). No te ofendas Timoteo ni tampoco tú Tito: Jóvenes.

 

El diablo contra el programa de salvación

Ex. 7:9

“Cuando os hable Faraón, y diga: “Haced un milagro”, entonces dirás a Aarón: “Toma tu vara y échala delante de Faraón para que se convierta en serpiente”. Sí, faraón quiere verificar vuestras credenciales teológicas, quiere estar seguro que vuestra misión es teológica y no política. Era una teología política, una ciencia política. La salvación es también un movimiento político hacia fuera, un escape y redención.  Jesús también dio esos poderes a los apóstoles para cuando el pueblo pidiera sus credenciales. Aquí empieza la contienda de Moisés con faraón y sus escogidos hechiceros. Desde aquí en adelante tendrán lugar diez epidemias, o plagas, que arruinarán la economía y la moral de los egipcios. Cuando uno lee eso que una serpiente se traga a un grupo de enemigas, cuando lee el Nilo, o parte del Nilo convertido en sangre, y los hechiceros haciendo otra parte, y las plagas de ranas, y de mosquitos, y de pulgas, y de piojos, y de langostas, y de tinieblas, uno siente la impresión que lo que está leyendo es un relato de brujerías y hechicerías, cuentos de tinieblas y de espantos, de monstruos y de seres fabulosos que nacen y vienen desde el otro mundo, un mundo oscuro y surrealista. Se manejan las cosas del diablo sin pronunciar su nombre y que van acentuando la existencia de ese ser opositor y contrincante de la Deidad y de los propósitos divinos para los del mundo. Esas cosas existen en la revelación y cuando se sacan fuera de ella y se convierten en historia es con un propósito teológico para que se escudriñen los poderes del bien y del mal y se note la oposición que existe dentro del mundo angelical caído, a la liberación de los hijos de Dios y a su programa de salvación. El propósito de Dios no es precisamente histórico sino de revelación, y con eso en mente es como se deben leer estas plagas y la competencia entre Moisés y los hechiceros.

 

Copias falsas, trucos y espejismos

Ex. 7:11,12

“Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos”. Faraón diría: “Ya sé que vienes en nombre de Jehová, vuestra religión tiene méritos; pero la mía también; mis dioses pueden hacer lo mismo que vuestro Dios”.  La palabra encantamiento en hebreo significa quemar o encender un fuego. Y sugiere el uso de sacrificios, olores, humareda, algo oculto, como un ambiente creado para un show.  Hay opiniones a favor y en contra que el milagro hecho por esos hechiceros, Janes y Jambre (2Ti.3:8), haya sido real sino más bien un “milagro engañoso” o un truco como suelen hacer los magos modernos que dejan a uno con la boca abierta por el asombro.

Si lee los otros milagros son contados como si verdaderamente hayan ocurrido los mismos. Aunque pudieron ser copias bien hechas del original, pero falsas copias que necesitaban un ojo experto, un gran exégeta de la Escritura, y faraón no lo tenía, para descubrir la falsificación. Algunos dicen que los espíritus malos invocados por ellos trajeron serpientes y las soltaron allí. O alguno de los magos. Y que todo fue un engaño para convencer al faraón. La serpiente de Moisés vio las otras y se las comió. Nunca he visto un pleito entre serpientes, pero la de Moisés fue tranquilamente hacia ellas y se las fue comiendo. ¿No es eso raro?

La palabra significa comérselas, pero también dispersarlas, hacerlas huir y arrastrarlas, o destruirlas. O sea que según avanzó sobre aquellos espejismos como si fueran reales, todos se desvanecieron, como le pasa a las mentiras cuando una sola verdad cae sobre ellas. No hacen falta muchas viejas verdades teológicas para desbandar un grupo de recién aparecidas mentiras en este siglo. Son ilusiones, encantamientos y fascinaciones que sufre la gente moderna “ante cuyos ojos Jesucristo ha sido claramente presentado” (Ga.3:1) y dan créditos como si fueran realidades, y no son más que eso, fantásticas mentiras que se disuelven con el uso y no pueden resistir por mucho tiempo las enseñanzas de Moisés y de Jesús y sus apóstoles (Col.2:22).

 

La diferencia entre la Biblia y libros de otras religiones

Ex. 7:8-13

“Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos. Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho”.

Fue inútil la primera señal. Faraón pensó que la diferencia entre uno y otro era muy poca para pasarse de una religión para otra, ambas parecían tener una cantidad considerable de verdad y poder. ¿Hay poca diferencia entre la Biblia y los Vedas, entre Cristo y Baal? La diferencia era abismal, aunque externamente no se excedían. Estos eran poderes engañosos (2Te.2:6-12); la forma es la misma y la esencia no; el asunto más importante era saber de dónde venía el poder, del infierno o de la gloria, de la verdad o de la mentira.  

La autenticidad de un evangelio no se mide sólo por sus resultados sino también por su teología, la doctrina que está enseñando y recomendando, si es falsa o verdadera. La naturaleza del poder se conoce y explica preguntando: “¿Qué doctrina es esa que echa demonios?” (Mr.1:27). Y Jesús sabía muy bien a qué se refería. Si se buscan cambios externos los poderes parecen similares, las serpientes muy semejantes; quiero decir que, en forma, no hay desigualdad aparente entre un brujo egipcio y un profeta judío, un espiritista y un sacerdote, o entre la brujería y el evangelio. Hay que ser bien instruido y fiel a la Biblia para no ser engañados. Todos tienen sus poderes y hacen prosélitos, aunque la calidad y la procedencia de esos poderes varía mucho. La clase de doctrina ni el poder que forma personas es el mismo entre el Popol Vuj de los mayas, los Vedas indios, el Libro Mormón, y la Biblia judeocristiana. Esta última procede de Dios y las otras enseñanzas son del diablo que desde hace siglos como serpiente engaña a los Adán y Eva de este siglo.

Ex. 7:14

“El corazón de Faraón es terco; se niega a dejar ir al pueblo”. Se puede traducir también que es grueso y estúpido. Sigue aferrado a Satanás y éste no lo quiere dejar ir. No es el único, hay muchos que parecen estúpidas copias de él.

7:23

“Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto”. “No tengo por qué obedecer a un dios que es escasamente igual a los míos”. Jehová contra los diablos usa el mínimo de su poder. Siempre es humilde cuando vence. Pone la pelea casi pareja y siempre la gana.

 

Parecido entre un ángel de luz y uno caído

Ex. 7:15-25

“Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos”. El dios del Nilo, al cual le ofrecían cada año una muchacha y un joven para dar gracias por sus beneficios, fue atacado y contendió con Jehová, pero no hubo diferencia de poderes y ambos hicieron lo mismo. Faraón se endureció aún más porque no veía diferencia para cambiar de dios. Jehová no se le mostraba a faraón de modo excepcional; no daba menos pero tampoco más; el egipcio sigue espiritualmente estancado y se endurece.

El  milagro sobre el Nilo había sido temporal (v.25). Los magos duplicaron el milagro o como ya he dicho anteriormente hicieron copias falsas pero muy semejantes. Con las aguas, pienso, de los  nuevos pozos que cavaron. La intención del escritor es que inicialmente en la contienda, Jehová ni los dioses egipcios se llevaban ventaja, parecían iguales o casi iguales. Satanás, el que se viste de ángel de luz, fue hecho con poderes semejantes a su Creador. Cuando un pecador empieza a convertirse hay un balance de fuerzas, hasta que al fin Dios prevalece sobre sus falsos dioses. En la plaga de las ranas, común en el Nilo, se mira lo mismo, los magos duplican el milagro, o por lo menos robaron el milagro de Moisés y lo hicieron suyo, confundieron a faraón para que dudara quién lo había hecho o que ellos también lo habían hecho. Todas estas plagas egipcias son contiendas entre la verdad y la mentira y la poca diferencia, como entre las herejías y la ortodoxia, que identifica una de otra. Como entre un ángel de luz y uno caído.

8:8-15

“Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: Rogad al Señor para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo”.  Por primera vez la empedernida dureza de faraón parece mostrar una grieta y pide un favor a Dios; para aprovecharse de él, pero sin proponer un compromiso religioso, aunque de su boca hizo una promesa de obediencia (v.8). Sí, recibir algo de la gracia pero separado de ella, lo que pertenece a Cristo pero no a Cristo.

 

Sin oración y sin Dios

Ex. 8:9,10

“Dígnate decirme cuándo he de rogar por ti…y él respondió: Mañana”. “Oren por mí mañana; no hoy, no ahora porque todavía me quedan fuerzas para resistir a Jehová, tengo aún doce horas para oponerme, tengo con que resistir un tiempo más, soy fuerte, mi religión me ayudará. Tengo la esperanza que todo se resuelva sin oración, sin Dios”. No, resistió bien pero no hubo solución, obtuvo lo que quiso, recibió un beneficio y dijo: “No, lo que me da es mucho menos que lo que me pide”; así robó una bendición y se burló de Dios. “Si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestro corazón” (He.3:7,15; 4:7).

 

Mi religión es inferior pero no la dejo

Ex. 8:18

“Y los magos trataron de producir piojos con sus encantamientos, pero no pudieron”. “Piojos”, pulgas, mosquitos. Eso prueba que ellos no estaban "creando" culebras o ranas, sino que eran imitaciones bien hechas, plagas, falsas, milagros engañosos; serían ideas, sombras, fantasmas, espíritus perversos que adoptaron la forma de animales o ilusiones ópticas y engaños síquicos. Y ¿qué son las obras de los demonios sino ilusiones y sombras? El pecado es un engaño perfecto… por un tiempo, y se descubre por su contradicción. Hacer un mosquito es más fácil que una rana. Esto fue suficiente para que faraón los descubriera como mentirosos, pero no lo hizo porque no amaba la verdad para ser salvo y amaba la mentira (2Te.2:10). Pudo haberse dicho: “No lo pudimos hacer esta vez pero lo haremos la otra”, y se endureció. “Estoy perdiendo, mi religión es inferior pero la retendré, he sido formado dentro de ella y tiene que ser válida, he estado gobernando con ella y mi pueblo me adora como un dios; aunque no sea útil ahora, y me digan que es inferior o mentira, con todo la voy a retener” (v.19). “Dedo de Dios es éste”, como un lamento o una excusa. Esta frase se usa con diferente aplicación en 31:18; Dt.19:10; Lc.11:20; y en plural en Sal.8:3. Dios no cree en la disposición natural del corazón humano para que éste le busque.

8:20-24

“Mas en aquel día yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora mi pueblo, para que no haya allí enjambres de insectos”. No se dice que en otras plagas los israelitas estuvieran excluidos, posiblemente sí, pero faraón no parece haberse dado por enterado; ahora se le llama la atención para que se compare y diga: “ellos son protegidos y yo no, hallaron gracia especial y yo no, están preservados y yo expuesto a todo”. “…redención” en el v.23 significa también “distinción, separación, liberación”. Faraón no quería incluir a Jehová en el número de sus dioses, hacerlo suyo y ni siquiera obedecerle un poco. Era persistentemente rebelde. Señor que las gracias que usas con otros me atraigan a ti.

 

Ve más lejos de donde el diablo te deje

Ex. 8:25-32

“Y Faraón dijo: Os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificio al Señor vuestro Dios en el desierto, sólo que no vayáis muy lejos”.

Lea esto con el capítulo diez donde el Faraón accede a dejarlos ir pero no a todos ni con todo. Pero ni una uña se quedó. La salvación fue completa. Al fin accedió dejarlos ir pero les permitió no ir más lejos de dónde él quería (v.28); hasta un punto no fuera de sus dominios, donde él aún pudiera ejercer su jurisdicción y tuviera la misma autoridad de siempre sobre ellos, hasta un lugar donde los pudiera alcanzar, que no le ganaran tantas ventajas que los perdiera de vista, sobre todo hasta donde ellos mismos, por cualquier razón, pudieran retroceder sin encontrar ninguna dificultad en desandar lo andado, deshacer lo hecho, romper lo edificado, olvidar lo aprendido, descreer y poner en dudas lo creído, caer de nuevo en sus brazos, hasta donde ellos pudieran volver a su punto inicial de partida, por supuesto, para nunca más dejarlos ir.

Satanás, si no le queda más remedio, por tu insistencia en adorar a Dios, en cambiar de vida, en usar sus promesas, accede dejarte ir, con tal que no cambies tanto que sea imposible luego recuperarte para sí mismo, accede a que hagas cambios pero no a que cambies completo, que endereces algunas cosas torcidas pero no que las replantees y las pongas derechas todas, que dejes algunas cosas sin tocarlas, que retengas algunas formas de vivir, que no te deshagas de algunos pecados donde él pueda poner su pie en tu vida.

Aunque uno no se halle fuera del alcance de Satanás nunca, sí debe aprender a ir lo más lejos que puedas para colocarte fuera del alcance de su mano, lo más santo que puedas, lo más celoso, lo más apartado del mal, lo más creyente, lo menos incrédulo, odiar menos, guardar menos rencor, amar más, tener más esperanza, una fe más sólida, leer más la Biblia, orar más tiempo, con más intensidad y frecuencia, alabarle más, servir mejor en las responsabilidades que tienes en tus manos. Transformándote más y más conforme a la imagen del glorioso Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo. ¿No ves que si no lo haces podría cautivarte de nuevo? No te pones fuera de su alcance y de sus dominios sino hasta que cruces el mar Rojo, es decir, con el nuevo nacimiento, con la regeneración del Espíritu, más allá de las ceremonias, ritos, de la religión, de la disciplina y formas de culto. Camina en la fe hasta donde te sea imposible retroceder, lo más lejos que el diablo, el Faraón te den permiso, si es que no le queda otro remedio, pero jamás regreses a tu punto inicial de partida. Ve tan lejos como Dios quiera y como tu pueblo lo necesite.

8:29 

“Pero que Faraón no vuelva a obrar con engaño”. Es decir que no falte más.

9:4

“Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto, y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel”.  Las propiedades de ellos no serán dañadas como las vuestras aunque estén en la misma región, coman el mismo pasto y beban las mismas aguas (Ge.47:6). Faraón aún no creía la palabra de Dios y no le reconocía tanto poder (v.7). Dios le extiende la duración a nuestra propiedad. Y si oramos por ellas con acción de gracias, las cuida. Ellas están sanas mientras Dios lo desee.

9:5

“Y el Señor fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el Señor hará esto en la tierra”. Dios fija un plazo, actúa tú antes que se acabe, ora y cree antes que expire. Y eso para que no pensaran que vendría por causas naturales.

9:9

“Sarpullido con úlceras”. Furúnculos o tumores. Quemaduras e inflamación. Iba cayendo sobre ellos como si fuera nieve.

9:11

“Y los magos no podían estar delante de Moisés a causa de los furúnculos, pues los furúnculos estaban tanto en los magos como en todos los egipcios”. Tumores. Esto era también para desacreditarlos, para que el pueblo y faraón los vieran humillados y se deshicieran de ellos. Nada, Señor, hace al hombre creyente, excepto tus misericordias.

9:14-16

“Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra”. Es lo que te he dicho, Dios escogió su hombre y a Egipto, nido del politeísmo, mitos, leyendas y supersticiones, para mostrar que nadie más controla el mundo. Si los demás países aprendieran de la historia de los otros, leyendo la historia de los hebreos adorarían un solo Dios (v.29). El propósito principal con faraón es que las maravillas obradas por su culpa fueran sabidas en el mundo entero, popularizarse; no nació para ser endurecido sino para ser motivo de la gloria de Dios. Lo principal es que lo dejaron sin misericordia y por eso se endureció. Señor, gracias por tu misericordia (Ro.9:17).

9:17

“Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos ir”. Esa pregunta apunta a que faraón es el responsable y no Dios. Podría decir: "no puedo ablandar mi corazón, se propicio a mí"; pero no lo hizo, trató de hacer "promesas de cambio" y  no logró nada. Si se hubiera arrodillado, impotente, pidiendo misericordia la hubiera obtenido.

9:19-21

“El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de la palabra del Señor, hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus casas”. Me asombro al ver la misericordia y misterio de la fe; aquellos a quienes no les aconsejaron nada, a quienes no fue dirigida la palabra de Dios pero la oyeron, la temieron y les aprovechó más que a Faraón. Los que no preguntaban por Dios fueron hallados. La gracia es soberana. La palabra de Dios no vuelve vacía, aunque venga de rebote hace bien (Isa.55:10,11; Ecl.11:1). Y todo eso sin discutir si  la fe de ellos era auténtica o simple pánico. Si tuvieron temor de la palabra del Señor es que creyeron. Y como creyeron obraron.

 

No te emociones, no está convertido a Cristo

Ex. 9:27

“Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo: Esta vez he pecado; el Señor es el justo, y yo y mi pueblo somos los impíos”. Cualquiera se hubiera emocionado pensando que faraón estaba cerca del reino los cielos. "He pecado"; eso lo dijo también Saúl (1Sa.15:24) y Judas (Mt.27:4), y lo dijo el hijo pródigo (Lc.15:18); y Faraón añadió "oren por mí"; y en eso tampoco se puede confiar porque lo mismo dijo Simón (Hch.8:24)

Oh Señor ¡qué fácil un pecador se puede engañar y engañar a los siervos de Dios! Tú sabes que aún es “todavía”; la iglesia está jubilosa y da gracias por su conversión pero tú sabes que todavía no se ha convertido y quizás ni algún día se convierta. Dice que ha pecado y también su pueblo y es cierto, pero porque siente los rayos sobre el techo de su casa y los relámpagos pegándoles en las ventanas y teme por su vida. Se halla en peligro.

Es una ingenuidad preguntarle a una persona si cree que es pecadora, y si responde que sí, creer que con eso ya se siente culpable e indigno, que odia el pecado y que se va a separar de él, y eso cuando piensa que se va a morir. Hay que esperar cómo actúa después de la confesión (v.34), si tiene tiempo y no se está muriendo. No te emociones, no están convertidos, faraón volverá a sus andadas, Saúl y Judas se suicidarán, y al hijo pródigo nadie le preguntó si era pecador, él solito se lo dijo a Dios.

9:31,32

“(Y el lino y la cebada fueron destruidos, pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba en flor; pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, por ser tardíos)”. Se salvan del juicio de Dios porque no habían madurado aún; es de las pocas cosas en la Escritura que apareciendo tarde les fueron favorable.

Ex. 9:34,35

“Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció su corazón, tanto él como sus siervos”. Nota  la diferencia con los otros textos donde se dice que Jehová lo endureció; aquí no es Dios sino él mismo. Cuando Jehová predice una situación ésta ocurre, y si ocurre, se atribuye a sí mismo el suceso (vv.12,27).

10:1,2

“Y para que cuentes a tu hijo y a tu nieto, cómo me he engrandecido entre los egipcios, y cómo he mostrado mis señales entre ellos, y para que sepáis que yo soy el Señor”. Son señales de fe, revelaciones para que conozcan y adoren a Jehová. Encárguense que se convenzan que quien se endurece contra Dios le va mal. Dios tiene que ser admirado por los que creen, y los hijos son los primeros (2Te.1:10). Oh padres, cuéntenles a sus hijos las maravillas de Dios; son obras que sobrepasan toda imaginación, historias como cuentos sacados de la fantasía, y los oirán con sus bocas abiertas y encantados, y aplaudirán y se sentirán bienaventurados de ser parte del pueblo de Jehová. Dios las hizo para ellos y para los que son como ellos (Mt.11:25; 19:14; 21:14-16; 18:1-4). Abuelos, cuenten a sus nietos lo bueno que ha sido Dios con ustedes.

10:3

“¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí?”.  ¿Hasta cuándo…no querrás humillarte? Te he hecho bastante daño, ¿no te basta? ¿Quieres más? ¿No te conformas con lo mal que te va? Di que yo te endurecí pero tú sabes que has sido tú, di que mi palabra te endureció, que los sermones de Moisés te han puesto peor, pero te han dado la oportunidad de salvación; lo que has hecho con mi Palabra te acusa, tus siervos que son menores que tú han creído pero tú no, combates conmigo pero no me pides piedad.

10:7

“Y los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina? Deja ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios. ¿No te das cuenta de que Egipto está destruido?”.  Los buenos consejos no le faltaron pero también son palabras que cayeron en el vacío.  Se puede traducir, “un  lazo…”, es decir “un hocico, un anzuelo, una trampa”. Este hombre nos está llevando al abismo.

10:9

“Con nuestros viejos”; no dejaremos los ancianos atrás, ellos irán con nosotros, vivan mucho o poco, si no pueden caminar los transportaremos porque amamos a nuestros padres ya  envejecidos y a nuestros abuelos, todos formamos una familia. Y nos harán falta por la experiencia que tienen y nos aconsejarán en el servicio a Dios. Si no dejamos el ganado ¿valen los ancianos menos? ¡Qué humanidad, benditos sean!

Ex. 10:10

“Tenéis malas intenciones”, es la idea, y es verdad y lógico que pensara así, pero el texto es más una amenaza. No menciona a los ancianos.

10:16-20

“Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón, y dijo: He pecado contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros”. No confíes en un arrepentimiento que provoquen las circunstancias y no la palabra de Dios, sus efectos son transitorios y la persona no cambia. Mira qué maravilla, no quedó ni una sola langosta en Egipto y todas fueron echadas en el Mar Rojo.

 

Sea un meteorito, un relámpago o un trueno

Ex. 10:18,19

"Y Moisés salió de la presencia de faraón y oró a Jehová, y Jehová cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las angostas y las arrojó al mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto". No dice que el Señor le dio la orden directa a cada una de las langostas que devoraban todo lo verde de Egipto sino que hizo que soplara un viento muy fuerte y se las llevara y no dejara una sola. Siempre que Dios quiere usa medios naturales para hacer lo que desea sin tener que utilizar su palabra de forma especial y directa; así pues ante todo cuando ocurre algún fenómeno atmosférico debemos señalar a Dios como el autor del cambio del clima, sea un meteorito que cae en Rusia, un relámpago o un súbito tornado, un huracán que se origine en regiones donde ellos campean por sus respetos. Lejos sea de nosotros volvernos supersticiosos y excluir en nuestro parecer sobre hechos determinados, las leyes establecidas por Dios en la creación y que según la voluntad de Cristo que las sostiene ejecutan los deseos divinos, o sea su Palabra se encuentra generando tal y más cual ley sin que haya un pronunciamiento verbal de la palabra de Dios. Dios quiso no dejar sobre Egipto una langosta y logró su cometido de la forma conocida por todos, un gran viento providencial, que sopla “de donde quiere”, o mejor dicho, de donde quiere Dios. También los “aire de libertad” son los que se respiran después de una dolorosa tiranía.

 

No necesitaban del sol

Ex. 10:21-23

“No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas”. Es lo que he venido comentando, que esa excepción en el pueblo de Israel que tenían luz entre tanto sus vecinos estaban apagados, grita el pasaje con más fuerza una revelación teológica, que un procedimiento atmosférico e histórico; el deseo de Dios va más allá de un gran eclipse solar o de nubarrones que se interpongan, sino para mostrar el excepcional privilegio que tiene Israel y la iglesia cristiana con poseer, almacenada en su Libro Santo, la Biblia, la luz del conocimiento en sus páginas, y por eso bienaventurados son nuestros ojos porque ven (Mt.13:16).

Es decir las tinieblas se sentían. Hay otras tinieblas. Las tinieblas de ignorancia se pueden palpar en la vida de los que andan en tinieblas; pero así palpando puedes hallar a Dios (Hch.17:27); y palpando encontrar a Cristo (1Jn.1:1). Sea una tormenta de arena o un eclipse, cualquiera cosa, fue Dios quien la envió. Y este tiempo es “la hora de las tinieblas” y los que “andan en tinieblas” serán “echados en las tinieblas de afuera”; pero “no habrá siempre oscuridad para la está ahora en angustia”. Dios radiando para aquellas familias en cada casa. La gloria de Dios en cada casa. Oh Dios bendícenos en estos últimos tiempos. Señor bendice nuestras familias en esta hora de la potestad de las tinieblas. La gloria de Cristo brillaba en cada casa, no necesitaban del sol si Dios es el sol y Cristo su lumbrera (Apc.21:23).

10:24-26

"Entonces faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: id, servid a Jehová solamente que queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. Y Moisés respondió: tú también nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehová nuestro Dios. Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá". Y no quedó ni una pezuña, todos los llamados salieron, y el pueblo en masa, salvándose, salió detrás de su vigoroso líder, que conversaba con Dios y lo tenía en todas sus maneras y hasta le brillaba en la cara.

11:2

“Di ahora al pueblo que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina objetos de plata y objetos de oro”. Para adorar a Dios (12:35; Num.7:1). Para ilustrar las riquezas que acompañaban a la salvación. La aceptación por Dios significa un enriquecimiento inmediato. No de joyas y dinero.

11:5,6

“Y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; también todo primogénito del ganado”. Lo que Dios no había querido hacer hasta ese momento: tocar las familias egipcias. Nuestro Dios es muy piadoso y las más de las veces sólo se abstiene de intervenir y la familia queda a merced de sus devaneos y al garete; y es cuestión de unos años que después de muchísimos errores vayan desapareciendo de la historia como si nunca hubieran vivido.

 

La lengua de los perros

Ex. 11:7

“Pero a ninguno de los hijos de Israel ni siquiera un perro le ladrará, ni a hombre ni a animal, para que entendáis cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel”.  O sea, no les ladró ningún perro en los pies, ni el más ligero daño; estamos protegidos y seguros. Si se toma literalmente es una maravilla que seiscientos mil hombres, además de las mujeres y los niños, y el ganado, moviéndose en la noche y pasando por lugares donde había perros, que ninguno de ellos le saliera al paso y les ladrara. Si alguien no cree en el control que tiene Dios sobre toda la creación, incluyendo la lengua de los perros, leyendo esto, ya no hay nada que hacer con él. No hay condenación para los que están en Cristo (12:22). La lengua que controla el diablo y no Dios es la chismosa (Sgo.3); bien llamada lengua viperina, “llena de veneno mortal”. Esas lenguas engañosas no hacen falta en la iglesia (Sal.120:3). El ser chismoso se aprende (1 Ti.5:13), Israel comprendió, o debió comprender los privilegios que tenía como nación, y que era un pueblo peculiar y distinto. Y que todo el que confiese con su lengua que Jesús es el Señor, será salvo (Flp. 2:11; Mt. 10:32). En fin, para no aburrirlos, es más difícil de controlar la lengua de la gente cuando oyen algo y comienzan a ladrar, que la lengua de los perros.

12:2

“Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros”. Abib o Nisán. Por eso el primer día la semana es el domingo porque Cristo resucitó; y por eso nuestro calendario comienza con el nacimiento de Cristo. Salieron en un calendario. Pero mejor hubiera sido que el comienzo del año en nuestra cultura de salvación comenzara en Marzo-Abril (Abib), en primavera, cuando ocurrió la muerte y resurrección de nuestro Señor, no su nacimiento.

12:4

“Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero”. Cristo alcanza para todas las familias del mundo. ¡Qué bonito fue compartir generosamente la comida con el vecino de al lado, o con el de enfrente de la casa! Dice Josefo que la cantidad de comensales no debía ser menos de diez y nunca una sola persona. Y muy bonito es compartir a Cristo y decirle: “Ven, come conmigo este maná excepcional, comamos juntos y cenemos la carne y la sangre del Hijo de Dios, o sea sus enseñanzas, su obra en la cruz”. E invitarlos a un estudio de la Palabra de Dios. Cristo es un pan que se multiplica, y la merienda de un niño podría nutrir miles.

12:7

“Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman”. La sangre es la señal de protección contra la ira divina, y como la sangre y particularmente la pascua es el centro de la religión judía, así la cruz y la sangre de Cristo es el centro del cristianismo. La condenación y muerte pasa sobre mí, vuela sobre mi casa pero no la toca porque desde la puerta hacia dentro todo está protegido por la sangre que se mira afuera en sus dinteles. ¿Dónde está oh muerte tu aguijón?

 

Tomo la santa cena con hierbas amargas

Ex. 12:8 Lv. 25:

“Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas”.  Dios les ordena asar la carne cuando la costumbre de ellos era hervirla en agua. La costumbre de los egipcios era comérsela cruda en honor de Osiris. Sobre los panes sin levadura tomo la explicación más sencilla que era por la prisa y no había tiempo para esperar que la levadura fermentara la masa. También la levadura es un tipo de la corrupción, especialmente de la hipocresía (1Co.5:6-8). No obstante ese asado significa los lentos sufrimientos de ellos y del Mesías que poco a poco fue consumido por los pecadores. Las hierbas amargas, lo mismo las amarguras de ellos sufridas en Egipto por tan largo tiempo, y del Cristo. Se come a Cristo con hierbas amargas, con arrepentimiento. Confesar nuestros pecados y admitirlos es como si nos tragáramos la responsabilidad de nuestros malos hechos. Y debe ser comido en el calor del Espíritu Santo, "asado"; ¿de qué te sirve comerlo crudo, es decir sin el Espíritu? Los primeros discípulos comieron la pascua y tomaron la cena con amargura. Muy pocas veces penetramos dentro de la amargura del Calvario cuando comemos el pan y tomamos el vino. Debiera ser  más solemne y menos festiva, porque aunque la alegría de la resurrección haga olvidar la tristeza de la crucifixión y el entierro del Maestro, aquellos momentos de ira, abandono, justificación y redención son los de la salvación. El propósito de la ordenanza tiene que hacernos revivir esos sentimientos de amor y la promoción en nuestros corazones de la eterna gratitud. Cristo es nuestra pascua (1Co.5:7,8), que se come con reverencia y sin distracción como suele suceder donde los elementos son tenidos simplemente conmemorativos.

12:10

“Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego”. Debía ser quemado el sobrante y no comerlo “indignamente’’ fuera de la fecha y como alimento común “sin discernir el cuerpo de Cristo”, el Cordero Pascual. Es la misma ley que se aplica a los huesos y las coyunturas. No debían comerse. Si deja para el otro día podría corromperse y heder y ¿qué pensarían los que comieron lo que era sagrado y ahora huele mal?

 

Come y huye

Ex. 12:11

“Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del Señor”. Se comenta que los judíos en Egipto, tan pobres y esclavos, no usaban calzado pero que ahora sí los tendrían que usar por el desierto. Es costumbre oriental dejar el calzado al entrar en la casa porque es más cómodo cruzar las piernas en el suelo sin ellos y para no ensuciar la alfombra. Ellos no usan sillas   ni mesas para comer sino una manta y sobre ella los alimentos. Debían apurarse porque el ángel de la muerte se acercaba. El cayado sirve tanto como una vara de descanso como un arma de defensa. No es una fiesta únicamente familiar sino religiosa, sin recreación; la carne no es para complacer los gustos sino como símbolo espiritual. Listos para dejar a Egipto. ¿Cómo comerás de Cristo y permanecerás en cautiverio?  Come y huye. La salvación tiene un límite y si después que ha sido oída y gustada y no se huye del pecado de nada aprovecha la Pascua (Ga.5:2). "Huye de la ira venidera", que quizás eso simboliza la prisa que se daban en fugarse de Egipto. “De Egipto llamé a mi Hijo”. Israel o Jesús (Ose.11:1; Mt.2:15).

12:12

“Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor”. Lo que ya ha hecho; aquellas plagas servían para poner a Jehová por sobre todos los dioses, declararlo como único, revelar el monoteísmo. Como ya he dicho, fue una guerra teológica. Pero dolorosa porque incluía niños y gente que fue arrastrada a esa guerra religiosa por Faraón contra Jehová. Y las guerras dejan víctimas inocentes. Es el mismo proceder de “Jehová de los ejércitos” en la guerra de conquista en Canaán.

12:13

“Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto”.  Del mismo modo por la sangre de Cristo escapamos del juicio de Dios (Ro.8:1). Él mira la sangre de nuestra justificación y nos perdona. Es lo único que Dios mira para que no muramos. Sin su sangre no hay remisión de pecados (He.9:14,22).

12:27

“Vosotros diréis: "Es un sacrificio de la Pascua al Señor, el cual pasó de largo las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Y el pueblo se postró y adoró”.  Si supieras el futuro que tendrías con las promesas de Dios te postrarías en adoración. Está bonito y solemne que se hayan postrado.

 

Jehová contra políticos paganos y hechiceros impostores

Ex. 12:30

“Y se levantó aquella noche Faraón, no había hogar donde no hubiera alguien muerto”. Sintió al hijo quejarse en su habitación, dolor de cabeza, de pecho, falta de aire, fiebre, convulsiones, vómitos... ¡Dios mío, quién sabe cómo! Es espantoso imaginarlo ¡cuánto más vivirlo! Me siento incapaz de medir la justicia de Dios. Un terrible golpe a la familia y a la teología de aquel hombre divinizado. ¿Por qué no mató al culpable de todo? ¿No era Faraón el único responsable? La justicia y sabiduría humana lo hubiera quitado a él de en medio, pero no a los niños, incluyendo el suyo. Pero Ramsés II, si ese fue su nombre, siguió viviendo y viendo las obras de Dios hasta ahogarse con su ejército en el Mar Rojo. Todo aquello pasó, estimo, por la gloria de Dios. Le había dicho a ese monarca que mostraría en la dureza de su corazón, en su obstinación, que revelaría su gloria y su poder (9:16). La oposición de estos políticos paganos haría que Dios les enseñara que era el único y no había otro, y sus hechiceros unos impostores. En toda la tierra sería anunciado el Nombre de Dios y se oiría y miraría la gloria de su poder. Jehová se revelaba a Egipto por medio de la gloria de su justicia y que sólo el Dios de los judíos era válido, los otros mitos y leyendas, mentiras. Dios no sólo castigaba a la nación que era igualmente idólatra, sino que se complacía en la humillación de la iglesia. Los enseñaba con muy duros castigos y les destruía a golpes la religión. En segundo lugar. para bien del pueblo de Dios que pronto habría de irse con todos los tesoros de los egipcios y les haría sentirse como únicos y privilegiados. Ellos también estaban conociendo al Dios de sus padres. Y que era mejor tenerlo a favor que en contra. Y como ya mencioné, para lección del pueblo egipcio de modo que no pocos de ellos se volvieron adoradores de Jehová y marcharon con los israelitas, motivados más por el miedo y la admiración que por fe. De todos modos Dios no quería darles muerte a todos. Mató al primogénito para que se dieran cuenta que como familia y pueblo no tendrían buen futuro. Un horrible modo de evangelizarlos, doblegándolos.

 

La economía mejoraría si consiguieran un político como José

Ex. 12:32

“Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacadas, como habéis dicho, e idos, y bendecidme también a mí”. De faraón su primogénito muerto. Su familia inconsolable. Sus propiedades arruinadas. Su honor derrumbado. Su religión desacreditada y sus pastores, quiero decir Janes y Jambre, desprestigiados y culpables por haberlos fortalecido con y en una teología errónea. ¿Qué es lo único que le queda que considere importante? ¿Su trabajo? No. Su vida. Y para ella es que pide oración como un Talmud dice, o su bendición. Y ¿a quién le pide la bendición? A Moisés y Aarón. Pero estos dos tienen otro Dios y no el suyo. Un Dios enemigo de su religión, y el mismo Dios que le ha quitado todo, que lo ha arruinado, contra quien se ha endurecido. Y no se la negaron. Los dos venerables ancianos se postraron sobre sus rodillas y pidieron a Jehová que le prolongara la vida. Y Dios lo hizo y el Faraón continuó vivo con esa única bendición, no ser tocado por la muerte en ese momento. Quizás pienses: "Me queda poca vida, lo que he perdido es irrecuperable, nadie me puede resucitar a mi primogénito, estoy desacreditado religiosamente, mis pastores me engañaron y sus milagros fueron mentirosos, mi Egipto está arruinado económicamente y tengo que declararme en bancarrota, la vida no puede rebobinarse, es tarde para aspirar a una bendición de Dios”.  Es cierto que nadie puede devolverte un hijo muerto, pero sí un hijo perdido en vicios. Es cierto que tu religión está desacreditada en tu experiencia, pero bien que lo esté, era mentira y tus pastores, quiero decir tus hechiceros eran unos duplicadores farsantes. Pero la teología que venció la tuya se te ofrece como única verdad. El Dios que tenías como enemigo tiene amigos que son de él y tú tienes acceso a ellos y pedirles que pidan para ti una bendición. Lo único que tienes es que pedirle algo más que la vida. Cosa que Faraón no hizo, sino también que te dé un corazón nuevo y quite de ti el de piedra. Faraón no sólo estaba arruinado económicamente, sino que por culpa suya su país estaba arruinado. Eso también Dios lo puede componer, si consiguen un hombre de Dios como José, entonces volverán a ser económicamente como fueron. La bendición tendría que ser del tamaño de un nuevo hombre.

 

No más pan de ángeles ni sermones bíblicos y exegéticos

Ex. 12:38

“Subió también con ellos una multitud mixta, juntamente con ovejas y vacadas, una gran cantidad de ganado”. Mire como la iglesia le da la bienvenida a esa multitud mixta. Gente que por motivos políticos se quería marchar, o amigos de ellos que deseaban acompañarlos, o personas maravilladas por la obra de Dios y la bendición que Israel había tenido. Ocasionarían problemas (Num.11:4,5).

Israel les dio la bienvenida porque, aunque eran egipcios y de otras naciones, sentían afectos por ellos y sería un placer si los acompañaban y estarían dispuestos a compartir con ellos todo lo que recibieran. Que ellos cruzaran el rojo mar de la salvación, que ayudaran en la construcción del tabernáculo de Dios. Compartirían con ellos todo lo que Jehová les diera incluyendo la sombra de la nube en el día y la luz de la columna de fuego en la noche. Y el maná.  Que bebieran del agua de la roca porque el manantial era suficiente y comieran del maná de ellos porque era tanto que mucho de ese pan de ángeles sobre el suelo se quedaba.

Aquellas multitudes que han computado como más de doscientos mil, mezcladas con los hijos de Dios, de lo primero que se mostraron inconformes no fue con las tiendas donde vivían ni con la falta de aire acondicionado sino con el maná, con la comida de Dios que es un símbolo de su Palabra y deseaban de todas maneras suplantarlo con algo más atrayente, sensual, del gusto de la época que estaban viviendo, alguna mercancía moderna, menos del otro mundo y más de éste, que complaciera a todos y los dejara conformes. Si eso se hacía no dejarían a Israel, porque encontrarían allí lo mismo que en Egipto o en el territorio de los filisteos. Fue de ese pan nutritivo que dijeron que se hallaban aburridos, que los tiempos habían cambiado y había que cambiar con los tiempos o perecer. Y murmuraban entre las tiendas de Jacob que una cebolla o una cabeza de ajo de Egipto era mejor que un plato de aquella celestial cosa que sabía a gracia.

E Israel, engañado, les empezó a hacer caso y complaciente les molía el maná en molino, se los majaba en morteros, le quitaba la sazón y la sal de la gracia, le echaba bastante agua para que se pudiera tragar fácil como una sopa sin masticarlo con las mandíbulas de la razón, es decir por los conductos de las emociones. Y sobre todo les servían poquito, unos quince minutos y se rellenaba con testimonios, aplausos, aleluyas, amenes y musiquillas, el tiempo de la cena. En cada cuadra se hacía una fiesta y se repartían, en vez del buen maná, perros calientes. Y si observé bien, unas tortillas finísimas de heno y hojarasca que llamaban tratados.

Y definitivamente los sermones bíblicos, expositivos y dulcemente exegéticos pasaron a la historia. Entonces todos, la multitud no convertida y el Israel de Dios seducidos por ellos estaban complacidos con la emigración de codornices traídas por los aires de aquellos tiempos, que soplaron al revés de los que habían dividido el Mar Rojo, y nuevos olores salían de las tiendas de Gersón, Coat y Merari, los sacerdotes de Israel, que no era el olor del conocimiento de vida de Cristo. Ellos indagaban sobre lo que al pueblo les gustaba, las necesidades que tenían y buscaban en el Libro de Recetas para cocinarles lo que pedían. Y pasó lo que era obvio, como ya no había pan de ángeles en los púlpitos de Jacob (Sal. 78:25) y ninguno anhelaba mirarlo (1 Pe. 1:12), se fueron todos, sólo se quedó distante Jehová airado observándolos con las modernas carnes entre los dientes. Los vecinos judíos quisieron actualizar a su criterio, y compartir la salvación como si hubieran podido distribuirla por su cuenta, como si las promesas, la fe, el arrepentimiento, la justificación y los perdones fueran de ellos y no de SOY EL QUE SOY. Tenían buenas intenciones, pero estaban equivocados.

 

La cena o eucaristía es para los cristianos

Ex. 12:43,44

“Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la Pascua: ningún extranjero comerá de ella”.  Llamo eucaristía no a la misa católica que enseña la transustanciación, sino a la comunión evangélica. Sin embargo, ella, la cena digo, no es propiedad de una denominación sino de todos los cristianos. Quiero decir que tienen derecho a participar sin distinción de etiquetas de grupos eclesiásticos, llámense bautista o tenga otro nombre.

El texto me hace pensar en la muerte de Cristo por la iglesia, “la amó y se entregó a sí mismo por ella” (Efe.5:25). En realidad, es ofrecido al mundo entero y solamente “los circuncidados” de corazón, los que han echado afuera el prepucio “del cuerpo del pecaminoso y carnal” son aceptados legítimamente a participar de los beneficios de su muerte (Col.2:11,12). No que el bautismo te de ese derecho, sino el nuevo nacimiento. No debe la forma del bautismo, y por ende mucho de las distinciones cristianas, limitar el acceso a la cena del Señor sino la conversión y la santificación. Es discriminación o abuso excluir a otro evangélico porque es de otro grupo cuando básicamente creen y adoran lo mismo. La santa Cena es “del Señor”, no nuestra, y el requisito único para no compartirla lo ha dispuesto él, el nuevo nacimiento como hijo de la promesa, no un “extraño y enemigo”. Extraño se debiera traducir “alienado”, uno separado y que no tiene comunión con el pueblo de Dios. ¿Y cómo saber si alguien es convertido o no? Sólo Dios lo sabe, y la conciencia. Así que ella es la que hace la decisión. Por supuesto que un hereje o idólatra, que no entrará al reino no debe tomarla (1Co.5:11; Efe.5:5; 1Jn.5:21; 2Jn.1:10). 

 

Si los ángeles sonrieran, sonrieron por ti

13:3,8  

"Acordaos de este día en que salisteis de Egipto, de la casa de esclavitud, pues el Señor os ha sacado de este lugar con mano poderosa. Y lo harás saber a tu hijo en aquel día diciendo: Esto es con motivo de lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto". 

Se refiere a la Pascua judía con todas sus ceremonias y organización para que la festividad y el ritual se hicieran perpetuos, sin modificación alguna y las enseñanzas sobre la gran liberación, sobre el día de salvación, el día de la redención, del cumplimiento de la Palabra del Señor, no se olvidará jamás y se festejará antes que el cumpleaños de cualquiera de ellos, que no hay indicación en la Ley para que eso se haga. Tampoco para que no se haga. El día de nuestra salvación y de nuestro nuevo nacimiento, de nuestro arrepentimiento para vida, y de la fe que nos justifica, es un día memorable que hay que recordar, el día en que Jesús murió por nuestros pecados y lo aceptamos como nuestro sustituto, como el Cordero de Dios que nos quita el pecado, que carga con todos nuestros pecados. Incluido está el día de nuestra profesión de fe en el bautismo. El día de nuestro arrepentimiento y de nuestra fe es el día en que Dios alzó su mano de forma poderosa y la puso sobre nosotros, por medio de su Santo Espíritu. Cosas como esas que pertenecen al mundo espiritual, son las que frecuentemente deben formar parte de la conversación doméstica, y el hijo y la hija, escucharlas para que haya con la bendición de Dios una transmisión de fe y de gratitud hacia el Señor. Sin amarguras, por supuesto, pero siempre debemos recordar el trabajo de la gracia en aquellos tiempos cuando vivíamos bajo la esclavitud egipcia del pecado. Y sonreír.

Israel no le pidió permiso a nadie

Ex. 13:11

"Cuando Jehová te lleve a la tierra del cananeo, como te juró a ti a tus padres, y te la de". Así queda más bonito, "cuando te la de" en vez de "cuando te la hubiera dado", que suena más dispersa la promesa. El Señor no consultó a los cananeos. No le pidió que de buena voluntad los filisteos, amorreos, jebuseos, heteos, que se hallaban un poco más distantes, y otros, recogieran sus tiendas, maletas, y ganados y se marcharan. Los israelitas no les dijeron, “favor ¿quieren desalojar el lugar que Jehová nos lo dio?”,  ni firmó algún acuerdo con ellos para que con similares derechos se dividieran el terreno, en base a un tratado étnico o político, y así se quedaran tranquilos como buenos vecinos, sino que cuando le prometió a Israel ese territorio le dijo que lo conquistara sin tener en cuenta la opinión y voluntad, la tradición, el derecho de propiedad de siglos de estos habitantes, ni la pésima opinión que los vecinos se harían de ellos como violadores de los derechos internacionales, de las fronteras individuales; por decreto divino ese territorio le pertenecería, lo cual es una máxima teológica, porque el dueño de toda esa tierra por un tiempo le permitió a aquellos extranjeros que la ocuparan hasta que el plan de la salvación arribara al mundo y se estableciera este pueblo con sus fronteras en ese lugar. Por supuesto que un argumento así ningún concilio de países le hubieran echado siquiera un vistazo ni conseguido un minuto de atención. Dios le dijo esto es tuyo, sin pedir permiso a nadie, y no te preocupes de atraer la simpatía y el consentimiento de los que ahora son sus ocupantes. Por supuesto que el odio de los cananeos lo tendrían y con razón política suficiente para ganar el voto de la unión de naciones, y con razón humana, pero sin derecho divino. ¿Aún después que vino Cristo?

 

Explícales a tus hijos por qué eres creyente

Ex. 13:14

“Y será que cuando tu hijo te pregunte el día de mañana, diciendo: "¿Qué es esto?", le dirás: Con mano fuerte nos sacó el Señor de Egipto, de la casa de servidumbre”. En relación con la muerte de los primogénitos y las demás plagas. Siempre pensando en la posteridad, cuando los hijos pidieran explicaciones sobre el origen y significado de lo que harían. Los padres deberían conocer bien la Escritura y explicar con doctrinas y experiencias por qué son creyentes. ¿Por qué hay un solo Dios único y muchos falsos? Y entonces los instruidos y piadosos padres comenzarían a relatar a sus niños la aventura divina en el cruce del mar rojo y el liderazgo de Moisés y su vara no mágica, sino ungida por el Espíritu Santo. De allí se levantarían los chiquillos, si era para la cama, a soñar con Dios y orgullosos de tener una Deidad incomparablemente poderosa. Y un poco más moderna la sesión bíblica en la familia, una pregunta en orden sería ¿qué significa el nuevo nacimiento? ¿Por qué somos salvos por medio de la fe? ¿Cómo será el juicio final? ¿Cuál es el significado del bautismo y la santa cena?, etc. ¿No sería bueno que se usara alguno de los catecismos reformados?

 

La asombrosa perseverancia de los santos

13:17,18

“Y sucedió que cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los guio por el camino de la tierra de los filisteos, aunque estaba cerca, porque dijo Dios: No sea que el pueblo se arrepienta cuando vea guerra y se vuelva a Egipto”.

El Señor previó y evitó la apostasía; y como el pueblo siempre estuvo susceptible a ella lo hizo transitar por donde le fuera imposible volver (Num.11:5), o sea, atravesando el Mar Rojo. Si no fuera por las barreras y limitaciones que el Señor pone, nos volveríamos, y con su sabiduría y amor no nos mete en un conflicto donde la fe se quebrante completamente sin posibilidad de restauración "no nos dejará ser tentados más de lo que podamos resistir" (1Co.10:13).

Midiendo el poco coraje que este pueblo no adiestrado para la guerra tendría, el Señor prefiere que se aleje de cualquier conflicto, aunque tenga que dar un extenso rodeo para proseguir en obediencia a su palabra, pero así es mejor, aunque se haga el camino más largo sí es más seguro. No estaban preparados para esos conflictos prematuros iniciales. Una versión traduce armados, sin embargo, no habían recurrido a las armas. La palabra significa, ceñidos y firmes.

Cabe mejor pensar en la organización y arreglo del pueblo, quizás en grupos de cinco, cosa que, mediante un equipo con esa cantidad, pudieran defenderse, pero no hay constancia que poseyeran armamentos, y con un equipo bélico hacer frente a cualquier enemigo. Si había armas eran pocas, y si luego más tuvieron, sería porque las fabricaron o las obtuvieron de los vecinos que a su paso iban derrotando.

Hay otra historia sobre esto donde el pueblo no llega inmediatamente por incredulidad de todos, excepto Josué y Caleb. Las dos historias son ciertas y son dos partes de una verdadera. Se pueden dar varias soluciones o interpretaciones a un suceso, de acuerdo a donde uno lo lea, y pueden ser ciertas y complementarias, recogidas por narraciones parciales de aquí y de allá y que no necesariamente se contradicen, sino que aparecen como se recuerdan.

Pero volviendo al inicio, Dios siempre tiene en su mente nuestros flancos débiles y evita que los expongamos a una situación donde corran peligro los dones de la salvación. Con todo, la perseverancia nuestra en doctrinas y fe, dado nuestros muchos flancos débiles, es una asombrosa maravilla que agradecemos a Dios que cuida todo eso; y Jesús lo dijo en su oración "las ovejas que me diste no perdí ninguna, sino el hijo de perdición" (Jn.17:12). Sin esa ayuda diaria y constante, no hubiéramos salido ilesos y sin olor a humo cuando nos metimos en tentación (Dan.3:27).

Ex. 13:19

“Y Moisés tomó consigo los huesos de José, pues éste había hecho jurar solemnemente a los hijos de Israel, diciendo: Ciertamente os visitará Dios, y entonces llevaréis de aquí mis huesos con vosotros”. No los olvidó, fue una promesa hecha a José y él la cumplió: un deseo que se cumplió unos 400 años después. Un anhelo de resurrección que Dios nos cumplirá quién sabe cuántos años después de fallecidos (Ge.49:29; 50:25,26). Se ha pensado que el pueblo se llevó los huesos de los doce patriarcas, cada tribu con el suyo y Moisés con los de José. Cuando se dice que quiere ser reunido a su pueblo se indica al pueblo “muerto” no al vivo que ya lo está. Es una muestra de la esperanza de resurrección, porque quería resucitar con su pueblo. Digo yo. Bienaventurados ya somos porque hemos tomado parte en la “primera resurrección” cuando el Espíritu Santo, estando nosotros muertos en delitos y pecados, nos resucitó (Efe 2:1).  

 

13:21,22

“A fin de que anduviesen de día y de noche” (2Pe.3:12). Siempre en progresión. Con Dios unas veces en la oscuridad y con Dios en la luz. Así a veces hay que andar siempre, sujetos a la voluntad y yendo al paso de Dios (cosa que a veces no resulta fácil por nuestra incredulidad o premura); suavizado el rigor del calor del desierto por una amable nube de su presencia, gigantesca, que los cubría de una punta a otra, y refrescados podrían continuar andando, y al llegar la noche todavía tendrían fuerzas para proseguir hasta que determinara Dios el punto exacto donde habrían de reposar. Posiblemente ninguno llegaría tan cansado que no pudiera continuar, y si eso ocurría sus cuatro otros hermanos podrían servirles de apoyo y en caso necesario cargarlo. Excelente muestra de compañerismo fraternal, cuando notamos que un hermano no puede seguir en su vida espiritual, y ha quedado como aquel paralítico que necesitó el socorro de sus amigos o familiares y de forma extraordinaria lo pusieron a los pies de Jesús.

Ex. 14:4

“Y yo endureceré el corazón de Faraón, y él los perseguirá; y yo seré glorificado”. Señor permítenos estar tranquilos y gozosos en medio del persistente odio y persecución de algunas personas. De todas maneras, refréscanos con el pensamiento que estás siendo glorificado en nuestra huida y humillación. ¡Oh bendito seas Dios, Señor, porque nuestra historia subsecuente, ¡a todas luces confirma la glorificación en todos los pasos que seguimos, a veces temerosos y llorando! 

Ex. 14:5

“¿Cómo hemos hecho esto permitiendo que Israel se fuera y dejara de servirnos?” “Fue trastocado el corazón de faraón”.  Quizás se sintieron engañados y burlados; y llenos de orgullo herido y venganza salieron tras ellos. Una reacción pecaminosa natural de endurecimiento. El diablo piensa que nuestra salvación fue un error de él y que puede corregirlo. Y no es así (v.8).

 

El diablo piensa que nuestra salvación fue un error suyo 

Ex. 14:8,9

“Entonces los egipcios los persiguieron con todos los caballos y carros de Faraón, su caballería y su ejército, y los alcanzaron acampados junto al mar, junto a Pi-hahirot, frente a Baal-zefón”. ¿No ves en esos egipcios, faraón, y sus soldados yendo detrás de los israelitas, lo mismo que ocurre cuando un pecador es llamado por Dios afuera de su cautividad, y como el diablo y sus huestes lo persiguen tratando de darle alcance y hacerlo retroceder para que le sirva?

Nota como el diablo lamenta haber tenido que dejar ir a un pecador fuera de sus dominios (v.5), “¿cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel para que no nos sirva?”. Tienes que saber que una vida entregada al diablo es una vida a su servicio, y es esclavitud. La paga del pecado es muerte y el diablo no paga de otro modo; y no regala nada, sino que exige algo a cambio. Estrictamente no da nada. Faraón no les pagaba a los israelitas a no ser malos tratos y azotes si fueran necesarios. Cuando uno sirve a Dios siempre tiene más porque “al que tiene más se le dará” (Lc.19:24-26), pero cuando se sirve al diablo todo “se desgasta con el uso” (Col.2:22), y eso sin un balance o compensación. El apóstol Pablo dijo que su hombre exterior se “destruye" pero "el interior se renueva de día en día” (2Co.4:16).

La obra del diablo es doblemente mala, hace daño por dentro y por fuera, envejece por fuera, con vicios y malas costumbres, y más por dentro, enferma por fuera y peor por dentro pues mata todo lo que del espíritu pueda. Con Satanás nunca hay renovación. Su meta es el deterioro continuo.   ¿Y a cuál de los santos y fieles en Cristo Jesús el diablo nunca lo ha alcanzado en algún punto del camino? No digo que el diablo lo haya vencido, pero sí que ha ocasionado heridas graves, cicatrices que ahora lleva en su memoria y que de algún modo son como “marcas de Cristo” (Ga.6:17).

De veras que esperamos no volvernos a encontrar con él.  Mira que la salvación es hecha por la poderosa mano de Dios. No fue la mano de Moisés ni la de Aarón sino la del Señor, porque hace falta mucho poder para sacar a un pecador de su pecado (Flp.3:10; He.6:5). Se puede afirmar también que el diablo lo persigue y le puede dar alcance en algún punto del camino, mas no hacerlo volver porque la mano poderosa de Dios que lo sacó de la servidumbre lo sigue defendiendo. No te lamentes como estos inmaduros israelitas, que hablaron sin saber lo que decían cuando se lamentaban de haber seguido a Cristo (vv.9-14).  Lo que hay que lamentar es no haber salido antes del pecado, haber huido del dominio del diablo. Como ya dije, el diablo piensa que nuestra salvación fue un error de él y que puede corregirlo. Y no es así (v.8).

Ex. 14:10

“Temieron y clamaron”. El miedo los hizo orar. El miedo puede conducir a la gracia, pero en sí no la contiene. El miedo "pondrá lazo" (Pro.29:25). El único miedo saludable es el temor de Jehová. El miedo a pecar.

Ex. 14:11

“Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿Por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto?”.

A Egipto se le ha llamado la tierra de las tumbas por sus numerosos cementerios. Los egipcios se preocupaban más por sus tumbas que por sus casas. Moisés no los obligó, fue Dios. Pensaban que todo aquello era una locura que habían cometido, un error; si Dios les había dado tantas señales ¿no tendría alguna solución? Debemos bendecir a quien nos sacó de Egipto, besar sus pies; y no tenemos con que pagarle el bien que nos ha hecho. Dios bendiga esos instrumentos de liberación que nos han sacado del pecado, de prisiones de oscuridad, de la ignorancia y de la maldición de la ley de Dios. Si algo defectuoso tiene nuestra vida cristiana, no debemos reprochárselo al que nos condujo a seguir a Jesús, ni a Jesús tampoco, sino a nosotros mismos.

14:12 

“¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: "Déjanos, para que sirvamos a los egipcios"? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto”. La Biblia Textual traduce “renuncia a nosotros”; me pidieron la renuncia al pastor de ellos, Moisés. Y esto porque los había mejorado con la palabra de Dios, separándolos de sus hábitos pecaminosos, de la esclavitud, de territorio satánico. No, es mejor pasar mucho trabajo salvándose, quiero decir dejando los pecados cometidos, que morir en ellos. Habían perdido el concepto de libertad y preferían ser esclavos que morir. Fueron más bien arrastrados afuera por Dios, que ellos por voluntad lo hicieran. Eran “arminianos” por nacimiento y costumbres. Moisés recibió la orden de sacarlos y no hizo caso a las negativas de ellos. “Déjanos en nuestro pecado, estamos bien en él. Es mejor quedarnos en él que huir, salir es imposible. Los viejos hábitos no se pueden romper, no podemos ser de otra forma, estamos demasiado presos, son muchos los años”.  Moisés les dijo: “No; Dios romperá el yugo de cuatrocientos años, vuestra historia es larga, pero Dios hará otra historia, todo quedará atrás y pasará como una pesadilla.” Murieron en el desierto sólo los incrédulos (He.3:17). A veces no alcanzamos, como digo, siempre no alcanzamos las promesas de Dios por nuestra incredulidad y caemos bajo el peso de la arena del desierto de nuestra circunstancia.

14:13

“Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás”. "Estad firmes en los pasos que habéis dado, si se sienten débiles apóyense en lo que han oído y visto y esperen ver cosas mayores, Dios tiene más recursos". Es bueno que desaparezcan de nuestra vista, y mejor aún de nuestra memoria, aquellos que nos han hecho daño, especialmente con los que hemos tenido alguna clase de relación pecaminosa, pequeña o grande.

14:14

“Jehová peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados (tranquilos, quietos)”. Se puede traducir que estuvieran tranquilos y en paz o en silencio. Dios se encarga de vuestra salvación; no sufrirán ningún daño, no tienen que hacer nada, déjenla en sus manos. Tranquilos que con vuestra crisis viene la oportunidad de Dios. Vosotros habéis llegado al fin de vuestros recursos, Dios no, le conocerán más, verán cuánto está de vuestra parte. Tened paz, dormid, sonreíd, orad y alabarle. Acuéstate a dormir o por lo menos siéntate. Amén.

14:15

“Entonces dijo Jehová a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha”. "Ya oraste, ya te oí, yo te di la solución, sigue adelante, en el mismo sentido que traías, hacia lo imposible, al futuro, más allá de la muerte. Marcha Moisés, marcha". Y así lo hizo el caballero de Dios y el testimonio de muchos siglos le ha dado la razón, hizo bien en atravesar por aquella enorme dificultad, un océano rojo de peligro.

14:19,20

“Y el ángel de Dios que había ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba tras ellos; y la columna de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás”. Cuando no veas a Dios delante de ti, mira hacia atrás, si no lo ves en el presente y en el futuro mira el pasado, entre tú y el mal, entre tú y el diablo. Lee tu historia. Fantástica obra de Dios. Dios tomó otra posición, pero no se ha ido, está por alguna razón donde más te conviene. Oh Admirable Dios, hacedor de maravillas. Los israelitas tuvieron el mal cerca pero no encima (v.20).

 

Algo como el canal de Suez

Ex. 14:21

“Extendió Moisés su mano sobre el mar; y Jehová, por medio de un fuerte viento solano que sopló toda la noche, hizo que el mar retrocediera; y cambió el mar en tierra seca, y fueron divididas las aguas”. Supuesto que este extraordinario milagro ocurrió cerca de lo que hoy se conoce como canal de Suez. No es posible que un simple viento pueda abrir un canal como el que aquí se describe, teniendo un muro a la izquierda y un muro a la derecha. Algo así como dos perfectas paredes de agua sin que estuvieran congeladas, y máximo cuando el viento es del este que se supone caliente. Es preferible conforme a la revelación y al poder de Dios, no ignorarlos, y tener ese extraordinario acontecimiento como una intervención divina y que place más pensar que Dios en el centro puso sus dos brazos uno a la derecha y otro a la izquierda y retuvo por su voluntad que las aguas del océano se juntasen. No es posible que un viento, cualquiera que sea, por furioso que sea, ni un ciclón, ni un tornado, puedan ejecutar una obra que parece arquitectónica y de ingeniería. Simplemente, es Dios como "poderoso gigante" (Je.20:11), en el centro mismo de la situación dándole cabida a su querido pueblo para que atraviese por medio de su Espíritu toda la engorrosa situación y peligro.

Dice Gill y JFB, que el viento del este “solano” la palabra en su primer significado es “previo” lo que da a entender que el viento pasó primero y cuando las aguas fueron retenidas, entonces ellos. El viento cesaría, pero el agua no se movió. Les abrió un camino donde ellos no imaginaban que podría existir uno. Una solución fuera de la vista. Es el viento sólo para que ellos supieran que Dios soplaba sobre el mar, que “el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas”.

14:22

“Y los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda”. No había

viento sino las dos manos de Dios sosteniendo los dos montones. Un camino abierto, el imposible roto y ya no existía más; no hay obstáculos para Dios. Es posible que Moisés y Aarón dieran el ejemplo dando los primeros pasos e ingresando en el potencial peligro por medio de la fe, entonces el pueblo animado por la fe y el valor de ellos, les siguieron.

 

Mueve un dedo Señor y míranos

Ex. 14:23-25

“Y aconteció que, a la vigilia de la mañana, Jehová miró el ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios”. 

 

La Biblia Textual traduce de este modo “torciendo las ruedas de sus carros, de modo que los conducían con dificultad”. Es muy sugerente esa traducción, el modo cómo Dios le pone dificultad a los egipcios para que no continúen con su plan. En vez de torcerles el cuello a cada uno de los conductores, tuerce el metal para enseñarles que pudiera hacer lo mismo con ellos, que se bajara y mirara lo que él les había hecho a las ruedas de hierro, ¡cuánto más podría hacerle a sus tendones y huesos! “… miró y trastornó”, lo puso en conmoción. El tárgum dice que Dios los miró desde la columna de fuego y les envió carbones encendidos y los miró desde la nube y les tiró rocas de granizos. No tuvo Dios que mover su mano, solamente con sus ojos. Una sola mirada de Dios y los equipos de guerra se rompieron. Tenemos a favor nuestro, mucho, una vez reconciliados, los pies, las manos y la mirada de Dios.

 

Oh ¿por qué tememos a nuestros adversarios? Con palabras crea el mundo, con su voz lo hace, con una mirada deshace lo más fuerte de los hombres; una mirada como un misil. Mira, piensa, desea y se hace. Esto en la vida espiritual. El Señor “miró” a Pedro y él salió llorando (Lc.22:61,62). A veces nos escondemos por cualquier razón que sea, especialmente cuando tiene que ver con un llamamiento del Señor a servir, y pensamos inútilmente que debajo de la higuera como Natanael, no nos ha de encontrar Dios (Jn.1:48). Él nos mira con compasión. La Escritura muestra que una mirada de Jesús es equivalente a una expresión de amor (Mr.10:21). No temas tanto a las consecuencias de tus pecados, al escándalo, enfermedad, pobreza, muerte, como a la mirada de Dios; si es de enojo, es terrible, por eso él cubre nuestros pecados para no verlos, detrás de la justicia de Cristo. Cuando oremos recordemos los ojos de Dios, “cerrada tu puerta...ve en secreto” (Mt.6:6). Tenemos experiencia con la omnisciencia de Dios, con “el viviente que me ve” (Ge.16:13,14). Piensa en estas frases: mirándole le amó; y escóndenos del rostro del que está sentado en el trono y de la ira del cordero (Mr.10:21; Apc.1:14;6:16). Con un dedo de Dios y con una mirada bastan para escribir toda la Biblia y poner al diablo en apuros (Ex.8:19; 31:18; Lc.11:20).

 

No protestes por donde Dios te lleva o te tiene acampado

Ex. 14:31

“Cuando Israel vio el gran poder que el Señor había usado contra los egipcios, el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y en Moisés, su siervo”. Quiere decir en Dios y en la Escritura. De esta experiencia, “grande hecho” la “alzada mano” de Dios, Israel podía aprender grandes cosas; la principal, creer a Jehová. Todo lo que Dios les había mostrado y hasta el endurecimiento de Faraón, la intensidad de su maldad, su terquedad, su crueldad, la ruina de Egipto, la destrucción del paganismo, tenían esa intención, no hay otro Dios, no hay más Dios, Dios es suficiente, omnipotente, con él no necesitan nada más. Hizo todo para hacerlos suyos para siempre. Ningún pueblo jamás tuvo semejante historia de revelación, jamás pueblo alguno tiene en su historia, no en sus mitos y leyendas, semejantes portentos teológicos, donde lo secular y lo sagrado suelen ser una misma cosa, portentos que ocurren en su nacimiento, que le dan origen, que culmina una etapa de promesas individuales y sueltas, y que maduran y se realizan en estos sucesos. Aquí nace Israel como pueblo.

Y hay un solo Salvador que abrió algo más grande que el Mar Rojo, la tumba, que venció la muerte, que hizo un muro de contención y de salvación. Nunca se nos ocurra querer volver atrás, lamentar nuestra situación, desesperarnos, sentirnos encerrados y sin salida. ¿Por qué? ¿Porque no la vemos? Pero él sí. ¿O creemos que nuestras soluciones son todas las que existen? ¿Y las suyas?, pensar que nuestros imposibles son los imposibles de Dios. El mal casi nos puede dar alcance, pero no dañarnos. Hemos conocido a Dios y seremos salvos, el Mar Rojo no es nuestro último destino, pasaremos por sus aguas y emergeremos de él, arriba, resucitados y gloriosos.  Después de leer esto, que es como si lo hubiéramos visto, nunca se nos ocurra protestar por dónde Dios nos lleva, dónde nos tiene acampados, porque lo que debemos es estar “tranquilos y marchar”, tener fe, una buena disposición de ánimo y continuar adelante.

15:1

“Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor…”. ¡Dios mío! casi tres millones de personas cantando, al unísono toda una nación. Dios se magnifica. Este es el primer cántico que aparece en la Biblia y pudiera ser que el primero que se cantó para Jehová. Débora cantó, pero eso fue después. Los cainitas construyeron instrumentos musicales, pero no hay ninguna nota en la Biblia que diga que honraron a Dios con canciones. Dicen que Adán cuando Dios lo creó cantó, pero no consta en la Biblia (quizás, porque si se le ocurrían los nombres para llamar los animales ¿porque no alguna corta melodía como tan sano y contento que se sentía?). La primera canción que se oyó desde Adán hasta este momento para Dios fue en el pueblo de Israel. Hay otros antiquísimos cánticos entre los paganos, pero ya lo dije, entre los idólatras.

15:2

“Mi fortaleza y mi canción es Jehová, y ha sido para mí salvación; éste es mi Dios, y le glorificaré, el Dios de mi padre, y le ensalzaré”. Quiere decir: la seguridad de mi salvación y vocación, y mi alabanza "en este Dios", el Dios de mi experiencia y el de mis promesas (vv.3,11).

Ex. 15:11

“¿Quién como tú entre los dioses, oh Señor? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en las alabanzas, haciendo maravillas?” (15:2). Israel entendió el monoteísmo para explicarlo todo, luego Moisés le va a proveer con Génesis 1,2, 3,4, etc., una teología completa, una cosmología monoteísta. Ya Moisés traía consigo el concepto "santidad de Dios", simultáneo con la revelación de su existencia y su poder eterno. Oh Señor, santifícame, y a mi familia, y lo que tengo, tú eres grande en santidad. Déjame ver tu santidad. ¿Temible en las alabanzas? ¿Qué es eso? Esta traducción es mejor que la RV pero tampoco es exacta. La palabra en vez de terrible debió traducirse reverente o temible que es un poco más suave que terrible. A Dios se le alaba con “temor y reverencia”. Mire el v.8 cuántas figuras bonitas, porque siempre que se pueda, la revelación debe expresarse con belleza.

15:17

“Tú los traerás y los plantarás en el monte de tu heredad, el lugar que has hecho para tu morada, oh Jehová, el santuario, oh Jehová, que tus manos han establecido”.

Parece una glosa posterior. Dios le ha revelado a Moisés que estará en medio de ellos para siempre, que al llegar allá edificarán sobre un monte un templo para que sea su morada eterna (v. 18). Equivale a decir que Moisés tenía una visión completa de la obra de Dios, desde el principio hasta el fin. Por otra parte, el templo sobre el monte Moria no se construyó sino varios siglos después que el tabernáculo erigido en Silo.

Ex. 15:20

“Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas”. Se le llama la hermana de Aarón porque así fue conocida, ya que vivió muy poco tiempo con Moisés. Estimulada o inspirada por el ejemplo de Moisés, el Espíritu descendió también sobre ella y fue llena y empezó a cantar brevemente, pero animó a todas las mujeres de Israel. Parece que ella instruía a las mujeres (15:2). Se le llama profetisa no porque asumiera ese oficio sino porque dirigió al pueblo en la alabanza, inspirada por Dios. La mujer del profeta Isaías se le llamó profetisa (Isa.8:3). Hay iglesias donde los hermanos llaman a la esposa del pastor, pastora. En otras una mujer tiene el oficio de pastor y la llaman pastora. Recibió por parte de Moisés ese título sólo momentáneamente.

15:25

“Le mostró un árbol”. No des tanta atención a los medios de gracia ni pienses en ellos mismos ni que sus valores intrínsecos tengan la solución. No es el árbol el que hace potable el agua ni se mencionan sus cualidades ni la clase de planta que era. De las cualidades botánicas del árbol no salió la cura de las aguas. Dios pudo dar la palabra que sería suficiente, pero él lo hizo para que el pueblo viera algo, para probar la obediencia de Moisés. En las crisis de la iglesia la fe y la obediencia de sus pastores son fundamentales.  Moisés venció y el pueblo ganó. ¿No será ese árbol como la cruz seca de Jesús, que, al caer entre lágrimas y suspiros, endulza todas las amarguras de este mundo? Sí lo es.

 

Dijeron de Moisés que era ineficaz

Ex. 16:2,3

“Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y contra Aarón en el desierto”. En el desierto de Sin. "Toda" la congregación murmuró contra Moisés (15:25); no era uno, cien, mil, sino todos; muchas veces lo atacaron y desearon deshacer la obra que había hecho (v.3). ¿En qué parte del mundo hay un ministro del evangelio contra quien no haya murmurado alguno de su iglesia, queriendo quitarle autoridad y acusando su obra de ineficacia? Es parte de nuestro trabajo, hermanos. Esa es la voz de la carnalidad que se olvida por completo de lo que Dios ha hecho por ellos; las cosas espirituales para estos no tenían valor. Incredulidad (v.7). Moisés fue un gran hombre de Dios, vio a Jehová cara a cara, dio a Israel los Diez Mandamientos, el tabernáculo, los sacrificios y la manera de obtener perdón de pecados, sin embargo, estuvieron a punto de deponerlo varias veces. Si Dios no se mete en medio lo hubieran abandonado y regresado a Egipto. Cuesta muchísimo trabajo y es muy doloroso, y no sé si el ministro llegará alguna vez a aprenderlo, acostumbrarse a que le lleven y traigan chismes, incluyéndolo a él y a su querida familia, y quieran quitarle responsabilidad o el púlpito. 

 

Hay gente mal agradecida así, que edita su historia 

 

Ex. 16:3; Ecl.7:10

“Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto a manos de Jehová en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud”. 

 

Quizás en la vida vieja te iba económicamente mejor, pero no espiritualmente mejor. No querían la libertad, ni les era tan bueno el pasado como ahora querían presentarlo. Hay gente mal agradecida así, que edita su historia. Eran esclavos. No acababan de entender eso, que un gobierno, aunque provea comida para la mesa y ropa para el cuerpo si recorta las libertades individuales con las cuales fuimos creados por Dios, es una tiranía. Y los hombres que no apetecen la libertad porque sus tiranos los nutren y los visten como se pudiera hacer con los animales, no merecen el calificativo de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. La libertad financiera es posterior a la libertad política y económica. Estas dos últimas son las primeras que hay que buscar, y la primera con mucho trabajo y sudor acabará por llegar. No tienes tanta comida ni dinero, pero no eres esclavo del pecado. Oh Señor, que yo no apetezca lo que he dejado atrás; nuestras necesidades son temporales y pronto tendremos más de lo que dejamos. Es mejor no tener nada con gracia que mucho sin misericordia. Parece que había voceros que hablaban en nombre de los otros. Hay gente mal agradecida así, que prefieren tener el vientre lleno, y se hacen una ilusión de promesas de nutrición incumplida, aunque los tornen mudos y lleven en los pies grilletes. 

Ex. 16:4,5

“Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley”. La prueba consistía en recogerlo a diario, no para dos días; y no volver más, para el lunes y martes, sino a diario para que aprendamos a confiar en él; para nuestro mantenimiento sin ahorros, contentos, cualquiera que sea la situación (Flp.4:11), con poco o con mucho; si el pueblo recogía doble queriendo proveer para el futuro, el maná se corrompía (v.20). Es bueno pensar en el futuro y ahorrar, para el tiempo de necesidad, pero hay períodos que son para confiar como las flores y los cuervos, en la provisión divina. Es bueno Señor, depender de ti cada día y vivir tranquilos sin poder ahorrar, seguros en tu providencia; y ese es el sentido de todo el pasaje, desarrollar la confianza, quiero decir la fe providencial, en la declaración doctrinal de cada cual; “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mt.6:11). Amén.  

 

Que el trabajo no reemplace la bendición

Ex. 16:5

“Y sucederá que en el sexto día, cuando preparen lo que traigan, la porción será el doble de lo que recogen diariamente”. ¿Piensas que trabajando más tendrás más? Podrás trabajar más, pero no tendrás más sino menos, que si hubieras trabajado menos o su equivalente. Estoy hablando en referencia a este caso especial, pues también se ha dicho que el que "no trabaja tampoco coma". Se te irá como sal en el agua, como si hubieras trabajado sólo seis días. ¿No sabes que para prosperar no sólo necesitas trabajar duro sino bendiciones? El Señor puede hacer que trabajando menos te rinda mucho como si hubieras trabajado cuarenta horas, sesenta, ochenta; pero él puede arruinarte haciendo que se multipliquen tus gastos y se reduzcan tus ganancias si ocupas el día de oración y fe para ganar dinero. La iglesia tiene diáconos para aliviar el ministerio de la predicación de modo que los pastores tengan tiempo para orar, primero que todo y preparar estudios y sermones después (Hch.6:4). Es cierto que el duro trabajo de ellos es importante. Pablo lo dice (1Co.15:10), pero todo ese ministerio glorioso comenzó con oración, porque Dios dijo a alguien que “él ora” (Hch.9:11). Como he señalado, primero que trabajar mucho es orar mucho, porque la oración sagrada santifica el trabajo, y el resultado son divinas bendiciones dispuestas por el Señor. En resumidas cuentas, lo que he tratado decir es que el trabajo bendecido es el que es sazonado con sal de oración (Mr.9:50).

 

Inconformidad contra el pastor y sus trabajos

Ex. 16:6-8

“Y por la mañana veréis la gloria de Jehová, pues Él ha oído vuestras murmuraciones contra el Señor; ¿y qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros?”.  En unos pocos versículos asombra la cantidad de veces que aparece la palabra murmurar. Con tantas murmuraciones y críticas contra los líderes y los planes de Dios, difícilmente pueden venir bendiciones. No cuentes como una bendición de Dios lo que hayas obtenido como resultado de tus rebeliones contra él o porque haya oído tus quejas, críticas y murmuraciones. Críticas contra sus sermones, su teología, su visión, sus planes, su capacidad, liderazgo y matrimonio. Y no dejo a los hijos fuera. ¿No son todas contra Dios? Moisés les quiso decir: “¿Qué somos nosotros sino siervos obedientes? Desde el primer día hasta ahora ustedes saben que es Dios quien actúa; quien los sacó por aquí fue él y no yo, yo no elegí este camino sino su providencia; si se encuentran con dificultades reclámenle a él y no a mí; la inconformidad con nosotros no es más que inconformidad cómo él hace las cosas”.

Y Moisés les aclaró que lo que iban a recibir, y recibieron, no era por la oración o la fe de ellos y como una complacencia por su obediencia, sino para quitarles cualquier razón para continuar criticando, y los deseos de apostasía. Lo cristiano es que le ayuden cuando vean que le faltan colaboradores. ¿Para qué Dios distribuye dones en la iglesia si no es para que compensen los que le faltan al pastor, que no es omnipresente para hallarse en cada casa y lugar, ni omnisciente y adivino para saberlo todo, ni todopoderoso para hacerlo todo sin ayuda de nadie? Moisés les satisfizo sus deseos carnales para que no tuvieran razón para negarle nunca más su vocación ministerial. Y lo trataran si no con “temor y reverencia” al menos con más respeto y amor.

Ex. 16:12

“He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales, diciendo: "Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan; y sabréis que yo soy Jehová  vuestro Dios”. ¿Crees en un Dios omnisciente? Guarda tus labios de decir mal; de toda murmuración darás cuenta al que juzgará a los vivos y a los muertos (Mt.12:36,37).

Ex. 16:13-22

“Y sucedió que por la tarde subieron las codornices y cubrieron el campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento”. El primer encuentro del pueblo con el pan del cielo. No hay ninguna alabanza por el alimento. Ni oración.

Ex. 16:17

“Y así lo hicieron los hijos de Israel, y unos recogieron mucho y otros poco” (2Co.8:15). Hay suficiente para el apetito de cada uno; así sucede con Cristo, cada cual puede tomar lo que necesite: el que ha pecado mucho y el que ha pecado poco, etc., y todos de "conforme a sus riquezas en gloria" (Efe.3:16; Flp.4:19).

Ex. 16:9

“Y Moisés les dijo: Que nadie deje nada para la mañana siguiente”. “Confíen en mi providencia; les enseño a vivir por fe; solicítenme a mí que tengo para todos. Mañana habrá uno fresco, nuevo, mejor que si lo hubieras guardado”; oh Señor enséñanos a orar creyendo en el Padre Nuestro, “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”, no hoy el de mañana y pasado, de ti podemos tomar “gracia sobre gracia” (Jn.1:16), ir y venir a ti con las manos llenas, y jamás vacías. Trabajo y bendiciones tendremos, para nosotros y para los que están con nosotros (Hch.20:33-35).

Ex. 16:20

“Mas no obedecieron a Moisés, y algunos dejaron parte del maná para la mañana siguiente, pero creó gusanos y se pudrió; y Moisés se enojó con ellos”. Moisés lo supo por su olfato; de cada casa salía mal olor y eso delataba la desobediencia de ellos. ¿Quieres preservar intactas tus bendiciones? Sé obediente (v.24). El resultado de la desobediencia escondida se conoce por su mal olor. ¿Quién puede dar testimonio que un pecado tiene buen olor? Siempre huele mal. La gracia de la fe es la única que hace que el sacrificio suba como olor grato a Jehová (Ge.8:21), y que seamos "grato olor a Dios en Cristo Jesús" (2Co.2:15). Dios no tiene que mirar el pecado, su mal olor saliendo de los hechos humanos le indican desde donde sube.

Ex. 16:31-34

“Y Moisés dijo: Esto es lo que Jehová ha mandado: "Que se guarde un gomer lleno de maná para vuestras generaciones, para que vean el pan que yo os di de comer en el desierto cuando os saqué de la tierra de Egipto”.  Guarden algún testimonio de mi misericordia para ustedes y para que lo vean las generaciones que vienen y crean la historia, y me admiren, y aprendan lo que yo les enseño hoy. Oh hermano ¿sabes escribir? Escribe algo. ¿Cantar? Canta y escribe tu música. La memoria del justo no será borrada (Pro.10:7). Tu vida, el recuerdo de ella. ¿Requisito? Que esté en la presencia del Señor. Es así como se preserva una obra de gracia. Oh Señor, cuánto me regocijo en la misericordia que has usado conmigo y con otros, bendito seas. ¿Es posible que de mí quede algo que cuente al futuro lo misericordioso que fuiste conmigo? Que de este pan que yo he comido que coman otros. Amén.

Ex. 17:1-3

“Entonces el pueblo contendió con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis al Señor?”.  Pobre Moisés, cómo tuvo que sufrir con el pueblo al que servía. "Altercó", contendió, la palabra significa que lo sacudió, o como si lo hubieran agarrado con un anzuelo; quizás lo empujaron. Más adelante quisieron apedrearlo (Ex.17:4). También discutían y murmuraban; son palabras frecuentes en la historia de su ministerio. ¿Acaso son extrañas para nosotros? No se nos revela todo el daño que espiritualmente le hacían, pero no cambiaba de rumbo, y oraba (v.4). Tú no lees que discutiera con ellos, sino que oraba. Consideraba que mejor que defenderse era orar y de Dios vendría la solución (Num.12:3). Generalmente en toda situación tensa es mejor callarse y orar que entablar una acalorada polémica. Si esto último se empieza uno no sabe cómo puede terminar y generalmente se hacen heridas ambas partes.

 

Grandes e injustificadas dudas

Ex. 17:6,7

“Y puso a aquel lugar el nombre de Masah y Meriba, por la contienda de los hijos de Israel, y porque tentaron al Señor, diciendo: ¿Está Jehová entre nosotros o no?”. Masah (tentación) Meriba (lucha o contienda, provocación, He.3:8). Dios, ¿cómo es posible que pudieran dudar que tú estuvieras entre ellos si una nube los cubría de día y los guiaba una columna de fuego de noche, si habían visto las plagas en Egipto, si pasaron el mar en seco?  Quizás dirían: "Dios estuvo con nosotros, pero ya no, se cansó, cambió de planes, no jugamos un papel en su propósito o nos engañó". No hay en el mundo ningún creyente que tenga menos fe en su Dios que este pueblo. La revelación y la experiencia no les aprovechaban nada. Y ¿somos mejores? He conocido personas así, iglesias que en momentos actúan así, y quien escribe esto conoce sus sitios llamados Masah. Perdónanos Señor, dudas tan grandes e injustificadas.

La roca herida con la vara y el agua brotando es un símbolo teológico. En esa roca nunca antes hubo agua, pero herida por la ley de Dios, se parte y brota un manantial. O en esa roca hubo agua y ahora estaba sellada por la mundana indiferencia y la apostasía, que se parte al reiterado impacto de la palabra, y herida de nuevo por la ley del Señor, se produce una grieta y brota la corriente contenida por mucho tiempo. Y Cristo es la Roca abierta de cuyo costado salen agua y sangre (1 Co.10:4), con lo cual Dios lava nuestras inmundicias. Cada paso que daban los judíos era un dibujo en sombra de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo, que habría de brillar después dentro del espejo del Nuevo Testamento.

17:7

“Masah”.  Moisés no sólo nombraba los lugares por la gracia de Dios sino por los pecados del pueblo para que cuando pasaran por ese sitio o leyeran la geografía pidieran perdón. Los recuerdos de nuestros pecados perdonados hacen memoria de nuestras deudas con la gracia y la misericordia de Dios.

17:8

“Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim”. El diablo no le daba tregua, no se había repuesto Moisés de este disgusto y ya enfrenta un ataque desde afuera. A veces me pregunto algo de la incógnita del trabajo de ese príncipe de las tinieblas, que tiene potestad en el aire y parece ubicuo o que se mueve a la velocidad de un rayo (Lc.10:18), y en un instante puede estar en un punto y luego salta hacia otro, quiero decir en una mente a millas de distancia y se introduce en otra, y los favoritos son los mejores hijos de Dios. La oración silenciosa y continua vale mucho contra esos brincos luciferinos.

 

Vengan un par de diáconos o ancianos

Ex. 17:8-13

“Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada”. Moisés escribió esto y lo que tenemos ahora es el trabajo de un editor, quizás Josué. Moisés no salió a pelear con la espada sino a orar con su vara en las manos. Josué la tenía. La guerra no la ganaba Josué con la espada sino Moisés con sus oraciones, o más bien los dos juntos, no Moisés solo orando, no Josué solo peleando, sino ambos, una combinación de dependencia y acción. Posteriormente se diría en caso similar, por la espada de Jehová y de Gedeón (Jue.7:20). Moisés oraba sin cesar, y cuando dejaba de orar su pueblo perdía y si lo ayudaba con intercesiones ganaba. Son indispensables junto a la predicación la oración del ministro (Hch.6:4). No vayas a la guerra sin las intercesiones de los santos. Las oraciones de un ministro pueden más que un ejército entero. Y si se cansa de hacerlo porque la contienda se alarga y se suceden períodos de triunfos y derrotas que erosionan su ánimo, vengan un par de diáconos o ancianos con fe e invítenlo a orar, y sostengan sus manos. Convengo en que he recibido muchas bendiciones por las oraciones de otros, pero si yo tuviera más intercesores tendría más anhelos cumplidos.

17:14-16

“Entonces dijo Jehová a Moisés: Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo”. Le dijo que lo escribiera porque sabía que Moisés no le gustaba contar sus experiencias, aunque sí la palabra de Dios, pero por Amalec debía hacerlo. Pelear contra el pueblo de Dios es hacerlo contra el trono de Jehová; perseguir a un cristiano es perseguir a Jesús (Hch.9:4). Jehová-Nisi es Jehová estandarte y también Jehová de los ejércitos, preservador, su victoria. Jehová era su bandera, y Jehová a todos nos envuelve en los colores de amor de la bandera del nombre de Jesucristo, nuestro triunfador (Cant.2:4).  Lo adoró.

 

Viejos recuerdos que ya no duelen

Ex. 18:2-4 

“Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió, y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena; y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón”.

“Gersón…Eliezer”. Moisés nombró a sus dos hijos conforme a sus días más tristes, Forastero y Dios-ayuda. Los dos estaban relacionados con sus experiencias personales. Tal vez la cura para nuestras mentes no sea borrar los recuerdos sino un nuevo enfoque de ellos. Penetrar en su interior y decirles “aquí estoy yo, no vengo a aniquilarlos sino a quitarles vuestra ponzoña, pero no vengo solo sino con Dios, me acompaño con la luz de la sabia providencia y quiero darles las gracias a vosotros porque el mal que suponen me hicieron, fue convertible; Dios lo cambió para mi bien, en vez de lamentar los días en que me dañasteis y haberos conocido, doy gracias porque no me vencisteis, y aquí me hallo de vuelta, curado, y os enseño las heridas que me ocasionasteis, cicatrices, viejos recuerdos que ya no duelen, y os los he traído para mostraros.

“No creáis que vengo a reconciliarme con vosotros, eso no es posible, ya sois historia y no me reconcilio con mi historia, sino que la leo diferente, maravillado por los secretos de Dios. Mi vida es un acertijo pero tiene sentido, y miradme, no estoy débil ni lloroso, esos tiempos los dejé atrás, no notáis en mi pecho ningún suspiro como en aquel entonces; ya yo no soy aquel, ahora soy yo, anciano de ochenta y lúcido como el sol, escribiendo con el Dedo de Dios, en piedra, sí, en piedra, en vuestros corazones; y nombraré a algunos de mis hijos de modo que me recuerden mis tiempos malos, Forastero, Gersón, como he sido, exilado, Dios-Ayuda, Eliezer. Según los tiempos amargos que Dios ha endulzado, y ya no me asustan cuando duermo porque salieron de mi cabeza y la reclino en paz; ahí os dejo esto que sé que os mortificará, mi perdón, mis dos preciosos hijos, y mi total recuperación”. Tenemos buena memoria para tener viejos recuerdos que ya no duelen.

18:5,6

“Y mandó decir a Moisés: Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y sus dos hijos con ella”. No sé si los envió a buscar o fue iniciativa del suegro para juntar la familia. Uno no siente los pasos de esta mujer en todos los cuarenta años de ministerio de Moisés en el desierto; sus hijos sí, recibieron ministerios, pero ella no habla nunca, no se sabe si lo consoló o lo reprimió. El texto señala como Moisés se alegró al ver al suegro y lo besó. Parece ser una mujer colérica, no digo brava (4:24-26).

18:15-17

“Y el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces”.  No que hagas mal ayudando a vivir a tu pueblo por la palabra de Dios, sino que tú solo hagas todo ese trabajo, necesitas colaboradores, reparte tus responsabilidades, no acapares todo trabajo, otros lo pueden hacer tan bien como tú si los enseñas y tú permaneces orando por ellos (v.19), y atendiendo los casos más complejos (v.22). Creo que Calvino critica a este Jetro porque dice que fue una idea suya y no un mandamiento de Dios. Es Oh Señor; dame maestros, que aborrezcan la avaricia, que sean varones de fe, llenos del Espíritu Santo y que enseñen a la iglesia a andar como Cristo anduvo.

Ex. 18:23; 13-24

“Si haces esto, y Dios te lo manda, tú podrás resistir y todo este pueblo por su parte irá en paz a su lugar”. No sigas un consejo sin consultar a Dios. Hay quienes critican a Moisés y a Jetro por este consejo. Moisés no era un superhombre, en el relato se ve el respeto que su suegro tiene a Dios y no obliga a Moisés (v.23). "Si Dios no te lo manda, olvídate de lo que te dije". Es como si le dijera, “examina lo que te digo y el Señor te de entendimiento en todo” (2Ti.2:7). Moisés no era un consejero matrimonial ni un sicólogo sino un profeta, y su manual la ley de Jehová.

19:3

“Y Moisés subió hacia Dios, y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel”.  Cuando Dios se va a revelar se localiza.

 

Dios nos injerta un par de alas

Ex. 19:4

“Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí”. ¿Cómo puedes Señor, decir cosas tan bonitas? Cuando somos redimidos por Dios es como si voláramos sobre el mar de la cautividad, del pecado; es un escape, nos remontamos; jamás hubiéramos salido de donde estábamos, ni hubiéramos ido tan alto ni tan lejos, pasamos de la tierra al cielo, de la esclavitud a la libertad, de la mentira a la verdad, de la muerte a la vida; oh, las alas de la gracia son los brazos del Señor, "y acá abajo sus brazos eternos" (Dt.33:27). Gusanos convertidos en pájaros. Por supuesto que es una metamorfosis de la gracia, como se dice literalmente, como si estuviera bajo nuestro poder volver a otra forma, a la imagen y semejanza con Dios: "metamorfoseaos mediante la renovación de vuestro entendimiento" (Ro.12:2). La palabra y transformados en griego es metamorfosis. En fin, Dios nos sostiene con sus alas y a veces nos injerta un par de ellas mediante una providencia sapientísima.  

 

La obediencia y la fe te hacen valer

Ex. 19:5

“Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra”.  Si guardas los mandamientos del Señor serás muy valioso, si no los guardas no valdrás nada, serás como basura y escoria del mundo. La obediencia es lo que incrementa el valor. La idea de Dios no es tanto fijarnos un valor sino revelarnos su cuidado, los privilegios que tendremos y el valor que adquiriremos no solamente delante de él sino de los pueblos del mundo. Cualquier cosa que tenga pecado no vale para Dios. Arminiano, disiente si quieres. Rompe mi argumento bíblico con filosofías y huecas sutilezas. La obediencia y la fe te hacen valer ¿no has leído como en algunas versiones en español la palabra amados se traduce "carísimos"? El amor de Dios hacia nosotros es algo muy caro y costó la preciosa sangre de Jesucristo (1Pe.1:19). "Especial tesoro" en hebreo significa "un tesoro amado, marcado con el sello de su dueño". La BTX traduce “seréis objeto de mi predilección”. Nosotros tenemos "este tesoro en vaso de barro" (2Co.4:7); es un tesoro de gracia: Dios les dijo, "cuando deposito de mí mismo en ustedes serán mi tesoro". El amor de Dios por nosotros es un carísimo milagro de amor.

 

 

 

Somos sacerdotes de nosotros mismos

Ex. 19:6

“Y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”.  Esta expresión es dependiente de la anterior. El propósito de guardar sus mandamientos es la santificación. Lo que más valor tiene en nuestra vida es la santidad, guardarnos sin manchas del mundo (Sgo.1:27; Efe.1:4; Flp.2:15). El ideal de Dios para la iglesia es llevarla a un nivel tan alto de pureza y aceptación de Dios; convertir a cada creyente en un sacerdote para que ofrezca sus propios sacrificios espirituales por medio de Cristo (1Pe.2:5; Apc.1:6; 5:10); por eso no necesitamos de otro sacerdote porque por medio de él ya lo somos.

19:8

“Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo”. Aunque Jehová sepa todas las cosas que dijeron, infórmale tú por ti mismo con tus preguntas y temores, conversa del asunto con él y espera a ver lo que te dice. Infórmale de tu vida al Omnisciente.

19:9

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo y también te crean para siempre. Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras de Señor”.  ¡Ay mi Señor! Esos fueron tus deseos, les diste razones, debieron creerte para siempre, toda la vida; sin embargo, por incredulidad, a pesar de todo, no entraron. Dame tu gracia para siempre, para morir creyendo, entonces tendré "la corona de la vida" (Sgo.1:12; Apc.2:10).

19:10-13

“Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá”.  Todo indica la terrible santidad de la Ley; la absoluta necesidad de un Mediador; Dios les habla por medio de un intermediario (vv.14-25). Esto, por supuesto, para que el pueblo se diera cuenta de la santidad de Dios y de la Ley, no para admirarlos sino para que creyeran y obedecieran. El propósito del cumplimiento de la ley. Oh Señor, que yo no incumpla tu ley dame fe y ella esculpirá mi vida.

 

 

La noche anterior a un sermón

Ex. 19:15

“Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis muJe.”. Esto es enfático, “no toquéis mujer”. Es instintivamente fácil, que, en las relaciones matrimoniales, con el amor marital se mezcle el pecado, y para evitar eso, se le prohíbe tocar a la esposa la noche antes (ver 1Sa.21:4,5). Compárese con el v.10 y mira lo que dice a los sacerdotes (v.22). Todo es una preparación espiritual para oír la voz de Dios, o para predicarla; lecciones para ir al servicio del domingo; no sea que, comiendo, bebiendo y disfrutando, antes y después de oír la Palabra, se peque contra Dios y se entristezca al Espíritu (1Co.10:31). Lee hasta el final del capítulo.

Dios no quiere cerca de sí a nadie que no esté espiritualmente preparado. Pero eso no es lo único. La comunión con Dios es un privilegio; Dios señala a quien quiere tener cerca. Es cuestión de llamamiento. Moisés tenía el buen deseo de llevarlos a todos a que contemplaran aquella experiencia (v.17). “…y Moisés sacó al pueblo para recibir a Dios”, es una expresión muy bonita. Yo quiero Señor para tu pueblo las experiencias que tengo contigo. La noche anterior a un sermón debe ser una noche de santificación, y si entre cónyuges hay relación, que no profanen la santidad del cuerpo y del espíritu, y el Señor no escuche ni vea algo indecoroso, no normal ni natural, porque el deseo, aunque tiene la aprobación divina, es una necesidad adámica como beber y comer, que necesitan vigilancia.

19:18

“Y todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia”. El monte Sinaí con la presencia divina allí se convirtió en un volcán. Fuego, humo, estremecimientos como terremotos y volcanes. Así la iglesia donde Dios habla, donde se revela en su palabra. Dios quiera que cada iglesia sea como un volcán en erupción, arrojando como piedras y lava ígnea las verdades de Dios y el inmenso calor del Espíritu Santo. La presencia de Dios sacude y estremece.

20.

Estos diez mandamientos se dieron “con voz tronante” (19:19); “…con voz tronante” no aparece en el texto, sino que se implica por los largos períodos de la trompeta y los movimientos sísmicos del monte. Magnífica y terrible, Señor, es tu santidad, no tus mandamientos sino tu presencia santa. El "silbo apacible" es el lenguaje de la gracia de Dios que viene después del estruendo, del fuego y del terremoto de la ley mosaica (1Re.19:12).

20:2

“…de casa de servidumbre”. Los diez mandamientos son para el pueblo de Dios, autoridad que se tiene sobre la persona debido a su conversión y redención; entonces no son para una forzada obediencia sino una lógica regla de conducta que, aunque tiene la fuerza de ley se justifica su obediencia por gratitud. Por extensión dentro de la predicación del evangelio, se mezcla la ley con la gracia con propósitos evangelísticos o misioneros, así se muestran las dos imágenes de la moneda de la salvación, por un lado, la justicia que tiene la efigie de Moisés, y por el otro la de un varón en el cual no hay "parecer ni hermosura, sin atractivo" (Isa.53:2), y en el fondo un monte sacudido por la justicia divina con una cruz. Con todo eso, no hay dudas que la Biblia entera, por supuesto incluyendo ambos Testamentos, fue escrita para la iglesia, el pueblo de Dios.

Ex. 20:3

“…delante de mí”, o como dice LBA en una nota, “además de mí, o junto a mí”. Nada a quien se le dé igual honor que a Dios o añada algo al honor de Dios, no es Dios y algo más sino sólo Dios. No es el evangelio y algo más, no es gracia y algo más, no es fe y obras sino sólo fe. "No serás idólatra, no permitiré que compartan mi adoración". Entre Dios y nosotros solamente hay un Mediador, Jesucristo hombre.

Ex. 20:4

“No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”. El pueblo salió para recibir a Jehová (19:17), pero no para verlo (v.21); lo único que vio fueron los fenómenos naturales que lo acompañaron. Con claridad se expresa en toda la Escritura que Dios es invisible y a él nadie lo ha visto jamás (1Ti.1:17;1Jn.4:12). Moisés les estaba enseñando a adorar a un solo Dios, invisible, irrepresentable. Absolutamente prohibido manufacturar imágenes para el culto religioso, que terminan por excluir a Dios y sustituirlo como un mal remedio a la innata incredulidad; una acción parecida a la que hace el anticristo “sentarse en el templo como Dios haciéndose igual a Dios” (2 Te.2:4).

Ex. 20:5

“No los adorarás ni los servirás; porque yo, Jehová tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Los padres no deben enseñar a sus hijos esa clase de culto politeísta. Los primeros maestros de los hijos son los padres. La primera escuela es el hogar. Los primeros compañeros de estudio y clases son los hermanos. En la conversión lo primero es sacar todos los ídolos del corazón, cualquiera cosa o persona que deponga del centro a Dios (ver Col.3:5). Cuando Jesucristo llega personalmente con su Espíritu a la familia, y se emprende el viaje de la salvación, respondiendo al llamamiento de Dios, inmediatamente los ídolos hay que enterrarlos debajo de alguna encina o en el depósito donde se echa la basura familiar (Ge. 35:4). En el valle de los hijos de Hinom para darles candela perpetua.

Ex. 20:6

“…que hago misericordia a millares…”. Yo me puedo presentar como testigo de esa verdad. “El bien y la misericordia me han seguido todos los días de mi vida”. El ángel de Jehová ha acampado alrededor mío porque temo a Dios. Mi pie no ha tropezado en piedra. He saltado, y Dios conmigo. ¡Todos hermanos, todos! ¡Créanmelo, todos! Las misericordias de Dios sobre mí no se cuentan en decenas ni centenas sino en millares, como el ejército de Israel, o las estrellas que no pudo contar Abram cuando Dios les dijo que intentara hacerlo (Ge.15:5).

Ex. 20:7

“…no tomarás el Nombre de Dios...”. Implica “verdaderamente”, a todos los negocios de la vida, hacerlo testigo justo de un comercio, no mintiendo; en un asunto legal, declarar que no hay engaño. En alguna investigación. Es triste que la gente asocie el nombre de Dios con nuestra deslealtad. Se incluye el voto matrimonial, sea el juramento o la promesa civil o religiosa.

 

El sábado judío y el domingo cristiano

Ex. 20:8-11

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.

El día de reposo tiene un uso religioso nacional, una ley ceremonial para mantener el culto a Jehová dentro de la familia y el individuo; aparece no como el primer mandamiento; está precedido por una teología correcta y una vida honesta; para llegar al día de reposo y a la adoración colectiva sin hipocresías; y no involucrarse en las ceremonias, los sacrificios, las alabanzas y las ofrendas teniendo en poco la forma de vida y la conducta diaria. Cada día de reposo debiéramos venir preparados. Dios da prioridad a la obediencia antes que a la adoración pública. También el día de reposo es para poner ante Dios todas las cosas en orden.

Ojalá que los cristianos que nos reunimos los domingos, día en que la resurrección de Jesús sacudió el hades, lo respetáramos tanto como la ley pide para el sábado, “porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.  

Moisés tenía en sus manos los relatos de la formación del mundo y las tablas de la ley, y procedió a organizar los períodos de la creación de acuerdo con ella, y los sintetizó dentro de una semana, especialmente por un motivo sabático y por causa de la palabra de Dios. Si lees el relato de Ge.1 encontrarás que nada se dice del séptimo día. El Señor creó el mundo de domingo a viernes, el domingo hizo la luz y el viernes, el último día, hizo al hombre.

Los versículos 1-3 del cap. 2 son una interpretación del autor de Génesis, o sea, de Moisés. No lo bendijo y lo santificó porque fuera, como un día, más santo que los demás días sino porque no creó nada, “porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. Y aquí santificar significa dejar de trabajar, respetarlo. Si fuéramos a ser consecuentes con el relato, el sábado sería un día de reposo laboral, pero Dios por esa razón lo escogió para la adoración. Porque Dios reposó nosotros debiéramos también hacerlo. No hay ninguna indicación de que ese día en el principio fuera seleccionado para la adoración. La adoración viene después de la caída.

El hombre fue creado para disfrutar a Dios y la creación, no para adorar. La adoración, al menos en el hombre, surge por motivo de la desobediencia. Adán fue creado para gozar a Dios y la creación, para glorificarlo, darle gracias, obedecerlo, servirlo, tener una relación paternal con él, en el vínculo de amor y gratitud. Por eso es que vino la fe para adoración. Adán y Eva fueron creados como hijos no como adoradores.  El documento que Moisés usa no dice nada que Dios bendijo el sábado y lo santificó, eso lo dice Moisés, no por la historia de la creación sino por la ley dada por Dios a él en el monte Sinaí. Así que, si vamos a situar el sábado “santificado", hay que colocarlo dentro de la ley.

El sábado como día especial para Dios está en función de la ley mosaica, es un ajuste espiritual del último período de la creación; y cuando los cristianos aprendieron la salvación por gracia por medio de la fe y no por obras, por la justicia y conducta de Jesús no la propia, comenzaron a regocijarse en el esplendor de la resurrección, le dieron la espalda al sábado judío y cantaban, oraban, cenaban y predicaban el día siguiente, mirando el antiguo día de reposo como una sombra de la nueva creación.

Ex. 20:12,14,17

“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Mira la importancia que tiene la familia en los diez mandamientos y en la constitución de la nación (v.10). Quizás este v.12 se debe tomar en relación de los vv.10,11 como una orden patriarcal y maternal (porque ambos ayudan) para que toda la familia obedezca la palabra de Dios. El rol del padre y de la madre se acentúa por razón de la palabra de Dios porque los padres representan a Dios en la familia. Si los padres perdían autoridad sobre los hijos vendría el caos nacional porque la religión debería pasar de ellos a los hijos, por medio del padre. No es una obra por razón paternal o maternal sino por la palabra de Dios y es por eso que tiene promesa. Lo que tiene que ver con la palabra de Dios tiene promesa (Efe.6:1).

Ex. 20:13

“No matarás”. ¿Cómo lo tomas, moral o civil? Lo mismo, prohibido el homicidio; éste es el primero de muchos "no". El estado de Israel tenía la autoridad de aplicar la pena máxima.

Ex. 20:14

“No cometerás adulterio”. “Prohíbo terminantemente dejarte conquistar o conquistar la mujer de tu prójimo; tentación que asedia a los casados y destruye la familia y la nación”. Las palabras de Jesús, del Señor de la gracia y la comprensión de la condición humana, van mucho más allá que eso, contemplando no la mirada de admiración, sino la vista libidinosa de un adulto maduro que puso sus ojos sobre una mujer casada (Mt.5:28).

Ex. 20:15

“No hurtarás”. No robes, trabaja. Mira esto, Dt.13:17, no se te pegue en tu mano lo que no es tuyo y si lo tomaste prestado, devuélvelo (lee todo el capítulo 22).

Ex. 20:16

“No darás falso testimonio contra tu prójimo”. Di la verdad, no mientas ante los jueces para incriminarlo, no lo desacredites, no inventes mentiras y rompas la reputación de otros.

Ex. 20:17

“No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo”. Trabaja, y pide la bendición de Dios como se la ha dado a tu prójimo para que tengas lo que él tiene; inspírate en su éxito, no lo envidies ni le quites lo que él disfruta de Dios. Para vivir tú sin trabajar, porque en ese caso además de injusto serás colocado no en la escala de los perennes desempleados sino de los derrotados.

Ex. 20:20

“…y para que su temor permanezca en vosotros y para que no pequéis”. Todos los antiguos sabían esa verdad, que si un pueblo no tiene temor de Dios, peca. Abraham lo supo (Ge.20:11), Isaac también (Ge.31:2), David (Sal.36:11), y aun el Señor Jesús (He.5:7). Si no hay una enseñanza que instruya en el temor a Dios, no hay santificación. La relación paternal con Dios conlleva temor y amor. Enseñar solamente el amor a Dios es enseñar la mitad y si no va junto con su justicia no hay justificación. Quien nos justifica es la justicia de Dios. Amar a Dios con temor, servirlo con temor, alabarlo con respeto, huir del pecado con miedo.

 

Prefiero el altar de tierra

Ex. 20:4-25

“Harás un altar de tierra para mí, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus bueyes; en todo lugar donde yo haga recordar mi nombre, vendré a ti y te bendeciré”. Originalmente la adoración a Dios era muy sencilla; es la forma más primitiva de adoración: el altar de tierra; luego se permitió el altar de piedras, pero sin arte alguno (v.25); tosco, basto, sin belleza; era un mensaje que Dios le enviaba al adorador para que no viniera con pretensiones, sino que se acercara a la forma más simple de su vida; enseñándole a poner sus ojos en lo espiritual, a adorar con fe. El altar de piedras fue una permisión por causa del desarrollo de la palabra de Dios (Dt.27:5-7); en el transcurso de la revelación los altares se volvieron más emblemáticos y simbólicos, bajo la ley, pero en el evangelio con Cristo, se regresa a esa arcaica y gloriosa simplicidad porque Jesús dijo “más al principio no fue así” (Mt.18:8; Col.3:16; 1Co.14:26). Como “fue dicho a los antiguos” la forma bíblica de adoración estaba centrada en la palabra de Dios y en las oraciones, después se han introducido otras honras, como las canciones congregacionales, que fue idea de David, pero el principio sigue en pie, para el culto y la vida, con un llamado ejemplar a vivir de modo sencillo, a ser cristianos sencillos de corazón, alegres y fraternales (Hch.2:46). El equivalente a un altar de tierra sería una casa de oración cómoda, pero sin costoso arte y arquitectura que llegue a asombrar más por su estructura que por lo que allí se enseña. Un púlpito que se caracterice por enseñar de modo sencillo, con parábolas y exposiciones evangélicas, que la gente vista de modo sencillo “sin adornos de oro, vestidos costosos y peinados ostentosos” (1Pe.3:3). En fin, que los miembros de la iglesia como este altar de tierra, que es la definición sagrada de lo que es todo ser humano creado no con oro ni plata sino con barro, impresionen por sus vidas y no por lo que tienen, es decir no por la apariencia. Eso fue dicho a los antiguos y por eso prefiero el tabernáculo de David en Silo que el templo de Salomón en Jerusalén, hallar a Dios entre cortinas que, entre piedras labradas con el cincel de la vanidad humana, que dejó casi boquiabiertos a los mismos apóstoles (Mr.13:1,2). El tabernáculo se perdió y del templo de Salomón no quedó piedra sobre piedra. El autor de la carta a los Hebreos para hablar del cielo y la presencia de Dios, lo que usa es el tabernáculo no el templo (He. Cap. 8;9); y de igual modo Juan en su Apocalipsis (Apc. 13; 15; 21).

21:2

"Si compras siervo hebreo, seis años servirá; mas el séptimo saldrá libre, de balde". Es decir, tendrá la libertad sin pagar nada, y es una forma cómoda y pacífica de alcanzar en la sociedad el ideal de que todo ciudadano sea libre para hacer con su vida lo que quiera, sin recurrir a los motines, las revoluciones y las violencias. Ese es el ideal de Dios que mejor tenemos representado en una forma de gobierno democrático.

21:4

“Si su amo le da mujer, y ella le da a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo”. ¿Hallas defecto? Quizás hubiera sido más humano darle los hijos, pero habría que esperar hasta el evangelio. De todos modos, los intérpretes están de acuerdo que aquí se refiere a las mujeres cananeas y no a las hebreas.

21:4-6

“Pero si el siervo insiste, diciendo: "Amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no saldré libre”. Perder la libertad por amor a la familia. Diría: "no quiero ser libre y vivir sin ellos, si tengo que pagar tan caro precio lo hago". Comparada con el evangelio esta ley no es perfecta; tiene una humanidad inferior (si quiere una reflexión dura compare estos textos, (He.8:7,13; Sgo.1:25). El Antiguo Testamento necesita al Nuevo, estas leyes esperaban por Cristo. Y el avance de la civilización democrática donde es intolerable la esclavitud.

21:7-11

“…entonces su amo lo traerá a Dios, y lo traerá a la puerta o al quicial. Y su amo le horadará la oreja con una lezna, y él le servirá para siempre”. Escuchar hoy en día que un padre venda a su hija como esclava, da horror, gracias a que la humanidad ha sido civilizada por el cristianismo. No dice, "no, es inhumano, prohíbo a los pobres vender sus hijos por dinero". Reconoce la esclavitud y la acepta. Es un texto bien arcaico. Según el v.10 de plano la bigamia es reconocida y admitida. Digamos, no ordenada pero tolerada. Esos viejos tiempos de la ley de Moisés con los vientos del cristianismo se disiparon. Hoy no es así, mayormente en el mundo occidental tenemos en Cristo un mejor pacto contra la esclavitud y contra la bigamia.

21:12-35

Trata sobre diversas causas, de muerte, por accidentes o por homicidios.

 

Cómo uno explicaría un accidente

21:12,13

“El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. Pero si no estaba al acecho, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo te señalaré un lugar donde pueda refugiarse”. En el AT no se le da ningún rol a la suerte o la casualidad y los accidentes son vistos con la participación activa de Dios, como aquí. Mira como uno de ellos se explica por la voluntad de Dios. Una teología formada sin raíces en el Antiguo Testamento procuraría disculpar a Dios para que no tenga nada que ver con el accidente, y tal vez el producto sea más filosofía que otra cosa. Es la misma forma de interpretación cuando leemos que “Jehová endureció el corazón de Faraón…”.  No que faraón lo endureció, lo cual es cierto, pero excluye a Dios del programa. Así enseñó Dios a su pueblo (Job 2:10; Am.3:6; Isa.54:6,7). Y si hurgas en el Nuevo Testamento hallas esto, Ro.9:18-23. Los atributos divinos, omnipotencia, omnisciencia, providencia, y muchas promesas, no pecrmiten otra explicación, sin hacer a Dios responsable del pecado, pero aceptándolo todo por fe y dejando lo que quede en oscuridad en el misterio de su voluntad. Las cosas reveladas son para escudriñarlas nosotros, pero las que no, hay que dejarlas a la secreta voluntad de Dios (Dt.29:29). Si quiere introduzca la voluntad permisiva de Dios. Hay cosas horribles que casi nadie tiene voluntad para alzar el dedo y decirle a Dios: fuiste tú.

21:14 

“Sin embargo, si alguno se ensoberbece contra su prójimo para matarlo con alevosía, lo tomarás aun de mi altar para que muera”. El asesinato no se castiga con prisión sino con la pena capital; y lo mismo, otros casos de muertes con culpabilidad (vv.22,23,29). Es la conocida como ley del talión, "ojo por ojo y diente por diente".

21:18,19

“Si dos hombres riñen y uno hiere al otro con una piedra o con el puño, y no muere, pero guarda cama”. Hoy se le pagaría su salario y su hospitalización. No se contempla más recompensas por otros daños, morales, espirituales, etc. Algunas demandas jurídicas son exageradas y ambiciosas.

21:20,21

“Si alguno hiere a su siervo o a su sierva con una vara, y muere bajo su mano, será castigado”. Si lo mata es castigado pero si lo deja casi muerto, no. Se excusa por el hecho de que es su propiedad. Sin embargo lee (vv.26,27). ¿Es esa ley perfecta? (Sgo.1:25). No es perfecta comparada con el “mas yo os digo” de Jesús, claro, la gracia, pero ella es perfecta por cuanto convierte el alma. Esto que aquí dice es inferior a lo que enseñó Jesús. La revelación es progresiva.

 

Dio Jesús su ojo por el nuestro, su diente por el nuestro

21:22-25

“Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”.  Estas son leyes judiciales para manejar la vida civil, y usadas como sentencias por los jueces; me parece que no es una guía para la acción personal ni tampoco el espíritu de la vida diaria. El evangelio no contiene esas cosas porque su fin no es el mismo (Mt.5:21-43). Está bien que el esposo de ella le haga una demanda judicial y sea bien recompensado. Que le pague el hijo perdido y el daño sicológico causado a los padres, en especial a la muJe. Todas estas leyes se aplican con restitución o pena capital, no hay cárcel, que sería como una forma moderna intermedia de castigo (Lev.24:12; Num.15:34).

Jesús sufrió cárcel, juicio, para darnos restitución, su ojo por el nuestro, su diente por el nuestro, su quemadura por la nuestra, su vida por la nuestra. Y cárcel para darnos libertad, y la peor privación fue el despojamiento de su gloria (Flp.2) para encerrarse dentro de un cuerpo “en semejanza de carne de pecado” (Ro.8:3), con el propósito de condenar el pecado de nuestra carne en la suya, y así, muriendo en él la ley queda satisfecha y obtenemos perdón y libertad. A su nombre gloria.

22:1-4

“Si alguno roba un buey o una oveja, y lo mata o vende, pagará cinco bueyes por el buey y cuatro ovejas por la oveja”. No lees la privación de libertad con cárcel; o pagas o eres esclavo, pero no hay cárcel para retener y mantener a criminales. Todas las leyes se resumen en: restitución. La cárcel vino a sustituir la esclavitud y a veces la pena capital (Lev.24:12). En el AT hay más muertos por delitos que presos por ellos. No se usaba el estado para sostener a criminales detenidos por sus fechorías, a costo del erario. 

22:16,17

"Si alguno seduce a una doncella que no esté desposada, y se casa con ella, deberá pagar una dote por ella para que sea su mujer". El sexo según Dios es algo puro, la virginidad es exaltada por el Señor y cuando ella se pierde fuera del matrimonio, por cualquier razón que sea excepto la concupiscencia, debe haber restitución y el villano, porque ese nombre debe dársele al infame que viole a una mujer, o la seduzca con lenguaje falso; debe pagar por su falta. Esta ley divina es impensable hoy cuando la descomposición del matrimonio todavía no ha terminado de alcanzar su clímax, y los jovencitos completamente inmaduros por la edad, se acuestan con cualquiera. Ya ni siquiera se habla de "matrimonios a prueba" sino que se hace un ensayo, y tampoco eso, sino que un hombre y la mujer se llaman "pareja", ese es el nombre eufemístico que se le da ahora a los que viven sin casarse, y es tan común que la mayoría, si oigo y observo bien, eligen esa clase de unión pre matrimonial en el mejor de los casos. La práctica en sí misma enseña que antes del supuesto matrimonio cualquiera de los dos ha tenido varias experiencias sexuales sin que llegaren a firmar papeles de compromiso perenne. Fornicación.

Ex. 22:18

“No dejarás con vida a la hechicera”. Un país completamente puro en religión. En la Edad Media hicieron algo de esto y hubo muchas injusticias cometidas. El evangelio es el cumplimiento de la ley. La ley es espiritualmente buena pero no aplicable civilmente a este mundo; tendría que ser la tierra el reino de Cristo. Y no diga nadie que lo que menciona Isaías es el milenio y que ahí se aplicará. Lo mismo pasa en los vv.19, 20. La pena de muerte pulula dentro la sociedad, dejando sentir la ira y furia divina contra el pecado.

22:21

“Al extranjero no maltratarás ni oprimirás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”. Gracias Señor por esa ley. Quiere decir “no harás violencia ni lo oprimirás”. También “no lo pondrás triste” pero por causa de la opresión.  No lo despreciarás ni lo tratarás con desprecio y como ciudadano de segunda o tercera clase. No te aprovecharás porque no habla bien tu idioma ni ha legalizado su situación migratoria, ni por el color de su piel, ni por la cultura doméstica que trae y sus tradiciones culturales distintas. No te reirás de ellas. Y si lo tienes como un empleado o una empleada no los explotes.

Ex. 22:25-27

“Si prestas dinero a mi pueblo, a los pobres entre vosotros, no serás usurero con él; no le cobrarás interés”. Muy tiernas estas leyes para proteger a los pobres; aquí y allá, mira la misericordia del Señor dentro de la ley. La extrema severidad de su justicia y la compasión de su corazón. Trabajar y orar contra las injusticias sociales. Hoy día un los bancos y otros prestamistas, incluyendo las peligrosas tarjetas de crédito, aumentan los intereses todo lo que pueden para que el cliente, o mejor dicho la víctima esté pagando de por vida. Jamás se debe gastar más dinero que el que se percibe, no tomar préstamos de propiedades pagadas ni meterse en deudas con la utopía de que en el futuro se ha de ganar más para pagarlo sin problema.

22:28

“No maldecirás a Dios, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo”. Esto es desconocido en la democracia; pero debiera haber más respeto por las autoridades, y ellas no dar motivo. Literalmente quiso decir “no injuriarás a ‘los dioses’ de tu pueblo” o a “los ángeles” y a los “exaltados”, quiere decir los magistrados (Hch.23:5; Jn.10:35). Pablo, cuya cabeza estaba llena de la ley divina, inmediatamente recordó ese texto y moderó su lenguaje. Hay que tener cuidado con lo que uno lee en libros, en el periódico o escuchar y ver en la televisión, cuyas noticias están completamente politizadas.

22:29

“No demorarás la ofrenda de tu cosecha ni de tu vendimia”. No atrases tu ofrenda. Dios enseña a su pueblo a darle lo mejor y lo primero a él. ¿Por qué sacarás lo peor para Dios y a última hora cuando no tengas casi nada? Siempre que podamos seamos generosos con la obra de Dios y si es posible dar, tomando el ejemplo de aquellos hermanos macedonios que dieron conforme a toda la fuerza que tenían y más allá de ella (2 un Co.8:3).

22:31

“Y seréis para mí hombres santos”. Después de un montón de leyes sobre la honradez, la única, en todo género de cosas comunes dice: sean santos; pórtense bien, no roben, etc. Dios quiere hombres que sean semejantes a él, no sólo en raciocinio sino en pureza y santidad, o sea que destellen los rayos de su divina gloria. Entonces será predicado este evangelio por testimonio y para testimonio (Mt.10:18).

23:1

“No propagarás falso rumor; no te concertarás con el impío para ser testigo falso”. Tápale la boca con palabras al chismoso; defiende lo que otros de más valor tienen, el honor. Despojarlos de su honor es herirlos gravemente. No ha definido el castigo para el que dispersa falso rumor, a no ser expulsarlo (Pro.22:10). El uso de un par de tijeras para la lengua vendría bien.

Ex. 23:2

“No seguirás a la multitud para hacer el mal, ni testificarás en un pleito inclinándote a la multitud para pervertir la justicia”. “No seguirás a la mayoría” (BTX), eso quiere decir a común sociedad. Recuerda que la mayoría entra por la puerta ancha a la perdición. Al mundo, repito, quiere decir a la sociedad donde uno vive, no hay que adularla sino enfrentarla (Mt.7:13; 1Jn.5:4). Esto aplicado en una democracia equivale a ejercer el sufragio universal con total independencia y libertad, no engañado por la propaganda de los medios de difusión masiva ni por la opinión que la mayoría exprese. Si llegase el tiempo en que sólo un hombre en todo el mundo hace lo bueno, entonces que fabrique un arca para salvarse porque el diluvio viene. Y si hay una sola familia en una ciudad donde todos se han corrompido desde los jóvenes hasta los ancianos, que huya rápido de allí porque seguro que caerá fuego del cielo.

23:4,5

“Si ves caído debajo de su carga el asno de uno que te aborrece, no se lo dejarás a él solo, ciertamente lo ayudarás a levantarlo”. Esto es puro evangelio, una pepita de oro del Espíritu Santo dentro de la ley (Ro.12:20). Si no lo haces porque te odia hazlo entonces por el pobre animal. Y también piensa en que la bestia le hace falta a la familia que come del uso de ella.

Ex. 23:6

“No pervertirás el derecho de tu hermano menesteroso en su pleito”. La BTX, dice que supliendo elipsis del original traduce gente en vez de hermano menesteroso. No tiene dinero, pero sí derecho porque es un ser humano creado a la imagen de Dios como tú. Es una gran cosa que haya abogados públicos, que generosamente ofrezcan su tiempo y talentos para defender a alguien que no los puede pagar. Empezaremos a tener un mundo nuevo cuando los abogados comiencen a ser honestos y a trabajar más por el servicio al prójimo que por sus desmedidos intereses y codiciosas demandas legales. Más del ochenta por ciento de los abogados de todo el mundo se encuentran aquí en Estados Unidos.

23:7

“Yo no justificaré al impío”. Uno se da cuenta de lo que Cristo hizo por nosotros cuando lee la ley de Moisés. Los amigos de Job insistían en esta ley (Job 9:2; 34:5; Ro.4:5).

23:8

“Y no aceptarás soborno, porque el soborno ciega, aun al de vista clara y pervierte las palabras del justo”. Corrupción. No te vendas por dinero.

23:9

"No oprimirás al extranjero, porque vosotros conocéis los sentimientos del extranjero ya que fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto". Las oleadas de inmigrantes se suceden, algunos entran al país legalmente y otros sin autorización, pero de todos modos son inmigrantes, como es el caso de este país, Estados Unidos de América, donde la mayoría de ellos, sean latinoamericanos o europeos, no hablan bien el inglés, y tienen que, aunque sean profesionales, ocupar trabajos comunes con bajos salarios y exponerse a la explotación de gente sin alma que no les importa. En la Biblia hay una ley para cohibir a esos ambiciosos de abusar de los extranjeros, no mofarse de ellos por la ignorancia del idioma o por el acento pronunciado con que lo hablan, y menos no remunerarlos laboralmente como la justicia manda. Si ves que Dios quiere proteger a los extranjeros, estudia sus decretos, arrímate a él, fíjate en sus ojos, oye lo que aprueba y desaprueba.

23:10,11,12

“Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto…”. Dios te bendecirá tanto en esos seis años que podrás reposar tú, los tuyos y la tierra el séptimo. Las formas sociales han exagerado hasta la demencia el trabajo y la producción. Contrario en algunos países donde la población laboral tiene que irse porque no halla labor. Mientras más secular se vuelve la sociedad menos se conservan las regulaciones divinas para la economía y la vida laboral. La aplicación de estas palabras sería como convertir en territorio cristiano toda una propiedad, hacerla el reino de los cielos.

23:13

“Y en cuanto a todo lo que os he dicho, estad alerta; no mencionéis ni se oiga en vuestros labios el nombre de otros dioses”. Ni orarás a ellos, ni jurarás por ellos y mucho menos difundirás sus nombres. Y no uses la excusa que no oras al ídolo que tienes enfrente sino a quien él representa que está en el cielo. Eso de estar alerta es un buen consejo, porque una mala opinión, un poco de moral laxa es decir un pecado chiquito, se escurre fácilmente dentro de una costumbre sana, y la enferma.

23:14-17

“Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de Jehová Dios”. “Tres peregrinaciones al año cerebrales para mí” (LBLA), Se refiere a la fiesta de la Pascua, la fiesta de las semanas, llamada también la fiesta o de Pentecostés y la fiesta de los tabernáculos. Es bien poco comparado con el evangelio. Pero es bastante para una nación que va aprendiendo a tener a Dios dentro de sus leyes y a obedecerle nacionalmente. Es que todo el año no puede ser para fiestas. Y no llegaras ante Dios, celebrar con alegría, pero con las manos vacías. Teniendo mucho. 

23:19

“No guisarás al cabrito en la leche de su madre”. ¿Por crueldad? Puede referirse a un antiquísimo ritual pagano que data del siglo XIII a.C., de cocinar un niño con la leche de su madre. Por supuesto que es crueldad.

 

El honor de Dios y los ángeles

Ex. 23:20,21

“Yo envío mi ángel delante de ti para que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que preparado; sé prudente delante de él y obedece su voz; no seas rebelde contra él, pues no perdonará vuestra rebelión, porque en él está mi nombre”. En realidad Moisés no los dirigía sino un ángel que recibía instrucciones del omnipotente para guiarlos por este lado y por el otro, reposen aquí y reposen allá, pero sobre todo tenía estrictas instrucciones de mirar por la vida espiritual de ellos, estaría atento a lo que ellos dijeran o hicieran y desconocía por completo el perdón y la misericordia, con ojos fieros y con mano de hierro; por medio de ellos Dios nos da la ley y la conocemos (Ga.3:19); y quien la incumpla no espere paciencia, simpatías, alguna lágrima, lástima, algún perdón; tienen puesto los ojos en la gloria de la doctrina, en el honor de Dios más que en la salvación de los creyentes...ángeles fieles, severos y firmes; y todo eso por medio de Cristo (He.1:14). Creyentes, cuidemos nuestra vida espiritual y “no digas delante del ángel que fue ignorancia” (Ecl.5:6; Dt.23:21-23). O “no digas delante del ‘mensajero’ que fue un ‘error’. Quizás delante de un sacerdote que los supervisa ante quien el adorador ha incumplido alguno y se excusa, o un oficial del templo que observa por el cumplimiento de ellos (The Broadman Bible Commentary). Delante de un mensajero de Dios, o sea un ángel.

23:22

“Pero si en verdad obedeces su voz y haces todo lo que yo digo, entonces seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios”. Si pecares tendrás muchos falsos amigos, pero el mejor, Dios, como enemigo. No levantes ni una uña contra él, ni algo que lo aflija. Con las acciones de Dios es suficiente. Cuando tiene a Dios de su parte es inexpugnable.

23:24

"Del todo", no dejarás nada, no conservarás nada contigo; lo que te aparta de tu Dios destrúyelo todo, quémalo, no dejes ni una raíz, ni un pedazo. ¡Oh qué seas más radical! No dejes vivo al viejo Adán dentro de ti, ni lo terrenal (Col.3:5). El pecado no tiene siete vidas como un gato, tiene más. Aunque no he conocido ningún gato que tenga más de una.

Ex. 23:25

“Mas serviréis al Señor vuestro Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti”. La obediencia trae muchas bendiciones a la nación, por el hecho mismo de obedecer y por la acción extra de la providencia. Esto que dice es primero una promesa nacional y segundo una promesa personal. El avance de la medicina es un instrumento de la gracia común, que proviene de Dios. Precisamente en estos días que reviso este trabajo, he estado enfermo con una súbita infección, que me ha causado muchos y algunos dolores, pero nuestro médico recetó la medicina apropiada y ella invadió toda la infección contraída, de modo tal que ya me encuentro casi restablecido. Pocas veces me he enfermado y como ésta mi memoria no registra alguna (6/19/2017). Ella ha sido encargada por el Señor para quitar las enfermedades de en medio de la población, y junto con esa bendición se disminuye la pobreza y la ignorancia que contribuyen a la falta de salubridad, higiene y salud pública. Dentro de las costumbres ceremoniales de Israel existían muchas leyes religiosas y familiares que indirectamente contribuían a la higiene. 

Ex. 23:26

“No habrá en tu tierra ninguna mujer que aborte ni que sea estéril; haré que se cumpla el número de tus días”. “Haré que el número de tus días sea completado” (BTX). La longitud de la vida, el número de días, meses y años que habremos de vivir, los establece un decreto divino. La vida te la da Dios no solo para que con gratitud la disfrutes sino para que sirva para algo en interés de él. Que tenga algo que ver con la vida eterna, pensando en ella y en la de los que no la tienen. Oh Señor, cuántas bendiciones asociadas a la obediencia. El aborto es una maldición, ¿cómo puedes considerarlo una bendición? Si voluntariamente abortas y cierras tu matriz con esterilización, ¿no te privas de la bendición de tener muchos hijos? Si dependes de la providencia diaria de Dios, no temas que tu mujer te dé hijos. A no ser que el médico te diga "uno más caballero y ella se muere". Dicen que siempre en la mesa cabe uno más. ¡Qué bonito es, con la aprobación divina, tener como flechas nuestra aljaba llena de ellos! Y haz Señor, que estén juntos y vivan en armonía. Adán y Eva tuvieron dos que se llevaban mal, al menos por causa de uno. Isaac tuvo dos, uno religioso y otro secular.

23:28

“Y enviaré avispas delante de ti para que echen fuera al heveo, al cananeo y al heteo de delante de ti”. Hasta los insectos estarán contigo y te darán apoyo; los piojos, las moscas, la langosta, la oscuridad; todo ser viviente. Cuenta con la cooperación de las más pequeñas criaturas de la creación si te has reconciliado con Cristo. Ya la creación no gime por tus pecados y porque tú habites en el planeta. Recuerda cuando las plagas que Dios enviaba moscas y piojos, y cuando los retiraba no quedaba ni uno.

Ex. 23:29,30

“Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra”. Dios tiene poderosas razones para que la obra que tú tienes en tus manos vaya poco a poco. Quizás las cosas no van a la velocidad que quieres, pero caminan. Y si no se ven caminar, glorifica a Dios. Sus molinos muelen lento, pero muelen fino. Un poco un día, un poco otro, un poco una semana, un poco otra. Oh Dios a veces tus pasos me parecen desesperantes, haz que yo espere “el cumplimiento del tiempo”. Si Dios quiere que las cosas vayan poco a poco, pues que vayan poco a poco, y le pediré en oración que mitigue mi impaciencia y no me muerda, crispado los dientes.

Ex. 23:31

“Y fijaré tus límites desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el río Éufrates; porque en tus manos entregaré a los habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti” (2 Sa.8:1). Espera primero aquí, que de un momento a otro Dios ensanche su promesa y fije fronteras más amplias para ti; si él ve que una promesa es poco para ti, la amplía. Amén. Esta promesa es mayor que la de “Dan hasta Beerseba” (1Cro.21:2; 2Cro.30:5). No tienen límites las bendiciones de Dios si ve que persistimos en la obediencia. Una fe que sea obediente llega muy lejos, hasta donde se hallan los sueños realizados, y se queda definitivamente en la historia y pasa a la inmortalidad. El candelabro, quien mejor alumbra en el oficio sagrado, a puros martillazos Dios lo forma. Nada que provenga de arte ficticio.

23:32

“No harás pacto con ellos ni con sus dioses”. Con lo que te haga pecar no hagas una relación permanente; a través de la sociedad, amistades y matrimonio, entran pecados de todo tipo. Con los pecadores del mundo las relaciones sean temporales, laborales, transitorias. Solamente para salvarlos y para comer el pan.

23:33

“Ellos no habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente esto será tropezadero para ti”. Cierra las fronteras de tu intimidad a quienes te traerán la infidelidad a Dios. No absolutamente, como dice el apóstol Pablo, porque en ese caso tendríamos que salir del mundo (1Co.5:10).

Ex. 24:4

“Levantándose muy de mañana, edificó un altar al pie del monte, con doce columnas por las doce tribus de Israel”. Columnas hechas de mármol hallado en abundancia en el monte Sinaí. Verdaderamente Moisés amaba a este pueblo, le edificó en su altar una columna a cada tribu como si cada una de ellas estuviera en su sacrificio representada. El ministro que ama a su pueblo intercede por él. Y cuando describió el efod del sumo sacerdote colocó sobre él doce piedras preciosas representando los nombres de las tribus de Israel (28:16-21). Mencionemos por nombres, todos los que recordemos, cercanos y lejanos, familiares, amigos, vecinos que todavía están en este mundo, a Dios. Es bueno poseer para las oraciones mañaneras, una lista escrita de nombres y situaciones por las cuales queremos interceder y que nuestro corazón desea para ellas alguna bendición celestial.

24:5

“Y envió jóvenes de los hijos de Israel, que ofrecieron holocaustos y sacrificaron novillos como ofrendas de paz al Señor”. Mira a Moisés dándoles trabajo espiritual a los jóvenes de su iglesia. En el NT enterrar a los muertos también fue una ocupación de los jóvenes (Hch.5:5,6), y Juan los respeta mucho cuando dice en su primera epístola que habían triunfado sobre el diablo y el mundo (1Jn.2:14). Eso si el Espíritu y la Palabra los acompaña, y si son didácticamente bíblicos domésticamente, quiero decir por los padres, instruidos.

24:8

“Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros, según todas estas palabras”. Santificando con sangre al pueblo, ¡cuánto más la sangre de Cristo! (He.9:19-22). Es el punto mismo de comienzo de la santificación, la expiación, redención y justificación, en la cruz de Jesucristo. La santificación contiene esencialmente los pecados perdonados y la preservación espiritual.

 

Momentos bellos en nuestra biografía

Ex. 24:10

“Y vieron al Dios de Israel y debajo de sus pies había como un embaldosado de zafiro, tan claro como el mismo cielo”. “Se supone que aquello estaba formado por diferentes clases de zafiros, entonces ¡qué glorioso debe haberse visto el pavimento con estas joyas pulidas y brillantes, perfectamente transparentes reflejando el esplendor de la gloria de Dios! El rojo, azul, verde, amarillo en perfecto arreglo hecho por la sabiduría divina en emblemática representación del cielo mismo. Es razonable pensar que los israelitas vieron aquella representación celestial en lo alto de la atmósfera sobre sus cabezas y del tamaño mismo de toda la montaña, toda alumbrada y transparente en brillante luz” (John Gill). Este pueblo iba recibiendo en su historia experiencias espirituales muy bonitas que les servirían, si las usaban, para refrescarse espiritualmente en el tedio y el calor del desierto, y cuando las cosas no fueran del agrado de ellos. La gracia de Dios va poniendo en nuestra biografía momentos de mucha belleza, que, si no son más abundantes, son algunos que se recuerdan con gratitud. Ellos no vieron el rostro de Dios, pero el lugar arriba donde estaba era muy hermoso y emblemático, superior a cualquier paraíso. Podrían llevarse el cielo con ellos, pero sólo en la memoria, dentro de la experiencia, y con gratitud recordarlo. Aunque hicieron pasar malos ratos a Dios, y ellos también los pasaron, a pesar de todo, leyendo lo que escribieron, podrían sonreír, aun de su misma testarudez y deslices, y darles a los demás motivos para envidiarles a su Dios. Las bendiciones de Dios nos hacen sonreír, y en algunos casos como a la hermana Sara, nos hacen reír y si las contamos, cualquiera que las oyere se reirá con nosotros (Ge. 21:6).

24:18

“Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches”. Benditos sean esos días cuando nos dio sombras, símbolos, emblemas y la forma de la verdad (Ro.2:20), y más bendito cuando Dios nos envió a su Hijo Jesucristo. Y muchos días benditos nos da Dios, y con satisfacción después de un período tras otro, mirando en retrospectiva podemos colocar una piedra y decir “Ebenezer” hasta aquí me guio (ayudó) Dios (1Sa.7:12).

25.

Fíjate que empieza por la parte interior del tabernáculo, no por sus cortinas; por las más importantes, por las cuales el Señor les hablaría (v.22), las que “pertenecen a la salvación” (He.6:9).

25:1-7

“Jehová habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral”. Eran ofrendas voluntarias, no como los diezmos que fue un mandamiento; aún el diezmo debe darse de corazón. ¿Por qué se quejaban por pan si eran ricos, con mucho dinero y ganado? Son vergonzosas nuestras quejas de Dios (Ex.16:3).

25:5

“Pieles de marsopa”. La RV dice “pieles de tejones”. Tachach (hebreo), King James lo traduce badyer, una especie de antílope. “- ערת תחשים Oroth techashim. Pocos términos han puesto perplejos y confundidos a los críticos y comentadores como éste. Bochart ha agotado el asunto y parece pensar que no se refiere a ningún tipo de animal sino al color. Ninguna de las versiones antiguas reconoce que se trate de algún animal sino del color excepto la caldea, de la cual hemos traducido la palabra badger. La Septuaginta y la Vulgata Latina simplemente dicen pieles teñidas de violeta; la Siríaca dice azul; la Árabe el negro, la Copta el violeta, la versión Persa moderna traduce piel de carnero. El color para Bochart, dice él, es el hysginus, y se refiere al azul” (Clark).

 

El Diccionario de la Real Academia Española dice:

Tejón (Reina- Valera)

(Del lat. taxo, -ōnis).

1. m. Mamífero carnicero, de unos ocho decímetros de largo desde la punta del hocico hasta el nacimiento de la cola, que mide dos, con piel dura y pelo largo, espeso y de tres colores, blanco, negro y pajizo tostado. Habita en madrigueras profundas y se alimenta de animales pequeños y de frutos. Es común en España.

Marsopa (LBLA).

(Del fr. ant. marsoupe).

"Cetáceo parecido al delfín, de cerca de metro y medio de largo, cabeza redondeada con ojos pequeños y las narices en la parte más alta, boca grande de hocico obtuso y veinticuatro dientes en cada lado de las mandíbulas, cuerpo grueso, liso, de color negro azulado por encima y blanco por debajo, dos aletas pectorales, una sola dorsal, y cola grande, robusta y ahorquillada".

 

El Nuevo Testamento en ciernes

Ex. 25:17-22

“Harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines. Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”.

El propósito de que los querubines fueran hechos, como dice nuestra versión, de una sola pieza, es para indicar que estaban fundidos juntamente y es con el propiciatorio y así evitar que al transportar el arca o con cualquiera otro movimiento pudieran caerse. De todos modos, si se le busca un significado simbólico pudiera ser que estos seres espirituales, como todos los ángeles, tengan una estrecha relación con la obra de Jesucristo, y sus pies se encuentren precisamente fundidos dentro de la sangre que se desparrama. Y, no ellos sino Dios, haría escuchar su voz dentro de ese conjunto. El propiciatorio era la parte más importante del arca del pacto y de todo el tabernáculo, porque sobre él se vertía la sangre de la reconciliación.

Tres cosas importantes (1) la propiciación por nuestros pecados (2) desde allí se oía la voz de la misericordia y la salvación (Num.7:89. Todo porque Dios quiere decirnos nos lo dice desde la cruz de Jesucristo (3) esto es lo que anhelan mirar los ángeles (1Pe.1:12). Uno piensa que esto estaba ocurriendo dentro de la historia de Israel, y era la historia de la revelación, entretanto en el resto del mundo no había palabra de Dios. Tendría todo que hacerse exactamente como el Señor lo estaba indicando porque era un lenguaje materializado, fundido en bronce, cobre, y expresado en términos de joyas y de piedras preciosas. Era algo así como el Nuevo Testamento en ciernes.

25:23-30

"Harás asimismo una mesa de madera de acacia; sus longitudes serán de dos codos, su anchura de un codo y su altura de codo y medio. La revestirás de oro puro y harás una montura de oro a su alrededor y harás las varas de madera de acacia y las revestirás de oro, y con ellas llevarán la mesa". Esta fue la mesa para depositar los panes de la proposición, que estarían delante de Dios y de los cuales comerían los sacerdotes. La palabra de Dios debe ser depositada en receptáculos pobrísimos, si no de oro, del cual él es un emblema, sí de santidad. Aquella mesa como el resto de los artículos del culto mosaico sería, en valor del dinero, carísima. ¡Qué paciencia tiene Dios al hablarnos, poco a poco!

25:30

“Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente”. Este pan no era para que Dios comiera sino los sacerdotes, símbolo y emblema del alimento de la Palabra de Dios. De este pan comió David cuando huyó delante de Saúl (1Sa.21:6), indicándonos que el propósito del Señor es que todos nos alimentemos de aquel “pan que descendió del cielo” (Jn.6:51,68), del Verbo hecho pan (Mt.12:3,4).

25:38

“Despabiladeras”; para hacer que la luz brille sin impedimento. Era algo como para apagarlas, o quitarles las cenizas. Esto simboliza, tal vez, las exhortaciones que con amor nos damos para aumentar la vida y el resplandor de nuestra llama. Dicen que no existían las apagaderas dentro de los utensilios del santuario, pero en realidad la palabra hebrea lo que significa es una tenaza para sacar el pabilo y que arda. La llama de Dios debe arder sin apagase. Ni un minuto de nuestra vida debe estar apagada, sino siempre flameante, brillosa, gloriosa, desde la mañana hasta al atardecer.

 

Golpes de martillo

Ex. 25:31-40

“Harás además un candelabro de oro puro. El candelabro, su base y su caña han de hacerse labrados a martillo”. Este candelero, si sigo a Juan en su visión en Apocalipsis (Apc.1:12,13), debe representar a la iglesia de Dios en la cual brilla su presencia, y alumbra en toda la tierra. Oh hermano, la iglesia es un instrumento sagrado, y su luz, la del Espíritu, es la más brillante y hermosa que ojos humanos han visto. Es significativo y además curioso que el candelabro no debió hacerse en algún molde, sino por medio de golpes de martillos; no quedaría tan perfecto como si se fundiera como ya he dicho, en un recipiente con su forma, pero ese no era el propósito, que pareciera perfecto sino que sufriera los golpes, y sus golpes precisamente le dieran su forma y fueran visibles y quedaran como constancia, que los malos momentos y circunstancias vividas por la iglesia forman parte intrínseca y son realmente los que le dan forma. Una Iglesia, concretamente una vida cristiana, donde los golpes de martillo no sean visibles y que sólo se aprecie regocijo, buen humor y la marcha de las cosas buenas, es dudoso que esa vida o esa iglesia tengan una formación sagrada. La vida del creyente en Cristo no es tanto una obra de arte sino más bien el ejercicio de un orfebre instruido por Dios que golpea la forma y el fondo de ella hasta que aparezca el emblema de Cristo desde una punta hasta la otra.

25:33,34

“Habrá tres copas en forma de flor de almendro, con un cáliz y una flor”. Los frutos y la belleza que debe adornar la iglesia; porque no debe sólo arrojar luz sino ser útil y atractiva para que los hombres vean la belleza de Dios y gusten la gloria del Señor.

25:38

"Y sus despabiladeras y sus platillos serán de oro puro". Creo que fue Spurgeon el que dijo que dentro de los utensilios del tabernáculo no se encontraba ninguna apagadora, sino despabiladeras, porque el propósito, y tiene sentido, de ese instrumento es que mantenga la llama viva y los sacerdotes tenían esa función, hacer que el símbolo de la iglesia no se apagara ni echara humo. Muchas cosas Dios usa para espabilar la vida cristiana de los hermanos y hermanas de la iglesia. Las cosas que apagan su vida espiritual no pertenecen al tabernáculo de Dios, ni es el propósito divino, pudieran ser mundanas y diabólicas, pero nunca salidas del hálito de Dios que siempre tiende a avivar con sermones, estudios, y oraciones, la llama de la vida espiritual, la llama del Espíritu Santo.

26.

A Moisés se le dijo que “lo hiciera todo” según la revelación (25:40); esto y todo el levítico tuvo que copiarlo. Necesitaba tener conocimientos para entender lo que se le dictaba y paciencia para copiarlo todo, porque por medio de él Dios estaba dando la religión judía al pueblo. Seguro que sus libros tuvieron copistas posteriores, sin que mermaran los originales, porque “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2Ti.3:16).

26:14

“Harás también para la tienda una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de marsopa por encima”. Dos cubiertas; la más preciosa era la interior. Lo más valioso de Dios está en lo profundo, quiero decir muy adentro de su Palabra. Exactamente en las venas de Jesucristo. Y por añadidura en la mente de Jesucristo.

26:30

“Entonces levantarás el tabernáculo según el plan que te ha sido mostrado en el monte”. Cuando lo terminó pudo compararlo con el que había visto en visión. Y respiró y sonrió, complacido. Le saca a uno una sonrisa de aprobación y siente deseos de mostrarle admiración y concederle un abrazo, o para ser más religioso, una bendición.

26:34

“Y pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo”. Otra vez se menciona el propiciatorio o tapa del arca del pacto donde se esparcía la sangre de la víctima de la reconciliación, sobre la cual estaban clavados y fijos los ojos de los ángeles. Oh Cristo, los ejércitos y santos en el cielo miran tu cruz, y en gloria hablan de tu ida a Jerusalén (Lc.9:30,31).

26:35

“Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelabro enfrente de la mesa en el lado del tabernáculo hacia el sur; y pondrás la mesa en el lado norte”. Cada cosa en su lugar, en la posición indicada. Tiene el estilo de la parsimonia y riguroso orden de la creación del mundo.

26:36

“Harás también una cortina para la entrada de la tienda de tela azul, púrpura y escarlata, y de lino fino torcido, obra de tejedor. Y harás cinco columnas de acacia para la cortina, y las revestirás de oro, y sus ganchos serán también de oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas”. Una entrada bella y alegre, no triste. El tabernáculo, aunque era un lugar santísimo, solemne, no era un sitio melancólico, tenía colores muy bellos. La puerta del cristianismo es Cristo y tampoco es una entrada triste, sino que cuando uno pasa por ella “hay gozo delante de los ángeles de Dios” y cuando uno ha traspasado su umbral se le dice "entra en el gozo de tu Señor" “regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo regocijaos” (Mt.25:21; Flp.4:4). Es que Dios es muy bello, y quien sea contencioso estudie si puede con admiración, la creación. 

29:10

“Entonces llevarás el novillo delante de la tienda de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo”. Esto, como en otros lugares, significa "pon tu fe en Cristo" "aceptado" "recibido" "dale tu aprobación" (Lev.4:15; 8:14; 16:21).

Ex. 29:14

“Pero la carne del novillo y su piel y su estiércol quemarás con fuego fuera del campamento; es ofrenda por el pecado”. ¿Juntos, la carne con el estiércol? Quizás signifique que en la consagración lo mejor y lo peor debe ser destruido, el pecado y lo que estimamos (He.13:11). Oh Señor que yo esté dispuesto a renunciar a lo que más aprecio como al pecado que aborrezco. A heces fecales pueden las obras de la carnalidad ser comparadas.

29:17

“Luego cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus entrañas y sus piernas, y las pondrás con sus pedazos y con su cabeza”. Ya ves, los pies y las entrañas tienen que ser lavadas antes de ofrecerse al Señor. Nuestros pasos, nuestro corazón.

Ex. 29:18

"Olor grato" como en otros lugares no es el agradable olor de una carne bien condimentada y sabrosamente cocida; era carne quemada. Olor grato es hacer lo que Dios quiera. El olfato de Dios y el humano no son iguales. La palabra significa “olor de reposo” o descanso, y también delicioso. Somos grato olor de Cristo para los que se salvan y olor de muerte para los que se pierden (2Co.2:15,16). 

Ex. 29:19-21

“Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, y sobre el lóbulo de la oreja derecha de sus hijos, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, y rociarás el resto de la sangre en el altar por todos lados”. No puedes negar que todo esto es emblemáticamente sublime; la ropa, tan primorosamente hecha (como los estudios de un ministro) eran manchadas con sangre dándole así una impresión sagrada aún más religiosa al "honor y la hermosura", dejándolo sin atractivos estéticos, pero consagrados y útiles para su ministerio y oído, mano y pies dedicados por la sangre a su función salvadora, con la unción del Espíritu Santo representado por el aceite. Es lo mismo que “sangre y agua” en el NT. Oh, Señor, consagra nuestro intelecto, haznos apropiados para tu uso.

Ex. 29:22-25

“…y una torta de pan, una torta de pan con aceite y un hojaldre de la cesta de pan sin levadura que está delante del Señor”. Aquí el culto se vuelve doméstico; aunque sigue siendo ceremonial, hay gozo y satisfacción en la ofrenda mecida y ésta se convierte en ofrenda encendida, los movimientos cesan y va al fuego. Tal vez esto es un símbolo de la entrega del mensaje del evangelio ¡que es tan bello! Y si sigues leyendo (vv.26-28) el simbolismo se repite y la ofrenda encendida ahora se convierte en "elevada" que participan de ella los ministros que se nutren de su predicación. Y “ofrenda mecida”, digo yo, no sé, no son los movimientos que hacen los judíos junto al Muro de los Lamentos sino el ir y venir del fogoso predicador detrás de su púlpito. Por lo menos esa es la idea que me dan esos agitados mensajeros.

29:26-28

“…y una torta de pan, una torta de pan con aceite y un hojaldre de la cesta de pan sin levadura que está delante del Señor”. Oh Señor que yo me alimente de lo que digo. Si soy enseñado por ti (Jn.6:45).

Ex. 29:29,30

“Y las vestiduras sagradas de Aarón serán para sus hijos después de él, para que en ellas sean ungidos y consagrados”. Cuando Aarón pase, su ministerio continuará en sus hijos, vestirán igual, la misma talla, la misma verdad, la misma teología, sin descoserla y hacerle arreglos o modificaciones; el modelo, guste o no, debe quedar intacto sin omitirle un lazo, un botón, si lo tiene, sin dobleces como un diácono de Dios (1Ti.3:8), y con las mismas costuras y puntadas. Es decir, como fue dicho y hecho por los antiguos. Y si quien lee está despierto, inmediatamente notará que es símbolo de la doctrina hecha a la “medida de la estatura de Cristo” (Efe.4:13) y de su talla.

29:33

Nos alimentamos de las mismas doctrinas por las cuales hemos sido salvos: redención, justificación, etc.

29:37

“Durante siete días harás expiación por el altar, y lo santificarás; entonces el altar será santísimo, y todo lo que toque el altar será santificado”. Citado en Mateo 23:19. Todo lo que se pone dentro de él. Lo que Cristo toca o quien lo toca: toques que santifican. Su gracia llega hasta el borde de sus vestiduras, donde se hallan los santos más humildes (Sal.133:2; Mt.9:20).

Ex. 29:42-46

“Será holocausto continuo por vuestras generaciones a la entrada de la tienda de reunión, delante del Señor, donde yo me encontraré con vosotros, para hablar allí contigo”. Se llama "tabernáculo de reunión" (tienda) porque allí se reunía el pueblo con Dios; un emblema de Cristo; el tabernáculo celestial es Cristo; Cristo y su obra; Cristo y la iglesia. Dios habita entre nosotros en Cristo (Jn.1:14), y nos reunimos, escondidos de la venganza con Cristo en él.

Ex. 30:7

“Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; lo quemará cada mañana al preparar las lámparas”. Este altar tal vez represente a nuestro Señor Jesucristo sobre el cual quemamos nuestras oraciones. Son de olor grato a Jehová las oraciones matutinas y vespertinas (v.8). Debe ser lo primero y lo último que hagas cada día. Práctica perpetua. Abriendo y cerrando el día con Dios; suplicando gracia y agradeciéndola. Sobre este altar se derramaba sangre (30:10) una vez al año.   

Ex. 30:8

“Y cuando Aarón prepare las lámparas al atardecer, quemará incienso. Habrá incienso perpetuo delante del Señor por todas vuestras generaciones”. Un tiempo apartado sólo para la oración. La tarde y la noche, la mente cargada con el peso de la gloria de Dios. Oh dormir con los pensamientos del Señor, soñar con la Palabra y no con una conciencia turbada por los miedos y las vergonzosas culpas. Regresar por la tarde desde el templo, con Dios a casa.

Ex. 30:10

“Aarón hará expiación sobre los cuernos del altar una vez al año; hará expiación sobre él con la sangre de la ofrenda de expiación por el pecado, una vez al año por todas vuestras generaciones; santísimo es al Señor”. No absolutamente sin sangre; hay conexión entre la oración y la expiación, en el cuerno, en el poder. En esos cuernos hay indulgencia, poder y perdón (1 Re.1:51,52).

Ex. 30:11-16

“Cuando hagas un censo de los hijos de Israel para contarlos, cada uno dará al Señor un rescate por su persona cuando sean contados, para que no haya plaga entre ellos cuando los hayas contado”. Cuando se hiciera algún censo; para que todos recordaran el tiempo cuando Dios los había estado soportando. Yo no leo en la Escritura que los judíos le dieran importancia a los cumpleaños. Herodes el pagano sí, debiera ser un día de arrepentimiento; de ofrenda a la iglesia y de gratitud. Los que vamos cumpliendo muchos y recordamos las bondades divinas en el trayecto, no cesamos de sentir gratitud y asombro.

Ex. 30:17-21

“Las manos y los pies”, no la cara que es lo que la gente trata de mantener limpia, sino que son los hechos y los caminos.

 

No hagas una réplica del Espíritu Santo

Ex. 30:22-31

“Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones”.

Esto como lo veo, tiene que ser una figura del Espíritu Santo. La santa unción que consagra las cosas más santas de nuestro culto a Dios; cualquiera cosa puede estar bien hecha, primorosa y de oro, expiada con sangre, perdonada, pero aún necesita la unción del Espíritu Santo. No podía ser reproducido ni imitado (vv.32,33). Oh, Señor, aunque nos hayas perdonado, ayúdanos a andar en el Espíritu. Eso de imitación ¿no tendrá que ver con dos cosas: “fe no fingida” y “amor sin fingimientos”? (Ro.12:9; 1Ti.1:5; 2Ti.1:5).

Y puede que, con la imitación emocional de las obras del Espíritu, lenguas, éxtasis y cosillas parecidas, que pudiera Dios darlas porque es soberano, y que no deben ser fingidas, haciéndole mímica a fulano o mengano, que son líderes que parecen tenerlas. Debía haber diferencia entre lo santo y lo profano y que cuando se respirara el ambiente, especialmente el cuerpo, se notara la diferencia; y que un cuerpo pecaminoso no oliera a sagrado. Era casi obsceno que una dama perfumada oliera a aceite sacerdotal, y que un cualquiera, digamos, ignorante o fanático, haga una réplica, una copia espuria del Espíritu Santo y engañe al resto de sus simplones hermanos.

 

La adoración a Dios no debe oler a mundo

30:34-38

“Y el incienso que harás, no lo haréis en las mismas proporciones para vuestro propio uso; te será santo para el Señor”. Igual que el aceite, estaba prohibida su reproducción y uso profano; pero a diferencia del otro, sí representa la oración, sí debemos reproducirla, componer bien nuestra oración, mezclarla con los mejores ingredientes: la palabra de Dios, el Espíritu, la alabanza, la experiencia personal, de modo que sea una cosa sagrada y santísima. Ni convertir en uso mundano lo que es exclusivo del Señor. Por supuesto que no mezclarla con las cosas de la carne y con formas ceremoniales complicadas y destinadas a confundir y engañar a los que la oigan. Y no olvidemos reflexionar mientras oramos; también con la espontaneidad. Oh, Señor, enséñanos a mezclar bien nuestra oración y que sea pura y santa. Amén. Por eso es difícil orar bien si falta algún ingrediente. Mientras más de ello tenga más completa está la oración y mejor se ora, con aceite santo, que ya no es de oliva sino de sustancia divina. La adoración a Dios no debe oler a mundo.

 

Dios sabe a quienes les da sus dones

Ex. 31:1-11

“Mira, he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte, para elaborar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en el labrado de piedras para engaste, y en el tallado de madera; a fin de que trabaje en toda clase de labor”. Quizás no en ese momento les dieron esos dones para trabajar en la obra, sino que ya los tenían porque cuando se los dio pensó en usarlos en su iglesia. Se menciona el Espíritu Santo para que sepa que recibieron esos dones, no de modo natural sino sobrenatural; no habían nacido con ellos, sino que los descubrieron un día cuando supieron que hacían falta. Lo que somos capaces de hacer, Dios quiere que lo hagamos (Efe.4:8). Uno se pregunta ¿quién hará esto y lo otro? y es difícil hallar el apropiado, pero Dios cuando da sus dones sabe a quiénes se los dio y si los llama ya tenemos lo que andábamos buscando. Complementa mi ministerio Señor, con buenos obreros que tengan lo que a mí me falta.

 

La religión de los otros seis días

Ex. 31:12-17

“Por tanto, habéis de guardar el día de reposo porque es santo para vosotros. Todo el que lo profane morirá irremisiblemente; porque cualquiera que haga obra alguna en él, esa persona será cortada de entre su pueblo”. Un judío corriente que venerara la ley de Dios y estuviera inmerso en ella, por estas repeticiones sobre la solemnidad del sábado, tendría que respetarlo toda su vida. Esto es comprensible puesto que muchos judíos que aceptaron a Cristo y entendían su muerte como Cordero de Dios, como la Pascua, no querían renunciar al sábado. No entendieron que el sábado no era el único día religioso de la semana, ni en el único que debían mostrar religión sino la religión que vivían los otros seis días. El grueso de los judíos rechazó a Jesús porque se dieron cuenta de la dimensión de su persona; y como era predicado convertiría en nada todas las importantes ceremonias de la ley, incluyendo el sábado (Mr.2:23-28).

Ex. 31:17

“Es una señal entre yo y los hijos de Israel para siempre; pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó”. Esto parece un comentario del editor del Éxodo.

Ex. 32:1

“Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros; en cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido”. “Debe haberse perdido entre las nubes; quizás Dios se lo llevó o lo mató, necesitamos un nuevo líder espiritual y si no tenemos el de Dios hagamos otro”. Malo, cuando se piensa de ese modo, sustituir a un santo predecesor por un cualquiera o algún familiar importante como Aarón, pero con sangre sacerdotal y sin ese especial llamamiento divino. Y peor que todo constructor de un ídolo, aunque sea de oro, como el de las naciones, Egipto.

Ex. 32:1-6

“Y Aarón les dijo: Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos”. Parece insólito esto, la actitud cobarde y complaciente de Aarón; y traidora. Es incomprensible. Quiere complacer al pueblo, quedar bien con ellos y mantener el culto a Jehová. Eso es lo que tendría en su mente, que ellos podrían adorar a Jehová por medio del becerro de oro, y con el becerro. ¿Fiesta? (v.5). No, luto, arrepentimiento, ayuno. No alegría, no regocijo, no cantos ni alabanzas sino oración y confesión de pecados. No se resuelve una situación de apostasía con alabanzas y gozo. ¿Es lo que acostumbramos?

Ex. 32:1-6; He.3:7-19

Ex. 32:7-9

“Entonces el Señor habló a Moisés: Desciende pronto, porque tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido”. En el v.7 se enfatiza la posesión de Moisés diciendo "tu pueblo " "lo sacaste" (tú) como si Dios renunciara a él o Dios reconociera que él siempre estaba intercediendo a favor de él. Moisés amaba a su pueblo. En cuanto el pueblo tiene frente de él una imagen se olvida de lo que no ve. Si Aarón se hizo la idea que el pueblo adoraría a Dios, mirando la imagen, Dios se la echó por tierra (v.11). Se corrompió teológicamente primero y moralmente después (v.6; “regocijarse”, “jugar”). Sexo.

Ex. 32:10

“Déjame para que se encienda mi ira contra ellos y los consuma, haré de ti una gran nación”. ¿Por qué le pides permiso? Moisés se postró pidiendo perdón, tomó el brazo de la misericordia con sus manos y no dejó a la justicia moverse. Le debían la vida a sus oraciones. “¿Quieres que haga otro pueblo de ti?” “No”. “¿Un pueblo que sea como tú, que responda a tus expectativas, que realice tus ambiciones, que materialice tus sueños?”  “No, yo no quiero otro pueblo sino este mismo (vv.11-14), con el cual has tenido misericordia y has tenido propósitos muy hermosos, has dado promesas y juramentos. ¿Cómo cambiarás por mí los propósitos que has tenido con ellos? ¿Desaparecerán todos para que mi nombre quede?”.  No, este texto es para mostrarnos quién era Moisés como líder. Amaba más a su iglesia que su nombre y que a su puesto en ella.

 

Cuando ores, dirígete a la compasión de Dios

Ex. 32:14

“Y el Señor desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo”. Por supuesto que Dios es inmutable, el no cambia (Mal.3:6), no hay ni siquiera una sombra de variación (Sgo. 1:17). Moisés le hablaba a su Dios como a un compañero, "cara a cara", y se dirigía a él como si fuera "un varón" que podría entender perfectamente las flaquezas humanas, y que podía razonar desde el punto de vista de su humanidad (Ex.33:11); lo mismo que Josué, cuando se dirige a Dios le argumenta como si fuera un líder humano, pero glorioso (Jos.7:9); sin embargo no pienses en la inmutabilidad de Dios cuando ores, dirígete a su compasión como aquellos dos, como si le hablaras cara a cara y le preocupara el qué dirá la gente. Somos amigos de Dios ¿no? (Sgo.2:23, 4:4;), Como Abraham de Jehová y nosotros, por declaración expresa, amigos de Jesucristo, por nuestra familiaridad con los evangelios, con todo lo que él nos ha dicho (Isa.41:8; Jn.15:14).

Ex. 32:15,16

“Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas”. Estas primeras tablas no eran obras de Moisés sino de Dios; las otras fueron una reproducción de estas. En 34:1 promete recibirlas, pero en 34:27,28 se dice que Moisés lo hizo porque ya conocía su contenido. Es igual decir que la Biblia es un libro escrito por hombres bajo la dirección e influencia del Espíritu Santo que decir que Dios mismo tomó una pluma y la escribió (2 Pe.1:21). ¡Oh corazón incrédulo, cuando acabarás de creerla!

Ex. 32:17,18

“Pero él respondió: No es ruido de gritos de victoria, ni es ruido de lamentos de derrota; sino que oigo voces de canto”.  "Cantar" pero no salmos ni por alegría espiritual sino por alegría pecaminosa. Era una fiesta, muy alegre y sin Dios.

Ex. 32:19

“Y sucedió que tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas; y se encendió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie del monte”. ¿Ira? Es como si les dijera: "ustedes no se merecen esto, mirar esto, leer esto, oír esto"; y las quebró. No lo hizo por razones temperamentales, aunque estaba muy enojado, sino como una señal de desagrado de Dios. ¿Por qué veneras la Biblia, la lees, y no la vives? Si el mediador es un pastor enojado, seguro que no hará la Biblia pedazos, sino que golpeará con ella la cabeza de los traidores.

 

Hay que tragarse lo dicho y hecho 

Ex. 32:20

“Y tomando el becerro que habían hecho, lo quemó en el fuego, lo molió hasta reducirlo a polvo y lo esparció sobre el agua, e hizo que los hijos de Israel lo bebieran”. Inmensa es su autoridad (Dt.9:21). Sigue desconocido cómo este oro pudo ser reducido a láminas y después a polvo. Las partículas del oro no se separan. Lo cierto es que lo molió.  La ira de un “manso cordero”. Si uno peca, Dios no le dará a beber su Espíritu sino su pecado (1Co.12:13), culpa, vergüenza, humillación, pobreza y llanto. Beber del río de Dios, del agua de vida, es un privilegio. La única forma con la que aprendemos es esa, que tengamos que bebernos nuestra iniquidad como agua (Job 15:16). El buen líder es el que tiene en buena proporción mezcladas la justicia y el amor. Es como aquel “varón justo y bueno” (Lc.23:50). Se bebieron el becerro molido, quizás los líderes, unos cuantos, o muchos; de todos modos, la lección es dada, uno tiene algún día que tragarse lo que mal ha dicho, sus palabras o el mal que ha hecho. Le guste o no.

Ex. 32:21

“Entonces dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que hayas traído sobre él tan gran pecado?”.  “Tú eres el culpable porque lo has permitido (v.25); lo has consentido, no ejerciste tu autoridad espiritual para decirles que no; que si Moisés ya no estaba debías haber consultado a Dios para que pusiera otro líder; que el líder faltara, pero no la dirección divina”. ¿Viva la democracia en la iglesia? Más que eso, ¡viva la teocracia! El reproche está bien hecho como se lo hizo Abimelec a Abram (Ge.20:9).

Ex. 32:22

“Y Aarón respondió: No se encienda la ira de mi señor; tú conoces al pueblo, que es propenso al mal”. Moisés no le está hablando como a un hermano sino como a un ministro, por eso Aarón le llama "señor". ¿Piensas que por el alto puesto espiritual de tu hermano recibes licencia para pecar? No Aarón, te equivocas. No te respaldo. Te dejé al cuidado de mi pueblo, el pueblo de Dios y no supiste atenderlo bien, tú sabías cómo. Moisés siempre mantuvo su autoridad espiritual dentro de su familia, y aunque eran los suyos a él ellos lo miraban como el director espiritual de todos. Una ilustración de esto más moderna es la forma en que los hermanos carnales de Jesús lo trataban, con un tono diferente y con palabras diferentes a cuando palparon que era el Hijo de Dios; entonces le llamaban no hermano, ni Jesús sino "el Señor Jesucristo" (Jn.7:3,4; Sgo.1:1; Jud.1:1).

Ex. 32:22-24

“Y yo les dije: "El que tenga oro, que se lo quite." Y me lo dieron, y lo eché al fuego y salió este becerro”. Nota como Aarón se quita la responsabilidad: "Tú sabes que ellos son los culpables y no yo. Lo hice porque me lo pidieron. Tuve que acceder porque no tenía otras alternativas. No me pidas a mí cuentas sino a ellos". Dice el Tárgum que también dijo que cuando echó el oro en el fuego vino Satanás y le dio la forma de un becerro. Y le echó la culpa. ¿Pecarás porque los demás te obligan, y porque te piden que peques? ¿Les temes más a ellos que a Dios? Aarón es uno de los precursores de los ministros modernos que complacen al pueblo de Dios dándoles lo que como clientes y no verdaderos adoradores pidan. No es cierto que echó el oro en el fuego y misteriosamente se convirtió en un becerro. No hay nada de misterio en una desobediencia y las excusas son ingenuidades. No hay que dar una explicación mágica. No la tiene. Uno inventa mentiras para salirse de la situación cuando nos piden cuentas de nuestros actos. “Tú metiste la mano, tú le diste forma, no le eches la responsabilidad a las circunstancias o a que otros te hayan obligado”.

Ex. 32:25-29

“Y él les dijo: Así dice el Señor, Dios de Israel: "Póngase cada uno la espada sobre el muslo, y pasad y repasad por el campamento de puerta en puerta, y matad cada uno a su hermano y a su amigo y a su vecino”. Esto es una matanza; una y otra vez lo leemos, “la paga del pecado merece la muerte”; comenzando por los seres queridos que habían pecado. Dios buscaba gente celosa y radical que pusiera su Nombre primero que la familia. Si tu familia pecara ¿qué harías? ¿Te cruzarías de brazos porque es tu familia? Esta clase superior de personas son las que traerían bendición a la iglesia; la clase espiritual que la iglesia necesita. Por supuesto no que ahora el padre mate al hijo o el yerno a la nuera, sino no participar de pecados ajenos, aunque los tales tengan la misma sangre (1Ti.5:22).

 

Moisés deseaba tanto el perdón para ellos

Ex. Ex. 32:32-35

“Pero ahora, si es tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del libro que has escrito”. Tú no tienes que morir sino el que peque. Moisés le dijo: “Si tengo que dar la vida por el perdón de ellos la doy. Toma mi vida como ofrenda por ellos y perdónalos”; y Dios en su misericordia y el gran organizador de la vida así lo hizo y Moisés murió antes de entrar a la tierra de promisión. Los culpables tampoco entraron. Pudiera ser que Moisés se refiera al libro de la genealogía que pudo haber escrito sobre el monte donde se hallaban los nombres de las familias y casas de Israel (Eze.13:9). Propone a Dios lo que sabe que es imposible. “Si es necesario no quiero formar parte del número de los escogidos, cambio mi elección por la de ellos, dale mis misericordias, mi perdón; cambio mi honor por el de ellos”. ¿Deseaba tanto el perdón de otros? Moisés habla en forma hiperbólica para expresar el profundo afecto que siente por ellos. Similar a Pablo en Ro.9:3. ¡Con qué fuerza Moisés intercede! Si yo quiero llegar hasta ahí, sentir lo mismo, ¿qué más me falta? ¿Es la salvación ajena un negocio ajeno? No. También es mío. Quizás tenga algún día que dar más cuenta por la clase de oraciones que he elevado a Dios que por los sermones que he predicado. Quizás he mejorado algo en mi predicación, pero no tanto en la calidad de mis oraciones; siguen siendo apuradas, generales, superficiales y algunas veces con más desesperación que con fe; mucha gente perece aunque oramos por ella...no llegamos hasta donde queremos…a nuestras oraciones les falta alma, no son gritos desesperados, no clamamos; hablamos pero no como el ciervo gime por las   aguas... Oh Señor si yo pudiera clamar por la salvación de otros como lo hacía David Brainerd y Moisés.

 

Morir en la iglesia que más se ha amado

Ex. 32:34

“Pero ahora ve, conduce al pueblo adonde te he dicho. He aquí, mi ángel irá delante de ti; mas el día que yo los visite, los castigaré por su pecado”. Quiso decirle, “no me pidas que no los castigue cuando tengo que hacerlo. Lo que más puedo hacer por tu oración es un aplazamiento o sea diferir el castigo, y porque me lo has pedido, posponerlo para otras fechas”. En otras palabras, como si le hubiera dicho, continúa con tu ministerio, sigue adelante con tu vocación y cumple tu comisión, porque irrevocable son mis dones y mi llamamiento. Eso es lo que quería aquel varón manso, más manso que ninguno, que Dios fuera posponiendo el castigo que su pueblo se había buscado, que lo alejara de su ministerio, que lo hiciera al menos, cuando ya él no estuviera vivo. Y así Dios lo hizo y el mal vino sobre ellos, pero de modo distinto y paulatinamente, cuando ya su fiel líder estaba lejos. Si hubiera vivido más o se hubiera marchado, se habría enterado de lo que le pasaba a su muy amada congregación. Pero no vivió para verlo ni oírlo.

Lo que no permitió aquel ministro fue que la iglesia lo detuviera. Siguió con ellos, mirando hacia delante donde iba el ángel, que era lo mismo que mirando a Dios, avanzando detrás de una columna de fuego en sus muy oscuras noches, y en los días nublados y difíciles continuaba caminando como director de todos, sin parar, cubierto por una milagrosa nube. Todo eso le quiso decir con que prosiguiera con el llamamiento, hasta que él le dijera “basta ya”, y eso nunca se lo dijo sino “sube acá”, y cuando Moisés ya había dicho, escrito y hecho todo lo que Dios quería, subió al monte Nebo y allí murió, y antes vio de lejos todo lo que hubiera querido ver de cerca, el éxito de Jehová y el de su servicio por cuarenta larguísimos años. Entonces Dios tomó el anciano cadáver en brazos, llamó como custodio al arcángel Miguel a quien encargó para que el diablo no lo usara con fines idolátricos (Dt.34:1-6; Jud.v.9), y lo enterró. Moisés tuvo esa dicha, morir en la congregación que más había amado, descansando sin pleitesías póstumas.  Lo último que sabemos de él es que estando en la gloria bajó en una visión, al monte de la transfiguración, no para ver su amada iglesia sino para conocer cómo irían los acontecimientos de la crucifixión (Lc.9:29-31). No hay monumento ni placa que diga “en paz descanse”. Su obra sin él siguió (Apc.14:13).  

33:1-5,7

“Pero yo no subiré en medio de ti”. Oh Señor, por nuestros pecados tenemos que conformarnos con algo menos que tu presencia, como una bendición menor. En este caso tu pueblo tendría un mensajero tuyo, pero no la gloria de tu presencia sino la tuya depositada en una criatura superior a ellos, en un ministro. Ciertamente no es poco, es bastante, pero no es igual. Por faltas nuestras Señor, recibimos y tenemos que conformarnos un poco de tu Espíritu y no con tu plenitud, con poca fe y no con mucha. Oh Dios, vivimos por debajo de lo que pudiéramos, no llegamos hasta donde quisiéramos; no se salvan más pecadores, oh ¿qué haremos con un ministerio inferior, sino continuar gastándonos hasta el final y darte gracias por tu misericordia?

33:4,5

“Oyendo esta mala noticia vistieron luto”. Hicieron duelo. Hubiera sido bonito haber leído que se vistieran de luto, porque el Señor mandaba a otro en su lugar, pero no, se enlutaron por el castigo. Sí, la mala noticia es que Dios estaría ausente. Sí, pero peor aún hubiera sido que los hubiera "echado de tu presencia" (Je.23:39). Oh señor perdónanos porque tememos más el despojo como consecuencia que el retiro de tu presencia; perder lo que tengo o perderte a ti que es una pérdida mayor.

33:5

“Quítense los atavíos para que yo vea lo que voy hacer”. “Humíllense y déjenme a mí el resto. Ya escogeré como los he de bendecir cuando se hayan humillado”. Oh sí, Señor, haz que así obremos.

33:7

“Y sucedió que todo el que buscaba al Señor salía a la tienda de reunión”. “Lo llamó el Tabernáculo de Reunión”. Literalmente significa "la tienda señalada"; una tienda especial designada para consultar a Dios hasta que el grande tabernáculo fuera construido. Pudiera ser también una tienda escogida por Moisés para la adoración de su familia y de él mismo y que el Señor la convirtió en su casa. Por supuesto que técnicamente y por la implicación de lo que significaba, era un lugar de reunión. Se llamó así no porque el pueblo fraternizara dentro de sus cortinas sino porque allí se reunían con Dios; ambos se encontraban para buscar a Jehová. Los que realmente deseaban la presencia del Señor salían de dentro de sus compañeros y se alejaban de ellos; decían: “Si ellos no quieren arrepentirse yo sí, si el obstáculo para que Dios no esté conmigo son los otros, los dejaré”. Y salían.

33:8-11

“Y sucedía que cuando Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, y seguía con la vista a Moisés hasta que él entraba en la tienda”. Moisés iniciaba la adoración pública; cuando el pueblo veía que él y Dios se encontraban (¡qué privilegio que nuestros amigos y familiares se den cuenta que tenemos a Dios en nuestra casa!), salía afuera y se postraba sobre su rostro en la puerta de sus hogares. Es ahí donde empieza la adoración. Hombre, mujer y niños postrados en sus casas, que también por extensión y práctica pudiera ser llamada "casa de oración" (Mt. 21:13). Los vecinos hacían lo mismo. A nadie más Dios hablaba así "cara a cara"; como si se miraran ambos al rostro, pero no que Moisés le viera (v.20). Nosotros cuando oramos miramos a la cara de Dios aunque no lo veamos. Lo maravilloso es que nos hable sin sombras ni símbolos, por medio de su Espíritu con su palabra; cuando la leemos o cuando nos la explican.

 

Dios le dijo a Moisés “yo soy tu colega”

Ex. 33:12-16

“Y Moisés dijo al Señor: Mira, tú me dices: "Haz subir a este pueblo"; pero tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Además, has dicho: "Te he conocido por tu nombre, y también has hallado gracia ante mis ojos”. Me parece, con parcial seguridad, si se toman las extrañas palabras del v.11, juntas, que Moisés tuvo la idea de un ayudante, y quiso que Dios le diera un compañero que junto a Aarón (quien le había fallado) llevara las cargas en el liderazgo del pueblo; pero Dios le dijo que no, y que no se sintiera solo, que su presencia iría con él y que podría apoyarse en su brazo eterno y hallar descanso (v.14). Y eso lo supo Moisés muy bien que "acá abajo" tendría "sus brazos eternos" (Dt.33:27). Sin su presencia no podría enfrentar a los pueblos de la tierra, ni siquiera pasar cerca de ellos. No pensemos que podemos ir muy lejos sin la presencia de Dios. ¡Materialízate Señor, entre nosotros! “Si hay alguna posibilidad que no me acompañes, déjame aquí”. Y Dios le dijo: “No te preocupes, de todos modos, iré con ustedes”. Moisés le pedía fervientemente un compañero humano y Dios se ofreció él. Debió decir, “oh Señor, en mi difícil vocación con este pueblo, ayúdame a estar satisfecho contigo”. Moisés no quería sustituir a Dios, sino tener un colega. Dios le dijo, "yo soy tu colega, lo que quieras hallar en un hombre y colaborador, lo hallarás conmigo. No te hace falta otro hombro, Moisés, o Juan, o cualquiera de nosotros, para recostarte que el mío. Ese colega lo puedes hallar en mí, tengo tu sustituto, pero no un compañero". Y Moisés le contestó: “Comprendo lo que has dicho, vamos”. Y se fueron ambos, Moisés y la columna de fuego por larguísimos cuarenta años, conduciendo un montón de gentes, sin el nuevo diácono que estaba consiguiendo.

 

Verás mi corazón en la doctrina de la soberana elección

Ex. 33:18-23

“Y El respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión”.

Es una época de crisis tanto para el pueblo como para el liderazgo de Moisés; impresionado por la mortandad que Dios hizo (32:28), teme que Dios haya cambiado, que ya Israel no fuera su pueblo (vv.14-16). Íntimamente se siente inseguro. Dios le ratifica su elección, pero Moisés anhela algo más, ver la gloria del Señor. Conocerlo más para tener más gracia (v.13). Pero Dios sabe lo que él necesita, aunque su hijo no lo comprenda y le garantiza que debe esperar en su trato sólo bien (v.19); y para que se le quite su pesar por las recientes muertes y las bajas de su pueblo le propone una gran doctrina: la soberana misericordia de Dios (v.19); así de ese modo Moisés quedaría conforme y aceptaría como justo el trato que Dios a cada uno quisiera dar, sin enfadarse, sin molestarse, sin quedarse inconforme.

Una vez que lo ha convencido con argumentos, Dios no le concede lo que le pidió, sino un poco menos porque estando en la carne no estaba naturalmente capacitado para ver a Dios. No llegaría hasta donde espiritualmente quería, y sabría que su entendimiento de la Deidad tenía un límite que no era posible traspasar y debía dejar para el cielo una revelación plena. Dijo: “muéstrame tu gloria”, quiso decir, “muéstrame todo lo que tú eres, todo lo que tienes, quiero entenderte y conocerte hasta lo profundo” (1 Co. 2:10). El Señor le respondió: “No podrás entenderme completamente ni ver toda mi gloria, pero si lo que tú quieres es ver donde resplandece más mi gloria, si quieres llegar a la esencia de mi naturaleza, oirás que soy misericordioso, verás mi corazón, mi clemencia en la doctrina de la soberana elección (Ro. 9:14-16), la soberanía de mi misericordia”. Y quedó en lo mismo, que no se preocupara por las pérdidas.  Oh Dios muéstrame tu gloria perdonando.

La gloria de Dios que Moisés ansiaba ver nosotros la vemos en el conocimiento de Dios en la faz de Jesucristo (2 Co. 4:6), y nos percatamos de la soberanía de su gracia cuando de su propia voluntad tiene misericordia de quien quiere y a quien quiere endurecer lo endurece. Y se nos prohíbe la imprudencia de preguntar más y la soberbia de no estar de acuerdo. Es que esto es revelación, doctores de la ley de Jehová, y no filosofía del areópago. Discute tú con Dios si con desprecio a eso llamas doble predestinación o calvinismo, que para nosotros esas soberanas doctrinas de la gracia son asiento de regocijo y fe.

33:23

“Después apartaré mi mano y verás mis espaldas; pero no se verá mi rostro". Esto pudiera ser un procedimiento común de nuestra compañía con Dios. En sentido general uno no la ve porque Dios le tapa con su mano los ojos (v.22). Después hay un momento en que él aparta su mano y nos permite verlo, pero cuando ya haya pasado, es decir en el pasado, en la historia, en la experiencia cristiana, andando el tiempo. Lo que sí es difícil es ver su rostro, cara a cara cuando actúa; yo casi siempre lo veo de espaldas, también a mi lado y atrás, pero no muy bien en el momento mismo en que lo tengo en la cara. Nunca he podido darle alcance a Dios. Dios siempre es alguien que está delante de mí, es un plus ultra.

34:6,7

“Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad”. Jehová, Jehová (33:19). Dios habla de sí mismo en tercera persona (lo mismo hace Pablo de él 2 Co.12). Pero no tengo inconveniente en pensar que el historiador hiciera el inspirado comentario.

34:10

“Y Dios contestó: He aquí, voy a hacer un pacto. Delante de todo tu pueblo haré maravillas que no se han hecho en toda la tierra ni en ninguna de las naciones; y todo el pueblo en medio del cual habitas verá la obra del Señor, porque es cosa temible la que haré por medio de ti”. Es bonito oír a Dios hablar así, como si estuviera feliz y entusiasmado con las grandes obras que haría con su pueblo, "será cosa tremenda...", o cosas que infundirán miedo, maravillas. Oh Señor que no nos conformemos con lo que has hecho porque tú harás cosas "tremendas". A veces pensamos que Dios está renuente a hacer cosas tremendas o que se niega a hacer algo cuando él de sí mismo está entusiasmado con su propósito. El origen de la "apatía" o "inmovilidad" divina está en nuestros corazones. Dios no puede hacer maravillas sin nuestra obediencia. La fidelidad personal es primera que el trabajo personal. El gran frustrado en el NT se puede decir que es Dios primero que nosotros. Dios está dispuesto a hacer "cosas tremendas".

34:14

“…pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso…”. ¿Lo dice Dios o lo comenta el copista? El Espíritu suele hablar en tercera persona también.

34:16

 

“…y tomes de sus hijas para tus hijos, y ellas se prostituyan con sus dioses, y hagan que también tus hijos se prostituyan con los dioses de ellas”. Si te casas mal puedes perder tu religión.

34:21

“Seis días trabajarás, mas en el séptimo día descansarás; aun en el tiempo de arar y de segar, descansarás”. "En la arada" o tiempo de preparación de la tierra y es para frenar la codicia y confiar en la providencia. No digas "es el mejor día y se pierde la cosecha, mañana pudiera llover o caer una plaga de langostas sobre el cultivo"; así tienen que trabajar todos los días los que no tienen la bendición de Dios. Al menos por un tiempo. Aunque en el Nuevo Testamento el primer día de la semana no tiene toda la fuerza legal o ceremonial que el sábado de Moisés, la experiencia ministerial demuestra que si las bendiciones de Dios enriquecen a un creyente no tiene la obligada necesidad de trabajar de sol a sol todos los días del calendario, sino que días tendrá para reposar su cuerpo, dar y recibir el calor de la familia, e ir juntos a la reunión de la iglesia (Pro.10:22).

34:24

“Porque yo expulsaré a las naciones de tu presencia y ensancharé tus fronteras, y nadie codiciará tu tierra cuando subas tres veces al año a presentarte delante del Señor tu Dios”. “No temas que te arrebaten lo que te di, cuando te estás ausente; yo cuido lo que me encomiendas. Sé quiénes son los filisteos, moabitas y otros ladrones y los tengo vigilados”. No habrá invasión y el Señor dirigirá la codicia de ellos hacia otros objetivos dejando en paz la tierra de Israel. La patria no se cuida sólo con armas sino con oración.

34:28

“Y Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches”. Moisés pasaba mucho tiempo con Dios y su Palabra, oyéndola y escribiéndola. Noto que Dios quería estar con Moisés, lo retenía mucho tiempo a su lado. La bendición que llegó a ser sobre su pueblo fue un resultado de todo eso. Las ausencias de Moisés del campamento no dañaban su liderazgo sino que lo fortalecían y lo hicieron duradero. 

 

Descienda luz divina sobre nuestra vida

Ex. 34:29-35

“Y aconteció que cuando Moisés descendía del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios”. Esto fue porque habló a Dios cara a cara (33:11). ¿Subió un Moisés apesadumbrado, frustrado, desencantado? Regresó uno resplandeciente. Vivió esos días por la palabra de Dios y traía la presencia de él consigo. El pueblo tenía una señal de que en efecto había estado con Dios, y así reafirmaba el divino ministerio de su siervo. Oh Señor nuestros rostros se ven opacos porque es poco el tiempo que te hablamos cara a cara, apenas te damos tiempo para que compartas con nosotros tu divina gloria. Si fuéramos como Jesús brillaría en nosotros la gloria tuya (2 Co.4:4-6) en nuestras vidas. No es algo que se genera espontáneamente por una buena noticia sino algo de lo cual uno se impregna, es la "virtud" que nos envuelve cuando nos acercamos; un resultado por contacto, la cual el mundo no recibe porque no le ve ni le conoce. No queremos reflejar concupiscencias, envidias, celos, iras y mundanalidad, sino que seamos una antorcha que brille en lugares oscuros (2 Pe.1:19). Descienda luz divina por nosotros a la tierra, por nuestras vidas; llevemos a Dios en nuestra cara y en nuestro corazón. Amén.

35.

Por la forma general en que habla, por la mención del tabernáculo como si ellos no conocieran, parece que Éxodo haya sido escrito después de Levítico.

35:22

“Todos aquellos de corazón generoso, tanto hombres como mujeres, vinieron y trajeron broches, pendientes, anillos y brazaletes, toda clase de objetos de oro; cada cual, pues, presentó una ofrenda de oro al Señor”. Nota que se quitaban sus adornos para traerlos para hacer el tabernáculo. Ojalá tengas tantas joyas para adornar tu espíritu como tienes para adornar tus orejas, brazos y nariz.

35:27,28

“Y los jefes trajeron piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral”. Estos tuvieron el privilegio de traer las joyas más importantes de las sagradas vestiduras.

35:30-35

“También le ha puesto en su corazón el don de enseñar, tanto a él como a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan”. Hombres especialmente dotados para hacer este trabajo. Cuando Dios quiere hacer una obra trae a los hombres y mujeres (vv.25, 26) capaces de hacerla. De Dios es el proyecto (vv.25-40); la cooperación del pueblo, la ejecución y el apoyo financiero (vv.22, 27, 28,32); y en esta porción el llamamiento de personas capaces de usar lo que tienen en lo que Dios quiere: plan, dinero y cooperación (36:1,2). Y como si fuera poco organizan cursos de enseñanza para hacer diestros como ellos a multitudes de hombres y mujeres ansiosos por aprender. Y compartían alegremente sus dones. La palabra enseñar en griego significa algo que fluye o corre como el agua. La palabra de Dios también corre (2Te.3:1).

36:1,2

“…y a todo aquel cuyo corazón le impulsaba a venir a la obra para hacerla”. Insiste en que Dios los había dotado y que voluntariamente se ofrecieron para hacer trabajo. “Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder” (Sal.110:3). Benditos sean aquellos que tienen la “voluntad presta” para cooperar. Dios siempre nos impulsa a cosas buenas, y nuestras mejores iniciativas o planes los ideó él.

36:2-7

“…y dijeron a Moisés: El pueblo trae más de lo que se necesita para la obra de construcción que el Señor nos ha ordenado que se haga”. Es un reconocimiento que el Espíritu Santo le hace al pueblo. Fue un entusiasmo general que se propagó por todo el campamento y cada familia en su propia tienda hilaba, tejía, cosía, o labraba afuera; tomaban sus mejores telas y las usaban para el santuario y fundían sus joyas para instrumentos sagrados. Oh Señor, si tú bendijeras tu obra así; ojalá no fuera necesario promover la colección de ofrendas sino detener la generosa mano de ellos, que tenían “la voluntad presta” (2 Co.8:12), porque aquí el testimonio fue que traían más de lo que se necesitaba, de sobra. Amén.

36:19

“Hizo también para la tienda una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de marsopa por encima”. Hubiera quedado muy bonito y llamativo si la última cubierta hubiera sido la roja; pero la última fue la de los tejones (marsopa), gris. La belleza de la casa de Dios es interior; es el lenguaje de la sangre de Cristo. Lo más bello de un cristiano es su “hombre interior”, no su cuerpo que se “desgasta” (envejece) día por día (2 Co.4:16; Efe.3:16). Lo mismo se dice de una cristiana. A Jesús se le puede ver por fuera “que no hay en él parecer ni hermosura" y verle "más sin atractivos” pero por dentro es “el más hermoso de los hijos de los hombres, la gracia se derramó en sus labios” (Sal.45:2).

36:20

“Hizo luego para el tabernáculo tablas de madera de acacia, colocándolas verticalmente”. Nadie que no sea recto puede formar parte de la casa sagrada de Dios; sus ministros tienen que tener vidas sin dobleces ni curvas; ejemplo de rectitud. LBLA y la King James dicen “verticalmente” o para colocarlas en esa posición, para “estar derechas”. De todos modos, la aplicación con Reina-Valera es válida. En lenguaje popular decimos: “Tiene una conducta vertical”, o sea, derecha. Es justo. Dios nos pide que andemos derechos.

36:22

“Cada tabla tenía dos espigas para unirlas una con otra; así hizo con todas las tablas del tabernáculo”. En el evangelio un creyente se une a otro por tres espigas: amor, fe y esperanza. Ese es el mas yo os digo de Jesús (Mt.12:36).

 

La Biblia, un libro hecho con martillo, plumas y tinta

Ex. 36:9-38

“Y Bezaleel, Aholiab y toda persona hábil en quien el Señor ha puesto sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra de construcción del santuario, harán todo conforme a lo que el Señor ha ordenado” (36:1). Una casa apropiada para el desierto, transportable, preciosa, bella y sagrada. El pueblo sabía que fue diseñada por Dios, que miraban un modelo divino, no algo bajado del cielo sino fabricado por ellos, por hombres muy dotados por el Señor y estrictamente ajustados a los diseños de él; pero ellos también habían tenido participación en su construcción. Pasando por enfrente quizás podrían reconocer algo de lo que habían dado o hecho, oro, telas, madera, etc. El tabernáculo se parece a la formación de la Biblia. ¿Qué, es un libro escrito por hombres? Sí, ¿y qué? El diseño de ella es divino pero muchos hombres y mujeres han trabajado primorosamente en su construcción. ¿Quieres hallar la verdad? Escudriña la Escritura, inclusive lo que cantaron Moisés y Miriam. Estúdialos a ellos, la experiencia cristiana que tuvieron, la fe o carencia de ella, lo acertados y desacertados que estuvieron, sus fidelidades y pecados, cómo se rebelaron y fueron perdonados. Fíjate y piensa en Caín, en la serpiente antigua, en Balaán el falso profeta, en Anás, Caifás y Judas Iscariote. Ponlos en la mirilla de tu estudio y descubre lo que el Espíritu Santo nos dijo por medio de sus vidas. Escucha a Satanás cuando habla con Jesús, y óyelo a él en el huerto y en la cruz. En la Biblia siempre hallarás huellas de hombres y huellas de Dios, mensajes labrados, palabras primorosas, la gloria y presencia de Dios en ellas. Tiene las huellas de Moisés, de Josué, de Esdras, Nehemías, Pablo, Juan, Pedro. Y también de vidas que no escribieron nada en ella sino sus historias como Rut la moabita, Timoteo, Tito y Epafrodito, Evodia, Síntique y Priscila. Dios contando la verdad sobre la experiencia humana, escribiendo su revelación por manos de hombres. Es un libro para mí, el mejor de cuantos los hombres hayan escrito.

Como el tabernáculo, es una obra de Dios y de hombres, para los hombres; de hombres para los hombres; la revelación celestial, el mensaje divino, fundido y martillado, esculpido, labrado, tejido y teñido, por manos de hombres capacitados y santos. “Aquellos varones hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”, con martillo, plumas, pergaminos y tinta (2 Pe.1:21).

 

Grandes cristianos, hechos a martillazos

37:7

“Hizo igualmente dos querubines de oro; los hizo labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio”.

Parece un buen símil de la santificación de los creyentes en Cristo, quiero decir de la formación de Cristo en ellos (Ga.4:19). Como los querubines que estaban sobre el arca del pacto fueron labrados a martillazos, así hay creyentes, comúnmente muy santos, quienes a las aflicciones o golpes de la vida, pueden agradecer la forma que tienen, tan virtuosa, dedicada y emblemática. Si no fuera por la multitud de golpes que les han dado no serían lo que hoy son, como ángeles de Dios, apartados del mal y semejantes a su Señor, aquel varón de dolores, experimentado en quebrantos.

¿Por qué has de tomar tus aflicciones y sinsabores como mala intención de la providencia? Si no fuera por el cruel martillo, la forma, tan semejante a Jesús que hoy tienes, no la tuvieras. ¿No has querido ser transformado de gloria en gloria conforme a la imagen de su Hijo? (2Co.3:18). Pues Dios te ha concedido esos deseos permitiendo que el martillo caiga sobre ti una y otra vez, sobre los pies hasta que queden formados y firmes como los de un varón del cielo, sobre tu corazón para que lata al ritmo de Dios y no de la época, preparado para recibir y aguantar adversidades; y hasta sobre el rostro también han llegado los firmes golpes y ya tu gloria no es tu vergüenza sino la cruz de Cristo (Flp.3:19; Ga.6:14), desde donde ahora brilla la gloria del Señor y la hermosura de su santidad, forjados con vergüenza y honor.

Cuando Aarón hizo su idolátrico becerro de oro, dijo él que echó el oro y salió el animal (excusa), también usó el doloroso buril (32:4), pero cuando el Señor ordenó aquellos dos querubines no fue así, sino que por medio de golpes se propuso que los esculpieran. No fue un vaciado momentáneo, no fue un molde prefabricado. Nada de eso. La forma estaba en la mente y en el pensamiento de quienes los hacían.

Cuando el Señor quiere hacer un creyente muy singular, nadie conoce lo que hay en sus pensamientos, son cosas que Dios tiene reservadas para sí, y le da forma, casi siempre con contratiempos, adversarios, escaseces, malos pronósticos, según corre el curso de su vida. No quedaría, quizás tan pareja y perfecta como si hubiese usado un molde ajeno, pero Dios no ha querido eso, una reproducción de otro santo, una réplica humana, sino uno propio, según su gusto, a su forma, manufacturado, cincelado con su palabra, quizás al gusto del mundo no perfecto, si se juzga por las leyes del arte de los hombres, pero para el Señor es suficiente conocer que se ha hecho conforme lo mandó, según la apariencia del cielo y no la de la tierra.

37: 8

“…un querubín en un extremo, y el otro querubín en el otro extremo; hizo los querubines en los dos extremos de una pieza con el propiciatorio”.

Los querubines eran adornos, no deidades. No son dioses, Juan, no somos dioses, dijeron Pablo y Silas y Pedro (Hch.10:25,26;14:11-15). Tenían razón, no son dioses los ángeles ni los magistrados, ni Herodes el tetrarca de Galilea, ni tal y más cual dictadorcillo latinoamericano.

38:1

“Hizo también el altar del holocausto de madera de acacia, de cinco codos su longitud, de cinco codos su anchura, cuadrado, y de tres codos su altura”. El arca se hizo primero; lo más importante, para enseñar que “en todo Cristo tenga la preeminencia” (Col.1:18); y cuando

38:2,3

“Y le hizo cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos eran de una misma pieza con el altar, y lo revistió de bronce. Hizo asimismo todos los utensilios del altar: los calderos, las palas, los tazones, los garfios y los braseros. Todos sus utensilios los hizo de bronce”. Para adorar a Dios con comida; y ¿en qué otra forma? Unas veces Dios consumía con fuego aquellos alimentos y otras ellos se los comían. Porque nosotros, hechos sacerdotes por Cristo (Apc.1:6), comemos lo mismo de Dios, o mejor dicho lo que sacrificamos a Dios, de la misma torta y de la misma carne (He.7; He.13:10). Nos gusta lo que le gusta a Dios.

38:8

“Además hizo la pila de bronce y su base de bronce, con los espejos de las mujeres que servían a la puerta de la tienda de reunión”.

Qué dato más bonito éste, las mujeres donaron sus instrumentos de belleza para la obra de Dios. Espejos de bronce altamente pulidos. ¿Recuerda cómo Pablo dijo que ahora veíamos “como por espejo, oscuramente”? Porque todavía no se conocía el espejo moderno donde una se mira perfectamente el rostro. Posteriormente utilizaron mica. Estaría bien si algunas hermanas muy presumidas, las de "peinados ostentosos", sacrificaran un poco de sus cosméticos y enviaran el importe para que coma algún misionero. Sólo es una sugerencia. El apóstol pide más humildad que la que yo sugiero (1 Pe.3:3-5).

38:18

“Y la cortina de la entrada del atrio de tela azul, púrpura y escarlata, y lino fino torcido era obra de tejedor”.

Cuando uno se acercaba al tabernáculo veía su puerta azul como la del cielo; y la roja para indicar la sangre de expiación.

38:20

“Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce”. Para sostener firme la tienda, como las promesas de Dios. El Señor manda que se refuercen las estacas de su iglesia (Isa.54:2), que indudablemente son sus guías. En una estaca tan importante, es su profundidad como su altura, lo que se ve y lo invisible, la "profundidad y altura" del amor de Cristo (Efe.3:18).

38:24-31

“El total del oro empleado para la obra, en toda la obra del santuario, es decir, el oro de la ofrenda mecida, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, según el siclo del santuario”.

Se llevó cuenta de todo lo que se usó; el pueblo supo y miró que se había empleado su dinero. Hicieron bien en llevar un registro de las donaciones por cantidades y nombres para saber exactamente lo que costó la casa del Señor. Y para que nadie tuviera malas sospechas (1Ti.6:4). Se llevó el récord no para demostrar la honradez de los dirigentes sino para hacer constancia de la generosidad de ellos y la grandeza de la obra que habían hecho. El tabernáculo salió del bolsillo de todos.

39:5  

“Y el cinto hábilmente tejido que estaba sobre él, era del mismo material, de la misma hechura: de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido, tal como el Señor había mandado a Moisés”.

Así primorosamente, vestidos de oro y lino, no ordena el Señor a los ministros del evangelio que se vistan, "con vestiduras delicadas" (Mt.11:8), costosísimas, como los que están en palacios de reyes; y a veces entre o enfrente de hermanos "de humilde condición" (Sgo.1:19); esta vestidura es un emblema espiritual de Cristo, nuestro sumo sacerdote, y de todos los santos que se visten de su justicia (Ro.13:14).

39:6,7

“También labraron las piedras de ónice, montadas en engastes de filigrana de oro; fueron grabadas como las grabaduras de un sello, con los nombres de los hijos de Israel”.

Oh sí, la obra de Cristo lleva todo eso, no en emblema sino por eterna elección nuestros nombres son inscriptos en los cielos (He.12:23). Ahí tenía esos nombres, cerca de su corazón para que intercediera a Dios por ellos. La intercesión sería la principal función del sacerdote, conjuntamente con los ritos o doctrinas de la expiación, redención etc. Aquello que tenía que ver con el derramamiento de la vida, porque ella en la sangre de los animales está. El sumo sacerdote si era de mala memoria ahí tenía los nombres junto a su pecho para que los leyera despacio y musitara en silencio lo que leía a Dios. Amén

39:10-14

“Y montaron en él cuatro hileras de piedras. La primera hilera era un rubí, un topacio y una esmeralda”.

Los sacerdotes llevaban sobre su pecho, ante Dios, escritos sobre joyas los nombres de las doce tribus de Israel, ejemplo de cómo el ministro evangélico debe llevar en oración los nombres del Israel de Dios que cuida. Y nunca, jamás, pecar contra Jehová cesando de rogar por ellos (1Sa.12:23). Un bonito ejemplo (Col.2:1). Dejar de orar por la iglesia, si se trata de un ministro de Dios, no tiene excusa.

 

La obra de Cristo es una fortuna

Ex. 39:15,16

“Y en el pectoral hicieron cadenillas de oro puro en forma de cordones trenzados. Hicieron también dos engastes de filigrana de oro y dos anillos de oro, y pusieron los dos anillos en los dos extremos del pectoral”. Filigrana, como dice la Biblia de las Américas, es una obra muy fina y delicada de hilos de oro y plata. ¡Dios mío!, este hombre, el sumo sacerdote, estaba vestido de oro, era una fortuna lo que se ponía y ¿qué vale más que Cristo? Cristo es mi fortuna y mi tesoro. ¡Cuánto oro y diamantes! Cada creyente puede decirle, “tú eres mis joyas”. Y lo mismo a sus doctrinas de salvación. Cualquiera de ellas, la justificación, expiación, redención, elección, predestinación. Si conociéramos más a Jesús estaríamos en este mundo, más satisfechos de lo que vivimos; si estamos en él, tenemos este tesoro, aunque seamos “vasos de barro” (2 Co.4:7). Oh que no miremos su obra como poca cosa como si fuera algo barato. Gracias Señor por tu encarnación, por tu pobreza en el pesebre, por tu misericordia y bondades, por tus lágrimas, tu sudor de sangre y por tu muerte en la cruz, y por tu pobreza con la cual somos enriquecidos (2 Co.8:9). Como dice el apóstol, hermanos, debemos saber "lo que Dios nos ha concedido" (1 Co.2:12).

39:26

“Hicieron también campanillas de oro puro, y pusieron las campanillas entre las granadas alrededor de todo el borde del manto, alternando una campanilla y una granada alrededor de todo el borde del manto para el servicio, tal como el Señor había mandado a Moisés”.

Cuando aquel santo ministraba, sus ejecuciones se escuchaban; el pueblo no lo veía pero lo escuchaba y sabía que estaba vivo en la presencia de Dios. Nosotros tenemos una seguridad más grande, la resurrección de Cristo, no débiles tintineos de campanillas sino una más grande realidad, una campana que sonó en la tumba de José de Arimatea. Vive siempre para interceder por nosotros (He.7:25).

39:30,31

“E hicieron la lámina de la diadema santa de oro puro, y grabaron en ella como la grabadura de un sello: Santidad a Jehová”. ¿Qué significa? Que el pueblo me debe tener como un hombre santo; tengo un ministerio santo, la santidad es la principal y más alta vestidura de mi trabajo; eso ya lo vimos cuando Dios llamó a Moisés desde una zarza en el desierto; sin santidad no podré ver a Dios; tal vez no tenga otras cualidades de mi intelecto, pero está sí debo tratar de tenerla y se llamado por el Espíritu Santo "santo y fiel" (Efe.1; Col.1:2). Que los de Antioquía me llamen cristiano (Hch.11:26), y por ese nombre he estado dispuesto a padecer (1 Pe.4:16), pero mucho más me deleita el ser llamado por Dios Santo y fiel. Y eso tendrá que ver con mi condición moral. Oh Señor hazme santo y fiel, que sea esa la virtud más excelsa de mi cargo y la primera que sobresalga cuando el prójimo me mire. Y que yo no la vea. Las manos que colocan y retiran los panes de la proposición deben estar limpias.

39:36

“…la mesa, todos sus utensilios y el pan de la Presencia”.

La RV dice “pan de la proposición”; aquí dice “de la Presencia” con mayúscula, porque eso es lo correcto porque eran panes que se colocaban sobre el altar “ante la cara de Jehová”.

39:41

“…las vestiduras tejidas para ministrar en el lugar santo y las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos para ministrar como sacerdotes”.

Iguales a las de mi padre o casi iguales (v.43). La examinó y vio hecha realidad su visión, en grande lo que había visto en miniatura. Su corazón se alegró, sonrió, alzó sus ojos al cielo y pidió una bendición. Oh Señor concédenos materializar nuestros sueños celestiales; que hagamos punto por punto lo que quieres. Oh Dios muéstranos tu gloria. Amén.

Ex. 40:8-16

“Luego tomarás el aceite de la unción, y ungirás el tabernáculo y todo lo que hay en él; y lo consagrarás con todos sus utensilios, y será santo”.

Todo estaba perfectamente hecho, pero le faltaba algo, el aceite sagrado que simboliza la unción del Espíritu Santo. Hacer las cosas como Dios quiere está bien, luego hay que esperar en fe que el Señor las bautice con su presencia para que estén completas. Son verdaderamente santas nuestras obras si el Señor las unge con su Espíritu. Quizás algo semejante a eso en el evangelio sea cuando Pablo notó algo raro en aquellos discípulos en la iglesia de Éfeso, que eran como unos doce hombres que habían escuchado a Juan, habían creído, pero les faltaba algo, el Espíritu Santo (Hch. 19:1-7). Sin la bendición del Espíritu Santo todo lo que hagamos resulta incompleto, se ve raro, le faltaba algo para llegar a ser lo que tiene que ser. Ese es el caso, nunca hacemos las cosas como debiéramos hacerlas, como siervos inútiles, porque el trabajo que hemos realizado necesita la bendición del Espíritu Santo, su unción.

40:21

“Y metió el arca en el tabernáculo y puso un velo por cortina y cubrió el arca del testimonio, tal como el Señor había mandado a Moisés”. El arca, la presencia de Dios, quedó oculta, sin un reflejo de gloria para nadie; no como en el Antiguo Pacto sucede en el Nuevo donde la gloria de Dios brilla en el rostro de Jesucristo (2 Co.4:6).

Ex. 40:34,35

“Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el tabernáculo”.

Primero las cosas completas y bien hechas, después la unción del Espíritu Santo y por último sin pedirlo, Dios que todo lo observa, mostrará su gloria sobre ese trabajo. Ver nota vv.8-16. Sea la iglesia, Señor, tan llena de tu gloria que no quepa dentro de ella nada que no sea divino. Lo opuesto pasa, que la iglesia, o nuestra alma, está tan ocupada por cosas nuestras que hay poco espacio para la esencia divina. Mientras más se fortalezca el yo y su concubina la carne, menos de Dios hay. La vida que resulte de ese experimento no dispondrá de la gloria de Dios. ¿Y cómo tendrá gloria Dios si todo se ha hecho pragmáticamente secular?

Ex. 40:36-38

“Y en todas sus jornadas cuando la nube se alzaba de sobre el tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha; pero si la nube no se alzaba, ellos no se ponían en marcha hasta el día en que se alzaba”. Unas veces estaban en marcha y otras sentados esperando. Hacer es importante pero la esencia de los hechos de fe es la obediencia y una diaria paciencia de espera. No marches cuando el Señor está quieto ni te sientes cuando se mueve. No pierdas de vista a Dios.

 

            Levítico

 

“La cuestión de la autoridad propiamente no procede de este libro. Cualquiera cosa que pueda ser dicha de Génesis y Deuteronomio, el segundo, tercero, y cuarto de los libros de Moisés, todos permanecen juntos, o caen juntos. No hay nada en el libro de Levítico para separar su autoridad y autenticidad con respecto al Éxodo que lo precede, ni a Números que lo sigue. Hay solamente un pasaje que pudiera indicar un autor diferente y posterior a Moisés. Es el siguiente pasaje, “no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de vosotros” (18:28). 

“Se ha argumentado de una forma plausible que como la conquista de Canaán ocurrió después de la muerte de Moisés, estas palabras deben haber sido escritas por alguien que vivió después de él. Pero un examen del contexto echa fuera toda la fuerza de este argumento. El capítulo 18 está dirigido contra los matrimonios incestuosos y codiciosos; y, después que el dador de la ley ha concluido sus prohibiciones, él procede: " Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo. “Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico, El Comentario del Púlpito, pags.VII, VIII).

 

“Muchos ritos Levíticos parecen que no tienen significado. Sin embargo, cobrarían significado si se presentan en una nueva relación. Como dije cuando hablé de la figura de una estatua de mármol que puede presentarse como si se moviera, y variar su expresión de modo tal que parezca sonreír cuando el que la cincela tiene la habilidad para hacerlo y le varía las expresiones de modo tal que parece sonreír y moverse con una luz nueva que brille en su figura-así del mismo modo ocurre con Levítico que se puede leer de modo tal que las figuras que parecen no tener vida la tengan si se alumbran con la luz de aquel gran Día. De todos modos, orando así este libro largamente olvidado sería apreciado. Israel, el buen olivo, de nuevo volverá a ofrecer su fruto a las naciones (Ro.11:17). Así el antiguo ritual podría ser plenamente comprendido y la verdad encontrada iluminando desde la oscuridad. Cuando Jesús, el sumo sacerdote, sale del lugar santísimo, brotarán fuentes de agua viva a donde nos guiará. Él mismo aparecerá como el glorioso anti-tipo.

“Pero procedamos ahora a tratar al contenido del libro. Encontramos enseguida que contiene un completo sistema de verdad, que exhibe el pecado al pecador, y también la gracia y el Salvador. También comprende detalles de deberes y otras cosas para las edades por es venir. En resumen, cualquiera que tenga que ver la relación del pecador para reconciliarse con Dios en este mundo y la conducta que debe llevar dentro de él. Nuestro Padre celestial ha condescendido en ayudar a sus hijos y enseñarlos con muy expresivos cuadros, dentro de los cuales expresa su amor por ellos.

“El gran principio de interpretación que sostenemos es la práctica apostólica. Esta es la llave que habremos de usar para abrir esos símbolos. Encontramos que los sagrados escritores establecen la semejanza que existe entre la cosa que es tipificada y el tipo mismo, y con eso ellos se satisfacen. Por lo tanto, esa será la regla que habremos de seguir y establecer la relación que encontremos entre ellos. Seguidamente a esto, quiero decir al encontrar esos tipos tocaremos hallarle la relación que tiene con Cristo que es el centro de la revelación (¡y ningún principio están obviamente cierto como este!). El cuerpo y la sustancia de la ley es Cristo (Col.2:17), donde las sombras son proyectadas por Cristo el cual es "el cuerpo". Este es el tipo que desde siglos ha sido pre anunciado y revelado en la Escritura a los hombres. Es un hecho en el Nuevo Testamento que esa luz ha llegado hasta nosotros para nuestro beneficio y en él reposa, y eso haremos hallarle a esas sombras su cuerpo, o sea su significado. 

“El Sr. McCheyne así se expresa en una ocasión cuando escribió una carta a un amigo, diciendo, ‘supón alguien para quien tú no eres conocido estuviera envuelto en un grueso velo de modo tal que no puedes verle el rostro. Sin embargo, observando las curvas lineamientos del rostro y la forma, puedes tener una idea de la belleza y perfección de aquel a quien no puedes ver completamente. Pero haz la suposición que se trata de alguien a quien conoces bien y a quien amas y cuyo rostro has estudiado muy cerca, sin embargo, está cubierto o velado en la forma en que te he dicho, sería muy fácil para ti identificarlo, aunque fueran sólo detalles los que pudieras mirar. Eso fue lo que ocurrió con los judíos que trataban de ver en el Antiguo Testamento al mesías que esperaban, pero que estaba velado a los ojos de ellos. Por ejemplo, eso podrían verlo en el sacrificio de Isaac (Ge.22), en Azazel (Lev.16), en la sombra de la gran roca (Isa.32:2), en el manzano (Cant.2:2), o sea ¡en todos esos exquisitos cuadros de Jesús’.

“De la misma manera Juan Bunyan escribe cuando representa Alma-Humana, en su libro La Guerra Santa, cenando a la mesa del Príncipe Shaddai, y Emanuel su Hijo y las guerras contra Alma Humana, y entonces cuando los enigmas puestos delante de ellos y miraron el rostro del Príncipe, las cosas les parecieron iguales, el uno a la otra, de tal modo que Alma Humana no pudo sino decir, ¡este es el Cordero! ¡Éste es el supremo Sacrificio! ¡Este es la Roca! ¡Éste es la Baca Alazana! ¡Éste es la Puerta! Y ¡éste es el Camino!

"A Moisés le tomó un mes para entregar las ordenanzas de este libro (Ex.40:17; Num.1:1). Son las revelaciones de aquel memorable mes las que vamos a estudiar. Witsius dijo que a Dios le tomó sólo seis días para crear el mundo, pero 40 con Moisés para enseñarle todo el diseño del tabernáculo, porque la obra de gracia es más gloriosa que la obra de la creación. Así encontramos una ley tomando sino tres días, pero estas regulaciones que exhiben el amor y la gracia de Dios están dispersas dentro de muchas semanas. ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’ (Jn.1:29). El tabernáculo fue aquella tienda cuyos dos apartamentos, separados por un grueso velo, formaba el lugar Santísimo. Este tabernáculo fue la habitación de Dios sobre la tierra; donde él se encontraba con los hombres, la señal de su retorno al hombre después de la caída en pecado. Fue en este sitio donde se escuchó la voz del Señor Dios, como en el jardín de Edén a la hora fresca del día" (Commentary on Leviticus, Andrew A. Bonar. Pags.3,4. Sovereign Grace).

 

Lev. 1:3

“…ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor”. Ofrenda perfecta y voluntaria como Jesucristo, “cordero sin mancha ni contaminación” (1 Pe. 1:19).

1:4

“Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él”. El simbolismo es hermoso y elocuente, establece una conexión, identificación, fe. La fe es lo que Dios nos da por medio de su palabra para conectarse con nosotros y tener comunión o compañerismo. Todo lo que nos llega de él nos viene por esa vía. La conexión con Cristo, nuestro Holocausto, es fundamental para que lleve nuestros pecados sobre el madero.

 

Las entrañas y los pies limpios

Lev. 1:9-13

“Pero las entrañas y las patas las lavará con agua, y el sacerdote lo ofrecerá todo, quemándolo sobre el altar; es holocausto, una ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor”. ¿Hay dos sitios más inmundos que esos, nuestras entrañas y los pies? Sí, la mente carnal excede en impurezas a los intestinos y acumula más inmundicias. Pero las entrañas y las patas las lavará con agua, y el sacerdote lo ofrecerá todo, quemándolo sobre el altar; es holocausto, una ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor”. ¿Las entrañas y las patas? ¿El Señor quiere eso? ¿No tiene suficiente con las partes más honorables y limpias? Digamos las mejillas, la barbilla, los brazos. Con todo, si las entrañas y los pies eran bien lavados, podrían ofrecerse sobre el santo altar de Dios y él recibir con agrado la ofrenda. Claro, había que lavarlas bien, restregar entre los dedos, limpiar las uñas, lavar las plantas, sacar la mugre y dejarlas puras, como nuevas, recién hechas.  

Dejando los animales a un lado y pensando en nosotros. Esto tiene una aplicación espiritual. ¿No ha limpiado él con su Espíritu y la Palabra nuestras entrañas para que amemos con entrañable misericordia?, con las partes más profundas de nuestra vida, como si los intestinos fueran el corazón y la conciencia misma (Lc.1:78; Flp.2:1; Col.3:12). Lávanos, Señor, el corazón y los pies, donde nos metemos, sobre todo cuando vamos al templo a orar. Con significado era aquella costumbre judía de lavarle los pies a la gente, en casa. Si muchos de nosotros como gentiles no practicamos eso, sí desearíamos que el Señor, como dijo Pedro, nos lavara los pies, pero con su Espíritu y la Palabra, y las manos, y sobre todo la cabeza, pero por dentro (Jn.13:9,10). Moisés sabía lo que Dios quería, entrañas y pies limpios.

1:14-17

“Si su ofrenda para el Señor es un holocausto de aves, entonces traerá su ofrenda de tórtolas o de pichones”. O palominos. El que no puede para más, da esto, poco, pero no comoquiera, también tiene su ceremonia; lo poco tanto como lo mucho debe hacerse bien. ¿No te parece una crueldad? ¿Te mueve a compasión un ave y no el Señor Jesucristo? Una crueldad fue la crucifixión. Ojalá en lo poco seamos fieles.

2:1,2

“Cuando alguien ofrezca una ofrenda de cereal como ofrenda al Señor, su ofrenda será de flor de harina, sobre la cual echará aceite y pondrá incienso”. El incienso era el responsable del buen olor; se compara al conocimiento de Cristo que tienen nuestros sacrificios, el amor, la fe, la gratitud, etc., que los perfuman. El incienso son las oraciones de los santos que se ofrecen con todos los sacrificios a Dios (Apc.5:8; 8:3,4); en la alabanza, acciones de gracias, en la meditación de la Palabra de Dios.

2:2; 1:9

"Olor grato a Jehová". ¿La carne quemada? ¿Es del gusto humano el degollamiento y la sangre 

en chorros? Agrada al Señor porque expía el pecado. Y ¿qué belleza tiene la cruz? ¿Y él mismo azotado, molido por nuestros pecados? (Isa.53:2). Sin embargo, esa historia es de olor grato al Señor (2 Co.2:14,15).

2:3

“El resto de la ofrenda de cereal pertenece a Aarón y a sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas encendidas para Jehová”. La aplicación evangélica de esto no es que "los que predican el evangelio vivan del evangelio" sino que al nutrirnos nosotros hagamos lo mismo que cuando ofrecemos por nuestros pecados. Lo que ofrecemos a Dios y a la iglesia es lo que nos alimenta, un mismo pan es; no es uno mejor que el otro. Enseñar y predicar consiste en compartir. Todos, incluyendo los predicadores, comemos de un mismo alimento y bebemos de una misma bebida espiritual porque todos estamos bajo la misma nube de gracia del Señor (1Co.10:4; 12:13). Nuestros sermones son compartidos. Oh Señor, lo que te doy a ti es lo mejor que puedo darle a ellos.  Y lo mejor que me das para mí es lo mejor que ellos recibirían. Amén. Cada uno da lo que pueda, es que en ese momento no tenga para un cordero o un carnero, porque es pobre, de bajos recursos, puede dar como José y María, estos dos palominos (Lc.2:21-24).

2:4-10

“Cuando ofrezcas una oblación de ofrenda de cereal cocida al horno, será de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, o de hojaldres sin levadura, untados con aceite”. El sacerdote era como un cocinero; parece muy doméstica aquí su vocación; manejando sartenes y calderos, sirviendo humildemente a Dios. Observa, que por lo menos se indican tres formas de preparación del sacrificio, en un horno, en sartén, y en calderos; para indicarnos la variedad en la preparación de nuestro nutrimento espiritual para otros y para uno mismo. La predicación expositiva es la que permite hacer eso, si es con lo que cocemos los alimentos para la iglesia. Lo que sí se requiere que no haya hipocresía en el contenido porque la levadura de los fariseos no es aceptada en el púlpito ni en la vida del sacerdote (1Co.5:6-8); y eso especialmente lo dijo el Señor Jesús, guardarse de las enseñanzas e hipocresías de los fariseos y de Herodes, que están por todas partes (Mt.16:6, 12; Mr.8:15)

 

Miel en los sermones

Lev. 2:11

“Ninguna ofrenda de cereal que ofrezcáis al Señor será hecha con levadura, porque no quemaréis ninguna levadura ni ninguna miel como ofrenda encendida para el Señor”. Imagínate eso, la miel estaba prohibida en los sacrificios, pero no la sal (2:13); la miel en los sermones es la adulación, que también está prohibida (Judas 16); pero la sal sí es exigida en todos los sacrificios, es decir la gracia (Col.4:6); palabra de sinceridad y de verdad. Cristo no dijo "vosotros sois la miel de la tierra" sino "la sal de la tierra". Por supuesto que tampoco dijo “vosotros sois el vinagre de la tierra” ni “vosotros sois la hiel de la tierra” porque, aunque se la mezcle con vino, la prueba, pero no le gusta (Mt.27:34). La sal es la gracia del evangelio; jamás falte esta sal. No miel en los sermones ni en el trato.

2:16

“Y el sacerdote quemará como memorial parte de los granos desmenuzados, con su aceite y con todo su incienso; es ofrenda encendida para Jehová”. Señor, ¡si yo y mis palabras fuéramos llamados "ofrenda encendida" a Jehová! ¿Pudiera ser tanto? Especialmente cuando predico y enseño.

3:1

“Si su ofrenda es un sacrificio de las ofrendas de paz, si la ofrece del ganado, sea macho o hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová”. Natural, normal, la mejor sin defectos grandes o pequeños, visibles u ocultos. Estas ofrendas eran también votivas y esencialmente para la reconciliación con Dios.

3:3

“Y del sacrificio de las ofrendas de paz presentará una ofrenda encendida al Señor: el sebo que cubre las entrañas y todo el sebo que hay sobre las entrañas”. Tal vez más que para pacificar a Dios es como gratitud porque uno vive en paz. El sebo arde bien, pero es sebo, no es carne, para comer es inservible; pero no se ofrecía como un desecho inútil sino como un mensaje para darle a Dios lo íntimo y todo.

3:3-16

Hacen bien en no comer grasa animal; ellos ignoraban el beneficio dietético de sus ofrendas (3:16). Lo que me haga daño, Señor te lo doy a ti. Toma, Señor, mis alabanzas y mis confesiones. Esta ley ceremonial es buena para la salud: no manteca, no sangre. Y nada tiene que ver con la transfusión. 

3:9

"La cola" ¡qué cosa tan pequeña!; pequeñas acciones dedicadas a Dios. Más bien es la “cola con grasa” o la cola gorda (7:3; 8:25).  ¿No dio la viuda pobre una pequeña moneda? Y sin embargo le fue tenida como mucho. Dios quiere que le demos de nosotros hasta lo último y le glorifiquemos desde las uñas, el calcañar, hasta el pelo. Quizás no tan larga la cola como la de las zorras de Sansón o la del Behemot de Job que parece del tamaño de un cedro (Job 40:17).

4:2

“Habla a los hijos de Israel, diciendo: "Si alguien peca inadvertidamente en cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, y hace alguna de ellas”. Señor, hay veces que quebranto tus mandamientos sin quererlo; perdóname.

 

Los pecados contra lo que se predica

4:3

“Si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación”. Señor, yo también suelo hacer los pecados de ellos, y me exhorto y me consuelo como lo hago en mis sermones. Se supone, y no debería ocurrir con frecuencia, que el siervo de Dios peque con los mismos pecados que comete su pueblo. Él tiene más conocimiento; lleva sobre su frente la santa unción que ha de honrar, puede extraviar a muchos, y no debiera cometer aquellos pecados que ha orientado al pueblo que no cometa porque, “mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá” (Lc.12:48). ¿No debemos ser más santo y fiel que los santos y fieles? ¿Y los frutos del Espíritu más frescos y maduros? ¿Pecaremos con los pecados contra los cuales hemos clamado y hasta disciplinado? ¿Cómo amar aquello que dijimos que aborrecemos? Sin embargo, la solución es la misma: Ofrecer un becerro sin defecto para expiación, y “la sangre de su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Jn.1:7). Eso sí, pero ¿cómo queda el testimonio ante los ojos de los hombres?

4:11,12

“Pero la piel del novillo y toda su carne, con su cabeza, sus patas, sus entrañas y su estiércol, es decir, todo el resto del novillo, lo llevará a un lugar limpio fuera del campamento, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña; lo quemará donde se echan las cenizas”. No olvides siervo del Señor, quemar el estiércol con tu sacrificio; es importante que los desechos de tu espíritu, o, mejor dicho, las obras de la carne, sean llevadas fuera del campamento lejos de la vista de todos e incineradas. Para que el corazón quede limpio esas cosas también tienen que ser quemadas. Sabes que hablo en sentido figurado ¿no?

4:13

 “Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro estuviere oculto a los ojos del pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y fueren culpables; luego que llegue a ser conocido el pecado que cometieren, la congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo de reunión Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de Jehová, y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro”.  Podemos ser culpables de pecados que desconocemos; pero cuando los conozcamos porque el Espíritu nos lo dice (v.14), debemos arrepentirnos y obtendremos perdón (v.20). "Señor, líbrame de los que me son ocultos (Sal.19:12). Los conductores espirituales de la congregación son los que tienen que ir delante y arreglar la situación espiritual de la iglesia con Dios.

4:17-21

"Y obtendrán perdón"; ¡qué confianza tendría el pueblo en las ministraciones del sacerdote ungido!, confiaría plenamente en la ejecución perfecta de sus ceremonias y reconocimiento de experto que tenía del rito, y que Dios aceptaría de su mano las intenciones de su corazón y otorgaría en su beneplácito el perdón a aquellos por los cuales este hombre intercedía. El sacerdote era un tipo del Señor Jesucristo. Esa misma palabra bendita la volvemos a encontrar en v.26 "y tendrá perdón"; bendito sea Dios, tenemos perdón. Ver v.31; por dondequiera encontramos en este capítulo las palabras "y será perdonado"; para que estemos seguros de esa oportunidad maravillosa que revela la inclinación de parte del Señor para borrar todos nuestros pecados; que hay garantía, sí hay garantía.

 

 

No lo destituyas pronto

4:22-24

“Cuando pecare un jefe, e hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos de Jehová su Dios sobre cosas que no se han de hacer, y pecare; luego que conociere su pecado que cometió, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto”. Un "jefe" o un rey, un príncipe, un capitán, un gobernador; alguno también pudiera cometer alguna locura y no debía ser depuesto de su función ni deshonrado degradándolo sino dándole la oportunidad para que él como ser humano arreglara su situación con Dios y pudiera continuar ejerciendo su función ante el pueblo y ante Dios; no debemos aprestarnos a destituir a un hermano director espiritual nuestro porque haya cometido un error, siempre debemos estar inclinados a concederle la oportunidad de reconciliarse con Dios y de aprovechar su experiencia para aconsejar aquellos que se pudieran encontrar en el futuro en una situación similar.

 

Un momento emocionante de restitución 

Lev. 4:25,26

“Y con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto. Así el sacerdote hará por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón”. Debía ser un momento muy emocionante cuando el sacerdote estaba restableciendo la vida espiritual de uno de los directores del pueblo. El director espiritual del pueblo no ofrecía su propio sacrificio sino que se aprovechaba del que el sacerdote ofrecía; nosotros utilizamos los beneficios del sacrificio de Jesucristo. Esa es una de las cosas que el sacerdote debe hacer mientras diariamente cuida su salvación, ofrecer ruegos y suplicas por sus pecados y dar gracias cuando halle reconciliación. El pecado hace “separación” de Dios y eso a él es imposible permitírselo (Isa.59:2). Y si sus rogativas siguen defectuosas, acudir al Sumo Sacerdote de nuestras almas que está entronado en el cielo (He.1:3; 8:1). El perdón así es seguro y la relación compuesta.

4:35

“Y le quitará toda su grosura, como fue quitada la grosura del sacrificio de paz, y el sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a Jehová; y le hará el sacerdote expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado”. Estas palabras "será perdonado" aparecen muchas veces flotando en un mar de sangre (vv. 21,26). Cuando entra al corazón triste y culpable le da consuelo y le permite reanudar su oficio sacerdotal descontinuado por su transgresión. Peca el sacerdote, peca la congregación, pecan los jefes. No hay diferencia; todos pecamos, los ignorantes y los salvos, nuestros guías espirituales. Si alguno viera a   otro pecar, que pida perdón por él (1Jn.5:16), sobre todo se oye que quien pecó es uno exaltado, el rey, un príncipe o uno de los populares guías del pueblo.

5:1

“Si alguien peca al ser llamado a testificar, siendo testigo de lo que ha visto o sabe, y no lo declara, será culpable”. En un crimen ¿no? Es encubrimiento y obstaculiza la justicia. Si uno ve a un hermano pecar con pecado “que no sea de muerte” debe rogar por él y le será perdonado (1Jn.5:16,17); y si habla con él y lo exhorta, mejor.

5:2

“O si alguien toca cualquier cosa inmunda, ya sea el cadáver de una fiera inmunda, o el cadáver de ganado inmundo, o el cadáver de un reptil inmundo, aunque no se dé cuenta de ello y se contamina, será culpable”. Es pecado aunque se peque sin saberlo. Señor perdona los pecados de los cuales no somos conscientes. Amén. Siendo tanta la contaminación espiritual que hay en el mundo es difícil no rozar el pecado y ser culpable. Es casi imposible aunque uno tenga los ojos bien abiertos. Creo que sería mejor tenerlos cerrados. Pero es imposible salir del mundo o andar en él con una venda en los ojos.

 

Arrepentimiento y fe pequeñitos 

Lev. 5:7

“Pero si no tiene lo suficiente para ofrecer un cordero, entonces traerá al Señor como ofrenda por la culpa de aquello en que ha pecado, dos tórtolas o dos pichones, uno como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto”. 

¿Ya ves? Un pequeño acto, una pequeña cooperación, son pichones  o palominos, aceptados en el altar de Dios. Para que alcance, el Señor las exprime (v.9). Muchos sacrificios pequeños te he ofrecido, Señor, por favor exprímelos. Las posibilidades de obtener perdón son muy fáciles, si no hay para dos palominos entonces un puñado de harina (v.11). Un efa son 22 litros. Y no es mucho para una bendición tan grande como es el perdón y la reconciliación con Dios. Así lo creo. Nadie piense que porque el Señor al que no puede le pide poco, que el perdón es barato, porque lee los vv. 15,16. No hay “gracia barata”. Aunque el arrepentimiento y la fe en Cristo sean pequeñitos, son aceptados porque son pequeñas gracias. Y él las recibe como buenas.

5:16 

“Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado”. Revisa la cuenta de tus diezmos y ofrendas y mira si has defraudado a Dios. Si piensas que el diezmo pertenece a la ley de Moisés y no a la gracia de Cristo, entonces da más que eso porque ésta es superior a aquél. 

5:17

“Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado”. Sin discusión, la ignorancia no nos exime de culpa.

6:1-17

Aquí se enseña la restitución; ¿cómo se puede restituir el daño que produce una calumnia? Hablándoles a todos los que la oyeron y retractarse ante ellos; e incluso, dar dinero. Merece ser multado o demandado ante un tribunal, el que difama.

6:7

“Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender”. ¡Qué bonitas palabras! "obtendrá perdón", seguro que se lo darán. Muchas formas hay, hemos visto, “en las que se suele ofender”.

6:9

“Ordena a Aarón y a sus hijos, diciendo: "Esta es la ley del holocausto: el holocausto mismo permanecerá sobre el fuego, sobre el altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar ha de mantenerse encendido en él”. Es bueno mantener un sermón toda la noche, y otra noche más, sobre el altar de la oración para que el fuego de Dios lo vaya consumiendo. Y ese fuego, el Espíritu y la oración son. Y nunca se debe apagar. 

6:11-13

“El fuego se mantendrá encendido continuamente en el altar; no se apagará”. Procura atizar cada mañana el fuego del Espíritu. Nunca se debe apagar el fuego que cayó del cielo cuando fuiste bautizado en el Espíritu Santo. No quemes para Jehová ningún sacrificio con fuego extraño, sino que con el que salió de su presencia. Que animen tus emociones las verdades de su palabra, al amanecer. Toma un libro encendido, quiero decir escrito por alguna llama del pasado, un flamígero escritor, y con unas cuantas frases que leas posiblemente los carbones apagados por la mundana indiferencia y sepultados debajo de las cenizas de Adán, los prendas con fuego.

6:19-23

“En sartén se preparará con aceite; frita la traerás”. No parece que para una ocasión tan importante como es la unción y dedicación de un sacerdote, la ofrenda sea también simple. Dios consideró que no hacía falta más.

6:20

"Perpetua", quiere decir hasta Cristo.

6:18,24-27; etc.

“Todo varón entre los hijos de Aarón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Jehová”. Todo lo que las toque quedará consagrado”. El Señor está enseñándonos a ser santos. Que el culto sea santo. La adoración es algo santo. El perdón algo santo. Señor, yo quiero ser santo y ministrar con santidad. Amén.

7:1

“"Por la culpa"; de esta palabra la psicología moderna es enemiga y por supuesto, del arrepentimiento y de la fe en Cristo. Para la culpa: sacrificio; no entretenimiento y olvido, y el resultado es gozo y paz, y reconciliación con Dios. Cuando la culpa no desaparece tras la confesión, es que la fe es pequeña y la vergüenza grande.  La ley de la culpa es la misma que la ley para el perdón de los pecados (v.7). La culpa es horrible. Cristo quitó nuestras culpas. Y el Espíritu nos ayuda a olvidar.

7:3

“Luego ofrecerá de ella todo el sebo: la cola gorda, el sebo que cubre las entrañas”. La RV sólo dice “cola” pero en realidad es la cola gorda. La pequeña cola también es aceptada como sacrificio por la culpa. Aunque el pecado que haya inflamado la conciencia sea gordo.

 

Culpas, vergüenzas, historia mal hecha

Lev. 7:7

“La ofrenda por la culpa es como la ofrenda por el pecado, hay una misma ley para ambas”. Pablo habla de la ley del pecado, pero no ceremonialmente sino en sus miembros, dentro de su cuerpo y que lo lleva cautivo a donde no quiere (Ro.7: 23,25; 8:2). La culpa ante Dios se quita con el perdón y las muestras que él da de haberlo perdonado, pero si la vergüenza ante los demás persiste, y siempre persiste, la culpa permanece. Y se puede escribir mucho sobre este asunto, acumulando impulsos y transmitiendo a la pluma, la vergüenza y la culpa juntas, y los psicólogos suponen que esa desesperada vertedera, horribles impresiones dejadas por una historia mal hecha, se esfumará si se reduce a cenizas con explicaciones humanas, alejadas del carácter inexorable de Jehová. La memoria, que también puede llamársele en esta situación, conciencia, y la existencia de testimonios de testigos vivos o muertos, en resumidas cuentas, no permiten que un invento psicológico extinga la culpa y borre de memorias ajenas recuerdos, recuerdos.

7:8-10

“También el sacerdote que presente el holocausto de alguno, la piel del holocausto que haya presentado será para él. De la misma manera, toda ofrenda de cereal que sea cocida al horno, y todo lo que sea preparado en cazuela o en sartén, pertenecerá al sacerdote que la presente”. El pueblo por medio de la ofrenda que obtenía el perdón de Dios sostenía sus sacerdotes. ¿Es mucho eso? ¿No pagarían entonces la ministración espiritual?

7:11-18

“Esta es la ley del sacrificio de la ofrenda de paz que será ofrecido al Señor: “Si lo ofrece en acción de gracias, entonces, juntamente con el sacrificio de acción de gracias…”. Cuando todas las cosas estaban bien con Dios se podía ofrecer un sacrificio de paz. Podría ser una ofrenda de gratitud, algún voto, etc. Hay tiempos de muchas bendiciones y la gracia nos preserva de pecar contra él; no es que no tengamos de qué arrepentirnos, pero no hemos caído en tentación. Entonces podemos reposar en nuestra tranquilidad y dar gracias.

7:19-21

“Pero la persona que coma la carne del sacrificio de las ofrendas de paz que pertenecen al Señor, estando inmunda, esa persona será cortada de entre su pueblo”. Nadie debía ser un farsante y hacer una fiesta de paz estando en pecados. Cada cosa en su tiempo. Si hay pecados; sacrificio por el pecado y la culpa hay; etc., honestidad. Cada día de culto debía cuidar su vida espiritual con “temor y temblor” (Flp.2:12).

8:6

“Entonces Moisés hizo que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua”. ¡Qué precioso, la ordenación de un miembro de la familia al ministerio del Señor! Si uno pudiera vestir a su familia así; de santidad, servicio, del Señor Jesucristo (Ro.13) como escogidos de Dios (Co.3:12).

8:10

“Y Moisés tomó el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todo lo que en él había, y los consagró”. Con el Espíritu Santo. Fue una iniciación muy bonita; como el Espíritu Santo en pentecostés. Para que haya consagración no sólo debe haber deseos sino el Espíritu. Él es el que consagra. Aun las cosas mejores que hayamos hecho, las más sagradas, necesitan ser revestidas de la persona del Espíritu Santo. Ya en otra parte mencionado, que las entrañas y las patas, dichas de forma más moderada según el Nuevo Testamento, en el Espíritu Santo, debe lavarse el corazón, quiero decir en lenguaje paulino, la mente, debe ser limpiada, llena del espíritu Santo, y los pies, en sentido físico, las manos y los pies limpios, porque el evangelio, y la santificación deben penetrar hasta las entrañas nuestras, a lo más profundo del corazón.

8:21

“Fue holocausto de aroma agradable; fue ofrenda encendida para Jehová, tal como Jehová lo había ordenado a Moisés”. Se repite varias veces "como Jehová lo había mandado"; quiere decir cómo debemos hacerlo todo, a la satisfacción de Dios. No sólo a la propia, hijos de Jedutún, sino a la de Dios.

8:22-24

“Y Moisés lo degolló y tomó de la sangre y la puso en el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, en el pulgar de su mano derecha y en el pulgar de su pie derecho”. Su oído atento a la palabra de Dios para hacer caso a su voluntad; su mano consagrada para hacer buenas obras, dedicada al servicio; sus pies santificados para andar en sus caminos y no apartarse ni una pulgada de la ley, ni a un lado ni a otro. Oh Señor permíteme que con la unción del Espíritu Santo esté yo consagrado a ti así y en el corazón que no puede nadie ungir sino tú. Santo por dentro y por fuera. De lado a lado.

8:28

“Después Moisés tomó todo esto de las manos de ellos y lo quemó en el altar con el holocausto. Fue ofrenda de consagración como aroma agradable, ofrenda encendida a Jehová”. Las consagraciones de los hijos de Dios son olor y aroma gratos a él.

8:30 

"Aceite y sangre"; o sea el Espíritu Santo y la sangre de Cristo. ¡Qué bella unión! ¡Qué salvadora unión! El Espíritu aplicando la sangre del Señor para nuestra expiación y santificación.

 

Ministro, no duermas la mañana 

Lev. 8:33

“Y no saldréis de la entrada de la tienda de reunión por siete días, hasta que termine el período de vuestra consagración; porque por siete días seréis consagrados”. Siete días sin tener contacto con el mundo de afuera, con el mundo profano, ni siquiera la esposa, los hijos, los padres; siete días para orar y meditar en el Señor; estos períodos de aislamientos son las fuerzas de nuestra alma. Suspendamos un poco el trabajo y oremos. Planeemos retiros privados, "cerrada la puerta" (ver Mt.6:6; Mr.6:31). Heredé la costumbre desde mis tiempos en el servicio militar cubano, la práctica de levantarme a las 5.30 de la mañana o las seis de la mañana, y esas primeras horas cuando toda la familia está aún acostada, es mi mejor tiempo de consagración, yo le hablo a Dios y él me responde no de forma audible, pero me responde y nos hablamos los dos, y muchos textos de su Palabra son traídos por el Espíritu Santo a mi mente, y me levanto de mis rodillas sonriente y después de haber besado los pies de Jesús, he invocado al Padre con su nombre, porque no hay música tan agradable a los oídos divinos como escuchar el nombre de Jesús. Me levanto antes que el sol. 

8:35,36

"Para que no mueras". Este es un lenguaje que falta en el NT y no se oye en la iglesia cristiana. En el AT era pena de muerte una desobediencia. Es enorme el cambio que ha hecho Cristo. ¡Qué difícil eran todas estas ceremonias para pedir y recibir perdón! Y sin fallar. Y ¡qué fácil las ha hecho Cristo por la fe en él aboliendo todo este complicado sistema por medio de sí mismo y de su sangre! Ha dado por viejo ese antiguo pacto (He.8:13). 

9:2

"Sin defectos" aparece mucho en las ofrendas del AT y debiéramos tomar más conciencia los hombres del NT y hacer las cosas mejores hacia la perfección (Flp.3:12,15; He.6:1).

9:5

“Llevaron, pues, al frente de la tienda de reunión lo que Moisés había ordenado, y toda la congregación se acercó y permaneció de pie delante de Jehová”. Cuando nos reunimos para oír la predicación estamos en la presencia de Dios (Hch.10: 33). Cuando oramos cerrada la puerta estamos en secreto delante de Dios. Y siempre, como el profeta, debiéramos decir “vive Jehová en cuya presencia estoy” (2 Re.3:14).

9:6

“Y Moisés dijo: Esto es lo que el Señor ha mandado que hagáis, para que la gloria de Jehová se aparezca a vosotros”. ¿Son cosas bien hechas las que tenemos que hacer Señor para que se nos aparezca tu gloria, o cosas perfectas que debemos creer, o creer con fe perfecta? Los que estamos en Cristo nos hallamos dentro de esas dos resplandecientes joyas del pectoral de Moisés: luz y perfecciones, y por ende ya somos ante los ojos de Dios, perfectos sin que nos falte cosa alguna (Flp.3:15; Sgo.1: 4).

9:7

“Entonces Moisés dijo a Aarón: Acércate al altar y presenta tu ofrenda por el pecado y tu holocausto, para que hagas expiación por ti mismo y por el pueblo; luego presenta la ofrenda por el pueblo, para que puedas hacer expiación por ellos, tal como Jehová lo ha ordenado”. El primer día de su ministerio que duraría toda la vida. Señor, no podemos reconciliar a los demás si no estamos contigo reconciliados (v.8).

9:9

“Y los hijos de Aarón le presentaron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, puso parte de ella sobre los cuernos del altar, y derramó el resto de la sangre al pie del altar”. ¡Qué impresionante para los hijos ver a su padre por primera vez hacer eso! Una gran lección para que aprendieran todos sus ministros sucesores (vv.10-21). Según este modelo copiamos todos; y las cosas irían bien. Se estaba inaugurando nuestra religión, como iglesia cristiana. Sin que yo sea históricamente exacto.

9:22

“Entonces Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y lo bendijo, y después de ofrecer la ofrenda por el pecado, el holocausto y las ofrendas de paz, descendió”. Cansado pero contento; feliz en su oficio y extendió al aire sus manos manchadas con sangre de expiación; y Dios sería para él, por medio de él, como Cristo, propicio a ellos. Lleno de bendición el ministro.

9:22-24

“Y Moisés y Aarón entraron en la tienda de reunión, y cuando salieron y bendijeron al pueblo, la gloria de Jehová apareció a todo el pueblo”. La culminación del culto; habiendo terminado todo tenían que aguardar la aceptación divina. Oh hermano, la aceptación de Dios, sí, de nuestras personas y de nuestros cultos (Ge.4:1-5; Efe.1:6). Oh Señor, bendice nuestros cultos; si lo hemos hecho todo como tú quieres, caiga fuego del cielo y consuma el holocausto. Sella los himnos, sermones y oraciones en nuestros corazones. Si no es por ese fuego todo se queda en algo bonito, bien hecho, pero sin gloria, inútil. Respóndenos Señor.

 

Sólo hay que atizar la llama

Lev. 10:1,2

“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner en ellos fuego y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del Señor fuego extraño, que Él no les había ordenado”. Hermanos, ¿por qué hicieron eso? ¿No había una llama permanente encendida desde el cielo que sólo había que atizar y de ella podrían tomar? O fuego caído del cielo y no prendido en la tierra (9:24). Emblema del servicio que se presta a Dios y los hombres con “amor fingido” (Ro.12:9; 1Pe.1:22), no auténtico. O con “fe fingida” (1Ti.1:5; 2Ti.1:5), tampoco se acepta alguna cosa no producida por Dios, por ejemplo, mero optimismo o sobre una falsa creencia. O celo extraño que opera más por interés propio que por los demás (Ro.10:2; Ga.4:17). O doctrinas extrañas sacadas de la mente humana y de las tradiciones humanas y no de la Biblia (Mt.15:3).  Hermanos, ¿por qué lo ofrecieron ustedes si correspondía a su padre Aarón? ¿Y por qué fueron los dos si sólo uno debía hacerlo? ¿Por qué fueron sin órdenes explícitas? ¿Por qué a la hora que quisieron? ¿Por qué fueron ebrios? (vv.8, 9); cuando el día del juicio los impíos sean condenados, al estudiarse el caso de cada uno, nadie acusará a Dios de excesiva justicia. La llama sólo hay que atizarla, desempolvarla de mundanas y carnales cenizas.

10:3

“Y Aarón guardó silencio”. No hay protesta, aceptó. Como si Dios le dijera: "Tus hijos no han glorificado mi nombre" (Mt.22:12).

 

Expresiones fúnebres 

10:4-7

“Luego Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: No descubráis vuestra cabeza ni rasguéis vuestros vestidos, para que no muráis y para que El no desate todo su enojo contra toda la congregación. Pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, se lamentarán por el incendio que Jehová ha traído”. Esa es una situación triste. Moisés por razones ceremoniales o sentimentales no dejó que los hermanos sacaran los cadáveres carbonizados y fueran los primos. Nota que el Señor no les prohíbe que sufran, pero sí que expresen públicamente sus lamentos como si Dios hubiera sido injusto. Lo mismo pasó con Ezequiel (Eze.24:15-18). Les ordenó reprimir sus sentimientos. Aunque el Señor no nos prohíba eso, entonces que nuestro luto muestre nuestra fe y no incredulidad, que muestre consuelo, no desesperación, esperanza no fatalidad, aceptación, no rebeldía. Leyendo una biografía de Martín Lutero me impresionó mucho lo que él y Felipe Melachthon dijeron: “si el amor de Dios es tan grande por nosotros sus hijos como es el amor de nosotros los padres por nuestros hijos, verdaderamente el amor de Dios es muy grande y ardiente”. Y eso lo dijo mientras observaban a su hija Magdalena en el ataúd, y Lutero particularmente dijo: “es extraño saber que ella realmente se encuentra ahora en paz y muy bien, aunque lejos de nosotros, y sin embargo a pesar de eso nos duele tanto. Y después cuando la estaban enterrando dijo: “hay resurrección del cuerpo” (El Legado de Lutero).

 

Cosas que nos suceden que son inimaginablemente duras

Lev. 10:16-20

“Pero Aarón dijo a Moisés: Mira, hoy mismo han presentado ellos su ofrenda por el pecado y su holocausto delante de Jehová. Ya que esto me ha sucedido, si yo hubiera comido hoy de la ofrenda por el pecado, ¿hubiera sido grato a los ojos del Señor? Cuando Moisés oyó esto, quedó satisfecho”. Oye la conversación entre los dos hermanos, ¡qué nivel! El celo de Moisés por la ley y la ternura de Aarón. “Mira, amado hermano, no tengo deseos de comer nada porque estoy muy triste, pero no por falta de hambre sino porque el ánimo que tengo no sería acepto al Señor. Con demasiado dolor en mi corazón, Señor, no podría cumplir mi ministerio y agradarte” (v.19).

Hay cosas que nos suceden que son inimaginablemente duras y que sólo Dios las puede entender. Moisés sí era "mosaico", ley, legislador, pero a Aarón no tan rígido y con tanta fe como su hermano. No me atrevo a comparar a uno con otro y decir quién era mejor, pero sí puedo compararme con los dos, la meta del ejemplo justo del admirable y temido Moisés, hecho con tablas de piedra y justicia divina es muy elevada para mí, yo me identifico más con su hermano, débil y digno de compasión. Ojalá en lo que a Dios se trata fuera como el Legislador. ¿Quién combina la justicia de Moisés y la sensibilidad de Aarón en su persona sino Cristo, el sacerdote perfecto que puede compadecerse de nuestras debilidades? Cosas que nos suceden que son inimaginablemente duras.

 

Rumiante y con la pezuña partida

Lev. 11:1-8

“Hablad a los hijos de Israel, y decidles: "Estos son los animales que podréis comer de entre todos los animales que hay sobre la tierra”. Nota primeramente quién establece la clasificación de lo que es limpio o inmundo. Es Dios. No es el juicio de los hombres, sus opiniones. Es Dios. No hay otra razón que su voluntad. Los hombres aprendemos lo que es limpio y lo que es inmundo por su palabra. Los hombres pueden llamar limpio a algo y a los ojos de Dios es inmundo, bueno algo y a los ojos del Señor, malo, muy malo. Pueden llamar “a lo bueno malo y a lo malo bueno” (Isa.5:20). A una cosa sublime y Dios la tiene como abominación (Lc.16:15).

Según el Señor, para que un animal fuera limpio necesitaba una combinación de dos características. Tenía que tener la pezuña hendida y ser rumiante. Si una de las dos faltaba, la otra no lo hacía comestible. Aunque no hubiera duda que su pezuña estaba hendida si no rumiaba, no servía para comer; y si se sabía que rumiaba pero su pezuña no estaba hendida, tampoco clasificaba como animal limpio. La limpieza dependía de la combinación de las dos. Con la mitad de los requisitos no era limpio. Una característica, por prominente que fuera, cumplía la ley sólo por la mitad y no servía para su ingestión. Todo o nada.  Esto no se dice por los animales, se dice por nosotros (1Co.9:10), para que aprendamos a investigar la autenticidad de nuestra religión, cuán completo somos en ella y si somos santos o no, limpios a los ojos de Dios o inmundos. 

A mi juicio la característica como rumiante tiene que ver con la palabra de Dios, sin la cual ningún ser humano podrá ser limpio. Jesús dijo: “Vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” (Jn.15:3; Efe.5:26). El que es santo a los ojos de Dios, se relaciona con su palabra. No solo la ingiere, sino que la degluta. La medita y la guarda en su corazón. La elabora para su propio beneficio. Reflexiona sobre lo que ha oído para estar seguro que ella proviene del Espíritu Santo y para posibilitar que pase a formar partes de su entero organismo y se transforme en vitalidad, fuerza. Muchos acaparan un gran bulto de alimentos y lo ingieren sin digerirlo y no sacan ningún provecho de lo que han oído. Todos los animales comen, pero no todos rumian. Muchos oyen la palabra, pero no todos la rumian. Los santos son los que rumian. La convierten en tejido suyo, piel suya, hueso suyo, sangre suya, sudor suyo. Si tú los pudieras investigar por dentro hallarías que sus tuétanos están llenos de ella. Ese es el secreto de su santidad, la influencia que el Espíritu ejerce sobre ellos por medio de la Palabra.

La segunda característica para que fuera limpio tenía que tener la pezuña hendida, y esto lo relaciono con su modo de vida. No dijo el Señor que tuviera la pata bonita. Podía ser fea, pero con la pezuña hendida. Aprobaba. La primera característica se halla en la mandíbula y en el estómago, y esta otra en su pie. No en la lengua. En el pie. No en el oído, en el pie. No en el lomo, en el pie. No en el cerebro, en el pie. No en su inteligencia, no en su fuerza, no en su tamaño. Siempre en su pie. Y eso se dice también por nosotros: Cómo andamos en este camino y cómo son nuestros pasos en esta vida. 

11:6

“Conejo”, mejor liebre o algo así.

 

 

Uno no sabe si es un pez o una serpiente

Lev. 11:9-12

“De todos los animales que hay en las aguas, podréis comer éstos: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas, en los mares o en los ríos, podréis comer”. Los que no tienen aletas ni escamas son peces también que viven en el agua como todos, pero son variedades raras, no es lo que uno conoce como pez normal. La mayoría tienen aletas y escamas y son más bellos. Así hay hombres que viven en este mundo, pero por debajo de los otros de su especie, parecen otras criaturas, serpientes o reptiles, se arrastran por dentro del agua, son sinuosos, uno no sabe si se trata de un pez o de una serpiente, son seres anormales, y depresivos y repugnantes a los vivientes. Criaturas degeneradas, no se sabe su género, lo han mutado, que han perdido su semejanza con Dios y no viven como los otros hombres, sabiamente. De ellos aléjate.

11:13-19

“Además, éstas abominaréis de entre las aves, no se comerán, son abominación: el águila, el buitre y el buitre negro, el milano y el halcón según su especie”. En estos nombres hay depredadores; algunos tienen poca o casi ninguna carne, como el murciélago. Sepárate de hombres crueles que comen las carnes de sus semejantes muertos; no los trates. No elijas sus amistades, entre los peores hombres, aunque parecen con mejores costumbres. Todos tienen alguna característica gentil que los hacen repugnantes, ni siquiera los que como la gaviota parecen mejores y casi aceptables. Elige tus amigos por el criterio divino, especialmente sé amigo de los que son amigos de Dios.

 

Cosas sobre ciertos literatos y matemáticos 

Lev. 11:20-23

“Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación.  Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra; estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación”. Si no tienen piernas y no pueden caminar normalmente son inmundos; ¿por qué te has degenerar comiendo insectos? Tal vez insinúen a los hombres que pueden volar con sus pensamientos e imaginaciones, pero no podrían jamás caminar en línea recta, y menos saltar porque no tienen coyunturas, o sea rodillas, pues son inmorales, no moralmente justos y santos. Ahí tienes a los literatos, matemáticos, filósofos, escritores, artistas, que admiran a la gente con sus dones del cielo, pero sus vidas son atroces. Suben hasta las nubes con sus dones y bajan hasta las profundidades del infierno con sus vidas; no los aplaudas, ni imites sus vidas; no los aplaudirás, porque, aunque se remontan y sean admirados están mutilados de las piernas, les falta la capacidad para caminar derecho y no andan como debieran los seres humanos. Cultiva el intelecto y también el carácter.

11:24-28

“El asno, el mulo, el león, el tigre y el caballo”, entre otros. Algunos tendrán usos laborales, podrás emplearlos, trabajarás con ellos, pero no tendrás comunión con ellos, serán tus compañeros, vivirán juntos, negociarán, pero los tendrás como inmundos, no dignos de íntima comunión. Al terminar su día de labor lavarás tus vestidos, es decir, te limpiarás de las inevitables contaminaciones que el trato con ellos ocasiona; no traigas a tus familias sus costumbres ni los dichos y malas conversaciones que oíste.  Trabaja con ellos, pero no seas como ellos. Eso es yugo desigual.  Amén.

11:29-39

“Y de entre los animales que se mueven sobre la tierra, éstos serán inmundos para vosotros: el topo, el ratón y el lagarto según sus especies; el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija de arena y el camaleón”. Algunos de estos animales como la rana y el cocodrilo eran tenidos como divinos por los paganos. Lo que el mundo llama "sublime" para nosotros es abominación (Lc.16:15). Los judíos tratarían de apartarlos de sus hogares y tierras y sería mejor para la salud y la economía de ellos. Aprenderían a ser escrupulosos con sus personas y propiedades. "Sed santos como yo soy santo; sed santos en toda vuestra manera de vivir" (1Pe.1:15; 2:12). Algunas contaminaciones pueden durar hasta la tarde y hacerte el día inmundo, los instrumentos de trabajo y la casa.

11:41

“Todo animal que se arrastra sobre la tierra es abominable; no se comerá”. Dios hizo el mundo pensando en la aparición del pecado sobre la tierra, para que cada cosa llevara un mensaje espiritual, y pensó en la Ley. El significado completo lo tiene la palabra de Dios y es mejor conocido el mundo si se explica en términos de la salvación. El conocimiento espiritual de la creación es tan importante como su funcionamiento. Ciencia y teología. 

11:41-45

“Todo lo que anda sobre su vientre, todo lo que camina sobre cuatro patas, todo lo que tiene muchos pies, con respecto a todo lo que se arrastra sobre la tierra, no los comeréis porque es abominación”. En v.42 “que tiene más pies” o muchos pies, es igual. Mira para todas partes y aléjate del pecado, de donde tú estás y aléjate tú de él; una cosa muy pequeña y de un valor relativo puede hacerte perder tu santidad. El propósito de todas estas leyes es que Dios quiere que seas como él, santo. Dices, ¿y qué pecado puede ocasionar el ligero roce con un insecto o un reptil? Tú no eres por naturaleza santo y no puedes juzgar correctamente la pecaminosidad del pecado; es Dios el que lo sabe; la regla para ser santo es la obediencia a la Palabra. No útil primero sino santos primero.

 

Quien dice lo que es sucio y limpio es Dios

Lev. 11:46,47

“Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, de todo ser viviente que se mueve en las aguas y de todo animal que se arrastra sobre la tierra, para hacer distinción entre lo inmundo y lo limpio, entre el animal que se puede comer y el animal que no se puede comer”. La ley ceremonial era una ilustración de la ley moral, su vestuario. Explica moralmente o espiritualmente la ley ceremonial y leerás su auténtico significado. Lo limpio y lo inmundo no son conceptos a los cuales se ha llegado por consenso, por lo racional o por conveniencia, sino por la Palabra de Dios. Algo es santo y no pecaminoso no por la razón, no, sino porque Aquel que es perfecto así lo determinó. Si se despide a Dios de la sociedad ya nada es bueno o malo. La salvación del mundo, o al menos su preservación del caos, depende que la iglesia continúe enseñando la palabra de Dios, que esta ocupe el primer lugar; hacer regresar el mundo a su cordura por medio de ella. Si eso pasa es porque el mundo volverá creer en él por medio de la Palabra. Mirando la caótica situación que el mundo tiene, expliquemos que eso ocurre porque se ha borrado la línea divisoria entre el bien y el mal, y a partir de ese concepto llegar hasta Dios.

12:1,2

“Habla a los hijos de Israel y diles: "Cuando una mujer dé a luz y tenga varón, quedará impura por siete días; como en los días de su menstruación, será impura”. ¿No haría esta ley que la mujer se sintiera menos ante su marido, sus hijos y se apartara de Dios? ¿No disminuiría su alegría de ser madre? (v. 4). No.

12:3

“Al octavo día la carne del prepucio del niño será circuncidada”.  No es equivalente a decir "al octavo día se bautizará el niño"; pero sí, los niños lo antes posible deben formar parte del pueblo del Señor, si tienen formado a Cristo en sus corazones. En caso de un pequeñín que no se identifique con regeneración bautismal. Bautizar uno muy joven y que forme parte de la membresía adulta de la iglesia, es suponer ya un testimonio cristiano maduro que aún no ha llegado, y un riesgo para la imagen cuerda y santa de la iglesia.

12:2,5

“Habla a los hijos de Israel y diles: "Cuando una mujer dé a luz y tenga varón, quedará impura por siete días; como en los días de su menstruación, será impura”. No será porque la naturaleza del varón haga a la madre menos inmunda. Con todo, en cualquier parte la ley es perfecta y está llena de significado, pero para un tiempo limitado y no perennemente (Ga.3:24-28; He.8:3). Dios tenía algo mejor para nosotros: el evangelio.

13:1-8

“Cuando un hombre tenga en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca lustrosa, y se convierta en infección de lepra en la piel de su cuerpo, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes”. El sacerdote no era un médico especialista de la piel o dermatólogo. En aquellos tiempos cuando había una gran cantidad de leprosos esta medida era higiénica y evitaba la propagación. La lepra representa al pecado. Aprende a entender el lenguaje espiritual de las enfermedades del cuerpo. El pecado es una enfermedad que, aunque sus síntomas son externos su origen es interno y más profundo que la piel (v.13); el juicio sobre ella no hay que basarlo en la opinión del enfermo sino en la observación que hace un varón de Dios por medio de la Ley. Una característica de la enfermedad es que en su inicio puede ser difícil diagnosticarla; pero sonada la alarma y levantada la sospecha hay que observar al enfermo y aislarlo (vv.4-6).

 

 

La lepra y Jesús 

Lev. 13: 2,9, 18,24; etc.

“Cuando haya infección de lepra en un hombre, será traído al sacerdote. Entonces el sacerdote lo examinará, y si hay hinchazón blanca en la piel, y el pelo se ha vuelto blanco, y hay carne viva en la hinchazón, es lepra crónica en la piel de su cuerpo, y el sacerdote lo declarará inmundo; no lo aislará, porque es inmundo”. Nota que muchas enfermedades de la piel pueden degenerar en lepra, al principio no lo era, pero la adquirieron por medio de alguna de ella; una hinchazón, una erupción, quemadura; etc. Trata de curarte antes que el mal se agrave. Hay pecados que no son de muerte, gracias a Dios la mayoría (1Jn. 5:14-17); prácticamente por cualquier parte del cuerpo (tenemos un cuerpo de muerte) puede desarrollarse la enfermedad (vv.29,41). Un pecado puede dar origen a otro más grave. La lepra es altamente contagiosa pero lenta en avanzar; no hay cura en este texto sino un veredicto. Moisés no prescribe una medicina para curar el pecado (en Éxodo sí lo hace), sólo dice cómo identificarlo. Es Jesús quien cura esta lepra y dice "quiero, se limpio" (Lc.5:13).

13:38,39

“Cuando un hombre o una mujer tenga manchas lustrosas en la piel de su cuerpo, manchas blancas lustrosas”. La ley nos enseña a determinar bien lo que es pecado y lo que no lo es.

 

Procura no contaminar a otros

Lev. 13:45,46

“En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: ¡Inmundo, inmundo! Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento”. Esto no era para humillarlo sino para que fuera el primero en tratar de no transmitir su enfermedad a sus hermanos, reservar para sí el contagio, no exponer su propio mal a nadie ni arruinar la vida religiosa y la relación con Dios que tienen otros. Si descubres inmundicia en tu corazón procura no contaminar a otros. Sánate en privado hasta que el Señor te declare limpio. ¿Has pecado? Acepta tu humillación y paga con disciplina y fe tu transgresión; mas siempre espera volver a la congregación y "vuelto, confirma a tus hermanos" (Lc.22:32).

 

No es lepra, pero se parece

Lev. 13:45-59

“En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: ¡Inmundo, inmundo! Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento”.  Esto no es lepra, pero es algo muy parecido a ella e igualmente desagradable, repugnante y abominable; alguna clase de moho infeccioso. Aunque no sea lepra se le trata como si fuera lepra, biológicamente no es lepra, pero espiritualmente se le considera. Si un médico examinaba aquel moho hubiera dicho, “no hay problema, no es lepra, es un tipo de moho o de hongo muy contagioso” y le recetaría alguna crema o pomada, cierto baño con hojas medicinales, un buen perfume; o sea, medicina y pulcritud; pero el sacerdote diría, “por la palabra de Dios es lepra, sea o no lo sea y como tal la considero y la voy a juzgar”. Si era alguna enfermedad análoga, parecida a la lepra, se le consideraba lepra. Esto nos enseña que no solo debemos aborrecer el pecado sino evitar el contacto con cualquiera cosa que se le parezca; o como dice Pablo, cosas “semejantes” a ello (Ga.5:21; Mt.7:13), cosas que pueden confundirse con el pecado. No es lepra, pero se parece, no será pecado, pero se aproxima mucho a que lo sea.

14:7

“Después rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará al ave viva en campo abierto”. Todo es purificado con sangre: la avecilla es un tipo del carnero de la expiación, pero simboliza su libertad y redención.

14:8,9

“Y sucederá que en el séptimo día se rasurará todo el cabello: se rasurará la cabeza, la barba y las cejas; todo su cabello. Entonces lavará su ropa y se lavará el cuerpo en agua, y quedará limpio”. Avanza hacia la comunidad como una nueva criatura, siendo otro hombre. Nota que de forma gradual va reintegrándose y va tomando tiempo para ir trabajando en su purificación (v.9). Será un hombre afeitado pero limpio; y por su aspecto todos sabrían que Dios había usado misericordia con él. Era como un fantasma, un muerto que regresaba a la vida. Continúa debajo.

 

Verificación de la santidad

Lev. 14:10-20

“En el octavo día tomará dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin defecto, tres décimas de un efa de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal y un log de aceite…”. Nota que es un largo proceso de purificación que requiere paciencia por parte del que desea ser limpio e ingresar a la comunidad de los santos. Como sabemos que esto se dice en emblema, los que quieren pertenecer a la iglesia, y nosotros lo sabemos, deben ser pacientes y tener una actitud aprobada por Dios de obediencia. No bastaba con que el leproso ya hubiera notado que su lepra había desaparecido ni la declaración con que el sacerdote lo hubiera pronunciado limpio. Debía someterse a un largo proceso de purificación ceremonial hasta que concluyera lo prescrito por la ley. Es cierto que en el NT apenas una persona creía en Cristo era bautizada, mediaba muy poco tiempo entre lo uno y lo otro; pero aquellos eran tiempos especiales, de persecución y las posibilidades de que la profesión fuera falsa eran muy pocas; además tenían la evidencia de la manifestación del Espíritu en forma de lenguas extrañas que ya hoy no existen. Los que ingresan a la iglesia tienen que poseer una verificada santidad, que no andan en pecados. Pero hay dos requisitos que son importantes que cumplan los que van a formar parte de la iglesia, que se sitúen bajo la protección de la sangre de la expiación, porque eso es lo que hacía el sacerdote, y que reciba la unción del Espíritu, simbolizada en el aceite con el cual se le ungía. 

14:34

"Si pusiere yo"; ¿es eso mirar el mundo divinamente? ¿Lo dice por desconocimiento biológico? En ninguna manera. Dios es la Gran Causa de todo.

 

Quizás con un raspado no hay que derrumbar 

Lev. 14:35-47

“Luego tomarán otras piedras y reemplazarán aquellas piedras; y él tomará otra mezcla y volverá a recubrir la casa”. El título no se refiere a un gato o ratones que suben y bajan de los tejados. Habla que lo mismo hace el pecado que se transmite a toda la casa, sube al techo y baja por las paredes. Huye del pecado, aunque se encuentre en tu misma casa. Quizás no sea tan profundo y con un raspado se resuelva el problema, pero si un trabajo cosmético y superficial no resulta para acabar con el problema del pecado, hay que echarlo abajo todo, aunque caro cueste, y se lamente por los recuerdos de esa institución, negocio, familia prominente o casa que represente. Raspa y recubre con el evangelio de gracia. Quita si puedes las piedras inmundas que el hueco que ellas dejen en la pared, con el tiempo Dios traerá piedras limpias cortadas en su cantera. 

 

La Biblia habla sin tabús 

Lev. 15:1-32

“Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo…”. Tabú es una palabra polinesia que significa prohibido. La idea es que ella trata de todo con desembarazo. Quizás pienses, avergonzado por la lectura de este capítulo, que ya cumplida por Jesús la ley ceremonial, este capítulo no debiera incluirse en ninguna versión cristiana de la Biblia. Si así obraras tendrías que quitar también otros pasajes similares y repulsivos quizás por otros temas. Entonces la Biblia no sería la palabra de Dios porque no tendría relación total con la vida humana. Cuando la leemos nos damos cuenta que ella y nosotros somos los mismos. Y ¿por qué no? ¿Porque es muy vergonzoso e íntimo? Sí, pero nota que no se trata con desparpajo, se cuenta con toda la normalidad de una cosa muy natural y no exclusiva de algunas personas sino frecuente entre el pueblo. En la Biblia no hay ningún tema que sea tabú. ¿Cortarías esta página si la Biblia fuera un libro de medicina? Seguro que no. La Biblia es un libro que expone nuestras miserias y enfermedades.

El texto nos ilustra en algunos sentidos. Una enfermedad sexual puede excluir temporalmente a un hombre o una mujer de su comunión ceremonial con Dios. Por causa de Dios debemos ser sexualmente normales y saludables. Normal quiere decir que se usa el sexo de modo natural porque lo contrario es condenado por la Escritura (Ro.1: 26,27); y saludable no implica una malvada inteligencia de prevención, sino que debe ir acompañada la palabra para que se lea así moralmente saludable, o sea, saludable porque se utiliza de forma que agrade a Dios (v.31).

Para las enfermedades físicas que están relacionadas con el sexo, ir al médico y para las mentalmente eróticas, ir al Señor. El Señor está atento, como a todas nuestras cosas, al estado biológico y uso del sexo (Ge.38:8-10).  Si Dios fue quien creó el sexo, tiene derecho soberano sobre él, porque no traspasó su propiedad a la criatura, sino que se lo concedió al formarla. Eso lo dijo Pablo, “el Señor es para el cuerpo y el cuerpo para el Señor” (1Co.6:13). Si es el Creador, tiene autoridad para decir lo que es incesto, fornicación, adulterio, afeminamiento, homosexualidad y otras enfermedades morales relacionadas con el género. Haz que la religión de Jehová regule tu salud o enfermedad sexual, para tu bien y para su gloria. ¿Consideras que el tema es escandaloso? Tal vez, pero forma parte de la vida humana.

16:4

“Se vestirá con la túnica sagrada de lino, y los calzoncillos de lino estarán sobre sus carnes, y se ceñirá con el cinturón de lino y se cubrirá con la tiara de lino (estas son vestiduras sagradas)”. Nota que cuando el sacerdote va a oficiar no se viste con las elegantes ropas sacerdotales y con oro porque era un día de aflicción, sino de modo humilde. Así fue nuestro Señor Jesucristo que de modo humilde se vistió como nosotros. Intercedamos delante de Dios en el espíritu del humilde Señor Jesús, vestidos de la simplicidad de un cristiano cualquiera.

 

Jesús lleva tu pecado infinitamente lejos

Lev. 16:6-10

6Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa. 7Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 8Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto”. 

“Azazel” quiere decir "que renuncia al pecado por una serie de actos"; los deja paso a paso y los envía al desierto (v.10). Es una ceremonia muy simbólica “como está lejos el oriente del occidente, así hizo alejar de nosotros nuestros pecados” (Sal.103:12). Con la muerte de Cristo nuestro pecado ha sido puesto infinitamente lejos. Es un simbolismo muy elocuente de nuestro perdón. Renuncia al pecado no por una serie de lecciones aprendidas sino de actos ejecutados. Uno tras otro, en serie, hasta que hayas renunciado a todos. Unos más fáciles que otros, más dolorosos, desgarradores. Todos enviados lejos, al desierto. Infinitamente lejos los lleva Jesús; y no procures nunca más ni siquiera tener noticias, ni averiguar nada, ni preguntar nada sobre el destino de Azazel, qué hace, como le fue, si aún vive y donde vive. Solo las almas puercas, después de lavadas regresan a revolcarse en su antiguo charco. Da por muerto a Azazel.  

16:13

“Pondrá el incienso sobre el fuego delante de Jehová, para que la nube del incienso cubra el propiciatorio que está sobre el arca del testimonio, no sea que Aarón muera”. Un pequeño error le costaría la vida; tenía que hacerlo letra por letra como se pedía. En la adoración se jugaba la vida. El sacerdocio era un oficio muy peligroso. Y el pastorado también. El púlpito es un sitio muy elevado, acosado por vientos furiosos. Y tiene enemigos en su derredor. Sobre todo, leones rugiendo y lobos vestidos de ovejas, falsos amigos y hermanos.

16:15,16

“Después degollará el macho cabrío de la ofrenda por el pecado que es por el pueblo, y llevará su sangre detrás del velo y hará con ella como hizo con la sangre del novillo, y la rociará sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio”. Es una misericordia que Dios habite entre nosotros "pueblo de labios inmundos" (Isa.6:5). Solamente por la muerte de Cristo y en Cristo podría Dios relacionarse con nosotros.

 

Ahí van mis pecados

Lev. 16:21

“Después Aarón pondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas sus transgresiones, todos sus pecados, y poniéndolos sobre la cabeza del macho cabrío, lo enviará al desierto por medio de un hombre preparado para esto”. Antes de pedir perdón por los pecados de otros debe pedirlo por los de sí mismo y por su familia (v.17). El pueblo tendría que ver esto y reposar aliviado. Cada cual diría, "ahí se van mis pecados, ya no los tengo encima. Hoy puedo dormir en paz". Supongo que aquí el Señor habla en sentido general porque por muy bien informado que este el líder espiritual de la congregación, acerca de los pecados y transgresiones de su pueblo, quedarían siempre muchos, muchísimos, que él desconocería porque se trata de “pecados ocultos” (Sal.19:12); siempre quedan regiones no santificadas. No obstante Dios se conformaba con que pidiera perdón para los pecados de los cuales había recibido alguna información o había presenciado. Por eso es que, en nuestra experiencia cristiana, hay pecados que se depositan en la conciencia sin hacer ruido y sin llamar la atención de la mente. 

16:30,31

“Porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor”. Un día de contrición y de alegría; día de perdón nacional. Dios removía del corazón de su pueblo todos sus pecados, los grandes y pequeños, recientes y viejos.

 

El chequeo esporádico no es algo morboso

Lev. 16:33

“Y hará expiación por el santo santuario; hará expiación también por la tienda de reunión y por el altar. Hará expiación además por los sacerdotes y por todo el pueblo de la asamblea”. Aquel día no debía quedar nada ni nadie que no fuera perdonado. Todos los pecados dondequiera que estuvieran. En la hechura de la santa tienda donde moraba Dios, el santísimo lugar santo, el arca del pacto y el solemne propiciatorio, además por supuesto, los ministros y la iglesia. Lo que somos y todo lo que hemos hecho necesita ser perdonado al menos una vez al año. ¿Solo eso? A veces pasan muchos años sin hacer esa revisión porque los pecados se esconden o se olvidan en silencio pensando que han sido perdonados y no lo están. No es morboso, es una necesidad ese chequeo esporádico, por la sanidad y bendición del servicio al Señor. Se puede orar con esa intención examinadora, leer la Biblia y oír sermones con ese solemne propósito.

17:6

“Y el sacerdote rociará la sangre sobre el altar del Señor a la puerta del tabernáculo de reunión, y quemará el sebo como olor grato agradable a Jehová”. La sangre se halla en la misma puerta de la salvación. Sin sangre no hay perdón. La puerta es Cristo, el altar de los sacrificios, el del incienso, el lugar santo, el arca, las cortinas, los postes, los coseletes, todo es él. De un modo o de otro todo conversaba en figuras sobre su venida y muerte. En el Nuevo Testamento, especialmente en la epístola a los Hebreos, el cielo es representado por un tabernáculo, se le llama tabernáculo celestial, aunque en realidad irrestrictamente el cielo mismo es Cristo, porque cada tabla, cortina, sacrificio, y especialmente el propiciatorio, o cubierta del arca de oro que se hallaba en el lugar santísimo, fueron emblemas de la obra redentora de Cristo. El apóstol Pablo utiliza también el tabernáculo, especialmente para referirse a nuestro cuerpo, que es un lugar santo donde habita el Espíritu Santo.

17:7

“Y ya no sacrificarán sus sacrificios a los demonios con los cuales se prostituyen. Esto les será estatuto perpetuo por todas sus generaciones”.  ¿A los demonios?  Se refiere a los ídolos (2Cr.11:15; 1Co.10:20). Posiblemente esté relacionada con deidades y la prostitución. Los demonios son los instigadores del mal uso del cuerpo y el sexo. Pero tenían el concepto de seres espirituales malvados. Dios se los había dicho y la experiencia también. ¿Conocían los hermanos del AT que los demonios existían? Sí, pero su conocimiento era precario; más bien lo conocían por las naciones extranjeras y cuando importaban la idolatría; pero era Jehová quien les decía que aquellos cultos eran demoniacos. La Biblia más bien, mayormente o primeramente revela el Bien, a Dios, el mal podemos conocerlo en nosotros. El conocimiento del bien sí nos hace falta, no el del mal (Ge.3:5). Con la venida del Señor Jesús es cuando se revela la multitud de ellos. aparecen ante la vista de todo el mundo.

17:15,16

“Y cuando alguna persona, sea nativo o forastero, coma de un animal muerto, o que haya sido despedazado por fieras, lavará sus vestidos y se bañará en agua, y quedará inmundo hasta el atardecer; entonces será limpio”. Para que aprendamos a alimentarnos con lo mejor del mundo; y aquellas cosas que están enfermas o dañadas por el mal, nos abstengamos. En costumbres y dietas seamos civilizados.

18.

El contenido del capítulo parece ser ético o moral, y humano, y una constante advertencia de Dios a su pueblo, que no vaya a absorber las costumbres de los pueblos que venzan militarmente, porque si así lo hacen, deshumanizando la teología que practica y que ama Jehová, contaminarán la tierra, y el destino de ellos habiendo frustrado el propósito de Dios, será similar, tendrán que abandonar la región que Dios les había dado porque el Creador y dueño de este planeta así lo quiere, es su propiedad y es quien establece la línea de comportamiento de los que lo ocupan. El aspecto ético o moral de la revelación bíblica es fundamental en la propagación de la voluntad de Dios revelada en la Escritura, su Santa Palabra. 

18:3

“No haréis como hacen en la tierra de Egipto en la cual morasteis, ni haréis como hacen en la tierra de Canaán adonde yo os llevo; no andaréis en sus estatutos”. No miren los malos ejemplos que dejan atrás ni los que hallen en el futuro. Vivan de acuerdo a la palabra de Dios en cualquier época (v.4).

18:6-18

“Ninguno de vosotros se acercará a una parienta cercana suya para descubrir su desnudez; yo soy Jehová”. Un pasaje moral en un libro ceremonial. Todo el capítulo es útil para recordar a la iglesia algunas inmoralidades. El incesto es pecado; no se menciona la palabra pecado sino "maldad" (v.17) "perversión" (v.23) "abominación" (v.26). ¿No son razones suficientes? Son juzgadas como pecado (v.29). Pecado no es sólo lo malo que se hace en el rito religioso sino las inmoralidades sexuales. Dice alguien: "Y ¿qué tiene que ver que me case con una prima, sobrina, una medio hermana si nos amamos? El Señor dice que no; él creó la familia y el sexo, y dice que no. Todas esas cosas las cometen los que no conocen a Dios y tendrán un mal resultado final (vv.14-30). Vendrá el juicio de Dios sobre tales acciones y se derrumbarán todas sus instituciones. Razona, no naturalmente, sino bíblicamente tu moral. Y se oye decir que cuando el parentesco es cercano, el choque genético similar, podría resultar en una prole con defectos.

18:18

“No tomarás mujer juntamente con su hermana, para que sea rival suya, descubriendo su desnudez mientras ésta viva”. ¡Oh Jacob!, viviste antes de esta Ley (Ge.29:30).

 

Cópula con el mismo género es abominación

Lev. 18:22

“No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación”. El sexo no es una opción y si leyeras bien la Escritura no concederías ningún derecho a los homosexuales para que ensucien la tierra. Un pecado frecuente entre los griegos, los romanos y los cananitas. Es comúnmente llamado sodomía porque Sodoma se distinguió por la práctica de la homosexualidad. El apóstol dice que los que lo practican no entrarán al reino de los cielos (1Co.6:9); y si no entrarán al reino de los cielos ¿cómo formarán parte de la iglesia? ¡Oh hombres! Están preocupados por cómo se abre el hueco en la capa de ozono en el cielo y no miran como los hombres contaminan con inmoralidades la tierra. Ni en Israel ni en la iglesia uno lee que se le llamara hermano a un homosexual. Es más, no aparece ninguno en los dos Testamentos. Se lee sobre prostitución, fornicación, adulterio y violación, pero cópula entre personas del mismo sexo no se conoce ninguna. Y si existían fuera la comunidad de Israel, eso hasta que triunfara el evangelio. Pudiera ser que en Corinto. Si alguno quiere tratarle con amor cristiano, puede hacerlo siempre que no sustituya salvación por aceptación, ni asegure que Dios continúa llamándolo y amándole y no le mencione que es pecado, y que la práctica sin renunciar a ella conduce directamente a la condenación.

19:2

“Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos porque yo Jehová vuestro Dios, soy santo”. Y si quieres saber en qué aspectos de tu vida debes ser santo, lee todo el capítulo; ahí tienes material para vivir.

19:5

“Cuando ofrezcáis sacrificio de ofrendas de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos”. Actualmente: con fe.

19:7,8

“"Y si se come algo de él en el tercer día, es una abominación; no será acepto”. Corría el riesgo que se estuviera descomponiendo. Ofreced a Jehová un sacrificio fresco.

19:9,10

“Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta los últimos rincones de tu campo, ni espigarás el sobrante de tu mies”. Leyes humanitarias. Esto se hacía por amor a Dios y a los pobres que podían entrar y recoger lo que sobraba; pero además si fuera posible, dejar algo a propósito para que ellos se alimenten. En el pequeño libro de Rut se ve eso, como ella iba detrás de los segadores recogiendo lo que éstos dejaban (Rut, cap.2) y por la misericordia del dueño del campo, Booz, Dios hizo que ella se beneficiara. A veces a nosotros nos sobra muchísimo y de ese muchísimo pudiéramos compartir algo como aquellos que están muy necesitados.

 

Si le quitas el honor, se muere

Lev. 19:16

“No andarás de calumniador; no haréis nada contra la vida de tu prójimo”. No le formarás un escándalo. No maltratarás su reputación. No lo difames, mira que su honor es su vida y si se lo quitas lo hieres de muerte. Se morirá de tristeza y de vergüenza. Matar un buen nombre es asesinato. Merece la muerte. No servir en los tribunales como falso testigo, mintiendo para que un inocente sea condenado. Santiago dice que un chismoso, un calumniador enciende un gran fuego en la iglesia. El calumniador es una peste. La palabra indica como uno que viaja de un lugar a otro como si comerciara, con los chismes. Hoy se ha comercializado eso y los chismes de la farándula y de la política se han convertido en una industria y a los que sostienen eso no les importa arruinar la reputación de alguno con tal de hacer dinero. Aunque casi todas las inmoralidades son por los medios de comunicación aceptadas. La reputación de todos debe ser una cosa segura en nuestras manos.

19:17

"Razona", no riñas con él. La palabra también significa argumentar y reprenderlo.

19:18

“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy Jehová”. Los israelitas llegaron a tener como prójimo sólo aquellos que pertenecían a su nación no a los extranjeros. Jesús amplía el concepto en la bella parábola del buen samaritano (Lc.10:30-37). Señor, podemos vivir con rencor en el corazón, y esto por muchos años. Ayúdanos a perdonar a los que nos han maltratado y no nos han amado, por Jesús. Amén.

 

Un pueblo envidiable

19:19

“No ayuntarás dos clases distintas de tu ganado; no sembrarás tu campo con dos clases de semilla, ni te pondrás un vestido con mezcla de dos clases de material”. ¿Qué significado espiritual puede tener esto? Tal vez que Israel no se debía mezclar en sus trabajos, gustos, vestuarios, obras, religión, con otros pueblos cuyas costumbres fueran distintas (1Co.10:21).  Se piensa que no se deben ayuntar bestias de distintas razas para evitar despertar apetitos impropios como se ha prohibido en el capítulo anterior (18:22,23). Lo de los vestidos parece que tiene que ver con la ostentación. Dios dándonos lecciones morales y espirituales en cada cosa de la vida doméstica e industrial; y todo eso expresamente se dice en "no os unáis en yugo desigual con los incrédulos". No contemporizar cuando se trata de ser santos (v.1). Vivir aislados del mal; decir no a pecados ajenos (1Ti.5: si 22). Dios hizo con su ley, digo yo no él, todo lo que pudo para formar un pueblo exclusivo, superior, ejemplar y hasta envidiable.

 

El pecado al alcance de la mano

Lev. 19:23-25

“Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, tendréis por prohibido su fruto. Por tres años os será prohibido; no se comerá”. 

Se ha comentado que esta prohibición tiene que ver con el desarrollo del fruto mismo que no está adecuado para ser ingerido. Eso no tendría Dios que prohibirlo porque lo sabrían. Tiene que tener una aplicación espiritual y moral. Veamos. Plantar y no comerlo. ¿Sí? Y ¿qué comerá? ¿Teniendo los frutos y no comerlos? Sí, podría venderlos, si tuvieran compradores; regalarlos a extranjeros o dejarlos que se pudrieran.

Eran frutos incircuncisos y eso tiende a hacernos pensar en religión y no en mercado ni en la salud. Para enseñarles la abstención espiritual a contenerse que es una gran lección (1Co.9:25) y que aprendieran a tener el pecado al alcance de la mano y sin embargo no tocarlo, a estar cerca de él y no disfrutarlo (1Co.5:9); mirar lo atractivo que es y las supuestas ventajas que tiene y no tomarlo (Ge.3). Para la obediencia debemos ejercitarnos. Con todo, Señor, no nos permitas rondar cerca de él.

19:26

“Ni seréis adivinos ni agoreros”. Los que silban a las serpientes (eso es lo que sugiere la palabra adivino o encantamiento) y los que practican el mal de ojos. No tengan relación con ultratumba.

 

Tatuajes

Lev. 19:27,28

“No cortaréis en forma circular los extremos de vuestra cabellera, ni dañaréis los bordes de vuestra barba. Ni haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto ni imprimiréis en vosotros señal alguna”. “Alude a una costumbre que tenían los árabes, como dice Herodoto, de cortarse el pelo en forma circular en honor de la deidad Orotal” (Barnes). Igual hacen los chinos cuyo trasfondo tiene que ver con alguna deidad pagana. Y lo mismo que dice sobre no hacerse marca o señal sobre el cuerpo, lo que se llama tatuaje con propósito idolátrico, porque el cuerpo es templo del Espíritu Santo y como santo debe usarse. No es correcto que los cristianos se impriman esas tintas sobre la piel, en ninguna parte, y en eso deben ser distintos y disentir de esa práctica actual, que fue común entre la gente sin clase del antiguo Egipto. Aunque a alguno le guste y afirme que es adorno y no pleitesía idolátrica. Sin embargo, con todo respeto y amabilidad ruego a los creyentes que ya tienen esos impresos en la piel antes de conocer a Jesús, pido me disculpen si soy ofensivo, y así sigan sin más problemas y tengan esos dibujos como recordatorios de una vida que se dejó, y que en la resurrección un cuerpo glorioso aparecerá sin ellos.

19:30

“Mis días de reposo guardaréis y tendréis mi santuario en reverencia; yo Jehová”. Esto se refiere en primer lugar al culto idolátrico en el templo. La hora de la predicación tiene que ser la hora de la reverencia. ¿Crees que el santuario de Dios es para bailar lo que llaman danza, y dar descomunales gritos y arrojarse al piso y decir que el culpable es el Espíritu Santo que los tiró? (Mr.11:16).

19:31

“No os volváis a los médiums ni a los espiritistas, ni los busquéis para ser contaminados por ellos”. Te van a apartar de la palabra de Dios, te van a conducir a los demonios y a la perdición de tu alma (Hch.16:16).

 

Así que te tiñes las cejas

19:32

“Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás; yo soy el Señor”. Para muchos hoy un anciano es alguien acabado, sin futuro, obsoleto y en algunas familias un estorbo. Por eso los echan en un asilo y pagan el cuidado. Para ser moderno hay que ser de ideas jóvenes. Se le mira con envidia a la juventud. Ancianos eran los pastores y los mejores directores de la iglesia apostólica, y ancianos fueron los que en la antigüedad juzgaron, aconsejaron y llevaron por buen camino al Israel de Dios. ¡Oh ancianos menospreciados, sois de Dios un tesoro, un envidiable tesoro! (Pro.16:31). Antiguamente los jóvenes cuando un anciano venia se ponían de pie hasta que pasara porque Dios les había enseñado que estaban primero en el mundo y tenían más sabiduría y experiencia. ¿Qué es eso de teñirse los cabellos, la barba y hasta las cejas? Es una cobarde payasada, o afeminamiento, que indica la debilidad en el carácter que ha claudicado ante la opinión social.

 

   Nuestra vida que nuestra apariencia física

 

“Felipe Melachthon se presentó en Württemberg en agosto 25 de 1518 dos días después de que León X le había pedido al cardenal Cayetano hiciera que Lutero se presentara y lo obligara a retractarse. Fue el momento cuando su amigo Felipe Melachthon ocupara su lugar. La impresión física que produjo Melachthon a la vista de los profesores de Leipsic, no fue nada favorable, se sintieron defraudados debido a lo que esperaban. Era un hombre muy joven, mucho más joven de lo que su edad aparentaba, pequeño de estatura, débil y con un aire de timidez. ¿Acaso podría ser este jovencito el ilustre profesor tan ardientemente recomendado?

“Lutero ni sus compañeros al verlo abrigaban alguna esperanza de éxito, por su evidente timidez y sus delicadas maneras. Pero cuatro días después en la sesión inaugural cuando Melachthon habló en un elegante latín, mostrando lo mucho que sabía, su cultura, y su sano juicio, todos quedaron impactados y llenos de admiración. Los temores acerca de este joven desaparecieron y los que se habían sentido inclinados desfavorables, y en contra de él, terminaron aplaudiéndolo y alabándolo. “Cuando el discurso terminó lo rodearon los grandes profesores saludándolo, pero ninguno estaba tan lleno de gozo como Lutero por aquel joven de quien se habían apresurado a descalificarlo, y escribió lo siguiente “todos nos retractamos de los prejuicios que habíamos tenido con él debido a la apariencia física y ahora lo admiramos por su cultura y su elocuencia” (Philip Melachthon, by Dabid J. Deane, pags, 26,27). 

Nada importa menos en la historia de nuestra vida que nuestra apariencia física, sino lo que somos y lo que hacemos, que forman nuestra biografía, al pasar por este mundo.

 

19:35-37

“No haréis injusticia en los juicios, ni en las medidas de peso ni de capacidad. "Tendréis balanzas justas, pesas justas, un efa justo y un hin justo”. Efa, palabra de origen egipcio equivalente a 37 litros. Un hin es igual a 3.7 litros (otros dicen 6.2). El propósito es hacer un pueblo santo en toda la vida humana. No todas las ganancias son bendiciones de Dios. ¿Cómo prospera tu negocio? No se debe hacer tesoro engañando a los clientes. La bendición de Jehová enriquece, y la sabiduría y audacia mercantil tiene su aprobación, y no hay por qué recurrir a despojar sin escrúpulo y con engaños a los que compran o venden con el propósito sano de hacer un poco de dinero y vivir mejor.

20.

La iglesia cristiana es un proyecto espiritual de Dios, si así se puede decir por el fracaso de la nación de Israel para ser santa. No hay en el mundo ningún pueblo con estas leyes ni que las viva. Las calles y las casas de todos ellos están infectadas de todo esto que aquí se prohíbe bajo pena de muerte. Si Dios quiere ver su palabra respetada tiene que crear una nación con un corazón nuevo. ¡Dios mío que ninguna de esas cosas “se nombre entre nosotros como conviene a santos”! (Efe.5:3).  

20:2

“Dirás también a los hijos de Israel: "Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que residen en Israel, que dé alguno de sus hijos a Moloc, ciertamente se le dará muerte; el pueblo de la tierra lo matará a pedradas”. Moloc, ídolo abominable de los amonitas (18:21; 1Re.11:7) ¿Libertad de culto o intolerancia? Las leyes para Israel no son las leyes del mundo, son las leyes espirituales para que la iglesia respete, tema y viva como agrada a Dios. Dios nos llama a ser como él.  Pero son leyes sociales buenas ¿no? ¿La tolerancia de eso es libertad de cultos? Si no a la muerte, a la cárcel con ese individuo.  

20:4,5

“Pero si el pueblo de la tierra cierra sus ojos con respecto a ese hombre, cuando él ofrezca alguno de sus hijos a Moloc, para no darle muerte, entonces yo mismo pondré mi rostro contra ese hombre y contra su familia”. "Si ustedes lo excusan yo no, si lo absuelven yo no lo perdono; los tribunales humanos pueden hallarle inocente y yo culpable". No hagas fiesta oh transgresor. Los ojos deben cerrarse para el pecado, no mirar el asno o la mujer del prójimo, pero no a las injusticias.

20:6, 26,27

“En cuanto a la persona que se va al médium o a los espiritistas, para prostituirse en pos de ellos, también pondré mi rostro contra esa persona y la cortaré de entre su pueblo”. La RV traduce “encantadores y adivinos”. Solamente para que notes esta versión que es más elocuente. Es grave llamarse cristiano, tener la bendita Biblia y el Espíritu Santo para leerla y “la unción que nos enseña todas las cosas”, maestros y consejeros, e ir en busca de algo a brujos, espiritistas y médiums. Y estas cosas son popularizadas por los medios de difusión modernos.

20:9

“Todo aquel que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, su culpa de sangre sea sobre él”. Compara esto con "honra a tu padre..." (Ex. 20:12). ¿Cómo vas a maldecir a tu padre, desearle mal a quienes te dieron tu vida? La idea es respetarlos (Ge.48:12), no difamarlos ante los demás ni usar con ellos un lenguaje con oprobios e injurias. Los pecados de los padres deben ser silenciados por los hijos, mientras aquellos vivan y mucho más después de muertos.

 

Un programa de gracia para pecadores

Lev. 20:10,11

“Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro hombre, (que cometa adulterio con la mujer de su prójimo), el adúltero y la adúltera ciertamente han de morir. Si alguno se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos”. Compara estas palabras con estos dos textos: la mujer sorprendida en adulterio y que trajeron a Jesús (Jn.8:3-11), y el muchacho en la iglesia de Corinto que se acostó con la mujer de su padre, después de reprendido se arrepintió y lo restauraron a la comunión de los santos (1Co.5:1-5). Nota lo que es haber vivido bajo la dureza de la ley mosaica y vivir ahora bajo el actual programa de gracia traído por nuestro Señor. Bendecimos la cruz de Jesús y besamos las páginas del Evangelio. Amén. ¡Cuánta oportunidad tenemos los pecadores! Muchos adúlteros y fornicarios han sido regenerados y hechos partícipes del reino de Dios.

20:13

“Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos”. La palabra abominación aquí significa algo que disgusta moralmente a Dios, que él aborrece. Cuando el Señor declara algo pecado está haciendo un juicio moral sobre el hecho (18:22). ¿O no nos dio una ley moral, ceremonial y judicial? Ellos también pueden ser lavados por el Espíritu de Dios (1Co.6:9-11).

 

Diezmar hasta un comino no es mejor que amar

Lev. 21:1-3 

“Salvo por sus parientes más cercanos, su madre, su padre, su hijo, su hija o su hermano…”. ¿Cómo es eso que el Señor Jehová autoriza al sacerdote a contaminarse, a quebrantar un mandamiento, a perder su santidad ceremonial? Sí, por su padre o su madre para ir a su cadáver, tocarlo, besarlo, para mostrarle sus últimos afectos y gratitud; para consolar a sus parientes. ¿Ves? Esas cosas son más importantes que las ceremonias religiosas; ayudar, ir y amar a los padres es más importante que diezmar hasta el eneldo y el comino (Mr.7:10-13; Mt.23:23). Mostrar afectos al prójimo es más importante que una ceremonia cuyo propósito es el sentido espiritual que tiene y no ella en sí misma. Eso no es poner a Dios en segundo lugar porque el amor al Señor en el prójimo se muestra sublime. Amar al prójimo es amar la imagen de Dios. Recuerde como Jesús detuvo con su mano el féretro del hijo de la viuda de Naín y como tocó al leproso. 

21:4

“No se contaminará como cualquiera entre su pueblo, pues se profanaría”. Se supone que un ministro de Dios sea más santo que el promedio de su pueblo, que exceda en gracia a sus hermanos. No estamos obligados afectivamente a todos nuestros familiares por igual. La imagen de Dios en el prójimo no es más que Dios mismo.

21:6

“"Serán santos a su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque presentarán las ofrendas encendidas al Señor, el alimento de su Dios; por tanto, serán santos”. ¿Manejas las cosas de Dios? ¿Las miras, las hueles, las palpas, tomas la palabra de Dios en tus labios? Sé santo.

21:7

“Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios.”. Si vas a casarte y ser un ministro de Dios, elige una mujer santa, virtuosa, que no deshonre tu ministerio. ¿Cómo ser ministro y casarte con una adúltera? (vv.14,15).

21:9

“Y la hija de un sacerdote, si se profana como ramera, a su padre profana; en el fuego será quemada” “Y la hija del sacerdote, si comenzare a fornicar, a su padre deshonra”. En la historia de Israel no se menciona ningún caso, ningún sacerdote tuvo una hija así. Dios les dio gracia. ¿Puedes tener una idea clara de lo que es pecado para Dios, de lo que es moral o inmoral? ¿Te gustaría que Dios fuera menos severo? ¿Es una exageración el castigo por esta falta? No. Los cristianos por estas leyes tenemos una idea de lo inmensa que es la justicia de Dios. No se aplican dentro el cristianismo porque no vivimos bajo una teocracia sino dentro de un gobierno civil o secular, pero el espíritu de ella permanece. Esa clase de pecado es grave, una injusticia, un delito contra Dios.

21:10-12

“Ni se acercará a ningún muerto, ni aun por su padre o por su madre se contaminará”. Lo que le era permitido los sacerdotes, al sumo sacerdote no (vv.1-3). Era un tipo de Cristo y debía renunciar a todo, sufrir los mayores dolores, las más grandes renuncias. Jesús renunció a esto y tocó féretro y leprosos. Más arriba comento esto en relación con los afectos al prójimo.

 

Ministros capacitados para oficiar

Lev. 21:16-24

“Habla a Aarón y dile: "Ningún hombre de tu descendencia, por todas sus generaciones, que tenga algún defecto se acercará para ofrecer el alimento de su Dios”. El sacerdote debía ser perfecto. Bueno, quiero decir normal, que no fuera físicamente inferior a los demás hombres, sea porque tenga menos o de más (v.18). No por causa de Dios sino de los hombres. Nada que provocara menosprecio hacia él y la religión. También por Dios, digo, porque era un emblema de Jesucristo. Si alguno nacía así o llegara a tener tal defecto era indicación que Dios lo excluía, que Dios le dio el privilegio de nacer en una familia sacerdotal pero no el de oficiar. El que entra al ministerio es por el deseo divino y Dios le dará la capacidad natural y espiritual para su oficio y no permitirá que algo malo le pase que lo incapacite para hacer su trabajo. Lo guardará sin caídas para su reino celestial (2Ti.4:18).

Según Spurgeon tiene que tener además de intelecto, voz o pecho para predicar. Y en su colegio de pastores lo practicó.  

22:9 

“Guardarán, pues, mi ordenanza para que no se carguen de pecado por ello, y mueran porque lo profanen; yo soy el Señor que los santifico”. Todo el capítulo es un resumen de leyes dadas; pero ahora mira los sentimientos de Dios, no quiere que lleven pecado y no quiere que mueran. La muerte es una experiencia que a Dios le desagrada, vernos morir. Dios condena sin placer el pecador al infierno. Él no quiere la muerte del impío. Si lo hace es porque su justicia perfecta lo exige.

 

Los judíos y sus esclavos

Lev. 22:10,13

“Ningún extraño comerá cosa sagrada; ni huésped del sacerdote, ni jornalero comerán cosa sagrada”.  No hay duda, la palabra de Dios es para los hijos, los disfrutes espirituales que ella trae son para príncipes y princesas, no para “los perrillos”. Que estos coman de lo que caiga de la mesa de los hijos (Ex.12:43). Extraño aquí los judíos dicen que se trata de los esclavos comprados a los paganos, a los cuales no se les ha horadado la oreja y no forman parte de la familia sacerdotal y por lo tanto no tienen los privilegios de los que sí lo han sido (Ex.12:43; Ex. 21:6); los contratados o jornaleros no debían comer la pascua (Lev.22:11). Bajo ciertas restricciones los judíos podían comprar esclavos y los trataban con mucha piedad, distinto a los romanos, griegos y otros pueblos que los trataban peor que a los animales, y algunos de ellos se decían cristianos.

 

El cristiano no debe tener de más ni de menos 

Lev. 22:23

“En cuanto al buey o carnero que tenga un miembro deformado o atrofiado, podréis presentarlo como ofrenda voluntaria, pero por voto no será aceptado”. Si puedes penetrar la sombra de este versículo y ver la sustancia reconocerás al Señor Jesús en el tipo. Medita en el símbolo y lo verás. Es perfecto, nada le falta, ni en su Persona ni en su obra. Es el Cordero perfecto sin que le falte o le sobre nada. Su Persona es perfecta, como Hijo del Hombre, como Hijo de Dios, es el Mediador perfecto. En su oficio de Sacerdote, Profeta y Rey. Perfecta es su obra. Su sacrificio es perfecto, con una sola ofrenda hizo perfecto a todos los santificados (He.10:14).  No exactamente deformado, aunque tiene la idea, lo que dice es que sea más grande de lo normal, o que tenga tres orejas, cinco patas, un ojo de más, etc. Es decir, un monstruo. Ni tampoco con amputación, que lo haya perdido por accidente o nacido sin él. Esas cosas podían venderse y darse el dinero para la reparación de la casa del Señor. La vida cristiana no debe tener de más ni de menos; consiste en un balance, que es lo mismo que una normal y espiritual naturalidad.

22:25

“Tampoco aceptaréis tales animales de mano de un extranjero por ofrenda como alimento para vuestro Dios; porque su corrupción está en ellos, tienen defecto y no os serán aceptados". ¿Qué corrupción? De los dueños que no son santos. Siempre es mejor que las ofrendas a la iglesia provengan de sus miembros y simpatizantes y no de los inconversos. Tienen defectos. Una lección en el N.T. está en Ro.15:16. Ni por excelente que fuera la ofrenda, el que la conducía le pasaba la contaminación. Se miraba primero el que ofrendaba y después lo que traía. 

22:28

“Mas, ya sea vaca u oveja, no mataréis a ella y a su cría en el mismo día”.  “Ya sea la vaca o la oveja, macho o hembra, aunque Gerson observa que la ley se aplica solo en el caso de la hembra no en el macho porque es difícil en los animales conocer quién es el padre… la ley parece estar dirigida para promover la piedad y misericordia con los animales y desanimar la crueldad hacia ellos. Así el Tárgum de Jonatán dice: “Y mi pueblo, los hijos de Israel, como nuestro Padre que está en los cielos es misericordioso, así vosotros seréis sobre la tierra” (Gill). Es con el mismo propósito de Éxodo 23:19. Ver esa nota para más explicación.

23:1-44

“Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos”. Oh Señor, enséñanos a interrumpir lo más importante que hagamos en este mundo, para ocuparnos de nuestras almas e ir a Dios. No eran muchas las fiestas religiosas para irse de vacaciones sino para alabar a Dios, para practicar la religión, para tronchar en cualquier punto la carrera por el dinero y por el trabajo, por el triunfo material. Oh dejemos de hacer esto o lo otro por unas horas o días para ir a adorar a Dios. Por lo que es de Dios, yo interrumpo cualquier cosa.

23:3

“Seis días se trabajará, pero el séptimo día será día de completo reposo, santa convocación en que no haréis trabajo alguno; es día de reposo al Señor dondequiera que habitéis”. ¿Es hoy día de reposo? Es día de "santa convocación", ¿cuándo cesarás de trabajar el día de la resurrección de Cristo? 

23:13

“La ofrenda de cereal será de dos décimas de un efa de flor de harina mezclada con aceite, ofrenda encendida para el Señor, como aroma agradable, con su libación, un cuarto de hin de vino”. Mejor olor "gratísimo", aroma superior es el conocimiento de Cristo. Aroma riquísimo tienen esos sermones bíblicos hablados desde el corazón (2 Co. 2:14).

23:28,29

“Si alguna persona no se humilla en este mismo día, será cortada de su pueblo”. ¿Pensarás reconciliarte con Dios sin un poco de tristeza? ¿Será en el culto todo, gozo y positivismo? Ese es uno de los defectos de la evangelización moderna que piensa que hay que atraer a la gente a la felicidad para que se arrepientan de sus pecados; o más bien le ofrecen fe con un arrepentimiento verbal sin contrición. Perdón sin juicio y sin temor a Dios. La asistencia era obligatoria y la ausencia, delito de muerte.

 

Con un guardia, los templos debieran abrirse a diario

Lev. 23:42,43

“Habitaréis en tabernáculos por siete días; todo nativo de Israel vivirá en tabernáculos, para que vuestras generaciones sepan que yo hice habitar en tabernáculos a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios”. Era una fiesta bonita y con mucho significado espiritual. El pueblo podía leer en la Escritura que todas estas fiestas las había ordenado Dios y debía acudir presto a su participación. Y todo eso por nuestro beneficio espiritual para enseñar al pueblo a ser religioso todo el año. ¿Te parecen mucho los días de reuniones de la iglesia? Más deberían ser para que nuestras vidas fueran menos seculares, si es que eso lo logra. Son demasiado pocos los días que programamos para orar y estudiar la Palabra. Los templos por razones laborales permanecen cerrados todo el día. Parecen construcciones frías y asoladas, impregnadas por una circundante indiferencia. El pueblo santo debiera tener la santa costumbre, y los responsables del edificio también, de tener alguna puerta abierta no para que entren delincuentes sino aquellos que durante el día quieren hacer uso sagrado del recinto de Dios. Si los locales no están adornados con oro y piedras preciosas no serán codiciados por los amigos de lo ajeno. Además, con algún guarda de seguridad como pagado por supuesto, se desalentaría cualquier robo. Mostremos que somos mucho menos del mundo que de Dios. Interrumpamos más nuestras semanas, meses, y años, para irnos a las reuniones que manda Jehová. ¿Iremos en el mismo desenfreno que el mundo? (1Pe.4:4; Mt.6:3,32). ¿Están nuestros hijos aprendiendo a no asistir a la iglesia con frecuencia? (Ver nota sobre el Título).

24:2,3

“Olivas machacadas”, golpes, opresión por todos lados, al fin el jugo sale y el extracto puro va para el santuario de Dios, y depositado en el sagrado candelabro se transforma en luminosa luz para el recinto del Señor. Así las aflicciones producen paciencia, esperanza y hacen sólida la fe y el resultado es una vida piadosa que alumbra a todos los que están en lugares oscuros. Oh Señor, santifica nuestras penas. Brota la gracia de Dios de nuestro interior cuando el martillo de la providencia golpea repetidamente.

24:5-9

“Tomarás flor de harina y con ella cocerás doce tortas; en cada torta habrá dos décimas de efa”. Este pan tiene que simbolizar la Palabra de Dios. Esos son los panes de la proposición (Ex.25:30) que eran hechos por los levitas con las ofrendas del pueblo (1Cr.9:32; 23:29).  Los sacerdotes se nutren de alimento santo. Viven por esa Palabra. Sí, mi Señor.

 

Consecuencia de un matrimonio mal hecho

Lev. 24:10-13

“El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel lucharon en el campamento. Y el hijo de la israelita blasfemó el Nombre, y maldijo. Entonces lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan). Y lo pusieron en la cárcel, hasta que se les aclarara la palabra de Jehová”. Aquí puedes ver una serie de cosas y todas malas. El matrimonio entre una israelita y un egipcio estaba mal hecho, eso lo prohibía la ley. Ningún israelita debía casarse ni permitir que sus hijos se casaran con personas de otros pueblos, no por otra razón sino porque apartarían sus corazones del Señor. En este caso la mujer no parece haberse apartado de Dios, pero su hijo no fue santo. Esa unión puede dar vástagos enfermos. La desobediente mujer logró que su marido la acompañara en el éxodo, quizás con la esperanza que cambiara en otro país, que viendo las maravillas de Dios obtuviera fe, y hacer de su hogar un hogar bendecido por Dios en otra región. Pero no resultó nada. Su marido no blasfemaba el Nombre, pero no lo temía porque su hijo tampoco. El hijo también salió con ellos, fue bautizado en la nube y en el mar, pero eso no le regeneró (Ex.12:38; 1Co.10:1). Así hay gente que han escapado del juicio de Dios, han visto maravillas, van en la compañía de los santos, pero lo hacen obligados o corriendo una excitante aventura, pero no por fe. 

El segundo error fue reñir.  Las riñas dentro del pueblo del Señor son malas, las promueve la carne, los corazones carnales y faltos de la gracia, gente que es bautizada, que parece que va a Sion, pero se sienten molestas por las incomodidades del viaje. El diablo es un instigador de esos pleitos y lo hace con los que ve apropiados, para que blasfemen el Nombre. Eso fue lo que le dijo al Señor cuando hablaba de Job.  La ley dice cómo se resuelven los problemas, razonando (19:17). Cuando los impíos están mezclados con el pueblo del Señor eso puede ocurrir, pleitos. 

Y el tercer error, que es ya la consecuencia de los dos anteriores, fue la blasfemia. ¿Por qué blasfemar a Dios cuando el problema no es suyo? Quizás lo hizo para herir al israelita en la parte más sensible de su corazón, en su religión. Atacar la religión. Atacar a Dios, culpar al Señor por los problemas que se tienen con los creyentes. Este hombre no se arrepintió. Lo pusieron en la cárcel, pero no leemos que se haya retractado de su delito, murió blasfemando a Dios. 

24:17-22

“Fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará”. Aunque no te parezca, esto es para obligarnos a amar al prójimo, para no desearle lo que para nosotros no queremos, para que no seamos injustos y nos pongamos en su lugar. Aquí no dice “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Pero si uno es justo, comprenderá la situación del prójimo, y no abusará de él, así se sientan las bases para amarlo. Hasta ahí llega Moisés; Cristo va más allá (Mt.7:12).

 

No debieras trabajar el domingo

Lev. 25:1-7

“Seis años sembrarás la tierra, seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos, pero el séptimo año la tierra tendrá completo descanso, un reposo para el Señor; no sembrarás tu campo ni podarás tu viña”. ¡Todo un año sin sembrar! Nadie en todo el país plantando una sola semilla. Viviendo de lo que habían ganado los seis años anteriores. Esto para demostrar que con la bendición de Dios no necesitarás una nueva cosecha, restringirás el espíritu de codicia y ambición; para aprender que todos los negocios de la vida van después de Dios, confiarás firmemente en la providencia Suya. Es una ley anti-económica para los agricultores, vendedores y consumidores. Esto no sería una ley eterna sino como otras para instruir espiritualmente al pueblo. ¿Perderían dinero? Sí y no; dejarían de ganar, pero habrían ganado ya lo que en ese año podría ser sólo una posibilidad de ganancia (vv.18-22). Si un cristiano trabaja de lunes a sábado y gana lo suficiente, aunque pueda trabajar el domingo y ganar más, no debiera hacerlo. Para eso Dios lo ha bendecido, para que no lo haga. Es una restricción antieconómica, pero agrada Dios. No salir de compras el domingo sería una decisión buena para obligar a los comerciantes a cerrar sus puertas.

25:8-23

“Contarás también siete semanas de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo de siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años. Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes; en el día de la expiación tocaréis el cuerno por toda la tierra”. El año del jubileo comenzaría con el día de expiación (v.9) traería libertad, redención, etc. Así Cristo muere, expía el pecado, la gente obtiene libertad, la recupera. En Cristo volvemos a nuestro estado original. La tierra (v.23). Cuando el hombre vuelva a ser lo que originalmente fue y el mundo lo que fue, todo será perfecto. El jubileo representa al reino de Cristo. A partir de tu perdón en Cristo, vive tu liberación.

 

No vivas sólo con gracia vieja

Lev. 25:18-22

“Cumpliréis, pues, mis estatutos y guardaréis mis juicios, para ejecutarlos, para que habitéis seguros en la tierra. Entonces la tierra dará su fruto, comeréis hasta que os saciéis y habitaréis en ella con seguridad”.  

El Señor sabe lo que te ha de costar cumplir sus estatutos y él hará la provisión para hacerlo posible; cuando te dispongas a cumplir con lo que te pidió contarás con su bendición para que te sea fácil, ligera su carga (Mt.11:29,30). Tendrás razones para no desobedecer a Dios, no te hará falta la desobediencia. El pueblo se preguntaba, si dejamos de trabajar todo un año, ¿qué comeremos? Y la divina respuesta le llegó: “Cuenten con bendiciones adelantadas. Lo que yo pido lo doy primero, todo lo tengo pensado”. No debiéramos sospechar jamás que seremos olvidados y abandonados por Dios. Les dice “por tres años”; la solución está en estas palabras: “Yo enviaré mi bendición”, y sería tan grande que de ella podrían estar comiendo varios años. A esa gran bendición le llama añejas (26:10). Son buenas Señor, pero no nos dejes de bendecirnos para que no vivamos sólo de gracia vieja, de lo que un día nos diste. Renueva tu atención con nosotros y úngenos con aceite fresco (Sal.92:10). Para cada cosa necesitamos una gracia distinta, y una cantidad diferente.

25:25

“Si uno de tus hermanos llega a ser tan pobre que tiene que vender parte de su posesión, su pariente más cercano vendrá y redimirá lo que su hermano haya vendido”. Es muy hermoso que un hermano más bendecido que otro, ayude a su próximo a salir de deudas. La propiedad quedará dentro de la familia y si después el otro tiene dinero podrá volver a comprarla. Nuestra relación con Dios merece un examen honesto, si tenemos que poner a la venta algunas de sus bendiciones.

25:35

“En caso de que un hermano tuyo empobrezca y sus medios para contigo decaigan, tú lo sustentarás como a un forastero o peregrino, para que viva contigo”. Ayúdalo aunque haya sido su culpa; no encuentres razones en él para no ofrecerle la mano. Si ha perdido el empleo puedes intentar buscarle uno, si por cuestiones de la economía o falta de previsión económica aprendido hasta su casa, sino pudieras comprársela tú, al menos podrías recibirlo en la tuya o alquilar alguna modesta habitación para que viva e independiente. Eso se llama ser familia en todo momento. 

 

Estudiar y trabajar son el camino de la libertad

Lev. 25:39 

“Y si un hermano tuyo llega a ser tan pobre para contigo que se vende a ti, no lo someterás a trabajo de esclavo”. No puede ser totalmente libre aquel que es demasiado pobre. Si nunca podía comprar su libertad y vivía, saldría libre en el año del Jubileo. Pero esperar cincuenta años como esclavo es demasiado tiempo. La libertad se puede perder a plazos. Los que tienen dinero o poder si no se la quitan a su pueblo de un jalón, se la quitan con trozos de tierras, posiciones, casas y escuelas. Por supuesto que instruyen en una sola forma de pensar. Con una sola ideología y sin rivales. 

Los derechos civiles están atados a la economía. No puede uno disfrutar la libertad política si vive en la miseria. Estudiar y trabajar son los caminos de la libertad. La libertad no se consigue sólo con las armas sino con escuelas y libros, con libertad académica donde debate y el examen sean requisitos. Así marcha un pueblo hacia su desarrollo, no sólo con consignas y odios sembrados a propósito. Yo sé que crucificaron al Amor. Pero quienes merecen la crucifixión son los que sistemáticamente enseñan a odiar. 

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta” (Pro.22:7). La pobreza es el camino hacia la esclavitud. Los hombres que quieran ser libres tienen que mejorar sus economías. Salir de la pobreza significa adquirir libertad. La libertad no se mendiga, se conquista, y si no se puede, se paga por ella. Si el tirano es poderoso se huye de sus dominios y se le tiran verdades desde lejos para que no se muera en su pueblo el deseo de ser libre. La fuga es un modo de protesta. Si José y María no pueden derrocar a Arquelao, entonces huyen a Egipto. Ya llegará el tiempo que regresen del exilio.  

Cristo nos enriquece con sus bendiciones y su Palabra, por eso nos hace libres. El perdón de los pecados es el comienzo de la libertad y de la riqueza. Él con su pobreza y con su verdad nos hizo libres, esto es, ricos (Jn. 8:31,32; 2 Co.8:9; 9:11).

25:39-54

“No te enseñorearás de él con severidad, más bien, teme a tu Dios. "En cuanto a los esclavos y esclavas que puedes tener de las naciones paganas que os rodean, de ellos podréis adquirir esclavos y esclavas”. Es aceptada la esclavitud, pero si el esclavo puede hacerse libre debe procurarlo (vv. 47-49; 1Co.7: 21). El NT no expresa deseos de que esto continúe. 

25:47-49

“Si aumentan los bienes del forastero o del peregrino que mora contigo, y si empobrece tu hermano que está con él, y se vende al forastero que mora contigo, o se vende a los descendientes de la familia de un forastero, él tendrá derecho de redención después de ser vendido; uno de sus hermanos podrá redimirlo”.  Los parientes debían redimir a sus hermanos; si con dinero se compra la libertad, gastarlo. De lo que no hay redención es de la muerte y del pecado (Sal.49:8). Esa libertad sólo la puede dar Cristo. Pero, ¿no podrás orar y trabajar por la redención de los tuyos? Cristo es el pariente más cercano que tenemos y él sí puede redimir (Rut 4: 6).

26:1

“Piedra pintada”, o mejor dicho piedra “tallada, labrada”

 

Lo que el diablo te oferta, Dios te lo dará 

Lev. 26:1-13

“Yo os daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto”. Nadie sirve a Dios de balde; nos paga nuestros deberes y obligaciones (Job1:9-10); la cosa más insignificante que se haga tiene recompensa, como dar un vaso de agua a un sediento. Señor, quiero ser tu esclavo para siempre (Deut.15:12-17). Sólo se puede esperar ayuda, bendiciones, abundancia, si se obedece la palabra del Señor; y que los conflictos desaparezcan y no haya guerra; mientras más apegados estemos a la palabra de Dios, más grandes serán nuestras victorias.

Son muchas las solicitudes que el diablo usa, y tretas para despojarte de las bendiciones que Dios te ha concedido, pero si las defiendes y sigues paso a paso el espíritu de la palabra de Dios, lo que el diablo te oferta, Dios te lo dará, limpio, brillante, nuevo, con gozo, que se extiende y dura. 26:6

“Eliminaré bestias dañinas” o malas bestias. El Señor conoce eso y ¿no sabrá cuál es tal y tal virus, bacteria o sustancia que produce el cáncer? ¿La fiebre y la tisis? (v.16). Él puede eliminarlo. 

 

Providencia acumulada

Lev. 26:10

“Y comeréis las provisiones viejas y sacaréis lo añejo para guardar lo nuevo”. ¡Qué seguridad, Dios mío! Con tanta abundancia que no se gasta lo que uno tiene y Dios le dio. Aunque le demos las gracias por “el pan nuestro de cada día”, es pan de providencia acumulada. De eso son testigos nuestros ahorros. No estés intranquilo cuando te estés comiendo lo añejo, Dios te ha dado para que te alcance y estés tranquilo. No hagas demasiados cálculos en cuanto al futuro sostenimiento, deja algunos cabos sueltos a la sabiduría y providencia de Dios, que él es sabio, está atento y nunca falla. Palabras muy apropiadas para mantener responsable esperanza en el corazón de los que han envejecido, los retirados. Los jubilados. Y si se diera el caso de que no hubiera suficiente providencia acumulada en esta tierra, hay un tesoro celestial en la bondad de Dios que jamás se agota y descenderá oportunamente por el canal de la fe. Lee la experiencia con la providencia. No tiene sentido que te preocupes porque se acabe lo añejo. Reposa tranquilo, santo envejeciendo.  Eso sería una intolerable carencia de fe. En sentido espiritual come lo añejo, las viejas verdades del evangelio, la eternidad de Dios, su omnipotencia, la salvación por gracia, alimenta tu alma con los añejos atributos divinos.

26:13

“Rompí las varas de vuestro yugo y os hice andar erguidos”.  Sin que hayáis cometido nada que os avergüence. 

26:14-20

“Si despreciáis mis estatutos y si aborrece vuestra alma mis ordenanzas para no poner por obra todos mis mandamientos, quebrantando así mi pacto”. Lee esta palabra y tiembla antes de pecar "invalidando mi pacto" “quebrando mi pacto”; entonces ya no habrá nada prometido para ti, no cumplirá ninguna cosa buena contigo. Las bendiciones divinas retornan, pero no las trates con menosprecio. Piénsalo dos veces si el pacto que romperás es el de la sangre de Jesús, y con su pueblo, la iglesia, tomado en el bautismo y la santa cena (Lc.22:20).

26:17

“Fijaré mi rostro contra vosotros, para que seáis derrotados delante de vuestros enemigos; los que os aborrecen os dominarán y huiréis sin que nadie os persiga”. Sé obediente para que tus enemigos no te pisoteen; sé obediente para que no tomen tus fortalezas. Será tan grande el susto y la debilidad que veréis fantasmas por todas partes, y huiréis de espíritus incorpóreos e inexistentes, temblaréis dentro de un mundo de irrealidades, por desobedientes.

26:18

“Y si aun con todas estas cosas no me obedecéis, entonces os castigaré siete veces más por vuestros pecados”. Si no aprendes obediencia por unos cuantos sufrimientos, éstos se multiplicarán, sufrirás más, y lo que pudiste aprender con un poco de dolor será con mucho. Si un poco de justicia no nos hace cambiar de parecer y de modo, el Señor añade otro poco y así sucesivamente. Prefiero que el Señor me añada "gracia sobre gracia" (Jn. 1:16) y no "justicia sobre justicia".

26:21

“Yo añadiré…”. Recuerda que nuestros pecados merecen más castigo que los que recibimos, que pudieran tener más consecuencias que las que han tenido; por misericordia ha reducido la sentencia y te ha perdonado por gracia una buena parte de ellos, pero si no te arrepientes los pagarás todos y llevarás las plenas consecuencias. Oh no. Como quien diría, "no agotes la paciencia de Dios". Dios es noble pero no tonto y olvida porque quiere olvidar. “En oposición…” (vv.23, 27, 40), quiere decir contrario. “Dura cosa es dar coces contra el aguijón” (Hch.9:5).

26:22

“Soltaré entre vosotros las fieras del campo que os privarán de vuestros hijos, destruirán vuestro ganado y os reducirán en número de manera que vuestros caminos queden desiertos”. Esa maldición es grande, es una misma, andar solo, tener a pocos, a casi nadie. Seguro que ya en tiempos modernos en ciudades modernas no se verán feroces leones, tigres y otros salvajes por las calles devorando transeúntes ni asaltando edificios y oficinas, así no va la cosa ahora, pero sí  hay delincuentes que son fieras "ondas del mar", que encapuchados o a cara limpia entran a mercados, trenes, bancos, y dormitorios buscando lo que no les pertenece, y os despojarán, de cartera y billete, en la calle, en el trabajo y dondequiera. Dios también maneja, además del diablo, a delincuentes y malhechores.

26:26

“Vuestro pan por peso”. La idea es de racionamiento y escasez. ¿Tiene que ver con el envío del comunismo? La situación social sufrirá espantosa corrupción, principalmente los que tienen en la política el poder, o lo hallan en el dinero, y empobrecen al pueblo de modo que, engañados por populistas, optan por esa alternativa social equivocada, gnóstica y anacrónica.

26:36

“Huirán. Sentirán miedo al sonido de una hoja. Infundiré miedo”. Jehová puede infundir miedo y quitarlo. Muchos de nuestros terrores se deben a nuestra falta de fe. Ya él “no nos ha dado espíritu de cobardía sino de dominio propio”. Si usted siente miedo puede clamar a Dios que se lo quite y no lo dejará ser dominado por “el rey de los espantos” (Job18:14).

26:39

“Así que los que sobrevivan de vosotros se pudrirán a causa de su iniquidad en la tierra de vuestros enemigos; también a causa de las iniquidades de sus antepasados se pudrirán juntamente con ellos”. La RV dice mejor, que “decaerán”. La palabra también significa consumirse, disolverse, y por supuesto también podrirse. Y las imágenes que esas palabras evocan son de la muerte. ¿Qué piensas, erguirte y prosperar mientras cometes iniquidades? No. Decaerás.

26:40-42

“Si confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus antepasados, por las infidelidades que cometieron contra mí, y también porque procedieron con hostilidad contra mí”.  Es instructivo y un elemento importante en nuestra oración, confesar el pecado de nuestros ancestros y pedir perdón por ellos, si viven, y si ya han muerto, suplicarle al Señor que no descargue su furia sobre sus generaciones, y que, como escogidos por gracia, haga un paréntesis dentro de la justicia para colocar en él la gracia salvadora y la buena providencia. Por medio de la Palabra sola, confesarán la desobediencia del pecado, y por el Espíritu Santo; será una obra de gracia. Jamás el hombre psíquico, o sea el natural, se arrepentirá de su pecado por sí mismo, con ese corazón viejo. Nunca. El corazón que traemos de Adán no se arrepiente de por sí (Eze.11:19,20). Un largo camino hacia el arrepentimiento. 

26:44

“…el pacto antiguo”, el viejo. Si Dios se acuerda del envejecido pacto, mejor se acuerda del “nuevo pacto” hecho en la sangre de Cristo (Mt. 26:26-28). Nuestros pecados no invalidan permanentemente el pacto con Dios. La experiencia cristiana lo corrobora.

27:2

“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando un hombre haga un voto difícil de cumplir, él será evaluado según tu valuación de personas pertenecientes a Jehová”. Los que hacían votos y luego se arrepentían, o no podían cumplirlos. Tenían que pagar su voto para verse libres. El bautismo cristiano además de una iniciación, de confesión, y con todo ese simbolismo que se podría explicar que contiene, también es un compromiso que hacemos con la obra de Cristo en la cruz y con ella en nosotros, por medio de su Espíritu Santo. No olvidemos las decisiones sagradas que hemos tomado, personalmente, en familia y ante la iglesia del Señor. El Señor complace nuestras peticiones. Señor yo quiero servirte fiel toda mi vida, no quiero dejarlo sino ratificarlo. Digo amén.

27:1-8

“Si tu valuación es de varón de veinte hasta sesenta años, entonces tu valuación será de cincuenta siclos de plata, según el siclo del santuario. O si es de una mujer, tu valuación será de treinta siclos”. No es que como personas y por eso unos valieran más que otros sino porque unos eran más útiles que otros. Para el pesado servicio del santuario un joven era mejor que un anciano y un hombre que una muJe. Y ¿qué hoy? Exceptuando el ministerio pastoral, directo, que Dios lo consagró sólo a los hombres, y es desobedecido con atrevimientos, las mujeres son determinantemente valiosas, muchas veces más preciosas que los hombres. En la iglesia cristiana la mujer y los ancianos son un tesoro (Tit.2:3; Ga.3:28; Flp.4:3). Señor gracias por nuestras hermanas y ancianos, colmados con experiencias en la gracia. Son joyas de tu corona.

 

Si es para el Señor, que sea lo mejor

27:9-13

“Y si es un animal de los que se pueden presentar como ofrenda a Jehová, cualquiera de los tales que uno dé al Señor, será sagrado. No lo reemplazará ni lo cambiará, el bueno por el malo, o el malo por el bueno; pero si cambia un animal por otro animal, entonces ambos, el animal y su sustituto serán sagrados”. Podrían arrepentirse, podrían cambiar también de parecer y ser tentados a dar una ofrenda inferior, o quizás mejor. Posiblemente con ese pretexto podían ofrecer algo de menos valor. Todo lo que prometes cúmplelo, lo mejor que tú prometiste. ¿Se te pasó la gratitud, el entusiasmo, la urgencia, la fe? (Apc.2:5,19). ¿No han escuchado, por ejemplo, a cantantes en la iglesia, que excusan no haber ensayado suficiente, o sus malas voces, diciendo "esto es para el Señor"? Más o menos están queriendo decir no importa que salga mal, no se rían de mis desentonos, y permítanme seguir utilizando mi inadecuada voz en estos servicios. O un maestro o predicador que no se prepara adecuadamente y anuncia que no ha tenido tiempo y solicita que lo juzguen con condescendencia. Entonces debiera la clase o la congregación ponerse de pie y marcharse, y dejarlo “clamando en el desierto”. Lo que se ofrece a Dios tiene que ser varias veces mejor que lo que se da para el deleite y complacencia de los hermanos (Lee Mal. 1:12-14). Para los pies de Jesús, se les ungen con “nardo puro de mucho precio” (Jn.12:3).

27:14,15

“Si un hombre consagra su casa como cosa sagrada al Señor, el sacerdote la valuará como buena o como mala; como el sacerdote la valúe, así será. Pero si el que la consagra quisiera redimir su casa, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella; y así será suya”. Si alguno por celo ofrecía su casa, para que vendida fuera dado el dinero para el servicio del santuario, ¿conoces tú a alguien? Conocemos a muchos que han perdidos casas por no pagar la hipoteca, no que la hayan vendido para usar ese dinero en misioneros. O quizás esa persona poseía varias propiedades y regalaba una al Señor. ¿Valoraríamos tanto el servicio del Señor? Pero como dice Mathew Henry en sus comentarios, una persona puede consagrar su casa como una iglesia, sacando el pecado de ella sin venderla. Una vez que consagras tu casa al Señor ya es de él y no tuya. ¿Acaso tú mismo eres tuyo? ¿No fuiste comprado por precio? (2Co.5:15). Amén. 

Lev. 27:16

Un homer equivale a unos 220 litros. Otra tabla dice 10 efas o 370 litros.

Lev. 27:29

“Ninguna persona que haya sido dedicada como anatema será redimida; ciertamente se le dará muerte”. Y ¿qué de los pecadores malditos, no podrán ser rescatados por ti Señor? Oh sí, Señor, porque tú no quieres la muerte del impío. Cristo fue rescatado, fue hecho anatema por ti y por mí, él no se salvó a sí mismo porque murió por nuestros pecados (Mt.27:42).

Lev. 27:30-33

“Y si un hombre quiere redimir parte de su diezmo, le añadirá la quinta parte”. No hay que añadir palabra a esto de "el diezmo es de Jehová" y que el que lo toque tendrá que añadirle un quinto, si lo hubiera tomado prestado entonces que pague un quinto como si hubiera tomado al 20 % de interés. Si usted no cree que el diezmo es de uso cristiano, ofrende con el tamaño de 20% mayor que el diezmo. ¿No es el Nuevo Pacto superior al Antiguo y la gracia de Cristo a la ley de Moisés? Y con este asunto de poco gusto para muchos, me voy.

 

 

 

 

Números

 

“Números” es la traducción del latín Numeri, o del griego en la Septuaginta Arithmoi; pero en realidad aparte de los primeros capítulos, esos nombres no se ajustan al contenido del libro. La antigua práctica de nombrar el libro por su primera palabra, hubiera sido “Habló Jehová”, pero tampoco se hizo porque aparece en otros libros y en este varias veces. El mejor título sería “en el desierto”.

Num. 1:1

“Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión”. Señor permite que nuestro templo sea un tabernáculo de reunión contigo y con los hermanos, no con ellos solos sino también contigo. Así comienza el libro, Dios hablándoles a ellos; y durante cuarenta años fue lo mismo, nunca les faltó, ni siquiera en sus desobediencias, la palabra de Dios.

Num. 1:3

“De veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos”. Todos los que puedan combatir por el Señor. Nota que la guerra era parte de la vida de aquellas sociedades. Como cristianos nuestra guerra no es contra carne ni sangre sino contra el diablo y sus ejércitos (Efe.6:12). Verdaderamente Jesucristo enlista a sus soldados, o bien un poco antes, en esa edad o un poco después. Lo cierto es que la juventud es la más apropiada para el ejército y para defender el pueblo de Dios. Era como un servicio militar obligatorio.

1:47-54

“Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no fueron contados entre ellos”. Exceptuados del servicio militar. Ellos eran la fuerza espiritual de Israel. Combatirían a los enemigos del aire, a las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efe.6:12). Eso es lo que estamos haciendo cuando nos hallamos dedicados, como los levitas, enteramente al servicio de Dios. En algunos países los clérigos cuentan con esa excepción, o voluntariamente se ofrecen como capellanes.

2:1-34

“Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán.”. Era algo así, bajo aquellas banderas, como las divisiones en estados dentro de las grandes naciones, o en provincias, o en condados. Van en orden. Es hermoso el buen orden en la iglesia. Eso es lo que miraba Pablo, y también la crítica mirada de los de afuera; y así lo requería, que todo se hiciera "decentemente y con orden" (Col.2:5), porque Dios es de orden y no de confusión (1Co.14:33,40). El pueblo del Señor tiene que ser disciplinado y darse una organización con Dios en el centro. Cristo debe estar en el centro mismo, en el corazón de su pueblo. El tabernáculo o “tienda de reunión” “tienda del testimonio” iba en el centro. Un movimiento teocéntrico. Y así entraron a la tierra prometida, lucharon y conquistaron, con la ayuda de Dios en un evangelismo teocéntrico. Dios representaba algo así como el gobierno federal, y los sacerdotes y levitas eran sus funcionarios.

 

Dos hijos muertos el mismo día

3:3,4

“Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los cuales consagró para ejercer el sacerdocio. Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí”. El clérigo, es decir la tribu de Leví nunca olvidó lo que pasó con esos dos jóvenes. Aarón tendría que sentirse orgulloso y exitoso al ver a sus dos jóvenes hijos administrando a Dios. Por eso su dolor al morir ellos, dejó su rostro como de cera. Es un privilegio tener hijos llamados por Dios para el ministerio de la Palabra. Ver a un hijo ser bautizado en Cristo es un gozo, y más grande el verlo cuando le imponen las manos consagrándolo al pastorado, olores pide cuando sale de misionero. Es horrible enterrar a un hijo. Se supone que sean los hijos los que entierren a los padres. Es terrible para el padre y la madre enterrar no uno sino dos. A ellos, aunque sean jóvenes continúan siendo niños. Es como enterrar a los niños. Más si son dos los muertos el mismo día. Si murieron ministrando a Dios, de modo ortodoxo, sobre la sana doctrina, hasta es una satisfacción que enjuga como una mano las lágrimas de los ojos. Si mueren lejos de la fe es tristísimo y no se pueden decir palabras de consuelo ni de esperanza. Si mueren quemados, si mueren castigados por Dios, y uno se da cuenta que así ha sido por desobedientes, tiene que digerir ese trago amargo en la soledad. Eso fue lo que le ocurrió al padre y la madre con sus dos hijos Nadab y Abiú. 

3:13 

Num. Pero anteriormente esos primogénitos también eran suyos (Ex.13:2); aquí se asocia a la redención de Israel por una razón de expiación, en relación con la obra de la salvación.

3:27-32

“A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su servicio”. Las cosas más santas tienen mayor responsabilidad. Tenían el privilegio de ser responsables del cuidado y la utilización de aquellos utensilios que más significado emblemático tenían en el plan de la salvación. Eran responsables de las sombras de Cristo. Las más importantes, como si dijera, que tenían a su cargo la sombra de la cruz. No dice que los escogió porque fueran más dignos que sus hermanos sino porque Dios los eligió por su gracia. La jactancia queda excluida.

3:33-37

“A cargo de los hijos de Merari estará la custodia de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres, con todo su servicio; y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas”. Las cosas más pesadas; eso era para el honor de ellos, las mesas, los palos, cuerdas. Acarreaban objetos pesados, y si el peso era excesivo cooperaban varios y hacían el trabajo; eran cargadores, pero no se quejaban; estaba bien si a Dios le agradaba. No miraban a sus otros hermanos con envidia por la clase de ministerio que Dios les había confiado. En la iglesia, no todos pueden dedicarse a los mismo, para eso el Espíritu Santo dio diferentes dones, pero él es el mismo.

3:38

“Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá”. Eran los centinelas de la casa de Dios; los vigilantes, para cuidar y preservar lo que era de Dios y tenía tanto valor. Ellos eran los principales ministros, los que más cerca de la nube y la columna de fuego iban y los responsables de supervisar todo y que ningún intruso irresponsable se acercara a donde no lo habían llamado, o con malas intenciones para hacer daño y subvertir el orden de Dios. Los ministros, sin contemplaciones, deben expulsar de la congregación los que causan insoportables molestias.

3:44-51

“Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel”. Todos los primogénitos tenían un representante y un mediador, pero el Señor Jesucristo es nuestro representante y mediador para todo el pueblo (1Ti.2:5). Enfatiza que "los levitas serán míos"; es decir los que trabajan ilustrar aún ellos un poco más alejados de las cosas principales, pero buenos cooperadores, el honor de que Dios subraye que ellos también pertenecen a él. Tanto como el sumo sacerdote.

 

Cubiertos con pieles de tejones

4:5-10

“Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y desarmarán el velo de la tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio; y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extenderán encima un paño todo de azul”. En cuanto a la piel que aquí dice que es de tejones, la traducción es un tanto distinta porque la palabra es extraña y difícil. No piense que un tejón es una teja grande. Todo parece indicar que se trata de un antílope. Se especifica el orden y los colores. Un orden ceremonial. Lo más mínimo ha de hacerse como Dios indica.  La cubren para ocultarla y protegerla de golpes. Dios escogió la piel de un animal simple y no el más elegante para mostrarnos sencillez y que la real belleza estaba en el interior, lo que aquellas rústicas pieles ocultaban. Me da la misma impresión que el altar de piedras sin labrar (Ex.20:25). Por eso nuestro Señor Jesús se vistió con nuestra carne y con ropas de carpintero. Y los mismos cristianos, con apariencia humilde, son templos del Espíritu Santo. Todo junto para que ninguna pieza se perdiera. La cubierta de piel de tejón siempre está presente. El tabernáculo mismo tenía esa cubierta tan humilde y guardaba en su interior cosas tan valiosas, y la gloria de Dios y nosotros, como tabernáculos, somos cubiertos con la piel de nuestro Señor (He. Cap. 8, 9). 

4:1

“Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará el aceite del alumbrado, el incienso aromático, la ofrenda continua y el aceite de la unción; el cargo de todo el tabernáculo y de todo lo que está en él, del santuario y de sus utensilios”. Un sumo sacerdote para el cuidado de las cosas más sagradas y pequeñas, del aceite y los perfumes. Y de aquellas que son sagradas también, pero mayores como todo el tabernáculo, el santuario y los instrumentos usados en los sacrificios. Cada uno tiene su responsabilidad y debe hacerla bien. En la distribución del Cuerpo de Cristo, uno son ojos, otros son manos y otros pies; y a todos ha dotado el mismo Espíritu para provecho (1Co.12:7, 27-31).

4:20

“No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán”. No propases el límite del conocimiento de Dios. No quieras saber demasiado. Te preguntas, ¿por qué Dios es eterno? ¿Por qué permitió que el mal entrara al mundo y creó el infierno? Y otras preguntas como éstas no tienen contestación. Las cosas reveladas son para nosotros y nuestros hijos y las escondidas son de Dios (Dt.29:29). Nosotros conocemos sólo "el principio de sus caminos" (Job 40:19). Esas curiosidades resultan en profanación y cuando uno entra a ellos no oye ninguna respuesta y sale de esas profundidades dando tropiezos con su fe, pensando que el pozo no tiene fin. 

 

 

Cargando tablas, estacas y cuerdas para Dios 

4:29-33

“Este será el deber de su cargo para todo su servicio en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus basas, las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio; y consignarás por sus nombres todos los utensilios que ellos tienen que transportar”.

Este fue el trabajo de los hijos de Merari, ¡desde los treinta años de edad hasta los cincuenta! Es decir, lo mejor de sus vidas dedicados a armar y desarmar el tabernáculo. Ensambladores. Fijar y remover columnas y estacas, Señor ¿toda la vida para hacer eso? ¿Pudo ese oficio darles "significado a la vida de ellos"? ¿No hubo ninguno de ellos que protestara contra tu propósito y quisiera hacer de su vida algo más "productivo", más "trascendente"? 

Esa fue la meta que Dios les impuso. Subrayo impuso. No parece que a ninguno de ellos se le metiera esa idea moderna de “sentirse realizado”. ¿Somos cristianos, o qué? ¿No le llamamos a Jesucristo Señor? ¿No practicaremos la soberanía de Dios? ¿O nuestra fe es un convenio con Dios para que nos deje hacer nuestros gustos?

El trabajo era poquísimo porque eran muchos. El resto del tiempo podrían usarlo en meditar en la ley, superarse, orar. Pienso que tenemos una especie de psicosis con el tiempo; todo lo pensamos en relación con el aprovechamiento del tiempo, antes que la vida se nos vaya; queremos emplearla bien y el pragmatismo de su utilización consume nuestras 24 horas diarias como si fuese el sebo de una vela que se gasta. Pasar un par de años preso, o muchos más, como el apóstol Pablo, no es algo que consideramos conveniente para el desarrollo de nuestra vocación y el empleo de nuestros días (Hch.28:30,31). Y ese fue el divino plan para él.

Tener que sufrir una enfermedad y separarse de la iglesia más de la mitad del tiempo quizás sea algo que no consideremos apropiado en el ministerio del señor Spurgeon, o la pobre calidad de vida por su salud del ministro Calvino. Dios puede llamarnos a no hacer muchas cosas sino pocas, pero bien hechas, "fiel en lo poco". Subrayo esta palabra poco (Mateo 25:21); y no es porque las consideremos pocas sino porque en realidad lo son.

Hay unas ansias de ser alguien en la vida, en nuestra personalidad que encuentra su fuerza en el lustre de nuestro nombre y no en la gloria de Dios; queremos andar en “cosas demasiado gloriosas, sublimes, maravillosas y exaltadas” para nosotros (Sal.131:1); subir a una altura que nuestras cabezas no soportarían; y  por eso no nos es dado "llevar muchos frutos" porque lo que buscamos es que nuestra vida signifique algo y no que honre a Dios de cualquier manera, tal vez como estos numerados, cargando  tablas, estacas y cuerdas para Dios.  

 

La disciplina brilla por su ausencia

5:1-4

“Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. Así a hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito. Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel”.

Por razones ceremoniales fueron preservados del contagio de estas enfermedades. Irían con el pueblo, pero afuera. Pero mirado con detenimiento la cuestión, no todos los expulsados eran enfermos graves sino también los que tocaron un muerto; los que padecían males mayores y menores, fueran hombres o mujeres, sin distinción. Parejo para todos. Doloroso pero necesario. ¿Inhumano? Pero ¿si no tiene remedio la enfermedad? ¿Si no hay medicina para curarla? Eso me hace pensar en la disciplina en la iglesia cuando hay que “sacar ese perverso de entre vosotros” (1Co.5:1-13). En la actualidad son contadas las iglesias que usan algún sistema de disciplina, que brilla por su ausencia. Los leprosos contagian a los sanos y el pecado se propaga por causa de una falsa idea de lo que es el amor fraternal o por miedo a causar problemas o porque se hacen las tontas ilusiones que el mal tiene cura y que echarlo de la congregación es ponérselos por entero en las manos del diablo como si en esos momentos ya no estuvieran en ellas. 

 

Demandas judiciales y compensaciones

5:5-8

“Aquella persona confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño, y añadirá sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó”. No sería necesario una demanda judicial; había una ley para la compensación y un límite; nadie se podría, por ambicioso, enriquecer despiadadamente a costa de la pobreza de otro. El precio de un daño físico era más fuerte que el dinero, era el sufrir la misma pérdida que ocasionara (Ex.21:22-26). Y ¿qué valor tiene una incapacidad real para trabajar y para vivir? No bastaba con la sincera confesión del pecado y pedir perdón, debía pagar por ello, o sea aliviar el dolor causado, la pérdida, con dinero. Ese es el espíritu legal de las demandas judiciales, aunque de moda aquí en USA, son los abogados los más beneficiados en las compensaciones, las compañías de seguros las que peor la pasan, y los dañados y defendidos reciben una cuota inferior a los que ganaron el caso. Con el cristianismo los daños y restituciones son distintos. Es una pena que dos hermanos de la misma iglesia entren en pleito y vayan a los tribunales, como ocurrió en Corinto (1Co.6:4).

5:12

“Descarriare…infiel”; las palabras hebreas dicen “si se desviare, volviere atrás”, y “si traicionare”.

 

Celos absurdos o diabólicos

5:11-15

“También Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.”. 

 

Esto es, para que el Espíritu les recuerde su pecado y se arrepienta. Está embarazada y sospecha que el hijo no es suyo, o ha oído comentarios de infidelidad, o la actitud de ella le hace creer que le ha sido infiel, aunque lo niegue. Comoquiera que sea la situación para ella es difícil y humillante, no existiendo pruebas ni testigos creíbles. Los celos son terribles, fuerte llama que quema como el infierno (Cant.8:6). Probablemente el diablo tenga algo que ver con ese “espíritu de celos”. Fíjate en la palabra “pasare” o “viniere” en el v.30. Ojalá que sean temporales y pasen pronto y no retornen, porque se mete así el diablo en el cuerpo y el cónyuge sufre indeciblemente, sin necesidad o fundamento porque ve lo que no existe y da crédito a lo que es un total absurdo, porque a veces son eso o son diabólicos. Acude inmediatamente a Dios.

Num. 5:22

“Y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amen”. Dios mío, ¿cómo va a decir “amén, y amén” a ese trago amargo de los celos? ¿Todo ese proceso porque el marido desconfía de ella y hubo alguna murmuración? (Dt.27:15). El NT es mejor, “dele carta de divorcio” y ya, arreglado el asunto. Si es que el divorcio compone algo. Nada de tirar piedras (Jn.8:4-7; Mt.5:31; 19:7-9). Los amenes los dejamos para las oraciones, para concluirla con un ferviente amén, para la gracia de Dios y no para las maldiciones mosaicas. ¡Lo que tiene que hacer una mujer para quitarle los celos a su marido y vivir en paz con él! Los celos son difíciles de curar y quitarse de una vez esas “malas sospechas”.

5:27

“Y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo”. La verían enferma, dolorida, cojeando entre el pueblo; una señal de maldición. No recuerdo ningún caso. Allí estaba la ley, pero los maridos celosos resolverían el asunto sin hacerle eso a su pobre muJe.

5:30

“Y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley”. Un medio para ahuyentar de su mente la tortura de los celos, para vivir en paz con ella. Pero después de todo esto ¿qué mujer podrá vivir con gusto, con un marido desconfiado? ¿Y si de nuevo sufre otro ataque de celos, la arrastraría otra vez al tabernáculo? El pudiera tomar otros caminos (1) confiar en la palabra de su mujer (2) pedirles a algunos buenos amigos que la vigilen (3) divorciase, y eso es un extremo. Pero jamás agredirla ni ocasionarle algún daño físico o moral. El celo es una enfermedad diabólica.

 

Puedes comer uvas y pasas, pero no pecar

6:1-4

“Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá”. 

Eso era como renunciar a toda clase de goces temporales, porque el fruto de la vid de un modo o de otro aparecía en toda clase de recreación (Ecl.10:19). Esto le impondría una vida alejada de los demás, incluyendo la familia, amigos, para consagrarse a Dios. Jesús no fue nazareo porque bebía vino (Mt.1:19; Jn.2:8-10). Esto no tiene que ver con el abstencionismo moderno en algunos sectores de la iglesia cristiana. Lo que entra al vientre no contamina al hombre, y por la palabra de Dios todos son santificados, dijo Jesús, pero pueden hacer engordar y tapar las arterias, y dañar el funcionamiento del cuerpo. Los nazareos no conocían esas cosas, pero la medicina moderna nos advierte que, si bien religiosamente ningún alimento debe excluirse, hay algunos que no son saludables. En sentido espiritual el cristiano, consagrado con el sello de la Unción del Santo, debe ser estricto en separarse de todo lo que invalide su voto a Dios, hasta las pequeñas pasas y los granillos. Además, debe aprender la obediencia y controlar los gustos de su cuerpo y espíritu los cuales son de Dios; y especialmente así deben sentir los ministros de Cristo.

6:5,6

"Santo", esa era la idea de esas reglas; que se apartara para Dios.

 

Una opinión sobre la familia y la iglesia

6:6-8

“Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello. Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta. Ni aun por su padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová.”. 

Ahí podrían entrar en conflicto sus sentimientos familiares y su vocación. El nazareo vivía en un asombroso alejamiento; el mundo y la familia lo perdían (v.12). Por la catástrofe que sufre la familia moderna he oído decir en la consagración de los ministros, que su atención primera debe ser a su familia y después a su iglesia. Es cierto que quien no se ocupa de los suyos ¿cómo cuidará la iglesia de Dios? (1Ti.3:5). Es verdad que muchos pastores han perdido a sus hijos y sus esposas por no atenderlos bien mientras se ocupan de la iglesia. Pero ¿por qué no atender la familia como se atiende a la iglesia y no mejor que ella sino excelente a ambas, o antes que ella, sino al mismo tiempo que ella, integrándola a la iglesia? Cuando dicen que hay que atenderla separadamente de la iglesia ¿quieren decir que como padre y esposo y no como pastor? El pastor debe siempre y con todos ser el pastor y velar por la salvación de la familia, con amor paternal. No es necesario convertirse en un padre o en un marido negligente si se atiende la iglesia junto con la mujer y los hijos. No se les ama menos ni se disminuye la función marital o paternal. Se puede atender la familia perfectamente y a la iglesia igual sin tener que por un tiempo volverle la espalda a la una o la otra y decirles que una tiene la prioridad y la otra es secundaria. Es mi opinión, mi vieja experiencia, y usted puede diferir. 

6:9-11

“Si alguno muriere súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada”. ¿Pecó? 

¿Fue un accidente que no buscó? Lo busques o no, lo que te quite tu consagración considéralo como un pecado.

 

Si no es por necesidad, no te jubiles del ministerio

6:1-21

“Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión, y ofrecerá su ofrenda a Jehová, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz. Y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber vino.”. 

Si quieres ser instruido lee todo el capítulo. Nota que era más fácil entrar al nazareato que salirse de él. Concluir era más complicado ceremonialmente y debía hacerlo santamente, ofreciendo víctimas por “expiación”, holocaustos, etc. ¿Por qué?, tal vez por dos razones (1) porque aunque haya estado consagrado a Dios no había ejercido perfectamente su consagración y por esa razón debía poner en orden todo, ofreciendo por sus pecados vocacionales un cordero por expiación (v.14). Había ido dejando imperceptiblemente pecados en el ejercicio de su función, no vistos por nadie más, cubiertos en su ejecución santa, olvidados aun por él mismo, o desconocidos por él pero que no lo habían invalidado en su función, sin embargo, no le habían permitido alcanzar un clímax superior en su vida espiritual y se había quedado corto en las expectativas que Dios había puesto en él. Sólo Dios conocía como había transcurrido su nazareato y ahora le pedía que expiara aquellas culpas que le había soportado sin echarlo de su voto. El nazareo podría decir “he terminado bien”, sí, bien, pero no ejerciste tu función como hubiera sido menester que lo hicieras. No se había santificado en espíritu como tuvo oportunidad. Esto no era para un nazareo en particular sino para todos porque ya el Señor sabía que ninguno dejaría de cometer errores y pecados no mortales para su oficio. Oh Señor, yo al terminar mi ministerio tendré que hacer lo mismo, sé que no me he santificado en espíritu como tú esperabas, me he quedado por debajo de mi llamamiento.

(2) Aunque el nazareo hubiera cumplido su ministerio imperfectamente, con tantas ceremonias se indica que el Señor apetece que se quede y por eso recibe todo su servicio como si fuera perfecto y deja que continúe en su oficio. El Señor hubiera querido que se prolongase su consagración unos años más. No quería dejarlo ir, no deseaba que volviera a la vida normal. Oh Señor, que yo sin necesidad no me jubile de mi nazareato. Amén. 

6:22-27

“Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde”.  ¿Qué criterio habrían seguido los escribas para poner esta bendición sacerdotal aquí? ¿Por qué no lo hicieron cuando el tabernáculo fue erigido? Muchos piensan que esto lo podría decir el sacerdote en cualquier momento, ya sea a un israelita que sacrificaba, a un grupo, o a todo el pueblo; y en una ocasión como ésta tan solemne (Am. 2:11,12).

 

Una excelente oración 

6:24-26

“Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. Toda esa bendición contiene la esencia del amor de Dios expresado hacia el prójimo. Nada mejor una persona puede pedir para su compañero que los deseos aquí expresados, cuya fuente de todos ellos es Dios. Es una bendición apostólica. Mira el modo personal que emplea la bendición, te bendiga, te guarde, etc. Dos palabras que aparecen juntas, bendición y protección. Como si dijera “quiero verte bendecido, vivir bien, que nada malo te pase, que vivas muchos años siempre protegido por Dios”. Ahí se incluye la salud y la prosperidad. Es lo mismo que pide Jabes en su oración (1Cr.4:9,10). Yo diría también “el Señor te salve y te preserve”. Y además “quisiera verte resplandecer con la luz que sale del rostro divino, de su gloria. ¡Oh que en ti brille su gloria! Que te oiga hablar como hablaría Dios, con los conceptos de Dios, las opiniones de Dios, que realmente seas una excepción, un escogido, que tú y tu casa estén alumbrados día y noche con el resplandor de su gloria, ninguna nube pase sobre ella, y tenga de ti misericordia, esto es, que todos tus pecados sean borrados, que vivas en paz y tengas el Nombre de Dios en alto”. El Señor te bendiga, adondequiera que vayas y preserve tu vida, nadie te dañe, para que trabajes y vivas en paz. Dios te bendiga para que enfrentes lo que sea, ya sea la carne, el mundo, el diablo, la enfermedad, la pobreza, con tus hijos, que siempre tu rostro esté alumbrado con la luz divina y sea el reflejo de la gloria del Altísimo y su misericordia te siga todos los días de tu vida. Oh sí, amén.

7:2

“Entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus, que estaban sobre los contados, ofrecieron”. Los príncipes dan el ejemplo a los demás. Ellos inauguraron el servicio del tabernáculo. Todos ofrecieron lo mismo para que no hubiera competencia. Se registra la ofrenda de cada uno separadamente como si fueran distintas para que cada cual tenga su propio espacio en el libro de Dios. Aunque todos hagamos lo mismo, el Señor lo recibe. El Señor también tiene interés en honrar nuestros nombres, si esa no es la motivación que tenemos, y hallamos un espacio en el libro de Dios. Su memoria.

7:88

“Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que fue ungido”. Nota que principalmente se dedicó el altar; el sitio preciso donde se expiaba el pecado y se reconciliaba al pueblo con Dios.

8:4

“Conforme al modelo que Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero”. No era una copia de algún candelabro egipcio. Moisés tenía una memoria fotostática. Debemos estar atentos como hijos amados y copiar a Dios de quien su hijo nos sirve de modelo. Cada cristiano es una copia de Cristo, hecho por el Espíritu Santo a imagen y semejanza a él. Al mundo no se le copia. Antes éramos copias del mundo ahora somos copias de Dios.

Num. 8:5-7

“Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados”. ¡Qué simbolismo tan extraño éste!, se hacían la idea de que si se afeitaban se santificarían. Si algún levita, ayudado por el Espíritu Santo, meditaba profundamente en su corazón y en la ceremonia, se daría cuenta que su espíritu había quedado intacto, que el cuerpo había quedado limpio pero que su persona y corazón seguía siendo el mismo. Sabría que Dios tenía que “considerarlo” purificado pero que en realidad él no lo estaba. Pero para que un levita llegara a esa conclusión tenía que ser ayudado en su estudio por el Espíritu Santo y conocer bien su corazón. Siglos después, al fin, el Espíritu Santo y el conocimiento del hombre terminaron con las ceremonias.

8:9-16

“Y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová”.  "Señor tuyos son estos jóvenes, los dedicamos a ti, sostenlos y no los dejes caer, los dedicamos como ofrendas a ti, lo más bello que poseemos".

8:16

“Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas “. "Ni un poco de sus vidas, ni una parte de sus tiempos, ni algunos de sus dones servirán para el mundo, míos serán completamente y no los comparto".

9:7

“Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel?”. ¡Qué espirituales! Amaban los mandamientos del Señor y no querían sentirse excluidos ni quedarse atrás. Señor ayúdanos a avanzar, que no nos quedemos rezagados.

Num. 9:8

"Esperad", “la ordenanza no es mía, denme un tiempo para preguntarle al Señor; tengan paciencia y entretanto, pónganlo en oración.

9:11

“En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán”. Atrasados, pero más vale tarde que nunca. Al que quiere servir el Señor le da la oportunidad, en un tiempo o en otro, más tarde o más temprano. Él dijo que quien le busca le halla y al que va a él no le echa afuera. Nunca es demasiado tarde para hacer algo en favor de Dios.

9:13

“Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo”. Lo que no sería tolerado es la indiferencia. ¡Dios mío, que rigidez bajo la ley!, no hay espacio para volverse atrás, para decir que no. Esta ley el pueblo no pudo aplicarla, imposible para cumplirla. Podían abandonarlo en el desierto, si fuera el caso, o ponerlo a ejecución en las manos de Dios, que lo cortaría. Gracias a Dios nuestra pascua es Cristo (1Co.5:7).

9:15,16

“El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana”.  Una señal visible de la presencia de Dios. El propósito no era revelar su existencia sino consagrar el lugar de reunión. Animaba al pueblo a reunirse y hacerlo con reverencia porque allí estaba Dios. Dirían, “acerquémonos un poco a él” y mirarían a los ministros en su autenticidad.

 

Cuando se espera en Dios no se está perdiendo el tiempo

Num. 9:15-23

“El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego. Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados. Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. Y cuando la nube estaba sobre el tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían.

Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.

O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés”. 

Esto se llama ser dirigido por el Señor. Dios enseñaba a su pueblo a ser obediente y  adorarle. En cuanto a la obediencia (1) que tuviera paciencia y no hiciera ningún movimiento desautorizado, que aprendiera a no trazar su ruta sino a dejársela trazar por Dios, aprender a esperar la voluntad de Dios y que cuando se espera en Dios no se está perdiendo el tiempo. No es tiempo perdido solicitarle su guía, aguardar su respuesta, esperar que amanezca para ver las cosas más claro, solicitar y aguardar algún cambio, y (2) mostrar fe en la obediencia cuando la actuación divina parece arbitraria y da movimientos erráticos, va y vuelve, o es molesta, descansando de día y andando toda la noche. Israel aprendió que la inactividad y la contemplación formaban una parte esencial de seguir a Dios. Quería un pueblo absolutamente a disposición suya y de sus iniciativas. Oh Señor, danos tu gracia para obedecer así, sin refunfuñar, molestos, hacer de nuestra vida un andar contigo como si no tuviéramos más nada que hacer sino seguirte, como si el mundo afuera no existiera (1Co.7: 29). Amén. 

 

Ven con nosotros y te haremos bien

10:29

Ex.4:18; 18:1,2,5,27; Jue 4:11. 

10:29-32

“Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Raguel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel. Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela. Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien”. 

Nota, “Hay un problema con la identidad de Hobab. El TM dice que es hijo de Reuel, y en ese caso cuñado de Moisés. Pero Jue.4:11 dice que es suegro. En Jueces 1:16; 4:11 Hobab pertenece a los ceneos, pero en Ex.3:11 y 18:1 Jetro (Reuel) es sacerdote de Madian. Jetro es identificado con Reuel sobre la base de Ex.2:18; 3:1” (Net Bible).

Moisés quiso invitarlo, "ven, por favor, suegro, con nosotros, necesitamos tu experiencia, trabaja para nosotros y no te quedarás sin recompensa". Parece que aceptó, un ruego tan cálido y una oferta tan abierta y bondadosa no pudo rechazar, además de su amor por el yerno y por los nietos. Otros dicen que se fue. Cuando Moisés le dice que les sería “en lugar de ojos” no se refiere a que él les trazaría la ruta, que elegiría los sitios para acampar; eso lo haría el Señor, sino otros informes de la localidad como posibilidad de agua, sombra o enemigos. Las personas que tienen experiencia y son conocedoras de los caminos del Señor, cómo se va al cielo, son valiosas y sirven de guías a los que no han puesto un pie en esos sitios, tan terriblemente extraños y peligrosos. Todo el que se une al pueblo del Señor recibirá su recompensa, recibirá el mismo bien que el Señor ha prometido y heredará sus promesas. Ven con nosotros a las promesas y te haremos bien. Señor ayúdanos a reclutar gente buena que sean colaboradores tuyos.

10:33

“Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso”. Un lugar donde puedan descansar, “de consuelo, de consolación”, no un lugar más cercano, era un lugar de reposo. Un oasis.  Por supuesto que el descanso era para ellos y no para Dios. Debemos avanzar hacia Sion en total reposo en el Señor, hacia el reposo final (He.4:1-11). Aquí no tenemos reposo, la agitación de la vida es grande, las religiones son muy pesadas, cargadas de mandamientos, y por razón de la carne no hallamos reposo; las luchas con satanás y las debilidades del cuerpo no nos dejan descansar. El cielo es nuestro sábado y hasta que no lleguemos a él no reposaremos (Apc.14:13). Muchísimas veces estamos cansados en la obra de Dios, pero nunca dela obra de Dios.

10:35,36

“Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen”. Moisés siempre temía que la grande nube de vecinos enemigos que los rodeaban se echara contra ellos; y en cada cambio de posición alzaba una oración para que se fueran, y otra oración para que Dios residiera con ellos cuando acampaban, como si regresara al campamento. Que Dios esté inmóvil no quiere decir que no está activo. No pensaba que movía un ejército sino un pueblo organizado más por belleza y excelencia que por estrategia (Num.24:5).

 

Tu destino no es volver a Egipto sino andar hasta Jerusalén

11:1-6

“Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!” …un vivo deseo, o “ansias, anhelos, codicia”.  Fue “la gente extranjera” que acompañaba a Israel; de ella nació la codicia, los pensamientos de apostasía e incitaron al pueblo. Judas también influyó en los apóstoles cuando vio que una mujer “desperdiciaba” el perfume de nardo puro derramándolo sobre Jesús. Los miembros carnales de la congregación promueven la carnalidad entre los espirituales. Sin acusarlos demasiado, quizás si hubiéramos estado allí habríamos dicho lo mismo, por el deambular y el andar errático de la providencia, o por el caliente sol, el desierto de arena (que sin duda era “terrible”, Dt.8:15), las serpientes, los castigos y la comida siempre la misma. Oh Señor, las exigencias de las circunstancias y el refinamiento de tu palabra, el caminar con un Dios tan glorioso como tú, podría no haber sido suficiente por nuestra mundanalidad, por la falta de espiritualidad de tus siervos. Habríamos perecido con “los muchos” (1Co.10:5). Qué bueno que hemos nacido en el tiempo de la gracia y no de la ley, en los maravillosos tiempos del Espíritu Santo, y del evangelio.

Los israelitas querían regresar a la esclavitud. Ya se habían olvidado los días muy amargos que habían vivido bajo ellos. Sólo pensaban en la comida que tuvieron, según ellos mejor que la actual. La comparaban con el maná y la hallaban superior. Se les habían olvidado los golpes, los niños muertos que les arrojaban al Nilo. No se acordaban del juicio de Dios sobre Egipto. Peor, habían olvidado las maravillas del Señor. No te quejes por lo que dejaste atrás antes de tu conversión, los pecados, la forma de vida, que aquel mundo no es mejor que el de Dios en el cual hay futuro pero en el pasado no, al menos para ti. Tu destino no es volver a Egipto sino andar hasta Jerusalén. 

 

Un maná sin sazones 

11:7-9

“Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio”. Era amarillo o marrón, caía casi líquido y parecía sólido, era asombroso; nadie discutió eso, pero se aburrieron. Era como comida de ángeles (Sal.78:25). Les enseñaba a depender sólo de Dios, de su palabra. Es cierto que, si uno come lo mismo todos los días, preparado de la misma forma, o con algunas limitadas variaciones, termina por cansarse y querer un cambio. Sin embargo, si lo que enseña ese alimento caído del cielo es la palabra de Dios, supuestamente ella no debió aburrir. Aquello no sólo fue la experiencia única de los israelitas en el desierto. sino que también tiene semejanza con lo que ocurre al pueblo debajo de algunos púlpitos, que siempre oye lo mismo sin ninguna clase de variación. Sin embargo, para decir algo a favor y con alguna justicia, dice Alister McGrath que con las herejías pasa lo que, con el arte, que el cambio lo produce el aburrimiento cuando se apaga la chispa de la “humana originalidad y creatividad”. Si uno oye estudios y sermones aburridos, un maná sin sazón pudiera sentir lo mismo. 

Por otro lado, algunos para superar ese tedio en vez de profundizar en la capa de maná, porque si ahondaran un poco descubrirían que lo mejor de él se halla más abajo, en el fondo; pues aquellos le añaden sazones comprados en la Jerusalén de abajo, y cambian por completo la esencia de la palabra de Dios. Quieren hacer más carnal el culto y hacerlo más sazonado, pero no con la sal de la gracia sino con los ingredientes del mundo, con sus cebollas, con sus ajos y con pimienta pecaminosa, o tal vez con la prohibida miel en los sermones dulzones y los saludos con melaza (Lev.2:11); música moderna, grupos femeninos, en aquel caso ellos no podían vivir sólo con la palabra de Dios como el Señor había dicho (Dt.8.3). 

Num. 11:10

“Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de es su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés”. A los dos les pareció mal. Moisés no se enojó pero se disgustó. Señor que a mí me parezca mal lo que a ti, y bien lo que a ti te parece bien y que “instruido por la ley apruebe lo mejor” (Ro.2:18), que lo que al mundo le parezca sublime a mí, como a ti, abominación (Lc.16:15). 

 

Moisés carga hijos que no son suyos

11:11-15

“¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?”. Me has dicho "cuídalos con mucho cariño, no los trates por obligación, son difíciles de amar, pero son los que te he dado para que los ames. Sopórtalos, instrúyelos, son mis ovejas Mo

isés, y así es como quiero que las cuides, con todo el corazón (Jn.21:16)”. Quizás serán muy pesados para Séfora, Gersón, Merari, pero no para el siervo de Dios. Moisés dijo "yo no soy el padre de ellos, soy su líder, su pastor, pero ellos no son mis hijos". Dios le dijo "trátalos como hijos porque son mis hijos". Las demandas de ellos son grandes, sus niñerías y malcriadeces son molestas (v.10), inconformidades y quiso decir "no soporto el carácter de este pueblo, hace sólo un año que los pastoreo y no los aguanto más". Mira como Moisés se queja con Dios, le pide que lo releve o le de muerte y sin embargo los pastoreó 40 años. Ni él mismo lo hubiera imaginado porque Dios siempre le proveyó las soluciones que nunca encontraba. Había otra solución que no era un relevo fresco y mejor, ni abandonar el rebaño, ni morirse, sino capacitación o dicho con otra palabra gracia; y aunque él no la conoció en el Pacto, la experimentó en su vida, como todos los patriarcas, y le llamó con el nombre “misericordia”. No es una substitución, Moisés, sino gracia porque para esta obra “¿quién es suficiente?” (2Co.2:16).

 

Más consejeros y menos de Dios

11:16-25

“Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo”. 

Moisés pedía ayuda humana, se desesperaba con el pueblo y quería líderes que lo ayudaran a llevar las cargas, que resolvieran problemas como él en la consejería familiar y lo civil, y Dios se los dio, y aparecieron esos colaboradores pedidos, y la directiva se incrementó. Calvino dice que hizo mal, Dios lo castigó disminuyéndolo a él. Le quitó un poco para dárselo a otros. En realidad, durante todo su ministerio no hizo uso de ellos, a no ser en la consejería; continuó gobernando con Dios, aconsejado por Jehová y organizando la adoración con Aarón. Este fue el líder que más utilizó, y eso para transmitir la Palabra. Otros comentaristas dicen que Dios le dio líderes con el mismo sentir que él tenía, “el que hubo en Cristo Jesús”; y repartió el Espíritu que había puesto en él entre muchos. Líderes que tenían una sola mente y pensamiento, y corazón. Con ellos no tendría conflictos (v.25), los mejores; pero no les hacían falta porque ellos necesitaban más la Palabra de Dios que consejeros o jueces. El pueblo lo que necesitaba era la palabra de Dios y Moisés, no tanto al apoyo humano como a Dios. Él se quejaba que tenía que soportar el pueblo, pero Dios tenía que soportarlo a él porque no acababa de entender que su poder se perfecciona en la debilidad y aquello de bástate mi gracia.  No son más compañeros y líderes lo que el misionero necesita, es Espíritu Santo, a Dios (v.23). Dios le diría, “no estarás solo, otros compartirán tus responsabilidades; tú estarás menos preocupado y dependerás menos de mí, me necesitarás menos, tu obra será mucho más humana y menos divina. Estarás más organizado, tendrás una estructura mejor, el pueblo tendrá menos contacto conmigo por tus ayudantes. No te rodees de tantos asesores, ven con frecuencia donde yo estoy y tú podrás”.

11:19-20

“No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días, sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?”.  Los pecados que un día regocijan llegarán a odiarse.

11:21-23

“Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no”. ¿Esto es duda e incredulidad? Moisés ya sabía que Dios era grande (Ex.34:6), aunque lo había podido medir algo, no sabía que era ilimitado en recursos. Aunque nuestro culto sea "racional" (Ro.12: 2), no debemos racionalizar las soluciones de Dios. ¿Se ha acortado su mano? Allí aprendió la suficiencia de Dios, sus ilimitados recursos, ninguna promesa excedía su poder. Un solo hombre puede tener una influencia increíble, un ministerio lleno del Espíritu Santo. La solución viene del cielo, volando como codornices.

11:26

“Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento”. Qué extraño, ¿por qué no habrán venido? ¿Hay alguna otra ocupación más importante que venir para ser lleno del Espíritu Santo? ¿Para oír la palabra, para ser bendecidos y ser otra persona? Presumo que no fue una falta de ellos, sino un impedimento real, porque Dios envió el Espíritu allá (Mr. 9:39). Cuándo nos quedamos en cualquier otra parte y no asistimos a reuniones del Espíritu Santo, al saberlo Dios ¿enviaría su Espíritu Santo adonde estamos? Quizás ellos estaban ceremonialmente inmundos.

11:26-29

"Moisés, impídelo, eso pone en peligro tu liderazgo, serán como tú y tendrás competencia". Moisés les dijo "no, son hermanos a quienes Dios ha llenado de su Espíritu, nadie que esté lleno de Dios puede dañar mi ministerio, ni presentarme competencia, estos son mis colaboradores. Todos estos años he trabajado para que ustedes sean como yo, llenos de Dios, ¿y lo he de impedir ahora? No, el que no es contra mí por mí es (Lc.9:49,50). Son los carnales los que dañan no los llenos del Espíritu. Dios le dio lo que pedía, y de todos modos serían para bendición.

11:31-35

“Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande”. Dios puede conceder un deseo que es opuesto a su voluntad; lo da por su gloria, y justo con ello envía el castigo. Señor no me concedas nada que no sea de bendición para mi vida. Aquello no era una necesidad sino codicia de cosas malas (o buenas) (1Co.10:5,6). Oh Señor, que yo no pida mal para satisfacer mis deleites y tú Señor no honres mis peticiones carnales (Sgo.3:3). No es la codicia de la propiedad del prójimo sino de placeres contrarios al Espíritu Santo y la salvación. Amén. También Moisés golpeó la roca y brotó el agua, pero no recibió la promesa. No siempre el éxito es señal de la aprobación de Dios (20:11-13).

 

Una cuestión personal de Moisés 

12:1-8

“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita”. ¿Porque Moisés se casó con una extranjera? Lo más sencillo es que se enamoró de ella porque la vio espiritualmente capacitada para ser su compañera. Se piensa que no se trata de otra mujer sino de Séfora. Ella era madianita (Ex.2:16; o cenita Jue.1:16; 4:11). La historia dice que Moisés la envió a Madián (Ex.18:2), algo parecido a una separación. En el mismo capítulo, Jetro, aun siendo su suegro, la trae a Moisés (18:5). La Septuaginta y la Vulgata traducen el término cusita como Etiopía. Hay una leyenda que dice que Moisés se casó con la reina de Etiopía y gobernó el país por 40 años. Cus significa: Etiopía, Cusita, al este de Babilonia; Kusi, al norte de Arabia; Cusan, Madián; y también una mujer de hermosa apariencia. María protestó. La mujer era de piel oscura. Un asunto racial. 

La murmuración contra Moisés. Si hubiera sido otra, y no Séfora, aquel matrimonio parece haber tenido la aprobación de Dios y quizás él se los explicó. "Hermano voy a casarme con esa mujer, he consultado al Señor y él me ha dado su aprobación". Ellos dirían "no, Dios no nos ha dicho nada y ella no nos gusta". Chismearon entre ellos dos contra Moisés. ¿Tienes un familiar ministro? Guárdate de hablar contra él. ¿Eres profeta quiero decir ministro? No murmures contra tus consiervos, aunque tomen decisiones personales que no certificas con tu aprobación, y sin embargo la tiene de Dios, porque “lo oye Jehová" (v.2).

12:3

“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Parece una nota de algún editor del libro porque no diría eso de sí mismo, pues no se le tendría como una expresión de humildad sino de vanidad.

12:6-8

“Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?”. “A ti, Aarón, te he hablado por Urim y Tummin, a ti, María por mi inspiración y has compuesto un salmo, a otros, por sueños y figuras, pero a Moisés, cara a cara”. Los sueños, las visiones y las figuras son una forma inferior de revelación. Dios nos ha hablado cara a cara por medio de su Hijo Jesucristo (He.1:1,2; Jn.14:9). 

12:9-16

“Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa”. Los que murmuran contra los ministros de Dios, debieran leer con provecho este incidente. A Dios no le gustan los chismes contra sus siervos, ni siquiera de otros siervos. María fue la que empezó la crítica.

12:13

“Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora”. A Moisés le dolió menos la crítica que a Dios. El Señor se enojó más. Con todo, él oró por ella para que recobrara su salud. Y si no hubiera sido su hermana, ¿habría pedido igual? No sé si oraríamos con tanta sinceridad como Moisés, por aquellos que han herido nuestro matrimonio con chismes, o disfrutaríamos la noticia que algo malo les ha sucedido, vengándonos Dios.

12:15

“Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos”. Los que pecan contra Dios atrasan la iglesia. En este caso una semana. En otros muchos casos sino a toda la congregación a algunos de ella. Si hay arrepentimiento la iglesia debe esperarlos, quiero decir, tener esperanza de verlos restaurados y perdonados sus pecados e ingresados en su congregación, caminando de nuevo con los elegidos hacia Sion. 

 

Las dificultades no son más grandes que Dios

13:1-33

“Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos”. El Señor los mandó para que se regocijaran con lo que iban a tener (vv.1-3) y para que trazaran un certero plan de conquista. Según el informe que dieron, la tierra les pareció deliciosa, les gustó mucho (v.27); pero, dijeron: “Los obstáculos que hallamos son insalvables, las naciones son muy fuertes (vv.28,29) y los hombres de gran tamaño (v.33). Lo que Dios nos ha prometido es excelente, nos gustaría tenerlo pero es muy difícil obtenerlo, pereceremos si lo intentamos, es más una trampa que una bendición”. Así rindieron un mal informe y la mayoría lo creyó. Por causa de estos hombres ellos ni el pueblo entraron a la tierra prometida, ninguno heredó la promesa, deseándola.

¿Te pasa así con la tierra prometida, con la vida cristiana, con el trabajo que Dios te da, con el cielo? ¿Piensas que es algo muy bueno pero que no puedes alcanzarlo porque las dificultades son enormes? Si el Señor te ha mostrado lo bella y conveniente que es, es para animarte, para entusiasmarte y para darte fe. Las dificultades son reales, pero Dios no te dejará enfrentarlas solo, si son mayores que tú, no son más grandes que Dios. Son difíciles, pero no imposibles, tú podrás. 

 

El gigante de la iglesia

Num. 13:33

“También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos”. Les parecíamos pequeñitos; nosotros los mirábamos enormes y ellos a nosotros como enanos. ¿Y qué? "Pero miren el enorme racimo que trajimos. Lo aconsejable es que no entremos". Y entonces ¿qué haremos, volveremos atrás? Un informe totalmente privado de fe. Es pecado dar informes negativos, exagerados, miedosos, que desalienten la congregación; y dejarse desalentar también es pecado. Miremos positivamente la obra de Dios. Señor danos una fe que sobreviva las dificultades, que esté alegre y con buen humor en las persecuciones; gloria tuya es enredar y desenredar un asunto (Prov. 25:2). Los hijos de Anac, significa “de cuellos largos”. Aterrorizaban el país. Dios es nuestro “poderoso gigante” (Jer. 20:11). Exceptuando a Saúl que era alto, no hay reporte de algún gigante entre los judíos, todos eran de estatura mediana o baja. Sólo Dios es de la iglesia su gigante.

 

Deseando la muerte

Num.  14:2-3

“Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!”. La palabra murmurar es más fuerte que hablar mal de una persona ausente. Tiene la misma fuerza equivalente en la palabra rebelde (v.9). Cada vez que la obra estaba en crisis (crisis imaginarias, luchando con fantasmas), murmuraban contra Moisés (v.27). ¿Qué forma de hablar es esa Israel, deseando la muerte? ¿No ves que todas son imaginaciones que se alzan de tu miedo? Es cierto que hay enemigos poderosos donde tienes que ir, pero aún no ha llegado el momento de combatirlos; no te adelantes al futuro, ellos no se han movido contra ti; ten fe y quítate ese miedo. ¿Por qué nos adelantamos al futuro con preocupaciones? No podemos entrar donde queremos por esa razón; nuestros pies tropiezan en la niebla que fabricamos y no vemos la incredulidad. La Biblia cuando en la muerte de los patriarcas resume sus vidas, dice “y murió lleno de días” (Ge.35:29), no de años.  Jonás fue otro que por ¡la muerte de un árbol!, no por la muerte de un hijo ni de su ministerio, empezó a querer morirse (Jon.4:3). Sin embargo, el apóstol Pablo dijo que se encontraría mejor en el cielo con un cuerpo glorificado que con uno de muerte aquí en la tierra, pero que, pensándolo bien, añadió que esperaba quedarse un tiempo más sin pedirle a Señor que se lo llevara (Flp.1:21-25). Jesús mismo nos llamó la atención que las preocupaciones estén actualizadas y que no sean más que las que Dios dispone para cada día, sin aumentarlas fantásticamente (Mt.6:34).

Num.14:1-6

“Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel”. Los rebeldes esperaban una palabra de explicación y vieron a los tres líderes postrarse ante Dios frente a ellos. Cuando seas ofendido y pequen en tu presencia, ora.

14:6-9

“Y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena”. Josué y Caleb les predicaron un corto sermón que en resumen decía, "la tierra es buena y Dios es bueno"; podemos ir y confiar en él. ¿Qué más necesitamos para avanzar? Ninguno creyó ese breve sermón.

14:9,10

“Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel”. En el momento crítico aparece Dios, que estaba oyendo la conversación (la congregación). Si hubieran apedreado a sus líderes, habrían comenzado su regreso a Egipto, y ellos desaparecerían con el tiempo. Oh Señor aparécete en nuestros conflictos, cuando nuestros problemas parecen terminar en tragedia.

Num.14:10-12

“Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”. Dios conversa con Moisés como un amigo, pero le habla como hombre, y le dice, "estoy irritado con ellos, no soporto más su incredulidad, déjame quitarles de enfrente y hacerte pastor de un rebaño mejor" (Ex.32:9,10). Moisés nunca tuvo ambiciones personales con el pueblo, ni deseaba usarlos a ellos para realizarse él. No es que Dios tenga que pedirle permiso a nadie para hacer esto o lo otro; es una forma de decir que "no hará nada Jehová sin que revele su secreto a sus profetas" (Amos.3:7). 

 

Moisés convenció a Dios 

Num.14:13-16

“Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto”. Le quiere decir "perderás la fama y la gloria que te has hecho con nosotros; tu nombre será infamado con nuestra derrota y desaparición; tendrán el concepto que eres un dios limitado en sabiduría y en poder, por cuanto trazaste un plan y no pudiste cumplirlo y no hallaste más solución que deshacerte de ellos, que no pudiste con su carga y protestas, te vencieron y que te fue más fácil hacer maravillas naturales que mostrarles una providencia segura hasta el final". Y Moisés convenció a Dios. ¡Qué maravilla Señor que te dejas convencer con nuestras oraciones! Pero en realidad no fue eso, sino que Dios dialoga con Moisés como si él fuera humano, o sea como si Jesús estuviera hablando con él. Cuando oramos a Dios hagámoslo a Dios y a Jesús; Dios no habla de otro modo que por medio del Verbo; es mejor hablarle como a un hombre, como a “un compañero” (Ex. 33:11) y uno queda más satisfecho con su oración. Por eso se dice que logró convencer a Dios.

Num.14:17-19

“Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí”. Moisés le pide que muestre su poder espiritual (no físico, sino de perdonar, "magnifica tu poder no destruyéndolos, el poder de tu misericordia, de tu paciencia, para perdonar reiteradamente un sinfín de pecados continuados (v.19). Oh Señor, magnifica tu poder haciéndonos sobrevivir a nuestros pecados y tentaciones, haciéndonos fieles. Moisés le dijo, “lo has perdonado desde Egipto hasta aquí” (v.19), yo podría decir “desde que me convertí a Cristo hasta hoy”.

Num.14:20-24

“No verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá”. "Muy bien ya los perdoné porque me lo has pedido, pero no alcanzarán la promesa, vivirán sin propósito;“correrán de aquí para allá” (Da.12:4); pero como menospreciaron la promesa no la recibirán (Ge.25:24) porque sin fe es imposible agradar a Dios. Te garantizo que en el presente no tendrán problema, pero no alcanzarán la vida eterna".

Num.14:24

Pero, a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión”. "Otro espíritu" quiere decir que tuvo fe y creyó, pero que tuvo buena disposición, fue positivo, etc. Esto es "espíritu de fe" (2Co.4:13); un espíritu distinto al resto de los espías, excepto Josué, distinto al espíritu del pueblo, un espíritu diferente al que hay en el mundo y lo domina, "el que se une al Señor un espíritu es con él" (1Co.6:17). 

 

Un canje por una bendición

14:39-45

“Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado”. No, habían perdido la oportunidad; ahora querían obedecer para quitarse el castigo de encima, no por la fe, sino para que les diera lo que habían perdido. Estaban obrando sin fe, sin pacto y sin su presencia. El Señor requiere obediencia, pero no como un canje por una bendición o para evitar un castigo; por eso es por medio de la fe. En ambos casos querían hacer la voluntad de ellos y no la de Dios. Dijeron “hemos pecado”; eso está bien, es una confesión y aparentemente un intento de ajustarse a la voluntad de Dios, pero insinceramente.

15:15,16

“…como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová”. Para que ellos aprendan vuestra religión, y se den cuenta que hay un solo camino de salvación, habiendo un rebaño y un solo pastor (Jn.10:16). Tanto vale un judío como un extranjero, gentil, en Cristo, un varón o una muJe.

15:25

“Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos de Israel; y les será perdonado, porque yerro es”. Los pecados por ignorancia o por equivocación son pecados y necesitan perdón, generalmente lo que uno hace es excusar la equivocación y no pedir perdón.

 

Soberbia o engreimiento 

Num.15:30

“Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo”. Este es el pecado imperdonable, no es el que es atraído y seducido por su propia concupiscencia sino el que declaradamente lo hace como enemigo de Dios. Oh Dios, esta palabra me hace temblar, “por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella” (v.31); dame tu gracia para que siendo iluminado no peque en tu luz, porque siento, oh Dios, que el pecado me lleva "cautivo" (Ro.7). Los privilegios que me has dado no me han hecho un engreído. ¿Sabes que este es uno de los mayores obstáculos para la salvación, el engreimiento? Si usamos los sinónimos que hallamos en la versión de la Biblia, podemos enterarnos de mucho (Num.1:20-22. Sal.131:1; 2Ti.3:4).  También inutiliza a un instrumento del Señor porque se cree superior a los que tiene que humildemente servirles.

Num.15:32-36

“Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo y lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel; y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento”. Esto fue en el desierto de Parán. ¿Por violar un día? ¿Qué piensas de eso? ¿Crees que, si así es Dios, si eso exige, si castiga de ese modo, podrá alguien ser salvo? Esto se halla aquí principalmente para enseñar lo estricta de la ley de Dios, la cual cumplió Jesús.  ¿A la cárcel, Señor? ¿Por recoger leña en sábado? Con esto tenemos una idea de lo que es la justicia divina y la necesidad que tenemos de la gracia que vino con Jesucristo. La justicia divina es exigente. Oh Dios santo, ¿no es una exageración, un abuso de la justicia, una injusticia? Estoy “espantado y temblando”, por favor, trata conmigo a través de un Mediador (Ex.20:18-20; He. 12:18-24). Oh bendita gracia en Cristo que cubre mis pecados pequeños, cuando recojo leña, y grandes. Bendita gracia que no exiges nada para perdonar. Sí, maravilla, misericordia y perdón. Amén.

Num. 16:2

“Se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre”. (Ex.6:18,21-24). Tal vez se reveló por causa de un poco de celo (3:27,30). La sublevación era poderosa porque los rebeldes era gente importante, príncipes, gente con dinero, poder y sangre noble, que contaban con el apoyo de muchos, y su influencia era grande, lista para formar un motín.

Num. 16:3

“Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros!”. ¿Por qué "basta"? la idea es “es suficiente” “es bastante”. Si su ministerio no está terminado ¿por qué "ya"? Hablan como si les hubiera ido mal con él, como si fueran insoportables. Trataron de deponerlos. ¿Que todos son santos? Sí, todos tienen un llamamiento general para salvación, pero no para dirigir al pueblo; Dios nos llama a todos para que seamos santos, pero no para ser heraldos. Por los privilegios que uno tenga con el Señor no se debe deducir por eso que no se necesita de un varón profeta. Quizás, dicen, que tenía que ver con el hecho de que se había colocado el sacerdocio una persona que no ocupaba la primogenitura (Judas v.11).

16:4

“Cuando oyó esto Moisés, se postró sobre su rostro”. Moisés no se pone colérico por lo que acaba de oír, no refirió su historia ministerial, sino que pidió al Señor que demostrara a ellos su llamamiento. No se irguió, sino que se postró. Se puso en oración.  Eso quiso decir "bien, yo les cederé en el puesto si Dios me sustituye con vosotros" "no podré ser vuestro líder hasta que reconozcan que Dios habla por mí". “No estoy aquí porque quise sino porque Jehová me llamó; cuando él lo quiera me voy”. 

16:6-11

“¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles? ¿Procuráis también el sacerdocio?”. "Hermanos ustedes son unos ambiciosos y no están conforme con el lugar donde Dios los ha llamado, no sólo quieren exceder la vocación divina, sino que quieren quitarles el puesto a otros". Este fue un pecado del diablo (1Ti.3:6). Moisés quiso decirles, "es un gran pecado quitarle su ministerio a un hermano. ¿Quieren tener poder o quieren trabajar? Respondan".

16:12-14

“Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas”. Se quejaban (1) del rígido pastoreo de Moisés y (2) de su frustración vocacional; las cosas no habían salido como él prometió; las condiciones por los cuales les habían seguido no se habían cumplido. ¡Eh alto! No se les ha dado lo que se les prometió no por su fracaso vocacional sino por vuestra incompetencia espiritual, vuestra falta de fe; y no es el ministro el que no se ha realizado o realizado los sueños vuestros, sino Dios; y los sueños de él no lo realizarán ustedes.

16:15

“Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda”. Tenía razón ¿no? Pero en vez de echar su enojo sobre ellos, oró, y Dios respondió su enojada oración. Jesús oraba y lloraba. Nosotros solemos enojarnos más veces que las que oramos.

16:19

“Ya Coré había hecho juntar contra ellos toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión”. ¿Cómo puedes acercarte a Dios para servirle, con tan malos motivos?

16:21-24

“Apartaos de entre esta congregación, y los consumiré en un momento”. Un buen ministro es el principal intercesor de su congregación; sus oraciones la ayudan a que se salven de los castigos de Dios. Si alguien se revela contra Dios, sepárate de él para que el juicio de Dios no te alcance a ti con él; no hagas causa común con los impíos... “no participes de pecados ajenos” (vv. 25-34; 1 Ti.5:22). Son estos, los sensuales, los que causan motines y divisiones (Jud.1:19). Desecha a los heréticos y cismáticos (Tit.3:10).

Num. 16:40

“En recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante de Jehová”. Que siempre la elección divina, la vocación, pongan límites a nuestras ambiciones.

16:41-49

“El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová”. Es impresionante la rebeldía de este pueblo y lo poco que le impresionaban las verdades espirituales. Era imposible que personas así pudieran alcanzar la promesa. ¿Nosotros? Y alzaron su dedo al cielo... fue Dios. ¿Acaso tenemos nosotros la llave del Sheol que se los tragó? ¿Tienen por inocentes a esos rebeldes?

16:45

“Apartaos de en medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron sobre sus rostros”. De nuevo la congregación estuvo a punto de perecer y es salvada por un Mediador, oh bendito sea nuestro Mediador, el Señor Jesús. La historia de Israel es la historia de los hechos de Dios; su revelación al mundo. Te bendigo Señor por tu paciencia conmigo; sin tu misericordia ya no existiríamos.

16:48

“Y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad”. Mira la fuerza que tiene la intercesión de un Mediador; si no fuera porque intercedemos, nuestros males serían mayores, los muertos espirituales serían más; serían más las apostasías y las situaciones económicas peores, y aumentarían los divorcios y el número de hijos rebeldes y huidos. Dios busca muchos intercesores. Pongamos nuestras oraciones en medio, entre los muertos y los vivos. Si Dios te ha resucitado, estás puesto como vivo entre los muertos (Ro.6:13).

17:2

“Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos”. Así el Señor va a definir el problema de la envidia, los celos y las murmuraciones.

17:1-10

“Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara. Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio”. Una vara que por milagro reverdece, da flores y lleva frutos en el corto espacio de una noche. El Señor escogió esta forma para sugerirles que no bastaba con que sus nombres estuvieran ante Dios, tuvieran disposición para servir y dones para hacerlo, necesitaban ser elegidos para que sus ministerios florecieran, dieran frutos, y expresaran la bendición de Dios. Oh Señor cuando mi vida y mi ministerio estén así, secos como una vara, que sea solo un nombre, recíbeme en tu presencia y reverdéceme. Amén.

17:12,13

“Entonces los hijos de Israel hablaron a Moisés, diciendo: He aquí nosotros somos muertos, perdidos somos, todos nosotros somos perdidos”. Acababan de presenciar que estaban equivocados, que habían pecado contra Dios y tuvieron miedo que habiendo estado de la parte equivocada fueran a perecer como los rebeldes. Por la misericordia de Dios no hemos muerto cuando hemos pecado como otros, habiéndolos apoyado en sus pecados. Oh Señor, tiemblo cuando veo a otros morir por los mismos pecados que yo pude haber cometido. Bendita misericordia.

18:3

“Y guardarán lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros”. Una consagración limitada. El Señor dispone la distancia a la que nos acercaremos a él; no consiste en un derecho sino en un privilegio. Y aun así tampoco es cuestión de privilegios sino como los ángeles, un asunto de orden. Nadie es tan santo para que piense que puede acercarse a Dios sin un Mediador, ¿a qué distancia quieres que esté yo Señor?

18:7

“Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio”. Vuestra ocupación es un regalo de Dios; de todos vuestros dones el más valioso es vuestro trabajo.

18:8

“Todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción”. ¿Por razón de que eres bueno y talentoso? No, por razón de la unción, porque te ha llamado y seleccionado, y porque dice "mi nombre está en ti" (2Cr.33:7). Todos nosotros tenemos para salvación la “unción del Santo” y somos “sellados por él” (1Jn.2:20; Efe.1:13).

18:19

“Pacto de sal”. Indica que es incorruptible, escasa y preciosa. Ellos tenían que ponerles sal a los sacrificios (Le.2:13; Eze.14:4; Col.4:6).

18:20

“Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel”. ¿Para qué nosotros los ministros queremos hacer riquezas, si teniendo “sustento y abrigo” debemos estar contentos, además, si nuestra herencia es Dios? Nuestra fortuna no son los dones de Dios sino Dios mismo. A los apóstoles no les complace que un buen siervo se “enrede” en los negocios de la vida y “amando este mundo” busque en Tesalónica, dejando su vocación para tener otra fuente de ingreso, no complacido con la que le provee vivir del evangelio (2Ti.2:4; 2Ti.4:10). Con todo, Pablo hacía tiendas, y mostraba sus manos, pienso que duras y callosas, como muestra de labores para sostenerse (Hch.20:33-35). La guerra es difícil, somos menos que las huestes enemigas que operan en las regiones celestes y perder un buen soldado es algo que se lamenta.

18:21

“Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión”. Los diezmos son para el ministerio de la salvación. No hay otra razón ni hay que buscarla para justificarlo porque es la razón más digna de todas. Y si se lee con la nota anterior, el ministro debe estar conforme con el sostén que provean los diezmos y ofrendas a Jehová. 

19:5-7

“Y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar; y será inmundo el sacerdote hasta la noche”. Por supuesto que tiene que regresar inmundo, la quemó con sus excrementos dentro, el humo, el calor, la sangre y el contacto lo contaminaron. La expiación implica identificación con el pecado. Cristo fue hecho pecado por nosotros (2Co.5:21). En su carne y en su ropa, en la cruz, siendo purísimo, olía como nosotros.

19:9

“Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación”. Mezclarla con agua para algún rito que tuviera que ver con la expiación del pecado (vv.12,13,21). La asociación con el polvo del becerro que Moisés hizo beber a Israel, es muy lejana e inválida.

19:11-13

“Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día”. Parece como si necesitara tanta purificación porque cuando se purifica con ceremonias le queda la sensación de seguir sucio; no es así con Cristo que purifica hasta la conciencia (He.9:13,14).

19:15

“Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda”. ¿Qué te parece eso? Por una fina rendija que se exponga al pecado, éste entra y lo contamina todo. No estaba cerrada si estaba medio abierta al pecado. Si no somos estrictos y radicales con el pecado y abrimos un poquito, lo dejaremos pasar. Oh Señor ten misericordia de mí cuando la concupiscencia y las codicias desde adentro abran un poco la tapa de tu gracia.

19:21

“Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche”. El agua purificaba al que iba a purificarse, al inmundo, pero si uno "limpio" la tocare ella lo hacía inmundo. Así con la palabra de Dios sucede, por medio de ella somos limpios, cuando somos inmundos, pero si alguien se declara limpio, esto es "justo", si es tocado por ella se vuelve inmundo, no lo purifica, se le convierte el agua de vida en agua de muerte.

20:2

“Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón”. Pobre Moisés, con el dolor que estaba sintiendo por la muerte de su hermana tiene que enfrentarse con una crisis tan grande con la iglesia.

20:3

“Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!”. Ellos siempre culparon a Moisés por la muerte de Coré y los otros, les llaman "hermanos", como diciendo, "tú usaste tus poderes para matarlos". ¿Son hermanos los rebeldes impíos? Parecida solidaridad yo he oído con los que han querido hender la iglesia; como si quisieran no estar asociados a la disciplina de Jehová que se tomó.

20:4,5

“¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber”. Sí, es un mal lugar, pero transitorio, no estarás para siempre en él, te irás un día, ahí estarás de paso y es necesario que pases por ese lugar para llegar a otro mejor; ahora estás peor que como estabas, pero allá no tenías ninguna esperanza, futuro, ni promesas, pero aquí sí. Cuando uno pasa por un lugar similar a éste, puede pensar que ya no tiene futuro. Falso. Eso pasa a los que emigran de un lugar malo a uno mejor, al principio suelen estar casi peores o iguales que donde estaban, pero si llegan a una tierra prometida, el futuro se les vuelve diez veces mejor. Así pasa con nuestro viaje al cielo.

20:6

“Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos”. Orar, se fueron para orar, eso es lo que hay que hacer cuando se encuentra en una crisis. Pensamos a veces que todas las cosas las podemos resolver con nuestra sabiduría y personalidad; de la oración nunca debemos prescindir, y es ella precisamente por donde nos llega la sabiduría para enfrentar una situación crítica. Hizo bien Moisés en dejarlos hablando, e irse con su hermano a orar, para saber cómo Dios resolvería el asunto, y le diera un plan de acción ante aquel enfrentamiento.

 

Tuviste éxito, pero no glorificaste a Dios

20:10-13

“Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias”. Un hombre, Señor, puede tener éxito y sin embargo poca fe; yo quiero tener mucha fe, aunque alcance poco éxito, si así lo predestina tu sabiduría. Amado Señor, ayúdame a escoger hacer tu voluntad y santificar tu nombre antes que el triunfo (Mt 6:9,10), que la bendición sea primero sobre mi fe que sobre mi servicio. Amén.

“Toma la vara como has hecho en otras ocasiones, tienes la opción de tocarla o hablarle; la lección está más completa si haces lo segundo que es conforme a lo que te he enseñado, que el hombre vivirá de la palabra que salga de mis labios (Dt.8:3); será una lección del poder de ella para que el pueblo me crea, pero tú mismo debes creerlo primero”; y Moisés no dedicó tiempo para fortalecer su fe. Dios mío, quién iba a suponer que le pasaría esto a Moisés. ¿Cómo es posible que se diga que no creyó si había creído cosas mayores? Hablarle para que saliera agua de la roca era un milagro mil veces inferior a pasar el mar Rojo. La incredulidad es inexplicable. Es incredulidad hacer las cosas como Dios no manda sino como uno quiere; cualquiera que sea la razón, aunque el resultado sea el mismo y haya “éxito”, no glorifica a Dios porque es desobediencia. La desobediencia es incredulidad. Pasa así con los exitosos métodos modernos importados de la psicología pragmática, de los empresarios de la sociedad y de las marcas de renombre.

20:14-21

“Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano”. Edom no los creyó, quizás pensó que era una estrategia de Israel para atacarlo y desconfiado rehusó ayudarlos y hasta lo amenazó. Quizás también pensó que políticamente no era conveniente, y era mejor ofender a Israel, aunque fuera su hermano que exponerse al desagrado de otras naciones. Los pueblos no son "hermanos" porque tengan ancestros comunes o hablen el mismo idioma, serán hermanos cuando se unan bajo Dios para hacer su voluntad, cuando Cristo sea el Mesías de las naciones, entonces ellos serán hermanos. Algunos líderes se creen mesías de sus naciones.

20:24,26

"Aarón será reunido a su pueblo". ¿El que está en el Sheol? ¿A su pueblo muerto? La expresión es extraña como si escondiera un significado mayor; cuando uno muere se separa físicamente de su pueblo, no se une; y se acostumbra a decir "fulano nos dejó"; a no ser que lo que él llama "su pueblo" es un pueblo que está vivo, en el sitio al cual se dirige el muerto, es decir en el Sheol. No te parezca raro hallar en esta expresión temprana, una chispa de esperanza futura. Señor en nuestra hora y antes de nuestra hora fortalece nuestra esperanza y que pensemos más en lo que vamos a encontrar que lo que no podemos llevar. Quiero creer tus promesas ahora, antes que avance más mi tiempo, que tú eres “la resurrección y la vida”.

20:28

“Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte”. "En la cumbre" para indicar que no moría lejos de Dios y avergonzado sino en paz; no pudo alcanzar la meta de su vida, pero murió con mucha honra y la vida eterna. Sus ropas no estaban manchadas con alguna inmundicia y fueron dados sus vestidos para los hijos, que honraron su puesto usándolas (Ecl.9:8). Oh Señor, concédeme ese final. ¡Qué impresionante aquellos minutos cuando Moisés va desvistiendo a su hermano! Aarón sabía que quitada la última prenda su vida llegaba al fin. Tal vez oraba y miraba al cielo.

21:4

“Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino”. Se desanimó; quizás porque estaban retrocediendo, no adelantaban y les parecía que no iban a ninguna parte. Cuando el espíritu se decae, los toma la incredulidad. El desánimo está asociado a la duda a la tristeza y la muerte. Es un arma diabólica. Lo sé por experiencia.

 

El pan bíblico jamás es liviano

Num. 21:5

“Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano” (1Co.10:9). Le llaman “liviano”, despreciable, o de fácil digestión. No les satisfacía por muchas horas. Esa es la segunda vez que se quejan por lo mismo, se quejan por lo que ya una vez les había solucionado (Ex.16:3,4). ¿No somos iguales? Sentimos los mismos miedos que él nos quitó. El Señor nos responde para un tiempo y cuando se repite la necesidad, como no hemos aprendido, protestamos. No te aburras de lo que Dios te da; no busques otros sabores y colores, no son cambios lo que necesitamos sino aprender a valorar y amar con gusto lo espiritual. Una versión por desánimo traduce “impaciencia”, que esencialmente es falta de fe, o inmadurez. 

Pero quiero ser honesto, yo quiero oír palabras bíblicas y exposiciones, y temas, que cada uno pese una libra, no me gusta ir a la iglesia para lamer pan de azúcar, para comer merengues. Y pan sin sustancia, que tal vez engordan el yo y los gustos carnales, pero no nutren, no tienen fibra, ni proteínas, sino solamente eufóricos aplausos y amenes donde no van, con demasiadas calorías, y son malos para un estómago saludable acostumbrado a la buena exégesis bíblica. El pan que esta gente comía era pan de nobles ángeles, equivalente a la torta que comió Elías y estuvo un mes andando sin que le pesara la distancia. Hubiera conducido un auto si viviera en Miami y el pan lo repartieran en Fort Lauderdale, y viceversa.

Num. 21: 6-9; 2 Re. 18:4

“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá”. La clase de castigo fue puesta pensando en la solución; y la solución traería una lección de fe. Y mucho más allá en el tiempo una lección mayor (Jn 3: 14, 15). Muchos mirarían, se sanarían, y eso era todo. Debían aprender a “mirar” a Dios, como Moisés, al Invisible, es decir, creer en él. Y es también una lección de arrepentimiento porque mirarían el medio del castigo. ¡Oh, mira al Señor y sé sano! No luches contra el veneno que corre por tus venas y te emponzoña el corazón; no vale la pena que te agites y te sacudas. Mira al Señor. Son las miradas de fe las que dan salud. Señor, yo te he mirado a ti para sanidad, y tú has quitado mis remordimientos, culpa, y las consecuencias de mi pecado; cuando me he mirado a mí mismo me he sentido vil, me he despreciado y un desánimo total, que llaman depresión, ha invadido todo mi ser hasta los huesos. El Señor no hizo huir las serpientes como sucedió con las plagas en Egipto, ellas se quedaron por un tiempo indefinido entre ellos, como “aguijón en la carne”, como advertencia y un medio para estimularlos a la dependencia y la fidelidad. Mirar para vivir. 

21: 14

“Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová: Lo que hizo en el Mar Rojo, y en los arroyos de Arnón”.

Una de las fuentes que usó el editor de Números. Como Lucas consultó a muchos que habían intentado poner en orden la historia de Jesús, así este editor. Un título magnífico, mejor que este anónimo y después llamado “números”; pero tal vez con más ingrediente militar que sacerdotal. Señor, permite que peleemos las batallas tuyas, como “buenos soldados de Jesucristo” y “llevemos en nuestro cuerpo sus marcas”.

21:17,18

“Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, y el legislador, con sus báculos”. El tiempo de la tristeza pasó, la enfermedad se fue, la muerte se alejó, y por el éxito de aguas frescas toda la congregación sonríe y canta; bendito aquellos nobles que buscaron un medio para alegrar a sus hermanos; ellos con sus propias manos abrieron un pozo y el pueblo se regocijó con este pequeño éxito. Bendito seas Señor que nos haces cantar tras muchos dolores y pesares.

Num. 21: 21-35

“Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte”. Estas son las tierras que quedan al Oriente del Jordán; fueron añadidas a la promesa por la testa dura de sus propietarios. Esta es una razón por la que el Señor suele darnos más de lo que prometió. Eso que aparece ahí es una canción en honor de Sehón, rey de los amorreos, a los cuales Israel venció. Más honor tienen los que luchan por Dios que los que lo hacen solos.

Num. 22: 6

“Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor; ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito”. ¡Qué confianza tenían en él! Era como un profeta o Dios (2 Pe. 2:15; Jud. 1:11).

22: 8

“Él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam”. Por eso lo mandaron a buscar porque sabían que era un "profeta de Jehová", el Dios de Israel. ¿Cómo este hombre retenía el conocimiento de Jehová? ¿Cómo la semilla y el testimonio personal de los patriarcas, Abrahán, Isaac, pudo llegar hasta él? ¿O quizás anterior, desde Abel, Enoc, Melquisedec? En grado mayor o menor la sinceridad (Ge. 14. 19,20). Pero era un profeta espurio. 

22: 9

“Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?”. Sí, un falso profeta por su conducta, pero Dios le hablaba. “Vino Dios”, vino palabra de Jehová diciendo…los madianitas, moabitas y de qué raza fuera Melquisedec, en la tierra se conocía al Dios único, aunque no se le diera gloria. Se sabía que existía.

22:12

“Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es”. La voluntad divina estaba clara, no debía ir con ellos. El Señor le dijo: “No vayas”; pero él quería ir, codiciaba el dinero que le habían prometido y no quería dejar escapar esa oportunidad, pues quizás no la tuviese a su alcance de nuevo o se la ofrecieran a alguien más. Se inició una lucha grande en su interior entre sus deseos y la palabra de Dios, su mente era un hervidero de deseos encontrados, por un lado, quería y por el otro no quería, ansiaba, suspiraba, no vivía por su constante inquietud. Quería el dinero, pero tampoco quería violar la palabra divina, tenía temor a las consecuencias de su desobediencia, hubiera deseado tener otro Dios que no fuera Jehová, menos santo, no tan estricto como él, y que pudieran acomodarse el uno al otro, que fuera humano y pecador, comprensible con el mal y tolerante.  Que al menos lo dejara pecar unas cuantas veces para experimentar el placer que le pedía su carne, y luego él se volvería a su lugar y haría su voluntad y no lo haría más. Pero sabía que eso era imposible, conocía las leyes de Jehová y él no se prestaría para semejante permisión.  Si lo abandonaba una vez, Jehová lo abandonaría a él.  Entonces comenzó a trabajar para que la voluntad de Dios coincidiera con la suya y que la divina se hiciera humana. Entra en un proceso de voluntad permisiva y nunca llega a maldecir al pueblo, pero él se convierte en una maldición para el pueblo de Jehová. Este hombre estaba tan ciego en su pasión que, aunque Dios hubiese multiplicado los obstáculos para que no pecara, él los hubiera saltado todos. Estaba tan ciego que la señal del ángel y de la bestia que habló no lo hizo detenerse en su obstinación. Oh Señor, lo que me impide hacer tu voluntad es mi carnalidad, sálvame de mí mismo. Amén. 

22: 19

“Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová”. ¿Por segunda vez lo mismo?  Lo que tú quieres es cambiar la voluntad de Dios. E insistió tanto en cambiar la voluntad divina que cambió la voluntad de Dios por una permisiva divina, para su mal.

 

No azotes a Dios si algo te impide

22: 31-33

“Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí”. Si Dos abriera nuestros ojos veríamos que las cosas que nos salen mal, los impedimentos que aparecen y no podemos explicar por qué ocurren, veríamos a Dios, es él quien no ha permitido que sigamos tal curso, tal camino, porque estamos haciendo lo contrario a lo que quiere; nos desviamos de nuestro plan, nos mete en apretura y en un callejón sin salida para ninguna parte, y desesperados y frustrados porque las cosas no van según lo deseado, azotamos a los que aparentemente tienen la culpa, como Balaam a la cabalgadura, si no con varas con duras palabras. Azotamos a Dios, y vertemos sobre su nombre todo reproche, mal humor y frustración. Azotamos a los ángeles y les tenemos como ociosos observadores de lo que nos pasa, y peor, meterse en medio para bloquearnos la senda, vocación y el destino. Como no alcanzamos la meta y no vemos al Invisible, sobre él descargamos los golpes. No son legítimos y ordinarios obstáculos los que tenemos que vencer sino impedimentos que sin duda son impasables y debieran, no solo conducirnos al camino derecho sino impedirnos el progreso, por nuestra ceguera y estupidez. Y no decimos “estoy yendo por un camino equivocado, aquí algo anda mal, estoy insistiendo en lo que parece no es la voluntad de Dios”. Los profetas auténticos no luchan contra los procedimientos de Dios, sino que los aceptan; si hay que andar se anda, cabalgar se cabalga, si sentarse y esperar, eso se hace, en reposo, aguardando a Dios y que nos voltee hacia otro punto cardinal.

22: 34

“Si te parece mal” ¿? Eso no concuerda con la confesión de pecado que hiciste, diciendo “he pecado”. Ya sabes que andas por camino no bueno. Una vez que uno ha entendido cual es la voluntad de Dios, lo que anda mal, debe volverse, regresar. No dijo “perdóname” porque eso sí implicaría que tendría que cambiar el tren de cosas; estuvo dispuesto a reconocer su pecado, pero no a dejarlo. ¡Claro que a Dios le parecía mal!, eso lo sabía, pero la expresión entre líneas quiere decir que a pesar que no quieres darme permiso, por favor permíteme ir; no tomando en serio su desobediencia y la amenaza de muerte que le hicieron.

23: 3

“Quizás”; sí ya has dado motivos para que el Señor no trate más contigo. Cuando uno está haciendo algo que sabe que al Señor no le agrada, no debe estar seguro (“quizás”) que El estará presente.

23: 7,8

“Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam; y él tomó su parábola, y dijo”. “Profecía” o parábola. ¡Dios mío, le habló a este hombre! (v.5). ¿Cómo hablarás contra aquel que Dios ha justificado, a quien el Señor ha recibido? (Ro. 14.3). ¿Cómo condenarás a quien Dios que es el juez justifica? (Ro 8.33). ¡Al contrario, a quien Dios no sólo no ha maldecido, sino que ha bendecido! Ninguna condenación hay para los que están en Cristo (Ro. 8:1).

23: 8

“¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?”. ¿Oíste eso? No debes maldecir a los que son bendecidos; no maldigas a un cristiano, a uno que es apartado y hecho santo (v.9); no es un Cristo entre los pecadores.

23: 7-10

“Porque de la cumbre de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones”. Estas no son palabras de Balaam sino la hermosa palabra de Dios.

23: 10

“Muera yo la muerte de los rectos y mi postrimería sea como la suya”. Está bien que quieras morir la muerte de los “justos” o de los creyentes, de los que tienen fe, de los que son justificados; pero para morirla muerte de los justos tiene que vivir la vida de los justos; es decir, para morir como un cristiano y ser enterrado como cristiano tienes que vivir como uno de ellos. ¿Quieres ser llevado por los ángeles al seno de Abraham? Ellos están siendo ministrados por los ángeles (He. 1:14). ¿Quiénes son los justos? ¿Los que según ellos “no necesitan justificación? (Lc. 15: 7), no, son los que se arrepienten de sus pecados, esos son los que pueden aspirar la muerte de los justos. Justos no son los que no tienen defectos sino los que tienen pecados pero perdonados, defectos, pero en proceso de perfección y son perfectos en Cristo y justificados por gracia por medio de la fe en él.

23: 8, 9,10

“¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?”. Es imposible que pueda maldecir a personas que han sido seleccionadas como exclusivas (v.9); un pueblo creado por Dios, espiritualmente privilegiado, y destinado a reproducirse maravillosamente sin extinguirse jamás (v.19).

23:11

“¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones”. “Bendiciones”. No debemos esperar otra cosa que lo bueno y que lo malo se convierta en bendiciones. Aun el mismo Satanás no podría maldecirnos, y todos sus intentos malignos Dios los convertirá en bendiciones (v.20).

Num. 23: 13

“Verás una parte de ellos” “los más cercanos”, unos pocos, no todos. “Veo que te ha impresionado la multitud de ellos, eres arrastrado a bendecir a los muchos, pero si ves que son sólo unos cuantos, pocos, pienso que los menospreciarás y querrás algo malo para ellos” (v.10). ¿No es parecido a los que se inspiran para hablar cuando la audiencia es grande y si se han juntado pocos se deprimen?  “Quizás lo mires desde otro ángulo desde donde veas las cosas peores de ellos; tal vez veas menos gente y te impresionarán menos; entonces los maldecirás”. No, está equivocado, el número del pueblo no es lo que hace que Dios lo bendiga, sino que no halla iniquidad en él, “No ha notado iniquidad en Jacob ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él, y júbilo de rey en él” (v.21).

23: 15

“Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí. Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca”. “Voy allí para encontrarme con el Señor” para ser usadas apropiadamente por un creyente cuando dice “voy a mi iglesia para encontrarme allí con el Señor”. Y entonces el Señor vino al encuentro de todos nosotros. Y nos fuimos de allí habiéndolo oído (v.16). Amén.

23: 18-24

“Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”. Esto no parece haberlo dicho un falso profeta sino uno verdadero, un judío amante de su pueblo. Dice cosas hermosas de Dios y de su pueblo. Balac pensó que lo que había impresionado a Dios era el número de su pueblo (v.13) “no los verás todos…” (v.10); pero no era así, lo que Dios miraba no era la multitud sino la santidad de Israel, que no ha notado “iniquidad y perversidad” entre ellos (v. 21); y que mientras fuera santo era invencible; el pecado sería la única causa de maldición; en la senda de justicia nunca lo sería, y Dios continuaría obrando maravillas entre ellos y la popularidad creciendo, y la gente diciendo “¡lo que ha hecho Dios!” (v. 23); y su pueblo alegre “¡grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros, estaremos alegres!” (Sal. 126:1-3). Mira esa verdad que todo tiene su tiempo, “a su tiempo se le dirá a Jacob y a Israel: ¡Ved lo que ha hecho Dios! (v.23). La VRV dice “como ahora”. Contiene la idea de “a su tiempo”, llegado el momento conforme a la voluntad de Dios, en el cumplimiento del tiempo.

23: 19-24

“El dio bendición, y no podré revocarla.  No ha notado iniquidad en Jacob ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él y júbilo de rey en él”. Es imposible maldecir a un pueblo que no ha pecado. Dios sólo maldice a los que hacen iniquidad (v. 21), no a los santos. Las calamidades de los santos no son maldiciones de Dios. El pecado mismo es una maldición. El diablo tampoco puede maldecir a un santo (v. 23): ni brujerías, hechicerías, mal de ojos, daños, etc., ni siquiera el diablo u otro espíritu. No tengas miedo a todas las fuerzas del mal, ni al poder de las tinieblas, oscuridad, si eres santo y fiel nadie te podrá quitar lo que Dios te dio; no temas. Nuestro Dios es incambiable (v. 19). Es omnipotente (vv. 19, 20) y contra eso los males no pueden. Compara vv.20-22 y verás que a partir de este momento empieza en la voluntad permisiva de Dios; Dios no quiere que vaya pero se lo permite. Conociendo la voluntad del Señor insistimos en hacer la nuestra y que aquella se acomode a nuestros deseos; más aún, que el Espíritu se las arregle para complacer nuestras ambiciones. Por eso lo hemos dicho mil veces, que el gran logro de nuestro triunfo espiritual es vencernos a nosotros mismos, negarnos a nosotros y entronar a Cristo sobre todo lo que queremos, y jamás ceder a acomodar nuestra religión, por dinero o por gloria, a los intereses y preferencias del mundo. No valen más los loores carnales de este siglo que una sonrisa divina.

23:25

“Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas”. Ya que no puedes hacerle daño tampoco le hagas bien. ¡Qué mal intencionado es este hombre! Se lo come la envidia y todo porque le pagan.

23: 26-29

“Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas”. Si tú sabes eso, que Dios no quiere, si sabes que sólo por el pecado y la maldición ¿por qué tratas de hacerlo cambiar?, eres tú el que tiene que cambiar y no Dios. ¿Quieres cambiar a Dios para que haga lo que tú quieres? ¿Usar la religión para obligarlo? No, oblígate tú; no es la Biblia la que hay que cambiar, sus doctrinas, la iglesia, eres tú quien tiene que aceptar la Palabra como la oíste y hacerla. Amén.

24: 1,2

“Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto”. No se trasladó buscando un mensaje distinto o para forzar la voluntad divina; sólo alzó sus ojos y miró a Israel y en la visión se le llenó el alma del Espíritu Santo. Contempla la iglesia. Es asombroso que se diga "y el Espíritu de Dios vino sobre él". Mientras más estudio el bautismo del Espíritu Santo más me entero de la soberanía del Espíritu. ¿Quién de nosotros le hubiera enviado el Espíritu a este hombre? No hay ninguna cosa más sólida en el mundo que la voluntad de Dios. Las actuaciones de Dios pueden ser incomprensibles. La palabra Dios es totalmente opuesta a la palabra hombre. No se animen brujeros, que hablar por el Espíritu no es una garantía de salvación.

 

Dios nos haga una persona con los ojos abiertos

24: 1-4

“Caído, pero con los ojos abiertos”.  ¿Caído? Quizás en trance espiritual, tal vez en sueño profundo por su visión, pero ojalá lo hubiera dicho con el conocimiento teológico que usted y yo tenemos, caído en pecado, pero con los ojos abiertos para reconocerlo, participante de la caída de Adán, pero levantado por la resurrección de Cristo, despertado por Jesús, resucitado con él. Caído, pero no definitivamente porque se nos da la gracia perseverante y vuelto confirmamos, como Pedro, a nuestros hermanos. Caído, pero no desechado. 

¡Qué extraño, ahora es cuando este hombre afirma que Dios le ha abierto sus ojos! ¡Fue por mucho tiempo un ministro ciego! Bendecía a Israel, en nombre de Dios, con sus ojos tapados. Oía la palabra divina con los ojos cerrados a la realidad de ella, sin que descubriera el propósito del Señor al enviarla, siendo él mismo la principal razón, su salvación. Era un vehículo de esa Palabra y ella salía por sus labios y no le dejaba ni rastro de bendición, como si nunca la hubiera dicho. Luchaba con Dios, no como Jacob, para recibir una bendición, sino para torcer su voluntad, para cambiarlo, para que él estuviera de acuerdo con su codicia y endorsara sus ambiciones. Quería su oficio, la palabra de Dios, pero no la regeneración. Oh, ¿no quieres la regeneración? Hay una enorme verdad, que no se puede tener una visión correcta de la realidad de Dios, de su voluntad, ni contemplar la iglesia sin que Dios le haga una persona con los ojos abiertos. “Los ojos del entendimiento” (Efe.1:18). Puedes hallarte ante enormes realidades, acampar junto a las montañas de la revelación, sentir su sombra, admirar su grandeza, y sin embargo no contemplar lo espiritual (Ejemplo, el criado de Eliseo). Moisés se movía “como viendo al invisible” (He. 11: 27), no lo veía sino “como viéndolo” en su Palabra. A Dios se le ve en su Palabra (Jn.14: 9,10). Cristo es el Verbo de Dios. 

Con respecto a la iglesia pasa lo mismo, este hombre no se dio cuenta de la belleza de la iglesia hasta que Dios le abrió los ojos (v. 5). Los que tienen los ojos tapados no la perciben o la miran fea. Oh, que Dios te abra los ojos. El pecado te los puede abrir al mal, a la tentación y a la muerte. No, cerrados por Dios para esas cosas y abiertos para lo infinito y bello, para contemplar al Rey en su hermosura. Amén. 

Num. 24:5-9

“¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!”. Él no lo es, pero habla como un israelita, parece que es un profeta de Israel quien está hablando, o el mismo Dios. Oh Señor, yo no quiero sólo hablar como un profeta sino ser un hijo tuyo. Le profetizó un gran futuro, terminando en una cúspide, la bendición de Dios.

24:10

“Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces”. Dios puede convertir todo el mal del mundo en toda la bendición del mundo. Eres magnífico Señor, estoy orgulloso de ti, ¿qué Dios hay como tú? (2 Sa.7:22,23). Las intenciones del diablo son maldecirnos, pero las de Dios cambiar las maldiciones en bendiciones. Satanás no cuenta con un Dios que sabe tanto. Ninguno de los ángeles, caídos o en la gracia sabe cómo convertir una maldición en bendición y que aún lo malo obre para bien.  Ninguna maldición hay para los que están en Cristo Jesús (Ro.8: 1).

24:11

“Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas, he aquí que Jehová te ha privado de honra”.  ¿De honra? Al contrario, no fue “privado” sino que ganó honra, perder un pecado no es ser privado de algo sino haber ganado algo. Hacer la voluntad de Dios siempre es ganar. La honra corona la cabeza santa no las sienes de iniquidad. Deshonra persiguen a los que pecan no a los que son bendecidos. 

Si Balac se refería por honra al dinero que dejó de ganarse, pasa igual, si Dios te quita la oportunidad de ganar mucho dinero con maldiciones, alégrate, que lo que no pasó a tus bolsillos por medio de un pecado puede entrar igual o más de modo honorable porque “la bendición de Jehová enriquece” (Pro.10: 22). No te preocupes por el dinero que dejes de ganar con maldiciones, a Jehová pertenece todo el oro y toda la plata del mundo (Hag. 2: 8). Él puede darte mucho más que eso (2 Cr. 25: 9). No a los juegos.

24:12,13

“Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo?”. Es cierto, pero hubiera deseado que Dios le dijera otra cosa. Quizás honesto. "Por mucho dinero que me ofrezcas no puedo cambiar la revelación". Y eso que era un falso profeta, pero su exégesis, dice, será correcta.

24: 14-25

“Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca; saldrá ESTRELLA de Jacob y se levantará cetro de Israel”. Habla como lo haría Isaías, Jeremías u otro profeta de Israel. Se ve muy feliz por haber recibido revelación de parte de Dios (vv.15,16). Siento que él haya pecado como lo hizo. He visto lo que ha de acontecer en el tiempo con Israel, pero me doy cuenta que estoy muy distante en el tiempo, aquí habla de un Rey, quizás David o Jesucristo que hará la magna obra de destrucción de los enemigos. Si es nuestra Estrella, Cristo, los enemigos son el pecado y la muerte, oh Jesús tú eres mi Estrella, y hasta Balaam en la noche te vio (v. 19).

24: 23

“¿Quién vivirá cuando Dios hiciere estas cosas?”. Es mejor que LBLA. ¿Quién vivirá para contemplar la evolución histórica de estos países? ¿Quién vivirá para ver esa Estrella y conocer el día de su visitación? (Lc. 17: 22). Es un privilegio también vivir en los días del Espíritu Santo cuando se derrame sobre toda carne y seamos llamados hijos e hijas de Dios.

24: 25

“Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino”. Balac quedó aplastado por estas profecías, y Balaán acabó de decir las palabras más importantes de su vida. Había llegado a la parte más honorable de su ministerio; desde aquí comenzó el descenso a la condenación de este varón autonombrado de “ojos abiertos” (ver 31: 8; Jo. 13: 22).

25: 1,2

“Y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses”. Los invitaba, esto es, fueron a ellos; les coqueteaban y los seducían para que las acompañaran al culto de otros dioses. Ninguna maldición espiritual hubiera recibido si no se hubiera apartado del Señor; la fornicación no fue el pecado más grande sino porque los condujo al culto de otros dioses. Juan en Apc. 2: 14 dice que esto fue un plan que Balaam le vendió a Balac.

25: 4

“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel”. Los príncipes no serían inocentes sino participantes en el pecado porque teniendo que evitarlo lo consintieron y quizás alguno ¡y eso que eran príncipes!, participaron. El pecado por efecto o defecto es pecado. Desmoraliza a la congregación si sabe que aquellos que están en eminencia sufren las mismas pasiones bajas y no pueden contenerse.

25: 5

“Cada uno mate a cada uno de los suyos que se han unido a Baal- Peor”. Estos no podrían ya ser asimilados entre el pueblo y expondrían a otros a la contaminación. Duro, ¿eh? Ha costado mucha sangre, celo y fuego que la verdad llegara hasta nosotros, que alcanzara “el cumplimiento del tiempo” y Cristo muriera por nuestros pecados. La paga del pecado es muerte. No se puede jugar con aquello que tiene sentencia divina.

25:7-11

“Fines tomó una lanza y fue tras el hombre de Israel y entró en su alcoba y traspasó a los dos, a la mujer por su vientre”. Este celo de justicia fue iniciativa suya; no se inspiró en ningún precedente, sino que le nació desde adentro al contemplar el mal. Obró como lo hizo el Señor cuando limpió el templo en Jerusalén. A Dios le agradan las iniciativas de puro ardor, que demuestren cuán fervientes somos en la obra del Señor. Si uno solo de nosotros hace las cosas como complace al Señor, aunque muchos estén obrando mal, por causa de ese hermano o hermana de alma ardiente, Dios prolonga su misericordia y no actúa para destruir su iglesia (Mt. 25: 21).  Por supuesto que este caso no se puede trasladar al NT y mirarlo con los ojos de la gracia cristiana, porque con ella es doble asesinato. Por eso Jehová nos dio el evangelio, a su Hijo y al Espíritu Santo para entrar con nosotros en un Nuevo Testamento y obrar la regeneración y perdonarnos con el asesinato (y expiación) de Jesucristo.

26: 10

“Y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, para servir de escarmiento”. Señor, que yo no me rebele contra ti para que tú no me tomes para servir de escarmiento o señal, o bandera, un punto de referencia, una anécdota, tristemente célebre. Así hace el Señor para que los hombres se enteren de las consecuencias de sus pecados contra él. 

26:11

“Los hijos de Coré no murieron”, los de Datán y Abiram sí; ellos no murieron porque no se contaminaron con el pecado del padre, lo que prueba que cuando Dios visita la maldad de los padres hasta tres generaciones es porque esos descendientes viven impíamente. Los hijos de Coré no sólo sobrevivieron sino que en tiempos posteriores formaron parte del gran coro del templo en tiempos del rey David, y hallamos algunos de sus salmos identificados con sus nombres “los hijos de Coré”.

27: 3

“Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos”. Murió por su incredulidad, pero no por rebeldía contra ti ni contra los líderes que tú has puesto para que sirvan a tu pueblo. De todos modos, no alcanzó lo prometido porque si no pecó de un modo pecó del otro; tal vez porque se murió antes de tener la oportunidad de cometer un pecado más grave. El tárgum de Jonatán añade “no hizo a otros pecar” (Gill). Así es mejor, morir sin llevar la culpa de otros. Y que nadie pase la eternidad en el infierno por nuestra causa.

27: 12-14

“Abarim”, significa “regiones más allá” o también llamado Nebo (Dt. 32:49). “Yo sé que quisieras ver la tierra hacia a la cual has traído este pueblo; te permitiré verla, aunque no habites en ella”. Cuando vayamos a morir no pensemos en los que vamos a dejar sino en aquellos a quienes vamos a encontrar. Amén. Hay consecuencias de nuestros pecados que no nos limitan en el presente sino cuando vayamos a terminar la carrera; no porque los hombres limiten nuestro ministerio sino porque Dios reduce el premio de nuestra salvación. No es eficacia lo que uno pierde por tal pecado sino premio; y no premio en sí sino dimensión del premio; alcanzamos menos de lo que hubiéramos podido alcanzar. Oh Señor, justo eres y sabes cómo y cuándo ejercer justicia en nuestras vidas. Amén. Hay ocasiones en que uno puede respirar aliviado porque Dios ha determinado que en el presente no cultivemos el fruto de nuestro pecado, sino hasta después de morir (2 Re. 20:19). Oh Señor, bendito seas porque puedes diferir el castigo y mover la ejecución de tu justicia.

 

Num. 27: 15-23

“Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo: Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación”. Nota que Moisés no discutió su castigo, sino que lo aceptó como justo y no proporcional sino lleno de misericordia, muy por debajo de lo que se merecía. Y no pide la prolongación de sus días. No le dijo al Señor que le diera más años de vida. No, posiblemente apetecía descanso. Ya no quería continuar viviendo y el ministerio le era muy pesado. Nota su principal preocupación no fueron sus hijos ni su mujer sino el liderazgo del pueblo de Jah, quién lo habría de sustituir. Hasta entonces no lo sabía, lo había dejado al Señor. Cómo quedaría atendida la obra del Señor una vez que él hubiese muerto. No le angustia su muerte sino cómo conseguir un sustituto calificado. Observa la buena disposición que tiene para ser relevado en el cargo. Dios le dijo que le traspasara su dignidad, o su honor o autoridad y él no lo rehusó, lo deseaba, que el nuevo líder dispusiera de toda su aprobación, que llevara todo su respaldo. Oh Señor, que no seamos un obstáculo para aquellos que toman las riendas de tu obra, que cuando vayamos a abandonar tu obra, por muerte o traslado dispongamos de una traspasable dignidad, y no que haya nada que nos haya hecho indignos ni perdido nuestra autoridad entre el pueblo. Permítenos transferir dignidad y ayudar a quien nos substituye para que sea respetado y seguido como lo fuimos nosotros, que no hagamos nada que estorbe su ministerio. Amén.

 

 

 

Comparte con otros tu dignidad

27: 20

“…de tu dignidad” (Ver Dt. 34.9). En inglés dice “algo de tu dignidad”, un poco de ella; quizás toda la que puedas, dependerá de cómo él actúe en el futuro, de su relación con el Señor; Moisés le diría “ahí te dejo un poco mío, quisiera darte más, pero me conformo que alguna influencia mía te quede, algunas de mis más sanas costumbres, mi adhesión a la palabra de Jehová, mi celo”. Los maestros y ministros deben conformarse que sus discípulos se queden con un poco, nunca con todo lo que ellos les enseñan. Esfuérzate todo lo que puedas. Deja sucesores. Transmítele algo de ti porque eso es suficiente y  no se convierta en un gemelo o una réplica sino en otro semejante a ti, con tu influencia; eso lo hará un líder muy hermoso, con un poco de épocas pasadas y un poco moderno, de profeta, sacerdote, juez, rey; siempre de actualidad y siempre en la historia; o lo mejor de ti, no tu ira o tu incredulidad, ni quizás tu rigidez, con “más amor que yo”, y si lo hubiera sospechado diría “con Espíritu Santo” que es la fuente de la verdad y de todo amor; porque el Señor quiere otra clase de liderazgo y que cada uno desarrolle su propia individualidad, pero que cada generación de liderazgos se depure de los pecados de sus tiempos y que no arrastren desviaciones, prejuicios, perversidades de sus propias épocas o anteriores, una clase de cristianismo superior, post-apostólico pero con las mismas doctrinas de ellos, que puedan hacer cosas mayores (Jn. 14:12-14); lo mejor que tenemos de nosotros es Cristo, es lo mejor que te podemos transmitir, con un poco de fe te salvas, con un primer paso vendrán muchos, es “el día de las pequeñeces”, con tocar “el borde” de su manto (Lc. 8:43-46); algo de ti para que preserve lo mejor del pasado, y no se deshagan de él como si ya no sirviera por ser viejo, porque siendo viejo no significa que no sirve, enseñándoles a conservar y aprovechar las experiencias de los antiguos y mirar con reverencia y agradecimiento hacia atrás, sin renunciar a los antiguos valores que han hecho posible que tengamos lo que hoy tenemos. El joven Josué hijo de Nun siempre se hallaba junto a Moisés (Ex. 33:11). Aarón y María un día murmuraron contra él cuando se casó con una mujer que a ellos no les gustaba, pero con todo eso, a Moisés le quedó tanta dignidad como para años después transferir un poco de ella. Y no perdió definitivamente aquella parte porque mucho recuperó, andando los años.

28: 2

“Manda a los hijos de Israel, y diles: Mi ofrenda, mi pan con mis ofrendas encendidas en olor grato a mí, guardaréis, ofreciéndomelo a su tiempo”. En su horario, no en cualquier momento, en los días, meses y años señalados.

28: 3

“Sin tacha” (Ex. 29:38); no sólo lo mejor, sino que se parezca a Cristo. Señor, haz de mi vida un holocausto continuo.

28: 4

“Un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde”.  Empieza y acaba el día con el Señor, orando en la aurora y dando gracias en el crepúsculo. Sé tú mismo un holocausto continuo (Ro. 12:1; Flp. 2:17).

28: 5

“Y la décima parte de un efa de flor de harina, amasada con un cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas, en ofrenda”. Señor, ¡si mis ofrendas fuesen amasadas con el Espíritu Santo como la harina con este aceite!

28: 6

“Como olor grato” “Aroma agradable al Señor”. El concepto de olor y belleza es diferente entre Dios y los hombres. Dios percibe como olor grato el de una carne quemada en holocausto. Es grato cuando un cristiano muere apedreado o por su fidelidad es quemado en la hoguera. Es que en la sabiduría del mundo no agradó a Dios salvar a los pecadores. Yo quiero Señor, hasta el uultimo día de mi almanaque, ser una ofrrenda del todo quemada, de una punta a otra, oreja y pezuna hendida, y si fuere mi ministerio y vida del tamaño de una tortola, también, sin que me arranques mi cabeza (). 

28: 7

“Derramarás una libación de bebida fermentada al Señor” ¡Vino! ¿Por qué no lo dices? La traducción literal es intoxicante, en inglés o embriagante, una bebida fuerte, vino fuerte con un gran contenido de alcohol. Si el vino se usaba para adorar a Dios, ¿quién inventó la prohibición de beberlo, ni siquiera con moderación? No es el momento para discutir el punto. Otras traducciones dicen “bebida fermentada” o “vino fuerte”. De todos modos, el que no bebe no lo bebe para el Señor y da gracias (Ro. 14:6, 21; 1 Co. 10:31)

Lo que no puede lograr el jabón, y la legía de mala calidad

28:11-15

“También, al principio de cada mes, presentaréis un holocausto al Señor: dos novillos y un carnero, y siete corderos de un año, sin defecto…este es el holocausto de cada mes por los meses del año”. Empezamos el año 2010. Toma la doctrina de la elección particular y visitemos el tabernáculo de Moisés. Los creyentes bajo la ley de Moisés tenían la opción de elegir su consagración. Para ello tenían las ofrendas y sacrificios diarios (28:1), semanales para cada sábado (28:9), mensuales (28:11) como una semana especial, para los panes sin levadura (28:16), y la fiesta de las semanas (28:16), la de los primeros frutos en Pentecostés. Los ciudadanos del reino de los cielos podían escoger el tiempo de su consagración según las posibilidades de cada cual; quien pudiera diariamente apartar un tiempo para sus devociones lo hacía y tenía para eso, la mañana y la tarde, a la hora del sol naciente antes de entrar en la rutina de su faena, y del sol poniente para darle gracias a Dios por el día vivido y aprovechado. Abría y cerraba su día secular con la llave de su fe porque quien empieza el día con Dios lo termina con él. El que no tenía gracia para acercarse a la casa de Dios todos los días, o vivía lejos o no tenía dinero, o cualquiera otro estorbo, podía planearlo semanalmente, o cada mes

Qué bueno es que al menos, además del domingo, cada principio de mes en casita nos consagremos al Señor, hagamos un esfuerzo espiritual por poner todo en orden (además del pago de deudas, porque la Biblia dice que “el impío toma prestado y no paga”), escudriñar la palabra de Dios y dejar de volar sobre ella, como dijo Spurgeon, “con las botas del Gigante Siete Leguas”; sacar el metro de “la medida del don de Cristo” y medir  la longitud del progreso o retroceso espiritual propio, de la familia o la iglesia, limpiar de cenizas mundanas nuestro altar y pedirle a los hijos que cuando entren a casa se sacudan los pies si traen el barro de carnales costumbres pegadas a ellos, atizar las brasas para que el fuego no se apague y se avive la llama mortecina, espabilar un poco el alma, quitar a un lado la fe muerta por falta de obras, quemar en los labios con fogosos carbones del altar mosaico toda palabra mentirosa y lavarse en el lavacro de la regeneración otras inmundicias de lengua sucia, como sólo puede restregarla con especial gracia un particular escogido de Dios,  y que no pueden lograrlo tan bien el jabón y la legía de mala calidad arminiana.

29;1-40

Oh judíos ¿no piensan que todo esto desapareció para siempre? Eran sombras de mejores cosas que habrían de venir (He. 8: 13; 9:23; 2 Co. 3: 13). Gracias a Dios por Jesucristo. ¿Qué les falta a los judíos? Les falta Cristo. Ya no tienen aquello y tampoco a Jesús. ¡Cuánta sangre con esa cantidad enorme de novillos sacrificados! La sangre de Jesús fue menos, pero vale más, una sola gota es suficiente para reconciliarlo con Dios a usted y a mí, para limpiarnos de obras muertas la conciencia (He. 9: 14). 

29: 5

“…para reconciliaros”. En el Antiguo Testamento esa palabra es bonita, pero en el Nuevo mucho más porque no se halla entre las sombras mosaicas sino dentro de la sombra de la cruz de Cristo. Lee estos pasajes en oración para que disfrutes su aplicación en tu salvación (Ro. 5:10; 2 Co. 5:18-20).

29: 7

“Tendréis santa convocación y os humillaréis”. El reposo era para afligir el alma no para ocio o recreación; para arrepentimiento y confesión de los pecados, para adquirir reconciliación. Contrario a lo que hoy llaman autoestima. Las reuniones cristianas, aunque con mucho más gozo por motivo de Cristo que ha sido hecho para nosotros “justificación, redención” no deben consistir solamente en compañerismo y alegría. El gozo espiritual es el que emana del alma que se reconcilia con Dios, el que sale de la comunión con el Padre celestial y se vierte sobre los hermanos que nos rodean. Si el gozo consiste sólo por estar con los hermanos es un gozo humano. El gozo espiritual está relacionado con la oración, con las promesas del Señor y con la alabanza. Oh Señor, que sepamos afligirnos por nuestras imperfecciones cuando sea necesario y que el reposo sea un tiempo precioso para acercarnos a ti. 

29: 13-16

“Tres décimas de un efa por cada uno de los trece novillos, dos décimas por cada uno de los dos carneros”.  ¿Notas que estas ofrendas debían prepararse con medidas, no a rumbo ni a cálculo? Había determinado un peso exacto y una medida determinada; no se dejaba a la improvisación ni al criterio individual de algún sacerdote. Así era porque según Dios esa era la medida perfecta, aunque hubiese personas que no les gustaran la cantidad o el peso. Dios es quien dice lo que es perfecto y lo que no lo es. Pero además la intención consistía en que quedasen con buen gusto para que ellos aprendieran a ofrecer al Señor lo mejor de sus vidas, a entregar a él sus mejores placeres y aquello que más les gustara. Señor, que cuando disfrutemos algo te lo agradezcamos a ti y en espíritu te lo ofrezcamos; si agua, agua, si vino, vino, si vianda, vianda, si trabajo, trabajo, cualquiera que sea aquello que nos produzca algún deleite, natural o espiritual, que junto con el deleite al disfrutarlo elevemos nuestro corazón con gratitud a ti que nos concedes aquello y nos das la capacidad para gozarlo. “Dad gracias en todo” (Col. 3:17) Amén. 

30: 2

“Ligando su alma” “Impone voto con obligación”. La palabra significa amarrarse, obligarse, yugo. No procures como los impíos echar de ti sus coyundas o amarras (Sal. 2: 3). De las coyundas del pecado sí (Isa. 5: 18). Señor ¿y nuestros propósitos y planes, muy bien hechos, razonados y luego no los cumplimos? Dame tu gracia, por favor. Ay, Señor ¿por qué cambiamos tanto? (Ecl. 5: 4-6).

Num. 30: 4

“Si su padre escucha su voto y la obligación que se ha impuesto y no dice nada”. Es que está de acuerdo. Lo mismo pasa con el marido.

30: 5                                     

“Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó”. La voluntad de los hijos sujeta a la de los padres. Esto no es una actual decisión por Cristo; si una hija quiere ser discípula de Cristo nadie se lo podrá vedar. Los hijos deben estar sujetos a los padres en todo lo que no sea desobedecer al Señor.

30: 13

“Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará”. El Señor no pide que alguien cumpla sus mandamientos a expensas de los deberes y organización familiar.

31: 2

“Toma venganza completa, después serás reunido a tu pueblo”. Haz este trabajo, ten este éxito y luego muérete. No se puso a llorar como Ezequías ni se desanimó en su trabajo (v. 3); para que hiciera lo máximo con lo mejor y último de su vida, o sea, “entrégate todo”. Eso estoy haciendo, Señor.

31: 6

“Y envió a Fines a la guerra con los vasos sagrados y las trompetas para la alarma”. Hicieron esto para tener una señal de la presencia de Dios ante los ojos de ellos; pero no era un amuleto que les garantizaría el éxito. El triunfo se hallaba en la fe y en la obediencia a la palabra de Dios porque un hecho similar lo demuestra (1 Sa. 4: 1-10). Una vida santa es la mejor garantía de la presencia de Dios en cualquier empresa y su éxito.

31: 8,16

“También mataron a espada a Balaam, hijo de Beor”. ¡Al fin te agarraron!, te llegó tu hora; por los pecados que cometiste te llegó el tiempo de pagar por ellos; ¿no te habló Dios de nuevo? ¿No te gloriabas de ser un varón caído, pero con los ojos abiertos? Anduviste en el camino del lucro y hallaste que no era una senda segura, la espada de Jehová te alcanzó allí. Dios sabe dónde están escondidos sus enemigos y los descubre, y no se precipita en capturarlos hasta que les llegue la hora (Jud.1:11).

 

Debemos preservar nuestra civilización cristiana

31:13-20

“Matad a todo varón entre los niños y a toda mujer que haya conocido varón”. ¿Cómo es eso Señor, que ordenes una masacre infantil y a sus madres? ¿De qué otra cosa, van a purificarse si no es de esto que tú mismo ordenaste que hicieran? Esto es “ojo por ojo y diente por diente” aplicado a los enemigos en la guerra. Los moabitas hacían lo mismo, los hubieran eliminado a ellos del mismo modo; y por consejo impío de Balaam el pueblo había sufrido una baja de 24,000 personas (25: 9). Lo que hoy diríamos, masacre por masacre, crimen por crimen. Sin embargo, hoy en día el Dios de Israel, sin Jesucristo, existiría sólo dentro de un marco histórico caduco, no sería el Dios de esta civilización. Ni siquiera el AT sería leído. No existe una evolución de Dios sino una nueva revelación cuando el mundo era muy diferente a lo que es hoy; en Jesucristo, como quien dice, Dios se actualiza; la civilización cristiana es una idea de Dios que debemos preservar, mejorar y conservar, en espíritu y valores. Los púlpitos y las iglesias tienen la encomienda, predicando el purísimo evangelio con fuego del cielo, diferente al de la tierra.

31: 21-24

“El oro, la plata, el estaño, el plomo, todo lo que resiste el fuego y será limpio”. Los trofeos traídos de la guerra contra el pecado tenían que ser purificados antes de su uso. Aun en nuestros éxitos hay pecados y algunas veces se obtiene con mucho pecado; antes de disfrutarlos hay que pedirles al Espíritu Santo que los purifique; junto con las acciones de gracias y los festejos, también el arrepentimiento. Consagra al Señor tus triunfos. Después de cada batalla, purifícate.

31: 48-54

“Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante de Jehová”. Esto fue por gratitud porque ninguno había muerto y estaban muy agradecidos a Dios por la excepcional misericordia que habían tenido. Cuando tengamos constancia del real peligro que Dios nos ha librado, hagamos algo especial por él. Amén.

32: 1

“Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado”. Entonces ¿por qué se quejan por falta de comida? Quizás prosperaron después, o tal vez no se quejaron, o por falta de fe no querían consumirlo.

 

No se unan a la iglesia si ese es vuestro gusto

32: 4-19; 30,31

"No nos hagas pasar el Jordán". Le dijeron a Moisés que no querían entrar, significa (1) aquellos que no quieren entrar y eligen lo que es bueno y está cerca de la promesa, pero que no es parte de ella, las bendiciones que la promesa tiene a su lado; (2) son muy útiles y ayudan a los que heredan la promesa, pero no la desean para ellos (para otros sí) y al fin se salen y viven siempre afuera. "No nos hagas pasar el Jordán" "no nos obligues a convertirnos, cuenta con nosotros, que apoyaremos en todo porque deseamos tu éxito como si fuera el nuestro, martillaremos las tablas del arca y la pintaremos, y la dejaremos bonita pero no subiremos a ella, prestaremos nuestra tumba para Jesús pero no moriremos con él, nuestra herencia está del lado de acá y no negamos la del lado de allá para los que buscan la promesa". ¡Cuántos familiares nuestros solícitos y bien dispuestos nos ayudan en la obra de Dios, pero no quieren vivir dentro de la promesa; entran y salen, ¡y se quedan afuera!  (3) pero también representan aquellos que siguen siendo parte del pueblo de Dios, pero deciden no formar parte íntegra del mismo, tienen el mimo Dios, ayudan, pero prefieren por conveniencia y por gusto no habitar con los hermanos y “estar juntos y en armonía” y no ser “añadidos a la iglesia” local. Oramos por ellos. El Señor les dijo “está bien, cooperen y vivan afuera si así es vuestro gusto”.

 

Si tienes dones dados por Dios, son prestados, úsalos 

Num. 32:23

“Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará”. 

Donde estés, la justicia de Dios te alcanzará; si te cambias el nombre, si vas a otro país, si vives con otra identidad, allí la saeta divina te herirá (1 Re. 22: 34); si quieres confundirte entre el gentío para que no te conozcan y vivas confortablemente entre los tuyos, como a Balaam, la espada del Señor te traspasará un día por lo que aconsejaste contra su pueblo (3:8); pagarás en un lugar lo que hiciste en el otro, en el futuro lo que fue en el pasado y si mueres impune de muerte natural, en la resurrección, tendrás que responder por los pecados y en ese terrible entonces te alcanzarán ( Dan. 12:2). Para que tu pecado no te alcance tienes que lavarlo en la sangre de Cristo, quitarlo de tu conciencia por el Espíritu de Dios, esconderte con Cristo en Dios (Col. 3:3). Así es como tu pecado no te podrá alcanzar. A la cruz no, allí no te podrá alcanzar tu pecado porque Cristo fue hecho pecado por ti, y “condenó al pecado en la carne”, y clavó el acta de los decretos que nos era contraria. Oh Dios, dame confianza en tu perdón, que no viva yo temiendo que los pecados de mi juventud, los que cometí cuando andaba en tinieblas y los que he cometido en la luz, en las cosas santas, me den alcance. Que el diablo y mi conciencia no me recuerden mis faltas y huya de mi corazón tu paz. Amén. No ayudar la obra de Dios pudiendo hacerlo es pecado, hay culpa. ¿No has leído en un sermón de Jesús sobre la parábola de los talentos, o de las minas, como llama “siervo malo y negligente” al que, con sus dones listos, preciosos, no hizo nada? (Mt. 25: 26). Si tienes dones dados por Dios, son prestados, úsalos 

 

Num. 32:40-42

“Asimismo Noba fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre”. Ninrod edificó Nínive y Babel y ninguna llevó su nombre. Jerusalén fue llamada “la ciudad de David”. Jabes fue un hombre de oración y Dios quiso que una de las ciudades de los levitas tomara el nombre del suyo. Dios quiso honrar estos hombres y les permitió ese honor, bien ganado y merecido; no veo en ello egolatría sino mucha satisfacción y gozo; diciendo “así se llama no para perpetuar mi nombre sino porque esto es mío, me lo gané, y sépanlo todos e inspírense conmigo porque lo que hice lo pueden hacer”. ¿Quién ha dicho que Dios no quiere honrarnos? Al hombre que Dios quiere honrar lo honra. Amén.

Num. 33:2

“Moisés anotó los puntos de partida según sus jornadas”. Moisés no era predicador, pero era un gran pastor y buen escritor. Iba escribiendo el camino de Dios. Escribe el camino de Dios en tu vida. Estas notas bíblicas son el camino de Dios en la mía.

Num. 33: 3

“Salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios”. Señor, manifiéstate con mano poderosa en la liberación de tu pueblo. Qué bonito es pensar en eso, que la mano de Dios es poderosa en nuestra salvación, y que esa mano se dejó atar y clavar para libertarnos con poder (Jn. 18:12,24; 20: 27); y delante de todos se escribió en hebreo, griego y latín, este glorioso título “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”. En ellas están escritos nuestros nombres.

Num.33: 4

“El Señor había ejecutado juicio contra sus dioses”. Los destruía a ellos y a su religión. Fue una oportunidad de salvación para los egipcios. El juicio es esa oportunidad. Le propuso un cambio de cultura, no de “preciosas culturas”, sino abominables idolatrías. Las plagas fueron conflictos teológicos, con dos teólogos verdaderos, por un lado, Moisés y Aarón y dos falsos, Janes y Jambres, que los resistían. Básicamente nuestra lucha contra cualquier sociedad es teológica, proponemos con el evangelio la destrucción de sus ídolos. Es triste esa frase “mientras los egipcios sepultaban a sus primogénitos muertos”. Es “horrenda cosa caer en las manos del Dios vivo”.

Num. 33: 6

“Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto”. ¿Te ha llevado Dios al confín del desierto y la soledad? Dios está contigo en el confín del desierto, aunque te sientas “paloma silenciosa en paraje muy distante” (Sal. 56, título), que no tiene con quién conversar, a quién contarle tus derrotas y triunfos, porque no les interesa tu historia. Oh Señor, que tú te halles junto a tu siervo cuando todos lo desamparen (2 Ti. 4:16).

33: 9

“Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí”. Es increíble que en aquellos desérticos parajes pudieran hallar esta clase de oasis; para que tomaran un respiro y se refrescaran, y dieran gracias al Señor. Señor, gracias por los pequeños reposos que nos permiten continuar.

33: 14 

“Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber”. ¿Por qué no llevaron aguas de Elim? Quizás lo hicieron, pero se les acabó. ¿No era la voluntad de Dios que pasara aquello? Sí. Las bendiciones terrenales de ayer pudieras no tenerlas hoy.

Num.33: 5-37

“Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom”. Para que el pueblo conociera su historia y nadie se la pudiera negar. Contra esto se desbaratan todas las ignorancias y calumnias de que Israel no estuvo jamás en Egipto y no pasó por el desierto.

33: 39

“Era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor”. Señor diste una vida larga este hombre, útil ¡cuántas experiencias se llevó al cielo! Esta gente no sabía que existía el cielo, pero sabía que existía Dios. El concepto de un paraíso fue poco a poco desarrollándose posteriormente; pero es secundario; Dios los enseñó a morir e ir a él y no a un lugar, y por eso se dio a conocer a sí mismo. Oh Dios ahora cuando morimos sabemos que vamos a ti, tú eres nuestro cielo (Jn. 14: 3; 17: 24). Amén.

Num. 33:53,54.

“Y heredaréis la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte, allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis”. Contentos con la Suerte. Hoy es día de acción de gracias a Dios. Seguramente tenemos más cosas que agradecer a Dios de las que pensamos. Uno recuerda más las cosas malas que las buenas, pero siempre son más las buenas que las malas. Alguien dice “he tenido suerte” “si la suerte me acompaña”. Aquí veremos por qué Dios le dice al pueblo que se reparta la tierra conquistada echando suertes y qué dice la Biblia sobre la suerte.

Dios les da la tierra, ya les dice que es de su propiedad, pero la distribución de cada tribu se hizo echando suertes, toda la tierra alcanzaba para todos. Dios no dijo: Rubén ven acá, Zabulón ponte allí, Neftalí ve para allá, por fuera Dios no intervino. No usó su dedo. No le habló a Josué. Le dijo que echaran suertes porque Dios conoce lo inconformes y mal agradecidos que somos que siempre pensamos que merecemos más de lo que nos da, con el propósito de que nos conformemos y estemos contentos cualquiera que sea nuestra situación. Por eso Dios esconde su sabiduría y providencia detrás de lo que llamamos suerte o casualidad. Las circunstancias nos llevan a un lado o al otro y usted no puede ver directamente a Dios, está dirigiéndolo todo, pero no le permite verlo hasta que estés contento con lo que te da y donde te lo da. Por ejemplo, dónde vamos a vivir y la iglesia a donde nos lleva. No nos gusta el país, la ciudad, le hallamos defecto a la gente, a los vecinos, al clima, a los huracanes, los tornados o las nevadas. La casa no nos gusta sino la de algún vecino. Un poquito de envidia. Y con la iglesia nos pasa lo mismo. No nos gusta mucho, hallamos defectos a los hermanos, las cosas no se hacen como uno quiere. Y no disfrutamos lo que Dios nos ha dado. La mujer, los hijos, la ropa, la comida, el sol, la luna, las estrellas. Detrás de la suerte y las circunstancias se halla Dios, el hombre echa la suerte, pero la decisión de ella es de Dios (Pro. 16:33). 

Num.33:55,56

“Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán”. Una medida política conveniente que no siempre llevaron a cabo; que les sirvieran en tributo fue una medida intermedia entre la obediencia y la desobediencia (Jos. 16:10); se beneficiaron de sus trabajos, pero vivían con el peligro que en cualquier momento podrían revelarse o desobedecer a Dios haciendo matrimonios con ellos y corrompiéndose religiosamente. Fíjate en v.56, si uno se vuelve desobediente Dios lo enjuicia como si fuera un incrédulo.

34:1-12

“Límite, límite”; muchas veces se repite esa palabra, Israel tiene que tener fronteras bien definidas, Dios hizo un Israel territorialmente pequeño. Un Israel pequeño era suficiente para el propósito del Señor; no trazó para ellos las ilimitadas líneas de un imperio. Fuera de David y Salomón que tuvieron un reinado amplio, Israel nunca ocupó la lista de los grandes imperios mundiales. Solamente en promesas religiosas ese fue el sueño de los judíos. Soñaba con eso bajo Dios y se ha cumplido en Cristo, con el imperio de Cristo, “y su generación, ¿quién la contará?” (Isa 53: 8). Su "conquista" para ocupar un lugar en la geografía, en la historia, para construir una revelación histórica. No es el propósito de Dios crearnos una gran fama, darnos un gran nombre, sino convertirnos en sermones para el mundo. La importancia de nuestras vidas es lo que está diciendo Dios a través de ellas, con nuestras “limitaciones”.

35: 6,11

“Las ciudades serán para refugio para que huya a ellas el homicida”. Prácticamente cualquier homicida involuntario podía refugiarse en ellas desde cualquier parte en que se hallara, (como Cristo puede ser hallado en cualquier parte) aunque no he leído ningún caso de alguien que las haya usado. Estas ciudades son un tipo inferior de Cristo que los recibe “respirando aún amenaza y muerte contra los discípulos del Señor” (Hch.9:1). A él acuden no los que son inocentes sino los culpables, los que han pecado voluntariamente, los que hacemos el mal que queremos, los que hemos sido culpables ante el concilio por llamar necio al hermano, los que somos condenados al infierno por decirle fatuo (Mt.5:22). El homicida que iba a aquellas ciudades había hecho su daño sin intención (v.11). Sin embargo, aunque profanamos el sábado somos sin culpa y se nos tiene como inocentes porque uno mayor que el templo, Jesús, está con nosotros. Cristo es más amplio, él recibe a los que han pecado con intención de hacerlo, y no deja atrás a los que han “caído” en pecado, o han pecado por error.  El culpable que es hallado en Cristo, es salvo, no por su propia justicia; no puede ser sacado de él por el vengador de la sangre y allí permanece escondido en Dios sin temer que lo alcance alguna condenación (Ro. 8:1).

35:15

“Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otro sin intención”. Cristo es para los que han pecado con o sin intención.

35: 22-28

“Y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo”. Debía permanecer exilado hasta la muerte del sumo sacerdote; no dice que dos, cinco o diez años, sino que la providencia establecía el tiempo de su confinamiento, quedaba en las manos de Dios que sabría cuando sería conveniente. ¿Cómo Dios arreglaría una cosa con la otra? Todos los que se hallaren refugiados a la muerte del sumo sacerdote quedarían en libertad, como si fuera un jubileo, el cual era el sustituto.  Así el Señor Jesucristo es ese sumo sacerdote que muere y liberta a todos los que son homicidas y pecadores. Aquellas ciudades existían para un mensaje espiritual futuro.

Num. 35: 33,34

“No contaminaréis la tierra en la cual habitáis en la cual yo moro”. Si queremos que Dios habite en un país no debe existir la injusticia social, hay que aplicar leyes severas que apresen, juzguen y ejecuten a los criminales. No esperen la presencia divina en una tierra llena de crímenes no investigados y castigados, donde la vida humana no vale casi nada, y los delincuentes gozan de completa impunidad. Hay países que la corrupción del gobierno es tal que hace casi imposible investigar y juzgar a los criminales, porque a nadie le importa eso o las mismas autoridades son indiferentes o se hallan involucradas en esas horrorosas acciones. Un buen sistema de gobierno es indispensable para tener a Dios en un país. La iglesia también puede trabajar por eso; no se trata de politizar la iglesia sino santificar la sociedad con la influencia del evangelio. Y si Dios no se ha ido de un país, es por su iglesia.

Num. 36:6,7

“Cásense con quien bien les parezca, pero…”. Eso parece querer decir que uno tiene completa libertad para elegir su pareja, pero no quiere decir sin tener en cuenta a Dios, sin orar y donde quiera. El NT dice claro “no os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. En Isaac vemos que la providencia lo dirigió todo para que su siervo le trajera a Rebeca, pero en Jacob uno sólo halla el gusto de él, sin embargo, tienen en común que sería dentro de la familia escogida por Dios. Esaú tomó una mujer extranjera y amargó el alma de sus padres. Cásate con quien te plazca, que te guste, pero si consultas a Dios es mejor porque él conoce los corazones, si eres mujer, con un hombre dentro de la iglesia cristiana para que tu riqueza no se vaya al mundo y tú te empobrezcas. Así, con esta regulación matrimonial por razones territoriales termina Moisés su libro; y ¡qué importante es un matrimonio sabiamente hecho! Amén. 

 

 

 

                              Deuteronomio  

 

"Este libro es algunas veces llamado "Elleh hadebarim", conforme a las palabras con las cuales comienza; y algunas veces también los judíos le llaman "Mishneh Torah", la repetición de la ley; y de igual modo la versión siria, la cual concuerda con la arábiga en relación al título; y después de estos los griegos y nosotros detrás de ellos le llamamos Deuteronomio, lo cual no quiere decir una nueva ley o una segunda ley u otra ley sino la misma ley, pero ahora de nuevo repetida y largamente explicada a la cual se le añaden algunas leyes particulares e instrucciones, también direcciones que fueron necesarias particularmente para el pueblo de Israel, en ese momento con una nueva generación que no había oído la primera ley dada en el monte Sinaí. Los hombres que la habían escuchado todos habían muerto exceptuando algunos pocos y ese pueblo iba a entrar a la tierra de Canaán, la cual sin duda disfrutarán mientras guarden esta ley, y que haría necesario que se la repitieran para que la guardaran; y Moisés que ya está próximo a partir con el Señor dedica tiempo para repetirla con algunas adiciones, y llamarlos a la obediencia por el bien y felicidad de la nación, lo cual dependía enteramente del respeto que le mostraran. Algunas veces los judíos han llamado a este libro "el libro de los reproches", porque se encuentran varios reproches por parte de Dios para su pueblo debido a su desobediencia. En cuanto a que este libro fuera escrito por Moisés no hay duda (1:1), solamente los últimos ocho versículos que narran su muerte fueron escritos por otra mano, pero igualmente inspirada por Dios ya fuera la de Eleazar el sacerdote o quizás Samuel el profeta, o tal vez otros, o como es comúnmente pensado dentro de los judíos, Esdras. Algunos también piensan que pudo haber sido escrito por Josué su sucesor. Este libro fue escrito y entregado por Moisés en los últimos meses de su vida cuando ya habían pasado los 40 años de haber salido de Egipto. En cuanto a su divina autoridad queda establecida por cuanto los mismos apóstoles de Cristo lo citan (Hch. 3:22; He.10:30; Dt.18:15; por nuestro Señor mismo Mt. 18:16, Dt. 19:15). Es singularmente observado que todos los pasajes usados por Jesús para reprender al diablo fueron tomados de este libro (Mt. 4; Dt. 8:3. Y la voz que se oyó desde el cielo dirigida a los apóstoles se refiere a 18:15)" (John Gill).

 

Hay otros comentaristas que con encono afirman que no tiene a Moisés como su autor sino a un piadoso judío, posterior. Afirman que fue escrito por Josías o en su tiempo de reformas, o ligeramente anterior por Ezequías. Y ya que Jesús y los apóstoles lo usaron como Palabra de Dios, sin poner en duda la autoría mosaica, y a mi fe no le hace mella lo que estos eruditos piensen; por ende, tomo la decisión de no hacerles gran caso, me retiro, dejándolos con los interesados en leerlos u oírlos, que tengan otro objetivo diferente al mío, y que les presten su atención.

Dt. 1:1

“Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab”. Lo que hoy se conoce como Transjordania.

 

Impaciencia del corazón

Dt. 1:6,7

“Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas”. Deuteronomio parece un suplemento de Éxodo que Moisés consideró necesario escribir, ya en la tranquilidad del final de su ministerio. Este varón de Dios amaba la escritura y dedicó mucho de su tiempo a sus cinco libros. Ese fue su mayor legado a su nación. Cualquier diferencia en tono y estilo es comprensible que ocurra cuarenta años transcurridos. Había estado cosa de un año en el lugar. Le dijo, “ya” pueden irse, es suficiente el tiempo que han estado aquí, no les hace falta estar más, les esperan cosas más interesantes, una aventura reveladora, vayan a otro lado; y de pronto se marcharon.  Entonces viene mi aplicación, ¿no quieres estar donde estás?  Quizás ha pasado sólo un año. Tal vez es que aún es poco el tiempo que has estado allí, aunque te parezca una eternidad, o quizás te falta poco tiempo para irte. Cuando Dios piense que has estado suficiente tiempo en ese lugar, te pondrá en marcha, y dirá “ya”, y se calmará la impaciencia de tu (de mí, oct.7, 2019) corazón.  

Dt. 1:9

“En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros”. No es extraño que hable tanto del amor a Dios cuando lo siente por su pueblo. Y estas palabras están llenas de recuerdos y de amor por Israel, a quien pronto ha de dejar. Tal vez cuando evoca sus recuerdos se detiene su pluma y dice “en aquel tiempo”. Deuteronomio es su énfasis didáctico, su supremo esfuerzo interpretativo, sermonario, para su amada nación. Recuerda las cargas y cómo Dios lo sostuvo, y en aquel tiempo pidió ayudantes porque no se sentía con fuerzas para cargar sobre su responsabilidad la consejería nacional, política, jurídica y familiar. No eres tú sólo, Moisés, eres tú y Dios.

Dt. 1:11

“Que el Dios de vuestros padres os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga”. Moisés quería que su pueblo siguiera creciendo, sus hermanas de sangre dando a luz hijos fuertes y llenos de bendición, que superaran la infancia y entraran a la juventud sin ningún problema. Que se multiplique no una vez ni diez, ni cien, sino mil, es decir muchísimas veces. Estas palabras suenan como dichas por alguien que tiene su muerte cerca o que se va definitivamente para otro lugar. Y cuando deja caer esas palabras “y os bendiga”, vierte todo el cariño de un padre o un líder que ama a su pueblo. Eso encierra algo más que una multiplicación sino prosperidad. Es algo más amplio y completo que un crecimiento numérico. Es sano pedir a Dios la multiplicación mil veces de su iglesia y con esa fuerza numérica le llegue la prosperidad. No un pueblo grande y pobre sino bendecido, rico. Muy bien, Dios haga mil veces más grande su iglesia, mil veces más santa y fiel. Todo buen pastor sabe que es Jehová quien hace crecer la iglesia y ora por ella.

Dt. 1:12

“¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?”. Ese es nuestro trabajo pastoral, ser molestado, compartir los sufrimientos de los otros y reconciliar los unos con los otros. Lo que necesitas es ayuda, no renunciar. Anteriormente pidió el crecimiento numérico de Israel, sabiendo de antemano que cuando el número es mayor los problemas también serán más numerosos, los pleitos y molestias. Aun así, pide ese crecimiento porque no le espanta enfrentar nuevos retos si provienen de un pueblo que no vive estancado, sino que se expande y prospera. Es cobardía conformarse con un trabajo mediocre para no enfrentar los desafíos y retos que conlleva el crecido número.

Dt. 1:19

“Terrible desierto”; también se puede traducir “un lugar que hace temblar, que da miedo”. Moisés mismo sabía que no estaban paseando y que la senda era dura, terrible, pero la elegida por Dios, por supuesto por causa de ellos. Al pasado era imposible volver y la senda hacia el futuro, el desierto, desconocido y terrible, imponente y que da miedo. A veces nos da miedo el futuro y lo planeamos tanto como si fuera de 40 años el recorrido, y tal vez es de muchísimo menos tiempo. Por eso vivamos con fe un día a la vez.

1:23

“Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros”. Le pareció bien porque era un dicho de Dios; todo lo que Dios nos dice debe parecernos bien. Moisés habla aquí como si estuviera sacando Deuteronomio de su diario, más que de la memoria.

1:25-28

“Porque Jehová nos aborrece nos ha hecho subir para entregarnos en manos de los amorreos”. ¿Qué invento es ese? ¿Qué fantástica imaginación? ¿No cuentan las bendiciones recibidas, sus muestras de misericordia? Si lo que Dios nos da es bueno, paga el precio y no murmures, él no te pondrá obstáculos tan grandes que hagan fallar la promesa. Controla tus escépticas y negativas imaginaciones; pon fe dentro de ellas.

1:31,32

“Has visto como Jehová tu Dios te llevó como un hombre lleva a su hijo por todo el camino. Con todo no creíste”. No han dado un solo paso en falso, ni una pisada equivocada, ningún extravío, las vueltas que dieron las dieron con él y por incredulidad vuestra. Como ellos, si analizo de cerca mi corazón lo hallo persistentemente incrédulo. Nací de Adán y Eva.

1:33

“quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día”. O una traducción distinta y correcta, “para buscarnos lugar donde acampar”. Palabras que parecen tanto un recuerdo como un reproche. Moisés parece tener en sus manos una copia de Éxodo, sacando lecciones de su diario e historia. Si sabemos que Dios va delante, no hay que preocuparse por lo que se ha de encontrar. ¡Qué bonito está eso! El Señor es quien nos busca el lugar donde hemos de reposar. Tenemos un guía experto y seguro. Algún día entraremos a nuestro eterno sábado.

1:36

“Él la verá”; eso se refiere a Caleb, al fiel, al que creyó. Oh que Dios hable así de mí y que diga “él me verá, verá mi rostro, verá mi gloria, verá el paraíso y oirá palabras inefables”. Que ese él se refiera a mí o usted.

1:37

“El Señor se enojó contra mí por causa vuestra”. “No los quiero culpar, pero es cierto, me hicieron pecar. Lo lamento, pero ya no tiene remedio. Tuvimos la misma suerte y yo hubiera querido ser una excepción”. ¿Qué provecho tendría decirles eso extemporáneamente sino quejarse? A veces no participamos de pecados ajenos, pero ellos nos perjudican porque los cometen muy cerca, o contestamos a ellos con otro pecado, similar, más pequeño, pero pecado. No necesitamos cometer una barbaridad para que Dios nos recorte algún privilegio.

1:40

“Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo”. El camino se nos hace más largo cuando no creemos y cuando no enfrentamos las dificultades que se interponen a la promesa. La obtención de la promesa puede no estar a la misma distancia y dar nosotros muchos inútiles y mortales rodeos para alcanzarla.

1:41-43

“Jehová dijo: No subíais pues yo no estoy entre vosotros, seréis derrotados por vuestros enemigos”. Cuando pasa el tiempo para hacer algo, no debe hacerse, si una oportunidad se pierde no puede salirse en su búsqueda. Lo que perdamos por nuestra culpa no se recobra con arrepentimientos y con lágrimas; habrá nuevas oportunidades, pero esa se perdió. La vida tomará otro rumbo.

2:1-3

“Y por muchos días dimos vueltas al monte Seir…bastante vueltas habéis dado”. Sin adelantar nada, días que parecían perdidos, inútiles, como si la vida no tuviera propósito. Así es la vida cuando atravesamos el desierto, el espantoso desierto de Seir. Dios sabe que nos estamos gastando inútilmente y cuando ya quiere nos dice, es bastante.

2:4,5,9

“Nada de su tierra os daré, ni siquiera la huella de un pie”. Ni una pulgada. No quieras tener triunfo donde Dios no te los da. Sale y sacude tus sandalias y llévate lo que trajiste (Mt.10:14).

2:6,7

“Les compraréis con dinero los alimentos para comer”. Lo que te prohíbo que adquieras con la espada te autorizo que lo tengas con dinero. Lo único que no se adquiere con dinero es el Espíritu Santo (Hch.8: 20); por lo demás, dijo Salomón, “el dinero sirve para todo” (Ecl.10:19).

2:11

“…emitas” significa terrible.

2:12

“Los horeos habitaban antes en Seir”. Esto parece una nota del copista, o del editor del libro de Moisés. De todos modos, de Moisés o no, es buena la aclaración, y lo que sigue.

2:20

“Zonzomeos”; término para los predecesores, significa también “artesanos” “hombres malos”. ¿Dónde están ahora esos gigantes? No queda ninguno, ni tampoco los grandes imperios impíos.

2:23

“Caftoreos” de la ciudad de Caftor. Dicen que de ahí vienen los capadocios, y que estos caftoreos habitaban entre o eran filisteos (Jos.13:3).

 

Dormimos en esperanza, como si no tuviéramos problemas

2:30

“No quiso dejarnos pasar porque Jehová endureció su espíritu e hizo obstinado su corazón a fin de entregarlo en tus manos”. Esa es la teología del AT, esa es la revelación del AT; Dios endurece el corazón de faraón para destruirlo y lo mismo a estos de Hesbón. Sin tener que defender a Dios, sin acusarlo, ese pensamiento es un gran refugio y de tranquilidad para el espíritu cuando uno tiene enemigos que se obstinan, no entran en razones, persisten en querernos hacer daño, y no vale que se busque concordia con ellos, no quieren hacer la paz sino hacernos mal; entonces viene la tranquilidad si en vez de lamentarlo y perder el sueño con preocupaciones pensamos que es así porque Dios lo está queriendo y por alguna razón le quiere cobrar sus faltas todas juntas. Y dormimos en esperanza, como si no tuviéramos problemas. Jehová peleará por nosotros y estaremos tranquilos (Ex. 14:14).  Si lees el v.31 verás que saldremos ganando y aumentará nuestro territorio.  Y el v.33 es el trago amargo y el susto que hay que pasar al enfrentarlos. En el v.36 dice que “no hubo ciudad inaccesible para nosotros”; sin excepción, todas. Quiere decir que ninguna era demasiado elevada, fuerte o segura. Amén.

2:26-37

“Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy”. Israel diría: “Queremos pasar tranquilos por vuestro lado, comerciemos y llevémonos bien, trátennos afablemente”. Sin embargo, no fue así, tuvo que pelear duro con ellos porque se obstinaron y se endurecieron.  Dios los endureció no para darte malos ratos a ti sino para cortarlos a ellos.

2:37

“Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido”. ¿Cuándo terminarás de aceptar el tamaño de tu éxito? ¿No serás tan humilde como para aceptar tus limitaciones? No te hace falta ganar más de lo que Dios te da. Pero ¿cuáles son los límites que Dios nos impone? ¿Quién los conoce todos?

3:6

“Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños”. Oh Señor, siempre que leo la muerte de mujeres y niños, mi corazón se estremece; ¿qué es la vida para ti, oh Creador? (2:34). Las guerras son guerras, son salvajes guerras.

3:9

“Sirión” ver Sal 29:6; “Senir”, que puede significar gato salvaje según el idioma caldeo.

 

La cama y el gigante

3:11

“Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre” (2:10,11). Una cama de 13' y 1/2' por 6'; enorme, quizás por ostentación con el propósito de impresionar. Algunos piensan que se trataba de un sarcófago. Lo cierto es que murió y con él se extinguieron los gigantes. Los que no mueren son los gigantes de la fe. La fe conquista a los gigantes (v.13); y hereda el lugar que ellos ocupaban. La fe ocupa el territorio que tenía el gigante llamado Incredulidad, miedo, deseo carnal, deseo de los ojos, vanagloria de la vida, manmón, fornicación, lujuria, etc. Se asienta en el mismo lugar donde ellos habitaban para tener dominio sobre esa región; y la vida ahora es dominada por gente más pequeña pero santa, puesta allí por Dios: El amor, la fe y la esperanza, porque “lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Co.1: 25). Israel no tenía gigantes, excepto Saúl que era un poco más alto, todos eran de estatura baja, el mismo país es pequeño. El único gigante poderoso de Israel es Dios (Je. 20:11). Lo más grande de ese país es su historia, su Biblia y su Cristo. El reino de los cielos donde entran los conquistados por Jesús, ese sí es grande.

3:13

“Basán la tierra de los gigantes” y de las famosas vacas, estupendas y formidables, creo ¿no? (32:14; Amós 4:1; Num 32:39- 42; Jos. 17:1- 13).

3:17

“Cineret” o mar de Genesaret, Mar de Galilea, y desde allí hasta el mar de Sodoma y Gomorra.

3:19

“Yo sé que tenéis mucho ganado”, “yo sé las bendiciones que te he dado”; y si fueran pocas, Señor, tú también lo sabrías. Bendice tus bendiciones.

 

No hables más de eso

Dt. 3:25, 26

“Basta, no me hables más de esto”. Fue un no rotundo, pero no arbitrario, mostrando la concordancia que existía entre su pecado y el propósito de Dios. Por este tiempo Moisés viviría 120 años, muy viejo para emprender la conquista de la tierra. Era de suponer que había vivido bastante, era un longevo y ya le tocaría morir.  Si Moisés pasaba a la tierra podría estar fuera del contexto o de época, y limitaría el liderazgo de Josué, que estaba en desarrollo, ante los ojos del pueblo (es una atrevida suposición).  Posiblemente, pienso, esa era la extensión de su vida, pero el Señor le dio un obstáculo espiritual para que continuara viviendo, recordándole que el pecado, por pequeño que sea, es el origen de la muerte. Moisés insistió en que el Señor cambiara su propósito con él, seguramente porque no creía que era para tanto, sin embargo, no se lo concedió. Y él no se lamentó, no leo que haya vivido con una terrible conciencia de culpa por causa de su pecado. Aceptó la decisión divina y se propuso partir.  Aceptemos nuestros pecados y equivocaciones como parte del propósito divino, que, si no hubiéramos pecado o no nos hubiéramos equivocado, el plan divino hubiera continuado igual. No cambiamos nuestro rumbo, el Señor lo cambió, si no hubiéramos hecho tal y tal cosa, él hubiera proseguido con su propósito y hubiera hecho lo mismo con nuestra vida; pero lo permitió para bien, para que obtuviéramos una buena lección, amarguísima, de lo malo que hicimos. No debiéramos pasar toda la vida lamentándonos por algo que no salió bien y que debiéramos haberlo hecho mejor. Nuestros errores, sin disculparlos, también tienen su origen en la permisiva voluntad divina. No penetro demasiado en el estudio del misterio de la voluntad divina; y llego hasta ahí. Carguemos, con la ayuda del Señor, con los frutos que cosechan nuestras acciones y no hablemos más de eso. Si Dios no quiere que se le platique sobre el asunto, que ya es incambiable, tampoco es un punto de charla con los demás. Dios no se deja manejar por nosotros y no va a ser injusto porque se lo propongamos. “Todas las promesas en Cristo son en él sí” (2 Co. 1:20), pero no todas las oraciones son en él sí. Que alguien me corrija con su sincera experiencia, si ha recibido siempre un sí a todas sus oraciones.

3:27-29

“Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás”. Te sales de la escena, anima y fortalece a tu sucesor (la mayoría critica en vez de animar), infúndele aliento, no se lo quites, para que continúe tu trabajo que es mi obra. Oh Dios aparezcan y haya obreros tan buenos como Moisés para que la obra que hacemos la amplíen y la hagan recordar en sus generaciones. Amén.

 

Deja la Biblia con ese tamaño

4:2

“No añadiréis nada ni quitaréis nada”. Las dos cosas han ocurrido dentro de la religión, adiciones y substracciones, aunque el Espíritu lo ha prohibido (Apc. 22:18); si le añades a la Biblia, es superstición o fanatismo, si le quitas es liberalismo o incredulidad (Mr. 7:8,9). Señor, ni lo uno ni lo otro, que no crea más y sea un supersticioso ni menos para ser un incrédulo; sea mi alimento la leche espiritual “no adulterada” (1 Pe. 2:2). El NT no es una adición a la ley de Moisés sino su verdadera interpretación, estrictamente su cumplimiento. La palabra disminuir estrictamente quiere decir raspar, o afeitar; hacerle eso mismo a la Biblia, rasparla o afeitarla. Señor, ni lo uno ni lo otro. 

4:5-8

“¿Qué nación grande que tenga un dios tan cerca de ella como nosotros cuando invocamos a Jehová?”. Moisés soñaba que el pueblo tuviera una buena reputación entre las naciones del mundo, por la influencia que la religión tuviera en la vida de los ciudadanos. Deseo extraño hoy. Esto también es “sabiduría e inteligencia”, no sólo el avance científico. Un pueblo con una hermosa experiencia en la oración. Señor, cercano estás cuando a ti clamamos. Dirán “¡qué gran Libro tienen! ¡Qué gran Dios que los oye! También quiso decirles que, “las hagas saber a tus nietos”; por medio de los hijos que ya la han aprendido y directamente hablándoles a ellos. Los abuelos no sirven sólo para consentir a los nietos, ni para cuidarlos para que los padres trabajen, sino para sembrarles la semilla de la Palabra de Dios. Es muy difícil que un abuelo eduque a un nieto con errores que pudo haber cometido en la crianza de sus hijos.

 

Es buena idea divina ser invisible

4:12, 15-20

“Ya que no visteis ninguna figura”. Todo el Antiguo Testamento acentúa la invisibilidad de Dios y demuestra que prácticamente es usable, que es Otro distinto a nosotros, de quien procedemos y la raíz de nuestro origen.

Su invisibilidad es necesaria para su eternidad y no sólo lo pone por encima de su creación, sino que es algo diferente a ella, y eso le asegura que puede manejarla perfectamente. La Biblia constantemente afirma que no es posible verlo porque es Espíritu y además no estamos preparados para ver su gloria (Jn. 4:23,24;). Cuando Juan vio la gloria de Jesús en la isla de Patmos, cayó desmayado al suelo (Apc. 1:17). Moisés insiste en la invisibilidad de Dios, que debemos creerle sin verle (Ex. 33:18-20; Jn. 20:29), amarle sin verle (1 Pe.1:8), acostumbrarnos a eso y que por ende no está regido por ninguna de las leyes que gobiernan las cosas que se ven, excepto su propia voluntad en sí mismo (Col. 1:15; 1 Ti. 1:17; He. 11:27). Es una buena idea divina que tuvo consigo mismo, ser invisible. No obstante, podemos hablar con él cara a cara como a un compañero (Ex. 33:11). No podemos ver su rostro, pero en la historia de nuestra vida, leemos su gloria que es como ver sus espaldas (Ex. 33:17-23). Habita en luz inaccesible (1 Ti, 6:16).

 

Muñecos religiosos

4:28

“Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen”. La idolatría es un castigo divino (Ro. 1). Ellos no hablan, nunca han hablado, nacieron de la imaginación humana y por eso son a lo sumo, arte, pero jamás divinos. No tienen lengua y por eso no hablan, no tienen oídos y no oyen, no saben qué les piden, no pueden responder a nadie, son sordos y mudos, de yeso, madera o pintura, que no tienen a nadie en el cielo que oiga lo que le piden a su figurilla, son muñecos religiosos, rígidas estatuas que insultan la inteligencia humana, y disminuyen la categoría del contenido bíblico y dan pie para que los hombres razonables se conviertan en escépticos.

4:29

“Pero allí buscarás a Jehová tu Dios y lo hallarás si lo buscas con todo el corazón”. Aun cuando estamos soportando el castigo divino dentro de él hay oportunidad para retractarnos y decir, “lo siento Señor, pervertí el derecho, sé propicio a mí pecador, perdóname” (Job 33:27; Lc. 18:13). Y Dios nos recibe con los brazos abiertos, porque siempre están abiertos y atentos sus oídos a nuestras oraciones, pues somos sus amados hijos.

4:31

“Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres”. Señor, jamás tú te olvidarás de mis descendientes; y si algunos se apartaren de ti, tú harás que otros te busquen, y no te olvidarás de las misericordias que has hecho conmigo y que me has incluido en tu pacto.

 

Dios origina a Israel

Dt. 4:32-40

“¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?”. Israel es el único pueblo del mundo que tiene la revelación del Dios verdadero; no es un pueblo con un origen étnico y carnal sino espiritual, formado con ese fin, para revelar al mundo la existencia y carácter de ese Dios, con las promesas y esperanzas que da a la humanidad. Es depositario de la revelación. Y aunque suene parcial y quizás arbitrario decirlo, en algún punto de la historia Dios extendió su brazo para formar a Israel y, le dio la espalda a todos los otros pueblos del mundo. Otros pueblos tienen su religión, buena o mala, con cosas verdaderas y falsas, pero no revelan al Dios único. Israel es una creación de Dios. La evidencia de Dios no es filosófica sino por testimonio. Reflexionando en tu experiencia. ¿A quién le ha ido mejor que a ti? ¿Quién tiene algo mejor que lo que tú tienes? ¿No es una misericordia que no hayas nacido hindú, budista, pagano, que tengas la Biblia y no Los Vedas, el Corán o el Popul Vuh? Hay un silencio total de Dios en esos pueblos y religiones, a no ser el evangelio que ha llegado; solamente Israel y dentro de la iglesia cristiana se oye la voz de Dios. ¡Qué pena que esta nación, ¡USA, formada por fundadores cristianos se esté volviendo gnóstica y secular-atea!

5:7

“Dioses ajenos delante de mí” o más bien “junto a mí”, que es lo que generalmente se hace añadir a lo de Dios, combinarlo, agrandar la deidad y el culto. Ninguna otra cosa debe ser en nuestra vida paralela a Dios.

5:10

“Y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. Las misericordias de Dios en mi vida se cuentan no en decenas o centenas sino en miles y miles. "El bien y la misericordia me han seguido todos los días de mi vida". Dios tiene millares de testigos con millares de evidencias de su existencia y bondad. Nadie puede decir que Dios lo ha pasado por alto, a no ser esa persona pase por alto a Dios primero. El diablo no puede evitar que Dios nos bendiga, a no ser que pequemos, y como no puede trabajar sobre la voluntad de Dios y su providencia, se esfuerza como lo demuestra el ejemplo de Balaam, en que nos entreguemos a la carne para que Dios nos maldiga. En santidad somos invulnerables. Y recuerde que, si no mira las misericordias de con medio ojo, las podrá contar en decenas de millares.

5:16

“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”. Mira el interés que Dios tiene en la buena familia y en que los padres no sean entristecidos por los hijos, cuando estos crezcan y aquellos envejezcan. Este mandamiento tiene promesa (Efe. 6:3). Es una orden divina honrar con gusto a los padres y retribuirles con cariño, si no es necesario ayudarles en el sustento, cuando no puedan valerse por sí mismos. Generalmente los padres no piden retribución financiera sino gratitud y cariño. No seas de aquellos que jamás tocan el corazón sin herirlo. Observa en los vv. 17,-20, que seguido del asesinato en la escala de culpabilidad corresponde a la infidelidad conyugal, después al robo de pertenencias ajenas, y no queda fuera descalificar el testimonio de un semejante. Los chismosos. “No dirás falso testimonio contra tu prójimo”. Dios quiere que todos tengamos buena reputación y que nadie nos la dañe. Hay cosas que se sabe, porque las traen el viento y las aves (Ecl. 10:20), que son ciertas y también debemos callarlas. Deuteronomio es otro libro sobre el éxodo, con similar contenido, escrito muchos años después, como si ampliara y pusiera un poco más de sí mismo sobre las leyes promulgadas unos años atrás, con el fin de reactivar el Éxodo, Números, en la vida del pueblo. Es un escrito para la última generación. Es más que historia, es un libro exhortativo, resumen, sermones con buena y piadosa intención.

5:22

“Y no añadió más”; sigo presumiendo la idea de que Moisés pudo haber llevado un récord personal, privado, como su diario, donde hizo muchísimas anotaciones; está la ley completa, el que diga más o menos no le ha amanecido (Isa. 8:20). No necesitamos más que la Biblia. ¿El libro Mormón? No más. ¿Los libros de Rutherford o Helen White? No los necesitamos. ¿El evangelio según Judas? Ni pensarlo. ¿Es que Dios después de miles de años se dio cuenta que se le había olvidado algo? No añade más. El Evangelio, no es más, es la verdadera ley espiritual. Y sus profecías son únicas y suficientes; y si aparecen profetas que sean solamente los que exponen el contenido bíblico.

5:1-33

En la última parte, vv.22-33, se les recuerda la visión que tuvieron de Dios, que los mandamientos vinieron del cielo y el compromiso que hicieron con su Majestad. Con ese propósito escribe Deuteronomio, para que recuerden de dónde procede su Ley y para que la cumplan. Oh Señor, estos son mandamientos dados por tu Espíritu por medio de tu siervo Moisés. Estos comentarios brotaban desde el pueblo y de alguna manera llegaron a oídos de Moisés, alguien le hizo saber lo que se decía (v.25). Esas palabras de los vv.25-33, parecen construidas o reconstruidas por el escritor, un escriba, o un predicador, y, dicho sea, predicador de éxito puesto que tiene una forma sermonaria y refleja la habilidad del expositor de la ley de Dios para hacerla pertinente, aplicable y exitosa en los oyentes, o lectores del pueblo de Israel. El espíritu que se respira es el de un avivamiento, de un éxito espiritual confundido y expresado por las vívidas experiencias en la historia de esa nación peregrina. 

 

La prosperidad económica en sociedades abiertamente seculares

6:3

“Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres”. El Señor recompensa con vida la obediencia. Por supuesto que el pecado acorta los días. Pero es algo más que las consecuencias de una mala vida, o ellas usadas por Dios. La prosperidad económica en sociedades abiertamente seculares y agnósticas, sufrirán algún día el desconcierto y un bajón, y perderán el liderazgo y la preponderancia porque el progreso económico y el retroceso espiritual no permitirán la buena vida para siempre

 

La secularización de la conversación, después de la adoración

6:4-9

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.

Que la Biblia sea el constante tema de conversación dentro de la familia, en el hogar y fuera. Son muy pocos los que, Señor, hablan de tu Palabra, ni siquiera cuando salen de la iglesia después de oír un sermón; suben a sus autos, si lo tienen, encienden la radio para escuchar música, noticias o algún partido de fútbol. Si salen andando sería bueno, como los discípulos de Emaús, platicar sobre lo que se dice del Señor. O simplemente conversan sobre los detalles del culto, sobre conversaciones con los hermanos, sobre sus ropas, sobre los niños que han interrumpido el servicio, la longitud de la predicación, quizás sobre alguna anécdota, que el predicador dijo, el número de los hermanos del coro y otras menudas cosas, excepto sobre las verdades que con la unción del Espíritu el pastor vertió en sus corazones, aunque a veces se dice, ¡qué buen sermón predicó el pastor!  No que siempre el único tema sea la religión, pero al menos que no brille por su ausencia.

¿Entonces, no queremos que no nos llamen fríos o tibios? Debiéramos después del culto, un rato, conversar sobre el tema de la predicación, sobre algunas palabras que nos hayan impresionado, orar y alabar al Señor por lo escuchado. Rumiarlas como María, en el corazón. Pedirle que siga bendiciendo al ministro y que prospere su obra entre nosotros. Si prolongáramos el sermón dentro del auto, en el restaurante o en la mesa doméstica, revelaríamos que el Espíritu nos acompaña y aquella tarde haríamos crecer nuestra alma. La secularización de la conversación después de la adoración, es un gran mal de este siglo, que acapara con sus fanfarrias y farándulas, todo el tema e interés de la plática, que debiera dedicarse principalmente para animarnos y edificarnos espiritualmente.  No relegues el tema de la Escritura a un segundo plano, por tu bien y el de tus hijos. Amén. La persona y la familia totalmente enchapada con el oro de la palabra de Dios, como el arca del pacto (v.9).

 

Guías para saber si amamos a Dios

6:5

“Amarás a Dios con todo tu corazón, tu alma y tu fuerza”. Eso es lo que habitaba en el corazón de Moisés, amor a Dios y a su pueblo. El amor de Dios y por Dios llega a nuestros corazones por medio de su Santo Espíritu (Ro.5:5); no nacemos amándolo. De varias formas uno puede saber si ama a Dios y medir ese amor, una es la gratitud por su creación. Todo lo hizo bello, para su gloria y beneficio de nosotros; y ese amor se expresa por oraciones de agradecimiento, máximo cuando nosotros mismos fuimos creados por él y con mucho honor, dado que nos hizo “un poco menor que los ángeles” (He.2:7); no nos hizo una fiera salvaje, una araña o un insecto sino “a su imagen”; otra forma de medir ese amor es el reconocimiento y gratitud por la providenciacuando nos damos cuenta de los mil cuidados que ha tenido con nosotros, su suministro, preservación y sabiduría al guiar nuestra vida y sus pasos; y el ministerio de los ángeles que ha dispuesto para llevarla a cabo para evitarnos tropezones con piedras, y que las peores cosas operen para nuestro bien. Otra forma de medir ese amor es el perdón de nuestros pecados por medio de la muerte de su Hijo Jesucristo, lavándolos no con agua ni legía sino con su propia sangre; anulando todo lo que su propia ley nos acusaba, dándonos justificación, absolución, redención. También otra señal por la que podemos medir nuestro amor es el Espíritu de Cristo que nos ha dado, y los dones, y otra es la comisión que cada uno tiene en su obra de salvación para salvar al mundo y edificar su iglesia.

 

Acuérdate de Dios cuando seas feliz

6:10-12

“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. Les predice las bendiciones que van a recibir y el posible daño que ellas puedan ocasionarles, que les promuevan la indiferencia y la negligencia espiritual; que las bendiciones mismas los materialicen, les hagan confiar en ellos mismos y en la seguridad material que adquieran. Cuando prosperes no te olvides de Dios, acuérdate de él cuando seas feliz. Cuídate del pecado que está “en tus contornos”. Observa que ninguna de las cosas que le menciona la adquirieron por propia inteligencia y trabajo, sino que, Dios les recuerda, que todo es por gracia. Lo que tenemos y somos se lo debemos a la gracia de Dios porque "por gracia sois salvos y esto no de vosotros no por obras para que nadie se gloríe".

 

Un joven santo es un atractivo, un misterio, y un desafío

6:20-25

“Cuando en el futuro tu hijo te pregunte qué significan los testimonios y estatutos”. Cuando ellos quieran saber la razón por qué  respetas la Biblia, la estudias y la practicas, cosas que ellos ven todos los días, cuando tus  hijos estén interesados en la palabra de Dios y en tu vida cristiana, tú estarás preparado para responder satisfactoriamente sus preguntas y no los dejarás con dudas, conocerás y les dirás el derecho que Jehová se ha ganado en tu pueblo, en tu vida , en tu familia, para que respetes lo que él dice y lo temas; les dirás que fuiste comprado con sangre, que has sido justificado por la fe, que clavó en la cruz todos las actas y decretos que te eran contrarios, y que tiene autoridad sobre ti para mandarte lo que conviene o no; si tus hijos, habiéndoles tú enseñado letra por letra la ley de Dios (vv.7-9), todavía no la entienden o quieren conocer las profundidades de ella, no los defraudarás porque es cosa gloriosa del Espíritu que en una época cuando pocos se interesan en la Palabra de Dios ellos lo hagan, o quizás quieren que se las expliques mejor por razón de los compañeros que los quieren arrastrar con ellos en el camino de disolución y vivir sin temor de Dios; en ese caso es capital que atiendas sus interrogantes y los fortalezcas en lo que ya han aprendido; las explicaciones bien hechas sobre el porqué vives con temor de Dios y sobre el significado de la Escritura; es suficiente para afirmarlos a ellos y hasta para convertir a los amigos a la fe; y además es la única forma de mantener tus jóvenes hijos en la fe y ganar a otros. Un joven viviendo en santidad es un magneto, es un misterio, un desafío entre otros, y si no pronto en el espacio de unos años cuando llegue la adultez, un punto de referencia en el recuerdo de ellos para la salvación. El pecado los vaciará, y tus hijos estarán llenos de gloria y Espíritu Santo.

 

El que va contra la cultura perece, es mentira

7:1-9

“Siete naciones más grandes y poderosas que tú”. Aunque el mal parezca más poderoso que el bien, éste ganará. La fe vence al mundo. Las “naciones” que viven en el territorio de tu naturaleza humana son más poderosas que tú; no podrás vencer al cananeo que habita desde la caída de Adán a menos que seas una nueva criatura y cuentes con el poder de la resurrección de Cristo dentro de ti. Por otra parte, estas naciones representan la cultura actual, son siete, completas, “más numerosas y poderosas” que el pequeño Israel, pero no más grande y poderosas que Aquel, “Dios, el Dios fiel” (v.9). ¿Dicen que quien va contra la cultura perece? Eso es mentira. No hay que hacer alianza con ella sino transformarla, no contextualizar con sus ídolos y filosofías sino destruirlos y “llevarlos cautivos a la obediencia a Cristo” (2Co.10:5).

7:2

“Y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia”. Señor, ayúdame a destruir todo el pecado, sin dejar ninguna porción que sobreviva para mí, aun aquellos que les tenga cariño, o respeto (1Sa.15:13-15). Y Cristo sea para mí “el todo” (Col.3:11). 

7:6

“Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial más que todos los pueblos que están sobre la tierra”; o “cerrado” “rico” “tesoro” “joya”. Todo eso significa especial. Todo eso es un cristiano que ha sido escogido en Cristo, apartado por su gracia y enriquecido con su pobreza, con riquezas en gloria; y tendrá “rica y abundante entrada en el reino de Cristo” (2Pe.1:11). ¡Qué bonito, somos un pueblo especial!, no por naturaleza sino por gracia, escogido, amado, hecho santo. "No eras mejor que otros pueblos, no tenías más calidad humana que ellos, eran iguales, ni tampoco eras más próspero, no tenías mejor gobierno y mejores leyes; no tenías menos pecados que ellos, ni tenías más fe. Tus virtudes no han sido la razón de mi amor y elección por ti. Te amé de pura gracia (Os.14:4). Cuando te miré eras idólatra y frío".

7:7

“No por ser vosotros más que todos los pueblos, os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos”, o el más pequeño. Ante los ojos de Dios éramos “insignificantes”; el significado nos lo dio Dios; y si hemos adelantado y adquirido alguna importancia es porque “el crecimiento lo da el Señor”.

7:9

“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones”. Me has hecho sonreír, oh Dios, ¡qué bueno que eres fiel y comprometido con tu palabra, y no sólo me perdonarás a mí sino a mil generaciones mías! Amén. Oh tu perdón alcanza para mis pecados y para todos los que cometan mis descendientes, aunque los apilen juntos uno sobre otro; y aunque “seamos infieles tú permaneces fiel porque no puedes negarte a ti mismo” (2 Ti. 2:13). También es “Dios grande y temible” (v.21).

7:11

“Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas”. Guárdalos porque te conviene.

 

Lo sabe hasta el diablo

7:12-15

“Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados. Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren”.

Nadie sirve a Dios de balde, y esto lo sabe hasta el diablo (Job 1:9-10), que cuando uno obedece a Dios, prospera. No es que Dios pague la adoración a él, ni que busque adoradores mercenarios, pero sí retribuye la fe que se manifieste en una vida perfecta; el Señor no compra con bendiciones la conciencia de sus creyentes, pero los bendice. Uno se extraña que aquí no se incluya ninguna promesa de vida eterna; porque si uno practica la fe en la vida cotidiana, es que tiene la vida eterna. A veces es más saludable la fe de aquellos que contemplan y aspiran a las bendiciones de Dios en este mundo que la de otros que sueñan con pagas futuras más allá de la muerte, en el otro mundo. Uno ve en el AT la fe de los creyentes relacionada con las ventajas que trae andar con Dios en este mundo. La Biblia no es un libro tanto para enseñarnos cómo ir al otro mundo sino cómo vivir en este para ir al otro. La vida eterna es un reconocimiento de la vida temporal. Vive como agrada a Dios en este mundo y seguro que obtendrás por gracia la vida eterna. Por supuesto, que la fe en el NT es más perfecta y uno vive, no ya por las bendiciones retribuidas por Dios en este mundo, sino por ser como Dios por medio de Cristo, y tenemos una esperanza más perfecta (He.7:19). Amén.

7:12-19

“Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría”. Estas son palabras para darles fe; los remite a la historia de sus vidas y a las de sus padres. Si le tienes miedo al futuro y adonde éste te lleva, piensa que lo que Dios ya ha hecho contigo es tan o más grande que lo que piensa hacer. Así dice: “No cambio, lo que hice haré” (Mal.3:6). Para muchas cosas no somos suficientes, pero Dios sí, y nuestra competencia proviene de él. Di esto, “Señor, abre mis ojos para leer la historia de tus intervenciones. y ayudas en mi vida. Amén”.

7:20

“También enviará Jehová tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti”. Con insectos te ayudaré, los más pequeños que conoces. ¿No ayudé a tus padres, cuando estaban en Egipto, con moscas y piojos? ¿Por qué tienes miedo moverte a esa empresa, si tienes a los insectos como tus aliados? Y si los tienes a ellos, cuánto más si tienes al que los mueve, a Dios. Es como si les dijera: “No queda nada en el mundo que yo no ponga a tu disposición”.

7:22

“Echará estas naciones delante de ti poco a poco”. Ver nota Éxodo 23:29,30. No esperes triunfar rápidamente, llegarás “poco a poco” hasta el éxito; no te conviene un triunfo veloz. Si ganas pronto, por un lado, perderías por el otro, y a la larga lamentarías tu victoria. Dios tiene razones para que avancemos poco a poco; bestias, las oraciones hechas, las ansias por ganar no coinciden con el compás con que llegan las cosas. Así lo quiere el Señor. Señor, si tú tienes razones para que tu siervo no haya triunfado rápido como otros, yo sé que no es por falta de amor hacia mí o porque ames a los otros más; precisamente, mucho me cuidas cuando no me dejas triunfar como quisiera. Permíteme pensar que el desarrollo del propósito tuyo para mi vida, toma su tiempo y viene despacio. Y "veré el fruto de mi aflicción y quedaré satisfecho" (Isa.53:11).

7:26

“No traerás cosa abominable a tu casa”, ¿ídolos? ¿Esculturas? También doctrinas falsas, herejías destructoras (2Pe.2:1), libros venenosos, canales de televisión llenos de banalidades y erotismos, sensualidades y pecados.

 

Pasado, equilibrio, y futuro

8:1-10

“Te acordarás del camino por donde Dios te ha traído estos cuarenta años para humillarte y saber lo que había en tu corazón”. Recuerda las misericordias que Dios ha tenido contigo en el pasado y mira las bendiciones que en el futuro te esperan; el presente se halla entre el pasado y el futuro, en equilibrio, y depende de la clase de retrospectiva que se haga, hacia atrás depende de análisis, reflexión y aprendizaje, las provechosas lecciones que él nos ha enseñado acompañadas de oración a Dios para que ellas continúen hacia adelante.  Y depende de la visión que se tenga del futuro, que puede llegar a tener la amplitud de las promesas de Dios, del entusiasmo que ese porvenir nos cause y del deseo de tenerlo. ¿Qué se requiere? Ser sabios, estar decididos y dispuestos a la obediencia a los mandamientos del Señor. El pasado aguarda análisis, el futuro fe, y entre ambos un presente en equilibrio. Amén. Oh Señor, mi pasado está lleno de tus misericordias, permite que yo no me olvide del “camino por donde he andado”, por donde me has traído durante estos cuarenta años cuando he sido humillado y se ha hecho manifiesto ante mis ojos lo que soy, no sólo ante los tuyos porque tú no tienes necesidad de probarme para conocer lo que hay dentro de mis pensamientos, pero lo que he vivido, como he dudado, tambaleado, resbalado y caído, me ha hecho comprender ¡cuán frágil soy! (Sal.39:4), haz que saque de eso el tesoro de preciosas lecciones de fe, y me dé cuenta de lo conveniente que es servirte a ti. Oh Dios, tú sabes lo necio que es tu siervo, que sabiendo cosas tan hermosas puede olvidarse de ellas como si nunca las hubiera aprendido, dame tu bendición para que, así como me das el querer, también me des la gracia para hacer, por tu buena voluntad.

 

 

Dios no aguarda que lo escondido salga 

8:2

“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos”. Esto que dice Moisés lo dice el Espíritu; pero ¿cómo Dios necesita saber, mediante la experiencia cristiana, lo que hay en el corazón? El no necesita que las cosas salgan del corazón donde están escondidas, para poderlas ver, ya las ve, las sabe, las pesa y “juzga los pensamientos y las intenciones del corazón” (He.4:12; Sal.139:4). Ningún hecho nuestro lo sorprende. Dios los probó con bendiciones y castigos para que el mundo supiera, por la experiencia de Israel, que el hombre no obedecería sus mandamientos; más bien para que supieras lo que había en tu corazón, que no era bueno ni obediente. Lo que sale del corazón con las pruebas a que Dios nos somete es para que nosotros lo veamos, lo juzguemos y saquemos provechosas lecciones; y sirven para pedir perdón, buscar su ayuda, vivir agradecidos toda la vida y depender únicamente de su misericordia, no de la experiencia que obtengamos; y gloriarnos sólo en su nombre. Tomemos las malas experiencias como una revelación de parte de Dios, en la mayoría de los casos no de su persona sino de nuestra alma.

 

Cómo pudiera vivir cuatrocientos o cuatro millones de años

8:3

“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.

Dios enseñaba a su pueblo a que viviera por fe, a que anduviera en el Espíritu. ¿Por qué tenemos que comer cada día? Porque somos dependientes de la nutrición. Se come para reponer el cuerpo que se gasta, para evitar el deterioro, la enfermedad y la muerte. El alimentarse es una forma de evitar sucumbir y los creyentes cuando comen deben dar gracias a Dios por los alimentos que creó para que el hombre prolongara su vida sobre la tierra (1Ti.4:3).

Sin embargo, en un estado de perfecta comunión en la presencia de Dios no se necesitaría comer ni beber. Moisés estuvo cuarenta días sobre el monte y no comió ni bebió nada y no sólo no se murió, sino que descendió muy saludable y resplandeciendo gloria.  Moisés que lo conocía por experiencia le dijo al pueblo que el maná que comían simbolizaba la palabra de Dios y con él solamente podrían vivir no solo cuarenta días sino cuarenta años, cuatrocientos y cuatro millones porque “de todo lo que sale de la boca de Dios vivirá el hombre” (Mt.4:4). Les explicó que hay una forma de alimentación del cuerpo, desconocida por ellos hasta ese momento, un modo espiritual de comunicarle vida que hace innecesario comer.  La vida del hombre últimamente no depende de los alimentos porque el cuerpo fue creado para la Palabra de Dios, que Dios dijo y fue hecho, y que entonces oyendo a Dios se puede vivir sin morir.  Las manos de Dios, con las que hizo al hombre, es su Palabra, y su aliento de vida que rompe la inercia y la muerte, ella misma.

La nutrición con maná fue un privilegio. Los israelitas si hubieran “acomodado lo espiritual a lo espiritual” habrían  podido decir: “Es extraño pero lo único que hemos comido hoy es maná, ayer lo mismo, hace una semana igual, un mes, un año (Num.11:6), no tenemos que matar ninguno de los animales que trajimos, y no nos sentimos débiles, gozamos de perfecta salud, nunca habíamos comido tan poco, aparentemente casi no nos nutrimos, pero no surgen enfermedades, nadie se desmaya, nuestros cuerpos están como si ingiriéramos las mejores dietas cada día. O este maná es un alimento superior a la carne, la leche y las verduras, o nosotros podemos vivir sin comer, solamente creyendo la palabra de Dios”. Años después un autor inspirado le dijo a Israel: Comiste “pan de nobles” (Sal.78:25). Aquel maná es un símbolo de nuestro Señor Jesucristo y quien come su carne y bebe su sangre, su palabra, vive eternamente (Jn.6:54-58). El Es el árbol en medio del paraíso, la iglesia (Apc.2:7).

 

No conviertas en dioses las bendiciones de Dios

8:11-14

“No suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. Fíjate en una serie de palabras importantes que el Señor ha dicho: "aumenten", ésta aparece dos veces. La otra es "plata y oro" seguida de "multipliquen"; pero hay otras sumamente importante que es la vocación de todas las anteriores "enorgullezca" producto de una completa saciedad, cuya palabra también está incluida en lo que Dios advierte a Israel. Y todas esas palabras pudieran producir orgullo y como consecuencia poner a Dios en la espalda, o sea sacarlo de la ecuación y olvidarse de él ya que no aparecen por ningún lado las acciones de gracias y la gratitud. Todo lo que tenemos proviene del Señor y sin su ayuda, sin su sabiduría, sin su paciencia, sin su inteligencia, sin las oportunidades que haya ocasionado su Providencia, no tendríamos lo que hoy tenemos. Cuídate no te hagan daño las bendiciones de Dios y abuses de su bondad. A veces es saludable, para abatir nuestra arrogancia y prevenir la apostasía, que recordemos las cosas “espantosas” o terribles que hemos vivido, nuestra cautividad en Egipto y lo muy amargo que es servir a otros dioses (Je.2:19). Y como una medicina para las heridas y cicatrices que ha dejado la vida desordenada en el corazón, llegan las bendiciones que evitan que los recuerdos se vuelvan raíces de amargura e ideas obsesivas y no totalmente desaparecen de la mente.

8:15

“Que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal”. A Moisés no le pareció lindo el desierto sino ancho, terrible y espantoso, lleno de peligros, pero les pidió que tuvieran paciencia, fe, y se dejaran conducir por Dios. No es que Dios se deleite en recordarnos nuestro pasado, pero hemos sido tan ingratos que olvidamos lo dañino que es el pecado. Exactamente aquí el propósito de que miren para atrás es para que corrijan el presente y garantizarles que caminen con circunspección y fidelidad.

 

No a ti sino a Dios en la gloria

8:16-20

“que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios”.

Dios les da la gracia para hacer cosas, quiero decir los dones y oportunidades, sabiduría, salud y vida, y cuando alcanzan el triunfo, el éxito, se vuelven arrogantes y no les pasa por la mente ni un pensamiento que contenga a Dios. Mala cosa es esa debiendo ser calvinista volverse arminiano. Para que no sea asunto de un cambio teológico, el reproche está contenido en una posibilidad futura. Somos lo que somos y tenemos lo que tenemos porque somos unos privilegiados hijos de Dios incluidos en el pacto hecho a Abraham, y a Jesucristo. Esa inclusión en el pacto de gracia es indispensable para poder disfrutar los privilegios, las oportunidades y atenciones que tienen los hijos de Dios, justificados por su gracia. Cuando sufras, Dios te está probando y luego vendrán bendiciones como recompensas por tus sufrimientos, y para que te olvides de tu dolor. El motivo del sufrimiento es hacerte mejor. Mira con optimismo (fe en las promesas de Dios) los días futuros. Lee con delicia esas palabras “a la postre” o al fin, “hacerte bien”, porque “todas las cosas obran para bien”, y tú ni yo seremos las excepciones a esa regla. No. El fin es del Señor, y él es misericordioso y fiel (Sgo.5:11).

El señor dice que, si se hacen realidad estas palabras de petulancia, “mi poder y la fuerza de mi brazo me han producido estas riquezas” es que el problema que tiene Dios para usarnos es que después que obtenemos el triunfo explicamos el éxito conforme al liderazgo y los medios que usamos; y Dios coge algunas migajas de gloria de rebote.

 

Anaceos y posmodernistas

Dt. 9:2

“Un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?”. Parecen invencibles, dicen que son invencibles, tienen una bien ganada reputación de invencibles por los muchos que han caído frente a ellos, sin embargo, ¿quién podrá contra Jehová? Nada pueden contra “los poderes del siglo venidero”. El pecado no es invencible, tiene muchos triunfos, se anota numerosas victorias, sin embargo, el Espíritu todo lo puede, y aunque “el poder del pecado es la ley”, la gracia reina y está entronada, y hay muchos pecadores que ya han sido lavados y renovados por el Espíritu (1Co.6:9-11). ¿Qué pudo Goliat ante la honda de David? ¿Qué pudo Eglón ante el cuchillo de Aod? La conversión de estos posmodernistas no es imposible con el Espíritu Santo.

9:4

“Sino que es por causa de la maldad de estas naciones”. No por ser bueno tú los venciste sino por ser malos ellos, porque son peores. No siempre se triunfa por tener virtudes ni se pierde por tener defectos.

 

 

9:12

“Y me dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido”. Dios tenía un oído para Moisés y un ojo para su pueblo. Jehová le avisó que su pueblo estaba pecando. Señor, que esté pronto para corregir el pecado propio y los ajenos; mi misión es evitar yo mi pecado y que otros pequen contra ti.

9:14

“Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos”. Dios le dijo, “yo puedo darte una iglesia mejor y más grande, y Moisés le dijo que no, “son malos pero los amo”.

9:17-19

“Temí que Dios los exterminara”. Moisés podía medir el pecado y sus consecuencias. Conocía la justicia y la santidad de Dios como nadie, sabía cuánto Dios aborrece el pecado.

 

Jehová sí puede

9:27-29

“No sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto”. “Te vas a infamar, perderás tu reputación, pensarán que estás limitado, que puedes hacer unas cosas y otras no, que no eres omnipotente, que haces proyectos superiores a tu poder, que tus planes son demasiado grandes para ti, que hay situaciones que se te van de las manos, que no puedes hacer perseverar a tu gente, si fueran menos, que hablas demasiado alto”. Oh Señor, en ti no hay limitación, y ninguna cosa es demasiado difícil para ti (Je.32:27; Lc.1:37). Tú podrás llevar hasta el final a todos, en conjunto los dirigirás con la predicación e individualmente por medio de la experiencia cristiana y la lectura de la Biblia. Ahora conozco que todo lo puedes. Tus planes son eternos, antes de la creación, e incluso ella es parte de esos planes.

El sol fue planeado, la luna, las estrellas, el mar y la tierra. Aquellas cosas que se oponen a tus planes, que parecen desbaratarlos son creadas y “ninguna cosa creada podrá separarnos del amor de Cristo”. Tú no has creado nada que sea igual que tú, nada es omnipotente, todo es tributario de ti, se alimenta de ti y existe porque tú lo sustentas con la palabra de tu poder. El diablo es una criatura, no es omnipotente y cesaría su poder si tú se lo retiras, recibe de ti mismo, al revés, la fuerza que te opone. El pecado tampoco es omnipotente, fue creado, y es en esencia una no existencia. ¿Cómo voy a pensar que el diablo o el pecado interrumpan tus planes de salvación? No, tus proyectos son sublimes y todos los harás porque a los “que antes conoció los predestinó, a los que justificó también glorificó”. Ninguna situación se te escapa de las manos, aunque el pecado y el diablo tomen participación, tú harás que “todo obre para bien de los que aman a Dios”. Señor, por causa de tu gloria tú meterás a tu pueblo en la tierra prometida y nuestros ojos verán al Rey en su hermosura. Amén.

 

La Biblia no pasará

10:1-5

“En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca”. No le pregunta por qué las quebró, porque no fue un arranque de violencia sino de celo espiritual por él y por su Palabra, porque los consideraba indignos de ella, algo tan bueno. Dios hizo una réplica de ellas. Los documentos de la Biblia que Dios no quiso que se perdieran, lo evitó haciendo suficientes copias de ellos para que llegaran hasta nosotros. Gracias Señor por los autores de la Biblia y porque la has cuidado del exterminio, del fuego y otros ataques. Sobreviva por los siglos y al mundo porque “el cielo y la tierra pasarán”, pero la Biblia no pasará. ¡Viva el evangelio eterno! (Apc.14:6).

10:6-9

“De allí partieron”, no dice partimos. Parece un comentario del editor o interpolación (Broadman Bible Commentary).

10:10

“Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová también me escuchó esta vez, y no quiso Jehová destruirte”. A este hombre le tuvieron que gustar mucho las cosas del Espíritu y amar a Dios para pasar tanto tiempo con él en la soledad. Peor le fuera a la iglesia si su pastor no intercediera por ella. No son sus dones los que la mantienen sino su oficio sacerdotal, porque pide perdón para ella. Bueno es que el ministro dedique días a estar con Dios y su Palabra.

10:12,13

“Temer, amar, servirle”, así en ese orden para no pecar contra ti, Señor, para disfrutarte y para prosperar obedeciendo tus mandamientos. No hay contradicción entre temer a Dios y amarle, como a Padre y amigo celestial.

10:15

“Los amó y los escogió”. Los judíos y los cristianos se sienten privilegiados con Dios. Esas dos palabras parecen como si Moisés hubiera mojado su pluma en el tintero del apóstol Pablo (Ro.8:33).  O Pablo en el de Moisés. ¡Qué bellas y seguras son! Si me preguntan, ¿por qué te escogió? Mi respuesta es que fui predestinado en amor “conforme al consejo de su voluntad” (Efe.1:11). Y al afirmar eso exudaré alegría. 

10:16

“Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz”. Como si les preguntara, ¿cuándo van a terminar de convertirse?  Han tenido tantos privilegios y excepciones, han estado a punto de perecer, ¿hasta cuándo tardarán la conversión de corazón? Oh Señor, que al fin me rinda a ti, que saque de mi corazón “el cuerpo pecaminoso y carnal” y siga cada día en conversión; la conversión es algo que empieza un día, un día de gracia divina, y dura toda la vida hasta que definitivamente lleguemos al cielo. Tiene igual proceso que la santificación.

10:17

“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho”. Nuestro Dios es incorruptible, si ustedes piensan que con dinero o posición lo pudieran comprar, se equivocan. El no entra en tratos ilegítimos con nadie. Oh Dios tú eres más puro que el oro, el brillo de tus virtudes resplandece más que el sol. Algún día podré mirarte y disfrutarte, verte, oh Dios, será mi felicidad.

10:18

“…que ama también al extranjero dándole pan y vestido”. Los sentimientos de Dios no son sólo para vosotros sino para otros también. Los expatriados en el Ponto y en Estados Unidos, lo saben. Lo sé.

10:22

“Eran setenta personas y ahora son como las estrellas del cielo”. Fue el período más oscuro de la tierra de Israel; parecía como si no tuviera Dios, como si él hubiera cambiado su propósito con ellos. Israel vivía ajeno a Dios y él, simplemente, lo multiplicaba. Tenía un cuidado natural de él. Pero la semilla de la revelación y del conocimiento de Dios no desapareció porque los padres de Moisés y las parteras son señales que el pueblo retenía el conocimiento del Dios de sus ancestros.

11:1

“Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días”. Dios, que conoce bien las enfermedades de tu corazón, su dureza e incredulidad, no mide místicamente, esto es, sentimentalmente tu amor por él, sino prácticamente, por tu obediencia a sus mandamientos. No trates tanto de sentir por él como de vivir por Dios (Jn.14:15).

11:2-8

“Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido”. Como si el Señor les dijera: “Me dirijo a ustedes quienes tienen experiencia conmigo, a quienes me he revelado, a quienes he ayudado y defendido, que tienen razones para temerme, amarme y creer en mí, que tienen motivos para tener fe en mí, les pido obediencia, para que vuestros hijos crean en mí por el testimonio de ustedes”. Dicho de modo absoluto, la fe de los hijos depende de la obediencia de sus padres y la fe del mundo de la obediencia de la iglesia (Jn.11:21-23).

11:9

“Y para que os sean prolongados los días sobre la tierra”. Esto se refiere a la posesión de ese territorio como de Israel y no de los árabes. Y por extensión al promedio de vida de la población. Los médicos recetan una dieta con fibras, proteínas y baja en grasa, con ejercicios físicos, para vivir mejor; Dios recomienda obediencia a sus mandamientos.

 

Providencia y leyes naturales

Dt. 11:10-12

“Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin” (No como el país donde has estado, Egipto). “Tienes que pensar que lo que vas a encontrar no es igual que lo que dejaste atrás; la tierra de Egipto está regida por mis leyes naturales, las gobierno con el orden que he establecido, yo sostengo ese orden y el orden sostiene el caudaloso Nilo; pero la tierra que por promesa te he dado la dirijo yo personalmente por medio de mi providencia. Cualquier cosa que allá pasaba respondía a las leyes de la creación, las que ocurran aquí son acciones mías, allá la cosecha dependía de la forma del cultivo que se hiciera conforme a las leyes de la creación; en la tierra prometida a la relación que ustedes tengan conmigo”. De igual manera la iglesia puede decir lo mismo y estar segura de que un cuido providencial tiene lugar con ella; el mundo también lo gobierna Dios, pero no de modo tan especial y positivo, porque el otro parece espiritualmente abandonado a su suerte y transgresiones.

Dt. 11:13-15

“Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite”. La creación está arreglada para serte de bendición, sentirás la bondad de las leyes naturales cooperando con tu trabajo (Ver Ge.3:17-19). Lluvia temprana y tardía, la de otoño y primavera. No son injusticias divinas ni simples efectos naturales sin control cuando vemos tsunamis que arrasan poblaciones y lluvias incesantes que provocan deslaves que sepultan aldeas. Dios tiene miles de razones para limpiar la tierra de padres y descendientes desobedientes, y que sean tragados por la tierra. Y digo eso con la sensibilidad de un corazón cristiano.

11:17

“…y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová”. Es muy triste ser destruidos por el pecado en un lugar donde Dios nos llamó para bendecirnos. Oh, Señor, no sea ese mi caso, pase yo adelante y satanás no me de alcance (Sal.141:10). Dios no destruye a nadie sin que antes le de muchas oportunidades y perdones.

 

La Biblia y los niños

Dt. 11:18-21

 

“Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos”. “Les doy mis mandamientos para que sean fieles ustedes, ante la familia y para que ellos también aprendan a ser fieles”. Fíjate desde dónde sale la Biblia, “del corazón y del alma”; quiere decir que debemos ponerla allí, o mejor dicho es donde la pone el Espíritu Santo. En otra parte este es el consejo de Dios “haced que os penetren en vuestros oídos…” (Lc.9:44). Nosotros decimos, “métete eso en la cabeza” “no seas cabeza dura” “yo te hablo y tú no me estás oyendo” (v.18). Después dice que se aten textos bíblicos en los brazos para que puedan leerlos, en otras palabras, que no pierdan de vista la Biblia, que la lean diariamente y que en toda circunstancia la consulten. 

Y, además, que la practiquen, y quien dice en la mano y los ojos dice en los pies. El apóstol llama la atención a que hay judíos que no lo son de corazón sino de apariencia (Ro.2:29). Nosotros somos judíos, pero no porque hayamos sido circuncidados ni porque guardemos la ley de Moisés, no judaizamos, sino porque somos cristianos. Los mejores judíos son los cristianos. Los cristianos no de nombre sino de corazón, no porque hayamos sido circuncidados por fuera sino por dentro, en el espíritu, en nuestro real yo (Dt.10:16). Y termino con nuestra responsabilidad con nuestros hijos, que es enseñarlos a ser cristianos, no porque hayan sido bautizados sino porque les ayudamos a aprender de memoria la Biblia y ensenársela con el ejemplo y la palabra. Hay libros muy buenos para niños, y sin descuidarlos ni hacernos sus propietarios, enseñarlos a pasar cada etapa de sus vidas y cómo responder a ellas, y que la Biblia hay que respetarla y vivirla. 

 

Dt. 11:18-25

“Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio”. Dios nos da visión o ambiciones espirituales, religiosas. No cabe duda, Señor, que no tenemos más éxito misionero porque somos desobedientes. No son los grandes obstáculos que hallamos los que imposibilitan nuestro triunfo ni que seamos pocos, sino porque siendo desobedientes no obtenemos tu ayuda. O no la notamos. En todos los hogares en los cuales pongamos la planta del pie sería cristiano; seríamos un pueblo que avance mucho, sin frontera en el mundo, porque de costa a costa las almas serían tuyas. Oh, Señor, estoy cansado de justificar mi esterilidad, pero he sentido mucha recompensa y diaria admiración por ti y edificación en la meditación de tu palabra.

11:26

“He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición”. Es decir, dice Dios, “obedeces o no, hacemos el trato o no. Escoge tu prosperidad o destrucción, seguirme o volverme la espalda. Te doy a elegir entre ser fiel y apóstata. Te ayudaré así: si no puedes imaginar las bendiciones que te aguardan, piensa en las consecuencias de tus pecados; si no te inspiran tus grandes ideales para ser fiel, ten miedo, entonces, a las consecuencias de tus pecados para que lo seas”. Oh, Dios perdón.

12:1-7

“Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses”. Los israelitas en la guerra no debían dejar rastros ni recuerdos pecaminosos para que satanás no los incitara volver a ellos. No desentierres pecados que se hacen difícil volverlos a sepultar. Y repiten sufrimientos y vergüenzas. No desarrollarás tu religión sobre los residuos del hombre viejo; ocupa su lugar con cosas nuevas, como nueva criatura con un nuevo empezar.

12:6

“Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos”. Practicaréis una religión completa, no os retraigáis de nada. “No más sacrificios en los lugares altos. El lugar de adoración no es mencionado quizás para evitar que los cananeos tratarán de impedirlo. Primero fue Mizpa, después Silo y por último Jerusalén” (JFB).

12:7

“Y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido”. Después que eran reconciliados y perdonados por Dios hacían una fiesta porque ya sus obras eran agradables a Dios (Ecl.9:7).

12:8-11

“De ninguna manera haréis como aquí que cada cual hace lo que bien le parece a sus ojos”. No como en el tiempo de los jueces, pero sin mucha organización, sino con preciso y único lugar de adoración (Jue.17:6). Ocio, pero sin verdadero reposo que es espiritual. Y no mantenían una formal vida de sacrificios espirituales, yendo de un sitio a otro (Am.5:25). No tener enemigos (v.10).

12:13,14

“Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres”. Para preservar el orden religioso, preservar los medios únicos y personas únicas de salvación (sacrificios y levitas) y estos con la verdad y la presencia de Dios.

12:15-19 

“Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano”. Cuídate de no comerte lo que es de Dios. Apoya la obra del Señor y no desampares de tus bendiciones a los ministros locales y misioneros en ultramar que han salido en tu lugar para hacer la obra de Dios.

 

Transfusión de sangre

12:23-25

“La sangre es la vida y no comerás la sangre con la vida”. No dice que la vida del animal está en su espíritu sino en su sangre. Esto no es una afirmación biológica sino ceremonial; eso de “vida” “sangre” tienen que ver más con la expiación del pecado y con “el alma que pecare esa morirá”, y vida por vida, que con el funcionamiento del cuerpo (v.27). Ojo con hallar errores científicos en lo que dice para el culto, y sacar la locura de la prohibición de transfusión de sangre humana donde ni remotamente se podría lícitamente inferir eso. Y desde siempre el derramar sangre fue equivalente a perder la vida, al hablar de la muerte.

12:32

“Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”. Todo es importante en la salvación, nada sobra y nada falta. La Escritura está completa, sobre todo, Cristo, teniéndolo a él estamos “completos” (Col.2:10). No le quites ni le pongas (Apc.22:19).

13:1-5

“Y la señal o prodigio se cumple”. Nota, que un falso profeta pudiera hacer milagros y predecir el futuro y que se cumpla; por lo menos en apariencia. Aunque Dios también hace lo mismo (recuerda a Janes y Jambre), la autenticidad de un predicador se manifiesta por la Escritura (ver Isa. 8:19,20).  ¿Por qué aparecen esos “profetas”? Porque Dios los envía para probar la fidelidad de la iglesia a él por medio de la Escritura. ¿No has leído de “prodigios mentirosos”? (2Te.2:9). El diablo puede oírlo y ejecutarlo, no siempre puede, pero pudiera.

13:6-11

“Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis”. Grande es la lealtad que nos pides, Señor, y cualquier ser humano que eso pida, anticristo o tirano es. Tú eres soberano. Tú y nadie más. Influenciar a otros para que no crean, para que pequen y para que abandonen a Dios, es un gran pecado.

 

Una iglesia menos

13:12-18

“Que han salido de en medio de ti hombres impíos que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti, irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de espada. Y juntarás todo su botín en medio de la plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, todo ello, como holocausto a Jehová tu Dios, y llegará a ser un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada. Y no se pegará a tu mano nada del anatema, para que Jehová se aparte del ardor de su ira, y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres, cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios”.

He oído la espeluznante información del número de iglesias que se cierran en Estados Unidos. En este texto judío, la lealtad a Dios, al reino de Dios, se mantenía a filo de espada. ¿Una ciudad menos? Sí, Dios ordenaba que la borrasen del mapa. ¿Una iglesia menos, un candelero menos que alumbre en una ciudad o en una región? (Apc.2:5) Sí, si se vuelve infiel a Dios ya él no la necesita, y un mal ejemplo que incite a otros a hacer lo mismo es mejor que deje de existir; es mejor que los vecinos digan: “Aquí cayó el juicio de Dios” que, “sigamos el mal ejemplo de esa iglesia, hagamos sus obras y creamos sus doctrinas”. Si una iglesia, una institución o una familia se corrompen y abandonan los principios del Señor, ya a Dios no les hace falta y la comunidad no la necesita. Preservar el evangelio es más importante que a toda costa mantener una iglesia infiel o una sociedad apóstata. Leemos que un terremoto borró del mapa a Colosas, por la influencia del docetismo o gnosticismo dentro de ella. No fueron suficientes ni los ruegos del apóstol Pablo para salvarla si la mayoría acogió con los brazos abiertos esas doctrinas. Hoy el problema es similar, con el deísmo y el secularino en los púlpitos.  Una iglesia menos, que no hacía falta en la historia, y lo único que ha quedado de ella es la protesta teológica que se hizo en su contra.

14.

Este capítulo, como todos, tiene que entenderse a la luz del NT. Las regulaciones alimenticias tienen el propósito que Israel sea un pueblo único (v.12, “cerrado” “rico” “joya” “especial”), que aprenda el concepto del bien y del mal, que escoja lo bueno y deseche lo malo, que instruido por la Escritura “apruebe lo mejor” (Ro. 2:18) y que sea obediente y regule su vida por la voluntad de Dios.

14:3-8

“Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida: camello, liebre y conejo” (Ver Lev. 11) ¡Creaste el mundo, Señor!, y nos dejaste tu ley en todas partes, bendito seas, abre mis ojos y corazón para que te adore. Donde se traduce “conejo” es un equivalente aproximado de la palabra hebrea; el significado es para un animalillo que se esconde en la roca, probablemente familia de ése.

14:9,10

“Mas todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será”. Dios creó los animales, los peces, las aves y el mundo con un significado para que leyéramos su ley en ellos. Usó su Palabra, el Verbo, como patrón para hacer el mundo. La creación tiene un significado religioso. Es la primera revelación de Dios “porque las cosas invisibles de él se hacen manifiestas desde la creación del mundo por medio de las cosas creadas” (Ro.1:20). Los peces que no tienen escamas ¿no es cierto, que recuerdan a serpientes marinas y al diablo?

14:22-29

“…indefectiblemente” o “de un modo que no puede dejar de ser” (VOX). La palabra no aparece por separado sino dentro de la definición de diezmo, porque en hebreo es “acumular” “seguramente” “dar la décima parte”. Indefectiblemente es una síntesis de esos significados. Si los ministros del evangelio son sostenidos, la religión sigue funcionando. En la iglesia cristiana cualquiera forma de generosa contribución es lícita, y la forma de diezmos es de las mejores, si sistemáticamente cada miembro la usa. Vagamente recuerdo en una biografía de Spurgeon que cobraba por el uso de los asientos, y en la parte posterior nada. Hay bendiciones prometidas por Dios para aquellos que asumen la responsabilidad financiera de su iglesia. Descontando los perversos que apelan a esa consagración para despojar a los pobres de su poca fortuna.

 

 

Perdona dinero y pecados

15:1-6

“Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová”.

¿Perdonar dinero? El Señor Jesucristo comparó los pecados con dinero (Mt.18:28-30). Cuando se le pide perdón a Dios se le ruega que cancele una “deuda” (Mt.6:12). Antes que el perdón “espiritual”, los pecados del prójimo, Dios enseñó a su pueblo que aprendiera perdonando dinero a los que habían tomado prestado y no podían devolverlo; así el perdón sería una generosidad de gracia, porque el que perdonaba no necesitaba la recuperación de ese dinero porque Dios le había añadido mucho más por otro lado, y comprendía que la fortuna que iba acumulando se la estaba dando Dios.  También el perdón sería una muestra humana de misericordia hacia el prójimo a quien se le amaba al perdonarlo. El trasfondo de todo eso era enseñar el amor al prójimo y que no es necesario, conveniente ni cristiano, reducir a la miseria al prójimo para enriquecerse uno, que se puede negociar con él sin explotarlo. El perdón conllevaba la pérdida de dinero en este caso, un dinero que se había dado con promesa de restaurarlo y no regresaría; pero era otra gran lección que les daba, que cuando uno perdona pierde algo, pero gana mucho; renuncia a su derecho, ejercita la memoria con olvido porque se aprende que se gana más cuando se perdona que cuando se recuerda. No hemos aprendido a perdonar los pecados hasta que no sepamos perdonar deudas financieras que no nos pueden pagar, y no nos han de hacer más ricos o más pobres. Y esto nada tiene que ver con los morosos en devolver el dinero tomado, a los cuales sí hay que exigirles que reintegren, como puedan, lo que sacaron prestado, porque es impío el que toma prestado y no paga (Sal.37:21).

15:3

“Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano”. Con los hermanos de la iglesia debemos usar una excepción especial de gracia porque nuestro amor es más grande, y creen y viven bajo la misericordia de Dios, no con el mundo. Y de eso no se aprovechen los “falsos hermanos” escondidos en la iglesia (Ga.2:4; 2Co.11:26).

 

No quieras que te cuenten un pecado

15:9

“Podrá clamar a Dios contra ti y esto te será por pecado”. Tú no querrás que algo se te cuente como pecado, ¿no? La falta de generosidad hacia el hermano, si cierras contra él tu corazón, si te mueve la avaricia pudiera serte contada como pecado. Hay más, el texto enseña que las oraciones de los pobres entran en los oídos del Señor (Sgo.5:4), y si ellos oran porque se sienten lastimados por tu insensibilidad, la oración podrá hacer que aquello que Dios te toleraba se te convierta en un pecado. Hay cosas que a Dios no le gustan, pero no las imputa como pecado hasta que alguien las sufre y le eleva una queja. Si la queja llega ante su trono, el Dios justo toma medida y no puede excusarnos porque es justo y tiene que tomar acción contra cualquier injusticia cuando se le ha invocado como árbitro.

15:10

“Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas”. La versión LBLA traduce mezquino como “y no te dolerá el corazón cuando le des”, no te pondrás triste porque “Dios ama al dador alegre” (2 Co. 9:7). Además, sí, da hasta que te duela. Hasta que sea un verdadero sacrificio. Mezquino es el que da a otro menos de lo que puede, da para salir del paso, para decir que dio y cumplir en apariencia la ley de Dios. Oh Señor, perdónanos cuando preocupados por nuestros gastos, teniendo suficiente para cubrirlos, no damos a otros lo suficiente como para que cubra sus necesidades y poco puede hacer con la ayuda que le otorgamos.  

15:12-15

“Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías”. Ayúdalo a empezar una nueva vida, Dios te ha bendecido para que hagas eso con él. El que hoy fue tu empleado mañana puede ser tu amigo empresario. Quiere Dios que por las malas experiencias que vivimos seamos más humanos.

 

Ofrece tu oreja a Jesús

15:16-18

“Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada”.

Primero veamos la aplicación social de estas palabras. ¿Cómo a un esclavo le puede ir bien, mejor que si estuviera libre? Cuando hay amor entre el amo y el siervo. Es posible eso si el amo recuerda que él tiene un amo en los cielos (Col.4:1), y no trata a su prójimo como si fuera un objeto o una bestia sino con justicia y hasta con amor. Esto dicho no equivale a la aceptación de la falta de libertad, que amo y por la que he luchado.

Las estructuras sociales no serían tan malas si los hombres que las usan fueran mejores, si los derechos humanos fueran respetados y se tuviera en cuenta que todos los hombres fuimos creados iguales por Dios; que estamos hermanados por la creación porque de uno sólo ha hecho el resto (Hch.17:26).

En segundo lugar, una aplicación espiritual. Señor, a mí me ha ido bien contigo y aunque he tenido oportunidad para dejar de ser tu siervo no he querido, ni siquiera me ha pasado por la mente, porque te amo y he ofrecido mi oreja a tu mano para que la horades y sea yo tu siervo para siempre. El que ofrece su oreja está ofreciendo las dos, la lengua, los ojos, la cabeza y el cuerpo enteros para que sean suyos. Es un buen comienzo la vida cristiana dándole una oreja al Señor, lo que dice la iglesia, su Palabra. Eso no es equivalente a “oidor olvidadizo” (Sgo.1:25), No es decir “te doy una oreja y ya”, no, es como un bautismo de fe, una renuncia al “libertinaje” y a ser pocos serios, como si la gracia no tuviera ley, como si el amor de Dios estuviera sin ella (Jud.1:1:4). Préstale atención con las dos, conságralas, y no hagas jamás “de oídos sordos” a lo que te dice.

15:19,20

“Consagrarás a Jehová tu Dios todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas; no te servirás del primogénito de tus vacas, ni trasquilarás el primogénito de tus ovejas. Delante de Jehová tu Dios los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escogiere”. Señor, tú nos has enseñado a ponerte en primer lugar, nada ni nadie puede ir antes que tú, irás delante de todos nuestros asuntos; también cuando te ofrecemos lo primero que recibimos, sin saber cuándo vendrá lo segundo, a que actuemos con fe y esperanza (1Co.9:10) en todos los negocios de esta vida. Tú no fallarás y cuando demos lo que tenemos vendrán bendiciones que sobreabunden. Has querido que te demos lo mejor, no aquello que tiene defecto. Haz que no te menospreciemos con nuestras ofrendas y que todas ellas tengan la mejor calidad. Para nosotros, oh Dios, lo que tiene defecto y lo peor, para ti lo más excelso, el nardo puro de mucho precio (Mr.14:3).

15:23

“Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la derramarás como agua”. La prohibición no fue un fin en sí misma, sino que cada cual al derramar la sangre pensara en su expiación. Es tomar las cosas por sus ramas y no por su raíz e intención espiritual, hacer la obediencia del mandamiento el fin en sí misma y la forma de agradar a Dios. La prohibición quiere enseñar algo más que la abstinencia. El que por obediencia se abstiene de comer sangre o no permite una transfusión muestra no haber aprendido nada de dicho precepto, que, además, ya cumplió su función porque Cristo derramó su sangre por nuestros pecados, y aquella antigua ordenanza está pasada de época y no sigue vigente porque murió en la cruz y desapareció (He.8:13).

 

Cristo, nuestra pascua

16:2-8

“No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto”. Recordarás tu redención. La pascua se celebraba en el mes Abib, cuyo nombre cananeo significa verde, el comienzo de la primavera, más o menos con nuestro Abril. Aunque es llamada fiesta su propósito no consistía en danzar sino en afligirse y para ello comían hierbas amargas (Ex.12:8). En tiempo de Jesús se celebraba en los hogares. Él la celebró en el aposento alto. La muerte de Cristo en el tiempo de la pascua indica que él “es nuestra pascua” (1Co.5:7), que como Cordero de Dios ningún hueso suyo fue quebrado en su sacrificio por nosotros (Jn.19:36), y con cuyo ejemplo aprendemos a despojarnos de la “vieja levadura” de malicia y de maldad y reemplazada por la sinceridad y la verdad (1Co.5:8).

 

Fiestas solemnes

16:9-16

“Y harás la fiesta solemne de las semanasy te alegrarás delante de Jehová tu Dios”. Mira el número de veces que aparece la palabra “fiesta” y “alegrarse”, porque el Señor quiere que su pueblo tenga gozo, que haga fiesta, pero con una alegría “solemne”, es decir, sagrada, reverente, espiritual, no vulgar ni mundana. Fiesta de la pascua, los panes sin levadura, la cosecha, etc.  Pentecostés, una cosecha delante de Jehová y de bendición (v.15) porque Dios había enviado prosperidad a su pueblo dándole lluvia, sol y salud. Ninguna plaga había tocado la morada de ellos ni sus cosechas. Esa es la verdadera alegría, profunda, bella, saludable, espiritual, la que brota de un corazón agradecido a Dios y se expresa en alabanzas, comiendo, bebiendo y divirtiéndose (1Co.10:31). En una fiesta como éstas fue que el Señor envió su Espíritu Santo, hablaron nuevas lenguas y se convirtieron a Cristo miles de personas. Dios quiere que estemos con él en nuestras humillaciones y alegrías.

17:1-5

“Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu Dios traspasando su pacto, que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido; y te fuere dado aviso, y después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel; entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán”. Esta ley por asuntos morales sí leemos que fue aplicada en Israel, pero nunca por razones cúlticas o teológicas (Hch.7:43); y por resultado el país frecuentemente se llenó de idolatría y como nación tuvo que ser destruida; es que es muy difícil demostrarlo sin duda alguna.

17:6

“Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo”. Un solo testigo no era suficiente para “admitir acusación” (1Ti.5:19) contra el prójimo porque pudiera estar haciéndolo por malos motivos, porque pudiera estar escondiendo su propia maldad o por chisme y murmuración. Aun dos testigos era poco teniendo en cuenta el peso de la sentencia. Cuando la acusación es grave se necesitan otras pruebas adicionales, y en caso que se descubra que se le quería dar muerte injustamente a otra persona, los malvados debieran sufrir igual sentencia. Téngase en cuenta el espíritu de esto cuando se trata del honor de un ministro de la ley de Dios y el daño que le hace circulando invenciones en su contra, como limitarán su influencia y despojarán a Dios de parte de su gloria.

Dt. 17:6-13

“Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti. Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio”. Los asuntos más difíciles se llevarían a Dios, consultando a los varones que eran representantes suyos, hombres sabios en la Escritura, temerosos y reverentes, dados a la oración, que con un espíritu imparcial decidirían sobre el caso. Oh Señor, danos respuesta sobre los asuntos secretos y aquellas cosas complicadas; y si no entendemos el asunto no demos consejo, sino que lo dispongamos sobre el altar de la oración. Amén.

 

Soy menos exigente que los mejores intérpretes

17:14-20

“Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores”. Hay una forma suspicaz de leer este pasaje pensando que es una elaboración piadosa posterior a Moisés, y escrito en forma de predicción lo que ya había ocurrido en la historia, con el propósito de evitar que se repitan los tristes sucesos de la apostasía de Salomón. “La presencia de esta ley en Deuteronomio necesita considerable explicación. Lo primero es por qué se halla este pasaje aquí. Para un libro que se esfuerza en poner en orden toda la vida de la nación mucho antes que tuviera rey es verdaderamente un enigma. Ningún código en la ley es paralelo. El oficio de rey vino mucho después que Israel ocupó la tierra. La antigua ley de Israel era en contra de tener un rey (1 Sa.15:2; 2 Sa.24)”. (Broadman Commentary).

Sobresalta el tono de la predicción, porque Dios sin emoción alguna habla sobre el futuro pecado, cómo evitarlo y la solución para no cometerlo. Si uno lee 1Sa.8:5 y los siguientes, cuando Israel pide a Samuel que le ponga un rey como las otras naciones, Dios parece estar tan afligido como el mismo profeta, pero le pide que tenga conformidad, que se calme y que acepte su voluntad permisiva no de mala gana. Gracias Señor por comprender mis emociones y ayúdame a tomar las cosas malas con la calma que tú las tomas y darle las soluciones que tú recomiendas.

En el caso de los caballos y la formación de un harén con los peligros de apostasía que ambas cosas traerían, ocurrió en tiempos de Salomón y el autor parece estar pensando en él; sin embargo, no recuerdo que haya habido alguna voz profética en aquel entonces que le dijera al descaminado “sabio” la insensatez que estaba haciendo. Aprendo, que Dios predice con sentimientos divinos los pecados de los hombres, pero manifiesta su humanidad (simpatías) cuando ellos se cometen; fue por eso que las emociones divinas cuando el pueblo le pidió rey a Samuel fueron distintas a las que tuvo cuando se escribió la ley en tiempo de Moisés. Es una maravilla este Dios que tenemos que siendo inmutable y perfecto puede vibrar con nosotros y estar en nuestra sintonía. De todos modos, a mí no me importa cuál fue la mano que escribió esto, antes o después en forma de consejo divino, porque eso es, un comentario de Dios, y soy menos exigente que esos buenos intérpretes.

18:1,2

“Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán”. Los ministros viven de Dios. Lo que les corresponde a ellos el Señor se los dio a sus hermanos para que lleguen a su destino a través de la fe, del amor humano, compartiendo.

18:9-13

“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones”. La superstición y la explotación de la ignorancia religiosa estaban prohibidas por la ley del Estado. El v.11, “ni quien consulte a los muertos” significa que dice palabras que no se entienden, sonidos bocales incomprensibles. ¿No hablan los espiritistas en lenguas? ¿Qué lenguas? Satánicas. Es necromancia.

 

No te dejes leer las palmas ni consultes a los muertos

18:15-22

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis”. El pueblo necesita del profeta (ahora la Biblia) para saber lo que dice Dios, no medio profeta que lea el pasado de una persona, sino que vaya más allá. ¿Cómo descubrir los charlatanes y aprovechadores? Sencillo, pidiéndoles predicciones, que vaticinen el futuro, no que digan todo lo que me pasó. El pasado de alguien puede ser “descubierto” por una persona inteligente o que tenga los medios para averiguarlo, pero de cara al futuro eso no tiene valor. Es precisamente la prueba del futuro la piedra de toque para probar si alguien dice la verdad o comercia con ella. Para eso no basta la inteligencia y la astucia, decir cosas bonitas y dar consejos con sentido común que no prueban que hablen en nombre del Señor. ¿Lee las palmas?  ¿Consulta a los muertos? Que profeticen eventos en la historia, si yendo por las ramas rehúyen ser precisos, nos daremos cuenta que son impostores del demonio y no voceros de Jehová. No nos conformaremos con generalidades sino con datos específicos. De todos modos, es mejor no escucharlos, ni siquiera para probarlos, y dar ese consejo a los que ingenuamente le piden conocer el porvenir.

19:1

“Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las heredes, y habites en sus ciudades, y en sus casas”. No pienses en una herencia sin luchar por ella. Israel heredó la tierra pero le llevó años de luchas. Los dones de Dios se procuran, se lucha por ellos. Lo que Dios promete no cae del cielo, hay que trabajar por ello. Aun la salvación, aunque es por gracia por medio de la fe y no por obras, hay que trabajar en ella y cuidarla con “temor y temblor” (Flp.2:12).

19:4-10

“Y será para que todo homicida huya allí”. Contra una venganza injusta. Un homicida inocente, no culpable. No hay récord que se haya usado. Cristo es un emblema mejor que éste porque acepta no a los justos sino a los pecadores. Estas ciudades servían de refugio sólo a los inocentes, los culpables eran sacados afuera de ella y ejecutados, sólo los acusados injustamente eran protegidos (v.12); pero Jesús es un refugio seguro para los culpables que han pecado contra Dios y quieren huir de su justicia; pueden entrar en él y volverse inocentes (Mt.12:7). El justifica al impío (Ro.3:26).

19:14

“No moverás los linderos de tu prójimo fijado por sus antepasados”. No le robes la tierra. Respeta la propiedad privada.

19:15-21

“Si el testigo es falso y ha acusado a su hermano falsamente”. Si no quiere, emprende un proceso judicial por difamación, orará a Dios y dejará a él la venganza porque él es juez que juzga justamente. Oh Señor, juzga aquellos que nos han hecho perder parte de nuestra reputación. Es difícil gozarse cuando dicen toda clase de mal, aunque sea mintiendo; la esperanza celestial tiene que ser grande (Mt.5:11).

 

Qué pasaría si Israel tiene fe y no armas para defenderse

20:1-9

“Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo”. “Recuerda lo que yo puedo hacer y ten fe” (v.2). Israel nunca tendría que preocuparse por exceder en número a sus enemigos, sólo por tener la ayuda de Dios, ni por hacer un gran presupuesto para hallar nuevos tipos de armas de destrucción masiva, no tenía por qué empobrecer la población con una carrera armamentista e ir volviéndose arrogante y confiando más en la superioridad numérica y en sus armas que en el Señor. No era con ejército la victoria, decían los profetas (Zac.4:6) y la historia del buen Uzías fue un triste ejemplo de esto, prosperó mucho, inventó armas que los enemigos no poseían, pero descuidó su fe (2Cro.26:14-16). Es cierto que no hay ninguna palabra de Dios en contra de su preparación para la guerra, al contrario, forma parte de su elogiosa fama, pero sospecho que eso fue un síntoma de su declinación espiritual y su confianza en los medios de combate más que en su comunión con el Señor. ¿Qué pasaría si los árabes supieran que Israel no tiene armas con qué defenderse sino su confianza en Dios? Digo, actualmente. ¿No lo echaría al mar como quieren? ¿Y por qué no pudiera tener fe y un ejército armado?

 

Mira la casa y mira la mujer

20:5-7

“¿Quién es el hombre que está comprometido con una mujer y no se ha casado? Que salga y se case no sea que lo maten en la batalla y otro se case con ella”.

Este texto nos enseña claramente que es la voluntad de Dios que disfrutemos antes de morirnos las bendiciones que nos ha dado y por las cuales hemos trabajado, la casa donde vivimos, el fruto de nuestro trabajo y el cónyuge que hemos escogido. Hay gente que no tiene capacidad para disfrutar lo que tiene (Ecl.6:1,2), y quizás sean muchos, no disfrutan la casa, no la miran, no la arreglan, no la limpian, no están casi dentro de ella. Otros no disfrutan la compañera, la tratan como la casa, tampoco la miran, viven al lado de ella, pero no viven con ella, la desconocen, no tienen comunión; y otros trabajan mucho, pero ahorran todo, gastan en disfrute propio muy poco de lo que colectan, viven para lo que adquieren y no adquieren para vivir, el progreso no los hace más felices.

No, Dios quiere que disfrutemos lo que nos da, antes de morir, porque quiere que seamos felices y que las bendiciones que recibimos no se las pasemos a otros, por necios (Lc.12:20); pero tampoco que seamos tan necios que hagamos la vida entera una consagración a esas bendiciones sin preocuparnos por la obra de Dios, sino que haya un equilibrio entre lo espiritual y lo secular (1Co.7:29-31).

20:8 

“¿Quién es el hombre medroso y de corazón apocado? Que regrese a su casa para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos”. Por favor, no desalientes a otros si estás desanimado o +tienes miedo, y tienes poca fe. Si estás de mal humor, aléjate antes que pongas a los demás igual que tú y en contra tuya, si te vacila la fe, súplela con la  palabra de Dios, si te parpadea la luz de tu esperanza, mira al cielo en busca de ella, pero no le quites a nadie el entusiasmo para luchar en la obra de Dios; Dios no quiere que contagies a los demás  con un estado de ánimo o con una manera de ser, que ni él mismo desea para ti.

20:10-18

“Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti”. Y las mujeres de lejanas tierras, ¿no eran paganas como las de las naciones vecinas? Sí, pero las cercanas eran espiritualmente más peligrosas porque con el tiempo podrían fortalecerse y recuperarse y convertirse de nuevo en una amenaza y la posibilidad que Israel perdiera su promesa y fuera a la extinción. A las vecinas les interesaría la apostasía de Israel, las otras no, quizás se hicieran prosélitos rápidamente. No hagas matrimonio donde y con quien tienes con los años todas las de perder. De todos modos, las mujeres férreamente dominadas por los hombres podrían no ser un peligro, como los niños y los árboles.

 

Trata como amigos la flora y el medio ambiente

20:19,20

“Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio”. Respeta la flora, ciudadano, la fauna y el medio ambiente, trátalos como amigos y no como enemigos, no destruyas lo que a ti y a otros después de ti hará falta; te beneficias ahora pero luego te perjudicarás, no pienses sólo en ti mismo sino en tu país y en la humanidad. No violes las vedas de animales, aves y peces ni rompas el equilibrio ecológico. Recicla tus productos y cuida la creación que Dios te dio para que la disfrutes, porque ella también, los árboles mismos, desde sus copas arriba hasta sus raíces abajo, gimen a una esperando tu redención (Ro.8:22). Planta árboles, ámalos y a las aves que sobre ellos hacen sus nidos porque te sirven de alimento, sombra, atraen la lluvia y purifican el oxígeno que llena tus pulmones. ¿Qué daño te hacen para que los tales sin razón? Si cortas uno siembra otro, y ten tu tamarisco junto a tu tienda para que a su sombra vivas en paz e invoques, como Abram, el nombre de tu Dios (Ge.21:33), o para que te sorprenda en oración, bajo tu higuera como a Natanael, la mirada del Señor (Jn.1:48). Jesús, aunque maldijo a una higuera estéril, amaba la vegetación e hizo su refugio para la oración, sobre un montículo sembrado de olivos (Lc.22: 39). 

21:1-9

“Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató”. No se inicia un proceso para descubrir al homicida, sino que se da un procedimiento para que el pecado sea perdonado y la población no pague las consecuencias espirituales que podría traer. Cuando oigamos de algún asesinato en nuestra comunidad oremos para que el pecado sea perdonado y segundo para que el criminal sea descubierto. La justicia salta de dicha cuando un violador, un depredador, un ladrón o un homicida, es capturado. Este procedimiento es extraño porque aparece el sacrificio afuera del santuario central.

 

Que ella se rape y se corte las uñas

21:10-14

“Ella se rasurará su cabeza y se cortará sus uñas”. Esta es una ley para casarse con una extranjera. Observa que no se dice ni una sola palabra sobre la religión de ella, que con seguridad sería pagana. Dios no ve peligro que un israelita se case con una extranjera, de lejos, porque por la distancia e imposibilidad de volver a su país, y el evidente poder de Jehová sobre sus desacreditados dioses, estaría preparado el terreno para la conversión de ella, amén de la buena conducta que como hijo de Israel tendría su marido. El problema mayor no era el cambio de religión sino el dominio de ella sobre sus sentimientos familiares, y por esa razón antes de casarse se le permite por un mes entero llorar a sus padres, aceptar que se ha quedado sin ellos y que puede comenzar una nueva vida. Lo que más obstaculiza la identificación de la pareja no serían los principios religiosos sino la falta de comprensión de los sentimientos humanos. El rito de raparse y cortarse las uñas pudiera ser como un nuevo nacimiento, echando afuera el “cuerpo pecaminoso carnal” (Col.2:11), que acompaña, pero no sustituye, que ayuda, a la nueva vida de casada, unida a aquel hombre que la llevará a la fe de Israel. Sin embargo, por la dureza de corazón de él se abría la posibilidad permisiva del divorcio, por la insatisfacción de él en las relaciones matrimoniales. Ella estaba advertida que eso podría ocurrir para que fuera inteligente y lo evitara. En este antiguo caso, ella, en la actualidad, los dos.

21:15

“Aborrecida”, no quiere decir que la odia, sino que no le interesa, que no la atiende, que le es indiferente y no la ama.

21:15-17

“Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito”. Aunque los padres no se amen como esposos los hijos no deben perder su derecho ante la ley. Jacob amaba más a José (Ge.37:3). Podrás amarlo más o menos por razón del amor de la madre, pero no quitarle el derecho que ante Dios y los hombres tiene. No lo prives de su bendición espiritual, atiéndelo para que también sea salvo y heredero del cielo.

 

Ama a tus hijos, pero mira bien más que a quiénes

21:18-21

“Y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho”. No he leído en la Biblia un solo caso que algún padre que tuviera un hijo glotón o borracho y desobediente lo haya llevado a los tribunales para que lo condenaran a muerte. Elí soportó pacientemente a sus dos hijos y hasta les toleró la infidelidad de ellos cuando desacreditaban su ministerio. David soportó a Absalón todo lo malo que hizo y estuvo dispuesto a dejarle el reino con tal de no hacerle un rasguño. En todos, los sentimientos paternales estaban por encima de la obediencia a la ley de Moisés; era mucho para ellos y para nosotros. La ley era muy buena para el hogar, pero lo que realmente los padres necesitamos es el evangelio de la gracia de Jesucristo, que contiene la sustancia de la ley de Moisés sin abrogarla, y donde el “hijo pródigo” que ha vivido “perdidamente” es recibido con un beso y una fiesta. El evangelio nos permite tolerar, disculpar, perdonar, sufrir y orar por los hijos con la esperanza que algún día entren en “su cabal juicio”. Ama tus hijos más que a ti mismo, pero no más que a Dios. Oh Señor, si llegamos a amar más a nuestros hijos que a tu palabra, perdónanos.

21:22,23

“Su cuerpo no colgará del árbol toda la noche”.  Se puede traducir madero, pero lo primario es árbol. Es mejor un madero. Y no vale la pena discutir si es un palo o una cruz. Lo mismo da.  No se le colgaba por el cuello sino por ambas manos, como en cruz. Oh Padre, esta ley también se le aplicó a Jesús, nació bajo ella, vivió por ella y todo lo mejor y peor de ella él lo cumplió (Ga.3:13; 4:4). No hay que ir a ella para salvación sino a él.

22:1-4

“Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano”. Esto para enseñarnos a ser buenos vecinos, no porque nos visitemos y festejemos juntos sino porque nos ayudemos cuando tenemos necesidad.

 

El vestuario y el cambio de sexo

22:5

“La mujer no vestirá ropa de hombre”. 

Este es un mandamiento que hay que tener en cuenta en la época y la sociedad donde se viva, porque las modas cambian de lugares y de tiempo en tiempo; (aquí se refiere a la ropa usada por un hombre) pero el principio siempre será el mismo, los hombres no deben parecer mujeres ni ellas hombres. El Señor prohíbe el uso de ropa o adornos que hagan parecer al hombre como mujer o viceversa.  Es cierto que hay ropas que hacen que el hombre se confunda con una mujer, tales como adornos tradicionalmente usados por ellas, pendientes, collares, y arreglos del rostro como cejas entresacadas, los ojos pintados, el cabello largo (1Co.11:14,15), etc.  En nuestra sociedad y tiempo el vestido es tradicionalmente una ropa femenina y el pantalón masculino; aunque una mujer use un elegante juego de pantalón y chaqueta, el vestido es mucho más femenino. El pantalón no necesariamente la hace parecer un hombre, pero sí le resta parte de su encanto femenino, con todo y que por ajustarse al cuerpo sea con intención de provocación; lo que no es perennemente recomendable. Es observable la abundante inclinación entre los hombres de hoy a vestirse y adornarse como las mujeres. Mucho más fuerte que las mujeres a parecerse hombres. Estamos viendo un creciente afeminamiento dentro del sexo masculino. Hace unos años los jóvenes se dejaban crecer el bigote y la barba como papá, hoy se depilan las cejas y se arreglan las uñas como mamá. 

La palabra usada “abominación”, para los hombres o mujeres que usen ropas del sexo opuesto es la misma que se usa en relación con la homosexualidad (Lev.18:22; 20:13); y lo que se aplica a la ropa mucho más al cambio quirúrgico del sexo (23:1). Los travestís son abominación ante Dios, según el texto bíblico. El cambio de sexo está prohibido por el Señor porque “varón y hembra los creó”, no un tercer sexo artificialmente escogido. Jesús nunca encontró un homosexual en Israel. Entre los griegos y romanos abundaban. Y dentro de nuestra cultura occidental secular descristianizándose más y más y volviéndose agnóstica y pluralista. 

 

Aprende a hacer distancias

22:9-11

“No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña”. Aprende a sacar de los mandamientos del Señor alguna lección para tu vida cristiana. La ley está llena de buenas enseñanzas. Al pueblo el Señor fue enseñándolo a no mezclarse en gustos y costumbres con los otros pueblos. Estos versículos debían tomarse como parábolas espirituales sacadas de la vida cotidiana, para que aprendieran a separar y separarse. En la viña podía sembrarse diferentes cosas, pero separadas unas de otras, no en el mismo lugar para que lo uno dejara crecer a lo otro, no sea que recíprocamente se perjudicaran y se perdiera la semilla y el trabajo. Debían aprender a hacer distancias. Se podía usar ropa de lana o de lino, pero no en el mismo vestido. ¿Lección? No rotundo a las mezclas espirituales, sea en religión o en la iniciación de la familia. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” y “¿qué parte tiene Belial con Cristo”? (2Co.6:14-18). Esto es una promoción de la santificación del pueblo y enseñarlo a separase de lo inmundo que corrompa su sincera fidelidad a Dios. En esas mezclas hay confusión y el pueblo del Señor tiene que aprender a discernir espiritualmente entre lo bueno y lo malo, el mundo y Dios, la verdad y la mentira (1Co.2:14; 11:29; Lev.19:19). Oh cristiano, usa los mandamientos del Señor para tu instrucción espiritual, y aprende a ser inteligente en las cosas menores y en las superiores.

 

Defiende tu virginidad prematrimonial, con las uñas, mordidas, patadas y gritos

22:14,25-27

“Y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen. Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase”.

Si quieres saber lo que Dios piensa sobre la virginidad y las relaciones matrimoniales antes de estar casados, aquí tienes el texto. Para la generalidad de jóvenes en esta sociedad secular la virginidad es cosa del pasado, respetada y admirada como noble en otros tiempos; ahora se burlan de ella y las niñas que siguen vírgenes después de los dieciséis años lo esconden a sus compañeras.

El daño psicológico debiera ser grande, a la postre. Acaso, ¿no se sienten usadas, decepcionadas y sin sueños cuando tienen varios novios de esta clase y ninguno quiere casarse sino satisfacer sus deseos pasajeros? ¿No se les nota en el rostro, si no se maquillan, la merma de la luz de su juventud? ¿No se pierden el respeto a sí mismas? Entran a ser mujeres antes de tiempo. Lo único que puede explicar esto, sin excusa, es la corrupción moral. La nobleza en la virginidad prematrimonial es cosa del pasado para esta sociedad, pero no para Dios, que firmemente la aprueba, la promueve y la recomienda, y lo que se dice sobre los asaltos sexuales se aplica a la pérdida de la virginidad en sentido general.

Dice, el texto “porque no dio voces en la ciudad”. No gritó, ¡auxilio!, ¡auxilio!, cuando la acosaban, y hallaron a la incauta en lugar solitario. Por supuesto que esos gritos de desesperación son los de una chica a quien intentan violarla, no precisamente la que engatusada o por su voluntad libidinosa se va con un chico a fornicar por su propio gusto. Esas no piden auxilio. Según Dios, la virginidad debe ser tan importante para la mujer que debe defenderla con las uñas, mordidas, patadas y gritos, para que un sinvergüenza no manche la santidad de su cuerpo. Si la tentación a ceder la virginidad sin compromiso de casarse, es muy grande, la joven adoctrinada por Cristo, debe hacer lo mismo que si pretenden abusar sexualmente de ella, gritarles a sus padres, a buenas amigas, ¡auxilio, auxilio!, para que vengan en su ayuda y la rescaten del peligro, teniendo en cuenta lo que dice el apóstol, que “el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor” Jesucristo (1Co.6:13). Y si has entregado con anticipación tu virginidad, y te pesa, estás   a tiempo para arreglar tu vida y arreglar tu juvenil cuerpo y convertirlo en algo más digno que un esclavo de gustos y pasiones, en un bello templo del Espíritu Santo.

23:1,2

“Ninguno que haya sido castrado entrará en la asamblea del Señor” (Lev.22:24). En la congregación de Israel. Algunos comentaristas han tratado de suavizar estos mandamientos alegando que cuando dice “en la congregación” no se refiere a la ciudadanía en Israel sino a la pública adoración a Jehová. Sin embargo, serían más útiles a Israel si las prohibiciones se tomaran de modo más general porque es muy raro que de forma involuntaria sufra ese daño, los cuales generalmente se hacen voluntariamente y están asociados a prácticas en religiones paganas, y en esta época al cambio quirúrgico de sexo. En la historia de la iglesia hay casos de eso, hechos con el propósito de erradicar tentaciones. Por esto se puede inferir cuánto Dios aborrece esa clase de cosas. ¡Qué amplia es la gracia de Jesucristo que permite unirse a la iglesia cristiana a personas que voluntariamente han hecho esas cosas y se han arrepentido! En cuanto a los bastardos, una medida rígida pero encaminada para quienes vayan a cometer fornicación o adulterio lo piensen dos veces antes de hacerlo.

 

Rut la moabita, un ejemplo del evangelio

Dt. 23:3-5

“No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre”. Cuando uno lee esto inmediatamente piensa en Rut la moabita y Booz que se casaron, y ella formó parte de Israel y de la genealogía de David; no esperó hasta la décima generación (Rut 4:21,22). ¿Porque era el tiempo de los jueces y cada cual hacía lo que bien le parecía? ¿Fue una violación de la ley mosaica? Ahí tienes un ejemplo de cómo la fe viola la ley y es sin culpa; enseñanza que hallamos en los labios de Jesús (Mt.12:5); no hubo que esperar diez generaciones para que ella fuera insertada dentro de la congregación de Israel, y se purificara su sangre pagana y se convirtiera en una real adoradora israelita, hasta que no le quedara ni una gota de la sangre de Moab. No, por la fe, instantáneamente los que están lejos son hechos cercanos (Efe.2:13). Oh Señor, gracias por Jesucristo que nos redimió de tan terribles maldiciones, de leyes inexorables (Ga.3:10-13).

 

No temas a ridículas supersticiones ni a diabólicos manejos

Dt. 23:4,5

“Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición porque Jehová tu Dios te amaba”. No te preocupen los falsos profetas, brujos y espiritistas, ni te den miedo sus brujerías o maldiciones pues contra Israel no hay agüero (Num.23:23). Si quisieren maldecirte las maldiciones se volverán bendiciones, el daño se convertirá en bien. Jesucristo fue maldecido por ti y ya no hay maldición que te pueda tocar porque “estás escondido con Cristo en Dios”. No temas a ridículas supersticiones ni a diabólicos manejos, que contra el Omnipotente nadie puede. Una gran derrota para el diablo es que él mismo, sin quererlo, te haga bien; no puede soportar la sabiduría y poder de Dios que transforma las maldiciones en bendiciones antes que lleguen a ejecutarse, que él, aborreciéndolo y aborreciéndote a ti, coopere con sus planes; que la horca que preparó para colgarte sirva para su cuello, que un plan tan calurosamente concebido en el infierno forme parte de un plan celestial para tu bendición. No tiembles por ellos sino da gracias a Dios que procurando maldecir tu vida la bendecirán; todo redundará para bien y lo que ahora consideras un gran mal luego será el más grande bien que has recibido, para la gloria de Dios; no te den miedo los adivinos y brujos, que la fama que puedan tener la habrán cosechado con los hijos de iniquidad y no con los del Dios altísimo.

23:7

“No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra”. “La opresión de los israelitas e Egipto se debió quizás más a faraón que al pueblo”, Ex.11:1,2 (Barnes). Y eso a pesar de los malos recuerdos que tuvo allí, en especial la muerte de los niños por orden real. No aborrecerás a tus parientes, aunque no sean cristianos, con todos los malos recuerdos; aunque no sean herederos de las promesas y aborrezcas como   viven, los tratarás y les harás bien. Pudiera ser que los hijos de ellos lleguen a entrar a la iglesia (v.8). ¿Por qué aborrecen a los norteamericanos, personas que han emigrado a Estados Unidos y trabajan, y crían y educan sus hijos, en este lugar?

23:9

“Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala”. Para que cuentes con ayuda de Dios.

23:10,11

“Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche”. De noche se podían contaminar, voluntaria o involuntariamente. Las noches no sólo son para reposar también son fuentes de contaminación. Pululan tarde por las calles los hijos de las tinieblas, entran y salen de bares y cabarets. La noche es para reposar y no para hacer cosas malas.

23:2-14

“Tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento”. En lugar de letrina algún sitio apartado. La razón implícita es la higiene, pero la explícita es la santidad de Dios. Nuestras casas deben estar limpias no sólo por higiene sino por la santidad de Dios y de la iglesia. Esto nos enseña a qué comparar el pecado. Mira de cuantas cosas el pueblo podría aprender, sacar lecciones espirituales hasta de sus propias heces. Cuando el cuchillo de la palabra de Dios penetra, el estiércol sale, lo que contamina al hombre (Jue.3:22). ¡Y tenemos esas cosas por dentro, hombres arrogantes y engreídos! Y esas cosas y los gusanos que nos esperan en el ataúd debieran bajarnos los humos de la cabeza. ¿Qué somos si no tierra para volvernos contra nuestro Creador y respetar su maldición?

23:15,16

“No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo”. Una bestia sí tenía que devolverla, pero no un esclavo que buscara su libertad.

23:17

“No haya ramera de entre las hijas de Israel ni haya sodomita de entre los hijos de Israel”. Con todo el amor que la iglesia cristiana pueda sentir por la gente, la prostitución y la homosexualidad son pecados. La práctica de ambos excluye de la membresía de la iglesia (1Re.14:24); “sodomitas”, hombres prostituidos en el templo.

23:18

“No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová”. “Perro”. LBLA anota debajo “sodomita”; aunque es una posible traducción es mejor dejarlo en perro. El dinero adquirido por el uso del cuerpo masculino en sodomía es pecado recibirlo como una ofrenda a Dios. Supongo que pasará lo mismo con el dinero de prostitución o venta de drogas o por abortos.

Dt. 23:19,20

“Del extraño podrás exigir interés, mas, de tu hermano no lo exigirás”. Dale facilidades financieras para que prospere económicamente. Las tasas de interés financiero son vitales para que la economía se mueva bien.  La usura estaba prohibida (Eze.18:8).

23:21- 23

“Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti”. Si no haces votos a Dios, que tus metas te consagren a él. Si no cumplir un voto es un pecado ¿no es un pecado abandonar una meta que con oración se concibió?

23:24-25

“Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto”. Si tienes hambre, para comer la propiedad del prójimo es como tuya, pero no para robarla. Pero si alguno es tan simple y quiere aprovecharse de eso e ir a un mercado, o a un restaurante y comer lo que desee, e irse sin pagarlo, detrás de él irá la policía.

Dt. 24:1-4

“Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio”. Esto hay que mirarlo más como una condescendencia que como un mandamiento, buscando que el hombre esté complacido desde la luna de miel con sus relaciones matrimoniales, sexualmente satisfecho, aunque "indecente" también se traduce impureza lo cual quiere decir que lo que el marido halla es la huella de otro hombre anterior en su cuerpo. Esto tampoco es probable porque para casos así hay una ley (22:13-19). De todos modos, Moisés le da al esposo una razón permisible para divorciarse como lo enseñó Jesús (Mateo 19:8), por causa de la dureza de corazón de él.

24:5

“Para alegrar a la mujer que tomó” “para hacer feliz a la mujer que tomó”. Eso está bonito. Es ilegal que en plena luna de miel lo arranquen del lado de ella y se lo lleven a la guerra donde podría morir y la joven esposa quedarse desconsolada, sin hijo, para siempre. Haz feliz a tu mujer no sólo el primer año de casados sino todos. Siempre.

24:6

“No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en prenda la vida del hombre”. Hay cosas que no se piden prestadas. ¡Los libros!

24:7

“Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón”. Esto no es una tácita prohibición de la esclavitud sino una forma de ella. Los hombres que privan a otros de sus derechos humanos merecen la muerte. Todo lo soporta un hombre "excepto cadenas" (Hch.26:29).

24:8,9

“En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo que os enseñaren los sacerdotes levitas”. Las leyes acerca de la lepra (Lev.13;14). El caso de María la hermana de Moisés recuerda: que esta horrible enfermedad puede adquirirse por un juicio de Dios y hasta por el pecado de la murmuración (Num.12:10,11).

24:10-13

“Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda”. Regulaciones sobre las prendas prestadas. Prestar ropa es la forma más simple de mostrar amor al prójimo y ayudarlo. Dios se acuerda de los pobres de su pueblo.

24:14-15

“No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso”. Esta es una ley para proteger al empleado contra patrones abusadores. Cuando a un empleado cristiano no le pagan, lo primero que tiene que hacer es orar. Las oraciones de los pobres entran en los oídos del Señor (Sgo.5:4).

Dt. 24:16

“Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado”. Cada uno es responsable ante Dios por su propio pecado no por el pecado de otro. No sudes calenturas ajenas ni partícipes de los pecados de otros (1Ti.5:22). Tú ignoras las motivaciones que tienen los otros para pecar; si participas de pecados ajenos participarás de las consecuencias de ellos, y del juicio de Dios.

24:19-22

“Cuando sacudas tus olivos, no recogerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda”. Es tanta la posibilidad que tienen los ricos para endurecerse, que estas leyes se dan para que no pierdan la sensibilidad humana (Mt.19:23, 24).

 

El uso de las cárceles

Dt. 25:1-3

“Puede darle cuarenta azotes, pero no más no sea que dándole más quede humillado (degradado)”. ¿Castigo físico?  ¿Es que no había suficientes cárceles? Las cárceles son más caras, es una penosa mejoría social; la privación de libertad es más honorable. Comprender con el castigo que la ley es justa. Cuarenta azotes, no más. Pablo menciona “cuarenta menos uno” (2Co.11:24), quizás para evitar que por un mal conteo del juez se sobrepasara esa cantidad, o porque los azotes solían tener tres extensiones y trece de ellos completaban el número treinta y nueve, y uno más serían cuarenta y dos, o por usar cierta misericordia otorgándole un pequeño perdón. La razón que el texto da es para que el reo no sea envilecido o humillado. Y ¿no lo humillaría de todos modos el castigo? Uno debe aceptar el castigo que merece su falta (Lc.23:41); si lo acompaña la misericordia divina, no extermina y aprovecha; con todo debe ser tratado como un hermano y no como un perro” (Mathew Henry; 2Te. 3:5).

25:5-10

“Se llegará a su cuñada”. Entre nosotros este matrimonio sería escandaloso porque la cuñada se tomaría por ser mujer no para darle un hijo al hermano muerto, no para que su apellido se perpetuara sino por amor físico. Esta ley no es para ser tomada como ejemplo familiar. Ella rendiría una función útil dentro de las genealogías como identificación de origen nacional, un esfuerzo civil para ser reconocido dentro del pacto, las promesas y la elección divina; que su nombre quedase registrado como que había vivido dentro del cumplimiento de las promesas; aunque de modo tenue, y no lo notaran era una promesa de esperanza, eternidad, santificación, gloria e inmortalidad. Esta fusión matrimonial era una unión teológica y merecía ser avergonzado el que se negara a proseguir con ella. Una forma similar, quizás menos rigurosa, se encuentra en el pequeño libro de Rut; más suave que lo que la ley prescribía (4:5,6,7).

25:11,12

“Entonces le cortarás la mano”. No se puede defender a un ser querido violando la ley de Dios.

25:13-16

“No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica”. No debes ser injusto en tu negocio con los demás y en tu juicio sobre ellos, pesando a uno y para otro de forma diferente, con pesa cabal y con pesa injusta. En la ley moral esto se aplica a los prejuicios cuando no se aplica la misma regla para personas que por el color de su piel, su estado migratorio o nivel social son discriminadas.

25:17-19

“Cuando tú estabas fatigado y cansado y él no temió a Dios”. Si estuvieras en una situación similar, cuando estás trabajado y cargado te hacen daño y no puedes defenderte, ¿te vengarías si luego tienes oportunidad? ¿Lo perdonarías, orarías así: “¿Señor, no le tomes en cuenta ese pecado?”. O dirías: ¿“Señor págales conforme a sus obras”? (Hch.7:60; 2Ti. 4:14; Apc.6:10).

26:2

“E irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre”. Oh Señor, haz tu habitación en nuestra iglesia.

 

Futuro, pudiera ser mucho tiempo después que te hayas extinguido

Dt. 26:5

"Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa " (errante; un sirio), se refiere a Jacob; su madre fue una siria y su abuelo Aram un caldeo, parte de Siria. Jacob tuvo dos esposas sirias; viejo, sin embargo, Dios cumplió su palabra; no se veían humanas posibilidades para que Dios hiciera lo que había prometido; pero no olvidemos que las promesas de Dios no cuentan con las posibilidades humanas, haya o no alguna; Dios usa del hombre sólo aquello que es esencial, lo mínimo, el resto él lo pone. A nosotros nos parece que para cumplir los propósitos divinos tenemos que llegar al límite de nuestras fuerzas y sacrificios, hasta el agotamiento; cuando todo lo hemos acabado y ya no queda nada por hacer, entonces es cuando Dios obra. Si esto comúnmente ocurre así es para demostrarnos que no hace falta que hagamos lo que estamos haciendo; si fuéramos espiritualmente inteligentes, estaríamos dispuestos a interrumpir nuestra entrega para quedarnos quietos y en paz, esto es, viviendo en fe sin preocupaciones del cuándo y del cómo. El futuro es algo que nos preocupa mucho; pero llamamos futuro "de nuestra vida", es decir aquel espacio de tiempo desde ahora hasta el día de nuestra muerte; pero "futuro" para Dios pudiera ser mucho tiempo después que nos hayamos extinguido. No podemos olvidar que más importante que nuestro futuro es la obra de Dios, de la cual nuestro porvenir forma parte, pero está supeditado. Abraham y Jacob no vieron en todas sus vidas el cumplimiento de las promesas que Dios les había hecho; fueron promesas para el futuro. Valoramos con excesiva importancia los días de nuestra vida, que en la historia del pueblo de Dios no son más que un pequeño punto en una gran línea.

 

Dios nunca le acepta el diezmo a los que no son salvos

Dt. 26:5-15

“He traído las primicias de los frutos de la tierra que tú me has dado”. El sistema de diezmos es sólo para el pueblo de Dios que conoce su religión, sabe cómo funciona, aprecia el valor de ella y participa de la misma. Es un pueblo que diezma de sus bendiciones, de su abundancia. Para los extraños que miran la obra de Dios desde afuera esto es casi un hurto, porque no pueden entender la obra espiritual en la cual el diezmador se halla envuelto. Los diezmos no son la paga de un impuesto al templo, sino la participación en un mundo espiritual; indica refinamiento, comprensión y asentimiento a una religión revelada por Dios. El diezmador es una persona con esperanza, que no considera que aquello que financia es algo inútil, sino que es una Organización (la iglesia) visible de su pensamiento. Dios nunca le exige diezmo a los que no tienen esperanza de salvación, fe, ni cuentan con la bendición de Dios como hijos suyos. El diezmo forma parte de una religión de fe. No es un sacrificio para mostrar religión, ni para comprar una posición en la iglesia, ni siquiera como un deber exclusivo contraído con el ministerio de la Palabra; sino con uno mismo y con la palabra de fe. Ha sido siempre blanco de las críticas de los no conversos que acusan a los ministros de explotación, porque no le dan valor ni al ministro ni a la palabra que predica. Como el sistema de diezmos es aprendido por la iglesia cristiana de su Antiguo Testamento, cada diezmador no tiene más obligación para entregarlo a la iglesia que la cantidad de fe con que lo haga. Estará completo o incompleto según la fe que lo respalde. No se exige por la iglesia (algunas sí lo hacen), no es una obligación para pertenecer a ella, es una práctica de culto relacionada con la visión del cristianismo en el mundo. Quien comprende todo esto no será escaso en su cooperación, no necesitará el visto bueno de los extraños, sino que se considerará una persona bienaventurada, privilegiada, porque como está escrito: "Dios ama al dador alegre" (2Co.9:7).

26:18

“Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión”. Soy tuyo Señor, comprado por precio, ganado con la sangre de tu Hijo (1Co.6:20; Hch.20:28). Algunas cosas que me has dado o que las he ganado por tu gracia, las valoro como preciosas. Oh Señor que no te las rehúse (Ge.22:8,12); la exaltación está ligada a la obediencia a la palabra de Dios. En hebreo no dice “de su exclusiva posesión” sino “peculiar, una joya, un tesoro, pueblo encerrado”.

Dt. 27.

Lo que dice este capítulo tiene sus notas en los pasajes paralelos.

27:4-6

“Cuando, pues, hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás con cal”. Ver nota sobre Ex.20:4-25 y aprendamos a no modernizar nuestra adoración, la fe, las cosas sencillas de Dios.

27:14,15

“Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición”. La primera maldición es sobre la idolatría.

27:16

“Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre; y dirá todo el pueblo: Amén”. Maldito el que critica a sus padres y hace públicas sus faltas. ¿No puedes callarte, por honor, lo que has visto debajo del techo de tus padres, que te criaron? No quites la honra al que creó la vida. Y menos si se hallan muertos, cuando debieras honrarlos y amarlos más. Si los deshonras a ellos te deshonras tú.

27:19

“Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda”. Concede derecho a los que no tienen dinero para pagar un buen abogado.

27:20

“Maldito el que se acostare con la mujer de su padre”. Ni aunque ella, joven y pervertida, lo quiera (1Co.5; Ver 22:30; Lev. 18:8). Rubén lo hizo y perdió honor y honra, envileciéndose (Ge.49:3,4).

27:21

“Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia”. Al leer esto nos acordamos de lo que dijo Pablo, para quienes fue dada la ley (1Ti.1:8-11).

Dt. 27:15-26

“Maldito, maldito, maldito”. “Amén” ¿Amén a todas estas maldiciones? Sí, no sólo a las bendiciones; debemos alabar la justicia de Dios tanto como su misericordia. Sus maldiciones no son para mal sino para bien, para dar vida. Oh, Dios justo, si no fuera porque nos muestras tus maldiciones sobre el mal el mundo se corrompería; tú Señor eres bueno aun cuando eres rígido. Señor te adoro cuando maldices tanto como cuando bendices. Estamos comprometidos, hemos hecho pacto, no sólo con las bendiciones del amor de Dios sino con las reprensiones de su justicia. ¡De cuántas maldiciones nos libró Cristo!, y él, o Pablo, dijo “bendecid y no maldigáis” (Ro.12:14) Se oyen tantas maldiciones que ¿quién podrá salvarse? Todo el que permanece en la ley permanece bajo maldición. Yo no quiero permanecer en ella sino en la gracia (Ga. 3:10-13).

27:22, 23

“Maldito el que se acostare con su hermana”. Concédenos Señor tener un alto nivel de moral familiar.

27:25

“Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente”. No tuerzas por dinero la justicia de nadie.

28:2

“Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”. Las bendiciones te seguirán dondequiera que vayas, si tú sigues al Cordero; aunque algunas se hayan quedado retenidas atrás. Tu pecado nunca te alcanzará (Apc.14:4,13; Num.32:23).

28:2-6

“Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo”. ¿Serviremos a Dios de balde? (Job 1:9) No. Es una ganancia ser creyente. Las bendiciones incluyen casi todos los aspectos de la vida. Bendiciones que llegan a la ciudad, no para los que viven en Sodoma sino para Lot, bendiciones para los que salen al campo a meditar como Isaac o a laborar, bendito el vientre y los hijos de nuestra esposa, la siembra y la cosecha, los medios de producción, bendita nuestra cocina y cuando salimos y entramos de viaje, cada día para trabajar o cuando nos ausentamos lejos por un tiempo para reposar. No queda rincón de mi vida, Señor, donde no haya sentido la presencia de tu providencia. Amén.

 

Cola serán otros, pero no tú

Dt. 28:2-14

“Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles”.

Es como si el Espíritu Santo registrara toda la vida humana y dijera: "no quedará un rincón de ella que no reciba bendición mía". Aquí no dice que Dios te bendecirá si tú le envías dinero a un evangelista de televisión, sino que te irá bien si obedeces los mandamientos de Dios. No hay ninguna promesa en el texto que se refiera a bendición después de la muerte; con eso Dios quiere ser nuestro Dios en esta tierra. Hay en el NT muchas en el cielo, pero aquí ellas no se mencionan. No es lo que vamos a recibir en el más allá sino como vivir en el más acá.

Medita especialmente en los vv.8,12 donde dice, “y sobre todo aquello donde pusieres tu mano…”; si no te apartas ni a derecha o izquierda de la ley de Jehová, si la meditas para ponerla por obra (Jos.1), puedes estar seguro que las bendiciones en este mundo te alcanzarán. Y además añade que tendrás lo suficiente como para darte el lujo de prestar y no pedir prestado, “prestarás…”. En sentido general, si tienes que pedir prestado a otro es que te faltan bendiciones. No me refiero a un banco sino a un amigo. Y a un usurero, jamás.  

Ponte eso en tu corazón, y la vida te enseñará que lo que dice el Señor es cierto, que si confiesas tus pecados al Señor y le das gracias, si andas conforme a sus mandamientos con gratitud y amor hacia él, nunca, jamás de los jamases, serás cola. Eso, cola serán otros, pero no tú, Dios te pondrá enfrente y no atrás, no te quedarás rezagado porque él te bendecirá, y si para otros no hay bendiciones, si las que las tiene la gracia común se acaban para ellos, las especiales, las de la gracia, que son tuyas por Jesucristo y que están reservadas en el cielo, no se agotarán (v.44). Dios no miente. El paso de los años te hará aprender esa sabia lección.

28:15-68

“Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová”. Descriptivas y particulares son las maldiciones; no quedará una sola área donde no llegue y a otras regiones que no habían sido bendecidas.

28:25

“…derrotado”; una palabra triste, significa vencido, desalentado, sin sueños, sin perspectivas, sin futuro, acorralado, desesperado, sin promesas divinas sobre las cuales descansar. Oh, Dios.

28:26

“Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las espante”. Una iglesia muerta, y cuyos cadáveres expuestos a la vista pública sirven de burla y escarnio, testimonio de la desobediencia; gente que tuvo tanta posibilidad se quedó sin ninguna, y pasaron, y las aves de la crítica y los malos juicios la devoran cada vez que la miran.

28:28

“Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu”. Mendigos y locos, gente que se cae y otros que pierden el juicio, y se multiplican las neurosis y psicosis, y padres honrados roban, esposos fieles que traicionan; y el pueblo lleno de juicio pierde su mente y enloquece, y los demonios les llenan la cabeza de cosas malas. Oh, no, no al amén. Ten piedad bendito Dios (v.34).

28: 36

“Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra” (2 Re.24:15). Esto se cumplió en los reyes Joaquín y Sedequías. La idolatría es una maldición, cambiar una buena religión por una inferior, una denominación con sana doctrina por otra con herejías, una con buena teología y gracia por otra con sombras, interpretaciones humanas y ceremonias.

28:38

“Sacarás muchas semillas al campo y recogerás poco”. Señor, ¡cuántos sermones que no dan resultados, miles de tratados repartidos y recogemos poco o nada! Es nuestra la culpa, pero ¿no basta con que uno solo se arrepienta? ¿Por qué no sales con nuestros ejércitos? (Sal.44:9).

28:62

“Y quedaréis pocos en número, aunque erais multitud como las estrellas”. De una iglesia desobediente, que fue grande y próspera, ahora sobra el espacio y los asientos, y se reúnen melancólicos unos pocos, y lloran, y sufren, y no saben cómo recuperarse.

28:63

“Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros”. ¿Se gozará? Dios se goza en su justicia como se goza también en su misericordia; aunque pienso que esto es una forma humana de hablar. No cabe duda que Dios como Padre se alegra cuando hacemos lo correcto.

28:66, 67

“Y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida”. Sentir miedos Señor, de día y de noche es algo horrible; yo no quiero tener como cotidianos compañeros al terror y al insomnio.  Y el espectro de la muerte siempre en mi imaginación.

29:4

“Hasta el día de hoy el Señor no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver ni oídos para oír”. Os ha dado de todo, excepto la regeneración. Te falta la bendición más importante. Yo conozco, como pastor, ese lamento. Y por más que los predicadores se esfuercen, el entendimiento continúa cerrado y la palabra se seca como semilla expuesta al sol. Nada pasa de la superficie ni echa raíces.

29:18, 19

“No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo”. La raíz de amargura puede ser el pecado en el corazón, pero más bien se trata de una persona que entre el grupo dispersa mala influencia y debido a ella otros pecan. Sobre esto se repite en He.12:15.

29:19

“…y él se bendiga a sí mismo…”. Quiere decir que no tenemos excusas para no cumplirlo, si él nos lo reveló fue con el fin de que viviéramos por ellas (v.29). Intenta bendecirte por ti mismo cuando Dios no te bendice y verás que mal te va. ¿Qué tontería es esa? Sólo Dios puede bendecir, y si bendices es a otro, no a ti mismo (Ge. 47:7,10). Por éste y otros textos leemos que a Dios no le gusta ver borrachas a sus criaturas (Mat.24:48-51; 1Co.6:10).

29:23

“Nada germina y el pasto no crece”. Por donde pasa la ira divina ¿qué queda? Cero. Peor que por donde pasa Atila. Azufre y sal. Maldición. Perennemente inservible. Monumento perpetuo al horror.

29:22-28

“Porque abandonaron el pacto”. Todo está escrito para nuestra admonición (2 Pe.2:4-6).

29:29

“Las cosas secretas pertenecen al Señor” (Jehová). Sobre lo que Dios no ha revelado no especules, y lo que dijo bien claro vívelo. No descuides tu alma porque no puedas explicar bien su esencia, no discurses sobre el fuego del infierno y huye de él, ni describas las inefables bellezas del paraíso, pero cultiva tu esperanza de ser arrebatado hasta allí. Dios te ha revelado por la ley lo que es el pecado y por la cruz como se justifica al impío. Amén.

30:1-6

“Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios”. ¡Qué promesas tan grandes hay en estos versículos! Todo comienza con el arrepentimiento. Si se arrepienten se ponen en camino de regreso a la promesa; no quedará ninguno por lejos que lo haya echado el juicio de Dios que no retorne si Dios le pone en su corazón retornar; serán tan grandes las bendiciones de Dios que excederán a las que recibieron los que fueron fieles. El arrepentimiento es todo lo que necesitamos para empezar una bendición. Israel ha vuelto a su tierra desde que fue declarado Estado por las Naciones Unidas, ¿significa eso que se han arrepentido? ¿Es cumplimiento de la promesa ese regreso? Israel no se ha arrepentido. No tiene un corazón circuncidado. ¿Por qué los hiciste volver, Señor? Nadie puede amar al Señor sino por su Espíritu (Ro.5:5). No puedes darle órdenes a tu corazón, pero Dios sí. El amor que quieres tenerle a Dios, pídeselo.

30:11-14

“Cerca de ti está la palabra, en tu corazón”. "Las cosas que te pido que cumplas ya las sabes, te las he dicho, las has aprendido y han estado en tus labios. No te he pedido obediencia a cosas que no sabes; desde hace mucho te he hablado y me he acercado a ti, no tienes que pensar en algo extra para agradarme, en una nueva revelación, salir al fin del mundo por un nuevo mandamiento, yo me conformo con lo que te he dicho; no te parezcan pocos mis mandamientos ni demasiado difíciles, no halles excusas en ellos sino en tu corazón desobediente" (Ro.10:6-8).

30:17

“…si te dejares extraviar… (arrastrar)”. Hay siempre un impulso propio cuando uno peca; un principio de voluntariedad, afirmación y consentimiento que nos hace inexcusables ante Dios (He. 10:26; 2 Pe.3:5). Del mismo modo que existe en nuestra carne la reticencia para creer, una resistencia al Espíritu de Gracia. No digas que te arrastraron al pecado porque hay muchos que no se han dejado y prefieren que los ultrajen antes de ceder a invitaciones (1 Pe.4:3,4). Morir es la solución, morir al mundo y al pecado (1Co.15:31); expuesto a diario a peligros, y por eso dice cada día muero.

Dt. 30:15-20

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal”. Les pone el bien y el mal enfrente, pero les ayuda a elegir. Les describe el daño que le les hará el mal y las bendiciones que les traerá el bien. Dios no es neutral en muestra salvación ni indiferente. Somos ayudados a elegir (Flp.2:13).

31:1-30

En este capítulo se elige el sucesor de Moisés, es la muerte de éste su tema principal; ha acabado su carrera, nota que...

31:1-8

“Josué es el que pasará delante de ti”. "Yo me voy a morir, pero Dios tiene un sustituto para vosotros, la historia de vuestros éxitos podría continuar con él, a menos que pequéis; lo importante no es que yo falte, sino que les falte Dios”. Lo mismo que a Israel, Dios anima a Josué con palabras de fe (v.23). Inclusive en su libro le anima del mismo modo. Josué no era un guerrero por naturaleza, igual que Moisés con quien siempre estaba (Ex.33:11).

 

Un líder no decepcionado ni fracasado

Dt. 31:16

“Tú vas a dormir con tus padres y este pueblo quebrantará mi pacto”. “Y de mi trabajo ¿qué? ¿Se deshará todo? ¿Habré trabajado en vano?” (Ga. 4:11). Dios no le menciona para nada que ha gastado su vida por gusto, ni siquiera le dice que lo dejarían a él, Moisés, sino a Dios. No serían cuarenta años perdidos, como líder y escritor sagrado, porque eso quería el Señor que él hiciera y para él. De todos modos, Dios continuaría con el progreso de su voluntad, aunque no hubiera de inmediato buenos resultados. Si se lee más abajo, vv. 16-30, se nota que la disposición de ánimo de Moisés está muy lejos de sentirse fracasado o decepcionado; prácticamente termina cantando sus cinco libros y su ministerio (cap.32). Señor, el gusto que me ha dado servirte es mi mejor paga, cuando me desanime mi esterilidad, por favor, usa estos pensamientos para reponerme (2 Ti.4:6-20). No me sentiré fracasado si muero habiendo hecho lo que Dios quería. No miraré el resultado de mi trabajo, no pensaré en qué pasará con todo lo que hice, si es que se me pronostica, que se convertirá en sal y agua. Lejos de sentirme decepcionado o fracasado. Eso son sentimientos de un yo no muerto y desobediente, que trabajó para su gloria y no para la de Dios.

 

Moisés y su literatura

Dt. 31:9,19,24

“Y sucedió que cuando terminó de escribir el libro de la ley dijo…” que lo guardaran en el arca. Moisés dedicó la mayor parte de los cuarenta últimos años de su vida a escribir, continuamente estaba en la presencia del Señor, retirado en algún lugar apartado con la pluma y el cincel en la mano escribiendo lo que pasaba con el pueblo y lo que Dios le decía; pero interesante es que su vocación divina estaba relacionada con la ley de Dios que confeccionaba y no con el aprovechamiento, lealtad del pueblo y su fidelidad; a pesar que se le predice que sus trabajos literarios no serían aprovechados por ellos (vv.16,17; 24-27). “No temo haber trabajado en vano; he hecho lo bueno y Dios hará un uso de ello como él quiera”. “No te pese haber trabajado bien, te pagué y te sostuve para eso; haz bien lo que tienes que hacer y confía que yo tenga alguna razón, deja a mi cargo si hago público lo que escribiste o me quedo con él”.

31:12,13.

“Y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais”. Oh Señor, hay veces que oigo y leo, pero no aprendo. Otras, aprendo, pero no temo. Sé muchas cosas Señor, que apenas influyen en mi confort, dame tu gracia para ser bendecido en cada palabra que oigo o leo en tu Ley.  No es éste el curso normal de un discipulado santo, ¿oír, aprender, temer? Si no puedo incorporar mis conocimientos en mi vida, ¿de qué me sirven? Ayúdame a enseñar con mi vida, a mis hijos tus caminos.

 

¡Quién sabe la calidad de fe que tenía Moisés!

Dt. 31:14,16

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión”. Dios le anuncia su muerte; es algo que no se lo esconde; Moisés está conforme y de acuerdo. Toma la muerte diferente a como lo haría Ezequías. No tenía miedo porque tenía fe. ¿En qué? Sólo se le dijo, "vas a dormir" (v.16); no fue un eufemismo para quitarle horror a la muerte sino para darle "esperanza en la resurrección de entre los muertos". Estos santos del Antiguo Testamento tenían cierta clase de fe y esperanza en la resurrección de los muertos; según el autor del libro a los Hebreos, 11:26, José envió sus huesos de regreso a su patria porque quería resucitar allá. Nuestro Señor Jesús también se refirió a la muerte como un sueño (Mt.9:24); por esta razón deduzco que Moisés acogió la noticia de su pronta muerte con mucha calma; se mostraba tranquilo, no interrogó a Dios sobre la forma en que habría de morir; cualquiera que ésta fuera sería bienvenida. No hay ninguna idea de que esperase ver a Dios después de su muerte, él veía al Dios invisible en este mundo (He.11:27), no suponía que podría verlo en el otro; pero sí que su muerte sería un estado de reposo, de paz y no de extinción perpetua. Tal vez concebía la muerte como un estado temporal y de retorno a la vida, es decir, recuperable. ¡Quién sabe la cantidad y calidad de fe que tenían, pero morían en Dios sin el menor susto!

31:14-29

“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde, va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él”. "Yo sé que no serán fieles; no me hago ilusiones con el trabajo que he hecho con vosotros; puede que con vosotros haya perdido mi tiempo, pero sé que de alguna manera Dios hará uso de lo que he hecho. Mi trabajo para la iglesia ha sido inútil, pero he tenido tiempo para escribir la ley de Dios y sobre la ley de Dios, y este es mi legado, no vuestra conversión, sino mis libros a la humanidad. Entre vosotros he sido un profeta sin honra, lo que vosotros no me habéis dado otros me lo darán, honor. Amén".

Dt. 32.

En esta oda poética atribuida a Moisés, se refleja como en un espejo toda la historia de Israel. Sin embargo, hay aspectos pretéritos que merecen alguna consideración crítica como obra del editor del documento; si observamos los versículos 7, 8, 11, 12, 13, 14, 19-25, 30, 36. Otros cánticos, incluyendo el capítulo 33, con Éxodo 15 y el salmo 90. A mí me parece que el salmo tiene mucho de Josué (Dt.32:44); Moisés compuso su centro y Josué lo continuó. Una mera opinión¡!

Uno se da cuenta que el pasaje es fuertemente histórico, por lo tanto, ¿cómo puede ser una predicción si el lenguaje es pasado como si se contara la historia? Los que leen y entienden las profecías saben que los profetas comúnmente profetizaban en pasado con el propósito de dibujar el futuro, presentando las escenas vívidamente delante de los ojos de sus auditorios, como si les mostrase una película o les leyera un libro de historia. Así que, por causa de la fe y de la conversión de la gente se les hablaba de esa forma, para que tuvieran como un hecho lo que aparentemente en el presente era sólo una posibilidad. Y figuraba escrito y predestinado.

Moisés conocía bien a su pueblo y sabía lo rebelde que era; es posible que cuando su muerte se avecinaba (31:29), él se hallase reflexionando acerca de su trabajo y el futuro de sus labores; podía estar casi convencido cómo sería el pueblo en el futuro y las consecuencias que tendría su comportamiento. Y a eso se le añadió un poco de la razón de la historia. Si estas cosas se las dijo a Dios en oración, afectado o deprimido, Dios le hizo cantar y le inspiró estrofas proféticas declarándole que sus presentimientos y temores tenían fundamento; el pueblo se apartaría y sería castigado, y Moisés vio en visión lo que habría de ocurrir, revelando en palabras lo que ellos podían evitar en hechos. Si todavía quieres pensar que este cántico no es de Moisés, ni que Josué lo completó, te dejo, léelo como historia completamente cierta y saca tus conclusiones.

32:2

“Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento”. La revelación tiene muchos razonamientos, cuestiones obvias y lógicas. Si uno empieza a razonar termina engrandeciendo a Dios (v.3). “Razonamiento”, o más bien discurso, palabra o mandamiento.

32:3,4

“Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud”. Señor, qué forma tan bonita de hablar de ti, lo que tú haces siempre queda bien y tu proceder para nosotros es intachable.

32:5

“La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa”. Oh Señor, pero hacemos contraste contigo, tú eres santo y nosotros manchados; nuestros caminos son tortuosos y nuestras actuaciones mentiras. Otra traducción dice que el pueblo falso y tortuoso ya no es pueblo ni hijo suyo, porque así no son sus hijos (vv.19,20); lo mismo que dijo Jesús en Jn.8:39,44. De sus hijos, ¡qué pena! son las manchas. Pero bendito sea el Señor, ellas se caen con la sangre de Cristo. Lee estos textos para reflexión, Judas1:12; Efe.5:27; Col.1:22; Apc.7:13,14.

 

Hay que estar loco para dejar a Dios

Dt. 32:6

“¿Así le pagas al Señor, pueblo insensato e ignorante?”.

O, “así le tratas” “así le retornas” sus bendiciones. “…pueblo loco…” o insensato, estúpido, malo y perverso. Como los tontos en sus decisiones son semejantes a los locos, opto por esa traducción. Cuando alguien actúa mal uno dice “estás loco”. ¿Ignoras que su benignidad te guía al arrepentimiento? (Ro.2:4; 1Co.15:10). Hay que estar loco para dejar a Dios; caer en la demencia colectiva de las sociedades y pueblos del mundo, que enloquecidos por la secularización y materialización de la vida han dejado a Dios. Cuidado con la psicosis de las masas humanas porque ancho es el camino que lleva a la destrucción.  ¿Tan mal te ha ido con Dios? ¿Qué te han ofrecido que sea mejor? ¿Quién ha hecho por ti más?  ¿Por cuál dios lo cambias? No se puede servir a dos señores; no se puede servir al Señor y a las riquezas. ¿Qué delirio tienes, locura que te ha cautivado los sentidos y te lleva a actuar irracionalmente? Vuelve en ti (Lc.15:17). Dejar a Dios es una locura y también ignorancia, sin un ápice de sentido común.  No lo dejas porque te hayas hecho más sabio, corrupciones intelectuales, sino por impulsos pasionales. ¿Será mentira y habrá algo que sería más convincente que el Dios de tu historia y tu experiencia? Es una colosal locura negar al Creador, abandonar al Salvador, dejar de vivir sin el Espíritu Santo. Si te cabe duda pregúntales a los ancianos cristianos o lee la Biblia, y te dirán que mereces el premio de la insensatez (v.7).

32:9

‘La porción de Jehová es su pueblo”. La iglesia vale más para Dios que todo el mundo, caído y bajo el poder del Maligno.

 

Aprendiendo a volar

Dt. 32:11,12

“Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guio”; contiene dos ideas, abrirles los ojos a los polluelos, y despertarlos; las dos son preciosas en pensamientos; cómo actúa Dios para abrirnos los ojos o despertarnos de un infantil sueño. Nos echa del nido y perdemos la paz, el confort, nos complica la vida. A los hijos del águila, ella los echa del nido, y eso no quiere decir que no los quiere, sino que los enseña a volar. No es un ejemplo para que los padres, para convertir a sus hijos en independientes los echen de la casa. Sin embargo, volviendo al asunto de las águilas. Les sacude el nido y como dejándolos sin protección para que aprendan a volar, es decir, ser más dependientes de él y no de la mano humana. Son los preciosos tiempos para caminar, o volar con fe. Amén.

Así hace Dios cuando quiere enseñarnos que no podemos hacer nada por nosotros mismos sin su efectiva cooperación, y cuando caemos en el espacio y nos sentimos en el vacío, sus ojos están atentos al resultado del ejercicio y presta sus alas para asistirnos si lo necesitamos la primera o segunda ocasión. Así aprendemos a usar las alas, es decir, la fe que tenemos, lo que hemos aprendido. No debemos, con el tiempo con el Señor, debiendo ser maduros o maestros, seguir niños indoctos, comiendo y actuando como bebés. Así, sacudiéndonos el nido, nos vamos, y dejamos las niñerías y el calentito sitio de mamá (He.5:12).

32:15-21

Ver 33:5; 36:26; Isa. 44:2. “Jesurún” es un nombre simbólico para Israel y significa “justo” “recto” “vertical”.

32: 24

“Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente”. La tierra se negará a sostenerlos y la fauna estará en contra. Cuando uno tiene en contra a Dios, tiene en contra la creación.

32:26, 27

“Yo había dicho que los esparciría lejos, que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos, de no haber temido la provocación del enemigo, no sea que se envanezcan sus adversarios, no sea que digan: Nuestra mano poderosa ha hecho todo esto, y no Jehová”. "Cambié de idea, no les daré el trato que merecen porque quien los destruye no pensará que es mi justicia; por causa que no entenderán mi proceder es que los trataré distinto. No tengan eso como una misericordia de mi parte y que lograron escapar de mi juicio". De todos modos, gracias Señor, porque siempre encuentras razón para hacer cambios y entregarnos perdones.

32:29

“¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto y se dieran cuenta del fin que les espera”. El diablo los ciega para que no vean las consecuencias que tendrán sus pecados.

32:30, 31

“¿Cómo pudiera uno perseguir a mil, si su Roca no los hubiera entregado?”. "No nos han destruido porque sean más numerosos, o por la capacidad bélica, sino porque nos hemos debilitado, perdimos nuestra moral de combate, se nos fue el valor, etc. Los demonios nos han vencido no porque sean más astutos y más poderosos sino porque nos debilitamos". ¡Nuestra derrota les ha sido tan fácil! Que ellos no se atrevan a condecorarse. El pecado debilita. Si me cortan las guedejas, como a Sansón, me vencen.

32:32, 33

“Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos y de los campos de Gomorra”. Es muy triste ser castigado por medios tan ruines, gente sin honor; no es lo mismo sufrir y morir en manos de príncipes y no de plebeyos, de gente digna y no indigna ¡se muere uno feliz si el adversario es honorable, pero es una tortura infernal caer delante de gente de baja procedencia y sin ningún abolengo! Y he visto en el ministerio a un mendigo acuchillar a un hermoso príncipe. ¡Qué disciplina se aprende! Sin embargo, Dios se vengará (vv.34, 35). Hay una diferencia muy grande entre la simiente de Abraham y la simiente de Sodoma.

 

Dios tiene que elegir o nadie sería salvo

Dt. 32:36-43

“Yo hago morir y hago vivir”. Dios pudo librarlos del paganismo con la regeneración de sus corazones, sin embargo, les permitió (a) a hacer uso del “libre albedrío” y ponerse él como una opción religiosa entre muchas, situarse al mismo nivel que las religiones inventadas por los hombres para que aprendieran por experiencia a elegirlo a él, comparando el resultado político y social, entre otras religiones, el valor de tener a un solo Dios: Jehová. La decisión negativa, sería el desastre nacional. (b) este no es el camino para formar la iglesia; que es así por regeneración, ni ella debe prometer que la sociedad lo haga. El libre albedrío falló. Siempre elegimos mal. Por eso no cuenta en la salvación. Dios tiene que elegir o nadie sería salvo. Señor nada elegimos bien sin tu gracia divina. “La larga cabellera del enemigo” “Cabeza peluda del enemigo”; traducciones creo que son de la Septuaginta.

32:47

“Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais”.  No es “vana”, más bien inútil, indigna o vacía. Es mejor “palabra” que ley; por esta palabra. ¿Inútil la palabra de Dios? ¿No vale la pena cumplirla? Te equivocas, por ella prolongarás tu vida y por su quebrantamiento acortarás tu vida. Te quedará menos de lo que supones. Ni una jota o tilde dejarán de serte para bien o maldición. Escoge. De toda palabra que sale de la boca de Dios hay vida, comunica vida. La prolonga.

 

Había hecho la voluntad de Dios y eso era lo importante

Dt. 32:48-52

“Y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo; por cuanto pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel”. 

Señor, ¿por qué le dices eso a tu siervo antes que muera? ¿Acaso quieres que muera con remordimientos? No, no puede ser, además Moisés murió en paz, y tú Señor no querrías inquietar a tu siervo en el momento de ser recogido a ti (Num. 20:24,26). Ya sé, tú le explicas por qué va a morir, no, le explicas por qué va a morir sin ver sus sueños realizados.

Moisés quería entrar a la tierra prometida pero no le fue permitido por Dios, aún en sus últimos momentos no es que tratara de posponer el día de su muerte sino acabar su carrera como lo había soñado, iba a morir truncado y deseaba realizar su sueño antes. No pudo ser así, había hecho la voluntad de Dios y eso era lo importante, no realizar su sueño. Los castigos de Dios siempre parecen exagerados a los que no tienen fe; sólo tenemos una idea aproximada de la justicia perfecta de Dios cuando vemos sufrir a Jesús. Oh, Señor ¡qué bueno es vivir en el pacto de gracia donde se perdonan tantos pecados graves!

33:3

“Aun amó a su pueblo; todos los consagrados a él estaban en su mano; por tanto, ellos siguieron en tus pasos, recibiendo dirección de ti”. ¿A pesar de todo, Señor? Todos seguimos en tus manos. Este poema de bendición en su forma final debe haber aparecido en tiempo de la monarquía. Una edición de la forma original dada por Moisés; nota como se usa el pasado (vv.2, 7, 8, etc.). Todos los santos del Señor están en la palma de su mano y nadie los puede sacar de ese lugar, sin enfrentarse a un puño cerrado (Jn.10:28,29).

33:4

“Cuando Moisés nos ordenó una ley como heredad a la congregación de Jacob”. La mayor herencia que Moisés dejó fueron sus escritos, no la tierra. Como ya he dicho, Josué ayudó en el desarrollo de estos dos últimos capítulos, o quizás algún otro escriba piadoso.

33:5

“Él era rey en Jesurún”. Rey; Dios lo ungió como profeta, y Moisés como sacerdote y rey condujo al pueblo, dirigiéndolo con la palabra de Dios. Jesurún debe ser Israel, un término afectivo. Jerusalén.

33:6

“Viva Rubén, y no muera; y no sean pocos sus varones”. No pequen, Señor, y sean más en números. Rubén ha pecado, pero olvídalo y multiplícalo.

33:7

“Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: oye, oh Jehová, la voz de Judá, y llévalo a su pueblo; sus manos le basten, y tú seas su ayuda contra sus enemigos”. Dos cosas: si Judá ora, si clama al Señor, será fuerte y no necesitará otra ayuda para hacer frente a sus enemigos. Falta Simeón (Ge.49); quizás porque posteriormente cesó como tribu independiente y fue asimilada por Judá.

33:8-11

LBLA tiene una traducción bonita “bendice sus esfuerzos”. Oh sí, Señor, bendice nuestros esfuerzos en tu obra. Una larga oración, primero por los ministros de Dios para que todo lo que ellos hagan sea bendecido y recibido por el Señor (v.11; Ex.17:7); una encomiable consagración (Ex.32:26-29). Esto es muy similar a lo que pidió el Señor en Mt.10:37, que se renuncie a lo más grande de la vida para servir al Señor. Oh Dios, bendice a tus leales ministros y recibe sus trabajos. ¿Qué oración ministerial más importante podemos hacer?

33:12

“Que le protege todo el día”. Les dice: te amó y te protegerá siempre. ¿Por qué no traducir “sobre su pecho morará todo el largo día”?

 

No hablemos sólo del Dios del púlpito sino del de la zarza

Dt. 33:13-17

“Descienda la bendición sobre la cabeza de José”. “La gracia del que habitó en la zarza”, la buena voluntad y el deleite. Moisés recuerda cómo empezó su ministerio, su llamamiento. En el ocaso de su vida no olvida el comienzo en el Espíritu, la zarza. No dice el Dios de Egipto, el que lo ayudó a cruzar el Mar Rojo, el de las plagas, el de Horeb sino el de la zarza. El Dios que le enseñó que él era un pecador y El Santo. El Dios de su conversión. De sus primeros pasos con Cristo. Oh cristiano, recuerda tu conversión, la piedra de donde fuiste cortado (Isa.51:1). Pero ¿tienes alguna conversión que recordar? ¿Hay algún arrepentimiento en tu pasado? ¿Una fe? ¿Un nuevo nacimiento? ¿Un sermón, una palabra que te hizo renacer? ¿Algún ministro o hermano que te la dijo? ¿Alguien que te haya engendrado? (1Co.4:15).

Se puede omitir mencionar el Dios del Mar Rojo, el de Horeb, pero no el de la zarza. No por ingratitud, es que él merece ser mencionado en todas las etapas que hemos vivido; pero si vamos a explicar a otros nuestro principio, el de la zarza es el primero. No hablemos sólo del Dios del púlpito sino del de la zarza, no del certificado graduado, del colegio, sino del bautismo. El recuerdo de un gran santo y de una vida consagrada, José, inspiró una bendición sobre la tribu; el recuerdo de José como un “príncipe” inspira una bendición sobre sus hijos. Los hijos son bendecidos por el Espíritu Santo cuando Dios les “recuerda” la vida inspiradora de sus padres.

 

Bendiciones en carrozas o en barcos

Dt. 33:18,19

“Llamarán a los pueblos a su monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia, por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena”. Tus mayores bendiciones no te vienen por tierra sino por mar, por tanto, no envidies la forma en que Dios bendice a otros; el asunto es que tus bendiciones lleguen, tal vez traen la pureza y frescura salada del océano y la blancura de sus espumas, y son más azules y bonitas que las que llegan cansadas y sudorosas por tierra; a ti te la traen los barcos y no las carrozas. Deja que Dios bendiga cada cual como él quiere, confórmate con el color y el tamaño de las bendiciones que Dios te da, disfrútalas para ti mismo y no pienses en la que otros recibieron. De todos son buenas las bendiciones de Dios, ya sea que lleguen en carruaje o en botes, caminando o nadando.

33:20, 21

“A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; como león reposa, y arrebata brazo y testa”. Observa la palabra “ensanchar” o ampliar y alargar, engrandecer; Dios ensanchó el territorio de Gad, engrandeció su espíritu, su nobleza y sus riquezas. Hubo circunstancias en la vida de esta tribu, cuando ellos llevaban la “delantera” (o se reunían con los líderes), cuando iban al frente en las disposiciones divinas; sin embargo aunque viajaba en un lateral por el desierto, se les contaba por su disposición como si estuviese en primera fila; y por su pronta respuesta a combatir por Jehová, se le nombraba como gente de la “delantera” (de líderes); y además por ser tan activos, abriendo caminos, enfrentando enemigos y penetrando en lo desconocido, Dios los ensanchaba. Los líderes de la iglesia, sus ministros, pueden esperar ensanchamiento, porque van a la delantera. Si vas a la vanguardia del pueblo Dios y no a la retaguardia, espera que Dios te ensanche.

33:22

“A Dan dijo: Dan es cachorro de león que salta desde Basán”. Lo describe, no revela ninguna bendición, pero eso quiere decir que sus ojos están mirándolo, lo está notando, y ya de hecho si Dios lo observa eso es una bendición. Dios tiene bendiciones para nosotros que no se las dice a nadie; aunque no las pronuncie no quiere decir que faltarán; nos dará sorpresas de alegrías. Estaremos orando y esperando y llegará la bendición. ¿Sientes que te mira, pero no te da? Él nos dará con Cristo todas las cosas (Ro.8:32). Amén.

33:23

“A Neftalí dijo: Neftalí, saciado de favores, y lleno de la bendición de Jehová. Posee el occidente y el sur”, hasta la coronilla, o satisfecho; por dondequiera que mirara vería la bendición y los favores del Señor. “Favores” o placeres o deleites y “bendición” por implicación “prosperidad”. No olvides Nefatalí ninguno de sus beneficios, bendice con toda el alma al Señor.

 

De inspiración a todo el país

Dt. 33:24

“A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; sea el amado de sus hermanos, y moje en aceite su pie” Se puede traducir así “más bendecido que los otros hijos” o “sea bendecido con hijos”; cualquiera de las dos es mejor que la Reina-Valera; más bonita y con más significado. Tal vez no fue una realidad, pero eso fue lo que le desearon, lo que el Espíritu que habitaba en Josué y Moisés, le deseó; si se quedó corto fue por su culpa porque pudo haber trabajado impulsado por el espíritu de esa promesa, tan preciosa y extensa como la de Efraín y Manasés, los hijos de José. Aser y Simeón fueron las dos únicas tribus de las cuales no salió ningún juez o héroe para Israel. Sólo Ana la profetiza era de ella (Lc.2:36). La única. Da que pensar que una iglesia o una denominación cristiana no produzca líderes y héroes de la fe. Esta tribu aumentó un veintinueve por ciento en los treinta y ocho años del desierto. En esta época gloriosa tenía buenas perspectivas, fuertes ciudades amuralladas con puertas de bronce y sin envejecimiento (v.25) y Dios cabalgando sobre los cielos para ayudarles (v.26). ¿Cómo es posible que no dejemos una historia más honorable? Si uno mira los versículos siguientes nota que la historia de Aser se sumerge en la de Israel, como si en ese momento le sirviera de inspiración a todo el país, pero ahí se quedó todo. Dios nuestro, ayúdanos a conocer nuestros momentos.

 

El dedo y los brazos de Dios

Dt. 33:27

“El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; el echó de delante de ti al enemigo, y dijo: Destruye”. ¿No te refleja a ti? A mí me dibuja. Toda la vida la he vivido por gracia; Dios se ha tomado mucho interés en mí. ¡Dios mío, cómo me has defendido! ¡Dios santo!, ¿hay un mejor refugio que Dios? Es eterno, inmortal y muchos antes de mí se han refugiado en él y han permanecido seguros. ¿Quién puede entrar a Dios sin que él lo autorice, sin que lo atraiga hasta sí, sin que sea su hijo, sin que sea invitado y que venga con malas intenciones? Los que se esconden en Dios con Cristo están seguros. Dios es impenetrable. Y por añadidura se habla que defiende a los que se refugian en él, con sus brazos eternos. ¿Quién puede luchar contra semejantes brazos? Los brazos de Dios. Si nadie puede contra “el dedo de Dios” (Lc.11:20), ¡cuánto menos contra sus brazos! El dedo y los brazos de Dios son su palabra. Todo lo hace con ella, hasta que da su voz y con ella sola derrite la tierra (Sal.46:6). Yo, los admiro señores, yo los admiro.

 

Ayudados por los brazos eternos de Dios

Dt. 33: 26-29

“Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro y espada de tu triunfo? El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos;

Él echó de delante de ti al enemigo, y dijo: Destruye.”. Echó al enemigo delante de ti y dijo “triunfa” “véncelo”; echó al diablo delante de ti y dijo “ponle un pie sobre el cuello y lo aplastarás en breve” (Ro.16:20). Estas palabras se las ofreció Moisés a su pueblo cuando vagaba por el desierto expuesto a muchos enemigos; le dijo “Jehová es tu refugio”; no tienes una ciudad amurallada donde refugiarte, pero eso no importa porque tienes una defensa, mis brazos. Las palabras van dirigidas a depender de Dios; que no caerían en el desierto víctimas de los muchos enemigos que los espiaban: edomitas, amalecitas, moabitas, y los hijos de Anac. Caerían sí pero no por la espada del enemigo. Sus cuerpos quedarían tendidos en el desierto, pero por la incredulidad (1Co.10:5).

Pronto el pueblo no tendría más los brazos de Moisés intercediendo por ellos, ni su voz explicando su Palabra, ni su ejemplo viviéndola, y naturalmente el pueblo podría sentirse desprotegido cuando faltare aquel hombre que les había revelado la ley de Dios, que Dios había confirmado que su llamamiento era vocacional, un auténtico pastor de Israel enseñado cuando la rebelión de Coré, Datán y Abiram que querían usurparle el puesto a Aarón y a él. Pronto no tendrían a aquel que no había visto el rostro de Dios, pero sí sus espaldas, que hablaba con Dios cara a cara como un compañero; no tendrían con ellos más su vara que trajo las diez plagas sobre Egipto, y con la cual abrió el Mar Rojo; pero les quedaba con ellos los brazos eternos de Dios. Los brazos de Moisés son mortales; en pocos días caerían para siempre porque eran de carne, pero los de Dios nunca porque son brazos eternos. Pienso que esas palabras son dichas para que su pueblo piense en el futuro. No está pensando ya en los enemigos vencidos, los amalecitas, moabitas, en los enemigos muertos sino en los nuevos líderes, Josué, Caleb y los ancianos que lo habían ayudado y visto lo que Dios había hecho con ellos. El puesto de Moisés quedaría vacío, pero Dios pondría en su lugar a otros que serían ayudados por los brazos eternos de Dios; Moisés se iría al cielo, pero los brazos de Dios seguirían acá abajo con sus relevos, nosotros.

33:26-29

“Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas”.

¿Quién como tú, oh Dios? Y ¿quién como tú, iglesia? Una y mil experiencias con Dios; ¿qué puede lo que ha venido a tener existencia contra el Existente, el que no tiene principio ni fin, lo que vino a ser contra lo que siempre ha sido, la sombra contra la realidad? Dios es eterno, sus brazos son eternos. ¿Cuántos enemigos ha tenido el Eterno, ¿y cuántos de ellos han triunfado? Dios envió contra ellos la muerte, los cortó como un hilo, se deshizo de ellos y les cesó la vida, cayeron postrados y fueron derrotados; “acá abajo los brazos eternos” con nosotros.

A veces he sentido como si "acá abajo", oh, ¡qué bajo! no se hallaran esos brazos cuando he perdido la protección de todos y que Dios también se había desentendido de mí (Sal.108:11; 28:1; comparar Sal.44:9 con 60:10, nota el cambio en el tiempo verbal). La palabra "desechado" aparece mucho en la experiencia espiritual de los autores de los salmos; yo la conozco bien. ¡Qué sólidos son tus brazos Señor!

33:28

“…seguro, solo”; un pueblo independiente de las costumbres pecaminosas del mundo, santo, único y bendecido.

 

La utopía de la destrucción de Dios

Dt. 33:29

“Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro y espada de tu triunfo?”. Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro y espada de tu triunfo? correctamente dice en plural ¡qué bendiciones! ¡Qué felices! ¡Qué dichosos!; no hay palabra que exprese más felicidad, privilegios y cielo. No es extraño que una nación que tenga a Jehová como su Dios coseche tantos triunfos (Sal.33:12). Escudo para defender lo que tienes incluyendo tu vida, y espada para librarte de tus enemigos que pretenden la utopía de tu destrucción; y no sólo que subsistirás sobre sus malos deseos, sino que te abrirás un paso por dentro de ellos con la Espada del Espíritu; y andarás victorioso sobre tus alturas. Ya el gnosticismo con siglos de derrota, aunque quiera levantar su cabeza, los argumentos de Cristo se la cercenarán. Los racionalistas persisten combatiendo la fe, pero la estructura del NT resiste bien y aquellos tienen éxito sólo entre los que de antemano han decidido no dejarse convencer. El secularismo y su hedonista filosofía con sus incertidumbres relativas sobre lo que es verdad y mentira, está abriendo un pozo vacío en el corazón que exclamará con gritos voces de ayuda, ya no más a religiones orientales sino al único y solitario Dios abandonado por ellos. La Biblia no será sepultada jamás y habrá iglesia cristiana hasta que Cristo venga a juzgar a los vivos y a los muertos. Mientras haya mundo habrá Biblia, habrá Jehová, lectores de ella y un pueblo escogido que la crea.

34:1-4

“Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás a ella”. Por la mitad. Algo, pero no todo. Perdiste una parte de tu fortuna. Debes conformarte y renunciar a lo que se te ha quitado. El Señor le indicó el monte y le pidió que subiera para concederle “en parte” su sueño y su deseo; vería la tierra, pero no la pisaría. No nos llevamos más satisfacciones de este mundo por nuestro perenne escepticismo.

 

Una sepultura anónima, la de Moisés

Dt. 34:6

“Él lo enterró en el valle”.

Un extraño traslado; murió en el monte y fue enterrado en el valle; ¿no habría una grieta, alguna cueva apropiada? Dios lo trasladó hasta allá abajo, algún ángel tomó el cuerpo muerto de Moisés y lo llevó al pie del monte, en el cual recorrido el diablo se interpuso (Jud. 1:9). Israel lo buscó, pero el cuerpo había desaparecido, Dios lo había enterrado. Satanás querría el cuerpo para algún uso idolátrico y supersticioso. Dios lo prevé todo. Señor cuida nuestros cuerpos en nuestras tumbas y acuérdate de ellos cuando vengas en tu reino (Lc. 23:42). A cada santo sucede como si lo hubiera enterrado personalmente Dios y anota en el libro de la vida, que es su memoria, el lugar y la fecha de su enterramiento. Y su polvo oirá su voz y saldrá a resurrección de vida. Así pasa con los que adoran a Dios con su cuerpo, sus carnes anhelan a Dios (Sal. 63:1).

Dios conoce donde se sepulta cada cual. No saldrán de otro lugar sino desde aquel que consumió sus cuerpos para que estén seguros, ellos y los demás, que son los mismos y no otros (Mt.27:52,53). No sé qué pasará con los que son incinerados y que echan las cenizas en otra parte. El mar entregará sus muertos (Apc. 20:13). Para Dios no hay sepulturas anónimas. Esa es la total esperanza cristiana, la resurrección con un cuerpo glorioso como el de Jesús (Flp. 3:20,21).

34:7

“Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor”. Y su mente quedó ágil como una de las más finas bendiciones divinas en la senectud. Es un elogio a la bendición de Dios sobre la salud corporal del siervo de su siervo; nunca fue un anciano impedido que servía más como carga que de gloria para su familia y pueblo. Su muerte no fue un factor biológico sino una decisión divina. Dios comenzó a usarlo tan tarde porque conocía que le había alargado la vida hasta más de un siglo. Su rostro y cuerpo se llenaban, por comunión con Dios, de la gloria suya y perpetuaban sus funciones; y la palabra divina recibida y expresada aumentaba sus días y los alargaban sobre la tierra; era el primer hombre obediente dentro de su pueblo a la ley que había escrito con su puño y letra hebrea su Dios: “Soy el que Soy”.

34:9

“Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés” (Num.27:20). Dios tomó “algo” de su dignidad y la puso sobre Josué, para que obedecieran la palabra del Señor. No el valor para que fuera un soldado conquistador. El que llevó a cabo la conquista fue un hombre de letras, de letras sagradas, dirigiendo una guerra santa, la instalación del pueblo de la promesa en su debido sitio; un joven lleno de sabiduría.

Dt. 34:10

“No ha vuelto a surgir un profeta como Moisés”; excepcional, privilegiado, con más comunión con Dios que cualquiera otro, sin embargo, murió y fue sepultado y no como Enoc o Elías que fueron traspuestos. “Las palmas terminan en puntas y los siglos en hombres”, dijo José Martí. Un hombre así, como Moisés, nace de vez en cuando, cada mucho siglo.

 

 

Josué 

Este hombre tiene que haber tenido alguna timidez, quizás por joven y por lo enorme y peligrosa de la tarea de la conquista y expansión, para que tantas veces se le diga lo mismo, “se fuerte y no te acobardes”; sacaría de la fe lo que le faltaba por naturaleza. Se lo dijo algún profeta. Hasta la gente del pueblo le dijo lo mismo (vv.17, 18). Es que ellos no lo eligieron sino Dios; en esos momentos no querían un guerrero sino un representante de Dios (1:9). Todo lo que Dios quiere que hagamos, aunque nos parezca poco, es suficiente, el resto, lo harán otros. Dos condiciones para triunfar: esfuerzo y riesgo (fe). Las promesas de Dios siempre son más de lo que yo alcanzo; pero sin ellas no podría llegar lejos.

 

"El libro de Josué pertenece a esa clase de libros bíblicos que son nombrados según el personaje principal. De hecho, este es el primero. Ninguno de los cinco primeros libros de la Biblia tiene nombre propio, aunque tiene que ver con algunos de los más grandes personajes de la historia: Adán, Noé, Abraham, José como Moisés y otros. Josué nos habla de la conquista de Canaán por las tribus de Israel bajo el mando del sucesor de Moisés, y es conocido por su nombre. En este aspecto el libro pertenece al grupo nombrado de esa manera como Ruth, 1, 2 Samuel, Esdras, Nehemías, Ester y Job.

"Es apropiado llamarle a este libro Josué, porque, aunque trate de otros asuntos, se infiere de los logros y extraordinarias hazañas llevadas a cabo por Josué. A menudo ese nombre es pasado por alto como sucede con muchos otros grandes hombres. ¿Quién recuerda los nombres de los otros presidentes después de Abraham Lincoln? ¿O quién recuerda el nombre del Primer Ministro que sucedió a Winston Churchill? Generalmente los nombres que siguen a los grandes hombres, los más famosos, son desconocidos. Esto a menudo pasó con Josué. De hecho, tal vez por eso es por lo que su nombre lo lleva el libro. Es como si Dios estuviera diciendo "¿han considerado a mi siervo Josué? Fue un hombre extraordinario. Su tarea también fue difícil y grande. Estuvo completamente dedicado a mi servicio. Deben aprender un poco más acerca de su vida e historia".

"Supongo que mientras Felipe Keller estaba escribiendo estas líneas pensó: ‘Josué, en sentido general se le ha dado mucho menos honor de él que él merece como uno de los más grandes hombres de fe en la historia de la humanidad. De hecho, su carrera brillante comenzó con cada paso que iba dando en cumplimiento de la voluntad de Dios”.

"Josué no fue un hombre perfecto, y eso de que no daba un paso que no fuera para ir cumpliendo la voluntad de Dios, no es algo que llame la atención y la admiración del mundo. No obstante, la obediencia es la llave de la victoria en el servicio de Dios, y Josué es un vivo ejemplo en este sentido" (James Montgomery Boice, Josué, serviremos al Señor, pags,15,16).

 

Sirviendo a los siervos de Dios

Jos. 1:1, 2

“Servidor de Moisés. Mi siervo Moisés”. Josué fue un servidor del siervo de Dios; y eso es un honor, poder ser de ayuda a los que sirven al Señor y aligerarles sus cargas, animarlos, y como en este caso aprender de ellos; máximo cuando el siervo de Dios es verdaderamente un varón de Dios y anciano con una gran experiencia. No consideres poca cosa servir a los siervos de Dios porque a Dios mismo y a su pueblo lo haces; y esa es una forma en que tu obra se agranda enormemente porque de otro modo, siendo tú menor, no llegaría a tanta gente a no ser que se canalice por medio de un hombre como este a quien Josué servía.  Moisés nunca halló en Josué un competidor y no sé si este alcanzó a orar como él que miraba a Dios cara a cara. Se puede decir de él como es el lema de una casa publicadora cristiana, "sirviendo a los siervos de Dios".

 

La muerte de un siervo de Dios

Jos. 1:2

“Mi siervo Moisés ha muerto”. La muerte de un siervo de Dios es importante. En el último capítulo de Deuteronomio se cubre este episodio. La Escritura habla así, no por causa de los muertos que están en gloria, sino de los vivos, exaltando su ejemplo para que imitemos sus vidas consagradas. El Señor dice: “Moisés ha muerto, lo he recogido en mi seno, su obra está terminada y la tuya comienza donde ella acabó, como mi presencia lo acompañó a él, te acompañará a ti” (v.5). Debemos “edificar sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” (Efe. 2:20), continuar la obra que ellos dejaron. Si guardamos la ley de Dios como ellos lo hicieron, tendremos su ayuda en todo lo que hagamos; y como bien les fue a esos, nos irá a nosotros (v.7).

Dondequiera que muera un siervo de Dios él lo sabe, no pasa inadvertido, en la soledad o entre los suyos, en la montaña, en la cárcel como Jacobo, en una hoguera como Hus, en un hospital, porque “preciosa es para Jehová la muerte de los santos” (Sal.116:15). Quizás cuando yo muera muy pocos lo noten y sea recordado por pocos, y con todo eso, será algo notable en el cielo y en el infierno, el diablo lo celebrará y los ángeles también. Que sea este mi epitafio: “serví a Dios como pude, traté de serle fiel y aunque no lo logré sin interrupción morí perdonado, mi espíritu está en el cielo y mi polvo aquí, en espera del día glorioso de la resurrección para un cuerpo nuevo, semejante a Jesús".

1:3

“Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”. Sí, pero tendrían que luchar por ello; Dios no da nada si no hay esfuerzo humano, fe, trabajo y esperanza. Labora con fe y tendrás lo que buscas. Dios les dijo: “el límite de mi promesa lo ponen ustedes, no yo”.  Las promesas de Dios siempre son más de lo que yo alcanzo; pero sin ellas no podríamos llegar tan lejos.

1:5

“Nadie te podrá hacer frente todos los días de tu vida”. ¿Y qué pasó en Jericó? ¿En Hamat? ¿En Hai? “Nadie te podrá hacer frente si no te metes en pecado, si tu pueblo no te aparta de mí”. Y de los pecados los que desconocemos son los peores, los que no podemos darle una explicación (Cap.7). Derrotado, pero no desamparado. “Lo que sabes y lees de Moisés yo lo puedo repetir contigo. No seré menos Dios contigo que lo que fui con él”. Amén. Con eso en mente aquel joven ministro fue imparable.

1:6

“Sé fuerte y sé valiente” (esfuérzate y no tengas miedo). Dos condiciones para triunfar: esfuerzo y riesgo (fe).

 

Crea un pueblo obediente a la Palabra de Dios

Jos. 1:7

“Cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó”. Debe quitarse el miedo con fe en las promesas. Valiente para ser santo y tener un pueblo santo. No sólo en la guerra sino en la lealtad y fidelidad a Dios. Si el diablo no puede evitar que desobedezcas como líder trata de que desobedezcas como cristiano. Le dijo: “No te salgas del camino ni un metro”. “…sé muy valiente”; recuerda que Josué no era un hombre de guerra lo mismo que Moisés; era un varón de letras sagradas, un adorador de Jehová. La guerra no se hizo con su espada sino con la de la Palabra de Dios (Efe.6:17); no tendría que tener un gran ejército organizado y él su general, sino un pueblo obediente y él su pastor.

 

Usa tu cerebro y pelea con meditaciones bíblicas

Jos. 1:8

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.

En LBLA aparece la palabra éxito en el lugar de “y todo te saldrá bien”.  Otra traducción sería que todo te prosperará, o mejor es éxito; que no es un milagro sino el resultado de un proceso dentro de una conducta dedicada a vivir como Dios enseña (y otra traducción contiene esa palabra instrucción o inteligencia). Quizás uno hubiera esperado que Dios comenzara diciéndole a Josué que su Libro no se apartara de su corazón o de su mente sin embargo eso lo dice después, lo primero que le menciona es que la Escritura no se aparte de su “boca”. Eso quiere decir que está hablándole al Josué predicador y maestro de Israel, cuyo deber es enseñarle diariamente al pueblo la ley de Jehová. Josué era primero que todo un predicador de Israel y luego soldado y conquistador.

Es que estaba bien elegido por Dios para que hiciera la guerra bíblicamente con menos estrategias bélicas y más bendición de Dios. Su trabajo y su éxito sería una revelación de Dios. El Señor le dijo que su éxito estaría relacionado con sus meditaciones bíblicas, “sino que de día y de noche meditarás en él”. Dios le dio la ley a Moisés y le dijo a Josué que la tomara de día y de noche y meditara en ella. Algo así como: “la conducción de mi pueblo es espiritual; el éxito de tu vida y profesión dependerá de tus meditaciones y lo mucho de mí que tengan tus pensamientos”.

Cuando él tomó su puesto ya había una Biblia con cinco libros escritos los cuales debía estudiar. No sólo leerlos sino meditar en lo que leía y relacionarlo consigo mismo para vivirlo y para enseñarle ese producto al pueblo que tenía que conducir a la victoria. Es decir, lo que el pueblo oía eran sus exposiciones bíblicas, el resultado de sus meditaciones, oraciones y comentarios. Si lo quería podía repetírsela de memoria y además y hacerle comentarios que saldrían de sus labios en forma de estudios bíblicos y sermones pertinentes a la situación de la iglesia en general y de los hermanos que buscaran consejo de él.

Cuando el Señor le dice que medite de día y de noche no le quiere decir que no duerma ni haga nada más, sino que medite en ella mucho, que si hace otras cosas para Dios la meditación tiene la prioridad porque el sitio de su éxito no es primero en el campo de batalla sino en su escritorio. El comandante del ejército de Jehová por muy ocupado que se hallara cercenando males tiene que encontrar tiempo para "meditar" en la Palabra de la ley que escribió Moisés.    

La guerra por Jehová  y por Jesús sigue haciéndose con meditaciones bíblicas, con menos confianza en planecillos inventados a última hora y estrategias humanas si es que queremos limpiar la tierra del cananeo, el heveo y el fereseo que son borrachos, idolatras, adúlteros, fornicarios, afeminados, se echan con varones en la cama, malas bestias, siempre mentirosos, abusadores, avaros, mirones de pornografía y cosas semejantes a estas, para que sean sanos en la fe y puedan ser llamados “santos y fieles en Cristo”; y esto es llamado celo misionero. Si ellos persisten en morar donde tiene que estar el reino de Cristo no veo otra manera de expulsarlos y que no regresen si no es a punta de espada del Espíritu, de lo contrario nunca tendremos fuerza para sacarlos del territorio del corazón humano porque ellos dicen “a Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?” (Hch.19:15); unos irreflexivos conquistadores que sin usar mucho el cerebro pretenden llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.  Dios le dijo a Josué “si quieres tener éxito y que todo te salga bien, abre los cinco libros que Moisés escribió, usa tu cerebro y pelea con meditaciones expositivas”.

1:9

“Se fuerte y no te acobardes”. “¿No te lo he ordenado yo? ¡Esfuérzate pues y se valiente! No te intimides ni desmayes, porque YAVE tu Dios estará: “contigo dondequiera que vayas” (Biblia Textual).  Este hombre tiene que haber sido muy tímido para que tantas veces se le diga lo mismo “no te acobardes, no tengas miedo, no tiembles, no pienses en peligros, en riesgos, dale hacia delante, vence tu natural timidez”; sacaría de la fe lo que le faltaba por naturaleza. Cerrando los ojos al miedo y haciéndole caso a las promesas de Dios, y lo hizo, emprendió la conquista de la orden. Esto tuvo que habérselo dicho algún profeta, un ángel o el Espíritu. Hasta la gente del pueblo le dijo lo mismo “con tal que Jehová esté contigo” (vv.17,18). Es que ellos no lo eligieron sino Dios; en esos momentos no querían un guerrero sino un representante de Dios. Oh si la iglesia quisiera eso, un embajador de Dios, no un hábil líder sino un siervo fiel.

1:14,15

“Entonces volveréis a vuestra tierra la que Moisés os dio”. Israel es una confraternidad, una hermandad de tribus; y no podría decir "detendremos lo nuestro, ustedes busquen lo vuestro"; no, porque la parte de ellos se la regalaron, fue de gracia, no la conquistaron apenas, o con ayuda de los otros.

 

No un doble del pastor anterior

Jos. 1:16, 17

“Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés”.

Le dijeron: “con tal que Dios esté contigo como estuvo con Moisés”. Son diversas las razones que la gente tiene para dar su apoyo a algún líder espiritual; hay quien ofrece sus tesoros, sus brazos y talentos, por simpatías, relación familiar, conveniencias. No debiera ser así. El pueblo le dijo a Josué que le respaldaría su ministerio con la única condición de que Dios estuviera con él. No porque fuera a hacer lo mismo que Moisés hizo (eran distintos ministerios), sino porque el Señor lo había elegido para esa sustitución.

El pueblo había gustado y disfrutado un liderazgo dirigido por Dios y le pidieron a Josué que tuviera con Jehová exactamente la misma comunión que tuvo Moisés. No querían un sustituto que tuviera el mismo peso y medida, las mismas virtudes y defectos, que hiciera las mismas maravillas, no pidieron un doble de Moisés, pero sí un hombre, quienquiera que fuera, que contara con la misma dirección divina hacia el futuro (3:7; 4:14).

1:18

“Sé fuerte y valiente”, “esfuérzate y sé valiente”. Es que no era un hombre hecho para pelear. No era un soldado. Era un hombre de la ley de Dios y de oración (Ex. 33:11); que precisamente por eso, por su apego a la ley es que se le elige para estar al frente del pueblo. Aspiraron a menos de lo que se les había prometido.

2.

Este capítulo se escribió por causa de Rahab, es su figura principal. De esta mujer se dice en el NT que tuvo fe (He.11:31); ella obtuvo buen testimonio (He.11: 2). Esta fe parece algo distinta, pero es la misma de la que habla Pablo, pero manifestada por una acción externa.

 

El pecado se define por la voluntad de Dios

Jos. 2:3-7

“Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre los tallos de lino”. El texto enseña que a veces hay que elegir entre un pecado mayor y uno menor, que aun la fe que justifica no es perfecta y se define en última instancia lo que es fe y lo que es pecado. Lo que dijo es una mentira, sin embargo, por ello se mostró la fe que tenía. Agustín dice que el silencio de ella hubiera sido mejor que mentir. Si dice la verdad no hubiera tenido fe. Con quien único tenemos que ser totalmente sinceros es con Dios. Es cierto que Dios podía haberlos salvado a ellos, aunque fueran descubiertos. Y su fe le fue contada por justicia, aunque dijera una mentira; enseña que depende de la relación espiritual que el pecador tenga con Dios; no dijo una mentira para salvarse ella. Todos los santos pecan. La fe que justifica tampoco es perfecta. Como dice Santiago, mostró su fe por su obra (Sgo. 2:25).  ¿Qué es fe, qué es pecado, Señor? ¿Se puede pecar en nombre de Dios? ¿El fin justifica el medio? Fe es hacer la voluntad de Dios. Pecado es no hacer la voluntad de Dios. El bien es hacer la voluntad de Dios. El pecado no es un concepto absoluto y se mide sólo por la voluntad de Dios. Si Dios tiene que perdonarme entre dos pecados que me perdone el más grande.

 

De la fe a la moral, de la verdad a la moral, de la teología a la ética

Jos. 2:9-13

“Hemos oído como Jehová secó el agua del Mar Rojo”. Ahora no voy a defender mentiras, pero lea mi razonamiento. Rahab es la heroína de fe que llena todo el capítulo, la fe de los espías luce pequeña en comparación con la que tuvo ella. Todo lo concibió; fue quien diseñó el plan de escape. Indudablemente que a la fe de esta mujer uno le puede hallar defectos, sobre todo mentiras, pero quién se atreve aun así a criticarla cuando lo está haciendo para el servicio de la fe. Para algunos la fe de Rahab presenta un problema moral, pero yo me fascino con ella porque ha creído a Dios con todo su corazón, tiene tanto temor a él, tantos deseos de ser perdonada, presta un servicio tan excelente, que ni siquiera echó de ver que lo que estaba diciendo era mentira. ¿Qué hubiera pasado si dice la verdad? ¿No sería un pecado mayor? Si hubiera cumplido con la estricta moral cristiana no hubiera tenido fe alguna, la obediencia a la ley moral hubiera apagado definitivamente su temor de Dios y habría perecido.  Es una traición lo que está haciendo, por fe. Y ¿la fe en Cristo no es una traición al mundo y al diablo que nos pide lealtad permanente? Aunque la fe tenga consecuencias políticas no debemos dejar de ejercerla. Por el conocimiento que esta mujer tiene sobre la situación del país es posible que estuviera bien metida en las cuestiones políticas de Jericó, a través de sus amigos políticos o contratados por los servicios de inteligencia de la ciudad. Actúa como una experta. Rahab está dando pasos de fe, luego se va a unir a un pueblo que por sus leyes no aprueba la prostitución y conociendo la ley de Dios y queriendo agradarle, dejó su triste oficio y se casó con Salmón y llegó a ser la tatarabuela del rey David de quien habría de nacer el Señor Jesucristo. Así va de la fe a la moral, de la verdad a la moral, de la teología a la ética, no empieza cambiando sino creyendo en Dios.

¡Oh! ¿Por qué haces consideraciones morales previas a la fe? ¿Cómo querrás entrar a la salvación por la obediencia al evangelio en vez de la fe al evangelio? ¿Querrás tú ser perfecto antes de tener fe? ¿Quieres suprimir primero todo mal hábito, toda mala inclinación, todo vicio antes de creer en Cristo? Entonces querrás ser salvo por la ley y no por la gracia.

 

Un cordón rojo

Jos. 2:18,21

“Ata este cordón de grana (escarlata) a la ventana”. Si quieres salvar a tu familia invítala a protegerse con tu protección; la sangre de Cristo es "una señal segura" (vv.12,13). ¿No recuerdas la sangre del cordero pascual sobre los dinteles de las casas judías, como el ángel de la muerte la miraba y pasaba sin tocar a sus habitantes? (Ex.12:7,12,13).

Este cordón rojo es un emblema de la sangre de Cristo, por el cual el ojo divino identifica a los que tienen fe; es otra versión de las manchas de sangre en los postes de las casas israelitas en Egipto. (1) Es una señal segura (v.12). ¿Conoces otra cosa que mire Dios para que no mueras? Si mirare a los pecados nadie estaría en pie (Sal.130:3). (2) Si mirare nuestras obras de justicia no escaparíamos porque por ellas ningún ser humano será justificado (Ro. 4:5-9). (3) Si mira nuestra religión, tampoco seremos justificados porque la circuncisión nada vale sino una nueva creación (Ga. 6:15); (4) y ¿las ceremonias? (Col.2:15-23). 

Tampoco valen. El significado primario de la palabra segura es “estabilidad”, es decir una señal que no cambie, que sea confiable, y lo es porque esa es una señal de amor, una bandera que flota al viento en la asta de la cruz (Cant.2:4). Y “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1Juan 1:7-9).

 

Dios no es el vecino del piso de arriba

Jos. 3:4

“A fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella haya distancia como de dos mil codos; no os acercaréis a ella”. Este fue un camino nuevo para ellos, nadie lo transitó ni antes ni después de haber pasado. Cristo, que es nuestro camino, nos abrió uno nuevo y vivo a través de su carne (He.10:20), un camino hacia el lugar santísimo. Es una experiencia nueva. Nota el llamamiento "seguid en pos de mí...". Esto es porque ignoramos el camino y debemos, como hijos de Dios, ser guiados por su Espíritu y seguir al Cordero por dondequiera que va. Fíjate en la actitud de reverencia con la que siguen a Dios, “haya distancia”; no una excesiva y humana familiaridad (He.12:28; Ro.8:14; Apc.14:4). Dios no es tu vecino que vive en el piso de arriba. Tú estás sobre la tierra y Dios en el cielo (Ecl.5:2). Es un superior y a un superior se le trata con respeto y no exactamente como a un padre humano. Jesús se dirigió al Padre de modo filial, pero con respeto usando dos idiomas para la misma palabra Padre, Abba en sirio y Padre en griego, y la repetición no está en diminutivo (Mr.14:36; Ro. 8:15; Ga.4:6). Es una excesiva familiaridad llamar a Dios Padre en forma diminutiva e infantil, porque no tiene valor bíblico y contrasta con la debida adoración, que no puede incluirla.

3:5

“Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”. La santificación es una condición para contemplar las maravillas de Dios; porque si no lo hacemos, si no estamos preparados en la fe no podremos contemplar lo que el Señor nos va a mostrar; si pudiéramos verlo sin ser santos moriríamos, entenderíamos mal la maravilla (Jn.12:28, 29), porque para entender lo espiritual hay que prepararse, o no nos aprovecha y existe el peligro que se juzgue mal (Mt.11:24). Santifiquemos nuestra fe para poder ver (Jn.20:29).

3:6

“Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo”. Son los obispos y pastores los que tienen, con la Biblia sobre el hombro, ir abriendo caminos de fe.

 

Un líder alargado por Dios

Jos. 3:7

“Hoy comenzaré a engrandecerte ante todo Israel”. Mira la disposición de Dios para el servicio de su ministro, engrandecerlo. Quiere decirle, “en tu liderazgo habrá muchos momentos grandes y éste es el primero. Tengo interés en engrandecerte porque esa es la vía para hacer la obra de la magnitud que quiero”. La palabra engrandecer en hebreo tiene muchos significados, pero la primera es torcer o retorcer algo con el fin de estirarlo; y eso en las manos divinas no es deformarlo sino lo contrario, ponerlo recto. ¿Qué estatura de líder tienes? ¿Eres considerado en la iglesia como una columna? (Ga.2:9). Observa quién engrandece a sus ministros, y quién hace de ellos lo que son. Esa reputación te la ha dado Dios, la estima que tienes se la debes a él, que te ha engrandecido delante de los ojos de Israel. Por ende, no te gloríes ni atrapes para ti el elogio que debes a quien te ha hecho un guía de ciegos, un maestro en Israel, un heraldo. Meditar en 1Co.4:7; 15:10. Y todo eso cuando uno procura engrandecer su obra la cual contemplan los hombres (Job 36:24). La palabra engrandecer aquí es magnificar, crecer y alargar. ¿En qué sentidos? Supongo que los dos preferibles son, en hondura y altura. Si alguien nos mira con admiración es porque Dios lo ha hecho, y si algún lustre tiene nuestro nombre es la gloria de Dios que brilla con sus letras. En fin, dicho de otro modo, le dijo, estírate y empínate, crece como la raíz de un árbol, hacia abajo, y como su tronco hacia las nubes. Dios le dijo a Josué, “te voy a alargar”; y dicho y hecho.

3:10

“Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo”. ¿Acaso lo habían olvidado? Me pasma esa incredulidad, semejante a la mía. Nota que dentro de las pocas palabras que tiene su discurso de fe llama a Dios “Dios viviente” y por dos veces “el Señor de toda la tierra” (vv.11-13). Era un gran momento para creer, y alentó a su puelo.

 

Da un pasito y verás

Jos. 3:13-17

“Cuando las plantas de los pies de los sacerdotes se asienten en las aguas quedarán cortadas”. No dudes que Dios pueda hacer esto y más, ¿no creó los mares y la tierra? (Ge.1:9,10). Lee en oración el primer capítulo de Génesis y ten fe en lo que Dios puede hacer; no hay maravilla que sea difícil o imposible, no hay imposibles, “para Dios todo es posible” (Mt. 19:26). Sólo quiere que su pueblo muestre su fe por su obediencia, porque hasta que los pies de los santos no se mojaron no hubo milagro. No tuvieron que meterse hasta las rodillas o la cintura. En el principio de la fe fue suficiente. Empieza algo de fe. Da un pasito y verás. Son los pastores y obispos que conducen al pueblo los que tienen que tomar esa iniciativa exponiéndose al ridículo, al fracaso o al triunfo. Depende de la fe que tengan los que llevan el arca sobre sus hombros que permanezcan creyendo mientras el pueblo pasa. Oh, Señor de toda la tierra, que en ti confíe.

3:17

“Y los sacerdotes que llevaban el arca estuvieron en tierra seca en medio del Jordán y el pueblo pasaba”. Es importante que los varones que llevan el arca del Señor, esto es, los pastores, los maestros, los evangelistas, los ancianos, sean varones de fe y permanezcan firmes en sus puestos, hasta que todo el pueblo pase el Jordán. Ellos tienen que pasar obedeciendo, pero los que los dirigen creyendo. Si los que son seguidos por otros se establecen en fe, el pueblo pasa, el pueblo obedece (2Co.1:14). ¡Oh, Señor, danos fe!

 

Si quieres turistear en Israel

Jos. 4:1-7

“Y les dijo Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios a la mitad del Jordán, y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel”. Estas piedras tendrían mucho significado para los que pasaron el río Jordán; los remontaría, al pasar los años, al avivamiento de aquellas experiencias maravillosas; podrían ir y tocarlas, sentarse sobre ellas, meditar y orar, renovarse con aquellas reflexiones, despertar de nuevo el ardor con la devoción según esos tiempos de oro (24:31). Oh, Señor que estas notas sean mis piedras y al leerlas algún día reconozca que no proceden de mí sino de ti y me traigan recuerdos de avivamiento. Pero muy poco sirvió para las generaciones futuras, que llegaron hasta dudar de la verdad histórica del origen de esas piedras. ¿Qué contribución a la fe hace la arqueología? Ayuda bastante como confirmación, pero no se puede recibir fe independiente de la palabra de Dios y de la adoración. La comprobación de una verdad histórica no implica fe en ella, sino por lo que el Espíritu revela por su medio. La fe brota de la comunión con el mismo Dios. Lo que debemos tener ante nuestros ojos no es el último hallazgo científico sino la palabra de Dios, y como memorial “la cena conmemorativa” que ofreció Jesús la noche que fue entregado y que se perpetúa frecuentemente. Quien depende de la veracidad de la ciencia para fortalecerse en la fe apenas tendrá alguna. ¿Cuántas gentes no viajan a Israel y Egipto y visitan los lugares históricos de la Biblia y sin embargo no se convierten a Cristo? Otros que acompañan a excursiones con iglesias deciden bautizarse en el río Jordán donde lo hizo Jesús hace dos mil años, sin embargo, aunque vuelven emocionados y contando anécdotas, y dándoles envidias a los que se quedaron, eso no implica que regresen más santos. A no ser que leyendo la Escritura y orando en esos sitios reciban la bendición del Espíritu. No hay que ir tan lejos para creer y aumentar la fe porque “cerca de ti está la Palabra, en tu boca y corazón, la palabra de fe que predicamos” (Ro.10: 8). Es cerca de la Biblia y particularmente cerca de un sitio de predicación donde hay que hallarse para creer en Dios. El viaje a Israel y Egipto es caro. Las experiencias son emocionantes, pero ninguna otra cosa que no sea la Biblia puede aumentar en un codo la fe. ¿No hemos visto algunos que han bebido agua del Jordán y se han bañado en el Mar Muerto y no retornan más santos que lo que estaban, repitiendo los pecados que allá Dios les perdonó? Si tiene dinero y quiere turistear, váyase contento y medite en la Palabra de Dios en esos sitios sagrados y cuando salga de allí como Jesús cuando subió del agua, vuelva bañado de luz.  

4:10

“Y los sacerdotes que llevaban el arca se pararon en medio del Jordán hasta que se hizo todo lo que Jehová había mandado a Josué que dijese al pueblo, conforme a todas las cosas que Moisés había mandado a Josué; y el pueblo se dio prisa y pasó”. ¿Por qué se dio prisa? Porque tenía miedo, miraba el peligro. Si Dios abre un camino de salvación para que pases, no te tardes y escapa pronto, no seas indolente y remolón (Ge.19:15). Mientras Dios permanezca en un sitio estaremos seguros; y aunque el camino impresione, Dios sostiene con ambas manos aquello que pudiera arrollarnos.

4: 14

“Y temieron a Josué como habían temido a Moisés toda su vida”. Parecido a como temían a Dios, como si tuvieran a Jehová con él. Esto ha sido de alguna manera dañino, el identificar a un hombre con Dios, sin embargo, el buen testimonio de los ministros del Señor y la presencia suya en ellos debe inspirar respeto y reverencia en el pueblo, y esas dos cosas ayudan a la obediencia (1Sa.12:18; 16:4).

 

No les había amanecido

Jos. 4:18

“Y aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron en lugar seco, las aguas del Jordán se volvieron a su lugar, corriendo como antes sobre todos sus bordes”. Ya no podrían darse vuelta para regresar, debían tomar posesión de la tierra. Cuando Dios salva hace imposible el regreso, la fe es irreversible. Detrás de nosotros hay demasiadas experiencias para deshacerlas. Si algunos pueden volverse “atrás del santo mandamiento que les fue dado” (2Pe.2:21) es que “no les ha amanecido” (Isa.8:20); nunca cruzaron el Jordán y por eso no tienen dificultad en desandar lo andado (Jn.6:6). Con facilidad se van de la iglesia. Israel tuvo un pasado milagroso y un futuro heroico. Los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables (Ro.11:29). 

4:24

“Para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días”. La mano de Jehová. No sólo para los hijos sino para el mundo. Para todo el que visite ese lugar. Aquí se nota dentro de la ley la intención universal del evangelio para salvación.

5:2

“En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel”. No hay récord de la primera circuncisión, quizás se identifica con la Pascua. “Cuchillos afilados” de piedra. Pedernal (Ex. 4:25). Hacía como dos mil años que se usaba el bronce. No fue para que doliera más o menos sino para ajustar el rito a la tradición y fuera lo más genuina y auténtica posible. Ser conservador en ella y sencilla.

5:4

“Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto”. Pobre gente, murieron sin haber recibido lo prometido (He.11:13), en una condición quizás no muchísimo mejor que la esclavitud en Egipto. Bueno, es un decir porque eran ya libres.

Jos. 5:9

“Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy”. ¿Y no lo quitó la Pascua, el paso por el Mar Rojo, el Jordán? Todas esas eran experiencias que habían tenido, pero les faltaba una señal en la carne que los haría distintos a los egipcios, una señal religiosa. Cuando un creyente es regenerado en su corazón, aunque haya pasado otras experiencias, sólo entonces echa afuera el oprobio de Adán (Col.2:11) y marca la diferencia entre el hombre natural y el espiritual, entre Belial, Manmon y Cristo, entre el mundo y la iglesia escogida.

 

Después de aburrirse de esa comida, le quitaron el maná

Jos. 5:10-12

“Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año

“Ya no necesitaban el sostén milagroso, volvieron a la forma normal de sostenimiento de la vida terrenal. Cerraron una etapa que después de todo lamentarían. Desapareció el maná, vieja bendición de la peregrinación, nocturno y silencioso visitante, bondad divina. Desde que pusieron un pie en la Tierra Prometida cesaron de ser atendidos milagrosamente para nutrirse como los otros pueblos, de modo natural. No puedes leer que hicieran luto, se hallaban satisfechos con el cambio, el cielo por la tierra, nadie pidió el regreso del antiguo orden, ni siquiera se dice que lo extrañaron. Realmente sabemos por Num.11:4-10 que ellos no amaban el maná. Cuando el Espíritu dice que “nunca más tuvieron maná” da a entender que fue algo más que recesó, el tono del lenguaje lo que indica es reproche, como si dijera que se les quitó el maná. Se terminó un viejo acompañante, un antiguo privilegio, un nocturno visitante de la providencia. El maná les fue quitado, abruptamente, sin previo anuncio. Aquel precioso alimento que ellos menospreciaban cada vez que podían, era como si se alimentaran de la boca de Dios, constituía una señal de la providencia, como la nube y la columna de fuego, entre ellos. No más maná, no más trato especial.

El ministerio de la Palabra en la iglesia es la provisión de maná celestial, pan de nobles (Sal.78:25), que nos da Dios a comer; es una señal constante de su misericordia. Nuestras almas, habituadas a largos años de nutrición celestial, se secarían si fuésemos destinados a vivir de modo natural con los frutos terrenales, con lecturas bíblicas rápidas, sermoncillos temáticos y basados en experiencias personales, para ayudar, con mucho más que en exégesis bíblica. Era lógico que lo perdieran porque pasaban esa etapa, muy llena de enseñanzas.

 

Examina tus experiencias del otro mundo

Jos. 5:13-15

“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?” ¿Cómo podemos estar abiertos a cualquier aparición espiritual sin preguntar de dónde viene, si del cielo o del infierno? El diablo puede mentirnos en una visión. Lo que no puede hacernos es mentir en lo que “escrito está” lo que “hemos leído” (Mt.4:4). Además, ¿no será una experiencia interior, parasicológica, y no exterior y ocular? ¿No pudiera ser una alucinación? Las experiencias con seres de otro mundo pueden ser ciertas, pero engañosas o puras mentiras, y no hay mentira que más fácil se acepte que cuando se mezcla con la verdad y se viste como ángel de luz y ministro de justicia (2Co.11:14). Sabemos que existen los prodigios mentirosos (2Te.2:9). Josué quería asegurarse a quien servía aquella criatura espiritual. No asumió enseguida que venía de parte de Jehová porque pudiera ser que “aún un ángel del cielo” nos anuncie “otro evangelio” y en ese caso hay que maldecirlo. Si no predica el evangelio eterno no es de Dios (Apc.14:6). Los ángeles son de los nuestros porque Dios los ha encomendados que sirvan a los herederos de la salvación (He.1:14, pero por otro lado hay ángeles rebeldes, potestades del aire contra los cuales tenemos lucha. Hay enemigos que son mentirosos, calumniadores, porque el diablo es padre de mentiras, que desarrollan la traición y la apostasía como Judas.  ¿Con los acusadores de los cristianos? ¿Con quién estás? ¿Con los que están en prisiones de oscuridad?  Josué sabía de la existencia de enemigos espirituales que estaban en contra de Dios, de su pueblo y de su comisión. Quería estar seguro si aquel varón estaba a su favor o en contra. Esta visión la tuvo para que supiera que en la conquista contaba con la espada de Dios. “…quita el calzado de tus pies…”. ¿A eso sólo vino? ¿No le prometió ayuda? El pasaje parece incompleto. ¿Para que tuviera una experiencia similar de vocación como Moisés la tuvo? (Ex.3:1-3). Si Dios nos muestra su compañía en el aire, si oímos marcha sobre las copas de las balsameras (2Sa.5:24), si ya nos abrió camino, la senda por dura que sea terminará con victoria. Examina tus experiencias espirituales, si son de Dios o del diablo. Jericó, hermética, pero no inexpugnable.

 

Una sociedad cerrada, qué hacer

Jos. 6:1

“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía”, hermética, pero no inexpugnable. ¿No tiene Dios la llave maestra que abre todas las puertas? (Apc.3:7). Además, nosotros tenemos una llave específica que les guste o no, nos permite meternos dentro de la sociedad, y es el conocimiento de Cristo Jesús (Lc.11:52); no nuestra oratoria ni nuestra elegancia y buen parecer (2Co.10:10). ¿Están cerrados los corazones? ¿Está bien cerrada la sociedad y no desea que penetre el evangelio? Si no abre, Dios derriba sus muros y fortalezas (2Co.10:5); pero no negociar con ella en toma y dame, yo cedo algo de mi fidelidad y tú me entregas lo tuyo. Nada. La sociedad hay que consagrarla al anatema. Es para Jehová.

Jos. 6:10

“Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis”. En total y profundo silencio, con reverencia porque el arca de la divina presencia iba delante de ellos y podían ir meditando, orando o alabando a Dios en sus corazones.

Jos. 6:15

“Al séptimo día se levantaron temprano y marcharon siete veces alrededor de la ciudad”. Fue el sábado, el que más ocupado estuvieron, y fue un sábado que tomaron a Jericó. Es una victoria espiritual, una batalla santa (Mt.12:3).

Jos. 6:18,19

“Toda la plata y el oro están consagrados a Jehová”. Después tomarían todo, pero esta ciudad era como las primicias y el diezmo para Dios para fortalecer el culto. Dios los probó en la obediencia ritual con las vueltas alrededor de Jericó, ahora les mide la codicia.

 

Hombro con hombro

Jos. 6:20

“Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron”. No por la voz sino por el poder de Dios. Si las murallas de incredulidad se caen cuando das voces con el evangelio, piensa que fue el Señor y no tu sermón. Cada uno avanzó derecho a pasar por encima de las murallas caídas y atacar a lo que tenían enfrente. Así se lucha de modo responsable y compacto; y no quedaba ningún espacio sin combatir y nadie podía escurrirse entre ellos y escapar. Hombro con hombro, cerca como para animarse. De ese modo formaban una unidad tal que no daba lugar al diablo ni a la carne. Es bueno que así se hiciera sin interferencia en el trabajo del compañero de al lado y diera ocasión que desatendiera su posición. Los deberes de los otros son los deberes de los otros, sin embargo, se podrían prestar ayuda. Y los míos los míos. Cada iglesia hermana puede ayudar a la otra, pero sin interferir.

6:21

“Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos”. La paga del pecado es su muerte. Esto es una guerra donde lo absoluto y radical fue la regla; y Dios pidió un trabajo completo. Todos los pueblos en esa circunstancia hacían lo mismo. Se masacraban. 

 

Una feliz deserción al diablo y al mundo

6:22

“Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis”. Todavía en estos momentos se le llama ramera, después no, entró a formar parte de un pueblo con oportunidad de hacer algo mejor en el matrimonio y se le llama sin ese epíteto (Mt.1:5). Fue una recompensa a su fe no una paga a un servicio político; creyó a Dios y por eso vivió. ¿Tendremos valor para separarnos de la sociedad e ir contrarios a las costumbres y malas crianzas y funestos ejemplos domésticos? Nuestra conversión a Cristo es una feliz deserción al diablo y al mundo.

 

No seré más una ramera sino una mujer piadosa

6:22-25

“Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó”. ¡Qué día tan delicioso para Rahab y sus familiares!, la paciencia de la fe de ella le trajo el cumplimiento de la promesa; el mismo día en que los incrédulos padecían confusión perpetua ella recibía su herencia eterna; unos eran hechos anatemas y ella bendición, disfrutando el comienzo de su esperanza bienaventurada. “…y los pusieron fuera del campamento…”. El ingreso a la iglesia, su procedimiento, es quizás lo más conspicuo que nos enseña el texto, si se toma como una analogía espiritual.

Nota como ella tuvo que pasar un tiempo de purificación espiritual antes de ingresar a la comunidad de Israel; limpiándose de sus supersticiones, cortándose las uñas, lavándose, cambiándose de ropas y quitándose sus inmundicias. En ese tiempo también se oró y se decidió qué sitio habría de ocupar en Israel, cual tribu habría de absorberla. Este procedimiento de inclusión de Rahab dentro de la comunidad de los elegidos es pictográfico, asemeja cómo los recién convertidos deben ser ingresados dentro de la compañía de los primogénitos: los que han probado por la fe y las obras ser salvos; que sólo deben ingresar los que huyen de la destrucción eterna, el procedimiento debe ser lento, por grados, con sabiduría, no alzando la mano y poniéndose de pie para dar éxito al predicador; y además el caso nos ilustra cómo obrar en el restablecimiento de los que han sido de Israel: sin premura. ¿Para qué apurarse?, con sabiduría, purificándose del mismo modo que los que ingresan por primera vez. ¡Qué gozo, qué privilegio, es pertenecer al pueblo de Dios! ¿Qué de malo hay que por un tiempo se nos retenga fuera del campamento? Santificada y consagrada dentro del pueblo santo. Ella pidió unirse a ese pueblo; y diría, "yo quiero ser una de ustedes y tener a vuestro Dios; comenzaré a vivir de modo distinto por los estatutos que me enseñen. No seré más una ramera sino una mujer piadosa", y estaré en la familia del Cristo (Mt.1:5). Aleluya.

Jos. 6:26

“En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas”. Señal de la ira de Dios. Mira que este hombre espiritual entendió que lo que Dios había maldecido y destruido nadie debía reedificarlo. ¿Ha destruido Dios los infames muros de tu incredulidad? ¿De tu vida profana? ¿De una naturaleza viciada? No los edifiques, no te los pongas de nuevo, maldito el que reedifique lo que el Espíritu Santo destruyó, una vida pecaminosa. ¡Ay de ti, hombre atrevido, tú Hiel de Betel! (1 Re.16:34; Ga.2:18).

 

Un solo pecado te puede arruinar

7:1

“Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel”. Así traduce RV y es correcto; una sola prevaricación que frenó la carrera de victorias. La palabra bien se traduciría como traición. “…se encendió contra los hijos de Israel”. Señor, si fue uno el que pecó ¿por qué te enojaste contra todos? En una época de avivamiento espiritual basta con un pecado para apagar al Espíritu. ¿No recuerdas el caso de Ananías y Safira ante los apóstoles? Una mentira, repetida y confirmada (Hch.5:1-11). Un mal acuerdo matrimonial. Y Adán no pecó muchas veces sino una. Lo mismo pasó con Moisés y no pudo entrar a la tierra prometida. Un solo pecado nos puede arruinar.

7:4

“Hai” significa ruina. ¿De quién, de ella o de Israel? Una victoria sobre Israel, pero no su destrucción. La ruina de ella. Son pocos y sin embargo les ganaron; cuando hemos pecado perdemos las batallas más pequeñas, lo que fácilmente se lograría se hace imposible.

 

Escribe tu biografía 

7:5,6

“Hirieron de ellos a unos treinta y seis hombres y los derrotaron”. Treinta y seis hombres muertos entre tres mil no es una matanza para que huyeran de ese modo. El pánico se apoderó de ellos, miedo a que Dios no los acompañara; enseguida se dieron cuenta que lo de Jericó no se repetiría, y no se repitió nunca. Las grandes obras totalmente hechas por fe son raras (Mt. 8:10). Uno halla inexplicable ciertas derrotas. Pero tienen su explicación. Leamos a menudo nuestra historia y veremos que son más de una las veces que aparece escrito en ella el nombre “Hai”, destrucción, fracaso. Y después un sinfín de oportunidades perdidas, desaprovechadas. Si no pecamos contra Dios no le hagamos caso al pesimismo incrédulo que nos susurra alguna complicación, porque lo que hemos de esperar de inmediato es victoria.

 

Hagamos reflexionar a Dios sobre su gloria

7:6-9

“Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas”.

Lea toda la historia, y la sorpresa que se llevaron al ser derrotados por una ciudad inferior. Josué es el primero que da señales de dolor y arrepentimiento, y pide que lo acompañen los ancianos; y así se completa la directiva de aquel entonces. Los pastores, los ancianos y los diáconos son los primeros que deben postrarse ante Dios para saber por qué las cosas han ido mal y para tratar en su presencia que no sigan así y cambien. Y lo hicieron no por unos minutos sino “hasta el anochecer” “al caer la tarde”, no fue una vigilia sino un día laboral. No debemos conformarnos con perder. Josué se quejó con Dios de forma parecida a como se habían quejado sus hermanos, con parecida incredulidad (Ex.16:3; Num. 29:3).

Nos reuniremos, nos postraremos en oración y le pediremos a Dios que nos haga saber por qué no tenemos otra bendición. Le abriremos el corazón al Señor y le expondremos nuestro miedo, desesperación, y el peligro que es para nuestra fe las derrotas con promesas de bendición. Le haremos las preguntas más osadas, aunque tenga que perdonarnos nuestro atrevimiento, no moderaremos nuestro tono ante él que sabe lo que sentimos, y quizás por nuestra honestidad pase por alto nuestra incredulidad, y nos responderá porque le hablaremos como hijos y no como lacayos. Y también haremos reflexionar a Dios sobre su gloria, “¿qué harás tú de tu gran nombre?”. ¿Qué dirán de tus doctrinas de gracia pues hemos dicho que tu Palabra sola y tu Espíritu sólo con nuestra fe es suficiente para vencer el mundo? (1Jn.5:4). Dirán que, para vencer la incredulidad, la sensualidad y la corrupción del mundo, se necesita algo más, que tu brazo no basta, y entonces quedarán en ridículo aquellas enseñanzas contenidas en tu Palabra y tus fieles ministros avergonzados, y seremos tentados a usar elementos de la cultura mundana como otra sazón y otra sal, para darle gusto a tus ordenanzas y que sean recibidas por la gente (Col.4:6). Ante ti nos postramos Señor de toda gracia, ante el trono de ella, para recibir nuestro pronto auxilio y socorro porque queremos derrotar a esta sociedad. Hagamos reflexionar a Dios sobre su gloria.

 

Ojalá me hubiera quedado al otro lado del río

7:7

“Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!”. ¿No has tenido esa experiencia, haber lamentado el paso que diste y dices: ¡ojalá me hubiera quedado allá en aquel lugar, al otro lado del Rio Bravo, del Mar Caribe o del Atlántico, y no haber venido a éste!? Tal vez has dicho, ojalá no me hubiera mudado para este lugar, si me hubiera quedado en mi país mis hijos no se hubieran perdido como hoy los veo, viviendo licenciosamente, usando drogas y menospreciando los estudios; allá hubieran estudiado, los hubiera criado en la antigua moral de mis padres y no serían así como veo que se han puesto, hubiéramos tenido menos pero mi matrimonio estaría mejor; tenemos más pero no somos más felices por eso, hemos cometido muchos errores y no sé cómo salir de ellos y si algunos tienen todavía arreglo. Otro dice: Ojalá no me hubiera casado con este señor o esta señora, lo hice sin pensarlo bien. Oh amado, Josué se quejaba con ese tono, pero se equivocaba; no hubiera sido mejor que se quedara allá al otro lado del río porque Dios le había dicho que pasara y lo había ayudado a pasar. Si Dios lo ayudó, ¿cómo hubiera sido mejor que no hiciera lo que hizo? No, lo que hubiera sido mejor es no haber pecado, la decisión fue buena, los proyectos buenos, lo que no había sido bueno es el pecado que se había cometido. Mejor hubiera dicho: “Ojalá no hubiera yo pecado contra Dios de este modo o del otro, ojalá hubiera estudiado más la Biblia, ojalá hubiera enseñado a mis hijos a caminar con Dios”.

 

 

Ojalá hubieras hecho las cosas distintas

Jos. 7:1-26

“Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado”. ¿Sí? ¿Sin llegar a la tierra prometida? Josué se quejaba de algo de eso, pero se equivocaba, no hubiera sido mejor que se quedara allá al otro lado del río porque Dios le había dicho que pasara y lo había ayudado a pasar. Si Dios lo ayudó, ¿cómo hubiera sido mejor que no hiciera lo que hizo?  No fue una mala decisión. Fue buena. Te ha ido mal pero no porque hiciste mal en cruzar el río. No fue una mala decisión porque venías siguiendo una promesa y orado por ella. Lo malo no fue cruzar el río sino lo que ha pasado después.  ¡Josué! Es que eso es común, cuando a uno le va bien en un lugar, bendecido, y luego mal quejarse de Dios, que su plan va saliendo mal. ¿El plan? El plan está bien el que está saliendo mal eres tú. La queja de Josué es una queja sincera porque la razón de la derrota es desconocida y no está en Dios ni tampoco en él sino en el pueblo, y no en todos sino en una familia, en un hombre importante del pueblo, Acán, en su pecado secreto. Voy a poner unos ejemplos y demostrar que si uno es derrotado no es por causa de Dios.

Lot, que puso su mirada en los negocios del mundo y no en la bendición de Dios (Ge.13:10-12) y ¿qué pasó con el tiempo? (2Pe.2:8). Ojalá me hubiera quedado en Harán y no ir poniendo mis tiendas hacia Sodoma, tan liberal, tan llena de prostitución, malas escuelas, ladrones, malos vecinos. Yo extraño donde vivía y si pudiera me regresaba allá. Si me hubiera quedado en mi país mis hijos no se hubieran perdido como hoy los veo, usando drogas y menospreciando los estudios, hubiéramos tenido menos pero mi matrimonio estaría mejor.

Noemí, los que se mudan sin contar con Dios sino con sus necesidades y llegan a decir “ojalá nunca hubiera emigrado a este país (Rut 1:3-6; 19-21). Ojalá me hubiera quedado al otro lado, aquí no valgo nada y tengo que volver a empezar.

En vez de quejarte contra Dios debieras decir ojalá me hubiera convertido a Cristo, hubiera tenido una iglesia, no hubiera trabajado los domingos, hubiera leído la Biblia yo y mi familia, ojalá no hubiera quebrantado los mandamientos de Dios. Si hubieras dejado el pecado afuera, entonces hubieras visto qué bien te iría. ¿Dónde estaba el problema con haber cruzado el río? Lo que hubiera sido mejor es no haber pecado, la decisión fue buena, los proyectos buenos, lo que no ha sido bueno es el pecado que se había cometido. ¿No oraste a Dios para mudarte, no te ayudó con el dinero, los pasaportes, la visa, y al principio no te fue bien? Lo malo fue el materialismo y la vanagloria (v.21).

 

Señor borra mi nombre, pero que no borren el tuyo

7:9

“Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú, a tu grande nombre?”. Oh Señor qué argumento espiritual tan poderoso: "¿Qué harás tú...?". Habrá una diferencia grande entre lo que tú eres y lo que la gente pensará, entre lo que hiciste en tiempo pasado y lo que ahora no haces, pensarán que has cambiado, que eres viejo y no puedes, que no puedes hacer lo que en tu juventud, o peor aún, que eran mentiras lo que decías, que lo inventaron, que nunca has sacado a tu pueblo de Egipto, que nunca han cruzado el río Jordán, que nunca Jericó ha sido destruida, que ya no oyes las oraciones, que no curas a los enfermos y que no transformas con tu Santo Espíritu a los grandes pecadores.

Dirán que los evangelios son mentiras de la iglesia, que ella inventó a Jesucristo y que él no nació de una santa virgen, y que no resucitó cuando Pilato lo mató. No es por nuestra honra Señor, sino por tu Nombre. Perdona nuestros pecados y aviva tu obra, la derrota de nuestra fe es la muerte de la iglesia. Perdona y ayúdanos, acompaña a nuestras oraciones y sermones y que se nos sujeten los demonios. Señor borra mi nombre, pero que no borren el tuyo; borra el mío, pero no la historia de tus misericordias. El mundo no sepa con quién Dios hizo esto o aquello, pero que recuerden lo que hiciste.

 

Encógete de hombros y deja de lado la culpa 

7:10

“Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?”. Jehová quiso decirle a Josué, “no eres tú el que ha pecado, es Israel el que ha pecado. No quiero que te humilles más ni te sientas culpable de esa derrota, no se ha perdido por culpa tuya sino de ellos, no te hagas responsable de lo que no eres, y ya has orado y te has quejado bastante, estás metido en un círculo vicioso, sale de él, pon en marcha un mecanismo de justicia que me glorifique y resuelva la situación de retroceso (o estancamiento) que permita sacar a la luz el pecado y que se elimine, levántate y deja la conciencia culpable que te desmorona y destruye”.

Entre líneas y en el fondo eso fue lo que quiso decirle a Josué después de aquél escándalo y derrota. Así pudiera ocurrirnos. Que oramos desesperadamente y nos quejamos de los fracasos que hemos tenido, pecados o imprudencias cometidas, decisiones mal hechas, movimientos equivocados, en fin, algo que perdura en la memoria y sale a flote por cualquier cosa y le produce remordimientos. Nos volvemos puros lamentos, descendemos dentro de la situación acusándonos sin salir de ahí, y llega el momento que Dios no quiere vernos más postrados sino accionando si ya sabemos cómo resolver el asunto; hay que localizar el mal que nos dañó y nos quitó la influencia divina, arrepentirnos y santificarnos, y si ya lo confesamos, entonces tomar medidas, y después de esto todo cambiará y veremos que Dios fue fiel y lo es todavía. Desde los vv.10-13 se plantea el problema y se dice cómo resolverlo. Los vv.14,15 añaden al asunto y muestran el veredicto de antemano. Y desde allí hasta el final del capítulo, Dios conduciendo la investigación y el ajusticiamiento del culpable y los cómplices. No eres tú sino ellos, de eso estoy convencido, no te merecen, pero debes servirlos, por el momento encógete de hombros y deja de lado la culpa y sigue trabajando.

 

La alabanza no precede a la confesión

7:19

“Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras”. Quizás por medio de echar suertes que pertenece a Jehová fue el método que usaron para encontrar al culpable (Pro.16:33). Observa que la confesión del pecado glorifica a Dios y es una alabanza. Nos declaramos culpables antes de recibir justificación. Primero decimos “he pecado” y después oímos a Dios decir “no te condeno, no peques más” (Jn.8:11). O decimos “he pecado” y viene seguido la divina respuesta, “he remitido tu pecado, no morirás” (2Sa.12:13). Empezamos a glorificar a Dios en ese momento. La alabanza no precede a la confesión.

 

La confesión de pecados no regenera

7:19-26

“Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho”. Fíjate la limitación de gracia que tiene la ley. Aunque él se declaró culpable y mostró las evidencias por las que lo condenaron, no fue perdonado porque es una confesión sin regeneración, por miedo a la muerte, no porque haya cambiado de vida. Si hubiera salido libre seguiría hurtando, mintiendo y codiciando. No es confiable la confesión que se le extrae a un moribundo. Puede que sí y que no, como el ladrón en la cruz. Uno en dos mil ha sido regenerado en ese momento, los otros han seguido en sus andanzas y viviendo sin temor de Dios. Faraón dijo “he pecado” y después se endureció más contra Israel. Judas Iscariote dijo “he pecado entregando sangre inocente” y se ahorcó. La confesión del pecado no regenera, es la regeneración la que emite una auténtica confesión. Nacer de nuevo (Jn.3:3) ¿Cómo podemos estar seguros y decir: “ah, gracias a Dios aceptó a Cristo antes de morir, le pregunté si recibía a Cristo y me dijo que sí, oramos y cerró los ojos”? Vale si la precede la regeneración, el ostensible cambio de costumbres.

7:26

“Acor” significa turbación o dificultad. Lea esto sobre la ira de Dios y dígame si no nos hace falta la cruz del Señor Jesucristo para nuestra reconciliación y señáleme algún otro punto donde uno pueda hallar a Dios (2Co.5:19).

8:2-8

“Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella”. Lo que Dios no nos da en una ocasión nos lo puede dar en otra con un nuevo plan, “prepara una emboscada”. Algún profeta se lo dijo o Dios mismo, le habló de alguna forma. Solamente tenía que oír la palabra “emboscada” y él sabía lo que tenía que hacer. De él fue el desarrollo del plan divino y de Dios el triunfo.

8:3

“Entonces se levantaron Josué y toda la gente de guerra, para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche”. “Treinta mil hombres”. Diez veces más hombres. Mucho mejor planeado, como si no esperara un milagro, todo bien hecho y seguro. Lo hizo todo como si no esperara nada de Dios y confió como si todo dependiera de Dios. Lo que esperaba era una bendición y la obtuvo.

8:9

“Josué pasó la noche entre el pueblo”. Descansó al lado de ellos para animarlos.

8:15

“Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y huyeron delante de ellos por el camino del desierto”. “…se fingieron vencidos”. Se hicieron los vencidos como una estrategia para que cayeran en las emboscadas. El diablo se engaña cuando nos ve derribados, pero no estamos vencidos, tampoco nos fingimos derribados, pero no nos sentimos vencidos; en nuestro corazón tenemos esperanza y no soltamos la espada del Espíritu (2Co.4:9).

8:25

“Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai”. “Todos los que cayeron aquel día fueron doce mil”. Eran pocos en comparación con Israel, pero eran grandes en ignorancia.  

8:26

“Porque Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos los moradores de Hai”. El mal se combate así, hasta que uno vea que ya no queda más. Alzar la Biblia y no bajarla hasta que la mano nos quede inerte. Si sucumbimos que nos acontezca lo que sea, aferrados a ella y su contenido.

8:27

“Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra de Jehová que le había mandado a Josué”. Tomó para sí el ganado y los despojos. Aumentan los triunfos y también la prosperidad.

 

Mirando el triunfo y los trofeos

8:29

“Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la noche; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy”. Colgó al rey de Hai en un árbol. Expuso a la vista del pueblo sus triunfos y así lo animó viendo lo que se podía hacer. Cuando hemos estado unos años luchando por el evangelio, de veras que no tenemos razón para desanimarnos, si miramos a un lado, a otro y atrás, entonces la visión del futuro no desalienta. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Basta mirar las huellas que hemos dejado para convencernos que en el fondo de ellas no hubo nada equivocado, sea lo que sea que encontremos debajo de la superficie. Cosas buenas y cosas malas, algunas respuestas y otras preguntas sin explicaciones. Nuestra vida cristiana avanza como un todo, llevando consigo un plan sabio y divino, y vemos al frente de nosotros la glorificación, esto es el clímax de todo lo que hemos aprendido, se nos ha enseñado y ha transcurrido. Elección, predestinación, gracia abundante en Jesucristo, el incambiable amor de Dios, y una sabiduría profunda que magnifica su Nombre y aún a los ángeles en la tierra, y en el cielo, hacen sonreír y cantar aleluyas.

 

Si el culto es bíblico no es cansón ni repetitivo 

JOSUE 8:30-35

“Levantó un altar de piedras sobre el cual no había alzado herramientas, y ofreció sacrificios” 

. Esta es una victoria que con mucho esfuerzo obtuvieron, la primera después de la inauguración en Jericó, pero no hicieron una fiesta, no se repartieron tortas, vinos y carnes, sino que tuvieron un culto a Dios para agradecerle por lo que había prometido. Nota que el culto se presenta sin alabanzas, alrededor de la lectura de la Ley y con sacrificios. Su énfasis es el apego de Josué a la Escritura (vv.32-35). ¿Estuvo cansón? ¿Fue repetitivo? ¿Tanto tiempo leyendo la Biblia solamente, sin anuncios y música? ¿No van a empezar a cambiar los pies de posición, o moverse en las sillas y respirar hondo, mirar el reloj de Acaz y desear que se atrase, o se adelante? (Isa.38:8), porque hay otras cosas que hacer que no son precisamente leer la Biblia sino de otro tipo que no pueden esperar a que se termine una reunión que parece no tener fin, ¡y si al menos la hicieran más alegre con anuncios, chistes y solos musicales! 

El altar era de piedra sin que se hubieran usado herramientas para ponerlo bonito y atractivo. Pero nada de eso se usó en aquella ocasión sino sólo los sacrificios, la sangre de la expiación, símbolo de la de Cristo, y leer la Biblia. Por supuesto, que, si el lector le introduce pequeños comentarios, quiero decir, si predica expositivamente, se hubieran podido olvidar de todos los apuros que tenían en la cabeza como si el tiempo no pasara. El centro de aquella reunión, lo importante era que el pueblo supiera que había bendiciones que podían recibir o perder si era obediente o no. Los que tienen buen gusto por los misterios de la palabra de Dios, los que no tienen gustos carnales, se pueden sentar todo el día oyendo sus explicaciones y se pasa por alto que el discurso se alargue hasta el amanecer y que uno que otro cansado Eutico se duerma, y haya que resucitarlo. No tendrán que abrirse los ojos con los dedos hasta el amén. 

 

8:31

Sobre el altar de piedra ver las notas en Ex.20:24,25; Dt.27:5,6. Se cree que el hierro no fue común en Canaán hasta el 1200 A.C., por lo tanto, sería una innovación. Como un freno a la modernización de la adoración, o por lo menos a la revelación. ¿Para qué necesitamos una Biblia nueva, señores?; en ese momento cuando los tiempos no habían aún corrido.

9:1,2

“Los reyes de los heteos, heveos, amorreos a una se reunieron”. Cuando se logra una victoria con el Señor hay que esperar un contraataque del diablo (y grande).

9:1-15

“Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso”. Los zapatos secos y desmenuzados, no exactamente mohosos. Llegaron a prestar alguna ayuda como siervos, pero hubiera sido mejor que no los recibieran. Les hablaron muy bonito de Dios, con lisonjas.

9:6

‘Hemos venido de un país lejano”. Si vinieron de tan lejos como dicen, váyanse, tomen algunas provisiones y retornen. Y ¿quieren alianza? Tampoco el pueblo de Dios usó el sentido común.

9:7

“Quizás habitáis en nuestra tierra”, sois de por aquí ¿no? Sintieron dudas, sospecharon la verdad, pero no la investigaron. Los admitieron muy pronto. Si dudas, piensa y ora (v.16).

Jos. 9:14

“Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová”. No le dijeron: ¿Quiénes son estos? ¿Andan con mentiras o dicen la verdad? Dios no les reveló al oído que los estaban engañando, tenían que consultarlo. Malas decisiones hacemos por no orar o no esperar. Sólo tres días después supieron la verdad, pero ya era tarde, el compromiso hecho, el matrimonio jurado. Dale tiempo a Dios para que te diga las cosas.

9:19,20

“Nosotros les hemos jurado por Jehová y ahora no podemos tocarlos”. Toda la vida sujetos a un juramento mal hecho, obligados por un juramento necio, un compromiso que no tuvo que hacerse; hacían bien en murmurar contra ellos (v.18), sentando un principio de compromiso con enemigos que se hacían súbditos para no morir. ¿No ves que es más fácil destruirnos por engaño que con oposición? Lo que el diablo no puede lograr con un enfrentamiento lo intenta adulando nuestra teología, alabando nuestra religión (vv.9,10). Cuidado con la adulación (Mr.1:23-25). Los reproches son menos peligrosos que las alabanzas.

 

La fe en Dios purifica todo, aún un acto éticamente incorrecto

Jos. 9:22,25,27

“Ahora, pues, henos aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo”; nuestra vida es tuya, dispón de ella. Mátanos si quieres. Estos hombres, astutos, engañaron, fingieron y se robaron una inmunidad que no les correspondía, lo hicieron por fe (por lo menos alguna ¿no? Tal vez otros le llamarían astucia); cuando oyeron reportes de las promesas hechas a Israel las creyeron (cualquiera impureza que tuviera) y trataron de unirse a este pueblo bendito para no ser destruidos. ¿No se parecen un poco a Jacob disfrazado para hurtar su bendición? Y fueron a dar directamente al servicio de Dios. Si no se hubieran convertido desde sus dioses no los hubieran consagrado a ese servicio. Llegaron para salvar sus vidas y terminaron como ministros del Señor. ¿Qué es el pecado? Es no creer en Dios, no temer a Dios, no obedecerle. La fe en Dios purifica todo, aún un acto éticamente incorrecto (ver notas sobre Rahab).

 

¿Qué se puede esperar de los diablos?

JOSUE 10:6  

“Entonces los moradores de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido contra nosotros”. 

Los gabaonitas eran valientes (v.2). Todo el infierno se les echó encima y todos los demonios les cayeron atrás porque se habían salvado, porque habían luchado por sus vidas y las habían obtenido. Pero, como los gabaonitas, ya al minuto de habernos convertido a Dios tenemos muchos amigos a los cuales podemos enviar mensaje para que nos defiendan de los adversarios, porque nuestros amigos tienen la bendición de Dios. Nuestro principal amigo, es "el amigo de los pecadores" (Mt.11:19;He.1:14). ¿Qué puede uno esperar del mundo, de la naturaleza carnal y de los diablos cuando ha dado un paso importante? ¿Que vengan y nos saluden con un beso en cada mejilla? ¿O que nos traigan regalos y festejen nuestra conversión? No, tenemos que esperar una operación cerrada contra nuestra salvación, una confederación combinada por distintas fuerzas, malas, para destruirnos, que nuestros adversarios, los diablos se pongan de mal humor. Los ángeles festejan en el cielo y los diablos ardan con fuego de enojo en el infierno.

10:11

“Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada”. ¡Oh qué defensa hizo Dios a aquellos jóvenes creyentes!, para que terminaran rápido el trabajo. Con un poco de ayuda divina la cosa se mueve a buen paso. Si yo tuviera toda la fe requerida le dejaría todo el trabajo a Dios. Es muy fácil para Dios concluir lo que nos llevaría años terminar.

                                    

Sol detente en Gabaón

10:12-14

“Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquél, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel”. La oración de un hombre de fe, consagrado, pecador pero perdonado. Un hombre, y pudiera ser una mujer, que luche a favor de Dios como fue Débora, la esposa de Lapidot. Eso parece un mito, o alguna leyenda desarrollada con el tiempo en torno a la exaltación de un líder de la historia. Los milagros de Dios, que son normales y consecuentes con lo que él es, parecen eso, fábulas. Las cosas del otro mundo parecen fábulas, por eso Lázaro, o Tabita no dijeron nada del otro mundo cuando regresaron de allá, y a Pablo expresamente se le prohibió decir una sola palabra cuando fue al tercer cielo. Si oráramos más cuando estamos en aprieto nuestra historia cristiana estaría llena de fábulas reales como lo fue Pablo Salvat Durán en Cuba. Y ¿Qué pasaría si dos o tres nada más se ponen de acuerdo como dijo Jesús? (Mt.18:19). Dios responde las oraciones en concierto de la iglesia (Hch.12:5), y también las intercesiones de una sola persona como fue en el caso de Josué.  No dudes, por favor, que Dios te oye. No creas que eres demasiado insignificante. ¿Te sientes como si fueras un gusanillo de la tierra para implorar tan grande cosa al Supremo del universo? Dios puede hacer grandes cosas a favor de su pueblo (Sal.126:1-3). Dios movió todo el imperio romano para que José llevara a María a Belén y se cumpliera la profecía del nacimiento del Hijo allí. Si el Señor tiene que parar el mundo para ayudar a su obra, la lucha contra el pecado, para establecer su reino, lo hace. Para Dios no hay nada imposible. El sol no el que se detiene, en todo caso la tierra, que dejó de girar por un rato; esa página está escrita sin precisión científica. Los conocimientos científicos son de Dios, como dijo Einstein en su investigación, “¿será esta una de las formas en que Dios hizo el mundo?”. Si eso se averigua entonces se puede corregir el mal funcionamiento de cualquier cosa. Se halla la solución y la medicina. Y la convicción que hubo una inteligentísima mente creadora. Hay muchas preguntas que hacerle a le evolución, como escribió el famoso evangelista Dr. Luis Manuel González Peña, que así tituló uno de sus libros. ¿Cómo se puede creer en una materia eterna y no en un Dios eterno y poderoso?

 

10:21

“Todo el pueblo volvió sano y salvo a Josué, al campamento en Maceda; no hubo quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel”. ¿Quiénes? Héroes bendecidos. Nadie los maldijo. Pasó lo mismo que cuando salieron de Egipto, ni siquiera un perro ladró (Ex.11:7).

 

Ponle un zapato en el cuello

10:22-27

“Entonces dijo Josué: Abrid la entrada de la cueva, y sacad de ella a esos cinco reyes. Y lo hicieron así, y sacaron de la cueva a aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalén, al rey de Hebrón, al rey de Jarmut, al rey de Laquis y al rey de Eglón. Y cuando los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos. Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Y después de esto Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron colgados en los maderos hasta caer la noche. Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales permanecen hasta hoy”. 

Dios lo había animado a ser valiente y él anima al pueblo (Dt.33:29). Tener el mal así en el suelo y ponerle el zapato en el cuello es una felicidad (Ro.16:20); claro, a quien nos hizo tanto daño, destronado y sin condecoraciones. Es una gran victoria pisotear demonios con el apresto del evangelio de la paz. Los mató y los expuso a la divina maldición. Pero es algo triste cuando quien se halla en el suelo es un cristiano que por las artimañas del maligno ha sido derribado y el diablo le tiene puesto un pie en el cuello. Y no debemos apresurarnos a poner el nuestro y terminar de aplastarlo.

 

10:33

“Entonces Horam subió en ayuda de Laquis”. Compartiste su mala suerte. Al impío que lucha contra Dios, no se ayuda (2Cr.19:2).

10:37

“Y tomándola, la hirieron a filo de espada, a su rey y a todas sus ciudades, con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar nada”. No dejó ningún sobreviviente. Y la destruyó por completo con todas las personas que había en ella”. Uno puede medir por esto la ira de Dios contra el pecado. A su tiempo Dos no dejará un solo pecadillo en el mundo, ni siquiera un mal pensamiento. En el tiempo de oro del universo cuando no quede ni siquiera una espina ni una raíz de amargura (He.12:15).

11:5

“…para pelear contra Israel” … y para morir. 

11:6

“Desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros al fuego”. Que no tengan forma de reagruparse los que queden vivos.

11:10,11

“Hazor había sido cabeza de todos esos reinos y él hirió a espada su rey”. Perdió el liderazgo y la vida.

11:13

“…que estaban en las colinas…”, o sobre un montón de tierra, o en las ruinas de previas destrucciones; que no representaban ninguna amenaza por el momento, que ya de antemano el Señor las había destruido. A veces el Señor nos ahorra trabajo.

11:15

“No dejó de hacer nada de lo que Jehová había ordenado”. Sin quitar palabras, sin mutilar los mandamientos de Dios, lo hizo al pie de la letra, no escogió una parte para cumplirla e ignoró la otra, llevó la Escritura hasta sus últimas consecuencias

11:19

“De todas se apoderaron por la fuerza”; o en batalla y con guerra. Desde hace mucho el reino de los cielos se hace fuerza y los violentos lo arrebatan (Mt.11:12), y por esa razón a los que no quieren acudir a la benévola invitación hay que forzarlos a entrar (Lc.14:23). Nos hace falta el poder del siglo venidero (He.6:5).

11:20

“Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés”. Porque vino de Dios, que los dejó endurecerse para que no pidieran misericordia, y fueron castigados por su justicia. No hacía falta que Dios les endureciera el corazón, ya lo tenían así. Cuando es designio de Dios obrar una cosa se le atribuye a los medios para lograrlo, aunque sean los hombres que libremente lo hagan. El pecado es el que endurece el corazón, no Dios (Ex.8:19; 9:12).

11:21

“Destruyó a los anaceos de la región montañosa”. Se acabó el terror que le tuvieron a esos gigantes, (Num.13:22). Con Dios no hay que tenerle miedo a los gigantes, él es mucho mayor y acá abajo están sus brazos eternos (Dt.33:27). Al alma la asustan gigantes que la hacen temblar.  El cuerpo también tiene esos enemigos que lo asustan. Pero a todos esos adversarios poderosos Cristo ha vencido con su resurrección.

12:24

“Treinta y un reyes en total”. Todo lo que era de otros, por causa de sus pecados, pasó a posesión de Josué, no se las regaló Dios, se las prometió y ellos las conquistaron. Muchos triunfos Señor. Este pequeño capítulo resume toda la vida de Josué y de muchos de ellos. Quedaba tierra por conquistar (Capítulo 13) de modo que Josué pudo haber dicho, "no he hecho tanto, no he aprovechado el tiempo como debía; las expectativas conmigo han sido mayores que lo que he podido hacer". Todo lo que Dios quiere que hagamos, aunque nos parezca poco, es suficiente, el resto, lo harán otros. En realidad, no es que nos parezca poco sino que hemos hecho poco. Cabe en la palma de una mano. O puede envolverse en la hoja de un árbol.

 

Dos hombres distintos, dos ministerios distintos

12:6,7,24

“Y estos son los reyes de la tierra que derrotaron Josué y los hijos de Israel, a este lado del Jordán hacia el occidente, desde Baal-gad en el llano del Líbano hasta el monte de Halac que sube hacia Seir”. Dos hombres distintos, Moisés y Josué, dos vidas con misiones diferentes. Moisés fue tan siervo de Dios como Josué y viceversa. Ambos fueron llamados por Dios para servirle, pero no en lo mismo, no con el mismo ministerio. En la lista de reyes que venció Moisés sólo aparecen dos, Sehón y Og, mientras que en la de Josué hay treinta y un reyes. Josué fue militarmente mucho más útil a Dios que Moisés, pero Dios no llamó a Moisés para que hiciera aquellas batallas, ni a Josué para que escribiera los cinco primeros libros de la Biblia, para que hiciera maravillas en Egipto, para que viera a Dios cara a cara y para que fuera el hombre más manso del mundo, sino para que meditara en la ley de Jehová y hallara en ella su delicia. ¿No?

El Espíritu Santo colocó una lista detrás de la otra inocentemente porque Josué jamás la escribió para gloriarse por sus trabajos más extensos; al contrario, desde el mismo comienzo de su libro cuenta que Dios le tuvo que animar mucho para hacer su trabajo. Los grandes siervos de Dios no se comparan para sacar ventajas. No se trata de ignorar lo que el otro hizo o está haciendo; podemos saberlo, gozarnos, sin envidiarnos ni sentirnos menos. ¿Por qué Moisés tiene que librar guerras si Dios no lo capacitó para eso? ¿No recuerdas que fue Josué quien luchó contra Amalec mientras él oraba sobre un monte? (Ex.17:10,11) No te sientas menos porque no puedes alcanzar el éxito que otros hacen. El plan de Dios para los otros no es el mismo que tiene para ti. Trabaja para Dios como puedas, con todas tus fuerzas, en lo que sabes hacer y donde él quiera que lo hagas. Los dones que nos da Dios marcan su llamamiento pues nos equipa con los medios para cumplir nuestra comisión. Hay quien es un campeón evangelizando de casa en casa pero otro se moriría de vergüenza tocar a una puerta; pero es un buen maestro de Biblia. No es uno mejor que el otro y se le hace daño al que enseña arrastrándolo a la calle y si no va, creándole culpas. Uno entiende y enseña doctrinas con claridad pero a otros no le pidas eso pues lo que pueden es hacerle reparaciones a la casa de oración. Dice Pablo que el ojo es ojo y no mano ni pie pero cada cual es un miembro del cuerpo de Cristo, la iglesia. Lo que se pide de todos es que “sea hallado fiel” (1Co.4:2).

 

Tú eres un viejo, y Josué respondió que sí

13:1-6

“Ésta es la tierra que queda: todos los territorios de los filisteos, y todos los de los gesureos; desde Sihor, que está al oriente de Egipto, hasta el límite de Ecrón al norte, que se considera de los cananeos; de los cinco príncipes de los filisteos, el gazeo, el asdodeo, el ascaloneo, el geteo y el ecroneo; también los aveos; al sur toda la tierra de los cananeos, y Mehara, que es de los sidonios, hasta Afec, hasta los límites del amorreo; la tierra de los giblitas, y todo el Líbano hacia donde sale el sol”. Hay mucho trabajo que hacer y tú no lo puedes hacer. El Señor sabe cuándo uno envejece y que ya no puede hacer lo que en otro tiempo. Le llamó viejo y no lo negó.  Le dijo que sí. Dios sabe la edad que tenemos. No tenemos interés en aparentar delante de él que somos más jóvenes. Pensando en eso mi Señor, tenemos que hacer las cosas antes de llegar a viejos. Y danos conformidad para no hacer lo que toda la vida estuvimos haciendo cuando las fuerzas nos faltaren, “no me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares” (Sal.71:9). Josué tú fuiste el joven sustituto de Moisés, pero pasarán cuatrocientos cincuenta años sin que Israel encuentre uno como tú: David. Los grandes hombres de Dios no nacen todos los años, ellos son los que marcan épocas y siglos. 

13:7

“Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés”. Conquístenla. Son vuestras en promesas; luchad por mis promesas. Luchar por las promesas de Dios; con los brazos cruzados no alcanzarán ninguna. El Señor les diría: "que mis promesas sean vuestros sueños y vuestros brazos, con coraje, las alcancen".

13:14

“Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho”. Dependían de la prosperidad de la nación y su compromiso con la palabra de Dios. Si la iglesia prospera y está comprometida con la predicación, ministros podrá tener. Los que predican el evangelio que vivan del evangelio (1Co.9:14).

13:22

“También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron” (Num.31.8; nota). Te llegó la hora, falso profeta, el juicio de Dios te alcanzó donde estuviste escondido; se te dieron años para pedir perdón y dejar tu lucro (Judas v.11), nada pudiste llevarte de tus hechicerías; y lo que amontonaste ¿de quién será? (2 Pe.2:15,16), amaste el precio de tus maldades, el dinero, y él te costó la vida (Apc.2:14).

 

El ex-espía era un hombre de fe 

14:6-15

“Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios”. Caleb vivió todos esos años pensando que aún le quedaba algo que hacer. Había una promesa para él flotando en el aire. No se sentía inservible a los ochenta y cinco años. No se había apoderado de él el sentimiento de vejez y que ya no tenía uso, que no le quedaba nada por hacer por Dios, por su nombre. No se dijo “ya acabé”, sino “todavía me falta”, no hay un paso entre mí y la muerte, me quedan muchos”. Vivió con el espíritu de un joven, no para agasajar la carne como los jóvenes, con intensidad. El ex-espía. Era un hombre de fe. Sirvió a Dios con fe, positivamente, alentando al pueblo del Señor (Num.14:24). Es un gran pecado desalentar la iglesia. Pero tiene una gran promesa tener algo que hacer dentro de ella. La recompensa por lo que hizo le llegó cuarenta y cinco años más tarde. ¿No recuerdas a Mardoqueo por descubrir una conspiración que fue premiado como ocho años después? No existe a los ojos de Dios mejor motivo para concedernos el don de la salud y una vida larga que nuestra participación en la obra de Dios, en la lucha espiritual, en el crecimiento de su palabra, en la conquista y expansión del reino. El apóstol Pablo dijo que como le quedaban algunas cosas por hacer en la iglesia, no moriría, aunque era “mucho mejor” (Flp.1:23). A Josué Dios le dio una vida larga y le preservó su salud para que recibiera su galardón; su fuerza a los cuarenta era la misma que tenía ¡a los ochenta y cinco! (vv.10,11, etc.). Por supuesto que esto no es una regla para nadie porque valiosos siervos del Señor han sido llamados por él a su presencia siendo jóvenes y realizando trabajos muy prósperos. Calvino y Spurgeon murieron a los cincuenta y siete, y David Brainerd a los treinta y tres, sin embargo, es para imitar ese espíritu de Caleb que, aunque supuestamente encanecido y con arrugas, no se sentía melancólicamente viejo y terminado sino con fuerzas suficientes, como si tuviera cuarenta años menos.  Si conservaba las fuerzas de joven quiere decir que sus órganos estaban sanos, y si estaba saludable, aun con muchos años, no era todavía viejo porque viejos son los que están enfermos y han perdido su vigor, no los que se miran canosos y con la piel plisada. Así vivió este exespía. 

 

 

Dedico esto para un puñado de viejos amigos, y mis amigos viejos, sobrevivientes como yo, 74, de las guerras de conquistas por la Tierra Prometida, dignas pieles plisadas, surcos donde la vida ha depositado las semillas de heroicos recuerdos. Dignos que se escribieran, en nobles autobiografías: Sergio Rodriguez, Salvador Negrín, Hermes Soto, José Luis Molliner y Walquiria Rodriguez. 

 

 

Con muchos años, pero no envejecidos

Jos. 14:10-14

Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho. Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad”.

 

La desvalorización de la persona por la edad es un fenómeno inhumano de la actual filosofía que dice: “Todo lo viejo es malo, hay que cambiarlo, solamente lo bueno, lo joven, lo moderno es bello, es lo que sirve y lo que hay que preservar”. Romper con el pasado es destruir la historia y los fundamentos mismos de lo moderno y reciente. Es increíble que se renuncie a aquello que precisamente ha dado origen a todo lo que tenemos. El culto al cuerpo ha hecho que a los ancianos se les tenga de menos valor, como un coche usado o una ropa muy zurcida. Es triste oír que ellos mismos aceptan resignados ese concepto social, que ya no valen mucho sino para cuidar niños, hacer mandados y pasear el perro. En un afán de fingirse jóvenes se tiñen los pelos, los de arriba y los bigotes y la barba, como si las canas no fueran gloriosos cabellos. Y si se tornan seniles se les deposita en un asilo con la esperanza que no los pongan a caminar y se mueran pronto. A veces, el mal hijo y los malos nietos, a los abuelos no los quieren. Depende de la familia que se haya construido. 

 

Hay un lugar donde los ancianos son utilísimos: la iglesia, dentro del pueblo de Dios. Caleb es un ejemplo y a la edad de ochenta y cinco años considera que le queda un futuro por delante, y que puede dirigir una batalla contra el monte Hebrón y tomar la ciudad. Con ese propósito en su corazón, grande, noble, para su pueblo, se lanzó a la batalla y la conquistó. Esto tuvo que estremecer a la juventud e hizo sonreír ufanos a los demás viejos.

Es en contra de los deseos de Dios que nos sintamos viejos y acabando sin aún estarlo, a veces no teniendo ni sesenta años o no padeciendo alguna enfermedad. Un espíritu senil es opuesto a la fe; es diabólico porque puede estropear un gran plan que Dios tenga para el final de nuestra vida, porque a veces Dios ha dejado por alguna razón para el final el “vino añejo” que es el mejor. No hay que sentirse cerca del cielo estando lejos todavía, estar pensando en dejar este mundo cuando aún puede quedarnos muchos años de vida. Lo que no se puede hacer siendo viejo es cometer los pecados de los cuales se huyeron en la juventud (2Ti.2:22). Hay viejos sueños no cumplidos, muy acariciados y queridos, metas a las cuales nunca se ha renunciado.

 

Hay dos ancianos en el NT que demostraron no sentirse inútiles nunca, uno es Juan, que siendo anciano tenía mejor memoria que los más jóvenes Mateo, Marcos y aun que el doctor e historiador Lucas, porque recordó e investigó más que ellos los sermones de Jesús en su evangelio, que ellos sus señales en los Sinópticos; tenía buena salud y por eso se la desea a Gayo (3Jn.1:1,2,2-20). Si hubiera sido un viejo enfermizo escribiría más y viajaría menos, contrario a lo que hacía.  El otro anciano es Pablo (Flm.v.8). Tenía su problema de salud, parece que una oftalmía purulenta, pero no se echó en un rincón como si no sirviera para nada, no se marginó, no se puso a un lado, y si no usaba lentes para escribir, porque aún los espejos eran oscuros (1Co.13:12), tenía un amanuense a quien dictaba sus hermosísimas epístolas, o escribía “con grandes letras” (Ga.6:11).  Caleb conquistó Hebrón a los ochenta y cinco; Moisés empezó su ministerio a los ochenta y Juan escribió su fenomenal Apocalipsis, desterrado con casi cien. Pelea, erguido, excluyo a las damas que quieren lucir más bonitas, contra ese concepto social que las canas no son cabellos gloriosos. ¡Sí, con muchos años, pero fuertes, no envejecidos! 

15:1-12

“La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto de Zin al sur como extremo meridional”. La tribu de Judá tuvo sus límites, pero la influencia del León de Judá no conoce fronteras (Apc.5:5).

15:16,17  

“Y dijo Caleb: Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré mi hija Acsa por muJe. Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb; y él le dio su hija Acsa por mujer” (ver 1Sa.17:25). Caleb quería un héroe por yerno, le daría su preciosa hija al valiente que arriesgara su vida por ella, al que la deseara tanto que la ganara en combate. Todo padre quiere para su amada hija el mejor de los yernos, con las mejores cualidades en su carácter y con bases sólidas para su familia. No hubo una fiesta de bodas, ni se gastaron el dinero festejando la unión, no era un tiempo para eso, se la dio y ya, la tomó. Eso no era tan importante como las otras dos cosas. Señor bendice a mi hija y dame para ella un hombre virtuoso, y que puedan vivir dependiendo de ellos mismos. Una mujer conquistada por un héroe.

15:18,19

“Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. El entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo”. Se refiere a fuentes de agua en las montañas y en el llano. Pidió su regalo de bodas, no dinero, sino tierras y aguas, y él le dio su dote. Otoniel sabía que una familia se mantiene con trabajo, y miraba más allá de la hermosa cara de su esposa Acsa y de la belleza de su cuerpo, y el disfrute de todo, hacia el porvenir económico del hogar, y el trabajo.

15:63

“Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos; y ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy”. “Hasta el día de hoy” indica que el libro fue escrito antes del reinado de David cuando él tomó la ciudad (2Sa.5:7). A Jerusalén se le llamaba Jebús por ser la ciudad de los jebuseos. Los Jebuseos como los palestinos amaban a Jerusalén; ya sea por debilidad de ellos o por el propósito de Dios, podrían vivir juntos y resolver los conflictos raciales y religiosos que se formaran, porque ¿quién no te ama oh Jerusalén? (Sal.122:6-9); ¿por qué hemos de irnos si la amamos? Oh cristiano, no dejes tu iglesia donde naciste porque haya conflictos, aférrate a su membresía, allí está tu casa, tu historia, las calles donde aprendieron a caminar tus hijos, las sillas o los bancos donde se sentaron; acaso ¿no la amas?

16:4

“Recibieron, pues, su heredad los hijos de José, Manasés y Efraín”.  Se refiere a la media tribu de Manasés (17:1); la otra media la dejó Moisés al otro lado. Todavía no se dice "Efraín y Manases"; lleva tiempo, lleva rato, alcanzar el propósito que Dios tiene con nuestra vida. Uno llega a ser más importante poco a poco (v.9).

16:10

“Fueron sometidos a trabajos forzados” (LBLA) o “y fue tributario” (RV). La palabra “tributo” significa una carga, o un impuesto que hay que pagar por trabajos forzados. Se puede vivir con él en las entrañas, como el pecado, pero es realmente peligroso cuando mira que toma fuerza y lo ve multiplicarse (17:12,13). El ideal es darle muerte a lo terrenal pero este cuerpo de muerte no se somete con golpearlo continuamente sino hasta que la servidora muerte lo destruya y se levante a la voz de Jesús otro nuevo, con órganos de hijos de la resurrección (Lc.20:36).

17:1-13

Aquí no hay revelación teológica, ni enseñanza moral, pero es dado para información histórica, para que el pueblo de Dios conozca su pasado glorioso.

17:3-5

“Pero Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos sino hijas, los nombres de las cuales son estos: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa”. Cinco muy listas. Cuando Dios nos da hijas y no hijos ellas tienen todos los derechos de los varones que faltan; en la profecía, es sólo donde aparece sometido el uso público de las mujeres. No veo que los varones tengan más valor que las hijas. Suelen ser bellas, inteligentes y cristianas. Llegar a viejo y con cinco hijas viviendo cerca, rodeado de yernos y nietos, no se le teme a la enfermedad y la muerte.

17:8

“La tierra de Tapúa fue de Manasés; pero Tapúa misma, que está junto al límite de Manasés, es de los hijos de Efraín”. Manases miraba por todas partes el progreso y las bendiciones de su hermano. Oh Señor, hazlo con nosotros.

 

Decapítalos dos veces

17:12,13

“Mas los hijos de Manasés no pudieron arrojar a los de aquellas ciudades; y el cananeo persistió en habitar en aquella tierra”. “…el cananeo persistió en…” pecar; dijo que no se marchaba de dentro de nuestra naturaleza caída y hemos tenido que sufrirlo en el cuerpo del Viejo Adán  mientras existamos, sólo que cada vez que nos hacemos fuertes en el Espíritu lo sometemos y lo ponemos por servidumbre (1Co.9:27); Señor tú sabes cuántas clases de cananitas viven dentro de nosotros y que no podemos echarlos, ni tampoco darles muerte como nos has ordenado (Col.3:5); tienen carros herrados, pero en tu nombre haremos realidad nuestros deseos de conquistarlos, nos fortaleceremos y los expulsaremos (vv.14-18). No te desalientes alma mía y persiste en expandir la gracia de Jesucristo por dentro tuyo hasta el Monte Sion; si a veces crees que los paganos que decapitas un día resucitan al otro, esfuérzate y mátalos dos veces, desarráigalos un par o en cien ocasiones (Judas 1:12). Amén.

 

Con Dios querer es poder

17:14-18

“Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros”. Si la iglesia apetece más espacio, no espere que se lo regalen, alce sus ojos hacia dónde puede crecer y vaya a conquistarlo (Jn.4:35), debe estar en el lugar que quepa. Pedid a Dios las fuerzas para tomar las cosas que nos dio en promesas, pedidle carros de fuego, corceles con ángeles, no esperemos que la tarea sea fácil. Dios siempre le decía a su pueblo: No tengas miedo, aunque el mal ande en carros de hierro y sea fuerte, podremos avanzar hasta donde queramos. Con Dios querer es poder.  

 

La petición de Efraín y Manasés aplicada a la iglesia cristiana

17:14-18

“Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros. Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel. Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, sino que aquel monte será tuyo; pues, aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte”.  

Estas son dos tribus que reconocen que Dios los había bendecido tanto que no cabían en un lugar. Ese es el propósito del Señor, bendecirnos hasta que no tengamos espacio disponible para juntar sus bendiciones. Las mismas bendiciones crean la necesidad de otras bendiciones, y así, de bendición en bendición, como de “triunfo en triunfo” nos lleva muy lejos (2Co.2:14).

¿Dónde estaba el problema? Que ellos no pensaban usar las bendiciones que tenían para alcanzar otras, y Josué le dijo que no, “si ustedes se glorían tanto en el número de los que son, usen esos números, no sean números sin propósito, sin tarea o significado”.

I. ¿Qué debe hacer una iglesia que quiere ensanchar su territorio?

Mirar hacia la comunidad que tiene enfrente, no hacia otros campos ya cultivados, otras iglesias, sino hacia donde Cristo no haya sido predicado (2Co.10:14,15), en la cual Dios la ha puesto, no conformarse con las dimensiones que tiene y trabajar por lo que se da de gracia, lo que nos ha dado ya en promesa, sin esperar que se lo regalen (Jn.4:35).

Las dimensiones de la iglesia deben ser toda la ciudad, todo el país y todo el mundo, hasta donde pueda extenderse y con los medios que tenga.

 II. ¿Qué no debe hacer una iglesia que desea más territorio?

Lo que no debe hacer es temerle a las armas del diablo, que la hieran con la burla, que se rían de ella, la critiquen. Jesús no temía que lo escupieran. Aunque la incredulidad, la idolatría, la frialdad, los vicios y manías anden en carros de hierro y sean fuertes, podremos avanzar hasta donde queramos y quitarle a su capitán, el diablo, el espacio que deseemos. Con Dios querer es poder. Cuando una iglesia ora para su crecimiento Dios le responde lo mismo: “vayan y tomen posesión de cuantos hogares y familias quieran; pongan los ojos en el territorio donde quieren crecer y manos a la obra, trabajen por mis promesas, y por supuesto, no sólo tienen mi aprobación sino mi colaboración”.

18. (Capítulo)

¡Dios mío cuantas bendiciones que no quieren recibir, no tiene número las bendiciones que tendríamos si fuéramos un poco más laboriosos, seríamos más poderosos, ricos, con mejor nombre! ¡Qué grande sería mi tienda si contara con varios que trabajen en predicar! (Isa.54:2; Ro.16:12; Flp.4:3).

18:1-6

“Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?”. La única razón era la negligencia, posponiendo para el futuro, para algún día, lo que debían hacer hoy. Exhortemos a los ociosos (1Te.5:14). Señor perdona nuestra negligencia. Todo estos capítulos (Jos.18,19), hablan de la repartición providencial de las tierras para los atrasados, y la negligencia de ellos ha quedado guardada en la Escritura como un memorial perpetuo.

18:7

“Pero los levitas ninguna parte tienen entre vosotros, porque el sacerdocio de Jehová es la heredad de ellos”. El sostén económico de ellos dependía del trabajo espiritual que hicieran con sus hermanos. Los otros han alcanzado las promesas de Dios y la mayoría de ellos no. ¿Qué esperan? Cuando uno ve a otras iglesias tomarle territorios al diablo debe pensar que tiene las mismas promesas y si quiere puede hacer lo mismo.

 

Regala bendiciones

19:9

“De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá”. “…era excesiva”, “demasiado grande para ellos”. Hay hermanos que por la providencia de Dios han sido bendecidos tanto que, pueden bien desprenderse de un poco de lo recibido que tienen y satisfacer las necesidades de otros, pueden regalar bendiciones, y jamás se arruinarán. Es la avaricia la que hace que un hermano diga que no puede dar de lo que le sobra, casi sin notarlo (2Co.6:10; 1Jn.3:17,18). Mira esta expresión "para mí y para los que están conmigo" (Hch.20:30-35). No creo que se opusieron, o que se negaran; ¿cómo puedes llamarlo hermano cuando lo que a ti te sobra a él le falta? Andando el tiempo la tribu de Judá necesitó la ayuda de la de Simeón (Jue.1:3). Así lo dispuso el Señor que a quien tú ayudas hoy necesites su ayuda mañana.

19:15

“Catat, Belén”; esta última no es “Belén de Judea” donde nació Jesús. Más pequeña que la de Benjamín.

19:30,47,48

“Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre”. Si le parecen pocas edifiquen nuevas, a vuestro estilo, con la arquitectura a vuestro gusto. No vivir sólo en lo ya hecho, haced cosas nuevas. Lo que parece es que las ciudades de ellos eran pequeñas y ellos muchos, por eso procuraron otras ya hechas porque a veces es mejor conquistar que edificar. Sobre eso vea Jue.1:34;18:1. Dan fue la ciudad más al norte por eso la extensión de toda la tierra era “desde Dan hasta Beerseba” que se hallaba más al sur (Jue.20:1).

 

El pastor que se jubila y la iglesia que deja

Jos. 19:49,50

“Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos; según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella”. Por medio de Eleazar se los dijo, del mismo modo que Hebrón le fue dado a Caleb (Jos. 14:6). El nombre de la ciudad tiene dos significados, “porción abundante” y “un lugar en el sol”. ¡Qué bonito esto! ¿No se lo merece? ¿No ha luchado tanto? ¿Por su medio Dios no ha dado a todos más de lo que él pide? Recompensaron a su héroe, a su hermano como compañero, amigo, a su veterano combatiente, el más viejo de todos, a un santo varón de Dios. Oh que la iglesia haga lo mismo con sus buenos pastores (1Co.9:7), especialmente cuando se retiran y se acaba la contienda. El no dijo, "me retiro, mi futuro es vuestra historia, denme algo, lo merezco ¿no?". No pide recompensas, sino que Dios le dijo que no fuera a vivir apegado a alguna familia. Él no lo pidió, ellos conforme a la Palabra de Dios se la dieron. Y una herencia inferior a la de todos porque ellos no tuvieron que reedificar sus casas y sus muros, las hallaron nuevas y listas para su uso, sin embargo, contento con lo que tenía, tuvo primero que reconstruir su vivienda antes de asentarse con su familia en ella. La iglesia debe pensar en el pastor que tras años de trabajo se retira y no dejarlo con las manos vacías, que no sienta que han sido ingratos o que mejor hubiera trabajado en otra cosa hasta su jubilación. 

19:51

“Se repartieron por suerte en Silo en la presencia de Jehová”. Honradamente, imparcialmente, y al que no le guste que se queje con Dios, pero nadie lo hizo.

20:3

“Para que se acoja allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os servirán de refugio contra el vengador de la sangre”. No era una ciudad de refugio para culpables, para burlar la justicia, allí se refugiaban los inocentes, no los culpables, los que sin quererlo y por accidente dañaban a alguien (Num.35:12). En Cristo se refugian los culpables y no los inocentes porque dijo “no he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento” (Mt.9:13).

 

La tumba de Jesús es tierra de olvidos

20:6

“Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad de donde huyó”. Qué extraño, no dice hasta la muerte del vengador de la sangre (por ejemplo, Herodes cuando buscaba a Jesús), sino hasta que muere el sumo sacerdote. Él era el dueño de esas ciudades y el supremo juez. Una vez muerto el vengador debía sepultar su odio y venganza y olvidar al homicida. En el comentario de Gill, y según un escritor judío, dice que la madre del sumo sacerdote colmaba con ayudas al refugiado para que no deseara la muerte de su hijo. Con ella el vengador debía olvidar el pecado del otro. En la tumba de Jesús debemos enterrar en el olvido todas las ofensas y la venganza.  Lo que nos libra de la culpa es la muerte de Jesucristo (ver Dt.19:4-10).

20:9

“Cualquiera que hubiera matado a alguien sin intención de hacerlo”. Era nada más para evitar alguna injusta venganza. Para proteger al inocente.

21. (Capítulo).

Una distribución justa, fraternal, equitativa y espiritual. Todas las tribus tenían responsabilidad con el culto a Dios y lo tenían cerca en las ciudades de los levitas. La iglesia debe estar dentro del pueblo que sirve y sus ministerios al alcance de ellos.

 

La Biblia no tiene errores sino malos exégetas

21:45

“No faltó (cayó) ni una palabra de las buenas promesas que Jehová había hecho; todas se cumplieron”. No hay inconsistencia con lo que dice en Jue.1:21-36 porque los israelitas se demoraron en la conquista por negligencia de ellos y en parte por conveniencia (Num.34:1-12; Dt.7:22). La parte de Dios toda fue hecha y por parte de ellos les faltaba. Eran ellos los que tenían que completar lo que ya Dios les había dado. Eran bendiciones que estarían esperando que extendieran la mano y la tomaran. Y esta es una forma muy bonita para ir concluyendo la historia de la conquista; una exaltación de la buena fidelidad de la Palabra de Dios, porque Dios no se merece que tengamos de él ni el más mínimo momento de vacilación. Y siempre hemos tenido muchos. Palabra dicha, compromiso hecho, promesa cumplida. Cuando el mundo se acabe los que leemos la Biblia, probaremos que ni un punto de ella ni una coma ha dejado de cumplirse. Oh Dios qué importante es para mí estar seguro de la inspiración de los autores de la Biblia. Algunas veces creemos completamente las cosas y otras por la mitad, las que continúan siendo un misterio, las que el diablo ha tomado para negar o la que los hombres han convertido en herejías. (Lectura adicional, Mt.5:18; 24:35; 2Ti. 3:15-17; 2Pe.1:19-21). Y como he dicho ya, la Biblia no tiene errores sino malos exégetas.

22:3

“No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios”. Muchos años ayudándolos a realizar sus conquistas, arriesgándose por ellos, viviendo y muriendo por ellos para que se asentaran. Fueron catorce. Siete años en la lucha de conquista y siete repartiéndola. El pueblo de Dios es un todo y las partes deben ayudarse mutuamente por las coyunturas (Efe.4:16). Ya Rubén, Gad, la media tribu de Manasés podrían retirarse a su sitio querido. Qué bonitas son estas palabras, un elogio a la hermandad, “no habéis dejado a vuestros hermanos…”, un reconocimiento a la cooperación y permanencia dentro de la iglesia y no abandonarla.

22:1-6

“Y bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas”. Les quiso decir “gracias...y sean fieles”. “Sólo nos separa un río, no el pecado, no la indiferencia, no la falta de amor. Nos une el buen recuerdo y el agradecimiento”. Les recordó, les imploró que fueran fieles a Dios. “Sean fieles hasta la muerte y recibirán la corona de la vida…” (vv.4,5).

22:6,8

“Y les habló diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y muchos vestidos; compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos”. Dios llena de bendición a los pastores del rebaño para que tengan con qué bendecir a sus ovejas. Ellos toman gracia y la reparten. “Repartid con vuestros hermanos el botín” (v.8), o sea “no dejen pobres a los hermanos que cuidan vuestras mujeres y niños y ganados; el botín es para el que va a la guerra y para el que cuida del bagaje” (1Sa.30:24,25; Num.31:27). Repartan lo que Dios les da, compartan bendiciones, si son “pobres, enriquezcan a muchos” (2Co.6:10).

22:9-32

“Y los hijos de Israel oyeron decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés habían edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en los límites del Jordán, del lado de los hijos de Israel”. “Y los hijos de Israel oyeron decir”; mira esa palabra, oyeron decir. ¿Quiénes lo dijeron? ¿Quién fue el primero? ¿Tiene reputación de ser veraz o chismoso? Óiganlos explicar el asunto y sabrán por la limpieza de la respuesta que todo ha sido un malentendido, un comentario, algunos que vieron y en vez de orar o pedir explicaciones fueron a decirlo. Parecía una infidelidad, pero no lo era. Un malentendido, un rumor que cuando llegó a ser investigado arrojó a la luz un acto bello. No se actúa por rumores; si se necesita se investigan, pero no se aceptan de inmediato como verdad probada porque no lo está. Averigua los motivos para actuar, las apariencias engañan (vv. 11, 16, “¿qué traición es esa?”). La preocupación de ellos era que "el pueblo" por causa de las dos tribus fuera a perder el favor de Dios, que el pecado de una parte tuviera consecuencias en las otras (vv. 17,18, 20).

 

Miedo a repetir una vieja maldad

22:17, 18

“¿No ha sido bastante la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de Jehová, para que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová? Vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel”. “Es suficiente la iniquidad de Peor (Num.25:2,9”. Recuérdenla. La mortandad cesó, el pecado fue expiado, pero el remanente no se sentía limpio; las cosas no eran tan bellas como antes, quedaban amargos recuerdos, remordimientos, culpas, familias mutiladas que habían perdido miembros y otras desaparecieron por completo (Num.25:1-9). Poco a poco es la recuperación, y a uno le queda en el fondo del alma mucho miedo de volver a repetir aquella vieja maldad. Quizás por eso nuestra memoria no se sana, para que no pequemos del mismo modo, por causa de nuestra fidelidad.  Y toda la vida, y de eso se encarga de recordarlo la inflexible conciencia. Como si dijeran: “Óigannos, por favor, habla la voz de la experiencia”.

22:19

“Si os parece que la tierra es inmunda pasad con nosotros y tomad posesión aquí, en la de Jehová”. Si te parece que un barrio es inmundo, y hay drogas en sus calles, licor, prostitución; si así es un pueblo, un país, si no hay iglesias ni cristianos, si tienes una mordaza en la boca, vete de él. O cámbialo.

22:20

“¿No cometió Acán hijo de Zera prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la congregación de Israel?”. Pereció con él su casa porque participaron de su pecado. Cuidado otros no te arrastren con sus pecados y te hagan perder el temor de Dios. No participes de pecados ajenos. Los pecados se propagan. Unos los inventan. Otros los hacen. Todos participan. Quemaron a su mujer y sus hijos, los que lo encubrieron.

22:22

“Jehová Dios de los dioses” (RV) es mejor que “¡El Poderoso Dios, el Señor, el Poderoso Señor!” (LBLA). No se afirmaba la existencia de esos dioses sino la superioridad de la verdad sobre la mentira.

22:24-30

“Lo hicimos más bien por temor de que mañana vuestros hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová Dios de Israel?”. Oh amado, piensa cómo podrás hacer fieles a tus hijos y a las generaciones futuras (vv.24,27, 28). Lo que hagas por el futuro, por los que son pequeños y por los que no han nacido, agrada a Dios (Ge.18:16-19). Oh alma mía, sigue comprometida con el evangelio para que pase en buenas condiciones por tu conducto a tus hijos. ¿Qué tenemos que ver con el Dios de un pequeño pueblo del Medio Oriente? Mucho.

 

Un símil del evangelio en nuestro credo y vida

22:28

“Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros”. “Ved la réplica del altar de Jehová que nuestros padres edificaron”. Un símil o modelo. Las dos tribus y media que se quedaron al oriente del Jordán dijeron estas palabras. El modelo es el patrón bíblico. Repetir hoy la teología apostólica, el Credo Niceno; el Espíritu de aquellos predicadores como los Tres Capadocios o Atanasio que estuvo “contra el mundo”; el celo por la verdad que tenían que se consumían por la casa de Dios como Jesús; el deseo que la iglesia estuviese limpia y formada solamente por santos, el amor a Dios y al prójimo y el deseo de ganar algunos. Es un deber nuestro hacer un símil del evangelio en nuestro credo y vida. Creerlo como lo hemos recibido, predicarlo como se nos ha enseñado y como los ejemplos que tenemos en nuestros padres, narrado en la historia de los hijos de Dios. Ser como el Espíritu Santo quiere, no en ropas o atrasados, pasar la antorcha ardiente a las generaciones venideras; así cumpliremos con el propósito de haber venido al mundo y nuestro papel en la historia cristiana.

Las dos tribus y media que se quedaron al oriente del Jordán dijeron estas palabras. Aunque incomprendidos al principio, la edificación de aquel altar fue muy noble y bonita, querían decirle a sus hijos y nietos: “somos de allí, pertenecemos al mismo pueblo, creemos lo mismo, iremos a adorar allá. La religión de ellos es la nuestra, su ley es de nosotros también”.

Muchas cosas son representadas por ese altar. Es un deber nuestro hacer un símil del evangelio en nuestro credo y vida. Creerlo como lo hemos recibido, predicarlo como se nos ha enseñado y como los ejemplos que tenemos en nuestros padres, narrados en la historia de los hijos de Dios. Ser como el Espíritu Santo quiere, no en ropas o retrógradas. Pienso, en la verdad, en la comunión, en una comunidad de amor que sea columna y apoyo de la verdad, llegar así al límite de nuestras vidas, pasar la antorcha ardiente a las generaciones venideras; así cumpliremos con el propósito de haber venido al mundo y nuestro papel en la historia cristiana.

 

Si has intentado una traición contra Dios

 

Jos. 22:31

“Y dijo Finees hijo del sacerdote Eleazar a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta traición contra Jehová”.  

 

La palabra “intentado” se pudiera traducir “encubiertamente” o “secretamente”. Pensaron que sus hermanos habían “intentado” secretamente pecar construyendo aquel altar, pero fueron descubiertos a tiempo. No es correcto traducirla “cometido” porque ellos no habían llegado a ese extremo de llevar a cabo sus “intenciones”; se dirigían hacia allá pero no todavía. La palabra “traición” sí es una traducción exacta y que algunas versiones traducen eufemísticamente “infidelidad” y así le disminuyen su horror y gravedad.  Aquí cabe un llamamiento a la comprensión de los que han tenido la fatalidad de llevar a cabo sus “intenciones” secretas de pecar. No los juzguéis. Detente ¿por qué te glorías sobre los que han caído? ¿Nunca has intentado una traición contra Jehová, tu familia o la iglesia del Señor? Tal vez has “intentado” pecar, pero Dios no te lo ha permitido, pediste un precio por Jesús (30 piezas de plata) pero nadie lo pagó, anduviste coqueteando con el pecado, pero no caíste en él...si has sido fiel es porque la gracia persevera en ti. La gente no está al tanto de los secretos pensamientos que burbujean dentro de nuestra mente, ni las libidinosas, egoístas e incrédulas “intenciones” que caminan por nuestro corazón. No digas “no soy como los demás hombres, adúlteros, egoístas, mentirosos” (Lc.18:11), porque seguro que intenciones de todo eso hemos tenido, pero secretamente, debajo de nuestras alargadas y farisaicas filacterias. Seamos honestos, la gloria de lo que somos pertenece a Dios y si nuestra mano no ha tocado lo inmundo no ha sido porque no se haya alzado sino porque el pecado ha estado lejos y no le hemos dado alcance. En He. 4:12 hablando de la espada de dos filos que es la palabra de Dios, donde se traduce “intenciones del corazón” la palabra es ἔννοια (o enneos) cuyo primer significado es “estupidez”. Es la palabra de Dios la que rompe esos planes estúpidos de traicionar a alguien. El fin de nuestra historia es como le dijo Jehová a Abimelec “te he impedido que pecaras contra mí” (Ge.20:6).

 

22:34

“Ed” o “Testigo”, no aparece en el Texto Masorético ni en la Septuaginta. La KJV y RV la incluyen sobre la autoridad de unos pocos manuscritos. Probablemente el nombre es toda la oración “Jehová es Testigo” y Ed (testigo) sea el final de Galaad como le llamó Jacob al majano edificado (Ge 31:47,48) (ISBE, International Standard Bible Encyclopedia).

23:2

“Llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y avanzado en años”. Sí, hermano, tenemos que conocer cuando nos pongamos viejos, nuestras limitaciones y arreglar todo para que la obra de Dios continúe (2Pe.1:15).

23:3

“Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros”. Nota que no dice cuando recapitula, "lo que yo he hecho" o "lo que hemos hecho" sino lo que Dios ha hecho. Al Señor sea toda la gloria.

 

Fidelidad en un cambio de líder

23:4-9

“Para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos”. “Las naciones que aún quedan junto con las que he destruido”. Les hace pensar que el trabajo suyo y el de ellos no está completo. Una parte del éxito está hecha, es cosa alcanzada, pero otra está por lograr. Oh Señor que no perdamos la fidelidad a ti cuando haya un cambio de líder, y lo que nos quede por hacer, aunque él falte, lo completemos. Está el trabajo que hay que hacer, la promesa, el Señor estará con ellos, colaborará; está la exhortación, esfuércense y hagan la labor, complétenla. Pero sobre todo sean puros, no se contaminen para que no frenen la influencia del Espíritu en la comisión (vv.6-8); y la inspiración, Dios ha hecho cosas mayores con vosotros (v.9).

 

Uno puede ser más útil que cien

23:10

“Un varón de vosotros perseguirá a mil”. Con pocos ungidos, y buenos. Tómalo como una hipérbole si quieres, pero el hecho denuncia fe en el triunfo. Tal vez no sea necesario envolver a tantos, con uno, dos, doce, con pocos, se puedan alcanzar grandes victorias (1Sa.14:6). Un cristiano fiel puede ser más efectivo para la obra de Dios que cien que lo sean por la mitad, Dios no puede hacer nada con uno que sea cristiano parcial. Uno solo puede alcanzar inconcebibles victorias, uno solo puede ganar mil almas o hacer huir a mil diablos, o vencer mil obstáculos. Señor, me has hablado, lléname a mí de ti, o a aquel otro, o al de allá, escoge uno, no necesito muchos colaboradores, muchas manos, sino “una doble porción de tu Espíritu” (2 Re.2:9), no es con un gran ejército sino contigo, amén (Zac.4:6). Tú oyes “la voz de un hombre” (10:14). “Por la espada de Gedeón y de Jehová” (Jue.7:20). Con pocos, Señor, y buenos. La iglesia antigua crecía con unos pocos evangelistas misioneros y con el testimonio de todos los santos. ¿A quién el Señor llama hoy a hacer temblar las puertas del hades?

23:13

“Sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado”. La falta de éxito por contaminación espiritual no es todo el mal ni el estancamiento, sino el principio del retroceso, molestias, y a la larga la destrucción y derrota total. La iglesia no se puede mezclar con la sociedad, no en el sentido evangelista, o pierde su fuerza principal, la del Espíritu. Si deja de ganar victorias el problema hay que buscarlo no en los métodos que utiliza, no en la espada, el escudo o el yelmo sino en la vida de ella.

23:14

“Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra”. O “un día me voy” “pronto me iré”. La muerte es un camino, al cielo o al infierno. Ese es el destino final por donde cada uno pasará para la eternidad. No podemos regresar ni un solo día (Apc.6:8; 2:45, nota); el trabajo no estaba completo pero las promesas estaban todas cumplidas. No había motivo para estar insatisfechos o molestos con Dios.

23:16

“Entonces la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado”, no dice “en esta buena tierra” sino “de esta buena…” porque dejar de alcanzar lo que Dios ha prometido es perecer; no seremos salvos si no completamos nuestro recorrido, si no somos fieles “hasta” la muerte (Apc.2:10); es un recorrido completo de gracia perseverante; por eso debemos tomar de ella a diario y permanecer en las palabras de Jesús como en él mismo (medita en Jn.1:16,17; Jn.15:4,7).

24:2

“Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños”. Abraham no es sólo un remanente monoteísta del verdadero Dios, no es una milagrosa preservación teológica, sino una maravillosa obra de gracia. Todos en el principio y por naturaleza servimos a otros dioses. ¡Lo que puede hacer la gracia del Señor con un pagano a quien llama!

24:9,10

“Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese. Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos”. Pensó: "muy poco tendremos que hacer para destruirlos si Jehová no lo bendice; si lo hace son inexpugnables; cualquier cosa que hagan les saldrá mal y los aniquilaremos". Para aquel hombre, aunque era un profeta, corrupto, (adivino, 13:22); retenía consigo su autoridad de maldecir y de bendecir, pero Dios no permitió que un poder suyo se usara contra su pueblo. Dentro de las victorias que se resumen se halla el llamamiento de Abraham, la muerte de faraón, el cruce del Mar Rojo y el triunfo sobre el adivino, contra el diablo y Balaam.

24:12,13

“Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco”. “Envié delante de vosotros avispas”. Salieron mejor huyendo delante de los tábanos que cayendo al filo de espada. Las misericordias de Dios. El pueblo de Dios tiene la creación que pelea por él (Jue. 5:20). Pero ojo, no fue por vuestro arco, que Dios usó, sino por el que lo adiestra para la batalla (2Sa.22:35; Sal.18:34). No hablemos de nuestros esfuerzos y heroísmos sino de la gracia. Esto continúa en la siguiente nota.

 

Si lo creyentes fueran pocos y escaseara la fe

24:12-18

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué invita a Israel a que haga un inventario de lo que tiene, de lo que ha sido, y seguramente hallará que es un producto de la gracia de Dios; les hace ver que están comprometidos con Dios y no tienen ninguna razón para abandonarle. Mas si algún día desafortunado decidieran hacerlo cerrando los ojos ante tantas misericordias, para seguir la religión falsa de los abuelos (v.14), ya de antemano, antes que la mayoría tomara otro rumbo, él había decidido continuar él y su familia en el camino de Jehová.  Suponiendo que algún día los creyentes se hicieran tan pocos y la fe escaseara en la tierra; decide de antemano, sin siquiera considerar la posibilidad, seguir firme en Cristo, tú y tu familia.

“Si no os parece bien hoy servir a Jehová, escoged a quién” (v.15). ¿Cómo puede alguien hallar mal sirviendo a Jehová? Sí, hay gente que piensa que Dios los ha tratado mal, o a lo suyo, no puede manejar bien y con fe los actos de la providencia de Dios. Confunden las consecuencias del pecado con el maltrato de Dios, un fruto de sus pecados. Han perdido la fe... yo te serviré a ti Señor. Yo y mi casa. Ustedes hagan lo que quieran.

24:17

“Porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos”. No menciona todos los que cayeron postrados en el desierto, la rebelión de Coré, los que murieron por la peste o mordidos por las serpientes. Es una gran satisfacción y un gran pesar reconocer que aunque han caído muchos en nuestro derredor, hogares que han sido infestados por plagas, nosotros ni los nuestros hemos sido tocados (Sal.91:4-8); y a pesar de todo lo que la iglesia ha padecido como pueblo sigue su marcha hacia la tierra prometida. Dios tiene una misión con la iglesia.

24:18

“Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios”. Dice: “nosotros también”, haremos la misma decisión que tú porque hemos tenido las mismas experiencias y compartimos las mismas verdades; más o menos como Rut, tu Dios será mi Dios (Rut.1:16).

24:19

“No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados”. Se los advirtió o profetizó, porque percibía su humana fragilidad.

24:20

“Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien”. Si dejas al Señor no esperes que te trate igual, las cosas en tu vida cambiarán para mal; una a una te quitará todas las bendiciones que te dio, retrocederás atrás desde donde estabas, añorarás el bien que tuviste. Sé sabio.

24:23

“Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel”. Esto es una revelación asombrosa, Josué sabía o había oído decir, se rumoraba que algunos israelitas no se habían limpiado completamente de los ídolos. (Casos similares, Ge.35:2; Jue.20:28). Señor bendice tu pueblo, aunque no tenga una obediencia perfecta (v.14); purifícalos de sus ídolos (vv.18-25). ¿Estamos bien? No tanto como debemos ni como creemos. A pesar de todo, Señor, tú eres fiel y lo seguirás siendo, aunque nosotros fallemos (2Ti.2:13).

24:27

“Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios”. ¿Las piedras? Sí, si fuera necesario ellas clamarían (Lc.19:40), sobre todo la piedra que es cabeza del ángulo, Jesucristo. ¡Quién sabe si los árboles oyen, y los lirios del campo sirvan de testigos, y las aves lleven la voz y hablen! (Ecl.10:20). Y ellos prometiendo y no cumpliendo.

24:31

“Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel”. Después oirían esas cosas y las sabrían, pero no como las supieron los testigos oculares. Ninguno de los sucesores tenía la experiencia y autoridad de aquellos primeros. Por eso la era apostólica fue la mejor y en ella se copió el NT. Según fueron desapareciendo aquellos poderosos hombres de fe, los que vinieron tras ellos, que eran inferiores, no pudieron ejercer la misma influencia en el pueblo. ¡Oh Señor, haznos buenos líderes y que no perdamos la fe y el rigor de aquellos antiguos! ¿No será posible servirte como si hubiéramos estado presente como viendo a Cristo crucificado expuesto a nuestros ojos, o palpado resucitado el Verbo de Vida? (Ga.3:1).



Jueces

“La historia de Jueces no consiste en la de un pueblo unido sino de varias tribus separadas. Este hecho se puede comprobar por la gran longitud y los numerosos detalles que tienen algunas narrativas, que en verdad suelen tener una exagerada proporción en relación con la importancia que tienen para la nación de Israel, sin embargo, sí la tiene para alguna tribu en particular. La preservación del Cántico de Débora, todos los detalles que contiene la historia de Gedeón, la bellísima historia del reinado Abimelec, los altamente interesantes detalles de la narrativa del nacimiento y las aventuras de Sansón, la separación de la tribu de Dan y la caída de la tribu de Benjamín, y esto último al final del libro, requiere que se piense que fue tomada la historia de récords existentes. Todas estas cosas están colocadas en perfecta armonía para el propósito del compilador, guiado por el Espíritu Santo, para denunciar la idolatría y para confirmar a los israelitas en el servicio del Señor, el Dios de sus padres, y además para ilustrar la fidelidad, la misericordia y el poder del soberano Dios del pacto. “Los antiguos récords del libro de Las guerras de Jehová, el libro de Jaser, las Crónicas del reino, la Visión de Ido el vidente, el libro de los Hechos de Salomón, las Crónicas de los Reyes de Judá, todo eso muestra el propósito del compilador y le da unidad al libro. No hay nada peculiar en el lenguaje, excepto en los extraños términos en el capítulo tres, en lo que tiene que ver con Aod, y algunas palabras raras en el canto de Débora, mediante los cuales se puede deducir la fecha de la compilación. Pero a partir de la frase en 18:31, "todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo", y en 20:27, "el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días", y por la descripción de la situación en Silo, es casi seguro que fue escrito después que trajeron el arca desde ese lugar. Por la repetida frase, "en aquellos días no había rey en Israel", en 17:6; 18:1; 19: 1; 21: 25, da a entender que el libro fue escrito, o la narrativa, después del reinado de Saúl; mientras la mención de los jebuseos, 1:21, que habitaban en Jerusalén "hasta el día de hoy", indica un tiempo anterior a David. Por otra parte, la frase "hasta el día del cautiverio de la tierra" da a entender que es probable que el libro haya sido escrito después de la deportación de las diez tribus, y es probable que pasara cuanto el asentamiento en Dan fue roto por la conquista de los asirios. Estas cosas pudieron haber tenido lugar durante los reinados de Jotán y Acaz. Aparte de esos datos no hay otra señal dentro del libro que permita establecer su fecha" (Jueces, El Comentario del Púlpito).

 

               

Jue. 1: 1

“Después de la muerte de Josué consultaron a Jehová”. Josué no dejó un sucesor nacional.

Jue. 1:2, 3

“Judá dijo a su hermano Simeón, ven conmigo al territorio que me ha tocado”. Pidió ayuda para que la victoria, según él, le fuera más fácil. En realidad, el aumento de soldados no haría ninguna diferencia porque Dios pelearía por ellos. No obstante, los hermanos deben cooperar los unos con los otros porque cuando uno gana, ganan todos.

Jue. 1:4-7

“Y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies”. La justicia parece crueldad; le aplicaron la ley del talión "ojo por ojo". ¿Así te ha pagado Dios? ¿No pensaste que te pasaría lo mismo algún día? No pensó en Dios hasta que la tragedia lo alcanzó y con la vara que midió lo midieron (Lc.6:38).

Jue. 1:11-13

“Y Caleb dijo: Al que atacare a Quiriat-séfer y la tome le daré a mi hija por mujer”. Acsa debe haber sido bella y Otoniel la recibió como un trofeo. Eran primos. El amor es un poderoso estímulo. (Ge.29:18-20; Cant.8:7). El que lucha por un amor lucha mejor. Terminó en una boda.

Jue. 1:14,15

“Y ella le dijo: Dame una bendición”. En la Biblia hebrea es ella la que hace la petición, "padre, dame un regalo de bodas", no un anillo, no un vestido bonito sino un campo fértil, con agua. Gustoso Caleb su padre se las dio. Se puede ir lejos dentro del amor de padre. Señor concede a mi hijo regalos de bodas. Oh Señor siempre podemos pedir extras, un don más, nunca llegamos al último. El mejor regalo de bodas es la justificación por medio de la fe en Jesucristo (Mt.22:11, 12; Ro.13:14). 

Jue. 1:16

“Y los descendientes del ceneo, el suegro de Moisés”. El suegro, más bien el cuñado (Num.10: 29,30, "Hobab"). La ciudad de las palmeras es Jericó (Dt.34:3).

 

Su error fue pedir ayuda

Jue. 1:19

“Y el Señor estaba con Judá, y tomó la región montañosa pero no los del valle porque tenían carros herrados”. Y si Jehová estaba con él, y no hay duda, para vencer a los que habitaban en terreno montañoso ¿no podía con los carros herrados? La impotencia de Judá se debía a la ayuda que su hermano Simeón le daba (v.13). No debió nunca solicitar esa ayuda. Mientras más ayuda tengamos de los hombres menos fe tenemos en Dios. Eso no quiere decir que en el evangelio no hacen falta porque Jesús y Pablo los tenían y apreciaban; pero tampoco obstaculizaban la obra (Flp.4:3). Señor, pon un espíritu misionero en tus escogidos o que la vida cristiana de ellos hable. Pero a veces la desesperada e impaciente solicitud de ellos quiere decir que no nos basta con Dios y pedimos ayuda de la gente y el resultado son victorias limitadas. Algunas veces es mejor, por cuestión de la gloria divina y del poder que reposará sobre nosotros, que sean menos los colaboradores y que numéricamente seamos más débiles. Puede ser mejor. Algo totalmente inaceptable en esta época.

1:20

“Dieron Hebrón a Caleb y expulsó de allí a los tres hijos de Anac”. Caleb andaba por fe y pudo vencer a los gigantes. Estaba anciano, pero Dios no. Estos son los triunfos de un hombre de fe en su senectud. Bendito seas Señor. De estos ancianos triunfadores hay muchos en el AT y en el NT. Desde Moisés hasta el apóstol Juan.

Jue. 1:21

“Pero los de Benjamín no expulsaron a los jebuseos que vivían en Jerusalén”. Dice Gill que Jerusalén en esos tiempos era una provincia y no una ciudad amurallada como después. Eso no coincide con los vv.24,25. Una parte pertenecía a Judá, la otra a Benjamín y la otra a los jebuseos. Los jebuseos habitaron en la fortaleza del monte de Sion hasta los tiempos de David. Las dos tribus, ni siquiera con fuerza combinada pudieron arrojarlos. Todas estas impotencias revelan el debilitamiento espiritual de Israel (v.19). Se tuvo que conformar con habitar con aquellas cosas que debía destruir. Debió haber prosperado espiritualmente.

 

Nuestra conversión a Cristo es una traición al mundo

Jue. 1:22-26

“Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó Luz; y este es su nombre hasta hoy”; expelido por Josué, “y edificó una ciudad”.  Esta ciudad llamada Luz no es la misma que hallamos en Canaán sino en “la tierra de los heteos” (hititas). Puede que se trate de una región donde ellos habitaban en otro país, Arabia, y como tenía dinero y era de ese pueblo en memoria de la de Canaán así la llamó. Según Ge.15:20 y Jos.1:4 una región dentro de Israel tuvo ese nombre. La casa de José es la mejor espiritualmente; no estaba tan débil como otros, menos decaída, por alguna razón sufría menos decadencia. Oh Señor presérvanos de enfermarnos como otros. Este hombre traicionó a su ciudad. Sin embargo, por lo que hizo después en la construcción de una ciudad, merecía seguir viviendo. Nuestra conversión a Cristo es como una traición al mundo. O una emancipación. Y sobre todo al diablo.

 

Tampoco, tampoco, tampoco

Jue. 1:27-34

Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra. Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó.


Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer. Extensión de las conquistas de las demás tribus. Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario. Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. Y moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó. Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat. Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos
”. Tampoco Efraín, tampoco Aser, tampoco Zabulón. Uno lee con tristeza este capítulo y se da cuenta que la época brillante de Israel, bajo Moisés y Josué, había pasado. Es un gigante debilitado. Un pueblo numeroso, otrora victorioso, ahora no derrotado, pero lejos de ser lo que en otro tiempo fue, impotente para conquistar la tierra, incapaz de ganar victorias completas. Israel está rebajado. Desde el v.3 te das cuenta de que algo ya andaba mal, cuando Judá pide ayuda, sin necesitarla a Simeón su hermano, para conquistar su territorio asignado. Si tenía a Dios no le hacía falta. La ayuda humana equivalía a menos fe en el Señor, el número crecido de soldados disminuía la dependencia del Señor. No se dice que anduviese en idolatría, que no creyera en el Señor, porque lo consultaban y Dios los ayudaba, pero la ayuda divina era limitada, no era completa. Les ayudaba en las montañas, pero no en los valles, contra los carros de hierro. Los ayudaba para entrar a una ciudad y hacer a sus moradores tributarios, pero no tenían fuerza para expulsarlos, tenía que convivir con ellos, gustara o no les gustara.

Si observas en el texto hallarás muchos “tampoco” “tampoco” “ni estos pudieron ni aquellos tampoco”, nadie, por mucho esfuerzo que hiciera podía lograr los deseos de su corazón. Estaban drenados espiritualmente, decaídos y debilitados. Se había repartido la tierra, pero no podían tomarla ni disfrutarla plenamente. 

Los antiguos propietarios permanecían dentro, tenían que compartir las calles, los campos y los vecindarios con enemigos, aceptarlos y acomodarse a verlos y tratarlos siempre. Cuando podían hacer algo los esclavizaban, pero no podían echarlos. ¿Qué había perdido Israel? Había perdido sus grandes líderes de la Palabra de Dios. No tenía a Josué ni a Moisés. No tenía profetas. Las conquistas por Jehová, para su gloria, con su dirección, habían desaparecido. Ahora eran ellos, sólo ellos, nada más que ellos, con alguna pequeña ayuda del Señor para que subsistieran y no fueran borrados del mapa.   Oh Señor, tal vez este cuadro nos pinta. Conozco por experiencia los tampoco esos, y quizás no soy el único. Levántanos líderes poderosos en tu Palabra. 

1:34 

“Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos”. Me da vergüenza leer eso. ¡Qué dirían Moisés y Josué, con su Grande Dios, al saber que los hijos de Dan no podían visitar a sus hermanos porque estaban presos en la montaña! No podían bajar a la llanura de Sarón, ni a la ciudad de Lida o Jamnia. Si los amorreos se fortalecen, si nos debilitamos en el Espíritu, perdemos la libertad con que Cristo nos hizo libres, los enemigos espirituales no nos dejarán movernos libremente, y existiremos como creyentes siempre por el pecado asediados (He.12:1), que nos circulará  y rodeará .

 

Llorar en el culto 

Jue. 2:1-5; 3:20-23; Jos.23:5-6

“Cuando el ángel dijo estas palabras el pueblo lloró”. Se ve que tenían aquella situación porque lo querían, por ser desobedientes (1:27-34); aunque les faltaran las fuerzas eso no era una excusa. Cuando Dios manda algo no admite el "no puedo" porque sí se puede. Oh Dios has que queramos hacer tu voluntad. "Lloraron", ofrecieron sacrificios, pero hasta donde se lee no cambiaron la situación. Se dieron por satisfechos con una expresión de sus sentimientos, con el efecto conmovedor de las palabras del ángel, y con los sacrificios, o sea, el culto; pero el paso más importante no dio: obedecer. ¿Te conmueven las palabras, te consagras al culto? Eso no basta. El efecto sentimental del culto no es suficiente. Las palabras conmovedoras del sermón no bastan, aunque las haya dicho un ángel venido del cielo; el punto central es la obediencia. ¿Tienes fe? Arregla lo mal hecho, vuélvete atrás, inmediatamente, tira el pecado fuera, quítale territorio al pecado (1.Sa.15:22). Por eso el efecto de un buen sermón debe ser crear “santos y fieles en Cristo Jesús” (Efe.1:1; Col.1:1) no entretener, divertir o sugerir remedios para vivir felices y sin problemas. Si acaso algunos salen del culto llorando, también con la resolución de ser “imitadores de Dios como hijos amados” (Efe.5:1).

 

Se murieron ellos, pero quedaron sus libros         

Jue. 2:6-10

“El pueblo sirvió a Jehová todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y habían visto la gran obra que él había hecho”. La gente vieja y sabia se murió. Sólo quedaron sus libros, que algunos de ellos escribieron. En resumen. Faltaban hombres que estuvieran conectados con el pasado, que tuvieran conocimiento de Dios, hombres de fe. Actualizando, dejaron de recordar la historia teológica del cristianismo y Atanasio e Ireneo, o Agustín y Lutero o Calvino fueron completamente desconocidos, y ni qué decir de las grandes declaraciones de los Concilios. El pueblo pecó y peca porque le faltó, le falta conocimiento (Os. 4:6). Fue un proceso de siglos, muchos años, y la luz de la Palabra se fue apagando entre ellos hasta que llegó a una generación que era completamente secular y de filosofía y religión paganas (v.11). 

Hoy día se enseña poco la Biblia porque no se usa la predicación expositiva sino la temática o de asuntos adaptada a las supuestas necesidades de las congregaciones; las iglesias crecen con un mínimo de conocimiento Escritural. Los métodos de evangelización y las modificaciones en la adoración pública han sustituido al meollo y la grosura exegética. Los hermanos no están conectados con los grandes nombres del pasado, no saben quiénes fueron ni conocen sus doctrinas, porque sus ministros no las leen o no las mencionan. Hasta se toman acuerdos para condenar como heréticas doctrinas enseñadas a la Iglesia por Atanasio, Agustín de Hipona, Martin Lutero, Felipe Melanchthon, Juan Calvino, Jorge Whitefield, Jonathan Edwards y Charles Spurgeon. Proponte este año leer buenos libros cristianos. Sobre todo, la Biblia, y despacio, sin echar al galope sobre una montaña de capítulos diarios antes que expire el año. Si no tienes libros, escríbeme, yo tengo notas y exposiciones de toda la Biblia.

2:14

“No pudieron hacer frente a sus enemigos”; porque contemporizaron. La fortaleza está en la fidelidad, en la conexión moderna con el pasado. Las armas teológicas y espirituales que usaron nuestros antepasados continúan siendo las mejores y las más efectivas en este último siglo. Se puede probar cómo derrumban todo pensamiento y argumento y los lleva cautivos a la obediencia a Cristo, o al menos los saca de escena (2Co.10:5).

2:15

“Por dondequiera que iban la mano de Jehová estaba contra ellos para mal”. Esa palabra “contra”, es tan triste como desgracia. Todas las cosas obran para bien de los que obedecen a Dios, no a los que son rebeldes e indiferentes. Ellos se buscaron esa situación. Todo les iba mal por romper con su glorioso pasado. Las situaciones malas se sucedían como olas, unas tras otras. Un sin fin de problemas. No miremos para todos lados si nos va mal como buscando la razón en alguna otra parte y no en nosotros mismos porque la raíz del asunto está en mí, dijo un viejo (Job.19:28). En la historia de Dios en nuestras iglesias.

Jue. 2:16-19

“Entonces Jehová levantó jueces que los libraban”. Los jueces, una serie de líderes con el Espíritu Santo que los defendían y los aconsejaban durante su vida, pero cuando se morían era lo mismo, seguían igual. Con todo, Dios no los había dejado completamente. Querían ser infieles, y para los que quieren ser infieles no existe remedio. Un período de bendición y otro período de maldición. La obra de los jueces estaba limitada casi siempre a una porción del territorio y mientras el juez viviera. Con él venía y se iba la bendición. El pueblo cambiaba de situación política y económica pero no de corazón. Eran irremediablemente perversos, oh Señor, conmigo mi obra pasará. ¿De qué obra hablo?, si es casi imperceptible. Lo que he hecho, escrito está allá en el cielo y aquí en la arena. Mis huellas están en ella y el oleaje y la espuma del tiempo las borrarán.

 

La permisión divina, una buena excusa

2:20-23

“Así el Señor permitió que aquellas naciones se quedaran allí para probar a Israel”. Cada israelita y los líderes principalmente podrían tener esta excusa: “Dios ha permitido esta situación y nos vemos obligados a convivir con ellos, aunque no nos gusten”. Verdaderamente el concepto de permisión divina es una buena excusa para disfrazar nuestra desobediencia, errores e incredulidad. La permisión de Dios no es su voluntad, transige, pero no lo quiere, lo acepta, pero no lo desea, la permisión es de cosas malas. Las otras naciones estaban allí no porque Dios lo quería sino porque ellos no tenían fuerza para arrojarlas. Dios no tiene que meternos en tentación para comprobar la fidelidad nuestra, nos mete en ella, o nos metemos en ella y nosotros y no él descubrimos el monto de nuestra fe, santidad y apego a su Ley.  Oh Señor ayúdame a ser obediente (2:6;3:1-5). Si la misericordia de Dios lo quiere todo puede obrar para bien, pero podemos resistirla porque “no nos sobreviene ninguna tentación que no sea humana” (1Co.10:13). Con gracia, me refiero. Si se ora, y se espera con fe, sabiduría, viene y se hace la voluntad activa de Dios, lo cual significa rotundo éxito. Por lo tanto, lo que se necesita es paciencia y fe, y “estad quietos y conoced que yo soy Dios” (2Cro.20:17; Sal.46:10) 

 

Plan A y plan B

3:4-6

“Esto fue para que conocieran la guerra porque no la habían experimentado”. Parece una interpretación diferente a la real. Esta es una interpretación de la permisión divina y viene al asunto por el enojo anterior por la desobediencia; como si les dijera, "ah sí, déjenlas entre ustedes y veremos si son fieles o no". Y no fueron. El entrenamiento militar les vino bien, según el plan B del Señor porque el plan A no funcionó. Esto es una manera de hablar porque Dios tiene un solo plan. Los sacrificios y holocaustos, ¿y la cruz de Jesús?, fueron plan B aunque desde la fundación del mundo. La adoración es plan B. El conocimiento del bien y del mal y hacer que obre para bien es plan B. El plan A será en el reino de los cielos cuando el Hijo se sujete al Padre y todo a él; y plan A, el de la gracia, anduvo en práctica antes que el plan B y la ley la trajera Moisés. El plan A es el perfecto. La tradición de los ancianos fue un plan B, las Escrituras es plan A, lo perfecto, “y cuando venga lo perfecto lo imperfecto se acabará”.

3:9-11

“Y su poder prevaleció sobre Cusán-risataim”. Les envía este líder por la oración de ellos; uno que hiciera las obras de Dios. Se acordaron de Jehová y lo invocaron. Otoniel (1:11-15). Este es el ascenso espiritual de Otoniel. Poco a poco se va destacando. No emerge de la noche a la mañana. Eso quiere decir que aquella victoria la obtuvo por el brazo de Jehová y no por el suyo. Nunca imaginó llegar tan lejos. Y fíjate que ahora domina lo que antes lo dominaba. Es la Gracia.

 

Tengo palabra de Dios para ti

Jue. 3:20

“Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla”. “Tengo palabra de Dios para ti”, ¿qué palabra de Dios tienes, Aod? Sólo llevas contigo una daga de dos filos (v.16), de un codo de largo. Es un arma nueva, terrible, mortal, y con ella has de darle liberación a Israel. Traes escondido el puñal debajo de tus ropas y nadie lo nota, casi no puedes andar bien con ella, pero sigues adelante, astutamente, para abatir al enemigo de la justicia. No dijiste ninguna palabra, ni sermón, ni hiciste apelación al arrepentimiento del grueso personaje, tiraste al suelo al moabita. ¿Por qué le dijiste que traías palabra de Dios? Le dijiste que era una palabra secreta (v.19), pero no la pronunciaste, lo engañaste y en su estómago hundiste el cuchillo hasta sus intestinos e hiciste que brotara el estiércol; ni siquiera sacaste el arma y metida en la grasa la abandonaste y te fuiste. 

¿No te ha dicho alguien alguna vez lo mismo, “tengo palabra de Dios para ti”? Y como espada con dos filos la ha desenvainado en tu presencia ¿y la ha hundido en tu corazón, dejándote herido, partido los tuétanos, herido el espíritu, sangrando el alma? (He.4:12,13). ¿Esperarás a que Cristo, más poderoso que Aod, regrese y te mate con la espada de su boca, por impío? (2Te.2:8). ¿Cuántas veces Dios te ha dicho “tengo palabra para ti”? ¿No es ella sola la que puede sacarte lo sucio de dentro? ¿Lo inmundo? Es exactamente eso lo que produce no nuestro vientre sino nuestra naturaleza pecaminosa, el corazón. Si murieses por ella vivirías. No sería un asesinato como este sino una resurrección.

3: 31

“Samgar hirió a 600 filisteos con una aguijada de bueyes y también salvó a Israel”. La aguijada es una vara larga con la punta de hierro con la que los boyeros pican a los bueyes (Diccionario de la Real Academia Española). No fue tan trascendente como otros ni juzgó por años; pero ayudó, hizo su parte, se esforzó por el pueblo del Señor. Fíjate que en 4:1 vuelve a Aod como si Samgar no hubiera existido, como si alguien se acordó que lo habían pasado por alto y recordó su nombre y lo insertó en la lista. Algunos rabinos piensan que duró sólo un año. Eso fue lo que Dios quiso. Oh Dios, bendito seas porque nosotros los que no somos famosos también cooperamos con la gran obra que hacen los de renombre. Y si pasados ya y en el cielo aprendemos que dejamos una línea en la historia de la iglesia, porque a alguien se le ocurrió ponernos, será una sorpresa.

4:3,4

“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot”; era ella una pequeña bendición, no grande, pero faltaba un caudillo, Barac, y meditando vino la solución. ¿Cómo apareció Débora? Fue un proceso lento, un ministerio muy discreto. No era una monja porque se menciona el nombre de su marido. Los cuidados de la casa y los hijos los harían las sirvientes; deduzco entonces, si fuera verdad, que tuvo tiempo para leer y Dios que la instruía la sacó de la casa, Lapidot no se opuso, y el pueblo que sabía de su piedad y cultura, vino a ella a un lugar público, no la puerta donde estaban los hombres sino debajo de una palmera. Hubiera sido ideal que el marido estuviera allí organizando la fila de los consultantes, sirviendo ambos a la iglesia, como Aquila y Priscila. Gracias Señor por la compañera que me has dado, y por aquellas que junto a mis consiervos trabajan hombro con hombro con ellos.

 

La palabra de Dios saca lo sucio

Jue. 4:6,7

“Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: ¿ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón?”. Jabín, rey de Canaán (vv.23,24), significa inteligente. Se usó además como un título dentro de los cananitas del norte de Palestina. La traducción en forma de pregunta me parece que es más fuerte, es mejor. ¿Tú no lo sabías? ¿Ya Dios no te lo ha pedido? ¿Qué esperas? ¿Hay un triunfo para ti y no lo quieres? Lo sabía, pero no había hecho nada; su fe era genuina pero pequeña (He. 11:32), pues no se atrevía a ir sin un acompañante espiritual. La palabra de Dios, si es “para ti”, si cae personalmente, es efectiva, y no mortal, saca lo que por naturaleza nada sacaría. Así nos demoramos en obedecer al Señor hasta que alguien nos recuerda nuestra comisión y nos anima. 

 

Con miedo y todo, va

Jue. 4:8

“Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.”, quiso decirle, “yo tampoco, aunque me esté llamando a mí y no a ti”. Es asombroso que diga eso. Entonces, aunque Dios te llame ¿no irás? ¿Es correcto decir voy a ser desobediente si tú no me ayudas?, o estas otras excusas, "el llamamiento de Dios es muy grande y yo no tengo tanta fe" "el camino es largo, no saldré" "son muchas cosas para mí, no puedo" "quizás si no voy, él busque a otro".  Estaría mejor si hubiera dicho, “no quiero ir solo, por favor ven conmigo” o “tu compañía me hace sentir la presencia de Dios a mi lado, ¿quieres venir conmigo?”. Si uno tiene miedo ir solo que vayan dos (Ecl.4:8-12). Dos es mejor que uno y Jesús envió a sus discípulos en parejas. Lo que no está bien es que se pida un favor amenazando con no cumplir el llamamiento del Señor. Si el Señor quiere que vayas solo, solo debes ir, aunque tengas miedo. Miedo debe darte no cumplir la voluntad del Señor porque “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Ro.11:29).

4:9

“Débora le dijo: No será tuyo el honor”. Y dijo al buen hombre: "Te acompañaré, harás mucho bien a Israel, pero no serás el héroe, otra persona tendrá la gloria". Y él aceptó. Para él la presencia de Dios era más palpable si tenía la compañía humana. "Me conformo con no recibir la gloria, pero no tengo más fe" (v.14). Y aceptó el trato sin el honor (Lea He.11: 32). Es común que un cristiano ore mejor con otro compañero que solo porque la presencia del otro le estimula su fe, y si el espíritu de uno se está apagando la otra braza encendida lo prende. No debiera ser así, sino todo lo opuesto.

 

Ella dijo, esa soy yo, es mi oportunidad

Jue. 4:17-24

“Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió”. Tenían paz, pero no eran amigos, Sísara los toleraba, los tenía esclavizados y se vengó (v.11). Jael tuvo que entender que Jehová lo entregaba en su mano. Estaba al tanto de la guerra y muy quizás supo que una mujer tendría la gloria de Barac. Supo en el corazón que era ella y dijo, “esa soy yo, es mi oportunidad”; Dios sabía quién era, de lo que era capaz; tenía las cualidades necesarias para hacer bien lo que hizo. Los ceneos no usaban armas por eso tomó una estaca de hierro que se usaba en su tienda. Parece un crimen, pero lo hizo sin vengarse, contra un enemigo de Dios, de la religión y de Israel. Esto no excusa en ninguna manera, en este mundo civilizado y con un período de dos mil años de gracia, el terrorismo con la excusa de la religión, que se mata, se huye de la justicia y se celebra. Señor, tú sabes dónde están todos los que te pueden ser útiles, dentro y fuera de tu pueblo. ¿Cuándo es la ocasión que quieres que te sirvan?

5:1

“Aquel día Débora y Barac cantaron”. Él también estaba contento porque sabía que había hecho mucho, no le importaba que otra persona lo terminara. Podía compartir su honor, sin problemas.

5:2,9

“Por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente bendecid a Jehová”. No hubo que arrastrarlo ni rogarle mucho. Oyeron la voz del Señor y se pusieron en marcha hacia el campo de batalla. Más de una vez se dice "voluntariamente". El Señor ama a los que voluntariamente se arriesgan por él y por su pueblo. Que dan un paso al frente y dicen: "Yo voy, yo hago, y, cuenten conmigo, si hace falta aquí me tienen, estoy dispuesto a todo, y doy lo que tengo y lo doy para la obra. Incluyan mi sudor y mi sangre” (1Co.9:17). Amén.

5:6

“En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael”. La anónima Jael pasa a la posteridad por su valor; eran tiempos de mucha infidelidad, pero los pies de ella andaban por sendas rectas. No, pocos andaban por los caminos de Dios, y ella era uno de ellos. Son hermosos los pies de una mujer santa y los de aquellas que como Febe hacen mucho por la obra misionera (Ro.16:1,2).

5:7

“Yo Débora me levanté como madre en Israel”. A Débora le llamaban profetisa, pero ella se consideraba una madre para su pueblo (4:4), era una fuerza y hasta una mujer de guerra, pero para sí misma era una mujer y una madre. Amaba a su pueblo como a sus hijos. Una madre líder de Israel es la madre de todo el pueblo.

Jue. 5:9

“Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. Load a Jehová”. No fue un reclutamiento militar, sino que Dios movió el espíritu de ellos y en un momento los consagró como patriotas y después como héroes. En un momento Dios hizo los hombres ideales que el pueblo necesitaba. Señor saca hombres dignos, crea hombres ideales, rápido, por favor Señor, danos esos, salidos de la palma de tu mano y envíalos a tu miesporque ellos ahora son pocos (Mt.9:37,38). El corazón de los que aman la obra de Dios se enternece cuando ve que muchos voluntariamente dan un paso al frente y le dicen al Señor, “envíame a mí” “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Isa.6:8; Hch.9:6). 

5:10

“Vosotros los que cabalgáis en asnas blancas, los que presidís en juicio, y vosotros los que viajáis, hablad”. ¿Por qué están silenciosos, jueces, no tienen otra cosa para hablar? ¿Por qué no cuentan las glorias de Jehová que oyen? Entre los magistrados y los hombres de leyes den vuestro testimonio, que no os de vergüenza decir que sois creyentes en Dios y que creéis en milagros. Es importante para la iglesia que los jueces y abogados cristianos se den a conocer como cristianos. ¿Cómo sería E.U. si la Corte Suprema de esta nación fuera cristiana? Y ella parece no querer serlo, al menos ya.

 

Los triunfos de Jehová

Jue. 5:11

“Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos, allí repetirán los triunfos de Jehová, los triunfos de sus aldeas en Israel. Entonces marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová”. “Los triunfos en sus aldeas”. No necesariamente los campesinos sino los líderes en esos pueblos. Nacional se ha hecho el triunfo de Jehová y hasta los lugares más apartados ha llegado la noticia de los beneficios de su éxito. Y, ¿cuáles son sus triunfos? Aquí los de Débora, otrora las epidemias en Egipto y el cruce del Mar Rojo, pero hay otros mayores y perdurables que han llegado hasta el confín del mundo. Dirás que muchos en la historia de Israel, pero ninguno como el triunfo en la cruz, en la tumba vacía y en el corazón del hombre cambiando el pecador en santo. Los triunfos del amor de Dios, de Jesucristo su Hijo, del Espíritu Santo; participan en esos triunfos los ángeles, los santos y la creación (5:20,21). ¿Te beneficias? ¿Te enlistas?

 

Que tus grandes resoluciones no terminen en nada

Jue. 5:15,16

“Caudillos también de Isacar fueron con Débora; y como Barac, también Isacar se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén hubo grandes resoluciones del corazón”. O pensamientos. Parece que, por hallarse al otro lado del Jordán, muchos de la tribu de Rubén no acudieron al llamado de Barac para enfrentar al enemigo; no quisieron involucrarse en el conflicto y hasta desalentaban sistemáticamente a los que se habían enlistado. Pese a todo ese desaliento hubo grandes pensamientos y resoluciones del corazón muy notables por las características del momento en que se hicieron, dado que tuvieron que enfrentar las palabras frías, las críticas de la mayoría; pero ¡asómbrese!, esos grandes pensamientos y esas grandes resoluciones terminaron en nada y no cruzaron el Jordán para ayudar a sus hermanos. 

¿No hemos visto eso, hermanos que oyen el llamado del Señor un día, se emocionan, adquieren impulso, hacen resoluciones y propósitos, y acaban en nada? Abundan muchos ejemplos en la Escritura de que eso ocurre, porque bien no pueden resistir la oposición de opiniones diferentes o son vencidos por la disposición natural de vivir tranquilamente entre los balidos de las ovejas (v.16). 

 

Divisiones

Jue. 5:13-18

“Entre las divisiones de Rubén había gran escudriñamiento de corazón”. La traducción de “familias” de Rubén no es correcta. La palabra es división. Es un canto honesto. Débora alaba a los que de las tribus se unieron para la batalla, ¿y los que no quisieron ir? Nobles y príncipes. Sin embargo, Rubén y Gad no se presentaron. Rubén tuvo grandes propósitos y resoluciones, pero no las llevó a cabo. Prefirió no participar. Hubo divisiones; tal vez por eso rehusaron el privilegio del conflicto. Desearon quedarse con sus ganados porque a ellos les iba bien. Las divisiones son las que evitan que el pueblo coopere. Donde el pueblo está unido allí envía Jehová bendición, vida eterna, y triunfos (Sal.133:1-3). Y ¿cuál fue el asiento del fracaso? La palabra que se halla en medio, detrás de esos grandes deseos y pensamientos es divisiones, unos querían ir y ayudar y otros se negaban y oponían. Así la división, unos a favor y otros en contra, perdieron el ánimo y nadie hizo nada. Se quedaron en un punto muerto. Son las divisiones y no “la mente de Cristo”, no “el sentir que hubo también en Cristo Jesús”, las que malogran los planes del pueblo del Señor (1Co.2:16; Fpl.2:5). Las divisiones no merecen las alabanzas de nadie y seguro estamos, no provienen del Espíritu Santo. Escudriñar el corazón es bueno, y vigilarlo.

5:20

“Desde los cielos pelearon las estrellas; desde sus órbitas pelearon contra Sísara”. El que pelea contra Dios las estrellas pelean contra él. El que está con Dios ¿quién contra él? (Ro.8). Pero el que tiene a Dios en contra, tiene en contra todos los arcángeles, ángeles y serafines, y los santos hechos perfectos, toda la creación.

5:21

“Marcha alma mía con poder”. Aunque la batalla terminó, Débora los anima (y ella también) a que sigan en pie de guerra.

5:22

“Resonaron los cascos de los caballos”. El trepidar de la batalla dejó una impresión fuerte en la memoria de Débora, pero no parece temerosa sino orgullosa de un ejército dispuesto por Dios. Profetisa, poeta y guerrera. ¡Qué esposa tan maravillosa tenía Lapidot! ¿A qué fue a la guerra? A llevar la presencia de Dios. Muchos fueron por ella (v.15).

Jue. 5:23

“Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; maldecid severamente a sus moradores, 
Porque no vinieron al socorro de Jehová, al socorro de Jehová contra los fuertes”. Un lugar cercano donde Josué luchó, a unas 12 millas de Samaria. O Merom. ¿Por qué a esta pequeña villa, Meroz?, y no a las otras ciudades de Rubén, Dan y Aser, o Galaad. El ojo del Señor tuvo que ver en ellos más impiedad para ser negligentes y neutrales en la batalla que la que vio en otros; fueron maldecidos por expreso mandamiento del Señor. Unos tuvieron peores excusas que otros ¿no?

5:24

“Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heber ceneo; sobre las mujeres bendita sea en la tienda”. Débora reconoce entusiastamente el servicio que a Dios prestó Jael y la alaba porque con su aporte remató la victoria. Le llama bendita entre las mujeres por su valor y singular celo en la obra de Dios. Esta mujer se parecía a María la madre del Señor, por lo menos fue bendita por una razón. El Señor le puso un trabajo en su propia tienda y lo hizo. Oh mujeres benditas en vuestras tiendas, como esposas y madres. Servid a Jehová en el seno de vuestro hogar. Preferentemente, no únicamente.

5:25-27

“El pidió agua, y ella le dio leche; en tazón de nobles le presentó crema”. Débora es una dibujante del verso, usa su inclinación poética en la profecía. No es un hecho sangriento sino un trabajo bien hecho, con los enemigos de Dios no se tiene piedad. ¿No quieres que se repitan ni se ensalcen estos hechos sangrientos? Deja esos escrúpulos y mira que la causa de Dios necesita firmeza. Y hablo en el Espíritu no en el de esos fanáticos islámicos que creyendo cumplir la voluntad del supuesto Alá matan y asesinan sin piedad. Los enemigos de Jehová hoy son los que señaló primero Jesús y Pablo, los del aire y el pecado en la tierra. No los que tienen ideas diferentes, ni siquiera religiones distintas. Es una vergüenza la guerra entre religiones.

 

Una madre que sufre el triple

5:28-30

“La madre de Sísara se asoma a la ventana, y por entre las celosías a voces dice: ¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen? Las más avisadas de sus damas le respondían, y aun ella se respondía a sí misma: ¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; las vestiduras de colores para Sísara, las vestiduras bordadas de colores; la ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín”. 

No, señora, tu hijo está muerto, no volverá nunca. Luchó contra Dios y pereció. Te consuelas con mentiras, te dices mentiras a ti misma. El éxito no lo acompañó sino el fracaso. Hijo, ¿por qué le darás un dolor tan grande a tu madre? ¿No sabes que no vive desde que sales a pecar? Mira constante el reloj y se pregunta por qué te tardas en volver. Su corazón se imagina que volverás a abrazarla, que regresarás en paz; pero si sales del hogar a luchar contra Dios, un día no volverás, te hallarán tendido, muerto, no repartirás despojos, y lo hallarán los tuyos y se los traerán a ella. Aquí no va un amén sino un “no, Señor”. 

Esta mujer esperando sobre la ventana recuerda la parábola del hijo pródigo compuesta por Jesús, donde el padre en el camino pasaba horas esperando el regreso de su hijo que sabía que estaba viviendo perdidamente. Se cuenta que al regreso hicieron una gran fiesta de recibimiento y que el hermano mayor protestaba en la parte de afuera. La parábola está compuesta con la idea de presentar a Dios como Padre, y por eso no se menciona a la madre. Pero si se me permitiera agrandar el dibujo no creo que el Señor tendría inconveniente en que, junto al paciente y comprensivo padre, incluso enfrente de él, se hallara también la madre con un pañuelo en la mano secándose las lágrimas y con los ojos gastados de mirar a los que van y vienen y ninguno de ellos es el de ella.

Los padres sufren cuando un hijo se descararía, y la madre que lo llevó en su vientre y lo amamantó, y lo limpió, y lo perfumó, y lo enseñó a ser hombre, sufre el triple. Si esta nota es leída por algún hijo díscolo, sepa que quien la escribió es un padre que conoce de cerca lo que hace una madre por un hijo y que no tiene un solo día alegre en su cocina y en su máquina de coser imaginando cómo estará su hijo desaparecido. 

¡Pobre madre de Sísara! Horrible momento cuando efectivamente vio aparecer el carro de su hijo, pero no de pie guiándolo como ella y sus criadas lo imaginaban, sino en el piso, con su cadáver, muerto. No hay duda de que este cántico fue escrito por una mujer, por las referencias a otras mujeres que contiene.

6:6

“De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová”. Cuando estamos completamente a merced de los enemigos, cuando económicamente nos va mal, oramos a Dios. Cuando Dios quiere despertarnos espiritualmente nos disminuye el salario, se multiplican los gastos y abrimos los ojos; nos quita el empleo y nos acerca a la pobreza. 

6:7-10

“Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre”. Antes de darles un libertador les da un profeta, porque lo principal para Dios no es quitarnos la aflicción, sino que volvamos a sus caminos.

6:11

“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas”. Y, por cierto, hablan el mismo idioma de la persona a la cual fueron enviados, o sea “lenguas humanas” no “angélicas”. Dios apareciendo en forma humana (v.14). Los ángeles muchas veces no se muestran todo lo glorioso que son. Parece que son individuos de mucha paciencia, éste, se sienta debajo de un árbol y los de la resurrección de Jesús, sobre una roca (Mt.28:2).

6:12

“Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”. “Jehová está contigo valiente guerrero” o “varón esforzado y valiente”. No es una alabanza sino saludándolo cordialmente y para que supiera que Dios lo conoce. A mí, si me saludara me diría: "Jehová está contigo varón preocupado y miedoso" o "Dios está contigo hombre de poca fe". Pero para que un ángel te salude tienes que estar en paz y reconciliado con el Jefe del Ejército, Jehová.

 

Un hombre honesto que plantee a Dios sus incertidumbres 

6:12,13

“Si Jehová está con nosotros ¿por qué nos ha ocurrido todo esto?”. Si Dios está con nosotros, ¿por qué nos pasan estas cosas? El no dijo, "ustedes, vosotros, ellos", él dijo "contigo"; específicamente contigo. “No estoy pensando en ellos sino en ti”. Está contigo, aunque partícipes de la aflicción de tu pueblo; tal vez como eres joven desconoces los pecados de tu pueblo. No le eches la culpa a Dios. Quizás no duda que Dios lo haya hecho, sino que ahora no lo quiere hacer. Nuestras mejores épocas no se repiten porque nosotros no somos los mismos. Jehová no haría las mismas cosas, pero haría otras similares. Señor que no dude de ti, pase lo que me pase. En esta porción se nota cómo duda un creyente y su diferencia analítica de la duda que tienen los ateos. La duda de Gedeón es moral, tiene que ver con el carácter y no con la esencia de la Deidad. Como otros que no conocen a Dios sus dudas tienen los mismos orígenes, pero se plantean de modo distinto. En esencia ambos, el creyente y el ateo se equivocan en la interpretación de las circunstancias, uno piensa que Dios no quiere actuar y el otro que no puedehacerlo. Uno no duda de la veracidad del relato, el otro sí; sin embargo, el autor de los Hebreos lo coloca dentro de una galería de hombres y mujeres de fe (11:32), “tiempo me faltaría contando de Gedeón”. Pudiera ser que no sea tan necesario en principio hallar a un hombre de fe con el cual hacer una gran obra, sino a un hombre honesto que plantee al mismo Dios sus incertidumbres y dudas.

 

Pon la fuerza que tengas, lo que falte lo pone Dios

Jue. 6:14

Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”. ¿Tu fuerza? Cualquiera que fuera el tamaño de ella, el resto lo pondría Dios. El éxito no está en la cantidad de tu fuerza sino en que te llame y en la parte que hará Dios. En realidad, lo que Dios quiere es involucrarnos, utilizarnos y ejercer su fuerza por medio nuestro. Parece referirse a la fuerza de tu cuerpo y a tu fuerza mental, y en un sentido más amplio a tu fuerza espiritual si es que podemos usar esa composición del “todo el ser”. Dios usó la fuerza física de David para empuñar la espada y “entesar el arco de bronce” (Sal. 18:34), que es una mejor traducción que “quebrar” el arco; pero jamás de “acero” que en su tiempo era desconocido. Cuando se cansó fue sacado de la guerra (2 Sa. 23:10). El hecho de estar entrenado, descansado y saludable significa que Dios usa la fuera física. Y la fuerza mental, lo mismo. Si uno es desgastado mentalmente por incrédulas preocupaciones y con el pesimismo, la fuerza síquica se debilita e inmediatamente drena la fuerza espiritual con desánimos.  

6:15

Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre”. Quiso decir: "No tengo dinero, poder o influencia política". Esos no son impedimentos, joven, eso no hace falta. Con tus virtudes es suficiente: Tu valor y tu fe. Dios le preguntó: “¿Tú crees que tienes que tener dinero y una familia honorable para que yo te use? Te equivocas. Haré el uso de ti que no esperas y tú mismo te sorprenderás de lo que pase. No es asunto de nivel social ni de personalidad sino de gracia”. Si eso que él dijo hubiera sido necesario yo no hubiera reunido los requisitos, me habría dejado afuera. Y de eso a menudo me maravillo, que Dios haya puesto su vista sobre mi familia y particularmente en mí. 

6:17

Y él respondió: Yo te ruego que, si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo”. “Quiero estar seguro de lo que ven mis ojos, que no es una ilusión de ellos, seguro de lo que oyen mis oídos y de que tú realmente eres enviado por Dios y no por el diablo”. Uno debe convencerse hasta el máximo del origen de sus impresiones espirituales. 

6:21

Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista”.  Vara o "báculo" como si lo necesitara o tal vez como un príncipe. Una postal humana. El fuego no cayó del cielo, sino que salió de la roca. Salga de nuestro corazón la llama del Espíritu Santo cuando la Palabra de Dios lo toque.

6:23,24

Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara”. Pero “Jehová le dijo: No morirás”. Nota que el Señor le habla. Todo esto era parte de la preparación espiritual de Gedeón para que estuviera seguro de su llamamiento.

 

Si Baal, Alá y Jehová, son dioses

Jue. 6:25-32

Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar”. 

Era llamado no sólo para liberarlos de los madianitas sino para quitarles la idolatría; el Señor le instruyó para que comenzara por su familia porque su padre era uno de los principales adoradores de Baal en la ciudad, pero era un hombre insensato en la religión y con su familia (vv.29-32). Pongamos su honor y sus intereses en sus manos y contienda y los defienda por sí mismo. Ninguna religión debe ser defendida por sus adoradores (con la espada) sino por el Dios que adoran. Es una pena que por causa de la religión se pierdan los sentimientos familiares. Joás dijo que no, si su hijo pecó contra Baal él se vengue de ese pecado. No se separe el padre del hijo. Si se hubiera seguido ese principio, se hubieran evitado millones de muertos y torturas, pero los hombres se vuelven fanáticos y se adueñan de la religión. Eso no era "contender por la fe". Jesús desarmó a Pedro y así le quitó las armas a la iglesia para que no peleara con ellas por él (Jn.18:10,11). En los momentos del NT mejor es derribar esas cosas con argumentos (2Co.10:3-6). Y si Alá es Dios que contienda él con los cristianos y no sus adoradores que los masacran con bombas, o los decapitan.

 

Si estás tratando de salir de dudas

Jue. 6:36-40

“Pondré un vellón de lana y que se moje el vellón con el rocío y la tierra esté seca al amanecer”. Dios no se enoja con nadie que esté tratando de salir de sus dudas, para adorarle y servirle convencido; lo que sí le enoja es la hipocresía al hacer ambas cosas sin creer. No es tan mala la falta de fe como la fe fingida; es mejor que un hombre sea enemigo abierto y declarado de Dios a que se haga pasar por amigo y lo aborrezca en su corazón. Es mejor ser publicano, pecador o ramera que fariseo. Que el pueblo no le honre es menos vergonzoso que lo haga de labios pero no de corazón. Que Gedeón quisiera librarse de cualquier duda es bueno. Si se piden realmente señales para creer él las da, porque ¿qué más desea, que tengamos fe? Lo que pasa es que hay quienes demandan señales del cielo o de la tierra, pero no para creer, es mentira y lo hacen para tentar a Dios (Mt.16:1-4; 15:31,32); pero si alguien quiere tener fe y la pide para confirmarse, él no se las niega y hasta se enoja si no se piden (Isa.7:11-16). Pero más que señales lo que se necesita es la impresión del Espíritu en su Palabra.

 

 

Sacar de escena la mayoría, y el triunfo

7:2

“El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que yo entregue a Madián en tus manos”. Fíjate en esas dos palabras, ¡demasiado numeroso! (LBLA). O “mucho, abundante” (RV). ¡Qué celoso es Dios con su gloria! La alabanza hacia uno mismo es un pecado contra él; por eso saca de escena a la mayoría, posiblemente a los mejores dotados, y los más son descalificados. Siempre en la obra que hacemos para Dios, pensamos que si somos más los que atacamos al diablo más posibilidades tendremos de salir triunfantes. Nuestro ojo carnal sólo mira el éxito, en eso pensamos, para eso trabajamos: para lograr el triunfo. Pero el ángulo desde el cual Dios mira las cosas es totalmente distinto; no mira tanto el éxito como su gloria. La victoria de por sí no es lo principal sino su alabanza

Muy grande puede ser el triunfo que obtengamos; como Moisés hacer que de la roca brote el agua a borbotones y satisfacer la sed del pueblo (Num.20:10-12), sin embargo, haber pecado contra Dios no santificando su Nombre. ¿No ha de ser eso nuestro primer deseo como nos enseñó en la oración Jesús? (Mt.6:9). Señor, que, aunque no triunfe en nada, honre tu Nombre; eso es más importante que todo, mi verdadero triunfo. Amén.

7:2-8

“Cualquiera que tenga miedo y tiemble que regrese”. Gedeón no hizo ninguna objeción, sabía lo que Dios estaba haciendo, que no le hacía falta tanta gente. Había involucrado muchos que no eran necesarios, que no eran apropiados, unos tenían miedo (v.3) y otros no eran osados (vv.5,6). No es mucha gente sino mucho Dios. Señor si no me envías colaboradores, si me quitas colaboradores, por favor, colabora tú. Amén.

7:9-23

“Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento”. Un relato de fe lleno de inocencia y de divinidad. Así gana la guerra Dios y no los hombres ¡cómo Dios amaba a Gedeón y lo animaba! Prácticamente él no hizo mucho sino llevar a Dios al campamento. Dios fue con él hasta allí y él se encargó de todo.

7:15

“Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró”. No dice que se puso alegre, que saltó, sino que se postró sobre su rostro y adoró, encantado con Dios, bendiciéndolo por su sabiduría y su bondad. Da alegría y ayuda oír por voz humana lo que hemos oído de Dios. El Señor usa esa comprobación. Cuando comprobemos la intervención de Dios en nuestras vidas, hagamos lo mismo, adorémosle. Sentiría gozo, gratitud, de ver que Dios intervenía en su vida. Cuando yo oigo alguno interpretar la palabra de Dios, me postro y adoro. ¡Qué bellas y animadoras son las interpretaciones que da el Espíritu Santo! Bendito seas Señor.

 

Los sermones y comentarios bíblicos duran siglos

7:9-14

“Si tienes miedo baja al campamento y oirás lo que dicen”. Estos hombres que conversaban, supongo que eran de alguno de esos grupos asentados, lo que parece extraño es que Dios les revelara a ellos la inminente derrota de los madianitas. El único propósito de ese fugaz sueño y la atrevida interpretación, o intuición, fue cierta y por causa de Gedeón. “Te he dicho muchas veces que vencerás y sé que lo crees, pero tienes miedo, baja y lo oirás de boca de los que vas a vencer; y algunos de ellos ya saben que serán derrotados y por quién. No hay posibilidad que yo y la Escritura te hayamos engañado” (Jn.10:35; Ga.3:8). Es imposible que Dios mienta. Ninguna palabra de la Escritura ha fallado jamás (1Re.8:56); no deja caer en tierra ninguna de sus palabras escritas (1Sa.3:19); el cielo y la tierra pasarán, pero no la Biblia. Lo que es bíblico nunca pasa de época. Los sermones y comentarios bíblicos duran siglos.

 

No están de más los líderes

7:18-20

“Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón!”. ¿Es importante un líder o no? ¿No has oído decir a algunos, “yo no sigo a hombres sino a Dios” “Yo no soy luterano, no soy calvinista, no soy reformado, yo soy de Cristo? Eso suena muy bíblico, consagrado, maravilloso, como si se pusieran ambos ojos en Dios solamente y no se cambiarán para ninguna otra parte; como si fuera la más exquisita expresión de una fe que sólo se apoya en el brazo de Jehová y no en el hombre. 

Si eso fuera así, ¿por qué el pueblo gritó “por la espada de Jehová y de Gedeón? Era imprescindible en aquellos momentos que los que estuvieran con Jehová estuvieran al lado de Gedeón porque este juez fue su caudillo, había sido elegido por él para llevar a cabo la guerra. Si hubieran dicho: “estamos con Jehová solamente, no con Gedeón”; ¿qué significado provechoso para el pueblo de Dios hubiera tenido eso? Gedeón era el que organizaba la batalla, el que lideraba el pueblo para la emancipación. Si no hubieran seguido a Gedeón no habrían sido libres nunca. La espada de Gedeón y la de Jehová era una misma. Si no fueran una entonces no lo sigas. Tienes que fijarte si la espada que tiene el líder en su mano es la de Dios porque hay presumidos que no digo que sigas.

Si el pueblo en Egipto hubiera dicho: “estamos con Jehová, pero no seguiremos a Moisés”, ¿habrían salido al desierto? ¿Habrían cumplido los deseos divinos? Cuando Moisés se puso frente a la puerta del tabernáculo y preguntó: “¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo” (Ex.32:26), si Leví no se hubiera juntado, ¿habría cumplido la voluntad de Dios? No, no son los que se desentienden de los líderes de Dios, no son los que no los ayudan los que cumplen la voluntad del Señor, sino los que siguen a Dios y a los que libran sus combates. En tiempos de Pablo en la iglesia de Corinto había un grupo que decía tener como líder sólo a Cristo, no a Pablo, ni Pedro, ni Apolos (1Co.1:12); se creían los más espirituales porque no seguían a ninguno de estos grandes hermanos; pero eran facciosos y peores que los otros, más anarquistas que los demás. 

Dios elige hombres como embajadores de Cristo para reconciliarnos con él, para nutrirnos espiritualmente; y menospreciarlos a ellos es menospreciar a Dios como hizo el pueblo con Samuel (1Sa.8:5-7). Del mismo modo se aplica a los gobernantes de las naciones como a los siervos de la iglesia (Ro.13:1-4); por eso se nos prohíbe maldecir “a un príncipe del pueblo” como nos recordó Pablo (Hch.23:3-5). La espada de Jehová y la de Gedeón van juntas y pelean lo mismo, son una. La de Gedeón sola es arrogancia y la de Jehová sola pudiera ser superstición. Entonces, no están de más los líderes.

7:24,25; 8:1-3

“Y Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín”. ¿Por qué protestas? El Señor te tiene reservado para el tiempo adecuado y para el trabajo específico. Vente, tu ayuda no vendrá de forma milagrosa sino como una capacitación. No estés inconforme con el tiempo de tu llamamiento.

 

El mejor plan de combate

7:19-23

“Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!”. La estrategia fue de Gedeón. Lo de repartir el grupo, darle cántaros, encender las teas, romper los cántaros, sonar las trompetas, armar el ruido para hacer creer que eran millones. Eso es tan original y único que si no le fue revelado por Dios tuvo que ser inspirado por él. El diría ¿qué hago con estos trescientos? Usó su inteligencia con ellos. Los planes los hacemos, los planes nos los inspira Dios y son buenos y bendecidos si apuntan para su gloria y no para el éxito. Y éste fue el plan. Se rompen los cántaros y brota la luz, entonces tocan las trompetas, dan el grito de fe, y Dios se encarga del triunfo. Y la aplicación espiritual: El quebrantamiento primero y brotará la luz; no abras tus labios hasta que eso pase. Así es como Dios nos usa. No es perfeccionar los dones (que vale la pena) o saber más sino quebrantar el espíritu, el carácter, romper aquello que impide que la luz gloriosa salga. Sea el miedo, el orgullo, la carnalidad. Con la luz afuera y con la trompeta del evangelio se gana la guerra. El mejor plan de combate espiritual es la calidad cristiana. Preparemos grandes cristianos y estremeceremos le mundo. ¿De qué vale gritar tanto, trompetear arriba y abajo, si la luz no ha brotado porque no hay quebrantamiento? El primer paso de una victoriosa evangelización es el quebrantamiento de la iglesia. No desatar su “potencial” humano, todo lo opuesto, sino lo de divino que haya dentro, los dones depositados en la vida cristiana. No podemos descabezar a los madianitas sin este “inicio del Espíritu” (Ga.3:3); si así ocurre entonces podremos solicitar la colaboración que antes hubiera estorbado, la del resto del pueblo. Lo que es secundario no es primario. Y por hacer eso lo criticaron duramente, o como dice literalmente, lo “sacudieron arriba y abajo” (8:1). 

8:1-3

“Pero los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente”. Fue Dios quien les dispuso aquella posición, entonces ¿por qué vapulean a Gedeón? Y ¿quién era mejor? Según Gedeón, ellos. ¡Qué humildad la de este líder! Les dijo: “Yo no he hecho nada en comparación con lo que han hecho ustedes, son últimos sin embargo los primeros”. La contesta mansa quita la ira. El tono con que se dicen las cosas tiene que ver mucho para ganar una situación. Una contestación humilde no deja mucho espacio para la rebelión.


 

No seas un cristiano inútil 

8:4-9;15-17

Y vino Gedeón al Jordán, y pasó él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, mas todavía persiguiendo. Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo a Zeba y Zalmuna, reyes de Madián. Y los principales de Sucot respondieron: ¿Están ya Zeba y Zalmuna en tu mano, para que demos pan a tu ejército? Y Gedeón dijo: Cuando Jehová haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, yo trillaré vuestra carne con espinos y abrojos del desierto. De allí subió a Peniel, y les dijo las mismas palabras. Y los de Peniel le respondieron como habían respondido los de Sucot. Y él habló también a los de Peniel, diciendo: Cuando yo vuelva en paz, derribaré esta torre. Y entrando a los hombres de Sucot, dijo: He aquí a Zeba y a Zalmuna, acerca de los cuales me zaheristeis, diciendo: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para que demos nosotros pan a tus hombres cansados? Y tomó a los ancianos de la ciudad, y espinos y abrojos del desierto, y castigó con ellos a los de Sucot. Asimismo, derribó la torre de Peniel, y mató a los de la ciudad”. 

 

Aquí encontramos un buen texto para reflexionar en la indiferencia y su castigo, para que queden aleccionados aquellos que ven la obra de Dios padecer necesidades y no cooperan, se les puede solicitar auxilio una y otra vez para sus hermanos cansados y persiguiendo que ellos no se mueven a compasión. Tienen dones del Espíritu, pero no hacen nada con ellos, los envuelven en un pañuelo o los sepultan en la tierra (Lc.19:20-26); y si “poseen bienes de este mundo” encierran en un puño sus piedades y no se duelen de los que padecen necesidades (Sgo.2:14-16). Simplemente se desentienden de lo que piensan que no les convienen y dicen: “Idos”. ¿Cómo podrán decir que mora el amor de Dios en sus corazones, que aman a quien no han visto si no aman a los que ven? (1Jn.3:17).

Bien dice Mathew Henry que Gedeón no les pidió honores, sus hijos para la guerra, ni las llaves de la ciudad sino simplemente pan y agua para los cansados soldados que libraban las batallas de Jehová; pero ellos, viendo que eran pocos los menospreciaron y no los ayudaron. Se merecían el castigo que él les impuso. ¿Piensas que si eres indiferente a las necesidades del pueblo santo quedarás sin castigo? ¿Piensas que, si ves a Cristo desnudo, hambriento, enfermo o en la cárcel y no lo cubres, no le das de comer o no lo visitas, pasarás sin castigo?  ¿O que los ministerios antiguamente financiados cuando la obra era próspera y que ya no pueden continuar activos y hay que cerrarlos por falta de subsidios, tú que pudieras ayudar a salvarlos no se te considerará esa indiferencia como un pecado? ¿No piensas que lo que has conseguido trabajando con tus propias manos es también para que ayudes a los necesitados? Al siervo que es indiferente hacia la obra se le llama inútil y lo esperan “las tinieblas de afuera” donde hallará “el lloro y el crujir de dientes” (Mt.25:30). Algo que dejé atrás, como el ejemplo que nos dan a los ministros estos hombres, cansados, sudorosos, sedientos pero sin desfallecer, todavía  persiguiendo a los enemigos espirituales.

 

Jesús, abogado y juez

8:18-21

“Y dijo a Jeter su primogénito: Levántate, y mátalos. Pero el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor, pues era aún muchacho”. No serán los hombres los que castiguen a los pecadores, somos, como este muchacho, inmaduros, sentimentales y débiles. Juzgaremos al mundo, pero no castigaremos al mundo (Mt.19:28;1Co.6:2). La última palabra en la condenación la tendrá el mismo que la tiene en la salvación, el Señor Jesucristo. El será quien dirá “maldito, al fuego preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt.25:41), el tribunal es de Cristo (2Co.5:10), es suyo, y “todo el juicio el Padre ha dado al Hijo” (Jn.5:22,30). El Señor Jesucristo es quien ha de juzgar al mundo porque es el Salvador del mundo, sí, así de amplio lo presenta el NT (Jn.4:42) porque vino consagrado a perdonar toda blasfemia y pecados que hubieran cometido los hombres, vino para salvar a los pecadores, cargó el pecado de los que creen en él, de su iglesia; es su justificador, su redentor, y fue por ellos hecho pecado (2Co.5:21). El que puede perdonar es el mejor para castigar. Y hay más, porque es la Palabra de Dios, la ley de Dios, el Verbo de Dios, la revelación de Dios y el mundo será juzgado por sus palabras (Jn.12:47,48). Y por último, él juzgará al mundo porque es también su Abogado (1Jn.2:1,2). El defensor de unos será el juez de otros. ¿Ha leído usted eso? Es el que nosotros presentamos como nuestro defensor; se lo recomendamos al mundo como abogado y le advertimos que mientras él nos defienda los juzgará a ellos. Y por su justicia perfecta los que han creído en él serán justificados, esto es, absueltos de toda clase de condenación.

8:22,23

"Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián". Ignoraban que Gedeón sólo era el instrumento de salvación, que aquella victoria se la debían al dedo de Dios. Gedeón sí lo sabía y declinó la oferta y les dijo: "No hermanos, este éxito es de Dios y por tanto sea él Señor y no nosotros. Yo sirvo para combatir, pero no para gobernar. Pudiera ser un soldado, pero no presidente; no acepto, no es una oportunidad que tenga que aprovechar. Conozco mi llamamiento y mis limitaciones".

8:24-28

“Y les dijo Gedeón: Quiero haceros una petición; que cada uno me dé los zarcillos de su botín (pues traían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas)”. “Gedeón hizo un efod”. Esto sí fue un error, quizás bien intencionado lo que hizo, para que recordaran la victoria o tal vez para consultar a Dios. Trataba de arreglar la situación espiritual de Israel para que tuvieran un lugar donde consultarlo. ¿No era mucho mejor traer el arca desde Silo que hacer un objeto sagrado por su cuenta, sin que hubiera sacerdote autorizado para utilizarlo? ¿O hablar con Efraín y llegar a un acuerdo? El efod se constituyó en una reliquia, y objeto de adoración, y no sirvió para consultar a Jehová. Pensaban que era un ídolo con poderes inherentes. Aún su familia apostató tras aquel objeto y logró lo opuesto a lo que Gedeón quería.

 

No hagamos de nuestros triunfos, íconos 

8:27


“Y Gedeón hizo de ellos un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa”. No debió haber hecho este efod; ¿para qué? Si para que el pueblo consultara a Jehová, ¿no tenía uno quien lo debía tener, el Sumo Sacerdote? ¿No hablaba Dios por medio de Urim y Tummin? No era necesaria esa réplica que de por sí era sustituidora y competidora con la autorizada. Él no debía fungir como sacerdote, y no lo hizo, se retiró a su casa y desde allí juzgó a su pueblo (v.29). Si el efod, como piensan los rabinos, lo hizo como un recuerdo del triunfo, también fue errado; era una prenda religiosa y no debió hacerla. La gente lo tomó como una reliquia e hizo de él un ídolo y fue “tropezadero” para Gedeón mismo y para su casa. Él no lo adoró, pero Israel sí; pasó lo mismo que con la serpiente de bronce que fabricó Moisés que luego tuvo que ser destruida. No hagamos de nuestros triunfos, regalos de Dios, íconos, que aquellos inspiren, que den gloria a Dios, pero que no nos deifiquen (2Re.18:4). Por ejemplo, un libro o la belleza del cuerpo.

8:29

“Jerobaal fue y habitó en su casa”. No se construyó una casa real, ni estableció alguna clase de gobierno. Que continuara la teocracia.

8:30

“Y tuvo Gedeón setenta hijos que constituyeron su descendencia, porque tuvo muchas mujeres”. ¿Es éste el varón de Dios? Tuvo los errores que después tuvo el rey David. Y pensar que éstos eran hombres de fe (He.11:32). Si no fuera por la cruz de Cristo, en cuya sombra creyeron, ninguno de ellos saldría limpio en el juicio final.

Jue. 8:33-35

“Y murió Gedeón hijo de Joás en buena vejez, y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas”. Con la muerte de Gedeón cesó la fidelidad de Israel y sus hijos no pudieron ejercer la influencia que su padre tuvo, aunque eran setenta; pero no tenían su llamamiento ni su experiencia. Tenían el buen ejemplo, fe, pero no podían heredar aquellas dos cosas. Nuestros hijos podrán tener sus propios ministerios, pero rara vez continuar el nuestro. El pueblo no los reconoció como a su padre; muerto el padre perdieron la estima y dignidad que él les transmitía, no cual no debería ser. Los trataron con ingratitud, los maltrataron y los mataron. La honra no se hereda, se gana.

9:2

“¿Qué es mejor que reinen setenta hombres o un solo hombre?”. Es mejor setenta que uno, un parlamento, un congreso, que un monarca o un dictador. Algunos presidentes tienen demasiada autoridad, y quieren más, y perpetuarse en tiranos.

9:3

“Se inclinaron a servir a Abimelec porque dijeron: es pariente nuestro”. Prefieren a la familia a los siervos de Dios.

9:5

“Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra”, ¡Dios mío, qué charco de sangre! Salvaje e inhumano.

9:7

“Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Dios”. Le oiga Dios si me oyen y claman a él. Pero vosotros, varones de Siquem, me oísteis y Dios no os oyó orar, no clamasteis a él, ¡qué poca bendición sacasteis de mis palabras!

9:9

“Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?”. “Con mi aceite se encienden las lámparas del santuario y vuestros hogares son alumbrados. Mi honra es invisible y nadie la nota, pero no la cambio por el poder y la honra de un monarca impío. No me estimulen mis apetitos de grandeza, no me sentiré más feliz recibiendo más honra que la que doy con mi humilde servicio”. ¡Viva el olivo por esas palabras! No quisiera tener más ambiciones que las que por naturaleza soy capaz. Señor que no me ilusione con el hecho de ser grande entre los hombres, a cambio dejar de ser lo que soy y para lo que tú me has llamado, no para la grandeza sino para el servicio.

9:10,11

“Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles?”. “Si acepto ese cargo público perderé mi dulzura y mi fruto, me convertiré en una persona amargada, mis relaciones públicas, mi trato con la gente, tendré que dictar leyes y aplicarlas. Ser grande entre los hombres no quiero, permítanme ser una desconocida criatura, pero ser lo que soy. La grandeza me dañaría. Declino”. La fama necesariamente no hace feliz. Señor, la ambición mata la felicidad.

9:12,13

“Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?”. El vino se usaba en el altar de Dios (Lev.23:13) y en la mesa de los hombres. No quiere decir estrictamente que Dios salte de alegría en su trono, o que esboce una infinita sonrisa, ni truene alguna carcajada. Lo que quiere decir es que quien hace la voluntad de Dios le agrada. Bien respondió la vid, quien y por todo el oro del mundo dejaría el resultado de su vida para lo cual fue creada, para descender a una posición inferior, política o financiera. La fe no ambiciona tronos y no los apetece a cambio de abandonar su sencillo y a la vez sublime servicio, traer alegría a la tierra y a los ángeles. 

9:14,15

“Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano”. No reine otro sino tú, sobre mí. "Seré rey sobre vosotros si hacéis mi voluntad; someteos a mí y el que no lo haga lo devore el fuego". ¿Qué sombra tiene una zarza? Ninguna. Eligieron al peor. No necesitaban un rey. ¿Qué necesidad tiene el olivo, la higuera y la vid de la zarza? Árboles tontos si Jehová es vuestro Señor no necesitan sino su palabra.

 

Líderes dulces y amorosos

9:5-15

Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió. Entonces se juntaron todos los de Siquem con toda la casa de Milo, y fueron y eligieron a Abimelec por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba en Siquem. Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó y les dijo: Oídme, varones de Siquem, y así os oiga Dios. Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Y dijeron los árboles a la higuera: Anda tú, reina sobre nosotros. Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros. Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros. Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano”.

Esta fábula compuesta por Jotam es muy provechosa para el creyente cristiano si la toma en dos sentidos. Primero en relación a la elección de sus líderes; cuando el pueblo sufre violencia de un grupo faccioso que se las arregla para colocar al frente de la congregación de Dios a personas que espiritualmente son las peores que se pudieran encontrar, carnales y no espirituales, ambiciosas, que no descartan ningún medio de las tinieblas para erigirse en caudillos de quienes no debieran. Abimelec engañó a Siquem y los convenció para que le dieran muerte a setenta medios hermanos suyos con el fin de quedarse él como dueño de la prestigiosa historia de Gedeón; no era el mejor líder, ni el más dotado a no ser con aquella virtud que tienen las serpientes, la astucia. Sin sombra como una zarza, para cobijar debajo de sí a mucha gente necesitada, sin belleza, lleno de espinas desgarradoras y sin frutos. En fin, inferior en todo. Este hombre ambicioso logró por unos tres años apoderarse de la dirección de Israel. Así hay hombres que logran ocupar, como Diótrefes, el primer lugar dentro de la iglesia para mal de ella, o de su nación; los que nada tienen que ofrecer a Dios o a los hombres, sino escasez, mentiras y esclavitud.

En segundo lugar, oh mis hermanos, que sean los que nos presiden, los que están en eminencia en la casa de Dios, aquellos que como el olivo honran a Dios y a los hombres, que glorifican al Señor con sus vidas, con sus trabajos y la iglesia es también colocada en un lugar muy alto. Que Dios no permita que vengan a enseñorearse de su pueblo los que son espiritualmente bajos, que no tienen ojos, ni lengua, ni mano para adorar al Señor, los que espiritualmente son incapaces. O aquellos que como la higuera ponen a disposición del pueblo santo su dulzura y buen fruto. Oh sí, danos Señor, hombres que sean dulces en su cantar como David, dulces en su palabra como Jesús. Dulces en su predicación, en sus maneras; que sintamos tu amor por las manos, los labios y la mirada de esos siervos tuyos. Llenos sí, de frutos del Espíritu Santo, amor, gozo, paz, bondad, mansedumbre, templanza; que no haya ninguna ley en contra suya. Grandes cristianos queremos que sean los que conduzcan tu pueblo, que los pastoreen en este mundo. Oh Señor, danos líderes que atraigan hacia sí a los niños, a los ancianos, a los adultos todos; que uno sienta que tú nos los has mandado porque son buenos, inteligentes, espirituales dulces y amorosos.

 

Satanás recibe el visto bueno de Jehová

9:23-25 

“Envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra Abimelec”. O “un mal espíritu” para que se cumpliera lo que Jotam había predicho en su fábula, conforme a sus deseos. Ustedes se unieron contra un inocente y arruinaron su vocación, lo echaron de su lugar, han sido ambiciosos y codiciaron la posición que él tenía, ahora Dios se vengará por lo que hicieron y entre ustedes mismos habrá discordias y se afrentarán los unos a los otros. ¿Creen que van a seguir unidos y recibiendo bendiciones por la injusticia cometida? Ni se lo piensen. El diablo entrará a vuestras reuniones y como aquel inocente no les pudo dar el pago, Satanás, con el visto bueno de Jehová les dará su merecido. Digo amén.

9:45

“…la sembró de sal”, no precisamente para hacerla estéril sino como una señal que su destrucción; si por él fuera, no tuviera fin. Pero volvió a florecer. En 1162 el emperador Frederick Barbarrosa, cuando tomó Milán hizo lo mismo y en memoria de ello hay una calle que se llama la contrada Della sala (John Gill, Commentary).

9:52-56

“Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos”.  Una mujer le rompió el cráneo con una piedra. Nota la observación a su padre, porque el daño que le hagan a los hijos, quien sea, sus padres son los que más se duelen. A ellos también les cortó el corazón. Este es el final de su alianza con el pecado. No se puede disfrutar sano por mucho tiempo el pecado (9:16-21); el Señor les envía un espíritu malo y empiezan a desconfiar recíprocamente, desilusionarse, traicionarse, surgen hostilidades, las malas caras, se rompen los lazos de alianzas, viene la guerra y la muerte por lo mal hecho (v.22). 

 

Sin un vistoso currículo para enviar

10:1-5

“Tola juzgó a Israel veintitrés años y fue sepultado. Jair juzgó veintidós años y tuvo setenta hijos”. Fíjate en la vida de esos dos jueces, Tola y Jair. Nota lo poco que la historia sagrada recoge de ambos, aunque sirvieron como jueces por largos períodos, uno por veintitrés años y el otro veintidós. Del primero sólo se menciona su nombre y la extensión de sus servicios; pero no se indica nada sobresaliente, ninguna batalla extraordinariamente ganada, algún conspicuo juicio tenido, nada, simplemente que sirvió al Señor por casi un cuarto de siglo en su ministerio, simple, sencillo, sin un vistoso currículo para enviar a cualquiera otra parte. Lo más importante para un siervo del Señor no es que se haga una crónica de su vida sino el servicio que desinteresadamente presta a Dios. Dios sabe dónde le servimos y lo que estamos haciendo porque con su bendición es que trabajamos.

En cuanto a Jair, tampoco se dice mucho de él salvo que su éxito vino a través de su familia y con su familia. El más conocido triunfo suyo fue en su hogar, tuvo ¡treinta!  hijos que educó en los caminos del Señor y llegaron a ser fundadores de ciudades. Juzgó bien a Israel y a su familia. Bien pudo haber dicho: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” y lo sirvió con todos los suyos. ¿De qué vale ser de bendición a tantos y no salvar a los suyos? El nombre que recibimos por el triunfo de nuestros hijos es más dulce que el que nosotros mismos ganamos; es un éxito doble, un perfume más exquisito, una aureola más brillante.Filemón tuvo una iglesia “en su casa” (Flm.1:2) y Jair también, con treinta y dos miembros, él, su esposa y sus hijos; y luego creció mucho cuando ellos se casaron, tuvieron familia y engendraron hijos santos.

10:6-9

“Y se angustió Israel en gran manera”. Por todas partes sentían la ira de Dios y eran oprimidos porque no lo tenían a él con ellos. Y repiten los mismos errores espirituales que otros.

                              

Contra el corazón de Dios

10:10-16


“Hemos pecado contra ti”. 

Nota que en la aflicción se vuelven a Dios por conveniencia. El Señor entiende eso, que lo están buscando por esa razón, pero aun así los oye. ¿Qué les dice? Que sigan sumergidos, enredados, en la idolatría, que alcancen los niveles más complicados de la superstición, que prueben a sus dioses, que palpen el resultado de estar entregados a dioses y mediadores inventados, para que comprueben que son falsos. Les dice que caminen en el error, que se aten más y más, para que conozcan por dentro que no todas las religiones son buenas ni todas son iguales. Y ese es el mismo caso con las herejías. El Señor los deja creer mentiras, errores blasfemos para que puedan testificar cómo él los libró de tantos engaños y adulteraciones bíblicas. 

Y hay más, el Señor les dice que continúen pecandodespués que ellos han clamado a él. Querían romper con la idolatría, querían apartarse de las doctrinas de hombres, pero el Señor los devuelve al mal para que por un tiempo más sufran las consecuencias del pecado del cual quieren salir, para que se les haga más pecaminoso, más intolerable, más nauseabundo, para que el perdón sea mayor, para usar más gracia y misericordia con ellos, para que no deseen volver nunca más a él, para que lo lamenten toda la vida, para bien de los que se hallen en situación desesperada. Para que la derrota sea más completa, el fracaso más doloroso. Pero ¿pecaremos para que la gracia abunde? (Ro.6:1). ¡En ninguna manera! El Señor les está diciendo que hagan lo que en realidad no quiere. No tenían necesidad de continuar experimentado con el pecado, era suficiente el daño que ya se habían hecho y sabían todas las lecciones. Entonces dijeron “basta...” (Ga.4:8) 

El Espíritu abrió un poco la cortina del corazón divino para que ellos supieran que no había ningún endurecimiento hacia ellos, ninguna indiferencia, que realmente él no quería que ellos clamaran a los dioses por los cuales lo habían despreciado. No, él se identificaba con los sufrimientos de ellos, los entendía, los comprendía y aunque los mirase enojado también estaba entristecido, que había piedad y compasión dentro de su reprensión más severa. No desmayes, clama, porque estás próximo a ser perdonado y comenzar con este milenio una vida nueva, otra, mejor, celestial, amparado por Dios. 

10:16

Estas palabras: “Y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”, dichas por el profeta que ellos consultaron (vv.10,11); según la manera de entender los hombres, son para revelar los más profundos sentimientos de Dios por su nación, para mostrar lo que había debajo de las ásperas palabras dichas en el v.14 con el fin de que se arrepintieran y echaran afuera sus pecados. Cuando Dios nos reprende para arrepentimiento, su ira no nos consume. Si Cristo le dice a una mujer pecadora “no está bien tomar el pan de los hijos y darlo a los perrillos” no indica con eso que quiere que ella no insista más, no indica que realmente no quiere dárselo, al contrario, sí quiere y por eso le habla de ese modo, para aguzar el deseo de ella, para que suba en intensidad su anhelo de obtener lo que pide. No creía realmente que ella fuera un perrillo, pero le habló de ese modo para su propio bien (Mr.7:27,28). ¿No quería a su madre cuando le dijo qué tienes conmigo mujer”? (Jn.2:4) ¿O cuando dijo a Pedro, “apártate de mí Satanás”? (Mr.8:33)). En estos y otros casos, siempre podemos estar seguros de que hay amor tierno y compasivo detrás de la exhortación más dura, ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús (Ro.8:39). ¿Nos haremos sus enemigos porque nos dijo la verdad? (Ga.4:16). 

 

Cómo la historia de una vida es arreglada por la providencia de Dios

Jue. 11:1-4

“Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad” (Num.26:29). La traducción “ramera” ha sido un poco discutida. Dícese que la palabra hebrea zonah, debe traducirse “anfitriona” porque tiene la misma raíz que la traducción ramera en Josué 2:1; y que significa una mujer encargada en un “hotel” “hostal” para atender a los viajeros (Clarke). Pero esa traducción iría en contra de la mayoría. 

Otros proponen que se traduzca concubina y el argumento es que los hermanos lo echaron conforme hizo Abram con Cetura y sus hijos. El Tárgum dice que era una mujer cananea y que lo echaron por esa razón para no compartir la herencia, y por eso se fue a tierra de Tob. Quieren hacerle un favor a la madre de Jefté, pero es difícil contra la traducción histórica, que era una ramera. 

Sería difícil para él no sentirse avergonzado de su madre si cuando pequeño los otros niños enojados con él se lo gritaran a la cara. Tal vez les escondía a los hijos que la abuela había sido una prostituta. No hay informe que ella haya dejado su mala vida como lo hizo Rahab la de Jericó. Por lo tanto, Jefté se crio viendo entrando y saliendo hombres en su casa hasta que ella murió o él se fue. 

La “suerte” de todo el mundo no es igual.  Jefté es una obra de la gracia de Dios, del puro afecto de su voluntad que lo eligió para la fe y el liderazgo de su pueblo y lo formó como un hombre virtuoso que sobrellevaba malos recuerdos. No digo que “arrastraba” esos recuerdos porque la gracia exalta e independiza la mente del pasado. Los recuerdos son históricos y no dolores sicológicos. Jefté podría decir, “soy una nueva criatura, soy un elegido por Dios, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas” (2Co.5:17). Ahora viviría en un nuevo plano, superior, con una perspectiva maravillosa, con recuerdos nuevos y bonitos que habrían formado su juventud y adultez y empequeñeciendo saludablemente los traumas, si los tenía, de la niñez. 

Jefté podría leer su historia y sentir lástima por su madre y compasión por ella, pero no por él porque lo que es ya superaba a lo que fue, lo que tiene a lo que tuvo. La gracia de Dios y las doctrinas del cristianismo, y las bendiciones del Señor, son suficientes para tener una adultez, formar una familia y ser útil en la sociedad sin tener que pasar por la consulta de un psiquiatra. La gracia de Dios penetra la personalidad y se allega a lo más hondo de ella y corrige lo que encuentre lastimado; y esto sin la ayuda de un experto secular que haya estudiado la mente sin Cristo (1Co.2:16). 

Si sigues leyendo en el texto te enteras de que andando el tiempo los hermanos le pidieron un favor y él les recordó lo que le habían hecho, pero triunfó sobre esos rencores pues aceptó ayudarlos, pero además les pidió que después del providencial triunfo lo recibieran como líder. Ellos aceptaron y ocupando Jefté esa elevada posición completó su sanación mental. No por una reflexión sobre su complejo pasado, un entendimiento de sus vivencias, un enfrentamiento de lo que huía sino por el aprovechamiento de una nueva oportunidad que lo pondría en una posición superior a la que le produjeron los daños, porque la historia de su vida, desde el hijo de una ramera hasta un hombre exitoso, fue arreglada por la providencia de Dios.

11:2,3

“Y la mujer de Galaad le dio hijos y los hijos de ella echaron fuera a Jefté”. La herencia quien la reparte es el padre, pero los hijos hacían mucha presión. Jefté no se crio con la ramera sino con la esposa de Galaad que lo tuvo como un hijo, lo amó, de modo que llegó a ser por gracia lo que no le concedió su linaje (Sal.113:7,8). ¿No está hablando de muchos de nosotros, oh corintios?

 

Lo echan a patadas y después le piden que vuelva

Jue. 11:4-11

“Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob; y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón. Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad. Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo? Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices. Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa”. 

Se encontraban en estrechez o en aflicción. Como quien dice, a Jefté primero lo echaron a patadas y ahora que ha sido bendecido por Dios y está en la cumbre lo buscan con los brazos abiertos. Días llegaron cuando tuvieron que tragarse los desprecios y humillaciones que causaron. Ponte en las manos de Dios, sé virtuoso y los que hoy te menosprecian un día pueden conocer que no hay otro mejor que tú. Jefté venció su rencor, Dios le daba la oportunidad para que se reconciliara con sus hermanos y para que endulzara su amargura. Dijo: "Si me ofrecen lo mismo que tengo iré". Y entró por lo alto y el hijo de una ramera, él bien educado, lleno del Espíritu del Señor, se convirtió en el caudillo que necesitaban, el varón que entre ellos no existía. En el tesoro de la gracia hay escogidas joyas que los egipcios y los galaaditas no pueden ni siquiera imitar. Y tiempo me faltaría para mencionarlas a todas: Gedeón, Barac, Sansón, juntos con Jefté (He.11:32). 

 

¿Debe Israel devolver tierra a los palestinos?

Jue. 11:12-28

“El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz”. El v.13 parece oír la voz de los árabes palestinos a Israel. El v.26 suena como un argumento histórico hecho por el actual Israel a los nómadas habitantes de la tierra. Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo?”. ¿Qué razones da para no devolver la tierra? Una sola: Dios, y con esa sola razón piensa que no ha pecado contra los amonitas, “Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.”  (v. 27). ¿Mantiene todavía Israel el derecho divino sobre la tierra y no tiene que devolver los territorios ocupados a los árabes? ¿Es necesario que todavía Israel exista como estado político para que los planes de Dios se cumplan? Otro asunto. ¿En estos tiempos después de Cristo, es más válido el argumento teológico que los derechos humanos? Nadie en el mundo se conformaría con las razones de Israel como no lo hizo el rey amonita, “Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió” (v.28). (Quizás el número 300 se refiera a la "ciudades", v.26; o puede ser una pequeña glosa accidentalmente situada en ese punto, (Broadman Commentary). Los amoritas tomaron de los amonitas la tierra que Israel les quitó. Si el pecado (el dios Quemos) les da victoria, y tú se lo quitas, eso es tuyo. No es el verdadero dueño de nada si lo toma con pecados. El argumento teológico no es aceptable en tiempos modernos, tampoco Israel suele usarlo, y su respuesta sería, “tomamos la tierra por conquista y la retenemos por la fuerza”. Oramos para que todo Israel un día diga, “bendito el que viene en el nombre del Señor” (Ro.11:26).

 

La hija de Jefté 

11:29-40

“Cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto”. "Holocausto" (v.31). No puede ser un sacrificio cruento y como dice Gill tendría que realizarse por algún magistrado, un sacerdote o por él mismo lo cual es improbable. Es mejor pensar en un claustro en el destino de ella. El sacrificio humano es una abominación y práctica pagana. Si esas palabras se acomodan al relato, Jefté lo que hizo fue consagrarla "como holocausto al servicio de Jehová". La hija de Jefté nunca se casó porque su padre la ofreció a Jehová. Nunca conoció varón, y las doncellas salían no a "lamentarse" sino a "regocijarse" a conmemorar con honor el acontecimiento. Si Jefté la ofreció como ofrenda quemada era medio pagano y ¿qué fe tenía? Jefté tenía un gran conocimiento de la palabra de Dios (He.11:32). El pasaje es oscuro y caben las dos interpretaciones, pero miro con mejores ojos la que ya he dicho; y quizás porque no fue escrito desde la historia de una tradición sino para explicar la tradición; su conexión con Jefté, y al llegar a ese punto es más tradición que historia. Eso es parecido a los relatos sobre la muerte de Judas y el origen del nombre “Acéldama” o “Campo de sangre” (Mt.27:7-10; Hch.1:9). Uno como padre tiene que tener cuidado no sea que por capricho arruine la vida de uno de sus hijos. No se menciona la fe de la muchacha, pero la sumisión de ella a la voluntad paterna indica su espiritualidad. ¿Qué es eso de manipular hasta la anulación de la vida de los hijos? ¿Por qué disponer de ellos así?

12:1-4

“Entonces se reunieron los varones de Efraín, y pasaron hacia el norte, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo?”. Eso no es un motivo para ofenderse tanto; más bien estaban molestos por el triunfo sin ellos; estaban resentidos con ellos mismos porque siendo tantos no habían hecho nada y no quisieron hacer nada. Y luego, vergüenza, se pelean los dos hermanos y se merman entre sí cuando debieran haber unido fuerzas contra los adversarios. Así peleamos los líderes dentro de la iglesia, nos herimos y nos ocasionamos bajas y afuera se pierden los que no conocen a Jehová.

 

Shibolet, Sibolet

12:5,6

"Y los galaaditas tomaron los vados del Jordán a los de Efraín; y aconteció que cuando decían los fugitivos de Efraín: Quiero pasar, los de Galaad les preguntaban: ¿Eres tú efrateo? Si él respondía: No, entonces le decían: Ahora, pues, di Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán". Shibolet significa "espiga de maíz o granos, o corriente de agua". Mira eso, una letra le costaba la vida, hablaban el mismo idioma, pero por una palabra murieron. ¿Podrás pronunciar bien la palabra Jesús? ¿Decir por el Espíritu “Abba Padre”? ¿Puedes o no, hablar la lengua de Canaán? (Isa.19:18). Aunque sepas hablar el idioma de la iglesia, aleluyas, amenes, ceremonias, alabanzas, finanzas, si no invocas con fe a Jesús, de nada te sirve y es peligroso (Hch.19:13-16). Pudieras aprender a decir “Señor” y sin embargo no ser uno de sus súbditos (Mt.7:21,22).

12:7

“Y Jefté juzgó a Israel seis años; y murió Jefté galaadita, y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad”. No vivió mucho, gozó poco su triunfo, llegó a la cumbre casi al final de su vida para inmortalizarse en ese corto período. La muerte o "pérdida" de su hija lo hundió en la tristeza y acortó sus días. Se quedó sin ganas de vivir, no quiso ser más juez, sino unirse con ella en la eternidad. ¿La sacrificó? No, pero la perdió. De cualquier manera, muerta o lejos le era como si estuviera enterrada viva. Como se entierra en la casi inutilidad vivas las monjas en un monasterio.

12:8,9

"Después de él juzgó a Israel Ibzán de Belén, el cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus hijos; y juzgó a Israel siete años". En otra tribu, o en otra ciudad. Quizás dentro de la misma tribu, pero de otras familias. No cases a tus hijas o hijos fuera de la iglesia. Excepto estas cosas familiares en su tiempo no pasó nada memorable. Dios mío, no se recoge ni una línea de su ministerio. Algo haría que nadie escribió, pero Dios lo sabe, y aquellos se lo agradecerían.

12:13,14

“Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, piratonita. Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos; y juzgó a Israel ocho años”. Eran gente distinguida, quizás jueces honorables que viajaban de un lugar a otro en circuito ayudándole a juzgar a Israel. Con cuarenta hijos tiene que haberlos engendrado con varias mujeres. ¡Vaya, que, si fue así, la Escritura se lo calla! Y yo no lo difamo.

13:1

“Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años”. El temor de Dios no pasaba de una generación a otra.

13:4 

“Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda”. Prácticamente la mujer hacía un medio voto de nazareato por causa del hijo que sería nazareo. Si tú, embarazada, quieres que tu hijo sea santo empieza ya a serlo.

13:5

“Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos”. Fíjate que no escoge un hombre mayor sino prepara uno desde el nacimiento. "Comenzará" desde joven, niño, o él comenzará y otros seguirán. El hará su parte y otros las suyas. Unos comienzan y otros seguimos, y después seguirán otros hasta que Cristo venga.

13:6

“Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera”. Vino y le contó al marido el futuro que Dios tenía para su hijo. Los ángeles nunca se aparecen a los humanos en otra figura que no sea humana. Opacan un poco su resplandor y ocultan sus rayos de luz celestial.

13:7

“Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte”. "Me dijo que fuera un poco más estricta en la religión, que me consagrara en algunos aspectos que tuvieran que ver con el destino de mi hijo". Para que fuera nazareo, para que sea cristiano un hijo hay que empezar si no en el embarazo sí en la cuna diciéndole “oye lo que te digo y mira lo que hago, cópiame”, 

13:8-11

“Manoa oró a Jehová y dijo: Te ruego que el hombre que enviaste regrese y nos hable más cómo educar al niño”. Él oró, pero Dios envió el ángel a su muJe. El matrimonio es una unidad. El ángel no le añadió más. Dos o tres cosas, una vocación cuyos reglamentos se conocen, ¿qué más quiere saber? Si quiere instrucciones específicas que las lea en la Ley. ¿Por qué desear una revelación extra si con leer la Biblia se conoce como criar a un hijo? Los hijos rara vez sienten más apetito por el estudio de la Biblia que el que notan en sus padres.

13:12

“Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?”. “Y ¿cuál será su vocación?”; o “¿qué haremos con él?”. ¿Cómo ha de vivir un niño cristiano, un niño que tú quieres que sea un instrumento de Dios, un niño para el cual Dios tiene sus planes? Vivan nuestros niños como Dios quiere. Hágale preguntas a la Biblia de cómo criar sus hijos, lea libros sobre eso, mire cómo padres exitosos lo han hecho, y el pastor también sabe, y si es viejo mejor.

13:14

“No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé” (licor). Que sea consagrado, apartado del mal, enteramente del Señor y un ministro suyo. Comprenda que su hijo, cristiana, no será nazareo sino cristiano y la moderación etílica es cosa que se aprende en la mesa cuando se come y en exposiciones bíblicas.

13:15-21

“Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?” (o incomprensible, secreto; de muy pocos ángeles se conocen sus nombres; si así fuera, como los santos católicos, se les honraría indebidamente). “No, no me honren a mí, honren a Dios” (Apc.22:8,9). Quizás ese ángel que no da su nombre, sino que dice que es "admirable" (ver Isa.6) y con tan perfecta manifestación humana, sea el Hijo de Dios antes de su encarnación. Yo sé Señor que el nombre de Jesús es maravilloso (v.22).

13:19, 20

“Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su muJe. Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra”. No dejó duda que era un mensajero celestial (v.22). Ellos mismos, sus “ministros son llamas de fuego” (He.1:7).

 

Hagámosle caso a la mujer de Manoa 

13:23

“Si Dios hubiera deseado matarnos no hubiera recibido el holocausto”. La esposa de Manoa es una mujer espiritual que sabe razonar espiritualmente y acomodar lo espiritual a lo espiritual; una persona con esa clase de mentalidad puede aprender doctrina y ayudar a sus hermanos en la fe. Gran parte de los terrores, conflictos, dudas que los creyentes tienen se deben en algo a que no razonan espiritualmente sino carnalmente ya sean los acontecimientos o las enseñanzas del evangelio. Estando su esposo tembloroso por haber presenciado al ángel del Señor y pensando que inmediatamente moriría por haber visto a Dios, ella lo tranquiliza con esas palabras tan bien dichas. Primero comenzó por la ofrendadiciendo: “Si Jehová nos quisiera matar no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda”. Ella sabía que Jehová primero mira la persona y luego la ofrenda (Ge.4:4,5), si ha aceptado el holocausto como bueno y lo ha consumido, también ellos han sido “aceptados por Dios” (Efe.1:6). ¿No es lógico? Por lo menos, ¿no es escritural? Y continuó razonando por la revelación de los misterios de Dios: “Ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni nos habría anunciado esto” (Oír cosas como éstas). Juzga tú, si Dios le revela sus misterios por la ley y el evangelio a una persona, ¿piensa matarla? ¿Se los revela para hacerle daño, para perjudicarla? No, pensar así es ir al revés. 

Dios alumbra los ojos de alguien no para ponerle trampas, no para que meta su pie en el hoyo o como el ave, en la red. No, no tiene el propósito de llenar de espantos a nadie, si le revela que hay un juicio tras la muerte, un infierno de fuego. Si él le revela a Cristo, ¿no será para salvarlo? ¿O le revelará a su Hijo amado y luego lo dejará cubrir de sombras e indiferencias? No, si agradó al Padre revelar su Hijo a alguien es para que sea salvo. Hagámosle caso a la mujer de Manoa.

 

Sansón, una persona extraña 

14:3, 4

“Entonces Sansón descendió a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Cuando regresó, se lo contó a su padre y a su madre, diciendo: He visto en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tomádmela por muJe. Pero su padre y su madre le dijeron: ¿No hay una mujer entre las hijas de tus parientes, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Pero Sansón dijo a su padre: Tómala para mí, porque ella me gusta. Su padre y su madre no sabían que esto provenía de Jehová, quien buscaba un motivo contra los filisteos. En aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel”. 

La extraña vida de Sansón. Primeramente, veremos las extrañas maneras de Sansón. Lo que venía de Jehová no eran sus deseos de casarse con una mujer extranjera sino los de combatir a los enemigos de su pueblo. Una cosa extraña que como juez tuvo fueron las motivaciones de sus triunfos. Uno espera que un hombre de Dios obre por impulsos puros, pero Sansón fue movido por pasiones carnales. Que el Espíritu del Señor viniera sobre él se debía únicamente a su voto de nazareato, a su consagración ceremonial, no a la propia estructura de su naturaleza humana. Estaba más capacitado físicamente para triunfar. Si es que no estaba flaco, que espiritualmente, tenía más dones que gracia en su alma. Y eso es un gran peligro para cualquier cristiano y en especial para uno que combate por y para su pueblo. Se hizo juez de Israel por razón de la misericordia del Señor, pero fue un juez extraño; su vida fue una extraña vida. 

Otra cosa extraña en su vida fue su individualismo. Su ministerio se desarrolló aisladamente, combatía a los adversarios por su propia cuenta y batallaba con ellos por intereses personales más que colectivos. Con motivaciones egocéntricas emprendía batallas a favor de sí mismo y de su pueblo. Así fue en sus victorias y en su derrota. Generalmente los líderes de Dios, los jueces, los reyes o los profetas dirigen al pueblo, pero Sansón salía a combatir a los enemigos y no buscaba la ayuda de aquellos a los que defendía, nunca lo acompañaron. Moisés tenía a su hermano Aarón y sólo por un tiempo para recibir la ley fue separado de los suyos, David daba gracias a Dios por los que sostenían su vida (Sal.54:4) y Pablo contaba con colaboradores, incluyendo mujeres, que combatían junto a él por el evangelio. 

Sansón al ganar reconocía que Dios era quien le había dado su triunfo (15:18). Se dedican a su vida tres capítulos para mostrarnos su grandeza, en Dios, y como sus debilidades sensuales lo condujeron al colapso de su ministerio. Fue un juez, pero no un buen líder. Sin embargo, para hacer más rara sus costumbres, hallamos que oraba (15:18,19;16:28), por lo menos cuando las cosas se les complicaban y sentía el agua subiéndole hasta el cuello. Uno no ve en él la devoción, la piedad que había en otros jueces, ni apego a la Palabra de Dios ni a la oración. 

El Espíritu lo ungía para trabajar por Dios, pero no para hacer de él un hombre conforme al corazón divino, no para transformarlo de gloria en gloria conforme a la imagen de Jesucristo. En una palabra: no se ocupaba en su propia vida religiosa como debió hacerlo. Esta lección es especialmente provechosa para los que oran solamente cuando tienen algún conflicto, hacen de la oración un instrumento urgente para resolver sus problemas, invocan a Dios sólo en la angustia y él les responde. Los pastores no deben orar sólo por sus trabajos sino primero por sí mismos. Y Dios nos guarde, hermanos, recibir sólo capacitación para trabajar en su obra y no para ser como debemos ser.

Entre las cosas extrañas que ocurrieron en la vida de Sansón se puede notar el amor de Dios hacia Sansón. Siempre fue ayudado y aunque fue vencido por entregar su fuerza a una mujer, ciego y sin reputación, apenas su pelo comenzó a extenderse le fue devuelta inmediatamente su fortaleza. En aquellas tristes condiciones Dios no lo dejó (16:17-20,22,29-31). A las primeras señales que se restauraba su nazareato, Dios también lo vigorizaba y pudo haber continuado juzgando a Israel, quizás, aunque sin ojos, pero escogió ya no vivir y por razón de venganza rindió un gran servicio al Señor desplomando el teatro donde actuaba. Es tal vez, esa lección una de las más llenas de esperanza para los pecadores que han roto el pacto de santidad al Señor, como pueden, si vuelven a la fe, reconstruir sus vidas espirituales. Amén. 

14:1-4

“Vi una mujer de los hijos de los filisteos, tomádmela por mujer”. Cuando los hijos quieren formar matrimonio con no conversos los padres deben aconsejarles que no lo hagan y oponerse; pero si insisten bajo tantas advertencias y explicaciones, tendrán que dejarlos (Ge.26:34,35). Pudiera ser que esa expresión que dice "eso vino de Jehová" es el sentido de que lo permitió, y lo usó para afianzar su reino. Dios no tomó placer en esa unión.

14:5, 6

“Sansón no contó a sus padres lo que había hecho”. ¿Por qué no? Quizás para no preocuparlos; los padres se asustan mucho cuando ven a sus hijos en peligro. A él no se le prometió esa fuerza que ahora tuvo. No era una fuerza natural sino por el Espíritu de Dios. Es de cierta manera el resultado espiritual de su consagración.

 

Una pequeña grieta en la consagración 

14:8,9

“Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel. Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león”. Quizás sólo quedaba del león el esqueleto o el cuerpo estaba momificado por el calor (Mathew Henry). Un sitio muy inusual; excelente para componer un acertijo (v.14). ¡Sansón, por Dios eres nazareo y rompes tu voto! De eso Dios no dijo nada, pero no le gustaría que profanara su voto de ese modo. Una grieta en él, una desobediencia menor, un pecado no de muerte, no tan grande como el de perder su melena, pero iba en ese rumbo, perdiendo poco a poco su santidad y debilitando su privilegio.

 

Nuestro León muerto

Jue. 14:10-15

“Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días”. Sansón tenía malas intenciones con ellos; estaba provocando una riña entre ellos. El juego de dinero entre amigos rompe la amistad. El v.14 ¿no contiene alguna indicación o referencia emblemática a Jesús? ¿Quién más fuerte que Jesús el "León de Judá"? Fuerte en palabras cuando las usaba contra la hipocresía, las tempestades, las enfermedades y los demonios, en este mundo y en el otro. Fuerte en hechos cuando usaba sus manos para tocar la muerte, que inmediatamente desaparecía y para sanar heridas (Malco). Fuerte su mirada y con ella hacía volver a la cordura a un discípulo descarriado, y fuerte cuando miraba con amor a los pecadores que no querían seguirlo. Como fue fuerte en su vida lo fue en su muerte y con ella “cumplió el acta de los decretos que nos era contraria” y satisfizo las demandas legales que hubieran sido nuestra perdición; por ella pasamos legalmente de muerte a vida cuando pronunció estas palabras “consumado es”, queriendo decir “tu perdón está completo, no le falta ni un hilo a tu justificación, ni un céntimo a tu redención, he vertido hasta la última gota de sangre de la expiación, no hay un solo pecado tuyo que no pueda limpiarlo, tu glorificación está asegurada, por lo tanto recíbelo todo como una gracia mía”. Y ¿hay alguna miel más dulce que esas verdades que provienen de nuestro León muerto? Sansón no halló en su león putrefacción, gusanos, muerte, y nosotros tampoco, en su santo no se halló corrupción. Ese es el significado del acertijo de Sansón. Y todavía un poquito. Por la sorpresiva gracia de Dios “del devorador salió comida”. Lo que parecía que nos devoraría se convirtió en bendición, por una misericordia del Señor, porque eso sólo puede él hacerlo. Ahora todo es dulce, antaño fueron los tratos con “el rey de los espantos” (Job18:14). Otrora. 

14:15-18

“Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos?”. Los jóvenes filisteos se defendieron como pudieron y no intentaron agredir a Sansón sino escapar de la celada. Por criticable que sea el juvenil comportamiento de Sansón, los filisteos oprimían su pueblo (13:1). Así comenzaba Dios a liberar a su pueblo, con un incidente aislado y una victoria personal.

14:19,20

“Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre”. Enojado contra su mujer, sus compañeros y los de la zona. La dejó por traicionarlo. Es mejor así, saber ciertas cosas antes de casarse. ¿Crees que es una razón para matar a tantos hombres? El propósito no puede ser encomiable pero el fin no fue malo. Lo hizo con ayuda de Dios. El matrimonio no se efectuó.

15.

Cosas maravillosas y extrañas. Dices de él: "Sansón luchaba por cosas personales, por venganza carnal". Cierto. Sin embargo, la obra de Dios se beneficiaba con él. Combatía aislado, solo, y siempre el problema salía en relación con alguna mujer (16:1).

Jue. 15:1,2

“Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar”. ¿Qué razón tuvo? ¿Hubo problemas entre los dos? Siendo el suegro debía procurar arreglarlos. ¿Sansón la dejó? No era un divorcio. No es que los hechos lo "persuadieran" sino que él quería, y se precipitó a deshacer un matrimonio que ya no le gustaba. Los problemas de matrimonio tienen solución.

Jue. 15:3

“Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere”. Ya aquí encontró una razón personal para servir Dios. Se enoja contra el mal cuando lo daña.

15:4,5

“Y fue Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas”. Una idea extraña. Las vanas e inusuales ideas suyas para combatir no eran un plan de Dios sino de él. Lo único que Dios le daba era la fuerza. Cualquiera que le aplaudiera por su valor y fuerza se reiría por su falta de sabiduría. Con sus padres se comportaba como un niño grande. Sin embargo, era un hombre de Dios, un varón de fe; “trescientas zorras”; no en un día sino en semanas, con la ayuda de otros; y Dios utilizó sus instintos para acercarse a las trampas, como hizo con los animales que subieron al arca (John Gill). Otros piensan que se trataban de chacales que suelen andar en grupos.

15:8

“Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam”. El lugar se menciona en 2Cr.11:6. La Septuaginta y la Vulgata Latina son las que dicen que era una cueva. Las versiones siria y árabe dicen que habitó en una roca. Quizás para sufrir solo, dormir, meditar, orar por consuelo, por la muerte de su muJe. ¿Se arrodillaría en la cueva? Moisés fue escondido en una hendidura similar para contemplar la gloria de Dios, pero Sansón jadeante, sudoroso y lleno de ira. Me temo que poco aprendió (16:1). Si fue una cueva Elías se metió en una cueva con un ánimo distinto al de Sansón. 

 

Un arma de guerra, la quijada de un asno

Jue. 15:14-17

“Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres”. 

“Esta quijada de asno, quizás el animal no hacía mucho tiempo estaba muerto, y todavía se podía encontrar carne sobre los huesos, tanto la sangre, materia podrida; como dice Jarci, que los médicos dicen, que la palabra significa materia podrida, en el cuerpo o alguna herida; no obstante todavía fresca y de ese modo contrario a como algunos piensan, que era una quijada débil, fue una quijada dura, joven y que manejada por Sansón podía dar golpes mucho mejor que con otra ya dañada por el tiempo. También observa que los asnos en aquellos tiempos y lugares eran más grandes que los de hoy y por supuesto la quijada mayor y más fuerte.

“Probablemente con un sólo golpe Sansón mataba a un hombre. Hay cosas estupendas en la guerra que han sido hechas por los soldados, pero ninguna de la proporción de esa; en aquellos tiempos se podía usar un arma de guerra para destruir a muchos, como por ejemplo una espada, una lanza, pero ninguna como esta quijada de asno. Uno de los valientes de la ley con una lanza mató a trescientos enemigos (1Cr.11:11). En tiempo de los jueces Sangar mató a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes (Jue.3:31); “y esto puede ser un emblema de aquello que se dice en el evangelio que lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios mediante la locura de la predicación, mediante la cual Cristo conquista y subyuga multitudes" (John Gill).

A Sansón lo ataron en varias ocasiones, salió bien mientras el voto de su nazareato no se rompió. El Espíritu Santo con un hombre y un débil instrumento (la quijada). El Espíritu descendía sobre él en el momento oportuno, en el minuto final. Sansón sabía que llegaría y por eso se dejó atar. ¿Será similar esa confianza hasta última hora a aquello de que “al abrir mi boca me sea dada palabra?”. Admira, hermano, al Señor que hace la obra y junta consigo lo que no tiene gloria, lo débil del mundo. Sucede lo mismo, tal vez el carácter débil del ministro, sin embargo, Dios lo usa. Lo más importante es el Espíritu Santo y la obra de Dios. ¿No escogió Dios lo débil del mundo para avergonzar a los sabios y lo que no es para deshacer lo que es? (1Co.1:26-29). 

 

Sansón, un guerrero sediento

Jue. 15:18-20

“Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi. Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos? Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó”. Una cuenca o una grieta en la piedra. Parecido a lo que hizo con Moisés en el desierto. En estos versículos, a pesar de todo, es donde más se muestra a Sansón como un siervo de Dios, no era un hombre fatuo, no se envanecía con sus éxitos, sabía que sus triunfos pertenecían a Dios. Si hubiéramos estado allí y visto sus ojos cuando oraba veríamos su pasión por el Señor y no seríamos tan severos con él, ni con otros siervos del Señor. Él sabía que, aunque provocaba a los filisteos con motivos personales, buscaba también el bien de su pueblo y la gloria del Dios de Israel. 

¿Quieres conocer verdaderamente a un siervo de Dios? No lo examines sólo por sus motivaciones y lo condenes, ni te cieguen sus éxitos, no te nuble el juicio la admiración, sino acércate a su cámara secreta y óyele orar. Lo que ese hombre es cuando ora, lo que es para Dios, como Dios lo ve, resolvería todas tus incógnitas y el enigma del porqué siendo tan criticable, su Dios lo ayuda y lo bendice. Oh, lo que importa no es lo que seamos para los hombres sino lo que Dios sabe que somos. Amén. Una quijada de asno, una honda en las manos de David, una vara en la de Moisés, un poco de barro en las de Jesús; cosas muy sencillas que Dios puede usar si las depositamos en sus manos. ¿Y qué si lo digo, que a veces después de predicar me he sentido como esa quijada de asno? Listo para que el Señor me arroje de su mano. No que lo haya hecho, pero yo me he identificado con razón con esa quijada de burro. Sansón, Dios te trata bien. Nadie viene a traerte un vaso de agua fría para calmar tu sed y oír tu llanto. Dios hace una fuente para ti. 

 

Nadie más comprensivo que Dios

Jue. 16:1

“Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella”. 

La traducción aquí de ramera tiene la misma explicación de la madre de Jefté y del oficio de Rahab (11:1-4; Jos.2:1). También se piensa que esta mujer, una de las varias, tenía un motel a disposición de los que se hospedaran. 

¿Qué? ¿Y viene el Espíritu Santo sobre un hombre así? ¿El voto de nazareo no incluye la fornicación y dormir con prostitutas? ¿Así que no puedes beber vino ni tocar muertos y sí pagarle a una mujer para dormir con ella, una gentuza de la calle, una pública? ¿Qué moral tú tienes jovencito? Cada cual en la historia ha vivido dentro del pacto que Dios haya hecho con él. No van al infierno los patriarcas polígamos porque los favoreció un pacto mucho más amplio que el pacto de obras que es anterior, el pacto de la gracia y la fe (Ro.4:11-12), el nombrado como pacto en mi sangre hecho por Jesús, que sí es perfecto, exige más, pero da más; en él “todo lo que Dios pide lo da” (Agustín).  

Un fornicario no entraría al reino de los cielos bajo el Nuevo Pacto, ni un adúltero o ladrón, o idólatra, pero sí si es lavado por el Espíritu de Dios para que entre, y después lo habita y lo hace un tabernáculo sagrado. Dios concede arrepentimiento y hace de cada uno un templo donde habitar permanentemente y reflejar su “shekinah” en el rostro (como Moisés) y vida (esa palabra, que significa gloria o resplandor, no está en la Biblia, pero hay alusiones a ella (Ro.2:9; 9:4). Sansón no pensaba que pecaba con eso. No sentía culpa. El pecado es más que un acto mal hecho y una falta moral, es una transgresión de la ley divina (1Jn.3:4), es la ley que se viola; un poco más que una debilidad carnal es un acto de la voluntad. ¿Quién más comprensivo que Dios con los pecadores y que Jesús amigo de ellos?

 

Es una grúa o un camión 

Jue. 16:1-46

“Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón”. Por enterradas y seguras que estuvieran. Aquel hombre era un Supermán (no por sus músculos sino por Dios), sólo le falta volar, y en común con ese personaje, en vez de kryptonita tenía el pecado que lo debilitó.  Gill dice que Hebrón estaba de Gaza a unas veinte millas, el comentario de K&D dice que nueve. De todos modos, lejos y sobre los hombros de una persona. ¿Es una grúa, un camión? Sansón dotado por el Espíritu es una de las maravillas de la gracia. Es un anti tipo de Cristo que se llevó lejos, en triunfo, “las puertas del hades” que no prevalecieron contra él (Mt.16:18). No mató Sansón a nadie y ¿ninguno lo atacó con lanza y flechas? Se reía de ellos.

16:4

“Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila”. Una mujer tras otra; ésta le va a poner punto final a su carrera. No dice que ella se enamoró de él. Empieza el juego con la tentación y con el pecado dentro del amor erótico. Hay placer en jugar con el pecado sin cometerlo en sí y el juego siempre termina en la acción, por eso “el pueblo se levantó a jugar” que es lo mismo a pecar (1Co.10:7). Y es parecido a lo que hicieron aquellos jóvenes, relatado en 2Sa.2:14-16, cuya palabra hebrea traducida como “maniobren” “compitan” más bien significa reírse, jugar, regocijo. Todo empezó como un juego, con espíritu deportivo y acabó a puñaladas y muerte. O desprestigiado y sin ojos como Sansón. 

 

Los ojos de Dalila brillaron

Jue. 16:5

“Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata”. Intuían que su descomunal fuerza no podía ser natural; que aquel vigor tenía un resorte secreto. El resorte de Sansón es el mismo que el nuestro, la comunión con el Espíritu Santo. Los ojos de Dalila brillaron cuando oyó la cantidad de dinero que le pagarían (casi dos talentos, Ex. 38:34). La Septuaginta dice que el talento pesaba 82 ¼ libras; entonces le darían casi 165 libras de plata. Una recompensa colosal que revela la importancia que la captura tenía. El dinero sirve para todo, dijo Salomón. Hoy se hace lo mismo, se da una buena recompensa a quien provea alguna pista que conduzca a la captura de un criminal. Sansón no era un criminal, pero para ellos sí.

16:6

“Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado”.  La traducción “para ser dominado” no es muy exacta; aunque contiene esa idea, también estas otras, que iba a ser “reducido” “deprimido” “achicado” (es menos hombre). Hasta este momento verdaderamente no corrió peligro, los ataques eran por fuera; pero ahora el peligro es grande, quieren romper su comunión con el Espíritu Santo. Pero ¿ella misma no le está diciendo que quieren castigarlo? Espera, si pierdes la comunión del Espíritu, depresiones y aflicciones y ser reducido, dominado por supuesto, y también hecho más chico. Y más pequeño lo hicieron. Y no alcanzó nunca más la estatura que tuvo. No pudo jamás remontarse a sus anteriores seráficas experiencias con Dios.

Jue. 16:6-9

“Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos (tendones (BTX), entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres”. Aquí empieza el juego de Sansón con su secreto. Quizá pensó que nunca se lo diría o que ella no haría mal uso de él. Se equivocó; no tenía necesidad de poner en sus inseguras manos una confesión tan importante. Oh Señor ahí está el peligro cuando jugamos con el pecado y decimos, "no lo haré " (Mt. 26: 35). Rompe las cuerdas como siempre, pero está en peligro. Aplicación: Habla como siempre, predica como siempre, pero está a punto de pecar. Y no recibe bendiciones, continúa arriesgándose.

16:9-10

“Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza. Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado”. Si lo de él es mentira, ¿lo tuyo qué es? Es seducción y detrás de eso trampa para cazar el almade este joven (Pro.6:26). ¿Cómo este hombre es tan tonto y no se da cuenta que esta mujer está jugando con él? 

Jue. 16:12

“Y los espías estaban en el aposento.”. En otra habitación del apartamento. Viviendo en el mismo piso. Los espías. En su aposento interior se hallaban sus mortales enemigos, dentro de la casa. Los enemigos nuestros viven en nuestro interior y se apoderan de uno tan pronto pierda la comunión con el Espíritu y se vuelva como otro hombre cualquiera, sin el Espíritu Santo, sin voto, sin consagración. (Esto se ilustra con Mt.15:19; y con Col.3:5). Y “en mi carne no mora el bien” (Ro.7:18), por lo tanto, trataré de ser “fortalecido en el hombre interior por su Espíritu” (Efe. 3: 16) y que se “renueve de día en día” (2Co.4:16).

16:13,14

“El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca”. “como un hombre cualquiera” lo dice la Vulgata Latina (LXX). “Si tejes siete trenzas de mi cabellera”. Y se acercó más aún el pecado. Mencionó dónde estaba el secreto, en su pelo; peligro y peligro... todavía y todavía no pasaba nada... no había señales de debilidad. El peligro aumenta. Un gran error. Esas cosas no son suficientes porque este pecado se puede cometer en contra de la voluntad. Se deshonra uno ya queriéndolo. Sabía que era su muerte, pero lo hizo.

 

Esta mujer no lo amaba ni una gota

Jue. 16:15-18

“Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres. Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero”. Él no quería pecar, pero se puso en una situación que no fue capaz de evitarlo. Aunque no lo quisiera lo haría; con tristeza, muy angustiado, convencido que cometía un gran error. Hizo lo que no quería porque su alma “fue reducida a mortal angustia”; de la misma forma en que se había complacido al pecado. El pecado exige más y más, como una sanguijuela (Pro.13:5). Lo vendió. No lo amaba ni una gota.

 

Se sentía en comunión con Dios, sin estarlo

Jue. 16:19-21

“Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él”. Pobre varón de Dios; no escapó como las otras veces porque había roto el pacto con Dios. No sintió cuando las fuerzas se le fueron hasta que trató de usarlas y ya no las tenía. No "sentía" que Dios lo hubiera dejado. Se "sentía" en comunión con él, el mismo de siempre, hasta que por "las consecuencias" de su pecado se dio cuenta que no lo tenía. Cuando trató de obrar y no pudo, se había vuelto como los otros hombres, no tenía poder para vencer el mal. Unos minutos antes solamente había roto su pacto con Dios y ya el pecado entró y él estaba disminuido, tristemente debilitado, entregó todas sus fuerzas y se quedó a merced de una odiosa y estúpida decisión.

Jue. 16:22

“Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado”. Pero Dios es bueno y no lo había dejado para siempre y conforme el pacto se restablecía, él se recobraba, milímetro a milímetro. Cada día podía más. Los filisteos pensaron que no se recobraría, pero se equivocaron. Su caída no fue definitiva. Poco a poco iba siendo lo que fue; menos sus ojos, o el daño que el pecado le había hecho. Espiritualmente se recuperó, pero no su visión. Las consecuencias estaban establecidas para siempre. Nuestro héroe ahora está ciego pero el apóstata halla en él esperanza de restablecimiento, y bendito sea Dios si no pierde la visión…de su vocación (ver 1Co.3:15). Yo me imagino a Sansón, sólo me imagino, que era muy flaco porque una mujer Dalila tenia más fuerzas que él, y de ojos muy hermosos, que le darían una apariencia noble y atractiva.

16:23,24 

“Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo”. ¿Dagón? No. Fue Jehová. ¿Los demonios, el diablo? No. Jehová. ¿Y cuando una persona reza a un ídolo y obtiene lo que pide? Hay un castigo de Dios en esa respuesta. A esto el apóstol Pablo le llama "milagros engañosos" (2Te.2:11). Dios los entrega para que crean a la mentira.

 

De héroe a juguete

Jue. 16:25

“Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas”. La palabra original divertir también significa jugar y reírse; también “servir de juguete”.  De héroe a juguete; un paladín de Dios, por su pecado convertido en payaso. Si pudiéramos mirar en visión hacia el futuro y ver en lo que el pecado nos convertiría, jamás nos atreveríamos a jugar con él. Aquellos que temblaban ante su nombre, ahora se ríen de él y lo desprecian. Oh, Dios, revélame la consecuencia de mi pecado antes de hacerlo, que piense con mi razón y actúe antes que las emociones (pasiones) me controlen. Muéstrame mi historia todavía sin yo escribirla.

 

Oraciones con motivos no limpios

Jue. 16:28-31

“Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh, Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos”. El último esfuerzo de Sansón y su última oración. Aquella plegaria tuvo que desgarrarle el corazón a Dios. Todavía quedaba algo del antiguo Sansón y murió como un héroe. No oró para librar a su pueblo de los filisteos, o por la gloria de Dios sino para vengarse, sin embargo, fue oído a pesar de la impureza de su oración. Así Dios nos oye y pasa por alto algunos motivos no limpios cuando oramos; cuando se piensa más en el yo, el prestigio y cosas semejantes. Oh, pero se suicidó. Lloremos por Sansón porque malogró su vida una mujer; si ella no se hubiera metido en su carrera pudo haberla terminado con gozo. 

 

La maldición de una madre sobre su hijo ladrón

Jue. 17:1-6

“Hubo un hombre del monte de Efraín, que se llamaba Micaía, el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, acerca de los cuales maldijiste, y de los cuales me hablaste, he aquí el dinero está en mi poder; yo lo tomé. Entonces la madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío. Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre; y su madre dijo: En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo. Mas él devolvió el dinero a su madre, y tomó su madre doscientos siclos de plata y los dio al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía. Y este hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”.

Concentremos nuestra atención primero a un hijo que hurta. La madre maldijo al anónimo ladrón y descubriendo que era su hijo se retractó de lo que había dicho y quiso librarlo de la maldición, bendiciéndolo. Para librarlo, según ella, hizo con el dinero dos íconos, dos ídolos celestiales y paganos. ¿En qué Jehová ella creía? ¿No leía la ley?  Le transmitió la corrupción religiosa a su hijo que llegó a ser más idólatra que ella. 

Es una pena que haya hogares que digan tener a Dios y si uno viviera por algún tiempo con los miembros de la familia descubriría que los hijos roban a los padres. Si la madre deja algún dinero regado el chico o la chica lo toma y se lo mete en el bolsillo, va y lo gasta y luego cuando preguntan por él, negará haberlo tomado y hasta jurará enfadado diciendo que no confían en él, que no tiene porqué tomar ese dinero porque, él o ellos tienen el suyo y siendo culpable se hará la víctima para que no sospechen que metió la mano robando a su propia madre. En vez de trabajar no lo hace y por eso tiene que robar. En vez de administrar bien lo que gana lo malgasta y roba a los que tiene más cercano y depositan más confianza en él. El que roba a la familia puede robar a los amigos y a cualquiera otro. 

Robar en el mercado escondiendo la mercancía debajo de la ropa, puede robar en su trabajo llevándose lapiceros, plumas, organizadores y calculadoras, presilladoras, destornilladores, martillos, tablas y todo cuanto pueda sacar sin que lo descubran y en complicidad con algún compañero. El ladrón debe ser descubierto y avergonzado, y si roba a ajenos, acusado y llevado a la cárcel; y en la cárcel aprender otro evangelio distinto al que aprendió en la familia, que por lo visto no le sirvió para nada.

Ahora oigamos lo que dice la madre del hijo ladrón,aunque no sabe que fue el que le robó el dinero. 

Cuando descubre que le falta el dinero en vez de preguntar a alguno si lo ha visto, investigar si alguien lo tomó, aunque quizás lo hizo, comenzó a proferir maldiciones. Es cierto que el ladrón se merece que lo maldigan porque quien toma lo que no es suyo, lo que le costó a otro, trabajo para ganarlo y privaciones para ahorrarlo, y llegar y quitárselo así nada más, es merecedor que lo maldigan, que lo azoten y que lo encarcelen. La cárcel es un lugar de corrección, castigo y maldición y el que ha hurtado lo de otro se la merece y es buena para que se expíe la culpa, para purificar con arrepentimiento el mal hábito de tomar lo ajeno. Es un lugar de bendición para quien lamenta lo que ha hecho y se arrepiente desde lo profundo del corazón. La privación temporal de libertad es excelente para conocer quién es Cristo y que su sangre limpia de todo pecado. 

La mujer comenzó a maldecir, pero eso en sí mismo no estaba bien. Cuando una persona que cree en Dios ha sido robada debe extraer sus virtudes cristianas, comportarse como una cristiana en tal momento. Si es robada en su casa y ninguna puerta está forzada tuvo que ser alguien de la familia o amigo de los de la casa. Pensando eso hay que tener cuidado con las maldiciones porque se pueden arrojar sobre la cabeza de una persona que no se querrá que sea maldita, como ocurrió en este caso. Si se llama a las autoridades para que hagan una investigación hay que tener en mente que puede ser descubierto como ladrón un hijo, una hija, o el esposo o algún amigo cercano. La vida espiritual de esta madre estaba muy baja, comenzó a maldecir, a jurar, a decir malas palabras y a desear el mal de quien hubiera tomado lo de ella. El cristiano cuando es robado no desea el mal del ladrón, lo que desea es la devolución de su dinero y los pasos que se den deben ser con ese fin, dentro de un comportamiento cristiano. Pero, sobre todo, estar dispuesto a perder el dinero si es alguien a quien se ama. Esta señora debió pensar eso antes de elevar una maldición sobre el ladrón.

Por otra parte, como ya he indicado, hay algo positivo en ella, cuando supo que el ladrón era su hijo, porque él lo confesó, cambió la maldición por bendicióndiciendo “bendito seas de Jehová, hijo mío”. 

Ninguna madre quiere que su hijo sea maldito, aunque sea un ladrón desea para él una gran bendición, aunque la haya ofendido, aunque la haya maltratado; aunque sea un haragán y un perdido no quiere otra cosa que Dios bendiga a su hijo, ¿por qué? porque es su hijo. Sabe que es un ladrón, pero lo ama, lo ama como ladrón, su hijo se ha pervertido, no aprendió nada de lo que se le enseñó, es un flojo indolente, pero es su hijo. 

No la ama, pero es su hijo. Si el ladrón supiera cuánto hará sufrir a su madre no sería ladrón. Si pudiera penetrar en el corazón de la madre vería cómo se le desgarra de dolor, cómo desearía estar muerta que contemplar que su hijo merece el presidio y la vergüenza pública por ladrón. Ella misma diría que lo perdió, que se equivocó que la cuenta estaba mal, ella preferiría que la desprestigiaran que oír que hablan mal de su hijo que no lo estiman que lo tienen como un delincuente. 

Sí, estaban bien porque había devuelto el dinero, pero su hijo no estaba curado de su adicción al robo, para usar una palabra moderna.  De su pecado. Hoy le había robado a ella, mañana le robaría a otro que no pudiera maldecirlo. Allí lo que cabía era reunir a la familia, pedir explicaciones por qué había robado, quizás porque no le alcanzaba el dinero que tenía, tal vez eran muchas las deudas, o no tenía para divertirse con sus amigos. Pudiera cambiar de trabajo. Con un buen sueldo no se sentiría tentado a hurtar. Quizás había que corregirle su vagancia con una buena vara. El asunto quedó en familia, y la señora lo que hizo fue tomar parte del dinero y fabricar un par de iconos, dos ídolos paganos.


Esto nos da una pequeña pauta para investigar por qué el hijo se había descarriado. Sin acusarla. Pero la religión en la familia era doctrinalmente débil, los hijos no habían sido criados en el temor de Dios. Conocía a Jehová, pero no lo temía. O, mejor dicho, temía su maldición pero no le habían enseñado ética religiosa, que robar era un pecado y que ser vago también es pecado. El concepto de Dios en la familia era muy débil y vagamente bíblico. Si hubieran conocido bien los mandamientos no hubieran fabricado ningún ídolo, pero aquella pobre mujer creía en Jehová por la tradición, pero no tenía en su hogar ninguna copia de la ley para leerla a sus hijos. Sus enseñanzas estaban muy diluidas e influidas por otras ideas de alrededor. 

En la crisis, alzó dos imágenes como si tuvieran a Dios allí, para sacrificarle, para hacerle votos, para prenderle luces. Una mujer que maldiga rápidamente, que muestre tanto amor por el dinero perdido, tiene que haber transmitido a su hijo esa misma característica espiritual, que el dinero es más importante que cualquiera otra cosa y que hay que ganarlo de cualquier manera. La religión de esta señora no era la mejor. Un hogar sin la influencia de la Escritura, donde no hay Biblia, donde no se estudia la Palabra, falta el temor de Dios y él allí no es más que un concepto o alguien a quien se acude cuando las cosas salen mal.

Mira cómo se hacen peticiones y se cumplen promesas equivocadas. La señora, solamente medio convertida al judaísmo, practicante de maldiciones y no de bendiciones (v.2). Obtuvo lo que quería, el dinero robado, según ella de Dios; y consagró a él con agradecimientos, precisamente lo que él aborrecía: ídolos. ¿Qué se pudiera esperar de un alma medio convertida a la verdad y medio al error, medio salvada y medio condenada, monoteísta e idólatra? Ella misma y el hijo que la heredó dieron origen o al menos fueron representantes de esa maligna mezcla de verdad y superstición que ha plagado al mundo cristiano. Medio creyente, media conversión, media verdad, media salvación, medio evangelio, medio cristiano, media fe, nada es. Traiga a su hogar la Escritura y enseñe a que los suyos teman a Dios. 

17:6

“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”. No por libertad sino porque andaban sin ley y cada cual tenía su iniciativa religiosa e inventaba su forma de adoración particular o; más que un caos civil era religioso, proliferaban las innovaciones. Este mismo, Micaías tenía un efod sacerdotal, inventado por él, un sacerdote particular y una casa llena de ídolos. Hoy, tras haber cortado las cuerdas doctrinales, hay innovaciones en el culto y en el credo (cuando existe) por todas partes.

17:7

“Y había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, el cual era levita, y forastero allí”. Mira, había sido abandonada la casa de Dios, nadie guardaba los sábados y los sacrificios, al punto que los sacerdotes y levitas tuvieron que dejar el oficio y procurar subsistir de otro modo. El culto de la Ley necesitaba ser económicamente sostenido.

 

Ahora he mejorado mi religión

17:12,13

 

“Ahora sé que Jehová me bendecirá porque tengo un sacerdote”.  ¿Cómo puedes pensar eso? ¿Cómo puedes engañarte de ese modo si estás haciendo lo que la Escritura prohíbe? Muchos hablan ese lenguaje ilusorio: “Jehová me prosperará” porque ahora he mejorado en mi religión, definitivamente entraré al cielo”. ¿Quién te dijo que “mejorando” se pueda ir al cielo? No, la mejora es algo, pero para ir al cielo no vale algo sino todo. En la mejora hay esperanza si es parte de una transformación espiritual. Mejorar en algunas cosas y seguir mal en otras no sirve de nada, dejar de cometer algunos pecados y continuar en otros no aprovecha para la salvación. Lo que enseña la Escritura es una transformación total, una metamorfosis de la vida completa (Ro.12:2), no vale la circuncisión ni la incircuncisión sino “una nueva creación” (Ga.6:15), o un nuevo nacimiento como enseñó el Señor (Jn.3:3-8). ¿De qué te sirve una religión mejor? Religión es religar al hombre con Dios por medio del esfuerzo humano, por obras.

¿De qué vale estudiarlas todas, hallar la mejor o tomando un poco de cada una hacer una nueva, superior? No, la mejor religión del mundo no sirve para nada. La única religión que sirve es la que menciona Santiago (Sgo.1:27); “la religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta: visitar a las viudas y huérfanos en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo”. Es decir, una vida espiritual sin tacha, pura ante Dios y llena de amor hacia los semejantes. De nada sirve mejorar en la religión, obtener una más alegre, más movida, o más seria con mejores doctrinas incluso, y la mente sigue intacta, y si se sigue viviendo en delitos y pecados. Es la vida moral de la religión la que hay que practicar. 

Y mírate en el espejo de este loco Micaía, más pronto irás al infierno con un sacerdote particular que sin ninguno. En ninguna parte de la ley se autoriza a tener un sacerdote para consumo propio. Los sacerdotes no oficiaban en casas particulares como los médicos o los brujos sino en el templo y estaban consagrados allí para el servicio de todos no de uno en particular. Micaías era de la tribu de Efraín y el levita no podía ser sacerdote porque no era de la casa de Aarón. Aquellos sacerdotes eran símbolos de Cristo, nuestro sumo sacerdote que ofreció su propia muerte por todos (He.7:25-27), y mediante su sacrificio y oficio ya no necesitamos otro sacerdote porque nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios su Padre (Apc.1:6). Micaías imaginaba que las cosas le iban a ir mejor ahora y ciertamente no le fueron mejor (18:19,20). 

¿No has visto esos ingenuos que confían sus destinos eternos a los oficios de un hombre como ellos que se ha auto consagrado sacerdote de sus almas a quien le confían sus pecados y cumplen sus pequeñas sentencias por sus iniquidades? No, los que pongan como sacerdote de sus almas a un hombre aquí en la tierra y no a Cristo, no entrarán en el reino de los cielos porque tienen otro mediador y no aquel único. Nadie puede tomar para sí esa honra sino aquel a quien Dios se lo concede (He.5:4-6). No confíes en mejora religiosa sino en transformación espiritual, mejora más bien tu fe añadiéndole virtud, a la virtud paciencia, a la paciencia esperanza; mejora tu vida espiritual y no arrojes tu alma y pecados a los pies de un sacerdote que oficia por tus pecados que no son los suyos.  

18:1

“En aquellos días no había rey en Israel. Y en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde habitar, porque hasta entonces no había tenido posesión entre las tribus de Israel”. Sabía el lugar de su heredad, pero no lo había conquistado. O no se dice completamente sino parte de la tribu y de familias, porque ya la suerte de ellos y el establecimiento estaban hechos (Jos. 19: 40,47; Jue. 1: 34). Era tanto el descontrol y la emigración que cada cual andaba por otra parte. No sólo por cuestiones económicas muchos traspasan sus fronteras, sino también por el desorden civil deciden mudarse y el pueblo se va en masa.

18:3

“Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegando allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído acá? ¿Y qué haces aquí?, y ¿qué tienes tú por aquí?”. Reconocieron su voz, quizás por su dialecto o por su forma de hablar distinta a los efrainitas que no podían pronunciar ciertas letras (12:6). O ¿sería un levita predicador? ¿Famoso? ¿O por una forma de hablar peculiar a ellos? Es posible. Los hijos de Dios deben hablar distinto y que su "hablar los hagan manifiestos" (Mt. 26:73). Le dijeron “¿Qué estás haciendo en este lugar y qué tienes aquí?”. Tú no debieras emigrar, tú debieras estar en tu puesto, ¿por qué has dejado a los que te necesitan allá? ¿Dejaste a tu Dios? Hay sitios donde los siervos de Dios no deben estar y difícilmente pueden justificar lo que están haciendo por allí.

18:3-6

“Y ellos le dijeron: Pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar este viaje que hacemos. Y el sacerdote les respondió: Id en paz; delante de Jehová está vuestro camino en que andáis”. Es una interpretación de LBLA más que una traducción, pero es correcta. Eso es lo que él quería decir, pero está mintiendo. Este es como un predicador positivista que sólo dice cosas buenas. Los efraimitas ganaron, pero como dice Gill más por obra de la casualidad que por la exactitud de la predicción, que dicho sea, fue ambigua, “ustedes andan en los caminos del Señor y delante de él”. Eso no dice mucho, pero sirve para engañar.  

 

Un ministro empleado por dinero y posición 

18:3-6

“Cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegando allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído acá? y ¿qué haces aquí? y ¿qué tienes tú por aquí? Él les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote. Y ellos le dijeron: Pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar este viaje que hacemos. Y el sacerdote les respondió: Id en paz; delante de Jehová está vuestro camino en que andáis”

Este es un ministro impostor. ¿Qué credulidad es esa, consultar como si fuera Dios a un ministro teológicamente incorrecto? Si tiene un altar con varios íconos en su casa, lo cual prohíbe la ley de Dios, ¿cómo crees tú que Dios hablará por medio suyo? Sigue su historia y verás que no es ministro por vocación sino porque buscaba un empleo (17:7-8). Era capaz de aceptar cualquier doctrina con tal de proveerse algún bocado, desechando la buena conciencia. Quizás dices, ¿es que no había nadie más? ¡Cómo no, en todas las épocas Dios no se ha dejado sin testigos! Sólo tienes que tratar de localizar alguno. Averigua por alguno primero, que hayas oído que es un ministro vocacional, que no lo es porque tiene ese empleo sino porque en verdad ama su ministerio, y servir de bendición de Dios para los hombres. 

Segundo, entérate cuáles son sus doctrinas. Si afirma que es un sacerdote de Jehová, que pertenece a la tribu de Leví, pero adora, respeta o venera ídolos, como quieras llamarlo, no lo consultes, Dios está enojado con ese desobediente pues levanta imágenes en su casa, o en su iglesia, lo cual es pecado hacerlo (Ex. 20: 4); es idólatra y los idólatras no entrarán al reino de los cielos (Efe. 5: 5; Apc. 21: 8). Si un sacerdote está excluido él mismo del reino de los cielos; ¿cómo crees que podrás consultarle sobre tu futuro y podrá darte la buena palabra de Jehová? Y aún más, ¿cómo le contarás tus faltas, le desgranarás uno a uno tus pecadillos y le implorarás el perdón divino, porque contra él no has pecado, si él no está arrepentido de su idolatría? Si confías tu futuro en las manos de un ministro teológicamente equivocado serás como él y correrás su suerte.  

Preguntas, ¿es la doctrina importante? Claro que sí lo es. Si la doctrina no es correcta dará un falso testimonio de Dios. No importa cuán popular sea el ministro, como seguro que fue este levita que le identificaron por su voz, por su acento sacerdotal, si sus doctrinas son opuestas a la palabra de Dios, no debes consultarle como si fuera Dios. 

Si sigues leyendo más abajo, 18:18-20, encontrarás que los de Dan le ofrecieron un trabajo más amplio, con más gente y mejor remuneración, y pronto aceptó, llevándose consigo sus íconos, como si fuera indispensable cargar con ellos para llevarse a Dios. Los ojos se le iluminaron al antiguo ministro ambicioso y se dispuso a desempeñar idolátricamente su oficio entre un grupo más numeroso, que no le importaba para nada la doctrina de su sacerdote con tal que, según ellos, fueran un representante de Jehová en medio del pueblo. Falso, por supuesto.

 

La oportunidad de un mejor empleo, de una mejor iglesia, de un salario mayor

Jue. 18:18-20

“Entrando, pues, aquéllos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de talla, el efod, los terafines y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros? Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel? Y se alegró el corazón del sacerdote, el cual tomó el efod y los terafines y la imagen, y se fue en medio del pueblo”. ¿O es lo que él quería, un mejor empleo?; llevará su corrupción a un grupo mayor. El diablo le da éxito a los que creen errores y luego los otros emplean sus “métodos”. No es una obra que ha hecho sino una obra que ha tomado. La oportunidad de un mejor empleo, de una mejor iglesia, de un salario mayor; veía que se ampliaba su ministerio y que la suerte le sonreía; o digamos, según él, la providencia divina. Nada de eso. Este hombre tenía un ministerio torcido y sin embargo prosperaba; si divinamente lo fuéramos a juzgar tendríamos que examinarlo por los parámetros divinos.

 

Hacen del pecado su todo

18:24

“El respondió: Tomasteis mis dioses que yo hice y al sacerdote, y os vais; ¿qué más me queda? ¿Por qué, pues, me decís: ¿Qué tienes?”. ¡Qué malicia es la del pecado! ¡Qué sobremanera pecaminoso! Hay hombres que son como éste, si se les quita su religión falsa, si se la arrancan, si le quitan sus mentiras y sus pecados en vez de estar agradecidos a quien se los haya quitado lo que hacen es enojarse y pensar que le han quitado la vida. Piensan que nada les queda, aunque lo que le hayan quitado no sea lo bueno sino lo malo; sufren una dependencia del pecado de modo que no pueden vivir sin él; hacen del pecado su todo y si llegan a perderlo se ven sin ese todo; para ellos no les queda nada, aunque tengan dinero, casa, hijos, profesión. ¿No es lo mismo que le pasa al borracho que le quitan su licor o al drogadicto que le quitan su dosis?  Se deprimen emocionalmente y ya no quieren vivir, no miran, no cuentan nada más; todo se ha ido con el pecado que le han arrebatado. Sin embargo, si el Espíritu los alumbrara dirían como Pablo: “Todo lo tengo por basura” (Flp.3:7,8). Así le pasa a todos aquellos que hacen de su vida sus posesiones y los placeres de este mundo, un día lo perderán. ¡Oh Señor que yo no me entristezca, ni me enoje cuando pierda el pecado! Si me lo pides y no te lo doy, arráncalo con tu mano; que yo entienda que cuando pierdo, o me quitan y me arrebatan lo que me daña, lo que lleva mi alma a la muerte, te bendiga con todas mis fuerzas. Amén.

 

¿Qué más nos quedaría?

Jue. 18:21-26

A este hombre le están haciendo un gran favor quitándole sus ídolos, pero piensa lo contrario, de su religión falsa ha hecho su vida, ¿qué más le queda? Le queda la ley de Dios que había abandonado, dentro de esa ley Cristo que se hallaba en sus sombras, y al hallar a Cristo hallaría la fe. Esas cosas no te hacen falta para ser prosperado. Si pierdes tu religión ganas, prosperas.

Dijo: ¿qué más me queda? Habla como si se lo hubieran quitado todo. ¿Y tu mujer, los hijos, tus propiedades? A este hombre le están haciendo un gran favor quitándole sus ídolos, pero piensa lo contrario, de su religión falsa ha hecho su vida, ¿qué más le queda? 

¿Por qué se había hecho aquella religión? Para ser prosperado (17:13). Esas cosas no te hacen falta para ser prosperado. Si pierdes esa religión, ganas, prosperas. ¿Qué pierdes? ¿Dioses? Es para que te quede un Dios y un salvador, Jesucristo, que no pueden vivir dentro de la idolatría, en desobediencia a la ley del Señor, con un intercesor espurio en medio ocupando su lugar. 

Aplicación Secundaria

Si uno pierde una religión inventada, particular, ajustada a su manera, si pierde un vicio, una tentación, una oportunidad pecaminosa, una entrada de dinero mal habido, un mal amigo, una mala compañía, un camino que no lleva a Dios sino al diablo, al infierno en vez del cielo, está perdiendo cosas que le perjudican y no le benefician. 

 

Aplicación Preciosa

Pero, 

si a uno le queda la preciosa aprobación de Dios,

la sonrisa de Dios, 

si le queda su propósito, 

si le queda su mano, 

si le queda su mirada, 

si le quedan sus ángeles, 

si le quedan sus verdaderos ministros que le instruyen en la palabra, 

si le quedan los beneficios de la obra de Cristo:

Remisión de los pecados, reconciliación en su sangre, sus intercesiones, el evangelio y verdaderos hermanos, le quedan los tesoros y riquezas más grandes del mundo (Flp. 3:7,8).

 

18: 30

“Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen de talla; y Jonatán hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día del cautiverio de la tierra.”. “Hijo de Manasés” o de Moisés como algunos manuscritos dicen. Puede ser un nieto de Moisés por cuanto por aquel tiempo Fines el nieto de él vivía (20: 28). Algunos sugieren que, por el comportamiento de él, no como el de Moisés su abuelo, el copista le añadió la letra “N” en hebreo y formó Manasés, desvinculándolo. De todos modos, puede ser otro Gersón y no el hijo de Moisés.

19:1

“En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá”. “Había un levita en la región montañosa de Efraín”. Los levitas en el libro de Jueces no tienen buen testimonio. La obra de Dios, a juzgar por ellos, estaba deshecha. 

19:3,4

“Y su concubina le fue infiel, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. Y se levantó su marido y la siguió, para hablarle amorosamente y hacerla volver; y llevaba consigo un criado, y un par de asnos; y ella le hizo entrar en la casa de su padre” (o amistosamente) ¿Y era su concubina? ¿Una amante? Hoy se dice “mi pareja” cuando viven en fornicación. Si la amaba ¿por qué no la defendió? (v.24). ¿Por qué no le dio una mano para levantarla? (vv.27,28); y ¿por qué la descuartizó? (v.29). Si la hubiera dejado ir no hubiera habido tanto problema (vv. 2,3). Nota como se alegra al ver a su suegro y como este insiste en numerosas atenciones para borrar la falta de su hija del corazón del esposo y ayudar a la reconciliación de ambos. Los suegros pueden ayudar a unir no a escindir.

19:10-12

“Y estando ya junto a Jebús, el día había declinado mucho; y dijo el criado a su señor: Ven ahora, y vámonos a esta ciudad de los jebuseos, para que pasemos en ella la noche. Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de extranjeros, que no sea de los hijos de Israel, sino que pasaremos hasta Gabaa”. Los israelitas ocuparon Jebús pero luego la fueron dejando, los jebuseos la dominaban (Jos.10:23; 12:10; 2Sa.5:6).

19:15,22-24

“Y se apartaron del camino para entrar a pasar allí la noche en Gabaa; y entrando, se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiese en casa para pasar la noche”. Eran israelitas, pero de nombre; este hombre no quiso dormir en casa de una persona incircuncisa (v.12) y fue para una ciudad supuestamente más segura, y ocurrió lo contrario, aquellos eran fingidos israelitas, peor que los incrédulos con menos moral. Nota que dentro de la declinación espiritual de Israel se halla la declinación de la hospitalidad. Y no había hoteles o mesones. Esta gente estaba tan corrompida como los paganos de Sodoma y hablaba igual (Ge.19:5). El pobre hombre se había metido en una Sodoma de Israel. Créalo o no.

19:16-21

“Y el hombre anciano dijo: Paz sea contigo; tu necesidad toda quede solamente a mi cargo, con tal que no pases la noche en la plaza. Y los trajo a su casa, y dio de comer a sus asnos; y se lavaron los pies, y comieron y bebieron” (en la calle). Este viejo brillaba como una luz entre aquella sociedad oscura, con más pasado que todos ellos y mejor. Sus raíces morales y espirituales estaban enterradas en los tiempos pasados, en los días de Josué y Moisés. Este es la imagen del amor al prójimo que pensó Jesús (Lc.10:32-37). Ya el Espíritu le venía enseñando al pueblo a ser como Jesús. Oh Señor en todas las épocas los has tenido. 

 

Lo que importa es la reconciliación con Dios

Jue. 19:22-27

“Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos. Y salió a ellos el dueño de la casa y les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal; ya que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad. He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas y haced con ellas como os parezca, y no hagáis a este hombre cosa tan infame. Mas aquellos hombres no le quisieron oír; por lo que, tomando aquel hombre a su concubina, la sacó; y entraron a ella, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y la dejaron cuando apuntaba el alba. Y cuando ya amanecía, vino la mujer, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día. Y se levantó por la mañana su señor, y abrió las puertas de la casa, y salió para seguir su camino; y he aquí la mujer su concubina estaba tendida delante de la puerta de la casa, con las manos sobre el umbral”. 

Si lees la historia de esta joven verás cómo su pasada concupiscencia le había hecho traicionar a su marido siéndole infiel (v.2). Lee luego como el levita, demasiado santo para ella, se humilla, trata de reconciliarse y le perdona su inmundicia. Aunque reconciliada con su marido no estaba perdonada por Dios; y aquellos perversos que la violaron fueron la justicia divina para castigarla. ¡Oh Señor, cómo castigas estas abominaciones! ¿Tienes problemas con tu pareja, das pasos para salvar tu matrimonio? Está bien, pero los pecados que tú perdonas, ¿los ha perdonado Dios? 

Cuando una pareja tiene problemas de esta índole, no son los intereses recíprocos los que deben buscarse y no valen las bondadosas intervenciones para arreglar la dificultad como hizo el buen suegro, que lo colmó con atenciones y le hizo banquete sobre banquete. Lo que importa es la reconciliación con Dios. El levita no quería romper su matrimonio, ni siquiera por infidelidad. Bueno, no era un matrimonio, era un concubinato porque no estaban casados, vivían juntos “como pareja”, no como un matrimonio santificado por Dios. Ella corría una aventura con el levita que quizás era mayor, y sentía por dentro que no debía esclavizar su juventud a un viejo, y buscaba a los otros jóvenes, insatisfecha e insaciable con su compañero. En realidad, él tampoco parece que la amaba tanto, sino que la deseaba más. Aunque dice que cuando llegó a donde ella estaba le habló amorosamente, ese “amor” es deseo de volverla a tener. Cuando su vida estuvo en peligro dejó que la violaran y la maltrataran, y al salir por la mañana y verla tirada en el umbral ni siquiera le extendió la mano para levantarla, sólo le dijo, “levántate y vamos”. Y ella no respondió, estaba muerta.

El levita la perdonaba. El hombre puede perdonar a su esposa o viceversa, y Dios no. En relación con Dios es como deben arreglar sus dificultades, con un sincero arrepentimiento. Por infidelidad un hombre o una mujer puede divorciarse de la pareja, pero el que cometió la traición tiene que curarse. Las causas que provocaron su desliz tienen que hallarse y eliminarse, no es simplemente decirle, “bueno mi amor, ven, yo te perdono”, tomarla por la mano, darle un beso y regresarla a casa como si nada hubiera pasado, esperando que las consecuencias de su pecado le hayan adoctrinado y quitado la concupiscencia de la carne.

Las debilidades de la carne muy poco se sanan con las consecuencias que trae aparejado el mal. Se podrá separar de aquel con quien cometió la falta, pero buscará cometerla con otro con quien tenga alguna mejor esperanza. ¿Con qué entonces? No, por favor, la religión no. La religión no cura las tendencias pecaminosas de un pecador o una pecadora. Un hombre adúltero, aunque se vuelva religioso seguirá deseando ser infiel. Después de bautizado y adoctrinado seguirá siendo el mismo que antes. Las ceremonias ni los ritos cristianos, ¡ni siquiera las doctrinas calvinistas! Si a ellas les falta el poder de Dios no son efectivas para convertir en nuevas criaturas a la pareja. Se puede oír cada domingo predicar al apóstol Pablo sobre la predestinación, la elección, la total depravación del hombre, la gracia y la sola fe, salir del culto hinchado por creer esas verdades, y continuar amando este mundo y con deseos de irse a Tesalónica. Él dijo:

“Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne (Col 2.20-23). 

Esta jovencita le fue infiel al levita por su corazón carnal, estaba dominada por pasiones juveniles. En vez de casarse con un hombre mayor que ella debió haber formado el matrimonio con uno de su edad, alocado como ella, que le satisficiera mejor sus deseos corporales. El levita era muy serio para ella. Muy solemne, tenía mucha religión. A ella él con un poco más de sensualidad le hubiera gustado más. Era un matrimonio desigual. El hombre pertenecía a una familia noble y tenía una tradición espiritual mejor que la de ella. Por edad y por principios eran distintos y no podían combinarse. En vez de dejarlo y volverse no lo hizo, lo quería en algún sentido, tal vez por dinero y por la imagen, pero no podía evitar traicionarlo. Le parecía que se gastaba inútilmente a su lado. 

La violaron y la dejaron medio muerta, y se murió. Pasaron muchos hombres por encima de ella en una noche. La golpearon. La humillaron. El último que la quiso la dejó cadáver. Sí, se murió. ¿La influencia religiosa la cambió? Nunca. Ni Génesis, ni Éxodo, ni Levítico, ni Deuteronomio, ni Las Batallas de Josué. Su Biblia no le sirvió para nada, ni la compañía de un hombre distinto. El matrimonio terminó mal. Los dos tenían que haber cambiado. El levita también. Ambos debieron haberse reconciliado con Dios y experimentar el poder del Señor. Arrepentirse cada uno de lo suyo. No continuar el matrimonio sino constituir otro. Si ella no se convertía en otra criatura seguiría siendo “genio y figura hasta la sepultura”. Y lo fue, pero no la sepultaron porque la cortaron en pedazos y los repartieron por todo Israel. No metieron a Dios dentro de los dos. El, no vivía dignamente como un hijo de Leví y ella no acabó de sentar cabeza ni dejó de ser esclava de su sexo. Ambos se portaron como no conversos y en eso consistió que hayan hecho las cosas mal. 

El historiador Josefo dice que ella caminaba al lado de su amante por las calles de Galbaa mirando a todos los hombres que pasaban, con semblante descarado. En Proverbios (7:13) hay una mujer que la R.V. traduce con “semblante descarado” pero una traducción literal sería “con cara dura”. Esta otra, aunque se haya ido para casa de su padre cuando la sorprendieron en adulterio, allá en Belén seguiría siendo una descarada como en Gabaa. Es el descaro el que tiene que curarse mirando a cara descubierta la gloria de Dios brillando en la faz de Jesucristo; y salir a la calle y mirar a los hombres con más vergüenza. Si no tiene vergüenza en Gabaa y aparece en la televisión contando cómo y con quién traicionó a su marido y tampoco la tendrá en Belén, si hubiera podido contar cómo un grupo de hombres la violaron y la dejaron tendida en el umbral de su casa, y cómo su marido la cortó en doce pedazos. Todas esas tragedias por unos minutos de fama. 

19:27-30

“Y llegando a su casa, tomó un cuchillo, y echó mano de su concubina, y la partió por sus huesos en doce partes, y la envió por todo el territorio de Israel”. ¿No hubiera sido mejor que le diera sepultura? Quizás no. Quiso usar aquellos pedazos para reclamar su justicia y ellos sublevaron a Israel (20:6,7). Produjeron un impacto terrible. La gente apreciaría mejor lo que es un pecado y el daño que hace si les enviáramos en un paquete un trozo del mal que ha ocasionado para que lo examinaran, pensaran y hablaran sobre él, o como dice “consideradlo, tomad consejo y hablad” (v.30). Saquen conclusiones. Cosa amarga es dejar a Jehová (Je.2:19). 

 

Resultados tan funestos 

Jue. 19:27-30

“Y se levantó por la mañana su señor, y abrió las puertas de la casa, y salió para seguir su camino; y he aquí la mujer su concubina estaba tendida delante de la puerta de la casa, con las manos sobre el umbral. Él le dijo: Levántate, y vámonos; pero ella no respondió. Entonces la levantó el varón, y echándola sobre su asno, se levantó y se fue a su lugar. Y llegando a su casa, tomó un cuchillo, y echó mano de su concubina, y la partió por sus huesos en doce partes, y la envió por todo el territorio de Israel. Y todo el que veía aquello, decía: Jamás se ha hecho ni visto tal cosa, desde el tiempo en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Considerad esto, tomad consejo, y hablad”. 

Generalmente el pecado se comete y se oculta porque no quiere que los demás se enteren y da vergüenza “hablar de lo que ellos hacen en secreto” (Efe.5:12). Pero si el pecado se hiciera público, por vergonzoso que fuera cuando los otros lo miren, “considerarían, deliberarían” y se manifestarían en oposición. El pecado recibe apoyo porque no se descubre y los demás no pueden verlo con claridad ni se les permite a los demás analizar de cerca todo el daño que ha ocasionado (Una excepción general esta moderna y descarada sociedad secular). Si así se obrara muchos no lo cometerían si no por la gloria de Dios por el daño a que se verían expuestos, temblarían sólo de imaginar que pudieran correr la misma clase de suerte (1Ti.5:20). 

Tómale una foto a un borracho, por ejemplo, y muéstrasela a él y a sus hijos, tómale un video y grábale lo que dice y hace durante su borrachera y verás que se avergonzará de sí mismo. El diablo y la gente esconden el pecado para que no se muestre tal y como es, que no se perciba el daño que hace. Los pedazos que envió el levita por todo Israel lo estremecieron de pies a cabeza. La cabeza con los labios morados y heridos, contraídos con dolor cruel. Las mejillas cargadas de morados, los brazos con las huellas de las ansias equinas de aquellos hombres. Las piernas y los muslos mordidos, y todo ensangrentado en mísero dolor, como si gritaran: “Miren lo que le han hecho a mi mujer, contemplen cómo han abusado de ella, ¿no se pagará semejante crimen?”. 

Si pudieras enviar a la luz pública todo el dolor que ha causado, una botella con las lágrimas que se han vertido, en un balón cada suspiro que ha huido del pecho y todo envuelto en un pañuelo negro de melancolía, sombras y tristezas, eso movería a la gente en sentido contrario a cometer aquello que tiene resultados tan funestos. Satanás ciega a los hombres para que no contemplen por adelantado las consecuencias de sus actos injustos. Oh, Señor, ayúdanos a apegarnos a tu ley para no pecar contra ti ni contra nadie. Amén.

20:12-14

“Entregad, pues, ahora a aquellos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos, y quitemos el mal de Israel. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel, sino que los de Benjamín se juntaron de las ciudades en Gabaa, para salir a pelear contra los hijos de Israel”. Va a tener lugar una guerra por causa del maltrato sexual de una mujer insensata; sin embargo, Dios aprobó la guerra (v.18); porque Israel no tenía una motivación moral sino teológica y querían purificar de pecados la tierra. Fueron castigados los que pecaron y los que quisieron protegerlos.

20:16

“De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban”. Eran expertos tiradores, pero nada pudieron porque pelearon contra Dios, daban "coces contra el aguijón” (Sal. 20: 7). Perdieron todos y ellos fueron muertos. Con menos talento se puede ganar la guerra si Dios te acompaña. Uno generalmente piensa que con más. Escritores antiguos afirman que en Mayorca y Menorca, Las Islas Baleares, desde el tiempo de los fenicios, las madres ponían el desayuno sobre un poste hasta que los muchachos fueran capaces de golpearlos con la honda. Se dice que los indios también aprendieron ese arte y eran capaces de hacer lo mismo que estos judíos.

 

Uno sólo fue el causante de tan grande desastre

20:18-28; Jos.8: 9.

“Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová”. Esto tuvo que ocurrir unos veinte años después de la muerte de Josué y no que trescientos años fuera la edad de Fines. Ya era un gran mal que dos tribus hermanas, por el pecado de unos hombres y el salvajismo de otro, se lanzaran a una guerra fratricida. Esa es una razón quizás por la cual Dios los dejó consumirse los unos a los otros (Ga.5:15); y aunque permitió que Judá comenzara la guerra contra Benjamín, fue algo que él no aprobaba porque esa tribu misma, que debía ser ejemplo, había caído en sus pecados.  Judá que buscaba darle castigo a la otra tribu, fue ella misma castigada y perdió numerosos y buenos hombres. Judá combatiendo “hasta la sangre contra el pecado”, fue vencida por dos veces (He.12:4), derribada “pero no destruida”. “¿Cómo es posible que ocurra esto?”; “Si Jehová ha autorizado este plan que hemos confrontado con su voluntad, ¿cómo no nos da la victoria? ¿Nos ha llamado a perder? ¿Nos quiere exterminar? No, pero tampoco ellos le preguntaron si debían o no pelear y confiaban para la victoria en dos cosas, el número y la causa justa. Fíjate que un solo hombre, levita, que debió contribuir a la unión del pueblo, fue el causante de tan grande desastre.  ¿No hubiera sido mejor orar por aquellos transgresores y mirar la violencia hecha a su mujer como una paga por su infidelidad? ¿No era mejor dejar que Dios tomara venganza y no azuzar a las tribus de Israel por un problema netamente suyo?

20:34,41

“Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla arreciaba; mas ellos no sabían que ya el desastre se acercaba a ellos”. No podían imaginar, ni siquiera creerían el desastre que los alcanzaría, pelearon por una causa injusta y tuvieron su triunfo, se envalentonaron y cayeron porque la suerte del que hace lo malo cambiará súbitamente; aunque vaya ganando el desastre se le aproxima. No te hagas una ilusión sobre el futuro, si pecas.

21:1

“Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer”. Porque no queremos emparentar con gente corrupta, no queremos que toquen nuestras hijas o hijos gente así.

21:2,3

“Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron: Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?”.  Se lamentaban que las cosas hubieran llegado a ese extremo, le pidieron a Dios que les reparara el daño que ellos hicieron. Lloramos sobre algunos de nuestros hechos y pedimos a Dios, por favor, restablezca lo que hemos derribado.

 

Conformarnos con una buena idea

21:1-7

“¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres. Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento, a la reunión”. No veo que Dios les haya hablado, pero salieron de su presencia con una solución, "que seguro era suya". Ellos se arrepintieron de que no tendrían a Benjamín, ellos, pero Dios no se arrepintió que hubiesen sido castigados; su silencio es porque las cosas se llevaron a un extremo que él no hubiera querido. Cuando Dios no nos habla tenemos que conformarnos con una buena idea. ¿Buena idea? (vv.8-12); no, fue un crimen lo que hicieron, hicieron una desdichada masacre; un error mayor que el primero. Casi todos los comentaristas justifican esto por medio del juramento y la desobediencia de ellos. Tendrán razones mejores que las mías para pensar lo contrario, pero a mí me parece que esa no era la solución. Estuvo mal desde el principio. ¿Por qué, como dice Mathew Henry, no enviaron hombres para que sacaran de Jebús a los violadores? Si Dios no les habló no debieron poner en práctica ningún plan. A veces sustituimos lo que Dios quiere, porque no sabemos qué hacer debido a su silencio, con buenas iniciativas. La voluntad de Dios es la mejor solución. Es mejor ir tomándose gran tiempo para ir preguntando a Dios y esperando que dé indicaciones de lo que quiere, a inventar precipitadas soluciones.

21:15

“Y el pueblo tuvo compasión de Benjamín, porque Jehová había abierto una brecha entre las tribus de Israel”. ¿De Benjamín? ¿Y de los de Jabes? No, el pecado de ellos. Los hombres en el Antiguo Testamento responsabilizaban a Dios cuando sus actos tenían su aprobación o no los podían controlar.

21:17 

Y dijeron: Tenga Benjamín herencia en los que han escapado, y no sea exterminada una tribu de Israel; haber herencia para los de Benjamín para que no sea exterminada una tribu”. Tanto interés porque no desaparezca una tribu que lo merecía. Si han pecado se lo merecen, el Señor quita el candelabro que no alumbra (Apc.2:5). No se pueden conservar antiguas y venerables estructuras con las cuales Dios ya no puede hacer nada, porque están putrefactas.

 

Tuvieron el permiso del Señor, pero no su beneplácito

21:1-12

“Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron: Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?”. Uno no puede leer toda la historia sin sentir pena. No hubo fiesta por la victoria, ni condecoraciones, porque cuando las guerras son entre hermanos el que gana no puede estar alegre sino hacer "gran llanto", lamentar lo que ha pasado. Aunque el mal se haya extirpado y la justicia saciada el corazón se queda triste y con ganas de llorar, porque se extraña a los muertos. Segundo, el que triunfa no puede celebrar su victoria porque se arrepiente si no de haber castigado el pecado y arrancar a los perversos de dentro de la comunidad (v. 6; 1Co. 5: 2,13), al menos de que haya ocurrido todo eso, de los acontecimientos, y el pecado de los derrotados y dice como Israel "¿por qué ha sucedido todo esto?". Sin embargo, también cometió pecado en cómo hizo para restaurar a los hermanos ¡haciéndole daño a los de Jabes! (Una ciudad de escribas vv.9-12). ¿Es ése el mejor medio? ¿No pudieron perdonarlos y que como precio por no ir a la guerra (que ellos mismos lamentan), dieran sus hijas y no castigarlos salvajemente? Aún no habían aprendido a perdonar. Esa guerra entre hermanos si bien tuvo el permiso del Señor, no tuvo su beneplácito. Ellos no buscaron cómo resolver la situación cuando se presentó, ¡ay!, esas cosas son del diablo (Sgo. 4: 1); las divisiones tienen que venir, pero ni Dios ni los santos las desean. El diablo triunfa cuando se castiga mal el pecado; es mejor que uno reciba menos de lo que merece que más, castigar un poco, perdonar otro poco, justicia y misericordia unidas.

21:22- 24

“Y si vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados”. Mira qué listos son y como hacen sus deseos rodeando el voto o juramento; hacer lo que uno quiere sin incumplir el mandamiento, moverlo de un lado para otro sin quebrantarlo, ponerlo donde no impida hacer nuestros deseos. Copiando las mañas de Balaam el falso profeta. Malicia de la naturaleza humana, señor lector.

 

 

Rut

 

Este es un librito muy bonito, especial para inmigrantes, posiblemente en el tiempo de los Jueces muestra la importancia que tienen los históricamente intrascendentes ciudadanos y lleno de la sabiduría divina y de lecciones útiles para la vida. Desde el primer capitulo la historia es encantadora como el comienzo de una novela. Noemi es una mujer extraordinaria con una personalidad popular. Su nombre significa placentera, pero ella decide, por sus circunstancias vividas, que le digan Amargada, sin embargo el nombre de Dios lo pronuncia de dos maneras, YAHVE y EL SHADDAY o Todo Poderoso o Todo Suficiente, y aunque admite que la muerte de sus hijos ha sido por decreto del Señor no le adjudica “despropósito” (Job 1:22) alguno, aquel varón del oriente a quien Dios dejó sin hijos y sin dinero. Está conforme o al menos resignada con la providencia divina siendo Dios para ella tal como siempre ha sido y algo nuevo, con un nombre ajustada a su pequeña historia. Cuando llegó a Belén, el poblado le dio la bienvenida, supongo que sus vecinos y ella se vacía emocionalmente con ellos y sin mentir les dice que ahora regresa a su país con las manos vacías, con el hogar vacío, y con el corazón vacío y repleto de melancólicos recuerdos.

               

Exposición 1

Conociendo una familia de inmigrantes

1: 1

“Hubo un hombre de Belén que salió de Israel y se fue a vivir (con sus dos hijos y mujer) a un país vecino llamado Moab”. Una familia de inmigrantes. Esto lo hicieron por razones económicas, no políticas. No eran refugiados políticos. Pero si lo fueran es igual, emigraron. Uno pensaría que fue Noemí, la esposa, la que haló a su cónyuge afuera, pero si la historia comienza con él, Elimelec, fue él el del proyecto y el primero en ser cortado por la guadaña de la muerte. No obstante, como habla la esposa tras su muerte, los dos estuvieron de común acuerdo porque uno no sabe qué va a ocurrir y cómo le han de ir en el nuevo país, y deben también ponerse de acuerdo sobre el tiempo que permanecerán fuera, si un año, dos o toda la vida, o, mejor dicho, como en este caso, dejar el asunto del regreso para cuando Dios se lo indique. Las circunstancias futuras son las que dirán: Quédate o vete. Pero todas las emigraciones tienen su riesgo. Uno nunca sabe cómo le han de ir las cosas, por esa razón ambos, si están casados, y sobre todo si tienen hijos, tienen que estar de acuerdo para poder enfrentar lo bueno o lo malo que ocurra porque por lo menos al principio de la llegada, las cosas nunca son fáciles. La adaptación a la cultura, al idioma, y conseguir trabajo, son de las principales dificultades que hay que enfrentar. Y además la adaptación cultural a un país teológicamente distinto. Cuando uno lee toda la historia de esta familia no está seguro si hicieron bien en salir del país o no, pero lo que sí se puede asegurar que pese a todo lo que les ocurrió la providencia de Dios estuvo con ellos y les escribió una corta historia útil para la posteridad: por supuesto, si uno vive bajo las alas de Dios, como años después Noemí le dijo a su nuera cuando ella quería emigrar de su país y dejar toda la familia detrás.

 

 

 

 

Exposición 2

 

Cruzando la frontera

1:2-3

“Su esposa se llamaba Noemí, sus hijos Mahlón y Quelión y habitaron en el país de Moab”.  Era un país vecino y sólo tenían que cruzar la frontera. Sin embargo, uno estaba mejor económicamente que el otro. Y ¿eso por qué? En este caso porque Dios bendecía a uno y al otro no tanto; y siempre pasa así, aunque la economía depende mucho de la cultura que tengan los pueblos y como ellos se desarrollen y preserven sus instituciones. Ese conjunto de cosas depende de la bendición de Dios y no tanto de la sabiduría de sus políticos y economistas porque, por ejemplo, ¿por qué algunos otrora más prósperos países de la antigüedad hoy en día son pobres, digamos como Egipto y Grecia que junto con Chipre son los dos peores económicamente de la comunidad europea? Los países se van quedando atrás si dejan a Dios, y da ocasión a que los ciudadanos tengan que emigrar. Pero si usted sigue leyendo ve que no pasó mucho tiempo y se murió Elimelec y se quedó Noemí viuda con sus dos hijos y ambos murieron fuera del país. Estaban casados, y eran jóvenes. Cuando Noemí regresó dejó atrás los cadáveres de su marido y de sus dos hijos, ni tampoco trajo alguna fortuna para invertir. Entonces, ¿para qué salí? –diría ella. - ¿No hubiera sido mejor que no emigrara? -. Pero como ya he dicho con casi toda la familia muerta no podría decir que le fue bien, pero, sin embargo, llegó a ver la bendición de Dios sobre su vida, y aunque lo que perdió no lo recuperó, Dios le dio otras cosas muy bonitas y gloriosas y si ella nunca supo por qué se le metió en la cabeza salir del país, su historia sí lo dice y para qué, o para quienes hizo bien que ella cruzara la frontera. Pese a todo. Cuando uno se va con Dios, vive con Dios y regresa con Dios, aunque vuelva con las manos vacías la vida no la trae totalmente vacía.

 

Exposición 3

 

Se casaron mal en otro país

1: 4

“Y ellos dos se casaron con mujeres moabitas, una se llamaba Orfa y la otra Rut. Y habitaron allí unos diez años”. Ya conocemos la familia de emigrantes, Elimelec, Noemí, Mahlón y Quelión. Cruzaron la frontera entre Israel y Moab y vivieron muchos años allí. Hubo transgresión en esos dos matrimonios; la ley de Dios lo prohibía, pero no estoy seguro de que la corta vida de ellos fuera un juicio de Dios. Hay pecados que son más grandes que casarse mal. Y en este caso se casaron mal no porque fueran malas mujeres porque eran buenas y una de ellas, Rut, por la que se le da el nombre al libro, era excelente. Dios tuvo compasión con Rut haciéndola prosélito judío y de su injerto una vida de bendición. Vino a ser uno de los ancestros de Jesús (Mt. 1: 5). En realidad, salieron como inmigrantes, sin saberlo, para buscar a una mujer moabita llamada Rut y que llegara a ser como la abuela del rey David y una de las parientes de Jesucristo. ¿No hubiera sido mejor que Dios le enviara como vecino algún israelita que le hablara y ya? ¿O el mismo Mahlón que se hicieran amigos pero que no se casara con ella? Dios pudo usar otros medios, pero dejó que Mahlón, si fue él, se casara con ella, porque el propósito no era el esposo en sí sino la suegra. Dios le iba a dar una suegra, Noemí, extraordinaria, y para unir a esas dos mujeres fue que Dios dejó que entrara a la familia de ese modo. De todos modos, ella, Rut, se va a volver a casar y Noemí tendrá un precioso nieto. Por eso, no es tanto buscarle sentido a nuestra vida y comprenderla sino buscar en ella la gloria de Dios y el propósito eterno que tiene con nosotros. Por otra parte, tal vez planearon estar unos cortos meses en Moab o un año o dos y la emigración duró diez. Nunca se sabe cuándo emigra y cuándo volverá y ni si volverá, Dios lo sabe. Podemos morir en tierra de otros. 

 

 

 

Exposición 4

 

Muchas cosas sin explicación

1:5

“Quedó privada de sus dos hijos y su marido”. Pero no de Dios; la historia fue preservada para demostrar eso. A veces un inmigrante se queja que le ha ido muy mal en ese otro país, pero ¿no ha pensado usted que hay otros que les ha ido peor? Fíjese en esa palabra ‘privada” y cuánto dolor hay dentro de ella, cuántas lágrimas, suspiros, recuerdos dejados, lamentos, remordimientos y culpa. La palabra también se traduce “desamparada”. Sin dinero, sin marido y sin hijos. ¿Qué camino le quedaría diez años después? Regresar. ¿Dios la abandonó? No. ¿Por qué se le murieron todos y no le dejaron herencia? Eso por el momento no tenía explicación hasta que su vida se completara y se escribiera. En la vida de un inmigrante suceden muchas cosas que no tienen explicación para él, que aparentemente son como una negación del amor de Dios y del cuidado suyo. Hay cosas que son inexplicables. La actitud inteligente es de seguir confiando en la sabiduría de Dios y dejarse conducir, y el tiempo le dará la razón vendrá con explicaciones. 

 

Exposición 5

 

La providencia de Dios cambia

1: 6

“Jehová había visitado a su pueblo para darle alimento”. 

Quizás porque Dios levantó un buen juez, o sea un buen gobernador que puso las cosas en su sitio y empezó a llover y aquella economía ganadera y agricultural fue bendecida. Quiere decir que la economía mejoró, les envió lluvia del cielo (Hechos 14: 17), las cosechas y el comercio aumentaron; así su exilio terminó. ¿Y si no hubiera mejorado la economía? Hay pueblos que no mejoran ni en diez años ni en cincuenta. ¿Qué hubiera hecho ella? Regresar de todas maneras porque no le quedaba nada, y allá en Belén tenía algo, supongo, una casa, y eso y un cambio de la providencia era todo de lo que disponía. La vida cambia porque la providencia cambia. Dios no cambia, pero la providencia suya para nosotros sí. Las razones por las que había emigrado cesaron y ella no tenía más que diez años atrás, al contrario, menos. Cuando uno vive bajo Dios, le vaya bien o mal, la providencia un día mejorará.

Por otra parte, si los pueblos buscaran a Dios, sus gobiernos, sus economías mejorarían. Aunque es cierto que ha habido prósperas ciudades y naciones idolátricas, y que ellas han prosperado por algún propósito especial divino, son excepciones, la mayor parte de las naciones paganas han vivido en miseria moral y económica. ¿Qué demostró el experimento ateo del comunismo? ¿No se empobrecieron todos y tuvieron que renunciar a él? Si hubiese una reforma religiosa hacia el evangelio, sus economías serían indudablemente bendecidas. Los políticos debieran conocer más de teología y no hacer proyectos de campañas dejando fuera a Dios en aras de la democracia o para ganar por ambición los votos de la gente liberal.  

 

 

 

Exposición 6

 

Esposas y enfermeras

Rut 1: 8

“Jehová tenga misericordia con vosotras como la habéis tenido con los muertos y conmigo”. 

Habían sido buenas esposas, quizás lo demostraron cuando sus maridos se enfermaron. Eso deben tenerlo en cuenta los jóvenes cuando se casan. Uno se casa para estar juntos para siempre, es un pacto que se hace ante Dios y los hombres, un compromiso recíproco de estar unidos en lo que venga, salud o enfermedad, trabajo o sin trabajo, con dinero o sin dinero. Los maridos de estas mujeres como eran jóvenes no imaginaron que podrían enfermarse, necesitar un médico, medicinas, alguien que los atendiera, les ayudara a bajar la fiebre, ir al baño o les alcanzara un poco de agua. Es muy triste enfermarse y no tener a nadie, o haber abandonado una buena mujer que hubiera sido como una enfermera o una mamá por otra que sólo significó deseos. He visto a viejos dejar a la compañera de sus vidas por otras más jóvenes y después morir abandonados y en la soledad, sin mujer y sin el cariño y respeto de los hijos. Por otra parte, estas dos mujeres eran paganas pero virtuosas. Por naturaleza eran muy humanas y buenas esposas. No conocían a Dios, pero sabían ser mujeres y esposas. No solamente las cristianas son buenas esposas. Y hay algunas que se llaman cristianas que saben ser mujeres para sus maridos, pero no servirían para atenderlos en una larga enfermedad o en una prolongada época sin trabajo ni dinero. Cuando los maridos murieron, la mamá de ellos, Noemí que era de las mejores suegras del mundo, les dijo que se volvieran a casar y Dios les diera otro hombre tan bueno o mejor que el que había muerto. Estaba dispuesta a que el futuro de las dos se separara del de ella. Nota que no dice “mis hijos”, su tristeza es más negra, “los muertos”. Ame a su mujer en las buenas y las malas y no la deje porque, aunque usted es joven pudiera necesitarla como una enfermera o en substitución de su madre.

 

 

 

Exposición 7

El segundo marido

1: 9

“Dios les conceda descanso a cada una en la casa de su marido. Y ellas alzaron su voz y lloraron”. 

Fíjense que Noemí les dice a las dos jóvenes que se vuelvan a casar, que todavía están jóvenes, y que hallen un marido que les traiga consuelo y descanso. ¿Descanso? O paz, consolación y confort. No se refiere al descanso físico pues trabajaban noche y día sino a que tendría una familia donde cuando llegara cansada pudiera descansar (2: 7). Eso era una forma de indicarle que tenían que ser sabias antes de decir el sí a cualquiera y orar para que Dios les permitiera conocer a un buen hombre con el cual formar una pareja de paz. Que no dejaran a Dios fuera de eso. El único que conoce el corazón de todos es Dios y él sabe cómo será un hombre cuando se convierta en esposo y padre, y ellas no lo sabían y ninguna mujer lo sabe. El nuevo esposo que encontraría Orfa no lo sabemos porque ella se separó de Noemí y de Rut, pero es casi seguro que no fue un hombre que creyera en Jehová porque ella se volvió a sus dioses como dice más adelante. Hubiera sido posible que hallara felicidad en su nuevo matrimonio con un hombre pagano, adorador de otros dioses, pero eso sería difícil después de haber estado casada con un hombre que adoraba a Jehová. Y ¿eso por qué? Porque la clase de religión que uno tenga tiene que ver mucho en lo que uno es. No es lo mismo el Dios de los cristianos que cualquiera otro. La moral no es igual, los hábitos no son iguales, y el concepto de lo que es una esposa tampoco es igual. Se supone que un buen cristiano haga de su hogar algo superior al que no lo es. El ambiente del hogar resume todo eso. Y Rut halló descanso cuando encontró un buen marido, un excelente segundo esposo, y Dios le dio un precioso hijo. 

 

 

Exposición 8

 

Dios está a favor, aunque no lo parezca

1: 12-13

“Soy demasiado vieja para tener marido. La mano del Señor ha sido contra mí”. 

Y quiere decirles que ellas no son viejas, que son jóvenes y mientras más joven más fácil es encontrar un marido o por lo menos es mejor para formar una familia. Algunas señoras modernas no piensan así, que son viejas para tener marido. Ella se refería a que ya por la edad no podría salir embarazada, no que no pudiera tener un compañero a su lado. Eso de que si una viuda mayor de edad se casa o no se casa es asunto que decide ella con la aprobación o no de los hijos, pero ella no tenía ninguno. Su principal necesidad no era sexual sino emocional y económica. Una mujer mayor se casa porque quiere compañía. Además, parece que el dolor de los hijos muertos era tan grande que no le apetecía tener otro hombre. Más adelante cuando se dice que llega a su ciudad y la reconocen dice que no le llamen Placentera que es lo que significa Noemí sino Amargura porque viene vacía. La crisis emocional de ella se vuelve más grande cuando le añade culpa diciendo, “pues la mano del Señor se ha levantado contra mí” (v.13). Esa es una interpretación de ella por la muerte de su familia. Hay situaciones que ocurren que uno no tiene una explicación para lo que ha pasado y lo único que puedo decir es que no se culpe tanto porque Dios tiene algún propósito con todo eso, que no se sabe cuál es y si así es, es mejor hacer la voluntad de Dios y dejar de preguntarse porqué.  Mejor que tratar de vivir “una vida con propósito” es tener fe cuando no existen explicaciones. La mano de Dios está contra los impíos no contra los inocentes; que un sufrimiento no tenga explicación no quiere decir que no tenga algún sentido. Dios lo sabe. Nos lleva a algún lado. Dios pudiera parecerle en contra, pero realmente está a favor. Amén.

 

 

 

 

Exposición 9

 

Dios compuso su vida

1: 19-22

“El trato del todopoderoso me ha llenado de amargura”. 

Quiso decir: "No vengo próspera, en mi emigración me ha ido mal, traigo menos de lo que me llevé, quiero que todos sepan lo desdichada que soy; llámenme "amargura"; y todos bajaron sus cabezas confundidos. Noemí dijo que había actuado mal al irse; dice que el todopoderoso Dios (el Shaddai) le permitió que peregrinara sin su aprobación y lo perdió todo por irse. Por sus circunstancias pensó que Dios estaba contra ella porque había pecado yéndose, dejando su amado país, sus amigos y vecinos, sin embargo Dios tenía un propósito especial con ella, y ese propósito estaba relacionado con la nuera que le acompañaba que habría de ser una de las antecesoras del Mesías o Jesús, que la ayudaría a encontrar un buen marido y que económicamente prosperarían; por otra parte lo que menos ella imaginaba, y murió sin saberlo, que la historia de su vida, sus desdichas y sus palabras algún día formarían parte de la historia de la iglesia y ayudaría a millones y millones por miles de años. Si algún día pensó que su vida no tenía significado alguno se equivocó porque, aunque ella nunca lo supo porque Dios no se lo dijo, sí lo tenía y grande. Su economía se arregló. Al final Dios compuso su vida. 

 

 

Exposición 10

 

Silencio de parte de Dios

2: 2, 3

“Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas. Fue a la parte del campo que pertenecía a Booz” (Lev. 19:9). 

Llegaban de la emigración. Estaban económicamente mal y la joven quiso hacer algo por la familia. Fue a trabajar en un campo abierto. No a una oficina. No tenía trabajo fijo. El Espíritu Santo la llevó. Es él quien consigue trabajo si lo buscamos sinceramente. Pudiera ser que ambas oraran antes de partir. Hay mucho silencio de parte de Dios, ninguna visión, ningún sueño revelador, ningún profeta que la orientara, ningún sacerdote, nadie, sin embargo, la invisible y discreta providencia de Dios estaba en acción sin ella saberlo, y aunque se veía sola y todo dependiendo de ella, Dios estaba a su lado y con su destino. Las puertas del trabajo se le abrieron, tuvo buenos compañeros y compañeras y un jefe que andando el tiempo se convirtió en su manido y ella pasó a ser la señora y también dueña y rica de la ciudad de Belén. De la viudez al matrimonio, de la pobreza a la riqueza, del paganismo al Dios único, de las lágrimas a la dicha y del anonimato a la popularidad y la fama, no porque escribió la historia de su vida sino porque otros la vieron vivir y la escribieron. Eso fue su conversión cuando dejó sus ídolos y las abominaciones a Dios. Dios siempre está en acción, no es un espíritu sedentario e inerte. Es invisible, pero está ahí, está callado, pero obrando, haciendo su voluntad. Claro, si uno anda con él. Es bueno creer que va caminando a nuestro lado y que no estamos solos. Si estamos de acuerdo con él. Si no andamos por el mundo pecando y olvidados de Dios, aunque él vaya callado en nuestra vida, la está dirigiendo toda porque no abandona a quien no lo abandona. Mucho silencio pero oyendo y viendo lo que hacemos.

 

 

Exposición 11

 

Booz, no un capitalista cualquiera, ni tampoco comunista

2: 4

“Jehová sea con vosotros y Jehová te bendiga”. Dios mío, ¿eran carismáticos o pentecostales? Ni lo uno ni lo otro sino una religión en pleno uso espiritual, en las labores sin secularización. ¿Puedes imaginar hoy a un patrón saludando así a sus empleados y ellos a él? Se deseaban recíprocamente bendiciones. Esto es una excepción para aquellos tiempos de desorden y abandono de Dios. Nunca la piedad está totalmente extinguida ni la religión completamente muerta. Este Booz era un hombre rico sin embargo podemos leer que visitaba a sus empleados en sus labores y hasta se quedaba a dormir con ellos porque se sentía parte de ellos, eran como su familia, sus amigos, no simplemente asalariados. Aquello parecía una iglesia y no porque profesaran su religión dejaban de trabajar porque leemos que mientras hubiera luz del sol estaban en el campo. Este Booz era un capitalista, según hoy se le clasificaría, sin embargo, distinto a muchos de los que conocemos porque era muy generoso, tampoco era comunista para presumir que se unía a la clase obrera y estaba con ellos, Booz simplemente era un hombre rico porque era un buen trabajador, sabía tratar humanamente a sus empleados y se unía a ellos en la misma fe y bajo la misma sombra de Dios. Hay escritos que afirman que lo que exactamente dijo fue: “la Palabra de Dios te ayude”. Si eso fuera cierto uno ve que era así porque era un hombre apegado a la palabra de Dios, la estudiaba y la vivía, y ellos aprendieron lo mismo, lo efectiva que es la palabra de Dios, la Biblia, en transformar a los capitalistas o los comunistas, a los patrones y obreros, y que cualquiera que sea el tamaño del negocio, si la palabra de Dios entra, el negocio prospera, los trabajadores laboran mejor y ganan más, y no les pesa las horas que tengan que estar en el trabajo porque aquello es como estar en la familia o en una iglesia.

 

Las sendas del éxito y la felicidad (Primera parte)

Exposición 12

 

2: 8-11; 14-16

“Todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu esposo, me ha sido informado en detalle y como dejaste tu padre y tu madre y tu tierra natal y viniste a un pueblo que no conocías”. Fíjese que la conoció en el trabajo y le llama “hija mía” a la que será su esposa; aunque es una expresión común (3:1). La emplea con las criadas y después llegará a ser la señora del dueño del campo. ¿No ve? Amor y trabajar duro son las sendas del éxito y la felicidad. Booz hizo una investigación de ella, posiblemente con Noemí, y le contaron su buen testimonio; y cuando supo sus virtudes y las empezó a decir comenzó a enamorarse de ella. El hablar bien engendra el amor. 

Fíjese Booz es un tipo de Nuestro Señor Jesucristo; el Padre, en la historia de la revelación fue revelando su carácter amable y generoso en muchos personajes del Antiguo Testamento, como adelantándonos su belleza sublime de modo que fuera “admirado en los que creyeron” (2 Te. 1: 10). Si presta atención al texto verá que la era de Booz parecía una iglesia y los obreros se trataban como hermanos. Cuando él llegó a ellos se saludaron así: “Jehová sea con vosotros y ellos respondieron: Jehová te bendiga” (v. 4) ¿No es eso bonito, en medio del campo, en el ardor del trabajo que llegue el dueño y los empleados alcen sus rostros, sonrían y se saluden con las mismas palabras religiosas? Sí, he dicho “religiosas”. No que detuvieran la espiga para orar o para celebrar un culto porque habían ido allí a trabajar, pero tampoco les tomaba tiempo ni había prohibición de usar un lenguaje de creyente en medio de sus labores. Se saludaron espiritualmente demostrando que existía entre ellos una estrecha relación con Dios lo cual queda demostrado porque el dueño de la era tenía un alma creyente y vivía bajo la sombra del Altísimo. Cuando se dirigió a Rut le dijo: “Jehová recompense tu obra y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (v. 12). 

 

Exposición 12

Las sendas del éxito y la felicidad (Segunda Parte)

2:8-11; 14-16

Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y 

ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis”.

En tiempos de aquellos jueces cuando cada uno hacía lo que bien le parecía hallar un individuo así con una propiedad y empleados tan llenos de Dios, era algo muy raro, una maravilla. Se hubiera podido caminar por todo Israel y se hallarían a todos los propietarios secularizados y materializados hasta las orejas, con mucho de comercio, extorsión y superstición, pero nada espiritual en las labores, nada de Dios. 

Se mira la gran piedad que tenía Booz por el modo en que trató a aquella mujer extranjera. Ordenó a sus empleados que no la molestasen (v. 9) ni la avergonzasen (v. 15), ni la reprendiesen (v. 16) o sea que no la hirieran verbalmente ni la discriminasen por ser extranjera.  Cuando supo por medio de los que la conocían el valor que ella tenía para la familia y sus cualidades laborales, porque amaba a su suegra y trabajaba sin descanso. Luego le abrió una serie de oportunidades sentándola a la mesa para que comiese su pan (v. 14), ordenando a sus siervos que dejasen caer algunos manojos para que ella los recogiera y facilitara así el éxito en su rebusco. Rut era una extranjera virtuosa y Booz también.

Hombres y mujeres estaban contentos de trabajar con él; cuando un empleador prospera en su negocio hace que prosperen también los que emplea, si no es un explotador y un mal cristiano. Cuando el dueño de una compañía, una empresa o un comercio, refleja en su carácter las bellezas de Cristo, sus empleados se sienten a gusto en trabajar para él y realizan mejor la labor porque es cristiano y no incrédulo (1 Ti 6.2) (Ef 6.5-9). Booz, como se dice en el v. 20 tuvo en su carácter mucho de nuestro Amado Redentor, más bello que el redentor de Rut la moabita, como el Redentor de Job. ¿Tienes tú un Redentor? Repito lo que dije al principio, las dos sendas para el éxito y la felicidad son el amor y trabajar duro.

 

 

Exposición 13

 

No sea ciudadana o ciudadano de segunda clase

2: 10

“Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que te fijes en mí que soy extranjera?”. El Tárgum dice: Un pueblo, Moab, no digno de pertenecer a la congregación de Israel. Si usted piensa en la iglesia del Señor sabe que cuando estábamos sin ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos y las promesas, estábamos sin Dios (Efe. 2: 12, 19), siendo ajenos y advenedizos, pero fuimos hechos participantes con los santos y hechos conciudadanos con ellos y miembros de la familia de Dios. Todos esos privilegios los obtenemos cuando estamos en Cristo y no ciudadanos de segunda claseporque en la gracia de Dios no hay hijos ni ciudadanos de inferior categoría. Una moabita refugiada bajo las alas de Jehová es igual ante él que una Noemí nacida en Belén. Una Lidia de Tiatira es igual que el ciudadano Saulo que nació en Tarso, ciudadano romano y judío. Si puede hágase ciudadano del país donde emigró, eso le permitirá tener los privilegios que tiene un natural, aprenda el idioma, estudie su cultura y asimile de ella lo mejor que tiene no lo peor, no sus pecados, y trabaje duro, no gaste todo lo que gane y como Rut busque un hombre cristiano para casarse, tal vez lo halle en su trabajo como Rut, que a veces es mejor que en una iglesia cristiana porque en el trabajo se mira la aplicación de la fe que se dice que se tiene  y se pone en práctica o no lo que se recibe el domingo. Si no tiene forma de adquirir la ciudadanía con dinero o la residencia legal, y ya como Rut cruzó la frontera con su suegra creyente y no puede acogerse a la ciudadanía de ella, entonces ore a Dios y tal vez conoce a un Booz como Rut y él puede darle la ciudadanía. Y si eso tampoco funciona entonces déjese llevar por Dios y permanezca en el país tanto como esté en los planes de Dios. Y en cuanto a que se sienta o le hagan sentir ciudadano de segunda clase, eso depende de quién le hace sentir eso, y su mejor defensa es ser en vida y prosperidad mejor que alguno de los nacionales incluidos aquellos que están enfermos con prejuicios raciales.

 

 

Exposición 14

 

Bajo las alas de Dios

2: 12

“Jehová recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del Señor Dios de Israel bajo cuyas alas has venido a refugiarte”. Este es un versículo tan hermoso que merece que le dedique un espacio separado. Voy a empezar por lo que me parece más hermoso y es la figura del lenguaje con la cual el Espíritu Santo dibuja la providencia y la misericordia de Dios, “cuyas alas”. Dios no tiene alas, pero lo dice para que pensemos como un ave protege a sus hijos debajo de él. En realidad, Rut no salió a otro país teniendo como fin refugiarse bajo las alas de Dios, aunque cuando hizo la decisión de irse con ella dijo “tu Dios será mi Dios”, sino siguiendo a su suegra a la que amaba, y acompañándola llegó a la congregación de Dios el Señor de Israel, y como dicen los judíos, se hizo prosélito, o sea devota y fiel creyente en Dios. Los judíos tenían en el templo un arca de oro y sobre la tapa había dos ángeles mirando hacia abajo, con sus alas extendidas que cubrían la gloria de Dios que brotaba desde aquel lugar. Esa es la figura que aquí se evoca, como la providencia de Dios nos cubre con sus alas como si fuéramos la misma gloria de Dios. La providencia y la misericordia de Dios cubren a todos los que se hacen prosélitos cristianos, que dejan sus ídolos y pecados y acuden a refugiarse bajo sus alas. Booz además le dijo que Dios le recompensara todo lo que había hecho con su marido muerto y con su suegra, dejando sus padres, hermanos, tíos, amigos y su cultura. Es cierto que Dios bendice a los que obran bien, aunque le hago una aclaración, sus mejores obras no le compran el perdón de Dios ni le dan acceso a entrar al cielo. Nadie va a la gloria de Dios ni resucitará con un cuerpo como el de Cristo porque haya sido buena nuera, buena hija, buena esposa, buena trabajadora y sin vicios. El perdón es por misericordia y todo lo que teníamos que pagar por ella lo pagó Jesucristo con su sus sufrimientos, abandono, sangre y muerte. Las obras buenas que teníamos que hacer para que Dios nos recibiera por ellas las hizo Cristo y la virtud que tuvieron nos la pasó a nosotros, y hoy, por esa conducta intachable que él tuvo y que nos dio, es que entramos donde Dios y obtenernos el perdón y admisión. Sea buena nuera, buena esposa, excelente trabajadora, una gran madre, pero no recurra a su comportamiento como para merecer ser perdonada y que se le dé refugio bajo las alas de Dios, refúgiese primero bajo la misericordia de Dios y sea todo lo buena que pueda. Después. Amén.

 

 

Exposición 15

Salga más temprano del trabajo

2: 17

“Ella espigó en el campo hasta el anochecer. Sacó lo que le había sobrado después de haber comido y se lo dio a Noemí”. ¡Cómo ocurrieron cosas en un solo día! Todas las bendiciones que no había tenido en su vida ¿qué había necesitado? ¿Añorado? ¿Suspirado? Se agruparon en un solo día. Note hasta cuándo trabaja, “hasta el anochecer”. Estaba justificado el trabajar tanto porque lo necesitaban, ella y su suegra. Hay oportunidades que se presentan que hay que aprovecharlas hasta el máximo porque la situación lo requiere; y si uno por un largo período no ha tenido trabajo y éste se encuentra, es lógico que haya que aprovecharlo al máximo y darle gracias a Dios por el contrato. Es un tiempo de mucho ahorro. Fíjese que no sólo la muchacha trabajó mientras hubo luz del sol, sino que cuando recogió su fortuna y regresó, se llevó consigo el sobrante de lo que había comido a medio día. Jesús cuando hizo un milagro ordenó recoger los sobrantes (Jn. 6: 12,13). Si tiene un tiempo de bonanza y de bendición y puede ganar para su sustento y sufragar sus gastos, procure ser sabio con sus finanzas y ahorre porque la providencia de Dios puede cambiar y volver a quedarse sin trabajo. 

Por otra parte, mire que ella no se lo come todo, sino que deja una parte para su suegra. Es lícito que ella comiera primero. Pero lo que da pena es oír de jóvenes que trabajan hasta el anochecer y después malgastan en alcohol y placeres pecaminosos el dinero que Dios les permitió ganar y dejan a su familia casi igual que si no hubieran trabajado. El dinero que se gana fuera de casa es para ella. 

Pero ¿cree que una persona tiene razón para trabajar todo el día y la noche, sábado y domingo si con menos pudiera pasarla? Y si es creyente y quiere tener una familia bonita, no debe trabajar más que Dios que hizo el mundo en seis días y reposó uno. Los suyos necesitan no sólo de su dinero sino de su compañía, que usted haga vida familiar con ellos, especialmente los hijos; y si es cristiano, repito ¿no hay un día para ir a la iglesia y estudiar la palabra de Dios, orar, cantar y confraternizar con el resto de la familia cristiana? No vuelva siempre de noche, salga más temprano del trabajo, y si la situación lo permite, consagre el domingo a Dios y su familia.

 

 

Exposición 16

 

El hombre que se fija en ti

2: 19-21

“Bendito sea aquel que se fijó en ti”. El librito de Rut es acerca de la providencia de Dios y ella incluye bajo la dirección divina, todo lo que nos pasa. Aquí la vemos tanto en la emigración, la muerte, la localización de un trabajo como en el amor. Lo que literalmente dijo Noemí al preguntarle con quién había trabajado fue quién había tenido “conocimiento” de ella, o quién la había “reconocido”, o quién, como dice bonitamente aquí, se había “fijado en ella” una expresión que se utiliza para mostrar un interés amoroso de una persona por otra. Y no hay duda de que las atenciones que usó el bondadoso Booz con Rut revelan su simpatía por la clase de mujer que era. Comenzó admirando su trabajo y después la admiración se convirtió en amor. Este era un buen hombre y no se fijó en ella para explotarla o para comprarla, tratando con cortesías de enamorarla para dormir con ella. No era un patrón aprovechado sino un hombre muy respetuoso de la viuda de un pariente suyo a quien había conocido. Hay hombres que cuando ven a una mujer necesitada, viuda o soltera, se fijan en ella, pero con intenciones perversas para sacar partido de la desgracia de ella, y máximo sabiendo que no tenía ningún hombre que la representara sino una anciana suegra. Él sabía que ella era una inmigrante y que necesitaba trabajo, y se lo dio, con muchas facilidades porque comprendió su situación, pero no para deshonrarla. Más bien después fue ella la que aconsejada por su suegra se le acercó como mujer, y aun así él no la tomó enseguida en sus brazos y la besó, sino que la convirtió legalmente en su mujer y compañera. Rut no dejaba ningún hijo en su país como sucede con muchas de las inmigrantes en este país, que vienen aquí para trabajar día y noche para enviar dinero para alimentar y vestir a sus hijos; si así hubiera sido estaría en guardia poniendo en primer lugar su dignidad como mujer, sus hijos que confían en ella, su trabajo, y en último lugar algún hombre que dé señales de estar fijándose en ella. Eso, las que son como Rut, lo piensan dos veces antes de volverse a entregar a otro hombre, que por supuesto sea igual o mejor que el que perdió. Un hombre creyente en Dios, un verdadero hombre como Booz.

 

 

Exposición 17

 

Cambiando de trabajo

2: 22

“Es mejor que salgas con sus criadas no sea que en otro campo te maltraten”. En RV simplemente traducen que no la hallen en otro campo. Pero la idea de encontrarla en otro campo es como violar una propiedad y ser sorprendido y haya violencia. Encontrar un buen trabajo es un don de Dios y en eso toda mujer que cree en Dios debe orar para que su providencia conduzca sus pasos hacia un sitio apropiado porque ignora cómo le ha de ir, qué tal es el patrón y cómo son los demás trabajadores. A veces el patrón no es como este Booz, un hombre amable, generoso y respetuoso con los trabajadores y en especial con las mujeres a las cuales les paga un salario sin propasarse con ellas. Rut tuvo la bendición de hallar un empleador que no dejaba de pagarle su salario porque era una extranjera y sin derechos de ciudadanía israelita, ella encontró compañeras que eran tan creyentes como él, daban gracias por los alimentos antes de comerlos, se los compartían y hasta se saludaban con un saludo religioso cuando se encontraban. Aquel empleo que halló Rut era como una buena iglesia cristiana, con un buen pastor al frente, o mejor dicho con Cristo al frente. En ese campo halló Rut buen salario y buen trato. ¿Qué más tenía que pedir? ¿No era eso lo que estaba buscando? Ella fue allí para pedir trabajo no papeles de ciudadanía. Había cruzado la frontera sin problemas porque en ese tiempo no existía un servicio de inmigración como hoy, no pasó por la aduana ni le registraron el equipaje. Se acogió a su suegra y a su Dios y por eso se hallaba allí, y quería la ciudadanía de su suegra y a su Dios porque la amaba y ya creía en él, y si tenía que trabajar lo haría. Booz no le dijo, “si no eres israelita no te doy trabajo” porque a él no le importaba el estatus legal de ella, sino que trabajara bien. Y ella así lo hizo, y no sólo se ganó un buen marido siendo una mujer virtuosa sino un lugar dentro de las genealogías de Israel, una ciudadanía. No se cambie de trabajo si el que tiene se lo dio Dios, le pagan bien y la tratan mejor. Tal vez en otro ganaría un poco más, pero con el aumento no se haría rica y puede que cambiando de jefe y compañeros después lo lamente.

 

 

 

Exposición 18

 

Amor y conveniencia económica

3:1

“He de buscar seguridad para ti para que te vaya bien”. Fíjese usted que la palabra “seguridad” se pudiera traducir correctamente como protección, refugio, reposo y hogar; o sea que la suegra quiere que su nuera se vuelva a casar y eso no es muy común, y mucho más admirable es que Noemí ya es una anciana y dependía en mucho de la nuera, pero no quiere esclavizarla a su lado y marchitarle su vida gastando su juventud en cuidarla a ella. Le llama “hija mía” y no nuera, y como la quiere como una hija desea para ella que se vuelva a casar que eso no quiere decir que no amaba a su difunto hijo porque sí lo quiso, y lo cuidó hasta el último día de su vida. Por eso se llevaban tan bien porque Noemí la tenía como una hija y no como una competidora que le quitaba el amor de su hijo. Y además le ayuda a conseguir un buen marido. Noemí quiso decirle “no sólo quiero que te cases sino que sé quién es el hombre que te conviene”.

Le habló de su pariente Booz, el dueño del terreno donde ella trabajaba, y la experimentada señora se dio cuenta que tanta atención con su nuera era por algo, porque le gustaba, y si no le había dicho nada por respeto o timidez porque era más viejo que ella, ella ayudaría en la situación, y se atrevió a sugerírselo a Rut. 

¿No haría lo mismo cualquier madre si pudiera y ve que a su hija se le pasa la oportunidad? Hay nueras e hijas que no les hace falta que las ayuden en esa materia y preferirían que nadie interviniera. En ese caso ni meterse. Pero hay otras que sí les caería muy bien algún pequeño empujón. 

Fíjese que el hogar es el sitio donde a uno le va bienporque le dijo para que te vaya bien. El que forma un hogar, le va bien, el que lo rompe le va mal. Es una buena cosa que cuando una joven piensa casarse se consiga un hombre que cuente con la simpatía de la familia, en especial de los padres, porque a ellos les gustaría que hiciera una buena selección. Cuando dijo que le iría bien Noemí pensaba mucho que le iría bien económicamente porque el señor era un hombre hecho y derecho y con su negocio propio, y edad para contraer matrimonio tenía. Por las conversaciones que tuvo con Rut durante los meses de la recogida de los frutos, se dio cuenta que a la joven le simpatizaba el dueño del negocio; en ese caso el consejo estaba acertado, había amor y conveniencia económica. Si se hubiera casado por dinero solamente hubiera sido muy desgraciada porque la casa, la comida, la ropa y el dinero no dan la felicidad sino con quién se vive, el cónyuge la da o la mata. Pero casarse enamorada sin que tengan un céntimo ninguno de los dos, es muy romántico y novelístico, pero ¿cuál es el futuro de los dos cuando vengan los bebés? Y si un joven no tiene cómo sostener su esposa, o ayudarla si ella tiene trabajo, ¿para qué se casa? Y lo más hermoso de todo es que este segundo matrimonio de Rut sería con un hombre creyente en Dios que no sólo tenía dinero sino fe y cuyo carácter como patrón y esposo eran buenos.

 

 

 

Exposición 19

 

Casado sí, fornicario no

3: 1-5

“Úngete, ponte tu mejor vestido y acuéstate a sus pies” (a su lado). ¿Qué tal? No mires a Noemí asombrado; lo que estaba tratando era que Rut hiciera un matrimonio correcto y que el hombre que ella seleccionara redimiera sus posesiones. Si Rut lo amaba a él como él a ella, el matrimonio no era por dinero, pero sí debía incluir su solvencia económica (v.9). Booz era rico y Rut una viuda pobre y extranjera, con sólo dos dotes: su juventud y sus virtudes (v. 11); en cambio, él era rico y ella sabía que le agradaba. Noemí hizo el plan. Y corrió el riesgo que el varón la considerara una mujercilla ligera y la aborreciera como indigna de ser su compañera. Un experimento, como dice Clarke, que no debe ser imitado. Cualquiera que sea la benévola explicación, costumbre oriental y no occidental, quizás Noemí leyó el carácter, la edad y la historia de Booz y sabía que él entendería que la proposición no era una entrega sensual sino una transacción hereditaria, una oferta para redimir en buenos términos una propiedad abandonada. Y así lo entendió el caballero y no la tocó. O sea, que lo que Noemí tuvo en su mente fue la posición económica que tendría Rut, esposa de uno de los dueños de un terreno que había que sacar de su hipoteca por medio del pariente más cercano que lo quisiera hacer, pero que junto con la propiedad tenía que llevarse también la viuda por muJe. Noemí pensó en eso. No en eso solamente porque le dijo que se vistiera elegantemente de modo que ni los mismos compañeros de trabajo la podrían reconocer. 

Y ¿por qué no lo invitó a casa y hablaron del asunto como dos negociantes? Si ella desestimó ese método fue porque quería que Rut le demostrara que se casaba con él no sólo para vivir bien, sino que como hombre le gustaba y ninguna señal mejor que poniendo a disposición de él su honor. Es decir que no iban del negocio al amor sino del amor al contrato y él podría estar seguro de que no se casaba con un socio sino con una muJe. Y el buen hombre no la tocó porque temía a Dios y una relación de fornicación, amante, no estaba dentro de su consideración como hombre. Casado sí, fornicario no.

 

 

 

Exposición 20

 

No hay otros redentores

3: 6-13

“A medianoche el hombre se asustó”. ¿Puedes apreciar una historia tan bella? Es magnífica y extraña y virtuosa. Se asustó cuando se dio cuenta que había alguien acostado a su lado. Booz era un hombre virtuoso y entendió por las palabras de Rut “pariente próximo” o “redentor”, (en relación con la propiedad) (v. 9) que no se le estaba entregando como mujer, para que la usara y ya, no, sino que le estaba proponiendo ser su mujer si la tomaba legalmente. Isaias 

“Yo y mi propiedad-le dijo ella-, no es fornicación lo que me atrevo a proponerte; seré tuya si te casas conmigo como redentor”. Sus propiedades, o mejor dicho las de su difunto esposo, estaban como embargadas y hacía falta alguien que empleara dinero y ellas no lo tenían, pero aquel varón sí y, por cierto, según la ley su parentesco le permitiría abonar el importe y librar esas tierras. Y esta historia es preservada por eso, no solo por su ingenio y belleza sino por su parecido con la entrega de nuestra vida a nuestro Pariente y Redentor más Cercano: Jesús, el único que puede redimirnos. Booz hizo lo que dijo, consultó a otros redentores que tenían posibilidades de quitar el gravamen sobre las propiedades, pero ninguno de ellos, por motivo de Rut, quiso hacerlo, las bendiciones de Rut sí pero no a ella; y es precisamente por ella que Booz redime las tierras porque la amó desde que la conoció. Así Cristo nos ha conocido desde antes de la fundación del mundo y por su amor se ha convertido en nuestro pariente más cercano y nuestro Redentor, el que pagó el precio con su sangre para librarnos del castigo de la muerte eterna. No hay otros redentores que puedan hacer eso por nosotros sino sólo él. Si usted hace lo que hizo Rut, se acerca a sus pies y le dice: “Extiende tu manto sobre mí por cuanto eres mi pariente cercano” (v.9); él lo hará y redimirá su vida que ha sido vendida al pecado. No tiene un pariente y Redentor más cercano que él. Y para que sea cristiano, vea a Dios, y pase por el juicio ante él sólo necesita uno sólo, un solo Redentor: Jesucristo, habrá otros que presumen de ser redentores, pero no sirven, hay un solo nombre en el cual podemos ser salvos.

 

 

 

 

Exposición 21

Viviendo en un mundo completamente desvergonzado

3: 13,14

“Quédate esta noche, acuéstate hasta la mañana. Se levantó siendo aún muy oscuro y le dijo que no sepa nadie que ha venido una mujer aquí”. 

Era cierto que una mujer había estado allí toda la noche, era cierto que había dormido a su lado, era cierto que habían hablado de matrimonio, también era cierto que no hubo contacto entre ellos ni habían hecho nada que les avergonzara, pero si alguien la veía nadie creería que durmieron en el mismo lecho sin que pasara nada. Booz pensó en lo que dirían sus empleados si se enteraban, lo que pensarían de él, y de ella, sobre todo; ya no la mirarían igual sino como una cualquiera y de estimarla y admirarla pasarían a despreciarla. 

Su futura mujer debía tener una buena reputación para que todos la respetaran, porque ella, como él dijo, si hubiera querido hacer cosas malas hubiera escogido a un hombre de su edad, joven como ella, pero esa no era su intención y de saberse nadie lo comprendería. Él no le dijo, “ahora mismo te vas de aquí y que nadie te vea” porque era media noche y pudiera alguien hacerle daño. En fin, no quería infamarla por ningún costado. La moral cristiana contempla el testimonio ante los demás y hay cosas que no se deben hacer, aunque sean con limpio corazón porque son difíciles de explicarlas y que la gente enterada quede satisfecha, y si se pierde por imprudencia la reputación, la influencia espiritual queda anulada y no valen las mejores excusas y los más interesantes sermones. 

Se ha dicho con razón que la esposa del César no sólo debe ser decente sino parecerlo. No todos son como Rut ni todos son como Booz que pueden hallarse solos y con oportunidad de hacer cosas que no agradan a Dios y abstenerse de hacerlas. Es mejor no tentar el carácter con una situación como ésta. Aunque estamos viviendo en un mundo completamente desvergonzado los siervos y siervas de Dios deben ser distintos y cuando se aman cuidarse mucho no den de qué hablar. 

 

 

Exposición 22

 

Una cláusula de anexión

4: 5, 6

“El día que compres la heredad de manos de Noemí debes adquirir también a Rut la moabita, viuda del difunto a fin de conservar su nombre”. 

Parece que el pariente más cercano del difunto esposo de Rut legalmente podría comprar la tierra, pero Noemí le anexó una cláusula, que tenía que comprar la viuda del difunto y casarse con ella, a lo cual él respondió que no compraría entonces, y se supone que porque pensó que habría muchos herederos, o temió que lo persiguiera a él también la mala suerte.  Esta mujer Noemí tenía una mente prodigiosa y conocía mucho de negocios y a la gente. Sabía de antemano cómo reaccionaría Booz cuando descubriera a Rut en su lecho y sabía también que metiendo a Rut en el contrato el comprador declinaría la oferta y la heredad quedaría a disposición de Booz el Redentor más cercano con quien ella prefería que se casara su nuera. Y todo eso sin un abogado que la asesorara, o un juez levítico, o un escriba, o algún contador público, sino que ella misma le colocó ese apéndice al negocio para beneficiar a Rut. Esa inteligencia es un don divino. 

Pero más grande que la inteligencia de Noemí es quien se la dio, Dios, quien cuando se dispuso a salvar a los judíos introdujo una cláusula de fe para salvación de los gentiles para que el reino de los cielos preparado para ellos, la elección divina de  ellos, la justificación de ellos, la santificación, la resurrección de ellos y la glorificación de ellos no fuera separada de la de nosotros sino que ambos pueblos, judíos y gentiles, formamos lo que Pablo llama “el Israel de Dios”; sí, con los pecadores, con nosotros los que según la carne estábamos “sin esperanza y sin Dios en el mundo”. Pablo dice que éramos olivos silvestres injertados en el olivo de Dios, Israel, por medio de la gracia de la fe en Jesucristo (Ro.11:17-24). Él es nuestro pariente más cercano y nuestro Redentor quien al adquirir la salvación de los suyos nos anexó a nosotros para que la compartiéramos juntos en una sola iglesia. Amén. 

 

Exposición 23

 

Regreso desde el otro mundo

4: 5, 10

“A fin de conservar el nombre del difunto en su heredad. Para que el nombre del difunto no sea cortado de sus hermanos ni del atrio de su lugar de nacimiento”. 

En todos estos relatos hemos visto que uno de los aparentes propósitos del nuevo matrimonio de Rut sería que los hijos fuesen como del muerto, pero tal ley no tenía sólo el propósito de preservar un apellido sino enseñar inmortalidad; una quizás débil sobrevivencia, una forma de continuar vivo en la memoria de los sobrevivientes. O sea, es la enseñanza oculta de la resurrección; el deseo de los mortales de continuar viviendo del lado de acá de la tumba y no sólo en la memoria de la gente, no encarnado en el cuerpo de algún familiar, ni tampoco como espíritu en otro mundo sino vivo en cuerpo y alma sobre este mundo. 

Uno vive en el recuerdo de sus hijos cuando muere y ellos llevan el apellido que les dimos, pero de ahí a que realmente vivamos hay una gran diferencia y todo cristiano que ya ha resucitado con Cristo(Col.3:1) puede estar seguro mediante ese evento histórico que su regreso desde la morada de los muertos está asegurado por el regreso por ese camino del Señor Jesús, que al tercer día después de haber sido enterrado, apareció vivo con señales indubitables y comió y bebió con sus discípulos, y a ellos les permitió que lo contemplaran y lo tocaran para que no creyeran que se trataba de un sustituto o que era un espíritu. 

Esa es la esperanza cristiana, la resurrección. La realidad de la muerte no se puede evadir, asuste o no guste hay que experimentarla, tarde o temprano, a eso hay que acomodar la mente, resignados y sin fe, o contentos llenos de esperanza pensando que como Dios resucitó a Jesús así traerá con él a todos los que se identificaron en su bautismo y durmieron con su esperanza (1Te.4:14). De cierto nuestro nombre y apellido será olvidado como si nunca hubiéramos pasado por este mundo, como si no hubiéramos existido, como le ha ocurrido a millones y millones por milenios que no sabemos quiénes fueron ni qué hicieron, lo que creyeron y dónde vivieron, qué idioma usaron y por qué murieron, pero hay Alguien que no olvida a ninguno de sus muertos, Dios, quien tiene escrito como en la palma de su mano los nombres de todos aquellos que han tomado su apellido por el nombre de su Hijo Cristo (Apc.13:;17:8). De él toma nombre toda familia de los que están en los cielos y la tierra, claro, de todos aquellos que, aunque débil, tienen esa bendita esperanza de regreso desde el otro mundo, y de nuevo a éste.

 

 

Exposición 24 

 

Historias de la familia Real

 

4:16-22   

“Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza. [17] Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí. Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David. [18] Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, [19] Hezrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadab, [20] Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, [21] Salmón engendró a Booz, Booz engendró a Obed, [22] Obed engendró a Isaí e Isaí engendró a David”.

Así le llamo al estudio porque sé que cuando un día se abra el Libro de la Vida y se lea la historia de Jesucristo, necesariamente se han de leer las de aquellas gentes que formaron parte de su genealogía y la adornan con su gracia. Estamos a punto de terminar una bonita historia de amor familiar entre Rut y su suegra Noemí, y de amor conyugal entre Rut y Booz; pienso que un precioso adorno dentro de los ancestros del rey David. Escribiendo la historia de Israel dieron con unos pergaminos que alguien había escrito y que contenían la historia de la familia de Elimelec, Noemí y su nuera Rut. Ese historiador nos dejó una joya dentro de la literatura sagrada. Estudiando la historia de David descubrió la de Rut, oculta en su genealogía, y le pareció bella y como un preámbulo o prefacio para introducir la vida de este gran rey. Si se estudiaran las historias familiares de la iglesia se sacarían a la luz muchas semejantes; familias disminuidas por la prematura muerte, viudas desamparadas aun de sus hijos, ancianas que salieron jóvenes y con toda la familia para el extranjero y allá en vez de encontrar una mejor vida no ganaron dinero sino muertes y tuvieron que regresar como dijo Noemí, con “las manos vacías”. Muy pocos de los que se van de su país regresan millonarios. Cuando se agrupa unas cuantas generaciones se puede leer en esas familias la inexplicable y sabia providencia de Dios, pero que las desgracias que vivieron no las hicieron abandonar a Dios y al final fueron muy bendecidas, no comprendían lo que les había pasado, pero siguieron creyendo que Dios no obra nada malo, aunque pensaran que Dios había dado testimonio contra ellas. Y sobre todo se lee en la historia de ellas el poder del Pariente Próximo, como Booz, quiero decir Jesucristo, que cuando ningún otro las pudo redimir él sí lo hizo, murió por ellas y se casaron. La historia de nuestras vidas es la historia de las misericordias de Dios, que introducen y adornan la historia del Rey Hijo de David, de nuestro Redentor Jesús. Amén. 

 

Exposición 25

 

Tu pueblo será mi pueblo

1:16,17 

 “Pero Rut dijo: No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. [17] Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré sepultada. Así haga el Señor conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa”. 

 

Quiero terminar la serie con estos versículos del capítulo primero porque son muy hermosos tanto que algunas parejas las escriben en sus tarjetas se bodas, dado el caso que uno de ellos quiera que el otro lo deje, por cualquier razón; prometen ser inseparables, tener un mismo destino, en las malas y las buenas, prosperidad o escasez, salud o enfermedad, en la vida o en la muerte. Cuando un creyente se une a Cristo es como si se casara su alma con él, se convierten en una sola carne, son huesos de sus huesos, tienen una misma mente y un mismo sentir, un mismo Dios y un mismo bautismo y una misma iglesia. Noemí tenía dos nueras, una era Orfa que la dejó y se fue a su pueblo, su familia y sus antiguos dioses, la otra es Rut que dijo estas bellísimas palabras. Estas dos mujeres representan a los que empiezan en la gracia, a los que perseveran, y a los que se vuelven atrás. Orfa y Rut son tipos. Orfa es tipo de los que habiendo comenzado bien terminan mal, se vuelven a sus pueblos y sus costumbres, a sus culturas paganas, a sus dioses ancestrales, a la religión nacional; no pueden vivir diferente a sus vecinos, sienten nostalgia por la patria de aquí abajo, añoran la forma de vivir vana que aprendieron y deciden regresar a ellos. Renuncian a la ciudadanía celestial. Venden la primogenitura, se deshacen de todo lo que habían adquirido, borran sus nombres del libro de la vida y desaparecen. Se vuelven a sus familiares y a la religión que sus padres les enseñaron, por amor a ellos se arrodillan ante sus altares, llevan sus amuletos, hacen sus votos, sus juramentos, se casan con la bendición de sus sacerdotes, viven y mueren dentro de la religión de sus ancestros. Se vuelven atrás “del santo mandamiento que les fue dado”. 

Pero hay otros que son como Rut, continúan y aunque se les ruegue que retrocedan no vuelven atrás, van donde Cristo los lleve, corren cualquier suerte, son fieles en cualquier camino, hacen de la iglesia su pueblo, las leyes de ella las suya, creen lo que ella cree, se visten como ella, adquieren sus costumbres, adoran a su Dios y desean ser parte de ella hasta sus muertes. Dios quiera que usted sea de los que perseveran para preservación del alma y su galardón sea completo. Amén.

 

 

               Esdras

 

Ahora parece claro que debemos colocar el ministerio de Esdras durante el reinado de Artajerjes (465-424 a. C.). "El primer año de Ciro se refiere a su primer año de gobierno sobre los judíos, o sea 538 d. C." (Barnes).

“AutorDesconocido. Generalmente se acepta que Esdras no fue el autor de todo el libro, sino que pudo haber sido recopilado de las partes que él no escribió. Fue un judío de descendencia sacerdotal exiliado en Babilonia.

Temas Principales: El regreso de los judíos de su cautiverio de Babilonia, la reconstrucción del Templo y la inauguración de reformas sociales y religiosas.

Situación histórica

El rey persa Ciro, a quien Isaías se refiere llamándolo "pastor" y "ungido" de Jehová (Is 44.28; 45.1), promulgó en el primer año de su reinado (538 a.C.) un edicto, por el cual los judíos exiliados en Babilonia quedaban en libertad de regresar a su patria llevando consigo el encargo expreso de edificar «la Casa a Jehová, Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén» (2 Cr 36.22–23; Esd 1.3). Casi cincuenta años habían transcurrido desde el día en que los caldeos (o "babilonios") incendiaron el Templo, derribaron el muro de Jerusalén y prendieron fuego a todos sus palacios (2 Cr 36.17–19). En aquella ocasión, la mayoría de los que lograron salvarse fueron llevados «cautivos a Babilonia» (2 Cr 36.20).A partir del punto en que Reyes y Crónicas finalizan su relato, los libros de Esdras y Nehemías toman el hilo de la historia de Israel. Su aportación es de inapreciable valor, dada la escasa documentación disponible acerca del período siguiente al decreto de Ciro. Fue entonces cuando no solo regresaron muchos desterrados a Jerusalén, sino que allí restablecieron el culto (Esd 3.1–7), iniciaron la reconstrucción del Templo y la restauración de los muros de la ciudad (Esd 3.8–13; 6.13–15; Neh 2.11–7.4) y se dispusieron a crear una nueva comunidad nacional, auténticamente regida por la ley de Dios (Neh 8–10)” (Copiado).

 

 

1:1

"Despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia". No quiere decir que se convirtió al Señor sino que lo movió a hacer algo por Israel. Ojalá Dios te despierte y hagas algo por su reino.

1:2

"Y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén". Daniel, dice Josefo, le leyó el rollo de Isaías (44. 28) y le obedeció. Le hicieron comprender que su imperio se lo había dado Dios más que el filo de la espada, y esa comprensión espiritual trajo una apertura.

1:3

"Jehová Dios de Israel (él es el Dios)". Llegó a esta convicción: entre los millones de dioses que hay en el mundo todos son falsos excepto uno, el que existe, Jehová (Ex. 3:11-14). No hay más Dios. Si ese Dios no existe, no hay ningún otro, no hay explicación, no debe haber religión; existimos sólo nosotros, por nosotros mismos, por un tiempo hasta que ya no existamos más, desapareceremos.

1:4-6

"Todo el que hubiere quedado ayude, ayúdenle los hombres de ese lugar con plata, oro, bienes y ganados". El llamamiento principalmente es dirigido a los judíos dispersos para que cooperen financieramente con la reconstrucción del templo, y además se dirige a todo el imperio para que el que desee ayudarlos coopere con algo. La principal responsabilidad financiera de la obra de Dios recae sobre sus hijos, los verdaderos israelitas; ellos son, por gratitud y fe, los responsables de mantener funcionando la religión y el culto a Dios; son los bolsillos de ellos primeramente los que deben abrirse para financiar el culto; y como una añadidura los que están afuera, los que tienen simpatías por la obra aunque todavía no están dentro de ella. Sin embargo, ¡qué pena!, en el desierto no hubo que tomar ofrendas de los paganos; cuando Salomón hizo el templo, tampoco, y ahora son tan pocos, dispersos y pobres, que el valioso proyecto tienen que costearlo con el dinero de los infieles. Oh Señor bendice a tu obra para que pueda realizar sus planes con las bendiciones que reciben los santos (Meditar en 2 Co. 8:5; 3 Jn. 1:7). Aunque esto es una orden del rey, o una petición suya, y no directamente de los creyentes. Tal vez esto enseña a dejar una puerta abierta de cooperación para los no creyentes, de modo ocasional y no sistemáticamente.

1:11

"Todos los utensilios de oro y se plata eran cinco mil cuatrocientos". 

“La suma de los números como aparecen en el presente texto hebreo es de 2499, en lugar de 5400. En el libro apócrifos de Esdras la suma que será ese 5469, y con esa suma los artículos contados concuerdan (1 Esdras 2:13, 14). La mayoría de los comentadores proponen corregir Ezra por el pasaje de Esdras, pero los datos de Esdras son improbables. Tal vez este pasaje ha sufrido corrupción” (Barnes).

Si ningún cuchillo o tazón de los que Dios quiso, y sólo él conoce el número, se perdió ¿cómo se ha de perder una preciosa alma que tiene a su cuidado? Reflexionar en estos textos (1 Co. 8:9-13; Jn. 17:12; Jn. 6: 39). ¿No recuerdas la referencia de Jesús a los gorriones? (Mt.10:29).

2.59

"No pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel". A estos se les perdió su genealogía, y por la cara, la estatura, el color de la piel, el idioma o el testimonio de parientes y amigos, no era suficiente; para los judíos eso era importante, porque estaba prohibido por Dios mezclarse, para asegurar que eran herederos del pacto y las promesas de Dios; elegidos. Hoy no (Ro. 2:28,29; vv. 59-63). Contrasta con la precipitación que algunos tienen para admitir nuevos miembros dentro del pueblo de Dios y para reconocerles sus "vocaciones" ministeriales.

2:68,69

"Según sus fuerzas dieron al tesoro de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata y cien túnicas sacerdotales". Dios también movió el espíritu de estos y sintieron deseos de ayudar.

3:1

“Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén”. Esta expresión "como un solo hombre" se usa mucho, es el ideal bíblico de unidad, "una sola carne" (Ge. 2:24), "un solo pensamiento". Cristo es ese solo hombre (v. 8). (1 Co. 1:10; 2:16; Flp. 2:5. Meditar largamente en Jn. 17:20-24).

3:3

"Y ofrecieron a Jehová holocaustos por la mañana y por la tarde". Nota por donde empezaron, por el altar, luego, dos años después, por el templo (v. 8). El miedo les hacía tener una total dependencia de Dios. Se empezó el culto completamente sin tener el templo, pero que aquello era maravilloso y lleno del Espíritu Santo (vv.12,13). La iglesia primero, las construcciones después. La evangelización del mundo primero, la oración primero, las alabanzas primero, el estudio de la Biblia primero, el ministerio de compasión para los necesitados primero, la predicación de la palabra primero, el Espíritu primero, las columnas y los techos después.

3:6, 7

"Pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía". ¡Pobre Israel!, empezando de nuevo, haciendo lo mismo que muchos años atrás hizo Salomón. ¡Cómo nos atrasan nuestros pecados y tus castigos, oh Dios! Perdemos tiempo, bendiciones y gloria.

3:8,9

"Y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra la casa de Jehová; como un solo hombre asistían para activar a los que hacían la obra de la casa de Dios". Oh y se dice entre nosotros "para que promovieran"; son los dirigentes, los que están a cargo y también  los activistas, hermanos consagrados, santos, que animan a los otros para que hagan la obra. Un grupo fervoroso que levante los espíritus de los caídos, que reconozca el trabajo que están haciendo los demás y los entusiasme. No eran precisamente capataces sino jóvenes llenos de entusiasmo y de fe. Si el señor nos da jóvenes ellos animan y alegran a los cansados veteranos. Como son jóvenes no se cansan pronto y animan a los que por la edad no pueden ir tan rápido.

3:12,13

"Los ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban gritos de alegría". El templo de Salomón fue destruido en 588 a. C., y éste en 534 ó 535 a.C. Los ancianos, los de más de 60 años, eran los más tristes porque comparaban un templo con el otro, más pequeño, sin oro, sin gloria, sin arca del pacto, y sin la shekinah del Señor. No obstante las voces de alegría por este humilde comienzo ahogaban los llantos de los tristes. A veces es muy difícil que se repitan en nuestra vida las épocas de esplendor; si dejamos los propósitos de Dios tendremos a la larga que conformarnos con proyectos disminuidos, con cosas de menos calidad. Oh, las grandes lecciones, tristísimas lecciones que nos enseña la providencia. Oh Señor que no peque contra ti, que no cambiemos nuestro rumbo, que te busquemos siempre como los primeros días que te conocimos, que no seamos peores que entonces sino mejores. Alma, abre tu ojo y mira los alzamientos y caídas de hombres y naciones, y aprende.

4:1-3

"Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios". “Para ustedes, samaritanos, Jehová es una deidad más entre otras, no queremos vuestra cooperación aunque la necesitamos. La mano de obra, el material y el dinero lo pondremos nosotros”. La obra de Dios, idealmente debe ser sostenida solo por sus hijos, no con dinero ni trabajo de los extraños. No nos conviene aunque haya más dinero. Es una obra real que se hace con sangre azul. Más adelante veremos que el mismo Dios tuvo que ordenar que recibieran ayuda de extraños. Mira 1:4 y compáralo con lo que ellos dicen.

4:4,5

Dijeron: "Si no ayudamos, ustedes tampoco lo harán", estaban dispuestos a destruir la obra de Dios sólo porque ellos no la hacían. Satanás no quiere que los propósitos de Dios se cumplan y los demora (16 años). Algunos, tristemente célebres piensan: “Si no me eligen a mí para eso, lo boicoteo”.

4: 24

"Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia". Tanto tramaron contra ella que al fin la detuvieron. Por causa del diablo y sus siervos, incluyendo los malos judíos internos que pensaban más en sí mismos que en la obra (vv. 4,5), la obra de Dios se atrasa y a veces se para. Oh Señor si tú diste orden que hagamos el trabajo ¿por qué permites que tus enemigos nos venzan? (Apc. 13: 7). No esperes que los proyectos de Dios se realicen sin graves oposiciones. Hasta aquí no vemos que los judíos hicieran algo para que esto ocurriera. Ingenuidad sin astucia.

5:1,2

"Profetizaron Hageo y Zacarías, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre de Dios; entonces se levantaron Zorobabel y Jesúa". La palabra de Dios nunca vuelve vacía.

5:5

"Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío". ¿No ves? La obra de Dios se hace con valor; como se dice: “si hay valor y fe, si hay valor y fe, gozo y paz traerá la lucha si hay valor y fe”. La mano de Dios nos quita el temor. Lo que más desea satanás es que la obra de Dios se destruya o que los proyectos y planes pierdan su entusiasmo inicial y se desanimen, desalienten, se desencanten y se olviden.

5:11

"Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había sido edificada". No importa cómo nos llamábamos, lo que importa es que la obra se haga por el nombre de nuestro Dios y no por el nuestro. Lo que hacemos es reedificar lo que el pecado destruyó, conectarnos con nuestro pasado glorioso, ponernos de nuevo en línea con nuestra historia, reactivar nuestra antigua religión, volver al punto desde donde nos apartamos y entonces seguir derecho.

6:5

"Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios". Tal vez alguien pudo haber pensado en el regreso de personas, pero las posibilidades de que vasos, copas, platos y cucharas regresaran ¿de cuántos serían? Dios es Dios de posibilidades. Tú vales más que una cuchara.

6:6-8

"Sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra". Quitado de en medio los enemigos, Dios proveyó el dinero. Muchas obras buenas se paran o no se emprenden por falta de dinero. Pero Dios puede proveer cuando su pueblo es tan pobre que no puede costear nada, de otro lado podrá venir la ayuda y hacerse. Sólo nos hace falta desearlo enteramente, orar y que Dios lo quiera.

6:11,12

"Por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa y alzado, sea colgado en él". El camino no podía estar  más expedito con tales leyes a favor de la religión, que cortaran de raíz toda intención y odio contra el pueblo judío.

6:13-15

"Y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes". Es una cadena de órdenes y leyes que empiezan en el cielo, en la misma voluntad de Dios. Eso no quiere decir que hay que abandonar la lucha, sino que se dicten leyes que favorezcan la iglesia. No sólo se dice para afirmar que estaba profetizado sino para que sepamos que el mensaje de los profetas era el corazón del ánimo de ellos.

6:19,20

"Y sacrificaban la pascua por todos los hijos de la cautividad y por sí mismos". Estaban física, mental y espiritualmente preparados para servir a Dios y a los hermanos; se santificaron porque todos necesitaban la santidad de ellos. Otros necesitan nuestra santidad de vida.

6:21

"Comieron con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel". El celo religioso y la vida que traían los que regresaban insuflaron vida a los que hallaron, se avivaron, se santificaron, estaban muertos y vivieron. Oh Dios que nuestro celo estimule a otros, que los aliente, el pueblo tuyo muerto resucite al contacto con aquellos que trabajan inflamados por el Espíritu de la profecía divina. Ser semilla, germen.

6: 22

"Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete días". Oh Dios aunque tú nos has alegrado y muchas tristezas que tuvimos en el pasado se han olvidado y ahora tenemos un pueblo distinto, que te ama más sin la compañía de aquellos que nos estorbaban el alma, queremos que nos alegres con la resurrección de nuevos hermanos que están en sus tumbas, muertos en pecados; multiplica la gente y aumenta la alegría; y que tengamos una casa propia para orgullo tuyo y la gente diga: "Grandes cosas ha hecho Jehová con estos"; y estaremos alegres. Para unirte al espíritu de estos cautivos liberados lee el salmo 137.

7:1-6

Esdras estableció bien, que no era un usurpador de este ministerio.

7:6

"Esdras era escriba diligente en la ley de Moisés". Mira cómo recuerda a Aarón, el primer sacerdote, es un costoso pero alto honor ser el iniciador y fundador de una obra para Dios (si no llegas a creerte el dueño). Primicias, los orígenes de una casta santa, de una familia cristiana, el primer convertido (1 Co. 16: 15).

7:7

"Y con él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel". No fueron con él las multitudes sino algunos y con esos empezó. La obra que Dios empieza, crece.

7:9, 10

"Esdras había preparado su corazón para inquirir en la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos". De Esdras se han dicho cosas hermosas que yo quisiera que se dijeran para todos los pastores, maestros y evangelistas. 1. Que la buena mano de Dios estaba sobre él, lo cual significa su designación como escriba y el favor divino en todo lo que haga, (2) que por años estuvo preparando su corazón con la ley de Dios (y es más difícil preparar nuestro corazón que el de otros), hasta que llenaba todo sus espacios con ella. No era un ministro que tocaba la ley de Dios una o dos veces al día y el otro tiempo lo dedicaba a otras cosas, casi se podía decir de Esdras que siempre tenía la Escritura en sus manos y ante sus ojos, el 90 por ciento o más del tiempo de su vida lo dedicaba a su investigación, "inquirir" (la palabra tiene muchas definiciones bonitas: caminar, buscar, preguntar, frecuencia; y todo eso especialmente para adorar); y de eso dio testimonio Artajerjes cuando dijo que siempre tenía la ley de Dios en su mano (v.14). Dedicaba mucho tiempo a su estudio, deleite y adorar a Dios con reverencia sobre ella. De Calvino se ha dicho que vivía para la Escritura. Pero no sólo la estudiaba sino que se complacía en cumplirla porque hubiera negado con sus hechos lo que aprendía, y de este modo, viviendo conforme a ella, sacando su prudencia de ella, orientándose por ella, tomando decisiones en base a sus principios, estudiándose y conociéndose él mismo con la luz de ella, la practica. Así demostraba que era un varón de fe. Fe es la práctica de la ley de Dios, (v.3); tenía un gran deseo, el compartir con su pueblo las enseñanzas que Dios le daba, lo que aprendía, el fruto de su meditación, sus descubrimientos, el carácter de Dios, la conveniencia de vivir conforme a la Escritura, la esperanza que ella daba, sus promesas, sus oportunidades. Sentía que lo que iba aprendiendo era "palabra fiel y digna de ser recibida por todos" (1 Ti. 1:15; 4:9). Y eso hizo, enseñando cosas frescas, recién aprendidas en la escuela de Dios, recién llegadas del cielo y otras más añejas, experimentadas y probadas por la gravedad y consistencia de los años (Mt. 12:35). (4), el altísimo testimonio que el rey da de él: Que era un erudito(v.12, la palabra significa perfecto), un hombre sabio. No tenía reputación de ser santo, bueno e ignorante sino santo, bueno y culto, un erudito, un hombre muy preparado (v. 25). Y nosotros también podemos, como Artajerjes, dar nuestra opinión sobre él, (5) era un hombre inmune a las alabanzas, lisonjas, reconocimientos y aplausos de los hombres (vv. 27,28). Nota que habla como si no hubiera leído ni oído el gran testimonio que el rey había dado de él, lo que hace es bendecir en sus labios la misericordia de Dios y su mano sobre él. Oh Dios dame de ese espíritu. Amén. 

7:12

“Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz”.

En todo este capítulo se habla del "Dios del cielo" y de Esdras. Mayormente el rey es quien le llama así (vv. 21,23). Esdras le llama no con un título sublime y cósmico sino ancestral, histórico, familiar, “Dios de nuestros padres” (v. 27). Oh Dios, como diría Pascal: "Dios no de la ciencia, de los sabios y  entendidos, sino de Abraham, Isaac, de los profetas, de nuestro Señor Jesucristo". Dios de la familia cristiana, Dios de la iglesia, quiere decir el Dios de la historia de Israel y de la historia de la iglesia cristiana, el Dios doméstico, inmanente, es en realidad el Dios de la vida cotidiana y de la fe, el Dios del perdón, de la cruz y de la sangre de Jesucristo.

7:27,28

“Y yo fortalecido por la mano de Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel”. Oh Señor dame de este espíritu (Ver comentario vv. 9,10).

8:17,18

“Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví, hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho”. Ido parece ser el presidente del colegio de levitas y Serebías uno de los mejores profesores o teólogos a quien Dios envió.

8: 20

"Y ser los sirvientes del templo, a quien David puso con los príncipes puso para el ministerio de los levitas". El Espíritu del Señor se manifestó mucho en la clase más humilde y fueron los más entusiasmados. Si quieres pensar en ti mismo o en algunos otros, lee 1 Co. 1:26.

8:21

"Y publiqué ayuno para solicitar de Dios el camino derecho para nosotros y para nuestros niños y para todos nuestros bienes". Para no tropezar con enemigos, para no ser impedidos por nadie. Señor mantén nuestro camino derecho, prospéralo, bendice en este largo trayecto a nuestros niños y cuida nuestras posesiones, que nos duren y no nos roben; y menos que nos maten por ellas. Ayunamos, Señor, por estas grandes cosas.

8:22,23

"Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino, porque habíamos hablado al rey diciendo: la mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que buscan". Palabras de fe, amados, deben ser seguidas por actos de fe; cuando uno aprende una realidad de Dios debe tener fe en ella y actuar en consecuencia. A veces nos falta la fe para llevar hasta las últimas consecuencias las implicaciones de nuestras doctrinas. Aquellos eran un montón admirable de hombres y mujeres de fe, con ellos volvía la religión al país ¡qué pueblo tan lindo! Amado Dios que tengamos vergüenza hacer tantas solicitudes a los hombres cuando tenemos tan grandes promesas; es más fácil pedir a los hombres que confiar en Dios (vv. 31,32). En Dios es menos decepcionante.

8:24-30

"Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios para traerlo a la casa de nuestro Dios". "Ustedes lo van a llevar, lo van a cuidar, lo van a entregar; deben ser fieles desde ahora, desde este momento ya están en funciones".

8:31,32

"Y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino y llegamos a Jerusalén". Pasaron por entre muchos enemigos, ladrones, todos los vieron pasar pero ninguno les hizo daño. La ley del rey ayudó bastante para que no los molestaran, pero mucho más la providencia santa de Dios los protegió en todo el trayecto como ellos se lo habían pedido. Oh Dios que este precioso tesoro que me has dado, confiado, que no es mío, llegue completo a su destino, que ningún salteador de caminos se apodere de uno solo de mis objetos sagrados, "porque el ladrón no viene sino para  hurtar, matar   y destruir”. Guarda el camino Señor, aunque ya está más cerca nuestra salvación que cuando creímos, sólo nos queda un pedazo, el final, las puertas de oro se aproximan y el fin de nuestro recorrido estará completo, y tú nos esperas con la corona en la mano; continúa, Señor, protegiendo nuestras almas y nuestro testimonio de fe; ayúdanos a cuidar con mucho celo, temor y temblor aquello que nos has confiado y te entreguemos el depósito completo. Meditar cristianamente en 2 Ti. 1:12-14.

8:34

"Por cuenta y por peso se entregó todo, y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo". Se chequeó todo y se registró no para saber si algo faltaba, porque aquellos santos eran honrados, sino para que se supiera lo que recibían y para cuidarlo del mismo modo. Hemos recibido símbolos y doctrinas, Señor, haz que las preservemos del mismo modo y con el mismo Espíritu que se nos han transmitido; que esas joyas no se enmohezcan con nuestras manos, que no se les opaque el brillo, que las guardemos con igual celo que los que las guardaron antes y así las entreguemos a las generaciones posteriores, a nuestros desconocidos sustitutos en este mundo.

8:35,36

"Y entregaron los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río". Se ve la bendición de Dios de una punta a otra, todo les salía como a pedir de boca. Sin embargo no estaban más que empezando la obra. Amado Dios que yo siga con la misma fe, no, con más, dame más celo, ferviente oración, que trabaje mejor y sea espiritualmente más efectivo según pasen los años.

9: 5

"Me postré de rodillas y extendí mis manos a Jehová mi Dios". Señor permíteme orar así por las familias de la iglesia, que cuando vea que están violando tus pactos ore de ese modo. ¿Qué necesitan ellas? Obediencia a tus palabras.

9:2-6

"Dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza y nuestros delitos han crecido hasta el cielo". ¿Nos quita el apetito los pecados de nuestros hermanos? Más cuando se le informa que los príncipes de quienes se esperaba el buen ejemplo han caído seducidos por la tentación.Y es para no tener ganas de bañarse, comer, reír o poder dormir por el pecado de nuestros hermanos porque puede ocurrir que Dios sustraiga las bendiciones de los unos por causa de los otros, o haga un castigo colectivo y sufran los inocentes del mismo juicio que los que son culpables. Lee este texto difícil, 2 Sa. 24:17; pero compáralo con Ge. 18:25. ¿No te importa la moral de los demás, que violan el juicio de Dios? (Lc. 13: 2-5).

9:8

"... por un breve momento"; después de largos años de juicio y castigo, de habernos ido disolviendo como pueblo, dejando de existir, ha llegado un momento, breve, una pausa en tu juicio, con tu misericordia; muchos años sin ver el sol, perdidos; Señor quiero que con todo el corazón pueda aprovechar ese breve momento, que es como una pequeña puerta y oportunidad de gracia que se me ofrece y aprovecharla, y entrar a la abundancia y riquezas de Cristo porque, sólo Tú sabes cuán breve será el tiempo en que esa puerta estará abierta. Señor los tiempos apremian, son cortos, la obra es difícil, haznos sentir la brevedad de nuestras vidas, que es como humo, que pasa como un pensamiento, como te pidió tu siervo Moisés; Señor danos ese breve momento y amplíalo Señor, amplíalo por tu amor.

9:9-15

“9 Porque siervos somos; mas en nuestra servidumbre no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos protección en Judá y en Jerusalén. 10 Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, 11que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas regiones, por las abominaciones de que la han llenado de uno a otro extremo con su inmundicia.  12 Ahora, pues, no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis jamás su paz ni su prosperidad; para que seáis fuertes y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos para siempre. 13Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro gran pecado, ya que tú, Dios nuestro, no nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades, y nos diste un remanente como este, 14 ¿hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape? 15 Oh Jehová Dios de Israel, tú eres justo, puesto que hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día. Henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto”. 

 

Ha habido pocos hombres que tengan tanta sensibilidad y celo como Esdras para lamentar profundamente las bodas mal hechas. Si el pueblo de Dios quiere perseverar hacia el futuro, tiene que demandar matrimonios correspondientes con la ley de Dios. Hoy, Dios nos perdone, a los pastores que bendecimos en las bodas, nos duele menos que a Esdras que los jóvenes se mal casen; bendecimos uniones mixtas sabiendo de antemano que Cristo va perdiendo, pero condescendemos en santificar la unión con la esperanza de que el que es extranjero a la fe sea en lo futuro hecho un prosélito de Israel; animamos nuestra fe con las pocas excepciones que existen donde el inconverso se ha convertido después de casado, alentamos una esperanza que no tiene como fundamento ninguna promesa. ¿Es el matrimonio un asunto tan privado que la iglesia no tiene derecho a prohibir un casamiento de este tipo? 

El apóstol de la gracia es más condescendiente y dice a los que tienen esposas no creyentes que no las abandonen, “12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone” (1 Co. 7:12, 13), porque lo que la ley no pudo la gracia sí lo puede, sin que tengamos en menos las buenas recomendaciones dadas por Moisés. Hay esperanza para las bodas mal hechas, para los matrimonios mal formados, y no es precisamente la disolución de la unión, los equivocadamente formados, y más para los que han comenzado a ser bendecidos y ya a uno de ellos ha llegado la gracia de Dios (como en Corinto) y tiene casado lo que no tenía soltero porque ha ingresado Jesucristo en la familia, entonces, bendito sea Dios, es que hay esperanza para el matrimonio y los hijos; la solución, y es un poco más que los consejos, que las sabias orientaciones, que las peladas confesiones de faltas de uno para el otro delante de un profesional, es la confesión de pecados, sin altivez y con franqueza, ante Jesucristo, y ¡serán sanados! “16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Sgo. 5:16). Más que con nobles consejeros, que con Moisés, con la gracia de Dios en Jesucristo, amados.

10.

No hacía fiesta por esas bodas, sino que derramaba sus lágrimas.

10:4

"Levántate porque ésta es tu obligación y nosotros estaremos contigo; esfuérzate y pon mano a la obra". Obligación, quiere decir "esto es un asunto tuyo". "Ya no estés más desanimado y llorando, ponte en pie, anímate y haz algo porque con lamentarte no estás cumpliendo tu obligación con Dios. Si tienes alguna gente dispuesta a ayudarte, úsala y arregla las cosas". 

10: 9-12

"Todos los hombres de Judá se reunieron en Jerusalén temblando con motivo de aquel asunto y a causa de la lluvia". ¡Cuánto han tenido que sufrir los hijos de Dios para que llegue hasta nosotros lo que ha llegado! ¡Cuánto dolor cuesta arreglar un error! Oh Dios, aunque el evangelio nos pida lo mismo, que no hagamos esas cosas que no son agradables delante de tu ley, y que pongamos en peligro la integridad y la esencia espiritual del pueblo tuyo; concede la gracia de tu Espíritu Santo para poder cumplir con el espíritu de ella, como lo deseaba el escriba Esdras, para que en la humillación la iglesia sea judía en el espíritu, circuncidada de corazón, y por tu misericordia alcancemos la bendición sobre toda la generación donde vivimos. 

10:8

"Y el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su hacienda, y el tal fuese excluido de la congregación de los del cautiverio". Una medida drástica justificada por la situación. Si el juicio de Dios se acerca hay que obrar rápido. No había espacio para los que no les importaba el asunto; o estaban comprometidos y no querían tratarlo. Tenían que venir y ayudar a resolver la situación; nunca se imaginó nadie que un asunto como ése, el matrimonio, fuese tratado por la congregación; y todos presentían que sus hogares, impíamente formados, sería deshechos (v. 9). Hoy no se exige eso, pero se prohíbe y es un peligro para causa de Cristo.

10:10

"Esdras les dijo: Vosotros habéis pecado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras añadiendo así sobre el pecado de Israel". "Vuestros matrimonios malos se añaden como pecados a los que ya hemos cometido". (Lee Jos. 22:16-18).

10:11,12

"Dad gloria a vuestro Dios y apartaos de las mujeres extranjeras". Aquellos romances debían terminar allí mismo y volver a casa con carta de divorcio, el idilio pecaminoso concluir. El pecado es muy fácil cometerlo pero difícil deshacerlo, y hay que exterminarlo aunque su remedio sea tenido como insensible o inhumano; no se puede condonar el pecado para no hacer daño, y sellar un hecho malo. No hubo medida intermedia, (1) una promesa de ellas para aceptar el judaísmo (2) o aceptar aquellos matrimonios y prohibir nuevos enlaces de ese tipo. La solución de un pecado es el cortar por lo sano, una escisión radical, volver a empezar, un nuevo matrimonio. Nosotros, nuestros hogares, vivimos sobre un mejor pacto y sobre mejores promesas, se ha dado por viejo el antiguo; la gracia resuelve con el nuevo nacimiento, lo que Moisés no pudo con mandamientos (ver nota 9:9-15), y el que tiene mujer no creyente no la abandone (1 Co. 7:12).

 

 

Nehemías

“El libro de Nehemías es principalmente una narrativa personal, y contiene un relato de Nehemías mismo, y de ciertos procedimientos en los cuales él estuvo envuelto, entre los 20 años de Artajerjes (444 a. C.) y sus 32 o 33 años (432 a. C.). Es un relato natural como una secuela del libro de Esdras con el cual siempre ha estado unido al canon judío, aunque reconocido como una "segunda parte" de ese libro. El principal objetivo del escritor es describir las circunstancias que tuvieron lugar en relación con la reedificación de la muralla de Jerusalén en el 144 a. C., su dedicación, algunos años más tarde con grandes pompas y ceremonias. Para explicar la parte que él mismo tuvo en esas transacciones, escribe el relato con características puramente personales, describe las circunstancias en la cual funcionó como director de la obra y su superintendente. Este bosquejo ocupa los primeros dos capítulos. La principal narrativa entonces comienza, y discurre sin interrupción hasta el capítulo 7:5, cuando es interrumpida por una lista, idéntica o parecida a la que dio Esdras en el segundo capítulo de su libro, una lista de las familias que regresaron de Babilonia bajo Zorobabel. La fecha más temprana en la cual Nehemías puede haber compuesto la última sección (12:27-13: 31), esto es alrededor del 431 a. C., el año en el cual cuando visitó a Babilonia y regresó a Jerusalén la segunda vez (13:6). Probablemente escribió rápido en medio de esas reformas, una cosa que se deduce cuando se expresa a sí mismo con el calor natural como si la lucha hubiera sido un suceso reciente. Estas consideraciones limitan la fecha del original hacia el 431-430 a. C. Tal vez la final porción pudo escribirse un siglo después” (El Comentario del Púlpito).

1:1-3

"Me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado y sus puertas quemadas". Aunque Nehemías vivía bien en Babilonia, no olvidaba a su pueblo, sus raíces, su nación. El panorama que le cuentan de Jerusalén es tétrico. No dijeron: "Haz algo", pero el Señor sí se lo dijo. No tienen que pedirnos lo que la conciencia y la Biblia nos dicen que hagamos.

1:4

"Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días y ayuné, y lloré delante del Dios de los cielos". El impacto de la noticia le partió el corazón, le arrancó lágrimas, lo humilló y lo postró en oración. Cuando oímos estas cosas sobre el pueblo de Dios, de una iglesia distante, lloramos. Nota que dice dos veces que lloró y una que oró; fueron más abundantes sus lágrimas que sus palabras; y sus palabras estaban húmedas por lo tanto de su llanto. Observa también que oró sentado; y en otra ocasión caminando con los ojos abiertos (2: 4). Señor que no le falten sentimientos a mis intercesiones. Ayúdame a rogar con ardor.

1: 9

"Aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré". La misericordia de Dios es concluir el exilio, hacer volver a Israel. No puedes ir tan lejos que Dios no te alcance. La idea es que aunque fueren lanzados lejos, expulsados distantes, Dios los “colectará”, los volverá a reunir con su mano.

 

Oración y proyectos

1:11

“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey”.  Cuenta las veces que se menciona la palabra siervo (3); esa palabra tenemos que repetírnosla mucho para que no olvidemos que somos comprados por precio, que no somos de nosotros mismos, que recibimos órdenes. También se puede traducir “temer tu nombre”; "que se deleita en reverenciar tu nombre", lo cual es una traducción hermosa, porque realmente nosotros nos deleitamos en Dios y en su palabra. La gestión que este hombre está haciendo concede que depende completamente de Dios. Buen éxito quiere decir prosperidad. Por gratitud debemos reconocer siempre que nuestra prosperidad y éxito, cualquiera que sea el tamaño que tengan, proviene de Dios. Nehemías ya tiene en mente un propósito, sólo necesita la bendición de Dios para hacerlo. Dijo: Sé conmigo, oh Dios, desde ahora hasta que acabe lo que haré, bendice mi proyecto.

2:2

“Me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera”.  Le quiso decir algo así como que “algo anda mal en tu corazón”; y lo que fuera se le salía por la cara. Hay sentimientos que son difíciles de esconder. Tengamos cuidado de no entristecer a los otros, quitarles la alegría; pero ¿no es una gran tristeza cuando lo estamos por la obra de Dios? Pablo dijo que estaba triste por las iglesias (2 Co. 11:28). Ojalá que no pocos sino muchos estuvieran cariserios al saber el mal estado espiritual de las iglesias. No es  para menos. No por la propia solamente sino aquellas que nos mencionan.

 

Con qué sustituir el teléfono móvil

Nehemías 2:4

"Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos". Nehemías sabía que necesitaba mucho de la bendición de Dios para que su gestión fuera prosperada. ¿Quién era él para que el rey le concediera lo que deseaba? No confiaba en su posición como copero, en las relaciones de la corte, en sus amigos que intercedieran por él, ni en las simpatías personales que pudiera el rey sentir por él, ni siquiera en la nobleza de su petición.  Encomendemos al Dios del cielo nuestro trabajo aquí en la tierra.

Pidió muchas cosas y ni una sola le fue negada (vv. 4-8) porque con Dios todas las cosas se hacen mejor, son más fáciles y se obtienen en abundancia. Nota la brevedad de la oración, fugaz como un relámpago, fue una pequeña invocación mental (de estas podemos elevar muchísimas a diario), un deseo, y rápidamente ascendió al cielo en alas de la fe y antes que articulara una palabra ya Dios había dispuesto el corazón del rey. La oración fue delante de su petición y todo resultó bien. Oh que la oración lo preceda todo, que Jesús vaya delante de nosotros en cada cosa, que se mezcle con nuestro trabajo cuando vamos caminando hacia algún deber. Amén. No hay deberes y excusas para no tener muchos instantes de adoración, cualquiera cosa que estemos haciendo. Quizás así se reducirían los accidentes de tráfico, al sustituir con la noble oración el uso del teléfono móvil mientras se conduce.

2:8

"Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí" (v. 18). ¡Qué bueno es tener esa experiencia y hablar de ese modo!, "la benéfica manos de Dios"; no, dice de mi Dios; y llama a la mano de Dios benéfica, que también significa buena y bondadosa. Disfruta como yo esa palabra, benéfica o bondadosa. Si Dios tiene una mano bondadosa es que él es bondadoso (Tit. 3:4).

2:9-10

"Pero oyéndolo Sambalat horonita y Tobías el amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel". Uno no puede impedir que los impíos y los falsos hermanos presencien la alegría, o den algún apoyo a la obra de Dios; sin embargo en el fondo se disgustan por las bendiciones que tienen los líderes que ellos no aman y expresan los sentimientos del diablo. Si quieres lee vv. 17-20; aquellos hombres no eran judíos ni tenían sangre davídica, por lo tanto, aunque estaban en Jerusalén no amaban a Dios, al pueblo ni a la ciudad. Pasaron del simple disgusto a la actividad para impedirlo. Los impíos en la iglesia y los carnales, por razones propias, siempre procuran apagar cualquier entusiasmo, enfriar un avivamiento, hacer nulas las ideas y los esfuerzos de los que son enviados por Dios y que se entristecen, y no les da igual y trabajan para que todo cambie.

2:11-16

"Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas consumidas por el fuego". Son una bendición los líderes que rodean la obra de Dios, miran su estado, se informan de su condición, e idean formas con la bendición de Dios, para levantarla. Nehemías tenía un pensamiento secreto, un plan privado, una influencia particular de parte de Dios que nadie conocía y por el momento no deseaba darla a conocer; un plan en germen, un deseo vivo que le consumía el corazón, que venía del cielo, pero no era el momento de compartirlo hasta que no llegase la ocasión, que consideraba próxima, y estaba ya dentro de ella.

 

Ayudaron a reparar la iglesia, los mínimos

3. (Capítulo).

Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron

hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana. E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.


La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos.
El líder tuvo la idea, se dio cuenta de la situación lamentable de la ciudad y del peligro que corría si los muros no eran edificados; Nehemías no encontró objeción; bastaba con pasear la vista, todos estaban de acuerdo pero hizo falta algo más que compartir la idea, llevarla a cabo, que cada uno cooperara. He ahí como lo hicieron, es maravilloso observar que...fue hermosa la participación: prácticamente todos participaron en la restauración, excepto los grandes y nobles de Tecoa (v. 5) que no se quisieron ensuciar las manos y no querían aportar dinero. Fueron los pobres, los mínimos, los pequeños, los que se quitaron lo que tenían para hacer la obra.

Personas con diferentes oficios (vv. 8, 12, 17,22), porque la obra de Dios los incluye a todos, ¿por qué?, porque vivirían dentro de la ciudad y lo que harían lo harían no sólo por los otros sino también por ellos mismos. Una iglesia segura es de beneficio para nosotros y para la familia. En nuestro caso tenemos razones: por el evangelio que ella predica, ha atendido nuestras oraciones, hemos tenido muchos encuentros con el Espíritu Santo por medio de su Palabra, hemos sido bautizados en ella, nuestros hijos han sido presentados al Señor en ella, la hemos sostenido con nuestro dinero, el Espíritu Santo nos ha dado dones en ella, nuestros hermanos son los mejores del mundo, nos quieren como familia, nos perdonan, nos ayudan, etc. Edificaron por familias, los hermanos “hijos”; y los solos (v.20), con un entusiasmo contagioso como si toda la familia y conocidos lo estuvieran ayudando, y amigos (v. 6). Dios bendiga a nuestros descendientes y cada uno en el futuro ocupe una posición importante en la construcción de la iglesia de Cristo, Casa de Dios. 

3:12

"Junto a ellos restauró Salum hijos de Halohes gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, élcon sus hijas". Las mujeres también ayudaron. Colaboradoras (Flp. 4:3). Si quieres leer una lista preciosa de damas comprometidas con el trabajo varonil y divino de la iglesia lee el último capítulo de la epístola del apóstol Pablo a los Romanos.

 

Parecía un león trabajando

3:20

"Después de él Baruc con todo fervor restauró otro tramo". Los adjetivos que se utilizan como sinónimos de la palabra fervor son bellos y se aplican a la forma en que este hombre se incorporaba la obra de Dios: brillar; su trabajo era brillante; calentándose; según trabajaba en vez de hacerlo con menos fuerzas y ánimos, su calor iba creciendo. Llama; era puro fuego. Y la palabra tramo también puede traducirse extensión, medida y porción. Cada uno de nosotros tiene un tramo asignado por Dios y por nuestro deber en la obra del Señor; y la limitación y el área se definen por el don que haya recibido de Dios (Ro. 12:6; Efe. 4:7). Este hermano trabajaba con iniciativa y entusiasmo; parecía un león trabajando. ¿Por qué hemos de cumplir nuestro oficio de modo frío y desinteresado?

4:1

"Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos". Cuando se escriba la historia de la iglesia, o se cuente en el cielo se dirán los nombres y los hechos de los que trataron de estorbarla, y cómo  no pudieron, para gloria de Dios (2 Ti. 4:14).

4:4-9

“No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban”. Se pudiera traducir “porque se han airado delante de los edificadores” o “porque han desmoralizado a los edificadores” (v.10). Es cierto que provocaron a ira a Dios tratando de estorbar a los constructores, posiblemente ellos se enojaron y mantuvieron una moral laboral alta, a pesar de los muchos impedimentos y obstáculos. Y por supuesto los malos se enojaron (v.7). Oración y trabajo (v. 6) contra los que tratan de evitar el surgimiento del pueblo de Dios; con lágrimas y sudor; y si quieren poner en práctica sus malicias, entonces formar la defensa (vv. 7-9). Lágrimas. Sudor, defensa. Si esta última falta y no hay expulsiones, sino se defiende lo que se logra, se llora y se trabaja en vano.

, edificar la iglesia es difícil

 

Si el escombro se acumula

Nehemías 4:10-12

"Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado y el escombro es mucho". 

 

La palabra escombro es muy apropiada porque implica los sinónimos: basura, mezcla, barro y palos. Los que tenían que sacar la basura y lo que estorbaba no estaban haciendo bien su trabajo, y el montón de desperdicios y cosas inservibles crecía; un palo tirado aquí, un pedazo de piedra por allá, basura de cualquier clase, uno tropezaba por este lado y otro tropezaba por el otro. Que el escombro se quitara de en medio era necesario para poder construir y eso no se podía hacer por causa de los impedimentos y desechos. Los basureros son necesarios, como en los sacrificios los aguadores y leñadores (Jos. 9:21,27). No todos los trabajos corresponden a los expertos. Parece que a estos acarreadores el regaño les hizo bien porque después estaban más consagrados y dispuestos (v.17). Estos eran los que desanimaban, los que paralizaban la obra por medio del temor.

 

A uno no lo deja crecer aquellas cosas que como Pablo debiera estimar como “basura”, y a la iglesia lo mismo. Ella mete o deja dentro de su seno y en sus prácticas el escombro y construye con ¡heno y hojarasca! (1 Co. 3:12), a estas alturas de la revelación y la historia cristiana donde hay tanto oro, plata y piedras preciosas. Pero así son los tiempos, propicios para deslumbrar a los tontos ministerios que construyen precisamente, o quieren hacerlo sin poder, lograrlo con lo que debieran tirar al estercolero. Alguien, no sé quién, tendrá que sacar la basura.

4:13

"Puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos". Las familias se tornaron soldados, sabían que estaban defendiendo sus vidas (v.14). La patria son nuestros hogares, la tierra donde nacimos. No los ideales de un político demagogo o tirano. La obra de Dios se vuelve muy potente cuando crece y se fortalece por familias. Es lo que en el antiguo Pacto se le llama "casa" (Ge. 18:19; Jos. 24:15). Hoy el diablo, usando todos los medios de comunicación, está arruinando el concepto de familia y matrimonio. Será el  fin de una sociedad superior y su cohesión. La política o la filosofía no pueden lograr lo mismo que el concepto cristiano de hogar. Dulce hogar.

4:15

"Nos volvimos todos al muro y cada uno su tarea"; o cada uno su diputación, trabajo y empleo. Si quieres pensar en lo bello que es ver a los hermanos juntos y en armonía trabajando y creciendo en la obra del Señor, refresca tu espíritu con esta expresión "cada uno su tarea".

4:16

"La mitad trabajaba en la obra y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos". Amado, en tiempos difíciles para la iglesia, defenderla es tan importante como trabajar para edificarla (vv.16-18). Y ambas cosas a la vez, como dice Calvino en una carta a Farel. Son los tiempos de reforma.

4:19,20

"La obra es grande y extensa y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros". Cada uno debe pelear no sólo por su familia sino por la de los otros; el diablo puede que no entre por los tuyos a la iglesia pero por otra puerta sí puede. Cooperemos los unos con los otros. Peleemos por Dios. A veces vivimos muy separados. Si oyes a algún hermano que grita y pide auxilio, corre pronto. (Medita en 1 Jn. 5:16,17). No te entretengas cavilando en cuál es el pecado de muerte que si Juan no explicó su clasificación no hay quien pueda señalarlo. Sólo quizás la blasfemia contra el Espíritu Santo.

4:21

"Y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas". Hay veces que hay que hay que tener muchas garras para continuar en la obra de Dios y no irse a buscar un sitio de paz.

4:23

"Ni yo ni mis jóvenes, ni la gente que me seguía nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse". Posiblemente hermanos jóvenes.  Amado Señor, si sólo por un tiempo todas nuestras familias se entregaran a adelantar la obra así, en unos pocos meses ella sería el asombro de todos. Hoy que tenemos paz es la hora de trabajar mucho para edificar y extenderla, las condiciones son buenas para hacer evangelismo, si no tenemos tensiones internas en la iglesia, si todo es armonía. Y parece que el diablo nos ha dejado tranquilos por un tiempo, ¡manos a la obra!, es la hora de construir. Salgamos a perseguirlo. Pudieran venir tiempos difíciles.

 

Neh. 5:1-19

1Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. 2Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. 3Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. 4Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. 5Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. 6Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. 7Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, 8y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. 9Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? 10También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. 11Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. 12Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. 13Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto. 14También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. 15Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios. 16También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra. 17Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa. 18Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave. 19Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo”. 

 

¿Cómo se puede sentir una hija hecha esclava por las deudas de su padre? Cuando uno lee este capítulo siente pena y asombro y la realidad le deshace la romántica idea de que los que estaban en ese momento en la tierra o venidos desde la cautividad eran espíritus perfectos, un pueblo bien dispuesto, temeroso del Señor. Para ser justos, no, la gran obra que hicieron fue por los líderes que eran fuertes y Dios los ayudaba. No era un pueblo para hacer cosas grandes, la excelencia del poder era de Dios y la alabanza de su gracia. (Influir nuestra meditación con 2 Co. 4:7; Efe. 1:6).

Neh. 5:1-5

"Hemos pedido prestado grano para comer y vivir". Eso sí era miseria, por los altos intereses; no pudiendo pagar las deudas habían perdido a sus hijos. Amado, el tomar prestado dinero es muy peligroso. Por necesidad ¿no hay niños y niñas que trabajan como esclavos para traer unos centavos a los bolsillos de sus empobrecidos padres, debiendo esos chicos estar estudiando? Huid de los préstamos.

Neh. 5:6

"Y me enojé en gran manera cuando oí estas palabras". Nehemías tiene un temperamento fuerte. Se enojó contra la injusticia, la avaricia, la usura, el abuso y la esclavitud (Ver 13:25).

Neh. 5:7

"Reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos?". Para obligarlos a acceder o perderlo todo; los ricos que no temen a Dios temen al pueblo. Hay que ponerles freno a sus codicias. Sin parcializarse contra ellos a favor de los pobres.

Neh. 5:8

“Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos?”. Eso es una cosa bonita, que haya hermanos que compren la libertad de otros, que paguen el precio de su redención. No muchos están dispuestos a gastar sus ahorros en ayudar a salir a sus amigos de un país tiranizado. Pero se da el caso. Cristo pagó nuestra redención con su vida.

 

 

El reino de Cristo y la justicia social

Neh. 5:7-13

“Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así, como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. Además, sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto".  

 

Nehemías dio el ejemplo y les citó la ley de Dios. Este problema había que resolverlo. Había ido allí para edificar los muros de la ciudad, pero, también otras cosas que tratar. Si queremos edificar el reino de Cristo en nuestro país, hay que luchar por la justicia social. La economía hay que regularla para que unos no conduzcan a la miseria a los otros, obligándolos con impuestos que sólo usan para hacer más grande el gobierno y que se meta en todo, haciendo que los pobres dependan de él como un padre o un amo y que sigan siempre pobres sin pensar en la libertad sino en sus vientres. Si no tienen alguna libertad económica pierden su libertad política. Y si no tienen libertad política, sin democracia, difícil les será salir de la pobreza y la escasez. Trabajamos también por la venida del reino de Dios cuando trabajamos por los derechos humanos, como lo hacen algunos dejando, con comentarios bíblicos, que la Biblia hable. Una buena teología es libre e indómita, no es capitalista ni socialista, es cristiana y humana. WINSTON CHURCHILL primer ministro de Inglaterra dijo una vez, más o menos así “entrégale el desierto de Sahara a un comunista y en cinco años no habrá arena”.

 

Neh. 5:14,15

"Pero yo no hice así"; "no fui corrupto como ellos, no fui designado para este puesto para enriquecerme a costa de ustedes".

Neh. 5:17

"Y los que venían de las naciones estaban a mi mesa; nunca requerí el pan del gobernador". "Gasté lo mío y yo mismo me gastaba por mis hermanos y en mi trabajo". Espíritu similar a éste lo tenía el apóstol Pablo (2 Co. 12:15).

Neh. 6:2-4

"Yo hago una gran obra y no puedo ir". "No, no puedo ir, el pueblo no aceptaría trabajar con un superintendente en mi lugar, tampoco yo quiero ir, tengo mucho trabajo que hacer".

Neh. 6:8

"No hay tal cosa como dices, sino quede tu corazón tú lo inventas". "Es una descarada mentira tuya, yo no quiero ser rey de nadie sino hacer la obra de Dios".

Neh. 6:9

"Nos amedrentaban diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra y no será terminada; ahora oh Dios, fortalece tú mis manos". “Nos desaniman”. Sabía que aquellas continuas intrigas y amenazas los desalentarían, principalmente a él, por lo tanto, ruega a Dios para que no sean dañados con esa propaganda, mal intencionada.

Neh. 6:9-17

"Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías y las de Tobías venían a ellos; porque muchos en Judá se habían conjurado con él". Es increíble que pudiera pasar por esa etapa sin fallar. Me llama la atención que no hizo caso de los falsos profetas. No les tuvo miedo a las predicciones de ellos porque sabía que estaban siendo pagados (v.12); y si ya sabe que alguien ha tomado dinero para dar un mensaje, ¿cómo voy a creerlo? Y si uno está haciendo la obra de Dios por inspiración divina, por amor a su pueblo, no puede ser que esa pretendida visión de Dios se oponga a la revelación de él. No creas a cualquiera que abra su boca y diga que habla en nombre de nuestro Señor.  Mira al profeta Miqueas como toma a esa gente (2Cro.18:23).

 

Di un rotundo no pecaré

Neh. 6:11,13

"¿Un hombre como yo ha de huir?”.

 

¿Un hombre como yo ¿ha de pecar?" (v.13), quiso decir, "el testimonio de Dios depende del mío". Mira el alto concepto que tiene de su liderazgo; pensó en lo que él valía para otros y las muchas cosas que Dios le había confiado. Si estás tentado a pecar, por favor, implora misericordia, porque un hombre como tú no debe aceptar una proposición mezquina, cobarde, y bestial como pretende el diablo que aceptes. Valórate a ti mismo, un hombre como tú, una mujer como tú no debe pecar. ¿Qué pasará con aquellos que has traído para que te ayuden, que has inspirado en la obra, que han sacrificado mucho junto a ti por tu ideal, por tu teología, incluso por tu bienestar familiar? La iglesia de Jesucristo confía en ti. Esa pregunta debe ser constante en tu personalidad cristiana, sobre todo en tiempos de tentación cuando se te pone al alcance de la mano alguna forma de desobediencia, huir porque las circunstancias te aprietan, o caer en pecado carnal, indigno de ti, traído por el aspecto angelical de un ángel falso y caído. En tales momentos debes preguntarte "¿un hombre como yo ha de caer en esa tentación?”. ¿Si acaso corro, aunque me echen ese desperdicio? ¿No soy templo del Espíritu Santo? ¿Cómo pecaría contra mi propio cuerpo (1Co.6:18)". Entonces diré "golpeo mi propio cuerpo y lo pongo por servidumbre no sea que siendo yo heraldo para otros", Dios me elimine” (1Co.9:27).

¿Cómo le harás eso a Dios, desperdiciar de ese modo la gracia y la misericordia recibida, caer en esa clase de tentación cuando has sorteado con éxito otras tanto o más peligrosas? ¿Qué será de ti, sino el ridículo, la burla, y que tus mismos seguidores te llamen hipócrita y los que no te amaban se gocen sobremanera llevando las  de tus fallos a otros oídos para regocijarse en tu mala propaganda y vengarse de ese modo por la envidia que les hiciste un día sentir? Nehemías se propuso esa pregunta para sí mismo y se la hizo a otros, que no pudieron darle respuesta, porque sabían lo que les estaba preguntando, que equivalía a un rotundo, no huiré y no podrán echarme, no pecaré; “y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (Jud.1:24,25).

 

Pide a Dios que no olvide los pecados de otros

Neh. 6:14

"Acuérdate, Dios mío, de Tobías y Sambalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo". 

Aquí no está pidiendo que se olvide de los pecados que cometieron, sino que no los recuerde. No pide para ellos perdón sin juicio, no misericordia sin justicia. Si algunos pecan contra nosotros debemos perdonarlos 70 veces; cualquiera ofensa personal, y debemos amar a nuestros enemigos, pero para quien trata de destruir la obra de Dios, debemos pedir juicio (2Ti.4:14,15). Quizás éste no sea el espíritu que nos dio el Señor, no es el espíritu de nuestro hermano Esteban, pero otras veces no cabe sino ese espíritu, y nuestra alma no está tranquila si no ve la justicia de Dios porque tiene “hambre” de ella (Mt.5:6), para que otros teman, y para la gloria suya, porque aún las almas decapitadas en el Asia Menor, simbólicamente representadas en el cielo piden venganza (Apc.6:9-11).

6:18

“Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías”.  Porque contaban con muchos traidores internos que trataban de deshacer la obra de Nehemías.

7:2

“Y a Hananías, el jefe de la fortaleza de Jerusalén, porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos”. ¿Quién mejor para cuidar a Jerusalén que un hombre que se distingue por su temor de Dios? Los que no temen a Dios y están en eminencia, no temen tampoco al hombre ni a las leyes, y juegan con ellas (Lc.18:2,4).

Neh. 7:4

“Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella”. Algunas veces nuestros templos se miran así, con muchos espacios vacíos, pocos asientos ocupados. ¡Oh mi Señor! Da hambre de la palabra a tu pueblo (Am.8:11).

Neh. 8:3

“Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley". No te parezca mucho el trabajo que gastas en leer y oír la palabra de Dios; medita en ella de día y de noche (Jos.1:8; Sal.1). ¡Dios mío, qué central era tu Palabra en ese entonces! Y desgraciadamente está cayendo en desuso en nuestros púlpitos modernos. Música y entretenimiento es lo que está a la orden del día; y en otros casos un evangelio con psicología, que quita suspiros, alienta, y engendra optimismo, pero no fe, ni ayuda para vivir la vida cristiana, y no salva. Esta clase de evangelio falso es otro y no salva.

 

 

El entra-y-sale del templo

 

Neh. 8:5

"Abrió Esdras el libro a ojos de todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento"; literalmente quiere decir que se puso de pie, por supuesto para prestar atención y reverencia. Nadie quería perderse ni una sola palabra porque en una partícula de ella podía hallarse la vida eterna (Mt.5:18). Debiera evitarse por todos los medios que se entre y salga del templo, a la hora del sermón, porque la atención es la primera obra del Espíritu Santo sobre la mente (Hch.16:14), y Satanás trata que, no se halle a Cristo en ella (vv.7,8); que no se entienda (Mt.13:19); ver también (He.8:10-12). En épocas de gran avivamiento espiritual la palabra de Dios ocupa el primer lugar. Jesús dijo que los escribas escudriñaban la Escritura porque estaban avisados que en sus letras hallarían la vida eterna; y les dijo que procuraran encontrarlo a él en sus lecturas (Jn.5:39). Una partícula de la Biblia, un adjetivo, un artículo, una buena traducción, un énfasis especial, pueden comunicar palabras de vida eterna. Súplase sus necesidades antes de sentarse a oír la palabra de Dios.

 

Les pidió a los llorones que sonrieran

Neh. 8:8-12

"Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley". ¿Harían bien o mal los levitas y Esdras en detener aquel llanto del pueblo, que era fruto de la Palabra de Dios porque les recordaba su pecado y el castigo recibido, para que estuvieran alegres para una gran celebración? Era la fiesta de los tabernáculos y eso significaba alegría, no ayuno y confesión de pecados. El dijo que la alegría era la fortaleza de ellos, de los que podían comer y beber porque sus obras eran agradables a Dios (Ecl.9:7). Las celebraciones, sin contrasentido, deben ser celebradas por aquellos cuyas obras son agradables a Dios, que hacen las obras del Espíritu Santo y no las de la carne.

No critico lo que esos santos líderes hicieron, pero quizás hubiera sido bueno que lloraran un poco para que se alegraran mejor después; no me apresuraría a enjugar las lágrimas que el Espíritu Santo hizo que brotaran. Esa sensibilidad espiritual debía extenderse por un tiempo más, esa humillación alargada, seguida por un tiempo de oración, otro tiempo de lectura sobre promesas de consolación, como aquellos pasajes donde se les promete que la sangre los limpia de todo pecado, que Dios echaría sus pecados en el mar y los olvidaría, etc.

Hubiera dejado que cada uno continuara pensando en sí mismo, como seguro que ocurría, en sus vidas, en los días pasados, los presentes y los futuros, desde aquel día en adelante, para que fuera un pueblo mejor preparado para el Señor (Zac.12:10-14). Oh amado, que vengan días así, cuando el pueblo del Señor sienta hambre por su Palabra y la busque (Am.8:11). Y si Nehemías consideró que era un día de mucha alegría y pidió a los llorones que sonrieran, ¿quién soy yo para decirles que sigan llorando?

 

Por los padres muertos no se ora

9:2

"Y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres". Quizás te parezcan raras esas palabras, que los hijos, los nietos y biznietos confiesen los pecados de sus padres, abuelos y bisabuelos muertos. No es para que Dios les perdone a ellos hallándose ya fuera del alcance del perdón, porque quien muere en sus pecados bajo la ira de Dios se muere y ella ya no es removible jamás. El que traspasa el umbral de la muerte pierde ya toda esperanza de salvación, no hay oportunidad de algún tipo. Las iniquidades de los padres vivos deben confesarla los hijos para que Dios tenga de ellos misericordia y les conceda arrepentimiento (2 Ti.2:25,26), pero cuando se trata de los pecados de muertos, se confiesan sus iniquidades, si uno las llegara a conocer, por causa de los vivos, para que el Señor detenga la ira sobre los vivos, que aun siente sobre los muertos, como se dice en Dt.5:9.

Si Dios, siendo tú de una familia que no es evangélica, él te llama por su gracia, no te tardes en responder a las ofertas que te hace, no renuncies a ninguna de ellas y piensa siempre que usó contigo un excepcional privilegio llamándote para la salvación.  Para que pudieras apreciar debidamente eso tendrías que comprender cuán prolongada suele ser su ira con aquellos que pecan contra él que comúnmente alcanzan a muchas generaciones, a países y aun continentes enteros, y los deja andar en sus propias mentes y en los pecados que van aprendiendo de sus mayores y que ellos mismos van inventando de sus propios corazones. Señor gracias, no hay ninguna explicación, excepto su soberano amor, para haberme escogido, para haber detenido tu ira sobre mí, cuando aun la sientes por aquellos que viven, y te niegas a concederles a ellos lo que me concediste a mí y los veo caer uno a uno como árboles secos destinados para el fuego eterno. Siento gratitud y temor, Señor, me tiembla el corazón y te doy gracias con amor, porque el destino, la oscuridad, el endurecimiento que ellos padecen pudo haber sido también el mío, yo me pude enfermar con los mismos pecados que ellos están enfermos y con los cuales no quiero tener nada que ver. Así pienso que no nací para ellos sino para ti, que soy más tuyo que de ellos, soy uno de tus primogénitos, siempre tuyo (He.12).

9:3

"Y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios". Puestos los pecados uno sobre otros, llegarían al cielo. Los pecados siempre tocan a Dios.

9:5

"Bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad". No hay dos eternidades sino una, uno habla así cuando piensa en este vida como la suma de los tiempos, pero no es así, la eternidad es la ausencia del tiempo donde no existe lo creado. Los ángeles son creados, son inmortales y en ese sentido tienen vida eterna, participan de la eternidad. Bendecir y santificar el nombre del Señor primero que todo, por encima de todo. En el original lo que dice es "siempre por siempre" "siempre y eternamente". ¿Será bendecido? Bendice su nombre. ¿Le alabas? Bendice su nombre por encima de la letra y el arte musical, eternamente.

9:6

"Y tú vivificas todas estas cosas". Te adoramos Señor porque eres nuestro creador y por tu gracia preservas el hálito de nuestras vidas. Tú eres, Jesús, nuestroespíritu vivificante (1 Co.15: 45); desde ahora y en nuestra resurrección.

9:8,9

"Y cumpliste tu palabra porque eres justo" Le alaba por la elección de Abrahán el padre de todos ellos y asegura que siempre cumplirá su palabra con sus elegidos. Ayúdame a serte fiel como él, a creer como él, a participar de las promesas que diste a él. Por Jesús.

9:10,11

"Y te hiciste nombre grande como en este día". La idea es que se hizo Nombre, se dio a conocer entre los dioses paganos, un nombre que es sobre todo nombre, "Soy El Que Soy". Es decir, revelaste quien eras y lo que podrías hacer ante los ojos del mundo, diste testimonio de ti, para salvación de tu pueblo y de los gentiles. Tú eres el mejor testigo de ti mismo.

9:12

"Con columna de nube los guiasteis de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir". Como si los llevara de la mano para que no se perdieran y siempre, de día y de noche, tuvieron sus miradas puestas en ti. Para estos procedimientos tiernos de Dios te sirve también pensar en este otro texto (Ose.11:3); trata de relacionarla con (Sal.119:105).

9:13

"Y les diste juicios correctos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos". Infinitamente mejores que los de los hombres; e hicimos una buena decisión al querer por ellos vivir. ¡Oh qué dicha haberlos aprendido temprano en la vida! Los que viven los mandamientos de Dios viven vidas insuperables.

9:14

"Y les ordenaste el día de reposo santo para ti". No se puede negar la importancia del día de reposo dentro de la ley, aunque no era más importante que la circuncisión por causa de las infidelidades del pueblo, por su indiferencia hacia el culto, su frialdad y olvido de la religión; es por eso que se insiste tanto. Cristo absorbió todos esos emblemas y sombras suyas, y ahora la vida de fe en él hace innecesario guardar el día de reposo para la salvación, como mejor y único para la adoración; pudiera convertirse en un fino y sagrado obstáculo que impida apropiarse completamente de la sustitutiva  obra de Cristo, dejando la luz por la sombra, la sustancia por la forma. Un texto que se presta para debate sobre este asunto es Ro.14: 5; y Col. 2:16,17.

9:15

"Les diste pan del cielo en su hambre y en su sed les sacaste aguas de la peña". (Ex.16:3; 17:6). Testifica, Israel, que Dios cubrió bien tus necesidades; y lo que necesitaste fue para que probaras su fidelidad y suficiencia. Amén. Oh, no te quejes, que tu Dios no es escaso. La historia de la providencia de Dios en nuestras vidas es el relato de nuestra preservación y abastecimiento.

9:16

"Nuestros padres se endurecieron y no escucharon tus mandamientos". Ya ves, la ley de Dios es perfecta y los que se alejan de él no debieran culparlo. El problema radica en la desgraciada naturaleza humana, en la esencia íntima del corazón. Hay generaciones que piensan en las anteriores y preferirían haber nacido en ellas, pero otras no; examinan su árbol genealógico y no ven motivo para envidiarlos.

9:17

"Tú eres Dios que perdonas y no nos abandonaste". Tienen más razones para seguir adelante que para retroceder; pero con todo volvieron la espalda. Por eso el diablo levanta caudillos, herejes que convenzan para servidumbre y llevan a  la ley del pecado a los infieles. Prominentes ciegos que guían a los ciegos. “No los abandonaste”. Los ayudaste a perseverar. No los dejaste volver a la esclavitud. Bendito sea el Señor de mi perseverancia.  No volveré, no. No seamos de los que se vuelven para perdición (He.10:39).

9:18

"Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto". Dios mío ¿serán imbéciles? ¿Cómo pueden imaginar que un animal, aunque sea de oro, es su enorme Dios? Ni siquiera sería una representación suya. ¿No hay nadie que tenga sensatez o son todos idiotas? Sí, para apostatar, para eso se hicieron la imagen porque a ella la podían hacer regresar, dominar. Ese es la clase de Dios que quieren los pueblos, que lo puedan manipular.

9:19

"Con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego para alumbrarles el camino por el cual habían de ir". La misericordia de Dios no dejaba de fluir hacia ellos aunque iban dando más y más motivos para que así sucediera; Dios continuaba arrastrándolos a la salvación; y aunque más tarde quisieron regresar, se mantuvo tu providencia y funcionando la perseverancia de los santos (Ex.32:4-6; Num.11:5,6). Ninguno regresó aunque cayeron muchos en el desierto (He.:16-18).

9:20

"Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles". Y tú también, todo lo que has aprendido ¿no te lo ha enseñado Dios? (Jn.6); tenían por maestro al Espíritu Santo, a Cristo mismo. Es muy bueno y delicioso ser enseñado por Dios (Mt.23:8-10; Jn.6:45; 1Jn.2:27).

9:21

"Sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies". Sólo tenían que mirar su ropa nueva y sus pies sanos; pero ninguno se sentaba a pensar en esas cosas y seguían protestando aunque estaban habilitados para seguir. Disfruta estos textos sobre la providencia de Dios. Para la salud (Sal.91:10; Lc.12:28).

9:22

"Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehon". El tiempo en adoración en el desierto no fue perdido porque cuando llegaron a la tierra, recibieron de una sola vez lo que les hubiera tomado años de trabajo, de sembrar y construir (v.25). Esa es la gracia recompensando la fe y la obediencia.  Podemos vivir laborando años sin cosechar fruto y en uno solo recoger todo lo que aquellos estériles tiempos debieron haber producido. Ten paciencia, espera creyente agitado y presuroso: Yo.

9:23,24

"Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo". Si programamos con incredulidad en la providencia, y por ignorancia, los nacimientos de nuestros hijos, por egoísmo o vanidad, tal vez no engendremos héroes, príncipes, reyes y ministros como aquí se leen.

9:26

"Y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti e hicieron grandes abominaciones". Los profetas eran hombres ligados a la historia de su pueblo que procuraban evitar que ellos rompieran con su pasado y que construyeran el futuro sin él. Los profetas de Israel son enemigos del actual postmodernismo. Y los ministros dignos de ese nombre, que suceden a aquellos héroes de la fe.

9:27

"Y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvase de mano de sus enemigos". Estados Unidos de América no es Israel y perderá su privilegio como líder espiritual del mundo como pasó a Alemania, Suiza e Inglaterra.

9:28

"Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti; pero volvían y clamaban otra vez a ti y tú desde los cielos los oías y muchas veces los ayudaste". No hay límites de caídas para restaurarse. Tantas veces como uno se arrepienta, tantas veces será perdonado. Señor bendice nuestras aflicciones.

9:29

"Les amonestaste a que se volvieran a tu ley, más ellos se llenaron de soberbia". Dios, como quien dice, se cansó de pedirle al hombre natural que viviera como un hombre espiritual, y creó un hombre nuevo (1Co.2:14-16; Ro.8:5-8); éste fue el mensaje al fin revelado a los profetas y cumplido abundantemente en Cristo (Je.31:31-34).

9:35

"Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras". Te robaban tus bendiciones y misericordias. Ver la nota anterior.

 

La fidelidad es más que un compromiso al firmar papeles

9:38

"Nosotros hacemos fiel promesa y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes".

¿Para qué haces eso, amado Nehemías? Aunque firmar un documento judicial sea un compromiso al cual uno se ata, y es bueno que se firmen papeles, no creas que eso garantice la fidelidad, el honor y el respeto. Oh, Nehemías, eso también será inútil, tienes que entender que el corazón del hombre no le permite mantener sus mejores resoluciones cada año nuevo, y cumplir sus votos y compromisos; no seremos fieles, aunque hayamos firmado un papel; nuestras concupiscencias nos arrastrarán, nuestras soberbias prevalecerán, con ingratitud olvidaremos lo que hemos escrito y nos volveremos infieles, traicionaremos a nuestras mujeres y conciudadanos y defraudaremos a nuestros clientes.

Traigo una ilustración desde otro lado de la palabra de Dios. En Jue. 5:15,16, leemos que “caudillos también de Isacar fueron con Débora; y como Barac, también Isacar se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén hubo grandes resoluciones del corazón”. O pensamientos. Parece que, por hallarse al otro lado del Jordán, muchos de la tribu de Rubén no acudieron al llamado de Barac para enfrentar al enemigo; no quisieron involucrarse en el conflicto y hasta desalentaban sistemáticamente a los que se habían enlistado. Pese a todo ese desaliento hubo grandes pensamientos y resoluciones del corazón muy notables por las características del momento en que se hicieron, dado que tuvieron que enfrentar las palabras frías, las críticas de la mayoría; pero, ¡asómbrese!, esos grandes pensamientos y esas grandes resoluciones terminaron en nada y no cruzaron el Jordán para ayudar a sus hermanos.

¿No hemos visto eso, hermanos que oyen el llamado del Señor un día, se emocionan, adquieren impulso, hacen resoluciones y propósitos, y acaban en nada? Abundan muchos ejemplos en la Escritura de que eso ocurre, porque bien no pueden resistir la oposición de opiniones diferentes o son vencidos por la disposición natural de vivir tranquilamente entre los balidos de las ovejas. Necesitamos, más que valientes resoluciones, la gracia perseverante.

Usted al comenzar un nuevo año puede firmar los papeles que quiera, comprometerse consigo mismo y con otros, alcanzar algunas metas, menos hallar justificación de Dios sin la justicia de Cristo; no puede formar por su empeño a Cristo en usted, no puede regenerarse, no puede convertir el optimismo en fe y esperanza celestial. Puede perdonarse y perdonar a otros, pero no alcanzar por su esfuerzo el perdón de Dios sino por medio de la cruz de Cristo.

10:28-39

"Y el resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento". Se excluye a los niños pequeños; los ancianos que hayan perdido la razón y los que por nacimiento o trauma tampoco la tengan. ¿Qué puede uno decir de la salvación de una persona así, sin raciocinio, si no puede ejercer su fe en el Señor? Pienso que en el pacto de gracia no son excluidos sino incluidos. Sólo aquellos que tienen una conciencia limpia y no son responsables por la razón turbada. Señor que yo siempre tenga comprensión y entendimiento, para entenderte a ti, tu palabra, mis caminos, y los de los otros.

10:29-39

“Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades”. En poco tiempo reconstruyeron toda la religión judía; todos los mandamientos olvidados fueron puestos por obra; y Dios los ayudó. Se propusieron no sólo no pecar contra Dios sino mantener con dinero y alimentos la obra, y nadie se opuso porque podían y lo deseaban.

11:17

"Y Matanías, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración". Nota como se mezclan las tres cosas. Alabanzas, acciones de gracias y oraciones. Eran tiempos de avivamiento, muy hermosos. De sudores, de temores y de aleluyas.

11:23

"Porque había mandamientos del rey acerca de ellos, y distribución para los cantores para cada día". Esto quizás no se pueda tomar hoy al pie de la letra; y si hubiera, en caso que hubiera recursos, para ministerios musicales, de lo contrario se debe tomar el dinero para la obra pastoral y misionera. La alabanza en el cristianismo no tiene que ser igual que en el judaísmo. Todos esos instrumentos, si fuera necesario, se pueden desplomar junto con las ceremonias y sombras de la Ley.

12:1-26

Esta genealogía parece obra de un editor (vv.31,47). La mención de coros musicales es enfatizada; quizás el editor es músico o está muy relacionado con el culto y consideró importante, como músico e historiador, recalcar la adoración y el sistema de sostenimiento económico (v. 47). Cuando hay mucha palabra de Dios en el culto no hay miedo a la clase de música que se emplee para adorar a Dios, siempre que sea para exaltar el espíritu, y no para agasajo de la carne, porque lo que suele ser de deleite humano pudiera ser abominación a Jehová.

13:1-3

"Mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición". Como se dice en cierto lugar "maldigan ellos pero bendice tú" (Sal. 109: 28). Ese Dios de Nehemías es el nuestro. Cuando Dios hace que todas las cosas obren para bien está volviendo la maldición en bendición. ¡Qué sabio y entendido es Dios! Su bendición nos puede caer desde donde menos lo pensábamos. Yo, con Pablo exalto la profundidad de la ciencia de la sabiduría de Dios (Ro.11:33). Quien único puede convertir el mal en beneficio es Dios. Dios llega hasta el punto de poder revertir el daño de un pecado en una bendición postrera; y lo hace con los males que nos infligimos y los que otros nos hacen.

13:4-9

"Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa nuestro Dios, le habían hecho una gran cámara en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo el grano, el vino, el aceite...". Mira lo que pasó por hallarse ausente, quien hubiera estado al frente de la obra no la dirigió con el celo y la firmeza religiosa como lo hubiera hecho él. Nehemías gastaba lo suyo por la obra pero éstos no, sino que se aprovechaban de ella (Cap.5). Dice que le dolió en gran manera (v. 8). Esto trajo mucho menosprecio por parte del pueblo que lo miraba; la iglesia cayó en una enorme depresión económica. El dinero y las ofrendas dejaron de fluir a Jerusalén y los ministros renunciaron (v.10). Cuando el pueblo supo que de nuevo la iglesia estaba bajo la honrada administración de Nehemías, cooperó (vv.11,12). Un caso antiguo ya había ocurrido (1Sa. 2:12-17).

 

Si trabajas en la obra de Dios puedes orar con argumentos distintos

13:14,22,31

"Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio". No temas a las críticas que si dedicas tu vida a Cristo la desperdicias y que el mejor perfume de ella sería  venderlo y usar el dinero para beneficio de los pobres. No, el que pierda su vida en Cristo la gana, lo que a él damos nos lo devuelve; nunca es tan nuestro como cuando deja de serlo. Nehemías fue gobernador de Judá por un tiempo e hizo muchas buenas obras. Cuando regresó a la corte de Persia parece que escribió sus memorias; y encontró un motivo para orar en la pasada historia de servicio y consagración de su vida. Ese es el primer punto, cuando la vida cristiana es una razón en sí misma para hacer oración a Dios (nunca he orado así) (v.22). No hermano, Dios no olvida nunca la obra de tus manos (v. 22; He. 6:10,11). Nehemías intercala peticiones. Así he hecho con mis notas. Parece que fuera su diario o sus crónicas personales. Sí, es una cosa provechosa servir al Señor, a la casa de Dios, porque uno puede referirse en oración a ese trabajo y a esos sacrificios y sería como decirle a Dios, "por tu misericordia he hecho esto y aquello, no he sido indiferente y negligente, tu gracia no ha sido en vano para conmigo". Por otra clase de trabajo particular, para uno mismo, no se pudiera orar con ese énfasis. Hay quienes no trabajan nada en la obra de Dios, y se pierden la oportunidad de poder mencionarle al Señor lo que les ha costado el servicio a él. En segundo lugar Nehemías puede orar así cuando no ha sido compensado por los hombres. En tercer lugar uno no tiene que recordar a Dios eso porque él lo sabe (Apc.2:3). El no deja a nadie sin recompensa. En cuarto lugar, si uno necesita bendiciones no hace falta volverse al pasado porque tenemos para el futuro un mejor asiento, mejores promesas; no hay que invocar nuestras obras o méritos porque nuestra participación ha sido un privilegio y una oportunidad que Dios nos dio. Y con todo, los que trabajan en la obra de Dios pueden invocar distinto el nombre de Dios. Amén.

13:15-22

"También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia". Sirven los mismos comentarios de 13:14; lo que me admira es que este hermano considera una obra memorable el haber defendido la consagración del sábado, un día de la semana. En aquel entonces era vital para la práctica de la religión. Nosotros tenemos cosas mejores: el evangelio (Flp.1:17). ¡Oh si tuviéramos igual solicitud! Dios nos perdona no porque hayamos trabajado bien, no por nuestras obras, sino por la grandeza de su misericordia.

13:23-30

"Y reñí con ellos y los maldije, y herí a algunos de ellos". Nota que con su mano de hierro dirigió la iglesia; parece una réplica de Moisés pero sin la mansedumbre de éste. Llega a usar violencia. Cuando la obra de Dios se hace fuerza los violentos la arrebatan (Mt.11:12). Dios ama a los hombres que tienen celo por su obra en la época en que han vivido y con el conocimiento que hayan tenido, y si es necesario volcar mesas y echar los mercaderes fuera, lo hacen (Mt.21:12,13).

 

 

Ester

 

 

“En libro de Ester fue así llamado por los judíos, "el volumen de Ester" o simplemente "el volumen". En tiempos antiguos el libro se leía separado en un rollo aparte, se leía de modo completo durante la fiesta del Purim. La traducción griega simplemente le llama Esther que ha venido a ser el título por el cual lo conocen los cristianos.

“En cuanto a las discusiones se refieren, los detalles de este libro sugieren que su autor fue alguien contemporáneo y no otro que ocasionalmente escribió acerca de este asunto en tiempos futuros. Esto en que se escribe el libro está de acuerdo con el asunto que trata y sugiere como fecha probable los tiempos de Zacarías. Eso quiere decir que se puede marcar históricamente junto con los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías, o sea en los tiempos del rey Artajerjes. Si se toma el nombre de Asuero como correspondiente al rey Artajerjes, queda descontado que se trata simplemente de Jerjes. De acuerdo a esto la fecha probable del libro debe ser situada alrededor de 464 a. C. 

“No hay forma de saber quién fue el autor de Ester. Si su autor no fue Esdras pudo haber sido entonces Mardoqueo o tal vez un contemporáneo más joven que él. Por los detalles internos del libro se cree que tuvo que haber sido escrito en Persia por una persona que tenía acceso a los documentos reales y también recibe información de Mardoqueo y quizás Ester. La característica de este libro es que no menciona el nombre de Dios y contiene casi ninguna referencia religiosa o elemento didáctico. Estos detalles son fuertes, y explican la reticencia que muestra el ambiente persa en relación con la comunidad judía y sus doctrinas, que podrían entrar en conflicto con el resto de la ciudadanía. En cuanto a su lenguaje mismo y a su escritura muestra una serie de palabras persas y muy pocas palabras hebreas o del dialecto posterior, el caldeo.

“La versión griega conocida como la Septuaginta, o versión de los setenta, le ha hecho algunas adiciones. Por lo menos son cinco. Éstas por un autor honesto pero con esas adiciones y omisiones que he mencionado. Por ejemplo las oraciones de Mardoqueo y de Ester, el exordio en 5:1-14; toques religiosos en 6:1,13; y la conclusión en los versículos 10:1-3. Finalmente las cartas de Asuero que bien parece que fueron compuestas por un autor helenista influido por la lengua griega (3:1-15); el capítulo 8; las cuales fueron posteriormente aceptadas como genuinas” (Barnes).

 

Ver nota capítulo 4. 

1:1-5

“1 Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias, 2 que en aquellos días, cuando fue afirmado el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino, 3 en el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo delante de él a los más poderosos de Persia y de Media, gobernadores y príncipes de provincias, 4 para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento ochenta días. 5 Y cumplidos estos días, hizo el rey otro banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa capital del reino, desde el mayor hasta el menor”. 

Generalmente se cree que el rey Asuero se corresponde con el Jerjes de la historia griega. ¡Qué barbaridad, con el solo propósito de gloriarse! Tal vez también para organizar mejor su reino, para conocer mejor a sus príncipes y principados. Todo eso a costa de la libertad y economía de otros pueblos.

1:5

"Hizo el rey otro banquete en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa la capital". Extendió la fiesta de la capital para que bebieran de su gloria, para consolidarse.

1:6,7

"El pabellón era de blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y púrpura en anillos de plata y columnas de mármol; los reclinatorios de oro y de plata...". Toda esta riqueza, pompas, suntuosidad estaba levantándose sobre mucha sangre, lágrimas, violaciones y esclavitud. ¿Estos son los héroes militares del mundo, de los que la historia habla como grandes y célebres conquistadores? Esto nos lo dice el Espíritu para moderar nuestra admiración por ellos al verlos por dentro. Quitarles la gloria de la fama humana; si los conocieras como hombres no cambiarías tu humilde posición por la del más grande de estos monarcas, y jamás un ápice de la gloria de Cristo por la de todos ellos juntos. Estos son los sentimientos de Jesús. (Medita en Mt.4:8-10;16.26). 

1:10

"El corazón del rey alegre del vino". Vasti en persa significa óptima, una mujer muy bella. Quiere decir que estaba ebrio. Parece que él deseaba mostrarles cuan bella era en su estado natural, a lo cual ella se negó, o que ni aun con ropas deseaba presentarse delante de aquellos monarcas ebrios. Perdió el reino pero no su pudor y reputación. De todos modos era impropio e infamante para una mujer, y menos para una reina comparecer ante un grupo de hombres, y todavía menos con el propósito de exhibirla. 

1:13-22

"Si le parece bien al rey que la reina no venga más delante de él y busque otra reina que sea mejor que ella". Fíjate lo que le aconsejaron: divorcio, o peor aún, un reemplazo para su muJe.

1:16

"Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina Vasti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos que hay en todas las provincias del rey Asuero". ¿Pecado?  La palabra significa cometer un error o una falta. También iniquidad. ¿Por conservarse pura, no aceptar algo que la infamaría, por respetarse a sí misma, por no corresponder con la supuesta inmoralidad o menosprecio de su marido? ¿Pecó contra Dios la reina cuando no siguió a su marido en pasos que el Señor desaprobaba? No, no tienen autoridad los maridos para hacer pecar a sus esposas, cuando éstos llaman a lo malo bueno y lo bueno malo (Isa.5:20).

 

La reina Vasti no era feminista

Ester 1:17-22 

1Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias, 2que en aquellos días, cuando fue afirmado el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino, 3en el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo delante de él a los más poderosos de Persia y de Media, gobernadores y príncipes de provincias, 4para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento ochenta días. 5Y cumplidos estos días, hizo el rey otro banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa capital del reino, desde el mayor hasta el menor. 6El pabellón era de blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y púrpura en anillos de plata y columnas de mármol; los reclinatorios de oro y de plata, sobre losado de pórfido y de mármol, y de alabastro y de jacinto. 7Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino real, de acuerdo con la generosidad del rey. 8Y la bebida era según esta ley: Que nadie fuese obligado a beber; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciese según la voluntad de cada uno. 9Asimismo la reina Vasti hizo banquete para las mujeres, en la casa real del rey Asuero. 10El séptimo día, estando el corazón del rey alegre del vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas, siete eunucos que servían delante del rey Asuero, 11que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa. 12Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió en ira.
13Preguntó entonces el rey a los sabios que conocían los tiempos (porque así acostumbraba el rey con todos los que sabían la ley y el derecho; 14y estaban junto a él Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían la cara del rey, y se sentaban los primeros del reino); 15les preguntó qué se había de hacer con la reina Vasti según la ley, por cuanto no había cumplido la orden del rey Asuero enviada por medio de los eunucos. 16Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina Vasti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos que hay en todas las provincias del rey Asuero. 17Porque este hecho de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, y ellas tendrán en poca estima a sus maridos, diciendo: El rey Asuero mandó traer delante de sí a la reina Vasti, y ella no vino. 18Y entonces dirán esto las señoras de Persia y de Media que oigan el hecho de la reina, a todos los príncipes del rey; y habrá mucho menosprecio y enojo. 19Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella. 20Y el decreto que dicte el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor. 21Agradó esta palabra a los ojos del rey y de los príncipes, e hizo el rey conforme al dicho de Memucán;
22pues envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lenguaje, diciendo que todo hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase esto en la lengua de su pueblo”.

 

Estos hombres aconsejaron al rey para que continuara con la autoridad masculina en el hogar. Lo único que vieron fue que la rebeldía de la reina Vasti provocaría un caos en la familia y el hombre perdería su autoridad civil, por su mal ejemplo. Vasti no puede actualmente ser declarada una heroína del movimiento feminista porque ella no tuvo el propósito de destronar a los hombres de su autoridad en las decisiones de la familia, partió de la defensa de un principio mayor que el derecho de igualdad, de un principio moral, que la mujer no debe ser usada como un objeto sexual, o dicho suavemente, utilizar su belleza para acrecentar la codicia o el rating entre los espectadores masculinos. 

Si la liberación de la mujer trae su disolución moral, su llamada "liberación sexual", Vasti no tuvo nada que ver con eso, desobedeció porque se infamaba como mujer y como reina, perdía dignidad; para ella el derecho era ser moralmente mejor, mejor esposa, mejor madre, más fiel a Dios, y por eso sacrificó su corona, su buena vida, su matrimonio. 

El NT no es un resultado de la opinión de los medo-persas, pero también atribuye al hombre la autoridad en la familia. Declara la igualdad moral del hombre y de la mujer, igualdad espiritual, social, y además prohíbe al hombre tratarla como un déspota. La mujer es exaltada conjuntamente en valores (Efe.5: 21-33). Vasti fue una mujer moralmente liberada, pudorosa, y protestó contra el tren que llevaba la sociedad, asentando un ejemplo que la santidad matrimonial, y la unión con respecto el uno por el otro es mucho mejor que un libertinaje libidinoso. No se rindió ante los deseos corruptos de su marido ni aceptó el consenso popular de hombres fuertes que dominaban su nación. Su verdadera libertad consistió en respetarse a sí misma costara lo que costara. Esto es parte de aquella heroína de la castidad matrimonial. Hoy en día cada mujer cristiana es una heroína de la castidad matrimonial. 

2:3,4

"Que lleven todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti". Mira qué diferente es la forma pagana para escoger una esposa, sólo para la satisfacción y uso personal. Que sea bella y esté bien vestida. No una "ayuda idónea". Una mujer para satisfacer la carne no para unir su espíritu a ella, no una mujer para que le ayude en su propósito en la vida. Si hubiera querido una buena compañera, se hubiera quedado con Vasti. Se lanzó al divorcio porque quería otra cosa, no una ayuda idónea, una pareja para toda la vida.

2:10

"Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase". Había tanto prejuicio contra los judíos que ni por bella que fuera la hubieran admitido como concursante si lo decía. Si un cristiano hace eso sería tenido como un cobarde. (Meditar en Mr. 8:38; 1Pe.4:16).

2:12-14 

"Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,  entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre". 

 Todo eso para colmar las pasiones del mandatario, que no importaba que fuera viejo, gordo y vulgar, porque era el rey. Los harenes no eran algo sublime sino asqueroso, la expresión más descarada y abusadora de la concupiscencia. Mardoqueo tuvo que haberse desprendido de ella con mucho dolor, como si se la arrestaran. Nota en el v. 8 que fue llevada, él no la empujó allí ni por su consejo y buena voluntad la ofertó; se la quitaron, la denunciaron y se la llevaron. El no tuvo más remedio que dejarla ir. 

 Las bellezas cristianas no debieran participar en esos concursos nacionales de bellezas, que dan fama, fortuna y disipación a las ganadoras; detrás de esos certámenes están las mentes libidinosas de los magnates de la difusión masiva, y los espíritus corrompidos de negociantes y empresarios que aspiran disfrutarlas y venderlas como productos. ¿Darías aprobación a tu mujer, templo del Espíritu Santo, para que se suba a un escenario de ese tipo, bella, elegante, bien maquillada, radiante de vanidad, se la devoren de envidia por dentro las competidoras, y con los ojos tus amigos y te la celebren con piropos?  

¿Deben participar las bellas jóvenes cristianas en certámenes de belleza? Pienso que no, aunque la sociedad y los más liberales vengan con el inconvencible sofisma que es un lugar para dar testimonio. A no ser que viviera en Persia y conociera a Jesucristo en un harén.

2:15

"Ganaba Ester el favor de todos los que la veían". Parece que no sólo en lo físico sino en gracia personal.

Dama como en ajedrez es reina

2:16,17

"16 Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. 17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona". 

La ausencia de vanidad de Ester, su docilidad, naturalidad, unido a su sencilla belleza, hizo que el rey se enamorara de ella. No fue probablemente, porque "le dio una noche maravillosa", porque para un hombre acostumbrado a tantas mujeres eso no era un punto decisivo para su elección. La mujer cristiana es la única que puede satisfacer los anhelos del alma de un hombre. Ester era la mujer adecuada no para pasar una noche sino para vivir a su lado. Dios hizo la mujer para que el hombre  y ella se sintieran bien, especialmente en sus vocaciones. 

Vea la mujer virtuosa en Proverbios 31. Fue una mujer para una vida maravillosa, para un matrimoniomaravilloso, una madre maravillosa, para criar hijos maravillosos; no para formar una pareja como ese le llama, sino para constituir con ella una sola carne, una sola mente, para conquistar el triunfo, una mujer que ha hecho morir lo terrenal en ella, que busca las cosas de arriba no las de la tierra, que quiere constituir una familia; en una palabra, no es concubina, es bienaventurada, es dama que en ajedrez es lo mismo que reina  (v.11). 

2:18

"Hizo el rey un gran banquete, el banquete de Ester". Por la influencia de Ester o porque se sentía muy feliz; después del desastre de su anterior matrimonio, comenzó a volverse una persona mejor.

2:20

"Porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educada". Esto tal vez no es aceptado por aquellos que prefieren que los suegros no se metan en el matrimonio pero ¿cuándo una hija necesita ayuda para ser buena esposa y buena madre? ¿Y si está recién casada? Muchas parejas sufren porque no tienen alguien con experiencia que las aconseje (Tit.2:3-5). Recuerde que Mardoqueo y Ester eran primos, aunque la adoptó como hija.

2:21-23

"Se hizo una investigación del asunto y fue hallado cierto". Denunció un complot para asesinarlo. El rey era su suegro, aunque parece que no lo tenían como tal y no le habían dado un puesto mejor. Este servicio suyo va a ser recompensado luego y le ayudará en manos de la providencia divina a salvar la vida y la de su pueblo.

3:1-5

"Pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba". No se arrodillaba porque Dios había dicho que a nadie sino a él se debe adorar. Al menos Mardoqueo interpreta la reverencia como un culto a la criatura. Amán no entendió ni admitió esa protesta de conciencia y quiso acabar con la iglesia. Señor hazme fiel y terco, así (v.8).

3:8

"Y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir". Sí nos beneficia que vivan. Que vivan conforme a las leyes de su Dios. Son de bendición para la sociedad si guardan sus leyes espirituales y no se mezclan con las costumbres de los pueblos. Esos sentimientos de exterminio de la iglesia son diabólicos e hitlerianos.

3:11

"La plata sea para ti para que hagas de él lo que bien te pareciere". No investigó el asunto.

3:13

“Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes”. Masacre y pillaje; el pillaje promovía la crueldad. Con los judíos y cristianos esto se ha repetido. Años después el rey Herodes, sin que le costara trabajo, ordenó la masacre de los niños en Belén.

3:15

"Y salieron los correos prontamente por mandato del rey, la ciudad de Susa estaba conmovida". Lo que pretendía podría ser peor que la caída de Jerusalén, que la deportación a Babilonia. El diablo no se conforma con vernos dispersos, esclavizados, sino muertos, que la iglesia desaparezca de la faz de la tierra. Pero las puertas del hades no prevalecerán contra ella. (Reflexiona dulcemente en Mt.16:18).

4.

Por alguna razón deliberada el nombre de Dios es omitido en este libro; tal vez por el odio y los prejuicios que había contra los judíos, cuya sola mención del nombre Jehová o la lectura de algún documento que lo contuviera, desataría persecución contra ellos. Eso se nota en los esfuerzos que hacen los judíos para no revelar su identidad nacional (2:10; 3:4; 4:13). La ausencia del nombre de Dios obedece a razones políticas y no a falta de piedad. Al contrario, la piedad era profunda en la mayoría del reino (4:3). Ni se puede mencionar la oración aunque está implicada. Es un libro estrictamente histórico y providencial, donde se señala la eficacia de la humillación ante Dios. Oh Dios concédenos el valor de vivir para tu nombre aunque no lo mencionemos.

4:1-3

"Y se fue por la ciudad clamando con amargo clamor". Hubo una gran búsqueda de Dios y de gestión diplomática; un avivamiento. Toda la nación judía estaba inclinada ante Dios.

4:3,16

"Tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación". El ayuno es exaltado e igualado a la oración. Ester en lugar de decir "oren por mí" dice "ayunen por mí”, lo que está en la mente de ella es la oración. La oración implica la invocación del Nombre.  Si el ayuno es acompañado de oración y se refleja un espíritu de humillación y abandono de toda actividad para buscar la presencia de Dios, es bueno aún si  se hace simultáneo a actividades seculares, pero no como un ritual religioso para obtener méritos y misericordia, o como una palanca para obligar a Dios a realizar nuestros deseos, entonces es nulo.

4:10-14

"No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío". Si tratas de esconder tu nacionalidad, si te haces pasar por otra persona, Dios te descubrirá y de todos modos perecerás. ¿No llegaste hasta allí por la bendición de Dios? Cada uno está haciendo lo que puede para evitar esta catástrofe y ¿tú pudiendo ayudar no lo harás? ¿No te ha dado Dios todo lo que tienes? Debemos arriesgar todo en interés de nuestra familia y de la nación, y del pueblo de Dios. En tiempos difíciles de la iglesia somos llamados a ofrecerlo todo como libación y sacrificio a Dios. (Reflexiona en Mr. 10:29,30).

 

Una mujer bien criada, por su primo 

4:14

"Si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos". Era un hombre de fe; sabía que de alguna parte, no veía cuál, cómo, cuándo, pero vendría la ayuda de Dios. Este hombre conoce la providencia de Dios y confía completamente en ella. Siempre había sido así. El pueblo judío debe la vida a la sabiduría y fe de un hombre sencillo llamado Mardoqueo y a una mujer bien criada en los principios de la fe. Los medios humanos no son presuntamente necesarios, si ellos fallan por negligencia, por miedo, o por interés personal, Dios tiene otras formas de seguir adelante con su propósito y bendecir a su nación. Le pidió a su hija de crianza que se sacrificara por su pueblo y por ella misma. No le propuso que lo escondiera dentro de la corte. La respuesta de Ester fue preciosa (vv.15-17). Confortada y animada por las palabras de su primo y con la garantía de muchísimas oraciones. Se dijo: "Si lo pierdo todo Dios me lo dio todo". Las renuncias son las que evidencian la fe, no las adquisiciones.

5:2

"Ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano". Una señal de que Dios estaba prosperando su gestión. Estaba asegurándose que su petición no fuera negada; mansa como una paloma y astuta como una serpiente.

5:4,5

"Si place al rey vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado". Todo muy bien planeado (vv. 6-8).

5:14

"Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: hagan una horca de 50 codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella". El  despiadado consejo de sus amigos; y el peor consejo de su esposa. Ella pudo haberlo salvado si hubiera sido una mujer sensata y con menos odios y prejuicios en su pecho. ¿No hubo nadie que dijera: No hagas caso de eso, no te hace falta la reverencia de ese portero, tú tienes mucho para preocuparte y no por un solo hombre? Todos dijeron: extermínalo.

6:1-3

"Aquella misma noche se le fue el sueño rey, y dijo que trajesen el libro de las memorias y crónicas, entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de dos eunucos del rey". Ya ves hermano, no hay que preocuparse por las recompensas de lo que uno hace, a su tiempo cosecharemos bien si no desmayamos. A veces nos molestamos porque la gente no nos aplaude, no reconoce lo que hacemos, nos da la impresión que no valoran el servicio que les damos, que les sea indiferente o se sirvan de nosotros sin comentar que les gusta o no, sin dar las gracias. ¿No ves que las mayores y mejores recompensas vendrán a su tiempo, las que los hombres no nos han pagado? (Mt.6:2,5,16; 10:42).

6:4-11

"Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: así se hará al varón cuya honra desea el rey". Sorpresa que te da la providencia caballero, sorpresas. Aquel hombre a quien deseaba humillar, a quien más odiaba, tuvo que exaltarlo. Y ¿qué podría significar eso para el reino de Dios? Eso no evitaría la muerte de los judíos, pero era el principio, una señal, de que las cosas habían empezado a cambiar. Cuando veamos a los impíos reconociendo las virtudes cristianas y teniendo por obligación que aplaudir la gracia de Dios, empecemos a pensar que el reino de Cristo se está acercando. (Ver Flp 2:9-11).

6:12

"Y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza". Nunca se hubiera imaginado una humillación tan grande

 

A veces los enemigos de Dios admiran la iglesia

6:13,14

"Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás sino que caerás por cierto delante de él". Le quiso decir: Si a este judío está bendiciendo Dios, ponte a un lado y no tengas que ver con él. Nota que los enemigos de Dios admiran la iglesia cuando  conocen a fondo los tratos que él le da a ella. Conocen que él la ha amado (Apc.3:9). Es indiscutible el gozo, la admiración y hasta el deseo de elogiarlos que se descubre entre líneas en el texto sagrado. No pienso que sea solamente judaísmo del editor de esta historia, sino realmente admiración, por supuesto, de quien la escribe, porque si el pueblo de Dios no se mira con admiración, o mejor dicho, si no admira la gracia de Dios en él, sus bondades, sus promesas, su elección, su preservación, su continuidad, sino que piensa mal de sí, en términos críticos y deprimentes, ¿hace bien con eso? ¿Es ese espíritu molesto y decepcionado el que agrada al Señor? Por supuesto que no. Admira a tu pueblo. 

Pero también el Espíritu Santo que se deleita en el buen trato que Dios le da a su pueblo; aun se puede decir que la Escritura admira al pueblo de Dios. Pero hay más cosas que se pueden leer entre líneas. Primeramente, Dios; de parte de quién está, los comienzos de sus acciones; la raza  de los judíos la presenta como invencible e inextinguible. Oh Señor, si tú eres con nosotros, ¿quién contra nosotros? Somos más que vencedores. Las puertas del Hades no prevalecerán contra tu pueblo y bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová (Mt.16:18; Sal.33:12). Oh hombre, "dura cosa es dar coces contra el aguijón", y no sentir ninguna admiración para aquel pueblo al cual debiéramos pertenecer, del cual debiéramos formar parte y añadirnos por la regeneración y por el bautismo, por la circuncisión del corazón. El Israel de Dios, su iglesia, formada por judíos y gentiles. 

 

Una sociedad sin cristianos

7:4

"Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable". La idea que quiere expresar es que provocaría un desbalance en la sociedad, no habría forma de igualar la pérdida, no se podría ajustar la pérdida a la ganancia ni se podría hallar una compensación parecida. Piensa en el aporte económico que damos al reino, nuestras contribuciones al erario real, las favorables posiciones políticas que sustentamos, nuestra contribución en la educación y culturización del imperio, en la saludable influencia moral que ejercemos; nuestra extinción será una pérdida para el reino. ¿Qué pasaría al mundo si la iglesia cristiana desapareciera? ¿Qué pasaría al mundo si la iglesia cristiana se volviera mundo también? ¿Si la Biblia fuera rebajada hasta el concepto de un nivel secular, los ministros que pierdan su autoridad y se consagren a lo no sagrado y temporal? Piensa en los países donde somos una minoría insignificante o son devorados por dictaduras, empobrecidos culturalmente por la superstición, arruinados económicamente, conducidos por la materialización de la vida, inferiores en moral y la libertad convertida en libertinaje. No, la iglesia no debe desaparecer del mundo, ni tampoco lo hará, porque las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Cesen los ataques contra lo cristiano, contra nuestra herencia judeo-cristiana. Se le está haciendo daño a la sociedad dañando a la iglesia, al hogar dañando a la iglesia, a la personalidad quitándole la fe, convirtiendo al nombre en una estatua escéptica, cultivando la incredulidad en las escuelas, minando por todas partes los cimientos de esa sagrada institución llamada iglesia, llamada familia, y corrompiendo los instintos naturales de los ciudadanos y rebajándolos al nivel de las bestias, en correspondencia con la filosofía darwiniana de la evolución de las especies enseñada como verdades indiscutibles en los libros de textos de todas las escuelas del país, el uso de libertad para poner fin a la incipiente vida prematura de los abortivos; pero por favor, cristianos, que la iglesia sea la iglesia y el evangelio sea el evangelio, la sal que sea sal, la luz que no se vuelva tinieblas, que lo cristiano sea cristiano y no seudo cristiano. Una sociedad sin cristiano sería otra sociedad pero no mejor.

7:5-8

“¿Querrás violar la reina en su propio lecho, y le cubrieron el rostro”. No lo encontró abrazado a sus pies (ver 2 Re. 4:27) en su cámara de dormir sino en el reclinatorio o sofá donde se hallaban algunos otros; y le cubrieron el rostro como un hombre indigno de mirar a los otros, el mundo, al rey y la luz del sol. Los griegos, los romanos y también los persas cubrían el rostro de los condenados a muerte. Amán ya de hecho lo estaba. 

7:10

"Así colocaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo". ¡Si supieras lo mal que le va al que intenta destruir al pueblo de Dios! Es mejor que disimules y controles tu odio contra los cristianos porque Dios oirá sus clamores contra ti y te hará como pensaba hacerles a ellos.

8:7-14

"Escribid vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado". No anuló la primera ley pero la invalidó con la segunda. Leyes, leyes que favorezcan al pueblo de Dios, a la iglesia como un todo.

Razones para unirse al pueblo de Dios

8:15-17

"Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de azul y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. Las ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó". El cambio de Mardoqueo en lugar de Amán al pueblo le gustó; vieron en Mardoqueo una nueva esperanza, un magistrado virtuoso. Unos se hacían judíos por conveniencia, porque pensaban que podrían aspirar a puestos sociales. Así se circuncidaron, se abstenían de alimentos, guardaban los días de reposo y estudiaban la ley; y todo no sinceramente; eran falsos judíos, no de corazón, judíos en la carne para los cuales no hay promesa (Ro.2:29), mercenarios (Job1:9-11). Una religión así no tiene ningún valor espiritual; es un mero teatro y se practica entretanto sea útil y signifique provecho. Otros, sin embargo parece que sí, que viendo el gran poder de Dios y la gracia que lo judíos habían recibido del Señor, concluyeron que el Dios verdadero era Jehová y comenzaron a rendirle culto. (Ver Zac.8:18-23). ¿Te haces cristiano para ingresar en una vida superior, para casarte con alguna santa? Oh Señor que yo no sea cristiano por esas razones sino por ti, no por mí.

 

Un don nadie crece en importancia, de la noche a la mañana 

9:3-11 

"Y todos apoyaban a los judíos porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos. Pues Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama iba por todas las provincias; Mardoqueo iba engrandeciéndose más y más". Mira la gracia en la formación del hombre. Este hombre era un don nadie socialmente hablando, su importancia política la alcanza por algunos factores que convergieron en su vida. Primero que todo hay que subrayar fuertemente la providencia divinamoviendo las piezas de toda su existencia. Este hombre sube como la espuma en un dos por tres. No se ganó su puesto por sus dones sino por ser un buen padre y por ser fiel a Dios y a sus convicciones. El resto de su éxito lo puso la familia y la providencia de Dios. Vemos a una mujer y a un hombre religiosos participando activamente en la vida social de Persia. Un problema hoy es que los cristianos, al menos los bautistas y otros, nos apartamos mucho de la vida cultural y social de la nación y rechazamos la cultura aunque haya o no pecado en ella. Es cierto que en lenguaje moderno, sociedad equivale a decir mundo en el Nuevo Testamento. ¿Seremos sal así, y luz del mundo? Pienso en la política y en la educación. Otro aspecto importante es que Mardoqueo fue la clase de padre que él era; él nunca se separó de Ester y cuidaba de ella en el palacio como cuando era una niña (2:20). Sin contacto con nuestra cultura los pueblos no cambian. En un reciente artículo del periodista Cal Thomas con referencia al dudoso provecho que ha tenido la ayuda internacional a los haitianos, dice “varias semanas después del terremoto escribí que la única solución sería enviar a los haitianos a otros países donde pudieran asimilar habilidades en otras más fuertes culturas. Si se les envía a países que hablen el francés  el idioma no sería un problema. De ese modo los haitianos recibirían educación y capacitación de modo que podrían sobrevivir en un nuevo ambiente. El dinero que los gobiernos les envían como ayuda internacional sería mejor aprovechado  de ese modo que continuar tirándolo en un pozo sin fondo cada vez que un desastre como este golpee la isla”. Es una bendición para los pueblos del mundo su asociación con la cultura del cristianismo, que es una cultura.

 

Fiesta nacional celebrando la providencia de Dios

Est. 9:19

"Y lo hicieron día de banquete, de regocijo; por tanto, los judíos aldeanos que habitaban en las villas sin muro hacen a los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, un día de regocijo, y para enviar porciones cada uno a su vecino". 

¿Esto está bien o está mal? Está bien que se celebren fiestas recordando la providencia de Dios, está bien que se exprese el amor a Dios y su gratitud por medio de regalos y generosidades a los vecinos, amigos y familiares. Lo planteo así: ¿Está bien celebrar la Navidad? ¿Alegrándonos, comiendo y bebiendo y haciéndonos regalos? ¿Dónde se haya la religión, la oración, las alabanzas a Dios en ese humanismo fraternal o en esos regocijos no espirituales? Sin que me tengas por quisquilloso, ¿no debieran haberlo tomado para dar gracias a Dios; y en vez de banquete y regocijo, de alabanzas? No le dieron ninguna gloria a Dios ni alabanzas porque no parece que se hubieran dado cuenta de la providencia de Dios, o el libro la esconde. Ester es un libro fuertemente nacionalista y judío y nada religioso, un testimonio de la enorme ingratitud de este pueblo que disfruta de tantos cuidados y preservación de Dios y exalta en su lugar a sus héroes. Oh Señor qué ingratos a veces somos contigo. Aunque Dios no se mencione en la historia secular él no está excluido. Que continúen las fiestas de la providencia pero que no sea sólo para hacer regalos y buenas comidas.

9:31

"Ayunos", humillación a... Dios ¿por qué menciona la práctica religiosa sin mencionar a Dios? ya en notas anteriores lo he sugerido.

10:3

"Mardoqueo el judío, fue el segundo después del rey Asuero y grande entre los judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje". Los que aman la iglesia, el pueblo de Dios, serán amados y recordados siempre por sus hermanos, y la historia guardará sus nombres. Sus hermanos lo amaron porque él procuró hacerles bien y expresa el propósito del libro, presentar, un héroe judío no desde el punto de vista del llamamiento de Dios como Esdras y Nehemías sino secular, un patriota judío; sin embargo este héroe pequeño y luego engrandecido, en su escalada social es una viva muestra la providencia de Dios, aun cuando su sagrado nombre esté en la oscuridad y no se tenga en cuenta. Él está ahí.

 

 

Notas sobre el libro de 1 Samuel 

 

“El libro de Samuel cuenta la historia del desarrollo de la monarquía dentro del pueblo de Israel durante el tiempo de Samuel, Saúl y David. Durante este período el gobierno de Israel fue transformado de una mera confederación de tribus a una robusta monarquía oriental, durante el reinado de David. La fecha exacta de este período es completamente imposible establecer por la carencia de una información cronológica en cuanto a liderazgo en el pueblo antes de la división de la monarquía. No obstante, Samuel parece haber estado joven cuando Silo fue destruida alrededor del año 1050 a. C., y en cuanto la ascensión de Salomón al trono generalmente se sitúa entre los años 971 y 961. Así este material tiene que ver con la historia de Israel por un período de 100 años antes del año 965 a. C. 

“El título parece proceder de una tradición de que Samuel durante el período de los Jueces, Samuel, y Ruth fue su autor. Aunque él pudo haber utilizado material previo en relación con el reino de David (1Cro.29:29), el texto mismo es anónimo. En cualquier caso, él no pudo haber escrito incidentes que sucedieron después de su muerte (1Sa.25:1).

“El libro de Samuel no debe ser considerado como tratados independientes sino porciones de la larga historia que trata acerca de Israel desde los tiempos de Moisés hasta la caída de Jerusalén ocurrido en el 586 a. C. Una obra de esta magnitud difícilmente pudo haberse manipulado convenientemente en un solo rollo de pergamino; fue dividida más o menos arbitrariamente en segmentos más pequeños: Deuteronomio, Josué, Jueces, Samuel y los Reyes.

“Cuando el Antiguo Testamento fue traducido al griego (Septuaginta), un poco antes del fin del segundo siglo a. C., Samuel y los Reyes fueron divididos en cuatro libros nombrados como Los Reinos, B, C, y D. esta división fue transmitida a las ediciones cristianas del texto por la adopción de Jerónimo del sistema en su traducción del Antiguo Testamento al latín alrededor de los años 390-405. Samuel continuó sin divisiones en los manuscritos hebreos, no obstante, hasta 1448” (Ben F. Philbeck, Jr. The Broadman Bible Commentary, Volume 3). 

 

1:1-3

“Y Elcana tenía dos mujeres, una era Ana y la otra Penina”. ¿Dos mujeres? ¿Y vas a adorar a Dios siendo bígamo? “Jehová me ha prohibido adulterar y codiciar, pero no tener las dos mujeres”, dijo. El mandamiento contra la poligamia vino después; si no hay ley no se inculpa de pecado (Ro.4:15).

1:7

“Penina la provocaba y Ana lloraba y no comía”. Ana significa graciosa, dotada, y probablemente se refiere a la belleza de su rostro y cuerpo; y Penina tiene el significado de joya algo así como una perla o un rubí. La primera no era estéril porque su cuerpo no pudiera dar hijos sino porque Dios había evitado la concepción. “La provocaba”, la irritaba, le causaba problemas, son los significados posibles.

1:8

“Su marido le dijo: ¿no soy para ti mejor que diez hijos?”. Se ha dicho por una expresión “mejor que diez hijos”, que ese era el número de hijos que la otra tenía; pero me parece una hipérbole y no exactamente una cifra. "Hablas así porque no eres muJe. Te quiero, pero me hacen falta hijos". Con todo, es cierto, un buen marido vale mucho.

1:9

“Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová”. “Junto a un poste de la puerta del templo”; así queda más claro. Quizás la silla recostada a la entrada de la puerta del tabernáculo, a uno de los postes o pilares.

 

Comparte tus hijos con Dios

1:10

“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”. “Oraba al Señor por un hijo”. Y con lágrimas lo pedía. ¿Y para qué lo quieres si no vivirá contigo? "Para tener un hijo en quien pensar, a quien ver y amar". Ana le dijo a Dios: "El hijo que me des será mío y Tuyo"; por vocación es Tuyo, por oficio Te pertenece y por naturaleza es mío, lo compartimos y me quedo a gusto". “Tuu me lo prestaste y ahora yo te lo presto; tú esperas que yo te lo devuelva y yo espero que me lo devuelvas”. Un hijo consagrado al ministerio de la Palabra de Dios o a la obra misionera en otro país, no es un hijo perdido sino prestado” (BTX). Y yo estaba pensando en todas las madres que dan a luz pastores y misioneros, que comparten o tienen que “dejar” a los hijos que se vayan como dijo Jesús, “el que no deja a padre y madre no es digno de mí”. Comparte tu hijo o hija con Dios, no te opongas a alguna vocación divina que reciba del cielo.

 

Las oraciones públicas y privadas

1:12

“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente”. “Ella continuaba en oración”.  Esta fue una oración privada, no pública, y por esa clase con mucha longitud yo suspiro. Quisiera orar con más extensión cuando nos hallamos solos, Dios y yo. La oración de Ana sería audible sólo para ella porque se veía mover los labios, pero no oír lo que decía. No te apures cuando en solitario oras. Dialoga con el Espíritu Santo, háblale y pide que te responda. Seguro que alguna palabra de la Biblia que estudias saltará a tu mente y te elevará al cielo. En cuanto a las oraciones en grupo y largas tengo algo que decir. Volviendo a Ana, la idea es que ella “continuaba orando…”. Vale ahora esta pregunta para cuando se escucha orar, ¿te cansan las oraciones largas? Hoy, en esta sociedad de apuros, cuando todo se mide por tiempo y la impaciencia produce afán y estrés; los sermones largos lo mismo que las oraciones extensas no gozan de mucho aprecio; los hermanos prefieren que seamos breves y digamos amén pronto. Se comprende por la experiencia por qué no son apreciadas las oraciones que duran mucho; los que las dicen suelen ser repetitivos, las componen como sermones más dirigidas hacia los semejantes que a Dios, y a veces, como los fariseos, se dicen como pretexto, aparentando una piedad irreal (Mt.23:14). Sin embargo, hay oraciones extensas (como sermones extensos) que están llenas de vida y colorido celestial; quien las dice parece que ha ungido cada palabra con el rocío del Hermón y refrescan de manera grandiosa nuestros corazones. Oran, como dice Judas, en el Espíritu, y el que la oye siente que se halla en “el día del Señor”. Uno puede oírlos orar por cinco y diez minutos sin cambiar de posición, sin aburrimiento y sin gritar de impaciencia. 

1:14

“Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino”. “Digiere tu vino” o mejor dicho “echa de ti tu vino”, sepárate de él, ve a casa, come, duerme, y entonces ven al templo. Esto hace pensar que era común que las mujeres bebieran alcohol como hombres. Hoy ellas se empinan la botella de cerveza como los hombres. Como en tiempo de los jueces de Israel, cada uno vive como le gusta.

1:15

“Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová”. “No estoy ebria, sino que oro”. "Tú no has oído nada pastor, pero me he quedado con nada por dentro, he vertido mi alma ante Dios”.

1:18

“Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste”. No estuvo más triste porque creyó lo que le dijo Elí, “y no estuvo más triste” (v.17). El que cree en la palabra de Dios está alegre, entre la petición y la respuesta, entre la necesidad y la satisfacción; sonríe mientras esperas. El que cree está alegre, contento como los niños que esperan los regalos prometidos por los padres. Los padres no mienten.

1:20

“Aconteció que, al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová”. “Ana le puso por nombre Samuel”. “Un nombre que me lo recuerde, que me recuerde mi oración”. La tierra de Israel fue llena de nombres con significados espirituales porque en esos sitios algún patriarca tuvo una experiencia con Dios y lo marcó así para no olvidarlo. ¡Oh Señor cuánto olvidamos tus respuestas!

1:22

“Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede allá para siempre”. “Y se quede allí para siempre”. ¿Sabes lo que estás diciendo? ¿Te quedarás sin hijo? ¿Sola? ¿Para qué lo pediste, lo pariste, para deshacerte de él? –Lo pedí para mí y ahora se lo entrego a Dios, lo que una pide a Dios debe devolverlo, los hijos son prestados, si no los entregas él los toma, o viene por ellos el diablo. Pero esto es algo más que la costumbre de llevar un recién nacido al templo y que en brazos un ministro ore por él; el equivalente es la educación doméstica y en la iglesia del pequeño. 

 

Yo me quedo con mi experiencia y Dios con mi hijo

1:26-28

“Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.  Y adoró allí a Jehová”. La BTX traduce “yo lo doy prestado a Yahve, lo daré prestado a Jahve mientras viva”. Una traducción muy bonita que pueden tenerla en cuenta las madres que tienen hijos llamados por Dios con vocación pastoral. “Quizás Dios había pensado mantenerme estéril toda la vida pero incluyó mi oración en su propósito y me dio un hijo; o no era su plan que estuviera sin hijos pero quería dármelo como un favor especial; yo me quedo con mi experiencia y Dios con mi hijo. Es el único que tengo y es mejor que esté sirviendo a Dios y no conmigo”. Elí no se lo pidió, ella lo trajo voluntariamente. Sara ni Raquel, ni Rebeca (todavía no existía el tabernáculo); ninguna otra mujer hizo lo que Ana porque ella, estimo, las superaba a todas.  Si le damos voluntariamente a Dios lo que él nos dio, o lo toma porque quiere, nos queda el gozo de haberlo tenido y la enorme experiencia que es tener y perder, la dobleexperiencia, la gratitud especial al Señor por haberle concedido algo grande, para algo grande: el llamamiento de un hijo al santo ministerio.

2: 1

“Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación”. “Mi corazón se regocija en el Señor”. El mío también. “Mi boca se llenó de cánticos”; la mía también. Esta oración se parece a los salmos didácticos de David, elevada por un paladín del pueblo.

2: 3

“No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones”.  Eso de pesar las acciones, juzgar, definir, balancear las acciones, dar un criterio justo sobre los hechos de los hombres pertenece a nuestro Único Dios. “Jehová es Dios de sabiduría y por él son pesadas las acciones”. “¿Por qué me critican mis decisiones de fe como si fuera una necia o esté loca? ¿Saben ustedes que es la obra de Dios por la cual he decidido, y que es a él a quien he seguido? No juzguen mis acciones que es Dios quién puede pesarlas, solo él tiene la balanza justa; él es mi juez y no ustedes. Ustedes se creen más sabios que él” (Job 5: 13).

 

Por qué batallar con ciertos documentos del Canon bíblico 

2: 1-10

Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro. No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder. Los saciados se alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre; hasta la estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece. Jehová mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo. El guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie será fuerte por su propia fuerza. Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey, exaltará el poderío de su Ungido”. 

 

Este salmo no parece escrito, compuesto, ni cantado por Ana, la sencilla y sufrida esposa de Elcana; más bien se asemeja mucho a uno de los salmos de David, un guerrero, un rey y puesto en boca de ella. 

Lo mismo pasa, si lo notas, en el cántico de María o Magníficat (Lc. 1:46-55).

Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.  Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre”.

¿Quién puede decir que ambos cánticos fueron compuestos por ellas? ¿Cómo cantaron tan poéticamente, tan varonilmente? Ninguna de las dos hace énfasis en su experiencia maternal, sino que se inspiran en el bien de Israel. Cantaron glorificando a Dios en la historia de la revelación. Estamos en presencia de un fenómeno espiritual de inspiración de la Escritura; el mismo Espíritu que inspirará años después a David fue el que inspiró a Ana y luego a María y al resto de los escritores del Nuevo Testamento, porque Dios nos ha dado a todos “a beber de un mismo Espíritu” (1 Co. 12:13). 

La Biblia es un libro inspirado por Dios, útil para mucho (2 Ti. 3:16; 2 Pe. 1:21), porque los santos hombres y mujeres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. El Espíritu fue quien hizo que una humilde aldeana cantara como el dulce cantor de Israel; no es que él lo haya escrito y se le adjudique a ella, se parecen porque tienen al mismo Espíritu inspirándolos. Y el Espíritu Santo vino sobre la madre de nuestro Señor, habiendo conocido los salmos davídicos, y cantó como cantaron las grandes mujeres de Israel: Miriam (María) la hermana de Moisés y Débora.  ¿Por qué batallar tanto con ciertos documentos del Canon, si fueron escritos por éste o por aquél, si, aunque fueran anónimos el Espíritu es su principal autor? Bendito seas Santo Espíritu. Sí, Tú, Autor de este precioso Libro. Y benditos aquellos y aquellas que cantan las inspiradas doctrinas de la salvación.

 

¡Quién lo iba a creer, jóvenes criados juntos al altar!

2: 12-17

“Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes, y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda. Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová”. 

“Los hijos de Elí eran hombres indignos, no conocían a Jehová”. Se puede traducir que eran hijos inútiles, hijos de destrucciónimpíos y hasta hijos de Belial. ¡Cómo! ¿Los hijos de Elí? ¿Quién lo iba a creer, jóvenes criados juntos al altar, entre sacrificios, oraciones, privilegios espirituales, ejemplos maravillosos? ¿Quién hubiera sospechado que ellos algún día desertarían del Señor? ¿Es posible que los hijos de un sacerdote abandonen el camino de la fe y además prostituyan el ejemplo, las enseñanzas y perjudiquen el trabajo de servicio y dedicación de su padre? ¿Cómo es posible que, a un hombre maravillosamente santo, tan dedicado, le ocurra semejante cosa que sus mismos hijos desdigan lo que él les enseñó? ¿Dónde está el culto, la ley, las ofrendas que habían aprendido?  ¿Qué hicieron de las amonestaciones y exhortaciones que se les hicieron en el Señor? (vv.22-25). Oh hijo, puedes tener el padre más maravilloso del mundo, la madre más santa y consagrada, la mujer y el hombre mejores adornados por la gracia celestial, pero las gracias espirituales no se heredan. Lo que tus padres son, lo son por la gracia y lo que tú seas lo serás por la misma razón. También debes saber que aun los mismos hijos de varones santos pueden ser condenados al infiernoy es algo terrible para un hijo ser echado a las tinieblas de afuera teniendo como padre y madre a dos hijos de luz, dos herederos de la promesa (Mt. 8:11,12). ¿No te hace temblar eso?

Padres, ¿de qué sirven los sacramentos y las ordenanzas en la salvación de los hijos si ellos no sienten respeto para la palabra de Dios? ¿Podrá el servicio a Dios salvarlos? No. De nada les ha de valer, al contrario, la condenación del hijo de un sacerdote es algo terrible porque el daño que le hace a la obra es grande. ¿Qué pasó con el pueblo que presenciaba y sufría los extravíos de aquellos dos jóvenes que llegaron a menospreciar el culto al Señor y abandonaron la religión? ¡Qué daño le pueden hacer a la obra de Dios los hijos rebeldes de los grandes y útiles santos! Oh padres, enseñen a sus hijos la palabra de Dios (2 Ti. 3:14-17). Ama a tus hijos hasta dar tu vida por ellos, pero no lo hagas nunca más que a la palabra y la iglesia del Señor (v.29 y sigs.; 3:13). “El pueblo menospreciaba la ofrenda a Jehová”. ¿Por qué había menos dinero en la casa del Señor? ¿Por qué los servicios estaban vacíos? Por el mal manejo de los líderes. ¿No entendían estos inmaduros que, aunque el pueblo obedezca a Dios su ofrenda es voluntaria y si ve algo impropio la retrae?

2:19-21

“Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa”. “El Señor te de hijos de esta mujer en lugar del que ella dedicó a Jehová”. Cada vez que este hombre abría su boca la gente era bendecida. Esta es la segunda ocasión (1: 17); para otros tendrá defectos, pero no para este matrimonio, podrá el mismo Dios estar inconforme con cierta actitud suya (3: 13), pero para Ana y Elcana fue una bendición. Cuando alguien tiene cierta cosa que reprochar a un ministro viene otro y lo defiende porque para él ha sido una bendición.

2: 22- 25

“Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová”. No era suficiente un regaño, debió tomar medidas más radicales y destituirlos; si el testimonio de los hijos es malo hay que quitarlos de en medio. Y era malo por dos razones: Tenían problema con las ofrendas del pueblo que administraban (2:16), y tenían problemas sexuales (2: 22).

2: 25

“Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová (los jueces), ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir”. Si uno peca contra otro puede acudir a Dios y él interviene en el problema, o buscar algún amigo que medie entre los dos y ayude a que se pongan de acuerdo; pero si el pecado es contra Dios ¿qué otro mediador hay si él es el Juez de toda la tierra? Queda Uno que no conocía Samuel ni Elí, Jesucristo, el cual es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Ti. 2: 5). Si alguien peca contra Dios, si lo sorprendes en alguna falta, intercede por él.

 

Si honras a tus hijos más que a Dios

2: 29,30

“¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.”  

Y en nada. Si tienes que vivir para la gloria de tu Hacedor, ¿cómo quieres que te trate si lo deshonras?”. “Honras a tus hijos más que a mí”. ¿Por qué les permites esos pecados? ¿Les tienes miedo? ¿No les quieres quitar el honor del servicio, que te amarán menos, que los perderás como hijos? Si los amas a ellos más que a Cristo no entrarás en el reino de los cielos. ¿Le permites a tu hijo que traiga una mujer y duerma con ella sin estar casado, en una de las habitaciones de tu casa? ¿Así escondes el pecado de ellos? Dios te tendrá en poco, valdrás poco y serás un don nadie. Los propósitos de Dios son perpetuos pero sus promesas condicionadas a la fidelidad. Dios acortó el promedio de vida de sus descendientes y decretó para ellos la pobreza (vv. 27-36). 

2: 33

“Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel; y en ningún tiempo habrá anciano en tu casa. El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor; y todos los nacidos en tu casa morirán en la edad viril”. No es una bendición que no haya ancianos en una familia. Eso indica que la edad promedio es corta. Los que hoy disfrutan la juventud no llegarán a viejos. “Morirán en la edad viril” o mejor “jóvenes” “en la flor de la juventud”. Familias condenadas a extinguirse pronto. ¿Por qué se suicida o muere en un accidente un hijo joven? ¿Tienen los pecados de los padres o abuelos que ver? (Ex. 20: 5); pero hay refrán en Israel que dice que ya no se dirá más “los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera” (Je. 31: 29,30; Ez. 18: 2).

2: 36

“Asígname uno de los oficios sacerdotales para que pueda comer un bocado”. Dame trabajo para poder comer. Estoy desempleado, me haré pastor. Es triste cuando un ministro pide trabajo en una iglesia para poder comer, no por vocación, o por ella y por hambre, porque necesita dinero, cuando busca un empleo y no solamente desarrollar su llamamiento. No lo juzguéis, entendedlo y ayudadlo.

 

Escasea la palabra de Dios, pero no al punto de desaparecer

3: 1

“El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia”. 

Escaseaba la palabra de Dios pero gracias a Dios no llegó al punto de desaparecer. Allí estaba Samuel que con él ella volvería  en abundancia. Uno sólo, con el Espíritu, inundó a Israel con ella. Las visiones eran exposiciones bíblicas de la Ley que Dios les daba por medio de algún siervo ungido. Las visiones no estaban desvinculadas de los cinco libros de Moisés y del de Josué. No había predicadores que expusieran contextualmente aquellas Escrituras. Como usted las mire, las visiones eran sermones centralizados en la Palabra de Dios mediante los cuales se exhortaba y corregía al pueblo. 

Por eso fue que Samuel inauguró la primera escuela de profetas o el primer colegio para pastores de Israel (10: 10) donde el maestro, más que Samuel era el Espíritu de Dios con quien estudiaban la Ley.  Tampoco hoy faltan expositores bíblicos pero escasean. Los auto nombrados profetas son muchos pero poco conocen sobre la Palabra de Dios. Eso tiene que ver con la desobediencia a la palabra de Dios, con la independencia congregacional e individual y con que cada uno hacía lo que bien le parecía (17: 6), con la ausencia de un poderoso liderazgo apegado a la palabra de Dios porque  sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué,  y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel (Jos. 24: 31); es decir cuando murieron aquellos varones de fe, los genuinos testigos de la palabra de Dios, los hombres celosos por la ley, cuando ellos faltaron cada uno fue sustituyendo el liderazgo de ellos por el suyo propio y obedecía hasta donde quería, era fiel hasta un punto, la obediencia a Dios era un asunto de opinión personal y nadie tenía autoridad para corregir a nadie ni meterse en la vida de otro y sin visión el pueblo se desenfrena (Pro. 29:18), o sin oráculo, sin revelación, sin sueños, sin profecía. El pueblo se dispersa y perece. Se desenfrena y traspasa en cuanto a las doctrinas los linderos antiguos (Por.22:28), y en cuanto a la conducta, se torna inmoral o disoluto. ¡Pronto oh Dios, envía expositores bíblicos a tus púlpitos!

3: 7 

“Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada”. ¿Lo lee? El ministerio de Samuel estaba relacionado con la palabra de Dios escrita más que con adiciones sobrenaturales al pequeño canon. Jehová todavía no formaba parte de su experiencia.

 

Los niños, los malos ejemplos, y la palabra de Dios

3: 2-14

“Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada. Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas”.  

ESTO ES PARA REFLEXIONAR CON CUIDADO Y CON AMOR. Nota que Dios llama a un niño como a un adulto y no de otra manera. No usa otra voz que no sea la que utiliza cuando le habla a un adulto. Como cuando Dios habla a un niño con un sermón o una clase para adultos. ¿Quién dice que los niños no pueden entender un sermón, sino todo o algo? ¿Y en las clases bíblicas? Aunque no entiendan mucho sí la impresión del sermón. Los niños, aunque reciban su clase bíblica graduada de acuerdo a la edad, con los recursos didácticos propios, deben con frecuencia oír el mismo mensaje que oyen los adultos, sea en el culto o de parte del maestro. Dios puede llamar a un niño al ministerio sin embargo no debe oficiar hasta que sea adulto porque tiene mucho que aprender y madurar. Cuando un niño da señales de estar oyendo la voz de Dios, el adulto debe enseñarle cómo responder a Dios y cuidarlo como un niño especial y para el propósito que Dios lo llama de modo que “crezca en gracia y conocimientos”. Y además los niños deben leer, estudiar y aprender en la Palabra de Dios lo que le pasa a los ministros que no son fielespara que desde temprano se dispongan a no seguir el error de ese camino. Si conocen al ministro desleal y preguntan por él, con un poco que sepan es suficiente. El efecto negativo de la historia se anula cuando el tutor con compasión y dolor la analiza según la palabra de Dios. ¿Es eso un mensaje para un niño, saber el mal futuro de su maestro y padre? Su primera lección fue enterarse de lo que le pasa a los que son infieles, porque Dios quiso que mirara lejos y temiera. Siempre Samuel miró lejos, honró su ministerio y temió.

3:13

“…por la iniquidad que él sabe…”. Uno sabe bien los pecados que le han robado la bendición y lo han dejado sin futuro.

 

Satanás jamás habla de pecado a nadie

3: 10-18

“Y Elí dijo: ¿Qué es la palabra que te habló? Te ruego que no me la encubras; así te haga Dios y aun te añada, si me encubrieres palabra de todo lo que habló contigo. Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que bien le pareciere”.  El inconfundible mensaje de Dios. ¿Cómo supo Elí que era Dios y no otro espíritu el que había hablado al niño? Pienso que por tres razones al menos lo supo. Primero, era el mismo mensaje que él había recibido de Dios (2: 30-34); si hubiera habido algún cambio p4odría tener 0sospechas de que Dios no fue quien le habló, pero como oyó palabra por palabra lo que ya sabía, no dudó que ahora le hablaba la misma Persona que lo hizo a él. 

Segundo, porque era cierto lo que le dijo; y es imposible que Dios mienta; relacionó la verdad con Dios, y es imposible que el diablo diga la verdad. El diablo “miente desde el principio y no hay verdad en él” (Jn. 8: 44). El testimonio que dio Dios de Elí no lo hubiera dado el diablo nunca porque Satanás jamás habla de pecado a nadie; él es maestro en adulaciones y lisonjas, pero jamás hace pensar a nadie que lo que hace es un pecado, sólo Dios es quien le menciona al hombre su pecado. Elí sabía que lo que decía el niño era cierto, reconoció la verdad de Dios contra él mismo. Él no había depuesto a sus hijos del cargo de sacerdotes y aunque los había reprendido no fue más fuerte en prohibirle que pecaran en la misma casa de Jehová (vv. 22-25). Hubiera sido mejor no tener ningún sacerdote que emplearlos a ellos.  

Su pecado fue de tolerancia; y eso no agrada al Señor (Apc. 2: 20). ¿No te ha dicho la verdad Dios muchas veces? ¿Por qué entonces no has creído? ¿No te ha dicho todo lo que has hecho? (Jn. 4: 39). Si uno oye profecía sobre el futuro, pudiera ser Dios, pero pudiera no serlo, si lo que oye sobre el pasado son sucesos, pudiera ser Dios o el diablo que sabe nuestra historia; pero si lo que oye es lo malo que hemos hecho, entonces podemos concluir que la voz que nos habla es la de Dios.


La otra razón por la que pienso que él supo que era Dios quien había hablado a Samuel fue que la sentencia era justa. Era duro lo que oyó, pero supo que el castigo impuesto no era injusto. Él había permitido que el pueblo menospreciara el culto a Dios, había tolerado a sus hijos honrándolos más que a él (2: 9); aunque la sentencia fuera grave, de modo que le retiñeran los oídos, era justa. Conoció que era Dios porque impuso un castigo justo. Si hubiera sido un espíritu inmundo no habría hablado de castigos por el pecado. Eso es lo que menos el diablo quiere oír. Él no lo desea, ni le gusta escuchar ni que escuchemos de condenación.

Precisamente, la intensidad, inflexibilidad del castigo, fue lo que hizo que pensara que se trataba de Dios, eso provenía de alguien que lo aborrecía mucho; y en este universo sólo hay una persona que puede imponer un castigo tan grande, Dios. Todas las otras criaturas no aborrecemos el pecado tanto como para condenarlo con tanta severidad, hubiéramos impuesto una sentencia más moderada. ¿No es eso lo que identifica la veracidad de la doctrina del infierno? La espantosa descripción que de él se hace en la Escritura es lo que lo convierte en una enseñanza revelada por Dios, no producida por ningún hombre y menos inventada por los demonios. Satanás es el que ha inventado la salvación de todos los hombres, el que ha dicho que si Dios es amor no puede condenar a nadie, el que ha tratado de que el hombre no tenga temor a la condenación. Elí supo que era Dios el que había hablado a Samuel porque castigaba más severo que los hombres. 

¿Cuál fue la sentencia que impuso? Que toda su descendencia sería irredenta, que ninguno alcanzaría la salvación, que no usaría gracia y misericordia con ninguno; le negaría la gracia a todos sus descendientes, los dejaría andar en sus propios caminos, los entregaría a una mente reprobada. Si falta la gracia abunda el pecado. Le dijo que jamás usaría gracia con sus descendientes. ¡Oh hermano, cuánto vale ser fiel al Señor! ¡Qué privilegio es recibir la gracia de Dios! En la familia de Elí no habría ni un solo arrepentimiento, ninguno tendría fe, nadie buscaría el reino de los cielos, todos serían profanos, alejados de Dios, no habría ni un solo bautismo. ¡Qué desgracia no alcanzar misericordia!

 

Estamos dentro de un proyecto de Dios

3: 19

“Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”. “No dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras”. Palabra por palabra, letra por letra, absoluta veracidad en todo lo que le prometió, no sólo en lo que le dijo, sino que cumplió totalmente su proyecto en la vida de Samuel, en su niñez, juventud, adultez y ancianidad; no vivió sólo sino acompañado por el propósito de Dios. Oh hermano, que nos entreguemos en sus manos. Estas cosas están escritas para que nuestra fe, en nuestro caso, obre. Quiere decir que no dejaba caer ninguna palabra en tierra, no estaba dejando caer ninguna palabra en tierra, aunque a veces Samuel no entendiera lo que le pasaba. Nuestra vida la forja Dios. A veces queremos saber todo lo que Dios ha planeado o está planeando con nosotros; y Dios no tiene que darnos un informe total de su proyecto, nuestra es la disposición de pedir sabiduría para poder entenderlo todo de cabo a fin y vivir tranquilos y conformes con la certeza que estamos dentro de un proyecto magnífico cualesquiera que sean las venturas y desventuras, los vientos que soplen en un sentido o el otro; las misericordias de Dios son continuas y el plan se desarrolla. Sepamos o no sepamos su plan, hay uno. Y no venga nadie a decirnos cual es.

4: 3-5; 16-22

“Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios. Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló”.

“Tomemos con nosotros el arca del pacto de Jehová”. Oh Señor que las instituciones sagradas que tenemos sean preservadas por ti, que nuestro pecado no las haga inservibles. ¿Cómo podemos contar con ellas si tu presencia no está? Los pobres judíos contaban con que Dios los ayudaría si llevaban el arca al combate; trajeron el arca, pero no a Dios. Los ministros se habían corrompido y por supuesto lo que ellos administraban no tenía poder alguno. Sin la palabra de Dios nuestras cosas sagradas se hacen inútiles para el reino de los cielos.

4: 8

“¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto”. Entonces, han oído la historia, ¿eh? ¿Llegó hasta vuestros oídos? Pero tienen algunos errores, no son dioses como ustedes dicen, todas aquellas plagas las hizo uno, un solo Dios, quizás les parezca extraño que este pueblo sólo tenga un Dios; están usando un lenguaje pagano. Y en segundo lugar rectifiquen la versión porque lo de las plagas no fue en el desierto sino dentro del mismo Egipto, el asunto del desierto es otra cosa. Los sacerdotes sí estaban mejor informados (6: 6).

4: 9,10

  “Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres, para que no sirváis a los hebreos, como ellos os han servido a vosotros; sed hombres, y pelead”. No los vencen porque el hombre sea capaz de derrotar a Dios sino porque el pueblo que lo representa anda en pecado.

4: 12-22

“Y cuando llegó, he aquí que Elí estaba sentado en una silla vigilando junto al camino, porque su corazón estaba temblando por causa del arca de Dios. Llegado, pues, aquel hombre a la ciudad, y dadas las nuevas, toda la ciudad gritó”. Un trozo triste. Uno no entiende por qué Elí permitió que el arca saliera del tabernáculo. ¿Se había olvidado de la profecía sobre su casa? ¿Se reformaron ellos? Parece que no, pero tampoco hizo algo, siguieron como malos ministros. Esto parecía el final de la religión judía. Por mucho tiempo Elí trabajó con símbolos que no tenían a Dios. Instituciones sin Dios. Lo tuvieron, pero ya no.

4: 21,22

“Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido”. “Icabod”, traspasada es de la gloria de Dios de su palabra a la música cristiana y a la psicología para caer bien a la sociedad; desagradar a Dios para complacer a los hombres. 

 

Estudio de religiones comparadas

5: 1-11

“Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón. Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar”.

Como si se hubiera caído. Este fue el primer mensaje que Dios les envía contra la religión de los filisteos; pero se aferraron a su dios Dagón. Si de los vv. 1-5 hubieran hecho un análisis religioso comparativo, los príncipes y los adivinos que mostraron algún sentido común (6: 2), podían haber aconsejado un cambio de Dios. Volvieron a pegar los trozos de Dagón y el culto continuó con la incomodidad de la nueva superstición del umbral. Muy pocos son los que hallan al verdadero Dios por un estudio religioso comparado. Lo que suelen hacer es construir una religión sincretista, con un poco de todas (Sof. 1: 5). ¿No oímos hablar a los doctores en religiones graduados de en la Universidad de Harvard o Yale que si no ateos lo son casi? Da cultura conocer lo que creen otras religiones y cómo han llegado a esas creencias. 

Sin embargo, si al estudio lo acompaña la gracia de Dios pudiera abrir los ojos y ver en la historia hebrea de la Biblia la superioridad de ese libro y particularmente la superioridad de sus leyes, protagonistas y en especial de Jesucristo. El NT no tiene émulo dentro de la literatura religiosa del mundo. Compara el Corán con la Biblia. ¡Qué grande eres Señor, no hay otro como tú! El estudio de otras religiones y comparaciones, el estudio de las diferentes variaciones doctrinales de otras denominaciones, son importantes, pero mejor que todo eso es estudiar el Nuevo Testamento, hallar a Cristo y buscar un ministro amigo, sincero; comparar con las doctrinas principales, la salvación y adorar allí. 

 

El sentido común en la religión, y las vacas filisteas 

6:9

“Y observaréis; si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente”. De los dones recibidos de Dios uno de los que menos usamos es el sentido común. Esta porción bíblica se presta para pensar en ese asunto, aplicado en nuestra religión cristiana, y lo mismo para otras formas religiosas. Aquí están hablando sobre los tumores que les habían salido a esta gente, y además de la plaga de ratones que se estaba comiendo las cosechas. Barajaron las posibilidades de que se tratara de coincidencia, accidente, casualidad, o por mala suerte. Y se dispusieron a barajar y despejar el asunto como se despeja un teorema. Existía la posibilidad que Dios no estuviera en el asunto. Para comprobarlo había que despejar las dudas y tratar de darse primero que todo explicaciones naturales, o de otros factores (errores). La explicación teológica es una opción, pero hay otras que nada tienen que ver con Dios o el diablo, sino a causa de negligencia, imprudencia, mal aseo o contagios. Tal vez con agua, jabón y legía se aguantaba el asunto de los tumores; y lo de los ratones con trampas y veneno, que sabían cómo y conocían. Los hombres se han hecho fanáticos religiosos dándole dinero, a viejos y jóvenes astutos, muy populares ahora en las redes sociales, y paganos por no usar primero que todo el sentido común y no probar primero un origen natural a todo antes que acudir a los teólogos y los libros sagrados. Esto último es más fácil y no hay que usar toda la sustancia cerebral; entre tanto romperse la cabeza y estudiar un asunto sin los consejos del brujo de la tribu es más difícil. Es cierto que la ciencia primero fue magia, pero fue magia por el alejamiento de Dios. Adán, Eva y sus hijos no eran trogloditas ni cavernícolas. En la Biblia leemos que los primeros hombres no eran supersticiosos. Las tinieblas aparecen con más o menos grosor según la distancia que tuvieran de los escogidos de Dios. Los filisteos pusieron la explicación teológica a un lado y la casualidad en el otro, queriendo decir causas naturales o al menos desconocidas que no tienen que ver con el Dios de Israel. A pesar de todos los errores de ellos, pensaron bien las cosas.  ¿Estuvo mal eso? No, estuvo bien. Pero como no tenían médicos, laboratorios, rayos X, escáner, lo único que se les ocurrió fue usar unas vacas y que si Jehová estaba metido en el asunto lo dijera. 

De haber vivido hoy a todos los enfermos los llevarían al médico y después telefonearían al pastor para que orara por ellos. Si Timoteo tiene úlcera y el Dr. Lucas no puede curarlo, que tome vino. Si Trófimo se enferma y se ha orado por él y no se sana, ni tampoco hay medicinas, hay que dejarlo en Troas y que su organismo reaccione. Quedarse un tiempo con los gálatas hasta que esté mejor. Y si el colirio de Tesalónica no ayuda para nada a la oftalmia purulenta de Pablo, tiene que usar un amanuense como Tercio para escribir sus cartas, y volviendo a lo de las vacas, tomaron la senda del pueblo de Dios. Y comprobaron con lo de las vacas que Jehová tenía que ver en el asunto. Sentido común, señores, sentido común que es el menos común de todos los sentidos. 

 

Creyentes en religiones bien elaboradas

6: 1-9

“Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar. Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano”. Es difícil no alabar a estos sacerdotes paganos y adivinos por lo que dijeron a su pueblo; en materia del arca uno esperaría que pusieran más superstición en sus consejos, o que simplemente la tomaran en sus hombros y la cargasen. Sin embargo, recomendaron cierta expiación o retribución con dinero por la ofensa que le causaron al Dios de Israel. Trataron de pagar el daño moral. También pidieron que le dieran gloria a Dios reconociendo su justicia en la plaga de los ratones. Además, estaban informados de la historia de Israel, teológicamente. Por otro lado, el sentido común hacia la actuación de la divinidad, tratando de estar seguros que no se engañaban atribuyendo a Dios lo que él no había hecho. Es cierto que entre esta clase de gente hay personas necias, incultas, más supersticiosas que razonables, ignorantes de la Biblia; pero otras no. Hay gente preparada que no se deja llevar por la fantasía, (aunque sujetan sus vidas a muchas). Le dan un lugar en el mundo religioso y en la historia al Dios de Israel. Así fueron algunos filósofos paganos, sofistas y sacerdotes de religiones orientales, que, aunque creyeran verdades en sus sistemas, no llegaron nunca al conocimiento del Supremo. Oh Señor, ten misericordia de esos creyentes de religiones bien elaboradas por los hombres. 

 

Un pecado que es más que los muchos carnales

6: 14-21 

Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad. Y dijeron los de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo?”. No te parezca el castigo desproporcionado a la falta cometida; el Dios justo retribuye exactamente lo que la falta merece. Varios rabinos y comentaristas reducen la cifra a 70 que miraron y el resto a la gente que vino de otros lugares y se juntó con los de Bet-semes. La cifra pudo hallarse en el margen y alguien la unió, los visitantes al pueblo y los curiosos. La profanación de lo sagrado es un pecado enorme. Es difícil saber qué pecado Dios odia más, pero la profanación es un pecado mayor que los pecados de la carne. Esa mirada curiosa dentro del arca ofendió más a Dios que cualquier homicidio, robo, adulterio, mentiras o envidias. Es una advertencia solemne para los que ofician en lo sagrado, para que no pequen contra el Espíritu Santo. A Dios le debemos amor, y respeto solemne. No seamos profanos y meter los ojos y las narices en lo que es demasiado sagrado para nosotros. Ser profano es ser similar a uno de los hijos de Jacob, Esaú (He.12:16), ni en cosas demasiado sublimes para uno (Sal.131:1). 

7: 2-4

Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová”. Se lamentaba... sin que él se volviese a ellos; se lamentaban, pero no se reformaban. LBLA traduce distinto, si no exactamente, muy bonito, “y el pueblo añoraba al Señor” que es la esencia de lo que dice la RV; y la Biblia Textual “y suspiraba por Yahvé”; y esto por medio del ministerio de Samuel junto con el reinado de Saúl, que duró más de 40 años y trajo de nuevo la palabra de Dios al pueblo, que comenzó a ayunar y orar al Dios que les hacía falta. Yo suspiro por la Palabra de Dios y la añoro cuando los desinteresados pulpiteros apenas le hacen caso. “mi alma ardientemente anhela los atrios de la casa de Jehová” (Sal.84:2). ¿Te has alejado de la palabra de Dios y la añoras? ¿Has dejado a Dios y lo añoras? ¿Añoras su pueblo? Cuando la palabra de Dios escasea en el púlpito uno la echa de menos. Oh, que toda la iglesia suspire por la predicación bíblica. 

7: 4,5

“Quitaron los baales”. No te lamentes tanto y refórmate. O si te lamentas, cambia. Si le prometes a alguien que vas a orar por ese alguien, ora, o le has mentido. 

7: 8,9

Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos”. Ellos sabían que él intercedía, pero le piden que no interrumpa sus oraciones, que “ore sin cesar”, que pida por ellos misericordia porque ¿a quién otro escucharía Dios primero sino a él? El pueblo siempre vio en Samuel un intercesor de gracia ante Dios por ellos (12: 19,23); y si lees todo el capítulo de sus recorridos de juez por distintas ciudades, añadirás que fue un gran expositor de la palabra del Señor que la traía viva a la vida de los del pueblo. Yo sé Señor, que tu pueblo vive triunfante o es vencido por las intercesiones mías (Éx. 17: 10-14); y por la obediencia que preste a la palabra que le predico.

7: 10

“Jehová tronó con gran estruendo aquel día”. Y los espantó. Señor que nuestras oraciones hagan tronar. O hagan temblar la tierra (Hch. 4: 31). El pueblo se dio cuenta que ya tenía la ayuda sobrenatural y perdieron el miedo, y de derrotados se tornaron campeones y del lloro pasaron a la alegría. Truena el Dios de gloria (Sal.29:3).

 

Uso de Eben-ezer y Amén 

7: 12

Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová”. “Eben-ezer”.  Esta palabra suele decirse al final de un recorrido espiritual, cuando algo se termina. Pero así no fue usada la primera vez. Samuel la utilizó empezando su ministerio, al comienzo de su carrera, cuando obtuvo su primer triunfo y el pueblo que añoraba a Dios saboreó después de muchos años, el triunfo. Quiso decir, “hemos empezado con la ayuda de Dios y debemos seguir con ella, cualquiera otra cosa puede prescindir menos eso; hagamos las cosas y que ella esté garantizada”. No es más bien una palabra para sellar un servicio sino cuando se está abriendo; eben-ezer cuando se escribe la letra alfa, y votar para que llegue hasta la omega; que los comienzos sean los del Espíritu Santo (Ga. 3: 3). Lo mismo ha sucedido con la utilización de la palabra amén, que por costumbre casi únicamente se coloca en la cola de algo, en su colofón, es como una tapa, una voz final, “así sea”, el cual es su último significado porque antes quiere decir “cierto” “verdad” (Dt. 27:24, 25; Neh. 8: 6; Sal. 106: 48), por eso Jesús dijo “de “amén”, de “amén” os digo”, y eso hay que decirlo no sólo al concluir un sermón sino también durante su desarrollo, no sólo al final de un culto sino en todo su desarrollo, sin que moleste al de al lado, no sólo al final de una oración sino en todo lo que se dice, que todo sea cierto y verdadero. Cuando casi mentalmente, silenciosamente como oraba Ana, que se muevan un poquito los labios para no perder el hilo de ella, y así se adora a Dios. 

Volviendo al primer eben-ezer, si Samuel la usó cuando estaba viejo hubiera podido decir, "he servido al pueblo como he podido y como ellos me lo han permitido; han vivido políticamente fuera de la teocracia, pero yo he tratado que la teología llene la política, y las cosas aunque a Dios no le han gustado completamente ni a mí tampoco, y como estoy llegando al final de mis días puedo decir eben-ezer, hasta aquí nos ha ayudado Dios, a pesar de todo; no hubiera podido pedir más misericordias ni tener más oraciones respondidas que las que he tenido". Y nosotros podemos decir lo mismo, hemos sido ayudados.

Entonces, siempre cabe un "hasta aquí me ayudó Dios" y la duda de que en el presente y en el futuro no venga con la fe esa ayuda, es ridícula y ofensiva. Una cosa que se empiece con Dios y se quiera continuar con su ayuda, ha de continuar, aunque se detenga y a veces retroceda, sean pocos, y la tarea sea más grande que nuestras vidas. Lo que no podemos hacer es excluir a Dios, criticarlo, enviar por él solo cuando lo necesitemos. Pocas cosas se lamentan con los años si todas las empezamos con Eben-ezer y con un amén a su voluntad.

8: 3

“Sus hijos no anduvieron por los caminos de él”. No eran idólatras, no se arrodillaban ante los baales pero eran inconversos y daban mal testimonio y el pueblo estaba enterado. Se gloriaban en su padre, en su teología, pero no vivían lo que él les enseñó con los labios y las manos. El problema de los muchachos era doble, sexo y dinero (2: 22). Samuel los puso en un cargo que les quedaba grande, los graduó en su escuela de teología, pero no servían para nada. Poco les ayudó sus doctorados. Yo pagaría dos talentos de oro para que no me sometieran a la tortura de oírlos predicar.

 

Se ofrece más fácil el púlpito a un joven que a un anciano

8: 7, 8

Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”. Les dijeron: “Ya estás viejito y tus hijos no sirven, búscanos un sustituto conforme al mundo que nos rodea”. (Paráfrasis). Podrían pedirle a Dios una copia del viejo pastor, pero la excusa de que la familia de Samuel era mala, no era muy válida, era una excusa. En lo que ahora sigue, ¿continuaría diciendo, "hasta este momento me ayudó Dios"? Sí. En los inconvenientes continúa eben-ezer. Su respaldo continúa, aunque las cosas no salgan como él quiere. Por otra parte, no puedes desechar a un ministro de Dios sin desechar a Dios mismo que lo envió; la rebelión contra Dios que tienen en sus corazones la expresan contra el siervo del Señor y no tratan a uno mejor que al otro. Samuel estaba viejo, pero todavía era útil y vivió muchos años después de esto. No pudieron hallar una excusa en su vida y la encontraron en la edad y en sus hijos (la familia). Se equivocaron, porque, aunque no fuera joven, ni su familia tuviera buen testimonio ¿qué cosa es lo que los hacía salvos y los edificaba en la fe? ¿No eran sus palabras, sus mensajes de Dios y las oraciones suyas en las cuales tanto confiaban? 

Lo que pasa hoy, en la iglesia, es que ofrece más fácil su púlpito vacante a un joven que a un ministro anciano, y no decide así por el patrón profético o apostólico. De quien estaban cansados era de Dios, de su ley, de su gobierno porque no querían que él "reinase" sobre ellos, no querían obedecerle. Querían menos palabra de Dios, un reinado de hombres, no de Dios. ¡Oh, con qué ingratitud lo trataron! Señor no me deseches en esos tiempos (Sal. 71:9). ¿Es que acaso ha perdido el viejo su vocación pastoral? Toda la Biblia fue escrita por viejos. Viejo era Moisés, viejo era Josué, viejos fueron los profetas, Pedro era viejo, Pablo era viejo, Juan cuando escribió el evangelio y sus cartas era viejísimo. Juan Marcos era joven pero lo que hizo fue escribir bosquejos de sermones de Pedro. Timoteo era joven pero no dejó ningún documento escrito por él, sino los que recibió. A las manos casi temblorosas, usadas por el Espíritu Santo, debemos toda la Escritura, y en especial nuestro muy querido Nuevo Testamento. Cierto que hay jóvenes triunfadores predicando la Palabra, aquellos que valdrán más cuando sean viejos. En cuanto a Samuel, ¿no hubieran podido ponerle un ayudante que fuera mejor que sus hijos? Señor a veces tu pueblo no ama a sus ministros. ¡Qué ingrato es el oficio de un ministro! A pesar de que se les advirtió (vv. 10-17), lo tendrían por muchos años porque el Señor prefiere los ministerios largos.

 

La elección de un político

8: 9-18

“Y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras”. 

¿Quieren un rey? Se lo tendrán que comer cuando ustedes lo elijan; o, mejor dicho, él se aprovechará de vosotros, vivirá de vosotros, vuestro dinero será para él y se sustentará con vuestro sudor, sus costumbres y ambiciones, y peleará sus guerras con la sangre de vuestros jóvenes. Elijan un político que sustituya a Dios y tendrán en la magistratura, colocarán en eminencia a un parásito más nocivo que beneficioso, igual que el de las naciones que no conocen a Jehová porque todos son iguales. Y Samuel y Dios accedieron a la monarquía que funcionaría más o menos bien siempre y cuando el señor de la corona fuera conforme al corazón de Dios, pero como de éstos no hubo muchos ella fue un total desastre, y el estado pagano o secular, como ahora, un mal necesario donde no se gobierna con Dios (Ose. 11: 12).

 

Actualización de la iglesia

8:19, 20

“Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones”. ¿No te suena esto parecido a una modernización de la iglesia, a querer colocarla a la altura de los tiempos? Esto es lo que dicen: “Si la iglesia no se actualiza no tendrá ningún papel en este siglo”. Cierto es que hay cierta actualización que la iglesia debe considerar para poder ganar las almas que viven en su época, como, por ejemplo, su lenguaje. No es posible que la iglesia cristiana haga pasar la verdad de Dios de tiempo en tiempo si no usa el lenguaje de los años en los cuales vive. ¿Qué sentido tendría predicar en latín hoy día si ya ese idioma murió hace siglos, o griego koiné? Del mismo modo debe modernizarse en relación con los medios de comunicación: la literatura puede escribirse en el idioma apropiado, en papel y no en papiro o pergamino, no con plumas sino con ordenadores o computadoras.  Y no despreciar los satélites, la radio, la televisión, el cine, si hicieran falta para comunicar a todos las verdades del evangelio. Pero lo que la iglesia no debe modernizar es la verdad de Dios, el evangelio, su contenido, sus principios y so pretexto de actualización cambiar “la verdad de Dios por la mentira” (Ro. 1:25), y eso haciendo mercadería porque ya de esos señores se ha escrito que “medran falsificando la palabra de Dios” (2 Co. 2: 17).

 

Elección de un líder por su cara y su tamaño 

9: 2

“Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo”. “Joven y hermoso”, LBLA dice “favorecido y hermoso”, o “joven y bueno”, e hijo de un hombre rico e influyente y por el físico más alto que ellos, casi un gigante. Eso era por fuera no por dentro que no era hermoso sino apóstata, celoso y desobediente. Israel busca un liderazgo por lo que se ve no por lo que no se ve, ponía “la vista en las cosas de los hombres no en las de Dios”. Nunca hubieran elegido a un apóstol con “apariencia corporal débil y la palabra menospreciable”, “de buena gana toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas” (2 Co. 12: 10).  Un joven sustituto para el viejo Samuel, un “grandote” para un profeta de mediana estatura, un hombre hermoso antes que uno feo. Como si fueran a usarlo para hacer anuncios comerciales en la televisión, o dar las noticias con una cara linda. Es decir, un mega-líder, aunque no fuera conforme a la voluntad de Dios. El liderazgo de la carne y no del Espíritu, de lo visible y no de lo invisible, de lo fuerte del mundo y no de lo poderoso de Dios, de los dones naturales y no de los frutos del Espíritu de Dios.

9: 6

“Él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne”. “Es tenido en alta estima”, “insigne”, honorable, serio, severo y de peso. Un gran cambio en la vida de Saúl que empieza con un pequeño detalle. Describe a un pastor evangélico. 

9: 15

“Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo”. “Jehová había destapado el oído de Samuel diciendo”. Eso literalmente según anota LBLA. También significa desnudar o descubrir; posiblemente refiriéndose a develar la palabra de Dios. Cuando Dios nos revela algo al oído Jesús clama a gran voz “efata, sé abierto” (Mr. 7: 34). No hay oídos más sordos que los tapados con incredulidad.

9: 16

“Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel”. Antes de esto nadie hubiera sospechado que estaba siendo enviado por Dios. Salió buscando unas asnas extraviadas. Jamás alguien puede descubrir el camino de Dios en nuestra vida, ni imaginar cómo ha de hacer las cosas. En un asunto corriente y doméstico (1 Re. 17: 9).  Es lo que llaman casualidad, suerte, coincidencia, pero es providencia y suprema sabiduría.

 

Estudia la historia de la omnisciencia de Dios en tu vida

10: 1-9

“Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo? Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro, tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos. Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo”. 

Las manifestaciones de la omnisciencia en el ministro y sus experiencias con el Espíritu Santo. Saúl no debió dudar nunca que Dios lo había llamado y capacitado para ser un buen rey. Contaba con muchas ventajas naturales para impresionar a su pueblo (9: 2). Si este hombre hubiera querido estar seguro de su vocación divina para desempeñar su cargo, sólo tenía que leer la doctrina de la omnisciencia en su vida cotidiana. Es asombroso como el Señor, desde el comienzo en su llamamiento, le dio una serie de diminutas señales de su omnisciencia para que él estuviese seguro de que le acompañaba hasta en los detalles mínimos (todo el cap. 9 habla de ello exuberantemente). 

Otro factor positivo por parte de Dios para que triunfara como rey de Israel fueron sus experiencias con el Espíritu Santo; también el Señor le concedió eso, hallarse con un grupo de profetas y tener por un tiempo el mismo Espíritu que ellos (vv. 9-13). Todo esto, pienso, le fue dado para hacer de este primer rey un hombre de fe, pero resultó negativo, y posteriormente cuando llegó el momento de tener fe no la tuvo y profanó su relación con Dios ofreciendo sin autorización un sacrificio (13: 8-14). Dios quiso hacer de él una especie de rey vidente, rey profeta, corrigiendo al menos en parte el error del pueblo al solicitar un rey; así hubieran continuado viviendo en cierto modo bajo la teocracia y no precisamente bajo la monarquía. 

Posteriormente este propósito divino se cumplió con David, un hombre conforme a su corazón, durante el reinado del cual quien realmente gobernó a Israel fue Dios, tanto como en el tiempo del profeta Samuel. Si leemos los salmos de David, que revelan lo profundo de su alma, vemos que su mayor preocupación no fueron las guerras que llevaba a cabo, sino su relación espiritual con Dios. Oh Señor, aumenta mi fe, que yo me preocupe más por mi vida espiritual que por el desarrollo del reino; dame gracia para cuando mi fe sea probada yo no sea hallado falto (Da.5:27). Oh ministro, estudia las manifestaciones de la providencia en el curso de tu llamamiento y ministerio, medita en las manifestaciones proféticas del Espíritu para que seas confirmado en tu vocación para siempre.

 

La película de nuestra vida 

10: 1-9

“Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo? Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro, tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos. Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre”.  Se puede ver aquí que, según el pre-conocimiento de Dios, en su mente infinita y sabia, nuestra vida está filmada como una película.  Mira cómo el vidente ve lo que va a ocurrir. Todo eso proviene de Dios porque Samuel lo ve en una visión, como en una película sobre el futuro: los dos hombres que hallaron en Selsa (v.2), lo que dijeron; los otros tres que se hallará en la encina de Tabor y hasta el por qué van por allí (porque van a Betel); uno con tres cabritos y lo que contenían sus alforjas, tres tortas de pan y un odre de vino (hoy le diría la marca y cuán añejado estaría); la disposición de ellos, la generosidad que tendrán y cómo le darán dos tortas y se quedarán con la otra (vv.3,4); lo mismo con el grupo de profetas y los instrumentos musicales que llevan, arpa, pandero, flauta y lira, y profetizan o sea, van cantando  a Dios. 

Y si Dios le da esa visión de lo que en un corto tiempo pasará en la vida de Saúl, si la ve, es que su vida está filmada, como si viera unas horas de su película. Por ende, lo mismo pasa con todo ser humano; habrá una película filmada de su vida y que ahora se está filmando, con imagen de HD, alta fidelidad, buena acústica, y con fecha, hora, lugar donde se filma. Así que ignorar eso teniendo un día de juicio es una gran calamidad, saberlo y no tenerlo en cuenta una tontería. Y como esa película se está filmando, se pueden hacer cambios, el que la filma puede hacerle cambios porque no es una barra de hierro sólido,  y puede borrar pedazos de ella y sustituirlos por otras escenas, palabras, sentimientos, si usted dice “sea hecha tu voluntad y no la mía”, si se arrepiente de todos sus pecados, si cree los consejos de Dios, si no hace resistencia al Espíritu de gracia, si la sangre de Cristo le borra todos sus pecados. La historia de una persona, punto por punto está filmada y siendo filmada en su mente infinita y sabia y no se pueden hacer arreglos si ya se muere. Si la vida de Saúl y la de todos nosotros está de antemano filmada con todos los cambios posibles en la filmación, es otro asunto para discurrir.

Lee esto en otra parte, “el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua” (Mt.26:17-9). En la omnisciencia de Jesús todo, con respecto a nuestra actividad, se halla filmado.

 

Paladear las cosas celestiales

10: 9-13

“Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?”. 

Por sí mismo nunca se hubiera hecho religioso, ni dado aquel paso, acompañarse con esos, hablar de aquella forma, cantar, orar, compartir, vivir como ellos, ser como ellos; fue una experiencia única, excepcional, inigualable, fue el Espíritu de Dios el que le mudó el corazón. El llamamiento de Dios los asombró. Fue una experiencia temporal para que tuviera gusto por la religión, del cielo, y retornara a buscarla otra vez. Su vida hubiera sido mejor si hubiera ido por donde Dios lo llamaba. Esta experiencia era un equivalente a ¿estar fuera de sí mismo? No es equivalente a nuevo nacimiento o conversión a Cristo. Es bueno Señor que nos mudes el corazón y nos des a paladear las cosas celestiales y que en vez de archivar nuestras experiencias contigo y olvidarlas, buscar su repetición y permanencia en ellas. Eso haré. Cuando un hombre de humilde condición era elevado a un puesto superior la gente hablaba de él así ¿Saúl entre los profetas? ¿Saulo de Tarso entre los cristianos, entre los apóstoles, juntándose con aquellos que asolaba? ¿Qué le ha pasado al hijo de Cis? Y a tal y tal. Yo no puedo hacer el rol del Espíritu Santo. Ni el de la Palabra de Dios. No soy Dios. No tengo vida en mí mismo. No estoy lleno de gracia y de verdad. En mí no habita corporalmente la plenitud de la Deidad. No puedo conceder fe. No puedo otorgar el don de la fe. No puedo hacer nacer de nuevo a nadie. No puedo hacer nada de nada en la salvación. Oh Dios, la salvación pertenece a ti, sentado en tu trono y al Cordero, Jesús. 

10: 22

“Está escondido en el bagaje”. "Se escondió de ustedes, pero yo lo estoy mirando; nadie puede huir de mí".

10: 23,24

“Todo el pueblo gritó ¡viva el rey!”. ¡Qué felices estaban celebrando con lo que Dios no quería darles! Así nos regocijamos con nuestros deseos cumplidos y lo que hoy es nuestra alegría mañana será nuestro dolor.

10: 27

“Lo menospreciaron”. Fue como si dijeran: "Este tipo no es un soldado, no parece un guerrero ni tiene figura de persona distinguida, proviene de una tribu pequeña y gente desconocida, lo único que tiene es tamaño. Que no espere de nosotros obediencia, o reverencia, nosotros seguimos sin rey o esperaremos a otro. El rey que Dios nos dio no nos parece bien, tendrá que buscarnos otro que nos guste; Dios debió preguntarnos cómo lo queríamos y si éste nos gustaba". Y el ministro supo todo esto y se hizo el que no lo sabía, disculpó su desobediencia, sabía que desde el principio no le caería bien a todos y empezó a reinar sin ellos; sin problemas con la popularidad; su real problema empezó cuando pecó contra Dios. No importa si algunos cuantos no les gustas si Dios te apoya. No es la aprobación humana lo que confirma el llamamiento sino la bendición del Señor (11: 12,13).

11: 1,2 

“Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel”. “Haré un pacto contigo si me dejas sacarte un ojo” (paráfrasis). El que hace pacto con el diablo, con el pecado, pierde, al menos su ojo derecho, al principio, después el otro, como a Sansón, y así la lengua, las manos, los pies y el alma, en fin, te devora todo (1 Pe. 5: 8, que también quiere decir tragarteingerirte rápido, en un abrir y cerrar de ojos).

11: 6,7

“Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera”. ¿Puede el Espíritu Santo comunicar ira? Ira violenta. A veces Dios les transmite su ira a sus santos y se enojan mucho con el pecado. Ejemplos: Moisés y aún Jesús. Pero en sentido general el Espíritu Santo no enoja, sino que trae cosas mejores que la ira: Amor, gozo, paz.

11: 5; 12-15

“Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes”. ¿Y no estaba ungido por rey, y seguía como un campesino que ara la tierra? ¿Por qué no estaba organizando su reino, sus embajadores, su guardia personal, las leyes o construyendo algo? Siguió como si no hubiera sido ungido como rey hasta que las circunstancias demandaran de él que tomara posesión de su puesto e inaugurara la monarquía, y tras la victoria con la ayuda de Dios se instauró en su cargo y comenzó a desempeñarlo a pleno; después que Dios demostró que estaba con él y el pueblo entero fuera motivado a renovarle su posición.

 

Su disgusto, que Dios fuera el dos

12: 1-5

“Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día”. “Soy viejo y lleno de canas, pero díganme con quién he hecho un mal negocio, le he hecho trampas o lo he robado” (paráfrasis). Samuel no está resentido porque lo hubieran sustituido porque de todos modos las guerras las ganaba Saúl con su compañía (11:7), ahora Dios estaría en segundo lugar después del rey, o la monarquía, ya que Saúl no le daría la primera posición, sino que la ocuparía él mismo. Ese era en esencia su disgusto, que Dios fuera el dos y no el uno, beta y no alfa, b y no la a.  Dios les ayudaba (11: 6), pero sin que tuviera la preeminencia (Col. 1: 18); Cristo no estaba a la diestra de Dios sino a la izquierda. Por eso, oh Dios, suspiro y lloro, icabod (4: 21,22).  “He gastado mi entera vida sirviéndoles. En suma, he sido un hombre honrado ¿no es cierto? ¿Por qué quieren entonces algo más que yo? ¿Por qué quieren algo más que Dios? El problema de la guerra lo resolvería Dios, con un juez; ustedes piensan que lo resolverá un rey; las guerras les vienen por desobediencia y las perderán por igual razón; lo que necesitan es fidelidad a la palabra de Dios y podrán prescindir de cualquier organización de hombres y de instrumentos humanos. Con mi buen testimonio, mi forma de juzgar los asuntos y la bendición de Dios, tienen”. Oh Señor que no creemos nuevas organizaciones sino mejoremos nuestra calidad de vida cristiana. Si eres el segundo eres el último, hay muchísimos que en todo quieren la preeminencia y “reinar sin ti” (1Co.4:8). Ese es nuestro disgusto teológico, que Dios sea el dos y no el primero, o “el alfa y la omega” (Apc.1:11).

 

Seguir convirtiéndose a Dios

12: 7

“Para que yo argumente con vosotros delante de Dios”.  Samuel nunca dijo “contra vosotros” como dice la RV, al contrario, él dijo cercajuntoconentrevosotros. Aunque habían hecho mal, él estaba constituido a favor de los hombres, como sacerdote, y no contra ellos. LBLA dice apegada al original “hechos de justicia”, que son “los hechos de salvación” como se atreve la RV. “Les voy a poner ante los ojos no una teoría de salvación sino los hechos de salvación; la experiencia que he tenido con Dios. Si desobedecen a Dios nos meteremos en problemas, si nos convertimos a él nos saca del problema y si no queremos volver a tener problemas sigamos convirtiéndonos a Dios”. ¿Cuáles son los hechos de la salvación? Jesús es el Hijo de Dios, la muerte vicaria del Hijo, la resurrección para vida del Hijo de Dios, la esperanza de su regreso, etc.; las doctrinas de la salvación, la historia de la salvación está llena de hechos de salvación.

 

Podemos ser fieles, aunque arrastrando una metedura de patas

12: 19-22

“Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros. Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón. No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo”. 

 “Hemos añadido este mal a todos nuestros pecados”. Como si dijera, “bastante pecados perdonados tengo ya para buscarme otro, no participaré de pecados ajenos”. Y ¿por qué no deponían el rey? ¿Por qué no se deshacían de él? Todavía, me parece, tenían tiempo, pero siguieron adelante con aquello que ya sabían que Dios desaprobaba, que les estaba tolerando pero que no le gustaba; algo que Dios les permitió pero era inferior a lo que podían, y a la larga resultó un total desastre. Fíjate que Dios aún maneja sus planes dentro de nuestras malas decisiones y “con todo eso” “a pesar” “aunque”, podemos ser fieles aunque arrastrando una metedura de patas. Podían dar un paso atrás. Reconocen que han pecado pero prefieren que Dios les permita lo que hicieron y continuara al lado de ellos. Israel nunca renunció a la monarquía. 

El pueblo pudo haber dicho: si nos va bien con nuestro rey ¿por qué nos recuerdas que hicimos mal? ¿No son buenos los resultados, Dios no nos ha ayudado? Sí, les va bien con él pero sin él les iría mejor; Dios bendice su voluntad permisiva; no consiste nuestro deber solamente en hacer la voluntad de Dios sino lo que a Dios agrada. No siempre se debe medir la complacencia de Dios, su aprobación, por los resultados positivos. Dios, por nuestra insistencia, puede concedernos lo que no desea y aún decirnos: "Me están haciendo actuar como no quiero, estoy inconforme, esto tendrá un límite, llegará a un punto que no los ayudaré más y quedarán en un callejón sin salida" (Num. 11:18-20, 33; 20:11-13). Por otro lado, se puede padecer mucho de varias formas y glorificar a Dios, sin que sean castigos. En fin, con todos esos errores y meteduras de patas, a cuestas, él sigue ayudándonos. 

1 Sa. 12: 23

“Lejos esté de mí que peque contra Jehová cesando de orar por vosotros”. “Desechasteis a Dios, a mí, tuve que complacerlos en lo que yo no quería ni Dios tampoco, pero no les deseo mal, cuenten con mis oraciones, a favor, por lo menos en el ministerio de intercesión continuaré; me siento viejo y cansado (v. 2), y cuando no pueda hablar o ustedes no me oigan, seguiré orando y algún bien Dios les hará por mis oraciones; si dejo de orar es que estoy resentido con ustedes, me sentiría defraudado como si hubiera buscado mi éxito, o los hubiera olvidado y por esas dos cosas pecaría”. Es un pecado dejar de interceder por los demás, sobre todo cuando quien decide eso es un ministro decepcionado con la fidelidad y adelanto de su grupo, o de una persona muy familiar. 

 

Ora y predica, aunque no veas futuro

13: 8

“Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba”. 

Esa fue la prueba de su fe. Saúl demostró no tener fe porque fue impaciente. El hombre de fe espera el cumplimiento de la palabra de Dios. La paciencia debe tener su obra completa, y no está completa hasta que reciba la promesa. Dios cumplirá su palabra; podemos estar seguros que la palabra de Dios es limpia (Sal. 12: 6), aunque fue escrita por hombres, la influencia de Dios fue tan completa sobre ella que no tiene ninguna impureza humana, mentira, falsas promesas y engaños. La escribió Dios con su mismo Dedo (El Espíritu Santo). Así que, ejercitemos nuestra paciencia, aunque sea a través de muchas dificultades, hasta que Dios cumpla lo que prometió. Esperar, esperar, esa es una difícil palabra. 

Le estaban abandonando, así Dios probaba si tenía fe. Se quedaba solo. Debía esperar unos minutos más y Dios cumpliría su palabra. Oh alma mía, aprende a esperar en la promesa de Dios hasta su cumplimiento. Serás tentado con más fuerza cuando la hora del cumplimiento de la promesa se acerque. Dios tiene su tiempo y si pasa el tiempo que ha dicho, si llegase a regular el tiempo, si extendiese el plazo y fuera más allá de lo que se dijo y se quiso, hay que seguir esperándolo, porque poderoso es para cumplir lo que prometió, aun fuera de tiempo. La fe tiene que ir más allá del cumplimiento del tiempo, entrar a lo negativo, lo contradictorio, lo imposible, aunque no vea futuro, que no quiere decir que no exista; es que el futuro no es de ella. El futuro se mira en las promesas no en el tiempo ni en las circunstancias; por lo tanto los ojos no deben ser puestos en esas dos cosas sino en la Escritura, y ella no miente. Entender la Escritura es entender el futuro. Ella es el lugar donde el Espíritu Santo nos enseña el futuro, y siempre es bueno y noble, y mejor. Creer en él y amarlo, aunque no cumpla su promesa, en contra de lo que ha dicho, más allá de la muerte y en el otro mundo. Las promesas no están dadas para poner a prueba la fidelidad de Dios sino la consistencia de nuestra fe. 

No es apretar un botón y la promesa automáticamente se abre, como una puerta, sino ir de un lado para otro donde vaya la Palabra, preservando la integridad dentro de la fe aunque no nos quede más tiempo ni esperanza para ver su cumplimiento (Dan. 3: 16-24; Jn. 11: 34-44). Señor, predico tu palabra, espero en ella, si da fruto bien, si no lo da, bien; si nos quedamos solos hágase tu voluntad; cuando se vaya el último me quedarás tú y dame fe para decir a los pocos que me queden como tu Hijo a los que le quedaban en la hora que lo abandonaban “¿quieren irse ustedes también?” (Jn. 6: 67). 

 

 

1 Sa. 13: 12,13 

“Me vi forzado y ofrecí el sacrificio”. Es mejor “me esforcé”. Llamó al sacrificio esfuerzo. Tuvo que esforzarse para desobedecer, para pecar. Un esfuerzo de otra clase, en la gracia, tendría que hacer para refrenarse, para ser obediente, para no hacer nada sino tener fe y confiar en el Señor en ese momento, para esperar, teniendo paciencia. Este esfuerzo que hacía no era en la gracia, para predicar a Cristo donde no hubiera sido anunciado, para orar a Dios cuando ha comenzado el día, se siente la necesidad de orar, pero no hay fuerzas para postrarse porque el alma sigue en la cama (Ro. 15: 20); está tullida o paralitica y lo de ese hombre era un esfuerzo loco, una locura sagrada, levantándose a una posición sacerdotal, aparentemente justificada por el momento, un escalamiento religioso abominable a Dios. Así se esfuerzan los que se ponen en lugar de Dios para perdonar pecados, ofrecer pan y vino como un sacrificio de Cristo a Dios. Todas las herejías son esfuerzos humanos, locos y profanos.

13: 14

“Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó”. No buscó un guerrero, un capitán, lo opuesto a lo que el pueblo vio en Saúl, un varón grande; Jehová no buscaba un líder sino un varón para sí, como traducen muchas versiones, ni siquiera para su pueblo sino para él y que le serviría a élgobernando a su pueblo, para que estuviera más con él que con su pueblo, lo cual David rigurosamente hizo, y testimonio de eso son sus salmos; que prefería estar un día en los atrios de Jehová que mil fuera de ellos; y eso es lo principal en un siervo de Dios, y por eso Jesús cuando llamó a sus doce apóstoles se dice que fue para que estuvieran con él en primer lugar y después enviarlos a predicar (Mr. 3:14).  “Ya lo tenía preparado para cuando pecaras. Se buscó un sustituto para ti porque veía las cosas venir”. Aunque se le dijo que su reino no perduraría, reinó más de 40 años. Toda su vida.

 

Las armas tienen sustitutos, pero no Dios

13: 19-22 

“Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían”.

Fue una estrategia filistea que desarrollaron con el tiempo en sus incursiones, un programa de desarme a Israel, dejarlo sin medios para defenderse, no molestarlos demasiado para que no buscaran alternativas e importaran armas o trajeran herreros de otros países en vez de preparar los propios. Hoy, el que mejores armas tenga es el que gana la guerra. ¿No crees que los países en carrera de armamentos debieran presupuestar menos para la defensa nacional, o al menos tanto como para ayuda social y programas de educación, desarrollo y salud? Eso fue lo que hizo Nabucodonosor, llevarse los herreros y no dejar ni uno (2 Re. 24:14). ¡Dígame usted, sin hacer la voluntad de Dios y sin armamentos! La situación desde el punto de vista militar era crítica pero propicia para llenar todo el espacio con Dios, de todos modos otrora con la espada de Gedeón unida a la de Jehová era suficiente (Jue. 7: 20). En tiempos de Sansón no vemos que haya habido espada, él utilizó un hueso para pelear pero no una espada. Y aunque en tiempos de Elí hubo batallas sabemos de ondas, piedras, palos, arcos, flechas, pero no espadas. Y así en la batalla de Saúl contra los amonitas. Y en tiempo de Samuel además de aquellas cosas, ellos ganaron contra los filisteos con truenos (7: 10). Ya ves, las armas tienen sustitutos inferiores, tienen complementos, lo que no tiene sustituto es Dios. Dios puede llenar todo lo que haga falta, lo que no se puede llenar es el espacio que deje Dios. (14: 15, 20).

14: 6

“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”. “Jehová no está limitado para salvar con muchos o con pocos”, es mejor así que decir que para él no es difícil salvar con muchos o pocos como dice la RV.

14: 8-10

“Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por seña”. Esto no es una señal para creer sino para hacer la voluntad de Dios. Esta es la clase de fe que hemos de solicitar para andar como Cristo anduvo (Hch. 10: 38; 1 Jn.2:6). Esto es como echar suertes.

14: 14

“Media yugada”; una yugada es el terreno que puede arar una yunta de bueyes en un día.

14: 15

“Un gran temblor”; literalmente es “un temblor de Dios”, el “gran” es dioses, o Dios.

1 Sa. 14: 27

“Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos”. Sí puedes, extiende la vara de tu fe hacia alguna promesa, un grupo de ellas, como a un panal, y moja tu boca con la dulzura de sus palabras y tus ojos se alumbrarán. ¡Cuántas veces mi alma cansada de perseguir a mis enemigos desfallece, y la dulzura de la miel de la palabra me devuelve el vigor! 

 

No se curó nunca de su impaciencia

14: 24-30

“Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo desfallecía. Respondió Jonatán: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel”. “Mi padre ha traído dificultades a esta tierra” (Mi padre ha enturbiado). Saúl no se curó nunca de su impaciencia, siempre quiso tenerlo todo en un dos por tres (¡ayúdame Dios!); y ahora para exterminar a sus enemigos debió dejar que el pueblo lo hiciera poco a poco y según sus fuerzas, pero los hizo trabajar más de lo que podían por miedo a una maldición, los obligó a jurar por lo que no debían; y además era un fanático terrible de su propia autoridad, de sus propias palabras y de sus propias metas, con más devoción hacia ellas que a su familia, a su pueblo, que se suponía serviría y a Dios al cual debía honrar con su liderazgo (vv. 43-46).

14: 35

“Y edificó Saúl altar a Jehová; este altar fue el primero que edificó a Jehová”. Sin contar 13: 8,9, Saúl multiplicó altares pero no creció espiritualmente. Estuvo por unas pocas horas en la escuela del profeta Samuel pero no permaneció dentro de ella porque nunca más lo visitó el Espíritu Santo.

14: 43,44

“Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho. Y Jonatán se lo declaró y dijo: Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traía en mi mano; ¿y he de morir? Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán”. “Debo morir” (Jonatán) “Ciertamente morirás” (Su padre Saúl). Saúl era un hipócrita, un religioso ambicioso (v. 35); él sabía que Dios lo había desechado pero aún así finge celo por él, mostraba más religión que los demás hombres; demostraba que su celo religioso era inhumano, no comprendía a los demás y el guardar las formas de la piedad estaba por encima del entendimiento de los otros (Lc. 6: 38).

15: 1-3

“Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”. “Toda boca se cierre y quede bajo el juicio de Dios” (Ro. 3: 19); no conocemos todas las razones que Dios tuvo para hacer eso. Sin la orden y presciencia divina eso sería una masacre, un crimen de guerra; aunque él les está pagando a esas naciones del mismo modo que ellos hacían: no dejaban de Israel a nadie vivo, ni los niños lactantes. Aquellas culturas transmitían odio a sus hijos contra la iglesia del Señor. Ley del Talión, ojo por ojo. 

 

Pasar a filo de espada lo bueno y bonito

15: 9,14,21,22

“Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron”. “Perdonaron lo mejor de las ovejas y los bueyes”. Así nos pasa con algunos pecados, no podemos hacerles morir porque los amamos y vivimos años con ellos dentro del corazón. No podemos amar a Dios con todas las fuerzas y con toda la mente, por eso no los herimos ni les pasamos sentencia de muerte; nos negamos a hacer lo mejor, lo que Dios quiere: que los hiramos con espada hasta matarlos y no les preservamos la vida, para disfrutarlos en lo íntimo. Oh sí, es fácil separarse de lo vil y menospreciable. ¿Hay algo que es útil, que tú necesitas y que piensas que le es útil a Dios, pero es un pecado? La orden del Señor es tajante, mátalo. A Dios no le hace falta que tú lo adores con algo que viola su palabra. Dices: “¿Cómo me voy a deshacer de esto que es tan bueno?”. Eso es precisamente lo que Dios quiere, probar tu interés en él y en las demás cosas, si eres capaz de obedecer en contra de tus intereses. No son ofrendas lo que pide sino el distanciamiento del pecado: sea un gusto malsano, un gusto carnal, un hábito indecente, un vicio, cualquiera cosa que nos separe de Dios. Lo que Dios desea es ver que destruimos lo que nos gusta, que pasamos a filo de espada lo bueno, lo gordo, lo que vale, lo bonito, con  la palabra de Dios, todo lo querido y pecaminoso, no lo feo, o aborrecible, lo que no tiene valor, sino lo que vale mucho, lo codiciable al alcance de la mano, que es agradable a los ojos y promete un futuro lleno de mentiras y muerte. Lo contrario no tiene méritos. 

15: 10,11

‘Me pesa haber hecho rey a Saúl”. Esto es un antropomorfismo. Señor que nunca te pese haberme ungido como ministro.

15: 12

“Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal”. “Se levantó un monumento para sí” como señal de su triunfo sobre los amalecitas. Un arco de triunfo de palmas, o de bronce, o un altar, o un pilar como hizo Absalón que es llamado “mano”, quizás saludando o hacia el cielo, de todos modos un memorial de culto a la personalidad (2 Sa. 18: 18). ¿Este es el mismo hombre que unos años atrás se escondía en el bagaje para no ser ungido, para no tomar el reino y que siendo rey araba con bueyes la tierra? (v.17; 1 Sa. 10: 22). Es otro.

15: 22,23

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. “La rebelión es como pecado de adivinación”. Quizás dices: “Yo no consulto adivinos porque esa gente tiene espíritu pitónico, anda con Satanás, nada quiero saber de los que adivinan la suerte, los que barajan las cartas, los que echan caracoles, los que miran el hígado (Eze. 21: 21), los que consultan a los muertos por los vivos o estudian el horóscopo”. ¿No sabes que oír la palabra de Dios y rechazarla, negarte a creer en Cristo, a vivir en santificación es igual que si consultaras a los adivinos?  

15: 24

“Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado”. “He pecado”, esto también lo dijeron faraón y siguió obstinado, y lo dijo Judas Iscariote y se ahorcó yéndose a su propio lugar (Ex. 10: 16; Mt. 27: 4). Tiene un valor si la confesión no procede sólo de arrepentimiento o remordimiento, susto y conveniencia, desesperación, sino que acompaña a la fe. Todos estos y muchos más dijeron “he pecado” y continuaron pecando. El hijo pródigo también dijo “he pecado contra el cielo y contra ti”, y eso estuvo bien, de todos fue la mejor confesión.

 

Pueda yo ser como aquel prójimo que me supera

15: 28,29

“Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú”. No es la única causa ni fue la primera vez que le dijo que había sido desechado (13: 14). ¡Oh que Dios que escoja a otro, quizás que yo considere inferior, un ovejero, un sin nombre, o un compañero conocido que no se distinga ni se nombre entre los de eminencia! ¡Qué humillación me merezco, perder la gloria que me han dado por no ser obediente y fiel! Sí, hay prójimos que son mejores que yo que podrían bien ocupar la posición que tengo y que no aprecio, no trabajo en ella como debiera, que si el Señor me la quitara y se la confiara ellos harían las cosas mejor que yo. Oh Dios mío, yo sé que otros son mejores que yo, que podrían ocupar mi posición y traerían más gloria  a tu nombre, pero gracias porque te ha placido dejarme en esta posición, dame gracia para que si me comparas con mi prójimo sea menos la diferencia que la que ahora tenemos, que yo pueda ser como aquel prójimo que me supera en vida, en dones y que tengo sobre él mi responsabilidad.

15: 30,31

“Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios. Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová”. Samuel no quería honrarlo (vv.24-31) porque era un mal ejemplo para el pueblo y si los veían juntos y daba testimonio de él pensarían que no era incorrecto como él vivía y que Dios no desaprobaba su conducta. Esa es la razón para no adorar junto a los hipócritas porque los inocentes pueden ser extraviados. “No os juntéis con ninguno que llamándose hermano…”, que lo único que quiere es que lo honren…” (1 Co. 5: 11). Pero no tendrán la honra de Dios.

 

Llorar por un reprobado

15: 34-16.1

“Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl. Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel”. ¿Por qué, tú profeta, lloras tanto a un impío? ¿Acaso piensas que el fracaso suyo es el de la nación, el de la profecía, y que no se hallará para él un relevo? Dios tiene relevos para todo el mundo y mejores (v. 28). Si Dios desecha a alguien ya tiene un sustituto.  No sufras ni llores por los que el Señor desecha, no hay razones para entristecerte por él. ¿Por qué lloras su fracaso como si fuera el tuyo? Puedes continuar tu ministerio sin él y con éxito, si cayó, Jehová lo reemplazará. Acaso ¿lloras lo que pudo ser y no fue, la necesidad que deja vacante? Si Dios lo desechó, se lo merece, no hay injusticia en ello y su caída es el clímax de su deserción y él no merece tus lágrimas. Si conocieras su corazón como Dios lo conoce y las oportunidades que le dio para que no cayera, tú también lo pondrías a un lado sin lágrimas identificado con el sentimiento divino de justicia, y notarías la diferencia entre el ideal que te formaste y la realidad que descubriste. Fortalécete cuando veas, impotente, a los hombres que admirabas y amabas ir hacia el derrumbe y nada puedes hacer; son las decisiones de ellos, así lo quieren, aman lo que buscan y no desistirán aunque intentes detenerlos, se enfurecerían contra ti si intentas detenerlos y les estorbas sus codicias, sus ambiciones si le frenas sus lujurias y les descubres a tiempo sus infidelidades. El impío nunca se está quieto, se mueve continuamente, engaña a diestra y a siniestra, finge, representa, conquista y mata. Déjalo que huya de tu lado, no llores, el pago de su mala cabeza caerá sobre la suya, recogerá los amargos frutos de su pecado; entretanto tú prepárate para ungir a alguien más digno, deja aquel que cayó por trasgresión yéndose a su propio lugar y unge a otro que tome su oficio (Hch. 1: 25), uno que sorprenderá al mundo porque es conforme al corazón de Dios, o que será un magnífico testigo de la vida y resurrección de Jesucristo. 

 

Dónde se nota la reprobación de Dios, Dios no pide disculpas

15: 35

“Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl. Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel”. "Jehová se arrepentía". ¿Decía: "I'm sorry (lo siento) me equivoqué, no debí haberlo hecho, es mi falta, perdónenme por haberles puesto un rey que no sirve"? No. Dios no les dio lo que él quiso sino lo que ellos querían. Dios se lamentaba que hubieran pedido un sustituto y que éste con posibilidad no les hubiera aprovechado. Quiere decir que Dios sentía lo mismo que ellos, que estaban ambos decepcionados de Saúl pero que aún así no habría cambio de gobierno por mucho tiempo. Reinó como desechado por Dios por 40 años, y en ese tiempo también fue ayudado por Dios. La reprobación divina no se le nota en su cargosino en su modo de vida (como en la vida de Saúl, llena de celos y envidias),  no en sus triunfos sino en su carácter (como en Saúl, irascible, hasta quiso matar a Jonatán su hijo), en su vida espiritual (no valía que David lo perdonara, él hacía una buena confesión, se reprochaba su conducta y al tiempo se olvidaba y seguía persiguiéndolo; y además de eso negó al Señor consultando a una adivina), y en su muerte puesto que no murió como un santo sino suicidado, no murió como un héroe de la fe. Dios no dice: “Lo siento, discúlpame”.

16:1

“Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey”. “¿Hasta cuándo te lamentarás por Saúl?”. Se había hecho muchas ilusiones con él y pensaría que era irreemplazable, si alguno le falta a Dios, él tiene otro. Al dolor por uno que Dios desecha debe ponérsele un límite.

16:2

“Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido”. “He venido a ofrecer sacrificios al Señor”. Dios le dijo: "Te voy a dar un pretexto si no puede saberse la verdad".  Dicho con reverencia, Dios es muy listo. Y nos enseña a ser mansos como palomas y astutos como serpientes. Lo que a mí no se me ocurre se le ocurre a Dios.

16:3

“Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere”. Dios prefiere ir hablándonos según transcurre nuestra obediencia; con poquitos (Isa.28:10-13).

16:5

“El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio”. “Consagraos” “Santificaos”, quiere decir que laven la ropa y estén limpios. No esperes el culto para santificarte, santifícate antes.

16:7

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. ¿Otra vez, Samuel? (9:2); es difícil poner la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Dicen que el corazón de Eliab tenía que estar lleno de orgullo, ira, envidia y eso es lo que Jehová miraba, donde el ojo humano no podía penetrar. Así fueron pasando varios hombres ante sus ojos y por alguna voz secreta sabía que no eran ellos, o algo que miraba y no le gustaban: una palabra, un gesto, una sonrisa, algún resplandor en los ojos, algún comentario, y que le hacían decidir negativamente. Dios nos habla de “muchas maneras” (He.1:1).

 

Dios busca un corazón como el de él 

16:11,12

“Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es”. “Úngele porque éste es”. David no estaba en el lugar adecuado ni en el momento adecuado, entonces ese dicho siempre no es cierto; cuando Dios quiere algo o a alguien lo trae, lo pone. Las oportunidades no se presentan, Dios  las pone, no vienen por sí solas, él las crea. De estas preguntas, ¿qué quieres que haga, Señor? ¿Qué deseas de mí? ¿Dónde quieres que esté? Y ¿qué quieres que yo sea?, la última es la más importante. Dios lo escogió no exactamente por lo que podía hacer con él sino por lo que ya era, había cultivado su corazón tanto que ya el de los dos se parecían, pensaban iguales y sentían iguales, él quería ser como Dios y a eso es que se refiere, y lo había logrado (2:35). No siempre pudo lograrlo. ¡Ay, Betsabé y Urías el heteo! Sólo en lo “tocante” a ellos no fue semejante a Dios (1Re.15:5).

 

La psicología alivia pero no echa demonios

16:14-16

“Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio”. “Tocará el arpa y te pondrás bien”. Cuando se va Dios el diablo entra. La música y la psicología dan “alivio”, la persona “se siente bien”, pero no curan. No cambian de lleno la conducta. Un tiempo después tocando David el arpa, Saúl le entró un arrebato diabólico y quiso asesinarlo (19: 9). Lo que sí cura son las hojas del árbol de la vida, las palabras de vida de Cristo (Apc. 22: 2). Los buenos sermones bíblicos y los enjundiosos estudios doctrinales. ¿Por qué entonces la predicación le ha cedido su lugar a la música cristiana o a la psicología? 

 

El currículo del pastor del salmo veintitrés

116: 16-19

“He visto a un hijo de Isaí en Belén que sabe tocar y es prudente en palabras”. Este fue el tipo de currículode David que llegó a Saúl y nota que tiene otrascualidades que no son por las cuales se les da el empleo, músico, porque fue un músico lo que andaban buscando que tocara bien, pero el que van a traer tiene mucho más que eso y mejor, físicamente está bien y entrenado para la guerra, además de muy valiente, por otra parte no tiene problema con lo que oye y en lo que dice porque es prudente “en palabras” (en alguna cosa). Dios le ha dado una buena apariencia física que adornaría bien la comitiva real y sobre lo que se ha dicho se nota que lo acompaña Dios. Pero este currículo no lo envió David solicitando la plaza sino que fue su testimonio, una persona que lo conocía, lo cual es superior a lo que uno escribe de sí mismo que pudiera ser cierto o exagerado, o parcial, porque ¿quién conocerá sus propios errores?(Sal. 19: 12); si David hubiera enviado su currículo hubiera incluido los vv.33-37 y un manojo de salmos, que dicho sea de paso no lo revelan como un hombre valiente ni tampoco como un santo sino como un cantor, o uno que le pone música a sus oraciones, y nadie si desea un empleo menciona sus debilidades a no ser que se llame Pablo que nunca escribió una carta de recomendación para sí mismo  (2 Co. 3: 1-3), y lo que dice de sí no fue para que lo nombraran ministro de alguna iglesia sino para defender su testimonio (2 Co. 11: 21-33). Nuestro Señor pocas veces dio testimonio de sí mismo (Jn. 5: 31; 8: 13-18). Es un riesgo elegir a un músico sólo porque canta bien o sabe tocar el arpa, el piano o la guitarra, o a un pastor porque sabe predicar, ¿y las otras cosas que rodean a su función?  Saúl fue quien trajo a David, ungido por Dios, y luego fue su enemigo porque sus éxitos eran muchos y pensaba que le quitaría su lugar, y no sólo quería destituirlo, lo cual nunca pudo, sino matarlo. Y la culpa no fue del que vino sino del que lo trajo. Este es el currículo del pastor del salmo veintitrés. 

16: 22,23

“Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.”. Si hubieran escrito los síntomas, se podría relacionar la enfermedad a algún desorden mental conocido. Supongo por su alivio que la música le mejoraría el ánimo, le sacaba de la depresión y sonreía. Una bendición transitoria.

 

Qué música hace huir al diablo

16: 14-23

El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas. Y tomó Isaí un asno cargado de pan, una vasija de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por medio de David su hijo.  Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas.  Y Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo, pues ha hallado gracia en mis ojos.  Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él”. 

Nosotros tenemos un alto concepto de la música religiosa; usamos en la adoración a Dios tanto la música como la letra. Ambas son importantes en la Escritura. Parece que entre el pueblo de Israel existía la opinión o tenían la experiencia que los malos espíritus detestaban la música sagrada. Donde se toque o cante música  “sagrada”, que adore a Dios, el diablo huye. Si un espíritu maligno atormenta a alguien con malos sentimientos, pensamientos o lo impulsa a actos pecaminosos y oye la buena música religiosa, se alivia, porque el diablo es un espíritu triste. Le espanta oír a los santos cantar o escuchar música religiosa, se va y anda por lugares secos hasta que deje de cantar o de escucharla. 


No hay una música revelada en la Biblia que diga esta sirve para adorar a Dios y aquella no; la clase de música que hemos de usar queda para ser determinada por la experiencia y las doctrinas. La experiencia espiritual de cada persona no es la misma, ni tampoco su cultura, y eso hace que se tejan los sonidos como los hilos de distintos colores de la capa de José; y ahí está la doctrina para hacer que la experiencia cristiana sea juzgada. El apóstol Pablo dice que la ley de Dios es espiritual y que el hombre cristiano, en su fundamento humano, es carnal (Ro 7.14). La doctrina es el guarda de la música; si una música va dirigida únicamente a complacer el gusto de un auditorio, a regocijarlo como si estuviera en un teatro, en una discoteca, en un salón de baile, la doctrina sale inmediatamente y dice que no a esa música pues no glorifica a Dios porque se parece mucho a la del mundo, y no parece un culto. La música que tocó David para Saúl llevaba a Dios puesto, de modo que el diablo huía de ella. La danza de David no fue en un culto, no en el templo sino en la calle y en una procesión militar.   

17: 4-7

“Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y una cota de malla”. Este hombre era un tanque de guerra, medía nueve pies y nueve pulgadas.  Seiscientos siclos son unas quince libras. La cota de bronce: 156 libras.

17: 10

“Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo”. ¿Uno? Le haría falta una docena de hombres. Sólo un loco o un fanático suicida se atreverían; y se atrevió un hombre de fe y valiente.

17: 15

“Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén”; quizás estaba en el campo de batalla con su page de armas (16: 21)

17: 16

“Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días”. Esta gente no tenía ganas de pelear o hacían con mucha paciencia la guerra; o quizás se temían recíprocamente porque las fuerzas estaban parejas. Las batallas de Dios se hacen con mucha paciencia y doctrina (2 Ti. 4: 2).

 

Si quieren dedicar sus vidas al Señor, no los desanimes

17: 17, 18

“Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos”. ¡Qué padre!, se ocupa de ellos estando en la guerra; quizás más porque están en peligro, cuando sus vidas son amenazadas. “Mira si están sanos y salvos y tráeme una evidencia que los has visto y se hallan vivos”. Una carta, hijos, una carta actualmente o una llamada telefónica es suficiente para que tus padres sepan que no estás en un hospital o que vives.  Un padre que entrega sus tres hijos a la defensa de la patria o del lugar que Dios le ha dado. ¿Qué harán los padres cristianos si el país entra en guerra, esconderlos o enviarlos al extranjero para escapar de su obligación civil? En el corazón de este padre hay una combinación entre el amor paterno y el amor patrio. Por otra parte, qué hermoso sería para la iglesia que los padres no rehusaran entregar a sus hijos al servicio del Señor y cuando ellos sean llamados como soldados de la cruz no opongan resistencia y les aconsejen dedicarse a otra cosa. Oh Señor, oro por mis hijos para que estén sanos y salvos combatiendo por tu causa en la guerra. 

17: 24, 25

“Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel”. “El rey le dará a su hija y lo librará de tributos”. Hizo una gran oferta para que se atreviera, pero no le ofreció honores y gloria sino dinero  al dejar de ¡pagar los  impuestos! (¡David no vivía en U.S.A!), y a su hija, enriquecerlo y hacerlo su yerno, hacerlo parte de la familia real.


17: 26

“Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”. Ve que el patriotismo de David está motivado por su fe, que desde joven es ardientemente espiritual.

 

No te enojes con una palabra

17: 28, 29

“¿No he hecho sino una pregunta?” (¿No es mero hablar?, R.V). Literalmente lo que dijo fue que había dicho solo “una palabra” para ofenderse tanto. Qué mal lo conoces, hermano, te trae pan, queso y noticias de tu padre y ya crees que vino con motivos sádicos. No conoces el corazón de tu hermano. Eliab habla como un hermano mayor lo hace al menor, lo regaña fuerte, quizás porque teme por su vida. Los hermanos mayores deben cuidar a los menores y evitar que corran riesgos innecesarios, pero no hablarle así frente a la gente. Los hermanos menores no deben discutir con los de más edad, y si se enojan, irse. ¿Y por qué nos enojamos con una palabra? Pero si sólo es una, o aunque sean dos o tres, no son acciones; son ellas las que dan motivo a molestarse, pero palabras, que a veces uno no las puede reprimir o se les salen de la boca sin quererlo, o ellas dicen lo que uno no pretendía decir, y merecen disculpas.

 

 

Armas mucho mejores que un micrófono

17: 34-37

“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente”. David era un pastor excepcional, ¿quién arriesgaría la vida frente a un león o un oso para salvar una oveja que ya la tiene en sus garras? Pues David lo hacía y lo perseguía. Otro lo hubiera lamentado y era suficiente.  Una oveja más o menos no es importante si quedan noventa y nueve en el rebaño. Pero él no pensaba de esa manera porque, como dijo Eliab, su rebaño era pequeño y una o dos ovejas menos afectaría al resto; además para él una oveja tenía mucho valor y él era su pastor y tenía que cuidarla para que no le quitasen ninguna de aquellas que Dios le había dado para que las cuidara. David era un varón de fe (v. 37) que confiaba más en Dios, en su espíritu de justicia, en su responsabilidad espiritual, que en los medios usados para el combate.  En todo el relato ves eso. Para él Dios es “viviente”, lo dice por dos veces, quiere decir que no está muerto y no se le puede ofender de esa manera; sobre todo que combatirá con él porque está vivo, quiere decir, no estará inmóvil y con los brazos cruzados observando el desenlace de los eventos. No, él inclinará la balanza a favor de su pueblo. Por otra parte, David amaba al pueblo de su Dios y decía que lo había ofendido. Si amas a Dios amas al pueblo de ese Dios. Por otra parte, si uno tiene fe los medios no son tan importantes. Con palos y piedras se acercó para batallar, nada de armas sofisticadas. Podríamos quedarnos estancados en los medios de combate y que el pecado se modernice, que si el Espíritu nos acompaña, si tenemos fe en Dios, si amamos a su pueblo, el mal no vencerá, y “la fe” continuará “venciendo al mundo”; y primeramente el hombre regenerado (1 Jn. 5: 4). El Espíritu Santo es la gran arma para todas las edades. ¿Para qué hace falta estar inventando cada año nuevos medios de comunicación del evangelio? No he dicho que no se deban aprovechar los medios modernos para la difusión del evangelio. La vieja fe, el apostólico ardor, las viejas doctrinas, el profundo amor por la iglesia y por la gloria de Dios son armas mucho mejores que un micrófono, un casete, un disco, un tratado, un títere, etc.  Lo que la iglesia necesita es vida espiritual; esas características espirituales que tenía David, que con tantos inventos el mundo no se rendirá fácil. ¿Cuándo aprenderemos que “no es con ejército ni con fuerza sino con mi Espíritu”? (Zac. 4: 6). 

 

Si David hubiera salido armado como Goliat, lo matan.

1 Samuel 17: 38-40

“Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo”. 

Es muy fácil ver en esto cómo se elogia la simpleza del método de combate no para exaltar a David o para expresar la arrogancia de un pueblo pequeño que triunfa sobre enemigos muy superiores en tamaño y armamento. Es para expresar la grandeza de Dios y la fe del que combate el mal. Es una victoria puramente por gracia y llena de la gloria de Dios. Si David hubiera salido armado como Goliat, lo matan.  No llevaba escudo, espada ni lanza. Ningún armamento de guerra. Con su aparato de defensa pastoril salió a la guerra, el pecho, el brazo, la cabeza y las piernas descubiertas, es decir, militarmente desnudo, sin embargo, con el corazón latiendo por Dios y lleno de fe en él. Las armas de nuestra milicia no son terrenales (2 Co. 10: 4) sino poderosas en Dios para la destrucción de gigantes. Los gigantes del mundo mueren, ahí están sus sarcófagos, los de la fe nunca, viven por sus inmortales historias y sus obras con ellos siguen (Dt. 3: 11; Apc. 14: 13).

1 Samuel 17: 46,47

“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”, no “para que toda la tierra oiga hablar de mí”. Si las mujeres después cantaban que él mató a sus diez miles no fue porque él lo buscó ni le contó a algún periodista su hazaña. Para enseñarles a ser un pueblo de fe (v.50). David no usó más la honda en la guerra, sino espada y arco (21: 9; ver la nota).

1 Samuel 17: 54

“Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda”; él no vivía en Jerusalén sino en Belén, las pondría allá; o como algunos muy bonito dicen que, en el tabernáculo de Dios, puesto que él sentía tanto afecto por él que llegaron a llamar al templo “la casa de David” y a Jerusalén “la ciudad de David”. Posteriormente la espada de Goliat colgaba allí (21: 9).

 

Los devaneos de Saúl 

17: 56-58.

Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. Y cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó delante de Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano. Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén”. 

Es cierto que Saúl tenía cierto conocimiento de David (16:14-23). Y ante de este evento (17:55,56), se dice que David regresó a su casa (17:15); es cierto que Saúl había estado en la corte de Saúl y se supone que lo recordara. Para quitar esa dificultad en la interpretación, hay que observar que Saúl había sufrido un problema mental y en ese estado es muy seguro que podía haberse olvidado de él. También hay otros que tenerse en cuenta, y es importante, las responsabilidades cotidianas que tiene un jefe de estado; muchísimas cosas tiene un rey que atender, piense en tantas personas en la corte y eso pudo haber contribuido a que lo olvidara, y si se le añade la distancia y el tiempo, el ir y venir a su casa estar un tiempo fuera de su lista y sin relación, y además en las diferentes formas en que David se presentó delante de él, porque algunas veces venía vestido con traje de músico, otro día vestido como un pastor de ovejas, otras veces como un soldado, y casi siempre como un criado; no es de maravillar entonces que el rey se confundiera y no lo reconociera ni de quien se trataba aunque le pudiera encontrar un parecido, lo cual es improbable; tampoco Saúl conocía a su familia con la cual lo hubiera  relacionado.  Ese hombre estaba sumido en una depresión a tal punto que buscaban algún remedio por todas partes y los médicos no podían hacer nada para sacarlo de sus devaneos, incoherencias y locuras; y fue por eso que le recomendaron escuchar música porque se supone que al diablo no le da satisfacción escuchar himnos sagrados, y por eso llamaron a David, y cuando el rey se aclaró un poco, el joven que había visto cuando estaba perturbado se le borró y este otro le parecía nuevo.

 

17: 58

“Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén”.  Había pasado el tiempo y no se acordaba de él; cuando estuvo mentalmente enfermo (18: 10). 

18: 6-9 

“Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David”. Comienzan a llegar las alabanzas y el éxito, y con él a sufrir ; ¿no podrás Saúl, ver con buenos ojos a otro más bendecido que tú? Lo miraba “con recelo”, no con una sonrisa amistosa sino con odio, observando cada paso que daba para hallarle alguna falta y acusarlo de deslealtad y traición. Puede sonreírle pero si la mirada dice otra cosa, miente. Por eso a los hombres se les mira directamente a los ojos.

 

Nadie ha tenido un peor suegro

18: 6-10

“Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. 8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. 9 Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. 10 Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano”. 

Los celos empujaban a Saúl con furia al homicidio, lo trastornaban. La palabra que se traduce desvariaba o deliraba, es profetizaba, una locura profética, imitando a los profetas con gestos y palabras como si estuviera lleno del Espíritu Santo, o como si estuviera dentro de ellos igual que al principio, cantando himnos como ellos sin venir a cuento y sin coherencia. 

Un sentimiento malo, que si uno no se lo quita abre la puerta al demonio. La envidia es la puerta de entrada de malos espíritus. Cuando no se puede explicar razonablemente porqué otra persona le desea el mal habiéndole hecho favores, la única explicación posible es que siente celos y envidia, sufre y se exaspera con cada bendición que el otro reciba, y pudiera llegar no sólo a decir mentiras sino hacerle daño. 

No tiene otra respuesta lógica para sus actuaciones (ver 20: 30-33). No de la nada Saúl se volvió un psicópata sino por su forma de ser. Hay neurosis que tienen como génesis aparentes inocentes defectos del carácter. Junto con ese espíritu. Sólo Dios puede curar una mente que sufra de esas dos cosas; ese género no sale sino con mucha oración por uno mismo. Saúl tenía a David como un enemigo sin serlo, era un joven conforme al corazón de Dios (v. 17); y David sin quererlo cada éxito suyo perjudicaba su relación con Saúl. Nadie ha tenido un peor suegro.

19: 7

“Trajo a David y éste estuvo en su presencia como antes”. No te confíes, está calmado pero no cambiado. En cualquier momento vuelve a explotar. Tus amigos en vez de amarte te envidian.

19: 13

“Tomó luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa”.  Dice que una estatua, o “un terafín”. O un ídolo doméstico, igual que aquellos que escondió Raquel y que pertenecían a Labán. Es asombroso como la idolatría que les rodeaba penetraba al pueblo de Israel. Mical lo amaba mucho, pero era idólatra. Supongo que David desconocía lo de la imagen.

 

Después de sus éxtasis volvía a sus andadas

19: 18-24

“Entonces él mismo fue a Ramá; y llegando al gran pozo que está en Secú, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno respondió: He aquí están en Naiot en Ramá. Y fue a Naiot en Ramá; y también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá. Y él también se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de Samuel, y estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche. De aquí se dijo: ¿También Saúl entre los profetas?”. 

Qué cosa tan extraña. Los enemigos convertidos en amigos, los adversarios de la iglesia formando parte de ella, convertidos en adoradores. Esto no fue en realidad una conversión a Cristo porque aunque cantaban los himnos de los profetas no fueron transformados; pasó  para demostrarles que no es buena cosa dar coces contra el aguijón, para enseñarle  que David, el ungido por Dios era intocable, que estaba en el seno del Señor, y que no era correcto apresarlo sino convertirse a él, ser como él, matricularse en la escuela de él. La mejor forma de resolver rivalidades y amistar a los hombres es la conversión con la actuación del Espíritu de Dios.  Dios le perdonó la vida muchas veces y quiso mudarlo en otro; no quedó de parte de Dios evitarle sus tragedias y su final infeliz. No pudo ser más que un mal rey, un mal padre y un falso profeta porque era un mal hombre. Oh Señor, un hombre puede ingresar al ministerio no porque tú lo llames sino porque él lo quiere y estando donde se profetiza aprender a hacerlo (¿y recibir el Espíritu para profetizar?), y sin embargo haber llegado hasta allí, con motivos sanguinarios, lleno de celos, envidia y con un mal alabar y disfrutarte, que no predique ni escriba por envidia (Flp. 1:15) ¿No te das cuenta Saúl que a quien tú persigues Dios lo protege? (Hch. 9: 4).  ¡Cuántas veces el Señor quiso hacerlo un hombre bueno y él no quiso! Lo trató siempre como un ungido suyo pero este hombre era arrastrado por sus malos sentimientos, no hacía ningún esfuerzo para curarse de sus enfermedades espirituales y después de sus éxtasis volvía a sus andadas.

19: 24

“Saúl se quitó la ropa y estuvo desnudo todo el día y la noche”. Dos ocasiones distintas. No caminaba en cueros sino en ropa común porque los que "usan vestiduras delicadas en palacios de reyes están". Se despojó de sus ropas reales y se vistió como un discípulo de los profetas.

20: 3

“Y David volvió a jurar diciendo: Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá: No sepa esto Jonatán, para que no se entristezca; y ciertamente, vive Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte”. “Apenas hay un paso entre mí y la  muerte”. Cierto, pero nunca la muerte dio ese paso. Así pensamos cuando nos enfermamos o estamos en peligro. Creemos que vamos a morir y no es así. Dios no ha enviado por nosotros, todavía.

20: 7

“Si él dijere: Bien está, entonces tendrá paz tu siervo; mas si se enojare, sabe que la maldad está determinada de parte de él”. Esto lo acostumbraban decir estos hombres sabios y santos como el criado de Abram (Ge. 24: 14), Gedeón (Jue. 6: 36-40), Jonatán (1 Sa. 14: 6-10). Esta práctica de consultar a Dios antes de tomar una efectiva decisión para tener la seguridad que estaban haciendo lo correcto; estaban convencidos que Dios los oía y respondía. Le hacían sus preguntas a la misteriosa voluntad y providencia de Dios. Era algo así como echar suertes (Hch. 1:21-26). En la ira de Saúl no obra la voluntad de Dios.

20: 15

“Y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David”. Los enemigos del Señor serán cortados "uno por uno"; no quedará en pie para oponerse y molestar ningún rebelde. Estos hombres no querían que sus "apellidos" desaparecieran, deseaban no ser borrados por la muerte sino sobrevivir en su prole. No era fama lo que querían sino significado y razón por haber vivido, ser recordados como hombres buenos y por sus familias. Tener un memorial genealógico.

 

Adrian, Cuando leí lo que me dijiste, no es el mismo caso, pero me acordé de este texto…

 

El asiento vacío en la iglesia

 

1 Samuel 20: 18, 25

 

“Luego le dijo Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío”. "Mañana es domingo y tú serás echado de menos por la iglesia porque tu asiento estará vacío".  

 

Mañana no es “luna nueva” sino “el día de la resurrección del Señor”. Cada sábado debiéramos prepararnos para acudir a la invitación del Rey, un día que si lo dejamos pasar demorará seis más para que retorne. 

I. David tenía razones de vida o muerte para no hallarse en la mesa del rey; si iba tendría la compañía de un rey que lo odiaba y lo más posible es que quisiera enclavarlo en la pared con una lanza; pero nosotros tenemos un Rey mayor que Saúl que nos ama y este es un deseo suyo, no un mandamiento que es menor, una señal de la gracia y de obediencia, pequeña si quieres pero una señal de obediencia.

David no podría disfrutar de la comida por causa del miedo y del sobresalto con que estaría allí sentado; no sería ningún momento feliz en su vida y era mejor dejar pasar la ocasión que cometer esa imprudencia. Pero para nosotros el día del Señor  es uno de los mejores momentos de nuestra vida y sus impresiones son excepcionales.

II. El texto es magnífico para pensar en la incambiable hora del día de reposo. Cada día del Señor Jesucristo nos manda a llamar; quiere juntarnos a todos, vernos a todos, para estar unidos como un cuerpo en el cielo, para oír de su boca palabras de sabiduría, esperanza, consuelo y perdón. Mientras más santo es un creyente más ansias tiene que llegue ese día  para estar junto a los hermanos y al Señor. ¿Qué amas más oír la Palabra o estar en compañía de amigos y familiares? ¿Qué haces cuando alguien te pide que faltes el día del Señor  y se lo dediques? 

Pregúntenle a María y dirá “no me importa lo que diga mi hermana y que me necesite, la dejo que sirva sola, yo estoy oyendo al Rey y de aquí nadie me levanta” (Lc.10:38-42). Yo no cambio por ninguna cosa del mundo la ocasión de ir a oír palabras celestiales por cualquier entretenimiento mundano, ni siquiera por la mejor compañía que sea un obstáculo. 

Piensa en lo que perderías si tu asiento está vacío: 1. El mejor espacio celestial de toda la semana. 2. Cantar con los santos y ángeles. 3. Orar y escuchar orar. 4. ver los rostros amados por Dios y saludarlos con ósculo santo. 5. La comida calentita con muchas oraciones, preparadas por el pastor y el Espíritu Santo especialmente para ti, un manjar nuevo, con sazones distintos, molido, majado en mortero, ofrenda mecida, “olor grato a Jehová”, “olor del conocimiento de Cristo”, podemos estar seguros que es exquisita y que no se compra con ningún oro. Todo eso se pierde cuando tu asiento está vacío. 

III. Ese asiento tiene nuestro nombre, fue puesto allí por el Señor y él quiere vernos sentados en su mesa; no es una oportunidad que tenemos y no debemos dejar pasar la ocasión, sino una obligada gratitud de ir a ocuparlo conociendo que es un privilegio que haya un asiento en la iglesia que tenga nuestro nombre que fue puesto allí expresamente para que nos sentemos y se siente herido con la ingratitud que deja un asiento vacío en su mesa y pudiera preguntar: “¿Dónde está fulano a quien bendije toda la semana? ¿Por qué no ha venido a darme gracias? ¿Por cuál  goce carnal ha sustituido el placer espiritual y por cuales  otras voces ha dejado de escuchar la mía? Córtenle el suministro de mis bendiciones para que se queje, así es como lo tendré de nuevo en mi presencia, no contento sino llorando y gimiendo”. 

IV. El asiento vacío es un logro espiritual del diablo, que mientras más asientos vacíos vea más contento se pone por el efecto que consigue en la iglesia y especialmente en el corazón del pastor. Le afecta la salvación de los que han ido a la cena. Cuando se nota uno, dos o muchos asientos vacíos, los que han ido se desaniman, se decepcionan y sienten deseos de irse, y si viene alguna visita juzga que no vale la pena ir porque muchos miembros han faltado y nadie quiere ir a una iglesia que tiene tan poco entusiasmo con tantos asientos desocupados. Cuando el grupo es grande no se siente, pero en el grupo pequeño, como en una mesa, cada uno cuenta y tiene más importancia que cuando es numeroso, tiene más significado. Otras traducciones del texto dicen: “El pueblo se preguntará dónde estás tú” “Se extrañarán que tu lugar esté vacío”. Dios conceda que tengamos hambre y sed de la palabra de Dios y un amor cristiano inquebrantable que no haya ninguna cosa el día del Señor más importante que esas dos. 

 

El plebeyo y el príncipe 

20:34,41

“Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más”. “Se besaron el uno al otro y lloraron, pero David lloró más”; no lloró más porque tuviera más lágrimas sino porque sufría más. ¿Jesús lloró poco? Lloró mucho. Y la gente refiriéndose al cadáver de un amigo de él, dijo: “Mirad cuánto le amaba”. En cuanto al texto se pudiera decir: "El príncipe y el plebeyo". Una amistad fundada sobre la fe en Dios. Lo amaba no porque fuera su familia; Jonatán amaba a David por lo que era y por la gracia que Dios le había prometido. Hizo amistad, el pacto en su estado de humillación, y le pidió que tuviera misericordia de su casa cuando ocupara el trono. ¿No es así mi amistad con Jesús? Como David nació plebeyo, pobre, sin nombre; pero Dios le ha exaltado como príncipe, le ha dado un reino; no teniendo nombre le ha dado un sacerdocio (Heb. 7: 2,3). Siendo rico se hizo pobre (2 Co. 8 : 9), estando en "la forma de Dios" se humilló a sí mismo (Flp. 2: 6-8). Príncipe y plebeyo. David era un tipo del Señor. Oh alma mía ¿no amarás a ese príncipe que se hizo plebeyo? Mira a David humillándose ante Jonatán y él sabiendo que el plebeyo, por Jehová, sería elevado al trono. Él, Jesús, siendo Príncipe se hizo plebeyo, yo, siendo plebeyo he sido hecho por él, príncipe. “Del estercolero al trono” (Spurgeon) (2: 8; Sal. 113: 7).

20: 30

“Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?”. Le maldijo la madre. Parecido a un padre inconverso; y maldice al hijo que a confesado su fe en Cristo porque cree que será para confusión de la familia. "No padre, tú no piensas en mi madre la cual acabas de deshonrar; eres tú el que la deshonra y no yo; no te molestes por el honor de ella sino por el tuyo; has ido perdiendo gracia ante los ojos de Dios y por eso dejarás tú de ser y dejaremos nosotros de ser una familia real. La confusión familiar es obra tuya".

20: 33

“Saúl le arrojó una lanza para matarlo”. La respuesta a una pregunta honesta fue un ataque personal.

21: 2

“Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar”. Una completa mentira que tendrá como consecuencia el asesinato de los sacerdotes de Jehová y un gran pesar sobre la conciencia de David, y eso por un poco de alimento, mintiendo a un hombre de Dios a quien quería consultar (22: 22; Sal. 119: 28).

 

21: 5

‘Y David respondió al sacerdote, y le dijo: En verdad las mujeres han estado lejos de nosotros ayer y anteayer; cuando yo salí, ya los vasos de los jóvenes eran santos, aunque el viaje es profano; ¿cuánto más no serán santos hoy sus vasos?”, o son consagrados o puros. Quiere decir sus “cuerpos” porque no han tocado mujer por tres días (Ex. 19: 15). La palabra “vasos” es una posible traducción pero hay varias posibles: Ropa, implemento, instrumento, joya, armadura, mueble. Me parece que la más apropiada es la que traduce Lutero, “ropas”; quiere decir que la ropa de ellos no ha sido mojada con semen (Lev. 15: 18) y por lo tanto no es levíticamente inmunda. Y por supuesto, el cuerpo. El acto matrimonial no es pecado, pero fácilmente se introduce en él debido a las pasiones que combaten en vuestros miembros, y en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios (1 Te. 4: 4,5). Y aunque la pareja esté de común acuerdo en hacer algunas cosas que el ojo de Dios ve como inmundicia, inmundicias son.

21: 6

“Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron quitados”. “Pan de la presencia”, “de la proposición” “del Rostro” de Dios. Así se preparan los sermones bíblicos si se quiere llevar la presencia de Dios a los que los escuchan. Y cada semana hay que traer pan caliente. Ningún otro pan los santos deben comer en la casa de Dios ni los profanos, sino la palabra de Dios. Jesús alimentaba su pueblo "abriéndoles la Escritura"; el “pan sagrado” es Jesús que descendió del cielo (Lc. 24: 32; Jn. 6: 31-33).

21: 9

“Como esa no hay otra, dámela”. Hay una calificación, "ninguna como ella": Espada de los gigantes, de ninguna otra se puede decir lo que se afirma en Hebreos 4: 12,13, hecha del mejor material que el de los cielos y la tierra (Mt. 24: 25). Yuna decisión,"dámela". "Con ella maté a su dueño y puedo hacerle lo mismo a otros enemigos”. Señor dame la palabra con la que has vencido al diablo, a los hipócritas, a los pecadores, la palabra de tu boca (Efe. 6: 17). “Predica la palabra, insta a tiempo y fuera de tiempo”.

 

Un hombre glorioso comportándose como un tonto

21: 1-15

“Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No es éste de quien cantaban en las danzas, diciendo: Hirió Saúl a sus miles, y David a sus diez miles? Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat. Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba. Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, veis que este hombre es demente; ¿por qué lo habéis traído a mí? ¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa?”. 

Uno ve aquí a David tropezando; comienza con mentiras innecesarias y sigue luego fingiéndose loco. Este es un capítulo feo para David. Sin embargo David no lamentó ni un solo momento perder su reputación entre los filisteos, a juzgar por el Salmo 34; pudo ver en este teatro una sugerencia divina con la cual engañó  a los enemigos y escapó con vida. El salmo no parece escrito en consonancia con este evento sino con alguna otra experiencia de oración. De todos modos le importe o no la gloria entre los filisteos, perdió entre ellos la honra que Dios y su pueblo le habían dado. Justificable o injustificable su actitud; ¿qué hubieran pensado las mujeres de Israel si lo vieran en aquel papel? ¿Las hubiera inspirado y cantado como lo hicieron? ¿No lo hubieran despreciado? El Señor es misericordioso y no lo permitió, para que no vieran a un hombre tan glorioso comportándose como un tonto. Señor guárdanos de entrar a una situación semejante, tener que fingirnos otra persona y  la gloria que hasta ese momento hemos alcanzado. Señor guárdanos de hacer papeles que no se corresponden con nuestra profesión, impide que nos vean cometiendo actos tontos, actuando como imbéciles dentro o para salir de una situación comprometedora surgida por habernos metido sin tu permiso en ella. Sobre todo, Padre, no nos dejes caer en tentación y cometer en privado locas tonterías.

22: 1-3

“Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres”. Su primera tropa, acompañantes y admiradores. 400 hombres. Bastante gente descontenta. Pudiera haber más. De todos modos, la familia lo apoyaba. El número aumentó a 600 y fue una compañía brava (23: 13).

 

Le dijo a su familia: no sé lo que Dios hará conmigo

22: 3,4


“Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de mí”. “No quiero que corran peligro, esta vida no es para ellos, mejor nos separamos para que no sufran las vicisitudes que Dios tenga para mí; yo no quiero obligarlos a mi destino, a lo que quiero ser, a donde quiero llegar, yo quiero pagar el precio de lo que Dios quiera hacer conmigo. No quiero imponerles mi vocación y que por amor a mí sufran tribulaciones ajenas, aunque sé que gustosamente las compartirían”. Debemos dar gracias a Dios por los que nos acompañan, que nos ayudan y realizan y consagran sus vidas en la misma dirección que nosotros. Gracias por nuestros padres, nuestros hijos y nuestra esposa. No dijo "hasta que yo sepa lo que puedo hacer" o "hasta que tome una decisión" sino hasta que vea claro el camino de Dios. “En este momento no lo sé pero estoy en una situación de cambio, un futuro no planeado por mí sino por Dios. No sé lo que Dios hará de mí, no sé cómo cumplirá su palabra conmigo, estoy a su disposición". No tiene un futuro planeado por él sino por la providencia. ¿Será cierto que existiendo tantos millones en el mundo Dios me mire a mí y tenga un plan conmigo?

22: 4

“En el lugar fuerte”; un refugio. El lugar fuerte de un cristiano es la cruz, la gracia, la Palabra y su testimonio, el campo de batalla donde cumpliendo la ley de Dios Jesús venció a todos los demonios que nos acusaban (Col. 2: 15), y le dio un argumento a la ley escrita y la conciencia, la cual ella no puede rechazar (Col. 2: 14).

22: 5

“Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret”. “No estés en este lugar fuerte”. Judá es su propia tribu, allí están sus amigos y los que saben que ha sido ungido como rey. Era un lugar más seguro. No obstante, le quiso decir: “Aquí estás seguro, pero no tienes futuro, arriésgate y ponte en las manos de Jehová”. Uno debe estar donde puede crecer.

22: 7, 8

“Y dijo Saúl a sus siervos que estaban alrededor de él: Oíd ahora, hijos de Benjamín: ¿Os dará también a todos vosotros el hijo de Isaí tierras y viñas, y os hará a todos vosotros jefes de millares y jefes de centenas, para que todos vosotros hayáis conspirado contra mí, y no haya quien me descubra al oído cómo mi hijo ha hecho alianza con el hijo de Isaí, ni alguno de vosotros que se duela de mí y me descubra cómo mi hijo ha levantado a mi siervo contra mí para que me aceche, tal como lo hace hoy?”. “Les he dado campos y viñas y los he hecho jefes”. Les he dado dinero y poder. Todo lo que necesitan para ser aliados y sin embargo no creo haberlos comprado. Quizás lo que quiere decir es que podía darles todo eso. No tenía con él sino unos 400. Eran gente virtuosa o malagradecida. 

22: 8

“Todos han conspirado contra mí, incluyendo a mi propio hijo”. Dos mentiras: Jonatán no había conspirado contra él y David no lo acechaba, ni le tendía emboscadas. Estas eran imaginaciones suyas de su inseguridad, errores y desobediencia a Dios. Cuando uno empieza a imaginar lo peor de las cosas, a esperar lo malo de los otros, a tener malas sospechas, su fe está fallando. Perspicacia a veces no es tanto sinónimo de agudeza, penetración e ingenio del entendimiento como de intranquilidad, desasosiego e insomnio. Deshonra la doctrina de la providencia y la historia de ella escrita en su propia vida.

22: 9

“Entonces Doeg edomita, que era el principal de los siervos de Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Isaí que vino a Nob, a Ahimelec hijo de Ahitob”. “Doeg dijo: yo vi al hijo de Isaí venir a Nob”. Es una desgracia para los santos tener una lengua inconversa entre ellos; por culpa de este hombre murieron aquellos grandes sacerdotes. ¡Oh lengua que asesinas grandes hombres! (meditar en Sal. 120; Sgo. 3: 4,5).

 

22: 13

“Y le dijo Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, tú y el hijo de Isaí, cuando le diste pan y espada, y consultaste por él a Dios, para que se levantase contra mí y me acechase, como lo hace hoy día?”. “Habéis conspirado contra mí”. “No hay ninguna conspiración, es tu miedo de donde la sacas. Y que consulté a Jehová por él, ¿qué si me lo pidió? ¿No soy yo sacerdote y soy constituido a favor de los hombres? Si alguien me pide ayuda de Dios tengo que dársela, si viene arrepentido y buscando fe y esperanza ¿quién soy yo para decirle que Dios no tiene nada para él? Ojalá no sólo él sino muchos estén interesados en conocer la voluntad de Dios para sus vidas y lo busquen como un refugio. En cuanto a la espada de Goliat ¿no era de él? ¿No reclamó su trofeo, el objeto de su triunfo? Él no me dijo, ni yo lo creo que la vaya a usar contra ti, al contrario, esa espada estuvo alzada en tu contra y él con su onda lo evitó, tengo razones para creer que quien estuvo a tu favor lo está ahora. En cuanto a la discordia entre ustedes dos, yo nada sabía, ahora me entero, no nos mires como culpables sino como inocentes, hombres de buena fe y ¿cómo iba yo a suponer que un hombre conforme al corazón de Dios, el dulce cantor de Israel me estuviera diciendo mentiras?”. Y lo dijo todo. Y nada valió. Los asesinaron.

22: 14,15

“Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno también del rey, que sirve a tus órdenes y es ilustre en tu casa?”.  "No quiero defenderlo, pero voy a los hechos: el testimonio de David que has visto es el de un hombre fiel, es tu yerno y no puedo imaginarme nada malo, le honré como tu yerno, y además tiene una gran reputación entre los tuyos y no es la primera vez que le sirvo de mediador para consultar a Dios, con frecuencia lo he hecho ¿dónde está el pecado de él o el mío?".

 

Si Dios existe ¿por qué permitió esta masacre?

22: 17-19

“Entonces dijo el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg el edomita y acometió a los sacerdotes, y mató en aquel día a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino”. “Doeg mató aquel día 85 sacerdotes”. Un hombre tan sanguinario como Saúl no podría morir la muerte de los justos sino como sucedió, quitándose él mismo la vida. A este hombre no le quedó nada, absolutamente, del ministerio de Samuel ni de la unción divina que tanto David respetaba. Oh Saúl, Saúl, todavía te quedan otros pecados por cometer. ¿No son cosas como éstas las que se toman para cuestionar a Dios? No, no hay respuesta, excepto dentro de la doctrina de la fe, el juicio final, la resurrección. ¿Se tambalea tu fe? ¿Puedes creer lo que no comprendes? Corta un trozo del mundo y examina su vileza. Los miembros inconversos dentro de Israel pudieran ser útiles, pero orgánicamente son dañinos, ayudan mucho pero no tienen temor de Dios y si alguien se los pide, y les conviene, atacarían la obra de Dios, matarían a sus mejores representantes e intercesores, cosa que no haría un verdadero israelita; con tal que ellos salgan bien remunerados (Núm. 11: 4). Cosas incomprensibles que suceden, y Dios que todo lo planea, sabe por qué. Si Dios existe ¿por qué permitió esta masacre? Del mismo modo ocurren los accidentes, los robos, enfermedades malignas. Esto está escrito para entender la historia a nuestro alrededor. Es lo mismo que ocurrió con la orden de Herodes para masacrar a los niños en Belén. O donde estalla una bomba y mueren inocentes. No hay que ser Dios para entender a Dios sino lo que hay tener es fe. Los insensatos y todas las ideologías que sacan a Dios del programa de sus vidas, se hinchan de razonables, se creen más inteligentes que la Deidad y la acusan de déspota y sanguinaria y mejores jueces que él; actúan así y dicen que cada día creen menos en lo que no ven, refiriéndose a Dios, porque no quieren que haya Dios, vistiendo con inteligencia humana la libertad sin frenos para pecar, siendo ellos sus propios dioses, los desenfrenados y nunca cohibidos caprichos y sensualidades.  Tienen a disposición de ellos la prensa liberal, la televisión, el cine, las universidades, los senados, los congresos, las cortes supremas, viciados para exterminar las prósperas instituciones antiguas y la actual civilización. ¿Quién arrojó las bombas en Hiroshima y Nagasaki ¿los hombres o Dios? ¿De qué ideología han salido de Alemania las dos guerras mundiales? ¿De Cristo o de Hitler? ¿Quién asesinó a los profetas de Dios, Doeg o Jehová? 

22: 22

“Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el edomita, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he ocasionado la muerte a todas las personas de la casa de tu padre”.  Pobre David, cómo se culpó, como si él directamente los hubiera asesinado con sus manos. David pecó, se arrepintió, lo confesó, pero ninguno de sus pecados lo imposibilitó para seguir viviendo, desarrollando su vocación y alabando al Señor. Padecemos con una conciencia insana si después de perdonados continuamos haciéndonos sentir culpables. Podemos dar gracias al Señor porque nos ha librado de "gran rebelión" (Sal. 19: 13; grandes pecados, grandes iniquidades), y hemos podido continuar en el ministerio santo, aunque a veces sufrimos con los recuerdos que también hacían sufrir a David.

23: 1-4

“Pero los que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra el ejército de los filisteos?”. “Aquí tenemos problemas y estamos temblando, ¿nos vamos a buscar más? ¿Qué tenemos que defender a nadie si nadie nos defiende a nosotros?”. Le metieron un poco de miedo a David y él hizo lo que hace cualquier santo, consultar a Dios, le hizo todas las preguntas a su Señor y él se las contestó todas, y aquel miedo humano que le habían inculcado sus amigos fue disipado con la respuesta divina, no se dejó paralizar por el terror y cuando Dios le habló ya no tuvo más dudas.

 

Algunos como los vecinos de Keila, no son confiables

23: 12

“Dijo luego David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán”. ¿Por qué preguntó eso? David conocía lo que había en el corazón del hombre y no esperaba que ningún ser humano lo tratara como Dios lo hacía: desinteresado y fiel hasta el fin. Conocía que la lealtad de los hombres puede ser temporal y por alguna razón olvidarse de todo el bien que se les ha hecho. Habiendo expuesto su vida por la de ellos no siempre espera reciprocidad.

¿Por qué causa servimos a los hombres? ¿Para recibir compensación? Quizás esperes que te traten como lo hiciste con ellos; pero ellos no son como tú, no tienen tu gracia. A los hombres se les sirve como lo hace Dios, por amor, aunque no lo agradezcan, porque servirlos a ellos es hacerlo a Dios (Efe. 6: 6). Jesús servía sin condición de fidelidad; hacía el bien, como David, porque hacerlo era natural en él y lo condicionaba no a las acciones recíprocas de los hombres sino a su propio carácter. Aunque los demás fueran infieles él no podía negarse a sí mismo (2 Ti. 2: 13). Un proceder de oro. Cuando vamos a ponernos en las manos de algunos hombres, debemos consultar a Dios antes de hacerlo porque sólo él conoce el desarrollo de nuestra historia y el corazón de aquellos que aparentemente podemos confiarnos. Estemos preparados para que el que come con nosotros en el plato, en contra levante su calcañar (Jn. 13: 18). Y a pesar de lo dicho, David tenía treinta valientes fieles, treinta ayudadores. Quizás no lleguemos a ese enorme número, pero alguno por la gracia nos será fiel.

 

Los sueños de Jonatán y su muerte

23: 17

“Y le dijo: No temas, pues no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo sabe”. “Jonatán le dijo: yo seré el segundo después de ti”. Jonatán fue lejos para animar en Dios a su amigo. No para desanimarle (v.16). Está bien Jonatán, que te pongas en segundo lugar y no en el primero; pero, oh joven, ¿quién garantiza ese sueño tuyo? Pensabas que algún día tú y tu amigo David, juntos gobernarían el país; y hubiera sido bello, Dios lo hubiera querido, pero no resultará así. La muerte separó a estos dos jóvenes amigos y sólo uno de los dos sobrevivió para el reino (1 Sa. 31:12). Oh muerte, muerte, que separas a los amigos, que quiebras los pactos, que deshaces proyectos e ilusiones. Oh Señor, tuya es nuestra vida, dame la gracia oportuna para la experiencia de salir del mundo, que no proteste yo si envías la muerte en mi busca sin dejarme realizar mis sueños. Oh dame tu misericordia para partir contigo sin llorar el rompimiento de mis votos, dámela para ser fiel y que sólo la muerte los rompa. Amén. 

23:19

“Subieron los de Zif a Saúl”. En este tiempo David tenía tantos hombres fieles como traidores.

 

¿Son convenientes para la fe las grandes desgracias?

23: 24-29

“Saúl iba por un lado del monte y David por el otro. Entonces vino un mensajero y le dijo que los filisteos habían hecho una incursión”. Ese fue Dios quien envió a los filisteos para salvarle la vida a David. Pudo haberle enfermado, accidentado a Saúl, o darle un nuevo escape a David. Dios escoge ayudarnos como él quiere y envía su auxilio pronto y a tiempo. ¿No tenía Dios otro plan más feliz para David que andar huyendo? ¿Por qué lo ungió antes de tiempo? Esa es la historia que quiso que tuviera para su propósito y en todas sus tribulaciones él garantizó su protección. Hay que explicarlo en términos de la salvación, si es conveniente o no para la fe, las grandes desgracias, los sinsabores y miles de amarguras, decepciones, frustraciones y malos tratos, tal vez incluyendo presidios, naufragios y peligros en el mar, ladrones y  falsos hermanos...toda nuestra pequeña historia tiene que ver con nuestro perdón, nuestra esperanza y la gloria de Dios, y en suma él la va escribiendo quizás para que sea leída por otros, para que la sepa alguien más y le ayude de consuelo (meditar en 1 Te. 1:6-10; 2 Co. 11: 23-28). 

24: 3,4

“Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva”. “Para cubrir sus pies”, es mejor eso que lo que dice el Targum y Josefo “hacer sus necesidades”; se metió en la cueva para que no le vieran más allá de lo que se podía ver y para tomar su descanso, como dice la Versión Siríaca.

 

Pide el espíritu del dulce cantor de Israel

24: 5,6

“Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová”. Esta es la oración de un ungido que sufre por manos de otro: “Señor guárdame de vengarme de aquellos ungidos tuyos que han desacreditado mi persona, han limitado mi influencia con sus murmuraciones, han apartado a mis amigos, han robado los hijos espirituales que yo engendré, han estado de parte de mis adversarios y apoyados por los que querían dividir tu iglesia y echarme del ministerio. Oh Dios, tú has sabido juzgar entre yo y ellos; me has consolado de aquellas cosas que me arrebataron, has impedido que ellos realicen sus malos deseos y la mala fama que me han dado no ha llegado al mundo de donde vienen, principalmente los que tú añades a la iglesia. Y son ungidos por ti, te sirven y tienen tus bendiciones, sin embargo, no han sido correctos conmigo, no les pagues conforme a sus obras, bendíceles sus trabajos, sáname de mis resentimientos y ayúdame a olvidarlos y después a perdonados; en suma, dame el espíritu del dulce cantor de Israel” (Ro. 12:19,20). 

 

David tuvo un proceder de oro

24: 12,13


“Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti”.  Este es un proceder de oro, habiendo recibido daño no retornó daño sino bien, no pagó la injusticia con venganza, ni se aprovechó del momento que la providencia le ofrecía para quitar de en medio a su poderoso rival, por una razón, era el ungido de Jehová. David tuvo en sus manos a Saúl, dentro de la cueva, conforme cortó su manto pudo haber clavado el cuchillo en su corazón y allí dejarlo muerto. Nadie le hubiera criticado que así lo hiciera, pero su conciencia, debido a la unción santa, no se lo permitió. Esta enseñanza fue la que nos dejó el Señor cuando dijo: "Habéis oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al malo. Más bien, a cualquiera que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto. A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.  Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues. "Habéis oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.  Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen; de modo que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso mismo los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5: 38-48).

Es cosa mala vengarse; es mejor perdonar y amontonar ascuas de fuego sobre la cabeza de quien ha hecho el mal. A veces es preferible no actuar en legítima defensa propia y dejar pasar la ocasión y mostrar que se tiene un gran corazón, lleno del amor de Dios y de reverente temor. 

24: 8-21

“Y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal”. Todo esto fue en vano, a Saúl se le pasó la impresión del buen ejemplo de David; sus palabras las olvidó, las echó a su espalda, se enjugó sus lágrimas y no se acordó más que le habían perdonado la vida. Y todo ese odio, detenido por un momento, volvió a correr porque lo iban a sustituir en su puesto cuando terminara. La envidia es irracional y por eso se llama envidia. David le echó perlas a un puerco. La envidia es persistente y casi no tiene cura. Sólo se cura con arrepentimiento. Con oración. Saúl no oró ni se arrepintió de corazón (26:7-25).

25: 9-12

“Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?”. “No he de tomar el pan de los esquiladores para dárselo a hombres desconocidos”. No sabía o no creía lo que David sería por Dios; y a pesar que le dijeron lo bueno y protector que había sido con los suyos y su negocio, no le importó, lo creía un maleante, un extraño y rebelde. Para ayudar la obra de Dios hay que conocer a quien se ayuda. Se le niega al Señor lo que solamente por gratitud debiera dársele (vv. 14-17); por ingratitud hacia Dios uno merece perderlo todo y también merece perder su vida. Y así pasó con Nabal.

25: 23-26

“Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. Él se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste”. “Ruego a mi Señor que no haga caso a mi marido, ese hombre indigno”. No se puso de parte de su marido porque había pecado ni procuró que entendiera sus razones. Si tu marido peca como un insensato no lo defiendas, ora por él; el Hijo de David es comprensivo y escucha, comprende, y acepta las oraciones que piden disculpas.

 

Nada he hecho contra mis Alejandros caldereros

25: 39

“Luego que David oyó que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea Jehová, que juzgó la causa de mi afrenta recibida de mano de Nabal, y ha preservado del mal a su siervo; y Jehová ha vuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza”. “Bendito sea Jehová que ha devuelto la maldad de Nabal sobre su cabeza”. Una cosa es alegrarse cuando Dios castiga a un hijo suyo desobediente, lo cual siempre hace con dolor, y es pecado regocijarse (Abd. v.12), y otra cuando Dios cumple su palabra vengando nuestros ultrajes (Ro. 12: 19). ¿Cómo Dios va a salir en nuestra defensa, tomar un caso que pusimos en sus manos y entristecernos? Por eso Dios reprendió a Samuel por estar triste por Saúl (1 Sa. 16: 1). Quizás no nos regocijamos ante la familia, pero bendecimos la mano divina que se venga de sus enemigos. Esa fue la razón del silencio de Aarón por sus hijos muertos. Oh Señor, comprendo que no tengo que hacer nada en contra de los que mal me han querido ni de los Alejandros caldereros que me han causado muchos males porque tú les pagarás conforme a sus obras (2 Ti. 4:14).

25: 31,39

“Cuando Jehová haga bien a mi señor acuérdate de tu sierva. Después envió David a hablar con Abigail, para tomarla por su mujer”. Viuda pero excelente muJe. Ella le pidió que se acordara de ella, que usara alguna misericordia, y él le propuso matrimonio. Estos santos tienen dos o tres mujeres como tener varias casas  o vacas y no se les ocurría complacer a Dios con la monogamia porque Dios, aunque había creado una pareja al principio, no se lo había exigido.

26: 6-12

“Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe”. Es cierto que el Señor lo puso en sus manos, hasta lo durmió, pero no para que se vengara sino para que diera un gran testimonio como creyente (Ro. 12: 19-21, 25). 

26: 19

“Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte él la ofrenda; mas si fueren hijos de hombres, malditos sean ellos en presencia de Jehová”. Cuando hay problema de este tipo entre los hermanos puede provenir de Dios o del pecado. Si Dios es quien los separa o los enfrenta pudiera ser que quiera corregir al uno con el otro, o porque ambos lo necesitan (arrepentimiento) y deben reconciliarse con el Señor; pero puede ser también chismes, envidia, maldad de terceros que han hecho que se vuelvan adversarios quienes debieron amarse como hermanos. Hoy se diría "el diablo", quizás quitándole toda responsabilidad al hombre por su pecado, poniéndolo como una víctima y obstaculizando su arrepentimiento. Ojo, examinemos nuestras discordias y quien está o qué hay detrás de ellas.

26: 25

“Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar”. Saúl hasta llegó a admirarlo. No se da cuenta de las cosas de muerte que ha hecho, el perdón que se le ha concedido, y también, mezclado con todo eso le admira. Si eres grande harás cosas grandes.

 

Si te quieren asesinar, vete al exilio

27: 1-4

“Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano”. “Lo mejor para mí es huir a la tierra de los filisteos”. ¿Seguro? ¿No te dijo Gad que tu lugar estaba en Judá? (22: 5). ¿No tuviste que fingirte loco allí? (21:13). Él diría: "Eso es lo último que hubiera querido, exilarme en un país lleno de idólatras y enemigos de mi pueblo; pero este hombre no cambia con perdones, buen ejemplo o misericordia, y como no lo voy a matar entonces me iré fuera de Israel". Hay hombres que no responden al evangelio ni al testimonio; pueden testificar verbalmente en alguna ocasión y mostrar cierto sentimiento de arrepentimiento y reconciliación, pero no cambian una sola pulgada. Dejemos las ilusiones de que se llegarán a convertir a Dios. Esto también sirve para pensar en los heroicos refugiados políticos que tienen que huir de sus países y dictaduras.

 

¿Qué haces viviendo para los filisteos de la carne?

27: 12

“Y Aquis creía a David, y decía: Él se ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo”. David había estado allí en Gat (21: 10-15) y después de esto parece que el rey Aquis se convenció que no era peligroso ¡qué difícil era la vida de David! Pero hay un tiempo señalado para que se acaben los problemas y hay que esperarlo; tenía que estar, para animarse, atento a la profecía que lo alumbraría como en lugar oscuro.

No Aquis, él no se ha hecho abominable a su pueblo; su pueblo lo ama, piensa en él, ora por él y desea que retorne a su seno. Su pueblo lo necesita, su pueblo era muy feliz cuando lo tenía consigo y desde que se ha ido lo extraña y lo echa de menos. Si hubiera sido un mal ciudadano, un parásito social, un individuo problemático, contento estuviera de su destierro, pero él no era nada de eso, sino un príncipe honorable, dispuesto, social, útil a su país. El problema de aquel hermano fugitivo no era con su pueblo sino con el mal rey que su pueblo tenía: Saúl.

El rey Aquis se hacía vanas ilusiones con él, retenerlo consigo para siempre,  emplearlo en su servicio y usar sus fuerzas y consagración para beneficio de su país.  Muy poco contaría con su favor; unos pocos meses, no un período largo de tiempo y menos de por vida. 

Los hijos de Dios son suyos y cuando alguno por cierta razón sale de la iglesia, no permanecerá fuera de ella por mucho tiempo sirviendo a los príncipes de este mundo. ¡Cuánto diera el diablo, el mundo, para que los mejores hijos de Dios se pasaran a su lado y le fueran sus súbditos para siempre! Pero no, ellos hacen falta en la iglesia y no mucho tiempo estarán afuera de la congregación de los escogidos de Dios, del número de los primogénitos inscriptos en los cielos; retornarán a donde pertenecen, para servir al reino para el cual fueron engendrados no por hombres ni por hijos de hombres sino por la voluntad de Dios. Han nacido dentro de la iglesia, fueron añadidos a ella para ser salvos y  volverán a su seno.


¿Qué haces afuera de la iglesia, viviendo para los enemigos del Espíritu, para los filisteos de la carne, para los adversarios de la cruz? ¿Crees que tu lugar es ahí, en el mundo, alejado de tus hermanos en la fe? No, nunca tal cosa pase. ¿Ignoras que ellos te extrañan, que quieren oírte de nuevo cantar algunos de los cánticos de Sión? Oh Señor, hemos conocido príncipes y princesas que no son de este mundo y están viviendo como si no fueran parte de tu pueblo santo; vuélvelos Señor y que sean tus siervos para siempre. Antes estábamos lejos, sin ciudadanía en Israel, pero ahora hemos sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (Efe. 2: 13). Amén.

 

Un rincón para orar, una Biblia, un himnario y un par de horas

28: 3-7

“Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas”. ¿Qué propósito tuvo entonces para limpiar la tierra de adivinos y hechiceros? Eso no pudo ser llamado una reforma espiritual porque no la siguió una campaña de instrucción teológica, fue más bien una medida política por causa de Samuel. Pero no se puede confiar mucho en las reformas políticas favorables a la iglesia; para que permanezcan deben ser seguidas por una gran actividad bíblica por parte de ella. Mira a un hombre que combate un pecado que no odia, que se pone sin convicciones al lado de una causa justa. Dime, tú qué combates el pecado ¿lo aborreces? Tú qué has destruido el mal ¿volverás a edificarlo? (Ga. 2: 18). Señor, danos gracia para aborrecer el mal que combatimos y no vuelva nuestra alma nunca más al vómito que echó; cambia nuestra naturaleza. Son los santos genuinos los que combaten bien el pecado; el principio de santidad es el inicio de la evangelización; tenemos que comenzar con este consejo, "médico cúrate a ti mismo"; el inicio de la preparación para evangelizar es la santificación propia no la preparación académica; más que un "taller" de entrenamiento lo que necesitamos es un rincón para orar, una Biblia, un himnario y un par de horas. ¿Cómo podemos darle muerte, como se nos pide, a lo que amamos? Siempre hallaremos razones, como Saúl, para dejarlo vivo (1 Sa. 15: 14; Col. 3: 5). Cuando Jesús escogió a sus discípulos les exigió primero que estuvieran a su lado y del calor, del celo, del Espíritu suyo, tomaran y salieran a predicar. Nunca envió a ninguno que no viviera cerca de él (Mr. 3: 14).

 

No consultes espiritistas, no son profetisas 

28: 9

“Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere”. Esta consulta a una adivinadora es lo mismo que a una espiritista y lo que se narra aquí es una sesión de espiritismo, una casa donde no está Dios porque Su ley prohíbe visitar esos centros, y ¿cómo se presentará él mismo allí? (Dt. 8: 11). Esta adivinadora es una persona astuta puesto que logró escapar de la limpieza de ellos que hizo Saúl y además era conocida por muchos de modo que el rey llegó allí porque se la recomendaron. Una espiritista no es una profetisa. Si hubiera sido un profeta de Dios Saúl disfrazado no hubiera podido engañarlo, como no lo pudo la mujer de Jeroboam (1 Re. 14: 6). Los poderes que tienen los adivinos y espiritistas es limitado puesto que aunque fueran personas sinceras, pueden confundir la mentira con la verdad y no descubrir una impostura. Esta señora le pronosticó al rey que mañana estaría muerto (v.19) lo cual no ocurrió sino unos días después, y por otro lado la predicción es ambigua y contiene un poco de verdad y de mentira. Murió él con sus tres hijos. Por otra parte está dando a entender que los muertos justos o pecadores van a un mismo lugar, el sepulcro, al cielo o al infierno, porque le dice que ‘estarán conmigo”. Saúl no vio a Samuel, la adivinadora le va diciendo lo que ella ve y él creyéndolo y predispuesto a creerlo (v.14), tratarlo con respeto y adorarlo postrándose. El muerto no se expone a la vista de Saúl que lo conocía, y si no lo era sino una imitación podría darse cuenta. El cree que ella lo ve. Si lo que ocurrió allí fue completamente cierto eso quiere decir que cualquier persona puede solicitar el retorno del muerto que quiera y pedirlo por medio de una adivinadora o un espiritista que puede tocar a las puertas del cielo o del infierno y solicitar que alguien salga y aparezca en su consultorio. Ninguno de los apóstoles ni el propio Jesús tuvieron ese poder. Sí resucitaron muertos pero no llamaron a sus espíritus a que se presentaran. Pablo no lo  hizo, Pedro tampoco. Nadie. Si esa mujer hubiera tenido la credibilidad que tiene un profeta hubiera resucitado a Samuel y él personalmente como hizo Jesús con Lázaro hubiera conversado con Saúl. El espíritu le dice a Samuel que lo han “perturbado” “molestado” “inquietado”. No dice porqué pero es evidente que no vino contento, que se molestó y acudió de mala gana. Lo que se enseña en toda la Biblia es que ningún profeta ni apóstol hubiera continuado su ministerio después de muerto, ni siquiera aquellos dos, Enoc y Elías que fueron traspuestos sin experimentar la muerte, ni Pablo o Pedro ni Jesús. Cuando los profetas y apóstoles murieron vinieron otros que los sustituyeron pero el ministerio de ellos acabó cuando les llegó la hora. No hay excepciones. Y si esta es una, la única, y en un centro de espiritismo ¿no es falsa? Sí lo es. Si Dios rehusó hablarle por medio de legítimos profetas, ni siquiera visitó su recámara cuando dormía, es que no tiene nada que decirle, consuelo que darle o pronóstico que hacerle. Si Dios no le habló por medio de los profetas vivos ¿cómo lo hará con uno muerto, y el mismo que él desoyó en vida? Entonces Samuel no se presentó allí. Cuando la mujer vio a Samuel, dijo ella, soltó un grito. ¿Por qué? ¿No lo estaba llamando? Es que no apareció un muerto sino diosesque es lo que el texto dice, un grupo de espíritus, y ¿quién asegura que fueran humanos y no demonios? Los ángeles de Dios descienden del cielo, los santos están arriba, “sentados con Cristo a la diestra de Dios” no salen o “suben” de la tierra como ella dijo. Si no son ángeles los que ella ve ni almas de santos difuntos, incluyendo a Samuel, fueron espíritus inmundos que les gusta andar en los sepulcros. Por eso ella gritó, porque la asustaron, lo cual ha de haber sido el propósito del diablo al enviar un grupo de demonios que se asomen en aquel lugar; y uno de ellos adoptando la forma del anciano Samuel que es quien habla y se comunica con ella. Lo que le dice es parte de la historia de Saúl por todos conocidas, incluyendo a esta médium. Es lo único que puede decir con verdad el diablo, la historia de una persona pero en relación al futuro tiene que ser ambigua como ella lo fue y si uno lo lee bien se da cuenta, porque sabemos que Saúl se suicidó, que Satanás estaba presente. Entonces entregado por completo en sus manos lo impulsó a matarse. De ahí que supiera cuándo moriría. En cuanto a que dijo que los tres hijos morirían, era obvio que si el padre moría allí, las condiciones se darían para que eventualmente los jóvenes también. Por eso “lo sabía”, por una inteligente conjetura. 

 

Que no les caigamos bien a todos es un plan sabio concebido por Dios

1 Sa. 29: 6

“Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy; mas a los ojos de los príncipes no agradas”. “Vive Jehová que tú has sido recto”. Si David no agradaba a todos siendo perfectos sus caminos ante Dios, si algunos hombres lo tenían “como un ángel de Dios” (v.9), ¿piensas que tú lo harás? Si el Señor Jesucristo mismo tuvo que sufrir “tal contradicción de pecadores” y siendo el Maestro lo llamaron “Beelzebub”, ¿a ti y a mí no? Fíjate que a quienes no les cae bien son los adversarios de Dios no a los santos del Altísimo. Quiere decir que es natural y comprensible que así suceda, que los que no aman a Dios tampoco amen a los hijos suyos, que los que aborrecen las virtudes del Señor también detesten a los que las tienen. La gente carnal no ama a la espiritual, las tinieblas no se fascinan con la luz, más bien huyen de ella. ¿Llorarás porque no agradas a los adversarios de tu Amo Celestial? ¿Es que te amas tanto a ti mismo que te consideras ofendido porque los filisteos no te amen? ¿Qué tristeza es esa porque los filisteos te aborrecen?  Oh no, alma, sobreponte a ti misma, echa tu tristeza y preocupación a un lado que los que creen en Jesús y predican el evangelio no deben buscar agradar a los hombres porque no serían siervos de Cristo.  Puedes estar seguro que el hecho de que no les caigamos bien a todos es un plan sabio concebido por Dios. Son convenientes tantos nuestros amigos como los que no nos aman, los que le caemos bien como los que les caemos mal. Imagínate la desgracia tan grande que le hubiera caído encima a David si hubiera agradado a aquellos príncipes filisteos que se oponían a que los acompañara a la guerra contra Israel; el buen santo se hubiera visto en un gran aprieto teniendo que pelear contra sus propios hermanos y ayudar a derrotar y debilitar el reino de Dios. No, si hubiera sido amigo de aquellos príncipes habría tenido que luchar contra su propio futuro, contra su propio bienestar, contribuir con sus manos a la ruina de su carrera. Pero Dios que es sabio, por medio de aquella mala opinión que los príncipes tenían de él lo puso afuera alejándolo de cometer semejante crimen. No te preocupes de la mala opinión de la gente, si “dicen toda clase de mal contra ti mintiendo” (Mt. 5:11); de la lengua engañosa y del labio mentiroso, que sobre todos reina Dios; y son tan provechosas a tu carrera como aquellas que te bendicen y colaboran contigo. Hacen falta que hayan malas opiniones.

30: 6

“Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios”. Angustiosos estos momentos para David; sin embargo, después de llorar mucho halló fortaleza en Dios; oró y tomó la decisión de hacer algo.

 

A la providencia de Dios no se le riñe, se le sigue

30: 7,8

“Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David”. Y hablándole al efod con los ojos puestos en las dos piedras preciosas donde estaban grabados los nombres de las doce tribus, el varón de Dios que estaba a su lado oyó el mensaje divino y como mediador le respondió lo que se lee. Las aflicciones de las que Dios no nos libra nos dan la fuerza, imaginación, iniciativa y promesa para vencerlas. Una buena pregunta es ¿cómo triunfar sobre lo que Dios no evitó? Más que protestar por lo que nos pasa y llorar sin consuelo, es buscar orientación de Dios para triunfar sobre lo que momentáneamente nos venció, recuperar lo que se perdió. Lo que Dios permite no es definitivo, a la providencia de Dios no se le riñe, se le sigue, y sin enfado pedirle explicaciones o al menos comprensión. El mal sólo triunfa temporalmente.

30: 9, 10

“Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos”. “Torrente de Besor”; un lugar de la tribu de Simeón, cerca de Gaza. Se piensa que fluía desde Gaza y Asdod, territorio filisteo. Doscientos de estos hombres se quedaron allí hasta que el resto volviera. No se quedaron porque les gustara el sitio o por miedo sino porque estaban cansados y no pudieron cruzar el torrente; se lo dijeron a David y él entendió la limitación que tenían y no se desanimó por la reducción de su tropa ni tampoco les riñó sino que conforme a la voluntad de Dios prosiguió porque tuvo comprensión de aquellos que no desertaban y podía  recogerlos cuando regresara, por ellos y por el bagaje. No todos los que Dios nos da pueden avanzar hasta donde quisiéramos llevarlos; sirven para metas más cortas.

 

Las metas nuestras y las de Dios

30: 19,20

“Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David”. Dios añadió a lo perdido su misericordia. David vivía para problemas, siempre Dios le estaba pidiendo que hiciera algo más. Uno se deleita leyendo la historia personal de David que tantas lágrimas le costó vivirla y escribirla. David diría: "Es así como yo alcanzo mis metas", y Dios decía: "Y yo las mías". ¿No eran las mismas? No siempre son iguales, a veces las de Dios son otras y pudieran ser menos de lo que uno planeó. Y aun así ellas siempre son más gloriosas y tremendas que las que soñamos.  Tal vez lo comprobaremos en este mundo o tal vez en el otro.  El botín de David es muy grande. No se puede llegar hasta donde uno quiere sin pasar trabajo; y a veces jamás recupera lo que le roban. 

 

El botín de Jesucristo

30: 24

“¿Y quién os escuchará en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual”. Amado esta ley  para el botín de la guerra está vigente para los que luchan por el Señor Jesucristo. No todos salen y predican y regresan con muchas almas salvadas, los hay que se quedan cuidando el bagaje, quiere decir los que oran, los que ofrendan; y otros que hacen muchas cosas por el Señor que no es combatir; pero están realmente combatiendo aunque no en el frente, de esa manera han apoyado la guerra como si se hubieran enrolado en ella. La recompensa de esos ha de ser la misma que los que han estado exponiendo sus vidas en el frente de batalla. No pienses que lo que haces es insignificante. ¿Estás en la retaguardia? ¿Enseñas a los niños, cuidas a los enfermos, ayudas a los pobres, oras por los que predican, cantas para Dios, cuidas las propiedades de la iglesia? Oh, miremos a los que van detrás. Señor gracias por esos que compartirán con nosotros el botín, que apoyan a los que van al frente y les envían mensajes de ánimo y les dicen que todas las cosas están bien, que peleen con ganas, que ganen, que los esperan, y que oran por ellos. El botín de Jesucristo es su persona y obra, su justificación, la esperanza, la resurrección, todo lo que es él y todo lo que hizo por nosotros. Un botín del cual nos enriquecemos (2 Co. 8: 9). Los que van al frente y los que se quedan detrás en la batalla, parejo, gracia, bendiciones y alabanzas y el tesoro del Señor, con sus joyas y gracia constante y sonante, para todos.

31: 8-13

Es triste como acaba Saúl, es triste su fin, arruinado, liquidado, vencido, suicidado. ¡Qué carrera tan brillante pudo haber tenido! Los símbolos de vergüenza, derrota, se quitan de la vista pública, se incineran y se entierran.

31: 9

“Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo”. No fueron los ídolos los que ayudaron a los filisteos sino los pecados de Saúl. Hay veces que los triunfos del diablo se los proporcionamos nosotros.

31: 12,13

“Todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días”. Fue un gesto de gratitud por lo que al comienzo de su reinado había hecho por ellos (11: 1). “Tomaron el cuerpo de Saúl y de sus hijos y los quemaron”; una práctica no usual entre los hebreos que sepultaban a sus muertos. Me dio lástima verlos decapitados colgando con su ropa sucia y ensangrentada, sin adornos ni condecoraciones. Como tres cualquieras. ¡Qué desgracia tan grande trajo este padre a sus hijos involucrándolos a ellos en sus ambiciones y combates! Verlos arder también fue triste. Yo lloré. Todos lloramos y nos vestimos de luto una semana. No debiera ser así.

 

 

2 Samuel

“No se sabe con seguridad quién escribió este libro, ni siquiera si fue escrito por uno o más; sin embargo esto no es de gran importancia; ya que existen suficientes evidencias que fue Dios su principal autor y eso quiere decir que no es importante quien fue el instrumento. De la misma forma lo importante cuando se lee el acta de un parlamento o se escribe, o lo que se ha acordado en un concilio, no es quién fue el escribano sino lo que está escrito. Y esto es lo importante el material que concierne a la fe en lo escrito sin deparar con preocupaciones quien fue su autor. Por la época en que fue escrito vivían los profetas y muchos hombres santos de Dios; como Samuel y Natán, Gas, y David mismo, que podrían haber sido los autores parciales o totales de este libro. Sin embargo como siempre existen hombres perversos que basados en su orgullo e incredulidad, ponen en duda que estos grandes contemporáneos de este escrito fueron sus autores, no podría negar ni explicar cómo es que la iglesia, el pueblo santo, y muchas generaciones hasta el día de hoy le han dado el visto bueno como palabra de Dios porque aquellos grandes hombres y autores tuvieron que haberle dado su aprobación para que formara parte del canon de la comunidad de Israel” (Mathew Poole, Comentario)

 

2 Sa. 1: 1-9

“Al tercer día, sucedió que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia. Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel… me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí”; fue un joven amalecita. Parece que es mentira, pensando que la noticia agradaría a David. Tal vez pasó por el campo antes que llegaran los filisteos y se llevó el botín.

2 Sa. 1: 10

“Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor”.  Como ya he dicho, lo que el joven dice es ficción; fabricó la historia pensando con eso iba agradar a David y sacar alguna ventaja, pero no fue así sino que su mentira fue una declaración de culpabilidad y por ella fue condenado. La historia narrada en 1 Sa. 31: 4, 5 se lee con más veracidad que el cuento compuesto por este amalecita. Lo que temía Saúl fue el ultraje que harían de él los filisteos, la humillación, el escarnio y la burla; a esas cosas temía más que a la muerte. Para vivir no quería pagar ese costo y pidió a su escudero, quizás, que lo rematara y completara el suicidio. Suponiendo que sobreviviera, no podría vivir sin su honor y rango; la vergüenza y la culpa lo irían matando poco a poco. Es mejor morir que siendo ungido por Dios caer en pecado que den lugar a la burla y el menosprecio del ministerio por parte de los filisteos modernos. 

 

Es un mal pastor, se pide de favor que no lo maten

2 Sa. 1: 11-16

“Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová? Entonces llamó David a uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió”. “Mátenlo” quizás te extrañe la sentencia. ¿No era Saúl enemigo de David? ¿No se hubiera alegrado Saúl si el muerto hubiera sido él? Sí, pero David estaba seguro que aunque era malo, Dios lo había elegido y ungido por rey. ¿Hay algún otro en la Escritura que haya respetado tanto la unción sagrada? ¿No recuerdas como sufrió tanto cuando le cortó el borde de su manto? ( 1 Sa. 24: 4,6). Aunque Dios lo hubiera desechado (1 Sa. 15: 23), aunque se hubiera arrepentido (1 Sa. 15: 35), aunque tuviera mal carácter, fuera envidioso, tramposo. Con todo, era el ungido de Jehová; cuando Dios lo ungió él no era así, se puso así, se convirtió en eso. Muchas razones tenemos para respetar la santa unción de un hermano o de un ministro que las que tenía David. Nunca debemos procurar hacerle mal. 

Quizás algunos por hacerle bien a la iglesia los atacan; seguros que tendrán razón y motivos, si se ha vuelto ladrón, adúltero y un canalla y hay que extirparle ese enfermo a la iglesia para que ella sobreviva. Pero lo que dudo es que Dios halle bien hecha la expulsión de un ministro, por cualquier cosa, pequeñas zorras en su carácter, carencia de alguna virtud o exceso de otra, o que el recién llegado no complace todos los gustos y los principales caudillos están desilusionados. Supongo que sería mejor que el Espíritu y las doctrinas lo condenen y lo separen y no tener nosotros que ver con él. Yo por cierto, me guardaría de tener mis manos manchadas con la vocación de  algún ministro. Es cierto que hay abuso desde el púlpito, pero mejor es investirnos de amor, de verdad, de mansedumbre, aconsejar al inmaduro, intentar meterlo en razones, que usar las armas de luz para combatirlo; una opción a escoger pudiera ser irnos para otra iglesia, dejarlo solo, que se quede “clamando en el desierto” que tener que ver con la caída de la cabeza de Juan. Es cierto que Saúl debió haber renunciado, pero David, aunque tuvo su quinta costilla cerca y un cuchillo en la mano, no lo mató, porque se tenía a sí mismo como un hombre conforme al corazón de Dios.

2 Sa. 1: 16

“Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová”. Si Saúl estaba mal herido y lo encontró  moribundo, ¿es lícito ante Dios ayudar a morir a uno que lo desea? No. Dios no aprueba la eutanasia. Ni el suicidio. El mandamiento “no matarás” llega hasta esos dos casos.

2 Sa. 1: 17

“David entonó esta elegía por Saúl y su hijo Jonatán” “Ordenó que enseñasen a los hijos de Judá el cántico del arco” “Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha”. Está esto entre paréntesis y no forma para del texto. Es “aprender el uso del arco” (v.22). ¿No comparamos el aprendizaje en el uso de la Biblia y las flechas sus textos, y la aljaba al corazón? Los hijos de Judá principalmente. Los niños y adultos deben leer y aprender la historia de los líderes de su pueblo, “los padres de la patria” e inspirarse con ellas. Y juzgar a los tiranos y gobernantes corruptos, y quitarles toda la gloria para que las generaciones futuras no repitan los mismos errores. Nuestros dictadores muertos o vivos no recibirán nuestras alabanzas sino nuestros esputos, no nuestros recuerdos sino nuestro olvido, no nuestra absolución sino nuestra condena.

2 Sa. 1: 19

“¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes!”. “La prominencia” “lo conspicuo” “el esplendor” “la gloria”. Como los reyes son la gloria de su pueblo así los ministros son la gloria de la iglesia. ¡Como hay que llorar cuando uno es abatido por el mal!

2 Sa. 1: 20

“No lo digáis en Gat ni lo pregonéis en las plazas de Ascalón”. Ciudades filisteas. Enemigas. Cuando oigas que ha pecado un gran hermano, una figura conspicua y ejemplar, llena de gloria, no te apresures a decirlo, es una noticia triste y no debe comentarse ni siquiera entre los hijos de Israel para que no se desanimen ni les quites el orgullo de sus figuras. Los impíos se alegran y popularizan hasta más no poder el pecado de un ministro de Dios. No lo digáis.

2 Sa. 1: 23

“Saúl y Jonatán, amados y queridos; inseparables en sus vidas, tampoco en su muerte fueron separados”. “Inseparables en sus vidas” aunque tuvieron muchos problemas (1 Sa. 20: 30-34). Los problemas entre familiares deben siempre tener solución. Olvidar. Reconciliación. Y morir juntos. Uno siempre que va hablar sobre un muerto procura entresacar lo precioso de lo vil, para ser como la boca de Dios.

2 Sa. 1: 24

“Hijas de Israel, llorad por Saúl, quien os vestía de escarlata con deleites, quien adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro”. Compara esto con 1 Sa. 8: 5-20. Quizás Saúl ni David hicieron esto pero hubo otros reyes que sí lo hicieron, despojaron y robaron, y esclavizaron al pueblo. En sentido general la monarquía fue un desastre. La generalidad de los políticos piensa más en ellos que en el pueblo. Samuel que fue quien estuvo tan cerca de él, lo lloró, y cuando su cadáver descabezado colgaba sobre una pared, el viejo rey daba lástima.

 

Ese pastor nunca  halló una mujer espiritualmente para su estatura

2 Sa. 1: 26

“Tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres”. No quiere decir que prefiere sexualmente a Jonatán sobre las mujeres; sus palabras parecen entrañas en la forma en que son dichas y extrañas por la comparación que hace. Hay que conocer algo sobre la vida de David para entender por qué habla de ese modo, que para él el amor de Jonatán el amigo ha sido un deleite mayor que el que tuvo con las mujeres. Tampoco indica que dormir con alguna de sus mujeres era un placer menor que el amor con la compañía de Jonatán. Lo que quiere decir David es que ninguna fue su amiga, y que espiritualmente se sentía mejor con la compañía, comprensión y amor de su amigo que con cualquiera de sus varias esposas.

Por estas palabras muy suyas podemos deducir que David nunca halló la esposa ideal para él, no encontró en el amor de sus esposas la comprensión y comunión espiritual que en Jonatán su amigo. El alma de Jonatán era como la suya. Por ejemplo, la esposa de su juventud, Mical, ¿acaso llenó ella el espacio espiritual que tenía que llenar? No, Mical aunque sin duda lo quería mucho, no logró entender espiritualmente a su esposo y aunque hubiera dado su vida por la suya, como dio su familia, no penetró en el lugar santo de David y él se sintió muy solo y a veces ofendido por el modo en que ella en materia espiritual no le correspondía (2 Sa: 6.20-23). 

Si consultamos sus escritos, los salmos, que reflejan sus íntimos pensamientos y alma como nada, hallamos que siempre tuvo necesidad de un compañero en el Señor con el cual compartir su vida espiritual. En el salmo 55:12-14 abre su corazón desgarrado por la traición de un amigo en el Señor y cuenta los secretos dulces que recíprocamente se contaban y cómo andaban en amistad en la casa de Dios. David no tuvo ninguna mujer que amara las cosas de Dios como él, ninguna que le acompañara frecuentemente a la casa del Señor como él hubiera preferido de ellas, porque no podían gozarse con Dios como él (Sal. 84: 1-4). El se alegraba con los que lo acompañaban a la casa de Jehová (Sal. 122: 1). No cabe duda que siempre buscó y nunca encontró, fuera de Jonatán, un alma como la suya.  Pienso que ese vacío espiritual y ese anhelo de hallar alguien con quien compartir las dulzuras del Señor lo motivó en parte a buscar en la unión íntima del matrimonio alguien espiritualmente como él. Convencido de que Mical no era su compañera espiritual, sí la que más lo amaba pero no la que más lo entendía, se ilusionó con Betsabé pero como su relación con ella fue pecaminosa su matrimonio resultó en un desastre. La mujer de Urías le dio un gran hijo pero no la comprensión que buscó. Abigail era una mujer inteligente y admirable, pero no lo entendió tampoco. No que fuera complicado, sino que no halló una mujer espiritualmente de su estatura. ¿Quién podría ser la esposa a la altura del Dulce Cantor de Israel y el autor de la mayor parte de los salmos? 

¿No pasa así con algunos ministros del evangelio? Hallan esposas, hallan el bien, tienen una ayuda idónea, pero no pueden hallar en ella toda la comprensión espiritual, ministerial, que hallarían en otro compañero del ministerio.

 

Elige el lugar y las personas con las que quieras resucitar

2 Sa. 2: 5

“Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura”. A casi nadie naturalmente le gusta pensar en el día de su muerte; ni aquellos que hacen arreglos para el tiempo de su fin se complacen en hacerlos. Sin embargo, los hombres y mujeres de fe tienen que tomar en serio la extinción de sus cuerpos y hacer decisiones funerarias; o sea, qué pasará con sus cuerpos una vez que hayan terminado la carrera. 

Nuestro texto nos enseña que enterrar a alguien es un acto de misericordia. David felicitó a los de Jabes por haberle dado sepultura a los huesos de Saúl y que no fuera devorado por las aves del cielo o las fieras del campo. Haber vivido tantos años, engendrado hijos e hijas y no tener a nadie que se ocupe de sus restos mortales, es una ironía y una vanidad (Ecl. 6:3). 

Los judíos no rendían culto a la muerte en sus sepulturas, pero trataban con respeto y cariño los restos de una persona por el valor que le daban al ser humano, al cuerpo en particular. Los hebreos no cremaban a sus muertos, los sepultaban como Dios había dicho, para que el polvo volviera al polvo; ni lo menospreciaban en favor del alma inmortal como hicieron los gentiles. El cuerpo reflejaba la imagen y gloria de Dios y eran instruidos por la ley que tenía que conservarse limpio y en santidad.  En la Biblia se registran muchos funerales y siempre se dice que el muerto fue sepultado. Moisés fue sepultado por el mismo Dios, José dio mandamiento para que sus huesos fueran llevados por sus hermanos desde Egipto a Israel (Ex. 13: 19; He. 11: 22). 

Ningún israelita diría: “Después que me muera no me importa lo que hagan conmigo; que me entierren si quieren o que me quemen”. No, porque Dios los había instruido en la esperanza de la resurrección. Si el cuerpo no fuera importante el arcángel Miguel no hubiera contendido por el cadáver de Moisés contra el Diablo (Jud. 1: 9). Cuando elegimos el sitio donde vamos a ser sepultados estamos eligiendo el sitio de nuestra resurrección. ¿Por qué Abrahán quiso ser sepultado en la cueva de Macpela junto a su esposa Sara? ¿Por qué Rut, la moabita, quería ser sepultada en el mismo sitio que su suegra Noemí? ¿Por qué José quería que llevasen sus huesos a la tierra prometida? Porque habían elegido el lugar y las personas con las querían resucitar, y querían reposar con ellas. Oh Señor, que yo no sienta horror morir sino que repose en paz hasta que me levantes en incorrupción. Bendito seas porque me permites morir con tanta esperanza. 

 

Jóvenes, enrolados en causas militares

2 Sa. 2: 14-17

“Y dijo Abner a Joab: Levántense ahora los jóvenes, y maniobren delante de nosotros. Y Joab respondió: Levántense. Entonces se levantaron, y pasaron en número igual, doce de Benjamín por parte de Is-boset hijo de Saúl, y doce de los siervos de David. Y cada uno echó mano de la cabeza de su adversario, y metió su espada en el costado de su adversario, y cayeron a una; por lo que fue llamado aquel lugar, Helcat-hazurim el cual está en Gabaón”. “Maniobren…”; significa risa, placer, regocijo. Aquel juego fue para divertirse. ¿Una competencia militar? ¿Qué querían, saber quiénes eran los mejores, los más valientes y dispuestos a morir por su grupo (inútilmente) para orgullo de sus comandantes? Son los jóvenes los que no valoran sus vidas y se enrolan en causas militares para ser héroes, para la gloria y ambiciones de otros, a veces con la excusa del patriotismo y los intereses nacionales, que les dicen: "Maniobren delante de nosotros; mátense delante de nosotros; en lugar de nosotros, córtense en pedazos por lo que nosotros creemos que son ideales de la patria", y siguen con la demagogia de la tierra, los hijos y la libertad. ¡Oh militares, no jueguen ni se diviertan con las vidas de los jóvenes de nuestro pueblo! Oh terroristas del mundo que sacrificáis a vuestros jóvenes y los vestís con bombas para que vuelen en pedazos, maten inocentes, y lleguen al cielo y les reciban vírgenes y dioses. ¡No!

2: 23

“Y no queriendo él irse, lo hirió Abner con el regatón de la lanza por la quinta costilla, y le salió la lanza por la espalda, y cayó allí, y murió en aquel mismo sitio. Y todos los que venían por aquel lugar donde Asael había caído y estaba muerto, se detenían”. Se detenían para verlo, por respeto, asombrados y desanimados. Es lo que pasa cuando uno de los nuestros cae; la iglesia que no puede creer lo que oyen sus oídos y ven sus ojos, espantada se detiene.

3: 1

“Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando”. Del mismo modo el mal aunque consagrado en la iglesia se va debilitando poco a poco. La consolidación del reino de Cristo es lenta.

3: 1-5

“Y nacieron hijos a David en Hebrón; su primogénito fue Amnón, de Ahinoam jezreelita; su segundo Quileab, de Abigail la mujer de Nabal el de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur; el cuarto, Adonías hijo de Haguit; el quinto, Sefatías hijo de Abital; el sexto, Itream, de Egla mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón”. ¿Cómo un polígamo puede ser un hombre conforme al corazón de Dios? (1 Sa. 13: 14). Allí falta una palabra que habría que escribir, "a pesar de todo". Los que somos hijos de Dios somos conforme a su corazón si pecamos sin saberlo, sin proponerlo, por ignorancia, si a cada nuevo rayo de luz nos vamos conformando más y más a su corazón. Un poco de conocimiento acompañado de una gran fe hace que Dios pase por alto muchos pecados; y sólo manda que se arrepientan (Hch. 3: 17; 17: 30; Ro. 3: 25). Dios es paciente con los pecados que cometemos por ignorancia. No se deben predicar doctrinas sin ética pero la salvación no es una cuestión ética sino de conocimientos, aunque no hay salvación sin ética. Como se dice, “al que menos tiene menos se le demandará”. 

3: 8

“Y se enojó Abner en gran manera por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Soy yo cabeza de perro que pertenezca a Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa de Saúl tu padre, con sus hermanos y con sus amigos, y no te he entregado en mano de David; ¿y tú me haces hoy cargo del pecado de esta mujer?”. Pudo haber querido decir: "El pecado es de ella y no mío aunque dormimos juntos; yo no la busqué, ella se me entregó y caí ¿quieres ahora que me sienta como un infame y crearme una culpa de la cual estoy huyendo?". Oh hermano Abner tienes tu atenuante pero por tu honor debiste decirle que no a sus solicitudes. Ve al tabernáculo, sacrifica por tu culpa, confía en fe que ese castigo es suficiente para tus remordimientos y pide a Dios misericordia por oír tu deshonor entre los hombres.

3: 8-13

“Entonces envió Abner mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le dijesen: Haz pacto conmigo, y he aquí que mi mano estará contigo para volver a ti todo Israel”. Es cierto que Abner sabía que el reino por decreto divino pertenecería a David, que luchar contra eso era endurecerse contra Jehová, que la casa de Israel se debilitaba y no veía futuro para ella, pero el motivo detonante para comenzar a transferir (regalarle el reino a David) no fue ni siquiera que las tribus lo quisieran sino esta disputa con el pobre Is-boset por causa del reclamo moral que le hizo. Si es así ¿qué piensas? Con todas tus virtudes, Abner, eso no se hace. Separa tus problemas personales de la política ni escondas otros motivos tuyos detrás de ella. ¿Miras tanto por Israel y por David como por tus intereses? Ten cuidado con la navaja enemiga.

3: 13-16

“Y su marido fue con ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Y le dijo Abner: Anda, vuélvete. Entonces él se volvió”. Mezclado con la política se hallaba el asunto de Mical, un viejo amor de David, que quiso recuperar. -“Si no viene ella contigo no vengas tú tampoco. Está incluida en cualquier acuerdo”. -“Pero ella está casada y su marido la idolatra, la quiere con el alma” -“No es asunto mío, él sabía que no tenía derecho a tomarla por mujer porque con mucho riesgo la compré, y no le importó, y yo sufrí cuando supe lo de la boda, y me enojé, y añadió dolor a mis huídas. Ahora tampoco lo tengo en cuenta, y que de gracias que no lo mato por haberlo hecho. Que se seque sus lágrimas y regrese, se busque otra porque esta es mía”. Y Abner entendió las razones, y aunque el marido no, Mical se marchó contenta, a casa del novio que según ella, ya había perdido.

 

Listos para alcanzar lo prometido, se nos va de las manos

3: 26-29

“Y cuando Abner volvió a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablar con él en secreto; y allí, en venganza de la muerte de Asael su hermano, le hirió por la quinta costilla, y murió. Cuando David supo después esto, dijo: Inocente soy yo y mi reino, delante de Jehová, para siempre, de la sangre de Abner hijo de Ner”. Abner era un hombre clave en el proceso de hacer volver a Israel a David; por iniciativa suya el propósito y juramento de Dios de que reinaría sobre todo Israel se iba a cumplir. Al fin David vería su vocación realizada y más aún, la promesa de Dios con su vida, sus aspiraciones, aquello para lo cual había sido llamado. Pero de pronto, acontece la súbita muerte de Abner por asesinato y parece que la negociación para que reine sobre todo Israel y Judá llegaría a su fin y el pueblo se lanzaría de nuevo a la guerra en contra de él.

Sin embargo, no hay ninguna palabra que indique que David se lamentara o llorara porque le habían frustrado su sueño y porque acontecía algo que parecía entorpecer su carrera. No se puede leer frustración, amargura, nada de eso. No, lo que pensó era que aquello era un pecado y que Dios podía contárselo a él y a su reino y enseguida obró para desentenderse espiritualmente del mismo, para no participar del castigo sobre un pecado ajeno.

Contra Joab no pudo hacer nada y pensó, quizás, que aquella no era la forma en que Dios iba a cumplir su palabra, no por manos de Abner ni por sus gestiones. Quizás fue mejor así para los planes que Dios tenía con David, porque de llevarse a cabo el asunto como lo quería Abner, ¿hubiera quedado el reino en manos de David o de los dos? Deja que Dios cumpla lo que promete y que lo haga por sí solo para que todo salga bien. Ninguna cosa que él dirige peligra su realización ni retrocede cuando la lleva a cabo. No queramos ser más sabios que Dios y si las cosas no van saliendo como nos parecen que debieran salir, oremos a Dios y procuremos sólo no mezclarnos en los pecados de aquellos que entorpecen la obra de Dios. No debemos apurarnos en llegar hasta donde Dios nos ha prometido que nos llevaría; quizás tengamos, dirigidos por Dios, que dar muchas vueltas, adelantar y atrasarnos, pasar por el mismo sitio varias veces, hasta que por fin llegue el momento de alcanzar al lugar para el cual hemos sido predestinados. Señor Jesús, dirige nuestras vidas, y que siguiéndote a ti alcancemos el premio del supremo llamamiento. Ayúdanos a aceptar lo que nos pase, a dejar en tus manos los contratiempos y nuestros reveces; y no caigamos en la falta de fe que solamente espera que nos vaya bien con aquellas cosas que se hacen por manos de hombres. Señor, danos gracia para no perecer frustrados, y si estando listos para alcanzar lo que nos has prometido aquello se nos va de la mano, que no vivamos luego resentidos contigo ni con nadie. Las malas acciones de la gente son formas que Dios tiene para que no se hagan las cosas como no deben hacerse. Amén. Esto trata sobre nuestros planes y la forma de llevarlos a cabo.

4: 5-12

“Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá”. Fíjate lo que dijeron: (1) Saúl es tu enemigo (2) procuraba tu muerte (3) Dios te ha vengado. Pero no dijeron que con ese crimen querían congraciarse con David, ayudarlo impíamente para reinar con él. No conocían los sentimientos de David y como él respetaba la unción del Espíritu Santo y amaba a su enemigo y suegro, su predecesor. Juzgaron a David como ellos eran y como la mayoría. ¿Qué tenía que ver Is-boset con el odio de su padre por David? Estos malos hombres se merecían la muerte por asesinato. Un par de monstruos que caminaron toda la noche con una cabeza humana desangrándose en sus manos.

5: 1-3

“Y aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel”. Por dos razones lo eligieron rey: por su experiencia y su llamamiento. Son los dos, aunque no los únicos,  aspectos para que una iglesia considere a un pastor para su púlpito. Señor sé con las que buscan uno.

5: 4,5

“Treinta años tenía David cuando llegó a ser rey”. “Si David tenía 20 años cuando mató a Goliat, cuatro años sirviendo a Saúl, cuatro huyendo, un año y cuatro meses con los filisteos, y unos meses después de la muerte de Saúl, alcanza la cifra de 30 mencionada aquí” (Barnes). 

 

Se autoriza la entrada de cojos y ciegos a la casa de Dios

5: 7,8

“Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa”. A través de la ley los cojos que “se salen del Camino” (He. 12: 13),  y las almas que no tienen ojos, no pueden ser salvos. ¿Quién puede cumplir con las demandas de la ley divina satisfactoriamente si cualquiera que la cumpla en un noventa y nueve por ciento y falle sólo en uno ya no puede ser salvo? (Sgo. 2: 10). Moisés nos mira de arriba abajo y seguro que nos halla defectos y se opone a que seamos salvos. El que no está roñoso es cojo, el que no es cojo está ciego y si no es ciego es manco o tiene nube en algún ojo. 

Solamente por medio de la gracia de Dios en Jesucristo los cojos y los ciegos pueden entrar al reino de los cielos (Lc. 14: 21-23). A través de la ley los cojos y ciegos son aborrecidos pero por medio de la misericordia de Dios en Cristo son amados; la ley dice: “Haz esto y vivirás” (Ga. 3:10-13), pero la misericordia no dice haz sino cree. Y creer sí se puede porque Dios crea la fe, aunque uno no pueda hacer lo que quiere porque vive en un cuerpo de muerte que se lo impide. Oh Señor, si no fuera por la fe en la obra de Cristo, si no fuera porque creo en la expiación por su sangre, que ella aparta de mí la ira, que como Cordero quita el pecado del mundo, mis culpas me desesperarían. Cuando peco pienso que tu Hijo pagó el precio para mi perdón.  Sé que pueden entrar los cojos y ciegos a la casa de Dios; todos los que tienen defectos congénitos en su estructura, porque al llegar Jesús a su lado con un toque de su voz le dice “quiero, sé sano”.

5: 10

“Se engrandecía cada vez más”. “Adelantando y engrandeciéndose” (RV). David iba adelantando, poco a poco, con esfuerzo y con mucho tiempo.

 

La moral en el cristianismo es importantísima, pero no el fin

5: 13-15

David, un hombre llamado por el Espíritu Santo “conforme al corazón de Dios”... sin embargo, ¿es posible que Dios llame así a un hombre que tiene un pequeño harén? ¿Puede alcanzar la vida eterna un hombre con varias mujeres y concubinas y además ser el autor de casi todo el cancionero bíblico? No voy a afirmar que todos los mujeriegos van al cielo y que eso no importa; pero lo que estoy afirmando es que la moral no es el fin que Dios persigue para hacer que un hombre entre a la vida eterna porque el fin de la revelación bíblica no es moralizar al hombre sino salvarlo por la fe.

“Después que vino de Hebrón, David tomó más concubinas y mujeres de Jerusalén; y le nacieron a David más hijos e hijas. Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibjar, Elisúa, Néfeg, Jafía, Elisama, Eliada y Elifelet” (5:13-15). ¿Qué es esto? Poligamia. Pero no hay ningún dato que diga que Dios se lo haya aprobado o desaprobado. Cuando eso pasa en la Escritura quiere decir que lo está tolerando, que no se lo toma en cuenta, que no se lo considera pecado aunque sea algo que deteste. David no sabía que ser polígamo era malo, para él no era un pecado, ni pensaba que avergonzaba a Dios; sí sabía que robarle la mujer a otro era malo,. Lo hizo y lo castigaron. Esa es la historia de la revelación. Y todo eso le ocurría al rey dentro de la teología de la salvación por la fe. Él creía en el único Dios, no es lo mismo que un pagano que tiene como esposa muchas mujeres. Todos hicimos muchas cosas malas sin ni el más mínimo cargo de conciencia ni que nos pasara por la mente Dios, las hicimos “por ignorancia en incredulidad” (1Ti.1:13).

5: 21

“Y abandonaron allí sus ídolos y David y sus hombres se los llevaron”. Así traduce la Septuaginta y la Vulgata Latina, y después los quemaron; pero mejor es traducir que allí mismo le dieron fuego (1 Cro. 14: 12; Dt. 7: 5). Señor que los pecadores lleguen a tu casa, oigan tu palabra y el Espíritu los transforme; se diga que han aprendido tu ley (Ex. 20: 4,5). Que dejen sus ídolos allí y que se vuelvan santos (Ro. 1: 21-25). Que los dejen porque se han convertido (1 Te. 1: 9) y huyen de ellos (1 Co. 10: 14). 

Esperemos por las tropas de Dios

5: 22-25


“Y dejaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los quemaron. Y los filisteos volvieron a venir, y se extendieron en el valle de Refaim. Y consultando David a Jehová, él le respondió: No subas, sino rodéalos, y vendrás a ellos enfrente de las balsameras”. 

Dios siempre tiene razón por lo que hace y cuando David lo consultó no vaciló en decirle: “No subas, sino rodéalos”; no debía emplear el mismo método de combate que antes usó. Si lo hubiera hecho confiando en su experiencia con Dios, hubiera fracasado, porque lo que fue efectivo en una ocasión, no necesariamente tiene que serlo en otra. La experiencia con Dios es importante, es bueno meditar en ella para no sucumbir a la incredulidad como un día lo hicimos, para no arrojar sospechas sobre la palabra de Dios y para disponernos en mejor actitud de fe, pero…, y digo otro pero, a veces nos engaña; la empleamos porque pensamos que ya conocemos a Dios, sabemos como él actúa y obramos en consecuencia con esos postulados. Sobre nuestra experiencia está la Biblia. Nunca hemos aprendido a hacer las cosas como es debido para hacerlas con el bagaje de la experiencia y sin oración. Debemos consultar a Dios cada vez que salgamos a la guerra. 

Una señal milagrosa, que un ejército de ángeles haya descendido para ayudarlos. Esto no era una señal para el plan (v. 14) sino para marcar el tiempo cuando la ayuda divina había  llegado. Podemos tener ya el plan, pero hay que esperar el momento para empezarlo. No lamentemos los contratiempos y dificultades para empezar nuestro proyecto, y porque algunas cosas lo dilatan. El triunfo no está solo en una parte sino en las dos, la segunda es el momento oportuno. Cuando se oiga la marcha de ángeles por sobre las copas de las balsameras, entonces al ataque, ya Dios llegó. No hagamos nada sin la convicción de la asistencia de la fuerza divina. Esperemos por las tropas de Dios.

 

Se debe apuntalar una iglesia o dejarla que se caiga

6: 6, 7

“Uza extendió la mano y sostuvo el arca de Dios porque los bueyes tropezaban”. Lo que mal empieza mal acaba; sin embargo hay lecciones positivas en este caso. El arca debía ser cargada en hombros y no montada en un carro. En estos versículos LBLA en vez de traducir interpreta, “porque los bueyes casi la volcaron”. No es que volcaran el arca sino que los bueyes tropezaban y podían volcarla, y Uza no lo hizo por irreverencia sino por un instintivo error, con la mejor intención del mundo pero una equivocación. La razón que tuvo el pobre Uza para sostener el arca fue que los bueyes tropezaban y ella podría caerse, pero Dios consideró que a pesar de su supuesta buena intención era un pecado suyo. La Escritura explica por qué lo hizo, que supuestamente ha de haber sido la explicación que David y sus compañeros dieron, pero Dios que conoce el corazón de todos lo calificó de temeridad, no de un acto noble y bien intencionado. Uno le preguntaría a Dios: ¿Temeridad Señor, si él quiso proteger tu obra, se dio cuenta que se caía y la apuntaló? Según él su celo hizo que extendiera una mano amiga de cooperación. Quisiéramos que lo tuvieras como una ayuda y no una temeridad, una oportuna colaboración, una mano bondadosa y consagrada, lista para apoyar y cooperar con la obra en momentos críticos, un favor”. 

La mayor lección de esto, contando la irreverencia y la temeridad, es que Dios es capaz de sostener su iglesia en momento en que ella tropieza y parece irse al piso. Esa agilidad para sostener la obra de Dios fue vista como si él  fuera incapaz  para proveer recursos y estabilizar una “denominación” “iglesia”  que se desequilibra. El Señor perdone  nuestra falta de fe, nuestras equivocaciones, los recursos indebidos que hemos buscado cuando debimos dejar que pase lo que pase porque es mejor la humillación de su obra, que se caiga, el suelo, que su profanación. De algún modo vendrá “respiro y liberación” (Ester 4: 14), sin que tú y yo sepamos cómo y de dónde. Sin embargo se puede hacer lo que hizo Uza, sin cruzarnos de brazos, y tampoco obrar con temeridad; estar ahí, en el lugar apropiado, en el momento apropiado, para dar auxilio a una obra que está  perdiendo su equilibrio debido a los bueyes que la transportan.

Termino con una observación curiosa pues dice que “allí murió junto al arca de Dios”, y cuando miro lo que pasó, me es triste pero de consuelo porque no murió en otro lugar, en un burdel o en una cantina o bar, ni siquiera en su cama, sino sirviendo al Señor. Algunos príncipes de Dios han muerto en el púlpito. Han quedado tendidos juntos al arca de Dios. Tal vez hicieron algo mal hecho por la obra de Dios, y la historia los critica, pero tenían buena intención, se preocupaban por ella, y cuando nadie más  movió un dedo y todos se quedaron nada más que mirando, ellos dieron una mano, o las dos. 

6: 8

“Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy”. “Se enojó”; la raíz de la palabra significa “brillar” “calentare”. David no se puso triste sino furioso. ¿Con quién cantor? ¿Con Dios? ¿Con los bueyes? ¿Con Uza? ¿Con nadie o con Dios? Con la ira de Dios, debió parecerle incomprensible o exagerada. Y después le dio miedo porque él u otro podría ser el próximo. Ten cuidado con lo que sientes cuando de súbito pasa algo que te frustra. Son poquísimas las que se pueden llamar “ira santa”.

 

La forma antigua de bendecir una familia

6: 11, 12

“Por tres meses permaneció el arca en casa de Obed-edom y Jehová lo bendijo a él y a toda su casa”. Fue un gran privilegio para Obed-edom haber tenido el arca del Dios de Israel por este corto tiempo dentro de su casa, porque con ella llegó la presencia divina y fue bendecido desde entonces. Cuando David supo que la casa de Obed-edom había sido bendecida tan grandemente se dio cuenta que ya Jehová no estaba enojado y procedió a retirarla de aquel lugar. Dios suele, hermano, manifestar su presencia con alguna bendición. En sólo tres cortos meses pudo apreciar la bendición del Señor. Prueba con Cristo y comprobarás que desde el momento en que él entra a una familia toda ella comienza a ser bendecida. El Señor suele entrar a una familia por medio de un siervo suyo; y desde que él pone su pie en ese lugar los que lo reciben experimentan el favor de Dios. Eso fue lo que el Señor quiso decir con la recepción o rechazo de un apóstol en el seno de una familia (Mt. 10: 12-14). Voy a poner algunos ejemplos bíblicos y espero que busques las citas completas. Recuerda como Labánexperimentó la bendición sobre su negocio cuando Jacob fue empleado en él (Ge. 30: 30) y como Potifarreconoció lo mismo teniendo a José en su casa (Ge. 39: 5); y cuando tuvo problemas por su pureza sexual y fue echado en la cárcel, el jefe de la prisión se dio cuenta que había sido una bendición que él llegara a aquellos calabozos (Ge. 39: 21-23). 

Cuando un hermano o una hermana llega a un sitio con ellos entra la bendición divina porque traen la presencia de su Dios consigo. La promesa que explica eso es que son bendecidos para ser de bendición (Ge. 12: 2,3). Con la presencia humana de un cristiano entra el Señor Jesucristo, entra el Espíritu Santo, entran los ángeles que cubren el propiciatorio, entra la sangre vertida, entra Dios mismo. El evangelio es un perfume que se esparce por toda la familia. Cuando él entra huyen las sombras de los demonios, sale el pecado, entra la paz, la santidad, la alegría, la comprensión, se acaban los celos, los vicios, los gritos, las iras y  las infidelidades. La familia se vuelve otra, se hace la casa un tabernáculo santo.

Hay una forma supersticiosa de buscar la bendición de Dios que no tiene equivalente alguno en la presencia del arca como objeto sagrado en la casa de Obed-edom. Es el uso de imágenes y reliquias sagradas. Hay quienes piensan que porque cuelguen en la pared la cara de algún santo, porque erijan un altar con imágenes y terafines, le invoquen cotidianamente y le enciendan velas, se aseguran una bendición. El diablo podrá responderle esas invocaciones, pero no Dios. Ni imágenes, restos de muertos, objetos suyos o fotos de ellos pueden equivaler a la presencia del Señor.


Y, por último, existe una forma moderna de pretender sustituir la bendición de Dios que llega a la familia con su presencia: la tecnología. La gente piensa que trayendo al hogar los últimos inventos de la ciencia y sus comodidades, con eso serán felices, criarán bien los hijos, se llevarán bien los esposos, que todo marchará bien para el futuro. No es cierto, la bendición de Dios viene con la gracia divina, cuando los padres y los hijos, no la compran, la experimentan. Desde el primer día que son transformados y comienza a formarse la imagen divina en ellos las cosas empiezan a cambiar y cada uno mira al otro como siempre soñó que fuera y más que esos sueños. Esa transformación se opera con un poder del siglo venidero que emana del cielo, por una virtud que procede de Cristo y efectúa una conversión y todos se vuelven a Dios arrepentidos porque con ella se empiezan a practicar las virtudes cristianas, arrepentimiento para con Dios y con los otros miembros del hogar, respeto, consideración y un profundo amor fraternal. Todo eso no por un corto espacio de tres meses como estuvo el arca en casa de Obed-edom sino por el resto de sus vidas. Esa es la forma antigua que usamos para edificar nuestras casas. 

6: 14

“Danzaba vestido con un efod de lino”, como los sacerdotes, lo mejor para la ocasión.

 

La forma de adoración

6: 15-23

“Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.  Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos. Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa. Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!  Entonces David respondió a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová.  Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado. Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. 

 

Mical miró desde la ventana y vio al rey saltando y danzando delante de Jehová y lo menospreció en su corazón”; y se lo dijo sin reparo ninguno. No se dice que esta crítica hubiera sido un pecado contra Jehová, pero se cuenta como el motivo de una falta de bendición: no tuvo hijos (v.23) por lo menos de David (21: 8); cinco eran de Adriel pero no de ella, quizás adoptados. David amaba a esta mujer y ella lo ayudó pero no eran compatibles. Ella se sentía aristócrata y David no. 

Criticar y  menospreciar a un hermano por su forma de adoración, porque no nos gusta, parece un pecado grande que lo sigue la esterilidad espiritual. Que cada uno adore a Dios como quiera aunque no sea nuestro estilo, que cada uno dará a Dios razón de sí, y él sabe si se adora a sí mismo, si complace sus gustos o al Señor. David no danzó en el templo sino en la calle. Yo no tengo que danzar como él ni en la calle ni en el templo, si brinco lo hago donde nadie me vea y no me menosprecie, eso es un asunto íntimo entre Dios y yo.

7: 2“Dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas”. Quizás debieras decirlo. "Mira, yo estoy bien económicamente pero la iglesia no". "Mira qué casa más bonita tengo pero mi iglesia no tiene templo". Consagrémonos (Hag. 1: 4). Es bueno que a nuestra familia le vaya bien y lo mismo a la familia de Dios.

 

Fantasean los premilenarios en la cuestión del templo de Jerusalén 

7: 4-7

“Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo: Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo. Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro? ”. 

El pueblo tenía el tabernáculo y aunque estaba hecho de tela y madera (hecho de “cortinas” como lo llama David) era un sitio precioso, lleno de simbolismos y tipos de Dios, Cristo, el Espíritu Santo, la iglesia, etc. Este sitio David lo amaba  llamándole “la casa de Dios”, donde deseaba pasar aunque fuera un solo día que mil fuera de él. Lo amaba tanto que envidiaba a las golondrinas que en sus atrios hacían sus nidos. Aquella idea de construir el templo, aunque bien intencionada, salió del corazón de David y no de Dios; después fue construido por Salomón su hijo, pero como una concesión al deseo de su amigo David, no conforme al plan inicial divino. En el corazón divino el templo nunca reemplazó al sencillo tabernáculo. 

En realidad al pueblo no le hacía falta construir un sitio mejor y  David no lo necesitaba para adorar a Dios. Para relacionarse con Dios. Para hallarse en su presencia la construcción del templo no hacía falta. Hasta cierto punto la construcción de ese edificio fue un error; tuvo buenos usos pero fue un error que Dios les permitió. Nunca estuvieron más cerca de él con él edificado que cuando adoraban a Dios “entre cortinas”. Si se le hubiera permitido a David lanzarse a la construcción del templo eso le hubiera restado tiempo y energías, hubiera procurado agradar a Dios poniendo piedras hermosas y ofrendas votivas. David no necesitaba de aquel suntuoso edificio para su devoción, para escribir sus salmos y para adorarle “en Espíritu y en verdad”. David no lo sabía pero estaba construyendo un templo mucho mejor; la iglesia, con la historia de su vida y con su producción literaria inspirada por el Espíritu Santo. Nota que Dios le habló de una casa mejor que la que él deseaba construir, una casa eterna, no hecha de manos humanas sino en los cielos, le habló de una familia que sería bendecida para siempre y sería una bendición para todo el linaje de la tierra (vv. 11,16,29). El templo fue una maravilla arquitectónica pero no añadió espiritualmente nada al Tabernáculo. Salomón lo construyó, los babilonios lo destruyeron por el juicio de Dios por su contaminación, Esdras y Nehemías lo reconstruyeron modestamente, pero el lugar santísimo donde se hallaba el arca y la presencia de la gloria divina quedó vacío porque se perdió el objeto sagrado en la toma de la ciudad de Jerusalén; y fue destruido de nuevo. Herodes, un impío,  lo reconstruyó, lo amplió, lo embelleció de modo impresionante (Lc. 21: 5,6) pero de nuevo, como predijo Cristo, fue destruido por el general romano Tito.


Es significativo que tanto Hebreos como Apocalipsis no usan el templo como la casa de Dios, sino el tabernáculo (He. 8: 2; 9: 11; Apc. 15: 5; 21: 3). Pablo le llama al cuerpo de los santos tanto templo como tabernáculo, donde mora el Espíritu Santo, pero no a un edificio hecho por manos humanas (Hch. 17: 24). La construcción de templos para que en él habite la Deidad, es una idea pagana. No me refiere a las casas grandes para acomodar oyentes del evangelio. Cuando los premilenarios afirman que el templo se volverá a reedificar en tiempos del Anticristo y que se reanudarán los sacrificios y éste se sentará en él como si fuera Dios, fantasean con la exégesis. El templo no se edificará nunca más, o no será lo que fue si lo logran. El templo de Dios es la iglesia, la casa de David, que la iglesia apostólica entendió que era la iglesia y ella se reedificaba con el ingreso de nuevas almas gentiles dentro de su membresía (Hch. 15: 14-18).  .

 

 

Recordando lo que fuimos y ya no somos

7: 8-17

“Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David”. 

Dios le hace un recuento de lo que ha hecho por él y de lo que hará, que en vez de construirle un edificio él le edificará una familia. Solamente la intención para hacer algo bueno para el Señor, aunque sea innecesario, desencadena un montón de bendiciones para nosotros y los nuestros. De “detrás de la majada”, del ganado hasta príncipe sobre su pueblo. ¡Cuánta gracia Dios tuvo con él!, y se lo recordó todo porque quizás podría olvidarlo. Siempre debemos tener presente la gracia que Dios nos ha dado y lo que ha hecho con nosotros, para agradecérselo. Si no podemos darnos cuenta lo que somos, o lo olvidamos, empecemos recordando lo que fuimos y ya no somos. El diablo por un lado, nuestra ingrata memoria por el otro, esconden lo que Dios ha hecho a nuestro favor. Lo que antes éramos y ya no somos. Ahora nuevas criaturas, poseedores de no solo la gracia común sino de la gracia salvadora, no solo con  un nombre carnal sino uno espiritual escrito en los cielos, no sentados ya en sillas de escarnecedores sino en los lugares celestiales con Cristo. Éramos como una caña cascada y un pábilo que humeaba, y hoy como un árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto a tiempo y su hoja no cae. Y por añadidura, un corazón no solamente sabio sino que le ame sin haberle visto,  pescadores de hombres, portadores de las buenas noticias de salvación para el mundo, escribas doctos en el reino de los cielos. Y de nuestros labios el pueblo busca la ley de Dios. Desde el pastizal detrás del ganado hasta rey de Israel. Vea en el v. 12 como Dios le dice “cuando tus días se cumplan”, cuando se complete tu vida, o sea después de ti haré esto y lo otro. Venimos a este mundo con nuestra historia escrita. Amén.

 

No sabemos contar las misericordias de Dios

7: 18,1 

“Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?”.  Siempre al Señor le parece poco lo que ha hecho por nosotros; es como si dijera: “Eso no es nada, tengo más; tengo “gracia sobre gracia” “gracia sobreabundante” “de mi plenitud puedes tomar”. ¿Por qué entonces recibimos pocas bendiciones o nos parece poco lo que tenemos? En primer lugar por falta de fe o tal vez porque no sabemos contar las misericordias de Dios, que no son pocas sino muchas y no las sabemos valorar, las pasamos por alto porque deseamos otras, sin embargo el dinero sí y la gente pero no las misericordias, o no reflexionamos en lo que éramos y ahora somos, no miramos atrás, que estábamos en “el muladar y empobrecidos” (Sal. 113: 7,8), sacados de “la cantera donde fuimos tomados” (Isa. 51: 1); pensamos sólo en aquello que llenaría nuestra ambición y no en la gloria de Dios (merecemos ser condenados por ciegos o ingratos), no pensamos en las gracias de la salvación: la fe, la esperanza, el amor, la redención, la justificación y no alzamos los ojos hacia la esperanza que entra dentro del velo donde se halla Jesús (He. 6:19,20); y todas esas cosas nos han sido dadas por su divino poder;  me doy cuenta que nos parece poco por una crónica insatisfacción con lo que tenemos por las razones que ya he descubierto. Por lo tanto,  antes de ceder a una tentación debemos pensar en lo que hemos recibido y lo que se nos pudiera añadir (2 Sa. 12: 8,9). ¡Aléjate de mí Satanás, pretencioso, ávido de logros carnales!, que evitas que hayamos aprendido a disfrutar y agradecer lo que tenemos y lo que somos, o no comprendemos ni aceptamos el propósito que Dios tiene para nuestras vidas e inconformes andemos siempre imaginando que él  nos da poco, que somos poco, de escaso valor y utilidad,  y que servirle es por casi nada. Lo cierto es que quien dio a su Hijo por todos nosotros ¿cómo no nos dará con él todas las cosas? (Ro. 8: 32). Hoy me sentaré a contar misericordias. Los otros números y pesos que los cuente Dios.

7: 21-24 

¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses”. Lo que has hecho conmigo lo has hecho con la iglesia; con los dos, nos has tratado de forma "singular". Nos has "redimido".

7: 25

Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho”. Me gusta lo que has dicho, lo creo; he atrapado tu palabra para creerla; me has dado tu promesa para mi familia y misericordia para mis descendientes y no quiero desaprovecharla, concédeles la vida eterna a todos (vv. 26-29). Tu bendición, veo con ojos muy grandes, ¡oh qué  asombrado estoy, tú me asombras!, no incluye sólo lo espiritual sino también prosperidad, honor, nombre. Te advierto que son muchos mis pecados ¿no es mejor que lo escondas en el polvo de la tierra? Escribe mi nombre en el polvo de la tierra  y bórralo cuando yo pase, y al llegar al cielo un ángel me diga personalmente que lo pusiste en tu libro. ¡Qué alegría para danzar como David, allí!

8: 2

Derrotó también a los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos tender por tierra; y midió dos cordeles para hacerlos morir, y un cordel entero para preservarles la vida; y fueron los moabitas siervos de David, y pagaron tributo”. Los midió para matar de tres, dos, y dejar uno vivo. Medida tan severa, después que tenían buenas relaciones cuando les encargó el cuidado de su familia (1 Sa. 22: 3,4), se debió que en las guerras contra los idumeos los moabitas lo traicionaron y se pusieron de parte de los enemigos. Otros dicen que la cruel medida se debió en venganza por haberle dado muerte a sus padres y hermanos, de los cuales no se oye más, y algo de eso se da a entender en el Salmo 60: 1-12.

8: 6

“Y Jehová ayudaba a David dondequiera que iba”. Dios le dio la victoria por dondequiera; pero le costó mucho trabajo, tuvo que guerrear y batallar. Si quieres la victoria tienes que luchar por ella (v. 14).

8: 9,10

Entonces oyendo Toi rey de Hamat, que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-ezer, envió Toi a Joram su hijo al rey David, para saludarle pacíficamente y para bendecirle, porque había peleado con Hadad-ezer y lo había vencido; porque Toi era enemigo de Hadad-ezer”. Hadad-ezer era un enemigo común tanto de David como de Toi. Cuando en realidad lo venció delante de él  lo venció para el otro. Cuando triunfas sobre tu pecado eres bienaventurado tú y haces bienaventurados a otros, si haces morir lo terrenal en ti, haces que otros se beneficien de tu victoria, si haces huir al diablo de ti, huirá de "vosotros" (preservar el plural). En ti serán benditas “otras” familias de la tierra (Ge. 12: 3). Tenemos un enemigo común (Ro. 16: 20). Lucha por ti y por otros que se animan con tu fidelidad. Las paredes que son comunes a dos casas o habitaciones, si se cae desgarran a ambas. Si el esposo tropieza, tropieza el padre y la caída la sienten la esposa y los hijos.

8: 13

“Así ganó David fama. Cuando regresaba de derrotar a los sirios, destrozó a dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal”. Los edomitas y arameos (sirios) eran confederados; y eso resuelve la dificultad que hay con 1 Cro. 18: 12; Sal. 60: 1 (título). 

8: 18

“Y los hijos de David eran ministros principales”. O príncipes (RV) y mejor aún “sacerdotes”. No se habla mucho de los  hijos de David sino de Salomón, Absalón y alguno que otro; pero ellos en su mayoría fueron buenos y ocuparon cargos importantes. Eran príncipes y oficiales de la corte. La palabra también significa “sacerdotes”; espiritualmente estaban bien encaminados. Es una lástima que Dina, Absalón y otros sean mejor recordados que estos que valían más. A menudo la historia habla de los peores y se calla de los que valieron más. El Señor haga que de nuestros hijos sean recordados los mejores, los otros, los que contradicen lo que les hemos enseñado, que nadie sepa de ellos.

 

Hermanos con impedimentos físicos

9: 1-3

“¿Queda alguien a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios?”. Es mejor esa traducción que “misericordia” en RV. “¿Queda vivo alguien de la familia que amo para usar bondad con él?”. Este capítulo es una joya dedicada por el Espíritu Santo a los hermanos con impedimentos físicos en la iglesia. No trata de otra cosa que de la misericordia que se usa con Mefi-boset, un hijo lisiado, de Jonatán. David, lleno de amor por su prójimo quiere hacerle misericordia a la casa de Saúl que Dios había desolado, y sabiendo de éste le extiende su perdón y benevolencia. 

Dos cosas principalmente se repiten en el texto; la primera, que era lisiado de sus pies (vv.3, 13) y la segunda que aun teniendo ese defecto se sentaría diariamente a disfrutar los manjares y la presencia del rey como si fuera uno de sus hijos (vv. 7,11). La causa por la que este hombre quedó lisiado de ambos pies se cuenta en 2 Sa. 4: 4. Por lo menos tres veces se hace referencia en los anales divinos  a la incapacidad y deformación de los pies de Mefi-boset. ¿Por qué crees que se repite? Por supuesto que no es para burlarse de él, Dios sólo se burla del impío que quiere burlarse de él, no de alguna criatura suya que ha nacido o por accidente ha quedado minusválida; tampoco para humillarlo o humillar a los que son como él. Al contrario, se hace énfasis por la misma razón que se cuentan varias veces las caídas espirituales de algunos santos, para consuelo y esperanza de los que se hallan en semejante caso. Los que tienen los pies lisiados, las manos secas o cualquier otro defecto físico pueden sentarse, del mismo modo que los sanos, a la mesa de la gracia del Señor Jesucristo. Aunque ya no puedan andar derecho, sí pueden disfrutar de los mismos privilegios que disfrutan los príncipes. Dios no ama menos a sus criaturas porque hayan nacido o sufrido algún tipo de impedimento físico. Todos sabemos cómo sufren los impedidos, como algunas veces son humillados y objeto de malos tratos, como le pasó a Mefi-boset (19: 4-29), pero por encima de todo eso se halla el amor divino y los invita a disfrutarlo como el que más, sin sentar a Dios en el banquillo de los acusados cuando las cosas que pasan sólo él tiene la última explicación (Éxodo 4:11). Y nosotros con nuestras limitaciones de orden espiritual o moral, también somos solicitados por la bondad del Hijo de David para que compartamos los manjares del plato de su gracia.

 

Una cosa es la barba y otra la honra

10: 1-5 

“Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió. Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”. “Hanún les rasuró la mitad de la barba y les cortó los vestidos hasta las caderas”. Es decente LBLA cuando dice caderas, pero la RV es más exacta y dice que les cortó la ropa hasta las asentaderas. Este texto se ha usado para indicar el procedimiento de "restauración" que ha de seguirse con personas que han cometido inmoralidad; pero, si bien es cierto que esconderlos de la vista del pueblo es bueno para que no reciban sus afrentas, se le disminuya la vergüenza, ¿se recupera el testimonio de uno o le crece el pelo de la barba? ¿Un par de meses es suficiente para que una barba medio rasurada esté pareja? Mas no bastan seis meses ni diez años, ni toda la vida para borrar una falta moral. Estos hombres de David eran inocentes y nada malo hicieron para que los afrentaran así. No, hermano, estos hombres padecieron por una causa noble, fueron ultrajados cumpliendo una misión sagrada, pero quien se ha mancillado en su pecado no ha perdido la mitad de la barba sino su reputación, Dios puede perdonarlo y tener misericordia y darle arrepentimiento, pero lo que Dios nunca hace es devolverle la honra perdida entre los pequeños jueces que se enteraron de su necedad.

 

 

No vivas mordiéndote las uñas

2 Sa. 10: 12

“Esforcémonos por nuestro pueblo, por las ciudades de nuestro Dios y haga Jehová lo que bien le parezca”. Me parece bien eso que dijo, cuando uno no sabe lo que Dios va a hacer su deber es esforzarse y hacer lo mejor; si somos derrotados no tenemos por qué culparnos y moriremos tranquilos; si no nos esforzamos ya la derrota está hecha. El texto no enseña que uno se esfuerce y ponga su trabajo en las manos de Dios y con todo sea derrotado. Si te esfuerzas y obras lo mejor que puedes, todo te saldrá bien. Tienes que convencerte que éste es un procedimiento de fe. La “decisión de la suerte es de Jehová” (Prov.16:33). Si uno persevera tocando puertas, alguna se abrirá, aunque muchas permanezcan cerradas. Este hombre diría eso para estar tranquilo él y transmitir tranquilidad y fe a su ejército. Podría esa noche dormirla toda, si tardaba la batalla. 

Dios hará lo que él quiera, con mucho de nuestro esfuerzo o con un poco menos. Digamos, "haga Dios lo que quiera, me apoye o no, nos dé   el triunfo o perdamos muchos hombres, nos acompañe el éxito ahora o venga después. Este es su pueblo y lo que quiera hacer con él lo veremos, si acompaña mi vocación y llamamiento o se retira de mi lado. Lucharé resignado a su voluntad y me conformaré si salgo vivo de la contienda, o muerto". 

No debemos vivir como mordiéndonos las uñas, devorados por el gusanillo de la inquietud y si mi Jefe cree que es mejor para mí que yo pierda, y eso es sabio y le glorifica, le daré las gracias por mi derrota, destitución, infamia y muerte. Quien me condecora es Dios. Por lo que a mí respecta no me hallarán sus enemigos sentado en una silla o durmiendo en una cama sino vestido con el pectoral de la fe, contendiendo por la salvación y con la espada del Espíritu en la mano, que es su Palabra, la cual él sabe que yo sé usar, y ese rufián yo sé que es cobarde, tiembla y huye porque le tiene miedo, le horroriza la predicación bíblica (Efe. 6:10-17). Entonces digo, de acuerdo a mi experiencia en combate y a los galones que me condecoran, “someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (Sgo. 4: 7; 1 Pe. 5: 9). 

A mí sólo no me han herido sus infernales balas de juego, conozco héroes con muchas cicatrices y quemaduras, que suspiran al recordar esos malos ratos cuando lloraron solos. Yo quiero leer sus diarios y biografías. Y las compro. 

 

 

¡Qué desconocidos nos hace el pecado!

2 Sa. 11: 4,27

“Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.”. Oh Señor, ¿es este David, el hombre temeroso de ti, el hombre de oración, el poeta inspirado? Oh Dios, ¡qué desconocidos nos hace el pecado! No, del David que ascendió al tercer cielo podemos gloriarnos pero no de este adúltero, hipócrita, corruptor, endurecido homicida, de ese en nada nos gloriaremos. Entonces, ¿quién podrá ser salvo? ¿Quién podrá ser santo y fiel en Cristo? ¿Cómo pudo sucederle eso? Ni siquiera pensando que Dios lo permitió se puede hallar una explicación satisfactoria; pero la caída en pecado de este siervo de Dios tiene que despertarlo espiritualmente. Aquí lo vemos durmiendo al caer la tarde (v. 2) y paseando por el terrado. En sus mejores tiempos de avivamiento en su alma hubiera estado orando como era su costumbre (Sal. 55: 17, nota la fecha del salmo 54 posterior al 51; éste es posterior también). Hombre tan santo y no se da cuenta que está retrocediendo en espíritu y que ha dejado de lado aquella práctica que era la vida de su alma. Si es el autor del salmo 119 como se piensa, ¿dónde está aquel hombre que a las doce de la noche se levantaba y tomaba su arpa y componía un salmo inspirado? (Sal. 119: 62) ¿Y el que antes que saliera el sol le ganaba en su carrera, no le bastaba el día para alabarlo? (Sal. 119: 147) ¿Fue éste el único día que interrumpió su práctica? Un solo día fue fatal, el día de su pecado. ¿Cómo le llama el Espíritu a aquella relación? Inmundicia. Sí, eso es, nada sublime, nada bello, nada limpio. El adulterio es sexo sucio. Oh Dios ayúdanos a cuidar nuestra salvación con temor y temblor porque si en el árbol verde se hacen estas cosas en el seco ¿qué no se hará? Si los que son mejores que nosotros y se descuidan caen en esas faltas, ¿qué de nosotros que somos inferiores a ellos? Concédeme oh Dios, cada día estar cerca de ti, que no dé reposo carnal al espíritu, que no repose cuando sea mi deber velar; guarda mis pies en mis alturas que no resbalen mucho. ¿No velaré  sobre mi alma y pondré mi cuerpo en servidumbre? (1 Co. 9: 24-27).

 

No necesitas cometer ese pecado

2 Sa. 12: 1-15


“Y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más”. ¿Dónde estabas bondadoso Dios? Oh cielos, aléjate hacia el infinito para que no mires esto que ha hecho un santo, sol, vuelve tu rostro hacia el firmamento y retén contigo tu luz para que nadie vea lo que ha hecho David, oh luna envuélvete en tu manto negro para que no vean lo que en tinieblas ha hecho un hombre conforme al corazón de Dios. ¿No lo ves alma mía?; no fue amor lo que lo motivó a buscarla sino un deseo carnal espontáneo que surgió cuando la vio bañándose; ni siquiera la conocía, no fue una atracción espiritual o de carácter, que es la esencia del amor matrimonial. Al Señor no le agradó lo que hizo y quiso decirle: “¿No te basta con lo que te he dado? Si más hubieras querido más te hubiera dado, me hubieras dicho que aún no estabas complacido con mis misericordias y hubiera dispuesto otras para ti, pero te olvidaste de quien soy, lo que hemos sido tú y yo, yo tu mejor proveedor, tu Dios suficiente, tu Creador, tu Padre Amante, tu Amigo”. Oh alma mía, ¿no piensas el daño que harás a otro con tu pecado? ¿Cómo quitarás lo poco que otro tiene teniendo tú mucho más? ¿Habrás de quitarle la vida a su esposo porque todo lo que él tiene es ella, su alma y sus sueños, por ella trabaja, por ella peligra, en ella piensa, por ella sonríe, es lo único y más grande que tiene para ser feliz? ¿Cómo podrás mirarle el rostro después que hayas dormido con ella e invitarlo a tu casa y sentarlo en tu mesa? ¿Descenderás a tan grande hipocresía sin sentir remordimientos, dolor o vergüenza? No olvides que tú tienes más que otros y si te parece poco pídele a Dios que te dé más, pero no quites a otro lo escaso que ha obtenido porque eso es todo lo suyo. Aquel varón no necesitaba cometer ese pecado, tenía otras mujeres y entre ella a su amada esposa Michal (1 Sa. 18: 20). 

12: 14 

“Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá”. Era mejor para el testimonio de David y para ayudarle a olvidar, viviría perpetuamente expiando su pecado, como suele suceder.  

2 Sa. 12: 16

“Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra”. Sabía que moriría y enfrenta su oración a la voluntad de Dios. Persiste en pedir contra un decreto de Dios.

12: 15-20

“Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió”. Se le murió el hijo por quien oraba y se fue a la casa de Dios a adorarlo. Dijo: "Jehová dio Jehová quitó sea el nombre de Jehová bendito". Continuó con su vida cristiana después de su pecado y su luto, para que Dios le cerrara la herida que le había abierto (v. 15). "Señor me dijiste que no, te lo llevaste, está bien, lo acepto".

 

La muerte no es un viaje sin retorno

12: 20-23

“Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí”. ¿Esto no cuestiona la sinceridad de su dolor? No creo que ayunaba y oraba sin sentirlo; muestra que la  práctica religiosa en ese momento era obra y autocompasión; quería inducir a Dios a tomarle lástima y le falló su religión y cuando se dio cuenta que ya no le era útil cesó y se quedó solo con la realidad irreversible de la muerte (v. 23), un viaje sin retorno; no se consoló pero se resignó porque Cristo no había sacado aún la inmortalidad por el evangelio (2 Ti. 1: 10). ¿Hay algún indicio de que creía en la supervivencia del espíritu? Los judíos no desarrollaron esa doctrina, pero en sus documentos hay señales que no pensaban en una aniquilación total. Los muertos vivían en alguna forma que no comprendían. Dios ha decretado la muerte contra la cual no puede la religión, pero también ha decretado la resurrección. Tomando sólo la expresión, si Dios no viene a ti, pero sientes que te envía desde lejos su gracia, ve tu a él

12: 24,25

“Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová, y envió un mensaje por medio de Natán profeta; así llamó su nombre Jedidías, a causa de Jehová”. Salomón significa pacífico y Jedidías Jehová lo ama. Dios honró a Betsabé, fue él quien la consoló, David, socialmente la restauró, quiso hacerla sentir bien y sin vergüenza pero el Señor quiso que ella se sintiera orgullosa y le dio un hijo legítimo y glorioso. Son las bendiciones de Dios las que sanan y hacen que el pecado y la culpa se olviden. Cuando la mano divina toca la memoria.

 

Mujeres asaltadas

13:11-16

“Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti”. Este es el caso de una violación, como en otros, es un familiar el que comete el pecado, pues es quien más posibilidad tiene para hacerlo. ¿Pudiera Tamar ser ejemplo de las mujeres que así son asaltadas? Sus palabras fueron, "no hay razón, mayor mal es expulsarme que la violación". 

¿No? El pecado como pecado no es mayor como ella dijo, sin embargo para ella lo era por su deshonra; prefería encadenarse para toda la vida a un hombre que la había abusado que soportar la vergüenza social y posiblemente la soltería perpetua. Pero hoy no se miran las cosas igual, una mujer violada no es apartada por la sociedad sino que más bien la compadece y le ofrece tratamiento para su curación. Una mujer que es abusada jamás se casaría con su violador porque para ella ningún daño es mayor que ese, ni soportaría por la opinión social, verse ligada en matrimonio a él. El daño psicológico que sufre una mujer moderna es mucho que el de otra de aquella época. Ha sido puesta en un plano superior. ¿Y no hay cura para una mujer que es forzada? ¿Qué tratamiento? Un tratamiento social (que no le quita la culpa haciéndole perder la vergüenza; tiene que ver con la culpa y la vergüenza) y espiritual (que le provee respaldo, consuelo y futuro con las promesas de Dios). Ha sido abusada pero no deshonrada, la honra una mujer la pierde cuando voluntariamente fornica o adultera, pero una mujer violada es tan santa y gloriosa como antes, no ha perdido ni un ápice de su valor, de su calidad de mujer. No es indigna ni está envilecida; ha sufrido humillación, ultrajada, pero no debe perder su autoestima porque no vale menos. Su caso no la ha arrojado por debajo de las otras mujeres. Debe mirarse socialmente igual que todas. Continuamente tiene que recurrir a su valor, a mirar lo que le pasó como lo mira Dios (es un gigantesco acto de fe). Una mujer abusada sexualmente vale tanto como las otras y más que muchas. Tamar ha perdido su virginidad pero no su honor. Necesita crecer en madurez espiritual para manejar su violación, mirar hacia delante, al futuro y hallar otro hombre que conociendo su pasado la ame porque no es menos mujer para ser amada y para amar. Los sentimientos de venganza y odios dejárselos a Dios y a la justicia humana que saben cómo castigar a estos miserables y cuando lo oiga quedará satisfecha. Una mujer violada no es una mujer sin futuro.

13: 32

“Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha sido muerto; porque por mandato de Absalón esto había sido determinado desde el día en que Amnón forzó a Tamar su hermana”. Dice Gill que posiblemente él estuviera informado del asunto y no le dio aviso. Este fue el mismo hombre que le aconsejó violarla. Amnón la aborrece por culpa, vergüenza, por lo que ella le dijo sobre la infamia que cometía y que eso no era digno de un israelita, y las muchas palabras que ella tuvo que decirle antes y durante su violación. Y lo único que hizo David fue enojarse (v. 21); tal vez lo reprendió, pero no hizo justicia, al menos alguna; quizás podía haberla compensado con dotes, que le hiciera una casa, etc. No somos justos con la familia, si se le permite violar la ley de Dios sin mover un dedo contra ellos. Si el aparato de justicia no funciona el crimen crece.

 

 

Se resuelven más fáciles los problemas políticos que los familiares

13: 37; 14: 8-16

“Mas Absalón huyó y se fue a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días” y “David quería hacer volver a su hijo Absalón”. Los problemas familiares son quizás más difíciles de resolver que los problemas políticos, del estado, económicos y de otras naturalezas. David era capaz de resolver cualquiera otro pero hallaba dificultad para decidirse a hacer volver a su hijo Absalón. Un tiempo después lo hizo volver pero no le hablaba ni lo trataba como a un hijo (14: 24,28). Ya estaba consolado, quería con todo su corazón verlo, abrazarlo, besarlo; pero se abstenía de ello y pasaban los días, los meses, los años y agonizaba por aquel hijo. ¿Por qué no lo hacía volver a sus brazos? Nadie se lo reprocharía, todo el pueblo deseaba que lo hiciera porque sabía que David lo amaba mucho, era el más hermoso de todos sus hijos, el que él pensaba que el pueblo quería que llegará a ser su sustituto (se infiere por las palabras de la mujer de Tecoa (v. 15); por su huida de Jerusalén y por su terrible desconsuelo cuando éste muere (18: 33). Absalón lo defraudó, nunca llegó a ser lo que él esperaba porque por Jehová quería Salomón y no Absalón ni Adonías. He ahí por qué no podía resolver un problema familiar con la facilidad de una decisión militar o política. Hay muchos más conflictos dentro, más sentimientos, los sueños son más profundos, las realizaciones más completas, las alegrías más brillantes y las tristezas más oscuras. Un hombre que sea un triunfador en el mundo de la política, de los negocios, en la carrera militar, aunque sea alabado por el país entero, se siente fracasado si no triunfa como padre (23: 5). ¿Dejarás tu hogar para brillar en el mundo? ¿Vale menos tu familia que tu trabajo? Señor bendice nuestros hijos, el alma de nuestros hijos que es nuestra alma, la vida de ellos que es nuestra vida, la sangre de ellos porque corre por nuestras venas. ¿Para qué queremos todo el oro y el aplauso del mundo si perdemos a nuestros hijos? Ayúdanos a ser sabios para resolver nuestros problemas domésticos como nos capacitas para resolver los de nuestro trabajo. Amén. (Ver Job 42: 11-17); acaba el libro con su triunfo en la familia. ¿Crees que hubiera podido vivir tanto si no ocurre así?

14: 26

“El cabello pesaba doscientos siclos”. El cabello de este hombre pesaba unas 6 libras y cuarto, y algunos dicen que se los daba a las mujeres para adornos en sus templos. Su pelo era tan importante para él como para las mujeres. Ellas lo envidiarían. Eso es lo que pretendía este vanidoso personaje. No se lo cortaba una vez al año sino porque le molestaba. Barnes consideraba que esa cantidad es improbable y mejor sería leer 20 siglos. Sin un cero. Y tiene sentido.

14: 27

"Tamar", se llamó con el nombre de su hermana abusada. Los hijos de Absalón tuvieron que morir jóvenes porque no se dan sus nombres y por lo que dice en 18: 18.

14: 33

“Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón.”. “Y el rey besó a Absalón”. Lo perdonó y dio por concluido el castigo del destierro. ¿Acaso eso era suficiente? ¿Sin cárcel?

15: 7-11

"Porque tu siervo hizo voto cuando estaba en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehová me hiciere volver a Jerusalén, yo serviré a Jehová" “Tu siervo hizo un voto cuando estaba en Gesur”. ¿Para eso usas la religión que te enseñaron? ¿Para fingir, mentir, engañar? ¿Para tus ambiciones, para conspirar contra quien te ama tanto?

15: 14

" Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada”.  “Huyamos porque si no es así ninguno de nosotros escapará”. No lo creo. Ese pánico en un hombre como él, en estos momentos, no es real. Finge miedo y preocupación por ellos y la ciudad. La razón no la dice. Le deja el reino antes que matar a su hijo. No quiere pelear contra él. No huye, se retira. Cuando tuvo que enfrentarlo dio la orden que debió dar aquí, “no se dejen derrotar pero no toquen a mi hijo”. 

15: 20

"Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad  “Sean contigo la misericordia y la verdad”. “Jehová te muestre amor permanente y fidelidad” (RV). Según LBLA la misericordia es “amor permanente”. Me gusta esa definición. Oh Señor muéstrame tu amor permanente y fidelidad, siempre, como me lo has mostrado hasta el día de hoy.

 

Coloca en las manos de Dios todo lo que te ha dado

15: 24-29

“Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad". Mira como la fe de David no es en el arca ni en el tabernáculo sino en Dios; pide que el arca se quede en Jerusalén, pero está seguro que Dios va con él. Puede orar aunque esté lejos de ella (v. 31) y adorarlo (v. 32). Indudable es que sabía que allí estaba la presencia de Dios, tenía pruebas de eso, pero no únicamente. Su Dios no era local sino universal. Pocos hubieran hecho lo que hizo, colocar en las manos de Dios todo lo que él le había dado, se hallaba apto para desprenderse de las bendiciones y la gloria que había recibido. Acarició con sus ojos su amada arca y la dejó ir. Nos apropiamos de lo que Dios nos da como si fuera para la eternidad, como si fuera absolutamente nuestro y no transitorio. Ejemplos, el dinero, la salud, los hijos, los honores, las propiedades, etc. ¿Cuándo aprenderé que todo lo que he recibido es prestado por Dios y que suyo es el título de propiedad? ¿Estaría yo dispuesto a eso, en cualquier punto de mi vocación, poner en las manos de Dios lo que de él tomé? Señor dame gracia para que así obre. ¿No pudiera haberme hecho indigno de lo que una vez no lo fui? Quizás en el desempeño de mi trabajo pudiera pecar contra él, perder mi primer amor, ya no ser celoso y obediente como lo era cuando me eligió para su servicio como pasó con el rey Saúl. ¿Habría Dios de mantenerme donde me puso habiendo yo cambiado? Si no golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre ¿no ser eliminado? (1Co. 9: 27). No, amado, siempre hemos de andar como es digno de la vocación con que fuimos llamados (Efe. 4: 1-6). ¿Por qué hemos de asumir que siempre somos iguales, que ya somos perfectos, que nadie, ni Dios mismo tiene algo que reprocharnos? Esa es una actitud equivocada y soberbia, así pensó Caín. Yo no puedo pensar que todo lo que hago le complace al Señor, mis ofrendas no son todas perfectas en pensamientos, sentimientos, motivaciones. Me he dado cuenta que algunas de ellas las he tenido como del Espíritu y han sido carnales. El apóstol nos dice (Efe. 5: 10). No se trata de dejarnos arrebatar lo que Dios nos da, David no siempre actuó así con sus enemigos, ésta es una forma especial, su amado hijo, su anhelado sucesor, pero ha quedado señalado por el Espíritu como un acto de devoción a Dios; de fe que aunque llore pone en sus manos todo lo que ha recibido en toda su vida. Oh Dios, que lo principal sea complacerte a ti, teniendo o perdiendo; seas tú soberano sobre todo lo que me has dado y sobre donde estoy, como también hizo Abraham con su hijo.

15: 25,26

“Y si dijere: No me complazco en ti; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere". He aquí un verdadero amor por Dios y sus cosas, está dispuesto a que él le rechace o le acepte; totalmente a disposición de Él. A mí me daría miedo orar así.

15: 30

"Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían". “Subía David la cuesta de los olivos y lloraba”. Iba su líder llorando y el pueblo hacía lo mismo. Tal vez iban llorando y orando. Por ahí también subió llorando Jesús. Todos subimos esa cuesta algún día, con lágrimas en los ojos.

15: 31

"Y dieron aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel ". “Oh Jehová confunde el consejo de Ahitofel”. También quiere decir, o  vuélvelo tonto. Cuando un enemigo se alza contra Dios y parece que ahora sí tiene  todas las de ganar, tiene todas las de perder. Ningún enemigo nuestro es más sabio que Dios. Este fue el que metía con él la mano en su plato (Sal. 41: 9). La oración es una gran arma de defensa.

16: 3

"Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre ". “Ha dicho que la casa de Israel me devolverá el reino”. Eso es mentira, lo calumnias. Pero David no es un tonto para creerte. 

 

Ofensores que viven felices

16: 5-14

“Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo,  y arrojando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda. Y decía Simei, maldiciéndole: ¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso! Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres hombre sanguinario. Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué lo haces así? Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy. Y mientras David y los suyos iban por el camino, Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo. Y el rey y todo el pueblo que con él estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí”. “Jehová  le ha dicho maldice a David”. 

Bueno, hizo bien en no hacer caso de la injuria y aunque vivía bajo la ley de Moisés, y podía aborrecer su enemigo y darle ojo por ojo y diente por diente, actuó inspirado por el Espíritu Santo, y su respuesta fue evangélica porque el Espíritu de Cristo que se hallaba en él le dijo que no respondiera con maldición (Ro. 12: 14; 1 Pe. 2: 21-23). Sin embargo, pueden los que son apóstoles, a veces, actuar con menos gracia que los que viven en el Espíritu bajo la ley (Lc. 9: 51-56). Amado Señor ayúdanos con tu Espíritu a amar a nuestros enemigos, a bendecir a los que nos maldicen y a orar por los que nos ultrajan, para ser verdaderos hijos de Dios (Mt. 5: 44,45). Pero, ¿estaremos de acuerdo que fue Dios quien dijo a Simei que maldijera a David? ¿Puso Jehová en sus labios tales palabras? Es cierto que no hubiera hecho esto si no le concede licencia porque todas las cosas buenas o malas que nos ocurren en este mundo pasan por sus manos y en ese sentido debemos recibir las ofensas, las calumnias, los malos tratos, las bofetadas, porque por medio de ello Dios nos humilla. Si Dios nos da a beber esa copa, ni una sola gota de ese trago amargo hemos de rechazar (Jn. 18: 11). A no ser que sea conveniente para la causa de Cristo no hemos de defendernos porque si no somos humillados no podemos ser como Jesús y tener nuestro galardón tan grande en los cielos (Mt. 5: 10-12). David lo perdonó (19: 16-23); pero por parte de Simei era un gran pecado que muchos años después de haber sido cometido fue vengado, el propio David siempre vivió consciente que este hombre era un perverso, temporalmente perdonado, pero que merecía un castigo y lo pidió para él (1 Re. 2: 36-46). David esperó bendición de Dios por ser maldecido pero Simei maldición por maldecir (v.12). El no creyó en el arrepentimiento de Simei; sabía que no lo hacía de corazón. No te inquietes porque pasen años y Jehová no dé el pago a esos ofensores que viven felices; no se saldrán con la suya y serán juzgados por haber hecho más amarga la copa de los siervos de Dios, ¡qué triste será el final de los que intentan arruinar la reputación de distinguidos siervos de Jehová! ¿Tienes hambre y sed de justicia? Serás saciado. Y Jehová sabe a quién le dio licencia para que te humillara.

 

Se creía como un sustituto de Dios

16: 20-23

"Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón". Dice que, el consejo que daba Ahitofel era como si uno consultara la palabra de Dios. Esto es una exageración, como dice Gill. Era un hombre inteligente, por supuesto, pero no tanto como una Biblia abierta o tener el consejo de Gad o Natán profetas. Que si era astuto, sí, y con una mente carnal la cual es enemistad contra Dios, la clase de mente que tenía la mujer de Tecoa que utilizó Joab (14: 2). 

¡Qué consejo! La Palabra de Dios nunca hubiera aconsejado la fornicación, eso es opuesto a la voz de Dios, ni el hombre que la porta se suicida como él lo hizo. No se le puede negar inteligencia porque la tiene, pero al servicio de  sus intereses; y cuando se vio arruinado porque dio por seguro el fracaso de Absalón, el retorno de David, la muerte de él por traidor y la confiscación de sus propiedades y la familia en la pobreza, se aconsejó a sí mismo quitarse la vida. En cuanto a la popularidad que adquirió, presumo por su actuación posterior, fue alentada por él mismo o al menos se complacía en tal fama, con tal arrogancia, que no la obstaculizó. Se creía como un sustituto de Dios, al pueblo no le hacía falta consultar la Escritura, allí estaba él con su buen sentido común. El consejo que dio fue bueno (17: 14); con aquellos 12 mil hombres selectos y él al frente de ellos y en una operación sorpresa, hubieran atrapado a David y sus hombres, y él hubiera quedado como el segundo junto a Absalón. Pero ese buen consejo no se llevó a cabo porque Dios lo estorbó y otro consejo, el de Husai arquita, que parecía mejor, y así les pareció por la multitud que iría sobre el fugitivo rey, fue el que se siguió pero tenía una cláusula peligrosa, un talón de Aquiles, una hendidura en la armadura, que Absalón personalmente iría a la guerra y se llevara todo el honor de la captura y no un colaborador. Ese fue el mortal requisito. Conocemos la historia. Absalón fue muerto y David escapó. Lo que se fragua contra la obra de Dios siempre tiene un detalle por el cual fracasa, falla en un punto que hace sucumbir toda la operación. Dios nunca pierde ni tiene sustitutos ejemplares que con bulas y maniobras políticas dirijan la iglesia no como pastores sino como jefes de estado.  

17: 24-29; 9: 4

"Luego que David llegó a Mahanaim, Sobi hijo de Nahas, de Rabá de los hijos de Amón, Maquir hijo de Amiel, de Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim, trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiesen; porque decían: El pueblo está hambriento y cansado y sediento en el desierto".

"Todo lo que el hombre sembrare eso también segará", "haced bien a todos". David había sido bueno con estos y ahora ellos les retornan los favores que él les hizo. "La piedad tiene promesa para esta vida presente" (1 Ti. 4:8). Esto es un alivio enviado por Dios, no de su familia sino de amigos. La conducta cristiana paga.

 

La mejor utilidad de un pastor

2 Sa. 18: 3

"Mas el pueblo dijo: No saldrás; porque si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la mitad de nosotros muera, no harán caso de nosotros; mas tú ahora vales tanto como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda desde la ciudad". Así se dijo, "pero tú vales por diez mil de nosotros”. El Sr. Gill tiene un pequeño comentario delicioso, dice él que tanto el Targum como los judíos eruditos afirman que le pidieron a David que se quedara en la ciudad y no fuera a la guerra para que los ayudara con recursos, con hombres, y con sus oraciones y consejos. ¡Qué bonito es eso, que el pueblo del Señor confíe en ambas cosas en sus ministros! Con oraciones y consejos él haría allá más que aquí exponiendo su vida al filo de la espada enemiga. Los pastores no tienen que estar envueltos en todo lo de la iglesia, tienen sus superintendentes, pero sí atentos a todo, no ignorando nada y apoyando cada cosa y sugiriendo lo conveniente si hace falta. Moisés sobre aquel montículo fue más útil a su pueblo que abajo ayudando en la pelea contra Amalec (Ex. 17: 9-13, nota). Cuando ellos dijeron que David valía por diez mil se referían a que si morían diez mil de ellos a los enemigos no les importaba si podían atraparlo a él, o no le harían caso a diez mil con tal de matar a David, o como quiero pensar, tus oraciones y consejos valen una enormidadtú orando y aconsejando ayudas como diez milcontigo sólo el ejército aumenta en diez mil hombrescon lo que tú aconsejas y con tus oraciones somos invencibles. ¡Cuánto valía el rey para ellos! Iglesia ¿valoras tanto a tu ministro?, además de sus consejos, su presencia y sus oraciones ¿qué más quieres de él? ¿Crees que tienes que exigirle más, con eso no es suficiente, y si te da eso no te quedas conforme?

18: 8

"Y la batalla se extendió por todo el país; y fueron más los que destruyó el bosque aquel día, que los que destruyó la espada “El bosque devoró más gente que la espada”; muchos se perdieron, las fieras, los reptiles, los árboles se encargaron de ellos. Cuando los hijos de Dios pelean contra sus enemigos la creación deja de gemir y se declara en pie de guerra, las aguas anegan, el fuego devora, el granizo se vuelve de piedra y se arroja sobre la tierra, la luna no da su resplandor, el sol se pone, el viento rompe las piedras, el desierto se traga los suyos, el mar se desboca, y las estrellas también litigan (Ex. 9: 24; Jos. 10: 11-13; Jue. 5: 20; 1 Re. 19: 11,12). Las muelas del león rugiente están listas para devorar a los injustos agresores a Dios.

18: 14

“Y respondió Joab: No malgastaré mi tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina”. “No malgastaré mi tiempo contigo”; me aburres con esa cháchara. En tiempo de guerra se habla menos y se pelea más. Pero lo que le estaba diciendo era cierto. Si mata a Absalón, el rey ordena su muerte.

Reflexiones sobre un obelisco 

18: 17,18

“Absalón se había erigido una columna para sí pues se había dicho: no tengo hijo para perpetuar mi nombre”. 

Primero que todo permítanme algunas derivaciones inferidas del texto, a modo de aclaración: es una buena cosa tener un edificio propio donde uno pueda reunirse para adorar al Señor; las ventajas son muchas por los ministerios que se pueden tener, y es un incentivo si tiene buena localización para la gente que busca donde congregarse. 

Hay un mito alrededor de eso, que una iglesia sin un templo propio no crece, se estanca. Es la teoría de los que escriben sobre “iglecrecimiento”.  Si la gente asiste a la iglesia por el templo que tiene y no por el evangelio, ¿es eso iglesia? Eso contradice la historia del cristianismo. En los primeros siglos la iglesia no tenía templos, se reunía en las casas y crecía, y por otro lado cuando los tuvo creció mucho pero se contaminó, y después dejó de crecer. Lo que hace crecer una iglesia no es el templo es el evangelio y la vida misma de sus miembros. Los primeros cristianos usaban el templo judío para orar y para enseñar la Escritura, y fuera de Jerusalén también utilizaban las sinagogas, y además se dice “en el templo y por las casas” (Hch. 5: 42). Los cristianos llegaban a las casas, la saludaban y entraban. En un contexto diferente eso se puede hacer con los familiares, con los amigos. El crecimiento de la iglesia es un asunto familiar, doméstico y fraternal. El lugar donde la iglesia se reunía no era el sitio de evangelización de los pecadores sino de oración, aprendizaje, alabanzas (1 Co. 14: 23), era en un hogar donde la familia solía comer junta. Eso no quita que hoy lo usemos con ese propósito. La forma normal de tener un sitio propio es el crecimiento de la congregación, y eso hará posible tenerlo, no al revés, tener el local para crecer.

En segundo lugar, la sociedad será impactada no con los edificios que hagamos sino por la iglesia misma, por las vidas construidas por Dios. Lo principal de la iglesia es que ella se convierta en una casa donde se ofrezcan sacrificios espirituales (1 Pe. 2: 5), donde more Dios, que no habita en templos hechos por hombres (Hch. 17: 24,25); ella  es un edificio de Dios (Efe. 2: 20-22), donde cada miembro sea una columna en su congregación (Apc. 3: 7-13). Que los pastores sean las principales columnas (Ga. 2: 9), que ella sea columna y baluarte de la verdad (1 Ti. 3: 15), o “pilar y base” (apoyo) de la verdad, y la gente se admire no de las piedras donde se reúnen  sino de la clase de vida que llevan (Lc. 21: 5,6), cada uno convertido en un templo del Espíritu Santo, en un cuerpo santo.

En tercer lugar, al fin llego a la explicación del texto y me ocupo de Absalón y su obelisco o monumento, que es lo mismo, hecho por él para inmortalizar su nombre y que lo recordaran las generaciones venideras; pero no fue así, aunque su nombre quedó inmortalizado no fue por aquel monumento de piedra sino por el monstruoso monumento de su propia vida, la historia de cómo vivió, y que la utilizó no para ayudar a otras vidas sino para hacerles daño y aprovecharse de ellas, que vivió para su cabello (2 Sa. 14: 26), como un hombre resentido y con odio y sin virtud vengó la violación de su hermana. Ha sido recordado su nombre no como un buen hijo sino un mal hijo que en vez de imitar a su padre se creyó mejor que él y lo envidiaba. 

Hubiera sido su historia otra si hubiera ayudado a Tamar a recuperarse sicológicamente del trauma de la violación, porque aunque la llevó para su casa y le dijo que era su hermano, pudo haberla ayudado a encontrar un hombre que se casara con ella, si hubiera ayudado a su padre en la consejería del pueblo y no aprovecharse de esa confianza para ir robándoselo, si hubiera cultivado su vida de modo que cuando muriera su papá, él  le hubiera sucedido en el trono, luchando por sus metas y no robando el triunfo de otro, si hubiera ayudado a su padre en sus caídas y no sirviera para avergonzarlo y servirle de castigo de Dios, como lo fue al acostarse con las concubinas de David por causa del pecado de éste con Betsabé; si hubiera seguido buenos consejos y no malos, y no que él con su conducta acortó los años de vida de sus hijos (14: 27), que murieron jóvenes o niños y la suya también, y  quedó colgado por el cabello en una encina y Joab le clavó tres dardos de hierro en el pecho y los jóvenes lo traspasaron con espada cuando aún le quedaba alguna vida y lo tiraron en un hueco como si fuera una basura y lo cubrieron con piedras (18: 9-17). Esa fue su sepultura. Esas eran las piedras que habrían hecho un monumento de inspiración para las generaciones futuras. Los turistas dirían ¿adónde vamos primero, al obelisco de Absalón o a su sepultura? Y los que fueran primero donde estaba enterrado ya no querían ver el obelisco de aquel hombre que vivió y murió sin gloria. Después nadie iría a ninguno de los dos sitios. Aplicando eso, serás recordado si escribes tu vida en la de otros, si son ellos los obeliscos donde lean tu nombre, y si son ellos los que construirán tu obeliscono tú mismo, como el monumento a Washington, en esa ciudad. O, soporta la pregunta,  ¿eres un obelisco de pecados y rebeldía contra Dios?

 

Ponte allí 

18: 19-30

"Y el atalaya volvió a decir: Me parece el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc. Y respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buenas nuevas ". "Y el rey dijo: ¿El joven Absalón está bien? Y Ahimaas respondió: Vi yo un gran alboroto cuando envió Joab al siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué era. Y el rey dijo: Pasa, y ponte allí. Y él pasó, y se quedó de pie". “Pasa y ponte allí”; y se quedó de pie sin ningún recado porque nada tenía que decir. Si no tienes nada que decir de tu salvación, de Cristo, del amor divino, entonces “ponte allí”; pero si traes tu mensaje, si conoces la gracia, la misericordia y el amor de Dios, habla y no calles. Si no tienes un mensaje importante ¿para qué correrás? No entretengas, predica cosas importantes y “las mejores pertenecen a la salvación” (He. 6:9). ¿No es eso agotamiento por gusto, gastar fuerzas en vano, disipar energía sin provecho, como “golpear el aire”? (1 Co. 9:26). No sudes en vano. Espera que te den el mensaje y te autoricen a correr, no corras sin autorización, obedece al mandato de Dios. 

Si quieres correr porque siempre has corrido, corre, pero no tendrás nada que decir aunque lo sepas, si tú no eres el designado para llevar el mensaje estás obligado a quedarte callado. Eres mensajero de buenas nuevas, hijo de Sadoc el sacerdote, y hay noticias malas que las deja Dios para otros como este etíope. Tú tienes una comisión especial. No es hablar por hablar sino lo especial que quiere Dios que digas. No es predicar sino tener un mensaje de Dios. Tu reputación como mensajero reposa en la clase de mensaje que llevas y la gente desde que ve que eres tú, el que viene sabe de antemano que sus oídos escucharán buenas noticias.

 

Son nuestros aliados pero no nuestros hermanos

19: 1-8

"Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy han librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas". “Joab dijo: Hoy has cubierto de vergüenza el rostro de todos tus consiervos”. Mira como este hombre le habla a David, quizás ásperamente, tal vez con un poco de exageración, pero fundamentalmente es cierto lo que le dice; Joab quizás no comprendía ni compartía los sentimientos paternales de David, pero lo que políticamente le dice es correcto. La carrera vocacional de David se hallaba en crisis por causa de sus sentimientos de padre. Con sus palabras, el causante de su dolor y homicida de su amado hijo, se la salva. De cierto modo tenía que agradecer su puesto a Joab. Los hijos de Sarvia siempre fueron muy duros para David. Nunca, aunque David lo intentó, pudo quitarse a Joab de su lado (v. 13; 3: 26-29). Este hombre era ambicioso y se asió a su cargo de General del ejército y no lo soltó hasta su muerte. 

Hay gente que se queda a nuestro lado porque Dios lo quiere, nos ayudan en nuestro trabajo, pero no son las personas que quisiéramos tener como compañeros porque guardamos contra ellos tanto dolor que no quisiéramos tenerlos cerca. Hay un abismo enorme entre la vida de ellos y la nuestra, no podemos meter juntos la mano en el mismo plato ni  “comunicarnos dulcemente los secretos en la casa de Dios”. Son nuestros aliados pero no nuestros hermanos, colaboran bajo nuestro liderazgo pero entre tanto que ellos tomen de él algún beneficio; nos apoyan porque les conviene y nos hablan de nuestro deber con más severidad que la que se merecen los pecados que cometemos. Puede que quien más dolor nos haya causado, que quien más daño haya causado a nuestra familia sea quien más haya colaborado con nuestro triunfo.

Sin embargo, David se equivocó toda su vida con los hijos de Sarvia; pudo haber juzgado a Joab por sus varios homicidios y lo único que hizo fue desentenderse espiritualmente del pecado que cometió y componer elegías. Nunca llevó a Joab al banquillo de los acusados ni lo condenó como hizo con aquel otro que mató a Saúl. Pudo, con la ayuda de Dios, haber juzgado a Joab y desentenderse de él, pero le tuvo miedo y prefirió erróneamente soportarlo toda la vida como una espina a su costado. Oh Señor, ayúdanos a reemplazar aquella figura importante que no nos atrevemos a cambiar. ¿Por qué hemos de tener siempre un liderazgo triste, obstaculizado por una persona que no queremos que nos acompañe?

 

Perdón temporal

19: 16-42

“Y Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, se dio prisa y descendió con los hombres de Judá a recibir al rey David. Con él venían mil hombres de Benjamín; asimismo Siba, criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey”. “Simei, venía con él mil hombres de Benjamín, y Siba y con él sus quince hijos y veinte siervos”. Este es el retorno de David; ¿no se te parece al regreso de Cristo? Tanto los amigos como los hipócritas salieron a recibirlo, porque cuando uno triunfa, si llega al poder, los simpatizantes y los viejos adversarios obran igualmente. Los enemigos, como Simei, aterrados por las conciencias de sus maldades, tratan de ganar la simpatía con fingido arrepentimiento; de Aquél a quien en su humillación tanto ofendieron. Simei dijo: "Reconozco haber pecado" (v. 20), pero sólo de labios, por conveniencia y sin gracia, aunque recibió perdón temporal, porque años después sus pecados fueron cobrados. ¿No nos enseña eso el perdón temporal, los pecados que por muchos años se condonan y que se suspende la sentencia y el juicio? Ningún pecado se perdona eternamente si es que se confiesa por conveniencia, no sinceramente. ¿No lo dijo faraón? (Éx. 9: 27). ¿Y Judas? (Mt. 27: 4). Aquí no hubo reconciliación ni restitución (un servicio fiel por el resto de su vida). En el regreso de David los humillados fueron exaltados, los maltratados fueron vindicados, y el nombre y la reputación corregida, como Mefi-boset (vv. 24-30). Cuando Cristo venga juzgará directamente y el honor y la gloria de los que habían sido humillados serán restaurados. La venida de Cristo traerá sobre todos recompensas (vv. 31-40). Todo el que ayudó al Señor en su humillación será recompensado, el Señor traerá a la memoria de los santos sus actos buenos y compartirán con él el juicio y el reino (Mt. 19: 28; 1 Co. 6: 2). Señor que me halle preparado para tu retorno, que no me encuentres con ningún perdón temporal, tampoco ser de los hipócritas que adoran por conveniencia. 

 

Erosión y cambios que producen los años

19: 31-37


"Y Mefi-boset dijo al rey: Deja que él las tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa. También Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para acompañarle al otro lado del Jordán. Era Barzilai muy anciano, de ochenta años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico. Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén. Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? ".“¿Cuánto tiempo me queda de vida para que suba a Jerusalén?”. Quizás estés familiarizado con la descripción física que de un anciano hace Salomón en Ecl. 12, una persona decrépita, consumida por los años; pero estas palabras dichas por Barzilai a David no son las de un escritor que diserta sobre la vejez sino el testimonio vivo de la erosión y cambios que producen los años en el sistema humano. Barzilai discurre convincentemente en lo que acontece a una persona anciana, que puede llamarse preparación natural para dejar este mundo e ir a Dios. Indudablemente que cuando envejecemos nuestro organismo y personalidad sufre cambios; ¿no has oído como la gente joven le dice a cualquiera que no apeteceparticipar en algo, “estás hecho un viejo”? Eso nos ocurre, amados, porque Dios nos lo hace sentir, desafectos para este mundo, para que sea menos el dolor de tener que dejarlo. Ocurre naturalmente como una ayuda que ha puesto al mecanismo para la aceptación de la muerte. Sin embargo Moisés y Caleb eran ya ancianos cuando Dios los llamó y ninguno de los dos puso como excusa la multitud de años para negarse, sin mencionar el asunto se colocaron a disposición del Señor y él los ayudó a cumplir su voluntad, y ambos con un rotundo éxito. Tal vez la erosión del tiempo sobre Barsilai fue mayor que la de los otros dos. 

19: 37

"Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Mas he aquí a tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere. Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam, y yo haré con él como bien te parezca; y todo lo que tú pidieres de mí, yo lo haré". “Quimam mi siervo”; algunas versiones antiguas dicen que era su hijo y que le servía muy bien y para quien deseaba, en su lugar, los honores. Da Señor a mis hijos los  honores que yo no puedo disfrutar. Si alguna gloria te falta por darme y el tiempo de mi partida ya llega, traspásala a ellos.

 

Cuando uno tiembla y se desanima

20: 12 

"Y Amasa yacía revolcándose en su sangre en mitad del camino; y todo el que pasaba, al verle, se detenía; y viendo aquel hombre que todo el pueblo se paraba, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una vestidura". “Al ver que todo el pueblo se detenía lo sacó del camino y lo cubrió”. Horrorizados, quizás para llorar y reflexionar; cuando uno ve caer a un hermano amado con su testimonio maltrecho tiembla y se desanima. Si ha muerto se extraña, si ha caído en pecado se llora. El pueblo se detenía e hizo bien en quitarlo de la vista y taparlo. ¡Oh la publicidad, cuánto daño hace la prensa profana ávida de noticias, al reino de Cristo cuando un general del ejército de Jehová es abatido por la daga de alguna tentación! Quiera Dios, si somos débiles y propensos a pecar que nunca lleguemos a ser populares para que nuestros pecados no frenen a su pueblo. Señor misericordioso, esconde nuestras faltas. Cuando un gran líder cae hay que esconder en lo posible su mal testimonio para que pronto lo olviden. No al periodismo verbal en la iglesia, ese que aquí llaman amarillista o sensacionalista. Una forma que he tomado para decir chismografía. Amén. 

 

La mujer con las puertas abiertas a la nación, la política o la guerra

20: 14-22

“La cosa no es así: mas un hombre del monte de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David; entregad a ése solamente, y me iré de la ciudad. Y la mujer dijo a Joab: He aquí su cabeza te será arrojada desde el muro. La mujer fue luego a todo el pueblo con su sabiduría; y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, y se la arrojaron a Joab. Y él tocó la trompeta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Y Joab se volvió al rey a Jerusalén”. ¿Ves como esa mujer con su sabiduría libró a su pueblo? Si no es por su intervención y prudencia, hubieran muerto muchos inocentes por causa de una sola persona. Pensó que cada uno debe llevar su propio pecado y no buscar a otros para que lo respalden y defiendan el mal que hizo. ¿Es que no había hombres que pensaran como ella lo hizo? ¿A ninguno se le ocurrió lo mismo ni visionó como ella la destrucción que a todos amenazaba? Uno lee en la Biblia que aunque la mujer se hallaba sujeta a su esposo no estaba absolutamente obligada al hogar; también tenía las puertas abiertas al servicio de la nación, la política o en la guerra. Si primeramente el hogar y los hijos eran su ministerio, no tenía las puertas cerradas para otros servicios si la cultura suya la elevaba a esos puestos. Esta mujer era una persona culta. No es su papel de madre y esposa lo que ha hecho a la mujer inútil en esos campos sino la incultura de ellas, su falta de educación es lo que la ha puesto en un lugar social secundario muy lejos del hombre. Muy bien mujer, hiciste lo correcto al descabezar la rebelión. Es lo que hay que hacer para terminar con una amarga división. Amén.

21: 1

“Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas”. Siempre que falten las bendiciones de Dios debemos preguntarle en oración para que nos revele la causa. La cual tiene que ver con un pecado en el pasado.

 

No tienen que venir con un pañuelo en la mano y dando gritos

21: 3

“Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?”. Amado,  en las manos de la persona contra la cual hemos pecado se halla nuestra bendición; tenemos que ir adonde ella y pedirle perdón, si eso es lo que quiere, para que nos bendiga. El que ofende a otro se priva de una bendición. Si traes tu ofrenda al altar y te acuerdas que un hermano tiene algo en contra tuya, deja tu ofrenda y ve y habla con él. Y ¿qué pasa si se niega? ¿No seremos bendecidos? Porque alguien no nos perdone, ¿no recibiremos bendición? Sí la recibiremos porque aunque David dijo: “Para que bendigáis la heredad de Jehová”, los gabaonitas no podían hacer llover sino Dios. Si Dios nos ve arrepentidos y tratando de solucionar un problema, eso es suficiente, aunque el otro se niegue a bendecirnos y no lo quiera. Dios bendijo a Nínive aunque Jonás no quería que lo hiciera. 


Si los gabaonitas hubieran dicho: “No, porque el daño que nos causaron es irreparable, ya nadie nos puede devolver nuestros muertos”, hubieran perdido, pasando de ellos la oportunidad de que se les hiciera justicia. Si un hermano no perdona a quien le solicita el perdón, que no piense que Dios sigue al lado de su amargura y rencor. Por otra parte, cuidado si vienen a pedirte perdón, no exageres la satisfacción que pides al ofensor para estar tú contento. Hay hermanos que no se conforman con un simple “perdóname”, quieren que se les particularice el pecado, que se humille más, que se arrodille en su presencia y que llore; desean humillarlo, “ahorcarlo” como pidieron los gabaonitas.  Esa forma de satisfacción cruenta, según la ley, ojo por ojo y diente por diente, no es evangélica. Jesús dijo: “Si vienen y te dicen: me arrepiento, perdónale”, no dice que tienen que venir con un pañuelo en la mano y dando gritos o vestidos con cilicio. ¿Qué culpa tenían estos jóvenes del pecado que cometió Saúl? Dios quería que se hiciera justicia pero no esa, bárbara, fiera, horrible. No fue justicia lo que ellos hicieron sino que se vengaron. Acaso, ¿no habría otra forma de “justicia” menor? Es mejor dejar la venganza en las manos de Dios y no tomarla por nuestra cuenta, podemos estar tan heridos y sentirnos tan ofendidos que lleguemos a ser “demasiado justos” y destruirnos (Ecl. 7: 16). Señor, ayuda a tu pueblo que perdone sus ofensas y agravios, sé con nosotros para ser misericordiosos y no añadir rencor y venganza a lo que tú consideras nuestro derecho de satisfacción. 

 

Con menos Dios hubiera estado conforme

21: 8-14

“Hijos de Mical”, no, es mejor decir Merab su hermana. Se supone que Merab los tuvo y Mical los crió.  Así lo dicen unos manuscritos antiguos. ¿Qué te parece eso que hizo Rizpa, hija de Aja, concubina de Saúl? Di lo que quieras de ella pero es todo una madre, cómo tiende sobre sí una capa y ahuyenta día y noche las fieras y las aves para que no se coman las carnes de sus amados hijos. ¿No había otra forma de recompensa y de restitución gabaonitas que exterminar a los inocentes? David, ¿valen unas gotas de lluvia tanto como la vida de estos siete seres humanos que su único pecado era pertenecer al linaje de Saúl? Debiste negociar esa venganza. Aplacarlos. Hacer que se conformaran con cualquier cosa menos que con sangre. Quizás dinero, tierras, casas, vacas, ovejas y honra y gloria. Dios no estaba pidiendo tanto, el cuanto lo pidieron ellos, Dios quería sólo que hubiera perdón, que se compusiera el pacto roto, pero no así. Después, al ver las nubes cargadas de agua sobre Israel y los campos reverdecidos pensarían que habían hecho lo correcto. No, fue demasiado, con menos Dios hubiera estado conforme. Es justicia lo que Dios respalda no la venganza.

 

Desde la juventud venimos tirándoles piedras

21: 15-22

“Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó. E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David”.  ¡Dios mío cuánto trabajo pasó David para llegar al trono, permanecer en él y durar en su puesto. Ninguno de sus líderes lo amaba, estaban a su lado por conveniencia. Y los filisteos no le daban tregua. Casi toda la vida estuvo luchando contra ellos, siempre venciéndolos, hasta en la edad cuando comienza su física declinación, ésta. Los filisteos producían gigantes. Israel ninguno. El gigante de Israel era Jehová (Je.20:11). “Doce dedos en las dos manos y doce en los dos pies. Plinio habla de un patricio que tenía dos hijas que tenían seis dedos en cada mano y las llamaban sedigitae, con seis dedos,  y  Volcacio, un famoso poeta llamado por la misma razón Sedigitus, con seis dedos; y de otros escritores sabemos de otro que tenía ocho dedos en cada pie; y Tesias habla de personas en las montañas de India que tenían ocho dedos en cada mano y ocho en cada pie, ambos hombres y mujeres” (J. Gill). Llegamos a adultos con honor, somos la lámpara de Israel, y aún hay gigantes que quieren derribarnos. Desde la juventud venimos tirándoles piedras, hemos decapitado a muchos, pero nacen otros y nos buscan para liquidarnos, y se aprovechan cuando ya estamos cansados, y nos vemos obligados a cambiar de frente y orientar a los soldados con la experiencia y nosotros dirigir el todo desde una posición distante.  ¿Es que el pecado no muere nunca?

 

No adoro a un Dios imaginado

22:7-17

"E inclinó los cielos, y descendió;  y había tinieblas debajo de sus pies, y cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento ". “Cabalgó sobre un querubín y voló sobre las alas del viento”. Este es el testimonio de oraciones contestadas; David compone este salmo (Sal. 18) una vez que el Señor le ha respondido un cúmulo de oraciones y sus enemigos han sido arrasados. Nota como él concibe que Dios respondió sus oraciones y del modo tan gráfico que imagina como Dios se movió contra sus adversarios. Es una imaginación poética no que literalmente halla ocurrido de ese modo. Oh sí, bendito sea el Señor por el don poético que ha dado a los hombres y les permite a ellos con palabras tan gráficas dibujar lo abstracto e invisible, concebir lo eterno y traer al tiempo la inmensidad de la eternidad infinita. 

David imagina cómo ocurrió su contestación, pero no imaginó la contestación. Su imaginación se fertiliza sobre un hecho histórico, sobre una realidad existente, que ocular y con muchos testigos podía probar, la liberación de todos sus enemigos. La imaginación en la religión judía no precede a la historia sino que se inspira en ella y la describe. La revelación del Dios del judaísmo es primero la historiade sus hombres y luego imaginación. Siempre la imaginación de los profetas y poetas estaba supeditada a la verdad y a los hechos. Así es contrario a las religiones paganas que son puros mitos de la imaginación humana sin la historicidad de los eventos. Los poetas griegos y romanos inventaron sus dioses y le dieron luego al pueblo una religión llena de mitos y leyendas inverosímiles. Pero el Dios de la Biblia no surge así, aparece en la primera página del Génesis creando al mundo, haciendo historia, realizando eventos, formando una nación que le sirva de testigo a las otras. Podemos estar seguros que no adoramos a un Dios creado por la fantasía humana, inventado por las antiguas musas, sino un Dios revelado históricamente. 

La parte que tiene la imaginación humana en nuestra religión es para hacerla inteligible, para humanizar lo divino, para que pueda en efecto conllevar adecuadamente la verdad revelada por un Dios abstracto, infinito, incorpóreo, trascendente y glorioso. La imaginación bíblica no es idea  acerca de Dios sino la reacción humana a la presencia de ese Dios; brota de una experiencia humana cuyo vehículo es la inspiración de la poesía. Por eso tiene raíces experimentales, personales e históricas. Cuando hallamos el uso de la imaginación en la revelación, apartamos el follaje que adorna la verdad y localizamos entre sus hojas y pétalos el evento acaecido. No parte de una suposición abstracta ni sueña como ocurrirán las cosas sino como ocurrieron, cómo pasaron. Si quitas la imaginación a los salmistas, les suprime la forma hermosa en que expresaron sus experiencias con Dios; y si se la quitas a los sermones del Señor Jesucristo, arrebatas de sus labios todas sus parábolas, pues ellas fueron fruto de su celestial imaginación. 


La imaginación hebrea acerca de Dios nunca dio origen a la idolatría, jamás se usó en el arte. No representaba “lo que estaba arriba en los cielos y abajo en la tierra” sino las experiencias humanas, conllevaba a un conocimiento y formaba parte de la adoración en ese sentido, no como símbolos para los ojos y cualquiera de  los sentidos. Gracias Señor porque has dado ese don a los escritores bíblicos para que contribuyeran a nuestra fe en la revelación. Gracias porque no adoro a un Dios imaginado, concebido, sino descrito en la Escritura. Gracias porque David no imaginó que tú le habías respondido sus oraciones sino cómo se las habías respondido; la forma de la imaginación no es la verdad sino su fondo. Él supo explicar sus victorias más allá de sus logros militares. 

22: 19

“Jehová fue mi sostén”. Yo puedo decir lo mismo, Dios me da su apoyo (RV).

22: 20

“Me sacó a un lugar espacioso porque se complació en mí”. Siempre es por gracia porque “agradó…revelar a su Hijo en mí”.

22: 21-26

“Jehová me ha premiado conforma a mi justicia” (vv. 21,22).Aquí no habla de su salvación sino de su vocación como rey, militar y no político. Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, éste obtiene el éxito. Si ajustas tu conducta a la palabra de Dios "todo te saldrá bien" y "serás como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae" (Salmo 1). Tiene mucho valor nuestro testimonio ante Dios.

22: 29

“Jehová alumbra mis tinieblas”. Señor tú has alumbrado mis tinieblas y cuando todo ha estado apagado alrededor tú me has iluminado. Y he visto el camino cuando he sido por ti puesto en él.

22:30

“Contigo aplastaré ejércitos y asaltaré muros”, (por altos que sean). Se acabaron los enemigos internos (y los temores, por supuesto), ahora puede enfrentar mejor los “conflictos” externos (2 Co. 7: 5) y combatirlos para extender el reino. Es la hora de la expansión, de llevar las conquistas de Jehová no a un puñado sino a otros muchos, extender su soberanía a otras regiones, ir más allá de donde estamos. ¿Tenemos paz doméstica? ¿Estamos tranquilos? ¿Permanece el amor fraternal y la ayuda mutua no la olvidamos? Pues ¡adelante! ¡Qué bendición! Cuando Dios da a la iglesia la bendición de estar en paz los unos con los otros, ya se puede mirar afuera y “desbaratar ejércitos y asaltar muros” porque “allí envía Jehová bendición y vida eterna” (Sal. 133).

Oh Dios si hemos llegado a ese momento (Oct. 1996), ayúdanos en lo porvenir. Permítenos extendernos a otras regiones ahora que tus enemigos han muerto, se han dispersado o se han rendido. Sin embargo el diablo acecha cuando la iglesia está tranquila y todo es felicidad, y grandes peligros pueden estar esperándola sin que haya señal alguna. (Y sucedió así, dicho en 2013).

 

El arco de bronce, la honda, la espada, la piedra

22: 32-37 

“El adiestra mi brazo para tensar el arco de bronce”. En este texto hallas algunas cosas importantes, para los que sirven a Dios como guerreros en el campo de batalla. El siervo de Dios debe ser fuerte, y Dios le da fuerzas; esto lo menciona David dos veces (vv. 32,35). Un guerrero en aquellos tiempos cuando tenía que pelear cuerpo a cuerpo, debía ser vigoroso. La victoria dependía personalmente de eso antes que las armas que usara, debía aventajar físicamente a sus opositores. La guerra moderna es distinta y no importa tanto la capacidad física de un soldado como las armas que utiliza. Pero en la guerra espiritual continúa siendo distinto aunque nos hallamos en tiempos modernos, continuamos usando como armas la espada del Espíritu que es la palabra de Dios, la vieja verdad, el evangelio es la única. ¿No has pensado en la revelación del Apocalipsis que aunque habla para tiempos modernos menciona espadas, carros y caballos, armas viejas, de la misma manera que nuestros hermanos en la primera guerra las usaron? En el sistema de guerra espiritual se combaten viejos enemigos espirituales, el pecado, el mundo, el diablo, y se les ataca con aquellas antiguas armas, con catapultas, terraplenes, sitios, piedras, lanzas, escudos y dagas, sin aviones ni misiles. El diablo, el mundo, antes de atacar la iglesia ataca uno a uno a sus miembros, uno a uno corromperlos, endurecerlos, y el ataque no es de lejos sino cuerpo a cuerpo. El soldado del Señor tiene que ser fuerte y cualquiera otra cosa que no sea la oración, la fe, no sirve. Oh Dios fortalécenos.

22: 42

“Aun a Jehová oraron y él no les respondió”. ¿Apóstatas? ¿Falsos profesantes? ¿Paganos con Jehová entre otros? (Hch. 17: 22,23). Qué terrible en el día del juicio para aquellos que han dejado al Señor, claman a él y ya no tienen tiempo, o se enferman de muerte y claman a Dios, un peligro; ya en vano oran porque no es tiempo, Dios no está cercano, han blasfemado al Espíritu Santo (He. 6: 4-6). Lo mismo pasa con los que profesan ser de Dios y también son amigos del mundo, o los que se oponen a los ministros (David), tampoco serán oídos, no se han convertido en corazón. Señor sé con esos para quienes tú serás el Dios del último instante, cuando ya no hay remedio. (28: 6; Pro. 1: 28).

23: 1

“Las últimas palabras de David”, después del salmo, las últimas inspiradas, en alguna colección, pero no las últimas que dijo porque después estaría lo de la instalación de Salomón y la construcción del templo en lo cual él tuvo que ver, ayudando y opinando. ¿No?

 

Su familia no era como él quería 

23: 3-5

“El Dios de Israel ha dicho, me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios. Será como la luz de la mañana, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra. No es así mi casa para con Dios; sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga él florecer toda mi salvación y mi deseo”. 

Esas palabras las traducen en forma negativa, y así las comento según RV, o en interrogación como la traduce LBLA y muchos comentaristas. Nota, amado, que a veces las bendiciones que Dios da a un hombre en su ministerio exceden a las que les concede dentro de su misma familia; David pudo estar más satisfecho vocacionalmente, en relación con su reinado, que familiarmente. Amnón violó a una de sus hijas, luego su hermano Absalón lo asesinó, éste mismo levantó una rebelión en su contra y Adonías  quiso usurpar su trono. No pudo sentirse satisfecho con relación a su familia, ella no era “así para con Dios” porque hubiera querido que fuesen como él o aun mejores. Para los de afuera fue como la lluvia del cielo que hace crecer la hierba, como la luz matutina del sol; las bendiciones divinas para su trabajo excedieron a las de su hogar. 

Sin embargo, ni en uno ni en otro, a pesar de tener tan preciosas promesas, pudo sentirse completo, nunca llegó a la marca que se propuso o hasta donde sabía que hubiera podido llegar con Dios porque sus pecados se lo impedían; y en esto, ni aun San Pablo lo logró porque al final de sus días todavía declaraba que aun no lo había alcanzado y proseguía (Flp. 3: 12,13). David supo que ni aun en su salvación se sentiría como quisiera pues en otro lugar dijo que sólo estaría satisfecho cuando resucitara (Sal. 17: 15). Oh Dios, bendice a nuestras familias para que sean contigo como quisiéramos que ellos fueran; aunque tú nos hayas prometido cuidar de ella cuando hayamos pasado; Señor, cuando los vemos vivir como viven y que sólo piensan en lo terrenal, lamentamos que no sean para contigo como quisiéramos (7: 12-19). Es que, Señor, nuestra satisfacción viene más por vía de nuestra semejanza contigo que con una realización vocacional. 


23: 8

“Estos son los nombres de los valientes que tuvo David: Joseb-basebet el tacmonita, principal de los capitanes; éste era Adino el eznita, que mató a ochocientos hombres en una ocasión”. No tuvo un nombre famoso como Sansón pero hizo cosas como él. A estos no se les llama "héroes" sino valientes. Tenían el mismo Espíritu que Sansón. Señor haz con nosotros las cosas que hacías con ellos. Este hombre aquí dice que mató 800 y en Crónicas 300. Se explica así. Mató esa cantidad y los otros 500 huyeron y sus hombres los liquidaron pero el honor se lo adjudicaron a él. Luchó con 800, los venció y después se aparecieron 300 y corrieron igual suerte. O que hubo dos batallas y los resultados fueron iguales. Vea casos similares. Sangar con una aguijada de bueyes mató a 600 (Jue. 3: 31). Sansón con una quijada fresca de asno mató a 1000 (Jue. 15: 15). Jasobeam con una lanza mató a 300 (1 Cro. 11:11). Este es un heroísmo ganado por Dios; ellos lo sabían y apuntaban el cielo con la lanza dando gloria al de allá arriba.

23: 9,10

“Eleazar hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó y se quedó pegada a la espada”. Señor que tu Espíritu haga que mi mano, toda mi vida, se quede pegada a tu Espada, tu Palabra, hasta que muera combatiendo a tus enemigos. Amén

 

David y la mujer del nardo puro

23: 13-17

“Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta! Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo: Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto”. ¿Qué te parece eso? David no tiró el agua, no dijo: "Yo no la quiero" y la tiró. El agua según él, la derramó para Dios. Alguno diría: "Tú no los mandaste, ellos fueron los que la trajeron, tómatela". No, hay sacrificios que pueden hacer por uno que no se pueden recibir, son muy costosos; y aunque parezca una exageración, un acto necio, no debemos recibirlos. David fue guiado por el Espíritu Santo para hacer eso; y quizás posteriormente a aquella mujer la guió también el Espíritu Santo cuando derramó el precioso perfume de nardo puro sobre la cabeza de Jesús, y también fue criticada por algunos; tal vez ella se inspiró en este ejemplo de David. O también; las cosas que más caras recibimos debemos dedicarlas al Señor, esto es un ejemplo tierno, que enseña que David era amado por sus colaboradores; no sólo combatían a su lado sino que lo defendían con amor; estaban solícitos a complacerlo en sus más mínimos deseos. David como líder no era un dictador.

23: 18-38

“Benaía, Sama harodita, Elica harodita, Heles paltita”. Está bien Señor que aunque de algunos de tus hijos se conozca poco y de otros casi nada, aparecen en tu libro sagrado, venidos de todas partes, de lugares insignificantes y de familias desconocidas; pero todos tienen en común una cosa: su valor y fe en tu reino. Algunos (como Asael y Urías) murieron; no debían haber muerto, pero se escribe esta lista para que sepamos que nuestro alistamiento en el ejército del Señor es conocido por él y que la historia de nuestro valor por su obra no le es desconocida. Señor mío, pon mi nombre en tu libro y no lo quites, que sea yo uno de tus valientes. Amén

23.20

“Mató a dos leones de Moab” (RV) pero parece mejor LBLA “mató a dos hijos de Ariel de Moab que eran como leones”, dos gigantes, dos soldados entrenados y sanguinarios. Y el hecho que después bajo la nieve mate otro león, o un león, da pie para pensar que los dos primeros eran hombres.

23: 21

“Y con su propia lanza lo mató”. Esto se aplica, digo yo, cuando uno usa el argumento del contrario y con él lo vence.

 

La soberanía de Dios, difícil de entender

24: 1-10

“Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. Y dijo el rey a Joab, general del ejército que estaba con él: Recorre ahora todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo, para que yo sepa el número de la gente. Joab respondió al rey: Añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿por qué se complace en esto mi señor el rey?”. ¿Cumplió David con el requisito de Ex. 30: 12? No fue un censo religioso. Fue profano. Quizás esté algo confuso el propósito que tuvo David para hacer este censo; parece como si hubiera querido gloriarse con el número de hombres que tenía sobre las armas y que estarían a sus órdenes. Aún Joab se dio cuenta que era un error hacerlo y le aconsejó en contra. Pero el pasaje puede ser mirado desde un punto de vista muy provechoso, la soberanía divina en el mundo. Esta doctrina, quizás por lo difícil de entender, es que ha sido descuidada; que enseña que Dios tiene control absoluto de todo y no se mueve la hoja de un árbol si no lleva su consentimiento. Primero, si comparas este relato con el hallado paralelamente en 1 Cro. 21: 1 verás que allí se le adjudica la idea del censo no a Dios sino al diablo y eso nos conduce al estudio de la soberanía de Dios en el mundo espiritual, especialmente sobre las fuerzas del mal

En la teología del A. T., en muy pocos pasajes se menciona al diablo, la revelación de la existencia de los demonios es muy posterior a la de Dios. El Dios del A.T. es soberano y esa soberanía es total, completa, deja poco espacio para algún otro poder. Dios es soberano y preside sobre el diluvio y sobre los otros dioses (Sal. 29: 10). El reino espiritual no se desconoce, pero Dios mantiene su completo control, no actúa independientemente (1 Sa. 16: 14-16). ¿No ves como no dice que simplemente el espíritu malo lo atacó sino que lo hizo “de parte de Jehová”? Por dos razones se hace eso: (1) Para no compartir la soberanía divina con nadie más y (2) para explicar que en los males de Saúl no se le eche las culpas al diablo, que Dios lo castiga. Se guarda de traspasar la reflexión en relación con Dios al diablo. 

No se preocupa con reflexiones morales sobre lo que está diciendo, es más importante asentar la soberanía divina que entender moralmente sus juicios. Los autores del A.T. consideran que Dios es justo, perfecto y por eso no lo enjuician moralmente; y puede hacer lo que quiere y como lo quiera. Obra conforme a sus deseos, aun por encima de aquellas cosas que consideramos sagradas como: los derechos humanos, la vida, la libertad.  Dios es soberano en el reino espiritual y lo es en la vida humana. David ha pecado y no Dios, pero el autor de Samuel no se cohíbe en afirmar que Dios lo incitó a realizar el censo y que obró de ese modo para castigar a Israel; pasa por alto cualquier juicio moral sobre el asunto para enseñar a su pueblo la soberanía de su Dios. David voluntariamente pecó y eso hubiera sido suficiente que lo dijera, pero va más allá, no dejando ningún cabo suelto y afirma que Dios lo incitó a ello. La acción satánica no merma en nada la responsabilidad humana y el pecado libremente cometido no mengua la soberanía divina. Pasa lo mismo que Judas Iscariote, Satanás entró en él, pero nunca se le echa las culpas al diablo sino que Judas carga completamente con ellas.

¿Qué beneficio podrá tener eso cuando es difícil responder por el criterio humano los juicios de Dios? Mucho. El hombre, siempre altivo y orgulloso, necesita doblegarse ante Dios, postrarse ante su soberanía; tiene que rendirse. La soberanía divina es una doctrina de salvación. Cuando hay contradicción entre la opinión humana y la revelación divina, ella entra en juego. Por eso siempre es irreconciliable dentro de la mente de los hombres y con sus acciones. 

 

Hay otro texto que enseña su soberanía en la aparición de los males religiosos (2 Cro. 18: 19-22); se ve su soberanía en la aparición de religiones falsas y en las mismas herejías que gangrenan la iglesia. Tanto Pablo como Jesús la exponen idénticamente (Mt. 11: 25-28; Ro. 9: 13-24).Oh Señor, ayúdanos a reconocerte como soberano en todo, en el mundo y en nuestras vidas. Amén 

24: 13

“Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿O que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿O que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado”. No son siete años de hambre sino tres como dice la Septuaginta y en Crónicas. Ver mis notas sobre 1 Crónicas 21.

 

 

 

 

 

1 Reyes

“Los libros conocidos como Primero de Reyes y Segundo de Reyes, igual que Primero de Samuel y Segundo de Samuel, en realidad forman una sola obra, hecha por un escritor o compilador, y es por conveniencia y para referencia y por su largo uso que se refiere a dos. En todos los manuscritos hebreos desde el tiempo de Jerónimo y posiblemente hasta el año 1518, cuando el texto fue impreso en Venecia, la división en dos libros era desconocida. Fue hecha primeramente en la versión griega conocida por los traductores como la Septuaginta quienes siguieron la costumbre prevaleciente de los griegos alejandrinos de dividir las antiguas obras con un propósito práctico. Así la división introducida se perpetuó en la versión latina de Jerónimo”.

“La fecha de la composición de los Reyes puede ser fijada con mucha mayor facilidad que otras porciones de la Escritura, basada en el contenido de los libros mismos. Se sitúa entre los años 561 a. C. y 538 a. C. eso quiere decir que puede ser en la última parte de la cautividad en Babilonia. Eso quiere decir que no puede ser situada la fecha antes del 561 a. C. porque este es ese el año de la ascensión del monarca Evil-merodac cuyo tratamiento bondadoso hacia el rey judío Joaquín es el último evento mencionado en la historia. Asumiendo que esto no se trata de una adición posterior de otra mano, lo cual no hay razón para pensarlo, así tenemos un límite, un máximo de antigüedad, fijado con certidumbre. Y no puede ser fijada la fecha después del año 538 a. C. la fecha del retorno de Zorobabel, lo cual es lógico pensar que es imposible que la historia hubiera omitido un evento como ese de tan profunda importancia”.

“En cuanto al autor es mantenido desde hace mucho tiempo que estos dos libros fue un trabajo hecho por el profeta Jeremías, y en apoyo de eso se cuenta con la tradición judía, el Talmud. La última parte de Segundo de Reyes concuerda con eso, excepto en algunos detalles particulares, en relación con Jeremías capítulo 53. Combinando las dos narrativas se puede tener la seguridad de que fue escrito por el profeta. Hay mucha semejanza en el lenguaje de estos libros y el del profeta Jeremías” (El Comentario del Púlpito).

1 Re. 1:1

“Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba”. ¡Qué distinto ahora al joven que luchó contra Goliat! David tenía 70 años (2Sa.5:4; Sal.90:10). Tenía 30 años cuando comenzó a reinar y reinó 40. No queremos conocer el futuro cuando  nos vayamos disminuyendo. Llegando a esa y más allá de tal edad no suelas mirar las fotos tuyas de la juventud. Pon tu mirada en los éxitos, lee tu historia, escríbela, y pesa en oro el valor de la experiencia que aquellos juveniles días de otrora no tenían, y por lo tanto tu valor ha aumentado no decrecido. Ni le hagas caso a la impostura social que un  anciano vale menos, porque los  apóstoles, profetas y el Espíritu Santo dicen que las cualidades mentales, espirituales, están más pulidas y brillan mejor que el cuerpo en sus días de plenitud (2Co.4:16).

1:3

“Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey”. “sunamita”, que procede del territorio de Sunem (Jos.1:18), y es la moderna Solem. La buscaron hermosa porque de haber sido, como dice Gill, "fea y deformada" no hubiera sido aceptada a su vista y mucho menos que durmiera a su lado. 

1:6

"Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, éste era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón ". “Su padre nunca le había entristecido”; 

era un hijo consentido, y esta clase de hijos siempre causan dolores de cabeza; y por otra parte como nació después de la muerte de Absalón, aquel regalo de Dios para su consuelo, lo crio mal.

1:8

"Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y todos los grandes de David, no seguían a Adonías ". “Y todos los grandes de David no seguían a Adonías”; hubiera sido una catástrofe, mortal para su liderazgo. Gracias a Dios que los hombres notables fueron fieles a David hasta su muerte. Los hombres grandes en la iglesia deben ser aquellos que sean fieles al ministro.

 

Amigos en el gobierno

1 Re. 1:7,11-14,22

“Entonces habló Natán a Betsabé madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin saberlo David nuestro señor?”. “Entonces habló Natán a Betsabé”. Fue una bendición para el reino de Dios que David tuviera como amigo íntimo al profeta Natán; por causa de él aquel golpe de estado no se efectuó; Adonías los hubiera asesinado a todos, quizás a su propio padre. Siendo la iglesia un país, los profetas estaban envueltos en la política. ¿Qué hoy? Sí, pero no para favorecer a un grupo cristiano en específico, sino para ayudar a que la política sea limpia. Hay bastantes intrigas y perversidades en el gobierno y afuera, contra los cuales los ojos de los profetas deben estar abiertos. ¿Cuál es la posición, que tienen los pastores en los gobiernos, que puedan impedir la aprobación de leyes anticristianas? Quizás aparte del consuelo que dan puedan hacer poco. Natán fue un buen amigo del gobierno. Un amigo de la voluntad de Dios.

1: 44

Los peleteos, ciertos guardas personales de David, posiblemente filisteos. Fueron fieles a David (2Sa.8:18; 20:28; 1Re. 1:38, diccionario bíblico). 

Hábitos espirituales del rey David

1 Re. 1:47

“Y aun los siervos del rey han venido a bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: Dios haga bueno el nombre de Salomón más que tu nombre, y haga mayor su trono que el tuyo. Y el rey adoró en la cama”. “Y el rey adoró en la cama”. Muy viejo está David; con este capítulo se cierra la historia de su vida, no volverá a dejar su lecho sino para su entierro, sin embargo aún conserva sus hábitos espirituales, adorar a Dios en su cama (Sal.4:4; 16:7). Es una cosa buena crear hábitos cristianos que nos acompañen toda la vida. Está tan vivo espiritualmente como lo era cuando era joven. Qué seguro puede sentirse un hombre que va a morir pero puede adorar a Dios en su lecho mortuorio. El motivo de adorar a Dios sobre su cama fue que su hijo había sido elegido por Dios como su sucesor y el reino continuaría. No se puede decir que tiene a todos sus hijos alrededor y que muere satisfecho con ellos; en esos momentos, uno de ellos preparaba un golpe de estado. No, David no tiene una idea romántica de la muerte, ni su satisfacción última la pone en la familia que creó, sino en que espiritualmente tiene un sucesor, que el reino del Señor continúa. En cierta medida Salomón lo fue, pese a sus pecados. Señor ¿habrá algún hijo, nieto, y descendiente mío que continúe el reino de Cristo? Moriría en paz si tuviera un descendiente que me suceda en esta lid, que haga una obra mejor, que tome mis Biblias, libros, mi teología y ensanche tu reino. Y si no, mis escritos, Señor.

 

La vida no se puede rebobinar

1 Re. 2:2

“Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre”. Te está llegando la hora de morir, oh buen rey. Has envejecido y esa es la hora óptima para pensar en la muerte. No trates de quitar ese pensamiento. No proviene del diablo sino de

la realidad de ella. El miedo es lo que debes desalojar de tu corazón. Piensa que la vida es un camino que comienza en la cuna y a ella le sigue el hades, (Apc.6:8), sea el cielo o el infierno, porque el hades es la región de los muertos en uno u otro lado. Sientes frío (1Re.1:1). Joven fuiste y envejeciste (Sal.37:25). No puedes detener el curso del tiempo ni hacerlo retroceder, la vida no se puede rebobinar, tienes que seguir, no hay otro camino, no se puede pasar de tus labios esa copa, tienes que beberla. Cada semana, cada día, cada hora, cada media hora es un paso más que das a tu morada eterna (Ecl.12:5). Te secan el sudor de tu frente. Te entonan algunos de tus salmos favoritos. Con piadosa ternura te abraza la sunamita para darte su calor (1Re.1:3). Tú sigues tu camino. Ángeles vienen por ti. 

No tengas miedo, en la Casa de Dios hay muchas moradas. Créelo porque Jesús lo dijo. En pocas semanas tu tabernáculo será deshecho pero en lugar de él tendrás una casa hecha por Dios, eterna, en los cielos (2Co.5:1). No pienses en el cementerio piensa en el cielo, piensa en la gloria. Espera que te llamen y sal de tu tabernáculo y camina feliz fuera de él hacia tu nueva casa hecha de amor, esperanza y gloria, y estarás “hoy con Cristo en el paraíso”.

Tú lo sabes, la muerte no hace acepción de personas, nadie está exceptuado. Todos en la tierra tienen que morir. Solamente dos hijos de Adán no han gustado la muerte, Enoc y Elías. Aún Jesucristo murió. Pídele que te abrace y te de su calor, que te muestre su gloria. Hay una buena noticia. Jesús murió por tus pecados y le quitó el poder a la muerte; su aguijón, Mira al invisible, ve el cielo abierto, como Esteban, y a Jesús en su gloria, de pie, esperándote.   

 

Pórtate como un hombre cristiano

2:1-4

“Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel”. 

En esos días cuando David tenía que dejar este mundo dijo algo a Salomón, “esfuérzate y sé hombre” y enseguida añadió que guardara los mandamientos de Dios.  ¿No te parece raro que le dijera que fuera un hombre, en vez de decirle: “sé buen creyente, lee mucho la ley, asiste a las reuniones de tu pueblo, no te pierdas ninguna fiesta solemne, cuida el arca de Dios, lee mis canciones espirituales, nos veremos aún más allá de la muerte”? No, sólo le dijo: Sé hombre, esfuérzate joven, y madura pronto. David pensaba en la obra de Dios, en el reino, y concerniente a eso le habló. No se preocupó por decirle que no llorara por él, que cuidara su madre, que administrara bien las propiedades que le dejaba, que no maltratara a sus hermanos, etc. Su preocupación principal era el papel que Salomón tomaría en relación con la obra de Dios. De muchas otras cosas pudieron haber hablado, pero este fue el punto principal. Es cierto que Salomón había sido elegido como su sucesor y esto justifica el tema de la charla. Sí, para ocuparse de la obra de Dios tenía que esforzarse, no habría de ser cosa fácil, y ser todo un hombre. Lo significativo es que inmediatamente le añadió que guardara los mandamientos de Dios y todo le saldría bien. 

Es que hay relación entre las tres cosas, ser un verdadero hombre, obedecer los preceptos de Jehová y tener éxito en su trabajo. Nota, lee, medita en el texto y lo comprobarás. No quiso decirle que tuviera muchas mujeres y concubinas; no, lo que quiso decirle es que fuera valiente, lo mismo que se le dijo a Josué (Jos.1:8); lo mismo que él había escrito en su primer salmo sobre el varón que medita en la ley de Jehová de día y de noche, que todo le saldría bien (Sal.1). Un joven demuestra que es hombre no en que es un picaflor o un don Juan Tenorio, sino en cómo toma la vida, principalmente en su trabajo y sobre todo en su formación viril cristiana. Sí, mientras más cristiano sea un joven, más hombre será. Los mandamientos de Dios no lo hacen menos hombre sino realmente lo que es serlo. A nuestro Señor se le llamó “el Hijo del Hombre”, aunque es un título divino, porque realmente era un hombre. Y Pablo le dijo a los hermanos corintios: “Estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos” (1Co.16:13). Se incluye a las corintias. No que fueran “marimachas” sino fuertes y valientes, verdaderas mujeres, porque el evangelio hace de las mujeres, verdaderas mujeres. Si te formas como cristiano, si estás firme en la fe, si te portas como un hombre cristiano y no carnalmente como lo hacen los que no tienen el Espíritu de Cristo, todo te saldrá bien. 

2:5,6

“Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz”. ¿Por qué David no menciona la muerte de su hijo Absalón ordenada por Joab? Pudiera ser porque la juzgara como justa, como muere un soldado en la guerra; en cambio menciona la de dos inocentes, Amasa y Abner. ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Empezarías por tu hijo? ¿O es que David nunca lo supo? Pienso que David era un hombre justo, aun cuando se tratara de su familia. Señor permíteme ser así. Amén.

 

Cuidado con los pecados verbales

2:6-9

“No dejarás caer sus canas al Seol en paz”. A uno le parece extraño que David haya dicho estas cosas y hasta llega a pensar que se escribieron para justificar la purga que hizo Salomón al comienzo de su reino. Pero no, la Escritura es demasiado santa para prestarse a eso. David no les hizo ningún mal a Joab o a Simei, pero no olvidó nunca lo que ellos hicieron; aceptó que Dios lo castigaba pero eso no los disculpaba. Sabía que él los había perdonado pero Dios no. Siempre vivió con esos sentimientos de justicia dentro ¿rencor? Esas palabras postreras fueron inspiradas por Dios para enseñarnos que tanto los homicidios, los pecados verbales, serán juzgados por Dios y que por muchos años que pasen, si no hay arrepentimiento habrá justicia. Señor ayúdanos a temerte. Sácianos de tu justicia y que nuestros ojos vean tu venganza en tus enemigos que han sido los nuestros. Sácales, oh Dios, sus pecados y humíllalos para que sepan que te hemos sido leales. Si por años han rehusado tu benignidad que los guiaba al arrepentimiento, ¿qué te diré?, ¿perdónalos porque no sabían lo que hacían? Estos hombres eran perjudiciales para el futuro glorioso de la obra de Dios en ese país.

2:9,10

Le llamaron la ciudad de David, por ese nombre fue conocida, no porque naciera allí pues fue en Belén, sino porque vivió mucho allí, 33 años y la defendió.

2:15

No estoy tan seguro que decía la verdad o exageraba si el pueblo lo quería a él en la presidencia, si fuera así, el pueblo votaba en contra de la Biblia, por la cual se saben los designios y la voluntad de Dios. Si hay que decidir entre los dos, primero la voluntad de Dios. Si el rey aprueba los matrimonios entre personas del mismo sexo, si el rey vota a favor del aborto, entonces si la democracia lo elige, que se atenga a las consecuencias, porque Dios retira su bendición.

2:26, 27

“Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre. Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo” (1 Sa. 2: 31). “Te perdono la vida pero vívela sin honra. Conservas la vida por tu pasado pero vívela sin futuro”. “Así echó a Abiatar del sacerdocio”. Sentencia predicha, malas acciones en camino. Si viviéramos mucho más, veríamos otras profecías cumplidas.

 

Perdón condicional 

1 Re. 2:39-46


“Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días. Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat. Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto.  Entonces el rey envió e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco”. 

“Tú sabes todo el mal que cometiste”. ¿Te asombra que por una desobediencia pequeña se le aplique una sentencia tan grande? ¿Hallas que no hay proporción entre la falta y el castigo, y parece exagerada la justicia? No, no lo creas. Aunque la falta sea en apariencia pequeña es que hay otras más grandes por los cuales ya merecía la muerte. En realidad Simei merecía la muerte por haber pecado contra David del modo que lo hizo, pero se le concedió un perdón provisional en dependencia de su obediencia. Por muchos años gozó esa clase de perdón que no era otra cosa que sentencia suspendida, con la cual él estuvo de acuerdo. Si hubiera sido obediente su perdón condicional le hubiera salvado la vida; pero salió de Jerusalén como se le había prohibido. Piensa en tus pecados pasados, si no te has arrepentido, no se te ha condenado como mereces, no se te han perdonado, pero la sentencia está bajo alguna condición de obediencia. Simei estaba ya condenado pero se suspendió la justicia a cambio de que fuera obediente. ¿Podemos hablar así de uno que está en Cristo? La obediencia cristiana no forma parte del nuevo nacimiento, pero sí forma parte de la vida cristiana. Si un creyente peca contra Dios, su sentencia puede ser diferida, su pena suspendida por algún tiempo dándole Dios una nueva oportunidad de ser leal y fiel, pero si transgrede de nuevo el pacto impuesto, se expone que aquellos pecados que cometió, los cuales no han salido a la luz, salgan, y sea juzgado por ellos ante los ojos de los hombres. Es importante, amado, ser obediente hasta en lo más pequeño por las misericordias que Dios ha usado con nosotros en tiempos pasados; le hemos ofendido mucho, la ley pide nuestra muerte, la justicia se detiene, la misericordia la conquista y por muchos años nada se habla ni dice de aquellas maldades que cometimos. Los que han pecado mucho, a quienes Dios ha cubierto muchas faltas, deben vivir agradecidos por ello, nunca cometer los mismos pecados que le han sido retenidos, ni tampoco otros, que aunque parecen chicos son señales de falta de gratitud y osada provocación. 

 

3:2

Los lugares altos eran sitios hechos por los paganos y usados por ellos en sus sacrificios humanos y de animales, dedicados a sus dioses (Dt. 12:2).

3:3

¡Y este mismo hombre hizo tanto para Dios con sus manos, dinero e inteligencia, pero no con su vida, fue más famoso en el mundo, más exitoso, tuvo más dinero, más nombre, pero no fue mejor! Por eso Proverbios es un libro seco, Cantares es sensual y Eclesiastés una confesión de su vanidad y decepción, repleto de pesimismo.

 

Orar con entendimiento y discernimiento 

1 Re. 3:9-14

He aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días”. 

Una las principales enseñanzas aquí es que a veces estamos equivocados en nuestras peticiones a Dios, y en los caminos que tomamos, en las elecciones que hacemos, en los negocios que hacemos y hasta donde vivimos, las amistades que tenemos, las cosas que comemos.

(1) Y eso tal vez se debe a la equivocación que tenemos en cuanto al valor de las cosas, la vida equivocada que llevamos, los tropiezos que damos, y el precio que le ponemos no es el precio que Dios le da. Por ejemplo riquezas, quiero decir dinero, fortuna, y fama, son catalogadas como añadiduras, las que Dios le dio a Salomón sin que él las solicitara.No pidió la gloria de los hombres. 

(2) Un buen entendimiento de todas las cosas tiene la capacidad para discernir (1Co.12:10; He.5:14). Si pedimos en primer lugar entendimiento, solicitar la voluntad de Dios, podríamos discernir las cosas que son primeras y las que son secundarias, y el Señor las concede como añadiduras. Las mejores cosas, a pesar de nuestra ignorancia, que hemos recibido han sido de “pura gracia”, según “el puro afecto de su voluntad”, que se conforman con el propósito suyo.  El pan nuestro de cada día está garantizado, y si el pan está garantizado el trabajo también está garantizado, cuando nuestros pasos están siendo guiados por Dios y no andamos caminando con el diablo ni con el mundo. Dios siempre nos da lo que pedimos cuando acompañamos a Cristo, "con Cristo todas las cosas", no sin Cristo (Ro.8:28-32). En el caso de Salomón, eso regocijó el corazón de Dios, y su generosidad tomó la ocasión y le añadió a su petición las otras que tuvieron que ver con su testimonio y la gloria de Dios; dos cosas que no debemos dejar atrás jamás.

Al discernir se aprende a (3)  sacar de la oración el pronombre personal yo. Si oramos a Dios por algo, estamos pidiéndole que asocie su nombre al nuestro (Sgo. 4:3). ¿Nos pasaremos siempre pidiendo aquellas cosas que son para nuestro beneficio, y nuestras oraciones están llenas de "yo" "yo" "mi", una vida larga, dinero, trabajo, la derrota de nuestros enemigos? ¿Y cómo hemos de vivir entonces? Así que lo primero que hay que pedir es entendimiento para que la oración sea firme con fe en lo que estamos convencidos en el Espíritu Santo que es lo mejor, que realmente nos conviene (Ro.8:26). 

3:26-28

Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar”. "Cuando Israel oyó esto temieron al rey", lo respetaban más, no procuraban engañarlo porque podría descubrirlos, tenía sabiduría para hacerlo y además lo admiraban. Se oye que son prostitutas y una de ellas siente como madre y la otra no. Una es un poco menos madre que la otra porque sólo quería tener un bebé fuera de ella o no, mientras la otra sí quería tener el de ella.  Este caso fue más sonado que otros de peleas e injusticias, por lo romántico que fue. Por cierto, ¿Quién las atendió en el parto, alguna partera disponible o la una a la  otra?

4:5

Azarías hijo de Natán, sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey”. “Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey”. El hijo del profeta Natán no fue un profeta pero seguro que como político y como hombre de estado fue un gran creyente, y amigo del rey. El texto también puede traducirse que era un sacerdote. ¡Imagínate qué privilegio! Natán el profeta con un hijo consagrado a tal grado como un varón de Dios. No servía a Dios exactamente como Natán pero en otra posición importante en la obra de Jehová. Más que complacido.

4:6

“tributo”, o impuesto obligatorio a trabajo forzado.

 

La familia en la directiva de la iglesia

1 Re. 4:11,15

El hijo de Abinadab en todos los territorios de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón; Ahimaas en Neftalí; éste tomó también por mujer a Basemat hija de Salomón”. “Ahimas tomó por mujer a Basemat hija de Salomón”. Salomón tuvo dos yernos en su gobierno (v.11). ¿Es útil la familia en la dirección de la iglesia? Creo que hasta cierto punto sí, si es santa y tiene buen carácter. No hay más leales colaboradores que ellos. Si Salomón el sabio hizo eso ¿por qué nosotros no? Jesús no colocó su familia enfrente de la iglesia por otras razones; sin embargo los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, fueron prominentes y como apóstoles eran primos eficientes; y Santiago fue tenido por la iglesia como una columna (Ga.2:9). En la historia cristiana encontramos lo mismo, el hermano del pastor Spurgeon fue su copastor y su hijo llegó a ser el sustituto. ¿Quiénes mejores pueden compartir su espíritu, pensamientos y de modo similar celo y unción? Si no son designados por razones carnales sino espirituales serán una bendición. Junto a la familia espiritual del pastor se hallan los que son como su familia (vv.4,5). El apóstol Pablo no tuvo esposa que le ayudara ni hijos carnales, aunque tenía parientes convertidos que los apóstoles estimaban mucho (Ro.16:7), pero a Timoteo lo tenía como un hijo y le confiaba sus cosas, (2Ti.1:2; Tit.1:4) y otros muchos eran como su familia (Ro.16:13). Aunque la familia del pastor en los cargos de la iglesia suscite envidia y celos, podrían ser una bendición si son ejemplares.

4:26

“Además de esto, Salomón tenía cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes”. “Cuarenta mil caballos”; quizás 4 mil; ver 2 Cro.9:25; este negocio de los caballos no sé si fue aprobado por Dios. Ver Dt.17:16; los filisteos los usaban y los arameos (1Sa.13:5; 2 Sa.10:18). Dios le perdonó muchos pecados y apostasías a Salomón…y a mí.

 

Salomón es un ejemplo para las naciones modernas

4:29-34

“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor. Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría”. “Fue más sabio que todos los hombres”. La Escritura parece gloriarse en él; pero si uno sigue leyendo su historia se da cuenta que no es a él a quien quiere ensalzar sino a Dios, y es como si dijera: "Miren lo que hizo el Señor con él". Otros han prosperado igual pero robando a los demás pueblos en la guerra. Salomón es un ejemplo para las naciones modernas; con el comercio y la sabiduría se puede prosperar sin necesidad de conflictos bélicos. Pero como rey intelectual se desarrolló en filosofía, moral, ciencia. Si se buscaba hacia el este no se hallaba un hombre tan sabio como él, y si se preguntaba en la tierra de Egipto no había médico, maestro, científico, escritor o poeta que fuera más excelente. Sin embargo apenas quedan unos pocos libros suyos; no se pudo preservar para el mundo su sabiduría humana como ha sido la suerte de otros hombres. Jerusalén hervía de cultura, estudios, investigaciones; de todo el mundo el centro cultural; prestó mejor servicio al mundo que al reino de Dios, aunque exagero. Fue un hombre muy valioso para su nación, pero pudo ser más para Dios.

4:31

“Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol”. “Los nombres de estos hombres son los mismos de los hijos de Zera, nieto de Juda (1Cr. 2:6); o se trata de otros o su padre tuvo dos nombres: Mahol puede ser un apelativo y describe el carácter de todos ellos, y señala el asunto que fueron famosos por la música como el nombre Mahol significa” (J. Gill).    

5:9

“Mis siervos la llevarán desde el Líbano al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia”. “Entonces cumplirás mi deseo dando alimento a mi casa”; esto es maíz, aceite y trigo (v.11). No le pidió joyas ni dinero en efectivo sino comida, que es en lo que debe primero pensar un gobernante en sus negocios con otros países, que la población coma bien, que el producto de su negocio saque ventaja para que sus ciudadanos ante todo tengan una mesa bien surtida. ¡Cómo gastan los gobiernos en cosas que no son la alimentación de su pueblo, armas por ejemplo! Y otros de ideologías miserables propagándolas entre fanáticos y pobres desesperados.

6:4

“E hizo a la casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera.”. Este diseño fue escogido por Dios posiblemente por motivo de privacidad para lo sagrado y para iluminación y aprovechar el esparcimiento interior de la luz. Tal vez es un dibujo de cómo penetra la luz de Dios en nuestro interior, tal vez como un pequeño manojo de rayos luminosos es suficiente para alumbrar toda la anchura y profundidad de nuestra alma.

 

El único martillo de la iglesia

1 Re. 6:7

“Y cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro instrumento de hierro”. “Ni martillos ni hachas se oyeron en la casa”. En completo silencio de construcción; más bien en paz, sólo se oía la voz humana. ¿Se construye así la iglesia? Si bien ha de hacerse con reverencia y gloria, con discreción y sin bulla, en la edificación de la iglesia sí se cortan las piedras dentro de ella, se trabaja allí mismo, se perfeccionan con el martillo y el cincel de la palabra de Dios que es la voz del Señor y el trabajo que ella hace es en total privacidad. Ese es el único martillo que debe oírse cuando se están forjando cristianos. Lo que sí no se deben oír son los martillos y las hachas de la crítica destructiva. Lo único que puede martillar en la iglesia es el de la gracia de Dios, su Palabra sonando sobre corazones empedernidos y conciencias rocosas.

 

 

Visitando a Dios en un jardín 

1 Re. 6:18, 29,32


“Y la casa estaba cubierta de cedro por dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía”. “Tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores”. Esto tiene que ver con los frutos de la salvación, ¿no?; y con su belleza probablemente. El templo era un lugar majestuoso y reverente pero alegre y bonito. Uno podía entrar a él y le parecía que visitaba a Dios en un jardín; hallaba en él frutos, flores y querubines. Todo no era fuego, olor a quemado, calor, cenizas e incienso, sino además belleza. La tristeza y la dicha balanceadas. Existían esas cosas porque se expiaba el pecado, pero se podía mirar más allá. No era un lugar desagradable para el que mirara espiritualmente. 

Oh ¿no hay nada más allá de la expiación en la cruz, del arrepentimiento y de la confesión de la culpa? ¿Es nuestra religión toda contrición? ¿Solo se nos llama a lamentarnos continuamente por los pecados cometidos, por las debilidades que tenemos? ¿Hemos de estar siempre mirando y declarando nuestra bajeza ante Dios? Reconocerla y confesarla sí pero no continuamente porque “come tu pan con gozo porque ya tus obras son agradables a Dios” (Ecl.9:7). La humillación no es todo, también tiene lugar la exaltación porque dice “el que se humilla será exaltado”. ¿Siempre diciendo “mía es la culpa, mía es la culpa”? 

No vivimos bajo la ley sino bajo la gracia. ¿Y qué lugar tiene entonces “el gozo del Señor”, y cómo cumpliremos con “regocijaos en el Señor siempre” lo cual se ordena dos veces? El Espíritu del Señor es de libertad y no somos esclavos de los preceptos de la ley. Hay belleza en el mundo del Espíritu. Jesús es “el más hermoso de los hijos de los hombres porque la gracia se derramó en sus labios”. Hay un rictus de amargura perenne en los labios de los que cumplen la ley en Moisés y una celestial sonrisa en los labios de Jesús y sus hermanos. 

La cruz fue una experiencia sumamente triste para Jesús, no para nosotros cuando después de ver eso miramos más allá; ella es nuestro gozo, la plenitud de nuestra salvación, la reconciliación con Dios, la victoria sobre la Ley, el despojamiento de los ángeles y principados y la reunión con sus querubines, frutos silvestres y botones de flor. Cuando uno llega con los pecados a la cruz, llora pero después entra saltando por la puerta Hermosa, al templo. El templo judío y la cruz cristiana son como un bello jardín, una “montaña de aromas” donde se huele la fragancia del conocimiento de Cristo para la salvación, y donde como “un manojito de mirra” el Amado Jesús reposa en nuestros pechos (Cant.1:13).

 

6:31-36

“A la entrada del santuario hizo puertas de madera de olivo; y el umbral y los postes eran de cinco esquinas. Las dos puertas eran de madera de olivo; y talló en ellas figuras de querubines, de palmeras y de botones de flores, y las cubrió de oro; cubrió también de oro los querubines y las palmeras. Igualmente hizo a la puerta del templo postes cuadrados de madera de olivo. Pero las dos puertas eran de madera de ciprés; y las dos hojas de una puerta giraban, y las otras dos hojas de la otra puerta también giraban”. “Pero las puertas giraban, eran de madera de ciprés”. ¿Qué significado espiritual podrían tener todos esos detalles, una puerta, bisagra, etc.? Es ¿aún para los judíos? En un libro de diseños y arquitectura estaría bien; pero ¿en un libro religioso? Bueno, para información para los que estaban lejos y nunca verían el templo o pocas veces, así podrían conocer cómo y dónde se adoraba a Dios, y gozarse con orgullo de la religión de ellos. El lugar santo y el santísimo nunca llegarían a verlo, y algunos, pocas veces, toda esta información era una revelación de esas cosas que les ayudaban a adorar a un Dios conocido, reverenciado y amado. Para nosotros es importante porque es parte de la historia de la revelación, una antigua etapa de la verdad, una porción desde figuras y sombras en el progreso del conocimiento de Dios. 

7:8

“Y la casa en que él moraba, en otro atrio dentro del pórtico, era de obra semejante a ésta. Edificó también Salomón para la hija de Faraón, que había tomado por mujer, una casa de hechura semejante a la del pórtico”. “También edificó Salomón para la hija de Faraón una casa”. Se avergüenza la historia que se escriba sobre ella eso. La Escritura no esconde este detalle, los hombres en ella son juzgados espiritualmente, justa e imparcialmente, con sus grandezas y pecados. Señor no sea yo recordado sólo por mis pecados sino también por las cosas hermosas que hago para ti. 

7:14

“Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era lleno de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce. Este, pues, vino al rey Salomón, e hizo toda su obra”. “He hizo toda su obra”. Este hombre no era nativo allí sino un israelita que vivía en ese lugar. Su madre de la tribu de Dan y él de Neftalí (2Cro.2:14). Señor que yo embellezca tu obra hasta donde sepa y pueda; que al terminar mis días ella  esté más bonita y los hombres se gloríen en ella. Amén.

7:21

“Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jaquín, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz”. “Jaquín y Boaz”, cuyos nombres, dados por Salomón y no por Hiram, no se refieren a seres humanos sino a Dios y significan “él establecerá” y “en ella hay fortaleza”. En este templo, escritos, se leen sermones por todas sus partes.

7:26

“El grueso del mar era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos”. “Dos mil batos”, o 500 barriles de agua echados por los gabaonitas (2Cro. 4:5) (Gill). Nunca lo llenaban completo y por esa capacidad lo tenían como un mar. ¿No es poco más o menos lo que se necesita para limpiar a un pecador? Más que eso, la sangre de Cristo. Al agua ni la lejía lava el alma.

7:29

“Y sobre aquellos tableros que estaban entre las molduras, había figuras de leones, de bueyes y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve”. “Había leones, bueyes y querubines”; ¿a quién se le puede ocurrir esa combinación sino a Dios que quiere entregarnos en símbolos mensajes? ¿Qué hace un querubín, por rara que sea su etérea forma, colocado por Dios entre fieras y brutos?  Y también con ellos palmeras. Así el adorno es brillante y refresca (v.36). Lo mismo que hacen los ángeles visitando nuestros cultos, mirando lo que hacemos, oyendo lo que decimos, a pesar que algunas veces nos portamos “como el caballo o como el mulo sin entendimiento” (Sal.32:9; 1Pe.1:12).

7:50

“Asimismo los cántaros, despabiladeras, tazas, cucharillas e incensarios, de oro purísimo”. “Despabiladeras”. En el templo de Dios no había “apagaderas” sino despabiladeras; seguro para hacer que lo que estuviera ardiendo y no se apagara, sino que alumbrara mejor. Soy yo y no Dios quien apaga el fuego del Espíritu Santo (1 Te 5:19); avívanos Señor. La intención de Dios no es apagar ninguna lumbre, claro si no echa humo. No nos apagará porque ardemos con el fuego que cayó del cielo.

8:4

“Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas”. “Subieron la tienda de reunión”, el sagrado tabernáculo hecho por Moisés y ahora guardado dentro de esta majestuosa obra arquitectónica, para que nadie lo use porque un solo lugar de adoración ha de existir, para que nadie lo profane ni lo  menosprecie, ahora envejecido pero lleno de recuerdos, sagradísimos en sus años finales, sustituido pero no abandonado por Dios sino protegido, y modelo para algo por fuera superior pero no más eficiente que él donde se trazaron las pautas de la adoración original (Ver 2 Sa. 7:4-7). ¿No son así los siervos del Señor que tienen que dar paso a la sabiduría y juventud de otros recién hechos? Jamás Dios abandona a sus viejos siervos. 

8:9,10

“Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová”. “La nube llenó la casa de Jehová”. Oh Dios que sea tu palabra en tu presencia lo único que llene la iglesia, que no quepa dentro de ella otra cosa sino tú. Dios la consagró con su presencia, bautizándola, como si ungiera con su nube la obra que había realizado. Todo israelita lo vio y conoció que esa casa no estaba vacía, con objetos sagrados, solo amueblada. A partir de entonces, aunque fueran a ella y no vieran a nadie, sabían por fe que Dios se encontraba allí. Tal vez los que vendrían después y no habían visto esta gloria lo harían con menos fe, confiados en la experiencia de los primeros. Señor que mi fe se fortalezca con las experiencias de los que te han visto, en especial Jesucristo (Jn. 1:18). Yo sé que Dios se nos reveló y sus experiencias son creíbles y esos varones hablaron "inspirados por el Espíritu Santo".

8:12, 13

“Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad”. Estos dos vv.12,13 en la Septuaginta aparece después del v. 53 (BTX). “El habitará en la oscuridad”. Quiere decir "en el lugar santísimo" donde no existían candelabros ni lámparas, y no había más luz que la suya. ¿Quieres verdaderamente conocer y adorar a Dios? Acércate a su oscuridad, donde habita en luz inaccesible (1Ti. 6:16); acércate con la luz del evangelio que brilla en la faz de Jesucristo, aunque lo hagas "palpando" (Hch.17:27; 2 Co.4:6). En realidad, ya en Jesucristo brilla la gloria de Dios en su faz y no adoramos en oscuridad. Las cosas oscuras son las de la ley. En el evangelio todo brilla “claramente”, en especial, la cruz (Ga.3:1).

8:18,19

“Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo. Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre”. “Bien has hecho en tener tal deseo”. Ellos hubieran podido continuar con el tabernáculo, pero David amaba tanto la casa de Dios que tuvo la idea de mejorarla, aunque esto no significaría tener más de la presencia divina entre ellos. El Señor halló bien el propósito, pero le recuerda que esta iniciativa fue humana y no divina. Para David fue mejor no realizar ese deseo y preocuparse de otras cosas. Hay deseos nuestros que son buenos, Dios les da el visto bueno, pero no nos permite realizarlos porque están destinados a que otros lo hagan, no nos corresponde hacer esa labor (v.19; 2 Sa.7:4-7; Sal. 38:9).

8:27

“Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?”. “¿Es verdad que Dios morará sobre la tierra?”. Yo sé mi Señor que por grande que sea lo que hagamos siempre es pequeño para ti, y ¿cómo es verdad que tú habitarás en nuestro corazón? ¿No es éste?, pequeño como Zoar? (Ge.19:20). Moró Dios en Jesús, en quien, “habita corporalmente la plenitud de su Deidad” (Col. 2:9). ¿Cómo es que aquel que los cielos no pueden abarcar hará un templo de mí? (1Co. 6:19,20).

8:23-52

“Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona”. “Jehová Dios que guardas el pacto y la misericordia”. Salomón por su oración consagra la casa como un lugar donde se busque el perdón; mayormente eso es lo primero y es lo que más suplica. Menciona muchas de las posibilidades que tiene Israel de pecar y ser desgraciado. Oh, sea el templo donde se predica el evangelio, la casa donde habitamos con los nuestros, casas de oración y lugares de perdón. Todo lo que hacemos y donde habitamos, habite Dios y se conozca en el cielo por sitios donde se solicitan perdones, y Dios los concede (Mt. 21:13). Amén.  

8:54

“Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo”. “Se levantó de delante del altar del Señor de estar de rodillas con sus manos extendidas al cielo”. Si Salomón con más frecuencia hubiera estado de rodillas delante de Dios no hubiera extendido sus manos a las mujeres extranjeras ni hubiera, decepcionado, escrito con ese tono su melancólico Eclesiastés (11:1-11). Llegó a anciano siendo distinto, no mejor, de cómo había sido joven. Que Dios no permita que eso me ocurra. No, jamás, Señor, que mis manos ancianas no toquen lo inmundo y mis pies huyan de “pasiones juveniles”.

 

Las oraciones no se evaporan

1 Re. 8:59,60

“Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo”. “Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová”. Salomón no piensa que ha orado al aire y que sus palabras se evaporaron, que ya nadie más las escuchará; no alma, es valioso orar con tiempo por los pecados que los hombres seguramente cometerán (v.46) para que Dios acorte su castigo y les haga justicia. Es decir, se trata de los pecados futuros que da por sentado que se cometerán. ¿Oras y te olvidas de lo que pediste? Dios no. Cuando llegue cada cosa a su tiempo Dios la responderá. Necesitamos paciencia. Él nos dará oportunamente lo que nos haga falta. Oh Señor tú sabes lo que hoy necesito y que no una vez sino muchas he orado por este momento. ¿Me darás tu ayuda? ¿Me faltará la gracia que necesite?, por adelantado, que te pedí que me reservaras? Oh Dios, no solamente has previsto mi pecado en tu omnisciencia sino aquellos que le he rogado a tu misericordia para que los remita. ¿Dejarás que el pecado me enferme y el diablo me derribe? Y si me ha derribado ¿dejarás a tu siervo bajo sus pies? ¿No curarás las heridas de sus dardos, no le darás la luz para que descubra sus maquinaciones? ¿Por qué tu misericordia es tan lenta? ¿No puedes triunfar sobre tu justicia? Oh Dios del cielo, acorta el espacio que hay entre yo y tú; Santo Espíritu hazme un acceso al Padre. Oh Hijo ¿será ineficaz tu sacrificio como sumo sacerdote para que yo sea acepto a Dios? ¿Me dejarás sumido en tinieblas para que yo no cumpla tu propósito? Libértame Señor en este día malo. Amén. No recuerdo en qué situación oraba así, pero Dios oyó todas estas oraciones, no se evaporaron).

8:63,64

“Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová”. “veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas”. Éste fue un día excepcional, extraordinaria consagración, inmensa, colosal, histórica. Pero llegó un día cuando hubo pasado muchos años y Salomón era viejo, su corazón se enfrió y él fue castigado con varas de hombres (2 Sa.7:14) porque se apartó de Dios. Su historia fue muy gloriosa en el mundo, pero acabó espiritualmente apagado. Oh ¿no te acuerdas cuando fuiste ungido por el Espíritu Santo y te llenaste del amor de Dios? ¿Has perdido aquel romance con Cristo y con el evangelio? A veces decimos ¡nunca se haga!, y lo hacemos. Oh Señor danos nuestro primer amor, dame aquella ternura que tuve.

9:1-9

“Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia”. “Yo he oído tu oración”. No hay noticia mejor que esa, que alguien le asegure a uno que su oración ha llegado al cielo, que Dios mismo le diga que oyó lo que dijo. Por muy hermosa, santa y grande que sea la obra que uno haga siempre depende de la obediencia a Dios de quien la hizo. Oh Dios, ¡tanta bendición necesitamos para que prospere la obra que hacemos como para ser fieles a ti!

9:7

“Yo cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y refrán a todos los pueblos”. “Se convertirá en refrán y escarnio entre los pueblos”; la  V.I. dice que “Israel será el hazmerreír de todos los pueblos; su reputación y respeto se hallarán al nivel más bajo posible y la gente hará refranes, proverbios, música y chistes de ellos y todos se burlarán de aquella grandeza caída y tan magnífica obra menospreciada. Si no quieres que te tomen como ejemplo negativo, no peques. Se reirán a tus espaldas y comentarán de forma jocosa como has tropezado y caído.

9:8

“Y esta casa, que estaba en estima, cualquiera que pase por ella se asombrará, y se burlará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?”. “La casa se convertirá en un montón de ruinas””, y los que la vean silbarán burlándose de su caída y desgracia. ¿Quién lo podría siquiera imaginar, que tan grande y hermosa obra fuera convertida en un “montón de ruinas”?  Por ejemplo, ¿no ha visto usted las ruinas del Partenón de Atenas? ¡Quién lo hubiera supuesto cuando estaba en su apogeo el imperio griego! Lo que la gracia construye el pecado puede destruirlo. No me tenga por arminiano que no hablo de la salvación sino del zarandeo del testimonio.

 

En la teología judía, todos los otros dioses son puras mentiras

1 Re. 9:8,9

“Por cuanto dejaron a Jehová su Dios”. Los paganos creían en todos los dioses; para ellos eran verdaderos todos los otros que las naciones tuvieran. Sostenían como una evaluación de los otros dioses, los había mejores y más malos, más fuertes y débiles. Los propios siempre eran los más fuertes (Ver un ejemplo en Num.14:15,16). Los babilonios tenían sus dioses, los sirios, los egipcios y si alguien les preguntaba si creían en la existencia de Jehová dirían que sí, pero que los dioses de ellos lo aventajaban. Los filisteos creían en Jehová pero preferían a Dagón (1Sa.5:1-5). Lo mismo ocurrió con los griegos y los romanos y todas las religiones humanas y sincretistas. ¿Es eso fe, esa credulidad universal en todas las religiones? Cuando una nación destruía la religión de otra lo hacía con la ayuda de su dios para imponer la suya, no para negar el poder y la existencia de los otros dioses. Excepto el pueblo judío, en la teología de ellos ningún otro dios existía, todos eran falsos y puras mentiras. Jehová es fuerte, celoso y no admite que se comparta su veneración con otro y se proclama la única deidad existente. ¿Obraremos así en nuestra evangelización del mundo, alegando que todas las religiones son buenas, que todas tienen la verdad? Por supuesto que no. no se trata que cada una tenga su verdad, y que lo que es verdad para una pudiera ser que para otra no. La verdad no es asunto de cuestión personal y relativa, lo que es verdadero, es verdadero, y lo que es falso es falso.

9:10-13

“Y salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron”. “Y no le gustaron”. Veinte años es bastante tiempo para construir dos edificios; en la actualidad dos edificios quizás no demoren más de seis meses si es que son grandes y complicados. ¿Esperaba más? Sí, por lo menos otra cosa, un hombre fino, navegante, no halló agradable esa paga. A Salomón no les importaban mucho. Se las devolvió (2 Cr. 8. 2). Ni a Hiram ni a su pueblo de marineros y mercaderes les gustaron aquellas ciudades destruidas que debían ser reedificadas cuando ellos no estaban acostumbrados al cultivo y la agricultura. Cabul, que fue el nombre que pensó que se merecían, significa buenas para nada. Salomón debió pagarle de otra manera. El Señor bendiga su obra; que aquellos que la ayudan queden satisfechos con la recompensa que él les dé (v.27). Señor, que no seamos ingratos pensando que es poco lo que nos pagas por trabajar para ti y los demás; danos un corazón agradecido para alabarte con gratitud y estar conformes. Amén. 

9:20,21

“A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel; a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.”. “A todo el pueblo que había quedado de los amorreos, heteos, jebuseos”. Quién lo iba a decir. No pudieron con ellos y tuvieron primero que tolerarlos, usarlos como esclavos  y ahora ocuparse de la economía de ellos, dándoles casas mejores. Esto se hizo por humanidad y posiblemente ellos estaban contentos con Salomón. Israel era conquistador pero no tirano, éstos son los mezquinos que roban la libertad al pueblo y asientan su autoridad convirtiéndolos en harapientos y miserables. los israelitas tuvieron un trato preferencial, lo convirtieron en soldados, ministros, comandantes, oficiales de carros de combate y jefes de caballería. Un gesto muy compasivo para los de su nación, que en aquella época recibiría el aplauso de todo el pueblo de Israel, pero que en la actualidad tal vez en algunos lugares no se mira con la misma admiración. Es lógico pensar que los nacionales tengan privilegios que no alcanzan completamente los naturalizados, al menos en algunos países del mundo, aquí en Estados Unidos una vez adquirida la ciudadanía tienen completamente el derecho que tiene cualquier ciudadano norteamericano.

9:24,25

“Y subió la hija de Faraón de la ciudad de David a su casa que Salomón le había edificado; entonces edificó él a Milo”. “A su casa que Salomón le había edificado”. Señor ¿no podré yo darle una casa a la mujer que tú me diste, que ha colaborado tanto en tu obra? Yo no soy rico como Salomón, tampoco me mueven los deseos carnales; ¿no podrías tú ayudarnos? Nuestra morada eterna está en el cielo, inmortal, mas si cupiera este deseo entre tus planes, óyeme oh Dios (20 Diciembre 1996) (Esta oración ha sido respondida ya con creces, Marzo 2003; y todavía aún más en este año 2015).

9:26-28

“Hizo también el rey Salomón naves en Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la tierra de Edom. Y envió Hiram en ellas a sus siervos, marineros y diestros en el mar, con los siervos de Salomón, los cuales fueron a Ofir y tomaron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón”. “Y envió Hiram en ellas a sus siervos”. Hiram y Salomón se pusieron de acuerdo y continuaron trabajando juntos; Hiram mostró su inconformidad, pero hablaron como hermanos (v.13), con amor, inteligentemente y por el bien de ambos. No, no hubiera estado bien que dos personas que han trabajado en la obra de Dios por razones halladas en ellas mismas, se separen (Flp.4:2,3). Que esa palabra "hermano" tenga para ti mucho valor y fuerza cuando negocies con él, en inconformidades y malos entendidos; ¿No ves como la Escritura recoge el problema y no dice cómo se reconciliaron? Porque hablaron personalmente. ¿De veras que "hermano" "hermana" tiene valor para ti? Si se le llama hermano a alguien, se le debe considerar como tal y tratársele como hermano o como hermana.

9:27

“Flota, oro de Ofir”. Una economía bien desarrollada. Salomón tuvo muchas ocupaciones. Barcos, caballos, majestuosos palacios, harenes, por todos lados esplendor. Ofir parece que es el nombre copto para India como se traduce en la Vulgata. Hay referencias bíblicas en Ge.10:29; 1Cr.1:23. Esto es una clara referencia a la tribu de Ofir (Ge.10:30). Ofir es el nombre que se da a una tierra del sureste de Palestina para lo cual los barcos de Salomón junto con los fenicios se dirigían, saliendo de este Ezión- geber y dirigiéndose al golfo de Acaba (1Re. 9: 28; 10:11). Se ha supuesto que este lugar se encuentra en Arabia y esta teoría tiene mucho más fundamento que en India o en África.  

 

 

Jesús no disertó sobre los cedros ni el hisopo

1 Re. 10:1,7-8,24

“Oyendo la reina de Saba la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído”. 

Saba, o “reina del sur” (Mt.12:42), “probablemente se refiere al suroeste de Arabia, posiblemente a la parte este de la moderna Yemen, aunque hay una antigua tradición reflejada en Josefo que identifica el lugar con Etiopía” (NET).

“Vino la reina de Sabá con preguntas difíciles”. Todo este capítulo parece indicarnos que este esplendor extraordinario era el resultado de la sabiduría de un rey. La reina de Sabá era una mujer amante de la cultura y adicta a libros; aunque rodeada de sabios, no había podido hallar respuestas a muchas interrogantes que tenía, entonces decidió visitar aquella enciclopedia viviente que se llamaba Salomón. Quedó tan satisfecha con las respuestas que extrajo e hizo el comentario que la fama que había oído de él en su país no era ni la mitad de la realidad que veían sus ojos. Este fue un viaje cultural, que fue el que alabó el Señor (Mt.12:42). Las molestias, contratiempos y gastos, pues los presentes que llevó fueron muchos y valiosos (v.10); el tiempo no fue perdido ni el dinero mal gastado por razón de lo que aprendió y lo que pudo llevarse de regreso (v. 13). Su deseo de aprender y su curiosidad fueron los móviles principales que la condujeron a lanzarse a tan largo viaje, pues no creía lo que veía (v. 7). Cuando tuvo contacto con la realidad quedó asombrada (vv.4,5).

Si tienes preguntas difíciles, vale la pena que hagas un viaje similar a quien es más que Salomón, Jesús. Mucho de lo que aquel viejo rey enseñó ahora tú lo puedes aprender en las universidades (4:31-34), o leyendo los escritos suyos en el canon bíblico. Levántate, ve a Jesús con preguntas difíciles tales como: “¿Es lícito dar tributo al César?”.  ¿Habrá resurrección de los muertos, cómo serán sus cuerpos? ¿Puede Cristo perdonar pecados? ¿Cómo será su segunda venida, qué señales habrá? Verás que es imposible exagerar la sabiduría y los conocimientos de Jesucristo. Quizás no halles al Profeta de Nazaret disertando sobre los cedros del Líbano, los peces o sobre el hisopo que crece en la pared, pero podrás oírle sobre cosas mayores, sobre la salvación, la creación del mundo, la indisolubilidad del matrimonio, el Dios invisible, la vida, la muerte, el perdón. Oh Señor, ayúdame a dedicar mucho tiempo a conocer a Jesús y sus maravillosos temas, no sobre política, filosofía o ciencia humana, sino sobre el propósito de la vida, el fin del universo, el sentido de vivir, la esperanza después de la muerte, la reconciliación con Dios, que nunca piense que pierdo el tiempo en investigaciones tan importantes como el cedro y el hisopo. Amén.

10:5

“Asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada”. O “Se quedó sin aliento”; y mejor aún que “se quedó sin respiración, sin resuello”. Es mejor que la versión “asombrada”; le faltó el aire y se sentó, los ojos se le pusieron grandes y los siervos de Salomón se relamían de gusto. Hay varios versículos que si hubiera tenido tiempo los hubiera comentado acerca del amor eterno de Dios para Israel y su Iglesia.

10:12

“Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy”. “Madera de sándalo”, para las orquestas y sus músicos. Estamos hablando de la corte del rey no de su pueblo. Supongo que esa opulencia real tenga algo que ver con el bienestar del pueblo. ¿No?


 

Las bendiciones extras

1 Re. 10:13

“Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados”. “Además de lo que Salomón le dio” de “su real abundancia”, o de su tesoro real. Ella le pidió todo lo que quiso, nada se le negó pero además él quiso más que complacerla, que llevara el recuerdo de su visita en muchas cosas que a él le gustaban y quería que ella tuviera; esas cosas demostraban su abundancia para darlas, su caballerosidad, y quizás su amor. Tiene una pequeña semejanza con el obrar de Dios que nos da todo lo que le pedimos, que nos sustenta con su deber como Creador cuando cumple su compromiso con nosotros como criaturas suyas, o que nos da todo lo que le pedimos porque somos sus hijos porque nos ha engendrado con su Espíritu, pero hay otras cosas que él da porque está complacido con nuestra vida y por eso las da. No son las que se reciben como criaturas ni las que da como hijos de su Espíritu sino las que da, las bendiciones extras, son las más finas, las mejores, las más cordiales, las que hacen memoria en nuestra vida y nos conmueven las entrañas, las que nos hacen pensar en él como un Dios y Padre excepcional. 

10:17

“Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano”. “Escudos de oro”, por supuesto que con esas joyas no se pelea. Un escudo para la guerra tiene que ser de hierro, bronce o de fe que son los metales más duros, y si se hacen con piedra viva mucho mejor, con rocas sacadas de las canteras de la Biblia (Cant.4:4). ¡Y quién puede manejar de forma bélica eficaz un escudo de piedras! 

10:18 

“Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo”. “Trono de marfil revestido de oro finísimo”; con todo lo que digan que era para juzgar al pueblo, es improbable que los sencillos delincuentes de la población fueran llevados a ese lujosísimo lugar. Este Salomón se excedió. Y ¿qué me dice de sus copas de oro? (v.21); no hay ninguna crítica bíblica a su esplendor porque todo su apogeo se lo debió al Señor. ¿Y qué? Mejor que él es Jesús, y más feliz que ese millonario cualquiera de los que pertenecen al reino de los cielos. El agua, el vino y la leche que se beben en vasos de barro es igual que las que se beben en esos tazones y copas salomónicas. ¿O refrescan y nutren más? Claro que no. Por eso “teniendo sustento y abrigo estemos contentos”, y se añade, con Jesús. Fíjese que la plata no tenía ningún valor en tiempo de este rey (v.21); lo que no se devalúa jamás es la plata con la que uno edifica la iglesia de Cristo (1Co.3:12). Las mejores cosas de este mundo fijan su valor por consenso. y se puede estar seguro que las riquezas espirituales perduran más, es cierto que son de otra clase, pero están situadas mucho más cerca de lo que se tiene como felicidad que las que son materiales.

10:22

“Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales”. “Tarsis”, significa “costa este” y suponen que se trate de India, o piensan otros que se refiere a Cartago, pero lo más posible es España porque así le llamaban los fenicios a un puerto de esa región en la desembocadura del rio Guadalquivir.

 

 

Son pocos los gobiernos que pueden prosperar tanto 

1 Re. 10:24-25, 28

“Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón”. “Y toda la tierra procuraba ver a Salomón y oírlo”. Eso no se dice de ningún filósofo, se dice de él porque no era un filósofo sino un político muy sabio, un gran economista, un hombre de estado, original y moralista, un “eclesiastés” o un predicador. El más famoso maestro de religión y otras ciencias. Su éxito económico y como había llevado su país a una situación comercial tan boyante le atrajo el respeto, la admiración y la fama y muchos venían para copiar su programa de gobierno y puede que trajeran sus jóvenes para que se instruyeran al momento. Salomón importaba caballos de Egipto y los vendía a los heteos por un mejor precio. Ese comercio estaba prohibido por Dios, pero él en eso y otras cosas le hizo poco caso al Señor (v.28; Dt.17:16). Son pocos los gobiernos que pueden prosperar tanto y meteóricamente, haciendo caso omiso a la Biblia. Sus políticas y economías de una punta a otra están llenas de mentiras y abusos comerciales. Salomón habló mucho de Dios en sus proverbios y oró muy largo pero su conducta en puntos importantes puede cuestionarse seriamente. No es extraño que más adelante se le advierta que su reino podía ser “arrancado” de él y dado a otro, y que comenzaría aparecerles enemigos dentro de su propio pueblo (11:14-21). 

10:27

Cabrahigos, sicómoros del llano o de la Sefela.

11:1-8

“Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David”. ¡Asombroso! que un hombre con tanta sabiduría hiciera eso precisamente cuando menos debía haberlo hecho. Sus años de experiencia, por su sabiduría, por las dos visiones que había tenido y porque ya era un viejo (v. 4). Oh Señor guárdame leal a ti, ahora que he envejecido, sólo tú puedes hacerlo yo no. Cuando uno lee lo que hizo este famoso rey, Salomón, se sorprende que los que aceptaron el canon del AT hayan leído dos libros suyos, Proverbios con su sentido común y el poético y sensual Cantares. Yo no hubiera votado en contra, pero me hubiera abstenido. Seguro que mi voto hubiera sido contado como una abstención. La Escritura lo lamenta pues más adelante dice que todas esas locuras las cometió “a pesar de que se le había aparecido en dos ocasiones” (v.9). Y si la Escritura lo lamenta, quiere decir que el Espíritu Santo también lo lamenta, o sea, la Biblia lo lamenta.

11:12

“Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo”. “Por amor a tu padre David”. Podemos pedir bendiciones y misericordias para un hijo díscolo, apoyándonos en el amor que Dios nos tiene. Y en segundo lugar por amor a Jerusalén que Dios ha escogido para poner sus pies, o sea, por amor a la iglesia (v.13). Se puede orar de este modo: “Señor bendice a mi hijo que ha abandonado tus caminos, hazlo por el amor que tú me tienes porque sabes que yo lo amo, y por amor a la iglesia que ha dejado olvidándose de ella”. Y, sobre todo, por amor a tu Hijo Jesucristo cuyo nombre es sobre todo nombre. Sin embargo, fueron pequeñísimos los problemas que enfrentó comparado con la ingratitud que mostró. Dios lo enseñó con muchas misericordias.

 

Idolatría, poligamia, y Dios

11:1,2,9-11,332

“Salomón amó a muchas mujeres extranjeras”. Es interesante notar en la apostasía de Salomón que es la idolatría y no la poligamia lo que Dios pone en primer plano. Las mujeres se mencionan porque fueron las que desviaron e inclinaron su corazón a otras religiones. Esa observación podría ser hallada en otros patriarcas como Abraham, Jacob, David, que tuvieron sus harenes; pero Dios guarda silencio sobre el número de mujeres que tuvieron y enfatiza la lealtad teológica. Ese comportamiento de ellos nunca fue el ideal de Dios, y sí el desarrollo y consolidación de la religión verdadera en el mundo; en esos momentos de la historia cuando ellos vivieron, el monoteísmo tenía la prioridad sobre el ideal moral. Se puede afirmar que la religión judía nos ha llegado como un poderoso movimiento humano y moral, pero principalmente nos trae un concepto inequívoco de Dios, su existencia y unicidad. 

Alma mía, reconoce primero que Dios es uno (Dt.6:4), que no hay otro fuera de él (Mr.12:29,32) y luego vive conforme al descubrimiento que hayas hecho. En el cristianismo es donde ambas cosas, teología y moral se funden maravillosamente y se expresan en la fe y vida de un nuevo hombre. Oh Dios, que nuestra fe en ti sea lo primero, que mi conducta proceda de mi lealtad a ti; tú lo primero, tú en todo, por todo y sobre todo (Efe.4:4,6). 

11:30

“Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos”. “Rasgó el manto nuevo en doce pedazos”. Algo similar a esta parábola se halla en 1Sa. 5:26-28. Lo compró para romperlo o lo compró con sus ahorros porque lo necesitaba pero llegado el momento de predicar su sermón, no halló mejor ilustración que destrozar en doce partes la preciosa prenda. Y eso lo hizo para convencimiento del joven que lo que le estaba diciendo no era mero hablar ni porque él estuviera resentido con el viejo sabio que confiaba más en su literatura e investigaciones que en los profetas de Jehová. Salomón en gran medida secularizó la teocracia y puso en lugar de la ley de Moisés sus propias investigaciones científicas y la conveniencia de su recién inaugurado programa económico (v.40). Y gracias a Dios que no buscó al profeta Ahías para matarlo condenándolo como un traidor. Murió Salomón (vv.41-43), tal vez rodeado de mujeres y libros, pero sin un profeta de Dios, sin una Biblia entre sus dedos; y a pesar de su sabiduría y cooperación con los libros inspirados de la Biblia, fue salvo como por fuego. Una muerte menos gloriosa que su famosa vida. 

11:22

“Déjeme usted regresar a mi país. Y ¿por qué quieres regresar a tu país?, le preguntó el faraón, ¿acaso te falta algo aquí?”. Esta es la pregunta que le hacen los nacionales a los extranjeros cuando ven que ellos han prosperado en el país y sin embargo y con todo, quieren volverse a sus respectivas patrias. En el caso de los actuales, es comprensible y hasta meritorio, porque el lugar donde uno nació, se crio y se educó, y a veces donde formó la familia y los hijos tienen la misma nacionalidad que ellos, perfectamente comprensible que deseen regresar con toda la familia y lo que han adquirido, a su patria. ¿Acaso Jacob cuando se encontraba fuera del país trabajando, y después de muchos años quiso regresar con todo lo que tenía, incluyendo riquezas y familia, acaso eso resultaba extraño y censurable? No, es perfectamente comprensible.

 

Dios escribe la historia: los hombres y otras causas son los medios

11:41

“Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón?”. “Está escrito en el libro “Los Hechos de Salomón”.  

Ya alguien había escrito una biografía de Salomón y el autor de Reyes se refiere a ella como algo más completo que lo que él escribió e históricamente cierto. Lo mismo que el autor de Josué narra en su libro que Jaser fue quien escribió el milagro del sol y la luna (Jos.10:12,13); y otros ejemplos son 1Re.14:29, 1Cr.27:24; 29:29; Est.10:2. 

Eso quiere decir e implica que lo que hoy se considera como la revelación de Dios en un tiempo se tenía como la verdad histórica, y que ambas cosas eran y son una. Todos los hechos de la historia en un sentido son revelación de Dios, en un sentido básico, más audible sobre la providencia que la muda creación, y vienen a considerarse así o a percibirse así cuando se interpreta teológicamente el acontecimiento. Quiero decir por medio de la revelación especial que es la Biblia. Aclaro que eso no es lo mismo que la Biblia que es la única revelación especial de Dios. De todos modos, ¡qué importante es teologizar! 

Si se mira con los ojos de Dios, no hay historia únicamente profana y secular, las manos de Dios se hallan en todas ellas; es lo que llamamos doctrinalmente providencia; toda es sagrada y cuenta los hechos suyos y como Dios lleva los acontecimientos a una consumación para su gloria.  Recuerda que comer y beber es biológico y secular y sin embargo en lo secular y biológico se glorifica a Dios (1Co 10:31). Y lo mismo pasa con la historia individual de cada persona si ella se toma el trabajo de interpretarla a la luz de la Biblia, encontrará sagrada sabiduría y gloria divinas. De ahí que es importante mantener un récord de nuestra propia historia, lo cual la mayoría de la gente no hace y no aprende de sus propios errores y se priva de dar gracias a Dios por sus bendiciones porque no las ve. Bendito seas Dios de la historia. Señor gracias por el fundamento histórico de la Biblia. 

Israel existe para dar testimonio de la Biblia y ella de Cristo, ¿no ves que la revelación en el NT no está separada de la historia de Israel? La historia de la salvación del mundo es la historia de una nación. ¿No leemos como la historia primero era profecía? Ella siguió su curso. La Biblia es un libro magnífico y confiable.

11:29-31

“Un día que Jeroboam salía de Jerusalén, se encontró en el camino con el profeta Ahias de Silo, quien llevaba puesto un manto nuevo. Los dos estaban solos en el campo. Entonces el profeta tomó el manto nuevo que llevaba puesto y rasgándolo en doce pedazos, le dijo a Jeroboam: toma diez pedazos para ti, porque así dice el Señor, Dios de Israel”. Alguna traducción dice que la capa que destrozó en doce pedazos el profeta se trataba de la del mismo. Las traducciones nuestras dan a entender que el manto caro que tenía puesto no era Jeroboam. El profeta no se lo pidió prestado ni tampoco su autorización, sino que acercándose a él lo tomó y lo rompió en esos doce simbólicos pedazos para emitir su profecía. Escuchar un mensaje verídico de parte del Señor cuesta algo, ropa cara, joyas caras, automóviles de lujo, todas esas cosas, quizás para comenzar deben ser devaluadas u olvidadas.

12:6-10

“Entonces el rey Roboam pidió consejo de los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?”. “Pidió consejo de los ancianos”. Si Roboam hubiera deseado un consejo sabio entonces hubiera regresado a los ancianos para discutir lo que los jóvenes habían dicho. Eran incomparablemente inferiores a los ancianos. Es un hecho que los jóvenes suelen hacer más caso a lo que dicen sus contemporáneos que a los adultos, porque lo que realmente quieren es la admiración, y el apoyode ellos más que el consejo. Uno escucha mucho a los jóvenes de hoy decir, "mis padres me apoyan en todo". Señor bendice a nuestros niños y jóvenes que a veces tienen que tomar decisiones que afectan sus vidas y la influencia de sus amigos los hacen decidir mal, arruinándoles el futuro.

 

Fui predestinado a hacer esto, pero no obligado

12:15,22-24


“Y no oyó el rey al pueblo; porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat. Pero vino palabra de Jehová a Semaías varón de Dios, diciendo: Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: No vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada uno a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de Dios, y volvieron y se fueron, conforme a la palabra de Jehová”. 

“Porque era designio de Jehová” “Era del Señor”. ¿Cómo puede ser eso, que Roboam peque para que se cumpla la profecía? Ya he dicho que dentro de la historia hay profecía. Los acontecimientos del mundo se hallan predestinados, sin embargo, sus ejecutores ignoran que se hallan haciendo la voluntad de Dios y los realizan libremente sin ninguna opresión por la parte divina. Roboam quiso corregir con la guerra su error político, pero Dios se lo prohibió afirmando que la división del reino la había hecho él. La intención de la Escritura no es quitarle la responsabilidad al rey, sino más bien enseñarle otras cosas sobre el misterio de la relación entre la conducta humana y la voluntad divina, las consecuencias del pecado y el inútil derramamiento de sangre. 

Roboam nunca pensó de este modo: “No fue mi culpa sino de Dios, él lo hizo y no yo”.  Más bien lo que pudo haber dicho fue: “Me equivoqué, ya no puedo echarme atrás, fui predestinado hacer esto, pero no obligado”. Los hombres son libres para actuar como quieran. La Escritura no presenta una filosofía para salvar a Dios de la responsabilidad de los malos actos humanos que lo ponga independiente o ignorante de lo malo que se hace en el mundo. Al contrario, siempre leemos que él está involucrado tanto en lo bueno que los hombres hacen como en lo malo. Y nunca tiene la culpa.

La historia de Roboam es instructiva en dos sentidos. Primero, que, aunque pequemos Dios no pierde el control de nuestras vidas y por ser así nuestra existencia no quedará sujeta al caos y al desorden. Dios no pierde su soberanía cuando los hombres pecan. Obrando nosotros mal no tendrá él menos control sobre nuestras vidas que cuando hacemos las cosas bien hechas.  

Lo segundo tiene que ver con el cauce que tome nuestra vida a partir de un error o de un pecado. No necesariamente tiene que seguirnos la ruina y la desgracia, ni estamos condenados a continuar errando y pecando de la misma manera; porque todavía Dios hace su voluntad lo mismo cuando pecamos que cuando hacemos el bien, él sabe cómo corregir lo malo que hicimos y encauzarlo todo para bien, para su gloria, lo mismo cuando decidimos guiados por la carne, mal aconsejados, que si lo hubiéramos hecho por el Espíritu Santo. Pero no tomes esto para desobedecer a Dios porque enderezar nuestro camino duele muchotoma tiempo y se llora bastante.

 

Las voces del infierno: Bastante has servido a Dios, ahora sírvete a ti mismo

12:26-28

“Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto”. “Bastante habéis subido a Jerusalén”. ¿Qué argumento tan insulso como ése, y sin embargo tan peligroso, tan falaz y tan temible? ¿Cómo puede ser “bastante” la adoración a Dios?; lo cual quiso decir: “Mucho, demasiado”. Como si les dijera: “Es hora para cambiar de lugar de adoración, para cambiar de forma de adoración, de romper con una tradición, de no continuar con esa historia sagrada, es la hora de la rebelión y la desobediencia”.

Oh alma mía, tú has oído esas mismas palabras por la boca de tu carne, del mundo o del diablo. Te han dicho: “Bastante tiempo has servido a Dios, ahora te llegó tu turno, sírvete a ti.” “Bastante tiempo has seguido a Cristo haciendo su voluntad, ahora sigue tus sueños, tus inclinaciones, satisfácete tú, has lo que quieras”. “Bastante tiempo has vivido en santidad, tus días diciéndole que no al pecado han sido muchos, te estás yendo de este mundo sin apenas paladearlo”. “Bastante tiempo has estado en la compañía de los santos, cambia ahora tus relaciones, ¿no has hallado mejores amigos en el mundo que los que has conocido en la iglesia?”. “Bastante tiempo has ayudado a la iglesia, ahora coge lo que das a ella y úsalo para ti”. “¿Qué resultado has visto de todo lo que has dado?, ¿qué has ganado en la obra de Dios, te han ayudado a ti como has ayudado tú al sostén de la causa de Cristo? Es mejor que cambies de causa e inviertas tu dinero y tus talentos de modo más productivo, que tengan mejor rendimiento. ¿Qué recompensa has tenido de todo lo que has dado?; de todos modos, ya has pagado suficiente por lo que has aprendido”. Son muchos los argumentos carnales y diabólicos que salen del corazón; como dijo Jesús, que de él salían “los malos pensamientos” (Mt. 15:19); todos centrados en el yo, en el mundo y en los deseos del diablo. Oh Dios, que nunca me parezca mucho lo que he hecho por ti sino poco, poco lo que he dado, poca mi entrega, poca mi fe, pocos mis días, poca mi vida; guarda mis oídos de oír esas voces y jamás atender las voces  del infierno.

 

No basta que icen bandera blanca ante Agustín o Lutero

13:2

“Aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres”. “Clamó contra el altar por palabra de Jehová”. 

¿Por qué el profeta habrá clamado contra el altar y no contra él? ¿No hizo él el altar? ¿No adoraba en él? Porque no se trataba de castigarlo precisamente a él sino de romper la institución impía que había creado. No es la persona del fundador de una religión la que hay que combatir sino su religión, sus ideas. Si bien es importante comprobar si las alucinaciones proféticas de la señora Helen White se debieron en parte a un golpe en la cabeza, lo más importante contra su adventismo es oponerse al contenido de sus visiones hechas doctrinas y a la categoría que sus prosélitos les conceden a sus libros. Discernir entre las sutiles afirmaciones literarias de que somos salvos sólo por gracia y la práctica que le dan a la ley, al séptimo día y a las dietas levíticas. Si se da con amor la medicina bíblica contra su enfermedad de galatanismo es posible que no la escupan.

Tampoco es tan importante descubrir en la biografía del señor José Smith que murió tirando balas contra un grupo que se levantó contra él como decirles a los mormones que lo de la aparición del ángel Moroni, el enterramiento de las planchas de oro, su descubrimiento, su traducción del egipcio antiguo y la formación del Libro Mormón, son bobas mentiras. Es mejor rajar en dos el altar que atacar a Jeroboam. 

Cuando yo era joven y tenía menos pecados perdonados que ahora, y mi experiencia con la misericordia de Dios era poca, cuando iba aprendiendo la verdad y comparándola con el error, mi púlpito estaba lleno de impaciencia doctrinal, y flamígeros eran mis sermones, y agrupaba jóvenes a mi alrededor como cabrahígos de la Shefela. Un día un viejo profesor me dijo: “Siembra la verdad y el error se marchitará”. 

Hay misericordia divina cuando Dios no mata de un golpe a Caín por adorarlo con productos no cruentos o sin fe, y cuando le preserva la vida a Jeroboam. Así le dio una señal para que se arrepintiera y destruyera lo que había edificado. Hubiera sido bueno que el mismo que creó ese sistema idolátrico lo desarmara, que quien hizo pecar a Israel se pusiera en pie y lo llamara a Jehová. ¿No contemplaron sus mismos ojos el altar roto por la palabra de Dios? Y se fue de allí no ofendido en su persona sino desconcertado en su religión.

No tuvo éxito personal el profeta, pero su forma de hacer apología fue buena. Así los fundadores de religiones han tenido señal de que sus grupos son falsos, que se han equivocado en sus doctrinas y predicciones, pero las sanan con alguna explicación, la reparan y siguen adorando con una mentira. Le da filo el amor fraternal a la espada del Espíritu y penetra hasta los tuétanos sin que duela. Se puede ser un buen apologista con amorosos argumentos. Las victorias no consisten sólo en defender la verdad del evangelio sino ganar almas para ella; y es difícil completar el triunfo si los acorralados con argumentos se rinden sin postrarse ante Jesucristo, aunque icen bandera blanca ante Agustín y Lutero, porque sienten conjuntamente con las verdades que los han abatido, el orgullo de los triunfadores y el menosprecio que les tienen. Somos salvos no sólo por conocer la verdad y defenderla sino por amarla, y porque nos sacaron del error no dándonos empellones sino a ramalazos de luz. Los enemigos de la verdad del evangelio no deben ser capturados y torturados, sino adoctrinados. Joven profeta, te será siempre más fácil destruir que construir. Repito, es mejor rajar en dos la institución, con la exposición de la Palabra de Dios que a su fundador. 

 

13: 6-7

“Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y quedó como era antes. Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente”. “Ven conmigo y te daré un presente”. No dijo: "ven conmigo a casa y oraremos, ven para que me instruyas en el camino de Dios". Está dispuesto a recompensar al profeta, pero no a convertirse a su religión (v. 33). Cierto es que expresa gratitud, y es algo, quizás el principio de una incipiente fe con una relación más estrecha en familia, con el profeta dentro de ella.

 

Sólo le quedaba su vocación como historia

13:11-26

“Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar”. “No podré volver contigo ni comeré contigo”. El varón que resistió al mundo desobedeció cuando un compañero suyo (al menos se hizo pasar por profeta) lo sedujo; un profeta viejo, que quizás “había sido” profeta, pero por ser como era ahora ya no lo era, que sólo le quedaba su vocación como historia. Y ¿por qué no le dijo: espera a que Dios me lo diga también? ¿Por qué no pensó que en Dios no puede haber contradicción? ¿Y que, si había alguna modificación, Dios se lo habría comunicado primero? ¿Por qué no dijo: vamos a orar? La voluntad de Dios para una persona es incambiable y quien debe determinar cuál es, es la propia persona y no otra. Fue un mensaje "supuestamente de Dios" lo que cambió su vida y lo que hizo que desobedeciera a su Señor. Señor guarda nuestras vidas que nadie las desvíe de su curso, el que tú le has dado, y que no seamos tan crédulos como para oír mensajes supuestamente tuyos, de cualquiera. Los consejos se te piden a Ti. Más vale escuchar tu voz que pedir consejos. El diablo también nos manda consejeros. Quieren que acomodemos nuestras vidas a sus caprichos. De la comunión íntima con el Señor resulta una declaración de lo que debemos hacer. No debemos ser ingenuos en cuanto a lo que es la voluntad del Señor. El proceder de este hombre es extraño. Después de haberle engañado le da un mensaje de Dios, sin una disculpa y sin una lágrima. No hubo confesión de pecado por lo que hizo, aunque internamente parece que le dolió por cuanto quiso que al morir lo pusieran en su misma tumba.  Pidió a los hijos que lo sepultaran junto al cadáver de su víctima. A él es a quien el león debió haber matado. Pero es así, los que nos hacen pecar son los primeros que son encargados por Dios para echarnos en cara nuestra desobediencia. Dalila fue la primera que atormentó a Sansón. Y ese buen hermano muerto no le reprochó nada, aceptó el castigo de su desobediencia.

 

No se les piden algún buen currículo para ser ministros

13:33

“Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos”. “Al que lo deseaba lo investía para que fuera sacerdote de los lugares altos”. El único requisito que pedía para convertirlo en un hombre de su dios eran sus deseos; cualquiera que lo quisiera, sin presentar alguna prueba de divino llamamiento, o récord moral, o capacidad mental y espiritual para oficiar. Descontado es que no eran de la tribu de Judá y así que por ley ya no podían ser sacerdotes de Jehová, pero no necesitaban ningún buen currículo para ser ministros del becerro de oro o de un dios inventado por la política de Jeroboam. La escuela de teología de este hombre abría sus puertas a todos los que quisieran y les daba la matrícula gratis y todos los honores de mediadores. Es cierto que “si alguno anhela obispado buena obra desea”, pero no es sólo quererlo sino ser legítimamente nombrado por Dios y en ese caso comprobar por medio de la Escritura que puede ejercer el sagrado ministerio.  

Los paganos no preguntaban sobre llamamiento celestial. Su dios de oro no era tan exigente y recibía con los brazos abiertos a cualquiera que cubriera las formas de la religión y se prestara para hacer la farsa de sacrificios, inciensos, oraciones, perdones, y que los ingenuos de Israel se creyeran bien representados ante la divinidad recién inventada. Así había pastores de ovejas por dondequiera, y todos falsos, sin llamamiento celestial. Más o menos hoy pasa lo mismo. Ungen por simpatías, por haber trabajado en la obra del Señor en labores no pastorales, como directores de jóvenes, de adultos, asistentes de algún pastor, secretarios de organizaciones para- eclesiásticas, etc., citan un grupo de ministros sin exigencia teológica y que de buena voluntad acuden a imponerles las manos y concederles el exagerado nombre: reverendo. Y desde entonces así se firman. ¡Y desconocen lo que es verdaderamente pastorear una iglesia! 

14:2

“Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo”. “En Silo está el profeta Ahías que me dijo que yo sería rey”. Jeroboam sabe quién es el profeta, dónde vive, que es un auténtico siervo de Dios, que le ha hecho bien, y sin embargo vive diferente a las enseñanzas de ese profeta. Hay quienes saben dónde está la iglesia, conocen al pastor, le deben algún favor, pero nunca lo visitan para oírlo. Hasta que les cae una desgracia encima.

14: 3

“Y toma en tu mano diez panes, y tortas, y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha de ser de este niño”. “Para que te declare lo que ha de ser de este niño”. ¿Para qué quería saber el destino del niño? ¿No era mejor orar por él o enviar para que viniera y lo sanara? ¿Para prepararse cualquiera que fuera el desenlace? ¿Para terminar con la incertidumbre? Si uno conociera el futuro dejaría de vivir, quitaría a la vida esa agonía con las situaciones, que es preciosa para el ejercicio de la fe en la vida espiritual.

14:4,5

“Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez. Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere, vendrá disfrazada”. “Ella vendrá disfrazada”. Si vas a consultar un profeta de Dios y piensas que puede revelar el futuro ¿no podrá él saber que tú te disfrazas? Todas las cosas están desnudas ante Dios. Oh no te finjas otra persona (v.6) preséntate ante Dios como eres. Exprésale tu problema, solicita su misericordia. Señor tú me conoces, hemos hablado como amigos, ayúdame. Amén. Si algo cubre nuestro rostro que no sea un antifaz sino la gloria de Dios brillando en ella. No le finjamos a Dios. Sentimientos y euforias que no son autenticas y vidas y costumbres ajenas.

14:6

“Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura”. “He sido enviado a ti con un duro mensaje” o con “revelación dura”. “No porque yo quiero sino porque es el mensaje que me ha dado Dios expresamente para ti”. “No porque yo quiero que sufras desgracias sino porque te las envía Dios, son justas y te las merecen”. Cuando uno está viviendo en pecado y es confrontado con la palabra de Dios el mensaje le parece severo y duro y dice: “¿quién lo puede oír?” (Jn. 6:60). El actual mensaje sobre la depravación humana, el arrepentimiento, el juicio final, el infierno, son temas duros para esta generación postmodernista que no quiere que se le anuncie muerte sino vida y prosperidad.

14:10

“Por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada”. “Como se barre el estiércol”. Vea como compara a la familia de Jeroboam al estiércol. ¿Duro, eh? Príncipes, princesas, ricos con mucho dinero, elegantes vistiendo con esplendidez, gente alegre y de influencias, pero estiércol.

 

Los niños y la salvación 

14:11-13

“El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho. Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño. Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque de los de Jeroboam, sólo él será sepultado, por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena delante de Jehová Dios de Israel, en la casa de Jeroboam”. “Sólo él será sepultado por cuanto se ha hallado alguna cosa buena en él”. 

El texto permite reflexionar en la muerte de los niños, desde que los abortan hasta más crecidos, pero niños, en embrión y ya formados. Si los niños mueren es porque, aunque son niños tienen una naturaleza pecaminosa, y ella está bajo la maldición de Dios. La razón por la cual sería sepultado fue que Dios vio cosas buenas en el niño, o sea, pecados no cometidos. Sin embargo, si las vio ¿por qué murió? Murió porque Dios es quien determina la longitud de la vida y a algunos se las extiende por casi 100 años, otros viven 50 y otros mueren jóvenes o en la infancia. 

La muerte de una persona joven ocasiona muchos sufrimientos y preguntas, es difícil de aceptar. El Señor comprende la amarga experiencia que se vive cuando se muere un niño y le llama "dura" (v. 6). Cuanto vaya a vivir una persona es un misterio y si es niño, resulta un triste enigma. Los niños no mueren por juicios contra sus pecados; el Señor siempre halla en ellos algo bueno, no los castiga con esta clase de muerte o con la otra, por triste y horrible que sea la muerte de un niño, nunca es por castigo de Dios; he ahí un misterio sin solución, que está fuera de nuestro alcance conocer. Dios es quien escoge cómo sus padres van a perderlo. Algunos mueren como mueren los adultos, de repente o luchando con una penosa enfermedad. No hay acepción. 

Sin embargo, si Dios ve algo bueno en la vida de un niño, una bondad inocente, natural, es debido a la imagen divina en su alma, no que sea santo sino inocente, no que sea bueno en su naturaleza, sino que no ha hecho daño alguno, y conforme a la elección es salvo (otros calvinistas creen que si fue elegido**), y no murió en sus pecados. Y mejor aún que Dios puso su gracia en el niño. Algunos judíos creen que este niño no aprobó la idolatría y quiso que se retirara la guardia que evitaba que los judíos del norte pasaran a Jerusalén para adorar a Jehová. Los niños se parecen a Cristo y por esa gracia divina que trajo Jesucristo, que les viene por misericordia, son salvos. El Señor toma la credulidad y humildad de los niños como fe, pero más que eso por el precio de la sangre de Cristo. El cielo está lleno de niños y sirva esto de consuelo a algún padre que lamenta la ausencia de su pequeño*. 

A David se le murió un niño y dijo cuando perdió toda esperanza de que viviera, que él iba hacia el niño, lo seguiría en su recorrido, a través del sepulcro, hasta la gloria (2 Sa. 12:19-23). Come, lávate, continúa con tu programa normal y consuélate que tu hijo vive en la presencia de Dios y que sólo un poco de tiempo media entre él y tú hasta volverse a encontrar.  

 

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*Nota. "Yo no dudo que los bebés a quienes el Señor se lleve de esta vida sean regenerados por medio de una operación secreta del Espíritu Santo" (edición de Amsterdam de las obras de Calvino, 8:522).

"Yo enseño por dondequiera que nadie puede ser condenado justamente y perecer excepto por un pecado real; y decir que los incontables mortales que son llevados de esta vida mientras todavía son bebés son precipitados de los brazos de sus madres a la muerte eterna es una blasfemia que ha de ser detestada universalmente" (Institutes, libro 4, p. 335). [Existen traducciones al español de los Institutes de Calvino publicadas por Editorial Clie y Libros Desafío. N. de la T.]

**Norman Fox, The Unfolding of Baptist Doctrine, 24 "No sólo creían los católicos romanos en la condenación de los bebés. Los luteranos, en la Confesión de Augsburg, condenan a los bautistas por afirmar que los niños son salvos sin bautismo ('damnant Anabaptistas qui … affirmant pueros sine baptismo salvos fieri' ['malditos los anabautistas que … afirman que los niños son salvos sin bautismo']), y el poeta favorito de la Escocia presbiteriana [Robert Burns], en su Tam O'Shanter menciona entre objetos del infierno 'a los bebés pequeñitos'. La Confesión de Westminster, al declarar que los bebés elegidos que mueren en la infancia son salvos, implica que los bebés no elegidos que mueren en la infancia están perdidos. Esto fue enseñado ciertamente por algunos de los forjadores de ese credo."

14:20

“El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar Nadab su hijo”. “Durmió con sus padres”. ¿Quiero ver algo de futuro en esas palabras? ¿O sólo conformidad? Cuando dice durmió muestra la suave manera de decir muerte, y cualquiera que sea la explicación que se le dé, ella implica forzosamente despertarreposo y vida. Y por otro lado “con sus padres” da a entender que se pensaba en compañía de ultratumba porque Jeroboam pudo no haber sido enterrado en la misma tumba que sus antecesores (pudiera ser que sí); en fin, se piensa en la muerte como continuación y futuro. Sin distinguir entre gloria o infierno, condenación y salvación, sino sólo declarar que hay un más allá. Lo de los lugares y estados y explicar el Sheol, corresponde al cristianismo, a Jesús y los apóstoles.

14:26-27

“Y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real”. “Se apoderó de todo, llevándose aun hasta los escudos de oro”. Y el pobre Roboam, contento con no haber perdido la vida, no pudo evitarlo y sin lamentarse de nada hizo otros de menos valor, hasta donde podía, de bronce. Vea como el pecado va empobreciendo y sustituyendo lo caro por lo barato y “cayendo de la gracia”. 

 

Debió imitar al abuelo y bisabuelo, no a su padre

15:3


“Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre”. “Y anduvo en todos los pecados de su padre”. ¡Qué feo que de un hijo se diga eso, que anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes que él!; que se diga que ha sido infiel como su padre, incrédulo como él, mal hablado como él, adúltero como él, borracho y mujeriego, y con el mismo mal carácter abusador que su padre. Uno ve en el caso de Abiam que anduvo en los pecados de su padre Roboam no por herencia sino porque quiso y no discernió la fuerza que da el mal ejemplo; si él se lo hubiera propuesto no tendría por qué seguir a su padre en sus malos caminos; tal vez pudo hallar otro ejemplo mejor para imitar dentro de su prolongada genealogía que era santa. Allí estuvo Salomón su abuelo y si no le gustaba tenía al rey David, no eran perfectos pero eran mejores. Prefirió a su padre en vez del abuelo y el bisabuelo y se descaminó y torció por completo. Si el padre hubiera sido un buen ejemplo debía haberlo imitado porque el  primer ejemplo para seguir por el hijo varón,  es el padre. Su vida se hundió en la condenación no por la herencia que tuvo sino por imitación. No tenemos la alternativa para escoger a nuestros padres pero sí la opción para tomarlos o no como ejemplos. No pocos van al infierno detrás de la familia a quienes imitan en la idolatría o en sus concupiscencias de la carne. Si no tienes ningún buen ejemplo de algún pariente tuyo que haya ido al cielo donde está Jesús, sí hay una familia de santos del altísimo, la iglesia, a la cual imitar (1 Co. 11:1; Flp. 4:9; Efe. 5:1).

 

Su pecado fue una excepción y no la norma de su vida

15:5

“Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre”.  “Excepto en lo tocante a Urías heteo”. Es una lástima que David suela ser recordado tanto por un solo pecado, casi más que por ser el dulce cantor de Israel, el autor de tantos salmos, y su excelencia como rey. Su pecado fue una excepción y no la norma de su vida. ¿Y por qué? Por la gracia de Dios que hace que sea así ¿no es maravilloso aún? Y un solo pecado cometido pero que no se sujetó a él como esclavo. 

¿De dónde sacó ese poder para dominarlos a todos? De la gracia, ¿y realmente fue ése el único pecado que cometió? ¿Qué pasa con el censo que hizo, con el engaño al sacerdote de Nob, con su testimonio entre los filisteos e incluso con su harén? Pudiera pensar que al piadoso autor del libro de los Reyes se le olvidó mencionarlos y sólo recuerda este escándalo. 

No, no es el autor sagrado sino Dios, estrictamente el que se olvidó de todos los pecados, y se menciona sólo el que la gente tenía como peor de todos. Dios no le recuerda ninguno porque de todos se arrepintió y Dios “tiene mala memoria” para los pecados que perdona, una infinita y eterna "mala memoria" (un antropomorfismo). Oh Señor gracias porque aunque el mundo recuerde mis pecados tú no, tú  los olvidas, tu Hijo Jesús los tapa y detrás de su cruz “no puedes verlos”. Es grandiosa la memoria divina en la salvación. ¿Por qué eres afligido? ¿Por qué no volver a empezar? ¿Por qué habrás de vivir culpándote constantemente y aguijoneada tu conciencia porque la gente lo sabe? Acaba de pensar que sólo la opinión de Dios es importante. Si ya tu espíritu es derecho ante Dios, si él lo ha borrado de su cerebro, olvídate tú, aleja esos fantasmas que a veces desde el pasado te vienen a visitar, espántalos con la sangre de Cristo, y si otros lo recuerdan y conversan de tu caída, sírveles arrepentimiento, es decir, que también recuerden tu arrepentimiento y se enteren que no  has vuelto a pecar, incluyendo con los que pecaste.  

De todos modos, Dios es misericordioso y los pecados que se saben son menos que los que hemos cometido; vive satisfecho con el perdón de Dios, contento con su “mala memoria” para todas tus faltas, que es mejor que la buena reputación tener todos los pecados perdonados, que no haber pecado de ese modo pero ser un impenitente. Dios no vino a salvar a justos sino a pecadores. Es mejor tener de qué arrepentirse y hacerlo que supuestamente no tener nada que lamentar. La buena reputación y la supuesta fidelidad no son avenidas seguras para el cielo, y a menudo desembocan en el infierno.

 

 

Dios te acepta así como eres, no tienes que cambiar, ¿es cierto?

15:9-12 

“En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. Y reinó cuarenta y un años en Jerusalén; el nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. Porque quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho”. “Quitó del país los sodomitas”. Dentro de las reformas sociales, y teológicas, que hizo el rey Asa fue expulsar del ejército y de la entera sociedad a los homosexuales. La palabra “sodomita” aquí significa “sagrado” “dedicado”, a la prostitución, licenciosa idolatría, sodomitas. Práctica pagana de adorar con el sexo a los dioses. No fue una reforma solamente  moral sino teológica porque incluyó a los cultos paganos y la destitución de Maaca como reina madre. No los apedreó ni los condenó a la horca, los envió al exilio. Tampoco decretó a favor de ellos alguna ley que les diera el privilegio social y matrimonial que tienen los heterosexuales. Una medida drástica e impensable en el día de hoy. 

No hay que cristianamente llegar a ese extremo pero sí sustentar el mismo principio espiritual de no aceptarlos dentro del reino de los cielos como ellos son si no son lavados y limpiados con el Espíritu Santo, como cualquiera otro pecador (1Co. 6:9-11 ). Pablo tampoco lo hizo. No los bautizó porque el cambio de ellos fue posible por el Espíritu de Dios. Fue un milagro en el carácter de ellos como lo es en una pierna o en un brazo muertos. Es que ellos sí querían cambiar, no pidieron heredar la vida eterna como eran. Una sociedad donde la sodomía como opción personal no se mira como un pecado y que se acepta completamente, donde no sólo viven dentro de ella muchos de ellos sino que pueden reclamar derechos y exigen que se les mire como hombres o mujeres normales y hasta  se reconoce la legalidad de esa unión; y cuando hay muchos cristianos que son de ese pensamiento ¿están haciendo lo que es recto ante los ojos de Jehová? ¿No es esa filosofía pagana? La más mínima crítica que se les haga se toma como discriminación, como un juicio moral al cual el púlpito no tiene derecho, y no como un requisito teológico, de salvación.

Este mundo es cada vez más débil espiritual, teológica y moralmente. Y la iglesia ¿qué posición toma para los sodomitas? Algunas hasta les ponen el hábito de obispos. Uno no oye socialmente ninguna condena, generalmente cuando se predica evangelismo eso apenas se menciona porque, dicen que no concuerda con el amor. El mensaje de casi la totalidad de la iglesia es de comprensión y con muy poco énfasis en el arrepentimiento, casi diciéndoles así: “Dios te ama así como eres, te acepta así”. ¿Es eso cierto? No, es lo mismo que decírselo a un borracho o a un avaro o fornicario; una mentira propagandística con más consonancia social que evangélica. No se trata de hacer lo que hizo Aza, echar a sodomitas, lesbianas y prostitutas religiosas fuera del país, sino decirles con sincero amor que así no son aceptados por Dios en Cristo; pero tienen esperanza como los de Corinto. No es discriminación, señores, es evangelización.

15:16-22

“Entonces tomando Asa toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, los entregó a sus siervos, y los envió el rey Asa a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo: Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y el tuyo. He aquí yo te envío un presente de plata y de oro; ve, y rompe tu pacto con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mí”. “Tomó todo el oro de la casa de Jehová y lo envió a Ben-adad”. ¿Te parece una falta de fe que haya hecho eso? Dejó la casa de Jehová sin lujos y pobre para obtener un fin político; pero ¿lees algún reproche por eso? Si sigues ves que se dice que hizo lo recto ante los ojos de Dios. Es falta de fe pero no se le critica, no vino palabra de Jehová en su contra. ¿No será que en parte por eso se enfermó de los pies? (v.23). Es que en ese tiempo la política era parte del reino de Dios, la iglesia era todo el estado de Israel. Ahora no. No estaría bien que ahora la iglesia empobreciera para financiar carreras políticas o guerras extranjeras. Lo que sí es que debe empobrecerse para financiar a misioneros que luchan en el exterior. Señor bendice a tus siervos que guerrean tus batallas.

15:23

“Los demás hechos de Asa, y todo su poderío, y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Mas en los días de su vejez enfermó de los pies”. “Enfermó de los pies”. Un viejo de 50 (1Re. 11:4). Posiblemente gota reumática, y dos años después se murió (2Cr. 16:12).

16:2

“Por cuanto yo te levanté del polvo y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con tus pecados”. “Te levanté del polvo”, aunque llegó al trono por medio de traición y asesinato. La providencia de Dios gobierna, cuando venga su justicia. A todos los pecadores a los cuales Dios le concede su gracia para la salvación, los levanta del polvo de la tierra, y como hizo el salmista los hace sentar con los príncipes de su pueblo (Sal. 113).

16:11

“Y luego que llegó a reinar y estuvo sentado en su trono, mató a toda la casa de Baasa, sin dejar en ella varón, ni parientes ni amigos”. “Ni amigos” dejó con vida. No es sabio ser amigo de impíos porque la mala suerte de ellos puede alcanzarlo. Con Datán se hundieron todos los que vivían cerca. Jesús era amigo de los pecadores pero no compartía el pecado de ellos.

16:13

“Por todos los pecados de Baasa y los pecados de Ela su hijo, con los cuales ellos pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando a enojo con sus vanidades a Jehová Dios de Israel”. "Con sus vanidades"; se refiere a la idolatría y a la vida disipada que llevó (v. 9).

 

La cuestión del suicidio

16:18-20


“Mas viendo Zimri tomada la ciudad, se metió en el palacio de la casa real, y prendió fuego a la casa consigo; y así murió, por los pecados que había cometido, haciendo lo malo ante los ojos de Jehová, y andando en los caminos de Jeroboam, y en su pecado que cometió, haciendo pecar a Israel”. “Y prendió fuego a la casa consigo y murió”. Esto es un suicidio; Zinri viéndose perdido y expuesto a la humillación de una muerte de guerra, prefiere acudir al medio de quitarse la vida y encerrado en el palacio real le prende fuego y muere dentro. Escogió su propia muerte. En la Biblia hay otros casos de suicidios pero por causas diferentes, sólo la del rey Saúl es similar cuando se arrojó sobre su espada para quitarse la vida y no enfrentarse a los filisteos. Sansón también cometió “un acto suicida” cuando echó abajo la casa donde se hallaba para matarse junto con sus enemigos. Algo parecido en tiempos modernos han hecho aviadores o chóferes de carros bombas. También se suicidó Judas Iscariote cuando no pudo resistir el peso de su pecado en la conciencia, salió y fue y se ahorcó. Sobre el aspecto moral del suicidio la Biblia dice poco y sobre el aspecto, como se llama hoy, psicopatológico, dice menos; pero teniendo los casos uno puede asumir algunas respuestas del porqué ciertas personas se suicidan. El enfoque bíblico es  espiritual. Si observas el texto hallarás que como se habla parece indicar un juicio sobre su pecado, que esta forma de morir es un severo juicio con el cual Dios castiga a los que se han endurecido contra él. No porque Dios mismo los obligue a que se quiten la vida, sino que los entrega a una mente reprobada que fácilmente cae debajo de la acción de “las potestades de las tinieblas”; Satanás le sugiere primero y luego le presiona el entendimiento, le turba su razón y lo incita a cometer violencia contra su vida. Esta fuerza espiritual interna ha sido casi descubierta por la ciencia moderna que asegura cada vez más que el suicidio no es una cosa tan voluntaria como se ha venido pensando.  No porque diagnostiquen un diablo dentro del pensamiento sino que afirman que se trata de una perturbación mental incontrolable, una idea fija que se le impone espantosamente sin poder resistirla, un insoluble estado depresivo interno, etc. Esas cosas son ciertas pero son sólo síntomas de una causa espiritual ocasionada por el archienemigo de Dios que empuja a las almas para matarse y así perderlas definitivamente. Las respuestas psicológicas son muchas y hasta morales, para justificar el acto, como las que suelen ofrecerse para recurrir a la eutanasia o muerte asistida.  Nosotros hallamos la razón del suicidio en un terreno mucho más allá de la sicopatología. El que se quita la vida o llama a un médico para que le ayude sufre algo más que una pura patología mental, una crisis emocional o un conflicto moral con su enfermedad. ¿Por qué se suicidó Zinri? ¿Por lo mismo que se suicidó el rey Saúl, para no enfrentar la humillación de otro tipo de muerte, porque le pareció una salida más virtuosa, menos vergonzosa, heroica, como si arrojara en llamas contra sí mismo la furia que sentía contra sus enemigos? ¿Por que se arrojó Saúl sobre una espada como si se hiciera un haraquiri? ¿Para escoger una mejor muerte? No amados, esas son grandes equivocaciones, no es una muerte mejor la que hay que buscar sino una mejor resurrección (He. 11:35); y ante el evento de la muerte, es menos importante tener una muerte más heroica que otra. Quizás habría que hacer cierta distinción entre una muerte suicida por patriotismo o para evitar confesar secretos militares y políticos arrancados por  torturadores y verdugos, y el propiamente llamado suicidio. ¿Por qué se suicida una persona? ¿Porque no puede cargar con su responsabilidad? ¿Porque no puede enfrentar por más tiempo su situación, económica, familiar, de salud? ¿No puede enfrentar las consecuencias de sus errores, la culpabilidad de su conciencia, la pérdida que sufrió, la vergüenza, la falta de significado de su existencia, la carga que es para otros? El suicidio no es la solución. Hay una forma de enfrentar la tendencia suicida, la situación suicida, la presión espiritual y diabólica sobre el pensamiento: Llamar al Espíritu Santo. Llamar al Espíritu Santo, clamar a él. El problema del suicida se halla dentro de sí no afuera, no son las situaciones en exceso difíciles las que lo conminan a quitarse la vida, la mayor potencia viene desde dentro misma, como se mira lo de afuera, como se siente lo de afuera. La opresión mental es producto de un enfoque, de una forma como se están tomando las cosas. Hay tratamientos sicológicos para resolver esa situación y alejar el cuchillo de la garganta del individuo, la cuerda de su cuello y el fósforo del cuerpo; pero yo conozco una mejor, la oración a Dios. Si Dios concede su Santo Espíritu a quien se lo pida, el Espíritu lo transforma interiormente, lo hace una nueva criatura, lo engendra de nuevo y las cosas viejas pasan. El pecado es perdonado, la conciencia se tranquiliza, el carácter se vuelve otro y el sentido de vivir se llena de alegre colorido. Quizás estas palabras lleguen a alguien, porque las digo como San Pablo al carcelero en Filipos cuando tenía su espada lista para suicidarse: “No te hagas ningún mal pues todos estamos aquí”. No te hagas ningún mal, hay alguna iglesia en alguna parte, un evangelio en algún púlpito, un Dios muy cerca de ti que te dice: “No te dañes ni dañes a otros, aquí estamos, ven, oremos por ti, por tu situación y por los espíritus que te acosan” Amén. 

16:27

“Los demás hechos de Omri, y todo lo que hizo, y las valentías que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?”. “Las valentías que ejecutó”.  O su “poderío” o “victorias”. Son muchos los varones de renombre en la historia, valientes y héroes, que mueren en condenación. ¡Oh cuántos Reyes y príncipes se juntan a diario en el infierno con el rey de Babilonia! (Isa. 14). Oh héroes de las naciones, magistrados, benefactores, políticos, el mundo les recuerda ¿pero Cristo se acordará de ustedes cuando venga en su reino?

 

Los hijos valen más que Jericó y las piedras de Jerusalén 

16:34

“En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun”. De las cosas más valiosas que un hombre puede tener después de Dios es su familia y bien tonto es quien no la cuida o como éste la sacrifica a su vocación, nombre e intereses. Ese necio personaje, Hiel de Betel, es uno de ellos. Hay quienes como este hombre, por ignorancia de la palabra de Dios (Jos.6:26), o porque saben que esa maldición tiene quinientos años y creen que ya Dios la olvidó y no se va a cumplir, que cinco siglos sobre la Biblia es demasiado tiempo para que una maldición sea cumplida, o como un desafío opositor, sacrifican sus hijos, esposa o padres a sus caprichos, planes y proyectos. 

No les importa inmolar la familia y utilizar las vidas de los suyos si a precio de los mismos logran los niveles sociales y la reputación que quieren. Se embarcan en un proyecto contrario a la voluntad de Dios, a una empresa precedida por la maldición divina y piensan que vencerán la profecía de Dios y que se burlarán de sus pronósticos y que se harán un nombre perpetuo entre los seres humanos. Así fue Hiel de Betel el que reedificó a Jericó sabiendo que le costaría las vidas de sus hijos. ¿No es cierto esto, que igual que él muchos por sus trabajos, vanidades y pecados exponen a los suyos a morir? Empiezan perdiendo un hijo y no se detienen, después el otro, la hija, y siguen perdiendo, nada los detiene hasta que alcanzan sus objetivos, logran sus deseos y se quedan sin hijos ni hijas que los amaran, y que más valían. 

La muerte del primer hijo no hizo que Hiel se detuviera y pensara en lo que estaba haciendo, lloró sobre el muerto, lo enterró y continuó a costa que el otro hijo suyo también muriera. Cuando terminó su proyecto lo selló con la sangre de su último hijo. ¿No pararás nunca? No desafíes la veracidad de la Escritura, aunque haya miles de años que Dios haya dicho que maldecirá algo, eso está vigente como si fuera de ayer. Sus amenazas se cumplirán al pie de la letra y tropezarás en la palabra siendo desobediente. Pero no quieres eso, moderno Hiel de México, Venezuela, etc. Quieres ser un padre moderno pero modelo porque para ti los hijos son más valiosos que Jericó, las piedras de Jerusalén y una cita en el libro de la fama.

 

Debieran avergonzarnos las preocupaciones por tener un dios limitado

17:4-6

“Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo”. “Yo he dado orden a los cuervos para que te sustenten”. ¿Qué, a los pájaros? Sí, no podía usar a ningún hombre. Si la ayuda humana falta, si es imposible o no es conveniente, Dios puede usar a los pájaros. Ellos son suyos. Dios los maneja. Les dice pósense allí y allá sobre aquella rama van. En los deseos de Dios hay libertad. Los instintos de ellos manifiestan los deseos de Dios. ¿Por qué he de preocuparme por lo que he de comer y beber si Dios sabe cómo sustentarme? Dios sabe dónde estoy y cómo estoy. El hará llegar su socorro en su momento. Del aire. Volando vendrá su auxilio. Se puede esperar mirando el cielo. Las nubes. Debieran avergonzarnos las preocupaciones por tener un dios limitado. Dios no tiene límites. Nunca se le acaban los recursos a Dios. 

La Impaciencia tiene una hermana menor que se llama Poca-fe y una abuela canosa y bizca, de cara amarilla y con un centenar de arrugas como un antiguo pergamino, que el pueblo ha apodado Desconfianza pero cuyo nombre real es Incredulidad. Ese vejestorio por sus muchos años parece inmortal y se cuenta en el Libro de las Crónicas de la Caída, que nació de una bella dama llamada Eva que se casó bajo un árbol con un señor llamado Padre-de-mentiras. 

El escurridizo ángel desalado  la engañó y le hizo creer que el Padre de las luces no tenía mejor fruto en el árbol de la vida que el que le trajo para celebrar con mordiscos y tragos de ajenjo su adulterina unión. 

Y la primera ave que se montó en la misma rama donde enroscada se hallaba la multiforme viperina fue un cuervo, de alas negras como la muerte misma; y desde entonces el pájaro voló a las cañadas sacando ojos a los muertos y viviendo bajo la inmundicia que le echó el Levítico. Semejante compinche de pico sucio recibió una temporal lavada de lengua , muelas y dientes,  y por unos días ya no fue inmundo mientras hacía el trayecto desde alguna surtida cocina hurtando un pedazo de carne para el hambriento fugitivo que cuando llegó con el alimento humeante bebía un poco de agua en el arroyo de Querit. Al ver retirase por los aires al pequeño carnicero, el vidente solitario del manto ejecutivo, alzó los ojos a las nubes de donde había llegado su socorro, y bendijo la providencia.

17:7

“Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra”. “Se secó el arroyo porque no había llovido sobre la tierra”. Si le faltaba la mitad de la bendición vital, debía marcharse. Que falte la bendición no es toda la razón para marcharse pero es una fuerte razón. Dios lo mantuvo de modo milagroso y de forma natural (vv. 1-7). Para que Dios haga eso, una excepción, la persona tiene que estar muy relacionada con el poder sobrenatural de Dios. Señor qué maravilloso eres, cuánto nos amas, alimentas las aves y haces que ellas compartan sus alimentos con nosotros, ¡qué poder tan absoluto tienes sobre la creación! Dejemos a Dios el cuidado de nuestra vida. ¡Qué bien vivía Elías junto al arroyo pero un día se secó y por esa razón supo que debía trasladarse! Las razones económicas pueden ser buenas razones para irse de un lugar que ya Dios determinó que se fuera. De todos modos ningún sostén es perenne, es el mismo Jehová el que quitó y el que dio (Job 1:21).

 

Primero los cuervos y ahora una viuda

17:8-16 

“Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente”. “Yo he dado orden a una mujer viuda que te sustente”. ¿Una orden de Dios? No hay ningún ángel por medio del cual la haya cursado, ni recibió visión alguna, ni aparición de algún tipo, sin embargo ella recibió la orden de alojar al profeta; recibió la orden de la obediencia, para la cual se le originó fe en la Palabra de Dios. No, no recibió ningún aviso previo sobre la llegada del profeta ni se le comunicó, como a Pedro con los emisarios de Cornelio, que lo acogiera. 

Fue una imperceptible obra espiritual operada por el Espíritu Santo. Recibió la orden de obedecer y la fe para hacerlo. Así ordena Dios la salvación (Hch. 13:48). La viuda planteó su necesidad al profeta, pero nota que sin incredulidad, con humilde resignación y sencillez de fe de que la palabra de Dios no fallaría; por un buen tiempo tuvo la experiencia de haber vivido por la fe. 

Aunque hallemos el problema de la resistencia humana a la fe, ella no es omnipotente ni suficientemente firme como para hacer imposible la obediencia por la fe; aquí no se trata de aquellos que parecen tener una incredulidad victoriosa sino de los otros que por expreso deseo divino creen la palabra y obedecen la fe en Jesús. Señor, gracias porque por tu voluntad he sido hecho tu hijo,  fuiste “movido a misericordia” y mostraste en mi “toda tu clemencia”. La orden de ayudar al sostenimiento económico de la obra de Dios ya está dada. Cuando el corazón recibe una orden de Dios, se siente dispuesto y sin exigirle nada voluntariamente se ofrece. 

No fui previamente informado de tus deseos conmigo y de que enviarías alguno para que creyese, no se me notificó de que mi vida cambiaría y de que mi corazón llegaría a amarte, vencido por tu poder. Me buscaste y me hallaste, muchos otros tenían tanta necesidad de misericordia como yo, pero me escogiste a mí, sabías donde moraba y me enviaste tu palabra. ¿Quiénes han de ser salvos? ¿Dónde están? ¿Cuándo y cómo lo serán? Sólo tú lo sabes; nadie puede pronosticar que no habrá fe en la tierra cuando es el expreso deseo del Rey del universo que los pecadores acojan amablemente el evangelio. "Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder". 

17:18

“Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?”. “Has venido para traer a mi memoria mis iniquidades”. No. Yo no he venido para recordarte tus pecados, no te he preguntado por ellos, estoy aquí porque Dios te conoce y me envió para tu bendición. En vez de ocasionarte culpa, que sin razón me achacas, debieras pensar que te serviré de ayuda. No puede haber castigo alguno contra pecados perdonados. Es la conciencia la que a veces no tiene piedad y maltrata a su dueña cuando no recuerda su perdón.

 

La frecuencia del contacto evangelístico 

17:21

“Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él”. “Se tendió tres veces sobre el niño, clamó a Jehová”. Ese contacto personal con el niño fue la posición inicial que el profeta eligió para la transmisión de vida, de Dios a él y de él al pequeño. Compartió con él el calor de su cuerpo y todo su aliento. Un muertillo no puede prescindir de una relación tan íntima. La más estrella relación humana y filial es recomendable. Esto es evangelismo.  Un solo contacto no es suficiente y por lo que se puede apreciar es necesario la frecuencia de ese contacto porque el profeta lo hizo tres veces. Si pasa mucho tiempo entre uno y otro el niño se enfría y pudiera perder el beneficio del primer roce o encuentro. La repetición de la comunicación es fundamental para edificar una relación que pudiera conducir a la resurrección. No pocos niños se quedan medios muertos porque el comunicador desapareció en medio de su tratamiento. La insistencia es un requisito del evangelismo con menores y mayores. Los niños deben ser enseñados con la misma calidad de un adulto, con las mismas verdades y con similar profundidad. A veces se piensa que son capaces de digerir sólo la leche de la Palabra. Note como Elías echó todo su cuerpo sobre el pequeño sin temor a ocasionarle daños. Al contrario, todo el peso de la adultez hace falta, con montones de experiencias acumuladas, para salvar a un pequeño, que no con liviandad se pone vivo. Y el clímax de la resurrección se alcanza con oración, con la misma que no tuvo efecto la primera  y segunda vez porque sin ella es inútil el contacto y la misma calidad doctrinal y toda la experiencia de un experto. La salvación de un niño reclama la oración de fe.

 

Renuentes a cambiar la mala opinión de casi todos los pastores

17:17-24

“Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive. Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca “Ahora conozco que tú eres hombre de Dios y que la palabra de Dios es verdad en tu boca”. 

El tiempo pasa y cambia muchas cosas, entre ellas la opinión que uno tiene sobre los ministros de Dios y sus sermones. Con algunos los lazos de relación se aprietan y con otros se zafan. He percibido y sentido en algunos hermanos un espíritu anti-pastoral, justificado a veces por malas experiencias con pastores, e injustificado otras, producto de pasiones, ambiciones, mostrado en críticas, desvalorización de su persona y trabajo, o en abierto menosprecio. Como en todas las profesiones, hay pastores buenos y malos, auténticos y asalariados impostores. Uno no sabe quién es quién a menos que pase mucho tiempo y la proximidad le permita a él mostrarse como un legítimo embajador de Dios y que si ha cometido algún error, sea perdonable. Esta mujer, sin ser anti-pastor, ilustra el remedio de cómo dejar atrás una mala experiencia con un ministro del evangelio. Esa es mi intención.

Hay hermanos y hermanas renuentes a cambiar la mala opinión que tienen de casi todos los pastores porque algún ministro les ha hecho perder el primer amor por Cristo y no se pueden recuperar del desencanto,  se vuelven refractarios a todos y rumian una perenne amargura que no se les quita nunca oigan a quien oigan, y jamás son bendecidos aunque el predicador sea Juan el bautista que ha resucitado o uno que predique con seráfica elocuencia, tenga dos alas y se llame Arcángel Miguel. 

No es exactamente el caso de esta viuda de Sarepta, pero ilustra en parte la cura de esa impresión negativa, fuerte y tan duradera, que por el bien de la persona dañada y del que ocasionó el daño, si lee esto, pudiera el Espíritu bendecir esta reflexión. 

La viuda dijo que “ahora” con su hijo sanado, sí que creía que Elías era un profeta y que sus sermones eran inspirados por Jehová. ¿Ahora? ¿Y el aceite reproducido y la harina aumentada? Sí, esa bondad vale pero no es igual. Pudo responder, “yo sabía que este es un varón de Dios, en mi economía lo he comprobado, sus oraciones me han ayudado, no me ha faltado nada que comer, el dinero tampoco ha escaseado, me ha orientado en mi prosperidad y me ha salido bien el negocio, trabajo he tenido; mi fe ha aumentado con esta experiencia y mi gratitud hacia él y a su Dios Jehová. 

“Pero he dicho “ahora” porque mi fe se ha completado con su bendición hacia mi familiaahoraes cuando siento que creo verdaderamente en la iglesia de la cual él es un representante, ahora es cuando creo en sus sermones porque por medio de la bendición que ha sido a mi familia no puedo negar que a ella la acompaña el Espíritu de Dios; ahora creo más lo que dice y en Dios porque creo como madreporque mi hijo estaba muerto y ahora vive. 

“¿De qué me hubiera servido tenerlo a él, el profeta, su pueblo y sus doctrinas si como madre mi fe estaba incompleta porque mi tristeza y mis preguntas no me hubieran dejado creer como quisiera?”. 

Y creyó que era un varón de Dios, que se podían oír sus sermones, sin resistencia, y que podría ser  un pastor perdonable y admirable, después de todo.

18:1-17

“Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová”. “Abdías era en gran manera temeroso de Dios”. Observa a Abdías ¿quién hubiera imaginado que había fe en la casa de Acab y Jezabel? Tal vez el mismo César tampoco imaginaba que los cristianos que perseguía afuera los tenía en su casa (Flp. 4:22). Y de la más pura, legítima, "que obra". Es posible que el rey supiera de la devoción por Jehová de su mayordomo, pero nunca imaginó que ella fuera capaz de tanto, o puede que no lo supiera porque en ese tiempo el prudente calla como la reina Ester y no manifiesta públicamente sus creencias religiosas. Era un hombre talentoso, indispensable para Acab, que pudo haber pensado equivocadamente que su fe se hallaba muerta. Desde su juventud aprendió los mandamientos de Jehová y nunca renunció a esa fe, al contrario, fue el protector de la religión verdadera en esos años difíciles.

 

Escondidos desde Dan hasta Beerseba

18:10

“Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado”. “No hay nación donde no haya enviado a buscarte”, y todos decían “no está aquí” y reforzaban la palabra con juramentos. Y Elías estaba escondido en el mismo territorio de Israel, desde Dan hasta Beerseba, junto al arroyo de Querit primero y después en el hogar de una viuda, sin ser molestado ni descubierto por nadie. No hubo espías ni departamento de inteligencias de Acab que pudieran seguirle la pista al profeta oculto, y Jezaabel se devanaba los sesos y se moría de rabia exigiendo a sus siervos que lo hallaran. Todo fue en vano. Gastaron tiempo y dinero y nada porque fue ocultado por Dios. 

Y en eso hay un paralelo con la salvación de los que están en Cristo Jesús. Y  los que Dios oculta nadie puede hallarlos, porque están escondidos en la tierra de las promesas, de los profetas, de ciudades de refugio, del culto, del pacto y de la fe, y dentro de esas cosas es imposible que alguien que haya sido escondido pueda ser perseguido, hallado y muerto. Y los que están escondidos con Cristo en Dios, están tapados con su justicia y ¿qué enemigo puede destaparlos, desvestirlos y juzgarlos si ya han sido juzgados en Cristo, perdonadas sus faltas y errores y absueltos? Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Col. 3:3; Ro. 8:1)..

18:17,18

“Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales”. “Yo no he turbado a Israel sino tú”. Muy bien respondido, quien sume al país en crisis es el pecado, y no la religión, es la idolatría. En este comenzar por la modernización debieran hacerlo por la religión. Así retendrían la bendición. Oh Dios bendice nuestra nación que apetece un cambio político y social cuando le es mejor dejar la idolatría afro-católica.

 

 

Si tienes una religión a tu gusto

18:20, 21


“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”. “¿Hasta cuándo iréis entre dos formas de pensar?”. Quiere decir hasta cuándo iréis de una rama para otra, haciendo alusión a lo que hacen los pájaros que saltan de una para otra. La idea también es cojear, ir de un lado para otro, o como en una nota aclara la VI, estar cojeando con dos muletas. Es mejor ser frío o caliente que tibio, o una cosa o la otra, pero no las dos a la vez. En público de Baal y en privado de Jehová, depende de con quienes se esté, de si convenga profesar a uno o al otro. ¿Qué es eso de ser un poco de uno y un poco del otro, un poco del mundo y un poco del Espíritu Santo? Eso se prohíbe en Sgo. 4:4,5. Tampoco es recomendable eso en la religión cuando se toma un poco de una y se combina con la otra y el compuesto no es una cosa ni la otra sino un ser híbrido, raro, ecléctico, inferior y deplorable, una sustancia deformada y nunca creíble. Eso suelen hacerlo algunos para tener una religión “a su manera”, que les convenga, adaptada a sus propios gustos. Religión sincretista, para nada sirve. El pueblo se quedó en silencio, sin excusas, no las tenía. Esperando. Hoy eran de Dios y mañana del diablo. No agrada a Dios ese mimetismo espiritual.  

 

Espectáculos religiosos

18:24

“Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho”. “El que respondiere ése sea Dios”. ¿Qué te parece este desafío? Elías corrió un riesgo grande, porque el diablo pudo haber respondido a las oraciones de los paganos, había colocado la decisión de la contienda con los profetas de Baal sobre el tapete de un debate milagroso; si había un milagro ese sería “el Dios”. Janes y Jambre habían resistido a Moisés en Egipto haciendo milagros idénticos a los que hizo Jehová por medio de Moisés; del mismo modo ahora podía haber sucedido, que los profetas de Baal hicieran señales y fuego descendiera del cielo (Apc.13:12,13). Yo no sé hasta qué punto todo esto favoreció a la religión verdadera ni me atrevo a juzgar un procedimiento que Dios bendijo, pero hay otro modo de comprobar quién es realmente Dios; por ejemplo, remitiendo la audiencia a que leyera las crónicas de Israel, donde abundaban muchos casos y Dios se revelaba como el único y la providencia es innegable. Pero supongo que esa no es la clase de evidencia que a los escépticos les gusta.

No se debe decidir la verdad por un milagro. Al pueblo le pareció bien lo que Elías propuso, pero no era lo mejor. Nutre tu fe no de apariciones espectaculares, de testimonios sobresalientes y ajenos, sino de la meditación de la Palabra del Señor y la reflexión de la intervención Suya en tu propia historia. ¿No dice Jesús que muchos que no viven conforme a la voluntad de Dios pueden hacer milagros engañosos? (Mt. 7:21-24). 

La naturaleza, que llamamos creación, te dice indisputablemente que hay un Creador, un Alguien, y el convencimiento de ello te llega por platicar con ese Alguien, por verterles tus dudas y pedirle que por favor te las haga desaparecer, y verás entonces que creerás por un milagro, el milagro de la fe, alcanzado no como espectador de un fuego venido desde las nubes sino como un participante de la naturaleza divina, por medio de un contacto y no por una deducción ni un espectáculo religioso. Tiene otro título, Espectáculos Religiosos.

 

Respuesta que escribí en mi blog, a alguien sobre este texto:

Captaste bien mi intención en la aplicación del pasaje y tu adición consistió en asegurar que el desafío de Elías a los profetas de Baal fue por orden de Jehová y por eso estaba tan seguro de los resultados. Tal vez fue así por una orden expresa del Señor, la Suprema inteligencia, o una brillante y espiritual idea del mismo Elías para la restitución del culto a Jehová, más allá de ofrecer una prueba de quién existe y quién no.  Lo que escribí lo hice con el mismo temor que tenía Isa, que el diablo pudiera meterse en el asunto y hacer lo mismo. Estoy seguro que Dios “aprobó”  lo que hizo Elías y el “riesgoso” método fue bendecido, no para recomendarlo para dirimir una disputa entre agnósticos y creyentes, entre politeísmo y monoteísmo, no para usarlo como evidencia cristiana sobre la existencia del Dios invisible, sino porque el método tenía como fundamento la reactivación de la historicidad teológica de Israel puesto que sobre el derrumbado y viejo altar de Jehová se realizó (v.30), y el fuego que vino del cielo fue una “repetición” del antiguo fuego que caía sobre los sacrificios cuando se practicaba el culto únicamente a Jehová (Lev. 9:24; Jue. 6:21). Así interpreté en mi libro sobre Apocalipsis 11 donde el judaísmo, representado por Moisés y Elías es reactivado o resucitado. 

 

Orar a otro dios es rogar a la nada

1 Re. 18:26-29


“Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho”. “Pero no hubo ninguna voz que les respondiese o quien los escuchara”. En el cielo sólo está Dios y lo llena por medio de Cristo, el poder de su Verbo por quien lo hizo todo (Efe. 1:23; 4:10). Orar a otro dios es llamar a lo inexistente, rogar a la nada, clamar al vacío, implorar al aire. ¿Adoras tú a la Nada? Un dios imaginado no llena el espacio vacío, no sube al cielo, no tiene trono, no ve ni oye, es una mentira sagrada, un engaño religioso. Y ¿qué pasa mi Señor, cuando un creyente en ti clama y tú no le respondes? ¿Entonces podemos decir que no existes porque no hemos tenido respuesta a nuestra adoración? El argumento de una oración respondida no es evidentemente conclusivo. La gracia me enseña que santos con mucha fe han orado y no han tenido respuesta; pero que tú te quedes en silencio no te anula. Puede que sea mejor no tener respuesta que tenerla, más conveniente una cosa que la otra. Sin embargo, tú en esta disputa, en este duelo religioso, en esta contienda espiritual participaste. Oh Dios, ¡qué importante es la fe de tu pueblo que participó en este desafiante torneo! Esa no es tu forma normal de actuar, convencer a tu pueblo de ese modo, crear fe en ellos como si fueras un caudillo, un héroe, como si necesitases la aprobación y adoración de ellos. Es lo mismo que hiciste en Egipto, cuando contendías por medio de Moisés contra aquellos dos hechiceros que hacían lo mismo que tú. Parece que disminuyes tu dignidad aceptando esos desafíos. ¿Quién es el hombre impío y degenerado para que así tú hagas? ¿Mereces tanta humillación? Gracias Señor, porque ya esa forma de actuar se acabó y si alguien quiere estar seguro que hay un Dios en el cielo no puede pedir señales para creer, tiene que creer primero por medio de tu Palabra y de la adoración a ti. Sí, sí, adoración primero, adoración únicamente, ninguna otra cosa necesita el hombre para comprobar tu existencia; un convencimiento propio, interno, personal, un convencimiento de comunión espiritual. ¿Qué diferencia hay entre un adorador de Baal, de Moloc y de Jehová? Unos tienen comunión con la nada y otros con el Único Existente. 

18:27

“Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle”. “Tal vez duerme y hay que despertarle”. No sé cómo tú ves esto pero en un momento tan serio ¿por qué Elías hace chistes o burlas? ¿Le hacía falta ridiculizar la otra religión para que la gente supiera que la suya era mejor? Con su oración la iba a destruir, no hacía falta hacerle una caricatura. Se puede probar que es mentira sin ofenderlos, sin herirlos en los sentimientos. No te burles de la religión de otros, compadécete de ellos porque aman mentiras, instrúyelos en la ley, dale un ejemplo de oración, disiente con respecto de su errónea fe.

 

Desempolvando las viejas doctrinas 

1 Re. 18:30

“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado”. “Y reparó el altar de Jehová que había sido derribado”. Quizás edificado por piadosos judíos desde la división del reino, antes de la construcción del templo cuando el pueblo se había hecho muchos y Acab destruyó (3:2; 19:10). No edificó uno nuevo sino el viejo altar de Jehová donde santos antes que él habían ofrecido sacrificios. Eso es una señal de reforma, no se trata de inventar uno nuevo, ni siquiera para el Dios único sino usar el que ya fue construido en la antigüedad y ha pasado por una etapa de menosprecio, abandono  y ridículo; poner en orden las viejas doctrinas, desempolvarlas y colocarlas en el sitio que ellas tuvieron cuando el culto al Señor estaba en su apogeo. Las “mejoras” de oro y plata que hizo Salomón (1 Re. 6:20-22) no eran necesarias, o no lo mejoraron. Estoy pensando en lo que se conoce como “doctrinas de la gracia”, ese viejo altar al que aquel Elías llamado Martín Lutero o Juan Calvino le hicieron una magnífica reparación.

18:34

“Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez,  de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja”. “Cuatro cántaros de agua”. No importa lo de la sequía, allí los historiadores han descubierto un pozo que pese al inclemente clima la sombra de los árboles evitan su evaporación. La sequía era grande, los campos secos, pero había agua para beber y cocer alimentos con cierta regulación. La viuda de Sarepta no tenía comida, pero nada se dice que el profeta le buscara agua. La tenía.

 

La oración no es un conjuro mágico 

1 Re. 18:41-46

“Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel”.  Alguien pudiera haberle cantado al profeta la estrofa de un himno, respuesta no hay al ruego que en tu pecho con afán hiciste en tu dolor. Por cierto tiempo Elías no tuvo alguna respuesta a sus peticiones y su siervo constantemente escrutando el cielo anunciaba: “No hay nada”. La fe de un hombre se prueba cuando espera una respuesta pronto y esta no le llega, cuando le parece que ora en vano y no se ve nada, las cosas siguen igual, nada cambia, y se dice a sí mismo: “Para qué seguir orando si nada cambia aunque lo siga haciendo.” 

Cuando la respuesta no llega inmediatamente el alma creyente busca un refugio teológico para explicar porqué Dios no le responde; comúnmente suele ser la voluntad de Dios. Enseguida solemos decirnos: “Dios no quiere, no debe ser lo mejor para mí”. Eso pudiera ser cierto y revela humildad, aceptación a lo que el Señor quiera. Pero hay motivos de oración, que por la naturaleza misma de ellos, por la sustancia que contienen, por ejemplo, la salvación de una persona, hay mucho más argumentos para alentar la esperanza que para pensar que Dios no quiere que ella se salve. La predestinación, quizás suele ser un pensamiento que se revierte contra la insistencia en orar y quien lo está haciendo, al ver que su respuesta no llega, piense que está orando por uno que no es escogido por Dios. Pero, ¿dónde tú hallas en la Biblia que esta doctrina haya detenido a un santo en su oración? ¿No lees más bien que lo que hacían era animarlos? Ten cuidado no entres inadecuadamente  a algún refugio teológico y allí pares de orar. Elías no lo hizo, continuó orando aunque su criado iba y venía con la insólita y desalentadora respuesta: “No hay nada.” La oración no es un conjuro mágico que uno lo pronuncia y al momento ya tiene la respuesta. Aunque no tengas respuesta sigue orando y esperando. Lo mejor es que coloques una palabra delante de la respuesta “no hay nada”. ¿Cuál? Es la palabra todavía. Todavía no hay nada, pero habrá. Y en el caso de Elías así fue, hubo lluvia en abundancia. 

 

Espera noticias graduales

1 Re. 18:43

“Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces”. “Elías dijo siete veces: Vuelve a mirar”.  El ayudante del profeta Elías iba y volvía con la misma respuesta porque su amo esperaba lluvia, quería lluvia, sabía que vendría la lluvia y sus oraciones la atraían. Suplicando las halaba para sí mismo, adelantaba en el tiempo la bendición. Cuando hablamos reverentemente serios con fe con Dios, podemos adelantar las bendiciones que pudieran haber llegado un poco después. ¿Qué más te da, oh Dios? Cada oración que hacía atraía la bendición que buscaba, la respuesta que pedía. Ninguna oración fue de balde. Cuando se completó el número de ellas llegó la bendición. Cada oración individual la acercaba un poco. Poco a poco. Insiste orando, una tras otra y espera noticias graduales, poco a poco, de alguien que las empiece a ver, o tú fijándote en el cielo las mires acercarse a tus deseos.

18:46 

“Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel”. “Elías corrió delante de Acab hasta Jezreel”. Para demostrarle que era su siervo, que lo respetaba como soberano aunque menospreciaba su religión. El propósito humilde fue que el monarca se convenciera que sus mensajes no le caían encima como algo personal sino como oráculos de Dios intentando convertirlo a la fe verdadera y salvarlo de la condenación. No hay otro profeta tan grande, tan celestial y a la vez tan desprovisto de arrogancia como éste. Este hombre en su humildad se parece más a Jesús que a Juan el bautista. Y por su desánimo más  al que escribe estas notas (19:4).

1 Re. 19:1

“Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas”. “Y de cómo había matado a los profetas”. Le contó lo que le molestaba, lo malo, lo peor, no dijo nada del fuego del cielo ni de la lluvia y su oración ¿por qué no le relató la historia de la revelación de Dios y que él era el Único? No seas así con tu prójimo, no escojas de la religión lo malo para informarlo, aquellas cosas que no edifican. Oh Señor que yo no silencie tus maravillas, las de la gracia que por medio de otros nos muestras. ¿Cómo mi prójimo podrá ser salvo si no oye de mis labios lo que mis ojos han visto? Y ¿qué bien haría yo si me callo lo bueno y digo las faltas, o interpreto lo grandioso como si fuera bajo? 

 

Si la melancolía no se quita con oración

 

1 Re. 19:4

“Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh, Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. 

 

“Y deseando morirse”. No tiene razón suficiente para sentirse así; pero ¿quién lo podrá culpar si nosotros tenemos similar experiencia, como lo deseó Jonás y Job? Quizás pensó que su experiencia con Dios había sido tan grande que al saberse, todo el reino de Israel se volvería a Jehová, incluyendo a la reina Jezabel; y que cuando la noticia alcanzara su presencia caería arrodillada ante Dios. Pero no fue así, su vivo celo por Jehová en contraste con, según lo sentía, su fracaso vocacional, lo vendió a la depresión (v.10) y prefería morirse a continuar siendo un profeta. Elías no deseaba la muerte porque no amara la vida sino porque pensaba que su ministerio era un fracaso. También pensaba que la causa de Dios estaba perdida. En todo estaba equivocado. 

¿Vas a dejar tu ministerio porque los hombres no lo aprecian? ¿No hablarás más de Jehová porque lo haces a oídos sordos? ¿No intentarás más la conversión de ellos porque no creen? ¿Tú fuiste llamado por el Señor para testificar de él o para tener éxito? Nuestras depresiones y desánimos suelen provenir de ideas equivocadas. Dios sostiene su obra no solamente con tus palabras ni únicamente por tu testimonio (v.18). ¿Y el ministerio de Abdías? (18:3,4). El descanso es necesario para replantearnos de modo distinto, más objetivo, lo que hemos hecho, nuestra misión, y el estado real de la obra. ¿Por qué crees que Dios vino en un silbo apacible? (v.12). Para mostrarle que su presencia se hallaba de modo imperceptible, delicado, sin estruendos ni conmociones y para él era importante saberlo y que no se desanimara si no veía su acción con terremotos y ciclones. 

¡Qué difícil es reflexionar bien en nuestros desánimos! ¿Me aplico yo estas palabras, y estoy trabajando para cumplir la voluntad de Dios o para obtener resultados? ¿Para que él me diga “bien buen siervo y fiel, sobre lo poco...”, o para traerle cantidades multiplicadas, para impresionarlo y merecer alabanzas? Nuestras expectativas tienen que ser controladas por el propósito de Dios; y en tiempos de tempestades es conveniente comerse una torta, como la que el ángel le ofreció calientita a Elías, con un vaso de agua y meterse en una cueva privada, y descansar, que, si la melancolía no se quita con oración, desaparece comiendo y durmiendo, aunque se halle deprimido hasta el tope. 

 

1 Re. 19:8

“Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios”. “Y caminó hasta Horeb el monte de Dios”. ¿Por qué a Horeb? Es para encontrarse con el Dios de Israel, de la ley de Moisés, volver a las fuentes; buscando la presencia de Dios y alejado de su obra, con sus miedos y desalientos, fue por Dios, en búsqueda de Dios, para esconderse en Dios, donde se había escondido Moisés, en “la hendidura de la peña” (Ex.33:22), y ver pasar a Dios, y su gloria y sus espaldas, y oír la expresión de su especial misericordia (por eso quiso estar solo v.13). 

 

1 Re. 19:12

“Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado”. “Un silbo apacible y delicado”. O un divino susurro muy delicado. Fíjate cómo le llega la presencia de Dios. Así habla el Señor, su voz de gracia se hace oír de modo muy suave sobre el entendimiento o la memoria; y así aclara dudas y fortalece la fe. Así es el Espíritu Santo. Y aquella divina brisa puso de pie el ánimo del desanimado pastor.

 

1 Re. 19:15,16

“Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar”. 

 

“Ungirás a Eliseo para que sea profeta en lugar tuyo”. Todo lo anterior ocurre al final de su ministerio. Elías no protestó por su sustituto, por el otro que seguiría sus labores. Se iría de este mundo pensando que no había hecho bien su trabajo. Dios no le reveló todo lo útil que había sido y sería. Lo que le quiso decir fue que, "contigo o sin ti hago la obra y tengo relevos y otros que son iguales ¿y si quiero que sean mejores, hay algún problema?". Dios mío ¿tendría eso que ver con tu descontento por su desaliento? Junto con su relevo ya tenías dispuesto un carro de fuego para tomarlo hacia ti. Leyendo la historia de este profeta, su celestial culminación está en línea con su ministerio y es tan asombrosa como tal. 

19:18

“Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”. “Haré que queden siete mil que no besaron a Baal”. Para animar a Elías. El sentido es que quedarían vivos, que serían sus compañeros, que otros también han sido preservados como él; ellos también son fieles a los mismos principios que él. Pablo encontró en estas palabras base para la doctrina de la gracia de Dios (Ro. 16:14). Señor quien conserve su fidelidad a ti sin apartarse a derecha o izquierda se lo debe agradecer a ti, que “haces” que sea fiel.

19:19-21

“Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía”. “Arando con doce yuntas de bueyes”. La práctica común en Egipto, Asiria y Palestina fue con un par de ellos, pero por la dureza de la tierra, al menos la primera vez, un hombre rico como Eliseo pudo tener a su disposición más parejas de bueyes. Y al acudir al llamamiento perdió dinero. Y no le pareció que dejó mucho porque hizo una fiesta y mató dos de ellos. Al quemar los aparejos daba entender que su llamamiento era para siempre, sin vuelta atrás.

 

 

El pecado siempre dice dame, dame.

20:1-8 

“Así ha dicho Ben-adad: Tu plata y tu oro son míos, y tus mujeres y tus hijos hermosos son míos”. “Tu plata y tu oro y tus hijos hermosos son míos”. Si este pasaje lo tomas en forma de una comparación espiritual verás que es similar a lo que el diablo hace con un creyente o con el pueblo santo: devorarlo. Pienso, que tanto Satanás como la naturaleza carnal son insaciables. Estos sirios espirituales nunca se satisfacen, si tienen sed beben y, como dijo Jesús, “vuelven a tener sed.” Hay un pasaje en el libro de Proverbios que también ilustra lo que digo (Pro. 30:15,16). El pecado siempre dice “dame, dame”. Se harta por un tiempo pero luego vuelve a pedir y pide más, pide de modo distinto, siempre varía. Es una sanguijuela, chupa la sangre de la pobre víctima hasta que la mata. ¿Piensas que puedes pecar un poquito? No, no te engañes, una vez que empiezas ya no puedes parar, hasta que practiques  “toda especie de mal” (1Te.5:22). El mal te persigue hasta que te absorbe por completo, todo, y te deja las venas vacías, y el corazón y el intelecto muertos. El pecado sufre de una imparable necesidad de repetición, siempre añadirá nuevas exigencias, te lo arrebatará todo y después te demandará la vida y el alma.  Lo primero que te pide es dinero y te empobrece, luego la familia, la esposa y los hijos hermosos. Sabe que tú los encuentras hermosos y él también. Envidia tus hijos. El diablo como león rugiente no viene a comerse un poquito de ti, una parte tuya, sino para devorarte (1 Pe. 5:8, 9). Cuidado con él, 

 

¿Estás loco Satanás?

20:3,4

“Tu plata y tu oro son míos, tus mujeres y tus hermosos hijos”. Esto fue lo que le dijo el rey sirio al rey de Israel cuando había encerrado en un círculo con su ejército a la ciudad de Samaria. Lo que le dijo este militar y lo que le respondió el rey de Israel, es exactamente lo que pasa cuando Satanás nos pide algo, y no exactamente algo sino mucho. Así es como hemos de responderle: ¿Estás loco? ¿Cómo te voy a dar mi dinero? ¿Y con qué viviría? Si me dejas sin dinero ¿cómo he de comer, beber, vestir y pagar los cuidados médicos de mi salud y otras deudas? Me quedaría sin casa y enfermo. Me quieres adelantar la muerte empobreciéndome. ¿Y mi esposa? Esa es mi tesoro, te daría todo lo que poseo, hasta mi aliento, pero no a ella en cuyos ojos veo mi propia vida. A ella no te la doy, si me la quitas no sólo me quedo sin mi mitad sino sin mi mejor mitad, mi alma. Ella es mi espíritu y no podré estar vivo recordándola porque sabe Dios cómo estaría ella en tus brazos y no en los míos. No me quites la que duerme a mi lado porque sin ella en mi lecho me desvelo. ¿Y mis hijos e hijas? Eres un completo orate ¿cómo te he de dar para ti y tus príncipes mis bellas muchachas para que las mancilles con tus inmundos deseos? Tus labios nunca las besarán ni las ultrajarán ni las venderás como rameras a tus bestiales soldados. No y no. Pasa por encima de mí y de mi pueblo, hazme polvo si quieres pero lo que tengo que de Dios tengo no es para el diablo. Toma mis palabras como una ironía porque ni remotamente renunciaré a ellos, villano.

Aunque he puesto estas reflexiones en sus labios, el rey lleno de pánico, contrario a los comentaristas que lo defienden, parece blando en sus palabras y de algún modo entregar algo, un tanto de dinero, las mujeres de sobras, los hijos enfermos y las hijas feas, lo de menos valor en su economía y lo menos bonito entre los suyos. Pero, canalla ¿cómo se te ocurre dar algo de ello? Los hijos débiles son los que más cuidado y ternuras necesitan y las hijas feas son tus hijas como las bellas. Niégale a Satanás toda parte tuya, todo lo que posees, para él nada niégale de ti toda parte tuya (v.11).

 

Venciendo a los sirios Testigos de Jehová, los sirios mormones, los sirios milagreros

20:22,27, 28

“Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti. Los hijos de Israel fueron también inspeccionados, y tomando provisiones fueron al encuentro de ellos; y acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos de cabras, y los sirios llenaban la tierra”. “Pasado un año el rey de Siria vendrá contra ti. Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová”. 

Dios no cesa de ayudar a Acab que no se lo merece. Después de su victoria esta vez se le dio un año para que preparara un buen ejército, y no lo hizo, no obró como un estratega responsable. Pasó un año y no hizo nada. Pero volvió a vencer a los sirios. No por él mismo sino por la mala teología de ellos que afirmaban que Jehová era un dios de las montañas y no de los valles, o sea no creían en la omnipresenciade Dios ni en su soberanía.  

Si usted cree en la existencia de Dios pero piensa que se puede esconder de él, que hay algún agujero donde él no lo vea, comete un error. No hay un lugar en el mundo donde pueda meterse y Dios no sepa que está allí. O quizás no cree en un Dios soberano. Domina en la tierra pero no maneja las nubes ni ordena los huracanes. Quita un dolor de cabeza pero los terremotos y huracanes son fenómenos naturales que nadie dirige. Arriba sí pero abajo no. Abajo sí pero arriba no.  

Y tampoco cree que Dios tenga que ver algo con el caos moral de la sociedad. Los pillos y delincuentes se les fueron de las manos. En todo caso con el amor pero no con el odio.  Está en la iglesia pero no en la calle. Ayuda a los ricos pero no a los pobres. Usted se equivoca y por su pésima teología cultivará fracasos.  

Pero los teologuitos ortodoxos deben saber que aunque el Señor se sintió ofendido por la mala definición teológica de los sirios, tampoco Acab ganó la batalla por su mejor teología. Está bien tener una buena teología, pero ella por sí sola no hace conquistas ni triunfa sobre los reinos de la carne, del espíritu o de las ideas. Es la fe en esas verdades es la que traerá victorias (He. 11:33,34; 1 Jn. 5:4,5);  no es la teología calvinista sino la fe y práctica de esas doctrinas; una fe que produzca vidas limpias que quiten toda ocasión a los sirios Testigos de Jehová, los sirios mormones, los sirios milagreros y los mensajeros sirios de la prosperidad. Y hasta el hipócrita secularismo tendrá que ceder lugar al empuje de las vidas superiores del Israel de Dios que irá avanzando resplandeciente sobre sus umbrosas casas y estratégicas posiciones en las ciudad Educación, Radio, Prensa, y en los poblados barrios Pantalla Grande y Pantalla Chica, desalojando a sus habitantes u obligándolos a pagar tributos.  

20:31-34

“Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel, que son reyes clementes; pongamos, pues, ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te salva la vida”. “Hemos oído que los reyes de Israel son clementes”. En sentido general en comparación con las naciones paganas, porque hubo muchos reyes crueles como Manasés, etc. Esto se debía sin duda a la ley de Dios; se supone que uno encuentre humanidad donde se halle la palabra del Señor. Acab no era tan humano ya que mató a muchos profetas y a Nabot su verdadero hermano. ¿Ayudas a los de fuera, a los enemigos de tu pueblo y maltratas a los hijos de Dios?

 

Dios mío, cómo hay mentirosos dentro del cristianismo

20:32

“Ciñeron, pues, sus lomos con cilicio, y sogas a sus cuellos, y vinieron al rey de Israel y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es”. “Si vive todavía es mi hermano”. Una tonta declaración. ¿Hermano que te ha causado tanto daño a ti y a la iglesia? ¿No has contado las lágrimas y las bajas que él te produjo? Hasta hace unos  minutos buscaba tu vida y ahora que lo tienes derrotado le llamas hermano. Hay falsos hermanos que son peligrosos (2Co. 11:26) para el ministro y la congregación; falsos hermanos que introducen en la iglesia errores doctrinales, o “herejías destructoras” (2Pe. 2:1), se oponen a las doctrinas de la gracia y quieren llenar el evangelio con los decretos de Moisés, de Pelagio o de Arminio (Ga. 2:4). Hay equivocados hermanos que son testigos falsos de Dios que dicen que Cristo ya vino en el 1914, o que se quedó en el santuario celestial, o los que le hacen una agenda a Jesús y le programan su regreso y dónde se alojará por mil años completitos. Hay otros falsos hermanos que se disfrazan como apóstoles de Cristo (2Co.11:13), se autonombran ellos mismos y hablan, escriben y andan como si fueran Pablo o alguno de los Hijos del Trueno, con la diferencia que los modernos son más ricos que aquellos y jamás han recibido 40 azotes menos uno ni los han expulsado a la isla de Patmos. Uno de estos dos boanerges (1Jn. 4:1), nos aconsejó que los probáramos para ver si son o no son profetas; por supuesto que con una Biblia abierta, y no hay duda porque ya lo hemos hecho, no reúnen los requisitos neotestamentarios para ser contados con los doce. ¡Dios mío, cómo hay mentirosos dentro del cristianismo!

 

No debemos ser más corteses que Dios

20:35,36

“Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.  Él le dijo: Por cuanto no has obedecido a la palabra de Jehová, he aquí que cuando te apartes de mí, te herirá un león. Y cuando se apartó de él, le encontró un león, y le mató”. “Hiéreme ahora y él no quiso”. Es una cosa hermosa poder cooperar con la obra del Señor, darle nuestro aporte, cualquiera que ese sea. El Señor Jesús enseñó muchas veces que si vemos la obra necesitada debemos ayudarla. La conducta de los dos. Primeramente veo algo digno de alabanza; su negativa a golpear en la mejilla a su compañero. Está bien que un hermano se niegue a herir a otro aunque cualquiera se lo pida; por amor fraternal. Por humanidad. La mayoría de la gente por naturaleza es inclinada a eso, golpea a los demás casi sin remordimientos. Y no frente a frente sino por la espalda. Él pudo haber dicho: “Oh no, eres mi hermano, mi compañero, que lo haga otro pero no yo”. Eso parece bueno. Pero no cuando Dios se lo pide. Si Dios nos pide algo, cualquiera cosa, aunque vaya en contra de nuestros sentimientos y de nuestros hábitos, no podemos negarnos. No podemos ser más corteses, más humanos que Dios. Abrahán, por ejemplo cuando Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac, no quiso ser mejor padre que Dios. Si a este hombre fueron sentimientos humanos los que le hicieron desobedecer, estuvo equivocado. Ninguna cosa que evite que obedezcamos la palabra del Señor es justificable. 

Pudo haber tenido otras razones que no fueran tan nobles y aunque se hallen un poco alejadas del texto las mencionaré; quizás no le parecía bien lo que su compañero quería hacer. ¿No ves como algunos no ayudan a la obra de Dios porque no le parece bien esto o aquello? No cooperan con un líder porque no les parece bien que lo hayan elegido, o como él desarrolla su trabajo. Si no simpatizan con la persona que Dios ha escogido, pues ya se niegan rotundamente a brindarle apoyo y no ofrecen su tiempo, sus dones ni sus talentos. Hay que estar de acuerdo con ellos, hacer las cosas como ellos las harían. Si no se les arranca un previo asentimiento no ayudan. ¿Está bien eso, que por simpatías personales ayudemos la obra? ¿A quién servimos, a Dios o nuestro propio gusto? No seas de esos, hermano, recuerda que eres un colaborador de Dios, que la obra te necesita sin importarle a quien él haya escogido para hacer el trabajo. Tú no ayudas a los hombres sino a Dios. Uno ve eso y hay hermanos y hermanas que han venido cooperando con la obra hasta un punto, si surge algún conflicto entre ellos y la persona que hace la obra, ya echan para atrás y le retiran la colaboración. No hagas eso porque puedes perderte una gran recompensa y Dios sabe por cuál razón has reculado. 


Tal vez no quería verse involucrado en el asunto o le daba envidia. ¿Que es un profeta? No, no importa. Sí, eso ocurre cuando los profetas de Dios tienen que hacer decisiones difíciles, riesgosas, hay otros que por vergüenza no quieren correr el riesgo de perder su reputación, de ser bien mirados y por razones de los hombres dejan solo a quien debieran apoyar. O hay otros que se niegan porque Dios no los escogió a ellos para que hicieran esto o aquello. Si Dios los hubiera seleccionado entonces sí ayudarían, pero no quieren que aquel otro tenga éxito y se alegrarían de que lo que planea hacer no le salga bien y sea derrotado. Sienten envidia. No estoy seguro que este hombre se haya negado por esas dos razones, pero lo que sí es claro que no cooperó. Tenemos que tener cuidado cuando se nos invita a cooperar en la obra de Dios, no negarnos, porque nuestras razones pueden no ser recibidas por Dios.

21:3

“Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres”. “Guárdame Jehová que te de a ti la heredad de mis padres”. Tienes en tu posesión las riquezas de tus padres, su fe, su ejemplo y sus doctrinas. Cuando el diablo y el mundo te propongan comprártela o cambiártela por otra cosa mejor, responde como Nabot aun al precio de tu sangre, que no. Si vendes lo que por herencia espiritual has recibido ¿qué harás cuando llegues sin ello adonde tus padres te esperan? En la vida cristiana siempre encontramos muchas ofertas aparentemente más valiosas o convenientes que lo que Dios nos dio (Flp. 3:7,8). A veces el diablo lo que te propone es cambiar lo que Dios te dio por otra cosa que él te dé. 

 

 

Su viña era su pasado, su presente, su futuro, sus recuerdos, su historia

21:6

“El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña”. “Yo no te daré mi viña”. Esta porción de la Escritura tiene una gran lección de por qué y cómo rechazar ofertas pecaminosas. Su mensaje es importante para nuestra fidelidad al Señor y para estar firme en el día malo. Muchas son las maquinaciones del maligno y con frecuencia tenemos que decirle que no a sus sugerencias e insinuaciones. Un resumen de las dos principales razones que tenemos para declinar alguna oferta maligna serían: Dios y la familia, dos grandes cosas sagradas.  

Acab no dijo toda la verdad, omitió la parte más importante de ella, que Nabot no quería darle su viña, ni negociarla por una razón sagrada, que la viña le había sido dada por Dios a sus padres y que cambiarla entraba en conflicto con los deseos divinos cuando se repartió la tierra y era como hacer juego y tener en poco la doctrina de la providencia y soberanía divinas. Obran maliciosamente los que esconden parte de la verdad de las cosas y mencionan sólo aquella porción que les sirve para conseguir sus deseos. Su esposa no buscaba toda la verdad ni la quería, no le importaban las razones que tuviera aquel ajeno, cualesquiera que ellas fueran no las admitiría. Fíjate cómo obran los que quieren hacer lo malo, no preguntan por razones ni las desean; obran egoísta y despiadadamente sin comprender las buenas razones que tienen otros para no pecar. 


Sí, Nabot tenía una razón muy sagrada en su corazón y como era un hombre con temor divino en su alma arriesgó su vida antes de violar el mandamiento de Dios. Cuando seas tentado a pecar con alguien recuerda que tienes muchas razones sagradas para no negociar tu alma, la herencia que has recibido del Señor. ¿No te escogió el Señor para que fueses santo y sin mancha y te llamó mediante la santificación del Espíritu y la fe en la verdad? ¿No es la voluntad de Dios tu santificación? ¿No has orado muchas veces al Señor que santifique su nombre en tu vida? Y hay otras muchas más razones sagradas para no cambiar tu primogenitura por ninguna otra oferta por elevada que fuera. Nabot también tenía razones familiares; la heredad había pertenecido a su familia. No se dice que tuviera descendencia o que fuera casado, su viña era su todo, su pasado, su presente, su futuro, sus recuerdos, su historia. No la vendía ni la cambiaba por otra aunque fuera mejor que la suya. Prefirió morir apedreado que perder lo que tenía. Recuerda cuando te ofrezcan comprarte tu heredad, aunque te den 30 piezas de plata, que tienes poderosas razones de índole familiar para rechazar la más grande oferta. Tu fe, tu testimonio, tu alma, el Espíritu Santo, el Evangelio, tu esperanza celestial, valen más que la mejor propuesta.  Observa que este hombre sufrió una crisis emocional o por lo menos la aparentó (v. 4), porque no podía despojar a otro de aquello que amaba más que a su propia vida. Oh Dios que nunca consigamos ayuda para realizar nuestros deseos pecaminosos. Amado, Dios nos guarde de aceptar ofertas pecaminosas.

21:12-13

“Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo. Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió”. “Lo sentaron (en la corte) y dos hijos de Belial”; es la palabra en gr. que se traduce “hijos de destrucción, malvados, sin provechos, diablo”. Y eso exactamente eran ellos, individuos entrenados por el diablo para destruir la reputación de un hombre valiosísimo. E hicieron no sólo  eso sino que inventaron que oyeron y vieron lo que no oyeron ni vieron, eran totales mentiras, calumnias.

 

Dale gracias a Dios que tienes un hombre honesto enfrente

21:17-29 

“Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová”. “¿Me has hallado enemigo mío?” ¿Cómo puedes decir que es tu enemigo si quiere salvarte de la ira de Dios? ¿Se ha hecho tu enemigo por decirte la verdad? (Ga. 4:16). Es que eres más enemigo de la verdad que del profeta. Debes darle gracias a Dios que te ha hallado y tienes un hombre honesto enfrente para conducirte al cielo, que se preocupa no por sacarte dinero de tu bolsillo sino el pecado de tu corazón. ¿Sabes por qué te ha hallado? Porque Dios lo ha enviado con un mensaje para ti.

Señor, dame de tu gracia para que esté dispuesto a convertirme en enemigo de los hombres por salvarlos porque si buscare agradarles con mis palabras, no los salvaría (Ga. 1:10). ¿Has leído esa palabra, “vendido”? Sí, vendió su alma, su familia, su posteridad, su reputación. No es la condición única de Acab sino de cada hombre que vive (Ro. 7:14, 2 Re. 9:26).

 

 

Dios lo miraba todo sin mover un dedo

21:17,18

“Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella”. “Vino palabra  de Jehová a Elías tisbita”. ¿Ahora? No vino mensaje de Dios antes que se cometiera el crimen. Los oídos de Elías no oyeron nada ni sus ojos vieron visión sino después que el inocente Nabot estaba muerto y ya no se podía hacer nada para impedirlo. Se ve que Dios estaba mirando todo lo que ocurría y eso sin intervenir para evitarlo, sin acudir en ayuda del desvalido para desmentir a los dos testigos falsos y revelar quiénes habían urdido el crimen, sin mover un solo dedo.  Después que los delitos y pecados fueron cometidos, a posteriori es cuando el Señor dicta sentencia. Dios deja, en su mayoría, que la maldad alcance sus clímax y mientras no llegue a su punto máximo no interviene. Hasta que la historia del mundo termine así será y todos los que han de llegar al mundo lleguen, vivan, actúen y mueran, entonces vendrá el fin. Cada ser humano debe desarrollar su propia historia, hacer las obras buenas que Dios le haya preparado y aquellas que ha de hacer impulsado por la carne, deseos y el diablo. No se podrán detener absolutamente las injusticias, la corrupción del gobierno y los legisladores, los abogados, hasta que “la maldad del amorreo” llegue a su colmo (Ge.15:16), hasta que “el hombre de pecado” no venga y se siente en el templo de Dios como si fuera Dios, y esto hasta que “lo que lo impide” sea quitado de en medio (2Te.2:7). Es decir, no esperamos, salvo respiros, tiempos mejores para el mundo sino peores con la culminación de una clase de hombre pecaminosamente desarrollada y madura llamada “hombre de pecado” y uno de sus conspicuos hijos, o todos ellos, se opongan contra  lo que sea de Dios y sea objeto de culto. Mientras tanto Dios estará en silencio sin intervenir en los hechos que dirige en la historia, como si él no reinara y estuviera controlando al mundo de modo pasivo y fueran los hombres y Satanás sus regidores, los propietarios del orbe y los hacedores y terminadores de la historia humana. Y con todo, el Señor nos manda que oremos  por los que se hallan en eminencia a pesar que los tiempos avanzan de violencia en violencia “como en los días de Noé”, y la democracia elige mal, engañada o comprada por demagogos.

 

“1 Re. 21:25

25A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba”. La culpa no cae sobre la hembra, sino sobre la esposa, con la que se casó. Cuanto el hombre pone en el liderazgo de la familia, las opiniones que trae a su boda, que no es sólo amor serán influidas por los pensamientos de su Eva. Jezabel lo estimulaba, lo seducía, lo provocaba, que son significados de la palabra inducía a hacer lo malo, “vendido hacer lo malo” (21:20). Eso de vendido equivale a una total esclavitud. La influencia de la mujer sobre su marido, cuando son a propósito, es incalculable de lo que él accedería hacer. Peor que hipnotismo sobre sus sentimientos, es esclavitud, aherrojada por ella. Podría, y no hace falta solicitar a los recuerdos casos, donde ella lo desarregla con sus familiares acercados, incluyendo no los primos o sobrinos o nietos sino a sus padres. Y, por ende, rompa sus votos contraídos con Dios, le robe sus fuerzas, como Sansón por Dalila, que desobedezca a su Creador, como la primera dama, Eva, a Dios. Lo torna en un ingrato. Alguien, como la mano justiciera divina le pagará conforme a sus pecados y por mucho que se maquille será destripada (2 Re. 9:30-33). TN. 5/26/21

 

22:4

“Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos”. “Yo soy como tú”. Malo, muy malo cuando los hijos de Dios hacen alianzas con los hijos de las tinieblas y ofrecen a ellos todo lo que tienen. La unión acaba mal para los hijos de luz.

22:6

“Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey”. “Sube porque Jehová la entregará en la mano del rey”. ¿No has oído actualmente a los brujos, hechiceros, y hasta ministros homosexuales hablar en nombre de Jehová y dar mensajes como si fuesen suyos? Aunque aquellos hombres afirmaban haber transmitido un mensaje de Jehová, Josafat no los creyó porque sabía que no eran profeta de Dios. Dios no le da su mensaje a cualquiera. 

 

El gobierno y el pueblo no deben formar a su pastor

22:8

“El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así”. “Nunca me profetiza bien sino mal”. ¿Y no tiene razón? Si una persona se vende para hacer lo malo ¿cómo podrá esperar que le vengan bienes? Siempre pasa lo mismo, hacen lo malo y no quieren que las consecuencias sean malas, y que Dios los ayude. Él no quería un profeta que le dijera la verdad sino lo que quería oír (vv.13,16). Él había formado a sus propios profetas que colaboraran con su política. La iglesia y la sociedad, o sea el gobierno y el pueblo, no deben formar a su pastor, haciéndolo a sus gustos y conveniencias. Es el evangelio el que debe formarlo. Mira que le dijeron lo que tenía que predicar (v.13). Esto pasa también cuando la iglesia y  la gente no quieren oír acerca de juicios sobre los pecados, juicio final, infierno, porque son temas negativos y que incomodan. Los mensajes de este tipo deben servir para balancear a los que sirven para estimular la fe y la esperanza, poniendo en un plato  el amor divino y en el otro su justicia. Unas veces alimento y otras medicina. Así se sanan los pecadores y la iglesia vive saludable. Le dijo muy bien el rey bueno al rey malo “no hable así”. No hable así de un buen pastor, por favor, mídase sus palabras y no sea injusto que lo que ha hecho es descargar, sin amarguras ni prejuicios, la profecía.

22:19-23

“Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”. “¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga?”. Es mejor tomar esto como una parábola que como una visión, pero lo que se enseña es que los demonios tienen muchas maneras de hacer caer a un hombre y uno de ellos es por medio de mensajes falsos, mensajes de éxito (v.13) donde en realidad habrá destrucción. La multiplicación de religiones y profetas es una forma macabra para perder las almas. Los hombres son inducidos por esos falsos profetas a obrar el mal y así hallan la muerte, se suicidan. Nota que un método diabólico es "inducir" o persuadir.

22:24

“Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?”. “¿Por dónde se me fue a mí el Espíritu de Jehová hacia ti?”. Dios te golpeará a ti pared blanqueada". ¿Cómo puedes afirmar que tienes el Espíritu Santo y practicas esa violencia? ¿De qué Espíritu eres? (Hch. 23:3; Lc. 9:51-56). ¿Cómo puedes afirmar que eres discípulo de Jesús el cual puso su mejilla para ser golpeada? Es del diablo y no del Señor. ¿Eres violento con tus hermanos, hijos y con tu esposa?

 

No pienses que Dios es ciego

22:29-36

“Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla. Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó”. “Yo me disfrazaré y entraré en la batalla y tú ponte mis vestidos”. He aquí un hombre que pensó esconderse de Dios y se disfrazó ¡qué poco le conocía! No sabía que Dios es omnisciente, veraz y su palabra se cumpliría. Amigo ¿piensas que Dios es ciego? Tú que conoces más a Dios que Acab porque tu teología es profunda y Dios te ha hablado por medio de sus profetas por el Espíritu Santo en la Escritura y la predicación, por medio de Cristo, no te engañe del diablo para que pienses que podrás escapar del juicio de Dios escondiéndote de él. Una y otra vez se insiste a través del AT y NT que lo que Dios dice lo cumple y que ninguna palabra suya caerá en tierra (1 Sa. 3.19), ni una jota ni una tilde (Mt. 5:18). Esa flecha que iba “a la deriva” era dirigida por Dios y se metió exactamente por el sitio vulnerable. Donde estemos, donde vayamos, su palabra se cumplirá letra por letra. ¿No sabes que las palabras de Jesús juzgarán al mundo? (Jn 12:46-48). Señor no soy tan ignorante como este hombre rebelde a tu palabra, que no se humilló ante ella, que no tembló y constantemente no estuvo de acuerdo con el destino que ella le revelaba. Se le profetizaba un futuro mejor que no tuvo.

22:34

“Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido”. “Hirió al rey por entre la juntura de la armadura”, con una flecha tirada al azar, a la deriva, posiblemente dirigida a otro, pensada para otro, y sin embargo Dios la desvió y aquel otro escapó ileso, se movió de sitio, se agachó, en fin ella no le dio. Un mensaje preparado en una dirección, con un destino distinto adonde Dios lo usa, y el que parecía acorazado, invulnerable, fue tocado precisamente en el único espacio de su alma que no estaba protegido por su justicia propia y por allí comenzó a desangrarse y a pedir con clamores perdón a Dios. Bendita providencia del Señor sobre las flechas que sus arqueros bíblicos arrojan al aire, y piensan que han fallado y sin embargo no ha sido así, alguien desconocido por ellos pero no por Dios ha sido herido por la palabra divina para la salvación.

 

Disfrazado para confundir la suerte y a Dios

22:43

“Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos”. “Sin desviarse de él”. Gracias a Dios Josafat no se desvió del camino del Señor pero estuvo a punto de recibir el castigo de otro (vv.32,33). ¿Puede ocurrir eso, hermanos, que un creyente fiel reciba el castigo preparado para otro? Antes de meditar en la doctrina de la perseverancia de los santos, puedo afirmar que sí y esa verdad está enraizada en las entrañas mismas de la condenación de la raza humana. Un solo versículo, que como una lámpara incandescente alumbra este tema. Las palabras del Señor Jesús: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, maldito, al fuego preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25:41). ¿Para quién fue preparado el infierno? ¿Para el hombre? No, para el diablo y sus ángeles. Nosotros creemos en la perseverancia eterna de los elegidos y que no es posible que ninguno sea engañado; pero ellos pueden compartir la “mala suerte”, las derrotas, las enfermedades y los castigos temporales de esta vida por ser desobedientes. Puedo decir que Josafat fue un hermano muy imprudente al acompañar a Acab a esa batalla que él sabía que no habría de ganar. Casi lo matan por asociarse a malas compañías. La unión de un creyente con un impío es una relación desigual y no tiene porqué sostenerse. Cuando un creyente en Dios por amistad se asocia a algún proyecto que está en desacuerdo con la palabra de Dios, corre el riesgo de compartir el castigo del otro. Si Dios no hubiera sido fiel Josafat muere junto o en lugar del rey de Israel. Gracias a él que es bueno y aunque un hijo suyo sea imprudente no deja que comparta la suerte de los incrédulos. Acab no era un buen amigo, no respetó la fe de Josafat e inclusive le dijo que fuera con su ropa real mientras él se disfrazaba para confundir la suerte, para engañar a Dios, para escapar de su Palabra, para que el buen rey compartiera o lo sustituyera en su maldición (v.30). A los incrédulos les molesta tu pureza, odian tus bendiciones. 

22:48-49

“Josafat había hecho naves de Tarsis, las cuales habían de ir a Ofir por oro; mas no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber. Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: Vayan mis siervos con los tuyos en las naves. Mas Josafat no quiso”. “No fueron porque las naves se rompieron en Ezion-geber…pero Josafat no quiso”; y estuvo bien hecho, que no fueran con Ocozías, personaje idéntico a su padre, porque había oído al profeta que lo regañó duro por causa de esa amistad, y habiéndosele roto los barcos en los arrecifes, entendió que Dios no quería que continuara aquella relación, y la abandonó definitivamente. Y le dijo lacónicamente pero firme: “No quiero, gracias”, sin otra razón adjunta a su propio deseo, y así concluyó el asunto. 

 

 

 

2 Reyes

(Ver la introducción en el primer libro, que se adjudica la producción de estas dos obras al profeta Jeremías).

1:1-6

“Ocozías, que estaba enfermo pues se había caído desde la sala de la casa y estaba enfermo, envió para consultar al Dios de los filisteos, Baal-Sebub en la ciudad Ecrón”. Esto fue un accidente provocado quizás por el peso del individuo y el piso que consistía en tablas tejidas, lo cual no sería difícil debido al clima húmedo y apestoso el aire que venía desde el mar, cargado con moscas, y se pudriera y provocara el desplome del rey. La falta de aseo y mantenimiento cooperaron, y sin inspección constante, contribuyeron para que se quebraran y cayera. Ellos tenían ahí una mosca gigante, de metal, que consideraban la representación de su dios. Las construcciones deben edificarse con responsabilidad y recibir mantenimiento de la misma manera para que no ocurra un accidente como este caso o como el que provocó la caída de la Torre de Siloé y murieron en su desplome dieciocho personas.

1:9

Lo encontraron sentado en la cima de un monte”; este profeta amaba encontrarse en las alturas en vez llano. Y para complacerlo, por sus aspiraciones a las alturas y preferiblemente al cielo, su historia relata que un carro celestial se aproximó a él, le invitó a subir y lo llevó vivo a las alturas.

1:10-14

“Si soy un varón de Dios, que caiga fuego del cielo ahora y te consuma a ti y a tus cincuenta soldados”. Y en un instante así ocurrió, y las llamas de un fuego especial, salieron de la gloria de Dios y redujo a cenizas a esta tropa; y si hubieran sido en vez de cincuenta, quinientos, de igual manera hubiera perecido, como si se tratara de una explosión atómica. No es sabio sino más bien un atrevido, aquel que reta a Dios que suele acabar instante con toda la armada bélica de un país. Retar a Dios es una idea descabellada. La intención de arresto continuo y también la exterminación de los enviados. El último capitán de esta serie que era enviado a una muerte segura, suplicó al profeta el respeto para su vida, y por tal petición de misericordia se salvó. La vida de este profeta de Dios es de otro mundo, el pertenecía al más allá, y para el más allá se fue.

 

Aceptó su condenación y su destino

1:16-18

“Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No te levantarás, por tanto, del lecho en que estás, sino que de cierto morirás”. “¿No hay Dios en Israel para consultar su palabra?”.  No fue enviado por Dios sólo para que le dijera lo que ya sabía, sino para que se arrepintiera como lo hizo el capitán que lo trajo (vv. 13-15), pero Ocozías no lo hizo. Cuando se le anunció que se iba a morir por motivo de su accidente, no se lee ninguna palabra suya, protesta, queja, algún comentario o que hiciera una simple oración a Dios, nada. No hizo nada, aceptó resignado su suerte y valientemente, pero sin temor espiritual aceptó su condenación y destino. 

Su corazón había sido de Baal-zebub, dios de los filisteos, toda la vida, durante su accidente y ahora en el lecho mortuorio; si tenía que cambiar de dios, de religión, como se le estaba proponiendo para adquirir su salud, prefería morir en aquellas creencias erróneas con las cuales había vivido todos sus días. Estaba resignado a ir al infierno a renunciar a la fe idolátrica que había heredado, cualquiera que fuera el desenlace que tuviera su accidente, sin murmurar de su religión, iría al cementerio. ¿Prefieres morir en tu error que convertirte a Cristo? Si Jehová cumplió su palabra en cien hombres y cincuenta de los cuales tuvo misericordia; ¿qué suerte escoges? 

¿Por qué has de preferir morir que leer una página de la Biblia y pedirle a Dios que te perdone? ¿No piensas que es mejor haber perdido la vida en una religión falsa y salvar el alma a última hora que por orgullo religioso, por insensatez, desechar la última oportunidad que se te da para abandonar aquella religión, dioses y pecados a los cuales nunca debiste haber estado tan consagrado? Pobre Ocozías, no aceptó recuperar su salud si tenía que agradecérsela a otro Dios distinto al suyo, si tenía que abandonar la religión que siempre tuvo y creyó cierta. ¿No hay Dios en los Estados Unidos de América que los norteamericanos consultan a los dioses de India y el viejo Irán? ¿Dejan a Dios por el horóscopo? ¿Quitar los fundamentos rocosos bíblicos y sustituirlos con cal y asfaltos seculares? ¿No ha hecho el Dios de Israel, de Cristo y los apóstoles, esta nación con su dólar que también es otro dios, para que ella consulte a otros dioses ya vencidos desde la antigüedad? Y ¿qué dice el popular secularismo ateo, se ha evaporado Dios de las calles de Washington o Nueva York? 

1:9-16

“Volvió a enviar al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel tercer capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de Elías y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea de valor delante de tus ojos mi vida, y la vida de estos tus cincuenta siervos”. “Descendió fuego del cielo y lo consumió a él y a los cincuenta. El tercer capitán vino y se postró ante Elías”. Así es como los gobiernos cambian sus actitudes frente a la teología, no con persuasión y misericordia sino con justicia, cuando el Señor con fuego del cielo los pone de rodillas, y no oyen a las iglesias antes que escuchen las sirenas y las bombas cayendo desde las nubes. No es por el cabildeo político de los cristianos sino por el poder celestial de ellos, con la “dinamita” del evangelio de la salvación (Ro. 1:16). Europa, todo el mundo occidental, no se convencerán que Dios no está muerto sino con una especie de Armagedón y mueran en sus conflagraciones el “superhombre” y “el hombre de pecado”, ahora en todo el mundo ocupando el lugar de Dios como si lo fueran. 

2:3

“Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Betel, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad”. “Sí, lo sé, callad”. Un acontecimiento como ése es tomado casi naturalmente y sólo la iglesia participa, no la sociedad. Quizás Eliseo quiso decirles: "No comenten el asunto, me entristece" "No quiero pensar en el momento que nos separemos". “El asunto es altamente sagrado, para ser pensado pero no hablado”. La iglesia fue la única que vio a Jesús ascender a las nubes y Pablo no tuvo testigos cuando subió al tercer cielo y habló con Dios en el paraíso.

 

Superar a nuestros maestros y mejores ejemplos 

2:9,10


“Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no”. “Te ruego que una doble porción de tu Espíritu sea sobre mí”. Es lícito, pienso, tener deseos de prosperar espiritualmente; ¿te parece ambición? ¿Envidia de la carrera de Elías? Creo que no. Es bueno tratar de alcanzar y superar a nuestros maestros y mejores ejemplos, no por el hecho de lucir mejores que ellos sino porque se quiere ser doblemente útiles. Sin embargo el propósito de Dios puede ser diferente y se impone pese a cualquier deseo y afán, haciéndonos ser como él quiere y no como deseamos, y por ende lo digo de paso, no hay cabida para forjarnos a nosotros mismos aparte de la voluntad de Dios. Eliseo quería ser como Elías y aún más bendecido. Elías no se opuso, sólo que le dijo que para ser doblemente bendecido sería algo difícil. No es fácil superar a los que nos han precedido pero se pudiera, sin sentir envidia o por egocentrismo. Generalmente Dios no quiere que seamos copias de otros sino lo que él desea que seamos. La época en que cada cristiano vive demanda que así sea por la multiplicación de la maldad, según pasan los años y nos acercamos a la venida de Cristo, aparecen nuevos pecados, nuevas "especies" de mal, se inventan nuevos que en otras épocas  no existían y se reclama que se viva mejor que nuestros hermanos de edades pasadas. ¿Cómo haremos adelantar la obra que ellos pusieron en nuestras manos si no somos mejores que ellos? O distintos también quiero decir. La necesidad de la época reclama la clase de líder que necesita para transformarla, a fin de convencerla que sea distinta. La iglesia necesita mejores predicadores, mejores maestros y diáconos, mejores santos. Quiero Señor, ser mejor de lo que he sido, llevar tu obra más allá de donde la he recibido. ¿Estaré acabando? ¿Ya  todo lo que iba a ser lo he sido? ¿No me queda sino continuar en la rutina que llevo? El ser como algunos de mis predecesores o mejor que ellos ¿ha sido un sueño del pasado que allí se quedó? ¿Ya no tengo futuro? ¿Acabé? Señor, el tiempo que me queda es poco, renueva tu unción sobre mí.

2:13

“Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán”. “Recogió el manto de Elías”. Recogió su ministerio, su Biblia, sus sermones, su teología, su celo por Jehová sin sus desánimos, su estilo, su vida de oración y su mirada celestial.

 

No fue una imitación sin poder

2:14

“Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo”. “¿Dónde está Jehová el Dios de Elías? Y así golpeó del mismo modo las aguas” (v.8). Eliseo vio como Elías golpeó las aguas y pasó, y así lo hizo, primero invocando al Dios que a él le acompañaba; es decir, oró primero, y después hizo las cosas como su preceptor, para que no fuera una imitación sin poder.  No estaba pidiendo una prueba de la existencia del Dios de Elías sino una aparición, quería tener una experiencia con él y conocer de inmediato su cercanía. Si quieres tener por compañía al Dios de los profetas, apóstoles y santos, haz las cosas como ellos las hicieron; vive como ellos, cree como ellos, imita la vida y celo de ellos. No tomes esto para imitar la forma de los milagros; Dios pudiera repetirlos porque es libre pero no hay ninguna promesa que lo garantice (sé que puedes hallar textos que te animen a eso), no sea que te defraudes o seas tenido como un farsante (Hch. 19:13-15). Cada milagro se hizo con un propósito específico (v.15). A veces uno dice "¿dónde está el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob, del Señor Jesucristo y de los judíos? ¿Todavía es "grande para salvar"? ¿No se ha envejecido? No. 

 

Profetas con una mente crítica 

2:15-18

“Y dijeron: He aquí hay con tus siervos cincuenta varones fuertes; vayan ahora y busquen a tu señor; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová, y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Y él les dijo: No enviéis. Mas ellos le importunaron, hasta que avergonzándose dijo: Enviad. Entonces ellos enviaron cincuenta hombres, los cuales lo buscaron tres días, mas no lo hallaron”. “Y él les dijo, no enviéis”. Parece desconocimiento o incredulidad; lo cierto es que existía esa posibilidad, que el milagro no tuviera la extensión que parecía (Hch. 8:39,40). Pienso que aquellos profetas tenían una mente crítica y no querían glorificar Dios con un milagro que no estuvieran seguros que lo hizo. Uno ve eso hasta en algunos sacerdotes; pero ¿por qué no impiden que el pueblo se acerque a sus iglesias supersticiosamente? ¿La asunción de María? ¿Lágrimas y sudores en los rostros de sus ídolos? Nuestro ministerio no consiste sólo en creer nuestra verdad sino también en impedir que nuestros hermanos crean mentiras. El mundo alrededor de la iglesia era muy supersticioso pero ellos querían confirmación. Dios nos ayude a no aceptar ninguna maravilla sin confirmación. Estudia "aquellas cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" (Lc.1:1). La fe debe ser asentada sobre la palabra de Dios; no se trata de dudar que Dios pueda hacer esto o aquello, sino estar seguros que lo hizo (ver Jn. 9:11; Mt. 8:4). Una cosa es tener el corazón abierto para creer y otra ser proclive a creerlo todo. De la madre de Jesús se dice, cuando oyó las maravillas que le contaban, que "oía estas cosas meditándolas en su corazón" (Lc. 2:19). Si desde el cielo nos pudiera ver y oír nos pediría que fuéramos prudentes y continuemos examinándolo todo y por esa vía descartar los milagros que no quisiera que se le atribuyeran. Sin embargo, aunque tengamos una mente critica para espulgar las falsedades, tampoco el Señor quiere que seamos "tardos para creer lo que los profetas han dicho" (Lc.24:25), y debemos leer y releer los relatos bíblicos, en oración, hasta que reciban un asentimiento total. El último de sus milagros, su asunción al cielo, debe ser creído no sobre la base a que fuera contemplado sino a que si fue real que otros lo vieron. "Bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Jn.20:29) "este Jesús que habéis visto ir al cielo así le veréis volver".

 

Retirando los escombros

2:19-22

“Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad”. “Poned en ella sal y salió al manantial de las aguas y echó sal en él”.  Unos dicen que esta inconveniencia procedía desde que Josué maldijo la ciudad y otros desde que Hiel la edificó. No consta. Es especulación. Si las aguas las bebían las mujeres encintas perdían la criatura y si regaban con ella la tierra mataba las plantas o dañaba la cosecha. No parece que las aguas estuvieran infectadas con algún virus, lo que más bien parece es que se hallaban reteniendo una maldición de aquella que había caído sobre la ciudad y que aún no terminaba de limpiarse de ella porque la maldición de Dios tarda varias generaciones en desaparecer. Los hombres de la ciudad  establecieron una conexión espiritual e histórica entre el problema del agua en asuntos domésticos y la agricultura.  Con aquella petición les estaban dando la bienvenida al profeta y les pedían que los ayudara a librarse de los residuos de una o dos  maldiciones. El procedimiento de la sal es simbólico. Nadie puede esperar que un puñado de ella dentro de un manantial acabe en un santiamén con la contaminación que tenga. Eliseo lo que hizo fue en nombre de Dios retirar los escombros de la maldición que quedaba en la fuente, enviando un mensaje evangélico a sus habitantes, que aunque una ciudad quede satisfactoriamente reconstruida y embellecida no se libra de sus últimos residuos de  maldición de Dios a menos que se preocupen los que están al frente de ella por conseguirlo, con oración, confesión y perdón, lo cual maravillosamente ocurre dentro de la historia de Jesús.

 

Actitud respetuosa para las historias sagradas

2:23-25

“Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos”. “¡Calvo, sube! ¡Calvo sube!”. Una historia es llamada “sagrada” porque es algo santo y venerado por otra persona, un relato muy querido. Muchas historias tenidas por sagradas por los pueblos no son ciertas; no tienen fundamento histórico y son puros mitos o imaginaciones, pero aún son sagradas para cierta gente. La actitud cristiana para esos libros sagrados siempre ha de ser respetuosa, no debemos burlarnos de aquellas cosas que otros creen y hasta ponen totalmente sus esperanzas en ellas. Sin embargo tampoco debemos compartirlas. Nosotros tenemos también nuestras historias sagradas y nos hiere mucho cuando oímos alguno expresarse profanamente de ellas o ridiculizarlas. Cuando un cristiano se burla de la religión de otro quizás no peca contra Dios directamente pero sí peca contra esa persona y escoge el peor camino para llegar a su corazón y que se convierta a la verdad que quisiéramos que abrazara.

El caso de estos muchachos es una ilustración de lo que he venido hablando, salieron al encuentro de Eliseo y comenzaron a burlarse primeramente de él y de su religión. Eliseo los maldijo y Dios, como dice Mathew Henry, dijo amén y envió dos osos que mataron un montón de ellos. No porque hayan herido sus sentimientos sino porque se burlaban de la ascensión de Elías y como es justo pensar bien fueron enviados por sus padres o tal comportamiento hacia la religión lo habían aprendido de ellos. Estos son dos pecados graves, burlarse de un siervo de Dios y reírse de sus creencias, porque ambas cosas sirven a Dios para su gloria. Si por desgracia nuestros hijos no aceptan nuestras historias sagradas, que al menos las respeten, ya bastante pecado tienen con creer inverosímil lo cierto para añadir a ello la maldad de sus burlas y matar la posibilidad de fe y salvación en los que los oyeren. La burla formó parte de las agonías de la crucifixión de Cristo. Los que se ríen de Dios luego han de llorar (Ge. 19:14). No sólo debes respetar, sino creer estas historias bíblicas.

3:2-3

“E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos”. Joram hijo de Acab, “hizo lo malo ante los ojos de Jehová pero no como su padre y su madre”, y quitó los ídolos que su padre Acab y su madre Jezabel habían erigido y adorado, al menos los sacó de la vista pública, quizás por la guerra contra Moab y temía morir como había ocurrido con su padre y su hermano. Pero eso fue poco porque si bien no siguió a su familia en sus pecados, optó por seguir a otros en pecados ajenos.

3:7

“Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos”. “Iré porque yo soy como tú”. A veces uno  no aprende con las cosas malas que hace. Este hombre estuvo a punto de perder su vida con Acab y ahora decide lo mismo.

3:13-14

“Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera”. “Si no tuviese respeto a Josafat no te miraría”. Le reprochó duramente sin lisonjas. Todos estos profetas trataban a los reyes con respeto pero como hombres y pecadores, no como dioses ni vendían sus ministerios a posiciones oficiales. ¿Es éste un proceder modelo para con los que quieren pervertir los caminos del Señor? ¿Con los que actúan por conveniencia? (v.13).

3:15

“Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo”. “Y mientras el tañedor tocaba la mano de Jehová vino sobre Eliseo”. Amado Señor ¿necesita un profeta música para recibir tu mensaje? No. Eliseo pidió un poco de música para tranquilizar su espíritu que estaba excitado a causa de la conversación con Joram. Es como si se preparara psicológicamente para oír la voz de Dios. ¿Quién podrá oír o predicar el mensaje de Dios si se halla irritado o con mucho estrés? La preparación psíquica es importante para adorar a Dios, para preparar sermones (1Sa. 10:5). Las alabanzas al Señor ayudan mucho.

3:17

“Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados”. “No veréis viento ni lluvia pero este valle se llenará de agua”. No tienes que conocer el origen de todos los milagros, sólo tienes que obedecer y hacer los estanques que sí te hayas preparado, Dios los llenará. No te preocupes cómo ni cuándo Dios obre, si de una forma sobrenatural o no; no preguntes cómo, Dios tiene opciones que tú no sabes. Yo te adoro Señor antes de recibir lo que has prometido.

 

No cierres tus ojos sin haberte muerto

3:18-20

“Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos”. “Y esto es cosa ligera a los ojos de Jehová.  Aconteció, pues, que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas” (Mr. 10:27; Lc. 1:37). No pienses que Dios ya ha obrado lo máximo que puede hacer porque, cosas mayores verás; ninguna bendición es final, él es capaz de hacer más de lo que hizo. Tú dices "las decisiones más importantes de mi vida ya las he hecho, sólo me queda continuar cómo estoy y poseer lo que poseo, nada extraordinario me depara el futuro, he acabado mi carrera, no puedo empezar cosas mejores, no puedo exceder a mi pasado. El plan de Dios conmigo en este mundo está terminado". Te equivocas, mientras tengas fe y deseos de servir al Señor lo que has recibido es poco en relación con lo que pudieras recibir. No cierres tus ojos sin haberte muerto porque verás cosas mayores (Jn. 1:50; Flp. 1:23-26). ¿No tienes tan vivos deseos de servirle como otrora, inclusive, ahora con más emoción y celo? Si el Espíritu no te ha dado deseos de descansar ¿por qué dices que tu vida y utilidad declinan? 

“A la hora del sacrificio” que tenía lugar en Jerusalén, “por el camino de Edom”; no desde el cielo sino de la tierra, desde las montañas hasta el lugar de ellos, así las trajo Dios, aquellas aguas. Desde Edom, por donde menos ellos lo esperaban, de quienes ni imaginaban que serían surtidos. Así nos ayuda Dios por caminos inesperados y por donde no estamos mirando.

3:21-25

“Cuando se levantaron por la mañana, y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre; y dijeron: ¡Esto es sangre de espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno ha dado muerte a su compañero. Ahora, pues, ¡Moab, al botín!”. “Vieron el agua frente a ellos tan roja como la sangre, y dijeron esto es sangre, sin duda los reyes se han matado entre sí, ¡Moab, al despojo!”. Un error de observación y sobre él una decisión equivocada o mortal. Parecía sangre por los reflejos del sol naciente pero era agua, no hecha sangre. Y ¿a quién se le puede ocurrir que por grande que sea una matanza la sangre sea tanta que parezca un lago de sangre? No se puede confiar en todo lo que ven los ojos sin implementar otras investigaciones. Y dijeron “sin duda”. No la tenían pero estaban equivocados, era un espejismo y no una realidad.

3:27

“Entonces arrebató a su primogénito que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo contra Israel; y se apartaron de él, y se volvieron a su tierra”. “Hubo gran indignación contra Israel”; y ofreció su hijo posiblemente a su dios Quemos; y aquellos no pudieron soportar la bárbara escena y viendo de lo que serían capaces esos fanáticos, decidieron dejarlos y levantaron el sitio.

4:1

“Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos”. “Mi marido ha muerto y ha venido el acreedor”. Es una pena morirse de repente y dejarles deudas a la familia para que las pague. Los hijos deben haber sido jóvenes; cuando se trata de dinero los prestamistas se vuelven crueles. 

4:2

“Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite”. “¿Qué haré yo?”."¿Qué puedo hacer por ti?, lo que esté a mi alcance haré".

 

Busca expandirte con esfuerzo y trabajo

4:2-7

“Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.  Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite”. “No tengo sino una vasija. Pide prestadas no pocas. No hay más vasijas y cesó el aceite”. El Señor quería ayudarla pero el problema de ella estaba en que no tenía dónde recibir el milagro y sus fronteras estaban  limitadas para contenerlo; una vez que obtuvo expansión, la bendición llegó hasta el límite de su tamaño, y con la cooperación de sus amigas, porque ellas sin reparo le ayudaron prestándoles vasijas, obtuvo su crecimiento que después significó su holgura económica. El profeta le advirtió que consiguiera toda la anchura que pudiera porque cuando Dios está dispuesto a dar y comienza hacerlo sólo lo detenemos nosotros mismos y no su prodigalidad; entonces nuestro programa consiste en trabajo y esfuerzo (1Co.15:10), y el resto consistirá en la forma natural de comunicarse la fe para que lo que viene de Dios llene otras vasijas que no son las propias (Jn.10:16). Si somos “estrechos en nosotros mismos” (2Co. 6:12-13), la culpa será nuestra si no aumentamos las riquezas que estuvieron a nuestro alcance, por cuanto el Señor mismo nos advirtió que en ningún modo nuestra capacidad fuera poca (Mt. 25:15).  

4:7

“Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede”. “Vende el aceite y paga a tus acreedores”. Dios nos ayuda a pagar nuestras deudas, no las que hemos contraído por vanidad o por insensatez, sino por necesidad. ¿Con milagros? Con salud y trabajo. Primero la preparación, para recibir la bendición (buscando vasijas), después vino la bendición, después el trabajo(vender el fruto de la bendición), y con esa prosperidad pudo pagar la deuda.

 

Una casa y un despacho para Eliseo

4:10

“Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él”. “Te ruego que hagamos un pequeño apartamento para cuando él viniere se quedare”. Un pequeño apartamento privado para que lo usara como retiro para la meditación y la oración; sabía que los varones de Dios desean estar solos y no ser interrumpidos en sus devociones. Para Eliseo, sin acompañantes, eso sería una vivienda suficiente cómoda, le serviría de recámara, despacho y oficina. Eso lo pudo hacer sólo una familia de creyentes, deseosos de ayudar al profeta amigo porque lo amaban y apreciaban mucho su ministerio. La iglesia que ama el ministerio del evangelio, procura y desea que el siervo de Dios tenga suficiente comodidad para hacer su trabajo, su casa para sí, su recámara para sí, su oficina para sí; la bendición espiritual de tener disponible y cerca un varón de Dios retribuye con creces los gastos que su estancia ocasione. Aquella mujer no le ofreció un cuarto de su casa para que compartiera la vida doméstica con ellos, no, pensó en la independencia y privacidad del siervo del Señor, y de su propia billetera costeó la construcción de una habitación nueva e independiente. No te parezca mucho lo que para el siervo de Dios se gaste, que la iglesia que en uno invierte, para ellos mismos y para el futuro invierte. Primero lo tenían de visita en casa, luego quisieron tenerlo de vecino, atrayéndolo más y más a la familia. (Esto no tiene que ver con los falsos apóstoles de Cristo que explotan la iglesia; a esos jamás se debe recibir en casa ni decirles ¡bienvenidos! (2Jn. 1:10-11).

 

El pastor es todo oído, mientras le echan la culpa

4:27

“Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado”. “El Señor me lo ha ocultado y no me lo ha revelado”. Porque el Señor quería que él la dejara hablar para que ella misma se lo contara y vertiera todo lo que tenía dentro. Le dijo a su sirviente “no sé, no puedo saberlo todo y si el Señor no me habla, lo digo claro, no lo sé, tengo que esperar que ella venga y me cuente lo que le pasó para venir hasta aquí, lo único que sé es que está muy triste pero ignoro el motivo: podría ser ¿qué? Una desgracia, pero ¿cuál? Lo que sí está claro que Dios lo que desea es que yo la oiga”. Y esperó pacientemente que llegara sin adelantar los acontecimientos y le oyó reproches y cómo lo hacía culpable de su dolor, olvidando el bien que él le había hecho y culpándolo por ese bien, el niño. Entendía que un hijo dado por Dios, por pura gracia, sin solicitarlo, no podía enfermarse y morir, y sin embargo fue así. Le echó la culpa por haber perdido su bendición. Y el profeta pacientemente la escuchó sin replicarle ni una sola palabra ni reprocharle o exhortarla por nada porque sabía que estaba hablando con mucho dolor sin saber lo que le decía y como no tenía solución para su desgracia lo único que trae dentro son lamentos y reproches y dio el largo viaje, si no con alguna esperanza de solución, al menos para desahogarse. A Eliseo todo le iba muy fácil en su ministerio. Tenía el doble de poder que Elías. Sin embargo aprendió a (1) oír a sus ovejas, (2) recibir de ellas tanto atenciones como ingratos reproches, y a (3) estar al lado de las que sufren, orar por las bendiciones que han perdido y si es posible ayudarlas a recuperarlas.

Cómo se resucita un niño 

4:29-36

“Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y ve; si alguno te encontrare, no lo saludes, y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño”. “Y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño”. Hay cosas importantes en esta historia, particularmente la fe de esta mujer; no hay muchos como ella; yo quisiera tener la tercera parte de su fe. Pero también hay otras cosas que son buenas: Cómo el niño es resucitado, (1) erróneamente (con un báculo; por medio de una persona equivocada), no se puede delegar el poder ni la bendición (2) con un método legítimo pero insuficiente (la oración). Sin duda es lo primero que hay que hacer porque sin ella no hay resurrección, pero no es lo único (3) resultado inicial y parcial (el niño estornudó, entró en calor). La perseverancia es importante (4) la resurrección al fin. Por medio del contacto personal. Paciencia. Le transmitió su propia vida. Así es como se resucita un niño para que alcance la salvación como sus padres. Los mejores para transmitirle calor y vida, hacerlo estornudar.

 

La salud del púlpito 

4:38-43

“Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer. El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla”. Todos estos milagros fueron compilados para incrementar la fe en Dios y que él podía hacer cosas completamente opuestas a la lógica. Son acciones del otro mundo, uno desconocido, y que si no tuvieran origen en la persona de Eliseo, serían contados como ficción y leyendas. Por otra parte, este joven estudiante mezcló con los alimentos, posiblemente lentejas, un producto que en vez de mejorar el contenido lo que hizo fue empeorarlo convirtiéndolo en un líquido venenoso, y a no ser que se le introdujera un poco de harina de trigo, la inocente nutrición común, hubieran perecido todos. Esto es una gran parábola sobre la palabra de Dios y cuando a ella se le introducen elementos de estudiantes novatos que quieren mejorar la doctrina, y el resultado es funesto. Lo único que vuelve la salud a la olla, al púlpito,  es añadirle de nuevo palabra de Dios.

5:1 

“Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso”. “Por medio de él había dado Jehová salvación a Siria”. Cristiano, pagano o ateo, obtuvo su triunfo por Jehová. Recuerda que por medio de Ciro el persa Dios cumplió su promesa de que su pueblo regresaría de Babilonia. La historia del mundo está en las manos de Jehová. Ya ves, qué hombre tan importante, qué rango tiene, sin embargo, con un pero era leproso. Todos tenemos mucho, con un pero.

5:2

“Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán”. “Habían llevado cautiva a una muchacha”. Mira como la providencia trabaja, "dio la casualidad"; y Dios sabía por qué, hace las cosas y ella era imprescindible, sólo para dar un testimonio, una información.

 

No le pidieron dinero sino que abandonara su orgullo

5:10-12

“Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra”. 

Este hombre por poco no se cura de lepra por arrogante. Él mismo lo dice, “yo decía para mí, orará, me tocará con un dedo, y ¡listo!”. Pero se frustró porque las cosas no se hicieron como las imaginaba. Estaba equivocado al querer que la religión funcione como él quiere. El sirio quería decir: "Dios me hará el bien que quiero de la forma que yo quiero". El asunto es que el pastor Eliseo no lo trataba como él quería y su método de hundirlo tantas veces en las aguas del Jordán tampoco le gustaba. No tenía nada que hacer allí y dio la vuelta con su auto, de cuatro patas, y se marchaba. Ya hallaría una iglesia mejor con gente de su categoría. 

Y él se lo iba a perder por altivo y enojadizo. Pero lo convencieron que regresara. Puede que el espíritu de Naaman, a quien subí a un auto, no se haya extinguido. Si Dios no hace las cosas como esperábamos nos molestamos con él, nos defraudamos y perdemos una porción de fe. No queremos hacer las cosas como Dios quiere o como le manda a la iglesia, sino como nos parecen más razonables. Decimos, “tiene que ser así porque tiene que ser así". Y ya. Y si lo hace distinto, ¡pum!, no lo quiero. 

Este hombre, estoy hablando otra vez de Naaman, imaginaba recibir la bendición de Dios de una manera y como lo iban a bendecir de otra no la quería. Dinero daría todo lo que le pidieran pero no su rango. Le dijeron que se zambullera siete veces en el río Jordán y nada de nada, ahí no. Dios le dijo a Eliseo que lo bautizara, como quien dice, siete veces para arrepentimiento, porque su problema no era tanto la lepra como su carácter. Debía sumergirse al máximo, hasta el lodo, no una vez ni dos, ni cinco, para que dejara por siete humillaciones todo su orgullo y prepotencia. ¿Qué? Dijo este general, “Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado” (v.12). 

Al fin, de mal humor, renuente a juntarse con judíos, escitas e hispanos del bajo mundo, se metió en el agua, desde el calcañar hasta la mollera. Sin un pelo afuera. Y el tipo se curó. Yo, si me hubieran invitado a ver su testimonio, porque ni soñara que iba a bautizar a ese pedante engreído, hubiera pensando: “No caben dudas que las ínfulas llevan muchas aguas lavarlas, y la gente que son como este señor tiene que ser pisoteada muchas veces y convencerse que son hombres o mujeres y no dioses”.  Y el viejo profeta y toda la iglesia que vendría a su sensacional bautismo, estaría pensando: “No serás jamás bendecido, criatura arrogante, mientras no se te quiten de la cabeza esos humos”. Este sirio tiene descendientes en todas las naciones, incluyendo hispanos. 

 

La cosa es: ni más ni menos

5:13

“Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?”. “Si el profeta te hubiera dicho que hicieras alguna gran cosa ¿no la hubiera hecho?”. Por ejemplo, si el profeta te hubiera dicho que pagaras una gran suma ¿no lo hubieras hecho? Pero no te pidió dinero que tú se lo darías. Si te hubiera dicho que hicieras una peregrinación a un lugar lejano ¿no la hubieras hecho para recibir el milagro? Si te hubiera pedido que renunciaras a tus propiedades ¿no las hubieras cambiado por tu salud? ¿O tu posición militar, no la hubieras abandonado por curarte? Entonces si sólo te dice “cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”, ¿por qué quieres algo más que esa cosa sencilla? Si te dicen, “arrepiéntete de tus pecados y lávalos en el bautismo” ¿por qué no? Si es por fe sola la salvación ¿por qué quieres acompañarla con obras de méritos?  La cosa es: ni más ni menos.

5:14

“El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.”. “Se zambulló siete veces en el Jordán”. Aunque la obediencia tenga defectos obtiene buen resultado.

5:16

“Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso”. “Le instaba a que aceptara algo pero él no quiso”. De gracia recibisteis. Las bendiciones de Dios son incontables, la más pequeña de ella no hay dinero en el mundo para comprarla. ¡Cuánto más una sola cómo esta! ¿Pagarás la misericordia, el gesto, el amor? ¿O la fe, el perdón, tu nuevo nacimiento, el ancla de tu esperanza, la salvación, una gota de sudor de sangre de Jesús, un suspiro, una sola intercesión suya? Por eso el profeta no quiso aceptar dinero ni alguna donación que camuflaje codicia. 

 

Si peco una sola vez, Dios no se molestará 

5:18

“En esto perdone Jehová a tu siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón para adorar en él, y se apoyare sobre mi brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga tal, Jehová perdone en esto a tu siervo”. “En esto perdone Jehová si yo también me inclinare en el templo de Rimón”. 

¿No has oído a una persona decir: “Dios me perdone si esto que voy a decir no es verdad”?  Si sabes que lo que vas a decir necesita el perdón de Dios, no lo digas. Algo similar le pasó a este hombre en el relato bíblico. Quiso decir: “Bien, voy a pecar y… ¡Dios me perdone cuando lo haga!”. ¿Acaso no lo pudo evitar? Si le hubiera hablado al rey y le contara su experiencia, cómo fue sanado de lepra, su historia militar, seguramente no le hubiera pedido que adorara a su dios, que le hiciera alguna reverencia, más aun, podía haberlo ganado por su testimonio para Jehová. En última instancia, podía haberse negado adorar un ídolo, presentar su renuncia al puesto, explicarle porqué ya no ofrecería sacrificios porque no creía ya en él. Pero no hizo nada de eso sino que se dijo: “¿Qué de malo tiene una sola ceremonia?, Dios es misericordioso, me perdonará aunque yo peque porque sabe que no lo haré de corazón y que lo haga una sola vez no le molestará mucho”.

Si otro quiere que le acompañes en su idolatría o desenfreno porque no tiene el conocimiento de Dios que tú tienes, aunque sea tu superior, mayor que él es Dios y más alto está, y sus mandamientos están por encima de cualquiera criatura. No temas a los que matan el alma sino a quien puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Ese no fue el caso de Naamán el sirio, él era un hombre sincero, temía a Jehová, confiaba en su misericordia y comprensión, pero como todavía no había madurado su fe extendía la posibilidad de perdón hasta los pecados futuros, los que podía tomar medidas para no cometerlos. Eso es abusar un poquito de la bondad de Dios. Oh Dios, “no nos metas en tentación” ni nosotros tampoco nos metamos, donde nos veamos obligados a pecar.

 

Cobrar una sanidad, se dijo, sería una gran cosa

5:26

“El entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?”. “¿Es tiempo de tomar plata?”. 

Este hombre fue siervo de un súper profeta pero todavía no entendía lo que es ser un ministro de Dios. No había podido  vencer la codicia y la ambición. Quería tener dinero y buena ropa. Amaba este mundo. Vivir mejor de lo que las posibilidades le permitían. Y un milagro, pensó, es un medio bueno para hacerse de un poco de dinero, sobre todo si se le hace a un noble con dinero como Naamán el sirio. Cobrar una sanidad, se dijo para sí mismo, sería una gran cosa. Y mintió diciendo que el profeta quería dinero en gratitud por la curación de la lepra. Y no era cierto. Eliseo no vendía los milagros. La gracia de Dios no se vende. Lo que no nos cuesta no se cobra. El criado Giezi pudo responderle a su amo: "Sí, le he pedido una ofrenda de gratitud, tengo que proveer para mi familia, cuando tú faltes yo no tendré nada". 

En ese caso mejor fuera que cambiara de oficio y se buscara un trabajo, otro señor más terrenal pero no hacer dinero por medio del evangelio. La seguridad financiera de los ministros de Dios está no en lo que puedan ahorrar sino en la providencia de Dios, en servir por gracia y gastarse día por día sin ponerle precio a la labor espiritual que realizan. Tampoco pueden olvidar que el que milita no debe enredarse en los negocios de la vida (2 Ti. 2:4) y que la esencia misma del ministerio es escatológica. De cara al futuro, al futuro en otra vida, otro mundo, de donde recibirá su paga completa. Lo principal es que ningún tiempo es apropiado para establecerse completamente como ciudadano de este mundo (1 Co. 7:29-31). La codicia es pecado. 

¿Tienes fe? ¿Para qué quieres más vestidos y tanta plata sin gastar? ¿Dos túnicas, dos bordones, mucho cobre (Mt. 10:8-10), cuando los pobres no viven con tanta ropa ni tanto dinero? ¿No serán ayudados a pensar que hay algo raro en tu oficio y que tu camino es el del lucro de Balaám? (Judas 11). No deben estar las posesiones del profeta, ni los de su equipo (en este caso Eliseo y Giezi) muy, demasiado, por encima de las de los hermanos para que no huyan de sus mensajes ni lo tengan como ladrón que les estafa. Empleado de Dios, “teniendo sustento y abrigo estemos contentos con eso”. Agur, un sabio de la antigüedad, dijo que si se tiene más que eso uno se olvida de Dios y se comporta mal. No importa tanto meter la mano en el bolsillo y tristemente comprobar, porque es triste, que no puedes ayudar al prójimo porque no tienes ni oro ni plata, ni siquiera para pagar un alquiler y poner para tus hijos un plato de comida sobre la mesa, si con bondad puedes extenderle tu mano y ponerlo de pie diciéndole “lo que tengo te doy, en nombre de Jesucristo, levántate y anda”. Sin cobrar.

 

El reino de la gracia es similar al mundo de las fantasías 

6:5,6

“Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro”. “E hizo flotar el hierro”. 

Si esto lo leyeras en otro libro dirías que es un mito, pero como lo lees en la Biblia lo tienes como un hecho histórico. ¿Por qué? ¿Porque es un libro sagrado, o mejor aún, porque es el libro sagrado  del judaísmo y cristianismo? Entonces ¿quiere decir que el consenso y la popularidad de estas religiones son las que le han impartido historicidad al suceso? No, si un relato es mítico o histórico no depende del libro donde se encuentre ni de la religión que lo respalde. 

Para mostrar la historicidad de ese relato habría primero que asentar la historicidad de quién lo hizo, si la persona es histórica y no un mito el relato pudieraser histórico o mítico. La clase de hombre que era Eliseo es lo primero que hay que mirar. Los milagros de la Biblia no son mitos aunque sean iguales o parecidos a los que se leen en la literatura pagana porque fueron hechos por varones de Dios. No es la Biblia la que le da autenticidad a un relato dentro de su contenido, porque ella es una colección inspirada pero hecha por los hombres,  sino el Dios de ella. Los hechos de un dios son mitos si ese dios es un mito, pero si de alguna manera puede probarse que ese Dios no es un mito, sus hechos tampoco lo son. 

Los profetas de la Biblia han dejado suficientes evidencias para probar que son figuras históricas y han recibido la credibilidad profética por sus mensajes y sus hechos. La vida de Eliseo explica por qué pudo históricamente hacer flotar el hacha, y es porque recibió “una doble porción” del Espíritu de Elías, lo que lo convirtió en un doble profeta, algo extraordinario, inusual dentro de la profecía. Su ministerio, en vida y muerte parecen un mito. Tal fue su vida, que aún después de muerto sus huesos operaron un  milagro.

Conteniendo la Biblia relatos similares a éste, ¿podrías llegar a creer en Dios? El milagro de hacer flotar una pieza de hierro desborda tu razón pero es que la existencia de Dios también desborda los límites de la razón; y la vida y obra de Jesucristo y sus apóstoles, sin dudas históricas, exceden con creces a “las cosas que ojo vio o han subido a corazón de hombre”, donde los hierros flotan, las serpientes y mulas hablan y los hombres caminan sobre el agua. Jesucristo excede la imaginación. El reino de la gracia es similar al mundo de las fantasías. Es un enorme fiasco la vida humana sin esos “cuentos, mitos y leyendas” que necesitamos creer, y sin que realmente exista ese “mundo de maravilla y fantasía”. Sin esos “ingenuos inventos” la vida  humana sería la más horrible de las invenciones.

6:12

“Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta”. “Eliseo declara lo que tú dices en tu cámara secreta”. El Señor dirá a su siervo lo que dijiste en tu cuarto, en voz baja, descubrirá a sus oídos tus maquinaciones, revelará tus engaños; y al saberlo sonreirá despreocupado. No olvides que tu Dios es omnisciente y ve en secreto.

6:14

“Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad”. “Vino un gran ejército”. ¿Un gran ejército para un solo hombre? Esto se parece a la detención de Jesús por los romanos. ¿Tanto miedo le tienen  y tan peligroso lo consideran? (Mt. 26:47).

 

Son mejores los que están a nuestro favor que los que están en contra

6:15-17

“Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”. “No tengas miedo porque son más los que están con nosotros que los que están con ellos”. Cierto es que tienes muchos enemigos en contra pero también muchos y más poderosos a favor; nota que he dichomás: en contra, la mundanalidad; pero a favor, la fe que vence al mundo (1 Jn. 5:4); en contra la carnalidad, a favor el Espíritu Santo; en contra el diablo, a favor la cruz de nuestro señor Jesucristo (Col. 2:14,15); en contra, cualquiera otra cosa; a favor: Dios y sus ángeles. ¿Por qué tienes miedo? Si Dios es "con nosotros ¿quién contra nosotros?” (Ro. 8.). Estos son nuestros amigos y nuestros enemigos. Tengamos fe, sonriamos, vivamos en paz, hablemos de los triunfos de nuestra fe y de la colaboración espiritual que poseemos para que otros sean incitados a entrar a ese mundo.  Vive en este mundo conociendo y mirando el otro. ¿No recuerdas como David oyó a los ángeles marchando sobre las copas de las balsameras? (2 Sa. 5:23,24).

 

Sufren sonambulismo, un entretenimiento hipnótico

6:18,19

“Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo. Después les dijo Eliseo: No es este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria”. “Hirió con ceguera… seguidme y yo os guiaré al hombre que buscáis”. ¿Qué te parece, los sirios tienen a Eliseo enfrente, quieren capturarlo, hablan con él pero no lo reconocen? ¿Cómo pueden seguirlo si supuestamente están ciegos? ¿Porque tienen los ojos abiertos y no ven? Voy a explicar con este caso lo que ocurre a toda la gente que no cree en Dios. La ceguera de ellos no está precisamente en el globo del ojo o en la retina sino donde se envían los pensamientos y las imágenes y se razonan las cosas. En el cerebro. 

A los sirios el Señor los hirió con ceguera y aunque se le llama así no quiere decir que estaban en completa oscuridad porque no hubieran podido seguir a Eliseo a ninguna parte. No era un problema ocular. Tenían los  ojos abiertos y podían andar detrás de una persona, actuar como personas normales. La ceguera de ellos era mental como dice un comentarista “es una ceguera mental, similar al caso mencionado en Ge. 19:11, o sea, que aunque un hombre mantenga sus ojos abiertos no puede ver correctamente” (Keil & Delitzsch commentary). Como los sonámbulos. En buena teología se puede decir que como castigo  “Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen” y que la ceguera que les envía consiste en que los abandona al príncipe de este mundo que no les permite que les resplandezca la luz de Cristo. 

Los que no ven al Invisible están ciegos. Están poseídos por un sueño muy profundo y sufren sonambulismo, una especie de entretenimiento hipnótico con el mundo. Las luces de la Revelación están encendidas y no las ven. Confunden los hombres con árboles que andan (Mr. 8:24), porque Darwin les enseñó que tienen un tronco común. 

Los hombres que querían romper la puerta de la casa de Lot y violar a los ocupantes ninguno dijo “ay mis ojos, no veo, he perdido la vista”. Actuaban como si vieran pero no veían. Tenían la puerta estrecha enfrente y no daban con ella ni “palpando” (Hch. 17:27). Quiero decir que fue como si Dios se las hubiera escondido y ellos no percibían la realidad que tenían al alcance de los ojos y  de la investigación. Es que la existencia de aquella realidad escondida tenía que discernirse espiritualmente (1Co. 2:14; He. 11:3,7). Otro caso similar. El de los nazarenos que querían despeñar a Jesús y él pasó por en medio de ellos y escapó (Lc. 4:30). No que se hubiera hecho invisible sino que Jesús se convirtió en una irrealidad para ellos y casi topándoselos pasó como si no existiera y en un momento, por incrédulos, se les volvió ficción.

6:20-23

“Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y 

Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria. ”. “Pon delante de ellos pan y agua”. ¿Fue una lección de amor o de poder? Nadie sabría la proporción que habría de estas dos, pero así fue como los venció (Ro. 12:19-21). Este es un capítulo de completo amor cristiano, el corazón del evangelio en medio de la ley. Al mundo todavía le queda esta posibilidad, el amor, para cambiar a sus enemigos y no deshacerse de ellos y destruirlos. El mito de amor: Cristo. Siempre los profetas actuaron así. Eliseo pertenece al evangelio. Es un profeta más allá de su época.

 

Escasez de alimentos y largas colas

6:24-33

“… Rey de Siria movilizó todo su ejército para ir a Samaria y sitiarla. El sitio duró tanto tiempo que provocó un hambre terrible en la ciudad, a tal grado que una cabeza de asno… ¡Sálvenos, su majestad! Si el Señor no te salva, respondió el rey, ¿de dónde voy a sacar yo comida para salvarte? ¿Del granero? ¿Del lugar? ¿Qué te pasa? Esta mujer me propuso que le entregara mi hijo para que nos lo comiera ambos hoy, y que mañana nos, iríamos el de ella. Pues bien, cocinamos a mi hijo y nos lo comimos, pero al día siguiente cuando le pedí que entregara su hijo para que nos lo comieron los, resulta que ya lo había escondido”.

Estos sitios de ciudades reflejan lo que en la actualidad se conoce como embargo económico o bloqueo a un país; y es una forma tapada de declaración de guerra, someter por privaciones a la población de modo tal que incluyan las protestas y el gobierno pierda el control y sea despojado del poder. Una forma moderna de tratar de evitar el derramamiento de sangre e incitar a la población a que cambie la política de las autoridades. No sé si eso es justo, o no es justo, o es abuso de poder por parte de las potencias mayores, pero lo cierto es que en una forma más humana y civilizada de arreglar las cosas cuando dentro de un país la situación no mejora, y el gobierno se porta mal en sus relaciones exteriores de modo tal que es abominable para muchas personas que desean por compasión a la población que haya un cambio interno en tal país. La escena que estaba ocurriendo en Samaria era verdaderamente triste, los precios de los alimentos se habían disparado de modo tal que cualquier cosa para comer costaba mucho dinero, de modo tal que los sentimientos humanos y la conducta civilizada se deterioró, como el caso de estas dos mujeres que comenzaron como resultado del hambre, a practicar la antropofagia y en este caso de canibalismo a sus propios hijos. ¿Qué es peor, que la situación alcance niveles tan bajos de deshumanización o que el gobierno ceda a las demanda de un país mayor y con poderío muy superior que reclama algo del sitiado o bloqueado? Las limitaciones del carácter humano de muchos políticos suele ser grande, y como ellos tienen al alcance medios de subsistencias que no tiene la población común, se dan el lujo por medio de consignas vacías y engañosas, endurecer en contra de la realidad el carácter de la población, para que resistan heroicamente, e innecesariamente, al adversario externo que le tira propagandas y le pide cambios. Es algo que en muchos países modernos se ha vivido, como la escasez económica hace que en las colas por conseguir los pocos alimentos expuestos a la venta, se perciba la decadencia moral de la población, y en altas horas de sacrificio e insomnio haciendo colas se escuchan reyertas y las primeras broncas. El rey del país cuando le muestren las fotografías y lea en los periódicos o le informen sus servicios secretos de lo que está ocurriendo debiera avergonzarse y como este rey de Samaria vestirse de silicio y arrepentirse de su mala cabeza como dirigente y deponer el orgullo y la hambruna de poder en bien de los gobernados, o mejor dicho de los sometidos. ¡Son ciudadanos, señor, no esclavos! ¡No tiene derecho a disponer a su antojo de los destinos de niños, niñas, hombres, adultos y ancianos! ¡Los destinos les pertenecen a ellos no a usted, monarca!

 

7:2

“Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello”. “Tú lo verás con tus ojos pero no comerás de ello”. Ocurre así, si no crees no  ves, es así: creer para ver, no por vista sino por fe. Este hombre creía en Dios pero menos de lo que debía creer. Toda la narración es para probar que la palabra de Dios se cumple (vv.16-20) y aunque uno no puede explicar cómo, el Señor tiene sus métodos. Lo hizo de la forma más natural del mundo. No le hizo recordar a los sirios la misericordia que Dios tuvo con ellos un tiempo atrás, les cambió el corazón para que le llevaran provisiones a la puerta de la ciudad. 

 

No en el valle Armagedón, sino en la mente del hombre

7:6,7

“Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros. Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas”. “El Señor ha hecho que el ejército de los arameos oyera estruendos de carro y ruido de gente de a caballo”. Dios tiene acceso a la mente de los hombres, y el diablo también. La gran batalla por la conquista del mundo tiene lugar, no en el valle Armagedón, sino en la mente del hombre. Aquí leemos cómo Dios hizo que los sirios oyeran ruidos, estruendos, gritos de guerra, y ninguno existía sino dentro de las cabezas de ellos donde eran reales. Las imaginaciones, visiones, temores y huidas,  por la influencia divina fueron para bien de ellos, “huyeron para salvar sus vidas” porque podía haberlos matado, y para bien de los israelitas. El diablo también tiene acceso a la mente humana y la engaña para su perdición. La única manera de distinguir unos de otros es con espíritu de discernimiento, esto es, con la palabra de Dios escrita. Nosotros tenemos la mente de Cristo, por la renovación de nuestro entendimiento (1 Co.2:16; Ro. 12:2). 

 

Mutismo evangelístico 

7:8,9

“Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron”. “Entraron, comieron, bebieron y se llevaron del botín, oro, plata y ropas”. Hubiera sido bonito leer que estos leprosos que vivían fuera de la ciudad, fueran sanados. ¿Para qué querrían todas esas joyas, dineros y ropas si eran leprosos y sus días estarían contados? Y ¿por qué no? ¿No comerían y beberían tampoco porque se iban a morir pronto? Lo hicieron quizás por sus mujeres e hijos, o por ellos mismos porque no habían perdido la esperanza de curación. Una vez que se saciaron se dijeron que no estaban haciendo bien con el silencio egoísta que tenían, puesto que eran buenas noticias y ellos la conservaban sólo para sí mismos, y se dieron cuenta que aquel mutismo era merecedor de castigo por parte de Dios, del pueblo a punto de perecer o de los enemigos. Si los creyentes tan favorecidos con el botín de la gracia se tragan las noticias de los bienes que están disfrutando mientras dilatan la información, son merecedores que Dios los castigue, o el pueblo a quienes están destinados como “misioneros de salvación” por no haberles hablado para que ellos también sean salvos y disfruten de las riquezas en gloria en Cristo Jesús, o de los enemigos espirituales que tienen que pudieran volver y despojarlos y darles muertes a todos antes que lo hubieran compartido. Lo que Dios nos da es para repartirlo. Con compartir sus riquezas ellas no se acaban.

 

 

8:4 Falta de fe en la providencia de Dios

7:17-19

“Aunque el Señor hiciera ventana en los cielos ¿podría suceder tal cosa? Y el pueblo lo atropelló y murió”. No creer en la providencia de Dios es un pecado grande. Este hombre lo hizo. Le parecía imposible que Dios pudiera alimentar, dar de beber y vestir a toda una ciudad en cuestión de unas horas. Falta de fe en que Jehová proveerá. Y francamente dijo que la palabra de Dios era mentira, que tan pronto, inconcebiblemente, Dios podría hacer algo tan grande. Fue incredulidad hacia la predicación de la providencia divina teniendo al profeta como un embustero que “engaña al pueblo” y  que no podría hacerlo si no salen a comprarla. El asunto fue que este incrédulo murió con el anuncio de la palabra que había negado y el pueblo le pasó por encima. A Dios no se le han acortado las manos para ayudar, como si ya no tuviera recursos. Abram creyó a Dios y ofreció a su hijo sobre un altar. Fue obediente. Y llamó aquel lugar “Jehová proveerá” en relación con la provisiónde la providencia que justo a tiempo le dio un carnero para el holocausto. La fe en la providencia de Dios es la madre de todas las clases de fe. Después de la fe en Cristo para salvación viene esta, en la segunda, y más grande posición de la vida cristiana. No hay fe bajo el cielo mayor que estas dos. Si uno cree en la providencia y que Dios puede proveer de todo, tiene la fe más grande que puede alcanzar una persona y si no cree en eso comete un pecado muy grave. La fe en la providencia de Dios es la misma fe traducida en acciones de la vida.

 

“Cuéntame las maravillas que ha hecho Eliseo”; no dice que ha hecho Dios por manos de Eliseo. Los no cristianos sólo ven al héroe de la fe no a su Dios.

8:5,6

“Esta es la mujer y este es su hijo”. Aquí obró la providencia de Dios, que organiza los acontecimientos. Debiéramos confiar más en ella. Le sigue la misericordia de Dios en el extranjero, y en su país. El señor conoce a la velocidad que uno camina, y sabía perfectamente al paso que esta señora iría y la conversación que tendrían precisamente cuando ella arribara al lugar. Esto me recuerda cuando Jesús envió a los discípulos que prepararan en el aposento alto la santa cena, le dijo que al llegar ellos al camino o a la carretera, o a la calle, que estaba cerca del lugar encontraría unas personas llevando cántaros de agua. Les ordenó a los discípulos que siguieran a esa persona que los llevaría exactamente a la casa donde él quería que le prepararan la cena. También sabía a la velocidad y a los pasos que irían los discípulos. El señor conoce cómo caminamos, y la longitud de nuestras zancadas.

8:10

“Ve y dile: seguramente sanarás”. ¿No se parece esto a las mentiras "piadosas" que se le dicen a los que están enfermos con cáncer u otra enfermedad mortal? La persona se va morir y se le dice que pronto estará bien. Así se obra para que no se aterre, y pase sus últimos días tranquila esperando su recuperación y no su muerte. Esas mentiras servirán a los que no son cristianos ni desean serlo, los que sólo aman sus vidas; y ni siquiera a ellos si se quiere salvar su alma, tal vez sea mejor que  enfrenten la verdad. Este hombre quería conocer la verdad pero no se la dijeron por ellos mismos. Aunque en realidad el provecho que se saca diciendo la verdad al enfermo grave y que no quiere nunca saber de Cristo suele ser poco. Tal vez se torna religioso, pero no para no ser condenado sino para no morir. Si la persona es cristiana debe conocer si su fin se acerca, o mejor dicho, su nueva vida en Cristo. Pero el caso de este hombre es también de otra clase, habría de morir pero no de la enfermedad sino asesinado (v.15; 1 Re. 22:15).

 

Aunque no quieran cambiar diles que cambien

8:12

“¿Por qué lloras? Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel”. Dos cosas, la falta de convicción de los evangelizadores y la incambiable naturaleza humana. Eliseo no dijo lloro porque creo el mal que harás sino porque lo , que ya es “convicción de lo que no se ve” aún. Si supiéramos el futuro de algunas personas, enfermedades, problemas, pobreza, soledad, triste envejecimiento, muerte separadas de Cristo, de la iglesia, negando la fe que un día tuvo o la que nunca alcanzó, bajando  al cementerio y al infierno, lloraríamos. No lloramos por los pecadores porque no tenemos la convicción de su condenación, la creemos doctrinalmente, pero no la percibimos en su futuro ni pensamos en ella. Cuando Jesús dijo a Judas “lo que vas hacer hazlo pronto” ¿no cree que le dio la oportunidad para no hacerlo?; pero lo hizo, no la aprovechó. Conoció su futuro y no lo cambió. Lo mismo pasó con Hazael. Estaba a punto de convertirse en un asesino, a un día de distancia solamente, y lo aceptó. ¿No recuerda a Caín lo que le dijo Jehová que se enseñorearía de su hermano y lo convertiría en su víctima? Tampoco hizo algo para no ser un fratricida. Aceptó su “destino” y lo mató. A los hombres aunque se les den la oportunidad de convertirse en nuevas criaturas no lo quieren, desean continuar siendo ellos mismos pase lo que pase porque en realidad quieren continuar siendo como son. Y si para evitar acontecimientos tienen que cambiar prefieren enfrentarlos, y ya verán, dicen, cómo se capea la situación y se sortea el mal tiempo con algunas maniobras. Jesús lloró sobre Jerusalén cuando supo su destino, aunque no podía hacer algo por ella. El destino de los hombres no es cambiable y vea usted a quien culpa, si  a Dios o los reprobados. Llámele determinismo o calvinismo, pero es así. 

8:13

“Para que haga tan grandes cosas”. ¿Grandes? Bárbaras, atroces crímenes. Así suelen ser algunos hombres célebres, sus hechos históricos son los ensangrentados relatos de sus hazañas. Alejandro ¿"el Grande"? ¿Napoleón? ¿El Grande? Dijo que tenía que ser un perro para hacer eso sin embargo al otro día lo hizo. Era un perro. Rabioso.

 

No son locos, están muy cuerdos

9:10,11

“Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En seguida abrió la puerta, y echó a huir. Después salió Jehú a los siervos de su señor, y le dijeron: ¿Hay paz? ¿Para qué vino a ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras”. “Enseguida abrió la puerta y echó a huir. Le preguntaron: ¿Para qué vino aquel loco?”. 

Así el mundo en sentido general tiene a los cristianos: gente fuera de su centro, que no puede estar en sus cabales para huir del mundo y arriesgarlo todo por esperanzas futuras que no son más que delirios y fantasías. La “experiencia” con Dios que dicen tener debe ser algún trauma o éxtasis psíquico o alguna imaginaria ilusión.

¿Por qué le llamaron loco a este profeta? ¿Porque se fue corriendo? Los locos eran ellos y locos se podían volver, locos de envidia por el nombramiento como rey a otro, y en sus celos matarlo. Ellos sabían que no estaba loco, sino que con desprecio hablaron porque no recibieron la respuesta que Jehú les dio.  Loco le llamaron a Jesús y loco a Pablo: De Jesús dijeron: “Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí” (Mr. 3:21). ¡Loco el hombre más cuerdo del mundo! De Pablo dijeron: “Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco” (Hch. 26:24). Y no ha habido hombres más equilibrados que ellos dos. El hombre que predicó el Sermón de la Montaña y el que escribió 1 Co. 13 es imposible que estén locos. Loco estaba Friedrich Nietzsche para abrazar a un caballo flaco, y de cuya filosofía tiene tanto la cultura occidental, el ego, el superhombre, la autoestima, etc. 

Los cristianos están locos pero de amor, locos de fe, del Espíritu Santo, locos de gozo y felicidad. Locos porque se les han perdonado una gran deuda. Y ¿por qué le llaman locos? 

Porque nos ven como gente rara que no se desenfrenan con ellos: “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellosen el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Pe. 4:3-5). ¿Qué importa que nos llamen insensatos, fanáticos, supersticiosos o Beelzebub? Nosotros hemos perdido nuestra mente carnal pero ahora tenemos la de Cristo. “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Co. 2:16). 

¿Locos porque huimos de la fornicación y de la idolatría? Por cuanto Dios nos aconseja. “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Co. 6:18); “por tanto, amados míos, huid de la idolatría” (1 Co. 10:14).

Sin embargo es lo más cuerdo y sensato del mundo cuando huimos de la tentación y del pecado, para salvar nuestro matrimonio, nuestros hijos, nuestra reputación, huir es una señal de cordura instintiva, puesta ahí por Dios para salvarnos del peligro. Los yernos de Lot pensaron que era broma, un chiste, o que su suegro había perdido la mente cuando les anunciaba que caería fuego del cielo sobre la ciudad de Sodoma (Ge. 19:14). No nos importa mucho que nos llamen excéntricos o locos o como al príncipe Mishkin en Dostoievski: “El Idiota”. Una huida a tiempo equivale a una victoria. 

Cuando el Hijo Pródigo comenzó a ver la realidad espiritual de su vida se dice que “volviendo en sí dijo: Volveré a mi casa y a mi Padre" (Lc. 15:17). Hay que estar loco de remate para vivir como un perdido malgastando su dinero con prostitutas y amigotes que lo condujeron a la bancarrota. El Señor nos recomendó a “huir de la ira venidera” (Mt. 3:7) y Pablo dijo que vuelvan en sí y escapen del lazo del diablo (2 Ti. 2:26). Y  el profeta dijo que “el que lea (la Biblia) corra” (Hab. 2:2). Si usted no corre supongo debe estar loco.

9:20

“Alocadamente”, no “impetuosamente”; con mucha prisa, a gran velocidad, agresivamente. 

9:30-37

“Jezabel (intacta). Hija de Et-Baal, rey de Tiro y Sidón, y esposa de Acab rey de Israel (1 Re. 16:31). Eso grandes esfuerzos, primero en connivencia con su esposo, y más tarde con su eficaz cooperación, para establecer la idolatría en Samaria y exterminar el culto de Dios y la vida de sus siervos. Abdías salvó a 100 de estos con riesgo de su propia vida. Jezabel misma sostenía 400 sacerdotes de Astarté. Cuando por mandato de Elías perecieron en el Carmelo los 450 profetas del falso dios Baal, la perversa reina trató de vengarse del profeta. El episodio de la Villa de Naboth (1 Re. 21:1-16) muestra su maldad y ambición. Además, muestra que el modo en que Jezabel entendía el carácter la autoridad de un rey era distinto del modo como se concebían entre los hebreos. Jezabel no podía comprender cómo su esposo a pesar de ser rey, no podía posesionarse de la viña de Naboth. Jezabel murió cuando unos eunucos a las órdenes de Jehú la tiraron desde una ventana a la calle; su cuerpo fue comido por los perros (2 Re. 9:30-37). El nombre de Jezabel ha llegado ser proverbial para designar la inteligencia y la astucia femeninas cuando están al servicio de la idolatría y la falsa religión (Apc. 2:20) (Diccionario Bíblico Ilustrado, pag. 587).

La Biblia es un libro completamente histórico, hecha primeramente para enseñarnos muchas lecciones con respecto a la palabra de Dios y a la autoridad, auténtica, de los profetas de Israel. Su propósito histórico es engendrar no la fe en esa palabra. Una fe práctica para ser puesta en efecto en el marco histórico en que vivamos, completamente ajustada al desenvolvimiento de nuestra existencia terrenal. Existen, pero son muy pocas, las palabras que aparte de predecir un futuro histórico, vuelen hacía la ultratumba y mencione sus cumplimientos más allá de la muerte. La escatología del AT llega hasta el borde de la sepultura y se difumina dentro de ella mencionando verdades tenebrosas sin el dogmatismo del NT. Jezabel no se le dijo ni en una sola ocasión que le aguardaba su perenne estancia en el infierno. La revelación divina es progresiva. Solamente se dijo de ella que de su cadáver sólo podrían enterrar el esqueleto, totalmente no identificable. Ese énfasis ético en la predicación del evangelio debiera perdurar, sin omitir las bienaventuranzas de glorias en Cristo Jesús y las desgracias infernales con Satanás, pero ante todo el sermón debe martillar sobre las malas consecuencias terrenales que tiene el pecar contra Dios. Posiblemente el incrédulo, que no cree en el más allá, se verá más afectado si se le hace ver que el pecado le va a dejar hacía la vida y que por añadidura puede estar seguro de contar con el disgusto de Dios, con su desaprobación y además con la intención de él, de agravarle toda la situación. Quizás alguno piense que soy predicar el evangelio por conveniencia, pensando en el yo propio y en los intereses personales; y puede que se, que así sea y que también el terrible panorama que se le prevé lo haga cambiar de rumbo y mezclado con todo eso se halla la fe salvadora que dirige inteligentemente, y para alegría angelical, al pecador a la salvación.

10:6-10

“Entonces por segunda vez les escribió una carta, diciendo: Si estáis de mi parte y escucháis mi voz, tomad las cabezas de los hombres, de los hijos de vuestro señor, y venid a mí a Jezreel mañana a estas horas. Y los hijos del rey, setenta personas, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.  Y sucedió que cuando la carta llegó a ellos, tomaron a los hijos del rey, y los mataron, setenta personas, y pusieron sus cabezas en canastas y se las enviaron a Jezreel.  Cuando el mensajero vino y le avisó, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey, él dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana”. “Que los criaban”; qué horror Señor, fueron cabezas de niños y jóvenes que cayeron rodando. ¿A ese asesino lo ungió Dios? ¿Y es esto lo que te agrada, Padre, tú expresa voluntad? (10:30). Casi seguro que si no fue a filo de espada la verdad del Dios único no hubiera llegado hasta nosotros. La instrucción y el convencimiento intelectual, el argumento literario, poco hubiera hecho si no es por medio de acciones gubernamentales, si no es a través de una teocracia. Ésas cosas en el día de hoy bajo el sistema de la gracia y de la civilización moderna, serían condenables y este general acusado de crímenes de guerra, porque no hay lugar para justificar las guerras de religiones. El mundo ha cambiado pero Dios es el mismo, el fuerte y celoso, el existente. El que dijo: Soy el que Soy.

10:10,11

“De la palabra que Jehová habló nada caerá en tierra”. Este capítulo está tinto en sangre; 28 años largos exterminando de la faz de Israel a los que habían combatido a Dios, los terribles años de persecución religiosa concluyeron, pero aunque el mal quedó desarraigado, no hubo un regreso a la verdad (vv.28-31). Es una fatalidad pertenecer a una familia maldita, aunque uno no cometa los mismos pecados que los padres, el llevar su sangre sentencia la misma condenación, y hasta hacer amigos perjudica. No tengas envidia del hombre que hace iniquidad ni anheles su suerte, la espada de Dios está sobre él. Debiéramos ser tan amigos de Dios que ni saludáramos a los perversos; pero esto es imposible, porque entonces ¿cómo serían salvos? Lo que sí es bueno es no ser amigos del mundo (1Co. 11:32), no sentarnos en mesas de escarnecedores; tener compasión de los que son de la casa de Adán y están sentenciados a muerte. Es una cosa mala tener amistad íntima, confidencial con los impíos o falsos hermanos (1 Co. 5:11), y compartir con ellos sus vidas, no andar en luz; en el día de la ira de Dios sólo los que son coparticipes con los santos escaparán.

10:15

“Jonadab hijo de Recab”, ceneo, uno de los descendientes de Jetro. Un honorable hombre. Ver Je. 35:6.

10:18-19

“Acab sirvió a Jehová poco, Jehú lo servirá mucho”; una total mentira y “la verdad de Dios no necesita la mentira del hombre” (Mathew Henry). Fue un engaño para atrapar a Samaria. “Que no falte ninguno”; quería llevar hasta el extremo su purga y matanza.

 

 

Trata de ser cristiano y que no te confundan con los demás.

10:23

‘Mirad que no haya ningún siervo de Jehová sino sólo los de Baal”. El día del juicio de Dios ni uno solo de los santos será dañado, no habrá ningún siervo de Dios entre los que sean eternamente destruidos. Conoce el Señor los que son suyos (2 Co. 6: 14-18; 2 Ti.  2:19)¿Pereció algún israelita cuando las plagas cayeron sobre Egipto? No. ¿El ángel de la muerte se equivocó y entró por error en alguna casa judía? No. Todos estaban seguros como si estuvieran en "los lugares celestiales". Efectivamente, los que se hallan en Cristo se encuentran en "los lugares celestiales". De los que Cristo cuidó sólo se perdió el hijo de perdición, ninguna oveja fue arrebatada de su mano. ¿Cuántos cristianos murieron en la caída de Jerusalén, a pesar de que "no quedó piedra sobre piedra"? Ni siquiera un cabello de ellos fue tocado. Muchos cristianos han muerto por Cristo, pero eso todavía no es el juicio de Dios; cuando éste llegue ninguno será tocado, el Señor conoce a los que son suyos y no sufrirán daño de la muerte segunda. Trata de ser de Cristo, que te identifiques con él, que nadie te confunda con un adorador de Baal, de Baco el de las cervezas, con Manmón el de las riquezas, porque no tienes "el espíritu del mundo sino del Padre", ni el "espíritu de esclavitud" (Ro. 8:15; 1 Jn. 4: 6). Es maravilloso conocer que mediante la justificación de Cristo nos encontramos ya resucitados con él "en los lugares celestiales". Las aguas del juicio de Dios no nos inundarán, el fuego del azufre no nos hará daño porque ya hemos sido bautizados con Espíritu Santo y fuego. (Ga. 4:9) “Conocidos por Dios”. Bendito seas Señor.

10:27

“La convirtieron en una letrina hasta hoy”; o en un alcantarillado. De adoración a heces. 

11:8

“Estaréis alrededor del rey por todos lados”. Preserva al rey y preservarás el reino. Si Dios no cuida por todos lados a los ministros, el diablo los mata. No admitas falsas acusaciones contra un ministro y si hay suficientes testigos, exhórtalo con amor, quizás puedas sanarlo y no se cumpla aquello de “hiere al pastor y se dispersarán las ovejas” (Zac. 13:7).

11:14

“Atalía clamó ¡traición! ¡Traición!”. ¿Y lo que tú hiciste? ¿No fue eso traición? El mal no logra extirpar totalmente la simiente santa.

12:2

“Hizo lo recto todo el tiempo que lo dirigió Joiada”. Con un mentor así, eso quiere decir que hacía lo recto por otro, pero ¿qué de su corazón? Para el pueblo de Dios, para el reino de Cristo, su motivación no importaba. Después que se le murió el maestro fue seducido por los príncipes y participó en el culto idolátrico, vivió escandalosamente y murió ignominiosamente (Gill).

 

Es mejor pagar la construcción del templo

12:4-16

“Pero en el año veintitrés aún no habían reparado las grietas del templo”. Parece que no era negligencia sino que no querían usar su tiempo en ese tipo de trabajo. No es posible pensar que un hombre como Joiada no le importara que el templo estuviera deteriorándose. Tal vez se ocupaba de muchas otras cosas espirituales y sus ayudadores no cooperaban con él. No dijo nada por el reproche que le hicieron pero fue el de la idea que se pagara el arreglo del templo. Así fue mejor, los sacerdotes no tenían que dejar sus ocupaciones para eso. En esto deben pensar los ministros del evangelio que gastan su tiempo en construcciones de templos, si no fuera mejor para el reino de Cristo que la iglesia dé dinero y se paguen los trabajos y no que  ellos los hagan. Ocúpate por entero en la predicación del evangelio (Hch. 18:5). No todos pueden ser como Esdras y Nehemías.

12:16

“El dinero por la culpa y de las ofrendas por el pecado era para los sacerdotes”; que lo utilizaban para comprar animales y ofrecerlos en nombre de aquellos lejanos ausentes.

12:17.18

“por aquel tiempo el rey de Siria atacó a la ciudad de Gat y la conquistó; luego se propuso atacar Jerusalén. Por eso Joás, rey de Judá como recogió todos los objetos que habían consagrado sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, Reyes de Judá, junto con los que él mismo había consagrado, más todo el oro que pudo encontrar en los tesoros del templo del Señor y en el palacio real. Todo eso se lo envió Jazael rey de Siria, el cual se retiró de Israel”. Cualquiera que lea la poca historia de este reyezuelo, débil, sin coraje, sin principios ni carácter, no puede sentir la menor simpatía por él. Dentro de sus “hazañas” se encuentra esa, por cobarde y falta de fe, tuvo que entregar al enemigo para apaciguarlo y que le sonriera aunque fuera una mueca, todos los trofeos y conquistas de reyes anteriores. Es decir dejó sin objetos históricos y sin dinero, y sin poder, a su país más débil e inepto no podría ser. Así los gobernantes flojos y sin vocación tienen que sacrificar el tesoro nacional y vender la historia de su país, y permitir ser explotados.

13: 2

“Hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. Cualquiera que sea el lugar donde una persona escoja para pecar lo hace "ante los ojos de Dios" porque todas las cosas están desnudas ante sus ojos. Los malos ejemplos siempre encuentran quienes los imiten sin considerar las consecuencias que han tenido. “Siguió tras el pecado”. “No se apartó de ellos”, son dos tristes frases. 

13:3

“Los entregó en manos de Hazael por largo tiempo”. Los castigos de Dios pueden durar "largo tiempo" o “día tras día”. Es una cosa difícil hacer volver a Dios de su enojo. Ora por eso.

13:4

“Joacaz oró y Dios lo oyó”. ¡Ay amado!, mucho más tenemos que aprender sobre la oración, si un pecador ora a Dios él lo oye. Acab y Manasés oraron y Dios los oyó. Quizás en el momento no pasa nada pero mirando en un amplio espacio de tiempo aquella oración marcó el inicio de un cambio social que paso a paso se efectuó. Siempre Dios nos oye y su respuesta viene después. Cada oración inicia un cambio y la otra lo continúa.

 

Cambia un poco y ora

13:4-9


“Y salieron del poder de los sirios y habitaron en sus tiendas como antes”. Oh amado, ¿te turbas porque las reformas en tu pueblo no alcanzan la dimensión que quisieras; incluso, porque las conversiones tampoco parecen completas? Mira que Dios decide bendecir a su pueblo por uno sólo que oró, por uno que parece haber cambiado un poco, sin llegar a la conversión total porque siguió haciendo lo malo ante los ojos de Jehová, el rey Joacaz. El Señor los retornó “como  antes”, sin embargo, siguieron viviendo como antes, la estatua de Asera continuó en su lugar de honor en Samaria y el pueblo adorándola. Los bendijo sin que ellos hubiesen corregido los pecados por los cuales fueron afligidos; no hay ninguna señal de que la conversión hubiera hecho que ellos merecieran lo que recibieron. No, el líder del pueblo hizo una oración, un solo gesto hacia Dios, una sola inclinación, una sola reverencia, una diminuta transformación, un cambio nimio, sin trascendencia alguna; y por él, sólo por él el Señor retornó al pueblo a sus antiguos bordes y disfrutó de libertad. Es el líder, el ministro, el diácono, el evangelista, el apóstol, el profeta, las diaconisas, las esposas de los obispos y diáconos los que se deben transformar. Por un pequeño cambio que ellos muestren en sus vidas, por una ligera mejoría en la fe y el cristianismo que viven, el Señor podrá bendecir al pueblo como antes. Luchamos por transformar a los demás y no logramos nunca hacerlo, continúan en sus mismos pecados... pero ¿cómo el Señor nos bendecirá si ellos no cambian? Nos bendecirá cuando los líderes cambiemos primero. La bendición del Señor sobre su pueblo depende de la bendición que experimenten sus directores. Los bendice, como a Abram, y serán de bendición. 

 

Una palabra prohibida para los obreros y soldados de Dios

13:14-19

“Entonces el varón de Dios, enojado con él, le dijo: A herir cinco ó seis veces, herirías a Siria, hasta no quedar ninguno: empero ahora tres veces herirás a Siria”. “La infidelidad de un hombre limita la bondad de Dios. Aunque Joás hizo lo que el profeta le pidió, lo hizo sin celo ni fervor, probablemente sin la ardiente fe en la eficacia de lo que estaba haciendo. Compárese con Mr. 6:5-6. Dios estaba dispuesto a dar a los israelitas una completa victoria sobre Siria (v.17); pero Joás al no aceptar la divina promesa obstaculizó la misericordia y el resultado fue que la promesa original no pudo ser cumplida” (Barnes). Fueron actos simbólicos del futuro desarrollo de la victoria y pretendían mostrar al rey si estaba capacitado para lo que sucedería después. El rey pudo haber pensado que aquel ensayo era inútil o que con el anterior era suficiente y no lo era. Se le hizo una segunda prueba como confirmación de que había creído la primera y estaba apto para recibir la promesa. Pero demostró con la interrupción del pequeño test que le faltaba perseverancia y resolución para llevar las cosas hasta su terminación. La victoria no está garantizada hasta que se logre y la batalla sea completada. Hay una palabra prohibida para los obreros y soldados de Dios: stop o pare. Lo contrario de un stop es fe y quiere decir sin cesar, que no hay un alto.

 

Los restos de Pablo, Agustín,Wesley, Whitefield

13:20,21

“Y murió Eliseo, y lo sepultaron. Entrado el año, vinieron bandas armadas de moabitas a la tierra. Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies”. En los huesos de Eliseo muerto había más vida que en mi ministerio vivo. Aquel muerto fue afortunado que su cuerpo fuera arrojado donde  hubiera un profeta enterrado.  Pienso que hay más vida en los huesos de hombres como Pablo, Agustín, Lutero, los puritanos, los Wesley, Whitefield, Edwards, que en los de muchos teólogos y comentaristas vivos. Si te pones en contacto con lo que nos queda de ellos en este mundo, sus biografías o sus libros, inmediatamente se cobra vida. No demos de lado lo antiguo porque es antiguo porque puede haber más vida en los sepulcros de los apóstoles y profetas que vida en muchos escritores y predicadores modernos. Explora la literatura vieja, tócala, que el Espíritu de aquellos tiempos es el mejor remedio para las enfermedades de estos.

Si algún incidente hace que la iglesia sea arrojada a la teología reformada, los huesos de Lutero, Calvino, Hodge te serán de más bendición que un ejército de personajes sensacionales. En vez de modernizar los cultos, la alabanza y la teología como medios de resucitación de iglesias, mejor es que se pongan en contacto con las verdades que hay en los sepulcros antiguos; pero no un regreso a la forma sino a los huesos, es decir, a la vida de ellos, al amor de ellos, la generosidad, la fe, el testimonio, el celo por la salvación y sobre todo a las doctrinas de ellos. La iglesia no resucita con métodos modernos ni actualización de su mensaje, y menos con técnicas de consejos sicológicos. Abogamos porque se pare la tendencia moderna de evolucionar con los tiempos. El hombre de hoy es tan pecador como el de “en los tiempos de Noé”. Y si es distinto, sus enfermedades morales y espirituales se curan con la misma añeja  medicina. Si necesitara otra cosa, entonces la Biblia ha pasado de moda, o al menos la forma de reconciliación con Dios.

14:17-20

“Lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron”. Compara estos versículos con el v. 10, y luego con el resto. Lo asesinaron y fue por odio, por su gran error en la guerra contra Israel; es una pena que un hombre que empezó triunfando acabe así, traído su cadáver sobre dos caballos. Es un triste ejemplo de envanecimiento. Dios me guarde.

14:24-25

“Hizo lo malo ante los ojos de Jehová y restableció la frontera de Israel conforme a la palabra de Jehová que habló por Jonás”. Y reinó 41 años haciendo todo lo que Dios no quería que hiciera sin embargo obtuvo una victoria política profetizada. Aun los más malos gobiernos le sirven a Dios para algo, y sin quererlo hacen su voluntad y escriben alguna porción del libro de la providencia.

15:1

“En el año veintisiete de Jeroboam rey de Israel, comenzó a reinar Azarías hijo de Amasías, rey de Judá”. Azarías es Uzías. 

15:1-7 

“E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías había hecho”. “Azarías hizo lo recto ante los ojos de Dios”; reinó 52 años y según el cronista de Reyes sólo le menciona que estuvo enfermo con lepra que le vino como un castigo. Sólo siete versículos para toda una historia de medio siglo. Aunque no se detalle nuestra vida y nuestras obras pasen incógnitas, y que por alguno que otro pecado se nos recuerde, el hecho que se diga que hicimos lo recto ante los ojos de Dios es suficiente. Esa declaración es mejor que una larga biografía. Aunque hayamos pecado de alguna manera y lo recuerden, eso no impide que Dios en conjunto nos tenga como fieles.

15:14-16 

“Porque Manahem hijo de Gadi subió de Tirsa y vino a Samaria, e hirió a Salum hijo de Jabes en Samaria y lo mató, y reinó en su lugar. Los demás hechos de Salum, y la conspiración que tramó, he aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.  Entonces Manahem saqueó a Tifsa, y a todos los que estaban en ella, y también sus alrededores desde Tirsa; la saqueó porque no le habían abierto las puertas, y abrió el vientre a todas sus mujeres que estaban encintas”. “Mató Manahem… saqueó”. Poco tiene de distinto este rey impío de los reyes paganos de otras naciones; una vergüenza para Israel. Fue astuto este Manahem (vv.17-22) y jamás hizo la más pequeña señal de que hubiera buscado a Dios.

15:32-35

“Y él hizo lo recto ante los ojos de Jehová; hizo conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías”. “Edificó la puerta más alta de la casa de Jehová”. No se dice que haya hecho mucho a favor de Dios, quizás sí pero no se conserva; pero aunque hubiera hecho nada más que una sola cosa, edificar una puerta, su ejemplo en la adoración a Dios, en su trato con sus semejantes, el haber vivido apartado del pecado ya es bastante. Quizás yo no sea capaz de hacer mucho en tu obra Señor, quizás una sola cosa, pero al menos déjame vivir como agrada a tus ojos. Amén.

16:2-4

“Cuando comenzó a reinar Acaz era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel”. “E hizo pasar por fuego a su hijo”. Parece increíble que un rey de Israel haya hecho eso, ¿cómo han de mirar los ojos de Dios a su pueblo cuando hace eso? A veces la prosperidad de los infieles tienta a los santos a ser infieles como si dijeran "hagamos males para que vengan bienes" (Ro. 3:8).

16:8, 9

“Y tomando Acaz la plata y el oro que se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria un presente. Y le atendió el rey de Asiria; pues subió el rey de Asiria contra Damasco, y la tomó, y llevó cautivos a los moradores a Kir, y mató a Rezín”. “Y le atendió el rey de Asiria”. Obtuvo con dinero y gente, pero sin gloria, lo que pudo recibir con oración.

16:10-20

“Después fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura”. “Envió el diseño del altar”. En este libro histórico no se lee que ningún profeta se haya opuesto, pero sí los hubo, Isaías y Obed. Si Dios quiere en alguna parte, alguien contará o escribirá nuestras protestas a favor del reino de Dios. Que pasemos en silencio no quiere decir que no hayamos hablado.

16:14,17,18

“Y cortó el rey Acaz los tableros de las basas, y les quitó las fuentes; y quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo puso sobre el suelo de piedra”. “Y el rey Acaz cortó los bordes de las basas”. Deshizo la religión verdadera y hasta donde pudo la sustituyó, la profanó, la deformó y la mutiló; pero cosechó sus extravíos. Para protestar contra él hubo siervos de Dios, con éxito o sin él y nos dejaron el testimonio de sus mensajes. Hagamos eso con nuestra voz y misión, protestar aunque inútilmente, para poder hacer cambiar los tiempos. Nos ayude Dios.

 

No habrá una era post-cristiana

16:10,11

“Después fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura. Y el sacerdote Urías edificó el altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el rey Acaz venía de Damasco”.   “Envió al sacerdote Urías el diseño del altar y su réplica”. Estos son las desafortunadas intromisiones del estado en la religión para hacerle cambio que le convenga a su política. Aquí se ve al poder político introduciendo adiciones teológicas, otro altar, con modelo foráneo a la revelación; importando desde una nación pagana las nuevas ideas y formas que contemporicen con el gusto de los que visitan la “tierra que fluye leche y miel”. 

El propósito de esos que quieren dominar la mente de la nación es tener una religión  más amplia, traer tantos altares y confesiones como sea posible, para que no colisione con las otras sino que todas sean bien llevadas, se respeten mutuamente y cada adorador escoja entre varias la que más le convenga y guste, lo que hoy se llama pluralidad religiosa. 

El propósito del rey Acaz, y en eso cooperó el principal religioso bajo la tutela estatal, fue que la vieja religión quedara en la oscuridad, en un sitio menos visible que no ofendiera a la nación extranjera y aumentara la visibilidad y el tamaño de aquella que complaciera los gustos. 

Y los cambios no fueron superfluos y una cuestión de esconder sino una total mutilación y destrozo del altar de Jehová, cortándoles los bordes, dejándolo seco, destituir de su altura el mar de la purificación y situarlo sin renombre ni preeminencia a la altura del más bajo de los hombres para que no tuviera que empinar su hombría, sobre un enlosado, y clausurar las puertas de acceso a él (vv. 17-18).

Esa vieja historia se repite y se repite, los que van ganando el poder y haciéndose fuertes en la política creen que entre sus reformas hay que echarle el guante a la religión, sobre todo a la más vieja y establecida, la que tiene más influencia y ha contribuido mayormente a la formación de la nación. A las otras se les puede dejar que sobrevivan hasta que se les dé un puntapié pero las que más categoría tienen, el cristianismo, la influencia judeo cristiana, a esas hay que ponerles otras a competir primero, introducirle el concepto de pluralidad religiosa donde las recién venidas y vestidas a la moda, sirvan de alternativas a la que ya  existía desde tiempo y advirtiéndoles a los ciudadanos que todas tienen el mismo derecho y son válidas, y que cada una tiene su verdad y nadie tiene el derecho de imponer  sus principios, moral y costumbres, sobre las otras, es decir, quieren darle un golpe fatal, una estocada terminal a la propagación evangelística. La idea es que a la postre todas se queden como adornos, en lugar de museos, sin esencia espiritual, intelectual, moral y social, como parte de la prehistoria. No habrá, os lo aseguro, porque lucharemos con ejemplo, voz, papel y tinta, sí, sí, no, no, una era post-cristiana. 

16:14

“E hizo acercar el altar de bronce que estaba delante de Jehová, en la parte delantera de la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo puso al lado del altar hacia el norte.”. “El altar del Señor lo puso en la parte norte”.  “El altar que hizo Salomón (2Cr. 4:1) que estaba en la puerta del tabernáculo a la entrada del templo en la parte oriental. Parece que Urías puso el nuevo detrás del viejo fuera de la vista, el altar de bronce entre él y la puerta oriental o en la entrada del templo, por lo tanto él quitó el altar de bronce y puso en su lugar el nuevo, en la parte derecha en una esquina y el antiguo en la oscuridad donde casi no era visto” (Gill).

16:15

“El gran altar”. O sea, el nuevo.

17:2 

“Hizo lo malo ante los ojos de Jehová aunque no como los reyes que habían sido antes que él”. Fíjate que uno puede ser considerablemente mejor que otros, no haberse enlodado como ellos ni caído en tan grande perversión y endurecimiento; no tanto sin embargo ser malo a los ojos de Dios. Esta confianza no es muy satisfactoria para morir y presentarse ante el tribunal de Dios pues está basada en una conducta relacionada con los demás y no con lo que Dios demanda. Uno puede ser virtuoso en relación con sus vecinos pero no según el evangelio de la gracia (Lc.18:11; Jn. 12:47,48).

17:3

“Contra éste subió Salmanasar rey de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo”. “Y le pagaba tributo”. Esa es la única razón que tiene una nación cuando se mueve contra otras: buscar dinero.


17:8,12  

“Y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel. Y servían a los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto”. Las que ellos habían derrotado. En los pecados contra los cuales habían sido victoriosos. En los pecados que hicieron a otros débiles y fracasados. Con este peligro siempre ha de enfrentarse la iglesia: contemporizar y mundanizarse, andar como hombres, cometer los pecados que ni aun nombrarse debieran entre ella y de los cuales es para el santo vergonzoso hablar (Efe. 5:12, 1 Co. 5:1, 2 Co. 4:2). La idolatría fue uno de esos pecados secretos que se llaman “muy malos” (v.11).

 

Nuestro decaimiento comienza por rincones oscuros

17:9,10 

“Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas. Y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso”. “Hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová”. Una cosa es hacer cosas privadas y otra hacer cosas malas en secreto, son ellas las que perforan completamente nuestra vida espiritual; las que los hombres no saben y que aflojan nuestra vida cristiana; nos vamos debilitando desde adentro hacia afuera; nuestro decaimiento comienza por esos rincones oscuros, debajo de las sombras de los árboles y avanza hacia nuestra vida pública. ¿Quién podrá detener ese debilitamiento? 

Sin el socorro del Espíritu Santo nada podemos, pero nosotros somos responsables de nuestra rectificación espiritual y de andar con una conciencia recta, es decir en el Espíritu Santo y no haciendo nada malo ante los ojos de Dios. Hay cosas hermanos, que son lícitas, como dice el apóstol, pero ellas no nos convienen hacerlas ni siquiera mirarlas, si es que nuestro propósito no es vivir conforme a mandamientos sino mucho más espiritual, hacer lo agradable ante los ojos de Dios; "lícitas", no porque Dios las autorice sino porque no dice nada en contra de ellas, expresamente, quiero decir algún mandamiento contrario, pero sí son opuestas al espíritu cristiano, el espíritu del evangelio, y eso para nosotros tiene tanta fuerza como si hubiera un cúmulo de letras que las prohibiera. Pero como he dicho no son conforme a sus deseos, las tolera las permite, pero desearía que no las hiciéramos, no lo enoja, pero entristecen al Espíritu Santo. Nunca podremos ser en público más de lo que somos en privado, y mientras no demos más importancia a la vida secreta. Oramos como el rey David "guárdame  de los pecados que me son ocultos" (Sal. 19:12; 1 Co. 10:23).

17:14,17, 18

“E hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira. Jehová, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá”. “Y no quedó sino sólo la tribu de Judá”. Deshizo la religión verdadera hasta dónde pudo, la sustituyó, profanó, la deformó y la mutiló; pero cosechó sus extravíos; para protestar contra él hubo siervos de Dios, con éxito o sin él, pero dejaron el testimonio de sus mensajes. Hagamos oír nuestra voz, esa es nuestra misión, aunque sea inútil para hacer cambiar los tiempos. Ayúdanos Señor.

17:32-34, 41

“Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados”. “Temían a Jehová y honraban a sus dioses”. Este es el origen de los samaritanos. ¿Conoces a gente así, que dice que cree en Dios y honra ídolos como dioses? Lo que aprendieron de los maestros fue para tener un dios más (v.28), otra religión. Todas las religiones las tenían como verdaderas. A Dios no agrada eso y revela desconocimiento de él y de su ley, que prohíbe tener otros dioses, invocarlos, porque no hay más Dios que él. ¿Por qué obraban así? Por “costumbres antiguas” (v.40); o tradiciones de hombres que guardaban. Algo así que honraban a Cristo y a Belial (2 Co. 6:14-18). Oh bendícenos Dios, que nuestra religión no sea una más.

 

Un recuerdo de lo que Dios había hecho

18:1-8

“El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán”. “He hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés”. Ezequías fue un gran rey que hizo cosas grandes y admirables, tuvo victorias militares y logró reformas religiosas; pocos reyes pudieron llevar la verdad hasta los lugares altos, porque dejaban al pueblo que en secreto adorara otros dioses. 

Fíjate que Ezequías rompió un venerable símbolo del pasado: la serpiente de bronce que había hecho Moisés en el desierto, porque el pueblo le quemaba incienso como si fuera un dios, como si no tuviera la historia bíblica, porque si la hubieran leído bien habrían sabido que el poder sobrenatural que los guiaba no salía de ella ni de su artífice, sino de Dios. Era un recuerdo de lo que Dios había hecho, como las piedras tomadas del río Jordán, una señal (Jos. 4:6). 

Y esa es la supersticiosa adoración y veneración de las imágenes y reliquias dentro de la Iglesia Católica que con el paso del tiempo ha ido desarrollándose. Cuando les empezó a faltar la palabra de Dios y se fueron apegando a la tradición de los hombres, los símbolos religiosos se fueron tornando supersticiosos. Ejemplo: las tumbas de los mártires, sus huesos, la capa y el sudario de Jesús, etc.; eso es idolatría. Insuflar divinidad a esas reliquias sagradas es superstición. Y ha sido tanto y tan universal el amontonamiento de esos errores, que haría falta toda la dinamita del evangelio para pulverizarlos, y tener más coraje que los treinta de David y amor por la verdad, para luchar contra esas antiquísimas falsedades creídas por millones (2 Te. 2:10). Le llamaron “pedazo de bronce” o “cosa de bronce”; y lo mismo podemos decir de las imágenes modernas, “cosa de madera, cosa de yeso, de oro, pedazo de plata o pedazo de palo”.

18:12

‘No habían escuchado todas las cosas que Jehová había mandado”. Ni siquiera habían sido parcialmente infieles, sino que quebrantaron toda la revelación "todas las cosas que Moisés...", todas las palabras de Dios, con jotas y tildes.

18:16

“Quitó el oro de las puertas y lo dio al rey de Asiria”. El oro que Salomon puso lo quitó Acaz, lo repuso Ezequías y ahora lo quita nuevamente. Una medida inútil; Ezequías estuvo a punto de pecar por falta de fe. El rey de Asiria sabía que era un hombre de fe, conocía de sus reformas religiosas, y como adoctrinaba al pueblo.

18:25

“¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.”. Senaquerib y el Rabsaces mintieron. Eso es mentira, y dijo muchas.

 

Si has empezado a reformar tu vida

18:28-37


“No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará”. 

 

“Y viviréis y no moriréis”. El diablo daría muchas monedas de oro si pudiera hacer volver a su cautividad a los que han emprendido reformas espirituales. Senaquerib, el Rabsaces asirio, encarnan la persona diabólica; y el trato que quieren dar a Judá es el mismo que Satanás intenta dar a los que tienen la osadía de emprender reformas espirituales y arreglarse con su Dios. Como hijos de Dios tenemos que aprender del diablo, no para tener su nombre siempre en nuestros labios ni para acusarlo de muchas faltas cuyos responsables directos somos nosotros, sino para no ignorar sus maquinaciones y estar preparados para enfrentarlo. Ezequías es un representante de todos los cristianos fieles pero inmaduros que piensan que al diablo se le hacen concesiones y por eso envió todo aquel oro, aun el de la casa de Dios, al rey asirio, con el propósito que abandonara las posesiones que le había robado (vv.13-16); si sigues leyendo verás que no dio ningún resultado porque este hombre hambriento de riquezas no se conformaba con lo que él le diera si reservaba algo para sí

 

El diablo lo quiere todo y no se conforma con el dinero o con un “lugar” sino con todo. Asecha como león rugiente hasta devorar, no con una sola mordida o con algún fragmento del cuerpo. Empieza con una parte y sigue hasta llevarse la vida, roba el presente y avanza hacia el futuro. No hagas concesiones al diablo, mantén con él una posición radical. Nota que esas concesiones comenzaron con una infundada conciencia de culpa (v.14). Si no puede hacer que peques, por lo menos que imagines que lo has hecho, que lo que te sobreviene es porque Dios te lo envía (v.25), de esa forma te entregas a las circunstancias y no luchas contra ellas.

En medio de esa crisis le dice: “Renuncia a tu fe en Dios, tengo un futuro mejor para ti, déjame dirigir tu vida, tendrás todo lo que quieras” (vv.31, 32). Si te niegas, entonces usa amenazas, te hace pensar que las cosas te irán peor (v.27) y para ello trata de cumplir sus deseos mostrándote sus trofeos, aquellos que no han podido hacerle resistencia y han acabado en sus brazos (vv.33-35), los que han apostatado. Amado Señor, ¿qué vida podré vivir fuera de Jerusalén? Si pierdo mi libertad nada me queda. El diablo no cumple sus promesas y aunque lo hiciera nunca serán mejores que las tuyas, nunca podrá ser un amo como tú

“Oh Dios, aunque me hable con lengua de cristiano (vv.26-28) me seguiré apoyando en ti, no me dejaré mover de donde estoy ni entregaré las buenas cosas que he hecho en mi reforma contigo, lo que quiere es reconquistarme. Mi vida no será tan desgraciada como me dice porque no caeré en sus manos. No me cambiará mi futuro, el Señor no me abandonará ahora que he empezado a reformar mi vida porque nunca como ahora me hallo tan limpio”. 

19:1,2

“Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová. Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz”. “Y entró en la casa de Jehová”. Lo que hizo fue orar y consultar la palabra de Dios. No envió por sus comandantes militares sino por oración (vv.13-15). Oh Santo Dios, que mi pueblo confíe en mis intersecciones por ellos y que yo, Señor, esté seguro del valor y la utilidad que ellas tienen para ayudar a los que me piden mis ruegos. Amén.

19:7 

“He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada”. ‘Y oirá rumor”. Quizás oyó un rumor de noche pero no se levantó; si lo hubiera hecho habría visto al ángel de Dios, con los gritos de la gente, etc. Fue un sonido, un espíritu, que se le metió en la cabeza sino las malas nuevas que le traerían. Oyó como un viento, oyó noticias, le trajeron comentarios que el ángel de Dios mató a 185 mil (v.35).  “El sentido preciso de “espíritu” es incierto de acuerdo al contexto. Puede referirse a un espíritu que tomó control de su mente (22:19) o pudiera referirse a  una preocupación o miedo. En todo caso la soberanía del Señor sobre el rey está clara” (NET). 

 

La más  grande mentira, que Dios es un engañador  

19:8-20

Y regresando el Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo contra Libna; porque oyó que se había ido de Laquis. Y oyó decir que Tirhaca rey de Etiopía había salido para hacerle guerra. Entonces volvió él y envió embajadores a Ezequías, diciendo: Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.  He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú? ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar? ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva? Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová. Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. Es verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras; y que echaron al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y por eso los destruyeron. Ahora, pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios. Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído”. 

 

Este hombre trató de quitar la fe al rey Ezequías. Fue muy arrogante y habló  con desprecio a Dios y a sus creencias. Lo primero que le dijo fue la más grande mentira, la principal, que Dios era un engañador (v. 10); y apeló a él para que no se dejara engañar por su Dios. En su argumentación para llevar a cabo su propósito de debilitamiento de la fe de Ezequías situó la historia de las religiones, por supuesto paganas, y cómo ellas y sus dioses habían sido destruidas (vv. 10-13). El rey no negó lo que le estaba diciendo sin reflexionar en lo que le había escrito, y le respondió más o menos así, "es cierto que has liquidado a esos dioses y a esas religiones, no queda de ellas nada sino un montón de piedras y el recuerdo, pero con mi religión y con mi Dios te las verás distinto porque aquellas religiones y dioses son de manufactura humana, pero mi Dios Jehová, no ha sido inventado por nosotros los israelitas, no lo hemos formado, al contrario él es quien nos ha dado forma, hasta nuestro nombre Israel, nos lo dio él, incluyendo lo que somos y lo que tenemos". Así el rey separó su religión del resto de los mitos y leyendas de las naciones, y apeló principalmente a la historia nacional y teológica. Contra esa argumentación de feel rey de asiría no tuvo contestación porque en sí la respuesta era un desafío. No pudo hacerle creer la mentira que Jehová era un Dios pagano más. Además de contestarle de esa manera, Ezequías presentó aquella literatura, que consistía en una carta, y la extendió delante de la presencia del Señor en el templo (v. 14). No la rompió ni la quemó sino que oró con sus reflexiones sobre su contenido (vv. 15-19). Tampoco le escribió una carta de respuesta, porque sabía bien que no era una lucha literaria sino que estaba en peligro el pueblo santo y con lo que necesitaba defenderse no era con argumentos sino con oración y poder, y eso fue precisamente lo que pidió, y el Señor por medio del profeta Isaías le hizo conocer que su oración había sido escuchada y apropiadamente respondida (v. 20). Sin esas dos cosas que son equivalentes a una intervención viviente de Dios en la historia actual, no habría forma de convencer al poderoso oponente sobre la distinción teológica o religiosa de la cual le había hablado. Y eso fue lo que sucedió, el profeta le garantizó que el rey de Asiria en su estudio sobre las religiones se equivocaba, y si basado en ello exponía su vida, la perdería porque las conclusiones de religiones comparadas, no lo condujeron a la verdad, de la misma manera que a los agnósticos y ateos modernos. 

19:28

“Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste”. “Pondré mi freno en tus labios”. La boca que blasfema a Dios merece ser maltratada por la mano divina y comerse las palabras arrogantes y las blasfemias que ha dicho.

19:34

“Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.”. “Por amor a mí mismo y a David mi siervo”. Dios nos ama como a sí mismo no hay un amor mayor. Nota que junto a su amor purísimo coloca el que tuvo por David quien conquistó para él la ciudad y fue llamada “la Ciudad de David”. El Señor preserva de la completa destrucción nuestro trabajo aunque no lo dejemos en manos completamente confiables.

19:35-37

“El ángel mató en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil”. Tuvo que estar muy enojado el ángel para matar a tantos en tan corto tiempo. Si bien ellos se alegran cuando un pecador se arrepiente (Lc. 15:10), se enojan mucho por las blasfemias que escuchan contra Dios, y están dispuestos por la orden Suya a castigar severamente a los infractores. Si Dios les diera licencia exterminarían sociedades enteras dejando pocos sobrevivientes. Hasta ahora los ejércitos de Jehová tienen órdenes de escuchar blasfemias y mirar el pecado sin hacer nada, pero un día vendrá, grande y terrible en que la paciencia de Dios llegará a su colmo (Mt. 13:30); y harán estos ángeles un trabajo más perfecto porque enviarán la paja al fuego que no se apagará. Cristo vendrá con sus decenas de millares (Jud. 1:14). La paciencia de Dios no tiene límites pero llega a una culminación de justicia.

20:1

“En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.”. “Exequias cayó enfermo de muerte”. Estaba llegando la hora de la muerte del rey Ezequías. Dios le ordena que haga los arreglos fúnebres; primero que espiritualmente se prepare para partir y estar con Cristo, segundo, que arregle todo lo que tiene que ver con las pompas fúnebres, la manera y donde quiere que lo entierren, y si ha escrito algún epitafio particular para ponerlo sobre su tumba; y además repartir la herencia y deducir de ella todos los gastos en que van a incurrir sus familiares. Es un momento melancólico cuando uno se da cuenta que ha envejecido, está comenzando a enfermarse con frecuencia, la salud plena ya es cosa del pasado, y ahora no son los otros los viejos sino nosotros, que no lo imaginábamos ni pensábamos en ello, pero ya hemos envejecido. El Señor no envía un profeta pero nos da señales de que se nos aproxima el fin.

20:3 

“Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.”. “Lloró Exequias con gran lloro”. Nuestras lágrimas conmueven el corazón de Dios, muy pocas peticiones mojadas con lágrimas son rechazadas (v.5). En esa obra última le valió mucho al rey Ezequías haber hecho lo recto delante de los ojos de Dios, haber tenido una pequeña historia y poder mencionarla al Señor junto con la petición de retardar la muerte. Y eso fue lo que le sirvió a este hombre de fe, le valió como había vivido para continuar viviendo.

20:4

“Y antes que Isaías saliese a la mitad del patio vino Palabra de Jehová”. No hay distancia ni tiempo entre una oración y Dios.

La longitud de vida no es algo fijo

20:6

“Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo”. “Añadiré a tus días quince años”. Sí, le da más años de vida, pero como Caleb sin perder la salud en un solo año (Jos.14:10, 11); lleno de años y vigor. Oh Señor, ahora es cuando mis dones más perfectos son. Nota que la muerte de una persona no es algo fijo, una fecha que no se puede mover. Sí se puede mover, para delante y para atrás. Un mal hijo puede reducir sus días por causa de su mala conducta (Efe.6:2, 3). Incluso una persona se muere y puede resucitar. Eso quiere decir que lo que determina la longitud de la vida de una persona es la voluntad de Dios (Hch.9:36-42); y él puede hacer lo mismo, dando conocimientos para lavarse las manos antes de comer, hervir el agua, tapar lejos los desechos del cuerpo, hacer ejercicios y comer saludable. Al rey Ezequías se le añadieron quince años. El no pidió esa cantidad. Dios dijo cuánto más viviría. 

20:7

“Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.”. No fue la masa de higos lo que lo sanó sino la voluntad de Dios. No fue una medicina la que se le aplicó, fue un pequeño acto de obediencia. Eso no quiere decir que las medicinas no hacen falta. Ellas son un medio que Dios tiene para curarnos. Por eso visitamos el médico. 

2 Re. 20:11

“Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás”. ¡Dios mío, qué poder en una oración de fe! El mismo poder de oración que tuvo Josué cuando se detuvo el sol (Jos.10:12, 13). Y el mismo poder que tuvo Elías cuando cerró y abrió el cielo por tres años para que no lloviera, y el mismo que tuvo Juan el bautista (Lc.1:17, Hch. 9:40). Entonces ¿qué? Que se trata del mismo poder que salió del manto de Jesús. El poder de la resurrección de Cristo y el poder del siglo venidero. Es el poder de Dios y no un poder síquico. Dios maneja el tiempo a su gusto y discreción. Tal vez si uno pide la conversión de cierta persona, él pudiera adelantar el día de su salvación. Como otras cosas con fuerte respaldo doctrinal, la doctrina de la eterna elección permanece dentro de la voluntad de Dios, y tal vez pudiera ajustarse a alguna insistente oración hecha en el tiempo, presente. Amén. 

20:19

“Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.”. “La palabra de Jehová que has hablado es buena”. Dios no es tan severo como pudiera, no perfecciona el mal sobre nosotros, para que no seamos consumidos. Cuando Dios es justo sigue siendo bueno, y siempre debemos estar de acuerdo con la providencia y ser feliz con ella, contentos con más y con menos.

20:21

“Y durmió Ezequías con sus padres”. Al fin llegó su día (v. 6), quizás más años para trabajar mejor, más años con más bendición. ¿Para qué queremos alargar la vida si es sólo para vivirla, y no para dejar un mejor trabajo en este mundo? Sí, para ver la obra de Dios cambiar para bien (Flp. 1:23,24). Si Dios nos ha devuelto la salud, tras una peligrosa enfermedad y nos ha curado de cierto diagnóstico fatal, los años que por su voluntad nos ha regalado, debieran ser tiempos de crecimiento espiritual y de provecho para la obra de Dios en este mundo, testificando de las maravillas y misericordias que nos ha concedido. Es una desgracia, y provoca la indignación divina, que después de haber llorado por temor a la muerte, recojamos nuestros tiempos de las manos de Dios para pecar contra él.

21:1

“De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba”. Hepsiba quiere decir “mi deleite o placer en ella”, y es el nombre que se le da a Jerusalén (Isa. 62: 4). Una tradición judía dice que esta mujer era hija del profeta Isaías y que su nombre no se menciona porque este rey era indigno de tal suegro. (¿).

21:3-8

“Volvió a edificar los lugares que su padre había derribado”. ¡Dios mío, que poco de la influencia piadosa de su padre le quedó!, se parecía, porque escogió ser, más parecido a sus ancestros impíos que a su santo papá.

21:6

“Pasó a su hijo por fuego, se dio a observar los tiempos y fue agorero”. En ese sitio, en el valle de Hinnon sacrificaban  a Moloc, niños (2 Cr.33:6). Le volvió por completo la espalda a los profetas y a la ley de Dios escrita, para confiar en los astros, mezcla de ciencia, ignorancia y magia supersticiosa; todo aquello inseguro e impersonal, que no explica nada ni provee nada para el conflicto de la vida humana, y toda esa montaña de errores las levantó con sangre y blasfemias. Se impuso a sí mismo una religión vacía y cruel, un fenómeno mal ocurrido en la preciosa historia de Israel. Hoy, por razones conocidas, los astrólogos son más sincretistas que aquellos, pero perseveran sin menos principios y tal vez sinceridad, en los engaños milenarios.

21:7

“Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel”. “Una imagen que él había hecho”.  Asera era la diosa de los sidonios (1 Re. 11:5). ¿Quién la hizo? Nada menos que él, sí, él, por manos de algún artífice o con sus propias manos. El texto parece que él mismo la dibujó, hizo el diseño, le dio forma y cuando la terminó se arrodilló frente a ella, la invocó y pidió a otros que lo imitaran. Aquel pecado llevaba su inteligencia y sus huellas y testificaría en su contra. En una palabra neotestamentaria, dio a luz el pecado (Sgo. 1:15). 

21:9

“Mas ellos no escucharon; y Manasés los indujo a que hiciesen más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel”. “Y Manasés los indujo”. La palabra original inducir engloba algunos significados, vacilar, menearse, hacer que se bambolee, descaminarlos. A Manasés se le puede agradecer la enorme contribución que hizo al desplome de Judá. Los indujo por décadas al paganismo y metió el pecado en el corazón y los tuétanos de su pueblo. Señor concede al mundo gobernantes mejores. Cuidado con aquellas personas, jóvenes amigos, que te inducen a pecar como ellos; recuerda las palabras del sabio "hijo mío si los pecadores te quieren engañar, no consientas" (Pro. 1:10); los que te quieren hacer “vacilar” en la fe y el testimonio, que te bambolean y descaminan. Ese rey logró que sus seguidores pecaran más que los que no le seguían como líder. Les ofreció más libertinaje que los otros caudillos paganos a los de ellos.

21:12-15

“Por cuando han hecho lo malo ante mis ojos”. Esto supone que los gobernados deben hacer resistencia a las malas filosofías de los gobernantes y no reconocerles autoridad civil ni divina cuando inducen a la perversidad al pueblo que destruye la religión. La primera autoridad que un ciudadano debiera reconocer es la de Dios (Hch. 5:21) y no volverse enemigo de él por causa de los hombres. Y el pueblo arrastró el castigo porque lo siguió en su furiosa idolatría a pesar que estaba en contra de él (v.16). El castigo será de tal magnitud que se compara como cuando se lava un plato y se pone bocabajo. ¡Cómo se aprovechan los enemigos de Dios cuando uno de sus heraldos es abatido! (v. 14).

 

No hay tamaño de pecado que nos impida volvernos a Dios      

2 Re. 21:11, 16-18

“Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha hecho pecar a Judá con sus ídolos”. “Manasés ha hecho más mal que todos los amorreos que fueron antes que él”. Este hombre fue cruel "bañó a Jerusalén con sangre"; los asesinatos estaban a la orden del día, detenían a los inocentes con excusas y sin juicio justo los condenaban. El gobierno se distinguía por sus ejecutivos criminales. En el v. 17 se dice, "si el pecado que cometió" en singular, como una referencia a su manía idolátrica, dejando para los historiadores la carga enorme de injusticia social. Oh, mi Dios, yo quisiera que tu palabra siempre tocara mi corazón, que nunca se endurezca cuando la oiga, que vuelva tierna mi alma, que toque mi conciencia; si he hecho mal que me haga llorar si he hecho bien que me alegre, que las puertas de mi corazón siempre estén abiertas para que entres tú; que no sólo los ángeles anhelen mirar el efecto que ellas produzcan en mí, sino que lo vean y se alegren, pero también tú cuando oigas la lectura de tu palabra y su interpretación; que cada hoja de tu santo libro que yo lea esté llena del Espíritu Santo; yo principalmente, yo, debo ser sensible a ella. Amén. El autor de Reyes no menciona la conversión de este rey ni la obra de restitución que hizo (2 Cro. 33: 10-17); no fuera por ignorancia sino por dolor, porque fue tan pequeño el bien que hizo en comparación con el mal, que no tuvo ánimo para glorificar a Dios por él, porque sus lectores y el pueblo santo no estaban seguros de que las raíces de su humillación, y que tal vez lo hacía por interés mercenario, y no porque fuera cierto. El autor de las Crónicas (¿Esdras o Nehemías?), mucho más alejado, con menos amargura y escepticismo sobre la salvación de Manasés, escribió con el Espíritu del evangelio, como para presentar una esperanza para los gobernantes y enseñarnos que no hay tamaño de pecado que nos impida volvernos a Dios, pero cuesta tiempo convencer de nuestra sinceridad espiritual a los que hemos dañado con nuestra vida pasada.  No esperen que acepten las buenas obras rápidamente y que se olviden del daño que hicimos. Los grandes pecadores convertidos, los homicidas, los adúlteros, los violadores, los secuestradores, los abusadores tienen que esperar que los demás tarden en convencerse que no es un hipócrita enmascarado con la religión. 

22:2

“Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda”. “Sin apartarse ni a derecha ni a izquierda”. Sin zigzag.

22:3-7

“A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo: Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta”. “Y dile que recojan el dinero que han traído a la casa de Jehová”. El dinero hace falta en la casa de Dios para poder hacer la obra ¿qué ministerios se pueden emprender si no proveemos para que aparezcan?

22:7

“Y que no se les tome cuenta del dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con honradez”. “Porque ellos proceden con honradez” (12:15). Cuando se trata de hacer contratos para edificar construcciones de la iglesia deben seleccionarse cuidadosamente las compañías y los que han de hacer la obra. Y pesar bien las vidas cristianas de los que dicen ser constructores cristianos. Se lleva uno muchas sorpresas. Algunos de estos se imaginan que los sacerdotes tienen mucho dinero y pueden pedirle a la iglesia cualquier cantidad.

 

Imaginario avivamiento sin que la Biblia sea central

2 Re. 22:8

"Entonces el sumo sacerdote dijo: he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová, y dio el libro a Safán, y lo leyó". Se piensa que se trata de una parte o de todo el libro de Deuteronomio, quizás el Pentateuco. Lo cierto es que desde un comienzo estas reformas hechas por el rey Josías tuvieron un buen principio, al abrir el libro de Dios y hacer las reparaciones de los daños ocasionados por las malas administraciones anteriores, de acuerdo a la ley de Jehová. En toda reforma y avivamiento la Biblia ha ocupado un sitio preponderante, un lugar especial, y el Espíritu Santo ha sido con la lectura y exposiciones de sus palabras. Imaginario es el avivamiento sin que la Biblia sea central; no es otra cosa que ruido que pronto desaparece (23:11-20; 23: 1,2, 21,25). Nota que todas las reformas del rey Josías tienen como centro el libro de la ley de Dios. Siempre ha de ser así, y una prueba de eso es la Reforma del siglo XVI.

22:11,18, 19

“Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová”. “Y tu corazón se enterneció”. Oh mi Dios, yo quisiera que tu palabra siempre tocara mi corazón, que nunca se endurezca cuando la oiga, que me vuelva tierna el alma, toque mi conciencia, si he hecho mal me haga llorar y si bien me alegre; que las puertas de mi corazón siempre estén abiertas para que entres. Oh Dios, no tus ángeles sino tú mismo mira el efecto que produce la lectura de tu palabra y su interpretación, que cada hoja que lea esté llena del Espíritu Santo, yo principalmente, yo debo ser sensible a ella. Amén.

 

Hulda, una estudiosa de la Escritura sagrada

2 Re. 22:13

“Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra”. “Preguntad a Jehová por mí”. Quizás consultó al profeta Jeremías (Je. 1:1). Pero en ese tiempo él no se encontraba en Jerusalén y es la razón por la cual se consulta esta profetisa llamada Hulda, de quien se discute su identidad aunque se sabe que era casada y con quien (v. 14). Se ha sugerido su conexión con el paganismo, pero es inverosímil dado que continuación esta mujer demuestra estar versada en la ley del Señor y orienta a los que vinieron a consultarla, por buen camino, el bíblico. Eso no podría hacerlo una falsa profetisa. Y si en medio de un avivamiento como este donde la ley del Señor es central, no habría de enviarse a consultar a ningún individuo o persona que no estuviera relacionada íntimamente con ella. Por lo tanto esta mujer supuestamente ha de haber sido una estudiosa de la Escritura sagrada, y en su espíritu transmitió el mensaje correcto como lo hubiera hecho el profeta ausente. Por supuesto que es una excepción y demuestra cómo estaban los tiempos en cuanto a la fidelidad ministerial, porque la palabra de ellos también escaseaba en estos momentos, y las vocaciones del cielo eran muy escasas. Exactamente como ocurrió en el tiempo los jueces cuando Débora fue levantada por la mano de Dios como líder en Israel. Oh Señor he quedado fascinado por esas palabras "id y preguntad" "pregúntenle qué debo hacer para que seamos salvos" "para escapar de la ira de venidera". Tal vez  todavía hay posibilidad de que hagamos algo para redimirnos de nuestros pecados. Qué bonito es tener amigos interesados en la obra de Dios a los cuales les podamos pedir que le pregunten a Dios por nosotros, y nosotros también decirle Señor, “¿qué quieres que haga?”

 

Benditas esas lágrimas

2 Re.  22:18,19 

“Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová”. “Y lloraste en mi presencia”. El corazón se le ablandó. Benditas esas lágrimas que Dios ve que se vierten por su palabra, no hay piedras preciosas como ellas, cada una es un rubí, un diamante; aquellas que salen más que de los ojos, del corazón, que las produce la verdad y su Espíritu Santo. Dios está atento a ellas y llena de compasión su corazón. Señor nuestro, que no perdamos nuestra inicial sensibilidad (Efe. 4:19); qué terrible es que nos ocurra como a faraón, que la palabra de Dios lo endurecía para ser al final eliminado, que perdamos el miedo a obrar lo malo, a ser visto obrando mal, a perder la gracia que nos han dado y quedarnos sin los tesoros que hemos colectado. Oh Dios hay almas a las cuales no ves llorar nunca, a no ser por dolor físico, deseos rotos y cuidados de esta vida. Yo quiero cuidar mi salvación "con temor y temblor". Señor no maldigas tus bendiciones. Esta es mi oración hoy, por mi sensibilidad espiritual.

22:20

“Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta”. “Y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar”. El destino de la nación estaba sellado, Josías lloró por él cuando lo conoció, pero no pudo cambiarlo. Murió en guerra con Egipto (23:29). No se debe juzgar cuando a veces uno oye de la muerte prematura de algún buen siervo de Dios. Si así ocurre es porque es lo mejor, aunque éste rey se buscó su muerte al meterse en un problema que no le correspondía. El texto en cuestión deja claro que es una misericordia del Señor sacar de la tierra de los vivientes a uno de sus mejores hijos para que no vea ni sufra, porque Dios conoce nuestros corazones, lo que ha de ocurrir en su, o en nuestra época. Hay partes de nuestra historia que quisiéramos borrar y no haber vivido, no solamente por lo que hemos experimentado, sino por lo que han visto nuestros ojos. Traiciones, apostasías, muerte inesperada de algún familiar querido. etc.

23:2

“Desde el menor hasta el mayor, y leyó el rey en su presencia todas las palabras del libro del pacto”. Se supone, como he dicho, que se trate de una porción de Deuteronomio. Y bello es ver a los niños y adultos oyendo y estudiando la palabra de Dios. En familia. Después, se dice más adelante (v. 3), que todo el pueblo estuvo de acuerdo en vivir por lo que habían escuchado. Es el mismo pueblo que también siguió a otros líderes que hacían lo malo delante de Dios.

23: 4

"Y los sacerdotes de segundo orden". Dice Clarke que pudiera referirse bien a los sacerdotes que seguían en orden al sumo sacerdote, y que en caso de que éste por alguna razón estuviera inhabilitado para oficiar, ellos podrían hacerlo. También menciona que David estableció ciertos órdenes y que aunque no estaban en uso, la distinción continuó hasta los relojtiempos del Señor, como es el caso de Abias (Lc. 1: 5).

23:5

“Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos”. “Y quitó a los sacerdotes idólatras”. Hizo bien haciendo eso porque aunque Ezequías hizo buenas reformas su hijo Manasés introdujo la idolatría. Hoy la iglesia no es el estado de Israel, pero se puede hacer lo mismo. 

.23:13, 14

“Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón”. La idolatría a la que sucumbió Salomón perduraba. El corazón humano, dijo Calvino, es un gran productor de ídolos. Los pecados viejos no se mueren de repente. Aquel famoso rey de quien se conservan dentro del libro sagrado, tres escritos por él, no merece estar honor porque su corazón llegó a inclinarse a la idolatría y aceptó la descomposición moral que el culto a los dioses traía. 

23:20

“Mató además sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres, y volvió a Jerusalén”. Como joven, en persona dirigió las reformas.  Los huesos de los sacerdotes y adoradores de Baal. Como había hecho en Betel. En su historia se lee varias veces la palabra “polvo”. La aniquilación del pecado al tamaño mayormente posible.

23:21

“Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto”. Mira la importancia de que tiene que existan libros que contengan la palabra de Dios. Biblias. La imprenta cristiana siempre ha sido un buen instrumento en la reforma de la iglesia. Los escritores cristianos que comentan la Palabra de Dios son de gran valor para traer la iglesia de regreso a Dios.

 

Cosecharemos el fruto de nuestra historia

23: 20-26

"En verdad que tal pascua no se habían celebrado desde los días de los jueces que gobernaban a Israel... y antes de él no hubo rey como él  que se volviera a Jehová con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni otro como él se levantó después de él". Verdaderamente esto era una guerra de religión y por eso se le llama a Jehová "de los ejércitos". Aquí no se lee nada de pluralismo religioso ni de respeto a las creencias de cada cual, es una lucha por la permanencia de la verdad y se impone por medio de las armas. El concepto correcto de un sólo Dios, invisible, ha llegado hasta Jesucristo a través de victorias y derrotas, y siempre, sin persuasión intelectual, sino de modo bélico. Josías se distinguió como un rey que hizo la voluntad de Dios e impuso el culto al Señor con todas sus fuerzas y con toda su alma, y se saluda la iniciación de la pascua, la protección del templo y el regreso de los ritos simbólicos de nuestra salvación. Así era la ley de Moisés y así se defendía en aquel entonces la verdad revelada. Ahora no, la espada es la del Espíritu y es la Palabra de Dios, y el método no es cruento sino la persuasión. Es interesante ver que aunque la verdad y la bendición florecieron sobre el pueblo debido a Josías durante el período de su gobierno, se enfatiza que Dios continuaba airado con Judá por causa del gobierno de Manasés. El Señor estaba satisfecho con Josías y sus reformas sin embargo, no había olvidado aquel desagradable período de crueldad y apostasía de Manasés. Tal parece que aunque a nuestro país le vaya bien siempre cosecharemos el fruto de nuestra historia.

23:29

“En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquél, así que le vio, lo mató en Meguido”. Esto es sorprendente e inexplicable. No hallo respuesta para la muerte repentina de un gran santo y cómo poder justificar su falta en la obra de Dios en este mundo. Josías, como se dice en Crónicas, no debió buscarse un problema que no era suyo. Quizás pensó que no debía pasar por su territorio, o como algunos conjeturan, que era aliado de los asirios. De todos modos tampoco estos le pidieron que sacara la cara por ellos. Ningún profeta le dijo que lo hiciera.

24:4

“Asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; Jehová, por tanto, no quiso perdonar donar”. El pueblo tampoco buscó el perdón y siguió imitando a Manasés, y eran quizás demasiado pocos los que pedían perdón para tantos pecados. Si es que eso es posible. O si ya es tarde para buscar a Jehová, porque no está cercano.

24:13

"Sacó de allí todos los tesoros de la casa del Señor, los tesoros la casa del rey y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho en el templo del Señor, tal como él Señor había dicho". Esa es la traducción de la B.A. Unos cuantos años habían durado esos utensilios de oro que con buena intención, y bastante ostentación, Salomón había fabricado para el culto en su templo, la casa que él fabricó. No sabe uno si el producto de su sabiduría, ingenio, y gloria, el tiempo que durará intacto porque tras de nosotros puede aparecer alguien que desprecia nuestro trabajo y adrede lo hace pedazos. Posiblemente la mayoría de las cosas que hagamos no alcanzará el rango de la inmortalidad.

24:14

“Y llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra” (25:12). Dejó atrás a los pobres para que cultivaran el país o porque según él tenían poco valor y no significaban algo para su reino; los que no eran de algún peligro. Eso, de modo diferente hacen todos los países, importan los mejores cerebros pero bloquean la inmigración cultural y económicamente inferior. Actualmente en sentido masivo son los pobres los que emigran y Dios ha probado que los ama, bendiciéndolos (v.16).

25:7

“Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia”. ¿Para que querían este triste trofeo? Lo mismo le hicieron a Sansón (Jue. 16:2). Jeremías profetizo que sería llevado a Babilonia (Je. 32:5; 34:3); y Ezequiel que no vería la ciudad (Eze. 12:13). Este hombre traicionó a su pueblo, huyendo dejaba atrás la gente procurando salvar su cuello. Las cosas malas que hacen algunos hombres son apenas imaginables.

 

Esperanza para la comunidad cristiana

25:13-17

“Llevaron los calderos, las paletas”. Algunas de estas cosas fueron las que Dios protegió de la profanación de Beltsasar. Los Reyes las transportaban para sus países y las guardaban con otros despojos religiosos quizás para no provocar la ira de los dioses derrotados, para mostrar bondad con ellos y evitar futuras venganzas, y para gloriarse del poder de sus dioses e incrementar la devoción a los propios. Amado, a Dios le importa más que su pueblo no peque que preservar las instituciones que en su nombre ha levantado; pudiera decretar la destrucción de la iglesia y de Occidente entero y reducir a escombros lo más  solemne que tenemos si persistimos en pecar. Puede permitir la aparente victoria sobre sí mismo y dejar que su verdad sea reducida al mínimo de importancia hasta que su pueblo se purifique. No son los grandes intelectos del cristianismo o el ejército los que harán renacer la iglesia vencida sino los pastores dedicados como profetas a solicitar la santidad del pueblo. Señor yo estoy dedicado a solicitar santidad a tu pueblo. Dondequiera que viva un pueblo santo hay esperanza para la comunidad cristiana allí. Ayúdame Dios a trabajar por un pueblo puro, porque en estos días la ambición y el número de prosélitos hacen que se exija con menos interés la calidad de vida cristiana.

 

Dios puede restituirte sólo parcialmente 

25:27-30

“Y libertó a Joaquín y le habló con benevolencia”. Se llega al final del libro de un modo triste; entonces aparece esta nota como un pequeño pañuelo para enjugar de nuestros ojos una sola lágrima. En efecto, no está escrita para consolar a nadie sino para dar esperanza al lector de que Dios no olvida a los que ha sometido a severos castigos y que se acuerda de ellos mucho tiempo después de haberlos disciplinado; pero lo hace Dios para que no se piense que la misericordia se pierde definitivamente.


¿Qué esperabas, que hubiera dicho que Dios lo trajo de regreso? No pidamos a Dios más de lo que él puede darnos. No, Dios no puede darnos más de lo que es correcto, justo, misericordioso, sabio. Ya hemos hablado en otra ocasión de lo difícil que es para Dios contestar una oración, porque todo su ser tiene que estar satisfecho con la decisión y el bien concedido, ninguna parte de sí mismo, ninguno de sus atributos naturales y morales puede descompensarse o provocar un desbalance en la unidad y armonía de la Trinidad. Y no sólo debe quedar bien consigo mismo, sino con sus criaturas a las cuales les sirve de ejemplo y también debe tratar con absoluta equidad. Estemos conforme con las bendiciones que Dios nos regala porque siendo tan pecadores no merecemos ni una. Cesa de exigirle y demandarle a Dios lo que para darte tendría que convertirse en un desmemoriado, un injusto, un dios en el cual hay sí y no, vacilante, y perder la mira de lo que piensa hacer contigo. Dios puede perdonar tus pecados sin dejar uno solo pero restituirte sólo parcialmente lo que por esas causas perdiste; beneficiarte sólo comparativamente en relación con otros que padecen por las mismas causas. Oh Señor que no lleguemos a una situación semejante, que no te pidamos lo que no puedes darnos ni castigues por tan largos años nuestras locuras. 

 

 

 

1 Crónicas

 

1 Cr. 1:1

"Adán, Set, Enós".  Nota como el Espíritu Santo le da de lado a Caín. Dice Gill que la primera letra, la A, en Adán, es más grande que la usual, seguro con el propósito de exaltar el nombre del primero ser humano cuya historia el autor quiere escribir.

1 Cr. 1:5

“Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras”. "Magog", ¿cómo habrán sido los hechos de este hombre que le llamaban Magog, “tierra de Gog”?; símbolo de las fuerzas del mal (Apc. 20: 8),  contrario a Dios. "GOG figuran de la literatura apocalíptica en Eze. 38:2,14, 16,18; 39:1, 11,15. Y en Apc. 20:8, príncipe de los poderes enemigos que al final de los tiempos entablarán una lucha feroz contra el pueblo de Dios, pero que serán derrotados; después, el pueblo de Dios gozará de una paz eterna. Ezequiel (38:2) lo describe "en la región de Magog, gran príncipe de Mesec y Tubal" (Capadocia). El nombre Gog se relaciona con el nombre del rey de Lidia; como el de Gagi rey de Sahi, al norte de Asiria; con la palabra sumeria de tinieblas (gug), o finalmente designa Amarna una región que coincide con los habitantes del norte, de la región meridional del Mar Negro" (Diccionario Bíblico). Estamos hablando entonces de Europa Oriental.

1:8

"Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán". África. Esta es una genealogía según la carne, según el Espíritu Santo no hubieran aparecido nombres maldecidos: "Cam". Pero el Espíritu Santo tenía un plan de salvación para muchos de esa descendencia y glorificar a su Hijo Jesucristo en el Continente Negro. Las omisiones en las Sagradas Escrituras son tan importantes como sus declaraciones.

1:10

"Cus engendró a Nimrod; éste llegó a ser poderoso en la tierra ". Ninrod, dicen que fue el que edificó a Babel (Ge. 9:10,11; 11:1-9), poderoso "en la tierra", capitán de una organización cívico- militar opuesta a Dios. Muchos de los poderosos de la tierra no lo han sido en el cielo, no han luchado "con Dios", como Jacob, sino "contra" Dios.

1:12

"Patrusim y Casluhim; de éstos salieron los filisteos y los caftoreos". Y siguen  apareciendo en la tierra los futuros enemigos del pueblo de Dios, los filisteos. Éstos eran hermanos y habitaron juntos en Gaza.

1:13-16

"Al Jebuseo, heveo". Y de ninguno de éstos quedó rastro alguno, vivieron sólo para hacer historia humana.

1:19

"El nombre de uno fue Peleg por cuanto en sus días fue dividida la tierra" (Ge. 10:25). Quizás él fue el de la idea de la separación territorial, tal vez como pasó con Abraham y Lot, para que no hubiera problemas entre ambos. Cada uno dentro de sus límites. Cada uno tenía su propiedad. Nacía el capitalismo. Dice un comentarista que en los días de este hombre la tierra se dividió por causa de los idiomas y a partir de entonces el promedio de vida humana se hizo más corto.

1:27

"Abraham" Se le conoce por su nombre espiritual.

1:29

“Cedar", éste es el padre de aquellos en cuyas tiendas David no quería vivir (Sal. 120:5); gente de labios inicuos, aunque tiendas muy lujosas (Cant 1:5). Yo no quiero vivir tampoco cerca de esos nómadas que alzan sus tiendas en la iglesia, tener por vecinos a gente próspera pero impía. 

1:32

“Y Cetura, concubina de Abraham, dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Los hijos de Jocsán: Seba y Dedán”. "Concubina de Abraham"; ya me había acostumbrado a los errores de Abraham en su matrimonio con Sara, hasta es disculpado que por causa de ella estuviera con su sierva Agar, pero ¿qué necesidad tenía de esta otra concubina? ¿Es que no podía resistir sus perfumes y fragancias? (Cetura, quiere decir incienso, fragancia; Ge. 36:35; Jue. 6:2). Abraham no vivió como cristiano; nuestra conexión con él es sólo por la fe, ese es sólo su mejor ejemplo, el de esa justificación; y con todo su seno es símbolo del paraíso. Pero es bastante, Señor. 

1:39 

“Los hijos de Lotán: Hori y Homam; y Timna fue hermana de Lotán”. "Timna...Lotán". Por algo se dice que ella era su hermana, el punto de referencia es ella y no él, (él también es notable, no una insignificancia) quizás porque lo aventajaba, llegó a ser más conocida, más talentosa. En muchas mujeres de la Escritura el Señor ha puesto su Espíritu Santo y son ellas las que distinguen la familia, no por sus pecados sino por su fe. 

1:43-54 

“Y estos son los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinase rey sobre los hijos de Israel: Bela hijo de Beor; y el nombre de su ciudad fue Dinaba. Muerto Bela, reinó en su lugar Jobab hijo de Zera, de Bosra”. "Muerto Bela". Lo que más me impresiona aquí es la palabra muerte, como ella persigue, halló y sucumbió a estos famosos, de linaje real. Por muy grande que llegue a ser un hombre en este mundo tiene que enfrentarse a ella, y será derrotado; ¿sin esperanza? ¿Sin perdón? Yo sé Señor que un día me enfrentaré a esa realidad, que vendrá y no me dejará acabar algo, pondrá fin a mis sueños o logros; en ese momento quizás terrible o sublime, de mucho pánico o de fe, entregaré no a ella sino a ti todo lo que tengo y todo lo que he sido, permite en ese día que mi vida sea considerada un holocausto, u ofrenda "todo quemada", que muera adorándote y el fuego de tu amor me consuma; cuando mandes a la muerte a buscarme ven tú con ella y no la temeré. Entonces diré como el apóstol, “estar con Cristo es muchísimo mejor”.

¿Piensas que en este mundo serás eterno? No. Ve las edades de aquellos longevos en el libro de Génesis; vivieron 500, 700, 900 años, pero todos murieron. Y ve la espantosa entrada del rey de Babilonia al infierno en Isaías 14:9-15. Y recuerda que también se dice "está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio". Si la menciona tanto es que es importante pensar en la muerte, aunque le falte mucho por llegar.

2:3

“Los hijos de Judá: Er, Onán y Sela. Estos tres le nacieron de la hija de Súa, cananea. Y Er, primogénito de Judá, fue malo delante de Jehová, quien lo mató.”. "Los hijos de Er, Onán y Sela". Los pecados de estos dos, aunque instructivos, fueron tan feos que el Espíritu no los repite junto a sus nombres, como si estuvieran limpios, "porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hicieron en secreto" (Efe. 5:12). ¿Has aprendido lecciones morales de los pecados secretos de otras personas? Tenlas para ti, no las repitas a otros. Quizás el poco temor de Dios que tenían esos dos provenía de la madre que no vivía como una hija de Israel sino como cananea (v.3).

2:3,7

" Hijo de Carmi fue Acán, el que perturbó a Israel, porque prevaricó en el anatema). Tal vez unas pocas veces haya que mencionar el juicio de Dios sobre algunos pecados para que los que oyen teman hacer lo mismo. Oh Dios y oyendo esto solemos imitarlos en sus hechos porque estamos sujetos a pasiones semejantes a las de ellos, cuando debiéramos ser libres de ellos por el Espíritu. 

2:10-19 

“Ram engendró a Aminadab, y Aminadab engendró a Naasón, príncipe de los hijos de Judá” 4:19). Ram es el mismo Aram (Rut 4:19)."Naasón". Ya estos nombres son conocidos, la nota que se le hace a Naasón es como un suspiro de aire fresco, fue príncipe donde realmente los hombres son príncipes, en el pueblo del Señor, donde Cristo lleva sobre su hombro el principado. Al oír de Obed, Isaí, David, me río, siento deseos de ir junto a ellos y acompañarlos, abrazarlos como amigos, porque tuvieron espíritus justos; siento deseos de llorar por Azael, Amasa; me consterna Joab, y me regocija David. Sí, todos estos son amados, atractivos, porque componen la historia de este varón de Dios que fue como Jesús. Bendito sea el Hijo de David y su interesante, triste y sublime familia, la iglesia. ¡Cuántas cosas pasan en la iglesia! ¡Cuánta gente diferente, historias diferentes, inspiradoras y deprimentes! Ese es el asombroso pueblo de Dios, en medio del cual él habita. 

2:21

“Después entró Hezrón a la hija de Maquir padre de Galaad, la cual tomó siendo él de sesenta años, y ella dio a luz a Segub”. "Siendo de sesenta años le dio a luz a Segub". A los antiguos no les pasaba por la mente el control de la natalidad, mientras pudieran engendraban hijos (vv.30, 32).

2:23 

“Pero Gesur y Aram tomaron de ellos las ciudades de Jair, con Kenat y sus aldeas, sesenta lugares. Todos éstos fueron de los hijos de Maquir padre de Galaad”. Aram, Tecoa, Galaad; uno asocia más estos nombres a ciudades que a las personas. Señor nuestros nombres están asociados a nuestros hechos, nuestra fe o incredulidad señala nuestro lugar y delata nuestra procedencia, como somos, escribiremos la historia.

2:30 

“Los hijos de Nadab: Seled y Apaim. Y Seled murió sin hijos”. "Y Seled murió sin hijos". Y seguro que fue el hombre más solitario y decepcionado del mundo. Abrazar a una esposa y un hijo son dos grandes placeres (v.32). Los antiguos engendraban hijos hasta morir (v. 21). Abraham tuvo a Isaac cuando ya estaba “casi muerto” (He. 11:12).Si Dios te da hijos, bendice, bendícelos y cuídalos como suyos.

 

Se casó  con un esclavo, pero buena gente

2:34, 35

"Y Sesán no tuvo hijos, sino hijas; pero tenía Sesán un siervo egipcio llamado Jarha. A éste Sesán dio su hija por mujer, y ella dio a luz a Atai ". Yo hubiera hecho lo mismo para tener un varón, si no hay más remedio; y si ese esclavo era instruido en la ley de Dios y prosélito judío, como seguramente lo era, parecido a Eliezer, el damasceno siervo de Abraham, a quien él pensaba dejarlo como heredero, pues ¡ya! Si no halló un buen marido para su hija dentro de los hijos de Israel lo halló en un hijo de Dios según la religión, un hombre honorable y virtuoso. ¡Qué bueno es hallar cerca del hogar a un varón digno que conozcamos bien! ¿Qué puede hacer uno si tiene hijas solteras y no halla para ellas esposos? (1 Co. 7:36-38). Es difícil conseguir un buen esposo. Este sería un hombre bueno, trabajador, quizás se amaban y él no vio inconveniente para darle a su hija por mujer y hacerlo su yerno. Dios bendijo su decisión y tuvo un nieto por hijo. Tal vez los dos jóvenes eran buenos amigos, habían crecido juntos. Sesán aspiraba encontrar el mejor hombre del mundo para su hija, uno cuyo matrimonio durara hasta la muerte, que fueran una sola carne, ver a su hija feliz criando familia, contenta con su boda y con deseos de seguir viviendo, y más que todo ese idilio paradisíaco, un varón de Dios, poderoso en la Escritura, uno a quien él pudiera transmitirle todo su tesoro celestial. 

Y lo halló, no en sus lomos, sino en el trabajo del Espíritu Santo, un esclavo convertido a su fe que no tenía nada que envidiarles a los hijos si los hubiera tenido. Dios no se equivocaba y si le daba un caballero, aunque no tuviera ni títulos ni dinero, era un noble según la realeza del cielo, y al fin y al cabo era mejor recibir en la familia a un convertido por Dios, una nueva creación, que a uno nacido según la carne, con los derechos de nobleza humana que al fin y al cabo no se puede estar seguro si es digno del linaje de donde procede. Dios no se equivoca en esta cuestión de buscar un marido apropiado y traer un yerno que valga la pena. Y lo tuvo, un hombre sin dotes, pero buen trabajador y lleno de ternura por ella. Y prosiguieron viviendo juntos cuando Sesán ya no estaba en este mundo. Dejó a su hija bien acompañada.

2:48, 49

“Maaca concubina de Caleb dio a luz a Seber y a Tirhana. También dio a luz a Saaf padre de Madmana, y a Seva padre de Macbena y padre de Gibea. Y Acsa fue hija de Caleb”; pero no confundirla con otro Caleb y otra Acsa que se nombran en Jos. 15:16, aunque no es importante si por ampliación el autor sagrado lleva la genealogía, dando saltos, hasta allá. No importa cuán contaminada por los ancestros esté nuestra sangre (suponiendo que ella era hija de una concubina) si se nos da la potestad, por la fe y el Espíritu, de ser hechos hijos de Dios. 

2:55

“Y las familias de los escribas que moraban en Jabes fueron los tirateos, los simeateos y los sucateos, los cuales son los ceneos que vinieron de Amat padre de la casa de Recab”. “… si ellos no fueron descendientes de Salma, habitaron con ellos y reconocidos con ellos, quizás los últimos fueron los que habitaban en tiendas, la primera cláusula puede traducirse “que habitan con Jabes”, quien fue su preceptor y ellos sus alumnos. La Vulgata Latina traduce como apelativos, “cantando y resonando y habitando en tiendas”. Otro, Conrado Pellican va hasta la mitad de la traducción y coloca esta familia como habitando con los de Jabes y aprendiendo de ellos y fueron llamados por sus primogénitos tirateos, porque aprendieron y eran muy ingeniosos, simeateos porque tenían los oráculos divinos y porque oían y cantaban los himnos sagrados y las doctrinas de la ley de Dios, y los sucateos porque no habitaban en ciudades sino en tiendas como renunciando a todas las cosas del mundo” (John Gill).      

3:8, 9

"Todos éstos fueron los hijos de David, sin los hijos de las concubinas. Y Tamar fue hermana de ellos". Mira que la fe en Dios es útil, cubre los pecados por ignorancia.

3:19

“Los hijos de Pedaías: Zorobabel y Simei. Y los hijos de Zorobabel: Mesulam, Hananías, y Selomit su hermana”. "Los hijos de Malquiram". Pobre David, de la mayoría de sus hijos nada se conoce y de los que habla la Escritura se dicen cosas malas, con la media excepción de Salomón.

3:9,19

"Tamar, Selomit". Por aquí y por allá aparece el nombre de alguna mujer, quizás porque fue notable por alguna causa.

3:24

"Los hijos de Elioenai". Si en las Crónicas se recuerdan muchos nombres, muchos más hay en el libro de la providencia, y allí se dice: Eduardo engendró a Humberto, Humberto engendró a Humberto, y este otro Humberto engendró a Nicholas, Emma, Zoe; y mejor aún “-de un tal Eduardo nació Humberto, maestro de la ley de Dios de quien nació su primogénito Humberto; y su hija fue Ifdaías, y su madre Walquiria, misionera (Ex. 15: 20; Isa. 8. 3; Hch. 21:9).

4:9,10

“Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”. Por nacimiento se llamó Dolor pero por la gracia Ilustre y fue así como escriba, porque Jabes fue una ciudad de maestros de la ley de Dios que llevó su nombre (2:55), y Dios le respondió su oración. ¡Oh que ensanche mi territorio, que agrande su iglesia y que el pecado no me dañe! Oh Dios, el pecado no da significado a ninguna vida y no la hace ilustre, más bien la "deslustra", la opaca y la oscurece. Mi vida cristiana es una maravilla de la gracia salvadora, preservadora y paciente, de Dios. Otro llamamiento no hubiera podido darle tanto sentido como el "supremo llamamiento", y la vocación ministerial. Su petición pudiera dividirse de esta manera (1) la bendición de Dios "si me dieras bendición" (2) éxito "ensancharas mi territorio” (3) protección, física y espiritual, “el mal no me dañe”. Esta oración si se cristianiza queda más hermosa que como la hizo su autor pre-neotestamentario. Y si es tan auténtica como ésta, será también respondida. Amén.  

4:18

“Estos fueron los hijos de Bitia, hija de faraón, con la cual casó Mered”. Siempre hubo alguno aunque habiendo tantas mujeres en Israel se casara con alguna extranjera. Los jóvenes deben visitar comunidades cristianas para hallar esposas. 

El Rey y sus alfareros

4:23

"Estos eran alfareros y moraban en medio de plantíos y cercados; y moraban allá con el rey, ocupados en su servicio". Da la impresión que a la comunidad le gustaba la vida separada, y tenían poco tráfico con el exterior, aunque quizás comerciaban con las piezas de barro. Lo que más les satisfacía era tener al rey con ellos; y así también dedicados a sus oficios; el rey visitándolos en sus talleres, mirando su obra, calificándola, exhortándolos, animándolos, comprando sus productos. ¡El rey con sus alfareros! El escritor dice “allá con el rey”; en un lugar distante, retirados. Eso me hace pensar en los obreros de Dios que trabajan casi anónimamente; de ellos nadie escribe y su trabajo sólo es conocido por algunos pocos; sus vidas no son escritas por nadie ni servirán de inspiración a los que vivan después de ellos. Con el tiempo los que los conocieron también desaparecerán y la memoria de ellos quedará oculta para la historia. Sin embargo, el Rey que estuvo con ellos los conoció y recibió sus trabajos. El Señor conoce a sus fieles alfareros que bajo los plantíos, detrás de cercas laboran para su beneficio. Están allí porque él los envió a esos sitios y les encomendó un trabajo, y se regocija en visitarlos. No te lamentes de tu insignificancia, fiel alfarero de Dios, que su Hijo sabe dónde trabajas, sea poco o mucho tu éxito. 

 

Por razones económicas se llega lejos

4:38-40

“Y llegaron hasta la entrada de Gedor hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados”. Trece príncipes de la tribu de Simeón que se multiplicaron grandemente y emprendieron esa emigración. Quizás este grupo llega hasta el v. 41 y los vv. 42, 43 son de la misma tribu pero otros. Mira que por razones económicas se llega lejos y en este sentido puede hallar lo que buscaba (o lo que no buscaba como Noemí y su familia yendo hacia Moab, o como Jacob yendo hacia Egipto). Señor que no nos importe ir lejos si llegamos a un sitio donde encontramos “gruesos y buenos pastos” para nuestras almas. (¿Serán mis sermones gruesos, espesos, pesados, abundantes?). Viajar al caliente desierto para oír a Juan, subir al monte para escuchar un buen sermón con el espíritu de Jesús, salir al campo y oír al dulce cantor de Israel. O recostarnos sobre la hierba para que nos alimenten los apóstoles con el pan y el pescado multiplicados. Lo que no queremos es cometer el error de Lot que fue poniendo sus tiendas hacia Sodoma, por eso guíanos tú, y en cada muda no se detuvo para orar y reflexionar en sus movimientos.

5:1

“Violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José”. Rubén pudo haber dicho: “Dios me ha dado el derecho a esas bendiciones y señorío, y él es fiel, nadie me lo puede quitar”. ¿Cierto? No. Él puede quitar lo que da si incumplimos nuestro pacto con él. Si no lo hace como ha ocurrido con alguno de sus hijos, es por su misericordia pero ya no está obligado a dar lo que se había propuesto, lo que había dicho, lo que nos correspondía.

5:12

“Joel fue el principal en Basán; el segundo Safán, luego Jaanai, después Safat”. Nota que hay muchos nombres sin decir algún detalle sobre ellos, cómo fueron, qué hicieron, la posteridad nada sabe de ellos; pero vivieron, tuvieron familias, fueron amados. Oh Dios para ti nuestras humildes vidas no son desconocidas.

 

Las guerras de Jehová se hacen con mucha oración

5:18-22

“Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla”. Hombres valientes, "los hijos de Rubén" (v.18), hombres de oración, "clamaron a Dios en la guerra" (v.20), el éxito fue completo porque Dios les fue favorable y la guerra era suya, "la guerra era de Dios" (v. 22). Señor sé con nosotros favorable siempre, sopla con tu viento sobre nuestras tropas, llévanos donde tú quieras. Danos valor para perseverar contra el desánimo, paciencia para no ser desobedientes como lo fue Saúl (1 Sa. 13: 6-14); sé favorable a mí, envía tu Espíritu y detén las apostasías, que sean muchos los muertos para el mundo (Ro. 6:11), que vivan para ti. Las guerras de Jehová se hacen con mucha oración. No es sólo pelear sino también orar. La victoria es segura si hay pelea y oración. Aquí "esperaron en él" es equivalente a "confiaron en él". "El que crea no se apresure" porque el registro sagrado menciona a Saúl que siendo impaciente con Dios perdió la bendición (Isa. 28:16).

 

Las historias de las guerras y los castigos divinos

5:23-26

“Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales Jehová había quitado de delante de ellos; por lo cual el Dios de Israel excitó el espíritu de Pul rey de los asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, hasta hoy”. Los que leen la historia secular sabrán y contarán sólo los hechos, pero no las razones de las derrotas de los pueblos unos por otros. Un pueblo que habiendo sido virtuoso y tenido el temor y favor de Dios y se entrega a la idolatría y a las inmoralidades de los otros, perderá su poder económico y político, arrebatados por aquéllos. Las historias de las guerras son las historias de las ambiciones humanas y los castigos divinos. Oh Dios, que no ceda yo a los tiempos, tenga yo prosperidad contigo y no por las ideas de los hombres. Estas dos tribus y media desaparecieron. Se extingue la obra de gracia de Dios si se contamina.

 

Ministros en metrópoli o en el campo

6:10

"Y Johanán engendró a Azarías, el que tuvo el sacerdocio en la casa que Salomón edificó en Jerusalén". Se dice eso como si la casa (templo) que edificó Salomón, fuera más importante que el sacerdocio suyo. Los templos no son más importantes que sus ministros. El suntuoso templo de Salomón no fue mejor que el tabernáculo, puesto a un lado y sustituido. Por esto mismo Azarías no fue más sacerdote que los otros que ministraron en el tabernáculo en el desierto, apartado en Silo, en una cabaña; ni tuvo un mejor llamamiento. El llamamiento es el mismo. Las altas figuras y las pequeñas, los de renombre y los apenas conocidos son llamados por el mismo Dios, ¿no nos ha dado el mismo Espíritu y Dios es uno? (1 Co. 12:13). Los ministros urbanos no son por ello más llamados por Dios que los rurales, los de las ciudades que los de las provincias; ya vimos anteriormente que el Rey visita los campos y a los alfareros (4:23); ni siquiera los de iglesias famosas a los de pequeñas congregaciones. Si sabes eso ¿por qué ambicionas las calles de una gran ciudad a los senderos de aldeas y villas? ¿Fue un mejor ministro Lot en Sodoma que Abraham en el Manre? Señor yo puedo ser fiel en lo poco como muchos lo son en lo mucho, yo en lo chico como ellos en lo grande. Tú envías tu Espíritu a uno y a otro lugar y hasta hay una excelente promesa de tu presencia para las reuniones pequeñas (Mt. 18:20). Cuando Dios quiera promover a un pastor para otro lugar lo hace como se ve en los cantores (vv. 31,32); y posiblemente algunos ya ancianos. El mejor lugar donde podemos estar es donde el Señor quiere, y estar allí hasta que quiera, en la metrópoli o en el campo

6:15

"Y Josadac fue llevado cautivo". Un gran hermano que sufre por causa de otros.

 

Las conquistas de la iglesia defendidas con coraje

7:2, 7, 9, 40

“Los hijos de Bela: Ezbón, Uzi, Uziel, Jerimot e Iri; cinco jefes de casas paternas, hombres de gran valor, y de cuya descendencia fueron contados veintidós mil treinta y cuatro. Y contados por sus descendencias, por sus linajes, los que eran jefes de familias resultaron veinte mil doscientos hombres de grande esfuerzo. Todos éstos fueron hijos de Aser, cabezas de familias paternas, escogidos, esforzados, jefes de príncipes; y contados que fueron por sus linajes entre los que podían tomar las armas, el número de ellos fue veintiséis mil hombres”. "Muy valerosos; hombres de grande esfuerzo". Nota las virtudes que el Espíritu Santo ensalza, “valor y esfuerzo”. En tiempo de conquista son fundamentales, para afirmar el reino o defenderlo. “Varón esforzado y valiente” es una frase muy elogiosa con la cual un ángel llamó a Gedeón (Jue. 6:12); dos virtudes cuando se pelea por el pueblo de Dios, “ardientemente por la fe una vez dada a los santos” (Jud. 1:3). No es poca cosa la apologética, ni menos que la teología o la evangelización. La sana doctrina debe ser defendida con amor por todos, con los dones que se tengan; las conquistas de la iglesia tienen que ser defendidas con coraje, la obra de amor edificada; y todo con gran esfuerzo hasta lograrlo, aunque se sufran bajas personales y se reciban muchas heridas.

7:20-23

“Zabad su hijo, Sutela su hijo, Ezer y Elad. Mas los hijos de Gat, naturales de aquella tierra, los mataron, porque vinieron a tomarles sus ganados”. La Escritura nos recuerda a estos jóvenes asesinados para robarles sus ganados, o defendiéndolos, la tristeza que le produjo a su anciano padre y el amor fraternal de los que vinieron para ofrecerle consuelo y aliviarlo de su tristeza; después la providencia actuó dándole un niño llamado Bería que quiere decir en problema o en calamidad. Oh Dios guarda nuestros hijos y presérvalos, guárdalos que nos los asesinen, que jamás dudemos de tu protección. Amén.

7:24

“Y su hija fue Seera, la cual edificó a Bet-horón la baja y la alta, y a Uzen-seera”. Efraín tuvo una hija excepcional cuyos triunfos posteriores le consolarían, si es que vivió tanto como para verlos. Oh Dios, que tus misericordias no se aparten de mi familia por muchas generaciones, y entre ella se encuentren hombres y mujeres excelsos, y que si alguien estudia mi apellido descubra que comenzó a ser glorioso cuando yo creí en ti y nuestra historia sea para confirmar la verdad del evangelio y el provecho que ha sido a los hombres. Las familias del mundo tendrían una historia mejor si empezaran y permanecieran en el evangelio.

8:8, 9

“Y Saharaim engendró hijos en la provincia de Moab, después que dejó a Husim y a Baara que eran sus mujeres”. Se divorció y se casó; primero era bígamo y luego monógamo; no despidió una y se quedó con la otra sino a las dos y obtuvo una nueva. La Escritura no dice porqué lo hizo, la motivación que tuvo, para que no juzguemos, y dejemos a Dios que sea quien juzgue. En estas materias hay que ser ortodoxo, escritural pero también misericordioso, comprensivo y lleno del Espíritu de la Escritura. Es común juzgar a otros porque no se anda en sus zapatos. 

8:9, 40

“Y Saharaim engendró hijos en la provincia de Moab, después que dejó a Husim y a Baara que eran sus mujeres. Y fueron los hijos de Ulam hombres valientes y vigorosos, flecheros diestros, los cuales tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta. Todos éstos fueron de los hijos de Benjamín”. "Y fueron los hijos de Ulam flecheros diestros". No sé si para la guerra o para la caza, pudiera ser que para lo primero, o las dos cosas. Crónicas narra la historia militar de Israel. Hace énfasis en virtudes y bendiciones que para su época eran las mejores. Hombres y mujeres adaptados para ser útiles a Dios en su época y a su propia generación. Dios nos de muchos hijos espirituales; valientes y vigorosos flecheros de la Palabra de Dios que sean diestros y notables en su uso. Amén.

9:13

"Muy eficaces en la obra del ministerio en la casa de Dios". ¡Qué alabanza tan bonita!, se les califica el trabajo con un superlativo. No con un diminutivo. 

9:17, 19, 22 

“Y los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ahimán y sus hermanos. Salum era el jefe”. "Salum era el jefe" Guardias de seguridad; conscientes de la importancia de lo que hacían, mantenían la tradición familiar por orden de Dios (v. 26). Aunque Dios cuide su casa nos ha responsabilizado hacerlo porque aun dentro de su pueblo puede hallarse gente perversa, ladrones (vv.26, 27).

9:27

"Estos moraban alrededor de la casa de Dios, porque tenían el cargo de guardarla, y de abrirla todas las mañanas ". Mantenían el pueblo accesible a Dios todas las horas del día.

9:30

"Y algunos de los hijos de los sacerdotes hacían los perfumes aromáticos". El Señor repartía sus dones, y lo hace para que su obra sea hermosa y esté bien atendida. Hoy los que son perfumistas en la iglesia pueden ser llamados maestros (2 Co. 2:15-17). 

9:31

"Matatía tenía a su cargo las cosas que se hacen en sartén". Freía. Eso era lo más importante. Dios les encomendó que fueran cocineros sagrados. Cualquier servicio que se requiera en la casa de Dios es sagrado.

 

Queremos darle al pastor más trabajo

9: 32

"Y algunos de los hijos de Coat tenían a su cargo los panes de la proposición, los cuales ponían por orden cada día de reposo". ¿Eso era lo que hacían todo el día? Tal vez no, harían otras cosas pero se indica la participación de ellos en el culto sagrado. A veces las cosas importantísimas son las más pequeñas. Quizás lo que Dios dispone para uno es que haga un poco de algo y no muchas cosas, y no porque seamos indolentes sino porque eso es lo que quiere y lo demás lo hacen otros. Si un pastor tiene que predicar un sermón semanal, ensenar una hora la Biblia y hacer algunas visitas a los enfermos, ¿es poco ese trabajo? ¿Quisiéramos darle más trabajo que el que Dios le dio? 

Los apóstoles unánimemente decidieron que no intervendrían en las funciones de los diáconos, y separaron sus respectivos oficios, y advirtieron a la asamblea de cristianos que ellos harían solamentedos cosas, dedicarse a la oración y a la predicación del evangelio (Hch. 6:4). No necesariamente hay que recargar los hombros y llenar la agenda cotidiana de un pastor para justificar su utilidad, o su salario. Eso quiere decir que a esas dos cosas de dedicar todo su tiempo, toda su energía y talentos, o lo que es lo mismo se le selecciona para que tenga intensidad su ministerio. 

No tiene que cubrir muchos campos y ser un "hacedetodo" en la iglesia, porque si para llamar trabajo tiene que enredarse en los negocios de la vida, y secularizar su vocación, entonces tal definición hay que calificarla valientemente como defectuosa. Seguro que ocho horas de trabajo para poner los panes de la proposición en orden, cosa que se puede hacer en 10 minutos, y dejar libre para lo que quiera a estos hombres, es acostumbrarlos al ocio, y si se tratara de producción, el resultado sería una catástrofe. Pero el ministerio sagrado, Dios no lo mide de esa manera. Velar con Cristo una hora de oración es haber trabajado bien, y cuatro o cinco horas de trabajo público en la enseñanza del evangelio, y el resto para estudio, meditación, supervisión y atención a los enfermos, es una ocupación casi excesiva para un solo hombre que también tiene un hogar y su familia.

9:33

"Había cantores exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban en aquella obra". Los cantantes tenían bastante trabajo. ¿No cantarían todo el día los mismos salmos? Todo eso, música, panes, perfumes, carnes y sangre, se resume en la obra de Cristo en la cruz. Todo era un esfuerzo para agradar a Dios, reconciliarlo, apaciguarlo. Cristo hizo todo eso.

 

Dios nos cuenta pocos pecados, poquísimos

10:1-10

“Los filisteos pelearon contra Israel; y huyeron delante de ellos los israelitas, y cayeron heridos en el monte de Gilboa.Y los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron los filisteos a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.Y arreciando la batalla contra Saúl, le alcanzaron los flecheros, y fue herido por los flecheros.Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató.Así murieron Saúl y sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él.Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades y huyeron, y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.Sucedió al día siguiente, que al venir los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.Y luego que le despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar las nuevas a sus ídolos y al pueblo.10 Y pusieron sus armas en el templo de sus dioses, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón”.

    

Uno se queda anonadado, pasmado con este corto  relato de suicidio; es una de las cosas más tétricas que existe, cuando el terror a la vida es mayor que el miedo a la muerte. Este hombre no fue adúltero, ni ladrón, pero tuvo que haber desagradado mucho a Dios para morir así (vv. 8-10). Por lo menos hizo dos cosas abominables (1) persiguió por años, injustamente, al ungido de Jehová haciéndolo sufrir tanto (2) practicó la hechicería al menos una vez (v. 13). No obstante, ve ese versículo 13, “así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina”. "Y murió Saúl porque consultó a una adivina". Lo hizo una sola vez y eso contribuyó a la forma de su muerte. ¿Qué de los que visitan a un agorero, llaman a un psíquico, o leen horóscopo? Los que eso hacen se exponen a quedarse en las manos del diablo para toda la vida. Y ¿qué de las persecuciones tras David? No por ellas lo mató Dios porque aunque eran malas e injustas todas hicieron bien a David; y Dios que es misericordioso suele contarnos menos pecados graves, menos de los que cometemos; pocos, poquísimos.  

11:3

"Y vinieron todos los ancianos de Israel a David y lo ungieron por rey". Este es el momento en que empieza a subir.

11:4, 5

"Mas David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David". Fue tan fácil la victoria que no se hace una descripción de ella, y tan providencialmente bendecido que otros y no él, le llamaron con su nombre.

11:6-8

"Entonces Joab subió el primero y fue hecho jefe". Joab siempre estuvo muy asociado a los éxitos de David, pero le fue un terrible acompañante toda la vida (2 Sa. 3:39). Muy útil pero problemático.

11:9

“Y David iba adelantando y creciendo y Jehová estaba con él". El que lea sus salmos sabe que su adelanto y crecimiento estaba acompañado a muchas luchas espirituales. Señor qué bonito es eso que por tu gracia la obra que nos has dado vaya adelantando y creciendo siempre.

11:11

"Y este es el número de los valientes que David tuvo: Jasobeam hijo de Hacmoni, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató". Esa proeza individual deja mudo a cualquiera. Sin estos hombres ¿cómo podría ir adelantando y creciendo? (v.9). “Ganan victorias para mí”, podría decir David. “Por eso oro por las victorias de ellos porque me crecen; adelanto con sus triunfos. Señor, sé con ellos como conmigo, bendice a mis colaboradores (Flp. 4:3), los maestros que enseñan, los evangelistas que siembran, los testimonios de los que predican con sus vidas, las jóvenes que cuidan niños, los músicos que perfeccionan la alabanza, los que ponen a tu disposición sus riquezas; bendice Señor sus ministerios”. La dimensión del éxito de los ministros se debe en gran parte a las victorias de sus colaboradores.

11:17-19

"Y sacaron aguas del pozo de Belén y la atrajeron a David; mas él no la quiso beber sino que la derramó para Jehová". No la tiró, la vertió para Dios, la consideró tan valiosa que se la dio al Señor. La mejor forma de apreciar el bien que nos hacen nuestros hermanos es consagrarlo a Dios. Lo que para Dios se dedica, contrario a la opinión de Judas, no es un desperdicio, es consagración (Mt. 26:8).

11:21

“Y Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandió su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre con los tres. Fue el más ilustre de los treinta, y fue el jefe de ellos, pero no igualó a los tres primeros”. . Uno tiene que conformarse hasta donde Dios le permita llegar; Dios en una misma vocación hace unos mejores que otros. ¡Oh si solo fueran tres los que yo no puedo igualar! Treinta son muchos, pero hay más que esos; si subiera en categoría al número 29, 30, 31, sería un bienaventurado. Sin envidias, mi Dios, sin envidias (Mt. 20:15).

 

Atrévete y verás si la Biblia es un palo viejo

11:22,23

“Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón valiente de Cabseel, de grandes hechos; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mató a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve. El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un báculo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza”. Unos 7 pies y seis pulgadas. ¡Dios mío, jamás he leído eso!;  y “el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor,  mas él descendió con un báculo,  y arrebató al egipcio la lanza de la mano,  y lo mató con su misma lanza”. Este egipcio era un gigante, demasiado grande y mejor armado que el pequeño israelita para que éste pudiera siquiera escapar con vida y menos poder derrotarlo con un doméstico cayado. 

Permítame maniobrar el texto y darle una aplicación. Considera la falsamente llamada ciencia como un gigante con sus acompañantes los gigantes incredulidad, ateísmo y mundo, colosales enemigos que rodean al pueblo santo y lo invaden. Considera su arma proporcional a su estatura, larga como un rodillo de tejedor, como símbolo de la razón, las investigaciones científicas y los muchos logros obtenidos en los terrenos de la geología, paleontología, medicina, biología, etc. 

Y por otra parte el pequeño hijo de Abraham con un arcaico cayado de pastor de ovejas, algo así como un palo, que no es un arma de guerra, y pienso que es su Biblia. El texto enseña que con ella solamente puede avanzar valerosamente, si sabe manejarla bien como David a su honda, y defenderse de los argumentos y razones y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo y enfrentar a ese enemigo enorme con una buena exégesis lo cual es equivalente, casi, a tomar las acusaciones de la ciencia y con ella, como punta de lanza, clavárselas en el corazón de su presunción.  

El cayado y la onda no son armas científicas y tal vez difíciles de usar fuera de la Tierra Santa, pero dentro de ella donde todo tiene un significado teológico y está santificado a Jehová, abaten a cualquier gigante presumido que ose poner un pie dentro de los dominios del Espíritu Santo.  Os lo aseguro que si sorprendo en algún libro algún filisteo o jebuseo universitario atacando la Sagrada Escritura, decapitaré con la espada de dos filos en mi exégesis histórico-textual- gramatical todas las cabezas que tenga la hidra de sus sofismas.

12:8, 14

“También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas.”. Tanta admiración tiene que deberse a que oyeron y leyeron de sus proezas. Es bueno que el pueblo y la iglesia admiren a los soldados que luchan por su libertad. Si lees el v.15 te parece que son exageraciones. La obra de Dios es tan grande que cuando uno la oye parece que le añadieron un poco. Es el “más yo os digo”.

 

La llegada de viejos soldados peregrinos

12:17

“Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande”.  Quiso decirles: “Yo los recibo con todo el corazón, pueden ayudarme, pero si me van hacer daño, por favor, retírense”. Una buena actitud cuando llegan a la iglesia viejos soldados peregrinos. ¡Qué clase de hombres le envió Dios a David! Las palabras de Amasai, ungidas por el Espíritu Santo, no dejan duda que el Señor le envió aquella cooperación porque deseaba engrandecerlo y fortalecerlo. “Paz con tus ayudadores pues tu Dios también te ayuda”. Y fue miembro de la iglesia de David. Oh Dios necesitamos nos envíes ayudadores así, que sean ungidos por ti, que tengan paz en sus corazones, que deseen ser ayudadores y cooperar con los que ya están ayudando y reconozcan que ellos, otros que vendrán, y lo que se logre en conjunto será con la ayuda de Dios que también ayuda. Amén (vv. 21,22, 32; 1 Co. 12:18; 16:16).

12:40

“También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría”. En todo Israel había alegría porque tenían un nuevo y buen pastor.

13:3 

“Y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella””. "No hemos hecho caso de ella". También quiere decir que no lo buscamos o no la consultamos. Mucho tiempo sin informarnos sobre Dios. No abandones las cosas de Dios ¿qué tiempo hace que te has olvidado leer la Biblia? ¿Haces caso de Dios? "No menosprecies las profecías". Andas tomando decisiones sin consultar a Dios y caminando caminos sin haberle preguntado a él por ellos. Eso no está bien. Saúl no consultaba el arca y el pueblo tampoco lo hacía. Pero consultaba una adivina.

13:4

“Y dijo toda la asamblea que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo”. "Porque la cosa parecía bien a todo el pueblo". David entusiasmó a todo el pueblo con su espiritual idea, lo contagió con una buena obra para Dios.

13: 8

"Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas". Esto se refiere a su forma de danzar. ¿Saltar por las nubes? ¿Chillar a grito pelado? No. Es equivalente a amar con todas las fuerzas, no bailar en un culto.

 

Cuando la obra de Dios tropieza

13:9,10

“Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios”. "Uza extendió su mano al arca para sostenerla porque los bueyes tropezaban". Cuando la obra de Dios tropieza y parece que se va a caer al piso lo más sagrado, no la sujetes con manos humanas; puede ser que impidas que se caiga, la intención es buena, pero es un pecado. Hay menos deshonra cuando la obra de Dios toca tierra que cuando se sostiene con un pecado y con un brazo humano. Es preferible dejarla caer. Tal vez no se dañe tanto. No hay ningún mandamiento que nos castigue si se deja caer y toca tierra, el suelo no es inmundo, pero las manos humanas sí. Tal vez ella esté necesitada de una espectacular humillación y la que había sido por años exaltada se quede por un tiempo sin gloria. 

¿Sostenemos con manos de hombres o con dinero de inconversos la obra misionera? Si un gran santo peca ¿lo sostendremos con indebida condescendencia, sin exhortación o disciplina, para que no llegue a tierra? Si el pueblo no viene al evangelio, o deserta de la iglesia ¿lo induciremos a creer y evitaremos que se disminuya por medios humanos ilícitos la membresía de la congregación? A los primeros tropezones de los bueyes hay que detenerse y reflexionar. Nunca proseguir con un buen proyecto que da tumbos, sostenerlo con ideas de hombres, con soluciones inteligentes pero no bíblicas, porque los resultados o el fin justifican los medios. No estoy diciendo que una obra del Señor que necesite ayuda en emergencia no se le dé, Dios sabe que no es eso lo que digo. Si tenemos cómo socorrer la obra del Señor y nuestra ayuda pudiera contribuir a pelear una situación que de otro modo se volvería perenne o catastrófica, bien hacemos si sacamos la mano por Jehová. 

Cuando la obra de Dios tropieza lo que hay que hacer es detenerla y reflexionar si estamos obrando correctamente, hacer cambios en relación con los mandamientos de Dios, poner las cosas en línea con la Biblia y después proseguir con los buenos planes, los del Espíritu, que  nos habíamos trazado. 

 

Paremos un buen plan si vemos que quiere caerse

13:11-13

“Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamó aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios? Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevó a casa de Obed-edom geteo”. "Y David tuvo pesar porque Jehová había quebrantado a Uza". Cuando Dios quebranta algún hermano por su pecado, los que somos culpables debemos temer porque, aunque no hayamos pecado así, lo hemos hecho de otro modo. Quizás pudo haber seguido esta procesión, enlutados y en silencio, pero no lo hizo; era mejor detenerse, reflexionar y orar, reconciliarse con Dios. Hasta que el Señor diera alguna señal de que el proyecto podría continuarse con el espíritu que le pertenecía. Paremos un buen plan si vemos que oscila y quiere caerse, o no estamos obrando bien, o se ha hecho el traslado como uno quiere, “en un carro nuevo” en vez de sobre los hombros de los sacerdotes. Cuando no hacemos las cosas como nos indica la Escritura, tropiezan. David aprendió (15:13,15).

13:14

“Bendijo Dios la casa de Obed- edom” (Ver 26: 4, 5; nota sobre 2 Sa. 6:11,12).

14:3,4

“David tomó también mujeres en Jerusalén y engendró más hijos e hijas”. Poligamia. David no es el único, sus predecesores también fueron polígamos. Los actos de los hombres son juzgados por la luz de la revelación que tienen. Lo bueno y lo malo depende de lo que se conozca. Un pecado en esta época así como ése, no sería juzgado por Dios de igual manera que en aquella época. No es que la moral sea relativa sino revelacional. La esencia moral del pecado es la desobediencia a Dios. No es el acto moral en sí, erróneo, ni las malas consecuencias que trae, es la desobediencia. La soberanía de Dios y el señorío de Jesucristo son doctrinas fundamentales para ser salvos ¿Dios no lo quiere? (2 Sa. 5:13,14). Salvación es esencialmente fe puesta en práctica.

14:12

“Y dejaron allí sus dioses y David dijo que los quemasen”. Los quemaron aunque fueran de oro y plata. Eso es lo que más mérito tiene, deshacer un ídolo valioso. Deshacerse de algo que se estima, que cuesta caro perderlo.

14:14, 15 

“Cuando oigas venir un estruendo por las copas de las balsameras, sal luego a la batalla”. Una señal milagrosa que un ejército de ángeles ha descendido para ayudarlos. Esto no era una señal para el plan (v. 14) sino para marcar el tiempo cuando la ayuda divina ha llegado. Podemos tener ya el plan divinamente concebido, pero hay que esperar el momento para empezarlo. No lamentemos los contratiempos y dificultades para empezar nuestro proyecto, y porque algunas cosas lo dilatan. El triunfo no está solo en una parte sino en las dos, la segunda es el momento oportuno. Cuando se oiga la marcha de ángeles por sobre las copas de las balsameras, entonces al ataque, ya Dios llegó. No hagamos nada sin la convicción de la asistencia de la fuerza divina. Esperemos las tropas de Dios.

15:12

“Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos”. Para dar el ejemplo y que los hijos, nietos y empleados los sigan.

15:13

“Pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez Jehová nos quebrantó por cuanto no le buscamos según su ordenanza”. Ése es el peligro que tienen las ceremonias y la ley que si uno falla en una cosa muy pequeña recibe un terrible castigo (Sgo. 2:10). En la gracia es muy diferente, es solamente creer y la fe se la da a uno Dios. No habla con razón quien dice "todo eso lo he guardado desde mi juventud..."; es difícil por un período tan largo de tiempo ser irreprensible (Mr. 10:20; Flp. 3:6).

15:29

“Mical vio al rey que danzaba y saltaba y lo menospreció en su corazón”. Hay esposos que tienen que sufrir las críticas y menosprecios de sus mujeres impías, o de sus esposos impíos. Llegan del culto llenos del Señor y le dicen: "Ah, ¿dónde estabas, con los santos? ¿Perdiendo tu tiempo allá?" ¿Con esa gente fanática? Lo hieren, le menosprecian. Ponte en este momento en el lugar de David, lo que sintió, y entonces podrás entender las palabras que dijo en 2 Sa. 1:26.

16:2,3

“Y repartió a todo Israel, a cada uno una torta de pan, una pieza de carne, y una torta de pasas”. ¿Con qué dinero? Aquella comida tiene que haber costado mucho. Tal vez del presupuesto del reino, los príncipes, o del mismo bolsillo del rey. Eso no era extraño en David (29:1-5). David prosperó como rey, del botín de las guerras, también sus amigos; los que más tienen deben ser los que más den.

16:4

“Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel”. "Recordasen". Eso es lo que significa la palabra. La RV traduce “celebraran”. Necesario es, hermanos, que nos recuerden a Dios; no sólo con "el Señor te bendiga" sino con "una santa conversación".

16:11

“Buscad su rostro continuamente”. Eso hago Señor, cada día y minuto

16:15

“Él hace memoria de su pacto perpetuamente”. Esto nos lo dice el Espíritu, para instarnos a confiar en él. Otra traducción podría ser que nos acordemos de su pacto. Nosotros. 

16:19

“Cuando ellos eran pocos en número, pocos y forasteros en ella”. Comenzaron siendo pocos. Pero observa que el verbo ser está en pasado, eran, después no lo fueron, a menos que se disminuyeran por motivo del pecado y la justicia de Dios. El pecado nos achica. Decrece. Pierde y disminuye (Ge. 13: 5, 6; 19: 30).

16:20

“Y andaban de nación en nación”. Nadie hubiera envidiado la suerte de ellos en esta época. Vendrían días mejores.

16:29

“Dad a Jehová la honra debida a su nombre, en la hermosura de la santidad”. Lo santo siempre es hermoso pero lo hermoso siempre no es santo. Ten presente siempre quién es Dios, para que le busques debidamente. Postraos delante de lo hermoso y lo santo, no la creación que es hermosa, no las obras humanas que son hermosas, sino ante Dios mismo que es hermoso y santo. Dios es el Gran Artista de universo. Su creación es una obra de arte. Me inspira su arte, me llena de admiración. Lo que Dios hizo me deja boquiabierto. La palabra que usa es “decoración”, belleza.

16:34

“Aclamad a Jehová que es bueno”. Si nos garantiza eso ¿qué temer?

16:36

“De eternidad a eternidad”. ¿Quién sino David hubiera podido terminar su canción así con una nota tan alta? ¡Más allá de sí, de su pueblo, de su siglo!

16:40

“Para que sacrificasen continuamente, a mañana y tarde, holocaustos a Jehová en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley de Jehová, que él prescribió a Israel”. “Sacrificasen mañana y tarde, continuamente”. ¿No se aburrían de hacer eso lo mismo, tantas veces y todos los días? ¿Cómo es que aquellos hermanos podrían sacar tanto gusto en esas sombras? Y no hacían cambios ni modificaban nada, pero el Espíritu estaba en sus corazones y no sentían así. Para un profano sí, pero no para ellos. Es el Espíritu Santo y no los cambios del culto lo que lo hace más que entretenido, un placer, un tiempo feliz, delicioso y de exaltación espiritual. Si el culto degenera a un nivel teatral necesita ser renovado constantemente con adición y sustracción de nuevos elementos para mantener el gusto vivo y la gente sostenida con los cambios. Es el Espíritu Santo lo que necesitamos en nuestras asambleas.

16:41

“Es eterna su misericordia”. No temas ser rechazado, no ser perdonado, no ser sostenido, porque su misericordia es eterna. La misericordia de Dios es un infalible recurso.

16:43

“Y David se volvió para bendecir su casa”. No olvides, por favor, llevar la misma bendición pública a los que están en tu casa, no olvides espiritualmente a los tuyos; yo espero Señor que como soy de bendición para los extraños lo sea para mi casa, que como hago salvo a otros haga también salvos a los míos. Cuando David desobedeció a Dios su reino (su trabajo, su vocación) no sufrió mucho mal porque se recuperó pronto, pero su familia sí fue dañada. El mal ejemplo de un pastor a veces afecta menos su trabajo que su hogar. La iglesia se lo perdona, pero su familia no lo puede superar. No colapsa la iglesia, pero sí su casa. Vuélvete Señor, bendice mi casa.

17:1-4 

“Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo. En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite”. Natán primero habló como hombre, por su observación, pero luego Dios lo corrigió. Los sentimientos de David eran buenos, pero Dios no quería eso para él. Uno hace bien al animar a un buen hermano que tiene un gran proyecto en su mente y no desanimarlo, pero la última palabra la tiene Dios porque no conocemos qué cosa el Señor tiene para la vida de cada cual.

17:10

“Te hago saber que Jehová te edificara casa”. Si tú quieres edificar la casa de Dios, Dios edifica la tuya.

17:11

“Cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres”.  Más bien “para estar” con tus padres. Y cuando tus días se llenen, el cupo de ellos esté completo sin que se quede alguno afuera. No viviremos menos de lo que Dios desea ni viviremos más de lo que quiere. Según su voluntad venimos con un número de días y no se adelantará ni atrasará nuestra muerte. Quien único puede aumentarlos y disminuirlos es él. Los días para vivir una persona pueden ser 80 si es robusta (Sal. 90:10), 70, 50, 30, 15, 2 años o un mes de nacido. Dos años puede ser toda la vida que Dios le da como lo son 50 años y noventa. Después de eso nos reuniremos con nuestros padres Abraham, Noé, los profetas, apóstoles y otros muchos. No seremos aniquilados en el cementerio,  sino que estaremos con nuestros padres en la fe, allá donde se halla Dios. Esa seguridad sólo nos la puede dar el Espíritu Santo.

17:13

“Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti”. Esa posibilidad, de quedarse sin misericordia como le ocurrió a otro, hace temblar. Y todo eso ocurrió siempre la misericordia mostrándose misericordia, porque Salomón al final de sus días sus mujeres desviaron su corazón, y con todo como una constancia de que la misericordia de Dios no se apartó jamás de él, se hallan en nuestras Biblias varios libros escritos por él.

 

Un hombre mirado como una montaña 

17:17

“Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios”. Una traducción de excelente sería: un hombre elevado, un hombre de prioridad, como una montaña, de altura. La historia de la gracia desarrollándose en la vida de David, yo hallo que es similar a la mía, pues Dios me ha tenido como un hombre excelente, no siéndolo yo, elevándome desde abajo hacia muy alto, hacia la gloria suya, siendo nada para ser algo para mis semejantes, y mucho para él. Al Señor suele siempre parecerle poco lo que hace y lo que nos da. Si te parece poco lo que Dios te ha dado, si no te sientes como un objeto especial de su amor, si no has probado la abundancia de su misericordia, y sus riquezas, pide más porque más tiene. Oh Señor yo sé que me amas, pero quiero sentirme como algo especial, siempre porque lo siento; yo sé que te parece poco lo que me has dado porque más puedes darme, más quieres darme; sé que cuando acabes tu obra me lo darás (v.18). Cuando Dios nos mira en Cristo nos mira como a un hombre excelente, superior, como si mereciéramos más, como alguien muy digno. No es una mirada falsa, no es un autoengaño divino sino lo que ve de Cristo, porque el Espíritu de Cristo a sus ojos nos hace personas excelentes. Esta es la maravilla de la doctrina de la justicia imputada, la justificación por la sola gracia y la sola fe, además la sentida de corazón y experiencia de cada cual. 

17:25

“Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti”. Cuando lees en la Escritura u oyes algo que el Espíritu te dice, que se refiere a ti, tienes motivo para orar por ello; sea un bien que te estimula a pedirlo o un mal para evitarlo. Siempre tienes alguna razón para orar. Y sí hallas que en un personaje, en alguna etapa histórica, vivió lo que tú vives, y te identificas con él, presume entonces que Dios hará contigo de modo similar. Haz las promesas de Dios tuyas e implora que haga contigo lo que ha tenido a bien, por gracia solamente, hacer con otros. Y la casa de David fue bendecida para siempre como él había orado, pero no en el sentido quizás que el oró. La casa de David ha sido bendecida para siempre en la persona de Jesús de Nazaret, y nosotros incluidos en esa genealogía real.

18:4

“Y le tomó David mil carros, siete mil de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó”. “Siete mil de a caballo”. Hay discrepancia con 2 Sa. 8:4 dice que fueron 1700, y aquí 7000. Quizás error del copista o algún conteo que yo no conozco.

18:6

“Jehová le daba la victoria a David dondequiera que iba” (v.13). Más que a un Alejandro “El Grande”. Esa fue la época de sus triunfos. David derramó mucha sangre. Por eso no pudo hacer el templo.

18:12

“Abisai”, y David, ambos (2 Sa. 8:13).

18:9-13

“Y oyendo Toi rey de Hamat que David había deshecho todo el ejército de Hadad-ezer rey de Soba, envió a Adoram su hijo al rey David, para saludarle y bendecirle por haber peleado con Hadad-ezer y haberle vencido”. ¡Qué fácil se incrementa el triunfo cuando Dios lo empieza! Otros eran bendecidos por Dios, los que ayudaban a David. Lo más difícil del triunfo no es que continúe sino que empiece. Tampoco niego que el mantenimiento de las bendiciones de Dios es importante.

18:17

“Y Benaía hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los príncipes cerca del rey”. Esta fue una etapa buena, también para su familia, los años de oro de ella, cuando eran pequeños y solteros. 

19:1-4

“Los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún: ¿A tu parecer honra David a tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿No vienen más bien sus siervos a ti para espiar, e inquirir, y reconocer la tierra?”. Hay hombres que merecen que les corten la lengua. Todo este capítulo es pura historia. 

 

Con la barba cortada no se puede predicar

19:5

“El rey mandó que se quedarán en Jericó hasta que les creciera la barba”. El vestido se renueva fácil, la barba toma unos meses en crecer, pero la reputación nunca se recobra una vez perdida. Esto no es falta de amor. A veces, con muy buena intención, un ministro cae en tentación y tiene forzosamente que retirarse de la iglesia que atendía; entonces no queriendo renunciar a su vocación es trasladado, o se traslada para otra región donde nadie sepa nada, es decir no le vean la barba cortada, y allá procura recuperarse interiormente, hacer la paz con Dios, juntarse en su conciencia toda la medicina y el perdón que pueda, y hacer lo mismo con su querida familia que ha perdido tanto o más que él. Esa segunda, tercera o cuarta iglesia es semejante a Jericó. O quizás no, Jericó significaría salirse del ministerio porque en esta sociedad donde son tan fáciles las comunicaciones es casi imposible ocultar una barba rapada por la sensualidad. La virtud generalmente no crece y una vez que parte de ella desaparece, se pierde toda la autoridad y es imposible mostrar la cara en público. Está en orden entonces llevar desde una vida más privada donde el mayor bien que a otros desde se les puede hacer es el vestirse de humildad y el retiro, aceptando la medida de la justicia de Dios que él establezca, porque no hay derecho a pedirle más, y es él el gran perdedor. Con la barba cortada no es posible subir al púlpito. Sabéis a lo que me refiero.

19:13

“Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca”; pero hizo bien en combinar el esfuerzo humano con la voluntad de Dios. En la primera parte está el esfuerzo, en la segunda, la fe, el reposo y la calma. Después que uno ha hecho todo lo que podía lo único que no debe hacer es preocuparse. Dios mira lo que se ha hecho y decide si lo bendice o no.

19:18

“Siete mil”. En 2 Sa. 10:18 dice 700; hermano te sobra un cero, por favor no exageres los números, atiende a lo que escribes y suprime tu entusiasmo. ¿Estás informando bautismos, salario, propiedades, o qué?

20:2

“Y tomó David la corona de encima de la cabeza del rey de Rabá, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Además de esto sacó de la ciudad muy grande botín”. Por la forma en que se dice no parece que David la vio, la tomó y dijo: “Deja ver cómo me queda” y se la probó. Sino que “fue puesta”, no se la puso. Otros lo coronaron por sus éxitos. No tenemos que combatir al rey de Rabá sino el mundo y la carne, y si somos fieles hasta la muerte Dios nos coronará con la corona de la vida. Muchas glorias humanas fue recibiendo David, y riquezas, pero ninguna comparable a la que Dios daba a su alma. Oh Dios guarda tu tesoro en mí.

 

Los hombres de la iglesia no están incompletos

20:5-8

“Un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; era descendiente de los gigantes”. Este hombre se sentía más hombre que todos los demás hombres, injurió a Dios, y fue abatido por otro hombre, en apariencia menos que él, inferior. Los verdaderos hombres no son los que tienen más cuerpo, masculinidad, sino los que sirven a Dios y son llenos del poder de su Espíritu. Tenía de más, más de lo normal, era anormal. Hay hombres que se creen más hombres que los más mortales porque en alguna forma están sobre ellos, los miran hacia abajo y como aquel juez del cual habló Jesús "no respetan a Dios ni a sus semejantes". El mundo tiene un concepto equivocado de lo que es ser hombre; el pecado es una anormalidad, una deformación, una exageración natural que atrofia más que beneficia el desempeño de las funciones humanas, las perjudica; la auténtica virilidad consiste en aparecer como Dios nos creó, a su imagen y su semejanza, como reflejos de su gloria y de su sabiduría, y en vez de injuriarlo, respetarlo y adorarlo. Ser un verdadero varón implica moderación y control, normalidad sobre los órganos del cuerpo; no es glotonería, embriagueces, fornicación, hurto, mentiras, harenes, poligamia e idolatría. El verdadero hombre es hombre de una sola muJe. 

Los hombres de la iglesia pueden parecer más pequeños e incompletos, pero son los genuinos campeones en las luchas humanas, y cuando la raza de los orgullosos pecadores desaparezca, ellos heredarán el mundo. Los verdaderos hombres son los teológicamente formados por Cristo. No queremos ser más hombres que como Dios nos creó, sino ser más grandes en ideas, pensamientos, sentimientos, en alma. El pueblo de Israel nunca tuvo gigantes porque Jehová fue su “poderoso gigante” (Je. 20:11). En realidad el gigante es un monstruo, un enfermo.  

 

Cercena de tu alegría la palabra número 

21:1-8

“Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa.Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío; ¿no son todos éstos siervos de mi señor?¿Para qué procura mi señor esto, que será para pecado a Israel?Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David.Y había en todo Israel un millón cien mil que sacaban espada, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque la orden del rey era abominable a Joab.Asimismo esto desagradó a Dios, e hirió a Israel.Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente”.

 

No hacía falta contar a Israel, aunque los censo eran aprobados, (23:1,2) la buena cifra traería mucho orgullo a David; era mejor que no participara del conocimiento del éxito que tenía. Aún Joab, un hombre sin el Espíritu se dio cuenta que esto sería para pecado (v. 3). “Número” (v.3), esa palabra tiene mucha importancia hoy en el mundo eclesiástico y todo se mide por ella, la más importante en la sicología del líder moderno. Dios no le dijo al apóstol Pablo que escribiría la mayor parte del NT y que sus convertidos crecerían mientras el mundo durara. Y eso que él se esforzaba en aumentar el número de sus convertidos y que se hiciera mayor y mayor (1 Co. 9: 19), pero no para colgar cifras al cuello de su reputación y ser tenido como un pastor y apóstol de éxito. Es cierto que los evangelistas contaban cuatro mil y cinco  mil pero para aumentar la fama de Jesús, y ¿es con ese propósito que nosotros contamos los miembros de nuestra iglesia, bautismos, y hacemos comparaciones desventajosas para otros para que Jesús reciba la fama? El deseo y el gozo de que el número crezca tiene que ser teológicamente puro, esto es, para que haya muchos salvados y multitud de pecados personados, para que haya menos rebeldes que blasfemen contra Dios, para que sea más grande su reino.Se puede decir de muchos que han muerto creyéndose casi sin hijos espirituales se asombrarían si supieran los muchos que sus escritos y  biografías han engendrado. No necesariamente donde haya gracia tiene que aumentar el número. Debiera, pero a veces uno no sabe por qué no pasa. Tal vez porque falta más oración, más dones, más trabajo, más ganas que la iglesia crezca. Cuando Bernabé llegó a Antioquia vio “la gracia de Dios y se regocijó” (Hch. 11:21-23). Se menciona la palabra número pero no la cifra, o sea, muchos; y lo que dio alegría a Bernabé fue la conversión de los gentiles, su cambio. Tenemos que cercenar de nuestra alegría o tristeza (y no andar acomplejado, deprimido y derrotado), la palabra número y ponerla en otros aspectos de la gracia; por lo menos que el número no sea lo principal. Los números hinchan al predicador, lo vuelven arrogante, y si lo que busca en eso es para ponerlo junto a su nombre y hacerse famoso y envidiado, seguro que por todos los medios tratará de aumentarlos, a como dé lugar, con genuinas o falsas conversiones a Cristo. Esas motivaciones y pasajeros delirios de grandeza, desagradan a Joab, y eso que no es nada espiritual, y a Dios. Y Satanás que incitó el censo porque conocía el efecto de la palabra número en la sicología del líder, fue quien obtuvo éxito.

Ojalá no burlemos los obstáculos divinos

21:4

“Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David”. Mira como insiste en cometer un pecado que le va a traer muchos problemas o la ruina; vence todo obstáculo humano, salta cualquier barrera y luego lo lamenta. Ojalá no tengamos éxito en quitar de en medio lo que Dios ha puesto para que no nos acerquemos al mal, que no burlemos su vigilancia. No había terminado Joab el conteo cuando ya David supo que había hecho mal (v. 8; 2 Sa. 24:10). Joab pudiera representar también otras cosas: un amigo fiel, un familiar querido que se le quita de en medio para tener el camino libre; también  al padre, la madre, etc. (vv. 6,7). No había nadie que aplaudiera lo que estaba haciendo, todos lo desaprobaban, en la tierra y en el cielo, sólo Satanás miraba complacido como se hundía en desobedecía a Dios; pero no se dio cuenta que su pecado era una grande locura hasta haberlo cometido (vv.7,8). 

21:7-9

“Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente”. David lo que siente es el pecado en la conciencia; Dios no le habla directamente sino por medio de un siervo suyo. La solución estaba en  la boca de ministro amigo. Se necesita ayuda espiritual para volver al camino correcto. No es leer, reflexionar solo, sino oír a los amigos del alma.

 

David eligió la enfermedad

21:10-13

“Ve y habla a David, y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, pero no caiga en manos de hombres”. ¿Que uno elija su castigo? Cuando uno sabe que ha pecado no sólo debe aceptar el castigo sino desearlo o pedirlo. El pecado puede ser castigado de varias formas: necesidades materiales, hambre, pobreza (v. 27), derrota parcial o total, temporal, porque se trata de una disciplina no de una destrucción; y en el NT ser arrojado fuera de la comunidad de los creyentes (1 Co. 5:5). David había pecado contra Dios y necesitaba sufrir un tanto, para que aprendiera no sólo con misericordias sino con disciplina; pero no sería tan rigurosa que no pudiera soportarla; estaría limitada a la corrección, no con venganza. 

El pecado no nos permite triunfar, pero no evita que al final sí; (v. 3); enfermedad; hay enfermedades que significan mucho para la vida espiritual de una persona; le reorienta su sentido, lo purifican, trae nuevos compromisos con Dios. ¿Qué escogió David? La enfermedad. A él no lo tocó. En las enfermedades caemos en las manos de Dios. No quiere decir que todas las enfermedades, aunque espiritualmente provechosas, son castigos del Senor.

Es mejor que nos castigue Dios a que use hombres sin misericordia. Yo nunca he escogido mi castigo espiritual. Tal vez tú tampoco. Lo importante esaceptar al menos uno. Ponernos en orden con la justicia divina. Los castigos de Dios no son para destrucción sino para traer frutos de justicia, son disciplinas (He. 12:5-11). 

 

 

Hubieras podido llorar más 

21:14,15

“Así Jehová envió una peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres. Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo”. Nunca se recibe lo que se merece, es decir un castigo completo; la misericordia de Dios templa y regula su justicia; por la orden de Dios se detiene la aflicción. No te lamentes de lo "mucho" que has padecido, debieras agradecer al Señor también "lo mucho" que te quitó de encima, hubieras podido llorar más, sentir más dolores, empobrecerte más, ser más huérfano, más viudo, sin embargo no te ha perdonado sólo unos cuantos pecados sino muchos; ha sido más la cantidad que ha pasado por alto que la que ha tenido en cuenta para corregirte; más hubieran sido las lágrimas, los suspiros, los desvelos, los sinsabores, los ataques del enemigo, sin embargo Dios ha restringido su justicia considerando que eres polvo, y no se apresura a tu destrucción, sino que limita su castigo en una proporción adecuada para que se convierta en corrección, para que se desprenda el pecado y el hábito de pecar, para sanar la deformación del alma, los caprichos indebidos, los deseos injustificados, y traiga sanidad al cuerpo y al espíritu. No es mucho, no es mucho lo que hemos sufrido, siempre es menos de lo que pudiera haber sido, si no es por la preciosa mediación de la misericordia.

 

Una justificable injusticia hecha por Dios

21:17

“Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga la peste sobre tu pueblo”. “Yo mismo soy el que pequé y ciertamente he hecho mal”. Decidió primero que fueran castigados otros en su lugar (v.13) pero esto después le pesó y se presentó ante Dios para ser castigado él y no los otros. Sería un error pensar que Dios no castiga a los pecadores sino a los inocentes, que David es más justo que Dios ¿no es eso lo que se ve, que sufren los inocentes y a los pecadores no les pasa nada? Esa arbitrariedad con que parece desarrollarse la historia del mundo se ve también en la revelación y se dice que Dios lo hace. Cuando eso pasa no nos está enseñando injusticia sino expiación del pecado; el inocente paga por los delitos de otros; es perdón lo que enseña, el perdón es el resultado (por gracia) de una inmensa y justificable injusticia hecha por Dios. ¿No es injusta la muerte de Cristo? Desde una posición humana sí, desde Dios no. Por otra parte, en cuanto al problema social, ninguna persona ante Dios es completamente inocente de su muerte. Uno piensa que no ha hecho ningún mal, quizás Dios piensa de otro modo. ¿Quién asegura que no eran pecadores?

21:20-24

“Y Ornán respondió a David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo”. “Los bueyes daré para el holocausto, la leña, el trigo, lo doy todo”. Observa la generosidad de una persona, "lo doy todo, no me quedaré con nada"; eso está relacionado con la experiencia espiritual que se tenga. El mismo se hubiera ofrecido como sacrificio a Dios (Flp. 2). David no aceptó ese ofrecimiento y alegó que no ofrecería a Dios ninguna cosa que no le costara algo, tampoco barato; estaba dispuesto a gastar su dinero en la obra de Dios aunque éste haya dado testimonio en contra suya, en cierto modo gastar en su salvación. Dios no se merece lo peor, lo dañado, lo roñoso, sino lo mejor, lo que verdaderamente nos cueste, sea dinero, trabajo, tiempo, etc. (Lev. 22:22). La generosidad tiene la misma estatura de su hermano el agradecimiento.

21:30

“Pero David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová”. Tiene una nueva y bonita experiencia con Dios en otro lugar; es Dios y no el lugar, y así se amplía su conocimiento. Si no puedes ir al templo, consulta a Dios donde estés, tú no vas al sitio señalado no porque no quieres sino porque no puedes. 

22:7, 8

“Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí”. “Has derramado mucha sangre” (2 Sa. 16:7,8). No le dijo “porque dormiste con la mujer de tu amigo” “mataste a Urías heteo”. Dios le recuerda sus victorias en la guerra y no sus derrotas espirituales como la causa de la prohibición, y que no pudiera realizar su sueño. Una excusa de Dios, muy amable,  para no recordarnos aquellas verdades que preferimos olvidar, y los Simei no,  y nos dice, “sonríe, son tus éxitos y no tus derrotas”. 

22:13-15

“Hierro, piedras, canteros, albañiles, carpinteros”. ¿Grandes cosas, grandes personajes? No. Sin embargo hicieron falta, Dios y la inteligencia humana lo ordenó así. Si te sientes casi inútil, o con poco valor para formar parte de la construcción de la casa del Señor que es la iglesia, te equivocas, todos hacemos falta, algo podemos hacer y para algo servir. Otros son mejores, saben más, ellos hacen falta, y nosotros también. Hay oro. Plata, pero también algo intermedio, el bronce, y otro más bajo con su fortaleza, abundancia y ordinario, el hierro. Algún lugarcillo hay para nosotros  y con espíritu alegre y complacido, y agradecido, podemos ocupar.

 

Mientras más larga la historia, aumenta el valor

23:1,2

“Cuando David era ya viejo y colmado (lleno) de días puso a Salomón su hijo como rey”. Se dice así públicamente y sin vergüenza por la edad y el deterioro y percepción de ella, es decir, objetivamente, como nos mira el Espíritu Santo, así como miraba a David. Nada de ofensa sino más bien como un privilegio y como misericordia, porque no muchos alcanzan la vejez y no dejan ninguna huella en este mundo. ¿Qué tontería social es esa, quitarse los años y fantasear que es mejor que un anciano? Un hombre no es un coche que nuevo es mejor, no es un ordenador o computadora, un avión o un edificio moderno. El hombre como los frutos es mejor cuando madura, si no es un empedernido pecador, es como los árboles que los años le dan valor, que muchas joyas preciosas que adquieren valor con su antigüedad. Una persona joven sin historia, o muy corta, no puede valer más que un hombre que ha estado más tiempo que él en este mundo (Josué 13:1; 23:2).

23:3,4

“Fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados uno por uno, treinta y ocho mil. De éstos, veinticuatro mil para dirigir la obra de la casa de Jehová, y seis mil para gobernadores y jueces”. ¿Quién mejor para gobernar una ciudad, un país, o para hacer leyes y juicios, que un levita, hombre santo? 

23:13

“Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre”. Unos para las cosas más santas y otros para las menos, aunque siempre son importantes en la obra. Las más santas no son precisamente las alabanzas (v. 5), son las oraciones y reconciliaciones, las cosas que tienen que ver directamente con el trabajo en el pecado del pueblo, que se relacionan con las sombras de la cruz de Jesucristo, las que “pertenecen a la salvación” (He. 6: 9).

24:5

“Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios”.  Qué bueno que en nuestra familia haya algún príncipe predicador, un hombre ilustre en la casa de Dios.

25:1

“Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio”. Parece que cantaban himnos inspirados por el Espíritu Santo (v.13), no eran simples compositores y músicos sino verdaderos varones de Dios. La alabanza está íntimamente ligada a la profecía. Este era su ministerio, entretejida la música y la letra en una misma trama; notas y palabras unidas para una misma función, adorar y revelar a Dios. Esto es culto del AT no del Nuevo.

26:26

“Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas que había consagrado el rey David, y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército”. Una gran responsabilidad. Tenían a su cargo los triunfos y la historia (vv. 27,28).27:25

“Tenían a su cargo los tesoros de los campos, de las ciudades, de las aldeas y de las torres”. Deben haber sido hombres muy discretos y dignos de confianza.

27:32

“Y Jonatán tío de David era consejero, varón prudente y escriba; y Jehiel hijo de Hacmoni estaba con los hijos del rey”. Era bueno tener a un tío amado a la cabecera de los consejeros y ¡qué privilegio para el tío, aconsejar a un sobrino rey!, y como escriba trasmitirle la sabiduría de los años estudiando la Ley de Dios. 

 

Déjate convencer fácilmente por Dios

28:2,3

“Mas Dios me dijo: tú no edificarás casa a mi nombre porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre”. ¿No fue la sangre de los enemigos de Dios? ¿Por qué mejor no le dijo: no te he llamado para eso, ese será trabajo para otra persona, no es tu campo? Había argumentos menos rebatibles, como por ejemplo su adulterio con Betsabé, sus años avanzados como pasó con Josué (Jos. 23:2), etc. Dios no quería humillarlo para decirle que no, ni dejarlo con culpas en su corazón; no es su propósito hacernos sentir culpables y crearnos traumas o complejos, y eso porque David se dejaba convencer fácilmente por Dios. Si hubiera insistido se lo diría. 

Hay veces que no somos tan mansos como él y creemos que somos líderes de todas las cosas, que servimos para todo: podemos enseñar, predicar, visitar, profetizar, una especie de “hace de todo” espiritual. No nos dejamos obstaculizar fácilmente nuestra vida, y Dios tiene que oponerse fuertemente para que dejemos de hacer esto o aquello; queremos seguir a nuestro aire y rumbo, deseamos o pensamos que podemos hacer toda la obra de Dios, que está enteramente a nuestra disposición para que hagamos lo que queramos, cuando queramos y donde queramos; cada uno viene y hace lo que quiere, mete la mano donde desea y mueve o cambia lo que se le antoje. No. La obra del Señor tiene su organización y el propósito de Dios con nosotros también; las intenciones pueden ser buenas pero no bíblicas ni sabias. David soñó con hacer un templo para su querido Dios pero su amado Dios le dijo que él no deseaba que hiciera eso sino otras cosas, las que había escogido para él. Y le dio la función de cooperación, acumular materiales, entusiasmar, promover su idea y espíritu pero no hacer personalmente el trabajo. Haz todo lo que Dios te pide, no lo que ha dejado para que otros hagan, si puedes ayuda, pero delega en aquellos que el sabio Señor ha señalado de antemano. Conozcamos nuestras limitaciones, realicemos lo que se nos pide y no sintamos envidia por la comisión divina de otros. Amén. 

28:4

“Y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel”. Puedo decir lo mismo Señor "de entre los hijos de mi madre..." y me siento felicísimo por esa doble elección, para que fuese hecho conforme a la imagen de tu Hijo, y para que le predicase el evangelio (Ga. 1:15, 16).

28:5-7

“Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre”. Es una bendición tener muchos hijos y no se tiene en cuenta el trabajo que se pasa para criarlos, y la mejor recompensa es que salgan buenos. Pero los hijos del rey le dieron muchos dolores de cabeza. ¡Qué bueno es para un padre saber que uno de sus hijos le sucederá con éxito y continuará más allá la obra de donde la dejó!

28:8

“Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y en oídos de nuestro Dios, guardad e inquirid todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis en herencia a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente”. Los padres que son fieles a Dios son los únicos que dejan una buena herencia a sus hijos; yo no quiero perder lo que tengo hasta morir; ese será mi legado a ellos. 

 

Tu misión en este mundo apague el fuego de tus pasiones

28: 9,10

“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre”. “Y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario”. "Hijo mío no sirvas a Dios por fuera como hacen los hipócritas, trata de tener el corazón más puro que puedas; dentro de él siempre hallarás la posibilidad de convertirte en un apóstata. Dios te sostenga con la visión con que viniste a este mundo y el objetivo para el que fuiste elegido, hazlo con deseos (como sugiere la palabra). Sea la visión de mi misión en este mundo la que apague el fuego de mis pasiones, etc. Dios está al tanto de tu vida eterna y listo para arreglártela, avivarla y corregirla. Mira la obra que Dios te da para que hagas, haz tuyas estas palabras a Salomón “esfuérzate y hazla”. 

28:11-19; ver 28: 2, 3

“Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo”. Cuando Dios interrumpe a David ya éste había avanzado en la construcción; no era un simple sueño que tenía sino un proyecto costoso y avanzado, con los planos hechos. No dijo: "Seguiré porque he invertido mucho, que él me hubiera parado antes". No había copiado literalmente su lindo tabernáculo sino uno mucho más bonito (v.19) sin embargo, fue detenido en su trabajo. David no era dirigido por una doctrina o por leyes sino por una persona: Dios, mucho más sabio que él a quien llamaba "Señor". El Señor tiene derecho a detenernos en medio de un trabajo que él mismo nos ha encomendado y con el cual nos hemos entusiasmado y quisiéramos seguir. Pero él manda. Muchas grandísimas obras literarias y arquitectónicas han quedado sin concluir porque Dios ha ordenado pararlas; y en la Biblia la torre de Babel es una de ellas y no porque no hayan “calculado los gastos” sino porque él no ha querido. Sé dócil a la voluntad de Dios.

28:20

“Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová”. Uno no debe temer no acabar un proyecto que Dios le da. Eso es cosa de él. Disfruta esa palabra que dijo David, miDios; primero mencionó a Dios, luego rectificó y usó el posesivo, el Dios suyo. Le garantizó a su hijo, que había sido testigo de la fidelidad de Dios en la vida de su padre, que a él también lo ayudaría si permanecía en sus caminos. Es bonito que los padres animen a los hijos. 

29:1

“La casa no es para hombre sino para Jehová Dios”. Se puede traducir palacio y que es grande, como Dios se la merece. Las obras para Dios, si es posible, deben hacerse grandes.

29:2

“Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia”. "Mis fuerzas"; es decir, he dado todo lo que puedo. Los macedonios tuvieron un testimonio similar (2 Co. 8:2,3). Cuando uno da para la obra de Dios debe dar con agrado y mucha fuerza. Hasta el dolor. A Dios se le ama con todas las fuerzas, no con una parte de ellas, es mandamiento (Lc. 10: 27).

29:3-5

“Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado, he dado para la casa de mi Dios”. El que ama la obra de Dios la ayuda con todo. Esto eran los ahorros de toda su vida ¿haríamos eso? ¿Tocaríamos nuestros ahorros para sacarlos para sostener algún ministerio de Cristo?

29:5

“¿Y quién quiere hacer hoy hacer ofrenda voluntaria a Jehová?”. Habiendo dado el ejemplo invita a otros para que hagan lo mismo, porque la obra necesita mucho y un solo hombre no puede. Todos. Una palabra importante es "voluntariamente" (vv.6-9) y por supuesto, alegres. El concepto que hay detrás de las ofrendas (v. 12); todo procedía de él, él lo había prosperado (vv.14,16).

1 Cr. 29:15

“Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura”. "Sombra que no dura"; eso lo sabemos, somos sombra, "neblina" (Sgo. 4:14) que aparece un poco de tiempo, no vale la pena lamentarnos por eso que padecen por esa realidad, antes bien trabajar con el espíritu inicial, Señor, aprisa "apurándonos" (2 Pe. 3:12). Antes que llegue el tiempo en que no tengamos contentamiento o se nos acabe todo. Nuestros días pasan pronto y volamos (Sal. 90:10). Una sombra que acaba en la mano de Dios. Dios la recoge.

29:18

“Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti”. Otra traducción sería “conserva perpetuamente estas cosas en la imaginación de tu pueblo” o “intención”. Concede nuestro Señor, las gracias que hemos perdido, encamina nuestros corazones de nuevo a ti; hemos actuado locamente dejándote a ti por las riquezas "inciertas" (Lc. 16: 9). Vuélvenos Señor a enriquecernos más que antes, con tu preciosa gracia, con tu Espíritu Santo.

29:20

“Después dijo David a toda la congregación: Bendecid ahora Jehová vuestro Dios”. Estando su corazón lleno del Señor invita libremente a sus compañeros que lo alaben; se encuentra así emocionado no porque haya recibido algo sino porque ha dado algo.

1 Cr. 29:26-28 

“El tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén. Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo”. “Y murió en buena vejez, lleno de días”. ¿Qué le falta a ese epílogo? Le falta la esperanza de la vida eterna; no hay ni una palabra escatológica, sólo se dice que David tuvo una vida larga, mucho dinero y fama. ¿Y dónde está la resurrección? ¿Y su premio celestial? No, nada se dice; al Antiguo Testamento le falta el Nuevo Testamento, le falta Cristo aunque lo tiene en sombras, como el mismo David en sus canciones habló de él. Cuando los siglos fueron pasando comenzó a brotar el sol de aquella esperanza venidera y fue saliendo en la revelación (Dan. 12:2,13). Lee lo que dice Pablo en 2 Ti. 4:6-8. No se mencionan sus pecados tampoco, porque fueron olvidados por Dios, ya no existe en su memoria, ni las tragedias que vivió su familia porque lo que importa es terminar bien con Dios, y ni siquiera su copiosa producción literaria; y ¿qué importa? Dios lo sabe y él dará la recompensa.

 

Dejemos a la discreción de Dios lo que hemos hecho

1 Cr. 29:29,30 

“Y los hechos de David están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas de Gad vidente”. Qué lástima que no tenemos también acceso a esos libros, tendríamos un retrato más completo de David, la iglesia se beneficiaría con ellos; pero Dios no quiso que así fuera, por lo menos para la posteridad. Nos queda reservado para el futuro de los tiempos la admiración de la gracia de Dios en los que creyeron (2 Te. 1:10). 

Por otra parte, ¿qué de los autores de esas crónicas? Fueron leídas en su generación y tal vez en alguna otra, pero luego cayeron en desuso, no se hicieron más copias de ellas, y al fin fueron olvidadas. Sus obras no fueron inmortales, pero Dios sí las recuerda (He 6. 10). Trabajamos para la memoria de Dios y no de los hombres. Lo que se vaya escribiendo de mí en el libro de la vida es lo importante, las cosas que se hagan para Dios (Mt. 10:42); pero algunos hechos sencillos, asociados a Cristo y al evangelio, pueden ser recordados muchos siglos después (Mt. 26: 6-13). No buscamos fama sino “honra e inmortalidad” (Ro. 2:7) Al escribir aquellas cosas, estos hombres sagrados, Samuel, Natán y Gad, tuvieron en sus mentes buscar el provecho de sus ministerios, avanzar en utilidad, entender sus vocaciones según la perspectiva de Dios y del pueblo, y ayudar como David, a la generación en que vivieron (Hch. 13:36). Eso es todo. Cada uno hizo su parte, colaboró y se olvidó, y dejó que se olvidara a la discreción de Dios, lo que habían hecho. Hacer por el Señor y por el prójimo y dejar que la gente y el tiempo lo entierren si quiere, que hicimos un poco para transformar el mundo, aunque todo haya sido intrascendente. 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 





 

               Esdras

 

Ahora parece claro que debemos colocar el ministerio de Esdras durante el reinado de Artajerjes (465-424 a. C.). "El primer año de Ciro se refiere a su primer año de gobierno sobre los judíos, o sea 538 d. C." (Barnes).

“AutorDesconocido. Generalmente se acepta que Esdras no fue el autor de todo el libro, sino que pudo haber sido recopilado de las partes que él no escribió. Fue un judío de descendencia sacerdotal exiliado en Babilonia.

Temas Principales: El regreso de los judíos de su cautiverio de Babilonia, la reconstrucción del Templo y la inauguración de reformas sociales y religiosas.

Situación histórica

El rey persa Ciro, a quien Isaías se refiere llamándolo "pastor" y "ungido" de Jehová (Isa. 44: 28; 45: 1), promulgó en el primer año de su reinado (538 a.C.) un edicto, por el cual los judíos exiliados en Babilonia quedaban en libertad de regresar a su patria llevando consigo el encargo expreso de edificar «la Casa a Jehová, Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén» (2 Cro. 36: 22–23; Esd. 1: 3). Casi cincuenta años habían transcurrido desde el día en que los caldeos (o "babilonios") incendiaron el Templo, derribaron el muro de Jerusalén y prendieron fuego a todos sus palacios (2 Cro. 36: 17–19). En aquella ocasión, la mayoría de los que lograron salvarse fueron llevados «cautivos a Babilonia» (2 Cro. 36: 20).A partir del punto en que Reyes y Crónicasfinalizan su relato, los libros de Esdras y Nehemíastoman el hilo de la historia de Israel. Su aportación es de inapreciable valor, dada la escasa documentación disponible acerca del período siguiente al decreto de Ciro. Fue entonces cuando no solo regresaron muchos desterrados a Jerusalén, sino que allí restablecieron el culto (Esd. 3: 1–7), iniciaron la reconstrucción del Templo y la restauración de los muros de la ciudad (Esd. 3: 8–13; 6: 13–15; Neh. 2: 11–7: 4) y se dispusieron a crear una nueva comunidad nacional, auténticamente regida por la ley de Dios (Neh. 8–10)” (Copiado).

 

 

1:1

"Despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia". No quiere decir que se convirtió al Señor sino que lo movió a hacer algo por Israel. Ojalá Dios te despierte y hagas algo por su reino.

1:2 

"Y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén". Daniel, dice Josefo, le leyó el rollo de Isaías (44: 28) y le obedeció. Le hicieron comprender que su imperio se lo había dado Dios más que el filo de la espada, y esa comprensión espiritual trajo una apertura.

1:3

"Jehová Dios de Israel (él es el Dios)". Llegó a esta convicción: entre los millones de dioses que hay en el mundo todos son falsos excepto uno, el que existe, Jehová (Ex. 3:11-14). No hay más Dios. Si ese Dios no existe, no hay ningún otro, no hay explicación, no debe haber religión; existimos sólo nosotros, por nosotros mismos, por un tiempo hasta que ya no existamos más, desapareceremos. Y existir por nosotros mismos es total y absolutamente una descabellada ilusión o pretensión.

 

Precaria situación económica de los creyentes

1:4-6

"Todo el que hubiere quedado ayude, ayúdenle los hombres de ese lugar con plata, oro, bienes y ganados". El llamamiento principalmente es dirigido a los judíos dispersos para que cooperen financieramente con la reconstrucción del templo, y además se dirige a todo el imperio para que el que desee ayudarlos coopere con algo. La principal responsabilidad financiera de la obra de Dios recae sobre sus hijos, los verdaderos israelitas; ellos son, por gratitud y fe, los responsables de mantener funcionando la religión y el culto a Dios; son los bolsillos de ellos primeramente los que deben abrirse para financiar el culto; y como una añadidura los que están afuera, los que tienen simpatías por la obra aunque todavía no están dentro de ella. Sin embargo, ¡qué pena!, en el desierto no hubo que tomar ofrendas de los paganos; cuando Salomón hizo el templo, tampoco, y ahora son tan pocos, dispersos y pobres, que el valioso proyecto tienen que costearlo con el dinero de los infieles. Oh Señor bendice a tu obra para que pueda realizar sus planes con las bendiciones que reciben los santos (2 Co. 8:5; 3 Jn. 1:7). Aunque esto es una orden del rey, o una petición suya, y no directamente de los creyentes. Tal vez esto enseña a dejar una puerta abierta de cooperación para los no creyentes, de modo ocasional y no sistemáticamente. Generalmente los que cooperan con la obra de Dios, la aman o simpatizan.

1:11

"Todos los utensilios de oro y se plata eran cinco mil cuatrocientos". 

“La suma de los números como aparecen en el presente texto hebreo es de 2499, en lugar de 5400. En el libro apócrifo de Esdras la suma que será ese 5469, y con esa suma los artículos contados concuerdan (1 Esdras 2:13, 14). La mayoría de los comentadores proponen corregir Ezra por el pasaje de Esdras, pero los datos de Esdras son improbables. Tal vez este pasaje ha sufrido corrupción” (Barnes).

Si ningún cuchillo o tazón de los que Dios quiso, y sólo él conoce el número, se perdió ¿cómo se ha de perder una preciosa alma que tiene a su cuidado? Reflexionar en estos textos (1 Co. 8:9-13; Jn. 17:12; Jn. 6: 39). ¿No recuerdas la referencia de Jesús a los gorriones? (Mt.10:29).

2: 59

"No pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel". A estos se les perdió su genealogía, y por la cara, la estatura, el color de la piel, el idioma o el testimonio de parientes y amigos, no era suficiente; para los judíos eso era importante, porque estaba prohibido por Dios mezclarse, para asegurar que eran herederos del pacto y las promesas de Dios; elegidos. Hoy no (Ro. 2:28,29; vv. 59-63). Contrasta con la precipitación que algunos tienen para admitir nuevos miembros dentro del pueblo de Dios y para reconocerles sus "vocaciones" ministeriales.

2: 68,69

"Según sus fuerzas dieron al tesoro de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata y cien túnicas sacerdotales". Dios también movió el espíritu de estos y sintieron deseos de ayudar.

3:1

“Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén”. Esta expresión "como un solo hombre" se usa mucho, es el ideal bíblico de unidad, "una sola carne" (Ge. 2:24), "un solo pensamiento". Cristo es ese solo hombre (v. 8). (1 Co. 1:10; 2:16; Flp. 2:5. Meditar largamente en Jn. 17:20-24).

3:3

"Y ofrecieron a Jehová holocaustos por la mañana y por la tarde". Nota por donde empezaron, por el altar, luego, dos años después, por el templo (v. 8). El miedo les hacía tener una total dependencia de Dios. Se empezó el culto completamente sin tener el templo, pero  aquello era maravilloso y lleno del Espíritu Santo (vv.12,13). La iglesia primero, las construcciones después. La evangelización del mundo primero, la oración primero, las alabanzas primero, el estudio de la Biblia primero, el ministerio de compasión para los necesitados primero, la predicación de la palabra primero, el Espíritu primero, las columnas y los techos después.

3:6, 7

"Pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía". ¡Pobre Israel!, empezando de nuevo, haciendo lo mismo que muchos años atrás hizo Salomón. ¡Cómo nos atrasan nuestros pecados y tus castigos, oh Dios! Perdemos tiempo, bendiciones y gloria.

3:8,9

"Y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra la casa de Jehová; como un solo hombre asistían para activar a los que hacían la obra de la casa de Dios". Oh y se dice entre nosotros "para que promovieran"; son los dirigentes, los que están a cargo y también  los activistas, hermanos consagrados, santos, que animan a los otros para que hagan la obra. Un grupo fervoroso que levante los espíritus de los caídos, que reconozca el trabajo que están haciendo los demás y los entusiasme. No eran precisamente capataces sino jóvenes llenos de entusiasmo y de fe. Si el señor nos da jóvenes ellos animan y alegran a los cansados veteranos. Como son jóvenes no se cansan pronto y animan a los que por la edad no pueden ir tan rápido.

 

No hay más remedio, tienen que conformarse

3:12,13

"Los ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban gritos de alegría". El templo de Salomón fue destruido en 588 a. C., y éste en 534 ó 535 a.C. Los ancianos, los de más de 60 años, eran los más tristes porque comparaban un templo con el otro, más pequeño, sin oro, sin gloria, sin arca del pacto, y sin la shekinah del Señor. No obstante las voces de alegría por este humilde comienzo ahogaban los llantos de los tristes. A veces es muy difícil que se repitan en nuestra vida las épocas de esplendor; si dejamos los propósitos de Dios tendremos a la larga que conformarnos con proyectos disminuidos, con cosas de menos calidad. Oh, las grandes lecciones, tristísimas lecciones que nos enseña la providencia. Oh Señor que no peque contra ti, que no cambiemos nuestro rumbo, que te busquemos siempre como los primeros días que te conocimos, que no seamos peores que entonces sino mejores. Alma, abre tu ojo y mira los alzamientos y caídas de hombres y naciones, y aprende.

4:1-3

"Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios". “Para ustedes, samaritanos, Jehová es una deidad más entre otras, no queremos vuestra cooperación aunque la necesitamos. La mano de obra, el material y el dinero lo pondremos nosotros”. La obra de Dios, idealmente debe ser sostenida solo por sus hijos, no con dinero ni trabajo de los extraños. No nos conviene aunque haya más dinero. Es una obra real que se hace con sangre azul. Más adelante veremos que el mismo Dios tuvo que ordenar que recibieran ayuda de extraños. Mira 1:4 y compáralo con lo que ellos dicen.

4:4,5

Dijeron: "Si no ayudamos, ustedes tampoco lo harán", estaban dispuestos a destruir la obra de Dios sólo porque ellos no la hacían. Satanás no quiere que los propósitos de Dios se cumplan y los demora (16 años). Algunos, tristemente célebres piensan: “Si no me eligen a mí para eso, lo boicoteo”.

4: 24

"Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia". Tanto tramaron contra ella que al fin la detuvieron. Por causa del diablo y sus siervos, incluyendo los malos judíos internos, o samaritanos, que pensaban más en sí mismos que en la obra (vv. 4,5), la obra de Dios se atrasa y a veces se para. Oh Señor si tú diste orden que hagamos el trabajo ¿por qué permites que tus enemigos nos venzan? (Apc. 13: 7). No esperes que los proyectos de Dios se realicen sin graves oposiciones. Hasta aquí no vemos que los judíos hicieran algo para que esto ocurriera. Ingenuidad sin astucia.

5:1,2

"Profetizaron Hageo y Zacarías, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre de Dios; entonces se levantaron Zorobabel y Jesúa". La palabra de Dios nunca vuelve vacía.

5:5

"Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío". ¿No ves? La obra de Dios se hace con valor; como se dice: “si hay valor y fe, si hay valor y fe, gozo y paz traerá la lucha si hay valor y fe”. La mano de Dios nos quita el temor. Lo que más desea satanás es que la obra de Dios se destruya o que los proyectos y planes pierdan su entusiasmo inicial y se desanimen, desalienten, se desencanten y se olviden.

5:11

"Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había sido edificada". No importa cómo nos llamábamos, lo que importa es que la obra se haga por el nombre de nuestro Dios y no por el nuestro. Lo que hacemos es reedificar lo que el pecado destruyó, conectarnos con nuestro pasado glorioso, ponernos de nuevo en línea con nuestra historia, reactivar nuestra antigua religión, volver al punto desde donde nos apartamos y entonces seguir derecho.

6: 3

"Y que se conserven sus cimientos, con su altura de 60 codos y su anchura de 60 codos". Cuadrado. Ojo, que no se muevan los cimientos ordenados por Dios, que sobre ellos se reedifique, después el juicio divino, lo que anteriormente fue destruido. La superestructura fue derribada, pero los cimientos quedaron, y sobre ellos se ha de edificar la religión. La altura que debe alcanzar debe ser la misma que perdió y la anchura de igual modo. No se les permitía algún cambio o alguna mejora con los tiempos. Es

6:5

"Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios". Tal vez alguien pudo haber pensado en el regreso de personas, pero las posibilidades de que vasos, copas, platos y cucharas regresaran ¿de cuántos serían? Dios es Dios de posibilidades. Tú vales más que una cuchara.

6:6-8

"Sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra". "Sin demora". Quitado de en medio los enemigos, Dios proveyó el dinero. Muchas obras buenas se paran o no se emprenden por falta de dinero. Pero Dios puede proveer cuando su pueblo es tan pobre que no puede costear nada, de otro lado podrá venir la ayuda y hacerse. Sólo nos hace falta desearlo enteramente, orar y que Dios lo quiera. La Escritura dice en voz de Dios "mía es la plata, mío es el oro" (Hag. 2: 8). Y este fue uno de los profetas de la reconstrucción. El dinero está disperso por los bancos del mundo y sus propietarios Dios los conoce, y él  abre el corazón de ellos cuando quiere, lo mismo que sus cuentas y bolsillos. En este pasaje varias veces se repite una expresión de ella "el Dios del cielo" (vv. 9,10).

6:11,12

"Por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa y alzado, sea colgado en él". El camino no podía estar  más expedito con tales leyes a favor de la religión, que cortaran de raíz toda intención y odio contra el pueblo judío. Si alguno osaba meter su mano en contra del pueblo santo, se podía considerar ahorcado.

6:13-15

"Y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes". Es una cadena de órdenes y leyes que empiezan en el cielo, en la misma voluntad de Dios. Eso no quiere decir que hay que abandonar la lucha, sino que se dicten leyes que favorezcan la iglesia. No sólo se dice para afirmar que estaba profetizado sino para que sepamos que el mensaje de los profetas era el corazón del ánimo de ellos.

6:19,20

"Y sacrificaban la pascua por todos los hijos de la cautividad y por sí mismos". Estaban física, mental y espiritualmente preparados para servir a Dios y a los hermanos; se santificaron porque todos necesitaban la santidad de ellos. Otros necesitan nuestra santidad de vida.

6:21

"Comieron con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel". También, "para unirse a ellos, para buscar al Señor Dios de Israel". El celo religioso y la vida que traían los que regresaban insuflaron vida a los que hallaron, se avivaron, se santificaron, estaban muertos y vivieron. Oh Dios que nuestro celo estimule a otros, que los aliente, el pueblo tuyo muerto resucite al contacto con aquellos que trabajan inflamados por el Espíritu de la profecía divina. Ser semilla, germen.

6: 22

"Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete días". Oh Dios aunque tú nos has alegrado y muchas tristezas que tuvimos en el pasado se han olvidado y ahora tenemos un pueblo distinto, que te ama más sin la compañía de aquellos que nos estorbaban el alma, queremos que nos alegres con la resurrección de nuevos hermanos que están en sus tumbas, muertos en pecados; multiplica la gente y aumenta la alegría; y que tengamos una casa propia para orgullo tuyo y la gente diga: "Grandes cosas ha hecho Jehová con estos"; y estaremos alegres. Para unirte al espíritu de estos cautivos liberados lee el salmo 137.

7:1-6 Esdras estableció bien, que no era un usurpador de este ministerio.

7:6

"Esdras era escriba diligente en la ley de Moisés". Mira cómo recuerda a Aarón, el primer sacerdote, es un costoso pero alto honor ser el iniciador y fundador de una obra para Dios (si no llegas a creerte el dueño). Primicias, los orígenes de una casta santa, de una familia cristiana, el primer convertido (1 Co. 16: 15). Cuando dice "este Esdras" se da a entender la colaboración del historiador y biógrafo de este gran hombre cuyo nombre es este libro bíblico. Es mejor la traducción diligente que experto aunque esta segunda pudiera estar implicada en la primera, pero el énfasis recae en el hecho de que posiblemente insinúe la disposición y característica de este maestro de Israel, que no era escriba para sí mismo sino para transmitir las enseñanzas de Dios. Generalmente se le vería con la ley de Dios en sus manos.

7:7

"Y con él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel". No fueron con él las multitudes sino algunos y con esos empezó. La obra que Dios empieza, crece.

Esdras y Calvino vivían para la Escritura

7: 9, 10

"Esdras había preparado su corazón para inquirir en la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos". 

De Esdras se han dicho cosas hermosas que yo quisiera que se dijeran para todos los pastores, maestros y evangelistas. 1. Que la buena mano de Dios estaba sobre él, lo cual significa su designación como escriba y el favor divino en todo lo que hacía (2) que por años estuvo preparando su corazón con la ley de Dios (y es más difícil preparar nuestro corazón que el de otros), hasta que llenaba todo sus espacios con ella. No era un ministro que tocaba la ley de Dios una o dos veces al día y el otro tiempo lo dedicaba a otras cosas. Casi se podía decir de Esdras que siempre tenía la Escritura en sus manos y ante sus ojos, el 90 por ciento o más del tiempo de su vida lo dedicaba a su investigación, "inquirir" (la palabra tiene muchas definiciones bonitas: caminar, buscar, preguntar, frecuencia; y todo eso especialmente para adorar); y de eso dio testimonio Artajerjes cuando dijo que siempre tenía la ley de Dios en su mano (v.14). Dedicaba mucho tiempo a su estudio, deleite y adorar a Dios con reverencia sobre ella. De Calvino se ha dicho que vivía para la Escritura. 

Pero no sólo la estudiaba sino que se complacía en cumplirla porque hubiera negado con sus hechos lo que aprendía, y de este modo, viviendo conforme a ella, sacando su prudencia de ella, orientándose por ella, tomando decisiones sobre la base de sus principios, estudiándose y conociéndose él mismo con la luz de ella, la practicaba. Así demostraba que era un varón de fe. Fe es la práctica de la ley de Dios (v.3); tenía un gran deseo, el compartir con su pueblo las enseñanzas que Dios le daba, lo que aprendía, el fruto de su meditación, sus descubrimientos, el carácter de Dios, la conveniencia de vivir conforme a la Escritura, la esperanza que ella daba, sus promesas, sus oportunidades. Sentía que lo que iba aprendiendo era "palabra fiel y digna de ser recibida por todos" (1 Ti. 1:15; 4: 9). Y eso hizo, enseñando cosas frescas, recién aprendidas en la escuela de Dios, recién llegadas del cielo y otras más añejas, experimentadas y probadas por la gravedad y consistencia de los años (Mt. 12:35). (4) el altísimo testimonio que el rey da de él: Que era un erudito (v.12, la palabra significa perfecto), un hombre sabio. No tenía reputación de ser santo, bueno e ignorante sino santo, bueno y culto, un erudito, un hombre muy preparado (v. 25). Y nosotros también podemos, como Artajerjes, dar nuestra opinión sobre él (5) era un hombre inmune a las alabanzas, lisonjas, reconocimientos y aplausos de los hombres (vv. 27,28). Nota que habla como si no hubiera leído ni oído el gran testimonio que el rey había dado de él, lo que hace es bendecir en sus labios la misericordia de Dios y su mano sobre él. Oh Dios dame de ese espíritu. Amén. 

7:12

“Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz”.

En todo este capítulo se habla del "Dios del cielo" y de Esdras. Mayormente el rey es quien le llama así (vv. 21,23). Esdras le llama no con un título sublime y cósmico sino ancestral, histórico, familiar, “Dios de nuestros padres” (v. 27). Oh Dios, como diría Pascal: "Dios no de la ciencia, de los sabios y  entendidos, sino de Abraham, Isaac, de los profetas, de nuestro Señor Jesucristo". Dios de la familia cristiana, Dios de la iglesia, quiere decir el Dios de la historia de Israel y de la historia de la iglesia cristiana, el Dios doméstico, inmanente, es en realidad el Dios de la vida cotidiana y de la fe, el Dios del perdón, de la cruz y de la sangre de Jesucristo.

7: 12-22

“ Y lo demás que necesite para la casa de tu Dios, para lo cual tengas ocasión de proveer, provéelo del tesoro real". El rey Ciro confiaba completamente en la honradez del sacerdote y escriba Esdras. Le confía un cargamento enorme de plata y de oro y además la conexión voluntaria de todas las joyas y monedas que pudieran obsequiar le como contribución para la construcción de la casa de Dios en Jerusalén. Y además de todo ello en el v. 20 le dice que lo que le haga falta del tesoro real también puede cogerlo. Eso es equivalente a algo así como abrirle una cuenta bancaria y que pueda gastar todo el dinero que quiera y necesite. Sin límites. Los funcionarios públicos, los civiles y religiosos, deben tomar ejemplo de este hombre apegado a la ley de su Dios.

7: 27,28 

“Y yo fortalecido por la mano de Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel”. Oh Señor dame de este espíritu (vv. 9,10).

8:17,18

“Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví, hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho”. Ido parece ser el presidente del colegio de levitas y Serebías uno de los mejores profesores o teólogos a quien Dios envió.

8: 20

"Y ser los sirvientes del templo, a quien David puso con los príncipes puso para el ministerio de los levitas". El Espíritu del Señor se manifestó mucho en la clase más humilde y fueron los más entusiasmados. Si quieres pensar en ti mismo o en algunos otros, lee 1 Co. 1:26.

8:21

"Y publiqué ayuno para solicitar de Dios el camino derecho para nosotros y para nuestros niños y para todos nuestros bienes". Para no tropezar con enemigos, para no ser impedidos por nadie. Señor mantén nuestro camino derecho, prospéralo, bendice en este largo trayecto a nuestros niños y cuida nuestras posesiones, que nos duren y no nos roben; y menos que nos maten por ellas. Ayunamos, Señor, por estas grandes cosas.

8:22,23

"Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino, porque habíamos hablado al rey diciendo: la mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que buscan". Palabras de fe, amados, deben ser seguidas por actos de fe; cuando uno aprende una realidad de Dios debe tener fe en ella y actuar en consecuencia. A veces nos falta la fe para llevar hasta las últimas consecuencias las implicaciones de nuestras doctrinas. Aquellos eran un montón admirable de hombres y mujeres de fe, con ellos volvía la religión al país ¡qué pueblo tan lindo! Amado Dios que tengamos vergüenza hacer tantas solicitudes a los hombres cuando tenemos tan grandes promesas; es más fácil pedir a los hombres que confiar en Dios (vv. 31,32). En Dios es menos decepcionante.

8:24-30

"Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios para traerlo a la casa de nuestro Dios". "Ustedes lo van a llevar, lo van a cuidar, lo van a entregar; deben ser fieles desde ahora, desde este momento ya están en funciones".

Sólo nos queda un pedazo para completar la salvación 

8:31,32

"Y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino y llegamos a Jerusalén". Pasaron por entre muchos enemigos, ladrones, todos los vieron pasar pero ninguno les hizo daño. La ley del rey ayudó bastante para que no los molestaran, pero mucho más la providencia santa de Dios los protegió en todo el trayecto como ellos se lo habían pedido. Oh Dios que este precioso tesoro que me has dado, confiado, que no es mío, llegue completo a su destino, que ningún salteador de caminos se apodere de uno solo de mis objetos sagrados, "porque el ladrón no viene sino para  hurtar, matar   y destruir”. Guarda el camino Señor, aunque ya está más cerca nuestra salvación que cuando creímos, sólo nos queda un pedazo, el final, las puertas de oro se aproximan y el fin de nuestro recorrido estará completo, y tú nos esperas con la corona en la mano; continúa, Señor, protegiendo nuestras almas y nuestro testimonio de fe; ayúdanos a cuidar con mucho celo, temor y temblor aquello que nos has confiado y te entreguemos el depósito completo (Meditar cristianamente en 2 Ti. 1:12-14).

8:34

"Por cuenta y por peso se entregó todo, y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo". Se chequeó todo y se registró no para saber si algo faltaba, porque aquellos santos eran honrados, sino para que se supiera lo que recibían y para cuidarlo del mismo modo. Hemos recibido símbolos y doctrinas, Señor, haz que las preservemos del mismo modo y con el mismo Espíritu que se nos han transmitido; que esas joyas no se enmohezcan con nuestras manos, que no se les opaque el brillo, que las guardemos con igual celo que los que las guardaron antes y así las entreguemos a las generaciones posteriores, a nuestros desconocidos sustitutos en este mundo.

8:35,36

"Y entregaron los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río". Se ve la bendición de Dios de una punta a otra, todo les salía como a pedir de boca. Sin embargo no estaban más que empezando la obra. Amado Dios que yo siga con la misma fe, no, con más, dame más celo, ferviente oración, que trabaje mejor y sea espiritualmente más efectivo según pasen los años.

9: 5

"Me postré de rodillas y extendí mis manos a Jehová mi Dios". Señor permíteme orar así por las familias de la iglesia, que cuando vea que están violando tus pactos ore de ese modo. ¿Qué necesitan ellas? Obediencia a tus palabras.

9:2-6

"Dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza y nuestros delitos han crecido hasta el cielo". ¿Nos quita el apetito los pecados de nuestros hermanos? Más cuando se le informa que los príncipes de quienes se esperaba el buen ejemplo han caído seducidos por la tentación. Y es para no tener ganas de bañarse, comer, reír o poder dormir por el pecado de nuestros hermanos porque puede ocurrir que Dios sustraiga las bendiciones de los unos por causa de los otros, o haga un castigo colectivo y sufran los inocentes del mismo juicio que los que son culpables. Lee este texto difícil 2 Sa. 24:17; pero compáralo con Ge. 18:25. ¿No te importa la moral de los demás, que violan el juicio de Dios? (Lc. 13: 2-5).

9:8

"... por un breve momento, un poco de vida"; después de largos años de juicio y castigo, de habernos ido disolviendo como pueblo, dejando de existir, ha llegado un momento, breve, una pausa en tu juicio, con tu misericordia; muchos años sin ver el sol, perdidos; Señor quiero que con todo el corazón pueda aprovechar ese breve momento, que es como una pequeña puerta y oportunidad de gracia que se me ofrece y aprovecharla, y entrar a la abundancia y riquezas de Cristo porque, sólo Tú sabes cuán breve será el tiempo en que esa puerta estará abierta. Señor los tiempos apremian, son cortos, la obra es difícil, haznos sentir la brevedad de nuestras vidas, que es como humo, que pasa como un pensamiento, como te pidió tu siervo Moisés; Señor danos ese breve momento y amplíalo Señor, amplíalo por tu amor.

 

Bodas mal hechas

9:9-15

Porque siervos somos; mas en nuestra servidumbre no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos protección en Judá y en Jerusalén. Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas regiones, por las abominaciones de que la han llenado de uno a otro extremo con su inmundicia. Ahora, pues, no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis jamás su paz ni su prosperidad; para que seáis fuertes y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos para siempre.  Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro gran pecado, ya que tú, Dios nuestro, no nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades, y nos diste un remanente como este, ¿hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?  Oh Jehová Dios de Israel, tú eres justo, puesto que hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día. Henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto”. 

Han habido pocos hombres que tengan tanta sensibilidad y celo como Esdras para lamentar profundamente las bodas mal hechas. Si el pueblo de Dios quiere perseverar hacia el futuro, tiene que demandar matrimonios correspondientes con la ley de Dios. Hoy, Dios nos perdone, a los pastores que bendecimos en las bodas, nos duele menos que a Esdras que los jóvenes se mal casen; bendecimos uniones mixtas sabiendo de antemano que Cristo va perdiendo, pero condescendemos en santificar la unión con la esperanza de que el que es extranjero a la fe sea en lo futuro hecho un prosélito de Israel; animamos nuestra fe con las pocas excepciones que existen donde el inconverso se ha convertido después de casado, alentamos una esperanza que no tiene como fundamento ninguna promesa. ¿Es el matrimonio un asunto tan privado que la iglesia no tiene derecho a prohibir un casamiento de este tipo? 

El apóstol de la gracia es más condescendiente y dice a los que tienen esposas no creyentes que no las abandonen, “12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone” (1 Co. 7:12, 13), porque lo que la ley no pudo la gracia sí lo puede, sin que tengamos en menos las buenas recomendaciones dadas por Moisés. Hay esperanza para las bodas mal hechas, para los matrimonios mal formados, y no es precisamente la disolución de la unión, los equivocadamente formados, y más para los que han comenzado a ser bendecidos y ya a uno de ellos ha llegado la gracia de Dios (como en Corinto) y tiene casado lo que no tenía soltero porque ha ingresado Jesucristo en la familia, entonces, bendito sea Dios, es que hay esperanza para el matrimonio y los hijos; la solución, y es un poco más que los consejos, que las sabias orientaciones, que las peladas confesiones de faltas de uno para el otro delante de un profesional, es la confesión de pecados, sin altivez y con franqueza, ante Jesucristo, y ¡serán sanados! “16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Sgo. 5:16). Más que con nobles consejeros, que con Moisés, con la gracia de Dios en Jesucristo, amados.

10.

No hacía fiesta por esas bodas, sino que derramaba sus lágrimas.

10:4

"Levántate porque ésta es tu obligación y nosotros estaremos contigo; esfuérzate y pon mano a la obra". Obligación, quiere decir "esto es un asunto tuyo". "Ya no estés más desanimado y llorando, ponte en pie, anímate y haz algo porque con lamentarte no estás cumpliendo tu obligación con Dios. Si tienes alguna gente dispuesta a ayudarte, úsala y arregla las cosas". 

10: 9-12

"Todos los hombres de Judá se reunieron en Jerusalén temblando con motivo de aquel asunto y a causa de la lluvia". ¡Cuánto han tenido que sufrir los hijos de Dios para que llegue hasta nosotros lo que ha llegado! ¡Cuánto dolor cuesta arreglar un error! Oh Dios, aunque el evangelio nos pida lo mismo, que no hagamos esas cosas que no son agradables delante de tu ley, y que pongamos en peligro la integridad y la esencia espiritual del pueblo tuyo; concede la gracia de tu Espíritu Santo para poder cumplir con el espíritu de ella, como lo deseaba el escriba Esdras, para que en la humillación la iglesia sea judía en el espíritu, circuncidada de corazón, y por tu misericordia alcancemos la bendición sobre toda la generación donde vivimos. 

10:8

"Y el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su hacienda, y el tal fuese excluido de la congregación de los del cautiverio". Una medida drástica justificada por la situación. Si el juicio de Dios se acerca hay que obrar rápido. No había espacio para los que no les importaba el asunto; o estaban comprometidos y no querían tratarlo. Tenían que venir y ayudar a resolver la situación; nunca se imaginó nadie que un asunto como ése, el matrimonio, fuese tratado por la congregación; y todos presentían que sus hogares, impíamente formados, sería deshechos (v. 9). Hoy no se exige eso, pero se prohíbe y es un peligro para la causa de Cristo.

10:10

"Esdras les dijo: Vosotros habéis pecado por cuanto tomasteis mujeres extranjeras añadiendo así sobre el pecado de Israel". "Vuestros matrimonios malos se añaden como pecados a los que ya hemos cometido" (Jos. 22:16-18).

 

Jesús resuelve lo que Moisés no pudo

10:11,12

"Dad gloria a vuestro Dios y apartaos de las mujeres extranjeras". Aquellos romances debían terminar allí mismo y volver a casa con carta de divorcio, el idilio pecaminoso concluir. El pecado es muy fácil cometerlo pero difícil deshacerlo, y hay que exterminarlo aunque su remedio sea tenido como insensible o inhumano; no se puede condonar el pecado para no hacer daño, y sellar un hecho malo. No hubo medida intermedia, (1) una promesa de ellas para aceptar el judaísmo (2) o aceptar aquellos matrimonios y prohibir nuevos enlaces de ese tipo. La solución de un pecado es el cortar por lo sano, una escisión radical, volver a empezar, un nuevo matrimonio. Nosotros, nuestros hogares, vivimos sobre un mejor pacto y sobre mejores promesas, se ha dado por viejo el antiguo; la gracia resuelve con el nuevo nacimiento, lo que Moisés no pudo con mandamientos (ver nota 9:9-15), y el que tiene mujer no creyente no la abandone (1 Co. 7:12).

 

 

Nehemías

“El libro de Nehemías es principalmente una narrativa personal, y contiene un relato de Nehemías mismo, y de ciertos procedimientos en los cuales él estuvo envuelto, entre los 20 años de Artajerjes (444 a. C.) y sus 32 o 33 años (432 a. C.). Es un relato natural como una secuela del libro de Esdras con el cual siempre ha estado unido al canon judío, aunque reconocido como una "segunda parte" de ese libro. El principal objetivo del escritor es describir las circunstancias que tuvieron lugar en relación con la reedificación de la muralla de Jerusalén en el 144 a. C., su dedicación, algunos años más tarde con grandes pompas y ceremonias. Para explicar la parte que él mismo tuvo en esas transacciones, escribe el relato con características puramente personales, describe las circunstancias en la cual funcionó como director de la obra y su superintendente. Este bosquejo ocupa los primeros dos capítulos. La principal narrativa entonces comienza, y discurre sin interrupción hasta el capítulo 7:5, cuando es interrumpida por una lista, idéntica o parecida a la que dio Esdras en el segundo capítulo de su libro, una lista de las familias que regresaron de Babilonia bajo Zorobabel. La fecha más temprana en la cual Nehemías puede haber compuesto la última sección (12:27-13: 31), esto es alrededor del 431 a. C., el año en el cual cuando visitó a Babilonia y regresó a Jerusalén la segunda vez (13:6). Probablemente escribió rápido en medio de esas reformas, una cosa que se deduce cuando se expresa a sí mismo con el calor natural como si la lucha hubiera sido un suceso reciente. Estas consideraciones limitan la fecha del original hacia el 431-430 a. C. Tal vez la final porción pudo escribirse un siglo después” (El Comentario del Púlpito).

1:1-3

"Me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado y sus puertas quemadas". Aunque Nehemías vivía bien en Babilonia, no olvidaba a su pueblo, sus raíces, su nación. El panorama que le cuentan de Jerusalén es tétrico. No dijeron: "Haz algo", pero el Señor sí se lo dijo. No tienen que pedirnos lo que la conciencia y la Biblia nos dicen que hagamos.

1:4

"Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días y ayuné, y lloré delante del Dios de los cielos". El impacto de la noticia le partió el corazón, le arrancó lágrimas, lo humilló y lo postró en oración. Cuando oímos estas cosas sobre el pueblo de Dios, de una iglesia distante, lloramos. Nota que dice dos veces que lloró y una que oró; fueron más abundantes sus lágrimas que sus palabras; y sus palabras estaban húmedas por lo tanto de su llanto. Observa también que oró sentado; y en otra ocasión caminando con los ojos abiertos (2: 4). Señor que no le falten sentimientos a mis intercesiones. Ayúdame a rogar con ardor.

1: 9

"Aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré". La misericordia de Dios es concluir el exilio, hacer volver a Israel. No puedes ir tan lejos que Dios no te alcance. La idea es que aunque fueren lanzados lejos, expulsados distantes, Dios los “colectará”, los volverá a reunir con su mano.

 

Oración y proyectos

1:11

“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey”.  Cuenta las veces que se menciona la palabra siervo (3); esa palabra tenemos que repetírnosla mucho para que no olvidemos que somos comprados por precio, que no somos de nosotros mismos, que recibimos órdenes. También se puede traducir “temer tu nombre”; "que se deleita en reverenciar tu nombre", lo cual es una traducción hermosa, porque realmente nosotros nos deleitamos en Dios y en su palabra. La gestión que este hombre está haciendo concede que depende completamente de Dios. Buen éxito quiere decir prosperidad. Por gratitud debemos reconocer siempre que nuestra prosperidad y éxito, cualquiera que sea el tamaño que tengan, proviene de Dios. Nehemías ya tiene en mente un propósito, sólo necesita la bendición de Dios para hacerlo. Dijo: Sé conmigo, oh Dios, desde ahora hasta que acabe lo que haré, bendice mi proyecto.

2:2

“Me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera”.  Le quiso decir algo así como que “algo anda mal en tu corazón”; y lo que fuera se le salía por la cara. Hay sentimientos que son difíciles de esconder. Tengamos cuidado de no entristecer a los otros, quitarles la alegría; pero ¿no es una gran tristeza cuando lo estamos por la obra de Dios? Pablo dijo que estaba triste por las iglesias (2 Co. 11:28). Ojalá que no pocos sino muchos estuvieran cariserios al saber el mal estado espiritual de las iglesias. No es  para menos. No por la propia solamente sino aquellas que nos mencionan.

 

Con qué sustituir el teléfono móvil

Nehemías 2:4

"Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos". Nehemías sabía que necesitaba mucho de la bendición de Dios para que su gestión fuera prosperada. ¿Quién era él para que el rey le concediera lo que deseaba? No confiaba en su posición como copero, en las relaciones de la corte, en sus amigos que intercedieran por él, ni en las simpatías personales que pudiera el rey sentir por él, ni siquiera en la nobleza de su petición.  Encomendemos al Dios del cielo nuestro trabajo aquí en la tierra.

Pidió muchas cosas y ni una sola le fue negada (vv. 4-8) porque con Dios todas las cosas se hacen mejor, son más fáciles y se obtienen en abundancia. Nota la brevedad de la oración, fugaz como un relámpago, fue una pequeña invocación mental (de estas podemos elevar muchísimas a diario), un deseo, y rápidamente ascendió al cielo en alas de la fe y antes que articulara una palabra ya Dios había dispuesto el corazón del rey. La oración fue delante de su petición y todo resultó bien. Oh que la oración lo preceda todo, que Jesús vaya delante de nosotros en cada cosa, que se mezcle con nuestro trabajo cuando vamos caminando hacia algún deber. Amén. No hay deberes y excusas para no tener muchos instantes de adoración, cualquiera cosa que estemos haciendo. Quizás así se reducirían los accidentes de tráfico, al sustituir con la noble oración el uso del teléfono móvil mientras se conduce.

2:8

"Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí" (v. 18). ¡Qué bueno es tener esa experiencia y hablar de ese modo!, "la benéfica manos de Dios"; no, dice de mi Dios; y llama a la mano de Dios benéfica, que también significa buena y bondadosa. Disfruta como yo esa palabra, benéfica o bondadosa. Si Dios tiene una mano bondadosa es que él es bondadoso (Tit. 3:4).

2:9-10

"Pero oyéndolo Sambalat horonita y Tobías el amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel". Uno no puede impedir que los impíos y los falsos hermanos presencien la alegría, o den algún apoyo a la obra de Dios; sin embargo en el fondo se disgustan por las bendiciones que tienen los líderes que ellos no aman y expresan los sentimientos del diablo. Si quieres lee vv. 17-20; aquellos hombres no eran judíos ni tenían sangre davídica, por lo tanto, aunque estaban en Jerusalén no amaban a Dios, al pueblo ni a la ciudad. Pasaron del simple disgusto a la actividad para impedirlo. Los impíos en la iglesia y los carnales, por razones propias, siempre procuran apagar cualquier entusiasmo, enfriar un avivamiento, hacer nulas las ideas y los esfuerzos de los que son enviados por Dios y que se entristecen, y no les da igual y trabajan para que todo cambie.

2:11-16

"Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas consumidas por el fuego". Son una bendición los líderes que rodean la obra de Dios, miran su estado, se informan de su condición, e idean formas con la bendición de Dios, para levantarla. Nehemías tenía un pensamiento secreto, un plan privado, una influencia particular de parte de Dios que nadie conocía y por el momento no deseaba darla a conocer; un plan en germen, un deseo vivo que le consumía el corazón, que venía del cielo, pero no era el momento de compartirlo hasta que no llegase la ocasión, que consideraba próxima, y estaba ya dentro de ella.

 

Ayudaron a reparar la iglesia, los mínimos

3. (Capítulo).

El líder tuvo la idea, se dio cuenta de la situación lamentable de la ciudad y del peligro que corría si los muros no eran edificados; Nehemías no encontró objeción; bastaba con pasear la vista, todos estaban de acuerdo pero hizo falta algo más que compartir la idea, llevarla a cabo, que cada uno cooperara. He ahí como lo hicieron, es maravilloso observar que....fue hermosa la participación: prácticamente todos participaron en la restauración, excepto los grandes y nobles de Tecoa (v. 5) que no se quisieron ensuciar las manos y no querían aportar dinero. Fueron los pobres, los mínimos, los pequeños, los que se quitaron lo que tenían para hacer la obra.

Personas con diferentes oficios (vv. 8, 12, 17,22), porque la obra de Dios los incluye a todos, ¿por qué?, porque vivirían dentro de la ciudad y lo que harían lo harían no sólo por los otros sino también por ellos mismos. Una iglesia segura es de beneficio para nosotros y para la familia. En nuestro caso tenemos  razones: por el evangelio que ella predica, ha atendido nuestras oraciones, hemos tenido muchos encuentros con el Espíritu Santo por medio de su Palabra, hemos sido bautizados en ella, nuestros hijos han sido presentados al Señor en ella, la hemos sostenido con nuestro dinero, el Espíritu Santo nos ha dado dones en ella, nuestros hermanos son los mejores del mundo, nos quieren como familia, nos perdonan, nos ayudan, etc. Edificaron por familias, los hermanos “hijos”;  y los solos (v.20), con un entusiasmo contagioso como si toda la familia y conocidos lo estuvieran ayudando, y amigos (v. 6).

3:12

"Junto a ellos restauró Salum hijos de Halohes gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, élcon sus hijas". Las mujeres también ayudaron. Colaboradoras (Flp. 4:3). Si quieres leer una lista preciosa de damas comprometidas con el trabajo varonil y divino de la iglesia lee el último capítulo de la epístola del apóstol Pablo a los Romanos.

 

Parecía un león trabajando

3:20

"Después de él Baruc con todo fervor restauró otro tramo". Los adjetivos que se utilizan como sinónimos de la palabra fervor son bellos y se aplican a la forma en que este hombre se incorporaba la obra de Dios: brillar; su trabajo era brillante; calentándose; según trabajaba en vez de hacerlo con menos fuerzas y ánimos, su calor iba creciendo. Llama; era puro fuego. Y la palabra tramo también puede traducirse extensión, medida y porción. Cada uno de nosotros tiene un tramo asignado por Dios y por nuestro deber en la obra del Señor; y la limitación y el área se definen por el don que haya recibido de Dios (Ro. 12:6; Efe. 4:7). Este hermano trabajaba con iniciativa y entusiasmo; parecía un león trabajando. ¿Por qué hemos de cumplir nuestro oficio de modo frío y desinteresado?

4:1

"Cuando oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos". Cuando se escriba la historia de la iglesia, o se cuente en el cielo se dirán los nombres y los hechos de los que trataron de estorbarla, y cómo  no pudieron, para gloria de Dios (2 Ti. 4:14).

4:4-9

“No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban”. Se pudiera traducir “porque se han airado delante de los edificadores” o “porque han desmoralizado a los edificadores” (v.10). Es cierto que provocaron a ira a Dios tratando de estorbar a los constructores, posiblemente ellos se enojaron y mantuvieron una moral laboral alta, a pesar de los muchos impedimentos y obstáculos. Y por supuesto los malos se enojaron (v.7). Oración y trabajo (v. 6) contra los que tratan de evitar el surgimiento del pueblo de Dios; con lágrimas y sudor; y si quieren poner en práctica sus malicias, entonces formar la defensa (vv. 7-9). Lágrimas. Sudor, defensa. Si esta última falta y no hay expulsiones, sino se defiende lo que se logra, se llora y se trabaja en vano.

 

Si el escombro se acumula, edificar la iglesia es difícil

4:10-12

"Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado y el escombro es mucho". La palabra escombro es muy apropiada porque implica los sinónimos: basura, mezcla, barro y palos. Los que tenían que sacar la basura y lo que estorbaba no estaban haciendo bien su trabajo, y el montón de desperdicios y cosas inservibles crecía; un palo tirado aquí, un pedazo de piedra por allá, basura de cualquier clase, uno tropezaba por este lado y otro tropezaba por el otro. Que el escombro se quitara de en medio era necesario para poder construir y eso no se podía hacer por causa de los impedimentos y desechos. Los basureros son necesarios, como en los sacrificios los aguadores y leñadores (Jos. 9:21,27). No todos los trabajos corresponden a los expertos. Parece que a estos acarreadores el regaño les hizo bien porque después estaban más consagrados y dispuestos (v.17). Estos eran los que desanimaban, los que paralizaban la obra por medio del temor. A uno no lo deja crecer aquellas cosas que como Pablo debiera estimar como “basura”, y a la iglesia lo mismo. Ella mete o deja dentro de su seno y en sus prácticas el escombro y construye con ¡heno y hojarasca! (1 Co. 3:12), a estas alturas de la revelación y la historia cristiana donde hay tanto oro, plata y piedras preciosas. Pero así son los tiempos, propicios para deslumbrar a los tontos ministerios que construyen precisamente, o quieren hacerlo sin poder, lograrlo con lo que debieran tirar al estercolero. Alguien, no sé quién, tendrá que sacar la basura.

4:13

"Puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos". Las familias se tornaron soldados, sabían que estaban defendiendo sus vidas (v.14). La patria son nuestros hogares, la tierra donde nacimos. No los ideales de un político demagogo o tirano. La obra de Dios se vuelve muy potente cuando crece y se fortalece por familias. Es lo que en el antiguo Pacto se le llama "casa" (Ge. 18:19; Jos. 24:15). Hoy el diablo, usando todos los medios de comunicación, está arruinando el concepto de familia y matrimonio. Será el  fin de una sociedad superior y su cohesión. La política o la filosofía no pueden lograr lo mismo que el concepto cristiano de hogar. Dulce hogar.

4:15

"Nos volvimos todos al muro y cada uno su tarea"; o cada uno su diputación, trabajo y empleo. Si quieres pensar en lo bello que es ver a los hermanos juntos y en armonía trabajando y creciendo en la obra del Señor, refresca tu espíritu con esta expresión "cada uno su tarea".

4:16

"La mitad trabajaba en la obra y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos". Amado, en tiempos difíciles para la iglesia, defenderla es tan importante como trabajar para edificarla (vv.16-18). Y ambas cosas a la vez, como dice Calvino en una carta a Farel. Son los tiempos de reforma.

4:19,20

"La obra es grande y extensa y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros". Cada uno debe pelear no sólo por su familia sino por la de los otros; el diablo puede que no entre por los tuyos a la iglesia pero por otra puerta sí puede. Cooperemos los unos con los otros. Peleemos por Dios. A veces vivimos muy separados. Si oyes a algún hermano que grita y pide auxilio, corre pronto. (Medita en 1 Jn. 5:16,17). No te entretengas cavilando en cuál es el pecado de muerte que si Juan no explicó su clasificación no hay quien pueda señalarlo. Sólo quizás la blasfemia contra el Espíritu Santo.

4:21

"Y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas". Hay veces que hay que hay que tener muchas garras para continuar en la obra de Dios y no irse a buscar un sitio de paz.

4:23

"Ni yo ni mis jóvenes, ni la gente que me seguía nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse". Posiblemente hermanos jóvenes.  Amado Señor, si sólo por un tiempo todas nuestras familias se entregaran a adelantar la obra así, en unos pocos meses ella sería el asombro de todos. Hoy que tenemos paz es la hora de trabajar mucho para edificar y extenderla, las condiciones son buenas para hacer evangelismo, si no tenemos tensiones internas en la iglesia, si todo es armonía. Y parece que el diablo nos ha dejado tranquilos por un tiempo, ¡manos a la obra!, es la hora de construir. Salgamos a perseguirlo. Pudieran venir tiempos difíciles.

5:1-19

"Y no tenemos posibilidad de rescatarlas" (v.5). ¿Cómo se puede sentir una hija hecha esclava por las deudas de su padre? Cuando uno lee este capítulo siente pena y asombro y la realidad le deshace la romántica idea de que los que estaban en ese momento en la tierra o venidos desde la cautividad eran espíritus perfectos, un pueblo bien dispuesto, temeroso del Señor. Para ser justos, no, la gran obra que hicieron fue por los líderes que eran fuertes y Dios los ayudaba. No era un pueblo para hacer cosas grandes, la excelencia del poder era de Dios y la alabanza de su gracia. (Influir nuestra meditación con 2 Co. 4:7; Efe. 1:6).

5:1-5

"Hemos pedido prestado grano para comer y vivir". Eso sí era miseria, por los altos intereses; no pudiendo pagar las deudas habían perdido a sus hijos. Amado, el tomar prestado dinero es muy peligroso. Por necesidad ¿no hay niños y niñas que trabajan como esclavos para traer unos centavos a los bolsillos de sus empobrecidos padres, debiendo esos chicos estar estudiando? Huid de los préstamos.

5:6

"Y me enojé en gran manera cuando oí estas palabras". Nehemías tiene un temperamento fuerte. Se enojó contra la injusticia, la avaricia, la usura, el abuso y la esclavitud (Ver 13:25).

5:7

"Reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos?". Para obligarlos a acceder o perderlo todo; los ricos que no temen a Dios temen al pueblo. Hay que ponerle freno a sus codicias. Sin parcializarse contra ellos a favor de los pobres.

5:8

“Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos?”. Eso es una cosa bonita, que haya hermanos que compren la libertad de otros, que paguen el precio de su redención. No muchos están dispuestos a gastar sus ahorros en ayudar a salir a sus amigos de un país tiranizado. Pero se da el caso. Cristo pagó nuestra redención con su vida.

 

El reino de Cristo y la justicia social

5:7-13

"Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije:¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación:¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto".  

Nehemías dio el ejemplo y les citó la ley de Dios. Este problema había que resolverlo. Había ido allí para edificar los muros de la ciudad pero también otras cosas que tratar. Si queremos edificar el reino de Cristo en nuestro país, hay que luchar por la justicia social. La economía hay que regularla para que unos no conduzcan a la miseria a los otros, obligándolos con impuestos que sólo usan para hacer más grande el gobierno y que se meta en todo, haciendo que los pobres dependan de él como un padre o un amo y que sigan siempre pobres sin pensar en la libertad sino en sus vientres. Si no tienen alguna libertad económica pierden su libertad política. Y si no tienen libertad política, sin democracia, difícil les será salir de la pobreza y la escasez. Trabajamos también por la venida del reino de Dios cuando trabajamos por los derechos humanos, como lo hacen algunos dejando, con comentarios bíblicos, que la Biblia hable. Una buena teología es libre e indómita, no es capitalista ni socialista, es cristiana y humana.

5:14,15

"Pero yo no hice así"; "no fui corrupto como ellos, no fui designado para este puesto para enriquecerme a costa de ustedes".

5:17

"Y los que venían de las naciones estaban a mi mesa; nunca requerí el pan del gobernador". "Gasté lo mío y yo mismo me gastaba por mis hermanos y en mi trabajo". Espíritu similar a éste lo tenía el apóstol Pablo (2 Co. 12:15).

6:2-4

"Yo hago una gran obra y no puedo ir". "No, no puedo ir, el pueblo no aceptaría trabajar con un superintendente en mi lugar, tampoco yo quiero ir, tengo mucho trabajo que hacer".

6:8

"No hay tal cosa como dices, sino quede tu corazón tú lo inventas". "Es una descarada mentira tuya, yo no quiero ser rey de nadie sino hacer la obra de Dios".

6:9

"Nos amedrentaban diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra y no será terminada; ahora oh Dios, fortalece tú mis manos". “Nos desaniman”. Sabía que aquellas continuas intrigas y amenazas los desalentarían, principalmente a él, por lo tanto ruega a Dios para que no sean dañados con esa propaganda, mal intencionada.

6:9-17

"Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías y las de Tobías venían a ellos; porque muchos en Judá se habían conjurado con él". Es increíble que pudiera pasar por esa etapa sin fallar. Me llama la atención que no hizo caso de los falsos profetas. No le tuvo miedo a las predicciones de ellos porque sabía que estaban siendo pagados (v.12); y si ya sabe que alguien ha tomado dinero para dar un mensaje, ¿cómo voy a creerlo? Y si uno está haciendo la obra de Dios por inspiración divina, por amor a su pueblo, no puede ser que esa pretendida visión de Dios se oponga a la revelación de él. No creas a cualquiera que abra su boca y diga que habla en nombre de nuestro Señor.  Mira al profeta Miqueas como toma a esa gente (2Cro.18:23).

 

Di un rotundo no pecaré

6:11,13

"¿Un hombre como yo ha de huir?”.

¿Un hombre como yo ¿ha de pecar?" (v.13), quiso decir, "el testimonio de Dios depende del mío". Mira el alto concepto que tiene de su liderazgo; pensó en lo que él valía para otros y las muchas cosas que Dios le había confiado. Si estás tentado a pecar, por favor, implora misericordia, porque un hombre como tú no debe aceptar una proposición mezquina, cobarde, y bestial como pretende el diablo que aceptes.

Valórate a ti mismo, un hombre como tú, una mujer como tú no debe pecar. ¿Qué pasará con aquellos que has traído para que te ayuden, que has inspirado en la obra, que han sacrificado mucho junto a ti por tu ideal, por tu teología, incluso por tu bienestar familiar? La iglesia de Jesucristo confía en ti. Esa pregunta debe ser constante en tu personalidad cristiana, sobre todo en tiempos de tentación cuando se te pone al alcance de la mano alguna forma de desobediencia, huir porque las circunstancias te aprietan, o caer en pecado carnal, indigno de ti, traído por el aspecto angelical de un ángel falso y caído. En tales momentos debes preguntarte "¿un hombre como yo ha de caer en esa tentación?”. ¿Si acaso corro aunque me echen ese desperdicio? ¿No soy templo del Espíritu Santo? ¿Cómo pecaría contra mi propio cuerpo (1Co.6:18)". Entonces diré "golpeo mi propio cuerpo y lo pongo por servidumbre no sea que siendo yo heraldo para otros", Dios me elimine” (1Co.9:27).

¿Cómo le harás eso a Dios, desperdiciar de ese modo la gracia y la misericordia recibida, caer en esa clase de tentación cuando has sorteado con éxito otras tanto o más peligrosas? ¿Qué será de ti, sino el ridículo, la burla, y que tus mismos seguidores te llamen hipócrita y los que no te amaban se gocen sobremanera llevando las malas noticias de tus fallos a otros oídos para regocijarse en tu mala propaganda y vengarse de ese modo por la envidia que les hiciste un día sentir? Nehemías  se propuso esa pregunta para sí mismo y se la hizo a otros, que no pudieron darle respuesta, porque sabían lo que les estaba preguntando, que equivalía a un rotundo, no huiré y no podrán echarme, no pecaré; “y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (Jud.1:24,25).

 

Pide a Dios que no olvide los pecados de otros

6:14

"Acuérdate, Dios mío, de Tobías y Sambalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo". Aquí no está pidiendo que se olvide de los pecados que cometieron, sino que no los recuerde. No pide para ellos perdón sin juicio, no misericordia sin justicia. Si algunos pecan contra nosotros debemos perdonarlos 70 veces; cualquiera ofensa personal, y debemos amar a nuestros enemigos, pero para quien trata de destruir la obra de Dios, debemos pedir juicio (2Ti.4:14,15). Quizás éste no sea el espíritu que nos dio el Señor, no es el espíritu de nuestro hermano Esteban, pero otras veces no cabe sino ese espíritu, y nuestra alma no está tranquila si no ve la justicia de Dios porque tiene “hambre” de ella (Mt.5:6), para que otros teman, y para la gloria suya, porque aún las almas decapitadas en el Asia Menor, simbólicamente representadas en el cielo piden venganza (Apc.6:9-11).

6:18

“Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías”.  Porque contaban con muchos traidores internos que trataban de deshacer la obra de Nehemías.

7:2

“Y a Hananías, el jefe de la fortaleza de Jerusalén, porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos”. ¿Quién mejor para cuidar a Jerusalén que un hombre que se distingue por su temor de Dios? Los que no temen a Dios y están en eminencia, no temen tampoco al hombre ni a las leyes, y juegan con ellas (Lc.18:2,4).

7:4

“Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella”. Algunas veces nuestros templos se miran así, con muchos espacios vacíos, pocos asientos ocupados. ¡Oh mi Señor! Da hambre de la palabra a tu pueblo (Am.8:11).

8:3

“Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley". No te parezca mucho el trabajo que gastas en leer y oír la palabra de Dios; medita en ella de día y de noche (Jos.1:8; Sal.1). ¡Dios mío, qué central era tu Palabra en ese entonces! Y desgraciadamente está cayendo en desuso en nuestros púlpitos modernos. Música y entretenimiento es lo que está a la orden del día; y en otros casos un evangelio con psicología, que quita suspiros, alienta, y engendra optimismo pero no fe, ni ayuda para vivir la vida cristiana, y no salva. Esta clase de evangelio falso  es otro y no salva.

 

El entra-y-sale del templo

8:5

"Y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento"; literalmente quiere decir que se puso de pie, por supuesto para prestar atención y reverencia. Nadie quería perderse ni una sola palabra porque en una partícula de ella podía hallarse la vida eterna (Mt.5:18). Debiera evitarse por todos los medios que se entre y salga del templo, a la hora del sermón, porque la atención es la primera obra del Espíritu Santo sobre la mente (Hch.16:14), y Satanás trata que no se halle a Cristo en ella (vv.7,8); que no se entienda (Mt.13:19); ver también (He.8:10-12). En épocas de gran avivamiento espiritual la palabra de Dios ocupa el primer lugar. Jesús dijo que los escribas escudriñaban la Escritura porque estaban avisados que en sus letras hallarían la vida eterna; y les dijo que procuraran encontrarlo a él en sus lecturas (Jn.5:39). Una partícula de la Biblia, un adjetivo, un artículo, una buena traducción, un énfasis especial, pueden comunicar palabras de vida eterna.

 

Les pidió a los llorones que sonrieran

8:8-12

"Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley". ¿Harían bien o mal los levitas y Esdras en detener aquel llanto del pueblo, que era fruto de la Palabra de Dios porque les recordaba su pecado y el castigo recibido, para que estuvieran alegres para una gran celebración? Era la fiesta de los tabernáculos y eso significaba alegría, no ayuno y confesión de pecados. El dijo que la alegría era la fortaleza de ellos, de los que podían comer y beber porque sus obras eran agradables a Dios (Ecl.9:7). Las celebraciones, sin contrasentido, deben ser celebradas por aquellos cuyas obras son agradables a Dios, que hacen las obras del Espíritu Santo y no las de la carne.

No critico lo que esos santos líderes hicieron, pero quizás hubiera sido bueno que lloraran un poco para que se alegraran mejor después; no me apresuraría a enjugar las lágrimas que el Espíritu Santo hizo que brotaran. Esa sensibilidad espiritual debía extenderse por un tiempo más, esa humillación alargada, seguida por un tiempo de oración, otro tiempo de lectura sobre promesas de consolación, como aquellos pasajes donde se les promete que la sangre los limpia de todo pecado, que Dios echaría sus pecados en el mar y los olvidaría, etc.

Hubiera dejado que cada uno continuara pensando en sí mismo, como seguro que ocurría, en sus vidas, en los días pasados, los presentes y los futuros, desde aquel día en adelante, para que fuera un pueblo mejor preparado para el Señor (Zac.12:10-14). Oh amado, que vengan días así, cuando el pueblo del Señor sienta hambre por su Palabra y la busque (Am.8:11).Y si Nehemías consideró que era un día de mucha alegría y pidió a los llorones que sonrieran, ¿quién soy yo para decirles que sigan llorando?

 

Por los padres muertos no se ora

9:2

"Y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres". Quizás te parezcan raras esas palabras, que los hijos, los nietos y biznietos confiesen los pecados de sus padres, abuelos y bisabuelos muertos. No es para que Dios les perdone a ellos hallándose ya fuera del alcance del perdón, porque quien muere en sus pecados bajo la ira de Dios se muere y ella ya no es removible jamás. El que traspasa el umbral de la muerte pierde ya toda esperanza de salvación, no hay oportunidad de algún tipo. Las iniquidades de los padres vivos deben confesarla los hijos para que Dios tenga de ellos misericordia y les conceda arrepentimiento (2 Ti.2:25,26), pero cuando se trata de los pecados de muertos, se confiesan sus iniquidades, si uno las llegara a conocer, por causa de los vivos, para que el Señor detenga la ira sobre los vivos, que aun siente sobre los muertos, como se dice en Dt.5:9.

Si Dios, siendo tú de una familia que no es evangélica, él te llama por su gracia, no te tardes en responder a las ofertas que te hace, no renuncies a ninguna de ellas y piensa siempre que usó contigo un excepcional privilegio llamándote para la salvación.  Para que pudieras apreciar debidamente eso tendrías que comprender cuán prolongada suele ser su ira con aquellos que pecan contra él que comúnmente alcanzan a muchas generaciones, a países y aun continentes enteros, y los deja andar en sus propias mentes y en los pecados que van aprendiendo de sus mayores y que ellos mismos van inventando de sus propios corazones. Señor gracias, no hay ninguna explicación, excepto su soberano amor, para haberme escogido, para haber detenido tu ira sobre mí, cuando aun la sientes por aquellos que viven, y te niegas a concederles a ellos lo que me concediste a mí y los veo caer uno a uno como árboles secos destinados para el fuego eterno. Siento gratitud y temor, Señor, me tiembla el corazón y te doy gracias con amor, porque el destino, la oscuridad, el endurecimiento que ellos padecen pudo haber sido también el mío, yo me pude enfermar con los mismos pecados que ellos están enfermos y con los cuales no quiero tener nada que ver. Así pienso que no nací para ellos sino para ti, que soy más tuyo que de ellos, soy uno de tus primogénitos, siempre tuyo (He.12).

9:3

"Y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios". Puestos los pecados uno sobre otros, llegarían al cielo. Los pecados siempre tocan a Dios.

9:5

"Bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad". No hay dos eternidades sino una, uno habla así cuando piensa en este vida como la suma de los tiempos, pero no es así, la eternidad es la ausencia del tiempo donde no existe lo creado. Los ángeles son creados, son inmortales y en ese sentido tienen vida eterna, participan de la eternidad. Bendecir y santificar el nombre del Señor primero que todo, por encima de todo. En el original lo que dice es "siempre por siempre" "siempre y eternamente". ¿Será bendecido? Bendice su nombre. ¿Le alabas? Bendice su nombre por encima de la letra y el arte musical, eternamente.

9:6

"Y tú vivificas todas estas cosas". Te adoramos Señor porque eres nuestro creador y por tu gracia preservas el hálito de nuestras vidas. Tú eres, Jesús, nuestroespíritu vivificante (1 Co.15: 45); desde ahora y en nuestra resurrección.

9:8,9

"Y cumpliste tu palabra porque eres justo" Le alaba por la elección de Abrahán el padre de todos ellos y asegura que siempre cumplirá su palabra con sus elegidos. Ayúdame a serte fiel como él, a creer como él, a participar de las promesas que diste a él. Por Jesús.

9:10,11

"Y te hiciste nombre grande como en este día". La idea es que se hizo Nombre, se dio a conocer entre los dioses paganos, un nombre que es sobre todo nombre, "Soy El Que Soy". Es decir, revelaste quien eras y lo que podrías hacer ante los ojos del mundo, diste testimonio de ti, para salvación de tu pueblo y de los gentiles. Tú eres el mejor testigo de ti mismo.

9:12 

"Con columna de nube los guiasteis de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir". Como si los llevara de la mano para que no se perdieran y siempre, de día y de noche, tuvieron sus miradas puestas en ti. Para estos procedimientos tiernos de Dios te sirve también pensar en este otro texto (Ose.11:3); trata de relacionarla con (Sal.119:105).

9:13

"Y les diste juicios correctos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos". Infinitamente mejores que los de los hombres; e hicimos una buena decisión al querer por ellos vivir. ¡Oh qué dicha haberlos aprendido temprano en la vida! Los que viven los mandamientos de Dios viven vidas insuperables.

9:14

"Y les ordenaste el día de reposo santo para ti". No se puede negar la importancia del día de reposo dentro de la ley, aunque no era más importante que la circuncisión por causa de las infidelidades del pueblo, por su indiferencia hacia el culto, su frialdad y olvido de la religión; es por eso que se insiste tanto. Cristo absorbió todos esos emblemas y sombras suyas, y ahora la vida de fe en él hace innecesario guardar el día de reposo para la salvación, como mejor y único para la adoración; pudiera convertirse en un fino y sagrado obstáculo que impida apropiarse completamente de la sustitutiva  obra de Cristo, dejando la luz por la sombra, la sustancia por la forma. Un texto que se presta para debate sobre este asunto es Ro.14: 5; y Col. 2:16,17.

9:15

"Les diste pan del cielo en su hambre y en su sed les sacaste aguas de la peña". (Ex.16:3; 17:6). Testifica, Israel, que Dios cubrió bien tus necesidades; y lo que necesitaste fue para que probaras su fidelidad y suficiencia. Amén. Oh, no te quejes, que tu Dios no es escaso. La historia de la providencia de Dios en nuestras vidas es el relato de nuestra preservación y abastecimiento.

9:16

"Nuestros padres se endurecieron y no escucharon tus mandamientos". Ya ves, la ley de Dios es perfecta y los que se alejan de él no debieran culparlo. El problema radica en la desgraciada naturaleza humana, en la esencia íntima del corazón. Hay generaciones que piensan en las anteriores y preferirían haber nacido en ellas, pero otras no; examinan su árbol genealógico y no ven motivo para envidiarlos.

9:17

"Tú eres Dios que perdonas y no nos abandonaste". Tienen más razones para seguir adelante que para retroceder; pero con todo volvieron la espalda. Por eso el diablo levanta caudillos, herejes que convenzan para servidumbre y llevan a  la ley del pecado a los infieles. Prominentes ciegos que guían a los ciegos. “No los abandonaste”. Los ayudaste a perseverar. No los dejaste volver a la esclavitud. Bendito sea el Señor de mi perseverancia.  No volveré, no. No seamos de los que se vuelven para perdición (He.10:39).

9:18

"Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto". Dios mío ¿serán imbéciles? ¿Cómo pueden imaginar que un animal, aunque sea de oro, es su enorme Dios? Ni siquiera sería una representación suya. ¿No hay nadie que tenga sensatez o son todos idiotas? Sí, para apostatar, para eso se hicieron la imagen porque a ella la podían hacer regresar, dominar. Ese es la clase de Dios que quieren los pueblos, que lo puedan manipular.

9:19

"Con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego para alumbrarles el camino por el cual habían de ir". La misericordia de Dios no dejaba de fluir hacia ellos aunque iban dando más y más motivos para que así sucediera; Dios continuaba arrastrándolos a la salvación; y aunque más tarde quisieron regresar, se mantuvo tu providencia y funcionando la perseverancia de los santos (Ex.32:4-6; Num.11:5,6). Ninguno regresó aunque cayeron muchos en el desierto (He.:16-18).

9:20

"Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles". Y tú también, todo lo que has aprendido ¿no te lo ha enseñado Dios? (Jn.6); tenían por maestro al Espíritu Santo, a Cristo mismo. Es muy bueno y delicioso ser enseñado por Dios (Mt.23:8-10; Jn.6:45; 1Jn.2:27).

9:21

"Sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies". Sólo tenían que mirar su ropa nueva y sus pies sanos; pero ninguno se sentaba a pensar en esas cosas y seguían protestando aunque estaban habilitados para seguir. Disfruta estos textos sobre la providencia de Dios. Para la salud (Sal.91:10; Lc.12:28).

9:22

"Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehon". El tiempo en adoración en el desierto no fue perdido porque cuando llegaron a la tierra, recibieron de una sola vez lo que les hubiera tomado años de trabajo, de sembrar y construir (v.25). Esa es la gracia recompensando la fe y la obediencia.  Podemos vivir laborando años sin cosechar fruto y en uno solo recoger todo lo que aquellos estériles tiempos debieron haber producido. Ten paciencia, espera creyente agitado y presuroso: Yo.

9:23,24

"Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo". Si programamos con incredulidad en la providencia, y por ignorancia, los nacimientos de nuestros hijos, por egoísmo o vanidad, tal vez no engendremos héroes, príncipes, reyes y ministros como aquí se leen.

9:26

"Y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti e hicieron grandes abominaciones". Los profetas eran hombres ligados a la historia de su pueblo que procuraban evitar que ellos rompieran con su pasado y que construyeran el futuro sin él. Los profetas de Israel son enemigos del actual postmodernismo. Y los ministros dignos de ese nombre, que suceden a aquellos héroes de la fe.

9:27

"Y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvase de mano de sus enemigos". Estados Unidos de América no es Israel y perderá su privilegio como líder espiritual del mundo como pasó a Alemania, Suiza e Inglaterra.

9:28

"Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti; pero volvían y clamaban otra vez a ti y tú desde los cielos los oías y muchas veces los ayudaste". No hay límites de caídas para restaurarse. Tantas veces como uno se arrepienta, tantas veces será perdonado. Señor bendice nuestras aflicciones.

9:29

"Les amonestaste a que se volvieran a tu ley, más ellos se llenaron de soberbia". Dios, como quien dice, se cansó de pedirle al hombre natural que viviera como un hombre espiritual, y creó un hombre nuevo (1Co.2:14-16; Ro.8:5-8); éste fue el mensaje al fin revelado a los profetas y cumplido abundantemente en Cristo (Je.31:31-34).

9:35

"Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras". Te robaban tus bendiciones y misericordias. Ver la nota anterior.

 

La fidelidad es más que un compromiso al firmar papeles

9:38

"Nosotros hacemos fiel promesa y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes".

¿Para qué haces eso, amado Nehemías? Aunque firmar un documento judicial sea un compromiso al cual uno se ata, y es bueno que se firmen papeles, no creas que eso garantice la fidelidad, el honor y el respeto. Oh, Nehemías, eso también será inútil, tienes que entender que el corazón del hombre no le permite mantener sus mejores resoluciones cada año nuevo, y cumplir sus votos y compromisos; no seremos fieles aunque hayamos firmado un papel; nuestras concupiscencias nos arrastrarán, nuestras soberbias prevalecerán, con ingratitud olvidaremos lo que hemos escrito y nos volveremos infieles, traicionaremos a nuestras mujeres y conciudadanos y defraudaremos a nuestros clientes.

Traigo una ilustración desde otro lado de la palabra de Dios. En Jue.5:15,16, leemos que “caudillos también de Isacar fueron con Débora; y como Barac, también Isacar  se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén hubo grandes resoluciones del corazón”. O pensamientos. Parece que por hallarse al otro lado del Jordán, muchos de la tribu de Rubén no acudieron al llamado de Barac para enfrentar al enemigo; no quisieron involucrarse en el conflicto y hasta desalentaban sistemáticamente a los que se habían enlistado. Pese a todo ese desaliento hubo grandes pensamientos y resoluciones del corazón muy notables por las características del momento en que se hicieron, dado que tuvieron que enfrentar las palabras frías, las críticas de la mayoría; pero, ¡asómbrese!, esos grandes pensamientos y esas grandes resoluciones terminaron en nada y no cruzaron el Jordán para ayudar a sus hermanos.

¿No hemos visto eso, hermanos que oyen el llamado del Señor un día, se emocionan, adquieren impulso, hacen resoluciones y propósitos, y acaban en nada? Abundan muchos ejemplos en la Escritura de que eso ocurre, porque bien no pueden resistir la oposición de opiniones diferentes o son vencidos por la disposición natural de vivir tranquilamente entre los balidos de las ovejas. Necesitamos, más que valientes resoluciones, la gracia perseverante.

Usted al comenzar un nuevo año puede firmar los papeles que quiera, comprometerse consigo mismo y con otros, alcanzar algunas metas, menos hallar justificación de Dios sin la justicia de Cristo; no puede formar por su empeño a Cristo en usted, no puede regenerarse, no puede convertir el optimismo en fe y esperanza celestial. Puede perdonarse y perdonar a otros pero no alcanzar por su esfuerzo el perdón de Dios sino por medio de la cruz de Cristo.

10:28-39

"Y el resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento". Se excluye a los niños pequeños; los ancianos que hayan perdido la razón y los que por nacimiento o trauma tampoco la tengan. ¿Qué puede uno decir de la salvación de una persona así, sin raciocinio, si no puede ejercer su fe en el Señor? Pienso que en el pacto de gracia no son excluidos sino incluidos. Sólo aquellos que tienen una conciencia limpia y no son responsables por la razón turbada. Señor que yo siempre tenga comprensión y entendimiento, para entenderte a ti, tu palabra, mis caminos, y los de los otros.

10:29-39

“Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades”. En poco tiempo reconstruyeron toda la religión judía; todos los mandamientos olvidados fueron puestos por obra; y Dios los ayudó. Se propusieron no sólo no pecar contra Dios sino mantener con dinero y alimentos la obra, y nadie se opuso porque podían y lo deseaban.

11:17

"Y Matanías, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración". Nota como se mezclan las tres cosas. Alabanzas, acciones de gracias y oraciones. Eran tiempos de avivamiento, muy hermosos. De sudores, de temores y de aleluyas.

11:23

"Porque había mandamientos del rey acerca de ellos, y distribución para los cantores para cada día". Esto quizás no se pueda tomar hoy al pie de la letra; y si hubiera, en caso que hubiera recursos, para ministerios musicales, de lo contrario se debe tomar el dinero para la obra pastoral y misionera. La alabanza en el cristianismo no tiene que ser igual que en el judaísmo. Todos esos instrumentos, si fuera necesario, se pueden desplomar junto con las ceremonias y sombras de la Ley.

12:1-26

Esta genealogía parece obra de un editor (vv.31,47). La mención de coros musicales es enfatizada; quizás el editor es músico o está muy relacionado con el culto y consideró importante, como músico e historiador, recalcar la adoración y el sistema de sostenimiento económico (v. 47). Cuando hay mucha palabra de Dios en el culto no hay miedo a la clase de música que se emplee para adorar a Dios, siempre que sea para exaltar el espíritu, y no para agasajo de la carne, porque lo que suele ser de deleite humano pudiera ser abominación a Jehová.

13:1-3

"Mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición". Como se dice en cierto lugar "maldigan ellos pero bendice tú" (Sal. 109: 28). Ese Dios de Nehemías es el nuestro. Cuando Dios hace que todas las cosas obren para bien está volviendo la maldición en bendición. ¡Qué sabio y entendido es Dios! Su bendición nos puede caer desde donde menos lo pensábamos. Yo, con Pablo exalto la profundidad de la ciencia de la sabiduría de Dios (Ro.11:33). Quien único puede convertir el mal en beneficio es Dios. Dios llega hasta el punto de poder revertir el daño de un pecado en una bendición postrera; y lo hace con los males que nos infligimos y los que otros nos hacen.

13:4-9

"Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa nuestro Dios, le habían hecho una gran cámara en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo el grano, el vino, el aceite...". Mira lo que pasó por hallarse ausente, quien hubiera estado al frente de la obra no la dirigió con el celo y la firmeza religiosa como lo hubiera hecho él. Nehemías gastaba lo suyo por la obra pero éstos no, sino que se aprovechaban de ella (Cap.5). Dice que le dolió en gran manera (v. 8). Esto trajo mucho menosprecio por parte del pueblo que lo miraba; la iglesia cayó en una enorme depresión económica. El dinero y las ofrendas dejaron de fluir a Jerusalén y los ministros renunciaron (v.10). Cuando el pueblo supo que de nuevo la iglesia estaba bajo la honrada administración de Nehemías, cooperó (vv.11,12). Un caso antiguo ya había ocurrido (1Sa. 2:12-17).

 

Si trabajas en la obra de Dios puedes orar con argumentos distintos

13:14,22,31

"Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio". No temas a las críticas que si dedicas tu vida a Cristo la desperdicias y que el mejor perfume de ella sería  venderlo y usar el dinero para beneficio de los pobres. No, el que pierda su vida en Cristo la gana, lo que a él damos nos lo devuelve; nunca es tan nuestro como cuando deja de serlo. Nehemías fue gobernador de Judá por un tiempo e hizo muchas buenas obras. Cuando regresó a la corte de Persia parece que escribió sus memorias; y encontró un motivo para orar en la pasada historia de servicio y consagración de su vida. Ese es el primer punto, cuando la vida cristiana es una razón en sí misma para hacer oración a Dios (nunca he orado así) (v.22). No hermano, Dios no olvida nunca la obra de tus manos (v. 22; He. 6:10,11). Nehemías intercala peticiones. Así he hecho con mis notas. Parece que fuera su diario o sus crónicas personales. Sí, es una cosa provechosa servir al Señor, a la casa de Dios, porque uno puede referirse en oración a ese trabajo y a esos sacrificios y sería como decirle a Dios, "por tu misericordia he hecho esto y aquello, no he sido indiferente y negligente, tu gracia no ha sido en vano para conmigo". Por otra clase de trabajo particular, para uno mismo, no se pudiera orar con ese énfasis. Hay quienes no trabajan nada en la obra de Dios, y se pierden la oportunidad de poder mencionarle al Señor lo que les ha costado el servicio a él. En segundo lugar Nehemías puede orar así cuando no ha sido compensado por los hombres. En tercer lugar uno no tiene que recordar a Dios eso porque él lo sabe (Apc.2:3). El no deja a nadie sin recompensa. En cuarto lugar, si uno necesita bendiciones no hace falta volverse al pasado porque tenemos para el futuro un mejor asiento, mejores promesas; no hay que invocar nuestras obras o méritos porque nuestra participación ha sido un privilegio y una oportunidad que Dios nos dio. Y con todo, los que trabajan en la obra de Dios pueden invocar distinto el nombre de Dios. Amén.

13:15-22

"También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia". Sirven los mismos comentarios de 13:14; lo que me admira es que este hermano considera una obra memorable el haber defendido la consagración del sábado, un día de la semana. En aquel entonces era vital para la práctica de la religión. Nosotros tenemos cosas mejores: el evangelio (Flp.1:17). ¡Oh si tuviéramos igual solicitud! Dios nos perdona no porque hayamos trabajado bien, no por nuestras obras, sino por la grandeza de su misericordia.

13:23-30

"Y reñí con ellos y los maldije, y herí a algunos de ellos". Nota que con su mano de hierro dirigió la iglesia; parece una réplica de Moisés pero sin la mansedumbre de éste. Llega a usar violencia. Cuando la obra de Dios se hace fuerza los violentos la arrebatan (Mt.11:12). Dios ama a los hombres que tienen celo por su obra en la época en que han vivido y con el conocimiento que hayan tenido, y si es necesario volcar mesas y echar los mercaderes fuera, lo hacen (Mt.21:12,13).

 

               Ester

 

 

“En libro de Ester fue así llamado por los judíos, "el volumen de Ester" o simplemente "el volumen". En tiempos antiguos el libro se leía separado en un rollo aparte, se leía de modo completo durante la fiesta del Purim. La traducción griega simplemente le llama Esther que ha venido a ser el título por el cual lo conocen los cristianos.

“En cuanto a las discusiones se refieren, los detalles de este libro sugieren que su autor fue alguien contemporáneo y no otro que ocasionalmente escribió acerca de este asunto en tiempos futuros. Esto en que se escribe el libro está de acuerdo con el asunto que trata y sugiere como fecha probable los tiempos de Zacarías. Eso quiere decir que se puede marcar históricamente junto con los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías, o sea en los tiempos del rey Artajerjes. Si se toma el nombre de Asuero como correspondiente al rey Artajerjes, queda descontado que se trata simplemente de Jerjes. De acuerdo a esto la fecha probable del libro debe ser situada alrededor de 464 a. C. 

“No hay forma de saber quién fue el autor de Ester. Si su autor no fue Esdras pudo haber sido entonces Mardoqueo o tal vez un contemporáneo más joven que él. Por los detalles internos del libro se cree que tuvo que haber sido escrito en Persia por una persona que tenía acceso a los documentos reales y también recibe información de Mardoqueo y quizás Ester. La característica de este libro es que no menciona el nombre de Dios y contiene casi ninguna referencia religiosa o elemento didáctico. Estos detalles son fuertes, y explican la reticencia que muestra el ambiente persa en relación con la comunidad judía y sus doctrinas, que podrían entrar en conflicto con el resto de la ciudadanía. En cuanto a su lenguaje mismo y a su escritura muestra una serie de palabras persas y muy pocas palabras hebreas o del dialecto posterior, el caldeo.

“La versión griega conocida como la Septuaginta, o versión de los setenta, le ha hecho algunas adiciones. Por lo menos son cinco. Éstas por un autor honesto pero con esas adiciones y omisiones que he mencionado. Por ejemplo las oraciones de Mardoqueo y de Ester, el exordio en 5:1-14; toques religiosos en 6:1,13; y la conclusión en los versículos 10:1-3. Finalmente las cartas de Asuero que bien parece que fueron compuestas por un autor helenista influido por la lengua griega (3:1-15); el capítulo 8; las cuales fueron posteriormente aceptadas como genuinas” (Barnes).

 

Ver nota capítulo 4. 

1:1-5

“1 Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias, 2 que en aquellos días, cuando fue afirmado el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino, 3 en el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo delante de él a los más poderosos de Persia y de Media, gobernadores y príncipes de provincias, 4 para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento ochenta días. 5 Y cumplidos estos días, hizo el rey otro banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa capital del reino, desde el mayor hasta el menor”. 

Generalmente se cree que el rey Asuero se corresponde con el Jerjes de la historia griega. ¡Qué barbaridad, con el solo propósito de gloriarse! Tal vez también para organizar mejor su reino, para conocer mejor a sus príncipes y principados. Todo eso a costa de la libertad y economía de otros pueblos.

1:5

"Hizo el rey otro banquete en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa la capital". Extendió la fiesta de la capital para que bebieran de su gloria, para consolidarse.

1:6,7

"El pabellón era de blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y púrpura en anillos de plata y columnas de mármol; los reclinatorios de oro y de plata...". Toda esta riqueza, pompas, suntuosidad estaba levantándose sobre mucha sangre, lágrimas, violaciones y esclavitud. ¿Estos son los héroes militares del mundo, de los que la historia habla como grandes y célebres conquistadores? Esto nos lo dice el Espíritu para moderar nuestra admiración por ellos al verlos por dentro. Quitarles la gloria de la fama humana; si los conocieras como hombres no cambiarías tu humilde posición por la del más grande de estos monarcas, y jamás un ápice de la gloria de Cristo por la de todos ellos juntos. Estos son los sentimientos de Jesús. (Medita en Mt.4:8-10;16.26). 

1:10

"El corazón del rey alegre del vino". Vasti en persa significa óptima, una mujer muy bella. Quiere decir que estaba ebrio. Parece que él deseaba mostrarles cuan bella era en su estado natural, a lo cual ella se negó, o que ni aun con ropas deseaba presentarse delante de aquellos monarcas ebrios. Perdió el reino pero no su pudor y reputación. De todos modos era impropio e infamante para una mujer, y menos para una reina comparecer ante un grupo de hombres, y todavía menos con el propósito de exhibirla. 

1:13-22

"Si le parece bien al rey que la reina no venga más delante de él y busque otra reina que sea mejor que ella". Fíjate lo que le aconsejaron: divorcio, o peor aún, un reemplazo para su muJe.

1:16

"Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina Vasti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos que hay en todas las provincias del rey Asuero". ¿Pecado?  La palabra significa cometer un error o una falta. También iniquidad. ¿Por conservarse pura, no aceptar algo que la infamaría, por respetarse a sí misma, por no corresponder con la supuesta inmoralidad o menosprecio de su marido? ¿Pecó contra Dios la reina cuando no siguió a su marido en pasos que el Señor desaprobaba? No, no tienen autoridad los maridos para hacer pecar a sus esposas, cuando éstos llaman a lo malo bueno y lo bueno malo (Isa.5:20).

 

La reina Vasti no era feminista

1:17-22 

"Porque este hecho de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, y ellas tendrán en poca estima a sus maridos". Estos hombres aconsejaron al rey para que continuara con la autoridad masculina en el hogar. Lo único que vieron fue que la rebeldía de la reina Vasti provocaría un caos en la familia y el hombre perdería su autoridad civil, por su mal ejemplo. Vasti no puede actualmente ser declarada una heroína del movimiento feminista porque ella no tuvo el propósito de destronar a los hombres de su autoridad en las decisiones de la familia, partió de la defensa de un principio mayor que el derecho de igualdad, de un principio moral, que la mujer no debe ser usada como un objeto sexual, o dicho suavemente, utilizar su belleza para acrecentar la codicia o el rating entre los espectadores masculinos. 

Si la liberación de la mujer trae su disolución moral, su llamada "liberación sexual", Vasti no tuvo nada que ver con eso, desobedeció porque se infamaba como mujer y como reina, perdía dignidad; para ella el derecho era ser moralmente mejor, mejor esposa, mejor madre, más fiel a Dios, y por eso sacrificó su corona, su buena vida, su matrimonio. 

El NT no es un resultado de la opinión de los medo-persas, pero también atribuye al hombre la autoridad en la familia. Declara la igualdad moral del hombre y de la mujer, igualdad espiritual, social, y además prohíbe al hombre tratarla como un déspota. La mujer es exaltada conjuntamente en valores (Efe.5: 21-33). Vasti fue una mujer moralmente liberada, pudorosa, y protestó contra el tren que llevaba la sociedad, asentando un ejemplo que la santidad matrimonial, y la unión con respecto el uno por el otro es mucho mejor que un libertinaje libidinoso. No se rindió ante los deseos corruptos de su marido ni aceptó el consenso popular de hombres fuertes que dominaban su nación. Su verdadera libertad consistió en respetarse a sí misma costara lo que costara. Esto es parte de aquella heroína de la castidad matrimonial. Hoy en día cada mujer cristiana es una heroína de la castidad matrimonial. 

2:3,4

"Que lleven todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti". Mira qué diferente es la forma pagana para escoger una esposa, sólo para la satisfacción y uso personal. Que sea bella y esté bien vestida. No una "ayuda idónea". Una mujer para satisfacer la carne no para unir su espíritu a ella, no una mujer para que le ayude en su propósito en la vida. Si hubiera querido una buena compañera, se hubiera quedado con Vasti. Se lanzó al divorcio porque quería otra cosa, no una ayuda idónea, una pareja para toda la vida.

2:10

"Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase". Había tanto prejuicio contra los judíos que ni por bella que fuera la hubieran admitido como concursante si lo decía. Si un cristiano hace eso sería tenido como un cobarde. (Meditar en Mr. 8:38; 1Pe.4:16).

2:12-14 

"Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,  entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre". 

 Todo eso para colmar las pasiones del mandatario, que no importaba que fuera viejo, gordo y vulgar, porque era el rey. Los harenes no eran algo sublime sino asqueroso, la expresión más descarada y abusadora de la concupiscencia. Mardoqueo tuvo que haberse desprendido de ella con mucho dolor, como si se la arrestaran. Nota en el v. 8 que fue llevada, él no la empujó allí ni por su consejo y buena voluntad la ofertó; se la quitaron, la denunciaron y se la llevaron. El no tuvo más remedio que dejarla ir. 

 Las bellezas cristianas no debieran participar en esos concursos nacionales de bellezas, que dan fama, fortuna y disipación a las ganadoras; detrás de esos certámenes están las mentes libidinosas de los magnates de la difusión masiva, y los espíritus corrompidos de negociantes y empresarios que aspiran disfrutarlas y venderlas como productos. ¿Darías aprobación a tu mujer, templo del Espíritu Santo, para que se suba a un escenario de ese tipo, bella, elegante, bien maquillada, radiante de vanidad, se la devoren de envidia por dentro las competidoras, y con los ojos tus amigos y te la celebren con piropos?  

¿Deben participar las bellas jóvenes cristianas en certámenes de belleza? Pienso que no, aunque la sociedad y los más liberales vengan con el inconvencible sofisma que es un lugar para dar testimonio. A no ser que viviera en Persia y conociera a Jesucristo en un harén.

2:15

"Ganaba Ester el favor de todos los que la veían". Parece que no sólo en lo físico sino en gracia personal.

 

Dama como en ajedrez es reina

2:16,17

"16 Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. 17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona". 

La ausencia de vanidad de Ester, su docilidad, naturalidad, unido a su sencilla belleza, hizo que el rey se enamorara de ella. No fue probablemente, porque "le dio una noche maravillosa", porque para un hombre acostumbrado a tantas mujeres eso no era un punto decisivo para su elección. La mujer cristiana es la única que puede satisfacer los anhelos del alma de un hombre. Ester era la mujer adecuada no para pasar una noche sino para vivir a su lado. Dios hizo la mujer para que el hombre  y ella se sintieran bien, especialmente en sus vocaciones. 

Vea la mujer virtuosa en Proverbios 31. Fue una mujer para una vida maravillosa, para un matrimoniomaravilloso, una madre maravillosa, para criar hijos maravillosos; no para formar una pareja como ese le llama, sino para constituir con ella una sola carne, una sola mente, para conquistar el triunfo, una mujer que ha hecho morir lo terrenal en ella, que busca las cosas de arriba no las de la tierra, que quiere constituir una familia; en una palabra, no es concubina, es bienaventurada, es dama que en ajedrez es lo mismo que reina  (v.11). 

2:18

"Hizo el rey un gran banquete, el banquete de Ester". Por la influencia de Ester o porque se sentía muy feliz; después del desastre de su anterior matrimonio, comenzó a volverse una persona mejor.

2:20

"Porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educada". Esto tal vez no es aceptado por aquellos que prefieren que los suegros no se metan en el matrimonio pero ¿cuándo una hija necesita ayuda para ser buena esposa y buena madre? ¿Y si está recién casada? Muchas parejas sufren porque no tienen alguien con experiencia que las aconseje (Tit.2:3-5). Recuerde que Mardoqueo y Ester eran primos, aunque la adoptó como hija.

2:21-23

"Se hizo una investigación del asunto y fue hallado cierto". Denunció un complot para asesinarlo. El rey era su suegro, aunque parece que no lo tenían como tal y no le habían dado un puesto mejor. Este servicio suyo va a ser recompensado luego y le ayudará en manos de la providencia divina a salvar la vida y la de su pueblo.

3:1-5

"Pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba". No se arrodillaba porque Dios había dicho que a nadie sino a él se debe adorar. Al menos Mardoqueo interpreta la reverencia como un culto a la criatura. Amán no entendió ni admitió esa protesta de conciencia y quiso acabar con la iglesia. Señor hazme fiel y terco, así (v.8).

3:8

"Y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir". Sí nos beneficia que vivan. Que vivan conforme a las leyes de su Dios. Son de bendición para la sociedad si guardan sus leyes espirituales y no se mezclan con las costumbres de los pueblos. Esos sentimientos de exterminio de la iglesia son diabólicos e hitlerianos.

3:11

"La plata sea para ti para que hagas de él lo que bien te pareciere". No investigó el asunto.

3:13

“Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes”. Masacre y pillaje; el pillaje promovía la crueldad. Con los judíos y cristianos esto se ha repetido. Años después el rey Herodes, sin que le costara trabajo, ordenó la masacre de los niños en Belén.

3:15

"Y salieron los correos prontamente por mandato del rey, la ciudad de Susa estaba conmovida". Lo que pretendía podría ser peor que la caída de Jerusalén, que la deportación a Babilonia. El diablo no se conforma con vernos dispersos, esclavizados, sino muertos, que la iglesia desaparezca de la faz de la tierra. Pero las puertas del hades no prevalecerán contra ella. (Reflexiona dulcemente en Mt.16:18).

4.

Por alguna razón deliberada el nombre de Dios es omitido en este libro; tal vez por el odio y los prejuicios que había contra los judíos, cuya sola mención del nombre Jehová o la lectura de algún documento que lo contuviera, desataría persecución contra ellos. Eso se nota en los esfuerzos que hacen los judíos para no revelar su identidad nacional (2:10; 3:4; 4:13). La ausencia del nombre de Dios obedece a razones políticas y no a falta de piedad. Al contrario, la piedad era profunda en la mayoría del reino (4:3). Ni se puede mencionar la oración aunque está implicada. Es un libro estrictamente histórico y providencial, donde se señala la eficacia de la humillación ante Dios. Oh Dios concédenos el valor de vivir para tu nombre aunque no lo mencionemos.

4:1-3

"Y se fue por la ciudad clamando con amargo clamor". Hubo una gran búsqueda de Dios y de gestión diplomática; un avivamiento. Toda la nación judía estaba inclinada ante Dios.

4:3,16

"Tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación". El ayuno es exaltado e igualado a la oración. Ester en lugar de decir "oren por mí" dice "ayunen por mí”, lo que está en la mente de ella es la oración. La oración implica la invocación del Nombre.  Si el ayuno es acompañado de oración y se refleja un espíritu de humillación y abandono de toda actividad para buscar la presencia de Dios, es bueno aún si  se hace simultáneo a actividades seculares, pero no como un ritual religioso para obtener méritos y misericordia, o como una palanca para obligar a Dios a realizar nuestros deseos, entonces es nulo.

4:10-14

"No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío". Si tratas de esconder tu nacionalidad, si te haces pasar por otra persona, Dios te descubrirá y de todos modos perecerás. ¿No llegaste hasta allí por la bendición de Dios? Cada uno está haciendo lo que puede para evitar esta catástrofe y ¿tú pudiendo ayudar no lo harás? ¿No te ha dado Dios todo lo que tienes? Debemos arriesgar todo en interés de nuestra familia y de la nación, y del pueblo de Dios. En tiempos difíciles de la iglesia somos llamados a ofrecerlo todo como libación y sacrificio a Dios. (Reflexiona en Mr. 10:29,30).

 

Una mujer bien criada, por su primo

4:14

"Si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos". Era un hombre de fe; sabía que de alguna parte, no veía cuál, cómo, cuándo, pero vendría la ayuda de Dios. Este hombre conoce la providencia de Dios y confía completamente en ella. Siempre había sido así. El pueblo judío debe la vida a la sabiduría y fe de un hombre sencillo llamado Mardoqueo y a una mujer bien criada en los principios de la fe. Los medios humanos no son presuntamente necesarios, si ellos fallan por negligencia, por miedo, o por interés personal, Dios tiene otras formas de seguir adelante con su propósito y bendecir a su nación. Le pidió a su hija de crianza que se sacrificara por su pueblo y por ella misma. No le propuso que lo escondiera dentro de la corte. La respuesta de Ester fue preciosa (vv.15-17). Confortada y animada por las palabras de su primo y con la garantía de muchísimas oraciones. Se dijo: "Si lo pierdo todo Dios me lo dio todo". Las renuncias son las que evidencian la fe, no las adquisiciones.

5:2

"Ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano". Una señal de que Dios estaba prosperando su gestión. Estaba asegurándose que su petición no fuera negada; mansa como una paloma y astuta como una serpiente.

5:4,5

"Si place al rey vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado". Todo muy bien planeado (vv. 6-8).

5:14

"Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: hagan una horca de 50 codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella". El  despiadado consejo de sus amigos; y el peor consejo de su esposa. Ella pudo haberlo salvado si hubiera sido una mujer sensata y con menos odios y prejuicios en su pecho. ¿No hubo nadie que dijera: No hagas caso de eso, no te hace falta la reverencia de ese portero, tú tienes mucho para preocuparte y no por un solo hombre? Todos dijeron: extermínalo.

6:1-3

"Aquella misma noche se le fue el sueño rey, y dijo que trajesen el libro de las memorias y crónicas, entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de dos eunucos del rey". Ya ves hermano, no hay que preocuparse por las recompensas de lo que uno hace, a su tiempo cosecharemos bien si no desmayamos. A veces nos molestamos porque la gente no nos aplaude, no reconoce lo que hacemos, nos da la impresión que no valoran el servicio que les damos, que les sea indiferente o se sirvan de nosotros sin comentar que les gusta o no, sin dar las gracias. ¿No ves que las mayores y mejores recompensas vendrán a su tiempo, las que los hombres no nos han pagado? (Mt.6:2,5,16; 10:42).

6:4-11

"Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: así se hará al varón cuya honra desea el rey". Sorpresa que te da la providencia caballero, sorpresas. Aquel hombre a quien deseaba humillar, a quien más odiaba, tuvo que exaltarlo. Y ¿qué podría significar eso para el reino de Dios? Eso no evitaría la muerte de los judíos, pero era el principio, una señal, de que las cosas habían empezado a cambiar. Cuando veamos a los impíos reconociendo las virtudes cristianas y teniendo por obligación que aplaudir la gracia de Dios, empecemos a pensar que el reino de Cristo se está acercando. (Ver Flp 2:9-11).

6:12

"Y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza". Nunca se hubiera imaginado una humillación tan grande

 

A veces los enemigos de Dios admiran la iglesia

6:13,14

"Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás sino que caerás por cierto delante de él". Le quiso decir: Si a este judío está bendiciendo Dios, ponte a un lado y no tengas que ver con él. Nota que los enemigos de Dios admiran la iglesia cuando  conocen a fondo los tratos que él le da a ella. Conocen que él la ha amado (Apc.3:9). Es indiscutible el gozo, la admiración y hasta el deseo de elogiarlos que se descubre entre líneas en el texto sagrado. No pienso que sea solamente judaísmo del editor de esta historia, sino realmente admiración, por supuesto, de quien la escribe, porque si el pueblo de Dios no se mira con admiración, o mejor dicho, si no admira la gracia de Dios en él, sus bondades, sus promesas, su elección, su preservación, su continuidad, sino que piensa mal de sí, en términos críticos y deprimentes, ¿hace bien con eso? ¿Es ese espíritu molesto y decepcionado el que agrada al Señor? Por supuesto que no. Admira a tu pueblo. 

Pero también el Espíritu Santo que se deleita en el buen trato que Dios le da a su pueblo; aun se puede decir que la Escritura admira al pueblo de Dios. Pero hay más cosas que se pueden leer entre líneas. Primeramente, Dios; de parte de quién está, los comienzos de sus acciones; la raza  de los judíos la presenta como invencible e inextinguible. Oh Señor, si tú eres con nosotros, ¿quién contra nosotros? Somos más que vencedores. Las puertas del Hades no prevalecerán contra tu pueblo y bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová (Mt.16:18; Sal.33:12). Oh hombre, "dura cosa es dar coces contra el aguijón", y no sentir ninguna admiración para aquel pueblo al cual debiéramos pertenecer, del cual debiéramos formar parte y añadirnos por la regeneración y por el bautismo, por la circuncisión del corazón. El Israel de Dios, su iglesia, formada por judíos y gentiles. 

 

Una sociedad sin cristianos

7:4

"Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable". La idea que quiere expresar es que provocaría un desbalance en la sociedad, no habría forma de igualar la pérdida, no se podría ajustar la pérdida a la ganancia ni se podría hallar una compensación parecida. Piensa en el aporte económico que damos al reino, nuestras contribuciones al erario real, las favorables posiciones políticas que sustentamos, nuestra contribución en la educación y culturización del imperio, en la saludable influencia moral que ejercemos; nuestra extinción será una pérdida para el reino. ¿Qué pasaría al mundo si la iglesia cristiana desapareciera? ¿Qué pasaría al mundo si la iglesia cristiana se volviera mundo también? ¿Si la Biblia fuera rebajada hasta el concepto de un nivel secular, los ministros que pierdan su autoridad y se consagren a lo no sagrado y temporal? Piensa en los países donde somos una minoría insignificante o son devorados por dictaduras, empobrecidos culturalmente por la superstición, arruinados económicamente, conducidos por la materialización de la vida, inferiores en moral y la libertad convertida en libertinaje. No, la iglesia no debe desaparecer del mundo, ni tampoco lo hará, porque las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Cesen los ataques contra lo cristiano, contra nuestra herencia judeo-cristiana. Se le está haciendo daño a la sociedad dañando a la iglesia, al hogar dañando a la iglesia, a la personalidad quitándole la fe, convirtiendo al nombre en una estatua escéptica, cultivando la incredulidad en las escuelas, minando por todas partes los cimientos de esa sagrada institución llamada iglesia, llamada familia, y corrompiendo los instintos naturales de los ciudadanos y rebajándolos al nivel de las bestias, en correspondencia con la filosofía darwiniana de la evolución de las especies enseñada como verdades indiscutibles en los libros de textos de todas las escuelas del país, el uso de libertad para poner fin a la incipiente vida prematura de los abortivos; pero por favor, cristianos, que la iglesia sea la iglesia y el evangelio sea el evangelio, la sal que sea sal, la luz que no se vuelva tinieblas, que lo cristiano sea cristiano y no seudo cristiano. Una sociedad sin cristiano sería otra sociedad pero no mejor.

7:5-8

“¿Querrás violar la reina en su propio lecho, y le cubrieron el rostro”. No lo encontró abrazado a sus pies (ver 2 Re. 4:27) en su cámara de dormir sino en el reclinatorio o sofá donde se hallaban algunos otros; y le cubrieron el rostro como un hombre indigno de mirar a los otros, el mundo, al rey y la luz del sol. Los griegos, los romanos y también los persas cubrían el rostro de los condenados a muerte. Amán ya de hecho lo estaba. 

7:10

"Así colocaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo". ¡Si supieras lo mal que le va al que intenta destruir al pueblo de Dios! Es mejor que disimules y controles tu odio contra los cristianos porque Dios oirá sus clamores contra ti y te hará como pensaba hacerles a ellos.

8:7-14

"Escribid vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado". No anuló la primera ley pero la invalidó con la segunda. Leyes, leyes que favorezcan al pueblo de Dios, a la iglesia como un todo.

 

Razones para unirse al pueblo de Dios

8:15-17

"Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de azul y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. Las ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó". El cambio de Mardoqueo en lugar de Amán al pueblo le gustó; vieron en Mardoqueo una nueva esperanza, un magistrado virtuoso. Unos se hacían judíos por conveniencia, porque pensaban que podrían aspirar a puestos sociales. Así se circuncidaron, se abstenían de alimentos, guardaban los días de reposo y estudiaban la ley; y todo no sinceramente; eran falsos judíos, no de corazón, judíos en la carne para los cuales no hay promesa (Ro.2:29), mercenarios (Job1:9-11). Una religión así no tiene ningún valor espiritual; es un mero teatro y se practica entretanto sea útil y signifique provecho. Otros, sin embargo parece que sí, que viendo el gran poder de Dios y la gracia que lo judíos habían recibido del Señor, concluyeron que el Dios verdadero era Jehová y comenzaron a rendirle culto. (Ver Zac.8:18-23). ¿Te haces cristiano para ingresar en una vida superior, para casarte con alguna santa? Oh Señor que yo no sea cristiano por esas razones sino por ti, no por mí.

 

Un donnadie crece en importancia, de la noche a la mañana 

9:3-11 

"Y todos apoyaban a los judíos porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos. Pues Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama iba por todas las provincias; Mardoqueo iba engrandeciéndose más y más". Mira la gracia en la formación del hombre. Este hombre era un don nadie socialmente hablando, su importancia política la alcanza por algunos factores que convergieron en su vida. Primero que todo hay que subrayar fuertemente la providencia divinamoviendo las piezas de toda su existencia. Este hombre sube como la espuma en un dos por tres. No se ganó su puesto por sus dones sino por ser un buen padre y por ser fiel a Dios y a sus convicciones. El resto de su éxito lo puso la familia y la providencia de Dios. Vemos a una mujer y a un hombre religiosos participando activamente en la vida social de Persia. Un problema hoy es que los cristianos, al menos los bautistas y otros, nos apartamos mucho de la vida cultural y social de la nación y rechazamos la cultura aunque haya o no pecado en ella. Es cierto que en lenguaje moderno, sociedad equivale a decir mundo en el Nuevo Testamento. ¿Seremos sal así, y luz del mundo? Pienso en la política y en la educación. Otro aspecto importante es que Mardoqueo fue la clase de padre que él era; él nunca se separó de Ester y cuidaba de ella en el palacio como cuando era una niña (2:20). Sin contacto con nuestra cultura los pueblos no cambian. En un reciente artículo del periodista Cal Thomas con referencia al dudoso provecho que ha tenido la ayuda internacional a los haitianos, dice “varias semanas después del terremoto escribí que la única solución sería enviar a los haitianos a otros países donde pudieran asimilar habilidades en otras más fuertes culturas. Si se les envía a países que hablen el francés  el idioma no sería un problema. De ese modo los haitianos recibirían educación y capacitación de modo que podrían sobrevivir en un nuevo ambiente. El dinero que los gobiernos les envían como ayuda internacional sería mejor aprovechado de ese modo que continuar tirándolo en un pozo sin fondo cada vez que un desastre como este golpee la isla”. Es una bendición para los pueblos del mundo su asociación con la cultura del cristianismo, que es una cultura.

 

Fiesta nacional celebrando la providencia de Dios

 

Est. 9:19

"Y lo hicieron día de banquete, de regocijo; por tanto, los judíos aldeanos que habitaban en las villas sin muro hacen a los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, un día de regocijo, y para enviar porciones cada uno a su vecino". 

 

¿Esto está bien o está mal? Está bien que se celebren fiestas recordando la providencia de Dios, está bien que se exprese el amor a Dios y su gratitud por medio de regalos y generosidades a los vecinos, amigos y familiares. Lo planteo así: ¿Está bien celebrar la Navidad? ¿Alegrándonos, comiendo y bebiendo y haciéndonos regalos? ¿Dónde se haya la religión, la oración, las alabanzas a Dios en ese humanismo fraternal o en esos regocijos no espirituales? Sin que me tengas por quisquilloso, no debieran haberlo tomado para dar gracias a Dios; y en vez de banquete y regocijo, de alabanzas. No le dieron ninguna gloria a Dios ni alabanzas porque no parece que se hubieran dado cuenta de la providencia de Dios, o el libro la esconde. Ester es un libro fuertemente nacionalista y judío y nada religioso, un testimonio de la enorme ingratitud de este pueblo que disfruta de tantos cuidados y preservación de Dios y exalta en su lugar a sus héroes. Oh Señor qué ingratos a veces somos contigo. Aunque Dios no se mencione en la historia secular él no está excluido. Que continúen las fiestas de la providencia pero que no sea sólo para hacer regalos y buenas comidas.

9:31

"Ayunos", humillación a... Dios ¿por qué menciona la práctica religiosa sin mencionar a Dios? ya en notas anteriores lo he sugerido.

10:3

"Mardoqueo el judío, fue el segundo después del rey Asuero y grande entre los judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje". Los que aman la iglesia, el pueblo de Dios, serán amados y recordados siempre por sus hermanos, y la historia guardará sus nombres. Sus hermanos lo amaron porque él procuró hacerles bien y expresa el propósito del libro, presentar, un héroe judío no desde el punto de vista del llamamiento de Dios como Esdras y Nehemías sino secular, un patriota judío; sin embargo este héroe pequeño y luego engrandecido, en su escalada social es una viva muestra la providencia de Dios, aun cuando su sagrado nombre esté en la oscuridad y no se tenga en cuenta. Él está ahí.

 

 

 

 

Job

El nombre significa “ser hostil a” o “asediado por” Dios, calamidades, o por Satanás. Otros piensan que viene de una raíz que indica “¿Dónde está mi Padre? Dios. Se cree que fue escrito en arameo, semítico, o en hebreo, y varios milenios antes de Cristo, desde diez hasta tres. Su forma completa puede incluir varios inspirados autores. Muchos textos, parece que Job mismo fuera su final compilador y editor, usando como base un diario suyo.

La introducción de este libro (capítulos 1,2) es una interpretación de los sucesos de su vida, dándole la explicación de lo que pasó según una intervención diabólica. Job perdió sus posesiones, sus hijos, la mujer y su salud. La mujer estuvo a su lado hasta un punto, pero más allá no pudo llegar: que Job sostuviera su religión a pesar de los golpes de la vida. Pudiera haber perdido su razón, no sería para menos. Perder un hijo es terrible ¡Cuánto más todos! Al final tuvieron otros, pero ¿olvidaría los primeros? No. La tragedia de sus vidas los marcó para siempre.

El prólogo es un esfuerzo demasiado simple para un misterio tan profundo, cuando se es un creyente fiel: la pérdida de los hijos y la salud. Trata de sacar a Dios del asunto, librarlo de la responsabilidad. En realidad, es un misterio, no sabemos por qué si adoramos un Dios tan bueno nos pasan cosas malas, cosas que no le pasan ni aún a muchos de los que siguen al diablo.

Los amigos de Job quisieron echarle la culpa a él. El epílogo tiene un final feliz. Queda una historia imborrable donde recuperó lo que había perdido, menos los muertos. Una tesis mejor sería: “lo perdí todo, y lo que creía de ti, oh Dios, ha sido contradicho por mis malas experiencias, sin embargo. sigo creyendo en ti, tú eres sabio y tu providencia es indescifrable”.

Capítulos 1, 2.

Esto es la esencia de la situación, la explicación de su aflicción; es como una parábola compuesta después que Job sufrió, no antes. Job nunca tuvo esta respuesta. Su propósito es revelar los principios teológicos que hay que aplicar en las aflicciones de los santos cuando ellos no han pecado. Pienso, si es una parábola, que literalmente tal reunión entre Satanás y el Señor pudo nunca haber ocurrido, no hubo interrogatorio ni diálogo como éste, pero los hechos que el drama teológico presenta son ciertos. El libro es poético.  (1) Dios se gloría en la vida de sus hijos (2) Satanás piensa que todos somos hipócritas (3) Recibe autorización para probar nuestra gracia, pero no puede destruir nuestra vida espiritual (1Re.22:19-23). El Señor inspiró a quien (quienes) hizo posible que el libro de Job llegara hasta nosotros (1:1); fue él quien descifró, tiene que ser por revelación, el acertijo de su vida. Así la contó y la contaron la que lo vieron y creyeron.

1:1

“Uz”, "... probablemente estaba situada en el desierto sirio al este de Palestina, entre Damasco y Edom. También se menciona en Lam.4:21. De acuerdo con Ge.10: 23 también era una tribu aramea que, según 22:21 descendía de Nacor" (Diccionario Bíblico). Observa que sus dos primeras virtudes, perfecto y recto, dependen de las dos últimas, temeroso de Dios y apartado del mal.

1:2

“Y le nacieron siete hijos y tres hijas”. Una familia “cristiana”. Antiguamente se tenían muchos hijos por el valor de ellos sin pensar en el trabajo y las limitaciones para criarlos.

1:3

“Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales”. Millonario. Jacob era pobre a su lado (Ge.30:43). Pero sin las desgracias. En la biografía de Jacob no se lee nada sobre el diablo desgraciándole la vida. Son los pecados propios y los de otros los que lo hicieron sufrir. Se lee también la providencia, pero como en Job, al final.

 

La actitud de un buen padre con sus hijos ya mayores 

1:4-7

“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”.

He escogido Job para hablarles a los padres y a las madres también. La diferencia de ustedes y de Job es que sus hijos eran ya mayores, y ustedes los están criando ahora. Lo cual quiere decir y es obvio que los hijos hay que criarlos pensando como ellos seráncuando llegue a ser adultos y ya no pueda uno interferir en la conducta. Es esta una buena pregunta para cada padre que tiene hijos pequeños ¿cómo quisiera yo que fueran ellos? 

(a) ¿qué sea independientes o que sigan si cortar el cordón umbilical contigo? Job cortó el cordón umbilical con ellos para que hicieran sus propias vidas y vivieran como él les había enseñado. Sus hijos vivían independientes, lo cual es bueno, con la propia familia de ellos. Un ejemplo supremo es el del niño Jesús quien desde pequeño, se le había enseñado o lo sabía por su calidad mesiánica, que en los negocios de su Padre le convenía estar (Lc.2:43-52); indicando que no existía un cordón umbilical sino que podría bien jugar y estar con los hijos de los amigos donde sus padres pensaban que se encontraba. Ya adulto disfrutaba de esa independencia mental y cuando su querida madre le hizo cierta sugerencia él con palabras muy independientes le respondió que no interrumpiera su vocación (Jn.3:2-5). Y cuando estaba crucificado mostraba preocupación por la situación económica de su madre (Jn. 19:25-27). Cortar el cordón umbilical no significa independizarse y olvidarse de los padres viejos, ingresarlos en algún lugar de ancianos, sino hallar cuidado para ellos dentro de la familia con la cual siempre han vivido y a la cual han servido. Volviendo a Job como padre.

(b) los hijos de Job no rechazaban a los ministros, y les habrían las puertas de sus casas, (y hay que ser justo que ellos lo recibían, lo oían, lo necesitaban para hablar con él y quizás pedirle oraciones) para que los santificara (porque lo que más deseaba Job era que sus hijos fueran santos). No un sacerdote para que los confesara sino un mensajero de Dios para que les hablara la palabra y los hiciera reflexionar sobre la fiesta, y para que orara con ellos. Quizás era un ministro amigo de Job al cual le pedía que fuera y visitara a sus hijos.

(c) parece que en sus fiestas era cuando perdían el control de sus vidas cristianas, porque el padre brillaba por su ausencia. Seguía en contacto con ellos. Las celebraba, pero no como él hubiera querido. Hacían fiestas en sucasas lo cual es bueno, quizás cumpleaños u otra celebración. Era una fiesta familiar, pero con posibilidad de pecar contra Dios. Aun en la fiesta aparentemente más inocente se puede blasfemar a Dios.  Pero oraba por ellos y ofrecía sacrificios para reconciliarlos con Dios. Pedía perdón por si acaso habían pecado. Uno no puede saber todo lo que hacen sus hijos mayores e independientes. Eso está bueno que uno pida perdón “por si acaso lo que hizo o dijo pudiera ser pecado”. Así está mejor. Debió hacer un esfuerzo e ir a esas celebraciones, aunque con disgusto. De todos modos, lo comprendo porque pensaba que orando hacía más bien que yendo.

 

 

El diablo conoce nuestras patologías, no mejor que Dios

1:10,11

“¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. 

No es seguro que, si uno pierde la bendición de Dios, o él se la quita, vaya a blasfemar a Dios. Job no lo hizo; pero el diablo sabe que cualquier pérdida produce una crisis y dentro de ella se anida la posibilidad de hacerlo, se hace propenso a acusar a Dios, culparlo, corregirlo y regañarlo. Ningún ser viviente conoce mejor la sicología humana que el diablo. Nuestras patologías.  Es el sicólogo más perverso del mundo. Lo mismo te hace daño hundiéndote, deprimiéndote, que exaltándote. Su propósito es el desequilibrio.

El ojo satánico siempre se halla puesto en la protección que Dios nos pone y desea que ella sea retirada. Dios no nos quita su protección porque el diablo se lo pida sino porque damos ocasión. Nada puede contra alguien perennemente santo. Otra cosa es que el diablo afirma que un hombre santo es un hombre trabajador, como lo era Job y lo que tenía era un producto de su trabajo, bien hecho. Y no solo eso sino con la bendición de Dios; sin ella no hubieran aumentado tanto sus bienes, pero bendecido ellos se multiplicaron. Job trabajó mejor que sus vecinos. Lo primero que Dios protegió fue a él, después su casa, y después sus propiedades.   

Hay una observación en el título de esta nota, Dios conoce mejor que el diablo nuestra personalidad, y por lo visto con Job el diablo se equivocó. Temporalmente perdió su protección, sufrió un largo y tristísimo período, pero no se rebeló contra Dios. El diablo le hizo daño pero no lo convirtió en un infiel. No pudo calcular hasta dónde se puede extender la fidelidad de un creyente. Es que no puede comprendernos completamente. Quizás algún día comprenderemos que fuimos más fieles de lo que imaginamos, y tuvimos en el corazón más fe que la que hemos visto y que la que el diablo hubiera querido.

 

Ánimo pastor, no tires la toalla

1:10

“Y al trabajo de sus manos has dado bendición". Con amargura y envidia reconoce eso, porque delante del Creador y poderoso Jehová, él tiene que mostrarse como realmente es, una persona llena de odio y envidia hacia los santos que reciben las bendiciones que él jamás recibirá. El diablo sabe cuándo Dios no nos bendice y por qué, pero miente cuando sin fundamento asegura que Dios no nos bendecirá. En eso no podemos hacerle caso. Dios bendice a quien quiere y como quiere y cuando quiere y eso no puede saberlo Satanás nunca. El propósito al decirle a un creyente que Dios no bendecirá sus trabajos es para desalentarlo, para quitarle el ánimo y hacer que se rinda, que abandone su profesión o la traspase a otro y se retire afligido y malhumorado contra el Señor porque le pidió bendiciones que jamás recibió. El desánimo es su punto de mira y si logra meternos eso en la cabeza, que Dios no quiere bendecirnos, logrará que abandonemos el trabajo que Dios nos ha pedido hacer.

Y ¿cómo Dios no va a bendecir una labor en la cual él mismo los puso para realizarla? ¿Es acaso Dios un Amo que reparte sus faenas entre sus siervos y los destina de balde? El deseo de Dios al confiarnos un trabajo es porque tiene interés en que ese trabajo prospere, no en que esté estancado porque él le niega la irrigación de su bendición, y se burla de sus trabajadores abandonándolos a su propia suerte y fuerza. Ahora, sí es cierto que el Señor nos bendice cuanto quiere y como quiere. No creas que Satanás conoce la mente divina, y que eso que te dice que no vas a recibir bendición de Dios haciendo lo correcto, es una suposición mentirosa y abstracta por cuanto no has pecado para que tenga razón. Fortalécete en fe y cree en la Escritura que ha dicho que "nunca te abandonaré". No nos ha mandado a trabajar solos sino con su compañía, con la de su Espíritu Santo.

Contra las mentiras diabólicas encaminadas a que te retires de tu trabajo lo que mejor puedes hacer es clamar a Dios, ponte de rodillas y pídele al invisible que retire de tu vecindad y cercanía a los demonios que bajo órdenes infernales han sido enviados para con astucia y en silencio te descorazonen, y sin razón objetiva presentes tú dimisión. ¡Eso nunca! No podemos fallarle a Dios y Satanás quiere convertir la imagen de Dios en un retrato suyo, un déspota y arbitrario jefe que trata sin consideración a sus empleados. Ánimo pastor, no tires la toalla.

 

Satanás quiere probarle a Dios que somos hipócritas

1:6-12

“Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella”. ¿Cree usted que Dios tiene que preguntarle al diablo de dónde viene? ¿Cuál es el propósito divino en ese llamado angelical o convocación celestial? ¿Es que acaso uno a uno fueron rindiendo informes y a satanás le tocó el turno? Cuesta trabajo imaginar eso. El nombre diablo no aparece en el AT. Satanás aparece una vez en 1 Cro.21:1; una vez en el Sal.109:6, que corresponde con la cita de Crónicas; y dos veces en Zac.3:1,2. Y el resto en este libro. No es que Satanás no estuviera en la tierra haciendo de las suyas sino que la revelación bíblica pone su existencia en segundo lugar porque es más importante conocer a Dios y su soberanía que a Satanás. Mayormente esa explicación de achacar a los espíritus malignos, las enfermedades, las malas circunstancias y los pecados del hombre, es muy posterior y donde más se lee es en los evangelios y Jesús. Pablo también menciona a “las potestades del aire” pero casi todos los problemas humanos son de origen humano, propiamente de la naturaleza carnal.

La explicación en este prólogo es para entender las inexplicables calamidades que siguen (1) de origen satánico (2) salvar a Dios de su responsabilidad en el asunto (no lo logra) (3) que sus desgracias no son consecuencia de su pecado (4) para mostrar la seguridad de las convicciones de Job (v.9) (5) y hacer ver que Satanás se esfuerza en probarle a Dios que somos hipócritas (v.11), que el hipócrita es la obra maestra del diablo. No obstante no hay región de la tierra por donde no pase Satanás en sus giras. Y hay países y ciudades donde se ha instalado por más tiempo.

 

No le encontró una explicación a su pasado

1:13-19

“Sabeos”, es una tribu, generalmente mercaderes ricos, en el desierto de Arabia. En un espacio de 24 horas se quedó sin nada y sin nadie. ¿Dónde está Dios, su providencia, sus ángeles? No dijo: "Yo soy el mejor hombre del mundo ¿por qué me ocurren las peores cosas del mundo? Job probó que su salvación era entre Dios y él, sin nadie más, sin nada más. No recuerdo que Job pidiera a Dios que le devolviera lo que le había quitado, lo perdido lo asimiló y no halló problema en su esperanza (vv.20,21).

El problema suyo fue hallar una explicación de porqué le había ocurrido, quería entender; porque siempre afirmó que sus desgracias no eran un castigo de Dios por su pecado ni consecuencia de tales, sino porque Dios lo había dispuesto así. Dios estaba formando para la humanidad un hombre santo, sincero, que le amara cuando le da y cuando le quita. El libro termina felizmente pero sin encontrar la explicación a su pasado. Si las cosas se arreglaron, no importa si no podemos descifrar el acertijo de los acontecimientos. El Señor Jesucristo murió pidiéndole a Dios la explicación de por qué lo había desamparado, y no oyó ninguna respuesta. Silencio.

1:22; 2:4

“En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.”. Despropósito o acusar a Dios de actuar con frivolidad. Por mucho que Job reflexionara en su experiencia hallaría que aunque pareciera un despropósito no lo era, pero tampoco hallaría explicación porque no había causa; y eso es lo que hace la fe grandiosa cuando la única explicación que halla es la voluntad de Dios. Oh Señor que ninguna experiencia se enseñoree de mi fe, que no me convierta en un incrédulo (1Jn.5:4,5). "Sí Padre porque así te agradó y será para mí bien" (Mt.11:26). Si no puedo entender mis cosas, que obedezca, pero más que eso que encuentre tu voluntad agradable y perfecta (Ro.12:2), que me sienta feliz haciéndola, entre lágrimas (Sal.42:3).

2:4-6

“Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida”.  Satanás siempre lleva el mal a su extremo, tratando de introducirse en el plan de Dios para nuestra vida y probar nuestras virtudes. No se cansa. La gran prueba de nuestra fe es cuando la salud se quebranta. Oh Dios estoy aquí con una estancia temporal, manifiesta en ella tu gloria.

2:9

“Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”. La palabra retener también se traduciría atar, agarrar y obstinación. Job se aferraba a su fe y a su inocencia, que es una buena traducción de integridad. Qué triste es que sea nuestra familia la que nos pida que maldigamos a Dios. ¿Es esa una ayuda idónea? Le estaba preguntando ¿sigues sirviendo a Dios contra viento y marea?

2:10

“Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. La palabra fatua se pudiera traducir, estúpida y mala. Lo que decía esa señora era una estupidez.  ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios”. Tú no eres una mujer fatua o estúpida,  pero has hablado como una de ellas. Ella perdió su religión pero él no. De Dios se recibe todo, para aprender todas sus lecciones: cariño y odio, aprecio y desprecio, aceptación o rechazo, empleo o desempleo, etc., de Dios todo y con fe. "Recibiremos", esa palabra se parece a "aceptación". Si de Dios lo recibimos, como dice Calvino, entonces podemos hallar fuerza para acudir a él por misericordia.

2:13

“Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande”. Esta fue la mejor consolación que le dieron, sin palabra, acompañándolo. Es difícil pasar una hora sin abrir la boca para nada, mucho más siete días completos. Tal vez haciéndose preguntas ellos mismos y pensando bien lo que le iban a decir. O salían de su presencia y comentaban las explicaciones que le darían. ¿Cómo es que si lo sentían profundamente le hablaron tan fuerte? (v. 12).

3:1-8

“Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día.Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche en que se dijo: Varón es concebido”. Debe maldecirse, aunque Cristo dijo que no se maldijera, más bien el día en que se peca, no en el que se nació, el día en que se rechazó la oferta de la salvación, el día en que se puso un pie fuera del camino estrecho, el día de la potestad de las tinieblas cuando se entrega a Jesús con un beso. Hay otros días más tristes que el día de nuestro nacimiento, el día cuando nos dieron la mala noticia que nuestro hijo murió, o está enfermo de un mal incurable, el día cuando nuestra esposa nos maldijo y nos dejó; pero en la vida aunque hayamos bebido tragos amargos, también hemos tenido días de honor, mucho orgullo, inspiración y gozo. Así fue el día de nuestro nuevo nacimiento, el día de la fe, del arrepentimiento y cuando cortamos nuestra relación con el pecado.

3:9-11

“¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre?”. Cuán afligido debe estar este hombre noble y recto para que se queje de esta manera; cuán espantoso su dolor ya que sus pasadas satisfacciones no le consuelan en nada. Es que la felicidad consumida tiene poco uso.

3:13-23

“Que esperan la muerte, y ella no llega aunque la buscan más que tesoros”. O más que cosas secreta s y escondidas, generalmente dinero. Con qué ansias piensa y apetece el sepulcro y suspira por su extinción (vv.20-23). Le tiene más miedo a vivir que a morir.

3:9-19

“Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso”. Hay en estas palabras una suave concepción de prolongación; no poetiza la extinción; la muerte lo separa definitivamente de las tragedias de esta vida; no hay tanto como la idea de una vida consciente; inconsciente como el sueño (v.13) pero no exterminada.  

3:23

“¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por dónde ha de ir, y a quien Dios ha encerrado?”. "Encerrado, cercado", con pérdidas, diría: "Oh Dios me has dejado sin nada ¿fui un mal padre? ¿Adoré mi dinero? ¿Hice mal uso de mi salud?". Se siente atrapado, sin salida, sin respuesta, sin explicación, exhausto.

3:25,26

“Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación”. ¿Corazonada, presentimiento de que algo malo como una sombra vendría sobre él? Convicción  que el mundo que tiene en sus manos es fugaz (1Ti.5:17). ¿Miedo a perder sus hijos, arruinarse, enfermarse? Es extraño que alguien con ese nivel de vida sienta miedo perderlo. Job sabía que ¡cuán inseguro es todo en esta vida! Podría orar así: “Señor, cuida a mis hijos, mis ahorros e inversiones y te doy gracias por mi salud”.

4.

No es correcto acusar alguien o acusarse uno mismo de haber pecado por el hecho que las cosas vayan mal, y creer que son retribuciones divinas.

Si no hay más remedio, confórmate con tu poca fe

4:3-6

“He aquí, tú enseñabas a muchos, y fortalecías las manos débiles; al que tropezaba enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que decaían, más ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?”.

No fue una consolación sino un ataque que empieza por su persona, juzgando la forma en que Job toma su tragedia; y lo primero que salta a la vista de ellos es la inconsecuencia de su fe. La vida ejemplar de Job. ¿Y quién no? Es más fácil aconsejar que seguir el consejo, además, las calamidades lo sorprendieron, no estaba acostumbrado a eso. Hace falta menos gracia para alentar que para alentarse. ¿Es cierto que creemos en Dios o “imaginamos” que creemos en Dios? Afirmamos creer en Dios, amamos su verdad, enseñamos con ella a otros y los fortalecemos en sus tribulaciones, sin embargo, cuando somos nosotros los que padecemos la enfermedad, la bancarrota, el divorcio, la muerte, la negación de los hijos, el desempleo, etc., reaccionamos en forma distinta a cuando no somos el objeto de esa suerte.

¿Es que somos hipócritas en nuestra confesión y nos engañamos a nosotros mismos afirmando que creemos en Dios, cuando nuestra fe no es más que un capricho, ansia por creer, anti-ateísmo? Es mucho más fácil creer doctrinas, vivir éticas, cumplir formalidades y ejecutar ritos, que practicar la fe en la providencia de Dios en la vida cotidiana.

La fe se mide precisamente ahí, cuando el mal ha venido sobre nosotros, ¿dónde está el temor de Dios en ese momento, y la esperanza que acompaña a la fe? No se ve por ningún lado. ¿No hemos leído que todas las cosas ayudan a bien? Entonces, ¿por qué no lo creemos?, conocemos más cosas que las que creemos y no todo lo que sabemos lo creemos. Estamos convencidos que Cristo murió por nuestros pecados, que resucitó de entre los muertos, ascendió al cielo, está a la diestra de Dios, y ha de venir para juzgar a los vivos y a los muertos, entonces ¿por qué tenemos miedo morir? ¿No hemos leído que él es la resurrección y la vida, y que morir en Cristo es ganancia? De todo esto hay una conclusión que debiéramos sacar, ¿acaso es que no tenemos fe ninguna, que ella es una ilusión, y que mejor haríamos no intentar creer más? No, porque esas vacilaciones y contradicciones no son reflejos de ausencia de fe sino de la pequeñez de ella; con esa cantidad pequeña de fe podemos malvivir, ser cristianos tristes y melancólicos, pesimistas, no reflejar victoria en el rostro ni ser de inspiración a otros, ser una carga a nosotros mismos, pero con todo, es suficiente para entrar con ella al cielo. Pedro, hombre de poca fe que dudas, no te estoy justificando sino tratando de alentarte y si no lo logreé, por lo menos lo intenté.

4:6

“¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?”. Es injusto lo que le están diciendo a Job; pero el que vive íntegramente puede tener la esperanza que todo continuará bien.

4:12-21

“Y al pasar un espíritu por delante de mí, hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo. Paróse delante de mis ojos un fantasma”. ¡Qué raro! ¿Un fantasma? Lo que está diciendo es que tuvo la visita de uno de entre los muertos y que le aseguró que Dios es más sabio que el hombre y que los ángeles. No puede ser el espíritu de un muerto, imposible, quizás un ángel, pero tal vez ni eso, pero ni uno ni lo otro, sólo una visión; y como no es un profeta así lo describe, no sabe hacerlo de otro modo. Pero lo que el fantasma le dice es cierto pero no aplicable a Job (Mt.14: 26, ¡los apóstoles creyendo en fantasmas!). Si le apareció un fantasma, ya que cree esa clase de revelación de parte de Dios, lo engañaron, porque al final del libro Dios desaprueba las palabras que le aplicaron a Job. De todos modos, lo que le dice es verdad.

 

Los ángeles pueden cometer errores y los hombres más que ellos

4:16-21

“Notó necedad en sus ángeles”. O que encontró errores en los ángeles, digamos imperfecciones porque ellos no son Dios. Lo mismo en su creación espiritual que en el intelecto de ellos. Los ángeles son superiores a los hombres, y aquí habla de los ángeles santos; ellos han sido sellados para que no pequen como los otros, no heredan pecados porque no existe por generación de reproducción; sin embargo, su intelecto es finito. Aunque no experimentan la muerte y no hay cementerio de ellos ni sufren descomposición, ni hieden, con todo no pueden compararse en gloria, luz y poder a quien los hizo. Si eso que Dios en sus siervos no confía se refiere a los ángeles no es porque no pueda encomendarle alguna misión sin supervisarlos de lejos sino que no traspasa la confianza en sí mismo y en sus atributos al de ellos, por ejemplo poder, inteligencia, santidad, etc. Los ángeles son finitos y Dios es infinito, ellos tienen poder pero Dios es todopoderoso, y el poder que tienen es el que Dios de sí mismo les dio. Por todo eso y mucho más Elifaz temanita le advierte a Job que se deje de creerse más sabio que Dios, y que deponga su arrogancia porque el final lo que le espera es ser comida de polilla. Aunque este no fue el caso de Job porque él nunca dio a entender que superaba a los ángeles ni que era más justo que Dios, lo que dice de ellos comparándolos a los vanidosos seres humanos, casas de barro, fue cierto. En fin, los ángeles pudieran cometer errores y los hombres más que ellos. Dios hizo criaturas semejantes a él no duplicados. No es conveniente exaltarse tanto.

5:3

“Yo he visto al necio que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación”. ¿Qué actitud es esa, hermano? Por muchos deseos que tengas que el mal no eche raíces, no maldigas, ora y trabaja venciendo con el bien el mal. Quizás supo que ya Dios lo había hecho y él se une al juicio de tal necio.

5:4

“Sus hijos estarán lejos de la seguridad; en la puerta serán quebrantados, y no habrá quien los libre”. Si se entiende impío, es cierto, los hijos de los que hacen mal no podrán estar seguros. Perderán lo que tienen (v.5). Cuando vayan a la puerta donde se discutan los asuntos no podrán ganar ningún caso.

5:6, 7  

“Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción”. Yo no diría que se nace para la aflicción, ella nos acompaña desde el nacimiento, porque este mundo no es nuestra morada eterna, pero uno nace para glorificar a Dios. No obstante, la aflicción nos acompaña en la vida; es una viajera que de vez en cuando se nos une en el camino.

Elifaz no camina en el calzado de Job

5:8-19

“Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa; él cual hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número”. Se deduce que Job no sólo estaba confundido por lo que le pasaba, y para él todo era inexplicable, sino que no lo aceptaba. Eso es lo que el ojo de este hombre, Elifaz, percibe, que su amigo no quiere humillarse bajo la poderosa mano de Dios. En general exalta a Dios y habla muy bonito. Pero no lo comprende y por supuesto no le sirvió de apoyo al afligido. Estuvo hablando de lo que él haría en esa circunstancia, pero no entiende que Job no puede. No camina en su calzado. Habla como quien se halla libre de toda esa tragedia. Tiene la piel sana y no ha perdido a nadie de los suyos. Fíjate en la obra de Dios, “grandes e inescrutables”. La providencia divina, en presente, es incomprensible; sólo puede ser leída no predicha; Dios se mueve como él es, misteriosamente. Los pensamientos y acciones de Dios son profundos y gloriosos.

 

Encomienda a Dios tu dolor, recuerdos, explicaciones y soledad

5:8-13

“Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa”. Mi causa sólo la puedo poner en las manos de Dios. Ojalá hicieras eso si te pasa lo mismo que a Job. ¿Buscarías a Dios y estarías tranquilo? No digo que no busques a Dios, pero ¿lo encomendarías todoa él? ¿Cómo encomendarías a él la pérdida de tus hijos, tu dolor, recuerdosexplicaciones y soledad? ¿Quiere decir que te resignarías y seguirías teniendo ganas de vivir sin ellos? ¿Comenzarías de nuevo a engendrar y empezar el mismo proceso para reponerte de la aflicción con otras alegrías, sin pensar si también los perderás? Dame el nombre de un solo hombre que lo haya logrado. Job. dice que no. Podemos seguir viviendo con muy poco dinero, sólo para los gastos y aun sin el honor ganado por Cristo con mucho trabajo y hecho cenizas por una difamadora lengua de fuego. Dos palabras tengo para los atribulados: encomienda espera (Sal. 37:5). El equivalente a ambas cosas es la fe

 

No protestes, aguanta, cree y ora

Job 5:17

“He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso”. La palabra corrección significa enderezar, por derecho. El castigo de Dios siempre está atemperado por su amor y no se extralimita de modo que no destruye, sino que purifica. Si él corta algunas ramas está podando no desgajando. Pero lo que dice es verdad, a los bastardos su vara no toca; quiero decir en sentido general porque "Dios al que ama azota y castiga al que tiene por hijo" (He.12:6). Si él junta su misericordia al castigo será como una poderosa medicina.  Cuando dice que no se menosprecie la corrección del Todopoderoso lo que quiere decir es que no protestes, aguanta, cree y ora.

5:18,19

“Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; él hiere, y sus manos curan”. Le está diciendo que el justo no sufre ilimitadamente. En eso descansa la fe de nuestra oración, que, si nuestra aflicción proviene de su voluntad, a él podemos acudir para que nos alivie. ¡Qué médico como Jesús que “sus manos curan”! No heridas que él haya abierto porque nunca abrió ninguna, sino que cerró muchas. ¿No recuerdas como tomó la oreja de Malco del suelo, o colgando en su cuello, y le hizo una cirugía al minuto? Y lo mismo pasa con las heridas que abre la vida, sus manos, que clavaron en la cruz tocó leprosos y los sanó, tocó féretros y resucitó muertos, hizo lodo y sanó ciegos. Sus manos sanan las heridas que otros abren y las enfermedades que nos contagian.

 

No siempre todo va de maravillas

5:20-27

“Del azote de la lengua serás encubierto; no temerás la destrucción cuando viniere”. ¿Podemos esperar tanto de Dios? De él nunca esperamos demasiado y eso es todo, por una gracia especial se cumple, pero como Dios tiene su propósito para cada vida, la realidad de algunos casos particulares daría al traste con ello si se tomara cada una de estas palabras como promesas para todos. La idea que Elifaz tiene de las bendiciones de Dios para el que anda en sus caminos es equivocada, en especial sobre la providencia divina, la cual no promete a nadie que vivirá en un paraíso en esta vida, sino que será consolado y fortalecido en sus tribulaciones. Hay creyentes que han muerto de hambre, y no pocos sino muchos han dado sus vidas luchando por ideales patrios; millares de santos muy sensibles, como el mismo rey David, han tenido que sufrir horriblemente con las lenguas engañosas que como brazas de enebro han quemado su sensibilidad (Sal.120); nadie, excepto Noé y Jesucristo ha hecho paz con las fieras del campo para que no los devoren, aun Pablo luchó hombres salvajes, “malas bestias” “muchos adversarios”, fieras contra las cuales luchó (1Co.15:32). Pero aquí es distinto y hasta el reino eterno eso no volverá a ocurrir. ¿Escasez? Muchos hermanos valiosos han sufrido terribles privaciones y han tenido que contentarse cualquiera que sea la situación, en humildad y en abundancia. Matrimonios muy consagrados apenas han tenido un solo hijo o ninguno, y hombres celestiales como David Brainer, Calvino, Jorge Whitefield, no han llegado a la vejez. Esa no es una promesa para todos, es una promesa mesiánica, no para este siglo sino para el venidero.

El consejo sería que no derives de las promesas de Dios una vida imaginaria. Lo más apropiado es asegurar que todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios, y aprender a ejercer fe en la providencia divina, que, si él da comida a las aves y viste las flores del campo, a sus hijos no les faltará un bocado de pan ni una muda de ropa para el cuerpo.

Hay personas que deciden convertirse a Cristo soñando con tener una vida imaginaria, vivir una quimera, lograr con algunos trances de fe y unos cuantos mandamientos y bautismos, todos los anhelos de su alma. Lo que Dios ofrece al pecador es su salvación y lo que pretende con las calamidades de su vida es que ejercite su fe y que confíe en su gloria. No podemos como Elifaz, animar a las gentes a tomar a Cristo sin tomar su cruz (Mt.16:23), a que reciban al Señor y todo les irá de maravillas, eso es engañarlos con algún propósito mundano. Cristo se vive como un reto.

5:26

“Vendrás en la vejez a la sepultura, como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo”. Yo quiero Señor que mi vida como el trigo llegue a su vejez llena de granos, no mustia, estéril y seca. La idea aquí es que no se morirá antes de tiempo. Si es así tiene razón, mientras no nos llegue la hora somos inmortales. La preocupación no es el tiempo de la vida sino cómo se ha vivido. Qué se ha hecho con ella. Debemos asumir nuestra edad.

6:3

“Porque pesarían ahora más que la arena del mar; por eso mis palabras han sido precipitadas”. No se deben dar mucho valor a las palabras de quejas de un atribulado.

6:4-6

“¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto?”. Quiere decir: sin causa yo no me quejo.

6:7

“Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi alimento”. Fue temporalmente pobre. El significado en hebreo es incierto y no resulta, sino con posibilidad, hacer un comentario cuando lo que dijo o lo que escribió es incierto. Teniendo en cuenta lo anterior pudiera referirse a las comidas sin sal o sin gusto como la clara de huevo. Eso es alimento de enfermos. Quizás ahora, enfermo con sarna, ingiere esa dieta, recomendada no sé por quién. Es parte de su defensa, que lo dejen quieto y oigan con razón sus quejas porque más feliz que él es el asno montés y el buey pastando felices enfrente al plato que les gusta.

6:8-10

“Quién me diera que viniese mi petición, y que me otorgase Dios lo que anhelo”. Ojalá Dios nos de lo que anhelamos, conforme a su voluntad, para su gloria. He dicho que habló sin pensar, pero vuelve a pedir la muerte. ¿Por qué hermano mío no oras por tu restablecimiento? (1) piensas que si Dios te despojó no te devolverá lo que tomó porque eso sería como jugar con tu vida (2) que estará lejano el día en que todo acabe (vv.11-13). Es como si dijera, "no tengo paciencia ni resistencia". A veces decimos: “Yo tampoco Señor”.

6:14

“El atribulado es consolado por su compañero; aun aquel que abandona el temor del Omnipotente”. Los apóstatas tienen amigos, renuncian al consuelo divino pero sus compañeros los ayudan. Oh Dios santo, pero a veces los creyentes son abandonados por sus propios hermanos porque con hipocresía y sin afectos los tratan (vv.15-18). ¿No vale para nada la familia, la iglesia, la piedad?  Oh que confiemos en Dios solamente y estemos preparados para todo. Es muy amarga la desilusión.  

6:15

“Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; pasan como corrientes impetuosas”.  Debiera decir “han actuado encubiertamente”. "Yo confiaba en ellos como hermanos y por eso tuvieron éxito, pero no eran mis hermanos o no me hubieran traicionado, eran falsos; lo supe cuando me traicionaron".

6:22,23

“¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda?”. Quiere decir, "¿os he pedido algo?"

6:24-26

“¿Pensáis censurar palabras, y los discursos de un desesperado, que son como el viento?”.  Le dijo, "ustedes no miran mi condición sino lo que yo digo". ¿No se dan cuenta que no puedo hablar de otra manera sino para desahogarme? Les horroriza lo que digo porque no están en mi lugar, ¿de qué me sirve vuestra teología deshumanizada? Buscan convicción de pecado, en vez de consolarme. Lo último que permitiré es que vuestros discursos me hagan sentir culpable; mi espíritu se hundiría si relaciono mis desgracias con las consecuencias de mis pecados".

7:4

“Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Mas la noche es larga, y estoy lleno de inquietudes hasta el alba”. “...inquietudes...”. La palabra hebrea, nadud, significa rodar por la cama, ser echado de un lugar a otro, durmiendo a ratos; y así hasta que amanece...Señor, yo he vivido eso.

7:7

“Acuérdate que mi vida es un soplo, y que mis ojos no volverán a ver el bien.”. Mira como intercala oraciones mientras discursea con sus amigos. Oh cristiano mezcla tu vida entera con oración.

 

Simplona franqueza, como en You Tube, verter todo lo que se tiene dentro

7:6-21

“Por tanto, no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma”.

Job habla con Dios sobre la brevedad de su vida para que él se la cambie (vv.11-21). Uno esperaría una oración corta pero no es así; nota que es una gran queja y argumenta largamente con Aquel que puede cambiar su situación. ¿Pueden los hombres devolverles los hijos muertos, la fortuna y la salud perdidas? Esta oración parece tomada de su diario y leída a sus amigos o recitada en versos delante de ellos, o incluida posteriormente cuando editó su libro. Aquí admite lo que niega a sus amigos: que es pecador y afirma lo que a ellos no les acepta: que sus desgracias están conectadas a sus iniquidades (v.21).

¿Qué es eso de formar grupitos cristianos y verter como aguas todo lo que traen dentro? ¿No esconde esa simplona franqueza las larvas de la carne y lascivia? ¿No promueve una enfermiza curiosidad? ¿No elimina esa confraternidad los necesarios alientos de inspiración del buen modelo? ¿Cómo puede inspirarnos una vida que vemos y palpamos que es tan tierra como la nuestra? ¿No le da eso asco? ¿No es como un rodeo de regreso a la “confesión auricular” que se le hace a los curas católicos? ¿No sería mejor meditaciones bíblicas, alabanzas y oración?  No veo ningún resultado, a no ser siquiátrico, sentarse dentro de un grupo, sin lágrimas en los ojos, o haciendo pucheros y gimoteando, y enseñarles los trapos de inmundicias a los demás.  Santiago no aconseja que se haga eso, él se refiere a que, si alguien peca contra otro, confiese el pecado a ese otro, no a otros, que quieren enterarse (Sgo. 5:16).

No tenemos que ser tan francos con los curiosos como lo somos con Dios. El necio es a quien le gusta enseñar todo lo que hay dentro de su corazón y las intimidades familiares, y hasta pondría una cámara de video en su hogar y la instalaría en YouTube para ser el centro de atención de todo el mundo, vean lo que vean (Pro.18:2). Job no hizo eso, no desnudó su alma frente a sus amigos, y les dijo a sus impertinentes visitantes muchísimo menos de lo que le dijo a Jehová. Y los dejó con las ganas.

7:13,14  

“Cuando digo: Me consolará mi lecho, mi cama atenuará mis quejas; entonces me asustas con sueños, y me aterras con visiones”. No acuses a Dios de eso, es tu enfermedad, tus temores y quejas, o quizás el diablo. Si uno tuviera más fe soñaría con Dios, con esperanza y con el amor. Las noches en vela son testigos silenciosos de nuestra falta de fe.

7:15,19

“¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?”. Mira como un desesperado (desalentado) se contradice en sus palabras. Si quieres ser estrangulado ¿por qué deseas que Dios no te apriete más? ¿Te sientes que te vas a ahogar? (v.14) ¿Sí? Pero aunque muchas veces le pide la muerte, y le pasaron miles de ideas por la cabeza, jamás la del suicidio.

7:17-19

“¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón, y  lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?”. Observa con cuánta insistencia clama para que Dios cierre su caso, pero que no lo "mire" más. La traducción “engrandezcas” no es la más afortunada; la palabra hebrea gadal, significa en alguna acepción eso, pero en primer lugar es torcer, alargar y agrandar; por el contexto es mejor pensar que Job lo que quiere decir es que Dios le está retorciendo el cuello; ¡oh, afloja tus manos Divino Padre que me dejas sin respiración!

7:20,21

“Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres?”. Si he pecado ¿qué daño puedo hacerte? Personalmente ninguno, pero sí en tu reino, a tu gobierno; pienso que su pecado lo afectaría a él, la familia, la sociedad (35:6,7). “Señor ya que me he convertido en una carga para mí mismo, que sea sabio y fuerte para no ponerla sobre otros que no la podrán sobrellevar, que no les quite el gozo y la paz”. En hebrero naphash, que nuestra versión traduce “guarda”, significa “aliento, respiración”; en inglés es preserver; la idea es que Dios es quien da el aliento, el soplo de vida, “¡oh Creador, me asfixias!”. ¿Verdad que desorienta la traducción “guarda” de los hombres?

7:21

“¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad?; porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no existiré”. Cuando habla con sus amigos se defiende y niega que sus calamidades sean castigos por sus pecados escondidos, pero cuando ora lo admite, porque tiene un conocimiento preciso de la justicia, veracidad y misericordia de Dios, de su propio corazón, y lo implacable que son los hombres. Diría “Jamás sabrán los hombres, Señor, lo que tú y yo sabemos, no mirarán mi alma por dentro, no conocerán mis faltas íntimas ni les contaré mis pecados. Esconderé mi alma de la vista de ellos. ¡Sólo tú mi Médico Privado, sabes cuán enfermo he estado y las medicinas que me has dado! Honro tus oídos y tus manos bello Galeno”. (Interprete bien estos dos textos, Mt.16:19, para que no use ninguna “confesión auricular” derramando sus faltas en los oídos de un sacerdote; ni tiene porqué contarle sus pecados a quien no ha ofendido (Sgo.6:16).  

 

Un cristiano en el cielo y sus hijos en el infierno

8:1-7

“Si tus hijos pecaron contra él, él los echó en el lugar de su pecado”.  “Los entregó al poder de su transgresión”. Quiere decir que los separó de sí mismo, los echó lejos. No habla que los metió en algún lugar, no es precisamente un lugar sino un estado de separación, un estado de condenación. Eso es precisamente el infierno, una separación, un estado de separación. Sufren por lo que son, tanto por donde están. Es difícil estar de acuerdo con estas palabras que son despiadadas (v. 4); según él sus hijos murieron por sus pecados y están en la condenación. En el sepulcro. Job no admitió que hablaran así. El oró por ellos. Equivaldría a que sus oraciones y sacrificios por ellos de nada sirvieron (1:5). Es una verdad terrible que un gran santo se encuentre en el cielo y sus hijos en el infierno, o sus hermanos o sus amigos (Lc.16:19-31). Ya no valen para salvación de otros las intercesiones en el otro mundo.

 

Superarás tus propias marcas

8:6,7

“Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia”. Ellos no tienen pruebas, pero asumen que le pasa lo que le pasa porque no ha sido “limpio y recto”; sin embargo, Dios ha dicho que no hay otro en el mundo como él (1:1,8). Si las palabras de arriba fueron crueles, y éstas al principio también, igual traen esperanza y fe en un futuro mejor; todavía abrazan esperanza los amigos que su vida se arregle porque no se ha corrompido moralmente. Después que la mujer le habló así Job empezó a quejarse. Oh Dios ayúdanos a estar preparados para salir de esta vida como vinimos, desnudos, pero enriquecidos en el alma con los tesoros que dentro de ella se pueden sacar. No tienes control sobre tus circunstancias, pero sí sobre tu modo de vida cristiana; los tiempos que parecía que Dios dormía se van a acabar y superarás tus propias marcas, y “aunque tu principio haya sido pequeño tu postrer estado será grande” (v.7). (Ayer, 10 enero 16, prediqué en la iglesia que pastorea Sergio Rodríguez y aunque casi no pude prepararme espiritualmente, el Señor me asistió y expuse su palabra, Ge.30; quisiera que este fuera el principio de mucha bendición para Miami, por medio de mi ministerio

8:8-10

“Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas, y disponte para inquirir a los padres de ellas; pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos”. Sabe mucho uno cuando lee la historia y ha tenido como maestros a hombres viejos. No se puede construir una sociedad moderna prescindiendo del pasado, teniéndolo como malo. La historia tiene muchas lecciones. Todas las edades tienen algo en común. Los viejos nos han dejado sus poemas, sus fábulas, sus aciertos y errores, sus guerras y paces. No hay ninguna civilización moderna que no tenga raíces en el pasado, que emerja sin historia. Los padres de la iglesia son útiles para leer y aprender. La Biblia es el libro por excelencia para conocer el pasado.   

8:11

“¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?”. Muchos hombres hay que como el junco viven en el lodo. Pero ese no es el asunto. Su pensamiento es que nada sucede sin causa, por algo pasan las cosas, y Bildad asegura que algo ha hecho Job para que Dios lo azote de esa manera.

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Job llegó a reírse no con chistes sino con bendiciones

8:11-22

“Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del impío perecerá”. No está del todo mal, hay un poco de insulto y de equivocación en lo que dice (vv.11-13), que él se ha olvidado de Dios, pero también le promete que le pasarán cosas bonitas (vv.20-22). Job en vez de haber defendido tanto su justicia y la integridad de su vida, debió haber aceptado aquellos juicios y llevarlos en oración por si las constantes críticas que les hacían tenían alguna verdad sobre su persona, que a él le costaba trabajo admitir. Tal vez fueron mal dichas en un tono impetuoso e irresponsable; y a uno, aunque le digan la verdad prefiere se la muestren con palabras comprensivas y con misericordias. En muchas partes lo que ellos dicen es cierto, y realmente son palabras bonitas, pero discursean sobre Job juicios que no se les aplican sino a otras personas. Quieren hacer literatura y poesías inventando transgresiones. Estas palabras “aún llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo” (v.21), son muy bonitas y son ciertas, como dijo Sara que Dios llena la boca de risa y la lengua de alabanza, y cualquiera que lo oyere se reirá también. Dios nos hace reír, y más tarde que temprano también a Job lo hizo reír, no con chistes sino con muchas bendiciones. Un chiste puede hacernos reír si no es grosero, y la sonrisa refresca, pero al repetirse pierde el humor en cambio la bendición perdura. Hace sonreír por mucho tiempo, y con agradecimiento, como Sara, por lo oportuna y sabía, que es su inteligente providencia. Dios nos da las cosas cuando más gloria para a él han de mostrar, no poca (Ge.21:5-7).

8:20,21

“He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni apoya la mano de los malignos”. El otro versículo lo comenté en la nota anterior. Pon a un lado las críticas con las que vienen estas palabras y disfrútalas como una promesa; lo que Job no hizo, porque anticipadamente pudo haberse regocijado de los días tan alegres y bonitos que tendría cuando sus sufrimientos se acabaran. Oh sí, Señor tú no nos aborreces y nos harás reír. Bendito seas.

9.

Es precioso como Job desde su situación maneja la teología; y es la verdadera teología, la que percibe a Dios desde la perspectiva de la vida humana y coincide con él o está en oposición, se debate y finalmente acepta. La mejor expresión de ella es la oración.

9:1

“Respondió Job, y dijo: Ciertamente yo sé que es así”. Está bien que lo hayas admitido. Supongo que se refiere a todo lo bello que escuchó de la boca de este amigo suyo, que era cierto, pero le faltaba decir: "Esa es mi experiencia, Dios ha sido así siempre conmigo".

 

Mil razones de condenación

9:2

“Si quisiere contender con él, no le podrá responder a una cosa entre mil”. Job piensa en justificarse, pero dando explicaciones justas, él ignora que es por perdón, piensa que si vive justamente, si cumple los mandamientos, puede decirle a Dios "¿ya ves?" he hecho lo que demandaste"; se gloría, y si es injusto decir eso, al menos la convicción de su satisfacción es demasiado completa. Realmente esa es la forma de justificación que conoce pero la considera inadecuada (vv.3,14,15). ¿Discutirás con Dios? Si Job tiene esos sentimientos de la grandeza de Dios y de su pequeñez e ignorancia delante de él, Job está ejercitando más fe de la que podría imaginarse. Su convicción de lo que es Dios expresa la seguridad de una fe salvadora. Tiene un alto concepto de Dios como juez supremo, y debido a la incapacidad que tiene delante del Señor, es posible asumir que estaba buscando otra clase de justificación que no fuera precisamente a través de hechos delictuosos. Por eso pregunta “¿y cómo se justificará el hombre con Dios?”. Nadie puede de mil pecados justificar uno solo. En realidad Dios tiene mil razones para condenarnos. Y “ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús” (Ro.8:1).

 

Visita al cardiólogo antes que al oculista

9: 1-15

“El hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, y los lugares secretos del sur; él hace cosas grandes e incomprensibles, y maravillosas, sin número. He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; pasará, y no lo entenderé”.

En el verano fuimos al Kennedy Space Center en Florida. Miramos todos los museos de cohetes que han salido al espacio; y sobre todo los vídeos tomados afuera de nuestro planeta. Vimos lo mismo que vio Job, la Osa con sus cachorros, el Orión y las Pléyades. La Vía Láctea me impresionó, sobre todo al ver esa bolita pequeña, llamada Planeta Tierra, dentro de astros miles de veces mayores, y que sea el único que tiene vida, y tenga tantos problemas. Es donde único hay pecado. Y una cruz.

Job era un hombre culto y como se ve aquí sabía de la existencia de la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades; y se supone que sus tres interlocutores eran capaces de entender lo que él decía. La discusión entre ellos tiene un alto nivel filosófico, poético y teológico. Job sobre todo es un creyente que discute con sus amigos la honestidad de su fe y sus luchas con la providencia de Dios. Para él su Dios es una tremenda realidad, y que mientras más aprendía de su existencia más infinita le parecía la mente divina. La creación abajo no era su favorita sino la inmensidad del espacio arriba. Y bajo esa impresión de la inmensidad es que rechaza las furibundas acusaciones de sus colegas.

Esas palabras que Dios pasaría delante de él y no lo vería, están encajadas en su propia experiencia y en el examen teológico de sus sufrimientos. En ningún momento deja de pensar que Dios es trascendente, en comparación a sí mismo, a sus amigos y a todo. Si tuviera algún problema sería con la inmanencia de Dios no con su trascendencia, de la cual recibía su completa inspiración. Les está queriendo decir que ese gran Dios puede pasar al lado de todos ellos y ninguno notarlo sino hasta que se le ve por la espalda alejándose en el tiempo. Les hace ver la imposibilidad de contemplarlo en el presente, lo difícil que es en el momento actual interpretar su providencia y que ésta se discierne solamente con lecciones ya dadas. Cada cristiano debiera siempre remitirse a lo que ha vivido.

Y para eso se necesita fe y paciencia, y en eso está trabajando él en los días en que ocurre este diálogo. Se hizo famoso posteriormente por la longitud de su paciencia y fue tomado como un virtuoso ejemplo en el Nuevo Testamento para los cristianos que viven cosas inexplicables (Sgo. 5:11). Jamás acusó a Dios de despropósito alguno.

Tiene la certeza que a Dios, dentro de sus vicisitudes, sólo se le puede conocer en el pasado, que la providencia se explica cuando ha llegado el fin no cuando está actuando. No en el diagnóstico, tampoco durante la quimioterapia, en el funeral ni en la bancarrota, sino cuando han pasado muchos días y los sucesos yacen escritos con cincel de fuego y lágrimas, en piedra e historia. Entonces es que podemos como Moisés ver sus espaldas, pero no su rostro, en el respiro no en el suspiro. Deja que Dios pase, todo pasa con Dios, y si no puedes por incredulidad amar al Invisible y Creador del universo, pase lo que pase, entonces visita al cardiólogo, antes que al oftalmólogo o al oculista, o mejor todavía ve a un doctor en la Escritura y dile que no puedes ver a Dios en la Osa mayor ni en la pléyade de evidencias que ha dejado al pasar (Job 19:26).

 

Los pecados no son defendibles sino confesablesperdonables

9:15

“Aunque fuese yo justo, no respondería; antes habría de rogar a mi juez”. No es que reserve para Dios el derecho a no responder preguntas, sino que llega a la conclusión que es mejor rogar que interrogarlo o discutir con él. La palabra rogar también se puede traducir suplicar, pero su primer significado es inclinarse, como lo hace en reverencia un siervo ante su amo o un adorador ante su Dios. Lo que Dios hace es perfecto y por ende tiene que ser humanamente contradictorio y no somos capaces de comprender sus acciones o entender sus respuestas. ¿Te crees justo y no estás de acuerdo con Dios y piensas que has sido maltratado? Más provechoso será que ruegues a que discutas, porque él puede invertir las cosas, hacerlas retroceder, aun el tiempo (Isa.38:8); o puede pararlas, como hizo con el sol en Gabaón (Jos.10:12,13). Dios puede cambiar lo incambiable o darte gracia para que tengas paz de espíritu. No discutas con tu juez porque “es el que justifica” (Ro.8:33,34), los pecados no son defendibles sino confesablesperdonables; mejor es que hables con tu “abogado” Jesucristo el justo (1Jn.2:1). Él sabe cómo poner las cosas en orden y defenderte acusándose a sí mismo puesto que llevó sobre su cruz el pecado de todos nosotros. Amén.

 

Soy como un grano de arena que Dios conoce

9:16-18

“Si yo le invocara, y él me respondiese, aún no creeré que haya escuchado mi voz”. Eso mismo yo pienso cuando ruego a Dios. Siendo uno tan pequeño y tan insignificante, y habiendo en el mundo tantos millones y millones de gente importante que ocupa puestos relevantes en la sociedad, ¿cómo es que Dios va a atender la débil oración de una persona como yo? Juzgado por el número de personas que hay en este mundo, el sinnúmero de problemas, ¿cómo es que Dios va contestar las insignificancias de nuestras cuitas y sufrimientos? Sin embargo, así es, y eso nos maravilla.

No hay nadie tan pequeño en este mundo que Dios no lo vea ni asunto tan intrascendente y banal que Dios no sepa que existe. Su providencia está informada de las grandes cosas y de los pequeñísimos detalles, de los grandes montes y de los pequeños promontorios, de las grandes rocas y las pequeñas piedras lisas del campo. De los blogs de los famosos y de uno pequeño llamado “mis libros y pergaminos” y lo que en él se escribe. De la pequeña epístola a Gayo y del tratado a los Hebreos. El conoce a los célebres como a los anónimos y los famosos, los poderosos y los débiles, los ricos y los pobres, los sanos y los enfermos, la viuda, el huérfano, el victorioso y el que ha sido derrotado, el que duerme y el que vela.

A veces hablamos a Dios y él nos responde y después nos asombra que lo haya hecho. ¡Es porque no esperábamos la respuesta! La pedimos ardientemente, la suplicamos con el corazón y cuando Dios responde nos quedamos asombrados que nuestra oración haya sido respondida. ¿Habrá sido verdad que me oyó? Dios me ayude a pensar más y más que mis oraciones son bien atendidas y resultan eficaces, que tienen algún poco de fe por cuanto Dios las recibe. ¡Aleluya! ¡Amén! (Ver lo mismo en Sal. 126: 1; Lc. 24:41; Hch. 12: 5; 12-16). Job cree que porque Dios le ha tratado mal nunca le va a responder sus oraciones, y en eso se equivoca completamente (v.17). En resumen, somos como un grano de arena en la playa, y Dios sabe cuál.

 

La palabra permitir enjuga pocas lágrimas

9:20-24

“Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume. Si azote mata de repente, se ríe del sufrimiento de los inocentes”. Job sufre una gran confusión de sentimientos y pensamientos; se contradice (vv.17,20, 23). Sus palabras acusan a Dios de no hacer diferencia entre piadosos e impíos y que su gobierno es regido por la arbitrariedad. Algo dentro de él parece decir que no es Dios quién lo ha destruido; entonces se detiene y dice "¿quién es?" (v.24). ¿No sería el diablo? Aunque la palabra “satanás” aparece once veces en Job, solamente en sus dos primeros capítulos, en el prólogo que no es parte de sus discursos y oraciones. Aunque Satanás tenga participación en las aflicciones de los santos, para su consuelo y refrigerio es mucho mejor relacionar directamente todo lo que pasa en relación con la sabia providencia de Dios, inescrutable como él mismo, pero siempre seguros de que no hay despropósito alguno en Dios al enviar esas calamidades. Inclusive la palabra “permitir”, debiera también ponerse un lado y no usarse en la consolación, porque enjuga teológicamente poca lágrima cuando Dios es omnipotente y ninguna cosa en este mundo puede acontecer sin su aprobación, sin que le dé el sí. No hay que conseguir a nadie más que sea el responsable, y que nos envíe el dolor, la enfermedad, que al mismo Dios. Si alguien puede consolarse y dar explicaciones a sus desgracias afirmando que provienen de Satanás, Job no es esa clase de creyente, aunque sea cierto que nuestra lucha sea contra él.

El diablo está más relacionado con la palabra pecadoque con sufrimientos. Aquello complica el consuelo, disminuye la soberanía divina, expone a la naturaleza divina a la tentación diabólica, debilita el refugio y la oración de socorro. Aunque las acciones de Dios sean inexplicables nunca son injustas y él conoce mejor la humanidad que nosotros, y podemos estar seguros que no se “ríe” del sufrimiento de los inocentes como este hermano acaba de decir. Está equivocado, eso sería suponer que no solamente Dios es insensible, injusto sino además sádico.

Dios mira el mundo con pena y cuando aplica la enfermedad y la muerte lo hace con dolor, y fue por eso, para no perdernos definitivamente que nos puso un alma que no se deshaga en el sepulcro ni sea comida por gusanos, sino que se remonte como el viento a su reino; y para recoger algo de nosotros en su seno cuando nos entierren.

 

Dios no nos pide que tengamos más optimismo y fe que nuestro Señor Jesucristo

9:27,28

“Si yo dijere: Olvidaré mi queja, dejaré mi triste semblante, y me esforzaré, me turban todos mis dolores; sé que no me tendrás por inocente”.

Lo peor que pueda hacer una persona en la prisión es fingir delante de Dios que todo está bien, que no está sufriendo, y hacer lo mismo delante de sus semejantes, poner buena cara cuando en realidad se le saltan las lágrimas a los ojos. Dios siempre espera que nos presentemos delante de él como realmente somos, y como lo sentimos, sin fingir estados de ánimos. Si estamos confundidos, no podemos decirle que entendemos cada cosa, si perdemos el sosiego no podemos decirle que nos hallamos en paz, si damos vueltas en la cama sin poder dormir, no podemos darle gracias por todo un sueño reparador que obtuvimos durante la noche cuando en realidad casi no hemos podido pegar un ojo por las preocupaciones y la falta de fe.

Eso de “al mal tiempo buena cara” no es tan exitoso como decir “el mal tiempo enfrentaré”. “No fingiré que estoy alegre, ni le diré a nadie “muy bien”; me siento triste “hasta la muerte”, sudo gotas de sangre; me consumo con dolores y ansiedades, ¿qué vida victoriosa pretenderé imaginar? No me importa que piensen que se ha resquebrajado mi fe, es la verdad, estoy espantado por lo que me ha ocurrido y quisiera entenderlo y disponer de un espíritu dócil para aceptarlo, pero no puedo. No fingiré. Si estoy triste “haré oración” y cuando Dios me alegre “cantaré alabanzas” (Sgo.5:13). Con amigos y con Dios uno puede “usar mucha franqueza” (2 Co.3:12; 7:4). Dios no nos pide que tengamos más optimismo y fe que nuestro Señor Jesucristo.

9:29-31

“Yo soy impío; ¿para qué trabajaré en vano? Aunque me lave con aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma, aún me hundirás en el hoyo, y mis propios vestidos me abominarán”. Si piensas que eres un impío ¿por qué afirmas que sin causa te ha maltratado? (v.17). Quizás porque piensa "mi religión no me ha valido para nada, y aunque continuara trabajando para salvarme seguiría siendo impío y mis manos sucias". Uno llega a pensar que Job siendo tan perfecto en su religión y apartado del mal, eso mismo le comunicó cierta dignidad propia que lo hacía digno de un trato diferente ante sus ojos porque la salvación hace que uno escale y espere una suerte mejor; pero se dio cuenta que no, que si era impío o santo no lo era intrínsecamente, que en sus fueros internos su naturaleza humana no cambiaba y la salvación por obras era ineficaz para regenerarlo (Jn.6:28,22).

 

Jesucristo pone una mano sobre el trono de Dios y la otra sobre el corazón del hombre

9:32-35

“Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio. No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos”. Job está consciente de la enorme diferencia que existe entre un hombre y Dios, y que es imposible tratar asuntos con él de igual a igual. No se puede decir, si no es con injusticia, que se aprovecha de esa diferencia. Sin embargo, Job sabiendo la increíble diferencia entre uno y el otro, confiesa que le gustaría reducirlo a su comprensión, a un trato visual humanizado (10:2). Ese árbitro que le hubiera gustado tener, muchos siglos después apareció en la persona de Jesucristo, el único mediador entre Dios y los hombres, aquel que por sus dos naturalezas, la humana y la divina, es capaz de poner una mano sobre el trono de Dios y la otra sobre el corazón del hombre, sobre la misericordia y sobre la justicia; que tiene poder para reconciliar al uno con el Otro. Y además de árbitro es nuestro Abogado para con el Padre.

10:3

“¿Te parece bien que oprimas, que deseches la obra de tus manos, y que favorezcas los designios de los impíos?”. Continúa Job orando y no será su propósito, pero casi dibuja a Dios como un abusador que como es diferente y tiene ventaja se aprovecha para deshacerlo, y con espíritu de víctima, le dice que es tierra y que no le pidió venir a este mundo para que lo trate tan mal. No sé por qué dice que Dios favorece los designios de los impíos; ni él mismo piensa eso, pero quizás el trato que le dan sus malos amigos le hace pensarlo. Oh Dios, que el mal no gane ventaja y restaura tus santos.

10:1-7

“Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma”. “No puedo soportar más dentro de mí estos pensamientos, no me taparé la boca para que no salgan, no se los diré a otros para difamarlo, sino que me quejaré a Dios. Según mi punto de vista me atropellas sin causa y no me das explicaciones que me conformen; te has puesto de parte de los que deseaban mi mal y me has hecho daño (v.13) y registras mi vida como lo hacen los que no me aman para hallar algún pecado que justifique mi ruina (vv.4-7)”. Lo que dice en v.7 no contradice lo que dijo 9:29, porque en realidad él no se considera un impío, pero sí que Dios lo está tratando como si lo fuera. Se ve lo que ya anteriormente hemos notado que con Dios se muestra completamente franco y se declara pecador, pero no delante de sus amigos. Delante del Señor está muy bien que de libre curso a su queja. Que confiese todo lo que siente porque esa es la manera espiritual de ser restaurado por aquel que puede hacerlo, Dios.

 

No es la religión sola

10:8-13

“Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿y en polvo me has de volver?”. ¿Y no tiene derecho el alfarero a romper su obra? ¿No es su trabajo? Pero él no la va a romper sino a cambiarla, hacer otro Job, porque, aunque no lo parezca, su fortuna y sus muchas bendiciones le hicieron daño a su alma. Para Job su condición económica, su suerte, se mantendría si su religión se conservaba; ella era para él algo que generaba bienestar. Tuvo que perderlo todo para que se rompiera en su mente tal relación. La religión sola no genera bendiciones como si fuera una máquina; es la misericordia del Señor.

10:15

“Estando hastiado de deshonra”. La deshonra es muy amarga y difícil de soportar. Por esa experiencia casi todos pasamos, se sufre, pero uno se recupera. Aunque deja una cicatriz en la memoria.  

10:16,17 

“Renuevas tus pruebas y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo”. Le parece que las calamidades no vienen solas. Una cosa tras otra. Y que Dios no le da tiempo ni para respirar, que lo asfixia, y pide que él detenga su continuo castigo. Vuelve a orar en medio de su discurso (v. 20). A este hombre nunca le había pasado nada malo y está escandalizado con lo que le pasa. Y en verdad no fue poco. La mayor parte de nosotros nos hubiéramos quejado más que él. Es una gran cosa contar con el ministerio del Espíritu Santo.

10:18

“¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto. Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura”. Dios debe tener un propósito de amor con los abortos involuntarios (3:16). El espíritu de estos coágulos vivientes estará con el Señor. ¿Qué escogerías entre la oportunidad de no haber existido y existir o que te hubieran abortado? Si existimos es porque Dios quiso, si no, hubiéramos muerto en el parto. A pesar que hayamos pecado hemos “gustado la benignidad del Señor”, de lo contrario no hubiéramos tenido los privilegios que por gracia hemos recibido ni hubiéramos conocido a Dios. Nuestros instantes con Dios compensan todo lo malo que nos ha pasado.

 

Seol, hades, infierno, paraíso

10:18-22

“Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura. ¿No son pocos mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco, antes que vaya para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra de muerte; tierra de oscuridad, lóbrega, como sombra de muerte y sin orden, y cuya luz es como densas tinieblas”. Las imágenes poéticas con las cuales se dibuja el Seol no describen lo que es la sepultura de un muerto, “tierra de oscuridad, lóbrega”, es más bien como un sitio de exilio, como un lugar amplio de una isla-prisión, separada de toda luz y civilización, no exactamente un hoyo lleno de miembros en descomposición que hierven con gusanos. Es un lugar de desorden el que dibuja Job. Por supuesto es un lugar oscuro donde reina la muerte. Estos, tal vez sin ser el propósito de Job, presupone la supervivencia del espíritu, porque no se toca para nada el mísero destino del cuerpo bajo tierra. Es una idea precaria de inmortalidad sin dicha por ninguna parte, pero al fin y al cabo una forma de supervivencia, no feliz pero que reserva la idea de continuidad. Una forma de supervivencia inferior a la vida; una tierra de oscuridad y desorden; por eso los piadosos no querían morirse, no por horror a la aniquilación sino porque era como ir a una cárcel; la vida de ultratumba nadie la prefería a la de la tierra. Estos patriarcas tenían del seol un concepto lúgubre; Jesús no había sacado a su luz aún la vida y la inmortalidad por evangelio (Ti.1:10); la vida eterna es una revelación nueva. Una descripción más completa de lo que es seol en el AT; aparece en el NT con la palabra hades; y ni siquiera esa es satisfactoria; de lo único que estamos seguros en cuanto a la vida del “más allá” es que allí se halla Jesús y que los que mueren en Cristo ganan, porque van a su lado. Definir el seol según el concepto de Job es tener una idea menos completa de lo que en realidad es el lugar y ese estado. Entrar al seol es hacerlo al infierno o al paraíso.

 

Doctrina y vida 

11:4

“Tú dices: Mi doctrina (instrucción) es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos”. Job no dijo exactamente esas palabras, ellos las interpretaron así; no obstante, son las dos partes de un buen testimonio: la doctrina pura y la vida intachable. Pienso, Señor, que nuestra doctrina es más pura que nosotros; quizás nuestra teología valga para ti en nuestra aflicción; con un 50% por lo que creemos, y un 50% como vivimos. Las doctrinas (las conversaciones heréticas) impuras corrompen las buenas costumbres (1Co.15:33); y la vida intachable adorna la doctrina (Tit.2:0).

 

Las tijeras de la misericordia

11:6

“Y te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas. Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece”. “Sabrías entonces que Dios olvida parte de tu iniquidad”. Si esas palabras son verdades debemos estar tranquilos y soportar el castigo, por la parte que queda, en silencio. ¡Cómo! Son verdad, el único castigo que me ha impuesto son las co

nsecuencias de mi locura, disminuidas a un 60% y además utilizadas para mi bien. La justicia divina siempre llega recortada con las tijeras de la misericordia. Dios nos castiga no como merecemos sino como necesitamos. Inolvidables gracias, Señor. LBLA dice que olvida “parte” de la iniquidad. No la castiga toda.

 

Caminando pensativos hacia el infinito de Dios

11:7

“¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?”. Es mejor la traducción de la LBLA que menciona los "límites" del todopoderoso porque la palabra lo que significa es completo, y da la idea de extremidad. La traducción de la RV sugiere como si Job quisiera ser tan perfecto como Dios, y esa no es la idea, sino que Job no puede alcanzar la 

extremidad de Dios, porque Dios no tiene extremos pues es infinito y porque para el hombre sería eso imposible por la enormidad de la Deidad. No obstante, como más adelante dice, eso no invalida el hecho de que el Espíritu Santo nos exhorta a escudriñar, con él, aún " lo profundo de Dios" (1Co.2:10). Hay hombres que, sobre puntos teológicos difíciles, o sobre una ciencia escondida, hablan con la seguridad del mismo Dios, como si fueran el Espíritu Santo. He contado doce veces en este libro la palabra todopoderoso; nosotros tenemos también otras muy bonitas en nuestro lenguaje neotestamentario que no es sólo perfección, también son omnipotente, omnisciencia y providencia. Y cualquiera otra que se refiera a los atributos de Dios. Son sumamente deliciosas y de mucho consuelo en la aflicción, cuando uno se siente humillado y en la impotencia ante una situación incambiable. Descubrirás es una traducción menos exacta que investigarás, estudiarás. La palabra significaexaminarás, enumerarás, deliberarás. La palabra “secretos” es añadida para aclaración, pero no se halla en el texto. Lo que quiso decir no es exactamente sobre los atributos divinos sino sobre la existencia de Dios; por supuesto que eso es un secreto, y el mayor de todos.

La respuesta a esa pregunta es “no”, no invalida el hecho que Dios sea el objeto de nuestra adoración y estudio, cuya existencia se halla en la revelación, y es esa revelación la que hay que examinar, enumerar y sobre ella deliberar con otros estudiantes y escritores sobre él. Más perfecta es nuestra adoración y la propia vida cristiana cuando le vemos como él es (1Jn.3:2). Es por indolencia y negligencia que nuestra vida cristiana se queda en la superficialidad, porque nos reunimos poco para examinar la revelación y deliberar sobre ella. Así estamos expuestos a que algún aluvión tentador derribe nuestra construcción espiritual rápidamente fabricada con heno, paja y hojarasca, y sin fundamento. No podemos jamás alcanzar los límites de Dios, pero eso no quita que caminemos con paciencia hacia el infinito.

11:10

“Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio, ¿quién podrá contrarrestarle?”. Exactamente el texto no dice que Dios convoca a juicio sino a una reunión, a una asamblea. Pudiera ser a juicio, pero no precisamente para eso. La idea es que Dios es autónomo y si convoca a sus criaturas no hay obstáculo ni pretexto que valgan. Cuando Dios llama, su llamamiento no admite oposición. Es un llamamiento eficaz. La soberanía de Dios se destaca en toda la Escritura.

11:11

“Porque él conoce a los hombres vanos; ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?”. Te parecerá eso a ti, que Dios tiene los brazos cruzados, que no hace caso de las iniquidades de los hombres, pero en su momento los llamará a juicio. La palabra también quiere decir “¿no considerará el asunto?” (He.9:27). Se le ha agregado el artículo neutro y un signo de interrogación. Quedando entonces en forma de pregunta, pero también se ha traducido como que Dios no necesita de investigar un asunto porque lo conoce de antemano sin hacerle examen, mucho mejor que de un solo vistazo.

11:12

“El hombre vano se hará entendido, cuando un pollino de asno montés nazca hombre”. No hay que perder el tiempo con él, tratando que entienda la sabiduría de Dios. Lo que natura no da la escuela tampoco.

11:13-19

“Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia”. Tú y tu familia. Nota que el hombre es responsable que el pecado no invada su hogar. Educar a su casa en la ley de Dios, orar por ella y corregir a los que pecan. La idea es que sacudas de tu mano el pecado y no permitas, o consientas que ninguna cosa que vaya en contra de los decretos divinos, entre a tu familia, more en ella. Sin ser un tirano déspota, el padre no puede hacerse de la vista gorda, cuando alguien de su familia quiere minar su casa. Hay muchas promesas y bendiciones asociadas a la familia del padre que no permite la inmundicia bajo su techo, “su tienda” “su tabernáculo”, porque se entiende que allí habita Dios.

 

Pecados que pasaron

11:16

“Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron”. Te acordarás como una etapa que pasó sin procurar recordarla, como un trauma. Reviven en mí Señor, los desdichados momentos de mi caída, cuando oigo mencionar los pecados que me derribaron; se puede olvidar una enfermedad de la cual se ha curado, una pobreza aleccionadora pero no un pecado que haya deshonrado a Dios y hecho llorar a la familia; serán útiles para nuestra salvación y para nutrir con lecciones a ajenos, pero no se olvida. Se olvida uno el tiempo cuando tenía poco dinero en los bolsillos, pero no poca gracia en el alma y si llega a olvidar es por un gran consuelo del Espíritu Santo. Ayúdanos Señor a poner los recuerdos de los pecados a la espalda, como tú (Isa.38:17). 

11:14-19

“Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro”. La teoría de estos hombres es que, si Job deja el pecado, emergerá. Sea o no aplicable a Job, la cosa es segura, que todo el que sacude su pecado se elevará.

12:1-4

“Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría. No soy yo menos que vosotros”. “No me han hecho sentir inferior ni lo conseguirán; pero mejor que todo lo que sé es que no es menos que los que ellos saben, es que oro y Dios me responde. No cambio mi experiencia religiosa por todo el aval de conocimientos que ustedes tienen; las cosas que ustedes conocen no tienen relación con la vida de fe”. Esas palabras son dichas irónicamente porque   a veces lo común del pueblo es ignorante, y les dan el voto colectivo a sus dictadores.

 

El que ríe último ríe mejor

12:4

“Yo soy uno de quien su amigo se mofa, que invoca a Dios, y él le responde; con todo, el justo y perfecto es escarnecido”. Si se mofan de tu religión, ora y vive conforme a ella. Tú no tienes un gran problema, aunque se mofen los hombres de ti, si oras a Dios cuando ellos lo hacen, si le cuentas a Dios lo que ya él vio; si en vez de rugir contra ellos oras y pides fortaleza; si “ascuas de fuego amontonas sobre sus cabezas” (Ro.12:20). Si Dios te responde no te vencerán sus críticas ni perdurarán sus risas porque Dios se reirá de ellos (Sal.2:4). En esos tiempos Dios te dará evidencias de su existencia, testificará de tu piedad, engrandecerá tu fe en los medios de gracia; encárgale a Dios tus difamadores y los que desprecian tu vida cristiana y las doctrinas que crees. A Jesús lo difamaron y se burlaban diciendo que era “amigo de publicanos y pecadores” (Mt. 11:19). “El que ríe último ríe mejor”, reza un refrán.  

12:6-25 

“Prosperan las tiendas de los ladrones, y los que provocan a Dios viven seguros, en cuyas manos él ha puesto cuanto tienen. Priva del habla a los que dicen verdad, y quita a los ancianos el consejo”. El poder absoluto de Dios es proclamado (vv. 6,20, 23). Y da la impresión, y esa es la impresión que toma de las cosas Job, que el mundo rueda, o lo hace rodar Dios a capricho, como si jugara con una pelota; de modo que nadie pueda entender lo que está aconteciendo, como si no hubiera leyes de causa y efecto. Caos. Cuando uno está aprisionado por aflicciones se abandona a pensamientos equivocados.

 

Pregúntale a un pájaro y a un maestro universitario

12:7-10

Pregunta a los animales, a las aves, los peces y todos te dirán: "Nos hizo Dios"; pregunta a un maestro universitario y el hombre te dirá: "me formé solo, por casualidad, vengo evolucionando desde una solitaria ostra, primero fui vegetal y luego animal, vivía en el agua, después en la tierra, he hecho todo el recorrido de lo que soy, solito, no miro al cielo buscando un Dios porque ése soy yo". Pedro apóstol, ¿qué crees de los que afirman, y muy serios, esas cosas? "Que se han hecho peores que las bestias, como animales irracionales" (2 Pe.2:12).

 

Parece como si Dios jugara con el mundo

12:13-25

“Van a tientas, como en tinieblas y sin luz, y los hace errar como borrachos”. En todos los niveles gobierna Dios; quita la paz a los pueblos y humilla a sus príncipes; destruye los órdenes sociales y mengua a las naciones prósperas. "Díganme ustedes, amigos molestos, si han tomado tiempo para ver a Dios en estas cosas. No me tomaré el tiempo en contradecir una por una las cosas que me dicen sino simplemente que Dios ha hecho conmigo como ha querido y no busquen otra explicación o atribuir la razón a mi conducta. En lo que ustedes ven arbitrariedad yo veo sabiduría divina, donde piensan que hay injusticia yo no; veo como si Dios jugara con el mundo, con el destino de los pueblos y de los hombres, como si la piedad no funcionara, como si desechara el consejo de los sabios, y no se sujetara a ninguna norma, no conociera sus reglas, obviara sus leyes. Responde las oraciones y no las contesta, premia la piedad y no la premia, rompe los consejos de los malvados y hace que ellos triunfen, suyo es el que yerra y el que hace errar; es imposible comprender la providencia, a Dios; estamos ante un Dios que se nos escapa de la razón; que es de orden y pone el mundo en un caos; sobre todo eso sé que lo que llamamos arbitrariedad es justicia, lo que llamamos injusticia es justo, lo que llamamos sublime es abominación (Lc.16:15); Dios ha enloquecido la sabiduría del mundo por cuanto mediante la sabiduría el mundo no lo conoció (1Co.1:21); entonces una sola cosa es segura para hallar la verdad, la predicación del evangelio; una sola cosa es más sabia que el mundo, la cruz de Cristo; una sola cosa es sabia y poderosa, Cristo (1Co.1: 21-24).

13:1-3

“Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; no soy menos que vosotros”. No menospreciemos la experiencia de otros. ¿Somos capaces de juzgar nuestras propias vidas, entenderlas? (Compara 12:3 con 13:2).

 

¿Puede uno razonar con Dios?

JOB 13:3

“Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría razonar con Dios”. La palabra razonar se pudiera traducir argumentar, discutir. ¿Puede uno razonar con Dios? ¿Con qué cuenta para razonar con Dios? Cuando uno razona con Dios en la oración, cuando habla con él pensando, posiblemente el Espíritu Santo le enseñe la verdad y pueda ver a su luz todas las cosas. Necesitamos más oraciones lógicas, bien argumentadas a Dios. Ser razonable para entender y razonable para pedir, y eso no quita en nada la espiritualidad de la oración al contrario la hace más profunda y bendecida. El Espíritu del Señor sabe lo que queremos decir aun cuando la oración consiste solamente de "gemidos indecibles" (Ro.8:26) ¡cuánto más a un asunto bien pensado y expuesto con claridad ante los ojos del corazón y de los de Dios!

Del mismo modo es bueno razonar con Dios y es posible mediante su Palabra, es decir reflexionar mientras se lee y se estudia la Biblia. No es sólo memorizar pasajes bíblicos, algunas veces extensos, sino también razonarlos que es llegar a la médula de las palabras reveladas, que son como los huesos del entendimiento. Una hermosa vida devocional es deudora de la reflexión bíblica, y la espiritualidad es un producto legítimo único de ella. Cualquiera otra espiritualidad sin sentido común y sin razón es a lo sumo resolución y piadosa mentira. Dios espera que continuemos la tradición de María, recoger las cosas en el corazón en silencio y meditar en ellas (Lc.2:19). No se puede razonar con Dios en la Biblia yendo a la carrera, haciendo lecturas galopantes sin triturar dentro de las mandíbulas de la razón el contenido de las palabras sobre la cual han pasado los ojos.

Y el que sea capaz también puede razonar con Dios sometiendo a escrutinio y análisis su providencia, quiero decir su particular provincia en su propia vida. Es una costumbre ventajosa detenerse en el camino cristiano y mirar hacia atrás para saber la distancia que hemos recorrido, mirar el almanaque y contar los años que nos ha llevado llegar hasta ese punto, y mirar hacia el futuro pensando en cuanto del proyecto establecido todavía aún queda por alcanzar. Si reflexionamos en nuestra propia historia y con las lecciones del pasado alumbramos la providencia presente sabríamos entonces como obrar mejor y como tener reposo y tranquilidad en el espíritu. Todos los órganos de nuestro cuerpo reflejan la gloria y semejanza de Dios, pero ninguno tanto como el cerebro, que en lenguaje bíblico es el corazón, y es por esa capacidad de raciocinio que a los jueces en la Biblia se les nombra como dioses (Jn.10:35). ¿No es cierto que la Palabra en la carne, o sea Verbo, también significa razón? El Verbo de Dios es la razón de Dios, la mente de Dios. Jesucristo es la razón de Dios. Palabra y razón es lo mismo. Dichosos aquellos que tienen un predicador como dice Salomón, que a sus discípulos enseña sabiduría, y los hace escuchar y escudriñar (Ecl.12:9), o sea aprenden de Dios un cristianismo razonable.

13:4

“Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos”. ¡Qué bien le pega esto a cierta gente! Son fraguadores de mentiras. Mas bien que imputan mentiras a otros. Esas fraguas en la iglesia hay que cerrarlas y despedir a sus empleados. Médicos nulos significa “sin valor”, y se puede pedirles que se marchen o que no receten a nadie nada. Esa clase de psicología que sustituye la sabiduría del Espíritu en la Biblia, es más que nula y vacía, además dañina.

13:5

“Ojalá callarais por completo, porque esto os fuera sabiduría”. Si me vas a injuriar, si me ofendes por placer, si no me inspiras ni me edificas con tus palabras; por favor guarda silencio, no quiero oírte. Si van a venir a mi casa a insultarme por favor demórense en volver.

 

No sirvas a Dios con pecados

13:7,8,9

“¿Hablaréis iniquidad por Dios? ¿Hablaréis por él engaño? ¿Haréis acepción de personas a su favor? ¿Contenderéis vosotros por Dios?”. ¿Pecarías a favor de Dios? ¿Le servirías con mentiras? ¿Harías el mal y le rendirías tributo? ¿Pretenderás servir a una gran causa, deshonestamente? Refleja con hechos lo que dices. Job está sugiriendo precisamente lo que ellos hacen, pretendiendo servir a Dios persiguen a un cristiano, tienen celo, pero sin ciencia; y como se dice después en algún otro sitio "cualquiera que os mate pensará que rinde culto a Dios" (Jn.16:2). Es cierto que Dios utiliza el pecado y los errores de los hombres para llevar a cabo su propósito, con varas de hombres malos castiga a los justos. Rahab la ramera diciendo mentiras ocultó a los espías de Israel y rindió servicio a Dios, los pecados de los hermanos de José fueron parte del plan de Dios para llevarlo al trono de Egipto, de igual manera las calumnias de la esposa de Potifar, el pecado de los judíos condujo a Jesús a la cruz. Las cárceles al apóstol Pablo les sirvieron para escribir hermosas epístolas. Pero todo eso no quiere decir que sirvamos a Dios mintiendo y haciendo lo malo. Pero, si todo obra para bien de los que aman a Dios, eso incluye mentiras, odios, celos, envidias, enfermedades, accidentes, muertes y pobrezas, y mucho más. Ninguna cosa creada nos puede sacar del plan de Dios.

13:10

“Él os reprochará de seguro, si solapadamente hacéis acepción de personas” (Ro.2:11). “Solapadamente”; la palabra también significa en secreto o encubiertamente. Solapadamente se pueden hacer muchas cosas, escondidas, o que parecen justas y son francamente discriminatorias.

13:13

“Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere”. Déjame hablar y que luego continúe mi destino su curso ¿no puede uno cambiarlo? ¿No hemos tenido oportunidad de hacerlo? ¿No hemos orado? Permíteme hablar que tus palabras no cambiarán mi suerte. No hermano, si temes que Dios te reprenda por lo que dices, no lo digas, no añadas el pecado de tus labios al de tus hechos. Lo que decimos a la gente lo escucha Dios. Pero el sentido es que él es un hombre justo y no teme al porvenir, Dios estará con su futuro.

 

No me hagan sentir una culpa que no merezco

13:15

“He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; no obstante, defenderé delante de él mis caminos, y él mismo será mi salvación, porque no entrará en su presencia el impío”. Dicho de otra manera: "Aunque me trate mal no lo dejaré". Estoy resuelto a continuar en el camino de la salvación pase lo que pase. La palabra defender se encuentra dentro de las posibles traducciones de la acción que él tomará; la idea es que siempre recurrirá a su comportamiento. En eso tiene razón, son nuestras obras las que nos defienden no nuestras justificaciones verbales ni el ansioso empeño de convencer a los demás que están equivocados en cuanto a la percepción que tienen de nuestra conducta. Tenemos que asumir, y asumir con fe, sus difamaciones y malos juicios. Esperaré en Dios hasta la muerte. Ustedes no me harán sentir una culpa que no merezco, la de pecados cometidos, que sólo ustedes suponen”. Puedes defender tu vida en el Espíritu, no en la carne. Los pecados que cometas no los defiendas, sánate, arrepentimiento y con la sangre de Cristo; cuando uno trata de explicarlos lo que desea es justificarlos o disculparlos. Dejemos que los que nos conocen vean que somos débiles, pecadores, que se hagan su juicio y tengan de nosotros misericordia.

13:19-28

“A lo menos dos cosas no hagas conmigo; entonces no me esconderé de tu rostro: Aparta de mí tu mano, y no me asombre tu terror. Llama luego, y yo responderé; o yo hablaré, y respóndeme tú”. Por las palabras anteriores uno esperaría un discurso profundo, sin embargo, lo que sale de sus labios es una oración, parece en el último momento halla mejor orar por sí mismo y por lo que va a decir a ellos, que nada podrán hacer, si lo dice a Dios. "Como delante de Dios hablamos" (2 Co.2:17). ¿Por qué buscar algunas soluciones en los hombres si Dios las tiene todas?

 

Los pecados de entonces

13:23-26

“¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi transgresión y mi pecado.”. Dijo: “tengo”, no “he tenido” (v.23), pero, aunque hayan sido tantos, de toda especie, muy graves, son pecados de entonces, los que se cometieron en la vida pasada, los de la juventud, los que ya uno se ha lamentado, se ha arrepentido y el nuevo nacimiento ha borrado y la vida en Cristo ha hecho que se olviden (2 Co.5:17). Los pecados que más abruman son los de ahora, los que caen dentro de la vida en el Espíritu y se relacionan con la gracia de Dios: los pecados en las cosas santas (Lev.5:15) y la continua inclinación al mal(Ge.6:5). De los pecados de la juventud si eres fiel no tendrás que responder, pero los otros, la falta de buscar la voluntad de Dios en todas las cosas, la desobediencia, no buscar la guía del Señor en todo, inconformidad con la voluntad divina, desemejanza entre los dos, la falta de fe; estos son los mayores a mi entender, los que siempre tienen actualidad. Los que hacen que el santo cristiano algún día temblando se pregunte: “Dios mío, ¿habré blasfemado al Espíritu Santo? ¡Oh, las cosas viejas pasaron, ahora todas son nuevas!

 

 

Tantos problemas me han comido la vida

13:27,28

“Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos, trazando un límite para las plantas de mis pies. Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma, como vestido que roe la polilla”. "Me siento preso en esta situación y tantos conflictos me envejecen, no mis años sino mis desvelos y preocupaciones me roen mi aspecto como carcoma y polilla. Tantos problemas, Señor, me han comido la vida". Y no se pudo mover, tal y más cual cosas fueron su cepo y fue prisionero por mucho tiempo, aunque andaba y venía por las calles. Al fin el cuchillo del tiempo, ejercido por la mano del plan divino cortó las amarras y libre le emergieron alas y se fue con ellas, lejos, donde había mucha nieve y pinos que soportaban inviernos, y posó en sus ramas sus patitas. O, dicho de otro modo, le desataron los nudos, y fue Dios quien lo hizo, y el cepo quedó en su recuerdo. Desde entonces es prisionero, pero de esperanzas (Zac.9:12), ya no se repite para sí mis problemas me han comido la vida.

14:1

“…corto de días, sinsabores…”. Es una traducción bonita. También “lleno de conmociones”; la palabra trae la idea del sonido de un trueno. Problemas. Así es la vida humana, una tormenta con relámpagos y descargas eléctricas. Pero, de todos modos, nunca llueve sin que escampe.

 

Todavía tenemos interés para las mariposas

14:2

“Sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece”. La flor, muy bonita y se muere (Isa.40:7,8; 1 Pe.1:24). Pero Dios cuida de sus flores (Lc. 12:27,28). Algunas veces flores vivas pero marchitas, otras veces perfumadas y a veces sin perfumes, necesitadas de un poco de agua celestial que reviva nuestras, por el sol y el viento, gastadas apariencias. Con todo, seguimos en el jardín de Dios y es un milagro que el pie despiadado de la vida no las haya aplastado y todavía tengamos por su gracia interés para las mariposas.

14:4

“¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie”. O “¿Quién hará una cosa limpia si es inmunda?” (He.10:15). Dios limpia a lo inmundo (Hch.10:15; 11:9). Si ya Dios nos limpió no somos común ni inmundos.

 

La supervivencia del alma

14:12

“Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño”. ¿Qué es esto Señor? ¿La esperanza de la resurrección? No le satisface por lejana, pero la tiene, aunque sus palabras pudieran significar nunca. Por eso quizás Dios entregó la revelación del alma humana en el mejor pacto, como una mejor esperanza “hoy estarás conmigo en el paraíso”; como si le pareciera demasiado largo el tiempo para su resurrección, el fin del mundo (vv.12,13-15). Los hermanos que no creen en la existencia del alma se acostarán en sus tumbas, entregados a un sueño que pudiera durar millones de años. Si Dios no tuviera una memoria tan grande, y lo sé, me moriría temblando. Pero el evangelio "ha sacado a luz la vida y la inmortalidad" (Ro. 2:7; 2Ti.1:10); y si eso no fuera cierto seríamos "los más dignos de conmiseración de todos los hombres" (1Co.15:19). Los más dignos de lástima y los más miserables porque solamente hemos esperado en Cristo. Y si los muertos no resucitan pereceremos. Y para darnos un paladeo celestial ante que ocurra el magno evento de la glorificación del cuerpo, conserva nuestros espíritus de vida en su seno para que racionalmente disfruten de la salvación hasta que esa se complete. No es una esperanza griega ni pagana sino cristiana, apostólicamente afirmada cuando se dice que estar con Cristo es muchísimo mejor que seguir desgastándonos en este mundo, y sellada completamente su veracidad en los labios del Señor, porque cuando completó su último trago mortal dijo: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu". La existencia de nuestra alma nos conviene, para mirar siempre hacia arriba y desalojar este cuerpo sin terrores, conociendo que todo no se queda encerrado en el sepulcro, sino que una parte importante que acredita en el cielo su existencia y lugar de reposo, emerge afuera y dice hasta luego al enfermo habitáculo en el cual residió por un poco de tiempo. La convicción de la existencia del alma quita el pánico de la descomposición del cuerpo y se entrega éste a la tumba como la ropa usada que ya no se tendrá más hasta que aparezca de nuevo, ella vestida con una habitación celestial. Job no tenía ninguna de esas dos doctrinas, alma y resurrección, sin embargo, profesaba sin titubeos su fe en Dios, porque está aquí y por su realidad envuelta en la vida humana. No tenemos necesidad ni queremos retroceder a su ignorancia, ni a la de otros personajes del Antiguo Testamento, que tenían una idea difusa de la restauración del cuerpo y la supervivencia del alma.

 

No le preguntes a Job si tiene alma o no la tiene

Job 14:5-15

“Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi liberación”. Cuando leí esta porción casi salto de asombro por la esperanza, aunque como he dicho difusa, en la resurrección. Teniendo en cuenta que el tiempo en que se dice es un adelanto enorme, va hacia siglos futuros, y si se tiene en cuenta el estado de ánimo de Job, aún más. Es cierto que es un fino rayo de esperanza, grueso como el hilo de una tela de araña, pero suficiente para que el atribulado hombre respire; cierto es también que no le satisface completamente por lo lejano que le parece y se le agrava la frustración por la debilidad de su conocimiento de la vida futura, pues no conoce a Cristo ni su resurrección. Amado, y ¿quién aún en este siglo tan distante de Job en algún momento no ha tenido los mismos pensamientos? Yo no he interrogado a los hermanos adventistas que niegan la existencia del alma como un espíritu que sale del cuerpo al morir, cuando se encuentran agobiados por las enfermedades y piensan que les queda poco, y la resurrección se halla quizás siglos después de la defunción de ellos, no sé si se acogen al pensamiento seco que si el alma duerme el tiempo no cuenta, pero ¿no les decepcionará saber que se hallarán inconscientes por tantos años? El alivio de Job hubiera sido la existencia del alma, pero como en eso parece hallarse con la misma limitación adventista, se deprime; a él sí le parece que es demasiado el tiempo, al punto que cuando se pregunta, ¿volverá a vivir? (v.14) la respuesta parece ser negativa: No. No es muy inteligente sacar una negativa doctrina cristiana sobre la existencia del alma humana, preguntándole a Job, es mejor hacerlo a los apóstoles y a Jesucristo (Flp.1:21-24; Mt.17:2; Mt.23:46).

Job 14:13-15

“Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, y su tronco fuere muerto en el polvo, al percibir el agua reverdecerá, y hará copa como planta nueva. Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?  Como las aguas se van del mar, y el río se agota y se seca, así el hombre yace y no vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño”. ¿Volverá a vivir? ¿Retoñará? (vv.7-10). Para él los muertos existen como muertos, no como nada; pero es un lugar no retornable, no hay regreso. Los judíos desconocían la existencia del alma e ignoraban la resurrección. Los fariseos la descubrieron. Y Jesús demostró ambas con su voz y manos.

 

Dios no usa un cuaderno de apuntes

Job 14:16

“Pero ahora me cuentas los pasos, y no das tregua a mi pecado”. “…no das tregua…” (RV). Se puede traducir en forma de pregunta, “y ¿no vigilas mis pecados? ¿No me has encerrado en mi pecado?” (Job 10:2). En Isa.62:7 con otro significado. No he podido enterarme por dónde los traductores sacaron del texto la palabra tregua. Lo que quiso decir es que Dios lo vigila, lo guarda, lo rodea como una cerca. El Señor no tiene que vigilar los pecados de los hombres porque él lo ve todo; en vez de estar como espía detrás de cada uno de la raza humana ha establecido mayormente el sistema de consecuencias que los hombres recogen cuando cometen actos humanos. Dios no tiene un cuaderno donde vaya apuntando debajo del nombre de cada cual, los pecados que va generando; le parece que está demasiado ocupado para eso. Él sabe todo lo que pasa en este mundo sin necesidad de prestar una especial atención porque lo va ejecutando todo conforme a su propósito previo y la historia de cada cual ya está escrita en su mente. Él sabe lo que ocurrirá y por supuesto ya ha firmado el decreto de conceder arrepentimiento a sus escogidos y de antemano disfruta sus confesiones y ¡autoriza la entrega de sus perdones! El suministro de gracia para la perseverancia está listo y dispuesto para atender la solicitud de cada uno de sus redimidos. Son doctrinas cristianas para animar y fortalecer a cualquier atribulado.

14:17

“Tienes sellada en saco mi prevaricación, y tienes cosida mi iniquidad”. “...saco. bolsa”, quiere decir que metes mi pecado en una bolsa; pero no para olvidarlo sino para traerlo junto a mí. ¿Tantos que se meten en una bolsa? Job tiene una culpa exagerada; Dios se olvida de nuestros pecados y no los guarda en bolsas. Lo que guarda en una redoma son nuestras lágrimas (Sal.56:8).

14:21

“Sus hijos tendrán honores, pero él no lo sabrá; o serán humillados, y no entenderá de ello”. “...sus hijos, honores”. A veces no se vive suficiente para ver a los hijos triunfar vocacionalmente, en sus trabajos; y quizás ni los nietos crecidos. Dios conoce el límite de nuestros años (v.5). Job dice que después de muerto no sabrá nada de lo que les pasó a los que dejó atrás. No hay evidencia bíblica que los padres en gloria reciban información de los andares de sus hijos y nietos, todavía sobre la tierra. Una vez idos se corta la comunicación. Ni siquiera hay señales en el Nuevo Testamento que los que han entrado a la gloria recuerden algo. Los que vuelven como Tabita o Lázaro, parecen regresar en blanco y no dicen ni una palabra del más allá.  Los que sí tienen vívida memoria son los que están en el infierno, y los recuerdos y remordimientos sus merecidas torturas (Lc. 16:19-31). Hijos, ustedes saben a dónde voy y conocen el camino, encuéntrenme.

15:4

“...menoscabas…”. Quiere decir “cortan, disminuyen, empequeñecen”. Era la actitud de sus amigos cuando le escuchaban orar. Es difícil aceptar que haya hecho esto, porque deberían orar en presencia de ellos; más ellos no oraban; ¿se menoscaba la oración orando? ¿Siendo sincero? ¿Manifestando por ella dudas? ¿Quejándose? ¿O la oración tiene que ser una obra perfecta, en estilo, palabras bonitas, arte y elegancia? No. Denme oraciones rústicas, humanas, sin pulir, pero con fe porque valen más que otras. Ora, como eres, exprésate a ti mismo (16:17). Al final del libro Job orará por esos que le criticaron (42:10).

 

La vida eterna no está limitada a una denominación cristiana

Job 15:8

“¿Oíste tú el secreto de Dios, y está limitada a ti la sabiduría?”.

A ningún hombre, predicador, autor de libros, denominación cristiana o iglesia, está limitada, restringida, acaparada, la sabiduría. A ninguna iglesia o denominación cristiana está limitada la salvación y se le puede decir como Pablo a los corintios, en reproche, ¿creen que sólo ustedes tienen la palabra de Dios, que con ustedes se originó y que el resto del mundo se halla en tinieblas? (1Co:14:36). ¿Crees que tienes toda la verdad, que cada doctrina es bíblicaque toda interpretación es correcta, firme, y que lo contrario es equivocación y torcer la Escritura para la propia perdición? Eso sería como identificar a una persona o denominación con el Espíritu Santo, equivaldría a dar paso y apoyo al concepto de infalibilidad que tanto ha perjudicado a la verdad por su tiranía.

No, la verdad está distribuida, repartida en diversas proporciones entre los cristianos y las denominaciones para que sepamos que en ningún hombre o denominación hay salvación, para preservar la libertad individual de cada persona, para inclinarnos a la interdependencia los unos con los otros y necesitarnos mutuamente y edificarnos y perfeccionarnos los unos a los otros, y para que no nos enorgullezcamos y dominemos la verdad sino que seamos súbditos de ella y sus propagadores pero no sus dueños.

Esa distribución de la verdad es precisamente lo que preserva a una denominación de convertirse en una secta arrogante y petulante y que no mira a los demás con humildad y amor (1Co.12:6-11).   Hay salvación en muchas denominaciones cristianas porque la sabiduría  es Cristo (1Co.1:30) y su presencia no se limita a un templo, nación, lengua, etc., y está ausente de los otros y que para hallarlo hay que ir allí. Cristo no tiene un sello denominacional en su frente que diga, "bautista" "pentecostal" "adventista" y muchísimo menos, Testigos de Jehová o Mormones. La palabra de Dios no está presa. Cristo se halla presente aun junto a errores no fundamentales que no le impiden su oficio como Sumo Sacerdote, Profeta y Rey. Y si bien no los aprueba, es condescendiente. Y ¿quién no se equivoca y a veces insiste en un asunto que no es de vida o muerte, o tiene más de experiencia personal que de exégesis bíblica? Las verdades están distribuidas, aunque no en la misma proporción, y uno debe averiguarlo para hacer su decisión.

Son las doctrinas de la salvación, entre otras cosas grandes, las que niegan o evidencian su presencia, que no impiden la fe en él, no la desvían hacia ídolos, no le substraen su gracia. Para escoger una denominación hay que saber cómo explican la salvación sólo por gracia y la centralidad de Jesucristo, mirar bien que Cristo allí como Salvador se halle libre y en todo “tenga la preeminencia”, sea “el todo” y “el alfa y la omega”. Podemos decir con firmeza a los que piensan que ellos solos tienen las doctrinas de salvación, que creen amar más la verdad que al pecador, como Job le dijo a Elifaz, "con vosotros morirá la sabiduría" (12:2) y “¿qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?” (15:9). No somos los dueños de la verdad.

 

Hazles más caso a los sermones de Dios

Job 15:11-13

“¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios, y las palabras que con dulzura se te dicen?”. “...con dulzura”. Sublimes. Le preguntan si tiene algún “secreto” en él que no necesita disponer de ellas. Esas palabras son impropias para Job, pero no para otros que oyen las palabras más verdaderas, ardientes, oportunas y dulces, llenas de consolación del evangelio; las toman con socarronería, les vuelven la espalda, se mofan de ellas, se muestran impacientes al escucharlas y no pueden soportarlas por mucho tiempo, o se cansan apenas las están escuchando quince minutos; ¿por qué? Por sus propios corazones ávidos de lo terrenal, de lo que no contenga el Espíritu, la fe, esperanza, etc. ¿No sabes que Dios te llama por ellas? ¿Que son verdades del cielo para salvarte? ¿Y todavía sales criticando y diciendo que son ligeras? ¿O te deshaces de ellas inmediatamente olvidándolas, hasta el próximo sermón del domingo siguiente? ¿Y no meditarás en ellas? ¿No tendrás una respuesta que darle al Dios que las envió? ¿No has leído la parábola de Jesús llamada "El Sembrador"? (Mt.13: 4).

 

Cosas del amor de Dios por el ser humano

Job 15:14-16

“¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, y para que se justifique el nacido de mujer?”. Este Elifaz está asombrado que Dios justifique al hombre "abominable y vil", nacido en pecado, inclinado al pecado, practicante del pecado, amante del pecado, endurecido por el pecado; sin embargo Dios envía su Espíritu Santo con su Palabra que lo hace entender, le produce convicción, la bendita y primaria culpa para que busque el perdón, llegando hasta su conciencia, y trayéndole lágrimas a los ojos, y suspiros por Dios y por el perdón, hambre para escuchar más, que le cambia el gusto de lo terrenal por lo celestial, lo transforma en una nueva criatura, y lo santifica. Por supuesto que este hombre está asombrado de la benignidad de Dios y que conceda tantos privilegios a criaturas tan rebeldes y descompuestas, cuando le sería más fácil dejarlas que sigan el curso natural de descomposición y muerte, y decidiera mezclarse con su espíritu, sus pensamientos, sus intenciones, y exponerse a muchos insultos a través de un largo proceso de santificación, de oraciones y respuestas por muchos años, con el fin de restaurarlo y concederle tronos y coronas, y participación dentro de su gloria en el cielo. ¿Cómo es posible que Dios lasjustifique, no sólo que ponga todo su providencial servicio a su disposición sino que le extienda el perdón, más aun que lo tenga por inocente siendo culpable. Si no interviniera Jesucristo todo esto sería totalmente imposible, pero gracias a él, a su palabra y al Espíritu Santo, un ser tan abominable y vil es exaltado a tanta altura. ¿Cómo es posible que ese Dios que no halla limpieza en el cielo y en sus ángeles no confía pueda justificar a un pecador? Son cosas del amor por el ser humano.

15:15

“He aquí, en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos”. Son dos cosas distintas que menciona Elifaz, confianza y santidad, confianza y pureza. Le quiere decir a Job que se compare por ejemplo con ángeles que son santos y están en el cielo, o que se compare con los santos patriarcas y profetas, y verá que si aún ellos tenían faltas y errores como ya se lo dijo anteriormente (4:17,18), él no tiene posibilidad de no ser peor que ellos. Si Dios encontró imperfección en esas criaturas, porque Dios las ha hecho semejantes y no iguales a él, le quiere decir, "¿tú no?". Aun así, aunque Dios no confíe en nosotros nos confía cosas importantes como es la Palabra suya (1Co. 9:17).

15:20,21

“Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y el número de sus años está escondido para el violento. Estruendos espantosos hay en sus oídos”. La espantosa conciencia de un impío, esos "estruendos espantosos" (alarma) son las voces de sus pecados, que, como la sangre de Abel, claman por aquí y por allá, que martillan continuamente dentro del alma, reprochan sin piedad las oportunidades perdidas de salvación; la injusticia del pecado en sí, su necedad, su ingratitud, ¡oh rechazar tan completo y magnífico remedio! ¡La sangre de Cristo! ¿Piensas que tu conciencia no te hablará nunca? Recuerda que ella está enseñada por Dios a reprochar las cosas feas (Ro.2:15).

15:23

“Sabe que le está preparado día de tinieblas”. Si sabes que te esperan tinieblas ¿por qué te preocupas sólo por lo que comerás, vestirás, y no por el alma más que el cuerpo? (Mt.6:31).

15:25

“Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se portó con soberbia contra el Todopoderoso”. ¿Será posible que hagas eso, contra quien te formó, el que te dio su espíritu, tu Creador, tu Padre? Dices ¡líbreme Dios! Y ¿qué de los hermanos que persigues? ¿No recuerdas a Jeroboam cómo extendió su mano contra el profeta y se le secó? ¿Y Saúl contra el ungido de Dios? ¿Dónde está la soberbia de Senaquerib, la religión del faraón, el poder de Herodes o Pilato, incluso de la muerte? ¿Por qué pelea una rama seca contra el fuego? (v.30; Isa.5:24). Por qué pleitean el tiesto contra el alfarero y le regaña porque no le gusta como lo formó y a qué lo destinó (Ro.9:20; Isa.45:9).

15:27

“Porque la gordura cubrió su rostro, e hizo pliegues sobre sus ijares”. “…la gordura cubrió su rostro...”. Un gordo contra Dios. ¿Pudo Eglón contra el cuchillo de Dios? (Jue. 3:22).

15:31

“No confíe el iluso en la vanidad, porque ella será su recompensa”. La peor paga es hallar que se luchó por nada, que los planes de la vida sin tener en cuenta a Dios fueron un proyecto inútil.

15:32   

“Y sus renuevos no reverdecerán”. Su descendencia perecerá y no será recordada. Sus hijos no pasarán de la infancia.

 

Reflexiona sobre esas cosas vulgares

Job 15:35

“Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad, y en sus entrañas traman engaño”. Si se traduce mente en vez de vientre, el significado es poco. Es mejor así, más gráfico y profundo, entrañas. El pecado en los impíos no está sólo en sus labios sino en sus entrañas, y de su corazón salen muy malos pensamientos. ¿Por qué se ensoberbece una criatura que carga en sus intestinos inmundicias y execra cada día? ¿No comparó Cristo el corazón con una letrina? (Mt.15: 17; Jue. 3:20-23). Apúntate a las entrañas y mira tus inmundicias ¿quién te piensas que eres? ¿Crees que hay menos inmundicias en tu vientre que la que hay en tu alma? Como buscas deshacer el cuerpo de esas heces, busca por tu voluntad echar fuera el pecado y limpiarte de su hediondez. Aprende lecciones espirituales de tu sistema biológico, y sobre temas de la vida que te parecen prosaicos y vulgares, como las muestras que llevas a un laboratorio. Bájate los humos de tu cabeza y no hagas de tu vientre tu dios (Flp. 3:19). Cambia tu carácter y no seas soberbio, no te envanezcas, no eres perfecto ni sublime, ni un inmortal dios. Reflexiona sobre esas cosas vulgares, que son tuyas y oye el mensaje que te dicen.

16:2

“...consoladores molestos…”. Quiere decirles “consoladores perversos, malos, dañinos...”. Estos hombres hicieron mucho daño a Job, pero provocaron que también él abriera sus labios como una catarata de cosas hermosas.

16:4,5

“También yo podría hablar como vosotros, si vuestra alma estuviera en lugar de la mía; yo podría hilvanar contra vosotros palabras, y sobre vosotros mover mi cabeza”. Es fácil consolar cuando no se necesita consuelo, sin embargo, estando él en una condición tan desfavorable hicieron lo opuesto, lo hundían más.

 

Oración de un viejo que se mira en un espejo

Job 16:7,8

“Pero ahora tú me has fatigado; has asolado toda mi compañía. Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura, que se levanta contra mí para testificar en mi rostro”. Es su costumbre bendita orar mientras predica. “Estoy arrugado, me contemplo en el espejo y siento ganas de llorar, se me cae la cara, la piel de mi rostro se vuelve fláccida; la frente, las mejillas, los ojos y el cuello se han llenado de arrugas y me falta carne. Mis manos a veces tiemblan y tengo manchas de viejo donde antes la piel era rosada y llena de sangre; hoy está pálida. He envejecido de pronto en unos cuantos años, mi cabello ahora es gris y en poco será blanco. ¿Qué has hecho Dios con mi salud y juventud? Conforme miro mi rostro otros lo miran y se extrañan que haya envejecido tanto y susurran mi edad a mi espalda y se glorían de lo que yo sé, que la juventud se me ha ido; voy al sepulcro oh, Dios, los límites de mis años se acercan (v. 22). Sin embargo, como he envejecido y me he llenado de arrugas, ¡ajá!, ellos también se llenarán si son dejados en la tierra de los vivientes, y les pasará lo que, a mí, se llenarán de amargura el alma al ver arrugas en el rostro y comenzarán a sufrir los años que les queden por haber perdido la juventud. Y llorarán no tanto por la cercanía del final sino por mirar lo que otros tienen y que no se puede reponer, menos años.

Y me digo a mí mismo, ¿cómo querré volver a mi juventud si en aquellos tiempos no tenía lo que me has dado, una buena esposa, hijos, nietos, una carrera, muchas y provechosas experiencias; una mujer, mi vieja que no quiere que maldiga a Dios ni que me muera, que es como mi madre y me cuida como a su cuerpo. Hijos, he perdido algunos, son mis amigos y me hacen volver al mundo de la juventud y me piden de la sabiduría que tú has puesto detrás de mis arrugas. Mi vida ha sido de bendición e inspiración a algunos y mis palabras los han confortado, por ellas han dejado el barro, la noche del pecado; he hecho una buena inversión con mi vida; ¿cambiaría todo eso por no tener arrugas en la cara? Tengo el consuelo que, aunque mi cuerpo se va desgastando mi espíritu se ha renovado y yo y siento más que nunca un eterno peso de gloria (2 Co. 4:16-18). Estoy próximo a conocer cómo fui conocido (1Co.13:12), a ser vestido de inmortalidad, a recibir mi corona (2 Ti. 4:6-8); me has perdonado los pecados de mi juventud, he huido de la fornicación y de las pasiones juveniles y me he guardado sin mancha del mundo; Dios mío, mis huidas tú has contado y he escrito un libro para memorias no con tinta sino con tu Espíritu sobre cosas santas. No lloro al ver mis arrugas, son las marcas del Señor Jesucristo, evidencias de un alma madura, menos atractivo y codiciado por el mal, para que yo sea más tuyo, hasta que me levante en la resurrección con un cuerpo glorioso y sin arrugas.

16:10-12

“Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo caer”. “Me puso Dios en boca de la calumnia y ella me mordió duro”.

16:12-14

“Me rodearon sus flecheros, partió mis riñones, y no perdonó; mi hiel derramó por tierra”. ¿No te parece que Job exagera lo que Dios le ha hecho? A no ser que quedar así destripado sea equivalente a perder los hijos, la salud y el dinero.

16:12

“Me arrebató por la cerviz y me despedazó, y me puso por blanco suyo”. Yo tenía muchas cosas que Dios me las había dado y me las quitó todas.

16:14

“Me quebrantó de quebranto en quebranto; corrió contra mí como un gigante”. Mis desgracias vinieron una tras otra; y fueron a mi percepción, gigantescas.

16:15-17

“Mi rostro está inflamado con el lloro, y mis párpados entenebrecidos”. Estas cosas me han hecho llorar mucho y mi único consuelo ha sido mi oración franca. Realmente, motivos suficientes tuvo: la muerte de sus hijos. Y todo lo demás, incluyendo el colapso de su matrimonio. Son cosas para llorar por mucho tiempo.

16:16,17

“A pesar de no haber iniquidad en mis manos, y de haber sido mi oración pura”. Aunque lo diga él, y a veces habla descomedidamente de Dios; yo no hallo como sus amigos falta a su oración. Mucha de la fuerza de ella es su capacidad para ser gráfico y usar imágenes que según él, expresan en figuras vivas sus sentimientos.

16:18,19

“Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas”. Es admirable que un hombre tan afligido pueda hablar tan bonito. Alza los ojos al cielo y pone a Dios de testigo sobre su vida cristiana (Ro.8). "Todos creen que es por mi culpa lo que me ha pasado; sólo tengo a mi favor un testigo en el cielo".

16:20

“...disputadores…”. También “burladores, heridores”. “Cuando me canso de discutir con ustedes, me voy a mi habitación a llorar”.

16:21

“¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, como con su prójimo!”. ¿Disputar como si fuese de hombre a hombre? Querrá decir: discutir sus asuntos, mejor es “conversar” “analizar” para entender a su luz la situación. Moisés hablaba a Dios como a un compañero (Num.12: 8); hay varias ocasiones en que “argumenta” con Dios, sobre su llamamiento y sobre su deseo de entrar a la tierra: siempre como un amigo.

17:1

“Mi aliento se agota, se acortan mis días, y me está preparado el sepulcro”. Esa es la realidad de los que vamos envejeciendo (v.11). Declinan mis años como sol que se pone. Sus amigos lo ponen más y más pesimista (vv.13-16).

17:4

“Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás”. Suena como una burla o un sarcasmo en oración.

17:6

“Él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril”. O me ha puesto por sátira. Un mensaje espantoso está enviando Dios por medio de Job, un mensaje de sufrimiento a los pueblos. Si el justo con dificultad se salva ¿qué hay de ellos? (1Pe.4:17-19). Cuando veas y oigas que los que son más santos que tú sufren más, sin motivos personales, tiembla, tu parte puede ser mayor en esta vida y lo mismo en la otra. Y cuando las gentes lean su historia, harán sus revoluciones y los inocentes echarán de ellos el yugo opresor (vv.8,9). El evangelio bien predicado y leído, provoca cambios sociales.

 

Los apóstoles no miran la muerte como Job

17:13-16

“A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana”. (Una continuación del v.1). No puede detener sus pasos hacia su cama en las tinieblas. Pobre Job, qué poco sabe sobre la vida después de la muerte. Sin embargo, habla de la descomposición de su cuerpo, sin horror (v.14), y no teme a la putrefacción. Conformidad con la ley de Dios, porque conoce su pecado, para él no es injusticia morir. Se lamenta la muerte, pero es necesidad para la resurrección. No es una frustración, una burla, sino un castigo merecido, un sometimiento moral; es un lugar de descanso (v.13); llama a la muerte madre y a la tumba hermana. No la siente como una enemiga sino como una familia. Los apóstoles tienen una esperanza mejor y no se concentran en la putrefacción sino en estar con Cristo y en la gloriosa renovación. He visitado cementerios y escuchado la despedida de algunos duelos, la gente sonriente y el encargado de las palabras finales según el festejando la vida de la difunta; pero ninguna palabra que tenga que ver con la resurrección sino la consoladora convicción de que el alma voló y está en las regiones celestes, ninguna que haya tenido que ver con la remisión del pecado ni con el hecho de que el cuerpo fue durante mucho tiempo templo del Espíritu Santo. Ni una palabra sobre la esperanza de la vida cristiana. No miran el sepulcro como Job, pero tampoco como el apóstol Pablo.

18:2

“...entended y después hablemos”. Si no prestas atención y comprendes lo que te estoy queriendo decir, no vale la pena seguir hablando.

18:4

“Oh tú, que te despedazas en tu furor, ¿será abandonada la tierra por tu causa, y serán removidas de su lugar las peñas?”. Yo no veo ningún furor, ellos ofenden, pero les molesta que los ofendan. Job en todo el capítulo es tratado como un impío (vv.5,21), y se le pronostica que irá al rey de los espantos, terrores, que se lo llevará el diablo (v.14); la muerte; como si él no conociera a Dios (v.21).  

18:13,19

“La enfermedad roerá su piel, y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte”. Debieron ser más amables y no mencionarle la enfermedad y sus hijos, que en estos momentos estaban muertos. Se equivocaron (42:13) porque Dios frustra el pronóstico de los impíos sobre nosotros. Nunca las cosas nos van a ir tan mal como se piensa que irían o como están yendo, o como los malos amigos quieren que nos vayan. Y los falsos hermanos (Ga.2:4).

19:3

“Ya me habéis vituperado diez veces; ¿no os avergonzáis de injuriarme?”. La palabra vituperar exactamente debiera traducirse heridas; lo que quiso decir Job fue que sus amigos lo habían herido ya diez veces y no se avergonzaban. ¿Así se va a consolar a una persona que sufre? ¿Y eso con el pretexto doctrinal de convencerlo de pecado? Hay gente que conociendo que ofenden a otros no siente pena por eso. De cómo se digan las cosas depende que la persona salga herida y sin convicción de pecados y decidida a iniciar su vuelta a Dios. No ofendida sino enternecida.

19:4-6

“Aun siendo verdad que yo haya errado, sobre mí recaería mi error.  Pero si vosotros os engrandecéis contra mí, y contra mí alegáis mi oprobio”. “Supongan que he pecado como ustedes dicen, ¿creen que hacen bien cuando me desbaratan como ustedes hacen, que me pisotean estando en el suelo? Si Dios me está castigando ¿le ayudarán hacerlo, uniendo sus manos a la suya? ¿No es aquella suficiente para corregirme? ¿O pretenden destruirme más que enmendarme?” (vv.22, 28).

 

Reflexiones sobre un mal aliento

19:13-19

“Mi aliento vino a ser extraño a mi mujer, aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba”. Examina las cosas que le pasaron. Todos le abandonaron; uno a uno fue perdiendo sus antiguas amistades (v.3), y los primeros que se ausentaron de su lado fueron sus familiares, ninguno corrió para socorrerlo (v.14). Los empleados de la casa, los esclavos (vv.14-16) dejaron de reconocerle alguna autoridad, aunque corriera el riesgo que él los echara; nadie le ayudaba y tenía que rascarse, curarse, bañarse, cocinarse solo. Y el más doloroso de todos los males le vino por medio de su esposa, quien al parecer huía de su mal aliento cuando le respiraba cerca o quería besarla (indica que se vuelve) (v.17). Nunca he oído hablar de alguien a quien le hayan pasado las mismas cosas. Si uno ve las cosas y las toma como de parte de Dios y no la pura maldad de los hombres ¿no estaríamos expuestos a llenarnos de menos amargura? No acaba de aceptar una situación mientras no la pase de la simple maldad humana a los propósitos de Dios. Aquella forma de pensar equivocada no disminuye sino a fuerza de mucha oración, poco a poco. Generalmente no cesamos de rabiar y quejarnos del pecado de los hombres hasta que no admitamos con convicción que es Dios quien está usando sus iniquidades para algún propósito noble con nosotros. Digamos, “si Padre porque así te agradó”, y a Herodes o Pilato, “nada pudieras hacer contra mí si no te fuese dado de arriba”. El Señor nos ayude a darle la bienvenida, de ellos, a las malas intenciones.

19:20

“Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos, y he escapado con sólo la piel de mis dientes”. “...he escapado sólo con la piel de mis dientes”. Esto es un símil que usa y quiere decir que no le ha quedado nada que no haya perecido (7:5). Los dientes no tienen piel. Algunos creen que se trata de la piel de las encías. Hay muchas imaginaciones escritas para explicar esta expresión. Para mí no puede significar más que eso que he dicho, una ilustración de sus terribles y totales pérdidas.

 

Job quisiera publicar un libro

19:23,24

“¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro; que con cincel de hierro y con plomo fuesen esculpidas en piedra para siempre!”. Y se cumplió lo que deseaba ardientemente, que sus palabras aparecieran en un libro, como testimonio que eran verdaderas, que otros además de sus cercanos interlocutores pudieran leerlas, juzgarlas y valorarlas. No porque fueran bonitas, no porque quisiera ser un escritor, sino por los argumentos que presentaba en su caso, por el contenido de ellas, que merecía que no se perdieran y otros, más allá de los que le escucharan, pudieran beneficiarse de lo que estaba diciendo. Si alguien entiende que lo que dice merece que los otros lo lean, que escriba un libro.  Aquí está el libro de Job, y sus deseos cumplidos.

 

Mi redentor está vivo

19:25-27

“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Ni el sentido ni las palabras pueden tomarse como que Job declara la esperanza de la resurrección de su cuerpo. No dice que "mi redentor vivirá" sino "vive" y que "al fin se levantará". No se refiere a que emerja de entre los muertos; es una forma figurada para decir que Dios al fin, que es su Redentor, entrará en acción, saldrá de su escondite en el polvo, desde donde nadie lo espera, súbitamente, y lo librará de toda su enfermedad. Sus palabras indican que cree que el fin es de Dios y que todo se arreglará. Y ese es el bendito consuelo de nuestra esperanza cuando estamos en tribulaciones, que el Redentor vive, que el Dios en el que creemos está vivo; como sepultado, pero vivo, y que sorprenderá al fin (Sgo.5:11), el Señor, y al término del asunto, más acá de la resurrección, le veremos, testificando dentro de nuestra experiencia cristiana que es “el viviente que me ve” (Ge.16:12-16). No, Dios no ha muerto, como escribió Nietzsche.

Y en una sustanciosa afirmación, por lo mucho que Job habla de su justificación, querrá decir que Dios lo justificará; conteniendo en germen, al menos verbalmente la idea que espera que su Redentor lo justifique; y de ese modo se acerca como por debajo, desde el polvo, a la idea de que Cristo fue resucitado para nuestra justificación, y pudo haber mencionado el grandioso asunto sin conocerlo.

Sin embargo, si la iglesia cristiana gusta, conocedora primero de la resurrección de Cristo, puede hacer como hicieron los apóstoles, adaptar las palabras para sí, porque el lenguaje es hermoso y lleno de su preciosa esperanza futura. Cada creyente puede decir: yo sé que Cristo vive, que es mi Redentor y está vivo, y que al tercer día se levantó del polvo, que la muerte no lo retuvo, que llevó cautiva la cautividad, que aunque muera y sea deshecha mi piel, saldré del polvo, cuando diga mi nombre, y volveré a mi ser, tendré de nuevo mi carne aunque se haya desintegrado en el polvo, mis ojos se abrirán y podré ver con mis propios ojos al Dios que ahora no veo". ¡Oh lo mucho que significa estar en Cristo, vivir con Cristo y morir en Cristo!

20:1-29

Es un discurso fiero; y si todo eso se lo aplica a Job no hay un discurso menos compasivo que éste donde le predice que como malvado al fin, ladrón, será perseguido y atravesado con una lanza, la cual se complace en describir (vv.10; 24-26).

20:3

“La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia”. ¿No te parece que habla con un poco de altanería? ¿Para qué tiene que mencionarse la inteligencia? Mejor es hablar con inteligencia que dar testimonio de su existencia. No obstante, llega hasta ser bueno que se la mencione porque sus amigos no le atribuían mucho de ella o ninguna.

20:4,5

“La alegría de los malos es breve…”. A veces en algunos, amigo Elifaz; no obstante, sí es cierto que la calidad de ella es tan insatisfactoria que tienen que renovarla frecuentemente con banquete cada día(Lc.16:9) porque por el uso se consume pronto; toca la carne, los instintos, pero el espíritu queda vacío. El hombre fue creado para ser un hombre espiritual y vivir y gozarse con Dios.

 

El contenido es bíblico pero vulgar, se lo advierto

20:6-9

“El gozo del impío es por un momento, aunque subiere su altivez hasta el cielo y su cabeza tocare las nubes, como su estiércol perecerá para siempre, los que le hubieren visto dirán ¿Qué de él?”.

La Biblia menciona muchas veces las heces humanas y hasta dice dónde depositarlas y cómo cubrirlas con un palo fuera del campamento para que Jehová “no las vea”. Nuestro amado Señor, el mejor orador del mundo, pensó en ellas cuando habló de lo que contamina al hombre. Dijo que lo que sale del vientre y se deposita en un lugar privado, seco, como dice Mateo 15:17, o “letrina” no es lo más sucio sino lo que le pasa por la mente y se le mete en el corazón.

Esa es mi justificación, caballero, no ser más delicado que Jesús y hacerle pensar en papel de baño y estercolero. ¿Son esas palabras dichas por un hombre, Zofar naamatita, o las inspiró el Espíritu Santo? Es una cruel realidad, que el Espíritu nos llame a reflexionar en heces, como hacen los técnicos en laboratorios, y nos recuerde tal cosa para que no pensemos ser lo que no somos; porque al final no seremos sino sepulcros blanqueados; el cuerpo del pecado hederá descompuesto, peor que un montón de excrementos. Por eso, sí por eso, por nuestro pecado, que son nuestras heces del corazón, es que somos traídos tan abajo; no sólo hemos perdido la eternidad sino la divina gloria de nuestro físico. Menos los ángeles todas las criaturas de un modo o de otro defecan. Y, por ende, como tenemos colon no somos dioses, y cada vez que queramos gloriarnos en algo que no sea la cruz de Cristo, debiéramos apuntarnos al vientre y lo que durante todo el día llevamos dentro.

El diablo es el inventor de una clase de hombre de pecado a quien le relame el gusto la exaltación del yo y la egolatría religiosa, y quien hace que se siente como un anticristo en el templo como si fuera Dios o haciéndose pasar por Dios, siendo hombre en su totalidad, hombre, hombre, esto es, hombre de pecado, 666, creado de barro el sexto día. Y desde que el Señor ve que a ese individuo le está gustando que todos los hombres hablen bien de él, deja de bendecirlo porque sabe que si le otorga otra gracia pasaría mucho tiempo pasándole la lengua al éxito y extasiado con el aplauso de la gente y la popularidad, y que su nombre vaya de boca en boca. Dios previene eso reduciéndole la cuota de bendiciones o escondiéndolas donde su vanidoso ojo no las vea.

Es terrible darle la gloria a otra criatura, a un ídolo, y es monstruoso robársela y cogérsela a Dios para uno mismo; a veces no descaradamente sino con sutilidad y envueltita en nobles propósitos. Está mal asaltar lo Divino y hurtar un poco del resplandor de Dios y ponérselo uno sobre la cabeza o sobre su propio nombre, para que compita con Jehová, e insistir ante las otras criaturas con desfachatez diciéndoles con sonrisas, “Yo Soy el que Soy”, cuando no se es sino polvo, defecadores de inmundicias, y lo que dije arriba y que huele mal. Es necesario que ese ladrón de honores divinos, como diría Zofar, hombre petulante y engreído, Dios le baje la cabeza de las nubes, lo cubra con estiércol y lo ponga ante la vista de sus seguidores como un palo de gallinero y los que “le hubieren visto dirán ¿Qué de él?”.

20:22,23

“En el colmo de su abundancia padecerá estrechez; la mano de todos los malvados vendrá sobre él. Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el ardor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida. Aunque todo eso parece una bendición se trata más bien de una maldición (v. 29). Insiste en la pérdida de sus propiedades. Job en el capítulo siguiente les responde bien; lo que se observa es lo opuesto a lo que ellos dicen. ¿Qué es eso de identificar su opinión con la palabra de Dios? (v.29) ¿O hacer una ley general derivada de algunos casos de su justicia?

21:3

“Toleradme, y yo hablaré; y después que haya hablado, escarneced”. Ellos lo dejaban hablar, aunque parece que era insuficiente. Es más difícil oír que hablar. “Permítanme desahogarme y con eso me consuelo; y cuando lo haya hecho búrlense”.

 

Dios no es para inteligentes, vocean los decididos bravos

21:7-16

“¿Por qué viven los impíos, y se envejecen, y aun crecen en riquezas?”. La opinión de Job es opuesta a la de Zofar, por lo menos hasta el v.16; ya en el v.17 dibuja la mala suerte de ellos, aunque casi al final vuelve a cambiar y dice que el sepulcro les es dulce (v.33). Mientras el mundo exista contemplaremos esto, la prosperidad de los impíos. No les va mal económicamente a los que no tienen en cuenta a Dios. Job se asombra que vivan tantos años y que mueran en paz (vv.7,13) y que toda la vida de ellos haya sido un éxito. En cuanto a Dios, observa que no hay ninguna señal de ira suya sobre ellos (v.9) y parecen decir: “no nos hace falta Dios (vv.14,15), lo tenemos todo, la piedad no la necesitamos para ser bendecidos, porque la bendición la hacemos nosotros con nuestras manos e inteligencia, hemos probado que es mejor actuar como convenga y no por alguna regla divina; y no nos hace falta orar por nada, porque lo que deseemos lo conseguiremos sin oración. Dios está de más en la vida de hombres inteligentes como nosotros, decididos y bravos; que Dios ayude a los que les hace falta, a los mediocres, a los medios hombres, a las mujeres, a los ancianos. Dios no es para nosotros”.

Esa conclusión no es una verdad particular pero sí general y lo opuesto a ese agnosticismo se halla después de muertos. Algo que los incrédulos no tienen en consideración.  No se trata de creer en Dios porque a uno le convenga sino porque Es, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posea (Lc.12:15); aunque en esta vida no reciba un rasguño de la justicia de Dios, y se muera en paz (vv.9,13), no seguirá en paz sino que estará en tormentos. ¿Y no pensaste que “está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio”? Es un gran error salir de este mundo y no ser ricos para con Dios; ricos en buenas obras y ricos en fe (1Ti. 6:17; Sgo. 2:5). De nada le vale al hombre ganar todo el mundo y perder su alma. Es mucho mejor asegurarse tener rica y abundante entrada en el reino de Dios (2Pe.1:11). Zofar, una mala inversión de la vida es llegar a viejos sin pensar que de él no se puede sacar nada, y que hay otro mundo.

 

Tristezas en un sobre de correo

21:17-26

“¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, y viene sobre ellos su quebranto, y Dios en su ira les reparte dolores!  Serán como la paja delante del viento, y como el tamo que arrebata el torbellino”. Esto es lo opuesto a lo anterior, aquí algunos impíos no escapan. Tenemos el cuadro completo; el que estudia teológicamente la vida se da cuenta que la prosperidad material y el éxito en ella no necesariamente está relacionado a la piedad; y el fracaso tampoco. Lo mismo puede prosperar que no. Las razones para creer y amar a Dios tienen que ser mayormente por la salvación, por lo que Dios es. Dios distribuye dolores o tristezas. ¿Me atrevería a pedir pocas? Me da miedo hacerlo, prefiero que las que envíe las selle en un sobre de consolación.

21:7

“¿Por qué siguen viviendo los impíos, envejecen, también se hacen muy poderosos?”. La cuestión de la longitud de la vida le ha parecido a los hombres de todas las épocas una arbitrariedad del destino.

 

Tu pecado no le hace daño  a Dios

22:2,3

“¿Traerá el hombre provecho a Dios? Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio. ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, o provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?”.

Esta es una verdad muchas veces comentada entre nosotros, que la salvación o la perdición de un pecador no le quita ni le añade nada a Dios, al contrario, es el hombre quien gana; el pecado destruye la vida presente y malogra la esperanza de la vida eterna, es dañino para la mente, el espíritu, el cuerpo, la familia y la sociedad, no para Dios. La oposición de Dios al pecado, además por su gloria, es por causa nuestra, porque somos sus criaturas y nos destruimos a nosotros mismos; nos envenenamos con alcohol y drogas, nos matamos con tabaco, nos engañamos cuando somos desleales, nos hace daño la envidia, nos aniquilamos por odio y por codicias, sembramos vientos y recogemos tempestades.

Dios ni siquiera tiene que castigarnos porque nuestro pecado nos castiga, sufrimos con nuestros celos, nos consume la envidia, nos matan los odios y rencores, destruimos nuestro matrimonio y la vida de nuestros hijos engañando a nuestro cónyuge, la miseria le sigue los talones al jugador y al ebrio, las enfermedades al libertino y la vergüenza al inmoral. El infierno mismo es nuestra forma de ser, el gusano que nunca muere nuestra conciencia mordida sin cesar por los remordimientos, y el fuego que no se apaga nuestras pasiones insaciables que nos queman el alma y la mente.  Quien gana con tener el Espíritu Santo eres tú, quien gana con tener la mente de Cristo eres tú.

22:4

“¿Acaso te castiga, o viene a juicio contigo, a causa de tu piedad?”. Tú crees que no,  puede que sea sí, la fe que para Dios es más preciosa que el oro suele purificarla con sufrimientos. Quieren decirle que si lo castiga es por impío no por piadoso. Ignoran que los piadosos también padecen y no es castigo lo que reciben.

22:5-7

“Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa y despojaste de sus ropas a los desnudos. No diste de beber agua al cansado, y detuviste el pan al hambriento”. Eso no es cierto, es una desvergüenza  la acusación siendo mentira; piensa que se enriqueció siendo inhumano. ¿De dónde sacaron eso? ¿De empleados quejosos? Es pura invención.

22:12-16

“¿Y dirás tú: ¿Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará a través de la oscuridad?”. Le habla a un hombre justo como si fuese un impío, como si no tuviera temor de Dios, ni creyera en la omnisciencia divina; sin embargo Señor, pecamos contra ti, actuamos como incrédulos. Dios lo sabe todo. La oscuridad es para nosotros no para él. Sabe las cosas antes y después porque es omnisciente.

22:17,18

“Decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?”. ¿Qué te ha hecho Dios para que te burles de él? ¿Por qué te ríes de él? ¿No te ríes de los que creen en su existencia y le adoran? ¡Qué ingratitud! ¿No ha colmado tu casa con bienes? Debieras más bien postrarte a sus pies y no contender con él. Mejor sería el silencio. Nada malo nos ha hecho Dios que justifique volverle la espalda y negarlo.

22:21-29

“Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción”. Dos cosas (1) ¿Son aplicables a Job? (2) ¿Tendrán un cumplimiento literal? No estoy seguro de toda la intención con que Elifaz dice esto a Job, pero el espíritu de sus palabras es bueno: si te vuelves a Dios te recuperas, tu situación cambia; aunque parezca prácticamente increíble que desde donde se halla pueda subir tan arriba. Le dice que ascenderá no sólo hasta donde se hallaba sino más alto, tendrá más. Porque si se arrepiente, Dios le restituye todo lo que le quitó y le dará más. Quizás no aplicable a Job.

23:2

“Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido”. Se puede traducir también, “mi queja es rebelión”; eso es lo que significa la palabra amargura; y la palabra queja también significa contemplación, meditación o hablar. Pero no creas, a veces las quejas son rebeliones porque las impulsa la ira o la incredulidad.

 

¿Tiene Dios que pedirte disculpas?

23:4

“¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, y llenaría mi boca de argumentos”. La palabra argumento también se puede traducir "razonamientos" y "refutaciones". Y ¿qué argumentos, Job? ¿Podrías sumergirte en las profundidades de la ciencia y la sabiduría de Dios? (Ro.11:33). ¿Argumentos a favor de la muerte de tus hijos, de tu bancarrota económica, de la pérdida de tus amistades y de tu mala salud? Quizás tú quisieras como Job, ir hasta la silla de Dios, pararte enfrente de él, explicarle tus razones, llenar tu boca con argumentos y convencerlo que ha actuado mal en permitir la muerte de tus hijos, tu crisis financiera o el quebrantamiento de tu salud. Piensas que tus razones lo convencerían y que él retrocedería cambiando tu suerte o te pediría disculpas.

¿Es cierto que tus argumentos lo convencerían? No estés tan seguro que tus argumentos sean suficientes sólidos; mucho de la fuerza de ellos la extraerías de tu interés personal, apenas considerarías la situación espiritual de las pérdidas, saldrías como abogado de tus hijos muertos sin saber cómo eran ellos en sus corazones para Dios y si eran o serían dañinos para el reino del Señor, si estaban glorificándolo o blasfemándolo en sus corazones, si fuera mejor para el mundo que existieran o desaparecieran.

Tendrías que argumentar dentro del tiempo y Dios tiene propósitos eternos y, ¿cómo pudieras introducirte hasta allí, leer los rollos secretos de la providencia y la historia completa del mundo, la asignación que cada cosa y persona tiene dentro suyo, oír sus explicaciones, entender la conexión que tiene tu situación en tu generación y en el futuro, entre tú y muchos que no conocerás. Nada resolverías con visitar a Dios en su trono y llenar tu boca con argumentos en defensa tuya y de lo tuyo, aunque te diera las respuestas correctas no las entenderías.

Y si pudieras hallar la silla donde Dios se sienta, si llegaras hasta allí porque abriera tus ojos para que le mirases y te condujeran enfrente de su gloria, ¿crees que el asunto que le tratarías tendría allí, junto al eterno, inmerso en el resplandor de su vida, ante un auditorio de millones de ángeles y millones de espíritus de santos hechos perfectos, piensas que tusituación es verdaderamente importante, que te tendrían como un hombre de fe, ni siquiera como un siervo?

¿Dónde estaría tu fe? No sabes que la fe es creer con un mínimo de palabras, caminar con un poco de luz, y que el mirar a Dios y exponerle tus argumentos ya no es considerado dentro del camino de la salvación sino un procedimiento pedido por los incrédulos de todos los siglos que se creen más sabios que quien hizo el mundo? Nuestras más poderosas razones son tonterías ante el Anciano de Días, el que ha vivido por la eternidad, el que diseñó el mundo, encendió el sol y nos hizo rotar suavemente alrededor en órbita. Nuestra sabiduría en la vida es más ignorancia que ciencia ante los propósitos del Creador Sabio.

Más bien roguemos a Dios que nos ayude a vivir nuestros momentos buenos y malos, disfrutar con gratitud los que son felices. En los malos aprender, confiar, esperar, sencillamente esperar, tal vez Dios nos dé suficientes días para vivir cuando tengamos más historia, luz y madurez, entonces comprenderemos las palabras que Jesús dijo a Pedro: “Lo que yo hago ahora tú no lo entiendes mas lo comprenderás después” y entenderemos esto y aquello y quedaremos arrobados de admiración con el obrar de Dios. Comprenderemos que lo realmente importante no era obtener una explicación sobre una situación difícil ni pedir su rectificación sino tener a Dios mientras ella transcurría y no darle tanta importancia a los logros y fallos de la vida humana.

23:5

“Yo sabría lo que él me respondiese, y entendería lo que me dijera”, “…entendería…”. ¿Seguro? ¿Entenderías tú las razones del Omnisapiente? ¿Tú, partícula de polvo? (v.7).

Si no encuentras a Dios en la tierra, búscalo en el cielo

23:8,9

“He aquí, me adelanto, y Él no está allí,  retrocedo, pero no le puedo percibir; y cuando se manifiesta a la izquierda, no le distingo, se vuelve a la derecha, y no le veo” (LBLA). “He aquí yo iré al oriente,  y no lo hallaré; y  al occidente, y no lo percibiré”. Hacer algo, movernos, actuar, gestiones, es lo que hacemos cuando somos afligidos, para salir de la situación. Y ¿qué es mejor, salir de la situación o sufrirla, vivirla, aprenderla? Dios no quiere que uno esté así, actuando como locos, ni que nos desesperemos buscándole en todas partes como si se hubiera escondido o marchado. Oh alma mía, detente, considera, no corras más de un lugar a otro para hallar a Dios. No tienes que ir lejos, en ti está, en tu corazón está su sede y sus manos en tus circunstancias. No tienes que ir a ningún lugar para encontrar a Dios, repliégate en ti mismo, en él estás y te mueves, no está afuera sino adentro. Bebe lo que te dé a beber, sea amargo o dulce, sufre lo que te da para que sufras, espera el tiempo que ha dispuesto; reflexiona y pide entendimiento, ora. Y si no lo tienes contigo, búscalo en el cielo.

 

Cuántas veces me enfermaré, y cómo

23:13-15

“Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; y muchas cosas como estas hay en él”. Parece referirse mayormente a las calamidades y supone que aún quedan otras, que todavía no ha recibido todas. Desde el comienzo de la humanidad, y si Job es uno de los libros más antiguos del mundo, el hombre ha sido enseñado en su soberanía de Dios, que él hace lo que desee en el mundo y lo gobierna por decretos. Nunca pensó en un Dios que fuera soberano y sus deseos no fueran decretos sobre el destino humano y lo que comienza lo termina, como dice Job. Eso de libertad humana, a no ser para hacer el mal, pertenece al campo de la filosofía no a la esfera de la teología. Donde dice “muchas cosas como éstas”, LBLA dice “muchos decretos como éstos” que cuadra mejor con el contexto. Sus decretos son sus leyes.

En relación con los males humanos, Job piensa que el número de enfermedades  que sufrirá están determinadas, su intensidad, extensión o duración y ninguna pasará el límite previsto; los contratiempos y aflicciones son contados. Eso no quiere decir que no hay que hacer caso de la higiene, comer con las manos sucias o comida que no nutre y daña, no bañarse ni tomar las medicinas.

Job está seguro que nadie puede cambiar la providencia de Dios. Estas palabras “él acabará” significa que él “perfeccionará y completará” lo que ha determinado. El que ha comenzado su obra en mí la acabará (Flp.1:6). Cesará la fiebre, se sanará la piel, los dolores desaparecerán y lo que sea irreparable será sustituido. En fin, está determinado, y yo acepto el asunto sin discutirlo, usted tiene su opinión, que el número de enfermedades están determinadas por Dios, y si hay algún cambio él es libre para hacerlo; ni tampoco tengo respuesta sino mi mutismo ante la providencia divina, cuando veo niños que se enferman con cáncer, nacen defectuosos o heredan de sus padres alguna epidemia mortal. Lo que sé es que me parten el corazón, y les muestro el amor de Dios,  y si puedo hacer algo por ellos no lo pienso  dos veces.

23:16

“Dios ha enervado mi corazón, y me ha turbado el Omnipotente”. Ha “suavizado, enternecido, ablandado” mi corazón. Eso es lo que significa  la palabra. De mármol es mi corazón, oh Dios, de carne ponlo (Eze.11:19).

 

Dios nos hace caso

24:12,13

“Desde la ciudad gimen los moribundos, y claman las almas de los heridos de muerte, pero Dios no atiende su oración”. ¿Cómo va a atenderle la oración y salvarlos si toda la vida no lo conocieron y cerraron los ojos a la luz de su conocimiento? Debe ser espantoso ir desangrándose poco a poco, sentir que la muerte se acerca con cada gota vertida, que se va, tener miedo morir, y orar y no ser oído. No hay ya perdón por los pecados, ni prolongación de la vida... ¡ay Dios mío!

Sin embargo estas palabras parecen de difícil traducción y pueden tomarse no como que Dios no hace caso de la oración de ellos sino que no hace caso de ellos, les pasa por alto las iniquidades que cometieron, no les hace caso. El término oración es más bien implicado que escrito. Dios siempre nos hace caso aunque obremos tontamente (2Sa.22:42).

24:23,24

“Él les da seguridad y confianza; sus ojos están sobre los caminos de ellos. Fueron exaltados un poco, mas desaparecen, y son abatidos como todos los demás; serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas”. Parece ahora contradecir sus palabras anteriores; y así es, porque está más cuerdo después que ha echado fuera sus quejas. Cuando hablamos palabras llenas de frustración, decepción, incredulidad, y somos pesimistas, cuando exaltamos el triunfo del mal, más tarde o temprano tendremos que corregirnos porque las cosas no son como las veíamos y sentíamos. Pero necesitamos quejarnos y decir esto.

 

Nadie tiene la respuesta de todo lo que pasa en el mundo

24:25

“Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, o reducirá a nada mis palabras?”. No estés tan seguro de que todo lo que has dicho sea verdad y que eres irrebatible. Si te refieres a que has visto a los impíos prosperar y que no les ha hecho falta la oración a Dios, es así a veces, pero otras no, como dijiste, que se desangran en la ciudad, oran pidiendo la vida y mueren sin que reciban asistencia humana o divina (24:12). Si estás pensando en la destrucción súbita de ellos, también ocurre a veces, otras mueren rodeados de impiedad y fortuna. Hay ejemplos a favor y en contra porque no es nada fácil estudiar teológicamente este mundo, o mejor dicho, la única manera de hallarle sentido es tomar explicaciones a partir de dogmas absolutos y para eso hay que proceder a encontrar explicaciones a partir de creencias. No es fácil entender los propósitos de Dios, la destrucción del bien que vemos, el triunfo del odio sobre el amor, el éxito de la injusticia, la prosperidad del mal, la muerte prematura de los inocentes y la longevidad de los impíos.

Nadie, hermano Job, tiene todas las respuestas de lo que pasa en el mundo, sólo podemos entender algunas cosas, a veces tenemos razón y otras no. Pero este es nuestro mundo, creado por Dios, lleno de bien y de mal, de gente buena y de gente mala, de verdad y de mentira, de sabiduría y locura, donde unas veces triunfa el bien y otras pierde y se muere la vida y vive la muerte. Mas no será siempre así sin que haya un fin ni tenga una conclusión, aunque moriremos sin que lo entendamos todo, seremos muchas veces desmentidos y tendremos que rectificar nuestros conceptos y alterar nuestras posiciones. Hay unas cuantas cosas que sí son irrefutables en este mundo: La Biblia, Dios y Cristo. Para hallar una explicación sólo podemos hacerlo mirando a través del espejo de la revelación bíblica y de los ojos de Dios y de Cristo. El Bien procede de Dios y aunque parezca tímido y débil es fuerte, eterno y nada lo deshará. El mal procede del Diablo, parece fuerte, destructor, imperioso, humano, pero morirá.

El bien no morirá eternamente, resucitará y continuará su camino hacia Dios, la muerte será enterrada en la muerte y el mal acostado junto a ella. Mejor que saber y responder es creer, tener fe y esperar que haya otro mundo y espacio para el bien que fue vencido, para la verdad desmentida, la injusticia no cobrada, la santidad no desarrollada, la fe sepultada y las promesas no cumplidas.

El hombre ha sufrido una involución moral terrible

25:1-6

“Respondió Bildad suhita, y dijo: El señorío y el temor están con él; él hace paz en sus alturas. ¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?  ¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos; ¿cuánto menos el hombre, que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?”.

“Esa larva, ese gusano”; así traduce LBLA. Da lo mismo que nos diga gusano dos veces o que indique el proceso de crecimiento de nuestra iniquidad. Con permiso de Bildad suhita voy a comentar sus palabras a la luz de la gracia, la cual él desconocía. Agradezco lo que dijo a Job, aunque quizás a él  no le gustaron sus palabras, porque me parece que pudiera leer los pensamientos de muchos que quisieran pertenecer a la iglesia pero se sienten indignos de ser cristianos. Dicen: “Soy demasiado pecador y ser santo es una meta muy elevada para mí”. Bildad debe haber sido un hombre sumamente reflexivo y meditó profundamente en lo que es Dios y el hombre natural. Su conclusión fue que el hombre no se puede justificar ante Dios, que es un gusano y jamás dejará de serlo, que por mucho que lo quisiera no llegará a ser una criatura limpia (v. 4). El AT nos enseña el hombre sin la gracia divina.

Estas no son palabras para ser leídas por hombres orgullosos. El hombre, creado a la imagen de Dios, puesto sobre toda la creación ha sufrido una involución moral terrible hasta poder ser comparado con un gusano, como los que se lo comerán  en su sarcófago. El hombre natural es así como él lo pinta, y lo mismo dijo David (Sal. 22:6). Si es así, ¿cómo un gusano puede formar parte del cuerpo de Cristo, la iglesia? ¿Cómo podrá ser uno de sus miembros? ¿Cómo formará una carne y un espíritu con él? Por el Espíritu Santo (1Co.6:9-11), por el lavamiento de la regeneración (Tit.3:5,6). Ese pobre gusano es transformado y convertido en un ser distinto, por una metamorfosis (Ro.12:2, es la mejor traducción de “transformaos”). Bildad dice: “¿Cómo puede ser limpio el nacido de una mujer?”. David dijo: “En pecado me concibió mi madre”. Damos marcha atrás y en nuestra espalda está Dios.

26:2-4

“¿En qué ayudaste al que no tiene poder? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?”. Si las aplicas a Bildad quiere decirle: "No ayudas a nadie y hablas mucho". Tú no eres Dios.

 

¿Dice la Biblia que la tierra es redonda?

26:7,10,14;Ge.1:2.

“El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada.  Puso límite a la superficie de las aguas, hasta el fin de la luz y las tinieblas. Ha trazado un círculo sobre la superficie de las aguas”.

La palabra que usa es “compás” o círculo. Redonda ¿no? Esta traducción suena mejor dentro del tono del contexto. Estas palabras si quieres las puedes entender como dos “revelaciones científicas” (si se pudieran combinar ambas palabras); una, el vacío en la parte norte del cosmos, un foso muy oscuro, sin nada, según afirman algunos científicos; lo otro, la tierra que flota en el vacío sin apoyo ninguno ni nada que la sostenga sino las leyes de Dios. Más adelante habla de la atmósfera, “25 Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida” (28:25). En otra parte hay algo parecido. Palabras del profeta Isaías parecen indicar que el Espíritu, indirectamente y como por descuido incidental, revela que la tierra es redonda y no plana como decían en tiempos pasados “22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra” (40:22).

Pero sería ridículo afirmar que la Biblia es un libro de ciencia pues es un libro de fe; y el lenguaje que escoge el Espíritu es más bien sencillo. Es cierto que la tierra parece flotar colgando, no de una cuerda sino de la mano divina. Y como tiene un movimiento de rotación sobre un “eje imaginario”, también tiene un movimiento de traslación sobre una mano no imaginaria sino la de Dios. O si quiere variar el invento, imagínese un campeón de baloncesto dándole vueltas a su pelota en la punta de un dedo. Lo que en el otro caso es el Dedo de Dios. Y si el aire pesa los electrones también, y los fotones, ¿por qué no? Yo de eso sé poco, pero de lo que sí se más es del “del peso del pecado” que me asedia y de la carrera que tengo por delante. En realidad las notillas científicas de la Biblia me sacan una sonrisa de admiración, pero las promesas de Dios, como a la señora Sara, me hacen reír y a cualquiera que las lea se reirá conmigo (Ge.21:6). Libros de ciencia hay otros, y de fe la Biblia.

27:1

1 Reasumió Job su discurso, y dijo”. “…su discurso..”. Quiere decir su “parábola, dicho, proverbio, símil”.

27:2-4

“Vive Dios, que ha quitado mi derecho, y el Omnipotente, que amargó el alma mía, que todo el tiempo que mi alma esté en mí, y haya hálito de Dios en mis narices, mis labios no hablarán iniquidad”. Mas bien, “como Dios vive”. En nuestra versión castellana parece decir “alabado sea Dios”. ¿Ensalzarías así el nombre de Dios aunque te haya amargado el alma? ¿O estás resentido con él por pasadas experiencias que no has podido superar? Es muy patente en todo el libro que Job no sirve a Dios por lo que le dé, ni la cambiaría por algo, ¡mi salvación tengo asida, no la cederé a otro” (v.6;Apc.3:11), no la venderé como hizo Esaú o Judas, por una comida y el otro por dinero, no dejaré mi posición como Rubén por un deseo carnal. Muchas bendiciones que eran para otros yo las he recibido ¡cómo las cederé todas! Oh hijo mío, me alegraría mucho que por el Espíritu Santo decidieras no ceder tu fortuna. Te bendigo Señor, bendigo tu santo nombre, ayúdame a retener lo que me has dado, y compartirlo contigo, ¡oh Dueño de todo lo mío!

 

Deleite en Dios

Job 27:8-10

“Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, cuando Dios le quitare la vida?”. El hermano Job piensa en el tiempo de la crisis que sobrevendrá a todo hombre, especialmente a los que no tienen a Dios. Según él, en tiempos de enfermedad, desempleo, ruina económica o la muerte, para el impío que vive sin religión, no habrá esperanza alguna; y lo más triste, piensa este hombre tan espiritual, es que no podrá hallar deleite en Dios; y eso es mucho decir, hermano, porque el motivo por el cual el hombre fue creado fue un motivo de amor para que disfrutara de lo que es Dios, regocijarse para siempre, y al morir entrara en su gozo (Mt.25:21,23). Si un hombre pierde eso, pierde la felicidad suprema.

Traducido el texto y pasado por el NT lo pondría así: ¿de qué le valdrá ganar todo el mundo y perder su alma? (Mr.8:36). Su pérdida es total, si pierde el alma pierde su cuerpo también, y si pierde ambas cosas, ¿cómo podrá salvar algo de lo que es suyo? Cuando llegue su aflicción no podrá siquiera mojar la punta de su dedo en agua y refrescar su lengua atormentada en una gran llama.

27:11

“Yo os enseñaré en cuanto a la mano de Dios; no esconderé lo que hay para con el Omnipotente”. ¿Puedes de alguna manera mostrar a la gente la mano de Dios en tu vida? ¿Tu carácter, tu trabajo, tienen sus huellas?

27:15-17

“Aunque amontone plata como polvo, y prepare ropa como lodo; la habrá preparado él, mas el justo se vestirá, y el inocente repartirá la plata”. El tema de la Biblia es que los impíos al fin perderán lo que tienen, no podrán llevárselo al otro mundo, y que los justos se quedarán con todo. Los mansos heredarán la tierra.

 

Mineros en las minas de cobre

Job 28:1-11; 12-28        

“El hierro se saca del polvo, y de la piedra se funde el cobre”. Si quieres deleitarte observa atentamente todos los versículos de este capítulo. La primera parte (vv.1-11) contiene una descripción del trabajo que hacen los ingenieros de minas y los obreros del subsuelo propiamente dicho. Me he maravillado con su lectura. Job posee muchos conocimientos sobre la materia y no parece que los haya obtenido por comunicación oral o porque haya leído en alguna biblioteca, sus observaciones tienen los rasgos de alguien que conoce el trabajo de las minas porque ha estado allí. El mismo no era minero porque dice “abren las minas lejos de lo habitado”, son otros los que hacen ese trabajo y no él; pero lo conoce bien cuando dice: “El hierro se saca del polvo y de la piedra se funde el cobre; examinan todo a la perfección, las piedras que hay en oscuridad y en sombra de muerte”, haciendo referencia a las piedras que hallan en el fondo de las minas donde hay muchísimo peligro, pues también habla sobre la vida de los mineros en el corazón de la tierra: “son suspendidos y balanceados, lejos de los demás hombres” (v.4), subidos y bajados en sogas, balanceándose de un borde al otro del pozo. Cuando los expertos llegan a un sitio toman la piedra en la mano y la examinan a “la perfección” (v.3), pasan sobre ella sus manos y Job dice: “en el pedernal puso su mano, y trastornó la raíz de los montes, y sus ojos vieron todo lo precioso” (vv. 9,10); y allí mismo los ingenieros de minas ordenan: “Cavad aquí, cavad aquí”, comienzan a perforar la tierra y antes que lleguen a donde se encuentra el hierro, el cobre, el zafiro, el diamante, el oro, el topacio, hallan manantiales de aguas que hay que tapar para que no se inunde el pozo. Job dice: “detuvo los ríos en su nacimiento” (v.11). Después de describir cómo se llega a explotar una mina, y cómo se trabaja dentro de ella, pasa a elogiar la sabiduría y dice que la inteligencia es más valiosa que toda la riqueza que van extrayendo del fondo de la mina; he aquí sus palabras (vv.12-20). Con esas palabras muy elogiosas acerca de la sabiduría y la inteligencia llega a un punto cumbre cuando afirma que mejor que todo eso es temer a Dios y apartarse del pecado (v.28); y probablemente los primeros en hacerlo debieran hacerlo los mineros y sus familiares.

28:24,25

“Porque él mira hasta los fines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos. Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida”. “...al dar peso al viento…”. Puede referirse a la atmósfera pero la idea es que lo hizo todo con medida (Ver nota en 26:7,14; Pro.8:27-31; Isa.40:12), para que la atmósfera no sea pesada en exceso y nos oprima ni muy liviana para que no flotemos. Si tenemos los pies bien puestos sobre la tierra y no andamos de cabeza es porque Dios tuvo cuidado cuando hizo el mundo en el cual vivimos.

Job. 29:2 

“¡Quién me volviese como en los meses pasados, como en los días en que Dios me guardaba!”. Este deseo no tiene que ver con lo que dice en Ecl.7:10. Job extraña lo que perdió y quisiera no haberlo perdido; ya, ¿qué se puede hacer? Cuando un hombre pierde lo que tiene porque Dios se lo quita, tendrá que conformarse y darle gracias diciendo: “Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito”. Si lo pierde por su pecado nunca más lo recobrará. Lo que la providencia quita tal vez Dios lo devuelva, o seguramente lo recompensará por la pérdida sufrida, para consuelo. Se recibe con conformidad que nos quite y nos alegra cuando nos da. Pero el texto permite otras reflexiones espirituales que podría desarrollar en otro lugar.

29:4

“Como fui en los días de mi juventud, cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda”. Parece que los "meses" (v.1) son muchos años, le llama "juventud" al tiempo que se sentía bien y todo le iba bien. "Tienda": eso indica la antigüedad del libro. La idea es que Dios tuvo con él intimidad en su hogar. Y esa es la condición para que tener una tienda feliz. No se le puede dar vuelta atrás a la rueda del tiempo. La sombra del reloj de Acaz no retrocederá ni un grado.

29:5

“Cuando aún estaba conmigo el Omnipotente, y mis hijos alrededor de mí”. Oh hermano Job, él está contigo aunque las circunstancias hayan cambiado tanto. ¡Qué bonito son mis recuerdos cuando mis hijos eran pequeños y yo los sentaba sobre mis piernas o les hacía historias inventadas! ¡Oh, si los hubiera disfrutado más, pero yo era joven y mis ansias y sueños impacientes me sacaban del presente y me transportaban hacia el futuro y no disfruté plenamente los días que viví! También es cierto que con el paso de los años la capacidad de disfrutar aumenta. Con la experiencia aprendida, inteligente es disfrutar el residuo de vida que quede.

29:8

“Los jóvenes me veían, y se escondían; y los ancianos se levantaban, y estaban de pie”. Los muchachos cuando Job llegaba a sus casas se iban al patio y los mayores se ponían de pie hasta que él ocupara su asiento. Una costumbre extinguida y que se lee en la prehistoria. Los niños quieren oír lo que hablan los mayores y hasta dan sus opiniones.

29:9,10

“Los príncipes detenían sus palabras; ponían la mano sobre su boca. La voz de los principales se apagaba, y su lengua se pegaba a su paladar”. Si llegaba a la casa de un príncipe, aunque él no lo fuera, por su dinero y educación ellos preferían escucharlo que hablar. Cuando perdió su dinero perdió todo. Y los pocos amigos que le quedaron, lo vinieron a vituperar.

29:11,12

“Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador”. Aunque su reputación de filántropo estuvo bien ganada, había en ellos un poco de adulación. Se ponía de parte de ellos y los defendía.

 

La bendición del que no la quiere

Job 29:13

“La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, y al corazón de la viuda yo daba alegría”. “...las bendiciones de los que estaban listos para perecer...”. El significado esencial es que ayudó a los que iban a condenar, pagó sus deudas, o los defendió de sus acusadores, los salvó, y ellos en cambio por gratitud lo bendijeron, con palabras y presentes, y estaba en las oraciones de ellos pidiendo bendición para él. No obstante, tomo también la forma de la verdad en otro sentido.

Puedes decirle a Dios: “Oh Señor, si alguno no quiere una conciencia tierna para arrepentirse, yo sí, si alguno no quiere el arrepentimiento que le ofreces, dámelo a mí (2Ti.2:25,26), yo no quiero endurecerme en el pecado para mi destrucción, si alguno no quiere ser creyente porque detesta la vida cristiana, dame a mí la fe que le pensabas dar, la fe de la salvación para que se renueve la mía (Hch.13:46), el primer amor que he perdido, el gozo que se me ha extinguido, oh Dios con los materiales que dirigías a otro y no lo han recibido, no los vuelvas al cielo y edifica mi vida con ellos, si alguno no quiere el derecho de su primogenitura, como Esaú, dámelo a mí que si deseo esas principales bendiciones y no las secundarias.

Y dame la fe que mueve montañas y para perseverar y no volverme atrás. Si a alguno le ibas a reemplazar la fe que había perdido y ya no la quiere porque prefiere prescindir de ella y volverse a sus pecados, retornar adonde había salido, yo no, no quiero regresar a mi casa, a mi país, a los míos, quiero continuar adonde me dirigí hace años atrás. Dame la fe en la verdad para no creer en herejías, que continúe siendo enseñado por el Espíritu tuyo, para que no me olvide de lo que me has enseñado, para que continúe entendiendo y no olvidando la verdad. Si alguno no quiere el Espíritu Santo, dame su medida a mí y tenga yo los dones que ahora carezco y pueda servirte mejor. Si alguno no quiere la paz del evangelio para su casa, que venga sobre mí (Mt.10:13-15).

29:15-17

“Yo era ojos al ciego, pies al cojo. Y quebrantaba los colmillos del inicuo, y de sus s hacía soltar la presa”. Quien tiene poder de algún tipo, se lo de su educación, su dinero, su dignidad o la política, debe usarlo en beneficio del prójimo. Hay hombres que muerden a los demás como si fueran fieras, más que ellas, porque los despojan (Sal. 27:2; Sal.53:4).

29:18

“Decía yo: En mi nido moriré, y como arena multiplicaré mis días”. No, tú no sabes cómo vas a morir, donde ni cuando, por muchas previsiones que hagas. ¿Cómo viviría después de esto? El hogar cristiano es un nido que hay que cuidar. Y amar a las criaturas que se empollan en él.

29:19,20

“Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, y en mis ramas permanecía el rocío. Mi honra se renovaba en mí,”. "... se renovaba" con las bendiciones de Dios, con su prosperidad, con el bien que le hacía a otros. Pero las palabras de Pablo son más bonitas (2Co.4:16,17). “Destilaba” o también caía mi discurso “gota a gota”.

29:24

“Si me reía con ellos, no lo creían; y no abatían la luz de mi rostro”. Esta traducción suena más bonita que otras y en el contexto encaja bellamente. Es bueno "comer con alegría y sencillez de corazón y reírse con los hermanos"; pero de lo que se reía Abraham y Sara, del poder del Señor; de lo santo (Ge.17.17; 18.12), etc. Se quedaban estupefactos al oírlo compartir entre risas las vidas de ellos.

30:1

“Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo, a cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado”. De tal palo tal astilla; estos jóvenes heredaron de sus padres la perversidad de ellos (v. 8). O la aprendieron con el mal ejemplo.

30: 1-10

“Hijos de viles, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.”. Parece increíble que lo hayan humillado tanto, mayormente los de abajo, aquellos adulones a quienes se los comían la envidia y le trataban con hipocresía (vv. 8-10); sentían placer en pararse sobre él, como si se sintieran gente, al alzarse sobre su honor. Los peores enemigos de un hombre grande cuando esté caído no son los de arriba sino los de abajo, los lacayos, los sátrapas, el populacho. Es injusto el proletariado cuando toma del poder. ¡Ay de los buenos cuando reinan los viles! “Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi honor, y mi prosperidad pasó como nube” (v.15).

30:11

“Porque Dios desató su cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi rostro”. Dios les permite que me pisoteen. La idea es que aflojó la cuerda de su arco, no la divina sino la de Job,  indicando con ello que ha quedado sin defensa, por todos lados, desarmado. Otra traducción es que ha aflojado “su nervio”; imaginando la misma idea, que está derrotado.

30:15

“Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi honor, y mi prosperidad pasó como nube”. Planearon por venganza deshonrarme y de esa forma derribarme; como viento desmedido me azotaron con furia. Good bye money= adiós honra.

Job 30:20-23

“Te has vuelto cruel para mí; con el poder de tu mano me persigues”. Evita tenerte compasión y que te de lástima la situación, porque entonces te parecerá que Dios no te responde, no te ama y que es un Señor  severo y cruel (v.21). Él no se complace en tus calamidades ni extiende la duración de ellas porque le place. No es un asesino ni un verdugo que con placer te tortura. Job todavía tiene que esperar para ver el fin de sus padecimientos. Job se equivoca cuando piensa que Dios lo lleva a la muerte (v.23). ¿Has pensado que Dios es sordo, ciego, insensible y cruel? Cuando comprendas más a Dios y a la vida, cambiarás de opinión. Y pasarás un buen tiempo disculpándote.

30:21-25

“Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿clamarán los sepultados cuando él los quebrantare?”. Es la tristeza y decepción de un hombre que de pronto ha perdido su salud. Esa traducción parece rara. Parece mejor que Dios no extiende su mano o su atención a la oración, que es la misma palabra que se traduce tumba, y lo deja a él en las ruinas. Y eso puede traducirse en forma de pregunta o no.

 

Triple pacto, con los ojos, con la esposa y con Dios

31:1-3

“Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?  Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente desde las alturas?”. Cuando dice que hizo pacto con sus ojos, contiene la idea de cortar en trozos una víctima en sacrificio. O sea, que es un compromiso solemne hecho delante de Dios. Hiciste bien, hermano, siendo un hombre de edad avanzada, ya encanecido, no se hubiera visto con buenos ojos, los de otros no los tuyos, que anduvieses con una señorita de menos años que tú. Se reirían de tal pareja. Hiciste bien en no traicionar a tu adulta compañera con una mujer joven aunque tu mujer te hubiera maldecido y abandonado. Una mujer joven no es un buen reemplazo porque con su edad y con sus encantos no alcanzaría para serte una ayuda idónea en tu trabajo. Siendo tú un hombre ahora enfermo y arruinado económicamente una joven no sería capaz de asumir tanta responsabilidad, y siendo tú un varón de Dios ¿cómo habrías de cometer un pecado como ese aunque abunde entre la gente adulta? Hiciste bien en hacer pacto con tus ojos y prometerles a ellos que no los llenarías de adulterio (2Pe.2:14); por eso dice,  “¿No ve él mis caminos, y cuenta todos mis pasos?” (v.4). Además, has hecho un pacto con tu esposa cuando te casaste, y ante Dios y con Dios de serle fiel, ¿no lo recuerdas? (Mal. 2:14). Ella no puede tener los mismos encantos femeninos que una joven, pero los tuvo, y te los dio a ti. Ahora lee en el papel de tu historia tu acta matrimonial y el triple pacto que hiciste en tu matrimonio aquella bella noche de bodas.

31:2

“…galardón…arriba”. Tu galardón viene de arriba, de los cielos, es del Altísimo, tu honra celestial. Dios es quien ha de alzar tu cabeza. Espera. Y Dios no le da premio a los traidores del matrimonio.

31:4

“...cuenta mis pasos…”. El conoce en qué andas, si en camino de justicia, o en de gentiles y pecadores (Sal.1:1). Mira cómo haces tus negocios, si engañando o con justicia y contempla las pesas que usas para vender tu mercancía. Dios no cree en toda la propaganda que hacen los que anuncian sus productos. Y también dice Y en otra aplicación, mira qué  hermosos son los pies que llevan las buenas nuevas. Y también sabe a qué distancia vives de dónde vas a oír la palabra suya.

31:6

“Péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad”. Cuando cometes un pecado no puedes pedir a Dios que lo pese porque saldrías falto. Este hombre tiene que estar forrado de mucha justicia propia para atreverse hablar así. Si casi siempre uno no alcanza la medida de la voluntad de Dios ni la estatura de Cristo (Efe.4:13). ¿Qué te crees, Job, un maestro bueno? (Mt.19:16,17).

31:7

“Si alguna cosa se pegó a mis manos”, la palabra puede significar “mancha”, la idea es “si mis manos se han manchado con algo”. Hay creyentes que tienen manos pegajosas y se les pega fácil lo que no es suyo. E hijos también (Jue.17:2,3).

31:8

“Siembre yo, y otro coma, y sea arrancada mi siembra”. Oh Dios ¿por qué otros se han comido lo que yo sembré si no he pecado contra ti? No es lo mismo que aquella ley que “uno es el que siembra y otro es el que siega”. Aquí es como una maldición que se pide.

 

No jures por tu mujer

31:9-12

“Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo, muela para otro mi mujer, sobre ella otros se encorven”. Para un hombre casado la mujer de su prójimo tiene más atractivo que una virgen (v.1), porque es más muJe. Desde tiempos inmemoriales los hombres y Dios desaprueban el adulterio. El peor castigo que puede recibir un adúltero es que su mujer le haga lo mismo, que se prostituya. Pero gracias a Dios eso no pasa, la mujer cristiana no hace eso, no decide corromperse ella tomando como excusa la infidelidad de su marido, no se venga de ese modo. Unas veces sufre el ultraje, otras se divorcia, porque para ella es pecado, tiene dignidad para su propio cuerpo y respeta a sus hijos y la iglesia donde adora a Dios. Dice Job que su mujer sea convertida en esclava de otro hombre, si él hubiera pecado contra Dios. En verdad si quiere maldecir, y los cristianos no están autorizados hacerlo, debió haber escogido a otro como víctima, por ejemplo, sobre él y no sobre su muJe.

 

Adán y Eva no saltaban de rama en rama

Job 31:13-15

“Cuando ellos contendían conmigo,  ¿qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?”. ¿Qué derecho tiene un esclavo? Donde hay cristianismo no debe haber esclavitud. Job responde que el derecho de sus esclavos es el mismo suyo y que tanto ellos como él fueron creados por Dios. Job se adelanta a su época, y si no dio la libertad a los que había comprado con su dinero, en su casa ellos gozaban de igualdad de derechos. El derecho de un esclavo es el mismo de un hombre libre. Lo que quiere decir es que en su casa ellos gozan de igualdad humana. No es menos ser humano un esclavo que un liberto, un empleado que el dueño. Este derecho e igualdad lo tiene todo hombre por ser igualmente creado por Dios (Hch.17:26; Sgo.3:9).

¿Qué favor o recompensa le hacen los evolucionistas darwinianos  a la dignidad humana si prefieren descender de los simios que reconocer que han sido creados a la imagen de Dios? Si se educa a una generación diciéndole que Adán y Eva es una mentira, que la verdad es que el hombre es un animal evolucionado, que no hay tal cosa como un Creador de los hombres, que todos descendemos, o ascendemos de coacervados, parásitos y bestias, no es extraño que rebajada tanto la dignidad del hombre, este tienda a comportarse como sus ancestros, irracionalmente y dar culto y explotación al cuerpo sin alma ni semejanza con la deidad.

¿De qué dignidad más elevada se puede hablar, que la de haber sido creados por Dios, todos iguales?  Que hablen así todas las constituciones nacionales. Si los hombres no respetan a Dios porque no creen que lo haya, ¿cómo se respetarán entre ellos mismos? Si el hombre no es más que un animal evolucionado, pero siempre un animal superior y desarrollado, ¿es cosa extraña que no halle justificación para no robar, matar, y fortalecerse para consumir a los otros y pelear por la supervivencia? Algo andará siempre mal si definimos al hombre como sólo un animal con sabiduría. Si en verdad fuéramos animales desarrollados no tendría ningún inconveniente en aceptar a mis ancestros, pero no tendría la gloria que tengo al pensar que he sido creado por un Dios sabio y bueno y que me hizo parecido a sí mismo. Me robarían la admiración de ser hombre.

Cuando los hombres se consideran animales bípedos, y se les explota sin humanidad, y llegados hasta ese punto por un largo y terrible recorrido de selección natural de adaptación y fuerza, no es extraño que se discriminen entre ellos mismos, se masacren, difamen y se entreguen a pasiones bestiales contra las cuales pudieran usar la razón humana para resistirlas, y el Espíritu de Dios para cambiarlas (Jud.1:10). No somos una manada de monos erguidos, y Adán y Eva no saltaban de rama en rama comiéndose una banana.

31:16

 

87

“Si estorbé el contento de los pobres, e hice desfallecer los ojos de la viuda”. No quites el gozo de nadie, no entristezcas a nadie, a no ser para que se arrepienta de sus pecados (2Co.7:8), inspira y no deprimas. Pero literalmente lo que dijo Job fue que no le quitara su “deseo” o su “parte” a los pobres. Por supuesto que implica su sonrisa pero indirectamente.

31:17-23

“Si comí mi bocado solo, y no comió de él el huérfano. Si he visto que pereciera alguno sin vestido, y al menesteroso sin abrigo”. Oh alma tentada a abandonar los deberes cristianos, a ser negligente, insensible a las necesidades del prójimo, teme a Dios (v. 23) y a su castigo. No creas a los que dicen que Dios no castiga y que la paga del pecado no es muerte. El castigo de Dios no se reduce sólo a las consecuencias.

31:24-28

“Si puse en el oro mi esperanza, y dije al oro: Mi confianza eres tú; si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen, y de que mi mano hallase mucho”. Es decir: si sustituí mi fe por mi codicia, si adoré el dinero en vez de mi Dios, eso sería maldad juzgada: amontonar inútilmente dinero, o que el mucho dinero puede hacer que niegue a Dios. No beso mi mano Señor como si Mamón fuera mi dios (1Re.19:18; Sal. 2:12; Ose.13:2), ni mi talento, ni hice el acumular dinero la gran meta de mi vida; no reverencio mi corazón, beso a tu Hijo, Señor, y te beso a ti, y recógeme como a Moisés, con un beso (Sal.2:12).

31:29

“Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal”. Uno no se alegra, pero quebrantar los pasos de los que dejan a Dios es confirmar al justo en sus caminos. Lo que un creyente siente cuando ve roto al que lo dañó, no es exactamente venganza sino vindicación.

31:30

“Ni aun entregué al pecado mi lengua, pidiendo maldición para su alma”. ¿Ni siquiera dirías, Job, "sea anatema", cuando tuercen los caminos de Dios? Muy pocas veces tenemos razón para maldecir a alguien.

 

Nos da vergüenza que la gente lo sepa

Job 31:33,34

“Si encubrí como hombre mis transgresiones, escondiendo en mi seno mi iniquidad, porque tuve temor de la gran multitud, y el menosprecio de las familias me atemorizó, y callé, y no salí de mi puerta”. Dice “...como hombre” o como “Adán”. La idea es que no quiere esconder su falta debajo de hojas de higuera. Por supuesto no ante los ojos de Jehová sino de otros congéneres, si los hubiera tenido. Una razón que tenemos para esconder nuestros pecados es la vergüenza que nos da que la gente se entere. Pero ¿vamos a divulgar a todo el mundo cada pecado que se cometa? ¿Vamos a un talk show ante los otros? ¿Qué morbosidad es esa de desgranarles los pecados en las orejas a amigos, hermanos o compinches? “El necio”, dice Salomón, “toma placer en que su corazón se descubra” (Pro.18:2). Es el único. Una persona inteligente no hace eso. No tenemos por qué responder a ningún cuestionario espiritual, formulado por detectives curiosos. Tampoco eso. Si enseñamos a la gente nuestras faltas, aunque Dios nos perdone, ellos no nos concederán jamás restitución, y no podríamos continuar sirviendo al Señor porque nos lo impedirían, aunque ellos mismos hayan cometido iguales pecados. El perdón lo pedimos por faltas que se saben no que no se saben. Por causa de nuestro ministerio el Señor oculta los pecados que nos perdona. ¿Por qué has de contarle a nadie tus pecados perdonados? Di nada más que eres el principal de los pecadores y que Dios ha tenido de ti misericordia. Les impresionan más nuestras caídas que nuestros restablecimientos. Si decimos a la gente que hemos perdido nuestra reputación, no nos ayudarán a encontrarla, ni querrán que con ella nos volvamos a vestir.

Job 31:38-40

“Si mi tierra clama contra mí, y lloran todos sus surcos; si comí su sustancia sin dinero, o afligí el alma de sus dueños”. Job siempre está pidiendo supuesta maldición para sí, como si hubiera pecado. Son tantas las áreas en las que afirma que no ha pecado, que uno tiene que deducir que no ha habido, antes de Cristo, un hombre que haya cuidado mejor su vida espiritual que él, ni puesto tanta atención a la obediencia a la ley de Dios. (O por lo menos en el Antiguo Testamento). No quiero ser dogmático, hay muchas excepciones, porque sé que Enoc se fue vivo con Dios y a Elías lo montaron en una carroza y se lo llevaron al paraíso. En realidad me muestro atrevido o exagerado porque eso lo digo porque lo oigo en una discusión y exceptuando el prologo, fue lo que dijo de sí mismo, y a los otros en la Biblia leo sus biografías.

 

No saques a Dios del problema para poner a Satanás

Job 32:1

“Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos”. Los amigos de Job no pudieron negarle lo que afirmó, no pudieron probarle lo opuesto, entonces se callaron. Job se esforzó en probarles no que Dios era injusto o que se había equivocado con él, sino que le había castigado por alguna otra razón desconocida pero no por su pecado. Esa fue su principal defensa. Los amigos le decían: Si Dios te ha castigado ha de haber sido por algo, por tu pecado. Y él les respondía: Me ha castigado pero soy inocente, no ha sido por mi pecado. Pero ignora porqué. Job nunca supo por qué Dios lo había arruinado ni siquiera cuando pudo recuperar todo lo que había perdido. Para él el motivo de sus sufrimientos siempre resultó un insondable misterio.

El prólogo lo dice, Satanás, pero el prólogo pertenece a quien le dio forma al libro y juzgó las vivencias de Job. No pongo en dudas que Dios pudo haberle hablado por revelación y dicho lo que ocurrió en el cielo, mas Job de eso nunca nada supo; y es más, prefiero quedarme con la incertidumbre de Job, y estar seguro que Dios no me castiga por mi pecado, que atribuir a Satanás el origen de mis sufrimientos; luego diré mis razones.

El prólogo del libro trata de desenrollar el rollo y dice que las calamidades le vinieron por la mano del diablo, con el permiso de Dios, pero al tratar de explicar el sufrimiento de los justos compromete el carácter de Dios presentándolo como si complaciera al diablo y fuera él y no un plan divino quien lo incitó a ello (2:3). Job desconocía a Satanás, nunca lo menciona en sus discursos ni presenta su persona como la verdadera causa de sus acumulativas desgracias. Conocía a Dios y conocía su pecado. Uno no halla el nombre de Satanás ni una sola vez en los labios de Job ni jamás se defendió echándole a él la culpa. El nombre de Satanás no aparece más allá de 2:7.

Como he dicho, hubiera sido mejor dejarnos en la incertidumbre, dentro de las cosas secretas que pertenecen a Jehová, para decir: “Sí Padre porque así te agradó” o “Si la voluntad de Dios así lo quiere” (1Pe.3:17). Una explicación satánica para el origen de los sufrimientos de los justos puede traer cierto alivio mental y tranquilidad en las dudas, pero saca ignorantemente a Dios del problema, produce conformidad, pero hace nulo el propósito divino de la aflicción, acercarnos a Dios, someternos incondicional a su soberanía, paraliza la esperanza y la fe. Es mejor discutir con Dios, responsabilizarlo directamente de las aflicciones del justo, examinarnos para estar seguros que no sufrimos por nuestros pecados antes que echarle la culpa a otra criatura mala. El origen del dolor no tiene una explicación filosófica, es algo inexplicable con lo cual tenemos que bregar y aprender a usar sin comprenderlo, porque somos pecadores que existimos bajo una justa sentencia de muerte y lo que con ella esté asociado. Nunca digamos, “no me merezco estar así o que me pase esto”. Sino “he aquí, aunque él me matare, en él esperaré; no obstante, defenderé delante de él mis caminos, y él mismo será mi salvación” (13:15,16), y estas “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito” (1:21,22) que pudieran colocarse al final del libro y no en su prólogo. El cambio de Dios por Satanás no ayuda mucho a la fe, y aunque pudiera tener alguna culpa, posiblemente estés equivocado.

 

Eliú, un enigmático aparecido

Job 32.

Eliú. "Nada se sabe acerca de este hombre que lo que se dice aquí en este libro. El nombre Eliú significa "mi Dios es él". Otras personas en el Antiguo Testamento tienen ese mismo nombre incluyendo el abuelo de Elcana (1Sa.1:1), un hermano de David (1Cro.27:18), un coratita (1Cro.26:7), un soldado de Manasés (1Cro.12:20). Se dice que este Eliú es hijo de Baraquel que es identificado como buzita de la familia de Ram. Según el libro de Génesis, Buz fue un sobrino de Abrahán y uno de los ancestros de la tribu aramea (Ge.10:22,23; 22:20,21). Jeremías (25:23). Este hombre parece estar escuchando toda la conversación, o discusión entre Job y sus amigos, callado. Porque era el más joven y según la costumbre no debía interrumpir a personas mayores cuando estaban conversando o discutiendo. Es como una especie de mediador, o más bien aparece para despojar a Job de su justicia propia; en ese caso cumpliendo la función de un predecesor de Jesucristo, por cuya justicia es que únicamente somos aprobados por Dios. El énfasis de este personaje es en la gloria y sabiduría de Dios, demostrando al sufriente lo pequeño e insignificante que es ante Dios y que mejor hubiera sido estar callado y recibir todas sus calamidades en silencio que tratar de hallar alguna explicación, porque jamás podría comprender la mente de Dios.  Eliú justifica a Dios y no a Job. Job durante todo su libro lo que hizo fue justificarse delante de sus amigos, aunque para ser honesto no delante de Dios. Más que esto no se puede hablar con seguridad de quién era.

Job 32:2

“Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios”. Este hombre está duramente afectado por las palabras y la actitud de Job. ¡Se encendió en ira! ¿Raro? Y todavía más rara es su ira contra la ignorancia de los amigos (v. 13); de nuevo en vv. 5,6. Tal vez por su juventud.

Job 32:9

“No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos entienden el derecho”. Estas son palabras de un joven; aunque hay ancianos que no han aprendido a temer a Dios y prepararse para la muerte. Eso no es para descartar la buena experiencia que traen los años y el valor supremo de las canas.

 

Vencer a Dios y al mundo entero

Job 32:13

“Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría; lo vence Dios, no el hombre”. ¿No has oído a los difamadores de nuestra religión desalentando a quien muestra interés espiritual viniendo a nuestras reuniones, decir que le “han lavado el cerebro” o le “han comido el coco”, que lo están engañando y le sacan ventajas?  

El Espíritu nos dice que una persona se vuelve religiosa y fervorosa creyente cuando la vence Dios, lo “dispersa Dios” o “lo echa al piso Dios” que son otras traducciones,  que nunca lo puede hacer el hombre. Job se justificaba a sí mismo y con sus retóricos argumentos dejó mudo a sus contrincantes, pero luego Dios y no los abogados contrarios, lo puso en silencio y tuvo que confesar que nada sabía de nada, que estaba equivocado, que hablaba lo que no sabía y el hombre se postró ante él  confesando su pecado.

Es Dios quien vence al pecador no son los santos. El Espíritu Santo lo convence de pecado (Jn.16:8) y lleva cautivo “todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Co.10:3-5); y aunque las palabras se las digan los hombres, aunque sean los sermones de ellos y los argumentos de ellos, son las armas espirituales con las cuales un pecador es vencido, sobre todo la palabra de Dios que como espada aguda lo traspasa (He.4:12). La Escritura enseña que cuando un pecador ha sido vencido por Dios  él queda capacitado para vencer a Dios (Ge.32:24-28); Dios lo vence una sola vez y él vive toda la vida venciendo a Dios, o tomando de él las bendiciones que desea, y no solamente venciendo a Dios sino también a los hombres, al mundo, mediante su fe (1Jn. 5:4,5). Dios le sirve, Dios le da todo lo que tiene.

 

Cómo predicó Eliú

Job 32:18-22

“Porque lleno estoy de palabras, y  me apremia el espíritu dentro de mí”. Eliú está enojado, como una olla de presión que tiene su válvula tapada, ¿cómo podrá hablar con cordura si su mente está llena de indignación? En la ira del hombre no obra la voluntad de Dios. ¿No hubiera sido mejor que fríamente, y no con tanto calor hubiera considerado y hablado? Cuando uno analiza todo lo que dice Eliú se da cuenta que está bien argumentado, calculado, no hay ninguna palabra necia, todas son sabias, justas, como si hubieran sido bien escogidas en calma y reflexión. Quiere decir que su enojo no es carnal sino divino, habla con la emoción del Espíritu Santo. Habla de una forma parecida a como lo hizo Miqueas (Miq.3:8) e igual a como hablaba Jesús (Mt.23:16). Oh, Dios, que a mi predicación no le falten palabras, calor, fuerza y denuedo (vv.21,22).

Job 32:21, 22

Un título universitario no acorta el tamaño de vuestras orejas; no hace más que ocultarlo. (Elbert Hubbard)21No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros. 22Porque no sé hablar lisonjas; De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría”. 

   Elbert Green Hubbard (19 junio         1856 – 7 mayo 1915 escritor americano“...títulos lisonjeros”, es una idea, no una traducción real. Lo que Eliú dice es que no se arrodillará delante de ninguno de ellos, no los adulará, especialmente a Job. ¿Qué tiene de malo que uno con amor reconozca los estudios de otro, su esfuerzo en la preparación académica y si se ha graduado, llamarlo con su título? Y si ha heredado un título de nobleza, ¿es una adulación, llamarle “el rey David”, “el doctor Lucas” o “médico amado” “apóstol Pablo”? Claro, si uno lo dice sin adulación, sino con amor; y en el amor no hay envidia. No obstante, oiga a ese titulado por media hora, que a los diez minutos se le podría decir amén y darle las gracias. Los títulos colgados en su despacho no acortan el tamaño de sus orejas como dijo Elbert Hubbard.

33:6

“Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; de barro fui yo también formado”. “Yo como tú soy formado del barro”. Buen recordatorio que somos hechos de la misma masa vasos de misericordia que los otros que son vasos para destrucción (Ro.9:21).

 

Dios no registra nuestros archivos

33:10

“…buscó reproches..”. Mas bien  que busca “ocasión” “oportunidad” o “enemistad”. Voy a seguir la traducción Reina Valera que en esencia es lo mismo. ¿Tú crees, sinceramente, que Dios tiene que buscarreproches contra nadie cuando eso es contra un atributo natural suyo que es la omnisciencia, porque todas las cosas ya se hallan como desnudas en su presencia? (He.4:13); no imagino a Dios actuando como un ser humano limitado tratando de hallar cosas en la vida de una persona para reprochárselas; él es infinitamente superior en atributos al hombre y también en corazón.

No registra los archivos de una vida, que es su historia, sino sus archivos, los libros donde están escritas las cosas buenas y malas de los hombres, que no serán abiertos sino hasta que se acabe el tiempo de la misericordia y llegue el día final para rendir cuentas. Y ese día aún no ha llegado (Apc.20:12). Los reproches que los hombres oyen por causa de sus malos actos los escuchan por medio de sus conciencias, por boca de otros, y por medio del evangelio, y en esos casos los reproches son para salvación no para condenación, son reproches por los cuales debemos dar gracias al Señor. Además, el papel de reprochador no encaja en el carácter divino porque se corresponde más al diablo que a Cristo. Él no es un reprochador sino un sacerdote que ofrece expiación por los pecados, busca cubrirlos no sacarlos a la luz. Satanás es quien acusa, no Dios, Dios es quien juzga (Apc.12:10).

Si conocieras el carácter de Cristo no pensarías que Dios busca reproches contra nadie, aunque haga cosas que lo merezcan (He.4:15-5:1) ¿Cómo buscará reproches contra los pecadores si lo que busca es que se arrepientan? (2Pe.3:9). Job pensaba que Dios no tenía nada que reprocharle y que casi inventaba sus faltas para poder reprochárselas; ¿participas de esa equivocación? Hasta donde él entendía vivía como agradaba a Dios, guardaba sus leyes, era fiel a su conciencia. Tampoco que Dios esté buscando la ocasión, como vigilándonos, espiándonos, hasta que nos sorprenda en un pecado y “¡entonces la andanada de reproches! No, aunque hayamos hecho cosas para merecerlos.

33:12

“He aquí, en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre”. Si Dios es mayor que tú, tú no eres Dios, ¿por qué te sientas en el templo de Dios como si fueras Dios? ¿Por qué te haces pasar por Dios?  (2Te.2:4;1Co.8:5). No eres inmortal, tu poder no es ilimitado, habitas en la carne y Dios es Espíritu y habita en luz inaccesible. Dios es mayor que tú porque es tu creador. Y cuando tu corazón, o tu conciencia se oponga a la misericordia divina y te torture, tras haber sido perdonado, piensa que “mayor que nuestro corazón es Dios” (1Jn.3:20-22).

33:14-22

“Entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo, para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia”. Esta es una forma antigua de conversión, para apartarlo del pecado (v.17); tanto en sueños como por medio de dolorosas enfermedades. El libro de Job es antiquísimo, no menciona los profetas. Ahora Dios nos habla por medio de su Hijo; y de una forma más bella y conmovedora lo hace por medio del Espíritu en el evangelio de Jesucristo.

 

Jesucristo, elocuente mediador

33:23-26

“Si tuviese cerca de él algún elocuente mediador muy escogido, que anuncie al hombre su deber; que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención; su carne será más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud”. Me parece que está clamando por un profeta, al cual le llama "elocuente mediador". La palabra “elocuente” quizás porque en hebreo indica “bocas” que tienen que ver con idiomas extranjeros o con burlas. Es gran cosa en la labor de interpretaciónde los mensajes de Dios conocer idiomas extranjeros, sobre todo hebreo y griego; escogiendo esa traducción lo que desea es un “ángel” o “mensajero” de parte de Dios que “le anuncie” tal y tal. Si la traducción literal se sigue la otra palabra que utiliza es “intérprete” o “maestro”. Un maestro habla en nombre de Dios, no en el sentido de los sacerdotes o de Cristo. Es elocuente no por la abundancia de palabras que tiene, ni por el arte de la oratoria sino por el mensaje de esperanza, reconciliación, y recuperación que le trae. Oh Señor yo quiero ser elocuente en ese sentido, dame palabras para los moribundos, mensaje para los tristes. Ese “elocuente mediador”, Maestro, Intérprete, es el Señor Jesucristo, que habló como ningún hombre ha hablado, y que en oración intercede por nosotros como nadie puede interceder y "vive" para interceder por nosotros (He.7:25). Él nos da su juventud. Ayúdenos Dios a ser ambas cosas, un ángel mensajero que interpreta su palabra y la enseña, que anuncia que en la cruz tuvo misericordia (v.24; Apc.2:1).

 

Cómo volver a ser joven

33:25

“Su carne será más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud”. Eliú tiene que estar refiriéndose, en el Espíritu, a la conversión del hombre a Dios, más que a la recuperación de una enfermedad. Convertirse a Dios, por mediación de su Palabra, es volver a la juventud sin teñirse de negro el cabello; en ese bendito momento verdaderamente comienza la vida, se empieza a vivir cuando el hombre renuncia a su pecado y llega a la madura conclusión que ha pecado y no le ha aprovechado (v.27). Comienza a soñar como lo hacía en aquellos pasados días juveniles, todo se le vuelve luminoso de nuevo, siente que ya el aire no es solano y seco como del desierto sino fresca brisa enviada por Dios, las sombras se apartan de él y los espíritus villanos que lo incitaban a vivir para la carne huyen. Sueña específicamente con lo futuro, que estaba escondido, que se pensaba que ya no existía, que no había tiempo para más, que se había llegado al tope de los años y lo que hay que esperar es el inevitable desenlace biológico de la muerte. Ya no siente el pesimismo de su extinción; a través de la neblina se abre una puerta de luz hacia el futuro donde lo espera la resurrección del cuerpo. Sí, el que se convierte a Dios vuelve a la juventud, ha nacido del Espíritu, es una nueva criatura y las cosas viejas se fueron, porque borra sus pecados en la sangre de Jesús, con los que ha llegado a la adultez, a la ancianidad que la han convertido en una pesada carga de remordimientos, frustraciones y soledad. ¡Oh divino rejuvenecimiento!

33:29,30

“He aquí, todas estas cosas hace Dios dos y tres veces con el hombre, para apartar su alma del sepulcro, y para iluminarlo con la luz de los vivientes”.

Estas notas son para entender la salvación, para poner a prueba nuestro calvinismo. Quiero hacer una disección a la negativa de algunos, porqué dicen que no a Cristo, porqué rechazan el evangelio. ¿Es la gracia un poder irresistible? Es irresistible por parte de los elegidos, pero de esa doctrina ahora no me ocupo. Eliú dice que Dios le habla al hombre dos y tres veces para apartarlo de su pecado pero él persiste, porque padece una incurable inclinación hacia el pecado.  

Eso nos conduce a pensar que el hombre naturalpuede resistir los intentos de Dios para salvarlo como Jesús quiso salvar de la destrucción a Jerusalén;  “habiendo conocido a Dios” no darle gloria (Ro.1:21), escoger vivir impíamente en lugar de en santidad (Ro.1:24,26).

Entregarle a una mente reprobada no es que ya no le queda ninguna capacidad para discriminar entre el bien y el mal sino que lo entrega al dominio de sus pasiones para “hacer cosas que no convienen”. Puedes oponer tu incredulidad a la fe, como hicieron los nazarenos (Mr.6:5,6). Jesús dijo que los llamados son muchos. Eliú se refiere a los sueños y a las enfermedades que Dios usa para que una persona deje su pecado para darle vida. No lo indica pero lo implica, que el hombre se niega a ser salvo.

34:2

“..doctos” o sabios. ¿Está hablando con ellos cuatro o con nosotros?

34:5

“Porque Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho”. Si así has hablado, has hecho mal, Dios respeta los derechos humanos de sus criaturas porque él mismo se los dio, porque él se respeta a sí mismo. Dios siempre se considera a sí mismo en su trato con nosotros, no actuaría en contra de nuestros derechos (2Ti. 2:12,13). Se respeta a sí mismo en nosotros. Sí, ¿pero qué derechos podemos reclamar delante de Dios, nosotros pecadores, egoístas, infractores, reos de juicio? Si algún derecho tenemos delante de Dios son los derechos de Jesucristo que por misericordia podemos reclamarlos, y si tuviéramos derecho delante de su tribunal es el derecho a ser juzgados y condenados justamente.

 

Dios dispone de nosotros sin pedir permiso

34:7-37

“Porque a su pecado añadió rebeldía; bate palmas contra nosotros, y contra Dios multiplica sus palabras”. Eliú se siente ofendido por las cosas que Job dijo a Dios, porque no acababa de aceptar como merecidas sus desgracias y piensa que eso es rebeldía (v.37). Sin haber pecado merecemos lo que nos pase. En nuestro mejor estado de fidelidad merecemos el castigo. Nuestra dignidad humana ante Dios está basada en premisas falsas. Somos renuentes a aceptar que Dios disponga de nosotros sin pedir permiso o darnos explicaciones, y luego no queremos borrar de nuestro credo la doctrina de la soberanía de Dios (vv. 18,24, 29,33). Perdóname Señor cuando protesto porque tomas de mí mi dignidad. No tengo derecho Señor ante ti, cuando te lo debo todo (v.12). Cuando he sido francamente humano contigo he cometido error en mi oración, mi sinceridad, que me ha traído el bien psicológico ha sido pecaminosa y tú la has soportado. Oh Dios gracias que soportas cuando expreso lo que siento; y has oído mis oraciones. Bendito seas.

34:8

“Y va en compañía con los que hacen iniquidad, y anda con los hombres malos”. Y habla como ellos (v.36); “las malas compañías...” no convienen. No andes con nadie que “llamándose hermano fuere...” tal y tal (1Co.5:11; 15:33).

34:9

“Porque ha dicho: De nada servirá al hombre el conformar su voluntad a Dios”. ¿Será 21:15? Esa no es la traducción más feliz. Debiera decir "nada gana el que se deleita con Dios". Lo otro es una interpretación pero es mucho más delicioso reflexionar en esto último que he dicho. El que se deleita en su comunión con Dios gana mucho. Inspiración, para sus incertidumbres, aclaración para sus dudas sobreponerse y estar por encima de la situación que lo agobia. De los placeres mentales y espirituales que pueda obtener el hombre en este mundo, la delicia de la oración, de la reflexión en su palabra y de la alabanza son las superiores.

34:17-19

“¿Se dirá al rey: Perverso; y a los príncipes: Impíos?  ¿Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes. Ni respeta más al rico que al pobre, porque todos son obra de sus manos?”. Es un texto socialmente delicioso. Si tú no dirías perverso al rey que gobierna con juicio ni llamarías impíos a los príncipes que actúan con equidad, ¿te atreves a llamar a Dios inmoral y deshonesto cuando no hace acepción de personas? Si no entiendes la política social del Soberano, no la critiques.

34:23

“No carga, pues, él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio”. Es un texto difícil de traducir y tal vez todas las traducciones sólo sean aproximadas. Esta es posible dado el contexto y la situación penosa pero soportable de Job. Y aun así es difícil de explicar. No serás tentado más de lo que puedas resistir. Cada uno podrá llevar su pesada carga (1Co.10:13; Ga.6:5). Se hacen muy pesadas para el hombre que no saca la fortaleza de la fe en la adoración. Dios carga al hombre conforme a la medida de su fe. No nos dejará “ser tentados más de lo que podamos resistir” (1Co.10:13).

34:24

“El quebrantará a los fuertes sin indagación, y hará estar a otros en su lugar”. “…sin indagación”. La palabra también significa “sin exámenes, sin deliberación” y “sin enumeración”. Dios no tiene que llamar a un concilio celestial para pasarle la cuenta a un hombre injusto. Porque los conoce desde que nacieron, sabe cómo se pervirtieron y cuando llegaron al clímax de la medida de sus pecados. Y cuando quebranta a uno ya tiene su reemplazo.

34:29

“Si él diere reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre”. Si Cristo nos da su paz, no como el mundo la da ¿quién podrá quitarla? Oh Señor que no estemos "en ansiosa inquietud" (Lc.12:29). El mundo no puede quitar lo que el mundo no da. A Dios le es tan fácil atender a una nación de 250 millones de habitantes como a uno solo de ellos. Sus ojos están puestos sobre cada cual y conoce quién es quién. Sólo tenemos una débil idea de la infinita omnisciencia divina.

 

Pon fin a tu castigo

34:31,32

“De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya castigo, no ofenderé ya más; enséñame tú lo que yo no veo; si hice mal, no lo haré más”. ¡Qué bien que se diga eso! Uno puede por la gracia de su sabiduría acortar los días de su tribulación, si ellas son disciplinas, si su propósito consiste en que renunciemos al pecado; en ese caso, si dejamos de lado el mal que nos quiere quitar, el castigo se suspende. Si el mal ya se ha dejado, todavía se impone la corrección para evitar su repetición; en cualquier caso está en orden hacerle la promesa “no lo haré más”; sin embargo, como el pecado pudiera ser visto por Dios y uno no conocer qué pasa, se necesita su luz para identificarlo y orar “enséñame tú lo que no veo”.  Es bueno que uno ponga fin a su castigo diciendo: no pecaré más, he aprendido la lección, no me meteré más en esos asuntos. Enséñame Señor cuál es mi pecado o revélame en mí donde se halla escondido, donde lo he cometido, con quién y contra quién, y dame tu gracia cuando no me castigues más.

 

No llenes tu boca con disculpas sino de confesiones

34:33

“¿Ha de ser eso según tu parecer? Él te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo; Di, si no, lo que tú sabes”. Dios no te pide permiso para establecer tu castigo, porque es tu Juez y te juzga por sus leyes; conoce que llenarías tu boca con disculpas, que te parecería excesivo, prolongado, severo, y que te refugiarías inmediatamente en que eres inferior a él y empezarías a compadecerte y a tenerte lástima a ti mismo como si fueras una víctima y él un verdugo. Por esa y mil razones más él establece el castigo y no consulta con ningún hombre para hacerlo. No castiga el pecado por tu medida porque sabe que nunca podrás conocer completamente el misterio de la iniquidad y lo sobremanera pecaminoso que es. ¿Cómo podrás verlo bien si los ojos están acostumbrados a la vanidad, a no poner la mira en las cosas de arriba sino en las de la tierra, en las de los hombres y no en las de Dios? ¿Cómo podrás conocer la justicia de su castigo si no lo miras como él con aborrecimiento sino con simpatías, como cosa ligera siendo tan grave? ¿Con qué juicio entenderás sus castigos y sentimientos centrados en ti mismo que influyen en tu razón? ¿Cómo podrás conocer y aprobar su juicio sobre el pecado si eres pecador? No llenes tu boca con disculpas.

35: 2

“¿Piensas que es cosa recta lo que has dicho: Más justo soy yo que Dios?”. No fueron sus palabras pero las entendieron de ese modo. Uno tiene que tener cuidado con lo que dice porque otros pueden entenderlo mal, o estás diciendo entre palabras lo que no quieres decir.

35: 3

“Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber pecado?”. Señor perdóname cuando cuestiono el valor de ser fiel o espero de ti recompensas extras por mi obediencia. Y ¿quién te ha dicho que el pecado aprovecha? En deleite es limitado; y como suelen ser los engaños los resultados son amargos y no dulces, catastróficos. Si la justicia humana no alcanza para castigar un delito la divina lo hará. ¿No trae provecho ser fiel en el matrimonio? ¿No tiene provecho ser abstemio y no borracho, ser pródigo y no avaro, ser veraz y no mentiroso y ser crédulo y no ateo? La pregunta pudiera formularse de este modo ¿dónde estaría yo si hubiera pecado cuando fui tentado así y así? Internado en un hospital o entre rejas.

35:6-8

“Si pecares, ¿qué habrás logrado contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?”. (22:2,3). Ya eso lo hemos leído en otros lugares, el pecado a quien daña es al que lo comete y la piedad aprovecha no a Dios, sino al que la tiene. Ojo con eso. Ni te pase siquiera la idea por la cabeza que Dios necesita de tu piedad y le haces falta como cristiano.

35:9-11

“A causa de la multitud de las violencias claman, y se lamentan por el poderío de los grandes”. Una buena observación para el tiempo de opresión social, cuando la noche oscura de la tiranía y los abusos cubren el país. En tales tiempos negros, recordar que Dios da cánticos de liberación y de gozo y orar a él. Todos se lamentan de la situación social, se quejan de la economía, los abusos, la discriminación, opresión, pero nadie decide invocar el nombre de Dios y él dará sabiduría para cambiar la situación; cuando los pueblos lloran que oren a Dios.

35:14

“¿Cuánto menos cuando dices que no haces caso de él? La causa está delante de él; por tanto, aguárdale”. La traducción es difícil. Mejor sería “tú dices que no lo verás...ya has expuesto tu causa, espera”. Ésa palabra "aguarda de" es equivalente a "fe". Invada la paciencia a la fe, y ésta se siente a esperar sobre la roca de una promesa cantando los cánticos de Sion y mirando el cielo.

35:15,16

“Mas ahora, porque en su ira no castiga, ni inquiere con rigor, por eso Job abre su boca vanamente”. No te engañes porque Dios no te castigue y decidas ofenderle abiertamente, porque de pronto podría deshacerte. Si no eres azotado como mereces, inclínate y adora como si te hubiera castigado. Vuélvete de tu pecado y a Dios de su enojo aunque no lo haya manifestado. Corres un riesgo muy grande no aprovechando esta tregua, paciencia y tiempo de gracia; te mira, está pendiente de ti; no multipliques tus errores. No abuses de la misericordia y la paciencia de Dios. No se ha hecho más investigación  para dejar tus pecados al descubierto porque Dios en su bondad los ha tapado y quiere preservar tu honra. No repitas lo que pudo ocasionar tú ruina. Amén.

36:2

“Espérame un poco, y te enseñaré; porque todavía tengo razones en defensa de Dios”. Cuando los insensatos no ven ni entienden las evidencias de Dios  en la creación, hay que defender su providencia. Esta traducción que dice "razones" queda muy bonita pero el asunto es que esa palabra no aparece en el original sino más bien "palabras"; lo que quiere decir es que este hermano tenía todavía mucho más que decir en relación con el asunto que estaban conversando. Pero sí  es hermoso pensar que no está mudo cuando se trata de hablar en favor de Dios.

36:5

“He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie; es poderoso en fuerza de sabiduría”. “No desprecia a nadie”. Aquí está hablando de rangos y no de la doctrina de la elección; porque la palabra desestimar, o despreciar también se puede traducir reprobar. Por muy humilde que sea un hombre para él es importante. Si estima la hierba, los lirios y los hijos de los cuervos ¿no a un hijo de su Espíritu? (v.26). El salmo 8 viene perfecto aquí. “A los pobres es predicado el evangelio”. Ve a Corinto y hallarás cuántos sin nombre ni fortuna han recibido atención de Dios (Mt.11:5; 1Co.1:26).

36:7-12

“Si oyeren, y le sirvieren, acabarán sus días en bienestar, y sus años en dicha”. Eres tú, Señor, el que abre nuestros oídos y nos das la voluntad para corregirnos, que salga al fin de la escuela de la corrección graduado con un doctorado en experiencias con la gracia, misericordia, justicia, providencia

, fidelidad tuya, y que mis últimos años sean de bienestar y dicha (v.11).

36:7,8, 9

“Y si estuvieren prendidos en grillos, aprisionados en las cuerdas de aflicción,  Él les dará a conocer la obra de ellos, que prevalecieron sus rebeliones”. Esta es la prisión de los justos (v.7) que cometieron errores, que hicieron tonterías, se rebelaron contra Dios y fueron atrapados por la justicia humana. Allí entre rejas, tendrán tiempo para pensar en los pecados que cometieron, y enseñarles la razón, y sus conciencias cuya ley violaron, les reprochará  y el Espíritu Santo por medio de los hermanos que van a predicar a los presos. Oh Dios, bendice a los justos que han pecado, que han robado, abusado de alguien, ayúdales a purificarse en sus condenas (vv.9-14). Provee con esa agua y el Espíritu Santo.

36:13

“No clamarán” yo prefiero la versión que traduce esto en presente y no futuro. Porque la aflicción los despoja de sus pretensiones espirituales, les quita la fe fingida, el amor con fingimiento, y son privados del recurso de la oración. Se quedan sin religión.

36:14

“Fallecerá el alma de ellos en su juventud, y su vida entre los sodomitas”. ¿Estará hablando de los que con tendencias homosexuales asumen la religión, o de los que en la prisión los encuentran? La palabra sodomita también se traduce impuro. La idea es que si no se arrepienten serán abandonados como aquellos sodomitas que practicaban su desviación sexual dentro de los cultos paganos

36:15

“Al pobre librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído”. Si el evangelio no abre el oído, el sufrimiento es un gran barreno para hacerlo.

36:16

“Asimismo te apartará de la boca de la angustia a lugar espacioso, libre de todo apuro, y te preparará mesa llena de grosura”. Señor te lo agradeceré mucho si cumples esa promesa conmigo. “...libre de todo apuro…” es decir “libre de estrechez”; y si no, Señor, enséñame a estar contento con poco y con mucho. Al justo nunca le falta el pan necesario. El pan nuestro de cada día. Pero ¿quién no ha estado alguna vez en apuros?

36:17-21

“Mas tú has llenado el juicio del impío, en vez de sustentar el juicio y la justicia”. Le habló parecido a los otros tres compañeros; parece proseguir donde ellos se detuvieron pero siempre la misma línea.

36: 22

“He aquí que Dios es excelso en su poder;  ¿qué enseñador semejante a él?”. El Espíritu Santo es el mejor y único enseñador de la verdad divina y el Hijo, nuestro único rabí (Mt. 23:8; Jn.16:13). Los escogidos son "enseñados por Dios" (Jn.6:45). Por supuesto que las razones y obras de Dios son misteriosas.

36:23

“¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho mal?”. Dios no se equivoca, jamás comete errores; cuando eso te parezca, no tardes en juzgar que estás pensando mal. Probablemente el equivocado seas tú. La Biblia no tiene errores sino malos exégetas.

36:24

“Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan loses Hombres”. Los hombres tienen la obra de Dios ante los ojos, pero ni la ven ni la entienden, exáltala tú ante ellos. Aquí es también hacerla crecer, cualitativa y cuantitativamente, aunque pudiera inducirse de la belleza de la obra la cual procuramos lograr (v.25). Sin embargo la palabra “engrandecer” se traduce “magnificarla” “crecer” “alargarla”, y “contemplan” puede traducirse cantar, la cual cantan los hombres. Tal vez un sentimiento paralelo hay en Isaías 54:2; que la obra de Dios prospere invisible y visiblemente, en todas direcciones como el amor de Dios. Oh Dios que por mi ineptitud o pecado ella no se disminuya. Estoy muy lejos de haber cumplido lo que he escrito.

 

Dios es demasiado grande

36:26

“He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos, ni se puede seguir la huella de sus años”. El Espíritu nos enseña aquí que es imposible pensar, ni siquiera imaginar, la eternidad de Dios; Él es evidente pero inexplicable, no podemos imaginarlo, ni siquiera soñar con él, no sólo porque sea enorme la diferencia entre las dos inteligencias, la humana y la divina, sino por las implicaciones que tiene ser criaturas y nuestros conocimientos sólo pueden ser extraídos de las cosas creadas. El mismo Espíritu nos amonesta a que no nos entremetamos en lo que no hemos visto (Col. 2:18). Hay un vacío tan hondo y horrible fuera de esto que nos parece que fuera de ese círculo no hay nada. Es una locura inimaginable lanzarnos a la búsqueda de “algo” en ese supuesto vacío, es un océano intransitable porque no existe contacto entre la finitud y la infinitud, entre lo temporal y lo eterno, entre lo creado y el Creador. Dios es trascendente y no podemos llegar a Él por más que lo queramos, no existe alguna cosa, no hay medio de transporte, ni existirá nada que pueda atravesar ese inmensurable golfo. A no ser que escojamos al Mediador. Tenemos que admitir que nos hallamos ante un misterio indescifrable, un luminoso ser que habita en su luz pero inaccesible (1Ti.6:16) porque el espacio entre lo uno y lo otro no existe. No nos separan de él las dimensiones, lo ancho, lo alto, etc., porque las dimensiones son creadas; no es necesario que se coloque como algo remoto porque se nos revela que existe a la par nuestro, en él nos movemos y somos (Hch.17:17,18) y sin embargo no lo podemos tocar. Está pero no está, es las dos cosas, y ¿cómo puede uno hallar algo que está pero no está? ¿No es esencialmente una contradicción? Sí, la misma existencia suya es contradictoria, se afirma y se niega, trasciende y es inmanente, se revela y se esconde, se duda y se cree, su existencia puede ser probada y negada, y por ende sus procederes enloquecen a los más sabios (1Co.1:18-21), y la única forma de tapar la brecha de la incognoscibilidad es su revelación, creación e historia, el asentimiento de su existencia con actos irrebatibles, innegables, indubitables y que continúan no teniendo explicación; así de ese modo el conocimiento de Dios se transmite por una revelación personal suya y cae dentro del estrecho círculo de la experiencia personal (1Jn.1:1-4).

36:31-33

“Bien que por esos medios castiga a los pueblos, la multitud él da sustento. Con las nubes encubre la luz, y le manda no brillar, interponiendo aquéllas. El trueno declara su indignación, y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad”. Cae mal hoy decir públicamente que el pasado Sunami en Asia, que dejó un millón de cadáveres, y el huracán Katrina que casi hizo desparecer a Nueva Orleáns, son castigos de Dios...y si no lo es ¿por qué? Si esas tempestades no son su ira contra la iniquidad, ¿qué pues? Eliú dice que con esas cosas castiga a los pueblos. Pero dicen hoy que el Dios de amor no actúa de ese modo, y no se arrepienten, y le dan otras explicaciones sin la providencia.

 

La ciencia cuando se trata de Dios, es petulante

37:1-10

“Truena Dios maravillosamente con su voz; él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos. Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales. Así hace retirarse a todo hombre”.

Me dice el corazón del incrédulo: “Llegará el tiempo cuando se puedan explicar naturalmente todos los milagros de Dios y entonces se entenderá que él no los hizo”; y añade, "si un milagro no se puede explicar naturalmente no existe. Los atributos de Dios fueron creados por la interpretación de los fenómenos naturales, o más bien, por la ignorancia de sus leyes". Yo le contesté: "Los hombres antiguos tenían más fe en Dios y le alababan mejor porque eran ignorantes de las leyes naturales pero no de Dios.

Él decía que no iba a llover y no caía una gota; oraban por lluvia y se la daba; sabían que él gobernaba la naturaleza aunque no cómo. No explicaban a Dios por los fenómenos naturales sino a la inversa; la única explicación que tenían era teológica; luego vino la ciencia y los ayudó a explicar los fenómenos del mundo y ellos entendieron mejor por esas leyes al Legislador y creyeron y alabaron con más conocimientos en esta época moderna”. La ciencia cuando se torna orgullosa se vuelve petulante. Por supuesto que "la ciencia hincha" (1Co.8:1). Y el más inflado de todos es Satanás, dueño de los corazones escépticos y agnósticos, el proclamador de que "Dios ha muerto", y el muerto es él, sus acólitos y la miríada de cadáveres ateos que repiten desde sus tumbas universitarias la necedad que "no hay Dios" (Sal.14:1; Sal.53:1).

37:13

“Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, otras por misericordia las hará venir”. Unas veces llueve y diluvia, y ahoga y destruye por castigo, y disminuye con muchos muertos la sociedad perversa, otras llueve por la tierra misma porque se secan las plantas y se mueren de sed los animales; y otras porque tiene misericordia y bendice a los hombres. Siempre llueve pero no por el mismo motivo. ¡Ay Honduras y Nicaragua! (Octubre 1998).

37:19

“Muéstranos qué le hemos de decir; porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de las tinieblas”. Nos cuesta trabajo verlo todo claro para llegar a una conclusión. “…las ideas” está implícito en el texto lo mismo que “nuestros discursos” “nuestro caso”. Cuando Dios ejecuta una gran obra uno no halla explicaciones, y yo, sin Su luz no puedo ordenar mis sermones.

37:22

“Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible”. Impresionante.

37:24

“Lo temerán por tanto los hombres; él no estima a ninguno que cree en su propio corazón ser sabio”.  Él no estima al hombre que antepone sus conocimientos a la sabiduría inspirada. "Convéncete Job que tus experiencias son tan inexplicables como otros muchos procederes de Dios. Por mucho que razones no sacarás una buena conclusión (v. 20). Adora sin respuestas de tu Dios dos veces grande (36:5,26).

 

Jesucristo le habló a una ley natural y ella le hizo caso 

38:1

“Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino”. 

 

¿Extraño?, porque los momentos de este antiguo eran en su vida un real torbellino. Hay instantes en la vida que son torbellinos. Les tenemos miedo. No le habló a Job en una visión ni en sueños sino por un torbellino, un remolino, un huracán o una tormenta. Todas esas traducciones son posibles. Desde el giro del viento, desde el caos, como su propia vida parecía ser. A Elías Dios le habló desde un “silbo apacible y delicado” (1Re.19:11,12), pero eso vino después de un viento que rompía las piedras. Por supuesto que tras la tormenta la calma. Dios suele hablarnos durante el torbellino, pero no escuchamos su suave y sugerente voz sino la espantosa situación circundante, el viento donde nos hallamos enredados, donde fuimos tirados, sin actual posibilidad de salir de él. 

Nos han enseñado que Dios es amor y que los desastres naturales, son naturales, engendrados por leyes anónimas, no expresiones de alguna voluntad divina. Con claridad la Biblia enseña que no tumba el viento una hoja o un pajarillo, o un cabello en una incipiente calvicie, sin que Dios tenga que ver (Mat. 10:29, 31). Nos han dicho mucho sobre una voluntad permisiva de Dios, que se cruza de brazos y deja que las cosas pasen, encogido de hombros y neutral. Y eso, porque nuestra limitada razón humana reduce a Jehová hasta la altura de nuestros hombros y cabeza. Y los que nos enseñan la Biblia han aprendido de un tal Arminio, hacer malabarismo y no exégesis con el sagrado texto. Da risa, o enojo, como algunos se han atrevido a publicar notas en la Biblia, haciendo caso omiso a lo que Pablo escribió, retorciéndole la clarísima intención del apóstol y su amanuense. 

Dígame usted si Dios no desborda nuestra razón e imaginación, y lo mismo Jesucristo, haciendo lodo con saliva y untando los ojos de un ciego recobra la visión, y le dice a un paralitico sin remedios ortopédicos, que se ponga de pie y con su palabra, inexplicablemente lo deja sano. No meta usted su razón humana en lo que pasa con los torbellinos, huracanes, y ande excusando a Dios y poniéndolo a un lado cuando crea de la nada, porque el Dios de la gracia empezó nuestra salvación de la nada, todo Dios lo hace desde cero. La fe no debe tambalearse ante lo inexplicable o injusto de un devastador ciclón, porque Dios mismo es un inexplicable misterio. En “Dios estamos y nos movemos” (Hch.17:28), y es obvio, que, desde su divina dimensión, no se mueve una hoja de un árbol sin su voluntad. 

Jesús se puso de pie, porque descansaba en una almohada, y le habló a una ley natural y ella le hizo caso al instante, y su iglesia se quedó perpleja haciéndole preguntas teológicas a Aquel que camina por encima de la gravedad y maneja personalmente las leyes que hizo, cuando en el origen de todo construyó una tras otra, no para que su atmósfera se fuera de control y se porte como le dé la gana.

Con todo, Dios es misericordioso y puede hacer que las inclementes ráfagas naturales mermen, y la tragedia se titule mínima, si es que a una desgracia se le pudiera clasificar mínima, y los envueltos en el viento no perezcan y sus preciosas vidas preservadas y las propiedades de sus sustentos. Las rodillas deben estar en uso y las plegarias dirigirse al sensible corazón divino, y tocar el borde de sus misericordias, aunque fuere con una oración del tamaño de un dedo. Preferimos oír su voz en el silbo de Elías y en la voz de Jesucristo en el Mar de Galilea, no desde las ráfagas de un huracanado torbellino.  

 

38:2

“¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?”. Queda humillado donde más le dolía, cuando le dice que sus discursos, sabios, bonitos, llenos de oración, lo que han hecho es confundir la Palabra de Dios. Un consejo sabio para los que escribimos algo: usa las tijeras, quiero decir recorta todo lo que puedas lo que escribiste, concéntralo. Y si se trata de sermones, lo mismo. Nuestros sermones, los mejores, los inspirados por el Espíritu Santo pueden ser estimados como palabras sin sabiduría, ¡y nos gloriamos en lo profundo que son!

38: 4-11

“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia”. ¿Eres eterno? El conocimiento, en la Biblia, se asocia a los años (v. 21).

38:7

“Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios”. Los ángeles sí, contemplaron la creación paso a paso. Dios los creó y los puso enfrente de sí para que fueran contemplando lo que él iba creando. Según creaba, ellos lo alababan, se regocijaban, iban conociendo a su Creador. Aleluya. Ellos también alabaron al Señor cuando se encarnó en su Hijo cantando “gloria a Dios en las alturas” (Lc.2:14).

38:12

“¿Has mandado tú a la mañana en tus días?”. ¿Por tu voluntad haces salir del sol y le ordenas a la noche retirarse por su luz? Si no eres el Creador ¿qué sabes? “Compárate conmigo y no con tus amigos, estudia mi creación y dime si conoces más que yo; pues aplica eso a mi providencia y a los secretos de ella en la vida humana; deduces mal de tus calamidades”.

38:16

“¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo?”. Hoy sí, mucho ya se conoce sobre las profundidades de los océanos, la vida marina, y rarísimas plantas y peces que la pueblan; pero ¡cuántos siglos han pasado para que el hombre conozca la creación! ¿Y no lo admiras oceanógrafo? ¿No te derrumbas en tu asiento, pasmado, por tanta belleza y misterios?

38:19

“Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas”. Trata a las tinieblas como sustancia, como materia negra que huye a alguna parte y luego retorna. ¡Quién sabe si la poesía en su meollo hace esa afirmación!

38:22,23

“¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, o has visto los tesoros del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia, para el día de la guerra y de la batalla?”. No se indica el origen de la nieve y del granizo sino su uso como azote de Dios para castigar con ellos las perversidades de los hombres. En estos adelantados tiempos con el moderno sistema de calefacción la nieve y la helada no ocasionan tanto disgusto, pero sí afuera donde hay que viajar y trabajar. El tráfico se vuelve peligroso y los accidentes son frecuentes. Pero el castigo se pronuncia más sobre la agricultura dañando los productos del campo.

38:25

“Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos”. ¿Dibujas en un mapa el recorrido de los vientos y trazas con tu dedo por donde han de ir los truenos, los relámpagos, y su vistosa luz? Hoy en día muchas de esas cosas sí se saben, pero no las explican maravillados con un Creador, sino por obra de la naturaleza. El hombre mientras mejor pueda explicar los fenómenos de la creación más se confirma en su incredulidad. Por el camino que lleva, de pura ciencia, o sucia, sin el Espíritu Santo, nunca pensará ni alabará al Creador. O ¡tal vez me equivoco y un día, al fin, ella se rinda a Dios, y cada laboratorio se vuelva una casa de oración y cánticos! Oh Dios cambia nuestra disposición de corazón y creeremos.

38:28

“¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?”. Dirás: los cambios atmosféricos; y ¿por qué se producen? Cada gota de rocío, de los labios de Dios se destila.

38:31-35

“¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?”. No. Como se ve, el hombre desde muy temprano en la historia de la humanidad ha estado interesado en la contemplación y estudio del firmamento. Desde entonces y ya se conocía y se nombraba el Orión, la Osa Mayor con sus hijos y las Pléyades.

38:36

“¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia?”. Dice alguien: "No está en el corazón ni en el espíritu sino en el cerebro”. No es que Dios se equivoque de órganos sino que le habló conforme a lo que Job sabe. ¿No decimos, “me lo dice el corazón” “te amo con todo el corazón” “me dio la corazonada”. Es equivalente pensar con el corazón que con la mente.

 

Los cuervos y nuestras oraciones

38:41

     “¿Quién prepara al cuervo su alimento, cuando sus pollos claman a Dios, y andan errantes por falta de comida?". Si los cuervos claman por comida y Dios se las da, ¿no responderá nuestras oraciones? Si ellos son bien atendidos, y te recuerdo que son inmundos (Lev.11:15), y aunque son impuros y tienen todo el peso de la ley en contra, sus clamores atraviesan todas esas sombras y oposiciones legales, y Dios los escucha, ¿no escuchará las oraciones que salgan de un corazón inmundo? Sí, las escuchará. Si Dios escucha a estas aves que no tienen alma, te escuchará a ti que fuiste creado a su imagen y semejanza; si Dios escucha los clamores de estos que se nutren exclusivamente de carroña, es para instar a los que perseveran en hacer el mal que alimentan sus ojos, bocas y  mentes, de carroña, dándoles esperanza. Si Dios escucha las oraciones de estos por los cuales Cristo no murió, escuchará a aquellos por quienes la cruz fue levantada y las actas de los decretos anuladas, por quienes se vertió su sangre. Si Dios escucha los clamores de estos que no tienen el Espíritu Santo, escuchará a todos aquellos que claman con "gemidos indecibles", y que han experimentado la comunión del Espíritu Santo (Lc.12: 24). En resumidas cuentas, ellos "claman" instintivamente pero tú puedes orar; Dios interpreta los clamores de ellos como si fueran dirigidos hacia sí mismo, porque ellos no saben a quienes claman, pero nosotros sí conocemos a Dios, y él sabe "cuál es la intención del Espíritu Santo porque conforme a su voluntad intercede por los santos". Los cuervos se reúnen en bandos, pero nosotros en iglesia, y Dios atenderá las oraciones que ella haga. Jesús dijo: "considerad los cuervos... para orar" (Lc.12: 24).

    39:1

    “¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?”. “No, pero sé algo mejor que esto, sé que Cristo murió por mis pecados”. Los argumentos de Jehová parecen más bien dirigidos a admirar a Job que a convencerlo de que es un inculto, hacer que mire hacia fuera no tanto dentro de sí mismo; es un repetido y grandioso llamamiento a abandonarse, a alejarse de su situación, a poner su fe fuera de sí mismo.

39:2-4

“¿Contaste tú los meses de su preñez, y sabes el tiempo cuando han de parir?”. Ya no le está preguntando sino hablando admirado del desarrollo de la creación; y ¿quién provee pastos para ellos?  Todas estas cosas las dice Dios en forma sencilla para que los no entendidos comprendan.

 

O no tienes ojos o no tienes corazón

39:5-8

“¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?”. Ahora se maravilla de la vida solitaria del asno salvaje, como Dios lo hizo así, por su gusto y placer, y le atiende su alimentación en la soledad. Oh hombre que estudias las costumbres de las especies ¿no te asombran sus hábitos? ¿No sabes que así nacieron, así son, porque así fueron creados? Estudia el comportamiento de la hormiga, el conejo, de las cabras monteses, el pavo real, el avestruz, el caballo, la langosta, el gavilán, el águila (vv.9-30). Párate ante ellos, animales y aves, domésticos y salvajes, insectos, ¡cuántas cosas curiosas, sorprendentes y bellas, extrañas, y dime si no declaran todas una suprema inteligencia, oh hombre; y todo eso sólo tú en la creación lo puedes comprender. Si no ves en ello que hay Dios, es que no tienes ojos, ¡tanto arte, belleza, inteligencia y multitud de lecciones para ti! O no tienes corazón.

39:9-12

“¿Querrá el búfalo servirte a ti, o quedar en tu pesebre? ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza, y le fiarás tu labor?”. La fortaleza y escasa inteligencia del búfalo. ¿No son así algunos de los héroes populares? Fuertes como bestias pugilistas y estrellas del deporte, combatientes, y con poco entendimiento.

39:13-18

“¿Diste tú hermosas alas al pavo real, o alas y plumas al avestruz?”. La hermosura del pavo real, su velocidad y su desconocimiento para criar hijos. Si un hombre no escucha todos los panorámicos sermones de la creación, no se le puede decir nada más. El que no tiene ojos para ver a Dios en su creación no tiene oídos para oírlo.

39:19

“¿Diste tú al caballo la fuerza? ¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?”. Mira qué bellos y elegantes son los caballos y su valor como instrumento de guerra (vv. 20-25). ¡Oh Señor si yo tuviera los bríos para el evangelismo que el caballo de Job! ¡Qué hermoso y majestuoso con sus crines al viento! ¡Con qué ímpetu marcha! ¿No es como él “la palabra de verdad”? (Sal.45:4).

39:26

“¿Vuela el gavilán por tu sabiduría, y extiende hacia el sur sus alas?”. Señor permíteme remontarme en oración así. Vuela así porque Dios eleva sus alas y lo remonta. Oh Dios en toda la belleza y amplitud de sus criaturas. ¡Qué inteligencia tiene Dios!

39:27

“¿Se remonta el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido?”. Señor haz mi casa en las cumbres.

39:29

“Desde allí acecha la presa; sus ojos observan de muy lejos”. Señor si para cazar las almas yo tuviera una visión así, y si mi verbo de gracia fuera como garras de águila. Y donde hubiera un alma muerta que allí esté yo para hablarle de mi precioso Jesús, de su vida y resurrección (Efe.2:1;1Pe.2:7). Y con ella me remontaría a mis alturas, a “los lugares celestiales” (Efe.1:3).

39 (capítulo).

Todo este capítulo es indudablemente bello, sobre las costumbres de los animales. Parece más la palabra de un hombre admirado por la creación que del Creador. Esa es la palabra de Dios, las verdades que los hombres dicen acerca de Dios (1Te.2:12). Dios habla con el lenguaje de los hombres; cuando uno oye un sermón bíblico puede decir que oyó hablar a Dios. Cuando las palabras humanas son inspiradas por Dios son divinas, son revelación (40:9,19).

40:2

“¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto”. ¿Es sabio contender con el omnipotente?”. No, es una necedad. Contiende con la Biblia y aunque pienses que has ganado, estarás equivocado; si contiendes con el Espíritu Santo, también pierdes, te deja endurecerte y envuelto en tinieblas. Sin su ayuda serás como brutos de la tierra, sin entendimiento, ignorante al punto máximo de la sabiduría del Altísimo.

40:4

“He aquí yo soy vil ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca”. Yo también Señor, lo he conocido por tu Espíritu y por el espejo de la ley perfecta (Sgo.1:23-25). Nadie puede decir eso si no es por el Espíritu de Dios. Es más que "he pecado". Se conoce pecador por la ley (Ro.7:7); pero lo que Job dice es que conoce su naturaleza humana, lo mismo que David (Sal.51:5). Hubiera yo seguido ignorante jactándome en obras de justicia. “Soy vil” es más fuerte que “he pecado”. Quiere decir: “heb. “qalal”, soy una persona abatidapequeña, despreciable, maldita, ligera. No hay ninguno bueno delante del Señor sino que todos somos viles, pequeñísimos, pasajeros.  Ninguna cosa en el mundo achica tanto a un hombre como su pecado. El pecado le cortó las alas Lucifer y lo convirtió en una serpiente. El pecado nunca remonta, precipita. Y todos estamos necesitados de compasión y misericordia divinas, por supuesto.

40:5

“Una vez he hablado, aun dos veces”. Ya he hablado bastante Señor, he errado suficiente, me he quejado mucho, ahora me toca callarme y oírte a ti (Mt.17:5; Ro. 3: 19). Tal vez quiso decir eso, y si es así, habló con sabiduría.

 

Dios no sólo habla en el silbo delicado

40:5

“Respondió Jehová a Job desde el torbellino”.  La palabra torbellino pudiera ser traducida como huracán, tormenta o tempestad. No siempre Dios nos habla desde el “silbo apacible y delicado” como a Elías tisbita (1Re.19:12), cuando las condiciones atmosféricas de la vida son tranquilas; hay veces que la tormenta no nos dice nada, ni tampoco un terremoto; pasan, dejan el daño hecho pero no pudimos oír la voz de Dios en medio de esa hecatombe; todo se derrumbó, pero todo también es muy complicado y tenemos que esperar que la situación, hasta que esté serena, para escuchar de nuevo los labios de Dios abrirse a nuestra vida. La tragedia nos dejó mucho llanto, el techo voló o falta una parte de él, las paredes de las relaciones tienen grietas, no se puede entrar y salir por la misma puerta y por las ventanas no llega la luz. Son dos situaciones distintas. Dios le habló a Job desde el huracán, oyó la voz del Señor saliendo de entre las ráfagas de viento, en medio del ensordecedor trueno; por medio de Eliú que vivió, joven aún, esa tormenta, y Dios habló por medio suyo. Mira la similitud que existe entre los dos discursos, los de ambos. Dios nos habla muy audible, tanto desde un torbellino como al aire del día. No hay que gritar y huir despavoridos. Si algo sopla, el viento, es mejor agacharse para que pase por encima, y todavía mejor si arrodillados pedimos fortaleza y que el susto se nos pase de rodillas.

40:8

“Pon tu mano sobre él; te acordarás de la batalla y nunca más volverás". Jamás Señor. "Sí, me he defendido ante mis amigos, y has hallado mi teología deficiente, perdóname". ¿Hallarás defectos en las historias de la Biblia para no leerlas ni creerlas? ¿Para justificar tu vida?

40:9

"He aquí que la esperanza acerca de él será burlada, porque aún a su sola vista se desmayarán". ¿Cómo ha de ser mi brazo como el que lo creó? ¿No están en sus brazos la humanidad y el mundo entero? (Isa.40:15). Compara tu pequeña voz, el sonido de un trueno, con la voz de Dios que nos amonesta desde el cielo, o como la de Jesús que calla las tormentas (He.12:25,26; Mr.4:39).

40:11

"¿Quién me ha dado a mi primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío". No puedo Señor, sólo tú puedes hacerlo, tú puedes y conoce los pecados y rebeldías de los hombres (vv.11-14). No necesitas nada de nadie, más nosotros todo de ti, desde el aliento hasta el pan de cada día. Por eso te damos gracias por aquello que con el permiso de tu benevolencia usamos, el sol, el agua, los frutos y todo lo que reposa en las relaciones humanas.

 

Hipopótamos, dinosaurios y nosotros

40:15-24

"La gloria de su vestido son escudos fuertes, cerrados entre sí estrechamente". Le dicen: "Yo hice al hipopótamo, los dinosaurios, y también a ti, y nadie más que yo puede sustentarlo o abatirlo. ¿Puedes tú?" No Señor, con nosotros hiciste muchas especies extrañas y monstruosas, algunas sobreviven para tu gloria y otras han sucumbido. Las hiciste para ti y luego las hiciste desaparecer. Nos conservamos, los animales y los hombres por tu misericordia (Sal.36:6), y percibimos tu honra y sabiduría y hay más motivos en la especie humana para desaparecer que los que tuvieron los dinosaurios. Sabemos que algo pasó, espantoso, sabemos por el diluvio lo que ocurrió a la especie humana y a la mayor parte de las bestias (2Pe.3:5), sabemos lo que ocurrió a Sodoma y Gomorra (Jud.1:7); sin embargo continuamos  retándote a que nos extermines, nosotros que fuimos hechos a tu semejanza y tenemos un alma inmortal. Desaparecen las familias, las razas y las naciones. Y no queremos volvernos aquí, y pensamos que podemos escapar de tu juicio cuando no escaparon los antiguos. El hombre es necio como el asno montés, sin entendimiento. Por muy estrecho que sea su sistema de defensa contra ti, tú tiene poder para romperlo y atravesarlos de una punta a otra.

40:23

"Tranquilo está, aunque todo un Jordán se estrella contra su boca". "Jordán"; entonces el libro es editado por un judío y después de Moisés. Por algo forma parte de la Escritura judía; Job era oriental pero no caldeo. Es semita el término Jehová introducido por el editor.

 

Los helechos, los dinosaurios y la sociedad moderna

40:15-24

"He aquí ahora behemot, el cual hice como a ti; hierba come como buey". Le dice: “Yo hice las bestias (behemot; hipopótamos, elefantes, rinocerontes, o dinosaurios), y también a ti, ¿te intriga entonces que haya alguna semejanza entre esos dos, o los otros miles que no nombro, y tú? ¿No denuncian los diseños la obra de un mismo autor? Mira atentamente la costra de uno y las patas de otros, ve la inteligencia que uno recibió y la poca que a otro di, ¿no te cuenta eso mi sabiduría? Nadie puede abatir esos animales sino yo, ¿acaso puedes tú?

No Señor, con nosotros hiciste muchas especies extrañas y monstruosas, muchas las has hecho sobrevivir para tu gloria y otras han sucumbido por tu voluntad sin que nadie pudiera evitarlo. Les diste vida y se la cortaste de cualquier manera. Dicen que un gran cataclismo, un meteorito, los abatió a todos. Los que vivimos lo hacemos porque tú nos conservas, animales y hombres, y tenemos más motivos la especie humana para que también nos hagas desaparecer como tuvieron los grandes helechos y todas las clases de dinosaurios.

Ninguno de ellos se ha comportado en este mundo como nosotros lo hemos hecho. Sabemos cómo desaparecieron los dinosaurios pero no el porqué, sabemos por qué desapareció la mayor parte del mundo habitado y sólo Noé y unos pocos más fueron excusados de morir, sabemos por qué redujiste a cenizas a Sodoma y Gomorra, porque todos se habían  corrompido sexualmente, sabemos por qué has hecho desaparecer ciudades enteras, familias, naciones que ya hoy apenas se nombran, sin embargo, continuamos retándote a que nos extermines; y no lo has hecho porque nos creaste a tu semejanza y porque no quieres que ninguno se pierda sino que procedamos al arrepentimiento. Sabemos el final, esta humanidad se acabará y comenzará una nueva, con Otro Adán, en un mundo donde more la justicia y donde ya no haya más hombres que se engrían contra ti y quieran despojarte de tu honra. Amén.

41:1

"¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo?“...leviatán, pudiera ser una enorme serpiente, el cocodrilo, dinosaurio o el tiburón blanco. La respuesta es no.

41:3

"¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas?". Los peces no imploran misericordia, aunque quizás nos miran con lástima. La adulación es propia de los seres humanos que lo hacen para sacar provecho; “tiernas, suaves” (32:22; Sal.5 9; Je.23:32; Dan.11:32; Ro.16:18; Jud.1:16.) Cuídate del adulador, los que adulan tus títulos, "Dr., Pastor, Rabí, Padre, Licenciado, Jefe, etc.". En sus bocas no hay sinceridad, no son tus amigos sino tus peores enemigos porque quieren lo tuyo... sobre todo, los que usan el evangelio para sacar provecho.

41:5

"¿Jugarás con él como con pájaro, o lo atarás para tus niñas?". ¿Cuáles niñas, si se hicieron mujeres y ya estaban muertas? Eso no es importante, pudiera ser solamente retórica, la idea es que los niños y las niñas juegan con las aves. ¿Jugarán ellas con un monstruo?

41:10,11

"¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío". Recuerda bien eso, Dios no necesita de lo tuyo porque todo es suyo, incluyéndote a ti. No necesita tu religión ni tu piedad; ni tus confesiones de pecados tampoco, y menos tus propiedades. Él es el todo suficiente; suyo es el oro y la plata (Hag.2:8), si tuviera hambre no te lo diría (Sal.50:12). Es un honor que tú consagres algo para el servicio de él

 

Cazadores de leviatanes

41:13

"¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se acercará a él con su freno doble?".

Como el pellejo del leviatán está cerrado, el corazón del incrédulo para la palabra de Dios; sólo Dios puede penetrar con su espada un alma de piedra (v.16). Ni las partes más flojas de la carne del incrédulo alientan alguna victoria espiritual (v.23). La teología arminiana que habla de la bondad humana, de un residuo de nobleza de la imagen de Dios en el hombre caído, es un engaño, porque ninguna parte interior del corazón humano es blanda para la palabra de Dios. El hombre está endurecido de pies a cabeza, o bien es una momia muerta, un cadáver de milenios, o una estatua de piedra.

Pero no es invencible; su Palabra divina es como martillo que quebranta las piedras (Je.23:29); cambiando la figura, el Señor hallará una hendija por donde penetre la flecha de su verdad (1Re.22:34). Con esa seguridad y esperanza continuamos en nuestro deber aunque nuestros ojos busquen resultados, en vano. Nos queda la resignada satisfacción y la gloria de nuestra vocación, que somos cazadores de leviatanes, quiero decir, de engreídos e invencibles pecadores.

41:18

"Con sus estornudos enciende lumbre, y sus ojos son como los párpados del alba". Sus truenos parecen los estornudos de Dios, mágicos movimientos de la naturaleza divina que sopla sobre nubes enemigas que chocan unas como otras, como locas, y cae el rayo y suena el espacioso trueno, desde una punta a la otra, y parece que todo el ciclo de la lluvia ha salido de la faz de la Deidad. Sus ojos son como soles. Y alumbran maravillosamente el alma en la cual ellos se fijan.

41:20

"De sus narices sale humo, como de una olla o caldero que hierve. Su aliento enciende los carbones y de su boca sale llama". ¿Dinosaurios? Sigue siendo maravillosamente, bellamente gráfico, hablando casi de míticos monstruos, en poesía hermosa, y en verdades que dibuja con pluma, delante de los ojos de sus amigos.

41:27

"Estima como paja el hierro, y el bronce como leño podrido". Parece casi invencible. Tiene que vencerlo Dios con su Espíritu, tú no puedes; pero el que lo creó lo deshace en un minuto, porque nada es inexpugnable para él. Ven Señor en nuestra ayuda y esas fieras ondas del mar serán vencidas con tu fuerza (Jud.1:13). Capacítanos, danos tu honda, tu piedra, tu quijada, tu estaca y los enemigos modernos, colosales, no resistirán el impacto de las armas antiguas. Al ateísmo lo destruye la fe antigua, y la vieja y rebelde carne la destruye aquel que es sin tiempos, el Espíritu Santo, y la cambia en frutos en la sencilla vida de los cristianos, oh Señor ayúdanos a combatir y confiar que venceremos. Amén.

41:33,34

"No hay sobre la tierra quien se le parezca; animal hecho exento de temor". ¿Y qué es tu bravura si Dios se te opone? Temblarán tus carnes y te morirás del susto. Tú, Satanás, eres rey sobre los soberbios, y te vencerán los que sin causa incitas contra Dios. Los humildes no tiemblan ante ti sino ante la palabra divina (Isa.66).

41 Capítulo

Este capítulo no le da ninguna explicación a Job del por qué le ocurrieron sus desgracias, ni le alientan alguna esperanza; no contiene ningún bálsamo sentimental para suavizar sus heridas o calmar sus dolores; cierra los discursos sin ninguna solución; concluye hablando de una paz desconocida o quizás fabulosa; es aparentemente, en el lugar de Job, decepcionante; la intención es como en otras partes afirmar lo que Job y sus amigos saben, que Dios es todopoderoso (5:17; 6:4; 8: 3-5; 11:7; 13:3; 15:25; 21:15,20; 22:25; 24:1; 37:23) y omnipotente (6:14; 22:3,17,23, 26; 23:16; 27: 2,10,11,13; 29: 5; 31:2,35; 32:8; 33:4,10,12; 35:13; 40:2). Si uno se pone a pensar que Dios es todopoderoso y omnipotente, que nada le es imposible, tendrá fe y esperanza. Señor tu amor me consuela, tu sabiduría me complace, pero tu impenetrable, misteriosa omnipotencia me da escalofríos, me quedo atónito y avergonzado.

 

No termines aborreciéndote

42:3

“¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?”.

La respuesta según él es "yo", y me parece que lo que dice de sí mismo es injusto; entiendo que fue franco con Dios y el único del grupo que oraba. Dios no le encontró defecto a sus discursos y oraciones, en cambio él sí (42:7). A veces pensamos injustamente de nosotros mismos y nos subvaloramos, sospechamos que estuvimos equivocados cuando obramos con acierto, nos arrepentimos de pecados inexistentes o de faltas que tienen justificación, porque no miramos sus atenuantes y hasta terminamos aborreciéndonos (v. 6) y se nos borra la línea divisoria entre lo justo e injusto en nuestra vida; nos sentamos solos en la silla de los acusados con Dios como juez ausente y un jurado vacío.

Pensamos de nosotros peor de lo que Dios piensa (42:7; 1:8), nos destruimos la autoestima y la visión que tuvimos de Dios no nos exalta, nos deprime. Los discursos de un desesperado (6:26) no son para Dios pecado. Dios no le hizo caso a sus palabras; y el único mal de todo lo que hemos dicho y hecho es el que nos causa el juicio que nos hacemos de nosotros mismos y el resultado es que perdemos el gozo de la salvación. Somos justificados por la fe, absueltos pero tristes. Bendito seas compresivo Dios.

 

Creyendo en sucesos inexplicables e inaceptables

42:1-6

"Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti". 

 

El problema para Job consistía en que no hallaba sentido en lo que ocurría; consideraba sus calamidades como un abuso, una injusticia por parte de Dios. Pienso que esa es una verdadera calamidad, culpar a Dios, para justificarse él, como le reprocharon (40:8), más aun, acusar a Dios. Y lo hace por ignorancia, por inconformidad, porque ha perdido lo que tenía, por su “mala suerte”. Decía: “Yo no he pecado, es injusto que me trate así”. ¿Injusto el Juez de toda la tierra, el creador de la justicia, ¿el Santo y Perfecto, el Infinito y Completo?

Si sigues atentamente todos los discursos verás que los argumentos de sus amigos, Sofar, Bildad, Elifaz y Eliú fueron por gusto, no lo convencieron. Seguía inmóvil en su postura: “Yo no he pecado contra Dios y no merezco que me ocurra esto”; y se sumergía en una situación muy oscura de lástima y compasiónconsigo mismo. Lloraba por sí pero no por sus pecados, porque pensaba que no los había cometido, lloraba por su situación, se desesperaba por las cosas, pero no por su carácter.  Al examinar el discurso de Jehová notamos que tampoco va dirigido a darle explicaciones a Job. No se le explicó por qué perdió a sus hijos, por qué se enfermó de la piel, por qué se fue en bancarrota. Dios se le apareció en un torbellino y le demostró cuánto poder tenía y más aún, que él, Job, era una simple e ignorante criatura, y que debía volver aprender las cosas (v.4); reaprenderlo todo, revisarlo todo, comenzar como un ignorante para ser un sabio; quiere decir, aprender a juzgarlo todo con fe, a mirarlo con ese lente, aprender a tener a Dios sólo, a nadie más, a aceptar su voluntad, reconocer, admitir y hasta disfrutar su soberanía; que Dios no puede ser nunca un déspota porque es dueño de todo lo que poseemos, porque nos lo ha dado todo.

Y más aún que juzgaba las cosas mal cuando las juzgaba con una exagerada autoestima y concluyó que esa cosa que pertenece al yo, al mío, al orgullo innato, debía perecer y ser considerada algo aborrecible (v.6). Ya no diría más: “Merezco esto, no merezco esto, tengo derecho a esto, valgo tanto, etc.”. Aprendió a no reclamar sino a confiar, a no ser una víctima ante sus propios ojos. Y llegó a todas esas conclusiones de una sola vez, no por lo que oyó, sino porque vio a Dios, por una completa percepción de su realidad (v.5).

No hizo más preguntas, no se quejó más de lo que le faltaba, de lo que no tenía, de lo que había perdido, no lloró más ni se apenó por sí mismo, no se enojó más, lo que hizo fue arrepentirse en polvo y ceniza; que era lo principal, lo que no se lee en todo su libro que haya hecho antes, arrepentirse. Sí era un hombre sabio, justo, bueno, y aprendió que podía sufrir sin merecerlo, por un inexplicable propósito divino, pero que algún día se le revelaría que Dios tenía razón y lo que padeció era para bien suyo y de otros.

 

 

 

Oración de recuperación

42:6

"Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza". Yo también Señor, como él, aborrezco mi concupiscencia, “la ley que me lleva cautivo al pecado que está en mis miembros” y bendigo al Espíritu Santo que le hace resistencia y no permite que con una conciencia muerta me entregue a la codicia y ambición, sin luchar. Me aborrezco por mis pecados cometidos porque de ninguno de ellos me siento orgulloso ni tampoco los que se han enterado de ellos que me menosprecian. Cuando pienso en tales pecados me desprecio y me siento indigno de ser tu siervo y pastorear tus ovejas. Siento que me he convertido en menos, que soy menos hombre, menos cristiano, como si hubiese llegado hasta la nada. He pecado “y no me ha aprovechado” (33:27). Aborrezco mi locura y sólo te pido, Señor, que me hagas “como uno de tus jornaleros”. “Contra ti, contra ti sólo he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos”. Si vergüenza me da mirar el rostro de los hombres que he engañado, más me da el mirar el tuyo, el sentir que tú me faltas, que no podemos tener las mismas relaciones que antes, que he cambiado tu gloria “por lo que no aprovecha” (Je.2:11); he dejado el espíritu por la carne, ¡necio y miserable cambio! Señor, te extraño, quiero volverme a ti “como en los días pasados” (29:2); acéptame como tu hijo, mírame Señor y reconóceme; no me sonrías si no lo quieres, pero mírame y permíteme tocar el borde tu manto. Amén. He hecho una oración como las de David.

 

Enseña sin errores, purifica tu exégesis bíblica

42:7,8

"Mi ira se incendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job". Ves, el Señor se enoja con aquellos que enseñan errores, aunque sean algunos mezclados con otras porciones de verdades. Bildad, Zofar y Elifaz dijeron muchas cosas ciertas pero otras no; y eso airó al Señor contra ellos. El Señor quiere que se hable y se escriba sobre la verdad y únicamente sobre la verdad, que cada maestro sea muy celoso en aprender sólo aquello que Dios enseña (Jn.6:45), en trazar (trincharla) bien la palabra de Verdad, en no enseñar a los hombres ningún error aunque sea pequeño (Mt.5:19); es decir, no torcer la Escritura con una mala interpretación porque eso conduce a la destrucción del alma (2Pe.3:15,16). Amado Señor, condúceme con tu Espíritu a toda verdad para que no enseñe erróneamente el camino de salvación, que no pierda yo el celo por la correcta enseñanza de tu Palabra, porque no quiero que me trates afrentosamente. Purifica mi exégesis y mi teología, y más aún, mis lecturas devocionales. Amén.

42:9

 

Dios perdona las herejías

"Fueron pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job".

Quiere decir que Dios no los trató afrentosamente cuando se arrepintieron de las herejías que habían enseñado hasta que un profeta de Dios oró por ellos para que les perdonaran sus pecados. Pero ¿qué hubiera pasado si estos tres hombres hubieran hecho errar a muchos y hubieran confundido a la gente con mentiras acerca de Dios, que no es Trino, de Cristo que es “un dios” secundario, de la gracia, que si se mezcla con las obras, es como produce salvación, de la fe en Dios y en un millón de imágenes, de la vida cristiana que es más humanismo que salvación, de la regeneración bautismal, de la santa cena que Cristo es pura carne y sangre, de los poderes del Espíritu Santo, y de un purgatorio inventado para ganar dinero, o de indulgencias baratas y costosas para comprar perdones?

Y ¿si hubieran hecho tropezar a otros en la palabra y hoy fueran más escépticos que antes, si hubieran gangrenado el cuerpo de Cristo con sueños, visiones, milagros y herejías mentirosas? (2 Ti. 2:16-18). ¿Cómo puede un maestro hereje disfrutar el cielo sabiendo que por su culpa hay muchas almas que han entrado al infierno, y con tanta sangre sobre sus conciencias? Y ¿qué pasa si por motivos mercantiles han enseñado y escrito sus errores, para ganar dinero, con fines de lucro como Balaán? (2 Pe. 2:3). Los que enseñan la justicia a la multitud, como Daniel, háganlo con temor y temblor, orando al Señor que sea él quien diga toda palabra al abrir su boca. El Señor perdona las herejías, si los que las creen las corrigen, y perdona el daño que se le ha hecho a otros, instruidos con mentiras. Amén.

42:11

"Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro". ¿Y dónde estaban ellos cuando sufría? Habían huido todos y ahora cuando oyen que Dios lo ha bendecido tanto, vuelven. Job tuvo un espíritu noble y no les guardó rencor, aunque cuando más los necesitaba no los tuvo. Señor, danos ese mismo espíritu para perdonar la ingratitud e incluso para aceptar un amor débil e imperfecto que parece más hipocresía que amor. Oh Señor que yo no exija a los demás que me amen con un amor como el tuyo. Sana con esa comprensión de mis eventos, mi mente. Amén.

42:12

"Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas". Cuando pasa la aflicción notamos que somos mejores y tenemos más. Cuando concluyamos una etapa de nuestra vida oremos para que Dios bendiga más en la nueva que en la primera. Oh Señor santifica la duración de nuestras tribulaciones.

42:14,15,16

Jemima significa “afectuosa” como una “Paloma”.  Cesia o Ketsia, parecido a una palabra que suena como “Raspar”. Keren-hapuc, algo así como “Cuerno de cosmético”. No leemos que estos hijos hayan sido mundanos como los primeros, ni que Job tuviera que estar orando por el perdón de ellos; sus hijas fueron hermosas como ningunas, hallarían esposos buenos; en fin, Job muchísimos años después de esa espantosa enfermedad, recuperó su dinero y volvió a formar una nueva familia, empezó desde cero, se convirtió en otro mucho mejor, rodeado por gente que se lo merecía. Amén. 







 

 

Empecé revisarlo 21 febrero 2011, terminé 21 julio 2011.

Nueva revisión, 6 octubre 2013

Última revisión, 1 noviembre 2013

Empecé  mayo 25/2014, terminé junio 14/2014

 

                                  Notas Sobre Los Salmos (ESTE ES MAS COMPLETO)

 

 

Para leer una introducción ver 28:6-9;  30:11,12; 31:24; David copiaba y cantaba sus oraciones, algunas muy largas para ser un cántico público sino más bien una plegaria colectiva. Todos los temores de David son porque le quitaran la vida, no el trono. Es como el diario de David que recoge casi únicamente el tiempo de sus huídas delante de Saúl. Así nació su salterio. Una época de su vida. David fue tenido como “el dulce cantor de Israel” porque recoge en sus versos no sólo su propia vida, que fue dulce sólo en sus momentos con Dios, sino la vida de muchos a los cuales servía de receptor de sus problemas y consejero espiritual; y por eso sus salmos eran tan queridos por todos ellos (Sal. 69). Al hacer eso llegó a profetizar los sufrimientos de Cristo, los cuales se iban cumpliendo en todos ellos (69:21). Enseñó a orar a su pueblo, más que a cantar (22:18 y Mt. 27:35; Jn. 19:24). Cuando acaba una colección dice que se terminaron sus ¿cánticos? No, sino sus oraciones (Sal. 75). 

Una observación sobre la expresión  y otros “…sobre no destruyas” (Sal. 57). Estos salmos son buenos, son inspirados por Dios, pero, dicho con total reverencia, no tienen la misma calidad que los de David. El santo autor que hay detrás hace la diferencia. No todos los creyentes oran iguales. Los salmos de David son más oraciones que canciones, tienen más de él, de sus emociones e intelecto. Hemán escribe parecido pero en la colección de Coré, ver el salmo 88. Algunos piensan que es Etán Sal. 89. Vea en el título su relación con David y dentro del salmo su parecido espiritual, especialmente al final. En David hay muchos enemigos que enfrentar y contra los cuales orar, en los otros autores casi ninguno, si es que hay alguno. Los otros autores escriben más poesías que oraciones.

En cuanto al salmo 110, todos los comentaristas concuerdan que la interpretación de este salmo es difícil; unos creen que perteneció a la colección de David y algún admirador suyo lo compuso para él pidiendo la bendición de Dios y transmitiéndole la promesa de subyugación de todos sus enemigos; entonces cuando dice “Jehová dijo a mi Señor…”, el señor es con minúscula, David, su amado rey. ¿Y qué? ¿No es David un tipo del Mesías? Pocos o nadie duda eso. Así pues el salmo habla del Cristo, es mesiánico, que se sentaría en gloria junto a su Padre y gobernaría sobre el orbe. En las palabras de  Mt. 21: 41-46, Jesús asume la autoría de David lo mismo que sus contemporáneos creían; porque después de todo tenían razón porque cualquier salmo que llegaba a manos de David él lo revisaba, le añadía, le quitaba y sobre todo se identificaba con el espíritu del mismo, y en ese entonces sería suyo y de su colección. Si el Espíritu quiso que lo dejara en esa forma, siendo ya suyo, fue para indicar lo que Jesús interpretó, que David hablaba en el Espíritu del Mesías y de su reino en el porvenir. Y a eso se dirigen mis notas.

 

1 (Conformar las acciones de la vida a las leyes de Dios es la ruta del éxito.)

1: 1

Los "consejos de malos" se oponen en el salmo a "la ley de Jehová" (v. 2) y por ende al éxito (v. 3) y a la prosperidad; son dos vidas comparadas, una con códigos éticos bíblicos y otras sin ninguno; tal vez sus propios intereses.

1: 2

“En la ley de Jehová está su delicia”. La Biblia es un buen libro para los hombres de negocios e inversionistas (v. 3); no es para leerse si que

da tiempo sino para consultarla constantemente; no sólo para seguir sus consejos sino para tener relación con Dios y obrar en el espíritu de ella. “Delicia”, también “deseo o placer”; eso está distante a leerla por deber. Si uno pudiera tener su mente llena de la Palabra del Señor de día y de noche, estaría lleno del Espíritu Santo, viviría triunfalmente en la gracia y sin pensamientos carnales.

 

Un creyente enraizado en la fe

1: 3

“Árbol plantado junto a corrientes de agua”. La palabra que se traduce plantado también se usa para trasplantar,  que en realidad lo que ha hecho la gracia con nosotros es cambiarnos de territorio, de un pacto viejo para otro nuevo en la sangre de Jesús, un pacto de gracia no de obras, de fe, no de la carne sino del Espíritu, de lo carnal a lo espiritual. Pablo dice que somos injertados (Ro. 11:23,14). David dice que somos trasplantados y María Magdalena dice que Jesús es el hortelano que cuida de nosotros. Amén.  Un creyente enraizado en la fe es semejante a un árbol. Es cierto que para uno prosperar necesita algo más que consejos bíblicos; hace falta dones, oportunidades, etc.; el compromiso de la Biblia en este salmo no es darnos nuevas ideas y planes sino asegurar el testimonio divino en la mejora económica. Provocar la bendición de Dios. "En su tiempo", dice, entonces no te apures ni vivas en incrédulas preocupaciones financieras que Cristo tiene muchas riquezas en su gloria; con la bendición de Dios el resultado de tus acciones llega. La Biblia aboga por una prosperidad sin meternos en pecados. Y no creo en ese engañoso evangelio de la prosperidad.

1: 4

"Que arrebata el viento": remolino, tragedias y líos. He visto como sacude la vida a los impíos. Son tamo, paja, vidas de paja, hombres y mujeres de paja, listos para ser quemados. Los creyentes son zarandeados por el diablo pero la fe no falta (Lc. 22: 31,32).

1: 5,6

“El camino de los  impíos perecerá”. Esto no es tanto para decir que los impíos no prosperan sino para alentarnos a prosperar diferente a ellos. La celebridad de los malos es temporal. Los negocios de los impíos aunque se encuentren en vías de desarrollo su destrucción viene caminando “como hombre armado” (Pro. 24: 34). La verdadera prosperidad es la que se construye con materiales eternos. Más tarde o temprano las situaciones sacudirán la vida y los negocios de los impíos. Aguarda tú, buenos resultados aunque no lleguen que Dios premia de algún modo la fidelidad.

2:1-12 

“Eres mi Hijo por decreto”. Cuando uno lee este salmo se dice, "aquí hay algo escondido"; por supuesto, son profecías camufladas sobre Jesucristo. Cosas importantes en el texto: la unción real del Hijo de Dios. Hereda el trono porque es Hijo y es ungido no con aceite sino con Espíritu Santo: no se debe disputar su lugar ni pelear para deponerlo es por decreto Hijo de Dios. Dios lo ha constituido rey y heredero de todo. Se vaticina la sublevación, inútil. Termina con un llamamiento a servirle con temor y a mostrar alegría en su coronación.

2: 1

“¿Por qué los pueblos traman cosas vanas?”. La respuesta es: Por ignorancia, rebeldía. ¿Qué puede el polvo contra el cielo? ¿Qué pueden los mortales contra quien la muerte no pudo nada? Ahora quieren cambiar la historia y dejar afuera a Jesucristo. ¡Qué tontos, ellos se quedarán afuera y no él!

2: 2

“Y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido”. Fíjate que luchar contra Cristo es dar coces contra un aguijón. ¿No se unieron los saduceos y fariseos? Pero fue en vano. Dios exaltó a Cristo y lo puso como príncipe (Hch. 4:25-29).

2: 3

“…rompamos sus ligaduras (cadenas)”. En todas las épocas los impíos quieren deshacerse de Dios. He ahí palabras de advertencia para cuando tengas pensamientos de apostasías. Guarda tu corazón de pensar cosas vanas y al mismo tiempo pensar que todo te saldrá bien (Ecl.  4: 12; 2 Pe. 2:17-22). Señor que yo no trate echar de mí tus cuerdas de amor con las que me has atraído (Ose. 11: 4); si he sido desatado en el cielo quiero serlo en la tierra, quiero continuar siendo cautivo de tu palabra, y de tu amor.

2:2-5

“El que se sienta en los cielos se reirá de ellos”; en presente según LBLA. No sólo se burlará de ellos sino que se reirá. Una confederación de reyes unidos y dispuestos a derrotar el reino de los cielos. Entiéndase de modo figurado.

2:6-9

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy”. Estas son palabras mesiánicas (He 1:5; 5.5). No tomes la palabra engendrado como si el Mesías en ese momento hubiera sido engendrado porque a lo que se refiere es a su instauración o declaración de Hijo, a la posición que “hoy” ocupa por “decreto”, habiéndolo exaltado hasta su diestra y dado un nombre que es sobre todo nombre. “Hoy que he tomado posesión del reino es como si hubiera sido engendrado con mi unción y le pido a mi Padre como regalo un manojo de naciones”. ¡Que inspirador es meditar en los decretos de Dios! Somos lo que somos por decreto suyo. Amén. Yo no cesaré de predicar y sentirme firme en los decretos de Dios porque salvo he sido y he perseverado por decreto suyo porque ha dado la orden de que me vigilen los ángeles y me fortalezcan y salga airoso en toda prueba y tentación. Bendito seas Señor.

2:8

“Pídeme y te daré por herencia las naciones”. Es decir, una enormidad. Se refiere a los paganos idólatras y corruptos. No tienes que tener codicias necias y engañosas (1 Ti. 6:6-10) porque todo es del Señor y todo es tuyo, más que las naciones, la muerte, la vida, el presente y el futuro (1 Co. 3:22). Somos colaboradores con Cristo. ¡Pide, oh cristiano, paganos para Cristo! ¡Qué rico se vuelve uno cuando hereda almas ajenas!

2:7-12

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy”. Jesús el día que fue bautizado fue declarado Hijo de Dios, lo mismo que cuando fue resucitado (Hch. 13:33; Ro. 1:4), para por medio de la iglesia tomar posesión del mundo entero. El día de su unción. Es inolvidable el día que se ejecuta el decreto de la salvación, que se decreta la fe, el arrepentimiento, el nuevo nacimiento; quiero decir que se cumplen los decretos eternos. ¡Viva Dios, viva Cristo!

2:11

“Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor”. Más bien servir al Señor. Con reverencia está bien pero con temor encaja igual. Moderar nuestra alegría con el temor del Señor. Tenga usted en cuenta caballero que el culto al Dios de Jesús no es una fiesta, y si lo toma así, que sea reverente y haya temor. Y si eso no le cuadra a su gusto tenga cuidado su alegría no se desarrolle dentro de la carne y la sensualidad. Usted está adorando y no divirtiéndose (Flp. 2:12). 

 

Jesús es el beso de Dios a nosotros

2: 12 

“Honrad al Hijo”; sea muy oriental o no la expresión, en hebreo lo que dice David es “besad al Hijo” (el que fue engendrado hoy). Es exactamente, por ejemplo, la misma palabra que se utiliza en Ge. 27:27 cuando Jacob besó a su padre. No exactamente cuando el Padre besó a su hijo pródigo (Lc. 15.20, “katafileo”; pero sí exactamente cuando David besó a Absalón su hijo traidor, 2 Sa. 14:33). Una enorme familiaridad que podemos tener con nuestro Salvador Jesús (Lc. 7:38). Es extraordinario como Jesús acortó distancia entre Dios y nosotros y entre nosotros y él. ¿No sabes que los éxitos de Jesús son tus éxitos, y que tus éxitos son los suyos, los de su gracia, que las batallas que ha ganado son tus batallas, que los honores, las medallas y su corona de vida son para ti? (2 Ti. 4:8). Besa a Jesús. Estas palabras no son una amenaza a los santos sino a los impíos (v.2; 2 Te. 1:5-9), a los que hacen afrenta al Espíritu de gracia. No como Judas que con un beso lo traicionaba ni como Joab besaba a Amasa y le clavaba el puñal en el vientre. El beso de Jesús es un ósculo santo; y nos besa con nuestra reconciliación. Es que Jesús es el beso de Dios a nosotros.

 

Absalón no fue un  buen hijo

3. 

“Oración matutina” (título), ¡Dios mío levantarse con esos pensamientos de enemigos y uno entre ellos su propio hijo!, respirar hondo y decir, “he dormido bien con la protección de Dios”. Absalón, hijo de David. Tener un hijo sedicioso y corrupto es una gran pena pero inferior a tenerlo como un peligroso enemigo. Es significativo que en la colección de David casi desde el principio se coloca un himno inspirado en el dolor que como padre le produjo la sublevación de su hijo Absalón. No fue el salmo 32 ni el 51 cuyo tema es su caída en pecado ni el 119 sobre la palabra de Dios. David también mencionó la traición de su amigo Ahitofel, pero no la de Absalón (41:9). Pero si miras el contenido del salmo no hay ni una palabra de su “huída”; pero la gente lo sabía. Esa otra cosa está escondida dentro del salterio hebreo, no eliminada pero colocada en su interior. El mensaje que nos han dejado los coleccionistas es claro. Fueron ellos los que le pusieron el título. La muerte de su hijo lo devastó. Los vv. 5-8 parecen más inspirados en su huída delante de Saúl que de Absalón. Y era Absalón.

3:1,2

“Cómo se han multiplicado mis adversarios”. “Estoy asombrado que haya tanta gente que no me quiera”. David tenía muchos amigos y enemigos, incluyendo a su hijo. Todos sabían que el gran defensor de él no era su ejército sino Dios. Para que se cumplieran los deseos de ellos tendrían no que combatirlo sino inducirlo a pecar. O como se dijo de un gran joven creyente, que no se encontraría falta en él a no ser en relación con la ley de su Dios (Dan. 6:4,5). Nada puede el diablo ni el mundo contra nosotros, ni siquiera la corrupta carne, a no ser que primero nos aparte de Dios.

 

Una oración que alcanza los lugares celestiales

3:4

“Con mi voz clamé al Señor y él me respondió”. Tiene montones de experiencias con oraciones respondidas. Era algo común. David siempre alzaba los ojos a los montes y esperaba desde allá arriba su socorro, eso él lo dice muchas veces; su infinita ayuda bajaba desde el cielo, quiere decir desde Dios. Es bueno pedir a otro que no os acompañe en oración, que una su corazón al nuestro, para pedirle misericordias al Señor, pero la voz que Dios quiere escuchar es la nuestra. Por eso David dice "con mi voz clamé", y después añade que Dios le respondió. Es posible que Dios responda la oración de fe de otro a favor nuestro, pero la satisfacción es mucho mayor cuando nos damos cuenta que nuestra fe por pequeña que sea, obtiene respuesta de Dios y eso quiere decir que subió hasta los montes, que llegó hasta los lugares celestiales.

 

Sueño y conflictos diurnos

3:5

“Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”. “Me acosté y dormí”, y me levanté. Puede que no se refiera a que tuvo un plácido sueño sino que amaneció vivo. De todos modos pudo dormir, con tantos peligros. A sus amados da Dios el sueño (Sal. 127:2); y Pedro dormía tan profundo en la cárcel la noche antes de su posible ejecución, que un ángel  tuvo que empujarlo para despertarlo. Uno lleva a su sueño muchos conflictos diurnos contra Satanás. Y excitaciones de todo tipo, que suenan dentro de la cabeza como los estrépitos de los espinos debajo de la olla. Jesús dormía plácidamente sobre un cabezal. Quizás soñaba con nosotros. Cada día al amanecer y abrir nuestros ojos debemos darle gracias a Dios que nos concede un día más de vida, con sus conflictos y oraciones.

 

No sueño con angelitos femeninos

3:5; 4:8

“Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”. Yo nunca pienso que hay ángeles junto a mi cama, no sueño con los angelitos, que son ellos los que me sustentan, ni dentro de mi casa, yo pienso que es Dios quién está ahí...he aprendido a no confiar en los ángeles, ni me relaciono con ellos, ni les envío cartas, ni menos en “angelitos femeninos”; yo confío en quien los manda, el que les ordena hacer esto y aquello, y no darían ni un paso hacia mí si Dios no los envía, no me harían ni un solo favor si Dios no se los pide...Sal. 121:4. Uno puede acostarse y dormir así porque se halla en la presencia de Dios. De lo que sí estoy seguro es que se hallan donde se predica el evangelio, que vienen a los cultos, que “anhelan mirar estas cosas”, y que “se alegran con un pecador que se arrepiente…”.

¿Has tenido la experiencia de dormir plácidamente toda la noche habiéndote acostado con muchos temores y peligros? Nada malo te ocurrió, ni siquiera tuviste una hora de insomnio porque el Señor te ayudó en tu reposo. A sus amados ayuda a dormir (Sal 127 .2). ¿No has leído como dormía el Señor sobre un cabezal y Pedro entre soldados? (Mr 4.38; Hch 12.7). ¿Llevas al sueño los conflictos espirituales diurnos contra Satanás? ¿Se te introduce él en tu reposo y te acosa con pesadillas? (v. 8; 4. 4,8). Uno recibe bendiciones mientras duerme y al despertar la tormenta ya pasó y se siente renovado.

3:6

“No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí”. “No temeré a los diez millares de enemigos en contra”. David gobernó la iglesia con mucha gente en contra. Vivió muchos momentos de fe. Es difícil dirigir, gobernar, a un pueblo grande o pequeño y no tener gente inconforme, murmuradora, y que se presente siempre en contra. Obstáculos vivientes.

3:8

“La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición”. “Yo soy, oh Dios, la bendición de tu pueblo, que no se salgan con la suya los que piensan que no puedo contar contigo”.  Note en el texto que se habla de la salvación al principio, y de la bendición al final. La bendición más grande que pueda recibir la iglesia es la salvación de los pecadores. La edificación de los ya creyentes es importante, pero las nuevas adiciones mediante la regeneración del Espíritu y de la Palabra, son fundamentales. Es un gozo inefable poder tener el privilegio de juntar los escogidos de Dios. Cualquiera que sea el trayecto que tenga la bendición de Dios, siempre proviene de Dios.

4:1 

“Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración”. “Sobre Neginot” propiamente significa una música instrumental, un instrumento de cuerdas. Aquella fue una oración matutina y ésta vespertina. Orando por bendiciones y comunión y terminar agradeciéndolas. No pasó el día en paz a pesar de haber orado, sino muy agitado. “En angustia me has aliviado” o estrechez y es lo opuesto a “ensanchar” o alargar. “…De mi justicia”; no esperaba que Dios lo apoyara si era injusto. “La experiencia que tengo contigo es que las cosas han mejorado y mis problemas han pasado” “Vuelve otra vez, oh Dios, con una misericordia oportuna; recuerdo tu ayuda en otras ocasiones, tú eres el Dios de mis experiencias”.

4:2

“Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?”. “…mi gloria”. La palabra "honra" es mejor traducirla "gloria" y eso literalmente significa “peso”; por eso Pablo habla de “eterno peso de gloria” (2 Co. 4:17). Es semejante al “peso y del pecado” (He. 12:1); con la diferencia de que el pecado hunde y Dios exalta; pero aquí significa primero “masa” una masa de pecado que produce peso. El peso del pecado abruma y hunde, el peso de la gloria de Dios eleva. “Me estoy cansando de defender mi honor (la palabra primeramente significa esplendor)” “Estoy harto que haya lenguas que me deshonren sin causa” y conviertan mi testimonio en deshonra y confusión. 

4:3

“Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare”. Aquí la palabra escogido suena muy bonita pero exactamente lo que escribió el poeta fue que Dios ha “apartado" al piadoso, quiere decir también al religioso, al bondadoso. Parafraseando lo que dijo pudiera quedar así: “Pueden estar seguros que mi vida religiosa sirve para algo cuando contiendan conmigo”. ¡Qué confianza tiene, como si su oración fuera su principal defensa!, y lo es. “Tengo a Dios de mi lado y oraré contra ustedes, tiemblen”. 

4:4

“Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad”. “Sé piadoso por tus futuros contratiempos”. Ten más miedo a pecar que al daño que te puedan hacer otros.  “Callad”; no hace falta que hables mucho en tu defensa sino que ores mucho en tu defensa. ¿Oras y estudias sobre tu cama, como si fuera un templo? Debiera darnos miedos pecar. Por eso debemos cuidar la salvación con temor y temblor. Irse a la cama después de haber orado bien, es como si toda ella nos recibiera con un abrazo y nos recostara sobre su pecho, y fuera nuestra almohada hecha con plumas y nubes.

4:6

“Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro”. “¿Quién nos mostrará el bien?” –Dios-, al bien le toma tiempo vencer pero arrolla. Miran para todas partes y no encuentran un caudillo apropiado. Estas palabras posiblemente sean dichas por aquella parte del pueblo que es incrédula, y se muestra escéptica de que baje de alguna manera e intervenga la ayuda divina. Y Dios intervino, no para reprocharle nada, sino porque David oró  por su intervención y respuesta a su sencilla oración, el bien que los ingratos no merecían por sus dudas, lo recibieron. Exactamente como los predecesores de ellos en el desierto, cuando pedían carne, y les dio codornices, y todavía no estaban terminando de masticarla cuando la ira divina en forma de fuego los consumía.

 

No envidio como se divierten ellos

Sal. 4:7

“Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto”. Uno andando el tiempo, tiene oportunidad de comparar el gozo del Señor con la alegría que sienten aquellos cuando reciben prosperidad. Ciertamente el hecho de tener una buena cosecha y recoger mucho grano, y que el producto de la viña sea abundante y vino añejado que tiene la bodega, es una gran bendición y un motivo correcto para estar contentos, y elevar plegarias a Dios por el triunfo del campo y de la economía. Un bolsillo repleto de dinero causa mucho gozo, claro carnal, y si lo dio Dios estará lleno de gratitud hacia él. Hay otra clase de alegría que no tiene que ver con los bienes materiales y es una alegría espiritual, que proviene del cielo, en la comunión que uno tiene con el Espíritu Santo. Oh alma, quizás no sepas plenamente lo que es “el gozo del Señor”; el cristiano lo sabe cuándo lo tiene y lo sabe cuándo lo pierde. David le llama en otro sitio, cuando lo perdió, “el gozo de tu salvación” (Sal. 51:8,12) porque aparece en el corazón del creyente cuando el Espíritu Santo lo salva. Es un gozo espiritual, dado por el Espíritu como se enseña en Ga. 5:22; no está conectado “al grano y mosto” como dice el salmo. No se pierde por la ausencia de medios materiales como dijo el profeta Habacuc, “aunque la higuera no florezca...” (Hab. 3:17). Es el gozo que da la presencia de Cristo en el corazón (Jn. 15:11). Puede extinguirse después de un tiempo de conflicto con alguien, pero se recupera de nuevo si uno ora y entra a la comunión del Señor (Flp. 4:4). No hay mayor alegría que esa, la que tiene a Cristo como centro inconmovible, santa, profunda, amplia. “Mi alegría es más grande y tiene más calidad”, parece haber querido decir David. “Realmente no envidio como se divierten ellos”, es lo que quiere decir. No pidas gozo prestado, no te hace falta y las alegrías carnales o ajenas no alcanzan las cimas de la satisfacción espiritual que da Dios. Pozos de otros están secos o medios secos o tiene pocas aguas, no corrientes y les alcanza, si sienten sed, para un solo buche. No tienes necesidad de sonrisas ajenas si yo te las suplo mejor, Sara, dios te ha hecho reír (Ge. 18:15;21:6). No pidas que compartan contigo porque apenas tienen para ellos, sobre sus terrenos pasan pocas nubes.

 

Con miedos y preocupaciones no se puede dormir

4:8

“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Literalmente se pudiera traducir "habitar seguro", porque la palabra indica eso, pero por el contexto es correcta la traducción de acostarse, porque está hablando de sueño. No puede llevar todos esos pensamientos en la cabeza a la cama, pero se mete en su lecho esperando dormirse. Ojalá. Y ¡quién sabe cuántas horas y después despertarse o toda la noche reposando! Parece que por este versículo le pusieron el título. Textos para meditar: Sal. 127:2; 145:4; Mr. 4:38; He. 13:4. No teme que vengan de noche y lo acuchillen, deja los virtuales peligros y sobresaltos en las manos de Dios. Con miedos y preocupaciones no se puede dormir. David tiene muchas experiencias espirituales sobre su cama, pero no pecaminosas, sino santas; cantaba en su cama; a menudo la abandonaba para salir a alabar a Dios sin despertar a su esposa. Aquí en este salmo hace referencia a dos de sus costumbres santas. Una se halla en el v. 4, la meditación; se quedaba largos períodos en silencio meditando seguro en la palabra del Señor, en sus hechos poderosos que sabemos que a él le fascinaban y eran motivos de sus más deleitosos éxtasis de fe; o pensando profundamente en los peligros que había corrido su vida espiritual durante el día; entonces un temblor le sacudía todo el cuerpo imaginando qué cerca había estado de haber ofendido a Dios y arruinar su comunión con él. La cama es un lugar muy especial para meditar en las cosas del Señor y se corresponde con la vida piadosa de oración que aconsejó Jesús que dijo: “cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto”; y él la recomienda a todos como un altar donde se puede adorar al Señor. No era para él su cama un lecho con mancilla (He. 13:4), sino un lugar tan santo como el santuario de Jehová, su habitación tan llena de Dios como las cortinas del tabernáculo que tanto amaba.

Cada mañana se levantaba en comunión con el Señor buscando su rostro y sus amaneceres eran deliciosos, llenos de alegría espiritual. Se entregaba al sueño placentero, pensando que no sería interrumpido por las terribles pesadillas que padecía Elifaz, porque antes de dormirse todo aquello que perturbaba su espíritu era conversado con Dios y se entregaba al reposo no bajo la presión mental de una circunstancia sino liberado espiritualmente por su contacto con Dios. Nota que “en paz me acostaré” es la forma más segura de ir a la cama. 

5:1

“Nehilot” es una flauta. Para ser cantado con flautas. Cuando sufrimos visitamos con frecuencia la casa de Dios. Cuando todo pase recordemos que un día fuimos a Dios llorando.

5.3

“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”. “…oirás mi voz”; las oraciones audibles son más edificantes que las silentes. No sólo Dios oye mi voz sino yo también y ordeno mejor mis pensamientos, reflexiono mejor y lo que digo tiene más sustancia y sentido; me es más difícil desvariar hablando que si oro pensando y callado. La parte más importante de la oración no es expresar un deseo sino la espera, que se cumpla. El texto en LBLA introduce “con ansias”, pero es mejor dejar eso afuera, no está en el texto ni debe hallarse en la espera de la oración. La agenda de su día la empieza con oración. La mañana y la tarde son preciosas para orar y la meditación (Ge. 24:63).

 

Cuando Dios se hace accesible 

5:3,4,7

“Por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa”. “Si no fuera por ella no pondría un pie en tu tabernáculo, mis enemigos me interceptarían”. David se regocija en la recepción que Dios le da. Piensa que sólo los santos obtienen esa recepción, no los impíos. A la presencia del Señor no se entra sino por un acto de misericordia suya, que no es un movimiento físico sino cuando El se hace espiritualmente accesible, acerca su estado al nuestro y penetramos en su intimidad (25:14). Le quiere decir “tú no le darás tu apoyo a los que están en mal. Estoy seguro que no están teniendo tu respaldo”. Cuando nos convertimos a Cristo empezamos una relación espiritual con Dios por medio suyo. La conversión nos concede el derecho a su presencia (He. 10:19-22); a la comunión con él, el estar en su presencia, es algo que se busca y se vive cada día, empezando en la mañana y terminando en la cama.

5:8

“Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; quemadaa delante de mí tu camino”. “Señor, allana delante de ti mi camino”. Es mejor como dice RV “endereza”. Aquí es donde comienza a orar. Nota que ha gastado bastante tiempo en preparación espiritual para pedir. Vierte sus inquietudes e incertidumbres primero. “Yo no vengo aquí para que seas mi aliado sino para que seas justo conmigo. Si he cometido errores enderézalos; esto se ha puesto tortuoso, arréglalo un poco”. “…endereza delante de mí tu camino”; debiera decir “endereza mi camino delante de ti” o “déjame ver tu camino e iré por él” “estoy en una encrucijada, oriéntame cuál senda seguir”.

 

Lo que le dijo David a Pablo, Agustín y  a Calvino

5:9 

“Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; sus entrañas son maldad, sepulcro abierto es su garganta, con su lengua hablan lisonjas”. “Jehová, sepulcro abierto es la garganta de ellos”. Más o menos eso quiere decir. En vez de continuar pidiendo por sí mismo sigue describiéndolos como si Dios no supiera quiénes son, o porque necesita su alma decirle a alguien, y no hay nadie mejor que Dios, la mala opinión que tiene de ellos. Es a Dios a quien hay que decirle el mal concepto que tenemos de algunas personas, no a otros. Cuando uno le dice de otro a Dios lo que no tiene que decirle a nadie más, no peca. Según Pablo, Dios le permitió a David contemplar de cerca la naturaleza humana; y no sabía que estaba poniendo el fundamento teológico escritural de “la completa depravación del hombre”, la salvación por la gracia y la justificación por la fe, suministrándole el material a Pablo, Agustín y Calvino (Ro. 3:13).

5:10

“Castígalos, oh Dios; caigan por sus mismos consejos; por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, porque se rebelaron contra ti”. “Tenlos por culpables, oh Dios”. “Tómate como un asunto personal lo que me han hecho a mí porque tú y yo vamos en la misma dirección”. No oró “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” porque David no era Jesucristo. Algunas veces no podemos orar como el Espíritu Santo quisiera porque no somos cristianos como debiéramos. Por lo menos hemos sido honestos y más adelante cambiaremos de opinión y oraremos mejor, cuando Dios haya usado el mal de ellos para nuestro bien (Efe. 5:20; Mt. 5:44). ¿Y qué opinas Señor si con espíritu apostólico te pido que le pagues conforme a sus obras? (2 Ti. 4:14).

5:11,12

“Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre”. “Alégrense todos los que en ti se refugian”. Se da cuenta orando que está resentido y triste; otros pudieran decirle “¿y por qué no tienes tú mismo la fe, esperanza y alegría que nos recomiendas?”. Si no podemos salir de cierto estado depresivo y de melancolía espiritual no se lo recomendemos a los demás, y que no participen ellos del daño que nos han causado nuestras depresiones; no vayamos por el mundo poniendo a todos tristes. 

 

Neginot y Seminit

6.

“Neginot”; instrumento de cuerdas parecido al arpa. “Seminit” un instrumento de 8 cuerdas, parecido al arpa. Barnes piensa que se refiere a la octava musical y la voz baja. La palabra es femenina, quizás un cántico especialmente escrito para un coro de mujeres. Hay algo de femenino en el salmo. Es una especulación mía; pero David ha llorado tanto que le da vergüenza que Jedutún, el músico principal (1), se lo dé al coro de hombres del tabernáculo. A mí me parece que David escribía los salmos para él mismo, para su uso personal, arroja en ellos mucha sensibilidad, fragilidad e intimidad para que se las dedicara a otros; “al músico principal” no lo escribió él sino quien descubrió su salmo. En el salmo 72:20 el coleccionista dice “aquí terminan las oraciones de David”. Eran oraciones, escritas y cantadas para Dios. ¿Tendría algún interés que supieran que inundaba de noche con llanto su cama? David era demasiado sensible para ser rey, estaría mejor como sacerdote que como jerarca, inapropiado para vivir dentro de un mundo político tan turbulento donde Dios lo puso. Sin embargo fue el mejor de todos los reyes, como Jesús, el que lloraba, el sensible, el predicador del Sermón de la Montaña. No es un gran líder lo que Dios quiere para dirigir su iglesia sino un gran creyente; el gran líder es Dios. Un hombre que ore mucho  en contra de las dificultades (vv. 7-10) y que pueda ser un tipo de su hijo Jesucristo.

6: 1

“Jehová, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues con tu ira”. “Jehová no me reprendas en tu ira”. Yo temo tu ira y tiemblo cuando veo que soy propenso a sentir y hacer lo que tú aborreces. Oh Señor para convertirme en un enemigo desertor de tu gracia sólo hay un paso. Y no pienso darlo ni lo quiero. Tú gracias es suficiente para mí. ¿Quieres ponerme lejos de toda tentación? (4:4).

6:2

“Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen”. “Señor, mis huesos se estremecen”. Parece que tiene fiebre y su cuerpo tiembla, con mucho frío dentro en los huesos. Cuando uno sigue leyendo y llega al v.7 entonces duda que sea una enfermedad sino más bien otros espantos comparables a estremecimientos físicos. Tal vez estremecimientos y miedos al pecado.

6:3

“Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?”. “Mi alma está turbada”. ¿Quién cuando esté enfermo tiene buen ánimo? Pregunta, “¿hasta cuándo?”. Dios camina más despacio que nosotros, y más seguro, nunca tropieza ni yerra su camino. Una cosa con la cual tengo que luchar con Dios es con su paciencia; a veces, para mi confusión, me parece que todos sus relojes están descompuestos. ¿Para qué uno quiere saber cuándo será su final? (Sal. 39:4).

 

La escatología de David es limitada

6:4-6 

“Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el Seol, ¿quién te alabará?”. “En el seol ¿quién te alabará?”. Quiere decir, “te convengo más en este mundo que en el otro”. La obra de Dios se hace aquí, mientras haya vida; hay creyentes que dejan muchas cosas para el cielo. David, prácticamente, no tenía otro mundo ni Dios para otro mundo. Vivía sin escatología y estaba conforme. Amaba a Dios con todo el corazón como si no hubiera “el más allá”. Tal vez eso es lo que Dios quiere y por eso se conoce tan poco sobre la vida futura; aunque a menudo pienso que la apatía y materialismo de los creyentes en este siglo es debido a que en su adoración no hay escatología. La de David no es un materialismo sin fe. No vengan algunos a citarme estas palabras y decirme “¿no ve usted?, es que no hay alma, si la hubiera David hubiera dicho que estaba en el cielo cantando”. David tenía poca escatología porque la revelación divina es progresiva, si hubiera sabido lo que Pablo habría escrito que partir y estar con  Cristo es mucho mejor (Flp.1:23), y lo escribió.

 

El miedo a morirse

Sal.  6:1-6 

“Porque en la muerte no hay memoria de ti;”. Está enfermo, o débil, como dice una versión inglesa, y ruega a Dios para no morir (vv. 4,5). ¿Es correcto para un cristiano pedirle  a Dios que lo libre de la muerte? ¿O de tan grande muerte, como dice Pablo? ¿Es acaso una señal de debilidad en su fe y esperanza? ¿No contradicen sus temores su credo? ¿No es una indirecta acusación de hipocresía dentro de sus principios? No, hermano. No. No, si la razón para querer vivir, en los casos que conozco,  es Dios (v. 5), no exactamente la familia y otras cosas de las cuales la providencia pudiera tomar cuidado en su ausencia. 

Pablo recibió con seguridad que no habría de morir decapitado porque la obra de Cristo lo necesitaba (Flp. 1:21-25). Aunque al final dicen que murió así. El argumento de David, que en el Seol nadie podría alabar a Dios, Pablo no lo usaría por el conocimiento que él sí tiene sobre ese estado futuro. Pero de todo esto puedes aprender que si oras para ser sanado de alguna enfermedad perniciosa y Dios te da la vida, acuérdate consagrar a él los restantes días de tu existencia. Saca provecho de tu enfermedad y cuando te hayas recuperado, toma la decisión de caminar en los pasos de la voluntad de Dios, sobre todo humildemente, como hizo Ezequías cuando se curó (Isa. 38: 15-21). Tu salud es un don de Dios que él puede darte o quitarte. 

Si los santos, los que son como aquel dulce cantor de Israel, a los que Dios ha hecho firmes sus misericordias, los que esperan al morir ver a Dios y estar con el Salvador lo cual es muchísimo mejor, si no temen ninguna condenación porque están en Cristo; si ellos a veces tienen miedo a la muerte, ¿no temerás tú a la muerte que has llegado hasta ella en disoluciones, en carnalidades sensuales, en indiferencia religiosa? ¿No temerás cuando te halles en la misma condenación? (Lc. 23:39-43). Puedes estar seguro que ese miedo a la muerte que los hombres toman como natural, es una señal de infinita misericordia de Dios para que los que no han buscado a Dios, como aquel ladrón, al llegar a ese momento le teman y aunque fuere por ese medio clamen a él sobre sus camas. Ningún santo pierde su salvación por temer a la muerte, nadie es condenado por su poca fe, dondequiera que haya alguna hay salvación. Pienso que a muchos Dios les extiende la fe en sus últimos minutos cuando acobardados y en pánico, claman a él; y él les concede aquello que no pidieron en todos sus años pasados. 

 

Orgullo para con Dios  

7:1

“Sigaión”; canto vehemente y vagando, yendo de un sitio a otro, cuando huía, de Absalón o Saúl. “Cus hijo de Benjamín”, quizás Simei (2 Sa. 16:5). A mí me aterra oír a David constantemente defender sus problemas ante Dios sobre la base de su conducta; vive bajo una ley que las obras malas deben ser castigadas pero no el buen comportamiento. Una ley muy simple pero cerca de la realidad humana y social. David decía a Dios “yo hago esto y lo otro ¿por cuál de ello me castigas?”; lo que no recuerdo bien es que usara sus obras  religiosas para defenderse; la religión no era una cosa diferente a vivir agradando a Dios y ser justo con los demás. Estos buenos reyes y aquellos antiguos patriarcas no vivían cohibidos por mandamientos ceremoniales; David extrajo la esencia de la ley de su predecesor Moisés y vivió por ella. Hacía justicia y se humillaba ante Dios. Jamás se gloriaba ante los hombres de lo que era; su orgulloera para con Dios y no para los hombres; se “gloriaba en el Señor” “gloríese en el Señor” (1Co.1:31; 2Co.10:17). Uno piensa que el propósito de la salvación es darle al hombre la vida eterna, pero no es así, es para que sea como lo creó y glorificar a Dios. Uno puede sentirse contento y orgulloso de todas las doctrinas que le mencionan en su salvación, de ser un elegido, un favorito de Dios, uno que ha recibido perdón gratuito, arrepentimiento, fe y conocimiento de Dios.

7:4,5

“Persiga el enemigo mi alma y la alcance”.  “Que me deshonren si he sido injusto o cruel”.

7:1-5; 8-10      

“Júzgame conforme a mi justicia y mi integridad”. No pienses que siendo justo en tu trato con todos, misericordioso con los adversarios (v. 4); no pienses que eres el único que sufre injusticias y que sin causa te aborrecieron; no tienes razón para que extiendas tus manos a la iniquidad (1 Pe. 3:8-14). Sé justo por la justicia misma no por la paz y la retribución que te daría; y haz bien aún a quien procuró tu falta de paz.

7:6

“Levántate, oh Jehová, en tu ira; álzate en contra de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste”. “Despiértate oh Jehová a favor mío”. Ora, acude al Señor, exponle tu caso, muéstrale tu vida que tiene gran valor y verás que Dios se pone de tu parte. Se duermen los ídolos pero no el que guarda a Israel (1 Re. 18:27; Sal. 121:4).

7:17

“Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo”. “Le daré gracias conforme a su justicia”. A David le gusta como es Dios, lo admira y lo ensalza por lo que es, por eso parece decirle, “yo soy como tú, ellos no, estamos de acuerdo, haz algo por mí”. La adoración de David no son adulaciones sino realmente simpatías. 

 

El hombre, semejante a Dios y menor que un ángel 

Sal.  8:1

“La gloria de Dios y la dignidad del hombre” (LBLA). “Al músico principal, sobre gitit”. “Gitit”, es una pequeña arpa, la voz es femenina. Especulo que compuesto para que un coro de mujeres lo cantaran, o de niños y niñas (los que maman). Quizás fue escrito en los días tempranos de David cuando era un muchacho; se hace mención a los enemigos de Dios pero no a los suyos (v. 2); parece el himno de un campesino (pastor de ovejas); no diría “cuán grande eres Dios, le has dado el poder al hombre para caminar sobre la luna, descubrir el átomo y hacer clones”. Más bien dice, “has puesto al hombre sobre los bueyes, los peces y los pájaros”; es que el señorío humano sobre la creación es secundariamente importante y comienza en el v. 6 hasta el final; es más importante que haya sido creado sólo un poco menor que Dios, un poco menor que los ángeles (v. 5). Se puede referir al Supremo Dios, a los jueces, magistrados y a los ángeles, por supuesto. Las dos mejores traducciones son, Dios y los ángeles. El autor de Hebreos en 2:8, hablando de Jesús no usa la palabra Elohim, referida a la pluralidad de la Deidad sino “aggelos”, ángeles”, “le hiciste un poco menor que los ángeles” no “menor que tú” porque se está refiriendo a su posición no a su esencia. Sentimos gratitud a Dios porque haya creado nuestra especie.

Sal. 8: 2

De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza “De la boca de los infantes has establecido tu fortaleza”. O “has ordenado tu fortaleza”; quiere decir que en los niños se encuentra su poder, en lo débil de Dios que es más fuerte que los hombres (1 Co. 1:25-29). Así de pequeño se siente él cuando se compara con Dios; como si en ese momento de inspiración recordase quién es él, y los muchos enemigos que tiene; el rey, el soldado, el hombre de guerra vuelto un niño y alabando a su Dios como un niño, con el entusiasmo de un jovencillo. La versión griega (Septuaginta) dice "perfeccionaba la alabanza", citada por los del Tárgum (Mt. 21:16) y la hebrea, que la alabanza es parte de su fortaleza y del poder de Dios. ¡Qué fortalecidos salimos de nuestras meditaciones y alabanzas!

 

No es la Madre Naturaleza sino el Padre Dios

Sal. 8:1-2

“Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! has puesto tu gloria sobre los cielos”. Hay cosas que uno oye decir que tienen que herir el corazón de Dios; por ejemplo, en alusión al tiempo bueno o malo dicen: “Si la madre naturaleza nos concede tal y tal”. Sí, ¿la madre naturaleza te hizo? ¿Quién es ella? ¿Es sabia, inteligente, habla, piensa? No, no han sido sus leyeslas que te han formado, no fueron sus leyes las que te dieron origen; fuiste formado con leyes pero no por impersonales leyes. Las leyes de la naturaleza son los procedimientos de Dios, la forma por la cual hizo y gobierna el mundo; las leyes son impersonales, actúan en cierta dirección pero no se mueven a voluntad propia sino en el sentido que se les impuso. Órdenes permanentes de Dios. No es la madrenaturaleza la que te dio origen, la que ocasiona el clima y las estaciones del año sino el Padre Dios, que hace el invierno y sus nevadas, las primaveras con sus flores y cantos de aves, el abrasador verano y el triste pero no menos bello, y colorido otoño. Pero hablas así porque estás ciego, como dijo Abraham Lincoln: “Bien ciego es, o más bien, bien ciegos son los ojos de los que no ven a Dios”.

El v.2 no parece formar parte del contexto de maravilla de todo el salmo, pero sí lo es; David adora a Dios públicamente enfrente mismo de muchos enemigos. El rey, el varón derramador de sangre, el soldado combatiente adora como un niño, canta alabanzas a su Dios, se exalta, se emociona y precisamente en eso, cuando se hace mil veces más vil es cuando más fuerte es en Dios. Le confiesa delante de gran congregación. Por eso la versión griega recoge “perfeccionaste la alabanza” y la hebrea: “Fundaste la fortaleza”, ambas cosas forman parte del mismo sentimiento que tiene el cantor. ¡Oh sólo los que son niños entienden el privilegio de haber sido creados por Dios y enseñorearse de la obra de sus manos! No agradezcas a la madre naturaleza sino al Padre Dios.

 

El divino visitador

8: 4,5

“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”, “Digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides?”. El primer significado no es cuidar sino visitar. Y ¿qué diría David si se enterara que el Espíritu Santo ha hecho del hombre su templo? Si “el hombre” o “hijo del hombre” se toma en genérico eso maravilla, que es el sentido del salmista, pero si se piensa en la unidad de la raza, es decir en un hombre, por ejemplo yo y , habiendo tantísima gente en el mundo que precisamente me visite a , que vaya a mi casa, que me quiera visitar a . Ninguna otra cosa da tanto significado al ser humano como Dios. Esa relación que tú Señor has establecido con ese hombre, y ¡Dios santo, soy pecador!, me asombra y me deja mudo (Eze. 24:27). Somos la única criatura en toda la creación que conoce su existencia, que sabe que existe, su nacimiento, su historia, pasado, presente, futuro, y que tiene conciencia. Oh, qué responsabilidad. Somos un producto semejante a nuestro Creador.

9:1

“Mut-labén”, con el artículo incluido significa “morir por el hijo”, y se piensa es el título de una canción popular. Significa muerte. Que el músico principal le ponga un tono luctuoso, o compuesto sobre la muerte de su hijo Absalón (2 Sa. 18:33). Pero “el hijo” puede ser el mismo rey que fue declarado hijo de Dios en su ungimiento, porque el salmo parece escrito cuando ha obtenido una victoria casi total. De todos modos, ¡oh morir por el Hijo de Dios, Jesucristo! 

9:2

“Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo”. “Cantaré a tu nombre Altísimo”. Veo cuando cantas que estás feliz y mientras lo haces te pones más feliz. Oh yo quisiera decir “Altísimo” como tú, David. (Lc. 8:28; Hch. 7:48).

9:3

“Mis enemigos volvieron atrás; cayeron y perecieron delante de ti”. “Mis enemigos retroceden”. Hoy no contaré tus maravillas como creador sino lo que has hecho defendiéndome. Y siguió cantando su salmo.

 

El Dios del universo, del elefante y de una flor 

Sal. 9:3-8 

“Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”. ¿No te maravillas de la grandeza de Dios, cómo él puede ejercer su soberanía y amor sobre lo grande y sobre lo pequeño? En este salmo hallas esa verdad; en los primeros versículos Dios tratando con naciones vv. 3-8 y en vv. 9- 14 con individuos, el pobre y afligido. Oh Dios, ¡cómo puedes dirigir los destinos de una y muchas naciones y los de cada hombre! Eres el Dios del elefante, del leviatán y de la abeja, del mosquito; eres Dios de un hombre y de un gorrión, de un imperio y de una flor. Oh, salta de alegría corazón mío en mi pecho, Dios se relaciona con el mundo caso por caso, uno por uno, situación por situación; él oye la oración de todo un pueblo y de un solo creyente. ¡Oh Dios de los muchos y de los pocos, de los grandes y pequeños! ¡Oh la omnisciencia divina! La mentalidad de Dios es inconcebible.

9:4

“Porque has mantenido mi derecho y mi causa”. “Tú has mantenido mi derecho”. Ellos han interferido en mi vida pero no han triunfado.

9:5

“Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre”. “Has borrado su nombre para siempre jamás”. He sabido que se han muerto y los he visto enterrados; ya no me preocupa que me hagan daño, están en sus tumbas. 

9:6

“Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; y las ciudades que derribaste, su memoria pereció con ellas”. “Ha llegado a su fin en desolación eterna”. Mis enemigos no sólo han desaparecido del mapa sino que han salido de la historia; ya no son una raza ni perduran sus civilizaciones. Jesucristo es invicto.

9:7

“Pero Jehová permanecerá para siempre”. “Pero el Señor permanece para siempre”. “Con ellos se fueron sus dioses y tú en cambio perduras para siempre; los estudiarán como folclore pero nadie los respetará como dioses; he contribuido con mi espada y mi pluma a que haya menos paganismo en el mundo. No me quejo de tu propósito conmigo, Señor” (Flp. 2:10,11).

9:8

“Juzgará al mundo con justicia”. A Dios le quedan muchas cosas por hacer en el mundo, quizás no conmigo sino con los que me reemplacen. Yo y otros.

9:9

“Será refugio para el pobre”. Jehová protegerá a los pobres piadosos que no anden en vicios ni sean incrédulos; estará de parte de ellos y no serán ateos ni comunistas. El proletariado será de Dios, con ideas democráticas, con cruz y sin hoz ni martillo.

9:10

“En ti confiarán los que conocen tu nombre”. “En ti pondrán su fe los que conozcan tu nombre”. (Paráfrasis). Los que se animen a buscarte y ensayen contigo en sus vidas, se quedarán para siempre adorándote porque harás por ellos algo. Más que por nuestras palabras por sus experiencias crecerán tus prosélitos. 

9:11

“Cantad a Jehová, que habita en Sion; publicad entre los pueblos sus obras”. Popularicen al Dios de nuestra nación, hagan que los pueblos miren para acá; somos una nación pequeña pero con un Dios mejor que el de ellos. Inviten a los pueblos que vengan a adorarle pero no paren de hacerlo si no quieren venir. 

9:12

“Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos”. El escucha la voz de la sangre (Ge. 4:10). Los pueblos devastados por Jehová, la gente que quede, no le guarde rencor por lo que les hizo porque se portaron mal con él; no los atropelló por gusto; una vez castigados, humillados; le dolió en su corazón lo que les hizo y está dispuesto a ayudarlos como amigo si lo solicitan. La justicia humana ha absuelto criminales pero Jehová nunca lo hará. No tendrá por inocente al culpable.

9:13

“Jehová tú me levantas de las puertas de la muerte”. “Mis guerras no han acabado con mis triunfos porque ni con la espada ni con tu gracia algunos se doblegan; no me reconocen como un instrumento tuyo y les inspiro odio en vez de simpatías. Gracias por la misericordia de ayer y la solicito para mí de nuevo; pensé que cuando triunfara sería feliz pero continúan mis problemas; no dejaré de sufrir mientras permanezca en contra del pecado de ellos. Si pudieran, Señor, no sólo me destituirían sino que me darían muerte”.

9:14

“Para que cuente todas tus alabanzas”. Una razón que veo para seguir vivo es que dé mi testimonio; no es mi vocación la que me hace feliz, Señor, sino mi adoración; he escapado de la muerte para tener la dicha de contarlo; la historia de mi vida cabe en un puño como un grano de maíz, y lo más importante de ella es lo que tú has hecho por mí.

9:15

“Las naciones se hundieron en el foso que hicieron”. “No soy político Señor, mejor sería teólogo, y sabía que el pecado hundiría a esas naciones; ellos no lo  comprendían y se recreaban en él, de antemano vi que desaparecerían porque tú las ibas aborreciendo más y más; el pecado las perforaba y cavaban felices sus tumbas”.

9:16

“Higaion” significa meditación y un sonido solemne, y en vez de vocalizarse la palabra se murmullaba. No esperaban lo que les venía encima y pensaban que a ti, el gran Dios de una pequeña nación, sus hechos no te incumbían, porque ignoraban que el mundo te pertenecía y con guerras, epidemias y violencias los redujiste poco a poco, se dispersaron y se diluyeron y otras sangres los reemplazaron, se ahogaron sus culturas y se menospreciaron sus adelantos; de ellos hoy sólo se ocupan los cronistas.

9:17 

“Los impíos volverán al Seol”. No contaban con sus muertes prematuras; y les pasó para que se enmienden los vivos. La muerte de todo ser humano es un terrible sermón. Se creen dichosos los vivos porque no les pasó a ellos y no sacan ninguna lección; hasta contentos velan los amigos muertos y no aprenden ni un ápice. (Ecl. 7:2-4).

9:18

“El necesitado no será olvidado para siempre”. No hace falta ir a la escuela para ser virtuoso, si el hogar no es un nido de descomposición. No es una obligación de los pobres ser perversos. Los pobres piadosos tienen las simpatías de Dios y sus sueños, con tiempo, se realizarán; no hace tanta falta un nuevo orden social como una mejor relación con Dios. Tengo miedo que las iglesias entusiasmadas en la alabanza a Dios, sin la predicación expositiva de la Biblia, no pasen de ser grupos alegres sin trascendencia. La sociedad se salva de su extinción no con fiestas sino con bíblica reflexión seria.

 

Sepan bien, hombres modernos, que no son dioses

Sal. 9:19, 20

“Aprendan las naciones que no son sino hombres”. No Jehová, no permanezca el mundo si no quiere ser mejor; no estoy interesado que se salven los pueblos que por obstinación incuban en sus entrañas impiedad. Que se desplomen los pueblos que no son dignos de vivir dentro de este globo. No es oh Dios, que le imponga una religión universal sino que al menos se porten bien porque tú te agradas en todas las naciones de los que hacen justicia (Hch. 10:34, 35). Pon tu temor en ellos, no para que haya un solo Dios universal como sería tu justo derecho, sino como mínimo para que no se crean dioses sino seres humanos. Es utópico pensar que el mundo se va a comportar bien si no tiene una moral teológica, si el  bien y el mal son relativos; gústenle o no, téngalo como arrogancia si quieren, la esperanza de sobrevivir nuestras épocas está en temer a Dios, así como suena, sin el eufemismo de exponerlo basándose en el amor y no en el miedo. Es menor el miedo que hay que tener a Dios que el que sentiríamos si pudiéramos anticipar las consecuencias que traerá si establecemos nuestra regla de lo que es bueno y malo. Malo. ¿Qué te crees tú, “hombre de pecado que te sientas en el templo de Dios como Dios que eres Dios?” (2 Te. 2:3,4). No lo eres.

10.

No parece que sea un salmo de David pero sí inspirado por él; parece que sufre menos. Los salmos que David escribía eran sus oraciones en tiempos de adversidad y el autor de este salmo está tranquilo, no le desespera nada, no agoniza dentro de alguna situación. Debiera llamársele “masquil” porque pretende enseñar, y ha observado de cerca el comportamiento de los malos. 

10:1

“¿Por qué Jehová te mantienes alejado?”. ¿Lejos? Si le puedes sentir la respiración, te deslizas dentro de su esencia (Hch. 17:28); pero eso es lo que a uno le parece cuando sufre, que Dios está ausente; se siente uno víctima y se empieza a tomar compasión, y llora por sí mismo. Y se pudiera recostar en el hombro de Dios.

 

No sólo ignoran a Dios, también lo excluyen

Sal. 10:2-4 

“Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová”. “Maldice el codicioso y blasfema a Dios”. En ninguno de sus pensamientos hay Dios. No existe para él, no se halla ahí. Hacen referencia a pocos hombres los salmos, si hay alguno, que filosóficamente niegue a Dios; los malos más bien lo excluyen; en ninguna de las cosas que piensan incluyen a Dios; y una razón, no la única, es el orgullo; piensan que pueden manejar todos sus asuntos sin oración ni consejos sagrados, que no necesitan su bendición para cada día ni a Jehová el pan imploran, cuando debieran decir “si el Señor quiere” (Sgo. 4:13-16). El v. 3  debe leerse con el v.5, “a todos sus adversarios los desprecia”; con el v.7, “llena está su boca de blasfemias”; y ha sido traducido de diversas maneras tal como “bendice al codicioso a quien el Señor aborrece”. La palabra “desprecia” podría traducirse blasfema o provoca. Y bendice como maldice. Así que sería, que el codicioso maldice y desprecia al Señor. La razón principal que tiene un no cristiano para no convertirse es su orgullo, por supuesto que también su amor al pecado. Se hace la idea que su vida no sufrirá bruscos cambios para mal.

10:5- 11

“A sus adversarios desprecia. Llena está su boca de blasfemias”. El hombre malo, como persona o clase social, en el cual está pensando el salmista, vive holgadamente, y los que hacen negocios con él se empobrecen porque en sus manejos hay trampas, engaños y fraudes y humilla a los que vienen a él. No menciona la extorsión pero tiene las características de un prestamista o un usurero; aunque posiblemente si fuera eso lo hubiera mencionado, o porque la identificación haría demasiado evidente la alusión porque los perversos que inspiraron este salmo podrían cantarlo o escucharlo. Esta porción presenta a lo que Pablo llama “el hombre de pecado”, pero más pequeño, territorialmente más chico, pero es de esa clase.

10:5

“…torcidos”. De acuerdo al fondo del salmo es mejor traducir torcido que “prospera en todo tiempo”. Ninguna cosa la hace derecha sino para aprovecharse de los demás. Nota que aquí el salmista ora como lo haría un discípulo de David.

10:6

“Dice en su corazón: No seré movido jamás; nunca me alcanzará el infortunio”. “Estoy bien plantado como una estatua, soy todo oro”. (Paráfrasis). No hables así porque si te hubieras mirado los pies verías que son como los de Nabucodonosor, de barro (Da. 2:33-42). Así habla un hombre cuando tiene dinero, salud, y una posición social fuerte; piensa que es inconmovible y que hasta donde ha llegado no lo alcanzará el infortunio; su triunfo ha contribuido a engreírlo y hacerle pensar que Dios es innecesario, y más, que se puede lograr lo que quiera sin respeto alguno hacia él.  Dime secularista, ¿no te retrataron aquí, tú que sólo piensas en trabajo y dinero?

10:8-10

“Se sienta al acecho en las aldeas”. Compara al malo con un león que se tira sobre la presa; y sus planes de asalto son sus estratagemas para enredar y engañar (v. 9).

 

No piensan en Dios como investigador

Sal. 10:11,13

“Dios no lo verá jamás”. Los impíos en el AT generalmente no dudaban de la existencia de Dios sino que tenían una desdichada concepción pagana de él. Describir a Dios por el hombre es una equivocación; si nuestro Dios hubiera sido creado por nosotros sería más comprensible. Si Dios fuera como nosotros sería mucho menos de lo que es.

El cuerpo de este salmo mayormente se dedica a describir a un pecador sin Dios; específicamente define a un homicida y ladrón (v. 8) pero por extensión a todos los que se olvidan de Dios (vv. 4,5). La diferencia entre pecadores alcanza sólo a la clase y la cantidad de pecados que cometen, pero los impulsos y deseos de sus corazones son semejantes. Según el v. 13 cuando un pecador se dispone a hacer su pecado, ¿ora a Dios y le dice que no lo investigará? No, porque si orara el Espíritu lo detuviera de pecar; lo que sí es cierto es que no piensa dentro de sí en ninguna clase de investigación sobre lo que se dispone hacer. La idea de un juicio es la que menos cerca está de su mente. Cuando seas tentado a pecar piensa que serás juzgado (v. 6), que tendrás que explicar tus pecados ante el tribunal de Cristo. Quita la doctrina de un juicio investigativo y ya los hombres no se frenan. Incluso hombres que creen en Dios no pueden admitir que él los juzgará. Medita en Ro. 14:10; 2 Co. 5:10; Apc. 20:12.

 

Pecados en el trato social

Sal. 10:13

“¿Por qué ha despreciado el impío a Dios?”. 

¿Por qué? Porque piensa que a Dios no le interesa el trato que le damos al prójimo, que injusticia social, abuso económico, discriminación, no son pecados. Que lo único que importa a Dios es si uno lee la Biblia, si ora, si asiste o no el domingo a la iglesia, es decir, Dios es eclesiástico y no se preocupa de la política ni de los negocios, que su incumbencia se reduce a los servicios religiosos, a la obra de evangelización y apoyar los esfuerzos de los misioneros. El Espíritu Santo clama por justicia social. No hay que criticar a los hermanos que participan en la política, allí los necesita Dios. Y uno debe ser respetuoso de las ideas del otro. ¿O criticaría al mismo apóstol Pablo por decir que los césares, son puestos por Dios para el bien? Textos para reflexionar (Miq. 6:8; Sgo. 5:4. Este salmo, 10:12-15, 17, es una oración a favor de los pobres. 

 

Induce, Dios, la oración 

10:17

“Jehová tú has oído el deseo de los humildes”. Los necesitados oran no sólo por necesidad sino porque Dios les da su gracia para que clamen. El “da gracia a los humildes”. Ora no solamente porque tu iglesia se haga grande sino porque tu sociedad sea mejor. Señor dispón mi corazón para orar, inclínalo. Mi vida de oración depende de ti porque soy demasiado débil para orar bien.  ¿Cómo podré orar si no tengo fuerzas, si mis labios no se abren? Señor la oración que tú quieres oír indúcela, derrama tu gracia y tu pueblo orará (Zac. 12: 10), que mis labios expresen la intención del Espíritu (Ro. 8:26,27). Oh Jehová yo sé que el impío no ora (Sal. 53: 4).

11:1

“En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave?”. No me aconsejen que huya, ¿un hombre como yo ha de huir? (Neh. 6:11). No hay que escapar de deberes y responsabilidades sino del pecado (1 Co. 6:18). ¿Cómo he de negar con acciones la fe que he confesado con mis labios?

 

 

John Stott se iría de la iglesia, Spurgeon dejó la Unión, y los presbiterianos Princeton 

Sa. 11:3

“Si los fundamentos fueren destruidos”. Si fueren destruidos los fundamentos de la religión cristiana, que son sus doctrinas básicas y su ética, ¿qué harán los que han confiado sus vidas a ellas? ¿Qué harán los simples creyentes cuyas almas son cuidadas por pastores? ¿Qué harán si a los mismos maestros que los oían enseñar las verdades ortodoxas del N.T. ahora les oyen lo opuesto y los ven destruir lo que edificaron? ¿Qué podrán hacer los justos si oyen que ya el fundamento de la salvación no es Cristo, sino que lo han quitado y han puesto en su sitio otro nombre y otro evangelio; y que la salvación no es un don de la gracia solamente que se recibe por fe sino que el hombre tiene que hacer obras para ponerlas junto ellas? (1 Co. 3:11). ¿Qué harán los justos si se dan cuenta que, en la predicación, en el evangelismo y en la adoración Cristo tampoco en todo tiene la preeminencia (Col. 1:18), que es vana porque se dice que no resucitó? ¿Huirán los justos al monte cual ave? ¿O hacer como dijo John Stott en una entrevista cuando le preguntaron si su iglesia aprobaba el matrimonio entre homosexuales y lesbianas, afirmó que lucharían quizás por unos años y luego se iría? 

 

Sí, quizás sea mejor así, tratar de dominar aquellas instituciones que son como el fundamento de la iglesia, de la denominación y a partir de ella luchar para poner de nuevo el fundamento que quiso ser destruido; y si no se logra, pues entonces salir, como hicieron los presbiterianos con el seminario en Princeton; cuando ya no pudieron detener la ola liberal, se marcharon y fundaron el que ahora radica en Filadelfia. O lo que hizo Spurgeon en Londres cuando la Unión Bautista se negó a condenar a los que estaban enseñando el liberalismo en sus iglesias; después de lo que se conoce como el Downgrade Controversy, abandonó la Unión y a poco tiempo murió. 

Esa actitud defensiva o combativa fue la que usó Pablo contra judaizantes y pro gnósticos en sus iglesias como los gálatas y los colosenses (Flp. 1:17) ¿Qué haremos si aquellas doctrinas que son el fundamento de la religión cristiana, que hizo del movimiento una secta, como lo llamaron sus contemporáneos, algo distinto al judaísmo, son socavadas? Por ejemplo, la divinidad de Cristo. ¿Qué haremos con la iglesia que rechaza la divinidad de Cristo o con una denominación entera? ¿Le toleraríamos esa deserción teológica para que como Himeneo y Alejandro ande gangrenando todo el cuerpo? ¿O es mejor expulsarla para que haga su mal afuera, entre aquellos a quienes el dios de este siglo cegó el entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio? ¿Qué harán los justos si oyen a sus profetas y maestros enseñar que la salvación no es por fe sola sino fe con buenas obras, promesas, comidas, etc.? ¿Qué harán los justos (que pueden hallarse en cualquier denominación) si se dan cuenta un día que en su iglesia los fundamentos han sido destruidos hace siglos y se ha estado venerando imágenes como dioses lo cual la Biblia prohíbe? ¿Deben seguir adorando a Dios entre altares y altares, cantando alabanzas evangélicas, usando dones del Espíritu entre figuras de talla y oro que otros hundidos en la ignorancia adoran? ¿Qué harán los justos si empiezan a enseñar en su religión que ya Dios no es más trino sino una sola persona, la del Padre, que el Espíritu Santo no tiene personalidad sino que es una fuerza divina? Si los justos se dan cuenta que eso es lo que se enseña en su denominación, ¿qué harán? ¿Tolerar o dejarla? En tales casos, si no hay fuerzas para combatir y ganar sea mejor y hacer lo que David no quería, huir al monte cual ave, escapar, como dice la tradición que hizo Juan cuando supo que Cerinto el gnóstico estaba bajo el mismo techo que él y temía se desplomase por la ira de Dios. David pregunta qué harán los justos si eso les pasa y da a entender que los justos tienen que hacer algo, la situación es crítica, terrible, dolorosa, pero no pueden quedarse con los brazos cruzados mientras los fundamentos apostólicos son destruidos.

Pero, ¿qué harán los justos si los fundamentos básicos de la sociedad son destruidos? ¿Si los fundamentos morales sobre los cuales ha sido edificada nuestra sociedad occidental, que son los fundamentos cristianos son destruidos? ¿Qué hacer si en las escuelas se enseña una educación sexual liberal y anticristiana? ¿Sacamos nuestros hijos y los ponemos en una escuela privada o nos hacemos miembros del PTA, vamos a las reuniones y protestamos para que los fundamentos no sean destruidos? ¿Se cruzarán de brazos los justos y no harán nada? Lo que pudiéramos hacer con la iglesia, dejarla, no lo podemos hacer con la sociedad donde vivimos, por lo menos en muchos casos; el primer camino a tomar es usar los medios que se han conservado para evitar que los fundamentos sean destruidos. Si un presidente aprueba el aborto, la constitución nos garantiza la oportunidad de votar en su contra y no reelegirlo, si se manifiesta en pro de los matrimonios de homosexuales, hay que cambiarlo y elegir a otro para quien los mandamientos de Dios sean más importantes que la interpretación filosófica de la libertad democrática. ¿Elegiremos un presidente, o lo renovaremos sólo contemplando los progresos económicos o las promesas financieras que hace sin juzgarlo cristianamente? ¿O no nos importan los fundamentos cristianos de la sociedad y los sacrificamos por la prosperidad individual y la conveniencia? Si los fundamentos cristianos que pusieron los peregrinos que se bajaron del barco Flor de Mayo, en el caso de Estados Unidos, y sobre los cuales se inició, prosperó y sobresalió esta sociedad son destruidos, y que ahora influye tanto en Hispanoamérica, su esplendor se marchitará y como el imperio romano, ella también se caerá y nosotros con nuestros hijos pereceremos en su derrumbe. 

11:4

“El trono de Jehová está en los cielos”. El concepto que Dios está en el cielo no es para afirmar que se halla lejos sino que lo ve todo, que es sublime y soberano; los judíos asociaban la omnisciencia de Dios con la altura; mientras más alto más ve. Cuando se dice “Padre nuestro que estás en los cielos…” no es para afirmar que no se halla en la tierra sino que está sobre ella, que es puro y la domina. Por eso “alzaré mis ojos a los montes de donde vendrá mi socorro”; y se habla del “tercer cielo” o paraíso arriba, y Jesús ascendió al cielo, entró a la diestra de Dios, arriba, donde debemos buscar todas las cosas. Ver Sal. 121:1; 2 Co. 12.2; Lc. 24:40; Col. 3:1. 

11:5

“Jehová prueba al justo y al impío”. El justo es probado y el malo aniquilado; el bueno es acrisolado y el perverso acribillado. Les suceden lo mismo y los resultados son distintos.

11:6

“Sobre los impíos hará llover carbones encendidos” (trampas). Los creyentes sufren calamidades pero no una lluvia de ellas; y si algún aguacero, Dios le provee refugio contra el turbión (Isa. 32:2). Todos los salmistas afirman que a los que litigan contra la ley divina les irá mal.

12.

“Seminit” probablemente una lira de ocho cuerdas. Cuando David, lo mismo me pasa a mí, está tranquilo sin que nada le moleste, parece que lo que escribe no es suyo; es otro hombre; cuando uno deja de ser afligido deja de contemplarse demasiado. En este salmo invoca a Dios por la causa de otros y carece de un grito de propia desesperación; cuando la intensidad del sufrimiento disminuye oramos con menos intensidad.

12:1

“Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos”. Ora con el mismo escepticismo de Abdías (1 Re. 19: 14-18); en todas las épocas a uno le parece que el cristianismo va a desaparecer; y se equivoca. Aunque es cierto que la verdadera piedad escasea. El peligro sería real si se acaban los piadosos dentro de la iglesia. Si continuamos formando malos cristianos entonces sí el cristianismo peligra.

12:3

“Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla jactanciosamente”. “La lengua que habla con exageración”, en alta voz, cosas insolentes, que habla mucho y con orgullo.

 

Dios de todos los miembros del cuerpo, excepto de la lengua

12:4

“Han dicho: nuestros labios nos defienden”. “Por nuestras lenguas prevaleceremos” “Nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?”.  ¿Quiénes son estos Tértulos leguleyos, picapleitos y abogados sin conciencia? ¡Qué difícil es quitarse el mal uso de la lengua!, es de los últimos baluartes que se tarda en ser tomado por el Señor Jesucristo. Uno ve que es el Señor de las manos y le sirven con obras piadosas, Señor de sus pies que los conducen a la casa de Jehová, Señor de los ojos que los usan para escudriñar la palabra de Dios, sin embargo, a la lengua todavía no ha llegado su reino y no está domesticada (Sgo 3: 7,8) y dicen: ¿quién es Señor sobre nosotros? El apóstol dice que glorifiquemos a Dios con nuestro cuerpo, y no seremos realmente piadosos mientras no haya piedad en nuestros labios y estén limpios de mentiras, calumnias, dobleces, y sean purificados con las brasas del cielo (Isa. 6: 5-7). La conversión a Cristo de los magistrados tiene que contemplar el buen trato de los pobres.

 

Purifícate  siete veces

12:6

“Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, 
 purificada siete veces”. Quiere decir hasta la perfección, que es lo que el siete significa. “La palabra de Jehová es plata”. (Paráfrasis). La conversión a Dios está relacionada con su Palabra y clama por el fin de la desobediencia; los que manejan de alguna forma la palabra de Dios que es limpia, tienen en otros modos, que hablar limpio y actuar justamente. ¿Qué avivamiento es ese, qué conversión es esa, que no afecta para nada el comportamiento, que no le permite a la palabra de Dios meterse en sus negocios, que no tiene nada que ver con la vocación secular? Si la palabra de Dios está purificada siete veces, el pecador debe purificarse siete veces; hundirse siete veces como Naamán en el Jordán y expulsar siete demonios como a la Magdalena, y perdonar 490 veces (Leer 2 Re. 5:10; Mr. 16:9). Entonces será en la iglesia un número perfecto, un miembro de plata. O de oro.

12:6

Leyendo el Antiguo Pacto.

 

“Las palabras del Señor son puras”. Si son puras deben leerse con ojos puros, oírse con oídos puros y tocarse con manos limpias. ¿Has oído algunos decir que el Antiguo Testamento, en la Biblia, es un libro desagradable? Cuando ellos leen las batallas de Israel contra sus enemigos, las cruentas luchas, cuando Jehová peleaba por su pueblo, se sienten ofendidos por la lectura y no quieren continuar; afirman entonces que no puede tratarse de un libro inspirado por Dios, el libro de Dios. ¿Y no son así las historias de todos los pueblos? ¿No es la historia de la civilización en gran parte sus guerras? ¿Por qué ha de ser distinta la historia de Israel? Pero lo que más les repugna es que Dios se halle involucrado, como comandante en Jefe, en esas guerras, como un soldado más que pelea por Israel; y muchas masacres a enemigos son ordenadas por él mismo. Es la ley del talión, la que Israel aplica y la que le aplican. Esas cosas forman parte del libro de Dios porque son ciertas, son históricas y contienen la forma más confiable de revelación de la verdad que existe, la revelación histórica; por eso se puede decir con David que las palabras de Dios son limpias, contienen siempre lo cierto, lo que ocurrió, cuenta las cosas como pasaron para que creyésemos en ellas. Cualquier libro religioso que no enmarque sus sucesos dentro de la historia, es falso, cuenta mitos o leyendas. La palabra de Dios es como plata acrisolada siete veces en horno de tierra, pura, sin escorias, estrictamente cierta, confiable.

A otros cuando leen el Antiguo Testamento les desagradan las violaciones, traiciones, inmoralidades, incestos, desnudez que él contiene. ¿Y no son ciertas? ¿No son todas esas cosas parte de la vida humana? Se cuenta todo lo malo y lo bueno que podemos hacer los hombres. Son cosas que fueron escritas no para ser leídas por los ángeles, ni trata de la vida de ellos sino de hombres pecadores. Lo que leemos es nuestro retrato, lo que somos y lo que merecemos. La Escritura es la verdad humana limpia y por eso estamos seguros que es inspirada por Dios y útil (2 Ti. 3:16, 17). Jesús leía el Antiguo Testamento, la Escritura, la ley, los salmos, los profetas, ¿eres más santo, con escrúpulos más delicados que los de él? Ellas forman parte del libro santo de los cristianos y sirven de base, cuna y sombra al que nosotros llamamos Nuevo Testamento; no obstante, tu lectura no está completa si no lees también este último.

12:8

“Cuando la vileza es exaltada”. La vileza puede ser exaltada pero no deja de ser vileza; el pecado no pierde su esencia aunque se le haga sublime, aunque esté en el trono es pecado. Vileza se puede traducir frivolidad y lo inútil. Y ¿qué son ellos? Gente vil, señores frívolos e inútiles, y eso porque a una se hicieron inútiles puesto que se desviaron (Ro. 3:12).

13.

Este salmo sí respira la autoría de David, el rey sufrido y desesperado, no el escritor de ánimo compuesto, del salmo anterior. Si todas esas experiencias las sufrió “el dulce cantor de Israel”, no pudo ser tan feliz. ¿Serían enemigos reales, imaginarios o potenciales? Pienso que verdaderos; siempre tuvo que gobernar con enconada oposición y la oración a Dios formaba parte sustancial de su perseverante éxito.

13:1, 2

“¿Hasta cuándo me olvidarás?”. Nota lo impaciente que se halla en su aflicción al preguntarse cuatro veces “¿hasta cuándo?” Nunca sabemos hasta cuando ha de durar una aflicción pero el Señor sí y no nos dejará ser probados más de lo que por gracia podamos resistir. La circunstancia hace pesada resistencia, pero la fe la atraviesa (1 Jn. 5: 4,5). La experiencia nos dice que los hasta cuándo tienen un fin.

13:1

“¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?”. David no se imaginaba enemigos, pero sí que Dios le volviera la espalda; se preocupaba hasta la desesperación; ninguna otra persona estaba tan presente en la mente de Dios como David y él no lo creía; pensaba en él constantemente y él suponía que ni siquiera a ratos. Le decía a Dios “¿hasta cuándo volverás tu rostro de mí?”. Y se estaban mirando cara a cara como compañeros (Ex. 33:11). Lectura adicional, Isa. 26:3,4; 49:14-16.

13:2

¿“Hasta cuando mi enemigo será exaltado sobre mí?”. “Ya me has enseñado con dolor tantas lecciones como cualquier viviente pueda soportar. Estoy harto de aprender lecciones sobre los hombres impíos; son ellos mis instructores de siempre. No hay un solo y bendito día que no tenga que llorar, o al menos que me arranque un suspiro, alguno de ellos. Si fueran pocos mis enemigos no me preocuparían demasiado, pero crecen como pelos en mi cabeza. Lo peor es que no puedo mantener mis triunfos, siempre hay alguno que me gana alguna ventaja; disfrutan cuando ponen sus pies sobre mí. Si no fuera por ti me hubieran hollado”.

13:4, 5

“Mis enemigos se alegrarían si yo resbalara”. O si yo fuera sacudido. “Ellos darían un ojo de la cara por verme resbalar; y si me tardo en resbalar se ponen impacientes e inventan mis resbalones. Ignoran que, aunque resbale Jehová no me dejará caer (Sal. 62:2,3). A veces los tenemos como hermanos. No pienso aguantarme con mis brazos sino por la misericordia de Dios; cuando pierda el equilibrio Dios me ayudará a recobrar el balance; de todos modos, ustedes no me tendrán a sus pies”.

13:6

“El Señor me ha colmado de bienes”. “No me digan que me imagino una ayuda divina porque Dios me ha visitado otras veces. Ingrato no soy y olvidadizo tampoco. Me inspiran al arpa no sólo mis dolores sino las bondades de Dios; es cierto que convierto mis tribulaciones en melodías pero no las escribo para otros sino para Dios porque son mis oraciones; cada estrofa subraya alguna experiencia mía; estoy melancólico sólo cuando oro, no todo el tiempo cuando Jehová me responde; las expresiones más tristes de mi vida son mis oraciones, que generalmente no las bailo sino las releo y me dan fe para otras ocasiones”.

 

Si no hay Dios el significado de vivir no existe o es pequeño  

Sal. 14:1

“Dijo el necio en su corazón: No hay Dios”; la Biblia habla bastante sobre esta clase de hombres que en realidad es más grande de lo que uno imaginaría. Estrictamente no se trata de un grupo, una casta, sino de la humanidad. Si lees el contexto, el Espíritu no se refiere a una sociedad determinada ni a ciertos enemigos judíos que tuviera David sino a todos los hombres, a lo que son ellos por naturaleza. Eso quiere decir que cada ser humano tiene escrito en su corazón, a pesar de haber ser hecho a su imagen y semejanza, estas tres palabras: “No hay Dios”; o sea, el ateísmo es innato, lo mismo que la idolatría, y si sigo lo que dice Pablo, el ateísmo es un capricho o una contradicción. Cada descendiente de Adán viene a este mundo como un incrédulo, negando la existencia misma de Dios. 

Pero habría que aclarar que de modo práctico. El ateísmo filosófico, el que dicen algunos que lo sostienen porque no es científico, de ese no habla la Biblia; pienso que no porque no hubiera ateos de esa clase en el largo período en que ella fue escrita sino por su procedencia, porque proviene del otro, quiero decir, que el ateo filosófico dice “no hay Dios” porque no quiere que haya Dios, por alguna razón en su carne o historia personal, generalmente ética, o porque no quiere ser como alguien que conoce que cree en Dios. No es tan importante el último como el primero, por eso la Biblia no lo menciona, no hace énfasis en hombres de esa forma de pensar, no los toma en serio. A los que sí define como ateos son a los que viven como ateos, los que no tienen en cuenta a Dios para nada, que actúan como si no existiera y hasta profesan alguna religión.

Mi alma se rebela contra la concepción de que en el mundo no haya Dios. Es una negación intelectual demasiado grande para ser admitida. No he creado a mi propio dios porque me haga falta. Dios existe y tiene que existir porque de lo contrario, nada tiene razón para existir si él no existiera. Si Dios no existe, vivimos en un mundo descabellado y cruel. Si no hay Dios, la realidad de existir apenas existe. La vida humana sería como un juego ciego o una obra de teatro, a veces burlesca, otras trágica, pero las más, tonta o espantosa. Si Dios no nos creó sino que  la Casualidad nos hizo y evolucionamos desde los unicelulares a monos y nada debe explicarse con un propósito o finalidad; concluyo que nos hizo una broma de mal gusto y la mejor venganza contra ella es el árbol y la cuerda de Judas. ¡Oh Dios, que razón más grande eres tú mismo! 

 

Predicar para restaurarles la suerte

14:2,3

“Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan y a Jehová no invocan? ”. Quien interpreta mejor este salmo es Pablo en Romanos capítulo tres. Te remito a mis comentarios sobre aquel texto. Aquí David menciona a su pueblo, que lo devoran aquellos hombres, y él quiere que de alguna parte salga la salvación y Dios le restaure la suerte, como también se puede traducir el v.7; y esos prisioneros en pensamiento apostólico han de ser tanto los judíos como los gentiles que no buscan a Dios ni hacen lo bueno. Así hallamos en el salmo estas cosas: una clase de hombre sin gracia, un pueblo buscado y hallado por Dios que recibe la salvación. Es una clase de hombres y no un grupo impío que se come a los buenos puesto que empieza hablando en singular, “dijo el necio”; y después amplía el enfoque cuando dice que la mirada de Dios recorrió la vasta humanidad y no halló un solo hombre inclinado a buscarlo porque todos ante sus ojos estaban deplorablemente corruptos (v.2); y la señal inequívoca que son sin gracia es que no oran, o a Jehová no invocan (v.4). Recuerde aquel primer avivamiento en la humanidad (Ge. 4:26), y como Dios convenció a Ananías que Saulo estaba en la gracia cuando le dijo que estaba orando (Hch. 9:11). La situación de la humanidad es esta: es atea en su corazón, vive en corrupción y oscuridad intelectual (vv.2, 4); entonces no se puede esperar por nadie para que sienta deseos o piense en buscar a Dios, hay que ir por ellos, no hay que estimar que haya alguno que sea moralmente aprobado por Dios ni pensar inocentemente de ellos, porque todos se han corrompido. No estoy defendiendo adrede un sistema teológico sino  exponiéndolo, cómo mirar a la humanidad con los ojos de Dios y qué debemos saber todos sobre aquellas personas que deseamos que les sea restaurada la suerte y vuelvan a Dios. Examinemos los métodos que usamos. ¿Creen que con danzas, panderos y flautas estos se interesarían en Dios, harían lo bueno, se corregirían moralmente? ¿Creen que con predicarles un evangelio por conveniencia serían salvos? ¿O es que ya la iglesia no entiende lo que es la salvación, algo muy grande?

15.

¿En quién estará pensando David? Posiblemente en los sacerdotes y levitas que trabajaban en el monte Sion donde se hallaba el arca de Dios, ocupados en la adoración y los sacrificios con los cantores y todos aquellos que como él mismo anhelaban hallarse en ese lugar aunque fuera por un día.

 

Dos señales tangibles del amor

Sal. 15:1-5

“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?  ¿Quién morará en tu monte santo?  2 El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El que, aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás”. 

Este salmo habla del amor al prójimo, aunque no se mencione, amor al prójimo en hechos, demostrado, de dos maneras, la primera es con respecto a la lengua. En primer lugar, vamos a la identificación de quiénes habla David. Mostrando el amor en el uso de la lengua. Una lengua santa. Los que habitan en el tabernáculo, los que viven allí, o sea los que ministranpara Dios y para el pueblo, los que habitan en “el monte santo”; en otras palabras, David está pensando en el testimonio de los sacerdotes, los levitas, los porteros, los aguadores, los músicos, los que son líderes del pueblo de Señor, los que son mediadores entre Dios y los pecadores, los que corren un rol importante en la reconciliación de la congregación con Dios, los que manejan los asuntos eternos, la sangre de la expiación, la oración, ofrendas por las culpas, por el pecado. Es una gran responsabilidad participar en la salvación de los demás. Los que enseñan la Palabra de Dios al pueblo, los que abren y cierran las puertas del tabernáculo, los diáconos, los ministros, deben ser personas veraces

El prójimo; ¿quiénes son los primeros prójimos de los que ministran en el tabernáculo? Son los otros colaboradores de Dios de los cuales cada uno debe ser un celoso guarda y amar el trabajo que hacen y la reputación con la que lo hacen para que no tenga impedimento y porque su honra es después de su familia lo que más ama. Si usted lo calumnia daña todo su trabajo y le destroza su moral, lo hace llorar y sangrar y a la vez impide que su trabajo avance y se entristece al Espíritu Santo, se opone a sus oraciones, estudios, esfuerzos en la gracia.  

Ahora más que nunca estamos en condiciones de identificar una calumnia como un arte diabólico que consiste en la manipulación de la verdad, tomar un trozo de ella y no decirla completa para que se piense lo contrario, decirla fuera de contexto, añadirle, exagerarla, en fin, convertirla para provecho propio en mentira; a ese trabajo se le llama “calumnia” y pertenece al arte del infierno, es un talento desarrollado por el diablo. Un hombre “íntegro” “veraz” no puede vivir sin reputación, se hunde en la vergüenza; es una obra diabólica, satánica que es la palabra traducida calumniadora en 1 Ti. 3:11. Los que habitan en el tabernáculo de Jehová deben dominar la lengua. Es un simple requisito para servir.

La otra señal de amor al prójimo tiene que ver con el dinero; así dicho simplemente. La lengua y el dinero están relacionados. Se prueba el amor que se tiene en el corazón cuando el dinero está por el medio, cuando tiene que expresarlo con dinero y no con palabras a un necesitado de los muchos que vienen al tabernáculo de reunión, (recuerda como lo expresó el buen samaritano; Jesús nunca dijo a nadie “te amo” pero la gente se lo conocía hasta en la mirada; nunca dijo “te amo mamá” pero le dijo a Juan que cuidara de ella; nunca le dijo a Pedro que lo amaba pero le sanó la suegra ¡!, y le pagó el impuesto que le cobraban y sanó la oreja de Malco que él cortó, o sea, el daño que hizo a otra persona. ¡Hechos! No dijo a Juan que lo amaba, pero le dejó que se recostara en su costado. No le dijo al joven rico que lo amaba, pero se lo leyeron en la mirada. Se ama cuando se hace una colecta o se pide que de los fondos de la iglesia se le entregue una porción y no se proteste y se halle objeción para no hacerlo. 

El dinero sirve para hacer más firme la hermandad o debilitarla, si tiene que prestar el dinero, con amor es sin interés, pagar un salario justo, no pagarlo o dilatar el pago indefinidamente sabiendo que el otro lo necesita, o querer que se trabaje sin cobrar, que el otro regale su trabajo.  Y el caso más difícil que prueba el amor al prójimo es cuando decide perder dinero por ser fiel, “jurar en daño suyo”, en perjuicio suyo, y dice, “mejor pierdo ese dinero y no pierdo un amigo o un hermano, el dinero se recupera, pero el amigo que se pierde por causa del dinero no se recobra jamás”. 

El dinero también sirve para medir amor a los que sirven en el tabernáculo y el valor que le damos a sus trabajos. Si le da igual ir o no al tabernáculo de reunión, llevar cualquier cantidad, de cualquier calidad, una oveja gorda y saludable o una enferma y roñosa, un par de tórtolas o palominos teniendo becerros, teniendo bendiciones de Dios ser de poca bendición, ¿de qué amor a los ministros usted habla, amor al evangelio, a la predicación, a la salvación? Se puede medir el amor que siente para esas cosas por el esfuerzo que hace en mantenerlas funcionando. Si le da valor al trabajo sagrado que ellos hacen, a la siembra espiritual, o ¿pondrá un bozal al buey que trilla?  Exhortación: Así piensan los que no son de Cristo, los que no aman esta obra porque no son bendecidos por ella, no la entienden, y no la financian porque no la han experimentado, ¿es usted uno?

 

16. 

“Mictam” significa grabar y poema. La primera define bellamente la segunda, que el poeta crea con su ingenio. Este salmo es una joya y cada versículo es un rubí; yo me quedo con todo él y ojalá pudiera tenerlo presente en cada momento.

16:2

“Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti”. “Me acuerdo que oré así: tú eres mi Señor, no hay para mí bien fuera de ti. Recuerdo mis oraciones; procuro vivir conforme a ellas y no deseo que Dios considere que han sido hipocresías. Si te llamo Señor haré lo que tú quieras (Lc. 6:46); y cuando tenga que escoger entre otras cosas que amo y tú, me quedaré contigo” (Mr. 10:29,30).

16:3

“Para los santos es toda mi complacencia”; o mi deleite y afición. David ama verdaderamente a la iglesia, está dispuesto a complacerla y se complace en ella. No se complace con sus malos miembros, los carnales, sino con aquellos que son genuinos, íntegros, los “largos, famosos, excelentes”. David no tiene santos en el cielo sino en la tierra y estos son los que ama.

 

Diligencia en la adoración 

16:4

“Aquellos sirven diligentes a otro dios”; o que los sirven apurados, prontos. Compara su religión con la de otros; ofrecen sacrificios a sus dioses como él al suyo, adoran de la misma manera pero la diferencia mayor está en a quién; reconoce que son personas consagradas y sirven con diligencia, pronto, apurados, a sus dioses pero la dedicación de ellos no lo estimula a dejar sus convicciones, al contrario, para servir a la verdad mejor que ellos a la mentira. Moloc tenía muchos adoradores en su culto bárbaro, Astarté atraía diariamente un gentío hacia sus ritos inmorales, y Manmón ni se diga, miríadas que aún viven y,  ¿serviremos a Jehová con menos diligencia?

¿Has visto lo diligentes que son los que sirven a dioses ajenos? ¡Qué consagrados! Manmón, el dios de las riquezas tiene muchos adoradores que expondrían por él sus vidas aunque no les dé vida eterna. Astarté, la diosa de la fecundidad cuenta con hombres y mujeres que le adoran con sus deseos sexuales, y sirven apenas para pensar en otra cosa. Baal, el dios de los campos tiene quien le suplique (los ambientalistas), Moloc (o secularismo, en brazos de quien entrega sus hijos la sociedad), y hasta Beelzebub, (los que adoran a Satanás) el señor de las moscas cuenta con feligreses diligentes. ¿No ves como al error y al pecado le sirven con diligencia? ¿Y nosotros no a Jehová el Padre de nuestro Señor Jesucristo? (Romanos 12: 11; Ecl. 9: 10).

 

Heredades que nos han tocado

16:5,6

“Es hermosa la heredad que me ha tocado” “En verdad es hermosa mi herencia”. “No me puedo quejar, las cosas que tengo me las ha dado Dios y me gustan; mis propiedades son bendecidas por él y me las cuida, soy muy afortunado por lo que la providencia ha hecho conmigo; estoy a gusto con lo que tengo y lo hallo hermoso, no tengo que envidiar a otros ni desear tener lo suyo, estoy más que conforme y considero que Dios ha tenido un trato especial conmigo. Estar dentro de lo mío es mi delicia y no deseo irme de allí porque cada día llega con Dios su bendición”. Dios no nos da nada que no nos guste y no tenga la más alta calidad, si se lo pedimos y si sustenta  nuestras bendiciones (Mal. 2:2). La mayor parte de las propiedades de David fueron heredadas de sus antecesores; lo mismo podemos decir de las doctrinas cristianas llamadas agustinianismo, calvinismo o paulinismo. No porque ellos las hayan inventado sino que han sido sus transmisores. En otras palabras, nuestra herencia incontaminada, reservada en los cielos. Bendito el hombre que está contento con el trabajo que tiene, el lugar donde vive y la iglesia que tiene.

16:7

“Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia”. “Dios me instruye, en las noches me enseña mi conciencia”. David piensa y está seguro que tiene la ley de Dios escrita en su conciencia, y que en sus meditaciones nocturnas sobre los sucesos del día puede leer en ella (Ro. 2:15; Je. 31:33). Confiesa sus remordimientos y pide perdón para dormir en paz; tiene una conciencia saludable y equilibrada porque no sólo le acusa sino que le defiende; no le deja que ella misma persista en acusaciones cuando Dios, el juez, lo ha absuelto. Mi conciencia, la ley natural, está enriquecida por la ley escrita (Jos. 1:8); no pienso ser justificado por mi conciencia sino por mi fe, y sé que la sangre de Jesucristo la ha lavado de obras muertas (1 Co. 4:4; He. 9:14).

 

Más de lo que David intentó escribir

16:8-11

“Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”. “No permitirás que a tu siervo lo maten” (paráfrasis). “No doy ni un solo paso sin que tenga de Dios el cien por cien de aprobación; cuando lucho y negocio no me olvido de quien soy, un creyente, y del Dios que tengo. Y mi experiencia es que todo me ha salido bien; puedo decirlo claramente, todo lo que hago prospera y mis hojas no se caen (Sal. 1:3). Me pueden combatir pero es difícil derribarme; mi conciencia, mis actos y la ley divina forman una estructura sólida de testimonio; mis enemigos se quedan con las ganas de verme en el piso. ¿Han visto ustedes como a otros les tiemblan las carnes por el miedo y le saltan los miembros por la tensión nerviosa? A mí no. He estado al borde de la muerte pero no me han matado; mis peligros han sido tan grandes que son como si desde el Seol hubiera regresado resucitado”. En una forma más completa, literalmente, Jesús cumplió esos deseos; dice el autor de Hechos que fue una profecía (2: 25-28); y es seguro, a juzgar por la historia del Señor, que el Espíritu dijo por la pluma de David más de lo que él intentó escribir.

16:10

“Que tu santo vea el pozo” (corrupción, destrucción), por supuesto la tumba.

16:11

“Me darás la vida”. “En comunión contigo, cuando subo a ti, hallo plenitud de gozo. Me hiciste para tenerme a tu lado, salgo renovado, soy otro”. David no desea escapar con vida para irse a pecar sino para continuar, como Dorcas, dentro de su religión, disfrutando a Dios y haciendo las mismas cosas. David, igual que Salomón, tenía muchas formas de alegrarse que no fuera en Dios pero no las usaba; no era por miedo a sus enemigos que visitaba el tabernáculo sino porque con su lira allí, cantando sus oraciones, era verdaderamente feliz; tal vez prestaba al músico principal sus composiciones y entonces las oía cantar por el coro y salía jubiloso, como si hubiera comido en un banquete y deleitado para mucho tiempo. Siempre.

17:2

“De tu presencia proceda mi vindicación; vean tus ojos la rectitud”. “Que mi vindicación venga de tu presencia”. Encomienda al Señor tus hechos y él vindicará tu causa y hará resplandecer tu justicia como la luz del mediodía (Sal. 37:6), no para la jactancia de tu testimonio sino para gloria de  Su palabra. Del Señor es la venganza no tuya.

17:3

“Has probado mi corazón, me has visitado de noche”. Todos los que hayan leído los salmos de David saben que él se conocía bien; cuando dice “mi corazón” no se refiere a su naturaleza humana sino a sus motivaciones y comportamiento. Ha obrado sin mala voluntad. Lo aclara en el v. 4. Y de noche, cuando debiera reposar vienen a su mente pensamientos que no quisiera que llegaran y ayudan a desvelarlo más, lucha con la culpa, examina su conciencia, se lamenta, ora y termina por ponerse en las manos de Dios y vuelve a conciliar el sueño. No fueron pensamientos peregrinos sino  enviados por Dios. Lo ha despertado para que hablen.

17:5

“Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen”. “No han resbalado mis pies”. Sabe que sus caminos están seguros si se dan pasos aconsejados por Dios. Usa mucho la palabra “resbalar” para indicar equivocación, fallar (Sal. 13:4; 15:5; 112:6; 116:8; 121:3). Con todo, los justos pueden resbalar y caerse pero Dios los incorpora (55:22).

17:6

“Te he invocado porque tú me responderás”. No me caben dudas que me oirás.

17:7-9

“…maravillosas misericordias” o bondades, bellezas, piedad. ¡Oh Señor, muéstrame tus bellezas, tú eres bello, yo lo sé por las bellezas de tu ley! Fíjate en tu vida y verás que en muchos  puntos de ellas resplandece la maravillosa misericordia divina. Dios  ha hecho muchos milagros para mí. Mis enemigos espirituales son frustrados porque no me han podido atrapar, ni cuando me tuvieron abocado.

17:10, 14

“De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, y aun sobra para sus pequeñuelos”. “Libra mi alma de los hombres del mundo”. Comerán bien y engordarán. Tú no lo sabes pero la gordura de ellos es mala (Sal. 73:7). “Cuya porción la tienen en esta vida”; son ricos aquí y perversos, en la otra vida serán pobres y condenados.

17:13

“Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrales; libra mi alma de los malos con tu espada”. “Sal a su encuentro, derríbalo”. Yo no he leído en la Biblia algún complot que se haya consumado contra David, excepto el de su hijo; la historia no recoge ningún asalto histórico; todos se quedaron con los planes hechos porque él oró y no pudieron llevarlos a cabo. Se evitó muchas desgracias con oración. Si Dios los postró o no, no lo sabemos pero sí los inutilizó. Ahitofel no realizó su consejo.

 

Sólo me satisface volver a ser como Dios

17:14,15

“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza”. “Contemplaré tu rostro al despertar”. No hay duda; David lo sabía o el Espíritu se lo dijo, que había otra vida; confiaba en la resurrección de su cuerpo y que sería una experiencia eternamente deliciosa (Sal. 16:10, 11). Sin embargo no deseaba que lo asesinaran. Nadie tiene nada por mucho que tenga que valga más que nuestra resurrección a la semejanza con Cristo; somos un pueblo muy rico, con una esperanza así. No estoy satisfecho con nada sino con volver a ser como Dios. Envídienme millonarios impíos que tengo mejor suerte que ustedes porque la vida eterna es más que el alimento y un cuerpo glorificado más que el lino fino. También se refiere a que un día tendrá de nuevo el rostro de Dios brillando sobre él, con su presencia. “Con su forma” y con “su semejanza”. Eso también es razonable.

 

Entrarás a mi habitación y me despertaré con tu presencia

17:14,15

“De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, y aun sobra para sus pequeñuelos.  En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza”. “Estaré satisfecho cuando me despierte y te vea, entonces seré como tú, y siendo como tú es como único quedaré satisfecho” (paráfrasis, 1 Jn. 3:2). Ahí tienes una profunda comparación entre un hombre del cielo y uno de la tierra; los mundanos tienen su porción en esta vida, todo lo quieren de la tumba para acá, engordan y envuelven sus carnes en grosuras (v. 10), llenan sus vientres continuamente con los tesoros delicados de Dios, o como dice una mejor traducción que Dios se los llena con sus tesoros, pero de acá abajo. Estos son los que oyen a los que son del mundo. La satisfacción de David, no es competir en posesiones con ellos ni igualarlos; esa no es la vía de su realización para sentirse completo. Su plenitud la toma del Señor y ocurrirá cuando Dios se le acerque a su cama y él vea su figura, es decir, como dice Calvino, cuando el Señor intervenga y lo libre y le conceda sus peticiones. Cuando se despierte y contemple su imagen o semejanza, entonces estará satisfecho, lleno y pleno. El texto tiene diversas traducciones. La idea de despertarse de la muerte y resucitando ser como Dios, es un poco remota del texto, pero si esencialmente las palabras se tomaran en ese sentido serían ciertas. En la presencia del Señor siempre hay llenura y no falta nada, aquí en la tierra y mucho más después de la resurrección. Señor, veré tu rostro cuando me hagas justicia, será aquel día cuando me despiertes con tu presencia y salga de esos momentos tenebrosos. 

18:1

“Te amo Señor, fortaleza mía”. Las primeras palabras que dice David cuando repasa ante Dios la mitad de su vida son: “te amo Dios”.

18:4

“Me rodearon ligaduras de muerte, y  torrentes de perversidad me atemorizaron”. “El señor es mi lugar inaccesible”, “mi alto refugio”. El que toca a uno de sus hijos toca la niña de sus ojos (17:8). David no tenía un enemigo o dos sino torrentes. Esto no tiene que ver con la corrupción de la naturaleza humana sino con adversarios. No dejes que te quiten el gozo uno o un par de ellos.

18:5

“Las tristezas del infierno” (tumba, pozo, pero más bien los lazos) (KJV); “mi alma ha estado muy triste, hasta la muerte”. No tengo muchos enemigos sino algunos, y siempre han tenido ganas de tocarme y no han podido. Dios se los impide.

18:6

“Clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz”. David creía que Dios estaba lejos pero que sus oraciones lo alcanzaban. Esa expresión “mi Dios” parece muy neotestamentaria y similar a la de María Magdalena, “Señor mío y Dios mío”. Nos conectamos con Cristo y en Cristo con todas las épocas, y cuando pasemos, los del futuro se conectarán a través del Mediador y la Única esperanza, con nosotros. Se acercarán a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, a los espíritus de los justos hechos perfectos” (He. 12:22-24). Amén.

18:10

“Cabalgó sobre un querubín y voló raudo sobre las alas del viento”. “Voló”; ¿cómo dices, corazón impaciente, que los relojes de Dios se atrasan, que tu Dios se demora? ¿No sabes que vuela? ¿Se demora cuatro días para sanar a Lázaro? Jesús vuela. ¿No sabes que una resurrección es mejor que una simple curación, que curar una enfermedad es más pequeña que sanar de la misma muerte? El Señor siempre llega a tiempo porque cuando para ti no hay remedio a él le queda uno.

 

Una oración que sacude la tierra

18:6-15 

“En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó él. Cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento”. “La tierra se estremeció y tembló”. ¡Dios mío, una oración, cuántas acciones de parte de Dios puede provocar! Oraciones bien hechas pueden provocar tantos movimientos de la providencia. ¡Y luego dudamos que si somos escuchados por El o no! Los fenómenos naturales fueron sus aliados. David jamás le tuvo miedo a los truenos, siempre los oyó como las voces de Dios y sus relámpagos cruzaban el firmamento para defenderlo. Sus enemigos tendrían que enfrentarse a los relámpagos, a las descargas eléctricas de Dios y a un diluvio de juicio como el de Noé. Las imágenes tomadas de una tormenta son bonitas, pero ¿quién le dijo a David que Dios jineteaba un ángel? (v.10).  ¿Es eso una imaginación positiva? Fue su experiencia, cuando en retrospectiva se dice: así actuó Dios, galopando raudo. Los corceles y los ángeles eran lo que más rápido conocía. Hoy diría, quizás, en una nave espacial y describiría la turbonada de llamas que salen del cohete impulsor de la cápsula, si visitara Cayo Cañaveral.  

18:17

“Me libró de mis enemigos pues eran más fuerte que yo”. Nunca he sido más fuerte que ellos pero Dios sí; eran más poderosos y numerosos, pero eso no importó. Se bebieron sus maldades. El pecado es más fuerte que yo porque soy débil en la carne pero no que la gracia en el Espíritu; el diablo es más fuerte que yo pero no que Jesús. ¡Victoria Señor, victoria! ¡Salvaciones y confirmaciones!

18:18

“Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo”. “El Señor fue mi sostén”. “Jehová fue mi apoyo”. Puse una mano sobre Dios y me recosté en él. Otros tienen sus bastones, yo tengo mi cayado, el de Dios.

18:19

“Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí”. “Se complació en mí”. Dejé atrás mis conflictos y sonreí. La razón de mis triunfos es la gracia de Dios.

 

Por tu justicia no te salvas pero triunfas

18:20-24 

“Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”. “El Señor me ha recompensado conforme a mi justicia”. Ten por seguro que la piedad tiene promesa para esta vida presente; si en tu trabajo y vocación eres fiel a Dios, él te recompensará. Esa palabra aparece repetida (vv.20,24). La obediencia y fidelidad a Dios son básicas para obtener el triunfo. Fíjate que este salmo lo escribe David el día que Dios lo libró de "todos" sus enemigos, en el apogeo de su carrera. Sufrió mucho, lloró mucho, suspiró, a veces perdió pero siempre retuvo su integridad (Job 2:3). Aquí David no está hablando de su salvación, como si se ganara por méritos sino para explicar por qué triunfó, y lo asegura: porque fue fiel, y  para animar a otros a vivir del mismo modo. Nota los vv. 6-15 en lenguaje de los poetas y la actuación de Dios en el conflicto; es una combinación de momentos espirituales divinos y reacciones naturales de la creación a su favor. No narra sus estrategias humanas, emboscadas, las armas que usó, no se gloría en el valor de sus hombres, como si por ellos obtuviera el triunfo. El éxito de los santos en sus carreras es espiritual, Dios baja, se pone al lado de ellos, los apoya, los protege, los anima. Se fiel hasta la muerte y tendrás una corona en esta vida (vv. 32-35). Por tu justicia no te salvas, no tienes la vida eterna, pero eres mejor cristiano y triunfas. ¿O es que el mal comportamiento no tiene que ver con las derrotas y la integridad con ganar, y ser “más que vencedor”? David se miró las manos y dijo, están limpias, no tanto como para construir un templo pero sí para triunfar (1Cro.22:8).

 

18: 20

“El Señor me ha premiado conforme a la pureza de mis manos”. “La limpieza de mis  manos”. ¿Ya las ves limpias? Sí, para tener buenas ideas, para visionar largos proyectos y que los hagan otros (1 Cro. 22:8). Nunca construiré un templo, me reúno con Dios entre cortinas, pero dejaré a otros mis tesoros para que lo hagan, no a mis hijos solo sino al Hijo, al mundo entero. Hay cosas que son demasiado sagradas y nunca pude hacer.

18: 21

“No me he apartado impíamente de mi Dios”. Es un negocio espiritual tener una conciencia pura.

 

Más tiempo a combatirme que a combatir

18: 23

“Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad, por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista”. “...me he guardado de mi maldad”. He dicho que no a mis impulsos pecaminosos. Me asusta más el pecado que está dentro mío que el que hallo afuera; tendré sobre todo “cuidado de  mismo” y después de las herejías (1 Ti. 4:16). Más es el tiempo que dedico a combatirme que a combatir, a santificarme que a santificar, a lavar mis pies que los de los otros, a quitar la viga de mi ojo, que es más grande y pesada, que la paja del ojo ajeno, en cerrar mi boca que tapar la de los demás (Tit. 1:11), en encontrar mi senda que conducir al extraviado, en poner colirio a mis ojos para ver  y curar mi ceguera que alumbrar el entendimiento de mis pupilos (Apc. 3:18).

18: 28

“Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas”. “Mi Dios alumbra mis tinieblas”. Si espero un poco veré a Dios encender mi lámpara. Cuando me quede a oscuras, oh Señor, acuérdate de mí porque no podré vivir sin tu luz. Tú eres mi Sol. Amén  

18: 29

“Con mi Dios escalaré murallas”. No te pido que yo no tenga enemigos sino que los venza. Suspiro Señor, por tanta potencia. No estoy cansado, consolida mis triunfos y dame otros. Amén. En la KJV dice “asalté murallas”, que encaja mejor en el contexto. “Desbarataré” o aplastaré. No un soldado o dos sino una multitud, mucha gente; la clave está en la primera palabra “contigo”, en la presencia de Dios. Con la compañía de Dios son ilimitadas las victorias.

18:31

“¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?”. Estoy seguro que no lo hallarás aunque lo busques, porque no hay un apoyo mejor para la vida que el nombre de Dios.

18:31-46

“Grandes triunfos da a su rey, y hace misericordia a su ungido, a David y a su descendencia, para siempre”. Después de recordar sus batallas no dice: ¡viva yo y mi ejército!, sino ¡viva Dios!, y en el v.50 lo recalca.

18:31-50

“El me afirma en mis alturas”. Esto es un recuento, una mirada en retrospectiva sobre cómo llegó a triunfar. Se capta el espíritu de alabanza al Señor por el caro y peligroso éxito (vv.31,41,50); y fue completo. David trabajó duro para que se cumplieran en su vida las promesas que Dios le había hecho. Dios nos capacitará para que hagamos lo que nos ha mandado, donde nos ha mandado y hasta donde nos ha mandado (v.47).

 

De todos modos, sonríele a la sabiduría de Dios

18:32

“Dios ha hecho perfecto mi camino”. Hemos cometido imprudencias, equivocaciones y pecados; pero un día cuando el Señor lea (en su memoria) y explique la providencia en nuestras vidas, cuando todos nuestros enemigos hayan sido vencidos, incluyendo la misma muerte, seguro hallaremos que nuestro camino siempre fue perfecto; y llenos del Espíritu Santo exclamaremos con Pablo: ¡Oh profundidad de la ciencia y la sabiduría de Dios! (Ro. 11:33-36).  Y ¿por qué será así?  Por que el Señor lo hace; no dice el texto que nosotros no nos hemos equivocado, que siempre hemos decidido bien. La experiencia desmentiría esa falacia; tenemos muchas cosas que lamentar y si fuéramos a hacerlas de nuevo, la haríamos de modo distinto; pero el Señor ha hecho que ellas obren para bien (Ro. 8:28). No que hayan sido sabias o hubieran estado bien hechas sino que el Señor las ha usado para nuestro bien; en ese sentido nuestro camino ha sido perfecto, que no ha dañado nuestra salvación, que ha redundado para nuestro crecimiento en gracia. Nuestros caminos no son perfectos en sí mismos sino en el uso que Dios hace de ellos. “He escrito dos salmos confesando mi asunto con Betsabé y su esposo Urías el hitita; no pude evitar en mi literatura que los que entienden la mente hallen mucha culpa cristiana en mis composiciones; mi mucho gemir y llorar en mi lecho ha acortado significativamente mis años, ya tengo setenta y siento mucho frío. Busquen para mí un poco de calor humano para expirar tranquilo. Lo agradeceré y no sucumbiré a mis pasiones juveniles. En fin, lo sucedido es que Dios los ha enderezado (Sal. 5:8)”. En resumen, nuestro camino es perfecto cuando somos guiados por el Espíritu Santo (Ro. 8:14); y en retrospectiva mirando lejos, le sonreímos a esa hermosa pareja divina, la sabiduría y la gracia.

18:32-45

“Me has puesto por cabeza de las naciones”. Al leer esto se puede decir: “es un héroe, un bravo guerrero, un conquistador de almas, un evangelista internacional” (vv.43-45).

18:33

“Hace mis pies como de ciervas”. ¡Oh tantos años reteniendo sus triunfos y conservando las misericordias de Dios! Si estás abajo y te caes sólo tú te enteras pero si estás en alto otros lo sabrán. Ora por la gracia preservadora. Señor preserva tus éxitos en mí (v.36).

18;39

“Has subyugado debajo de mí a los que se levantaron”. David mientras no se cansó  dirigió el éxito de su pueblo (2 Sa. 21:15-17).

18:41

“Aun a Jehová clamaron mas no les respondió”. Jehová era como un dios en una serie de ellos. No se ganan peleas contra los propósitos de Dios en las vidas de otros. No hay garantías de socorro de parte de Jehová cuando es un dios suplente y para emergencias. David diría: “yo los oí orar a Ti Señor, te pedían que me dejaras, que te volvieras en contra mía, que yo tropezara y cayera, que me fuera mal, pero tú no les hiciste caso porque estabas de parte mía”.

18:44

“Los extranjeros me fingen obediencia”; en un buen esfuerzo por verter la idea así traduce LBLA; la palabra significa mentira; y la RV de 1909 traduce “y los hijos de los extraños me mintieron”; pero la mayoría traduce obediencia. No hay duda que los pueblos conquistados lo obedecían pero no de buena gana sino fingiendo. Así no amamos a los hermanos, con fingimiento ni así tampoco creemos con una fe fingida (ver 81:15); ni fingimos a Dios amor.

18:46-50

“Señor, cantaré alabanzas a tu nombre”. Tendrá una imagen doble, de hombre duro y espiritual, de militar y creyente; nos diría: “no me avergüenzo de ser creyente ante mi ejército, de mi vida espiritual, de mi fe, mis creencias, no me importa si esa imagen me hace menos popular porque mi popularidad me la ha dado la bendición de Dios”.

18:47

“El Dios que venga mis agravios” (En RV; otras versiones no mencionan agravio, venganza y ya; pero está implicado). El agravio que soportaste, Jehová lo vengará porque quien te agravia a ti, a él agravia (1Sa. 8:7; 1Co. 6:7). 

18:50

“Grandes triunfos da a su rey, y hace misericordia a su ungido, a David y a su descendencia, para siempre”. “…grandes triunfos” que me dejan con la boca abierta o me hacen sonreír (Sal. 126:1,2), “grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros, estaremos alegres”. Llegué hasta lugares distantes, más allá de Ilírico, todo es gracia y salvación. Mi aljaba se vaciaba entrando en el corazón de los enemigos del rey y el Señor la llenaba de nuevo. He dicho infinidades de verdades. Mi mayor triunfo es mi fe, el amor de Dios, la victoria sobre mis flaquezas, sobre mi carne,  y no tengo mayor gozo que ver a “mis hijos andando en la verdad”. Una buena traducción sería “grandes salvaciones da él a su rey”.

19.

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal.”. David nos invita a abrir nuestros ojos y ver la gloria de Dios en la creación (vv.1-6) y abrir nuestros oídos y escuchar su palabra en la exposición de ella (vv. 7-14). El mundo es bello y la palabra de Dios dulce (10). 

19:1-4

“Salió su voz…no hay voz ni palabras”. No se oye nada, sí se oye, no hay mensaje alguno, sí hay muchos en toda la tierra. En qué quedamos ¿hay o no hay? Hay si crees que le hay, o sea si tienes fe en que Dios existe (He. 11:6). El que no tiene fe no tiene ojos para ver ni oídos para oír, y no oye. Cree en “la madre naturaleza”. “No hay mensaje, no hay palabras” pero la creación emite sabiduría, hay ciencia e inteligencia en ella; está hecha por Alguien que la pensó mucho y le salió bien, y vio que todo era bueno en gran manera (Ge. 1:31). La creación no es muda sólo está en silencio.

 

19:5

“Y éste, como esposo que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino”. “Se alegra”; el sol sale contento y nos alegra a todos. Las aves son las primeras que se adelantan.

 

Echo mano de la Biblia y no me salgo de ella

19:7, 11

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo”. “Es perfecta que convierte el alma” o “retorna el alma”, por supuesto a Dios, a la cordura. A propósito, ¿cómo el Hijo Pródigo retornó al hogar sin ella, sino por sus necesidades? ¿Qué clase de conversión es aquella? Esos detalles minuciosos no estaban en la mente de Jesús al componerla. Volvamos al salmo. La palabra de Dios es útil para evangelizar a los que no son convertidos (v. 7) y para perfeccionar a los santos que se desvían; “amonestado” o “advertido” (v. 11); es útil (2 Ti. 3: 16,17). Si la palabra de Dios “convierte el alma” ¿qué necesidad hay de usar otra cosa sino ella? Entonces la usaré continuamente y haré, mientras sea pastor de la iglesia, que ella abunde entre nosotros (Col. 3:16). Siempre la leeré para estar convirtiéndome a ella, en su meditación hay grande galardón. Premio.

19: 10

“El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal”. “Deseables más que el oro fino”. Una sola de las cosas que enseña el Espíritu vale más que una montaña de oro. Con oro no se rescata mi alma ni se adorna mi espíritu (1 Pe 3. 3,4). Hay más Dios en su palabra que en el oro que hizo, lo sé, lo siento, lo oigo, lo prefiero. ¿Metal precioso? Metal precioso es Dios. Mejor que el metal precioso son los mensajes del Espíritu de Dios.

 

Dios tiene tanto interés en mi vida cristiana que me paga

19:11

“El testimonio de Jehová es fiel. Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón”. “En guardarlos hay gran recompensa”. La vida cristiana tiene promesa en esta vida presente y en la venidera. El mismo diablo conoce esa verdad, que nadie sirve a Dios de balde (Job 1:9-10). Por Jesús sabemos que él promete pagarnos todo lo que hagamos por su servicio a nuestros hermanos desde un vaso de agua fría hasta lo que más valga; y recompensarnos por cualquier pérdida que nuestra adhesión a él conlleve: Cien veces más y la vida eterna. El que pierda su vida la hallará. Por tanto, si la palabra de Dios nos amonesta, ¿por qué no soportar la exhortación? (He. 13:22). 

 

¿Quién ha vivido un sólo día obedeciendo el evangelio y no ha recibido un salario por él o le han premiado? Lo que estoy obligado hacer porque se me demanda, lo debo hacer porque me conviene. Se me premia como si Dios obtuviera algún beneficio de mi fidelidad. ¡Maravilla de Dios! (Mal. 1:10). Dios tiene tanto interés en mi vida cristiana que me paga. Me paga para que sea creyente, santo, fiel, para que ame, para que tenga paciencia, para que perdone. Yo sé que he vivido sin malgastar mi vida, al contrario, el uso en su servicio me ha evitado desperdiciarla; me ha ahorrado muchas lágrimas y sinsabores (Je. 31:16; Ge. 15:1). Otros cuando mueran, sus trabajos los acompañarán en sus fosas, pero lo que yo he hecho permanecerá, tendré tesoros en el cielo. Lo que se hace ahora tiene su continuidad en el mundo venidero (1 Co. 3:13-15; Apc.14:13). Somos grandes negociantes. 

 

Los pecados desconocidos

19:12

“¿Quién podrá comprender sus errores?”. Es mejor esa palabra que “entender”, y otra posible traducción es distinguirlos, por supuesto entre cosas acertadas que hicimos. En vez de decir “ocultos” debiera decir escondidos, de mis ojos, que no veo, no que los haya escondido. De los que no siento culpa, pero deben ser los que nos dejan sin frutos, los que nos achican, los que crecen en nuestro interior sin que lo notemos. A veces pienso Señor, que estoy haciendo el bien y estoy equivocado, veo los errores de otros y no los míos, percibo y critico los defectos de los demás y no los propios. 

Y no dice exactamente “líbrame”, porque la palabra significa primero limpiar y después extirpar. Oh Dios, si yo entendiera por qué me han salido las cosas mal, tienes tú, con la lengua de otros, que cortarme en pedazos, permitirme que me juzguen por no haberlo hecho yo primero, y que se coman mis carnes los que desean señalar mí rebelión (1 Co. 11:31,32). Libra mi alma de pecados ocultos que tú sólo conoces, límpiame de ellos y extírpalos porque suelo confundir defectos con virtudes y sigo siendo año tras año el mismo, genio y figura, supongo sin variación, hasta mi sepultura. Por favor. Y eso lo dice un autor de la Biblia, un profeta, una nueva criatura, un hombre nacido de  nuevo, de los pecados posteriores a eso, y con eso demuestra que quiere cambiar en relación con Dios.

19:13

“Preserva a tu siervo de las arrogancias” (soberbias). Oh Señor que no me endurezca por el pecado para aceptarlo o justificarlo, admita yo la amonestación y oiga la voz de los que me exhortan, que no me haga piedra cuando con palabras de amor desean mi arrepentimiento. Corta mi tendencia a compararme para ponerme primero, medirme para parecer mayor, envíame tus bendiciones juntamente con la gracia de la humildad. Amén. 

19:14

“Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti”. Señor no quiero meditar en cosas malas, que no son ciertas o son pecaminosas, o pertenecen a la incredulidad y no a la fe, que son productos del miedo, de la desconfianza, que me hacen perder mi aplomo y pierdo mi paz y balance, no quiero ni siquiera pensarlas, que vuelen sobre mi mente si no puedo evitarlo pero que no se detengan dentro de ella, que después de un suspiro se ahuyenten todas, quiero pensar en lo sano, virtuoso y puro. Amén (Flp. 4:8).

20.

Este salmo está lleno de buenos deseos. Son los deseos del Espíritu Santo para nosotros. Parece escrito por David en tercera persona o por algún israelita admirador de la relación del rey y Dios. El Espíritu Santo quiere decir “el Señor responde tus oraciones”.

20:1

“Jehová te oiga en el día de conflicto”. “Que el Señor te responda”. Y me has oído, Señor, y despacio he visto tu respuesta en el desarrollo de los acontecimientos, no por una intervención súbita tuya sino por la organización sabia de la vida; me he gozado al percibir que hay un plan que se lleva a cabo. Mis planes de hallan en proceso, “Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo” (v.4). La palabra significa consejo y por implicación también plan o proyecto, propósito.

20:2 

“Que desde el santuario te envíe ayuda”. Desde su misma presencia, en el tabernáculo. Dios le inculcó a Israel la seguridad que él andaba con ellos. Entre aquellas cortinas habitaba el omnipotente, de parte de ellos. David recibiría una ayuda sagrada. O desde el santuario celestial. Eso quiere decir que nuestras oraciones tocan la puerta del cielo, y con permiso divino la abren.

20:3-9 

“Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo oirá desde sus santos cielos non la potencia salvadora de su diestra”. Como he dicho, un hermano de nuestra religión, gran amigo y compañero del rey en quien reconoce y respeta la unción (v. 6) y a quien Dios honra con victorias. Este hermano transmite los deseos de la iglesia (v. 7) y del Espíritu Santo (que no solo clama con gemidos indecibles sino con gozo) para su ministro que lidera sus huestes. El apoyo espiritual de la iglesia al ministro es hermoso.

20:3

“Que el Señor se acuerde de todas tus ofrendas”. “El Señor tenga en cuenta tu constante vida religiosa, no pase por alto nunca el cuidado que tienes de tu vida espiritual”. Dios no es olvidadizo, ni es injusto para olvidar "las obras de nuestras manos" cuando lo hemos servido a él o hemos servido a sus santos (He. 6:10).

Sal. 20:4, 5

“El Señor cumpla todas tus peticiones”. “El Señor te haga muy feliz respondiendo tus oraciones y te dé lo que buscas; que no apetezcas nada que Dios no cumpla; sólo te pedimos que tengas paciencia y esperes realizarlos en el curso de los años que te conceda y no en un dos por tres; que cuando acaben tus días y te despiertes de nuevo te sientas satisfecho (17:15)”. LBLA el v. dice “cumpla todos tus anhelos”, o todos tus planes y propósitos; en el v.5 lo traduce victoria en vez de salvación. Ambos están bien. Anhelo (Job 6:8; Sal. 38:9).

20:6

“Ahora sé”. Esto fue escrito después de una gran victoria, porque la iglesia nos desea más bendiciones cuando ve nuestras bendiciones, y desean al rey más bendiciones.

 

No sé si reírme o indignarme

20:7

“Algunos confían en carros y caballos”. No se oye a la Escritura alabar al ejército de David, ni que él inventara armas de guerra (sólo instrumentos musicales, Amós 6:5); no eran los medios los que buscaba perfeccionar sino la fe. No compres más carros y caballos sino ten fe. Ten en Dios tu poderío (21:13). No sé si reírme de los que siempre están inventando medios para ponerlos en práctica en la iglesia, o no sé si indignarme con ellos, pero esos carros y caballos han probado ser ineficientes y se han descarrilado todos en el fondo del Mar Rojo, como los de faraón. No son estructuras e inventos de nuevos modelos para poner en acción lo que la iglesia, el pueblo del Señor necesita, sino confianza en la oración y vidas espirituales poderosas donde habite Dios en ellas. No le ganamos la batalla a Satanás con nuestros carros y nuestros caballos. La promesa que nos da Pablo es que Satanás será "aplastado debajo de nuestros pies", no debajo de las ruedas de modernos inventos bélicos.

20:7-9

“Ellos cayeron y nosotros nos mantenemos en pie”. La experiencia se lo probó, los medios espirituales son más poderosos que los carnales para la destrucción de fortalezas; los hijos del Señor siempre reciben suministro de vigor y a los carnales se les agotan las fuerzas; nosotros perennemente estables y ellos inconstantes; nuestras caídas no son eternas, nos levantamos y nos ponemos de pie… y caminaremos mejor.

21.

Este salmo como otros parece que fue enviado a David por algún amigo compositor que lo amaba, un poema o una oración que copió y le puso música. A su vez David lo colocó en su colección y como siempre lo envió al músico principal para que el coro del tabernáculo lo aprendiera y cantara. Y Jedutún para identificar su autoría le escribió encima a quien pertenecía…y quizás para cuando tuviera que devolverlo saber cuál era.

21:1,6 

“El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; y en tu salvación, ¡cómo se goza!”. “Con tu presencia le deleitas con alegría”. ¡Qué alegría tiene el rey porque Dios le ha respondido! (20:4). “Le has concedido el deseo…no le negaste la petición de sus labios…”. ¡Cómo honras Señor los labios que hablan contigo! ¡Cómo miras los labios que te piden y entonan tus alabanzas! (1 Sa. 1:13). Disfruta su victoria pero más conocer que tiene fe. Su gozo es por la presencia de Dios en su salvación. El salmo 20 son los deseos del Espíritu Santo, en éste los obtuvo, aunque le surgieron nuevos problemas (21:1-7; 8-13). El salmo fue alargado por la nueva situación y el salmista pide al Señor que repita su experiencia, que la palabra corra como lo fue entre vosotros. Se aguarda la ayuda de Dios, tranquilo. Se desespera uno orando y saliendo a mirar las respuestas (1 Re. 18:43,44).

21:3

“Le sales al encuentro con bendiciones de bien”. Sorpréndeme Señor con bendiciones, si fuiste hallado de los que no te buscaban y te manifestaste a lo que no preguntaban por ti (Isa. 61:1), ¿no lo harás con el que con desesperación te solicita? ¿No tienes más que una sola bendición Padre mío? (Ge. 27:38). El que ora busca bendiciones y ellas lo buscan a él. Oh Señor, sal a nuestro encuentro y dinos: “Heme aquí, heme aquí; si por mí preguntaban estoy aquí”.

21:4

“…Vida te demandó…largura de días”. ¿Exagera el autor o eso fue lo que pidió, eternidad? ¿Un reino inconmovible? (He. 12:28). No sólo vida sino en abundancia; estaba  pidiendo lo que Dios depositó en nosotros en Cristo. Días alargados, los días de la eternidad (Miq. 5:2). Sin saberlo el Espíritu intranquilo oraba por su resurrección. Oraba por el reino de los cielos, y pidiendo a Cristo recibió muchas cosas añadidas (Mt. 6:33). O pidió a Dios salud, la demandó, pero en primera acepción es preguntar. Le preguntó a Dios si podía darle vida, y después la pidió, y aferrado a eso le dijo, “tú me dijiste que sí, por favor cumple tu promesa”. Y vivió. Cada día que vivimos es un don que Dios nos da, un regalo precioso que debiéramos admirar, y glorificarle por tanto bondad.

21:5

“Esplendor y majestad has puesto sobre él”. La gente lo mira ahora con respeto y admiración. Esa es la verdadera fama: la bendición que no se pierde (v.6), bendiciones que nunca serán maldecidas (Mal. 2:2); ya Dios no nos amenaza con maldiciones porque Cristo fue hecho por nosotros maldición y nos ha bendecido desde los lugares celestiales.

21:8-12

“Intentaron el mal contra ti, fraguaron una conspiración, no prevalecerán”.  (Un plan). Yo sé lo que le pasará a la gente que se amotinan contra su ungido y su Cristo (Sal. 2:1). Irán al horno de su ira que nunca se apagará (v.9); sus genealogías que desaparecerán (v.10); porque han pensado cosas vanas contra la iglesia y han dado coces contra el aguijón (v.11). ¿Por qué se reagrupan después de tan escandalosa derrota? Podrán planear conspiración pero no llegarán a nada.

22.

“Ajelet” es el femenino de ciervo o venado y sahar es amanecer, la mañana, alzamiento. Una combinación muy tierna que puede indicar la dulzura con que se debe cantar este poema. David amaba esas criaturas; en otro lugar se comparó a ellas “como el ciervo brama por las corrientes de las aguas así clama por ti, oh Dios el alma mía” (Sal. 42). Este salmo profético tiene como tema la cruz del Señor Jesús. El tema de la crucifixión de nuestro Salvador es el más dulce de todos los temas cristianos, donde el amor divino mostró toda su ternura, justicia y compasión. David recomendaba que se cantara como si se mirara ese animalito al amanecer, una viva estampa de belleza y encanto.

22:1

“Dios mío ¿por qué me has abandonado?”. En la portada misma se halla el Calvario. Estas palabras fueron llevadas por Jesús a la cruz (Mt. 27:46) cuando se le hacían más amargos nuestros pecados y tocaba el fondo de nuestra expiación; los momentos desde ahí hasta el “consumado es” se les hacían infinitamente largos, hasta que al fin los completó, dejando al descubierto completamente su alma de ciervo (siervo) inocente. Ver nota v.24.

 

Una parte de oración y tres de fe

22:2-5

“De día clamo y no me respondes”. “Avergonzados” “confundidos”; la idea es ponerse pálido, o que no fueron decepcionados. Si a la posible decepción se le anteponen: confiaron, clamaron”, que es la versión correcta, no llega la decepción. La RV tiene traducido dos veces esperaron y una confiaron, pero es mejor tres veces confiaron aunque esperar y confiar es más o menos lo mismo. La prueba de la fe es la paciencia. Jesús nos amonestó a orar sin desmayar. No me respondes pero no pierdo la fe, eres santo. Observa que tres cuartos de espera con paciencia (como LBLA), como si se gastaran los días y las noches inútilmente; uno de oración y tres de fe; o mejor dicho, la fe en el testimonio bíblico se pone al final porque es la cúspide, el ribete de oro, el término que lo agrupa todo, como la cubierta de piel de tejones que tapaba los utensilios sagrados del tabernáculo. Las tres terceras partes son espera y confianza, y sólo la última cuarta parte oración. No te pases el día orando sino confiando. Tres cuarto confiando y una orando. 

22:3

“Habitas entre las alabanzas de Israel”; no exactamente así. La palabra primeramente significa sentarse, como en un trono un rey, a quien el pueblo le canta. No que dentro de las notas y compases musicales, entre las líneas del pentagrama, la buena o mala música esté Dios. Así sólo habita Dios entre las líneas de la Biblia no dentro de una canción, haciendo tan sagrada la música como la revelación. Muy cerca de donde se hallaba el coro del templo cantando se encontraba el arca del pacto con la gloria de Dios encima de ella. Por eso dice que habita entre las alabanzas, porque hasta ella donde se encuentra la gloria de Dios llegaba la música de aquellos cantantes santos.

 

Los testimonios bíblicos y los modernos

22:4,5

“En ti confiaron nuestros padres, a ti clamaron”. El testimonio que un hermano da de su experiencia espiritual es útil.  No voy a discutir su utilidad porque esa está bien asentada, lo que quiero es meditar sobre el uso y exagerada confianza que algunos tienen en las experiencias religiosas contadas por otros, y que a veces esta costumbre aprendida de la televisión, y otros líderes, se ha dispersado tanto que se ha hecho una adicción. Mi propósito es establecer lo peligroso que es esa costumbre y lo débil que puede ser la certidumbre de la experiencia narrada. 

Sin embargo, si como hizo David, cuando procuraba fortalecerse en la oración de fe, se remite a los antiguos, a sus antepasados, a los testimonios sagrados, la Escritura, y basa en ellos su petición, lo hará sobre testimonios confiables sobre los cuales esperar en fe. David no niega que amigos suyos, familiares, tuvieran experiencias con Dios genuinas, pero es precavido y no edifica su alma con ellas porque los testimonios divinos son más confiables; por ejemplo en su narración

Cuanto él leía en los testimonios de los antiguos, el Pentateuco, los Jueces, era más seguro que lo que podía escuchar de los labios de un creyente. Palabra por palabra sería exacta, lo narrado y lo sucedido serían una misma cosa ajustada a la estricta verdad, sin exageraciones, adiciones y sin motivaciones pecaminosas. Pero aún el mejor hermano cuando cuenta su experiencia no necesariamente puede estar inspirado por Dios y cuando uno lo oye por segunda o tercera vez pudiera encontrar adiciones lo cual significa que inconscientemente el narrador las habrá editado, de modo que guste lo que contó y tenga “un buen testimonio”. 

En el testimonio bíblico la verdad es lo principal. Hay documentos bíblicos que son repetitivos, otros carecen de organización, en algunos el lenguaje es confuso y no se puede extraer fácilmente el contenido; pero todo lo que dicen se ajusta a la estricta verdad, son creíbles. Es muy común que el testimonio de alguien sea embellecido con su narración y aumentado o corregido en algunas partes. Ningún santo se edifica con fábulas y mitos, ni con cuentos personales que a conciencia o no, parcialmente, son más deseos que realidades. Hay testimonios muy conmovedores, que arrancan lágrimas de los ojos y suspiros del corazón, de una audiencia embobada escuchándolos, como los talk show de Ophra Winfrey, y sin embargo marcharse a casa emocionada sin haberse edificado la fe.

 

El pecado es el que convierte a uno en gusano, no la opinión de otros

22:6-8

"Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: se encomendó a Jehová; líbrele él; sálvele, puesto que en él se complacía. 

  “Gusano soy y no hombre”. Esto diría David: “ojalá estuviera con mejor ánimo pero no puedo, la gente se ríe de mí y me dice que mi vida cristiana no me ha servido, me consideran como un gusano. Ese no es mi concepto dentro de la gracia de Dios, porque el que se deleita en Dios como ellos reconocen que yo lo hago, no se siente tan bajo sino un privilegiado hijo, predestinado, llamado, justificado, glorificado. El amor que Dios me tiene me hace sentir que tengo para él valor. Por más que ellos quieran que yo me considere un gusano se equivocan, esa es la opinión de ellos sobre mí y no la que yo tengo. A Saúl le pregunté por qué perseguía a un “perro muerto o a una pulga” pero no que yo crea que lo soy (1 Sa. 24:14). El pecado es el que me hace sentir que soy un gusano porque convierte a los hombres en gusanos, pero no a mí, si hago la voluntad de Dios. Así ven los impíos a mi nación y comentan que somos “gusano de Jacob”, quizás porque somos pequeños (Isa. 41:14). Ya he dicho que reconocen que en Dios me deleito, y me tienen envidia porque no pueden, no les late el corazón por Jesucristo, como a mí”. No te sientas gusano, ni diablo, sino elegido y privilegiado.

 

A David lo criaron como un elegido de Dios, a otros elegidos no

22:6-10

“Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios”.  

Aquí hallamos a un hijo que se considera un elegido por Dios, que es de Dios desde el parto y antes del parto (vv.9,10); un hijo que está viviendo momentos difíciles cuya vida espiritual no está edificada sobre la llamada autoestima (v.6) porque lo hallamos deprimido y triste, sino sobre la gracia de Dios, un hijo que camina con Dios a pesar que pertenece a una minoría (v.6); con una fe resistente al desprecio, las muecas, las burlas y el desaire (vv.6,7); que confiesasu creencia en Dios puesto que todos lo saben (v.8), y con una vida de fe que realmente disfruta sin aburrirse (v.8); los otros no pero él sí. 

Con un par de padres que lo criaron más dependiente de Dios que de ellos mismos, “sobre ti fue echado” (v.10), un hijo que no les perteneciera y que pudiera vivir solo “cuando mi padre y mi madre me dejaren” (27:10); y por último, David decía,  “amo a Dios porque me amó primero, creo porque tengo Dios antes de nacer”. 

Pero hay un cuadro distinto. David tenía el privilegio de tener padres santos que lo llevaban al tabernáculo, le enseñaban la ley de Dios, no se oponían cuando lo oían cantando himnos, aprendió a orar con ellos. Lo criaron como un elegido por Dios porque ellos así se tenían, como todos los judíos, pero ¿qué de aquellos que hemos nacido de padres sin religión, que sí hemos vivido en pecado, que no fuimos echados sobre Dios sino al mundo y a los deseos pecaminosos, que aprendimos a pecar desde chicos y viendo malos ejemplos? No buscábamos a Dios, no preguntábamos por él, ni sabíamos tocar la lira, el arpa y cantar. Lo último que hubiéramos pensado sería en dedicar el talento a la religión; estábamos muertos en delitos y pecados. 

Pero ocurrió una cosa extraña, una “extraña obra” (Isa. 28:21), llegó hasta nosotros la palabra de Dios y el efecto que produjo fue especial, no el mismo que en otros que estaban a nuestro lado; ellos oyeron la voz pero no entendieron “ni vieron a nadie” (Hch.9:7) y a nosotros nos hablaba Cristo. Ocurrió un milagro en el gusto, nos encantó lo que oímos y nos pareció verdadera y la creímos, era algo distinto a lo que conocíamos por crianza, superior y mejor, un mundo maravilloso sin manchas y puro, y completamente cierto. Después nos dimos cuenta que habíamos sido “paridos” para creer aquello, descubrimos que nuestro “embrión vieron sus ojos” (Sal. 139:16), siempre nos había estado cuidando aunque “éramos hijos de ira lo mismo que los demás”, sin embargo no fuimos pasados por alto como la mayoría, y  nos sentimos privilegiados y escogidos por Dios para la salvación desde y antes de alojarnos en el vientre de nuestra madre (Ga. 1:15; 2 Te. 2:13).                                                                   

22:11-18

“Me horadaron las manos y los pies”. ¿Habrá vivido físicamente David todo esto? Algo de eso pienso que sí, el resto no; el Espíritu Santo en la profecía describió los sufrimientos de otro, Jesús, que sí habría de sufrir completo. Cristiano, ¿por qué piensas que eres la persona que más sufre en el mundo? Busca dentro de tus sufrimientos los de Jesús, por él tú sufres. Tus padecimientos tienen valor, no son fuerzas ciegas las que te azotan. Dios te concede el dolor para hacerte como Jesús. Esa profecía es asombrosa. El Espíritu lo anunció con pasmosa exactitud.

22:22-25

“En medio de la congregación te alabaré”. No desestimes el culto público, la reunión con los hermanos. David quiere ser liberado de sus enemigos para alabar a Dios en la iglesia. No tanto por causa de otros como por sí mismo. Pero también por otros para estimularlos a temer a Dios.

22:24

“Cuando clamó a Jehová, los escuchó”. La respuesta a la oración de Jesús en la cruz fue su resurrección; las explicaciones a la pregunta del v. 1 las tuvo tres días después. “Fuiste desamparado para que por tu justicia muchos fueran justificados y por tu sangre muchos pecados lavados; eso tú lo sabías, no lo habías olvidado; mi silencio te recordó nuestro pacto. Los dos sabíamos que llegaría esa situación.”

 

 

Aun no existían Estados Unidos, España, Cuba y yo

22:22-31

“Anunciarán su justicia a un pueblo por nacer”. Es el resultado de la muerte de Cristo, la resurrección y la predicación del evangelio. Es el camino y el éxito en establecer el reino de Dios sobre la tierra. El mundo volviéndose entero a Dios, desde tan lejos como naciones que aún no existían: Estados Unidos, España, Cuba y yo.

Esto parece haberlo escrito David más adelante cuando sus circunstancias habían cambiado y salido de su aflicción, o fue otro su autor, uno de los músicos del templo que le añadió algunas estrofas al salmo. Tú y yo pasaremos pero la palabra de Dios no; en la generación posterior a nosotros Dios escogerá su remanente y ése le servirá, el cristianismo jamás será una religión muerta. Si dentro de los 5000 próximos años el mundo no ha llegado a su fin, habrá cristianos en esas edades y leerán la Biblia en los idiomas que tengan. La Biblia nunca será un libro pasado de moda. Dios tendrá ávidos lectores de ella y lo conocerán por sus páginas, las vivirán y las enseñaran. En España, en toda Europa, en Asia, Australia, y en las tres Américas con todos sus cayos y cabos y Canadá.  Los elegidos de todos lados y épocas buscarán, por los impulsos de la gracia, al que la tiene dispuesta para entregarla.

 

 

23.

Es un salmo para confiar en el sostenimiento y la protección de Dios, un salmo contra el miedo; si usted siente miedo penetre dentro de él y no temerá “mal alguno”, peligro, desprotección, temor económico, porque junto a finos pastos lo llevará y “aunque ande en valle de sombra de muerte” no tendrá miedo. La razón por la cual impresiona es por las doctrinas de feque están puestas detrás de las palabras; muchos que por siglos se han aprendido este salmo y les gusta tanto no saben porqué; sienten que les da esperanza, que los ayuda; es uno de los más sencillos y primitivos de David, de los primeros que compuso cuando quizás no era rey sino pastor de ovejas. 

Un salmo para recibir aliento (v. 4), para descansar (v. 2), como he mencionado, para quitarle a uno el miedo (v. 4), la ansiedad (v. 1); además transmite un estado anímico de gozo espiritual diferente al de los placeres y adquisiciones, real y triunfal porque no excluye las adversidades sino el triunfo sobre ellas (v. 6). Estas son las impresiones que sin darnos cuenta nos produce David; cosas que son arrancadas de su propia experiencia; pero el verdadero autor de ese salmo no es David sino el Dios de David. En muchos salmos de David, el valiente de los valientes, se ve que a veces sentía miedo.

23:1-3

“Nada me faltará”. Lo que le hace descansar es su seguridad en la providencia de Dios y le quita la ansiedad de cualquier tipo porque sabe que Dios lo dirige hacia lo mejor, que su vida progresa y va hacia un fin bueno; no lo hará trotar porque es un pastor de ovejas; enfrente suyo hay un gran Sábado de reposo eterno. “Por amor de su Nombre”. Aunque Dios nos ama ninguna cosa ama más que su Perfecto Nombre; encontrará dentro de sí mismo miles de razones disponibles para ayudarnos, incomprensibles motivos.

 

La teología de David es pastoral 

23:4-6

“Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. A veces he subido al púlpito como un vaso vacío y he descendido como una copa, rebozando (v. 5). En el contexto del salmo lo que infunde aliento a David, es la omnipotencia y omnipresencia de Dios; es lo que le quita el miedo. Nada ni nadie puede contra Jehová; su omnipotencia pastoril, su omnisciencia pastoril; por eso la misma teología de Dios es pastoral. Tendré la muerte cerca pero su sombra no me tragará (o la enfermedad), Dios está más cerca que ella, me acompañará un tramo de mi camino pero tendrá que dejarme pasar; y si en algún momento me alcanza y luchamos el uno contra el otro, al fin por el poder de Su resurrección la dejaré tendida en el sepulcro “sorbida en victoria” ¡Amén! (1 Co. 15:54). Y como he dicho, el v. 6 transpira la clase de vida de fe, reposada, victoriosa y gozosa que deseamos vivir. Este salmo sólo lo puede escribir un hombre de fe. David creía en la sabiduría de Dios y luchaba contra cualquier sentimiento de abandono, desprotección y de sentir lástima por sí mismo; miraba hacia el futuro esperando que cambiara y fuera mejor, su óptica era positiva. Sufría adversidades como cualquiera de nosotros pero creía que Dios es omnipotente, mayor que todas ellas y que ninguna circunstancia podía destruirlo definitivamente; sus adversidades lo hacían temblar, lloró mucho, se sintió débil pero era inquebrantable. Muchas veces pasó bajo la sombra de la muerte, de la fría e incompasiva muerte. Otras veces se sintió desterrado de Dios, abandonado, olvidado, pero al fin supo que todo era una falsa percepción mental, una conclusión derivada de una situación anímica porque Dios era omnipresente, estaba siempre localizado por su ojo y que no se dormía ni entretenía. El bien y la misericordia lo siguieron toda su vida, no la mala suerte. Estoy satisfecho de poder seguir al Cordero como los 144,000, por dondequiera que va pero más me gusta ser seguido por la misericordia de Dios, contento por asir a Cristo pero más por ser asido por él (Apc. 14: 2;  Flp. 3: 12).

24.

Contiene tres partes como tres momentos espirituales distintos con dos pausas o suspensiones (selah). (1) El mundo pertenece a Dios porque lo creó (vv. 1,2) (2) Qué persona se abrirá paso a través de innumerables dificultades y vivirá bendecido por Dios (vv. 3-6). Estos podrán permanecer en la presencia divina por “el derecho” de su vida recta. Para el salmista es importante la santidad del que visita a Dios (vv. 3-6). El que practica la religión. (3) ésta parece una adición para usar en alguna festividad o para animar a Jerusalén (vv. 7-10). Dios, un capitán glorioso que regresa de la batalla. Uno puede suponer que algunos salmos no son obras de un único autor sino varios, o expresan diferentes vivencias. Y aquí, dice Spurgeon, manifiesta la entrada del Redentor cuando abrió las puertas del cielo a sus elegidos.

24: 1,2

“De Jehová es la tierra y su plenitud”. Dios no creó nada que no pudiera controlar, supervisar y sustentar; todo lo creó por su palabra, de sí mismo y para que tuviera conexión con él. Todo lo creó con propósito, funciones, para que estuvieran cerca de sus oídos, sus manos, deseos y voluntad, de éste lo más grande, el leviatán, elefante y los pájaros, los insectos. Él tiene una mente perfecta y a todo le da importancia.

24: 3-5

“Y ¿quién podrá estar en su lugar santo?”. ¿Quién podrá tener comunión contigo Señor? ¿Quién podrá ocupar un lugar santo en tu servicio? ¿Quién podrá ir al monte eterno donde habitas? El limpio de manos, sin hurtos, sangre, etcétera. Mi alma se ha vuelto loca algunas veces y se ha elevado a vanidades y cosas falsas, también he mentido con engaño. ¿No tendrá tu bendición? Todavía quiere subir a tu monte santo. ¿La recibirás cuando a ti llegue? Si Cristo está en la puerta ella será recibida porque de él se dijo “a los pecadores recibe” y él predicó “el que a mí viene no le echo fuera”. David no habla como si nadie no lo pudiera alcanzar, aunque es difícil; sus palabras son una exhortación, entonces sí se puede, porque para Dios nada hay difícil (Mt. 19: 23-26). En lenguaje del NT el que subirá al monte del Señor es el justificado por la fe en Cristo, el que se halla en él, éste ya se encuentra en “los lugares celestiales”, y ya tiene “escondida su vida con Cristo en Dios”, por la justicia de su Salvador. 

24:6

LBLA dice “De los que buscan tu rostro como Jacob”; la Septuaginta es la que dice “tu rostro Dios de Jacob”. Ver Ge. 32:24-28. Me quedo con la primera.

24: 7-10

“Alzad oh puertas vuestras cabezas y entrará el rey de gloria”. ¿Estás humillada, tienes baja la cabeza y avergonzada? Alza tu cabeza que viene Cristo, ¡día glorioso cuando Cristo entre por la puerta de tu corazón! El es el rey de la gloria porque es nuestra “esperanza de gloria” cuando estábamos “destituidos de la gloria de Dios”. Estas palabras debieron haber inspirado las hosannas que cantaron cuando Jesús entró proféticamente por la puerta de Jerusalén. Se les llaman “puertas eternas” a las de Jerusalén que conducen al monte Sion. También son eternas las puertas de corazones por donde entra Jesús.

25.

Este es un salmo acróstico y contienen sus veintidós versículos las letras del alfabeto hebreo. El arte al servicio de Dios. Probablemente para ayudar a su memorización. Dios me dice en diferentes momentos cosas diferentes con la misma letra y palabras. Este salmo recomienda a Dios para todo; si somos instruidos por él, perdonados nos redimirá (vv. 4-13) y hallaremos bienestar. Si tenemos una relación personal íntima con él, las redes se detendrán poco tiempo en nuestros pies y las congojas  no hallarán nido permanente en nuestro corazón (vv. 14-22).

25: 1

"Levantaré mi alma". Varias veces. Quiere decir "oraré y cantaré".

25:3

“…sin causa se rebelan”, tiene varios significados, encubiertamente, pillaje, ofender, transgredir, traicionar y ser infiel; los que por gusto, sin que les den motivo, Dios o los hombres, hacen daño; roban sin tener necesidad, cuando tienen trabajo y se les paga, por el placer de apropiarse fácilmente de lo que no es suyo; ofenden sin que les hayan dicho o hecho algo que justifique el mal trato, simplemente por sentirse bien humillando, traicionan a la mujer dándole ella todo lo que tiene, al amigo, a la patria, al Señor que los rescató, al amo que tienen en los cielos.

25: 4-6,12

“En ti espero todo el día”. Los días de mucha incertidumbre son días de mucha paciencia y oración (v. 5). Espera todo el día alguna indicación de Dios para tomar cierta decisión (v. 12). Espera una respuesta a diario, en la mañana o la tarde. Dios no se olvida que sus misericordias son perpetuas, forman parte de la naturaleza divina, “desde antiguo o la eternidad”. Dios no se olvida de lo que es o de lo que tiene y el salmista pide que las use con él. “Tarde, mañana y mediodía” (55:17).

 

Aventuras juveniles

Sal. 25: 7

“No te acuerdes de los pecados de mi juventud”. David ha llegado a la edad madura, ha crecido en gracia; y ahora piensa en sus “aventuras” juveniles, las cuales ya no llama así porque fueron pecados. ¿Piensas que las contaría como gracias juveniles, como chistes? No. No las menciona, pero las recuerda y le dan vergüenza. No tuvo que cometer muchos pecados, con quince años abominables eran suficientes para que la tierra lo vomitara, pero Dios tuvo misericordia y sus “pasiones juveniles” no lo tragaron (2Tim.2:22). Ha llegado a viejo y las lamenta. Teme que Dios recuerde aquellos pecados cometidos con otros jóvenes, o solo, y ahora le pedirá cuentas por ellos, sobre todo cuando ha cometido otros en su adultez, como relaciones íntimas con la mujer de un amigo y su homicidio, para sumarlos (vv. 11,18). Sus palabras nos permite Dios sacar lecciones. No hagas en tu juventud lo que te pudiera avergonzar cuando seas adulto; y no cometas como adulto los mismos pecados de tu juventud o los que no pudiste cometer porque te faltó oportunidad. Perdona Señor los pecados de tus siervos, aquellos cuando vivían en ignorancia, y que tampoco ya siendo viejos hagan lo que no hicieron entonces.

 

Cuál camino mira Dios desde allá arriba 

Sal. 25: 8-13

“Bueno y recto es Jehová. Él les muestra a los pecadores el camino”; entonces, las cosas que Dios hace son buenas y justas. Dice: "necesito un camino, estoy en un punto muerto, necesito saber qué tengo que hacer para salir de esto". Cuando uno tiene que depender de Dios completamente, siente miedo que por los pecados cometidos  Dios no lo ayude. Dios no nos dice que no por los pecados que hemos cometido sino por los no confesados, que están sin arrepentimiento. Con todo, dice que el Señor le enseña a los pecadores la verdad para que la sigan (v.8), y que si se siguen sus caminos se hallará en ellos siempre misericordia y verdad, buena voluntad, ningún engaño. Compara el v. 8 con el v. 12 y regocíjate; nada gusta tanto al Señor cuando estamos perdidos que elevemos a él una petición de orientación, que le preguntemos cuál camino desde allá arriba él mira que es el mejor. Y dice ¡éste! 

Ora pidiendo orientación para escoger y quédate todo el día esperando la indicación (vv.4,5). Estos versículos puedes unirlos al v.14 donde hay una promesa, que la decisión correcta estará enmarcada dentro de su pacto (nuevo pacto en la sangre de Jesús). Dios responde las oraciones de los que han hecho un pacto con él, o se han acogido a su pacto. Las respuestas a oraciones fuera del pacto son improbables, Dios no oye a los impíos; y el secreto de las respuestas a nuestras oraciones no tiene que ver tanto con ellas como con el hecho que estamos en el pacto de la gracia, y ellas son medios que usamos para recibir las riquezas de ese pacto, por eso todas cooperan para nuestro bien. Nuestro compromiso específico no es tanto pedir, como velar para permanecer en la fe del pacto, dentro de él. Lee Mt. 26:28; 1 Co. 11:25; 2 Co. 3:6; He. 8:8-13. ¡Y bendiciones! Y un último detalle, lee el v. 22, el último, si lo comparas con el v.17 llegarás a la conclusión que de quien verdaderamente está hablando David es de su pueblo y toda la orientación y perdones que pide es para una nación en angustia, y con esa perspectiva todos los detalles coinciden en armonía mucho más que dentro de la experiencia de un solo hombre. Toda nación debiera ser una nación de oración.

25: 15-21

Es la parte más intensa del salmo. El miedo a que por sus pecados Dios no le abra puerta continua (v. 18). Esta oración (v. 17), “sácame de mis congojas”, es humana y yo la he hecho, pero orar: "Señor dame tu consuelo para mis congojas, ya casi me tengo lástima, ayúdame a aprender las lecciones que me estás dando, que mi fe se gradúe hoy", es mejor.

25: 14

“…la comunión íntima…” no es la más acertada traducción aunque se implica en “el secreto del Señor” que concuerda mejor con el tema de pedir orientación y recibirla. De todos modos para oír un secreto del Señor hay que tener una relación íntima con él. Si quieres conocer su voluntad pides bastante. “Las cosas secretas pertenecen a Jehová” (Dt. 29:29). Señor yo quiero tener comunión íntima contigo, estar en tu secreto (Je. 23:22); oír de ti Señor Jesús las cosas que dice un amigo a otro (Jn. 15:15). Alma mía entra en tu aposento y ora en secreto para que hables con Dios las cosas que no te atreves con nadie, ¿por qué has de descubrir tu secreto a otros? Como el Padre y el Hijo tenían comunión, así tenla tú con Dios. Lee Mt. 6:4-6; 18.

26.

Sólo dos cosas pide: (1) que yo no corra la misma suerte de los impíos (v.9) (2) presérvame (mejor que “redímeme”) del castigo. Ambas son una misma cosa. Quiere decir: “No me he portado como uno de esos que estás castigando, no me trates igual”. David era rey y profeta y aunque no sacrificaba como un sacerdote pasaba tanto tiempo allí como uno de ellos.

26:1

“Sin titubear”, sin zarandeos, vaivenes (Sgo. 1:6). La palabra “titubear” significa resbalar aunque en primer lugar sacudirse, estremecerse, temblar o subir y bajar en el sentido de la onda marina.  En el salmo 32 y 51 no va a decir lo mismo, no orará más teniendo como base su comportamiento. De todos modos quiere decir que ha creído sin titubear o sin dudar. Eso cree él pero si uno lee otros salmos suyos sí lo nota confesando su debilidad, desesperado y angustiado. Esos estados de ánimo concuerdan con impaciencia y es falta de fe. O puede ser que no titubee ahora en esta ocasión porque habiendo tenido esa experiencia aprendió que era una inmadurez suya que su fe titubeara y se quedó tranquilo. Y llegó Jehová.  No digas nunca al Señor “aunque otros te negaren yo no”. Entiende a los hermanos débiles en la fe cuando recuerdes tus inconstancias. 

 

Basta que examines tu conciencia

26:2

 

“Examíname, pruébame”. Propone a Dios que ponga su vista en su alma, más que en sus hechos, en sus íntimos pensamientos. Exactamente quiere decir en sus riñones, que es lo más profundo que dentro de él encuentra. Que lo mire por dentro. No es un examen sobre su naturaleza humana lo que le propone sino los sentimientos y motivos que ha tenido su comportamiento; por eso asegura que no ha sido un falso (v. 4) y que ha vivido en sagrada comunión con su presencia, (vv. 6,8). Cuando te auto examines no extiendas tu escrutinio a tu naturaleza caída, al Señor le basta con que examines tu conciencia; llega hasta la conciencia y vive feliz y en paz con el Señor. ¿Por qué habrás de atormentarte mirando todas las deformaciones que como humano tienes por herencia? Procura una sana conciencia y preséntala ante Dios, si tus motivos no son malos, aún en tus equivocaciones hallarás a los ojos divinos una excusa y el perdón. “Íntimos pensamientos” o “mis riñones y corazón”; por dentro, en lo profundo. Él se examinó primero.

26:4

“…los que andan simuladamente”, daría la idea de hipocresía, pero la palabra lo que significa es escondido, oculto, personas que muestran una cara y tienen otra, una maquillada y otra fea. Ellos por un lado y yo por el otro. Nos saludaremos de lejos. No apartes, Señor, de mí al amigo sino a éstos (88:18).

26:6

“Andaré en torno a tu altar”. David se sentía sacerdote y rey. No era de la tribu de Leví ni de la casa de Aarón, pero hubiera cambiado todo lo que tenía por esos privilegios, tenía que servir al Señor, estando un poco más distante. Por medio de Cristo somos lo que David no pudo, “reyes y sacerdotes” (Apc 1:6; 5:10). Siempre, en justicia, andaba alrededor del altar de Dios.

26:8

“Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria”. “Yo amo el lugar donde habita tu gloria”, pero no me presento donde no la distingo, donde hay hombres que se glorifican y se reparten justicias y se enaltecen, dejando poco o nada para ti. He ahí el secreto porqué se le veía tanto dentro de las cortinas de la casa de Dios, no porque hallara allí amigos, sino porque se encontraba con Dios y llevaba con él un millón de preguntas (Sal. 27:4). Para él eran “moradas amables” (84:1). No hay, ni siquiera en el NT una persona que revele tanto amor por la compañía de Dios, como David.

26:9 

“No arrebates con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios”. “No juntes mi alma con pecadores”. Si se traduce “no arrebates” tiene el mismo sentido, juntarlos o arrebatarlos en juicio. Dios no nos junta con los pecadores, eso es una elección que se hace. Compáralo con 28:3.

26:12

“Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré a Jehová”. “Sobre tierra firme está mi pie”. No se puede convertir a David en un absoluto proclamador de la salvación por gracia, por medio de la fe, porque para él los méritos de la conducta son importantes para reclamar peticiones, sin embargo, lo que recibe no piensa que sean retribuciones merecidas sino concesiones de la misericordia; clama oraciones mosaicas y las recibe como un cristiano. Se arrodilla sobre las tablas de la ley de Moisés en su conducta y termina siendo justificado por la gracia. 

27:1, 2

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”. Si Dios es tu luz y tu salvación, eres espiritualmente invencible. Los salmos de David enseñaban al pueblo a confiar más en la protección de su Dios que en su ejército (vv.3,5). 

 

Contemplar a Dios es vivir la experiencia de sus virtudes

Salmo 27:1-4

“Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”. 

 “…para inquirir en su templo”. Literalmente significa arar, romper (la tierra); en este caso investigar, escudriñar (se), penetrar dentro de lo profundo de Dios y de su corazón. Pero también es admirar (a Dios). Lo que pides a Dios búscalo; las bendiciones que quieres, trabaja por ellas. Y ¿qué pide? Gastar más tiempo en la casa de Dios; no recortar el tiempo a la adoración para ocuparse en los compromisos reales de palacio, administración, la guerra, la economía, la diplomacia, sino quitárselo a todo ese trabajo para dedicarlo totalmente a la adoración. No quiere trabajar seis días y reposar uno para consagrarlo a Jehová, sino reposar y consagrar a él los siete, la semana entera, el año completo, su vida. ¿Cuándo tú lees que David esté dedicado a un día semanal? Para dos cosas quiere hallarse en la casa de Dios. Para contemplar la hermosura, no del templo, sino de Dios, no del coro ni para saludar a su amigo Jedutún, sino para cavar, para arar en la Biblia, para romper la Biblia, quiero decir interpretarla, romper sus pensamientos yendo más allá de la envoltura de las palabras. ¿Tendría visiones espirituales? Él nunca las menciona aunque era un hombre espiritual. Para él Dios se le revelaba por su Palabra; lo contemplaba no con sus ojos sino con su Espíritu. Así iba al templo para tener una aproximación a la realidad de Dios, para tener la delicia infinita de sentirlo cerca. Llevaba al tabernáculo todas sus preguntas y luego se marchaba respondido en todo o esperando la respuesta sobre lo inquirido. Contemplar a Dios es vivir la experiencia de sus virtudes, de su amor, de su sabiduría, de su belleza espiritual.

27:8

“…tu rostro buscaré”. Señor, dame un corazón que te busque, dispuesto para orar, alabar, ¿no buscará tu corazón a Dios? ¿No le buscarás de corazón? Ahí no se enseña a identificar los presentimientos del corazón, las voces interiores de la mente, como la voz del cielo. Otra traducción dice: (LBLA)  “Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, Señor, buscaré”. Esa traducción me parece mejor y aleja el pensamiento que el corazón sea el que hable, porque es un hablador sospechoso (Je. 17:9).

 

 

Los padres de David

27:10

“Aunque mi padre y mi madre me dejaren...”, otra traducción dice “cuando mi padre…” y conociendo algo sobre los padres de David y su celo por Dios es difícil pensar que lo abandonen; incluso para este tiempo ya ellos necesitaban más de él que viceversa (1 Sa. 22:1-3); es una suposición como si fuera posible para exaltar el cuidado y amor divinos, pero más que eso cuando sus padres mueran y se quede huérfano, el Señor lo recogerá… y si mis hijos me ocasionan muchos problemas, y no se ocupen de mí, me quieran quitar lo que tengo, tú me recogerás. Los padres de David fueron buenos y anduvieron con él en sus huídas, y Dios también. Fue un regalo precioso que el Señor les dio a ellos con el hijo y al hijo con sus padres. Amén.

27:12

“Porque se han levantado contra mí testigos falsos”. “…testigos falsos”. Dios te guarde de esa amarga experiencia, y si puedes gozarte cuando digan toda clase de mal contra ti mintiendo, te felicito. Ojalá yo hubiera siempre estado a la altura de ese texto (Mt. 5:11).

27:13

“… hubiera yo desmayado si no creyese”. Esa última frase es puesta para supuestamente mantener el pensamiento, es una interpretación; lo que hay delante es un pero, que la justifica, se hubiera desmayado, desesperado, no hubiera podido soportar tanto. El creer es lo que nos mantiene de pie, el creer en la bondad de Dios (Ro. 11:22; Tito 3:4,5); si creo veré la gloria de Dios porque al que cree todo le es posible (Jn. 11:40; Mr. 9:13).

27:14

“Espera, esfuérzate, espera”. Mira esas dos palabras que cubren el esfuerzo y significan lo mismo: paciencia. Y dentro de ellas tres hay dos más: la bondad de Dios y el aliento. El pensamiento de la bondad de Dios es lo que hace que uno se esfuerce y que cobre ánimo. Aliéntate cuando te esfuerces. Todo tiene su tiempo. “Aliéntese tu corazón” o como también dice, ten buen coraje; lo necesitas para esperar y esforzarte.

28:1

“Roca mía, no te desentiendas de mí”. “Desentiendas”; más bien, “no estés en silencio, no seas sordo, tú no eres mudo”. A David le agobiaban los silencios de Dios. Cuando oraba luchaba en su interior con la posibilidad que Dios se quedara callado.

28:3

“No me arrastres con los impíos”. “Si yo no he vivido como ellos, mi Dios, que no me suceda lo mismo (26:9), si no he querido ser semejante en vida a ellos que no muera como ellos; muera yo la muerte de los justos”. (Ver 26:9).

28:3-5 

“Dales su merecido conforme a la obra de sus manos”. “Dales conforme a su obra, págales su merecido”. No te extrañe que pida la condenación de ellos porque con hipocresía fingen a sus prójimos y rehúsan convertirse (v.5). Nadie sino Dios puede defender la iglesia de los falsos hermanos que entran encubiertamente, fingen fe, amor y aparentan ser trigo y siembran cizañas. Son como Herodes, aparentan querer adorar a Jesús pero le desean el mal. (Ver 2 Ti. 4:14; Ro. 3:8).

28:5

“Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos, él los derribará, y no los edificará”. “No tienen en cuenta los hechos del Señor”. No es que hayan vivido ignorantes de ti sino que tú no les interesas.

 

David hizo más por su pueblo con sus oraciones que Joab con el ejército

28:6-9 

“Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos”. Esto parece escrito un tiempo después. David elevaba sus oraciones y se quedaba esperando la contestación, (vv.1-5); el salmo estaba incompleto hasta que Dios le respondiera, lo cantaba una y otra vez cortado por la mitad, y cuando tenía la contestación no arreglaba su oración poniéndole más fe a sus palabras ni reflejando sus mejores sentimientos. No le corregía cualquier defecto (por ejemplo, venganza) porque sabía que Dios la había aceptado. Dice, “en él confió mi corazón y fui ayudado”; y me hace sentir y ¡qué contento nos ponemos cuando Dios responde aunque sea un poquito de fe! El Señor provee incienso santo para  añadirlo a las oraciones de los santos (Apc. 8:3). David hizo más por su pueblo con sus oraciones que Joab con el ejército. Si somos “aceptos en el Amado” cualquier defecto que tenga nuestra oración no impide que sea aceptada.

29.

Su autor parece estar mirando llover o recordando alguna tormenta eléctrica. No es una voz de salvación sino de poder. No siente miedo por los truenos. El salmo no termina dando gracias por la lluvia sino afirmando que quien da poder al rayo insuflará poder a su pueblo y le bendecirá con paz. Si tiene poder tiene paz.

 

Ciencia, tú  no has matado a mi Dios 

29:2

“Dad a Jehová la gloria debida a su nombre”. David comienza invitándonos a dar gloria a Dios y como para que tengamos idea de ella nos muestra como él actúa en las tormentas. El relámpago que enciende con rojo el firmamento, el ronco trueno que cae sobre los árboles, el diluvio que trae a Jah (v.10). No siente horror sino regocijo, ¿cómo dices que el origen de todas las religiones es el miedo? No es el origen de Jehová. David no conoce ninguna explicación científica sobre el rayo y el diluvio, pero reconoce en ello la voz de Dios. Hoy los hombres que han descubierto las leyes naturales que hacen funcionar todo, se han tornado ateos. ¿Cómo pueden negar que haya un legislador? No hay razón para que el hombre moderno no adore a Dios con la misma fe sencilla de las remotas civilizaciones. La ciencia no ha destruido a Dios, le ha ayudado a eliminar supersticiones nada más; pero se ha engreído por hallar tantas religiones falsas. Alma moderna, adora a tu Dios como David, con su entusiasmo, con su gozo, con su piedad. Hazte ignorante y serás sabia, adora como los ignorantes. Yo quiero adorar así, moderno en ciencia y antiguo en religión. Ciencia, tú  no has matado a mi Dios, no has destruido mi culto, al contrario, me has dicho claramente cuando te leo entre líneas agnósticas, que no lo has podido eludir. (Meditar en 1 Co. 3:18; 1 Ti. 6:20). Si te haces, más por política que por exactitud, agnóstica, te descreo y te apellidas “falsamente”.

29:2 ,9

“Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”. Si estas palabras se refieren al tabernáculo, su propósito sería que los truenos hagan que la gente acuda a la casa de Dios para alabar su gloria en la hermosura de la santidad, con temor y reverencia (He. 12:28). El Dios del tabernáculo es el Dios de las tormentas. La santidad es hermosa, todo lo santo es bello, todo lo pecaminoso es feo, la salvación hermosea a los humildes. LBLA traduce “la majestad de la santidad”, pero aquí me parece mejor RV.  Y “hace parir a las ciervas”, supongo que de sustos, pero por el contexto es mejor “que desgaja las encinas” (Meditar en Je. 18:13; Sal. 149:4).

29:11

“El Señor bendecirá a su pueblo con paz”. Es un poder de la misericordia de Dios poder vivir en paz, decir “en paz me acostaré y así mismo dormiré”, sentir que su paz “sobrepasa todo entendimiento” y que el Señor nos diga “paz a vosotros” y “gracia y paz os sean multiplicadas” (1 Pe. 1:2). La paz de Dios cuando se siente vale más que un millón. 

30.

“Salmo cantado en la dedicación de la casa…”; principalmente en la dedicación de su casa de cedro que fabricó para sí mismo cuando ya no tenía que vivir en la cueva de Adulam, para que sus amigos pudieran visitarlo y él recibirlos, allí donde cantaba sus salmos y podía adorar con ellos. También se piensa que lo compuso pensando en la casa de Jehová que ayudó a edificar pero que nunca vio. Nuestras casas son nuestros templos y debemos edificarlas pensando que sea un sitio santo, familiar, bonito y limpio, y donde pueda reunirse la iglesia, y dedicarla a él como la casa suya. Lo escribió al parecer después que guardó cama por muchos días, para aquella memorable ocasión.

30:1

“Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado”. “Me has elevado”. Se extrañan de verme tan alto porque esperaban verme bajo. LBLA traduce “para que no se rían de mí”; y es para que no se alegren, no hagan fiesta, no dancen a costa de mi infortunio. Las sonrisas son para mí y yo soy quien va a danzar, lo aseguro (vv.11,12). 

30:1-5

“Jehová Dios mío, a ti clamé, y me sanaste”. “Oré y me curaste” (paráfrasis). Querían que me muriera pero tú me sanaste.

 

Arrastras las consecuencias pero Dios sigue amándote 

30:5 

“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”. “Su ira es sólo por un momento”. Estas palabras son muy dulces para el alma que ha pecado; el enojo y la tristeza de Dios con sus hijos cuando ellos han faltado es breve, dura poco tiempo, en cambio, su gracia es para toda la vida a pesar que arrastre las consecuencias. No debes pensar por el sufrimiento que te ocasionan las consecuencias de un pecado que él no te ha perdonado. Puedes haber sido perdonado hace años, sin embargo no poder librarte de las consecuencias hasta el día de hoy. Ya disfrutas su favor. Ya estás reconciliado. “Ya tus obras (las nuevas) son agradables a Jehová” (Ecl. 9:7). Te puede perdonar en un instante aunque no te deje hasta que llegue la mañana y sientas el perdón; y pasas la noche en medio de llantos y suspiros. Por ejemplo, Moisés, no pudo entrar a la tierra prometida pero a pesar de ello contó con el favor y la bendición del Señor todos los cuarenta años que anduvo por el desierto. Ya Dios lo había perdonado, ya no estaba airado con él, sin embargo nunca pudo deshacerse de las consecuencias de su pecado. No te desalientes (Ex. 4:14; Dt. 3:26; 4:21). Que el diablo no te haga creer que porque llevas las consecuencias de tu pecado es porque Dios no te ha perdonado. Se pueden hacer grandes cosas para Dios viviendo bajo las consecuencias de algunos pecados, residuos de su justicia, negar al Señor tres veces pero después confirmar a los hermanos, como Pedro, y ser columna de la iglesia en Jerusalén, del cristianismo, predicar para la salvación de miles y ser un escritor inspirado (Lc. 22:32).

30: 6,7

“En mi prosperidad dije: Jamás seré conmovido”. Cuidado alma porque detrás de la exaltación puede venir la caída. La arrogancia es pecado. La jactancia no es buena. En tu prosperidad puedes hallar más peligro que en tu humillación, necesitas más gracia para estar arriba que abajo. Tus bendiciones no deben sustituir a tu Dios. ¿Has perdido tu primer amor, el celo por la casa de Dios, el fuego del Espíritu? Reconoce que en tu prosperidad  te has envanecido y caíste en la condenación del diablo (1 Ti. 3:6). Señor, que de nuevo halle la luz de tu rostro sobre mi alma. Señor cuando prospere mi trabajo no te olvides de mi alma (Jn. 3:2), y no quites de mí ese aguijón para que la grandeza de las revelaciones no me exalte sobremanera (2 Co. 12:7).

30: 9

“¿Acaso te alabará el polvo?”. Con estas palabras en su vehemencia, no habla conforme a todo el conocimiento teológico que tiene sobre la vida en ultratumba (Sal. 17: 15; 48: 14). Simplemente lo que quiere es servir a Dios en esta tierra y la muerte anula ese deseo, quiere ser de provecho a Dios en este mundo, como Pablo (Flp. 1: 25). Quiere ser de utilidad a la iglesia militante. Señor concédeme ser de provecho a tu obra. Ahora. Retarda mi disfrute del cielo por causa de ella, y que al cesar mi utilidad tú le pongas punto final a mi peregrinación.

30:11, 12

“Tú has cambiado mi lamento en baile”. Los biógrafos de David en Samuel, Reyes y Crónicas, no recogen sus enfermedades y pasaron por alto su diario musical o sea su salterio. A ellos sólo les interesó su utilidad en el reino. Para conocer al hombre que llevaba la corona de Israel y la unción santa, hay que leer las estrofas de sus melodías que son en suma sus oraciones. ¡Qué feliz está al sentirse sano! ¡Qué agradecido a Dios por devolverle la salud! A un lado el cilicio y la humillación. No es tiempo de culpa y arrepentimiento porque si Dios lo ha sanado es que lo ha perdonado. No es tiempo de ayuno porque el Esposo está con Él. No solamente está alegre, lo disfruta y lo festeja sino que alaba al Señor. ¡Qué cambio, que salto, de lamento a baile! En un instante, llegó la promesa, la creyó y salió de su angustia a lugar espacioso y feliz dejándolo todo atrás. La fe obra milagros sobre el cuerpo y el ánimo. 

31.

Los enemigos de David siempre están presentes en sus oraciones, de acuerdo, y también sus enfermedades; pero aquí se mezclan ambos como dos experiencias vividas aparte o una sola que recoge ambas situaciones, y forman a mi parecer el fondo histórico de esta composición. No se pueden aplicar todas sus palabras a los adversarios ni todas a sus males del cuerpo. Si eso no se presupone no se pueden explicar correctamente sus palabras y hallarles pertinencia. Este es un salmo, como otros suyos, que bien cabe parafrasear la pregunta del oficial de la reina Candace a Felipe, “¿de quién habla aquí, del autor o de algún otro?”. En múltiples casos, de Otro, el Mesías. Veamos.

 

El alma, bien guardada en el seno de Dios

31:5

“En tu mano encomiendo mi espíritu”. Jesús murió con estas palabras en sus labios; es bueno orar, vivir y morir en el espíritu de la palabra de Dios. El Espíritu Santo usa estas palabras para que oremos. David quiso decir “mi vida está en tus manos”. El “soplo de vida” que pide sea recogido con su mano, no es un viento que exhaló sus pulmones y yéndose por las narices se fue por el aire; al viento no hay que encomendarlo, y si de eso se trata no tiene por qué preocuparse porque hay suficiente en el ambiente y si es igual que el que le circunda y no tiene nada especial, no hace falta pedirle que con cuidado lo preserve. Es que se trata del aliento divino que en resumen llamamos alma y contiene en sí misma todo lo que somos y como somos. Esa es la que se va en manos de ángeles para ver el rostro de Dios (Lc. 16:22) y la cual, bien guardada en su seno, retorna el día de la resurrección, buscando en su lugar de deceso, las partículas gloriosas que formen para ella un cuerpo transformado, semejante al cuerpo “de la gloria suya”. Si como dicen los Testigos de Jehová, los agnósticos y otros, que no tenemos alma inmortal, ¿entonces por qué el apóstol Pablo dice que morir y estar con Cristo es muchísimo mejor que quedarse vivo? (Flp.1:23). Amén.

31:6

“Vanidades ilusorias”: ídolos.  No es tanto “ilusorias” como desoladoras, malas, destructivas, engañosas, y literalmente significa ruinas. Una vida en pecado encierra todo eso. 

31:7

“Las angustias de mi  alma”; mira el plural, más de una angustia. No digas que él no sabe cuando tú sufres, ni el monto de tu dolor puesto que es experimentado en quebrantos (Isa. 53; Mt. 26:37,38).

31:9 

“Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo”. “Ten piedad de mí porque estoy en angustia”. Ayúdame en esta angustia como en pasadas angustias (v.8). Haz lo mismo buen Dios, recibe mi oración como aquella.

 

Esa trama es real no inventos de paranoia

31:9-13

“De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; los que me ven fuera huyen de mí”. ¿Será que David se identifica con el espíritu de una situación ajena? ¿Revisaba, como editor, otras composiciones o son enteramente suyas? ¿Colaboró en la composición de este salmo de simpatías? Pudiera ser si fuera así, que por eso sus salmos hallan eco en nuestra alma, por la variedad de personajes que él mismo como protagonista representa. Una señal a favor de su autoría es su costumbre de relacionar sus enfermedades con sus pecados; no dice eso porque Dios se lo haya revelado sino porque sabe que sus pecados merecen castigos. Y uno ve que no busca tanto el perdón para tener buena salud sino para reconciliarse con Dios. Si a ese deplorable estado físico, con el cual tiene que aventurarse para cumplir sus obligaciones en el exterior, en la calle, y que por lo visto era repulsivo (41:8), si a eso, he dicho, se le añaden las continuas conspiraciones que lo envolvían entenderemos por qué se sentía tan temeroso y miserable, desconfiando de aquellos que so pretexto de visitarle en su casa se aprovecharían para darle muerte. Y otros, no se atreven a tanto pero muestran la hostilidad hacia él ignorándolo como un muerto. Es este cuadro espiritual el que le reduce su vigor y la vida. Y la existencia de esa trama es real no inventos de paranoia. 

31:15

“En tu mano están mis tiempos”. Tiene el mismo sentido de las palabras del v.10, en ese por enfermedad y en v.15 por peligros. La vida se registra por “tiempos”, los fáciles y los difíciles. Prefiero esa traducción a LBLA que anota “años”. Ayúdame Señor como en otros tiempos y que nada me corte los tiempos que son tuyos. Si en tu mano se hallan mis años, sobre todo los de la vejez, ¿por qué he de preocuparme? Dios es quien da los años de la vida y su bondadosa providencia no se desentiende de ellos cuando los otorga. Ningún año se halla en nuestra mano sino en la suya. Debo estar contento y no preocupado por mis tiempos porque están en sus manos. Me niego a preocuparme por el futuro porque es enteramente suyo. Mi vida es enteramente suya en su totalidad. Amén.  

 

Es diferente cuando tú le dices al Señor que ya has orado

31:17

 

“No sea avergonzado, oh Jehová ya que te he invocado”. Así la RV suena más elocuente que otras versiones. A mí me hace pensar en las oraciones hechas, las elevadas. No te dejará Dios postrado después que lo invocaste, como si no lo hubieras hecho. La oración es una razón poderosa para que la fe espere un cambio. Si ya has orado puedes decir: “Dios, ya he orado, ahora espero que tú respondas.” Si tú no oras puede ser que Dios por su misericordia te conceda aquello que no pediste; y en ese caso podrás tener experiencia con la libre gracia de Dios, pero es diferente cuando tú le dices al Señor que ya has orado. Los santos siempre han valorado mucho sus oraciones y nunca han pensado que el uso de ellas es de importancia menor porque han sabido que son dirigidas al carácter de Dios porque afirman así: “No sea yo avergonzado ya que te he invocado”, lo cual quiere decir: “Te he solicitado ayuda, te la he pedido, la necesito y me hallo esperándola.” No es lo mismo que no pedir porque en ese caso Dios pudiera decir: “No clamaste a mí.” Una oración de fe va dirigida a la misma esencia recta de lo que Dios es. “Te he pedido algo, si me dices que no me sentiré avergonzado”.

31:19, 20

“¡Cuán grande es tu bondad!”. Sepamos que cuando oramos lo hacemos a un Dios bondadoso, por eso alaba el salmista ¡cuán grande es tu bondad! Su bondad está asociada a su grande riqueza (Efe. 2:7), es la motivación misma de su propósito contigo (2 Te. 1:11), y muestra específicamente su bondad al convertirse en nuestro Salvador (Tit. 3:4). Eso es lo que buscaba. Gracias Espíritu Santo por estas palabras; no tienes guardado enojo, rencores y justicias contra mí sino bondad para mí. ¡Qué bueno ha sido Dios con él! Amén. Tengo un concepto muy elevado de tu bondad, Señor, “estoy esperando en ti a causa de los hijos de los hombres” o “ellos saben que estoy esperando”. El miedo lo asalta por todas partes, sin embargo, cuando su oración se profundiza siente segura en su mente la bondad de Dios. No hay refugio más seguro contra la murmuración y la calumnia que la oración secreta (Mt. 6:6). Seguirán moviéndose alrededor de ti pero no serás afectado por esas amenazas y calumnias. Oh Señor, que mi alma te busque así.

31:22

“Decía yo en mi premura (alarma): Cortado soy de delante de tus ojos; pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba”. “Yo en mi precipitación, adelantándome a los acontecimientos me mentía sin saber que mis conclusiones eran mentiras” (paráfrasis). Se imaginaba que iba a morir pero no sucedió así. “Mis presentimientos no se cumplieron ni el diagnóstico de los médicos tampoco. Veía mi mal en el horizonte y era un espejismo. Sufrí en el presente preocupaciones inútiles. Oh Señor mío, ¡cuántas veces mi imaginación se vuelve mi enemiga y me traiciona!”.  Y todavía sigo usándola, sirve a mi fe y a pesar mío a la carne y la incredulidad. 

31:24

“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”. “Esforzaos y aliéntese vuestro corazón”. David enseñaba con cánticos a orar a su pueblo, y después de recoger en su composición varias situaciones, con sus palabras los anima. Es increíble como este hombre se podía poner en el lugar de los demás (es el éxito de la consejería y la ayuda espiritual). 

32.

“Masquil”, significa instructivo, es un poema de tipo didáctico. 

 

Cuándo el pecado está verdaderamente oculto

32:1

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado”. “Transgresión perdonada, pecado cubierto”; y consiste en una bienaventuranza que eso le pase a alguien. David habla para otros lo que él sintió, lo que Dios le dijo y lo que aconseja. La situación personal parece ser el pecado de adulterio que cometió con la mujer de Urías. El pecado es verdaderamente ocultado cuando es perdonado porque ya Dios no lo mira más, como dijera el profeta, los pone sobre sus espaldas donde no los vea (Isa. 38:17). O los ahoga en el fondo del mar (Miq.7:19). Lo importante no es cubrirlo de los ojos de la gente sino de los de Dios. El pecado se disfruta pero no hace feliz. La doctrina que hay detrás de cubrir el pecado se llama justificación, cuando el pecador es cubierto con la justicia de Cristo. Adán no fue justificado cuando él trató de cubrir su vergüenza con hojas de higuera sino cuando Dios con pieles lo tapó. Es una felicidad ser perdonado; es bienaventurado a quien Dios borra de su conciencia la iniquidad e inscribe su nombre en el libro de la vida del Cordero. David al fin descubrió su iniquidad ante Dios pero ante los hombres quiso ocultarla. Y el que oculta su pecado por sí mismo, no prosperará (Prov. 28:13). Dios es quien cubre el pecado y la desnudez, no con hojas de árboles  sino con la piel de Jesucristo. Si lees el v.5 lo confiesa, “no encubrí mi iniquidad”.

32:2

“Jehová no culpa de iniquidad”. Bienaventurado el que no es acusado por Dios porque ha sido justificado por él, porque Dios es quien justifica (Ro. 8:33); nadie lo puede acusar porque Cristo ha clavado sus acusaciones en la cruz (Col. 2:13,14). Dios no ve nuestro pecado porque él mismo nos reviste con el Señor Jesucristo (Ro. 13:14; Col. 3:12).

32:3,4

“Mientras callé se envejecieron mis  huesos”. Hizo mal en ocultar su pecado, esconderlo, justificarlo o callárselo, cuando su conciencia no lo dejaba hacer otra cosa que lamentarse. No tenía un solo rato de paz. “Literalmente me secaba, mi vida se volvía un invierno; y no sólo perdía el gusto por todo sino que por dentro también me secaba (51:8), porque Dios abatía mis huesos”. El envejecimiento es el principio de la muerte. El pecado mata. Envejece. Si no pecáramos y viviéramos bajo la gloria de Dios, no envejeceríamos. 

32:5,6

“Confesaré mis transgresiones a Jehová”. “Llegué a un punto en que no pude más, cuando mi amigo Natán vino y me reprendió, (Sal. 51 y 2 Sa. 12:7-13), el impacto de sus palabras fue como una espada, me deshizo, y confesé mi pecado a Dios; yo bendigo a ese amigo y más bendigo a Dios por haberlo enviado a mí, también me trajo palabras de esperanza, la cual yo casi había perdido, me dijo que Dios me había perdonado. Hoy escribo mi testimonio para que otros no callen sus pecados y los confiesen a Dios, y serán bienaventurados como yo, el que me perdona a mí perdona a muchos”.

32:6

“En la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él”. “No solamente me secaba sino que me ahogaba, pero el brazo de Jesús se extendió y me asió(Mt. 14:30,31). El Señor no permitió que esas aguas me anegaran” (Isa. 43:2).

32:7

“Con cánticos de liberación me rodearás”. “Por primera vez en más de un año pude cantar porque estaba perdonado, mi conciencia fue liberada de culpa y volvió mi primavera, de nuevo, habiéndome sentido maldecido por mi pecado, regreso a ser un olivo verde en la casa de Dios (Sa.l 52:8)”. “A otros le rodea la mala suerte o la fortuna, a mí me rodean “cánticos de liberación”, me rodea Dios (34:7). Vivo dentro de un círculo de misericordia, “me rodea la misericordia” (v.10). Yo les digo que no hay bienaventuranza mayor que el perdón de Dios, el mundo vuelve a tener vida y colores para mí, ahora oigo los pájaros cantar y respiro tranquilo”. Estoy regresando a lo que dijo en el v. 4, pasó del verano seco a la húmeda primavera.

 

Vivir sin perdón ya se empieza a vivir el infierno

32:8-11

“No seáis como el caballo o como el mulo que no entienden”. No se acercan a Dios con palabras sino con golpes, no con sermones sino con azotes. Esta porción la escribió a partir de su experiencia. Es un resumen. “Dios me dijo: has sido como un caballo y como un mulo, sin entendimiento, si no te hago sentir mi mano sobre tu corazón y te envío a mi profeta, que fueron como un freno, no te hubieras acercado a mí; no es mi propósito ofenderte con la comparación sino quebrantarte, los que se ofenden con mi palabra y no se humillan ante ella son plantas que yo no he sembrado (Mt. 15:12,13), te atraje con cuerdas humanas, con cuerdas de amor; ahora que has sido perdonado y te sientes feliz, necesitas nuevas instrucciones para que restablezcas tu vida espiritual, yo te las enseñaré con mi Santo Espíritu, hay caminos nuevos para ti, que tú nunca has transitado, mi mirada no se apartará de ti y esto que has vivido no lo vivirás nunca más y no será motivo para que maldiga tu futuro o lo que tienes, no maldeciré tus bendiciones (Mal. 2:2), tu arrepentimiento y confesiónmi perdón  han salvado tu familia, tus posesiones y tu vocación, yo me olvido de lo que hiciste, también olvídalo tú; mira a tu alrededor y oirás los muchos lamentos de los impíos (v.10), viven en un infierno; vivir sin mi perdón es vivir en un actual infierno”.

 

Si vas a cantar, canta bien, si eres músico, toca bien

33:2-4 

“Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo”. “Hacedlo bien”. Estas son unas notas para los que usan algún instrumento musical en sus alabanzas. ¿Cómo alabar adecuadamente al Señor en ciertos momentos? En dos sentidos tomo estas palabras: (1) Alabadle bien porque él cumple lo que promete en su palabra; si él es fiel y hace lo que dijo, alabadle bien. “Alabadle porque recta es su Palabra y toda su obra es hecha con fidelidad” (v.4). 

Si tenemos el privilegio que nuestros ojos contemplen el cumplimiento de alguna promesa, alabadle. Son aplicables a todos los que tienen que ver con la alabanza, primeramente los músicos, los que tocan los instrumentos que acompañan a los que cantan. Para ellos dice que toquen bien, (la palabra significa “tañendo con habilidad, hermosamente, que sea aceptada), y eso quiere decir que se aprendan bien lo que vayan a tocar porque ellos ayudan a los que cantan y a los que están aprendiendo la melodía. Es una pena que los que tocan los instrumentos lo hagan mal y el que canta desentone.

Y si eso lo combinas con lo anterior, “cántico nuevo”, quiere decir que amplíen el repertorio, pues dice que cantemos cántico “nuevo”. Los que saben música en la iglesia debieran siempre estar aprendiendo nuevas canciones, componiéndolas o buscándolas; así tendrán oportunidad de edificarnos con la experiencia cristiana que tengan, por medio de la música. Por supuesto que eso no quiere decir que de un brochazo borren todos los himnos gloriosos del pasado. 

Los músicos de la iglesia debieran tener una exquisita relación con el Señor, de modo que nos enriquezcan con el canto de la gracia que reciban. La alabanza a Dios sirve para expresar no sólo nuestra alegría sino gratitud, por ello se le canta cántico nuevo y bien.

(2) También pueden referirse estas palabras: “La palabra de Jehová es recta y toda su obra es hecha con fidelidad” a la exposición de la Palabra, es decir a la predicación. Alabadle cuando oigas la Palabra de Dios, si la hallas hermosa, edificante, elocuente. Hermano, ¿cómo cantamos después de la predicación de la Palabra? La predicación inspira el canto y el canto sella la predicación; si la predicación ha sido buena, alabemos bien al Señor. Esa deliciosa mezcla la practicó la iglesia apostólica y está referida en Col. 3:16. Aquí habla de la Palabra que hizo el cielo y la tierra (vv. 6-8) que es la misma que la escrita, aquella que sirve de base a la predicación (2 Co. 4:6); entonces tendremos  alabanza perfecta con sermones hermosos.

33:4

“Toda su obra es hecha con fidelidad”. Se derrumba el mundo antes que una sola letra o sílaba de su Palabra se olvide o él se retracte.

 

 

USA e Israel

33:5 

“El ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la tierra”. La palabra de Dios ocupaba un lugar importante en el sistema legal de Israel, “ama justicia y juicio”. Es bienaventurada la nación de la que Dios es Jehová (vv.10-12); si esa nación no cambia la monarquía divina por la democracia popular y si no desplaza los mandamientos absolutos(la moral y la justicia) por el relativismo dentro de las generaciones. USA dejará de ser una nación bienaventurada si continúan los ataques contra Dios, está dando coces contra el aguijón; USA como Israel ha sido “escogido como heredad para sí”, pero como una elección semejante a Israel, no igual; ha sido injertada como el olivo silvestre (Ro. 11:17-24), si no destruye lo que ha edificado. Es una  obra diabólica lo que estamos mirando, y el mundo entero se verá perjudicado por la declinación espiritual y apostasía de USA, que está renunciando a sus padres. Que se miren en el espejo de Israel, lo que le ha pasado. Pero a USA le pasará peor, como Corazín y Capernaum, que bajará al infierno, como a Babilonia que dejó de existir (Mt. 11:23,24). No es suficiente tener un poderoso ejército, moderno (vv.13-22). Dios tenga misericordia de este país. Trabajemos a su favor con el evangelio y que se diga Judá aún gobierna con Dios(Ose. 11:12). Salvémonos a nosotros y a Estados Unidos. No imiten, países del orbe, no imiten a Estados Unidos en su secularismo tonto, obstinado y necio. ¿Y no ha pasado por esa experiencia el Reino Unido? Lo que se dice para las naciones se dice para todos aquellos que Dios ha escogido, tienen que hacer firme su elección, añadiendo y no quitándose a Dios, la gracia, las virtudes y lo que nació de él (2 Pe. 1:5-10). ¡Basta de la tontería escolar del Big Bang! ¡Hollywood hasta el infierno serás bajada

33:6

“Por la palabra de Dios fueron hechos los cielos”. Toda la Biblia insiste en  que la Palabra de la creación es la misma de la Escritura.

33:9

“El habló y fue hecho”. Con un puñado de palabras hizo el mundo. Sus deseos y voluntad lo crean. Dijo: “sí, quiero” y fue hecho.

33:14-18

“El ve a todos los hijos de los hombres”. Cada hombre en esta tierra puede decir como Agar: “Dios me mira”.

33:20,21

“Nuestra alma espera a Jehová”. En el día señalado llegará una bendición que nos alegrará.

34. 

Uno de los muchos salmos didácticos de David. Es escrito en el espíritu de oraciones contestadas y sobre eso precisamente se basan sus enseñanzas (vv.9,17). La oración respondida permite tener la seguridad de la compañía de Dios (vv.6,7); y constantemente asegura el valor de ser una persona justa ante Dios (vv.15,16,19). Piensa que aunque el justo padezca mucho sus aflicciones no lo destruirán completamente, “no será quebrado hueso suyo” (v.20). El salmo refleja gratitud pero no da ningún detalle del contexto histórico que anuncia su encabezamiento (1 Sa. 21).

34:1

“Bendeciré a Jehová en todo tiempo”. ¿En todo tiempo? Es cierto que sus salmos reflejan su completa historia y todos sus estados anímicos. Es que oraba sin cesar, y sus salmos fueron sus oraciones (72:20). Observa esas dos palabras “todo” y “continuo” porque está desapareciendo la bella costumbre de cantar himnos fuera de las reuniones. Ni cuando se toma un baño.

34:2,3,8,9,11,13,14.

“En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán”. David escribe este salmo para ayudar espiritualmente a otros; tiene como base su experiencia entre los filisteos (1Sa. 21:13-15) o comenzó a escribirlo por ese tiempo. Ofrezcamos a otros lo que hemos aprendido de Dios. Eso estoy haciendo ahora. 

34:2

“Lo oirán los deprimidos”; o los mansos o los humildes. Escoja usted. Es todo eso. Cuando lo oigan los tristes, los humildes y los pobres, se regocijarán. En realidad el texto no señala a los mansos sino a los deprimidos, a los afligidos.

34:3

“Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre”. “Les invito a que se unan conmigo, yo me alegro con los que se disponen a ir a la casa de Jehová(122:1), quiero llevar un grupo grande a la presencia de Dios para que le exalten y lo engrandezcan; aspiro a tener un enorme coro, todos los apenados para que experimenten liberación en la adoración”.

34:4

“Busqué a Jehová y me libró de mis temores”. Cuando el coro de los tristes comience a cantar empezará con la fe de David, y el regocijo y la fe de él les serán transmitidos a ellos. El pueblo recibirá mientras canta, un sermón de fe. “Hoy no tengo miedos, mis angustiadores se hallan lejos”.

34:5-11

“Este pobre clamó y Jehová lo oyó”. “Vengan, les voy a leer lo que escribí, yo los conozco, la luz de Dios también ha caído sobre muchos de mis compañeros, él alumbra a su pueblo, no sólo a los que están encumbrados sino a los pobres y menesterosos alza del muladar (113:7)”. David no quería tener una iglesia sólo con gente rica; convence a los pobres, a los que no tienen el consuelo del dinero y sus propiedades, que busquen a Dios porque él no hace acepción de personas (Ro. 2:11). “Este pobre” y señaló con el dedo a uno, o a sí mismo. “Aquí está, es otro testimonio que Dios oye a los que le buscan”.

34:7,8

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”.  Aunque la idea de defensa está contenida, su significado tiene que ver con un rescate. “El ángel de Jehová los rescata”. Hay un representante de Dios cerca porque están al servicio de los herederos de la salvación (He. 1:14); son espíritus ministradores. No siempre se hallan en el cielo cantando sino cooperando con nosotros, y son enviados para fortalecer a los que pasan momentos difíciles (Lc. 22:43). “Bueno es Jehová” es que está en excelente disposición para ayudarnos. La traducción “acampa…y los rescata” es mejor que “los defiende”, lo digo repitiendo.

34:9,10

“Los leoncillos tienen hambre”. “Los he invitado para que vengan a orar por sus necesidades, canten sus problemas, los leoncillos padecen hambre pero no los que oran a Dios”. La vida de los animales salvajes y de las aves silvestres es muy dura, la providencia es más benigna con los que tienen fe.

Sal. 34:12

“… ¿quién es el hombre que desea…? Yo, Señor.

34:15 

“Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”. Lo que yo quisiera que dijera 1 Pe. 3:12 lo dice, que sus oídos están atentos a sus oraciones, pero de todas maneras clamar y orar es lo mismo. David habla por su experiencia y ella vale. Y tiene que ser así porque su ángel está estacionado en los alrededores de donde vivimos, estamos o vayamos; ahí pone su tienda y la levanta cuando nosotros marchamos. Pero además el Señor oye las oraciones porque está cercano (v. 18); está cerca de cada uno de nosotros porque en él estamos y nos movemos y somos. No hay distancia ni tiempo entre él y nosotros.

Sal. 34:17-20

“Jehová oye…”; esas solas palabras son todo un sermón. El que hizo el oído ¿no oirá? ¿Mis balbuceos que llamo oraciones? ¿Mis peticiones quebradas? ¿Oirás mi confusión de sentimientos? ¿Tan pálida oración? Oh Bendito, yo sé que sí. “Muchas serán las aflicciones…”, pero menos que los que no son justos; tus misericordias son mayores que ellas, y sé que vendrán con consuelos, y tendré tu hombro para recostarme y mis lágrimas las pondrás en tu redoma y las contarás, y serás afligido juntamente conmigo (meditar en 56:8). Estas palabras son mejor entendidas si se toman como una profecía del Señor (Jn. 19:36), como la intervención divina para que sus aflicciones no lo abatan completamente. ¡Cómo habla de Jesús la Escritura!

35:1

“Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.”. “Ataca a los que me atacan”. Intervén en mi problema, Señor. Hay veces que pedimos así, a gritos.

35:2,3

“Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda”. “Empuña la lanza y el hacha”. Soy un soldado de Jesucristo, tengo tus marcas, tú eres mi Capitán, ven en mi ayuda, tus armas son poderosas para la destrucción de fortalezas (2 Co. 10:4). Esas no son las armas que usa Dios sino la armadura de un cristiano(Efe. 6:12-17). Dios pelea con la espada de su boca, su palabra (Apc. 2:16). Aunque Dios parezca inactivo, él no tiene porqué usar nuestro medios. Jehová peleará por nosotros, y estaremos tranquilos.

35:5,6

“El ángel de Jehová los acose”, o los persiga, los derribe, los acorrale. David estaba convencido que Dios tenía un ángel que cuidaba su nación (34:7). Nunca olvidó cuando el ángel de Jehová se le apareció en la heredad de Arauna. Siempre tengan tinieblas y resbalen. Este hombre no murió muy viejo pero en sus cabales. Sus iras, odios, miedos y amores a Dios se los expresaba. Para el Señor no tenían sus cóleras y todas emociones, alguna contención. No practico contigo, Dios, mimetismo, soy como soy, te he pedido que veas mi fragilidad y a ti te la expongo (39:4), si no puedo orar como cristiano oraré en el espíritu de la ley de Moisés, si soy incapaz de rogar con palabras del Sermón del Monte iré al Sinaí y mi oración será de piedra. 

35:10

“Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú?”. Tengo gratitud porque todos mis huesos están sanos (34:20), y en nombre de ellos te doy las gracias.

35:12-17

“Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno”. “No soy médico sino creyente y usé mi fe para orar por aquellos amigos que hoy son mis enemigos; tú eres testigo como los serví y reclamé para ellos de ti el bien que hoy disfrutan, pero ellos fingían ser mis amigos y me traicionaron, ¿no tengo razón para pedir hoy que el ángel tuyo los acose? Se hubieran muerto si no hubiera sido como un sacerdote de paz para ellos. ¡Oh Señor, quién iba a pensar que el que metía conmigo la mano en el plato levantaría contra mí su calcañar! (41:9; Jn. 13:18). Los peores enemigos (leones) son los falsos amigos (v.17). Hay hombres o mujeres que son leones o leonas y sus lenguas muerden como fieras.

 

David no puede decir a un enfermo, “levántate y anda”

35:13,14

 

“Cuando ellos estaban enfermos mi oración se repetía en mi pecho”; puede referirse a la posición con la cabeza inclinada en sus rodillas, como Elías (1 Re. 18:42), o lo más posible es que la oración llegaba a ellos, como la paz apostólica, y la rechazaban. Elevé repetidas oraciones, no una sino muchas veces, y con ellas los fui sanando poco a poco. Nota algunas cosas. (1) No posee algún don de sanidad, ya que ora. ¿No te das cuenta que los que poseen un don se confían en él, pudieran inclinarse a ser menos dependientes de la oración que aquellos que no lo tienen? David no puede decir a los enfermos: “Levántate y anda” y por eso ruega por ellos, inclusive, ayuna por su recuperación. No ordena al mal que salga del cuerpo ni declara sano a nadie, como si poseyese autoridad divina sobre las enfermedades (Sgo. 5:14).  (2) Mira sus deseos por la recuperación de los enfermos, al punto que ayuna por ellos. ¿Y quiénes son? ¿Sus amigos o parientes? No, son sus ahora enemigos; bien porque se tornaron en adversarios debiéndoles tantos favores espirituales o siendo sus enemigos él deseaba que recobraran la salud. ¿Puedes sin hipocresía orar por la salud de tus adversarios? ¿Puedes orar por los que te persiguen y ultrajan? (Mt. 5:42). Comprendo que ahora no intercede por ellos (vv.3-5). ¿O ves en la enfermedad que sufren una señal de la justicia de Dios y te alegras? A Dios no le gusta que nos alegremos cuando él castiga alguno, a no ser que el amor a la justicia lo demande; porque él mismo lo hace por esa única razón, no porque se complazca en hacer morir al impío. Pienso que quizás se nos mueran los enfermos sin luchar con Dios por ellos para que se sanen; oramos sí, pero solemos esconder nuestra falta de interés en la salud de ellos tras las palabras: “Hágase tu voluntad”; o queremos un milagro instantáneo, rápido, espectacular al decir, “ponte de pie y vete”. 

35:16

“Como bufones impíos”; así dice LBLA, y mejor sería “rastreros” o “arrastrados bufones”, que comen el pastel en una fiesta; esa traducción es mejor que “lisonjeros” según RV. Gente de la peor calaña.

35:17

“Mi vida… de leones”, es mejor “mi única vida”, la única que tengo, ¿me la quitarán ellos, Señor?; te la he vendido a ti, la has comprado por tu gracia y ella te pertenece, y todavía sigue siendo mi única vida, y lo que queda de ella está reservado para ti.

35:19-25

“Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!”. “Y abrieron bien grande su boca contra mí, que no digan: ¡Lo hemos devorado!”. Para David es terrible que lo devoren ellos, los que fueron sus amigos y por quienes oró tanto. Es increíble que se puedan alegrar (vv. 21,25). Por dos veces dice  “¡ea, ea!” o “¡ajá, ajá!”. Le duele conocer lo contento que están, cómo se regocijan y trabajan para derribarlo, los que lo apoyaron en un tiempo. Por eso, maldito el que confía en el hombre(Je. 17:5), y quien ignore lo que hay en el corazón del hombre (Jn. 2:24,25). Cuídate del hombre que te lisonjea. Todo lisonjero es un potencial traidor.

36.

Nota que se le llama a David “siervo de Jehová” no dice “rey de Israel” o “su majestad”. David no escribía su literatura inspirada como rey, ni entraba al tabernáculo como monarca sino como creyente; y de todos modos ser siervo de Dios es un título mayor que rey y emperador.

36:1,2

“La transgresión habla al impío dentro de su corazón” (LBLA), “La iniquidad del impío me dice al corazón” (RV). Prefiero la primera versión que es una y mejor posible lectura. El pecado le habla al impío en su corazón y él se dice: “No temo a Dios ni respeto a hombre”; pero tristemente se engaña que su maldad no va a ser descubierta, o mejor aún que su propio pecado le ciega sus ojos y no puede descubrirlo y aborrecerlo. Me quedo con esa versión que me trae mejores pensamientos que si hubiera leído que el pecado de los malos me hace pensar que no temen a Dios, lo cual es cierto pero lo dejo para otros. Es una gran verdad cristiana que al pecador le es imposible odiar o aborrecer su propio pecado; al contrario, lo ama.

 

Corazón loco y sin sentido

36:3 

“Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien”. O de ser sabio, circunspecto e inteligente. Si según la versión R.V., el pecado es una locura; cuando peco dejo de ser cuerdo. Si alguien peca muestra que no está en su cabal juicio; el pecado es una insensatez y pone al hombre en un estado de demencia. ¿Cuál es el origen de todas las neurosis?  ¿El sexo, como dijo Freud? No, es la falta de fe en Dios. Todo lo que no provenga de fe es pecado. No se le encierra al hombre en un manicomio, no se le pone una camisa de fuerza, no se le lleva al psiquiatra, pero está loco; no es declarado loco porque todavía la incredulidad no se diagnostica así; pero si pensáramos en lo sinsentido que tiene el pecado nos daríamos cuenta que quien comete pecado, en ese preciso momento  no es razonable, no es juicioso y actúa como un insensato. Cuando algunos pecan, cambian el honor por la deshonra, la fidelidad por la infidelidad, la confianza por la traición, el amor por el odio o por atracción carnal, el alma por el dinero, el espíritu por la carne, al Creador por la criatura, lo limpio por lo sucio, lo que es de buen nombre por lo que es de mal nombre, su esperanza por nada, lo eterno por lo temporal. Piensa en cualquier pecado y aplícale la razón y verás que el acto no tiene sentido, es una estupidez. Por ejemplo, tomemos una pequeña lista, aunque pudiera confeccionar otra más larga. Es locura la fornicación(1 Co. 6:9-10), la idolatría, el adulterio, la homosexualidad; corazón, cuando eres tentado enloqueces. Y tú placer, ¿de qué me sirves? (Ecl. 2:2). 

 

Ningún atributo de Dios se desprende de los otros

36:5,6

“Al hombre y al animal conservas”. Mira la hermosura de esos dos versículos. ¿Los juicios que ejecuta sobre el mundo? ¿Su palabra  o la imposición de su voluntad sobre el orbe? Desde el v.5 hasta el v.7 tomados en un conjunto y teniendo en cuenta que exalta la misericordia de Dios y su providencia, específicamente desde “oh Jehová al hombre y al animal conservas, por eso los hijos de los hombres se amparan…” que es providencia, y así hasta el final del salmo, la justicia aunque cae sobre los impíos (vv.11,12) es parte también de la providencia divina; y meditando en la estructura completa desde los vv. 5-12, la justicia y los juicios del Señor forman parte de la protección del cristiano por parte de Dios en especial frente al daño venido de los hombres mal intencionados; así la providencia no es sólo alimentación sino protección, defensa y liberación, como se podría traducir, no sólo prosperidad sino cuidado. En cuanto a la creación, de que se destruya. Cuando dice “hombre” se refiere a la humanidad. Nunca vemos una doctrina separada y que no tenga que ver con las otras, las bendiciones del Señor son coordinadas; ni un atributo de Dios que ignore al otro porque todo su carácter y personalidad participa de lo que hace. Oh Señor cuán grande es tu providencia, tú “autor y sustentador de mi fe”.

 

Razones para no dejar de ir al culto

36:7-10

 

“En ti está la fuente de la vida, en tu luz vemos la luz”. Es mejor así, en presente, que “veremos”, futuro, la luz. Oh, hermano, ¿no has salido de algún culto diciendo: el Señor nos ha abrevado del torrente de sus delicias? El Espíritu Santo estuvo activo en el servicio y ha hecho que la palabra del Señor abunde (Col. 3:16); podemos decir que Dios nos ha dado a beber de un mismo Espíritu y que nuestro corazón ahora es una fuente que salta para vida eterna (Jn. 4:14). Nos da a comer su carne que es verdadera comida y beber su sangre que es verdadera bebida.  Vivimos de toda palabra que sale de su boca. Vinimos confundidos al culto y para inquirir en su templo y ahí con su luz vemos la luz, la respuesta que buscábamos la hallamos, el misterio escondido se revela y al fin entendemos lo que nos hacía falta comprender. Oh Señor, maravillosa es tu gracia en los cultos, muchas razones tiene mi alma para no estar ausente, para no perderme ninguna reunión, para estar pendiente de cada himno, cada oración, cada palabra. Muy preciosa es tu misericordia, por eso la busco donde la halle y la encuentro, impulsa a tus hijos al templo, hazlos subir allí por tu Espíritu. ¡Qué distinta es la luz de tu Espíritu a la luz que creaste! (Ge. 1:3,4), ¡qué diferente es la luz de la razón carnal de las verdades reveladas! En todo momento en tu luz siempre veré la luz y todo quedará claro, lo que hoy oscuro está. Estas son razones para no dejar de ir al culto.

37:1,2

“No tengas envidia de los que practican iniquidad” “Hacen iniquidad”. ¿Cómo envidiaría, Señor, la vida de esa gente si no cambiaría una hora de mi vida por mil de ellos? Esa clase de hierba verde no quiero ser. ¿Tienen dinero? ¿Compran artículos y casas caras y se dan la buena vida del mundo, y los sigue la fama y son la envidia de sus conocidos? No la mía, porque han iniquidad y los valores que ellos tienen no son los míos, y las riquezas que ellos poseen no es mejor que las que tengo, en familia, en la obra de Cristo, en sus doctrinas y en la providencia amorosa de Dios.

 

El futuro del planeta Tierra

37:3

“…y te apacentarás de la verdad” es una traducción de menor valor que “te apacentarás verdaderamente, ciertamente serás alimentado, protegido, cuidado”; es muy bello y del Nuevo Testamento “te apacentarás de la verdad” pero no corresponde al hebreo aquí. Por otra parte, y me extiendo, más importante que habitar en la tierra es apacentarse de la verdad; sin embargo este salmo contiene un tema interesante de la escatología (cosas futuras): El futuro de la tierra. El salmista mira hacia el futuro, no lo ve con la luz meridiana de un ojo apostólico, pero observa mucho sobre esa materia. El origen de su meditación espiritual comienza en que los justos, los mansos permanecerán en la tierra. Dios siempre inculcó la esperanza celestial a Israel de ese modo; para ellos era importante la herencia que los padres le habían dejado, la posesión de un pedazo de tierra que les perteneciera, un suelo que fuera propio. Afirma que el justo no perderá lo que tiene, no se le despojará de su herencia terrenal. 

La tierra será de los justos, ellos la disfrutarán, el bien y el bueno al final triunfarán. Quizás nosotros, con una mente neotestamentaria, hubiéramos esperado que nos dijera que los justos heredarán el cielo; pero no es así, los mansos heredarán la tierra. Y eso fue lo que también afirmó Jesús, que los mansos recibirán la tierra por heredad (Mt. 5:5). Muchas veces esas palabras se repiten (vv. 3,9,11,18,22,29,34). ¿Es la tierra la última herencia de los cristianos? Los antiguos no sabían mucho sobre las cosas futuras, pero vislumbraban que el reino del Mesías (49:10) se establecería en la tierra y pertenecería a los mansos. Estaban seguros que al final los impíos no se quedarían con nada, ni un centímetro de ella, ni un puñado, ni siquiera la habitarían como peregrinos o extranjeros.

Pero nosotros sabemos algunas cosas que los antiguos ignoraban porque se nos ha revelado más sobre el misterio del reino de Dios. (1) Los que destruyen la tierra serán destruidos (Apc. 11:18) (2) Que la tierra ahora en su presente estado actual gimecon el pecado humano, anhela ser libertada de la situación de servidumbre que tiene de servir de escenario a hombres que deshonran a su Creador, y espera su transformación en la redención de nuestros cuerpos por la resurrección de los muertos (Ro. 8:20-23). La tierra y el mar entregarán sus muertos y ya no habrá ni tumba ni lágrima. El mundo entero será un paraíso.  (3) Que esa transformación se llamará cielos nuevos y tierra nueva (2 Pe. 3:10-14). Ese es el futuro de la tierra que fue creada para que el hombre la disfrute y dé  honra a Dios que se la dio, pero que no es su final poseedor, pues fue creada por Cristo y para Cristo y para gloria de Dios por medio de él. El cielo y la tierra pasarán, pero lo que Cristo ha dicho no pasará. Estos cielos serán enrollados, otros mejores, más brillantes; alumbrada la tierra por Dios mismo y por Cristo. 

37:4

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”.  Compáralo con v. 1. No envidies, ora. “Pon tu delicia en el Señor y él te concederá” esto o aquello. ¿Qué ansiosa inquietud es esa que sientes? ¿No te das cuenta que así no se espera la respuesta a tu oración? Tienes que calmarte y mientras aguardas espera con gusto en Dios. Es mejor esperar calmado en la fe y disfrutándolo que con los nervios tensos y estresado. 

37:5

“Confía en él que él actuará” “Hará”. Cuando no puedas cambiar tus caminos y no puedas ser señor de ellos, encomiéndalos al Señor, confíalos a Dios y a su tiempo hará por ti lo que quieres.

 

El buen testimonio evangeliza

37:6

“Hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía”.  No te aflijas porque a tu espalda se hable injustamente de ti, sólo será por un tiempo; hay promesa de que exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Aunque no te enteres del cambio de opinión. Pero, ¿por qué quieres que eso ocurra? ¿No será que lo que quieres es rescatar la buena opinión de los hombres? ¿Que ellos piensen bien de ti? Ese no es un buen sentimiento para que Dios exhiba tu justicia; ¿de qué te sirve ser admirado por los que no creen si no es para evangelizarlos? ¿Qué reportará a la gloria de Cristo? No, no es un cambio en la opinión humana lo principal; el Señor te exaltará porque su obra necesita de ello. Tu buen testimonio, tu buen nombre, tu fama, es importante porque junto con esa buena opinión la obra de Jesucristo crecerá. Si el Señor hace eso y tu justicia es exhibida no es para glorificarte a ti sino a él y porque haciéndolo así tu vida, tus éxitos, serán notorios como una señal de gracia divina para contigo y buscarán tu palabra y a tu Dios. Dios nos perdone mil veces cuando buscamos la gloria de los hombres, en la exhibición de nuestras justicias. (Lee seriamente Jn. 5:41). Alégrate cuando digan “toda clase de mal contra vosotros  porque grande es vuestro galardón en los cielos” (Mt.5:11,12); si siempre se recibe la favorable opinión de todos se pudiera sospechar que nos pasa lo mismo que a los falsos profetas. Pero eso pasará por un tiempo, las aguas se aclaran solas al paso de la corriente. 

37:7

“Guarda silencio ante Jehová…”  “Confía callado” (LBLA). ¿Quiere decir no orar ni hablar del asunto con nadie? Después de dos o tres oraciones diciendo las mismas palabras (Mt. 26:44), o tres veces he rogado al Señor (2 Co. 12:8), lo que está en orden es una actitud de fe. El Señor nos oyó desde la primera vez que se lo dijimos (Dan. 9:3). Esperar y velar. Y puedes prosperar guardando la ley de Jehová (Sal. 1) y no haciendo maldades.

37:13

“El Señor se reirá de él”. Es mejor que el Señor se ría de los pecadores cuando los juzgue y no tú, es pecado.

37:16

“Mejor es lo poco del justo”. Poco pero riquezas en gloria, poco pero en Cristo; poco quiere decir suficiente, para mí y para los que están conmigo, poco pero enriqueciendo a muchos (leer Hch. 20:34; 2 Co. 6:10).

37:20 

“Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros serán consumidos; se disiparán como el humo”. “Los enemigos del Señor se desvanecen como el humo”. ¿No te asusta, pecador, quemarte dentro de un holocausto de ira, convertirte en humo? Oh Señor, ten piedad de este mundo, pon tu temor en los hombres.

37:21

“El impío toma prestado y no paga”. Has todo lo posible para no pedir prestado y si lo haces devuélvelo. “No debáis a nadie nada” (Ro. 13:7,8).

37:23

“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre” y después “él se deleita en su camino”;  no es tanto que “aprueba” su camino, lo que es cierto porque los caminos que él endereza los aprueba, pero lo que cantó David fufe que disfruta, le gusta, halla placer en su camino. Cuando leemos que “agradó a Jehová” es que le gustó como lo vio viviendo. La primera es la que da lugar a la segunda. Señor yo no quiero simplemente hacer fríamente tu voluntad sino hacer lo que a ti te agrada, yo quiero ser así como fue Jesús (Jn 8.29); y agradándote a ti seré aprobado por los hombres (Ro 14.18).

37:24

“Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano”. “Cayere” “postrado”. Dos tristes palabras. Oh Dios, recupera, alza al que ha caído; Señor si fuera derribado que no sea vencido (2 Co. 4:9). 

 

Ya soy viejísimo 

Sal. 37:25,26

“Joven fui y he envejecido, no he visto justo desamparado ni que su simiente mendigue pan”, 

es mi experiencia. Ya soy viejo. Llegué adonde veía a otros. Me alcanzaron los años. Estoy en la lista de ellos, ya me llaman usted. Yo y mis amigos somos viejos. Se ven muy viejos. Yo me veo viejísimo. No lo puedo evitar ni lo pretendo. No me tiño mis sienes. No le pido perdón al mundo por ser viejo ni le miento con tintes femeninos porque no he claudicado ante la cultura que lo joven y bonito es lo mejor. Eso lo dejo para ellas que se arreglen que den gusto. Siempre me adentraba en el futuro corriendo, y lo traspasé. Así es la vida y estoy contento de haberla dedicado al Señor. Serví muy poco tiempo al pecado y al diablo, y lo lamento. He servido a muchos que lo agradecen y otros malagradecidos, pero lo he hecho en el Nombre del Señor.  No encontré en ellos la felicidad, pero tampoco la busqué, ¿para qué sirve eso? He pasado ratos muy ricos con el Señor y con su Palabra, en su comunión he sido feliz, estoy contento porque me haya escogido como su siervo y él sea mi Amo. Soy un esclavo de Cristo y de su Palabra. Mi familia me ama y yo los amo. ¿No es eso ser feliz? El que mucho ama es feliz. Entonces soy profundamente feliz. Puedo amar. Lo que he sido el Señor lo sabe, ni yo mismo lo sé, pero sé que no he mendigado y a mis hijos tampoco los he visto pedir. Tienen. Oh, llama a los ancianos, a los viejos de Dios, y pregúntales si él los ha desamparado o si han mendigado. No hay uno. Yo tampoco los he conocido. No existen. 

¿Cambiaría mi vejez por mi juventud o la que otros ahora tienen? Nunca. Ahora valgo más. Como hombre y como cristiano, y como pastor. Y como esposo y como padre. Mi esposa también es vieja como yo, pero no la cambio por la joven con la que me casé. Y la veo muy bonita. Ahora la amo más. La admiro más. Si es la mitad de mi vida es la mejor mitad. Mis hijos viven honrando a Dios por lo que les enseñé con mi vida y con palabras. Los que son jóvenes ahora y crían, ¡quién sabe cómo serán! Mi experiencia se ha multiplicado en la mano de Jesús, como los panes y los peses. Es un tesoro. Soy un libro. Tengo escrito en mi historia los hechos poderosos de Dios. Mi llamamiento. Conozco por la Biblia y la experiencia mi elección eterna, mi predestinación. ¡Oh qué dicha saberse elegido por Dios! ¡Oh la providencia de Dios! Sé que todas las cosas han obrado para bien. Mi conversión a Cristo, mis triunfos y derrotas, y un millón de perdones. Soy un libro no escrito con tinta sino con el Espíritu Santo. Con el Dedo de Dios. Hay muchos renglones y párrafos borrados con la sangre de Cristo. Solo quedan sus cicatrices porque fueron levantados de ahí, de mi conciencia, por el perdón divino. Soy un pergamino, muy antiguo, quizás del siglo I, apostólico, viejísimo. Donde Dios sigue escribiendo.

37:25-36

“He visto al violento extenderse como frondoso árbol. “Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como laurel verde”. ¿Dónde están aquellos laureles verdes..., hermosos, orgullo de la sociedad? ¿Dónde se encuentran sus empresas? Ya no se conocen ni se hablan de ellas. Algunos de esos laureles se queman en el infierno (Isa. 14).

37:28

“Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; mas la descendencia de los impíos será destruida”. Este salmo habla bastante de “descendencia” “herencia”, del futuro del mundo y la familia (vv.11,18,22) y del dinero. Su tesis es que la prosperidad de la familia está garantizada por generaciones si se conserva dentro de ella el temor de Dios. No habrá mendigos. 

 

No se olvide tomar las medicinas

38:2-8

Mis llagas hieden y supuran”. Esto parece referirse simbólicamente a las heridas hechas por el látigo de Dios por causa del pecado. Las voy a tomar con un poco de libertad. No hay indicación en la Biblia que todas las enfermedades procedan por la acción de algún espíritu maligno ni que sus curas sea expulsarlos del cuerpo; lo que sí consta es que los profetas aunque obraban milagros usaban medicinaspor recomendación del mismo Dios, por ejemplo higos (Isa. 38:21) como ocurrió con la enfermedad del rey Ezequías. El apóstol Pablo es otro ejemplo de este mismo tipo de obrar, recomendó vino como medicina a Timoteo como un modo de aliviarse de su enfermedad estomacal (1 Ti. 5:23); y otras muchas recetas sabría de su amigo y médico amado, Lucas (2 Ti. 4:11). 

La consulta de los enfermos a los médicos no es algo que la Biblia desaprueba y mucho menos la utilización de las medicinas que ellos recetan. No encontraban ninguna contradicción entre orar por los enfermos y comprar alguna receta médica. Eso es importante para aquellos que creemos que Dios lo mismo obra por medio de un milagro, sin la intervención de un tratamiento farmacéutico, que por medio de cirugías, operaciones, amputaciones, quimioterapias y medicinas hechas en laboratorios. Los conocimientos que los hombres adquieren son porque Dios los enseña o les da la capacidad para que los adquieran, que es lo mismo. 

El adelanto de la ciencia lo miro como una bendición del Señor y no como una señal demoníaca; como una manera que ha tenido de usar su misericordia extendiéndonos la vida y haciéndonos más humanos por medio de la medicina. Si se usa conforme a la bondad de Dios. En una época como la bíblica, de tanto atraso en higiene, salud, cuando la ciencia de los galenos estaba en pañales, y era más brujería que ciencia, curarse de cualquier enfermedad casi era un milagro y por ende el único remedio que existía para no morirse por un catarro era orar por los enfermos. La gente sufría muchísimo con cualquiera enfermedad, sin aspirinas, y por eso se les llamaban enfermedades o dolencias (Sal. 103:3). ¡Qué bendición ha sido el descubrimiento de los anestésicos!

 Hay enfermedades que nos dice que tienen un origen espiritual, que son los demonios los que la producen, con síntomas muy parecidos o los mismos de las que hoy se conocen como males de tipo orgánico; por ejemplo, la epilepsia. Un niño echa espumarajos por la boca, quizás intenta suicidarse (lee la descripción, Mr. 9:14-29). Sabemos que éste niño era además de epiléptico, endemoniado, o que el demonio provocaba su epilepsia; pero no quiere decir que todos los endemoniados eran epilépticos ni todos los epilépticos endemoniados. En tiempo de Jesús no se conocían los virus, los parásitos, etc. y las enfermedades solían describirse espiritualmente, sin que se adjudicaran a algún espíritu inmundo.  

La mujer sanguinolenta que tocó el manto de Jesús declaró que había sufrido mucho con los tratamientos de los médicos y gastado todo su dinero, no en hechiceros. Lucas el médico, narrando cómo Jesús sanó a una mujer encorvada dijo que tenía espíritu de enfermedad; alguna versión dice que “causada por un espíritu”, pero es más interpretación que traducción. No hizo mención a la expulsión de algún ser inmundo sino que simplemente narra su curación (Lc. 13:11). Por eso pienso que se ha metido muchísima superstición ignorante dentro de la religión cristiana moderna y bien agradecemos a la ciencia que colabore con el evangelio para echarla afuera.

 Por otra parte, la Escritura enseña que la iglesia cristiana, lo mismo que los santos del antiguo pacto, solían pensar que ciertas enfermedades tenían alguna relación con el comportamiento moral de la persona y la acción de Dios. No todas, pero sí, había la posibilidad de que el mal que alguien sufriera tuviera que ver con sus pecados, bien como una consecuencia moral o como un castigo de parte de Dios, señalando su juicio. En ese caso, si la enfermedad era repentina e incurable, los hermanos veían el juicio sobre el impío, si se trataba de un hermano, se pensaba que podría haber pecado y oraban para que les fuesen perdonados y devuelta su salud (Sgo. 5:14,15). De todos modos, cuando nos enfermamos es bueno hacer reflexiones y juzgar moralmente nuestros pasos, meditar en el uso que estamos haciendo de nuestra salud, la transitoriedad de la vida y la preparación espiritual para morir. Y no se olvide tomar las medicinas.

 38:9

“Delante de ti están todos mis deseos”. ¡Cuántos son los deseos del corazón! Ora por ellos. “Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con toda oración y ruego” (Flp. 4: 6). Ora y espéralos, llena de fe tus deseos, sostenlos con ella. Amén.

38:12-15

“Soy como sordo, como mudo que no abre la boca”. ¿Qué haces con las murmuraciones y calumnias sobre ti, hijo de Dios? ¿Te defiendes, sales a proclamar tu justicia? ¿Llamas a juicio a los que han dañado tu reputación? ¿Defiendes como oro tu dignidad? Dices: Si pierdo mi dignidad, ¿qué más que queda? Oh, ¿no sabes que ni la calumnia ni el chisme te la pueden quitar? No, las murmuraciones no pueden despojarte de tu reputación, podrán hacerte sufrir injustamente, podrán mermar tu influencia entre tu pueblo, pero no podrán dañarte perennemente porque Dios te vindicará y el día ha de llegar cuando él exhiba tus intenciones y tus hechos. Alégrate, como dijo Jesús, cuando sin causa digan mal de ti, mintiendo (Mt. 5:11,12). Sólo tu pecado podrá dañarte, no las murmuraciones, calla, no averigües nada, no aclares nada, espera a que llegue tu momento y ora. Es el poder del mudo silencio.

38:16

“Cuando mi pie resbala se engrandecen contra mí”. Señor, enséñame a poner mi pie donde no resbale.

38:17,18

“Confieso mi iniquidad” “Se me oponen porque yo sigo lo bueno”. Mi arrepentimiento me salvará de mi tentación. Satanás no cuenta que confesaré mi pecado y recibiré ayuda de arriba. Me queda el recurso espiritual de mi arrepentimiento, entonces veremos quién gana, porque cuando Dios vea que me he humillado mandará su auxilio.

38:22

“…apresúrate…”. Todos los cristianos cuando estamos en tribulación le pedimos a Dios que se apure. Cuando el reloj de Dios marca las tres el mío tiene las cinco, pero cuando yo llegue donde tengo que llegar ya Dios está allí.

39.

Jedutún, el director del coro del tabernáculo. Amigo de David, músico como él, el coleccionista del salterio davídico.

39:1

“Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí”. “…atenderé miscaminos…”, no tus caminos ni los caminos de ellos, yo velaré por mi conducta primero, sacaré la viga de mi ojo primero, me ocuparé primero de mi salvación con temor y temblor. 

39:3

“…en mi meditación se encendió fuego…así proferí con mi lengua...”. Se “enardeció” más bien es que se puso caliente mi corazón, y en mi “meditación” también puede ser en mi queja o en mi murmuración. Todas esas traducciones tienen su provecho. La palabra del Señor no tiene mucho provecho si uno no medita en ella, sea que la lea o que la oiga predicar. Pero ese es el sentido más alejado del texto; la idea de David es que se quemaba por dentro mientras reflexionaba en todo aquello, mientras se quejaba para sí en su oración o en soliloquio, porque cuando uno habla o conversa con otro sobre un asunto penoso, éste se le fija y le domina sus emociones; y si tú quieres que algo se te meta más adentro, repítelo. Inclusive en nuestras confesiones pecaminosas a Dios, tenemos que tener cuidado no sea que al contarle algún secreto volvamos a pecar.

 

La vida, la muerte y su continuidad

39:4-6

“Todo hombre en la plenitud de su vigor es sólo soplo” (vanidad). ¿Qué es la vida? Si Dios le revelara a un hombre la brevedad de su vida y se diera cuenta que no es eterno no se sentiría como si fuera uno de los  dioses inmortales (Sal. 49:10-12), si él conociera su fragilidad y que ha sido hecho de hilos muy finos; que es un cuenco que se rompe contra la fuente,  y si además le enseñara la vanidad que es vivir para el dinero y no para Cristo, porque en el día de la muerte no puede retener ni llevarse nada, sino que desnudo vino y así se va, aprovecharía mejor sus días en lo más importante, traería a su corazón sabiduría (Sal. 90:10-12), se perfeccionaría en el amor, en la comprensión de los otros seres vivientes amándolos, se perfeccionaría en su santidad, viviría con menos afanes y mucha más gratitud a Dios, más total sería su dependencia de él, hallaría el enigmático sentido de su creación.

Pero el hombre está equivocado con su vida, la define en términos equivocados, biológicos y naturales; en su uso porque la destina completamente a la tierra de donde viene y a donde va, a los placeres sensuales. Algunos han sido enseñados por Dios sobre la brevedad de los días sobre la tierra y se apuran para aprovecharla perdidamente antes que se les acabe, otros procuran de muchas maneras alargarla hasta el máximo en vez de procurar prepararse para morir. Lo más triste de la vida no es que sea corta sino que los hombres no creen que tenga continuidad y la viven escépticamente como si no hubiera Dios en el cielo ni resurrección en los cementerios (Meditar en Jn. 10:10; Ro. 6:23; Sgo. 4:14).

39:8

“Líbrame de todas mis transgresiones”. David no creía en la mala suerte; sus malos tiempos los relacionaba con su pecado y se dedicaba a la autorreflexión. Pensaba que si su vida espiritual mejoraba también lo harían sus circunstancias y que un arrepentimiento a tiempo evitaba grandes calamidades.

39:8-11

“Consumes lo que es más precioso para él” “Lo más estimado para él”. Le decía al Señor en su mal momento “tú lo hiciste” “Tú has obrado” (v.9) y procuraba no protestar y aceptar la voluntad de Dios. “Lo más estimado” (v.11) de uno puede convertirse en un pecado o un pecado destruir “lo más estimado” que uno tiene. El testimonio, la familia, una buena carrera y la preciosa vida.

39:11

“Con castigos por el pecado corriges al hombre, y deshaces como polilla lo más estimado de él, ciertamente vanidad es todo hombre”. Si con sermones no dejamos el pecado, los castigos están en orden. Señor, aunque me duelan tus golpes (v.10) y llore, beso tus manos.

39:13

“Déjame y tomaré fuerzas” “Aparta de mí tu mirada”. Concédeme recesos en mis tribulaciones, dame períodos de descansos. No me azotes sin interrupciones porque mi fe no lo soportaría. Si tu propósito al castigarme es separarme de mi pecado, haz que cuando ya no lo tenga a mi alcance también lo aborrezca.

40:1

“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”, cuando ve que adquirimos paciencia, retenemos la que nos da,  responde.

40:2

“…pozo desesperación” o pozo horrible, de conmoción, destrucción; la desesperación es el resultado de estar allí. ¿Caen en el pozo los que dudan? Yo conozco lo terrible que es hundirse en el lodo que hay en su fondo. Me he sentido hundido en mi concupiscencia sin tocar el fondo. Si ella fuera simplemente el lodo de las calles, pero no es así, es “cenagoso”, un sitio intransitable que cuando se llega a él uno no puede adelantar en su vida cristiana, y es tragado. Y con “cuerdas de amor” sus brazos eternos me han sacado, con la cuerda de la fe y la palabra de ánimo dicha por el Espíritu, poniéndome sobre Cristo que es la Roca, y desde allí he podido cantar uno de los cánticos de Sión (v. 3), y muchos al conocer quién es Dios y de la cantera de donde fui tomado se animan, y lo que yo fui y viví les recomienda a mi Salvador; y concluyo que sufrí para dar a otros aliento.

 

Un millón de razones para creer que Dios piensa en ti

40:5

“Has aumentado tus pensamientos para nosotros”. La palabra hebrea que se traduce pensamientos pudiera traducirse de otras maneras muy sugestivas y ricas: intenciónplanimaginacióninventos, y propósitos. Al final de la nota escoge alguna de ellas y aplícalas a tu caso y disfruta en el Espíritu tu meditación. ¿Cómo puedes decir que Dios no piensa en ti? Dios piensa en su pueblo; ¿no eres uno de sus santos? ¿Serías un santo si él no hubiera pensado en ti? ¿No pensó en ti cuando te predestinó y te eligió desde antes de la fundación del mundo? ¿No piensa en ti y sin embargo Cristo murió por ti antes que nacieras? ¿No te sentó en los lugares celestiales con Cristo antes que tuvieras la conversión? ¿No ha dicho: conozco mis ovejas y ellas me conocen? Si él no pensara en ti, tú tampoco pensarías en él como sucede con los impíos, porque ¿qué es el hombre para que tenga de él memoria? ¿No ha entregado a muchos a una mente reprobada para que hagan cosas que no convienen? (Ro. 1:28). Tu perseverancia en el estado de gracia, los dones, las respuestas a tus oraciones, ¿no te indican que Dios piensa en ti? No podrías haberle sido fiel si no pensara en ti porque te ha dado su gracia, ¿y el perdón de tus ofensas? Si no pensara en ti, ¿cómo te ha perdonado? Tu misma vida, a diferencia de la de muchos otros, se desarrolla conforme a un supremo llamamiento en Cristo Jesús, conforme a un plan espiritualmente concebido, en cambio en los demás no hay sentido espiritual alguno. Cree en una omnisciencia particular, que Dios piensa en todo, en todos, particularmente en sus elegidos

40:6-8

“Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”. Estas palabras se refieren a nuestro Señor Jesucristo, él las aplicó a sí mismo (He 10.7; ver Luc 4.17-22), a David y por último a todos los santos. En el rollo del libro se habla de Jesús, en los salmos mismos, en la ley, en los profetas. Dice muchas cosas sobre su persona y obra, principalmente entre ellas el cumplimiento de la voluntad de Dios por medio de lo cual salvaría a su pueblo (He. 10:5-7). Quiere decir “no me pides sacrificios de animales que gustoso ofrecería” (Dt. 10:12; Miq. 6:6-8; Sal. 51:15-17). No son mis obras Señor sino mi fe es lo que quieres.

40:8

“Tu ley está dentro de mi corazón” “en medio de mi corazón”; es ahí donde debe estar, escrita (Je. 31:13).

40:9,10

“He publicado tu fidelidad y tu salvación; no oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea”. No le has negado delante de los hombres, por lo tanto, Dios no te negará. El que testifica sin timidez de su fe cristiana ante los hombres, tendrá su recompensa. No seas una luz debajo del almud aunque seas minoría (Mt. 5:14-16). Si no puedes ante muchos ¿qué ante uno, dos, que trabajan contigo? (Lc. 8:47; 1 Ti. 6:12). Estima la gloria de Dios y la salvación de ellos.

40:12

“Me rodean males sin número”. Los salmos de David, que son sus oraciones, revelan que vivía con mucha culpa, con miedos  y falta de paz. ¡Pobre David! Más o menos, Señor, así somos todos.

40:17

“Aunque estoy afligido y necesitado Jehová pensará en mí” “Por cuanto estoy afligido el Señor me tiene en cuenta” (LBLA). David entendía la salvación por gracia porque escribió “aunque” y no “porque”; no porque lo necesitemos pensará en nosotros; la necesidad no es una virtud o mérito, lo necesitemos más o menos. Aunque seamos insignificantes, sin influencias, sin nombre, él pensará en nosotros y tendrá de nosotros memoria (Sal. 8). Y podemos con impaciencia orar, cuando nos falta la fe que es habitual, “no te tardes”; y con esa convicción de haber sido oídos persistimos, sin saber si andaremos mucho, pero mirando las nubes de donde esperamos anhelantes el auxilio. No te tardes, por favor, bondadoso Padre.

41:3

“…mullirás su cama en su enfermedad…”; el sentido es “lo recuperarás, como si volteara su cama, le cambiara una cama de enfermo por otra de una persona saludable”. Sin embargo, ¿no ves alma, que aunque ser generosa y acordarse de los pobres no evita que te enfermes, sí tienes una promesa que cuando lo estés la misericordia de Dios será contigo? Jehová abreviará tus días de enfermedad, aliviará tus dolores para que sean llevaderos. No sólo por las oraciones que se hagan por tu pronta recuperación como por tus buenas obras. Siempre lo que somos, como hayamos vivido tiene su valor ante Dios en momentos críticos (Neh. 13: 14, 22, 31). Bendito seas Señor por nuestra salud. Una bendición puede llegarnos por algo que hicimos.

41:8

“Cosa pestilencial”. Literalmente dice “cosa de Belial”; dios pagano, o sea, como traduce LBLA “cosa del demonio” ha sido derramada sobre él, o se ha apoderado de él.

41:9

“Mi amigo, en quien confiaba, ha levantado contra mí su calcañar”. Todos los evangelios tienen esto como una profecía sobre la traición de Judas (Mt. 26:24; Jn. 13:18). Conocemos como tú, oh Señor, acerca de deslealtades. Los sufrimientos de ellos anticipaban los del Señor, que sufrió “nuestros dolores”.

41:11

“Para que mi enemigo no cante victoria sobre mí”; así lee LBLA y se adapta bien a la palabra que significa lanzar un grito. Al contrario, el enemigo puede ser puesto debajo de la suela de tus zapatos.

41: 12

"En cuanto a mí en mi integridad me has sustentado" “Me mantienes en mi integridad”. No es que haya podido estar sino porque me has ayudado a estar, en tu presencia.

41:13 

“Desde la eternidad y hasta la eternidad” "Por los siglos de los siglos". Si se pudiera imaginar la eternidad hacia el pasado y hacia el futuro, esta es una frase elocuente y bella. Y si me permiten: el amor de Dios y todo su bien: la predestinación.

42.

“Masquil”, para instruir, un poema didáctico. En ese sentido todos los salmos son masquiles. Sobre los hijos de Coré ver Núm. 27:11 cuando a su padre y otros familiares se los tragó la tierra por rebelarse contra el sacerdocio de Moisés y Aarón. No se nos dice porqué Dios los exceptuó a ellos de la catástrofe, pero quedaron tan llenos de gratitud que se consagraron a la alabanza. Del mismo modo nosotros, habiendo sido rescatados de ir al pozo que no tiene fondo, dedicamos nuestras vidas, por gratitud y llamamiento, para dar a conocer las misericordias del Señor. La gracia sólo es explicable por la gracia.

42: 1,2

“Así suspira por ti el alma mía”. "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas así clama por ti oh Dios el alma mía". Compárate alma mía con el alma del salmista y dime si tú apeteces a Dios como la de él. ¿Bramas por él, lo deseas ardientemente, clamas así? Quiero decir ¿oras así? No es su necesidad la que describe sino su oración. Oh Señor enséñame a orar, Santo Espíritu jamás podré orar así si tú no intervienes en mi vida de oración. Oh Dios siento una insaciable sed de ti. Suspiro por ti.

42: 2

“¿Cuándo me presentaré delante de Dios?”. Parece que el salmista está recluido o distante de la casa de Dios, y la añora. Señor ¿cuándo me dejarás entrar en tu presencia? ¿Cuándo abrirás las puertas de tu presencia y me dejarás estar en ella? Allí yo siento plenitud de gozo, delicias para siempre (16:11). Tómame como Noé la paloma y hazme entrar en tu arca de íntima comunión.

42: 2-5

“Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí”. Cuando uno piensa en las bendiciones pasadas, en lo que se perdió, turba su propia alma y ya no tiene control sobre ella. Sin embargo espera que su situación cambie (vv. 5,11). Aunque ha perdido el control de sus emociones por los recuerdos, su continuo hablar con su alma indica que se está llamando a la fe, a esperar en Dios. Espera en Dios aunque el desaliento te haga sentir que esperas en vano.

 

No acuses a Dios de malo

42:3

"Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿dónde está tu Dios?".

Es una cosa horrible que nuestro buen Dios sea acusado de ser malo, siendo fiel de ser infiel, siendo misericordioso de ser déspota, siendo sabio de ser insensato y que al intervenir en la vida de los hombres cometa errores. Esas cosas son tan monstruosas que sólo Satanás puede inventarlas y confundir a los hombres para que las crean. Por boca de los hombres los santos las han oído. El varón del Salmo 42 en el v.3 oye que sus vecinos, familiares, le dicen: “¿Dónde está tu Dios?” La acusación satánica favorita es hacer pensar que Dios es cruel, o sea que es como él; para quitarnos toda esperanza de salvación.

Sí, la forma en que alguien se salva y la experiencia cristiana que tiene, es un misterio con que ha de glorificar a Dios. Nuestro buen Dios, por más que el más sabio de los santos lo conozca siempre es incomprensible, hay muchísimas más cosas que desconocemos sobre él que las que sabemos. Los ángeles, que hace millones de años que ven su rostro, son como criaturas necias en comparación con la suya (Job 4:18). Como no podemos comprender todas las cosas que Dios hace es por eso que no las ha revelado y muchas de sus acciones en la vida de los santos están obscuras y no son entendidas ni por ellos ni por los que los ven vivir. A veces lo que les pasa a los creyentes desconcierta a los inconversos. Ese es el caso de este salmo. El salmista parece hallarse sufriendo destierro y los enemigos de su religión se apresuran a burlarse de sus creencias afirmando que Dios a pesar que le adora le ha pagado mal. 

No es cierto que porque las circunstancias nos sean adversas y las cosas vayan al revés de como las deseamos es que Dios nos está pagando mal por nuestra religión, como si se riera de nuestra fe. Dios se ríe de los impíos pero no de los fieles. Dios siempre recompensa la fe y la vida cristiana y no es injusto para olvidar la obra de nuestras manos.  Dios es bueno.

Debes pensar que tu religión es Jesús y que a muchos como a ti el Espíritu Santo ha ayudado a practicar el evangelio en tiempos difíciles; que las grandes doctrinas del evangelio los han ayudado, los han consolado y han sido fieles a pesar que la gente los invitaba a dudar. Es el diablo quien usa a sus siervos para hacer que el creyente cuando su fe es probada se decepcione de Dios y de la utilidad de su religión. Algunos son tentados así y llegan a caer diciendo cosas que el Señor considera que son violentas (Mal. 3:13-15). Cuando esos pensamientos penetren en tu corazón, no los dejes que salgan por tus labios; pide misericordia al Señor no sólo para reprimirlos sino para pensar de modo distinto (Job 1:21,22). 

 

42: 5

“¿Por qué te abates oh alma mía? ¿Por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque…aún he de alabarle…” y “por la salvación de su presencia”, que es una buena traducción; no me desintegraré pronto, me quedan días por vivir y razones para no abandonar mi fe, Dios no ha estado totalmente ausente en mis peores tiempos; Dios me reintegrará a mi antigua posición, mi alejamiento de sus alabanzas no será definitivo, y esos que piensan que Dios ha desertado de mí se equivocan. No pongas ese "aún" o todavía, en el futuro cuando estés mejor, siempre tienes razón en el presente para alabar a Dios por su misericordia. La llama no calentó tanto, hubo respiros que te permitieron tomar aliento, el día terminó con una misericordia.

42:6

"Dios mío, mi alma está abatida en mi" “Mi alma está deprimida”, o decaída y  hundida. ¿Te identificas con él? En el v.9 dice que anda sombrío o enlutado (35:14; 38:6).

42: 7-9

“Tus ondas y tus olas han pasado sobre mí”. Esto es inspirado quizás por hallarse “en la tierra del Jordán” (v.6).Sí, le hieren mucho cuando le dicen que su religión no le ha servido para nada, no los hermanos en la fe sino Dios mismo. Eso le ha hecho sufrir pero no le disminuye la fe porque continúa orando y Dios sigue siendo el "Dios de mi vida". No, la fe no le da la razón al diablo cuando calumnia a Dios; espera que su situación cambie y de nuevo reanude su ministerio de alabanza (v. 11). Oh cristiano que sufres, llama a tu alma a la fe, aplícate más a la oración, dile tus tristezas (v. 6) y repréndete por tus melancolías (v. 11) si sabes que su misericordia y su cántico estarán contigo aunque sus ondas y olas te cubran. Es mejor que pase sobre ti un mar de aflicciones que un mar de dudas y pecados.

43:2

“…desechado…”, te sientes desechado pero no estás desechado. ¿Estás sombrío? Camina hasta donde está la luz de Dios.

43: 3

"Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán" “Que tu luz y tu verdad me guíen”. Desea salir de la situación que tiene pero con la ayuda de Dios, con su luz y su verdad. No por cualquier puerta sino por la que abra Dios.

44.

Ver notas sobre el título del salmo 42.

 

Dios puede repetir lo que hizo

44:1-3

"Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos".  Los hijos oían a los padres, los nietos a los abuelos, y otros se iban para un asiento con un libro para leer los hechos de Dios. Lee la historia que cuentan nuestros padres espirituales y entenderás la obra maravillosa de Dios en tiempos antiguos, y te dirán que fue una obra de gracia, que no fue porque eran valientes, porque usaban mejores métodos que nosotros sino por la gracia del Señor. Frente a ellos el pecado disminuía y los fieles crecían. Señor levanta líderes como ellos porque tú hiciste esa obra de gracia por manos de ellos. Tremendos triunfos, la desproporción entre uno y otro, y verás que fue mayor la ayuda recibida que el trabajo hecho y el coraje mostrado. Haz un poco aquí y otro poco allá y todo el mundo dirá que tus logros son sobrenaturales. Y ninguna gente dirá que se apoderaron del mundo por sus verbos ni por sus testimonios sino por la gracia de Cristo en ellos. Lee sobre Hus, Savonarola, Los Tres Capadocios, Agustín de Hipona, Lutero, Calvino, Edwards, Konx, Whitefield, Wesley, Carey, Judson Taylor, Brairnerd, Spurgeon, y verás la obra que Dios hizo con ellos. Y es repetible.

44:5

“En medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos”; está simpática la traducción pero la idea original es acornear o pisotear y en ese caso vamos hasta Ro. 16:20. Los cristianos pudieran ser, como Pedro (Lc. 22:31), zarandeados como a trigo por Satanás, pero de ahí no pasa, al fin acornearán al príncipe rebelde y lo sacudirán de copa a raíz.

44:6

“…no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará ”, ni yo en el mío Señor, va y me canso, me debilito como los demás hombres, el enemigo puede ser grande como los hijos de Anac y yo serle como una langosta y simplemente me aplasta con un pie o me sopla; no confío en mí mismo sino en mi debilidad para que repose sobre mí el poder de Cristo; para mi protección no cuento con mi astucia, echo a un lado mi experta experiencia, la luz que me has dado y dedico el cuidado de mi alma a tu sabia providencia y a tus ojos que miran en la oscuridad. Cuando llegue al cielo diré “aquí estoy porque me trajo la gracia”.

44: 9,10

“No sales con nuestros ejércitos y nos haces retroceder”. Se da cuenta que las cosas no son como antes, que la presencia de Dios no está como en aquellos gloriosos tiempos. Oh Dios aviva tu obra, sale con tu pueblo, bendícelo, ayuda. Por un tiempo nos hiciste retroceder y fuimos diezmados y fuimos quedando menos, y tuvimos que abandonar las posiciones que habíamos conquistado. Dios de nuestra salvación qué duro fue retroceder, qué humillante qué desacreditado quedaba nuestro liderazgo y nos menospreciaba tu pueblo y los que no nos querían bien se alegraban. Pero tú Señor has detenido nuestras huídas y ya ahora con un pueblo mayormente nuevo nos permites casi volver a reedificar las posiciones abandonadas.

 

Confusión espiritual que sufren los que padecen

44: 9-26

“Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales con nuestros ejércitos. ¿No se habría dado cuenta Dios de eso? El conoce los secretos del corazón” (v.21). Me parece mejor esa traducción que tiene en cuenta el contexto que la que traduce "¿no demandaría Dios esto?". Por supuesto que sí hermano. Dios se da cuenta de todo. Pero ojo, las cosas que tú no ves Dios sí. Se mira bien que este salmo no lo escribió David porque él no hubiera dicho muchas de esas cosas tales como (1) que no habían violado su pacto. Sí lo violaron (v. 17), y muchas veces, Dios no aflige sin causa a su pueblo; quizás a él no, un grupo pequeño que ahora sufre junto las consecuencias de los pecados de los muchos (2) que no habían abandonado el pacto (v. 18). Sí, quizás no lo sabe, no lo ve, o juzga con exagerada indulgencia las apostasías (v. 20). No obstante ese es el ideal: sufrir sólo por el glorioso nombre de nuestro Señor Jesucristo (v. 22; 1 Pe. 4: 14-17). El salmista nos muestra la confusión espiritual que sufren los que padecen. No pueden encontrar, a veces, ninguna razón, pero las razones existen, escondidas, pero existen, la última pudiera ser la gloria de Dios. Señor, ayúdame para orar, para interceder por tu pueblo, rogar por él; si no nos permites comprender una aflicción porque sólo tú conoces los secretos del corazón (v. 21), que nunca perdamos la fe.

45.

“Sobre lirios…”, puede ser con trompetas. Se cree que esta canción de amores fue compuesta con motivo de la boda de la hija de Salomón, o de Salomón con su esposa egipcia, o de algún otro rey de Judá. Es un himno nupcial y se aplica bien a las bodas del Cordero, y por la forma tan exaltada de su tono a ningún otro rey se aplica mejor que al Señor. En ese sentido es mesiánico. Títulos similares se hallan en los salmos 60, 69, 80.

45: 1

“Rebosa mi corazón palabra buena”. "Un tema bueno". Músicos y compositores de Dios, ¿cantan de corazón? ¿Salen del corazón vuestros poemas? Fíjense si el corazón rebosa con palabras buenas, o un asunto bueno, lleno de emoción, y si es a Dios a quien cantan. Señor si yo tuviera lengua de poeta al predicar ¡si tú hicieras que mi corazón rebosara con palabra buena, con los mejores temas de la Biblia que son los que pertenecen a la gloria tuya y a la salvación! O como también dice “rebosa mi corazón un tema bueno”, es decir el de la misericordia al elegir a su pueblo, en de la cruz es un tema bueno, la utilidad del Espíritu Santo es un tema bueno. Hay muchos temas buenos para rebosar el corazón porque la Biblia reboza de ellos.

 

El retrato de Jesús 

45:2

“Eres el más hermoso de los hijos de los hombres”. ¿Ha quedado guardado por el Espíritu Santo, como los documentos bíblicos, algún dibujo del rostro de Jesús? No, pero sin embargo la letra de la Escritura nos dice que su rostro fue sin parecer ni hermosura, sin atractivo porque por lo mucho que sufrió en la cruz fue desfigurado (Isa. 53: 2). El tradicional rostro del Señor usado en la veneración de la Iglesia Romana, es falso. No consta que tuviese el cabello largo ni las manos delicadas (¡manos de un carpintero!), sin embargo dice que en su rostro plenamente brillaba la gloria de Dios (2 Co. 4:6), en el Jesús glorificado; por lo menos tres hombres lo apreciaron en la transfiguración.

Lo que sí los evangelios nos preservan es el dibujo de su persona, de cómo es, como era su persona. Como Maestro y Predicador era incomparable (Jn. 7: 36, 45). Aquellos soldados del imperio salieron para prenderle y quedaron cautivados por su poderosa voz y elocuencia, la gracia se derramaba desde sus labios porque estaba lleno de gracia y de verdad. Marcos dice que  sus ojos estaban llenos de amor (10:21). Con su mirada podía conducir a un pecador al arrepentimiento recordándole todas sus faltas (Lc. 22:61). Hebreos dice que era más sublime, exaltado, que los cielos (He 7:26), manso y humilde de corazón. Y ningún hombre pudo jamás reprocharle algún pecado (Jn. 8:46). El dibujo que tenemos de él es impresionante. Amigo de los publicanos y pecadores (Mt. 11:19), justo, sincero, fiel. La misma gloria y sustancia divina (He. 1:3).El rey era un tipo de Jesús. Todos los cristianos son llamados a conformarse no a este mundo sino a la imagen de Cristo, llevar estampada en sus vidas la preciosa persona del Señor Jesús. Si la gracia se derramaba de sus labios es porque la tenía en el corazón.

 

Este es Jesús el Conquistador

45: 3-5

"En tu gloria se prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, y tu diestra te enseñará cosas terribles". Es un texto confuso y susceptible de varias traducciones. Las cosas terribles son las que así las enfrentan sus enemigos, las derrotas que sufren delante de Aquel que con la espada de la Palabra de Dios en su boca rinde a sus enemigos. “Cabalga sobre palabra de verdad…” es más hermosa traducción que “cabalga triunfalmente por tu verdad, humildad y justicia” que también hace importante descripción del Rey. Este es Jesús el Conquistador, prosperado y prosperando en su gloria. ¡Oh si yo saliera como él, armado con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, cabalgando sobre ella, en humildad y en justicia! No es un rey que envía a sus soldados a la batalla y él se queda reposando atrás. Sale conquistando el corazón de los pueblos; penetran sus verdades en el corazón de sus enemigos y les mata la enemistad hacia él. Los reconcilia. Revela su gloria y majestad y así prospera su reino. ¡Bendito seas Señor!

45: 6

“Tu trono oh Dios por los siglos”. En este salmo la persona del Señor Jesús está representada en la del rey; el salmista inspirado por el Espíritu Santo al escribir dirigió "al rey" su canto, a quien tiene en mente es a su rey; pero el Espíritu tenía en mente a Jesús. El, probablemente no lo sepa, que el Espíritu habla de alguien más, que no es la primera intención. El salmista hace un paréntesis en el v. 6 y alaba a Dios por su trono para el cual combate el Príncipe ungido, y luego continúa exaltándolo. El autor de la epístola a los Hebreos en 1: 8,9 tiene más en cuenta la intención del Espíritu que estaba en ellos (los profetas 1 Pe. 1: 10,11) que la dedicatoria del autor. Esto muestra la intención del Espíritu en el hallazgo de Jesús en el Antiguo Testamento.

45: 8

"Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil que recrean". “Todas tus vestiduras están perfumadas”. Acércate a Jesús y te maravillarás del olor que brota de su conocimiento; olor de vida, fragancia insuperable (2 Co. 2:16), nardo puro. Aproxímate a sus doctrinas y aspirarás el excelente perfume de su conducta sin pecado. Jacob se aproximó a su padre y éste reconoció el perfume de su hijo. Vístete del Señor Jesucristo y su Padre te reconocerá inmediatamente (Ge. 27: 27; Ro. 13: 13,14).

45: 9

“Hijas de reyes hay entre tus damas nobles” "está la reina a tu diestra con oro de Ofir". Esas son nuestras hijas que están entre las almas ilustres que acompañan a Jesucristo, las hijas de la iglesia.

 

El Señor Jesús y su esposa

45: 10,11

"Oye  hija, y mira, e inclina tu oído; olvida tu pueblo y la casa de tu padre" “Olvídate de la casa de tu pueblo y de tu padre”; sé otra, alma mía. Este salmo es muy bonito, puede ser leído especialmente por aquellas parejas que se casan, contiene una belleza para el disfrute y orientación de cada una. La primera parte es una descripción del Esposo y la segunda de la Esposa. Las palabras que saqué pertenecen a ella, que es sumamente hermosa, símil de la iglesia. El Esposo le enseña algo primero, que olvide a su pueblo, que deje “padre y madre” y se una a su Marido. Ella es una extranjera, lo que hace suponer las palabras: “olvida tu pueblo y la casa de tu padre”; por lo tanto ahora tendrá un nuevo pueblo y un Señor, que es su esposo. Debe olvidar a sus antiguos amigos, viejos hábitos, costumbres y entretenimientos, y no introducir nada de eso en su nueva relación con el Esposo, que nada de ello interfiera en la unión. Que olvide la cantera de donde fue tomada; y le diría, “sé una nueva creación donde las cosas viejas pasaron. Vida nueva en Cristo, olvidándote de lo queda atrás y extendiéndote hacia delante”.

El Espíritu invita a la iglesia a inclinarse ante su Señor, especialmente con su oído, para atender y reverenciar a su Esposo, que es su Rey  y Señor. En la Escritura la Esposa le llama Señor al esposo (1 Pe. 3:6), porque es también su Dueño. Ella es toda suya, para darle su gozo, su amor, le pertenece en corazón y voluntad. Y ¿para quién se hermosea, se viste, sino para su Esposo y Señor? No la deseará como esposa si ella no se le entrega a él como Señor. Oh alma mía, sé de Jesús sola.

45:13

"Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; de brocado de oro es su vestido".“…gloriosa en su morada” o dentro; en su hogar, en su palacio; o mejor es la idea de ella dentro de su glorioso vestuario. La iglesia es hermosa cuando se viste como escogida de Dios, vestida del Señor Jesucristo; su morada es él, en El ella es hermosa; del mismo modo que los ángeles y apóstatas dejan de ser bellos cuando abandonan sus moradas (Hch. 1:25; Jud. 1:6). 

45: 16

"En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipe en toda la tierra". “Estarán tus hijos, los príncipes”. Señor que mis hijos sean príncipes y orgullo del evangelio, que tenga la iglesia hijos muy distinguidos ¿por qué habrán de desaparecer nuestros  hijos de la iglesia como si jamás hubieran existido? (v. 17). Señor ayúdanos a criar hijos que sean la inspiración de sus hermanos del futuro. Amén. Hijos y príncipes.

46. 

“Alamot”, significa muchachas o sopranos. Un salmo para no temblar. Estos hijos de Coré fueron una máquina espiritual de esperanza para la iglesia. El pueblo iba al templo para oír cantar mensajes de Dios. Los himnógrafos eran profetas. 

46:1-3

“No temeremos aunque la tierra sea removida”; sufra cambios. Si no puedes evitar pensar lo peor, decídete no tenerle miedo. Lo peor, como la noche, tiene un extremo, es la mañana cuando rompe el alba y se presenta Dios (v. 5). Cuando estés triste camina por la rivera del río de Dios (v. 4). ¿Sientes miedo por algo? ¿Te tiemblan las piernas? Oh, frágil alma, alza tus ojos al Señor y confía en él, Dios está a tu lado y no importa qué o quién está en el opuesto. Gózate y alégrate en el que reina; es tuyo y será siempre tuyo aún después de la muerte.

46:4-7

“Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios” “Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios”. Constantemente el Espíritu Santo le infunde ánimo y valor a la iglesia. Oh Señor alegra tu iglesia con las corrientes de tu Espíritu Santo; salte y corra para vida eterna (Jn. 7:38,39), concede nuestras peticiones y estaremos alegres (Sal. 126:1-3), aumenta la gente y aumentarás la alegría, aumenta tus perdones; tu iglesia necesita tu gozo, especialmente los atribulados ministros del santuario. 

46:5

“La ayudará…al clarear la mañana…”. Me gusta el amanecer porque es cuando acostumbra Dios llegar a mi casa.

46:7

“Nuestro refugio es el Dios de Jacob”. En este salmo la palabra “refugio” es importante (v.11); quizás da la idea de esconderse, no de salir a combatir, tampoco de huir sino de protegerse y además de no interferirpara dejar que Dios “derrita la tierra, ponga asolamientos, queme los carros en el fuego y traiga la paz” (vv. 7, 8). La idea de estarse quieto (v. 10) no es tanto de quedarse inmóvil como de no estorbar. No estorbes a Dios, tranquilízate.

46:8-10

“Contemplad las obras de Jehová”; de Dios. Oh “venid, leed la historia de Dios”, en el pasado, o con más probabilidad estos versículos están relacionados con vv. 4-7 que es una visión positiva de los posibles hechos de Dios. Si los negros presagios no quieren retirarse y retornan, escribe en un papel tus deseos que son las posibilidades de Dios; no debemos concebir sólo metas sino situaciones victoriosas de Dios. Las metas nos ayudan a salirnos de una situación peligrosa pero la esperanza a no temerla; las metas consumen, la esperanza refresca y da alegría. Señor a menudo me angustio por tanto pecado, tantas herejías que hay en el mundo, oh Señor ¿controlas tú todo eso? Ayúdame a estar quieto cuando me parece que no quedan piadosos en la tierra. Y a conocer que tú eres Dios, no un hombre, no un ángel, y que puedes dominar el pecado y que al fin serás exaltado y enaltecido, quiero contemplar tus obras. Yo sé que tu pueblo puede confiar en ti. Tráenos paz. 

46:10

“Estad quietos”. A veces hay tantas manos humanas metidas en nuestros asuntos que la de Dios no cabe. ¿No quieres que haga nada? ¿Nada? ¿En lo absoluto? Entonces, por favor, hazlo tú. Si no necesitas mi brazo extiende el tuyo, estoy esperándote, no olvides que me dijiste que me estuviera quieto. Es tu turno. Estaré tranquilo, dame tu sosiego, mantendré mi espíritu en reposo como si el asunto no fuera mío. Te concierne a ti. Dame fe y paciencia y no me moveré.

47:1

“…pueblos todos batid las manos…”; de alegría, dándole la bienvenida; no es precisamente un aplauso a Dios, es una expresión festiva de recibimiento. Es una medida de gozo no de adoración.

47: 2

“Dios es digno de ser temido”. Alma mía, teme a Dios, alábale, aclámale, pero no dejes de temerle porque es temible. Si te gozas sólo en él, y no le temes, pecarás. Tú puedes temerle y gozarte en él.  El principio de la sabiduría es el temor de Dios. Y esto no contradice 1 Juan 4: 17,18.

 

Dios y nuestras propiedades

47: 4

“El escogerá nuestras heredades”. Quien elije lo nuestro es Dios. El señala dónde hemos de vivir y lo que habremos de poseer. Y nuestras heredades son suyas. Las que tuvimos, tenemos o tendremos. Jehová es el Dios de nuestras propiedades. Este versículo según la versión árabe se lee en pasado en el tiempo cuando Israel empezó. Pero otros manuscritos están en futuro. ¿Empezando de nuevo porque lo perdió todo? ¿Quiere decir que nos devolverá nuestras heredades? El salmo mira hacia delante y hacia atrás; pero es mejor mirar hacia el futuro con fe recordando las pasadas misericordias, y lo que ha tenido su pueblo. Dios, podemos mirar hacia el porvenir sin temerlo, con convicción, con esperanza, porque la historia de tu pueblo da base firme para esperarlo todo en ti. Amén. Mira hacia el futuro, iglesia pequeña e insignificante cuando el pueblo suyo será universal (v. 9), cuando los gentiles serán unidos por la fe a Israel por medio de Cristo. Dios elegirá tus heredades y las cuidará cuando te ausentes. Él te las dio, sabe que las tienes, y cualquier movimiento con ella, por favor, pídele permiso primero.

47: 5-7

“Cantad con inteligencia…”, o con “circunspección”; si se lee masquil es con armonioso salmo, pero también con sabiduría porque la composición es didáctica.  Los que no saben leer música deben aprenderlo, sus hermanos pueden enseñarlos. Por favor canten coros inteligentes, "con el entendimiento" (1 Co. 14: 15) sin repetirlos tanto porque de todas maneras no se les añade significado con esas vanas repeticiones. Son 7/11 (seven eleven, en inglés), siete palabras once veces repetidas.

47: 8-10

“De Dios son los escudos de la tierra”. Israel no hablaba sólo de protegerse y de  supervivencia sino de conquista y de expansión; soñaba con imperios. Aquí habla de un imperio logrado por Dios por medio de Israel y la conquista no parece ser bélica sino de la voluntad; así es la idea que esos nobles extranjeros se han unido al pueblo de Israel formando un pueblo con Abraham; millares de pueblos "hechos cercanos" (Efe. 2:13), participando del pacto y de las promesas (Ro. 9: 4). Es una conquista sin sangre, por medio de la predicación de la Palabra, y es la que a Dios más le gusta porque "sube con júbilo" (v. 5). Los pueblos del mundo hechos pueblo de Abraham. Un solo pueblo, un Señor, un bautismo, un Espíritu.

48:1

“Digno de ser en gran manera alabado”. Señor, permíteme alabarte “en gran manera” “con vehemencia”, con mi voz y con mi vida.

 

No es patriotismo sino amor por la iglesia

48:1-14

 

“La ciudad de Jehová, Dios la afirmará para siempre”. Los judíos soñaban con una Jerusalén eterna, victoriosa, inexpugnable y fracasó porque era terrenal. Si leyeras este salmo sólo como un documento histórico, notarías que se trata de un himno a Jerusalén donde su autor, un judío piadoso, canta su fe en Dios con alabanzas hacia la ciudad amada y su hermosura. No es precisamente a la patria a quien le canta sino a la ciudad de Dios que para nosotros es la iglesia. Jerusalén e Israel son una misma cosa y ambos la iglesia. No es patriotismo lo que se nota en este salmo y en otros como él, es devoción, es piedad, amor hacia aquellas cosas que fueron figuras de lo verdadero (He. 9: 23,24). Mucho más verdadera que la Jerusalén terrenal es la Celestial y más que el templo Jesucristo. Los sentimientos que el salmista experimenta por Jerusalén son los que el cristiano siente por la iglesia y su Señor; que es hermosa. No hay otra como ella; acapara su admiración y pide a los que le oyen que rodeen la ciudad, que cuenten sus torres y consideren con atención sus muros, sus antemuros y miren sus hermosos palacios. Es una gran obra de arquitectura (vv. 12,13). Pero más que su hermosura el tema del salmo es su inexpugnabilidad. En la mente judía no cabía la posibilidad que Jerusalén fuera hollada por los gentiles; no, la amaban y admiraban mucho para concebir eso. Sería como el fin del mundo si de aquello no quedara “piedra sobre piedra”. Y así fue porque el pecado la hizo vulnerable. Y se hace necesario que descienda del cielo la nueva Jerusalén, esto es la iglesia, cuyo y Arquitecto y Constructor es Dios, cuyo fundamento son los patriarcas y los doce apóstoles, o sea sus doctrinas. Aquella es la vieja Jerusalén y la iglesia es la nueva, la inmensa, la que está hecha cada piedra con la palabra del Señor. Los creyentes morimos pero la iglesia continúa con Dios “aún más allá de la muerte” (v. 14), o “hasta la muerte”, sin escatología, que es una mejor traducción. “La muerte” o Mut-labén se corresponde al título del salmo 9, no como interjección ni para descender a un tono lúgubre sino una forma musical. La traducción “eternamente” se acoge con gusto pero el salmista dijo “siempre y siempre”.

48:14

“El nos guiará hasta la muerte”; no como dice RV “aun más allá de la muerte”; la escatología de los hijos de Coré no estaba tan desarrollada. El evangelio es el que ha sacado a la luz la inmortalidad (2 Ti. 1:10).

 

Lecciones sacadas de una realidad que estremece

49.

Quizás piensas que este salmo para estar completo le falta la esperanza de la vida futura o el horror de la condenación de los incrédulos; si piensas como cristiano sí, no habla ni de la resurrección del cuerpo ni de la supervivencia del alma, mas en ese caso sería un pasaje del NT como la parábola del rico y Lázaro (Lc. 16:19-25) y no un salmo. Es curioso que el Señor J.C. usó en sus sermones para convencer a los mundanos las dos clases de argumentos, la vida y condenación después de la muerte y simplemente la realidad de la muerte como un hecho físico. Este sistema de persuasión lo puedes hallar en Lc. 12:15-21, con el mismo propósito que tiene el salmo, convencer a la gente que vivir para hacer dinero no resuelve el problema de la muerte como una realidad aniquiladora. 

El salmista llega hasta la muerte y adoctrina a hermanos, nobles, plebeyos (v. 2) para que no hagan del dinero el fin último de sus vidas, su argumento es objetivo, simple, innegable, la destrucción por la muerte. Esta trágica realidad, piensa, es suficiente para vivir sabiamente, de un modo menos egoísta, menos bárbaro y menos tonto. Aunque no menciona el juicio final o la resurrección de los muertos, les dice que el pecado es un engaño, una tontería y una locura (v. 13), el desdichado causante de toda infelicidad terrenal. Su mensaje no es: no te hagas rico porque de todos modos te vas a morir, sino: no te imagines que tu dinero te hará inmortal (vv. 6-9) o que los herederos lo podrán retener de generación en generación (v. 11). Se puede hallar el secreto de vivir feliz y sabiamente  sin hacerse ricos, “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. ¿Qué harás en el Sheol sin gloria ni fortuna? (vv. 14, 17). Es mejor tener fe que ser millonario, tener aquellas cosas que Dios le da de sí mismo al hombre para que sea feliz en esta vida y las pueda sacar consigo cuando abandone el cuerpo. Estas son lecciones de una realidad estremecedora.

 

Profetas y músicos 

49:4

“Con el arpa declararé mi enigma”. Quiere decir: lo que ha aprendido de Dios. Saca un poema de su experiencia; ya tiene el proverbio (parábola, símil o máxima) y el enigma o acertijo, un dicho oscuro, luego toma su arpa. No es inspirado por una melodía sino por un mensaje. Eso es lo que se llama "alabanza". No fueron primero músicos los que compusieron los salmos sino profetas. Expresaban sus mensajes con melodías. No se le buscaba letra a una música. El tono, el acorde, la melodía, la armonía, no opacaban el mensaje de Dios. El salmo era más para enseñar (masquil) que para ser disfrutado. La alegría que producía en el corazón del pueblo se debía a la instrucción profética que recibía, y David particularmente ensenaba a la congregación a orar. El canta-autor del libro pretendía inspirar a sus hermanos, instruirlos para la vida, alzarles las esperanzas, comunicarles de Dios o de la vida algún misterio; no deseaba entretenerlos o divertirlos con la música. Cuando la profecía se hace secundaria al arte, el gozo que crea es carnalmente religioso pero no espiritual. En esto consiste el arte y contenido de la música religiosa.

 

Cuidado con los autores que lees, vivos o muertos

49: 10-13; 6-9

“Este su camino es locura, y con todo sus descendientes se complacen en el dicho de ellos”. ¿Qué inmortalidad es la que pretendes? ¿Buscas gloria e inmortalidad? (Ro. 2:7). ¿Después de tu muerte que tus tierras sigan llamándose con tu nombre? ¿Piensas que eres inmortal? Te equivocas. Estamos en turno para salir del mundo, el tiempo pasa para todos. Estás loco si no haces preparativos espirituales para más allá de la muerte. Lee los vv. 6-9. Cuando Dios envíe la muerte nadie podrá sobornarla y con dinero hacer que se retire, ella no acepta rescate. Es una cosa terrible que haya hombres en todas las generaciones que dirijan sus pasos en esta tierra por los dichos de otros que ya están en el infierno, los que después de ellos aprueban sus palabras (o se complacen, v.13). La influencia de un autor. ¿No sabes que los libros que compras te pueden matar o salvar el alma? Un buen libro se busca por algo más que por su arte, también por su contenido; por la Biblia que contiene. Muchos grandes autores antiguos y modernos han perecido en la condenación, ¿es esa literatura la única que te complace? ¿Irás tras los pasos de paganos y ateos? ¿De músicos, artistas, que pasaron por el juicio divino y tontamente llaman los vivos, inmortales?

 

El problema no está tanto en el culto externo

50:7-15

“¿Acaso he de beber sangre de toros o he de comer carne de machos cabríos?”. Si lees con detenimiento todo el salmo te darás cuenta que trata sobre la hipocresía religiosa; unos, en menor tamaño, que adoran a Dios infructuosamente (vv.7-15), porque no llegan a conocerlo, lo cual se hace manifiesto en la falta de alabanzas y la poca seriedad con que toman sus compromisos religiosos (v. 14); y los que en mayor tamaño son anunciados como malos (vv. 16-23).

El salmista llama a Israel a comparecer ante Dios como Juez, y en el v.7 como lo hizo Elías  lo invoca contra él. El pueblo pensaba que cumplía con Dios sacrificando animales. Dios no objeta el culto externo, la práctica misma, sino la equivocación con que lo practicaban, pensando que él lo necesitaba. La protesta divina se centra precisamente en eso, alegando que no necesita del culto, de la religión, de nada, pues es autosuficiente (Hch. 17:24,25). Dios no tiene ninguna necesidad de ser adorado, no le hace falta la religión; a nosotros sí nos conviene la religión y la adoración, no a él. 

 

Si comparas lo que el Señor dice hasta el v. 13 con el v. 14 te preguntarás: Y ¿necesita Dios la alabanza y los votos aunque no necesite los sacrificios? No, tampoco. Dios no necesita ni de lo uno ni de lo otro, Dios no necesita de nuestras buenas obras, ni de los cristianos, ni de las iglesias pero nosotros sí de él. Dios nos ha dado la religión cristiana porque la necesitamos y para que le descubramos. El propósito de la religión es descubrir a Dios; los sacrificios, la construcción del tabernáculo, todo se hizo minuciosamente porque tenía un significado en relación con quién es Dios. Si solamente se hace de la religión, del culto, una práctica, se pierde el fin de ella, el motivo por el cual nos fue dada, para conocer a Dios y por supuesto, a nosotros mismos. Esa es la razón por la cual el Señor no objeta el culto externo sino el propósito con que ellos sacrificaban. La disposición a pedir alabanzas y el cumplimiento de los votos no es porque ellos le hagan falta sino porque revelaban que no le conocían. Si sacrificaban su animal y se iban hasta que les tocara volver en alguna otra festividad, demostraban que no le conocían; hacían votos pero no cumpliéndolos como harían con algún prójimo, y todo ello demostraba que no conocían a Dios. ¿Conoces tú a Dios? ¿Tomas en serio tu religión? ¿Es ella tu fin o es Dios? 

 

Una vida con dos lados

50:16-23

“¿Qué derecho tienes tú de tomar mi pacto en tus labios?”. Es mucho más fácil hablar que hacer, ¿no?, y por eso no es extraño  hallar una persona que no viva conforme al evangelio y sin embargo es predicador o maestro del mismo. El énfasis completo en la Biblia está sobre el hacer, no sobre el decir. Desde tiempos antiguos hallamos al Espíritu Santo enseñando esa verdad. Aquí en el salmo lo escuchamos, casi airado, hablar contra aquellos que toman la ley de Dios en sus labios pero no la ponen en práctica. Jesús dijo al pueblo, de los fariseos en su tiempo, que aprendieran de ellos pero que no vivieran como ellos (Mt. 23:2);  Santiago habló de los que eran oidores pero no hacedores de la Palabra (1:22) y Juan de los que amaban de lengua pero no de hechos (1 Jn. 3:18).

Estos, dice el salmista, se les puede hallar la ley de Dios en los labios (v. 16) pero no en los oídos (v. 17), no en las manos (v. 18), no en la vida sexual (v. 18), no en la lengua (v. 19,20) ni en su corazón pues aborrecen a sus mismos hermanos.  Uno se pregunta: ¿cómo una persona así puede predicar y enseñar sin remordimientos de conciencia? Pablo, que los conocía en su época nos dice que es porque la tienen corrompida (Tit. 1:15, 16); hacen el papel de creyentes pero del mismo modo que un actor hace su teatro, representan algún personaje pero no son ellos mismos, copian sus palabras, sus maneras, sus sentimientos, se identifican con él, emocionan, conmueven, pueden ser aplaudidos en el escenario pero por Dios aborrecidos en el púlpito. Lo que es la conciencia misma, la ley de Dios no se las toca; no se convierten porque es ahí precisamente donde tiene lugar la convicción de pecado y desde donde nace la confesión de la culpa. ¿A quién pretenderán engañar si la gente notará los dos lados de sus vidas? Son ellos los únicos que resultan genuinamente engañados porque a Dios tampoco pues él no puede ser burlado(Ga. 6:7). Dicen que no se debe hurtar, pero hurtan, que no se debe adulterar pero adulteran (Ro. 2:21-24); y lo peor es que hacen blasfemar a los enemigos de Dios, llorar a los santos y obstaculizan el camino de la salvación a los que pudieran haberlo tomado porque niegan la eficacia de la piedad.

 

51:1

“Ten piedad de mí…conforme a tus misericordias”. Ayer, hoy, he tenido una muestra de tu misericordia. ¿Será sólo una muestra, un respiro, o la liberación de mi estado pecaminoso? ¿Cuándo saldré de mi tentación después de haber caído en ella? Oh Dios de mi historia, de alguna parte llegue a mi alma respiro y liberación (Est. 4:14). ¿Por qué he de suspirar meses y años por la misma falta? ¿Habré agotado ya tus piedades para conmigo? Con temblorosas expectativas de una fe débil mi alma te pregunta: ¿Continuará tu misericordia? ¿Puedes, oh David, Pedro, Juan Marcos, olvidar conmigo? ¿Nos uniremos tú y yo para clamar juntos? ¡Qué delicioso es Señor pensar que tus piedades son multitudes! Oh alma mía si no alcanzas el perdón la falta es tuya y no de Dios.

51: 2

“…límpiame más y más de mi maldad” (por completo, crecientemente). David no se conformaba con ser santo hasta cierto punto, no, él pide más y más santidad, quiere ser santo completo y no sólo una parte. Quizás es que no se ha sentido perdonado a pesar de haber pedido perdón. ¿Podrá uno ser perdonado por Dios sin sentir que ha sido perdonado? Sí, porque una cosa es ser perdonado, lo cual radica en Dios, y sentirlo es algo que se experimenta dentro de uno mismo. Un alma puede ser salva, entrar por la puerta del cielo sin dejar de sentir remordimientos y alivios por alguna falta cometida. El perdón de un pecador está en lo que Cristo hizo y no en lo que uno siente. El sentir el perdón es una gracia del Espíritu que depende del tamaño de su fe.

 

Es un asunto entre Dios y yo y no de lo que dirán 

51: 4

“Contra ti, contra ti sólo he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos”.  

Una cosa es sentir lástima, pena y vergüenza con una persona por haber pecado contra ella y otra reconocer que ese pecado ha sido contra Dios. Lo primero puede ser sentimientos naturales y un producto de la imagen social dañada, y lo segundo tiene que ver con la fe y es una obra de gracia del Espíritu en el corazón. David es tan absoluto cuando dice “contra ti sólo he pecado”, sin incluir el “qué dirán”, a Urías heteo ni a su esposa, ni a sus hijos y amigos, que uno pudiera pensar que le daba igual el daño que les ocasionó, y les debía disculpas, aunque no es así, sino que su vergüenza no tiene ni una gota de dolor social y haber perdido honor ante los hombres. No es una vergüenza social. Aunque pudo haberse disculpado con Betsabé y reparar su falta, ése pesar humano no está incluido en su confesión, no lo cuenta como mérito ni lo equipara al “arrepentimiento para con Dios” porque pertenece a la ley  “escrita en el corazón” (Ro. 2:15) de todos los hombres, y no a la predicada por el profeta Natán, Moisés y Jesús; y ese pesar es ajeno a “la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hch.20:21). En el verdadero arrepentimiento la vergüenza moral no es mayor que la realidad de Dios. “Para que seas reconocido justo en tu palabra y puro en tus juicios” en relación con su pecado contra Dios. Cuando pecamos contra él nos damos cuenta que él es puro y nosotros no; somos pecadores. Lo que declara sobre nosotros es cierto y siempre es justo cuando da su opinión y puro cuando emite un castigo o juzga. Cada vez que pecamos conocemos más a Dios. Y a la gente.

51:5

“En pecado me concibió mi madre”. Cuando uno peca contra Dios se siente sucio hasta su cuna, hasta el vientre desde donde salió, hasta el pecado original. No que fuera hijo ilegítimo. Quiere decir que su pecado le viene por herencia; no para decir que su madre es una pecadora sino para decir que el pecado forma parte de él desde el vientre de su madre. “Soy pecador desde las entrañas de mi madre”. 

51: 6

“En lo secreto me has hecho comprender sabiduría”. Usa tu pecado en tu beneficio, para aprender de él, tómalo como objeto de estudio, investígalo, explora como se acercó hacia ti, las artimañas que te vencieron, el punto de atracción que te fascinó, como aumenta o disminuye su poder dentro de tu alma, examina su propagación, su voluntariedad, su perdón, su reincidencia y las piedades de Dios (v.1). En lo secreto el Espíritu te ha de enseñar y te hará entender sabiduría, para que una vez vuelto confirmes a tus hermanos como Pedro lo hizo. No seas de los que chocan una y otra vez con el mismo mal y son vencidos una y otra vez por las mismas seducciones. ¿No tendrás nunca inteligencia espiritual?  ¿No te enseña Dios también esto?

 

No es a divertirte a donde tienes que ir sino al trono de Dios

51: 8-12

“Hazme oír gozo y alegría”. Los psiquiatras cuando un paciente sufre perenne melancolía y culpas, le mandan a que se divierta, que vaya a alguna fiesta, que camine por el campo y ande entre amigos, que se entretenga hasta que se le olvide lo que ha hecho o pierda un poco la sensibilidad espiritual y los escrúpulos de conciencia. Les recetan un olvido sin arrepentimiento; el pesar hay que quitárselo a la culpa, y trabajan duro para hallar justificación (con entendimiento y aceptación) a lo mal hecho y curar mentalmente a su cliente.  Les recomiendan vacaciones para que recuperen la alegría que algún viejo pecado les quitó. 

Pero cuando se trata de un santo, ya es harina de otro costal. Un santo que ha perdido su santidad no se alegra hasta que Dios lo perdona porque no busca quitarse la culpa por sí misma o por la tortura a que ella lo somete, anhela perdón y lo que más desea es ser recibido por Dios como antes lo era. Quiere paz, pero no la del olvido, sino la paz del Espíritu Santo, que sobrepasa todo entendimiento, la paz que viene acompañada con gozo, bondad, mansedumbre, etc., la paz que lo pone en la senda que tenía y lo eleva al restablecimiento de la vida cristiana. Un santo necesita más que todo, si su infelicidad es por culpa espiritual, a un ministro del evangelio más que a un doctor de los andares de la mente.  No es a divertirte a donde tienes que ir sino al trono de Dios. 

David podía haber tomado su lira y empezado a cantar como hizo con Saúl y le dio temporal resultado, pero no podía cantar, no podía traducir sus sufrimientos en melodías, no era alabanza lo que hubiera arreglado su vida espiritual sino confesión, una amarga y sincera confesión al Señor. Y aunque este salmo es un testimonio que le puso música a su oración, no hay en él ningún alivio para su desesperación. La paz del perdón suele demorarse y no llega en un santiamén sino con el olvido que traen las bendiciones. La historia del pecado cesa el recuerdo con la restauración. Casi no podría abrir su boca hasta que aquel pecado con peso de plomo se le saliera de adentro. El equilibrio de nuestra mente está en Dios y no deseamos una clase de alegría que obvie el remordimiento y que no nos deje llenos del Espíritu Santo. No hay mejores lágrimas ni más convenientemente vertidas que aquellas que se echan a los pies de Jesús y se enjugan con nuestros cabellos. Amén. 

51: 10

“Señor crea en mí un corazón recto” que busque y ame lo santo; a veces me desespera mi corazón y veo que es como el de los antediluvianos, porque todo designio del pensamiento del corazón de ellos era "de continuo solamente al mal" (Ge. 6:5). Oh Dios, ya que me has dado la gracia para clamar contra mi corrupción crea otro corazón porque el mío no puede ser mejorado. Hazme sentir lo celestial, no lo terrenal, que las provocaciones e insinuaciones del mal no me afecten, y las sonrisas invitadoras del mundo no me enamoren. Señor ¿por qué he de amar el mal si es feo, perecedero y destructivo? Yo no quiero ser injusto al pecar, ni contra ti ni contra los hombres. Cada semana, cada domingo necesito un corazón nuevo. Tú que creaste el mundo, ¿no me darás un espíritu recto? Dame lo que me falta, Fuente de vida, hazme como tú. ¿Te arrepentirás de haberme creado?

 

No deshagas, oh Dios, la obra de tu Espíritu 

51:11

“No quites de mí tu Santo Espíritu”. 

Mi mayor horror no es perder las bendiciones del Señor, que sin duda me harían llorar en tierra, sino  quedarme definitivamente sin Dios. Cada vez que peco siento ese mismo temor de David, que el Señor quite de mí su Santo Espíritu, o por lo menos su influencia y retroceda a ser como un hombre cualquiera. 

Así pensaría David: “¿Cómo podría seguir siendo un autor sagrado, mantener mi nombre con dignidad junto a los otros compositores del sagrado canon?  ¿Cómo dejar de ser un hombre “conforme al corazón de Dios”? No soportaría la idea que mis libros, frutos de mis experiencias, labores, desvelos, que reflejan mis conflictos y éxtasis espirituales sean desechados para siempre y que yo o nadie en el mundo pueda leerlos ya con algún provecho y consuelo. ¡Oh no! No quisiera dejar de ser el dulce cantor de Israel y reflejar la renovada imagen celestial. 

“No podría ya gobernar sin Dios, ¿quién podría librar las batallas de Jehová sin su asistencia? ¿Quién dirigiría los escuadrones sobre los cuales me hallo puesto? ¿Cómo pastorearía con justicia a su pueblo? Ejemplos conozco de lo que es la ausencia del Espíritu, ¿no le pasó eso a Saúl (1Sa. 16:14)?  ¿Y anteriormente a Sansón?” (Jue. 16:20).

Creyente amado, ¿no es ese tu pánico? Cuando veas que los textos de la Escritura pasan por tus ojos y llegan a tus oídos serios, sin dirigirte la palabra, los momentos son de susto. Cuando cantas y no puedes continuar....tu voz se te quiebra en la garganta y exclamas ¡no puedo, no puedo!, cuelgas el arpa en el sauce más cercano, hundes tu cabeza entre sus ramas y lloras desconsoladoramente tu alma muerta. ¡Oh Dios!, tú eres mi luz y mi salvación, quítame un pie si estorba o mi mano muerta caiga y mi tintero se seque, pero nunca si eso fuera posible, tu Espíritu, porque prefiero entrar mutilado al reino a que me amputes de tu divina presencia.

51: 12

“Espíritu noble me sustente”. Tal vez uno de los significados de la palabra permita que lo que quiso decir fue “conserve yo el espíritu de un noble y tú sostengas mi reputación”. ¡Aleluya! O tal vez “sea sostenido en libertad”, de mis culpas y de aquella mala inclinación que me hizo tropezar. Si la reputación le es restablecida, si no pierde su nobleza espiritual y no se convierte en un vulgar carnal, si siente que es otro ser humano, mejor, libre de esas persistentes tentaciones, entonces podrá predicar el evangelio y obtener mucho fruto (v.13), hablando mejor que nunca antes. Amén.

 

La ilusión de volver al púlpito 

51: 13

“Enseñaré a los pecadores tus caminos y se convertirán a ti”. 

¿Desea David después de haber cometido adulterio y homicidio trabajar en la salvación de los demás? ¿Cómo se encuentra y cómo lo miran después de su catástrofe espiritual? ¿Cómo es posible que piense que puede volver a enseñar la Palabra de Dios? ¿No se sentiría mejor si renuncia a su vocación? ¿El adulterio y la complicidad en un asesinato no lo han eliminado? (1Co.9:27).

Existe como un sentimiento universal querer retener lo que se ha perdido una vez que se ha pecado; David lo sintió así y por eso dijo al Señor que le concediera una multitud de cosas espirituales para volver a ser quien había sido antes de su caída y constituirse de nuevo en un maestro de la Palabra. 

Cuando un hombre ha dedicado su vida entera a enseñar a los pecadores y peca, generalmente no sabe hacer otra cosa, y no es el caso de David, le es difícil hacerla, ¿cómo comenzar a iniciarse en una vocación distinta, si ha recorrido gran parte de la vida en una? Son  algunos motivos para plantearse el regreso al ministerio de la Palabra. A veces además la sinceridad del arrepentimiento, la honestidad de la fe en Dios y en su grandeza, el íntimo convencimiento de que el pecado fue un error y una insensatez, el deseo de no repetirlo, las muchas experiencias espiritualesque se han aprendido de Dios y de la gracia en tales circunstancias, el deseo de agradarle y de reparar la falta o mostrarle lealtad después de la trasgresión, y la ilusión que los pecadores se convertirán con sus nuevos sermones. 

El problema está en el inexorable juicio del público y su insuperable buena memoria que archiva perfectamente los malos recuerdos. ¡Oh pobres de aquellos ministros eliminados que no pueden volver a sus púlpitos deseándolo de corazón! 

52.

“Masquil” poema para instruir. El fondo histórico de este salmo está en 1 Sa. 22: 9,10.

 

La murmuración, y otros pecados más grandes

52:1-7

“Amas toda palabra destructora, oh lengua de engaño” “Has amado toda suerte de palabras perniciosas, oh lengua engañosa”. Ya este extranjero, Doeg, edomita, lo conocemos por 1 Sa. 22:9,10; era un hombre rico (v.1) y poderoso (v.2), delató a Saúl lo que hizo el sacerdote Ahimelec cuando recibió a David y lo ayudó  con víveres. Este hombre perverso ocasionó con su lengua y sus manos la muerte de 85 varones de Dios (1 Sa. 22:17-19). Pero lo que quiero que observes es que lo superlativos crímenes de Doeg no se mencionan, sino que era un hombre de labios perversos. ¿Acaso no se mencionan sus otros pecados porque actuó bajo las órdenes de Saúl, que mandó matarlos? No, porque él pudo haberse negado como lo hicieron aquellos otros. ¡Benditos aquellos que dijeron que no! Es por otras razones. Primero, la lengua de un chismoso es tan dañina como las manos de un criminal y puede estar más sucia que las manos. Dios castiga tanto los crímenes como los chismes (traiciones).

Pero hay una segunda razón que me parece más importante. Observa que el juicio de Dios le cayó a Doeg no por los homicidios que cometió sino la perversidad de su lengua (v. 5), aunque fue su delación lo que ocasionó la muerte de los buenos siervos de Dios. Moriría de forma tan violenta y espantosa que haría temblar a los santos y pensar que no había duda que era Dios quien lo juzgaba. ¿No has visto eso mismo, como Dios envía su juicio sobre los hombres por sus pecados menores? Esa es la razón por la cual se menciona el uso de la lengua en este salmo, para enseñarnos algunas cosas con respecto a los pecados menores, los que se cometen con mucha facilidad, los que apenas hay leyes humanas que los penen, los que no les damos importancia pero que ocasionan grandes tragedias. 

Herodes no fue juzgado por Dios por sus muchos crímenes que cometió sino por creerse un dios (Hch. 12:21,23), un pecado que nadie notó y que no hubieran considerado digno de ser juzgado tan severo. Este hombre se fue pudriendo poco a poco y nadie quería entrar a su cámara por el mal olor que salía por la puerta. ¿No recuerdas aquellos que tomaban la cena indignamente como fueron juzgados por Dios, algunos se murieron y otros se enfermaron de modo que apenas podían caminar de lo débiles que se quedaron (1 Co. 11:27-32). Y uno se pregunta, ¿tomar la cena con ebrios o embriagados es un pecado menor que el de incesto y sin embargo aquel fue disciplinado por la iglesia y no por Dios? ¿La inmoralidad sexual es un pecado menor que embriagarse en una comida entre hermanos? Hasta aquí estamos seguros que todos estos fueron juzgados por los pecados más pequeños que habían cometido, que pudieron haber sido enjuiciados por otros más grandes, pero no sucedió así.

Eso quiere decir que un pecador puede ser juzgado por Dios por un pecado mayor y por otro menor, porque Dios lo que aborrece es la esencia del pecado, que es una rebelión en su contra. La clasificación de pecados mayores y menores es humana y no ofrece ninguna seguridad, aunque de hecho haya pecados que Dios aborrezca más que otros. Muchas personas respetables, morales, incluso cristianas son juzgadas por pecados menores precisamente porque ignoran que el juicio de Dios sobre el pecado es universal, sean grandes o pequeños. Hay otras razones por las cuales Dios castiga los pecados menores; porque con ellos solemos llenar la medida del juicio de Dios por la abundancia con que los cometemos. Y una sola gota desbordar su copa. Uno puede no matar a nadie, pero pecar multitud de veces con otros pecados chicos. No obstante aunque Dios juzgue en este mundo a un cristiano por sus pecados menores, es todo lo que hace en contra de esa persona, no afecta su vida eterna y no le destruye la salvación ni lo destituye del reino de los cielos. 

 

Quiero continuar siendo un  olivo verde y así, no seco, expirar

52:8

“Yo soy como olivo verde en la casa de Dios” (o estoy como olivo verde). ¡Qué gran cosa es la salud y vida del alma! El Espíritu Santo en muchos sitios de la Biblia compara a los salvados con los árboles; y ellos mismos así se comparan. David es uno de los autores más ricos en imágenes espirituales. Cuando el pecado llegó a su vida dijo que su “verdor” se había convertido en “sequedades de verano.” En el salmo uno, dice que quien medita en la ley de Dios de día y de noche es como “árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae”. Y aquí, se compara a un olivo verde. 

Si lees todo el salmo llegas a la conclusión que su vida espiritual, que es lo que quiere decir, no depende de las circunstancias que lo rodean, pues esos momentos son difíciles, está siendo perseguido por su enemigo y huye delante de él sin tener morada fija. No es olivo verde por las circunstancias que lo rodean sino por su comunión con el Espíritu divino. Vive en zozobras, peligra su vida a cada momento, padece hambre, está separado de los suyos, las promesas de Dios no se han cumplido aún en su vida; pero ninguna de esas cosas ha obtenido el logro de matar la vida de Dios en su alma. No, lo que marchita y seca la vida espiritual es el pecado, el mal uso de la lengua, la codicia, el odio, etc., puedes hallarte enfermo, endeudado, desempleado y ser un olivo verde en la casa de Dios. ¿No has leído que así fue Pablo? (2Co. 11:23-28; Ro. 8:35-39). Oh Señor, preserva la vida de mi alma aunque mis circunstancias sean tristes. Amén, quiero continuar hasta la muerte siendo un  olivo verde y así, no seco, expirar.

53.

“…sobre mahalat”, significa enfermedad y posiblemente sea una canción popular triste.

 

Dijo el necio, quiero decir el ciego, no hay Dios

53: 1-6

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; 
No hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.  ¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Dios no invocan? Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo, porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti; los avergonzaste, porque Dios los desechó. ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel! Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel”.

 

“Dijo el necio en su corazón: No hay Dios”.  (1) Un comentario social. ¿En qué necio piensa? En los explotadores, los que devoran el trabajo ajeno (v. 4), como si no existiera Dios en Israel (v. 6). No habla aquí de las deportaciones que conocemos sino de puñados del pueblo, familias, individuos que eran exilados o esclavos en otras tierras, quizás. Un aspecto de lo que hoy consideramos la fuerza laboral inmigrante. David anhela que los exiliados regresen libres a la comunidad de Israel. Suspira por las ovejas perdidas de la casa de Israel. 

Ahora nota la extensión que el Espíritu Santo le da. La poesía como profecía va más allá del contenido social y presenta el espiritual, es profecía porque el Espíritu Santo le habló a David sobre la corrupción de la naturaleza humana y su inhabilidad para buscar a Dios (v. 2); la falta de la práctica de la existencia de Dios en el mundo, por sus pasiones pecaminosas, por falta de entendimiento (v. 2), de las realidades espirituales y su alejamiento total de su existencia; que solo piensan en lo terrenal. La conexión entre los v. 1, v. 3, tiene que ver con la apostasía y la deserción de Dios o el abandono de él, y sus leyes, para hacer iniquidades; se ve en que no oran, "a Dios no invocan" (v. 4) y los "cautivos" son quizás los que están cautivos por sus deudas. No hay Dios en las clases poderosas de la nación de Israel. 

El Nuevo Testamento es el que lleva este análisis a la humanidad en general. Este es un ateísmo práctico y una separación de Dios de todos los renglones de la vida; una proverbial irreligiosidad de la clase secular y pudiente del país. Dios, nos ayude a salir de esa triste situación económica definida como cautividad. 

Por último, Cristo y los cristianos son las mejores pruebas de que Dios existe. Venido Cristo al mundo ya nadie puede con razón negar la existencia de Dios porque mirándolo a él es mirar a Dios (Jn. 14: 8, 9); nadie nunca ha visto a Dios; pero Jesús trajo todas las evidencias necesarias para probar que Dios existe (Jn. 6: 46), que contesta la oración, que hay diablos en el mundo, que existe la resurrección, y que hay juicio por los pecados, porque fueron juzgados en la cruz. Cada cristiano es una prueba de la existencia de Dios, y todas las doctrinas que convergen en su salvación demuestran la existencia de Dios; Dios está diciendo siempre quién es en la experiencia  cristiana. No hay necedad tan grande que ponerse enfrente de un cristiano o vivir con él o ella y decir que no existe Dios. 

 

53:3

“No hay quien haga el bien ni siquiera uno”. Esto no es un juicio moral porque en ese sentido siempre se hallaría alguien que hiciera alguna buena obra, como el mismo salmista; es más bien un juicio espiritual, como lo entiende Pablo (Ro. 3:10-12), donde se le quita al hombre, aun al mejor, cualquier justicia propia delante de él. Bueno no hay ni uno. Las mejores cosas que hagamos a penas hechas, si no antes, ya salen contaminadas.

54.

“Zifeos”, de la misma tribu de David, Jos. 15:24, 1 Sa. 23:19; 26:1; y aunque en el v.3 se traduce extraños, en vez de orgulloso, insolente o arrogantes, dice Calvino que se debe a que vinieron de parte de enemigos. “Neginot” instrumento de cuerda y por extensión un poema.

 

Argumenta tus oraciones

54:2

“Escucha las razones de mi boca”. Aquí sigo a RV, pero es menos exacta que LBLA, “las palabras de mi boca”; de todos modos son palabras pensadas y eso en sí son razones. Vuelve tus oraciones en razones; eso es orar, en cierto sentido, "con el entendimiento" (1 Co. 14: 15). Reflexiona primero sobre lo que vas a pedir al Señor (Job 23:4), enumera las razones que tienes, haz  tu oración razonable para que él no te diga como a los hijos de Zebedeo "no sabéis lo que pedís" (Mt. 20: 22), debes saber lo que pides y tener razones fuertes para pedir lo que quieres. Las cosas que sean justas, las que edifiquen espiritualmente, las que estén relacionadas con la gloria de Dios, las que promuevan el adelanto de su reino. 

54:4

“He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi alma”. El Señor lo libró de sus enemigos mayormente por medio de sus colaboradores; su guardia personal, sus espías, sus valientes, sus generales. El Señor está en con los que sostienen nuestro ministerio, con los que sostienen nuestras manos para orar, los que sostienen el presupuesto de la iglesia, los que nos defienden de falsos hermanos, los que nos alientan cuando nos ven desanimados. Lo sostienen no sólo con oraciones sino con palabras, con decisiones y con posiciones. Lo defienden. Señor bendice a todos aquellos que sostienen, en diferentes partes del mundo, la obra que realizan tus humildes ministros.

55: 5-8

“¡Quién me diera alas como de paloma!”. Estás preso en tu deber; murmuraciones, contiendas, divisiones, ingratitudes, malas sospechas, “terror y temblor te invaden”; se te deslíe el corazón, te tiemblan las carnes, no puedes huir de esos peligros, Dios no quiere darte esas dos alas que le pides. Un hombre como tú tiene que hacer frente a esas situaciones, provocadas por tus imprudencias, por enemigos o por el mismo Dios, un hombre como tú ¿ha de huir? (Neh. 6:11); sin embargo en vez de proveerte un par de alas, en su momento, una retirada estratégica sería bendecida por Dios, para después volver. Sí ¡volveremos! Amén.

 

No te enamores de las grandes ciudades, ora por ellas

55:9-11 
“Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad. Día y noche la rodean sobre sus muros, e iniquidad y trabajo hay en medio de ella. Maldad hay en medio de ella, y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas”. 

He visto violencia y rencilla en la ciudad”. ¿De qué ciudad habla aquí, de la antigua Sodoma, de  la capital de los sirios, Damasco? ¿De Tebas en Egipto, de Gaza en Filistea? ¿O de las modernas Miami, New York, Ciudad Méjico, Los Ángeles, Madrid, Londres o Montevideo? No, está hablando de la ciudad de David, la ciudad amada, del gozo de Dios donde puso su residencia en el monte Sion, el orgullo religioso y arquitectónico de todo israelita (Sal. 48:12,13). Sí, Jerusalén, la llamada “Ciudad Santa” la que se ha llenado de tantos pecados; sobre ella cayeron los caldeos y la redujeron a escombros, sobre cada una de sus piedras lloró Jesús, lamentándose que no había conocido “el día de su visitación” y sería de nuevo derribada hasta el infierno. En ella, afuera, murió el Salvador, resucitó y ascendió al cielo. A ella amó Cristo y ordenó a sus discípulos que comenzaran a evangelizar a sus ciudadanos, los que lo habían crucificado (Hch. 1:8). 
¿Por qué quieres, para qué quieres vivir en la ciudad y no en las aldeas, en el campo? ¿Por qué prefieres la urbanización de una metrópolis en vez de la vida rural? ¿Por qué se aglomeran los pueblos en las grandes ciudades, qué buscan dentro de ellas? No hay ninguna ciudad santa, ninguna ciudad donde se viva por las leyes de Dios y la contaminación ambiental de ellas no es tan grande como la espiritual y moral donde apenas se puede respirar un poco de aire puro. Se hallan las mismas cosas que en las antiguas y un poco más, porque en ellas radican los aborrecedores de Dios y los  inventores de males (Ro. 1:30): drogadicción, violación, engaños, robo, secuestros, etc. En ese ambiente la iglesia vive y la iglesia testifica. Las metrópolis presentan más peligro espiritual que las zonas rurales. El diablo anda por lugares secos, pero no vive en los lugares secos y apartados. Oh Señor fortalece tus iglesias en las grandes ciudades, llénalas con tu Espíritu, bendice la obra urbana y que cuando digamos: “Vayamos hasta aquella ciudad y traficaremos y ganaremos” (Sgo. 4:13), no pequemos, no nos enfriemos, no pertenezcamos a ese mundo, no nos materialicemos, no nos corrompamos. ¿No afligimos nuestra alma justificada al ver la conducta nefanda de nuestros ciudadanos? (2 Pe. 2:6-9). ¿No lloraremos por ella como Lot dentro de Sodoma? ¿No intercederemos ante Dios por la salvación de ellas como Abraham, que trataba de salvarlas con sus oraciones? ¿O nuestro corazón se enamora de sus vanidades, de sus modas, de sus adelantos y tecnologías, de sus teatros, de sus cines, de sus calles llenas de comercios y sitios prohibidos para un santo? ¿O se enardecerá nuestro corazón como el de Pablo cuando miraba Atenas entregada a la idolatría? ¿Amamos tanto las ciudades como para clamar a Dios por ellas y trabajamos incansablemente para salvarlas? (Hch. 17: 16) ¿No nos es una carga sus crímenes, sus asesinatos por robo, toda injusticia, sus prostitutas en las calles, la inseguridad ciudadana, sus guetos? Oh Dios del cielo, ayúdanos a testificar de tu Hijo en las ciudades, y bendice tu Jerusalén, la celestial, la iglesia. Amén. 

 

Hay otros que nos ayudan a olvidar los desertores

55:12-14 
“Al parecer íntimo mío”. Pasa por mi mente el nombre de Ahitofel como una conjetura de quién fue ese amigo íntimo que lo traicionó, que comía en el mismo plato, y además Judas es una estampa posterior que cabe en esa descripción (2 Sa. 15:31; Mt. 26:33). En el margen se lee “un hombre conforme a mi rango”; La Septuaginta dice “de igual alma”. Thompson, “el segundo”. Lutero lo traduce compañero, pero la palabra hebrea significa “en la misma fila o pila”, en la misma línea como los panes de la proposición, en el mismo montón (Gill), un individuo sagrado, de categoría, que quiso ocupar no el dos sino el uno y cayó en la tentación del diablo. Es que todo eso era “al parecer”, en apariencia y no real, no era un íntimo sincero, tenía la apariencia de amistad y de hermano pero eran falsas, y el tiempo lo demostró. Hay que vivir mucho para ver. Ese amigo espurio, que tenía en sus manos los secretos del profeta no pudo ser leal. Da un dolor profundo en medio del pecho ser traicionado por un amigo y hermano en la fe, uno que por años pertenecía a la misma comunidad de creyentes que nosotros. Se vuelve otro, el ofendido, y hace en sus postreros días más daño que el bien que  hizo en los primeros. Ahitofel era el consejero más inteligente que tuvo David, y en una circunstancia familiar difícil del rey, vio más futuro para su carrera en otro y se pasó al bando opuesto. Judas conocía hasta lo que Jesús comía,  cómo andaban sus finanzas, sus gustos y lugares favoritos, y por esa relación pudo vender toda la información y hacerse de dinero. Que otro levante contra ti su calcañar y te pisotee, no es cosa extraña y otros antes y después padecerán lo mismo. Debemos hallarnos listos para ser decepcionados porque todo en la vida tiene su límite,  de todos modos siempre nos queda alguien que permanece leal, que cree en la amistad y es como un puñado de oro de Ofir, y ese nos ayuda a olvidar a los desertores. 

 

Las paredes tienen oído y ojos

55:15 
“Porque la maldad está en su morada”. De todas esas maldiciones nos depuró Jesús; y si esa ley era perfecta el evangelio es la gloria misma de Dios (reflexionar sobre esto en Ro. 12:14; Sgo. 1:25; He. 8:13). Y compara v.17 con lo que dice Pablo en 1 Te. 5:17. No es orar un par de veces al día, para Moisés eso era suficiente, si se hacía yendo al tabernáculo, pero como ahora nuestro tabernáculo es celestial (He. 8:2-5; 9:11; Apc. 15:5), oramos en todo lugar alzando manos santas  (1 Ti. 2:8). ¿Recuerdas cuando la tierra abrió su boca y se tragó a Coré? (Núm. 16:29-34; 26:10,11), pues ¿por qué crees que se hundieron con sus moradas? Porque todos participaron de la rebelión, estaban de acuerdo desde el mayor hasta el menor y con sus pecados habían contaminado hasta los bienes dentro de sus tiendas que los habían oído hablar y planear la conspiración. ¿Y no hizo Dios lo mismo con los familiares de Acán? Cuidado creyente con lo que dices y haces dentro de tu morada, en la mesa, sobre tu cama, cerrada tu puerta porque tu Padre ve en secreto (Mt. 6: 6), y las paredes tienen oídos, y ojos. 

 

No cesan de buscar el protagonismo

55:16-19 
“No hay cambios en ellos ni temen a Dios”; son “muchos”, afirma él que están en su contra y si no ora con frecuencia, al menos en tres períodos (más que tres oraciones), lo destronan; se fingen hermanos pero no temen a Dios y de todas maneras quieren substituirlo, y no los puede combatir directamente porque están escondidos y agazapados para oponérseles por la espalda; en vez de cooperar con él en la confirmación del reino de Jehová buscan establecer el de ellos mismos y debilitan el del Señor para reinar sin David (1 Co. 4:8) para provecho propio porque lo que anhelan no es la gloria del Señor ni un gobierno del Espíritu sino el protagonismo, el culto a la personalidad, la adoración del resto del pueblo de Dios. Buscan apoyo en los más pequeños, compran la alianza de ellos con prebendas y posiciones de modo que los pobres de espíritu que debían apoyar al varón de Dios temen hacerlo y si no son neutrales, les fingen fidelidad. Pasan los años y siguen igual, no cambian, son prósperos, tienen la fuerza de la codicia, de la ambición y del dinero pero no del alma porque son carnales, y si no han cambiado en muchos años de formación, sería iluso el optimismo de que vayan a modificarse, siquiera un poco.

55: 21

“Sus palabras más blandas que mantequilla”. Oh alma mía, cuídate de los hombres traicioneros, sus palabras pueden ser amigables, agradables al oído pero conducirte de regreso al pecado. De ellos habló el apóstol Pedro, y dice que seducen a los hombres con palabras infladas (2 Pe. 2: 18,19). Oh Señor, guarda a los que son nuevos y débiles en la fe, de estos viejos zorros experimentados que como no se salvan seducen a las almas para que no lo sean y a los ministros útiles, que no lo desbanquen, estos hombres de múltiples lenguas y varias caras.

 

Querrán sacudirte pero se quedarán con las ganas

55: 22

“El Señor nunca permitirá que el justo sea sacudido”; es mejor esa traducción que  “no dejará para siempre caído al justo”. No habla nada de caídas sino de movimiento  permanente.  ¿Por qué arrastras tu carga una segunda milla si puede llevarla Dios? En el momento que confíes en una promesa tu carga pasa al Señor. ¿Crees que ellos te pueden sacudir? Lo dudo. Para tocarte tienen que quitar de en medio a Dios. Dile a Jesús que no les de permiso para que te zarandeen como a trigo. El diablo paciente espera que demos ocasión para zarandearnos, sacudirnos y que quedemos mal ante los ojos de Jesús y los demás. Relájate, corre hacia las promesas divinas, siéntate como el ángel de la resurrección sobre la piedra del sepulcro de Jesús, descansa sobre ella y espera. Los ángeles también esperan. Querrán sacudirte pero se quedarán con las ganas. Lo único que podrán hacer es sacudir el polvo de sus pies en la puerta de la iglesia, y decir adiós. ¡Qué le vaya bien!

 

¿Cuántos años voy a vivir?

55:23

“No vivirán la mitad de sus días”. ¿Acorta el pecado la vida? Seguro, los malos hábitos y los vicios reducen el número de días que un hombre puede vivir, y además se los convierten en un infierno. Muchos pudieron haber vivido más y haber aprovechado las misericordias que Dios suele ofrecer por la gracia común a los vivientes en el curso de sus días, pero las perdieron todas porque empezaron a pecar muy temprano en sus vidas, pecaron contra sus cuerpos y contra sus almas. ¿No enseña, el primer mandamiento con promesa, que si alguien honra a sus padres será de larga vida? (Efe. 6:2,3). Aquí surge una cuestión; ¿no determina Dios el tiempo que una persona ha de vivir? ¿O está en las manos de ella cuando ha de morir? La respuesta a la primera pregunta es sí. Dios pone límite a la habitación del hombre (Hch.17:26) sobre la tierra, y no puede ir más allá de ese límite o frontera, y dura lo que él quiere. Toda vida en este planeta tiene existencia limitada. No obstante el día de la muerte de una persona pertenece a Dios pero no está escrito en un libro de piedra sino en su voluntad y sujeto a sus propósitos, y cuando esos se logren, se muere. Es decir, viviremos hasta que terminemos lo que tenemos que hacer, y después del “consumado es”, entregar el espíritu. La vida humana no es un fin en sí misma sino parte de un fin, de un plan que conduce a su gloria. El día del nacimiento de una persona puede ser adelantado como atrasado, según él lo crea conveniente; y lo mismo el día de su muerte. El día de la muerte de una persona es una decisión divina, no el simple desencadenamiento de situaciones y circunstancias, y tiene significado y envía un mensaje a los que se quedan vivos. Es un acontecimiento desde el punto de vista divino volitivo; por lo tanto en él concurren algunos elementos que están en las manos del hombre, sin que el ojo divino se separe: su sabiduría en el uso de ella y la selección moral que elija. Y por supuesto su higiene, lo que coma y otras cosas más. La conversión a Cristo de una persona bien puede adelantar su muerte que atrasarla, su utilidad en la obra del Señor pudiera atrasarla (Flp.1:25). Ojalá que mi vida no exceda a mi utilidad. La gloria de Dios siempre es vista en todo eso (Isa. 38:1-10). Oh Señor, los hombres piensan que son dueños de sus vidas para pecar,  y para eso quieren alargarla, aunque tú de muchas maneras nos haces ver que por nuestra voluntad no retenemos nuestro aliento (Ecl. 8:8). Los años que Dios nos dé siempre serán bastante, sean 33 como Jesús, 57 como Calvino, 80 como los más robustos (Sal.90:10), o 120 como Moisés y 130 como Jacob, que le parecían pocos (Ge.47:9).

 

Entre extraños que no le conocieran

56.

“…la paloma silenciosa en paraje muy distante”  “de los que están lejos”; y como dice la Septuaginta “para el pueblo que está lejos del santuario” “lejos de su nido” “la paloma silenciosa entre extraños”; David es esa paloma atrapada que un par de alas hubiera querido tener para volar lejos (55: 6). El fondo histórico es el mismo del salmo siguiente (57), con quien forma un par de poemas gemelos con oraciones parecidas y extensión similar (1 Sa. 21:13-15). Bendito Señor, cuida el alma de tu tórtola (Sal. 74:19). David escribió estos preciosos salmos en los momentos de más deshonor de su vida; aunque exactamente cuando menos prestigio tuvo fue  cuando durmió  con la mujer de su prójimo y luego se deshizo de él para tapar su pecado, vano intento de huir de su culpa y limpiar sin éxito su testimonio. Y Dios, sí, le dio un par de eficaces alas, en su imaginación porque nunca las tuvo, y voló tan lejos como pudo. No pudo huir y tuvo que beberse la situación hasta que Dios vio que su copa estaba vacía.


56:1,2 
“Me han inhalado” “Me han engullido” “Me han tragado”, que son mejores traducciones que “me han pisoteado” (LBLA); pero esta última es bonita y vale la pena usarla y se identifica mucho con nuestro lenguaje diario. Se refiere mayormente a su nombre, su trabajo y sitio de honor. Cayó debajo de pies que estaban más sucios que los de él.

56: 4,10 

“En Dios cuya palabra alabo”; ¿has leído eso, has oído eso? ¡Bendita sea la palabra de Dios!, ella merece como él mismo, ser alabada en la bendita Persona de su Verbo, Jesucristo. Cada línea de ella merece un himno, un aleluya, una bendición y un ósculo santo, y cada amén una sumisión. Eso sobre todo en momentos angustiosos, recordando sus promesas y lo que él ha dicho sobre sus atributos. Nuestros preferidos himnos son aquellos que más palabra de Dios tienen, esos que son construidos por el Espíritu Santo, los que al cantarlos avivan y consuelan nuestros corazones.  Los que envueltos se hallan en nuestra experiencia, agridulce. 

56:5 
“Pervierten mis palabras”; no “pervierten mi causa” como RV traduce sino palabras o “asuntos” como dice LBLA;  porque hacen uso de lo que ha dicho deformando sus palabras, sacándolas de contexto y añadiéndoles otras que no dijo y todo el día, no en las noches solamente, no un rato sino que una y otra vez vuelven a lo que yo dije y tuercen el significado de mis conversaciones, todo lo truecan para hacerme lucir mal y ponerme en ridículo y  contención con los que confían en mis dichos. ¿Qué puedo hacer mi Dios? “Dejarlos. Yo me encargo de ellos y se morderán sus lenguas” (Apc. 16: 10). Duele más una mordida a la reputación que una patada en cualquier parte.

 

Cómo se urdía la destitución de un pastor

Salmo 56: 6 

“Atacan, se esconden, espían mis pasos”. ¿No has tenido esa experiencia en tu ministerio, siervo de Dios? Los perversos y malos que por muchos años han dominado la iglesia antes que tú llegaras se reúnen sin ti, escondidos en casa de alguno y allí hablan de los otros hermanos y a quienes quieren sumar a la rebelión que planean y a quienes obstaculizar y evitar, los que sostienen tu vida. Miran atentamente con quienes hablas, a quienes sonríes, en quienes confías, las palabras que dices, cómo te vistes, lo que recibes como salario, lo que predicas, cómo predicas, pero todo eso no para tomar buen ejemplo para sus almas sino para inventar rumores en contra de tu ministerio. No te preocupes, ten fe, no irán adelante, serán dispersados, lucharán contra ti pero no te vencerán. Sufres pero Dios esconde en su libro tus lágrimas y las deposita como perlas dentro de su corazón (v. 8). Algún día sabrás como el viento los arrebató como a tamo. El viento del tiempo y las ocasiones. Y te contarán los fieles sobre aquellas reuniones secretas y cómo urdían tu destitución. En fin de cuentas dieron coces contra el aguijón. Lamentarán y quizás quieren que regreses. No vuelvas, capítulo cerrado. Que se arrepientan con tu perdón está bien, pero sin tu regreso. El castigo, aparte de las consecuencias, les será tener siempre abierta en sus memorias las heridas de tus recuerdos.

56: 7, 8 

“Mis huidas tú has contado”. Puede traducirse “exilio” “vida errante” o “vagar” de un lado para otro sin rumbo. Escoge una y sitúa tu destino dentro de ella. ¿Qué ha pasado con tu vida? Quítate de la cabeza que Dios es ignorante de tus sufrimientos. ¿Huidas? ¿Cuántas? Varias. ¿Huir tú? No todos pueden como Nehemías rehusar huir (Neh. 6: 11). David huyó varios años escondiéndose de Saúl, y José y María huyeron a Egipto; Jesús a veces se iba a Galilea para evitar a los judíos; Pablo huyó a Damasco, etc. Dios sabe las veces que hemos huido, y que fue doloroso pero también fue lo mejor, y ha escrito en el libro de su corazón nuestros sufrimientos, lágrimas y sollozos. Huidas del peligro, de la fornicación y de la idolatría (Hch. 10:23; 1 Co. 6:18; 10: 14). Y las mejores  huidas son las del pecado. 

 

Dios está a favor de nuestra salvación 

56: 9 

“Esto sé que Dios está a favor mío” “Está por mí”. Si Dios está por ti ¿quién contra ti? (Ro. 8: 31), aunque huyas (v. 8), Dios está contra mis pecados pero no contra mi fe, ni en contra sino a favor de mi esperanza; está contra el mundo, o sea contra la carne y el diablo. En momentos de persecución, soledad, cuando estás abajo, sin corona, sin honor, con una causa aparentemente perdida, di "Dios está de mi parte y su fuerza es más que la de ellos sumadas". ¡Qué lindo es decir “sé”, no que supongo, pienso, me parece, deduzco, es posible, sino sé, estoy convencido, no me cabe duda, absolutamente cierto que Dios me respalda, él conoce mis asuntos, estamos informados, lo he oído decirme que sí, lo noté en sus ojos, llegamos a un acuerdo, hemos firmado un pacto en la sangre de su Hijo; no me metan miedo, no quieran que yo pierda esa seguridad, yo sé que Dios está conmigo y a mi favor, se puso de parte mía, está de mi lado porque me ha vestido con la justicia de Cristo, puedo contar con él y se ha sumado a los opositores de mis enemigos. Ganaremos. Si Dios está a favor de mi salvación, nadie puede perderme. Y aunque desaprobara lo que he dicho y hecho, sigue a mi favor.

56: 10 

“En Dios cuya palabra honro”. Que Dios está de tu parte cuando tú huyas lo sabes por la fe, cuando pase el tiempo lo sabrás por experiencia. Habla bien de lo que la Biblia dice en términos elogiosos. Tres veces dice “en Dios alabaré su palabra”, dos aquí y una en el v.4; este salmista, como yo Señor, estamos enamorados de tu palabra y no podemos alabarte ni orar sino impulsados por el espíritu de ella; alguna porción de la Escritura tiene que insertarse en la oración o en la alabanza para que mis labios y corazón se prendan en fuego. Su honor es mostrado cuando me comporto como dice la Biblia. Honrar la palabra de Dios es honrar a quien la compuso, el Espíritu Santo.

 

57.

“…sobre no destruyas”, puede referirse a Saúl para que no lo asesine o a Dios para que no lo permita. Es más fácil destruir que construir. Los cristianos estamos para construir no para destruir; lo que tenemos que destruir es el pecado, la vida vieja y nunca más volverla a edificar, (Ga. 2:18; Col. 3:5).

 

Todo pasa pastor, me dijo una hermana

57: 1

“…ten misericordia de mí” (ver 56.1). Escóndete dentro de sus alas y los quebrantos pasarán, todos. Sí, los muchos, los menos, hasta el último que viene rezagado. Como David, como Rut, como pudo Jerusalén esconderse debajo de sus alas, a la sombra del Altísimo. (textos favoritos, Rut 2:12; Sal. 91: 1; Mt. 23: 37). Quebrantos y olas, todo pasará, menos la palabra de Cristo (Sal. 42: 7; Mt. 24: 35). Todo pasa pastor, dijo una hermana, y me sostuvo como si mirara al Invisible; y todo pasó, horrenda tormenta, día de tinieblas, feo y caliginoso (Job 3:5), oscuro, bochornoso y terrible; horrible aquel año que remataba el milenio; no exista nunca, sea borrado del calendario y no lo reconozcan ni los vivos ni los muertos; las estrellas apagadas cayeron del cielo y jineteó el caballo amarillo hasta que se cansó y me pateó el nauseabundo corcel, y di vueltas entre sus patas pero no me destrozó… y la muerte y el hades me seguían, y yo salté afuera y me puse al lado de la muerte, y por el humo del pozo del abismo no podía respirar; y las langostas del demonio salían en mi búsqueda y no querían hacer daño a los árboles sino a mí. Deseaban destruir la gloria de Dios, y la mía, y ambos perdimos un poco, y Jesús y yo suplicábamos “por favor no destruyan”. Y nos fuimos los dos a “un paraje muy distante”.

 

Dios hace los arreglos

57: 2

“Clamaré al Dios que todo lo hace para mí”, o que “me favorece”, según RV. Si tienes un Dios tan alto que te llena de favores, ¿por qué no clamas? ¿No puedes levantarte de donde has caído? Entonces clama. Si Dios “lleva un fin” para ti, si todo lo hace para ti, todo obrará para bien. Hizo el mundo para su Hijo, es cierto, pero ¿no lo puso todo a tu disposiciónovejas y bueyes, todo ello, incluyendo los mares, los astros y las plantas? Dios tiene un fin contigo y él hace los arreglos. Sánate.

 

Canta las letras de la gracia vivificadora

57: 7-10

“Mi corazón está dispuesto, oh Dios, cantaré” (RV); “mi corazón está firme” (LBLA). Quiere decir que mi corazón está erecto, de pie, listo, arreglado. ¿Y si mi corazón no está dispuesto, oh Dios, que haré? ¿Enmudeceré tus canciones, callaré los cánticos de Sion porque mi corazón no está presto? Señor prepara mi corazón. El cuerpo puede estar dispuesto pero el alma dormida. Señor cada día necesito tu gracia. ¿Necesitas como yo ánimo para cantar? “Despierta alma, despierta” o mejor, “despierta gloria (peso), honor”; porque su gloria es su canción y a la gloria de Dios, que pesa sobre él, canta. Toma de tus mil momentos malos uno para cantar y poner en funcionamiento la vieja arpa, escondida entre los sauces. Ponte de pie, yérguete, como quiere decir el salmo, obvia la traducción de RV que dice “dispuesto” y toma ésta: “Firme”, ponte firme, canta las letras de la gracia vivificadora.

58.

“…no destruyas” ver el salmo anterior. Este salmo retrata al hombre inconverso, enemigo del Espíritu desde la matriz (v.3). Los dioses son los jueces, a quienes se refiere el autor, que corrompen la justicia.

 

Sordera

Sal. 58: 4, 5

 

“Son como el áspid sordo que no oye la voz por más hábil que el encantador sea”.  Sordera. ¿No conoces a personas así? Constantemente se niegan a oír el evangelio, si les extiendes una invitación para oír la predicación la declinan excusándose, si pretendes hablarles se disculpan y se marchan y si tienen que escuchar lo que les dices, oyen las palabras pero no las atienden. Por más hábil que un predicador sea nunca les gana la atención. Aquí no habla de algunoshombres que sean así, no, habla de todos. 

Aún aquellos que ahora son los mejores oidores y hacedores de la Palabra reconocen que en un principio eran así, totalmente sordos para el evangelio. Es una enfermedad congénita, hay que buscarla aún en la misma matriz (v. 3); no sólo no entienden la predicación porque no quieren sino porque no pueden, no nacieron con oídos para esa clase de temas, no pueden oír esa música ni jamás aprenderse ese maravilloso cántico que sólo pueden entonar los elegidos de Dios (Apc. 14: 3). 

¡Qué! Dicen los arminianos que los pecadores no atienden la predicación porque no quieren, pero se quedan cortos, es porque no pueden. Adán les concedió como herencia un par de oídos muertos y comidos por gusanos. El apóstol Juan dice la razónpor la que no oyen el evangelio, porque son de este mundo (Jn. 8: 47, 1 Jn.  4: 5, 6) y el tema de la predicación no es de este mundo, que es Cristo. Como Cristo vino del Padre, como no es de este mundo, al mundo no le gusta ese tema y preferiría oír otro que fuese de abajo, no de arriba. Si les habláramos de política, de ciencia, de filosofía, de dinero, de trabajo, de salud, de pecados, nos oirían, pero como el tema es “más sublime que los cielos” es para ellos algo muy alto, extraño, raro y no quieren oír cosas raras. ¿Dónde se halla el problema, en el predicador? No, tampoco. El problema está en el tema y cualquiera que sea el predicador que se les destine pasará lo mismo, no importa que sea Juan el Bautista, aquel mensajero que envió Dios delante de su faz, ni que sea el mismo Señor Jesucristo (Mt. 11:16-19); ni bailan de gozo ni lloran de arrepentimiento, siguen iguales. Esa es la triste condición humana de todo hombre frente al evangelio, bien desgraciada por cierto. El hombre no merece pero necesita que por misericordia Jesús menta sus dedos en sus oídos, toque su lengua y gima (Mr. 7: 32-35).

 

El caracol y yo

58: 8

“…como el caracol que se deslíe”. La palabra deslíe significa licuefacción o desaparición. Va dejando una parte de sí mientras hace su camino hasta que gastado expira. Como el caracol que parece que lentamente se deshace, que poco a poco se va acabando y llega a ver su completa extinción; y vea como se disminuyen y se achican, vea cómo se van convirtiendo en nada y se desintegran, pierdan poco a poco el vigor que habían acumulado hasta que no les quede otra cosa que una cáscara seca y vacía. Oh Dios no sufra yo esa forma de desaparición porque a veces siento que me deslío lentamente, inútilmente, no me pase eso, que no muera yo vacío sino lleno del Espíritu. 

58: 10

“El justo se lavará los pies en la sangre de los impíos”. En un contexto histórico-cristiano estas palabras no caben pero en los momentos de David,  un Estado mosaico de ojo por ojo y diente por diente, sí.

 

Cuando Dios perdona, perdona para siempre

59: 3, 4

“No por falta mía ni pecado mío oh Jehová”. Hay veces que los cristianos se culpan por lo que no debieran culparse, siendo inocentes; interpretan los acontecimientos adversos de la vida, la maldad humana que los acosa, como castigos enviados por Dios por sus faltas. Y ¿cuáles faltas? Registran dentro de su conciencia y extraen del fondo de ella pecados perdonados, faltas que la misericordia remitió a la sangre de Cristo y por las cuales no fueron castigados. Piensas que si Dios no te castigó cuando cometiste tu pecado, sino que te absolvió ¿lo hará ahora tanto tiempo transcurrido? No, Dios hace eso con los impíos pero no con los hijos suyos. ¿Piensas que todavía Dios los recuerda y los saca del fondo del mar donde los echó? (Miq. 7: 19) ¿O que cambió de opinión? No, cuando Dios perdona, perdona para siempre y ya no trae a su memoria lo que juró que olvidaría. 

David sufre la maldad de los impíos, pero no piensaque Dios lo esté castigando por su pecado, se siente sin culpa. Sabe que sin causa lo aborrecen (Sal. 69: 4). Hay cristianos que todas sus vidas las han vivido sufriendo culpas, mientras más conocen a Dios, más culpables se sienten, mientras más perfecto miran al Creador, más imperfectos se ven, si más santo lo miran, más impuros se hallan, la magnificencia y grandeza de Dios los aterra, no pueden alabarle, disfrutarle, amarle con todo el corazón y con toda la mente porque lo temen con cada nervio de su cuerpo. ¿Es esa culpa sana, culpa para perdón? No, es una culpa impía, casi siempre obra del demonio para que en su desesperación odie a Dios. Esa culpa hace que se mire a Dios como los impíos que se estremecen ante su presencia. Haz esto: Ora al Espíritu Santo para que te revele el amor de Dios, que él no se complace en castigar, en torturar; y para que comprendas la suficiencia del sacrificio de Cristo por los pecados (He. 9: 13,14). Amado Señor, ayúdanos acercarnos a ti no con temor sino con gratitud porque tú nos has perdonado en la sangre de tu Hijo. 

59: 5, 8

David posteriormente amplió este salmo, cuando Dios lo había hecho rey y sus enemigos no sólo eran personales sino nacionales. Sobre una oración contestada edifica otra.

59: 7, 8

“Porque dicen: ¿Quién oye?”. Esta es la gran equivocación de muchos, piensan que nadie los oye, que pueden decir lo que quieran, inventar las calumnias y mentiras que les dé la gana, que no hay nadie que los vea; aún en los mismos salones de la iglesia (Eze. 8: 12; 9.9).

59: 9

“Porque Dios es mi defensa”. Señor, ellos tienen más poder que yo pero no te tienen a ti como defensa. Entre el poder del pecado y la defensa del santo hay una gran desigualdad: El Espíritu Santo.

 

El calumniador merece la maldición de Dios en vida

59: 10-13

“No los mates para que mi pueblo no se olvide”. La muerte de los impíos puede que no sea lo mejor para la iglesia que los ha visto pecar; si murieran el pueblo del Señor podría olvidarlos y olvidar las iniquidades que cometieron, pero si los contempla vivir maldecidos por causa de sus pecados e injusticias, serán como vivos ejemplos que exalten su justicia. En esta porción David no parece estar orando contra sus posibles homicidas,  sino contra aquellos que por  sus calumnias le han levantado tantos enemigos acérrimos, los que le han originado tantos adversarios. A estos son los que él quiere que Dios disperse, que los abata (v.11), se tengan que tragar el orgullo con que han hablado (v.12), vivan gruñendo como perros hambrientos (v.15), y total, se conviertan en nada (v. 13). El homicida merece la muerte pero el calumniador la maldición de Dios en vida. Caín no murió cuando mató a Abel sino lo contrario, se prohibió bajo castigo a cualquiera que le diera muerte. Tendría que llevar por todas partes aquella visible y espantosa señal de haberse convertido en un fratricida (Ge. 4:13-16). Su castigo consistía en arrastrar la carga de su pesada conciencia, toda su vida. 

Dios no los mata sino que los deja vivos para que su pueblo, contemplando la justicia divina, tema hacer lo mismo. Así miramos con horror los resultados del pecado y como el homicidio vuelve al criminal en un perenne fugitivo que no tiene un solo día sin miedos y sobresaltos. Nos horroriza la estampa de desintegración de una familia, la señora devastada y los hijos sin protección, sobreviviendo, por el pecado de un padre, y él mismo es el retrato de un montón de ruinas que no se acaban de demoler. Los herejes son dispersados y sus malas enseñanzas los conducen a muchos tropiezos y bien se acercan a los liberales de pensamientos o se despeñan por el vacío del ateísmo. Son tristes las biografías de los que se quedan sin Dios y sin iglesia en el mundo. Es como si Dios nos dijera, “no hagas lo mismo si no quieres verte así”.

59: 6, 14-17

 

“Regresan al anochecer, aúllan como perros”. Quítales, Señor, el poder que tienen, (v. 3) pierdan sus riquezas y se hundan en la ruina, los desprecien sus amigos y pierdan el estado social que tienen; conviértelos, por la iniquidad de ellos, en perros callejeros. Se merecen, oh Dios, que los reduzcas de esa manera y los maldigas de esa forma. ¿No han enviado hombres para matarme? (Ver título).

 

En Dios haremos proezas

Sal. 60.

“…sobre lirios”, lo mismo que con trompetas, y también en 45, 69, 80.  Una meditación en estas palabras puede ayudarnos a cooperar con las misiones por un lado y a reforzar nuestro evangelismopor el otro. Debe haber un balance entre ambos. Por el momento no podemos enviar ningún misionero al extranjero, pero en colaboración con otras iglesias e individualmente sí podemos ayudar en la empresa enviando dinero. Esa es una colaboración que quizás nunca veamos sus resultados en este mundo, pero Dios conoce lo que hacemos y si él nota cuando damos un vaso de agua fría, es que hablaba del sostén a los misioneros. La iglesia primitiva los sostenía como se ve en 3 Jn. 5-8. Estos son los evangelistas que a mi entender son los misioneros de hoy.

Pero ¿qué hay de nuestro evangelismo local? ¿Nos ocuparemos de aquellos que se hallan lejos y seremos indiferentes a la muerte de las almas que viven a nuestro alrededor? Lejos enviamos dinero y oración pero aquí se requiere nuestro esfuerzo, que nosotros mismos nos ocupemos de llevarles algún mensaje de Cristo.

Este salmo es una oración que precedió a la victoria que alcanzó el ejército comandado por Joab (ver título). En los versículos 6-8 yace el corazón de la fe del salmo porque el Espíritu le revela la soberanía divina sobre todas las naciones. El pueblo se inspiró profundamente en esa verdad y animado por ella combatieron y vencieron en “el valle de la sal”. Es importante hacer notar que esa inspiración y la consecuente victoria vino en un momento oportuno, porque por un tiempo el pueblo sólo había obtenido derrotas (vv. 9,10). Quizás Joab salió al frente y las oraciones de David llegaron hasta el campo de batalla. Muy bien que hacemos en meditar en la soberanía del Señor en tiempos cuando sufrimos derrotas, para mirar hacia el futuro, seguros que vendrán tiempos mejores porque el Señor reina.  

También la soberanía divina sobre el mundo los inspira a la acción misionera. Están tan emocionados que acabando de ganar una batalla ya está David planeando enviar su fuerza contra Edom para hacerlo caer también bajo el poderío de Jehová (v. 9). Oh amado, ¿podremos decir así, orar así, hablar así: “en Dios haremos proezas”? ¿Quién nos ha hecho pensar que porque hemos sido derrotados por un tiempo lo seremos todo el tiempo? ¿Acaso Dios no es soberano? ¿Nos castigará indefinidamente? Aquella visión de la soberanía mundial de Dios los inspiró en una batalla y los continuaba inspirando para nuevos logros. Llegaron hasta un punto y quisieron ir más lejos.  Amados en estos tiempos debemos acudir a la soberanía del Señor e inspirarnos para las misiones en ella. Los apóstoles cuando parecía que iban a ser vencidos por los obstáculos oraron: “Oh soberano Señor” (Hch. 4: 24). Fue también la soberanía de Cristo la que él enfatizó cuando envió a sus discípulos a evangelizar el mundo (Mt. 28: 20). Oh soberano Señor, tú dominas sobre las naciones, levántate sobre ellas y regocíjate en su salvación. El tema de este salmo es la  soberanía divina  y misiones mundiales.

 

Me conformo con lo que te pido

60: 3,4; 9-12; (v.10; 44:9; 108:11).

 

“Has hecho ver a tu pueblo cosas duras”. O “has hecho ver a tu pueblo tiempos difíciles, tiempos duros”. ¿Puedes, corazón aturdido, que has experimentado cosas duras, alzarte en fe como el salmista? En la primera parte habla de sus derrotas y en la segunda de sus expectativas en la fe. Con Cristo ninguna derrota es final, siempre se puede pensar en futuras victorias, llegar hasta Edom, penetrar dentro de sus fortalezas, lograr allí nuevas victorias, hacer grandes proezas (Lee 2 Co. 4: 9). Retoña, alma, toma aliento, pudieras llegar más lejos que donde estuviste. Planea proezas, inténtalas. ¿Cómo harás proezas si no las acometes? No basta con desearlo desde el año pasado, tienes la voluntad dispuesta; pues hazlo.

Quizás dices: “Oh Señor, siempre he estado planeando proezas, he soñado con ellas, me he esforzado, pero hasta el momento sólo he logrado hacer cosas pequeñas; soy lo que los demás llaman, un hombre mediocre”. Pero, ¿por qué dices eso? ¿Porque no haces proezas como los otros? Sí Señor. 

“¿No sabes que la voluntad mía para ellos no es la que tengo para ti? Si yo quisiera hacerte como a ellos, lo haría enseguida, pero yo quiero hacer contigo otra cosa que no te revelo ni a ti mismo. ¿Por qué buscas hacer proezas según los hombres? ¿Es la gloria de ellos la que buscas? Tú harás en mi reino lo que yo quiero que hagas, me conformo con lo que te pido, ¿no estarás conforme tú? ¿Cuándo comprenderás que yo te amo y que tu mayor proeza es amarme y regocijarte en mi amor? ¿Cuándo aprenderás que no es lo que hacen los cristianos lo que más quiero sino lo que son ellos lo que más busco? No te sientas nulo, estéril, no te abatas por carencia de éxitos, tú mismo eres mi éxito, no la obra de tus manos”. Oh Señor, dame la gracia para estar contento con lo que logro; aunque no produzca muchos frutos, que al menos como el árbol del paraíso, de uno al mes, doce anual. 

61.

“…neginot”, propiamente instrumentos musicales, ver salmos 4,26,55,64, etc.

61:2

“…Llévame a la roca que es más alta que yo”; es que yo estoy debajo, soy corto de estatura, el tamaño de lo que soy es pequeño, mis experiencias suman todas un pequeño promontorio, y de tierra, y se deshacen en la inundación de muchas aguas; no tengo un cimiento firme en mí mismo, el que tengo ha sido puesto por el Espíritu, y es Cristo, la Gran Roca sobre la cual está edificada mi débil construcción; si me subo sobre ella, aunque yo no sea un individuo pujante, sobrevivo. No sé bien si cuando tengo fe en El las cosas pasan debajo de mí o yo camino sobre ellas, las excedo. Señor, dedico mi esfuerzo no a ser grande sino a permanecer donde he sido puesto: Tú.

 

Cristo acampó entre nosotros

Sal. 61: 3,4

“Habitaré en tu tabernáculo para siempre” (en tu tienda). Experimentemos la presencia de Dios. Aunque el tabernáculo tenía guardas que lo custodiaban de día y de noche, cualquiera podría levantar una cortina y entrar. Lo que hacía seguro el tabernáculo, para David, era la presencia divina; no tanto la cabaña, ni los guardias, sino la persona de Dios. Nunca cuando David estuvo en peligro se refugió allí; huyó delante de Saúl y de Absalón, pero no se refugió en el tabernáculo para salvar su vida. El verdadero tabernáculo de David era su presencia, que como cortinas se extendían sobre él donde se hallara. Yo quiero, Señor, estar seguro en tu tabernáculo, aquel que no ha erigido el hombre (2 Co. 5:1-4), que desciende sobre nosotros y nos penetra de tu presencia. Cristo, Señor, es ese verdadero tabernáculo, donde nos refugiamos los hombres, en el cual habita corporalmente la plenitud de la deidad, en quien se halla el verdadero propiciatorio, en quien los ángeles anhelan mirar estas cosas, en quien se halla la sangre vertida que habla mejor que la de Abel, en quien nos escondemos en Dios (Jn. 1:14), y “acampó entre nosotros” (Col. 3). Si habitas en Cristo estás cubierto bajo las alas de Dios. Entonces, Cristo es  nuestro tabernáculo.

61:5,8

“Cantaré alabanzas cumpliendo mis votos día tras día”. David creía en la misericordia de Dios y en las prácticas religiosas pero uno  se da cuenta que confiaba más en la misericordia de Dios que en las ceremonias, en lo que él tenía que hacer que en las ceremonias que practicaban los sacerdotes por él;  se sentía sacerdote y sacrificada por sí mismo, desarrolló como un sacerdocio propio basado en sus buenas obras y en la misericordia de Dios. Su religión parece un canje con Dios pero sin embargo la tiene como una misericordia suya. Pedía y se comprometía por lo que pedía, hubiera respuesta ese día como el otro. Yo vivo más de las promesas de Dios que de las mías, más por la fe que por mis votos.

 

Secuestro del poder del estado

Sal. 62: 4

“Consultan para arrojarlo de su grandeza”. Una cosa que frecuentemente hallan los que se alzan sobre una posición es que no todos los ayudadores y servidores son sinceros, siempre hay el "peligro de falsos hermanos". La hipocresía forma parte del servicio de esa gente que no está contenta con el lugar que Dios le ha asignado en el cuerpo de Cristo y ambicionan las posiciones más distinguidas que toman otros hermanos y trabajan para arrojarlos de sus grandezas, (eminencias) y suben hasta allí.  

Oh, la hipocresía y la envidia, cómo ha sido culpable de tantos asesinatos, guerras, destierros, sediciones, divisiones. ¿No habrás visto eso, que los más cordiales amigos se tornan enemigos, hasta hijos trabajan para echar a sus padres y quitarles su gloria? (2 Sa. 15: 1-6). Y uno se pregunta, ¿y por qué David no desarmó esa red de instigadores y conspiradores con su sistema de inteligencia? Quizás lo hizo, pero el récord que nos dejó no contiene como desbarató esos complots y como los echó a la cárcel sino sus oraciones, porque confiaba más en Dios que en su aparato militar y en su guardia personal. Trataba de deshacer esa conspiración primero con oración, con alabanzas, con predicación; sus enemigos oían sus salmos y tendrían oportunidad de arrepentimiento y si persistían, entonces enviaba a detenerlos. 

Aconseja a los demás reyes que oren primero antes de efectuar arrestos (vv. 5-8), a los pueblos que oren para que sus instituciones establecidas por Dios sean respetadas y sus funcionarios elegidos gobiernen en paz (v. 8). ¿Cómo es que un líder con tanta necesidad de colaboradores para ejercer el orden en el gobierno pueda haber sustentando esas ideas? (v. 9). Porque cree lo que dice en el v. 11, que de Dios es el poder. Señor sé con nuestro país y con los que se hallan en eminencia, guárdanos caer víctimas de las intrigas y ambiciones de hombres que sin escrúpulos hacen guerras políticas para gobernar ellos y quieren destituir a los que tienen una mejor alma. ¡Cuántos enemigos tienen los buenos gobiernos! Cómo el diablo quiere desmantelarlos para establecer los suyos. Bendice Señor a los que dirigen al pueblo santo y a los pueblos del mundo. Dios, tú has permitido que adquieran grandezas esos seres inferiores y sanguinarios, y que se enriquecieran (v. 10), porque los que gobernaban anteriormente corrompieron la piedad de la población, la cual ahora sufre las consecuencias de ser gobernada por hijos de los demonios que han secuestrado el poder.

Sal. 62: 8

“Oh pueblos”; tal vez no a las naciones del mundo sino a las tribus de Israel. Es un llamado nacional de oración; pero primero a ejercitar la fe por medio de una paciente espera en la salvación de Dios. Es la disposición de ánimo desde que uno comienza a orar debe suponer que será una larga espera porque la fe crece lentamente y el propósito de ella (su crecimiento) es regocijarnos en todo tiempo en Dios, mostrar con nuestra disposición el triunfo "espiritual" sobre nuestras circunstancias; que la paz y la quietud aquiete nuestro ánimo y llegue hasta el sueño. No es "derramar" continuamente el corazón ante Dios; como Jesús hacerlo dos o tres veces y el resto del tiempo dependiendo en fe y alabándole (Lam. 2: 19). La parte más importante de la oración no es la contestación de ella sino vencerse uno mismo, la lucha dentro del corazón para que prevalezca la fe sobre la desesperación y la ansiedad.

 

La gloria humana y la divina

62: 9

“Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; pesándolos a todos igualmente en la balanza, serán menos que nada”. La palabra vanidad que se menciona significa “vaciedad”, “transitoriedad” e “insatisfacción”. Y esas cosas no pesan nada, menos que nada. La vida y la gloria humana es precisamente eso, no pesan nada, caben en un dedal. Sin embargo la gloria de Dios sí pesa, como dijo Pablo “eterno peso de gloria” (2 Co. 4: 17); un poco, pequeña cantidad de la gloria de Dios hace que pese, en la verdadera balanza, la de Dios donde son pesados todos los seres humanos, pesa muchísimo, o sea no es algodón, paja, aire y humo. Vale más la aprobación silenciosa de Jesucristo a una vida que todo el oropel de Hollywood o Broadway. El lujo, la fama, los títulos honoríficos, elogios y adulaciones (Job 32: 21).  

Hay otra cosa que pesa mucho y es el pecado (He. 12: 1). Así que hallamos el peso de la gloria de Dios, el peso del pecado y el peso de las vanidades humanas.  Excepto la gloria de Dios todo lo otro es vaciedad, transitorio e insatisfacción.  Lo que realmente llena la vida humana es Dios, lo que le da sentido eterno para vivir. Estemos contentos con ser conocidos por Dios, sonreídos por él, aprobados por él, porque no hay satisfacción más grande que nos tenga en su memoria, que nos haya elegido desde antes de la fundación del mundo, que nos haya justificado, que encargue a sus  preciosos ángeles nuestra providencia y la esperanza de la resurrección. No hay nada en el mundo que valga tanto y con más glorioso peso.

 

El tiempo de la fe y la inspiración 

62: 11 

 “Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder, Y tuya, oh Señor, es la misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.”

"Una sola vez" ¿Hasta dos veces? ¿Tres? Quiere decir que el Señor habla. Dios habla a todos los hombres por medio de: la creación, la conciencia, del orden civil y la Palabra. El texto propiamente tiene el significado de una paradoja. La primera verdad es que el Señor no se reveló tantas veces a los patriarcas. No les estaba todos los días hablando audiblemente. Comenzando con Adán, Enoc, Noé, Abraham. De este último pasaban muchos años entre una ocasión y otra. Llamamiento. Años en Harán sin decirle nada. Jacob lo mismo. Años trabajando con Labán y no le dijo nada, porque a todos ya les había dicho y lo que Dios esperaba era que vivieran por fe en su palabra. Quizás un poco más a los profetas, y usted lee que el número en las profecías no son tantas, lo que se repiten de muchas maneras, sermones sobre la misma revelación. A Jesús ¿cuántas veces? La vida de Jesús es más bien una vida de oración, de fe y de obras. Nunca dice que “el Padre me dijo hoy” sino “el que me ha visto a mi ha visto al Padre, ¿cómo dices tú...?”. Y a veces se quedaba Dios en silencio; a Pablo muy pocas veces. El dijo que aprendió el evangelio por revelación de Jesucristo, se nota que siempre estaba aprendiendo por la influencia del Espíritu en la Escritura y en Cristo.  Ninguno decía, "hoy y ayer Dios me habló. Oí su voz; el Señor me dijo, lo oí". 

Hay que tener cuidado si creemos que nos hallamos en los últimos tiempos (Lc. 17:23) y los que vienen diciendo que el Señor les ha hablado (Je. 23:22-28). Todos esos quienes oyeron al Señor un par de veces y creyeron y obedecieron, eran guiados por el Espíritu Santo; por la sabiduría del Espíritu. Esto es una marca de los hijos de Dios. En los salmos que es el libro de las oraciones de David, se oye más la voz humana que la de Dios; nuestro asunto no tiene tanto que ver con el conocimiento, con la revelación, sino con mucha fe; creer definitivamente que Dios es soberano, suyo es el poder, que todo lo puede hacer y nada le es imposible; que es misericordioso y restituye con creces el buen comportamiento (v. 12). No más revelación sino inspiración y fe. Necesitamos ser inspirados por el Señor, llenarnos de su Espíritu. Hoy no es el tiempo de nuevas revelaciones sino de grandes testimonios de santidad, entrega y fe.

 

62:12

“Tú pagas al hombre conforme a sus obras”. Eso es una ley, Dios paga a cada uno conforme a sus obras, por lo tanto, podemos estar en silencio y orando con esperanza (vv.1,5,8) que sobre los malos llegará el momento en que Dios descargará sobre sus cabezas el resultado de sus iniquidades. Seguro. Solamente que nuestras obras no sean ni siquiera semejantes a las de ellos, que Dios no tenga que retener su venganza sobre los bastardos porque algún hijo suyo también la merece.

63.

Cuando huía delate de su hijo Absalón, como probablemente otros, 42:1-11; 43:1-5; 61:1-8. Es una experiencia amarga tener que esconderse de un hijo que desea matarnos, y sin embargo sólo desear para él el bien. Mucho lloró David cuando supo que el perverso Absalón estaba muerto. Cuando le reprendieron por lo extendida de su tristeza pudo haberles dicho a sus hombres, “él no me lloraría a mí  pero yo si lo lloro a él”.

63:1,2

“…de madrugada te buscaré”, o muy de mañana, de noche (Mt. 14: 23). Es como si David dijera “no puedo dormir, Señor, no es tanto porque mis preocupaciones me hayan hecho huir el sueño, sino mi necesidad de ti, mi alma y cuerpo te necesitan más que la cama para el reposo, mi cuerpo ha sido hecho para ti, no es un fin para mí sino un tabernáculo tuyo”. El cuerpo fue hecho para el Espíritu. David no dice “mi alma te anhela” sino “mi carne”;  siento la voz de mi cuerpo llamándote, oigo que te pide entres a él, "mi carne te anhela". Mi carne te desea porque mi cuerpo es todo hecho para ti; tú eres para mi cuerpo y yo para ti (1 Co. 6:13). 

63: 3

“Mejor es tu misericordia que la vida”. Pregúntale a un hombre viejo de quien no haya tenido Dios misericordia si aprecia el resto de su vida y te dirá que no ha sentido gusto ninguno con vivir y ya le da igual vivir que morir, y si percibe acercándose su vejez optaría por dejar este mundo que depender de otros, que con amor o disgusto lo atiendan. Oh Dios, que los hombres entiendan que la vida no es un fenómeno biológico ni una obligación social o un compromiso que se tiene con la humanidad sino una relación de misericordia contigo.

 

Piensa en la providencia lo amable que ha sido

63:5-8

“…mi alma está apegada a ti, tu diestra me ha sostenido”, o colgada, adherida a ti, tomada por ti. Dime alma, ¿puedes ascender hasta un ejemplo de fe como ésta? Quizás durante el día no has podido meditar en Dios como quisieras y llega la noche, cuando todos duermen y no te pueden interrumpir con solicitudes impertinentes y charlas vanas, puedes retirarte solo, como lo hizo David, sobre su cama o algún sitio apartado en el desierto y reflexionar en tu Dios. Tal vez cumples algún deber nocturno; ¿por qué mientras lo haces no meditas en Dios? Si el sueño se aleja de tus ojos por los muchos cuidados, es un tiempo bueno para meditar en la soledad. Puede que te intriguen las palabras del salmo y digas, pero ¿en qué meditar? ¿Qué selección bíblica haré para pensar en ella? Aunque leas, como es tu deber, la Biblia todos los días, David aquí propiamente dice que pensar en Dios es para él meditar en la providencia particular en su vida. Si notas sus palabras él dice: “Has sido mi socorro, tu diestra me ha sostenido, bajo la sombra de tus alas me regocijaré”; principalmente medita en su protección.

64:1

“Escucha mi voz en mi queja”; que permite las traducciones “en mi contemplación” “mi oración” “mi meditación” y mi oración, o como señala LBLA “en mi inquietud” porque también significa “en mi ansiedad”. Esa palabra ya es tan familiar para mí que parece como mi hija tenida en la senectud. No viene sola, la trae en sus brazos la inseguridad, la precipitación, el desconcierto sobre el futuro porque quisiera, sin decírselo al Altísimo y Sobreveedor de mis días, precipitar la providencia, que la asegura su Deidad, y llegar de una vez a mi futuro, que tiene su tiempo escrito en la memoria y la imaginación de Dios. Entonces, si pudiera, estaré quieto y me reclinaré en alguna promesa y buscaré entre los suspiros, algún grano de fe.

 

Investigando al pastor y sus ayudadores

Sal. 64: 2,6

“…hacen una investigación exacta” o completa, perfecta. David se llegó a enterar de la conspiración (o insurrección) que tramaban contra él y el peligro que existía en que tuviera éxito. Este varón teniendo treinta valientes con él y otros muchos que lo defendían, incluso un sistema de seguridad que le informaba de lo que pasaba como puede verse aquí, clama a Dios como si no tuviera a su favor ni un solo hombre. Es que él sabe que "en vano vela la guardia" si Dios no guarda la ciudad. Aquí describe cómo empieza una conspiración (v. 6). Preguntan iniquidades, no cuántos hombres lo rodean sino los pecados que pudo haber cometido para arruinarle su reputación, para que una vez deshecha la imagen suya pierda el apoyo de sus compañeros y que no lo vean como un varón santo, con sanos propósitos ante Dios sino como un engañador. ¿No hicieron lo mismo con Jesús? ¿Con los apóstoles? (Jn. 7: 47-52; 9: 24; Mt. 27: 63,64). Desgraciadamente esto que se ve entre los partidos políticos opuestos que luchan por el poder también aparece en la iglesia; hombres que hacen una investigación espiritual,  moral, exacta de los siervos de Dios para hallar pecados en su persona, familia o trabajo, con los cuales echarle del liderazgo espiritual. Oh Dios, si no fuera porque nuestros caminos son agradables a ti, ellos hubieran logrado lo que quieren, buscaron y buscaron y no hallaron, entonces se volvieron a nuestros colaboradores y a ellos los acusaron de hipócritas y falsos. El testimonio nuestro hubiera sido arruinado pero dijeron toda clase de mal mintiendo. Señor que esos perversos que has echado de entre nosotros no regresen más, que no surjan otros como ellos y que tu pueblo sea sencillo de corazón para cuando alguno peque sea amonestado y no destruido.

65.

Este salmo se le ha disputado su davídica autoría porque en el v. 4 menciona la palabra “templo” en vez de “tienda” o tabernáculo. Esa objeción es frágil. David le suele llamar templo a la tienda del Señor (27:4). Lo que sí se nota es la diferencia en el contenido de este salmo, que no es tan íntimo y personal como los otros donde abundan la culpa, vergüenza, el miedo, la esperanza, la venganza y la fe. Pero es similar, puesto que cuando David menciona la creación no la exalta sino al Dios que la gobierna.

65: 2

“Oh tú que escuchas la oración”. Si tú oyeses la oración ¿por qué no oyes la mía? Clamo de día y no me respondes (22: 2). Te suplico y me dices: "bástate mi gracia" y sigo soportando el aguijón de mi carne. ¿He de estar enfermo para siempre? ¿Continuaré siempre andando y cojeando con el encaje del muslo de mi fe, dislocado? Los recuerdos de mis victorias son los de mis derrotas. Oh yo algún día te dije lo mismo que David, ¡oh tú escuchas las oración! Inconmovible es tu voluntad. ¿Qué quieres hacer de mí, un gusano o un hombre? Involuciono Señor.

65: 3

“Nuestras transgresiones tú las perdonas”. Nuestras iniquidades tú las perdonarás, no nos castigarás con la vara de los hombres. Caiga yo en tus manos porque tú no me destruirás, tú no eres vengativo con tus hijos (meditar en 2 Sa. 24: 14).

65: 4

“…bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres” (“acercas a ti”). Dichosos los levitas, los sacerdotes, los cantores, los porteros del templo, aun aquellos que visitan tus atrios (116:18,19). ¿Crees alma que cualquiera puede tener comunión con Dios? Es el que él atrajere. Nadie puede venir al Hijo si el Padre no lo trajere. Es cierto que quien le clama de corazón lo oye porque él pone ese deseo ¿pero quién habitará con las llamas eternas? (meditar en Isa. 33:14). Hasta que el Señor no te atraiga hacia él en vano tratas de acercarte; oras pero no tienes comunión, cantas y lees la Escritura que siempre pasa lo mismo. Es el Espíritu Santo quien nos hace tener comunión con él. Pide esa misericordia hoy.

 

Dios hace cosas tremendas

65: 5

“…con tremendas cosas nos responderás.” o con terribles o reverentes cosas. Si David hubiera escrito "con grandes y maravillosas" lo hubiéramos entendido fácilmente; pero ¿qué se entiende por "tremendas"? ¿Lo mismo? No, él quiso decir "con cosas que espantan, que dan miedo de él". Cuando Dios manifiesta su justicia los que ven temen. Las guerras de Jehová están llenas de esos ejemplos; cuando Dios le hizo llover piedra del cielo en tiempo de Josué (10: 11). Si uno examina esas cosas tremendas o terribles y espantosas que menciona no halla el trueno, el diluvio, el ciclón, el terremoto, la peste, etc., sino una pacífica naturaleza, la doble respuesta de hombre a su funcionamiento: agradecimiento y alegría. ¿Da miedo todo eso? En lo absoluto, sino reverencia y adoración

Pero cuando Cristo murió los que estaban allí temieron, cuando los apóstoles hacían algún milagro temían. Pienso que el Señor nos responde con tremendas cosas cuando nos revela a Cristo (1 Co. 2: 9), cuando nos hace ver cosas misteriosas, escondidas por siglos; cuando salva y derrama su Espíritu Santo nos hace ver cosas tremendas. Si él hace cosas tremendas es porque nuestro Dios es tremendo. Señor, no pierda yo jamás mi temor de ti. Amén.

 

No guardes un mal recuerdo de Dios

Sal. 65:8-13

 

“…tú coronas el año con tus bienes”. 

Estamos llegando a fin de año y para muchos de nosotros el Señor ha coronado el año con sus bienes (v.11); reconocemos que todo lo que tenemos nos lo dio el Señor. Específicamente David se refiere a la bendición de la lluvia sobre la tierra cuando se hinchan los ríos, se anegan los pastizales, se empapan los surcos y la semilla que se acomoda sobre ellos nace pronto. Es una pena que el hombre materialista de hoy, agnóstico en su ciencia, agrandada su incredulidad por sus explicaciones científicas sea tan poco agradecido, y adjudique a “la madre naturaleza” las misericordias de su Creador. ¿No ves, oh incrédulo, que por esas leyes obra Dios? ¿No ves que él “las sustenta con la Palabra de su poder?” (He.1:3). ¿No ves que hasta la vida de los reyes se sujeta a los campos? (Ecl. 5:9). Ahora llueve, la lluvia cae desde el cielo, pero al principio no fue así, sino que un vapor de agua regaba la tierra (Ge. 2:4-6). Hay quienes piensan que hasta el diluvio no había llovido, que jamás alguien había visto caer una gota de agua desde las nubes; porque no habían vivido esa experiencia fue que dudaron de un diluvio. Asociada a la lluvia se halla el arcoíris, un símbolo de la misericordia de Dios, un pacto que él ha hecho con el hombre para asegurarle que el mundo antiguo pereció anegado en agua por ser tan pecador, pero que por agua no lo volverá a destruir. Oh amado, cuánto debemos agradecer a Dios el agua, sin ella no podría ser posible la vida en esta tierra porque “por agua subsiste” (2 Pe. 2:4-7); con el agua Dios “llena de alegría nuestros corazones” (Hch. 14:17). Si el agua cesara prácticamente se paralizaría el mundo entero, no quedaría viva ni planta, ni animal, ni el hombre. El 60% de nuestro cuerpo es agua, el cerebro 158 %, el corazón 73 %, los pulmones 83 %, la piel, 64 %, los músculos y los riñones 79 % y aun los huesos tienen 31 % de agua. Sería imposible la vida moderna sin el agua. ¡Y qué deliciosa es el agua! El agua se halla en la base misma de la vida y de la economía de una nación. Si bien Dios ha usado el agua para juicio, también ella es un emblema de su misericordia y “hace llover sobre buenos y malos” (Mt. 5:45) para que cada ser viviente alce sus ojos al cielo y reconozca que es dependiente de Aquel que está sobre las nubes y la envía. Qué rico es terminar el año reteniéndote a ti, oh, Dios, ¡y siendo retenidos por ti! Ninguna bendición se perdió, sólo se tardó hasta diciembre. O aparecerán distribuidas el próximo. 

Con suspiros o con sonrisas, llegas a la cúspide de un año, o con añoranzas, con metas incumplidas, con remordimientos o sin ellos, con perdones pendientes quizás, alza tus manos y besa a Dios. Tal vez no has sido bendecido cada mes del año, pero el Señor no quiere que guardes un mal recuerdo de él y quizás las bendiciones que te faltaron ahora te las entrega de modo especial cuando éste se acaba para que no guardes un mal recuerdo de Dios.

 

 

65: 11

“Bendices sus renuevos”. Señor aunque ha sido un año estéril y de poca cosecha, coronado con tus bienes, permíteme recordarlo como un año feliz. Bendice mis renuevos, v. 10, es decir, mis hijos. Amén. 

66: 2

“..haz su alabanza gloriosa..”. “Poned gloria en su alabanza”. Oh alma mía, canta de modo glorioso, no le honres con los labios mientras tu corazón está lejos de él. Oh Señor tuya es la alabanza, resucita mis labios muertos.

 

Quítale al fiel todo lo que tiene y seguirá adorando a Dios

66: 3,4

‘Por la grandeza de tu poder tus enemigos fingirán obedecerte”. La RV no incluye el fingimiento en la obediencia de esos adversarios pero el texto contiene esa idea, tienen una fe fingida (1 Ti. 1:5; 2 Ti. 1:5), y no aman sin fingimiento (Ro. 12: 9). Porque tienen miedo y por conveniencia porque quieren algo de su religión. La fe auténtica en Jesús no es cuando le ve entrando en un pollino a su ciudad sino cuando la turba le está gritando crucifícale, no cuando la fe se viste con esplendidez sino cuando está echada en el piso llena de llagas y los perros la lamen. No es su justicia la que nos pone de rodillas sino su benignidad, no es su enojo sino su sonrisa. ¿Tú crees David que toda la tierra le adorará? Ojalá. No varón, hay que predicarles el evangelio que es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, tus deseos son santos pero tu esperanza estará frustrada, ellos no vendrán aunque él es digno de suprema alabanza. Si tú sabes que sus adversarios fingen, adoran a Dios de labios pero sus corazones están lejos de él (Isa.29:13; Mr.7:6), te refieres entonces al remanente escogido por gracia. Ese sí vendrá y creerá las cosas asombrosas que cuentan tus libros. ¿Y la fe de esos no tiene una porción de fingimiento? No es perfecta, a veces tiene más emoción que confianza, es más verbal que de corazón, pero lo que se llama fingimiento, eso no lo tiene. Quítale a la fe todo lo que le has dado y ella sigue creyendo, se transforma en fidelidad y pase lo que pase no por ello cambia. La fe ama a Dios y ese amor es “inalterable” (con sinceridad) (Efe. 6:24). Le quedaría su fe, arrepentimiento, el amor a Dios y el Espíritu Santo con amor a su Palabra.

66: 3,5, 6

“…cuán asombrosas…”, exactamente terribles y reverentes. Si en tu experiencia no cuentas con ninguna obra asombrosa que te ha hecho Dios por ti, ¿qué me dices de tu salvación? ¿Tu arrepentimiento, tu transformación, el cambio de tu vida? No obstante si no puedes animar tu fe con tus experiencias, medita en los hechos poderosos de la revelación. El salmista no menciona el cruce del Mar Rojo sino el Jordán, cuando el pueblo entró conducido por Josué a la promesa. Se remite a los hechos más recientes; para ti y para mí puede ser la ascensión de Cristo, la venida del Espíritu Santo, la evangelización del mundo. Incita a tu alma a la alabanza, medita en aquellos hechos que hicieron temblar el mundo. Oh Señor aunque tú no hagas milagros todos los días, tú eres el mismo. Escoge un hecho poderoso y medita en él. La resurrección, su ascenso, su encarnación.

66: 12

“…hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas”. Nos pisotearon, el diablo nos pisoteó pero después lo hollamos bajo nuestros pies (meditar en Ro. 16: 20); trotaron sobre nosotros pero después cabalgamos. Fue terrible como el fuego lo que vivimos pero no nos quemamos (meditar en Dan. 3:26,27). De las tres partes que en español tiene el versículo las dos primeras son el mal momento y la tercera la salida, la tentación y la salida (1 Co. 10:13). Casi puedo decir que mi abundancia de hoy se debe a aquellos terribles días.

 

Los malos pensamientos pasan por mi cabeza, pero no se quedan

Sal. 66: 18,19, 20

“…si en mi corazón hubiera mirado la iniquidad…”. ¿Puedes relacionar la oración y la santidad? Dentro de mis pensamientos sólo tiene acceso Dios. Si a los peregrinos y perversos pensamientos que pasan por mi cabeza los hubiera invitado a quedarse el Señor lo sabría. Si no hubiera tratado de espantarlos de mis sacrificios no le hubieran dejado nada a Jehová (meditar en Ge. 15:9-20). El salmista deduce con sabiduría que si Dios le ha respondido su oración es porque en privado no medita en pecados, o no “mira” nada que sea pecaminoso (actualizando: ni en revistas ni en televisión). Sus palabras parecen dirigidas a vindicar su testimonio, tanto como para instruir con esa verdad; pero también como reflexión personal, para el futuro que ha de seguir su vida espiritual. Y por último como el perfume que exhala su experiencia o la gloria que sale de ella, la gratitud y alabanza a Dios porque comprobó que es exactamente el mismo que en siglos pasados, no tiene una gota de fuerza menos, gustoso repite lo que ha hecho en otros tiempos, lo que hizo a todo un pueblo también lo hace para un individuo, "este pobre clamó..." (Sal. 34: 6). Oh amado ¿ves como florece, se embellece? Señor enséñame a orar. Siento que todavía estoy muy distante de conocer el misterio de la oración, muchas cosas he aprendido pero apenas he vislumbrado algo de este supremo acto de adoración religiosa: orar.

67.

“..neginot”, propiamente instrumentos musicales, ver salmos 4,26,55,64, etc.

 

Tenemos un Dios mejor que el de ellos

67: 1-7

“…Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga…”. En v.4 más que pastorearás es guiarás, gobernarás que encaja mejor en el contexto. El pueblo de Dios clama por bendición y Dios le responde, pero no sólo con el propósito de bendecir al receptáculo de ella sino a los que lo oyen, la vieren, y fueren enterados; para los que no la recibieron sepan de él, se enteren de Dios. Cuando Dios toca una vida es que está pensando en la de otros. Cuando recibas ayuda de Dios mira a los lados para ver quién es el otro objetivo que Dios tiene al bendecirte. Fíjate como el salmista argumenta para que Dios le bendiga; le dice que abundará en la gloria de su nombre. No porque Dios necesita esa gloria sino porque el evangelismo, la salvación de las almas, por ellas concede la bendición con su propósito. Si lo que pedimos a Dios no es para gastar en nuestro deleite sino para que otros se beneficien de nuestras oraciones y de nuestra relación con Dios, con nuestra prosperidad, él lo concede. Señor bendícenos para ser de bendición. ¿Quieres extender la gloria de Dios al mundo entero? ¿Vives para ti mismo? Tú oras.: "Jehová es mi pastor nada me faltará, en lugares de delicados pastos me hará descansar...". Pero, ¿oras para que Jehová sea el pastor y guía de tu vecino? Tu nación conoce a Jehová, pero ¡cuántas hay que no! (v. 4). Esto es estar compartiendo a Dios. Antiguamente los pueblos relacionaban sus victorias a sus dioses, y sus derrotas; pero hoy no; la religión y su estado espiritual tienen que ver mucho se reconozca  o no. Si no podemos hacer este concepto de volver atrás como nación; relacionemos la religión a nuestro Dios  con nosotros, nuestro trabajo, logros, vida; que la gente no piense que hemos triunfado por nosotros mismos sino porque tenemos un Dios mejor que el de ellos, una revelación mejor; y lo quieran para sí. Extendamos moralmente el conocimiento de Dios con nuestro progreso.

 

Alas de plata para que su pueblo regrese

68.

Pertenecía a la colección de David y por eso se le da la autoría; los salmos escritos por David tienen más introspección y sensibilidad espiritual que éste y son más personales, contienen más elementos propios que nacionales. Aún los que escribió en sus huidas contienen pocos datos geográficos, dan pocos detalles circunstanciales y se concentran en el alma misma suya. Realmente David fue quien enseñó a cantar a Israel, éste nunca tuvo un músico tan extraordinario con composiciones tan espirituales. Este salmo sigue su modelo. Los salmos de David son gritos suyos y no hacen tantas referencias al Dios de la historia de Israel. La revelación histórica de Israel son sus meditaciones, sus reflexiones, pero su Dios es presente, habita en el monte de Sion, está allí, entre cortinas, entre los querubines. Sus oraciones, son como si lo actualizara, acortar la distancia, lo hace más suyo que de su pueblo. Se regocija tanto en el Dios de la historia como en el de la experiencia personal. Oh Dios, no seas un Dios alejado de mí por siglos, el Dios de otro pueblo, de otras edades. Señor que la historia de sus poderosos hechos no edifique sólo mi fe, para que no se construya sólo intelectualmente; tú estás aquí, ahora, conmigo, hecho cercano por Cristo (Efe. 2: 12,13). El salmista hace que su pueblo piense en su historia, en lo que ha sido para los huérfanos, los desamparados (vv. 5,6). Como Dios los prosperó (vv. 7-11). Pero ¿qué pasa ahora? Ya no da su palabra, (v. 11), muchos han sido esparcidos hacia Basán (vv. 15,22), un punto por donde pasó el pueblo en su historia cuando avanzaba con Dios; se halla donde no debiera, el pecado lo ha hecho retroceder. Pero el salmo nos muestra que Dios es incambiable, sigue siendo bueno, que no hay en él sombra de variación (Sgo. 1: 17), su heredad será reanimada (v. 9), le dará alas de plata para regresar al corazón de Jerusalén (v. 13). Estén dentro o fuera Dios es el mismo. Nuestro Dios es el Dios de la historia, de la experiencia. Estas son reflexiones dadas sobre la autoría del salmo. El Dios de mi pueblo es mi Dios.

68:9

“…exhausta” o cansada, disgustada, pero por el contexto sería marchita y semiseca. “…reanimaste” o la confirmaste, reverdeció, le diste vida y nuevos ánimos. Oh, Señor, anima con tu lluvia la iglesia, envía gotas de tu rocío sobre cada alma que la compone.

 

Las mujeres anuncian las buenas nuevas

68:11

“…daba su palabra y muchos la publicaban…” “Grande multitud llevaba las buenas nuevas”. ¿No te traen a la memoria estas palabras aquellos viejos tiempos de la iglesia cuando la palabra de Dios abundaba en sus reuniones? (Col. 3:16) ¿Cuando corría y era glorificada? (2 Te. 3:1). ¿Cuando el crecimiento de la iglesia era llamado el crecimiento de la palabra? (Hch. 6:7; 12:24; 19: 20). Señor, ¿Volverán esos tiempos? ¿O tu pueblo seguirá como en el tiempo de los jueces de Israel cuando cada uno hacía lo que bien le parecía? Oh Dios, la historia de tu revelación nos recuerda lo que hiciste, lo que pudieras hacer, a ella nos aferramos con fe cuando nos hallamos secos, esparcidos y sin frutos. Repite, oh Señor, aquellas cosas que han servido de referencia a nuestra fe, testifica de ti mismo como lo hiciste antaño. Este anhelo también lo tienen otros hermanos pero parece que quieren que tú hagas de nuevo aquellas cosas, pero más por ellos mismos que por ti. Danos salvación y bendición. No son milagros sino tu palabra lo que quiero, para que tú habites por ella entre los rebeldes (v. 18) y por ella se dirija tu pueblo. Yo fui rebelde, hay muchos que aun lo son, habita entre ellos. Esto trata de la Palabra de Dios en el cristianismo apostólico. Se puede traducir en femenino: ‘Las mujeres que anuncian las buenas nuevas son gran multitud” (LBLA); dice Gill que hay uso del femenino y eran ellas comúnmente las que cantaban y celebraban las victorias (Ex. 15: 20,21; Jue. 11:34; Jue. 21:21; 1 Sa. 18: 7,7).

 

La iglesia, una paloma de oro y plata

68: 13

“Fuisteis echados entre los tiestos, seréis como alas de paloma cubiertas de plata, y sus plumas como amarillez de oro”. Un pasaje sumamente difícil de explicar. Ver a Gill. ¿No tendrá eso que ver con los exilados en Basán? (v.22). Pienso, allí Dios los mira de ganaderos o entre tiestos, y con lástima piensa que es una paloma con alas plateadas o que reflejan los rayos solares el oro de su misión. ¡Qué bonito se pinta aquí a la iglesia, los elegidos entre los tiestos, lo virtuoso entre lo vil! Es la obra de la gracia de Dios en las peores condiciones. Dios mira dónde hemos caído, dónde nos han tirado las situaciones, y allí, entre lo desechado, en aquello que se rompió y no tiene uso, los tiestos, él nos considera como una paloma posada sobre esos restos , y el Espíritu Santo brilla entre ellos como la luz del oro. ¡Una paloma con alas de plata y oro! Nuestro valor no se disminuye porque seamos tirados en un rincón, y los ojos de Dios nos siguen y nos acompaña el Espíritu Santo en forma de bellísima paloma (Lc.3:22). 

68:15,16

“¿Por qué miráis con envidia al monte de Dios?”. La traducción de “mirar con envidia” es insegura y ocurre aquí sólo en el AT (NET). Había cautivos en Basán, y especulo que como no podían reunirse en el Monte Sion subían a los picos de Basán y allí miraban con tristeza hacia Sion. Un lugar temporal. No es envidia quizás de la mala sino celo espiritual. Monte de Basán es el monte Hermón, situado en una gran cadena montañosa mucho más majestuosa que el monte Sion, sin embargo, es en éste, más pequeño y sin gloria natural, como lo despreciado del mundo al cual escogió Dios para avergonzar aquellos naturalmente más dotados. No es Atenas más que Jerusalén. No es la famosa colina de Marte superior al Monte de los Olivos o al Monte del Sermón, o al de la Transfiguración, siendo más pequeños son superiores porque allí se manifestó el Señor.

 

Dones para vidas que estuvieron en ruinas

68:18

“…tomaste dones para los hombres…”. O mejor “recibiste dones para los hombres”. En la versión aramea conocida como Tárgum, dice “diste dones…”; la Versión de los Setenta dice lo mismo que la hebrea pero el sentido es más o menos lo mismo. Aquí es precioso porque los dones son dados a los rebeldes y los apóstatas como el texto dice, y la razón por la que concede esos dones, o regalos, es para poder habitar aun entre esa clase de gente. Si no fuera por esos dones que les regala nunca haría de esos rebeldes su morada o tabernáculo. Dones legales: justificación por la fe, redención con su sangre, expiación en nuestro lugar, sustitución. Y dones operacionales, los que le permiten transformar a la criatura en una residencia divina, en hacerla templo del Espíritu Santo y no ruinas de demonios, una nueva criatura con la mente y los sentimientos de Cristo y dispuesta a servir con sus miembros a la justicia y no al pecado, y hacerla transmisora de su gracia hermoseando sus pies. Aquí se refiere al Señor Jesús quien conquistó la justicia divina y nos trajo su justicia y su gracia para habitar entre nosotros. ¿Qué mejor don que la resurrección del cuerpo? (Efe. 4: 8). La esperanza cristiana es alcanzar una mejor resurrección (He. 11: 35), ¿tomar parte en esa “segunda resurrección”? (Apc. 20:5,6). No has de ocuparte de ella? ¿No vale más que esta vida? Esto habla de porqué recibimos los dones de Dios y por quién. El vino del Sinaí hasta el Gólgota (v.17). Pero eso no se acaba ahí, continúa en la bondadosa providencia de la cual habla el versículo siguiente.

68:19

“...cada día nos colma de beneficios” o nos carga, nos impone beneficios. Y si ves que hay días que no tienes nuevos beneficios, disfruta los de ayer.

 

Discusión sobre instrumentos musicales

68: 24-27

“Los cantores iban delante, las doncellas tocando panderos”. Esto no es un modelo para el culto cristiano; ¿dónde hallas en el N. T. que las iglesias fundadas por Cristo adoraran a Dios de esa manera, cantores, orquestas, músicos, panderos, o con todos los instrumentos que se mencionan en la lista de los salmos 149:3 y 150? Si examinas las páginas del N. T. apenas podrías hallar que los hermanos primitivos usaran algún instrumento musical para acompañamiento en la alabanza. Están en error los que hoy en día toman la adoración a Jehová en el Antiguo Testamento como norma para el Nuevo. Los cristianos no adoraban a Dios como los judíos a Jehová. Si bien pienso que el uso de algún instrumento musical pudiera ser usado, si no se exalta sobre las voces, el exceso de ellos está de más. Una orquesta nunca formó parte del culto apostólico del cual nosotros copiamos los nuestros.

 

Aquella forma de adoración fue ceremonial y con el cambio de Ley, desapareció (He. 7:12; 9:13) y fue hallada dentro de un culto con símbolos, sombras y ya pretérito. ¿Dónde lees que los judíos adoraran a Dios en la sinagoga conforme al culto levítico? Si hubo instrumento musical era mínimo. Con la desaparición de los sacrificios cambió la alabanza. Es cierto que hubo cantos de salmos, como lo hizo nuestro Señor la última noche en la Pascua, pero ya no había orquestas porque el centro de énfasis no era la alabanza sino la lectura de la Ley y la exposición de ella. Hay que poner orquestas y otras cosas, sí, allí donde no se entiende la adoración cristiana y donde la Palabra de Dios no ocupa el centro de la adoración. Oh Dios, ayúdanos para adorarte correctamente y que en el culto la música, los cantores y los instrumentos de viento, cuerda y percusión no ahoguen la alabanza del alma humana. El énfasis en la exposición de la Palabra está más de acuerdo con la salvación por la fe que la alabanza que se corresponde con aquel tiempo cuando Cristo aun se hallaba pronosticado en sombras y no había muerto por nuestros pecados. Y concédenos Señor, que no usemos la música con la cual el mundo suele regocijarse. 

 

Confirmación hecha por Dios

68: 28

“Confirma Dios lo que has hecho para nosotros” “…ha ordenado tu fortaleza”, es un decreto, y “…confirma (haz fuerte, afirma) lo que tú…”. Ora de este mismo modo a tu Dios: “Señor, confirma lo que has hecho por mí, por nosotros”. ¿Has sufrido la amarga experiencia de perder alguna bendición de Dios con la cual te regocijabas grandemente, por ejemplo: tu fe, tu pasión por las almas, tu celo espiritual, tu primer amor, amigos, esposa? ¿Ya esa lección no te ha enseñado que todo lo que Dios te ha dado necesita suconfirmación? Muchos son los enemigos espirituales que nos asaltan continuamente; el principal, Satanás, trata de quitarnos de golpe lo que hemos tenido por muchos años, con sus maquinaciones, y nos damos cuenta que parece posible que lo logre, a juzgar por la debilidad y el carácter engañoso de nuestro corazón y por los muchos casos que hemos visto. David habla en pasado diciendo: “iban” “vieron” “estaban”. ¿No has leído un lenguaje similar en la retrospectiva sobre la caída de Judas Iscariote? “Fue guía” “era contado” “tenía parte” (Hch. 1: 16,17). La historia bíblica está llena de esos casos, inclusive hay un hombre que logró entrar a las bodas del Señor sin estar vestido adecuadamente y en un momento perdió su privilegio y lo expulsaron. Ora por tu congregación como David oraba por su pueblo, para que Dios confirme lo que le dio en su redención, para que no hable contra él con el lenguaje de Mt. 25: 28, para que no quite de nuestras sienes la corona y la tome otro. Todos los dones divinos necesitan suconfirmación constante, no una vez para siempre, ni anual o diariamente, sino momento tras momento, segundo tras segundo. Un solo instante que nos falte su confirmación, como el pámpano separado de la vid, comenzamos a entristecernos y a marchitarnos. Los dones divinos son algo vivo, no son capacidades naturales. Nuestra elección necesita hacerse firme, la redención, la justificación, la fe, el arrepentimiento. Oh alma, ¿ya no necesitas más la gracia de Dios? El evangelista dice que necesitas gracia sobre gracia. ¿No sabes que ni aun el mundo puede rotar en el espacio ni alguna cosa creada continuar su curso inicial si Cristo no la sustenta con la palabra de su poder? (Col. 1:17;  He. 1:3). ¿Piensas que ya tienes suficiente para vivir la vida cristiana? No pienses que puedes vivir tu cristianismo separado de Cristo. Oh Señor, cualquiera de las cosas que tengo las perdería si tú no estás al tanto de ellas y las confirmas para mí, tus promesas se harían nulas y lo que ahora poseo se desvanecería como el rocío. Este pasaje habla de la confirmación de los hermanos (Lc. 22:32; Hch. 15:41; 18:23) y de la gracia preservadora.

69:1-3

“…sobre lirios” , con trompetas y también en 45, 60,80. No creo que esas primeras palabras tengan que ver con convicción de pecado o "pecaminosidad", o algo que se le parezca; es más bien para describir su situación difícil y lo atrapado que se siente, "estoy humillado"-dice-"me estoy ahogando"; y lo peor es que Dios no responde mis oraciones; he orado y velado por gusto: Dios no viene”. ¿Es ésta tu experiencia? Te has apoyado en Lc. 11: 9,10 y nada ha pasado; el salmista continúa orando y esperando (vv. 1-28) y en lo siguiente decide no reprochar su tardanza y alaba el nombre de Dios. Sale, alma mía, de la depresión que me produce la incredulidad.

 

Sirvamos de inspiración para siempre

Sal. 69: 5,6

“...no sean avergonzados por causa mía…”. Hay un himno que dice: “Debo ser fiel por los que en mi confían”. Tú como yo tenemos a otros que confían en nuestro liderazgo. David quizás se refiere a dos aspectos de su fidelidad: Su testimonio como líder del pueblo del Señor y a su propia vida piadosa; en la profesión hecha ante muchos testigos (2 Ti. 2:2; 1 Ti. 6:12,13). Ora por su fidelidad, por el daño que pudiera ocasionarles si él cayera en pecado o si fuera inepto ante sus enemigos. ¿Oras por tu fidelidad en ese sentido, no ya por tu propio bien sino por el bien que ella le hace a tus compañeros? Ningún cristiano es un anacoreta espiritual, nadie vive tan aislado de los demás que su vida espiritual no haga eco en ellos.  Muchos confían en los principios de los cuales hemos testificado y suponen y desean que siempre obremos por ellos; confían en la veracidad de nuestra profesión, nos identifican con el evangelio que oyen de nuestros labios. No sean ellos avergonzados por mi causa, no haga yo blasfemar a los enemigos tuyos ni dañe en sus almas ese deseo santo de buscarte que yo les inspiro. ¿Cómo miraría yo el rostro de ellos y el tuyo si con un pecado insensato rompo la imagen que los ayuda a buscarte? ¿Adónde me iré para olvidar el daño que ocasioné? ¿Cómo haría algo que los endurezca contra ti y les haga pensar que la religión es una mentira y sus heraldos unos farsantes? 

 

Es mejor que no te vean llorar, y ora

69:7-13

 

“…extraño he sido para mis hermanos”. ¿Te sientes incomprendido y rechazado por tus propios familiares? ¿Son los enemigos tuyos los de tu propia casa? ¿Eres un profeta sin honra entre ellos? Oye a David decir: “Extraño he sido para mis hermanos y desconocido para los hijos de mi madre” (v. 8) “Todo el que quiera vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerá persecución”, dijo Pablo. David era para su propio pueblo “el dulce cantor de Israel” sin embargo para sus familiares no. Y ¿no fue así con José? ¿No lo vendieron para Egipto por envidia? ¿No fue la esposa de Job la primera que lo maldijo? Y nuestro Señor, ¿no está escrito que ni aún sus hermanos creían en él? ¿No dijeron que estaba fuera de sí? Eso ocurre con frecuencia a los santos que son el vivo retrato del Salvador, específicamente cuando demuestran celo por su casa (v. 9). Escúchalo decir: “Lloré afligiendo con ayuno mi alma y esto me ha sido por afrenta. Puse además cilicio por vestido y vine a serles por proverbio” (vv. 10,11).  Es mejor que no te vean llorar, a no ser que llores cuando les hablas de la salvación.

¿Qué hizo David? Él lo dice: “Pero yo a ti oraba” (v. 13). No se quejaba amargamente contra ellos, no salía a contestar a las críticas de los que estaban en las puertas ni a callar a los borrachos que le entonaban canciones insultantes; más bien iba a su aposento y cerrada la puerta oraba a su Padre que se hallaba en secreto y lo encomendaba todo a él.

69:15,16

“Respóndeme pues buena es tu misericordia”. ¿Puedes orar así de modo tan tierno? David conocía la doctrina de la gracia de Dios. El que no conoce esa doctrina no conoce el corazón de Dios. Apela al corazón de Dios, a su aspecto más sensible que es su misericordia.

69:17

“…estoy angustiado, respóndeme pronto”. ¿Puedes platicar con Dios de modo tan personal?

69.18

“…redímeme”. Yo quiero lo mismo, Señor, camina tú hacia mí porque a veces tengo los pies en el cepo o hundido en cieno profundo (69.2; Job 13.27).

 

No son tus sustitutos, oh Dios

69: 20

“Esperé compasión pero no la hubo, busqué consoladores pero no los hallé”. No somos salvos por la misericordia de los hombres sino por la gracia de Dios; si tenemos un consolador de carne y sangre ¿por qué he de buscar paz de conciencia en la palabra de los hombres si sus juicios no son los tuyos? ¿Por qué he de pedirles que compartan la gracia de ellos conmigo, si quizás tienen poca y no les alcanzaría luego? Pudiera irme frustrado porque no entienden, no comparten o se hallan secos. Oh Dios, que yo no demande de los hombres lo que ellos no pueden darme. No son tus sustitutos, Dios, en mis necesidades espirituales; no alcanzarían a comprender lo que me pasa y si lo supieran quedarían aterrorizados de mi plaga. No son ellos la fuente de mi salvación sino tú. Mi vida espiritual es entre tú y yo. Aunque Dios tenga muchos Bernabé, ministros de consolación para su iglesia, el Espíritu Santo es el verdadero Consolador. Jesucristo es nuestro sumo sacerdote, el único Mediador entre Dios y los hombres. No hay más vicario que él. Son sus dichos, en la Biblia, la fuente de nuestra consolación.

69:21

“Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”. Ver Mt. 27:34,48. Y como el Espíritu hablaba de eso también en 22:18 y Mt. 27:35; Jn. 19:24.

69: 26

“Porque persiguieron al que tú heriste, y cuentan del dolor de los que tú llagaste”. Ten cuidado no te hagas acreedor del castigo de ese pecado, "hacer leña del árbol caído", maltratar al que Dios ha herido y murmurar de aquellos que él ha enfermado. Ora por ellos, y retírate con solemne temor.

69: 27

“…añade maldad sobre maldad”. ¿Hay maldición mayor que Dios almacene en montones los pecados de los hombres y los tenga listos para el día del juicio? Señor danos gracia sobre gracia (Jn. 1: 16) y no amontones nuestras iniquidades. Pesa menos una piedra de molino atada al cuello del alma y ser echado al lago de fuego, que esos montones de pecados atados a la conciencia. Es cosa terrible que Dios no olvide ningún pecado y saque todos los que no están borrados desde el día que nacimos hasta ahora. Dios, carga los montones de nuestros pecados sobre la cruz gloriosa del Señor Jesucristo; y para aquellos Señor, oramos suavemente, “perdónalos porque no saben lo que hacen”.

 

La ascensión del hombre

69: 29

“…tu salvación me ponga en alto”. ¿Sabes, creyente fiel, que la salvación es una elevación? Cuando crees en Cristo te elevas en honor ante los hombres, te distingue (1 Co. 4:7), te saca del muladar (Sal. 113: 7-9); pero mejor aún es que te eleva al estado superior de semejanza con Dios de donde habías caído, te lleva hasta el cielo donde está Cristo sentado (Efe. 2: 5,6). Sí, la gracia de Dios, no hay un medio mejor, ni un estado más superior (Ga. 5: 4). Los que son puestos en los lugares celestiales junto a Cristo permanecen allí siempre, los pecadores aunque hagan su refugio entre las estrellas desde allí los derribará Dios (Isa. 14:12-15). Esto es la ascensión del hombre

 

Conoce tus limitaciones y la misericordia de Dios

69: 30-36

“… alabaré yo el nombre de Dios con cánticos”. Aquí hay otro estado de ánimo, u otra ocasión, u otro autor que lo añadió o David recogiendo la experiencia de algún hermano. La disposición es difícil y el énfasis no es la experiencia personal sino el estado de Israel. Dios nos permita añadir nuestra experiencia, nuestras oraciones, a la palabra de Dios y a aquellos grandes santos. Dios tiene muchas cosas que decirnos. Gracias Señor porque nuestros momentos cambian y nuestro interés no es sólo nuestra salvación sino también el estado del pueblo tuyo.

69: 32-36

 

“¡Viva vuestro corazón los que buscáis a Dios! “Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón”. Esta es apenas la primera exhortación que hace David; completamente el resto de este extenso salmo trata de su relación con Dios. Si uno atiende bien a sus palabras y juzga, se da cuenta que la recomendación que hace a sus hermanos no está basada en el testimonio de sus virtudes sino en el conocimiento de sus debilidades por un lado y en el conocimiento de las misericordias de Dios. No son las grandezas de su vida espiritual las que le sirven de trasfondo para exhortar a su pueblo; es más, sus virtudes proceden del conocimiento de sus debilidades. Es Dios, es a Dios, a quien él recomienda, sus misericordias, no se predica a sí mismo (2 Co. 4:5). Puede bien decir que humildemente les recomienda a Dios. En todo eso hay gracia porque Dios da gracia a los humildes, gracia para mirarse. Es la gracia la que queda ensalzada en su salmo; adora, clama, se agita, se convulsiona. Es que no se considera un súper cristiano ni que por su piedad haya hecho el salmo; es sólo un menesteroso, un necesitado. ¿Cómo podrías conocer tú a Dios si no conoces tus debilidades? No es el conocimiento de ti mismo sino exactamente de tus debilidades. No hay ningún ministerio efectivo, sea maestro, sea predicador, sin un conocimiento profundo de sus necesidades espirituales. 

70. 

Esta es la actitud de alabanza que se debe tener cuando sufrimos.

70: 1,5

“…apresúrate…apresúrate…”. A todos los creyentes les parece que Dios se demora y que Jesús llega tarde. Nuestros relojes no caminan al compás del de Dios. Impaciencias, cuando uno está en aflicción enseguida pierde su paciencia, o mejor dicho, se da cuenta que no la tiene. La prueba produce paciencia (Sgo. 1:3; 2 Pe. 1:5; 2 Tes. 3:1); el Señor tiene que encaminar nuestros corazones agitados a la paciencia de Cristo. Señor, ese no es mi don natural, créamela con tu Espíritu; siéntame tranquilo sobre las rocas de tus promesas.

71:3

“Sé para mí una roca de refugio…”. Eso lo dice por fe. Nota las palabras del v.2. Si este salmo no es de David, respira muchísimo su espíritu.

 

Las manos de la partera y las de Dios

Sal. 71: 5,6

“Seguridad mía desde mi juventud…”. El salmista comienza pensando en su juventud y no la lamenta; no se queja de que pasaron pronto y no la aprovechó, no le pesa haberse consagrado a Dios en sus años mozos, vivido en la fe del Hijo de Dios, absteniéndose de pasiones juveniles y mirado al mundo o lo que hay en el mundo, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida. Venció al mundo y al Maligno en sus años juveniles. No recuerda aquellos años con lástima por sí mismo como si los hubiera vivido en vano. No, no hizo mal, sino bien; porque es bueno que el hombre lleve el yugo desde su juventud (Lam. 3:27). No le pesa haber vivido piadosamente en Cristo Jesús. Pero nota que en sus recuerdos va más allá, sigue hasta acordarse de su niñez. No menciona que hubiera heredado la fe de sus antepasados o que hubiera sabido desde la niñez la Sagrada Escritura; piensa más bien en la providencia de Dios, en el día de su nacimiento cuando alguien gritó: “Ha nacido un hijo varón”; reconoce que sobre las manos de la partera se hallaban las de Dios. La madre tuvo un feliz alumbramiento. 

Pero ahora los recuerdos del salmista se tornan imaginación y la imaginación, preocupación, no por su presente sino por su futuro; medita en su vejez (v. 9). Piensa que llegará a ser dependiente de los demás como lo fue cuando nació. Los años pasarán, la vida se tornará parecida al final como cuando comenzó, dependiente, pero con muchas desventajas. Ya no habrá salud, las fuerzas se habrán agotado y tampoco habrá una mamá que lo tome en los brazos o una abuela que lo acune, ni un padre que provea el sustento.  Con todo, quedan las de Dios que no lo abandonará   y quizás no alargue sus días hasta ese extremo de inutilidad y dependencia.

 

 

71: 9, 18

“No me rechaces en el tiempo de la vejez, cuando me falten las fuerzas”. No está en la vejez pero se aproxima, ahora se fija más que antes en la vida de los ancianos y siente miedo, sabe que pudiera seguir viviendo y dependiendo del dinero y otros, el tiempo de otros, la misericordia de otros. No dice que prefiere la muerte antes que vivir así porque Dios es soberano, sólo él sabe y dispone con qué calidad de vida moriremos. 

71: 14

“…te alabaré más y más…”. “Las dificultades no disminuirán mi religión, la aumentarán; cada golpe que la vida me de sacará de mis labios una alabanza”.

71:15

“…todo el día contaré con mi boca tus hechos de salvación…”. Se le llama “hechos de salvación” a lo principal que Dios tiene en su mira en nuestra vida; los hechos suyos que nos libran de peligros ocultos o sabidos, espirituales y físicos, y que por esa razón no se pueden contar; y no sabemos cuántas veces el Señor nos bendijo, intervino y los hizo “volverse por otro camino” (magos), les apretó el zapato contra la cerca (Balaán), cambió nuestro rumbo hasta que estemos en el cielo y la salvación completa (lo incompleto no se puede contar, Ecl. 1:15), y son innumerables; ¿por qué voy a sentir a Dios ajeno, indiferente, sordo o ciego?

71:16

“…haré me memoria de tu sola justicia…”. Evita decirle a Dios que no te mereces lo que te pasa o lo que otros sufren no se lo merecen.

71: 17,18

“…aún en la vejez no me desampares…”. (Ver exposición vv. 5,6, 9). Exactamente ahí comenzó mi vida cristiana, no en mi niñez como Timoteo, sino en mi juventud.

71: 19

“… Oh Dios ¿quién como tú…?” (Dt. 33: 29). Ni siquiera la teología pagana ha podido imaginar oh Dios tus dimensiones, te has hecho una historia única con el Éxodo de tu pueblo, con las leyes que le diste no hay dios que en la historia del mundo haya dado origen a una sociedad como la occidental actual, con una salvación por gracia, con un Salvador como Jesucristo. Por eso no somos paganos ni ateos. No te cambio mi Dios ni te dejo, no me abandones tú.

71: 20,21

“…me volverás a dar vida, vuelve a consolarme...”, lo dice dos veces; vuelve para repetir su bondad, para corregirnos, no su historia, con muchas cosas. Te espero Señor, de nuevo, vuelve y me volveré. No te retraces, por favor, retorna.

 

Si la iglesia no siente deseos de orar por sus gobernantes

72

 

“Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos”. 

 

Este salmo, compuesto para Salomón, contiene peticiones para cualquier magistrado; principalmente ruega que el nuevo gobernante se ocupe de los pobres (vv. 2,4,12,14) y que defienda sus derechos.  Ese es el rey que le conviene al pueblo de Dios y se le promete de cualquier manera, una gran extensión territorial, específicamente en el ámbito religioso (vv.10,12). La economía doméstica será levantada tremendamente y los agricultores prosperarán (v. 16), alcanzando también la bendición a la población urbana. Si el rey se dispone a favor de la clase pobre, recibirá la bendición de Dios y su pueblo orará por él continuamente (v. 15), dándole gracias e intercediendo para que reciba salud y sabiduría. Ningún gobernante lo está haciendo bien ante los ojos de Dios si la iglesia no siente deseos de orar por él con gratitud. 

No es fácil a veces orar con agradecimientos a Dios por un gobernante que ha puesto en marcha la economía, que ha levantado el índice de empleos, que tiene programas específicos para socorrer a los enfermos, a los pobres y a los extranjeros, pero que en algunos renglones éticos es liberal y erosiona los principios de moral cristiana; como tampoco es fácil sentir gratitud por otro que propone una plataforma política mucho más ortodoxa y moralmente mejor pero legisla casi sólo para los ricos que influencian su posición con dinero y poder. Suele ser difícil en estos casos, ejercer el privilegio del voto.

Pero más allá el salmo habla de Cristo (v. 17). Ningún rey como él. Me parece que nunca podremos hallar un gobernante como Cristo; oramos a Dios para que nos dé sabiduría para conocer cuál es el mejor y más conveniente para su reino. El Señor permita que no sólo se postulen para la presidencia profanos mediocres, sino también grandes y justos varones en quienes sea visible el sello de su aprobación; hazlo Señor, para que tu pueblo no se sienta confundido al votar y haciéndolo, instruido por tu ley, apruebe lo mejor, para nosotros y para nuestros hijos. Amén. 

72:1

“…da tus juicios al rey…”, y que los aprenda.

72:2

“…él juzgará con justicia..”, y con leyes que sirvan para ricos y pobres (vv. 4, 13).

72:3

“…los montes llevarán paz…” y no habrá ninguna convulsión social.

72:5-12

“…temerán mientras duren el sol y la luna…”. Si gobiernas bien a tu pueblo éste prosperará mucho y tu influencia mundial será grande. Aquí no habla de guerra sino de progreso económico-social (v. 16).

72:14

“…la sangre de ellos será preciosa…”, porque un buen gobierno persigue el crimen y juzga a los criminales.

72:15

“…y se orará por él continuamente…”, porque habrá mucho progreso espiritual; contará con el apoyo de las iglesias y ellas orarán por él. El presidente a menudo debiera invitar a las iglesias, a animarlas, a orar por su gobierno, y sus asuntos en el interior y en política exterior. (1 Ti. 2:1-4).

 

Tiempos fructíferos con Jesús 

72:16

“…se echará un puñado en la tierra, su fruto hará ruido como el Líbano”; con tan buenas leyes y multitud de oraciones de respaldo, la economía será bendecida y ese país será como un Edén; pero no así aquellos que geográficamente tienen tierras fértiles y climas benignos pero odian al Señor, no aprenden por la Biblia a gobernarse y la iglesia crece sin influir en la sanidad de su política y la prosperidad de su mercado; el atraso, la incultura, la violencia y la corrupción descomponen a sus líderes y asfixian sus economías. 

Ojalá el Tercer Mundo se tornara evangélico. Y en sentido espiritual, porque esto es una promesa para la economía del evangelio, cuando nosotros los pobres sembradores de la Palabra de Dios, que echamos puñados aquí y otros allá, esperando que la misericordia divina y la complacencia del Señor multipliquen grandemente el humilde trabajo de nuestras labores. Si el Espíritu Santo bendijera nuestra siembra nuestra iglesia en cada reunión, por la multitud de los convertidos, hará ruido como las copas fructíferas de los cedros del Líbano. Las aplicaciones incluyen, por supuesto al reino del Mesías, nuestro Señor Jesucristo, pero también la dispensación del Espíritu Santo y la abundancia de frutos, en nosotros los que somos hierba del campo y en los otros que viven las ciudades.

72:17

“…se perpetuará su nombre mientras dure el sol…”, o sea, será célebre, inmortal en la historia. Pero esas palabras a quienes encajan mejor, es a Jesucristo en quien son benditas todas las naciones del mundo, y en grado menor al creyente que sirve de bendición a su localidad. Lo llamarán bienaventurado o mejor dicho, justo, recto, honesto y feliz.

72:18,19

“… bendito su nombre glorioso para siempre…”; David era un tipo de Jesús, no perfecto pero lo era, del mismo modo Salomón, tampoco perfecto pero lo era; Jesús es quien es bendito por los siglos de los siglos. Dios nos de un gobernante así, que desarrolle el país hasta esas dimensiones, y con su progreso lleve la gloria de Dios.

 

Ningún santo termina jamás de orar

72:20

“Aquí terminan las oraciones de David”. 

Lo que termina aquí son las oraciones escritas que hizo David, por lo menos en esta colección, pero no las orales; las oraciones cantadas. La última es para su hijo Salomón. Y ¿cuándo David terminó de orar, aquí?  ¿Aquí realmente terminan las oraciones de David? No, fíjate en el título de los salmos 86, 101,103, etc. y verás que aquí no terminan las oraciones de David, aquí terminan las oraciones agrupadas en esta colección. 

Ningún santo jamás termina de orar, mientras haya vida en su alma continúa orando porque no hay deleite más grande para su espíritu que orar, estar en la presencia de su Dios. Pudieran haber terminado sus producciones literarias pero él siguió orando, pudo haber concluido su ministerio musical y ya no escribir ningún otro salmo, pero él continuaría orando. Dejó de orar cuando murió, entonces sí pudo escribirse ese epitafio: “Aquí termina la vida de oración de David”. Cuando David envejeció y ya no podía tomar la pluma y escribir, cuando no tenía fuerzas para tocar su arpa y la dejó arrinconada, cuando no podía calentarse sobre la cama, aún seguía orando y meditando dentro de su alma. Si un santo deja de orar deja de ser santo. Oh Señor, no me quites los deseos de orar, auméntalos. Qué delicia es meditar y reflexionar en oración.

No dice que estos sean los rezos de David sino “las oraciones”. Quien haya leído las oraciones de David sabe que son originales, no copias de las oraciones de algún otro santo que le precediera como fueron Samuel o Moisés. Pudo haberse inspirado en las oraciones de aquellos y hubiera sido lícito, pero no lo hizo como ocurrió con el Magnificat de María (Lc. 1:46-55), aplicándolo a sus propias circunstancias. No, David, ungido por el Espíritu Santo, prefiere derramar su alma con sus propias palabras: se exalta, deprime, argumenta, confía, se arrepiente, se espanta, alaba, perdona, pide venganza, exhorta, instruye. La oración es algo muy unido entre su alma y Dios. 

Las oraciones de todos los santos, en cuanto al formato, en sentido general son modelos, patrones, pero no son de ningún provecho si se toman para hacer repeticiones. Tanto el alma como las situaciones de cada santo son distintas. Ni las oraciones del Señor Jesucristo han sido preservadas para repetirlas; a no ser que lleguemos a encontrarnos en las mismas situaciones críticas que él. 

¿Qué  sentido tiene decir: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” si estamos llenos de gozo? o, “vénganos tu reino”, ¿si cada día amamos más este mundo? “perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, ¿si es mentira y no perdonamos a nadie ni siquiera pequeñas ofensas? No hay oración más muerta que la que se copia de otro y se repite sin sentirla. Es cierto que Esteban oró con las palabras de Jesús, y María como Ana, porque el primero estaba muriendo como él, eso pensaba, y ambas mujeres tuvieron un hijo por un milagro.

 

La hora de la tentación es la hora de la carne

73:2,3

 

“En cuanto a mi casi se deslizaron mis pies, por poco resbalaron mis pasos”. Al leer la letra de este salmo uno puede mal juzgar al salmista que lo escribió y pensar que era un mal cristiano, un hermano carnal; porque ¿cómo puede un hombre inspirado por Dios envidiar la vida fácil de los impíos? (vv. 3-9). Sí, si pudiéramos conocer las tentaciones de todos los santos, en la carne, aun de los más connotados como Pablo, pensaríamos que son personas carnales, vendidos al pecado (Ro. 7:14,15). La hora de la tentación es la hora de la carne. Sin embargo no hay que apurarse y juzgarlo así, porque al final dice que en la tierra nada desea sino a Dios (vv. 25,26). Sin embargo, ¿cómo es posible que un hombre espiritualmente maduro como Asaf, que lo que más le importa en la vida es Dios, que ella no tendría ningún significado sin él, pudiera en un momento dado lamentarse de haber vivido piadosamente? (v. 13). 

Asaf no era así como él se sentía en la tentación, aquel era un estado espiritual transitorio, una crisis; y por eso lo relata como una experiencia excepcional. Satanás le nubló el entendimiento para que razonara carnalmente (v. 22). En oración Dios le dio una visión del futuro de ellos y ya no quiso nunca compartir la suerte que les aguardaba (vv. 18-20). Si pudieras visitar a los impíos en el infierno, seguro que no querrías vivir como ellos vivieron ni tener aquellas cosas a las que dieron más importancia que al alma. Una visión del estado de las almas en la condenación es suficiente para retroceder espantado de nuestros pensamientos de apostasía y para que nos avergoncemos de haber sentido envidia de la vida que viven los que blasfeman el cielo (v. 9), y lamentar lo que hemos consagrado al cuidado y la adoración de Dios. 

 

No obstante mira su descubrimiento, que cuando hubo acabado todo supo que en su crisis satánica Dios estuvo a su lado (vv. 23,24), que lo acompañó día por día, que lo pasó por esas tristezas y luchas para que viviera esa experiencia y la escribiera para el beneficio de otros que puedan ser tentados de modo similar. Fue bienaventurado Asaf porque por la misericordia divina triunfó. Supo que la tentación de apostasía no lo había desviado ni un centímetro de su camino a la gloria. Quedó totalmente purificado y aprendió mucho y dijo “fuera de ti nada deseo en la tierra” (v. 25); que la vida cristiana del santo más pobre en la tierra vale más que la de un impío aunque posea los tesoros de los egipcios. Asaf no es una excepción, si con sinceridad recordamos, aunque lejano, fugaz, uno o dos instantes. Terminó muy bien (v.28).

 

La envidia es analfabeta

Sal. 73:73

“Los ojos se les saltan de gordura”. No estés tan seguro que eso sea una bendición de Dios y motivo de envidia. Estás equivocado. No se mueren con dolores y se hallan robustos como un milagro porque con esos vientres grandes, cabezas enormes, brazos y piernas pesadas y ojos saltones es para que estuvieran postrados. Hay veces que somos merecidamente tontos porque envidiamos a personas que más bien merecen lástima y compasión, que están más enfermas que saludables y si supiéramos la verdad de sus vidas no quisiéramos estar en la piel de ellos ni un segundo. La envidia es analfabeta. Dicho de otro modo, es incultura. 

73:10,11

“¿Cómo lo sabe Dios? Y ¿hay conocimiento en el Altísimo?”. Sí, se comprende que veamos injusticias y sucesos inexplicables que parecen estar en conflicto con lo que creemos de Dios que es justo, amoroso y omnisciente. Si Dios ve eso ¿por qué lo tolera? No debiera permitirlo. ¿Por qué su pasividad? ¿Por qué no interviene, por qué no interfiere? Si él lo quisiera podría hacer cesar eso o aquello. Así habla la gente. Simplemente hermanos, Dios sigue siendo Amor, Justicia y es Omnisciente. Esos son atributos suyos. No se pueden negar. Y muchas cosas pasan en este mundo que no tenemos para ellas explicación.

73:12

“Los impíos siempre desahogados” (LBLA) o “tranquilos y seguros”. Eso es magnífico, no tener preocupación financiera, tener dinero para cubrir todos los gastos, no tener que estar contando hasta el último centavo ni pedir en préstamos y vivir ahogados por las deudas. Pero no cambio mi intranquilidad por la paz de ellos que le deben a Dios más que yo, que no tengo deudas con su Justicia porque Jesús me redimió. Ellos no poseen las riquezas de Cristo, yo sí, me conformo, y dependo de la providencia, si no para vivir desahogado sí para dormir toda la noche.

73:13,14

“En vano he guardado mi corazón”. ¿Por qué te comparas con aquellos? ¿Para salir perdiendo? ¿Por qué te hiciste cristiano, para tener dinero, estar saludable y vivir muchos años? Si todavía estuvieras angustiado por tu salud lo entendería pero ¿qué salmista eres que tu preocupación es financiera, no porque te falte algo sino porque otros tienen más que tú? Si aceptaste a Cristo por tu propio interés, déjalo, si te has bautizado para que tu religión te mejore la economía, prepárate para no recoger nada porque Dios, con quien juegas, lo mira todo y no ha entrado en tu negocio ni te reconoce esa fe fingida, ese amor con fingimiento, ni tu bautismo tampoco. Arrepiéntete porque en hiel de amargura y prisión de oscuridad veo que estás, mago (Hch.8:23).

73:15

“…a la generación de tus hijos engañaría…”, o defraudaría, ofendería, al verme ahora vivir aquello que deploré y contrario a lo que les enseñé.

 

73:16

“…duro trabajo para mí…”, fue difícil de entender.

 

Se hallan explicaciones orando

73:17-24

“…hasta que entrando en el santuario de Dios comprendí…”. Cuando se le hace una biopsia a un pecado, sólo se ven inmundicias y más inmundicias. El Señor nos concede su luz para verlo y ser libres. Al santuario se entra para adorar y orar a Dios; el entrar trae implicado el ser recibido estrechamente por la Deidad, es un paso de comunión. Así, en la soledad y la reverente adoración y oración, ésta se vuelve eficaz cuando nos enseña quién es Dios y el significado de su obra; se despejan todas las dudas sobre la vida. Se hallan explicaciones orando. Estuvo bien que orara por su tentación y se quitara de algún modo la envidia. El testifica que después que oró y comprendió el asunto estuvo aliviado y salió de allí gozoso y diciendo cosas muy bonitas. Se conformó con una explicación que otros pudieran que no: que en un abrir y cerrar de ojos todos los ricos que él conocía, puros seculares o agnósticos, serían de repente cortados por la guadaña de la muerte o la mano de un Dios justiciero. Si Asaf vivió muchos años más, en la mayoría de los casos los ricos incrédulos siguen viviendo y bien, la muerte los taló pero como robles viejos. ¿Es eso lo que tú querías? No cantor, no conviertas tus deseos en respuesta divina, no digas que Dios te habló, cuando fue la voz de tu conciencia. ¿Por qué en vez de comprender “el fin de ellos” no entras al santuario para entenderte tú y pedir que al Señor que te ayude con la envidia y te capacite para vivir con menos? ¿Es justo que te pongas contento porque otros, que quizás no hicieron sus fortunas robando sino negociando, tú quieras que lo pierdan todo incluyendo sus vidas? Si es que la consiguieron de ese modo.

73:24

“Con tu consejo me guiarás y después me recibirás en gloria”; no parece que se refiera al cielo sino al honor y la honra que aparecen cuando vencemos una tentación. Hay versiones que traducen en presente y en forma de oración, así “y después recíbeme con honor”; dame un amplio recibimiento Señor. Cuando somos obedientes no podemos esperar ni pedir menos que honra. ¿Y qué si ora un cristiano? Las líneas son toda una esperanza. Los que Dios aconseja lo encuentran en gloria.

73:25

“¿A quién tengo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo”. La gente se extraña que nos abstengamos de esto y aquello; cuando el Señor comienza la obra en nosotros nos da un deseo de sí mismo que es sólo lo que deseamos y nos satisface. Según la esperanza cristiana podemos decir que tenemos en el cielo, no sólo a Dios sino muchos más, al Salvador, a los ángeles y los espíritus de los justos hechos perfectos que nos han precedido y entre ellos los que hemos ganado con riquezas injustas que saldrán a recibirnos. El cielo no está vacío.

73:28

“…el acercarme a Dios es el bien…”. El sumo bien. Estar cerca de ti, ver tu gloria, contemplarte. No es para pedirte, Señor, sino para que me bendigas, para estar donde tú estás. Mi desgracia es estar donde tú no estés. Tu presencia es mi sumo bien. ¡Dios mío, Asaf, cómo se perfeccionó tu oración mientras avanzabas! Tenía objeciones cuando empezaste pero acabaste de orar de modo que mereces un abrazo, hermano mío; te transformaste mientras orabas, empezaste envidiando y acabaste abrazado de Dios, empezaste mirando el dinero de otros y acabaste con tus ojos clavados en el Señor. El que es sincero al orar y ora con fe nunca será igual. Amén.

 

Un sombrío espectador 

74.

El autor de este salmo, un descendiente de Asaf el de los tiempos davídicos, es el sombrío espectador de la destrucción del templo. Calvino piensa que la ocasión puede referirse a los tiempos de Nabucodonosor rey de Babilonia y la caída en sus manos de la ciudad de Jerusalén o a los Macabeos bajo el mando de Antíoco Epífanes. He leído de distintos autores sobre las dos opiniones y la descripción del comentario de Keil & Delitzsch es tan gráfica y convincente que la copio. “"La sustancia de ambos salmos (73, 74) en apariencia parece que fue escrito en tiempo de los caldeos pero eso está en oposición al tiempo de los Macabeos. Después que Antíoco Epífanes regresó de su segunda expedición a Egipto (170 a.C.) castigó a Jerusalén quien había estado en revuelta bajo el mando de  Jasón, y lo hizo de tal manera cruel, que entró al templo de Jerusalén acompañado por el sacerdote Menelao y sacó afuera los vasos sagrados y aún el oro que cubría las paredes. Miles de judíos fueron en esos tiempos masacrados y otros llevados en cautividad. Durante el tiempo de su cuarta expedición a Egipto (168), cuando un partido favorablemente inclinado hacia los tolomeos volvió a levantarse en Jerusalén, envió a Apolonio para que los castigara (167) y su tropa la pasó a espada y la incendió destruyendo casas y paredes, también varias puertas del templo y arrasó muchos de sus apartamentos. En esta ocasión también miles fueron muertos y otros llevados cautivos como esclavos. Entonces comenzó el intento de Antioco para helenizar a los judíos. A un veterano ateniense se le encargó llevar a cabo esa comisión. La fuerza fue utilizada para obligar a los judíos a aceptar la religión pagana y adorar al Olimpo y su dios Júpiter (Zeus): en el día 15 del mes de chisleu un pequeño altar fue levantado sobre el altar de las ofrendas del templo y el 25 de ese mismo mes el primer sacrificio fue ofrecido a Zeus en el altar de Jehová. Debido a esto una multitud de opositores juntos con el sacerdote Matatías se levantó en contra (hasmoneos). Este salmo sorprende por las coincidencias que describe con este tiempo que he mencionado".

74.3

“Masquil”, una composición de tipo didáctico. “asolamientos eternos” “ruinas eternas”; aquellas cosas tuyas que me parece que han sido por ti perpetuamente destruidas, tu santuario y tu heredad. Entra Señor, en mis desolaciones. ¿Qué puedes hacer tú con mis humeantes ruinas? Son ruinas Señor, han sido arruinadas, ¿podrás hacerlas nuevas todas las cosas? En esas soledades, Jehová, antiguo Dios, entra tú, donde ellos estuvieron pon tú tus pies, álzate de nuevo y coloca piedra sobre piedra en el sitio que estaban cuando dijiste que caerían. Tristemente tuviste razón. Levanta una iglesia nueva, y una nueva Jerusalén.

 

Sorprendente rareza en la inmutabilidad de Dios

74:9-11;22,23 

“… ¿hasta cuándo, oh Dios…?”. ¿No se te ha ocurrido, a veces, que hay cierta inactividad de Dios, en tu vida, en la iglesia o en el mundo? Dios, nos parece, es indiferente, no le importa lo que está pasando; no responde las oraciones de los santos, no realiza sus deseos ni cumple sus promesas. Es como si Dios se negara a sí mismo, como si no pusiera el sello de su aprobación sobre su verdad y traicionara la confianza que los hombres han depositado en él. Actúa como si no oyera, como si no existiera; parece que se halla fuera de quicio y le está dando la razón a los que no la tienen.

¿Acaso tú concibes a un Dios que no tenga movimiento dentro de sí mismo, dentro de su propia esencia? No, como ya hemos estudiado, su inmutabilidad no significa que no se mueva, sino que no cambia. La inmutabilidad divina se define más teniendo relación con su carácter que con su esencia. Nuestro concepto trinitario de Dios hace imposible concebir a un Dios que esté dentro de él inactivo y que cada una de las Divinas Personas se halle frente a la otra mirándola sin decir nada y sin efectuar nada. No, el Verbo es la Acción de Dios y siempre se halla en actividad, y Jesús lo dijo en su ministerio, “mi Padre hasta ahora trabaja y yo trabajo” (Jn.5:17).

Las leyes naturales no fueron creadas por él mismo para sustituirlo; Dios las hizo para actuar por medio de ellas, para que el hombre pudiera vivir no en un caos sino en un mundo ordenado. Cristo, propiamente dicho, es quien sostiene la creación (Col. 1:17) y “sostiene todas las cosas con la palabra de su poder” (He. 1:3); ninguna de ellas funcionaría sin el expreso deseo de la Deidad. Cada criatura toma de Dios, minuto a minuto, lo que ella necesita, sea luz, agua, aire, alimento, vida. El sol su luz, la luna su movimiento, el mar la brisa, las nubes el agua, el aire su soplo. 

Pero hay momentos en que al creyente le parece que Dios está inactivo, no en su propia esencia, sino en los hechos, propiamente cuando los hombres pecan en contra suya. Eso es lo que consterna y horroriza al salmista, que Dios no haga nada cuando los impíos se levantan contra la iglesia y la humillan y los fieles tengan que sufrir a manos de ellos. ¿Por qué Dios está inactivo cuando los hombres pecan? No siempre es así, él está inactivo cuando algunos hombres pecan; y se puede afirmar que lo está sólo hasta cierto punto y más allá de donde él estime ellos no pueden pasar (Sal.76:10). La inactividad de Dios ha de servir para explicar algunas doctrinas que emanan de su voluntad. Primeramente podemos afirmar que escoge estar inactivo, no porque haya situación que lo obligue a ello, por alguna circunstancia que se haga incontrolable. Si él escoge ciertos tiempos para hallarse inactivo es que su inactividad es lo mejor y forma parte de sus propósitos. Pudo haber elegido estar activo, pero escogió no estarlo, por ende es una posición opcional suya que muestra su prerrogativa, su soberanía. La aparente inactividad divina tiene que ver con su voluntad permisiva, cuando él tolera ciertas cosas que no le gustan pero que las permite. En ese caso hallamos el engaño de Eva, el pecado de Adán, el asesinato de Abel, la violación de Tamar y muchos otros que él no aprueba moralmente pero que consiente en que se lleven a cabo. Estas son cosas que enredan la fe de algunos, por ejemplo cuando los inocentes sufren, o mueren niños; se preguntan por qué Dios estuvo inactivo.

 

Cuando Dios no actúe piensa que es su voluntad que las cosas transcurran así, en silencio y sin movimiento de parte de la Deidad. Generalmente el período de inactividad divina trae consigo un alargamiento de su misericordia porque no quiere que ninguno perezca sino que se arrepienta (2 Pe. 3:9); y por otra parte suele ser la hora de la potestad de las tinieblas (Lc. 22:53). Dios deja que Satanás ande suelto y opere como quiera, cual si le hubiera dado su poder.  Ejemplo de ello lo tenemos en Job, Pedro, etc. No hay tal cosa como la inmovilidad divina cuando Dios no se apura, sino que realiza su voluntad por las manos de otros, por medio de las circunstancias, para llevar a cabo sus deseos. Por encima de la historia de nuestras vidas y pueblos se halla Dios. Oh Señor, danos fe para creer en todas las ocasiones y no nos de la impresión de que te hallas inmóvil. 

 

Qué se creen esos Atlas

75.

“…sobre no destruyas”, ver Sal. 57. Estos salmos son buenos, son inspirados por Dios, pero, dicho con total reverencia, no suenan con igual calidad que los de David. El santo autor que hay detrás hace la diferencia. No todos los creyentes oran iguales. Los salmos de David son más oraciones que canciones, tienen más de él, de sus emociones e intelecto. Los otros autores escriben más poesías que oraciones. Debiéramos orar para llegar a ser como estos santos del Antiguo Testamento, para invocar a Dios contra el mal como ellos lo hacían. Si miras en este salmo verás que se enardece en su santidad contra el orgullo de los pecadores, “no os infatuéis…” (vv. 4-6), a los cuales personalmente amonesta para que bajen el tono arrogante de sus palabras. Parece que los invita a adorar a Dios pero ellos se niegan (v. 9). Se creen dioses por el poder que tienen, más que hombres, y rechazan dar gloria al Señor. Gran parte del salmo (vv. 4-8) contiene la esencia de las exhortaciones; el juicio de Dios sobre esos arrogantes. Bendito seas Señor que inspiraste al salmista para que pusiera por escrito parte de sus sermones. ¿Por qué los hombres no te adoran? ¿Es porque se enaltecen a sí mismos? Sobre todo, aquellos que tienen el poderío, piensan, por la gloria humana que les has dado, que son inmortales, dioses eternos, y son ellos y no tú, los que sostienen con sus brazos las columnas de la tierra (v. 3). ¿Qué se creen esos Atlas, Señor? ¡Cuántos anticristos han salido por el mundo negando al Soberano (2Pe. 2:10), "anárquicos" que desprecian cualquier clase de señorío espiritual; sea del diablo, del Señor Jesucristo y hasta el sistema civil organizado. Este salmista es un predicador sobre el señorío de Jesucristo.

75: 2

“Al tiempo que señalaré”. Al tiempo que tú has determinado, no yo, juzgarás a los impíos, se les acabarán las oportunidades de salvación que les diste; muchos años les das para que vivan sin vengarte, y al fin los juzgarás rectamente; pero a mí, Señor, me interesa más mi bendición que la humillación de ellos. Júzgalos cuando llegue el tiempo oportuno y no hagas caso de nuestros gritos de venganza.

75: 3

“…yo sostengo sus columnas”. El daño que los impíos hacen al mundo tiene un límite; no lo deshacen porque Dios sostiene sus columnas. Creen tener más poder que quien sostiene el mundo (vv. 4,5).

75:6-8

“…a éste humilla y aquel enaltece”. Por toda la Escritura los soberbios están advertidos y doblan sus rodillas ante Cristo, antes que los ponga como estrado de sus pies. Dios da gracia a los humildes y resiste a los soberbios (Sgo. 4:6).

 

Eso que has visto no es nada Asaf

76.

“Neginot” propiamente significa una música instrumental, un instrumento de cuerdas. Alma mía ¿piensas que Dios no puede ganar las batallas que emprende? Pregunta a sus enemigos, si los hallas, si han prevalecido contra él. Nadie que haya atacado su heredad ha vivido mucho para disfrutar su victoria; y si Dios ha castigado largamente a su pueblo por su mano, su final no ha sido feliz. El salmista recuerda alguna liberación (v. 6); principalmente la impresión que Dios le causa es que es "temible" y por cuatro veces lo dice (vv. 7,11, 12) la misma palabra que en 130:4 se traduce reverenciado; pero no para los suyos sino para los que lo desafían (v. 12). Asaf sólo fue impresionado por la victoria de Jehová en la guerra (vv. 5-9), pero ¿qué impresión le causaría si viera cómo destruye las almas y los cuerpos en el infierno? (Mt. 10: 28). No amputes el temor de Dios en tu servicio a él, cuida tu salvación. Hoy no se habla de un Dios terrible porque no se quiere decir que castiga al hombre, que castiga el pecado. Pero es verdad, Dios destruye las almas con fuego eterno y su palabra nos enseña bien a hacer diferencia entre lo santo y lo profano (Lev. 10:10).

 

Dios usa el mal humor, el mal carácter y el enojo

76:10 
“La ira del hombre te alabará, tú reprimirás el resto de las iras”. Aunque ruja la ira de los adversarios contra la iglesia, Dios la usará como se pudiera traducir, la usará para la alabanza de su cuidado y protección. Nuestro texto dice que las reprime, si quiere. Habrá gracia para cohibirla y no traspasará los límites previstos y ordenados, y los enemigos no podrán ir más allá de la frontera que se les permita. El resto se quedará en planes e intenciones porque Dios no permite ninguna cosa que no le alabe. Se puede estar tranquilo Israel que el mal humor, el mal carácter y el enojo enemigo resultará para bien suyo y honra de su religión.  

En cuanto al enojo de sus hijos, que aquí no habla,  ¿cómo Señor, la cólera, el enojo pueden alabarte? ¿No dice el apóstol que la ira del hombre no obra la justicia de Dios? (Sgo. 1:20). Por supuesto, uno dice cosas, toma decisiones y hace cosas impulsado por la ira de las cuales después se arrepiente porque le pesan. ¿Es que acaso se puede uno airar y no pecar y si es de corta duración? (Efe. 4:26). La ira generalmente es pecaminosa pero algunas de ellas Dios la usa para su gloria y aquellas que no tienen uso o pueden deshonrarlo las reprime, si quiere. No se trata de la ira en sí que sea buena sino que el Dios sabio sabe cómo usarla para su propósito. Y por favor, no tome este título como una excusa para el mal carácter y el mal humor.

Sal. 77: 2

“...alzaba a él mis manos de noche, sin descanso”. Hay hermanos a quienes ha costado muchas oraciones obtener lo que tienen. Jesús nos dijo que oráramos sin desmayar (Lc. 18: 1), y ejemplo de eso lo tenemos en el apóstol Pablo cuando habla de "muchos desvelos" (2 Co. 6: 5; 11: 27), que no pudo tratarse sólo sobre insomnios con preocupaciones. ¿Ya has orado suficiente por tus grandes deseos? ¿Estás cansado de orar? Señor, derrama tu Espíritu sobre nosotros para que seamos como tú y te disfrutemos, permítenos ver la obra de tu gracia en los pecadores.

 

No nos enfermemos con pesimismo

77:1-10;11-20

Este salmo presenta a un santo, Asaf, preocupado por la obra de Dios, por su pueblo; se siente desolado, impaciente y le parece que nunca llegará la ayuda divina. Está enfermo con pesimismo, desalentado; y esos sentimientos los vierte en la primera parte (vv. 1-10). No dormía, pasaba la noche orando a Dios, (v. 1) llorando y lamentándose  (v. 3); implorando a Dios que la situación de su pueblo cambiase. 

Amado, ¿hay almas entre nosotros que se preocupen de la situación de la iglesia de esa manera, que se aflijan tanto por las condiciones espirituales y morales de la obra del Señor, que cuando la vean caída se les vaya el sueño y pasen, sobre sus camas, la noche orando? ¿Dios tendrá almas aquí que cuando notan la falta de sus misericordias se apesadumbren de ese modo? Dios nos dé almas así, como la de Asaf, como la de Lot que consumía sus fuerzas llorando por Sodoma, y como la de Pablo sobre quien caía “la preocupación por todas las iglesias”; o como Timoteo que sinceramente se interesaba por todos los hermanos (Flp. 2:20). Almas que oren: Oh Señor, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer (Hab. 3:1,2). 

Pero puede suceder, como le pasó al salmista, que su preocupación fue tan aguda y persistente que se enfermó con pesimismo y le parecía que ya Dios no los iba ayudar. Clamamos por tu misericordia, por tu perdón, por tu gracia. No nos dejes enfermarnos con pesimismo porque él dijo: “Enfermedad mía es ésta” (v. 10; también quiere decir desgastado; se desgasta uno inútilmente en su propia mente). Tú conoces, Señor, mi impaciencia y que para mí un día no escomo mil años, eso es mucho, yo soy temporal y cuando veo las semanas y los años pasar y tu obra sigue estancada, asediada por enemigos espirituales, mi fe flaquea y pienso que te tardas, que no oyes mis súplicas y nunca nos ayudarás. No, no puede ocurrir que tú cambies y te desprendas de tus misericordias para tu pueblo infiel. No Señor, si cesan tus misericordias cesaría de latir tu corazón, se morirían tus sentimientos, faltarían tus ternuras, se endurecería el ser divino, mi Dios se convertiría en una piedra. Un Dios que no usa ya misericordias, ¿sería aquel que es Creador de tantos sentimientos en los hombres y las bestias? ¿El Dios Padre, aquel a quien Juan llama Amor? Oh no, tú eres Dios, el que amó al mundo de tal manera que dio a su Hijo Unigénito. Que no cese mi fe, Señor, cúrame de pesimismo. 

77:10

LBLA traduce “Este es mi dolor: que la diestra del Altísimo ha cambiado”, que es una interpretación hallada en el Tárgum. Esa es su crisis cuando cree que Dios cambia, y eso no es cierto; para él es aparente porque Dios no le responde. En la antigüedad sí pero no ahora (vv.14,15).

77:19

Lee eso con delicia “en el mar estaba tu camino y no se conocieron tus huellas”. ¡Quién lo iba a decir, que Dios tuviera escondido un camino en el fondo del Mar Rojo! Uno dice ¿cómo es que Dios ha llegado hasta aquí sin dejar huellas? Dios nunca deja huellas. A veces sí, para que los hombres incrédulos y los que preguntan por él sepan que pudieran hallarlo en el desierto o pastoreando entre lirios. Yo he visto sus huellas en la creación. Prefiero mirar sus huellas que las que dejó el pecado en mi historia.

 

No sólo la escuela dominical en la iglesia

78:1-8

“Masquil”, un poema para aprender. Ha sido establecida por Dios la enseñanza oral de la familia dentro de ella misma; de la misma manera que se transmite la cultura particular a la cual pertenezca o en la cual viva, y se forma o deforma con ella. Si queremos tener una sociedad cristiana, hay que pensar en hogares cristianos, no nominales sino educadores practicantes de la cultura cristiana. Las enseñanzas de la Biblia han de pasar de abuelos a hijos y de hijos a nietos (2 Ti. 1:5); cada hogar por separado, cada padre responsable de cultivar bíblicamente la mente de sus hijos e hijas y de instruirlos en el valor de la religión cristiana, los hechos poderosos de Dios, la historicidad de la Escritura, la salvación por gracia por medio de la fe y una variadísima gama de aspectos actuales que compete a la familia enfocar desde su seno: aborto, robo, violencia, trabajo, infidelidad conyugal, etc. Incluso, las vidas de los grandes hombres y grandes mujeres cristianas para que admiren e imiten tales figuras (Dt. 6:5-9). Por importante que sea la Escuela Dominical es demostrar demasiada confianza en ella confiarle toda la educación bíblica de nuestros hijos tan solo a una hora de instrucción semanal. ¿Estás transmitiendo a tu familia los valores cristianos y culturales? Oh Señor, bendícenos como padres educadores de nuestros hijos, ayúdanos a enseñarles la palabra conforme a lo que puedan y necesiten oír, que podamos adiestrarlos en el enfoque cristiano de sus vidas y la sociedad para que aprueben lo mejor. 

 

 

78:24

“Le dio trigo del cielo” o flor de harina, maíz, granos, o “pan de fuertes, de nobles” (v.25), o como dicen los significados, pan de fuertes, de ángeles, de poderosos, de valientes; la mejor comida del mundo. No hay otra como el maná de Dios, no hay otra como la Biblia, no hay otros como los sermones bíblicos, son comidas hechas con la carne y la sangre de Cristo. Amén.

 

Motivaciones agazapadas

78:29-31

“Les concedió su deseo” “Pidieron a su gusto, comieron y se saciaron”. La oración contestada pudiera ser que se deba a que hemos pedido algo conforme a su voluntad, y eso está bien (1 Jn. 5:14,15), pero pudiera ser que también no; hay cosas como estas, las leemos en la historia de Israel, que Dios las concede pero no en su gracia sino en su enojo y tras ellas viene la maldición. Aun Moisés tuvo esa experiencia cuando golpeó la roca y brotó el agua. Jesús dio un pedazo de pan extra a Judas y no a los otros. Oh Dios, no me des lo que no quieres darme, mejor que contestarme  una oración es que me des gracia para hacer tu voluntad. Señor ¡cuántas cosas mejores y abundantes hay en hacer tu voluntady no en la contestación de alguna particularmente! No nos concedas lo que te pedimos cuando se trate de gratificar los deseos de la carne (v. 18). A veces nos es imposible determinar las motivaciones reales que existen agazapadas detrás de una ansiosa oración.

78:31, 34

“Entonces buscaban con diligencia a Dios”. Señor, quiero que tu benignidad nos guíe al arrepentimiento, que no sea porque tu vara nos impele, que yo te busque por tu gracia y no por mis problemas; sea tu gracia mi principal y oportuno socorro.

 

Peticiones de gracia por conveniencia

78:34-39

“Con su boca le engañaban y con su lengua le mentían”. O también le adulaban. Señor, yo sé que tú aborreces la hipocresía, ¿por qué entonces aceptaste un arrepentimiento fingido, interesado y mercenario como el que practicó muchas veces Israel? ¿Es que no has entendido, Israel, aun lo que es su misericordia? (v. 38).  Pero vayamos más; apruebo que haya aceptado una lisonja como una alabanza, una adulación por una confesión honorable, ¿no muestra eso cuánto ama la salvación de ellos? Aunque haya mucha deshonestidad en lo que alguno hace para recibir la gracia,  desearla, para Dios es suficiente para otorgarla aunque mire que ese deseo no sea perfecto, pero ama que lo queramos y nos otorga lo que le pedimos sin completa sinceridad. 

Oh, hay veces que acuden a nuestra memoria algunos textos de la ley, aun en el Nuevo Testamento, y nos dicen que “Dios no oye a los pecadores” (Jn. 9:31), o que no concede lo que le pedimos “porque pedimos mal para gastar en nuestros deleites” (Sgo. 4:3). Sí, eso es verdad, pero tales textos tienen que ser templados con los otros muchos que hablan de misericordia; Dios también concede cosas que pedimos, pero otras que no pedimos, concede cosas a los infieles sabiendo que la usarán para su propia perdición porque prefiere “con su benignidad guiarnos al arrepentimiento”. 

No hay que ser interiormente perfecto, ni completamente sincero para obtener algo del Señor, sin que yo justifique esas cosas, ¿quién siempre lo ha sido?, porque él nos lo concede todo por misericordias, porque en contra de lo que dice el hermano judío Santiago, no se ha fijado en los vaivenes de mi fe y me ha socorrido (Sgo. 1:6). ¿No has leído sobre “la oración de Manases” y cómo Dios pudo responder a un hombre sanguinario como él? Y ¿no has leído del arrepentimiento del rey Acab, como Dios se lo aceptó, aquel malvado que dio muerte junto con su mujer a tantos profetas de Jehová? (1 Re. 21:1-29). Y yendo más lejos, ¿crees que las promesas de lealtad de faraón eran sinceras? Sí, concedo que hay muchos más textos para enseñarnos que Dios no quiere oraciones insinceras, ni peticiones de gracia por conveniencia, pero, como la gracia siempre es una revelación y está escondida desde los siglos, también hay algunos casos donde se enseña que Dios, por sus misericordias acepta lo que le pedimos. Dios actúa como un Padre que acepta la lisonja de su hijo adulón porque de todos modos le quiere dar lo que le pide porque lo ama. No te olvides que cuando pides lo haces al “trono de la gracia” y ella nos concede lo que le pedimos aunque no estemos espiritualmente sanos. Otra razón, yo sé del valor que tiene un Mediador. Dios por razón de su propósito con Israel le confirió muchas cosas, pero sobre todo por Moisés, por sus intercesiones. A nosotros por nuestro Mediador, Cristo. Ni Moisés ni Cristo son hipócritas y Dios les concede lo que piden para otros. Aunque Dios tenga razón para no darte lo que le pides por la forma en que lo haces, aunque te aborrezca por lo que eres, te ama por quien te representa. 

 

Ángeles destructores

78:45-49

 

“…un ejército de ángeles destructores” o ángeles malos. El Espíritu Santo le llama a las plagas en Egipto, “ángeles destructores” (v. 49); ángeles específicamente sólo hubo uno, el que destruyó a los primogénitos, pero le llama ángeles destructores a la plaga de la langosta, a las moscas, a los piojos, al granizo, al rayo y a las orugas, inclusive, a las tinieblas también se les llama así. Fueron “enviados” por Dios pero más bien “mensajeros” suyos que es lo que la palabra ángel significa, azotes enviados por Dios con mensajes de juicios. ¿Cuándo reconocerás esas cosas como mensajeros de Dios, como ángeles suyos para castigar la obstinación? Otros como esos aparecen aquí y allá, como vientos, ciclones, inundaciones, tsunamis, tornados, tempestades, terremotos, volcanes, incendios, enfermedades incurables quizás no producidas por moscas o mosquitos pero por alguna bacteria desconocida, guerras, rumores de guerras, violencias, herejías, divisiones; son ángeles destructores, enviados por Dios para abatir nuestro orgullo y prepotencia, para destruir nuestras propiedades (Ex. 10:7), nuestros cuerpos, contaminar nuestra religión, romper nuestras familias (Ex. 12:29,30). No hay sitio en nuestra sociedad donde no haya entrado ya alguno de esos ángeles destructores que actúan como demonios, el alcohol, el tabaco, la fornicación, el divorcio, la enfermedad, la cárcel, la droga.

Mientras sigamos rechazando al Mediador enviado por Dios para salvar a su pueblo, como ellos a Moisés, nadie podrá prevenir la entrada de uno y otro ángel destructor. ¿Ya no lo hemos leído en otras sociedades que han rechazado al Señor? Estamos asumiendo la misma actitud endurecida contra la verdad que tuvieron aquellos que estuvieron en la cumbre, como nosotros hoy, y perecieron. Se nos fugarán de las manos las bendiciones que hoy tenemos, irán al desierto, huirán por el Mar Rojo y por más que las persigamos en nuestros carros no podremos darles alcance. Faraón repitió muchas veces dos cosas buenas: Pidió a Moisés que orara por él y prometió cumplir lo que Dios le pedía; su petición fue otorgada pero luego olvidó sus promesas y continuó tan endurecido como antes. De nuevo se le presentaba otro ángel destructor que enfrentar, distinto, pero fiero y enemigo. Se vencía un problema y aparecía otro. Una calamidad tras otra. Sus enemigos eran interminables, hasta que la sociedad egipcia casi colapsó. 

No podremos arreglar todos los problemas sin hacer la voluntad de Dios, hay muchos enemigos en contra. Si Dios es por nosotros, los ángeles también están a favor, pero si Dios está en contra, como Comandante en Jefe de las Cortes Celestiales, ellas también nos declaran la guerra, porque “nuestra lucha es contra ángeles destructores”, ángeles malos (Efe. 6:12). 

78: 54

“…que ganó con su mano derecha”. ¡Qué lindo está eso!, cuando un alma se salva se puede decir que Dios la ganó con su mano derecha. Con “mano alzada” (Je. 21:5).

78: 65

“…se despertó el Señor como de un sueño”. Después de permitir por mucho tiempo los continuos pecados contra él, hace como si se despertara del sueño y se venga de los que pensaban haberlo rendido, destronado y vencido. Jehová nunca cierra sus párpados, es un perpetuo vigilante, un responsable guarda (meditar en Sal. 121:3,4).

78: 66

“Hirió a sus enemigos por detrás”; es mejor esa versión que la que dice que los hizo retroceder. Dios puede tener muchos enemigos dentro de su propio pueblo. Aquí se hace referencia a los filisteos a los cuales hirió con hemorroides como lo indica el Tárgum (1 Sa. 5: 6), una enfermedad humillante. ¡Dios mío como tiene armas Dios!

78: 70-72

“Y los pastoreó según la integridad de su corazón”. Una canción inmensamente larga donde algunas veces se separa del orden cronológico y concluye mostrando su admiración hacia David; no dice porqué pero como si añorara aquellos tiempos de oro para Israel pero difíciles para su pastor, el pastor de sus corderitos. Todos los hombres y mujeres que hayan servido lealmente a su iglesia son admirables.

 

Con qué mente acercarse a la sociedad

79:4

“…somos afrentados por nuestros vecinos”. ¡Qué clase de sociedades esas! Israel tenía pocos amigos, si algunos; siempre ha existido rodeado por enemigos. El mismo Dios los desalentaba para que no realizaran alianza con sus vecinos para que no aprendieran las costumbres de ellos y porque haciendo alianza con ellos terminaban por confiar menos en él y más en los ejércitos ajenos. Los vecinos (las sociedades) miraban a Jerusalén como una adversaria que algún día trataría de conquistarlas a ellas y ellos a su vez deseaban hacer lo mismo. La única manera que tenía Jerusalén para llevarse bien con sus vecinos era exterminándolos o dominándolos. La luz no podía tener comunión con las tinieblas.

¿Cómo se puede aplicar esto a la sociedad y a la iglesia donde ella vive? La iglesia debe pensar que el mundo es enemigo de ella y ella del mundo (Sgo. 4:4,5); tiene que aproximarse a la sociedad con esa definición en su mente: o la destruye o la transforma, pero nunca “conformarse” a ella (Ro. 12: 2). La culturización de la iglesia es la muerte del evangelio; la iglesia más que adaptarse a la cultura de su época debe retarla, no hacerse eco de ella. Puede que al hacerlo corra el riesgo que la marginen, que la condenen al ostracismo, pero sobrevivirá siendo fiel a sus principios y preservará el evangelio para otras generaciones. El evangelio tiene suficiente poder en sí mismo como para sobrevivir a cualquier cultura; con ella o sin ella, pero si se disuelve dentro se muere. En el fondo de su corazón la sociedad desea la muerte de la iglesia. El evangelio no es un producto cultural, es una cultura en sí, por lo tanto no tiene necesidad de la cultura para su supervivencia. Quizás por un tiempo la aplauda (Hch. 2: 47), pero tarde o temprano la perseguirá porque todo el que quiera vivir piadosamente en Cristo padecerá persecución (2 Ti. 3: 12). ¿Por qué buscar su aplauso y aprobación, yendo a su campo? ¿Qué quieren decir los que hablan de una voz en la sociedad? 

 

Esperar a Jesús si viene en nuestra dirección 

79: 8

“...no recuerdes las iniquidades de nuestros antepasados”. En el Antiguo Testamento los santos saben que Dios puede estar airado por varias generaciones (Ex. 20: 5), porque aunque no hayan cometido los hijos los pecados de los padres, aunque no sean moralmente corruptos como ellos, comparativamente mejores, aún permanecen sin gracia e indiferentes a él. Aunque Dios ajuste el castigo a la falta ella incluso no disminuye (Sal. 62: 12; 103: 10), de modo que nunca es injusto. Por ignorarlo, menospreciarlo, es suficiente para merecer el castigo que impuso a otro por sus faltas. Alma, no pienses porque eres moralmente mejor que tus padres, vecinos o antepasados, no mereces la condenación de ellos. La excepción la hace Cristo. Ni la indiferencia ni la neutralidad espiritual son castillos seguros para esconderse de la ira de Dios. Suponiendo que nunca hayas cometido un pecado, pero por naturaleza estás incapacitado para tener un lugar en el cielo, por la naturaleza humana contaminada con el pecado original. Disfruta esa porción de la oración, “venga pronto a nuestro encuentro tu compasión”. Es como esperar que Jesús llegue caminando a nuestro encuentro porque ya viene en esa dirección.

 

 

Oraciones en las cárceles 

Sal. 79: 11

“…llegue a ti el gemido de los presos”. El salmista expresa la compasión que siente por sus hermanos presos; acordándose de ellos “como si estuvieran presos juntamente” (He 13: 3). No cumplían sentencia por haber faltado a otro país sino por haber sido héroes de Israel, por haber luchado defendiendo su patria. Eran deportados, prisioneros de guerra. Unos habían sido torturados por placer de los captores, otros cumplirían larguísimas e injustas condenas y otros sentenciados a la muerte. 

Quizás estas palabras lleguen a algún ex prisionero de guerra, a alguno que haya estado encarcelado. Si así ahora ocurre, piensa que cualquiera que haya sido el medio usado para conseguir tu libertad, dinero, negociación, amnistía, evasión, o la suerte como la llaman, puedes estar seguro que has escapado vivo por la piedad de Dios que atendió a oraciones hechas, tal vez por personas que no conoces. Muchos han muerto en sus calabozos, de ellos ni siquiera sus propios compañeros conocen cómo murieron, se perdieron para siempre en las sombras y ya no tornaron más. Sus cadáveres yacen en alguna fosa común, arrojados allí por sus verdugos. No obstante, “la suerte” tuya ha sido diferente, pese a los muchos sufrimientos y torturantes recuerdos que hayas sacado de la cárcel, te hallas vivo, y eso porque a Dios le plugo tener compasión de ti y te concedió la vida por botín. 

Permíteme, por doloroso que sea, preguntarte, ¿clamaste a Dios cuando estabas preso, le pediste que te concediera salir y ser de nuevo un hombre libre, le hiciste promesas en relación con tu vida, con tu familia? ¿La has cumplido desde que te hallas en la calle? Si Dios te permitió salir libre no es para que vivas como lo hacías antes de ser un prisionero. Tal vez la cárcel te ha dañado, te ha endurecido el corazón, no te dejan esos recuerdos salir adelante. ¿Por qué no vuelves a orar a Dios para que te ayude a no lamentarte más por lo que te pasó, para que te ayude a perdonar, o al menos a olvidarte de los que te hicieron mal, para que quite de tu pecho los odios y deseos de vengarte? La cárcel pudo haberte hecho un hombre distinto pero no un hombre nuevo que es lo que necesitas ser, creado por el Espíritu en santidad y verdad. Puede que la cárcel te haya convertido en algo menos que un hombre, en un demonio; no, para los demonios no hay esperanza de cambio pero para ti sí; quizás ya no eres un hombre preso, pero lo sigues siendo de ti mismo, de tus recuerdos, de tus experiencias, de tu frustración, de tu vida, de tu historia. ¿Estás preso aún? ¿Vives prisionero por un tirano dentro de tu país y apeteces el exilio? Recibe al Espíritu que trae libertad, recibe la verdad de Cristo que hace libre al hombre (2 Co. 3: 17; Jn. 8). Saliste o saldrás de una prisión, pero te queda otra, en tu mismo cuerpo. Sigues condenado a muerte porque no andas en el Espíritu Santo sino en la carne (Ro. 8: 1); lo que más necesitas es perdón y libertad de la memoria.

80: 1

“Tú sentado más alto que los querubines” es la versión LBLA, la RV dice “entre querubines” rodeado por esas criaturas. Eso está bien, así es, pero me gusta pensar en la elevación de Dios, más sublime y superior que todos ellos, nadie ni ninguno le alcanza siquiera el hombro. Dios es infinitamente superior a cualquier cosa o persona, por eso le llamamos con justicia el Altísimo, y a su Hijo que es más sublime que los cielos y de quien se dijo adórenle todos los ángeles de Dios. Eres tú Señor, la roca que es más alta que yo, déjame ascender a ti.

 

No tanto una iglesia con propósito 

80:1-15

“…sobre lirios” o con trompetas, también en 45, 60, 69. “…oh Dios restáuranos”. El salmista ora por la restauración de Israel (v.3), le pregunta a Dios hasta cuándo las cosas continuarán mal (v. 4). Después de ese período de preguntas (nota que eso implica su fe en un Dios personal), argumenta con su Dios recordándole lo que hizo con su pueblo; como casi todos los autores del Antiguo Testamento, hace mención del éxodo, la redención de Israel, su nacimiento como pueblo. Eso es decir que le está recordando el propósito que ha tenido con la existencia, formación de Israel

Oh amado, cuando Dios no nos responde la oración por su ira, cuando no parece habernos perdonado, cuando los enemigos de la iglesia la devoran, el mejor argumento para orar es recordarle su propósito para con nosotros, es la verdad más sólida que un creyente puede invocar para estar firme y asegurar su esperanza. ¿Te parece que Dios no continúa adelante con su propósito de salvación? ¿Que la infidelidad de la iglesia es un obstáculo insalvable y arruina el propósito de Dios con ella? ¿Que la infidelidad de ella ha hecho nula la fidelidad de él? Lee entonces 2 Timoteo 2: 13. Si ves que tu vida espiritual o la de la iglesia son vendimiadas por ladrones, no pienses que Dios no continuará con su propósito de salvación. No, lee Ro. 8: 28-30. Medita sobre el propósito de Dios.No se trata de una iglesia con propósito sino un Dios con propósito.

81.

“Gitit”, o arpa, “…el arpa deliciosa”. Cuando el salmista llama a la adoración a Jehová, no parece ser un buen momento para su pueblo sino que se lamenta que Israel se halla ido tras otros dioses paganos (vv. 8,9, 13). El llamamiento se encuentra en los vv. 1-4. Esa santa convocación es una reafirmación de sus raíces religiosas, confirmación del monoteísmo de Jehová, el mantenimiento de la religión nacional. Cada fiesta de este tipo ayudaba a renovar la llama que se iba apagando. Las reuniones, amado, son importantes para renovar nuestro fuego religioso. Para cada judío estos días de fiestas eran inolvidables no sólo para la cohesión nacional sino de avivamiento espiritual. No te dejes de reunir cada domingo, pudiera ser una re-dedicación a Jehová. Si se enfría tu religión, si languidece la llama de tu fe, si pierdes el fervor, renueva tu primer amor en oración dentro del pueblo santo. Acude al llamado de reunión.

 

 

Es cierto, pero es imposible que sea cierto

81:10-13

 

“…los dejé a la dureza de su corazón”. Siempre es una cosa terrible que Dios entregue a un pecador a su incredulidad, que es dejarlo a “la dureza de su corazón”. Esa desgracia no le viene a nadie que se halle viviendo inocentemente sino a aquel que deliberadamente comete un acto de desobediencia (Ro. 1: 23,24,28). Es correcto decir que un hombre vive en pecado porque Dios lo abandonó a su propia mente y por eso comete cosas que no le convienen a él ni a la sociedad donde se encuentra, pero es incorrecto decir que en su  reprobación sea inocente. El hombre se halla en el camino que ha escogido. Esa doctrina es mejor explicarla en el tiempo, no desde la eternidad, “antes que hubieran hecho bien y mal”, lo cual es útil para hablar sobre la predestinación para salvación, no para condenación.

Cuando los hombres ven que el pecado se vuelve incontrolable y que la sociedad está atestada de él (Ro. 1: 29), deben volverse a Dios y revisar sus “razonamientos” y sospechar que no han visto las cosas claras (Ro. 1: 21); que algunas cosas han sido planteadas equivocadamente, que no se ha razonado bien o al menos que no se ha decidido bien en relación con lo que se ha averiguado, que ha habido algunas mentiras iniciales que han dado como resultado el rechazo de Dios. Hay un momento en la filosofía, en la ciencia, en el cual Dios se descubre al hombre; quizás un segundo, un minuto, una idea que pasa por su cabeza y se interroga diciendo: “¿No habrá un Dios detrás de todo esto? ¿No tendrá este mundo un Diseñador?”; ese es el momento, al descubrir a Dios, en el cual el hombre también se descubre a sí mismo, su origen y destino. Es el momento para darle gracias por haberlo creado y adorarlo. Pero desgraciadamente el hombre ha dicho: “Es cierto, pero es imposible que sea cierto”. 

81:10

“…abre tu boca…”. Tan simple como abrir la boca y él pondrá en ella el alimento; tan simple como invocarle. Señor, me atengo a esa promesa, abro mi alma a ti, no la dejes vacía, llénala con tu sustancia, nútreme con pan del cielo, con lo más íntimo tuyo, en tu delicia, con la carne y la sangre de Cristo que son verdadera comida, mi alma está abierta hoy aquí, Señor. Mi vaso está vacío, llénalo con tu Espíritu, dame a beber de él (medita en 1 Co. 12: 13), tu palabra, la carne y la sangre de Cristo. Quiero beber también, el agua que salta para vida eterna. Hazme Señor una fuente que me asombre. Amén.

81: 15

“Me fingirían obediencia”. Ver nota sobre 18:44.

 

Orando por abogados y jueces cristianos

82:1-8

“… ¿hasta cuándo aceptarás a los impíos?, levántate, juzga”. ¿Has oído decir que la Biblia sólo es útil para la salvación del alma, o que nada más que eso enfatiza, y es excelente para el otro mundo pero no para vivir en éste? Falso. Todo este salmo es un clamor por justicia. No hace mención de holocaustos, oraciones, fiestas solemnes sino de la triste situación de los pobres ante los tribunales y como son abatidos sus derechos. Habla de justicia social. ¿No te intranquiliza para nada la corrupción de la política y el sistema judicial de tu país? ¿No te importa que se dicten leyes injustas? Debiera haber más abogados cristianos que trabajen por la justicia de Dios en la tierra. Esos abusos son pecados en la estructura social.  Amado Señor, haz que haya más hijos tuyos que estudien leyes para que defiendan a los pobres y protejan los derechos que tiene tu obra en este mundo. Hemos vivido en países donde   las leyes religiosas son injustas, constitucionalmente injustas; a veces porque amparan a un grupo y proscriben a otros o porque laboran para conspirar y suprimir la religión. Danos, Señor, abogados y jueces cristianos, que tomen sus carreras como un ministerio para glorificarte a ti, como un ministerio jurídicamente santo. 

82:1,6-8

“…vosotros sois dioses…”, ahora, pero como hombre moriréis…Jesús conocía este texto y lo citó cuando dio a entender su divinidad (Jn. 10:31-39). La Escritura llama a estos jueces “dioses”; Dios mismo así les llama y los nombra como “hijos del Altísimo” por la capacidad y posición para juzgar al pueblo que ellos tenían y la oportunidad de aplicar legalmente la Palabra de Dios. Lo que es una pena leer es que no se comportaron como “dioses” sino como hombres injustos que oprimían a los pobres. El salmista les advierte que eran “dioses” pero no “por naturaleza” (Ga. 4:8), puesto que por haberse creído que lo eran, infatuándose, morirían. Así ha ocurrido a los que se han llamado dioses aquí en la tierra, la corrupción ha desmentido la pretensión de ellos (1 Co. 8:5,6). En la Escritura hallamos que Jesús es el “Hijo de Dios” (Mt. 17:5) y que recibió toda la autoridad del Padre para hacer juicio (Jn. 5:22), y todos compareceremos ante su tribunal. 

 

83:1-8

“…contra tu pueblo se han unido astutamente” (“hacen planes astutos” LBLA). Asombra que Israel tenga tantos enemigos, muchos para un pueblo tan pequeño. Si no hubiera sido por Dios, perece. Los enemigos de la iglesia luchan de corazón contra ella con verdaderos deseos de exterminarla. Aunque tramaban secretamente su destrucción, llegó a saberlo para que orara y se preparara. Todas esas naciones llenas de oscuridad espiritual luchaban contra la luz; Satanás que las dominaba dirigía personalmente el combate contra Dios.  Oh Dios, bendice aquellas naciones que históricamente han sido faro de luz para el mundo; Alemania (en tiempos de la Reforma), Suiza, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, entre otras. Ayúdalas Señor, para que las religiones orientales y la modernización no apaguen sus luces. Señor, sé con tu iglesia también, porque no tenemos lucha contra carne ni sangre sino contra las potestades del aire. Oh Dios, sobrevivan las naciones evangélicas a tanta oscuridad. ¡Cuánta indiferencia hay hoy, Señor, y materialismo y mundanalidad! Oremos  por las naciones evangélicas.

 

Un músico leyendo la Biblia

83:9-12

“…fueron hechos como estiércol para la tierra…” (Jue. 7:25; 8.21). Nota que todas las citas son del libro de Jueces; para Asaf es la revelación más reciente. Pudo haber citado los libros del Pentateuco o quizás la historia de Josué; quizás se debe a que vivió en ese mismo tiempo, o en esos cuatro siglos del tiempo de los jueces. Es una época en “que cada cual hacía lo que bien le parecía” (Jue. 17:6), no es la mejor época de Israel, no es su edad de oro, sin embargo es el tiempo que impresiona a Asaf. Todas las épocas de la historia cristiana son útiles para la humanidad. Quizás fue que el salmista se hallaba leyendo esos libros cuando fue inspirado a escribir el salmo. ¡Qué cuadro más hermoso yo me imagino, a este músico leyendo el libro de los jueces e ir a orar; luego toma una pluma y hace versos a sus recientes oraciones! Para nosotros la revelación más cercana es el Apocalipsis de Juan. Como lectores asiduos de todo el canon sagrado hasta ahí llegamos. Para Asaf la revelación de Dios y la historia de su pueblo son una misma cosa; si bien para nosotros no, sí hay muchas cosas buenas que aprender en la historia del cristianismo que pueden ayudarnos a orar.  

83:16-18

“…y busquen tu nombre, Jehová”. Apetece que busquen el nombre de Jehová pero como una humillación más, no para que crean en él sino para que tengan que reconocer que hay un solo Dios y es el Altísimo. Esa satisfacción de ver a los pecadores reconocer al Señor está reservada para los santos (Flp. 2:10,11); no es un sentimiento que pudiera alabarse fuera de su época y de sus situaciones, pero habla de una gran piedad. 

 

84:2

“…anhela ardientemente mi alma los atrios de Jehová”. “Gitit”, una pequeña arpa, la voz es femenina. Especulo que compuesto para que un coro de mujeres lo cantaran, o de niños y niñas (los que maman). Quiere decir “mi corazón se deshace, llega a su fin, se muere” por ti, Señor. Y mi corazón grita por ti oh Dios, ardientemente desea tener comunión con Dios. Lo que dice el salmista no indica fuego o ardor sino quebranto, desmayo, agonía. Mi corazón también, Señor, el estado de gracia en que vivo en este mundo no es completamente satisfactorio, anhelo el estado de gloria, quiero un poco más de ti, mi alma sufre por ti.

 

Es mejor ser un ave cualquiera que un pecador

84: 3,4

“…la golondrina halla nido cerca de tus altares”. Literalmente no dice que esas aves aniden en el lugar sagrado pero la construcción del versículo permite rectamente pensarlo. Sí, hermano, las aves a veces están más cerca de Dios que los hombres, ellas no lo ignoran, donde se hallen, la mano de Dios las bendice, aunque no tienen alma, ni  promesa de vida eterna, ni Cristo murió por ellas; pero no están en rebelión contra Dios, no las separa el pecado de la gloria divina. Oh, es mejor ser un ave del cielo, cualquiera, que un pecador rebelde que lucha contra su Creador. Una nube en el aire, una piedra en las entrañas de la tierra, la última estrella en el firmamento, están más cerca de Dios que cualquiera que haya pecado. Un árbol, que sólo tiene vida natural, tiene más vida espiritual que un hombre muerto en delitos y pecados, dos veces muerto y desarraigado  (Jud. 1:12). 

84:5

“En cuyo corazón están tus caminos a Sión”; así dice LBLA no la RV pero está bien porque el contexto lo permite, bienaventurada es la persona que en los muchos caminos que hay en su corazón hay un camino al lugar de adoración, el templo, o el camino al cielo, es decir, Jesús que es el Camino.

84: 6

“…atravesando el valle de lágrimas (Baca)”, lo hacen un pozo, lo cambian en fuente. Nuestras lágrimas son realmente las que llenan nuestras fuentes de bendiciones; sin esas experiencias nuestros estanques están vacíos. El sufrimiento nuestro no es para muerte (2 Co. 7: 9, 10), y nuestros suspiros y llantos, como gotas de lluvias, llenan las redomas de Dios.

84: 6,7

“…irán de poder en poder, verá a Dios en Sión”. Al final de este valle de lágrimas no hallaré el infierno sino a Dios, lo veré en mi carne (Job 19: 25- 27); seré como él es porque le veré y conoceré como fui conocido. Esto yendo un poco más allá de donde el texto llega. No tendré poder para hacer muchas cosas pero sí para llegar, seré fortalecido por algún bondadoso ángel de Dios y proseguiré hacia mi destino, veré a Dios en Sión, o literalmente seré visto en Sión. Hay que tener poder para ir a la casa de oración y poder para seguir más allá.

84:10

“…porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos”. Sí, Señor, yo no quiero estar ninguno afuera, en tu presencia hay plenitud de gozo (Sal. 16: 11). Dime ¿cómo piensas tener la vida eterna si no te gusta pasar un solo día en la casa de Dios? ¿No sabes que la vida eterna es vida cristiana? David prefería ser un portero en la casa de Dios que ocupar cualquier cargo dentro de la farándula vanidosa del mundo. Tener ese humilde oficio en la casa del Señor lo consideraba superior a cualquier cátedra y posición de eminencia en el mundo. Los dignos arboles de Jehová dejan que sea la zarza la que se infatúe en esas posiciones (Jue. 9:8-15).

84:12

“…dichoso el hombre que en ti confía”, o bienaventurado. La primera traducción es esconderse. Feliz el hombre que está escondido con Cristo en Dios. El lugar lo hace feliz, Cristo, y la compañía de Dios y de Jesús es bella. El hombre que tiene fe es feliz. Meditar en Col. 3:3.

85:1-7

Sobre los hijos de Coré ver el salmo 40. Para mí es fundamental la localización histórica de este salmo. La cautividad sufrida es la babilónica. Nos hallamos pues, en presencia de sueños cumplidos (Sal 126); al fin el pueblo retorna, tiene lo que tanto quiso, llegó a donde quería, alcanzó la meta ¡aleluya! Dios ha cumplido su palabra y lo que era el sueño de un futuro distante se ha tornado en una presente y dichosa realidad. ¡Nuestros pies pisan de nuevo la tierra, nuestros ojos ven lo que vieron nuestros padres, hemos llegado a casa! El pecado fue al fin perdonado y la justicia alcanzó al fin su límite, las faltas pasadas olvidadas; pero ¿qué pasó? 

El sol se fue, las nubes de la tormenta aparecieron y se nublaron los cielos de sus sueños, no hubo más sonrisas ni alabanzas. Volvieron a pecar y se hallaron en la misma situación que antes de la deportación, de nuevo clamando y llorando. 

85:9

“...salvación…para que se llene de gloria la tierra”, el barrio donde se halla la iglesia, la ciudad, el país entero. Es bueno orar para que el Señor bendiga su Palabra y haya fe en los contornos, de ese modo su gloria brilla en nuestro derredor.

85:10-13

 

“…la misericordia y la verdad se encontraron…la justicia y la paz se besaron”. La misericordia y la verdad concurrieron al mismo sitio, se pusieron en contacto la una con la otra; y la misericordia y la justicia se besaron, o también se ataron juntas, se equiparon con las mismas armas, se tocaron. Cualquiera de esas traducciones es muy sugestiva y bella. Ahí tienes, hermano, elementos que componen la restauración espiritual de un pecador (que es por lo que el salmista ha orado y se le comunica como una respuesta divina, v.8). 

86.2

“...soy piadoso…”; la primera traducción es bondadoso, amable, y después siguen otras hermosas, piadoso, bueno, misericordioso y santo. Lo que no dice es “soy religioso”. Fíjate que allá atrás no terminaron las oraciones de David (72:20); David sigue cantando sus oraciones. El cristiano no termina de orar nunca. Lo que se terminó fue aquella colección, y después siguieron otras. Y mira que no se avergüenza decir que es "piadoso"; pero no se lo dice a los hombres sino a Dios. Si fuera otra cosa no podría ser la base de su oración. Profano (He. 12: 16).

86: 3

“…a ti clamo todo el día…”. Si estás pretendiendo hallar algo en Dios no ores una vez o dos sino todo el día; recuerda que Jesús dio importancia a la "importunidad" (Lc. 11:8,13)). ¡Oh todo el día en comunión con Dios, todo el día sin ser tocados por el pecado, sin que un mal pensamiento ni alguna grosera visión roce mi mente o empañe mis sentimientos! ¡Oh Señor, pon el cielo aquí!

86:5

“Jehová eres bueno y perdonador”. ¿Qué dos cosas más necesita alguien para animarse a buscar el perdón del Señor?; si es bueno y como ser bondadoso no nos es hostil sino que se puede contar con sus entrañas que se muevan a nuestro favor, con un corazón donde caben todos,  y por ejercicioperdonador, porque la historia de su pueblo lo muestra; ya ha perdonado a muchos y todo aquel que viene a él no le echa afuera, y a los pecadores recibe y con ellos come. Disponte a elevar una primera oración de reconciliación y acción de gracias y verás como de par en par se abre el cielo cuando ella suba. Amén.

Sal. 85:6,7

“Jehová escucha mi oración y atiende a mis súplicas”. Tus oraciones y tus súplicas deben ser las primeras y más abundantes. Está bien que oremos los unos por los otros pero Dios quiere oír tus oraciones, tu vida de oración incrementada. Tú eres el afectado, tú debes orar, los hermanos te ayudan pero él quiere oírte a ti. Nota que dos veces dice “mi”. 

Un corazón partido

86: 11

“...afirma mi corazón para que tema”. Lo que dice es “une mi corazón para que sea uno”; en primer lugar significa que tenemos un corazón dividido (Ose. 10:2); nuestro corazón está al menos dividido en dos porciones, separado en dos partes y distribuido en dos señores, entre la carne y el Espíritu y entre Cristo y Belial, con la mente servimos a Dios y con los miembros al pecado (Ro. 7:23-25), entre el mundo y el Señor. Esa es una oración importante, orar por la unión del corazón en sí mismo y por su unión al Señor para poder amarle con toda la mente, con todas las fuerzas. Unión, comunión. Entonces lo temeré. Señor, que no me falte el temor tuyo; que no sea la única razón por la que yo cierre los ojos al pecado y le vuelva la espalda. Oh Dios, por otras razones los hombres pueden abstenerse de cometer el mal pero ninguna de ella es de fe.

85:13

“Me has librado de las profundidades del Seol”; me parece que esa palabra profundidades significa más que el fondo de una tumba, y es que algunas de ellas eran cavadas en piedra; sospecho que el salmista estimaba que esa era una región muy profunda, más allá del suelo.

86: 15

“…lento para la ira”. ¿No te has dado cuenta oh piadoso, que el Señor no es pronto para ejercer venganza sobre sus enemigos o los tuyos?

 

La piedad de una madre viva o la memoria de ella muerta

86:16

“…guarda al hijo de tu sierva”, al hijo de tu esclava. Ver salmo 116:16. ¿Ves que es importante tener una madre que sea “sierva de Dios”? David menciona en sus salmos varias veces a sus padres (27:10; 51:5). En éste particularmente dice que él era piadoso (v.2); ¿por qué lo crees? Pienso que en gran parte porque su madre lo era y ella significó mucho para su consagración al Señor y posiblemente de ella heredó la sensibilidad musical que poseía, su gusto por la música y los preciosos hábitos religiosos que poseía. Su madre fue su alfarera, de ella aprendió lecciones sobre la piedad, oyéndola hablar de Dios y mirando su ejemplo. 

Es una bendición en la vida de oración de  un creyente tener padres piadosos porque pueden invocar a Dios mencionando la vida consagrada que ellos tienen y mencionarle los años de servicio que tienen o tuvieron, si ya están con el Señor. No es orar en el nombre de una madre, porque sólo en el nombre de Jesucristo se debe pedir algo a Dios, pero hacerle memoria a Dios, como quien dice, que nos dio una madre piadosa. Eso está muy claro en la Biblia, que tener padres santos es de mucho valor (1 Co. 7:14), no sólo porque de ellos se aprenden las grandes doctrinas de las Escrituras y la moral cristiana, sino que por amor a ellos él suele bendecir a los hijos. No que los hijos puedan apropiarse de los méritos de los padres, sino que por amor a ellos Dios suele tener misericordia. No se aplica a las virtudes de ajenos, mártires, etc., porque los méritos son intransferibles.  Si no puedes orar exactamente así porque tus padres no son piadosos, y no quieren serlo, quizás puedas orar y mencionar al Señor la esposa que te dio y te ha ayudado como “sierva del Señor”, “coheredera de la gracia”, compañera en la salvación, una gran “diaconisa”, y es para ti como una segunda madre. 

Pudieras decir: “Señor, yo no puedo hacer exactamente esa oración porque mis padres no son piadosos, mi madre no es tu sierva, sin embargo la madre de mis hijos es tu sierva, una mujer piadosa, ¿puedes oír mi oración por amor a ella? ¿No es en mucho también mi madre? ¡Qué bendición es usar la piedad de un familiar vivo o la memoria de una santa muerta para invocar el nombre de Dios! 

86:17

“…haz conmigo señal para bien” o “muestra una señal de tu bondad”; o un monumento, un prodigio, un milagro. Oh Dios ¿no te he pedido ser una señal de tu gracia? Convierte mi vida en una señal de misericordia para otros (1 Ti. 1:16). No como una señal de fratricidio que llevaba Caín ni la señal de la bestia. No te pido señales para yo creer sino para que otros crean y vean que me has amado. Concédenos Señor lo que te hemos pedido y glorifica tu nombre. Amén.

 

Nacer en la Nueva Jerusalén 

87.

Sobre los hijos de Coré ver el Salmo 40. Quizás sólo puedas leer en estas palabras un apasionado himno patriótico que canta el amor por Jerusalén. ¡Qué hermoso para un judío ha de ser! Pocos pueblos han amado tanto su capital como Israel ¿por qué? Porque allí está Dios, la miran con una belleza espiritual. Pero este salmo no fue dado sólo para celebrar el patriotismo judío, la mención de países extranjeros (v. 4; Rahab significa Egipto) hace pensar que el Espíritu nos habla de un gran avivamiento de la iglesia, cuando el mundo entero le conoce y dice "este nació allí". Señor aviva nuestra religión y que tenga nuevos hijos, que sean muchos los nuevos nacimientos, que el orgullo universal sea haber nacido de nuevo en la "nueva Jerusalén". ¿Sabes que Dios sólo inscribirá en su libro a los que han nacido en el Espíritu? (Jn. 3:5) Muchos paganos han nacido de nuevo en Sion. No te complazcas solamente con que Sion crezca numéricamente con traslados desde otras ciudades, tienen que "nacer allí", porque el que no naciere de nuevo, dentro de la iglesia, no puede ver el reino de Dios. Ella es la madre de todos los que descenderán del cielo a buscar sus cuerpos.

87: 7

“…todas mis fuentes están en ti; también “todos mis manantiales y pozos están ti”. Señor todas mis fuentes están en ti ¿a dónde iría por agua? Yo no cavaré para mí cisternas que no retengan el agua (Je. 2:13). ¿Qué otra fuente pudiera matar mi sed? Sólo tú tienes palabras de vida eterna y la única sed que padezco ¡bendita sea! es la de ti (Sal. 42:2; Jn. 4:13,14). Une estos tres textos, recuéstate en ellos y disfruta los mensajes que traen de Dios. 

 

Orando como Jesús, hágase tu voluntad

88: 2 (título)

“…sobre mahalat”, significa enfermedad, un lamento por ella, y posiblemente sea una canción popular. Lo mismo que en el 53. Pertenece a la colección de Coré. Masquil es para enseñar y Hemán ezraíta es quizás uno de los cantores levíticos (1 Cro. 15: 17,19; Hemán). O tal vez se refiere al mencionado en 1 Re. 4:31 con el nombre de Etán, un sabio, el mismo que escribió el salmo siguiente, 89. “…llegue mi oración a tu presencia”. Dime, amado Señor, ¿qué es más importante para orar, obtener algo de ti o la pacífica entrega del corazón a ti para hacer tu voluntad? Ninguna oración cuya esencia no sea el acatamiento de la voluntad del Señor, y cualquiera que sea, puede ser llamada una oración de fe. El fin del Señor no es concedernos lo que le pedimos sino que estemos en su presencia y enseñarnos a obedecer. Aunque Dios nos diga no a la petición, si estamos dispuestos a someter nuestros deseos a los suyos, ya hemos sido bendecidos. Quizás recibamos más bendición personal con un "no" que con un sí, eje. Lc. 22: 42,43; He. 5:7-10). ¿No fue este “no” mucho mejor que un sí, tanto para el mundo como para nosotros? ¿Es bueno siempre no sufrir, no ser afligidos, ser feliz? A veces sí, a veces no.

88:3

“…hastiada de males”, no exactamente hastiada sino llena, repleta de males, o enfermedades. Una detrás de otra o varias a la vez.

88:4

“…un hombre sin fuerzas”, debilitado por sus enfermedades; pero cuando los males son del alma y quien combate es la gracia contra la carne y las potestades superiores, el ministro puede decir: “…me siento así Señor, como un hombre sin fuerzas, drenado de mi vigor por la lucha entre la carne y el Espíritu dentro de mi alma; sin fuerzas de tanto combatir mis tentaciones, o de huir de ellas, sin fuerzas por los fracasos y desánimos, o sin fuerzas por falta de tu bendición”. Oh Señor reponlo con tu gracia, concédele una porción refrescante de ella, úngelo de nuevo. Son  momentos difíciles cuando llega el lunes y ha combatido un domingo sin unción. Lunes de lamento.

 

Dios no olvida a los muertos

88:5,10,12

 

“… ¿manifestarás tus maravillas a los muertos?” ¿Es cierto eso que dice el hermano Hemán, que Dios no se acuerda de los muertos que fueron una vez arrebatados de su mano? ¿Es Dios sólo para esta vida y no para la sepultura? ¿Qué clase de fe, de religión, puede tener uno con un Dios que sólo le ayuda en lo temporal, que cuando nos ve descender al polvo ya no se acuerda de nosotros? Ese no es el Jesús del ladrón arrepentido en la cruz que le pidió “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. La religión hebrea en el A.T. contiene poco sobre la vida de ultratumba en comparación con el N.T. No todos los autores del Antiguo Pacto tenían el mismo conocimiento y la misma fe en relación con lo que pasaba con una persona muerta.  Amado, la vida y la inmortalidad han sido sacadas a la luz por el evangelio de nuestro S. JC., y se nos revela en el evangelio (2 Ti. 1:10). Dios no olvida a los muertos puesto que hay resurrección (Mt.  22:31-33; Lc. 23:42). Oh Señor que no tenga yo pensamientos fúnebres en mis enfermedades y menos cuando tengo salud.

 

Perder un amigo es como sufrir un divorcio

88:8,18

“…has alejado de mí al amigo”. Recuerda esa experiencia que como el salmista tú también has vivido. Un día tus amigos y conocidos se alejaron de ti y eso fue duro, ser traicionado por aquellos a quienes amabas. Tardaste mucho tiempo en adaptarte a esa realidad que ya no tendrías contigo con quien te gozabas en la casa de Dios y se comunicaban dulcemente los secretos; sufriste como un esposo de quien la mujer se divorcia. Perder un amigo es como sufrir un divorcio.

¿Nunca se te ha ocurrido pensar en la providencia de Dios y que fue él quien los separó de ti? Si realmente ellos te hubieran hecho falta, ¿cómo un Dios de amor te hubiera privado de tenerlos? Las luchas que has tenido las has pasado sola y con ellos te hubiera sido más fácil compartiéndolas, con sus auxilios. Como Jonatán sólo con tu espada has tenido que atacar la guarnición de los filisteos (1 Sa. 14:6,14,15).

¡Oh cuánto has hecho para retenerlos, pero todo ha sido inútil! Dios había decretado tu separación de ellos porque necesitabas tu amarga soledad. Hubieras querido en aquel entonces huir a otra parte, asociarte con gente mejor, sustituir a los que te dejaron, llenar el espacio vacío que dejaron en tu alma, conseguir nuevos amores que cicatrizaran las heridas que ellos te hicieron; pero eso tampoco Dios te ha permitido y han tenido que cerrarse solas sin el bálsamo humano. Dios te ha encerrado y lo dijiste: “Encerrado estoy, no puedo salir”. ¡Qué preciosos eran aquellos amigos, los de la juventud! Hasta el momento no sabes completamente por qué todo eso ha ocurrido ni todo el bien que te ha hecho haberlos perdido, pero sí estás seguro que has tenido contigo a Dios y su palabra.

88:13

“…de mañana oraré...”. Hay muchas razones para orar por la mañana. Oh Dios te pido tu bendición para aquellas cosas que ayer o anoche mismo no recibieron tu bendición; te imploro que este día se termine mejor que aquél. Señor, te pido que las cosas nuevas que hoy me ocurran no me alejen de ti ni de los que amo, que aquellas que he querido hacer y no he podido, al fin halle ánimo y espacio para hacerlas. Permite que las oraciones que haga hoy completen las últimas para recibir este último día aquello por lo cual he venido pidiendo. Muéstrame hoy alguna de tus realidades y que eso enriquezca mi alma. Amén.

 

No has aprendido por fiebres y dolencias

88:15

“…desde la juventud he llevado tus terrores”. Tú quizás no puedes hablar de dolor en tu juventud como lo hace el salmista porque has tenido salud siempre y una juventud feliz; padres piadosos, un hogar cariñoso, un sostén económico garantizado, ayuda en los estudios y ánimo. Si has sido un joven así bendecido, debes estar muy agradecido a Dios por ese privilegio y “no olvides ninguno de sus beneficios”. Sin embargo, hay una pregunta importante que debe hacérsete, si pocas veces has estado enfermo, si no has pasado necesidades, si siempre has contado con el apoyo de unos padres amorosos, de unos hermanos fieles, de un techo seguro; ¿tienes alguna experiencia espiritual? ¿Cuánto estás preparado para ser útil al reino de Cristo? No digo que los jóvenes que no han sufrido no tengan experiencias espirituales, sí los hay, pero la bendición de una juventud sana y feliz puede ser una pared de contención para tener experiencias espirituales donde uno sólo puede depender de la mano de Dios y no de papá o mamá. Si has tenido esa bienaventuranza, cultiva tu vida espiritual, aprende por los consejos, ayúdate con “la benignidad divina” que te conduce; Dios te ha dado la fortuna de aprender las lecciones de la vida directamente del libro de experiencias de tus padres y abuelos, y no de fiebres y dolencias, o de los muchísimos golpes desde donde ellos han extraído lo que conocen. ¿No serás altamente ingrato, verdad? Dentro de un poco de tiempo dejarás la juventud y te avecinarás a experiencias importantes que llegan a la vida adulta para las cuales debes hallarte preparado. El trabajo, el matrimonio, los hijos, las enfermedades, la muerte. Oh Dios, ayuda a mis hijos en sus vidas espirituales.

89:4

Etán ezraíta, ver el salmo anterior. Si lees estas cosas y piensas en Israel, no puedes dudar que Dios cumple lo que promete.

 

Cuando se apaguen el sol y la luna

89:5, 6

“… ¿quién en los cielos se igualará a Jehová...? Mira al cielo, ¿se puede el sol comparar con quien lo hizo, tiene más gloria que su Creador? Mira las estrellas, ¿no son todas diferentes en gloria? (1 Co. 15:41). ¿De dónde tienen sus resplandores sino de Dios? Compara esas preciosas luces con la de Dios y verás que dentro de ellas muchas ya se han apagado y en el espacio vacío han dejado horribles huecos negros. Pero ningún atributo de Dios jamás ha cesado de brillar y cuando algún día él sople sobre ellas apagándolas o derribándolas a tierra, continuará alumbrando por sí mismo con majestuosa luz el firmamento. El y el Cordero serán las únicas lumbreras del universo (Apc. 21:22-24); con la luz que salga de sus rostros el mundo entero radiará como el día. Nadie necesitará otra luz que la que brote del rostro de Jesucristo (2 Co. 3:18; 4:6); y ellos, sus escogidos, resplandecerán como estrellas en el cielo de la salvación (Dan. 12:2,3). No hay ningún astro en el cielo que pueda competir con la luz divina. Nada en los cielos se le puede igualar porque su Creador no tiene sombras de variación (Sgo. 1:17); Dios es el mismo, jamás tiene eclipses ni gira alrededor de otra órbita que no sea él mismo. El sol, las estrellas, los cometas, todo gira, todo rutila, todo se mueve, excepto Dios. 

 

Mira los cielos y compara los ángeles con él, ¿acaso tienen mayor gloria que la suya, que los hizo a todos? ¿No tienen ellos que cubrir sus rostros y pies cuando vuelan cerca de él? Ninguno posee tanta luz ni tan pura como la suya, ninguno es tan grande como él, que es inmensamente infinito, ninguno posee su sabiduría pues bien se dice que Dios notó “necedad” en ellos (Job 4:18). Todos son gloriosos pero ninguno digno de adoración (Col. 2:18). ¿Quién en los cielos se igualará a Jehová? No hay nadie ni nada que se le iguale. ¿No adorarás a aquel que hizo el cielo, el mar y la tierra? ¿No adorarás a aquel por quien Dios hizo el universo, el sol, las estrellas y los ángeles? (Col. 1:16). Cuando Dios lo introduce al mundo dice: “Adórenle todos los ángeles de Dios”. Ellos le sirven, lo exaltan con sus gargantas sin embargo, no los ha socorrido, no vertió su sangre por ellos porque él se hizo carne, no espíritu (He. 2:16). ¡Qué privilegio excepcional tiene los hombres pecadores!

 

No fue el primogénito de Elí pero Dios le hizo primogénito 

89:20-28

“…hallé a David mi siervo, lo ungí con mi santa unción”. Este salmo habla de un Dios inigualable y de un pueblo que le adora y debe sus triunfos a su bondad.  Dios le dio victoria por medio de un hombre que halló, conforme a su corazón (v. 20). Etán ezraíta tanto como tú y yo hemos leído los salmos (que son las oraciones de David) y sabemos que invocaba a Dios como su Padre, como la roca de su salvación. Dios lo ungió con su Espíritu para que clamara ¡abba Padre!; así recibió el Espíritu de su Hijo. No fue el primogénito de Elí pero Dios le hizo su primogénito dándole señorío y bendiciones como correspondería a un primer nacido, “…le pondré por mi primogénito…”. A todos los que Dios da el Espíritu de su Hijo y claman a Dios como Padre, les da potestad de ser llamados hijos de Dios y los convierte en sus primogénitos (He. 12:22,23); esto es, haciéndolos herederos de Dios con Cristo, los salva. Desde ese momento ya son reyes. Es en ese sentido de señorío que a Jesucristo se le ha llamado el primogénito de los reyes de la tierra, primogénito de entre los muertos, por su señorío sobre ella y primogénito de toda la creación por su gobierno y soberanía (Col. 1:15-17).

Hay otro sentido, cuando él es llamado “primogénito entre muchos hermanos” (Ro. 8:29) porque somos hechos primogénitos como él al tener su imagen. Oh, adora a Dios que te ha ungido y su unción no es mentira, y te ha hecho primogénito por su gracia. ¿No te lo enseñan las muchas lecciones que en el Antiguo Testamento Dios hizo, eligiendo a quienes por orden de parto no eran los primeros como Abel, Jacob, David, Manasés, etc.? Te alabo Señor por tu elección en gracia, por tu misericordia, por tu unción santa, porque hoy soy lo que soy por todo eso. Soy un primogénito, uno de los herederos de todo, coheredero con Cristo, señor del mundo entero (1 Co. 3:21-23). 

89: 28

“…siempre le conservaré mi misericordia”. ¿Pierde la misericordia de Dios un santo que peca? ¿Se rompe el pacto? Oh no, el pacto que se quiebra es el de obras, se quiebra porque sobre obras está hecho, pero ¿qué puede quebrar la gracia y la piedad que al elegir no contempla las obras sino el amor? Los santos pecan pero no pierden la salvación porque viene el arrepentimiento y la corrección. Si estuviéramos bajo el pacto de obras seguro que sería quebrado por nuestro lado, pero para eso nos lo dio Dios, para que experimentáramos con él y llegáramos a la conclusión que el pacto de gracia nos convenía por causa de la debilidad de la carne; el poder de la carne es el pacto de la ley (He. 7:18, 19).

 

Ellos no convirtieron sus sueños en profecías 

89: 33

“...ni falsearé mi verdad”. Se pudiera traducir “no violaré o romperé con falsedad mi fidelidad” “no engañaré con mi firmeza”. En Dios no puede haber nada falso. No se trata, a veces, que si Dios cumpla sus promesas o no, porque El no puede mentir, es imposible que mienta (Ro. 3: 4; Ti. 1:2; He. 6:18), lo que se trata es de estar seguros de lo que los hombres que han hablado, según ellos, en su nombre, haya sido cierto y no inventado mentiras, aun hombres que son firmes y fieles, y que nos han dicho y han hecho creer a la gente que son profetas de Jehová y que él les ha hablado. En tiempos del Antiguo Testamento como en la historia más reciente, eso ha pasado (Je. 28). El método que estableció el Señor fue sencillo, el cumplimiento de lo que se profetizaba (Dt. 18: 20-22). ¿Y qué hacemos con las profecías no cumplidas aún de los profetas de Jehová? ¿No será que convirtieron los deseos de sus sueños en profecías? ¿Y esos deseos no son palabras divinas? No, eso no es cierto, todos ellos sufrieron por sus profecías y no profetizaban conforme a los deseos del pueblo ni al de ellos; no hubieran hablado sobre pestes, calamidades, guerras. El Señor no falsearía su verdad sino que todo lo que los profetas han dicho se cumplirá y hacemos bien que atenderlos (2 Pe. 1:19-21). Oh Señor que siempre confiemos en tu palabra, que mi alma no la dude y, que lo que ha dicho Jesús, los profetas, Pablo, Pedro, Juan, que constituye mi esperanza, yo lo crea. Y si hablo, crea yo primero.

89: 38-45

“…has profanado su corona hasta la tierra”. Esto es un conflicto entre la realidad de un triste presente y las profecías de oro. Sí, no hemos obtenido las maravillas que se nos han prometido porque hemos pecado. A los santos les pasa eso, porque ellos piensan que no han pecado, porque desconocen los pecados por los cuales Dios castiga a los otros, o por deficiencia en la justicia de ellos que piensan que es desproporcional el castigo. Queremos recibir de Dios el bien prometido, a toda costa, aunque no oremos bien. Oh Dios, perdóname si no he alcanzado lo prometido por mi pecado e incredulidad. Señor perdónanos, y que no pongamos más obstáculos a tus promesas.

 

Eso que llamamos aprovechamiento del tiempo

Sal. 89:46-48

“… ¿te esconderás para siempre?”. Señor, yo he pensado, bueno es darle tiempo a Dios para que nos prepare alguna bendición durante el día, que mis días se mueven rápidos, como “lanzadera de tejedor” (Job 7.6); me refiero al paso de la vida, no a las circunstancias que en ellos vivo. Una etapa a otra de mi vida se demora en pasar, las situaciones no se mueven vertiginosas. El tiempo vuela rápido, pero las situaciones no cambian. Vemos, con angustia, que nuestros días como un torrente se precipitan hacia el ocaso y tú tardas en remover aquello que nos consume inútilmente y nos parece que estamos viviendo en vano, “recuerda cuán breve es mi tiempo…”. (v.47).

 

Así nos pasa, quizás, cuando Dios nos prepara para la eternidad y no parece tener mucho en cuenta nuestros sueños y las realizaciones de nuestras vidas; antiguos deseos y aspiraciones parecen ir volviéndose humo según transcurre nuestra existencia. No, Dios no parece tener en cuenta eso que llamamos aprovechamiento del tiempo pero sí el desarrollo del pensamiento, del espíritu y de las virtudes cristianas; hacernos conforme a la imagen de su Hijo, más que cumplir nuestros propósitos y responder a nuestras oraciones. Las circunstancias nos extienden por dentro, alzan, estiran, alargan nuestros pensamientos y el espíritu se ensancha, se purifica, se vuelve dócil. 

Es cierto que el apóstol nos recomienda el aprovechamiento del tiempo porque los días son malos, pero no implica a nuestras circunstancias ni que ellas tengan que cambiar de hoy para mañana. Los días suelen pasar lentos pero en relación con los cambios de situaciones. No estamos viviendo la vida en vano si aprovechamos las lecciones que nos llegan por ese punto fijo, inmóvil, que es la voluntad de Dios, si en vez de pelear y trabajar por cambios externos, aceptamos las circunstancias y nos humillamos con temor reverente ante Dios; aunque nuestras oraciones, obediencia y fe no produzcan algún cambio. ¿No pasó así con nuestro Amado cuando oró, obedeció, temió, fue oído, pero su situación no cambió y tuvo que apurar su copa, la que no deseaba, hasta la última gota? (Mt. 26:36-45).

Es cierto que nuestras vidas pasan veloces, que son como la neblina de la mañana y también que mientras adquirimos sabiduría vivimos sin sosiego. Tenemos que darnos cuenta que la vida humana es un trayecto que va hacia la eternidad, no sólo como algo distante adonde vamos a entrar, sino como un peso, que tiene que ver con la eternidad. Su enojo no dura toda la vida sino lo que corresponde a nuestra educación. 

90.

Oración de Moisés, un hombre de Dios. Es tanto oración como reflexión. Fue un hombre de mucha oración. Pasaba semanas enteras en el monte Horeb orando y aprendiendo con y de Dios. Pero solía a veces cantar. Cuando cruzó el Mar Rojo cantó (Ex. 15), y cuando estuvo a punto de morir, como el cisne blanco, cantó de nuevo (Dt. 32). Y en Apc. 15, asocian el cántico de Moisés al de Cristo crucificado. Así que Moisés oraba y cantaba, no un elocuente predicador, las dos cosas que lo clasifican como un varón de Dios y escritor sagrado, el dador de la Ley. 

 

La longitud de la vida no depende nada más de los antibióticos 

90:1,2 

“Señor, tú nos has sido refugio, de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. Leemos estos dos versículos pero se puede estudiar todo el salmo a partir de la perspectiva de los dos primeros. Moisés, como todo hombre que reflexione en la existencia humana, parece impresionado con la eternidad, máximo cuando se llega a una edad avanzada; uno clava sus ojos en la eternidad. Es una oración suya, algo muy íntimo que agitó su pecho y lo elevó a Dios. El salmo parece una continuación del tema anterior, aunque el 89 no es suyo. El Espíritu los ha agrupado para que reflexionemos en la eternidad. Comienza afirmando que Dios es eterno, meditando en ello, pero no como lo haría un insensato que dude, sobre su “origen”, porque sabe que no lo tiene, sino en relación con la existencia temporal humana. Hizo bien porque la eternidad es incognoscible, impensable. No que sienta rabia porque Dios es eterno y él no, porque afirma que esa eternidad siempre ha estado al servicio de las generaciones (v. 1). 

El núcleo de su oración es volver a Dios de su ira como se ve en los vv. 7,9,11,13, porque las aflicciones suelen ser largas, el sufrimiento prolongado. Si las aflicciones duran mucho, los preciosos días se acaban. Para él, la existencia humana es corta, sumamente corta, y cuando los hombres son afligidos por Dios por causa de sus pecados, los años de juicio suelen ser muchos, largos días, de modo que consume prácticamente toda sus vidas. Su autor está impresionado sobre la brevedad de la vida y le llama un sueño (v. 5), una flor (v. 6), mientras que Dios es eterno. Tiene la convicción que para Dios mil años es como un día (v.4). 

Oh Dios, para mí mil años sí son mil años, no un día; permíteme adquirir como Moisés, sabiduría, al pensar en la vida en relación con la eternidad (v. 12), con la inmortalidad, con la resurrección. Moisés tiene 120 años, ora por su pueblo, ha visto morir a mucha gente joven que podía haber vivido como él, pero por sus pecados, y otras causas  secretas, fueron cortados de la tierra de los vivientes, su corazón se entristece y le pregunta a Dios hasta cuándo (v. 13). No, la longitud de la vida no depende sólo de antibióticos, cirugías, medicinas, alimentos, sino de Dios. No pocos son cortados temprano, hasta en la niñez. ¿No dice Moisés que el promedio de vida en su tiempo era de 70 y 80? (v. 10) ¡Eso era mucha bendición, un milagro! Y eso sin los avances de los estudios de la ciencia moderna.  

Aunque Moisés no se queja tanto de la brevedad de la vida sino de que se consuma inútilmente en aflicciones. Es como si temiera que Dios castigara el pecado por mucho tiempo y se olvidara que él y el hombre no son iguales; él eterno y el hombre una brevísima sombra que se desliza por la tierra. Y no hay apelación cuando decreta: “Vamos, vete al polvo”; y callados tenemos que regresar a lo que somos, tierra (v. 3). Vuélvete Señor, danos días mejores, no acortes nuestros días.

 

90:10

“Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar”; así según LBLA; es cierto que el orgullo proviene por su juvenil fortaleza, se siente omnipotente y que no necesita de nadie, sin embargo la bendita salud garantiza mucha vida y con ella preocupaciones sin números.

90:14

“Sácianos por la mañana con tu misericordia”. Señor, que al abrir mis ojos en la mañana sienta tu misericordia sobre mi alma, que tu Espíritu me traiga tu palabra, quiero empezar el día contigo. Sáname, lléname.

 

Que la obra que hacemos no sea microscópica 

90:16,17

“…manifiesta tu obra”. Literalmente quiere decir que se vea su obra. “Que tu obra sea vista en tu pueblo”, que no sea microscópica, ni transitoria, que sea considerada por los hombres y no la puedan contradecir (Hch. 4:14). ¿Qué pide Moisés? Perdón y misericordia, que cese la ira divina sobre su pueblo, que él pueda ver la obra de la gracia entre ellos. Pero hay más que eso, las palabras finales (v. 17) tienen que ver con  su trabajo, el trabajo que ha realizado, “la obra de nuestras manos confirma…”, o más bien erígela, levántala, que se yerga, se haga suprema, superior. Moisés sabe que se halla próximo a su salida del mundo y piensa en lo que será de su trabajo, el que ha consumido tantos años de su existencia, una vez que él se halla reunido a su pueblo en la eternidad. 

Como si dijera al Señor: “¿Qué sucederá de las dos tablas de la ley, de los otros libros que he escrito, de la historia de fe que he dejado detrás de mí, del precioso tabernáculo? ¿Andarán ellos en la ley que les transmití? ¿Guardarán el pacto? ¿Continuarán siendo pueblo, serán fieles, tendré alguna recompensa por ellos en la eternidad?”. Por dos veces pide al Señor que sus labores no se deshagan, que el pecado del pueblo y la ira de Dios no hagan desaparecer aquel trabajo que consumió tantos años de su vida. Oh Señor, ¿será tu pueblo como lo he soñado? Cuando yo no esté, ¿mis trabajos hallarán alguien que construya encima o serán deshechos? ¿Me podré gloriar en la eternidad no haber vivido en vano? ¿Pasarán ellos la prueba del fuego y yo tendré de qué gloriarme en el día de Cristo? (Flp. 2:16; 1 Co. 3:13-15).  

91.

“Muchos salmos, como la mayoría en el presente Libro, no tienen título. La tradición judía, no obstante, lo adjudica a Moisés, una conclusión la cual el Dr. Kay y otros aceptan por el hecho de su similitud con Dt. 32 y 33. Otros críticos, y son la mayoría, lo adjudican a otra mano y lo comparan con el anterior, el 90” (The Pulpit Commentary). Se divide en tres porciones y en ellas cambia la persona que canta (vv.1,2; 3-13; 14-16). El diablo lo conocía y lo tenía como Palabra de Dios por cuanto lo usó para tentar a Jesús.

91:1

“…el que habita al abrigo…morará”; bajo las alas de Dios; quiere decir que estará protegido. Si habita, o mejor dicho si permanece en el secreto del Supremo, del Sublime, contará con la sombra del Todopoderoso; la condición es hallarse en el secreto, escondido con Cristo en Dios, y el beneficio será la protección de Dios, contra todo lo que sigue en el poema, las trampas de los cazadores y las enfermedades malignas. Aunque Moisés piensa como de paso en la protección divina como una torre, “castillo mío”, una fortaleza, el pensamiento favorito es el de un nido, compáralo con el v. 4, “debajo de sus alas”. Es hermoso pensar que el Señor es un nido donde somos bien recibidos. Ese nido está en el hueco de su poderosa mano (Isa.40:12). Un nido que más bien es donde hemos nacido.

 

Un hombre que vivió saludable más de un siglo 

91:3

“…la peste destructora...”; la idea es de una enfermedad que se extiende encubiertamente y avanza rápidamente. No de una epidemia sino de muchas el Señor nos ha librado. No de aquellas enfermedades que por causa de sus mandamientos no contraigo sino de aquellas que cada año infectan el ambiente (vv. 6, 10,16). Es mucha la gratitud que comparte con su pueblo por el beneficio que ha tenido con su salud. Un hombre que vivió saludable más de un siglo. ¿Qué pretende el salmista, garantizarnos que cuando las epidemias rujan en nuestro vecindario, nosotros ni los nuestros caeremos enfermos? Puedes ver que eso es lo que dice la letra del salmo. Sí, pero hay otro salmo que nos afirma que sí nos enfermaremos y que cuando eso ocurra el Señor nos ayudará a pasar la enfermedad (41: 3) y la experiencia cristiana lo confirma, ¿no es cierto? Les llamo la atención sobre eso porque este salmo fue usado por el diablo cuando tentó a Jesús en el desierto y usó las palabras de los vv. 11,12; Mt. 4:6; Lc. 4:11. Si el Señor hubiera interpretado literalmente el texto como su enemigo se lo pidió, hubiera resultado en un suicidio. Rechazó la interpretación literal. Lo mismo pasa con el v. 13. No quiere decir que hay que salir en busca de serpientes, leones y dragones para aplastarlos con los pies.

 

Lo que el Señor está enseñándonos es su providenciala cual suele incluir prudencia y sabiduría para no tentarlo. Tenemos que tener en cuenta que la providencia de Dios (conozcámosla) no es algo fijo, mecánico y que sus palabras hay que tomarlas al pie de la letra. La providencia del Señor, como todos sus atributos, procede coordinadamente y no de modo solitario y anárquico. Y retornando a Moisés, fue un hombre que vivió saludable más de un siglo, y tuvo que haber dado cuidado a su salud en el cumplimiento de la ley dietética que había recibido.

91:4

“...debajo de sus alas estarás seguro”. Uno no debe andar muriéndose de miedo por los peligros que lo rodean porque un poder invisible nos protege.

91:7

“…caerán a tu lado mil y a ti no llegará”. Esperamos al poner nuestra fe en Dios siempre ser la excepción, y recibir un trato especial, selectivo y privilegiado. Como hijos preciosos. Amén.

91:8

“…con tus ojos verás la recompensa de los impíos”. O la retribución. Ellos se esconden para dispararte pero no podrán esconderse de quien les disparará desde el cielo. Oirás lo que les pasó. Se sabe que la flecha alcanzó el objetivo por su alarido. Dios  tiene su  bumerang y la maldad siempre regresa a la vida de donde salió el mal. .

91:9-13

“…porque has puesto a Jehová que es mi esperanza”, mejor “es mi refugio”, como en el v.2. Es mi escondite. Comparte tú conmigo mi esperanza en Dios; tendrás mis experiencias en las cosas grandes que ha hecho en mi vida, y la hará con la tuya. La historia de las promesas de Dios en mi vida lleva la firma de los hechos que las confirman. Si nos refugiamos en el mismo lugar recibimos igual protección.

91: 11, 12

“...en sus manos te llevarán...”. Aunque el diablo intentó torcer el significado de este versículo, su interpretación en nuestros corazones no es arrojarse al aire desde un edificio, sino echarse completamente por fe en las manos de Dios, sin lamentar la pérdida de la seguridad carnal, y confiar completamente en ser recogidos con amor por los brazos de la providencia. Amén. 

92.

Es anónimo. “…para el día de reposo”; en la Septuaginta algunos salmos son dedicados para los días de la semana, no solamente el sábado.

92: 2

“…tu misericordia… tu fidelidad”, o tu bondad y firmeza o fidelidad moral. Estas son dos palabras importantes para cada santo: misericordia y fidelidad, sobre todo porque pecamos y no somos fieles, Dios sigue fiel cualquiera que sea el trato que nos dé (2 Ti. 2:13).

 

Las operaciones del Espíritu

92: 4-6

“…muy profundos son tus pensamientos”. Me hubiera gustado que el salmista hubiera revelado qué fue lo que Dios hizo por él que lo alegró pero no lo dice, lo que se deduce es que se quedó asombrado y maravillado de la sabiduría de Dios. Sus palabras se parecen a las de Pablo en Ro. 11: 33-36. ¿Por qué cuando andamos en oscuridad y no vemos el camino, cuando la voluntad de Dios nos parece arbitraria y que va en contra de los propósitos y promesas que nos ha hecho, no pensamos eso? Me parece aún distante el día en que mi fe se mantenga en el alma en los períodos más incomprensibles de mi vida. Y ¿qué no puede entender el necio? No puede entender a veces el trato de Dios con sus escogidos. El hombre espiritual entiende todo pero el carnal no (1 Co. 2:14-16); hay que tener la mente de Cristo, pensamientos espirituales para entender las operaciones del Espíritu.

 

No como un búfalo sino como Jesús 

92: 10-15

“…tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo, he sido ungido con aceite fresco”. LBLA dice “tú has exaltado mi poder como el del búfalo”. El texto se refiere al cuerno como la fuerza y al unicornio como al búfalo. Quizás parece extraño que pida eso. ¿Para qué quiere una fuerza descomunal como ésa? Para defenderse y prevalecer contra sus enemigos. ¿No hubiera sido mejor que orara a Dios y que él los destruyera? Eso parece haberlo hecho en el v. 9. ¿Pudo eso ocurrir? No. ¿Quería ser un Sansón? ¿Y de qué le hubiera servido? Eso no hacía falta, lo que necesitaba era una nueva unción. La primera parte de su petición es humana, en la segunda ora en el Espíritu con una unción fresca, con una nueva bendición, sus enemigos se debilitarían. Quizás en situaciones difíciles no es fortaleza lo que necesitamos sino ayuda, no energía corporal sino unción espiritual, no las armas carnales sino las de Dios que son más poderosas. (Meditar en 2 Co. 10: 4). Úngeme Señor con aceite fresco, refresca mi bautismo del Espíritu, renueva mis plumas, mi primer amor, vigoriza mi esperanza celestial. Quien más fuerza y unción necesita es el ministro de Dios que tiene que combatir ardientemente por la fe “una vez dada a los santos”; en especial el primer día de su semana, para que predique más que con la fuerza de un búfalo, con la de Jesús (Hch.1:8; 1Co.4:20).

 

No haré planes para terminar con mi ministerio sino para continuarlo mejor

92: 12-14

“…el justo crecerá como la palmera… aun en la vejez fructificarán...”. Noto que en los primeros versículos se habla de flores y crecimiento pero que los frutos los menciona en la ancianidad. Y por el v. 15 veo que se trata de testificar de Dios y hablar por experiencia de lo que el Señor ha hecho. Si tú lo permites Dios, estaré vigoroso y verde cuando pueda hablar de tu gracia, de tu justicia con toda una vida como prueba de lo que diga. Oh Señor, que en mi ancianidad yo pueda abrir mi vida al mundo como libros y te lean a ti en ellos. ¿No serán mis frutos más dulces, superiores en calidad? Yo no haré planes para terminar con mi ministerio sino para continuarlo mejor, y seguirlo en el cielo. Dime, amado Señor, ahora y cuando llegue mi vejez, ¿cumplirás estas palabras en mí? Yo que no he tenido una juventud y una adultez fructífera, al llegar a ser un anciano, ¿daré frutos? Como las que han perdido la costumbre de las mujeres, ¿tendré hijos? Oh Dios, toda mi vida he estado plantado en tu casa, he crecido como una palmera, siempre he estado verde, he crecido como un cedro. Todos mis días los he dedicado a tu servicio, nada quiero a cambio de ello porque en mejor sitio no pude estar, ni mejor cosa hacer, lo que quiero es siempre estar donde he estado, no ser desarraigado de allí, y dar mis frutos aún en los años de mi senectud. Jehová ha cumplido su propósito en mí, y sigo trabajando en ese propósito (Esa oración fue oída, hoy, 24 de octubre 2013 tengo 66 años y doy testimonio. En mi trabajo no he sido tan fructífero pero personalmente sí, estoy lleno de los frutos del Espíritu).

 

El cristiano siempre tendrá flores muy bonitas

92:12-15

 

“…el justo florecerá como la palmera”. Lee despacio esos versículos para tu regocijo espiritual. Nota como se te compara a una palmera; eso quiere decir que estarás siempre verde, porque ella no cambia sus hojas. Aunque te sientas como si te estuvieses secando no llegará a ser así. Nos sentimos de ese modo no porque estemos en vía de morir sino porque es tanta nuestra diaria necesidad de Dios que cuando nos falta un poco de agua suya o no recibimos suficiente rocío del cielo, nos parece que ya nos queda poco verde y vamos a morir. Siempre estará bonito, con flores. No, quien ha sido justificado por Jesús siempre florecerá, olerá a Cristo, perfumará el sitio donde se halle.

La promesa es más amplia, también habla de su fortaleza porque lo compara al cedro del Líbano; prosperará espiritualmente porque menciona su crecimiento, unas veces lento, otras aceleradamente, pero crecerá y la altura que no tiene hoy la alcanzará mañana, las gracias que ahora no posee luego las obtendrá, al cielo que no ha alcanzado a él  llegará algún día. También promete su utilidad en la obra del Señor. Salomón usó cedro para hacer su casa, pero el cedro también fue usado en el tabernáculo. De un modo o de otro, cuando el Señor hace hermosa una vida, la perfuma con el evangelio de salvación, hace que prospere, ¿cómo se podrá esperar que no haga algún uso santo de ella?  Lo único que no va hacer es quemarme porque desde antes somos como un tizón arrebatado del incendio (Zac.3:2).

 

Los árboles viejos valen más 

92:12-15

“El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia”.

 

“Y eso se espera aún más por el lugar sagrado donde ha sido plantado: “plantados en la casa de Jehová”. Si hubiera crecido fuera de su iglesia quizás serviría para usos viles, pero quien ha sido plantado por Cristo en la casa del Señor es porque tendrá su uso a su tiempo, cuando haya crecido y madurado. Pero además veo que al compararnos a cedros plantados en la casa del Señor se puede suponer que estemos allí con buena disposición para servir en el momento en que fuere necesario; quizás cuando haya que reemplazar alguna tabla, tal vez para alguna barra, para algo. Los que estamos plantados en la iglesia del Señor siempre debe animarnos el deseo de servir cuando se solicite nuestro servicio. 

Nota que aunque los árboles del Señor envejezcan continúan glorificando al Señor como si el tiempo no hubiera transcurrido; dan frutos y pienso que más sabrosos que los que daban cuando eran jóvenes, más codiciables, revelando los muchos años de cultivo en la gracia que han tenido. No se rinden, siempre vigorosos en sus raíces, en sus ramas, en sus hojas, en sus principios, en su fe, en su lealtad al Señor, en su constancia, en sus ternuras. En fin, revelando maravillosamente el cuidado que Cristo ha tenido sobre su espíritu. ¡Oh Señor, que tus siervos alcancen la vejez así, fructíferos, vigorosos, siempre verdes!

 

Dios, inmortal, inconcebible pero revelado

93:1,2

“…afirmó el mundo y no se moverá…tú eres eternamente”. LBLA “tú eres desde la eternidad”. ¿Qué concepto de Dios heredo por medio de este salmo? Dos al menos. El primero, que Dios es el creador del mundo y el segundo, que Dios es eterno.Principalmente sobre este último es que quiero reflexionar. Nota que el salmista lo afirma. Me dirás: Sí, pero es un hombre religioso. Por supuesto, porque solamente los hombres religiosos pueden afirmarlo, porque la seguridad de tal afirmación, la persuasión les viene por donde únicamente puede venir, la revelación de Dios. Esa palabra, eternidad, aunque la hallen escrita en libros de ciencia, refiriéndose a la materia, no es científica, es una palabra religiosa y no tiene que ver con la física sino con la fe. Los hombres religiosos pueden hablar así y ese concepto es una convicción de fe como se dice en He. 11: 1. El salmista afirma que el mundo tiene una Causa eterna; cuya Causa no se originó, no comenzó ni evolucionó desde una existencia inferior, ni se hizo Dios por el esfuerzo de su mente y de su brazo.  Ese es nuestro eterno Dios, inconcebible y revelado. Oh, nosotros sus criaturas no tenemos los medios ni la más remota posibilidad de comprender la eternidad, sólo podemos pensar en ella a través de la muerte como extinción, como un cero. Mirándola así es fea, lo sabemos, triste, como una fuerza negativa que deshace, descrea, es inmóvil, un vacío, nada. Concebimos la eternidad como la no-existencia pero no se puede imaginar como algo en forma positiva, a través del ser, como un origen, Primera Causa y no como un fin. Para nosotros la eternidad no viene, va y no regresa, pasa y no se espera.

 

Sin embargo, Dios en su infinita misericordia, nos ha permitido conocer la eternidad por medio de la resurrección de Jesucristo. Es ella una inversión, lo contrario de nuestras concepciones, experiencias y análisis. En ella vemos las tinieblas convertirse en luz, es un regreso de donde no se espera nada, la objetividad de la imposibilidad, la recepción de quien no se espera, de donde no viene nadie ni nada. La inmovilidad recobra hálito, el vacío se llena, brota algo de la nada, lo negativo se vuelve positivo y el cero se muta en algo y alcanza valor. Cristo hizo el recorrido completo, vino de la eternidad “pasada”, pasó por el presente, entró en nuestra mortal eternidad, siguió por ella hacia la nada porque no hay futuro más allá de la muerte y la aniquilación. Cristo gustó la eternidad de ese modo, gustó la extinción, se hizo vacío, se convirtió en cero, en nada, exceptuando su espíritu,  y desde ese punto físico retornó para que ya no exista más esa eternidad, para llenarlo todo, serlo todo y algo importante, para manifestar la vida. (1 Jn. 1:1-4). Sí, hay una forma solamente de conocer lo eterno, de estar seguro de la vida eterna, es la resurrección de Cristo. El no vino para demostrarla sino para darnos la eternidad, no es algo que se conoce por la lógica del pensamiento sino por la experiencia, no por la física o metafísica sino por Cristo, no con números y experimentos sino por la experiencia de la muerte y de la vida, por la defunción y la inmortalidad. Oh mundo, ¿cuándo estudiarás a Cristo? ¿No sabes que él es la explicación de tus enigmas?

 

Los locales no son más hermosos que los que viven santamente

93: 5

“Tus testimonios son muy firmes; la santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por los siglos y para siempre”. “…la santidad conviene a tu casa”. En realidad  es más que una conveniencia la santidad para la casa del Señor; lo que el salmista quiso decir fue que la santidad se convierte en su casa, Dios habita donde se halle lo santo, no lo profano ni lo inmundo. Dios no habita en templos de ladrillos y cementos. Los templos del Señor son los hombres y las mujeres santas. Si conviene eso es lo que conviene a la obra, las vidas de los que le adoran en espíritu y verdad. Lo opuesto es destructivo. 

También que la santidad convierte en algo agradable, bello y atractivo (otras acepciones) la casa del Señor. Nada es más hermoso en la casa de Dios que su gloria brillando en la vida de los que adoran, (comprobarlo con 1 Cro. 16: 29). A no ser que quienes contemplan amen y tengan gusto por lo feo, sucio y dañino. Por muy bonito que se ponga el local donde se reúnen los que adoran a Dios no podrá exceder en belleza la vida misma de ellos, y ninguna cosa tendrá más atractivo a los simples oyentes, un magneto más fuerte, que la conducta de los que los han invitado a la adoración.

94: 2

“…Dios de las venganzas muéstrate”. Dirígete alma mía, al juez de toda tierra, que él nunca será injusto y él oye los casos de todos.

 

La omnisciencia de Dios y la teoría de la evolución 

Sal. 94:7-11

“…y dijeron no verá Jehová ni entenderá el Dios de Jacob”. Con sana lógica el salmista llama al impío a no pecar; su argumento es sacado de un artículo de fe: Dios como creador del universo, y la doctrina que deriva de él es la omnisciencia divina. He aquí algunas explicaciones del porqué Satanás batalla para que la creación del mundo sea negada, para apoyar a los evolucionistas, porqué le permite a geólogos y excavadores confundirse con la edad de la tierra para que no puedan llegar a la conclusión de que la Biblia tiene razón y hay un creador.

Si creyesen que este mundo tiene un Divino Autor, pudieran derivar de ello la omnisciencia divina, que hay un Dios que ve, que oye, que piensa, un Ser inteligente; descubrirían que el mundo no ha venido a ser por accidentes y casualidades, sino que lo hizo un Ser personal y que tiene un propósito.  Oh Dios, ten misericordia de tantos que cegados por la ciencia te niegan. ¿Se introduce Satanás en sus investigaciones científicas? 

¡Oh, tantos niños en las escuelas aprenden la evolución, jóvenes que empiezan a vivir como si no hubiera Dios y moldean sus maestros las mentes de ellos con filosofías ateas! Así son privados de la mejor fuerza moral del mundo, el conocimiento de la omnisciencia divina. ¿Adónde irá esta cultura que educa sólo con filosofías, con valores no morales, pero se siente libre para no tener que dar cuentas morales a ningún Creador superior? ¿Has sido educado en ese error? Ten por seguro que el que hizo el ojo ve, que el que hizo el oído oye y tendrás que responder ante su tribunal (Sal.94:9). No quieren a Dios para vivir como les da la gana. Perdón por la expresión. Así son las cosas entre la omnisciencia de Dios y la teoría de la evolución.

94: 12,13

“…bienaventurado el hombre a quien tú corriges, a quien instruyes”. En los días de aflicción tiene valor haber sido educado espiritualmente por un padre-maestro que no nos tiene como bastardos sino como hijos (He. 12: 8); uno saca del corazón los tesoros de sus conocimientos y depende de ellos. Cuando estás teniendo problemas piensas mucho y un pensamiento releva a otro en loca carrera y confusión (v. 19) pero en medio se hallan las consoladoras promesas y las instrucciones que Dios te dio.

 

 

En el aire me sostuvo una mano invisible

Sal. 94:18

“...cuando yo decía mi pie resbala tu misericordia me sostendrá”; otras versiones lo vierten en pasado y queda más bonito y útil, “cuando resbalaba tú me sostenías”. Resbalé pero no llegué al suelo. Se taparon la boca sin poder creerlo y abrieron los ojos y dieron un grito. ¡Imposible! Pero no llegué al piso, en el aire me sostuvo una mano invisible. 

¿Has perdido alguna vez tu equilibrio espiritual? Hay dos causas al menos por las cuales uno se cae: porque tropiece o porque resbale. No hay santo alguno que no haya tenido esa terrible experiencia,  sentir que su pie resbala y como el salmista pensar que ha de caerse. No se trata que haya tropezado, pues en ese caso bien pudiera haber puesto sus manos para amortiguar la caída o sostenerse de algo para evitarla; pero cuando se resbala la caída no es hacia delante sino hacia atrás, no hay tiempo para sostenerse y el golpe generalmente es mayor y más peligroso. 

Hay cierto grado de inocencia o ingenuidad cuando se resbala, porque se pone el pie en un sitio que se cree firme, parece firme y de pronto no se halla apoyo y el pie resbala. El que resbala no nota las causas deslizantes antes de apoyarse confiado, sino después que ha caído. Aunque no hay ninguna razón que justifique la misericordia divina, quizás esa es una,  por la que Dios extiende sus brazos de misericordia y sostiene al que resbala para que recobre su equilibrio espiritual y no sea quebrado hueso suyo. Cuando uno resbala es porque se ha salido del Camino; en los pasos por donde va nuestro Señor no hay ningún punto que resbale. Los que han resbalado pero no han caído tienen secretamente el testimonio de la fidelidad del Señor, puesto que él los ha seguido por una vereda no suya y ha extendido sus brazos no dejándolos caer.

No hay persona más indefensa que el que ha resbalado, y sólo un milagro podrá evitar que se haga daño. ¿Cuándo has visto que vayan dos juntos y uno resbale que el otro lo sostenga? No le da tiempo, lo más que puede hacer es ayudarlo a levantarse pero no alcanza a evitar su caída; excepto que su segundo sea Dios. El invierno se acerca y habrá nevadas y heladas, roguemos al Señor que guarde nuestro pie de resbalar, sobre todo los hermanos y hermanas mayores. Cuando ya se tienen algunos años un resbalón, una caída, puede significar un golpe muy mal dado y una rotura sin soldar por el resto de los días. Las quebraduras a una edad avanzada son difíciles de soldar, hay demasiados sentimientos en la sangre que no dejan que lo que se quebró se recupere. Es lentísima la recuperación espiritual de un adulto maduro. ¿Tienes temores de caer en pecados?  Perdí mi equilibrio y algunas cosas que tenía en mis manos se me cayeron y estuve a punto de tocar el suelo pero me recibieron acá abajo Sus brazos eternos (Dt.33:27), que te atrapen antes que el sonido de tu caída llegue muy lejos. ¿Sientes miedo que al fin las codicias te venzan y te atrapen las iras? Toma un par de horas para llorar y confesar tu pecado (vv.16-18). Y en cuanto a tropezones: abre bien tus ojos y mejor aún, dicho en sentido figurado, levanta el pie del sitio donde estás, mientras más pronto te vayas, mejor, no sea que “tu pie tropiece en piedra” y te desmenuce. 

Sal. 94:19

“Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí tus consejos me consuelan” (LBLA). Esa es la idea de la palabra pensamiento en hebreo, cuando uno choca con el otro su se amontonan y perturban entre sí y no dejan tranquila el alma y la conciencia.

94:20

“… ¿se juntará contigo el trono de iniquidades?”.  “¿Puede ser aliado tuyo un trono de destrucción que planea el mal por decreto?” (LBLA). ¿Qué comunión tiene la justicia con la injusticia y la verdad con la mentira; la democracia y el totalitarismo, la pobreza y la explotación, la arbitrariedad y la constitucionalidad, la libertad y la esclavitud? Nada. No pueden tener comunión la luz y las tinieblas. El trono de Dios no hace alianzas con el trono de iniquidades ni el Santo sanciona las iniquidades convertidas en leyes. Si los pueblos forjan así su estructura judicial sin Dios, lo hacen y tendrán que vivir con un gobierno que ellos mismos se han dado. Se educa a los ciudadanos en un relativismo moral y sin el concepto absoluto de Dios, ellos inventarán leyes sin Dios. Señor bendice esta nación que presumiendo legislar sin agravios dicta leyes impías, y que sí agravian la fe, la iglesia y el Reino.

95:1

“…cantemos con gozo y con júbilo”. Hay veces, Señor, que no cantamos con júbilo sino de modo mecánico, algo le pasa a nuestra melodía que se erosiona con el uso; como tu Espíritu renueva la tierra, (104: 30) así, renueva el espíritu de nuestra alabanza. Tal vez en vez de cantar si así estamos es mejor seguir el consejo del v.6, arrodillarnos y orar y confesar esa pesadez espiritual y verter a sus pies el peso muerto que nos imposibilita. Amén.

95:3

“…Jehová es Dios grande”. Señor si tuviéramos un mayor sentido de tu grandeza se perfeccionaría nuestra alabanza. Pero al adorar parece que nos acercamos a una deidad profundamente desconocida. O hecha a nuestra imagen y semejanza.

 

Has hecho alrededor de ti tu órbita

95:6

“…arrodillémonos ante nuestro Hacedor”. Oh alma orgullosa, corazón endurecido, que Dios sea tu creador ¿no es suficiente motivo para postrarte ante él? No sólo que es inmensamente superior a ti sino que tú le debes tanto. ¿Por qué te pide Dios adoración? ¿No es por lo orgulloso y endurecido que eres? Pero no es por gratitud que te pida la alabanza sino porque es tu único remedio, la renuncia a creerte un dios, un señor, el dueño y amo a la creación. Hombre ¿no ves que estás descentrado? Has hecho alrededor de ti tu órbita, y como ya desfalleciste de intentar ser bueno, has puesto aparte la moral y te juzgas a ti mismo por lo que puedes hacer. Ese es el problema para adorar a tu Hacedor, la soberbia que te hincha por tu posición en la creación y eres tú quien quiere que seas adorado y no otro que te hizo. Tu más grande idolatría eres tú. ¿No sabes que lo que tienes lo recibiste? ¿Por qué te  glorías? Por eso no quieres otra religión que no sea tu humanismo. (Meditar en 1 Co. 4:7; Efe. 2:8,9).

 

El único que parecía estar mirando al Invisible

95: 8-11

“No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo”.

 

“…y no han conocido mis caminos”. No caben dudas que el salmista está enfrentando a un pueblo endurecido, renuente a adorar y teme que en esa época de su historia se está repitiendo lo mismo que ocurrió siglos atrás. El salmista termina abruptamente, y ellos pudieron preguntarse ¿en qué reposo ahora no entramos? El Espíritu lo dijo para ser usado en el Nuevo Testamento donde el reposo divino es el cielo. El salmista los remite a la historia y les da un argumento teológico. Está bien intencionado pero parece débil. Para lograr que adoren; quizás falla, pero sí, según la epístola a los Hebreos, se explicó por qué el pueblo había dejado la adoración: su incredulidad. El único que parecía estar mirando al Invisible era Moisés. El pueblo necesitaba mirar una nube y una columna de fuego. El pueblo quería ver a sus dioses y lloraba por una vida económicamente mejor (Ex. 16: 3). Meriba significa lugar de contienda y Masah quiere decir tentación. En primer lugar contienden con Dios y le discuten su providencia, lo acusan de algo y lo declaran responsable del infortunio de ellos; llegado a ese extremo se deslizan en la tentación y estando sin amarras espirituales ceden y entonces caen dentro del pecado, dándose cuenta que ése es el verdadero infortunio y no aquel otro por el cual discutían con el Señor. Oh Dios, no caigamos en incredulidad, tu pueblo no se materialice, no deje de adorarte. El hombre es un complejo de ideas equivocadas. No nació para creer. Es un milagro que saque sus intereses de este mundo y mire a lo invisible. Las generaciones futuras suelen no aprender mucho de las anteriores. Yo no sé cuántos años ya el Señor ha estado disgustado con esta nación.

 

Cristo vino porque las cosas nos iban mal

96:1-5

 

“…todos los dioses de los pueblos son ídolos”. Todo el salmo es un llamamiento a las naciones del mundo para que dejen sus ídolos y  adoren a Dios. Trata de la reafirmación de la única existencia de un Dios invisible que se revela sin imágenes ni esculturas. Es el Dios creador de la materia (v. 5), pero se distingue de ella, está separado, no tiene la misma sustancia, la trasciende. Es una negación rotunda del panteísmo. Ese Dios invisible da origen a lo visible. Un Dios invisible que da origen a todo lo visible y por lo tanto tiene que se engrandecido y honrado (v. 10). Sin embargo, tiene una casa de adoración que pueden visitar los pueblos del mundo (vv. 8, 9). Allí el que adora encuentra artículos para hacerlo dentro de un sistema de culto ordenado por él, pero no halla ninguna figura ni escultura que lo represente; la casa luce vacía, como si no hubiera deidad alguna que recibiera la pleitesía. No permite ninguna imagen divina para fijar en ella los ojos y ayudar a su concepción. No es posible concebirlo. 

El Señor Dios habita en la oscuridad (Ex. 20:21; 1 Re. 8:12). Es visible sólo para sí mismo. Dios está allí y es impalpable. Como no era visto, no lo ha sido, no pudo ser dibujado ni descrito. El adorador en su tabernáculo se hallaba inmerso en medio de lo eterno e intangible. Sólo se podía saber que se hallaba presente, por sus promesas en la revelación que había hecho de sí mismo. Él es su único testimonio. La adoración que da el visitante es una adoración de fe, nutrida sólo por las palabras que ha dicho y por la comprobación experimental en la comunión que extrae de su culto. Cuando un visitante pagano entraba en el templo, hallaba un recinto vacío y a un pueblo que adoraba a un Dios incorpóreo. 

Tenía que resultarle la teología y la adoración, algo chocante, decepcionante, una religión distinta, fuera de lo normal, incompleta. Los judíos adoraban a un Dios inconcebible. Para los paganos no era posible concebir a un Dios que no lo miraban. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo estar seguros que fue él quien dio origen a lo que se ve? (He. 11:3). Un Dios invisible es inimaginable, y su existencia sujeta a dudas; sin embargo es la mejor realidad, imbatible por el pensamiento, inatrapable, irrazonable, inalcanzable, una incambiable realidad. 

En el templo de Jerusalén los sabios eran prendidos en la astucia de ellos, se deshacían las religiones y quedaban en nada. El pueblo adoraba por mandamientos a un Dios que no veía. Y con todo, siendo un Dios invisible, su culto era hermoso y santo (v. 9). Invisible pero potente como para afirmar lo que se ve (v. 10). Dice el salmista que ese Dios invisible “vino” dejando arriba su soberana soledad y se manifestó para juicio. Vino porque las cosas nos iban mal. A ese Dios invisible manifestó Cristo (Jn. 1:18), quien es su misma imagen (Col. 1:15), al cual hubieran deseado palpar los filósofos que lo oyeran (Hch. 17:23-27); y quien único tiene inmortalidad y es digno de honra y gloria sempiterna (1 Ti. 1:17; 6:16).

 

La familia, después del culto un poco más santa

96:7-9

“…tributad a Jehová familias de los pueblos”. Hermoso es ver a las familias entrar al templo, todos juntos. Oren en casa, entren en los aposentos, lean la ley de Jehová; que cada familia sea como una iglesia, luego vengan juntos, que no se quede ninguno; pasen los abuelos al templo, los hijos, los nietos, asistan todos al culto público. Honre en su casa cada uno al Señor como debe, hónrele con alabanzas, con ofrendas, no la olvidéis porque Dios ama al que da alegremente. Regocíjese cada uno en la hermosura de la santidad que también quiere decir “en vestiduras santas” (LBLA), y no sé con cuánta razón  pero pienso que así se visten, de santidad y lucen hermosos, los que se visten como elegidos de Dios, santos y amados y los que se visten del Señor Jesucristo. ¿Eres, después del culto, un poco más santo? Oh Señor, que mi familia no olvide, según prospera, ofrendar en tu casa (1 Co. 16: 2). No iré a Jehová con las manos vacías (Ex. 23: 15) porque él mismo nos las ha llenado (Ex. 3:21), daré como propuse en mi corazón y me sentiré alegre. Ese dinero dado para usos sagrados es santo.

 

La cruz es toda justicia y todo amor

97: 2

“…justicia y juicio son el cimiento de tu trono”. O “justicia, derecho, privilegio”. Si tú fueras uno de los autores del Nuevo Testamento dirías "el amor es el cimiento de tu trono" "la gracia es el cimiento..." (He. 4:16). Pero ¿no lees mucho sobre la justicia de Cristo y la justificación por la justicia hecha por Dios para nosotros en él? La cruz es toda justicia y todo amor. Dios enseñó primero la justicia, el concepto de justicia a su pueblo. Y sobre él entonces el amor. El salmo es prácticamente una exaltación a Dios como justo y a los hombres que practican la justicia, reclaman derechos y los conceden (vv. 6,8, 10-12). Amado,  es la lección primaria de Dios cuando instruyó al hombre, ¿a qué se refieren las palabras de vv. 1-7?  ¿Una tormenta? ¿Todos los pueblos la vieron? ¿O supieron de ella y la identificaron con Jehová? Quizás la plaga en Egipto cuando los pueblos supieron de ella. O una de las muchas intervenciones de Dios a favor de Israel. La historia nacional de Israel está llena con episodios sobre la manifestación de Dios para su pueblo. Una y mil veces las naciones paganas eran exhortadas por Dios, no por Israel, a dejar sus ídolos y forzadas por las evidencias a hacer de Jehová el Dios de ellos. Amado Señor tú eres justo, haz a tu siervos lo mismo, concede a los gobiernos sabiduría para conceder a sus ciudadanos el derecho y el privilegio en el juicio, la reclamación y el sufragio universal.

97:10

“…los que amáis a Jehová aborreced el mal”. Si amas a Dios no ames al mundo. Si quieres refrescarte con gracia lee 1 Jn. 2:15.

97:12

“…alegraos justos en Jehová”. Oh Dios ¡cuándo aprenderemos a ser justos! Pero no en exceso como dice Salomón.

 

Salvación significa libertad y victoria

98:1

“Has dado salvación”; es interesante que en el AT la palabra salvación puede ser traducida libertad, y victoria. ¡Qué dos bellezas! En la conversión somos hechos libres con la libertad que Cristo nos hizo libres, por medio del Espíritu, desatados en la tierra y en el cielo por medio de su Palabra, y la verdad nos ha hecho libres y somos verdaderamente libres. Ya no somos esclavos del pecado, del diablo y de la influencia del mundo y no vivimos en prisión de maldad ni iremos a presiones eternas. Y ahora tenemos la victoria. Lo mismo, por medio de la fe que vence al mundo, de los poderes del siglo venidero, no con palabras solamente sino con poder, los sermones son acompañados con el poder del Señor, victoria sobre la concupiscencia de los ojos, del corazón, sobre la incredulidad y sobre el último enemigo, la  muerte. Y ¿qué nos espera? La corona de la vida y todo eso por medio de la cruz de Cristo, porque luchamos desde la victoria sobre todo principado y poder y participamos de aquella gloriosa emancipación que él logró cuando a esas fuerzas las despojó y las exhibió públicamente triunfando en la cruz.

 

Cánticos viejos y nuevos

98:1-3

 

“…cantad a Jehová cántico nuevo”. Este salmo tiene el mismo fondo que el anterior: la justicia que Dios ha hecho a Israel, pero con algo distinto, una exhortación a cantarle cántico nuevo. ¿Por qué la iglesia debe aprender coros e himnos nuevos? ¿Cuándo? Bueno es decir algo sobre los himnos antiguos, que son preciosos y los nuevos no deben substituirlos porque son recuerdos de pasadas misericordias. ¿Acaso cada salmo nuevo que se componía, suplantaba a los viejos o los complementaba? ¿Qué es eso, romper con el pasado musical de la iglesia como el mundo hace con sus repertorios? Cuidado con la culturización de la música porque aunque haya cántico nuevo, experiencias nuevas y diversas, cada cristiano no es un autor musical, compositor o arreglista.  Hay himnos antiguos que uno desconoce y cuando los canta parece que fueron compuestos ayer en la tarde. Es asombroso el número creciente de hermanos y hermanas que pasan al frente de la congregación para cantar un cántico nuevo, y se ve que no tienen dotes musicales; mejor fuera que cantaran juntos con la congregación y no al frente de ella. Se deben cantar himnos nuevos que reflejen las nuevas experiencias del Espíritu moviéndose en la vida de la iglesia. Los coros más bíblicos y pertinentes, no son aquellos que repiten con cualquier música los textos bíblicos en el contexto mismo que fueron inspirados, sino aquellos que elaboran el mensaje bíblico y expresan en versos y melodías sus sustancias, sus doctrinas; porque es el espíritu primero, con la letra lo más importante. A propósito ¿por qué se ha sustituido la palabra himno por canción cuando se va a cantar? Se dice “vamos a cantar una canción” y no un himno. Según el diccionario VOX de la lengua española estas son las definiciones. Himno: Entre los gentiles composición poética en honor de sus dioses o héroes, o para celebrar un suceso memorable. 2. composición poética en alabanza de Dios, y de la Virgen o de los Santos. 3. composición poética o musical de alabanza, entusiasmo o adoración. Manifestación de entusiasmo: los himnos de la feCanción: composición en verso para ser cantada. 2. música de la canción. 3. composición lírica, dividida en estancias largas, todas de igual número de endecasílabos, menos la última, que es más breve. Cántico: Cada una de las composiciones poéticas de los libros sagrados y los litúrgicos en que se dan gracias o tributan alabanza a Dios; por ejemplo los Cánticos de Moisés, El magnificat, etc. Si las sustituciones se han hecho y no por capricho ni por contemporizar, entonces ¿por qué?  En Efe. 5:19 se mencionan los salmos, himnos y cánticos espirituales. Salmo, en griego es “psalmos” y significa “una pieza musical, una oda sagrada acompañada con voces, arpas u otro instrumento”. Himnos en griego es “humnos” y aparentemente proviene de una forma más simple llamada “hudeo” que significa celebrar, o es una oda religiosa. Cántico en griego es “oide” y significa eso mismo, un canto o una oda de cualquier tipo, y por eso Pablo añade “espirituales” para que haya diferencia entre los cánticos del mundo y los religiosos.

98:4

“…levantad la voz y aplaudid…”; no es la traducción correcta sino “aclamad con júbilo” o hacer un ruido de alegría; el salmista no dijo específicamente que se aplaudiera. Eso es un gusto no un mandamiento.

 

Que se oiga desde el púlpito  la palabra santidad

99:6-8

“…él es santo” (3 veces). Este salmo no es para Israel sino para los gentiles; y yo quisiera que alguno que no fuera santo leyera estas líneas.  Es una invitación dirigida al mundo, para que cambien sus dioses por Jehová. Por tres veces afirma que el Señor es santo (vv. 3, 5, 9) y grande y temible (vv. 2,3). Lo presenta como un rey que hace juicio y pide que se postren ante él (vv. 4, 5). Decidme, amado, ¿es éste un buen método para hacer prosélitos judíos? ¿No es una forma muy extraña para la mente moderna, y espanta más que atrae? ¿No empuja al pecador hacia atrás más que acercarlo hacia sí? ¿Cómo pensará que atraerá de ese modo, espantando, a las naciones hacia el culto judío? ¿No hubiera sido mejor que les ofreciera seguridad y prosperidad bajo sus alas? Sí, pero si el propósito del Espíritu hubiera sido hacer prosélitos, un mero cambio de religión, de forma de culto, de ordenanzas. Pero no es eso lo que intenta sino la creación de nuevas naciones. El mundo se entera por este salmo que hay un Dios distinto a los que ellos tienen, que juzga la injusticia y demanda humillación, que dejen el pecado y renueven sus vidas porque Dios es santo. Oh amado, ¿habremos olvidado en nuestra evangelización del mundo que Dios es santo? ¿Nos habremos olvidado que cada pecador para entregarse a Dios (como se dice) tiene que ser una ofrenda santificada? (Ro.15:16). Eso es lo que leemos en la Biblia. Un llamamiento a las naciones del mundo a buscar a un Dios santo. ¿Lo que buscamos es ver más pueblo buscando a Jehová, adorando en el templo, o pueblos transformados, preparándose para acudir al juicio eterno, dejando sus injusticias y pecados? ¿Evangelizamos sin enseñar el temor de Dios? No quites, mi Santo, tu temor de mi corazón. ¿Es ese el Dios del Nuevo Testamento, el de la gracia del Señor Jesucristo? ¿Es el que predicaban los apóstoles? ¿Así empezaron ellos ganando el mundo?  (Hch. 24:25).

¿Qué más anuncia? Que no es un Dios inventado, que la historia de Israel lo autentifica (vv. 6-8); invoca la revelación escrita para que crean por ella, invita a los gentiles a que lean la historia de su pueblo, el Dios que se reveló en su trato con ellos; como decir que lean la Biblia. Pero ese Dios perdona los pecados. Sí, no esconde la clase de Dios que tienen, no lo describe de otro modo, pero les anima a venir a él porque asegura que oye la oración, y sobre todo que hay en Israel un sacerdocio eficiente por medio del cual cualquiera que se acerque obtendrá su mediación y remisión de culpas. ¿Te horroriza la ley y la santidad divinas? ¿Huyes de Dios porque has pecado? Hay un sacerdocio instituido por Cristo para hacer remisión de todos los pecados, para perdonar cualquier injusticia (He. 7:11-15, 23-28). Amado, si no predicas la santidad de Dios, ¿cómo presentarás a Cristo como sumo sacerdote y mediador? “Sin santidad nadie verá a Dios” (He. 12:14). En un evangelio psicoligizado se oyen las palabras realización, autoestima pero nunca santidad.

 

El Espíritu y la Palabra forman la iglesia

Sal. 100: 3

“…él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos”. Por esa sola razón debieras adorar a Dios, cantar alegre, tener  como un gozoso privilegio, su servicio, no faltes a sus reuniones, (vv. 1,2); bendice su nombre desde la mañana hasta la noche, tú que eres un miembro de su iglesia, no porque hayas nacido dentro de ella sino porque te creó, te formó, te escogió. La iglesia no es obra de sus líderes sino del Espíritu Santo, porque Cristo la formó, y él le llama "mi iglesia". Dios piensa en la iglesia porque la hizo. Principalmente la Palabra le ha dado esa forma (por agua y la palabra, hechura es ella de él; Efe. 5:26). El obró nuestra conversión, nuevo nacimiento, fe, arrepentimiento, bautismo en el Espíritu Santo, y nos bendijo con toda bendición espiritual en Cristo en los lugares celestiales, nos ha hecho fieles, y a él con gratitud adoramos por nuestra perseverancia en la gracia, y nos ha dado el poder para prevalecer contra las acechanzas del maligno. Y las puertas del infierno no han prevalecido contra ella. Decimos a Jesús como Rut a Noemí, “tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios…”; añade un poco a esta meditación con 1 Co. 6:16-20.

 

¿Quién escribió la Biblia?

101.

“Misericordia y juicio cantaré; a ti cantaré yo, oh Jehová. Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí. Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado. Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré; no sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos. De mañana destruiré a todos los impíos de la tierra, para exterminar de la ciudad de Jehová a todos los que hagan iniquidad”.

 

Si hay un texto que ilustra "que los santos varones de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" es éste. El poeta comienza, pero a mitad del salmo, pienso, en el v. 3, la segunda mitad, empieza a hablar el Espíritu Santo, en ese punto pudiera ser cualquiera de los dos, el hombre o Dios, o los dos. ¿No es eso inspiración bíblica? ¿No es lo que afirmamos que la Biblia es un libro inspirado por Dios? Tomamos un texto y decimos: lo enseñó Pablo, y es así, fue él. Luego decimos, no fue él sino Dios y es también cierto, lo que dijo el hombre lo dijo también Dios por medio de un hombre. En la Escritura  encontramos la mente, la cultura, el oficio, la experiencia de un hombre que habla o escribe, su estilo de letra, sus sentimientos. 

Si se considera eso solamente sería un producto humano, pero si se atiende bien, notas que hay algo más que experiencia religiosa, hay una voz dentro de todo ello, la voz del Espíritu Santo (1 Pe. 1:10,11). ¿Quién escribió la Biblia? Dios y el hombre (2 Pe. 1: 19-21). Dios toma posesión del escritor sin que éste se lo proponga, no pasó por su mente escribir en lugar de Dios, hacer un libro en nombre de Dios; Dios tampoco se lo advirtió, no le pidió permiso; no dijo: "hasta ahí hablaste tú, después yo" (el más atrevido en eso es Apocalipsis), sino que le da una nueva dimensión a las palabras humanas; y las divinas son una proyección de las humanas, constituyen revelación y forman parte de la experiencia religiosa. En cualquier parte del libro donde leas, hallarás que te habló un hombre como tú, que tiene su experiencia espiritual y además oirás la voz de Dios. Y veras que lo escrito es superior  a su autor.  ¿Así es como la palabra del hombre se convierte en palabra de Dios, además del efecto que produce por la verdad que el Espíritu anuncia. ¿No es algo similar lo que ocurre en los sermones que oímos? Es la verdad anunciada, aplicada con poder de Dios en la vida de una persona. Si te preguntan ¿quién escribió la Biblia? La respuesta es: la escribió Dios por medio de hombres.

 

Sincronizados a la voluntad de Dios

101: 2,6

“Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí”. El texto más bien contiene una pregunta y se leería así, “me comportaré con sabiduría en el camino de la inocencia (perfección) ¿cuándo vendrás a mí?...”. La Versión Reina-Valera deja el texto confuso. El salmista habla de su perfección, su inocencia y cómo procura vivirla dentro de su casa y para los suyos, primeramente, y entonces le pregunta al Señor que cuándo vendrá, que ya él y su familia están preparados para recibirlo, por supuesto con las manos llenas. En el v. 6 afirma que esa clase de creyentes son los únicos visitados por Dios, en contraste con los que se desvían (v. 3); los vv. 3,4 parecen referirse a él, que no se juntará con esa clase de gente y desde los vv.5-8 se refiere a Dios, que es como él y con los mismos sentimientos. Él dice “aborrezco la obra de los que se desvían”, y Dios responde “Yo también”; él dice “ninguno de ellos se acercará a mí, no tendré que ver con sus vidas ni compartiré su techo ni sus alimentos, no haré alianza con ellos ni meterá conmigo la mano en el plato” y Dios dice “conmigo tampoco”. Es hermoso que haya en nosotros “este sentir que hubo también en Cristo Jesús” y que el corazón nuestro sea como el de Dios, y al concluir una reunión podamos decir que ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros (Hch. 15: 28), y hay un santo orgullo cuando se dice “Dios y yo somos semejantes, él siente lo mismo que yo y hemos hecho las mismas decisiones”. Ojalá fuésemos así, estemos así, sincronizados a la voluntad de Dios aunque nos saque sudores de sangre, como nos enseñó el Señor en el Padre nuestro, lo ejemplificó en el jardín de Getsemaní y lo demostró en la cruz.

101:3

“No se aferrará a mí”; realmente no dice “ninguno de ellos se acercará a mí” como en RV; el sentido es que esa cosa, ese propósito, ese pecado no tendrá que ver conmigo, yo no permitiré que lo que desvió el camino de ellos me atrape a mí, se aferre o se pegue a mi vida. No participaré de pecados ajenos ni en la apostasía de ellos, huiré delante de esa iniquidad si es necesario pero no me pegará a mí, no adquiriré ese hábito. Que no se te pegue lo malo sino lo bueno. Que no sea el pecado el que se aferre a ti sino Jesús. Déjate atrapar por el evangelio.

101:5

“…al que solapadamente infama a su prójimo lo cortaré”; o “destruiré”. Los santos siempre han temido, como a las serpientes, a las lenguas venenosas, en especial a aquellas que infaman solapadamente, la reputación de su prójimo (Sal. 120:2), son peores que los chismosos vulgares porque se fingen justos, respetables y leales. Oh Señor, libra nuestro testimonio de ellos.

101:8

“…destruiré de la ciudad del Señor (Jehová) a los impíos”; los extirparé. El salmista no está nada complacido con sus conciudadanos y la perversión en las calles de Jerusalén le oprime el corazón y quisiera verla limpia de esa plaga de individuos apóstatas que se ha desviado; sus viejos compañeros en las alabanzas que ya no visitan la casa de Dios y andan sin Cristo por las avenidas, comiendo y bebiendo con los incrédulos; tajantemente ha roto la comunión con ellos, los que ya no viven para el espíritu sino para la carne; tampoco se entretendrá con los chismosos, los que “solapadamente” rompen en pedazos el honor de los demás, y ninguno de ellos tendrá el privilegio de poner un pie en la casa del Señor, v. 7; es decir, la ciudad y la iglesia limpia de esas contaminaciones. Dios quiera que anhelemos la purificación de nuestra ciudad y comencemos a buscarlo separándonos de la comunión con esos malignos.

 

David influye en otros salmistas

102.

Este salmo no puede ser de David porque hay evidencia que parece pertenecer a algún judío exilado tras la destrucción de Jerusalén, en la cautividad babilónica (vv.13-16); se parece a los salmos de David, es su mismo estilo personal y desgarrador, único como suplicante, pero  parece menos explosivo que los de David, movido un poco por una pensada construcción literaria, demostrada en las varias comparaciones que hace de sí mismo con el humo y el tizón (v.3); la hierba seca, el pelícano, el pájaro solitario, y el búho (vv.4-7); etc. La influencia de David se hacía sentir en su modo de orar, en sus discípulos siglos después. Lee desde la perspectiva del exilio babilónico los vv. 13-21; cuando los presos “junto a los ríos de Babilonia” lloraban, y sentían que sus días se consumían sin fruto alguno. Es un salmo precioso para los presos de conciencia, los privados de libertad por sus ideas. Y el dulce cantor sigue influyéndonos hoy día.

 

El fruto del dolor es de bendición

102: 3-7

“…mis días se han consumido como humo (en humo; se han vuelto humo, vapor, soy cenizas, ya no existo y sin embargo sigo vivo) “como pájaro solitario sobre un tejado”.  ¿Has sufrido tú de forma tan espantosa, perdiendo peso día por día y además no teniendo ni una sola alma con quien compartir el calor de tus preocupaciones? Hay veces que pensamos que somos los que más hemos sufrido y que merecemos más condecoraciones que los demás; ignorando que esos mismos sufrimientos los padecen otros hermanos en diferentes lugares (1 Pe. 5: 9). La actitud de los apóstoles era de gozo cuando sufrían, y siempre buscaban en ello una comparación con los sufrimientos de Cristo por su iglesia (Col. 1:24). Cuando Pablo enumera sus sufrimientos no lo hace para que lo compadezcan o le tomen lástima sino para gloriarse en ellos. Toma tu cruz en la soledad, como el búho, respira, ora y espera, que el fruto del dolor es de bendición.

102:11

“…mis días como la sombra que se va…”. Todos tenemos esa experiencia, sea que sufras o que estés alegre, la vida es una sombra que se alarga y declina, una niebla que se esfuma pronto; lo que vas a hacer hazlo pronto porque tus días pronto pasan y vuelas (Sal. 90:10). ¿Y a dónde volarás? ¿A qué lugar de ultratumba irás? ¿En qué estado te quedarás? La Escritura enseña que la muerte trae un cambio de lugar y de estado; pero ambos tienen conexión con la tierra: gracia= gloría; condenación= sin gracia. ¿No te preocupas por el estado futuro al cual pasarás? No te angusties tanto porque la vida se te acaba sino por lo que estás haciendo con ella. Ponle atención al vuelo del alma.

 

Amemos la iglesia de Dios

102: 13

“…es tiempo de apiadarse de Sion, de tener misericordia, ha  llegado su hora”.  ¿Y cómo lo sabes hermano? ¿Quién te ha dicho cuándo la aflicción se ha terminado, cuándo el tiempo alcanzó la promesa, cuándo la justicia divina está completa? ¿Es que el Espíritu te lo ha revelado? No, Dios rara vez dice cuándo, sólo te da señales cuando pudiera ocurrir para alertarte en la fe, pero esconde cuando hará misericordia. Quizás leyó la profecía de Jeremías y dedujo que el tiempo de la deportación, 70 años, estaban cumplidos. De todos modos hablamos como los niños, con ternura, cuando convertimos nuestros deseos en promesas divina. No tengo tiempo por el momento para meditar en el v.14, “tus siervos de deleitan en sus piedras y se apiadan de su polvo”. Oh si yo amara la iglesia como ellos a Jerusalén (135:5-7). Mucho de esos sentimientos se encontraban en el corazón de los apóstoles (Mr. 13:1); si amáramos las piedras y ofrendas votivas (Lc. 21:5) y hasta sus partículas de polvo.

 

La Biblia para todas las generaciones

102:18

“Esto se escribirá para las generaciones futuras, para que un pueblo aún por crear alabe al Señor”. ¿Has leído eso? ¡Qué extraordinario! Esto habla principalmente de las Sagradas Escrituras que son apropiadas para el presente y para el futuro, para todas las edades porque se adaptan maravillosamente a los hombres y mujeres de todas las épocas, pueblos y naciones (Apc. 7:9; 10:11); ellas son el testimonio escrito que Dios ha dejado para que todo aquel en él cree no se pierda más tenga vida eterna. Ha sido una necesidad que aparezca en forma escrita que es muy superior a la tradición oral y un complemento indispensable a la revelación natural en la creación. 

Ha sido escrita como un complemento al testimonio y ministerio de gente muy humilde y sencilla de los cuales el mundo no era digno, porque en sus vidas eran de apariencia débil y palabra menospreciable y el mundo buscaba poder que ellos no tenían, belleza, riqueza, cultura, y nunca los hubieran oído ni dignado prestarle ni un minuto de atención; hombres de muy poca influencia y notoriedad y que en sus tiempos no hicieron ningún impacto en las multitudes, no eran famosos, pero Dios quiso que el testimonio de esos pastores, agricultores, fuera escrito, leído, examinado, estudiado, criticado por hombres de más talento, poder y eminencia que ellos, y creyeran. Y al estar escrita permite que se difumine, que se traduzca en otros idiomas y que la abundancia de esas copias certifique la veracidad de lo que se cuenta. 

Mira cómo Dios piensa que en cada generación haya elegidos que escuchen su palabra y la crean, por lo tanto, el escepticismo y la incredulidad no serán absolutamente triunfadores. Tendrán muchos seguidores pero no abarcará el orbe total; en las generaciones peores, las más malignas y perversas habrá un remanente escogido por gracia que será salvo; entonces las Sagradas Escrituras continuarán imprimiéndose y leyéndose en las edades futuras, hasta el fin del mundo. Resistirá heroicamente todos los ataques de todos los tiempos y las nuevas invenciones de males y mentiras contra ella. No pasará de moda. Se puede deducir que la creación de nuevas generaciones ocurre por la voluntad de Dios, no para que pequen contra él sino para que crean porque Dios está y continuará creando su iglesia. Cada ser humano ya hecho y los que nacerán en el futuro son creaciones de Dios.

102:24

“Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días”; nota esa palabra lleves no es “cortes” como en RV sino más bien no me asciendas en la mitad de mis días. Aquí ves que cuando un hombre muere algo de él en un principio asciende, y algo se deja atrás que ascenderá después, su cuerpo en la resurrección, y ese algo que se fue volverá por un cuerpo glorioso; por otra parte enseña la forma de mirar la muerte, ni siquiera aquí como un sueño sino como una partida, dejar este tabernáculo; y por último la muerte puede cortar por la mitad la vida y ser llevado a la hora que no esperas, a la hora que no quieres, sin quererlo, y estés sin preparación para encontrar las realidades del otro mundo, entrar al “hades”, o lugar de los muertos, y te seguirá el cielo o el infierno. Ese día nadie tiene potestad para no entregar tu espíritu (Ecl. 8:8; Sal. 49:7); 

103: 1

“Y bendiga todo mi ser su santo nombre”. Amados yo también tengo problema con mi gratitud, que no es tan profunda como quisiera, no llena "todo mi ser". Oh Dios, ayúdame a ser agradecido.

¿Quién sirve a quién? 

 

Sal. 103:2

“…bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”. 

(31 diciembre 2020, WhatsApp)

Hace solo un par de meses cumplí 74 años; joven fui y he envejecido y “no he sido desamparado” ni un solo día, ¡qué digo!, ni un minuto. Me he propuesto no esconder mi vejez con tintes que las arrugas desmienten y asoman una personalidad débil que claudica ante la época que vocea que joven y bonito es lo mejor. Ya no soy joven sino viejísimo y de bonito no tuve ni tengo un pelo, que ahora me quedan pocos. Ahora vivo en Tennessee, entre jóvenes y añoro reunirme y conversar, reír y recordar, con mis viejos amigos. ¿Crees que me siento que valgo menos? Sí, como se sentiría un diamante, yo, junto a un pedazo de cristal. Los espejos, sin sonreírme, me dicen que tengo un “cuerpo de muerte” que pronto emprenderá, como escribió Alejando Dumas en el Conde de Montecristo (que estoy leyendo) “el largo viaje hacia la eternidad”. Cristo es mi “esperanza de gloria” y seré librado de este cuerpo de muerte por otro de verdadera vida y gloria. Acepté el cambio desde que leí sobre su tumba vacía y me dijo, “no seas incrédulo sino creyente”. La gracia de Dios no ha sido en vano para conmigo. Por ella soy lo que soy. Tengo lo que tengo. Mi Dios también es viejo y no lo cambio por los bellos dioses contemporáneos. ¡Oh qué agradecido estoy a Dios por sus muchos beneficios!

No, David, no Señor, no se trata de que me olvide de lo que hiciste, sino que no puedo alabarte y agradecértelo desde lo profundo de mi alma; yo no olvido la purificación de mis antiguos pecados (2 Pe. 1:9). Si me llegara a olvidar de los perdones de mis iniquidades ¿no los repetiría? Señor eso no, cura mi ingratitud (v.3). Una traducción bonita sería, “no olvides ninguno de sus tratamientos”. ¿No lo crees así? Él siempre me ha tratado bien. Sus tratos no pudieron ser mejores. No tengo quejas. Cupe por la puerta estrecha y en cuanto al camino, tras más de medio siglo andando, lo volvería a recorrer. Otra traducción, del texto de arriba, pudiera ser, “no olvides ninguno de sus servicios. ¿Quién sirve a quién? En teoría o en doctrina yo soy siervo de Jehová, pero en la práctica quien me sirve es él. Mi grado de dependencia e inutilidad es tan grande que tiene que ayudarme en todo, y el v.4 la RV menciona la palabra “favores”. Dios se pasa el santo año haciéndome favores y yo pidiéndolos. ¿Quién sirve a quién?

 

103: 3

“…el que perdona todas tus iniquidades, el que sana tus dolencias” (vv.10, 12). ¿Crees alma que porque acudes al médico y al hospital ya no tienes nada que agradecerle a Dios? ¿No piensas que él hizo la medicina y dio sabiduría al doctor? Inclínate ante su presencia y adórale como si fuera un milagro de la oración. Amado, ora por los que sienten dolor, pide alivio para ellos. Ora por los que ya los anestésicos no le hacen ningún favor. No desconectes la misericordia de Dios y la medicina. Dios bendiga a los que visitan los enfermos y quieren verlos para confortarlos, los que van a los hospitales (Sgo. 5: 14, 15) y oran con ellos. 

 

Si comes sólo lo que te gusta, lee esto

103: 5

“…el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.  O que “tu juventud sea renovada”. La función básica de comer consiste que mantenernos vivos. El principal móvil nutricional, esto es, para llevarnos algo a la boca, debe ser tener en cuenta la vida y no el placer. El disfrute de los alimentos es un medio, el placer de comerlos es el incentivo secundario, el incentivo gustativo para deglutirlos: sazones, condimentos, el arte culinario en la calidad de la preparación, la fama del restaurante, la alta cocina, todo eso tiene que ver con el placer glandular y no necesariamente con la función básica de la nutrición: vivir. 

Ignoro mucho sobre esto, pero me parece que el envejecimiento de una persona está relacionado con la clase de alimentos que ingiere, después de los genes. La principal preocupación del cuerpo ha de ser mantenerlo saludable, después de la santificación. Si los médicos nos lo han enseñado ¿comeremos sólo por placer, grasas y bebidas azucaras y pintadas que sustituyen al agua fresca? Pero esto no es una religión. Es una misericordia de Dios comer bien y saber comer bien, no echarle basuras al estómago, pero la religión cristiana no es una religión de comidas, como lo fue en su tiempo el judaísmo simbólico en cuanto a dietas y alimentos se refería, como una enseñanza velada acerca de las cosas celestiales futuras. Hay alimentos que no son sanos, y hacemos bien aquí leer el “nutrition facts” antes de comprarlos;  pero que comerlos o no comerlos nada tiene que ver con la salvación (Mr. 7: 18,19; Ro. 14: 1-3; Col. 2: 16,17, 23). Si comes lo que sea sin “preguntar nada por causa de la conciencia” haces bien, pero si comes cualquier cosa sin preguntarle al cuerpo si lo nutre o lo daña, ¿en qué siglo y en qué país tú vives?

 

Tres supremos  beneficios recibidos

103:3-5

 

“…no olvides ninguno de sus beneficios”. Muchos son los motivos por los cuales debemos sentir gratitud a Dios. El salmista nos dice que no los olvidemos porque conoce lo pronto que se nos olvidan esos beneficios. Nota que en primer lugar coloca los beneficios espirituales; son los primeros porque son los más importantes: el perdón de los pecados. Hemos sido transgresores pero nos ha perdonado, hemos sido infieles pero nos ha perdonado, hemos sido ingratos, pero no ha cesado su misericordia, hemos entristecido al Espíritu pero no lo ha quitado de nosotros. El segundo beneficio que menciona es la salud. ¿No debemos hallarnos todos agradecidos? En sentido general ha sido buena y cuando hemos enfermado también hemos visto su misericordia. Ha rescatado del hoyo nuestra vida y todos hemos pasado por nuestro cumpleaños. El tercer beneficio es el sustento que no ha faltado a nuestra boca, hemos tenido para comer todo el año, hemos tenido pan y agua. Él nos ha dado el pan de cada día. Mucho de nuestra salud y la muy lenta erosión que dejan los años en nosotros es principalmente por la renovación que de nuestra vida hacen los alimentos que el Señor nos proporciona.

 

 

Dios siempre es compasivo

103: 11-13 

“…como el padre se compadece de los hijos…se compadece Jehová de los que le temen”. ¡Cuánta satisfacción me da esa palabra, Padre, para sentir que por el amor que me tienes como hijo me perdonas, te olvidas de lo que te hice a ti y a otros y me recuperas, restableciéndome de nuevo! Amo tus besos de reconciliación y de perdón Señor. Vuelvo a casa hambriento después de haber vivido perdidamente y gastado mi dinero en lo que no me convino para el alma y el cuerpo. No sabía que tus ojos estaban puestos en el camino por donde debía regresar, y me lo notificaste como a Moisés (v.7), entonces lo hubiera hecho antes. Mis pecados han sido anchos como el mar y altos como los montes pero como está lejos el este del oeste así los has alejado con un solo sí y con un solo amén, y en el mar profundo los has ahogado todos y se han hundido de tu presencia para siempre, quítalos también de mis recuerdos. (Para meditar en esto leamos Lc. 15:11-24). Escogemos el pecado y luego somos sus víctimas, ya no nos deja y nos esclaviza y lo que nos fue dulce al paladar se vuelve agrio en el vientre porque su paga siempre es muerte. Si te queda algún temor a Dios, sabiendo que eres culpable, clama a él como Padre y te acogerá de nuevo. ¿Has perdido todo temor al pecado? ¿Señor que será de los que no tienen temor de ti y viven sin ley?

 

Para ti viviré para siempre oh Dios

103:14-16

“…se acuerda que somos polvo”. Hay hombres que se creen que son más que eso, oro de Ofir y no polvo. ¡Qué ridículos son con su orgullo! Oh no, yo no quiero ser sólo polvo y nada más que polvo; ¿y mi hálito, Señor, no me dices que “linaje de Dios somos”? (Hch. 17: 28, 29). ¿No hay algo divino en nosotros? ¿Es el alma, la razón, la semejanza contigo, materia altamente organizada como dicen los materialistas ateos? ¿No le pusiste más al hombre como dijo el decepcionado Eclesiastés? Si el hombre es sólo polvo, la muerte es su supremo castigo. ¡Oh que humillación hay en ser polvo, sólo polvo! ¿Por qué no nos creaste como los ángeles, espíritus inmortales? ¿Por qué somos vasos de barro? Oh no, ¿y nuestra imagen y semejanza contigo? ¡Bendita sea la resurrección del cuerpo, cuando el polvo vuelva a formarse en mí! Esa es mi condición humillante. ¿Puede sólo el polvo heredar la eternidad? ¿No volverán a existir los que amas? ¿Se desintegrarán en el olvido? ¿No quedará ninguna minúscula forma de vida una vez que hayan muerto? ¿Nos quedaremos sin volver a vivir, sin verle, sin oírle, sin volver a adorarle? No me desintegres totalmente Señor, déjame ir a adorarte más allá de la muerte. 

Ayer vi una hierba solitaria en un recodo de mi jardín; estaba en un lugar donde supuestamente no debía existir ninguna. Me detuve por un momento frente a ella, me incliné y extendí mi gran mano para arrancarla, pero algo me contuvo, la diminuta planta, con no más de dos pulgadas de altura y sólo tres hojas de ancho tenía una pequeñísima florcilla sobre ella, muy pequeña también, pero una real y graciosa flor, la más chica e inocente  que he visto en mi vida. No pude hacerle daño y no me atreví a acabarla en un momento; había nacido sola y sin importarle el lugar de su nacimiento, y sin tener compañía alguna había hallado fuerzas en sus entrañas para dar a luz una transitoria y única flor; y de ella tendría que sentirse orgullosa y satisfecha contemplándose a sí misma desde la mañana hasta la noche sin parar; era su hija, hija de la primavera, engendrada y mostrada, a nadie, sólo a Dios, y con eso estaba contenta. Era un crimen hacerle eso, matarla con una criatura tan pequeña en su copa. Y no rompí aquel idilio entre la madre y su hija, y las dejé a ambas, la planta y su triunfo en flor. ¿Qué me dices de eso, Señor? Solitario estoy, quizás con una pequeña flor, brotada para ti. No me arrancarás, ¿verdad? ¿No significo algo, con mi pequeño triunfo logrado para ti? Oh sí, Señor, yo sé que sí, que tu poderosa mano no me tomará y me echará al horno por algún pequeño pétalo de tu gracia que observes en mi vida. Soy tuyo, totalmente tuyo, nací para ti, viví para ti y moriré para ti. Si mi vida fuera corta, si no pudiera acumular triunfos, alguna pequeña cosa te he mostrado, alejado de todos, en el desierto, mostrada al aire, a las nubes, al cielo, al sol, a ti, Señor. Sé que aunque viva poco y pase rápido como la ignorada hierba de mi jardín y su flor, tú no eres Dios de muertos sino de vivos, y para ti viviré siempre, oh mi Dios. 

Sal. 103:17-18

“…la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad…”. Todos vivimos entre esas doseternidades. Piensa en la historia de su pueblo que lo conoce bien, en la multitud de pecados que ha cometido, y sin embargo no ha cosechado todas lasconsecuencias que hubiera podido (vv. 10,11), y todavía existe; y la razón que da, es que somos polvo, que de todas maneras vamos a vivir poco (vv. 14-16); yo no quiero acercarme más a lo que es acompañado por la muerte. Si existiera una eternidad pasada y una futura, la misericordia de Dios se originó en la eternidad, cuando engendró a su Unigénito, cuando derramó su sangre por nosotros, cuando nos eligió para la salvación y continuó cuando el tiempo fue creado, cuando existimos, vivimos, morimos y fuimos glorificados, es decir, en ambas eternidades hay y habrá misericordia divina hacia sus criaturas de barro hechas conforme a su gloriosa imagen. Amén. Textos para meditar (Jn. 17:5; 1 Pe. 1:18-21; 1 Pe. 1:2; Ro. 8: 29,30).

103: 19-22 

“…bendecid a Jehová vosotros sus ángeles”. Habiendo mostrado gratitud a Dios por todos sus beneficios y enumerado los principales (vv. 13-6) termina invitando a los ángeles para que ellos, y con más razón también le adoren porque han podido existir sellados y sin desobediencia; así los perdonados y los espíritus perfectos se unen para adorar a Dios, los que han pecado y los que han sido preservados de hacerlo. Nosotros debiéramos ser más agradecidos que ellos, que desconocen las iniquidades, los dolores, el hambre, las injusticias, el nuevo nacimiento, la conversión, la reconciliación y el perdón. 

104

En este salmo no sólo se reconoce a Dios como creador sino como estando constantemente activo en la creación; fíjate que en sus comienzos dice que Dios creó el mundo pero luego dice que Dios sigue creando (vv. 5,29, 30). En todo el salmo donde el hombre actual sólo mira lo natural, el salmista ve la actividad divina. No habla como un ignorante, ¿no ha visto los leones buscar su comida? (v. 21), sin embargo dice que de Dios la buscan. Ni las leyes naturales ni los instintos animales sustituyen a Dios.

104: 3

“…sus aposentos entre las aguas”. Dios tiene sus aposentos entre las nubes, muchos, uno para cada creyente, y allí subió Jesús para prepararlos de antemano (Jn. 14:2, 3). Cuando veas las nubes correr por el cielo piensa: allí está sentado Dios. Cuando el viento juguetee con sus alas en tu rostro, piensa: en este silbo apacible está Dios (1 Re. 19: 12,13).

104: 4

“…hace a los vientos sus ministros”. Los antiguos comparaban el viento al espíritu y viceversa (He. 1:7), usaban una misma palabra para ambos. El alma humana y el Espíritu Santo para ellos eran como el viento.

104: 9

“Pusiste un límite que no pude cruzar para que sus aguas no cubran la tierra”. ¿Y los maremotos? ¿Los tsunamis? Eh fulano, no pienses que el arco en las nubes es un pacto eterno. Si provocas continuamente a Dios él traspasa los límites y hace excepciones con su justicia y caen miles ahogados o tragados por los abismos. El único pacto que tiene una frontera inmovible es el que dijo Jesús: El pacto en mi sangre(Lc. 22:20).

 

Descansa alma mía, de la civilización

104:10-12

“…manantiales en los valles que corren entre los montes”. ¿Has pasado por el campo? Si uno quiere meditar en Dios, debe tomar sus vacaciones para ir al campo, salir como Isaac a la hora de la tarde y meditar en su contorno y la relación que tiene la naturaleza con su Creador, en la vida, en la providencia, etc. (Ge. 24: 63). En las ciudades apenas se puede reflexionar, entre el ir y venir constante, de vehículos, entre zumbidos, chirridos, sirenas, humo y guerra comercial. Oh Dios ayúdame a fugarme un poco de la ciudad, huir hacia algún retiro lleno de brisa pura, de cantar de pájaros silvestres y agua cristalina que bañen mis pies, donde mis ojos sean acariciados por el multiforme colorido de las flores y el encanto de las mariposas y abejas. Que me acompañen mis seres queridos y algún buen libro. ¿Qué tengo yo que reposar dentro de las instalaciones pecaminosas de los hombres y admirar sus entretenimientos construidos para el comercio de las pasiones y para almas diferentes a la mía? Descansa alma mía, de la civilización. Vete alma afligida por la conducta de los sodomitas a una villa más pequeña como Zoar, a orar allí a tu Dios que no la consume con fuego y azufre (Ge.19:22,23). 

104: 14

“…y la hierba para el servicio del hombre”. Deténganse y reflexionen agricultores, ¿cosechan sin alabanzas a Dios? ¿Sólo por codicias multiplican el grano, siembran la tierra sin meditar en quien hizo el maíz, la semilla de fríjol, la espiga de trigo, la uva para el vino, la oliva para el aceite, la naranja y el limón? Vuestros bolsillos se llenan de dinero, vuestros cuerpos engordan y son vestidos con telas preciosas; se perfuman y se divierten en las fiestas porque los negocios prosperan; el mercado se amplía y exportan lejos los productos. Cada año se sirven de lo que Dios creó, ganan el mundo pero pierden el alma si no se preocupan de ella (Mr. 8: 36; Lc. 12: 16-21). ¿Comerás los alimentos, o las bestias, el trigo sin acción de gracias? ¿Participas de la agricultura sin gratitud? Estas palabras son propias para los agricultores y los consumidores.

104: 16

“…se llenan de sabia los árboles”. Me gustaría Señor que mi alma se llenara de sabia, quiero decir de la gracia de tu Espíritu, así como el pámpano se nutre de la buena vid. La palabra sabia en el original está implica nada más. Lo que el texto dice es que esos árboles se llenan, ¿por qué no de hojas, flores y frutos? De todos modos me quedo con la traducción de RV.

104: 16-18

“…las peñas, madrigueras para los conejos”. O tejones. Cada ave o animal tiene su propio hábitat, lugar donde se deleita en estar, donde se siente seguro; allí huye y se protege. Las cigüeñas prefieren las hayas, las cabras eligen las alturas, y con pie firme escalan los montes peligrosos, allá arriba no puede ser seguida por el león y se burla de su hambre, el conejo no podría ir tan alto pero se mete entre las peñas y en mansiones de piedra habita, allí se calman sus temores cuando ve venir las fieras y duerme tranquilo con sus crías. Y para ti hombre, ¿cuál es tu hábitat? Dios, el creador de todo, te hizo para que te refugiases en él, para que hagas tu casa junto a Cristo en él (Col. 3: 3). Oh Dios sé  mi colina, sé  mi casa.

 

 

Hago la oración de los leones

104: 21,22

“…los leoncillos rugen tras la presa y buscan de Dios su comida”. (v.27). A veces, oh Dios, mi alma sale como un leoncillo para buscar alimento para sí, rugiendo, sí clamando, gritando, sollozando, no airado, sino sufriendo por mi hambre. ¿No darás tu nutrición a mi pobre alma hambrienta? ¿Hasta cuándo, mi Señor, he de clamar por alimento, por un plato exquisito, por un banquete? Adereza mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores. ¿No darás pan y carne a mi corazón exhausto? Yo busco mi pan de ti, haz que tenga hoy buen encuentro y satisface con de meollo mi alma (Sal.63:5). No soy yo menos que los leoncillos. ¿No me creaste a tu imagen y semejanza? ¿No tengo yo alma y ellos no? ¿No me has dado tu Espíritu el cual gime dentro de mí a ti, con gemidos indecibles? ¿No tengo yo a mi favor muchas promesas que los leoncillos no tienen?  Ellos claman por instinto, pidiendo de ti comida temporal pero yo clamo por tu palabra y me estremezco. Ellos piden carne animal, yo pido el pan que descendió del cielo, a Jesús, que prometió darme a comer su carne y beber su sangre. Hago hoy la oración de los leones, entonces el diablo “aunque” león rugiente huirá y no me podrá devorar.

 

El trabajo es un ejercicio de la moral cristiana.

104: 23

“…sale el hombre a su labor…hasta la tarde”. La Biblia habla muy mal del hombre que no trabaja y es exhortado de muchas formas en los Proverbios: a que mire la hormiga, el conejo, y dice que su necesidad le vendrá como caminante armado y se le caerá la techumbre encima. El apóstol Pablo dice que el que no trabaja tampoco coma. ¡Oh hombre, qué privilegio es tener un trabajo!, es una bendición del Señor hallar un lugar donde trabajar; ¿habéis alguna vez tenido la amarga experiencia de no tener trabajo y tener bajo vuestra responsabilidad la esposa, hijos y deudas que pagar? Es algo que no le deseo a nadie. ¿Qué podrás hacer así en una sociedad donde todo se mueve con dinero? Aquel a quien Dios da un trabajo debe cuidarlo para que no lo pierda. El padre cristiano debe enseñar a sus hijos que el trabajo es un ejercicio de la moral cristiana. Si los enseña a trabajar por principios y a que lo amen los guardará de muchas desviaciones.

Mi pensamiento es que el hombre, principalmente debe ser el sostén de la familia; aunque la mujer pueda ayudar, siempre que sea posible su sueldo debe ser el principal, no por razón de un profesionalismo superior al de la mujer sino por razón del tiempo; los hijos, la casa, necesitan a la madre. Eso suena raro hoy. Pero las cosas andan tan mal en la familia porque la madre pasa poco tiempo con sus hijos.

 

Debes bendecir a Dios por tu trabajo y orar por él, para que las cosas vayan bien en él y prospere. El cristiano debe procurar la prosperidad de su empleador, de aquel que se beneficia de su buen servicio. Que el trabajo se haga bien hecho, que no haya hurtos, tener un buen testimonio como obrero, llegando con puntualidad, etc. Testificar como cristiano delante del empleador igual que a los compañeros empleados para que ellos también obtengan la salvación. El trabajo es un medio para glorificar a Dios porque es un medio que se tiene para ejercitar los dones que él dio. El hombre cristiano según Juan el bautista debe mostrar su conversión en su trabajo (Lc.3:14). 

Pero hay algo importante que noto en el texto; y es un límite. El hombre sale a trabajar “hasta la tarde”. ¿Por qué dice eso? Sé en primer lugar que lo dice porque “cuando llega la noche ya nadie puede obrar”. Y ¿eso no tiene un mensaje para esta sociedad moderna que permite y exige los turnos de noche? El hombre cristiano debe regresar a su casa a la tarde, no de noche, no salir de noche y dejar a su esposa y los hijos solos.  El trabajo no debe arrasar con todo lo que tiene, con todo lo que Dios le dio. Las ambiciones deben tener un límite. Nuestro Señor trabajó duro, pero dijo que había que hallar un tiempo para descansar. ¿Y para ir a la iglesia, para orar con la familia, para leer juntos? Oh hombre, cumple tu función como profeta y varón de Dios dentro de tu familia. 

104:24

“…la tierra está llena de tus beneficios”; una mejor traducción es de tus riquezas, y todavía mejor es de tus criaturas.

 

Los peces y las aves juegan 

104:25-29

“…allí el grande y anchuroso mar”. ¿Te gusta la vida del mar? El mar es fascinante, majestuoso; monstruo líquido acostado en el fondo del mundo, lleno de silencio y bellas maravillas, sociedad de espumas, sal y quietud. Es asombroso como la mano divina creó toda esa vida limpia. Oh Dios bendito seas en el mar y te adoren los peces y las plantas. 

La Biblia habla mucho del mar y de sus olas, ¿dejará de existir aquel que hace el ruido de tu voz? (Apc. 21:1). Supongo que Juan no quiso decir eso, sino que en el mundo no habrá barreras ni fronteras, sino que todas las tribus, naciones y lenguas del mundo estarán unidas. ¡Qué terrible es la separación del mar para aquel que está confinado en la isla de Patmos!

El Espíritu nos comenta la vida del mar y desentraña algunos de sus misterios, de esa creación acuática de la cual debemos aprender los de la tierra. (1) Dios los creó para que fueran felices y se divirtieran en su medio. ¿Cómo podrías concebir buen humor en los peces serios? La palabra que usa, “jugar” significa primero, reírse, burlarse, mofarse. Cuando los peces y las aves juegan se están riendo o burlándose, mostrando alegría, a su modo. Quiere decir que pueden socializarse unos con otros, relacionarse pacíficamente y disfrutar de la compañía de los demás, al menos de la misma especie. 

Oh hombres, miren en el cristal de esas aguas. Hay hombres que nunca juegan, tienen menos sentido del humor que un pez, miran agresivamente y descontentos a los de su misma raza. El buen humor es un don divino y que poseen aún los niños. ¿Te molesta que jueguen contigo? ¿Que jueguen los niños, sus retozos y bulla? El tiempo, el trabajo, el cansancio, las preocupaciones nos quitan las ganas de jugar y el buen humor. ¿No podrás nunca usar una broma, un chiste sano, una sonrisa jocosa? 

Si en el mundo venidero todos serán felices, el juego tiene que formar parte de la vida del paraíso (Isa. 11:8), es una forma de expresar despreocupación, inocencia y felicidad. Siempre que Dios habla de paz y felicidad habla de los juegos de los niños (Zac. 8:5) ¿Por qué tenemos que crecer, hacernos adultos, y volvernos excesivamente serios y amargados? El Señor permita que los adultos (leviatán), jueguen, pero conserven la esencia sana y sin malicia de un juego y su propósito de convertir a los demás en felices y ser felices. 

Quiero decir, santamente, por desgracia muchos hombres no hacen eso, en los juegos sanos mezclan sus vicios, idolatrías, el alcohol, droga, sexo (1 Co. 10:7). Mira a los peces, juegan, las aves juegan, los perros, los gatos. 

 

Otra lección que aprendemos de los peces es (2) gratitud al Creador. ¿Tienen fe, paciencia, no buscan sus propias comidas? ¿No navegan de un lugar a otro buscándola? Nunca has visto los peces haciendo una cola y esperando los alimentos mientras contemplan el cielo o algún punto vacío del océano para que Dios aparezca en él. Salen por sus alimentos y lo encuentran porque Dios se los provee, ninguno diría que halló la comida sólo por sus propios esfuerzos, por la suerte que tuvo, porque era un pez más grande y listo que los otros, al contrario, dirían: “El Señor ha provisto para mis necesidades y no he perecido por su constante provisión”.  

Debemos aprender de ellos a no adjudicar la gloria de nuestro éxito a nuestra propia capacidad de adaptación, la inteligencia. No hay incredulidad entre ellos ni han sacado de su mundo acuático al Creador. Miraos a los peces y avergonzaos de vuestra ciencia y razón que os ha convertido en seres ingratos. Los peces no hallan conflicto alguno entre el mantenimiento divino y el esfuerzo propio. Reverencian el amor de Dios en su providencia. Juegan, tienen tiempo para buscar sus alimentos, laboran por ello y reconocen que el Señor los está protegiendo. 

Y la última lección que aprendemos de ellos es (3) sobre la muerte (v.29). Nadie mata por envidia, por placer, para robar, no hay guerras entre ellos como en el reino de los hombres. Los peces mueren porque Dios les quita el hálito, sirven de alimentos a otros, se enferman, se envejecen, pasan. Y esa es una realidad allá abajo como acá arriba, “vuelven al polvo”, una realidad común, dejan de ser, no tienen alma, no pende sobre ellos ninguna sentencia de condenación espiritual, no existe el infierno para ellos, no se degeneran moralmente, no tienen esperanza de resurrección ni de ver la faz de Dios porque no tienen un Salvador, Jesucristo, que haya vertido su sangre por ellos. En sus frías carnes no mora el mal ni tienen una ley en sus miembros que los conduzca cautivos hacia el pecado.  ¿No cambiarías tú tu mundo por el marino? ¿Qué pasará cuando pierdas tu hálito, cuando tus ojos se queden fijos como los de un pez muerto? La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. 

 

No vinimos a este mundo por un salto cualitativo de una ostra

104:30

“…envías tu espíritu y son creados”. Cada uno de nosotros puede gustosamente ser llamado un “creacionista” porque entendemos que el mundo fue hecho por Dios y no nos vino como un resultado de la casualidad ciega. Fue hecho por Dios por medio de Cristo, para Cristo y a él lo ha encomendado para que lo sustente (Col. 1:16,17). Nuestro Señor, el que murió en una cruz para salvar la iglesia es quien tiene toda la potestad tanto en el cielo como en la tierra, quien mantiene encendido el sol y la luna girando alrededor de la tierra.  Y ¿cómo Cristo sustenta el mundo? Por medio de las leyes a las cuales él destinó. Sabemos que este mundo esta gobernado por leyes, eso es lo que la ciencia nos dice, pero no menciona el hecho de por qué esas leyes existen, y por qué funcionan.

En nuestro texto hallamos una forma particular de ejercer su control sobre el mundo, cuando dice que Dios se mantiene renovando la faz de la tierra. Y eso ¿por qué? Porque inexorablemente lo que vive tiene que envejecerse y morir. Los ríos, los montes, las aves, los animales y los seres humanos. Los mismos cielos se dice que se envejecerán y serán mudados. Dios no espera que se acabe un mundo para crear otro sino que va constantemente manteniendo el equilibrio biológico y entre muertes y nacimientos mantiene el mundo poblado. 

La hierba que es hoy mañana no será, nosotros hemos reemplazado a los que murieron hasta que también nosotros seamos reemplazados por otros que a su vez también serán substituidos sobre la faz de la tierra. Es el Señor quien nos envió para renovar con nuestro nacimiento la faz de la tierra y cuando lloraban algún ser querido nuestros padres se regocijaban con nuestro nacimiento; hasta que un día será a la inversa y mientras lamenten nuestra salida del mundo un niño o una niña habrá sido elegida por Dios para sustituir el vacío que habremos dejado.

 

Quiero además que notes la forma exacta de hablar sobre la repoblación del mundo. El salmista aunque conoce bien cómo se reproducen los seres vivos no habla en lenguaje científico diciendo: “ciclos de vida” “índice de natalidad” “explosión demográfica” “control de las especies”, etc. Cuando un ave empolla sus huevos es que Dios está creando, cuando una oveja se halla en estado de gestación, cuando una mujer sale encinta es que Dios envió su Espíritu a su vientre y está creando un ser humano en su vientre. Prescinde por completo del proceso natural de reproducción, no menciona ninguno, aunque la vida sea un producto que se transmite. La creación de esta manera no es como la inicial, pero Dios por estos medios naturales se mantiene creando, manteniendo por medio de su Espíritu las leyes genéticas que permiten la reproducción. La intención del salmista es  afirmar que el hálito de vida proviene de Dios, sea en germen, en cada célula, es una creación suya. El hombre elige la forma de vida, natural o artificial pero no puede hacer la vida misma. Es Dios quien repuebla el mundo y el que dice quien ha de nacer y morir, cualquiera que sea el medio para reproducirse que un hombre escoja. Usted y yo vinimos a este mundo porque Dios nos creó por medio de nuestros padres porque el origen de la vida es Dios mismo, no un salto cualitativo.

105.

La historia de Israel es una constante de rebeliones y perdones. Sólo el amor de Dios podía soportarlos. Moisés no pudo.

 

Los tiempos de una iglesia pequeña 

Sal. 105:12-15

“…cuando ellos eran pocos en número, muy pocos y forasteros”  (ver Ge. 20:7; Num. 12:7; son llamados profetas). 

¿Perteneces a una iglesia con pocos miembros? En esa época cuando los miembros de Israel eran pocos en número, no fue su peor tiempo sino uno de los más bendecidos porque toda la congregación no sumaba más de setenta y cinco personas (Hch. 7:13); y eso ya en tiempos avanzados cuando habían aumentado algo, porque en los tiempos de Abraham e Isaac eran menos. Cuando el padre de la nación libertó a su sobrino Lot de manos de aquella confederación cananita que atacó a Sodoma, (Ge. 14), dice que tuvo mucho miedo pero Dios lo alentó así: “No temas Abram, yo soy tu escudo y tu galardón será sobremanera grande” (Ge. 15:1). Y después de esto en tiempos de Jacob, cuando sus dos hijos Simeón y Leví vengaron la deshonra de su hermana Dina sobre los hijos de Siquem, el patriarca temió que lo extinguirían por completo y dijo: “Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví: Me habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán y me destruirán a mí y a mi casa” (Ge. 34:30). Pero sus temores tampoco se hicieron realidad porque Dios cuidó aquel pequeño grupo a pesar que hacían cosas no convenientes para la supervivencia de la familia. 

Hay veces que las iglesias son pequeñas y desaparecen por problemas internos que les pasan, pero si el que dirige la obra es un consumado siervo de Dios, los pecados y desatinos que cometan los miembros de la familia no perjudicarán definitivamente su existencia; el rebaño sobrevivirá y seguirá creciendo porque Dios cumplirá su propósito con él.  Los tiempos de una iglesia pequeña pueden ser tiempos de mucha bendición espiritual y grandes manifestaciones divinas. 

Una congregación pobre y pequeña puede tener futuro y ser una bendición del cielo para sus miembros, aunque no tenga recursos para fabricar su propio templo y se convierta en una congregación nómada, obligada a ir de un sitio a otro como Israel “de nación en nación y de un reino a otro pueblo” (v.13). No hay base bíblica para afirmar que Dios sólo visita los cultos de aquellas iglesias grandes que tienen su propio edificio y mucho dinero para sostener diferentes ministerios, ni siquiera hay garantía para afirmar que la palabra que predican es inspirada por el Espíritu Santo. Puede que sí o puede que no, porque el Espíritu no tiene en cuenta esas cosas. No tengas reparos en pertenecer a un pueblo pequeño, siempre y cuando sean fieles a Dios. Ojalá  sean muchos y no pocos, y todas las iglesias pequeñas crezcan y sigan fieles. Quizás estés espiritualmente más seguro en una manada pequeña que en un gran rebaño. Cuando el pueblo de Dios era pequeño, fue tan hermoso para él que quien lo tocaba, tocaba la niña de sus ojos y no consentía que nadie los agraviase en lo más mínimo.  Cuando Labán traía palabras groseras para decírselas a Jacob, Dios le apareció en sueños y le advirtió que guardara su lengua de hablarle “descomedidamente” porque no quería que insultasen a su ungido. No menosprecies nunca una iglesia pequeña que pudiera ser que en ella es donde mejor cuidada se halla tu alma. Amén.

 

Necesitas sólo fe, no explicaciones

105: 17-22

“…hasta la hora que se cumplió su palabra…el dicho de Jehová lo probó”. Desde que Dios promete algo a que lo cumple pasa un tiempo de prueba de fe. Lo principal para él no es conceder esto o aquello sino desarrollar la vida espiritual de nosotros. Desde que Dios prometió a José que lo pondría sobre sus hermanos hasta que se cumplió pasaron muchas cosas: envidias, que fuera vendido a unos extranjeros, tentaciones, cárcel, hasta que por fin llegó a recibir la promesa. Dios probaba su fe; él tiene su tiempo. Lo más importante en ese período de miedo, confusión, de luchas con las debilidades naturales de la carne y con el diablo, fue el crecimiento de su fe. Dios puede comenzar a cumplir nuestros deseos, que son sus promesas, pero si mientras lo hace nuestra fe falta, no llegamos, y el milagro puede quedarse a medias. No te hagas las preguntas ¿cómo? ¿Cuándo? Necesitas sólo fe, no explicaciones, fe para creer lo que Dios hará y para luego creer que lo hizo. ¿No has leído aquel milagro que Dios hizo por partes? (Mr. 8:22-26). Quizás una razón fue que su fe se perfeccionara. Si hubiera vacilado tal vez se hubiera quedado miope, con alguna catarata espiritual, con astigmatismo, o bizco. En días de pruebas de tu fe tienes que estar cerca de la palabra de Dios. Del dicho al hecho, en tiempo, hay un gran trecho. Dios Santo, ayuda mi fe, que no se debilite; lo que comenzaste porque te lo pedí, continúalo, acábalo, alimenta mi fe. 

 

Fue de Dios que nos maltrataran

105:25

“…cambió el corazón de ellos para que lo aborrecieran”. ¡Qué! ¿Dios fue quien les hizo odiar a Israel? ¿Eso es lo que quiere decir? Eso es dicho después que todo hubo pasado, entonces los judíos decían “fue de Dios que nos odiaran, nos maltrataran y nos expulsaran”, porque cuando algo malo es usado para bien por Dios se suele decir que Dios lo hizo, porque incluso el pecado de otros es utilizado en su plan para bendición de sus hijos. En la mente judía no estaba que Dios había engendrado el pecado sino que lo había transformado todo para bien. Dios endureció el corazón de faraón, o lo mismo, “era de Dios que faraón se endureciera y se volviera obstinado”. Ninguna prueba al principio es causa de gozo ni vemos a Dios en ella pero después produce frutos apacibles de justicia (He. 12:11). Deja que te odien y te desprecien, y te echen, que Dios utilizará la maldad de ellos para tu provecho y así te pondrán a tiempo en el camino que Dios quiere que estés, y mientras en tu senda avances, más seguro estarás que Dios lo hizo, aunque él lo permitiera y no estuviera de acuerdo en lo que te estaban haciendo. Paradójico, pero cierto. Para meditar escoge este texto (Ge. 45:4,5).

105:37

“…los sacó con plata y oro”, o sea, con dinero y con salud.

105:40,44

“…los sació de pan del cielo”, o pan de ángeles o nobles, trigo del cielo (78:24,25). Y les mostró toda la gracia posible dándoles tierras de cultivo, pozos y casas para todos, que no eran fruto del trabajo de ellos sino de otros, entraron en las labores ajenas (Dt. 6:10,11). Todo por gracia hermanos, todo por gracia.

106:4

“…acuérdate de mí”. El salmista compone su salmo después de haber leído toda la historia de Israel o de recordarla. Ha descubierto cuán misericordioso es Dios (v.45) y ora. Eso es lo que debes hacer cuando lees los libros históricos de la Biblia, descubrir los atributos de Dios en su trato con los pecadores y pedirlo para ti, amén.

106:12,13

“…creyeron, cantaron…pronto olvidaron sus obras…tentaron a Dios…”. ¿Cómo puedes unir estos dos versículos que naturalmente se repelen? Hoy el pueblo cree y canta y en poco tiempo se ha olvidado de lo que le hizo creer. ¿Cómo es posible eso Señor, que olvidemos tan pronto la razón de nuestra fe? Habiendo empezado por el Espíritu vamos a terminar en la carne; hoy soy sí y mañana no. Poco dentro de mí es consistente. Yo no soy por naturaleza distinto a este pueblo. ¿Qué clase de fe es la que tengo que se convierte en incredulidad? Hoy subo en espíritu hasta el tercer cielo y mañana me vuelvo impaciente, me domina algún deseo y tiento a Dios en la soledad.

 

Dos hermanos envidiados

106:16

“…tuvieron envidia de Moisés”. Aquellos dos pastores de Israel fueron abusados por su pueblo que los envidiaba. Les envidiaban la posición que tenían sobre ellos y varias veces quisieron quitársela; se la disputaban y la reclamaban para ellos; la envidia los consumía por dentro y la violencia se manifestaba por fuera (Num. 16:1-11). ¿No has visto con ojos tristes que en la iglesia de Cristo pasa igual? Hay miembros de ella que no están conformes con la posición que tienen y desean, según ellos, otras mejores que Dios ha dispuesto para otros. La codician y la quieren tener, reniegan contra esos hermanos y hermanas y velan la oportunidad para despojarlos; tratan de localizarles defectos graves en sus caracteres, los difaman dentro del pueblo del Señor, hacen sufrir  las almas justas que sirven a Dios y a sus hermanos con buena intención. Mientras más excelente es el trabajo que ellos hacen más les sube el furor de la envidia de los otros (Ver Ecl. 4:4). Les pasa lo mismo que a Caín con Abel, y no le hacen daño manifiesto porque no hayan una quijada de asno (Sgo.4:2; 1Jn.3:12). Señor guarda nuestros corazones de sentir esas cosas, danos tu gracia para estar contentos con la posición que tenemos en el cuerpo de Cristo, que estemos contentos con nuestro llamamiento y con la función para la que fuimos creados, en vez de envidiar a nuestros servidores los reconozcamos y los honremos sin obstaculizar el ministerio que les has dado. Y no predique jamás tu siervo a Cristo por envidia sino por buena voluntad (Flp. 1:15).

106:23

“…trató de destruirlos de no haberse interpuesto Moisés”. Debes tener confianza en la oración intercesora. Dios “pidió permiso” a Moisés para destruir la iglesia pero Moisés no quiso (Ex. 32. 1-14). ¿Qué explicación tiene eso? Dios es Dios, el omnipotente creador del mundo, pero hizo eso para honrar a Moisés ante el pueblo para que supieran que por aquel que ellos menospreciaban él no los destruiría. Es un pecado dejar de interceder por los demás (meditar en 1 Sa. 12.:3).

106:24

“…aborrecieron la tierra deseable”. Sí, muchos hacen lo mismo, desprecian "la tierra deseable" “deleitable”, no les importa estar con Cristo en el paraíso. Lo hacen porque no creen que exista y no llegarán. Aborrecen la tierra deseable.

 

Un tribunal en la casa

106:25

 

“…murmuraron en sus tiendas”. ¿En qué otro lugar se suele murmurar más contra Dios y el prójimo que en la propia casa? Israel siempre fue un pueblo de gente murmuradora  y quejosa; por todo protestaba y con nada estaba conforme. Se olvidaba pronto de las bendiciones de Dios y protestaba por la más pequeña dificultad que encontraran.  

Para mal, ese mal hábito de la murmuración ha pasado a la iglesia cristiana.  Algunos, en vez de tener una iglesia en su casa como Filemón, Aquila y Priscila, lo que tienen es un Tribunal, donde continuamente se quejan de los otros y hasta de Dios.  Se sientan a la mesa a comer los alimentos y después de bendecirlos en oración protestan de los caminos del Señor y maldicen con sus lenguas a sus hermanos que él creó a su imagen y semejanza. Hablan mal de aquellos con los cuales adoran y de los que los acompañan en la santa cena del Señor.  Cierran la puerta de su aposento para orar al Padre que está en secreto y ve en secreto, y allí mismo murmuran contra aquellos por los cuales debieran interceder y elevar alabanzas por su bendición. 

Los ángeles del Señor no hubieran visitado la tienda de Abram y Sarai si los esposos no hubieran tenido la lengua santa en la casa como la tenían delante de la gente; a ellos (y a Lot) posiblemente se refiere el autor de Hebreos cuando dice que algunos sin saberlo hospedaron ángeles (He. 13:1). Pero en una tienda donde la esposa es una incurable murmuradora y contagia al marido (o él a ella), a los hijos, a los yernos, a las nueras, a los nietos, ¿irán ángeles allí para oír las amarguras que conversan? No, los ángeles de Dios visitan las tiendas donde las conversaciones son agradables al Espíritu Santo y a los ajenos, si éstos las oyeran. 

En una tienda de murmuradores los ángeles que entran son los caídos, que son a quienes les gusta oír esas pláticas abusadoras que son las mismas que sostienen las almas condenadas en el infierno y con las cuales pasan buen tiempo los demonios charlando. Una tienda de murmuradores es un infierno no un cielo y si ellos se hacen pasar por santos ante los demás, la tienda se halla en la parte más baja del infierno donde residen los hipócritas.  

Los ángeles de Dios anhelan mirar las cosas del Espíritu (1Pe. 1:12), no las lenguas murmuradoras moviéndose continuamente contra Dios y contra los demás santos. El Señor nos dé su gracia para no ser un pueblo de labios inmundos,  que no nos quejemos nunca de él ni de los vecinos de las otras tiendas, para que no se diga que murmuramos en nuestra casa y no creemos la voz de Jehová. Amén. 

106:28

“Comieron sacrificios ofrecidos a los muertos”. Se refiere a los ídolos muertos mucho más que a los espíritus de los héroes muertos (Núm. 25:2).

 

Moisés no querría caer donde otros cayeron 

106:32,33

 

“…y le fue mal a Moisés por causa de ellos”. ¡Pobre Moisés, tanto que cuidó su espíritu para no pecar contra Dios! Los mismos hermanos suyos fueron usados por Satanás para que pecara. Los llamó rebeldes y lleno de ira golpeó con furia la roca que debía amablemente hablarle. Allí mismo rompió con sus dedos su imagen del hombre más manso de su generación y no glorificó a su Dios. En un momento perdió la bendición para entrar a la tierra con la cual toda su vida había soñado, en un instante ellos lo indujeron a que Dios le quitara lo que le había prometido. Los mismos hijos de su pueblo lo hicieron pecar, ellos, a quienes había fielmente servido. Lo que no habían logrado los amalecitas ni los moabitas lo lograron los mismos de su sangre, los hijos del pacto, la iglesia que conducía con tanto éxito. En ocasiones mayores, en situaciones peores, había sido fiel, y ahora, simplemente cuando tiene que glorificar a Dios con un milagro divino ante los ojos de su pueblo, por culpa de ellos, no lo hace y quedó derrotado. Las aguas brotaron, el servicio quedó prestado, el pueblo obtuvo lo que le hacía falta, quizás le hubieran dado un aplauso, pero lo que más él deseaba en relación con su propia vocación y salvación, entrar a la tierra de promisión, no lo obtuvo. Los pecados de ellos le ocasionaron el suyo. Oh Dios, guárdanos de pecar por causa de otros, de participar de pecados ajenos, de compartir con un pecado menor la suerte de los rebeldes. Que nadie me haga Señor, partícipe en ningún sentido, de la condenación que se merece, yo no quiero perder la gloria que me has dado por causa de otro que ya la perdió, yo no quiero asociar mi futuro al de ellos, caer donde ellos caen, quedarme donde ellos ya se han quedado. Haz que los que han sido fieles tantas veces lo sean siempre. (Núm. 20:2-13;  1 Ti. 5:22).

 

Es más que un coágulo de sangre

106:36-38

“…sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios”. No creas que semejante atrocidad no se comete hoy día. Del mismo modo no, tú no oyes  que en algún sitio se sacrifiquen niños y niñas a los dioses religiosos, pero hay otras deidades que no son religiosas y sin embargo se les rinden semejante culto. Esta sociedad “civilizada” no permite el sacrificio humano, pero no en términos absolutos; en cierto sentido es una sociedad bárbara. Piensa, por ejemplo, en los abortos que voluntariamente las madres y los padres sacrifican a algún ídolo contemporáneo tal como el bienestar económico, porque no quieren traer hijos al mundo para que pasen trabajos ni vivan en miseria perpetua. Entonces los aniquilan. El argumento que usan es que el abortivo no es un ser humano. Pero lo mismo se podría decir de una célula de cáncer, ¿no es cáncer? 

Otro ídolo al cual se sacrifican los abortivos puede ser el futuro de la madre, porque ella puede ser una adolescente que aún no ha realizado su vida vocacional y los padres tampoco quieren tener un nieto con un papá no deseado. Esa tampoco es una razón válida para interrumpir un embarazo, porque el bebé va a estorbar y aparece sin quererlo. Siempre hay la opción de entregarlo en adopción. Sobre ese altar moderno se sacrifican los hijos e hijas. Y hay uno más, el altar del honor familiar, cuando la familia no quiere que se manche, y por causa del qué dirán llevan a la hija al médico o la autorizan a ir para convertir en silencio las consecuencias de un pecado sexual (o violación). Dicen: ¿no es más que un coágulo de sangre? Sí, es más que eso, es la célula viva de un ser humano, un óvulo fecundado. Todos los que hacen eso sacrifican a los demonios en altares que no son religiosos, pero no menos crueles que aquellos que los bárbaros sacrificaban en épocas pretéritas.

Esta es una sociedad socarrona, ladina e hipócrita. Se da autorización legal a los padres para que elijan si quieren o no quieren abortar, se sacrifican los hijos con el respaldo de la sociedad que le da su visto bueno, mientras hipócritamente prohíbe el sacrificio de animales por las sectas religiosas a los cuales califica como crueldad. ¿Eso sí es crueldad y lo otro no? Considera una crueldad matar un gallo, un chivo (cabra) o una oveja pero no el embrión de un niño o niña. Muchas de las personas que no comen carne porque se horrorizan al quitarle la vida a un animal para nutrirse ellos, o que no usan abrigos de pieles por similares motivos, no vacilan en aceptar un aborto. ¡Vivan los ambientalistas y las organizaciones en defensa de los animales que nos protegen de la contaminación del ambiente, nos previenen sobre los peligros del deterioro de la capa de ozono y protegen los derechos de las clínicas de abortos! ¡Viva la hipocresía! Esta tierra está contaminada con la sangre inocente de nuestros hijos e hijas a quienes cerramos la entrada a este mundo y sin llegar a él los enviamos al cementerio o a laboratorios donde emplean sus vísceras o pieles para experimentos, con alguna finalidad de reciclaje, o para suavizar, como afeite,  la piel femenina. 

 

No estamos perdidos, Dios va al frente

107:4,7

 

“…anduvieron perdidos”, o sea llevando un camino sin sentido o más bien vagando; todo eso es lo que los países vecinos por donde Israel transitaba pensarían de él, quizás también los carnales, pero no era así.  Dios los traía y los llevaba, se iban y volvían al mismo lugar pero no estaban perdidos, porque el Señor iba al frente de ellos. “Perdidos” es el criterio de los que no son espirituales pero no del Espíritu Santo (v. 7). Lo que era tortuoso, complicado, enredado, lo que fue un ir y venir resultó un camino “derecho, recto” y sin curvas, o correcto. ¿No tienes esa experiencia? Ir y volver, empezar de nuevo, ocupar el lugar que tenías años atrás, pero ya tú no eres el mismo, las cosas no son iguales, como si no hubieras avanzado nada y hubieras vivido por gusto. 

Y ¿no ocurrió esa forma de peregrinación por la incredulidad de ellos, y no alcanzaron el cometido por la falta de fe? Sí, nuestra necesidad espiritual hace una exigencia, que nuestra vida rote, que vayamos y vengamos a donde nos hallábamos primero porque cuando la vida gira y se muere lo carnal, se perfecciona el punto que quedó sin terminar un tiempo atrás, cuando nos dispusimos y avanzamos. La vida nos torna al punto que pensamos haber dejado para siempre porque lo que se tenía que lograr en nosotros en aquel sitio no se obtuvo y nos trae el reflujo de los años de nuevo, nos echa entre espumas al espacio que ocupamos y tenemos que volver a trabajar en nosotros. Es sumamente melancólico y trae nostalgias volver acampar en el mismo lugar que lo hicimos años atrás, cuando éramos más jóvenes; ahora volvemos solos y muchos de los que estuvieron con nosotros en aquellos tiempos ya se han ido del mundo o se han escapado a otros sitios. El alma se nos llena de añoranzas porque mirándonos sobre el espejo de las aguas sabemos que ya no somos los mismos y nos damos cuenta con tristezas que hemos envejecido. Quisiéramos volver a vivir la vida que vivimos cuando allí acampamos pero la vivimos de modo distinto, entre recuerdos y soledad; y nos damos cuenta que no podemos reproducir exactamente ni un minuto de aquellos que una vez vivimos y que ha sido un error, una ironía o quizás un castigo, desandar lo andado para encontrarnos con nuestro pasado. El tiempo lo ha destrozado todo y lo que el tiempo destroza ya no se recupera jamás. La vida humana es cíclica, como a veces la providencia, y Dios en su sabiduría nos lo hace comprender y nos coloca en el torno de los años hasta que acabe con nosotros o termine su magnífica obra embelleciéndonos espiritualmente. Señor, cuánto he lamentado mis regresos, pero ha sido por necesidad espiritual mía que me ha parecido a mí mismo y quizás a muchos que he andado perdido, sabiendo donde pongo el pie hoy pero no donde lo pondré mañana, quizás cuando vaya un poco más allá, luego tenga que retornar al mismo punto donde me hallo hoy. A veces me he ido de un sito para otro sin haber estado preparado para el cambio; pero de todos modos, aunque mi vida ha parecido a otros que estoy perdido, que mis caminos han sido torcidos, siempre he andado por camino derecho a los ojos del Señor, y prosigo yendo de vuelta en vuelta hacia Sion. 

107:9

“…sacia al alma y llena de bien el alma”. Sacia Señor el alma mía, llena de tu bien mi alma hambrienta.

107:12

“Quebrantó con trabajos sus corazones”. No con la labor diaria por el pan sino con problemas, peligros, enfermedades, varias necesidades, hasta que por dentro los quebrantara. El trabajo, si no es abusivo, no quebranta, exalta. Y lo peor de todo es que no hallaron a nadie que les diera una mano de auxilio.

107:17,18

“…fueron afligidos los insensatos”. Esa es la causa por la que somos afligidos, por insensatos, pecamos por insensatos sabiendo lo que nos va a pasar. 

107:20

“…envió su palabra y los sanó”. Oh Señor, dame la palabra y sáname, si quieres puedes sanarme. Estoy enfermo y soy incapaz de sanarme a mí mismo. ¿No ves que lo he intentado? He usado los medios que tengo: psicología, obras de religión, pero ni lo uno ni lo otro. Sólo puedo alzar mis ojos a ti, Señor, y esperar mi socorro. Suaviza con aceite las heridas que me ocasionaron los ladrones cuando me despojaron, paga por mí los gastos, Señor, y que me atiendan para mi recuperación, ponlo a tu cuenta bueno y Rico Redentor; envía por colirio a Tesalónica para mis ojos y desprende del árbol de la vida alguna hoja para que cubras con tu amor la llaga que mi perversidad ha dejado indeleble dentro de mí. Amén. Textos para meditar Lc. 10:30-35; Apc. 22:2.

107:23-31

“…los que descienden al mar en naves…ellos han visto las obras de Jehová”. Esta es una experiencia de marineros y como Dios los ayuda cuando claman en la tempestad. Oh Maestro, ¿duermes tú cuando se encrespan las aguas? ¿No te da cuidado que perecemos? Quiere decir que el vendaval de preocupaciones cesó y hallaron momentáneo reposo. Pero si no se tiene fe puede que el viento empiece otra vez. Yo he vivido por mucho tiempo en el ojo de un ciclón.

 

No parece que el hambre en un país se deba al exceso de bocas

107:38; 41,43

 

“…se multiplican y no disminuye su ganado”. ¿Qué dirían de esto los que hablan de la sobrepoblación mundial? ¿Y los chinos? ¿Dios los bendice multiplicándolos? No parece que el hambre en un país se deba al exceso de bocas sino a la situación socioeconómica, a su atraso industrial, la educación o la corrupción gubernamental. El hambre no es porque haya exceso de consumidores sino porque el sistema económico, o los que tienen los medios de producción, es deficiente o injusto. En vez de limitar el número de nacimientos de niños lo que haría falta es hacer cambios en la economía, hacer cambios en esa área para que no falte la bendición de Dios ni disminuya su ganado. Se puede poner en dudas la validez del control de natalidad por esa razón. Una razón mucho más actual es que los esposos quieren dedicarse más a la sociedad que a la familia (v. 41). ¿Cómo es que levanta de la miseria a un hombre y a la vez le añade número a su familia? La falta de fe en la providencia de Dios suele ser un factor importante para limitar el número de hijos que traigamos a este mundo. Dios nos perdone. ¿Quién es sabio y confiará en la providencia divina? 

108.

“El salmo es un compuesto formado intencionalmente con dos porciones de otros salmos. Los vv.1-5 son tomados del salmo 57: 7-11 sin que se le haya hecho algún cambio  importante; y los vv. 6-13 son tomados del salmo 60: 5-12 con una sola omisión, el enfático  del v.10. La razón por la que alguien hizo esa combinación no se conoce. El título que le dieron al salmo indica que llegó a pertenecer a la colección del rey David, y es razonable pensar que pertenecía a la tradición davídica”. (The Broadman Bible Commentary).

 

Se levanta oscuro para despertar el sol

108: 1,2

“…despertaré al alba”. Los que no se despiertan temprano cuando la luz del sol ya está afuera y aun siguen en sus camas; escuchen a este hermano santo que se levanta de noche para despertar el sol, para imitarlo o avergonzarse. ¿O has trabajado toda la noche? ¿Qué haces en la cama dormilón que aún estás en ella? ¿No tienes nada qué hacer? Si te alzaras temprano de tu lecho tendrías tiempo para hacer muchas cosas, pero procura que la primera sea alabar a Dios. ¿No has oído como los soldados están de pie antes del amanecer? Y ¿qué hace un soldado de Cristo entre sábanas cuando hay tantos enemigos espirituales madrugando? Si otro se levanta al alba para ocuparse de labores domésticas, ¿por qué tú duermes teniendo que atender a tu alma hambrienta e interceder por otros? Despierta al alba con tus alabanzas y oraciones. Únete a las aves que se levantan temprano y alaban al Creador; de mañana oiga él tu voz y tú la suya. Oh Señor que mi voz sea de las primeras que oigas cuando los hombres empiecen a despertarse. Si unos hablan a otros hombres, si hablan de negocios, que yo te hable a ti. Cuando el mundo va abriendo sus ojos, Dios mira primero a su iglesia. Un ejemplo para imitar (Jn. 20:1).

109:4,5

“…en pago de mi amor me han sido adversarios…”. ¿Tienes esa experiencia? ¿Amarga tu vida? ¿Y qué has hecho cuando los que te amaban te han odiado? David oraba, no salía tras ellos reclamándoles amor, encomendaba su causa a Aquel que juzga rectamente y podía, según el tiempo de su justicia, levantar su cabeza y restaurarle su honor. Dale gracias a Dios, como dijo Jesús, cuando digan toda clase de mal contra ti mintiendo (Mt. 5:11).

 

Aun la conciencia dócilmente se callará

109:6

“…y Satanás esté a su diestra”. La traducción Satanás en este versículo es secundaria, es mejor la traducción adversario, acusador, como en Zac. 3:1,2. David no menciona nunca a Satanás ni tampoco al diablo. Realmente lo conocía poco, si sabía de él eso no impidió que sirviera al Señor perfectamente. Sus labios nunca pronunciaron esos nombres, que nos conste. Sí conocía al ángel de Jehová, y sus terrores se los producían los hombres malos no los espíritus inmundos. Sin embargo cuando censó al pueblo se menciona, no él sino el escritor, que fue por influencia de Satanás (1 Cr. 21:1). Cuando cometió su pecado con la esposa de Urías tampoco lo menciona; se responsabilizó él solamente. Los santos del Antiguo Testamento lo conocían poco porque Dios no se los había revelado, hasta hubo quienes atribuían el bien y el mal a Dios. El apóstol Pablo sí lo menciona bastante pero nunca más que a Cristo. Lo más importante es conocer a Cristo más que  al diablo, el bien que el mal, “aunque no ignoramos sus maquinaciones” (2Co.2:11); no obrar como ciertos hermanos que por todo lo malo que hacen le echan la culpa a Satanás. El mal lo conocemos bastante, es el bien lo que se nos tiene que mostrar, el bien que proviene de Dios. Lo más importante es conocer a Dios y no toda la revelación. ¿Tendrás tú a Satanás a tu mano derecha para acusarte? Si estás en Cristo nadie podrá acusarte (Ro. 8:33,34). Aun la conciencia dócilmente se callará.

109:8

“…y tome otro su oficio”. Esto es una maldición para los impíos, especialmente para Judas (Hch. 1:20). Perder la profesión de fe, los compañeros, el apostolado, es una maldición, y que tome otro su oficio.

 

Desechar la gracia de Dios es horroroso

109:1-20

Si eres en tu familia el primer convertido a Cristo, lee esta nota con más interés que cualquiera otro.  El texto por su contenido enfatiza la gran responsabilidad que recae sobre los hombros de aquellos a quienes la gracia ha distinguido como los primeros en volverse al Señor, un privilegio que es duramente castigado por Dios si se desecha. Oh amado, desechar la gracia ofrecida por Dios, una gracia siempre inmerecida, es un pecado horroroso. Como puedes notar por el v. 8 la iglesia primitiva tomó estas palabras aplicándolas a Judas Iscariote (Hch 1:20); y no hay ninguna referencia a que hubiera algún otro discípulo de Cristo junto o anterior a él. Él tuvo que ser el primero, pero por desgracia falló y tristemente tomó otro su oficio, su bendición fue traspasada de él a otro individuo y por lo tanto a otra familia. Pienso que el texto contiene un mensaje especial para aquellos de nosotros que inauguramos el reino de la gracia dentro de nuestros familiares y enfatiza, espeluznantemente, la responsabilidad de permanecer fieles a Cristo para toda la vida.

No voy a comenzar señalándote las bendiciones de esa gracia, sino las maldiciones. Pienso que hablar de maldiciones es igualmente importante que hablar de bendiciones, y hasta hay que hablar primero de ellas para poder apreciar las otras. A menudo los profetas inspirados por el Espíritu Santo dijeron cosas que uno sabe bien que no revelaban sentimientos humanos sino divinos, que no eran ellos los que expresaban sus piedades o sus cóleras sino Dios. Este es un caso. Cuando uno examina el salmo se asombra que David, el dulce cantor de Israel, el hombre perdonador, pueda haber pedido tan terribles maldiciones para aquellos que simplemente lo calumniaban (vv.2,20). No, no es David el que expresa esos sentimientos porque él mismo confiesa que oraba cuando lo vituperaban (v.4). Este salmo habla de la crucifixión de Cristo (v. 25), y puedo asegurar que cuando un discípulo abandona al Señor desecha su crucifixión, y lo que le resta es una horrenda expectación de juicio y maldición (He. 6:6). Lo que pide la letra del salmo es la letra de la ley y la justicia de Dios que habla por su dulce boca.

 

(1) Los que han sido los primeros discípulos no deben renunciar a Cristo porque  tendrán a Satanás como acusador (v. 6). Para entender lo que eso significa hay que leer Malaquías 3:1,2. Acusándolos día y noche, y eso es terrible porque él acusa a los que no tienen los beneficios de la muerte de Cristo, a los que Dios no justifica (Ro. 8:33,34). 

(2) No deben renunciar a Cristo porque estarán espiritualmente encerrados y no podrán ni siquiera orar sin cometer un pecado, “y su oración sea para pecado” (v. 7). El pecado tomará posesión completamente de su vida religiosa y la penetrará por todas partes. ¿Hay un hombre más desdichado que aquel que ni siquiera puede orar, que no puede parar de pecar, que todo lo que hace, aun lo más santo es una blasfemia e iniquidad? 

(3) Le ha de ir mal dentro de la religión y afuera de ella. Los vv. 8-11 enseñan que ha de perder su eminencia espiritual como le ocurrió a Judas y también, específicamente, su ruina económica. ¿No le va casi siempre mejor económicamente a los que se convierten a Cristo? Con la aceptación de la fe y con el apartamiento del pecado, ¿no viene un progreso en este mundo? Si un discípulo deja su discipulado corre el riesgo de  padecer muchas necesidades financieras porque Dios tomará venganza quitándole lo que tenía y lo que pensaba darle. Y no hay cuadro más triste para un padre o una madre que ver a sus hijos empobrecidos y mendigando cuando estuvieron bien, y saber que están así por el pecado cometido por ellos.  

(4) Si un discípulo piensa dejar al Señor piense que sus años serán acortados, “sean pocos sus días…” (v.8) porque hay mandamientos con promesa de este tipo. 

(5) Y en último lugar, y esto es lo que me conecta con la exposición positiva, la posteridad, “…su posteridad sea destruida…” (vv. 13-15). David, o mejor dicho la ley de Dios revela aquí, que la posteridad, quiere decir, los que están en los lomos de un primer convertido, serán dañados por la mala decisión de dejar a Cristo. La maldición que cae sobre él pasa también a ellos por muchas generaciones, por siglos, diría. El ardor de la ira divina dura mucho. Pero en este punto voy a mencionar porqué, porqué es tan grande la responsabilidad de un primer convertido. Porque la gracia mostrada en un primer convertido a Cristo tiene cierto efecto retroactivo. Los efectos de la gracia son tridimensionales, en el presente, hacia el futuro y hacia el pasado. Las consecuencias de los pecados de los padres, los abuelos, los bisabuelos, etc. son retenidas. Un primer convertido interrumpe la maldición de Dios sobre la familia, retiene como en un montón las aguas de la ira divina y no se derraman sobre nadie y ahí estarán, como los sacerdotes en medio del Jordán, hasta que toda la familia pase, si ellos permanecen firmes sosteniendo el arca del pacto. Detiene la ira de los antepasados muertos y es la esperanza de los vivientes, de aquellos que están vivos, porque Dios puede perdonarlos por amor a ese primer convertido y hacer que la gracia los alcance. Dios convierte a uno a Cristo para por amor a ese salvar a los otros y usar misericordia con ellos. Un primer convertido es como Aarón intercediendo entre los muertos y los vivos, que detiene la ira de Dios y sujeta la mano de la muerte sobre ellos. Tú eres la esperanza de tus predecesores y de tus descendientes. Los hijos tuyos, los hijos de tus hijos, muchas generaciones por venir pueden ser benditas en ti, que como Adán, saldrán de tus lomos. Muchas familias de la tierra serán benditas en tu nombre si permaneces fiel, si no muerdes el fruto prohibido, si no vendes a Cristo, si resistes la tentación. Amén.

109:17

“…amó la maldición y ésta le sobrevino” y tampoco quiso la bendición y ella se alejó de él; bien merecido se lo tuvo; si comes uvas agrias espera la dentera (Je. 31:29,30), si vendes al Señor por plata no gastarás ni un centavo; la paga del pecado siempre es muerte. Si no amas a Dios él se aleja de ti, si no amas la verdad amas la mentira, si no amas a Cristo con amor inalterable amarás el pecado por obligación, si no amas al Redentor seguirás siendo esclavo y lo que temes que te suceda te sucederá (Job 3:25).

 

Más fe pide Dios y menos sacrificios y agitación

109:24

“…mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno”. ¡Dios mío qué manera de buscar a Dios! ¿No dice que está cercano a los que le invocan? (Sal. 145:18). El NT incluye el ayuno para reforzar la oración porque hay géneros de males que uno no se libra de ellos si no redobla su consagración (Mr. 9:29). Martín Lutero no alcanzó la fe ni la justificación a pesar que eran tantos sus ayunos y penitencias como este salmista. El ayuno, aunque se incluye en las prédicas judías de Jesús, y aún en Pablo (aunque la mayor parte de las veces se refiere a abstinencia de alimentos o hambre, (2 Cor. 6:5; Hch. 27:9), no es propiamente parte del pacto de gracia sino del de obras, del mismo modo que se ha incluido la unción con aceite, según Santiago y la cuestión del velo en las mujeres. Incluso las oraciones se podrían convertir en obras que se hagan para obtener un favor de Dios. El salmista llevó al extremo sus ayunos; y aunque Dios le hubiera concedido lo que pedía si hubiera cambiado el ayuno por la fe, su camino sería más expedito. Más fe pide Dios y menos sacrificios, más confianza en él y menos agitación.

 

Hay muchos caminos para llegar hasta el propósito de Dios 

109:28

“…maldigan ellos pero bendice tú”. Lee 2 Sa. 16:11,12. No me da ningún miedo la maldición de ellos sino perder tu bendición, Señor, que digan lo que quieran decir, que pisoteen mi nombre, que tiendan sus trampas, que difamen, que trabajen para obstaculizar mis caminos; la oposición humana o diabólica no me asusta, me enoja, pero no me paraliza, lo que me llena de terror es pecar, caer en desobediencia, que se disminuya mi fe, que deje de orar, que me aleje de ti; tú tienes poder para arreglarlo todo y la maldición de ellos hoy será mi bendición mañana; que me echen en la cisterna si quieren, que no atiendan mis ruegos con lágrimas, que me vendan a los amalecitas y me transporten a Egipto, que me calumnie la esposa de Potifar, que vaya a la cárcel, que todas esas maldades no evitarán sino que cooperarán para que me coloques donde tú habías planeado, y hay muchos caminos para llegar hasta tu propósito, incluyendo las sendas del mal. Me encojo de hombros por lo que digan o hagan, me lo echo a la espalda, vuélvete tú y bendíceme y el lodo que me arrojan fertilizará mis raíces. ¿Quiénes dicen? ¿Qué dicen? ¡Que digan!

 

 

David hablaba de Jesús

110.

Todos los comentaristas concuerdan que la interpretación de este salmo es difícil; unos creen que perteneció a la colección de David y algún admirador suyo lo compuso para él pidiendo la bendición de Dios y transmitiéndole la promesa de subyugación de todos sus enemigos; entonces cuando dice “Jehová dijo a mi Señor…”, el señor es con minúscula, David, su amado rey. ¿Y qué? ¿No es David un tipo del Mesías? Pocos o nadie duda eso. Así pues el salmo habla del Cristo, es mesiánico, que se sentaría en gloria junto a su Padre y gobernaría sobre el orbe. En las palabras de  Mt. 21:41-46 Jesús asume la autoría de David lo mismo que sus contemporáneos creían; porque después de todo tenían razón porque cualquier salmo que llegaba a manos de David él lo revisaba, le añadía, le quitaba y sobre todo se identificaba con el espíritu del mismo, y en ese entonces sería suyo y de su colección. Si el Espíritu quiso que lo dejara en esa forma, siendo ya suyo, fue para indicar lo que Jesús interpretó, que David hablaba en el Espíritu del Mesías y de su reino en el porvenir.

 

Toma tu vocación con calma

110:1,2

“…siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies”. No le dijo: “Corre de un lado para otro, lucha, esfuérzate, derrama mucha sangre para que puedas hacer el templo y no tengas que dejárselo a tu hijo”, sino “siéntate a mi diestra”, “repósate, estate tranquilo, ten sosiego, toma tu vocación con calma, deja a tus muchos enemigos bajo mi responsabilidad, yo me encargo de ellos”. 

Oh Señor, David no se dio reposo, siendo llamado a esa promesa no se incorporó a ella, la creyó pero no la disfrutó. Creyó que Dios pondría a sus enemigos bajo sus pies pero no disfrutó tranquilidad y paz espiritual. Creyó que era algo que él podía hacer no algo que Dios haría por sí sólo. Los años de David fueron pocos porque él mismo se acabó espiritualmente, se “emproblemaba”, oraba por sus problemas pero no se sentaba espiritualmente, sufría, luchaba, se movía y no tenía ni una hora de tranquilidad. Sus salmos son un mar tempestuoso. Vivió en constante inquietud. Fue un hombre conforme al corazón de Dios, hizo todo lo que el Señor quiso, pero sin reposo. Se encaneció, se arrugó y se consumió a lo largo de sus sesenta o setenta años. Venció a sus enemigos pero ellos le hicieron espiritualmente mucho daño; sufrió en carne propia lo que debió haber dejado que su Redentor, el Cristo, sufriera; sus salmos están llenos de los sufrimientos de Jesucristo, él mismo se clavó en la cruz, repartieron espiritualmente sus ropas y murió diciendo: “Padre, Padre, ¿por qué me has abandonado? (Sal.22:1)”. Obtuvo éxito pero no disfrutó la promesa. Oh, Dios, si pudiéramos con tu ayuda, aunque hagamos menos creer más. Amén.

 

El hombre sufre una incapacidad volitiva

110:3

“…tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder”. ¿Qué pueblo Señor? ¿El que ya tienes porque será convertido a ti? (Hch. 18: 10). No se te ofrece voluntariamente sin que haya de ti poder, la voluntad tomada por sí sola no hace que tu pueblo se te ofrezca voluntariamente; el hombre sufre una incapacidad volitiva, emocional, intelectual que le impide que corresponda al llamamiento de Dios. No creas que la verdad de Dios por sí sola nos hace dar un paso al frente y decir: "¿Qué quieres que haga?" “¿Envíame a mí?"; necesita el poder del Señor cuando venga sobre nosotros el Espíritu Santo. Pero ¿cómo se puede ofrecer voluntariamente? Si él ejerce su poder sobre ellos. ¿Los obliga? No, porque el poder no es contra la voluntad sino contra aquellas cosas que la tienen oprimida, cautiva, paralizada. Señor ejerce tu poder sobre nosotros, auméntanos, multiplícanos. Todo lo que ofrecemos al Señor es voluntario, no obligados, en el poder de su resurrección (Flp. 3:10).

 

Dios no es un Dios viejo

Sal. 110:3

"Tú tienes el rocío de tu juventud".  La juventud es para ti como el rocío” (LBLA). Debemos pensar en Cristo como una persona siempre joven, rey joven, sacerdote joven, profeta joven, como un Dios joven. ¿Por qué imaginar la eternidad como algo viejo? Lo que no se envejece siempre es nuevo; por eso también se le llama "el lucero de la mañana" (2 Pe. 1:19; Apc. 22:16). Jesús es el fin de la noche, lo que adorna el cielo cuando el panorama es totalmente oscuro. Con Jesús amanece, el mundo se cubre con rocío. 

Estos dos versículos 3,4, describen quién es Jesús y cómo reinará. Un sacerdote eterno (He. 7:3). Sus palabras siempre son nuevas, no digo modernas, son antiguas pero nuevas, esto es, vigentes y valiosas como el viejo oro y las piedras preciosas; sus doctrinas son nuevas siempre, actuales, prácticas, para cualquier siglo, en el tiempo que viva el hombre. Y renueva el espíritu de los que el pecado ha envejecido, renueva con bendiciones, con alegrías, esperanza, con perdón, porque el error, la tristeza y la muerte envejecen; Jesús es el remedio para el desgaste moderno, la savia que el hombre de hoy necesita, los tuétanos, el meollo y la grosura. Es siempre actual, el centro de todo, y este mundo rutila alrededor de un gran vacío, Jesús lo llena todo (Efe.4:10)….hermoso Jesús (Sal.45:2). Yo quiero tener esa clase de juventud, eterna.

110:4

“…según el orden de Melquisedec”; si te interesa eso lee mi comentario sobre Hebreos y por supuesto, Génesis donde aparece el misterioso personaje (Ge.14:17,18; He.5:6,10,20; 7:1,10) .

111: 1

“…alabaré…con todo el”. No alabes a Jehová sin poner en ello el corazón. Motivación  para ello  es Dios y no la compañía de los rectos. Pero, ¡qué desolados nos sentimos cuando ellos faltan!

111: 2

“…tus obras buscadas de todos los que las quieren”; nosotros las queremos ver, buen Dios. ¿Qué pasa contigo Señor que buscamos tus obras y no las vemos? ¿Por qué nuestros ojos son privados de ver lo que hiciste en otros tiempos?

111: 3

“…gloria y hermosura es su obra”.  “Esplendor y majestad” (LBLA). Oh tu obra es hermosa, ninguna cosa en este mundo se puede comparar a ella. Quien diga que la obra de Dios es fea, insípida, no ha conocido la belleza absoluta. Aun Balaam halló que el pueblo del Señor era hermoso (Num. 24:5).

111:6

“…dándole la heredad de las naciones…”. Las fronteras de los pueblos no son eternas; los que no agraden a Dios serán conquistados. Algún día los mapas actuales serán redibujados. No vivirán perpetuamente en un mismo lugar, no sólo que serán retirados de sus territorios sino que ellos mismos como razas desaparecerán. Leer Hechos 17:26.

111:10

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Por supuesto que sí porque instruido por la ley apruebas lo mejor (Ro. 2:18), porque lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino (119:105). Mediante la ley no serás salvo pero serás irreprensibleante los hombres (Flp. 3:6). Si temes al Señor siempre harás lo mejor y lo más inteligente. Amén.

112. 

El padre que elija deleitarse en los mandamientos del Señor dará un buen ejemplo sus hijos, y ellos como él vendrán a ser como el Titanic en la obra. No vivirán empobrecidos, “bienes y riquezas hay en su casa” (v.3); y su testimonio e influencia durarán por largos años. 

112:1

“Bienaventurado el hombre que se deleita mucho en sus mandamientos”. Yo me deleito mucho en ellos, Señor, y paso muchas lunas junto a tu palabra.

Sal. 112:5

“…el hombre de bien presta”. Tiene con qué prestar (v.3); disfruta de prosperidad en su casa porque “gobierna sus asuntos con juicio”. El texto en vez de misericordia debiera decir que hace favor y presta, es inclinado a prestar, inclinado hacia los pobres, los ama. Prestar es una señal que se está recibiendo bendición de Dios, y es mejor poder prestar que pedir prestado, (Dt. 15:6), y el que “da al pobre a Jehová presta” (Prov. 19:17). Disfruta el v.9, sobre todo esa expresión “reparte, da a los pobres…”; y piensa en Jesús haciendo tal cosa, repartiendo, dando a los pobres alimento y alegría.

 

Con Dios en el negocio

112:1-10

 

“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre. Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; es clemente, misericordioso y justo. El hombre de bien tiene misericordia, y presta; gobierna sus asuntos con juicio,  por lo cual no resbalará jamás; en memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su deseo.  Reparte, da a los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder será exaltado en gloria. Lo verá el impío y se irritará; crujirá los dientes, y se consumirá”. 

“El deseo de los impíos perecerá”. “El hombre que teme al Señor”, (el hombre de negocios). Si hay un salmo que permite hablar sobre competencia económica es éste. Es mejor leer el v.7 en conjunto con los otros nueve. Es un salmo especialmente dispuesto para el hombre de negocios, para el que hace inversiones. Se le asegura que no será vencido por sus adversarios (v.8) y cuando todo sea sacudido, que se estremezcan los cimientos económicos de la sociedad, cuando ella sufra como un terremoto o un colapso, él no (v.6). Dios se encargará de su economía. Pero este hombre, rico o de clase media, tiene dos rasgos en su carácter: medita mucho en los mandamientos del Señor, la Biblia es su leal compañera (v.1) y desarrolla su negocio de modo que agrada a Dios y el dinero que le entra viene del cielo, de sus riquezas en gloria en Cristo, es dinero que acompaña a la salvación. Y el otro rasgo de su carácter es que no ama el dinero que cosecha, porque el amor al dinero es “raíz de todos los males” (1 Ti. 6:10). El hombre de este salmo es único porque pasó por el ojo de una aguja como dijo el Señor, pero pasó, fue difícil pero pasó, le costó mucho pero pasó. Y ¿cómo lo sabemos? Porque da prestado (v.5), si lo devuelven, bien, si no pueden lo olvida, el dar a los demás no lo arruina. Si presta no lo da con interés a sus hermanos y eso le permite a ellos prosperar económicamente, porque no sólo presta para sacar algún provecho sino para que otros prosperen, y haya una mejor economía, y su país prospera. Y lo verán los otros impíos, los pobres por impiedad y tratarán de saber el secreto de aquella prosperidad, y querrán que él les diga cómo ha podido hacer su fortuna, y él simplemente le dirá “con Dios en el negocio”, y ellos incrédulos, rechinarán de envidia los dientes (v.10).  

 

No confíes en la suerte

112:7

“…no tendrá temor de malas noticias”. No es que no le ocurran cosas malas y que no enfrente contratiempos, es que está dispuesto a enfrentar con fe cualquier mala noticia; “no tendrá temor” como hizo Job con la muerte de sus hijos y David cuando se le murió el suyo. Pero el pensamiento del salmista es que no tiene por qué esperar malas noticias si vive y trabaja como agrada a Dios. Rara vez las cosas le salen mal. 

No confíes en la suerte ni pienses que el éxito en esta vida se debe a ella; es más bien el resultado en su tiempo, con la ayuda de Dios, que uno crea. Si todo obra para bien a los que aman a Dios, ¿qué noticia puede ser verdaderamente mala? Si confías en la providencia de Dios y tienes el consuelo del Espíritu Santo, ¿qué mala noticia puedes temer? ¿Puede alguna mala noticia que te llegue ser tan mala como buenas han sido las que has oído? Señor, no esperaré malas noticias porque tú harás que sean buenas, y si algo malo me anuncian, oh Señor, tú me ayudarás a enfrentar con fe la situación. De todos modos quita de mí el temor para que viva en paz y tome lo que venga como un ejercicio de mi fe en ti. Amén.

113:5,6

“…que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra”. ¿Y no sientes deleite en mirar a tus hijos Señor? ¿Cambias la vista para no contemplarlos? ¿Tienes que hacer un esfuerzo para vernos? ¿Y cómo explico los ojos de Jesús llenos de amor por los pecadores? Oh, ya sé, la humillación es un acto de amor y de simpatías, no hay nada obligado en ello porque lo haces por el puro afecto de tu voluntad, sientes placer en hacerlo, por amor de nosotros te has hecho pobre siendo rico, siendo Dios te has hecho hombre; dejaste tu gloria por mí. Oh alma no menosprecies su gracia. Textos para meditar en este asunto, 2 Co. 8:9; Flp. 2: 5-11.

 

Dijimos adiós al muladar

113:7-8

“…él levanta del polvo al pobre”. Muladar significa basurero o estercolero. Los salmos cuando son cortos son fáciles de estudiar y uno puede penetrar más o menos fácilmente en el asunto que trata. Este, por ejemplo, tiene dos partes; la primera consiste en una alabanza inmensa (vv. 1-4) y la otra el asunto en sí por el cual exalta al Señor (vv. 5-9) y cierra con un aleluya  enorme. Es el único salmo por los alrededores que termina así, ¡aleluya! Nota las alabanzas; son intensas, inmensas, llegan al infinito, invitan al orbe, ponen a Dios por sobre todas las naciones y sobre los cielos.

Y ¿cuál crees que es el asunto? (1) La exaltación de un hombre pobre, un desposeído mendigo que fue mirado por el Señor y le hizo ascender desde el muladar hasta el trono. ¿Es eso motivo para exaltar tanto al Señor, que un pordiosero sea alzado por su mano y colocado entre los hombres más distinguidos? (2) Que una mujer que no puede tener hijos de a luz y forme una familia. ¿Es eso motivo para tanto?

La gracia divina tiene cosas asombrosas; a Dios le gusta mostrar sus maravillas en aquellos en los cales uno menos lo esperaría. En la carrera espiritual de todos nosotros se ha mostrado la misma benevolencia del Señor, escogiendo a lo necio del mundo (1 Co. 1:26-29). ¿No somos testigos que habiendo nacido sin ornamentos él nos ha vestido bellamente? (1 Co. 12:22-25). Lo que hoy  somos no lo somos por nacimiento ni porque la sociedad nos lo haya concedido, ni por nuestro propio esfuerzo sino que por la gracia divina somos lo que somos, porque Dios se ha humillado y nos ha distinguido del modo más asombroso. 

¿No eras pobre y estéril? ¿No te ha levantado el Señor, no como lo hacen los hombres, no con los honores de los hombres sino en el reino de la gracia?  El Espíritu siempre nos ha enseñado a alabar al Señor por la salvación de los otros. Porque levanta al pecador, no lo abandona cuando lo ve caído en su pecado, extiende su mano y lo pone de pie. No es príncipe de nacimiento pero él lo hace príncipe y lo sienta junto a ellos; legítimo y de sangre azul. No sólo hijo de Dios sino príncipe. ¿Cuándo un pobre puede codearse con príncipes, alguien que no nació príncipe? El diablo conoce mejor que nadie nuestro origen espiritual y siempre está tratando de echarnos de regreso al muladar e invertir nuestra salvación; dijimos adiós al muladar, Señor, y ya ese lugar nunca más nos verá porque hemos ascendido del basurero al trono. Aleluya.

 

Adoración sin profundos pensamientos

114 

“…a la presencia de Jehová tiembla la tierra”. Este es un salmo muy simple, cuando lo lees de una sola tirada no parece tener algún propósito, a no ser recordar la sagrada historia, los favores de Dios, los privilegios que ha tenido con Israel; la mayor parte de su cuerpo lo forman tres citas de la historia de Israel, la apertura del Mar Rojo para que el pueblo pasara, la retirada del río Jordán, un milagro similar, y retrocediendo, en medio de ambos, el agua que brotó de una roca. ¿Qué profundidad intelectual hay en el salmo? ¿Qué teología, qué instrucción práctica, que exhortación? ¿Qué crisis espiritual del salmista, qué conflicto, alguna revelación ética? No, nada de eso. Te parece que fue un niño quien lo escribió, algún precipitado poeta que no tuvo tiempo para colectar mejores pensamientos y cuya inspiración se agotó en unos pocos versos, o que su autor era una persona superflua y llegó hasta donde llegó porque no pudo ir más allá.

 

Lo único que persigue al escribirlo es pura y llanamente exaltar la presencia omnipotente de Dios, edificarse con los recuerdos de la vida de Israel con Dios, no pretende escribir un salmo largo como los de David, con la consistencia humana y conflictiva de aquel consumado autor. Si su experiencia es limitada no lo sé, pero sí que quiere exaltar a Dios en ese sólo aspecto de su naturaleza divina. Oh Dios, grande tú eres. Ahora no quiero cantar, orar, predicar como un maestro, quiero alabarte por lo que has hecho, deleitarme en ti con la mayor sencillez de mi alma, con la inocencia de un niño y con la ignorancia de un campesino. ¿No aceptarás tú mi adoración simple sin profundos pensamientos? ¿No querrás mi alabanza porque mi aporte no es contundente? ¿No dices que lo único que pides es un corazón contrito y humillado? Respeto, y adoro tu presencia, en ella estoy y vivo.

115:1

Sí alma mía, "no a mi nombre sino a tu nombre da gloria".

 

Los deseos nuestros y las promesas bíblicas 

115:1, 12-14

 

“Bendecirá a los que temen al Señor”. Contempla estos tres versículos, fíjate en la porción teológica que dejé en medio y sacarás la conclusión que algo precioso ocurrió en el ánimo y porte espiritual del compositor del himno. El salmista empieza su canción con una petición a Dios para que atienda a su reputación, no la deje caer delante de los vecinos de Israel y ellos se burlen de él y lo menosprecien diciendo: “Miren qué clase de Dios se han buscado estos judíos, no les sirve para nada, los despojamos y los ultrajamos y él no les hace ninguna defensa. Mejor fuera que cambiaran el suyo por otro”. Eso es lo que da a entender en las primeras dos estrofas; pero después el alma del salmista pasa por un período de reflexión espiritual comparando a su Dios con los ídolos de las naciones. No dice una palabra de quién es el Dios que tiene sino lo que son las imágenes que ellos adoran, y cuando sale de sus meditaciones emerge un salmista nuevo, optimista, recuperado, erguido, con luz en su rostro. Es otra persona, no implorando como un desdichado sino aconsejando y exhortando como un profeta. ¿Qué le ha pasado? ¿Abrió la historia de Israel y la repasó? No, el único pensamiento que hubo en su mente cuando comenzó sus invocaciones fue que su Dios es el creador del mundo y sobre ese axioma levantó toda la estructura de su composición literaria. Si mi Dios es el creador del mundo y todo lo que quiso ha hecho (v. 3), parece decirse a sí mismo, “puedo bien esperar que cumpla con los deseos de mi corazón de traer bendición sobre mi nación”. En ese instante se le ha quitado el pesimismo, retorna a la fe y habla de las promesas de Dios, y más que referirse a ellas, asegura su cumplimiento. ¿Son sus deseos los que convierte en promesa? ¿O desea las promesas? Pienso que las dos cosas son ciertas, porque los deseos encuentran en las promesas de Dios su perfecta expresión. Toma en tus manos una preciosa y grandísima promesa, como ha dicho Pedro, y dime si no es lo mismo que deseas. ¿Han surgido así las promesas de la Biblia, son confecciones de deseos humanos? ¿Ha puesto el hombre en boca de Jehová lo que él desea? ¿Son los sueños y las quimeras de un pueblo las promesas que le hace su Dios? ¿Son las promesas de la Deidad o las han confeccionado las codicias y las ambiciones de ellos? La Biblia no es un libro donde todos los deseos que tuvieron los santos se cumplieron. No, puede decirse que la mayoría de ellos no vieron nunca sus deseos cumplidos sino que los miraron lejos y lo saludaron porque lo que deseaban para ellos les fue concedido a otros en generaciones por venir (He 11.8-13). En este mundo muchos cristianos ven sus deseos cumplidos (Sal 38.9; Isa 44.28),  pero la mayoría no (2 Sa. 23:5. Medita en esas palabras y su cumplimiento en el Hijo de David), reciben más de lo que merecen, reciben muchas cosas que no habían deseado, pero se van de aquí con oraciones incumplidas y anhelando cosas que Dios se las ha dejado para la eternidad. 

115:12,14

“…el Señor nos aumentará”; estas son las palabras del v.14; la palabra bendición en el hebreo está implicada pero no aparece; aumentará aparece solitaria y unida directamente a vosotros y vuestros hijos, y puede implicar, desgranándolo, aumento en números, más gente, más alegría y más prosperidad, que en suma son bendiciones. Relaciona este versículo con el v.12 y después con el v.18. La palabra bendeciremos a Jah, en hebreo es la misma que se halla en el v.12 y significa arrodillarse. Para un judío cuando Dios bendice es como si se inclinara hacia nosotros, hacia abajo, lo mismo que nosotros cuando lo bendecimos nos arrodillamos, inclinándonos ante su Majestad. Junta este texto, Isa. 9:3, con los anteriores, y ¡disfruta esas reflexiones! 

116:1-3

“Le invocaré mientras yo viva”. El contenido de esta oda aunque no dice quién es su autor, supongo que pertenece a David, y además se afirma mi convicción por el v.16 si se compara con lo que dice el 86:16 que sí es adjudicado a David. Los tenebrosos días cuando siente que se muere, sabe que su final se aproxima; siente horror y se aferra a la vida. Todo el salmo respira agradecimiento. No olvidar sus misericordias es consagrarse a él. Cumple, como él, los nobles propósitos que tuviste cuando te morías.

116:4-8

“…Jehová ha oído mi voz”. Entonces ora y se recupera. Oh qué bien se siente ahora, está aliviado y tranquilo, pero hay más.

116:2,9

“…andaré delante de Jehová en la tierra”; si Dios te salva la vida no vivas nunca alejado de él; si tienes alguna gran experiencia de misericordia, cambia. Toma este ejemplo, Isa. 38:15. Una versión dice “andaré recapacitando todos los días…”.

116:10

“Creí; por tanto hablé”. Así dice la versión griega, la Septuaginta. Es un texto de difícil traducción; otra dice “yo creí cuando fui afligido por lo tanto ahora daré mi testimonio”; es lo mismo que la anterior; pero lo dejo y no me romperé la cabeza; me basta con la interpretación que usa Pablo en 2 Co. 4:13; uno no puede hablar bien si no tiene fe; una buena predicación es aquella que está llena de fe, y un buen testimonio lo mismo; si uno tiene fe puede hablar si no la tiene es mejor que se calle y “toda boca se cierre” que es lo mismo que dice el v.11 “todo hombre es mentiroso”. El salmista creyó para recobrar su salud y como creyó ahora testifica, y hace bien. Si has creído habla, no te calles.

116:12

“… ¿qué pagaré por todos sus beneficios?”; no dinero ni penitencias, por favor; gratitud y testimonio es suficiente; si el problema te volcó hacia Dios no te retires de él; no des tu dinero y te vayas; recuerda siempre su beneficio y coméntalo. El salmista se comprometió a pagar lo que había prometido (v.14); si tú los hiciste págalos, pero no creas que con eso saldas la deuda.

 

No hay reglas para cuando uno va a morir

Sal. 116:15

“…estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos”. Si lees todo el salmo te darás cuenta que su autor parece haber sido sanado de alguna grave enfermedad (v.6) y Dios lo libró de la muerte (v. 8). En su experiencia uno nota (1) que no acoge la proximidad de la muerte como uno de los santos del NT, con la esperanza de la resurrección, lo cual es obvio puesto que sólo conoce a Cristo en sombras y no en sustancia (v 3), (2) hace algo digno de imitación, (a) un voto a Dios (v. 14), se comprometió con Dios si lo sanaba, a testificar ante el mundo de lo cual el salmo es una evidencia (vv. 18,19). La mayoría de los cristianos no hacen nunca ningún voto, pero pudieran usarlos en tiempo de conflicto espiritual, sobre todo cuando se hallan enfermos o tienen algún familiar en esa situación; y hacerlo para arreglar sus vidas espirituales en relación con la obra de Dios o para ayudarla. En el contexto de estas palabras afirma que es muy valorada a los ojos de Dios la muerte de los santos; quizás lo que quiso decir fue “preciosa es a los ojos de Dios la vida de los santos porque no quiso que yo muriera”, y lo formula al revés; sin embargo es preciosa en relación con el tiempo y la forma en que ella ocurre. No son cosas que ocurren arbitrariamente o ligeramente. Uno dice: “No ha llegado tu hora” y es verdad. Pero mejor sería decir que Dios ha trasladadoel día de tu muerte y en cada movida que haga despliega su misericordia y muchas oportunidades de salvación. La muerte de un santo siempre tiene un mensaje de Dios, algo él quiere decirle a los que la presencian, sobre todo a la familia más cercana. Hay veces que muere un santo de forma insólita, trágicamente, otras muere en paz. Cuando un santo padece una muerte horrible uno debe pensar: Si así murió uno que adoraba a Dios hasta el último día de su vida, ¿qué me espera a mí? Hay veces que Dios los escoge para que mueran dando un gran testimonio de fe y la enfrentan con mucha gracia y esperanza y su partida llena de esperanza celestial y confianza en la fe a los que los ven partir. No hay sentido alguno acusar a Dios de crueldad, todo lo que él hace está bien y tiene sentido. Nadie puede saber hasta cuando ha de vivir, y como en eso no hay reglas, todos debemos estar preparados, lo mismo el niño que el anciano.

117.

Parece como un pedazo desprendido de cualquier otro salmo; cabe como colofón de cualquiera.

118:1

“…alabad a Jehová porque él es bueno…”. Esa razón es suficiente, tú eres bueno, estoy convencido de ello, con los que te aman y con los que te aborrecen.

118:3,4

“…diga la casa de Aarón… diga los que temen”. Los que escriben himnos dennos letras que exalten la misericordia de Dios. No dependas tanto, como algunos, de los consejos, alientos y consolaciones de tus compañeros.

118:7

“…Jehová está entre los que me ayudan”. ¿Puedes decir que tienes a Dios a tu favor? Si Dios está por nosotros nadie puede contra nosotros (Ro. 8:31). Podrás tener enemigos pero nadie podrá hacerte frente. Claro, si Dios está contigo tienes en contra al diablo, la carne, el mundo, pero a tu favor tienes al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, los ángeles, la verdad invencible. Es mejor tener el mundo en contra que a Dios. Puedes dar gracias a Dios que tienes hermanos fieles que te ayudan con sus oraciones, consejos, etc., pero es un altísimo privilegio tener entre los que te ayudan al Dios omnipotente; con él sería suficiente sin embargo a él le place venir a ayudarte con un grupo de amigos fieles; así muestra a través de ellos su amor por ti. Oh Dios gracias porque tú estás entre los que me ayudan.

118:8

“Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre”. Las experiencias de los hombres son limitadas, la harina escasea y se agota el milagro (2 Re. 4:6). El que beba del agua de esos pozos hechos por los hombres volverá a tener sed, como dijo Jesús. Los recursos de Dios son ilimitados y cuando se le pide no se entristece ni reprocha (Sgo. 1:5), ni porque se le solicite con importunidad se enoja (Lc. 11:8,9; 18:5). Aún los graneros de José se agotan pero no los de Dios. Oh Dios mío, que yo siempre confíe mis asuntos a ti, que mis soluciones, me las des tú. ¿Por qué gastar mi dinero en lo que no es pan, mi tiempo cavando cisternas rotas? (Reflexiona en Je. 2:13). Jehová está entre los que te ayudan pero no vayas a confiar más en los príncipes que vienen con él que en él mismo.

 

 

Nuestra vida replica la de Cristo

118:22,23

“La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo”. Estas palabras son aplicadas a Cristo en varias partes del Nuevo Testamento (Mt. 21:42; Lc. 20:17; Hch. 4:11; 1 Pe. 2:7). Cuando los santos del Antiguo Testamento sufrían, sus experiencias en el Espíritu profetizaban al Mesías, especialmente sus sufrimientos (1Pe. 1:10,11), pero ahora, cuando los santos que viven después de Cristo, sufren, sus experiencias replican la vida del Mesías (2 Co. 4:10; Col. 1:24). Así es el fin de los sufrimientos de la iglesia. Los padecimientos de los cristianos tienen dos connotaciones, una revelacional y la otra evangelizadora; y ambas unidas sirven para el fin último de sus vidas, la gloria de Dios en el mundo. Esta es la forma bíblica para explicar el por qué y para qué de aquellas cosas con las cuales eres abatido: Enfermedades, persecuciones, discriminación, peligro, escasez, para expresar por medio de todo eso que andamos con Cristo y revelar al mundo su vida y muerte. Si decimos que los sufrimientos purifican el alma, decimos menos de lo que deberíamos. 

119: 2

“Bienaventurados los…que con todo el corazón le buscan”. Yo soy uno de ellos.

119:3

“…no hacen iniquidad…”, o más bien no las practican.

119:9

“¿Con qué limpiará el joven su camino…?” Con la palabra santa y ellas lo guardarán de  iniquidades y obstáculos.

119:10

“No me dejes desviarme…”; o “no me dejes vagar sin rumbo, perderme, cometer errores”. Aunque aprendamos tu ley, necesitamos tu ayuda constante para no separarnos de ella, porque puedo hacer lo opuesto a lo que sé. Además de conceptos necesitamos fuerza, divina, claro.

119:14

“…me he gozado más que en toda riqueza”. El salmista dice “tanto como en toda riqueza”. Unos son felices con dinero; yo con la Biblia. La alegraría de la comunión con Dios es mayor que la de recibir una buena paga.

119:17

“…que viva…”. No sé si pedir más vida que la que has determinado darme, para hacer tu obra, o pedir más de tu Espíritu y gracia para hacer todo lo que sueño hacer y deseo ser, antes que se termine acá mi tiempo en este mundo. Oh Señor, si yo pudiera hacer como Jesús, que hizo todas las cosas que el Padre le dio, ¿para qué quiere uno vivir si no es para no morir? Pienso en los que han sido sanados y no guardan su palabra ¿para qué quieren vivir? ¡Viva yo, pero no de nombre sino con vida! ¡Vivan mis hijos delante de ti! No viva como un infiel apóstata. Viva en el Espíritu y no en la carne.

119:18

“Abre mis ojos y miraré…”. Yo no quiero ser de los que pasan con los ojos tapados por este mundo, sin ver las maravillas de tu ley, de la creación sin ver al Creador, leer la Ley sin ver a Cristo. Si tú no abres el significado de lo que leo pasan en procesión ante mis ojos tus palabras y todas en silencio. No es sólo abrir la Biblia y leerla sino ser asistido por la unción del Espíritu (1 Jn. 2:27). Sin el Espíritu no se llega a la verdad, y si se vislumbra se mira como un sol frio, sin calor.

119:20

“Quebrantada está mi alma de desear…”. Esto da al traste con los que siempre están satisfechos y que obtienen en un santiamén todas sus invocaciones. Quizás esto sea esperar sin paz ni  fe, pero yo he sido así. Lo lamento Señor.

119: 24

“…tus testimonios son mi delicia y mis consejeros”. Observa esas dos palabras. David disfrutaba meditando en la Palabra de Dios y aunque tenía muchos amigos y consejeros, los principales consejos los extraía de la Biblia donde halla “todo el consejo de Dios” (Hch. 20:27). Aquellos pueden, como Ahitofel fallar, pero ella jamás. 

119:32, 26,27

“Por el camino de tus mandamientos correré”. Su corazón se agranda no sólo para amar, como dice Pablo, sino para obedecer, está pidiendo una capacidad mental mayor para ser mucho más obediente (correr). Corre alma mía la carrera que tienes por delante.

119:36,37

“…avívame en tus caminos”. Una cosa que seguramente apaga el Espíritu Santo es el amor por este mundo, la avaricia, mata dentro del corazón la vida de Dios. Cuando hablamos de un cristiano avivado pensamos en alguien que es religiosamente activo; pero los fariseos eran muy activos en sus ofrendas votivas, en la ayuda a los pobres, en preservar la ley y en darle la vuelta al mundo para ganar un prosélito (Mt. 23:15). Un cristiano avivado no ama las cosas que hay en el mundo, y está lleno del amor de Dios. El que ama el mundo el amor del Padre no está en él (1 Jn. 2:15). Si un creyente sufre de avaricia pero la esconde detrás de su religión, está muerto (1 Te. 2:5). Por mirar la vanidad y codiciarla para sí es que se mete en deudas, y compite con los gentiles que no conocen a Dios (Mt. 6:32-34).

119:43

“No quites de mi boca la palabra de verdad”. Observa que dice de mi boca; se refiere a su testimonio, a la confesión con su boca, que otros la oigan de sus labios. Antes de continuar leyendo busca Ro. 10:10. Esta oración puede concebirse en tres aspectos (1) el horror de ser un apóstata que ya no se le oye la palabra de verdad; no habla el lenguaje del Espíritu Santo sino el del mundo y la carne, porque si su corazón cambia, su palabra también cambiará (2) ora para que no le ocurra una declinación espiritual; no es tanto apostasía pero es silencio, enmudecimiento;  y (3) para que no acabe siendo un hereje que sustituye la palabra de verdad por la mentira (meditar en 2 Tes. 2:10-12).

119:45

“Y andaré en libertad…” con la libertad con que Cristo me hizo libre, la libertad que da el Espíritu, la libertad que me da mi Libertador (Localiza estos textos, Ga. 5:1; Jn. 8:32-36; 2 Co. 3:17). Los infieles viven esclavizados a pecados particulares en algunos casos, y a su naturaleza carnal todos. Pon los miembros de tu cuerpo al servicio de la justicia de Cristo.

119:46

“Hablaré de tus testimonios…”. Es buena cosa para el reino testificar delante de reyes, gobernadores, académicos, acerca de la vida, muerte y resurrección de Cristo, para que ellos conozcan la verdad; y también sobre la justicia, dominio propio y el juicio venidero (Hch. 24:25). Evangelizar a los que están en eminencia, por el bien del pueblo, que viva “quieta y reposadamente”.

119:49

“Acuérdate de tu palabra en la cual me has hecho esperar”. Señor, ¿sabes que te estoy esperando? Tú sabes cuán impaciente soy, cómo mi alma se llena de ansiedad (v. 28), lo pequeña que es mi fe, cumple tu palabra, pronto, no te tardes, al menos no me hagas esperar tanto, y no sea impaciente como Saúl.

119:53

“Horror a causa de los que dejan tu ley”. Sientes horror (1) por lo que les espera, porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de verdad (1 Pe. 2:21,22), porque el que retrocede irá a la perdición (He. 9:36-39). ¡Cuántos recuerdos han de llevarse al infierno los apóstatas! (2) sientes horror porque en un tiempo fueron fieles como tú, y temes que siendo tentado puedas hacer lo mismo (Ga. 6:1), pero en medio de ese saludable temor confías que el Señor te guardará sin caídas (2 Ti. 4:18; Jud. 1:24), porque desaniman a los que permanecen creyendo; oh Dios guárdame fiel (vv. 67, 118-120, 136). La palabra traducida horror significa un viento muy caliente, por eso la traducen “indignación”.

119:56

“Estas bendiciones tuve…”. Todo el que es obediente al Señor puede esperar bendiciones y decir “eben-ezer”.

119:58

“Tu presencia supliqué…”. Yo también lo he hecho Señor, he suplicado tu presencia; y ¿has estado con nosotros y yo no te he sentido?

119: 60

“Me apresuré y no me tardé…”. Ten cuidado que las oportunidades de salvación se acaban; el Señor no ofrece la vida eterna indefinidamente; así se escribió “si oyereis es "hoy" su voz...”, te pudieras  retardar y el juicio llegar. Cuando Lot se demoraba en salir de Sodoma los ángeles le daban prisa (Ge. 19:15-17).

 

No le importaría que le llamaran exagerado o fanático 

119:62, 147

“A media noche me levanto…”. El lo hacía a las doce de la noche, ¿y tú? ¿No te levantas dormilón? ¿Siempre estás cansado? (Jon. 1:6). Ha recibido una bendición el día anterior y le alaba a esa hora. ¿Existirán aún esta clase de creyentes? ¿Existirán en nuestra iglesia, denominación? ¿Parece un alarde de consagración o un celo espiritual poco conocido? Estos creyentes no padecen de insomnios, se despiertan a media noche, se acuerdan de Dios, de la iglesia, de sus misericordias y no pueden permanecer en el lecho, en el dormitorio, y salen para cantar en alguna parte. Salen afuera para meditar, orar en los estatutos de Dios.  Si es casado, ¿qué dirá la que duerme a su lado? ¿Que se está volviendo loco? ¿Se le quebrantará la salud? ¿Es un exagerado? Si así fuera yo encendido por el Espíritu de Dios, quisiera ser llamado loco, fanático, exagerado; quisiera hacer estas cosas y excepciones y por fin desprenderme de mi fría sobriedad. Quisiera volverme loco para Dios y cuerdo para la iglesia (2 Co. 5:13) ¿No está el salmista embriagado de Espíritu Santo y por eso se levanta? (Efe. 5:18) ¡Oh Señor, líbrame de mi sobriedad! ¡Por qué se levantan otros de madrugada para trabajar por la comida que perece y yo no para cuidar mi alma o interceder por mi iglesia? 

119:63

“Compañero soy de los que te temen…”. Procura no tener intimidad con los que han apostatado, con los incrédulos; no me siento en “silla de escarnecedores”, mis costumbres no son las de ellos.

 

Dios nos permite no sólo aplausos y elogios isaias

119:65-72

“Bueno es haber sido humillado…”. 

Dios has hecho bien a su siervo; lo ha humillado y de esa humillación ha sacado provecho.  Fíjate al principio del v.67 que dice antes que fuera humillado andaba yo descarriado; él no especifica la naturaleza de su humillación pero fue el instrumento escogido por Dios para regresarlo a sus caminos y poner atención a la Palabra. Parece que no quiere vivir dos veces la misma experiencia porque teme no recibir dos misericordias iguales y pide al Señor que le de "buen sentido". 

Por la experiencia de otros salmistas uno pudiera pensar que su humillación consistió en una peligrosa enfermedad, pero es tanta insistencia en la palabra del Señor en todo este salmo; por ejemplo lo que enseña el  v. 72, "mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata", que parece que fue humillado con una predicación que le mostró lo perdido y descarriado que estaban sus pasos. A veces no consiste en haber salido de un sermón humillado sino de la presencia de otras personas. Y dejas el grupo queriendo borrar de tu memoria aquel momento, aquellas miradas o risas. 

¿Te sientes mal al recordarlo y quisieras borrarlo de tu memoria? Tal vez necesitabas pasar ese mal rato, sentirte menos de lo que eres, que te valoren poco porque quizás Dios ha visto cuánto te gustan los aplausos humanos y su aprobación, y que has ido tomándole el gusto a la gloria de los hijos de los hombres, a subirte al pináculo del templo,  y esa satisfacción terrenal produce vértigos, es peligrosa porque se puede convertir en la motivación de tus actos y trabajos. Somos inherentemente soberbios y orgullosos y nos gloriamos de cosas que hemos recibido de Dios como si fueran propias, son muy vanas, se gastan con el uso, se oxidan y envejecen al pasar de moda.  

Si no hubiera habido humillación no habría gracia futura y la presente se disiparía. Agradece a Dios que en ocasiones te sientas como el desecho de todos y pisoteen con burlas tu autoestima. Empieza no cuidándote por cómo te miden los hombres, ni te midas a ti mismo con su opinión, sino con la vara de la Palabra de Dios. Ser humillado por la palabra de Dios, hacer como de tonto o el ridículo en presencia de quienes se aprecia la buena opinión, se busca el apoyo y la admiración, suele ser la medicina que Dios le aplica a nuestro dependiente carácter, o la dolorosa cirugía, sin anestesia, que le hace a un aspecto de él para sacar de dentro cierta soberbia cancerosa, vestigio de deificación, y que pensemos de nosotros mismos “con cordura”. Está en orden el arrepentimiento y agradecer al Señor esos tragos amargos para que vivamos ante él con humildad sin buscar de nadie más, para nuestras virtudes, elogios.

 

119:83

“Estoy como el odre al humo…”; colgado sobre el techo de mi tienda, todo el humo de mi hogar  sin chimenea pasa sobre mí antes de salir por la techumbre y la puerta, mi piel se ha ennegrecido, endurecido y afeada; sin embargo no me he olvidado de tus estatutos; en medio de mis experiencias que como humo se me meten en los ojos y me hacen llorar, continúo apegado a lo que me has hablado. Me quedo inmóvil, aferrado adonde me pusiste, pase lo que pase. Amén.

Sal. 119:98

“Me has hecho más sabio que mis enemigos…”; entonces no caerás en la condenación de ellos, no aceptarás sus proposiciones, no serás vencido por sus seducciones.

Sal. 119:99,100

“Más que los viejos he entendido”. ¿Te parece una falta de humildad? Y ¿qué si ves a los viejos, ya cerca de sus tumbas, indiferentes, incrédulos, pecando como los jóvenes, sin arrepentimiento? Y si los viejos creyentes como Elifaz, Bildad y Zofar no pueden responder correctamente a Job, que lo haga el joven Eliú (Job 32:7). La sabiduría bíblica, que es la de la fe, supera a la de la experiencia. Y si ambas van juntas dan la madurez y enseña a la consejería.

119:118

“Porque su astucia es falsedad”. Podrás pecar y esconderte y burlar la justicia de los hombres pero no la de Dios, no podrás ser tan astuto como para poder sin fe ir al cielo y sin arrepentimiento no ir al infierno.

119:120

“Y de tus juicios tengo miedo”. Yo también Señor cuando veo tu ira sobre los infieles me espanto, no quiero yo estar en el lugar de ellos. Si el infierno no fue hecho para mí, yo no quiero ir allí. Acéldama me estremece, y en ese campo de sangre hay un árbol seco y queda rota una cuerda en una rama quebrada.

119:126

“Tiempo es de actuar Jehová”. ¿Acaso dirigiste tú los tiempos de Dios? ¿Manejan tus manos el brazo de su justicia? ¿Quieres venganza cuando el pecado no ha llegado a su colmo? Cálmate y deja que Dios tome venganza cuando lo quiera.

119:130

“La exposición de tus palabras alumbra”. O la “apertura” de tus palabras. Sin beneficio se queda uno si el Señor no abre la Escritura (Lc. 24:32). Consulta a los sabios en la palabra de Dios, compra sus libros, que ellos alumbren tu camino, ve a oírlos, llévales tus preguntas difíciles, pídeles que te aclaren tus dudas; sé fiel oyente de los maestros de la Biblia, los que la escudriñan en el Espíritu y son enseñados por Dios. Sobre todo atiende a la predicación expositiva de ella; Espíritu alumbra los ojos por medio de ella cuando el hábil expositor saca afuera la divina luz que ella contiene. Amén.

119:131

“Mi boca abrí y suspiré”. La palabra significa “inhalar”. No dice: mi boca abrí y bostecé sino "suspiré" ¿Suspiras por un buen sermón, una clase bíblica, un estudio sagrado, crecer en gracia, renovar tu comunión, liberarte de un mal hábito? ¿Suspiras sólo por sufrimientos y no por necesidades espirituales? ¡Qué lejos está de aburrirse o cansarse! Oh Dios qué poco se sabe hoy de esa clase de hombres y mujeres espirituales que suspiran por ti, sienten nostalgia de tu divinidad y tu cielo es su ensueño. Esto son suspiros.

 

Asunto sobre bostezos y suspiros

119:131

(Otra exposición).

No dice: “mi boca abrí y bostecé” sino “mi boca abrí y suspiré porque deseaba tus mandamientos”.  ¿Suspiras por el retorno de épocas de oro que la iglesia ha vivido, por la vuelta de aquellos viejos tiempos y viejos profetas, que aun después de muertos sus huesos continuaban teniendo más vida que muchos vivos,  por un buen sermón, que esté basado íntegramente en la Palabra de Dios, que sean los pensamientos del Espíritu Santo dejados en la Biblia? El alma que ama la palabra de Dios suspira cuando recuerda aquellos tiempos cuando en los cultos la Biblia era lo principal y no otras cosas que han importado para adornarlo, azucararlo o hacerlo más atractivo pero desabrido. El alma de quien ama los mandamientos divinos suspira cuando lee aquellos grandes sermones y aquellas grandes exposiciones del pasado, dice: “Oh Dios, envía hombres como Agustín, obispo de Hipona, hombres como Lutero, Calvino, Owen, Bunyan, Spurgeon, Wesley, Whitefield, que sean verdaderos maestros de la Palabra de Dios”. ¿O no hay réplicas de ellos? Oh, quien suspira ora para que retornen esos tiempos en que haya “hambre de oír la palabra de Dios” (Am. 8:11), y no que sientan “comezón de oír” conforme a sus concupiscencias (2 Ti. 4:3). Hombres que deseen nutrir al rebaño con la Palabra del Señor, con oro, plata, piedras preciosas, que suspiran cuando ven que tantas almas se alimentan con paja, rastrojo, heno y hojarasca, y otros, como dice el profeta, comen cenizas. Suspira por leer acerca de los mandamientos de Dios porque “la exposición” de sus palabras son las que alumbran (Sal. 119:130); porque en el púlpito se emplee con más frecuencia ese método de predicación, que los maestros de la escuela dominical lo empleen continuamente dentro de un curso mejor diseñado que los que hoy conocemos en abundancia. Suspiramos por gente como el salmista, que suspiren, sensitiva, que anhelen la palabra de Dios, que suspiren por sus necesidades espirituales sin aburrirse ni cansarse. Esos suspiros son los gemidos del Espíritu que nos habla Pablo, que revelan la intensidad espiritual de las oraciones que se hacen. Oh Dios, provéenos hoy de hombres y mujeres espirituales que suspiren por lo que nosotros suspiramos y por lo que Cristo suspiraba (Mr. 8:12). El engrandecimiento y fortalecimiento del Reino. Amén. (Estudio para Nicaragua, 1998). 

119:132

“Ten misericordia de mí como acostumbras”. Los santos están acostumbrados a que Dios los bendiga, reciben permanentemente señales de su amorosa providencia. Oh Dios no olvides esa bendita costumbre tuya. Amén.

119:133

“Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí”. Yo temo también eso, que de las muchas tendencias pecaminosas que hay en mi corazón una de ellas llegue a dominarme y me esclavice. Guárdame Señor de mí mismo y que ahora que he envejecido, el diablo que está atento a los pecados que no cometí en mi juventud para ofrecérmelos de nuevo, no cometa esas iniquidades. Ni mal carácter, ira, vanidad, egoísmo, o cualquier obra de mi carne me subyugue.

119:136-139

“…ríos de agua descendieron de mis ojos…mi celo me ha consumido”. “Ríos de lágrimas”. Señor me retiro a un rincón, avergonzado porque no soy así; es que miro a los infieles pero no veo la eternidad hacia donde van. Quizás también por el daño que le hacían porque dijo que los que se desviaban le daban horror o indignación (v.53). Lot lloraba por Sodoma y Pablo por Atenas (dos ejemplos brillantes y profundos (Hch. 17:16; 2 Pe. 2:7,8).

119:147

“Me anticipé al alba y clamé”. Se levanta más temprano que el sol. Madrugó. 

119: 152

“Ya hace mucho que he entendido tus testimonios”. Ya hace muchos años que he creído, ahora tengo mi salvación más cerca (Ro. 13:11-14). Bien sea porque Cristo venga o que yo parta hacia él. Guárdame de toda obra mala (2 Ti. 4:18). Como entonces estimaba todas las cosas como basura por la excelencia del conocimiento de Cristo aún así las estimo (Flp. 3:7,8).

119:154

“Vivifícame con tu palabra”. Lo sé, y estoy seguro que no, si hay otros medios garantizados que le den vida espiritual al que está muerto o se la  retornen al que la perdió, para mí el único es la palabra de Dios, y por eso la predico. Puedo también orar: “vivifícame, sácame de mi pozo de aflicción, redímeme de mis tristezas, ahuyenta de mí mis melancolías, súbeme de mis depresiones, sácame de mis sombras, que cese la noche, que me salga el sol, vuélveme el gozo y la alegría, ven tú, Palabra divina hecha carne, acércame a ti, ponme sobre una piedra alta, sobre la roca que es más alta que yo, apúrate que soy una caña cascada y un pábilo que ya humea”. Amén.

119:155

“Lejos está de los impíos la salvación”. Menos lejos está la última estrella del universo que un pecador de Dios y que no le gusten los mandamientos bíblicos.

119:157

“Muchos son mis perseguidores”. Yo cuento entre mis perseguidores a mis pensamientos carnales, al diablo y a los difamadores. A los dos primeros los detengo con el escrutinio de la Palabra de Dios y a los terceros con silencio. (Meditar en Sal. 39:1,2,9).

119:160

“La suma de tus palabras”. La suma o “la totalidad” de tus palabras. La verdad se haya repartida en diferentes cantidades y proporciones en la Biblia, sumando esas cantidades parciales se halla la verdad total; una mitad de una verdad pudiera ser una mentira, una herejía, por eso hay que “acomodar lo espiritual a lo espiritual” y recoger un poquito aquí y otro allá (1 Co. 2:13; Isa. 28:10). ¡Oh con un poquito de ella!, cuánto suspiro por algo de ella, alguno de los sobrantes que deje su pueblo.

119:162

“…como el que halla muchos despojos”.  “Halla un gran botín”. Yo también Señor, me es más preciosa que un regalo, no el Libro, sino su mensaje, tus palabras son como el oro de Ofir, refinado en horno de tierra siete veces, incomparablemente hermosas son las riquezas en gloria en Cristo Jesús, con ella me he enriquecido, soy un hombre afortunado habiendo sido pobre, ciego y desnudo.

119:164

“Siete veces al día te alabo”. ¿Es que este hombre se hallaba dedicado sólo a la música religiosa? Los que se dedican sólo al servicio de Dios, los que "trabajan en predicar y enseñar" deben dedicar mucho tiempo para alabar al Señor. Tiempo exclusivamente devocional, sólo para adorar. Y un hombre que no sea ministro, que trabaja en otra cosa, ¿es esto una meta inalcanzable? No. Puede adorar al Señor mientras lo hace, puede silbar un himno, puede cantarlo, además de sus muchas oraciones, todo esas cantidades sumadas juntas pueden alcanzar la meta perfecta de la adoración y tener al Señor en todos sus pensamientos e íntimo corazón durante el día. A no ser que sea un profano como Esaú, que no halla tiempo ni ánimo para hacerlo porque prefiere salir y ser un poderoso cazador ante Jehová que caminar conversando con él en el campo.

119:169, 170

“Llegue mi oración delante de ti”. Señor que la oración que pronuncie mis labios, que en silencio haga en mi corazón, siempre llegue a tu trono. Acerca tu oído para escucharme, ponte cerca mío hasta donde pueda mi fe impulsar mi oración o hasta donde los obstáculos que hay en mi conducta le impidan el paso (1 Pe. 3:7). Yo sé que todas las oraciones llegan al cielo, forman incienso sagrado y son enviadas como contestaciones a la tierra, lo vio en una visión Juan, en Patmos.

 

Pudiéramos decir, búscame detrás de la sombra de Jesús 

Sal. 119:176

“Me he descarriado como oveja perdida, busca a tu siervo”. ¿Cómo es eso amigo? ¿Por qué terminas así tu salmo? Ha afirmado que está apegado a la Palabra del Señor, que no la suelta por nada, que alumbra sus pies, que lo vivifica, que aborrece a los que la abandonan, y ahora dice que se ha descarriado como una oveja perdida e invita a Dios a que lo busque. En realidad, no se refiere a eso sino a sus huidas de un sitio a otro. Y si se refiriera a estar abandonado, se equivoca, esa no es la realidad, es como él se siente. No es real su pérdida, es una niñería suya, como si creyera darle lástima a Dios y que se interese por su caso y salga a buscarlo como el pastor solícito sale por su oveja extraviada, que le preste más atención, si es que no se refiere a algún exilio. Así solemos pensar, que tenemos que conmover a Dios con nuestro caso. Y con todo, sigue diciendo que no se ha olvidado de sus mandamientos. Así que no es que esté perdido en pecado. Es lo que he dicho, quiere más interés de Dios en él y le dice: Búscame que todavía, hasta ahora te sigo siendo fiel, no me hallarás como no quieres verme, me encontrarás en algún paraje, asido a la roca que desecharon los edificadores, al pie de la cruz de tu Hijo Jesús. Llega hasta allí y mira detrás de ella y recostado a su sombra estoy yo. Te espero.

Sal. 120:1-4

Cántico gradual. Comienza una colección de 15. Unos piensan que los cantaban cuando “subían” (gradualmente) a Jerusalén y otros que cuando subían las gradas del templo. “Líbrame del labio mentiroso y la lengua fraudulenta”. Un par de lenguas mentirosas, constantemente chismeando dentro de la congregación, si no se les para, en unos pocos años arruinan la iglesia. Mentir, calumniar, inventar historias o exagerar las ciertas es diabólico; es como una adicción pecaminosa que se practica a despecho del daño que haga, algunas veces a sabiendas de que no se tendrá ningún provecho. Muy pocos son los chismosos que paran por sí mismos; de alguna manera hay que detenerlos, identificarlos, descubrirlos, excluirlos (Lee Sgo. 3).

120:2

“Libra mi alma Señor de labios mentirosos”. Nadie por santo que sea le gusta sufrir a causa de mentiras, a menos que sepa que cuando lo desacreditan el reino progresa y que su galardón será grande en el cielo (Mt. 5:11). ¿Dónde está ese único?

120:3

“¿Qué te dará o qué te aprovechará lengua engañosa?” “¿Qué se te añadirá?”. Nadie dice a su prójimo: "¿Cuánto me pagas por este chisme que te traigo?" Eso no se vende, a menos que se trate de una “celebridad” y lo publique en un periódico. Es por placer que se distribuye. Las mentiras, el corazón malo, las dispersa gratuitas.

120:4

“Agudas saetas…brasas de enebro…”. Hieren profundo y queman. Son brasas del infierno.

 

Qué hacer con los malos momentos entre mentirosos

Sal. 120:5-7

“¡Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!  Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz. Yo soy pacífico; más ellos, así que hablo, me hacen guerra. "El salmista arriba a lo que es la plena descripción de los que son sus lamentos y su ay de mí; es como si hubiera tenido que habitar con Mesec o en las tiendas de Cedar. Muy poco se puede decir acerca de estos dos nombres, sino que era gente de guerra. Ambos son mencionados, uno como hijo de Jafet (Ge. 10:2) y el otro, Cedar, como hijo de Ismael (Ge. 25:13). Ambos nombres están conectados con pueblos violentos, Mesec con un pueblo violento del Asia Menor, y Cedar con una tribu de nómadas conocida por sus héroes y arqueros (Isa. 21:17) y que habitaban en la vecindad de Hazor (Ge. 49:28-30). Ambos pueblos estaban separados geográficamente del salmista y sólo les sirvieron como tipos de sus enemigos". (The Broadman Bible Commentary). Todo el salmo está dedicado a cantar sus malos momentos entre mentirosos. Para Dios también esa clase de sufrimientos es importante. Reconocer que es suyo que digan “toda clase de mal” contra vosotros, mintiendo. Los chismes y los inventos nos quitan una porción de gloria humana que Dios sustituye con la suya. Entonces que nos quiten esos dientes y mordidas, los trozos que apetezcan. Se quedarán con las ganas que lo que dijeron fuera verdad. Yo no hablo mal de nadie, ni con la que salió de mi costado, y que somos uña y carne, eso está prohibido por la Escritura, excepto con Dios, a quien le digo todo lo malo que pienso de una persona. 

 

Un salmo para los que salen de casa

121.

Si quieres un salmo para desarrollar tu confianza en la doctrina de la providencia divina, aquí tienes uno. El salmista no parece hallarse propiamente en alguna situación difícil, pero sí es evidente que las ha pasado y ha llegado a la convicción que su socorro viene del cielo. Si miras el salmo íntimamente podrás notar que no desarrolla la doctrina, en base a su experiencia, alrededor de un asunto específico, sino en aplicación a la posibilidad de sufrir un daño y no sufrirlo por causa de una oportuna intervención del Señor. Si algo malo le hubiera ocurrido, no estuviera hablando sobre la providencia sino sobre la sabiduría divina o estaría clamando incesantemente por su liberación. El contenido del salmo corre como un arroyo tranquilo, sin ningún tipo de exaltación, ni de gozo ni de tristeza, parece un mar de hierro, o propiamente un tranquilo “mar de vidrio”, lleno de convicción, totalmente seguro su autor de lo que está diciendo; adecuadamente didáctico, la voz de un profesor. Si hay alguien a quien dirige su esperanza en la providencia, a quien desea instruir, es al trabajador, específicamente a quien sale a trabajar al campo, al que deja su hogar por la mañana y no regresa sino hasta cuando la luna lleva mucho rato puesta en el cielo; termina diciéndole: “Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (v. 8). Es un salmo para los agricultores, para todos los que salen de casa. 

 

121:1

“Alzaré los ojos a los montes ¿de dónde vendrá mi socorro?”. Quiere decir que alzará su corazón, su fe, su oración, que su ayuda la espera desde el cielo (v. 2), del Creador. ¡Qué importante es para la fe práctica tener a un Dios creador y exaltado hasta lo sumo! Afirmativamente: Mi socorro vendrá de los montes, del cielo. Oh Señor, Satanás es más poderoso que yo, es una potestad superior (Jud. v. 8). Mi Dios, que no explique psicológicamente o somáticamente lo que es diabólico. Ven sobre mí Señor y libértame. Amén. Oh hermano hay que mirar alto, aunque hayas caído bajo. Hay veces que sólo miro los abismos, a las depresiones, el pantano y el miasma. Seguro Señor que mi socorro eres Tú. 

Sal. 121:3

“No dará tu pie al resbaladero”. El resbaladero es la idea, pero estrictamente lo que dice es que Dios no permitirá que su pie se mueva, quiere decir que pierda el equilibrio. Uno puede por imprudencia dar un paso equivocado y poner el pie en un sitio peligroso, perder el equilibrio, pero nuestro guarda no está dormido ni será despertado por nuestra caída, extenderá su mano a tiempo (Sal. 99: 11-13). Oh Dios, guárdame de resbalar mucho (15:5; 38:16; 94:8; 62:2).

 

 

No confíes en armamentos, oh Jerusalén 

122.

“Yo me alegré con los que me decían a la casa de Jehová iremos. Orad por la paz de Jerusalén”. Un salmo muy bello y útil, si se hace un traslado espiritual para el pueblo de Cristo. Los judíos amaban a Jerusalén con sentimientos más que patrióticos o nacionales, la miraban como la ciudad del gran Rey(Mt. 5:25). La nueva Jerusalén es la iglesia y lo que se desea para la vieja corresponde desearlo para ella. Cada verdadero israelita que ame a Dios debe buscar su bien (v.9), orar por su paz y para que haya descanso dentro de los muros de la iglesia cuando pululan divisiones, chismes, ambiciones; orar por la paz interna, para que la disfrutemos nosotros y nuestros hermanos y compañeros (vv.7,8), para que esté bien unida entre sí (v.3) por sus coyunturas y ligamentos de amor. ¡Oh Jerusalén!, ama a tu Señor, recibe al que te es enviado a ti, al que muchas veces trata de juntarte como la gallina a sus polluelos bajo sus alas o no volverá otra vez a quedar en ti piedra sobre piedra. No confíes en tus misiles ni en tus aliados, vuelve a confiar en tu Jehová. 

122:1

“Yo me alegré con los que me decían a la casa de Jehová iremos”. Dime, ¿puedes alegrarte con los que te cambian el propósito del domingo de ir a la reunión de la iglesia? Debieras alegrarte con los que te invitan a la casa de Jehová no con los que te cambian ese propósito. En vez de alegrarte con los que te quieren sacar de los caminos del Señor debieras enojarte.

 

 

Una Jerusalén de abajo y otra de arriba

122:6-9

“Orad por la paz de Jerusalén”. El centro de este salmo es Jerusalén y en él se invita a orar y trabajar por ella (vv. 6-9); dos razones se dan: (1) los familiares y amigos que la habitan y (2) el templo de Dios allí edificado. Hay veces que no oramos por Jerusalén; la ciudad que amó Jesús y apedreó a los profetas, la que crucificó al Hijo de Dios. No obstante, ¿qué significa para mí, gentil y cristiano, la capital del estado judío si ya no está allí el templo de Dios, si la hora ha llegado en que no se adora sólo allí? (Jn. 4:21). Jerusalén como ciudad terrenal ha cumplido ya toda su función en la salvación para dar lugar a la "la nueva Jerusalén" o sea la iglesia que desciende del cielo. Si queremos orar por Jerusalén la capital del estado judío, (con quien Dios no ha terminado) hacemos bien pero también si oramos y trabajamos por nuestra capital del reino de Cristo, la iglesia, y trabajamos por la paz y la unidad de ella, porque está llena de hermanos y compañeros que luchan con nosotros por el reino de Dios. Bendito sean los que procuran el bien de ella.

123

Salmo para los empleados asalariados. Voz por las injusticias sociales. Parece una oración para los pobres que son menospreciados por los que viven bien (v.4); por lo que dice en el v.2, parece que son empleados y obreros que son tratados con menosprecio y tienen que soportar esas injusticias por causa del salario (v.13).

 

La misericordia de Dios y un plan B

123:1,2

“Alcé mis ojos al que habita en los cielos”. Dios no nos concede algo que no deseemos en verdad; y eso lo sabemos por lo ardiente como lo pedimos y por lainsistencia. Cuando pedimos una misericordia debemos recordar que eso implica que se tendrá algo inmerecido, pero además tiene que ser sólo a ella. Si miramos a la  misericordia pero al mismo tiempo posibles alternativas a ella, ya no estamos pidiendo misericordia sino algún favor no indispensable. Si nuestros ojos miran otros recursos fuera de Dios, ¿cómo llamar misericordia a lo que estamos acudiendo? Si nuestros ojos miran a Jehová como los siervos a sus señores, no teniendo nada y esperando mucho o poco de ellos, sin otra fuente, sin más recursos, entonces él extenderá su mano y concederá lo que le pedimos. O bien renunciamos voluntariamente al uso de otros auxilios para depender sólo de la misericordia, o Dios hace que sin desearlo no nos quede otro recurso que acudir a él. Así ejercemos la fe voluntariamente o porque no nos queda un plan B. Escoge.

123:2

“Como los ojos de los siervos miran a la mano de su señor”. Qué bonita la comparación, tomada de la vida doméstica. Oh Señor, yo miro tu mano, dame, miro tus labios, habla, miro tus pies, ven, miro tu hombro, déjame recostarme en él; tú eres toda mi provisión, lo que recibo me lo envías tú, gracias, tráeme lo que deseas que yo tenga y te lo ofreceré a Ti.

123:3

“Porque estamos hastiados de menosprecio”, o de que no se nos respete y se nos avergüence. Cuando me marché de Cuba me hallaba así, "cansado de menosprecio" o como una mejor traducción diría “lleno de menosprecio”; y el Señor tuvo misericordia de nosotros y volamos para Madrid, España, el 31 de marzo de 1983. El mayor peligro no está (quiero decir el mayor mal) en la continua oposición sino en que el pueblo se contagie con la conducta de los impíos, que los imite; que siendo el pecado tan expuesto enfrente de ellos, acaben gustándole y lo tomen. No yo Señor. Uno se harta de tiranías y tiranos. Hay hombres que se merecen sus tiranos pero otros no, ni los quieren.

123:4

“Harta está nuestra alma de los que están en holgura”. El texto dice de los que están seguros, que tienen una posición segura; y por lo que sigue, la falta de respeto de los orgullosos, indican más que una posición económica de holgura, un asiento de poder que los hace arrogantes y menospreciadores. "Los soberbios", que han vendido sus conciencias al gobierno totalitario y a los que mandan.

124

David enseña a orar a su pueblo (vv.1,2), le enseña a reflexionar espiritualmente sobre su historia, particularmente en aquellos momentos críticos cuando fue clara la intervención providencial de la mano de Dios (vv.3-5). De esas meditaciones religiosas espera que brote una alabanza (vv.6,7); y además que tome la lección por la cual vivir cuando circunstancias similares se presenten (v.8). Señor, si Tú no hubieras estado conmigo me hubieran tragado a mí y comido mi ministerio, pero no me saborearon, no pasé por sus gargantas, me quitaste de entre sus pezuñas y me arrebataste de sus garras, sentí el aliento de sus fauces, me clavaron hondo pero no me devoraron los dientes de esos leones ni me chuparon las lenguas de esas bestias (Sal. 57:4).

124:3

“Vivos nos habrían tragado…”. El diablo y el mundo se mueren de ganas por tragarnos vivos; pero como no pueden, cambian de táctica y procuran matarnos por partes y "devorarnos" como león rugiente.

124:4,5

“Nos habrían inundado las aguas”. El mundo como el diluvio, nos ahogaría si pudiera; pero nuestra fe como un arca nos permite siempre hallarnos a flote.

124:6

“No nos dio por presa a los dientes de ellos”. Los enemigos del evangelio y de nuestras almas siempre se quedan con las ganas de mordernos, si lo hubieran hecho nos habrían masticado o de furia nos habrían contagiado con rabia. Áspides venenosos (140:3).

124:7

“Se rompió el lazo”. Mucho son los peligros que ha tenido nuestra alma; sólo la providencia divina ha hecho que el lazo se rompa en nuestro pie o en nuestro cuello (Ecl. 7:26). Estuve en el borde de la trampa, no la veía, en ese entonces no quise levantar el pie, aún te miraba a ti Señor, y nunca di el terrible paso hacia el abismo y mi cuerpo no cayó por el pozo sin fondo. Mi vida cristiana esta confeccionada con muchos milagros protectores. Con todo, no me salvo de remordimiento por haber llegado tan cerca del mal.

 

Cuando te preguntes, cuándo cambiarán las cosas

125:2,3

 

“Así el Señor rodea a su pueblo desde ahora  para siempre”. ¿No recuerdas en la historia de Israel, Dios, por el pecado de ellos, los entregaba a la voluntad de los enemigos? ¿No recuerdas cómo serpientes, fuegos, epidemias los consumían? ¿No recuerdas cómo las guerras, el hambre, las divisiones, la delincuencia lo desgarraban? En esos momentosIsrael se daba cuenta que Dios los vendía, que sus pecados no les aprovechaban, que no contaban ya con su protección, que sus instituciones no eran seguras si les faltaba la ayuda del que se las dio. Unas veces se volvían a él clamando y él los libraba, otras se endurecían en sus iniquidades y sufrían el castigo en vano. Cuando reconocía su pecado y se humillaba, nacía en su pecho una esperanza y decía “desde ahora”, volvía a empezar, una y otra vez; pero siempre había un punto en  que podía escribir “desde ahora” o un ebenezer, “hasta aquí”. Podía decir: “basta ya el tiempo pasado para hacer lo que agrada a los gentiles” (1 Pe. 4:3). Allí se renovaba, renovaba su pacto con Dios, se refrescaba, cambiaba y hacía una promesa para siempre. Desde el mismo momento en que el pueblo de Dios o un solo israelita se humilla y reconoce que ha pervertido el derecho, que ha obrado locamente, desde ese momento puede decir: “Desde ahora y para siempre” estará a mi alrededor. Cuando te preguntes: ¿Cuándo cambiarán las cosas? ¿Cómo cambiarán?; debes saber que desde ahora y para siempre pueden cambiar, cambiando tú. Oh Señor enséñanos que lo que hemos deseado y esperado por años puede realizarse “ahora” si tú ayudas a tu pueblo a confesar su pecado humillado. Conviértenos tú, Señor y seremos convertidos (Je. 31:16).

 

No soy el monte de Sion, pero no me muevo

Sal. 125:1

“Los que confían en el Señor son como el monte Sion, inconmovible”. Quizás mis raíces no se mueven, pero mis ramas sí. ¡Oh, yo comparado con un monte!, pero yo no soy el monte de Sion, eso es una exageración, el monte Sion es Cristo y yo con él en Dios. Fíjate que seguidamente dice, “como Jerusalén tiene montes alrededor de ella así Jehová está alrededor de su pueblo”; ¿no te lo he dicho?, el monte inmovible es Dios y no yo ni tú. Ah ya sé, si está refiriéndose a la perseverancia de los santos sí, en ella sí por la gracia somos como el monte de Sion porque una vez en la gracia siempre en ella. Y por el v.5, los que se apartan tras sus perversidades, encaja bien esa idea; se refiere a los apóstatas que no permanecen y corren la suerte de los impíos. Ellos no están en la gracia y se van, yo estoy en la gracia y no me muevo, me quedo. Algunas veces Satanás trata de mover alguna doctrina que es el fundamento de mi fe y salvación, y me pregunta “¿con que Dios te ha dicho?”. Y la he revisado, y si la sacó un poquito la coloco en su lugar y me siento sobre ella y termino descansando, adorando y cantando en ese sitio. ¡Bendita gracia perseverante!

125:3

“No sea que los justos extiendan sus manos a la iniquidad”. Señor que el tiempo de prueba no sea demasiado largo para mi fe para que yo no caiga en tentación, que el asedio no dure años no sea que el enemigo asalte mis muros, que las ofertas diabólicas no sean continuas para que no me enamore de ninguna de ellas; no Dios santo, si tú no acortas esos días no podré ser salvo; el escudo de mi fe no resiste ciertos gruesos y punzantes dardos de fuego, se incendiaría, mis ropas blancas podrían ser manchadas si continúan tirándome barro; yo no quiero que el vino que rojea sea puesto mucho tiempo a mi alcance ni tampoco el árbol del mal, no sea que lo mire y halle que las mentiras de sus frutos me parezcan deliciosas y ciertas; corta mi brazo antes que me olvide de ti, oh Jerusalén, oh Señor Jesús. Para meditar, Mt. 24:22; 1 Co. 10:13; Prov. 23:31; Ecl. 9:8.

 

 

Sueños de fe

126

Este salmo comúnmente se le adjudica a Esdras. La versión siria tiene una inscripción que dice, “Es dicho de Hageo y Zacarías que salieron de Babilonia con los cautivos, pero espiritualmente es la expectación de cosas buenas” (Gill). Muchas versiones lo traducen en pasado hasta el v.3; el v.4 es una oración presente y el resto está en futuro.  Siguiendo el futuro de la RV leemos añoranzas de los exilados. Sueñan con el cumplimiento de las promesas de Dios, y ¿quién no? En cierto lugar Salomón afirma que donde abundan los sueños también abundan las vanidades (Ecl. 5:7), pero no puede referirse ni al sueño físico que Dios da al trabajador en el salmo siguiente (v.2), ni tampoco a éste, porque el salmista aquí no sueña vanidades sino con la necesidad del pueblo de Dios

Cuando dice: “Seremos como los que sueñan…” y que Dios los haría regresar de la cautividad; no era una vanidad sino un deseo profundo, una necesidad grande, sueños de fe; y los sueños de este tipo anticipan el gozo que se ha de experimentar cuando ellos se cumplan, hace que uno deje por un momento la realidad penosa, deje de suspirar, cambia el lamento en sonrisa, quita la sombra del rostro y lo alumbra con la visión de un mañana mejor. 

Si los sueños no se cumplieran al menos mantendrían la esperanza viva porque ellos  ejercitan la fe. Lo que impide que soñemos con el cumplimiento de alguna promesa del Señor no es la imposibilidad que eso ocurra sino la incredulidad.  Los creyentes que sueñan con un futuro mejor son optimistas, sienten ganas de vivir y además los que sueñan con las promesas del Señor tratan de obtenerlas. Los sueños de un hombre no lo atrasan, no lo empujan hacia atrás sino hacia delante. Los que creen y sueñan, raras veces se mantienen con los brazos cruzados, el mismo sueño los anima a buscar su realización. El que sueña con algo y no busca obtenerlo, no sueña, fantasea, es pura imaginación. Soñemos con grandes cosas y emprendamos grandes cosas. Grandes obras de fe. 

Hay razones para eso, traen muchas alabanzas al Señor: “Nuestra lengua se llenará de alabanzas”. Está bien que uno cante alabanzas al Señor por todos sus beneficios, pero alabarle por haber ejecutado grandes cosas, es mucho mejor. ¿Por qué nuestra lengua está casi seca? Falta hacer grandes cosas. Además la gloria de Dios entre las gentes, pues dirán: “Grandes cosas ha hecho Jehová con estos”. Si la gente no mira ninguna hazaña de fe entre nosotros, ¿cómo podremos atraerlos hacia ella? ¿Cómo podrán admirar a nuestro Dios si las condiciones en que nos hallamos no reflejan su misericordia sino su castigo? Puede que las obras de fe no conduzcan a la conversión de las gentes pero pueden preparar el camino para eso, ganamos una posición de prestigio para ser oídos. El testimonio no gana a las gentes pero respalda lo que se predica. Y otra razón es nuestra alegría. ¿Cómo puede el pueblo santo estar contento en la cautividad? (Sal. 137:1-6). Por más que los babilonios solicitaban de ellos gozo no podían cantar. Los que aman verdaderamente a Dios y a su pueblo se entristecen cuando está destruido. ¿No recuerdas a Lot como se entristecía por la salvación de los sodomitas? ¿No te acuerdas de Nehemías entristecido con la situación de Jerusalén? ¿No has leído como el apóstol sentía continua tristeza por la incredulidad en que cayó su nación? ¿Y Jesús lamentándose sobre varias ciudades? Cuando Dios realice nuestros grandes sueños estaremos de nuevo alegres, cuando el Señor salve a los que perecen, cuando el Señor confirme en las doctrinas a los que han creído, porque no tenemos mayor gozo que ver que los cristianos andan en la verdad. Un ejercicio de fe es soñar.

 

Grandes cosas ha hecho Dios con nosotros

126:2

“Dirán las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos”. Cuando uno piensa en la bendición de Dios, piensa también en lo que dirán los que sepan de ella. Señor tú has hecho grandes cosas conmigo. Enviaste que me hablaran de ti, bendijiste las palabras que me trajeron para que mi oído no fuera sordo y mi corazón las creyera, enviaste a tu Espíritu Santo para que yo naciera de nuevo y ¡qué lejos de todos y de mí mismo me pusiste, me introdujiste a un mundo de bienaventurados!, y sentí que fui bien recibido por todos los amigos de mi alma. Y sé que por mi conversión cantaron los ángeles, me miraste con amor al verme por primera vez en Cristo, los espíritus de los justos se regocijaron en tu presencia y me sentí reconciliado con la naturaleza, y me pareció que el cielo y la tierra sonreían para mí. Grandes cosas has hecho en mí y para mí; y el mundo oyendo que nos has amado vendrán y se postrarán en la iglesia y dirán “grandes cosas ha hecho Dios con éstos, no los envidiamos, nos inspiran, nos contagia la alegría de ellos” (buscar Apc. 3:9).

 

El evangelio es una semilla sembradora

126:5,6

“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla”. La traducción preciosa es bonita pero más cerca del original se halla la semilla “sembrante o sembradora”. El evangelio es una semilla para ser sembrada, no un árbol, que viene después. El salmista conoce los sufrimientos del campesino y cómo llora mientras vierte, y recuerda con tristeza los pasados fracasos, por la incertidumbre del presente, por el clima, por la escasez de la preciosa semilla, y mientras se lamenta, ora. ¿Y qué? Al tiempo determinado recogerá la cosecha, alegremente; así nuestros sueños se convertirán en realidad algún día y recogeremos los frutos de nuestros desvelos y lágrimas. Tú dices: “No, ya pasó el tiempo de recoger frutos, Dios no me dará mis sueños, no tendré recompensa, moriré en el exilio, me he desgastado inútilmente”. Despacio, no quieras llegar demasiado pronto a tu destino. Estaré triste pero llevo en mi corazón la “semilla sembradora”; quisiera que ella naciera y no haber corrido en vano, la siembro con suspiros, desvelos y llantos, pero no puedo decir que absolutamente se ha perdido toda, no puedo ver sus frutos pero Dios sí, no los veo ahora pero quizás algún día sepa lo que pasó con lo que sembré; y lamento sinceramente que de ellas no nazcan más pero con todo, yo siembro lo que he comido y ¡qué rico es el trigo del cielo, la semilla sembradora, el pan de ángeles molido en mortero, cocido en cazuela y comido en la mañana y en la tarde en la soledad con Dios!

 

El trabajo es necesario pero no lo primero

127:1, 2

“Si Jehová no hubiere edificado la casa en vano trabajan”. No vale “que comáis pan de afanosa labor” (LBLA). Se suele pensar que el trabajo es lo másnecesario para edificar la iglesia, pero no es así. Es importante, porque el apóstol se gloría en trabajos más abundantes (1 Co. 15:10); pero el trabajo por sí mismo no logra lo que uno quiere a menos que reciba la bendición de Dios.  No es lo primero. El diablo lo reconoció y dijo a Jehová que al trabajo de Job había dado su bendición (Job1:10); con sus propias manos, sin que la mano del Señor estuviera sobre él, no hubiera prosperado tanto. Es más importante que el trabajo del obrero, la relación que lleve con Dios. Nunca nos precipitemos sobre el objeto del trabajo, no emprendamos algo ni llevemos a cabo un proyecto sin asegurarnos qué clase de relación en ese momento tenemos con el Señor. No quisiéramos haber trabajado en vano. Si el Señor no vela el diablo burla nuestra vigilancia y asalta la ciudad.

 

Diversidad de sueños 

127:2

“A sus amados dará Jehová el sueño”. Le vendrá el sueño a los ojos si tiene fe, si no, la preocupación lo mantendrá despierto y no lo dejará dormir. Mil pensamientos lo asaltarán repetidamente, dando vueltas en torno al mismo asunto sin ir a ninguna parte sin poder quedarse dormido, hasta que la fe saca una promesa de la palabra de Dios y trae la calma. 

Este sueño es distinto al del salmo anterior. El sueño es uno de los dones más preciosos que Dios ha concedido a todas sus criaturas; hasta donde sé todas ellas duermen. En el mar los peces duermen, las aves duermen, los animales, los seres humanos y hay plantas que suelen dormirse también, o al menos invierten su proceso diurno, que ya es un descanso en sí mismo. Hay sueños placenteros como el sueño del trabajador, sea que coma mucho o poco (Ecl. 5:12), Dios hace que repose y tenga fuerzas para el otro día volver hacer sus labores. El sueño es un precioso disfrute del hombre trabajador que cansado se va a la cama para volver a la faena del nuevo día y traer el pan familiar. Proverbios también habla del sueño como un apreciado don de Dios que usa indebidamente la gente ociosa (Prov. 6:4, 9-11). Es decir, que unos lo usan para reponer sus fuerzas y poder trabajar y otros en sustitución del mismo trabajo. Pero en el Nuevo Testamento hay más acerca del sueño. Nuestro amado Señor cansado se echó a dormir sobre un cabezal sin temer a nada (Mr. 4:38), cuyo sueño tan placentero es un producto de su confianza en la providencia como lo dice el mismo David: “En paz me acostaré y asimismo dormiré porque sólo tú, oh Jehová, me haces vivir confiado” (Sal. 4:8). Es el sueño que tuvo Pedro en la cárcel sin temer que al otro día lo fueran a ejecutar (Hch. 12:6, 7). Sin embargo el sueño lo envía Dios por medio del ángel de la fe en sus promesas. Si crees puedes dormir. Si no tienes fe te pasarás la noche en vela aunque Dios te ame porque por causa de tu incredulidad no podrá obrar ese maravilloso milagro en ti (Mt. 13: 58). 

¿Puedes dormir así, sin temer que nada malo te ha de ocurrir? Hay sueños que vienen por la tristeza, como el de los discípulos (Mr. 14:40), Dios lo concede para aliviar la mente y el corazón pues de lo contrario haría casi insoportable el dolor. Y hay sueño que puede ser un peligro. El sueño de uno que conduce un coche o el de Eutico que se quedó dormido en una ventana (Hch. 20:9). ¿Agradeces ese sueño a Dios? ¿Ese sueño especial, en medio de conflictos? Procura ir a la cama cada noche con una conciencia tranquila porque son muchas horas que has de hallarte en reposo, y ¿qué pasaría si no despertaras? ¿No has oído que muchos se han ido a la cama para no volverse a levantar? Han pasado de una noche a otra eterna. 

 

Reprogramación de la vida

127:1, 2

Segunda exposición. Te aplicas incansablemente al trabajo, exiges lo máximo de ti mismo, renuncias al amor de los tuyos,  les quitas el tiempo, apenas los miras para poder trabajar día y noche porque así piensas que ha de prosperar tu casa. Sin embargo hay una forma mejor para trabajar, para construir una ciudad y formar con éxito una familia, con Dios. Eso equivale a no dedicar todo el tiempo a la vocación y conlleva trabajar menos y quizás ganar menos pero construir lo uno, lo otro, y vivir mejor; dejando que Dios bendiga el resto. Lo que pretendo insinuar es que volvamos a los antiguos tiempos, a la sabiduría de antaño cuando los hombres dedicaban más tiempo a la familia y a Dios, y nunca a la familia sin Dios, cuando la familia era una comunidad de adoración y desde el menor hasta el mayor era instruido y se regocijaba en el Nombre de Dios. ¿No dejarás ningún espacio para Dios en tu vocación? ¿Piensas que tienes que llenarlo todo con esfuerzo desde la mañana hasta la noche? ¿Que no debes tener ningún día libre ni tomar vacaciones? Dios da a sus amados el sueño para que programen sus vidas diferentes, y promesas para que descansen en ellas. El Creador del tiempo y de la vida humana no quiere esa clase de vida cuando se vive sin parar y se le excluye a él de casi todo, quiere verlos dormir, mirarlos reposar y dejarles a él el cuidado de sus empresas. Dios los enseña a decir: “Tengo mucho que hacer hoy pero voy a dedicar un par de horas al estudio de la Biblia, a orar, cantar con mi familia y en la compañía de mis hermanos”. ¿Vas a vivir adorando el tiempo y el dinero? Sosiego, reposo, fe, adoración. Empieza a programar tu vida y pon a Dios primero y te quedará tiempo y lugar para todo, vivirás verdaderamente, quizás con algunas cosas de menos pero más de otras, las de más valor y no echarás la ausencia de aquellas por lo que tendrás. Reprograma la vida.

Sal. 127; 128. 3,6

“Tus hijos como planta de olivo alrededor de tu mesa”. Estos dos salmos cantan de la bendición de Dios en el trabajo y en la familia. Es una bendición de Dios tener un trabajo para mantener una familia con hijos que se sienten a la mesa. ¡Qué rico y amable es tener para darle a los hijos y no depender de ellos! Es una herencia de Jehová. El salmista no piensa que si llena la casa de ellos le faltará el pan; piensa que ganará honra y no podrán avergonzarlos los que son más fuertes que él; e inclusive es una bendición llegar a ver los nietos (128:6). ¡Qué maravilla mi Señor, ver a mis nietos! ¡Óyeme por ellos como oíste la suplica que hicieron por Ismael! (Ge. 17:20)

Para tener un hogar bienaventurado

128

“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.  Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel”.  ¿Te has dado cuenta con qué insistencia la iglesia atiende los problemas de la familia? Muchos son los programas que tratan sobre la familia; pero veo que a duras penas los matrimonios que reciben cursos especiales se arreglan, con los hijos se consiguen algunos éxitos, pero en sentido general por parte de ellos el hogar sigue igual. Se quiere arreglar la familia con consejos familiares y reglas de conducta. Se le pide a los esposos que tengan más “comunicación”, que estén más tiempos juntos, que salgan solos o que modernicen con inventos un nuevo sexo. Para los hijos se les dice que los saquen a pasear, que les dediquen tiempo y sepan en qué andan. ¿Todo es bueno? Sí, sirve para zurcirlo, pero no es suficiente.

 

Para tener un hogar bienaventurado (v.1) el comienzoes el temor a Dios (v.1). Los esposos, los hijos, los abuelos, los nietos, todos deben aprender a temer a Dios (Dt. 31:12,13, ver nota). El temor de Dios no es una ética en sí, no es un reglamento, es más que eso; es respeto, reverencia, miedo a pecar contra Dios. Se aprende por la Escritura, oyen, aprenden, temen. La familia tiene que aprender de Dios, sobre su justicia y como castiga el pecado, todas sus doctrinas al respecto; aprender sobre el amor de Dios, como nos ama sin merecerlo y como no debemos traicionar ese amor. Los atributos que definen a Dios, una admisión de él, su omnisciencia, su omnipresencia, deben ser cosas que sepamos bien. Si hay temor de Dios en una familia se conoce porque se practica, o como dice el salmista: se anda en sus caminos. Esa es la ética, el comportamiento, dentro y fuera de la casa, porque en cualquier parte ha aprendido como Agar, que Jehová es el Viviente que me ve.

Otro aspecto que la familia tiene que añadir es el concepto del trabajo, eso camina en el salmo seguido al temor a Dios, principio de la sabiduría. Al trabajo hay que achacarle muchos males de la familia moderna, en unas por exceso y en otras por defecto. No hay un balance. En el hogar, hasta donde la edad y la salud lo permitan, todos deben trabajar. Si se mira la holgazanería como un pecado, si no se permiten parásitos en el hogar, si todos laboran por su construcción, muchas de las enfermedades que el carácter sufre por la ociosidad, desaparecerán. El que no quiere trabajar, pues, dice Pablo, tampoco coma. Pero el trabajo no debe suplantar a la religión y al temor de Dios. El primer mandamiento no es trabajar seis días sino honrar a Dios. Aun en el v.3, que es una estampa doméstica tan linda sobre la familia puedes ver que el salmista usa símbolos provechosos, la vid, el olivo. El hombre realmente bendecido por Dios es el que ha sido bendecido primero en su familia y luego en su trabajo (v.4). Si la familia es bendecida, lo es la ciudad, lo es todo Israel, la nación (vv.5,6).

 

129.

“Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel; mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí. Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos.  Jehová es justo; cortó las coyundas de los impíos. Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion. Serán como la hierba de los tejados,
que se seca antes que crezca; de la cual no llenó el segador su mano,ni sus brazos el que hace gavillas. Ni dijeron los que pasaban: Bendición de Jehová sea sobre vosotros; os bendecimos en el nombre de Jehová”. 

Un salmo corto y no dice tanto sino que las vicisitudes de Israel han sido y son muchas, desde su juventud, quiere decir desde su niñez o nacimiento, como si los azotaran continuamente; y desde un principio el dragón haya querido engullirse al pueblo con promesa (Apc. 12:13-17);  pero hay más espacio dibujando el futuro de los adversarios, que como hierba y no trigo y lamentando el daño que han ocasionado se secarán; y por cierto es más pictórica la literatura después del v.6 que en los anteriores, y contiene imágenes más atractivas para comentar. No alcanzarán la vendimia  porque morirán sin frutos, están destinados a perecer pronto y jamás alcanzarán la alegría de la cosecha y de la prosperidad bendita de los que son plantados por la mano de Jehová (Rut 2:4).

129:3

“Sobre mis espaldas araron los aradores”. Todo el mundo sabe que esto se refiere a los azotes que hicieron a Jesús, y que esos largos surcos fueron hechos por mí y por ti. Israel es el anti tipo de Jesús. “Mi Hijo” es Israel, y Jesús.

129:8

“La bendición de Jehová sea sobre vosotros”. Claro que a los impíos no se les dice "bienvenidos" ni se les bendice porque las bendiciones se vuelven a Dios. Los que pasaban saludaban de ese modo religioso a los que cosechaban con la esperanza de que Dios bendijera esos santos deseos. En el Nuevo Testamento no hallamos eso. Los mismos judíos se saludaban así en la cosecha no cada vez que se veían, cuando el saludo era "shalom", paz. No hay en la Biblia ningún mandamiento que diga la clase de saludos que hay que emplear cuando uno encuentra a algún hermano, a un amigo, pero sí hay mandamiento que se debe tratar con amor, que lo tenga como un hermano, que oren y alaben al Señor juntos, que no lo maldigamos con la misma lengua con que bendecimos a Dios.

 

Dios mitiga sus viejas culpas

130.

“De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos. A la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse?  Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová más que los centinelas a la mañana, nás que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y  abundante redención con él; y él redimirá a Israel de todos sus pecados”.

Qué bonito es este salmo de los ascensos cuando muchos del pueblo temían acercarse a Dios y se preguntaban ¿me recibirá? ¿Así como he sido pecador? Puede ser que haya sido compuesto originalmente en la cautividad o en una situación similar. El Espíritu les dice que Dios no les mirará los pecados, porque si lo hiciera ninguno podría llegar a su presencia, y así le mitiga sus viejas culpas esperando la redención de ellas. El salmo culmina con la esperanza de redención de todos los pecados (v.8), que en su tenor quiere decir que los sacará de las consecuencias de sus pecados. Y esa redención es esperada, que se repite 4 veces (vv. 5,7) y la describe como abundante (v.7) y por la cual se ora con profundidad (v. 1). Oraremos, Señor, ya hace mucho me has perdonado, no te tardes en eliminar las consecuencias de mis pecados, libérame de mis viejas culpas y vergüenzas, y no tema que tú hayas cambiado ni me hayas desechado eternamente. Sana oh Dios mi memoria y que sin temblor me acerque a ti. Estoy de vuelta Señor, ya arreglaste cuenta conmigo, tratémonos ahora como solíamos. 

¿Vives, hermano, cautivo por la consecuencia de algún pecado?  El salmo está diseñado para que todo Israel y cada israelita, con temor (mejor que reverenciado, v. 4) se acerque al Señor, confiado en que ya ha sido perdonado, que no hay más castigo, la disciplina se terminó, que es recibido y sólo debe esperar. Deja de mirar tus pecados que Dios ya no los mira, y dile a los demás que teman dejar al Señor porque las consecuencias de esas locuras duran mucho.

131:1

“Jehová, no se ha envanecido mi corazón”. Eso es porque has llegado a la madurez espiritual, porque cuando uno es joven se envanece mucho.

 

No entres en competencia de importancia

131:1

 

“No ando en cosas demasiado sublimes para mí” (altas o difíciles). ¿Cuáles son esas cosas que Dios considera que son demasiado sublimes para mí? Pienso que se trata de aquellas para las cuales no he sido cualificado, no he recibido de su parte ningún don que justifique  el intentar ejercerlas; que no tengo ningún don que me de a entender el llamamiento que el Señor me hace para ocuparme. Para esas cosas él habrá cualificado a otros y no a mí, que las hagan ellos, que sirvan al Señor en ese frente que yo andaré por otra línea. No, en esas cosas no andaré, son “demasiado sublimes” para mí. 

Es la envidia, la arrogancia, la vanidad, las que hacen que un hombre acepte responsabilidades que no puede desempeñar y que lo que cultivará serán sus decepciones y fracasos. Este salmo, si se lee con el 126, formará una excelente pareja para recibir sobriedad  espiritual. El Señor guarde mi alma para no comenzar empresas de fe sin tener para acabarla, y demuestre que son verdaderas e insensatas locuras. Esas son cosas demasiado sublimes para mí; ejercitaré mi don conforme a la medida de la fe(Ro.12:3), no más allá de ella. Sin embargo las que hago, las que puedo hacer, en las cuales me deleito grandemente y recibo su bendición son propiamente cosas muy sublimes, que no dejaría de hacer por ninguna otra del mundo, mucho menos si no están directamente relacionadas con el reino espiritual de Cristo. No dejaré a un lado esas cosas sublimes que diariamente practico, para ir a ser grande entre los hombres. Textos referidos, (Jue. 9:8-15; Ro. 12:3). Haré las que pueda aunque no pueda entre los treinta valientes igualar a los tres primeros (2Sa. 23:19, 23). No entraré en competencia de importancia. Pues sí, sin celo por nadie se las dejaré para que las hagan y les desearé buen éxito.

 

Cosas que inspiran y Dios recuerda

Sal. 132

“Acuérdate Señor de David y de toda su aflicción”. Parece escrito después de la deportación a Babilonia, y recuerda la época de oro del pueblo bajo el reinado de David. El anhelo del salmo consiste en que Dios bendiga a su ungido (v.10), que su joven rey no sea ignorado por el favor divino; que la nación sea sabiamente dirigida por un hombre respaldado por Dios. El rey apetece la bendición otorgada a David porque es su linaje, está dentro de su pacto; que Jehová concertó con él en años pasados (v.1). Siendo sangre davídica y heredero espiritual suyo por la fe, puede orar por una bendición de esa categoría. Si proviene de ese santo tronco puede orar por las mismas bendiciones. Grande es el privilegio que tenemos los gentiles, de hallarnos incluidos por Cristo dentro del Pacto de Gracia que hizo el Padre con él: pacto eterno, pacto de amor. ¡Somos descendientes del Hijo de David! ¡Somos ese tabernáculo que él edificó! (Hch. 15:16-18).

Sin embargo, el salmista entiende que la bendición está condicionada a la obediencia al Señor (vv.11,12). Si el rey mantiene con Dios una relación semejante a la que David tuvo, también recibirá como él su favor divino. Las bendiciones sobre un trono, familia, iglesia, no vienen por la vía carnal. Si Judá gobierna con Dios, tendrá su protección. 

Si sigues observando el salmo él te indicará en quiénes se asientan esas bendiciones, tanto para la familia, la iglesia, la nación: los sacerdotes (vv.9, 16); cuando ellos se vistan de justicia y de salvación. La bendición sobre la religión es la bendición sobre la familia, la iglesia, la nación. Si la religión fuera más sana y hubiese mejor conexión entre ella y el gobierno, el pueblo sería más bendecido. Conexión espiritual, no la que hace que uno se entremeta en el otro.

Por último, nota que de David son recordadas por Dios sus aflicciones (v.1), muchas cosas suyas pudieran ser recordadas, sus salmos, su dinero, su poder, su valor, su hermosura, su pecado: pero lo que el salmita considera que es útil son sus sufrimientos por Cristo, son sus mejores méritos, sus padecimientos. ¿No has leído como el Apóstol hace un catálogo de ellos cuando se recomienda? ¿No recuerdas que dijo lo que son las marcas del Señor Jesucristo? El escoger ser atribulado juntamente con el pueblo del Señor, es de inestimable valor a sus ojos. Precisamente por los méritos de Cristo es que somos recordados en su pacto y además, observa como David se juró no dormir hasta que alzase una casa para su Dios (vv.2-9). Cristo amó a su iglesia y se entregó a sí mismo por ella.

132:6-12

“En Efrata lo oímos”. Lo que hacemos por el Señor nunca pasa al olvido y puede que sea de inspiración a otros en el futuro. Dios no es injusto para olvidar la obra de nuestras manos (He. 6: 10). Oh Señor, qué honor das a tus siervos, no sólo por servir a la generación en la cual ellos viven sino entrar con sus obras a otras lejanas.

132:15

“A sus pobres saciaré de pan”. Tú te acuerdas de los pobres, por eso la iglesia debe hacer lo mismo (Ga. 2:10) y predicarles el evangelio (Mt. 11:5) para que ellos puedan ser "ricos en fe" (Sgo 2.5) y tener más gracia que millonarios.

132.17

“Haré retoñar” (germinar, brotar). Me deleito en la meditación de esa palabra. Al Señor se le llama Retoño (Isa. 11:1; 53:2; Je. 23:5, y otros). Yo incluiría esa palabra dentro del espíritu del salmo 130. Es una palabra de esperanza. El pelo de Sansón retoñó después de su apostasía y comenzó a crecer y a restablecerse el pacto una vez roto y pagado el precio. Los creyentes en Cristo retoñan aunque lleguen a un punto que se tengan por raíz de tierra seca y pierdan toda hermosura. La palabra también me sugiere avivamiento, cuando el poder perdido se restablece y la iglesia es ungida con aceite fresco y bañada en Espíritu Santo. Oh Señor cómo disfruto toda la esperanza y benevolencia de esa palabra, lo mismo que aquella otra que escribió tu siervo Pablo: “injerto” (Ro. 11).

 

Unidad de amor

133

“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna”. 

¡Oh Señor!, pueblos, familias, iglesias, se hallan necesitadas de la unidad de amor de la cual hablas aquí. A veces tenemos que sufrir con ojos desorbitados, el espectáculo del desgarramiento de casas y congregaciones que se muerden y consumen intestinalmente. ¡Oh, caen por la fatídica obra de Satanás! Pero ¡cuán bueno y delicioso es ver a los hermanos juntos y en armonía! Esa estampa bella es el fruto natural del amor. Queremos ver entre los hermanos tal amor comparado al óleo que desciende sobre la barba de Aarón.

 

Ver eso como algo sagrado, así era aquel óleo, preparado de modo específico y aplicado sobre los sacerdotes como óleo de consagración, que hace que los hermanos se dediquen en santidad al Señor. Óleo que se derrama como un sacrificio al Señor. Además ese amor perfuma la iglesia y donde él se vierte, semejante al de María de nardo puro, llena todo el recinto de un aroma exquisito. Ese amor suaviza el rostro de los hermanos como el del sacerdote en aquellos días, cuando castigados por el inclemente sol recibía la tersura y nobleza dejada atrás por los rayos solares. El amor entre los hermanos cambia el rostro y una faz huraña y tosca es vuelta dulce, amable, como el espíritu que expresa. Un amor como éste es humilde, alcanza a los hermanos de más baja condición, los que se hallan en una posición inferior, en el borde de las vestiduras del Señor Jesucristo.

Ese amor también refresca como un rocío la congregación sobre la cual como rocío del Hermón él baja. Cuando las plantas de la gracia del Señor son castigadas, cuando por alguna razón se tarda en llegar la lluvia tardía, el rocío celestial es el remedio intermedio de la divina bondad para suplir la falta del riego y el cántaro de arriba. Todo aquel árbol sobre el cual llega es revivido, cobra la energía y la vida perdida, y ánimo. Ese amor llega imperceptiblemente, uno no nota que ha venido sino cuando ya ha pasado mucho tiempo cayendo, sus gotas son muy finas y apenas salpican. El amor que así, como rocío Dios envía sobre una iglesia destinada, recibe sin darse cuenta los efectos de su bendición. Y en una congregación así comparable, llena de esa clase especial de amor entrañable, hay salvación, Jehová envía vida eterna. Ora por un amor así, implora al Señor que nos dé ese precioso don de su Espíritu, por el bien de la iglesia misma y por el mundo que al verlo, sabrá que Cristo es el Hijo de Dios y creerán en él.

 

 

Los que pasan el tiempo alabando también están trabajando

134

 

“Bendecid al Señor los que estáis por las noches en la casa del Señor”. Oremos por todos aquellos que ministran la Palabra de Dios, en especial por los que trabajan en las cosas sagradas, los pastores, los evangelistas, los maestros, los misioneros. Oremos para que sean hombres y mujeres realmente consagrados a Dios, de vocación, completamente absorbidos en lo que hacen y verdaderos adoradoresde Dios. Hay hombres y mujeres que ayudan en la obra de Dios pero son demasiado seculares porque la labor que hacen aparentemente no es sagrada. Por ejemplo, estos centinelas. Cuando los peregrinos se retiran les piden  a los guardias del templo que se quedan por las noches cuidándolo que bendigan a Dios mientras hacen su trabajo, para que no sólo trabajen sino que también adoren al Señor dueño de las propiedades que custodian. Les dicen: “No les parezca larga la noche, despiértense ustedes mismos con alabanzas y oración, no gasten la noche en inútiles pensamientos; acuérdense que no sólo son guardias sino creyentes que tienen el privilegio de tener mucho tiempo disponible para trabajar y para edificarse espiritualmente”. 

Y ¿eso no haría que fueran negligentes o que descuidasen sus trabajos porque ellos no estaban allí para adorar sino para trabajar? Oh no, los que pasan el tiempo alabando también están trabajando. Oh Señor, otorga a tus siervos que te adoren mientras trabajan, que el trabajo y la adoración estén combinados en su vocación, que mientras más ocupados estén en sus trabajos más te adoren, que el trabajo de ellos sea el producto neto de su adoración, que sólo enseñen aquellas verdades que conozcan por la adoración, que admiren, reverencien, los sostengan y los eleven a tu presencia. Traer a la iglesia enseñanzas aprendidas mientras se adora, es traer a Dios con ellas, el cielo, es verdaderamente predicar el evangelio y predicarlo de modo competente. 135:2

“Los que estáis en la casa de Jehová”. Los que el Espíritu ha llevado allí, los que trabajan allí, los que cumplen su deber.

135:3

“Porque él es bueno”. Los que han experimentado su bondad, los que han sido ayudados por él, los que han gustado su compasión.

135:4

“Que ha escogido a Jacob para sí”. No por haber elegido a Dios sino por haber sido elegidos por él.

135:5

“Jehová es grande”. No sólo conocen su bondad (v.3) sino su inmensidad. Dios es grande, hermano, muy grande y lo puede todo. Amén.

135:6-12

Dios es bueno (v.3), grande (v.5) y soberano, el que hace la historia; el Dios de la redención y de la conquista. Les nombra los prodigios que hizo en su nación. Dice que les dio la tierra “en herencia”, sin embargo tuvieron que luchar mucho y a eso se llama “conquista”. Aquellas cosas por las que tenemos que trabajar y luchar, son heredadas porque la victoria nos la da Dios. La vida eterna se hereda y sin embargo hay que “echar mano” de ella (1 Ti. 6:12).

 

135:13

“El es eterno”. Esto lo dice para que nadie piense que él fue pero que ya no es, que la civilización lo ha obligado a desaparecer, que el adelanto humano lo ha matado, que la iglesia no podrá resucitarlo, ni las religiones levantarlo; que la humanidad se ha desecho de él y ha jurado por sus artes, filosofías y ciencias no volverlo a tomar. ¿No hay marcha atrás? Al fin Dios tomará posesión del postmodernismo, Dios no ha muerto, no pudieron matarlo.

 

El paganismo es la tristeza humana por haber perdido a Dios

135:14-20

“Los ídolos de las naciones son de plata”. Dios no es hombre, nunca fue un hombre, ni existe porque por sucesivas etapas ha ido evolucionando hasta ocupar ahora la más alta magistratura del mundo. Si Dios no es hombre, porque es Espíritu, sólo puede ser pensado espiritualmente y no imaginado ni pensado como un ser humano con ojos, boca, orejas, manos y pies. El arte no puede concebirlo ni darle aproximada o idéntica figura. No tiene boca, oídos, pies, manos; si no es un ser humano, su forma de vida no es igual a la nuestra y por ende a la de la creación; si no tiene vida como la creación, no es creado. Su forma de vida no es un producto, una combinación de partes. Dios no necesita para vivir respirar oxígeno, beber agua, ingerir alimentos porque su cuerpo no es como el nuestro, creado; tiene que ser inmortal y en eso existe solitario, es el único que tiene inmortalidad(1Ti.6:16). Si su vida no es como la nuestra, no conoce la muerte porque no puede deshacerse por la desunión de las partes, porque no está hecho de partes.

Sus pensamientos y sentimientos no son como los nuestros ni hay posibilidad que procedan de alguna reacción química. Existe sólo una posibilidad de que ellos sean semejantes, en cuanto a la existencia pero no en cuanto al origen, motivación. Su voz no es transmitida, como la nuestra, por la articulación de un órgano y por medio de ondas sonoras, excepto que acceda a usar esa forma de comunicación(teofanía). Dios no habla ningún idioma, como nosotros lo entendemos, los idiomas son creación humana, son motivo de confusión y sirven para separar las culturas y a los hombres. Dios se comunica dentro de sí mismo y con sus criaturas espirituales de modo espiritual, con aquellos que participan de su naturaleza divina, que disfrutan de su eternidad y de su gloria. La forma más perfecta, la celestial, entre Dios y sus criaturas es la espiritual, con la mirada, por medio de percepciones, y con el ser; mantiene una relación con los suyos de Ser a seres, haciéndolos partícipes a ellos continuamente de lo que es, siente, piensa, tiene, así ellos son partes, aunque no sustancial, de sí mismo.

 

Dios no oye porque alguien le hable, escucha en el silencio, cuando no hay palabras; no requiere de las voces y ruidos o la escritura para entender explicaciones o para darlas. Oír, como nosotros, Dios no oye, Dios entiende los pensamientos de los hombres, no los oye, la comunicación más apreciada, genuina, de Dios con nosotros es mental y espiritual, lo cual es una misma cosa. El propósito que tuvo al hacer sus criaturas fue para tener esa clase de relación espiritual con ellas. El acercamiento físico a Dios es una grosería y equivocación. Dios no usa métodos de razonamiento ni avanza en ellos paso a paso; esa forma lenta, gradual de estudio, aprendizaje, silogística, no existe en él. No hay ningún proceso mental en él porque ya es la sabiduría, la verdad y el conocimiento, se arribó a sí mismo. El razonamiento va desde la ignorancia hacia la luz, Dios es esa luz. Luego, para tener conocimiento, sabiduría, no hay que razonarlo todo sino poseer su persona.

Dios no necesita que las cosas pasen para saberlas, o que existan, todo ya existe en él cuando cada cosa, él tiene el poder para hacerlas, sólo basta un deseo suyo y ya vienen inmediatamente a existir; y esto tiene gran importancia para nuestra oración, por cuanto nada es imposible para Dios; conoce lo que no es, lo que aún no existe, lo vivo, lo muerto, lo que está en el tiempo y fuera del tiempo. Su originalidad es infinita y todo aquello que haga falta para que una cosa exista, funcione, existe en él. Su voluntad es la única conexión que tiene con el mundo; basta que tenga deseos de establecer contacto con nosotros y lo tiene. 

Dios no tiene piernas que lo sostengan ni las necesita para moverse porque no está identificado con la creación, con el espacio, puesto que él es el todo y no está formado por partes. La unión de todas las partes nunca forman el todo porque la unión de lo que tiene límites no puede llegar a lo ilimitado.  El espacio flota en su existencia y cada localidad está llena de su presencia, Dios está todo en cada punto, no hay más Dios arriba que abajo, ni menos allá que acá, cada punto de sí mismo lo contiene todo. De nuevo arribamos a la conclusión que su participación en cualquier evento o su intervención es sólo materia de deseos y al momento lo que se pidió, aquello por lo que se imploró, existe de modo completo y perfectosin pasar por ningún proceso de origen. Por eso decimos que Dios no hace las cosas a medias. Dios no debe ser dibujado ni esculpido.

Volviendo a la idolatría. Está prohibida principalmente por lo dañina que es para la salvación ya que interrumpe la correcta relación con Dios y hace imposible la obtención de la adecuada relación con la deidad que conduzca a la inmortalidad o vida eterna. El hombre hace siglos se separó de Dios y desde entonces ha tratado de representarse al Dios perdido, llenar con sus dioses el espacio vacío que dejó la pérdida de Dios; pero en vez de llamarlo para que se manifieste y salga del hueco inaccesible donde se halla, lo crea, lo inventa, relata fabulosas imaginaciones para llenar su silencio, así brotan las religiones, los “iluminados”, los libros sagrados y muchísimas formas de cultos para llamar la atención de un Dios que se niega a aparecer; brotan los mitos, las leyendas y los milagros. El paganismo es la tristeza humana por haber perdido a Dios. Es por eso, por lo que es Dios, que no pueden haber mediadores sino su Palabra (la cual se hizo carne) y el ejercicio de fe en ella. ¡Oh Dios, qué grande misterio eres! ¡Quién alcanzará jamás a comprenderte! 

136.

El salmo de la eterna misericordia de Dios; pero la repetición de "para siempre" tiende hacia el presente. Quiere clavar en nuestras mentes estas dos palabras; siempre y misericordia.

Sal. 136:3

“Al Señor de los señores”, al Amo que tenemos en los cielos (Col. 4:1). Pensar en la misericordia para sentirse libre en la esclavitud, consolarse entre abusos, cuando uno ocupa un lugar inferior en la jerarquía social.

136:4

“Al único que hace grandes maravillas”. Ni siquiera los mitos tienen hechos tan grandes en la historia de Israel. De nuestro Dios jamás se debe esperar poco.

136:5

“Al que hizo los cielos con entendimiento”. ¿Por qué será que a los autores de los salmos los impresionan más los cielos que la tierra cuando ella es más bella y gloriosa? Tal vez porque en ellos reconocen que está Dios, y el hombre fue creado para mirar hacia arriba (el salmo no termina con una exhortación al Dios de la historia de Israel sino al Dios del cielo).

136:6

“Al que hizo grandes lumbreras”. Alaba al que hizo la tierra que pisas; el sol que te alumbra y la luna que de noche miran tus ojos; adornó el cielo para que siempre te acuerdes de él (vv.7,8). ¿Hay algún problema con el cual no pueda bregar si hizo cosas tan encumbradas? (vv. 7-9). Muchas cosas nos cubren pero nada cubre a Dios.

136:10

“Al que hirió a los primogénitos de Egipto”. Al que ha tenido misericordia contigo y con los tuyos y ha tratado sin compasión a los que te aborrecen.

136:11-14

“Al que sacó a Israel de en medio de ellos”. Al Dios que te hizo pueblo, que te dio libertad, rompió tus yugos, y ahora en estos días al Dios de tus grandes recuerdos, los del principio de tu salvación y los de tu perseverancia. ¡Gloría a Dios!

136:16

“Al que pastoreó a su pueblo”. O más bien el que guió o caminó con su pueblo por el desierto. Al Dios que te ha soportado, que te ha dado su ley; que te ha atendido a ti como si no tuviera más nada que hacer, como si abandonara al resto del mundo para prestarte atención, teniéndote a ti como algo exclusivo. Gracias Señor.

136:17

“Al que hirió a grandes reyes”. Al que ha quitado de en medio a los que no te amaban, los ha puesto bajo tus botas y te ha transferido a ti las bendiciones de ellos (vv.17-22). De nuevo, gracias Señor.

136:23,24

“Al que en nuestros abatimientos se acordó de nosotros”. Abatimientos o depresiones. Ya esto es menos antiguo, es casi presente, moderno, para decirnos que es el mismo, que es bueno como en días pasados, cuando nos redimía y ahora cuando nos santifica, en la elección, en la justificación, en la santificación, en la providencia. En el siglo primero, en el siglo veinte, y ahora en el siglo veintiuno. Dice: "Este Dios de ahora es aquel". El Dios que ha formado nuestra historia. Jesucristo es el mismo hoy, ayer y por los siglos. Probemos a Dios que él no cambia. No es menos poderoso ahora que  otrora; a Dios no le salen canas.

136:25

“El que da alimento a todo ser viviente”. Es como si dijera: "Si cuida de los animales ¿no proveerá para nosotros habiendo hecho tanto por nosotros? Nosotros podemos escribir una historia más larga que ésa; la historia de la iglesia cristiana es más bella y más gloriosa. La misericordia de Dios no se mide por tramos sino por sus propósitos. No hay nadie tan ingrato como el hombre, por eso hay que recordarle lo que Dios ha hecho por él.

137.

Este salmo parece escrito por un judío que estuvo cautivo en Babilonia y emigró a otro sitio, no está claro que se halle de vuelta en Jerusalén.

 

Es el pecado lo que destruye a nuestra nación 

137:1-4

“Junto a los ríos de Babilonia allí nos sentábamos acordándonos de Sion”. Este judío no ha podido vencer la tristeza del destierro, ni siquiera intenta sobreponerse a ella. Considera como una falta de patriotismo estar alegre en el cautiverio, y su pensamiento parece ser que en ese caso estaría implícito el olvido de Jerusalén (vv.5,6). Su judaísmo tiene más fuerza política que teológica; no era capaz de alegrarse con Dios, alabarle en tierra de extraños; como si su Dios se hubiera quedado allá y el templo y la ciudad fuera el único lugar para hacerlo. La revelación de Dios formó a Israel como una nación políticamente coherente, donde la política era una práctica sagrada. Esos sentimientos por un lado los preservó de diluirse entre los pueblos, haciendo que se considerara un pueblo "peculiar", santificado y único

Su religión lo preservó; por otro lado ¿qué de malo habría en cantar cántico de Jehová en Babilonia? ¿Por qué no instruyeron a los de Babilonia en los caminos de Dios por medio de la música? Israel no quería hacer prosélitos a gente que los desintegraba. ¿El mismo espíritu de Jonás? Si Babilonia hubiera llegado a conocer a Jerusalén se les podría haber suavizado el destierro y quizás, por milagro, acortados sus días de exilio. Dios tuvo por sí solo, sin instrumentos judíos, mover el corazón de los persas para que Israel regresara a Jerusalén. Debemos penetrar la sociedad, enseñarla a amar la iglesia; y a Cristo como preferente tema de su alegría. La política nunca debe superar nuestra teología y dominar antes que ella nuestros sentimientos. No una política con sentimientos no cristianos, sembrando el odio y el horror, dominada más por la venganza que por el perdón y la reconciliación, sin siquiera orar por aquellos que han destruido nuestra nación, cuando es nuestro pecado el que ha destruido nuestra patria, y que abandonamos a Dios antes que perdiéramos la guerra (Ex. 19:5; Dt. 14:2). 

 

 

No canten en los cultos la música de Babilonia. 

137:4, 5

 

“Cantadnos algunos de los cánticos de Sion”. Sería un cántico distinto al de los babilonios, en contenido y en música; cánticos de Jehová, los que se le dirigían a él para alabarle. Los babilonios no les pidieron que hicieran algunos arreglos a los cánticos de Jehová para que satisficiera el gusto de ellos; simplemente querían cánticos de Jehová, como los judíos los habían escrito, como los empleaban en el culto del Señor, íntegro, intacto, sin modificaciones ni arreglos adaptados a los solicitantes del extranjero. Lo que les resultaba curioso y atractivo a ellos era lo diferenteque serían de los cánticos a Belial. Al interesarse en la música judía se estaban interesando en la religión de ellos, quizás tenían sólo interés musical pero de hecho ya entraban al plano religioso. El interés musical era lo principal, la música, no la letra, no la religión, pero la recibirían comenzando por los cánticos porque estaba en los cánticos. Si la música de Jehová se hubiera culturizado al estilo babilónico el interés hubiera sido suprimido, y si ingenuamente los judíos de la cautividad hubieran querido hacer prosélitos entre la gente de Babilonia, y para ser oídos o para poder enseñarles la ley hubieran cambiado la música escrita y cantada en Judá, el mensaje entre sus líneas y notas hubiera perdido mucho de la fuerza motivadora que la canción extraña les traía.

Antiguamente los padres de la evangelización y los misioneros llevaban su cultura con la música y no trataban de hacerla coincidir con la que hallaban. Llevaban la cultura propia porque la sentían como  parte de ellos mismos y no un elemento del evangelio que anunciaban; el énfasis que hacían se hallaba en el mensaje del evangelio. No declaraban una guerra cultural al sitio donde arribaban como embajadores de Cristo; más bien se adaptaban ellos para hacer salvos a muchos.  El énfasis cultural de la música es hoy más preponderante que antaño y se siente como indispensable en la evangelización. Antaño la música acompañaba al evangelio, no le servía de competidor. El propósito principal de aquellos evangelistas era la persona de  Cristo. No exageraban los arreglos culturales para presentarlo. La consonancia musical folclórica añade muy poco de beneficio a la salvación y cristianización de la sociedad. La importancia musical es exagerada. Ni esta música ni la otra importa tanto como el énfasis que se le da con relación al mensaje de salvación; un culto aborigen pudiera ser del gusto de todos y contener muy pocos gramos de verdades para la salvación y su destino ser el deleite de la gente más que la adoración, y ambas cosas desplazar la importancia del  evangelio de la salvación. Aunque el cántico de Jehová sea autóctono debiera ser distintamente atrayente, algo nuevo, que sólo se dedique a Jehová, para consumo de lo sagrado, como los perfumes en los sacrificios levíticos; no con los mismos tonos que la gente de Babilonia canta en sus cumpleaños y baila en sus orgías. No canten en los cultos la música de Babilonia. 

 

No estrelles sus niños contra las rocas

Sal. 137:7-9

“Bienaventurado será el que estrelle tus niños contra la peña”. ¡Oh amado!, puedes tú saber algo de lo que un hombre ha sufrido por lo que cuenta y cómo cuenta sus experiencias. Este salmo es escrito por alguien que vivió los momentos terribles del sitio y destrucción de Jerusalén, la cautividad en Babilonia, y el regreso a su tierra. Si es así, el salmista es un anciano de casi cien años; parece tener un par de ojos en su espalda y solamente mira hacia atrás, hacia su negro pasado. No hay una visión del futuro porque ya su vida está casi concluida, pero tampoco alguna delicia por la bendición presente del retorno. Es pasado, todo pasado; y un pasado que ninguno de nosotros quisiera envidiar, espantoso. Si pudiéramos dar una explicación por qué un hombre vive muchos años, en este caso diríamos que para escribir este salmo y que la posteridad de lectores sacara el provecho debido de un monumento de sufrimientos.

 

¿Te parecen altamente chocantes esas palabras? Antes de juzgarlas y pensar que son indignas de formar parte del libro de Dios debes esforzarte por entender la experiencia humana de su autor. Si hubieras sufrido lo que él quizás entenderías su lenguaje. El incendio del templo de Jehová, la violación de las mujeres, tal vez su misma esposa, hijas, la muerte de sus niños, descuartizados o atropellados por las bestias; el asolamiento de los vecinos, los amigos, toda la ciudad. Luego la salida en cautividad, atado con una cadena y la vida de humillación y de dolor por setenta largos años sin poder adaptarse al país, sin aprender su idioma y sin quererlo tampoco. 

Después el retorno, ya envejecido, humillado, y hallarse frente a otra realidad; ¿condenarías al autor de este salmo por esas palabras, sabiendo parte de su vida? ¿Quitarías después su salmo de entre los de David, Salomón, Coré, por considerarlo indigno? ¿Quitarías su única obra del libro sagrado? No, ni los santos varones a quienes Dios encargó juntar las colecciones de himnos inspirados ni el Espíritu Santo pensaron de ese modo. Llegó como de los últimos, para que aprendiéramos a comprender a nuestros hermanos que han sufrido mucho desde niños, a los que han perdido por la violencia humana a sus seres queridos y a aquellos que les han tocado en carne propia sufrir las barbaridades de sus semejantes: hogueras y cámaras de gases. Deben ser oídos, tienen que ser oídos y sus palabras ocupar un sitio sagrado entre nosotros. 

Vengan y hablen los que han pasado una guerra, cuenten sus frustraciones y amarguras las mujeres que han sido abusadas, dígannos los ancianos cómo han sido maltratados que los oiremos con respeto atentamente; desahóguense con las palabras que quieran, que somos vuestros hermanos para escuchar atentamente vuestras palabras y las pondremos en un sitio apartado del salterio de nuestro corazón. Y oremos por ellos para que Dios endulce sus recuerdos y espíritu noble los sustente, para que en el Espíritu de Cristo puedan decir, “Padre, perdónalos porque no supieron lo que hicieron” o como aquel mártir que de rodillas ante sus ejecutores oró, “no les tomes en cuenta este pecado”.

Sal. 138:1

"... dioses"; puede referirse a los jueces (Jn. 10:34,35) o a los dioses paganos. No conozco ninguna situación suya que David cantara entre ídolos, pero sí delante de los hombres de eminencia de su pueblo. 

138:2

“Has engrandecido tu nombre y tu palabra”. El engrandecimiento de su Nombre es proporcional al de su Palabra. En ambos casos él y nosotros somos encargados de ponerlo en alto. Dios es responsable de su propio prestigio, de su propia fama y de su propia gloria.

138:3-6

“Te alabarán los reyes de la tierra”. Cuando oigan lo que ha hecho Dios y quién es Dios lo preferirán. La predicación evangelizadora más hermosa y con promesa de éxito es la que describe a Dios. 

 

Dios cumplirá lo que tiene que ver conmigo

138:8

"... Jehová cumplirá su propósito en mí". Originalmente contiene la idea del desarrollo de los planes de Dios en su vida, aunque literalmente lo que quiere decir es que Jehová "completará" "terminará" lo que tiene que ver conmigo, es decir, el llamamiento que me has hecho, las responsabilidades que has colocado sobre mis espaldas, el significado de mi vida para tu reino aunque sea a través de muchas angustias (v.7). No dice "Jehová cumplirá mis metas" "Jehová realizará mis sueños" "Jehová satisfará mis ambiciones" "Me dará para gastar en mis deleites y en mis vanidades", sino "Jehová desarrollará hasta lo último, sus planes conmigo". Señor haz que yo esté contento con lo que tú hagas conmigo y que me sienta feliz al ser lo que tú quieres que yo sea. No podré ser mejor de lo que tu propósito quiere que sea y no quiero vivir con eso que llaman frustración, y se desaniman. Amén.

 

No somos totalmente incógnitos 

139:1-6

“Oh Jehová tú me has examinado y conocido”. Y ¿quién puede, oh Señor, entender tu universal omnisciencia? ¿Cómo puedes conocer a cada hombre mejor que lo que él u otros le conozcan? Cada hombre tiene un mensaje de ti; nacerá, vivirá, luchará, tendrá su mundo, hará su historia, perecerá un día; quizás muy pocos sepan que hubo un tal y tal que existió, nació, vivió y murió allí. Excepto tú Señor para quien el más mínimo de los hombres cobra significado y con él nos dices algo. Tu omnisciencia, Señor, me hace sentir que tengo la importancia que me has dado, que en este viejo e inmenso mundo no soy una simple cifra ni mi única misión es contribuir a la perpetuidad de la raza. Puedo relacionarme contigo de modo personal, no necesito tanto ser comprendido por mis semejantes si lo soy por ti, ni tengo que sentirme inferior a nadie si para ti valgo tanto. 

Ni yo, ni los otros, que caminamos incógnitos, desconocidos,  mínimos insectos, somos meras sombras, una piedra, una gota de agua en este infinito océano de la humanidad. ¿Cómo puedes saber que existo, que tengo nombre, que me alegro, que vivo con problemas, que creo, que dudo, que río, lloro, que me equivoco, que hago lo recto, que peco y me arrepiento? Señor, esto es sólo uno de tus innumerables atributos y ¿quién los conociera todos? ¡Oh Dios!, como David digo: “… ¡tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, alto es, no lo puedo entender!”  Aunque sólo son  “los bordes de sus caminos” (Job 26:14).

 

Cómo Dios nos llena el alma de belleza y encanto

139:6

“Maravilloso”; no dice “profundo” porque al pensar en la omnisciencia de Dios no lo hace como un cavilador y razonador, sino como un adorador. ¿Quién conocerá su mente? (1 Co. 2:14-16). Hermanos, dejemos de tratar a Dios como si fuera un objeto para la investigación en un laboratorio queriendo razonarlo y conocer todo referente a él. ¿No sabes que es un misterio impenetrable? Si no alcanzamos a comprender a los demás y nuestra propia mente, ¿cómo comprenderemos la mente de Dios? ¿Cómo una criatura que no comprende a las otras criaturas comprenderá a su Creador? Cuando Dios nos revele sus atributos, adorémoslos como hizo Pablo a la profundidad de su sabiduría (Ro. 11:33-36). El salmista dijo que se hallaba maravillado, muy impresionado, asombrado. Esa fue la reacción que le produjo el impacto de la omnisciencia divina, la impresión, y por eso le adoraba con alabanzas. Puedo asegurarte que así es el disfrute de Dios, es la forma más deliciosa de tener un Dios, tener una relación de culto con él. No hay que temer ser escudriñado por él, cada vez que Dios pone en acción y mueve un atributo hacia nosotros, nos hace partícipe suyo y nos llena el alma de belleza y encanto.

139:7-12

 

Seguida a la doctrina de la Omnisciencia divina se halla la de la Omnipresencia de Dios, pero es significativo que David no la define para que tengamos comunión con él en cualquier punto del mundo, sino para desalentarnos a pecar en cualquier parte. ¿Por qué? Porque cuando pecamos siempre procuramos, como los criminales,  huir de la escena del crimen y escondernos de sus ojos (Ge. 4:14) Oh, ¿por qué huyes si no puedes definitivamente escapar? ¿No es mejor ser perdonado que huir de Dios?

 

No interrumpas tu embarazo

139:13-16

“Mi embrión vieron tus ojos”. David no ha escrito de modo abstracto sobre esas doctrinas anteriores, ni de modo impersonal, sino pensando en su misma creación al venir al mundo. Afirma que como el hacedor de una obra la conoce completamente, así el Creador conoce íntimamente a todas sus criaturas, sabe de ellas antes que les pongan nombres. 

Habrás oído el debate de los que defienden el aborto, que alegan que si éramos o no seres humanos cuando fuimos embrión, si ya podíamos ser considerados niños o niñas en esa prematura etapa. No se trata de fijar en cuál semana ya estamos formados, en cuál reunimos la cantidad de órganos necesaria para que los que están afuera del vientre nos dejen continuar creciendo o autoricen nuestra eliminación. No, Dios nos está creando y por lo tanto debemos dejar que él continúe su proceso de creación sin impedírselo; si él quiere dejar a un lado lo que ya empezó, que lo haga por su voluntad. Existen muy pocas circunstancias, traídas a colación por el mismo Creador del embrión, para dictaminar que su labor en el vientre de una madre sea interrumpida antes del parto. 

Son los que ven únicamente el embarazo como algo natural y volitivo los que hablan de derechos de los padres para determinar si continúa el proceso de la formación de un niño o se le expulsa, se le envía al basurero o se usan sus órganos. Son ellos los que hablan de ese modo, libremente, sin temor. Él sabe lo que dice, no ignora cómo vienen los niños al mundo, el papel que los padres tienen en una concepción natural; pero para él (y para nosotros), no son nada más que las leyes que rigen un embarazo las que hay que tener en cuenta, sino el autor de ellas, Aquel que por medios naturales ejecuta su obra, el que designó esas leyes, el que hace que se ejecuten. ¡Un embarazo es la creación de un niño, señores! Y señoras.

 

La ley del Talión y el evangelio

Sal. 139:19-22

“Los aborrezco por completo”. Fe incondicional. Este comentario es para los que han alcanzado madurez en el Señor, es alimento sólido y hay que saberlo masticar para que haga bien al alma. Si no estás empapado en la soberanía divina no lo leas. No quiero con mis palabras alentar a nadie a pecar o a que excuse sus pecados por lo que va a leer. Mi idea no es probar que la fe existe sin obras sino que salvasin obras y para ello he elegido un camino alarmante y complicado, pero que echa por tierra cualquier idea que por medio de las virtudes podemos heredar la vida eterna.

Comienzo preguntándote qué te parecen esas palabras que un autor inspirado por el Espíritu Santo nos ha dejado. ¿Te atreverías a decir que odias a los enemigos de Dios que los aborreces por completo? O, si lees el salmo 137:9, ¿dirías que es dichoso el que estrellare los niños babilonios contra las piedras? Por supuesto que dirías que no, yo tampoco. Entonces, ¿qué propósito tienen en el canon sagrado? ¿Por qué están ahí? Porque pertenecen a la Ley del Talión, no al evangelio. La razón es para  aprender, no para imitar, para que aprendamos que para Dios debemos ser capaces de todo, que él debe ser “el todo”, que aquel que es suyo está dispuesto a hacer lo que fuere necesario con tal de glorificarle; en dos palabras, incondicional y consagrado a él. Estas palabras y hechos van a la raíz misma del concepto del bien y del mal; lo cual tiene que ver no tanto con lo que se hace sino por qué y para quién se hace.

Es cierto que esos no son ya nuestros sentimientos. Ahora él nos dice “amarás a tus enemigos y si quieren pan dales de comer”. ¿Qué te parece eso, horrible? Quizás te preguntes,  ¿pudo ser salvo un creyente judío que así sintiera? Para poder explicar esos sentimientos tienes que  recordar que las virtudes no se tienen en cuenta para la salvación; el hombre no es salvo por su perfección humana sino por su fe en Dios. Si el odio es un pecado, la ira, el enojo, etc., no lo cuenta Dios como un pecado cuando es para él, cuando por medio suyo le servimos. Pecado es cuando se mata, se miente, se odia para el servicio propio o del prójimo. Pecado es lo que no se hace para Dios aunque sea bueno en sí mismo. Lo que es bueno en sí mismo y no se hace para Dios es pecado. El que lee entienda. Mi propósito no es discutir aquello de que “el fin justifica los medios” sino asegurar que Dios es el Sumo Bien y todo lo que a él se dedica, que proceda de la fe, sin hipocresía farisaica, es bueno.

 

Si mis palabras van a tener algún beneficio que sea principalmente para echar por tierra el concepto de la salvación por medio de la perfección humana. La fe sola, nada más que fe es lo que tiene él en cuenta para dar la vida eterna. No hay pecado, mal carácter, desobediencia a los hombres, infidelidad, si se hace para Dios; esas son las virtudes, porque es nuestra Patria.  Ni la mentira, ni el robo, ni el odio se toman a mal si son para Dios. Como Finees estamos dispuestos a consagrarnos con violencia (Núm. 25:1-13), o como los hijos de Leví así consagrarnos (Ex. 32:26-29). Igual que Rahab, estamos dispuestos a mentir y a violar el sábado como los sacerdotes. Esto no es excusa para los que en nombre de Dios o de la iglesia han cometido atrocidades, crímenes horrendos como las Cruzadas porque esa página negra de la iglesia Católica sólo servía a sus propios intereses y no a los de Dios. Ni tampoco los violentos suicidas que se inmolan y matan inocentes, según ellos sirviendo al violento Alá. Solamente es necesaria una cosa, la fe en Dios, que lo haga todo de palabra y de hecho para la gloria divina.  Alegraos en eso, pueblo consagrado e incondicional a él. Amén. 

139:23-24

“Examíname oh Dios”. David ha hablado de Dios como creador suyo, ha hecho referencia a sus sentimientos por aquellos que lo detestan; ahora le pide que lo someta a un examen interior, no por fuera por donde los hombres ven sino por dentro, en sus mismos pensamientos. Así concluyen los que han aprendido sobre la doctrina de la omnisciencia y omnipresencia de Dios, con un examen interior e implorándoles que los guíe en el camino eterno.

Sal. 140:1

“Guárdame del hombre malo”. Mira con cuánta inocencia pide al Señor que lo guarde del hombre malo porque no se siente así.

140:1-4

“Guárdame, guárdame”. David ora como si no poseyera su guardia personal, como si no tuviera 30 valientes ni compañeros tan leales, ¿por qué? Porque si Jehová no vela, en vano vela la guardia, y para él confiar en Jehová es mejor que confiar en príncipes (Je. 17:5).

140:9-13

“En cuanto a los que por todas partes me rodean”. Pienso que algunas veces David hace su experiencia la de otros, escribe como si fueran suyos los temores y las necesidades de los demás; de amigos que le traen sus composiciones o escuchando en la cueva de Adulam a los espíritus desfallecidos; escribe para que se identifiquen con su poesía porque también él vivió lo que ellos viven. Es un gran maestro en Israel y enseña a su pueblo a confiar en Dios. Cuando los perseguidos injustamente leyeran el v. 10 saltarían de gozo. La mentira no es perdurable (v.11). Quien no tiene a Jehová que lo defienda (v.12); una gran causa en manos pobres es aún una gran causa. Los injustos no tienen comunión con el Señor (v.13).

141:1

"... apresúrate", esa palabra de impaciencia se halla en los labios de los salmistas. Por supuesto en los labios de todos nosotros los que oramos.

141:3

“Pon guarda a la puerta de mis labios”. El que no puede frenar su lengua que ore a Dios para que selle sus labios. Señor que mis labios no se manchen con palabras de mentiras, que no hiera con mi lengua a mi prójimo, que no debilite yo su causa con mis juicios, que no salga por la puerta de mis labios ninguna palabra indecente.

Sal. 141:4

“No dejes que se incline mi corazón a cosa mala”. Yo no tengo mi corazón totalmente en mis manos; como un caballo indómito mi freno no lo detiene, vibra de deleite cuando oye los halagos del mundo, le sonríe a hermosuras de este siglo, se olvida de quién es y de las ropas blancas que le has dado, a Jesús.

 

 

La idiota tiranía del yo

Sal. 141:5

“Que el justo me castigue (golpee) será un excelente bálsamo”. Bálsamo hay que tomarlo como aceite y la palabra excelente no aparece en el texto sino “sacudido”, posiblemente referido al aceite de la unción. Amado, de un modo o de otro es bueno que seamos exhortados, aunque fuera, como dice Hebreos, brevemente. Sí, la exhortación debe ser breve (He. 13:12) porque duele; aunque es beneficiosa  va dirigida a aquella parte enferma de nuestro carácter. La exhortación señala un área enferma, “pone el dedo en la llaga”. El orgullo por un lado y la falta de amor por la verdad por el otro hace que duela y mortifique. Si fuéramos más humildes soportaríamos bien una reprensión pero tendemos a creernos perfectos, pensamos que jamás nos equivocamos, que todo lo hacemos y lo decimos bien y que por ende, somos mejores que los demás; por eso sentimos la reprensión como una ofensa y no como “un excelente bálsamo” o una medicina que nos ayude en la salud del carácter. La reprensión hiere el yo y dentro de él algunos de sus componentes, orgullo, arrogancia, perfeccionismo, deificación, hedonismo. Nuestra crianza tal vez, la cultura, los dones, la posición social, etc., nos hacen creer que somos criaturas excepcionales, llena de virtudes, que merecemos el respeto, la admiración de los demás y por consiguiente las alabanzas y lisonjas, pero nunca la reprensión que contrasta con lo que suponemos y deseamos ser. Llegamos a creernos dioses, somos “sabios en nuestra propia opinión” y que por ser tales por orden natural existimos para juzgar y estar por encima de los otros. Si alguien nos halla una falta nos escandaliza, no lo creemos y nos enojamos con los que se han atrevido a hacernos un señalamiento y sentimos que no tiene derecho a hacerlo, que está equivocado, que siendo inferior, ¡cómo se ha atrevido!, y juzgamos su sinceridad como una osadía y atrevimiento, casi como una insubordinación. Las exhortaciones nos hacen encontrarnos con nosotros mismos, nos enfrentan cara a cara a la realidad y sin ellas no se nos caería la venda de los ojos y seguiríamos cometiendo las mismas estupideces que no nos damos cuenta que decimos y hacemos. Señor que no tome a mal esas buenas contribuciones que los otros me hacen para ayudarme a liberarme de la idiota tiranía de mi propio y natural yo. Amén. 

Sal. 141:5

"... pero mi oración será continuamente contra las maldades de aquéllos"; cuando no puedas con tu palabra y con tus hechos hacer algo por la salvación de los pecadores, si ellos persisten en pecar y se endurecen en el espíritu, entonces ponte de rodillas y dirige tu oración contra las maldades de ellos; no precisamente contra ellos para que sean destruidos sino contra las prácticas inicuas que cometen, para que sus planes sean desbaratados y sus lenguas mordidas; confía más en lo que puedes hacer con tus rodillas que con tus exhortaciones y sermones. Que los pecadores encuentren en el adelanto de sus pecados un gran obstáculo en tus oraciones; si así lo haces tendrás poca necesidad de hablarles a los hombres. No ceses de orar contra el pecado, recuerda que Elías invoca a Dios contra Israel (Ro. 11:2). El cristiano debe estar siempre orando, sin cesar, haciendo oraciones no sólo por sus problemas sino contra los problemas del pueblo de Señor, contra la humanidad. Los pecados no se excusan, se lamentan, se perdonan o se ora contra ellos.

142: 2

“Delante de él expondré mi queja (problema, my trouble )”. Si te quejas en oración varias veces en la presencia de Dios, hallarás que no tendrás necesidad de hacerlo ante los hombres.

 

Un secreto que Dios no le dice a nadie: lo que hará con nosotros

142:4-7

“No tengo refugio ni hay quien cuide mi vida”. Quizás tú y yo, y tal vez pocos, hemos tenido ratos tan amargos como los que tuvo David, rodeado de gente que para la guerra y para el triunfo eran completamente inservibles (1 Sa. 22:1-2); pero por ahí empezó y quien estaba por un tiempo confinado en una cueva llegaría a tener dominio sobre un imperio rodeado de gentes mejores, más capaces, más adecuados para ayudarlo a diseminar sus ideas en su generación. David desarrolló un ministerio santo, de consuelo y protector para aquellos desdichados para los cuales fue como un padre y un guía. A ellos se entregó en sus huidas y fue su caudillo, los representó, los distinguió, les fue motivo de orgullo y un medio de bendición. Oh Señor, ayúdame a cuidar a los pobres, ignorantes, los sin clases, si esos son las ovejas tuyas y quieres que mi vida les ayude a que tomen las de ellos significado. ¿Estoy en una cueva?, oh Dios, que ella se convierta en un templo santo, en una escuela sagrada. Que yo sea muy feliz con el rebaño que me has dado y cuide como joyas tuyas sus preciosas almas, que has hecho que habiten en cuerpos de pobres con historias de amarguras. El futuro de nuestros ministerios, y el empleo de nuestras vidas es un misterio; sólo Dios conoce el uso que hará con sus instrumentos y es un delicioso secreto suyo que guarda muy bien dentro de su voluntad, y no se lo comunica a nadie; es una sorpresa cada día lo que Dios hará con nosotros.  Amén.

143:1

“Respóndeme por tu verdad, por tu justicia”. Señor aunque no halles en mí razón para ayudarme, mírate a ti mismo y cobra ánimo para conmigo mirándote tú. ¿Ves en mí mentiras? Respóndeme por tu verdad.

 

 

A la iglesia lo que le falta es que sufras un poco por ella

Sal. 143:2

“Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano”. Estas palabras enseñaron a Pablo la doctrina de la imposibilidad humana de justificarse por obras (Ro. 3:20, Ga. 2:16), por dos veces hallamos en sus escritos referencia a lo que aquí dijo David. Halló el profeta teología en su experiencia religiosa; sin embargo habría que añadir: amarga experiencia. Si comparas lo que dice el profeta en un salmo anterior, 26:1-2, verás que ahora no se siente tan seguro que sus acciones valgan para algo, la depresión espiritual en la cual lo han sumergido sus enemigos es más provechosa teológicamente para él que su anterior exaltación.

¿No tendrá lo mismo que ver con los muchos sufrimientos que fueron predestinados para Pablo? (Hch. 9:16), “le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre”. Y con persecuciones como recompensa (Mr. 10:30); y con lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo (Col. 1:24). Quizás por eso dijo el escritor antiguo que era más provechoso ir a la casa del luto que a la del banquete. Hay más teología en las lágrimas que en la risa. Esa es una gran verdad, no la disputes, espera que Dios te cubra con su justicia no con la tuya.

Hay enemigos de nuestra salvación que con palabras o actitudes sumergen nuestra alma en agonía (vv.3,4). ¡Qué desesperados nos dejan los adversarios de nuestra salvación! (v.6). Solamente la misericordia de Dios puede sacarnos de donde ellos nos han metido (v.8). ¡Oh Señor, destruye a los que quieren destruir nuestra alma! Aleja de mi vida los que buscan que yo sucumba (v.12). ¿Sufres alguna horrible depresión por culpa de alguien? Es el momento de pensar dentro de tu corazón, de sacar la teología que el Espíritu te enseña. Si no sufrieras por este o por el otro, por la iglesia, ¿qué sabrías? ¿Por qué huirás del dolor si es una buena escuela de teología? ¿Dónde aprenderás más sobre “la ciencia del santo” (Pro. 30:3)? Medita en los días antiguos, reflexiona en la obra de las manos de Dios (v.5) ¿Te han dejado desesperado los adversarios de tu salvación? (v.6); extiende tus manos a Dios. Lo que te falta por conocer sobre Cristo quizás sea lo mismo que te falta por padecer por su iglesia. Oh Dios mío, todo eso es verdad, los ministros tienenque sufrir en sus ministerios.

 

 

No cedas a sus guiños de complicidad

Sal. 143:3

“Porque ha perseguido el enemigo mi alma”. Sólo quien ha sido perseguido por la tentación conoce el valor de estas palabras; cómo nos hace habitar en tinieblas como los muertos y nos vuelve la vida una miseria. Pierde uno el sentido de ir para donde iba y nos despoja en poco tiempo de toda la luz y delicias del cielo. Oh Dios ten piedad y defiéndenos del enemigo que persigue nuestra alma. Sin darnos caza aún, llega a desolar el corazón (v. 4), como si un ciclón lo azotara; entonces se recuerdan lastimeramente y con nostalgia los tiempos en que vivíamos una exquisita comunión con el Señor (v.5). Oh días antiguos vuelvan a mí (Job 29:2), cuando el diablo no me perseguía. Oh no, no quiero decir que los tiempos pasados fueron mejores que éstos, ¿no? (Ecl. 7:10); absolutamente no pero en mucho sí, tiempos cuando tenía más gracia, oraba más y mi espíritu era más libre que ahora, pero ahora el enemigo me acosa, me tienta día y noche; yo no busco su tentación ella viene detrás de mí, me sonríe y me llora de lejos y no quiere dejarme proseguir hacia el premio de mi supremo llamamiento; Oh Señor, quita de mi vista esos ojos pintados con antimonio (2 Re. 9:30; Je. 4:30); no cederé a sus guiños de complicidad (Job 15:12,13); huiré hasta el fin de la tierra pero no me volveré para abrazarnos, no te saludaré ni te daré un ósculo santo...Señor acude en mi auxilio que mi paso es corto y el diablo me da alcance. ¡Oh misericordia, qué llena de bondades eres! Dios no nos deja solos mientras huimos del pecado, en cualquier punto del camino nos podemos echar en sus brazos; y yo iré lejos, más allá de Zoar, y no me detendré en ella aunque sea pequeña. ¿No es ella pequeña? ¿No habrá condenación si me meto dentro? Sí la habrá... diré con todo: Amén.

Sal. 143:8

“Hazme oír por la mañana tu misericordia”. Cuando se ha pasado un día de mucha tentación y una noche quejándose por el pecado, la mañana es la mejor hora para pedir y recibir misericordia. Hay veces que uno no sabe por donde va, "no conoce su senda". Se siente uno desalentado, desorientado, extraviado y no sabe qué camino tomar porque no ve ninguno; lo que parecían escapes se volvieron ilusión y espejismos. Oh hermano detente y ora para que puedas continuar la marcha.

143:10

“Enséñame a hacer tu voluntad”. Quiere decir "ayúdame a hacer tu voluntad", para hacerla contento, fortaléceme en tu camino, haz mis pies como de cierva para andar en mis alturas.

143:11

“Por tu nombre me vivificarás”. No pierdo la esperanza de poder tener una vida espiritual bonita, más sana y tierna que la que la tentación me daba. Oh sí, yo no quiero recobrar lo perdido por bonito y valioso que tuviera en otro tiempo, porque tú oh Señor nunca nos has dado lo mejor que tienes y yo no quiero ser lo que fui sino mejor de lo que he sido. Que mi camino siempre sea como la aurora (Pro. 4:18).

143:12

“Destruirás a todos los adversarios de mi alma”. En fin Señor, algún día todos mis enemigos huirán, caerán porque tus misericordias no dejarán que ellos atrapen mi alma; yo soy tu siervo y todavía no has terminado el trabajo que has proyectado conmigo, por esa razón por causa de tu obra, de la gloria del evangelio, mi alma no caerá en el hoyo.

 

La descomunal fuerza al predicar

Sal. 144:1

“Que adiestra mis manos” o “que urge mis manos para la batalla” o “que enseña mis manos”; en primer término el Señor lo impulsa, le da deseos y coraje para ir a la guerra porque “él produce en vosotros el querer como el hacer por su buena voluntad”; es del Señor la motivación para expandir su reino o defender su reino. Además el arte para blandir la espada, soplar el dardo, entesar el arco, no es el resultado de la experiencia sino de la enseñanza de Dios porque lo hace de modo excepcional y combate bien y gana. Dios enseñó a David a tirar con la onda, y lo enseñó a usar la enorme espada de Goliat de modo que dijo “no hay otra mejor que ésta”. Quien nos enseña a predicar es el Espíritu Santo, es nuestro Rabí, más que los años haciéndolo. Esto mismo lo dice en 2 Sa. 22:35, o el salmo 18:34; Dios es quien le da fuerzas para “doblar”, “entesar” y hasta “¡romper!” (la palabra significa eso, KJV) el arco de bronce. Señor estoy agradecido a ti por la motivacióncuando oro por mis sermones, por la que siento cuando soy guiado por ti dentro de tu Palabra y por los anhelos que tengo por enseñarla; por el vigor que nos das para entesar el arco, no de simple madera sino el de bronce, con descomunal fuerza.

144:2

“El que sujeta a mi pueblo debajo de mí”. Oh Señor, tu pueblo me permite guiarlo porque tú, no por la voluntad de ellos, haces que acepte mi liderazgo; muchas veces quisieron quitarme de donde me has puesto pero tú lo has impedido y los que se sublevaron contra mí y menospreciaron tu unción han fracasado. Si no fuera por ti, Coré despoja a Moisés de su cargo. Yo te bendigo Señor por la autoridad que me diste. ¿No has conocido por la Escritura el principio de sujeción? ¿Y de autoridad? Los jóvenes a los ancianos, los hijos a los padres, a las autoridades civiles, a Dios. Principio válido no sólo para evitar el caos sino para la salvación. Tú eres el que sujeta a tu pueblo debajo de mí. Aún el Hijo cuando todo haya terminado también él se sujetará a su Padre (1 Co. 15:28); el espíritu de los profetas está sujeto al espíritu de los otros profetas, la esposa a su marido, etc. 

144:3

“O el hijo del hombre para que lo estimes”. Oh sí Señor tu no sólo no nos subestimas sino que nos sobrestimas.

144:4

“El hombre es como la sombra que pasa”. Sabiendo que somos como sombra ¿por qué no te interesas en la otra vida? ¿Piensas que eres una sombra que se desaparece en este suelo? ¿Sin dejar rastro?

Sal. 144:5-7

“Toca los montes y humeen”. Oh sí, los elementos atmosféricos, el volcán, el terremoto, el mar, el sol, la tierra, las estrellas pelearían si Dios los dejara por salvar la vida espiritual de uno solo los hijos suyos (Jue. 5:20,21), Los ángeles pelean, y el Espíritu Santo pelea. ¡Oh cuántas criaturas, todas, están a favor de los hijos de Dios! Si Dios, es por nosotros (Ro. 8:21) porque nos ha justificado (Apc. 12:15,16). Es imposible que uno que haya sido justificado por Cristo perezca, porque toda la creación está de parte de los que aman a Dios. Es cierto que la vida cristiana tiene muchas luchas pero es imposible que una sola alma perezca porque más que todo el mundo ella vale. Pero ¡ay! de aquellos que no les importa vivir de este mundo, tomar los rayos del sol, disfrutar el mar, subir montañas y no dar gloria a Dios. El mar no los encubrirá, ni la tierra, ni los montes los esconderán, porque tendrán que comparecer ante el tribunal de Cristo (Apc. 20:12-15).

 

Dios bendiga las Américas 

Sal. 144:12-15

“Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová”; primeramente es bienaventurado el pueblo que ya(Israel) lo tiene y después los que lo aceptan (los gentiles). ¡Oh cuánto debemos orar por nuestro país y de forma especial por nuestra iglesia! (1) primero que todo por nuestros hijos

ellos deben ocupar el número uno en nuestras oraciones para que el nombre de Dios sea santificado en ellos; fuertes, maduros, realizados, satisfechos, santos; hermosas nuestras hijas, como de Dios una obra de arte en cuerpo y alma. (2) que nuestro país sea próspero; y así será sólo si nuestros hijos e hijas son obras de Dios, y que Dios le dé su bendición a la economía (3) que no se mezclen en guerras con otros ejércitos, que nuestros diplomáticos se lleven bien con las otras naciones y que ellas no sean empujadas a provocarnos a la guerra. Esto y mucho más: Escuelas, iglesias; hombres de bien tendrá el pueblo que adora a Dios. Nación hermosa ¿por qué guerreas contra Dios y quebrantas sus leyes en favor de minorías, de hombres y mujeres corruptos de entendimiento y anarquistas que te conducen a tu ruina? Vuelva Dios a ocupar el corazón de los jóvenes en las escuelas y universidades y no sea nunca echado de nuestra economía y política, y Constitución.

145:1,2

"... bendeciré tu nombre eternamente y para siempre". Si quieres alabar a Dios eternamente y siempre, hazlo cada día, que no pase uno sin que abras tu corazón a él y alces tus manos al cielo.

 

Dios es una hermosísima contradicción 

Sal. 145:3

"... su grandeza es inescrutable". 

Hay dos palabras hebreas que se traducen inescrutable, ayin que significa “es nada” “no existe” “la nada”; Dios desde el punto de vista físico, bioquímico, es nada y por lo tanto es inescrutable, imposible de escudriñar, no existe. Si la ciencia se basa en el estudio de las leyes y procedimientos de la creación, Dios no existe para ella, aunque se suponga, es nada, cero, impensable porque su dimensión asusta, y porque si existe no existe aquí en el sentido que no tiene dimensión ni peso,  como el aire. Si es cierto que existe como dice la Biblia, existe allá, pero si “en él estamos y nos movemos”, está aquí y allá al mismo tiempo y sin espacio y sin tiempo, en una dimensión diferente, en “luz inaccesible” (1 Ti. 6:16), el Existente, “Yo soy el que Soy”, el Origen de todo y la Primera causa, por quién y por medio de quien todo lo que existe ha llegado a existir. Oh, ¡qué lindo es Dios! Me gusta su risa y cómo se burla de los entendidos. Aunque es un poquillo diferente a como dijo Einstein, “es sutil pero no hace picardías”.

La otra palabra hebrea es chequer que significa “examinar” “enumerar” “deliberar”. Si las dos se aplican a la existencia de Dios, esto es, sus atributos: eternidad, omnisciencia, omnipresencia, gloria, etc., por un lado es inescrutable pero por el otro es examinabledeliberable y numerable, o sea, es lógicomatemático; no es científico pero sí es científico, no existe para la ciencia pero sí existe para la ciencia, pero con una inescrutable dimensión, una innumerable dimensión, una inexaminable (inventé la palabra)existencia y una no debatible existencia. 

Dios es una paradoja, una hermosísima y ciertísima contradicción; y siempre un aspecto de él, el más profundo es asunto de fe, de creer en lo que nos dice de sí mismo y no de investigación, de teología no de ciencia, y de no pensarse así en esos dos extremos divinos, se enloquecen los sabios y se entontecen los entendidos (1 Co. 1:17-21; 2:6-9), se salvan unos y se pierden los otros. 

La ciencia es muy hermosa cuando con la lámpara de la revelación bíblica se mete entre átomos, niveles de energías, protones, fotones y diserta hasta del hisopo que crece en la pared (1 Re. 4:33). Entonces sale corriendo desnuda y dice “eureka”, “lo encontré” o mejor dicho, en el lenguaje de Agustín obispo de Hipona, “¡me encontraste!”. No hay contradicción entre la ciencia y Dios, si ella tiene ojos en la cara y los dos no son ciegos.

145:4-8 

"... anunciará tus poderosos hechos". Nota lo que he dicho anteriormente, Dios revela su existencia por medio de su poder; el pueblo crece en su conocimiento desde sus atributos naturales a los morales; Dios se muestra, obra y su pueblo por medio de sus hechos le conoce y aprende por su experiencia acerca de su bondad y misericordia. Dios no dice "te amo" sino que se lo demuestra, no le repite tanto que tiene de ti misericordia sino que pasa por alto tus pecados y te bendice (vv. 5-8).

145: 9

"... bueno es Dios para todos". No hay uno solo de nosotros que pueda alzar su mano y decirle "yo soy una excepción, Dios ha sido malo conmigo o indiferente", por muy inconforme que seamos.

 

Sal. 145:10-12

"... para hacer saber a los hombres sus poderosos hechos". Publíquense los hechos de Dios no para hacer prosélitos o conversiones, sino por ese solo hecho, mostrar a los hombres su gloria. Agradó a Dios salvar los creyentes por la locura de la predicación, más el fin de la predicación no es salvar a los creyentes sino publicar la bondad de Dios. Amén y amén. Dios puede bendecirnos más con  poco éxito que con mucho porque se puede querer ganar almas para tener éxito y que ése sea el fin por el cual hablamos. Cuando le falta bendición a tu predicación busca en tu vida, en tu relación con Dios y en el contenido de lo que enseñas, en la motivación que tienes para hablar, en tu fidelidad; porque para su gloria y para anunciar las virtudes que aquel que te llamó, has sido llamado. Tu ministerio obedece a esa sola razón, revelar la gloria de Dios ante los ojos de los hombres. Aunque tu predicación tienda a ser espiritualmente práctica, el pragmatismo no es su fin, sino el dogma; no el hombre sino Dios.

Sal. 145:14 

"... El Señor sostiene a los que caen". Si la caída no es en pecado; el que quiere estar firme mire que no caiga (1 Co. 10:12); levanta a los que le hacen tropezar; y ¡ay del que sirve de tropiezo a un hermano! (Mt. 18:7). Y si la caída es en pecado y se arrepiente, él lo alza.

145:15,16

Estos dos versículos puede que se refiera a los animales y a las aves; no contemplan casos particulares que mueran por inanición, sino el sostén general de la providencia.

145:17

"... justo, misericordioso". Por el contexto parece que justicia y misericordia sean una misma cosa. Sí, los atributos de Dios son inseparables porque Dios es una sola unidad. Amor y justicia van juntas.

145:18

"... de veras". En realidad la traducción sería “en verdad”, o en la verdad, en espíritu y verdad, en sinceridad, que es más o menos “de veras”. ¿Qué es de veras? Quiere decir de todo corazón, con fe; ¡ojo, pero con honestidad, sinceridad y fe en la oración!; aún así esas cosas no obligan a Dios porque él es más sabio que nosotros (vv.18-20).

Sal. 146:1,2

"... alaba alma mía". Pudiera traducirse "alaba vida mía"; seguro que piensa en su alma como origen de su vida; o señal de su vida, porque alma y vida es la misma cosa. Y de una forma práctica y devocional yo pudiera poner mi nombre y enviar es me al templo para alabar al Señor.

146:3-6

"... en hijos de hombre no hay salvación". Mejor es que nos sostengan los brazos de Dios que los brazos humanos, que se cansan y perecen, más valen los brazos eternos de Dios (Dt. 32:27). Así piensa un pueblo que hace decisiones que afectan su historia. No confíes en los edificadores que tratan de edificar la casa de Dios con materiales humanos y no con la revelación; ni aunque ellos sean príncipes. Son los brazos de Dios los que sostienen su arca y no los de Acán. (Ver Je. 17:5).

 

No cifre la iglesia su esperanza en el estado

Sal. 146:3-9

“Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob”. El énfasis y contenido de este salmo, especialmente los vv. 7-9, me hace pensar en nuestro Señor Jesucristo, de quien se dice que se halla lleno de gracia y de verdad (Jn 1:16), habita corporalmente la plenitud de la deidad y también es el todo (Col. 2:9; 3:11). En el salmo su autor comienza pidiéndonos que no confiemos en el hombre aunque parezca una buena solución por hallarse en eminencia (vv.3,4); la muerte puede arrebatarlo del panorama y nuestra esperanza esfumarse de un golpe. Si la iglesia cifra su esperanza, no en Dios sino en las autoridades, lo que el estado por ella pueda hacer, los cambios repentinos de la historia pueden acarrearle problemas (Ex. 1:8). La suerte de la iglesia tiene que correrla con Dios, aunque solícitos los príncipes piadosos la ayuden; los políticos por razones de conveniencia cambian y pueden dejarla sola, las sociedades se tornan otras

Yo pertenezco a cualquiera de las clasificaciones del salmo; él hace justicia al agraviado, que nunca hay un justo desamparado ni que su simiente mendigue pan, que liberta a los presos de diversa índole, que levanta a los caídos y ayuda a los extranjeros. Dios es suficiente; si en él hallamos la plenitud, ¿para qué queremos más? Si has probado a Jehová en cualquier categoría y has hallado que es fiel, alábale todos los días de tu vida.

146:7-10

“Que hace justicia a los agraviados”. Nota que el ejercicio de la misericordia de Dios describe la obra de Cristo (Mt. 11:4,5). Jesús sana nuestras humillaciones morales; provee trabajo y salud para que tengamos pan, permite la indulgencia carcelaria y planes flexibles para la excarcelación (v.7); Jesús se deleita en que contemplemos su gloria, le tiende el brazo a los que fueron derribados, empujados por otros o resbalaron, y se regocija con los que aman y hacen lo justo (v. 8); extiende su favor hasta los inmigrantes que han escogido a su pueblo para sí (v. 9); no olvida aquellos hijos a quienes ha dejado huérfanos de padre ni a la esposa que ha dejado su compañero; Jesús no abre heridas y las deja sangrar continuamente, pero también sus ojos ven a los delincuentes (v. 9); él es el Rey de los menesterosos. Siempre que se hable de misericordia se debe mencionar a Jesús, el gran revelador del amor del Padre.

Sal. 147:1

“Bueno es cantar salmos a nuestro Dios”. Los salmos no tienen un fin en sí mismos, ni al hombre como meta sino como beneficiario.

147:2

"... los desterrados de Israel recogerá". Siempre a Dios le ha preocupado recoger a su pueblo donde está, ninguno por solitario que se halle y escondido en lugar oscuro será olvidado. Dios sabe dónde hemos caído, adonde han ido a rodar nuestras vidas, y las toma en cuenta e irá por nosotros algún día.

147:3

"... él sana". Dios es el mejor médico para sanar las heridas de la vida. Una vez que las toca ya no duelen más, se recuerdan sin dolor y se cicatrizan. Si las escondemos de ajenos debajo de la justicia de Cristo, nosotros sí las analizamos y según aprendemos de ellas hablamos a los hombres.

147:4

"Cuenta el número de las estrellas y a todas ellas llama por sus nombres". Todos los hombres han mirado alguna vez las estrellas. David era uno de esos que al contemplar el firmamento quedaba como abrumado  y decía de su propia boca "cuando veo la luna y las estrellas que tú formaste"-y se decía así mismo "¿qué es el hombre para que de él tengas memoria?". Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento denuncia la obra de sus manos. El Señor sabe quién es cada cual y nos conoce por nuestros nombres.

147:5

"... su entendimiento es infinito". Cuando Dios nos pide explicaciones no es para entender nuestros corazones sino para que las entendamos nosotros mismos; la confesión auto-explica.

147:7

“Cantad con arpa”. Un gran problema de la música actual no es tanto el uso de los instrumentos sino a quién realmente va dirigida ella, a quién se complace, si al hombre o a Dios.

 

Dios oye a los cuervitos cuando chillan

Sal. 147:9

"El da a la bestia su mantenimiento y a los hijos de los cuervos que claman"; se puede traducir “y a la cría de los cuervos cuando chillan”. Si ellos claman ¿tú no? ¿Será Dios más sordo a los clamores de un pájaro hambriento que a un hijo suyo, con alma inmortal, hecho a su semejanza, por quien Cristo murió, heredero de la vida eterna a quien Jesús fue a preparar un lugar junto al Padre? ¿Pueden compararse los clamores de un cuervo a los gemidos del Espíritu Santo? (Ro. 8:26). Jamás un cuervo clama de modo indecible; son clamores naturales y no espirituales que no tienen que ver con la salvación, con el perdón de los pecados, con la angustia por Israel y la preocupación por todas las iglesias. 

Cristo no murió específicamente por los pájaros ni ellos son templos del Espíritu Santo, ni forman uno a uno la iglesia. Y aunque usted no lo crea, los chillidos de los cuervitos son oídos aunque tienen en contra la ley del mismo Dios a quien ellos pian, puesto que según Moisés, Dios los tuvo por pájaros inmundos, que comen carroñas y que deben ser separados de todo contacto con su pueblo santo (Lev. 11:11-27). Su lugar es entre los reprobados, los rechazados, él y todos los otros compañeros semejantes que aparecen en esa lista dietética. Con todo, un cuervo fue el que envió Noé para saber si se podía bajar del arca, e hizo el mismo trabajo que una paloma.  

Y la simbólica lista habla de hombres y mujeres pecadores y de sus compañías. Los que según la ley de Jehová son inmundos suelen ser elegidos por la gracia de Cristo para la salvación e ingresar en la lista de los escogidos para volar y sentarse en los lugares celestiales. Separados por Cristo  de sus viejos linajes y parentescos, y de esas somormujas, búhos, lechuzas, buitres, murciélagos, pelícanos y otros insectos de cuatro patas, cretenses siempre mentirosos y cretinos, que el apóstol llama “malas bestias” (Tito 1:12). Es una gran esperanza para la oración, que si Dios escucha y provee por los chillidos de todas esas aves que tienen los diez mandamientos en contra y todo el Levítico, seguramente nos oirá cuando clamamos por pan, agua o tenemos que volar fuera del nido buscando empleo, con otros muchas bocas que compiten.

147:10

"... no se deleita en la fuerza del caballo, ni en la agilidad del hombre", pero se deleita en los que oyen su palabra y le sirven (v. 11). Entonces se complace en mí.

147:12

“Alaba a Jehová oh Jerusalén”. ¿No eres oh Jerusalén, hechura suya, creada a su gusto, formada con sus manos? ¡Oh qué hermosa eres!

147:13

"... fortificó los cerrojos". Terminó el cerrajero y Dios le dio más fuerza a las piezas. Refuerza los cerrojos. Los enemigos son dejados afuera, los cerrojos de las puertas son gruesos e imposibles de romper y seguro adentro su pueblo se recrea en él.

 

¿Volverá el hombre moderno a tener fe?

Sal. 147.15-20

“Él envía su palabra a la tierra”. El Señor gobierna las estaciones y maneja a su gusto el crudo invierno. Da una palabra y corre el agua, desciende la temperatura y nieva, o se hielan las aguas que cayeron y hay peligro por todas partes, los hombres se refugian en sus habitaciones y hasta los comercios se vacían, todos temen transitar, suenan las sirenas casi de continuo, las ambulancias recogen en las calles los heridos, los bomberos apagan los fuegos, las compañías eléctricas reparan los daños hechos por el hielo y el viento, y el gobierno se apresura a despachar carros que vierten sal en las principales calles. Poco a poco se normaliza la situación; las iglesias son las últimas en abrir porque hay más miedo a salir un domingo para adorar que un lunes para trabajar. Y pocos piensan en Dios, que fue él y no la atmósfera que nos envió el agua y el hielo, y nada aprenden los hombres en esta sociedad científica que no ve ningún Ser Supremo en los fenómenos naturales. ¿Dios, volverá el hombre moderno a tener fe sin ser supersticioso? ¿Cuándo venga Jesucristo, hallará fe en la tierra? (Lc.18:8); por supuesto que sí, hallará un remanente escogido por gracia y los demás, con ciencia y todo, serán endurecidos (Ro.11:7). No es la “madre naturaleza” amigo, es Dios que Creador porque dice, “al hombre y al animal conservas” y “envías tu Espíritu y renuevas la faz de la tierra” (Sal.104:30). ¿No podrá el hombre algún día hallar la relación íntima entre el Espíritu y la materia? ¿Entre la Inteligencia universal y las leyes que tú pusiste? Dios sigue siendo el Creador y sustentador del universo, y los más escépticos algún día tendrán que decir amén. 

 

 

Dios no es de “sustancia” estática

Sal. 147:15-19

¿Puedes ver como yo, amigo, reconocer en las leyes naturales la acción de la palabra de Dios? No plantea su existencia como en un mundo solitariamente regido por las leyes naturales. No, sino que piensa que la acción continua de cualquiera de ellas, no es impersonal, sino que por la voluntad de Dios que envía su palabra es que cada una opera. No cae un pájaro a tierra sin su consentimiento ni la lluvia moja los campos de los justos como de los injustos sin que sea su expresa voluntad. No vivimos en un mundo gobernado por leyes y no por Dios, sino por un Dios que gobierna con leyes (148:6). Una ley cualquiera es una forma concisa, fija, matemática de Dios obrar; es una revelación de su carácter, de su persona. En la naturaleza lo que de Dios conocemos, él nos lo ha manifestado. Cuando el sol sale o la lluvia cae sobre la nieve y se derrite, Dios ha enviado su palabra (v.18); hay actividad divina en cada una, Dios está constantemente en acción operando su inmenso mundo. Ni el ser divino es de sustancia estática ni en su mundo las leyes que puso lo sustituyeron. Constantemente está en acción totalmente informado y en control de lo que está haciendo; y Cristo, su Verbo, Palabra, sustenta todas las cosas con la palabra de su poder (He. 1:3) y él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten (Col. 1:17). Cuando el salmista emocionado termina no puede sino decir ¡aleluya! Y con gratitud a Dios reconoce la elección de su pueblo Israel, único, privilegiado, excepción, medio usado por el Señor para traer la salvación al mundo.

Sal. 148

Uno siente deseos de alabar a Dios cuando ha recibido alguna bendición, ha tenido la revelación de algunos de sus atributos y visto su gloria y grandeza. La mejor adoración, la mejor oración, las precede la Palabra de Dios.

148:5

“El mandó y fueron creados”. Tenemos que alabar a Dios doblemente, somos suyos por dos fuertes razones, porque somos creados por él, porque somos criaturas vivientes y porque somos redimidos por la sangre de su Hijo. Que una criatura no alabe a su Hacedor es una monstruosa ingratitud, mil veces mayor que la de un hijo que reniega de su amoroso padre. A no ser que haya sido creado con una piedra, una gota de agua o una estrella. Y aun así, el Espíritu ordena a los seres no vivos, o inmóviles como el cedro del Líbano, que también se regocijen, al menos sacudiendo sus ramas dando honor a su estructura o arrojando con orgullo sus completos frutos.

148:7-12

“El fuego, el granizo, el vapor”. Toda la creación. Los peces en su mundo silencioso con sus formas bellas y extrañas, con las obras y vidas que les fueron dadas. ¿El fuego? Que devora los bosques, los hogares, las ciudades, que nos calienta en invierno y cuece nuestros alimentos; el fuego místico, el espiritual, con el cual adoramos a Dios convenientemente y extendemos el reino de su Palabra. El granizo bello, lúcido diamante que refleja su luz y ejecuta su ira. El viento que hace danzar las ramas de los árboles, que tira al piso la hoja muerta y juega en el remolino con el polvo; que trae la lluvia y se la lleva, y el ciclón, y el tornado devastador. Alaben no la fuerza de la naturaleza sino a Dios. Los jóvenes en pleno vigor, con sus sueños y entusiasmos, que trae la alegría que la vida ha consumido de los ancianos, alaben en espíritu  y en cuerpo las doncellas, las hijas de Débora y Sara, madres de Israel, y los niños en su inocencia, alaben a Dios. Alábele su pueblo, el más cercano, la iglesia (v.14), el pueblo creado en una cruz, con la muerte de su Hijo, con sangre y justicia, y con el Espíritu y la Palabra. Alábenle más, los que tienen más razones para hacerlo.

 

Caminando y suspendiendo la ley de gravedad

Sal. 148:8

“El viento de tempestad que ejecuta su palabra”. 

¿Son los ciclones, huracanes, tropicales tempestades, nada más que ciegos fenómenos naturales producidos por cambios atmosféricos? Los meteorólogos nos dicen solo cómo se producen. Sí, el aire caliente, la intensa humedad, las presiones, propician la salida de vientos y el comienzo del fenómeno. Las temperaturas frías lo detienen y lo matan.  Esas son algunas condiciones, pero ¿por qué? Ese es el procedimiento natural, las leyes. ¿Por qué existen esas leyes, por qué unas veces se juntan esas condiciones y otras no? ¿Siguen las tempestades un curso caprichoso y errático? ¿No sorprenden, a veces, con cambios bruscos, a los meteorólogos y no se ajustan a ningún modelo? 

Jesús no negó desde antiguo que por observación del cielo se puedan hacer predicciones, cuando mencionó los pronósticos del tiempo sobre la base de los arreboles del cielo (Mt. 16:2,3); y eso que en sus días no se conocía mucho sobre los movimientos del viento, ni se sabía de dónde venía ni a dónde iba (Jn. 3:8), pero hoy con el avance de la tecnología se puede de este asunto para más o menos saber, como dijo Salomón, qué sentido tienen los giros del viento

Es la misma idea del Salmo 147:15-19, por la palabra del Señor tienen lugar todos esos fenómenos conocidos.  No es una explicación que se le dé por ignorancia de las leyes que rigen las tormentas, las nevadas y la lluvia; más bien por el v.6 se da cuenta que hay una ley pero que es dada por Dios: “Le puso ley que no será quebrantada”. Eso es distinto a la cosmología pagana que adjudica los fenómenos naturales a dioses, donde ellos los operan sobre la base de sus propios caprichos o intereses volitivos. No, el Dios de la revelación opera el mundo con leyes y eso falta dentro de las invenciones religiosas de los humanos. Los adoradores de Jehová no excluyen sus leyes sino que él ejerce su voluntad por medio de ellas. El viento y la tempestad ejecutan su palabra.

Lo que está claro es que el Legislador se halla por encima de las leyes que creó. Jesús caminó sobre las aguas neutralizando la gravitación, como si fuera “un mar de vidrio”, y ordenó como a un personaje, a los vientos que se callaran y la tormenta cesó. Cristo es esa palabra (Jn. 1:1-18) por medio de la cual el mundo fue hecho. De sí mismo hizo la luz. Si observas el prólogo del evangelio de Juan verás que la palabra que crea la luz física es la misma que crea la luz espiritual, el conocimiento de Dios. No se puede distinguir fácilmente cuando Juan está hablando de la luz del universo o de la luz de la revelación; “…aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre, venía a este mundo, en el mundo estaba y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. 

La vida y los hechos de Jesús son pruebas fehacientes de que Dios hizo el mundo, que lo hizo por medio de él y que continúa gobernándolo por medio de su palabra. Sus leyes admiten su intervención, son expresiones de su voluntad; ellas solas no gobiernan el mundo con voluntad impersonal, sino que obedecen las intenciones y deseos de la Deidad. Esa es una razón por la cual hallamos en la teología paulina al Hijo mencionado cuando se refiere a Dios como Creador. Debemos reflexionar seriamente sobre la palabra que nos es dicha en la Biblia porque quien la inspiró es el mismo que por ella hizo el cielo y la tierra y que murió para purificar nuestros pecados (He. 1:1-3). El cielo y la tierra pasarán pero sus palabras no pasarán. Mire con moderna admiración, la del siglo XXI, a Jesús andar sobre los párrafos de la ley de gravedad y poner los pies justo donde puso los números en forma matemática, y dejó que la ecuación sumara cero y no se tragara alguna parte de su cuerpo más allá de la tensión superficial, activando con su mismo peso la fuerza de empuje hacia arriba, del agua, y anduviera, por el viento flotando sus cabellos, hasta que le dijo con un dedo frente a sus labios, “¡shiii, no hagas más ruido”.

 

La danza nunca formó parte del culto mosaico

Sal. 149:3

“Alaben su nombre con danza”. Esto es una expresión de alegría más que de adoración. No está proponiendo una forma de culto para Israel, o un modo colectivo de adoración. ¿Piensas que por este mandato ya puedes salir a danzar en un culto cristiano? ¿Cuándo tú has leído que la danza formara parte de la adoración en el templo? Se suele acudir a la danza de David cuando traía el arca a Jerusalén, diciendo que aquel hecho permite a los cristianos hacer lo mismo en la adoración de la Trinidad; hasta se canta: “Yo danzo como David, yo danzo como David”. Pero el rey nunca danzó entre los atrios de la casa de Jehová, jamás dio un solo brinco dentro de las cortinas del tabernáculo. El baile público de David (porque fue solo él, nadie más lo hizo), fue en las calles de la ciudad, enfrente de una procesión patriótico-religiosa; en una fiesta popular. La danza de David fue hecha como expresión de alegría, no como un ritual ni como parte de su adoración a Jehová delante de quien lo hacía; no fue un hábito cúltico. En la iglesia cristiana, que no lleva arca en procesión ni celebra la pascua judía, ni los tabernáculos, ni los panes sin levadura; nada de eso; en una época donde la música del templo no es la del pueblo, que tiene la suya, nada tiene que ver la danza en sus servicios. No hay rastro en la historia cristiana que alguna vez la iglesia absorbiera el estilo de las festividades populares judías dentro de sus cultos. El culto cristiano no tiene un equivalente en la adoración del Antiguo Pacto, aunque los salmos siempre se han usado como himnario. El culto cristiano fue algo nuevo, en torno a Cristo y a su palabra; una revelación nueva con una adoración nueva. Es difícil concebir a Pablo, aun en Corinto, saltado como David, con un himno en la boca.

Y lo mismo se podría decir de las orquestas del salmo siguiente (Sal. 150). Si el pueblo, en tiempos davídicos, cantaba sus salmos, cánticos de Sion, es lo contrario a lo que hacen hoy, la música, el estilo no es el de Sion, sino el del pueblo. La gente ahora no canta las canciones de Dios sino que el pueblo cristiano entona y adora a su Señor con estilo profano.

Sal. 149:4

"... Jehová tiene contentamiento en su pueblo". O también que aceptará a su pueblo especialmente a los humildes o afligidos. Si Dios está contento con nosotros, escoge bendecirnos con la salvación; si el alma de Dios se regocija con su pueblo allí envía él bendición y vida eterna. "... hermoseará o adornará, decorará"; también la salvación hace hermoso el rostro, el pecado nos afea. El pecado no es bello, es feo. Ningún rostro es tan bello para Dios como cuando refleja la hermosura de su santidad (110:3).

149: 5

"... y canten aún sobre sus camas". Alabando al Señor al extremo del día, cuando se hace un recuento de sus bendiciones, cuando se dan gracias, cuando se ora por la familia y la iglesia; los últimos pensamientos del día han de ser para Dios. Oh Dios que yo sea continuamente agradecido a ti; que mi cama no sea un lecho de lujuria, un lecho con mancilla y de pasiones de concupiscencias como los gentiles (1 Te. 4:4-6). Que mi cama sea santa, y la que duerme a mi lado.

Sal. 149:5-7

"... para ejecutar venganza en las naciones". ¿Esto es un expansionismo sionista? No. Israel como potencia mundial para defender su vida y su religión, la revelación de Dios. Sin ese nacionalismo político-teológico no hubiéramos tenido Biblia, el Mesías  y la salvación. Sujeta entre tus manos la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, y venza Dios entre las naciones, no matando pueblos sino resucitándolos; para encadenar el pecado con grillos, a satanás con cadenas; y a los perdidos atarlos y desatarlos. Oh Señor bendice las poderosas huestes de misioneros que combaten por tu nombre y gloria. (Leer Apc. 20:1,2; Mt. 16:19). Amén

Sal. 150:2

"... la muchedumbre de su grandeza". Indica el número grande de formas que Dios tiene para mostrar su gloria, o la excelencia.  ¿Tienes ojos y sabes contar? Mira, si puedes, a Dios en las pequeñas cosas de la tierra y en las grandes y alábalo; cuenta, uno, dos, tres, hasta donde la revelación te de su luz y tu corazón espiritual pueda juzgarlas. La misericordia de Dios y las glorias de Dios son grandes y numerosas en gran manera; por experiencia lo sabemos, y te alabamos Señor. Tú eres un Dios de proezas, invencible, nadie como tú, doblamos nuestras rodillas ante tu presencia y te honramos por la multitud de bondades mostradas hacia tu pueblo. Amén.

Sal. 150:3-6

"...alabadle a son de bocina". Y mejor que eso, alábale con una vida santa digna del evangelio y de la vocación con que fuiste llamado. Una forma de culto más centralizado en la redención y regeneración que en la formación nacional de un pueblo; más en el espíritu y la verdad que las ceremonias y sacrificios de animales; no, que aquel entonces la palabra no era el centro de la adoración, hoy sí, o era ella pero en sombras y símbolos. Hoy el Verbo y el evangelio ocupan el primado. Han mejorado las razones para adorar a Dios, ha progresado la adoración. Una orquesta así hoy, serviría más para el disfrute de los participantes que para la adoración divina. Oh músicos, retrocedan, minimícense y magnifiquen a Cristo con fe y buenas obras, y more la palabra de Dios en abundancia entre nosotros, y vayan detrás de la predicación porque a Dios agradó salvar al mundo por esa clase de locura (Col. 3:16).

 

 

 

 

 

Título: Buenas nuevas de lejas tierras (25:25).

 

Proverbios de Salomón

 

Proverbios pertenece a la literatura llamada sapiencial o de sabiduría. La literatura hebrea sobre la sabiduría incluye Job, Proverbios, Eclesiastés y ciertos salmos (1, 37, 49, 73, 112). Los maestros de sabiduría estaban interesados en la formación de hombres pensadores, dignos en carácter y bien formados en la construcción política de la nación. Pensaban que la efectividad profesional estaba relacionada con el valor del carácter. 

Algunos piensan que cuando dice “proverbios de Salomón” pudiera indicar no sólo que él haya escrito algunos, sino que eran proverbios sabios, de la colección de Salomón o discípulos salomónicos (25:1; 30:1; 31; también ver 22:17 y 24:23. Ver nota 16:25 y 18:8; 26:22; 23:29-35). Espero, hijo mío, que no seas tan insensato como para entregarte al alcohol. El sabio enseña que la borrachera es una necedad. Los que leemos el NT quisiéramos que hubiera dicho que los borrachos no heredarán el reino de Dios (1 Co. 6:10), pero no lo dice porque aparentemente Salomón no escribió Proverbios, ni ninguno de sus libros con intención religiosa. No se propuso componer algún libro bajo la inspiración del Espíritu Santo para engrosar la revelación de Israel, sino para que fuera leído por personas con y sin religión, aunque Dios forma parte de sus escritos, y afirma que el principio de la sabiduría es el temor de Dios. Excepto Cantares que no lo nombra. 

Para Salomón, Proverbios era un libro sobre la moral y la conducta humana, teniendo como trasfondo, sí, el temor de Dios, pero para obrar con sabiduría (24:23), “también estos son dichos de los sabios”. Salomón aprendió de otros; todas sus buenas reflexiones no se le ocurrieron sólo a él. Esto muestra que Proverbios es una colección que pertenecía a Salomón (25:1). ¿De dónde los copiaron? ¿De los originales? Quien los haya tenido los compartió con estos varones, se los prestó, pero no se los vendió.

Cuando se predica sobre Proverbios hay que hacer un gran esfuerzo para que el mensaje sea trascendental; el expositor se ve obligado al pragmatismo que el texto le impone, con dudosa satisfacción para los oyentes, a no ser que de voces de auxilio a los autores del NT y corra a encontrarse con ellos. La gracia de Dios casi pasa indetectable en ese libro bíblico porque está distribuida en pequeñas y esparcidas porciones de modo que no alcanza solitaria en un grupo de versículos elegidos como asiento del sermón. Y esa es la razón por la que éste necesita la contribución suplementaria del NT, y cuando se la solicita arroya el texto en y lo sobrepuja de tal modo que en vez de hacer crecer en notoriedad las viejas palabras, sobresalta su endeble figura y raquítico contenido espiritual. Leamos Proverbios, con pasajes del NT.

 

Pro. 1:1-4

“Para entender doctrina”.  La palabra doctrina en hebreo “muwcar” es primero castigo, reproche, exhortación y además instrucción. En Proverbios el castigo (con varas) forma parte de aquella vieja educación; y aquí tiene en su mira a los muchachos, como parte de la educación doméstica y familiar. Para dar inteligencia y para enseñarnos a comportarnos bien. Reflexionar sobre la palabra disciplina en 3:11; 15:32 (se enfatiza la palabra castigo y se pone como sinónima de corrección) que es la misma que en 1:2; y en Sofonías 3:2 es la misma y se traduce corrección. La disciplina, la corrección y el castigo físico, es una forma ¡doctrinal! de educación.

1:5, 6  

“Oirá el sabio y aumentará su saber”. Aquí tiene como objetivo al adulto y en especial a los instructores que deben estar bien preparados para utilizar ilustraciones en forma recordable, como la parábola y dichos cortos y apelativos que puedan recordarse. Nuestro Señor Jesús hizo uso de ambas cosas en su elegante elocuencia. No digas que ya lo has aprendido todo; quizás lo que sabes no lo sabes como debieras saberlo. El sabio nos impulsa a saber más, a abrir el apetito intelectual. ¿No has pensado enaumentar tus conocimientos? Hasta el día de tu muerte debes proseguir aumentando tus conocimientos y creciendo en gracia. No te disminuyas. “Dichos profundos” o “los acertijos de Dios” “los dichos oscuros de Dios” y “los enigmas de Dios”. Piensa en la providencia para que veas que desconcierta. Este mundo, no la Biblia, parece gobernado con locura, por una mente errática y esquizofrénica, injusta, malvada y caprichosa. Y todos esos actos incomprensibles y oscuros tienen un mensaje divino. Aprende, maestro.

Pro. 1:7

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Un saludo de aprobación para el elocuente autor, que menciona el culto a Dios que pudiera resumir todo el aprendizaje civil y ético del compositor. Está escondido y no se ve, pero yo le suministro la palabra que falta, el temor a no hacer la voluntad de Dios y pecar. La palabra ausente es pecado, que se ha hecho hábito en esta sociedad que no quiere oír de ella. Por ahí debes empezar, temiendo a Dios, no una auto manufacturada ética sin temor a Dios. Todos tus conocimientos te sirven para adorar a Dios y apartarte del pecado.

1:10-18

“Hijo mío si los pecadores te quisieren engañar”. “Si los pervertidos te quisieren seducir” (BTX). La palabra engañar se pudiera traducir como “criminal” o “inducir”.  La principal preocupación del padre sabio en este capítulo, es que la influencia de los malos amigos sobre su hijo sea mayor que la suya y que fuera reclutado por alguna pandilla que le ofrezcan villas y castillos, dándole buenos golpes a los que tengan dinero: robo y homicidio (vv.10-13). Se lo pudieran engañar proponiéndole aventuras locas. Jóvenes que quieren hacer dinero rápido por medio del pillaje y la delincuencia, y se hacen ilusiones que llenarán hasta el techo sus casas con dinero, y lo aprenden cuando acaban en prisión. Los engatusan con engaños para torcerle el brazo a una sociedad organizada con sus policías, agentes investigadores, cárceles y leyes muy severas hasta la pena de muerte. No piensan en eso, que los van a atrapar (Ro. 13:1-4). Hijo, si te hacen proposiciones dudosas consúltalas con tus padres. 

1:20,21

“La sabiduría clama en las calles”. Hoy no hay sabiduría en las calles como antaño, cuando los maestros como Jesús predicaban en las plazas públicas, o los ancianos se reunían en las puertas de la ciudad para hacer juicio; la sabiduría actualmente se encuentra en las bibliotecas, en las universidades, en los areópagos modernos, en los muchísimos libros que permanecen cerrados sin que alguien se tome la molestia de abrirlos, en las librerías. Esos son los mejores sitios para los jóvenes. No des crédito a eso que con eufemismo llaman “la universidad de la calle”.

1:23-31

“Entonces me llamarán y no responderé”. La sabiduría o la razón, es personificada y los que la ignoran y obran opuesto a ella, obtendrán malos resultados; aun los que con cierto temor a las consecuencias se atreven a obrar el mal (vv.26,27). El miedo a las malas consecuencias no es suficiente para refrenar el pecado, porque la persona piensa que quizás no le pasará nada malo y podrá disfrutarlo sin ser descubierto. ¡Error! Si hubieran escogido temer a Jehová y no a las consecuencias no hubieran pecado (v. 29). Si quieres enseñarles una ética a tus hijos, enséñales el N.T. y el A.T., o sea, la revelación de quien es Dios y además enséñalos a orar para que tengan fe, porque de ella nace la obediencia.

Pro. 2. 

Hay cosas importantes en este capítulo. Me llama la atención el aspecto interior de la ética religiosa (vv. 1, 10); “dentro” de ti, aunque es más bien “esconder” en ti; pero se acopla bien con el v.10 que sí es “ir, venir” al corazón; la cual, mediante la educación, cuando la Palabra de Dios llega al interior, ella opera. En segundo lugar, el fuerte deseo con que se debe orar pidiendo a Dios que la instrucción de la Palabra sea efectiva (vv. 2-7). Mientras avanza el capítulo se hace un contraste entre el deleite de los impíos (v. 14) y el deleite de los santos (v.10); y el capítulo maduracuando se le promete al joven que Dios lo liberará del adulterio (vv. 16-19); de las concupiscencias de mujeres infieles a sus maridos, que son dominadas por sus pasiones juveniles y regresan en el tiempo, con experiencia impía, a buscar jóvenes incautos.

Pro. 2:1

"... dentro de ti". Las ceremonias religiosas no se pueden meter dentro de la persona, pero sí la palabra de Dios (He. 4:12); es ese lugar de ella, dentro del alma y del corazón; para que eso ocurra tiene que serenseñado por Dios (Jn. 6:45).

2:3

"... si clamares". En el camino de la vida nos esperan tentaciones de todo tipo, y desde el primer día de instrucción religiosa debe ir acompañada por peticiones de gracia a Dios; la fidelidad y la obediencia a la Palabra de Dios están relacionadas con la oración, y específicamente con la clase de oración que se hace; si es potente, sincera y llena de fe. Posiblemente aprendamos más pronto las palabras de Dios que a orar (Lc. 11:1).

2:4

"... plata, tesoros escondidos". En muchísimos pasajes de la Escritura se nos enseña que el conocimiento de Cristo es un tesoro, o como se escribió, “las inescrutables riquezas de Cristo” (Efe. 3:8). Compáralo con lo mejor del mundo, la basura quiero decir (Flp. 3:8). Hablando de todo eso, la sabiduría se compra, quiero decir los libros de autores que la depositan en sus publicaciones, y no es un malgasto usar algún dinerillo en adquirirlos, aquellos que cavan en la Escritura y desentrañan de ella enseñanzas para el cerebro y el corazón, para pensar alto y sentir profundo.

2:5

"... entenderás el temor del Señor". Yo sé que aquí el temor a Jehová es equivalente al temor a la Palabra de Dios, pero me parece que también indica que temer y entender son equivalentes. No dice "entonces sentirás el temor de Dios" sino "entenderás" el temor de Jehová. El temor a Jehová es el fruto del conocimiento. Mi temor a Dios no es por el castigo sino por su Persona, su grandeza, su carácter, su amor, su perdón; por lo que soy de él: su hijo, un pecador justificado y muy perdonado. Por lo que ha hecho por mí; y miedo por lo que me pudiera convertir el pecado y por lo que dejaría de ser. En lo último que pienso, si pienso, es en el infierno.

 

No es el veleidoso libre albedrío 

Pro. 2:8

"... guarda las veredas, preserva el camino". Las palabras veredas y caminos son similares, “carreteras muy utilizadas” pero la última significa también “curso de la vida” y “modo de acción”. La primera traducción de preservas es “cerca, protección”, una valla alrededor de nuestros cursos de vidas y modos de acción; el Señor tiende una cerca de protección a todo lo largo del camino de sus santos para que el furioso león no los toque (Job 1;10); las dos palabras en significado son parecidas Si comparas este versículo con la tentación que sobreviene a los jóvenes en los vv.16-19, te das cuenta que no dice que tú serás librado de esa clase de pecado, sino que Dios te librará de cometerlo; será él quien envíe su palabra y sus ángeles para que tu pie no tropiece en piedra; el conocimiento ético provee la sabiduría, los principios, pero esas cosas no son suficientes para dominar las pasiones y rechazar los halagos de la infidelidad. Es Dios mismo quien personalmente se encarga de tu preservación porque él es el guarda de los santos (hombres) (Job 7:20). La preservación de la vida espiritual de un joven, o de un adulto, no está encargada sólo a su potencia interior y a la gracia recibida, sino al auxilio y socorro pronto que viene de parte de Jehová, es externo, tanto como interno, el dominio de él sobre las circunstancias y el cambio de las condiciones que proveen terreno fértil para la caída en el pecado. La perseverancia de los santos es algo que Dios se toma muy en serio y que no la deja al veleidoso libre albedrío, es un compromiso que tiene con su propósito y consigo mismo. A él sea todo el honor y la gloria por nuestra preservación y nuestro testimonio.

2:14

"... se alegran, las perversidades del vicio". Se puede traducir “mal, pecado”. Se ríen y saltan alegres por los impulsos del pecado. Es que no conocen otra clase de alegría. Son extraños y locos esos festejos; y en el fondo tontos y vanos, hasta peligrosos.

3:1

"... no te olvides... mis mandamientos". Se traduce ley. ¿Cómo criar sin ley a tus hijos, padre?”. Saca tus leyes de la Biblia.  Mira la insistencia de un padre para adoctrinar a su hijo insensato ¿tal vez porque su ejemplo obstaculizó su doctrina?  Nunca tal nos ocurra.

3:2

"... largura de días, y años". Una vida sana y moralmente saludable aumenta las posibilidades de su longitud. Hoy día habría que añadir a la promesa de Jehová: “Si haces ejercicios físicos, si miras la etiqueta de lo que compres y vas a ingerir y comes saludable porque tu cuerpo y figura dependerá de lo que ingieras y sin mucha sal ni grasa”.

3:3

"... la misericordia y la verdad". Supremas virtudes para el comportamiento humano; la misericordia tiene que ir acompañada con la verdad, para que no haya acepción de personas y sea saludable; la verdad tiene que ser dicha con misericordia tanto como con justicia, la verdad dicha siempre es justa; la misericordia escoge las palabras y la lengua veraz las dice en el momento y  con su respetuoso énfasis.

Pro. 3:4

"... favor y buena opinión ante Dios y los hombres". Un modo de aumentar nuestra influencia espiritual entre la gente. La buena fama es como un buen perfume regado sobre la personalidad (Pro. 22:1; Ecl. 7:1), sin embargo, nadie se escapa que le escriban falsamente un mal reporte (2 Co. 6:8). La opinión de Dios es la primera que tenemos que tener en cuenta, de ella se deriva nuestro testimonio; y si hay conflicto entre uno y los otros, escojamos agradar a Dios primero que a los hombres (Ga. 1:10).

3:5

"... no te apoyes en tu prudencia (conocimiento). La experiencia vale, si es de fe. No arregles tus caminos sólo con tus propias ideas. Tu propia sabiduría puede llevarte lejos, pero recuerda que es frágil y vulnerable, tan débil como tú mismo. Fíate de lo que dice Dios.

3:6

"... él enderezará tus sendas". Que no quede ningún aspecto de tu vida donde no introduzcas a Dios. Cuando todo se va componiendo es que Dios está trabajando. Se nos joroban las cosas, Señor, sin quererlo, y con el tiempo y tu gracia las vas enderezando y el corazón va latiendo de emoción y dicha al ir contemplando la bondad de tu sabia providencia. ¡Qué gran promesa es esa, “enderezará tus sendas”, claro, precedida por un requisito, “reconócelo en todos tus caminos”; y ¿qué he hecho yo si no? En ningún asunto te he dado de lado.

3:7

“... no seas sabio en tu propia opinión"; o no seas sabio ante ti mismo, ante tus propios ojos. La opinión de uno puede estar viciada con afectos pecaminosos y poner en peligro el alma; el temor de Dios es más sabio que nuestras opiniones. Es mejor dirigirse por la Biblia, por la oración, que por opiniones que son quizás incompletas, porque tal vez estén limitadas por el prejuicio o procedan de una fuente cultural y tradicional equivocada, según la manera de pensar de los hombres y de la gente de la calle. No siempre nuestros ojos ven bien. Confía en Dios más que en tus ojos.

Pro. 3:7,8

"... medicina a tu cuerpo... refrigerio para tus huesos". En vez de cuerpo alguna traducción dice ombligo porque la palabra significa cordón. El pecado enferma; cuando la tentación se ha metido dentro el mal llega hasta los huesos, produce fiebre y delirios (Ro. 1: 27). La palabra de Dios es buena medicina para los huesos, la única que entra hasta ellos (He. 4:12). Una buena lectura o un buen sermón son como recetas de un quiropráctico o de un ortopédico. 

3:9,10

"... honra a Jehová con tus bienes". No abandones hijo mío, el sostén de la casa de Dios, de lo que Dios te da, saca lo primero para él, en todo Cristo tenga la preeminencia; no solamente lo honres de labio sino con tu bolsillo; si eso haces él abrirá las ventanas de los cielos (Mal. 3:10), y recibirás bendición; pon primeramente el reino de Dios y su justicia en tus intereses financieros, hazlo prosperar, comparte tus bendiciones con Dios, es la mejor forma de darle gracias por lo que has recibido, devolverle una parte para la prosperidad de su reino. No abandones al levita (Dt. 12:19).

Pro. 3:11,12

"...no rechaces el castigo". (Ver 1:1-4).  Busca en tu vida no sólo las consecuencias de tus equivocaciones sino los castigos de Dios, no te desalientes con ellos porque vienen con amor y se les llama también corrección (He. 12:5,6). La palabra traducida fatigues significa también “no te disgustes”.

3:14

"...ganancia mejor que la plata... más que el oro fino". No hay oro y plata en el mundo que valga más que alguna verdad y un buen pensamiento. Esas cosas nos hacen mejores pero el dinero no, la ganancia de la plata puede ser la vanidad, la codicia, el desarrollo de la envidia, pero jamás la verdad produce malos resultados ni los buenos pensamientos. 

3:17

"... sus caminos son deleitosos”. Agradables. Pienso que con la sabiduría he hallado misericordia, porque mis caminos son deleitosos y de paz. Señor has convertido mi vida en un paraíso (v.18).

Pro. 3:19,20

"Jehová con sabiduría fundó la tierra". Cuando vivas con sabiduría y con inteligencia te mueves en armonía con la creación, es tu ayudadora, tu amiga, no tu enemiga. Hacer el mal es ir contra la creación, es anti-espiritual, desgraciadamente una anomalía de lo natural, un desorden, es caótico y suicida. Si vas contra Dios tiene toda la creación contra. Es ir contra-naturaleza.

Pro. 3:28

“No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, mañana te lo daré”. No digas que no tienes y sí tienes (Lee en 1 Jn. 3:17,18). Esto habla de las obras de la fe no de una fe sin obras y muerta.

3:29

"... no intentes mal", o no fabriques ni lo trames, no siembres mal. No seas traidor ni dañes a tu 

prójimo. Es mejor un buen vecino amigo que un hermano lejos (27:10).

Pro. 3:31-33

"... no envidies al injusto". O el violento, el injusto, el impío. Hay impíos que prosperan con iniquidades y alcanzan éxito con pecados; ¿no te preguntarás el origen de esa prosperidad ni querrás saber el origen moral de sus ganancias? ¿Pagarás con tu alma por llegar adonde él? El impío no tiene lo que tú tienes, la comunión íntima con Dios y los felices frutos del Espíritu Santo; y esa es una verdadera prosperidad y la mayor ganancia (3 Jn. 2); recuerda que el vituperio de Cristo es mejor que los tesoros de los egipcios (He. 11:24-26). La maldición de Dios gravita siempre sobre la casa del impío y si tiene alguna bendición suya, también Dios la maldecirá (Mal. 2:2). No es ser pobre lo que debes temer sino a la maldición de Dios.

 

Las matemáticas y la teología 

Pro. 4:3-7 

“Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará. Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia".  

 Por este testimonio de Salomón y su madre, nadie debe dudar que David se preocupaba de la instrucción religiosa de sus hijos, aunque si ves bien es una exhortación al progreso intelectual; o así lo entendía su hijo. ¿Es eso sólo lo que Salomón recuerda, una parte del todo y no lo espiritual? ¿Es que no leyó las composiciones religiosas de su padre, es decir el salterio? Si lo hubiera estudiado habría sido influido más por el alma misma de David. A veces los libros de grandes autores no son leídos por sus hijos y a eso se debe la lamentable diferencia entre él y ellos. Ese aspecto intelectual es casi desconocido de David, que comúnmente se le tiene como un músico, místico, poeta, pero no como un pensador profundo fuera del alma humana. Y lo era, un gran analista del ser humano. Es una lástima que Salomón no logró ese combinado balance entre inteligencia y espíritu que logró su padre, tomando sólo una parte de su carácter y costumbre. 

En cuanto a Salomón, en el fondo tenía un monoteísmo estable, aunque no profundo (recuerda que siendo viejo sus mujeres lo condujeron a la idolatría (1 Re. 11:4); lo cual quiere decir que el canoso rey no sujetó sus pasiones conforme al honor que había adquirido. Si se hubiera dedicado a adorar más, combinado con inteligencia (1 Co. 14:14,15), que a la arquitectura del templo, que a estudiar los hongos, los pájaros y las hormigas, y es que supongo, hubiera hecho mejores Proverbios, reducido la sensualidad de Cantares y tendría el Eclesiastés menos tristeza y frustración. La revelación bíblica es progresiva. La razón perfecta es la espiritual, el intelectual perfecto es el espiritual. Es un error que los padres cometen con sus hijos cuando hacen que prefieran totalmente el arte de la literatura secular al contenido de la literatura cristiana, Homero y Víctor Hugo a Agustín y Juan Bunyan. 

¿Por qué no las dos cosas, la universidad y la iglesia? San Pablo, especialmente Romanos, es bueno para aprender lógica, y sus escritos muestran una mente enciclopédica. Ambas pueden ser espiritualmente inseparables. La inspiración bíblica tiene mucho que darle al mundo, si quien la predica o la escribe es guiado por el Espíritu Santo. Por supuesto que la Biblia no es un libro de entretenimiento sino de instrucción y los libros que salen inspirados por ella, caminan por los siglos y sin cansancio, con paso majestuoso y triunfal. El contenido de la palabra de Dios, donde se halle, es inmortal. Tal vez desconocido o abandonado, pero inmortal.

Debe nuestra prole aprender de nosotros el perfecto balance entre fe y razón, ciencia y religión, a pensar alto y sentir hondo. Que tengan la mente de Cristo, que haya en ellos el sentir que hubo también en Cristo Jesús; y que amen tanto las matemáticas como la teología; y concluyo sin ofender a un autor bíblico, y como si le hablara, "Salomón debiste haber tomado más en tus manos el diario y las oraciones de David".

Pro. 4:15

"... pasa adelante". Es una palabra muy sabia pasa,aléjatedesvíatevete. En hebreo es cruza, transita. Ándate solo y déjala atrás y que ella haga lo que quiera y se junte con otro que no seas tú.

4:18

“Es como la luz de la aurora”; amanece y crece hasta el mediodía. Ten paciencia que los caminos de los justos, Dios los perfecciona y según el tiempo se vuelven más claros.

Pro. 4:19

"... no saben en qué tropiezan". No quieren reconocer que es el pecado el que les ha hecho salir las cosas mal; porque el pecado está en ellos mismos y no lo pueden ver. Dicen, ¿por qué me ha pasado esto? ¿Qué he hecho mal? ¿Por qué me suceden estas cosas?

4:23

"... guarda tu corazón porque de él salen los manantiales de la vida". Oh Dios, cuando algunas cosas malas entran al corazón ya uno no puede sacarlas. Cubre tus ojos rápido, tapa tus oídos pronto, muévanse tus rodillas paralizadas antes que sea tarde, no mires, no oigas, pon tu mano sobre tu corazón y prohíbele alegrarse y gustarse en eso, ordénale que palpite sólo por Jesús. Corre con Dios a tu lado porque la huida lo fortalece.

4:25-27

"... tus ojos miren lo que tienes delante". Ocúpate en mirar tus propios pasos, asegúrate si el camino es recto y adonde lleva, no mires a los lados ni atrás sino adelante, traza una línea recta para tus pies y luego por nada del mundo accedas abandonarla. Pide ayuda a Dios para cumplir tu propósito. Pon los ojos en Jesús y prosigue al premio del supremo llamamiento (Flp. 3:12-14).

Pro. 5:3

"... los labios de la mujer extraña destilan miel". Así es mi Señor, y cuando se los ofrecen a un santo sólo por tu gracia los puede rehusar; guárdanos de contemplar los labios de una mujer perdida que finge piedad y amor, que no sólo evitemos hablar con ella sino que no la miremos hablar ni reír; guárdanos de las risas zalameras de esas vagabundas (7:21).

Pro. 5:3,4

"... los labios destilan miel". Dos labios dulces te pueden ocasionar experiencias muy amargas y cortar como espada de dos filos en dos partes tu vocación. Hay veneno de áspid en ellos.

Pro. 5:5

"... sus pasos conducen al Seol". Déjala que se vaya si pasa cerca de ti, no hagas caso de la gracia de su andar ni la sigas a donde te convida. Si se cruza en tu camino, déjala ir, no lo persigas que te lleva al Seol.

Pro. 5:6

"... sus caminos son inestables". Inestable, la palabra indica el movimiento de un adiós que se hace con la mano; dile adiós, continuamente escapando y fugitiva. No creas hijo mío que podrás pasar la vida con ella, hoy te invita a ti, pero antes lo ha hecho con otro y mañana con alguno, sus caminos son inestables como su corazón, no se satisfacen nunca, hoy es tuya y luego de cualquiera otro. No te juntes a su lado, que se vaya sin ti.

Pro. 5:8

"... no te acerques". No te acerques a la puerta de su casa, ni vayas con ella a otro lado porque donde vayan los verá Dios.

Pro. 5:9,10

"... no des a los extraños tu honor". Inmediatamente que la toques, perderás tu honor, tu reputación y tu buen nombre se irá volando; algún ojo los verá, o ella no dejará cerrada su boca y no le importará confiar a alguien sus relaciones contigo. A ella no le interesa tu reputación sino tú, tu juventud, tu frescura, tu inocencia y tu futuro.

Pro. 5:9-11

"... tus trabajos... se consuma tu carne y tu cuerpo". Habla de la pérdida de dinero, de la posición económica, vivir para darle gustos a una adúltera, trabajar para ella. Al principio puede ser gratis pero luego se hace costoso y se vuelve una explotación.

Pro. 5:12

"... ¡cómo aborrecí el consejo!". ¿Qué adúltero no ha lamentado sus aventuras? Las cosas las ve tan bien al principio, tan cordiales, que no puede imaginar que más allá haya dolor y tristezas.

Pro. 5:14

"... casi en todo mal en medio de la congregación"; o en medio de la sociedad y la iglesia. Ha estado como dice LBLA en casi completa ruina; pero es mejor la traducción, practicando casi todas las perversidades que se imaginan. Esto no es un comentario del autor de Proverbios sino la experiencia confesada de un adúltero, cómo iba boca abajo sintiéndose en otros males, dañino para la sociedad y para la congregación cristiana, si la tiene. "Casi en todos" los pecados, alcohol, engaño, hipocresía, enfermedades, hurto, traición, iras, riñas y quizás drogas y homicidios. El adulterio es una fuente que se abre a otros pecados, unas veces para culparlo, acompañarlo, etc. 

Pro. 5:15

"... el agua de tu misma cisterna". Disfruta tu mujer, olvídate de otras, bebe tu agua, no robes la de otros (vv. 15-19). ¿Te gustaría que tu mujer fuera una fuente de la calle para que otros beban de ella? Ora contra tu propia corrupción, porque biológicamente no lo necesitas, ora para que por el poder del Espíritu Santo no pienses en otras y en experiencias distintas y más completas. Sea bendita tu mujer y alégrate con ella; no rindas tus sueños e ilusiones a una extraña.

Pro. 5:19,20

"…sus caricias te satisfagan". Confórmate con sus caricias, también se traduce “pechos”, no necesitas los de otras; tal vez no son pocas las de tu esposa, sino lo que tú necesitas es negarte a ti mismo, trabajar más por Dios, controlar tu sensualidad y crecer más en gracia. La palabra hebrea que se usa no dice propiamente caricia sino “pecho, seno”; quizás como asiento del amor, la nutrición y la maternal ternura. De todos modos, aunque no lo intente la palabra es sumamente sensual sobre todo la del v.20 que indica interioridad y algo que se halla en medio.

Pro. 6:1-5

"... si salieras fiador por tu amigo". La tontería aquí es hacerse responsable de la deuda de otro (11: 15; 17-18; 20:16, 22-26). Lo que Dios te ha dado a ti ¿se lo darás a otro que no ha sabido administrar su dinero? Sé buen mayordomo de tus propiedades, no uses crédito (casi nunca) para ti mismo, y para otros, nunca. Trabaja hasta que la responsabilidad que asumiste se la pases a tu amigo o hijos.

6:6-8

"...ve a la hormiga". Las hormigas, las abejas y otros animales o insectos se proveen de alimento en la estación propicia para cuando llegue el invierno. Pero el que es vago no creo que aprenda de las hormigas ni de los hombres industriosos, porque no ama el trabajo, y es falto de entendimiento. Como ninguna lección sacará, el que no trabaja tampoco coma (2 Te. 3:10). ¡Un hombre hecho a la imagen de Dios tiene que aprender de ‘una hormiga’!

6:9-11

"...perezoso ¿hasta cuándo has de dormir, cuándo te levantarás".  Son las diez de la mañana y tú entre sábanas. ¿No te avergüenza el sol que ya salió, las aves que buscan sus alimentos, la hormiga que sale de su cueva buscando para guardar su sostén? ¿De qué vivirán los tuyos si no provees para ellos?  El hombre haragán que ama la cama, lo destruirán sus necesidades.

6:12-15

"... guiña los ojos, hace señas". Mueve los pies, entorna los ojos, mira para arriba, a los lados, hace señas con los dedos, aparta la gente y le habla al oído, calumnia y difama y rompe reputaciones.

 

Mucho más que seis o siete pecados

Pro. 6:16-19

"... seis cosas aborrece Jehová...". ¿Seis? No, hay más cosas que aborrece el corazón de Dios, sesenta, seiscientos, seis mil pecados que abomina su alma. ¿Siete? Siete mil iniquidades. Exceptuando el homicidio y el testigo falso, no son siete pecados capitales. ¿Dónde está el robo, adulterio, blasfemia, la fornicación, la embriaguez, los vicios de todo tipo, la incredulidad, la blasfemia contra el Espíritu Santo y las codicias? Si el Señor aborrece los pecados menores cuánto más los mayores. Si los pecadillos ¡cuánto más las grandes maldades! Sin embargo, los pecadillos son muy destructores, son plagas que la sociedad, la familia y la iglesia sufren, y las destruyen, deshacen largas relaciones, enfrentan fieles amigos y separan a buenos vecinos de toda la vida y arruinan un gran testimonio. En realidad, Salomón no menciona los peores, y con todo, la sangre de Jesucristo, los limpia todos. En su lista sólo menciona un pecado grande, el homicidio, los demás son pecados socialmente practicables, "los ojos óptimos" es decir el orgullo, la mentira, el falso testimonio y los malos pensamientos, pero no menciona algunos otros que son superiores, indicando una porción de aquellos pecados que aborrece Jehová, los que la gente comúnmente hace y que son parte de la cultura donde uno vive, contra los cuales no existe una ley civil, pero que el creyente alumbrado por el Espíritu Santo debe procurar sacar de su vida cotidiana.

6:20

"Guarda el mandamiento de tu padre, madre...". Observa que los padres trabajan mutuamente para educar a los hijos, no uno solo de ellos. El padre no dice una cosa y la madre dice otra, porque todos no podrán vivir juntos si no estuvieren de acuerdo (1: 8).

 

No caigas en sus brazos, hijo mío 

Pro. 6:24-35

"Para que te guarden de la mujer mala, extraña, de su hermosura, ajena...". Salomón instruye a su hijo para que no cometa adulterio. Este es uno de los mejores comentarios sobre esta clase de pecado, que se encuentra en la Biblia. No se menciona el juicio eterno, porque el autor posiblemente lo desconoce. Pero el Nuevo Testamento sí lo hace, y explica lo dañino que es para la vida. No tengas intimidad con la mujer de tu prójimo, no la visites cuando su marido no se encuentra en casa ni le hables por teléfono, ni le hagas regalos, y si la hallas en la calle salúdala y sigue de largo, no busques con ella puntos en común; no la examines con tus ojos y mucho menos la halagues. No la mires al fondo de sus ojos cuando éstos relampaguean; borra de tu memoria su imagen y olvida su figura. La mujer casada que coquetea es peor que una ramera porque esta busca dinero y la adúltera destruir dos matrimonios (v.26) y te reducirá a nada tu alma preciosa y valiosa, y santa. Vuela como un ave fuera de su trampa. No juegues con fuego (v.27), porque arderán tus vestidos, casas, familias enteras. La infidelidad conyugal se paga caro, y de un modo o de otro no quedarás impune (v.29). Si caes en sus brazos es que eres un falto de entendimiento (v.32). Tu pecado nunca será borrado, al menos de la memoria del esposo y los hombres, parcial o totalmente tu reputación será reducida. El marido de la adúltera nunca querrá perdonar a ninguno de los dos. La iglesia y el mundo nunca olvidarán el escándalo.

Pro. 7:2

"Guarda mis mandamientos como las niñas de tus ojos". Dentro de las posibles traducciones de mandamientos “preceptos” sería mi preferida, según el contexto. No exagera porque por ellos, para eso son nuestros dos ojos, para mirar la realidad del mundo; en un ojo tengo el Antiguo Testamento y en el otro el Nuevo Testamento. Guarda tu visión espiritual y usa colirio de Tesalónica para curarte cuando se te pierda la senda o se vuelva tu ojo tinieblas (Apc. 3:18).

7:4

“llama a la inteligencia mi mejor amiga”; muy bien, y si el joven llama a la Biblia mi mejor amiga, es muy bueno.

Pro. 7:1-27

Esta es la triste caída de un joven incauto cuando le sale al encuentro de su vida una mujer “bullanguera” (BTX), perversa y descarada, con “cara dura” que es lo que la palabra “impudencia” significa (v.13); lo enamora, lo invita a su lecho, lo lleva a su casa, lo hace actuar en contra de lo que había planeado para su futuro; él no había pensado en convertirse en un adúltero ni visitar a una prostituta, no, él tenía planes mejores y más sanos y nobles, pero ella, aquella malvada criatura le apareció y “lo obligó con sus palabras” “palabras suaves y adulonería” (v.21), le indujo con suaves palabras y le produjo dentro toda codicia y concupiscencia. Oh, Dios, aparta tales mujeres de nuestros pasos, tapa nuestros oídos para no oírlas. Amén. 

Pro. 7:14,15

“...he pagado mis votos”. Lee Lev. 7:11-18, “tengo carne cocida” “he cumplido la ley ceremonial” “he orado por ti” “Dios te ha puesto en mi camino”; y así, aunque hipócritamente cumple la ley ceremonial, agresivamente sigue adelante violando la ley moral de Dios, tratando de seducir sexualmente a su víctima. ¡Y se llama religiosa! ¡Y ofrece sacrificios de paz!

7:21

“...lo rindió con la zalamería (lisonjas) de sus palabras”; con palabras persuasivas. Batió toda su resistencia. Lo obligó, lo rindió. Al principio él no quería, pero ella insistía en regalarse y le coqueteaba constantemente hasta que no pudo más y por librarse de la aflicción de su lucha entre hacerlo y no hacerlo, entre la santidad y la corrupción, entre la carne y el Espíritu, cometió el error de acceder para terminar ya con aquella espantosa cohibición, indecisión, y amarga lucha. Según la seducción avanzaba, él se rendía, claudicaba, iba en contra de su voluntad cediendo. ¡Oh Dios santo, guarda a tus siervos de esta clase de caídas!

7:24

“...hijos oídme”. El Espíritu piensa en nuestros hijos también. Oraré por ellos en el Espíritu. Piensa para salvación, Dios no los descuida en mis sermones. Dios bendice mis exhortaciones, y mis preocupaciones por ellos.

Pro. 7:24-27

“...a muchos ha hecho caer heridos” “muchas son las víctimas”; hecho pedazos muchas vidas. Hombres fuertes espiritualmente que nadie, ni ellos mismos, jamás hubieran imaginado que cederían a esa clase de pecado, reducidos por una mujercilla como ésta. Hombres dignos, útiles en el reino, han provocado escándalos sexuales que han dañado la obra del Señor y a ellos los han dejado sin nada. Excepto con muchas heridas e imborrables recuerdos, recurrente memoria.

8:1-3

“...en las encrucijadas se para la sabiduría...”. Estos son los lugares de reunión de hombres inteligentes que aman la cultura y se gozan en el saber. Un lugar abierto para todo el que quiere decir lo que sabe o para aprender más. Estos lugares ahora, lo mismo que el templo judío, se resume en Cristo que es poder y sabiduría de Dios.

Pro. 8:4-11

"... hombres, a vosotros clamo para los hombres es mi voz". Comienza recomendándose como un hombre honesto. Cuando te juntas a un hombre para aprender, trata de saber la clase de hombre que es, no sólo por lo que, como aquí, él dice ser o saber, sino por lo que dice y enseña, "por sus frutos los conoceréis". El conocimiento uno lo puede adquirir de cualquiera que sepa, pero la sabiduría de la persona que lo ilustra con su vida es más importante, ¿cuál de los dos importa más? Salomón mezcla las dos cosas, lo que es y lo que enseña.

8:11

"... mejor que las piedras preciosas". Joyas. Esto ya lo sabemos, mejor es adornar la vida con verdades que con perlas y diamantes.

8:33-36

"... bienaventurado el hombre que me escucha". Todo el capítulo es un elogio y recomendación para buscar ser sabios, antes que hacer dinero. De veras el que halla la sabiduría halla vida y seguro que contará con el apoyo y alabanza de Dios. Oh Dios, que nuestras vidas sean dominadas por nuestro cerebro y no por nuestros instintos.

8:36

“El que peca contra mí defrauda su alma” o “maltrata su alma, violenta” “a sí mismo se daña”. El que elige pecar elige morir.

9:7,8

“...no aconsejes al escarnecedor”. “El que corrige al escarnecedor, también pudiera traducirse que se mofa, que le hace muecas al otro, atrae sobre sí deshonra, y el que reprende al impío recibe insultos” (LBLA). El evangelio de salvación debe ser predicado al impío y al escarnecedor; pero eso es diferente a lo que se aconseja aquí, que no se trata de salvación. Uno sale mal parado si se mete a consejero de una persona con mente obtusa. Esa clase de oyentes la tuvo Jesús en sus sermones (Lc. 8:53; 16:14).

9:9

"...da instrucción al sabio...". Selecciona a la persona con la que vas a compartir tus conocimientos; no eches las perlas a los puercos. Algunos aprenden mucho y otros nada.

9:10

“...el temor de Jehová…principio de sabiduría”. De todos los conocimientos que adquiera el hombre, los supremos son los que tengan que ver con Dios. La fuerza motriz de la moral cristiana es el temor a Dios. Echa el temor a Dios de una vida y la persona cometerá estupideces.

9:11

"...por mí se aumentarán tus días". Compórtate inteligentemente y vivirás más que los insensatos; no sólo por el sano sistema de vida sino por la bendición divina a tu cuerpo.

Pro. 9:13-18

"... las aguas hurtadas son dulces". De nuevo Salomón advierte a su hijo sobre la prostitución, quiere de todos modos abrirle los ojos a esta clase de pecado. En esta ocasión se trata de una meretriz sentada a la puerta de su casa, ofreciendo sus miradas y sonrisas a los transeúntes sensuales; les despierta la concupiscencia con palabras provocadoras, con su hablar dulce. Huye de ese regalo, aparta tus oídos de esa clase de mujeres. No es verdad lo que ella dice, le está mintiendo a tu carne, las aguas hurtadas no son dulces ni el pan comido en oculto es sabroso (v.17). Tal vez lo sean por un rato. Desde entonces el día se volverá tinieblas, la luz del sol de Dios se apartará de ti, no oirás más su voz, no sentirás la influencia de su Espíritu; tu corazón se volverá piedra. Si no tienes mujer busca una y cásate con ella, y no pases ni cerca por donde han un prostíbulo.

Pro. 10:1,6

"... alegra al padre... bendiciones sobre la cabeza del justo". El hijo sabio no solamente alegra al padre, sino que lo enorgullece. Tócate sobre tu cabeza y no palparás un halo de santidad sino un montón de bendiciones. Señor tú sabes donde y cuando mis hijos se codean con otros, incluyendo gente mala, que venzan con sus bienes el mal y alguna bendición cotidiana los corone.

10:7

"...la memoria del justo será bendita". Si vives para Dios y los hombres, el mundo te recordará con gratitud y celebrará que hayas nacido; en cambio las historias de los perversos se pudrirán y serán olvidadas como muertas.

10:9

"...anda confiado" “Anda seguro” (LBLA). "El que no la debe no la teme"; no obstante, por la envidia del prójimo tendrá enemigos gratuitos.

10:10

"...el que guiña el ojo acarrea tristeza", no exactamente daño; entristece y hace daño por supuesto, porque engaña y despoja al inocente y a su familia.

10:11

"... manantial de vida es la boca del justo". Aprecia cada pensamiento suyo, cada palabra, cada letra de su puño porque edifican, reviven, animan, educan, resucitan. Es bueno oír, leer y aprender de lo que otros han aprendido.

10:12

"... el odio despierta rencillas". Cuando uno habla con odio o enojado, molesta a los demás, los ofende, crea problemas. El amor al prójimo no ve las faltas porque las cubre, o tal vez ayuda a corregirlas y desaparecen.

10:16

"... el fruto del impío es para pecado" (el sueldo, el salario, el dinero que recibe). El justo halla en su trabajo bendiciones, felicidad, la prosperidad del impío suele gastar su dinero pronto, lo invierte mal o lo disipa y  aumenta con creces sus pecados, y su desdicha, no felicidad, crecerá con su progreso.

Pro. 10:17

"... camino a la vida es guardar la instrucción". No te apartes a un lado ni al otro de lo que has aprendido, en ningún momento obres en contra de tu tradición religiosa. No te indispongas en contra de los que te corrigen, te están ayudando. En cuanto a la reprensión, para los jóvenes suele ser oportuna, en la vejez no cabe ella, por las canas, es inoportuna, mal recibida, duele mucho y humilla. En su lugar pudiera sustituirse por una plática amorosa y un hombro de cooperación. 

Pro. 10:18

"... el que encubre el odio es de labios mentirosos". También se puede entender así: el mentiroso encubre su odio porque el amor y la verdad van juntos. El ser amado no le miente a quien lo ama. Y yo sería más fuerte con el que esparce una calumnia, que cree o quiere creer rumores y chismes, y eso no es necedad es enfermedad, ni tampoco, es un mal hábito que tiene que corregirse con cuarenta azotes menos uno. La calumnia estropea el honor de muchos, los rumores inventados, acciones sin comprobar. Debiera haber una ley, para acotar por la iglesia la extensión de las lenguas de sus miembros, o unas tijeras para acortar la lengua larga.

10:19

“...en las muchas palabras no falta el pecado”. El que no da descanso a su lengua, miente, chismosea, critica, se queja y calumnia, todo lo cual es pecado. Debiera pararla y no moverla más, excepto para hablar de Cristo. Debiéramos hablar menos y pensar más (Ecl. 5:2).

10:20

"...la lengua del justo es plata escogida... el corazón del impío es, nada".  O “poca cosa, nada vale”. Bella y valiosa. Pero si miras dentro del corazón del impío no hallarás nada de valor, pero sí mucha basura. Y si encuentras algo bueno, es “poca cosa”.

10:22

"... la bendición de Jehová enriquece". Uno puede hacerse de riqueza por la bendición de Dios a su trabajo. Las cosas que Dios nos ayuda a obtener, luego no nos pesa haberlas obtenido. La bendición de Dios siempre viene con alegría, y el dinero no causa problemas. En cambio, el que se enriquece como Labán vendiendo a sus hijas, su mujer, y a cambio de dinero, también habrá vendido no sólo la familia sino el alma y lamentará perpetuamente su insensatez. 

10:23

"...hacer maldad es como una diversión”, el inteligente con la lectura y el estudio; también se traduce, como una risa o un deporte. El criminal disfruta sus crímenes, para él es una fiesta su homicidio, el violador se recrea en su violación y el ladrón en su hurto. Para un hombre sabio es una fiesta enorme tener un libro abierto en sus manos, escribir, investigar, platicar con su compañero sobre temas de pensamientos.

10:24

"...lo que teme eso le vendrá". Sus corazonadas, y lo que no teme también, el juicio de Dios, temores y sorpresas llenarán su vida.

10:25

"... como pasa el torbellino". Esto es contrario al dicho popular que "hierba mala nunca muere" o que "los buenos se mueren pronto". Las simientes de los justos permanecerán para siempre. No se acabarán los justos en la tierra, aunque sea uno que camine con Dios y se llame Noé.

Pro. 10:28

"... la esperanza de los justos es alegría". Toda esperanzada alegría y mucho más, si es Jesús la esperanza de gloria (Col. 1:27).

Pro. 11:1

"... el peso falso es abominación a Jehová". No engañes a nadie en tus tratos comerciales. El ojo de Dios está atento al precio y a la justicia. Dios desaprueba la deshonestidad en el negocio. Se puede hacer dinero negociando, haciendo inversiones inteligentes y oportunas, ellas reciben la aprobación y bendición de Dios, pero jamás la trampa.

11:2

"... cuando viene la soberbia, viene también la deshonra". La soberbia no es buena (2 Co.12:20; 1 Co.5:6; Sgo.4:16); acepta la exhortación, reconoce tu falta porque Dios da gracia a los humildes y resiste a los soberbios.

11:4

"... no aprovecharán las riquezas en el día de la ira". ¿Qué harás con tu dinero el día de la ira de Dios por tus pecados? ¿No sabes que tu fortuna no es apreciada por Aquel a quien has menospreciado? (Sgo. 5:1-3).

11:6

"... la justicia de los rectos". No pienses, si eres impío, que quedarás impune, la justicia de Dios y de los hombres te persiguen y él te entregará en manos de ellos.

11:7

"... cuando muere el hombre impío perece su esperanza". Todos los sueños terrenales terminan en un ataúd, el piadoso tiene su esperanza en Cristo que lo guiará aún más allá de la muerte (Sal. 48:14). ¡Oh, morir sin poder continuar!

11:8

"... el impío entra en lugar suyo". Cada uno es coge el lugar donde pasará la eternidad; unos habitarán en llamas de gloria, otros en llamas del infierno (Isa. 33:14; Hch. 1:25); cada uno se va como el iscariote, “a su propio lugar” (Hch. 1:25)

11:9

"... los justos son liberados con la sabiduría". Señor libra mi alma de los impostores, los que se muestran amigos pero se aman sólo a sí mismos, que sólo buscan de nosotros su provecho.

Pro. 11:10

"... cuando los impíos perecen hay fiesta". Hay grande alegría en el derrumbamiento de una dictadura, en el apresamiento y condena del dictador, en la ejecución del criminal convicto.

11:11

"... por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida" La ciudad prospera con las buenas inversiones, con los negocios. El capitalismo, con muchos de defectos, es mejor que lo otro que inventó el hambre. Que el pueblo donde vives, deba en parte su prosperidad a la bendición de Dios sobre tu buen trabajo; tu honestidad; la ciudad no necesita adúlteros, ladrones, ni policias y polticos corruptos, etc.

11:12 

"... el que menosprecia a su prójimo carece de entendimiento". No menosprecies a nadie por su nacimiento, cultura, raza, religión, porque a imagen de Dios fue creado (Sgo. 3:9).

Pro. 11:13

"... el que anda en chismes descubre el secreto". ¿Por qué quieres conocer la vida privada de los demás? ¿Acaso para orar? (Ga. 6:1; 1 Jn. 5:16). Pide perdón, ora, etc. No aprendas a ser chismoso (1 Ti. 5:13).

11:14

"... donde no hay buen consejo caerá el pueblo". Oremos a Dios para que nos dé gobernantes inteligentes que sepan dirigir al pueblo, y escoger sus colaboradores que le aconsejen, quiere decir que tengan una buena constitución, bien y no mal al gobierno.

11:15

"...será afligido el que sale por fiador de un extraño". Haz bien a todos, especialmente a los hermanos que no son de tu localidad y te necesitan (3 Jn. 5:8); pero sin arriesgar tu reputación o poner a su disposición tu crédito económico. ¿Cómo pagarás la multa de uno que se dice inocente y es culpable?

11:16

"... la mujer agraciada tendrá honra". Adquiere buena reputación la mujer que es piadosa, trabajadora y ayuda a los santos (Ro. 13:12; 31:10 y sigs.).

11:17

"... a su alma hace bien el hombre misericordioso". Una comparación entre el misericordioso que es compasivo, perdona y juzga con benevolencia a su prójimo y el cruel que atropella y venga. El misericordioso tiene su alma preparada para disfrutar sus actos de misericordia, que endulzarán su vida, le ayudan a vivir, pero el cruel su odio, su amargura y resentimiento se vuelven contra él mismo. Pablo dijo: "La piedad tiene promesa para esta vida presente...".

11:18

"...el impío hace obra falsa". Porque no son obras de justicia, ni de entrañable amor, ni de fe; tienen apariencia de buenas obras, pero no son legítimas, son "milagros engañosos". Se puede traducir que el impío trabaja engañosamente. Engaña en su trato, en el comercio y cuando enseña. “Logra ganancias engañosas” (BTX).

11:21

"...tarde o temprano el malo será castigado". La mano de la justicia es larga y donde te escondas te atrapará; tu pecado te alcanzará (Núm. 32:23); si no te descubren por una injusticia te descubrirán por otra, porque el impío no se siente bien si no comete otra impiedad (Isa. 57:20,21), y entonces pagará por todas las que ha hecho.

11:22

"...como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón". Oh mujer hermosa y pecadora ¿por qué expones tu bello cuerpo al pecado? ¿Por qué lo ensucias moralmente? Hombre, rompe tu embeleso por ella, rómpelo varón, porque en su cabeza no hay inteligencia, y su falta de razón no te dejará disfrutar su belleza, porque ella ama el cieno. No te revuelques con ella en su fango.

Pro. 11:24

"...hay quienes reparten y tienen más". No temas que el dar te empobrezca porque Dios te suplirá lo que te falte (Flp. 4:19). Y verás que tendrás más compartiendo que reteniendo. No es que entregues lo que tienes a ociosos y vagabundos, despilfarradores, sino a los pobres y necesitados. Solamente acuérdate de compartir con los que no tienen (Ro. 12:13,25, 26).

 

Reverdécenos, Dios

Pro. 11:28

 

"...reverdecerán como ramas". Señor, necesito cada día reverdecer, reverdecer en la mañana y en la tarde y al anochecer, haz que esté unido a ti como el pámpano a la vid, devuélveme, oh Dios, el color que perdí, la vida que se me fue, la fortaleza que tuve, las flores que me embellecían y alzaban hacia mí los rostros de los humanos y las aves para aspirar mi perfume, los dulces frutos que cargaba; permíteme estar siempre verde, saludable y bien alimentado, regado con la lluvia de tu bendición, la “temprana y la tardía” (Dt. 11:14), que las aves me seleccionen para hacer sus nidos y criar sus polluelos. Hazme como una palmera (Sal. 92:12), como un olivo siempre verde en tu casa (Sal. 52:8), como la vara de Aarón, que siendo un bastón seco, por hallarse en tu presencia le comunicaste vida y en el breve espacio de una noche creció, dio flores y frutos (Num. 17:7-9), no por algún truco de algún farsante que la hubiera cambiado por otra recién cortada porque le quedaban señales de la vieja vara, el nombre de su propietario grabado, indiscutible que era la misma pero con un milagro obrado en su corteza y en su fibra íntima. Oh, Señor, nos hubiera tomado años de esfuerzo humano si hubiera habido alguna esperanza sobre lo imposible, la muerte. En poco tiempo lo hiciste porque se hallaba en tu presencia. Reverdécenos, oh, Dios nuestro. Amén. 

 

Doctrinas fervientes y evangelísticas 

Pro. 11:30

"... el que gana almas es sabio". Literalmente es “el que toma almas”. Oh, Señor, si solamente fuera sabio el que gana almas, yo no lo soy mucho. Señor dame sabiduría para ganar almas, para que mi palabra sea con gracia. Oh, Dios, haz que mi teología sea ferviente y evangelística, ferviente en espíritu (Ro. 12:11). Al servicio de los santos, en función de la iglesia, y que tome parte en la "Gran Comisión" (Col. 4:5). Ganar almas es rico, pero más rico es glorificarte, para vida o para muerte de ellas. “El anticristo comercia con almas de hombres que es parte de su negocio (Apc. 18:13); pero su negociación en relación con nuestras almas no es para beneficio de ellas sino pérdida, no para salvarlas. Dondequiera que exista un ministro prudente y fiel de la Palabra de Dios, usará los métodos lícitos para ganar y salvar las almas de los hombres (1 Co.9: 19); a unas preciosas e inmortales almas, cuyo valor es superior al mundo entero, son de inmediata producción de Dios, hechas conforme a su imagen, dañadas por el pecado lo cual significa condenación a muerte eterna; la redención de ellas es preciosa y se encuentra completamente a cargo de Cristo que ha tomado esa responsabilidad y puede muy bien ser llamado el Pastor y Obispo de ellas; y las continúa teniéndolas bajo su responsabilidad pastoreando y cuidando de ellas” (Gill).

 

Pro. 11:31

"...el justo y el impío serán recompensados". En parte el cielo y el infierno se reciben en esta vida; unos gustan ya los poderes del siglo venidero, la buena palabra de Dios, la bondad y belleza de Dios, la compañía de los santos, de los ángeles, el cumplimiento de las promesas, el principio de la vida eterna, las obras del Espíritu; y otros el infierno, la retribución de las obras malas, la maldición de males corporales, del diablo, lloro y crujir de dientes, el cumplimiento de las amenazas de Dios, el robo, muerte de la paz, peligros, miedo y desilusión, despropósito, enfermedad, cárcel, etc., reprobación.

Pro. 12:1

"...el que ama la instrucción". No nos gusta que nos corrijan porque pensamos que no estamos equivocados, menos que nos reprendan. Pero si no aceptamos la reprensión pasarán años para que nos demos cuenta del error. La palabra de exhortación hay que “soportarla” (He. 13:22).

12:3

"... el hombre no se afirmará por medio de la impiedad". La gente dice: "Ojo por ojo" "El mal con el mal se paga". "A la violencia se le opone violencia; al odio, odio; a la envidia, hipocresía; a la mentira, doblez". No, así no nos curamos nunca. El pecador siempre es inestable y resbala. La verdad, la misericordia y la justicia son las que afirman al hombre en su camino. El hombre manso es el que heredará la tierra.

Pro. 12:4

"... la mujer virtuosa es corona... la mala como carcoma en sus huesos". Se puede traducir como “podredumbre en sus huesos”.  Por la mujer virtuosa los hombres admiran al marido; y la mujer mala es como un dolor de huesos, como una enfermedad ósea. ¿Un dolor de muelas, artritis, gota, o un dolor en el cuello, o un lumbago? Un mal marido es parecido.

12:5

"... los consejos de los impíos, engaño". No sigas los consejos de los malos porque te envidian, y quieren que pierdas lo que tienes, o desean aprovecharse de ti.

12:7

"...los impíos no serán más". Un principio justo no se muere jamás.

12:9

"...que el que se jacta y carece de pan". ¿De qué te jactas si no tienes nada, de noble si eres plebeyo, de rico si eres pobre? ¿Qué bobería es esa de una imagen fantasma? ¿Por qué te engañas a ti mismo si las alabanzas del pueblo no alivian tu hambre? Sé responsable con tu vida.

Pro. 12:10

"...cuida de la vida de su bestia". La sociedad para la protección de animales aquí tiene un texto bueno; pero el hecho de comer carne, vestirse con la piel del camello como Juan el bautista, no significa ser cruel, porque así lo ordenó Dios (ver Ex. 23:19; Hch. 10:13).

12:13

"...enredado en la prevaricación de sus labios"; la palabra significa nariz, por implicación es como cogido como un pez por su boca, o una bestia por la nariz, es una trampa; pero lo comento mejor como que se enreda. No te enredes en chismes, por favor, hay cosas mejores en las cuales pensar y por los cuales orar; y gran cantidad de noble trabajo que hacer.

Pro. 12:15

"...es derecho en su opinión". Si supiera contar sus tropiezos y caídas y sacar lecciones de ellas, puede que cambiara su senda. Uno hace las cosas mal y llega a creer que están bien hechas.

Pro. 12:16

“...el necio da a conocer su ira”. Tarda en enojarte y también molestarte; dedícate inmediatamente a la oración. Oh, Dios, no sé cómo ser menos susceptible a la crítica de los demás, ni siquiera sé por qué soy así, quizás porque el orgullo es uno de mis más grandes pecados. ¿Tú me has hecho así? ¿Debo conformarme como soy? No será un defecto de creación sino un resultado de la crianza, y la causa de esa deformación no se halla en las manos divinas sino en los primeros tiempos en este mundo. Si el poder de Dios no está limitado por lo congénito, tampoco por el resultado de la sociedad o de la equivocación de los padres.

12:18

"...sus palabras son como golpes de espada", o como “heridas” “pinchazos” de espada. Perdóname, Señor cuando he hecho sufrir a otros con mis palabras, cuando los he herido gravemente, cuando he matado el amor que pudieron sentir por mí y un buen ejemplo para ti.

Pro. 12:19

"...el labio veraz permanecerá". ¿Cuándo has visto que una mentira permanezca y envejezca sin que aparezca alguien y venga a aclararlo todo? Ten paciencia que los engaños no se ponen viejos, y las calumnias mueren temprano.

12:23

"... encubre su saber". Ya hay tanta sabiduría en el mundo que comparativamente conocemos poco o nada, el hombre cuerdo esconde su saber más por modestia que por humildad. El árbol de la ciencia es enorme y sobre lo mismo que conocemos otros conocen más y mejor. Es mejor que la gente vea tus buenas obras que el contenido de tu cerebro.

12:24

"...la mano de los diligentes señoreará". Aquel siervo que trabajó mucho y bien, pronto llega a ser señor; porque en este mundo mandan los que saben hacer las cosas mejor.

12:27

"...el indolente ni aún asará lo que ha cazado". Es tan vago que no come por no cocinar; se cansa sólo de pensar en el trabajo y huye de él.

 

Ponle a Proverbios un poco de la sazón del Nuevo Testamento 

Pro. 13 (capítulo)

Es un capítulo lleno de consejos sabios, útiles para reflexionar en la vida común y en la espiritual con sus limitaciones; Salomón no es David, los proverbios no son salmos; uno con estos proverbios no puede esperar hallar tanta gracia de Dios como pudiera hallar en el salterio hebreo; no tienen su espiritualidad. Tratas de hallar gracia para tu alma, y encuentras sabiduría, esperanza eterna y vida celestial y te trae a la tierra para vestirte de justicia humana. Indudablemente que, en otros textos, para recibir gracia, hay mejores opciones, más esperanza; y yo si tuviera que elegir entre un hombre sabio y uno lleno del Espíritu como David, no lo pensaría dos veces, preferiría al “dulce cantor de Israel”. El Espíritu trató de crear vidas como la de Cristo, pero por la debilidad de la carne no se logró (Ro. 8.3). Cristo no se halla igual en todas las Escrituras, en unas es más abundante que en otras sus referencias. Prefiere siempre la sustancia del NT a las sombras del AT aunque en verdad son muy instructivas y buenas, los evangelios y las epístolas, el vino nuevo, a la ley y los profetas, pero no menosprecies aquellos sino que enfócalos con estos. “He aquí más que Salomón en este lugar” (Mt. 12:42). Y da gracias porque eres uno de los hijos del reino de los cielos (Mt. 11:11). Ponles un poco de la sazón del NT a estos textos, me refiero a Proverbios, y verás que saben rico.

13:3

"... el que guarda su boca preserva su vida". En las muchas palabras no faltará el pecado (10:19).

Pro. 13:4

"... el alma del perezoso desea y nada alcanza". Porque para realizar los sueños hay que trabajar mucho; una vida próspera no se logra con una vara mágica. Combina esto para el éxito: sudor, oración y sabiduría.

13:7

"... pretenden ser ricos y no tienen nada". ¿Qué bendición espiritual puede tener esa simple observación? Que no juzguemos por las apariencias. Señor que no pretendamos ser ricos en fe sin tenerla y tampoco pensemos que no tenemos aquello que nos sobreabunda. A veces nuestro ojo está más abierto hacia las debilidades de la carne que al poder del Espíritu en el corazón. ¿De veras que te recuerdo a Jesús?

13:8

"...el rescate... está en sus riquezas". A veces en sobornos y pícaros abogados bien pagados; pero no siempre en una sociedad justa o ante un Dios justo.

13:9

"...la luz de los justos se alegrará". Señor espero que mi luz mortecina sea avivada con un nuevo suministro del aceite de tu gracia. Enciende este pabilo que hoy humea.

13:11

"...y riquezas de vanidad disminuirán". Las que se obtienen pronto no serán al final de bendecidas (20:21). Todo lo que tenga escrito por Dios "vanidad" se perderá con el tiempo; juventud, placeres, belleza y fuerza. Lo único que no disminuye, sino que aumenta son las bendiciones que el Espíritu dice que son eternas (2 Co. 4:18).

13:12

"...la esperanza que se demora tormento del corazón". O “lo desgasta y enferma”. Excepto la esperanza de gloria (Col. 1:27), que no atormenta el corazón sino que lo deleita, con paciencia la aguardamos porque ya empezamos a disfrutarla. "... el deseo cumplido". Y con todo, cuando un hombre ve su deseo cumplido da gracias, pero se pregunta ¿y ahora qué? Después de alcanzar la satisfacción ¿qué harás con ello? La única satisfacción que no podrá colmarse es la de resucitar conforme a la semejanza de Cristo (v. 19; Sal. 17:15).

13:14

"...para apartarse de los lazos de la muerte". Por medio de buenos consejos evitar el encuentro con la muerte espiritual. "Deja el pecado y vive" "el día que pecares de cierto morirás".

13:15

"...el camino de los transgresores es duro". El camino del pecado es difícil y duro, pero ellos lo prefieren porque por naturaleza sacan de él satisfacción, lo beben aunque sea amargo, caminan sobre fuego aunque se quemen, beben cosa mortífera aunque les cueste la vida; el pecado recompensa con muerte, sin embargo a pesar de ello no cambian la senda.

13:17

"...el mal mensajero causa desgracia". ¿Y por qué lo oyes entonces? ¿Por qué prestas oídos a sus herejías y mentiras? Despídelo, ponlo en la calle, no le digas ¡bienvenido! (2 Jn. vv.10,11). Se puede traducir que caerá en mal.

Pro. 13:20

"...el que anda con sabios será sabio". Dime con quién andas y te diré quién eres; el que anda con lobos aprende a aullar. Sepárate de las malas compañías, escoge a tus amigos. En relación con la doctrina lee 1Co. 15:33.

13:21

"...el mal perseguirá a los pecadores". El que siembra vientos recogerá tempestades (Ose, 8:7); si pecas, tu pecado te alcanzará (Núm. 32:23).

13:22

"...el bueno dejará herederos a los hijos". El que deja dinero en herencia a sus hijos y nietos hace bien y el que los instruye y les deja un buen testimonio de la gracia de Dios hace mejor (2 Ti. 1:5).

13:23

"...en el barbecho de los pobres…se pierde por falta de juicio". “Barbecho” es tierra para labrar que no se cultiva. Es una desgracia muy común, que la pobreza y la falta de juicio habiten juntas.

13:24

"...el que detiene el castigo a su hijo aborrece". La palabra castigo está implícita en vara, rama de árbol. Sí, pero no lo mates a palos, ni siquiera uses el palo, ni los puños, ni palabras violentas; esos son consejos dados por la Ley cuando el Espíritu Santo, el evangelio y la gracia no habían venido (22:15; 29:15). En ello notas la imperfección de la aplicación de la Ley y la forma ineficaz de manejar el pecado. Hay castigos como la exhortación y la disciplina en el Señor que son mejores (Efe. 6:4). Trata que tu hijo se convierta a Cristo y no tendrás que usar el cinto y el palo. Los comienzos del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento son mejores: un trato de amor. Los padres del Antiguo Testamento cometieron muchos errores en la crianza de sus hijos y ellos “los disciplinaban como les parecía” (He. 12:10).

14:1

"...la mujer necia derriba su casa". La derriba con su infidelidad.

Pro. 14:4

"...sin bueyes el granero está vacío". La hambruna le pisa los talones a los que no tienen medios de producción, si no es un buey, entonces un tractor. Es difícil hallar a Cristo en estas palabras. Hay que ser tan espiritual como Pablo para encontrar al Señor en estas palabras, o hallar alguna lección en una yunta de bueyes (1Co.9:8-11). Lo único que pudiera decir es que, sin una Biblia, sin una buena concordancia bíblica, y sin buenos libros, mi granero estaría vacío. Oh rey, ¿estás sujeto a los campos? (Ecl. 5:9; 2 Cro.26:10). Reúne dinero, compra una vaca, que tenga un ternero y después dos, ara tú los campos, los ajenos, después compra para ti uno y siembra y cultiva lo que es tuyo. Iniciativas para campesinos en países capitalistas.

14:5

"...el testigo verdadero no mentirá". Esto no es una verdad revelada, cualquiera lo sabe, pero a veces pecamos contra las verdades más simples de la Escritura y de la ley de los hombres.

14: 6

"...busca la sabiduría y no la halla". El perverso no aprende de nada, el que teme a Dios se instruye con todo. ¡Qué bonito es esto!: “para el hombre entendido el conocimiento es fácil” (LBLA).

14:7

"...vete delante del hombre necio". Aléjate y pasa del hombre que cierra su entendimiento a la verdad y a la cordura, busca otro compañero mejor.

14:8

"... la ciencia del hombre prudente está en entender su camino". Antes de reflexionar sobre la vida de otros medita en la tuya primero, el éxito y la salvación no está en hallar los errores ajenos y corregirlos sino en hacer eso con los propios (Mt. 7:3-5).

 

Cuidado con reírte del pecado

Pro. 14:9

"... los necios se mofan del pecado". No, no te rías de chistes pecaminosos, no menosprecies el daño de cualquier pecado por pequeño que sea; una pequeña infidelidad, una sola locura puede arruinarte (Ecl. 10:1). Recuerda que los piojos, las pulgas, las moscas, las langostas, arruinaron a Egipto; lo mismo que el pequeño granizo (Cant. 2:15). Algunos dicen como Lot, “¿no es ella pequeña?”; y hace mal con una pequeña estafa, un pequeño engaño, una mentira, mal pensamiento, un solo sentimiento de envidia; son cosas muy peligrosas, como una bala, que es un pequeño plomo y mata. David era pequeño y Goliat lo menospreció para su perdición y con una pequeña piedra en su honda lo derribó. Los necios se mofan del pecado que los destruirá en esta vida y los condenará en el infierno, se mofan del pecado que hace tributo al diablo y deshonra al Creador…ignora si quieres el concepto de bien y mal y déjalo a los moralistas como tú dices, di que la verdad es relativa y personal y por las consecuencias beberás tu error. Cuando te rías del pecado alza los ojos y mira los de Dios, para que veas que serios están.

14:10

"...el corazón conoce la amargura de su alma" (su propia amargura). El mejor consolador es el Espíritu Santo porque nadie puede comprender mejor nuestra tristeza que él.

14:11

"... la casa será asolada". Las casas son asoladas porque algunos de sus habitantes les abren las puertas al pecado, y entran los demonios (8:15; Efe. 4: 27).

14:12

"... parece camino derecho... es camino de muerte". Piensan que es el camino del éxito y es el de la derrota, que es el de la riqueza y es el de la pobreza, que es de la felicidad y es el de la tristeza, que es el del cielo y es el del infierno. Ojo, sobre todo cuando practicas una religión de hombres y no de Dios, cuando tuerces las verdades de la Biblia (Mr. 7:10-13:1 Pe. 2:8; 2 Pe. 3:16).

14:13

"... aun en la risa tendrá dolor el corazón". Esto recuerda al Eclesiastés; la risa es una expresión de alegría pero no de felicidad; la palabra "gozo" es mucho mejor para expresar nuestro estado de complacencia espiritual, satisfacción, plenitud; no es el resultado de haber olvidado las penas sino de haber creído, y haber sido consolados con las promesas del Señor. 

14:14

"...el corazón apóstata… de sus caminos será hastiado". Se llena, pero se hastía. Hastía el alma el pecado, que continuamente se comete y engendra aborrecimiento y aburrimiento.

14:15

"...el simple todo lo cree". No creas todo lo que te dicen; sólo Dios siempre es veraz; no des crédito a todas las palabras que oigas, cree lo que tú compruebes (Ro. 3:4).

14:17

"...el que fácilmente se enoja hará locuras". Esa tendencia a molestarme y enojarme fácil es algo que no quisiera tener, quisiera ser más paciente con los demás. En este estado de imperfección no veo como liberarme. Casi siempre no puedo discernir el enojo de la tristeza y es más preocupación que cólera (Ver Mr. 3:5).

14:20

"... muchos son los que aman al rico". ¿Lo aman? (Ver Jud. 1:16). Lo buscan, no por amor sino por el dinero. Según la cantidad de dinero así será la cantidad de amigos. Un amigo es difícil de hacer, sea pobre o rico.

14:21

"... peca el que menosprecia a su prójimo". ¿Por qué lo menosprecia? ¿Por su nivel social, cultural, su raza, sus pecados, su sexo, por lo que come, por su vestuario, por sus gustos? Es decir, su cultura. ¿No hizo Dios al pobre y al rico? ¿No puede el evangelio muy bien cambiar lo peor de cada cultura? Los pecados que ya cometió ¿no fueron perdonados? ¿No has leído que en Cristo no hay ni varón, ni mujer ni hombre, ni judío ni griego? Dios no hace acepción de personas, porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. ¿No son seres humanos? ¿O son monstruos? (1 Co. 10: 16, 17; 12:12,13).

Pro. 14:23

"...en toda labor hay fruto". “En todo trabajo hay ganancia” (provecho). A veces poco, es insatisfactoria la cosecha, el fruto llega tardío, pero siempre hay algún fruto. Quizás no nos complacemos con el resultado de nuestra labor porque nos hemos enfermado con ambición, esperamos más del poco trabajo que hicimos, o sufrimos de envidia y valoramos el fruto que cosechamos por parámetros humanos, o por las bendiciones de otros: Sea por el volumen, cantidad y no por la calidad. Hay veces pienso que espero más de mí mismo que lo que Dios quiere.

14:26

"...en el temor de Jehová está la fuerte confianza". El primer paso en la vida cristiana es temer a Dios y el segundo confiar plenamente en él.

14:27

"... para apartarse de los lazos de la muerte". La primera razón para dejar al pecado no es moral sino el temor de Dios.

Pro. 14:28

"...en la multitud del pueblo está la gloria del rey". Si tú reinas sobre un pueblo numeroso serás glorificado si son fieles. Yo estoy predestinado a ser un príncipe débil y sin gloria; con todo, no me quejo porque sé que no tengo capacidad para guiar un pueblo grande como Salomón; Dios me ha dado un puñado de ovejas que me ha dicho que las pastoree, y seguramente tendré, como el que más, que responder por ellas y recibir mi recompensa (Jn. 21:16; He. 13:17). Soy feliz si puedo duplicar mi único talento como aquel que recibió cinco, me siento muy privilegiado y agradecido al Señor que me deje a mi cuidado algunas de sus preciosas almas.

14:29

"...el que tarda en airarse es de grande entendimiento". El que no responde con ira, ni grita, ni se enoja fácilmente, es un hombre o una mujer muy maduros porque la ira es innata.

14:31

"...el que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor". No es del gusto de Dios la miseria que tienen algunos países debido a unos cuantos que explotan a la mayoría; pero la pobreza también es un castigo por no querer volverse a Dios porque escogen junto con la miseria la corrupción (v.34; 17:5; 22:2; Job 31:15; Mt. 25:40; 1 Jn. 3:17).

15:1

"... la blanda respuesta quita la ira". Es decir, responder amablemente y no con gritos.

15:3

"...los ojos de Jehová están en todo lugar". Mira qué forma más sencilla de hablar sobre la omnipresencia de Dios; parecen palabras dichas a los niños. No olvides los rudimentos de las doctrinas de Cristo (He. 6:1-3). Míralos Jehová y desarticula el engranaje de sus mortales maquinarias, sucumban tus agresores (Ex. 14:23-25).

15:8

"...el sacrificio de los impíos es abominación a Jehová". ¿Ves? Ninguna cosa que el impío haga para Dios será acepta por él, porque es Santo. A veces pensamos, porque el arte de la música nos gusta, que Dios recibió la alabanza. O una predicación positiva y lisonjera para agradar a los hombres. Dios no aceptó la ofrenda de Caín porque no lo aceptó a él primero. Oh, cuánto se goza el Señor con nuestras oraciones: gracias, confesiones, etc. Estas son dos verdades. (Textos para ampliar, 21:27; Ecl. 5:1; Isa. 1:11; Je. 6:20; Miq. 6:7).

15:10

"...la reconvención es molesta al que deja el camino". O “el castigo o disciplina”. El que deja al Señor no quiere que le exhorten a regresar, no viene a la luz porque anda en tinieblas, se esconde y evita a sus antiguos amigos.

15:11

"...el Seol y el Abadón están delante de Jehová". El lugar donde se hallan los muertos, condenados y salvos; los que están en oscuridad y luz. Señor tú que conoces mi corazón, sé propicio a mí, pecador. ¡Qué mirada tan profunda tiene Dios, todo lo escudriña, nada está muy alejado de su vista! Yo quiero vivir siempre ante los ojos de Dios y cuando me halle en el Abadón.

15:13

"... el corazón alegre hermosea el rostro".  O alegra el rostro. Y los humildes son hermoseados con la salvación (Sal. 149:4). El gozo del Señor, el gozo del Espíritu. El Espíritu Santo es quien hermosea el rostro. (17:22).

15:14

"... se alimenta de necedades". Hablando, pensando y practicando necedades. El ocuparse de la carne es muerte, el que se alimenta de la palabra de Dios come sabiduría y vive eternamente. El que cree en Cristo es como si comiera su carne y bebiera su sangre. Pan que cae del cielo, maná de ángeles. Él es la Palabra de Dios y de ella vivirá el hombre. Ellos se alimentan de ceniza (Isa. 44:20).

15:15

"... los días del afligido son difíciles". Serán difíciles, pero el Señor le renueva sus fuerzas y lo consuela en cada uno. Es un tramo que hay que vivir, y pasa.

15. 16

"... mejor es lo poco con el temor de Jehová". Hay pobres que se regocijan inmensamente en el Señor y son felices, hay ricos a los cuales no les deja ni dormir la riqueza porque piensan que se les está gastando (Ecl. 5:12).

15:17

"...comida de legumbres". A veces se recomienda las legumbres como buena comida (Daniel la comía); pero es tenida como la comida barata y de pobres; las carnes rojas aunque sean dañinas suelen tenerse como excelentes platos. Abraham cuando sin saberlo lo visitaron ángeles no les sirvió vegetales sino carne.

15:18

"... el hombre iracundo promueve rencillas". Ser capaz de dominar la ira es una gran victoria, pero es mejor no molestarse rápido.

15:21

"...la necedad es alegría al falto de entendimiento". ¿No has visto como los que no tienen entendimiento bailan, beben, comen y ríen neciamente? ¿No oyes de las carnalidades con las cuales se ríen? Las risas del necio son chisporroteos de leñas bajo la olla (Ecl. 7:6).

15:22

"...los propósitos en la multitud de consejeros se afirman". La decisión última tiene que hacerse entre tú y Dios, si no ves muy claro, ni oyendo las opiniones de tus amigos. Si se traduce “propósito, plan, imaginación” queda bien. Debe quedar así: “Sin consulta, sin pedirle la opinión a un amigo sabio, a personas inteligentes, los planes no se llevarán a cabo”. Suena mejor ¿no?

15:24

"...para apartarse del Seol abajo". Eso estoy haciendo Señor; trabajar en mi salvación, en la extensión de todo su significado, para apartarme del Seol, trato de apartarme de la muerte definitiva (Flp. 2: 12).

Pro. 16:2

"...todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión". Trata si quieres, de ser santo hasta dónde sepas y siempre Dios hallará manchas en tu santidad. No eres recto por tus opiniones sino por la palabra de Dios. Jehová pesa los espíritus. No sólo los mide sino que los pesa y algunos son hallados faltos (Dan. 5:27). Sondea los espíritus en LBLA es muy bonito pero menos exacta. En ese sentido lee Hch. 1:24.

16:3

"...encomienda a Jehová tus obras". Pide que las  bautice con su bendición y todo saldrá bien; oh sí, ora por lo que haces.

 

Una explicación infralapsaria

Pro. 16:4

“...todas las cosas las ha hecho Jehová para sí mismo; y aun al impío para el día malo”. O ¿Eres tú el dueño del mundo, oh hombre? No. Este mundo es de Dios; y aun tú mismo (Ro. 9:21). Todo lo ha hecho para su gloria y honor. Algunos traducen “para responder a sí mismo”, a su fin, a su propósito para el cual fue hecho. Desde un mosquito hasta un genocida. Responde a Dios por el fin para el cual existes. “Para el día malo”. Esto es añadido para ilustrar la proposición general en la cláusula que precede, y para obviar una objeción, que pudieran derivarse de la destrucción del malvado, porque aún la destrucción de este que está decretada de antemano es para su gloria. Este no es el sentido de este texto, ni de ningún otro pasaje de la Escritura, que Dios hace al hombre para condenarlo; lo cual no debe ser inferido de la doctrina de la predestinación: Dios hace al hombre, no para condenarlo ni para salvarlo sino para su propia gloria y esa está garantizada tanto en su salvación como en su condenación. Dios no hizo al hombre perverso sino justo y él es quien se ha pervertido, siendo así Dios puede justamente destinarlo a la condenación por su propia perversidad, y sirve para la gloria de su justicia. Para el día malo o para el día del mal, es el día de la ruina del malvado, es el día que Dios ha fijado para su condenación y en eso concuerdan todas las versiones, Tárgum, Septuaginta, Siria, Árabe. Esta es una verdad que se cumple con los ángeles malvados, lo mismo con los hombres perversos, y particularmente con el mal o como se dice aquí, el hombre de pecado y el hijo de perdición, el anticristo, y la palabra que se utiliza aquí se encuentra en singular” (John Gill). Una explicación infralapsaria sobre la desobediencia de Adán, que, siendo el único hombre creado libre de pecado, escogió desobedecer. En ese sentido si hay diferencia entre presciencia divina y predestinación, la separación entre ambas es del grueso de un cabello o una tela de cebolla, en realidad ninguna. 

16: 6

"... con misericordia y verdad se corrige el pecado". Esto es útil para tratar las caídas de nuestros hermanos, para garantizar su recuperación. Trata de ayudarlo y recuerda la observación que da  Pablo sobre ti mismo (Ga. 6:1); considérate porque eres frágil y podrás hacer lo mismo o peor. Otra traducción posible es “se cubre el pecado”. Si fuera así querría decir que si hay una confesión verdadera Dios cubre el pecado.

16:7

"...cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, aun a sus enemigos hace estar en paz con él". Vive como agrada a Dios, como es digno del evangelio, y obligarás a tus enemigos a callarse la boca y estarse quietos. Amén.

16:9

"... el corazón del hombre piensa su camino... y Jehová endereza sus pasos". Haz tus planes y pide en oración a Dios que corrija sus defectos, y si es necesario que haga los cambios que él quiera; (19:21). No siempre pensamos y decidimos lo mejor, y tomamos la senda correcta, en este caso Dios crea una vereda y nos trae al camino que considera según su voluntad que es el mejor.

16:12

"...abominación es a los reyes hacer impiedad, porque con justicia será afirmado el trono". No, la impureza es para los impíos, ellos la inventaron, que ellos la hagan; para nosotros la impiedad es abominación, no queremos igualarlos (Apc. 1:6). La causa de que haya tantos reyes sin corona y destronados se debe a que se han sentado sobre pilares de impiedad. Somos reyes y sacerdotes para Dios por medio de Jesucristo (Apc 1. 6). Una reina debe comportarse como reina y un rey como todo un monarca santo.

16:15

"En la alegría del rostro del rey está la vida, y su benevolencia como la lluvia tardía". Si enojas al rey y éste complacido sonríe por tus palabras y acciones, serás bendecido y disfrutarás delante de él y de sus cortesanos angélicos, respeto y admiración, porque has ganado un sitio de honor. No hay cosa que nos satisfaga más que estar convencidos que lo que hemos dicho y hecho ha provocado la sonrisa de Dios. Si llenas de gozo el corazón de Dios, vivirás; más su tristeza significa tu muerte (1 Te. 4:3). Siempre que puedas está en paz con los que tienen el poder.

16:16

"Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado, y adquirir inteligencia vale más que la plata". El dinero que te cueste estudiar es bien invertido por lo que vas a aprender (23:23). La cultura es un tesoro que se incrementa y no se acaba sino cuando uno muere. Y si la deja escrita, otras generaciones disfrutarán de su valioso estudio y devorarán sus libros con gusto. Se puede continuar ministrando y ayudando vidas, aún después de la muerte. Si es que se nos ocurrió escribir en papel y piedra lo que Dios nos dijo.

16:18

"...antes del quebrantamiento es el orgullo, y antes de la caída la altivez de espíritu". Si te niegas a recibir consejo y no soportas la amonestación, aprenderás de las cosas amargas de tu vida. El hombre arrogante será quebrantado y el humilde exaltado. Dios nos ayude a estar siempre abiertos a sugerencias y correcciones, aunque duelan un poquito.

16:19

"Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios". No te juntes con los tontos que creen ser algo y no son nada, están vacíos o llena de basura sus vidas. La compañía de una persona engreída no es buena. Aquí los soberbios deben ser los impíos.

16:20

"El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado". ¡Qué bueno es entender la Biblia, los evangelios, los sermones y confiar en Dios! Otra traducción dice “el que pone atención a la Palabra hallará el bien”; el que atiende así, porque Dios le abre el corazón como a Lidia que estaba atenta a lo que Pablo decía, se salva. Esa palabra de que el que confía en Jehová es bienaventurado, si tiene alguna relación con la anterior, da a entender que sufre proviene de haber escuchado, o de haber estudiado la Palabra. El entendido en la Escritura, si la tiene presente y sigue sus consejos, rara vez comete equivocaciones y se ahorra innumerables lamentos.

16:21

"... la dulzura de labios aumenta el saber". Háblale a la gente con amor, harás feliz a otros y tendrás muchos amigos (v.24). Si quieres saber el mal resultado de tratar sin comprensión y con dureza a los demás, lee la historia de lo que le pasó al joven Roboam cuando no siguió esta regla que le había enseñado su padre (1 Re. 12:1-20). Son tan importantes las palabras dulces como las obras de servicio, que sin ser acompañadas por aquellas, se agradecen pero no se disfrutan. Dicho y hecho, palabras bien dichas y acciones correctas.

16:22

"Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; más la erudición de los necios es necedad". No vale la pena pensar en la sabiduría del pecado. El pecado es un “misterio de iniquidad”, insondable y complicado, tortuoso, difícil, vano y peligroso. ¿De qué erudición habla un hombre culto si como padre, como esposo, y como ciudadano obra como un necio? Sabiduría es algo más que cultura, es conocer el buen comportamiento, hacer decisiones correctas. El manantial de la vida, que hace que florezca, es la Biblia. En el paraíso había varios ríos, y por fue un paraíso; y los ríos de la vida que hacen de un hogar un paraíso es la Palabra de Dios. La palabra del Señor vivifica, reverdece.

16:25

"Hay camino que al hombre parece derecho, pero su fin es camino de muerte". Eso prueba que nuestro ojo es imperfecto que ve un camino recto y sin embargo no lo es, sobre todo su vista es corta y no alcanza a ser el final, aunque recibe muchos avisos en su andar que hay peligros por la senda que lleva. ¡Eh detente! Mira a dónde te llevan tus pasos, endereza tu camino con los dichos de hombres sabios y con la palabra de Dios. Un dato que aporta a la idea que los proverbios pudieran ser diferentes colecciones es que esto mismo es repetido en 14:12.

16:26

"El alma del que trabaja, trabaja para sí, porque su boca lo estimula". Yo no trabajo sólo para comer. Trabajo porque me gusta mi trabajo, y trabajo por otras muchas cosas que no son sólo llenar mi vientre, y no trabajo tampoco para mí sino para Dios y para otros (Col. 3:23). La forma más básica del trabajo es la comida, y el apóstol dice que el que no trabaja tampoco coma. Y gracias a Dios que me ha enseñado eso que me preserva de dolorosas frustraciones, y le dan brillo y excelencia a lo que hago (Ecl. 6:7). La palabra alma está de más en la traducción. Lo mismo que apetito, aunque esta va más acorde.

16:27,28

"... el chismoso aparta los mejores amigos". ¿Descubriste un solo chisme en tu conversación con él o ella? No hables más con ellos. El que se junta con chismosos chismoso es. ¿Desenredar chismes? No. ¿Ves cómo las rocas cortan y deshacen el furioso oleaje marino? Así una vida santa ante los ojos de Dios deshace una calumnia tras otra. Al chisme lo mantiene vivo las palabras no los hechos. Ten la costumbre de no decir nada negativo de alguien ausente.

16:29

"... el hombre malo lisonjea y hace andar por camino lo bueno". El hombre hipócrita es mala gente. ¿Qué se propone éste que exagera mis virtudes, si es que las ve? Algo quiere y está buscando.

 

Si tiene muchas canas debe ser un sabio

16:31

"…corona de honra es la vejez, la cabeza cana”. No imagines que porque te envejeces te devalúas. ¿Por qué has de disimular las señales de tu vejez? ¿No es ridículo que un hombre se tiña las canas de su cabello, sus bigotes y su barba, porque la modernidad exige la belleza estética y a ella, la juventud asocia el valor? ¿No son tus arrugas los surcos que han dejado el arado de los años y donde Dios ha plantado las semillas de preciosas experiencias? Lleva con orgullo tu edad, tu título de abuelo, tu andar lento y tus enfermedades. ¡Oh, la gracia madura, los frutos dulces de la senectud! “Cabellos grises, guedejas blancas debido a la edad son ornamentales; además de ser bellas, hablan de seriedad y sabiduría, prudencia, que piden reverencia y respeto. Los antiguos romanos honraban grandemente a la persona de edad, mucho más que a la familia o a la riqueza. El anciano era tenido por los jóvenes como alguien que está muy cerca de Dios y el lugar de los padres (Lev. 19:32)", escribió John Gill.

“Fagius relata que según la tradición de los hebreos un hombre joven estaba obligado a ponerse de pie cuando se encontraba cierta distancia de un anciano, para volver a sentarse una vez que hubiera pasado, y esto se hacía para demostrarle honor. Y era costumbre no solamente entre los judíos sino también entre los paganos que consideraban una abominable maldad y un crimen capital si un hombre no se ponía de pie ante una persona mayor, o un joven ante aquel que ya tiene barba. Herodoto reporta lo mismo entre el pueblo egipcio y los de otros lugares juntamente con los griegos, que cuando un joven se cruzaba en el camino con un anciano debía cederle el paso y cuando se acercaba él ponerse de pie, y todos los escritos antiguos concordaban que era un gesto muy humano. Y esto se hace precisamente porque los ancianos habían estado en el mundo primero que ellos y revelaban la bondad de Dios y el honor que le daba al haberle concedido tantos años, y además indicaba la experiencia, el conocimiento y la sabiduría que habían adquirido, 17:6" (John Gill).

16:32

"... es mejor es el que tarda en airarse". Controla tu experiencia cuando te enojes, ata tus palabras a tu lengua, no tomes decisiones.

 

La suerte y Dios

16:33

"... la suerte se echa y... de Jehová es la decisión". Ese método de echar suertes es antiguo. Lo que algunos llaman suerte ciega yo la llamo omnisciente providencia. No pienso en juegos de azar, de lotería, bingo, y mucho menos en máquinas tragamonedas; si Jehová interviene en esta clase de suertes, está haciendo muy bien cuando los dueños de los casinos son los que más ganan; porque ese juego de fortuna está inventado más por el diablo que por Dios, que da bendición con salud, sobre el trabajo y los negocios para que el hombre suyo prospere; aquellas formas mundanas y diabólicas de ganar dinero no tienen mucho que ver con la aprobación divina, tal vez con las respuestas de espíritus inmundos a los que le imploran a imágenes. Es precioso pensar en la omnisciente providencia cuando se trata de eventos que uno no ha podido controlar y son adversidades, o son favorables, milagros o tragedias, peligros en el viento, las aguas, en el fuego; coincidencias y otras formas donde se ve claramente la inteligencia divina. Pero mejor que echar suertes para decidir un asunto como se hizo en la elección del sucesor de Judas, aunque hicieron bien, es estudiar el asunto, orar, y consultar la palabra de Dios. Supongo que se echa suerte cuando ambos están calificados no para decidir entre uno más y otro menos sino entre igualmente buenos. Aprende sabiduría de la providencia divina y adora reverente la poderosa mente del Señor. 

17:1

“... mejor es un bocado seco y en paz que una casa llena de contiendas". Para eso hay que casarse bien, con la persona adecuada y criar los hijos en la disciplina y amonestación del Señor. Se le cae el techo en la cabeza a los que no se llevan bien.

17:2

"... el siervo prudente prevalecerá sobre el hijo sin honra". Si esto tiene algún significado espiritual lo halla en todos nosotros que habiendo nacido siervos y no libres, venimos a ser herederos con los verdaderos hijos y compartimos la herencia con ellos. Dios nos permite que el pan que es destinado a los hijos también lo compartan con nosotros (Ro. 8:17; Mt. 15:26,27).

17:8

"...piedra preciosa es el soborno". Supongo que Salomón no nos está incitando a sobornar al prójimo; no obstante, el dinero abre camino y con él se tienen muchos favores (v. 23). En la forma en que lo dice pareciera como que lo aprueba. (Ver 21.14; Isa 1.23; Amós 5.12). Hay hombres que no se venden pero a otros se les puede comprar hasta el alma. Corrupción.

17:9

"... el que cubre la falta busca amistad". Cállate los defectos y errores de tus amigos. Acuérdate que tus amigos tienen otros amigos y los otros amigos tienen muchos amigos y así la cadena se hace interminable, de modo que un comentario puede llegar muy lejos.

17:10

"... la reprensión aprovecha al entendido". Oh Dios, enséñanos a aprender con una o dos palabras de reprensión, no con cien azotes.

17:13

"...él que da mal por bien el mal no se apartará de su casa". Espera dentro de tu familia el trato que le das al prójimo. Se cosecha en casa el mal que se le hace al vecino.

17:14

"... deja pues la contienda antes que se enrede".  O “antes que empiece”. Conversa pero no discutas; lee y escribe (v. 19). Ya puedes ver en la cara y en el subido tono de las palabras que la riña está a punto de empezar, y es mejor ponerle punto final al diálogo, volver la espalda y dejar que la situación se enfríe.

17:16 

"...de qué sirve el dinero... para comprar sabiduría". ¿Qué hace un buen libro en la mano de un necio si no va a leerlo y si lo hace no le aprovechan sus buenas verdades? El necio no gasta dinero en buenos libros. Se pierde el dinero en pagarle los estudios a un tonto.

17:17

"...en todo tiempo ama el amigo". Si haces amigos, hazlos en tu juventud; y luego trata de conservarlos. Ayúdalos, llámalos, escríbeles, no te olvides del amor de un buen amigo. Si puedes, todos los días de tu vida ve añadiendo buenos amigos.

17:22

"...el corazón alegre constituye buen remedio". Quiere decir que la alegría es una buena cura, una excelente medicina. Una sonrisa pudiera ser más eficaz que cien excusas. Si no puedes estar alegre en la enfermedad, haz oración. No será la total cura, pero es un buen remedio. Cuando estés persistentemente preocupado busca oír, mirar y hablar de cosas que te entretengan o te hagan sonreír. Es en vano luchar contra una preocupación si la poca fe no tiene fuerzas para levantarte. La falta de fe deja la puerta de la mente abierta a todos los peores presagios. Generalmente el que ora, su preocupación a Dios suele terminar con una sonrisa que él le da.

17:27 

"...el que ahorra sus palabras tiene sabiduría". El que habla poco reflexiona más (v. 28). Ninguna palabra dicha luego se puede recoger. Se dijo en otro lugar "pon guarda a la puerta de tus labios" (Sal. 141:3).

18:1

"... su deseo busca el que se desvía". “El que vive aislado busca su propio deseo” (LBLA). Lo mismo que la versión King James. Es un texto de difícil traducción y más difícil todavía su interpretación. Algunos piensan que este individuo se separa de los demás por orgullo y vanidad porque se cree mejor que la mayoría, que ha alcanzado la posesión plena de la verdad, como pensaban los gnósticos que se separaban de los cristianos. Pero otros piensan sobre esas mismas palabras de forma opuesta, que la persona se separaba del resto de la gente para dedicarse al estudio y a la meditación, para alcanzar sus deseos de prosperidad mental y espiritual en privado, cosa que no podría hacer entre la multitud. Así que, uno escoge aquella interpretación que guste. 

18:2

"... toma placer... en que su corazón se descubra". Lo único que desea es hablar de sí mismo. Decirles a los demás lo que ha aprendido. Quizás, si tiene relación con el versículo anterior, tiene que ver con el individuo separatista, que anda buscando en la soledad sabiduría o conocimiento para luego regresar y meterlo en público, y dejar a todos con la boca abierta con su elevado saber. No es muy inteligente exponer el corazón a los ojos del prójimo. ¿Por qué enseñarles a otros lo que tiene que sólo ser visto por Dios? Las experiencias íntimas no son para dar testimonios públicos, en la iglesia o fuera de ella, y dar ganancias a los enfermos por esta clase de programas de televisión.

18:4

"... aguas profundas son las palabras". El hombre sabio es como un pozo, como un manantial fresco. Es una forma muy bonita de hablar sobre el hombre que sabe mucho, aquel enfrente de quien uno se sienta para escucharlo y se embelesa con sus hermosas palabras, espirituales pensamientos y aplicaciones prácticas. Así fue nuestro Jesús enfrente de quien si alguien lograba una posición cercana a sus pies no quería abandonarla por ninguna otra ocupación mientras él estuviera hablando.

18:5

"... respeto al impío... pervertir el derecho del justo". Esto es apropiado para los jueces. No defiendas la causa del familiar impío contra el prójimo justo. Ama más la verdad que una relación de sangre. 

18:8

"...las palabras de chismosos son suaves". El chisme gusta, pero envenena. El daño es perenne. Si amas la verdad del evangelio no ames el chisme. Esta palabra también se puede traducir que las palabras del chismoso "queman" "hieren", y se siente el ardor de ella hasta el vientre, o se quiere decir hasta lo más hondo del corazón. Es la versión árabe la que menciona la palabra del chismoso como algo blando y suave, que gusta y se traga con deliciosa facilidad.

18:9

"...el que es negligente en su trabajo". Pon suficiente fuerza en cada trabajo para que haya en él prosperidad y no quieras hacerlo todo a la vez; lo que se hace despacio es más seguro y queda mejor. Si no se trabaja bien y constante la posesión se destruye.

18:12

"... antes del quebrantamiento se eleva el corazón". El orgullo precede a la caída y la humildad a la gloria.

18. 13

"... el que responde palabra antes de oír". En vez de oprobio se puede traducir vergüenza y confusión. Si no tienes paciencia para oír todo no aconsejes al prójimo. Sobre todo no seas impaciente con los que se quejan de sus enfermedades (v. 14). Trata de animarlos. La primera medicina para un enfermo es animarlo sobre su cura, ora con él, trata de alentar con promesas su fe en Dios. Si quieres tener amigos que te amen, óyelos.

18:16

"...la dádiva del hombre le ensancha su camino". Sí, pero el soborno es corrupción. En efecto, el dinero es una gran avenida hasta donde están los grandes. Especialmente ante los jueces, pues era costumbre entre los orientales llevar a estos magistrados, o a cualquiera otra gran personalidad pública, algún presente valioso para ganar su favor, es decir para comprarlo.

18:17

"... justo parece el primero que defiende su causa". No estés de acuerdo con el primero que te habla, espera oír al otro. La idea del texto es que viene el otro con un conocimiento profundo, una investigación bien hecha del asunto y de la persona en cuestión, y hace tambalear las razones y defensas del primero. Por eso para tener una opinión correcta de algo hay que escuchar ambas partes y valorar los argumentos que ambos exponen.

18:18

"... la suerte pone fin a los pleitos". Son mejores las leyes que la suerte. Donde hay sabiduría para juzgar no hay que llamar al azar. Y todavía aún mejor, la observación de la providencia es mejor que la suerte y suele dirigirla (16:33). Israel cuando arribó a la tierra prometida repartió entre las tribus las propiedades por suerte para que todos quedaran conformes y no pensarán que había privilegio con algunos y con otros no. Sí, a veces es mejor eso para evitar las críticas de los inconformes y protestones, que si tienen alguna queja se la echen al cielo y no a los jueces.

18:19

"El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fortificada, y las contiendas son como cerrojos de fortaleza". Esta traducción, con la nota aclaratoria que se introduce y de la cual es responsable de la imagen de la ciudad fortificada, y la justifica, enseña claro que un hermano ofendido por otro, las contiendas entre hermanos son difíciles de solucionar; por ejemplo, entre Abel y Caín, Jacob y Esaú, José y sus hermanos, Annon y Absalón, Pablo y Bernabé, y un poco más para acá, Lutero y Calvino (Clarke).

18:20

"... del fruto de su boca se llenará el vientre". Especialmente los abogados, los vendedores y los banqueros. Y mucho más nobles que esos, los que trabajan en predicar y enseñar (12:14).

18:22).

"... el que halla esposa halla el bien" (31:12). Señor yo encontré el bien, sólo me ha dado bien, con ella me has mostrado tu benevolencia. ¿Cómo relacionar estas dos verdades con 1 Co. 7:28? No hay contradicción entre ambas cosas. El apóstol Pedro llevaba a su esposa a todas partes (1 Co. 9:5).

18:24

"... el que tiene amigo debe ser amigo". Un texto difícil. Traducciones distintas. “El hombre de muchos amigos se arruina” “Algunos amigos pueden arruinarte” “Amigos vienen y amigos van” “Algunos amigos no ayudan” “Los amigos pueden destruirse unos a otros”. Es que la palabra amigo también significa destruir en pedazos, bueno para nada, y da la idea de algo malo. Te roba, quita y destruye, como un ladrón. Por eso las palabras son traducidas en formas diferentes porque la versión es obscura. El hombre que tiene esa clase de amigos y en abundancia, se expone a la ruina porque vienen ellos en calidad de amigos a buscar, prestado o a hurtar lo que pertenece. Sin embargo, la segunda cláusula que es adversativa elogia la relación de hermandad, pero como es adversativa está opuesta a la primera parte a esa llamada "amistad", que más bien son amigotes y no amigos. Conserva los amigos que tienes. No abundan los buenos amigos, pero hay amigos que son mejores que los hermanos. Es como un castigo de Dios perder a los amigos, y una gran pérdida un hermano.

19:2

"...el que se apresura con los pies, peca". Cuando vayas a dar un paso mira donde pones el pie, es mejor que vayas despacio y llegues y no que corras y te caigas. Va lejos el que camina seguro. A veces la velocidad es un peligro, y es mejor llegar tarde que nunca. Evita la precipitación y no hagas importantes decisiones, apurado. 

 

No busques a un inocente para echarle las culpas

19:3

"... la insensatez del hombre pervierte su camino y luego se irrita contra Jehová" (Eze. 18:25). No culpes a Dios por las consecuencias de errores que tú cometiste, no le eches la culpa a la providencia de Dios; hubieras pensado mejor las cosas, hubieras asegurado más, hubieras tenido más paciencia y esperado, pero te precipita este y tomaste una decisión rápida sin tener la seguridad de que la mano de Dios te guiaba, porque no la buscaste, te creías sabio en tu propia opinión, y ahora que cosechas el fruto de tu equivocación, pues piensas y dices que Dios no te ha ayudado y que él al fin de cuentas es el culpable. El culpable eres tú, no él; dejara de molestar te contra Dios y atribúyete a ti mismo tus errores y no busques un inocente en la tierra o en el cielo para echarles las culpas que son sólo tuyas; si caes en tentación es por tu voluntad que pecaste y no porque Dios te tentó (11:3; Sgo. 1:12-15). Déjate de estar diciendo que Dios lo permitió y que fue la Serpiente, tu mujer y no tú. Dale la cara al asunto y pídele perdón a Dios y a quien molestaste.

19:4

"...las riquezas traen amigos". ¿Amigos? Más bien aliados y adulones (v. 6; 14:20). Mira como a David y a Job cuando en sus malos tiempos los abandonaron. El oro sonríe mejor que los labios. ¡Y el dólar!

19:7

"... cuánto más sus amigos se alejarán de él". Si uno no tiene éxito, no tiene muchos amigos y si fracasas te quedas sin ninguno. Todos huyen del derrotado y nadie se acerca a él. Incluyendo los que provocaron la derrota.

19:8

"... el que guarda la inteligencia". O prudencia y sabiduría. Quién puede, Señor, ¿obrar siempre inteligentemente? Son innumerables las formas en que se puede aprender. Siempre estudiando, con los ojos abiertos y reflexionando. Y la boca cerrada.

19:9

"... el que habla mentiras perecerá". No seas cómplice de mentirosos.

19:10

"... no conviene al necio el deleite". (Una vida de lujo, LBLA). No, porque se vuelve más tonto y se corrompe más. Es una sociedad estúpida cuando permite que gente ignorante o inferior domine a los sabios y a los mejores.

19:11

"... su honra es pasar por alto la ofensa". Uno puede perder más que el orgullo que nos quita la ofensa si decidimos vengarnos y restituir nuestro honor.

19:12

"...como rugido de león... la ira del rey". Temo a tu ira Señor como a un fuerte león y deseo tu bendición como la hierba el rocío.

19:13

"... y gotera continua las contiendas de la mujer (esposa)". Casarse con la mujer peleona es como vivir bajo un techo con goteras. ¿Qué peor tortura que soportar una gota cayendo sobre la cabeza? ¿Quién no se vuelve loco con una mujer peleona? (O con un hombre que mortifica).

19:15

"...la pobreza hace caer en profundo sueño". La pobreza está asociada al pecado, la mala administración y a la negligencia (6:9). También a los abusos e injusticias.

19:16

"... el que guarda el mandamiento guarda su alma". Señor dame la energía de tu gracia para hacer lo que quieras que haga y presérvame con tu gracia para no desobedecer.

19:17

"... a Jehová presta el que da al pobre". Cuando recojamos una colecta para los pobres, sé liberal, da por ti, por los que darán poco y por los que no quieren dar. Es un préstamo que haces a Dios que te devolverá triplicado lo que diste y con su sonrisa y bendición. Jesús dijo una vez, “tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo”.

19:18

"... castiga a tu hijo entre tanto que hay esperanza...". Salomón, no digo que Pablo o los apóstoles aprobaban castigar físicamente a los hijos, porque esa clase de disciplina se correspondía con la ley de Moisés y no con el Espíritu Santo. Mejor es que le hables a que lo destroces a golpes. Cuando los golpes se hacen necesarios falta la educación. Siembra en sus pechos la verdad y adorna la doctrina con el ejemplo y no tendrás que fustigarlos.

19:19

"... si usa violencia añadirá nuevos males". Se trate de la ira del hijo o la del padre. Si no lo castigas lo volverá hacer.  La violencia engendra violencias (2 Sa. 16:7; 1 Re. 2:46).

19:21

"... muchos pensamientos... mas es el consejo de Jehová permanecerá". O muchos planes. Es mejor el consejo de Dios. Los mejores consejos que se te ocurran a ti, los buenos y trazados planes, no serán mejores que los que puedes hallar en la Escritura.

19:23

"... no serán visitados del mal". La idea es de habitar o pasar la noche por eso LBLA dice dormir satisfecho. Si el mal toca la puerta del hombre que teme a Jehová, se irá, porque se tarda en abrirle. Bendito sea el Señor que cuando hemos abierto ya habíamos perdido la oportunidad de pecar. Sé tardo para abrirle la puerta al pecado. No se la abras nunca. También el texto quiere decir que ningún mal le sobrevendrá al que guarda la palabra de Dios.

19:25

"...y el simple se hará avisado". Aunque el castigo no regenera al malo, la justicia frena a otros para que no hagan lo mismo. Incluso cuando ven a los justos sufrir castigo, se espantan.

19:26

"... el que roba a su padre es un hijo que avergüenza". ¡Qué hijo tan perverso es aquel que le roba a su mismo padre!

19:27

"... cesa de oír las enseñanzas". Ya es hora que no oigas más los consejos de los que te están desviando. Las malas “conversaciones” (instrucciones) corrompen las buenas costumbres”.

19:29

"... y azotes para las espaldas de los necios". En el Antiguo Testamento no se habla mucho de cárceles para los necios sino de castigos físicos. ¿Qué será más provechoso para un individuo, preservar su integridad física o privarlo de libertad? El castigo físico se llama tortura. La cárcel es moral. Una institución moral. Se le llama a la institución “correccional”.

20:1

"... la cerveza alborotadora". Debes conocer las consecuencias que traen beber alcohol. Es un error enseñar a los niños a beber cerveza y es también un error que a los jóvenes les guste el alcohol. (Reflexionar en 31:4; Isa. 5:22; 28:7; 56:12).

20:2

"... el terror del rey...". No te busques problemas con el gobierno. Suponiendo que sea justo. “En vano no lleva la espada” (Ro. 13).

20:3

"...honra es dejar la contienda". Siempre es mejor no discutir y llegar a nuestras conclusiones reflexionando. 

20:4

"... el perezoso no ara en el invierno". Contiene la idea que desde el otoño no ara. El que no trabaja que tampoco coma.

20:6

"... cada uno proclama su propia bondad". Alardosos hay muchos pero hombres genuinos pocos. Se puede traducir piedad pero por el contexto si dice “pregonan su propia lealtad” viene mejor con lo que sigue que es difícil hallar un hombre digno de toda confianza. No juzgues según las apariencias.

20:7

"... sus hijos son dichosos después de él". Porque van por buen camino que él les enseñó. La dicha depende del camino que se sigue. Tus hijos irán dichosos detrás de tu ejemplo si sigues íntegro hacia tu meta.

20:8

"... con su mirada disipa todo mal". ¿No podrás interpretar la mirada de tu Padre Celestial? Señor una mirada tuya pulverizará el mal en mi corazón; el pecado huye ante tus ojos. Señor si no puedo verte a ti, mírame tú a mí.

20:9

"... ¿quién podrá decir yo he limpiado mi corazón de pecado?”. Sólo el que es limpio por la sangre de Cristo (1Jn. 1:7,8). Sólo la sangre de Cristo limpia la memoria y la conciencia (He. 9:13,14).

20:12

"... el oído... el ojo los ha hecho Jehová". Si ambas cosas las ha hecho Jehová, entonces no las uses como instrumentos de iniquidad (Ro. 6:13). Mira hacia el cielo cuando sea un peligro mirar la tierra. Y el que hizo el oído ¿no oirá?

20:13

"... no ames el sueño". Levántate temprano aún el día de reposo. El día de reposo no se llega tarde al templo. En la cama no se gana dinero. ¿No te da pena, dormilón? (Jon. 1:6).

20:16

"... despoja al que salió por fiador del extraño". No le prestes dinero a gente que no conoces, a vagos y derrochadores. Cada uno viva dentro de su propio presupuesto. Ni defiendas a ningún extraño que tú no sabes quién es.

20:18

"... los pensamientos con el consejo se ordenan". Otra versión dice “los proyectos con el consejo se preparan” (15:22), o “los planes”. Oye varias opiniones y consulta diferentes autores, pero sobre todo pregunta a la Escritura porque por ella aprobarás lo mejor (Sal. 119:24).

20:19

".. No te entremetas con el suelto de lengua". No digas todo lo que ves y oyes, medita en ello, haz tus conclusiones y ora. (Un ejemplo, 1Jn. 5:16).

20:20

"... el que maldice a su padre o a su madre", morirá en tinieblas. No critiques a tus padres, nunca les pagarás la deuda que tienes con ellos; si hay bendición en honrarlos y promesa, hay juicio en maldecirlos (Mt. 15:4; Efe. 6).

20:21

"... los bienes que se adquieren deprisa no serán bendecidos". Casi siempre se pierden pronto porque no se ha aprendido a administrarlos, o se usa para daño propio; el dinero de azar, herencias, a veces el del deporte pagado, etc. Señor bendice los bienes que nos has dado, preserva tus bendiciones.

20:23

"... abominación son las pesas falsas". No hagas trampa en tus negocios.

20:24

"... de Jehová son los pasos del hombre". Lámpara sea a tus pies la palabra de Dios, no te apartes de ella a ningún lado (Sal. 1; 119:105; Jn. 1:8).

20:25

"... hacer apresuradamente voto de consagración". Piensa bien antes de hacer un voto, si tienes vocación. Pregúntate ¿Dios me llama? ¿Podré hacerlo con excelencia y bendición? ¿Por cuánto tiempo?

 

Canas, ornamentos de Dios

20: 29

“la gloria de los jóvenes es su fortaleza y el honor (belleza, ornamento) de los “canosos” o ancianos es su vejez”. La Escritura mira la cabeza de los ancianos, quiere decir Dios, y ve las canas no con pesar sino como ornamento, puesto sobre las sienes despacio en el curso de los años. La palabra significa tanto belleza como ornamento y honor, y literalmente significa canoso y se traduce vejez. Las canas no molestan ni son motivo de deshonor, todo lo contrario, y por ende no hay que enmascararlas con pinturas que desacrediten el carácter y hagan parecer lo que no es, traer como una falsa juventud al cabello en contraste con las evidencias innegables que han dejado los surcos de los años en las arrugas. Un pelo negro como las alas de un cuervo y una piel plisada como un pergamino, es un contraste indecoroso para uno que vive retando al mundo y no conformándose a él, y a los gustos populares y pasajeros de la época.

 

Esa plaza será mía, ese puesto, esa vacante será mía 

21:1

"... así está el corazón del rey en la mano de Jehová". Por eso debiéramos orar más, para que los que están puestos en eminencia tengan simpatía hacia el pueblo santo. Y no sólo el corazón del rey sino el de sus siervos y de los que no lo son, los de más allá, el corazón de todos los hombres se halla en su mano. Le dice aquél “siente esto” y lo siente; “piensa esto” y al momento se halla pensándolo; “saca esta conclusión” y la saca. En Dios se halla “el querer como el hacer” (Flp. 2:13). Tiene el corazón de Simei, enemigo de David, en su mano y le dice “maldícelo”, y el perverso hombre saca lo malo que hay en sus entrañas y vierte sus verdaderos sentimientos en contra suya. 

Así   lo entendió el ofendido (2 Sa. 16:10,11). Conoce el corazón de los discípulos y sabe quién es el perfecto sustituto en la iglesia para ocupar una posición vacante, y dice “éste” y ése es y nadie puede elegir otro, tiene que ser Matías y no José a quien llamaban Barsabás (Hch. 1:23-26); y aunque algunos hayan simpatizado con este último, Dios dijo que no, tenía que ser el que fue, e imparablemente se sentó en la cátedra vacía, que por Dios estaba destinada a él. 

La familia, los amigos o el mismo Barsabás pudieron decir, “tuvo más suerte”, pero la suerte pertenece a Dios (16:33). No hay que preocuparse, el corazón de todos los cristianos, de todos los miembros de las iglesias está en la mano del Señor y él los inclina a un lado o el otro si se ora por eso. El corazón de Esaú está en la mano de Jehová y las oraciones de su hermano hicieron que Dios en un momento lo cambiara (Ge. 32:28). Tiene el corazón de Lidia en su mano y en el momento exacto lo abre y el evangelio entra (Hch. 16:14,15). 

¿Dónde trabajaré? ¿Esa plaza será mía, ese puesto, esa vacante? Si es para ti Dios moverá los corazones de los que tienen que ofrecerte el trabajo y tuyo será, aunque tengas un buen competidor o muchos. No hay obstáculos para lo que Dios quiere. Reposa en esa confianza. ¿No sabes cómo abrir un corazón indiferente? Dios lo hace. ¿Hay alguien que necesita que Dios le cambie el corazón, no para que se convierta a Jehová sino para que no te haga daño? Lucha con Dios que él tiene el corazón de los hombres en su mano. 

Pro. 21:2

"...es recto en su propia opinión, pero Jehová pesa los corazones". Es mejor que peses tus opiniones y decisiones por la palabra de Dios porque pudieras ser "hallado falto" (Da. 5:27); tal vez no eres consciente de los verdaderos motivos de tu opinión.

21:4

"... altivez del ojos, y orgullo de corazón". Más explícito el Espíritu no puede ser, el orgullo es pecado, la jactancia queda excluida en la ley de la fe; no hay gracia para los soberbios.

21:5

"... los pensamientos del diligente tienden a la abundancia" (el Talmud es quien añade ese versículo tomado de la Septuaginta). O también los proyectos y los planes. Dos refranes apropiados para los que hacen negocios y quieren hacer inversiones. Los pensamientos de los sabios “tienden a la abundancia” (Pro. 21:5). Una traducción literal pudiera ser “los pensamientos, o los planes, los proyectos, del activotienden a la ganancia”; pero ¿qué gana la inactividad? Óxido. 

21:8

"... el camino del hombre perverso es torcido y extraño". Es difícil comprender por qué los hombres hacen el mal, el pecado es inexplicable, no tiene sentido, es una locura. Es la idea de un hombre que es culpable, que comete un crimen. No tanto torcido como criminal.

21:9

"... que con mujer rencillosa". No acoses a tu marido con críticas, pleitos o quejas no sea que se canse de ti y te deje, o no te ame más. Es mejor dejarle la recámara y dormir en otra parte.

21:11 

"... el simple se hace sabio". Procura conocer los errores que otros han cometido y las consecuencias que han tenido; acuérdate de ellos cuando seas tentado y ora para no hacer igual (vv.12,19).

21:13

"... el que cierra su oído al clamor del pobre". No digas a la ligera el que es pobre se lo merece; hay quien mendiga por sus vicios y otros por necios; si uno lo pretende puede encontrar muchas razones para no dar: Lo quiere para emborracharse o fumar marihuana. Da a los desamparados. Deja el juicio moral a Dios.

21:14

"... la dádiva en secreto calma el furor". Es cierto que hay daños morales, mentales, familiares, que no se pueden compensar sino con dinero. Las ofensas se pagan. Es asombroso los dolores que quita el dinero y como borra los malos recuerdos. Pero también es objetable el soborno.

21:16

"... el hombre que se aparta del camino de la sabiduría...", le espera la muerte. Un acto insensato te puede torcer la vida y vas a parar siendo un hediondo cadáver; morir en un perpetuo y público funeral.

21:17

"... el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá". El que es borracho, vanidoso y presumido, que se deleita en el licor y en oler como las flores del campo, las aves de los cielos y las mujeres; y ¿es éste un hombre, el que gasta sus monedas en perfumes?

21:20

"... mas el hombre insensato todo lo disipa". Hay quien no tiene, no porque no le alcanza sino porque no conserva, no sabe administrar.

21:27

"... el sacrificio de los impíos es abominación". Señor perdóname cuando he ofrecido pecado en las cosas santas. ¿No sientes alma mía que el impío nunca adora y que su sacrificio no es acepto? Lava tus manos antes de tocar tu ofrenda. ¿Quieres comprar a Dios?

21:30

"... no hay consejo contra Jehová". Desfallécete ya que contra Jehová no puedes; dura cosa es patear el aguijón; colmarás la medida de tus pecados luchando contra su Palabra; no podrás hacer que ella vuelva vacía y no la cumpla. No te destruyas a ti mismo que Dios no está muerto, renuncia a esa guerra y acepta sus condiciones de paz.

21:31

"... Jehová es el que da la victoria". No trotes tan pronto para la guerra ni confíes en tu puño y arco; la victoria será de aquél por quien pelea Jehová. No son los sermones proféticos ni las palabras profundas, ni el estilo práctico, ni la voz patética, es la bendita unción de Jehová quien da la victoria. El poder del cielo, el del otro mundo (Buscar Sa.l 20:7; 33:17; Isa. 31:1).

22:1

"... de más estima es el buen nombre que las muchas riquezas". Por tanto cuida más tu reputación que el dinero.

22:4

"... riquezas, honra y vida son la paga de la humildad y el temor de Jehová". Yo lo pondría de esta forma "riquezas, honra, hay en el trabajo y en el temor de Jehová. Sustituiría humildad por trabajo. Si trabajas duro, no malgastas tu dinero y no te metes en pecado, Dios te prosperará.

22:6

"... instruye al niño en su carrera". Quiere decir darle una profesión, ayudarlo a estudiar una carrera. Propiamente quiere decir "... instruye al niño en sucamino y no se apartará de él". La expresión en hebreo es curiosa, “inicia al niño en la boca de su camino o pasos”. La idea es lo más temprano que se pueda. Este es un texto que se ha usado para promover la enseñanza bíblica; la instrucción temprana en la fe, y está bien, pero su principal significado es ayudar al hijo a que tenga un oficio para que no sea ladrón, como dice el proverbio hebreo, ayudarlo a costear sus estudios para que sea un hombre de bien. 

22:7

"... el que toma prestado es siervo del que presta". Procura vivir sin deudas. ¿No te han perseguido nunca los acreedores bancarios y los de las tarjetas de crédito? Mejor que no.

22:8

"... el que siembra iniquidad, iniquidad segará". Si siembras pecado ¿qué piensas recoger, éxito? Otra traducción dice que segará nada, vanidad. El que anda en pecado se queda vacío.

22:9

"... porque dio su pan al indigente". No te comas todas tus ganancias, deja algo para los pobres (Ga. 2:10).

22:10

"... echa fuera al escarnecedor y saldrá la contienda". Debiera disciplinarse al chismoso en todas las iglesias, echarlo de la congregación, y retornará en gran medida la paz.

22:12

"... los ojos de Jehová velan por la ciencia". ¿Va a estar Dios toda tu vida esperando que aprendas algo que te de fe? El texto más bien dice que los ojos de Dios guardan el conocimiento.

22:13

"... dice el perezoso: el león está fuera". Si no tienes ganas de hacer algo, di la verdad pero no inventes excusas, y si eres haragán quédate sin comer.

22:14

"... aquel contra el cual Jehová estuviere airado caerá en ella". Nuestra fidelidad conyugal no es una prueba que hemos tenido menos tentaciones, o que somos menos corruptos que los demás hombres, sino de que Dios nos ha preservado (Ecl. 7:26).

22:15

"... mas la vara de la corrección la alejará". Mejor que pegarle a un hijo es tener paciencia, orar por él y hablarle al corazón; los palos rara vez dan buenos resultados. El Señor nos ha enseñado cosas mejores, señor Moisés.

22:16

"... el que oprime al pobre se empobrecerá". Y ¿cómo explicamos que muchos han hecho su fortuna precisamente de ese modo? Aunque no sea una verdad absoluta su intención es que no hagamos lo que dice, oprimir al pobre.

22:18

"... es cosa deliciosa". Manjar delicioso es la meditación en los hechos profundos, deleite supremo el disfrute del pensamiento (v. 19).

22:20

"... te he escrito tres veces", así leen algunos manuscritos, y puede referirse a la ley, los profetas y los escritos sagrados o salmos. O tres colecciones de Proverbios. Señor tú nos has escrito 66 veces, nadie puede quejarse que nos has dicho demasiado poco para encontrar una puerta, un camino y una verdad (Jn. 14:6). Si no le escribes a tus hijos distantes háblales por teléfono, pero no dejes que se enfríen el amor y la comunicación.

22:22,23

"... no robes al pobre...". De un modo o de otro; el que abusa que espere algún castigo.

22:24,25

"... ni te acompañes con el hombre de enojos". Quítate el mal genio, saca de tu carácter el enojo, esfuérzate en ser manso y ora por ti. Evita a los violentos.

22:26

"... ni de los que salen por fiadores". No des dinero del tuyo al que por insensato se sumerge en deudas, para que con eso aprenda a vivir sin ellas.

22:28; 23. 10

"... no traspases los linderos antiguos". No ensanches tu propiedad disminuyendo la de tu hermano, no traspases los linderos antiguos. Si cruzas la cerca ya es una violación, puede que no robes o no peques, pero pisarás en una tierra que no es segura para tu alma; allí te puede descubrir el enemigo y ¿cómo justificarás tu presencia en ese lugar? Aquí también hay alguna enseñanza espiritualizando el texto. No inventes ni sigas en materia de revelación nuevas verdades, (el libro Mormón, las visiones de Helen White, y otros farsantes) que con las antiguas ya es suficiente, quédate dentro del territorio de ellas y estarás más seguro.

23:5

"... en las riquezas, siendo ningunas...". Sí, hijo mío, hay cosas como la virtud, la esperanza, la gracia, la paz, la fe, el amor y la justicia de Dios, que valen más que el dinero. No emplees tu vida en hacer dinero sino en ser mejor. El dinero tiene alas. Las riquezas de este mundo son inciertas.

23:9

"... no hables a oídos del necio". Todas las palabras que tienes que decir no las pueden oír todos; son pocos los escogidos con los cuales se puede tener comunión intelectual y espiritual.

23:20,21

"... el bebedor y el comilón empobrecerán". No le eches toda la culpa de tu pobreza a la economía del país, tal vez es tu negligencia. Hay países que nunca vencerán la pobreza aunque cambien las formas de su gobierno, a no ser que cambien el alma del ciudadano. El evangelio pudiera hacer más por una equivocada cultura laboral que una nueva filosofía política. Esto no es una prohibición a comer bien ni a invitar amigos a una cena familiar. Hay pobres que nunca ven en sus mesas, ni en Navidad, una botella de vino y un pastel de carne.

23:22

"... cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies". Cuando yo envejezca, Señor, no quiero depender de mis hijos, de la caridad o retribución de ellos; yo te serví a ti Señor, y dependeré de ti, de la bendición tuya que pueda guardar para ese día, y de las que tú me des en ese entonces. Acuérdate de tu anciana madre. Dale un beso.

23:23

"... compra la verdad y no la vendas". Quizás esto tenga muchos significados y esté mejor situado el texto después del v. 19; yo te digo: compra buenos libros y no te deshagas de ellos. Hay cosas que no se venden. La primogenitura espiritual no debe ser vendida por un plato de lentejas ni Cristo por un puñado de monedas de plata. La fe no se vende, el arrepentimiento no se vende, la comunión del Espíritu Santo tampoco ni la iglesia en la cual adoras. (Hch. 1.18; He 12.16).

23:26

"... y miren tus ojos por mis caminos". ¡Qué responsabilidad decir: pon tus pies donde yo lo puse! No es lo mismo decir haz lo que yo digo y no lo que yo hago. 

23:26-28

"... también ella como robador acecha". Un padre fiel puede decir a su hijo: “Nunca he sido infiel a tu madre, ni en mi juventud dormí con rameras, mi cuerpo no lo ha tocado otra mujer que no sea tu madre, nunca he satisfecho mis deseos con otra; he hallado fuerzas para alejarme de ellas y para no pecar contra Dios y contra ti”. La prostitución es una plaga para la juventud; y las autoridades debieran prohibirla.

23:29-35

Espero, hijo mío, que no seas tan insensato como para entregarte al alcohol. El sabio enseña que la borrachera es una necedad. Los que leemos el NT quisiéramos que hubiera dicho que los borrachos no heredarán el reino de Dios (1 Co. 6:10), pero no lo dice porque aparentemente Salomón no escribió Proverbios ni ninguno de sus libros con intenciónreligiosa. No se propuso componer algún libro bajo la inspiración del Espíritu Santo para engrosar la revelación de Israel, sino para que fuera leído por personas con y sin religión, aunque Dios forma parte de sus escritos, y afirma que el principio de la sabiduría es el temor de Dios. Excepto Cantares que no lo nombra. Para Salomón, Proverbios era un libro sobre la moral y la conducta humana, teniendo como trasfondo, sí, el temor de Dios, pero para obrar con sabiduría. Voy a la cuestión del uso indebido del alcohol. Dice que el uso sin moderación de la cerveza y del vino es un error (20:1). Debes conocer las consecuencias que trae beber alcohol. Es un error enseñar a los niños a beber y que a los jóvenes les guste el alcohol.

24:3

“... con sabiduría se edifica la casa". Nota que con sabiduría e inteligencia concibes y edificas tu casa; pero andando el tiempo las pruebas vienen contra ella y si no eres prudente el mal te la derriba. Recuerda la parábola de los dos cimientos.

24:5

"... el hombre sabio es fuerte". El que adquiere inteligencia se hace fuerte. Aprende y regirás. Que no te baste conocer un poco, trata de ser "docto", "sabio" (Mt. 13:52); la idea es “instruido” o convertido en discípulo o pupilo. Un doctor es un estudiante permanente de las cosas del reino de los cielos. Nunca cesa de comprar la verdad y estudiarla.

24:6

"... en la multitud de consejeros está la victoria". El que más sabe domina. Aguza tu intelecto con las mentes ajenas; dale filo a tu pensamiento con otras opiniones; otra idea puede ser mejor que la tuya, incorpórala a tu plan general, úsala en tu estrategia; cuando otros ven que se siguen sus sugerencias se entusiasman y cooperan.

24:10

"... si fueras flojo en el día del trabajo" (RV). No sólo que mientras menos trabajes menos ganas sino menos ganas de hacerlo; el trabajo lleva al poder, como la inteligencia (v.5). Sigue esta ecuación: menos trabajo menos influencia. Pero LBLA y otras dicen “en el día de la angustia”, en el de los problemas y tristezas. Siembra andando y llorando, la preciosa simiente. ¡Pastor!

Pro. 24:11,12

"... libra a los que están en peligros de muerte". ¿Sabes de algún complot contra un inocente? Advierte que cambie su camino. Haz lo que hizo Mardoqueo cuando dio aviso al rey Asuero. ¿Oyes que quieren robar al hombre que desciende de Jerusalén a Jericó? Dile que se haga acompañar por otros o que no vaya. Allí lo esperan víboras. Por otra parte: los que están en ignorancia, enséñalos, los que están en tinieblas sácalos de la oscuridad; si vieras a alguien junto a un abismo ¿no lo socorrerías? Si una casa se incendia ¿no ayudarás a apagar el fuego y tratarás de rescatar a los que están adentro? Señor perdona cuando teniendo la receta pasamos junto a los enfermos y no se la damos. Tú sondeas los corazones (sopesa, BTX).

24:16

"... porque siete veces cae el justo". ¿Tantas veces Señor? ¿Tantas calamidades? Un tiempo determinado, el que el Señor permita. Tal vez menos, dos o cuatro, y nada más. La obra está completa y el espíritu experimentado.

24:17,18

"Cuando cayere tu enemigo no te regocijes". La razón que da no es por compasión o piedad sino al contrario, para que el Señor lo siga destruyendo. Es una forma evangélica muy rudimentaria de no alegrarse con el mal de nadie, y de “amontonar brasas sobre su cabeza”.

24:23

“También estos son dichos de los sabios”. Salomón aprendió de otros; todas sus buenas reflexiones no se les ocurrieron sólo a él. Esto muestra que Proverbios es una colección que pertenecía a Salomón (compárese 24:33; 6:10).

24:24,25

“El que dijere al malo: justo eres”. Dios bendecirá a los que hallan valor para responder a los malos. 

24:27

“Prepara tus labores fuera” (1 Re. 5:18). Esto parece un proverbio sobre cálculo y planificación.

24:30-34

“Pasé junto a la viña del hombre perezoso”. Lo que tienes necesita cultivo, mantenimiento y reparación. Trata de mantener tu obra lo más bonita que puedas.

25:1

“También estos son proverbios de Salomón”. ¿De dónde los copiaron? ¿De los originales? Quien los haya tenido los compartió con estos varones, se los prestó, pero no se los vendió. Algunos dicen que es la tercera o cuarta parte del libro. “parece que se hallaban separados del récord público. Quienes fueron esos varones no se sabe, quizás sus ministros de estado, Eliakin, Sheban y Joás; o los profetas por aquellos tiempos, Isaías, Miqueas y Oseas. El Tárgum y la versión siriaca la llama como sus amigos. Quienesquiera que hayan sido, no hay duda que fueron empleados por Ezequías, anexos a los que ya se conocían como de Salomón” (John Gill). La BTX cuarta edición, omite toda esa porción hasta el capítulo treinta.

25:2

Sin embargo, Salomón se dedicó más a la naturaleza, a los hombres, a la moral, que a la teología. Para otros sean, Señor, aquellas ocupaciones, y para mí esta última. Los secretos de la eternidad de Dios, del alma inmortal, de la predestinación y elección, etc. Y Dios quiere para su gloria vernos interesados y estudiando los asuntos, aunque no lleguemos cabal, ni próximamente, a su comprensión.

25:3

“Para el corazón de los reyes no hay investigación” o el corazón de los reyes es inescrutable. ¿Inescrutables? Proponía que los que dirigieran los destinos sociales fueran hombres estudiosos, personas cultas.

25:5

“Aparta el impío de la presencia del rey”. Aleja las malas influencias del rey; separa de sus contornos a los impíos que debilitan su gobierno, a la escoria encumbrada junto a la plata real.

25:6-8

“Mejor es que se te diga sube acá” (Lc. 14:7-11). Esto prueba que dondequiera que esté un hombre que tenga sabiduría, la recibió de Cristo.

25:9

“Trata tu causa con tu compañero” (Mt. 18:15). Cuando tengas desavenencia con alguien no se lo cuentes a nadie.

25:10

“Y tu infamia no pueda repararse”. La honra manchada casi nunca se limpia.

25:11

“Manzana de oro es la palabra dicha como conviene”; también se traduce a tiempo o como una buena respuesta. Escoge como oro tus mejores palabras, suaviza tu tono, y el mejor momento para decirlas.

25:12

“Es el que reprende al sabio de oído dócil” (15:31; 20:12). Aunque seas sabio admite la represión. Unos traducen “el sabio que reprende al que admite corrección” y otros a la inversa, el que reprende a un sabio; ambas son similares.

25:13

“Como frío de la nieve en tiempo de la siega”. Dejen pasar y hablar al mensajero que trae una palabra de esperanza, dejen que digan lo que levantará nuestros ánimos.

25:14

“Como nubes y vientos sin lluvias”. Y también el ministro que no trae suficiente y frescas aguas de vida para las almas sedientas. Todos lo miran con esperanza de recibir algo y se marchan defraudados porque sólo vieron el humo.

25:15

“Y la lengua blanda quebranta los huesos”. (Ge. 32:4; 1 Sa. 25:24; Ecl. 10:4). El poder de la palabra amable.

25:19

“Como pie descoyuntado es la confianza en el prevaricador” (Isa. 36:6). La idea es el pie resbaladizo en el cual no se puede confiar, o dislocado. El apoyo humano puede ser inconstante, insuficiente y decepcionante.

25:20

“El que canta canciones al corazón afligido”. Es mejor invitarlo a orar (Sgo. 5:13); canciones populares no, pero hay himnos cristianos muy consoladores para la ocasión.

25:21, 22

“Si tiene hambre dale de comer”. Aquí habla el Espíritu apostólico (ver 25: 6-8; Mt. 5:44; Ro. 12:20). Los proverbios son útiles para vivir el evangelio.

25:23

“El rostro airado ahuyenta la lengua detractora”. Miedo, disciplina y castigo son buenos para amarrar la lengua de un chismoso.

25:24

“Mejor es estar en un rincón del terrado que con mujer rencillosa” (21:9). Si te casas con una mujer que tenga mal carácter pagarás caro la ayuda que te de, y muchas veces preferirás estar soltero.

25:25

“Como el agua fría al sediento son las buenas nuevas de lejanas tierras”. Los que tienen sus hijos, padres y amigos en el extranjero, saben que esto es verdad. Envíale una nota escrita a los tuyos.

25:27

“Ni buscar la propia gloria es gloria”. (27:2; Lc.14:11). La gloria no se pide, se da y se gana. Algunos se mueren de ganas que los aplaudan. Y la gloria de los hombres, dijo Jesús, “no recibo”. Una sonrisa de aprobación de Dios vale más que toda ella.

25:28

“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre que no tiene rienda” (16:32). Queda a merced de cualquiera. El que no domina su ira comete locuras.

26:2

“La maldición nunca vendrá sin causa”. Dios no maldice a nadie que no peque (Ge. 18:32; Núm. 23:8; Dt. 23:5; 2 Sa. 16:12).

26:4

“No reprendas al necio de acuerdo con su necedad”. A palabras necias oídos sordos. El necio y el hermano corto de “entendedera” se parecen.

26:7

“Las piernas del cojo penden inútiles” en la mesa del Rey, así el que habla mucho y hace poco, o dice que cree y no obra. El tal es inútil.

26:11

“Como el perro que vuelve a su vómito es el que repite su necedad”. No repitas los mismos errores, no olvides las lecciones que de ellos aprendiste. La apostasía es un error (Sgo. 5:19,20; 2 Pe. 2:22).

26:20

“Sin leña se apaga el fuego”. No alimentes tu mente con cosas que encienden las pasiones. Ya sabes qué hacer con los chismosos. Te remito a otros proverbios donde he comentado el asunto.

26:23

“Son los labios lisonjeros y el corazón malo”. El texto masorético es el que dice “escorias de plata”. De todos modos, es escoria. ¡Dios mío qué terrible combinación!, labios adulones, o más bien labios ardientes, en llamas o fogosos, y un corazón malo.

26:24-26

“El que odia disimula con sus labios”. Dios mío; y ¿cómo uno puede saber que nos odia si lo disimula? Porque se lo dice a otros, otros lo saben, lo ven, lo oyen y nos lo dicen. La realidad de la relación no es el ósculo que nos da sino la cuchilla que nos clava por la espalda. Y ¿no te das cuenta tú cuando alguien finge? ¿No le miras los ojos, le oyes como habla, te fijas en el extremo de sus cortesías, y oyes el reporte de otros?

27:1

“No te jactes del día de mañana”. (Sgo. 4:13-16; Lc. 12:19, 20). No te jactes, pero piensa en el día de mañana. Mañana es de Dios, hoy es tuyo. Parece que Jesús elabora este proverbio y lo refina, lo pone nuevo, porque en Mt. 6:34 no usa la palabra jactarse o gloriarse sino afanarse que en griego es otra. Hace ese trabajo para nosotros, pensando en ayudarnos con la vieja revelación, cambiándola del sistema de Moisés al suyo, de uno para otro, y dejándola en la gracia.

27:3

“Pesada es la piedra”. Pesa mucho una piedra de molino de asno sobre el cuello, pero más pesa el pecado sobre la conciencia (He. 12:1).

27:4

“¿Quién podrás sostenerse delante de la envidia?” (6:34; 1 Jn. 3:12). La palabra envidia también es traducida celo. Quien te envidia es enemigo tuyo.

27:5

“Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto”; que amor secreto (28:23; Ga. 2:14). Y ¿para qué uno lo quiere si no lo demuestra, si es silencioso y no lo dice? El oído necesita tanto las palabras de amor como el ojo las buenas actitudes. El amor oculto es indiferencia. Pero ¿existe? Si me amas no me ocultes mis pecados; si me ves pecar, repréndeme, porque me ama sólo quien cuida mi alma. No es amor el que deja morir un alma sin reprenderla.

27:6

“Fieles son las heridas del que ama” (20:30; Sal. 141:5). Cuando el mal es hondo las heridas tienen que hacerse profundas, hasta las raíces. Si el bisturí no llega profundo el mal se reproduce. Es mejor ser reprendido que adulado, herido que lisonjeado.

27:7

“Al hambriento todo lo amargo es dulce”. En sentido figurado digo: Yo vivo Señor satisfecho con tu palabra, mi miel, por eso mi alma no apetece el amargo pecado. Los pecadores, insatisfechos, hallan el pecado dulce. Pero luego les amarga el vientre.

27:8

“Cual ave que se va de su nido es el hombre que deja su lugar” (26:2; Isa. 16:2; Ge. 21:4). ¿Cuál es mi lugar? Otra traducción dice “el hombre que se va de su hogar”.  Mi lugar es Cristo, mi hogar, mi nido está en el árbol de la cruz ¿adónde iré Señor si tú tienes palabra de vida eterna? Cada uno irá al lugar que le corresponde (Hch. 1:25).

27:9

“El perfume alegra el corazón”. El perfume que alegra más el corazón es el conocimiento de Cristo (2 Co. 2:14-16).

27:10

“Mejor es el vecino cerca que le hermano lejos” (18:24). Si puedes vivir cerca de tu familia, mejor; y llévate bien con tus vecinos.

27:11

“Hijo mío alegra mi corazón”. Sé mi orgullo hijo mío.

27:12

“El avisado ve el mal y se esconde”. Si sabes dónde está el pecado ¿por qué no huyes? El que no huya “paga las consecuencias”. Avisado es aquel que cuida su inmortalidad.

27:15

“Gotera continua es la mujer rencillosa” (19:13). Pero uno no sabe que es rencillosa hasta que la tiene por mujer (v.16). ¿Quién quiere a una mujer buscapleitos?

27:17

“Hierro, con hierro se aguza”. Nos podemos hacer bien recíprocamente si compartimos nuestros conocimientos, experiencias, si meditamos juntos en la Palabra de Dios; entonces cuando uno se abate el otro lo anima. Un espíritu enardece a otro.

27:18

“Quien cuida la higuera comerá su fruto” (1 Co. 3:8; 9:7; 2 Ti. 2:6). Si cuidas la iglesia comerás de ella; si cuidas el ganado tendrás leche, si cuidas tu trabajo permanecerás en él (vv.23-27). 

27:19

“El corazón del hombre se corresponde al hombre”. El corazón de un hombre refleja al de otros. Si quieres conocer a los demás conócete a ti mismo. No me dejo engañar por ti porque conozco mi corazón. Claro, uno no puede juzgar a los otros por lo que uno es. Pero todos, fundamentalmente, somos semejantes, y heredamos el pecado original.

27:20

“Los ojos y el corazón jamás se satisfacen”. Los ojos y el corazón, sólo se satisfacen cuando miran la belleza de Dios en Cristo. Los ojos son devoradores y el corazón ambicioso. Ninguno de los dos debe dejársele ir adondequiera. Son dos útiles siervos que fácilmente se tornan traidores. ¿No dice el dicho que los ojos son el espejo del alma? Quiere decir del corazón, desde donde Jesús dijo que salían, no virtudes, sino contaminación.

27:21

“Prueba al hombre la boca de quien lo alaba”. Pasa la prueba de la alabanza sin hincharte. La lisonja es como un narcótico, pronto se vuelve uno adicto a ella.

27:22

“Aunque majes al necio no se apartará su necedad” (Je. 5:3). Machaca el necio y nada logras. Aquí dice lo que ya sabemos por el evangelio, que el hombre por naturaleza es incambiable; sólo la gracia opera el milagro de la regeneración (Jn. 3:4); puedes torturarlo, desmenuzarlo, molerlo hasta convertirlo en polvo y cada partícula continuará siendo lo que es el todo; el hombre es incrédulo por naturaleza, ama el pecado desde su primera célula. ¿Qué valor tiene la religión para cambiarlo? Ninguno (Col. 2:23). Sólo el Espíritu Santo puede hacerlo, convertirlo en una nueva creación.

27:23

“Mira con cuidado por tus rebaños”. Literalmente dice pon tu corazón en tu ganado. Señor yo cuido tus ovejas no porque son mías sino porque son tuyas. Si se enferman, las curo, si se extravían las busco, si se atrasan las animo. Pero tú les darías mejor atención que yo.

27:25

“Saldrá la grama, aparecerá la hierba”. Vendrá la lluvia, se irá el invierno y saldrá la grama; los corrales serán abiertos y las ovejas saldrán a comer la hierba joven. El invierno se irá, la enfermedad ya pasó, y Dios se acordará que tengo hambre de una nueva bendición y me la dará. Bendito seas Señor.

28:1

“Huye el impío sin que lo persigan”. (Lev. 26:17,36; Sal. 53:5). Se excusa sin que lo ataquen, se justifica, se defiende, sospecha de todos porque siente miedo y huye.

28:5

“Los que buscan a Jehová entienden todas las cosas” (Jn. 7:17; 1 Co. 2:15; 1 Jn. 2:20,27). No puedes entender lo que te pasa porque no le pides explicaciones a Dios, ni quieres recibir las explicaciones religiosas que te daría porque tendrías que reconocer muchas cosas y cambiarlas. Esta palabra no la quieres oír: pecado. Pon a Dios como el centro de tus acertijos, examina el orden de su providencia, explica las cosas con él y hallarás razón a una por una, descubrirás suprema inteligencia y sabiduría y que las cosas son así porque tienen que ser así, que fue lógico y obvio que todo pasara como pasó, y que aun así nada carece de sentido. Hay un misterio divino escondido detrás de cada suceso. Si no explicas tu vida con Dios, te queda un vacío insondable y la única explicación posible es que el destino ha jugado contigo.

28:6

“Mejor es el pobre que camina en su integridad que el rico perverso”. La integridad vale más que las riquezas de los perversos. Las virtudes valen más que el dinero.

28:7

“El que es compañero de glotones avergüenza a su padre” (23:20). De glotones, ociosos, borrachos y ladrones (Tit. 1:12).

28:8

“El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés” (Lev. 22:25; 25:36). Señor, Salomón habrá visto eso, pero mi experiencia con los bancos es distinta; se han hecho poderosos y no vemos algún modo que el dinero recaudado con los intereses vaya a manos de alguna institución benéfica; lo invierten, lo prestan a países y a individuos; pueden éstos prosperar y aquellos mucho más. Es inexpugnable el mundo financiero; Dios nos libre de las bancarrotas que ocasionan las impagables tarjetas de crédito. Ayuda Señor a los desempleados que moran en las plazas, mira que no duermen porque no pueden pagar sus compromisos.

28:9

“El que se aparta de la ley su oración es abominable” (15:8; 21:27; Sal. 109:7). No olvides que Dios no oye a los impíos; si sabiendo la ley no la vives no pienses que pedirás y recibirás. Lo más sagrado sería abominación.

28:10

“Caerá en su misma fosa” (26:27; Sal. 7:15). Es que para llevar a alguien al infierno hay que llevarlo hasta allí, la mejor forma de hacer que otro cometa un pecado es compartiéndolo.

28:12

“Cuando se levantan los impíos tienen que esconderse los hombres”. En todos los países hay hombres buenos que son perseguidos por autoridades corruptas, salvajes, policías asesinos.

28:13

“El que encubre sus pecados no prosperará”. No peques, pero si lo haces, confiésalo a Dios, recuerda que es omnipresente, él ya te ha visto, sabe lo que has hecho y le ha dolido. El pecado es algo mal hecho, un error que pudiera no dañar tu prosperidad si lo manejas bien, quiero decir, si te deshaces pronto de ély no lo repites. Generalmente Dios castiga por más de un pecado, por varios cuando se forma un hábito y se hace una práctica; pero si te arrepientes y no lo haces más el pecado no alcanzará tu prosperidad y podrás llegar hasta ella si no la has alcanzado, o no la perderás si ya la tienes (v. 14). Generalmente el pecado se esconde por miedo, vergüenza, o no se quiere perder lo que se tiene, por falta de temor a Dios y por dureza de corazón.

29:1

"El hombre que reprendido endurece su corazón"; soporta la palabra de exhortación, es medicina para tu cuerpo (Sal. 142:5)

29:2

“Cuando el impío gobierna el pueblo gime”; entre muchos, Cuba.

29:3

"El que frecuenta rameras perderá los bienes". De esta clase de consejos hay muchos en Proverbios porque está dedicado a un hijo varón. ¿Por qué será que el Espíritu dice solamente eso? Uno se queda con deseos que Salomón hubiera dado un tratamiento evangélico al pecado de la prostitución. Aquí se limita a decir "no conviene". En otra parte ha enseñado que el que teme a Jehová escapará de esa clase de mujeres (Ecl. 7:26; Pro. 6:26; 7:10; 23:27); pero en ninguno de estos casos lo describe como algo pecaminoso y que puede conducir a la condenación. Los escritos de Salomón están espiritualmente limitados por la Ley, la moral y la filosofía (Dt. 23:17). Salomón tiene mucha experiencia humana y sabiduría, pero el que es más pequeño en el reino los cielos es más sabio que él (Mt 11:11). Oh Señor que enseñemos a nuestros hijos con más teología la moral.

29:5

“El hombre que adula”, para sacar provecho (Jud. 1:16).

29:6

“Canta y se regocija”, en presente y no futuro queda más bonito; porque lo ayuda Dios y se siente feliz. Dios pone canciones en nuestros labios.

29:10

“Odian al intachable” o también al hombre “completo”; al pleno hombre. ¿Qué es eso de un hombre completo, pleno, sin que le falte algo? ¿Por dentro o por fuera? ¿Hablar o de hechos? El pleno hombre es Jesús, el pleno hombre, si es que se llega a su estatura de plenitud, es el que se le aproxime, entre tanto somos casi hombres (Efe. 3:19; 4:13). El pecado nos ha disminuido.

29:11

"El necio da rienda suelta a su ira". Falta de dominio propio o autarquía.

29:15

"La vara y la corrección dan sabiduría". Pero mejor es enseñarlos hablándoles que golpeándolos.

29:17

"Corrige a tu hijo y te dará descanso”, pero no con palos y cintos. Enderezarlo no es fácil, y la violencia dudo que lo haga. El amor como padres es lo que nos da descanso, o zozobras. 

29:18

"Sin profecía el pueblo se desenfrena". Gracias a Dios que te oigo hablar así Salomón, pero no tuviste como tu padre David, entre tus consejeros a algún profeta de Jehová; eras demasiado sabio; buena cosa te hubiera sido Gad entre tus consejeros. Sin profecía (visión o revelación), y tú lo conociste, sin profecía el pueblo no sabe adónde va. Sin un púlpito nutrido con la Palabra de Dios o sustituido por la música, el pueblo se muere de hambre.

29:19

“El siervo no se corrige con palabras". Salomón da a los golpes un buen lugar en su enseñanza; es un representante educativo de la antigua ley. Donde no hay evangelio ni el Espíritu Santo hacen falta los palos, las cadenas y las cárceles. Y desgraciadamente el patíbulo.

29:25

"El temor del hombre pondrá lazo". (Ge. 12:12; 20:2; Lc. 12:4; Jn. 12:42). El miedo te perjudica tus decisiones y dejarás de hacer lo que te conviene. Medita en las palabras y ejemplo que hay en los textos anteriores. ¿Quién no ha sentido miedo de lo que nos pueda hacer el hombre? (Sal. 118:6; He. 13:6). ¿El hombre? A veces sentimos miedo de nuestros propios hermanos en Cristo (Ga. 2:12).

 

Ojalá la ciencia fuera más religiosa

30:1

“Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal”.

"La profecía...". Esto es más bien un buen sermón que una predicción porque nos enseña a aprender de las cosas más menudas de la tierra como la langosta, los conejos, las hormigas, y supongo que también, las moscas. “Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios: Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; la araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey”.  El propósito divino es que al mirarlas pongamos en nuestro corazón las gloriosas lecciones que contienen, a ojos vista; y aprendamos en laboratorios, cazas y paseos, no sólo cómo está hecho el mundo sino a quien lo hizo. ¿Qué aprovecharía a nuestra alma estudiar el voraz comportamiento de las sanguijuelas y sus descendientes (v. 15), si no las comparamos con nuestros apetitos naturales, insaciables? He aquí ellas, que son copias fotostáticas de nuestros perversos instintos: La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡Dame! Y, por otro lado, son como párrafos bíblicos el fuego en la tierra, porque ardemos de envidia y nuestra lengua es un pequeño miembro que forma un gran incendio. Y nos horrorizamos si nos comparan a los depredadores, sacándoles como cuervos, los ojos a cierta gente para que se fijen en nosotros, con intenciones indignas.

“El fuego que jamás dice: ¡Basta!; los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila.  Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; las plagas de las langostas, el ingenio de las hormigas, la sabiduría de los conejos, etc., las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas”. 

Estudiamos el por qué una mujer casada adultera sin embargo nosotros que decimos que no se debe adulterar adulteramos. Criticamos a los que cambian su honor por un plato de comida e insisten después de la servilleta y cepillarse los dientes, que han aprovechado el momento y no han hecho maldad. 

El proceder de la mujer adúltera es así: Come, y limpia su boca y dice: No he hecho maldad. ¿De qué me sirve oír profecías, ser un doctor, teólogo y escritor de todo eso si no extraigo para mi conducta nada, si eso no me enseña a regularme, si no hallo en esos animalillos e insectos un propósito sabio, y si soy ciego y sordo, y además mudo, a los mensajes de Dios? Se puede ser un experto en eso de los caminos y cuevas de las hormigas, en el miedo de los conejos y cómo proteger la cosecha de las langostas de Joel, y ni siquiera palpando hallar a Dios en el cual vivimos y nos movemos. Oremos al Señor que no sólo aprendamos cómo funciona el mundo sino qué nos dice de su Creador. Es más cómodo ser un hombre de ciencia que comportarse bien y aplicarse conceptos morales y espirituales de las bellezas naturales. La ciencia hace que vivamos bien pero no hace al hombre mejor, consigue una sociedad próspera pero no sin pecados, sin crímenes, con casas más bonitas, pero no mejores hogares con esposos más fieles e hijos obedientes; y ojalá la ciencia fuera más religiosa.

30:2-6

La gran enseñanza de este capítulo se centra en el enaltecimiento humano (vv. 13, 32). Oh Señor dame gracia para aprender.

30:2, 3

(12:1; Sal. 49:10; 73:22). "Más rudo soy yo que ninguno, ni conozco la ciencia del Santo". Quiere decir de lo santo o lo sagrado; interpreto yo que se refiere a que no es un escriba ni un doctor de la ley, no es un sumo y versado sacerdote, sino más bien un observador de la creación; quizás en respuesta a los cultísimos Itiel y Ucal, sobre todo al primero cuyo nombre repite dos veces; aquí ese montón de preguntas tiene la intención de desenmascararles la arrogancia y soberbia; y fue tan extraordinario lo que dijo que hizo memoria entre los oyentes y se conservó como una excepción entre los artículos más provechosos del canon religioso. No es ningún rudo ni hombre bruto y aunque su padre Jaque no es tan eminente como aquellos dos entendidos, ni él tuvo la oportunidad de cursar estudios universitarios, fue enseñado por Dios de una forma magistral probando que "lo necio del mundo es más sabio que los hombres" y que la unción, aunque temprana, enseña (1Jn. 2:20,27). 

30:5, 6

"Toda palabra de Dios es limpia..."  (pura).Agur no sólo aprende de la creación sino de la Palabra de Dios; es importante notar que comienza con Dios (vv. 2-4) como creador. Mira el mundo de esa manera porque es un hombre de fe, porque tiene el Espíritu Santo; si no fuera así no vería más que la ciencia natural, hubiera sido un investigador; la palabra de Dios hizo que mirara el mundo de otro modo. A eso le llaman la "ciencia del Santo" (v. 3). La ciencia que no busca a Dios es falsa (1Ti. 6: 20, 21). No añadas ni quites a la Biblia (Apc. 22:19).. No es el evangelio y algo más, el Espíritu Santo y algo más. No adulteres ni deformes las Palabras de Dios.

30:7-9

"No me des pobreza ni riquezas". "Prosperidad", no quiere enriquecerse, no quiere tener millones, no quiere gastar su vida haciéndolos, al contrario, prefiere pertenecer a la clase media, no a la pobre porque tiene miedo apartarse de Dios. Tanto peligro hay en uno como en otro, pero observa que lo primero que hace es orar por sí mismo. Sabe que Dios no le negará lo que pide, pero adonde lo lleven sus caminos que no sea lejos de Dios. Sabe que puede salir de la pobreza, pero con Dios, que tendrá éxito, pero tiene un supremo interés en su vida espiritual. Si uno no puede conformarse “cualquiera que sea” la situación, como dice Pablo (Flp. 4:11) entonces puede pedir esto. Es más cómodo y feliz. ¿No?

30:12

"Hay generación limpia en su propia opinión". “Gente que se tiene por pura” (LBLA). No creas que una persona es santa por lo que dice sino porque sabes de ella. Esta generación actual es diferente a las otras, ésta no quiere ser limpia, o mejor dicho no sabe lo que es ser limpia porque según ella no hay bien ni mal. Leí a un autor que afirmaba que la opinión que uno tiene de sí mismo no es la real sino la que tienen los otros porque nadie inmerso en sí mismo puede ser objetivo, para juzgar correctamente el ser o la cultura hay que situarse afuera. Incluye en la opinión que tienes de ti las críticas que te formulan. Somos lo que sabe Dios de nosotros y nos lo dice, en la Biblia.

 

Sanguijuelas

30:15, 16

"La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡dame! ¡dame!". A mí me parece que son los deseos de la carne y los deseos de los ojos (1Jn. 2:16,17), los cuales no se satisfacen nunca. La naturaleza humana tiene dos hijas. Dime, ¿qué es más fácil y mejor, controlar esos apetitos o dejarlos que lo devoren todo? ¿Dejar que esas sanguijuelas engullan todo lo que con esmero has cultivado, los cultivos de Dios? No se puede uno dedicar a nutrirlas, comen y quieren más, no se empalagan ni se hartan. Si esto suena a represión, que suene, es mejor poner el bozal a la bestia y domesticarla que permitirle sus intentos salvajes (Sgo. 3:3). Puede referirse también a la muerte y al sepulcro (o al infierno) que nunca se llenan. ¡Oh qué grande es la tierra para recibir los muertos, qué espacioso es el infierno para encerrar las almas, qué grande la oscuridad para envolverlos a todos, qué amplios son los remordimientos, alto el llanto, gruesas las lágrimas, eterno el sufrimiento! La matriz, es decir el sexo, ¡que se llena el infierno por su causa! Nunca se satisface, pide más y más, nunca está conforme, insatisfecho, que produce los divorcios y las infidelidades, y la prostitución, y los incestos, y las lujurias, y se hace el principal proveedor de almas para el infierno. El fuego representa las pasiones, la envidia, los celos, el odio, la ira, ¡oh Dios! Las llamas del infierno son las pasiones que arden en sus miembros, allí.

30:17

“Los cuervos del valle”; eso es por implicación, algo estrecho, pero mejor es traducir “riachuelo” o de la “cañada”.

30:19

“El camino del hombre en la doncella”, pero no es mejor que la traducción del “rastro del hombre en la doncella”; la mejor es “el camino del hombre con unadoncella”. Sólo Dios sabe hasta dónde pueden llegar un par de jóvenes que se aman y se unen para tener un camino y un destino común. Muy lejos, por supuesto. La traducción “rastro” parece desafortunada y no ayuda mucho espiritualmente. Sugiere, en la doncella, innobles pensamientos.

30:20

"No he hecho maldad". Es decir: termina, se lava, y no piensa que ha cometido inmoralidad traicionando a su esposo. Los hombres hacen lo mismo. Ese pecado no se lava con jabón. Estremece cómo los adúlteros matan la conciencia.

30:21-23

"Por la mujer odiada cuando se casa". Es decir, cuando las bendiciones de Dios las disfrutan los que no se las merecen. La gracia de Dios es soberana.

30:24-28 (ver 30:1).

"Las hormigas, los conejos, las langostas...". Si los insectos y los animales parecen sabios en sus elecciones, tienen conocimiento de ellos mismos, de los tiempos, si sus instintos los dirigen bien ¿sólo nosotros los pecadores haremos malas decisiones, seremos insensatos y nos enredaremos en los hilos de nuestros pecados?

30:28

“El lagarto que se agarra con las manos”. La RV traduce araña siguiendo el Tárgum, pero todas las otras siguen el texto griego y latino y traducen lagarto. El Tárgum son explicaciones en arameo o caldeo de la Escritura en beneficio de aquellos que no sabían el hebreo sagrado.

30:29-31

"... León, el macho cabrío…". Vuelve a decir tres cosas, que son persistentes, que luchan hasta ganar, que jamás claudican, cada uno en su campo es victorioso. Yo quiero serlo.  La RV traduce “el ceñido de lomos”, que es una traducción literal, pero el significado correcto se desconoce, y pudiera incluir la abeja, el perro cazador, el leopardo, el león, algún ave inmunda y el gallo, que bonitamente LBLA traduce “el gallo que se pasea erguido”.

30:33

“El que recio se suena las narices sacará sangre”. Literalmente “el que se aprieta la nariz”. Es un adorno lógico para lo que sigue, “el que provoca la ira causará contienda”. Eso es inspirado por Dios como 1Ti. 5:23. El Señor aquí no nos enseña como soplarse las narices sino que pensemos las consecuencias que tienen nuestros hechos.

 

La madre de Lemuel

31:1

“Lemuel. El oráculo que le enseñó su madre”. Lemuel significa “para Dios”; un hijo por el cual había orado mucho y al cual prometió dedicarlo, entregarlo, como Ana a Samuel (1Sa. 1:28), por eso es el hijo de sus votos, de sus oraciones, de sus promesas y ¿por qué no?, el hijo de su voto matrimonial. La palabra oráculo puede traducirse profecía, carga y deseos. Todo eso lo sentía por su hijo cuando le habló. 

Nota, hermana, primero que la madre del rey Lemuel es una profetisa. ¿Será una excepción? Pienso que no, todas las madres han de ser como profetisas para sus hijos porque les hablan a ellos en el nombre de Dios; y como madre le instruye. No es sólo el padre quien debe educar a su hijo varón sino también la madre; y le instruye con lo más sagrado que tiene, con profecías, con la Palabra de Dios. La Biblia es el mejor Libro de enseñanza para los hijos; no obstante, aquí pienso que no se trata de la ley de Dios sino sus propias palabras inspiradas por el Espíritu Santo, porque como madre tiene un ministerio sagrado en su propio hogar, no tanto detrás de un púlpito, profetiza como las hijas de Felipe, en su misma familia y entre las mujeres de la iglesia. Y le profetiza sobre dos cosas importantes: el sexo y el alcohol. Fíjate que le habla sobre el uso inmoderado del sexo y del alcohol: “mujeres” y le dice que ambos pueden debilitarlo. Una madre que conoce a las mujeres. ¿No es eso un gran problema, jóvenes que comienzan su vida sexual y se relacionan prontamente con el alcohol?  Jóvenes que podían ser reyes. Mejor es que se llenen de fe y del Espíritu que de alcohol (Efe. 5:18). Enseñarlos a eso. Amén.  

31:2

“Hijo de mis votos”, o promesas, pero no de “mis deseos”.

31:6, 7

"... dad sidra al desfallecido...". ¿Qué dices hermano mío, estás invitando a que ahogue sus penas en alcohol? No puedo pensar que ése sea tu consejo, sino que lo dices para aquellos que no pueden vencer su adicción, los que no tienen medicina para su dolor, pero no para tu hijo. No es posible detener la producción de alcohol y de tabaco, de drogas, pero se puede enseñar a los hijos que esas cosas no son para ellos, que hay cosas mejores para los hijos del Rey de reyes. Que beban, los hijos de reyes, Espíritu Santo y no alcohol.

31:8, 9

"... abre tu boca por el mudo". Asume como tuya la causa justa del que no puede defenderse, sé abogado para ellos, tú que conoces las leyes, que puedes. ¿No estarás en contra de la legalización del aborto? Defender esos embriones humanos es defender al mudo. Los embriones silenciosos. Los niños y niñas no nacidos. Y tal vez los mudos, y me parece bonita la idea, representan a los inconversos, aquellos que muestran su ingrato silencio para Dios, que nunca oran a él, no mencionan su nombre ni lo magnifican. Es orar por ellos, pedirle al Señor que meta sus dedos en sus oídos y toque sus lenguas para que hablen. En realidad, los pecadores no sólo tienen la lengua muerta para Dios sino al servicio del diablo. Hay muchos hijos de Dios, elegidos desde la eternidad, que algún día tendrán sus lenguas vivas. Él tiene mucho pueblo en cada ciudad.

31:10

"...mujer virtuosa...". Mujeres bonitas hay muchas. pero no tantas exitosas. Las mujeres, sus valores, según la Escritura, dependen no de su cara sino de sus virtudes (v.30). Las virtudes de una mujer son más valiosas que su aspecto. Los jóvenes debieran preguntar por ellas antes de mirar la cara y las piernas, a no ser que sean desgraciadamente carnales.

31:21

“Ropa escarlata”; la Vulgata Latina y la Septuaginta traducen “doble” que cuadra mejor porque el color rojo como otro cualquiera no arropa mejor en invierno. Tal vez el Espíritu dejó lo del rojo como una remota alusión a la justicia cruenta con que nos arropa Jesucristo.

31:28

“Y su marido también la alaba”, no la critica, ni pasa por alto su esfuerzo por la familia y su generoso aporte al bienestar del hogar. ¿Qué tiempo hace que no alabas a tu mujer?

 

Una madre al gusto de Dios

31:10-31

“…el corazón del marido está en ella confiado…”. 

Esto no parece ser la profecía de su madre sino lo que aprendió de ella el hijo. De su madre aprendió sobre sexo y el alcohol (vv.1-9). Sí, de la madre, el hijo varón, y ¿por qué no? (1) Aprendió que su padre al casarse con ella ganó (vv.10,31), que era su mayor fortuna, su capital blessing. Puede confiar en ella (v.11), en relación con la economía y por supuesto, en todo. A ella él debía su reputación (v.23), un nombre. Sabía el deleite que ella le producía porque lo oyó alabarla (v.28). Esto hace sonreír a un hijo. No le decía palabras feas ni la ofendía. 

(2) Oyó a sus hermanos amar de Dios. Tenían una madre temerosa de Dios (v.30). Y de ella aprendieron a temer a Dios. (3) En cuanto a las virtudes (v.10). No dice “hermosa”, es mejor virtuosa que hermosa (v.30). Su hijo la recuerda como una mujer trabajadora. En el texto es su virtud más destacada, lo que ella hace por su familia, su hogar se halla a la altura que está, porque con sus manos ella lo ha alzado. Seis veces se refiere a las manos de su madre (vv.13,16,17,19,20,31). No a las uñas largas de su madre, ni a sus pestañas postizas, sino a las rústicas manos de ella. Recuerda que era una mujer madrugadora (v.15), y eso que tenía criadas empleadas en su negocio (v.18). En su misma casa tenía un taller de tejidos y confecciones de ropas (vv.19,21). También la recordaba como una mujer elegante y atractiva (v.22). La familia no tenía ningún miedo al futuro (v.25), presentaban una cara sonriente a la vida. (4); y no sólo alaba sus manos sino su cerebro y lengua (v.26). Su madre estaba demasiado ocupada para hallar tiempo para chismear. Era una mujer de hechos (v.31), una mujer y madre al gusto de Dios

 

 

Notas sobre el libro de Eclesiastés 

 

El libro, autor, fecha, canonicidad.

Los datos siguientes son tomados del comentario de Wayne H. Peterson en The Broadman Bible Commentary. "Este no es un libro muy frecuentado por los cristianos. El título es tomado de su primer versículo "koheleth" o Predicador. El autor de este libro no da su nombre, simplemente dice que es Predicador o Maestro. En 1:1 se llama "hijo de David rey en Jerusalén". Su afirmación de que él fue rey en Jerusalén 1:12, implica que escribió este documento cuando ya no lo era. Sin embargo, los libros de Reyes y Crónicas afirman que Salomón fue rey hasta su muerte. Un antiguo comentario rabínico dice que Salomón escribió Cantares cuando todavía era joven, Proverbios durante la práctica de su madurez y Eclesiastés sobre las vanidades de la vida en su vejez. Martín Lutero en el siglo XVI fue el primero en decir que Eclesiastés no fue escrito por Salomón. La descripción del Predicador al final del libro (12:9,10), se identifica como maestro y no como gobernante. G. S. Hendry dice: ‘El autor de este libro no afirma que él sea de Salomón, sino que pone sus palabras en boca de Salomón. “Podemos comparar la práctica y el adjudicar obras escritas por otros a personajes históricos famosos, y sabemos que fue algo familiar en aquella literatura antigua. El propósito era para indicar el género, la sabiduría y el tipo de literatura al cual pertenecía. En ningún modo pretendían engañar a nadie y de cierto, ninguno de sus lectores originales fue engañado. La influencia aramea y fenicia sobre el hebreo, no obstante, sugiere que su autor era del norte de Palestina y que como la mayoría de los hombres sabios probablemente pertenecía a la clase alta, educada y con dinero’. 

“La presencia de dos palabras persas, sugieren que el libro apareció después del cautiverio, o después del levantamiento del imperio persa en el siglo VI. El hebreo de Eclesiastés es posterior a Salomón. La influencia fenicia lo sitúa desde el siglo VII hasta el III a.C. Se encuentra en la literatura hebrea un gran escepticismo después del exilio. Además, presupone que ya el monoteísmo no estaba amenazado. Este libro fue uno de los últimos que se aceptó en el canon del A. T. y pertenece a los llamados Escritos o Hagiógrafos. Algunos rabinos de la escuela de Shammai argumentaban en contra de permitirle la entrada al canon, pero la escuela de Hillel favoreció su inclusión y prevaleció".

 

Ecl. 1:1

“…el predicador…” el Kohelet. Siete veces se llama predicador, profesor, el filósofo.

Ecl. 1:2

"... vanidad de vanidades...". La palabra hebrea hebelque se traduce vanidad significa también vaciedad, insatisfactorio, transitorio. Es lo más cercano al cero. Desde la primera línea nos dice: estoy decepcionado de esta vida, esperé más de ella que lo que saqué.

Ecl. 1:3

"... ¿qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo?". La mayor parte del trabajo que los hombres hacen es para su vientre (6:7). Hoy en día hay otras cosas, alquileres de casas e hipotecas, estudios, hospitales, medicinas, seguros, etc.; pero trabajo también se puede hacer para Dios (Col. 3:22). La verdad es mejor traducirlo como preocupaciones, o afanes, inquietudes. Eso sí no vale la pena si uno confía que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios y se tiene fe en la providencia divina. No vale la pena desvelarse y perder el juicio con los líos, pero trabajar ennoblece, y si uno no trabaja ¿qué hace? Robar. O aprender a ser chismoso (1Ti. 5:13).

Ecl. 1:4

"... generación va y generación viene". Este, con el v.3 dice: tú te mueres y otros labran el campo, te vas y el trabajo tuyo lo hará otro. Aunque el trabajo es de las mejores cosas que Dios nos ha dado, no es el fin. Hoy la ciudadanía postmodernista sólo busca, aun en la iglesia, estas tres cosas: trabajo, dinero y salud, con el propósito de ser felices. Todo lo que tiene que ver con la piedad para “esta vida presente” pero no para la venidera (1Ti. 4:18).

 

Un hombre destruido por la decepción 

Ecl. 1:5-10

5Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. 6El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 7Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. 8Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 9¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 10¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido”. “…girando y girando el viento”. 

El mundo del predicador o eclesiastés, es aburrido y monótono; lo que le haya pasado él lo sabe, y supongo por sus palabras que si vive así sin gusto para nada, para el trabajo (vv.3,4); y no le encuentra belleza a la salida y puesta del sol habiendo perdido la visión estética en la vida y nada lo encuentra bello, sea natural o artificial (v.5), y si le aburre la monotonía de la atmósfera, y las leyes que ha descubierto no le maravillan ni lo hacen reflexionar en el Creador (v.6), y estima los ríos tontos y el mar insaciable (v.7), como si la creación fuera una equivocación; entonces es un hombre interiormentefracasado, tal vez exitoso en su vocación pero destruido por la decepción. Insatisfecho, y él mismo es una persona aburrida. En su libro no habla del suicidio, pero sí prefiere la muerte a la vida y aun no haber nacido. Este predicador vivía como si Dios no existiera. Es la experiencia de un hombre que disfrutó el mundo a plenitud, que llegó a todo éxtasis, se colmó y se decepcionó de todo. ¿Por qué, voy hacer ese recorrido? ¿Por qué me dejaré engañar como él? Su experiencia me es útil Señor y no quiero hacer su recorrido, mi mejor ocupación eres Tú. Un predicador del evangelio no es así, ni quiero experimentar en beneficio de mi ministerio, todo eso que él ha vivido. 

Ecl. 1:11

“… no hay memoria de lo que precedió…”. La mayor parte de la humanidad no pasará a la historia; Eclesiastés habla por nosotros, la gente común. No hemos dado razón para ser célebres, no hemos hecho nada. “Gloria inmortal a los mártires” es una vacua consigna.

 

No pienses tanto en lo que pudo haber sido

Ecl. 1:15

“Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse”. “Lo que falta no se puede contar”. Esta traducción no está en línea con el pesimismo del predicador. ¡Claro que si una cosa falta nadie la cuenta! La mejor traducción incluiría que las cosas que tienen deficiencia son innumerables o muchas. Propongo que alguien la traduzca así. Otra versión dice “no vale la pena pensar en lo que pudo haber sido” y no fue, y tener ansiedad porque las cosas no fueron como debían haber sido. Conformémonos como han sucedido las cosas y démosle gracias a Dios por la gracia que nos da para aceptarlas así; ya no se pueden cambiar porque él quiso que sucedieran de ese modo y yo debo consolarme y pedirle que continúe con su Sabiduría, incluso, enderezando lo que este predicador dice que si ya se torció nadie lo puede enderezar. Si tomara las palabras como aparecen en nuestra versión Valera las arreglaría así “es innumerable la cantidad de gente que se siente incompleta, que le falta algo, que no llegó hasta donde deseaba, no alcanzó su sueño y meta y sufre una perenne decepción”. Los decepcionados son muchos; y lo torcido Dios, con tantos milagros ha hecho, en su tiempo, podría enderezarlo y que anduvieran, las cosas, los fenómenos, derechos, cualquiera que sea la curvatura, el tiempo de la joroba, el crecimiento torcido (Lc. 13:11). Pudo haber sido mejor, pero también peor; y Dios cambia las situaciones.

Ecl. 1:17,18

“… dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, las locuras…”. Literalmente dice que se dedicó a examinar las locuras y tonterías de los demás; que por experiencia sabe cuales son. 

Ecl. 1:14,17,18

“… y aflicción de espíritu”. LBLA traduce espíritu como viento y dice que es como correr detrás de él. La palabra desvaríos literalmente es tonterías. Este hombre deja la verdad humana en carne viva. ¿Tú crees que así se puede trabajar, predicar, vivir, estando triste y diciéndose a sí mismo “esto no vale la pena hacerlo”? Yo no lo siento así, porque tengo el Espíritu Santo, tengo más esperanza que Salomón y no he sufrido por la misericordia de Dios, igual apostasía (2:11,17).

Ecl. 1:18

“…porque en la mucha sabiduría hay molestia…”. Molestia o también significa dolor o ira. Se enoja uno cuando sabe algunas cosas. ¿Por qué molestia y no deleite? En la mucha sabiduría y en el conocimiento en sí hay mucho placer, y uno disfruta aprendiendo. Vale la pena estudiar y aprender por el placer de conocer.  No se refiere quizás a sus estudios de filosofía y botánica, de política, sino al mal comportamiento de los hombres. 

Ecl. 2.

Estas son las reflexiones de Salomón sobre la vida que vivió y sobre su trabajo. De veras que si este hombre no hubiera tenido alguna fe en Dios, por lo menos cuando se volvió a él, hubiera sido el hombre más triste del mundo, se hubiera suicidado. Salomón nos comparte su caso para que no pasemos por lo mismo.

Ecl. 2:2

"... ¿de qué sirve esto?". ¿Qué logra esto? ¿Qué es la risa del necio? (7:6). Se ríen de la carne, unos de otros, de cosas extrañas y vulgares; la sensualidad tiene el primer lugar. La risa suele expresar lo que hay en el corazón. Pero lo más triste es la insatisfacción que le produce el placer cuando lo ha disfrutado. ¿De qué me ha servido esto? ¿Dónde está la ilusión que me movió a disfrutarlo? –Dicen. Señor guarda mi vida. Uno hace lo que le gusta y más temprano que tarde se decepciona. No le gusta lo que hace.

Ecl. 2:3

"... me propuse agasajar mi carne...". O “estimular el cuerpo”. El propósito que la gente tiene para vivir. No todos. ¿Cómo es que agasajando la carne y adquiriendo sabiduría? ¿Cómo te vas a dar al alcohol y ser sabio? Lo que es sabiduría es abstenerte, no mirar el vino en su copa (Pro. 23:31).

Ecl. 2:8

“Reuní oro, cantores y cantoras y muchas concubinas”. Tuvo dineromúsica y mujeres; y ninguna de esas tres satisfacciones tan buscadas por los hombres lo satisfizo plenamente. Siempre tengo en mente que el autor posterior está interpretando la experiencia de Salomón.

 

 

Historia de un corazón vacío dentro de una vida próspera

Ecl. 2:4-11

“…engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas…”. Este hombre no dice "gracias Señor por todo lo que me has dado, por la prosperidad que he alcanzado, porque he llegado hasta casi donde ningún otro hombre ha llegado". Se ha materializado tanto que en su corazón no ha quedado ningún puesto para Dios, por lo menos lo aparenta. El dinero, la música y las mujeres ocupan mucho espacio forman un volumen muy grande que copan el cuerpo y el entendimiento, y no se piensa en casi nada más. El hombre no debe disfrutar plenamente de este mundo sin un sentimiento de gratitud, sin darle gracias a Dios por hacerlo salvo. Esta es la historia de un corazón vacío dentro de una vida próspera; porque ninguna de esas adquisiciones tocó su espíritu para la felicidad. Llegó hasta un punto que todo resultó nada. La palabra "amontonar" y "engrandecer" aparecen en el texto, pero ninguna de las dos resultó ser eficaz para hacer que el hombre se sintiera realizado. Su fin fue la frustración y una desilusión mortal. Hubiera sido distinto si todas esas cosas se las hubiera dado Dios "con Cristo” (Ro. 8:32). Ninguna creación satisface porque no llena el vacío dejado por el Ausente Creador. Se acostumbró a las casas bonitas, vivía en todas, se le hizo familiar el lujo y el gusto del placer femenino, y después mortalmente se aburrió de todo eso y le volvió la espalda, y se fue andando sin nada, más vacía el alma que cuando la llenó.

 

Un hombre a quien sus placeres le enfriaron su religión

Ecl. 2:11,18, 22-25

“…he aquí todo era vanidad y aflicción de espíritu y sin provecho debajo del sol”. En este comentario hallamos dos cosas. Salomón, si fue realmente él, se dedicó a trabajar y estudiar pero abandonó la construcción de su familia y su relación espiritual con el Creador. Una de las mayores decepciones de Salomón fue con su trabajo. Halló que la muerte lo iba a cortar de su principal preocupación y disfrutarían del producto de su sudor los que no habían hecho nada. Había dedicado toda su vida a trabajar y ahora ve que fue por gusto, porque no podía sacar nada de este mundo y tendría que entregar todo lo que había colectado a otros, y por ese motivo aborreció la vida (v.17); pero ¿no considera que la disfrutó? (2:1-18). El trabajo no es un engaño si se trabaja con fe y para la fe y si se conecta el trabajo con una perspectiva futura, con un sentido humanista primero y divino después, para el servicio de los hombres y para la gloria de Dios. Estos dos factores son los que transforman el penoso trabajo, agravado con una maldición adámica sobre la raza humana. 

Esas palabras con respecto al trabajo, "vanidad y aflicción de espíritu y sin provecho", no son propias de un hombre contento con la familia que ha criado, el éxito con sus hijos y en su matrimonio, y además de eso si de su producto también ha contribuido para engrandecer la obra de Dios; esas cosas así dirigidas sí son de provecho debajo del sol, y son hermosas. Pero este varón  no fue sabio en la formación de su familia; aprendió mucha sabiduría y filosofía y ciencias, y engrandeció el mundo, y pensó que había hallado el sentido de vivir, pero se equivocó porque la mayor parte de sus días los vivió sin una correcta relación con Dios, haciendo descubrimientos morales y filosóficos pero no aprendió a darle un sentido espiritual a su vida. Es increíble, por lo menos asombroso, que un hombre que haya construido un templo para Dios como él lo hizo y orado como él oró en aquel momento, se sintiera así como se sintió, a no ser que sus placeres le enfriaron su religión. 

El segundo problema que tuvo fue con la muerte. Había disfrutado de la vida pero también llegó a viejo y lo mucho que había acumulado era para él ahora nada, las cosas usadas les eran insatisfactorias y sus grandes metas vaporosas representaciones, incorpóreos fantasmas, sombras frías que le engañaron en su visión humana hasta allí, y al encontrarse con ellas eran nada. El punto final de sus días estaba limitado por un precipicio, un vacío, una desintegración frustrante; no hallaba continuidad entre esta vida y otra más allá de la muerte, aunque en algún momento quizás por pura casualidad, por más deseo de su corazón que por fe percibió alguna clase de eternidad espiritual dentro de sí mismo (3:11). Sólo pueden estar complacidos con sus vidas los que las llenan bien de Dios, y es indudablemente algo otorgado por el Señor a aquellos escogidos por la gracia en los cuales se complace (v.24). 

Ecl. 2:15,16

“¿Para qué me aprovecha haber sido tan sabio?”. O, haber estudiado botánica, mi doctorado en filosofía, mis días y meses internado en los bosques contemplando plantas, aves, insectos y animales; haciendo anotaciones sobre sus costumbres y hábitat, leyendo historia y política, poniéndome al día sobre economía y moral. Haber comprado tantos libros que ya usé, leí, subrayé, y ahora permanecen callados en mis estantes esperando mi inesperada visita. Cuando me vaya de este mundo ¿qué será de ellos? ¿Qué harán con mis títulos? ¿Algún nieto los guardará como recuerdo de su abuelo? ¿O la modernización y los cambios sociales y científicos, incluso de moral, harán que se rían de ellos, me menosprecien y los echen a la basura? El fin del trabajo y el estudio es Dios, el alma y la vida eterna, lo otro que resta es “correr tras el viento”. De la mayoría de nosotros no se recordará ni una crónica y sabremos, si fuera posible, que nuestros nombres fueron enterrados con el cuerpo, que no existe eso de la inmortalidad de la historia y todo sucumbe en sepultura, polvo y olvido, como si no hubiésemos pasado por el mundo.

Ecl. 2:16

“…ni del sabio ni del necio habrá memoria”. Está abrumado, aplastado, por la falta de historicidad de sus actos, por su insignificancia e intrascendencia. Quería grabar su nombre en la historia de este mundo y no en Dios. ¿Qué quieres, gloria? Tienes obsesión con la muerte. No es tan importante ser recordado como llegar a un punto; de todos modos, tú no fuiste olvidado.

Ecl. 2:17

“…aflicción de espíritu” (correr tras el viento), tú repites mucho eso; parece que ha escrito todo esto un hombre deprimido para quien la realidad de la muerte no tiene solución. Salomón llegó hasta el muro de la eternidad y no halló una salida. Estas palabras nunca las diría alguien para quien el vivir es Cristo y el morir una ganancia (Fil. 1:21). Yo no aborrezco la vida ni el mundo, y aunque no es mío es bello y disfruto con placer contemplarlo.

 

Este predicador hacía su trabajo diferente a mí 

Ecl. 2:18-26

“…aborrecí el trabajo…”; LBLA introduce la palabra “fruto” y queda como si lo que odiara fuera el por qué y para qué trabajó y no el empleo mismo. Yo tampoco aborrezco mi trabajo; él no pudo alegrarse en su trabajo, como dice en el v. 24; Dios no usó esa excepción con él; pero yo sí lo amo y como otros disfrutan el suyo que son diferentes al mío, así yo; no realizo algo que odio y que cada día me veo obligado hacer, al contrario, me levanto de mañana y empiezo temprano a trabajar; él dice que no hay fin, razón o tiempo para escribir muchos libros y que estudiar es una aflicción (12:12). Tampoco siento eso, escribir y estudiar son mis deleites. Pero él se queja tanto de algo que hace porque se vio obligado hacer, y escribió varios libros, algún salmo, proverbios, cantares y éste; si hubiera escrito sobre su conocimiento de Dios, sobre el evangelio o sobre Jesús, hubieran sido mejores obras (Jn. 6:27). La porción concluye con que es un regalo de Dios disfrutar el trabajo, los frutos, el tiempo empleado, y todo sin decepciones.

Ecl. 2:25

“.. .¿quién se cuidará mejor que yo?”.  Esa es una traducción de la versión latina, la Septuaginta, la Siríaca y la Arábiga dicen “¿quién comerá y beberá sin él?”, refiriéndose quizás a Dios y concuerda mejor con el v. 26, que el alegrarse es un don del Señor.

Ecl. 3:1

“…todo tiene su tiempo”. O “hay un tiempo para cada “placer” debajo del cielo”. A veces quisiéramos que las ruedas de la vida que nos conducen a nuestros deseos giraran más rápido. El tiempo no pasa, se vuelve lento y pegajoso, los días se alargan infinitamente; el futuro se tarda en llegar y cuando llega pasa rápido; todo tiene su tiempo y hay que esperar, aprender a esperar, y es difícil la lección de la espera en Dios; y mientras eso llega nos devora la impaciencia y perdemos los equilibrios y nos consumen los insomnios los ojos. Trabajar por lo que se desea y esperar. Fácil decirlo, sí,- pero se requiere una porción grande de fe.

 

¡Cómo pudieron vivir sin el internet ni Facebook o Instagram!

Ecl.  3:1-8

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz”. 

Este hombre sabio parece desencantado de sus investigaciones, y de andar dentro de exitosos descubrimientos a los cuales se les esfuman pronto la alegría. ¿Cómo ocupas tu tiempo? ¿En cosas importantes o intrascendentes, en fruslerías, o matando el tiempo, suicidándote a plazos? Trabaja, construye una familia y cultiva tu fe. La vida en aquellos tiempos del Eclesiastés tenía veinticuatro horas diarias como la nuestra, y doce meses igual, y puede que, con menos entretenimientos, quiero decir sin cines ni televisor, ni radio ni ordenadores o computadoras, y ¡cómo les fue posible vivir sin la internet, ni Facebook, ni correo electrónico, ni teléfono móvil! La vida hace milenios era menos complicada, más sencilla que la de ahora, a nadie se le veía sobre su asno enviando un texto sin atender el tráfico, pero fue para muchos igualmente sin sentido como hoy; que huyen del aburrimiento por dentro de las “redes sociales”, si es que otrora por las muchas cosas en aquel entonces, en ella no cupo Dios ni hubo tiempo para “escoger la buena parte”, sentarse sin distracción a oír a Jesús (Lc. 10:42).  En ninguno de esos tiempos dice: tiempo para orar y tiempo para adorar a Dios, tampoco dice tiempo para meditar en Su ley, ni tiempo para el espíritu. Aquéllos son los tiempos que se suceden en la vida cotidiana de una persona; algunas ocupaciones intrascendentes ocupan tiempo: tiempo de comer, romper, conocer, herir y sanar; algunos tienen relativa importancia, endechar, plantar, etc. Y otros parecen tiempos casi perdidos, esparcir y recoger piedras, para la construcción de una casa, una cerca, un pozo, etc. 

Tampoco menciona el tiempo para el estudio o la preparación mental.

Ecl. 3:2

“Tiempo de nacer y tiempo de morir”. El principio de un viaje y su final, el tiempo de una carrera y su meta, de siembra y cosecha. El último no debiera ser el más triste sino el mejor, es la conclusión, la graduación, el término, y sobre todo el más solemne y admirable si se ha vivido bien. El primero está vacío, el último lleno, es un depósito de experiencias, sabiduría, alegrías, llantos, dolores y alivios, sueños y desilusiones. El enterramiento de una vida es algo muy solemne delante de lo cual habría que quitarse el sombrero, mostrar respeto y reflexionar. El nacimiento es una ilusión, el enterramiento un acontecimiento. Se nace pobre y se muere muy rico, algunos, en alma millonarios. La tumba es más inolvidable que la cuna, es maestra e instructora, una mina que encierra insondables y misteriosos tesoros.

Ecl. 3:5

“Tiempo de lanzar y recoger piedras”; quitarlas del campo para poder sembrar y tiempo de recogerlas para hacer cercas y edificar casas.

Ecl. 3:8

“Tempo de odiar”, ¿qué cosa? ¿A quién? “Aborrecer lo malo”; el pecado es lo único que hay que odiar en el mundo, porque aún los enemigos, por causa del evangelio, hay que amarlos.

 

El propósito de Dios con una vida es un secreto

Ecl. 3:11

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”. 

Lo que escribió el predicador no se sabe seguro si se refiere a la obra de Dios en la creación o la obra de Dios que es hermosa en su providencia. Para no equivocarme y como no lo veo claro tomo los dos sentidos, la obra de Dios que contemplan los hombres es hermosa, sea la creación como las gracias excepcionales que él muestra (2: 24; Job 36: 24), y la obra de Dios en la vida propia y su desarrollo que no se puede mirar hasta el fin mientras éste no llegue (11: 5).

Es un texto extraño, en el hebreo no existe una palabra para “mundo” y lo que más se aproxima es “los cielos y la tierra” (International Standard Bible Encyclopedia), y aquí la primera traducción en vez de eternidad que es de las posibles últimas, debiera ser “edad” “mundo” o escondida. Y aun fuera de sus cabales (de la mente). Querer traducir “eternidad” para decir que le ha puesto un alma inmortal es llevar el texto a su último significado y el sentido de lo que después sigue aspira a otra cosa. 

La versión latina incluye la palabra “mundo” en la traducción, pero su significado correcto es algo oculto, escondido; así pienso que lo que querría decir sería enigma, porque la vida es enigmática, el propósito de Dios con una vida es un secreto que está oculto para el hombre mismo, y éste percibe sólo algo de ello cuando sus días avanzan y se desarrolla. Nadie puede entender su vida completa sino hasta que se le acaba (“hasta el fin”); mientras uno vive se pregunta ¿por dónde me lleva Dios?, porque grandes tramos de ella son incomprensibles. Por lo tanto, es sabio acomodarla a lo que creemos que es la voluntad de Dios y seguir nuestra vocación con sus divinos impulsos e insinuaciones. Y ¡hay quienes piden a los ingenuos que vivan “una vida con propósito”! como si hallarlo fuera tan fácil como cantar y coser. El propósito que Dios tuvo con nuestra vida lo sabremos cuando estemos en gloria. Lo que sí conocemos es “la vocación con que fuimos llamados” (Efe. 4:1,4). 

Y en último lugar, la traducción, demencia, es aceptable porque la comprensión de la vida nos vuelve locos, Dios ha enloquecido la sabiduría de los más sabios (1Co.1:20), y no obstante en esa locura incomprensible hay sentido y él sí sabe el propósito. Nos queda el recurso de fe de confiarnos completamente a la providencia de Dios porque por nosotros murió Cristo y somos sus hijos. Las otras traducciones nos harían buscar la esperanza de gloria, la vida que va desvaneciéndose y se precipitará en la eternidad. El propósito de Dios para cada año es que hagamos su voluntad en cada momento, y lo mejor que podamos, disfrutándolo a él y a todo lo que nos dio en estos casi 365 días idos. (ahora estamos a la mitad del año 2021).

Ecl. 3:12,13

“Disfrute de su trabajo”. Una mejor traducción sería que “vea lo bueno de su trabajo” (LBLA). Es que algunas veces, entonces, parecería contradecirse cuando se muestra decepcionado con el valor del trabajo. Encontrar la profesión o la carrera adecuada, y disfrutar de su éxito, es un don de Dios. Si uno empieza a mirar lo bueno que tiene su trabajo quizás se sentirá mejor y hasta podrá disfrutarlo un poco.

 

La obra de Dios continuará invicta

Ecl. 3:14-17

"... todo lo que Dios hace será perpetuo...".  “La palabra “perpetuo” es una traducción de la hebrea “leolam” que es la misma que se traduciría eternidad en v.11. Y “eternidad es la misma palabra hebrea usada en el v.11 pero aquí se utiliza como nombre. La Septuaginta la traduce aquí y allí como aion que se corresponde al adjetivo “eterno” en el NT. La palabra puede usarse meramente para señalar el tiempo pasado o el futuro o por una época, edad…también se traduce “el mundo” usada en el arcaico sentido de edad, época, tiempo” (The Bible Speak Today; Derek Kidner).  La idea es que todo lo que Dios ha hecho permanecerá con el correr del tiempo, por eso le llama “eterno” o perpetuo. Cuando los hombres contemplan que Alguien hizo todo eso y que en relación con los hombres, también creados por él, ellos mueren y se vuelven polvo sus expectativas y afanes, tiemblan. Su obra es perpetua y perfecta para que los más sabios lo respeten y lo reverencien y sepan que Dios los juzgará por los pecados que cortaron la perpetuidad de la vida humana. Aunque un poco remoto es el mismo argumento de Pablo en Ro. 1, que contemplando la creación es suficiente para dar gloria a Dios. Es perpetuo y es perfecto, y esto es un argumento sabio y convincente para que uno deje que Dios haga su trabajo, y no interferir en ningún modo. Si una obra es de hombre se desvanece (Hch. 5:38,39). Lo que Dios hace continuará a través de la historia; será de guerras y heladas, de tormentas y fuego, y de enfermedades, invicta. Y como un colofón, debido al primer significado de la palabra una buena traducción sería que todo lo que Dios hace será escondidoun misterio y por lo tanto un secreto y por eso los hombres lo reverencian y le temen.

Ecl. 3:15

“... aquello que fue ya es...". No tengas miedo volver a las cosas buenas del pasado, aquello que el presente y futuro le dieron la razón. Es totalmente necio andar hacia el futuro renegando el pasado. No hay futuro sin pasado. No hablamos de modas o creencias sino de los grandes principios y lecciones de la historia.

 

Pida la renuncia de la escuela de Salomón y de Russell

Ecl. 3:18-22

“Yo dije en mi corazón, con respecto a los hijos del hombre, que Dios los ha probado para que vean que ellos de por sí son animales. Porque lo que ocurre con los hijos del hombre y lo que ocurre con los animales es lo mismo: Como es la muerte de éstos, así es la muerte de aquéllos. Todos tienen un mismo aliento; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad. Todo va al mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. ¿Quién sabe si el espíritu del hombre sube arriba, y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?  Así que he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en sus obras, porque ésa es su porción. Pues, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?”. 

 

Sin quererlo Salomón tiene sus discípulos en este siglo que creen que el Espíritu Santo habló en este pasaje para instruirlos sobre la composición del ser humano, que no excede en nada a las bestias. Estos son los seguidores de Russell, de Helen White y los evolucionistas darwinianos. Todos afirman que el hombre no tiene ningún alma que sobreviva a la muerte. 

Salomón no está hablando de la mortalidad del alma porque la desconoce sino solamente de la vida y del suceso de la muerte; no obstante la antropología del Predicador es tan antigua que fácilmente se prueba su contraste con la esperanza cristiana por la melancolía y pesimismo que el libro destila. No piense usted encontrar la esperanza evangélica en el Eclesiastés; la resurrección de los muertos se desconoce y lo mismo que la supervivencia del alma. La revelación de Dios es progresiva y Eclesiastés está por debajo teológicamente de todos los libros del NT. Fue escrito en tiempos de la apostasía del autor, o el regreso del destierro, o un poco después, y el vacío que siente es profundo. 

Si Salomón hubiera tenido nuestra esperanza cristiana no hubiera escrito Eclesiastés. Tomar sus palabras y decir: la Biblia niega la existencia del alma, cuando nos morimos, todo se reduce a polvo, el cuerpo y el alma, porque ella no es más que la vida que con la muerte desaparece, y nada sube arriba y nada va más abajo del sepulcro, ahí se queda todo, nos desintegramos completamente y dormimos en polvo y nada, hasta la resurrección cuando Cristo pronuncie nuestros nombres y las partículas de tierra se junten y volvamos a la vida con un cuerpo glorioso e inmortal. 

Mientras tanto nada hay, en el cielo solo están los ángeles, Dios y tres seres humanos, Enoc, Elías y Jesús. No hay nadie más, todo el otro espacio está vacío. Están desocupadas las muchas moradas de la casa del Padre. Ningún santo disfruta de nada ni los ángeles llevaron el alma de nadie a ninguna parte. No sabremos de la gloria hasta que no volvamos a vivir. Tenemos que esperar nuestra resurrección para ver a Dios nuestro Salvador. Morimos como los puercos o los perros, no tenemos más aliento que un chancho ni más alma que un galgo. 

¿Eso es lo que usted cree que nos enseña Salomón? No, porque esa no fue la esperanza de sus predecesores, Jacob, por ejemplo, que siendo antes que Salomón no habla de forma tan desdichada como este sabio, ni estaba tan apesadumbrado con la muerte como Salomón lo estuvo. Jacob en su lecho mortuorio halló fuerzas para incorporarse en su cama y bendecir a todos sus hijos y pedirle a José que llevara su cadáver de regreso a Canaán y lo enterrara junto a sus padres porque quería ser unido a ellos. Su pensamiento sobre el Seol es difuso pero tiene alguna seguridad que el pueblo que partió al más allá es el suyo y que dicho lugar abarca alguna forma de existencia tras la muerte. Por eso no grita, no se desespera y con calma recoge sus pies y expira (Ge.49:29,33). Moisés y Aarón mueren del mismo modo, tranquilos, satisfechos, y son recogidos por Dios. La muerte para ellos fue un beso, no una mordida que les arrebataba la única existencia disponible. ¿Qué fue de Moisés lo que estuvo en el monte de la transfiguración con Jesús si no fue su alma, porque el cuerpo lo enterró Dios? (Mt.17:3,4).

Si usted es de la escuela de Salomón hay otros que prefieren sentarse con los discípulos a los pies de Jesús y oírle sobre una esperanza más amplia. Los apóstoles de Cristo no se matricularon allí y aprendieron más que Salomón para en sus cárceles y hogueras sonreír. Pablo habló de la muerte como un suceso que lo llevaría de inmediato a estar con Cristo: “porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.  Pero si el vivir en la carne me sirve para una obra fructífera, ¿cuál escogeré? No lo sé. Me siento presionado por ambas partes. Tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedarme en la carne es más necesario por causa de vosotros. Pues, convencido de esto, sé que me quedaré y que aún permaneceré con todos vosotros para vuestro desarrollo y gozo en la fe” (Flp.1:21-25). 

Y enseñó que la muerte vestiría su alma y cuerpo de una habitación celestial: “Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, esta tienda temporal, se deshace, tenemos un edificio de parte de Dios, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. Pues en esta tienda gemimos deseando ser sobrevestidos de nuestra habitación celestial; y aunque habremos de ser desvestidos, no seremos hallados desnudos. Porque los que estamos en esta tienda gemimos agobiados, porque no quisiéramos ser desvestidos, sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.  Pues el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado la garantía del Espíritu. Así vivimos, confiando siempre y comprendiendo que durante nuestra estancia en el cuerpo peregrinamos ausentes del Señor. Porque andamos por fe, no por vista. Pues confiamos y consideramos mejor estar ausentes del cuerpo, y estar presentes delante del Señor. Por lo tanto, estemos presentes o ausentes, nuestro anhelo es serle agradables.  Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho por medio del cuerpo, sea bueno o malo” (2 Co.5:1-10). 

Y Pedro con la misma antropología que Pablo cuando le llegaba la hora de irse de este mundo habla de su muerte como una partida, un viaje que se da hacia Dios: “pero considero justo estimularos la memoria entre tanto que estoy en esta mi morada temporal.  Pues como sé que dentro de poco tengo que dejar mi frágil morada, como me lo ha declarado nuestro Señor Jesucristo, también procuraré con empeño que, después de mi partida, vosotros podáis tener memoria de estas cosas en todo momento”  (2 Pe.1:13-15). 

No trate de ir más a la palabra hebrea ruash, a la psiché griega, a “demostrar” que Adán fue un “alma” viviente, o sea un “ser” viviente, que el hombre va al polvo y todo se acabó, que no hay nada más. Comoquiera que usted elucubre sobre esas palabras, yo tengo hechos, en esperanza apostólica, que los autores del NT no eran tan pesimistas como Salomón ni se igualaban con el buey que trilla ni con el gorrión que cae a tierra. No ayuda mucho esa antropología darwiniana a la ética cristiana porque los que piensan que no somos más que los animales podrían vivir despreocupados de las consecuencias eternas de sus actos y adoptar el antiguo proverbio repetido por los epicúreos que “comamos y bebamos que mañana moriremos” (Isa.22:13; Hch.15:32). Negar el alma y el infierno concede un respiro a los inconversos y los libera de la necesidad del arrepentimiento y de convertirse a Cristo para evitar ser juzgados por sus malas obras (2Co.5:10). Provee una alternativa engañosa al mundo para que escoja los placeres y pierda temor del juicio final. Jesús dijo: “y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacerperecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno” (Mt.10:28). 

Dese de baja de la escuela de Salomón, un poco más atrasada que la de Pablo, Pedro y Jesús que ofrecen una antropología más completa y una esperanza viva y sonriente.  No se engañe, sí tiene el hombre más que la bestia, una conciencia estampada en su alma que la identifica para la resurrección y el juicio. Esas promesas son para los que tienen una mejor antropología y mueren diciendo: “Señor Jesús recibe mi espíritu”. (Hch.7:59; Lc.23:46). 

Ecl. 3:19

“No tiene ventaja (ganancia) el hombre sobre las bestias”; la traducción que “no tiene más” es incorrecta y da pie para que los que niegan el alma conviertan a Salomón en un paladín de sus fechorías teológicas.

Ecl. 4:1

"... y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol". También se traduce opresión, extorsión y tiranía. Ve por América hispana, África y otros países y verás lo mismo: injusticia social y explotación. Y en la actualidad demagogos y populistas que buscan resucitar ideologías muertas que han sido aplastadas por la rueda de la historia.

Ecl. 4:2,3

"... y alabé yo a los finados, a los que ya murieron". Por el contexto y según los versículos anteriores, es mejor morirse que vivir bajo un régimen social abusador, y mejor aún es no nacer en un país con un gobierno violento, corrompido, y sujeto a autoridades abusadoras; pero más malo que  el pecado que practican los gobernantes y carceleros, es morir en pecado, sin arrepentimiento; es mejor no haber nacido que nacer, pecar, no arrepentirse, o vender a Cristo (Mt. 26:24).

Ecl. 4:4

"... todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia". Más bien quiere decir éxito antes que excelencia; éxito y ventajas. No hay que afligirse tanto por eso, es inevitable, pero sigue trabajando bien y de modo excelente, teniendo éxito, aunque te odien como Abel fue odiado por Caín (He. 11:4; 1Jn. 3:11,12). Este texto tiene diferencia entre la versión hebrea y la griega. Esta última traduce “celo” o “envidia” donde la otra dice “competición, rivalidad, celo, envidia”, por eso se puede pensar que la competencia tiene como resultado la mejora del trabajo y la rivalidad económica da origen al capitalismo y la perfección del producto. Los dos pensamientos, la envidia y la competencia son útiles. Por supuesto que esto a nivel personal es fastidioso y malo, como en aquellos ejemplos antiguos. 

Ecl. 4:6,8

"... más vale un puño lleno con descanso". Debemos guardar equilibrio entre el trabajo y el descanso; moderación, templanza; quizás ganar la mitad menos para vivir, estar tranquilos y haya tiempo para otras cosas. El trabajo sin control ni propósito se menciona en el v. 7. Tal vez es la codicia lo que lo empuja a trabajar como una máquina. Le faltó algo en lo cual pensar al eclesiastés. El dinero, si no tiene un sucesor, se lo pudiera dar a la obra de Dios, para escuela de pastores, misioneros, hospitales y colegios. Es un defecto del trabajo trabajar sólo para sí mismo (v.8).

Ecl. 4:9

"... mejores son dos que uno". Dos amigos o dos hermanos pueden formar una corporación, o dos esposos un taller como Aquila y Priscila. Económicamente estarán mejor cuando los dos esposos tienen un empleo, pero ¿quién educará a los hijos? Es mejor que los apóstoles vayan de dos en ronda misionera, o un equipo de varios. Pablo solo ante el tribunal buscó en vano algún hermano dentro del grupo para alentarse con su presencia. Y ¿qué es mejor, vivir bien o tener una buena familia? El solo pasa mucho trabajo.

 

Estar acompañados es una bendición de Dios

Ecl. 4:9-12  

“Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará? Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo; dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente”.

¿Cambiar de un estado para otro es bueno? Depende. Salomón plantea aquí el asunto de la compañía y afirma que tener una compañía es mejor que estar solo, aunque algunos por conveniencia o por don divino escojan la soledad a la pareja. Sin embargo, como todo, tiene sus pros y sus contras. Yo los voy a señalar y la sabiduría que hay que tener en el estado en que seamos llamados o nos quedemos. La vida nos impone cambios y pasamos de un estado a otro, cada uno tiene sus ventajas y desventajas, pero lo importante es que en todos ellos vivamos sin nada que nos impida acercarnos al Señor, sino que en aquel nuevo estado que escojamos vivir espiritualmente de modo más intenso nuestra esperanza. En primer lugar, económicamente es mejor dos que uno (v.9). Dos amigos pueden formar una corporación, o dos hermanos, o manejar un pequeño negocio como Aquila y Priscila. Uno pone dinero, el otro el trabajo o los dos ponen dinero o los dos trabajan y se comparten las ganancias. Pero está fuera de dudas que dos sueldos es mejor que uno.

En segundo lugar, la máxima de Salomón en relación a la compañía matrimonial. Primero las excepciones. Es mejor si se casan por amor, si se llevan bien, si tienen objetivos comunes; no es mejor si no tienen paz, si es un yugo desigual con algún incrédulo y es mejor si el uno es un buen auxilio para el espíritu y los sueños del otro. El matrimonio es mejor que la viudez cuando uno se empieza a quedar como cuando empezó, sin hijos, entonces es mejor tener un esposo o una esposa que proteja el alma contra la soledad por el significado de la compañía del otro. Es mejor cuando se le amó mucho y se le echa de menos constantemente y cuando se siente que se le necesita. Pero, sobre todo, como dice Salomón, cuando cayere, o cuando estuviere enfermo. Ay del que se halla solo y enfermo sin tener nadie que le ayude con una medicina, con un plato de sopa, es muy triste esperar la muerte en la soledad. Es de gran valor entonces, formar una familia, hacer y preservar amigos y tener una iglesia amorosa. 

 

Si te envejeces en pecado serás además de viejo, necio

Ecl. 4:13,14

“Mejor es un joven pobre y sabio que un rey viejo y necio”, no exactamente que no admite consejos, sino que no es “iluminado”, que ha cesado de ser “enseñado”, que paró en aprender. El primer significado de la palabra hebrea que se tradujo necio es “gordo”, un rey viejo y gordo, y además estúpido. Algunas paráfrasis parecen elegantes, pero dicen lo que quieren y no lo que el texto dice. Una traducción sería que el joven pobre que estaba preso salió de la cárcel para reinar, sustituyendo al rey gordo, viejo y necio. Algún muchacho rebelde que encabezaba la rebelión contra una monarquía necia y envilecedora. Y otra traducción parece decir que los que tienen la fatalidad de nacer dentro de un reino gobernado por esa clase de rey siempre serán pobres. Escoge una de esas alternativas y vete con ella para meditarla. Aunque no todos los viejos gordos son necios ni todos los jóvenes están en las cárceles por ideas políticas sino por delitos comunes, por ser enemigos públicos. Si te envejeces en pecado serás además de viejo, gordo, calvo, necio, aunque hayas reinado en el mundo.

Ecl. 4:16

"... no tenía fin la muchedumbre que le seguía". La popularidad no es perenne, ni la fama. El pueblo pronto se olvida, quien nunca olvida es Dios. El pueblo estará contento si es libre y si la economía está bien; para esas dos cosas los reyes existen: para preservar la libertad y para llevar a cabo una próspera política económica.

Ecl. 5:2

“…porque Dios está en el cielo y tú sobre la tierra…”. No olvidemos la distancia que hay entre Dios y nosotros. Me parece que hay creyentes que borran esa medida y se dirigen a Dios irreverentemente como un vecino, un pariente o un amigo.

Ecl. 5:6

“…no digas delante del ángel que fue ignorancia…”; puede ser delante del ministro, o sea el sacerdote, “el mensajero de Dios”, o una lejana referencia al ángel de Jehová, (Sal. 34.7); yo prefiero la primera interpretación. No vengas con excusas para no cumplir el voto que a Dios hiciste.

Ecl. 5:1-7

“…cuando fueres a la casa de Dios…acércate más para oír…”. Estas palabras parecen un poco extrañas y algo similares a lo dicho por Jesús más tarde en Mt. 6:7,8; aunque con la diferencia que Salomón habla de promesas y Jesús de peticiones. Parece que había creyentes que iban al templo más para exhibir su religión que para ejercitarla, y en vez de orar y estar atentos a lo que el Espíritu les diría, transformaban sus oraciones en monólogos de autoelogios y acababan prometiendo a Dios las cosas para los cuales no tenían suficiente gracia (Mt. 26:33,34; Lc. 18:11,12).

Ecl. 5:4-7

“…cuando a Dios haces promesas no tardes en cumplirla…”. Es un texto que enseña la falta de compromiso de algunos adoradores, la ligereza con la cual toman la religión, y lo poco serio que son para ellos sus sacramentos y ordenanzas. Si te aventuras a hacer promesas a Dios, asegúrate que vas a cumplirlas, porque si él cumple su parte y tú no, te tratará como un infiel y te quitará lo que te dio.

Ecl. 5:7

“…donde abundan los sueños abundan las vanidades…”; o como otros significados indican, abunda lo insatisfactorio, lo vacío y lo transitorio. Depende con lo que se sueña; si se sueña con regresar a Dios, eso no es una vanidad, es un ideal del Espíritu, Sal. 126; si son sueños de la carne, entonces sí son vanidades y pecaminosos. Esos son sueños de vapor y humo.

Ecl. 5:8,9

“…si vieres opresión no te maravilles…”, pero indígnate cuando se hace tropezar a alguno (2 Co. 11:29) y ora al Señor (Sgo. 5:4) y trabaja para que se haga justicia; pero sobre todo cree en la soberanía de Dios. ¿Obligar la justicia? (Lc. 18:1-5).

Ecl. 5:9

“El rey depende de la tierra”, de los campos. También la idea que es él el responsable de la economía; y aunque no pasa la economía agrícola, no debe ser la única sino complementar con la industrialización de su reino.

Ecl. 5:10,11

“…el que ama el dinero, no se saciará de dinero”. Con una obsesión que consume toda la vida; no se dará cuenta cuanto confía más en el amor al dinero que en la providencia de Dios, sintiendo más seguridad terrenal cuando aquél se posee que cuando se descansa sobre la Palabra de Dios, más en lo que se ha ahorrado que en la fe en Jehová (leer Ge. 22:14; Jehová-hireh); junto con la aparición de la seguridad carnal del dinero se agazapa escondida la desconfianza en Dios, la perversa incredulidad que debilita la fe materializando la vida. Y esto hasta que se aprenda a vivir con poco y con mucho (Flp.4:12). Se pudiera tener ahorros sin ponerlos por encima de la fe y la gratitud a Dios. Dios no se deleita en vernos con las manos y los estómagos vacíos, ni a “diente limpio” que es miseria por castigo (Am.4:6).

Ecl. 5:12

“…dulce es el sueño del trabajador…, coma mucho o coma poco…”. Si uno come poco sueña con comida (Isa. 29:8). Es triste irse a la cama sin haber llevado un bocado a la boca, y triste cuando los hijos se duermen pidiendo pan. No sé en qué sentido Salomón dice eso; es dulce el sueño del trabajador a quien Dios le ha provisto el pan del día, que vuelve cansado pero contento que ha ganado para él, su amada compañera y sus pequeñitos. En cuanto a la abundancia de los ricos que los desvelan, supongo que sea porque temen perderla, o por las muchas preocupaciones que conllevan las economías que buscan hacer riquezas. Si no fuera por el cansancio que trae el obrero a su hogar y cae como una piedra en su cama, diría que el riquísimo Salomón habla así porque nunca fue mordido por la pobreza e ignora lo que es acostarse con hambre, y con el estómago medio vacío dormir bien. Tal vez envidiaba la felicidad de alguna familia pobre en contraste con la melancolía de la suya. Y el susto que le dan los pequeños gastos como si Dios no supiera sobre sus ahorros e inversiones, y así la confianza en la providencia es socavada cuando la fe no se apoya en el hombro de Dios sino en el estado bancario.

 

Oye y lee al Predicador, con cuidado

Ecl. 5:15-17

“…yéndose tal cual vino… ¿de qué le aprovechó trabajar en vano?…comerá con mucho afán”. Y si no trabajas ¿de qué vives? ¿Del robo? Y si no trabajas ¿qué haces? Uno no puede sacar nada de este mundo pero depende lo que quiera sacar, dinero no puede, joyas no puede, títulos no puede y no hacen falta, y casas tampoco. Ni la familia se puede llevar en el viaje. Pero sí se puede sacar la fe, la buena conciencia, la esperanza que no avergüenza, y las buenas obras que van detrás, y se puede llegar a Dios teniendo una entrada abundante y rica(abundantemente) (2 Pe 1:11). Con “mucho afán y dolor” comen los que viven en pecado, no los que dan gracias a Dios por los alimentos (1Ti. 4:3-5); pero una mejor traducción es que come con ira, indignación en su enfermedad. Ese cuadro sí no es para menos si se le añade una completa decepción. Si uno no tiene cuidado cuando lee a Salomón puede ser conducido al pesimismo, a vivir sin futuro y a no tener gusto ni metas de nada. Bueno, tiene razón, pero lo que describe aquí es la vida de uno que no es cristiano y hace de su trabajo un ídolo.

Ecl. 5:18-20

“… goza de tu trabajo…”. Esto es como para balancear lo que antes dijo o rectificarlo. Tal vez fueron dos momentos distintos de su vida cuando tuvo la pluma en la mano. Pudiera decir: bástale a cada día su propio afán. Come lo que tienes, usa tu ropa, aprovecha tu momento, no guardes para nadie ni para ti mismo, usa lo que Dios te da. No parece que estas palabras las haya escrito la misma persona que las anteriores; en estas parece decir “lo que Dios te da tómalo y disfrútalo; alégrate aquí arriba de la tierra porque abajo no hay nada que hacer ni que disfrutar. Si Dios te da dinero gástalo, si te da casa vívela, si te da esposa disfrútala. Eso es un don de Dios”. Bueno ¿cómo es que dices todo eso, vv.7-9, si lo que estás recomendando es lo mismo que te ha hecho pensar que todo es vanidad? 

Ecl. 6:1-2

“…el hombre a quien Dios da riquezas”. Eclesiastés insiste que hay hombres que se mueren pronto y otros que disfrutan sus fortunas. O en vida otros consumen lo que él ganó.

Ecl. 6:3

“…y tampoco halla sepultura yo digo que un abortivo es mejor que él”. Este pensamiento ocurre mucho en el libro: Que uno disfrute lo que tiene, que no se sacrifique sólo para ahorrar porque puede ser más tonto eso que sabio. Salomón tendrá sus razones para darle importancia a la sepultura de un hombre, pero yo también tengo una para que sea bien enterrado, por causa de la resurrección de entre los muertos (He. 11: 22). El culto a la muerte se lo halla en las religiones sin esperanza, en vidas sombrías sin la luz de la faz de Jesucristo. Si un hombre vive cien años, o dos mil (v.6) engendrará no sólo cien hijos sino doscientos, y si tiene tantos descendientes ¿cómo es que no gustará del bien? Cree que la longitud de la vida no es importante si no se es feliz. Pero no tanto que sea mejor que haber nacido muerto; es mejor no nacer si no se es cristiano, eso sí, o vender a Jesús (Mt. 26:24). 

Ecl. 6:9

“…mejor vista de ojos…deseos que pasan…”. ¿Uh? Es extraño lo que dice; quizás piensa que si se toca y disfruta lo que se quiere, el sabor pasa, después de la satisfacción inicial viene el hastío, el aburrimiento y que hubiera sido mejor la contemplación que el disfrute. La experiencia humana aunque valiosa, desgasta.  El que bebe agua volverá a tener sed, es la filosofía de Jesús. Es mejor el triunfo sobre los deseos carnales que su complacencia.

Ecl. 6:10

“…y que no puede contender con Aquel que es más fuerte que él”. El que contiende con Dios, pierde; y debiera aceptar sus disposiciones porque al fin somos barro (Ro. 9:20). La versión Valera pone Aquel con mayúscula como si fuera Dios, es una posibilidad, pero cualquiera que sea superior, otro hombre.

Ecl. 6:12

“… ¿quién le dirá lo que después de él ocurrirá?”. 

Hey, Salomón, no hace falta que me repitas que soy como una sombra, que mis días vuelan, que me evaporo y me desgasto sin poder parar. Te diré lo que tú no supiste, que soy un tabernáculo, que tengo la esperanza de ser más que cuerpo y cuando mi alma salga de su tienda iré a estar con Cristo “lo cual es muchísimo mejor”. 

Él sabe que no hay nadie que pueda revelar el futuro a otra persona y menos después de su muerte, lo que ocurrirá con su nombre, bienes y familia. Absolutamente uno no sabe; puede que lo malgasten todo y se peleen por las posesiones que no son de ellos; pero con los bienes uno puede dejar un Testamento que indique su utilización, y la obra del Señor debiera ocupar la preferencia. Para los hijos mandamientos (Ge. 18:19).

Ecl. 7:1

“…mejor es el día de la muerte que el día del nacimiento”. Esta afirmación absoluta debe tomarse como relativa; no siempre es mejor el día de la muerte que el día del nacimiento. Si no mueres en tus pecados (Jn. 8:21); si estás en Cristo es mejor (Flp. 1:21-23); y es mejor tener un buen testimonio cristiano que usar un buen perfume. ¡Que es eso que un hombre se presente oliendo a rosas! El mejor perfume, dijo Pablo, es el conocimiento de Cristo, olor de vida para unos y olor de muerte para otros.

Ecl. 7:2,3

“…es mejor el pesar que la risa…ir a la casa del muerto”. O también donde están llorando por un muerto, sea en el sepelio mismo o de vuelta del cementerio. Es bueno ir allí con un pañuelo de consolación, quiero decir con un poco de compañía, una conversación consoladora. En sentido general es difícil como cristianos estar de acuerdo en todo con Salomón, sin embargo, aquí hallo algunas aplicaciones. Es mejor ir a consolar a una viuda o a un amigo que perdió un hijo que ir al banquete homicida de Absalón donde mató a su hermano, o a la fiesta de cumpleaños del rey Herodes que hizo que cortaran la cabeza de Juan el bautista; es mejor estar en una funeraria velando a un muerto que ir a un lugar donde se puede pecar contra Dios. Valen más las lecciones que se sacan mirando un amigo muerto, que corriendo con él detrás de la maldad, o que yendo a blasfemar a Dios con los hijos de Job. Es mejor llorar por un muerto que reírse de algo que hace llorar a Dios. 

Ecl. 7:6

“…porque la risa del necio es como los estrépitos de los espinos”. Ni siquiera sonrías por lo que hace llorar a Cristo. Muchos se ríen de lo que es una vergüenza oír o ver. 

Ecl. 7:7

“…la opresión entontece al sabio, las dádivas corrompen el corazón”; la traducción pudo ser mejor afortunada. No es cierto que la opresión entontezca o enloquezca a un hombre sabio; la primera traducción sería que la opresión hace más claro, que  brille un hombre inteligente; lo vuelve tonto o lo enloquece en casos extremos, si lo torturan; y en todo caso si no se traduce opresión sino injuria, fraude, crueldad, sufrimiento, y tampoco veo la conexión con entontecer sino más bien enardecer, porque cuando uno sufre el perjuicio de todas esas maldades su espíritu se enardece y se aguza la inteligencia; y no acepta a cambio del rescate ninguna clase de dinero para vender la profesión (He. 11:35; la palabra rescate aquí es redención, un precio pagado para la liberación). 

Ecl. 7:8

“Mejor es el fin de un asunto que su comienzo”. O el fin de un negocio que su principio. De veras que las cosas que Salomón llama mejores necesitan mil aclaraciones para no estar en desacuerdo con él. Es cierto que es mejor el sufrido de espíritu (o paciente) que el altivo; pero que mejor sea el fin de una cosa (no necesariamente un negocio, en el pensamiento de Salomón el fin, o la muerte es mejor que la vida) que su principio, es si se refiere a la vida cristianacomo el vino, según se añeja se torna superior, si se refiere a la fe que sirve para el tránsito entre este mundo y el otro; si el fin es una consumación es mejor, pero no hay fin sin principio. Ahora bien, cuando un negocio se cierra por bancarrota, por enfermedad de los dueños debido a la vejez, es triste. Es mejor el fin de un negocio cuando se va a abrir otro con mejores perspectivas. De todos modos, la palabra pudiera traducirse así, “asunto”, en vez de negocio; y mejor es la consumación de unos estudios, etc.

Ecl. 7:10

“…no digas que los tiempos pasados fueron mejores”. Es cierto que no se debe siempre estar mirando atrás, lamentando el pasado o deseando volver a él, pero investigar la conexión que hay entre un pasado equivocado y un presente malo, es de sabios, uno debe investigar dónde y qué se hizo en el pasado que las cosas empezaron a salir mal porque, cuando se conoce un viejo error hay posibilidad que el presente y el futuro sean mejores. Lo que no está bien es ser ciego hacia el frente, y no se ve el presente ni el futuro y sólo se tiene un ojo en la espalda para mirar hacia atrás. No es posible caminar seguro hacia el frente enfocados en lo viejo, en lo vivido, en lo que fue; pero es de inteligente no tomar como malo lo viejo ni es de sabios pensar que todo lo moderno es superior.

Ecl. 7:11

“…buena es la ciencia con herencia”, con un patrimonio; si uno es inteligente y le gusta el estudio, y además tiene con qué pagárselo, es un afortunado, pero es mejor ser pobre e inteligente que rico y necio. Los pobres pasan mucho trabajo para estudiar, pero deben estudiar y si no pueden costear clases que trabajen para comprar libros y leerlos.

7:12

“…escudo es el dinero”; una primera traducción es sombra y la otra es defensa; una sombra para esconder muchísimas cosas y una defensa para pagar sobornos y ocultar injusticias. Grande defensa ofrece el “poderoso caballero Don Dinero”. Mejor es que nuestros hijos estudien primero y luego se dediquen a los negocios y hacer dinero. La cultura primero, el dinero después. Escudo es la ciencia; por el contexto no parece referirse a los adelantos científicos sino a la astucia, la inteligencia, que si se usa para el bien evita muchos choques y contratiempos y evade situaciones que se prevé desembocarán en pérdidas.

Ecl. 7:13

“… ¿quién podrá enderezar lo que él torció?”. Es muy difícil que el hombre pueda corregir completamente los "fallos" de la naturaleza; "árbol que nace torcido jamás su tronco endereza". Sólo Dios puede enderezar nuestras desviaciones y curvas naturales; ése es el estado del hombre natural. Hombre que nace torcido con Cristo su tronco endereza.

Ecl. 7:14

“En el día de la adversidad considera”. Es muy provechoso relacionar a Dios con la adversidad, tratar de mirarla en relación con él y con nuestra fidelidad; así los problemas hallan mayor sentido,  “ ...en el día del mal considera”; o reflexiona, examina, mira lo que ha pasado y porqué. Aprovecha tus situaciones y medita en ellas, medita en tus pasos (Hag. 1:6,7).

Ecl. 7:15

"... hay impío que por su maldad alarga sus días". No siempre los malos viven más pero a veces sí; aquí sí debo decir que mejor es uno que otro.

Ecl. 7:16

"... no seas demasiado justo, ni sabio con exceso". La justicia debe moderarse por la misericordia y la sabiduría por la paciencia. Ten presente el concepto de lo que es suficiente.

Ecl. 7:17

“… demasiado impío. ¿Por qué habrás de morir antes de tiempo?”. Demasiado justo, está bien, no se debe ser tan estricto; pero no cabe eso de ser demasiado impío. Eso parece más bien un reglamento social que una ley de la revelación porque impío ni poco ni mucho debiéramos ser sino piadosos. El pecado acorta la vida. No hay que desgranarse los sesos para interpretar “no hagas mucho mal” o no seas demasiado impío si no puedes evitarlo; ¿es que acaso uno puede moderar el pecado? ¿Suprimirlo un tanto? ¿Dejarse llevar por los menores y sucumbir a los más grandes? 

 Aunque Dios es quien pone el límite a la vida como se enseña en Hch. 17:26, el vivir en santidad puede ser motivo para recibir muchos años porque él recompensa la obediencia (Efe. 6:2,3). 

Ecl. 7:18

“…porque aquel que a Dios teme saldrá bien en todo”. La versión de Las Américas dice “se sale con todo ello”, lo que se sostiene con la izquierda y con la derecha. Ese “saldrá bien en todo” es más explícito en los que meditan en la ley de Jehová de día y de noche como Josué y el varón del salmo 1; Jos. 1:8; Sal. 1:3. No tengas miedo lanzarte a nuevas empresas, si temes a Dios todo te saldrá bien.

Ecl. 7:19

"... la sabiduría fortalece al sabio más que diez poderosos...". Está por decidir quién es más fuerte, el que más sabe o el que más dinero tiene. Tal vez sean distintos estos dos poderes. Y es preferible el primero al segundo.

Ecl. 7:20

“… no hay hombre que siempre hagan bien y nunca peque”. Siempre nos equivocamos ¿quién podrá evitarlo? Rectifica y pide perdón. (Ro. 5:12; Sgo. 3:2).

Ecl. 7:21,22

“… no apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan”. Por lo general no averigües chismes, si te metes a chismoso chismearán de ti, si criticas te criticarán. Ni gracias merece el que nos trae noticias de lo que dijo otro de nosotros. Merece un regaño ese equivocado amigo.

 

En la iglesia cristiana es distinto, hay mujeres valiosas

Ecl. 7:25-29

“He aquí que esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón; lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas éstas nunca hallé. He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”.  Ver Proverbios 22:14 y v.28; pero todos esos versículos juntos se articulan y explican mejor unos con los otros. Entre las locuras y desvaríos que ha hallado Salomón, que tuvo 500 esposas y otro tanto amantes, no encontró una sola que fuera sabia; bellas sí, todas, jóvenes, pero no sabias; y horriblemente atractivas de modo que sólo el hombre temeroso de Dios, y sólo por temor a él escaparía  de sus furiosos encantos; Salomón estuvo con todas, supuestamente,  y además de placer y decepción no encontró en el espíritu y la inteligencia de alguna cierto encanto. Le fue más fácil hallar una aguja en un pajar.  Sin embargo, tuvo excepciones que no menciona, por ejemplo, ¿y la sulamita que el sol miró, según dice en Cantares? Andaba ella desesperada porque no llegaba y se cansó de mirar por las celosías, porque no vino. Por algo habrá sido.   No eran capaces, según él, de hablar una hora algo interesante si no se trataba de peinados ostentosos y ungüentos para la piel y perfumes para ropas y cuellos. La palabra pesando no se halla en el hebreo, se deduce del mismo modo que comparando una cosa con otra, arreglando una con otra y reflexionando una y otra. Y dentro de aquellas “perversiones” y artimañas e invenciones que comenté más abajo, que son las posibles traducciones, se encuentra el tortuoso sexo caído. Pero mujeres redimidas por Cristo y letradas como profetisas hay, útiles diaconisas, que lavan los pies de los santos, visitan a los presos y son capaces como Priscila, de entender doctrina y corregir a algún Apolo corto en teología. Yo las he hallado y el apóstol también.

Ecl. 7:29

“… Dios hizo al hombre recto y ellos buscaron muchas perversiones”. Otras versiones traducen que buscaron artimañas o invenciones. Sí Señor son muchas las perversiones, artimañas o invenciones, y todas están dentro de ese pantano sucio donde viven las larvas y los gérmenes de nuestros vicios, engaños, hipocresías, enfermedades y toda perfidia. Estás excusado, Señor, tú no nos has tentado sino que de nuestras propias concupiscencias somos atraídos y seducidos, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? (Meditar en Sgo. 1:13; Ro. 7:24).

Ecl. 8:3

“No te apures en irte de su presencia”.

Aquí se refiere al rey a su enojo. Pide que se soporte y se aprenda la lección. También en mi práctica espiritual hallo un consejo para alargar mi estancia en la presencia de Dios, en privado y en la iglesia. A veces oramos corto y de prisa como para cumplir un rito, un deber ceremonial o para complacer la conciencia cristiana. Debiéramos todos alargar nuestros minutos de oración. Avergüenza con razón el ejemplo de Jesús que oraba toda una noche. Ninguna cosa lo fortalecía tanto, nada le gustaba tanto, y por eso prevalecía. La oración lo levantó, lo hizo invicto en la humillación de su carrera, y luchaba hasta el sudor y la sangre para aceptar la voluntad de su Padre. No te apures corazón impaciente.

Ecl. 8:7

“…no sabe lo que ha de ser y el cuándo”. Uno no sabe cuándo se va enfermar, cuándo se sanará, cuándo le ocurriera un accidente. Nadie conoce el futuro, por eso cantamos “nada sé sobre el futuro desconozco lo que habrá…”; no temamos “lo por venir” (Ro. 8:38) porque nada ni nadie nos podrá separar del amor de Dios.

Ecl. 8:8

“…no hay hombre que tenga potestad sobre el día de la muerte…”. Se puede traducir “ni potestad sobre el viento para refrenarlo”, porque las dos palabras, espíritu y viento son la misma. Nadie, en cuanto a la muerte puede atrasarla, la puede adelantar pero no retardarla. Y sé que los alimentos, la medicina y las cirugías ayudan, pero la voluntad de Dios es suprema. Cuando el Señor dice “necio, hoy es tu hora”, nadie se puede negar a entregar el espíritu. Poderosa es la muerte, gracias a Cristo que nos da la victoria.

Ecl. 8:10

“…he visto a los inicuos sepultados con honra”. Eclesiastés da importancia a la sepultura de una persona (v.3); "vanidad"; eso que ha visto él lo llamamos una injusticia. Es cierto que lo impíos son sepultados con honra si tienen dinero, pero es mejor no tener tantas pompas fúnebres y sepulcros suntuosos ni alzar los ojos en el hades estando en tormentos, y mejor morir con fe como murió el mendigo Lázaro y que sólo visiten el entierro un grupo de ángeles de Dios. ¿Dónde se halla ése, ahora? ¿Adónde fue el alma de Herodes el que expiró comido por los gusanos? ¿Y cuál fue el destino final de Pilato? 

Ecl. 8:11

“…por cuanto no se ejecuta sentencia sobre lo mal hecho…”. Los buenos gobiernos crean buenos ciudadanos. El crimen que no se juzga y castiga se multiplica; una forma de terminar con el crimen es la ejecución de la justicia; los tribunales y las sentencias ayudan a establecer la gracia común en el país. Multas y cárceles son necesarias, vigilancia, investigadores y guardias que no lleven la espada de balde, porque son ministros de Dios para el bien (Ro. 13:1-5).

Ecl. 8:12,13

“Aunque el pecador haga el mal cien veces y alargue su vida”. Que la prosperidad ni la longevidad de los impíos te hagan imitarlos porque al fin, de todos modos, hallarán la condenación. Salomón supone que uno de ellos puede cometer cien delitos sin que lo atrapen ni consigan detenerlo, que no sufra ni un rasguño violando la ley; más tarde o temprano, aquí o allá lo agarrarán, llevado a juicio y condenado, y en algunos países, ejecutado. El diablo no puede dar ninguna promesa de larga vida a los que hacen sus obras; sin embargo, los que temen a Dios y viven en su presencia, les irá bien. Esta es la trampa en que algunos caen cuando se dicen a sí mismos “fulano lo ha hecho cien veces y no le ha pasado nada, no seré tonto y haré lo mismo y me irá bien, poco me ha valido mi honestidad y poco me servirá ser un buen ciudadano que cumple la ley”. Tú podrás prolongar con iniquidades tu vida, pero envidiarás la vida sencilla de los que hacen el bien.

Ecl. 8:14

“… hay justos que les sucede como si fueran impíos…”. Es cierto el dicho que los buenos duran poco y los malos duermen bien. Uno dice "ese santo no se merece lo que le pasó. Esa calamidad debió estar reservada para los indignos". La vida a veces es injusta para que aprendamos a desear "cielos nuevos y tierra nueva". Otro dice “la vida es injusta, le paga con mal al bueno y con bien al malo. La vida humana es loca o la dirige un loco”. Sobre esas locuras  gobierna Dios.

Ecl. 8:15

“Alabé el placer”. A veces no habla como un filósofo sino como una persona práctica. Retuércete el entendimiento y lleva estos pensamientos por el camino de Cristo. ¿No hay nada mejor que comer, beber y divertirse? (Isa. 22:13). ¿Y la religión qué?

 

La única aguja náutica segura

Ecl. 8:17

“Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla. “… “Y vi toda la obra de Dios, aunque el sabio diga que la conoce no puede descubrirla”. Si esas palabras se conectan con las anteriores, quieren decir entonces que la vida esincomprensible; pero presumo que su autor se refiere a dos cosas, la realización de la vida y el propósito de ella. Dos cosas sumamente difíciles de alcanzar y de comprender; nada fácil aunque algunos lo afirmen. Se refiere a la meta de la vida; siempre queremos llegar un poco más allá porque pensamos que podemos hacer más. Pasamos por medio de muchas cosas simples sin alegrarnos con ellas, sin disfrutarlas porque vamos persiguiendo un ideal, un sueño y una quimera. Nos damos cuenta entonces que no hizo falta ir tan lejos ni caminar tan apurados para ser felices. Mira tú, las aves, las flores, el sol y a Dios si puedes, y disfrútalos. Si fuéramos más sencillos entenderíamos mejor la vida. 

Lo otro que me parece que enseña es el propósito de la vida; él afirma que el sabio estudioso no logra descubrirlo y que todos sin excepción vivimos engañados por falsos ideales y suposiciones de cuál sea el rol que tendremos en esta tierra, porque lo que deseamos y lo que podemos no parecen ir parejos. La única aguja náutica segura es la vocación divina, la inescrutable voluntad de Dios.

Ecl. 9:1

“Que sea amor o sea odio no lo saben los hombres”. No siempre sabemos cómo sienten exactamente los otros hacia nosotros, si amor u odio. El trato de ellos es complejo y a veces equívoco. 

Ecl. 9:2

“Acontece lo mismo al que sacrifica como al que no sacrifica”. Al que cree en Dios y al que vive negándolo. Accidentes, enfermedades, etc. Eso es verdad en el sentido general; hay sin embargo muchas experiencias con la providencia para pensar en un trato especial de Dios y que trae misericordia.

Ecl. 9:4

“Mejor es perro vivo que león muerto”; según es por el hecho de vivir; pero si uno vive como un perro ¿de qué vale estar vivo? A no ser la mascota de Caifás. No todos estarán de acuerdo que es mejor vivir como un perro que estar muerto. A Herodes también le llega su hora y no podrá buscar la muerte del Niño, y el otro decapita al león, “el bautista”, pero a él le llegará su turno, y aquel valiente rey de la jungla muerto es mejor que el perro villano.

 

Salomón pensó que la muerte era un cero

Ecl. 9:4-6

“Porque los que viven saben que han de morir”. Ve, primero, los graves pensamientos que Salomón vierte con respecto a la vida. Está llegando al final, no se le nota mucho miedo, pero sí una gran desilusión. Así arriban al final los que han gastado sus vidas, importantemente pero carnalmente sin hallarle sentido eterno. El pobre Salomón tuvo que haber sufrido con el hecho que se iba a morir.  Hay hombres que viven incorrectamente y mueren equivocadamente. Se llevan el odio y la envidia a su tumba, tienen toda la vida para perdonar y olvidar y no lo hacen, cargan con ese peso por largos y numerosos años y así se hunden en sus tumbas. Tienen toda la vida para quitarse la envidia que sienten, por la bendición de Dios, pero viven y mueren envidiando a sus hermanos y vecinos. Vivieron y murieron erróneamente. Tomó su filosofía, su sabiduría y quiso penetrar el misterio de la muerte y no pudo, la investigó, la denunció, no la llamó atroz pero la nombró como una vanidad y expresó en contra de ella toda su frustración y desilusión. Esa es la palabra, “vanidad”, que encierra algo sin propósito estable, ridículo, pasajero y frustrante, y como ya se ha dicho, muy cercana al cero.

 

Ecl. 9:6

“Todo feneció ya”. Según Salomón cuando la lápida cae sobre el cadáver allí se queda para siempre, todas las puertas están cerradas para volver, no hay retorno porque Salomón no vivió en la era de los apóstoles ni supo sobre la resurrección de Cristo. Gracias Señor porque has sacado a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (2Ti. 1:10). Pero hay hombres que se llevan el odio y la envidia a la tumba, tienen toda la vida para perdonar y olvidar y no lo hacen; para recibir bendición de Dios y no la reciben.

 

Prefiere el gusto de Dios y pasa por alto los comentarios

Ecl. 9:7

“Tus obras ya son agradables a Dios”. Se pudiera traducir “ya Dios te aceptó” “Dios te ha aprobado” “ya Dios está contento contigo”. Si ya está reconciliado ¿por qué dice que las obras ya son agradables a Dios? Porque después de reconciliado, justificado, no antes, es cuando sus obras son agradables a Dios. El sacrificio de los impíos es abominación a Dios (Pro. 15:8; 21:27). Ejemplo: Caín, Dios lo mira a él primero y después a su ofrenda. Nadab y Abiu. El altar es el que santifica la ofrenda, no el oro al altar (Mt. 23:17). Los pecadores tienen que ser santificados por Dios antes de ser recibidos (Ro. 15:16). La circuncisión que vale es la del corazón (Ro. 2:29; Ga. 5:6; 6:15). Una cosilla más. Si Dios ha aprobado tus obras, si le son agradables ¿qué te importa lo que a los hombres que no les gustan digan? Prefiere tú el gusto de Dios y pasa por alto de los hombres sus comentarios.

 

La justicia de Cristo es una ropa de gala

Ecl. 9:8

“En todo tiempo sean blancos tus vestidos”. ¿Quiere decir que elegante en todo tiempo? ¿Vestirse perennemente de blanco? (Como hacen algunos hermanos siguiendo al pie de la letra Apc. 7:9,13). Quiere decir en todo tiempo ser santo, vestido como escogido del Dios como signo del evangelio y constantemente dirigido por el Espíritu Santo. Nunca te falte la unción en lo que hagas. En el oriente lo mismo que entre nosotros la ropa blanca es símbolo de pureza. En tiempos de Salomón los cantantes en el templo se vestían de lino blanco (2Cro. 5:12). Mardoqueo fue honrado por el rey Asuero (Est. 8:15). Los ángeles se visten de blanco (Mr. 16:5). Y los santos en gloria también se visten de blanco (Apc. 3:4,5,18). La justicia de Cristo es una ropa de gala, y con ella somos justificados.

Ecl. 9:9

“Goza de la vida con la mujer que amas”. Mira este consejo matrimonial: disfruta a tu esposa, cuídala como a ti mismo, embellécela, haz que luzca elegante ¡es tu señora!; sueña con ella, cultiva y aspira su belleza. Dale alguna caricia, pero no en público (Ge.26:8).

 

Artritis y Óxido

Ecl. 9:10

“Todo lo que vas hacer hazlo según tu fuerza”. Indudable es que a Salomón no le ha sido revelada la resurrección del cuerpo y la supervivencia del alma. Pero con todo, la idea es hacernos pensar en ultratumba y hacer todo lo que pueda antes que nos llamen a juicio. A veces no se hacen las cosas como uno pudiera hacerlas, no alcanzamos la fidelidad de aquel a quien Jesús dijo, “buen siervo…lo que tenías que hacer eso hiciste”. No es bueno quedarse, por negligente, por debajo de lo que se puede. Y la fuerza que a uno le sobra ¿qué hará con ella? Los pensamientos de los sabios “tienden a la abundancia” (Pro. 21:5). Una traducción literal pudiera ser “los pensamientos, o los planes, los proyectos, del activotienden a la ganancia”; pero ¿qué gana la inactividad? Artritis y Óxido. 

Ecl. 9:11

“Que ni es de los ligeros la carrera”. Es cierto que cualquiera fracasa, y cualquiera triunfa, a cualquiera le pasa cualquier cosa. Pero a nosotros los que creemos en Cristo lo que nos pase nos sucede con misericordia y no se aparta el amor de Dios de tal situación. La tristeza que es según el mundo es para destrucción pero para nosotros es según Dios para edificación. Y en cuanto a la carrera, si no se podemos ser ligeros como otros, “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús” (2 Ti. 4:7; He. 12:1).

Ecl. 9:12

“Cae de repente el tiempo malo sobre ellos”; un súbito cambio, inesperado, la rueda de la vida gira de pronto y en un santiamén todo queda patas arriba y trastornado. Señor, que tenga fe para enfrentar los cambios súbitos y conformarme a ellos, asimilar con madurez las cosas malas y sin nerviosismo decir con Jesús “sí Padre porque así te agradó” o con el apóstol “he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación”.

 

Toda la gloria del mundo cabe en un bolsillo

Ecl. 9:13-16

“También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras”. “Había una ciudad con pocos hombres en ella…”. Mira que respiro y liberación pueden venir de donde menos lo esperamos y quien no había sido notable y vivió anónimamente de repente salta al frente, como un David, y se constituye en un aclamado héroe. Nota que dice “pobre, sabio…libra la ciudad”; o sea, que nunca se es tan pobre que no se tenga para comprar un libro o leerlos prestados, para estudiar. Un hombre pobre y culto y con un profundo sentido de patriotismo y amor a su ciudad. El dinero no trae virtudes. Sin embargo, la historia no recogió su nombre y desapareció en el anonimato, después de vítores, reconocimientos y aplausos. ¡Qué ingrata es la historia, qué pronto los hombres nos olvidan! Todo lo que Dios hace es perpetuo (3:14), pero no lo que nosotros hacemos. Toda la gloria del mundo cabe en un bolsillo. Dios ha dispuesto que seamos figuras intrascendentes, pero eso no significa que él no sepa quiénes somos y nos haya usado conforme a su voluntad. Murió ignorado, eso no le importó porque murió contento, disfrutando el recuerdo de su majestuosa labor.

Ecl. 9:17

“Las palabras del sabio escuchadas en quietud”; como María mientras oía al Señor. Se oye, se aprende, se estudia y se lee en quietud. Quizás por la mañana cuando los otros reposan, acompañados sólo por un sol naciente y las aves del alba (Sal. 119:147). Isaac prefería la tarde para irse a meditar al campo. Pablo se educaba con paciencia sentado a los pies de su preceptor Gamaliel (Hch. 22:3). Tener un lugar escogido para eso. Eso es la buena parte.  Ten tu tiempo para meditar y leer.

Ecl. 9:18

“Un pecador destruye mucho bien”. Puede destruir la fe de muchos, matar la felicidad de un matrimonio, quitar la paz en la iglesia, y un pecador destruir toda una nación. Un pecado destruye mucho bien. Una versión traduce “un pecado destruye muchas cosas buenas”.

 

Las moscas de Salomón 

Ecl. 10:1

“Las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista, así una pequeña locura al que es estimado como sabio y honorable”. 

Hay pecados de todos los colores, de todos los sabores y de todos los tamaños. Aquí se mencionan los últimos, que como moscas desacreditan la inteligencia de una persona sabia y le arruinan el perfume de su reputación. Una “pequeña locura” dice el inteligente Predicador, una pequeña metedura de patas, lo sigue toda la vida en el recuerdo de otros y en la memoria suya. Una indiscreción inaceptable, un paso imprudente, una decisión festinada, un negocio sin pensarlo bien, una emigración sin fundamento y sin medir las consecuencias, son cosas que hechas luego se lamentan. Una mentirilla, una pequeña deshonestidad, quedarse con unos centavos de más devueltos en el mercado, mentir en la declaración de impuestos, una mirada codiciosa, hojear una revista para adultos descompuestos, un coqueteo imprudente, etc. 

El asunto es que esos pequeños insectos son inmundos y contienen suficientes bacterias en sus patitas y hocicos como para arruinar el perfume de un buen testimonio, y que una persona con sabio comportamiento pierda la confianza y se disminuya su reputación, de modo que ya nadie le pida consejos ni le oiga una palabra. El honor es algo que cuesta la longitud de una vida adquirirlo, no se compra y vale mucho para echarlo por la borda con un pecado del tamaño de una mosca, ni siquiera de un elefante. Sin embargo, aquí no habla de esos insectos vivos sino de los que se ahogan cuando revoloteando sobre el aroma de una botella de perfume, y ¡ay!, cae dentro y lo que antes era una delicia aspirarlo ahora hace que se vuelva el rostro, se tape la nariz o huya de su lado. Las moscas hay que espantarlas antes que se metan en un trabajo hecho con tanto cariño y perfección. No es cuestión de escrúpulos, ñoñerías y santurronerías, sino de santidad cristiana. 

Hay gente que se nos acerca que traen moscas, sobre todo en la boca, y si nos retiramos a tiempo evitamos que alguna de ellas nos pase un contagio ajeno, quiero decir un defecto, y se pose sin permiso en nuestro carácter. El cadáver de una mosca no tiene grandes dimensiones, pero pudriéndose dentro de un frasco de alabastro de gran precio, por incautos nos hace heder todo y convierte nuestra profesión, llena del conocimiento y la fragancia de Cristo, antes atractiva, afable y noble, en una personalidad repulsiva (2 Co. 2:14-15). Estas son enseñanzas que se me ocurren cuando paso un rato contemplando y examinando los cadáveres de las moscas de Salomón. 

 

Ecl. 10:2

“El corazón del sabio está a su mano derecha”, en sentido simbólico y moral, popular, no biológico. Otra versión dice “el corazón del sabio lo guía a su mano derecha”, lo que quiere decir hacia las cosas rectas, buenas y honrosas, hacia arriba donde está sentado Cristo a la diestra de Dios (Col. 3:1). Las cosas siniestras, la humanidad suele definirlas como malas.

 

Príncipes sin caballos ni dinero

Ecl. 10:6,7

“Vi siervos a caballos y príncipes como siervos”. ¿El caballo hace al jinete?  ¿Quién hace al hombre sabio, su cátedra? Oh no, corazón, la necedad puede estar alto pero es la necedad (Mt. 23:2, 3). Un hombre puede ser superior en cargo pero inferior en alma. El hábito no hace al monje. Hay que conocer el lenguaje de la Escritura y en qué sentido habla.  Príncipe realmente no es el que lo es por nacimiento, según Dios, sino por su conducta, por su forma de ser, por su pensamiento. Hay quienes nacen príncipes pero son plebeyos. Lee lo que dicen los periódicos de sus escándalos familiares y veras que tengo razón. Otros nacen en pesebres pero son príncipes. Habla de nuestro Señor Jesucristo. Otros son ricos porque tienen mucho dinero, pero no lo son en el sentido verdadero, en lo que hace realmente afortunada a una persona, en amor, paciencia, perdón, generosidad. Esaú  también tenia mucho dinero y poder. Mardoqueo sentado a la puerta del palacio real es más príncipe que Amán a caballo. Los apóstoles eran verdaderos príncipes y no tenían ningún rango ni distinción en este mundo. Jesús, no era más que un carpintero sin embargo era todo un Príncipe.

Ecl. 10:11

“Si la serpiente muerde antes de ser encantada de nada sirve el encantador”. Ya ¿para qué? Si el pecado te daña de nada te sirve tu habilidad. ¿De qué te sirve tu conocimiento si la Serpiente Antigua te muerde el testimonio? Es mejor precaver que tener que lamentar. La serpiente no se encanta, se le aplasta con el calcañal (Ge. 3:15), debajo de tus pies, se le resiste para que huya de ti (Ro. 16:20; Sgo. 4:7). Si por accidente te muerde, sacúdela en el fuego del infierno (Hch. 28:1-5). No es fácil encantar al diablo pero le encanta verte encantado, abobado con una de sus ilusiones.

Ecl. 10:15

“No sabe cómo ir a la ciudad”; y si se cansa tanto es que además de necio es haragán. El Targum dice que no aprende ni siquiera el camino, supongo que lejos y complicado, para ir a donde se hallan los hombres sabios, en la ciudad. ¿O será que no quiere pagar el pequeño precio que cuesta la instrucción? Y aunque vaya, quiere decir, no sacará ningún provecho de palabras incomprensibles, porque es tonto. Eso mismo, cuando los impíos visitan la iglesia y oyen a un brillante expositor de la Biblia. No se enteran de nada.

Ecl. 10:18

“Por la pereza se cae la techumbre”. Y tiene goteras la casa. Es mejor subirse al techo, arreglarlo, que poner una vasija debajo para recoger el agua. Arregla tu casa, preséntala limpia y bonita a tus amigos, que no tengan reparo para comer contiguo en tu mesa. Del mismo modo, arregla tu vida, tu casa  espiritual.

Ecl. 10:19

“El dinero para todo sirve”. Dijo Salomón. Quiere decir literalmente que “atrae la atención, responde a todo, canta a todo”, etc. Hace cantar a cualquiera y es una buena respuesta. Nada es más atractivo porque con él se consigue lo que quiere, para nobles obras como pagar los impuestos del templo, socorrer a las viudas y pobres, comprar alimentos, ungüento para Jesús, una sábana, pagar un alquiler en Roma donde se predica el evangelio o hacer banquete con esplendidez y bajar al infierno, o vender a Jesús y por supuesto el alma. El dinero no es el culpable de todos los males del mundo sino el amor que se le tiene (1 Ti. 6:10).

 

No queremos gobiernos que nos programen la vida

Ecl. 10:20

“Ni en tu pensamiento digas mal del rey”. Sé que cuando los tiempos son peligrosos el prudente se calla la boca y no manifiesta su desacuerdo con el gobierno (Am. 5:13); pero no siempre. Es peor la mordaza en la boca que el cuchillo en el corazón. Si uno no protesta y procura hacerse libre, más será la opresión. El que no ama su libertad y la de sus hijos ni la procura, no la merece. De quien único no se puede pensar mal es de Dios. Si el rey es malo, quiero decir el gobierno, hay que cambiarlo.  Como se pueda. Si no con pólvora entonces con gritos. Hoy hay medios para hacer que un grito llegue muy lejos. Y que lo oigan los compinches de los abusadores, dentro y fuera de su reino. Siempre los que tienen dinero tienen el poder. A veces se rodean de canallas y delatores que por un bajo precio descubren disidentes, subversiones y patriotas. Mas no son omnipotentes ni omniscientes, y sí pensaremos cómo derribarlos o cómo huir de sus dominios y ponernos fuera del alcance de sus tiranías y donde hablemos alto nuestras verdades para que la opinión pública la oiga.  Exigiremos ser libres, decir lo que pensamos, escribir lo que opinamos, viajar donde queramos, poseer lo que podamos, vestirnos como seamos capaces y comer lo que nos guste. No queremos reyes que vilmente llevan la espada, ni gobiernos que nos programen la vida. Señor, gracias por nuestra libertad, gracias por nuestra democracia, a pesar de ser defectuosa y con políticos corruptos.

 

Dos necesarias virtudes para evangelistas

Ecl. 11:1

“Echa tu pan sobre las aguas y después de muchos días lo hallarás”. Algunos interpretan esto con respecto a la hospitalidad o generosidad hacia el prójimo, en relación con las palabras del versículo siguiente (v.2). Si fuera así se trata de compartir el pan con aquellos que el NT dice que no pueden retornar el favor (Lc. 14:13,14; He. 13:2). Otros, y es lo que he oído desde antiguo, piensan en el sembrador que espera que llegue la lluvia para depositar la semilla en los surcos, la preciosa semilla de su cosecha y alimentación, con la esperanza que el fruto retornará (1Co. 9:10). Y ese parece el sentido a juzgar por los vv.3-6;  “si las nubes fueren llenas de agua sobre la tierra la derramarán…”. Fíjate que no antes que lo hayas hecho sino "después"; hazlo por el Señor, siembra sus semillas. Luego una larga espera, "muchos días". Debes tener paciencia; la oración y la espera son dos grandes lecciones  del evangelismo; depende de la semilla y del terreno. Las semillas son buenas, el terreno varía. Si quien da el crecimiento a la semilla, que de por sí lleva vida, no lo da, tal vez me de alguna explicación por qué no lo hace, por qué limita mi trabajo, pero si no responde mi petición por el crecimiento de la siembra y la cosecha es pobre, posiblemente sea porque ella algún día llegará a quienes produzcan fruto. Esa es mi esperanza.

Ecl. 11:3

“Si las nubes fueran llenas de agua sobre la tierra la derramarán”. Ora por esas nubes para que el Señor las envíe, como Elías lo hizo y con muchos ruegos las fue arrastrando hasta donde se negaba depositar su preciosa bendición (1 Re. 18:41-45). Y si no llueve como quieres y la siembra lo necesita, pídele la tardía y si no la envía ruégale para que descienda el rocío, tal vez con ello basta y nazca. Dice el Eclesiastés que nadie podrá levantar un gran árbol que fue derribado, sólo Dios puede levantar a uno que ha cometido pecado. Si conoces alguno ora por él; los brazos de Dios tienen mucha fuerza y pueden alzarlo y sembrarlo de nuevo. (Ro. 11:23).

 

No debes anticiparle una derrota al Espíritu Santo

Ecl. 11:4-6

“El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará. Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.  Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno. 

”. Es uno de los mejores textos de Salomón. Muy propio para nuestra labor de sembradores de la preciosa semilla. Consejos para sembradores. Si miras las condiciones del alma, sus lamentos y pasiones, dobleces  y vicios, no sembrarás la simiente preciosa de la palabra de Dios ni cosecharás sus preciosos frutos. No debes anticiparle una derrota al Espíritu Santo porque tú no sabes cómo él trabaja; si miras las circunstancias y observas los tiempos desfavorables y la dureza de los corazones, te desalientas y no crees, y por ende el Señor no puede hacer ningún milagro con tu testimonio; observa no el viento sino a Dios, mira a sus promesas; es del Señor el resultado y no tuyo. Tú ignoras la obra de Dios; tú no sabes como Dios regenera a un pecador y como “crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta” o mejor dicho, “el viento sopla de donde quiere y oyes su sonido pero no sabes…” muchas cosas de él (Jn. 3:8); sabes que es por la Palabra y por el Espíritu pero el trabajo de ambos es incomprensible. Ora con fe y trabaja con fe, aunque no sepas cómo se hace, el que lo hace sabe cómo hacerlo. El v. 6 quiere decir que exhortes a tiempo y fuera de tiempo cuando hay esperanza y cuando no la hay (2 Ti. 4:2,3).

Ecl. 11:7

“Bueno es para los ojos ver el sol”. Esas palabras son  apropiadas para los que han estado enfermos y confinados por mucho tiempo y para aquellos que siendo ciegos ven por primera vez la suave luz del Sol de Justicia. ¡Qué hermosos son los rayos de la salvación! (Mal. 4:2). Los ojos de la carne no pueden ver a Dios, y si el fulgor los encuentra se quedan ciegos por un tiempo (Hch. 9:1-8; 18). Luz al final del túnel, ya se ve.

 

Joven y engreído

Ecl. 11:9,10

“Alégrate joven en tu juventud”. Estas palabras irónicas son dirigidas a un joven, a quien ya se ha exhortado para que se arrepienta, y persiste en la vista de sus ojos y en los caminos de su corazón. Si no oye de otro modo, vale emplearle con ironía porque no quiere arrepentirse, no desea renunciar a sus pecados, desprecia la exhortación del Predicador y es como si le dijera: “Bien, ya no tengo más palabras, me desmayo ante tu frialdad, mis palabras no han podido penetrar tu indiferencia, tu incredulidad se ha opuesto a todas las palabras de fe que te he hecho oír, has resistido al Espíritu de gracia, has endurecido tu cerviz, todo lo que te he dicho se ha ahogado en las espumosas olas de tus pasiones, no he podido arrancar de tu corazón tu amor al mundo, deseas continuar caminando en los caminos de tu corazón y no por la palabra de Dios, como así lo has querido, prepárate para dar cuenta a Dios por tus acciones, te aviso que te espera el juicio final, y a Dios que ahora me es testigo de lo que te he dicho lo tendrás como juez”. Joven y engreído. 

Ecl. 12:1-8

De acuerdo que si eres joven y saludable, disfruta esa edad con la bendición del Señor, pero acuérdate de Cristo antes que envejezcas. No siempre serás joven. No digas, "tengo que aprovechar mi juventud antes que me vuelva viejo" "tengo que pecar antes que no pueda hacerlo". 

 

Poco a poco se va dejando de ser lo que se fue

Ecl. 12:2-8

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”. Es el patético cuadro del envejecimiento y el anuncio de la muerte o quebrantamiento del cántaro junto a la fuente. La pérdida de la visión, las manos temblorosas por la edad, el miedo a las caídas, los dientes que se van cayendo y las muelas gastándose, y poco a poco se va dejando de ser lo que se fue y ya no será más, y se estremece uno con el pensamiento del camino a la disolución; y se recuerdan muchos funerales a los cuales se ha asistido, y los endechadores llorando los muertos, y pronto, anciano llorarán por ti. ¿Y qué? ¿Dónde están todos tus afanes y enojos, y avaricias y ansiedades, y gozos, y fortuna, y títulos? Vanidad. Ya no eres joven, llora tu piel ahora plisada, la escasez de cabellos, y vive ahora, sin honor tu insignificancia. Prepárate para el encuentro con tu Dios.

Ecl. 12:5

“La langosta una carga”; la LBLA traduce que “se arrastra como una langosta”,  haciendo referencia a la pesada movilidad de ese insecto. La diferencia de traducción pudiera tener esta explicación  “el significado puede ser que como la langosta que tiene poco peso resulte una carga para el anciano o que ya que se comía en Judea pudiera ser una carga para el estómago del frágil viejo; y otro significado puede ser que ella con sus brazos y patas torcidas es semejante al hombre de avanzada edad con sus miembros debilitados, encorvada la espalda y que encuentra incluso difícil andar” (J. Gill).

Ecl. 12:9

"Hizo escudriñar" (ponderar), es un gran logro porque la mayoría oye pero no estudia. Si un predicador logra que lo escuchen con atención ya eso es bastante pero si logra interés y que después que se han ido continúen examinando e investigando, como los antiguos bereanos, lo que habló es mucho más. Los que escudriñan la Biblia podrían hallar en ella la vida eterna (Jn 5:39). 

Ecl. 12:10

“El predicador trató de encontrar palabras agradables”. ¿Agradables? Es mejor, aceptables, valiosas, importantes, porque su tema fue real, pero triste. Si has hablado continuamente sobre la muerte y concluyes con la triste descripción de un anciano, ¿a quién agradó lo que dijiste?  Si uno puede predicar cosas importantes y agradables de escuchar, por la forma y cómo se dicen, es entonces un gran Eclesiastés como Jesús a quien aun “lo común del pueblo le oía de buena gana”.

 

Recomendaciones para pastores predicadores

Ecl. 12:11

“Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor”. Hay variaciones en las traducciones del texto. Lo más literal, he averiguado, sería: “Las palabras de los sabios son como aguijones y como clavos hundidos las que dicen los maestros de las colecciones, dadas por un pastor”; me supo difícil la traducción de “colecciones de hombres”, esto es, congregaciones. Ese pastor pudiera ser el Maestro de todas las colecciones de dichos y proverbios, y que él personalmente supervisa la instrucción de los otros maestros, filósofos, estudiantes, que aprenden y enseñan a los demás. Homiléticamente quedaría así: (1) busquen palabras agradables pero que sean importantes y aceptables sin género de dudas, no enseñen incertidumbres, (2) que los pensamientos que lleven vuestras palabras sean penetrantes como clavos, eviten vagar, generalidades y clávenlas, con la ayuda del Espíritu, hasta lo más hondo del corazón (3) sean maestros que dominen todas las colecciones, versiones sagradas, libros importantes, manuscritos, de modo que estén bien informados y sean “escribas diestros en el reino de los cielos” y que “trinchan bien la palabra de verdad”. Si no son constantes y maestros de colecciones no podrán enseñar bien a los discípulos (4) enseñen con un espíritu y tono pastoral. Las palabras de los pastores se distinguen de las que dicen otros que son comentaristas, músicos o maestros, en que son más sabias, salen de las experiencias que evoca la gracia y la misericordia de Dios, están sazonadas con la gracia y la sal de Dios, las dice el Espíritu Santo y se recuerdan permanentemente; son como bálsamo, sanan, tienen más poder que las ideas fijas, acallan las tempestades de la conciencia y enmudecen sus alaridos; después de oírlas hay gozo y se duerme tranquilo. El Gran Maestro de todas las colecciones es nuestro amado Rabí, Jesús, quien nos ha dado “la unción del Santo” que nos enseña, y él es a su vez el mejor de todos los pastores, “el buen pastor”, el Pastor de las ovejas.

Yo quisiera que todos los eclesiastés del evangelio fueran pastores, que vengan con sus verdades como aguijones para exhortarnos, como clavos para crucificar nuestras pasiones, y con el amor y la comprensión de sus corazones pastoriles, de muchos años enseñando a las iglesias.

Ecl. 12:12

“El mucho estudio fatiga”. El mucho estudio será fatiga del cuerpo pero no del espíritu; una fatiga santa y provechosa para que no se oponga al Espíritu. Suele refrenar sus pasiones el que se consagra a los libros, busca y entiende placeres espirituales superiores. Quizás no haya tiempo para escribir muchos libros, tal vez algunos, para la gente que le gusta escudriñar lo haga (v. 9). Sí tiene fin el estudio, expresar a Dios el amor con las fuerzas de “toda la mente”, como exige el primero y gran mandamiento.

Ecl. 12:13

“El fin (conclusión) del discurso es: teme a Dios”. El fin de la sabiduría, del estudio y la investigación es temer y adorar a Dios. Niégate a ti mismo y guarda los mandamientos de Dios, ese es "el todo", lo realmente importante, lo único necesario para la salvación del hombre.

Ecl. 12:14

“Dios traerá toda obra a juicio”. Lo que se sabe y lo que no se sabe será descubierto y juzgado por Dios en la presencia de sus ángeles y santos, y demonios. Todos sabrán que Dios es justo. (Leer 1 Ti. 5:24; 2 Ti. 4:1).

 

 

 

 

Notas sobre Cantares

 

El título dice Cantares de Salomón. Son los versos de uno o varios poemas, en forma de teatro, entre una pareja de esposos; es un gran idilio, una hermosísima y expresiva oda de amor. El personaje principal puesto en escena es la Esposa, después el Esposo y luego las doncellas de ella, a las cuales llama “hijas de Jerusalén”, que forman el coro. Este es un libro más propio para la alcoba que para el púlpito. Calvino no lo comentó, y a mí me ha costado mucho trabajo no sacarlo del canon bíblico.

Si Salomón escribió todo Cantares fue un gran conocedor del amor matrimonial femenino, dibujado en poesías con una belleza, naturalidad y profundidad asombrosas; y en porciones sugestivas y sumamente eróticas. Por su sutil realidad, sus precisas insinuaciones, por lo que dice, lo que quiere decir, lo que sugiere sin decirlo completo, a veces me parecía que fueran poemas enviados a Salomón por su bella e inteligente Esposa, y él le respondía de la misma forma; aunque eso es menos probable por la igualdad de su estilo, a no ser que existiera entre ambos una asombrosa similitud literaria; y  a pesar de ciertas repeticiones, que bien pudieron ser otras adiciones enviadas a él sobre el mismo asunto en distintos momentos (8:12). 

Por ejemplo, compárese los capítulos 4 y 7. La sulamita mencionada en 6:13, es la Esposa, “la preferida, la única, la hermosa, la escogida”… entre todas las del harén,  que en esa época era más pequeño que lo que fue (6:8; 9). No es probable que ella se pueda identificar con la hija de Faraón por el solo hecho que diga que tiene la piel morena (1:5), lo cual no obligadamente en poesía tiene que traducirse negra, pero sí afirma que es pastora y tiene sus cabritas y ovejas (1:8), lo cual era una abominación para los egipcios; (Ge. 43:32; 46:34), ni tampoco porque Salomón le haya edificado una casa a esa esposa.  

Al exponer Cantares primeramente le hice una paráfrasis a la porción escogida convirtiéndola en prosa y recomponiendo los detalles dispersos entre versos para formar una unidad fácilmente legible, que me fuera más fácil para orar sobre el texto como he hecho con el resto de mis notas a otros libros, teniendo en mente sus posteriores aplicaciones, primeramente, a la pareja matrimonial y después su alegorización con respecto a la Iglesia como la Esposa de Jesucristo, su Amado. “Es muy difícil encontrar significado a cada detalle en un poema como este dedicado al amor humano” (The Pulpit Commentary). No llegué a la aplicación alegórica sin antes hacer justicia a lo que es claramente un canto de amor matrimonial, eróticamente más sugerente que mis exposiciones, por lo cual decidí dejar a mis compañeros lectores que sigan sin mi compañía por ese camino si es que les apetece ir andando por él.  

 

 

 

Posted: 

(By John MacArthur)

I emphatically agree with those who say the Song of Solomon is not mere allegory. It is best understood when we take it at face value, like any other text of Scripture. Many interpreters whom I otherwise hold in high esteem (including Spurgeon and most of the Puritans) have unfortunately done more to confuse than clarify the Song's message by treating it in a purely allegorical fashion that eliminates its primarymeaning.

Solomon's Song is, as I've said from the outset, a love poem between Solomon and his bride, celebrating their mutual love for one another, including the delights of the marriage bed. To interpret this—or any other portion of Scripture—in a purely allegorical fashion is to treat the interpreter's own imagination as more authoritative than the plain meaning of the text.

However, those who pretend to know the meanings of poetic symbols that are not clearly identifiable from the text itself commit the very same error. Their speculation is likewise a way of exalting their own imaginations to a higher level of authority than the plain sense of the text.

That's a particular problem when the interpreter sees a mandate for oral sex in the simple metaphor of a fruit tree or imagines that the best way to contextualize and illustrate portions of the text is by verbally undressing his own wife in order to make the point as vivid as possible. In such a case, not only has the speaker given far too much weight to his own speculative imagination; he has given a fairly clear signal that his imagination is not altogether pure (Luke 6:45).

And that is a far more serious problem than merely allegorizing the text.

By no means do I want to minimize the dangers of allegorizing the text. That approach to hermeneutics is full of mischief, even in the hands of pure-minded men who are generally sound in their doctrine. I don't approve of allegorical flights of fancy, especially with a text like Song of Solomon, which poses enough difficulties with the obvious built-in metaphors and poetic language it features.

Allegorizers of the Song of Solomon generally see it as an expression of tender mutual love between Christ and His church. Most of them would say that Christ is represented by the voice of Solomon; the church is represented by the voice of the Shulamite. Some interpreters go further yet and imagine they hear three or more voices speaking out of the text. (Invariably those who multiply the voices try to make the verses fit some complex libretto that arises more out of their own personal agenda than from the text itself.)

Still, regardless of how many voices are heard and who is supposedly speaking, nearly all who allegorize this poem see it as a canticle of love between Christ and the church. It's probably fair to say that this allegorical view focusing on Christ and the church has been the dominant interpretation of the poem throughout church history.

That, of course, doesn't make it right. I happen to think it is not the correct approach to interpreting this text. But it's not a view that ought to be dismissed with vulgar contempt—especially with a coarse joke attributing homosexual behavior to Christ.

If you have heard any of Mark Driscoll's teaching on the Song of Solomon, you have surely heard his joke in that vein. For example, in the sermon that prompted me to write these articles, Driscoll says, "Some have allegorized this book, and in so doing, they have destroyed it. They have destroyed it. They will say that it is an allegory between Jesus and his bride the church. Which if true, is weird. Because Jesus is having sex with me and puts his hand up my shirt. And that feels weird. I love Jesus, but not in that way."

Driscoll has said almost the exact same thing in at least three other sermons. For example: “Jesus keeps making out with me and touching me in inappropriate places.” “Now I’m gay, or highly troubled, or both.” “As a guy, I do not feel comfortable with Jesus, like you know, kissing me and touching me and taking me to bed. Okay? I feel sort of very homo-erotic about that kind of view of Song of Solomon.”

Even in his most recent Peasant Princess series, he repeats a version of that very same joke:

Now what happens is some say "Well, we do believe in the book [of Song of Solomon], and we will teach it, but we're gonna teach it allegorically." And there's a literal and an allegorical interpretation. They'll say, "Well the allegorical interpretation, it's not between a husband and a wife, Song of Solomon, love and romance and intimacy; what it is, it's about us and Jesus." Really? I hope not. [Laughter from crowd] If I get to heaven and this goes down, I don't know what I'm gonna do. I mean it's gonna be a bad day. Right? I mean seriously. You dudes know what I'm talking about. You're like, "No, I'm not doing that. You know I'm not doing that. I love Him [Jesus] but not like that." [Laughter from crowd]

Driscoll blew off criticism about that kind of joking by claiming it's not blasphemy because it has nothing to do with the "real" Jesus. He says he is simply making fun of a false notion about Jesus. And he continues making the joke.Here's the problem with that: Scripture clearly teaches that the love between a husband and wife in all its aspects is a metaphor for Christ and the Church (Ephesians 5:31-32).

Thus even a non-allegorical interpretation of Song of Solomon, (simply taking the love-song between Solomon and the Shulamite at face value) ultimately points us to Christ and his love for the church. The text ought to be handled by the preacher accordingly, not as an excuse to bathe in the gutter of our culture's easygoing obsession with crude sex-talk and graphic sexual imagery.

Some who have commented on these articles have suggested that I ought to give a full exposition of Solomon's Song rather than merely critiquing the bad interpreters and decrying the contemporary church's fixation with sex.

That would require a long series, and I'd prefer not to devote weeks of time on this blog to a topic that I have raised only in order to make a simple, single-pointed admonition. But those wondering what my exposition of Solomon's Song would be like will find full notes on the text in The MacArthur Study Bible.

Those notes should be a sufficient answer to the commenter who pretended to wonder if I am saying it would be better not to comment on Song of Solomon at all.

Of course that is not what I am saying, nor can anyone claim that I have even implied anything of the sort—without twisting my words or putting their words in my mouth. (That literally happened in a string of comments at another blog where this issue was under discussion. An early commenter accused me of opposing line-by-line exposition of the Song. Halfway down the comments, people were putting that claim in quotation marks, attributing it to me.)

What I am saying is that the bounds of propriety—especially when dealing with subjects like sex—should be set by whatever text we are dealing with. To interpret beautiful poetry by translating it into scurrilous soft-porn is to corrupt the most fundamental intent of the text.

This is nowhere near as difficult to grasp as some are pretending, but perhaps a simple parallel will suffice: There are other private body functions and "less honorable" or "unpresentable" body parts (1 Corinthians 12:23). We find these mentioned or alluded to at times in Scripture without ever being too specific. We all would be rightly offended if the preacher gave a long, descriptive discourse or how-to instructions in the Sunday worship service, outlining these "unpresentable" things.

For stronger reasons than simple modesty, certain acts involving fornication, autoeroticism, and other things people commonly "do in secret" are shameful to talk about in any public context (Ephesians 5:12), much less a church service. They may be suitable subjects for a private counseling session, or the doctor's office, or a college biology lecture, but they are not fitting topics for a worship service where God should be glorified, Christ should be uplifted, women should be shown respect, children's innocence should be guarded, and single people's prurient curiosities should not unnecessarily be enflamed.

When a speaker deliberately arouses lusts that cannot possibly be righteously fulfilled in unmarried college students, or when his personal illustrations fail to guard the privacy and honor of his own wife, that is far worse than merely inappropriate. When done repeatedly and with the demeanor of an immature bad-boy, such a practice reflects a major character defect that is spiritually disqualifying. Any man who makes such things the main trademark of his style is quite simply not above reproach.

As recently as a decade ago, that point of view would not have raised a peep of controversy.

The fact that it is so controversial now is simply more proof that evangelicals have become too much like the world, and too comfortable with the evil characteristics of our culture.

Tomorrow, Lord willing, I'll post the final installment in this series. Several questions have come up repeatedly from people who have commented on these articles, and in tomorrow's final installment, I want to answer as many of them as possible.

 

 

 

Exposición 1

 

El amor de la reina y su Esposo

 

Cant. 1:1-4  

    El cantar de los cantares de Salomón. 

[2] LA ESPOSA:

            ¡Que me bese con los besos de su boca!

            Porque mejores son tus amores que el vino. 

            [3] Tus ungüentos tienen olor agradable,

            tu nombre es como ungüento purificado;

            por eso te aman las doncellas. 

            [4] Llévame en pos de ti y corramos juntos.

            El rey me ha conducido a sus cámaras.

EL CORO:

            Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti,

            exaltaremos tu amor más que el vino.

            Con razón te aman. 

 

Este es el cántico de una de las muchas esposas que tuvo el rey Salomón. Mi plan es concentrarme en ella sola e ignorar casi hasta el final a las otras; e ir mezclando y separando lo espiritual y lo matrimonial como una unidad devocional. O sea, hablaré como si fuera una monogamia cristiana y sobre eso aplicaré  el texto para hallarle, hasta donde sea posible sin ser vulgar o profano, coincidencias espirituales más amplias que aplicaciones conyugales. Así dejaré a mi paso bendiciones, para las parejas y para los santos del Altísimo.

 

Literal 

El matrimonio, lleno de encanto y fascinación 

“Consideradas esas palabras, veo que son los sueños y deseos de esta reina que como mujer anhela ser besada por su amado por sobre cualquiera otra cosa que él pueda hacer por ella, “¡que me bese con los besos de su boca! porque mejores son tus amores que el vino” (v.2); “o ¡que no me envíe flores si no quiere, que no me mande recados, que no me colme de joyas y piedras preciosas, que venga donde  estoy y me trate como su esposa, que en sus brazos me tenga y me bese. Lo que quiero es amor, no menos”. No funciona bien el alma femenina si no es el esposo cariñoso con ella. Más quiere un abrazo y un ósculo que los tesoros de los egipcios o una pirámide por regalos. Su amor no está completo hasta que esté en sus brazos, en su cámara y aspire en la intimidad el perfume de su vestido, “tus ungüentos tienen olor agradable” (v.3), “el rey me ha conducido a sus cámaras” (v.4). Esa unión conyugal es deseada, y no se cumple sólo como un deber (1Co. 7: 3) sino por encanto y fascinación”.

 

Espiritual 

Un buen matrimonio refleja una buena teología

Las palabras del coro, cantadas a la esposa, son mejor aplicadas a la iglesia y al Señor cuando afirma la superioridad de su amor y “con razón” le amamos. El ideal de comunión espiritual con el Señor es el modelo matrimonial. Y la pareja matrimonial debe saber que esa unión en un solo cuerpo tiene que reflejar a Cristo y la iglesia, no en pasión de concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios (Efe. 5: 31,32), una unión natural y santa. Lo que más se aproxima al olor del perfume de la ropa del esposo es el conocimiento de Cristo por medio del evangelio que nos envuelve en la fragancia de su Palabra (1Co. 2: 14-16). 

Y aunque asombre esta observación, cuando ella le dice al esposo que la atraiga,  “atráeme” (v.4), puedo ver en ello una oración al Señor para que por su gracia y misericordia haga lo que no podemos hacer por nosotros mismos, acercarnos en comunión a él. Como la esposa pide a su amado que la saque donde está, así oramos a Dios, que venga  por nosotros y nos libere de nuestro encerramiento y nos acompañe a “correr la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús” porque solos es imposible, el trayecto es largo y difícil. Ella pide que la atraiga y todo después de eso será fácil. El coro de muchachas se le une y la acompañan, entusiasmadas al ver a la “Señora elegida” corriendo con su Esposo (2Jn.1:1). ¡Oh Señor Jesús, atráenos y en pos de ti correremos! 

Siempre fue así, que el Hijo del Hombre es quien eligea su compañera, quien la conquista y quien la atrae a sí mismo, hasta que el matrimonio y la mala teología lo han invertido todo y dicen que es ella quien sale, lo busca, lo conquista y lo hace suyo. ¡No, no es así! El Esposo es quien elige y triunfa en el corazón de su esposa. Es él quien enamora y por su gracia indiscutible ella queda como flechada por él y lo recibe como único. Es Dios quien hace que nos enamoremos de él. Ella no puede salir de donde se halla ni con todo su esfuerzo y el de sus compañeras, ni con toda la ayuda del mundo. El la saca. Arminio es un buen mentiroso. Un buen matrimonio refleja una buena teología; y en esa sola palabra se nota la gracia de Cristo y la impotencia del pecador, o de la iglesia por sí misma a corresponder al amor electivo del Señor. 

Ella oye su nombre y le parece como “ungüento purificado” (v.3). El nombre que oye la sulamita es Salomón pero el nombre que es sobre todo nombre, es el nombre ungido por Dios con Espíritu Santo es el de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad en quien somos elegidos para ser salvos. El nombre en el cual echaban demonios los apóstoles, sanaban enfermos y anunciaban el perdón de los pecados. Por lo cual todo aquel que invocare el Nombre del Señor será salvo. No hay otro nombre dado a los hombres en el cual podamos ser salvos. 

 

 

Exposición 2

 

Cant. 1:5-8 

LA ESPOSA:

 1Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. 2¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. 3A más del olor de tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento derramado; Por eso las doncellas te aman. 4Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores más que del vino; Con razón te aman. 5Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable Como las tiendas de Cedar, Como las cortinas de Salomón. 6No reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé. 7Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros? 8Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores”.

 

 

Escriban los esposos su propia novela

 

Sentido espiritual

 

Ese sentido lo puedo hallar si parafraseamos en prosa lo que se dice en el poema. La esposa está locamente enamorada y sus sentimientos parecen una novela de amor. “Los hijos de mi madre se enojaron contra míporque no atiendo a mis compromisos con ellos, no cuido mi viña ni pastoreo mis ovejas, todo lo he desatendido y no cumplo mis obligaciones domésticas, y lo tengo en desorden porque no tengo mente sino para pensar en ti y corazón nada más que para anhelarte, estoy como en una nube flotando en este mundo, como si viviera en el más allá, esperando cada minuto del día la llegada de mi amado; no sólo me critican mis hermanos sino que ustedes mis amigas se extrañan que siendo morena el rey me ame tanto; y por una razón, porque soy codiciable, no es mi piel sino como soy con él; si yo supiera donde sestea al mediodía iría a su reclinatorio (1:12), pero no sé dónde se halla a no ser que me lo digan los pastores que apacientan sus ovejas, entonces ya no andaría errante porque ellos saben dónde se encuentra el que ama mi alma”. El amor entre esposos debiera ser como el de una novela, no trágica sino bellísima. 

 

Sentido espiritual

 

Las iglesias tienen defectos, pero Jesús las ama

 

Aquí el sentido espiritual se impone en mi mente sobre la exposición gramático-textual. El pasaje es provechoso si se toma como una alegoría de la iglesia y el Señor. Ve primero que la iglesia, como esta reina, es bella a pesar de su defecto, porque dice que es “morena” o negra, quizás egipcia, la hija de faraón, pero si le consideran defecto el color de su piel, eso no importa para el Amado de su alma, sino que el culpable de que sea negra es ¡el sol!, que estuvo demasiado tiempo contemplando su hermosura y por los insistentes ojos de él que no pudo apartar la mirada, y ella terminó quemada. 

Él cuando la escogió para hacerla suya y reina, sabía que era morena, y si eso es un defecto él lo supo en su pre-conocimiento donde las virtudes y los defectos no son tenidos en cuenta para amarle de pura gracia. No te detengas a mirar los defectos de la iglesia que son pequeños en comparación a como pudiera tenerlos y en comparación a cómo los tuvo. No obstante, ella misma conoce que es así pero de todos modos tienen que reconocer que es hermosa o como dice otra versión, codiciable. Y la hermosura mayor de la iglesia es su santidad y a pesar de todo el amor que ella siente hacia Él. 

Para convencerse de que es bella tienen que entrar o mirarla por dentro porque como las tiendas de Cedar o las cortinas de Salomón que por fuera no lucen tan bien como por dentro, llenas de riquezas y sorprendentes tesoros. 

Es fácil encontrarle defectos a la iglesia desde afuera, pero por dentro ella es otra cosa. La misma arca sagrada era cubierta con pieles de tejones. Si conocieras íntimamente la vida espiritual de cada uno de los santos en Cristo que allí están verías que son ricos en fe, en esperanza y amor, encontrarías a Jesús, y que con su pobreza los ha enriquecido con sus riquezas en gloria, y por lo tanto sus vidas no son heno ni hojarasca como parecerían por fuera sino oro, plata y piedras preciosas como las doctrinas de la gracia de Dios. Trata íntimamente a un verdadero santo y verás que el Señor ha depositado su tesoro en vasos de barro para que alteza del poder sea de Dios y no de ellos (2 Co. 4:7).

El Espíritu Santo nos ha dibujado en el caso de esta reina lo que pasa a los que viven el primer amor con Cristo. Ella testifica que estaba tan enamorada de su Amado que apenas prestaba atención a sus otros deberes y la propia “viña que era mía no guardé”. Esa es la explicación que le da a su familia o sea a sus hermanos, pero no puede evitar que esa conducta los enoje. 

Si un alma comienza esta búsqueda del Señorprobablemente los de la familia serían los primeros que se enojarían por los cambios que notarían, teniendo como basura todas las cosas por hallar a Cristo (Flp. 3:8), disminuir el valor de las cosas domésticas, poner la mirada en las cosas de arriba no en las de la tierra, porque está como “sentada en los lugares celestiales” (Efe. 1:3; 1:20; 2:6), porque ha escogido “la buena parte la cual no le será quitada” (Lc. 10:42), porque no mira “la apariencia de este mundo que perece” (1 Co. 7:31), no compra artículos en la “Feria de la Vanidad”; por todo eso se enojan porque sienten como si fuera dejando de ser hermanade ellos porque no sigue las costumbres pecaminosas en que creció y “les parece cosa extraña que no corra en el mismo desenfreno” (1 Pe. 4:4) que ellos viven porque está cambiada, cambiada por el poder del cielo y lo que Dios cambia provoca protestas. 

los mejores informes de dónde y cómo hallar a Cristo los tienen los pastores que pastorean sus ovejas; los que trabajan en la Palabra especialmente en predicar y enseñar (1 Ti. 5:17), ellos conocen al Gran Pastor (He. 13:20), porque son pastores como él, saben con qué nutrirlas, qué darles de beber y cómo defenderlas con vara y cayado. Pero debe tener comunión con los pastores, es decir, estar cerca de las cabañas de ellos porque con una relación lejana, como predicador, puede no ser suficiente sino oírlos de cerca, verlos vivir, para poder distinguir la autenticidad de su llamamiento y descubrir a los engañadores que explotan las ovejas. Visita los hogares de tus pastores. Esta noble relación es la primera que el diablo pretende cortar, señalando a los hermanos los defectos de la iglesia y su siervo.

 

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Hermano pastor, Adrián, pensamos ir a Miami para el Día de Acción de Gracias, noviembre, quiero promocionar mi libro sobre los salmos. Quizás podamos vernos. Supongo que tu hija por este asunto de la pandemia no  haya podido hacer algo con los libros que les envié. 

Un abrazo,

Humberto 

9/20/21

 

Exposición 3

 

Cant. 1:9-17 

EL ESPOSO:

            A mi yegua, entre los carros de Faraón,

            yo te comparo, amada mía. 

            [10] Hermosas son tus mejillas entre los adornos,

            tu cuello entre los collares. 

[11] EL CORO:

            Adornos de oro haremos para ti,

            con cuentas de plata. 

[12] LA ESPOSA:

            Mientras el rey estaba a la mesa,

            mi perfume esparció su fragancia. 

            [13] Bolsita de mirra es mi amado para mí,

            que reposa toda la noche entre mis pechos. 

            [14] Ramillete de flores de alheña es mi amado para mí

            en las viñas de En-gadi. 

[15] EL ESPOSO:

            Cuán hermosa eres, amada mía,

            cuán hermosa eres.

            Tus ojos son como palomas. 

[16] LA ESPOSA:

            Cuán hermoso eres, amado mío,

            y tan placentero.

            Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor. 

            [17] Las vigas de nuestras casas son cedros,

            nuestros artesonados, cipreses. 

 

 

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Literal

 

Si discuten, que sea con piropos

 

La prosa de amor entre un hombre y su mujer, en este caso entre Salomón y su Sulamita, me quedaría de este modo: “Oh, qué agradable es amado mío, competir con halagos, disputar con piropos (a nadie se le ocurra compara del mismo modo a su novia, a una yegua) y que podamos decirnos estas cosas  que nos gustan a ambos; quiero que sepas que  me visto para ti, y sé que hallas hermoso mi rostro entre mis pendientes, y por eso te ofrezco mi cuello completo a tu vista entre los collares, y gargantillas, y sé que te gusta porque mucho lo mencionas entre tus heroicas comparaciones (4:4; 4:9; 7:4); gracias por los zarcillos de oro tachonados con plata que me enviaste, son  preciosos regalos que me hacen lucir más bella (v.11); y yo a ti te comparo, mi Amado, al perfume que cuelga entre mis pechos cerca de mi corazón, a las flores de alheña que he traído de tus viñas junto al Mar Muerto en En-gadi; si mis ojos te siguen venciendo amado mío, te seguiré mirando (1:15; 4:1; 4:9; 5:12; 6:5; 7:4; 8:10), porque es para mí dulce tu compañía, en nuestra cama de flores (v.16)”.

Muchos matrimonios que no se aman así, al menos esporádicamente discuten, y si lo hacen debieran hacerlo con amor, y si tienen que hacerlo en vez de hablar, debieran tirarse piropos, versos y flores y no palabras duras, y en vez de arrojarse a la cara defectos y errores, en su lugar besos y perfumes. El matrimonio no es para pelear y la palabra no es para ofender sino para halagar. 

Nota que ella lo provoca al amor y él se estimula ese mismo amor; la Esposa se viste para agradarlo y resalta de su belleza aquella parte de su cuerpo que ha descubierto o le ha confesado que más le gusta e insiste en seguir rindiéndolo con su amor; si los ojos le han agradado le mirará siempre, y aquel perfume que le gusta lo usará, y los regalos que él le hace los usará porque sabe que él le está regalando a su amor, a su propio amor, se está estimulando su propio amor y quiere ponerla como quiere verla, y por eso emplea su dinero en ella (no sólo la casa de cedro y ciprés artesonado que le regaló (v.17) porque ambos quieren tener un matrimonio como si fueran novios y vivieran una perpetua luna de miel.

Quizás piensen que ese amor no existe, que nadie se ama así según transcurre el tiempo, que la realidad es distinta, la lucha por la vida y los hijos no permiten entre esposos esa clase de romance. ¿No? ¿No pueden hablar en vez de discutir? ¿No pueden decirse cada uno lo que le gusta del otro? ¿No se pueden hacer regalos, si no de oro y plata, cualquiera, sino de perfumes de flores silvestres? El amor es para ser disfrutado y estimulado, es decir incrementado, por eso ella continúa conquistándolo; ese es su plan y el de él ser vencido, que ella por esa vía gane; así ganan los dos, ganan los hijos y gana la iglesia y gana Cristo

 

Espiritual

Los versos, las miradas y las flores

 

La iglesia pierde familias porque los matrimonios se pierden, no saben amarse, conocen mucho de otras cosas pero no conocen del amor; los esposos debieran estudiar el amor; y Cristo también gana con esa clase de matrimonio porque así enseña a la iglesia que se ame, que unos y otros se traten con amor, que no se ofendan, que hablen y no discutan, que se “provoquen al amor y las buenas obras” (He. 10:24), que pase lo que pase entre unos y otros insistan en seguir amándose y tratándose bien porque la reconciliación es parte del amor; y cada miembro debe emplear dinero en ella, es decir en la iglesia para que ella sea como él quiere que sea, como la gustaría ver, y no sólo dinero sino otros dones, su fe, esperanza, amor; o mejor dicho, como habla Cantares, frutos, los frutos del Espíritu, de modo que ellos vivan dentro de ella, una perpetua luna de miel. Las formas más bellas para expresar el amor entre esposos son: los versos, las miradas y las flores. ¡Que nuestra iglesia tenga matrimonios así!

 

 

Exposición 4

 

Cant. 2:1-7  

LA ESPOSA:

            Yo soy la rosa de Sarón,

            el lirio de los valles. 

[2] EL ESPOSO:

            Como el lirio entre los espinos,

            así es mi amada entre las doncellas. 

[3] LA ESPOSA:

            Como el manzano entre los árboles del bosque,

            así es mi amado entre los jóvenes.

            A su sombra placentera me he sentado,

            y su fruto es dulce a mi paladar. 

            [4] El me ha traído a la sala del banquete,

            y su estandarte sobre mí es el amor. 

            [5] Sustentadme con tortas de pasas,

            reanimadme con manzanas,

            porque estoy enferma de amor. 

            [6] Esté su izquierda bajo mi cabeza

            y su derecha me abrace. 

[7] EL ESPOSO:

            Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén,

            por las gacelas o por las ciervas del campo,

            que no levantéis ni despertéis a mi amor,

            hasta que quiera. 

 

Literal

No se pase el noviazgo ni la luna de miel

La prosa me la compongo así: “Tu compañía Amado es un banquete, estar contigo es embriagarse donde repartan vino; estoy débil, mi amor, y yazco en mi lecho de flores (1:16), deja tu reclinatorio y ven a mí (1:12), que mi nardo ha dado su olor y te lo ofrezco,  estoy enferma de amor (v.5; 5:8); sentémonos debajo de nuestro manzano y compartamos sus dulces frutos, tú tomas para mí y yo para ti; susténtame si quieres, con tus pasas y albaricoques porque ninguna cosa es más dulce para mi paladar  que mi manzano y su sombra, y tú eres ese manzano y tu amor mi sombra (1:16; 2:3); yo soy tu rosa de Sarón (Sharon is a low coastal plain stretching south from Mount Carmel. It is well watered due to the Kurkar ridges running parallel to the shore which trapped the water run-off from the Samaritan hills. The combination of low sandy hills and swampy lowlands produced heavy vegetation and an abundance of wild flowers in the area (M. H. Pope, Song of SongsNT) y el lirio que recoges en los valles; préndeme como azafrán sobre tu corazón, reposen mis sienes sobre tu izquierda y tu derecha me abrace (v.6); déjame soñar con nuestro próximo encuentro, y no me despierten mis amigas de Jerusalén”. 

 

No parecen palabras de una esposa sino de una novia desesperada, una enamorada poetiza que le dice a la soledad lo que siente su corazón enamorado. Su esposo o novio, está a la altura intelectual de ella y por eso así le habla, con la sabiduría y el encanto que él también sabe hacerlo. No debieran los años de matrimonio dejar atrás el noviazgo y marchitar las flores del alma poética. Mire cada cual con quien se casa y que desee seguir oyendo bellas palabras de amor. A no todos los matrimonios se les pasa el noviazgo y la luna de miel.

 

Espiritual

Donde se predica la Palabra, se disfruta un  banquete

 

La Esposa afirma que su Esposo la llevó a la casa delbanquete o la casa del vino como otra traducción dice; es la “casa de Dios” donde se predica su Palabra, donde los creyentes se embriagan, pero de amor y no con cerveza o vino en el cual hay disolución (Efe. 5:18), sino con Espíritu, cuando Dios se lo da a beber como agua por sus constantes enfermedades del corazón (1 Co. 12:13); comer de la Palabra del Señor es tener un real banquete, y un culto de predicación es todo un banquete si lo que se sirve es ella, acompañada con el Espíritu; y eso garantizará la permanencia de los adoradores en la casa del banquete, porque una mesa bien dispuesta con la palabra de Dios no tiene competencia, no es segunda de nadie, y los que habitualmente la escuchan no querrán nutrirse con otra cosa que no sea con ella, ni querrán beber nada más como compañía que su Espíritu, y cada semana el anhelo de su corazón será oír su voz, porque al escucharla lo sentirá cerca, sabrá que está en ese lugar y no deseará ir a otro; y por nada del mundo faltará el próximo día de reposoporque tiene la seguridad que allí hay pastores, que como diría Bunyan,  que revelan los secretos escondidos de la Palabra de Dios, y ellos tienen sus cabañas donde apacienta Jesús (1:8), oyen su voz, saben lo que él dice y escucharlos a ellos es oír todos los mensajes que el Esposo tiene para su Esposa, la Iglesia, y también conocen el camino y saben cómoorientar a las almas que andan errantes sin Jesús, (1:7), y lo están buscando en alguna parte. Amén. 

Señor, ir contigo al huerto y estar en tu compañía es un banquete, es embriagarse de felicidad con tu Espíritu, en el cual no hay disolución; no hay fraternidad humana que supere a la compañía tuya en tu Palabra, quien come y bebe de tu Palabra se enferma de amor para toda su vida y no pensará en otra cosa que no sea en su próximo encuentro contigo cuando oiga de nuevo tu voz (2:8; 5:2; 8:13), ni querrá ser nutrido con algo que no sean tus frutos, ni reposar en otro pecho que no sean tus Palabras, soñando cada día con el próximo encuentro contigo. Deja tu reclinatorio Señor y acude a aquella que te ama, tu iglesia. Oh Espíritu nútrenos con Su Palabra y haznos sentir cerca de Él. Amén.

 

 

Exposición 5

Cant. 2:8-17

LA ESPOSA:

            ¡Una voz! ¡Mi amado!

            He aquí, él viene,

            saltando por los montes,

            brincando por los collados. 

            [9] Mi amado es semejante a una gacela o a un cervatillo.

            He aquí, se detiene detrás de nuestro muro,

            mirando por las ventanas,

            atisbando por las celosías.

 

            [10] Mi amado habló, y me dijo:

            "Levántate, amada mía, hermosa mía,

            y ven conmigo. 

            [11] "Pues mira, ha pasado el invierno,

            ha cesado la lluvia y se ha ido. 

            [12] "Han aparecido las flores en la tierra;

            ha llegado el tiempo de la poda,

            y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. 

            [13] "La higuera ha madurado sus higos,

            y las vides en flor han esparcido su fragancia.

            Levántate amada mía, hermosa mía,

            y ven conmigo." 

[14] EL ESPOSO:

            Paloma mía, en las grietas de la peña,

            en lo secreto de la senda escarpada,

            déjame ver tu semblante,

            déjame oír tu voz;

            porque tu voz es dulce,

            y precioso tu semblante. 

[15] EL CORO:

            Cazadnos las zorras,

            las zorras pequeñas que arruinan las viñas,

            pues nuestras viñas están en flor. 

[16] LA ESPOSA:

            Mi amado es mío, y yo soy suya;

            él apacienta su rebaño entre los lirios. 

            [17] Hasta que sople la brisa del día y huyan las sombras,

            vuelve, amado mío, y sé semejante a una gacela

            o a un cervatillo sobre los montes de Beter.

 

Literal 

El marido la invita a disfrutar la temporada

“Al final de una larga espera mi Amado saltando como los corzos y los cervatillos sobre los cerros ha llegado hasta mí (2:17; 3:5; 8:14); y ahora siento su voz junto a mi ventana y me busca a través de las celosías; no entrame llama; me pide que me levante y que yo vaya a él; ya no es invierno sino primavera y yo no me había dado cuenta que podía salir a buscarlo; por eso me dice que salga, que disfrute con él el olor y la visión de las flores, los cantos de la tórtola, que deje mi agujero como la paloma escondida por la helada (vv.13,14), y le presente mi hermosura porque hay mucho que disfrutarhacer en la viña, cazar las pequeñas zorras que echan a perder la viña, y vivir el amor de la temporada en un clima bello y sin límites”. Si tiene con qué pagar la vacación. 

 

Espiritual

No se vuelva narcisista la iglesia

Señor te ruego por el encerramiento de tu iglesia, no sólo entre sus muros como suele decirse, sino encerrada dentro de ella misma, porque en esta generación narcisista casi todo el mundo busca lo suyo propio y no lo que es de tu Hijo Cristo Jesús, cada uno vive dentro de su mundo, sus intereses, su casa, sin amor al prójimo; vivimos solos, sufrimos una gran soledad acompañados sólo por nuestros egos, y por eso Señor nos llamas a salir y a mirar cosas exóticas más allá de nosotros mismos donde sí hay vida, flor y cantos, y felicidad; no podemos ser felices porque somos tan de nosotros mismos que aún a ti te dejamos afuera, clamamos por ti pero no dejamos nuestro encierro; nos llamas a levantarnos, a salir a buscarte no dentro de nosotros sino afuera.

 

Observa que esta sufrida Esposa continuamente le pide al Esposo que venga a ella pero ni una vez él concede sus deseos, siempre la llama a salirse de ella(vv.10,13), a no imaginarse que viene sino a salir a  buscarlo, y le dice “levántate” y “ven”, en una palabra sal, “nunca entraré a tu ego, tendrás que salir a mí, yo no quiero vivir dentro de tu “yo” sino que tú vivas dentro del mío, cuando hagas eso entonces se terminarán tus pesadillas y desilusiones porque estando tú en mí es como estoy yo en ti”. Ese es el misterio de la comunión con Cristo. Continuamente oramos “ven Señor Jesús” en el lenguaje de Apocalipsis, o “vénganos tu reino” y pensamos que es un lenguaje adecuado para la comunión y no lo es, es bíblico, pero se refiere a la venida de su reino no a la formación de un espíritu con él (1Co.6:17), que es como debemos vivir en este mundo; fuera de nosotros y con él es donde hay primavera, vida, flor, cantos y felicidad; el yo nuestro es del diablo, es un don frustrado vendido por Adán a la carne y debe ser sustituido por el Otro Yo, el de Dios. Por eso no podemos ser felices porque somos demasiados de nosotros mismos y nuestra religión es muy escatológica, siempre estamos esperando a un Cristo que ha prometido venir y vendrá, pero no ha venido porque su iglesia lo espera pero no lo busca; su iglesia tiene una idea romántica de un avivamiento, es muy imaginativa, está deseosa de recibirlo pero no sale a su alcance; es ella la que tiene que saltar como el corzo y el cervatillo y cruzar las distancias, brincar los cerros de separación y los montes de Beter, que es lo que significa la palabra, hasta dar con él; vivimos, separados por muchas cosas, unos de otros y del Señor, dentro de un agujero propio que llamamos “lo mío, yo, mi casa, mis hijos, mis sueños, mi vocación, mi trabajo y hasta mi iglesia”, hemos hecho o encontrado un hueco, porque eso es lo que buscábamos, escondernos en la peña y en escondidos parajes como la paloma (v.14), mientras que hay otras tórtolas que ya están haciendo oír su voz y anuncian la primavera, y la primavera es Jesús, como diría C.S. Lewis del león Aslam, hay creyentes que no viven así, han salido de sí mismos y están donde nosotros quisiéramos estar, donde hemos soñado toda la vida estar, elevados en “los lugares celestiales” con Cristo; y  trabajando en la viña haciendo trampas para agarrar las pequeñas zorras que se meten dentro de la viña (v.15), cerrando portillos, reparando cercas y cuidando con esmero, como Adán, el Jardín que nos ha dado Dios para labrarlo y cuidarlo, esto es, la iglesia, con una personalidad hacia fuera no hacia dentro. 

 

Exposición 6

 

Cant. 3:1-4 

“En mi lecho, por las noches, he buscado al que ama mi alma; lo busqué, mas no lo hallé. "Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma."  Lo busqué, mas no lo hallé. Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les pregunté "¿Habéis visto al que ama mi alma?". Apenas los había pasado cuando hallé al que ama mi alma; lo agarré y no quise soltarlo, hasta que lo introduje en la casa de mi madre y en la alcoba de la que me concibió”. 

 

Literal

Cuando uno de los dos falta en la cama 

En prosa, así más o menos, “esta mujer recuerda que el puesto de su marido está vacío en la cama. Entonces decide levantarse e ir a traerlo a su alcoba. Sale sin rumbo por las calles a esa hora vacías a no ser los guardas que hacen su habitual ronda y a ellos se acerca y les pregunta si en alguna esquina o en algún lugar de entretenimiento no han visto entrar al amor de su alma (5:7), sin decirles el nombre, y ellos les responden que no lo han visto. Supongo que la pareja o el trío de oficiales han de haberse sonreído y seguir hablando sobre el asunto, que a esa hora de la noche una esposa se aventure sola a buscar a su marido sin saber dónde encontrarlo. Sin embargo, bien porque conocía sus preferencias y fue directo a los posibles lugares para hallarlo y lo encontró, y aunque él no parecía dispuesto a regresar a casa ella lo agarró con todas sus fuerzas y no le permitió quedarse. Lo llevó a la casa más cercana, la de su madre que asombrada le abrió la puerta y condescendió en dormir en cualquier parte y cederle a su hija y yerno, supuestamente Salomón, su alcoba personal, para que en amores pasaran la noche juntos”.

 

Todo esto es literatura. De la buena. Romántica. La de libros y novelas. Versos listos para cantarse o preparar un cortometraje fílmico. La historia es completamente fantástica, pero bonita, a propósito, para ser contada o leída a las muchachas del coro, que la envidian, la aman y la compadecen, todo al mismo tiempo. Es en la noche cuando una pareja habitualmente unida echa de menos al otro o la otra cuando no está. Y su compañero no solamente no está en la cama, sino que tampoco está en la casa. Y no es por enojo que él se vistió y se marchó, sino que no vino a dormir. Y en un harén hace miles de años eso es comprensible, pero cuando se tiene un matrimonio cristiano, o no cristiano, el hecho de que uno de los dos por alguna reciente riña se haya marchado de la habitación o de la casa, o duerman separados, el otro o mejor dicho la otra se pasa la noche en vela, volteándose de un lugar a otro, cambiando de posición y rumiando mil amargos pensamientos o llorando.

 

 

Espiritual

Evangelización y restauración espiritual de la Iglesia

Prosiguiendo la derivación espiritual de una unión matrimonial, observa que la esposa sale de la casa a la calle con la intención de dirigirse al lugar correcto, y la aplicación que pudiera tener esa forma de actuar buscando su marido, es en la evangelización. Si los que están casados en espíritu con Jesús no se aventuran a las calles para repartir tratados, hablar con quién lo permita, y hacer invitaciones, el recinto de amor quedará vacío. En este caso ella no salió a evangelizar sino a buscar a su esposo, pues lo que se me ocurre es que la iglesia debe salir para servir, puesto que a cualquier necesitado que se le haga algún bien, dijo Jesús a él se le hace (Mt.10:42). Eso estamos haciendo nosotros actualmente, dos veces al mes, una vez en la iglesia americana y otra en la nuestra, repartimos invitaciones para la distribución de alimentos, y aquellos que lo necesitan y vienen, se les predica el evangelio antes de entregarles sus bolsas de comida. En esta clase de servicio lo hacemos como la mujer que salió a la calle sin rumbo, nosotros nos encontramos con cualquiera, en los mercados o en las puertas de sus apartamentos, y eso con confianza en la providencia que Dios habría de dirigir nuestra salida y hacer que nos encontremos alguno de sus elegidos. Esa doctrina es la seguridad de la perseverancia de nuestro trabajo, y en ella ejercitamos nuestra fe y paciencia. La esposa se encontró en la calle algunos militares encargados de mantener el orden durante la noche. A ellos les preguntó por su esposo, que si lo habían visto, y respondieron negativamente. Es gran cosa que la iglesia intente de alguna manera llevar el evangelio a los militares e interesarlos en el amor que ella tiene por Jesús. Así fue como les preguntó que si habían visto al que amaba su alma, lo que pudiera adaptarse y preguntarles a los militares si aman a Jesús. La respuesta fue negativa. Y ahí se quedó el asunto, ella se fue. Más en la labor misionera a los militares hay que insistir un poco más, una vez que se ha escuchado que no saben nada del Señor, aunque cuando terminemos sigan de largo sonrientes o indiferentes.

La esposa lo encontró y parece que no quería regresar y tuvo que forzarlo a que volviera con ella. Aquí no continúo con la evangelización sino con la restauración espiritual de la iglesia. Se trata que la esposa se diera cuenta de la ausencia de su esposo y salió en su búsqueda. Cuando una congregación nota la ausencia de la presencia de Jesús en ella, está bien que hable con él y trate de corregir la situación y convencerle para que regrese a ella. Pudiera suceder como en este caso que en principio él se niegue a volver, y con insistente oración atraparlo, al estilo de Jacob en su lucha con el ángel en Peniel, no dejarlo hasta que no reciba su bendición porque en eso se palpa su regreso, cuando ella se da cuenta de que ya el Señor se encuentra en su medio por las bendiciones, que únicamente pudiera ser él quien las envíe.

 

                        

Exposición 7

Cant. 3:6-11

El carruaje descrito por muchachas

EL CORO:

 “¿Qué es eso que sube del desierto como columnas de humo, con perfume de mirra e incienso, con todos los polvos aromáticos del mercader? He aquí, es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los valientes de Israel. Todos ellos manejan la espada, son diestros en la guerra, cada uno tiene la espada a su lado, contra los peligros de la noche. El rey Salomón se ha hecho un palanquín de madera del Líbano.1Hizo sus columnas de plata, su respaldo de oro y su asiento de púrpura, su interior tapizado con amor por las hijas de Jerusalén. Salid, hijas de Sion, y contemplad al rey Salomón con la corona con la cual su madre lo coronó el día de sus bodas, el día de la alegría de su corazón”.

 

Literal

“Es el coro de muchachas el que habla y lo que las impresiona es la carroza o palanquín que trae a la reina desde Egipto hasta Jerusalén. No la describe a ella sino al carruaje preparado por Salomón, y defendido por una escolta. En cuanto al perfume de mirra e incienso, no me parece como algunos piensan, que es una alusión al brote de perfume en los sacrificios levíticos. El polvo aromático del mercader, aleja el pensamiento de ellas de cualquier alusión a lo sagrado. Son los afeites, perfumes y libaciones que estas mismas jóvenes que cantan reciben en el harén. La admiración de ellas tiene que ver con los privilegios de la dama del carro y su belleza, el día de su enlace conyugal. Las columnas, son de madera del Líbano, de la misma región de donde se tomaron árboles para fabricar una preciosa casa, pero hechas lujosas con una cubierta de brillante plata, unidas a un respaldo que es de oro. En fin, la novia está rodeada de una fortuna porque así lo ha querido el rey. Su asiento es confortable y cuenta con un colchoncillo de púrpura. Las jóvenes, sus amigas, que le ayudaron en los preparativos de su noche nupcial lo tuvieron en cuenta todo, y trabajaron por largo tiempo con mucho amor. Les  fascina la “litera”. La guardia personal enviada para proteger a la “primera Dama”, elegida entre muchas, está formada por soldados selectos, y adiestrados en la guerra, una guardia personal experimentada y capaz de tener éxito en cualquier peligro en la noche. Se estimó que la vida de la “señora elegida” tenía que estar preservada de ataques de beduinos, ladrones, o cualquier otro maleante del desierto que se arrastrara  en las cercanías. El párrafo de la oda no acaba con ella sino que presenta al “amado de su alma”, Salomón, que usando su regia corona se acerca, a ella el día de sus bodas, la cual se llama “el día de su alegría”. 

 

 

Espiritual

Un importante ausente, Dios

“Una descripción moderna de bodas se enfocaría primeramente en la novia, en su peinado, su rostro, sus joyas, sus vestidos y sus sonrisas. Lo que menos importancia se le daría sería al auto, el carruaje y las maletas. Sin embargo en esta descripción lo que se destaca son los privilegios que han usado con ella, privilegios que son sumamente caros, adornos y regalos costosísimos recamados con amor en su mayoría por jóvenes. También se exalta los que son enviados para su posible defensa, los guardas. Sin embargo hay un importante ausente, Dios, no hay nada sagrado en la pompa y la ceremonia y junto con el incienso aromático todo huele a secular y mundano, porque Salomón, se lee por todos lados, redujo al mínimo el nombre de Dios, y sobre todo en su final adoptó el pluralismo religioso, haciendo a su Dios trascendente tan chico como los dioses paganos. No fue sólo esta esposa la que tuvo sino muchas además de la hija de faraón, y esencialmente la poligamia le cambió la teología y el honor como esposo de una sola mujer (1Re.11:1-4). Si para nosotros la “señora elegida” continúa siendo la iglesia, ella también ha sido, por su amante Esposo, privilegiada con mucha gracia enviada desde el cielo a buscarla, enriqueciéndola con las riquezas en gloria en Cristo Jesús. Y esos privilegios, que son el manto púrpura de su sangre sobre el cual ella se asienta, son los que debemos por obligación destacar, enriquecida y embellecida “conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Los guardas y escoltas de la iglesia son sus ministros, sus teólogos, sus maestros, sus evangelistas, que han sido elegidos y predestinados para esa labor, en la cual deben trabajar con responsabilidad, con los ojos bien abiertos, para detectar cualquier hereje matón que se arrastre en la oscuridad, subrepticiamente (Ga.2:4), dentro de la iglesia. La vida de la iglesia, porque así lo ha ordenado Dios, depende de ellos, que defiendan a los pequeños del rebaño, o sea a toda la señora elegida. Deben combatir por el evangelio, contender ardientemente por la fe una vez dada a los santos, exponer sus vidas si es necesario, por las doctrinas de la gracia, que son los privilegios de salvación. La similitud actual de muchas bodas, y sobre todo de la sociedad, con la del rey Salomón, es palpable, el secularismo y su pluralismo religioso que disminuye a Jehová hasta la altura del dios Dagón, o es el importante ausente que no ha sido invitado, o más bien excluido, es el espíritu dominante en ellas que como  hedor de corrupción, ha ido poco a poco desalojando el perfume del evangelio. El gran ausente es Dios, incluyendo este libro en el cual no parece su nombre ni una sola vez”.

 

 

Exposición 8

Cant. 4:1-7

Una mujer perfecta de pies a cabeza

EL ESPOSO:

Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres. Tus ojos son como palomas detrás de tu velo; tu cabellera, como rebaño de cabras que descienden del monte Galaad. Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría. Tus labios son como hilo de escarlata, y tu boca, encantadora. Tus mejillas, como mitades de granadas detrás de tu velo. Tu cuello, como la torre de David edificada con hileras de piedras; miles de escudos cuelgan de ella, todos escudos de los valientes. Tus dos pechos, como dos crías  mellizas de gacela, que pacen entre lirios. Hasta que sople la brisa del día y huyan las sombras,  me iré al monte de la mirra y al collado del incienso.  Toda tú eres hermosa, amada 

mía, y no hay defecto en ti”.

 

 

Literal

Amor a la mujer perfecta (shulamita)

“Amada Esposa, no me canso de repetirte lo mismo, que eres hermosa (vv.1,3); tus ojos como dos alegres tórtolas escondidas dentro de tus cabellos, y de ellos tampoco me canso al mencionarlos (v.1; 1:15; 4:9; 5:12; 6:5; 7:4);  tus dientes limpios, iguales, y completos, como ovejas que salen de las aguas cuando hacen brotar escondida una sonrisa desde tus labios rojos como dos hilos de escarlata (vv.2,3), y tu voz cuando me llamas, o te oigo hablar, es música para mi corazón; tus mejillas como mitades de jugosa granada que esconde tu velo (v.3); y tu cuello me recuerda una de las torres museo de mi padre David, llena de triunfos, heroicos recuerdos, de amor por su país y su Dios, sus recuerdos de fe,  trofeos de inolvidables victorias y fabulosas batallas de amor; tus dos pechos como pequeñas gacelas que se apacientan confiadas en mi jardín (7:3,8; 8:10),  bella eres mujer mía, y sin mancha, en ti pongo mi contentamiento y mi deseo (7:10), como un monte de mirra y un collado de incienso donde quisiera estar hasta que amándonos en un ensueño nos despierten los rayos de la aurora”.  

 

Espiritual

Una esposa encantadora de pies a cabeza

“Es algo difícil hacer girar estas descripciones de un cuerpo femenino hasta un punto en que constituya una reflexión espiritual. Sin embargo para hombres casados y amantes de sus mujeres, el dibujo aunque erótico no es pecaminoso y revela una intimidad regulada. Y aun así, el libro suele ser útil pero no edificante. Cantares  es un libro íntimo para la pareja casada, no para la que viven  en fornicación por cuanto al final él le dice a ella que no tiene defectos, o propiamente no ve en ella manchas, y esa es la palabra que utiliza, no en el sentido de defectos sino en su historia, heroica como  la torre que menciona, porque sabe que ella también ha tenido batallas como mujer y las ha vencido todas, y, si fuera permitido podría colocar en ese museo algún memorial de su fidelidad, como todas las mujeres fieles de la iglesia. Entre esposos no todo es permitido y Salomón aquí sugiere una constante regulación verbal entre una dama y un caballero. El hombre cristiano es santo pero no menos hombre que otros.  

Su contenido no es para una mujer cualquiera, de alguna clase baja, sino para una señora como femenina claro está, pero no carnal, y que también como él no es menos mujer por ser cristiana. Es cristiana y sin embargo, sí le gustaría escuchar esos elogios físicos individuales de aquel hombre a quien Dios le dio. Sabe que el primero que le habló de sexo a la pareja fue Jehová. No menciona al hablar de sus ojos, alguna clase de pestañas postizas, ni que usara el antimonio que le gustaba a Jezabel la mujer de Acab. Son un par de palomas, ellos, mansos y no insinuantes como algunas conocidas callejeras. No es provocativa. Lo que más menciona son sus cabellos. Al menos seis veces. Para una mujer judía su cabello era importantísimo. Es por eso que María enjugó con sus cabellos los pies de Jesús. No menciona su peinado, sino que su cabello cae, limpio y suavemente sobre el rostro y los hombros, como una manada de tranquiladas cabras en la cuesta del monte de Galaad. 

Los dientes completos, sin que le falte alguno ni estuvieran montados, parejos, iguales y blancos, como ovejas trasquiladas. Nunca han formado para nada parte de algún concebido estímulo erótico. Útiles y preciosos y bellos adornos, para la mesa y la sonrisa. La mención de su cuello en relación con la torre de David, donde todos sabían que se colgaban los escudos de valientes, era una armería como ya he mencionado, un museo de historia bélica y patriótica. Esta desviación interrumpe por un momento el dibujo, que está completamente regulado para expresar admiración y decirle que es encantadora de pies a cabeza. 

 

 

 

Exposición 9 

 

Cant. 4:8-16 

 Alabanzas del esposo 

“Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía, ven conmigo desde el Líbano. Baja desde la cumbre del Amaná, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de leones, desde los montes de leopardos.  Has cautivado mi corazón, hermana mía, esposa mía; has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos, con una sola hebra de tu collar. ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores tus amores que el vino, y la fragancia de tus ungüentos  que todos los bálsamos! Miel virgen destilan tus labios, esposa mía, miel y leche hay debajo de tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano. Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía, huerto cerrado, fuente sellada. Tus renuevos son paraíso de granados, con frutas escogidas, alheña y nardos, nardo y azafrán, cálamo aromático y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloes, con todos los mejores bálsamos. Tú eres fuente de huertos, pozo de aguas vivas, y corrientes que fluyen del Líbano.

 LA ESPOSA:

LA ESPOSA:

6Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus destellos, destellos de fuego, la llama misma del SEÑOR. 7Las muchas aguas no pueden extinguir el amor, ni los ríos lo anegarán; si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor, de cierto lo menospreciarían”. 

“Oh amado, quisiera tener contigo la libertad de dos hermanos que se encuentran en la calle y pueden besarse públicamente sin que llame la atención ni haya comentarios; nos verían entrar juntos a la casa de mi madre y nadie murmuraría, y ella nos ofrecería una alcoba (3:4), y seríamos felices abrazándonos; os suplico amigas mías que no me saquéis de este sueño, que sea él quien me despierte de mis sueños debajo del manzano en la casa de mi madre donde yo nací, quien convierta en realidad estos sueños de amor. Oh Tú, Amado mío, sé mío solamente, pon mi nombre sobre tu corazón y una marca en tu brazo para que todas las mujeres sepan que eres mío, que me muero de celos pensando que pudieras ser de alguien más, me queman como brasas de fuego del infierno; oh, Amado, no puedo dejar de amarte nunca, mi amor por ti es inextinguible y no hay océanos ni ríos en el mundo que puedan apagar esos sentimientos en mi pecho”.

Señor guarda nuestros matrimonios de tener motivosde celos, que ninguno de los dos de ocasión para que el otro, sufra celos porque ellos son “duros como el seol”, inflexibles como el infierno y por el mismo diablo es que son arrojadas sus brasas. Haz que nuestros matrimonios parezcan hermanos al notar cómo se trata el uno al otro, porque en realidad eso somos en Cristo, hermanos en él e hijos de un mismo Dios; y que al formarnos como iglesia cada pareja nunca olvide que seguimos siendo hermanos y jamás pueda haber un trato privado o público que sea más que eso, que “ninguno engañe a su hermano”.  Bendice el matrimonio hasta los padres de ambos y que ellos cooperen y no obstaculicen el recién formado hogar, brindándole el suyo si lo quieren usar no imponiéndoselos. 

Pero es cosa buena Señor que los suegros no intervengamos para mal en la pareja, y que lo que la novia tenga íntimamente que aprender él y ella lo aprendan por sí mismos (v.2), sin cooperación no solicitada, ni interrupciones indecorosas. Que el esposo principalmente haga público el amor que le tiene a su Esposa, para que las otras damas no piensen en él ni se hagan idea que él necesita alguien más, que no es dichoso en su matrimonio y que ellas pueden competir con su mujer; que lleve sobre su brazo una marca de su juramento ante la iglesia y Dios que  sus manos no tocarán ninguna otra mujer que no sea ella; porque el amor en la pareja es más importante que todas sus posesiones (v.7); y cualquiera que quisiera comprarlo se reirían de él, porque una pareja que se ama no vende su amor. El amor no se compra ni se vende, se engendra con palabras y con hechos; es hijo de mimos y halagos y no se mercadea; no lo ahogan nunca los mares o los ríos sino el maltrato. (8:6) “Destellos de fuego, la misma llama del Señor”. En hebreo “la llama de Jehová”; y esos destellos fulminantes pueden ser relámpagos. Aparece una sola vez el nombre de Dios, si se divide la frase, que siempre indica intensidad.

 

 

 

Exposición 11

 

5:9-16

EL CORO:

 9¿Qué clase de amado es tu amado,  oh la más hermosa de las mujeres?  ¿Qué clase de amado es tu amado, que así nos conjuras? 

LA ESPOSA:

 10Mi amado es resplandeciente y rubio, distinguido entre diez mil. 11Su cabeza es como oro, oro 

puro, sus cabellos, como racimos de dátiles, negros como el cuervo. 12Sus ojos son como palomas junto a corrientes de agua, bañados en leche, colocados en su engaste. 13Sus mejillas, como eras de bálsamo, como riberas de hierbas aromáticas; sus labios son lirios que destilan mirra líquida. 14Sus manos, barras de oro, engastadas de berilo; su vientre, marfil tallado recubierto de zafiros. 15Sus piernas, columnas de alabastro asentadas sobre basas de oro puro; su aspecto, como el Líbano, gallardo como los cedros. 16Su paladar, dulcísimo, y todo él, deseable. Este es mi amado y éste es mi amigo, hijas de Jerusalén.

 

 

Aquí le toca a la Esposa hablar de la belleza de su Esposo y no lo hace menos poético que él cuando le piden una descripción; y se lo dibuja a sus amigas con símiles que le salen del corazón, para que ellas piensen que su Amado es un tesoro en su humanidad; precioso y caro en gran manera, su fortuna y lo que verdaderamente enriquece su vida, porque sin él ella sería pobre; su amado es único y por ese motivo lo busca por cielo, mar y tierra y lo llama a todas horas pidiendo que regrese porque su Amado en su corazón no tiene sustituto

Su Amado es más que cualquier otro amado, incomparablemente superior. Su amado parece una estatua olímpica, no, más que eso, parece un ídolo o un dios bajado del cielo, su Amado merece adoración y ella se la da; su Amado tiene en sí una combinación excepcional; él es rubio pero su cabello no es amarillo como el oro de sus manos, su pelo es negro como el cuervo; no hay otro dibujo como él, nadie ha nacido así con esa combinación de razas, como si perteneciera a dos continentes, al negro y al blanco; su Amado no es un Anciano de Días, no llega jamás al envejecimiento, es eternalmente joven y bello, nunca peina canas, vive en un perenne hoy;  su Amado tiene las piernas seguras como de mármol y firme cuando camina y jamás tropieza o pudiera ser abatido, y es alto, está fuera de toda competencia y excede a todos, a Moisés, a Jonás, a Salomón mismo y al templo; por mucho que ellos sean él siempre es el más; es alto como uno de los cedros del Líbano y con su frente toca el cielo, del trono de su gloria  que dejó por ella, y trajo en sus manos, inmaculadas joyas, toda las riquezas de su gloria con las que ella es enriquecida. 

Es fácil si miras el cuadro de su Amado reconocer una pintura del Señor Jesús, el amor de la iglesia y de quien debiéramos hablar continuamente palabras de enamorados  y que el mundo sepa que es un tesoro su humanidad, que sobre esta tierra no ha caminado nadie a quien se le pueda llamar “Admirable, Consejero, Dios Eterno, Príncipe de Paz”; que tan magnánimamente haya condescendido en aparecer en su personalidad única, universal, judeo-cristiana, resumiendo en sí no dos ni tres razas sino todas, el Adán mismo, la sangre única de la humanidad, porque “en él no hay judío ni griego, bárbaro ni noble, ni varón ni mujer”; es el hombre de todos, el insustituible en el corazón del hombre aunque la humanidad así lo haya hecho y lo haya cambiado por otras imágenes inferiores e insatisfactorias porque él siempre es el más, el superior, en esencia y en realidad, en sombras y sustancia, y su dos naturalezas, la humana y la divina lo hacen único y perfecto para ser admirado e imitado como hombre, amado como amigo y esposo, y adorado como Dios en carne de hombre porque “en él habita corporalmente la plenitud de la deidad”.

 

Exposición 12

 

6:1-9

EL CORO:

 1¿Adónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Adónde se ha dirigido tu amado, para que lo busquemos contigo? 

    

LA ESPOSA:

    2Mi amado ha descendido a su huerto, a las eras de bálsamo, a apacentar su rebaño en los huertos y recoger lirios. 3Yo soy de mi amado y mi amado es mío, él apacienta entre los lirios. 

    

EL ESPOSO:

    4Eres hermosa como Tirsa, amada mía, encantadora como Jerusalén, imponente como ejército con estandartes.  5Aparta de mí tus ojos, porque ellos me han confundido; tu cabellera es como rebaño de cabras que descienden de Galaad  6Tus dientes son como rebaño de ovejas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría. 7Tus mejillas son como mitades de granada detrás de tu velo. 8Sesenta son las reinas y ochenta las concubinas y las doncellas, sin número, 9pero sin igual es mi paloma, mi perfecta,  es la hija única de su madre la preferida de la que la dio a luz. Las doncellas la vieron y la llamaron bienaventurada, también las reinas y las concubinas, y la alabaron, diciendo:

 

“Te hemos visto buscándolo otra vez y salimos a ayudarte, dinos dónde encontrarlo y te acompañaremos hasta allí”. “Esta vez no necesito que me ayudéis a buscarlo porque sé donde se halla. A duras penas ha podido dejarme y cuida su rebaño en su jardín y recoge flores para mí, y con ellas adornaré mi alcoba y pondré sobre mi cabello. Vendrá más tarde y yo le estaré esperando en mi puerta y no tendrá necesidad de tocar porque le abriré antes que llegue”. “Toma amor mío, estos lirios son para ti, adórnate con ellos y perfúmate con sus aromas, los he colectado para dártelos, he trabajado todo el día pensando en ti porque eres hermosa como cananita Tirsa (Jos. 12:24) y Jerusalén, tu amor terrible como un ejército y cuando me miras me vences y hago todo lo que me pides, tuyo conquistado”. 

 

 

Es bueno tener amigas que estén dispuestas a ayudarte a encontrar a tu Amado, que oren por ti, y mayor bendición que no necesites que te ayuden a encontrar a tu Amado porque sabes donde se encuentra y que esta vez no has tenido culpa y por lo tanto volverá; esas son las clases de amigas que necesitas, que reconozcan tu belleza y estén dispuestas a contribuir en algo a tu buena relación con tu Esposo, pero otra clase de consejeras y compañeras no admitas, ni rivales que compitan contigo por la admiración de tu Amado, amigas ociosas que te envidien tu matrimonio y te separen de tu Amado no tengas. Confía que tu Amado es fiel, que no está con otra sino que trabaja verdaderamente para ti y que recoge flores para traértelas y compone poemas en su mente que expresen el amor que te tiene.

Nota que el Esposo le repite algo de lo que ya le ha dicho, que ella sabe y que anhela oír las mismas cosas (4:1-3); y él lo hace para mostrar que aún siente por ella lo mismo y que ratifica sus expresiones de amor. Son las cosas que ha oído muchas veces pero no la cansan porque confirman la unión; son sus anteriores promesas que renuevan su matrimonio. El Esposo conoce eso y le dice palabras nuevas que aumenten el amor de ella, nuevos descubrimientos de sentimientos que le hacen latir más rápido el corazón de alegría porque su amor no está sufriendo desgastesino incrementándose. Sus ojos de los cuales ha dicho que son como dos palomas entre sus cabellos, ahora le añade que lo vencenlo importunan y capturan, y no puede resistir su mirada como a un ejército en orden, y hará por eso todo lo que ella quiere. 

Nuestro Señor siempre nos confirma su Pacto con las mismas y nuevas frases de amor, cosas que ya hemos oído y que para nosotros son seguras (Flp. 3:1), y nos gusta oír esas mismas cosas bíblicas por las que hemos creído, sin que sintamos la necesidad que a la Palabra se le añada arte o música porque su voz es música a nuestros oídos y lo que hace palpitar nuestro corazón son sus palabras; cada día la leemos y cada primer día de la semana la escuchamos y por ella reparamos nuestro desgaste semanal y se fortalece nuestra fe y la comunión con el Espíritu Santo. Nos gusta oír la voz del Amado, eso es todo, es toda nuestra adoración. Nuestros ojos son los que vencen al Señor, los que expresan nuestra fe, esperanza y amor por él, nuestros lamentos cuando pecamos, y nuestras miradas se encuentran con la suya como la de Pedro; y cuando fijamos nuestra oración lo estamos mirando, no nos confunde su mirada, y luchamos con él como Jacob con el ángel en Betel, hasta que nos bendice; lo vencemos porque  Dios no puede eludir una mirada suplicante. Amén.

 

Exposición 13

 

6:10-13

 

10"¿Quién es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna llena, refulgente como el sol, imponente como escuadrones abanderados?" 11Descendí al huerto de los nogales para ver el verdor del valle, para ver si la vid había retoñad,  si los granados habían florecido. 12Sin que me diera cuenta, mi alma me colocó sobre los carros de mi noble pueblo. 

    

EL CORO:

13Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te contemplemos.

EL ESPOSO:

    ¿Por qué habéis de contemplar a la Sulamita, como en la danza de los dos coros?

 

 

 

“Tengo por esposas 60 reinas y 80 concubinas y un sinnúmero de doncellas que las atienden, las acompañan y las entretienen, pero hay una sola que es a quien amo, mi Sulamita, la que sueña conmigo, la del alma poética que vibra con la mía, la que me inspira mis versos, la coautora de este libro, la más hermosa de todas, perfectaúnicaescogidabienaventurada y alabada por todas y todos; es mi amanecer, mi hermosa luna, radiante como un sol e imponente como mis ejércitos”. “Yo, Amado mío, con la excusa a mis damas que iba al huerto de los nogales a contemplar la salida de las flores y los frutos, me les escapé y heme aquí contigo entre los veloces carros como los de Aminadab, marchándonos en viaje de bodas, contrario a los deseos de mis damas que me piden que regrese un tiempo más y prolongue entre danzas y coros la fiesta de nuestro amor”. 

 

Miren matrimonios modernos, a los dos autores de Cantares, el Esposo y la Esposa; y la realidad de un solo amor para el hombre, porque esas palabras las dice él; aunque existan en su costumbre cultural otras reinas esposas y tantas concubinas, no son más que un adorno público de ostentación política porque para su hogar sólo quiere y necesita una, como mujer una, como complemento, una; y no de todas las otras; y sus caricias lo satisfacen en todo tiempo (4:10; Pro. 5:19), ésta sola llena todos los espacios de su corazón, ha hallado la perfecta no se ha equivocado en su elección y todo lo que un hombre podría esperar de una mujer, belleza y talento, ella lo tiene. No recomienda ni promueve Salomón la poligamia, el adulterio o la infidelidad conyugal sino la monogamia y la santidad marital. En cuanto a ella lo mismo, unoes el suyo, no pudiera, pero tampoco habría otro hombre en su vida aunque pudiera, es él todo a lo que ella aspiraba como marido, en figura y en talento, es la inspiración de sus sueños y sus ausencias las pesadillas de su amor. Y este amor ideal entre un hombre y una mujer es el prototipo del amor de Jesús con su iglesia, cualquiera otra forma de unión que no sea heterosexual no es un matrimonio porque norepresenta la unión entre el Señor y su Esposa la iglesia. La naturaleza humana saludable necesita formar una pareja con el sexo opuesto. Ese amor ideal es definido entre un solo hombre y una sola mujer, como fue en el principio de la creación. 

Pero hay más en esta alegoría del matrimonio: el Señor considera a su iglesia perfectaúnicaescogiday preciosa y bienaventurada y todo el mundo la alaba. Esa es la iglesia amada por el Señor, la amada de pura gracia y justificada por la fe, única en su amor porque a Jacob amó y a Esaú aborreció, por ella se entregó y a ella compró, y por ella oró no por el mundo (Jn. 17:9), y por ella padecieron los evangelistas para que sus miembros alcanzaran la salvación (2 Ti. 2:10). Su iglesia es llamada Señora escogida (1 Pe. 5:13; 2 Jn. 1:1); no hay otra forma de constituirse en su Esposa si él no escoge y ella acepta; no son las ganas de ellas, porque no depende del que quiere ni del que corre, sino la libre elección de él y no por medio de ese sustituto diabólico llamado ahora libre albedrío. 

Su iglesia es bienaventurada, ya sea pobre o que llore o que tenga hambre y sed de justicia, siempre es dichosa con su Amado. Y su iglesia es alabada por sus hijos y por los ángeles, y por su Esposo mismo, su belleza, su talento y su obsesivo amor por él. Lo que hace que el Señor ame a la iglesia es lo que ella es no lo que ella tiene. No la ama por sus perfumes (Cantares no menciona sus ropas o calzados), no por su raza, o lo que tiene sino por su semejanza con él, la iglesia perfecta para unirse en amor con él; y por esa perfección yo trabajo (Col. 1:18). La Esposa se parece al Esposo.

 

Exposición 14

 

7:1-9

“¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, oh hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como joyas, obra de manos de artífice.  2Tu ombligo, como una taza redonda que nunca le falta vino mezclado; tu vientre como montón de trigo cercado de lirios. Tus dos pechos como mellizas de gacela. 4Tu cuello, como torre de marfil, tus ojos, como los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;  tu nariz, como la torre del Líbano que mira hacia Damasco. 5Tu cabeza te corona como el Carmelo, y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura; el rey está preso en tus trenzas.  6¡Qué hermosa y qué encantadora eres, amor mío , con todos tus encantos! 7Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos, a sus racimos. 8Yo dije: "Subiré a la palmera, asiré sus frutos. ¡Sean tus pechos como racimos de la vid, el perfume de tu aliento como manzanas, 9y tu paladar como el mejor vino!”.

 

“Suspendido en tus trenzas”; es una bonita y posible traducción, las trenzas de ella entre las cuales él se halla enredado. Bello. “No pienses que mi amor por ti sólo se basa en tus virtudes, eres muy bella, desde tus sandalias hasta los lirios con que adornas tu cabello; tú y nuestra bienaventurada tierra son semejantes, tu vientre es una cosecha de trigo atado con cintas de lirios, tus ojos dos fuentes frescas y claras como las de Hesbón, para beber de ellas o mirarme dentro de sus cristalinas aguas, las guedejas de tus cabellos que se someten dócilmente a la púrpura real que las sostienen, tu nariz orgullosa y desafiante como la torre del Líbano, tus dos pechos jóvenes gacelas que apacientan en mi jardín, entre perfumes y lirios, o dos sólidos racimos que lucen mis palmeras (1:3; 1:7), erguidos y duros como torres (8:10), tu piel suave como los pétalos de mil flores, tu cuello joven sin collares ni gargantillas (1:10;  4:9), más hermoso que el marfil, que yergue tu figura con sus perfectos contornos, obra de un Gran Maestro, como una  inexpugnable torre (4:4), y hacen de tu esbelta figura como una palma, una mujer imponente por cuya copa se oyen las marchas de los ángeles. Subiré amiga mía hasta el éxtasis sobre tus ramas y comeré de tu trigo y tus manzanas, y beberé de tu taza el dulce vino del amor que hace feliz aun a los viejos”. 

 

Las comparaciones de las partes femeninas con lugares y construcciones de la tierra santa hacen que el lector profano se confunda y se decepcione y se sienta defraudado al ser conducido hacia terreno santo y no le dan tiempo para que su corazón se vuelva carnal. Se queda perplejo y como abofeteado dentro de un mundo sagrado. Su Eros tropieza con palabras santas y sube al cielo en vez de bajar al erotismo. ¿Qué enseña eso? Que el amor matrimonial es sagrado, un territorio de promesa, encerrado con los límites y fronteras señalados por Dios desde Dan hasta Beerseba. 

Que el sexo se puede disfrutar plenamente en el matrimonio y no como los que no conocen a Dios, sin hacer incursiones a los templos paganos y al estilo de los impíos que viven alrededor de la tierra que fluye leche y miel (1 Ts. 4:3-8). Salomón presenta un corazón con el Espíritu Santo, un amor matrimonial balanceado entre el cuerpo y el espíritu y dominado con mucha religión. No saques a Dios de tus relaciones conyugales, hasta la vejez, más bien saca tu pecado. Señor Amado bendice nuestros matrimonios, que disfrutemos de él como cualquier otro don tuyo, en completa pureza.

 

 

Exposición 15

 

7:10-13

LA ESPOSA:

“Entra suavemente el vino en mi amado, como fluye por los labios de los que se duermen. 10Yo soy de mi amado, y su deseo tiende hacia mí. 11Ven, amado mío, salgamos al campo, pasemos la noche en las aldeas. 12Levantémonos temprano y vayamos a las viñas; veamos si la vid ha brotado, si se han abierto sus flores, y si han florecido los granados. Allí te entregaré mi amor. 13Las mandrágoras han exhalado su fragancia y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas, tanto nuevas como añejas, que he guardado, amado mío, para ti”.

 

 

“Sé que te gusto Amado mío, tus deseos son para mí, ven salgamos al campo, pasemos la noche con los aldeanos y visitemos las cabañas de los pastores (1:8), hagámosles el honor de nuestra visita y regalémosles dones y sonrisas, que sientan esos pobres la alegría que el rey y la reina moran unos días entre ellos, vivamos sus vidas y participemos en sus fiestas; y visitemos las viñas de alrededor, y vayamos a los aromas de En-gadi (1:14), y comamos de cada árbol una fruta y olamos de cada uno una flor, y allí sobre pétalos de rosas de Sarón y a la sombra de lirios de los valles te entregaré mis amores (2:1), hasta que huyan las sombras (2:17; 4:6); y debajo de un manzano nos ilumine el alba (8:5); y habiéndote ofrecido mi trigo (v.2), y bebido vino dulce de mi copa, y comido de mis frutas nuevas y añejas; yo comeré entonces mis mandrágoras (v.13; Ge. 30:14-24), y me quedaré esperando una “gran dote” que adornará mejor que los lirios y las alheñas nuestro hogar, porque para este día, oh Amado, te los he guardado”. 

 

Señor, que tu iglesia sueñe contigo y sepa que tus deseos son para ella y que sientes contentamiento, sácala Señor y more con los rurales, bájala Amado y tu princesa, única y perfecta se acerque a los pobres de tu Tierra y conozca sus alegrías y enjugue sus lágrimas, y les ofrezca sonrisas, comprensiones y pan, sobre todo, Señor, tu pan especial de nobles, el que descendió del cielo; y llévala Señor donde haya más aromas, a las montañas (8:14),  y sacúdela con el viento seco del Austro y humedécela con los del Aquilón (4:16), y se desprendan no por voluntad propia sino por tus deseos sus mejores aromas, y coma mandrágoras y te de una gran dote, y te entregue todos sus amores, con toda su alma, con todas sus fuerzas, oh Fuerte y Celoso Esposo,  con sus experiencias en la gracia, nuevas y las añejas, para ti y para los que la oyeren.

¿Qué has “guardado” hermana para tu Señor? ¿Algo? ¿Todo? ¿Lo mejor de ti? ¿Le has entregado todos tus amores, o sólo algunos de ellos? ¿Para quiénes reservas los otros? ¿Para el mundo y las cosas que hay en el mundo? ¿Anhelas al Señor Jesús como anhelas a tu esposo? No retengas lo de Cristo para nadie, ni siquiera para ti. Amén.

 

 

Exposición 16

 

8:1-7

“¡Ah, si tú fueras como mi hermano, amamantado a los pechos de mi madre! Si te encontrara afuera, te besaría, y no me despreciarían. 2Te llevaría y te introduciría en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del zumo de mis granadas. 3Esté su izquierda bajo mi cabeza y su derecha me abrace.

EL ESPOSO:

4Quiero que juréis, oh, hijas de Jerusalén: que no despertaréis ni levantaréis a mi amor, hasta que quiera.

    EL CORO:

 5¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado?

EL ESPOSO:

Debajo del manzano te desperté; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto, y te dio a luz. 

EL CORO:

    8Tenemos una hermana pequeña, y todavía no tiene pechos; ¿qué haremos por nuestra hermana el día en que sea pedida? 9Si ella es una muralla, edificaremos sobre ella un baluarte de plata; pero si es una puerta, la reforzaremos con tablas de cedro.

LA ESPOSA:

    
    10Yo soy una muralla, y mis pechos como torres, entonces fui a sus ojos como quien halla la paz. 11Salomón tenía una viña en Baal-hamón, confió la viña a los guardas; cada uno debía traer por su fruto mil siclos de plata. 12Mi viña, que es mía, está a mi disposición; los mil siclos son para ti, Salomón, y doscientos, para los que guardan su fruto.

EL ESPOSO:

    
    13Oh tú, que moras en los huertos, mis compañeros están atentos a tu voz; déjame que la oiga. 

    

LA ESPOSA:

 14Apresúrate, amado mío, y sé como una gacela o un cervatillo sobre los montes de los aromas.

 

 

“Amado mío, cuando vengas de Baal-hamón conocerás a una hermana pequeña que tengo y ya empiezan a enamorarla,  y vendrán a pedir su mano, y también se habla bien de ella, espero que conversemos y me des tus sabios consejos sobre la juventud hoy día, oh mi rey Salomón (vv.11,12); he pensado encerrarla porque es muy joven y aun no tiene pechos (v.10),  pero eso no estaría bien aunque su cárcel sea un castillo de plata o una mansión hecha de cedros. Pienso verte en tu viña en Baal-hamón, donde los jornaleros que cuidan tus frutos yo los envidio, no porque son bien pagados con monedas de plata (v.11,12)  sino porque tienen el privilegio de ser tus constantes compañeros y escuchar tu voz ¡oh cuánto yo diera por oírla!; si me he vestido como pastora para buscarte entre los rebaños (1:7,8), me vestiría de viñadora para verte; pero si lo prefieres ven a  la mía que es pequeña, mi rey, que también es tuya, y si tuviera mil las mil te las entregaría porque nada que yo poseo te niego y entregártela a ti me hace más feliz que poseerla (4:10), porque sólo te quiero a ti. Apresúrate como el corzo y el cervatillo que saltan sobre los montes de la salvación, y si prefieres encontrémonos no en tu viña ni en la mía sino en otro lugar mejor, en las montañas de aromas y flores, fragancia y perfumes”. 

 

Las niñas cristianas debieran cuidar su reputación y que de ellas se hable bien, en esa edad cuando no son completamente niñas ni tampoco mujeres; es normal que tengan enamorados o se enamoren pero lo que no es sabio es que se casen cuando apenas pudieran darle de mamar a un hijo; mejor es que esperen hasta que sean mujeres y no se entreguen a esos pequeños briboncillos imberbes que tampoco son hombres completos ni pudieran sostenerlas ni cargar con el peso de un hogar; esos años de desarrollo biológico son años de estudio y crecimiento espiritual, para prepararse para la vida y adquirir madurez mental y poder elegir no entre chiquillos desocupados sino entre colegas con muchas aspiraciones. 

Es un tiempo precioso para enamorarse de Jesucristo, perfumarse con el conocimiento de su Palabra, sumergirse en las aguas de su bautismo, y llenar la iglesia con el entusiasmo aromático de su corta edad. La hermana mayor hace bien en preocuparse que la menor no acepte tempranos compromisos, y que la cuestión no es encerrarla en un palacio de plata o de cedro, ni en un convento, sino en educarla al respecto y crearle sueños sociales y espirituales que no podrían realizarse si se hace esposa y madre antes de tiempo; el cuñado, Salomón, puede dar un buen consejo pero el mejor consejero es el padre y la madre de la niña; que si no es bien educada no importa que la encierren o la amarren, siempre hallará forma de saltar la cerca, romper las rejas o desclavar alguna tabla; la educación en a gracia, el abrirle los ojos a un mundo diferente y con más oportunidades que el erótico, es imprescindible, si quiere tener una hija que alcance a ser una profesional, una buena cristiana, una madura mujer y una sabia madre.

 

Pienso que las esposas deben amar al Señor Jesucristo como aman a sus maridos. ¿No es lo que enseña Pablo? ¿No dice que el hombre debe amar a su mujer como Cristo a la iglesia? Entonces la iglesia debe amar a Cristo como el hombre ama a su mujer y la mujer a su marido. Si amas a tu marido más que a Cristo, pecas, si amas más a tus hijos que a Dios, pecas, si amas más a tu mujer que a Cristo, pecas; esta mujer ama a su marido hasta el delirio, con obsesión, así se ama al Señor, con celo; esta esposa no se conforma con sus perfumes, amigas, viñas, ella quiere oír la voz del Esposo, tener su presencia, ser una carne con él. ¿Querrás menos del Señor, sino hasta formar una carne y un Espíritu con él? (Efe. 5: 31).

 

8: 1-7

Ponme como un sello sobre tu corazón

 

Quiere decir, que sea sólo mío y de nadie más. Esto es parte de una serie de poemas, aunque parece una obra de teatro donde hablan los esposos y un coro de mujeres, una obra de una mujer casada. En la primera parte de esta exposición habla de cómo se siente esta mujer casada, y en la segunda, su hermana una joven soltera. 

 

I.                 Una mujer casada, cómo se siente. 

Este libro es un poema posiblemente escrito por una mujer de las muchas que tuvo este rey en su harén, y veremos quién es y cómo se siente; es una mujer culta a la altura de Salomón, que guardó en su colección esas estrofas. Si bien es cierto que son bellas sus líneas muestran a una mujer enamorada y solitaria. Sin embargo, no se nota en ella depresión sino desesperación, y sueña y hasta delira con la ausencia de su marido (v.14).  Ella no teme amar, y ama, aunque la correspondencia de su amor sea pequeña, y ni siquiera sabe cuántas veces al año por muchos se ha de consumar su amor. 

No se ve alguna preocupación económica en esta mujer, el marido se encarga completamente de su sostén; y por lo que dice se supone que todo lo tiene a su disposición, ungüentos, montañas de perfumes, recreaciones en el huerto, y tiene una viña. 

Sin embargo, hay una cosa que la hace sufrir tremendamente y son los celos; tiene muchas competidoras en el harén, tan hermosas y jóvenes como ella y con cuidadores expertos, modistas, lingüistas y personas que saben cómo refinar el carácter de una mujer para que sea una reina; porque toda mujer es una reina, debe ser tratada como una reina. 

Tiene una viña, y dispuesta está a venderla o regalársela a su distraído y lejano marido si con el regalo pudiera comprar un poco de su tiempo y de su amor, porque como mujer ninguna felicidad logra, tenga lo que tenga, si su esposo rehúsa estar a su lado, que como matrimonio no miren sólo hacia adelante, hacia el futuro, sino el uno al otro también; tiempo para mirarse, tiempo para oírse , eso es importante porque algunas mujeres le reprochan a sus maridos "tú tienes tiempo para todos menos para mi", y la vida se les va sin recrearse mirándose en su época. Por la descripción que hace de sí misma se nota en su dibujo que todavía es joven, como lo dijo anteriormente "codiciable" (1:5).

Toda su finca y todas sus propiedades las vendería, y si tuviera 1000, las 1000 vendería, y hasta regalaría a los empleados parte de su fortuna, si ellos le ayudaran a reconquistar el amor casi perdido de su marido, si es que ellos pudieran hacerlo, abriéndoles los ojos hacia ella, y si hacen cambios los dos.

 

II. Su hermana soltera 

Al final de uno de sus poemas se acuerda que tiene una hermana pequeña, por la descripción que hace parece que apenas ha entrado en la adolescencia, en esa temprana edad que no se sabe si es niña todavía o ya una mujer en ciernes, y está dispuesta a ofrecerle su experiencia. Su experiencia en el amor ha sido agridulce (como dice el refrán "quien bien te quiere que haga llorar"), ha amado mucho y sufrido mucho y piensa en su hermanita, que no quisiera que pasara por lo mismo que ella. Eso también lo pueden hacer los padres, especialmente el padre que conoce los hombres, y la madre a los varones porque ya conoce las mujeres. 

Sabe que desde temprano tienen que abrirles los ojos, ya que está entrando a la edad cuando los jóvenes hablan de ella, o como dice en el texto "cuando de ella se hablare", cosa que seguramente a la muchacha le ha de encantar saber qué es lo que dicen de ella, y qué impresiones produce en los jóvenes que la miran y hacen comentarios. Las amigas y los jovencitos pudieran hacer que se enamore del hombre equivocado, porque tendrá edad para enamorarse pero no para una relación formal. A los padres les gustaría que de su hija soltera se hablebien; pero hasta ahí nada más porque la jovencita no está en la edad para comenzar a perder virtudes y honra tan temprano, ni para adelantarse eróticamente a sus tiempos y hacer ensayos de amorque la conducirán a la merma de su honor, manoseándola, cuando esos pillos imberbes ufanándose de sus conquistas platiquen con otros de sus éxitos eróticos. Por otra parte, ninguna esperanza de formalizar la unión puede haber en ellos porque edad no tienen ni medios para sostenerla. Los padres tampoco quieren que se convierta en madre antes de tiempo. Si apenas tiene con qué amamantar un hijo, ni madurez ni cuerpo. 

La hermana mayor comprende que no es una monja y no se le puede encerrar en un convento, ni siquiera en un castillo porque no es cuestión deencerramiento sino de educación moral, porque de balde sería atarla con una cadena, con una cuerda, o encerrarla, porque ella se las arreglaría para saltar todas las barreras, desclavar alguna tabla, abrir algún agujero y escaparse cuando no estuviera vigilada por los padres y los empleados de la casa.

 

III. Lo que le falta a la mujer casada y a su hermana soltera. 

Y para concluir hay un par de cosas que no se halla en esas mujeres, en sus amores y bella literatura. No es el amor porque aman con delirio, ni dinero, lo que les falta a ese matrimonio es  Dios. En todo el libro no se menciona ni una sola vez el nombre de Dios, ni la Escritura, ni el Espíritu Santo, y en segundo lugar no se oye la palabra pecado. Se habla de perfumes, de desarrollo físico, de celos, de amor, de carrozas, pero Dios brilla por su ausencia en tan importantes temas, y no hay mención de pecado alguno, o sea de la Biblia, de la ley de Dios; y por eso no pueden esas familias funcionar bien, y el anhelo que la pongan como único sello sobre el corazón será difícil. 

 

Exposición 17

 

Cant. 8:14

 “Despierta, viento del norte, y ven, viento del sur; haced que mi huerto exhale fragancia, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma sus mejores frutas”.

 

 

Literal

“Es purísima e imaginativa novela, y por cierto bien escrita y bella, que la esposa se halle por aquellos  peligrosos contornos expuesta a ser devorada por leones y leopardos, abundantes en el área y corriendo de una frontera a otra, desde el monte Líbano, allende a Siria, en los parajes de Amaná y la Silicia. Más allá del Jordán en Senir y el monte Hermón, localidad de damascenos y libaneses en el borde de la región de Manasés. O sea, es una forastera, como si fuera una hermana extraviada a la cual se espera que halle su orientación y descienda hacia él, que por supuesto la ama con una variante de ese cariño fraternal, porque las observaciones que hace de ella son distintas a las domésticas, que su boca destilla miel, que le gustan sus labios, su voz, su cuello y los momentos cercanos a sus perfumes. Claramente deja ver que ha dormido con ella y la estrenó como mujer, y fue suya en su virginidad, una fuente cerrada, un pozo de aguas limpias que nunca dio a beber a algún libidinoso sediento”. 

 

Espiritual 

El león rugiente, el leopardo manchado.

Siempre la iglesia es una forastera, una extranjera en este mundo.

El esposo halló su mujer en la familia de la fe por cuanto le llama hermana, y con un testimonio real, no contaminado con la moda fornicaria moderna pues afirma que buscaba una virgen y la halló. Es cierto que Jesús perdona a los fornicarios, pero es lamentable que la pureza prematrimonial se haya perdido.

 

Exposición 10

5:1-8

EL ESPOSO:

1He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa mía; he recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; he bebido mi vino y mi leche. Comed, amigos; bebed y embriagaos, oh amados.

LA ESPOSA:

 2Yo dormía, pero mi corazón velaba, ¡Una voz! ¡Mi amado toca a la puerta! "Abreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía, pues mi cabeza está empapada de rocío, mis cabellos empapados de la humedad de la noche." 3Me he quitado la ropa, ¿cómo he de vestirme de nuevo? He lavado mis pies, ¿cómo los volveré a ensuciar? 4Mi amado metió su mano por la abertura de la puerta, y se estremecieron por él mis entrañas. 5Yo me levanté para abrir a mi amado; y mis manos destilaron mirra, y mis dedos mirra líquida, sobre los pestillos de la cerradura. 6Abrí yo a mi amado, pero mi amado se había retirado, se había ido. Tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió. 7Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, me golpearon y me hirieron; me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas. 8Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.

 

 

¿Adónde vas estas horas de la noche, buscando qué, buscando a quién? Es ella, la Esposa del Amado que lo ha perdido, estuvo junto a su puerta y en el momento de su oportunidad lo perdió, no aprovechó el día de su visitación, cuando la llamaba ella dormíay daba excusas para no despertarse y abrirle y cuando al fin lo hizo ya no estaba allí; ella imaginaba que él metería la mano por la ventanilla y abriría por sí mismo, pero él esperaba que ella lo hiciera, que habiendo reconocido su voz se apresurara y le dejase entrar, pero dilataba y dilataba su apertura y el Esposo a la intemperie, mojados sus cabellos con el rocío de la noche y ella complacida consigo misma dormía, cuando él acudió a terminar la tortura de su ausencia y repetir su noche de bodas, su espectacular noche de amor cuando salió e invitó a sus amigos a celebrar el casamiento porque ella le había gustado, la aceptaba y desde ese momento sería su fuente sellada, para calmar su sed de amor.

 

La iglesia  que se demora en abrirle a Jesús pierde la oportunidad de tenerlo para siempre. El Señor no admite las comunes excusas, que es tarde, que es una molestia, que no está preparada para recibirle, que la deje un rato más entre sus cálidas sábanas, que no interrumpa ¡su sueño! 

Oh excusas, excusas, para no dejar entrar a Jesús habiendo oído su voz, sabiendo que es él quien llama; entonces se aleja de ella y largo y trabajoso, y costoso es el recorrido que tendrá que hacer para volver hallarle, si le abre tarde ya no estará allí, estuvo tocando, estuvo rogando, tratando de convencerla pero pasó la gracia y se fue, ya no es el tiempo aceptable y el día de salvación; llamará y no habrá respuesta, orará en vano, el Salvador está muy lejos de ella y no le escucha y ahora tiene que pagar el precio por haber hecho “afrenta al Espíritu de gracia”, y le robarán lo que tiene, la despojarán de su manto y le dejarán el alma desnuda y avergonzada. 

No piense el alma que deja pasar su hora que saldrá un día, y que le hallará inmediatamente a la vuelta de la esquina; puede que ya no se halle en toda la ciudad, o en el país, y demorará mucho tiempo en volver a recibir consigo al que una vez zahirió con desprecio. Oh preciosas oportunidades y vanas excusas.   

 

 

Exposición 17

 

Cant. 8:14

 “Despierta, viento del norte, y ven, viento del sur; haced que mi huerto exhale fragancia, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma sus mejores frutas”.

 

 

Literal

“Es purísima  e imaginativa novela, y por cierto bien escrita y bella, que la esposa se halle por aquellos  peligrosos contornos expuesta a ser devorada por leones y leopardos, abundantes en el área y corriendo de una frontera a otra, desde el monte Líbano, allende a Siria, en los parajes de Amaná y la Silicia. Más allá del Jordán en Senir y el monte Hermón, localidad de damascenos y libaneses en el borde de la región de Manasés. O sea, es una forastera, como si fuera una hermana extraviada a la cual se espera que halle su orientación y descienda hacia él, que por supuesto la ama con una variante de ese cariño fraternal, porque las observaciones que hace de ella son distintas a las domésticas, que su boca destilla miel, que le gustan sus labios, su voz, su cuello y los momentos cercanos a sus perfumes. Claramente deja ver que ha dormido con ella y la estrenó como mujer, y fue suya en su virginidad, una fuente cerrada, un pozo de aguas limpias que nunca dio a beber a algún libidinoso sediento”. 

 

Espiritual 

El león rugiente, el leopardo manchado.

Siempre la iglesia es una forastera, una extranjera en este mundo.

El esposo halló su mujer en la familia de la fe por cuanto le llama hermana,

y con un testimonio real, no contaminado con la moda fornicaria moderna pues afirma que buscaba un virgen y la halló. Es cierto que Jesús perdona a los fornicarios, pero es lamentable que la pureza prematrimonial se halla perdido.

 

Exposición 10

5:1-8

EL ESPOSO:

1He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa mía; he recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; he bebido mi vino y mi leche. Comed, amigos; bebed y embriagaos, oh amados.

LA ESPOSA:

 2Yo dormía, pero mi corazón velaba, ¡Una voz! ¡Mi amado toca a la puerta! "Abreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía, pues mi cabeza está empapada de rocío, mis cabellos empapados de la humedad de la noche." 3Me he quitado la ropa, ¿cómo he de vestirme de nuevo? He lavado mis pies, ¿cómo los volveré a ensuciar? 4Mi amado metió su mano por la abertura de la puerta, y se estremecieron por él mis entrañas. 5Yo me levanté para abrir a mi amado; y mis manos destilaron mirra, y mis dedos mirra líquida, sobre los pestillos de la cerradura. 6Abrí yo a mi amado, pero mi amado se había retirado, se había ido. Tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió. 7Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, me golpearon y me hirieron; me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas. 8Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.

 

 

¿Adónde vas estas horas de la noche, buscando qué, buscando a quién? Es ella, la Esposa del Amado que lo ha perdido, estuvo junto a su puerta y en el momento de su oportunidad lo perdió, no aprovechó el día de su visitación, cuando la llamaba ella dormíay daba excusas para no despertarse y abrirle y cuando al fin lo hizo ya no estaba allí; ella imaginaba que él metería la mano por la ventanilla y abriría por sí mismo, pero él esperaba que ella lo hiciera, que habiendo reconocido su voz se apresurara y le dejase entrar, pero dilataba y dilataba su apertura y el Esposo a la intemperie, mojados sus cabellos con el rocío de la noche y ella complacida consigo misma dormía, cuando él acudió a terminar la tortura de su ausencia y repetir su noche de bodas, su espectacular noche de amor cuando salió e invitó a sus amigos a celebrar el casamiento porque ella le había gustado, la aceptaba y desde ese momento sería su fuente sellada, para calmar su sed de amor.

 

La iglesia que se demora en abrirle a Jesús pierde la oportunidad de tenerlo para siempre. El Señor no admite las comunes excusas, que es tarde, que es una molestia, que no está preparada para recibirle, que la deje un rato más entre sus cálidas sábanas, que no interrumpa ¡su sueño! 

Oh excusas, excusas, para no dejar entrar a Jesús habiendo oído su voz, sabiendo que es él quien llama; entonces se aleja de ella y largo y trabajoso, y costoso es el recorrido que tendrá que hacer para volver hallarle, si le abre tarde ya no estará allí, estuvo tocando, estuvo rogando, tratando de convencerla pero pasó la gracia y se fue, ya no es el tiempo aceptable y el día de salvación; llamará y no habrá respuesta, orará en vano, el Salvador está muy lejos de ella y no le escucha y ahora tiene que pagar el precio por haber hecho “afrenta al Espíritu de gracia”, y le robarán lo que tiene, la despojarán de su manto y le dejarán el alma desnuda y avergonzada. 

No piense el alma que deja pasar su hora que saldrá un día, y que le hallará inmediatamente a la vuelta de la esquina; puede que ya no se halle en toda la ciudad, o en el país, y demorará mucho tiempo en volver a recibir consigo al que una vez zahirió con desprecio. Oh preciosas oportunidades y vanas excusas.   

 

 

Isaías

Libro del profeta                      

¡Qué clase de libro!  ¡Qué capítulos! ¡Cuántos hermosos versículos para comentar y satisfacer el espíritu! ¿Es un solo libro o son dos? He aquí una estudiosa opinión. Este es el texto que divide las dos diferentes partes, “consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados” (Isa. 40:1,2). 

 “Estos dos versículos introducen a lo que se ha llamado Segundo Isaías, los cuales los críticos bíblicos, que niegan que la profecía se haya cumplido, afirman que haya sido escrito por un segundo Isaías simplemente porque su contenido no se haya cumplido. El Señor Jesús, no obstante, citó más de una vez palabras de ambas divisiones, atribuyendo ambas partes al mismo inspirado autor, y él seguramente conocía más acerca de su autor que los modernos liberales” (HMM. Los Dos Libros de Isaías, diciembre 13, 2008, Hechos y Realidades). 

 

“En un intento para examinar el problema de la unidad y quién es el autor de Isaías, no vamos a tener en cuenta si alguna de las dos partes es inspirada o no. De hecho la segunda parte de Isaías, es precisamente en sus capítulos que nos llevan a lo que es el corazón del Antiguo Testamento.

“El libro de Isaías aparece como el primer libro profético en la Biblia Hebrea, conocido también como Texto Masorético. Es seguido por Jeremías, Ezequiel y los doce profetas menores. La versión griega del Antiguo Testamento, que usualmente se llama la Septuaginta, sigue el mismo orden del texto Masorético, excepto que coloca el libro de Lamentaciones entre Jeremías y Ezequiel. 

“Poco es conocido acerca de la vida personal de Isaías. Según 1:1, profetizó acerca de Judá y Jerusalén durante los días de Uzías (783-742 a. C.), Jotán (742-735), Acaz (735-715), y Ezequías (715-687). Así compartió su ministerio, otros tres bien conocidos profetas del siglo octavo, Amos y Hosea en el norte del reino de Israel y Miqueas en al reino de Judá. El padre de Isaías se llamó Amoz (1:1). Isaías tuvo dos hijos, los cuales tienen nombres simbólicos (7:3). Su esposa es nombrada como profetisa (8:3) (The Broadman Bible Commentary). 

Por varíos  textos a este profeta se le ha conocido como el profeta mesiánico por sus anuncios acerca de Jesucristo, especialmente el capítulo 53, que lo sitúa como un profeta evangélico por su descripción detallada sobre la muerte del Mesías. Vayamos entonces a las notas, ruego a Dios que sean interesantes, exactas y edificantes.

Isa. 1:2

"Oíd cielos y escucha tierra, crie hijos y se rebelaron contra mí". Cuando Dios habla no debe quedar una estrella, ni un sol en el cielo, indigno ser viviente sobre la tierra que no le preste atención. Cuando Dios habla, presta atención. Es una queja muy dolorosa, la de un padre que sufre violencia de sus propios hijos.

Isa. 1:3

"El buey conoce a su dueño, mi pueblo no tiene conocimiento". Es cierto Señor, el pecado nos embrutece más que los animales. Sin la misericordia de Dios no tendremos ni un solo rayo de luz. El embrutecimiento es total por eso dice “no seáis como el caballo o como el mulo sin entendimiento” (Sal. 32:9; Tit.1:2; Flp.3:2).

Isa. 1:4

"Pueblo cargado de maldad". Esto es un reproche severo producto de la observación de Dios. La carga del pecado que tiene sobre la conciencia es la causa de tanta ceguera e ignorancia; incapacidad intelectual, espiritual, moral y de la voluntad. Oh Dios, no nos separamos del mal para volvernos a ti porque amamos el pecado que cometemos. Tu pueblo necesita un corazón nuevo para no volverse al pecado que dejó atrás (Je. 31:31; Sal. 51:10). 

Isa. 1:5

"¿Por qué querréis ser castigado aún?". “¿Dónde más queréis ser castigados?”.  ¿Quieres tener más problemas que los que te has buscado? ¿Más enfermedades, más pobreza y más cautividad? ¿Os parecen pocas las lágrimas que habéis vertido? ¿Tienes necesidad de una nueva herida o una nueva hinchazón? (v. 6).

Isa. 1:9

"Si Jehová no nos hubiera dejado un resto pequeño". Pero el Señor en su bondad preserva un remanente escogido por gracia. Nuestro destino hubiera podido ser peor y nuestro castigo mayor que el de aquellas dos ciudades maldecidas con fuego y cataclismo. En tiempos modernos Dios pudiera castigar igual que en la antigüedad.

Isa. 1:10-17

“¿Para qué me sirven vuestros sacrificios?; hastiado estoy de holocaustos de carneros; vuestras fiestas cansado estoy de soportarlas". Nos hacemos una ilusión de que nuestros cultos le agradan porque nos atenemos a la forma de la ley; contentos cumplimos con tus ceremonias para que nos dejes vivir como queremos. En vano adoramos si no lo hacemos en "Espíritu y verdad", si no acompaña la fe las obras. A la entrada de ellos al templo le llama “pisotear” sus terrenos. Es terrible eso que no oirá más las oraciones que le hagan, en cualquier posición o con cualquier sentimiento (v.15).

Isa. 1:16

"Lavaos y limpiaos; quiten la iniquidad de vuestras obras". Santifíquense y luego vengan a mí con lo que tengan. Rechazo vuestras ceremonias si no se deshacen de esos pecados.

Isa. 1:17

“Aprended a hacer el bien"; e inmediatamente les dice cuáles son los bienes que tienen que hacer, buscar la justicia y ser equitativos con el prójimo, reprender la mala conducta del opresor y buscar la liberación del oprimido, defender hasta la victoria los derechos del huérfano, sus herencias; y abogar por la madre de ellos, la viuda, para que no la despojen del fruto de su trabajo junto a su marido muerto. Son las cosas sociales que tienen que aprender a hacer, no la perfección de las ceremonias religiosas, sino una conducta cívica justa que contribuya a la formación de una sociedad equitativa y donde se pueda vivir.

 

Los pecados de todos los tintes

Isa. 1:18

“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho”. 

“Venid, estemos a cuenta, razonemos”. La RV traduce “estemos a cuenta”. La palabra significa razonar, argumentar, y un poco más distante como ponerse de acuerdo. ¿Razonemos? ¿Tú y nosotros? ¿Quién puede razonar contigo y convencerte de lo contrario? Ya sé, lo dices porque quieres que nosotros entremos en razón porque la hemos perdido, somos irrazonables, actuamos en contra de lo que nos perjudica y llevamos la de perder. Somos muy lógicos para otras cosas, por ejemplo, para negarte, pero no para pecar. Actuamos como embrutecidos. ¡Transfórmanos, Señor!, mediante la renovación de nuestro entendimiento. Pensando en nuestra actitud rebelde y arrepentidos, por su perdón, los pecados de todos los tintes serán emblanquecidos, o sea, borrados y nosotros limpiados.

 

Guarda Señor mis costumbres cristianas, intactas

Isa. 1:21-23

"Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua". Quien ahora os conoce no podrá creer lo distinto que fuisteis; quien ahora estime barato vuestro valor no podrá imaginar que valíais tanto. Es otra la ciudad, no la misma que Dios veía años atrás. Se podía caminar por los barríos  y las calles sin peligro alguno, y comprar sin temor a ser timados o engañados; ahora los negocios están llenos de ladrones y la política plagada por el soborno, y hasta los tribunales ha llegado esa infección del carácter jurídico de modo que las causas de los desprotegidos como las viudas no tienen cabida alguna y no se les presta atención, fallando en favor de los poderosos que se aprovechan de las desgracias de estos débiles. Oh Señor ayúdanos a entender que la desobediencia nos hace peores y perdemos valor, la escoria mata el brillo, el pecado ensucia la plata y con él echamos agua a nuestro vino; perdemos de la vida su propósito. Guarda Señor mis costumbres cristianas, intactas. Hay promesa (v.25).

 

El costo del refinamiento espiritual

Isa. 1:24-27

"Sion será rescatada con juicio y sus convertidos (arrepentidos) con justicia". Quiere decir que le quitará sus impurezas, sus aleaciones; un doloroso refinamiento espiritual de su pueblo; enormes sufrimientos. Esto es una buena promesa que les va a cumplir, pero por el contexto, les costará a ellos muchos sacrificios y sufrimientos. "Haré con vosotros lo que yo quiero pero a vosotros os costará más caro. Habéis escogido para vosotros el camino más difícil para lograr mi propósito. Os conduciré al arrepentimiento. No con mi benignidad sino con la rigidez de mi justicia" (v. 27). Oh Dios ahórrame sufrimientos, enseñándome tú, exhibe en mí Tu gracia y no tu justicia. Que nos examinemos para no ser condenados con el mundo (1 Co. 11:32).

Isa. 2:1-3

"Subid al monte de Jehová y nos enseñará sus caminos". Isaías ve con sus lentes proféticos la exaltación de Israel por el evangelio y a los gentiles acudiendo de todas las naciones a participar de la esperanza de ellos. Oh sí, no de otra ciudad, no de otra nación, la salvación viene de los judíos (Jn. 4: 22). Esto lo hará el Señor por su Espíritu, no el hombre, hasta que entre "la plenitud de los gentiles".

Isa. 2:4

"Volverán sus espadas en rejas de arado". Paz cuando el mesías reine en el mundo, bendito sea el Señor; cesarán las guerras. Todavía no hemos alcanzado esa bendición porque los países siguen gastando dinero en armamentos. Si el dinero que se usa dentro del presupuesto nacional para la defensa, y que se gasta en armamentos se utilizara para desarrollar la economía que sustenta los pueblos, no habría países del planeta muriéndose de hambre; pero los pueblos se preparan furtivamente para la guerra, único medio que ven al final para lograr sus ambiciones. Se hacen más espadas y menos arados, más aviones y menos tractores y camiones, la ciencia se coloca al servicio del desarrollo bélico y se fabrica más venenos que antídotos. La inteligencia humana a veces se vuelve una catástrofe.

Isa. 2:5

"Venid y caminaremos a la luz de Jehová". ¡Qué invitación tan sana y tan bella!, dejemos la noche del mundo, las obras de las tinieblas y caminemos alumbrados por el conocimiento de Dios, con la luz de su gloria.

 

La Iglesia un contraste en la sociedad

Isa. 2:6-9

"Están llenos de costumbres traídas del oriente y de adivinos como los filisteos". La amable invitación anterior, hecha a un pueblo descarriado, que ha importado la ignorancia desde otras naciones. El posmodernismo es culpable de este pecado, habiendo reinstalado en la sociedad costumbres gnósticas y orientales, y la fe en el horóscopo. ¿Qué se puede esperar de Dios, sino castigo para una tierra llena de orientalismo, budismo, hinduismo, espiritismo, psiquismo y astrólogos? ¿En qué se distingue Israel de los filisteos? ¿En la construcción de sus casas? ¿En que viven en mejores condiciones? ¿En qué educan mejor a sus hijos? ¿En que son más occidentales que los otros? ¿En que han sufrido un holocausto que no los ha extinguido y a ellos sí, solo el tiempo? ¿En la estatura, el color de la piel o el tamaño de la nariz? ¿O el idioma tal vez, y el número de lenguas que hablan? Oh no, eso no le importa a Dios, lo que sí le importa es que las costumbres de Israel no se parezcan a las de los filisteos, que no tengan otro dios, que no sacrifiquen a sus hijos en los brazos de candentes imágenes, y especialmente que los representantes de la religión no sean iguales, no se parezcan, que no haya adivinos en Israel sino genuinos profetas, predicadores inspirados en la palabra del Señor, no soñadores y exaltados e ignorantes pulpiteros. Que haya diferencia entre su pueblo y el que no lo es, y esencialmente la diferencia consista en el tipo de vida, que la iglesia sea un contraste.

Isa. 2:7

"Se ha llenado su tierra de plata y oro”. Pero también de ídolos. ¿Entonces? Y dicen: "no nos importa reformarnos, estamos bien económicamente, nos va bien con nuestra filosofía y corrupciones, si prosperamos la religión no nos importa. Continuaremos nuestras alianzas con los extranjeros, les permitiremos sus inversiones y modernizaremos con ellos nuestra sociedad; asimilaremos sus culturas y con ellas enriqueceremos la nuestra".

Isa. 2:9

"Se ha inclinado el hombre, no lo perdones". Como has hecho caso omiso a la voz de Dios la justicia clama "no los perdones". No hay anatema profético que ese” No los perdones oh Dios, entregados a Satanás. Oh profeta, clama a Dios contra ellos; está lleno de indignación.

Isa. 2:12-19

"Los cedros, los montes altos, toda torre alta, todo muro fuerte, las naves de Tarsis". El profeta les va señalando los lugares donde han cometido sus pecados. El Señor conoce los sitios donde hemos dejado pruebas de nuestras iniquidades. Si fuera posible debiéramos ir sitio por sitio pidiendo perdón a Dios en cada uno y al final tener un culto de acción de gracias y suplicarle que borre de nuestra memoria todas esas infamias.

Isa. 2:22

“Dejad de considerar al hombre”; o de confiar en el hombre, en los ejércitos y poderes humanos, mejor es confiar en  Aquel cuyo hálito no se extingue, quien vive por los siglos. Mejor es el brazo de Dios que el de los hombres, la palabra de El que la de los humanos. Este versículo falta en la Septuaginta, Vitringa dice que lo eliminaron porque desanimaba al pueblo en su confianza con los gobernantes (Barnes).

 

Una iglesia que nadie quiere 

Isa. 3:1-7

“Porque he aquí, el Señor, DIOS de los ejércitos, quitará de Jerusalén y de Judá el sustento y el apoyo: todo sustento de pan y todo sustento de agua; al poderoso y al guerrero, al juez y al profeta, al adivino y al anciano, al capitán de cincuenta y al hombre respetable, al consejero, al diestro artífice y al hábil encantador. Les daré muchachos por príncipes, y niños caprichosos gobernarán sobre ellos. Y el pueblo será oprimido, el uno por el otro y cada cual por su prójimo; el joven se alzará contra el anciano, y el indigno contra el honorable. Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, diciendo: Tú tienes manto, serás nuestro jefe, y estas ruinas estarán bajo tu mando, ese día el otro se indignará, diciendo: No seré vuestro sanador, porque en mi casa no hay ni pan ni manto; no debéis nombrarme jefe del pueblo”. 

Este es el triste escenario hipotético de un Israel desobediente y que pinta bien lo que pudiera ser una iglesia cristiana que se rebela contra Dios y se queda sin líderes y en un estado tan calamitoso que le es difícil conseguir a un siervo de Dios que desee ir a pastorearlos. Y las razones que ese ministro tiene para no aceptar la invitación no son nada censurables. No porque el sueldo sea pobre o la congregación pequeña sino porque sobre esa iglesia ha oído que ha pasado el juicio de Dios. 

Los empobrecidos líderes que le quedan, los que en otro tiempo querían ser los ministros de la congregación, ahora no quieren ser los pastores de esos empobrecidos y mal unidos sobrevivientes. La iglesia lo intentó, hallar un pastor entre sus miembros, porque desde afuera nadie quiso venir. 

¿Quién va a querer gobernar sobre nada, peor, sobre ruinas (v. 6)? ¿Príncipe de qué y de quién? ¿Quién quiere una iglesia así destrozada o como dice “en ruinas”, que significa desplomada, deshecha y con piedras de tropiezo por un lado y el otro? 

Después que Dios castiga a una iglesia ¿qué pastor siente llamamiento hacia ella? Uno de entre ellos no puede serlo, aunque algunos lo nombren porque en realidad no tendrá más que los otros para ejercer su función, como dice, “tú tienes vestidos” “tienes manto”, o sea, retienes aún una posición económica mejor que nosotros, gobiérnanos; y tratan de elegir para una posición espiritual a un hermano que sabe de negocios, que tiene algún dinero, alguna empresa, pero es también uno de los castigados por el Señor. ¿No ven que una posición social no es lo mismo que una posición espiritual? 

Pero estando la iglesia en esas condiciones él se mostrará poco ambicioso, y por lo que en otro tiempo se dejaría cortar una mano ahora lo declina, ya no es la iglesia que él conoció. Declinará porque no quiere reinar sobre un desastre, por donde ha pasado un terremoto. Además ¿qué es eso de nombrar como sanador o líder de una iglesia que tiene que recuperarse, a un hombre cuya única cualidad es que tiene un poco de dinero? Lo único que podrán encontrar son jóvenes osados que no sepan bien lo que estarán haciendo (v.4); no jóvenes como Spurgeon en Waterbeach o en Londres, excepcionales. 

Y ¿qué pastor, sino un incauto, acepta el llamamiento de una iglesia donde los jóvenes son los que mandan y principalmente tienen como rivales a los hermanos mayores de la congregación, y los que menos prestigio siempre han tenido ahora se yerguen contra los honorables para sustituirlos menospreciando sus ideas y opiniones? (v.5). 

Una iglesia dividida generacionalmente, un pastor sabio no la desea para pastorear, sobre todo si es un pastor con experiencia, es decir viejo, no porque no puedan ofrecerle un salario sino porque a él no le queda mucho futuro y ella no lo tiene. Excepto un milagro de Dios.  Eso será Israel, una iglesia que nadie querrá.

Isa. 3:9

"La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan"; o no lo encubren. Dime si muchos hoy no son así, han perdido todo pudor, y sin vergüenza aparecen reclamando derechos y ser reconocidos y confiesan sus pecados ante las cámaras de televisión; se divierten y disfrutan contando sus pecados, institucionalizando la iniquidad y estimulando a otros. Y el nombramiento de ellos como sodomitas no es peyorativo sino descriptivo. ¡Ay del alma de ellos y de sus cuerpos! ¡Ay de ellos, de los llamados obispos que eligen como obispo a un sodomita!

Isa. 3:10

“Al justo le irá bien". Señor cuida de los justos en tiempos de tantos descarriados. Y se les dice eso por cuanto son minoría, para alentarlos, que la locura común no triunfará.

Isa. 3:11

"¡Ay del impío! Mal le irá". ¿No os daréis cuenta, homosexuales, travestí, adúlteros y fornicaríos , que vuestro pecado es una desgracia?; en vez de proclamar vuestro pecado ¿por qué no lo lloráis?

 

Jóvenes y viejos tontos

Isa. 3:12

"Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él". La idea principal es que el pueblo estaba siendo gobernado por hombres débiles y afeminados, indignos, a quienes no debían imitar ni obedecer. Sin embargo, el texto merece una aplicación indirecta. En otros tiempos las mujeres tuvieron una gran influencia sobre sus maridos gobernantes, como Herodías, Drusila y Berenice. Los jóvenes tuvieron una participación muy activa en corromper la sociedad; ellos protagonizaron los cambios e inventaban vanidades e inmoralidades. Y los viejos tontos los admiraban y los copiaban, y se arreglaban como si tuvieran dos décadas menos.

Isa. 3:12,16,17

“Y con ojos desvergonzados y cuando andan van danzando y haciendo son con los pies”. "Andan con el cuello erguido y los ojos seductores". En los ojos de estas muchachas se les leía la concupiscencia y codicia. La idea es que las muchachas israelitas habían perdido toda decencia y discreción femenina y mostraban con ojos desvergonzados sus apetitos carnales hacia los hombres, y aún mientras andaban en las calles hacían sonar sus ornamentos para llamar la atención, o iban bailando en grupo, lo cual en ese entonces era impensable que una mujer decente se comportara de esa manera provocando al sexo opuesto. La juventud estaba perdida y exhibían sus inmoralidades como virtudes. Si lees desde vv. 18-26 verás al castigo dirigido especialmente contra la vanidad de la juventud y las mujeres (32:9-15).

Isa. 4:2-6

"Y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo". Más que una profecía esto fue una promesa que el remanente no alcanzó a pesar que tenían a Jeremías con ellos, se rebelaron, asesinaron y luego se fueron a Egipto. No fueron llamados "santos" sino impíos y perdieron las bendiciones de la tierra. Oh Señor cuántas bendiciones y promesas nos perdemos por no ser obedientes y santos. La historia de ellos fue distinta y peor; uno hace su historia, el Señor nos propone lo mejor con sus promesas y nosotros elegimos vivir con ellas o sin ellas; tú escoges.

 

Anotados en la memoria de Dios

Isa. 4:3

“Todos los que en Jerusalén estén registrados entre los sobrevivientes”. "Todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén". Eso parece más una exposición que una traducción, y en ese caso es mejor la siguiente: “Todos los que estén inscriptos para vivir en Jerusalén”. Los judíos acostumbraban anotar el nombre de todos en un catálogo y cuando la persona moría lo borraban (Ex. 33:32; Dan. 12:1). En sentido figurado el NT hereda esa costumbre como se ve en Flp. 4:3; Apc. 3:5. En cualquier caso contiene la idea de escrito para vida eterna como la paráfrasis caldea dice: “Todo el que sea santo y esté escrito para vida eterna verá la consolación de Jerusalén” (Barnes). Y todo eso en perfecto acuerdo con Hechos 13:48 y Apc. 21:27. Los elegidos por Dios cuyos nombres se hallan desde la eternidad escritos en el libro de la vida. Estos son los elegidos de Dios, aquellos escogidos por él desde la eternidad y anotados en su memoria. En la memoria de Dios.

 

No desilusiones a Dios   

Isa. 5:1,2

"Cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Esperaba que diese uvas y dio uvas silvestres". Nota como Isaías le llama a su Dios mi Amado; es un posesivo muy bonito. Además, cuídate de observar que es su viña donde el profeta trabaja; y esa viña ha sido colocada en una "ladera fértil", en un sitio donde con toda posibilidad habría de prosperar, pero no fue así (Mt. 21:19); fue una gran desilusión, no cubrieron las expectativas de "uvas de rojo brillante", el producto recogido fue uvas silvestres o "malas", estuvo por debajo de la gracia invertida, le faltó abundancia y calidad (v.7). Las uvas fueron pequeñas, escasas y ácidas, no comestibles, y menoscompetitivas; otras viñas daban mejores frutos, la justicia de los fariseos era mejor que la de ellos. El Señor reclama frutos, pero no de cualquier calidad. Debe dársele importancia a lo que uno hace, que no sea barato. Debe ser superior y lo que llamamos "de marca". Señor yo sé que has hecho mucho con nosotros, lo mejor, nadie ha tenido tanta atención espiritual como nosotros. Si hoy no tenemos más frutos y mejores, la culpa es nuestra. Señor recoge frutos de tu Espíritu Santo en nosotros, no queremos desilusionarte, si cabe decirlo. Si nuestro racimo no está lleno de frutos como quisiéramos, que los que contenga sea de alta calidad, y cuando el público los compare, gustándolos, los prefiera. Amén.

 

Señor, emplea la gracia irresistible

Isa. 5:3, 4 

“¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?”. Les envió profetas y por medio de ellos los bendijo; uno tras otro con palabras de verdad y de esperanza. No se puede decir que no haya hecho esto y lo otro, porque lo he intentado todo y sin resultado. El endurecimiento de Israel reclamaba la gracia irresistible, la intervención total de la soberanía divina porque tratándolo como de igual a igual no daba resultado; Dios tendría que librarlo de su libre albedrío. No se le puede criticar al Señor haber retenido algún método e iniciativa para santificarnos o salvarnos; si no somos mejores llevamos la culpa (Lc. 13:34). Un ardid del diablo contra el ministro es hacerle pensar que no ha obtenido muchos frutos porque sus sermones no fueron acompañados por el Espíritu Santo y que por su falta de santidad ha carecido de bendición. Isaías tuvo un ministerio del Espíritu y ahí tienes lo que dice Dios en cuanto a los resultados que obtuvo, muy escasos. Dile a tu pueblo que no se dirija a Dios como de igual a igual. Él está en el cielo y nosotros en la tierra (Ecl. 5:2). Consuélate que Dios ha hecho su trabajo, y si no hay éxito la culpa no la tiene la semilla, y el sembrador, sino el terreno, no el alfarero sino el barro, que debiera ser un depósito que contenga más gloria. ¿Qué más podría hacer Dios y tú? Dios tendría que librarlo de su libre albedrío y usar su irresistible gracia. Amén. 

Isa. 5:5-7

“Esperando yo que diesen uvas… esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia y he aquí clamor”. No dice "esperaba que me amaran, que me alabaran" sino que "hubiera justicia social". Oh cómo le gusta al Señor nuestra vida; nuestros hechos justos son su delicia; mirar esos frutos en nosotros es como comerlos y disfrutarlos. Vernos vivir bien es lo que quiere.

Isa. 5:8

“Juntan casa a casa hasta ocuparlo todo”. ¿Y qué ve? Codicia, unos cada vez más ricos y otros cada vez más pobres, unos millonaríos  y otros mendigos.

 

No vivas moralmente al revés

Isa. 5:8, 12,13,19 

“¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! Venga ya, apresúrese su obra, y veamos y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos”. Es bueno tener su casa propia, un techo suyo que no se lo quite nadie. Si se tienen dos, una propia y la otra alquilada, mejor. Eso cuesta mucho pero hay hermanos que son bendecidos y lo obtienen. Pero eso no es lo que quiere decir juntar “casa con casa y terreno con terreno”, a lo que aquí se refiere es a la codicia. Unos, sólo piensan en hacer dinero, se meten hasta las orejas en sus negocios (v.8), no piensan en otra cosa, y mucho menos en Dios. Los otros miran la vida como un medio para extraer placer de ella (v.12). A otros Dios en su misericordia les envía predicadores que les hablen de la condenación, pero se burlan de lo que oyen y desafían al Señor (vv.18,19). Perecerán los que viven moralmente al revés y todo lo miran invertido, “a lo malo dicen bueno y a lo bueno dicen malo” (v.20, ver nota). Viven moralmente al revés. Otros perecen porque no admiten ninguna modificación espiritual a sus vidas, según ellos ya lo saben todo, son “sabios en sus propios consejos” (v.21). Y desafiaban a Dios (v.19).

Isa. 5:11, 12, 23

“Y en sus banquetes hay arpas, vino no miran la obra de Jehová ni consideran la obra de sus manos”. Hacen eso porque no reconocen lo que he hecho con ellos; saben bien que esa no es la forma de vivir que quiero; música, alcohol y sexo.

Isa. 5:13

“Mi pueblo fue llevado cautivo porque le faltó conocimiento”. Se negaron a recibir esos conocimientos, no los querían, no deseaban vivir conforme a la voluntad de Dios que los había formado (Lc. 19:42).

Isa. 5:17

“Los campos desolados de los ricos”. De un golpe les quitaré las propiedades y desaparecerán vuestros entretenimientos vanos y pecados.

Isa. 5:18,19

“Los cuales dicen: venga ya, apresúrese su obra para que lo sepamos”. Dicen "no creemos eso que nos dicen, no habrá nada, no pasará nada, no tememos a ese ficticio juicio. Si lo quiere hacer que lo haga ya, ahora, que no lo deje para después, que caiga del cielo fuego como dicen, que llueva sin parar, que bajemos vivos al seol, que nos muramos ahora, no nos confundan, ni nos metan un temor que no queremos". No tan pronto señores, pero vendrá, de fijo vendrá.

Isa. 5:20

“A lo malo dicen bueno y a lo bueno malo”. Viviendo sin temor a Dios invierten la moral, ponen la sociedad patas arribas; dicen que el cristianismo es obsoleto, oscurantismo, que hay que ser moderno; que el ateísmo, el materialismo, son las luces de la razón y de la época; que los santo es amargo y el pecado dulce, que el matrimonio jurídicamente reconocido ya no está de moda, pertenece al siglo pasado y a los anteriores, ahora a eso se le llama "pareja", que se forman y se rompen a gustos y conveniencias. Las parejas del mismo sexo luchan por derrotar a la relación heterosexual y muchos aplauden esa inmundicia, que cuenta con el total apoyo de la mayoría de los medios de difusión masiva.

Isa. 5:21

“Y son prudentes delante de sí mismos”. Dicen “vivimos la vida como sabemos y como creemos mejor, sin Dios”.

Isa. 6.

Si lo lees bien, todo el capítulo, verás que el profeta no fue llamado para obtener éxito; desde el mismo día que lo llamó le dijo que sus trabajos serían en vano.

Isa. 6:1

“Vi yo al Señor y sus faldas llenaban el templo”. Su presencia llenaba el templo, el cielo (Jn. 12:41).

 

Los serafines no esperaban que un millón de ángeles los aplaudieran

Isa. 6:2

“Había Serafines y cada uno tenía seis alas”. Esto es una visión, esas criaturas no necesariamente tienen que existir en esa forma. Indican que aún ellas, gloríos as, son indignas ante Dios. Son vistas así para transmitir un mensaje en símbolo. Cubren sus rostros porque aunque estando tan cerca no pueden o no se atreven a mirar al que es gloria por todos lados, ni siquiera quieren ser vistos como son porque son conscientes que hay en ellos “imperfección”; y del mismo modo cubren con dos alas sus pies, y así es en el oriente, es una indecencia no llevarlos cubiertos o cruzarlos sin hacer lo mismo; ellos, significa cómo han andado y lo que han hecho y no quieren que el Señor mire el trabajo que han hecho por él, por su mandato, pero en todo ello también encuentran que no lo han realizado como debieron, tal vez no volaron tan prestos como se debía no entendiendo completamente la urgencia de su comisión, o debieron ayudar más a los herederos de la salvación a combatir a los principados y potestades de Satanás. 

O no cantaron “Santo, Santo” como debían haberlo cantado. La música pudo no haber sido tan buena como Dios se merecía. Y después de haber cantado se sienten avergonzados y se cubren la cara. No se sonríen ni esperan un aplauso de los otros millones de ángeles que los están oyendo. Y no se inclinan ante ellos y les dicen “gracias, gracias” porque si estaban adorando a Dios ¿qué lugar tiene el aplauso allí? Nota que el templo está lleno de la gloria de Dios y sin embargo ellos se hallan dentro de esa gloria y muy cerca de Dios y dan evidencia de esa cercanía mostrando vergüenza, respeto a Dios y reverenciacuando se cubren el rostro. Adán se cubrió su sexo cuando pecó. Estos no lo hacen porque no tienen sexo. Se cubren la cara. 

Adán debió cubrirse el rostro y no el sexo. Le dijo a Dios “tuve miedo porque estaba desnudo” (Ge. 3:10); debió decir “tuve vergüenza y me escondí”; así estaría mejor. Tenía más miedo al castigo que vergüenza moral. Es una vergüenza teológica porque tiene que ver con Dios, no con los ángeles y menos con Isaías que es un hombre. De todos modos, yo no sé dónde se halla la imperfección de los caminos de los ángeles, soy pecador, pero por la humildad de ellos me doy cuenta que cuando comparan el trabajo que ellos hacen con lo que Dios se merece, encuentran que nada de lo que perfectamente hayan hecho es tan perfecto como la gloria de Dios se merece. Somos nosotros los mortales, los hechos de barro, los pecadores, los caídos de la gracia, los que unas veces servimos a la carne y al diablo, los que imaginamos que lo que hacemos está a la altura de nuestro deber y que nuestro trabajo es perfecto (Mt. 25:30). 

Isa. 6:3

“Santo, santo, toda la tierra está llena de su gloria”. Ángeles, eso es verdad, en las obras de la creación y en la salvación está llena la tierra de la gloria de Dios. Sabiduría, belleza, reverencia. Toda Señor, no hay una sola roca, una flor, un insecto, un árbol o una ave que no lleve el aura de tu gloria encima; bien ciegos somos si no la vemos, tontos si no la disfrutamos y malos si no la adoramos.

Isa. 6:4

“Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba”. Una cualidad de la palabra de Dios es estremecer y conmover (He. 12:26).

 

 

Le da una boca santa y le promete llenarla con su Palabra

Isa. 6:5-7

“Siendo hombre inmundo de labios, han visto mis ojos al Rey”."Siendo yo pecador he visto a Dios". Isaías expresa su terror y de modo ardiente y simbólico se le dice que sus pecados son perdonados. Un pecador enviado a pecadores. Fue hecho en ese momento una criatura santa, un mensajero fiel. Algún día también mis ojos verán al Rey; santifícame Señor para que pueda hablar tu purísima palabra, que es limpia como plata purificada en horno de tierra (Sal. 12:6). Si su boca es santa, su corazón también, y sus mensajes lo serán. Dios no deposita su Palabra en boca y corazón sucios. Isaías está empezando su ministerio y por la santificación Dios empieza; no ensenándole a predicar, a pronunciar bien las palabras, a colocarle ilustraciones a los sermones y enseñarle una homilética perfecta. Empieza por la vida espiritual del profeta, dándole un sentimiento de perdón, pureza y paz, sin culpas. Le da una boca santa y le promete poner en ella su Palabra.

 

Dios llama a pastores trinitarios 

6:8

“Entonces respondí, aquí estoy envíame a mí”. No dijo, "búscate a otro, no puedo, estoy ocupado". “Si tú crees que yo sirvo aquí estoy; no busques más, me tienes delante, dime qué diré”. De modo similar Saulo dijo a Jesús: “Señor ¿qué quieres que yo haga?”. Jehová no les pregunta  a los serafines como si ellos fueran sus consejeros sino al Hijo y al Espíritu Santo, o sea es una consulta dentro de la Trinidad. Dios habla consigo mismo. Cuando Dios llama a un hombre la Trinidad habla consigo misma y ella decide; y los Tres están de acuerdo porque ellos han de participar en la salvación y en la comisión y en la bendición de ese ministerio. Por eso toda nuestra vida tendremos relación con esas Tres Personas. La herejía no cabe en nuestra teología porque dañaría nuestra vida cristiana, desde el bautismo que lo tomamos “en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y después nuestro trabajo. Los genuinos misioneros son Trinitarios  (Ver Jn. 12:41; Hch. 28:25). Por otra parte, no hay bendición en sermones de ministros antitrinitarios ; muchísimo menos en aquellos que por definición teológica ofenden y blasfeman alguna de ellas, afirmando que el Hijo no vino en carne, que no es divino o que el Espíritu no tiene personalidad.

Isa. 6:1-13

Si lo lees bien verás que desde el mismo día que se le llamó se le dijo que no habría de tener éxito en su ministerio; al menos temporalmente, su derrota sería hasta el tronco, pero de ese tronco saldría “la simiente santa”; nunca somos vencidos totalmente, algo de lo que hemos hecho perdurará. Amén. 

Isa. 6:9,10

“Oíd bien y no entendáis”. Es un mensaje para Isaías, no para el pueblo. Es un profeta, no un evangelista o un misionero. Le dijo: “Predícales y se volverán peores”. Y sus palabras en vez de ser olor de vida fueron olor de muerte.

Isa. 6:11-13

“Hasta que las ciudades queden asoladas”. ¿No habrá un límite para la obstinación de ellos? ¿No tiene límite la incredulidad y el endurecimiento? La respuesta fue que no.

Isa. 6:13

“Así del tronco saldrá la semilla santa”. Un puñado de ellos escapará, quedará un remanente escogido por gracia, unos cuantos que preserven la semilla de Abrahán, de la fe, lealtad; etc.; un grupo que guarde el pacto "y con ellos y por medio de ellos lleve a cabo mis promesas; no te frustres con las calamidades de mi pueblo, que se morirán sólo los que no sirven”. La continuidad del evangelio es segura. Señor, nuestros pecados no cancelan tus promesas, a Ti no te desespera ninguna situación (7:3; Ro. 11:5, 25).

Isa. 7:2

“Los arameos han acampado en Efraín”. Efraín apóstata, Siria inconversa; los apóstatas y los impíos contra los santos, Judá.

Isa. 7:3

“Tú y tu hijo Sar-jasub”. Lleva el hijo que tiene nombre de promesa para que crea; Sear-jasub (un remanente volverá). Su hijo era un mensaje de esperanza, un sermón de consolación.

 

Estate tranquilo cristiano

Isa. 7:4 

“No se turbe vuestro corazón por estos dos cabos de tizón que humean”. “Repósate”, eso es muy distinto a estar tranquilos y reposado sobre el dinero, como aquel rico (Lc. 12:19). Aquí es reposar sobre la fe en la Palabra de Dios. Una persona alcanzará el grado de reposo mental y espiritual que su fe le permita. ¿Te asusta no tener dinero o perder la salud? Tu reposo mental dependerá de la cantidad de fe en la palabra de Dios que tengas. ¿Te espantan los muchos adversarios? ¿Te tiembla el corazón por sus macabros planes? No se trata de conseguir estar tranquilo ignorando lo que ellos hacen, ni dejar de estar al tanto de lo que pasa (el profeta se lo cuenta todo, vv.4-9). Se lo dice no para aterrorizarlo sino para que busque al Señor. No es la paz del que desconoce, del ingenuo y simple desinformado, que no teme porque no sabe lo que le espera, sino del que valora su situación, pero tiene fe en Dios. "Cabos" (Amós  4:11), así le llama a los apóstatas que se hacen aliados de los impíos contra el pueblo del Señor. Se quemarán completamente sin que nadie los arrebate del fuego.

Isa. 7:7

“Jehová el Señor dice así: no subsistirá ni será”. No harán lo que quieran ni existirán más, sus humanos propósitos no se llevarán a cabo y sus vidas se acabarán (v.6). Era un plazo largo como sociedad, para que se arrepienta a de sus pecados (v. 8; Ge. 6:3), para darle tiempo a los gobernantes a cambiar las leyes, a poner las cosas en orden, a crear una generación mejor que la actual, a los que tienen grandes intereses aplicar justicia, a los que no creen convencerse, porque Dios no quiere la muerte del impío; y Judá también debe tomar lección de eso (v. 9), a no seguir por el camino de los que Dios destruye. Oh Dios bendice esta sociedad, alza profetas que no la adulen sino que la llamen arrepentimiento.

 

Dios cansado y molesto

Isa. 7:9-13 

“¿Os parece poco cansar a los hombres, que también cansaréis a mi Dios?”. 

No molestes a Dios, o cansar a Dios cualquiera de las dos palabras pudieran traducirse. Si se te ofrece una oportunidad tan excepcional para creer no la deseches como hizo Acaz; la incredulidad molesta, cansa a Dios y a sus profetas. Muy rara vez el Señor ofrece hacer alguna señal para confirmar su palabra en el corazón de un incrédulo para originarle fe. Generalmente los portentos están subordinados a la predicación. El caso de este rey es típico, rechaza la oferta porque no quiere creer; y no quiere creer para no estar obligado a obedecer. Prefiere que no haya señal, ni nada, quedarse sin algún testimonio de salvación. El Señor le prometió la señal y seguro que le hubiera dado gracia para creerla, porque sin ella de nada vale. La incredulidad molesta a Dios y la de los hipócritas más. ¿No recuerdas como a Jesús enojaba  y entristecía la incredulidad? (Mr.3:5). 

Roguemos al Señor para que nuestra fe no necesite nada más que el claro entendimiento de su palabra y la suministración del Espíritu de Cristo. ¿No te parece extraño que el Señor mismo le diga que le pida una señal? Lo hace porque es incrédulo, los que tienen fe no necesitan señales, tienen discernimiento espiritualpara sacar conclusiones de la Palabra. La fe se origina por ese discernimiento espiritual (que es un don de Dios, 1 Co. 2:14), y por ese entendimiento, puede prescindir de cualquier ayuda externa, se vigoriza en la comprensión de Dios. La generación mala y adúltera es la que demanda señal (Mt. 12:39), los santos del altísimo piden confirmación interna porque para ellos el testimonio más importante que les da Dios es en sí mismos (1 Jn. 5:10) (dentro de sí mismos y en sus propias personas; dentro de la fe en la Palabra de Dios). Cree con una fe pura que no necesite ver para creer; que le diga a Dios “auméntame la fe creyendo, no viendo” (Lc.17:5).

Isa. 7:10

“Pide señal a Jehová tu Dios”. El Señor misericordioso y bueno, viendo que no tiene fe en la Palabra decide ayudarlo, condescendiendo darle una señal para que crea, pero la rechazó (vv. 11, 12). La excusa consiste en que puede creer sin señales. No lo hizo por esa razón; no era tan bienaventurado (Jn 20:29). El Señor accede a regalarnos lo que le faltaba a nuestra fe. No te preocupes que él te provea lo que le hace falta a tu fe; él quiere que uno mismo encuentre los puntos difíciles de creer y pida soluciones para ellos, y por medio de eso está demostrando que no quiere ser un incrédulo.

Isa. 7:13

"¿Os es poco perecer molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?”. Esto es un antropomorfismo hebreo. También quiere decir, disgustar, cansar, agraviar; todo eso junto, Isaías les dice, "me molesta vuestro vano temor e incredulidad, a mí y a mi Dios". La incredulidad molesta mucho a Dios. Las cosas que molestan a Dios debieran molestarnos a nosotros; y no debiéramos molestarnos tanto con aquellas cosas que no molestan a Dios.

Isa. 7:14-17

"La virgen dará a luz un hijo". Como no quisiste una señal, la que voy a dar no la verás, estará muy lejos de ti en tiempo y espacio, el nacimiento de Jesús. En poco tiempo Judá será liberado, y habrá una señal. El cumplimiento parcial de esta señal quedó oscurecido por la falta de fe de Acaz; si hubiera dicho, "dame la señal que tú quieras", hoy sabríamos más de esa virgen (8:1-8; 18). Aparece Emmanuel recibiendo el reino; y nosotros participamos en él.

Isa. 7:18 

“Silbará Jehová a la mosca y a la abeja que está en Asiria”. Hasta la mosca y la abeja serán vuestros enemigos; por vuestros pecados, como faraón, tendréis en contra vuestra a los insectos. No quedará un solo asirio que no venga. ¡Qué maravillosa es la soberanía del Señor sobre el mundo! Ordena y hace su voluntad sobre todo lo creado, aun los insectos se apresuran a su llamado (Ex. 23:28).

Isa. 7:20

"Con navaja alquilada, cortará pelo de la cabeza, los pies y aún la barba". Posiblemente con Nabucodonosor. Habéis elegido el pecado y en el horizonte vuestro se percibe mucha vergüenza (2 Sa. 10:4,5).

Isa. 7:21, 22

"Y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla". Se puede traducir cuajada o queso. Ciertamente habrá excepciones, los elegidos; siempre habrá diferencia entre justos y pecadores, entre una fe fingida y la real. Habrá abundancia, poca gente y mucha leche, aunque pocas vacas.

Isa. 8:1

“Con caracteres legibles”, o comunes, o humanos porque la palabra hebrea enosh significa “hombre común”. Es lo mismo que Hag. 2:2; con el fin que la lean antes y después de la catástrofe nacional. La Biblia, los comentaríos , los sermones predicados, todos deben ser dichos y escritos en lenguaje sencillo. En koiné, el griego común, fue el del NT.

Isa. 8:2

“Y tomé conmigo como testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías”; para que testificaran que él lo había dicho antes que sucediera. Este testimonio de buena fe, considerando la malicia de los burladores contra la Biblia, es magnífico. Las profecías no se escribieron después de la historia sino antes. Se volvieron historia.

Isa. 8:3

“Me acerqué a la profetisa”. Un eufemismo para nombrar el deber conyugal” (Gill); no que ella predijera algo sino como la mujer del profeta. Este niño nace 19 meses después de 7:14 o “Emmanuel”. Y se llaman diferentes (JFB).

Isa. 8:8

"Oh Emanuel, porque Dios está con nosotros". Emanuel es un nombre de esperanza, una promesa de fortaleza, de gracia, de reconciliación (7:14); Isaías vio a Cristo como si lo tuviera cerca.

Isa. 8:10

“Tomad consejo”, y la idea es “trazad un plan” (LBLA) y será anulado. No podemos confiar en el éxito de ningún plan, ni en el sabio consejo que los expertos escriben para las iglesias, si los miembros de ella son desobedientes. No confíes más en tu plan que en la palabra de Dios.

Isa. 8:11-17

“Al SEÑOR de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Sea El vuestro temor, y sea El vuestro terror”. . Predica sin miedo, aunque te acusen de traición y conspiración (v.12). Teme más a Dios que a ellos (v.13), y santifícalo con obediencia; Dios será tu santuario de refugio (v.14). El Señor tiene sus discípulos y ellos creerán (v.16); al verte a ti cobrarán ánimo y te ayudarán repitiendo tus mensajes y ejemplo. Hermosa fue la respuesta de fe (v.17).

 

Si quiere que te engañen consulta a los muertos

Isa. 8:19,20.

“Y cuando os dicen: "Consultad a los que evocan a los muertos y a los adivinos que susurran y murmuran al hablar", responded: "¿Acaso no consultará un pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos a favor de los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si ellos no hablan de acuerdo con esta palabra, es que no les ha amanecido”. 

Siempre los espiritistas, santeros, adivinos, han sido una alternativa sugerida por el diablo y afirmada por hombres ignorantes, que a la verdad revelada por Dios le oponen resistencia y le hacen competencia. Hombres y mujeres infatuados que pretenden hacer lo mismo que los siervos de Dios pero de forma fraudulenta y mentirosa. Como Janes y Jambres, los hechiceros egipcios, resistieron a Moisés, así ellos resisten a la verdad, inventan de sus propios corazones y hacen señales perversas para atraer detrás de sí a todos los que oyeron la palabra de verdad pero no la amaron para ser salvos. Dios les ha dado a esos hombres un poder engañoso para que crean sus mentiras por cuanto sus discípulos no amaron la verdad revelada cuando la oyeron.  

En nuestro texto el Señor nos anima a rechazar la superstición de los espiritistas, psíquicos, santeros y adivinos, por esa misma razón, son supersticiones y a lo sumo engaños sutiles y muchas veces sofisticados. Un ejemplo de eso es la consulta a los muertos. El pueblo, privado sus ojos de la verdad y guiado, como dice Jesús, por guías ciegos, caía en ese hoyo de superstición; estando ausentes de la verdad limpia y luminosa bajada del cielo, se entregaba a todo esas prácticas obscurantistas paganas, sin una gota de verdad ni la más mínima posibilidad de comprobación. 

Nota cómo fingen aun al hablar, “susurran y murmuran al hablar” fingiendo piedad y espiritualidad, haciéndose santos y pretendiendo ser superiores en espíritu y en capacidad al resto de la gente; como si al conversar con sus ingenuos interlocutores ya estuvieran en comunicación con los solicitados seres del otro mundo, cuchicheando mensajes para y desde ultratumba; y extendiendo la mano para recibir la paga de la consulta.

El profeta reafirma la suficiencia de Dios en estas materias. Si alguno quiere conocer algo, si desea conocer la verdad sobre cualquier cuestión o desea alguna ayuda espiritual no tiene que interrogar a los muertos, ni ir a dejar dinero a una casa de adivino o espiritista, le basta con la ley y el testimonio, con la palabra revelada de Dios. Nos advierte que si alguien se opone y dice lo contrario, “no le ha amanecido”, no tiene luz espiritual, es un ignorante. Dios es suficiente para los vivos y para los muertos. Si lo que escribieron los profetas, los apóstoles y los evangelistas no fuera suficiente, Dios no hubiera tenido reparo en darnos algo más. Pero la Biblia está completa, cualquier cosa que desees saber ella tiene la respuesta.

 

¿Qué puede hacer pensar que los muertos sepan más que los vivos? Por otra parte, seguramente que la sabiduría que tenía un muerto si se busca se pudiera hallar en alguna persona viva con la cual hablar sin caer en supersticiones, ni que el dinero vaya a los bolsillos de estafadores y ofender a Dios. Hay vivos, gente santa que conoce muy bien la ley y el testimonio, son a ellos a quienes debemos acudir para consultarlos y como ellos han sido enseñados por Dios pueden aconsejarnos sabiamente. Es la sabiduría del Espíritu que debemos buscar no la de personas muertas, que si tuvieron alguna sabiduría la sacaron de donde mismo Dios nos dice que la saquemos nosotros. 

Además, Dios no ha graduado algún muerto como maestro de los vivos. Si fueron maestros de los vivos cuando vivían, lo podrán ser sólo por sus escritos, no solicitando al alma alguna audiencia. Cuando Dios constituye a una persona como maestro de su palabra lo nombra hasta su muerte, no más allá de la muerte. Cuando se muere levanta a otro que lo substituya. Perseguir a un muerto es una forma de idolatría. El Espíritu Santo continúa enseñándonos en este mundo. Cuando un santo y sabio ha muerto ha entrado en su reposo, dice Hebreos 4:10,11, y por lo tanto no puede ser inquietado con preguntas de ninguna índole, ya dejó sus obras y reposa en el seno de Abrahán. Los muertos hablan con los muertos no con los vivos. Cuando Moisés y Elías bajaron al monte de la transfiguración hablaban con Jesús y no le dirigieron la palabra a Pedro, Jacobo o Juan. Los muertos no están autorizados a recibir audiencias ni a dejar sus moradas como enseñó Jesús en la parábola del rico y Lázaro. Por eso se puede afirmar, con el respaldo de toda la Biblia, que los que oyen las voces de sus muertos son engañados, por los médiums que consultan o por algún demonio, pero jamás que un muerto conceda una consulta a ningún ser humano, ni siquiera porque hayan sido parientes, porque la relación familiar con la muerte se quiebra, es temporal, para dar paso a la unión espiritual con Dios en Cristo.

 

Y ¿para qué se puede consultar a un muerto? ¿Para saber que está vivo, o sea, oír su voz de nuevo, escucharle, preguntarle cómo se siente? Para saber que un muerto está vivo no hay que oír su voz desde el más allá, la Biblia dice que Dios nos es Dios de muertos sino de vivos. Pablo dice que el que muere gana y que entre estar vivo y muerto es mejor morirse porque se está con el Señor. Por lo tanto, los que no se conforman con lo que dice la Biblia y consultan a los muertos es porque son incrédulos, no creen la Palabra de Dios, no tienen fe. Lo que Dios quiere no es que se consuele con oír al muerto sino con la esperanza celestial, sabiendo que la Biblia dice que irá a él y que estaremos juntos cuando crucemos el río de la muerte; que habiendo creído en Cristo estaremos juntos al Señor. Además oír la voz de un ser amado que ha muerto no consuela, y si consuela algo el consuelo es muy dudoso porque la persona viva se vuelve dependiente de la muerta y va y viene constantemente a los centros donde le hacen esa señal y paga por ella. En vez de conformarse y olvidar no se consuela, se desespera y quiere estar en continuo contacto con ella. Probablemente esto llegue a significar un abandono de los demás seres vivos para quienes su incurable dolor hará que su amor se enfríe y no le muestre afectos y atenciones. Y sin duda, eso significará también la ruina económica porque los espiritistas cobran para sacarle el pasaje a algún muerto desde el cielo o del infierno.

Hay gente que consulta a los muertos para conocer el futuro y para que le den soluciones a un conflicto de amor o de dinero. Los muertos, suponiendo que puedan venir, ignoran el futuro de cualquiera. Quien único conoce el futuro de una persona es Dios, nadie más. La Biblia no revela el futuro de ninguna persona porque el futuro dependerá en gran medida del presente, y lo que ella quiere es que agrademos a Dios en tiempo presente. No habrá un futuro brillante si se vive en un presente ocioso, ignorante, equivocado y pecaminoso. En cuando a obtener algún favor para alguna relación amorosa, pregunto: ¿no es algo macabro atraer a un muerto para que aconseje en algo tan bello y sublime? No son los muertos los que hay que consultar ni pedir favores en ese sentido sino a los vivos. Por otro lado, si en una relación amorosa hay que pedirle un favor al muerto, no vale la pena mantener esa relación que no es capaz de inspirar amor al ver y oír a la otra persona. Me temo que tales temas no sean muy atractivos para los muertos, a no ser para el diablo y para los bobos. Volvamos a la ley y los profetas, a la Biblia, a ella sola y a Cristo, que es el único camino, la única verdad y la vida eterna.

 

Gritar en oración, en privado y en las calles, bien alto para que Dios los oiga y el mundo se entere

Isa. 8:21,22 

Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.22Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas”. 

Estas palabras expresan desesperación, producto del asedio, toma y destrucción de la nación, y la deportación. Son similares a las halladas en Apc. 16:11. ¿Enojados por qué? Por la situación social, económica y política de la nación. La opresión no tanto política sino interior, mental; y hambrientos por la cuestión económica. Faltaba el pan, la leche, la carne, cualquier cosa de lo que llamaríamos canasta básica para poder subsistir. ¿Quiénes eran los culpables? Dos. El pueblo pensaba que el gobierno, representado por el rey, sus consejeros, sus cancilleres, sus militares, eran culpables por no haber sabido conducir la nación a la seguridad civil, y producto de la guerra ahora todos pagaban con la muerte, la opresión y el desastre económico. Estaban derrotados. Sin embargo, ese era el rey que ellos habían querido y en el cual pusieron su confianza, en detrimento de Dios; un rey que no temía a Dios, y ellos lo aceptaron sin importarles que condujera a la nación al caos moral, familiar y espiritual. Creyeron más en las promesas de los políticos que en las de Dios. Y ahora, por haber elegido un rey sin valorarlo por la teología, se hallaban sufriendo las consecuencias y miran al cielo buscando con los ojos a Dios, pidiéndole que se asome a la puerta, lo blasfeman y lo culpan de todas las desgracias que les han venido. Ese es el segundo culpable. Un Dios que adoraban de labios y menospreciaban con sus vidas. Se cumple aquello que dijo un jefe de un gobierno mejor que el actual, “la insensatez del hombre corrompe su camino y luego contra Jehová se irrita su corazón” (Salomón, Pro. 19:3).  Les asesinaron sus hijos, ¿de quién es la culpa, de la mala suerte o de Dios? Decían que de Dios. ¿Perdieron las casas? ¿De quién fue la culpa? De Dios. ¿No había empleo para ganarse el pan? ¿Quiénes eran los culpables? La culpabilidad la repartían entre el gobierno y Dios, sin embargo, ellos igual que el gobierno eran los legítimos responsables de la pérdida de la libertad civil, de expresión, de pensamiento, política y de religión. Si hubieran tenido un poco de gracia y sabiduría no se hubieran dejado engañar con la verborrea política de los falsos profetas y de religiosos metidos en política por intereses propios, y ,como el ladrón arrepentido sobre la cruz, habrían dicho que estaban así, colgados en un mal destino, por sus malos hechos, que Nabucodonosor, la derecha o la izquierda, César o Pilato eran tan culpables como ellos y que el Dios que habían crucificado, y escupían, era un total inocente.  El remedio sería arrepentirse antes Dios, confesar los pecados de la estructura socio política, gritar en oración, en privado y en las calles, bien alto para que Dios los oiga y el mundo se entere.

Isa. 9:1, 2

"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz". Isaías predice los tiempos gloríos os que vendrán con la venida del Mesías. Por donde pasa Cristo llena de gloria el camino. Sus pies arrojaban luz, donde esté el evangelio hay luz y la gente anda en luz.

Isa. 9:3

"Multiplicaste la gente y aumentaste la alegría". Si Dios multiplica la gente se aumenta la alegría, si aumenta la asistencia, el gozo, la salvación también aumenta. Oremos para que Dios nos alegre con más salvación. Un pueblo disminuido por el pecado es un pueblo triste.

Isa. 9:4

"Tú quebraste su pesado yugo". Como en el tiempo de Gedeón, por pura gracia; quebrará por medio del Mesías el pesado yugo del pecado. Multitudes de gentiles, convertidos al Señor.

Isa. 9: 5

"Serán quemados, pasto del fuego". Instaurando una paz que sobrepasa todo entendimiento.

Isa. 9:6

"Nos, Nos"; porque será para nosotros todo. Vino por nosotros. No hay una promesa en el Antiguo Testamento más grande que esta que nos revele también los atributos de Cristo ¡oh Emmanuel! (7:14). Todos estos atributos del Señor tienen que ver con nosotros, con nuestra salvación.

Isa. 9:7

"Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límites". O el crecimiento de su gobierno, autoridad, y por implicación de su soberanía. Esto se refiere a su iglesia; "la paz" sin límites ha de ser la reconciliación y justificación sin límite dentro de la divinidad. Nuestra salvación es ilimitada, como ilimitados son los oficios del Señor Jesucristo. Todo esto lo hará por celo y por amor, Jehová los ejércitos.

 

El Mesías profetizado

Isa. 9:1-7

“Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.  Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.  Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

Estas palabras son sin dudas, para alzar el ánimo del pueblo y se fundamentan en torno a la esperanza de Israel: El Mesías. Simplemente no nos han sido dejadas para celebrar la festividad del nacimiento del Mesías sino para infundir esperanza, alzar el ánimo. Primeramente, presenta su actividad entre los gentiles; llenar el espacio en el corazón de ellos, con conocimientos y salvación. El conocimiento que adquirirían sería semejante a una resurrección entre el pueblo. El aspecto emocional de su venida trasmitiría alegría de la mejor clase porque saldría “delante de ti” semejante a los que consiguen el éxito: “como se alegran en la siega” y a los que triunfan: “cuando reparten despojos”; y además como la alegría de los que adquieren la libertad: “tú quebraste su pesado yugo”. Es indudable que, con el advenimiento del Bendito Mesías, el conocimiento que él traería a su pueblo resultaría en una bendición nacional.  

Piensa en lo que Cristo ha hecho contigo y ve si es verdad. ¿Quién puede alegrarse con gozo celestial como tú cuando lo haces ante Dios en adoración? ¿Qué gozo hay más profundo que el de tu pecho? Examina el derrotero de tu vida, tu larga o corta historia con él ¿no has sido siempre un triunfador? ¿El éxito no ha sido tu acompañante? ¿Quién tiene algo tan precioso como tu libertad espiritual? Vives de modo simple, que es el mejor modo, sin vanidades, que hay de vivir.

Desde el v. 5-7 se describe al Príncipe de paz y su incomparable reino. En el v.6 emerge la figura gloríos a de su persona, pero todo ello, me parece, para explicar su reino de paz. Si los rabinos se hubieran fijado bien en el texto habrían visto que el Mesías sería un líder que gobernaría principalmente por el conocimiento y que el radical cambio que operaría en Galilea sería principalmente dentro de las personas, en sus corazones y el v.4 particularmente enseña que tal operación sería milagrosa, por gracia como lo hizo en Madián con Gedeón. Hubieran aprendido además que no sería un guerrero y su reino no se instauraría bélicamente, sino que sus conquistas serían sobre el intelecto, las emociones y las almas de los hombres (v.5). No habría que esperar a un político, un caudillo social. Tendría mucho más de profeta, maestro o filósofo que de soldado. De ese modo, espiritual, conquistaría el mundo (v. 7); así se apoderaría de la vida de millones en todas las naciones del globo. “Sobre el trono de David”, pero más que con su espada y su honda, siendo conforme al corazón de Dios; es decir, cumpliendo su voluntad, la cual “será en su mano prosperada y por su conocimiento justificará a muchos” (53:10-12).

 

Israel había sido hecho cautivo por Tiglat-pileser y llevado cautivos a muchos; la aflicción había tocado “livianamente” aquellas tierras porque más tarde habría de retornar para afligirlos mucho más. Dios llenaría esa tierra, camino del mar, con gloria, cuando los exilados regresaran de Asiria y Babilonia. Pero más allá de esa temporal consolación y libertad está profetizada la venida del Mesías, Jesucristo, quien habría de llenar con su conocimiento todo el territorio de Galilea de los gentiles. El conocimiento de la salvación llena de gloria una región cuando Cristo es predicado allí. El regreso en libertad de los cautivos es similar a la entrada de Cristo predicando el evangelio. Como siempre ocurre en Isaías, el pueblo es un símbolo del Mesías y su historia los hechos de Él. Toda la historia del uno es la vida y obra del otro. ¡Oh Israel!, ¿por qué desechaste a tu Mesías? ¿No ves que es crucificarte tú mismo, tu historia? El regreso del Cristo será la restauración de su pueblo y su plena recuperación.  Ezequías pudo ser un tipo de ese Rey, pero la descripción que de él se hace (v. 6) es demasiado grande para aplicársele completamente. No hay “siempre oscuridad” para el pueblo santo, no la hubo.

Por un breve tiempo Israel (los suyos) fueron alumbrados, pero los suyos no le recibieron y escondieron de él el rostro y fue menospreciado; actualmente como en tumba de ignorancia permanecen enterrados, hasta que de nuevo la luz resplandezca sobre ellos, porque el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento (2 Co. 4:3,4). Los que aún moran en región de sombra de muerte (en  ignorancia y pecados) serán alumbrados y la maravillosa luz de la salvación resplandecerá en sus rostros; y como dice el salmista: “serán hermoseados”. Nota la forma pasada en que se presenta el futuro; se da por hecho que la luz les resplandeció, livianamente en aquellos tiempos, luego mucho más, cuando todo Israel, los elegidos, sea salvo.

 

No haga cálculos vanos, si hace caso omiso a las advertencias de Dios

Isa. 9:9,10

"Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería". Mejor traducción es “con piedras labradas edificaremos” “con cedros los reemplazaremos”. Son palabras que contienen orgullo y desafío a Dios. Estos hombres querían decir, "no importa el castigo que nos imponga Dios; los sufrimientos, cuando él rompa nosotros edificaremos algo mejor, siempre que caigamos nos recuperaremos". Y no fue así. Es un desafío inútil, si Jehová hiere es él quien tiene que sanar. No puedes recuperarte por ti mismo de un pecado, la caída es tan grande que es imposible, ni siquiera llegar a ser lo mismo que se fue. 

Si los ladrillos han sido derribados, volverlos a poner en su lugar antiguo es una ardua tarea; y aunque algunos hayan quedado sanos y se puedan utilizar, la mezcla antigua que le queda y con la cual estaban unidos a otros, una vez separados, es un estorbo difícil de limpiarla para sustituirla por una nueva relación. ¡Cuánto más entonces, sustituir los ladrillos por hermosas piedras labradas y que la casa espiritual que se quiere reconstruir supere en belleza, valor y solidez a la que el mal destruyó! 

La recuperación espiritual es un milagro divino, hecho por la mano que castigó, es un proceso largo, difícil, que sólo Dios puede hacerlo. Es cierto que se pudiera alcanzar una vida superior a la perdida, obtener “mayor gracia” (Sgo. 4:6) y después de un caos semejante, sobre los antiguos fundamentos, volver a empezar y alcanzar bendiciones superiores a las perdidas. Pero para eso ¿quién es suficiente? 

El orgullo de esta gente era grande, pensaban que soportarían bien el castigo de Dios y después de padecerlo podrían volver a empezar y alcanzar mejores cosas, con una nueva reputación y un mejor testimonio. Y ese vano pensamiento los endureció y continuaron por el mal camino no poniendo a un lado la tentación sino que siguieron andando en desobediencia, porque eso les gustaba, y estaban dispuestos a pagar el precio de su caída con tal de hacer su voluntad y disfrutar su pecado. 

No haga cálculos vanos, si hace caso omiso a las advertencias de juicio de Dios, prepárese para ser disminuido muy por debajo de lo que usted fue, porque quien peca “voluntariamente” no tiene a su favor ninguna promesa de que su postrer estado será igual o mejor que el primero (He. 10:26). 

Sin embargo, hay muchos casos de misericordias donde la divina gracia ha resplandecido en la recuperación y re-injerto de elegidos que habiendo sufrido grandes pérdidas y humillados hasta el límite, fueron ayudados, no ellos por sí solos, sino Dios (Ro. 11:23), a reemplazar sus perdidas localidades, sustituir ladrillos baratos por preciosas piedras, y cultivar muy bonitos cedros donde antes se conformaban con mediocres sicómoros.

Isa. 9:17

"Son falsos y malignos y toda boca habla despropósitos". El Señor llevará las cosas a un extremo que ustedes no sospecharon, ni siquiera se imaginan.

Isa. 9:20,21

“Manasés devora a Efraín y Efraín a Manasés”. Se roban, se comen y se asedian los unos a los otros, y eso que son hermanos. Pero la ambición no los deja vivir tranquilos cada cual dentro de los límites de sus fronteras; no se acuerdan que tuvieron un padre común que los amó y educó juntos; no se acuerdan de los felices días de la infancia cuando jugueteaban juntos. Todo ha quedado olvidado y ahora, los que otrora eran hermanos muy queridos, se odian a muerte y se despojan de lo que puedan. La ambición y el egoísmo rompen las mejores familias, y hace que los más perversos se unan para criticar y despojar de honra a quien por la gracia ha sido mejor que ellos (Lc. 23:12; Ga. 5:15).

Isa. 10:1- 5

"Sino que todavía su mano está extendida". Un mensaje divino, con interés social y político. Exigiera la justicia divina, y siempre tiene razón.

Isa. 10:9

“Calno” (Ge. 10:10); Carquemis, una ciudad del Eufrates, Asiria (2 Re. 23:29); Hamat, ciudad de Siria (Ge. 10:18). La idea es que ninguna de ellas le pudo resistir y las tomó todas. El lenguaje es semejante al que usó el Rabsases de Senaquerib (2 Re 18:34).

Isa. 10:14

“Huevos abandonados, y no hubo quien graznase”; o no hubo quien gorjeara, o gorgojara. La figura es bonita. Quiere decir que no hubo ave que defendiera sus huevos, con alas, picos y mordidas. LBLA dice “gorgogeara” (¿?). Le fue fácil la victoria porque Dios se la dio aunque él se la atribuyó a sí mismo (v.14). Cuando las cosas se hacen fáciles y con poco esfuerzo, se le pueden atribuir a la providencia.

Isa. 10:20-23

“Sólo un remanente de él volverá”; es evidente el sentido histórico de la profecía, dada para su contexto; de la cautividad volvieron pocos porque la destrucción de la mayoría está “decretada” (v.23), determinada por Dios. No se salvarían. Da horror que la mayoría de la gente se pierda, que el infierno sea tan grande, ¿es el cielo más chico, siendo Dios tan grande? Abruma la mente el espanto de la condenación. ¿Para qué vienen a este mundo sino para perderse? Quisiera que la puerta estrecha fuera más ancha y la ancha más angosta. La salvación es un privilegio.

Isa. 10: 25

"De aquí a muy poco tiempo se acabará mi furor". Después que les ha hecho con ira cosas muy severas, se vuelve para suavizarlas, para que no pierdan la esperanza.

Isa. 11:1

"Un vástago retoñará de sus raíces". Retoña Cristo. Israel ha existido por su Mesías. El remanente por su Mesías.

Isa. 11:2

"Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová". Escogidos atributos del Mesías. En una palabra: está impregnado por el Espíritu Santo.

 

No introduzca aquí el milenio

Isa. 11:1-4

“Herirá la tierra con el espíritu de su boca y con el soplo de sus labios matará al impío”. El Mesías tendrá sabiduría divina porque sobre él reposará el Espíritu de Dios; no sabrá las cosas por la experiencia de sus ojos y oídos sino porque será la revelación de Dios; lo que supo no lo aprendió por libros que leyera ni por instructores que le enseñaran. El Mesías será temeroso de Dios al aplicar su justicia a los problemas sociales, y como no ocupará su trono puesto allí por las masas del pueblo, ni por los ricos y poderosos, a ellos injustamente no favorecerá en el juicio; hará justicia a los proletaríos . El Mesías no encerrará en cárceles a los culpables porque la sentencia procederá de sus labios y sus palabras ejecutarán a los impíos quitándoles la vida que él les dio. No aplique esto, señor, al milenio; esto pertenece al reino de los cielos; y su propósito no es describir el reino sino las cualidades de Jesucristo como Rey. ¿Dónde usted halla la palabra milenio? No la introduzca entonces.

Isa. 11:5

"Justicia y Fidelidad". Oh Señor, si los gobiernos se vistieran así como está vestido Jesucristo; lleno de justicia divina, lleno de justificación, lleno de amor por los pobres y por los que han violado su ley; lleno de fidelidad aunque nosotros seamos infieles; él no puede negarse a sí mismo, nos ama hasta el fin; continúa su justificación, continuó su redención; se goza en llamarnos sus hijos y se deleita en nuestro nuevo nacimiento. Bendita sea la justicia divina en Jesucristo y bendita sea su fidelidad en nuestra perseverancia. Amén.

Isa. 11:2, 4, 9, 13

Si pones a un lado las modernas especulaciones milenarias del texto; si desistes de colocar una fecha para los eventos, si lo interpretas como el gobierno espiritual de Cristo, por su palabra (v.4), por su conocimiento (v.9), te hará mucho bien. Es sobre la iglesia de quien aquí se habla, donde Jesucristo reconcilia a los hombres, donde las fieras, las bestias son transformadas (regeneradas) y cambian hasta sus hábitos genéticos-biológicos; todos comen el mismo alimento espiritual y beben de la misma agua por un mismo Espíritu. De la palabra de Dios y del Espíritu de Cristo. Se aman recíprocamente. ¡Qué reconciliación y paz trae Jesús! ¡Oh Señor, vénganos tu reino! (Efe. 1:10 y Mr. 1:13). Con eso se nota que es un reino de fe.

 

Si encuentra el milenio es que alguien lo puso ahí 

Isa. 11:1-9

“El lobo morará con el cordero, el leoncillo y al animal doméstico andarán juntos y un niño los conducirá; el león como el buey comerá paja”. 

Y a eso le siguen otros trazos del dibujo del reino de la gracia de Dios en Jesucristo. Un penoso defecto que tienen las exposiciones premilenarias es que al usar literalismo, encierran en el futuro todo el texto impidiéndole los beneficios que éste daría si se usa la forma analógica, de dos cosas distintas, o simbólica de exposición, refiriéndola al reino de la gracia del Mesías, esto es Jesucristo. Una de las principales reglas de la hermenéutica es comenzar a pensar literalmente en un texto antes de aplicarle la regla del simbolismo. De acuerdo. Pero hay textos, como las parábolas, las visiones, los sueños, que tienen que ser interpretados de modo figurado, simbólico o análogo. Por ejemplo, cuando Jesús dijo “yo soy el pan que descendió del cielo” ¿eso es literal o figurado? Obvio que es una analogía. Cuando dijo, “este es mi cuerpo que por vosotros es partido” ¿el pan que tenía en los dedos era su cuerpo o simbolizaba su cuerpo? La respuesta es obvia. No hay transustanciación. Cuando dijo, “vendré como ladrón en la noche” ¿es un ladrón que entra por las ventanas de sus elegidos? Seguro que no. 

Lo mismo pasa con ese texto en Isaías. ¿Dónde está el milenio ahí para que se diga que eso pasará en ese período? Para hallarlo ahí tienen que ponerlo. Pero si usted insiste que habrá un período de mil años literales sobre la tierra donde Jesús reinará por un lado y el mundo deshaciéndose en impiedades por el otro, sustituiría a la iglesia cristiana de todo el beneficio espiritual que el pasaje contiene por el quimérico entusiasmo de una vaporosa especulación. Aquí no va un amén. Si pone a un lado las modernas especulaciones milenarias del texto; si desiste de colocar una fecha para los eventos, si lo interpreta como el gobierno espiritual de Cristo, por su palabra(v.4), por su conocimiento (v.9), le hará mucho bien. Un reino de justicia donde se acabará la enemistad entre las criaturas, brutas e inteligentes, y se llevarán bien sin morderse y consumirse recíprocamente, donde el león será tan manso como Ashlam, como una mascota doméstica con el cual un crío de cuna puede jugar; y donde la serpiente ya ha vaciado para siempre de su lengua y colmillos su veneno que no se clavarán jamás en las espaldas de los ausentes. 

Ya que las fieras entraron al arca sin comerse a Noé y otras se echaron junto a Jesús en el desierto (Mr. 1:13), supongo que en “los cielos nuevos y tierra nueva” donde more la justicia sucederá lo mismo, pero no dentro de un período de 1000 literales años, que son simbólicos. Son analogismos, señores, sobre el reino eterno y la iglesia triunfante donde la gracia está entronada, donde Jesucristo reconcilia a los hombres, donde las fieras, los hombres-bestias, con los cuales luchó Pablo en Éfeso, son transformadas (regeneradas), y cambian hasta sus hábitos genéticos-biológicos; en donde todos comen el mismo maná espiritual y beben de la misma agua que brota de la Roca que es Cristo. ¡Oh Señor, vénganos tu reino!

 

Isa. 11:10

“En aquel tiempo la raíz de Isaí será buscada”. Aquí el Espíritu habla de nuestro Señor Jesucristo y como los gentiles no recibirán.

Isa. 12:2

“Me aseguraré y no temeré porque mi fortaleza y mi canción es Jehová”. Puedes decir, “miraré el futuro con mucha esperanza, no por las condiciones en que ahora vivo, ni hasta donde mi ojo ve, sino hasta donde no puedo ver, hasta donde hay esperanza, hasta donde la palabra de la promesa llega (¡oh qué inmensurables alcances tiene!). Pasarán los años, mis ojos físicos quizás no vean esa realidad que ahora vislumbro con los ojos de mi espíritu, pero todo cambiará en mi tiempo o después de mi tiempo. El cumplirá todo lo que ha dicho, no quedará ni una letra que el Espíritu haya puesto en la Biblia que él no traiga a cumplimiento”. No dejes de cantar salmos y regocíjate en la esperanza como si ya la tuvieras (vv.4,5), verás que las fuentes de la salvación no se han secado (v.3). Bendito seas Señor, que nos inspiras, que quieres que mire adelante, que no me aflija, que me goce por adelantado. Oh que no me hunda en el presente, que me goce en ver tu día. “Sufre el oprobio” por “el gozo puesto delante” (He. 12:2). 

Isa. 12:3

“Con gozo sacarás agua de los manantiales de la salvación”. El lenguaje es figurado, por supuesto. Si tienes sed, si estás cansado, si has tenido fiebre, si necesitas salvación, existen pozos profundos que contienen manantiales de salvación. Las fuentes de esperanza, manantiales de fe, gracia abundante, que confortan el espíritu y refrescan el cuerpo. No hay nadie que pueda agotar esas aguas, dispuestas por Dios para que todos llenemos nuestros cántaros. No vayas a otro sitio sino a este Siloé del Señor, donde hay salvación. Echa mano de la vida eterna. El salmista bebió del manantial de consuelos que fluye de la peña de la salvación (v.1); la esperanza sostuvo su fe y la prueba pasó, y vino el alivio; y sus labios sellados por mucho tiempo, se abrieron con canciones a Dios (v.2); y no sólo cantó él sino que se dispuso a ser el director musical de otros (v.5); y el clímax de su experiencia fue que halló que los rostros enlutados tenían que cambiar porque aunque no lo vieran, grande era la presencia de Dios entre ellos (v.6). 

Isa. 13:1 

"Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías". ¿No ves que dice revelada a Isaías? Eso quiere decir que aquellos santos hombres de Dios no hablaron por voluntad propia sino que fueron inspirados por el Espíritu Santo (2 Pe. 1:21).

Isa. 13:3

"Yo mandé a mis consagrados". Consagrados para hacer la voluntad de Dios; eso no tenía que ver con la adoración sino, el pleno uso del mal, del pecado, del salvajismo y la crueldad. Asesinos. Medos.

Isa. 13:6-11

"Y castigaré al mundo por su maldad". Se le presenta la destrucción de Judá como la destrucción del mundo. Ellos podrían decir que el mundo se acabó para ellos (v.11); y en el v.12, donde dice “hombre”, se puede traducir “humanidad”. Por eso parecen esas señales del fin del mundo. Lo mismo pasa con la destrucción de Jerusalén y la segunda venida de Cristo. Lee Marcos 13; y esa es la forma correcta de interpretar aquellas palabras "no pasará esta generación sin que todo esto acontezca"; no pasó aquella generación sin que el templo fuera destruido, que para los judíos fue como la destrucción del mundo. El mensaje para Israel, Dios lo intenta llevar a mayor escala, al mundo entero. El mensaje a Babilonia también es para el mundo completo (v .7).

 

Escogidos, escogidos una y mil veces

Isa. 14:1

"Tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel". 

El texto está escrito para los cautivos en Babilonia con el fin de darles esperanza después de la horrorosa deportación. Mira qué palabra tan bonita, "escogerá" y uno piensa que se dirige a nosotros tanto como a los judíos cautivos en Babilonia. ¿Es posible eso, que Dios escoja más de una vez a sus escogidos desde la eternidad? (Efe. 1:4). El que ha sido escogido desde la eternidad escogido será siempre. La elección no se puede perder. Dios no se equivoca jamás. Pero estas palabras dichas así son provechosas para hacer que los escogidos tomen esperanza de la doctrina de la elección y piensen que los pecados de los escogidos no frustran la elección, porque dice que "todavía escogerá". Los haría regresar de la cautividad. Y ese “todavía” “de nuevo” tiene un mundo de significado. 

Es como si Dios les dijera: “Los volvería a escoger como mi pueblo si eso fuera necesario” “no me arrepiento de haberlos escogido por gracia” (Ro. 11:6), “recuerden que los escogí, han vivido como escogidos míos con todos los privilegios que eso significa y lo continuaré haciendo”. ¿Te parece poco eso para ti, escogido de Dios? Nuestra experiencia en la gracia y con las promesas de Dios le ponen el sello de aprobación a todas las doctrinas reveladas, como ciertas y seguras, porque “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Ro. 11:29). La perseverancia en la gracia y la elección eterna son dos hermanas bien llevadas que se saludan con un beso. Pese a todo. Los pecados cometidos por un cristiano pueden despojarlo de honor, gloria, dinero, salud y más, pero no de su elección. Llegará el día en que “vuelto confirme a sus hermanos” (Lc. 22:32). Después de muchas infidelidades y caídas, con tantas intermitencias en la fe, si fuera necesario, Dios volvería a escogernos, a pensar en nosotros desde la eternidad, a escribir nuestro nombre en el libro de la vida, a enviarnos el Espíritu de regeneración, conducirnos al arrepentimiento y darnos fe al oír la Palabra. Y eso quiere decir mucho, que no está decepcionado con nosotros y nos amará siempre, como dijo el profeta, “de pura gracia”. La elección eterna es de pura gracia, no por buenas obras que haya previsto en nosotros, nada de eso lo movió a escogernos, sino su misteríos o y gloríos o amor, su purísima voluntad. Y tampoco nos pondrá a un lado porque con su ojo infinito haya previsto nuestras desobediencias. Cristo volvería a morir por mí, yo Pedro, aunque le haya negado tres veces.

Isa. 14:4

“Pronunciaras esta parábola contra el rey de Babilonia”. No exactamente un proverbio o una burla sino un símil o parábola. Las representaciones y alusiones pueden entenderse al infierno y Satanás, pero es sólo una parábola y se centra en el rey de Babilonia.

Isa. 14:7

"Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas". ¿Cantando alabanzas a Dios cuando cayó el imperio soviético? ¿O el alemán? ¿O cualquier tiranía babilónica? Es Dios quien lo ha hecho. El “quita reyes y pone reyes (Dan. 2:21).

 

Caerse desde el púlpito, diría Spurgeon  

Isa. 14:9-11

"¿Tú también te debilitaste como nosotros y llegaste a ser como nosotros?". Esto se lo dijeron al rey de Babilonia cuando murió y encontró en el infierno los muertos que él mató.  Este texto lo usó Spurgeon predicándoles a sus estudiantes en el colegio de pastores. ¿Tú también pecaste como nosotros, te trajeron aquí los pecados que nos condenaste, te debilitaste y caíste en la misma miseria que nosotros? Señor que yo no me debilite; ya muchos a los que he predicado están en el infierno por incrédulos y apóstatas; yo no quiero que me digan ellos allí a mí esas palabras, que me debilité como ellos, que los pecados a los cuales les invité que se arrepintieran y dejaran, yo mismo posteriormente rompí toda regla y los consumé. Fortaléceme en mi debilidad, oh Señor dame tu gracia preservadora. Yo no quiero ir allí donde están ellos sino que me esperen en el cielo mis amigos para darme la bienvenida (Lc. 16:9). Considérate santo apóstol no sea “que habiendo sido heraldo para otros vengas a ser eliminado” (1 Co.9:27). “Ten cuidado de ti mismo” joven misionero, y “de la doctrina” “persiste en ello pues haciendo eso te salvaras tú y los que te oyeren” (1Ti.4:16); “acuérdate de la mujer de Lot” (Lc.17:32), y lo que le pasó por hacerlo. Pon los ojos en Jesús “el autor y consumador de tu fe” (He.12:2). Cuida tu cabellera Sansón, huye de las tijeras de Dalila. Y el siempre invicto rey de Babilonia fue recibido con sarcasmos en el infierno, después qué cayó desde la altura de su púlpito.

Isa. 14:12

“Lucero de la mañana”, no Lucifer, ese nombre no aparece en la Biblia, se refiere a la estrella de la mañana, o Venus.

Isa. 14:14

“Me haré semejante al Altísimo”, o al sublime, puede que sea una referencia al dios cananita El, o a Jehová. Ese es el anhelo del impío y anticristo, ser tenido como Dios, el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, perdonar pecados como Dios, curar toda enfermedad como Dios y tener un gobierno universal como él, el Inmortal, Omnisciente y Omnipotente (2 Tes. 2:4).

Isa. 14:27

“Si el Señor lo ha determinado ¿quién puede frustrarlo?”. ¿Quién lo impedirá? ¿Quién podrá hacer nulo el consejo del Altísimo? El hace nulo el consejo de Achitofel pero nadie el suyo (2 Sa. 15:34). ¿Quién le dirá qué haces? (Job 9:12). Su consejo es inmutable (He. 6:17). ¿Quién podrá enderezar lo que él torció? (Ecl. 7:13). 

Isa. 15:5

"Mi corazón dará gritos por Moab". Esto no es un lamento del profeta sino que se coloca en la situación de Moab  (16:8, 9, 11). Y si es así, es muy hermoso que el profeta llore aun por aquellos que se pierden, por las ovejas que no son "de este redil"; que se le conmuevan las entrañas por aquellos que están fuera y que les desea arrepentimiento.

Isa. 16:1

"Enviad Cordero al señor de la tierra". Ya es tarde para eso.

Isa. 16:3-5

"Moren contigo mis desterrados; sé para ellos un refugio". “Usa misericordia con mis desterrados a los que yo he castigado, sé bueno con los que yo azoto, ámalos y protégelos y yo tendré misericordia contigo, país bárbaro”. No te goces con los que Dios castiga; tiende una mano a los que han caído en pecado y desean recuperarse, ayuda a los hijos de Dios cuando él los disciplina. Entristece a Dios y recorta la misericordia a aquellos que ponen un pie sobre el árbol caído y hacen leña de él, con palabras y con desaires. Dios se siente incómodo al aplicar justicia y derrama lágrimas junto con los que lloran.

Isa. 16: 6

“Son falsas sus vanas jactancias”. No estés satisfecho cuando veas a otros castigados por pecados que tú también has cometido, es que no te ha tocado aún. Tiempo se te da para arrepentimiento (v. 12).

Isa. 16:7

"Por las tortas de uvas". Más bien por los cimientos de Kir-hareset (2 Re. 3:25; 2 Cro. 16:3; Je. 48:31). Es probable que esta ciudad se trata de Kir de Moab. La palabra hebrea que se traduce fundamentos, o cimientos, se traduce contenedores (ver Cant. 2:5); para el vino.

Isa. 16:14 

 

“Dentro de tres años será abatida Moab”. Ha dicho: No habrá tiempo si lo dejan para última hora. Si no te preparas con tiempo, puede que no haya tiempo y el susto hará que clames sin fe y sin el Espíritu Santo. ¿Cómo vendrá por ti cuando ha venido ya con la palabra que menospreciaste? Y ¿quién sabe si para ese entonces tengas un ministro a tu disposición? Ahora quedan tres años, suficiente tiempo para ser exitoso y traer al país al arrepentimiento. Oh Señor, tú nos das suficiente tiempo para que nos arrepintamos y nos reconciliemos contigo (Apc. 2:20,21). 

Isa. 17:6

"Dos o tres frutos en la punta de una rama". Gracias Señor que tú no destruyes completamente, se reducen los frutos pero siempre se puede hallar algo; dos o tres frutos en una rama, cuatro o cinco por aquí, tres por allá, pero siempre algo para que no nos sintamos completamente desolados y destruidos y podamos recuperar fuerzas y esperanza para volvernos a ti. Señor, en mi reducción, en nuestra disminución te buscaremos a ti (v. 7), individualmente, tendremos fe y dejaremos a Darwin. Castigo no es exterminación. Disciplina no es venganza.

 

Al evangelio no le hace falta un poco más

Isa. 17:10,11

"Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, siembras plantas deleitosas y les injertas sarmientos de un dios extraño". Es un texto de variada traducción y explicaciones; lo que sé es que el profeta habla en sentido metafórico y no literal y que eso forma parte de la profecía queriéndoles decir que lo que hacen ahora tendrá sus consecuencias después, y lo que hacen en el presente les traería calamidades después. Por eso escogí esta traducción donde la palabra “dios” es introducida para ayudar al significado y que significa doctrinasidolatríacostumbres extrañas a la fe de Israel que resultaron en un olvido total de su Dios y su historia de salvación. Las “plantas deleitosas” que siembran representan lo que son históricamente y el resto de la oración las adiciones de otros dioses que unieron a lo que ellos eran, resultando ese eclecticismo o sincretismo en una mezcla fatal para el credo y la práctica de la religión que los condujo a un olvido de lo viejo por lo nuevo y la destrucción del verdadero ser histórico de Israel. Si uno disfruta del deleite de las doctrinas de la salvación, ¿qué necesidad tenemos nosotros o tienen ellas de agregarles otras? ¿No han sido ellas relamidas de gusto por todos nuestros predecesores? No es Cristo y algo más sino Cristo solamente, no es fe y buenas obras sino fe. Al evangelio no le hace falta un poco más.

Isa. 17:12-14

"Al tiempo de la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe". El texto habla propiamente de la brevedad de los sufrimientos; es maravillosa esa mezcla de juicio y misericordia, de castigo y perdón; Dios voluntariamente no nos aflige sino por necesidad nuestra (Lam 3. 32, 33). El mal no nos vencerá y la muerte será el gran paso a la victoria, el triunfo espiritual sobre el cuerpo. Dios nos mandará que lo abandonemos para transformarlo en gloria, para darnos uno mejor por medio de Cristo que el que nos dio Adán. Oh Dios, nuestros enemigos serán hollados por tus pies; bendito sea el triunfo final cuando no quede ninguno de los que nos afligían.

Isa. 17:14

“Al tiempo de la tarde, he aquí, hay terror. Antes de la mañana ya no existen”. Oh Señor sólo por un momento seremos turbados, cuando mi cuerpo fenezca, también el pecado, y mi espíritu emergerá victoríos o de mis narices para ir a tu encuentro. Oh misericordia, te adoro; oh sí el perdón, esperanza, resurrección, la contemplación de tu rostro en la mañana.

Isa. 18.

La humillación y salvación de Etiopía (v.17); comienza con un ay (v.1) y termina con juicio y gracia; ¿o juicio solamente?

Isa. 18:4

"Me estaré quieto y los miraré desde mi morada". Los miraré durante un tiempo sin hacer nada hasta que alcance su pecado la madurez (v. 5); entonces cuando hayan expresado todas sus iniquidades y manifestado todo lo que son, mostrando toda corrupción, entonces Dios intervendrá y los postrará (Ge. 15:16).

Isa. 18:5

“Antes de la cosecha, tan pronto el botón se abra”. Cuando uno por fin ve algo de su trabajo y se anima su esperanza; entonces vendrá la hoz justiciera de Dios y los talará quitándoles todo motivo de regocijo, y volverán a estar en las mismas, y peor porque habrán perdido el tiempo, el trabajo y las ilusiones. Oh Señor, bendice nuestros renuevos (44:3); anímanos con ese solo  botón de flor que vemos en nuestra labor.

Isa. 18:2,7

“Un pueblo de tez brillante traerá ofrenda a Jehová”. Fíjate que es el mismo pueblo, el que primero amenazaba y hacía temblar a los pueblos, que sería destruido; ese mismo pueblo posteriormente bajo el evangelio sería traído por la gracia de Dios, a los pies de Jesucristo. Se copian al papel carbón las palabras para que no haya duda que es el mismo; transformado de un imperio poderoso, que ahora no lo es, sino una nación empobrecida, a una nación privilegiada con el evangelio. Nadie dirá “no es él, a él se parece”, y si eso ocurre, él dirá “yo soy”.

Isa. 19:1-4

"Levantaré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad y reino contra el reino". Quizá con una guerra civil. “Destruiré con individualismo y enemistad la familia y la sociedad; todos serán enemigos de todos. No habrá cohesión social y faltará la armonía”. Y esto probablemente no por causa de Jehová ni de Cristo sino por una filosofía centralizada en el individuo (Ver Mt. 10:21,22).

Isa. 19:4

"Entregaría Egipto en manos de señor duro y rey violento". “Emergerá por mi voluntad, un tirano”. Se lo merecen. Unos piensan que sea una potencia extranjera o de entre ellos mismos.

Isa. 19:5-10

"Los pescadores se entristecerán". Observa que por dos veces menciona como juicio la tristeza. ¡Qué fáciles para Dios entristecernos! (Y para satanás también). Dios santifique para salvación nuestra tristeza, nuestras preocupaciones nos acerquen a él y ellas aumenten nuestra experiencia cristiana, nos revelen a Dios, su misericordia, su paciencia y su fidelidad para consigo mismo, su palabra y nosotros.

Isa. 19:11, 12

"¿Dónde están los sabios?, que digan ahora". Los astrólogos, los hechiceros, los sacerdotes, los espiritistas y adivinos. Que hablen los que dirigen la política interna y externa de Egipto, los diplomáticos más sagaces, los expertos en economía y ciencias políticas, el gobierno sin Dios, los secularistas, a quienes no les importa la moral en el gobierno ni en las escuelas, que nada podrán hacer para revelar lo que Dios ha determinado; y por supuesto que no es bueno.

Isa. 19:13

"Engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias". En vez de familia la mejor traducción es “rama” o “pueblo, tribus”. Los que construyen la sociedad te pueden engañar. Ten cuidado con qué y con quién doctrinalmente formas tu familia. La piedra angular de la familia y del pueblo, como de la iglesia, debe ser Cristo (1 Co. 3:11).

Isa. 19:15

"No aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola". No tienen salida, hagan lo que hagan están perdidos. Es un símil perfecto, ni delante ni detrás.

Isa. 19:17

"La tierra de Judá será de espanto a Egipto". La fama y poder de Israel es su Dios. Pero el significado es que los que apartaron a Israel de su camino, los que lo destruyeron recibirán su castigo y la sola mención de Judá les traerá a la mente el mal que le hicieron y el castigo que recibieron por ello.

Isa. 19:18

"Habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán". Porque aprenderán hebreo para conocer las enseñanzas de Dios. ¡Qué hermoso cuando los jóvenes son enseñados en sus seminaríos  a que examinen la Biblia en hebreo y griego! De seis ciudades, cinco serán salvas, y solamente una, Ciudad de Herez, o “destrucción”, “ciudad del sol”, irá al seol. Un gran avivamiento sobre Egipto.

Isa. 19:22

"Herirá a Egipto; y sanará y se convertirán a Jehová y les será clemente y los sanará". El Señor no abandonará a Egipto, será perdonado y Dios creído allí. Señor, los avivamientos y despertares de las ciudades son tuyos, no son nuestros métodos y preocupaciones ni el dinero que gastamos inútilmente en anuncios públicos, vendrá la salvación de una ciudad por tu misericordia, porque llevarás a la gente a un punto que preguntarán por ti y como creer en ti.

Isa. 19:18-24

"Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad". ¿Qué es eso Señor, qué leo? Egipto destruido conforme a tu consejo y alzado y santificado por tu gracia. Oh países del mundo, mirad a Jehová. No morirá eternamente Egipto, hay profecías de conversión a Cristo, de que el evangelio al fin triunfará entre gente de ese país moreno. Oh Señor ¡cuándo llegarán esos tiempos! ¡Qué ojo el de Isaías que miró esta gracia! Los pueblos del mundo tradicionalmente enemigos han hecho la paz y se han reconciliado por medio de la cruz de Cristo (Efe. 2:14-18).

Isa. 20:1-5

"Quita el cilicio de tus lomos, andando desnudo y descalzo". No totalmente desnudo porque sería indecente; sin el cilicio y sin otras prendas; con muchísimo menos ropa como para opinar que estaba desnudo; lo suficiente escaso de ropa como para ilustrar la Palabra (1 Sa. 19:24; 2 Sa. 6:14). Haciendo todo lo posible por llamar la atención sobre la palabra de Dios. En cuanto a los egipcios (v.4), vea algo similar en 2Sa. 10:4.

Isa. 20:6

“Y ¿cómo escaparemos nosotros?” Si haces tu vida y destino el mismo del que se pierde, te perderás con él.

Isa. 21:4 

"Se pasmó mi corazón, la noche de mi deseo se me volvió en espanto". Fue tan espantoso lo que vio que perdió toda clase de deseos. El anhelo por la noche. Si viéramos a los réprobos en el infierno, no reiríamos ni dormiríamos más. El profeta no podía dormir.

 

 

Despierta y espabila a tus colegas

Isa. 21:11,12

“Centinela ¿qué hora es de la noche?”. O ¿Guarda, qué de la noche? ¿Qué tiempo de calamidad les queda a los judíos en Babilonia? O ¿qué tiempo de dolor le queda a Edom? La noche son las aflicciones. ¿Qué queda de la noche, mucho? ¿Cómo va la noche? ¿Algo nuevo? ¿Algún percance? ¿Falta mucho para que amanezca? Veo aquí un buen compañerismo, una relación de unión entre dos centinelas. Uno a otro se habla para no dormirse porque cuando los centinelas de Dios conversan sobre sus experiencias, cuando la noche los cubre, se mantendrán despiertos. Los apóstoles se durmieron por la tristeza (Lc. 22:45). Y fue triste que Aquel varón no tuviera a nadie, sino un ángel para fortalecerlo, que velara con él una hora.

Y el uno le repite la pregunta porque quizás llevaba mucho tiempo sin decir nada, no asistía a las reuniones de centinelas, como si una raíz de amargura estuviera deteriorando su carácter; o quizás notó desde lejos que no se movía de su lugar, o lo vio en la sombra cabeceando. Se alarmó el compañero porque si se duerme un colega, peligra lo que cuida, el territorio que se le ha asignado y la gente que reposa confiada en que él estará vigilante. La vida de muchos depende que él no se duerma. Pudiera ser que aquella noche le resultara más larga que otras y había llegado mentalmente turbado con las preocupaciones de su familia y por eso, desalentado y melancólico se dormía. 

El compañero que se halla cerca no le dice “Juan ¿cómo va la noche?, o “Pedro ¿qué de la noche?”.  Sino “guarda ¿qué de la noche?”. Debió decirle su nombre, o no lo sabía porque era un nuevo ministro recién ocupando la almena de aquella iglesia, un nuevo ocupante del púlpito, un relevo que habían traído por el que se retiró. Lo llama por su oficio. Recordándole su militancia espiritual.

De todos modos, llámese Apolos, Pablo o Pedro, lo cierto es que cualquiera que sea el obispo, es un sobreveedor (1Ti.3:2) y debe vigilar con cuidado por su rebaño. Por eso a su amigo le parece que está cabeceando y lo llama (¿por teléfono, a un almuerzo,  a una reunión?) para darle una conversación que lo despierte y lo refresque (o lo caliente un poco, como despabilándolo, o espabilándolo, Ex.25:38) un poco y se saque esa preocupación de la cabeza, haciéndole saber que lo llama para contarle sus confidencias en las labores y porque tampoco él quiere dormirse, y recordarle que todos  los vigilantes del Señor tienen sus propias oscuridades. Aun Jesús en un momento de humana debilidad recibió un ángel que lo fortaleciera (Lc.22:43). Guarda, ¿cómo va la noche? 

 

 

Isa. 21:16,17

"De aquí a un año la gloria de Cedar será deshecha". Un año exacto para arrepentirse, para pedir misericordia.

Isa. 22:1

“Valle de la visión”; se refiere a Jerusalén que se halla en un valle rodeada de montañas. Reducida al silencio y la desolación por el asedio y el hambre (v.5).

Isa. 22:3

"Aunque habían huido lejos". Si pecas contra Dios su justicia te perseguirá por toda la tierra y te alcanzará en un lugar o en otro, aunque te cambies de ciudad, de país, y te vayas lejos (Num. 32:23; Hch. 28:4).

Isa. 22:4

"Déjenme llorar amargamente no me consuelen". Déjenme llorar, no me den consuelo que necesito verter la amargura de mis entrañas, déjenme que beba mis lágrimas y alivie mi dolor. Han muerto como impíos los que yo amaba y ya no puedo retornarlos de la condenación donde han entrado. Se siente uno inconsolable, como el profeta, cuando despide un cadáver amado, de un alma que está en el infierno.

Isa. 22:7

"Tus hermosos valles fueron llenos de carros".  O los mejores, los cercanos a Jerusalén que se llenaban de ovejas, sembrados de maíz y vino. Y uno ve como el pecado va pisoteando las cosas más hermosas que tiene. Oh Señor ayúdame a no enojarte y a cuidar los preciosos valles que me has dado.

Isa. 22:9 

"Visteis las brechas de la ciudad de David que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque abajo". El abandono de las murallas en tiempo de paz (Cro. 32:3,4). Esto es un reproche, y precipitadamente tuvieron que trabajar para reparar lo que con más tiempo no hicieron. Entraron los asiríos . Debemos prepararnos en tiempo de paz para corregir los conflictos, con una fe que vence el mundo, con una esperanza que entra detrás del velo. Contempla las huellas que el mal abre y como por ellas se escapa toda la vida espiritual. Ezequías trabajó mucho para reparar las murallas (2 Cro. 32:5).

Isa. 22:10

“Y derribasteis casas para fortificar las murallas”. Examinaron y evaluaron aquellas casas de piedra que podían ser derribadas y usados sus materiales para reconstruir ¡la fortaleza de Sión! Supongo que bien los dueños fueron pagados por sus casas o ellas estaban abandonadas y podían ser donadas para el gobierno y usada en la defensa de la ciudad. Guste o no gran parte del dinero que se pagan por impuestos irán a parar en el presupuesto de defensa de la nación e invertido en armamentos. 

 

Empieza por Dios y todo va cayendo en su lugar

Isa. 22:11

"Y  no tuvisteis respeto al que lo hizo". Se refiere al menosprecio a Dios. Se preocupaban por restaurar las brechas, las perforaciones del descuido del tiempo, las grietas agrandadas por el abandono, afilar las espadas y las puntas de las lanzas, sin embargo, habían descuidado lo más importante, la relación con Dios, confiando inútilmente en los procedimientos y las defensas humanas contra el mal, cuando debían haber empezado por Dios. Eso es una advertencia a los que estiman más la capacidad de defensa humana que buscar la protección y el favor divino. Y no me alejo mucho en la aplicación si digo que se refiere a los que confían más en “ejército y fuerza” que en el Espíritu de Jehová; piensan que, ahorrando agua, protegiendo los manantiales, y toda otra medida sabia los haría campeones; y podría no ser así si sólo son estrategias que sustituyen la estrecha relación que deben tener con Dios. No aprendemos, hermanos, que nuestro mejor evangelismo se hace arrodillados y es más una victoria de la fe y de la oración que del trabajo de reparación y construcción. Pensamos que nos protegemos más si somos inteligentes que si tenemos fe, pensando que el bronce es mejor escudo que el de la fe. No inviertas el orden de las cosas importantes.

Isa. 22:12, 13

"Llamó a vestir cilicio y he aquí alegría diciendo: comamos y bebamos porque mañana moriremos". En el mismo borde del pozo de destrucción, próximos a caer en él, se divierten, ríen, bailan, comen y hasta se hartan despidiéndose con incredulidad y pecado de esta vida. ¿Cómo puedes tú simplemente comer, si pronto estarás en la condenación? ¿No debieras más bien ayunar? ¿Cómo te embriagarás si ebrio pasarás a la eternidad? ¿Es esa la filosofía de tu vida? Si no hubiera resurrección, sí, pero si hay resurrección ese no es un buen modo descuidado de vivir (1 Co. 15:32). 

Isa. 22:15-24

"Entra a ese tesorero, Sebna (37:2), y dile"; "mayordomo, escriba, canciller, tesorero, un traidor que maniobraba con los asiríos  para perpetuarse en su puesto. Sería depuesto, empujado por Dios y saldría de su cargo como una bola que corre por tierra. Su nombre no se perpetuaría, su sepulcro no sería usado por él, moriría lejos y otro, Eliaquín, llevaría la gloria.

Isa. 22:16

“¿A quién tienes aquí que te has hecho una sepultura?”.¿Qué tienes aquí? ¿No eres peregrino e ignoras donde morirás? Es mejor que tu nombre esté escrito en libros, en la memoria de  muchos, y en el cielo (2 Sa. 18:18; 2 Cr. 16:14; Mt. 27:60).

Isa. 22:19-24

"Y te arrojaré de tu lugar y de tu puesto te empujaré". Oh Señor sustituye con mejores nombres los que borras del libro de la vida, trae a sus puestos vacantes mejores gentes, con más dignidad. “Tomará otro tu oficio y lo bendeciré y será de bendición; será exactamente un obrero como mi hijo Jesús, "abrirá y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá " (v. 22); y será un asiento de honra y no deshonra como tú; honra su linaje y su padre y su madre estarán orgullosos de él; muchos dependerán de él como un clavo en la pared del cual se sujetan cosas (v. 24); que los hijos y los nietos serán sus principales admiradores y todos los que yo llamo "vasos menores"; sin embargo también tocará su fin por causa del pecado. Si quieres ser el orgullo de tu familia sé fiel a Dios”. No me empujes Señor hacia abajo sino hacia delante.

Isa. 22:23, 24

"Colgarán de él toda honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos". Oh Señor que sea yo de honra para mis hijos y mis nietos, que oigan que viví como un padre cuidando a tu pueblo, que usen con honra mi apellido, que los envidien por ser mis descendientes; que sea muy grande mi casa cuando se reúnan conmigo en el cielo. Oh los que yo no conocí, y guardaron tu palabra que yo les transmití. Amén.

Isa. 23:1

“Quitím” o Chipre, un territorio fenicio, en un sentido posterior varias islas adyacentes a las costas del Mediterráneo. Desde ahí salió Alejandro.

Isa. 23:4

"Avergüénzate Sidón". Arrepiéntete Sidón; elimina de dentro de ti los pecados que tú viste que contribuyeron a su ruina.

Isa. 23:7,12

“Ciudad alegre”. No te alegrarás más, ciudad divertida y pecaminosa; como no habéis llorado vuestros pecados y en ellos tomabais placeres, lloraréis vuestras calamidades. Si no hay arrepentimiento hay sufrimiento. Cerrados están vuestros cines y el celuloide de vuestras pornografías es echado a la basura por tus conquistadores. Tus teatros están en ruinas.

 

Un paso teológico que preceda la política y la prosperidad de la economía

Isa. 23:17, 18

“Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente”.

Se interpreta esta entrega económica de la ciudad fenicia de Tiro a la misión cristiana y evangelización. Tiro fue visitada por Jesús (Mt. 15:21). Pablo halló algunos discípulos allí (Hch. 21:3-6). Eusebio y Jerónimo dan testimonio de cómo ayudaban a la obra de Cristo. Sin embargo, según su historia bíblica ella no aprendió nada por su castigo, de su destrucción no sacó ninguna lección. No obstante, Jehová, sabio, no la pulverizará por su maldad, le permitirá prosperar, y quizás por manos judías para entregar sus ganancias a ellos que viven delante de Jehová, o sea del templo en Jerusalén. Para que otros, Israel, coma bien y se vista espléndidamente. Aunque grosera la comparación (en Tiro había mucha prostitución), como hace una ramera para su explotador. La postrera maldición de este pueblo sería ser para bendición del suyo.

Hay muchos pueblos que, aunque cuentan con recursos naturales no los explotan para sus hijos sino para extranjeros, para que coman "hasta saciarse y vistan espléndidamente" (v.18), no los obispos sino los hombres de negocios. No necesariamente eso significa que ellos no salgan ganando del comercio y la inversión extranjera, porque el beneficio pudiera ser recíproco. Pero el tono de estas palabras lo que indica no es una subyugación religiosa, una conversión popular a Jehová, sino una economía de la cual se beneficiará el pueblo judío. 

Ahí se encuentra una explicación no sociológica, política o científica del porqué algunos pueblos no mejoran económicamente. Hay naciones que han vuelto la espalda a Dios y hoy pertenecen al Primer Mundo. Pero también es cierto que el perenne pecado de los pueblos contribuye a que no prosperen económicamente, o se derrumben sus economías, y sus fértiles tierras y valiosos yacimientos sean exportados. Ellos comen mal y aquella gente come bien, ellos se visten mal y los otros espléndidamente. Entonces, ¡comiencen los pueblos a volverse a Jehová como primer paso teológico que preceda la política y la prosperidad de la economía! Y después siembren universidades.

24.

Este capítulo tiene mucho de una destrucción universal (v. 4); por causa del esparcimiento general del mal (v. 5) y la violación de las leyes divinas.

Isa. 24:14-16

“Estos alzarán su voz”. "Estos" tienen que ser los elegidos en todas las partes del mundo, los que creen Cristo, los que tenían hambre y sed de justicia, glorificarán al Señor. Sin embargo el profeta llora porque no quería que eso ocurriera, lamenta la muerte de tanta gente. No es su felicidad sino su desdicha. A Dios se le alaba tanto por su gracia como por su justicia. “El mundo canta por el juicio de Dios pero yo me siento triste; ellos ríen y yo lloro, sé que Dios es justo pero no soporto la visión de la desolación que ha dejado. Sé que han sido desleales y se lo merecen, pero hubiera querido que eso no ocurriera”.

Isa. 24:21-23

“Castigará al ejército de los cielos en lo alto. Serán amontonados y en prisión quedarán encerrados”. Esto no tiene nada que ver con la caída de los diablos y su encerramiento en “prisiones de oscuridad”; está hablando de seres humanos que se han rebelado contra él y no han oído sus amonestaciones. Mucho tiempo presos, casi 70 años, y morirán en prisión; pero siempre habrá esperanza que Dios reine en su lugar y su pueblo retorne. Oh Dios prepáranos para estos cataclismos universales, para estas guerras mundiales. En esos días la iglesia será levantada en alto, hasta las nubes; su pueblo será preservado de su ruina total; al final un remanente será salvo.

Isa. 25:1

"Tus consejos antiguos son verdad y firmeza". ¿Crees que porque los consejos son antiguos ya no se aplican? Te equivocas, han sido puestos en práctica por generaciones y millones dan testimonios a favor.

Isa. 25:3-5

"Por eso te dará gloria el pueblo fuerte, la gente robusta; fuiste fortaleza al pobre, al menesteroso, refugio contra el turbión, sombra contra el calor". Aún entre mucha gente fuerte hay necesitados, entre ricos hay pobres, entre dichosos gente que llora, y veo Señor, cómo tú desplegaste tu ayuda a ellos; alzarlos y prevalecer; y se maravillaron, cuando no tuvimos la sombra de un gran nombre, la influencia de una alta figura ni el poder del dinero, te tuvimos a ti, Dios. Los humildes no están desprotegidos ni los pobres tampoco.

 

Los cementeríos  se llenarán de vida

Isa. 25:6-9

“Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. "Destruirá a la muerte para siempre". Las primeras palabras (v.6), indican una gran cena, un suculento banquete; pero todo eso no es una fiesta, sino mucho juicio como cuando en el Nuevo Testamento se habla de las "bodas del Señor", indica alegría y unión, por una parte, y por otra, juicio. Calvino piensa que la cubierta que recubre a los pueblos es la ignorancia y que ésta será rota por el conocimiento del evangelio. Y esta posición tiene bastante fuerza que se la da el versículo siguiente (v.8), la esperanza de la resurrección de Cristo. Es cierto eso, y así lo interpreta Pablo, porque este pasaje trasciende el momento histórico de Israel y se remonta en el tiempo hasta la tumba de José de Arimatea. La esperanza de la resurrección es un factor clave en la derrota de la incredulidad porque disuelve como humo el mayor de nuestros miedos, el temor a la muerte. La vida sería distinta si la miráramos desde la perspectiva fundamental de la resurrección de Jesús; si todos los valores de existencia humana se graduaran desde allí, si todos los sufrimientos y preocupaciones temporales se vivieran desde esa esperanza. La esencia de estas palabras se las dio el Espíritu Santo a Pablo (1 Co. 15:54), que anunciaba de antemano la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Le avisó a Isaías que vendría un día, el cual él no vio, que la muerte moriría porque el poder de ella sería destruido, y victorioso y glorioso se marcharía de su tumba, vivo, Aquel que es nuestra esperanza de gloria. Mira como la más sublime de las esperanzas está escondida en un contexto histórico. Pablo halló las palabras y dijo: estas son lo que ha hecho Cristo, las descubrí. Tienes que tener presente a Cristo y la obra de Cristo cuando leas la ley, los salmos y los profetas (Lc. 24:27). Los cementerios se llenarán de vida y de entre la hierba saldrán cuerpos celestiales. El mío, el tuyo.

 

Isa. 25:9

"Este es nuestro Dios, le hemos esperado". Espera manso creyente, espera y no será inútil tu espera y mientras esperas no cuentes los días ni las horas, ni las lunas, ni los años. Cierra los ojos y espera en Dios. Duerme en sus brazos como un niño en el regazo de su madre. Espera tranquilo (26:8). El sol no acelera su paso porque tú estés ansioso e impaciente, nada adelantas porque te halles en “ansiosa inquietud”. Siéntate sobre alguna promesa de fe, no se agite más tu pecho en ella que es como si estuvieras sentado “en los lugares celestiales con Cristo”. Echa tu suerte con el Señor y deja el manejo y orden de todo a su sabia providencia, no pienses en lo que ha de ocurrir, sea bueno o malo Dios lo conducirá para bien.

Isa. 26:1, 2

"Y entrará la gente justa guardadora de verdades". Me suena mejor esta versión que la que dice “nación fiel”. Algún día tendremos una iglesia segura y dentro de sus muros entrarán sólo los justos y los que dicen verdad, los que aman decir la verdad, y la verdad doctrinal, y diremos "fuerte es nuestra iglesia por la vida de sus genuinos y veraces miembros".

 

Medita en Dios de día y de noche

Isa. 26:3

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti se mantiene”, o cuyo “propósito en ti es firme”. La palabra “completa” no se halla en el hebreo, pero lo que pasa es que se repite doble “paz, paz” y da la idea de algo abundante y completo. Y eso lo pide a gritos nuestro corazón, “paz, paz, gracia y paz”, que es uno de los dulces frutos del Espíritu Santo, y mantiene los pensamientos sin ser agitados por las dudas y el desconcierto. Es lo que pide el profeta, desarrollar su ministerio, aunque sea difícil, tranquilo, con la confianza en la providencia como un don que le pide a Dios.  ¿Piensas mucho en Dios? Pudieras meditar en Dios en las obras de la creación, en la historia de su providencia, pero mejor que eso es meditar en las palabras del Espíritu Santo, lo que ha hablado Dios por medio de su Espíritu en la Biblia, en la predicación y en libros escritos por varones santos. Medita en la ley de Dios (Sal. 119:27,48). Si meditas en él, te guardará en paz, el mejor refugio del mundo son las palabras del Señor; recobrar la paz es instantáneo, en cuanto crees, cuando el mundo te la quite él te la restaurará con sus promesas y con su presencia gloriosa en tu corazón. Señor, tú no me dejarás pecar contra ti porque mi pensamiento en ti persevera. Oh, Señor, qué tema tan alto es la meditación en ti. Yo quisiera meditar nada más que en ti, de día y de noche (Jos. 1:8; Sal. 1:2).

Isa. 26:4

"Confiad en Jehová perpetuamente". Cómo se esforzaron los profetas para que tuviéramos fe en Dios, para que aprendiéramos que nuestra permanencia está en él. En él, estoy seguro.

Isa. 26:8

"Tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma". Quiere decir primero tu "honor, posición, carácter". Si tenemos en cuenta el honor de Dios, laposición que Dios tiene en nuestro credo y nuestra vida, si tiene la preeminencia (Col.  1:18), si recordamos sus hechos poderosos, si decimos "esto lo haremos en memoria de ti", si recordamos sus beneficios, entonces seremos fuertes y estaremos seguros. Oh alma ¿son estas cosas las más importantes para ti? Si no te olvidamos a ti, tú no nos olvidarás. Señor nada deseo más en esta tierra (Sal. 73:25).

Isa. 26:9-11

"Mientras dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte, porque luego que hay juicios tuyos en la tierra los moradores del mundo aprenden justicia". Oh sí, soñamos con tu justicia; tenemos la ciudad de gente buena (v. 2), y esperemos, esperemos en su justicia y él nos defenderá. Me levantaré Señor temprano en la mañana a buscarte, y mis primeros pensamientos serán los tuyos, y mis primeras palabras serán dirigidas a ti, en oración, Amén.

 

Te puedes salvar con poco

Isa. 26:10-13

"Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová. Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá. Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras. Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre”.

Fuerte es el amor y a veces no vence corazones. Eso es verdad, el malvado sólo necesita justicia, no aprenderá por el amor y no le importa la majestad de Dios aunque se le muestre delante de sus ojos. ¿Eres acreedor de este reproche? ¿Has sido enseñado por Dios de balde? (Jn. 6:45) ¿Te ha enseñado la unción del santo alguna de sus muchas cosas? (1 Jn. 2:27). Quizás sea bueno que regreses sobre lo que has aprendido y repitas las primeras lecciones, los “rudimentos de la doctrina de Cristo” y trabaja sobre cada renglón, recoge un poco aquí y otro allá (Flp. 3:1).

Nota el método de revelación que ha usado el Señor, es tremendamente lento. A veces no ha enseñado una nueva verdad en siglos, adaptándose a nuestro entendimiento, dándonos tiempo para que la consideremos, la estudiemos, probemos su veracidad. ¿No has notado con cuán pocas verdades se salvaban los antiguos? (Sal. 62:11). Ignoraban muchísimo de lo que hoy nosotros conocemos plenamente. Si ellos se salvaban con pocas verdades, ¿qué más necesitamos saber? Si ellos se salvaban con ritos, ceremonias, que eran sombras de Cristo, ¿qué justificación tienes para no salvarte con el mismo Cristo? Si ellos amaban su silueta, ¿no amarás tú al Cuerpo?

Isa. 26:11

“Pero ellos no ven; verán al fin”. Siervos van a la condenación, siervos mueren y alzarán sus ojos en el hades estando en tormentos (Lc. 16:23).

Isa. 26:16

“Derramaron oración cuando los castigaste”. Lamentablemente esa es nuestra experiencia, cuanto más afligidos estamos más oramos. Es diferente la oración cuando somos disciplinados, cuando somos azotados por el Señor y estamos bajo su vara, a cuando oramos impulsados por el Espíritu de gracia, cuando la gloria y majestad del Señor nos pone de rodillas, cuando la oración no es una queja sino un gemido del Espíritu y sentimos que nos hallamos en el mismo frente al trono de la gracia para recibir oportuno socorro. Así oramos como desde el mismo cielo, en la gloria. Si la aflicción hace que oremos, ha dado resultado.

 

La tierra guardará como sagrado nuestro polvo

Isa. 26:19-21

“Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán”. Es difícil pensar que aquí sólo se trata de la renovación de una esperanza fracturada, del regreso del pueblo a su tierra, del cambio de condiciones; es cierto que este texto tiene que ver con todo eso y, que ya lo profetizó Ezequiel sobre los huesos secos, pero, aun así, la esperanza cristiana en la resurrección está latente ahí. 

Si eres cristiano y conoces la forma de hablar del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento por medio de los profetas, y entras al mundo de ellos con Cristo que es la llave maestra de la Escritura, te regocijarás al descubrir la esperanza de la resurrección de entre los muertos; y como al Espíritu se le salía de la boca, como quien dice se le saltaba, esa maravillosa promesa (Hch. 13:30-32). Nuestros cadáveres cobrarán vida y al despertar, lo primero que haremos es cantar (v.19); la tierra no podrá negarse a entregar el polvo de los santos. 

Y no sólo yo y tú, porque dice “tus muertos” vivirán. Los venerables cadáveres de los santos ancianos, mis abuelos salvados, aquellas luces mortecinas que cuando conocí parpadeaban para extinguirse. Mi hermano, que me dejó roto el corazón con su partida. Mi linda hermanita, que como una pequeña flor fue arrancada de súbito del pecho de nuestra madre, que aún la llora. Y mi compañero querido que servía al Señor con lo mejor de su juventud. Un día enfermó cuando todos nos reuníamos en el ministerio. Y él no estaba allí. Fue a la reunión, pero no llegó. Lo llevaron con dolor al hospital y cuando su joven mujer llegó junto a su cama, él le entregó su última sonrisa, le devolvió el anillo de matrimonio y le dijo: “La muerte nos separa”. Mi vieja madre, que a última hora oyó el llamado de Cristo y se dispuso a leer la Biblia que le di, y arreglar su marcha, resucitará con un cuerpo glorioso, como el de Jesús, un inmerecido regalo de él para ella.

Señor que al acercarme a mi muerte no tenga miedo, que recuerde en ese momento que allí no estaré por la eternidad, que la tierra guardará como sagrado mi polvo y cuando el Creador lo ordene devolverá mi cuerpo; y como resucitan las hortalizas con el rocío así resucitaré yo al mandato del Señor, y ¡Dios mío!, el Señor me recodará porque nos conocemos y al volver preguntará por mí a la tierra del olvido y ella le responderá “aquí lo tienes”.

Isa. 27:1

“El leviatán, el dragón que está en el mar”; es el diablo, por lo menos un tipo ¿no?

Isa. 27:3-5

“Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Haz paz con Dios y con su pueblo. ¿Qué pueden los espinos contra el fuego? Sí, haz paz con Dios, por tu bien. Dios establece las “condiciones de paz” (Lc. 14:32); Cristo es nuestra paz (Efe. 2:14).

Isa. 27:6

“Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y la faz del mundo llenará de fruto”. ¡Oh qué días de avivamiento aquí se pronostican!, el pueblo deshecho volverá a formarse, los esparcidos retornarán (v. 12); raíces, flores y frutos; el mundo entero bendecido con el avivamiento de la esperanza del pueblo de Dios.

 

Evangelizando uno a uno

Isa. 27:12

“Seréis reunidos uno a uno”. A veces por montones, pero uno a uno también es misericordia, despacio, casi sin notarlo, quiere decir que ni uno solo de los escogidos será olvidado o no podrá creer. ¿No es uno bastante? En lo espiritual también tenemos ambiciones y nos parece poco cuando uno solo se convierte a Cristo. ¿Para hacer brillar nuestro nombre o la gloria de Dios? Por uno sólo debemos dar gracias, porque Dios hizo que lo ganáramos. ¿No fue el ladrón en la cruz uno? ¿No fue Saulo, uno? ¿No fue Onésimo uno y llegó al obispado de Colosas? ¿No fue el carcelero uno, el primer europeo convertido a Cristo? ¿No fue Lidia la primera y después la familia?  Aquellos por los cuales Cristo murió no se perderán, ni uno solo; él se acordará de todos cuando venga en su reino. Esa gran promesa ocurrirá en aquellos días cuando haya mucho perdón (v. 9), cuando el pecado sea removido de la iglesia, uno a uno será añadido a ella para ser salvos. Cesemos de pecar y el Espíritu traerá a nuestros hermanos que están lejos y los veremos llegando uno a uno. 

Isa. 28:1

“Los aturdidos por el vino”. Puede traducirse los golpeados por olvido. Una referencia a esto se encuentra (v.3; Pro. 23:29-33; Ose. 7:5; Am. 6:6). Uno de los pecados de Efraín fue el alcohol, excesivo en aquellos tiempos. Puede estar hablando en sentido figurado. Efraín constituye las diez tribus, después están Judá y Benjamín. Quizás en este tiempo todavía no habían sido destruidos.

Isa. 28:5, 6

“Y Jehová será por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta”. El Señor no cesa de darle promesas al remanente para que se recupere de su castigo, para que no se extinga y los consuela de los juicios con los que los afligió, y les da esperanza. Para los que necesitan inteligencia y fuerza para reponerse, para administrar dentro y luchar afuera. Oh Señor aún tenemos un poco de fuerzas, los pocos que hemos quedado, haznos ver que podemos rehacer la batalla con los mismos enemigos o contra otros, y que esta vez aunque nos invadan no los dejaremos entrar; prevaleceremos aunque seamos menos porque somos más santos (2 Cr. 32:6-8; Isa. 25:4).

 

Ministros por aquí y ministros por allá 

Isa. 28:7-13

“El sacerdote y el profeta erraron con sidra; fueron trastornados por el vino, erraron en la visión. ¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? Porque mandamiento tras mandamiento, renglón tras renglón, líneas sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá”. Habla de Judá. Lo más importante de todo esto es, que se repite dos veces, la palabra de Dios y (1) les hablaría como a los niños, despacio, los enseñaría con un lenguaje cortado como cuando se enseña a infantes, con oraciones breves y palabras cortas, o en “lengua de tartamudos”, para que aprendan porque aunque debían ser ya maduros eran niños, carnales, y no podían aprender lo más difícil (He. 5:12); y también enseña la exigua cantidad de palabra de Dios porque los ministros se habían olvidado de quienes eran, y entregándose a la bebida perdieron sus ministeríos ; porque eso de “un poquito” también quiere decir un ministro por aquí, un profeta aislado por allá; en esta denominación cristiana, otro profeta genuino por allá por la otra denominación; y no son suficientes. El vino y la cerveza son símbolos de la carnalidad de los ministros, la sensualidad de ellos. Quienes debían ser santos vivían de modo disoluto, (2) sin embargo, el fluido de la doctrina hacia el pueblo continuaría aunque poco a poco, mucho menos que antiguamente; y deberían investigar dónde aún se predicaba la sana doctrina e ir a escucharla, y presumo que la oirían no con mensajes de total gracia sino de justicia y algo de gracia, porque era inevitable que esa clase de auditorio lo necesitara, y  para que no perdieran la esperanza; esa es la forma correcta en tiempo de apostasía, carnalidad e indiferencia; algunas líneas sobre mensajes de salvación, algunos ministros fieles, pocos sermones realmente provechosos, muy pocos en comparación con la gran cantidad de predicadores impostores, como lobos vestidos de ovejas, (3) pero aunque el método y el contenido eran buenos, dándoles tiempo para la reflexión y antes que cesara completamente la visión, de nada sirvió, murieron en sus pecados por causa de la incredulidad de ellos. Les habló en lengua de tartamudos, en la lengua de los caldeos que no comprenderían, no para salvación como dice Pablo, sino para condenación, (1 Co. 14:21) (Am. 8:11; 2 Ti. 4:3). La palabra trastornado podría traducirse tambalearse, en sentido figurado. Hemos hecho un poquito aquí, un poquito allá en otro lugar, en otra iglesia, en otro país. Algo es algo y si no somos inconformes podemos agradecerlo al Señor. 

 

La muerte no hace pacto con nadie

Isa. 28:14-16

“Hemos hecho pacto con la muerte, hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos”. ¿Sí? ¿Qué clase de pacto habrás hecho con la muerte? ¿La muerte ha hecho pacto contigo? La muerte no hace pacto con nadie sino con ella misma. La envía Dios y no hace excepciones, sale a buscar a quien tenga que buscar y lo lleva al destino que se le dijo. ¿Qué te ha dado a ti, y qué tú le has dado a ella? El pacto no lo has hecho con la muerte sino con el pecado porque “la paga del pecado es muerte”; el pacto no lo has hecho con Dios el juez de toda tierra, porque el pacto que se hace con Dios es sobre la base de la fe y el arrepentimiento; quien tiene potestad sobre la muerte no es ella misma sino Dios; si has hecho pacto con la muerte y ella te ha prometido no tocarte, te ha engañado y te has refugiado en la mentira; si lo que quieres decir es que puedes desobedecer a Dios y quedar impune, te engañas. La salvación de la muerte, entrando en pacto con Dios, es por medio de la fe, creyendo en su palabra, que es como una roca puesta en Sion (v. 16). Y esta roca es Cristo que es la mismísima palabra de Dios, el Verbo hecho carne; si crees en él no serás avergonzado (Ro. 9:33). Pablo cambia la palabra apresurarse por avergonzarse que le cuadra mejor a su intención, pero de todos modos lo contrario de apresurarse es fe en la palabra de Dios y el contenido del profeta y del apóstol es el mismo. Vuelvo a la aplicación del principio. Si te ha sido de utilidad la mentira en este mundo, si consideras que es necesaria para los negocios, ten cuidado porque no es un refugio seguro. El que hace pacto con el diablo, lo hace con el infierno. Es mejor hacer pacto con la gracia, con el perdón y con la vida.

 

No ganas nada con impacientarte

Isa. 28:16

“No se apresure” (Ro. 9:33); dice “no será avergonzado”; vivir en ansiedad e inquietud, abalanzarse en la vida, es sustancialmente incredulidad; y ser avergonzado es equivalente a ser rechazado, a perder y fallar. Si crees en Cristo no te apresures, ten paciencia y espera que a su tiempo llegará la palabra de Jehová. El apresurarse es contrario a esperar; la fe tiene paciencia y aguarda. El profeta no habla como Pedro, “apresuradamente” (2 Pe. 3:12), sino aguardando o mirando con deseos que la promesa se cumpla, la de su advenimiento o cualquiera otra. No te apresures ¿qué ganarás con eso? ¿Llegarás más pronto? Recuerda que Saúl se apuró y ofreció sacrificio pensando que ya era tiempo y no lo era, y fue desechado por su temeridad (1 Sa. 13:11-13). “Corre con paciencia la carrera que tienes por delante puestos los ojos en Jesús el Autor y Consumador de la fe” (He. 12:2). Ni vivas en “ansiosa inquietud” (Lc. 12:29).

Isa. 28:21

“Jehová hará su extraña obra, su extraña operación”. Extraña porque sería contra su propio pueblo. Cuando Dios castiga a su pueblo es algo fuera de lo común. Será un juicio extraño; otra traducción sería maravillosa, sorprendente, inesperada, como no lo imaginaban. Si uno se quiere atar al contexto sería mejor extranjero porque el juicio vendría por manos extranjeras. Esto no tiene que ver con las extrañas y profundas obras de sabiduría en la providencia, esas son otras cosas; ni tampoco tiene que ver con la sorprendente y maravillosa obra del nuevo nacimiento en el corazón y en el espíritu del pecador. Dios a veces es muy extraño, sigue siendo un sublime y extraño, pero adorable misterio.

Isa. 28: 22

“No os burléis para que no se aprieten más vuestras ataduras”. Si tu actitud se empeora el juicio se hace más severo.

Isa. 28:23-29

“Porque su Dios le enseña y le instruye en lo correcto”. Estas palabras se pueden tomar como una esperanza o como un reproche; si Dios te enseña ciencia ¿por qué no acabas de aprender lo que es espiritual? ¿Por qué eres menos inteligente en tu forma de vivir que en tu profesión? Conoces la ciencia, vas al paso del progreso, pero espiritualmente no eres civilizado; ¿no sabes que Dios te enseña ética, y salvación? ¿Y que quien te enseña es el mismo, sabio y santo Dios? Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, con razón y con virtudes morales, una criatura pensante, ¿por qué entonces no notas las inconsecuencias de tu vida? Piensas alto, filósofo, pero no alcanzas a Dios, sientes profundo, poeta, pero no sientes a Dios. Dios enseña qué hacer y qué sentir en cada saituacion.

Isa. 29:1

“¡Ay de Ariel… añadid un año a otro, las fiestas sigan su curso!”. Ariel significa “el león de Dios”. Añadid un año de impiedad a otro, acumula la impiedad de un año viejo al nuevo, la del futuro al pasado, sin convertirse a Dios. Siga la misma religión sin mejorarla, sin más fe, en los mismos pecados, sin amor, en una secuencia acumulativa, sin orar, sin nada; el mismo curso al infierno.

Isa. 29: 4 

“Hablarás desde la tierra, y será tu voz como la de un fantasma”. Te haré comer polvo. Te convertiré en tierra, te haré polvo, serás la sombra de lo que fuiste, no te parecerás a ti mismo; no serás hombre sino fantasma, no una ciudad sino ruinas, una mancha en el mapa.

Isa. 29:7, 8

“Y será como sueño de visión nocturna, como el que tiene hambre y sueña que come, pero cuando despierta su estómago está vacío”. Vuestra vida repentinamente se convertirá en una pesadilla; pero cuando despiertes de ella, todo no habrá sido sueño sino una terrible realidad.

Isa. 29:9-12

“Y os será toda visión como palabras del libro sellado, y si se diere a leer al que sabe dirá no puedo”. Temblad de arriba abajo porque por vuestra maldad Dios os ha quitado su revelación y vuestra capacidad para aprender su palabra. Oh qué desgracia tan grande es no entender ni una sola línea de la revelación; leerse con beneficio ninguno, orar sin creer. Leer Ro. 11:18. Necesitamos algo más que saber leer para poder leer la Biblia, necesitamos la unción del Espíritu (Jn. 2:20,27). Sin ella nunca se arriba al significado espiritual del texto, no se puede acomodar lo espiritual a lo espiritual y no hay mensaje para la vida alguno, no se crece en conocimiento para salvación, ni para santificación, la Biblia se convierte en un libro sellado. No retires tu Espíritu Señor. Bienaventurado aquel hombre o mujer a quien Dios enseña (Jn. 6:45).

 

Escuchan sermones, sí, pero no hacen caso

Isa. 29:13, 14

“Con sus labios me honran, pero su corazón está lejos de mí”. La Biblia fue escrita por medio de hombres, pero fue inspirada por Dios (2 Ti. 3:16), no son tradiciones y mandamientos de hombres, es palabra de Dios y debe recibirse como tal cuando es escuchada (Mt. 15:3; 1 Tes. 2:13; Hch. 10:33). Si Dios habla todavía por medio de varones santos que predican sermones ungidos por Espíritu Santo, es nuestra obligación con temor y temblor hacer caso de lo que Dios nos dice cada vez que los escuchamos, porque es un privilegio escucharlos, y estamos en su presencia cuando los oímos. Bien nos ha advertido el Señor Jesucristo, que tengamos cuidado en la forma en que escuchamos las enseñanzas del Espíritu Santo (Mr. 4:24; Lc. 8:18); las dos palabras en griego no son iguales, una tiene que ver con lo que oyes, la clase de doctrina que oyes (2 Jn. 1:10); la clase de sermones y estudios bíblicos que se escuchan, si es que son bíblicos, y la otra palabra tiene que ver con la formaen que se escucha la palabra de Dios; si con interés o desinterés, con el corazón abierto o cerrado, recibiéndola o rechazando al Espíritu de gracia. Cuando se escucha la palabra de Dios tienen todos los sentidos que estar listos para sacar el mayor provecho de ella, más cuando se sabe que no se volverá escuchar hasta el próximo día de reposo.  Oh cómo el Señor castiga la hipocresía religiosa, de aquellos que, instruidos desde pequeños, que han aprendido de sus padres, abuelos, maestros y pastores, “la forma de la religión” “la forma de la verdad (Ro. 2:20), pero solamente de labios y no de corazón.

Isa. 29:15

“Ay de los que van muy hondo para esconder sus planes a Jehová”. (30:1,2). Consejo y planes es lo mismo. Quizás tiene que ver con los que escondían sus planes de consultar a Egipto y Asiria e Isaías conocía. El Señor conocía en lo que andaba Judas yendo y viniendo  (Jn 13:27).

Isa. 29:16

“Vuestra perversidad será reputada como el barro del alfarero” “¡Qué equivocación la vuestra” (LBLA) “Ustedes vuelven las cosas al revés” (KJV). El hecho es que ellos, el barro, se creen más sabios que el alfarero y digan dos cosas (1) él no me hizo (2) él no tiene entendimiento. Una aplicación similar la halla Pablo en Ro 9:20-21. Lutero tradujo estas palabras como una perversidad del barro. Y tiene razón, es ingratitud y locura de los hombres decir que Dios no los hizo, que se hicieron solos y darle más crédito a lo que propuso Darwin que a lo que escribió Moisés. Lo niegan como Creador y reniegan de su Sabiduría.

Isa. 29:17-22

“Serán consumidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad”. Todos los impíos, que se desvelan para pecar; y los que murmuran aprenderán doctrina, aprenderán a no protestar más contra Dios y a ser obedientes a las leyes de la fe y de la voluntad divinas; los perversos serán destruidos, consumidos; los santos heredarán la tierra y la iglesia santa reinará sobre el mundo; la tierra que gime estará feliz, y los santos satisfechos de que ya no exista la maldad, no se encontrará por ninguna parte un pecador y el pueblo del Señor crecerá en alegría del Señor. La humanidad salva estará en fiesta y el mundo educado con la Escritura (v. 24). Los juicios de Dios traerán buenos resultados; cuando la cizaña no crezca con el trigo, no miraremos tristes alrededor sino complacidos que ya no estén, no lloraremos por Sodoma ni por los babilonios (Apc. 17: 5).

Isa. 30:6, 7

“Su fortaleza sería estarse quietos”; aquí la palabra fortaleza es Rahab, que se aplica a Egipto (51.:9), contiene la idea que Egipto es ineficaz; algunos aplican el asunto de la fortaleza a Egipto y piensan que Israel debe estar quieto confiando en esa potencia, pero es improbable; más bien es que se esté quieto confiando en el Señor y no busque la ayuda de Egipto. No moverse, clamar a Dios, tener fe en él. No uses otro recurso que no sea Dios. No busques quien salga a defenderte teniendo un Dios tan grande (v. 15).

30:8

“Escribe esta visión para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre”. Este mensaje ponlo por escrito para que sirva de testimonio y crean los hombres del futuro: yo. Lo que se escribe puede perpetuarse, y hay cosas que vale la pena que se hagan historia (Job 19:23).

30:9-12

“No profeticen lo recto, díganos cosas halagüeñas”. Literalmente quiere decir las cosas suaves. No quieren oír palabra dura (Jn. 6:60). “Cambien el mensaje, dígannos lo que nos gusta, déjennos vivir como queremos; si nos dicen lo que nos agrada serán nuestros profetas. No mencionen la palabra pecado sino llámenle falta, no nos hagan sentir culpa, ni nos pidan el arrepentimiento ¿por qué dejar lo que nos gusta? No hablen del nuevo nacimiento; no queremos ser transformados; no mencionen juicio, y mejor ni aun a Dios”. Eso es lo que ellos decían.

Isaías 30:15

“En descanso y reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”. Quizá sea mejor en arrepentimiento o en retorno porque debían retornar a él y en quietud; Señor ayúdanos reposar en tu palabra (vv. 6, 7). Con una postura de fe enfrentaremos mejor lo que sea. Amén. 

30:18, 19

“Jehová esperará para tener piedad de vosotros”. Él esperará más adelante cuando hayas cosechado infortunio, cuando tu corazón se haya arrepentido, entonces tendrá de ti misericordia, y volverá a empezar contigo. Amén.

30:20-22

“Tus maestros nunca más te serán quitados; tus esculturas apartarás como trapo asqueroso; ¡sal fuera! les dirás”. La palabra que usa para asqueroso es un trapo de menstruación, un paño inmundo. Los videntes y profetas no te serán quitados y a ellos oirás; tendrás la misericordia de tenerlos y creerlos y de amarlos, y yo les daré gracia a sus enseñanzas para que no enseñen inútilmente; mis palabras no serán sólo una cosa que aprendan, sino que vivan, y será maravilloso el cambio que ella opere. Hazlo Señor. Amén. A los ídolos del corazón sacarás y dirás "sal fuera trapo asqueroso", y no te deleitarás más en el pecado, sino que lo echarás de ti definitivamente. Oh Dios hazlo conmigo. Todo depende del Espíritu Santo para alcanzar ese grado de santidad y consagración.

30:23-26

"El día que vendare la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó”. Más bien quiere decir el día que sane la fractura con la ruina de su pueblo; la ruina que él mismo causó por causa de la desobediencia de ellos; cada pecado que salga del corazón  es una bendición que ocupará  su lugar; Dios realiza nuestros sueños cuando somos santos.

30: 29-33

"Asiria con fuego de Jehová será quebrantada; porque Tofet desde tiempo está dispuesto". Tofet es el lugar de sacrificios al dios Moloc; un emblema del infierno o de un castigo muy severo y juicio. Mira la caída de Asiria y estremécete, en el día espantoso del juicio contra ella. El infierno está preparado y su ardor anhela quemar la paja que nunca se apagará. Teme y estremécete, e implora perdón antes que el juicio llegue.

31:1

"Ay de los que confían en caballos y ponen su esperanza en carros". Ay de los que ponen su fe en los medios de salvación y no en la gracia de Dios, en el poder del Espíritu Santo.

31:2

"Se levantará contra el auxilio de los que hacen iniquidad". No quieras que te ayuden los que hacen iniquidades; no solicites su dinero o sus dones.

31:3

"Los egipcios hombres son y no Dios". ¿Para qué solicitas tanto los recursos humanos si tienes los divinos? No endioses la cooperación de los hombres (Eze. 28:9; 2 Te. 2:4).

31:4

"Como león que se reúne cuadrilla de pastores contra él". Pelear contra un león terco es malo y contra un Dios justiciero más.

31: 6

"Se revelaron profundamente los hijos de Israel". ¿Cuándo una rebelión es profunda? Una rebelión contra Dios es profunda cuando es contra su compasión, contra su misericordia, contra su palabra, con obstinación, terquedad, cuando está a favor de las tinieblas, cuando se hace afrenta al Espíritu de gracia, cuando se blasfema el Espíritu Santo (He. 10: 29).

31: 7-9

"Dice Jehová cuyo fuego está en Sion". No que los asiríos  fueron derrotados desde Jerusalén, fue Grecia; pero fue el Dios de Jerusalén quien los derrotó, no su pueblo.

32: 2

"Aquel varón como escondedero, y como refugio, como arroyos, como sombra". Esta predicción se refiere primeramente a Ezequías, un tipo de Cristo, el Mesías. Si Jesús se pone frente al viento ¿qué importan las ráfagas? ¡Oh Señor cuántas cosas bonitas dices que eres para mí! Cualquiera de esas cosas es mucho para mí. Contigo Jesús me puedo esconder en Dios (Col. 3:3); tú eres mi amparo y fortaleza, los arroyos de tu gracia no se secan como el arroyo de Querib (1 Re. 17:7); tú eres en mí una fuente que salta para vida eterna (Jn. 4:14); y yo habito bajo la sombra tuya, Altísimo (Sal. 91:1). 

32:3

"Y los oídos de los oyentes oirán atentos". Señor te presto toda mi atención; haz que otros te oigan atentos cuando tu siervo les hable (Hch. 16:14).

32:1-8

“El ruin no será llamado generoso ni el tramposo espléndido”. El Señor manifiesta las intenciones del corazón. En la presencia del Señor cada uno se ve y es visto como es. En el reinado del Señor cada cual se manifestará como es, o mejor dicho, uno será cambiado por su Espíritu y nacerá otra persona, y será mejor (vv.1-4), recibirá la misericordia del Señor y se volverá otro, y ese cambio se mirará en sus obras. Pero otros alumbrados por la luz y su verdad, se manifestarán como son, dejarán de fingir, no podrán usar más la imagen de gente buena que habían fabricado (vv. 5-8). Oh Señor salva los tuyos y descubre la clase de persona que cada uno es (Apc. 22:11). Relacionado a esto está 1 Ti. 5: 24.

 

Mujeres de alegrías y fiestas

32:9-19

“Mujeres indolentes, levantaos”. Tiene dos porciones primero, la primera es contra las mujeres vanidosas que sólo piensan vivir la vida alegre (vv. 9-14), señoras, no nobles como las de Tesalónica (Hch. 17: 12), de noble distinción, interesadas en lo espiritual. Estas de aquí son mujeres ociosas (v. 11), que sólo desean la alegría y hacer fiesta (v. 13). El profeta les invita a que se quiten sus ropas y las cambien por ropas de arrepentimiento (v. 11). Oh mujeres, esposas de hombres ricos, que pudieran influir en ellos para la salvación. El juicio las alcanzará (3:16, 26). La segunda parte es preciosa y trata del resultado de un derramamiento de Espíritu Santo (vv. 15-19), hasta que el Espíritu Santo pondrá fin al pecado y al juicio y establecerá un reino de juicio, siguiendo la paz. Esta es la divina solución, la más difícil. El Espíritu Santo pondrá fin a todo ese caos doméstico y social de la familia. 

 

Homenaje al Dr. Rafael Alberto Ocaña, casi medio siglo después  

32:20

"Dichosos vosotros que sembraréis junto a todas las aguas y dejáis libres al buey y al asno". Ese tiempo de mucha bendición después del juicio por el pecado del pueblo; es un panorama paradisíaco; muy parecido al reinado del Mesías dibujado en el capítulo 11, donde no hay necesidad del uso de los animales, porque el pueblo "ha entrado en su reposo". Cuando el Espíritu Santo se derrame sobre el pueblo, la prosperidad no tendrá límites. Tendrán recreo y reposo (v. 18), tiempo para la familia y para descansar porque prosperarán con la bendición del Señor; y los animales participarán de esa bendición, ellos también reposarán (los dejarán libres); Dios bendecirá vuestra siembra y se reproducirá a cien por ciento; vuestros graneros estarán llenos y no tendrán que laborar tanto. Amoroso Dios, bendícenos con tu Espíritu (Sal. 127:1, 2). Hoy recuerdo que este texto lo anunció el Dr. Rafael A. Ocaña, pastor de la primera iglesia bautista en La Habana, “El Calvario”,  cuando predicó un sermón la noche dedicada al seminario bautista de esa ciudad. Quizás hace más de 40 años. Los sermones bíblicos no se olvidan, completamente. Nos daba ánimo a los sembradores de la palabra de Dios. El templo estaba lleno hasta  desbordarse en los balcones, y gente de pie. Quizás con mil atentos oyentes. Murió relativamente joven. Mi profesor de teología. Su hijo del mismo nombre es predicador como su padre.  Su mujer una firme esposa y líder. Su hija, es mujer de un pastor de éxito. Todos, hasta las canas, continúan sembrando la Palabra de Dios junto a todas las aguas como predicaba el amado rector del Seminario.

 

 

Embriágate con tu lectura bíblica  

33: 6

“Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro”. Esas palabras, “abundancia de salvación” y “temor de Jehová” me hacen relamer de gusto y son para mí lo que ellas dicen, un “tesoro”. Señor, quiero para mí lo que precede, abundancia, que es equivalente a Espíritu sin medida (Jn. 3:34). Nunca la Escritura habla del “goteo” del Espíritu, nadie bebe una gota del Espíritu cuando se nos dio a beber (1 Co. 12: 13), más bien se compara a un río, a una fuente que salta para vida eterna (Jn. 4:14). El nos da vida en abundancia (Jn. 10:10). La palabra abundancia tiene los significados: más allásuperabundanciaexcesivamenteviolentamentepreeminencia. Embriágate con esos significados. ¿Sabes lo que significa vivir una vida más allá? Más allá del pecado, de la ley de Moisés, más allá de los otros. Ellos no podrán explicarlo pero se preguntarán ¿qué le ha pasado al hijo de Cis? (1 Sa. 10:11). Significa superabundancia quiere decir que el Espíritu trae la gracia para dejar atrás el pecado, barrerlo, no obedecerlo, excederlo en poder como se dice en Ro 5:20, “pero la ley se introdujo para que el pecado abundase;  mas cuando el pecado abundó,  sobreabundó la gracia”. La ley de Moisés estimula el pecado con su prohibición pero el Espíritu da una nueva creación que permite vivir por encima de la ley, del pecado, de la carne, de la infelicidad, de la derrota y ser más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.

 

33:11 

“Concebisteis hojarasca, rastrojo daréis a luz”; hojarasca o hierba seca. El fruto de vuestro pecado rastrojo y paja es; nacen muertos.

33:14

“¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?”. La paja no puede habitar con fuego o vivir rectamente en la presencia de Dios, o eres consumido por él. Pero ¿eres heno y hojarasca?

 

 

Todo por cuidar lo que se dice, taparse los oídos y cambiar la vista para otro lado

33:14-20

“Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?  El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos. Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿Qué del pesador del tributo? ¿Qué del que pone en lista las casas más insignes? No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas. Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota”. 

Señor yo quiero habitar contigo, entre las llamas eternas porque ellas no me harán daño, como el fuego del infierno al impío. Tu fuego tampoco se apaga pero es distinto, es un fuego purificador constante, el fuego de nuestra perfección, de nuestra ilimitada santificación.   

Jamás Dios hará daño a un santo. ¿Quién de nosotros? El que tiene una justicia mayor que la de los escribas y los fariseos. No porque sea perfecto sino por su sinceridad. Nota en el texto que los que no habitarán con las llamas eternas son los hipócritas. Algún día, allá, como espíritu, seremos hechos perfectos (He. 12: 23). Señor tapa mis ojos para que no miren lo malo; tapa mis oídos para que no oigan propuestas de infieles; yo no quiero escuchar tentaciones, no deseo oír lo que ellos hablan;  yo me deleito en conversaciones santas; cierra mis ojos para no ver cosa mala. El que cierra sus ojos para no mirar cosa mala seguramente verá muchas cosas buenas: a Dios (v. 17); verá “la tierra que está lejos”; mirará muy lejos porque sus ojos con colirio del Señor han sido aclarados (Apc. 3:18); verá la gloria de Jesús (Jn. 17:24); “cosas mayores que éstas verán” (Jn. 1:50; 5:20); verán milagros como Pedro, Jacobo, y Juan; subirán con Jesús al monte de la transfiguración; no verán las consecuencias del pecado (v. 19), verán sus anhelos cumplidos, sueños, la alegría (v. 20). Señor todo por el simple hecho de cuidar lo que se dice, taparse los oídos y cambiar la vista para otro lado, no mirar cosa mala ni ceder. Eso es como Daniel, moverse entre las llamas eternas con uno semejante al Hijo del Hombre.

33:21-24

“Los cojos arrebatarán el botín; nadie dirá que estoy enfermo”. ¡Cómo le exaltan los sueños y la imaginación la palabra de Dios! ¡Oh fe que originas quimeras que se vuelven realidades y los mitos hechos! El reino de la gracia es fantástico.

33:17-24

“Verán la tierra que está lejos”; no verán más a sus captores, a los de Babilonia los de lengua tartamuda. Este es el gran ideal, el que engendra la palabra de Dios cuando los santos son fieles. Ni siquiera habrá un infierno. ¡Qué seguridad se promete!, no es un paraje celestial sino en la tierra; el mundo será otro y verá a Dios en su hermosura. Oh sí retorno, retorno a su antigua estancia, a su origen y donde está lo prometido y garantizado el reposo.

33:18

“El que pone en lista las casas más insignes”; o mejor dicho el que cuenta las torres porque está hablando no de mansiones sino de la derrota de los asiríos  y de baluartes fortificados que perecerán juntos con los que recogen el dinero y los sabios entontecidos. Algo similar dice el apóstol, “¿dónde está el escriba, el filósofo?”.

34: 1-4

“Los montes y el ejército de los cielos se disolverán”. Estas son palabras recogidas por Juan en Apc. 6:13-14; sirven para el futuro del mundo. Uno lee en la Biblia muchas hipérboles para expresar sucesos inimaginables. Algún día las exageraciones se harán realidades, cuando Cristo venga. El reino de los cielos es el país de los sueños.

34:8

“Año de retribuciones en el pleito de Sion”. Los hombres de fe tiemblan al oír esto; venganza por Sion. Es cosa terrible dañar al pueblo de Dios. Expresa la realidad de Dios en ese momento. ¿Qué será de ti príncipe entre los hombres grandes cuando venga Cristo? ¡Nada! “Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino” (v.12); príncipes sobre nada. Del pecado no quedó nada, excepto malos recuerdos, remordimientos y vacío (v.11). Y muchas lágrimas.

34:13, 14

“La lechuza tendrá allí su morada”. Dios en el andar de la historia hará todo eso. ¡Cómo han pasado los reinos de este mundo!

34: 6; 8-15

“Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo”. Es una forma gráfica para dibujar la desolación de Esaú o Edón ; (ver Abdías); no habrá seres humanos allí, unos muertos y otros deportados. El profeta reta a que se examinen, posteriormente por supuesto, que si su profecía no se cumplió y si la fauna detalladamente no estaba presente. Si alguien  meticuloso o incrédulo hubiera querido constatar la predicción podría haber ido allí y ver al pelícano, la lechuza y el búho anidando. Solamente hay que dejar pasar un poco el tiempo.

34: 16

“Leed si faltó uno de ellos”. Oh Señor todo lo que tú has hablado se cumplirá. Las fuerzas de tu Espíritu cumplieron tus profecías poniendo en movimiento y sobre un mismo camino a estas criaturas irracionales. No cayó en tierra ninguna de sus palabras, todas se cumplieron (1 Sa. 3:19).

 

Perspectiva del cielo

35:1-10

“Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.  Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”. 

Aquí habla de la restauración de la iglesia cuando el Señor sana su mente prometiéndole justicia sobre sus adversaríos  que la desolaron (v. 4); y que llegará el día en que los que tienen “hambre y sed de justicia serán saciados”. El Señor ajusticiará a los impíos y ellos quedarán satisfechos, y más que eso con la eliminación del mal les completará con bendiciones la salvación. Un lado de la salvación contiene la justicia contra el pecado y el otro la gracia y restauración de la iglesia. El viaje del pueblo desde Babilonia a Jerusalén es más bien dibujado que descrito, y cuando lo hagan penetrarán como quien dice, a un mundo de fantasías, que no es propiamente el estado de Israel sino el estado de la gracia y reino del Mesías donde el desierto florece como si fuera la tierra fértil del Líbano, el monte Carmelo o la llanura de flores y rosas de Sarón. Es un paraíso donde entrarán con muchas aguas vivas y sanadoras donde el cojo anda bien, el ciego ve, el sordo oye, el mudo habla, y los leprosos son sanados. Es un mundo perfecto el que les espera. Y esa visión de gloria debiera entusiasmarlos de modo que aun los vacilantes y tímidos se animen a tomar el Camino de Santidad  (v. 8) sin temer al león rugiente que los devore o bestia feroz que los ataque (vv.9-10), y mejor que eso sólo se encontrarán gente inteligente y especialmente santa porque ningún inmundo lo tomará. Deben tomarlo porque es un viaje religioso, un viaje de salvación, como si caminaran hacia otro mundo donde la creación ya no gime a una porque ha sido transformada para que habiten en ella los rescatados y redimidos (vv.9-10). Es la perspectiva del cielo. Volvieron, pero sólo algunos, la mayoría se extinguió y tomaron otros rumbos.

35: 1, 2

“Verán la hermosura (la gloria) de Dios”. Por medio de muchas bendiciones serán capaces de ver la hermosura de Dios cuando reciban tantas cosas hermosas de él. El pecado es feo y Dios hermoso. Jamás el pecado es gloríos o. Todo eso mara decirles el mundo de maravillas que les espera. La vida cristiana es un mundo de maravilla y está llena de la gloria de Dios.

35: 3, 4

"Dios un mismo vendrá, Dios viene con retribución y os salvará". Trata de convencer a los indecisos y a los que están enfermos con malos recuerdos, especialmente con rencores y deseos de justicia y venganza. A veces el rencor sirve para luchar contra el dolor, y apenas se distingue de la venganza. Tal vez no es virtuoso pero es útil. A esos Dios personalmente “lo salvará” con bendiciones y olvidos, y no les quede en el recuerdo nada que les amargue el presente y el futuro.

35: 6-9

"Entonces el cojo saltará como un ciervo, y el oído del sordo oirá ". Esta porción representa el cuerpo de la profecía, dibujada como un paraíso donde no hay enfermos, un lugar de reposo, donde hay “cielos nuevos y tierra nueva”; y se dice que para llegar allí retornando hay un solo camino llamado “Camino de Santidad” y que por él pueden transitar los ciegos, los cojos, los sordos pero no los impíos inmundos. Y específicamente los “redimidos, los rescatados” (v. 10). Les dice que la restauración de la iglesia es un regreso religioso, un regreso desde la cautividad al Reino de Dios, del Mesías; no al estado de Israel según la carne sino al estado de gracia.

 

La calle se llama Santidad 

35: 8-10

"Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido". Mira el futuro y el bien que viene a tu encuentro. Los cambios se aproximan, las circunstancias serán otras; la luz del porvenir alumbra tu presente. El capítulo profetiza primero la liberación de Babilonia y luego el reino de Cristo; los deportados que tuvieran fe saltarían de alegría y se gozarían paladeando "los poderes del siglo venidero" (He. 6:5), y verán el gozo puesto delante de ellos (He. 12:2). El Señor les puso enfrente el reino de Cristo para que se gozaran de antemano. El reino de Cristo viene cuando sus bendiciones nos alcanzan. Una sola bendición de Dios es tan grande que nos inunda y se puede pensar que el Señor cumplió completamente su promesa; sin embargo no es toda, falta la plenitud por llegar... Cristo. Y a ese nuevo y perfecto estado, que no se cumplió totalmente al pie de la letra con el regreso de los judíos, se le llamaría “Camino de Santidad”; y el motivo es que no anduvieron en él y como torpes se extraviaron. La perseverancia de los santos está relacionada con la santidad del creyente. Aun el más torpe perseverará si es santo. El nombre de la calle que lleva a Cristo es Santidad. Oh Señor, que yo no me extravíe, cuando llegue a alguna encrucijada, cuando satanás me tiente para que me salga de la senda, tú, Pastor mío, con tu vara y tu cayado oblígame a mantenerme dentro de los muros de la salvación. 

36:2

“Batanero”, la RV dice "Lavador"; encargando de una máquina hidráulica para lavar paños, lavador.

 

36: 1-10

“Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Senaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con un gran ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías; y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas? Yo digo que el consejo y poderío para la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí? He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían. Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis? Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos. ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? ¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela”. 

Una prueba terrible para el gobierno de Ezequías bajo Dios; una cosa es hacer arreglos y pacíficas reformas religiosas y otra cosa la prueba de la fe y a la Deidad. En la tentación ponemos en práctica lo que hemos aprendido. Señor, líbranos de enemigos tan perversos como este Senaquerib. Estaba pretendiendo socavar la fe de Ezequías; la desprecia, y por todos los medios trabajó para que la perdiera: "Sea tu fe carnal (puesta en Egipto) o espiritual (puesta en Jehová) debes perderla, no creas en la gente ni en Dios. Estás en mis manos y no recibirás ayuda de ninguna parte, ni de arriba ni de abajo". De abajo no pero de arriba sí. "Las reformas y mejoras que has hecho son por gusto" (v. 7); "soy más fuerte que tu Dios" "Jehová te ha entregado en mis manos " (vv.9, 10). Oh que Satanás trata de aplastar nuestra religión, consagración, fe; y a nosotros. Señor has que mi fe resista. No creas las mentiras que te arroja el diablo, si te dice que tu fe es fingida no lo creas, si te dice que Cristo no ha venido en carne es un anticristo quien te habla, y si te dice que Cristo no resucitó y vana es tu esperanza pregúntale a José de Arimatea, si te dice que “comamos y bebamos que mañana moriremos” dile que no sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, y que eso no matará tu esperanza. Mentiras sobre mentiras. Jesucristo es el autor y consumador de la fe y él nos llevará seguros hasta el final.

36:10

“¿Vine sin Jehová?”. Sí, viniste sin él, te trajo el diablo y tus ambiciones; son mentiras las que dices, astutas mentiras, oh satanás, para hacerme perder mi fe.

36: 11, 12

“Te rogamos que hables a tus siervos en arameo”. No pidas misericordia al diablo, no seas ingenuo; no las tiene, es sádico; una vez que ha decidido atacarte no retrocederá ni hará concesiones. Recuerda que es un cobarde como todos los malos. Te rindes o lo enfrentas. Aplástalo bajo tus pies, por tu fe (Ro. 16:20). Es buena cosa tener en mente eso, que tiene más astucia que valor y se le pueden arrebatar almas.

 

La ciencia no es tan anticristiana como algunos quieren

36:13-20

"Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en lengua de Judá,  diciendo: Oíd las palabras del gran rey,  el rey de Asiria. El rey dice así: No os engañe Ezequías,  porque no os podrá librar. Ni os haga Ezequías confiar en Jehová,  diciendo: Ciertamente Jehová nos librará;  no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria. No escuchéis a Ezequías,  porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz,  y salid a mí;  y coma cada uno de su viña,  y cada uno de su higuera,  y beba cada cual las aguas de su pozo, hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra,  tierra de grano y de vino,  tierra de pan y de viñas. Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria? ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad?   ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano? ¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano,  para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?".

Le dijo: “Mi experiencia con las religiones y los dioses es la misma; estoy sobre ellos, tu Dios es igual que los que ya he derrotado, no es más que una invención, un mito, y si existe, yo y mi ciencia lo derrotaremos y no existirá más”. Oh, mentiras y más mentiras. Hoy los descendientes del Rabsaces dicen: “Tenemos la artillería de la ciencia, la investigación científica, la crítica bíblica, torturadores de doctrinas, teólogos librepensadores a nuestro servicio, todo el progreso humano y la tecnología; por lo tanto, el hombre moderno acabará con los dioses antiguos, purificará de dioses su historia, hará un mundo nuevo y sin religión. Este mundo es del hombre, sólo para el hombre, el hombre será su dueño absoluto, todo el bien y el mal está en el hombre y no queremos ni admitimos una opinión más allá del hombre; formaremos un hombre nuevo, ateo, secular y postmodernista”. 

Así habla actualmente el Rabsaces de la ciencia que como “hombre de pecado” se cree Dios y se sienta en el templo del universo como si fuera Dios y se opone a todo lo que se nombre divino o sea objeto de culto (2 Te. 2:4). Todas son mentiras y pretensiones de estos Rabsaces que se creen Dios porque han hecho morir unas cuantas religiones con sus investigaciones arqueológicas y bajo la rueda del avance científico. Cierto es que han matado los dioses de Hamat, Arfad, de Sefarvain, pero no matarán al Inmortal, Invisible, Dios de Israel y del Señor Jesucristo. Dura cosa es dar coces contra el aguijón, y algún día el Hijo del Hombre descenderá en las nubes del cielo y matará a este anticristo científico, a esa “falsamente llamada ciencia” con el resplandor de su venida y con el espíritu de su boca, y toda lengua confesará que Jesús es el Señor para gloria de Dios, y probará que la ciencia no era tan anticristiana como ellos deseaban ni la fe tan anticientífica como pretendían (Flp. 2:9-11). Amén.

36:21

“Callaron y no le dijeron ni una palabra”. Un gran silencio para orar y ejercitar la fe, como si dijeran: "vamos a ver quién tiene más poder, si tus victorias antirreligiosas o nuestro Dios". Después de un rato de oración el Espíritu Santo habla en los argumentos del Espíritu son irrebatibles. Generalmente desciende sobre la Biblia y muestra el arsenal teológico, exegético y bíblico que podemos utilizar; y es asombroso que con una pequeña astilla, con un pequeño dardo, con una diminuta flecha, con una pequeña piedra lisa del arroyo, se puedan poner en fuga esos ejércitos de bandidos agnósticos.

37: 4

“Quizás oirá Jehová tu Dios las palabras del Rabsaces”. No que dudara que Dios las hubiera oído; quiso decir, "quizás Jehová quiera darle el pago a ese blasfemo; ora tú por favor". Buscó a uno que tuviera mejor relación con Dios que él. Ten un compañero de oración, gente que supones tienen fe (Dan. 2:17-19; Ro. 15:30). 

37: 5, 6

“No temas por las palabras que has oído con las cuales me han blasfemado”; “yo las he oído, son blasfemias y a su tiempo le haré pagar por ellas”. ¿Hubieran querido que lo matara allí mismo? Lo que Ezequías necesitaba Dios se lo dio, liberación, prosiguió después de un tiempo con su justicia para el Rabsases. No es castigo para nuestros enemigos lo que queremos sino la bendición del Señor para nosotros. El diablo te puede ladrar pero no morder. Pero muerde duro y se lleva mucha carne del alma. Si tenemos los pies en el cielo.

 

No se asuste por el rumor y pronóstico que oye 

Isa. 37:7

“Pondré en él un espíritu, oirá rumor, volverá a su tierra y caerá a espada”. 

 

Este blasfemo oyó noticias sobre el rey de Etiopía (v.9) para apartarlo de la ciudad porque su suerte o destino ya estaba escrito con la pluma divina en el libro de la vida. Así la historia de cada hombre, familia, ciudad y nación está ya escrita y ella discurrirá como Dios la ha concebido. Su tiempo está formulado. Pablo demostró que creía en esto cuando hablando del nacimiento del Mesías dijo: “En el cumplimiento del tiempo Dios envió a su Hijo…”. Todas las profecías exigen para su cumplimiento que lleven como compañera la predestinación. El destino de este enemigo de Dios estaba escrito, todo su recorrido, su regreso y muerte, y además la forma de ella. Y ni la impaciencia de sus adversarios  pudo adelantarla un tiempo, o los deseos de sus seguidores un minuto. Lo mismo que pasa con los vetustos dictadores de hoy.

Hay una Mente Providencial que lo ha calculado todo sin que se le escape por descuido lo mínimo, sea permitido o su expresa voluntad, y no existe para ella lo inesperado y que la tome por sorpresa. Las cosas ocurrirán como mecánica e inteligentemente allá arriba están hechas y las leyes que la rigen es la voluntad y los deseos de Dios, y brotan éstas de su intrincado e infinito entendimiento, que sin suprimirle al hombre ni un ápice de su responsabilidad de acción, nunca excede a la voluntad divina y converge su historia en su Gloriosa Majestad.  Dios dice con ceño fruncido a los preguntones, “lo que he escrito, escrito está”. 

Jehová no adivina, él planea; no improvisa, tiene proyectos. Por lo cual, ¡vive Dios! que la Biblia enseña que no hay cabida en la historia humana para la suerte o la fortuna porque todas las letras de los pecadores y santos están escritas y no le faltan una jota, una coma o una tilde al grueso libro de la humanidad, ya tenga seis mil años o un billón de ellos. El programa de la vida humana no es cíclico sino lineal; es una línea recta y tiene un punto final en su salvación o perdición. 

¿Es despotismo? Quítese eso de la cabeza, es soberanía. ¿Es determinismo? Más o menos. Yo diría que es hacerse eco de Pablo y mejor llamarle predestinación. El destino trazado y concebidas todas las posibilidades, es una consecuencia lógica del Dios en que creen los israelitas y cristianos y es como una segura roca donde el hombre inquieto y atormentado por sus pensamientos e incertidumbres en el presente, puede sentarse de cara a su porvenir y reposar, y pensar que su mal dormir y desasosiego no cambiará su futuro, y es mejor deponerlos de inmediato.  

Lo que menos necesita usted son preocupaciones por el porvenir sino fe para adentrarse en él. Todo está escrito: lo que le digan, las noticias que le traen, los rumores que circulan, y las adversidades y buenaventuras. No vale la pena asustarse ni afanarse por el rumor que oye, por “el día de mañana”, porque el día de mañana tiene su propio afán, escrito.

37: 10-13

“No te engañe tu Dios en quien tú confías…tú oíste lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras que las destruyeron; y ¿escaparás tú?”. Sí escaparé porque el Dios en quien confío es distinto, mi fe es distinta y yo y mi pueblo somos distintos. ¿Podrán ustedes contra tanto poder acumulado? No te envanezcas contra mí y contra mi Dios. El Dios en quien confío ya me ha oído otras veces, sé que tiene oídos y responde la oración de fe pero los dioses de ustedes están sordos, son ídolos, por eso espero escapar de tu ira y de la ira venidera. Yo sé de lo que tengo que huir pero no de ustedes. Cometen un error teológico, porque no es lo mismo combatir a religiones paganas que combatir mi judaísmo, mi cristianismo, yo tengo un solo Dios y ustedes muchos pero el mío es suficiente, tengan cuidado no sean hallados luchando contra Dios (Hch. 5: 39), y persiguiendo los cristianos persigan a Cristo (Hch. 9: 3-5). Mejor fuera que leyeran la historia de mi pueblo o religiones comparadas y se darán cuenta que aquellas son mitos, leyendas, pero nuestro Libro son los hechos poderosos de Dios. Inténtenlo.  

37: 16

“Que moras entre los querubines, tú hiciste el cielo y la tierra”; yo sé que el Dios que se nos ha revelado, el que habita y nos habla en nuestro sitio de adoración, el que miran nuestros sacerdotes resplandecer en el templo, es el mismo que gobierna el mundo y el universo. Tiene fe en él como creador, es decir: omnipotente. ¡Qué compañía tiene Dios! Querubines (6: 2, 6;);  ángeles (Sal. 148:2); y además de eso, los espíritus de los justos hechos perfectos y nuestroSeñor Jesús (He. 12:22-24).  En esas moradas yo quiero entrar, y quedarme.

37: 14-20

“Tomó las cartas y las extendió delante de Jehová”. Pidió ayuda para orar ¿y él no oró? Expón como cartas abiertas, tu situación ante Dios, arrodíllate y ora, haz pacto con Dios en ese momento. Dios sabe leer, sabe lo que escriben en su contra; toma tú ese libro popular y blasfemo de Cristo y pide justicia al que conoce su contenido y ve desde los cielos.

37: 26, 27

“Y ahora lo he hecho venir”. Si estas palabras se leen conjuntamente con 10:7, 15 el significado se aclara un poco. Las palabras de la pregunta del v. 26 pueden aplicarse como parte del mensaje de Dios a Ezequías para que se quede tranquilo y piense que lo que Dios está haciendo es parte de su propósito. Hasta eso de "y ahora lo ha hecho venir". Después, "y tú serás para..." es una continuación del mensaje enviado al Rabsases y Senaquerib. Las palabras del v. 27 pueden ser un comentario sobre sus proezas. Dios no actúa sin planes (v.26), todo está “ideado” desde la fundación del mundo. Con este rey y con todos  los hombres, por eso podemos decir ‘Jehová cumplirá su propósito en mí” (Sal. 138:8). Y no cambiará de planes porque quiere decir que está bien pensado lo que nos ocurra.

37: 28

“He conocido tu salida y entrada y tu furor contra mí”. Conozco bien tus pecados contra mí. ¡Cómo no, si los he sentido, aún resuenan en mis oídos y claman a mí contra ti!

37: 30, 36

“Comeréis este año lo que nace de suyo”. Si comparas estos dos versículos; no puede pensarse que tendrían que pasar dos años más de asedio. Ya esos debían haber pasado, si sacaban la cuenta les quedaría poco y en este momento, nada. La victoria ya la tenían cerca. El primer año no podrían cosechar por causa del asedio, el segundo fue sabático y no les era lícito labrar y el otro lo harían como de costumbre porque todo ya sería historia. Tranquilo Ezequías ¿eh?

37: 35

“Para salvarla por amor a mí mismo y a David”; quiero decir por gracia y por los recuerdos que tengo de aquel hombre que fue conforme a mi corazón, a quien ustedes llamaban “el dulce cantor de Israel”; la salvaré a su tiempo. Ahora por recuerdo y amor al su Hijo Jesucristo. Es bueno que Dios recuerde, doscientos años después, nuestros nombres a nuestros descendientes y les diga que los bendice porque nos recuerda. Cuando ya nadie no.

37: 36-38

“Cuando se levantaron por la mañana todo era cuerpos de muertos; “cadáveres” mientras ellos dormían, o trataban de hacerlo, Dios obraba; no se dormía el que guardaba a Israel (Sal. 121:4). Los que esperaban el cumplimiento de las promesas, la señal (v. 30), esperaban que de un momento a otro pasara algo; y en una noche, de pronto, ocurrió todo. Se fueron todos a dormir pero Dios no. ¡Oh Señor qué bueno eres, el Dios de los episodios más hermosos de nuestra vida! “Jehová peleará por vosotros y vosotros estaréis tranquilos” (Ex. 14:14). 

37: 37, 38

“Y mientras adoraba sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron”; y huyeron para evitar la venganza de los amigos y fieles a su padre, y de la otra parte de la familia; nunca lo hubiera sospechado que su muerte tendría lugar en esa forma, en el templo de su dios y que ocurriera precisamente mientras lo honraba y no fuera capaz de protegerlo, y que aquellos dos hijos suyos, en quienes más confianza tenía, que adoraban como él lo traicionaran con tan horrible complot. Dios se vengó de ese blasfemo de la forma que él menos hubiera querido; no pereció en aquellas plagas pero lo alcanzó la muerte donde suponía hallarse seguro. Dios no trata bien a los blasfemos. Y ni siquiera dice que se arrepintió. Escapó del ángel de la muerte pero no de la mano de sus propios hijos. Dios ejecutó venganza por manos de quienes debían amarlo más y fueron sus enemigos los de su propia casa, los que le había dado la vida, los que había criado, le quitaron la suya. Es peligroso jugar con el destino y ese Destino es Dios.

38: 1-6

“Y lloró Ezequías con gran lloro”. Este tema sobre la longitud de la vida lo he tratado en otra parte; depende más de la voluntad del Señor que de los decretos de su presciencia.

 

Las cosas que se pueden sacar de este mundo

Isaías 38:1

“En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años”. 

Cuando uno sabe la enfermedad que tiene y que es llamada por los médicos como “terminal”, debe hacer su testamento, eso quiere decir poner en orden sus propiedades y hacer el reparto de ellas conforme convenga o se estime. Él es el propietario de todo, si no tiene hijos, pues tiene otros parientes o se las puede ceder al gobierno para beneficio suyo o que  la distribuya entre los pobres, como dones o en subasta y venta. Antes y ahora es el momento de reflexionar sobre la realidad de lo que es la vida y la muerte. Tan segura es una como la otra. Ya se ignore o no, llega el momento en que hay que toparse con ella y “gustarla”. De igual manera que la mejor forma de leer la Biblia es comenzando con la resurrección de Jesús, así la vida humana la mejor manera de vivirla es comenzando desde la última realidad, morirse, comenzando por el final y según se saquen esas conclusiones, ajustarlo todo a los valores e importancias que las demás cosas tengan enfrente a ella. 

Esas son las cosas por las que Ezequías tanto como nosotros nos afanamos y consagramos los 365 días del año, para lograr lo que se ha llamado el llamado “sueño americano”, pagar una casa y vivir retirado sin preocupaciones financieras. Y que hay que dejar del lado de acá de la eternidad. ¿No hay cosas mejores que casarse, darse en casamiento, divorciarse, celebrar aniversaríos  y cumpleaños, salir de vacaciones, engendrar hijos, trabajar, ahorrar y tener bienes de este mundo? Hay cosas mejores, las que uno puede sacar de este mundo, las espirituales, las únicas que se puede llevar el alma y trasladarlas al otro mundo: La fe, el amor a Dios, al prójimo, el servicio a los santos, el perdón de los pecados y un certificado de justificación por medio de la fe en Jesucristo y otro de nuevo nacimiento por medio del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.

38: 3

“He andado delante de ti con íntegro corazón”. No quería morir y oró con el respaldo de su vida piadosa, como si dijera "concédeme Señor la misericordia de vivir unos años más", y los obtuvo. La piedad tiene promesa para esta vida presente (1 Ti. 4:8).

 

Lo mejor que se deja al irse de este mundo

38: 5

"He oído tu oración  y visto tus lágrimas”. El temor a la muerte es algo natural, es el miedo a lo desconocido. Todos los hombres de este mundo lo sienten. Ese miedo es hallado entre los incrédulos como Acab y entre los creyentes como Ezequías. La pérdida de ese miedo no es por medio de un entrenamiento de autodominio sino por una “convicción de lo que no se ve”. El pasaje enseña que el Señor se halla junto a un creyente moribundo. Estaba en la alcoba del rey cuando se aproximaban sus minutos finales; y al oírlo orar y llorar por miedo a la muerte le dice al profeta Isaías que ha decidido dejarlo vivir unos años más, que vaya y se lo diga para que se tranquilice.  Si uno se ha de morir un día ¿qué más da que sea hoy o mañana? ¿Qué hay en este mundo que nos retenga tanto? Es más sabio pedir fe para morir que muchos días para vivir. 

Tienen que llorar y desesperarse ante la muerte los que no saben si hay Dios, si tendrán una mejor resurrección o si no tienen sus pecados perdonados. Esos necesitan una extensión no para continuar viviendo impíamente sino para arreglar la partida. Deben llorar los que han “vivido perdidamente”, los que han acumulado “muchos bienes en este mundo” y no han provisto nada para “las moradas eternas”, los que no han arreglado sus almas con el dueño de sus vidas y llega el momento en les pasan las cuentas y no cuadran. Los que no han sido perdonados por Dios y con la carga de sus pecados van a la tumba, los que no tienen un Mediador ante Dios, los que no tienen un sacerdote en el cielo que interceda por ellos. Ten fe y piérdele el miedo a la muerte una vez por todas hasta que puedas decir con esperanza: “el vivir para mí es Cristo y el morir es ganancia”.  Cuando vengan a pedir tu alma, déjalo todo arreglado para la esposa y los hijos, y como recuerdo a ellos una gran vida cristiana santa. 

 

No importa que mueras creyendo errores científicos 

Isa. 38: 7, 8

“Atrasaré diez grados el reloj de sombra de Acaz”. 

Cuando Ezequías estaba en las últimas Dios se le acercó y pudo haber pensado para sí:  “Ezequías tú no sabes lo que eso significa porque no te envié al mundo en el siglo XXI después de mi Hijo; cuando esas fechas lleguen, los estudiantes de mi Palabra sabrán cómo explicar mejor esta señal, que lo que estoy haciendo es detener el movimiento de la tierra sobre su imaginario eje (que supongamos que sea la punta de mi dedo), pero no me importa que mueras teniendo errores científicos si tienes fe en mí. 

“Yo hice la tierra y está bajo mi control, quien la hace rutilar soy yo, la ley de ella está en mi mano, y puedo incluso hacerla mover en sentido inverso si quisiera o hacerla flotar en cualquiera otra parte y llevármela para otro sitio y hacerla girar alrededor de otra estrella, o dejarla sin sol ni luna que la alumbre. 

“Ni tú, ni los más modernos que tú me podrán medir, ni siquiera imaginar de lo que soy capaz, ni soñando conmigo podrán suponer cuánto poder tengo. Por el momento eso es todo lo que te puedo decir, detendré la tierra y luego le ordenaré dar unos pasos atrás. Algún día la verdadera ciencia, quiero decir la que no sea agnóstica ni reciba órdenes de alguna filosofía o política, descubrirá la profundidad de mis milagros y cómo los hice, y no le quedará otra opción que reconocer que mi poder no radica en eso que conocen como cerebro y llaman músculos sino en mi gloria”. 

Ezequías fue un reformador y un teólogo, pero todo lo que aprendió no le servía para perderle el miedo a la muerte y estar conforme y hasta alegre cuando le llegara. El Señor le dio esa señal por su causa primero y por nosotros, gente muy similar, que al saber su historia nos avergonzáramos si al expirar el último suspiro lagrimeamos porque tenemos la misma famélica fe. Sí, ¡vaya qué clase de creyentes somos y lo que tiene que hacer Dios para quitarnos los miedos y sobresaltos, hombres y mujeres de poca fe, estirpes de incrédulos, defensores de la sana doctrina, ágiles apologistas, virtuosos predicadores, leídos escritores, pescadores de hombres, que presumimos en el púlpito y el escritorio de la fe en la resurrección de los muertos y la supervivencia del alma y lloramos contra la pared si francamente el médico nos comunica un mal diagnóstico!  

 

No cambies salud por dinero

Isa. 38:9-15

“Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad: Yo dije: A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años. Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma”.

Dos cosas, aprendió el rey, sosiego y no olvidar su experiencia. Hay diversas traducciones que recogen el significado del modo de vida de Ezequías después de su enfermedad. Unos traducen no humildemente como si antes fuera ostentoso y arrogante, sino que vivió suavemente o tranquilamente, indicando que cambió el paso, dejó la precipitación, el corre- corre; decidió deponer responsabilidades y en vez de vivir siempre ocupado, vivió tranquilo, no queriendo ir de un extremo de la vida a otro siendo exitoso y productivo sino simplemente viviendo, reposado en Dios y disfrutando sus días. Comenzó a mirar el mundo y lo más amplio que pudo: el sol, las flores, los colores, los ojos de los pájaros y sus plumas, sus cánticos y aspirar el perfume de la bella naturaleza. Cosas en las cuales antes no reparaba. Ezequías se despojó de afanes y vivió en reposo contando su tiempo como días de gracia, dados por Dios, con gratitud y alabanza, como si fueran los últimos, y los eran.  

Aprende la lección del sosiego, alma mía, de todas maneras, has de llegar hasta donde has de llegar. Cada día que tienes es precioso, cada noche es tuya, te la da Dios. “Bástale a cada día su afán” es un saludable y sabio consejo. Si no haces eso te enfermarás con ansiedad y cuando tu cuerpo se debilite por la edad tendrás la señal en tus temblorosas manos y en tus noches de insomnio. Haz el trabajo que puedas no más del que puedas. Rompe ese viejo patrón de consunción de salud. Haz menos de lo que puedes hacer. Corta, si puedes, tus horas de trabajo, si puedes vivir con menos dinero. No cambies salud por dinero. Trabaja sosegadamente, en completa paz como pidió el profeta (Isa. 26:3). Cambia tu paso por la vida. No esperes sobrevivir a un cáncer, al Cobid-19, o al infarto del miocardio para hacerlo. 

38: 15

“Andaré humildemente todos mis años a causa de aquella amargura”. Dos cosas aprendió: sosiego y no olvidar su experiencia. Hay diversas traducciones que recogen el significado del modo de vida de Ezequías después de su enfermedad. Unos traducen que vivió suavemente, tranquilamente, indicando que cambió el paso, dejó la precipitación, el corre y corre, el apuro; decidió deponer responsabilidades y en vez de vivir siempre ocupado, vivir tranquilo, no queriendo ir de un extremo de la vida a otro siendo exitoso o productivo sino viviendo, reposado en Dios y disfrutando sus días; es decir se despojó de afanes y vivió modestamente contando su tiempo como días de gracia, dados por Dios, con gratitud y alabanza a él, como si fueran los últimos, y los eran. Gracias a Dios que lo aprendió; otros se sanan y se olvidan de Dios (Lc. 12:19).

38: 17

“Amargura me sobrevino en la paz”. Ezequías estaba viviendo ¿los mejores días? cuando se enfermó de pronto. Aparentemente. Los mejores los vivió después de su gravedad; quitaron un rey y pusieron otro, su carácter cambió y ahora tenía tiempo para todo el mundo, y más que vivir por metas futuras, haciendo la voluntad de Dios en el presente; tenía una sola meta: el cielo, vencer el aguijón de la muerte, alabar la misericordia de Dios, no su triunfo personal sino el triunfo de su fe. Una meta sin esperanza cristiana es una tonta mentira. Una gran meta es no querer ser siempre polvo sino espíritu; salirse del tiempo, recuperar la gloria celestial perdida. Oh Señor, que yo siempre esté listo para estar contigo.

38: 18-20

“El que vive, el que vive te alabará”. No tiene el más mínimo conocimiento de la vida de ultratumba; para este rey morir equivalía a una extinción. No sabía que tenía un alma, no conocía nada del paraíso ni del infierno; sin embargo fue salvo. Estas no son enseñanzas esenciales para la salvación; pero Ezequías creía en Dios y en el perdón de sus pecados. Las doctrinas son importantes pero no somos salvos por doctrinas sino por la fe en Dios. Si tuviéramos esto en cuenta no seríamos tan intransigentes en las distinciones denominacionales cristianas, y llamaríamos hermanos a algunos que sólo con reticencia lo hacemos. Oh Dios tú nos disculpas muchos errores y premias nuestra fe, el que vive por la fe, ese es el que vivirá. Haz que mi teología me sirva para tener contigo una buena relación.

 

El higo estaba contraindicado y Dios lo sabía 

38:21

“Una masa de higos, la pongan en la llaga para que se recupere”. ¿Cómo? Algunos dicen que el higo era más bien contraindicado para cualquier úlcera, peor cuando la llaga (significa quemadura) quizás le produjo dolor y alta fiebre, dispersando la infección por todo el cuerpo y complicando órganos vitales. El higo en sí mismo no es una medicina ni siquiera un remedio, pero a pesar de lo descabellado de la receta, Dios la usó y la prescripción con fe surtió efecto, aun en el caso que fuera contraindicada. No se le ocurra imitar el caso. Isaías no era un médico y no procedió como tal sino como profeta, y no se conoce a ningún otro que haya usado la misma clase de cake contra cánceres, lepras u otros males cutáneos. Es un caso parecido al del ciego a quien Jesús le untó barro en sus ojos y le dijo que se los lavara en el estanque y regresaría mirándolo todo. No fue el fango ni el agua lo que lo curó sino su obediente fe, y en el caso de este rey, lo mismo, su fe obediente. No hubiera hecho falta para nada esa masa de higos pero por causa de la poca fe del enfermo se le ordenó ese parche de fruta para que creyendo él, bajo Dios, en la efectividad de la cosa, por medio de ella creyera en Dios y su fe lo sanara. La aplicación es que nosotros solemos darle demasiada importancia a los medios de salvación y dependemos de ellos como si fueran el todo en la salvación de un individuo cuando en sí mismos no son nada. Dios, si lo ordena, puede hacer uso del remedio más vil y la  peor receta, por ejemplo una malísima o ninguna exégesis bíblica  o un sermón aburridísimo, que trabajo costaría en un costal de palabras hallar alguna importante; si Dios quiere puede usarlo para liquidar una enfermedad espiritual, mental o carnal, que nos produciría la segura condenación.

 

39: 1-7

“No hubo en su casa y en sus dominio cosa que no les mostrase”. Judá no fue transportado a Babilonia porque Ezequías fuera indiscreto; pero al rey se le informó que había hecho mal. No hay que llevar al extremo la gratitud. Aquellos hombres eran espías.

39:7

“Algunos de tus hijos que saldrán de ti serán eunucos…”. Esto se cumplió 70 años después. Manasés su hijo inmediato fue llevado cautivo a Babilonia pero luego liberado; pero sí se cumplió en Jeconías y sus hijos y otros de la realeza como Sadrac, Mesac, Daniel, etc. (Gill). Vea como el Señor les predice el futuro a esos muchachos antes que nacieran; ya Dios supo y prescribió el futuro de ellos, todo el recorrido de sus vidas. Manejamos el auto de nuestras vidas por las carreteras que Dios ha hecho; nuestra necesidad consiste no sólo en ir mirando al frente sino hacia arriba, cuando tenemos que detenernos, dejar pasar a otros, evitar un choque, respetar sus leyes de tránsito y pedirle ayuda si no sabemos qué camino tomar cuando llegamos a un cruce.

39: 8

“La palabra de Jehová que has hablado es buena”. Quiso decir: “está bien; he hecho mal y me trataron con misericordia". Señor tu palabra siempre es buena porque es justa y es verdad.

40.

Este es un capítulo excepcionalmente bello. Tiene que serlo porque habla de perdón (v. 1).

40:2

“Que doble ha recibido por todos sus pecados”. No se tome esto como que se castiga más de lo justo. Siempre es menos. Quiere decir que ha recibido bastante o mucho. Nunca, jamás recibimos castigos mayores que los que merecemos; la misericordia los recorta hasta una tercera parte, y con bálsamos. ¿Quieres un ejemplo? Dios conoce nuestra fragilidad (Mt. 24:22).

 

El camino a Jesús 

40:3

“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”.  Los judíos leían esto pero no sabían a qué se refería, sabían que algo grandioso iba a ocurrir pero no qué. Esto fue cumplido en Juan el bautista. Es maravilloso pensar que de nuestro ministerio habla la Escritura. La historia de mi salvación y todo el andar de mi ministerio, han sido maravillosos, con las ayudas de Dios y los ataques del diablo. Llegué a la edad del retiro, invicto, con muchas heridas, pero fogoso y triunfante. Juan se fue al desierto por gusto personal sin saber que estaba cumpliendo lo escrito, preparándole el camino al Señor; predicando la ley moral, la ley judicial, no la ceremonial; y la esperanza en el Mesías; preparaba magníficamente la senda para los pasos de Jesús. Si queremos que Jesús venga a nuestra comunidad o iglesia esa es la forma, prepararle la iglesia para su venida (Lc. 3:2-18); Juan aplicaba la ley, hablaba de moral, equidad, justicia social, en fin, de arrepentimiento, y con esa base no primero a la fe sino al arrepentimiento los bautizaba; la fe no la creía como una afirmación vocal sino que la buscaba implícita en la renuncia al pecado y en la reforma de la vida; entonces los sumergía (si fuera inmersión; o vertida sobre)  en agua. Donde no se predica la ley y la transformación personal, no llega Cristo nunca, esa es la vía de Jesús. Amén. 

40: 6-8

“Toda gloria humana como flor del campo”. La palabra de Dios se cumple, la gloria de los hombres pasa pero no lo que Dios dice. "No se desanimen, cuando vean la gloria de los hombres pasar, las esperanzas no estarán perdidas, aunque queden pocos, pobres y humillados, verán de nuevo la gloria de Jehová". Los hombres pasan, la palabra de Dios nunca (Mt. 24:35).Oh mira sobre las ruinas de los imperíos . Confiaré en ti. Yo paso, tú pasas, pero la palabra de fe que predicamos no. La vida es hermosa como una flor, pero se marchita y pasa.

40:9-11

“Ved aquí al Dios vuestro, en sus brazos llevará sus corderos”. Oh Señor Jesús tú eres mi buen Pastor. No desfallezcan. Viene el día de Dios. La liberación se aproxima, ya casi podrán ver al Señor. Y si su ojo profético vio más allá, vio al Señor pastoreando su iglesia, la vio cuidando sus corderos y ovejas. Yo veo Señor que vienen sobre nosotros tiempos mejores.

40: 12-17

“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es”. Israel, ¿qué concepto tienes de Dios? ¿No crees que cosas tan grandes él puede hacer? Supera tu pequeñez mental y deja que tus pensamientos se remonten a la inmensidad. No seas atrapado entre las historias de otros países; el Señor reina contigo y no le temas. Él puede hacer retroceder todas las naciones y desaparecer los poderes del mundo. El cumplirá contigo tu papel, confía en su palabra siempre. Tiene poder y consejo para hacerlo (Ro. 11:34; 1 Co. 2:16). Amén.

40: 13, 14

“¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová o le aconsejó?”. Quiere decir en otras traducciones, quién le pesó, lo puso en una balanza, o lo guio. ¿Quién le ha servido de guía y consejero al Espíritu Santo? ¿Quién puede guiar su iglesia mejor que él? ¿Quién puede mejor que él pesar los pensamientos y las verdades? (1 Co. 3:20; Jn. 16:13). El Señor está para dar consejos no para recibirlos. Guía tu iglesia Espíritu, guíala con tu palabra, por la senda que desees. Quizás no encuentres una salida, un cómo; confía que él lo haga y sabrás cómo lo hizo; hace a la gente cambiar de opinión e influye en sus pensamientos para que ejecuten su voluntad. El te sacará de donde te llevó, desatará las cuerdas que hizo caer sobre ti; venera la profundidad de su sabiduría (Ro. 11:33). ¡Qué pensamiento tan grande es ese que todas las naciones son como una gota de agua que cae del cubo!  

 

Jehová, la redondez de la tierra y Cristóbal Colón  

40: 18-25

“¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva. ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo”. 

“Él está sentado sobre el círculo de la tierra”. O que está sentado sobre la “redondez” de la tierra. Se refiere al círculo o arco de los cielos sobre la tierra; no es una revelación divina de la forma de la tierra. No hace falta decirle al mundo: “La Biblia dice que la tierra es redonda antes que Cristóbal Colón lo descubriera”. ¿Para demostrar que es Palabra de Dios? Ella no necesita tal demostración. Nuestro Gran Libro no es un volumen científico. Eso que la Biblia no es un libro científico sino de fe es válido para interpretar los milagros hechos por los profetas, Jesús y los apóstoles, y los que la providencia y la misericordia realizan cuando se ora o se predica un buen sermón. Jesús camina sobre las aguas no porque suspendió la gravedad ni porque disminuyó su peso, sino porque es el creador de esas leyes. Sanó a un ciego de nacimiento porque hizo el ojo con su Palabra y con ella restablece la vista. Resucitó muertos porque él es la vida misma, y está sentado sobre el círculo de la tierra porque está sentado sobre la rueda de la providencia en mi vida y en mi redondo corazón. 

Lee Job 22:14, “las nubes le rodearon, y no ve; y por el circuito del cielo se pasea…”. Oh hombre, no exageres tu difícil situación; los ídolos no pueden pero ¿no podrá el Creador de todo? ¿Le faltará ciencia? ¿No tiene poder? No mires la gloria de los hombres que se secará ni su tamaño; compáralos con Dios y verás que no son más que insectos. ¿Qué hombre está sentado sobre el círculo (sobre el arco) del mundo? Sólo Jehová. No adjudiques a tu fe la impotencia de las religiones. El proveerá lo necesario para que su palabra se cumpla. ¡Ánimo alma!, cobra ánimo en tu Dios. Mira el círculo del mundo y quien está sobre su trono. 

 

Si no puedes renovar lo que envejeció y ya es historia 

40: 27-31

“¿Por qué dices,  oh Jacob,  y hablas tú,  Israel: Mi camino está escondido de Jehová,  y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido,  no has oído que el Dios eterno es Jehová,  el cual creó los confines de la tierra?  No desfallece,  ni se fatiga con cansancio,  y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado,  y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan,  los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;  levantarán alas como las águilas;  correrán,  y no se cansarán; caminarán,  y no se fatigarán”.

Aquí tienes un texto para ponerle fin a tu desánimo. Si después de leerlo persistes en andar alicaído, tu mal no sale sino con oración y ayuno. ¿De dónde has sacado eso que Dios no sabe lo que te pasa, porque dices que Dios no conoce tus caminos? Oh, ¿no sabes que él te ha puesto en esos caminos, que andas por donde él propuso que anduvieras? No sujetes tu melancolía a semejante ignorancia. Si dirigieran tus pasos la Fortuna o la Suerte me callaría, pero no es así. Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; da fuerzas al cansado, él no se fatiga. ¿Por qué dices, Dios no sabe lo que me está pasando? Dios sí lo sabe. 

Cuando te cunda los músculos y el espíritu el desánimo, remítete a Dios como Creador. Eso pone fin a la duda de si puede o no puede prestarte ayuda. No andes con la tontería que si tuvieras tantos años menos podrías hacer esto y lo otro. Los muchachos se cansan y se caen. Tú no necesitas tener menos años sino más fe. El Señor es el autor de todo vigor. Tú te cansas pero Dios no. Cuando te falte la voluntad pídele prestado un poco de la suya. Los que esperan en Dios podrán hacer labores que los jóvenes no han podido realizar, ni tú cuando tuviste muchos años menos. Recoge estas palabras que son dichas para gente que se siente caída en el polvo. Dios la recoge desde el suelo. No gastes tus pocas fuerzas en lamentos. Encamínate a una renovación. Si no puedes renovar lo que envejeció y ya es historia, renuévate tú. 

Isa. 41:4

“¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros”. Nota que no dice "yo el primero y el último"  sino "con", con los últimos; con los que vivan en lo último del mundo, o sea con todos; no habrá ni uno sólo, haya nacido antes o después que di que no estuve con él. Eres Dios, con los últimos en entrar, los últimos perdonados, los recién nacido y los maduros, y serás con todos hasta que entre “la plenitud de los gentiles” (Ro. 11: 25, 26).

 

 

Dale ánimo de tu iglesia

Isa. 41:5-7

“Cada cual ayudó a su vecino y a su hermano dijo: esfuérzate; el carpintero animó al platero”. 

Esta es la alianza de los enemigos del pueblo de Dios. Los que tienen esas iniciativas son los adversaríos . Nota la unión de ellos, cómo se animan los unos a los otros y se estimulan para la guerra; ¿no son ejemplo así los perversos? ¿No aprenderemos de ellos? En época de guerra espiritual, los enemigos se unen y se animan para destruir la iglesia. Se vuelven ejemplo para Israel. Anima a tu hermano, dile palabras de fortaleza, no lo critiques, no digas nada que le apoque su fe o le haga menor su esperanza; ayúdalo a triunfar, en la unión está la fuerza. Nuestra victoria es en conjunto. No le digas al platero que su trabajo tiene escorias ni al que alisa con martillo que no le está quedando bien el trabajo, cada uno hace lo que puede. Afirma con clavos a tu hermano para que no se mueva. Haces muy mal en andar desanimando a los creyentes. Si alguno se acerca a ti, cuando se retire que no tenga menos sino más fe, que sea mejor y no peor cristiano. 

 

Cuida el ánimo de tu iglesia 

Isa. 41:8-14

“Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor”. 

Ningún dios sobre la tierra, excepto el Dios nuestro puede decir palabras más bellas que éstas, con cuánta ternura, con cuántos deseos de ayudar, con cuánto compromiso por medio de sus promesas. Notas las palabras claves de la ayuda y compañía, “escogí” (vv.8, 9); dos veces; y detrás de ella hay un llamamiento sabio y eterno y eficaz, como lo llamamos; después de esas dos repeticiones, elección, elección, aparecen dos palabras preciosas, “siempre, siempre” (v.10), que son sinónimos de eternamente. ¿Quién puede predicar un mejor sermón de aliento, que Dios? Oh Dios mi elección en Cristo, tú me llamaste y tú me glorificarás, y estarás conmigo siempre, o sea perseveraré. Puedes leer con deleite hoy este texto. Te sientes en gran desventaja ante tantos adversaríos  y tú uno solo. Abram era uno solo y Dios lo miró desde el cielo y fue a Ur de los caldeos a buscarlo y lo hizo su amigo. ¿Somos pocos? (así se lee en el margen en hebreo) ¿Pequeños, como gusanos? El mensaje es éste: ¡no desaparecerás!

Isa. 41:21-28

“A lo menos haced bien o mal”. Dios desafía a los profetas de ídolos y les desafía a que revelen el futuro y no acertarán con verdad ni una sola palabra. No le tiene miedo a esos profetas de mentiras ni a los supuestos poderes de sus dioses y les reta a que hagan “algo, bueno o malo”. No tengas miedo de espiritistas o hechiceros. Contra Israel no hay agüeros (Núm.23:23).

 

Jesús el escogido

Isa. 42:1-4

“Mi escogido”; ése es Jesús, en quien Dios tiene contentamiento (Mt. 3:17); siempre Dios estuvo contento con Jesús, aun en la cruz cuando cargó en él el pecado de todos nosotros; precisamente por eso pudo cargarlo porque no tenía pecado; aun allí el Padre reconciliando al mundo consigo mismo estaba contento con el Señor. ¡Qué hermosas esas palabras para tener esperanza en el anuncio del evangelio, que “las costas esperarán tu ley!”. Magnífico texto en profecía para hablar de Jesús; no dudes que sus palabras fueron dichas por el Espíritu Santo. Siempre será extraordinaria, ricamente apreciada por los que están reflejados en la caña cascada y en el pábilo que humea; no aplastará a los débiles y a los pobres. Y no se cansará de hacer su obra o como dice otra versión “no se desanimará”, y cosa poderosa es no caer en desánimos cuando la obra es difícil, tiene muchos opositores y no hay prosperidad; y él será la esperanza del mundo, la esperanza de gloria.

Isa. 42:6, 7

“Te pondré por pacto al pueblo y por luz a las naciones”. A quien único se pueden aplicar esas palabras es primero al Señor Jesucristo; y segundo a los predicadores del evangelio; al ministerio de ambos con la palabra de Dios (Lc. 2: 32; Hch. 13: 47; 26: 23). Oh son tus palabras en el Espíritu, dilas a los ciegos y a los presos de ignorancia y pecado. ¡Oh Dios cuántos presos en sus vicios y dentro de sus naturalezas!, a quienes no les resplandece la luz del rostro de tu Hijo, no ven de él ni un solo rayo de gloria. Oh Jesús, luz de las naciones.

Isa. 42:9 

“Yo anuncio cosas nuevas”. ¿Ya se cumplieron las primeras cosas?, no dudes que las nuevas se cumplirán. Oh Señor, cumple tus palabras; dijiste: "Yo les alumbro el futuro, no sólo lo predigo; lo hago".

Isa. 42:10

“Cantad a Jehová un nuevo cántico”. Alaba al Señor con una alabanza si recientemente te ha hablado; alabanzas nuevas por bendiciones frescas, por misericordia recién llegadas. No pongas a un lado los viejos salmos, los antiguos himnos que tanto han dicho y dicen, pero canta de nuevo con nuevos bríos, con fresca gratitud. Amén.

Isa. 42:14

“Desde el siglo he callado”; por mucho tiempo ha guardado silencio. Por un siglo he estado callado, mirando vuestros hechos inicuos; pongo fin a mi silencio y los castigaré. Oh tanto tiempo para reflexionar y pedir perdón.

Isa. 42:16

“Cambiaré lo escabroso en llanura”. Aunque muchos sufrirán mi enojo para otros tengo benevolencia. Yo soy un testimonio de esa gracia, muchas cosas he aprendido e ido a lugares desconocidos. Oh Señor, es cierto, lo más escabroso lo pones plano.

Isa. 42:18 

“Sordos oíd”. Mira como el Señor quiere que atiendan su palabra; pero fue inútil, siguieron sordos y ciegos. Tú que debieras oír y no oyes, ver y no ves, y te han tratado de abrir los ojos. ¿Eres tan sordo como un ídolo?

Isa. 42:19

“¿Quién es ciego como el que está en paz conmigo?”; o como “el siervo de Jehová”; eso quiere decir Israel a quien el Señor envió para ser mensajero Suyo a todo el mundo; y le falló, no lo hizo y ha sido mensajero de incredulidad y obstinación; con riquezas pero incrédulo, feroz aún contra la iglesia cristiana. 

Isa. 42:21

“Se complació en magnificar la ley y engrandecerla”. Por desdicha para este pueblo, en justicia, inútil y como pobre que no les fuera dada palabra; rompió el Señor su largo silencio y nada pasó, su pueblo no oyó ni vio. ¿Quieres hacer eso entre nosotros Señor? Engrandece tu ley, la palabra de fe que predicamos, haz que corra y sea glorificada, haz tu ley grande y gloríos a, hónrala (2 Te. 3:1).

Isa. 42:23

“¿Quién escuchará respecto al porvenir?”.¿Quién mirará el futuro para arreglar su presente? (v. 24).

 

Cristo es nuestro molde

Isa. 43:1-7

“Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas palabras por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado a ellos mismos, dijo Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Carea, y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí, sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos transportar a Babilonia. No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová para quedarse en tierra de Judá, sino que tomó Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado, para morar en tierra de Judá; a hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda persona que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías, y entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes”. 

Formador también significa que te dio tu molde, cortar la madera, seleccionar (RV. 43:1). Por eso lo traduce Creador. Palabras de aliento para asegurar a Israel que volverá a existir; que con Dios será indestructible (vv.1,2). Los esparcidos retornarán. Palabras que elevan la moral y les hacen pensar que tienen para Dios valor aunque para las naciones del mundo no. Pase lo que pase, Señor; el mundo es tuyo nos harás regresar. Pero estas palabras se aplican bien a la iglesia y a cada cristiano en particular. ¿Quién nos ha creado como ser humano, a imagen y semejanza suya, y por obra del Espíritu “conforme a la imagen de su Hijo”? Nos ha creado dos veces, desde el polvo y desde el pecado. ¿Quién nos dio forma? No es una forma evolutiva, es Dios quien ideó el diseño humano; y fue Cristo quien “estando en la forma de Dios no estimó el ser igual a Dios” sino que vino para que adquiriéramos su forma. Cristo es nuestro molde. La palabra redimí es bella (v. 1); fuimos libertados y comprados por precio, en cuerpo y espíritu. Y la más grandiosa de todas, tu Salvador (v. 3); y un misterio inefable, “yo te amé” (v. 4) que se puede traducir en presente “yo te amo”; “desde donde yo te haya esparcido yo te traigo, te regreso, te restauro, no importa que hayas caído lejos, un día diré “suéltenlos” ‘entrégalos” (v.6), porque “son llamados de mi nombre y para gloria mía”; les repito, los formé y les di molde” (v.7). Oh Dios santo ¡qué grande es nuestra recuperación, nuestra restauración!; brilla más tu gracia que tu justicia, es más gloríos o tu perdón que tu castigo y tú más magnificente cuando restauras que cuando derribas. Te amo Señor por mi recuperación espiritual. Amén. Las aguas no me anegaron, los ríos no me inundaron y la poderosa llama tampoco me quemó; soy como un ave fénix que salió de sus cenizas, quedé dañado, pero no incompleto, las heridas me las curaste tú. Tuve que pasar por las aguas pero no me ahogué, me tiraron al fuego pero no me quemé. De nuevo dijiste al Tentador: “Suéltalo, entrégalo, no lo retengas”, y aquí estoy de pie, restaurado a tu molde, al molde de Cristo, y glorificando tu nombre como antes, y mejor, porque no me olvidaste. Amén.

Isa. 43:8

“Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, sordo que tiene oídos”. Eso es un reproche, es un análisis de quienes son ellos, es la realidad de Israel, un pueblo endurecido; y sin embargo sean como sean no los abandona el Señor  y da la orden para que la misericordia actúe y el pueblo salga afuera, de Egipto o de Babilonia, a lo que se refiere. Ese gesto habla de la “pura gracia” de Dios para “el Israel de Dios”, la iglesia, y su estado espiritual pre-conversión, natural, para cuando él ordene “entrégalos, no los retengas”, que es una orden de recuperación y de salvación (v.6), y el diablo, el pecado, tienen que entregar a los que domina y que serán trasladados al reino de su amado Hijo.

Isa. 43: 9

"Las cosas primeras"; todo el desastre que les  traerían sus pecados. Ellos oyeron, los impíos, que él les anunciaba. Escucharon también las misericordias que les pronosticó. En los primeros mensajes les dijo todo eso, públicamente, con anterioridad, como ningún otro dios, que no lo hay (v. 10).

 

¿Eres Testigo de Jehová siendo hispano?  

Isa. 43: 10

“Vosotros sois mis testigos”. Mire, que si usted es mejicano, salvadoreño, hondureño, de cualquier parte de América, del Norte, Central o del Sur, y si no salió de los lomos de Jacob, olvídese de auto-nombrarse Testigo de Jehová. Jehová nunca ha dicho: “Vosotros los egipcios, los babilonios, los siríos  y los hispanos sois mis testigos”. Testigo de Jehová son los israelitas.

Si a alguien, no siendo israelita, le gusta que lo llamen Testigo de Jehová tiene que ser testigo de Abram por medio de la fe, ser circuncidado no en la carne sino la circuncisión del corazón que obra el Espíritu Santo, y de ese modo pertenecer al “Israel de Dios”(Ga. 6:16). 

Y en ese caso usted dará testimonio de “cosas mejores” que pertenecen a la salvación (He. 6:9), será testigo de “un mejor pacto fundado sobre mejores promesas” (He. 8:6), y no testigo de las siete plagas en Egipto, del paso del Mar Rojo, de 40 años en el desierto y de la expulsión de los cananeos. El deseo de Dios no es que nos llamemos Testigos de Jehová sino testigos de la gracia suya por medio de Jesucristo.

Tal vez los jerarcas de su secta han tomado el nombre “Testigos de Jehová” porque quizás les parecieron pintorescas las palabras, o porque querían congraciarse con los judíos o suplantarlos en la historia; y eso, presumo, lo hicieron sin mucho reflexionar porque les quedan inapropiadas. Se queda atrás en la revelación, en la historia y pierde la actualización que le dio Jesús cuando al irse a su gloria dijo: “Recibiréis poder, y me seréis testigos en Jerusalén, en Samaria, en toda Judea y hasta lo último de la tierra” (Hch. 1:8). Así que somos testigos de Cristo.

Y ese poder proviene del Espíritu Santo para dar testimonio de Jesús, que es el Mesías, que murió por nuestros pecados, que resucitó y que es Hijo de Dios, engendradono hecho, poder no para justificarse ante Dios ganando la vida eterna distribuyendo panfletos y cotorreando doctrinas de obras y ensalzando su religión, y haciendo proselitismo en las plazas y los mercados y yendo de puerta en puerta. 

Sepa que los que quieren pertenecer al Reino de los Testigos de Jehová ganando prosélitos,  “por la ley os justificáis” y  la consecuencia es funesta, “de la gracia habéis caído” (Ga. 5:8). Vosotros os golpeáis en el pecho con el título de vuestra denominación y servís al mundo como testigos falsos porque no sois israelitas, ni siquiera de los 144000 apocalípticos porque ellos lo son y vosotros no, y dejáis de lado el ser testigo de la gracia de Dios en Cristo y no podéis testificar de ella porque no la habéis recibido, y es completamente extraña en vuestro credo porque lo es en vuestras vidas. Así que esos que le dieron su apellido de Testigo de Jehová están atrasados dos mil años en el tiempo y dos mil años en la gracia y en la salvación. ¿Cómo sois testigos de Jehová si sois hispanos?

Isaías escogió para revelar el monoteísmo al incomparable Dios; todo eso se ha cumplido en mí, Señor, me escogiste, te he conocido y me has hecho tu testigo y sé que antes de ti no hubo otro dios que se haya muerto, sólo tú eres el que eres, en ambas eternidades (Sal. 90:2).

Isa. 43:11

“Fuera de mí no hay quien salve”; fuera de Jesús no hay salvador. Por eso nuestra esperanza está solamente en ti que puedes hacer lo que prometes. Cristo es nuestra esperanza de gloria (Col. 1:27). Amén. 

Isa. 43: 13

“Lo que yo hago ¿quién lo estorbará?”. Es eterno y lo dice para que su pueblo no imagine que alguien o algo puede impedirle hacer lo que promete. Dicho por Dios y hecho. Nadie puede estorbar las profecías. El cielo y la tierra pasarán pero “mis palabras no pasarán”.

Isa. 43:18-21

“No os acordéis de las cosas pasadas ni a la memoria las antiguas”. Olvida tus antiguos pecados, los errores que cometiste, lo que pasó, pasó; justicia cumplida justicia olvidada, “Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apc. 21:4); ¿vives seco y sediento, en tierra árida (Sal. 63:1)? Piensa en las aguas frescas que las promesas pondrán delante de ti, en los ríos de agua viva que saltarán de tu seco y vacío corazón (Jn. 4:4;  7:38). Esperemos bondades mayores. Ellas harán huir a tus malos recuerdos y tú no huirás de ellos. Amén. Entonces, llenos de bendiciones, testifiquemos de Dios y de sus poderosos hechos. 

Isa. 43: 22-24

“De mí te cansaste”. Lo que tenías que haber hecho no hiciste, ofrecerme sacrificios, y lo que hiciste, cargarme con tus pecados, tampoco lo hiciste bien, porque era rebelión y no confesión; si me los hubieras depositado para perdón yo los hubiera remitido pero me los tiraste al rostro con odio. Te cansaste de mí. Israel se cansó de su religión, se aburrió de ella, la halló un fastidio (Núm. 21:5; Mal. 1:13). ¿Cómo es posible que la religión pierda su sabor? Cuando se convierte en una rutina y es sólo forma sin contendido. La adoración no necesita innovación sino profundidad. Entonces la abandonó y se consiguió según él una mejor. Pensó que el cambio era bueno y multiplicó su pecado.

Isa. 44:1

“Jesurún”. Este nombre le fue dado a Israel por Moisés (Dt. 32:15; 33: 5, 26). Posiblemente significa algo así como recto. ¿Has leído eso, “el que te formó desde el vientre el cual te ayudará”? Yo sé que está hablando sobre la formación de Israel, sin embargo ¿no es lo mismo para cada israelita, para el “Israel de Dios”? (Ga. 6:16). Y eso está demostrado por el salmista (139:13-16). Como es cierto que me formó es tan cierto que me ayudará. Israel se olvida de Dios pero no Dios de ellos (v. 21); (Je. 3:21).

Isa. 44: 5

“Yo soy de Jehová;  el otro se llamará del nombre de Jacob,  y otro escribirá con su mano: A Jehová,  y se apellidará con el nombre de Israel”. Es una alusión que aunque eran terriblemente pocos en números, irían creciendo y se les unirían otros. Parece un crecimiento lento, paulatino y seguro de gentiles. En cuanto a la traducción, es difícil. Unos traducen que se inscribirán sobre la mano, con un punzón, como si fuera un tatuaje, como algunos cristianos hicieron después dibujándose en la muñeca una cruz (Eso lo dice Procopius, Barnes). Los paganos se dibujaban el nombre de sus dioses, a los esclavos les ponían el nombre de sus amos (ver Apc. 20:4). Más adelante dice que se “apacientan de cenizas” (v.20); se meten cenizas en el cerebro porque no “reflexionan” (v.19). La reflexión no se debe desterrar de la religión.

Isa. 44:15-17

“Con una parte de la leña hace fuego y con la otra un dios y lo adora”. ¿No es para avergonzar tanta ignorancia? Y aun así aunque digan que el ídolo sólo “representa” al dios que se halla en el cielo.

Isa. 44: 21

"Israel no me olvides". Otra versión dice "no me olvidaré de ti", pero esta que he puesto también es buena. No pudo la mano divina haber escrito palabras más tiernas; habla como un enamorado lo hace a su novia que se marcha o cuando da señales que lo está olvidando. Dios te dice no me olvides. Yo te digo Señor nunca te olvidaré. "No me olvides".

Isa. 44: 22

"Yo deshice como una nube tus rebeliones" o “tus pecados”; me gusta eso Señor, esa palabra, deshice, me encanta; tú deshiciste mis rebeliones y ya no existen en tu memoria. En la cumbre de las razones que tenemos para no olvidarnos de Dios se halla el perdón de nuestros espantosos pecados. Somos criaturas ingratas (2 Pe. 1:9). Estas son palabras fascinantes para una conciencia culpable; que Aquel mismo contra quien se ha faltado, se encargue de disipar las ofensas y convertirlas en polvo y nada. Amén. 

 

Isa. 44: 23

"Y en Israel será glorificado". Cuando Dios redime un alma de las garras del pecado, hay motivo para hacer fiesta; de las cosas que Dios concede a un alma, ninguna supera en valor a su redención, lo libera de la esclavitud de su propia naturaleza, sale de los dominios de la propia ley que combate en sus miembros, del reino del diablo. Como la creación gime por los pecados de los hombres, grita por su redención, por su reconciliación con el hombre que la disfruta. 

 

Desarrolla tu fe en Dios como creador y como guía de la historia

Isa. 44:24-28

“Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría. Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado. Fíjate en las áreas que nuestro Dios domina: sobre la creación porque fue quien la hizo, extendiendo la tierra, echándole agua al mar y a los ríos, y distribuyendo las rutas de los personajes celestes. Además a eso añade para práctica de la verdad de sus creyentes asegurándoles que mantiene el dominio absoluto sobre las religiones equivocadas y con doctrinas impuras, y después de eso la aprobación y desaprobación de los personajes de la historia y lo que cada uno hará, ya sea daño o beneficio, que haya venido este mundo para hacer el bien o para hacer el mal. Oh amados, miren a nuestro magno Dios, piensen en él como creador si quieren tener más fe en la doctrina de la gracia. Enfrenta mis imposibilidades a sus posibilidades, mis limitaciones a sus ilimitaciones; ¿Qué cosa tan grande no podrá ahora  que sea mayor que la que ha hecho? Mejor que llamar al mundo naturaleza es llamarlo creación. No pienses que a él lo sorprenden las circunstancias y lo vencen las cosas difíciles. Mira su dominio sobre la religión y supersticiones (v. 25), mitos, leyendas, herejías; y ninguna triunfaron. El cristianismo no morirá jamás, las puertas del infierno no prevalecerán. No triunfará el conocimiento que se levanta contra Cristo, ni el ateísmo, panteísmo y cualquiera otro conocimiento. Los apóstatas, los filósofos y los científicos, la experiencia humana y la de la sociedad, descubrirán algún día sus necesidades de Dios. El cumplimiento de las profecías, la iglesia es la que tiene que limpiar sus ojos para verlo (v. 26). El dominio del Señor sobre la historia (v. 28). Desarrolla tu fe en Dios como creador y como guía de la historia

Isa. 44:28

“Ciro, cumplirá todos mis deseos”. Es la primera vez entre otras que se menciona a Ciro por nombre (45:1) unos 150 años antes que ocupara el trono de los medos y los persas (550 a.C); y se menciona también en 2Ch. 26:22-23; Ezr.1:1-2, Ezr.1:7; Ezr.3:7; Ezr.4:3; Ezr.5:13, Ezr.5:17; Dan.1:21; Dan.6:28; Dan.10:1. Se le llama pastor porque fue usado por Dios para ordenar el regreso de los judíos a su tierra, la reconstrucción de Jerusalén y del templo.

Isa. 45.

Todo el capítulo 45 es para establecer la unicidad de Dios (vv. 6, 14, 21); o conocimiento del futuro; más aún, es el forjador del futuro, las cosas pasan no porque las prevé sino porque hace que pasen, vv.1-12; su omnipotencia como Creador, vv. 12, 18. Oh nación pequeña; insignificantes, tiestos, ¿qué no puede hacer Jehová?

Isa. 45: 1

"Ungido a Ciro"; no porque lo haya santificado o llenado de su Espíritu, sino por la encomienda a una tarea especial de bendición para su pueblo. Su poder, "la mano derecha"; no para enseñarlo a andar en sus caminos como a un hijo sino para darle su éxito.

 

Dios conoce todos los líderes del mundo

Isa. 45: 1-5

"Te puse sobrenombre aunque no me conociste". Aunque antes de su nacimiento fue profetizado el triunfo de Ciro, él nunca alcanzó la gracia del Señor. Dice Jenofonte que un poco antes de morir ofreció sacrificios a Júpiter y al sol y otros dioses y les dio gracias por haberlo ayudado y pidió que bendijera con felicidad a su esposa, hijos y amigos. (Citado por J. Gill). Este es un tipo de Cristo; Dios le puso nombre, le pronosticó que le dio éxito, lo usó como un ungido; pero nunca le reveló su gracia y no lo conoció. Los profanos son dirigidos por Dios. La intervención del Señor fue para que le conociera. Bendito seas Señor; (ver 48: 14). ¿Lo amó? No son los líderes mundiales que conocen la verdad los que Dios utiliza para que hagan su voluntad sino también aquellos que son totalmente ignorantes y están oscurecidos por el paganismo, los que ni siquiera tienen algún conocimiento de lo que es Dios, de sus propósitos, de sus planes y de sus deseos; aun los que más han mostrado su ferocidad contra su deidad.

Isa. 45:7

"Que creo la adversidad y la paz" “el que crea bienestar y causa calamidades”. Ahí la palabra hebrea aunque quiere decir que crea "el mal" no significa que Dios crea el pecado; Dios no es el autor del pecado, sino que Dios crea las circunstancias favorables y desfavorables según sus propósitos y como convenga. Bien hecho Señor; tú lo puedes todo, nada te detiene. Así pues como Dios es el que enreda y desenreda, el que tuerce y que endereza; Dios es el que soluciona o complica, según la fe y la conducta del creyente,  y los propósitos de él. Estos son los misteríos  de la providencia, difíciles de escrutar y que a veces sus explicaciones no son fáciles de recibir, a no ser con fe. Nunca he llegado a confiar plenamente en la providencia de Dios porque me he preocupado. Dios le da la fe al hombre para que “viva” y como no la usamos no vivimos como debimos haber vivido. 

Isa. 45:8

"Prodúzcase la salvación y la justicia juntamente". Sí Señor, brota la salvación como un manantial y refresca esta humanidad. ¡Oh qué hermosa es la salvación y la justificación en nuestro Señor Jesucristo!

Isa. 45:5, 6

"No hay Dios fuera de mí, Ciro, no me conociste pero yo a ti sí". ¿Por qué vuelves alma necesitada tus ojos a otra parte si no has de llegar a nada? Esto es la autoproclamación de la divinidad de Dios atestiguada por los eventos históricos que pronostica y conduce. Llama a los sabios del mundo, estudien todas las religiones y hallarán mitos sobre mitos y al estudiar el judaísmo y el cristianismo descubrirán que Israel no creó a Jehová sino a la inversa; Dios se aparece y nadie sabe de dónde ni cómo, sólo que se aparece y da testimonio de sí mismo, pero no se explica su origen; simplemente es el Inexplicable, el todo Suficiente. Usted sabrá el origen de Israel pero no de Jehová.

Isa. 45: 9-12

"¡Ay del que pleitea con su Hacedor!". Parece que no creían; es incredulidad lo que se oye. Lamentos. Dicen, "preferimos no haber nacido a que nos hayan ocurrido estas desgracias". Israel no te lamentes, mayor es tu castigo, cree solamente. No riñas con Dios. Dicen, "no, no se levantará nadie en el futuro, perecimos". Pero tú eres omnipotente. Es el Creador. No pleitees, cree, adora.

Isa. 45: 13

"No por precio ni por dones". De gracia, sólo de gracia. Libertad por gracia.

Isa. 45: 14

"Hombres de elevada estatura". Los sabeos son los mercaderes africanos, descendientes de Seba, Ge. 10:7; africanos, 43: 3. Fue predicha la conversión de ellos (Sal. 72: 10). Una tribu inclinada a la Guerra (Job 1: 15). Señor ¿procuras enorgullecer a tu pueblo? Oh sí, vanidoso, arrogante en Dios (1Co. 1:31; 2 Co. 10:17). Autoestima no sino Cristoestima, en el Señor; ambiciones en Dios. El que se gloría gloríese en el Señor. No hay forma más hermosa para explicar nuestra salvación, nuestra vida cristiana que con las doctrinas de la gracia: preconocimiento, amor, predestinación, elección.

Isa. 45:18

“No la creó en vano, para que fuese habitada la creó”. En hebreo “en vano” quiere decir desperdicio (ver Ge. 1: 2), vacíodesierta. Dios creó otros mundos pero no con el propósito que hubiera vida en ellos. Tal vez para que miráramos hacia arriba. Por ejemplo la lumbrera menor, el sol y los otros planetas de nuestro sistema solar. No los creó con el propósito que se desarrollara en ellos la vida. No tienen condiciones para sostener la vida. Pero la tierra aunque  tiene esas condiciones no por ellas mismas se origina la vida. Las condiciones para que haya vida en nuestro planeta son creadas, como la vida misma, jamás espontáneas. Hasta ahora no tenemos ninguna señal que los otros millones de mundos que creó tengan vida o que la hayan tenido. Esas sospechas son más caprichosas que científicas.

Isa. 45: 19

"No dije en vano me buscáis". Las traducciones difieren. Dios no desalienta a nadie. El aliento es suyo, el soplo de vida es suyo no el desaliento y el soplo de muerte. Yo no desaliento a nadie.

Isa. 45: 20-24

"Mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra" o “Volveos a mí”, conviértanse a mí.  Reúnanse y reflexionen en lo que ha pasado, lean por ustedes mismos que esto lo predije; es la hora de mirar a mí. Lleguen a la conclusión que hay un solo Dios; cambien sus dioses por mí, no busquen la ayuda de otra deidad porque no hay; miren por fin a mí y serán salvos. Tengan fe en mí de una vez y por todas. Crean por el cataclismo que pasó a mi pueblo y por su restauración. Están en mala situación y yo estoy aquí. ¿A quién está ofreciendo el Señor? Les está ofreciendo al Señor Jesucristo (Flp. 2:10). Miren a Jesucristo sobrevivientes del pecado; de sus conciencias, de los juicios de Dios. Es hora de analizar todas las religiones y ver que sólo hay un soberano, un Señor, Jesús que dice: miren a mí y serán salvos. No se miren ustedes mismos ni miren el viento porque se hunden, miren a Jesús, miren a Aquel que fue levantado sobre una cruz como Moisés levantó la serpiente en el desierto. El que la miraba, del veneno era curado.

Isa. 46: 1, 2

"No pudieron escaparse de la carga". Llevan su maldición consigo; el peso de su idolatría y abandono de Dios sobre ellos.

Isa. 46: 3, 4

“Hasta vuestros avanzados años yo os sostendré”. Oh Señor, tú has sido mi Dios siempre, me has soportado mis pecados. La gente me ha soportado mi carácter, mis palabras, pero tú Señor mis rebeliones desde la adolescencia hasta mi vejez. Aún más, desde mi infancia. En las buenas y en las malas. Es mejor la traducción “os cargaré” que “soportaré” que indica una constante mala conducta. El Señor no está prediciendo que seré incorregible sino que cuando me vea envejecer, cojo como Israel, no me echará a un lado. Yo no cargo ídolos. ¡Qué palabras más hermosas has dicho! En mi vejez eres el mismo de mi juventud, en “mis avanzados años” tú me sostienes, cuando mi cuerpo se debilite y necesite un brazo de apoyo contaré con el tuyo, cuando desfallezca me cargarás, lo has dicho. Oh Poderoso Dios de los viejos. Mis pecados serán una carga para Jehová pero no yo. Y se los cargó a Jesucristo.

 

Tramos difíciles

Isa. 46: 6-10

“Sacan oro de la bolsa y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello, se postran y adoran”. Dios les reta la experiencia religiosa. Además de hablarles de la inutilidad de los ídolos en cuanto a la invocación, les dice que lo pongan a prueba con oración. Les dice: “Ellos no responden oraciones, yo sí, oren a ”. Si Dios no fuera una palpable realidad por medio de la oración no se diría eso porque la experiencia lo desmentiría y todos los discursos proféticos a su favor serían convertidos en nada. Dos cosas les servirán de estímulo para orar, la historia (v.9), las cosas pasadas, y su propósito (v.10), o sea, su plan. Las invocaciones están concebidas dentro del plan del Señor y se usan para fortalecer la fe, mantener la comunión con nosotros, son un medio de corregirnos y conseguir fidelidad. Dios sí tiene un plan para nuestra vida que nos va dando a conocer poco a poco y la oración es el medio para poder cumplirlo, en los tramos difíciles. 

Isa. 46: 8

"Volved en vosotros"; la idea es "muéstrenlo a ustedes mismos"; está implícita la traducción de Reina-Valera; es bonita porque da la idea de un despertar; de volver en sí como el hijo pródigo; es un asunto de vergüenza. Están fuera de vuestros cabales, retornen a ellos. El pecado enloquece.

Isa. 46: 9-11

"Yo hablé y lo haré venir". Ellos se encuentran en un presente profetizado; lo predicho se cumplió y eso se pone como evidencia de su existencia. Estemos atentos a la profecía, bíblica quiero decir no la de ningún astuto moderno (2 Pe. 1:19-21).

Isa. 46: 12, 13

"Oídme duros del corazón, mi salvación no se detendrá". Una preciosa promesa de gracia en un áspero estuche de reproche. Dios aun cuando habla enojado bendice. Está enojado por la incredulidad del pueblo y sigue adelante con su bien aunque la profecía no signifique nada para ellos (Ro. 3:3,4).

Isa. 47:1,5

"Nunca más te llamarán tierna y delicada, nunca más te llamarán señora de reinos". Nota como el honor y los delicados títulos se pierden por causa del pecado; y no retornan jamás; nunca más serás la que fuiste, serás ignorada por siglos. Dijiste "para siempre seré señora", y te engañaste.

Isa. 47: 4

"Nuestro Redentor". Observa que la palabra redentor empieza a usarse con un significado político y después espiritual.

Isa. 47: 6

“Sobre el anciano hiciste muy pesado tu yugo”. Es un grave pecado maltratar a un anciano, tanto como a un niño o a una muJe. Particularmente la Escritura enfatiza para él un buen trato (Lev. 19:32; Job 32:4-6; Prov. 30:17; Lam. 4:16; 5:12). Y los babilonios llenos de crueldad mostraron el poco valor que le daban a los viejos y el desprecio por los envejecidos haciéndoles más difícil la esclavitud. ¿Qué ganaron con llevarse al exilio a esos envejecidos? ¿Para qué podrían servirles? A no ser que ellos mismos por no dejar a los sobrevivientes  expusieran sus cuellos al yugo. Mejor les hubiera sido quedar solos en la tierra que con los suyos en prisión. La cárcel a los viejos mata. Cuídanos Señor ahora que envejecimos como cuando éramos niños.

Isa. 47: 8, 9

"Mujer voluptuosa, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus encantamientos"; por supuesto que es un símil de la corrupción babilónica. En sentido particular y aplicativo, quien entre en esta clase particular de tentación voluptuosa, se encontrará hechizado y encantado completamente por ella.

Isa. 47: 10

“Nadie me ve”. Oh no, no hagas eso, el pecado secreto destruye el alma. Tu progreso económico, tus colegios y universidades te engañaron, “tu sabiduría y conocimiento te han engañado”, te materializaron y te apartaron de Dios. Ojalá estas palabras bíblicas las lea un profesional.

Isa. 47: 11

"Destrucción vendrá de repente". Justicia repentina y desconocida. Segura hasta el mismo día de tu muerte.

 

Llama a todos los astrólogos de Egipto y la India

Isa. 47:12-14

 

“... quizás habrás de mejorarte, quizás te fortalecerás”. No Babilonia, es demasiado tarde, tu pecado es imperdonable, no porque sea demasiado grande para que Dios te lo perdone sino porque las ofertas de gracia tienen un límite y ya se alcanzó. No hubo oportunidad para el arrepentimiento. No porque tu maldad no pueda ser removida ni porque tu endurecimiento e incredulidad sean inconquistables, porque existe la gracia irresistible y conquistadora. No porque Dios no pueda hacerte una nueva criatura, porque aun de las piedras puede levantar hijos a Abraham, sino porque constantemente rechazaste las ofertas de la salvación.

Le está hablando a un enemigo no a un alma que le llama, un reto a que un pecador impenitente, si puede, convertirse por sí mismo. Echa mano de tus propios consejos y de la astrología, llama a todos los astrólogos de Egipto y la India y te convencerás que no pueden reformarte ni transformarte. Las estrellas y los soles no emiten gracia sino Jesucristo, no convierten ni estampan la imagen de Dios en el alma humana, no le devuelven su gloria porque no la tienen. Son adulaciones y pretensiones sin poder espiritual alguno. Entrarás a tu propio lugar de condenación porque no fuiste preparado para la salvación, y ellos, tus profetas no pudieron hacerlo.  

Isa. 48: 3-8

"Te lo dije ya hace tiempo; para que no digas yo lo sabía". Dos cosas. Nota la incredulidad de esa gente. Y atribuyen la profecía a sus ídolos o afirman que ellos lo sabían por sí mismos. Dios sabía que habrían de ser desleales, (v. 8); se creían escogidos siendo rebeldes y no manifestaban en ningún modo entre ellos la gracia divina. No por ser un pueblo fiel y noble. Israel es un ejemplo de dureza para los pueblos del mundo.

Isa. 48: 9

"Por amor de mi nombre diferiré mi ira". Si Dios no te hace pagar por un pecado hoy te lo hace pagar mañana, excepto que intervenga el arrepentimiento; en un tiempo o en otro. Deferir es la palabra que usa el Señor, aprovéchate de ella, es una misericordia que sea lento para la ira y retarde su justicia para darte lugar a que te vuelvas, oh Sulamita (Cant. 6: 13). Oh Señor borra mis deudas pasadas. Amén. La ira de Dios está deferida en Cristo. Si permaneces fiel nunca caerá sobre ti. ¿Por qué? Porque ya cayó sobre él.

Isa. 48: 10

“Te he purificado como plata, te he escogido en horno de aflicción”.  ¿Lees eso? Aquí hallas que la aflicción tiene una explicación: la purificación. Si el fuelle no sube la temperatura la escoria no se desprende de la plata. No es parte de ella pero quiere permanecer junto. La causa por la que somos afligidos es para que seamos más santos, para alcanzar más igualdad con Dios. Por otra parte, la aflicción forma parte de la vida de los escogidos de Dios y no hay que imaginar que porque somos afligidos somos unos bastardos. Pérdidas y desgracias nos ocurren aunque somos los preferidos de Dios; y Dios espera hasta que nos hallemos en aflicción para hacer efectiva la elección. Quizás porque antes de entrar al horno y que el fuego nos queme por todas partes, no lo oímos, entonces, siendo afligidos respondimos al llamamiento de la salvación. Sufrir es un deber humano.

Isa. 48: 11

"Y mi honra no la daré a otro". Porque todo el mundo conocía que él era el Dios de Israel. Dios batallaba para ocupar su propio lugar entre el pueblo porque ningún otro lo sustituya.

Isa. 48: 14

"Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia". Ciro. Eso no quiere decir que lo amó como ama a los escogidos. A éste amó pero no lo glorificó. Un caso parecido es el del joven rico (Mr. 10:21), a pesar que le amó se fue y no le siguió. Se habla así por el éxito que le daría y por la liberación que dio a los judíos para que regresaran desde Babilonia.

Isa. 48: 17-19

"¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos!". Quizás miras con dolor las consecuencias de tu infidelidad, te ilusionaste, el pecado  te engañó, no te dio lo que te prometió y perdiste lo que tenías. Tu futuro habría sido otro; llanto y dolor te hubieras ahorrado, muerte o esclavitud y pobreza; si hubieras practicado lo que aprendiste, habría llegado al éxito.

Isa. 48: 20

"Dad nuevas con voz de alegría". De acuerdo a lo anterior, darle esperanzas. Lo que se perdió no se puede recuperar, no se puede borrar la historia pero se puede cambiar su curso. El pasado ya está escrito y se llora, pero el futuro Dios nos ayude a componerlo. Las últimas palabras de esperanzas, Dios las ha dicho. Basta de recordar la peor época del pasado; escoge para meditar tus mejores momentos, que tuviste con Dios (v. 21). No podrás reproducir los días hermosos pero sí tener otros igualmente bonitos. Amén.

Isa. 48: 22

“No hay paz para el impío”; para el malo o malvado. Quizás Nabucodonosor y su descendencia, como dicen los judíos, pero es mejor preferir que se trate de los impíos en general, los judíos que se negaban a dejar Babilonia, los que no fueron allá, y todos, los griegos y gentiles que viven impíamente y sin Cristo, que fue hecho por Dios nuestra paz. Justificados por la fe en él tenemos paz para con Dios.

 

Isaías y Calvino aconsejan a los desanimados

Isa. 49:1-4 

"Jehová me llamó desde el vientre de mi madre, puso en mi boca espada aguda, me dijo mi siervo eres, pero yo dije por demás he trabajado". En este capítulo aparecen los dos desalentados: el profeta (v.4) e Israel (v.14). Él se siente frustrado porque en vano ha trabajado, de balde ha consumido sus días predicándoles. Pero no duda de su vocación (v.1). Reconoce que sus predicaciones han sido fuertes (v.2) y que la mano del Señor ha estado sobre él en cada palabra que ha dicho. El Señor le dijo, "ese es mi pueblo, háblale, aunque tengas un ministerio sin fruto". Oh Señor nos hemos sentido así, como si hubiéramos vivido por gusto. El Señor le dice, “yérguete sobre tu desaliento”; y podría decir, “mi ministerio se halla delante de Jehová y mi recompensa en su mano”. “Mi “justicia”, o sea, “mi conducta, fidelidad, ministerio”. Dios conocía lo que había hecho y su recompensa se hallaba en el cielo. Meditar en 2Co.12:15, “y yo muy gustosamente gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré por vuestras almas. Si os amo más, ¿seré amado menos?”.

Calvino comenta:

“Aunque no veamos el fruto de nuestros trabajos, podemos estar contentos por esta razón, el testimonio de nuestra conciencia que estamos sirviendo a Dios para quien nuestra obediencia es aceptable. Cristo anima a los piadosos maestros a luchar ardientemente hasta que obtengan la victoria sobre la tentación y que poniendo a un lado la malicia del mundo continúen contentos en el desempeño de su deber y no permitirle al corazón desalentarse. Si al Señor le complace probar nuestra fe y paciencia hasta el punto de que no obtengamos ningún provecho de nuestra labor, debemos reposar sobre nuestra conciencia. Si no somos capaces de ser consolados con ese testimonio es que nuestra motivación de servicio a Dios no es pura, sino que somos movidos por el mundo y nuestras ambiciones.

“Sin embargo aquí Cristo y la iglesia acusan al mundo de ingratitud porque ella se queja de tal manera que acusa al mundo por no dar fruto ante el evangelio que en sí mismo es eficaz y poderoso. Toda la culpa la cargan los hombres que con obstinación rechazan la gracia de Dios que una y otra vez se les ofrecen, cavando su propia destrucción… son los hombres y no el evangelio los que tienen que ser acusados de improductivo. Los ministros santos que con amargura se quejan que los hombres perecen por sus propios pecados y se sienten mal consigo mismos por no poder evitar tan grande perversidad, deben consolarse y animarse y nunca abandonar la espada y el escudo y no piensen que mejor se ocuparían en otra cosa que predicando el evangelio”. 

 

No sabemos lo que será de nuestro ministerio ni sus proyecciones pendientes

Isa. 49: 5, 6

"El que me formó desde el vientre para hacer su siervo, para congregarle a Israel". 

No te quejes mucho, ministro; si lo haces es que se te ha olvidado cómo mira Dios tu trabajo y desconoces la trascendencia de tu ministerio. La Reina Valera traduce “poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra”, y confunde un poco.  Lo que el Señor quiso decir fue “es para mí algo ligero y fácil si quisiera levantar contigo todas las tribus de Israel pero por la dureza de ellos eso no sucederá. Ahora bien, tengas éxito con ello o no, la luz de tu mensaje llegará a todas las naciones y salvará gentes en los confines de la tierra”. Nosotros, consiervo. Dios miraba su trabajo como no lo miraban los hombres.

Isaías nunca congregó a Israel en su tiempo; pero siempre supo que él era muy estimado y honrado a los ojos de Dios, y tuvo la experiencia en todo momento que en sus desmayos recibiera de su Señor fuerza para perseverar ante la dureza de corazón de aquellos a quienes les predicaba y que se negaban a cambiar y a dar oídos a sus predicaciones y advertencias. He ahí, le alza el velo del futuro. 

Sabe para qué el Señor lo llamó y que no lo ha cumplido aún, y lo haría algún día. Supone que se ha agitado en vano. Dios le aclara que no, que no es el salario que devenga su recompensa porque ella provendrá del cielo y es escatológica (v.4). Y con todo puede perseverar porque tiene dos cosas a su disposición: fuerzas y la seguridad que es muy estimado (honrado a los ojos) por Dios. Sabe que Dios lo estima a él y a su trabajo. Aunque no tenga resultado su labor a los ojos del Señor es valiosa y apreciada. 

Y de aquí una poderosa lección para combatir la frustración y el desánimo: Que nunca nos quejaremos de que estamos recibiendo poco en nuestro ministerio porque de un modo o de otro, ahora o luego, el Señor usará para alguien, sepa yo o no quién es, lo que predicamos. Dios no nos llama a poco, visto por sus ojos, lo que pasa es que no podemos ver todas las dimensiones de nuestro ministerio, ni sus proyecciones futuras pendientes

Isa. 49:7

“Al aborrecido”. Se refiere a Israel y particularmente al “desechado de entre las naciones”, esto es, su Mesías.

Isa. 49: 8-12

"En tiempo aceptable te oí, y en día de salvación te ayudé". Véase 2 Co. 6.  En este pasaje está muy entretejido Cristo. La situación histórica es el regreso desde Babilonia pero está hablando de un gran líder mucho más grande que el rey persa Ciro, haciendo la obra mayor (vv. 10, 11); esta "Persona" es judía y no pagana (v. 8) y su obra tiene más misericordia que la que hizo Ciro. Está prometido algo más que una liberación terrenal.

Isa. 49: 13

"Canta alabanzas cielos, alégrate tierra". Cuando Dios tiene misericordia de los pecadores, se estremecen la tierra y el cielo.

 

Dios nunca te relegará al olvido

Isa. 49:14-18

“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti, he aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros”. No hay palabras más bonitas para hacer creer a Sion y darle esperanza a Israel. ¡Cuántos deseos tiene Dios que su pueblo crea! No digas, "es muy grande nuestra ruina, estamos muy dispersos, no volveremos a ser pueblo jamás". 

No te pase por la mente en ningún momento que Dios te saque de sus recuerdos, por llamarle de alguna forma, porque él es el eterno presente y siempre nuestros nombres, dados por él cuando fuimos elegidos en Cristo desde la eternidad, están escritos vivamente y perennemente en su memoria, y aquel que como dice Pablo, nos eligió desde el vientre de nuestra madre, y desde los lugares celestiales antes que fuesen formados todos los mundos, nunca podrá olvidarnos porque él no quiere olvidarnos, Dios se olvida de lo que quiere, de lo que es su voluntad olvidar, y en ese caso se refiere a los reprobados nunca a los elegidos por su gracia y por su libre voluntad en Cristo.

Si nos tiene escritos en las palmas de su mano donde nos encontramos todos nosotros organizados dentro de su providencia, ella estará actuando, dirigida por la mano de Dios en todos nuestros quehaceres, alegrías o sinsabores, ocurra lo que ocurra, se entienda o no se entienda lo que pase, la suerte no tendrá lugar en nuestro destino porque Dios no se ha olvidado de nosotros, ya que formamos parte de su carne, de su sangre, de su tejido, de su cuerpo, y como él no puede olvidarse de sí mismo tampoco se olvidará de nosotros que somos "participantes de la naturaleza divina".

Desaloja pues, alma mía, el lúgubre pensamiento que pasó rozando tu entendimiento, de que Aquel que te fabricó conforme a su imagen y semejanza pueda relegarte al olvido, eso jamás ocurrirá. Supuestamente el amor más grande en este mundo después del divino es el de los padres, pero como hay excepciones y si cupiera la posibilidad de que alguna madre o algún padre se olvide de sus hijos y lo abandonare, eso no podrá ocurrir con Dios cuyo amor es superior al humano y perfecto (Lam. 4:3). Y esas son sus palabras. Estar esculpidos en las manos de Dios es estar más seguros que en el vientre de la madre. 

 

La repoblación de la iglesia 

Isa. 49:19-21

“¿Quién me engendró éstos? ¿Quién crio éstos?”. ¿Dónde estaban éstos? Tú no los conocías ni suponías que existían. Si él lo prometió espéralos. Oh Señor tráelos, tú sabes dónde están. "¿Dónde estaban éstos?". Esta sería la promesa de la repoblación de la iglesia, el Señor se encargaría de eso, no hay que preocuparse demasiado por la cantidad de pueblo, que eso no es nuestro negocio sino del Señor. El principal interés de Dios no es el número de seguidores porque eso no está tirado a la suerte ni depende de nuestro esfuerzo evangelístico sino que está garantizado por la elección (Hch. 13: 48). Lo que está encomendado a nosotros es conservar de generación en generación el evangelio por el cual ser salvos y predicarlo dejando el resultado a él. Ellos se preocupaban que los exiliados que llegaran fueran pobres, pero no sería así sino con riquezas en gloria (60: 4-9). No sabemos dónde se hallan, ni quiénes son, pero de “toda tribu, lengua y nación” (Apc. 5:9) vendrán al Señor porque ellos serán traídos por él (v.22; Jn. 6:37). Todo ese pasaje (vv.14-26) les fija la atención que bajo ninguna circunstancia deben perder la esperanza; no importa la devastación, la soledad, el abandono, no deben perder la esperanza, que es lo mismo la fe; contra toda realidad. Contra todo pasado. Contra el tiempo; “esperanza contra esperanza” (Ro. 4:18). Les trata de quitar la preocupación que son pocos y como pocos podrían desaparecer, que no habría retorno. Y lo hubo. 

Isa. 49: 23

"Que no se avergonzarán los que esperan en mí". El Señor sabe quiénes van a creer y quienes han creído porque les ha contado la fe por justicia, y también sabe quiénes están creyendo (la fe es el elemento que sostiene la espera); sabe quiénes han tomado su palabra como verdad y están usando sus promesas y a quienes ha concedido arrepentimiento. ¿Cómo no va a conocer a los que ha engendrado de nuevo? ¿No sabe él en quien se halla su Santo Espíritu y desconoce de dónde vienen sus gemidos indecibles? No nos hará quedar mal, procurará que su actitud a nuestras oraciones de fe no desacredite lo que ha escrito su Espíritu Santo sino que haga válida nuestra experiencia de fe con ella. Los intereses de Dios con su palabra garantizan que no seamos avergonzados. Es tiempo para que Israel ponga en práctica las doctrinas de la gracia que el Señor le ha enseñado. Que crea en el número de los elegidos y que está sirviendo como ejemplo de fe y espera para el mundo.

Isa. 50:1,2

Dos cosas se leen, que el Señor se ha divorciado de su pueblo “lo ammi” (Os. 1.9), y como tal ya no tiene ninguna responsabilidad ni cercanía con él; y el Señor ha vendido como esclavo a su pueblo (aludiendo a Ex. 21.7) y por lo tanto no sólo tiene otros maridos si lo desea sino otros amos a los cuales servir. En ambos casos significa que se ha cortado toda relación entre ambos y que el uno se ha desentendido del otro. Y esas dos explicaciones significan que la comunión entre ellos, se acabó.

 

Isa. 50:2, 3

"¿No hay en mí poder para liberar?". Mis intentos para ayudarlos han fracasado; vuestra indiferencia o incredulidad han cancelado vuestra oportunidad. No me valorasteis cómo debíais; ninguna de vuestras alternativas fueron mejores que yo; yo soy suficiente; yo sobraba para vuestras necesidades. Me ofrecí en vano a mi pueblo.

 

Era ministro desde el amanecer hasta la noche

Isa. 50: 4-9

“El Señor me dio lengua de sabios y me despierta mañana tras mañana”. Toda esta porción hasta el final, habla Isaías de su ministerio y su relación con Dios. Afirma que cada mañana a él Dios lo despierta. Algunas versiones dicen que quien se despierta es Dios; aunque el contenido sería igual prefiero pensar que cada mañana Dios le hablaba, desde que amanecía oía la voz de Dios; era ministro desde el amanecer hasta la noche, lleno continuo de mensajes divinos. Dios lo hizo sabio en su predicación, o le dio lengua de discípulo como se pudiera traducir (Calvino comenta aquí que los pastores deben subir al púlpito bien preparados en la ley de Dios). El sabio o letrado no es otra cosa que un perenne discípulo ¿no se llamaron discípulos antes los apóstoles?; pero es mejor traducir que le dio lengua de gente estudiada, culta; fue enseñado por Dios (Jn. 6:45). Desde el alba, como quien dice, estaba en contacto con la revelación, con la Biblia abierta, para sacar de ella los sermones apropiados; y estudiar la verdad como discípulo del Espíritu no lo hizo menos espiritual sino más y propenso a menos equivocaciones heréticas y no dado a comunicar esperanzas falsas; y de esas enseñanzas el pueblo se fortalecería para rechazar tentaciones y sermones equivocados, si las hubieran aprovechado; fue una pena que ellos, no otros muchos después del profeta, se aprovecharan tan poco del ministerio de Isaías. Recibió continua oposición y hasta violencia, si tomamos literalmente las palabras del v.6; pero en sentido espiritual fue así y literalmente se aplicaron a nuestro Señor Jesucristo (Mt. 26:67); y con todo, no renunció, “no me volví atrás” (v.5), fue firme como una piedra (v.7), lo mismo que hizo el Señor con Ezequiel (3:7-9); lo mismo que hace con todos los que son llamados a proclamar el evangelio; con él se hallaba la salvación (v.8), la oportunidad de vivir, de no envejecer en prisiones, de reposo (v.9). Oh Iglesia si te aprovecharas más del ministerio de tu varón de Dios. 

Isa. 50: 10, 11

“El que anda en tinieblas confíe en el nombre de Jehová y apóyese en su Dios”. Hace un llamamiento a los que creen en Dios (v. 10), como a los que están alumbrados por otras luces que no son de la divina revelación. Los que alumbran sus vidas con un fulgor que no cayó el cielo, con una luz que no envió el "Padre de las luces" y que no brilla en la faz de Jesucristo. Apaga esas luces, alma, alumbra tu vida con el Sol de Justicia; ¿o quieres morir en oscuridad y ser echado a las tinieblas de afuera? (Mt. 8:12). Disfruta alma estas palabras “apóyese en su Dios”. Si me apoyo en ti Señor podré seguir caminando y llegaré lejos.

 

Mira la cantera de donde fuiste cortado

Isa. 51:1-4 

"Mira la cantera de donde fuisteis cortado". Así que no digan que ahora son demasiado pocos, yo empecé con menos. No olvides nunca lo que Dios ha hecho contigo hasta este momento, lo que eras y ya no eres, es decir la gracia. Nunca olvides tus orígenes y hasta que sitio se extendió la mano de Dios para levantarte, hasta donde entró Jesucristo para buscarte, la transformación que hizo contigo el Espíritu Santo. Aparte del aspecto individual que ofrece la aplicación de este texto, concerniente a Israel va directo a reprocharle las quejas de que son un minúsculo pueblo en comparación a las multitudes de las naciones paganas.

¿Te quejas, te asusta ser uno solo, pocos? Verás de nuevo las casas llenas, los hombres en las calles y en las plazas; el Señor repoblará su iglesia. Nunca olvides lo anónimo y pagano que eras, eras una criatura obscura y sin nombre y yo te di mi visión, te comuniqué una fe excepcional y saliste confiando en mí sin saber adónde ibas, te llevé como por la mano y te enseñé a esperar, pasaron largos años antes que la porción más importante de mi promesa se cumpliera y entretanto te bendije con toda bendición de lo alto y de la tierra, y cuando ya eras un anciano y te imaginabas que me había olvidado darte un hijo y multiplicarte, así lo hice y formé de ti un pueblo numeroso como las estrellas del cielo. 

Isa. 51:4-6

"Porque de mí saldrá la ley y mi justicia para luz de los pueblos". La tierra se enterará de lo que hice con vosotros y la obra mía con vosotros levantará esperanza entre muchas naciones y ellos querrán que yo les haga lo mismo que he hecho con vosotros; me recibirán como Dios, reconocerán, me probarán, seré el sustituto de sus ídolos, enseñarán mis leyes y las repetirán y podré mirar al oriente y al occidente y me parecerá que los estoy mirando a vosotros mismos prolongados y reproducidos. Oh Señor levanta a tu pueblo como con resurrección (vv. 7, 8). Tu verdad la aceptará el mundo porque más firme que el universo son tus palabras. Estas últimas palabras hacen recordar lo que dijo Jesús, “el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán”.

Isa. 51:7

"Oídme pueblo en cuyo corazón está mi ley". Nosotros te escuchamos Señor, tú sabes que en nuestro corazón se halla tu palabra; tantas promesas y bendiciones son para nosotros. ¿Para quién es tu revelación y tus promesas? Para los escogidos. ¡Qué Dios tenemos que nos alienta tanto!

Isa. 51:9-11

"¿No eres tú el que secó el mar, el que hirió al dragón?". Si quieres tener fe y te preguntas si Dios puede hacer esto o aquello, remítete a la historia bíblica o piensa en lo que Dios ha hecho por ti. Amén. Fíjate en las últimas palabras qué alentadoras "el dolor y el gemido huirán". Eso es para ti y para mí cuando estemos a punto de perder las esperanzas por el dolor y el gemido. “Rahab” o Egipto, siendo así por la larga extensión de tierra o por la forma de una pera. Ver (Sal. 87: 4). Recuerda lo que Dios ha hecho en el pasado y eso inspirará tu presente.

 

Aliento para los encarcelados

Isa. 51:7, 12-16

"¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre que es como heno? El preso agobiado será liberado pronto; no morirá en la mazmorra". Estas palabras valen mucho para los que están exilados en tierras extrañas especialmente para aquellos que por alguna razón se encuentran confinados bajo la sombra de una terrible prisión y que sin embargo han dedicado sus corazones al Señor. Si pueden tener fe en estas palabras y decirle a Dios como una bendición que se las cumpla en Cristo, en quien todas las promesas son sí y amén. Tenemos un Dios que es fabuloso y tenemos un Cristo en quien caben todas las palabras y todas las promesas del Padre y es nuestro Salvador y nuestro Mediador, Dios al alcance de la mano nuestra. El pueblo temía a los tiranos que los tenían cautivos. Los prepara no para una rebelión sino para que tengan esperanza. Acuérdate de Dios tu creador. Dice que “pronto” serían libertados cuando el tiempo fue de larga duración, 70 años; pero fue el tiempo apropiado, cuando Dios estimó que era el momento para que regresaran, no antes. Pronto según Dios quiere decir el tiempo oportuno. Así no pensamos nosotros que siempre nuestro tiempo está “presto”  (Jn.7:6, ajustado, listo y preparado), siempre nos hallamos apurados.

Isa. 51: 18

"No hay quien la guíe de todos los hijos que crio". Jerusalén no tiene líderes, o líderes buenos que la conduzcan bien. Algo extraño pasa dentro del pueblo de Dios cuando no produce líderes y tiene necesariamente que importarlos y pagarles sueldos elevados. No sé por qué no se levantan nuevos líderes inspirados por los que ya existen; no sé por qué nuestros ministeríos  no inspiran vocaciones. Dios es el que llama, pero no sé por qué no llama.

Isa. 51:19-23

“¿Quién se dolerá de ti? Quitaré el cáliz y lo pondré  en la mano de tus angustiadores". Los culpables de tu llanto no te consuelan. Los que te pisotean serán pisoteados; les llegará el turno de estar abajo y no arriba, espera amado, a que subas.

 

Dios no está entretenido ni en otro lugar que no debiera

Isa. 52:3-6

"El asirio lo cautivó sin razón. Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente?; "sin razón"; es mejor "de balde, por nada"; de acuerdo al v.3. Todo es antropomorfismo para penetrar al pueblo con la esperanza del retorno; como si Dios se hubiera atrasado y dijera "¿qué hago aquí debiendo estar allá ayudándolos?, si se sigue la lectura marginal. Si se traduce “¿qué tengo yo aquí?”, parece que el Señor se halla en Babilonia con su pueblo, pero a la intención me parece conviene mejor “¿qué hago yo aquí?”. Es así como se piensa por impaciencia y falta de fe. Dios no está afuera de nuestro lugar y situación; y esa es la idea que se transmite como si descubriera nuestros precisos sentimientos de abandono y de lejanía del Señor. Parece que no hay Dios en nuestras circunstancias, que ninguna suprema mente las supervisa y que ningún plan suyo las explica. O ¿qué hago aquí? como si hubiera estado entretenido y estuviera en otro lado que no debía estar. ¿Se entretiene Dios? No. No se duerme (Sal. 121: 3 ,4).

Dios siempre está donde debe estar, nosotros somos los que no siempre estamos donde debiéramos estar y a veces estamos donde no debiéramos, en un lugar equivocado; Dios no está fuera de lugar, está aquí y está allá obrando. Bendito sea el Dios de mis situaciones y lugares. ¿Qué hace aquí? Salvar Señor, santificar, defendernos.

 

Dios mira los pies del que dice cosas bonitas de él 

Isa. 52:7-10

"Cuán hermosos son los pies del que trae alegres nuevas, del que publica salvación, del que dice tu Dios reina". Tiene el mismo propósito del texto anterior, engendrar esperanza. Israel la había perdido. Pero al fin se daría cuenta que su Dios reinaba y ahora el heraldo lo anunciaba y los atalayas lo verían. Nota la belleza de esas dos frases: “que publica salvación”. Oh, yo publico salvación. Y “tu Dios reina”. Tenlo en cuenta para que no te desanimes. 

Este momento sería cumplido bajo el evangelio cuando salieron por el mundo los misioneros anunciando la salvación en Cristo (Ro. 10: 15). ¿Te das cuenta como a los apóstoles les importa más citar evangelísticamente la Escritura que históricamente? No muestran tanto interés por el significado del contexto. El Espíritu Santo los ha hecho libres para citarla. Sabemos que ellos van desde Cristo hacia la Escritura mucho más que de ella hacia Cristo, aunque lo parece. Son hermosos los pies del que trae un mensaje de redención; de resurrección y de soberanía divina; "Cristo reina". Bendito sea el predicador de esas verdades. No te las calles, por favor. “Ojo a ojo” quiere decir que todos contemplarán claramente la liberación que Dios les dará. Conecta esta bonita expresión con “todo ojo le verá” (Apc. 1:7) y “cosas mayores verás” (Jn. 1:50) según el significado más amplio de ellas y disfrútalas. 

                   

“Sed santos” es más importante que “tañed con júbilo” y  “hacedlo bien”

Isa. 52:11,12

“Apartaos, apartaos, salid de ahí no toquéis cosa inmunda, salid de en medio de ella y purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová”. Estas son palabras dichas por Dios a su pueblo cuando tuviera que regresar a su territorio. Observe que les pide que salgan todos en santidad. Es lo único que les pide. No les dice que recojan los talonaríos  del banco, las vacas y los becerros, las camas y los cacharros de cocina. Eso no tiene que decirlo porque no es una simple mudada. Les pide que si volverán a su tierra que lo hagan no como salieron de ella, en pecado sino en santidad. Les dice: “No saldréis impuros, contaminados, pecando. No, así no. No llevéis el pecado con vosotros. Dejadlo atrás”.  Si los Moabitas y amorreos los ven pasar, y si los filisteos los ven llegar, con las mismas costumbres de ellos, ¿qué pensarán de lo que es una iglesia, de quien es Dios y los profetas? ¿Creen que irán a adorar a Jehová en Sion si son más o menos iguales?

Eh cristiano, en eso consiste la salvación mirada desde la gracia de Dios. Es una salida en santidad; oiga las palabras del Señor como las dice con un énfasis de urgencia, “apartaos, apartaos”. El tiempo es cumplido, han pasado los 70 años de castigo, ha llegado el día de salvación y tienen que asumir la responsabilidad de salvarse siendo santos, porque si no lo hacen así ¿de qué dirán que son salvos? Si no abandonan el pecado que los condena ¿de qué supuesta salvación hablan? 

La salvación es un escape como el que le ordenaron los ángeles a Lot, pues está escrito que le daban “prisa” para que huyera de aquella ciudad de condenación, es una huida de “la ira venidera” (Ge. 19: 15; (Mt. 3: 7) y es en paz, ordenada por Dios (2 Co. 6: 17; Apc. 18: 4). 

Los judíos habían preservado durante casi un siglo, los utensilios del santuario (ver Esdras 1:7); y los primeros que tienen que santificarse son los que manejan las cosas sagradas, “los que llevan los utensilios de Jehová”. Eso quiere decir que en la iglesia los que tocan el púlpito, los que desenrollan los misteríos  de la palabra de Dios, los que ponen sus manos sobre la Biblia y otros libros santos; esos son los primeros que deben dar el ejemplo, y los demás huir viéndolos a ellos huir también, porque como dice Benito Pérez Galdós en su libro “El Amigo Manso”, “el predicador que no practica lo que dice no es un predicador, es un púlpito que habla”. 

Y no se exceptúan a  los músicos que no quieren cantar los cánticos de Sion en tierra extraña, los que tocan las arpas, los tamboriles y el decacordio, o  el piano, la guitarra y el violín, la trompeta o cualquiera otro instrumento que se use del el salterio de Dios. 

Amigo Jedutún, si usted está escapando de la ira por venir, deje atrás todo el pecado de Babilonia la madre de las rameras, no lleve a la tierra santa lo mismo que hizo que ella vomitara a sus habitantes. Su santificación es lo principal, el arte es secundario. “Sed santos” es más importante que “tañed con júbilo” y  que “hacedlo bien” (Sal. 33:3). 

 

 

Un Jesús asombroso da una salvación asombrosa

Isa. 52: 13, 15 

"Cómo se asombraron muchos de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura; así asombra él a muchas naciones". La palabra desfigurado tiene como raíz arruinado. Le arruinaron la apariencia. La palabra asombroso es “rociará”, en alusión a una práctica sacerdotal que indica limpieza. Él limpiará muchas naciones, personas.  El Señor Jesús es realmente asombroso, su historia es asombrosa, su crucifixión es asombrosa, su inocencia es asombrosa, su evangelio es asombroso, su muerte expiatoria es asombrosa, él en toda su plenitud refleja la gloria de Dios; nuestra salvación también es grande y asombrosa y cuando los pueblos la conocen íntimamente quedan asombrados de lo que Jesucristo ha hecho por el mundo; ¡cuánto admirarían la cruz donde murió Aquel que justifica al impío, Aquel que sustituye al pecador en su lugar y le da en su sitio la vida eterna! Comenzando con Israel hay una transición hacia una misteríos a Persona: el Mesías. Oh Israel aquí se habla de tu Mesías: Jesucristo. El Espíritu Santo comienza a hablar aquí de nuestro Señor Jesucristo y lo continúa en el capítulo siguiente; y nos transmite con detalles y asombrosa longitud la muerte expiatoria por su pueblo. Recréate creyente, medita en estas palabras "prosperado, será engrandecido"; el v. 14 habla del maltrato del rostro del Señor Jesús; en el v. 15 el mundo se asombra por su resurrección y verán lo que nunca les fue contado (53:1, 2).

 

Lee bien tus Sagradas Escrituras, oh Israel

Isa. 53.

Los sufrimientos de Jesús están expuestos aquí de modo tan explícito como en los evangelios; tal parece que uno de los apóstoles o evangelistas lo escribió. Es asombroso que los judíos no pudieran relacionar al Jesús que le dieron muerte con este Mesías aquí descrita su pasión. Lo que Pablo dice en Ga. 1:16 pudiera haber tenido en cuenta también este capítulo de Isaías. Siempre predicó la cruz de Cristo (Ga. 3:1); Juan el bautista también tuvo que haber aprendido de este capítulo (Jn. 1:29). Oh Israel no se pagan con sufrimientos personales, con tu holocausto, el perdón de tus pecados sino con la vida de tu Mesías. No serás redimido por crueldades gentiles contra ti sino porque "Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". Nunca tendrás una redención mayor, la libertad de tu pecado, aunque no quieras mirar a Jesús, tendrás que ver su rostro, su espalda, su tumba llena y vacía en este capítulo de tus sagradas Escrituras; ¡oh, Israel cuando el velo de la incredulidad caiga de tus ojos! (2 Co. 3:14-17). 

 

Sufrimientos superlativos en el Mesías

Isa. 53:1-12

“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.

En cierto sentido, como todo ministerio de la Palabra, el ministerio de Isaías refleja estos sufrimientos superlativos en el Mesías (Hch. 8:34); no habla de sí mismo ni de algún otro que no sea Jesús. El mayor de todos los pecados es la incredulidad del pueblo y la consecuente muerte substitutiva del Renuevo, de ese Varón “experimentado en quebrantos” (v. 1), porque “a lo suyo vino y los suyos no le recibieron”. “¿Quién ha creído a nuestro anuncio, sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?”; esa sistemática incredulidad de los judíos es resaltada por Pablo en Ro. 10:16; y persiste hasta el día de hoy, a pesar de las catástrofes que han tenido. El profeta mira y oye la gente con desilusión. No hay convertidos. Nadie. ¿Ha trabajado en vano? No. Nadie ha creído y pregunta por alguno que justifique haberles predicado, y no lo halla. Así, sin resultado tiene que seguir su ministerio, cumpliendo la voluntad de Dios, que lo llamó para dar testimonio de su verdad y propósito de salvación (Jn. 12:38). 

Los castigos a los judíos no los enmendarán del corazón, persistentemente incrédulo, sino una solemne expiación hecha por el “Renuevo” “Varón de dolores” sobre quien el pecado de ellos será depositado y a partir de lo dual recibirán un corazón de carne por medio del Espíritu. El dibujo aquí del Mesías es el de un Siervo Sufriente, menospreciado por ellos como una raíz seca de la cual no se puede esperar ningún fruto, sin atractivo ni hermosura que desear, nada que le recomiende al gusto de ellos, y condenado injustamente como a un Inocente. Sin embargo su muerte no es un simple problema de injusticia social ni un evento histórico más, sino que por designio divino los sucesos de su rechazo y ejecución se convierten en una expiación por el pecado (v.10), llevando las iniquidades que con tocarlo depositaron sobre él, y a partir del conocimiento de ese misterio aparece la revolucionaria palabra, estandarte de la Reforma protestante, siempre odiada por los judíos: justificación por la fe (v. 11); y después de cumplida la expiación y hecha todas sus oraciones sacerdotales, nota el profeta, cesará la muerte, completamente y para siempre, en él y por medio de él a todos los que le reciban, diciendo “vivirá por largos días” (v.10).

Isa. 54: 1

"Regocíjate, oh estéril". Regocíjate que ya tu bendición viene caminando, no te preocupes por lo bajo del número, que en mis manos se halla tu multiplicación. Unos traducen "canta estéril" y otros "da gritos,s estéril"; una promesa jubilosa de multiplicación; una maravillosa visión de un futuro más productivo que un presente sin frutos; y todo eso por la virtud preciosa del amor de Dios y la misericordia, el derramamiento de su Espíritu.

 

 

Una vocación sin trabajo es una ilusión teórica

Isa. 54: 1-3

"Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas". “No seas escasa” o no te refrenes, no escatimes. Prepárate para tu crecimiento, dispón alojamiento que serán muchos los que vendrán, alarga tu capacidad, espera a muchos, yo los tengo ya. Señor parece una locura hacer inversiones para agrandar la casa, ¿y si no vienen? ¿Qué haré con todo el espacio vacío? En una casa grande con muchas habitaciones vacías nos veremos menos de lo que somos. Señor, ¿esto es para mí? Señor, bendito seas por las muchas y abundantes promesas de crecimiento que le das a tu pueblo ¡cuándo aprenderemos que el crecimiento pertenece a ti! 

Tal vez cuando dice "ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa", no está implicando una espera paciente a que el Señor llenara la casa sino a un trabajo firme y  constante para que eso suceda, por cuanto dice "y refuerza tus estacas" (v. 2); de todos modos sin salirnos de la definición inmovible que el crecimiento pertenece al Señor, el trabajo misionero en sí no es un resultado sino una preparación que permite resultados. Eso es lo que dice Pablo en 1Co.15:10. No dice que es mejor cristiano que ellos, o más apóstol, sino que ha trabajado más. ¿Por qué menciona el trabajo como la cualidad sobresaliente que sella su vocación genuina? Un apóstol auténtico trabaja, se esfuerza, sufre y pierde por causa del evangelio. Una vocación sin trabajo es una ilusión teórica e inexistente. Sí está claro que se debe sentir un profundo vacío en nuestros corazones por la escasez. Prepárate mi iglesia para tu crecimiento, alárgate, estírate, extiende tus manos, dobla tus rodillas y que tus voces sean escuchadas en el cielo, que nuestro Dios contemple tus lágrimas de intercesión.

Isa. 54:4-10

"Te olvidarás de la vergüenza de tu juventud". Aquí hay dos cosas importantes sobre las cuales se garantizan todas las palabras dadas: el amor de Dios para Israel y su misericordia. El grado de desaliento de Israel en la cautividad era inmenso. Oh si Israel creyera, si mirara a su futuro con la visión de las promesas que se le hacen no miraría atrás y se gozaría. En el v. 5, "Hacedor", significa el formador del pueblo de Israel. Ningún marido puede decir a su mujer que es su hacedor. Es su compañero pero no su creador. Aunque aportó un pedazo suyo para que ella existiera, ella es un trozo suyo pero él no la hizo. Dios nos ayudará olvidar la culpa y la vergüenza que nos traen a la memoria los recuerdos de los pecados de nuestra juventud.

Isa. 54:7, 8

“Por un breve momento” que duró 70 años. Señor, a mí los sufrimientos me parecen largos, los días muy extendidos y que el tiempo no pasa, ¿cómo puedes decir que 70 devastadores años son un momento? Sé que para ti mil años es como un día. Tú eres eterno y yo transitorio. Los babilonios me piden que toque y cante algunos de los cánticos de Sion, pero no tengo ánimo aquí para cantar en tierra extraña, prefiero colgar en los sauces mi arpa que tocar triste un salmo de un Dios lejano y justo. Nos estamos extinguiendo Señor, nuestras tribus están desapareciendo,  ¿cómo dices que es un breve momento? Breve momento es mi vida, un suspiro, un breve aleteo de paloma (leer nota sobre 60: 22). Por eso mi transitoria impaciencia no comprende la eternidad.

Isa. 54: 11-17

"Si alguno conspira contra ti lo hará sin mí, ninguna arma forjada contra ti prosperará". No creas cuando el orgulloso Senaquerib quiere atemorizarte y dice que yo lo envié, eso es mentira; que no cuenten conmigo los que quieren hacerte daño. Y si alguien está procurando lastimarte sin mí, yo soy tu escudo. No tengas miedo a las armas que forjan contra ti, el daño que te ocasionarán será mínimo y las heridas por profundas que hayan sido, sanarán porque no será por castigos a ofensas. Ellos están sin Dios porque él está contigo. Esa es la herencia de los siervos de Jehová y tú eres uno. Amén. Oh Israel jamás otro pueblo ha tenido un Dios que le hable así como Jehová aquí. ¿Puedes imaginar una ciudad edificada sobre piedras preciosas, que su fundamento, sus muros, sus casas, sus puertas y ventanas sean joyas? Una ciudad así pertenece a la fantasía, en la imaginación de los cuentos, pero sobre esta tierra no existe ni existirá. Oh Israel esa es una ciudad celestial, creada por Dios, venida del cielo (Apc. 21:18-21). Mira cómo se regocija el Espíritu en revelar la iglesia, ¿no ves que de ti saldrá la iglesia?

 

Jesús, la gran oferta de Dios

Isa. 55: 1

"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche". Esto es una oferta de gracia, es la oferta de la salvación, la justificación por la fe; y esa agua que ofrece es el manantial que brota del costado de Jesucristo. Los que tengan sed de justicia vengan, los que se hallan sin méritos para comprar la salvación y no saben cómo, vengan que ella es gratis, la oferta Dios, en base a la gran Oferta que hizo de su Hijo amado sobre la cruz; acérquese a la cruz, ahí todo es gratuito sólo se pide fe. Que lo anterior es un anuncio del periodo de iglesia se ve aquí. Pablo muy bien lo supo (Hch. 21: 18-21). Es tan bello este texto que haría falta la pluma de un ángel para describirlo. El Señor invitando a su pueblo a que se acerque a él para que reciba el tesoro de David (v.3). Y ¿quién es ese tesoro? Cristo; venir a las aguas y venir a Dios es lo mismo, compara (v.1 con v.3). De Israel saldría el Maestro y los maestros para el mundo. Cátedra de la instrucción espiritual. Esto no es menos que una invitación de la gracia para oír la palabra de Dios. ¿Puedo ir yo, Señor que ya la he oído? ¿Puedo sacar agua viva de los pozos que ya bebí? Bendita sea mi sed de Dios y más bendita el agua que la satisface. Bendita mi alma pobre porque no me acerco a Dios como un cliente sino como un mendigo. Es la gracia de Dios la que sustenta y alegra mi alma. ¿Eres tú virtuoso? Nunca serás más rico que yo pobre.

Isa. 55:2 

"Oídme atentamente"; un rato sentado a los pies del Señor es una fiesta más grande que lo que alguien pueda imaginar. El hombre paga para llenarse el espíritu pero lo que lo satisface no se compra; las religiones del mundo cuestan caro y sirven para poco.

Isa. 55:3

Venid a mí y vivirá vuestra alma "; lo sé Señor, una sola palabra de ti que oiga mi corazón, le devuelve la vida a mi alma.

 

La presencia de Dios y la evangelización 

Isa. 55:5

"He aquí llamarás a gente que no conociste, y correrán a ti por causa de Jehová tu Dios". El pueblo del Señor se convierte en magneto para el mundo. Es la presencia de Dios dentro de la iglesia, la esencia misma atractiva del evangelismo. Es "por causa de Jehová tu Dios"; no por edificio lindo que has construido, no por los ministeríos  de beneficencia, ni por las personalidades que se congregan; es la grandeza de tu Dios, la belleza de sus doctrinas, la gloria suya en su Palabra y el reflejo de la vida de los creyentes. No tendrás que "forzarlos a entrar" ni pasarás trabajo invitándolos a que te acompañen a la casa de Jehová, porque ellos estarán solícitos por hacerlo y dirán “nosotros también iremos” (Zac. 8:21), y será un grande gozo que los invites, y ni siquiera tendrás que invitarlos. Tan grande es la bendición en la evangelización cuando la presencia de Dios se manifiesta dentro de su pueblo; repito, el mayor atractivo de la iglesia es su Dios. Y su mejor maestro es el Cristo. 

 

Si el Señor dice ahora no digas después 

Isa. 55: 6, 7

"Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar", o abundante en perdonar. Abundancia de perdones. Cuánto quiere el Señor que su pueblo acepte sus ofertas de misericordia y perdón. Aquí es el profeta quien habla. No creas que Dios siempre está a la misma distancia; el tiempo pasa y podrán venir otras oportunidades pero algunas si no se toman se pierden. El pecado endurece y a cada rechazo que se hace de la gracia el corazón se empedernece. Puede ser que nunca estés tan cerca de Dios como ahora ni lo estés más. Las circunstancias cambian, los compromisos aumentan y el diablo y el pecado afirman sus posesiones. Tal vez un día tu fe sea menor que ahora y no puedas gritar tan alto para que Dios te escuche porque se han interpuesto entre tú y él una montaña de situaciones, por no decir vicios y pecados; la distancia es importante y la sensibilidad espiritual se pierde y te puedes empeorar. Si el Señor dice ahora no digas tú después; es cierto que es "amplio en perdonar" pero nadie ha medido esa amplitud. Ahora, toma para ti esas palabras, "Dios es amplio en perdonar". Todo esto habla de oportunidad que uno tiene para ser bendecido por Dios, el cual no siempre está a la misma distancia. Cuando estás en contacto con la iglesia, con la Palabra por medio de los profetas, donde está el Señor con los congregados, el Espíritu Santo, los poderes del siglo venidero, la sangre de Cristo, es el tiempo en que podemos ser salvos. Hay tiempos especiales de mucha bendición, si ellos pasan Dios se aleja. Conoce el tiempo de tu salvación (Lc. 19:44).

Isa. 55:8, 9

“Mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni mis caminos vuestros caminos”. “1. La gente piensa que es difícil que Dios perdone a todos. 2. Tiene que referirse a cierta cantidad de pecados. 3.  Debe abarcar a un número limitado de ofensores 4. Depende de cuán grave sean las ofensas. 5. Los pensamientos que tiene Dios con relación al perdón son superiores a los nuestros” (Barnes’ Notes). Y de modo más amplio: los pensamientos y planes de Dios son inexplicables porque como dijo con admiración Pablo, oh profundidad de la sabiduría y de la ciencia de Dios, cuán insondables son tus caminos (Ro. 11:33). 

 

 

Las palabras bíblicas son siempre frescas

Isa. 55:11

“Así será mi palabra que no volverá vacía”. Esencialmente estas palabras significan que las promesas o amenazas de Dios se cumplen, tarde o temprano. ¡Alto predicador! ¿Cómo puedes pensar que tus sermones bíblicos no tienen ningún resultado? ¿Qué desánimo es ese? ¿Vuelve la palabra de Dios vacía? Piensas así porque Dios ha castigado a tu pueblo, porque no ves que cumpla las promesas que lees, que no tienes resultados inmediatos, visibles; ¿cuándo tendrás más fe en ella? ¿Es mucho lo que él promete? Piensas que no tuvo resultado porque no los viste. No te valores, ni lo que haces, por la opinión de otros. Ellos no juzgarán al mundo. Lo más importante es que des gloria a Dios “por vida o por muerte” (Flp.1:20). ¿No recuerdas tú frases o incidentes sin importancia, y eso muchos años después? ¿Acaso puedes entrar dentro del alma? Tú no sabes cuando el Espíritu hará uso de lo que dijiste. Prepara buen alimento, da buena medicina y deja al Espíritu el resto. Para lo que Dios la envió ella lo cumplirá no para lo que tú quieras. Las palabras bíblicas son inolvidables, como fueron bañadas en el Espíritu Santo hace milenios, continúan tan frescas como cuando salieron de la boca de Dios; y quien las dice y reflexiona en ellas las dice con unción, y la unción no es mentira, lo afirmó rotundamente el “discípulo amado” (1Jn.2:27), y yo lo he comprobado cuando oro, cuando predico y cuando escribo, y además cuando leo lo escrito, inclino mi frente y bendigo al Dios que me las dijo.

 

 

 

 

Isa. 56:1

"Cercana está mi salvación para venir". Si el Señor está por venir, no voy a comer y a beber con los borrachos (Mt. 24: 49).

Isa. 56:3-5

"No diga el eunuco soy árbol seco". Todos los que supongan obstáculos. Los eunucos por causa del reino me impresionan. Se sienten solos, no tienen quien les ame y a quien amar pero el Señor les promete amor y nombre por esa renuncia. Ese sacrificio santo él lo premiará. ¿Te sientes insignificante, nada para nadie? Piensa que para Dios no. A veces, sin razón nos sentimos de ese modo, como si no hubiéramos engendrado ningún hijo, como si fuéramos árboles secos.

Isa. 56:6-8

"Todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo". El día de reposo tenía mucho significado para restaurar la religión; era el principio del culto y de la fidelidad. Pero hoy no, nuestra religión comienza con Cristo, sigue con Cristo y termina con él. Habiendo Cristo y el Espíritu Santo no hace falta la sombra del sábado. Con todo, algunos cristianos parecen haber perdido el espíritu de la ley y hallándose en la gracia comprometen y venden el día de reposo a su pleno gusto. En cuanto al templo es sobre todo una casa de oración, porque Dios quiere que su pueblo sea un pueblo de oración en todas las naciones, que tenga experiencia en la contestación de las oraciones y desarrolle mediante ella su fe (Mt. 21:13).

Isa. 56:9-12 

"Embriaguémonos con sidra que será el día de mañana como éste o mucho más excelente". ¿Sí? ¿Tú crees que eres dueño de todos los días? Viviendo esa forma inservible para Dios, ¿qué seguridad tienes que te dé otro día para que lo gastes así? Si Dios considera que no vale la pena que vivas ni una hora en este mundo no verás el día de mañana. ¿Te cabría a ti este reproche: "atalaya ciego, perro mudo"? y añadiría sordo. Piensa que existes y si existes es para la gloria de Dios o para deshacer todas sus leyes. Estos permanecen ignorantes en la misma presencia de tantas bendiciones, de tantas promesas y sueños. Sordos a los mensajes del Espíritu. Nadie quiere oír la voz de Dios, todos desean seguir sus consejos, no se mueven de sus perversidades. Señor, abre nuestros oídos y nuestros corazones para entender, prepararnos con tu Espíritu para creer y vivir por las promesas que nos has dado. Aquí se refiere a los líderes del pueblo, perros insaciables, egoístas, perros sordos y mudos que no alertan al pueblo sobre la ira venidera. No los hacen temer para que se protejan.

Isa. 57: 1, 2

“Y los piadosos mueren y no hay quien entienda”. Dios acorta la vida de los piadosos para que no sufran las calamidades que se avecinan, los recoge primero, pero nadie reflexiona sobre ello y menos que morir temprano sea una bendición mayor que vivir en ciertas circunstancias. Descansarán hasta la resurrección y Dios no les dejará que vean el mal que viene. Morir joven no es tan malo como uno piensa, a veces es mejor que una y sufrida y ‘envejeciente’ larga vida.

Isa. 57: 4

“¿Contra quién alargaste la lengua?”. Puedes estar seguro que Dios conoce a los que se burlan de él y de sus promesas (2 Pe. 3:3); pero Dios no puede ser burlado (Ga. 6:7). Quien serás burlado serás tú.

Isa. 57:7-10

“No te cansaste, no te desalentaste”. En sentido figurado la idolatría es como adulterio. Restos y símbolos idolátricos (v .8); eso es lo que quiere decir poner recuerdos, una señal o un memorial detrás de la puerta; costumbre antigua que hoy es perpetuada. Dice Barnes que quizás hoy no se colocan esas imágenes idolátricas detrás de algunas puertas pero el enorme lujo, costosísimos sofás, camas, lámparas, alfombras, elegantes y cómodos artículos de cocina, sensuales baños, lámparas maravillosas, y mucho más detrás de las puertas, indican que allí se adora a otra cosa, a Mammon quizás pero no a Jehová. Y llegaste muy lejos y debiste cesar de pecar pero no fue así. Te desalientas para otras cosas pero no para pecar, para eso hallas vigor (v.10).

Isa. 57: 11

“¿Por qué has faltado a la fe y no te acordaste de mí?”. No, nunca, porque cuando obedecías fue porque tu rey te lo imponía, o lo hacías por conveniencia o desobediencia, y a su espalda. Nunca has creído en mí. Te revelé mi palabra, te di mis ordenanzas, te formé, te sustenté; viste quién era yo, te permití verme pero no creíste mí, ¿de verdad crees en Dios? He guardado silencio de muchas cosas con respecto a tu conducta; si te las dijera todas no pensarías que hubieras pecado tanto.

Isa. 57: 12

“Yo publicaré tu justicia”; quiero decir al menos la gente sabrá quién eres tú y quién soy yo.

Isa. 57: 13-19 

“Yo habito con el quebrantado de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes y para hacer vivir el corazón de los quebrantados”. En medio de tanta maldad queda como un grano de arena, santo, unos cuantos que harán brillar la lúcida verdad. Ellos aunque parezca increíble tienen un conocimiento sorprendente y profundo de Dios y saben que habita y llena la eternidad, que es majestuoso, sublime y que el Espíritu y su palabra recobran el alma preocupada. Ese pequeño remanente profético exhorta al pueblo (v. 14); y sabe que si no es por su misericordia todas las almas creadas por el serían destruidas.

Isa. 57: 17

“Y él siguió rebelde por el camino su corazón”. Y dijeron: "no nos importa que nos castigue, seguiremos haciendo lo que pensamos y sentimos en el corazón".

 

La gracia común, los maestros y la policía 

Isa. 57:19-21

“Y esos pocos, lejos y esparcidos, éramos un verdadero pueblo y tendrán paz y los frutos de sus labios serían dulces; y sus heridas él las curará. Produciré fruto de labios”. “Los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto y sus aguas arrojan cieno y lodo". Y mira qué creativa es la maldad, como un mar sucio, que espuma cieno y desechos. Entre esa gente violenta viven los escogidos y aunque pasen peligros no son ahogados por ellos; y esa miasma no los vencerá. Dios los preservará y no sucumbirán. Sobrevivirán. 

Una idea aparte: el pecado no es algo estático o inerte. Nunca se puede estar quieto. Es móvil, se extiende a otros apartamentos del corazón, otros aspectos de la vida hasta coparla toda y devorarla con dientes de diablo y degustarla con lengua viperina. Alarga su influencia a otros, extiende sus tentáculos, busca prosélitos y cómplices, se ensancha y atrapa. El pecado jamás está inactivo ni se retira, es de larga vida y como el ave fénix sale de sus cenizas. Asusta ver su espíritu salir de la tumba donde lo enterramos. Tienen razón los calvinistas cuando creen en la “completa depravación” de la naturaleza humana porque desde que nace la criatura comienza el pecado a crecer y fortalecerse juntamente con la mente y el cuerpo, y son los padres, la buena cultura, la gracia común, los maestros y la policía las que limitan su expansión y ambiciosa extensión.

 

Iban el sábado derechitos al templo, y puntuales

Isa. 58:12-14

"Heme aquí si quitares de en medio de ti el dedo amenazador (v.9). Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, gloríos o de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,  entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”.  

Este es un pasaje bello, pero sopórteme por esta vez que use la palabra de Dios como “martillo” (Je. 23:29); y ruego a Dios le alivie los dolores que por esculpir la imagen de Cristo yo le produzca. Ellos reclamaban a Isaías que habían cumplido su deber religioso ayunando y Dios no les había respondido. Acosaban al profeta con preguntas y reproches como si fuera gente sincera. Pero ninguna práctica religiosa es efectiva si no se vive una vida justa

La falta de contestación de Dios no tenemos que buscarla en la religión sino en el trato con el prójimo. Las oraciones del marido las estorbaba su aspereza con su muJe. Sépalo seguro, adorador, que si Cristo no nos hace más humanos no nos ha hecho cristianos. Un cristiano sin compasión hacia los seres humanos es metal que resuena o címbalo que retiñe. Aunque las formas afectan el contenido pudieran sólo encubrir algo distinto y la apariencia no ser lo real. La “forma de la verdad” (Ro. 2:20), no es precisamente, en general, la verdad. Mi libro se llama El Maestro y la Forma de la Verdad” donde identifico una y otra. En este caso se viste como ella pero es una impostura. No cumplamos ceremonias, hermanos, sino mejoremos nuestra calidad humana. De Spurgeon se ha dicho que era el predicador menos ceremonial del mundo. Pero hizo un orfanatorio.

¿De qué doctrina calvinista hablan, o arminiana, señores, si no reflejan la bondad de Dios? ¿De qué vida espiritual hablan si no existe la justicia social? Si no tengo amor de nada me sirve la religión.

Tenían problema con la esencia del ayuno y con la práctica del sábado. Lo cumplían pero en su forma, les pasaba con el día de reposo lo mismo que con el ayuno. Lo vivían ceremonialmente, como parte importante de la religión pero no para provecho de la vida de ellos. Eran igualmente desobedientes a la ley de Dios. No trabajaban el sábado pero no les aprovechaba espiritualmente. Eran sabatistas pero no “javistas” (de Jahvé o Jehová). No se transformaban. Entraban y salían del templo siendo los mismos, sin ningún cambio, sin hacer alguna adquisición o comprometerse con una renuncia. Iban el sábado derechitos al templo, y puntuales, sin sacar de allí alguna delicia en ese santo día. Continuaban siendo injustos, y sólidos en la incredulidad. Salían del culto y media hora después toda impresión espiritual, si sintieron alguna, se había esfumado. Estos  culteros sabatistas y ayunadores, y si hubieran sido domingueros, no daban esperanza al profeta, que algún día cambiarían. ¡Ya, se acabó!, tiro mi martillo y por favor, aunque le haya estado hablando a una roca, sea bueno con los demás. 

Isa. 58:12

“Serás llamado reparador de portillos” o de brechas; uno que repara los daños de las murallas hechos por el tiempo que las ha envejecido o huecos perpetrados por los enemigos en el asedio y por donde se metieron a la ciudad; es el mal recuerdo de la guerra. Esos huecos tenían que ser tapados, nuevas piedras colocadas y sellados permanentemente para vivir seguros. Todos debemos ser reparadores de portillos, albañiles que por la gracia de Dios y que  con ella remienden los daños y malos recuerdos dejados atrás cuando el pecado y el diablo pasaron por las vidas de los demás, y la propia, y así evitar que vuelvan a ingresar a ella. Un reparador de portillos es como un médico de los muros de la salvación; y el mejor Reparador de portillos es el Espíritu Santo.

 

Las calles del recuerdo vueltas a transitar

Isa. 58:12

“Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”. Uno no habita en las calles sino en sus casas, pero ¿dónde ha visto usted que se fabriquen casas y no tenga calles de acceso a ellas? Quien planea las unas planea las otras. ¿Por dónde sus dueños y vecinos van a entrar si no hay acceso a ellas? Pero es que las casas fueron desocupadas porque sus propietarios no emigraron, sino que los deportaron a otro país; fueron evacuados de allí, los obligaron a salir y llorando sus mujeres dejaron el sitio de sus delicias y solaces. Y abandonados aquellos barrios,  las calles principales y adyacentes se fueron colmando de hierbas y árboles salvajes de modo que la indomable vegetación hizo inhabitable la población porque ellas estaban impasables. 

La esperanza profética les levanta el ánimo a los desplazados y les dice que su ministro tiene la ocupación de hacer que las viejas casas sean de nuevo ocupadas, las antiguas poblaciones reocupadas y las calles del recuerdo vueltas a transitar. El futuro debía reencontrarse con el pasado con todos los malos recuerdos que éste evocara; no un presente desconectado de las vicisitudes, humillaciones, vergüenzas y culpas de otrora sino precisamente sobre eso mismo porque es el único modo que se venza dentro de la mente todo el daño y la amargura acumulada; plantarle cara a lo que se quiso y no se pudo olvidar sin huir de él sino deshacer envejecidos ya aquello con lo que no se podía morir rumiando. No volver a caminar por aquellas viejas calles, tan distintas ahora porque, aunque parezcan otras son las mismas, tienen los mismos nombres y las huellas de los mismos pies, unos vivos y otros muertos. 

Y de nuevo a los domicilios, arruinados por la guerra, el viento y la lluvia, los truenos, el incendio y la derrota; arreglados, renovados sobre los mismos cimientos, engrasadas las puertas y ventanas sus bisagras, los techos levantados y restaurados, los baños acondicionados, las cocinas remodeladas y asientos nuevos, si no es posible recuperar los anticuados. Sobre la vida vivida reorganizar otra, sobre las mismas verdades y enseñanzas, sobre la misma Palabra de Dios y la antigua e inexorable teología bíblica. 

Isa. 59: 1, 2

"Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios". “Dios no ha cambiado, ustedes no lo han hecho cambiar, los que han cambiado son ustedes. Una pared de pecados ahora lo separa. No hay que buscar más razón por qué no hay salvación entre nosotros: nuestros pecados nos separan de Dios y sin él nada podemos hacer; hay una sola solución, el arrepentimiento. No podemos soñar con un avivamiento del Espíritu si no hay arrepentimiento. La pared tiene que ser derribada y la relación entre los dos mejorada. Sin comunicación no hay salvación”.

Isa. 59:9, 10

"Esperamos luz y he aquí tinieblas". Si te metes en pecados no tengas buenas expectativas. Si andas en tinieblas espera confusión, tropiezos y desorden. Qué lindo es andar en luz y esperar luz y resplandores. Si quieres ampliar un poco sobre esa buena frase “andamos a tientas”, lee sobre aquellos filósofos en Hch. 17:27. Pero algunas veces los que andamos en luz sentimos que se apaga y no sabemos qué camino tomar porque ni el camino se ve. Estamos a tientas. 

Isa. 59:15-20

"Y la verdad fue detenida". Apagaban cualquier brote de conversión. Exigían a todos iniquidad y no soportaban exhortación (Ro. 1:18; 1 Te. 2:16). La injusticia llena el gobierno. Si alguno disentía iba a prisión. Y no había nadie que se interpusiera a ese derramamiento de injusticias, a que no se aplastara a los disidentes, a que no se dejase oír una voz en contra; los impíos estaban entronados y no hallaban seria oposición; y cuando pensaban que se perpetuarían indefinidamente en el poder, obró Jehová a favor de los humillados, se opuso a las injusticias y los castigó y fueron enviados lejos al extranjero. Las dictaduras pueden ser muy largas pero Jehová les pondrá término a todas.

Isa. 59:6

“No hubo quien intercediera”, es mejor que “interpusiera”, aunque valen las dos y se complementan. No hubo quien fuera suficiente justo y pudiera hacer algo por el pueblo. Se asombró Dios no encontrar a ninguno que fuera mediador entre ambos; era tanta la maldad de ellos que no existía ninguno que le hiciera frente y se opusiera al poder y el  pecado reinante. No tenían ningún líder que llevara a cabo el proyecto de Dios y por eso éste prosiguió solo y consumó con su justicia la salvación. Aunque Dios busque y no halle continúa solo. Justo no hay ni uno y por eso vino Cristo.

 

 

Isa. 60:1, 2

“Resplandece porque ha venido tu luz”. La gloria de Dios trae luz a nuestra vida, el pecado sombras, oh iglesia cuando todo el mundo esté oscuro, alúmbralo  tú, (vv. 2, 3). Qué bonita es esa frase “la gloria de Jehová amanecerá sobre ti”; si dijera el sol lo entendería, pero la gloria de Dios es mucho más que eso, un amanecer nuevo, diferente, porque el Señor mismo la iluminará (Apc. 21:23). Transfigúrame Señor, en vida (Mt. 17:2).

Isa. 60:4

“Tus hijos vendrán de lejos y tus hijas en brazos”. En los brazos de Dios. ¡Qué galán es Dios! 

Recíbelos que Dios te los envía. Días muy luminosos le esperaba a Israel. Independiente que hayan tenido tiempo como éste, es una figura de los tiempos del evangelio (vv. 5-7). Es una esperanza neta, una promesa muy hermosa con aplicaciones a toda la vida.

Isa. 60: 8, 9

“Su plata y su oro con ellos, Dios que te ha glorificado”. “No volverán con las manos vacías, no regresarán pobres, mi liberación los enriquecerá, juntamente con la libertad cumpliré mi promesa con dinero para que no viváis por detrás y debajo de los demás pueblos; yo poseo riquezas en gloria (Flp. 4:19), haré lo mismo que hice en tiempos antiguos cuando salieron de Egipto (Ex. 11:2; 12:35, 36). Esa riqueza comienza cuando trae los hijos lejanos, especialmente deben ser los gentiles redimidos que han enriquecido a Israel. ¡Qué sería de la iglesia de Jehová sin los gentiles! 

Isa. 60:10, 11

“Tus puertas están de continuo abiertas”; exceptuado el sábado (Neh. 13:21). Estas palabras están relacionadas con la anterior porque pertenecen al mismo contexto, y a los negocios de Dios con Israel y de Israel con el mundo entero. Las puertas de la iglesia abiertas de día y de noche para que los pecadores entren, Dios no las ha cerrado aún; para que las riquezas de su gracia continuamente fluyan dentro de ella, hasta que entre la plenitud de los gentiles. Amén.

Isa. 60: 12

“La nación que no te sirviere perecerá”. Esto no puede ser una profecía política sino espiritual. El reino que no sirve al Dios de Israel perecerá. Los judíos han hecho prosperar el mundo con sus negocios. pero más con sus apóstoles.  

Isa. 60: 13

“Y yo honraré el lugar de mis pies”. Señor tu presencia, tu presencia es lo más importante en nuestro templo. Por favor que estés tú con nosotros, aunque otros se ausenten, no te vayas tú. Honra Señor el lugar donde pones tus pies, y yo me descalzaré en él (Ex. 3:5).

Isa. 60: 17, 18

“Y en vez de bronce traeré oro”. Espera que la calidad de las bendiciones aumente, espera que la gracia traiga cosas mejores, que el Señor al entrar en nuestra vida sustituya todo por lo mejor. Espera sustituciones. El hombre en Cristo es mejor que el natural en Adán. Desarraigar lo estéril y plantar árbol que de fruto según su género, los espinos y cardos por cedros y olivos; un viento solano por aire fresco, lo cojo por lo que anda, lo ciego por lo vidente,  lo opaco por lo lúcido, lo sucio por lo limpio, lo malo por lo bueno, el heno y la hojarasca por oro, plata y piedras preciosas que resisten el fuego. Es mejor tomar "sol, luna" en sentido figurado; ha querido decir que cosas inmovibles  sustituirán las que se mueven y rotan (vv.19, 20). Seguridad para el pueblo. La senda de los justos es como la aurora hasta que el día es completo (Prov. 4:18).

Isa. 60:22 

“El pequeño vendrá a ser mil”. ¿Impaciencia misionera? (me hablo a mí mismo). ¿Sientes ansias por el crecimiento de tu iglesia? Sí.  ¿No vislumbras los días en que los elegidos vendrán? No.  ¿Cuándo se cumplirá aquello de que el número de discípulos se multiplicaba grandemente? ¿Cuándo una nube de convertidos llenará la iglesia? ¿Cuándo vendrá con ellos el aire nuevo, respiro, lluvias tardías? (v.8). Dice el Señor que a su tiempo haré que esto sea cumplido; y luego añade: pronto. El tiempo de Dios es pronto. Para nosotros pronto puede ser un par de días o semanas, pero para el Señor puede ser 70 años, 400 o 1000, que es como un día (2 Pe. 3:8). Para Dios significa “en el momento apropiado”, “cuando sea más conveniente” “cuando deba ser”, no en quince días. Nuestra impaciencia en el cumplimiento de una promesa puede conducirnos a la incredulidad, el desaliento o la  rebelión.

Isa. 61: 1, 2

"El Espíritu del Señor está sobre mí"; (Mt. 11:5). Jesús tomó este pasaje y dijo "aquí habló de mí", (Lc. 4:18-21); "yo soy un predicador ungido por Dios y traigo un ministerio semejante al de Isaías".

 

Reviviendo los éxitos que tuvieron nuestras queridas doctrinas

61:4

“Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”. “Las ruinas antiguas” y “los escombros”; indicación que habla del regreso de la deportación a Babilonia; esas ruinas representaban su historia y recuerdos que esperaban por ellos para ser restauradas. Los escombros silenciosos, ennegrecidos, la historia escrita en cada piedra acariciada por generaciones pasadas, aguardaban que volvieran los hijos de Dios y las colocaran en su lugar e Israel recomenzara su vida. Ese gran avivamiento vino en tiempos de Nehemías, Zorobabel, etc. Señor, envía tu Espíritu y que nuestro encuentro con el pasado no sea traumatizante como sucede con el mundo, sino de regocijo, que volvamos a empezar y que, aunque comencemos atrasados muchos años por nuestro pecado, avancemos seguros hacia el porvenir. 

¿No restauró Elías el viejo altar arruinado? (1 Re. 18:30). Y sobre aquellas viejas piedras abandonadas cayó el fuego santo. Señor, nuevas tierras no nos ilusionan, en ningún sitio tenemos morada fija, no nos conformamos con la patria de donde hemos por la carne salido, buscamos una mejor. ¿Dejarás para siempre que tu obra continúe como un espectáculo al mundo, a los ángeles sin restaurar el tabernáculo caído? Oh Señor Jesús, Mesías, Ungido, haznos vivir un nuevo año de jubileo, libéranos de nuestras prisiones, liberta a los cautivos, consuela a los enlutados reviviendo los éxitos que tuvieron nuestras queridas doctrinas. Tu iglesia espera por ti.  Amén.

Isa. 61:5

“E hijos de extranjeros serán vuestros labradores y viñadores”. La barata mano de obra de los recién emigrados, de los que no tienen residencia legal en el país. Ese tiempo de emigración es parte del plan económico de Dios para una nación y una señal de su prosperidad. Los trabajos más difíciles aguardan a los que vienen de patrias ajenas. Siempre ha sido así y continuará siendo así, que la mano de obra de los emigrantes sea una bendición de Dios para el país de refugio, siempre que no los exploten y recuerden que ellos un día también emigraron (14:1,2; 60:10) (Ex.22:21; 23:9; Lev. 19:34; Dt. 10:19).

Isa. 61:6-8

 

“Seréis llamados sacerdotes de Jehová”. Este capítulo, aunque se refiere a la exaltación de Jerusalén después de la deportación, las bendiciones espirituales que menciona son dadas bajo Cristo (Mt. 11:5). La bendición de prosperidad y de un pueblo con un corazón nuevo dentro. Serían verdaderos sacerdotes, todos, con una religión pura y alabados por sus vidas gloríos as y santas. Serían reyes y sacerdotes (Apc. 1:6, v.9). Convertidos todos en sacerdotes era tenerlos en su presencia, salvos. Y por aquella santidad que alcanzarían serían alabados grandemente por las otras naciones vecinas (v.11). ¡Señor, que la santidad de tu pueblo sea lo que más impresione al mundo! En ella se cumple la oración que dice “santificado sea tu nombre”, porque el Nombre suyo asociado al nuestro está. No debemos llamarnos cristianos si no vivimos como Cristo. O vivimos así o nos lo quitamos.

Isa. 61:9

“Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones y reconocerán que son linaje bendito de Jehová”, o simiente bendita. Por la misericordia que hará con ellos. Verán un judío y dirán: “ese es de Dios. Dios está con él” porque todo el mundo conocerá del regreso de ellos a su ciudad. Ojalá que todos reconozcan que tu manera de hablar te descubre (Mt. 26: 73) y por la circuncisión “no hecha con mano   sino con el Espíritu en el corazón”. Veo como viste Dios a sus escogidos, “con vestiduras de salvación” (v. 10), con adornos nupciales, con joyas preciosas. Todas esas son las prendas de la gracia (Col. 3: 12).

Isa. 62:1 

"No descansaré". (Ver capítulo 61 nota); cuando Dios quiere continuar su propósito levanta hombres, con nuevos ánimos que no se cansen de orar y trabajar, de visión, e infatigables que predican hasta que sean cumplidos los deseos del Espíritu Santo (1Co.15:58; 2Co. 4:1; 4:16). Estará la iglesia apagada pero ellos trabajarán hasta que se encienda como una antorcha espiritual y resplandezca. Oh Señor que haya hombres así. En cuanto a la salvación que se enciende “como una antorcha”, puedo tomarlo como ira, enojo, pero sobre su significado histórico veo la lumbre de la salvación y su calor brillante y purificador revelando el brillo de la gloria de Dios en el perdón y la justificación. 

Isa. 62:2

"Este será puesto un nombre nuevo". "Nombre nuevo" (v.4),  ¿sabes por qué? Porque será un pueblo nuevo, con otro corazón, la iglesia, plantíos de Jehová (61:3). Una prueba que habla espiritualmente es que Israel siguió con su nombre antiguo porque es el mismo. Israel siguió llamándose así, pero no es lo mismo decirlo ahora que hace cien años. Ni será igual cuando diga “bendito el que viene en nombre del Señor”, cuando resplandezca su salvación como una antorcha en el mundo, cuando todo Israel sea salvo y entre la plenitud de los gentiles. Tenemos como un nombre nuevo, cristianos, hijos de Dios, cuando por la fe somos adoptados.

Isa. 62:4,5

"Nunca más serás llamada Beula"; desposada. Y el pueblo hará un santo matrimonio con Dios. La iglesia es la esposa y tendrán relaciones de amor, él por medio de su Palabra, con la cual engendrará hijos e hijas por el evangelio (1 Co. 4:15) y se gozará viéndolos andar en la verdad (3 Jn. 1:4). Estos pocos versículos lo pueden leer los matrimonios. El esposo encuentra en ella, Beula su deleite, Hefzi-bá. Dios compara el deleite que siente por su esposa la iglesia cuando se une a ella con el que siente el marido cuando se une a su mujer, y serán una sola carne(Eze. 24: 16). La unión íntima entre un hombre y una mujer debe ser matrimonial para que refleje la unión de Dios con su iglesia. La fornicación y el adulterio destrozan ese símbolo.

Isa. 62: 6, 7

"No le des tregua"; o quiere decir descanso. Compara con la enseñanza de nuestro Señor (Lc. 11:5-9; 18.1-8). Dios nos llama a ser incansables en la reconstrucción de la iglesia (v.1); no le des tregua a Dios hasta que cumpla sus promesas en la reconstrucción de la iglesia; tenemos que trabajar más en oración que lo que hacemos con las manos. Alguien poderoso en oración dijo: “Haber orado bien es haber trabajado bien”; no estamos orando ni la milésima parte de lo que debiéramos hacer; es del Señor reconstruir su iglesia, su iglesia somos nosotros los que tenemos que ser reconstruidos. No lo dejes descansar. Ocupa a Dios en la obra. Obra como si él no tuviera otra cosa que hacer, Dios se para solamente si tú te paras (Ge. 32: 25-27). ¿Una iglesia inactiva en oración? Dios inactivo. No lo dejaré hasta que no nos bendiga. 

Isa. 62: 8, 9

"Juró Jehová, que nunca más daré tu trigo a tus enemigos". Lo que te pasó no te pasará más, no se repetirá tu historia. Oh, las tribulaciones nos han calado toda esperanza. No puedes evitar esos pensamientos sombríos de tu pasado, pero Dios dice que tus bendiciones nunca más serán traspasadas.

 

No busques a otra persona que ayude a Cristo a salvarte

Isa. 63:1

“¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿Este hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar”. La traducción es toda una mina de pensamientos preciosos. Significa abundante salvación, porque dijo, “he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia...”. El más viejo (las viejas verdades de su monoteísmo, invisibilidad, históricas y constatables verdades) para salvar. Su longitud le permite salvar (de un extremo a otro del planeta, en todas las tribus, pueblos, lenguas, bárbaros, escitas, siervos, libres, hombres, mujeres). Poderoso para salvar (al más degradado, a los primeros pecadores, publicanos y rameras que van delante de la gente justa, los pobres y ricos), puede multiplicar para salvar (si el pecado abunda la gracia sobreabunda; y de él podemos tomar repetidamente “gracia sobre gracia” sin nunca acabarla), es popularpara salvar (la idea es que su salvación es populosa)emplea un proceso para salvar (no en el nuevo nacimiento pero todo lo otro es un largo proceso con muchas altas y bajas, profundidades y superficiales, riquezas y pobrezas), y es suficiente para hacerlo (cuando dijo “consumado es” lo comprobó), único, no necesita la ayuda de los pueblos. Tampoco se la dan. Se halla solo para salvar. ¿Por qué tienes que buscar a otra persona que ayude a Cristo a salvarte? ¿Es muy fuerte el diablo, el pecado para ti? Cristo es todopoderoso (Apc. 1:8). ¿El mundo? Él es más grande porque venció al diablo, el pecado, al cumplir la ley, y al mundo dando fe a los santos. Si quieres ser salvo, ahí lo tienes. Su sangre cubre todo pecado. Su muerte justifica. Mira por dentro el corazón de Dios (vv.7-9). No tengas temor entregar tu vida a un Salvador como él.

Isa. 63:3

“Su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje”. Verdaderamente este es Jehová de los ejércitos que pelea por Israel. Un texto bélico que haya su máximo significado en la lucha de Jesucristo para salvar a su pueblo de sus pecados.

Isa. 63.5

“No hubo quien ayudara”. Ver 59.16.

Isa. 63: 8, 9

"En la angustia de ellos él fue angustiado". Los salvó como si fueran así, en su amor paternal los miró así, y sufrió con ellos como si sufriera inocentemente; proveyó para ellos toda forma de salvación. Esto se refiere a la época del cautiverio en Egipto. Dios se identifica con su pueblo; el que haya oído a Jesús llorar no duda que de nuestros dolores participa el perfecto ser divino-humano; aunque estrictamente es un antropomorfismo hebreo, y el Espíritu puro de la Deidad no pueda sufrir, sufre como un todo en la encarnación, en la persona divino-humana de Jesús. 

Isa. 63:10-14

"Y el mismo peleó contra ellos; los guio por la diestra de Moisés; para hacerte nombre gloríos o". Dios recuerda la época gloríos a de Israel cuando ya no tenía nada más que él, ningún otro dios, cuando reposaban y solo le seguían, cuando se dedicaron solo a conocerle, como si Dios mismo quisiera que vivieran aquellos tiempos; época de oro; Dios, tú quieres que volvamos a esos tiempos que estuvimos consagrados a ti las 24 horas.

Isa. 63: 15

"¿Dónde está tu celo y tu poder?". ¿Has cambiado Señor?  ¿Por qué eras compasivo y ahora no? Oh Dios, si nuestros pecados han hecho cambiar tu trato, vuélvete a tu naturaleza y busca tus antiguas misericordias. Nosotros somos infieles pero tú no (2 Ti. 2:13). Defiéndenos, prospera tu obra.

Isa. 63:16

"Si bien Abrahán nos ignora e Israel no nos conoce". Están muertos y ellos nada hacen por los vivos. Nuestros padres se fueron y nos quedas tú, somos huérfanos, recógenos, Redentor perpetuo.

Isa. 63:17

"¿Por qué nos has hecho errar y endureciste nuestro corazón a tu temor?". ¿Por qué reclamamos eso Señor? Tú eres el dueño de nuestra salvación, de nuestras ternuras y endurecimientos, de nuestra incredulidad y fe, perdón y rencor. Oh Soberano, bendícenos.

 

 

Podemos perder el honor, pero no el perdón 

Isa. 63: 18, 19

"Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre". 

Otra buena traducción dice “como aquellos en quienes nunca gobernaste”; “como  nunca hubiéramos pertenecido a tu reino y como si ignoráramos tu ley, como si nunca hubiéramos sido escritos en los cielos”. El profeta dice: “Nos has castigado como a los impíos, ya no somos tu especial tesoro, no tenemos templo, se ha roto nuestra historia, nos quedamos sin ti, sin Nombre, sin nosotros mismos. Hemos vuelto a ser ignorantes, somos paganos y las tinieblas religiosas que han cubierto a otros pueblos nos cubren a nosotros. Oh Señor no, como ellos no, vuélvenos aquí y retorna tu pueblo a tu gracia y misericordia. No queremos practicar lo que otros pueblos tienen por costumbre, no volvamos a ser lo que un día fuimos, acuérdate de tu propósito y que somos  elegidos por tu amor; recuerda a Abram, Isaac, Jacob, a nuestro Señor Jesucristo y que conforme a tu propósito hemos sido llamados. 

“Levanta de nuevo nuestros rostros y que el pecado nunca más se enseñoree de nosotros y los que nos vieron humillados oigan como nos has vuelto a honrar y que nuestro actual estado ya es más gloríos o que el primero. Que les de envidia nuestra recuperación y sufran con que la herida no fue mortal porque nos hemos sanado. Estuvimos desquiciados como ellos, pero ahora volvimos en sí y a la cordura, por sus hechizos nos volvimos como cerdos y nos pesa; nos dimos cuenta que  lo único que quisieron fue que se les aliviara la culpa con nuestro mal comportamiento, y justificarse de  las traiciones que contra ti habían cometido volviéndonos traidores”. 

La Palabra de Dios enseña lo que significa perder las bendiciones y trato preferencial que reciben los amados por Dios cuando son desobedientes y comienzan a golpear a los demás y a comer y beber con los borrachos. Y por sus locuras Dios los castiga con el mundo para que no sean condenados con el mundo. Cuide su salvación con temor y temblor pero no tema perderla como si siendo elegido por Dios desde la eternidad pueda alguna insensatez quitarle su elección. Honor sí pero no el perdón. No es cierto que a los que predestinó no los justificó y a los que justificó no los glorificó. Es imposible que a los que son vestidos con los delantales de la justicia de Cristo se les despoje de su ropa y se les deje cubiertos sólo con las hojas de higueras de la propia. Como ellos, nunca. 

Isa. 64: 3

"Haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, y nunca oyeron nuestros oídos, ni ojo han visto". Señor tú has excedido nuestras expectativas, no sabíamos que eras capaz de tanto, repite lo que hiciste en otros tiempos. Has que tu palabra sea glorificada como lo fue en aquellos tiempos.

Isa. 64: 4

"Que hiciste por el que en él espera". Tú eres Dios excepcional. El que espera en ti no cree en vano. Oh Señor nos gloriamos en ti, nos levantamos y damos nuestro testimonio de quién eres: ¡grandioso! El apóstol en 1Co.2:9 cita estas palabras probablemente desde la Septuaginta, pero extrayéndole el espíritu de las mismas. Nota que en vez de decir “el que en él espera’ dice “los que le aman”. ¿No es lo mismo? Mostremos, cuando haga falta, el amor por el Señor esperando en su palabra, que las cosas maravillosas que ha prometido las haga cuando su voluntad estime conveniente.

Isa. 64: 5 

"Te enojaste porque pecamos y hemos perseverado por largo tiempo, ¿podremos acaso ser salvos?". Sí, podremos ser salvos, aunque hayamos sido perseverantes, incorregiblemente retorcidos, habituados al endurecimiento, rechazadores continuos de la gracia tuya; si solamente un milímetro de sinceridad nos queda, si una chispa viva en nuestro rescoldo casi totalmente apagado permanece, por esa dimensión de sinceridad y por esa pequeña llama tú nos oyes. Dios se enoja; esa doctrina está de acuerdo con un Dios que es personal pero es lento para la ira (Sal. 103: 8); su enojo está mezclado con amor (Mr. 3: 5). Dios se enoja con nuestro pecado más que con nuestros defectos. Se enoja porque pudieran clamar a él. Pero si por largo tiempo has perseverado en el pecado aun así podrás ser salvo. 

Isa. 64: 6

“Todos nosotros somos como suciedad y todas nuestras justicias como trapo de inmundicias”; los trapos que usa la mujer menstruosa. Cualquiera que lea esto no podrá pensar que se salva por medio de sus obras, que sin la gracia divina son aborrecibles. No eres perdonado por un poco o mucho de tu comportamiento justo sino por la fe en Jesucristo (Ro. 3: 20; Efe. 2: 8). 

Isa. 64: 7, 8, 9

"Y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades; no te enojes sobremanera". Basta mirar el rostro de los pecadores para percibir que no es solo el trabajo, los sufrimientos o la edad lo que les marchita el rostro sino los pecados. Qué forma tan tierna de argumentar con Dios, "Señor no te recuerdes perpetuamente de mi iniquidad". La traducción nuestra es más bonita que otras que se ajustan mejor al texto; literalmente dice "nos has dejado derretirnos"; pero la imagen de una flor que se marchita y se seca es mucho más elocuente y con todo contiene la idea anterior de mermar, de consumirse, como dice una versión en inglés. Cuando ores a Dios pidiendo perdón incluye en tu oración esta frase "no te enojes sobremanera" porque si el pecado abundó sobreabundó la gracia; literalmente quiere decir, "Dios, no seas vehemente en tu furor". Esa sería una oración muy especial; Señor riega tu planta, no la dejes marchitar.

Isa. 64:8-12

"¿Te estarás quieto oh Jehová sobre estas cosas?". Es como si dijeran: Nuestra religión está destruida, lo más precioso de ella ya no existe; devuélvenos lo que por nuestros pecados perdimos. Oh Señor no renunciaremos a perder lo que nos habías dado; perdónanos Señor y recupéranos. Toma de forma separada esta frase “nosotros barro” y conéctala con Je. 18: 2-7; Ro. 9: 20-24 y disfruta pensando en tu vida en la mano del Señor. 

Isa. 65:1

"Fui buscado por los que no preguntaban por mí". Yo. Ese es mi caso y no sólo el mío sino el de todos; nadie busca a Dios, Dios nos busca a todos (Ro. 3: 11); yo no conozco otra manera para salvarme que no haya sido por la elección en la gracia y la iniciativa divina (Ro. 10: 20, 21) (ver nota). Bien claro está Señor, tú me buscaste a mí, no yo a ti; interrumpiste mi mundo, cambiaste mis planes, me hiciste tuyo, gracias Señor.

 

La ropa y los ritos no hacen más santo a nadie

Isa. 65:2-5

"Que comen carne de cerdo, se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche y dicen no te acerques a mí porque soy más santo que tú".  (Ver 66: 17). Señor, yo como carne de cerdo, de conejo, y otras especies levíticamente inmundas, pero lo hago no como un pagano sino como un gentil cristiano (Ga. 2: 14); de veras que la como para la gloria tuya, y porque me gusta, con todo lo nociva que es, según dicen (Ro. 14: 6). Creo Señor que tengo el respaldo de toda la gracia de Jesucristo porque en él el reino de los cielos no consiste en comida ni bebida (Ro. 14: 17), y todo lo que tú limpiaste ya yo no lo llamo común o inmundo (Hch. 10: 15). Si yo no estuviera convencido o tuviera dudas en lo que como, no lo haría, porque comería sin fe (Ro. 14: 23) y me condenaría, y si estuviera seguro en la ley y no en la gracia que tú no quieres que coma, puedes estar seguro que no comería porque todo lo quiero hacer para tu gloria (1 Co. 10: 31). 

¡Cómo! ¿No conoces que Dios está en todas partes y que si pecas lo haces enfrente de su rostro? (Sal. 139:12); ve tu religión secreta, paganismo, tus contaminaciones. Y sin embargo siendo idólatras piensan que son más santos que los demás. La santidad de una persona se establece por la palabra de Dios y no por la religiosidad que muestra (Hch. 17: 22). La comida, los ritos, la austeridad (Mt. 6:16), el duro trato del cuerpo (Col. 2: 23), la ropa, no hacen a la persona más santa que otra sino su obediencia a la Palabra de Dios.

Isa. 65: 7

"Y por las iniquidades de vuestros padres conjuntamente". Los castigos se acumulan. La idea es que los pecados de ellos y los pecados de sus ancestros castigados eran los mismos, o mejor aún, que todo el enojo divino contenido desde sus predecesores se desataría (ver Mt. 23: 35). Si los pecados se acumulan los castigos se acumulan también.

 

No lo desperdicies, aunque sea poca su bendición 

65: 8

"Si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: no lo desperdicies, porque hay bendición en él". Aquí no está hablando de la naturaleza humana como si hubiera en ella algo bueno sino de gente. Mira a Lot y desecha a Sodoma, mira el mundo y saca a Noé, mira a Israel y elige a Josué y Caleb. ¿Ves esa fruta? Te parece que está podrida toda, pero no, una parte está buena; corta lo malo y separa lo bueno. Si la tiras toda, pierdes una bendición. El Señor ve su remanente, el que no está enfermo y con ese continuará su obra de gracia y sus propósitos. El ojo del Señor ve bien y cuando hay alguna cosa buena en alguien, la tiene en cuenta (1Re.14:13). Esto es un ejemplo de indulgencia divina. Tratar de mirar el carácter de la gente como el ojo divino, buscar en su interior si tiene alguna, aunque sea pequeña, bendición, y por ella perdonarle las otras. No somos perfectos, somos racimos con frutos buenos y otros amargos o podridos; somos una mezcla, un conjunto de cosas aprobadas y desaprobadas por Dios y los hombres. La iglesia debe decir a los más exigentes "no lo desperdicies", usa lo bueno que tiene porque, de todos modos, para nosotros, es una bendición, y tal vez en el futuro esa bendición sea mayor. Y el susodicho continuó en la membresía y con el tiempo su bendición aumentó. Un poquito que aporte, algo que signifique para otros, algo del Señor. No lo desperdicies porque hay en él o ella, bendición. No desperdicies la compañía de alguien, aunque sea poca su bendición.

 

La Fortuna, el Destino y la voluntad de Dios

Isa. 65:10,11

“Para mi pueblo que me buscó. Pero vosotros que abandonáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y que preparáis vino mezclado para el Destino”. 

La mayoría del pueblo en vez de confiar en la providencia de Dios festejó con honores a la diosa Fortuna (Gad, un ídolo. Suerte) y creyeron en el Destino (Meni, que significa número, haciendo alusión a la multitud de dioses egipcios o también Destino, propiamente ese dios). 

¿Se puede explicar la vida humana en relación con una Providencia sabia, justa y decente? ¿En un mundo que parece loco donde sólo se mira el bien y el mal, y no personificado en dioses sino en hombres buenos y malos? ¿Quién puede afirmar que haya orden cuando lo que se mira es caos y despropósito, y si hay Alguien Soberano es caprichoso e injusto que apoya el mal y le es indiferente el débil y el pobre? Sí, pero es más difícil explicarla de modo individual que en conjunto, no en un día sino en años, no en un suceso sino en la historia. Se va viendo mejor la providencia y recibiendo explicaciones de ella según pasan los años. La alternativa del Destino y la Suerte, una vez echados afuera los caprichosos dioses, siguen careciendo de propósito y son impersonales. En cambio la Predestinación y la Providencia son otras cosas porque pertenecen a la mente universal de Jehová.

No hay dioses que jueguen con nuestras vidas y hagan apuestas, o tengan refriegas por nuestras caídas o victorias. Tampoco la humanidad es algo que eructó la casualidad. Dios ejerce su voluntad en el mundo entero y donde los hombres ven la suerte o la casualidad se verá en la historia o después de ella, la profundidad gloríos a de la sabiduría divina. 

Se interpretan mejor por el monoteísmo cristiano los acontecimientos, que por la ciencia o por el Karma de causa y efecto. Lo que se atribuye a los sucesos de la suerte o al destino se halla en la mano de Jehová. Su voluntad no puede ser bosquejada ni resumida en síntesis porque es infinitamente amplia y da cabida en su seno desde un pajarillo que cae de un árbol, un cabello, las especies, la flora, el medio ambiente, los glaciares y océanos y los astros del firmamento. Incluye lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, la ignorancia y la sabiduría, las artes y las ciencias, la libertad y la esclavitud, la guerra y la paz la pobreza y la riqueza, la justicia y la injusticia, la fertilidad y la esterilidad. La fe y la incredulidad. Todo. Todo está incluido y aunque la providencia en la Biblia es representada por una rueda que se mueve de modo cíclico, su fin es derecho y tiene un eje inmóvil y fijo alrededor del cual ella gira: La Voluntad de Dios.  Dios es un Misterio bueno en quien tienen sentido las mil presiones, disoluciones, aleaciones, y el ajetreo desordenado del movimiento browniano de nuestra caótica y fugaz existencia. El destino y la suerte están en sus manos.

Isa. 65: 15, 16

"A sus siervos llamará por otro nombre". Tendrán un nombre nuevo, cristianos, santos, renovados. Y nombres de maldición que quedarán en la memoria de su pueblo serán en el antiguo mundo, Senaquerib y en el moderno, Benito Mussolini y Adolfo Hitler.

 

Un mundo de sueños y maravillas, como lo deseamos

Isa. 65: 17-25

"Yo crearé cielos nuevos y nueva tierra y de los primeros no habrá memoria, ni vendrá al pensamiento". Los judíos que creyeran esto se regocijarían en que Dios les daría un mundo nuevo, su patria sería un mundo nuevo y ellos serían otros. Esta profecía, aunque los judíos la disfrutaron en parte, se refiere al reino de Cristo (no al milenio); lo que se dijo en hipérbole será realidad, un mundo de sueños y maravillas, como lo deseamos. Cuando te conviertes a Cristo empiezas a vivir en un cielo nuevo y una tierra nueva. Dios pone eternidad en tu corazón. Oh Señor venga tu reino. Ver 11:6-9. Un judío diría: ¡qué alegría! Ese es otro mundo, es el paraíso terrenal, no para más allá de la muerte sino para acá, en esta tierra, ¿por qué? Porque el Señor quiere recompensar a su pueblo en esta tierra, que viva con él en esta tierra, que por medio de sus promesas tengan fe, sean optimistas, preparados para la eternidad; que Dios está dispuesto para ellos en oración. Dios les promete una edad de oro; los más inteligentes sabrían que eso sería una regeneración mundial, otro mundo, un nuevo empezar divino. El reino de los cielos. Un mundo perfecto, o mirado perfecto, mejor de lo que uno esperaba y merecía.

Isa. 66: 1,2

"¿Dónde está la casa que me habréis de edificar?". ¿Te enorgulleces del templo que has edificado? Grandes piedras, majestuosas ventanas, numerosos salones. Todo por un costo de millones. Más grande que el templo es la Palabra de Dios. Predica sermones bien grandes, las doctrinas de la fe, con ardor en el corazón, palabras que hagan saltar las almas y temblar ante la presencia de Dios. Señor, está fuera de mi poder hacer una preciosa casa para ti. Excepto con tu gracia Señor, mi vida será como un templo y la predicación entusiasta de tu palabra.

Isa. 66:2

"Mi mano hizo todas estas cosas". Mi mano es equivalente a mi Verbo, mi Palabra. La Palabra de Dios es la mano de Dios, y su Espíritu su Dedo (Lc. 11: 20). A Dios le llama más la atención la vida de los cristianos que los lugares donde se reúnen. Un cristiano temeroso de Dios que tiembla al oír su palabra, es más importante que una catedral.

Isa. 66:3,4

"El que sacrifica buey es como si matase a un hombre". Ahí está completamente declarado que la práctica externa de la religión si no la acompaña la obediencia moral y espiritual de los mandamientos de Dios, más que adorar a Dios se le ofende. Pon a un segundo plano la obediencia ceremonial de la ley y vive conforme a Dios agrada. (ver 65: 11, 12).

Isa. 66:2, 5

"Oíd palabras de Jehová vosotros los que tembláis a su palabra". Oh Señor haz que tiemble a tu palabra cuando la oiga y la lea. De ti es bendecir tu palabra para que tenga ese efecto. Amén. No quites nunca de mí Señor, el temor tuyo.

Isa. 66:7-9

"¿Nacerá una nación de una vez?". Ese mismo pensamiento de 49: 21; un hecho para ellos insólito, regresar por montones a Jerusalén y de pronto se harían una nación. El Señor sabe dónde están los suyos. Señor bendice tu iglesia con esta promesa; glorifica tu santo nombre. Si el Señor quisiera en un par de días haría una iglesia muy numerosa tan grande como un país. En otro sentido: No olvide que el proceso de nacimiento fue inventado por Dios. Es él quien “hace engendrar”, y a no ser que explícitamente lo diga, no interrumpe el embarazo. No lo interrumpa usted, por favor.

Isa. 66:12

“Y sobre las rodillas seréis mimados”. O tratado con caricias. Lo que hace uno con un niño cuando lo tiene sobre sus rodillas. Yo siento que he sido sobre las rodillas de Dios mimado. ¿Y usted? Si se pone a pensar, usted también. Todos somos sus niños mimados. En otra parte dice “la niña de mis ojos” (Sal. 17:8; Zac. 2:8).

Isa. 66:14

"Y vuestros huesos reverdecerán como la hierba". Oh Señor ¡qué grande bendición, nuestros huesos reverdecerán como si muertos en vida resucitáramos! Habiéndose envejecido volver a ser jóvenes. Nadie dudará que seamos hechos de otro mundo. Tu mano Dios, se hará visible.

Isa. 66:16

"Los muertos de Jehová serán multiplicados". Para que su pueblo ocupe su lugar los impíos y el pecado tienen que ser arrancados.

Isa. 66:17

“Y ratón” ¿Puede usted imaginarse eso, que seres humanos sacrifiquen ratones a su dios y los coman? (Ver 1 Sa. 6:4,11,18).

 

El asunto es volver, volver a la casa del Señor

Isa. 66:20, 21

"Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios; y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas". En toda clase de transportación, unos a otros se prestarán ayuda para ir a la casa de Jehová, y aun los impedidos y pobres serán transportados en literas; el que no puede pagar por un auto o no tiene caballo ni mulo andará a pie, porque el asunto es volver, volver a la casa del Señor. Qué bella es esa emigración; movidos por el Espíritu Santo hacia la patria, hacia el país donde está Dios. “De esos nuevos que mi gracia traiga, elegiré a quienes los presidan espiritualmente; mis nuevos ministros y diáconos”. ¿Te faltan líderes, hija de Sion? Ora a tu Señor por nuevos convertidos, con la ilusión, los sueños, el entusiasmo y el primer amor de los recién llegados. Amén.

Isa. 66: 23

"Y de mes en mes". No es un mero retorno de la deportación sino un gran avivamiento espiritual.

Isa. 66: 24

"Y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí". Termina el libro con palabras para los que tienen "hambre y sed de justicia"; el eterno castigo de los que se rebelan contra él. Los santos tendrán como enfrente suyo el infierno de los perversos. El infierno, del cual el valle de los hijos de Hinnóm es un tipo, o Gehenna, es la aplicación de la justicia perfecta. La tierra será barrida con justicia y los fieles contemplarán la miseria sin límite de ellos.

 

 

Jeremías

 

Estos profetas escriben bello; tuvieron una predicación hermosamente literaria, fuertemente doctrinal y moral; eran continuos protestantes contra las infidelidades del pueblo y exaltadores de la gracia, misericordia y gloria de Dios. Su contenido como revelación y pasión espiritual son insuperables.

“Jeremías, cuyo nombre significa “el Señor levanta,” es el profeta del Nuevo Pacto (30:1-33:25). En el tiempo de Dios este pacto se cumplirá a favor de Israel. Será “escrito en el corazón” (31:33), a veces considerada la parte donde la persona toma las decisiones. Jeremías, el escritor del libro (1:1), durante su ministerio con frecuencia hizo un contraste entre el gloríos o futuro de Israel y su desobediencia a Dios. Jeremías pertenece a los sacerdotes (1:1). Siendo sacerdote, amaba a Jerusalén y al templo, y si se perdieran sería una doble tragedia para el. Fue perseguido por las instituciones oficiales de Jerusalén, e incluso por su familia. En medio de todas esas dificultades Jeremías estaba consciente de la protección y guía de Dios. Vivió durante un tiempo de realineamiento del poder mundial; en su tiempo cayó el imperio de Asiría, Egipto de ser un gran poder y Babilonia ascendió como imperio. Durante su ministerio los reyes de Judá frecuentemente confiaron en negociaciones y acuerdos internacionales en lugar de en Dios. Al comienzo, Jeremías aprobó las reformas religiosas del rey Josías, pero pronto llegó a ser aparente que a pesar del avivamiento exterior el pueblo experimentó muy poco cambio espiritual. El libro de Jeremías es citado con frecuencia en el Nuevo Testamento (Mateo 2:17; 7:11; 31:31-34. Hebreos 8:8-13) (la Biblia de las Américas).

 

“Determinar la autoría del libro de Jeremías es complicado por varíos  factores: la variedad en el los tipos de literatura encontrada en el libro, las diferencias que existen entre las versiones en hebreo y en griego, y las dificultades que este profeta y su escriba Baruc tuvieron. Sin embargo cualesquiera que sean esas dificultades no hacen imposible adjudicar toda esta palabra ha profeta Jeremías como la Biblia lo afirma (1:1). La versión griega conocida como la Septuaginta de Jeremías difiere de la versión hebrea. Es más corta, en parte, porque no incluye toda la sección de introducciones, toda la repetición de materiales, y la frase “así dice Jehová”. La versión griega es más corta debido a la carencia de redundancias no porque material doctrinal importante esté ausente. También tiene diferente estructura: en la versión griega los mensajes contra las naciones aparecen después de 25: 13, y los recursos tienen diferente orden. Algunos autores han llamado a Jeremías “el profeta llorón”. Peyorativo ese término. Aunque ocasionalmente lloró por Jerusalén e Israel (8:18-9:3; 13:15-17) (ESV).

Je. 1:2, 3

"Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías". Nota que se repite que las profecías le "vinieron", porque este libro que tienes entre tus manos ha venido de Dios.

Je. 1:4, 5

“Antes que nacieras te consagré, te di por profeta”. Antes del mensaje, el llamamiento. "Naciste para ser profeta, te crie con esa misión". Oh Señor yo nací para conocerte y publicar tus dichos, me criaste con esa misión. Antes que mis padres se conocieran tú ya sabías quien era yo.

Je. 1:6, 7

"Que yo dije: no sé hablar porque soy niño". "Soy un niño", ignorante, no tengo conocimientos. "Lo que tengo es miedo". El Señor no admitió esa razón y trató de quitarle el miedo que sentía. Y se lo quitó. Soy deficiente en oratoria, pero no en el conocimiento. Ver esto en Moisés (Ex. 4:10-16), y Pablo (2 Co. 11:6). Cuando es la voluntad de Dios usar a alguien lo usa. Ten en cuenta que son casos excepcionales. Si él hace a alguien mudo no lo hizo para que predicara. De todos modos, para responder el llamamiento de Dios no inventes excusas que son corregibles. 

 

La palabra de Dios vence cualquier cultura

Je. 1:9, 10

"No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar". 

El Señor quiere decir: “Con mis palabras serás poderoso como un general, serás como un ejército. Tú solo con mi mensaje”. Oh ministro, no dudes del poder de tu mensaje, la palabra de Dios es poderosa; más que cualquiera cultura. No le tengas miedo, como un niño, a tu cultura; no es con tu fuerza que ella se cambia sino con la Palabra de Dios. 

Fíjate en el número de las palabras “arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”. Hay más razones para destruir una cultura que para edificarla. El profeta tiene enfrente suyo cuatro sextos de su cultura para ser destruida y dos para edificarla. Algunas cosas pueden sobrevivir de una sociedad que ha abandonado a Dios, pero la mayoría tiene que ser arrancada y destruida.  

Cuando prediques la palabra y pides a los hombres que se conviertan puedes estar seguro que te acompaña un ejército invicto, porque la Palabra y el Espíritu son más que eso (Zacarías 4:6). Se podrá decir de ti como de aquel otro, "Atanasio contra el mundo" (vv.18,19). 

¿Están los ministros haciendo eso o procuran usar material cristiano para apuntalarla para que no se caiga, mejorarla para que no sea destruida, o peor, “mejorando” el cristianismo y la palabra de Dios para que él pueda sobrevivir en el desafío de ella? Eso es lo que parecen entender muchos consiervos que le tienen miedo a la cultura, profetas que ignoran el poder de la Palabra de Dios que es como un ejército, y atemorizados creen que el evangelicalismo no tiene futuro si no se acomoda a la cultura, se identifica con ella y “salva” a los pecadores con la anuencia y el permiso de ella. No obran sin su consentimiento. 

Han izado bandera blanca ante la sociedad y temen desafiar su filosofía y sus ciencias y esconden avergonzados la fe en Dios y en Jesucristo como un abuelo y un tío chapados a la antigua con los cuales no quieren que los relacionen. Entonces los visten de otro modo que parezcan más modernos para que no ofendan a nadie, no se sonrojen con sus públicas inmoralidades ni contesten a la lluvia de blasfemias contra los nombres de ellos que por cualquier motivo les cae encima, para que con ese silencio socarrón y una estúpida sonrisa les permitan tener un nombre dentro de ella, al menos como figuras muertas en los museos o en sus templos vacíos. 

Je. 1:17

“No temas delante de ellos o yo te infundiré temor delante de ellos”.

También se traduce no sea que yo te confunda delante de ellos. La palabra hebrea en ambos casos es la misma. Si tienes miedo predicarles más miedo te dará lo que ellos te van hacer.

Je. 1:18,19

"Pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo". Correrás riesgos y peligros pero eso nada más, te sacaré desde donde te pongan. ¡Avante! Uno tiene que predicar seguro que quien nos respalda es más poderoso que quien nos amenaza. Serás como una ciudad que no puede ser tomada. Una personalidad inexpugnable. Dios no nos ha dado “espíritu de cobardía sino de poder”.  Lo primero en el ministerio es no tener miedo, decirles a los pecadores en lo que andan y lo que les espera. Así fue Miqueas (Miq. 3:8).

 

Bien o mal hemos seguido detrás de Dios

Je. 2:2,3

“Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová”. ¿Has leído la historia de Israel en el desierto? Voy a recordarte sólo un episodio de los muchos parecidos que tuvo (Num. 14:11, 12). ¿No ves cómo Dios estuvo a punto de extinguirlo por malvado? Tiempo me faltaría para recordar las faltas de Coré y como lo defendieron contra Moisés y lo acusaron de haber abierto la tierra para tragarlo, lo mismo que a Datán y Abiram, las quejas por el maná y la falta de carne, por agua, por todo. ¿Y no recuerdas como se ensoberbecieron en Baal-peor, en Mara, como hicieron el becerro de oro, como murmuraban por todos y de todos? Cualquier historiador al leer esas cosas, esos libros históricos, se formaría una opinión bastante pobre de Israel; sin embargo, Dios recordando aquellos tiempos, habla como si hubieran sido tiempos mucho mejores de lo que fueron y habla de “la fidelidad de tu juventud”, “cuando andabas en pos de mí en el desierto”. ¿Es que le ha fallado la memoria a Dios? ¿Es que mira las cosas como quiere mirarlas ahora? ¿Su opinión no es faltar a la realidad de los hechos? ¿No es eso falsear la historia? ¿Es mentira? ¡Dios nos libre! No, no es mentira, es verdad, aunque nos parezca lo contrario. Es exactamente lo que pasa cuando un pecador es salvado, se usa tanta gracia, tanta misericordia con él, que la realidad humana de su vida, su realidad histórica es cambiada en la opinión de Dios. Eso son los efectos del perdón, las consecuencias del perdón, hace que Dios sustente una opinión distinta a la real, y más aún, que esa opinión se extienda hacia su pasado. ¡Maravillas de la gracia de Dios! Dios no sólo no tiene mala opinión de un pecador perdonado, sino que tiene buena opinión; lo malo que cometió ya no existe, mejor aún, nunca existió; y lo bueno que pudo haber hecho es solamente lo que queda en pie, lo que hizo en el Espíritu; lo de oro, plata, piedra preciosa, es lo que permanece. Sin embargo estrictamente Israel sí iba en pos de Jehová porque seguía a la columna de fuego y a la nube. Con muchos problemas, pero lo seguía. Oh Dios que mi mejor época de fidelidad esté en el presente y en el futuro, no atrás.

Je. 2:3

“Todos los que le devoraban eran culpables”. Vive una vida inocente ante Dios y todos los que te dañen serán culpables. 

Je. 2:4-7

“¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres que se alejaron de mí?” ¿Qué mal te hizo Dios para que le cambiaras? ¿No te hizo sólo bien? ¿Dijiste con verdad que la vida cristiana no vale la pena vivirla? Si así dijiste mentías y mal te iba; tu locura es lo que te ha impulsado a cambiarlo.

 

Copie textos bíblicos memorícelos y créalos

Je. 2:6-8

“Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? Y os introduje en tierra de abundancia, para que comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha”. 

Los que tenían la ley desconocían a Dios. Desde tiempo de Jeremías hasta Cristo y desde Cristo hasta ahora siempre ha habido teólogos inconversos, agnósticos, liberales y ahora postmodernistas, cuyos escritos y trabajos bíblicos reflejan la incredulidad y escepticismo que hay en sus corazones, y muestran que todavía no han podido llegar a creer todo el consejo de Dios. Conocen la Biblia pero no al Dios de la Biblia; él les continúa estando lejos y no se deja aprehender por ellos. Claro, no es de todos la fe y la Biblia no se cree simplemente leyéndola porque es una misericordia Suya otorgar la fe a los que la estudian. Si como literatura religiosa la información suministrara fe, como un ejercicio mental y de modo natural, no haría falta el Espíritu Santo para hallarla, y estuviera al alcance de todos, y eso no es cierto porque es un privilegio creer, otorgado a algunos. Cuando Cristo venga no hallará mucha fe en la tierra. Una persona puede pasar meses y años como profesor de Biblia y creyéndola a veces y a veces no. De aquí salen los inventores de herejías que ante la impotencia de enseñar con seguridad y convicción buscan otro camino y dar otras explicaciones que no requieran tanta fe y se puedan acomodar fácilmente a la razón. 

Examine el texto bíblico que he copiado. Los sacerdotes no intercedían a Dios por ellos y los escribas copiaban y leían la ley sin conocer al Dios de ella, ¿cómo puede usted teólogo, sacerdote, pastor, maestro, oficiar ante Jehová sin orar? ¿Cómo puede leer tantas veces la ley de Dios, copiarla, memorizarla y no conocerle? ¿Y escribir tantas veces el nombre sagrado, o reverenciar el tetragrama, sin genuino temor ni conocimiento? ¿No sabe que la llave del reino de los cielos es el conocimiento? (Lc.11:52). Debe poner atención a cómo oís para que sepa cómocree y cómo enseña (Lc.8:18). Usted puede conocer dónde habría de nacer el Mesías y no ir a adorarle (Mt. 2: 4-6), y en el mejor de los casos estar sólo cerca del reino de los cielos pero no dentro de él (Mr. 12: 28-34) porque continúa siendo “tardo para creer lo que los profetas han dicho” (Lc. 24: 25). 

 

Cisternas rotas

 

Je. 2:10-13

“¿Alguna nación ha cambiado sus dioses? Me dejaron a mí fuente de agua viva y cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua”. 

 

No, no han cambiado sus dioses, han aumentado el número de ellos, pero siguen sirviendo a sus ídolos. ¿Por qué? No les aprovechaba. Son inútiles deidades. Bárbaros. Tienen razón para dejarlos porque adoran a dioses severos y crueles, pero tienen una razón para no renunciar a sus cultos, que son como ellos, cometen los mismos pecados que ellos, no les piden que vivan santamente, se conforman con sacrificios y cultos públicos. Si Jehová fuera menos santo no lo dejarían. Dejaron lo real por lo mítico, la historia por las leyendas, el espíritu por la carne. Necios y miserables cambios. Dejaron un manantial de aguas frescas por una cisterna rota. Y todo para no aplicar a la verdad el oído y amontonarse conforme a sus concupiscencias (2 Ti. 4: 3). Y por demás decir que también son cisternas rotas que leen la Biblia, una manantial de gracia viva, oyen sermones repletos del Espíritu Santo y dichos de modo casi coloquial, que es la mejor forma de predicar, y no se les queda en la memoria ni una gota.

Je. 2:17, 18

“¿Qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo?”. Es mejor tomar estas palabras como profecía cumplida que como un aviso. No debieras estar ahí, pero estás allí castigado. Oh hombre cristiano, ¿por qué teniendo las nacionales aguas del río Jordán bebes aguas extrañas? No estás en el lugar correcto; vuelve de Babilonia, regresa de Egipto, arrepiéntete y vuélvete a tu tierra. Si has dejado al Señor estás fuera del lugar.

Je. 2:19

“Ve cuán malo y amargo es haber dejado a tu Dios, y faltar mi temor en ti”. Oh Señor, sí, aumenta tu temor en mí para que no peque contra ti. Es muy amargo el pecado. Si en un principio parece dulce luego se vuelve ajenjo. Las consecuencias enseñan. 

Je. 2:20 

“Desde muy atrás rompiste tu yugo y sus ataduras y dijiste: No serviré”. Desde muy atrás (v. 32), hace muchos años que planeaste y empezaste a negarme; de la apostasía al castigo ha pasado mucho tiempo, el principio de tus pecados es muy viejo. El espacio que ha habido desde que rompiste tus compromisos conmigo y tu actual situación ha sido bien largo, te lo di para que te arrepintieras, pero lo usaste para afirmar tu pecado y te empeoraste. 

Je. 2:21

“Te me has vuelto sarmiento de vid extraña”. "El trabajo que he hecho contigo ha dado resultado opuesto como si no te hubiera instruido en nada".

Je. 2:22

“Aunque te laves con jabón la mancha de tu pecado permanecerá”. No trates de lavarte con otros medios que no sean con Espíritu Santo y Biblia, cuya limpieza es arrepentimiento y fe. Aunque ellos no estaban tratando de limpiarse; lo que quiere decirle es que el tiempo no ha borrado sus pecados; que no hayas sido castigado no quiere decir que no lo haré. Lávate en mi palabra pueblo mío y en “la sangre rociada” “límpiate con hisopo” y yo te perdonaré, te ofrezco perdón antes que actúes. Enmendarte es todo lo que Dios pide. Cambia. Transformación. Dos textos para reflexionar reverentemente (Mt. 23:27; 2 Pe. 2:22).

Je. 2:23-25

“¿Cómo puedes decir: No soy inmunda (¿nunca?), mira tu proceder, conoce lo que has hecho, acostumbrada a tu lujuria?”. ¿Cómo puedes negar que no hayas pecado si estás pecando? ¿Cómo decir que no eres inmunda si vas tras las inmundicias? ¿No has sido lujuríos o? Como con impulso sexual has ido tras otras religiones y dejaste la tuya. Y ¿qué has dicho hasta ahora? "No hay remedio, esa es la religión que escogemos, esos los pecados que hemos seleccionado porque nos gustan, la forma de vida que preferimos; exhortarnos es inútil, nuestros deseos son mayores que tus palabras, hemos determinado no hacerles caso, callen y déjennos vivir impíamente” (v. 35). Semejante obstinación no te aprovecha. Si dices que no has pecado, mientes (1 Jn. 1:8).

Je. 2:29

“¿Por qué porfías conmigo?”. En español suena bonito pero la palabra significa luchar, discutir, entrar en controversia y pelear. No hay razón para eso, oh Israel.

 

A qué llamas libertad

Je. 2:31

“¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?”, o “vaguemos y no vendremos a ti”. ¿Cómo puede el diablo meterte en tu cabeza que si dejas al Señor entonces serás verdaderamente libre? ¿Eras libre cuando conociste sus caminos? Esa es una de las malas ideas que el diablo se encarga de meter por medio de alguien en el corazón del santo y fiel para que apostate, “les prometen libertad” (2 Pe. 2:19) ¿Qué idea es esa, que las operaciones del Espíritu Santo dentro de tu corazón te hayan hecho un esclavo? Esclavos son aquellos que exponen sus miembros a la iniquidad y viven la vida entera sujetos a vicios y defectos espirituales (Ro. 6:15-20). Pero tú que has recibido las bendiciones de Cristo por medio de su Espíritu no eres esclavo sino libre, el perdón ha obrado la maravillosa liberación que ahora disfrutas. El llamado de la carne no es a libertad sino a corrupción.

¿Cómo podrás hablar de forma tan bárbara de tu libertador y querer retornar al fango de donde te sacó? ¿Te consideras un esclavo en Cristo porque su gracia perseverante no te ha permitido el pecado? Con desafuero y sin vergüenza te hubieras entregado a una vida licenciosa, a la lujuria, si  no lo hubiera Dios impedido; ¿y llamas a ese favor esclavitud? Si esa idea loca te la han metido en tu corazón, lee los siguientes textos y luego arrodíllate pidiendo perdón por tu ingratitud y por ofender a quien tan amorosamente se ha opuesto a que regreses como el perro, a tu vómito (Sal. 2: 1-3; Jn. 8:31-36; 2 Co. 3:17). 

Je. 2:32

"Mi pueblo sea olvidado de mi por innumerables días". Tu deserción de cristiano es ya vieja ¿hasta cuándo estarás sin volver al punto donde te apartaste? No sumes más días a tus apostasías.

Je. 2:33

“¿Por qué adornas tu camino para hallar amor?”. No exactamente adornarlo sino prepararlo, podarlo, hacerlo bonito, feliz o exitoso, para dar una buena impresión.

 

No des tantas vueltas sin darlas con Dios

Je. 2:36,37

“¿Para qué discurres tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. También de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos”. La palabra discurres en el original lo que significa es ir, y por implicación de un lado para otro, y eso está de acuerdo con dos palabras más que aparecen en el texto, cambiando, que literalmente significa duplicar o transmutar, en relación con la política, el país, buscando alternativas en otros menos en Dios; y la otra palabra con la cual está de acuerdo es prosperar, que literalmente significa empujar hacia delante o prosperidad, porque, ¿quién puede prosperar sin empujar con fuerza?; de todos modos la idea profética es que los gobernantes discurrían pensando que si cambiaban, si hacían cambios, dejando a Dios fuera iban a prosperar, pero ese no fue el caso. Es cierto que si uno hace algunos cambios pudiera mejorar, siempre y cuando sea una transformación de gloria en gloria (2 Co. 3:18), que conlleve una mejor relación con Dios; entonces los cambios son recomendables, cuando los cambios son equivalentes a arrepentimiento, a conversión, a un acercamiento al Señor, a mejorar la oración y la lectura de la Biblia.  Si Dios te dice que no prosperarás en tal camino, no lo tomes, ya estás avisado que lo lamentarás. Únete a gente que te haga prosperar en el Señor. Ya has dado demasiadas vueltas y no has encontrado tu verdadera vocación, tu verdadero hogar, tu Destino, porque has dado vueltas sin Dios, sin su cooperación.

Je. 3:4

"¿No me llamarás guiador de mi juventud?". Aunque el Señor entre tarde en tu vida, déjate salvar; con el Dios que te divorciaste hace años vuélvete a casar. Ahora que peinas canas ¿no te acuerdas como te guio en tus años mozos? El Dios que te ayudó a no vivir sometido a pasiones juveniles, que le dio provecho a tu juventud de modo que no la desperdiciaste, y por ese motivo eres bienaventurado como el varón del salmo uno. Señor, tengo buenos recuerdos de mi juventud. Recuerdo mi conversión, los días de mi primer amor, de mis sueños contigo, de mi llamamiento a servirte, cuando amé tu Palabra, cuando empezó mi fe, de cuando conocí la iglesia, a mi mujer, cuando nacieron mis hijos. Los primeros pasos contigo fueron bonitos. Tú eres el Dios de mi juventud. 

 

Pudimos ser peores

Je. 3:5

"Has hecho cuantas maldades pudiste". 

¿Todas las maldades que pude hacer, que se me ocurrieron y que me imaginé? Tú sabes Señor lo fértil que es mi imaginación y lo loco que es mi corazón. No sólo, si pudiera, lo ingresara en  un manicomio sino en una cárcel, por desquiciado y licencioso, libertino y lujuríos o.

Este texto puede traducirse "todo lo que tu voluntad quiso" "lo que fuiste capaz, lo que podrías haber hecho". Nunca hemos llegado hacer todo lo malo que hubiéramos podido, a no ser que nos “entregue a una mente reprobada”; somos “prisioneros de esperanza” (Zacarías 9:12); estamos presos en la gracia. Dios nos ha restringido, nos ha obstaculizado y nos han salido mal los planes para pecar; por tanto  adoro su fidelidad, aunque yo haya sido infiel, bendigo su gracia perseverante que me hace perseverar en la gracia y “una vez en ella siempre en ella”, y confieso admirado como el vidente de Patmos, que "la salvación pertenece al que está sentado en el trono y al Cordero". Si Dios nos hubiera abandonado a nuestras locas decisiones el poder del pecado nos hubiera impulsado más lejos que donde hemos llegado, hubiéramos caído más lejos, más estrepitosa nuestra caída y un consecuente mayor escándalo. Nuestras pérdidas hubieran sido mayores y nuestro endurecimiento y sordera perennes. ¿No es cierto? Nuestras apostasías tienen un bendito límite. Oh Dios interponte cuando haga falta. Pudimos ser peores de lo que fuimos si no fue por la gracia de Dios, y su súbita intervención. Cosas de las cuales hoy nos avergonzamos (Ro.6:21). ¡Aleluya! 

Je. 3:6

"Me dijo Jehová en días del rey Josías". Cuando lees las Crónicas o los libros de los Reyes pudieras quedar admirado y complacido con las reformas de Josías, pero no así el profeta que teológicamente está alentando esas reformas. El Señor sabía que las reformas no llegaban hasta donde debían. 

Je. 3:7

“Dije: Después que haya hecho todas estas cosas se volverá a mí”. ¿Sí? Pues no se volvieron. Dios habla como si no tuviera ninguno de los atributos divinos y negara las doctrinas de la gracia en la salvación, como si no fuera omnisciente y eterno y desconociera el corazón humano y las acciones de los hombres antes que las cometan y desconociera que el alma humana es perversa y le estuviera oculto el futuro de los hombres. No es así. Dios sabe todo eso pero habla en forma humana por “nuestra humana debilidad”. La idea es como si se hubiera hecho falsas esperanzas con su pueblo y que el pecado mismo les hiciera decidir abandonarlo (v.19).

 

Se separa del pecado, pero continúa amándolo 

Je. 3:9

“Y por juzgar ella cosa liviana su fornicación (pecado) la tierra será contaminada”. Judá juzgó livianamente sus pecados. La palabra liviandad significa un llamado o un ruido alto, por implicación un escándalo, un alboroto; pero ya eso excede al contexto. Juzgaron “cosa liviana su fornicación” o idolatría y no le dieron importancia a lo malo que estaban haciendo. Judá falló en el juicio de su pecado y eso es indicador de una incapacidad moral que todo hombre tiene, sin el Espíritu Santo, que le impide mirar y pesar las situaciones en su profundidad. 

En el corazón sin la gracia de Cristo lo que hay es amor hacia el pecado y ese enamoramiento lo ciega y esconde la gravedad de sus transgresiones impidiéndole verlo con objetividad. El pecado es un “misterio de iniquidad” y, como se dice en Gálatas, fascina, hechiza, embruja los ojos de una persona y la hipnotiza. Son esas simpatías hacia el pecado las que hay que romper para recuperar la habilidad de mirar las cosas sin distorsionarlas, el ojo tiene que estar lleno de luz. Por ninguna parte dentro del corazón se pueden hallar fuerzas para condenar el pecado propio; aunque generalmente sí el ajeno. 

Por ende, el aborrecimiento del pecado no es una facultad natural que brota espontáneamente o pueda ser inducida con los pensamientos de una firme resolución. Los hombres no dejan fácil el pecado aunque  se los pidamos. Uno puede alejarse del pecado y continuar amándolo. Es Dios y nadie más quien por “la riqueza de su benignidad conduce al arrepentimiento” (Ro.2:4). Cuando le decimos “arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados” le estamos pidiendo que le de importancia espiritual a sus  a sus pecados, algo que es imposible pero que tiene el deber de hacer y no el poder para hacerlo, si no es por la riqueza de la benignidad del Señor. Cuando un hombre natural oye, por supuesto, indiferente, sobre el arrepentimiento piensa que eso se aplica a otros pero no a él porque la dichosa sociedad le ha mentido sobre su autoestima, y cree que no tiene nada de qué arrepentirse.

¿Has leído cómo reaccionó David cuando oyó del profeta la imaginaria historia de un pastor y su sola oveja? (2 Sa. 12:5-7) Sin embargo, él era aquel hombre. Oyó el sermón del profeta y pensó que se refería a otra persona y que Dios no le estaba hablando a él. ¡En ninguna manera él podría ser la clase de persona que la Palabra de Dios le decía! Eso tiene que ser un mensaje de neuróticos. El hombre no se acostumbra mirarse como Dios lo mire, y no puede creer que no sea tan bueno sino tan malo. Piensa que tal vez Dios habla de otro. “Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia. Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre”. 

El corazón humano es engañoso y puede ver fácil los errores y “metedura de pata” de otros pero no sus propias faltas. Los pecados ajenos nos escandalizan, oímos de ellos y ponemos el grito en el cielo, hacemos “un ruido muy alto”, que es lo que el Señor dice, y pensamos que se ha dado un escándalo. Sin embargo, como Judá, juzgamos nuestra falta como cosa liviana, aunque Dios le llame abuso de poder, codicia, lujuria, homicidio, idolatría o fornicación. 

Je. 3:10

"Aparentó haberme creído, convertido, quitó algunos ídolos, limpio la fachada, pero fingidamente”. Señor ayúdame a volverme de corazón a ti.

 

 

Je. 3:11

“Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación con la desleal Judá”. Sí, eres justo, pero en comparación con otras personas que son más pecadoras que tú, tienen una mayor cantidad de incredulidad, de vicios, etc., pero eso no quiere decir que eres realmente justo, sino que tu justicia sirve para juzgar el estado moral de otra persona. Se te toma como punto de referencia, pero no quiere decir que eres salvo porque otros cometen más pecados que tú, o los que tú no cometes. Eres mejor pero no cristiano. 

Esto lo dice el Señor para resaltar el pecado de Judá comparándola con Israel. Pero observa los calificativos que hay delante de cada nombre y dime si alguien siendo así podrá heredar la vida eterna.  Israel es “rebelde” y Judá “desleal”. ¿Crees que siendo rebelde al Señor, aunque no fueras idólatra, ni ladrón, ni injusto, podrás ser salvo? Si eres rebelde eres desobediente, y significa que te endureces delante de la palabra de Dios, que no eres humilde ni tiemblas cuando la oyes. Si eres rebelde has desechado una y otra exhortación y eso implica que tampoco te has arrepentido

Je. 3:14

“Os tomaré uno de cada ciudad y dos de cada familia y os llevaré a Sion”. ¿Son pocos los que se salvan? (Lc. 13:23,24). ¿No dice Apocalipsis que son millones de millones? Pero en comparación pocos. ¿No es él poderoso para salvar? ¿No es la puerta de la perdición más ancha que la estrecha de la salvación y pocos los que la hallan? Aunque quisiéramos que no fueran pocos, los son. Dios salva a quien quiere y cuando lo quiere. El número de los elegidos, uno o dos, los escoge él. La elección por gracia es un privilegio. Inestimable. Uno es tomado y otro es dejado. Los misioneros salvan algunos.

 

La unificación de Israel

Je. 3:14-18

“Os daré pastores según mi corazón. No se acordarán más del arca ni la echarán de menos, ni se hará otra. Ni andarán más tras la dureza de su corazón”. Los gobernantes eran esos pastores que gobernarían su iglesia conforme a su voluntad. En cuanto a la unificación de Israel y Judá.  Hay varias interpretaciones. Que trata sobre el panorama que habrá con las dos tribus unidas en una al regreso de Babilonia (Calvino). Que es el reino de Cristo, y hasta ¡el período milenial! (McArthur). Algo de eso ocurrió cuando los judíos se fundieron con los sobrevivientes de Israel, cuando regresaron de la deportación, pero esa bendición tiene lugar sólo bajo el evangelio de Cristo. Serían tiempos maravillosos donde el muro de separación sería quitado, donde no existirían más dos naciones, ni norte ni sur, ni este ni oeste, sino un cuerpo, un Señor y un Espíritu; sin barreras ni fronteras establecidas por desconocimientos o intereses personales; el conocimiento de Cristo hará esa maravilla y el pueblo cristiano no estará más fracturado por tantas denominaciones sino que formarán un solo país y a Cristo como Rey. El trono de Jehová ahora es la iglesia judeo-gentil; y ese conocimiento de olor de vida en Cristo hará un gran cambio de corazón, especialmente sobre “la dureza” del mismo, cuyas traducciones pudieran ser “torceduras” del corazón, “imaginaciones” del corazón y “deseos” del corazón. Esa es una parte. La otra, se sacará afuera la maldad, que es un resumen de las condiciones anteriores. 

Je. 3:22

“Convertíos hijos rebeldes y sanaré vuestras rebeliones”; nota que la rebelión contra Dios es una enfermedad espiritual. Mejor que rebelión es traducir apostasía, la apostasía es una enfermedad. Oh Señor, conviértenos a ti.

Je. 3: 22-25 

“Desde nuestra juventud no hemos escuchado la voz de nuestro Dios”. Un terrible período de remordimiento seguirá al juicio de Dios; resultados amargos, correctas conclusiones. Señor haz que no sucedan esas cosas y que nos convirtamos antes.

Je. 4:1,2

“Y no anduvieres de acá para allá”. Quiere decir que si no vagan más y son recogidos en su tierra, y si dieren un gran testimonio de fidelidad a Jehová, entonces y sólo entonces las naciones del mundo se convertirán, o como dice el texto, llegarán a ser la bendición que siempre han anhelado ser. Los que dejan al Señor andan "de acá para allá" o “vacilan” como también se traduce, y los que andan así andan probando esto y lo otro, insatisfechos e inconformes. El mundo necesita para su bendición de la fidelidad de la iglesia (v.2).

Je. 4: 3

“Circuncidaos y quitad el prepucio de vuestro corazón”. Aquí Dios está pidiendo a gritos una conversión desde su justicia, entre su justicia. Con similar vocabulario e intención se expresa Pablo en Ro. 2:25-29. ¿Para qué sembrar entre espinos si ahogarán la semilla? Arranca los espinos, limpia el campo, luego ara y deposita la semilla. Quita de ti el mal, y arranca los malos hábitos, arrepiéntete y cree la Palabra. Es una Palabra para la sincera conversión.

Je. 4:7,8

“El destruidor de las naciones está en marcha”. Tienes algún tiempo antes que el juicio te alcance; aunque esté en marcha el proceso de tu destrucción, huye a Cristo, que en él lo detendrás. Pon tú en marcha tu santificación, tu conversión, pon en marcha reformas y tu cristianismo.

 

No piensen que la fe es una gran estafa

Je. 4:10

“En gran manera habéis engañado a este pueblo”. 

Las promesas de Dios no son una estafa. La gran mayoría de los comentaristas adscriben estas palabras a los falsos profetas que le prometieron en nombre de Jehová paz a su pueblo y no la tuvieron (5:12;14:13; 1 Re. 22:23; Eze. 14:9). Quizás tengan razón pero yo también sé que hay muchas promesas que hubiéramos podido alcanzar y no las obtuvimos no porque Dios nos haya engañado sino porque fuimos infieles antes que ellas se cumplieran y que estando tristes y decepcionados con lo ocurrido nos ha parecido, y francamente le hemos dicho a Dios, o lo hemos pensado dudando, que nos ha engañado, que esas bellas promesas fueron todas una ilusión. 

Todas las promesas de salvación son sí en Cristo, pero hay otras que las cumple y distribuye la providencia y que quedan dependientes de que vivamos convirtiéndonos a él. Él ha prometido vida eterna, es imposible que Dios mienta (Tito 1:1). 

A menudo los sueños de un pastor con su iglesia, sus oraciones por ella dan al traste con los logros obtenidos y las promesas bíblicas que han alentado su labor y fe: Ver en su congregación cumplidas las promesas de Dios, y sin embargo ha contemplado decepcionado que sólo unas pocas de ellas han sido cumplidas por Dios, por un tiempo y no perennemente y el resto tampoco. Sus sueños con la iglesia no se han cumplido, ella no ha sido lo que él quería. Entonces se acusa a sí mismo de no haber alcanzado mejores logros y pone en tela de juicio su propia fe en la Palabra de Dios a quien acusa de no haberlo asistido, que no cooperó con sus sueños ni apoyó sus promesas, sin darse cuenta que Dios no está comprometido con nuestros sueños y ambiciones sino con su propósito.

¿Tú crees que Dios te ha engañado, profeta, porque no te dio el bien que te prometió, que no cumplió su promesa y te ha ido mal y no bien? Hay condiciones de la paz (Lc. 14:32). Tal parece que has querido, digo con buenas intenciones, que Dios cumpla sus promesas sea como sea. Y no es así. El Señor les pidió que se convirtieran teniendo fe en ellas y no lo hicieron, por lo tanto las promesas no pudieron alcanzarlas, la paz que les ofreció no llegó y la culpa la tienen ellos y no Dios. Ni tú. No alcanzan lo que Dios les promete porque no mejoran espiritualmente sino que son peores. Y tú no conoces el corazón de ellos como Dios. Quieren que Dios les cumpla su palabra sin condiciones, sean ellos como sean, ya fieles o rebeldes, pecando o siendo santos, obedientes o desobedientes. 

Dile a tu pueblo que no pueden recibir las promesas que le lees si no mejoran espiritualmente y que si luego Dios no cumple los mensajes inspirados que les diste no piensen que la fe es una gran estafa ni pierdan su fe en la Biblia y en lo que en ella está escrito porque aunque hiciste todo lo posible por mejorarlos, no pudiste, y que el fracaso de ellos y tuyo no es por tu culpa sino porque tuvieron en poco lo que les decías, y Dios no los engañó ni tú tampoco. 

 

Je. 4:14

“Lava tu corazón de maldad, Jerusalén, para que seas salva”. Sólo te pide que laves tu corazón porque sin santidad nadie verá a Dios. Señor ¿Qué hago con los pensamientos de iniquidad que sin permiso cruzan por mi mente? Huir de ellos no puedo, aceptarlos no quiero. Me hacen llorar. Suspiro por la santidad que no puedo alcanzar. Una cosa he podido por tu gracia: no ponerlos por obra y como entraron sin mi permiso, esos invasores con los cuales no acepté dialogar, el trato con indiferencia los debilite y se esfumen. Los combatiré no haciéndoles caso en la gracia, porque de otro modo la insistencia y la desesperación por echarlos los confirma (Ro. 13: 14).

Je. 4:18

“Tu camino y tus obras te hicieron esto”. Échale la culpa de tu fatalidad a tu pecado, no busques otras explicaciones. Cuenta tus lágrimas y los pecados que por ella viertes. 

Je. 4: 22

“Porque mi pueblo es necio, no me conocieron”. No entienden el mensaje de Dios pero sí como pecar. Son inteligentes para hacer el mal y para planearlo. Pueden conseguir con pecados lo que desean.

Je. 4: 23-26

Nota cuántas veces dice "miré" en visión el "vidente"; cuatro veces el profeta veía el futuro, el peligro, y le pedía al pueblo que se arrepintiera. Todos los cristianos debiéramos ser un poco videntes y mirar el futuro, calcular las consecuencias de nuestros actos, hacia dónde se dirigen nuestros pasos, nuestras palabras qué marcas dejarán, para retroceder a tiempo o avanzar por el buen camino. Mira todo lo distante que puedas, y sobre todo camina como viendo al Invisible.

Je. 4: 30

“Y tú, destruida, ¿qué harás?”.Si el pecado te destruye, si Dios te destruye, si ganas el mundo y destruyes tu alma ¿qué harás? No podrás recuperarte, llorarás y gemirás. Tú eres quien tienes que destruir el pecado (Ga. 2:18).

Je. 5:1-3

“Buscad en sus plazas a ver si hay algún hombre”. Un examen parecido a éste se le hizo a Abraham (Ge. 18:28-32). Y esto sobre una ciudad; el mismo resultado se obtendrá si se escruta el mundo (Ro. 3:10-12).

Je. 5:3

“Los azotaste y no les dolió”. Resistieron el castigo. ¿No les dolió? De que les dolió sí les dolió, pero lo dice porque no les importó lo que sufrieron, y les dolió mucho. Cuando Dios castiga duele pero no extermina. Pero reduce mucho. 

Je.5:1-5

“Si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; yo la perdonaré”. Están todos locos revelándose contra Dios y en su búsqueda dijo "busqué entre los pequeños y los ignorantes y los hallé idiotas, fui a los grandes y todos quebrantaron el pacto, la sociedad de abajo arriba era desobediente". Israel como nación no podía ser una iglesia y tratada como el cuerpo de Cristo. Buscó el Señor y no encontró justo ni siquiera uno (Ro. 3:10).

Je.5:6

“Se han aumentado sus deslealtades” o “son numerosas sus apostasías”; la palabra hebrea lo que significa es eso. Los pecados siempre son muchos, no sé quién es el que peca poco; nuestras revueltas son muchas y las negaciones de Dios numerosas.

Je.5:7

“Y juraron por lo que no es Dios”. El juramento es una práctica religiosa, una confesión de Dios, una declaración teológica, una forma de aplicar a Dios en todos los niveles de la sociedad y traer a la memoria sus leyes; por el abuso de esta confesión teológica el Señor prefirió prohibirlo (Mt. 5:34).

Je.5:8

“Cada cual relinchaba detrás de la mujer de su prójimo”. Sentimientos e impulsos equinos; animalescos. Adulterio e infidelidad conyugal. 

Je.5:7-9

“¿De una nación como ésta no se había de vengar mi alma?”. Estos mismos son los del vv. 2, 5. No hay relación entre la moral de ellos y la religión; con el nombre de Dios en los labios y Satanás en el cuerpo. ¿Cómo una nación con un Dios como Jehová y con mandamientos como los suyos? (Dt. 4: 7-9). ¿Qué nación tiene una revelación así y con la cual ha tenido tanta misericordia?

 

Nos quedamos sin almenas, pero con toda la vocación 

Je.5:10

“Escalad sus muros y destruid, pero no del todo, quitad las almenas de sus muros porque no son de Jehová”. Es orden de Jehová. No haya una “destrucción total” (v.18). “Vayan contra ella y tómenla por asalto” pero añade como una consolación “no del todo”, “no acaben con ella, dejen unos cuantos vivos, un remanente escogido, una raíz de donde salgan nuevas ramas en el futuro”. En cuanto a las almenas que ordena arrancar, parecen ser las del templo o de las murallas, o quizás “las ramas de la vid” que ya no pertenecen al Señor. Nota esas dos cosas opuestas, la misericordia, “no del todo”, dejen algo, y la justicia, “quitad las almenas porque no son de Jehová”. Gracias Señor por esa frase “no del todo”. Me gusta, la amo, me vuelve más piadoso y agradecido porque eso me ha permitido siempre la recuperación, de lo poquito que me han dejado volver a empezar y recuperar algunas cosas. El daño a veces ha sido grande pero no me ha aniquilado, no lo perdí todo, me quedó algo de fe, una parte de mi testimonio y todo mi llamamiento. En cuanto a las almenas no las pude recuperar, y después pienso que ya no tengo motivo de orgullo, por ella subió el Señor y las echaron abajo. Por mucho tiempo fui un templo sin almenas (Mt. 4:5), como una casa regular, sin embargo, por causa del despiadado ataque diabólico, Dios me ha hecho una casa espiritual (1 Pe. 2:5), sin justicia propia y para santificación, sin una ininterrumpida historia de fidelidad, pero llena de abundante gracia. Doloroso fue un amén, pero lo dije.

 

 

 

Tienen ganas que no haya Dios

Je. 5: 12

“Negaron a Jehová y dijeron: Él no es”. 

¿Judíos ateos? ¿Descendientes del padre de la fe que no crean en el Dios de Abram, Isaac, Jacob y los profetas? No creían en la existencia de Dios por cuanto negaban que hubiera una providencia que gobernara todas las cosas, que guiara los destinos del mundo e interviniera en la vida y suerte de cada persona. Se imaginan que nada les ocurrirá porque no hay Nada.  El texto del profeta en buena traducción quiere decir que no existe, que son embustes las profecías. Oh pueblo arrogante, ¿cómo no puedes creer en Dios, con tantas evidencias y revelación? A ti nada más te ha demostrado que él existe, que es el que Soy, los de otras culturas son pamplinas (Ex. 3:14; Dt. 32:39). Si no hay Jehová no hay Jesús, entonces no hay nada que hacer con el desesperado caso humano.  

Y negando la providencia negaban la inspiración de la Biblia, negando que El haya hablado por los profetas o apóstoles es una forma de negar la existencia de Dios porque afirmando que las profecías y los evangelios son inventados se niega la existencia de Dios. ¿Cómo puedes ser tan necio para decir en tu corazón no hay Dios? (Sal. 14:1). No hay un pueblo tan incrédulo en el mundo como ése que dude de pruebas indubitables (He. 1:3).

Pero ha quedado un pueblo escogido. Si la mayoría de esos políticos patriotas no son creyentes en Dios sino en el dinero y en su tierra, Dios se ha reservado un remanente elegido por gracia que sí cree y da honor a Jehová y a la historia de la revelación, aceptando al judío Jesús de Nazaret como el legítimo Mesías, Hijo de Dios y el Salvador del mundo. 

A todos los demás pueblos ha dejado en la oscuridad, y tuvieron que inventarse sus religiones con sus dioses y supersticiones porque no les llegó la luz de Dios. Las religiones y filosofías vienen de todas partes, pero la salvación sólo viene de los judíos (Jn. 4:22). El ateísmo judío pasma y dan ganas de llorar como lloró Jeremías en Anatot y Jesús sobre las rocas de Jerusalén. Si no hay Jehová somos los más dignos de conmiseración de todos los pueblos porque sólo hemos esperado en él. De verdad que hay que tener ganas que no haya Dios para negar que haya Jehová. Hay que tener ganas de vivir sin Dios. 

                       

Je.5:14

“Pongo mis palabras en tu boca por fuego y este pueblo por madera”. Ojalá hubiera sido el fuego de su llamamiento que lo tenía metido en sus huesos (20:9), que lo incitaba a persistir, pero no se trata de palabras de avivamiento para bien sino de justicia para destrucción.

Je.5:19 

“¿Por qué Dios hizo con nosotros todo esto?”. ¿Por qué? ¿Has olvidado como lo dejaste y lo negaste? No sin causa te han pasado; ahora es tu Dios pero en aquel entonces no lo era; o mejor dicho no lo tenías como tu Dios y vivías de espalda a él. No quieres darte una explicación teológica a tus infortunios. Sé sincero con tus hijos y dales esa explicación. Enséñalos a ser fieles por tus caídas. 

Je.5:21-24

“Pueblo necio y sin corazón”. ¿Qué tienes ahí dentro de tu pecho? ¿Un hueco? ¿Una piedra que no late para Dios pero sí palpita para todo deseo pecaminoso y de amor por este mundo? Ponte un corazón nuevo, saca ese viejo corazón empedernido afuera y échalo, cámbialo por otro que te de Dios. Ten fe en Dios como Creador, témele al reflexionar en su "eterno poder y deidad" (Ro. 1:20. Piensa en las bendiciones que como Creador te da y no te prives de ellas.

Je.5:23

“Se ha apartado y se han ido” o “se apartaron y se fueron”, y lo dice Pablo “todos se desviaron, a una se hicieron inútiles”. El que se desvía se hace inútil. En el orden que indica el texto, primero se apartan del Señor y luego se van de la iglesia. No es buscar el regreso a la iglesia lo primero sino el retorno a Dios. El irse es el síntoma, el apartarse de Dios la causa.

Je.5:24

“Temamos al Señor que nos da la lluvia temprana y la tardía”; las estaciones del año y como lo ha reglamentado con ellas viene lo que él ha dispuesto. No son causas naturales sino hechos divinos. Llueve porque Dios quiere, nieva porque él lo hace. Las leyes de la naturaleza son la voluntad de Dios en acción. Así es Dios. ¡Eh ciego! ¿Ve usted sólo leyes y no deidad? Abra los ojos y pregúntese porqué ellas existen. ¿Concibe la Tierra funcionando sin que haya un Legislador?

Je.5:25

“Vuestras iniquidades han estorbado”. No busques otras explicaciones a tus desgracias, es que trajiste el pecado a tu vida, extendiste tu mano al mal y lo asiste, déjalo y te restaurará con bendiciones.

Je.5:27-29

“Así se hicieron grandes y ricos”. Si piensas que a Dios no le importa la forma en que ganas dinero te equivocas, un día tendrás que pagar con sufrimientos el dinero mal adquirido.

 

La alianza entre teólogos y pastores

Je. 5:30,31

“Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?”.

La alianza perversa entre profetas y sacerdotes corruptos, la catastrófica unión entre los que representaban la voz divina y los que la ejecutaban dentro de la religión, en las ceremonias de salvación; cosa fea era esa, o más bien, terrible. Los profetas, que eran los teólogos de ese momento debían haber provisto una teología sana para la iglesia, pero lo que hicieron fue negociar la palabra de Dios para hacer firme el engaño de las multitudes por medio de los sacerdotes. Y ¿qué decían aquellos profetas? Le decían al pueblo que no se preocuparan por las consecuencias de sus pecados que todo iría bien, no saldrían cautivos a Babilonia y seguirían prosperando. Eran mentiras. Y los sacerdotes o príncipes les creían y seguían, y oficiaban con lo que les decían la supuesta voz de Dios y transmitían al pueblo una falsa seguridad por la cual vivían sin preocupaciones espirituales de ningún tipo, haciéndole ningún caso a los auténticos profetas, que, de mal gusto para ellos, les pronosticaban un irreparable derrumbe. La gente ni pensaba en castigos por el pecado porque la alianza entre teólogos y pastores les borraban de la mente cualquier inquietud. Se separaban de la ley de Dios, no les importaba leerla ni oírla porque sermones mejores, positivos y optimistas escuchaban en los púlpitos de los secuestrados por sus ambiciones de gloria y dinero, les decían lo que ellos querían oír. Ahí lo dice bien claro el texto “y el pueblo así lo quiso”. 

David Wells en dice en su libro El Coraje de ser Protestante: “Evangélicos que viven ‘sola cultura’ y creen que es sola scriptura” (pag. 4). “Christianity Today, no se dirige por una convicción teológica sino por los aires de los tiempos” (pags.6,8). Hablando sobre los cambios que han ocurrido dentro del mundo cristiano, dice “…estos cambios nunca hubieran ocurrido si hubieran pensando en términos doctrinales” (pag.11). La doctrina es lo único que garantiza que los cambios sean buenos.

“La iglesia se anuncia como un lugar donde usted encontrará ‘música alta’ y ‘servicios cortos’ con una “atmósfera relajada’ y a la vez quiere que creamos que nos está ofreciendo una ‘fe seria’” (pag.14). O sea, que la fe ha perdido su seriedad, ahora es jocosa, baila, se ríe, hace chistes, y ¡asómbrese!, “salva”. ¡Ay de los teólogos vendidos a los pecados de la modernidad y del postmodernismo! Te han enseñado mal, has tenido maestros mentirosos que te han profetizado mentiras. ¿Te da igual ir a cualquier iglesia? ¿Cree, cómodamente, lo que quieras, a tu manera? Entonces ¿qué harás cuando llegue tu fin? ¿Cuándo tengas que ir al tribunal de Cristo? ¿De qué sirve tu teología a tu fe? ¿Acudirás a esos teólogos vendidos al postmodernismo para que defiendan tus creencias y vida? ¿Podrás evitar que Dios te juzgue?

Je. 6:2

“Destruiré a la bella y delicada hija de Sión”. Bella y pecaminosa; no le hagas caso a sus maneras finas y a su radiante rostro porque por dentro suyo está llena de desobediencia (vv. 6-8). Con esas cortesías y risas te enamora, huye.

Je. 6:4-5

“Va cayendo ya el día”. El día declina, el tiempo se te va acabando, ya te queda poco y no oyes mis palabras para arrepentirte; no te imaginas que el mal lo tengas tan cerca. Teniendo el juicio de Dios tan cerca ¿por qué no huyes? (v.1) Va cayendo el día también cuando van cayendo los años y se acerca el fin. Ya los ojos no ven igual que al mediodía de la juventud. La adultez es la tarde y la noche senectud (Ge.27:1).

Je. 6:6-8

“Y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia”. Dios no quiere habitar entre tanto pecado; sigue su consejo y corrígete para la obediencia, reforma los tribunales, captura a tus ladrones, cura las enfermedades morales de la población, recupera tu salud bíblica. “Todo dentro de ella es opresión” (v.6). Bastante tiempo has habitado entre esas cosas y ya mi Espíritu no las soporta más. Oh Señor quizás es mucho lo que pides pero si ellos comenzaran a corregirse, si dieran alguna señal de que quieren, aunque no fuera un arrepentimiento tan profundo o extenso, tú dilatarías el castigo. Les darías tiempo para reformas.

Je. 6:9-10

“La palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman”; o no se deleitan en ella, no están inclinados a ella y no la desean. No Señor, no hay justo ni aun uno, nadie tiene interés en tu palabra porque no les hablas de las cosas de este mundo (1 Jn. 4:5, 6). Es “cosa vergonzosa”, o “un reproche” “dura, desgracia, reprensión”, y por eso no la aman. Tu palabra les dice la verdad, no los lisonjea. Ver Jn. 6:60.  Se interesan sólo cuando les hablas de la familia, el dinero, etcétera., pero lo más importante, la salvación de ella no se interesan (He. 6:9); y sin embargo es lo más importante (He. 6: 9), ni quieren huir de la idolatría, de la fornicación y de la ira venidera, no quieren oír del perdón, redención o nuevo nacimiento.

Je. 6:11

“Estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme”. Los sentimientos y la ira de Jehová y de Jeremías se confunden en uno, hablan de lo mismo. Esto también pasa en los Evangelios especialmente en el de Juan que uno no sabe cuando quien habla es el narrador o Jesús. Esa identificación se encuentra parecida en la ira apocalíptica y la iglesia. Aquí habla de la reunión de los jóvenes que lo provoca a ira porque no se reúnen para estudiar su ley sino para pasarlo bien.

Je. 6:13-15

“Curan la herida de mi pueblo con liviandad”. Jeremías tenía no sólo que espantar la indiferencia del pueblo (vv.9,10), sino las malas predicaciones, los predicadores avariciosos que hablaban lo que les pagaban; y además contradecir la influencia de mensajes equivocados, mensajes livianos (con poco peso), remedios ligeros, medicina barata, que no les toca la conciencia, que no exija mucho, que sean mentiras que no operen ningún cambio moral; no les daba vergüenza pecar (v. 15), que no tendrán consecuencias sus pecados, que Dios no está ofendido (paz); por supuesto suponía para ellos una mejor alternativa que los sermones de Jeremías.

Je. 6:16

“Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino y hallaréis descanso”. Estas palabras son parecidas a la invitación de Jesús (Mt. 11: 29). Ahí tienes una prueba de que el pueblo había abandonado la religión de su historia, que se había cansado de lo antiguo y quería pensar en algo diferente; el Señor los llama a retroceder a los viejos caminos, los más seguros, los que llevaron los peregrinos, a la teología antigua. Y ¿qué dijeron? No (v. 17). Hay quienes creen que el cristianismo hay que modernizarlo. Actualizan el mensaje, la adoración, y eliminan la teología y la ética. El pueblo estaba renuente a volver a los profetas y a la ley. Ya no querían a Moisés ni sus intérpretes, aborrecían a sus expositores, y ni le mencionen a Pablo o a Juan. ¡Viva la modernidad y la juventud! 

Je. 6: 17

“Dijeron: no escucharemos”. Rechazaron todos los medios de gracia para salvarlos.

Je. 6:19

“He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos porque no escucharon mis palabras”. "El fruto de sus planes" como la palabra permite traducir; la consecuencias de vivir pecando. Se puede traducir el fruto de sus maquinaciones, planes, imaginaciones, intenciones. De todos modos es lo mismo, recogerán el fruto de sus maldades. No concebían un solo plan que incluyera a Dios.

Je. 6:21

“He aquí pongo tropiezos”. “No podrás caminar naturalmente y sin problemas, yo quiero que tropieces, mi palabra te hará tropezar; y tropezarás con aquella roca que hace caer” (1Pe. 2:7,8).

Je. 6:25, 26

“Revuélcate en cenizas, ponte luto”. Si te humillaras así, serás salva.

Je. 6:27-30

“Son bronce y hierro, todos ellos son corruptores, se quemó el fuelle; tú eres un examinador”. El profeta de Dios debe examinar a la luz de la Palabra los caminos de su pueblo; observar cómo desde una torre las sendas de su pueblo, examinarla y escudriñarla como el platero a la plata, es decir, establecer una relación entre la palabra de Dios y la conducta de su audiencia; y eso ocurrió, pero fue por gusto, la Palabra y las aflicciones las recibieron en vano y siguen siendo en vano, oh Israel; ni el cruel nazismo ha arrancado de tu pecho la incredulidad. Lo único que haces es gloriarte en tus sufrimientos y contar a tus muertos. Oh Señor que aprendamos por esas dos cosas. Jehová formó un Jacob y después con un corazón nuevo Israel. Todavía no está completa su redención. Es muy difícil arrancar la escoria del corazón. No bastan sufrimientos. Solamente por la palabra de fe.

Je. 7:2

“Oíd  palabra de Jehová, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová”. Si vienen a adorar, oigan la Palabra del Señor. Primero, así en este orden, antes de orar y alabarle, oigan la Palabra y entonces orarán y cantarán mejor. La Palabra trae el Espíritu; donde esté el Espíritu está la Palabra de Dios.

Je. 7:1-15

“Mejorad vuestros caminos”; y mejoraréis en todo. Un llamamiento al arrepentimiento. No de un pecado o dos sino completo, una transformación de la vida en un nuevo nacimiento. No les dice "mejoren el culto, el canto, etcétera" sino mejórense ustedes. Sean mejores personas, mejores creyentes. No hermanos, el templo no nos hace salvos, tengamos una calidad mejor de vida y permaneceremos.

Je. 7:10,11

“Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones”. Ellos propiamente no hicieron esta confesión, pero sí la pensaron y esas eran las intenciones, escapar del juicio de Dios para continuar pecando, y refugiarse en el templo mismo del Señor como si allí pudieran escapar (Mt. 21:13). Solamente podemos escapar si estamos en Cristo. La palabra abominación en este texto indica disgusto moral de parte de Dios con las acciones del pueblo, especialmente con la idolatría. ¿No cuenta en tu religión el arrepentimiento? ¿Quieres una religión que no afecte la forma tuya de ser? ¿Qué bendición te llevaste del templo si sigues viviendo igual? ¿Llamas a esas exaltaciones emocionales bendiciones espirituales si no te mejoran en la casa, en el negocio? El templo no nos salva de la ira venidera ni el bautismo tampoco.

Je. 7:16-20

“Tú no ruegues por este pueblo ni levantes por ellos clamor porque no te oiré”. Si no han cambiado con tus sermones no serán bendecidos con tus oraciones. No los salvarán tus oraciones si no los salvan tus predicaciones". Si una buena proporción de sermones y oraciones no da resultado la oración sola tampoco, o la Palabra sola tampoco logra; los que no responden a esas dos cosas se pierden. Dios mismo le ordena parar de orar (vv. 11-14; Eze. 14:14).

 

Una buena razón personal para no orar por alguien

Je. 7:16,17

“Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?”. Estas palabras dichas por nuestro Señor a Jeremías, son apropiadas para reflexiones sobre los tan ansiados días de avivamiento por los cuales rogamos (14:11). ¿Te asombra que se ore por la iglesia y Dios deseche las intercesiones? ¿Cómo se siente un santo cuando se da cuenta que está orando en vano? Quizás piensa que no obtiene lo que quiere por su falta de fe y se desesperará, o desarrollará sentimientos de culpabilidad registrando en su conciencia para hallar pecados que expliquen su frustración; y estará siempre en guardia para acusarse por la más mínima falta torturándose con frecuencia. Para un santo honesto una oración largamente desechada es una tortura terrible. Por esa catástrofe espiritual que sufrimos cuando Dios nos niega algo, es una razón buena para que se le diga al profeta que no ore por su pueblo porque sus oraciones no serán respondidas. La pregunta que se le hace nos indica la pauta para mantenernos orando o dar énfasis a otra cosa: “¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?”. 

Cuando un intercesor ve que sus oraciones no tienen respuestas, más que hacerse reproches e injustas recriminaciones lo que tiene que hacer es mirar la conducta del pueblo por el cual ora, abrir sus ojos a sus vidas y contemplar cómo están viviendo. Juan nos dice: “hay pecado de muerte por el cual yo no digo que se pida” (1 Jn. 5:16). Si alguien como el pueblo de Judá, persiste en hacer lo malo ante los ojos del Señor, si son “oidores olvidadizos y no hacedores de la palabra”, están pecando de muerte y no vale que se ruegue por ellos. Las mejores intercesiones son puestas por Dios a un lado si aquellos por los cuales se interceden deciden “pecar voluntariamente” (He. 10:26, 27); y a pesar de todo ello el profeta continuó orando por su pueblo (1Sa. 12:23).

Je. 7: 21-23

“Nada les mandé acerca de holocaustos, escuchad  mi voz”. La palabra de Dios es primero, es decir la fe antes que las ceremonias, que el culto, que el templo y el ritual; esas cosas aparecieron después para poner en práctica la Palabra y mostrar la fe, pero no eran indispensables como lo era la vida de los primeros; eso lo demuestra  la vida de Abel antes que su ofrenda y el caminar de Enoc con Dios (Ge. 5: 22). Con la Palabra hecha carne y su muerte sacrificial se pone punto final al ritual. Lo que predicamos es la palabra de su fe.

Je. 7:24-26

“Y fueron hacia atrás y no hacia adelante”. Como si caminaran de espaldas. En vez de adelantar, o ni siquiera atrasarse, más aún, volvieron atrás, o como dice, “se hicieron peor que sus padres”, copiaron lo malo que ellos hicieron para hacerlo también. ¿Qué digo? ¿Lo malo? No, los padres eran mejores que ellos. Que no seamos peores ahora que ayer. ¿Es eso declinación moral y espiritual? Sí que lo es. Que no empecemos por el Espíritu y terminemos por la carne.

Je. 7: 31-34

“Y han edificado los lugares altos de Tofet” (Ver 19:5; 32: 35). Un lugar cercano a Jerusalén para la adoración de Baal; el sitio llegó a ser un lugar de maldición, "un infierno", un lugar semejante al infierno, un lugar semejante a esta tierra, en ultratumba. 

Je. 8: 1-3

“En aquel tiempo sacarán los huesos de los profetas de sus sepulcros”. ¿No ves que la ira de Dios contra los pecadores los sigue hasta el sepulcro? (Pero la bendición de los santos sigue hasta sus tumbas (2Re. 13:21). A los impíos los deshonrará aunque yazcan en sus tumbas y hará conocer los pecados que cometieron, porque también “sus obras (malas) con ellos siguen”. La ira de Dios contra los impíos continúa más allá de la muerte. 

Je. 8:4-7

“El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino?”. Tú lo sabes Señor, el hombre usa el sentido común para todo menos para salir del pecado; es que Señor aman el pecado y no quieren. A las dos preguntas que hace el profeta la respuesta es afirmativa. Si te caes levántate, si te desvías del camino retorna. Como he dicho, usa tu sentido común, y mejor todavía usa la Palabra del Señor y tu fe. Los animales y las aves tienen más inteligencia para obrar naturalmente que el hombre; si tú Señor le has dado inteligencia a la grulla y a la paloma para huir del invierno, danos inteligencia para oír tu llamamiento (Isa. 1:3). Ellos hacen lo bueno por instinto pero nosotros no podemos, ayúdanos. Libera Señor mi inteligencia y que no me envanezca en mis razonamientos, dame tu mente, Jesús.

Je. 8:8

“Somos sabios y la ley de Jehová está con nosotros”; o “nosotros la tenemos” “nosotros la explicamos y ustedes tienen que aprender de lo que les enseñamos porque no saben cómo interpretarla correctamente, tienen que guiar sus vidas por lo que decimos en nuestros estudios y sermones porque para eso hemos sido puestos por Dios”; pero sucedió que aprovechando ese dominio que se dieron así mismo, ellos, los escribas, los levitas y los sacerdotes, y después los mismos escribas y los fariseos en tiempos de Jesús, se volvió “mentirosa la pluma de los escribas”, y los comentaríos  que le hacían a los Escritos mosaicos eran perversos, a favor de ellos, de sus ideas y para acentuar su dominio sobre las mentes y las almas del pueblo.

Je. 8:12

“No han sabido avergonzarse”; lo repite dos veces la RV pero la palabra hebrea es distinta, la segunda vez también significa eso pero en primer lugar quiere decir herida o sea que no se sintieron heridos, y otro significado antes de la traducción de avergonzarse es ruborizarse, ponerse pálido; o sea que ni siquiera sus pecados les hace subir el rubor a las mejillas porque no tienen vergüenza.

Je. 8: 8-13

“Ustedes dicen: nosotros somos sabios y la ley de Jehová está con nosotros. La han cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas”. “Los escribas y sacerdotes acentuaban lo externo y eclesiástico para la exclusión de lo ético y espiritual. Esto condujo a una rigidez ritual en lugar de una integridad ética con validez espiritual” (Broadman Commentary). La palabra ‘liviandad”  también se puede traducir ligero, rápido, fácil o pequeño (v.11). La Escritura los escribas la han interpretado mal o la ignoran completamente; han corrompido la Escritura por ganancia deshonesta; sus interpretaciones engañan al pueblo; son expositores mentirosos y escritores engañosos; y sus compañeros los profetas y los sacerdotes actúan de la misma manera, movidos por la avaricia (v. 10). Estos son los genuinos perversos del pueblo los que con astucia usan su autoridad sagrada para vaciar los bolsillos de los ingenuos; éstos no son los únicos que han usado la Biblia para hacer dinero (ver 1Sa. 12:1-5; Hch. 20:33; 1Te. 2:5). 

Je. 8:14-16

“Porque Jehová nuestro Dios nos ha destinado a perecer porque pecamos contra Jehová”. Una traducción literal sería que Dios nos redujo a silencio, donde la palabra implica inmovilidad o muerte. Dentro de las ciudades tampoco encontrarían refugios seguros. Eso es una hipocresía como una ironía de ellos; no estaban destinados a perecer, ellos se destinaban a perecer; no debían echarle la culpa a Dios porque perecieran. Un cuadro futuro de lo que les sucederá y el reconocimiento de lo que les pasa por el pecado de ellos, pero todo será tarde.

Je. 8:18-22

“¿Por qué no hubo medicina para la hija de mi pueblo?”. Es mejor la Versión de Las Américas, “¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo?”. Porque el pueblo tenía oídos incircuncisos. No amaron la palabra ni la creyeron. Hubo medicina para ellos pero no quisieron tomarla; hubo médicos para ellos pero no siguieron sus recetas, ni hicieron caso a sus diagnósticos. Buscaron hechiceros, es decir falsos instructores, y hasta corrompieron la vocación de los escribas para que les dijeran mentiras y les curaran con las medicinas que ellos querían y no con las que necesitaban. Lo que un día fue futuro se hizo realidad y ahí hallamos a Jeremías lamentándose que a pesar de que Dios estaba en Sion, cayó. El juicio no negaba su existencia, su ausencia no era la causa de sus males sino el pecado; teniendo a Dios y medicina, y médico, no fueron curados, ¡con tantos privilegios y oportunidades! 

Je. 8:18

“Mi tristeza no tiene remedio” (LBLA); la RV dice “a causa de mi fuerte dolor”, que es una traducción más lejana. La idea es que él buscó consuelo contra la tristeza, quizás en el licor o en el olvido pero no pudo, su tristeza “no tuvo remedio” y siguió igual, “enlutado” (v.21). 

Je. 8:20

“Pasó la siega, terminó el verano y nosotros no hemos sido salvos”. Pasó un año y dos y nadie los ayudó, el sitio de Babilonia contra Jerusalén continuó hasta que al fin la ciudad fue tomada. Pasó una estación y otra, los productos se acabaron y el pueblo languidecía, hasta que al fin vino la catástrofe y miles fueron muertos y miles deportados. Egipto hacia quien miraban en vano esperando socorro, no se los dio, porque era de Jehová que se quedaran sin protección, la de los hombres en quienes la habían esperado. Sin embargo los que esperan en Dios recibirán el oportuno socorro, pasará el verano, la siega, pero en el último momento las carrozas de Dios y sus corceles de fuego irrumpirán en la situación y las esperanzas colmadas por la gracia y la fe. Ojalá ese fuera el clamor del alma sitiada por el mal que diga a Dios, “quiero ser salva, ha pasado un año y dos y todavía no lo soy, no tengo el perdón que deseo, la fe que necesito, el cambio que anhelo y nada ocurre, pero continúo queriendo ser salva”. Con pena vemos almas que no son salvas, pasa un año y empieza otro y nada ocurre, y oro por ellas y no son salvas, quizás este próximo año Dios me oiga y esos amigos que han oído la Palabra predicada lleguen a ser salvos. Óyenos oh Dios.

Je.  9:1-8

¡Quién me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo!”. Oh ministro, ¿has deseado irte de donde estás y dejar al pueblo que hoy pastoreas? ¿Ya no quieres vivir con ellos entre sus pocos frutos del Espíritu, sus mentiras e inmoralidades? ¿No ves que Jeremías desea lo mismo? Sin embargo no se va, nunca se fue; pero todo el tiempo de su ministerio estuvo deseando dejarlos. No se fue por su llamamiento profético; sabía que Dios lo había llamado para aquello y para estar allí, y quisiera o no, agradable o desagradable, aquel fue siempre su lugar, su destino último. Como Pablo estaba luego ligado en espíritu (Hch. 20:22) a aquel pueblo y no podía dejarlo. El llamamiento no es materia de gusto y conveniencia porque la comisión ha sido encomendada.

 

Perdón para dos o tres pecados

Je. 9:3-8

“Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová. Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando. Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente. Su morada está en medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.  Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?  Saeta afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca dice paz a su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas”. En el caso de Judá como la gente generalmente rechaza a Dios no por practicar un grupo de pecados sino por uno o dos; aunque en este pueblo se hubiera podido señalar otros muchos, por el engaño específicamente no se convirtió al Señor. Ellos pensaron que si aceptaban el mensaje de Dios tendrían que cambiar su conducta con el prójimo. Oh, ¿te perderás por uno o dos pecados, favoritos, de los cuales no quieres deshacerte? ¿Piensas que sin ellos no podrías vivir? ¿Qué te es imposible dejarlos? ¿Cómo podrás por dos o tres pecados perder el alma de la cual se dice que vale más que el mundo (Mr. 8:36)? ¿Cómo por un pecado has de perder tu santificación la cual es la voluntad de Dios, tu fidelidad que es tu orgullo, tu reputación de la cual penden tantos y es tan importante para el reino de Cristo? Esos son los pecados que conducen el alma hacia la muerte, a los cuales siguen todos los demás. Si Dios perdona muchos pecados a otros, ¿no podrá perdonarte dos o tres a ti? ¡Qué fácil sería tu entrada a la vida si esos pocos pecados fueran perdonados! 

Je. 9: 12-16

Observa cómo lucha Jehová por establecer el monoteísmo.

Je. 9:17-22

Les invita por adelantado a celebrar sus funerales; y nadie sabe quién llorará a quién, pero la mayoría será llorada, las mujeres a sus esposos. “Una absurda y tonta costumbre que prevaleció en todos los tiempos, la de alquilar mujeres que lloraran y se lamentaran por los muertos. Los parientes les pagaban a esta clase de mujeres con el propósito de celebrar cierta piedad fingida; hablaban bien del muerto y cuán grande era la desgracia de haberlo perdido” (Calvino). 

Je. 9:21

“La muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios”; ventanas con pestillos de bronce y por balaustres de hierro. Hasta ellas escalaron los babilonios y las rompieron, y entraron y la muerte en las espadas y arcos de ellos que dejaban a los habitantes tendidos en sus propias habitaciones, fueran mujeres u hombres, niños o ancianos, nadie escapaba con vida. No hay sitio en el mundo donde esta enemiga no entre.

 

No te alabes tú, alaba al Señor 

Je. 9:23, 24

“Alábese en esto: en entenderme y conocerme” (Lectura paralela, 1 Co. 1:31; 2 Co. 10:17; Ga. 6.:4). En tiempos donde hay mucho pecado y el juicio de Dios se avecina, lo único que tendrá valor es el haber conocido a Dios; de eso dice el profeta que se alabe en esto el que se hubiere de alabar, y añade: en entenderme y conocerme. Parece que en los tiempos del profeta la gente acostumbraba alabarse los unos a los otros y eso precisamente les gustaba mucho, aplaudir y ser aplaudidos, lisonjear y ser lisonjeados; tenían un altar como los atenienses, para cada dios, para cada vanidad que hubiere en este mundo. El culto a las cosas y a la personalidad estaba a la orden del día, era una religión de tontas o hipócritas pleitesías. Pero había un altar solitario, sin nadie enfrente suyo, el altar al Dios no conocido; nadie alababa a Dios, reinaba una espantosa ingratitud hacia él y una horrible y fría indiferencia hacia su genuina religión. Jeremías protesta en nombre de Dios y les dice: Alábense, si quieren alabarse, si eso es lo que les da gusto, enorgullézcanse si es lo que desean, en conocerme y entenderme. Yo no seguiría el despecho atrevido de alabarme, pero sí de gozarme en entender a Dios, entender su Palabra, haber sido escogido  para hacerla entender a otros, y crecer juntamente con ellos en amor y fe. Amén. 

Je. 9:26

“Y a todos los arrinconados en el postrer rincón”. La traducción aquí difiere dependiendo de la versión que se use. La Septuaginta, la egipcia y árabe, el Tárgum, traducen “todos los que se rapan las sienes”, una costumbre de Canaán, y haciendo alusión a la prohibición hallada en Lev. 19:27; 21:5. Según RV estés donde estés, en un rincón de la tierra, pecando o santificando el nombre de Dios, él sabe que allí estás tú. (Lee Sal. 139:7-12).

Je. 10: 2

“No aprendáis el camino de las naciones, ni tengan miedo a las señales del cielo, aunque las naciones las teman”. ¿Cómo pueden decir con justicia los incrédulos que nuestra creencia en Dios se origina por el espanto y la ignorancia de las leyes naturales? Dios dice que no las teman. Esas cosas dieron origen al paganismo pero no al judaísmo ni al cristianismo.

Je. 10: 10

“Él es Dios vivo y Rey eterno”; lee con delicia esas dos definiciones, si es que a Dios se puede definir; nuestro Dios es vivo, “el viviente que me ve”; nuestro Salvador está vivo porque ese Dios vivo lo resucitó de entre los muertos, y “vive siempre para interceder por nosotros” y “es el camino, la verdad, y la vida” “el pan vivo que descendió del cielo” “fuente de agua viva que salta para vida eterna”, y mucho más; pero además es "eterno", es el “Soy el que Soy”, el Existente, el “principio y fin, el Alfa y la Omega”; no creado sino Creador.

Je. 10:18

“Para que lo sientan”; o más bien para que me puedan hallar.

Je. 10:19

“Mi llaga es dolorosa, pero dije”, debo aguantar mi dolor, esta enfermedad es mía (ansiedad, calamidad), me pertenece, me la ha causado mi vocación, mi llamamiento, mis predicaciones; sufro por mi pueblo y ese dolor que llevo por dentro es incurable, es mío y forma parte de mi ministerio”. No es el caso de otros que sufren por su propia culpa y deben soportar las consecuencias de sus malas decisiones.

 

No he comprado mi futuro, ordena mis pasos Señor (¿Tennessee? 10 agosto 2020)

Je. 10:23,24

“Conozco que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”. La primera y última palabra en la vida del hombre la tiene Dios; el hombre no es dueño de su cuerpo que Dios creó, no es dueño de su figura, de su color, de su nacimiento y de su muerte; el hombre camina porque Dios lo deja caminar, se dirige en esta dirección o la otra porque así lo permite Dios; va a esta ciudad o la otra porque Dios lo encamina. Y en el caso del cristiano más, porque ha sido “comprado por precio, y ya no sois vuestros” (1 Co. 6:20; Pro. 16:1). Somos barro en la mano de Dios. Esa fue su experiencia como profeta; se dio cuenta que los hombres sin la Palabra de Dios que alumbre sus pies son incapaces de ordenar (enderezar) sus vidas, y aunque hagan muchas cosas bien, al fin se desorientan y yerran. No son dueños de sus futuros, que es una posibilidad, vocación, ni de los azares de la vida. Es la Palabra de Dios la que los orienta. Señor tú eres el amo de mis caminos; las decisiones que deseo hacer, es mejor que tú me dirijas a mí que yo mismo, tú sabes por dónde debo ir. Si fallo en consultarte sé misericordioso conmigo cuando coseche malas consecuencias, no me absorban mis errores. Se tú mi cerebro y tenga yo la mente de Cristo (Pro. 20:24; 1 Co. 2:16). No obstante, es mejor ser dirigido por la providencia que ser inteligente. Y si esa inteligencia es santificada mucho mejor. Amén. 

Je. 10:24

“Castígame, más con juicio, no con tu furor”. Trátame a mí diferente a ellos. O también, me pongo en lugar de ellos y quiero que los trates, mi porvenir como a mí, no con furor sino con justa misericordia, o misericordia justa. Amén.

Je. 11: 4

“Los saqué del horno de hierro”. De la justicia de Dios por el pecado, de las consecuencias del pecado y del pecado mismo, no se puede salir por uno mismo, es Dios quien tiene que sacarnos; es una redención de gran precio que no la logra por nosotros con dinero ni el hermano más querido (Sal. 49:8). Recuerda eso, vivir en pecado es un infierno, un horno de hierro terrible. Es con la ayuda de Dios que se sabe de él. En otra forma el Señor dice que es tierra de esclavitud.  Debes obedecer al Dios de tu redención.

Je. 11:6

“Proclama en las calles de Jerusalén”. 

Proclama la Palabra de Dios no sólo en la sinagoga sino en los lugares públicos donde hay gente que no guarda la ley, donde se hallan los comerciantes y clientes que no tienen tiempo ni modo de saber lo que dice Dios, lleva el evangelio a las calles de la ciudad donde se halla la gente ocupada y desinteresada que no dice siquiera, “si Dios quiere traficaremos y ganaremos” o haremos esto y aquello porque Dios “no pinta” nada dentro de sus intereses. 

¿No dice la Escritura que nadie busca a Dios? Entonces hay que buscarlos a ellos, Dios tiene que buscarlos, es decir esa es nuestra misión. Las calles de la muy culta y comercial Atenas estaban llenas de altares y el pueblo tenía a la mano alguno para invocar de repente y elevar el clamar al dios de su preferencia, menos el altar del “Dios no conocido” (Hch. 17:23). El pecado no sólo se halla en las recámaras de los aposentos sino en las calles mismas donde se ofrece de todo, alcohol, sexo, dinero, drogas y vicios. De afuera lo traen. Ese es el lugar de trabajo de las iglesias y sus ministros si quiere que “ninguno perezca sino que venga al conocimiento de la verdad”. 

Je. 11:9

“Una conspiración” o una rebelión, confederación o traición. Lo que quiere decir que las otras ciudades, o mejor dicho primero sus líderes, se reunieron y planearon un esquema para desbancar la religión de Jehová, echar a un lado las leyes dadas por Moisés e introducir una nueva, el paganismo. Poco a poco fueron inundando todas las instituciones y la mente popular con sus ideas de cambio, o sea retroceso, poner el pueblo desde donde el buen Dios los había sacado (v.10), liderada la conspiración por políticos liberales astutos.

Je. 11:11

“Del cual no podrán salir” (o escapar). Es horrible sentirse encerrado y sin una salida, cuando la llave de la oración no funciona y las puertas que habitualmente abrían ahora siguen cerradas. Comúnmente si la oración no tiene como garantía una vida en la gracia, no cambia nada (v.14).

Je. 11:12,13

“Según el número de tus ciudades fueron tus dioses”. Mira cómo el Señor les hace el recuento de los pecados y abominaciones cometidas, es un breve resumen, hay mucho más.

Je. 11:14; 7: 16.

Je. 11:15

“¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones?”.Si uno peca pierde todos los derechos y privilegios de las cosas sagradas, aunque sea su “amada”.

Je. 11:16,17

“Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer”. En forma y figura hermoso. "Eres hermoso yo te he sembrado y te quemaré, reduciré a cenizas la belleza que te di, aunque me de dolor destruiré mi obra, eso haré". ¡Oh Dios eso pasa cuando hacemos cosas feas! (5:30).

Je. 11:18-20

“Porque ante ti he expuesto mi causa”. Dios le hizo saber que querían matarlo; e inmediatamente se arrodilló ante Dios y pidió protección y defensa; y no le hicieron daño. Nunca pienses, jamás, que Dios es sordo o que nunca responde. No saben los políticos que las oraciones de un profeta pueden más que ellos. Se quedaron con las ganas de matarlo porque Dios se los impidió. Háblale claro a Dios sobre tus asuntos porque, aunque él los sepa tú los comprenderás. La exposición de nuestro caso nos ayuda a entenderlo.

Je. 11: 21-23

“Yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año de su castigo”. Sus vecinos y amigos (1:1); como los de Nazaret trataron de eliminar a Jesús. El profeta sin honra en su propia tierra. Le pedían, bajo fuerte amenaza que se callara y Jeremías respondió que a riesgo de su vida completaría su misión. Jeremías siguió predicando, ellos no pudieron cumplir sus amenazas y no vivió ninguna. Señor es mejor ser protegido por ti que escoltado por un ejército entero. Los castigos sobre los impíos tienen fechas.    

Je. 12:1

“Justo eres Jehová para que yo dispute contigo”. Discutamos este asunto de la prosperidad de los impíos que a mí me preocupa, oh Dios; y si puedo llegar hasta tu silla expondré mi causa delante de ti y tú me entenderás, que no quiero que este pueblo muera por su pecado sino que crea y sea justificado (Job 23:3).

Je. 12:1-4

“Los plantaste, echaron raíces; crecieron y dieron fruto”; tu mano eterna los plantó porque le pusiste la semilla eterna en sus corazones; echaron raíces porque estaban bien sembrados, tuvieron sus primaveras y se hermosearon con flores y llegaron hasta los frutos de los cuales comimos y vendimos y prosperamos; sin embargo yo he observado que “cercano estás tú en sus bocas, pero lejos de sus corazones”. ¡Oh Dios, no hay semejante hipocresía!; hablan como religiosos y son desleales; dicen que te conocen pero te niegan con sus hechos, yo sé que no merecen misericordia ¡cambia mi Señor el corazón de ellos, ponle uno que no sea de piedra sino de carne! El profeta está preocupado con la prosperidad de los hipócritas, a los únicos que les va bien, todos los otros padecen escasez y dolor, "¿no ves Señor que entonces el mal se presenta como una opción mejor que el bien y la gente "pragmática" decide seguir los pasos de ellos? 

 

Para ministros cansados

Je. 12:5, 6

“Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los de a caballos?”. Tomo estas palabras como dichas por el Señor a Jeremías, "si estás cansado, o desalentado, ya con lo menos difícil, ¿qué harás con lo más difícil? Si con poca cosa te abates y me reclamas ¿qué dirás cuando veas más pecado, y el mal triunfar en escala mayor? Ellos no destruyen tu ministerio, sino que simplemente no creen y se destruyen a sí mismos. Cuando sean menos los creyentes, pocos y débiles y crezca el número de los incrédulos, ¿cómo te sentirás? Oh Señor fortalécenos. ¿Buscaba el profeta consuelo en su familia incrédula? (v.6). ¿Los que le pedían que renunciara a su ministerio? En vez de entender la voluntad de Dios, aceptarla, fortalecerte en tu fe, ¿discutes con él y buscas el apoyo de tus parientes carnales? Nos ha pasado eso, Señor, hemos corrido con los de a pie y nos han cansado y gracias a ti que no hemos tenido que enfrentarnos a jinetes armados con armas que no podríamos esquivar. Seguro nos hubieran enclavado. Jesús dijo “venid a mí los que estáis trabajados y cansados que yo os haré descansar”; en especial a los que tenía en derredor, sus queridos y útiles discípulos. Si nos abatimos con problemitas ¿cómo nos sentiremos cuando verdaderamente sean grandes, como naufragio, que nos roben, nos azoten tres veces con treinta y nueve azotes? (2 Co. 11:23-29), 

 

Aves de muchos colores

Je. 12:7-13

“He dejado mi casa, desamparé mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos.  Mi heredad fue para mí como león en la selva; contra mí dio su rugido; por tanto, la aborrecí. ¿Es mi heredad para mí como ave de rapiña de muchos colores? ¿No están contra ella aves de rapiña en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las fieras del campo, venid a devorarla. Muchos pastores han destruido mi viña, hollaron mi heredad, convirtieron en desierto y soledad mi heredad preciosa”. 

Dice el Señor, "por lo tanto, no vuelvas a los tuyos, piérdelos definitivamente por mí, si tú crees que perdiéndolos a ellos has perdido mucho, yo más, perdí mi pueblo. Lo que tú haces por mí no es mayor que lo que yo hago por ustedes; tú das uno y yo mil, tú un tanto y yo diez mil tantos, a ti te traicionaron ellos, a mí los amigos". ¿No diste Señor, a tu Hijo?  Específicamente lee los vv. 7-10; mira cómo le llama a su pueblo “ave de muchos colores”. Es mejor dejar fuera en la traducción eso de “rapiña” aunque la palabra significa halcón o cualquier otra ave depredadora; acosada por países vecinos codiciosos de ella, de sus hermosos colores y privilegios. La iglesia de Jesucristo es un ave de muchos colores donde se manifiesta la “multicolor” gracia de Dios, la “multiforme gracia y sabiduría de Dios” (Efe. 3:10).             

Je. 12:11

“Porque no hubo hombre que reflexionase”. Otra traducción es que no hubo nadie que pusiera sus palabras en su corazón, que es lo mismo. Si hubieran reflexionado hubieran sido fieles o se hubieran arrepentido, pero no han querido pensar y obrar como se debía sino neciamente, Señor que reflexionemos para no pecar. Transforma, oh Dios, mi entendimiento.

Je. 13:1-7

“Levántate y vete al Éufrates”. Esta es una visión, narrada como si fuese realidad; se dice "Éufrates" porque de allí vendrá la destrucción de los judíos. Qué visión tan simple ¿verdad? Algunas veces me he sentido en la obra del Señor como ese cinto, podrido, que para ninguna cosa es bueno. Orgullo podrido.

Je. 13:1

“No lo metas en agua”; dice Gill que es para enseñar que así, sin lavar, en su estado original de pecado fue que encontró a Jerusalén. Así nos halla Dios, sin méritos.

Je. 13:9

“Así haré podrir la soberbia de Judá”. Nota esa palabra, podrir; es fea y dura que indica decaimiento y destrucción, pero sobre todo descomposición y hedor. En otras palabras, se comerán su orgullo. Hay mala paga para el endurecimiento.

Je. 13:11

“Para que me fueran por pueblo y por fama, por alabanza, y por honra”. Explica por qué hizo el símil, intimidad, del cinto. De todos modos, Dios ha hecho brillar su fama con ese pueblo y ha aumentado la mala fama de ellos.

Je. 13:15-17

“Mas si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma”. Con cuánta ternura y sentimientos les habla Jeremías. Les avisa lo que les ocurrirá. "Toda esperanza será cortada”. ¿No se dan cuenta que la mala teología y el pecado afectará la historia nacional? “Defraudaré vuestros sueños y expectativas". Jeremías los invita al arrepentimiento y afirma que si no se arrepienten llorará. Oh Señor si yo creyera verdaderamente en el castigo de los pecadores lloraría mi alma. Las lágrimas son un testimonio tanto de amor como de fe. A veces, algunos domingos, y no son pocos, después de la predicación regresamos a casa con deseos de llorar, por ellos y por nosotros mismos (Hch. 20:19, 31; 2 Co 2: 4; 2 Ti. 1: 4).

Je. 13:18 

“Di al rey y a la reina: humillaos”. Vuestros pecados quitarán vuestra nobleza. Al libre lo hace cautivo, al príncipe, plebeyo. Pierde uno su sangre azul.

Je. 13:20

“¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?”. ¿Dónde están tus hermosos palacios y bellas hijas? Deportadas o muertas. Las ovejas dispersas o enterradas. ¿Qué has hecho querido pastor, con ellas? ¿Por qué se han ido todas?

Je. 13:21

“¿Qué dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores como de mujer que está de parto?”. Ahí la palabra amigo es equivalente a capitanes. La idea según la Versión Internacional es que tales capitanes, aliados, amigos, llegarían a gobernar sobre ellos y quienes pondrían sus botas sobre el cuello. A quienes pusiste como capitanes contra Asiria, te amistaste con ellos y ahora ellos te dominan; los que eran tus amigos hoy te destruyen. 

 

 

Je. 13:22

“¿Por qué me ha sobrevenido esto?”. ¿Por qué preguntas eso, no relacionas tu estado con tu pecado? ¿Serás tan ciego que no veas el enorme tamaño tu pecado? Insensible.

 

El leopardo y el etíope

Je. 13:23

“¿Mudará el etíope su piel y el leopardo sus manchas?”. Estas palabras son bien del profeta o del mismo Dios. Si son del profeta sabe que lucha espiritualmente contra un imposible, que su ministerio se quedará sin el fruto práctico deseado porque ellos no podrán cambiarse el color de la piel ni arrancarse las manchas del corazón. Si son dichas por Dios como el versículo siguiente sugiere, es entonces una afirmación teológica, una declaración doctrinal. La enseñanza es, que el hombre no puede obrar su propia salvación.  El hombre no puede por sí mismo conseguir cambiar ante Dios. No puede hacer nada por sí mismo para conseguir méritos para recibir el perdón y la vida eterna. El arrepentimiento y la fe son dones que Dios le da y sólo tiene que recibirlo porque de otro modo no los consigue. Las buenas obras para ganarse la vida eterna están excluidas. Es como si Dios les dijera: “Ustedes no cambian, ni pueden cambiar por ustedes mismos, por naturaleza son incambiables, sus hábitos tienen la fuerza de algo congénito”. 

Y ¿para qué quiere uno que el leopardo se quite sus manchas? Así se ve hermoso porque todo lo que hizo Dios es bueno. Si el leopardo pierde sus manchas, pierde su identidad y ya no tendremos un leopardo y vaya usted a saber qué, tal vez un gato. Sería una lástima que los leopardos dejaran de existir porque sin ellos es menos bello el universo, menos la gloria de Dios en la creación y una pérdida irreparable para la fauna, los bosques y los parques. No, hay que conservar esa hermosa especie. 

Mas no pasa así con el hombre que mata y devora no para vivir sino porque “arde en envidia” y sus manchas no son bellas porque la mentira, el robo, el adulterio, la avaricia y la codicia, entre otras manchas, afean la creación y no despiertan la admiración de nadie sino la repulsión, el dolor y los lamentos. Esas manchas humanas no las hizo Dios sino el diablo y debieran desaparecer, aunque es difícil lograrlo.

La respuesta a la pregunta si el etíope puede cambiar su piel y el leopardo sus manchas, es un no rotundo. El etíope y el leopardo están bien así porque así los hizo Dios. El etíope sonriente puede decir que a él como a la sulamita el sol lo miró. Dios no le pide que cambie de color y se vuelva amarillo, cobrizo o blanco. Ni siquiera mulato. Su color negro y su pelo ensortijado se lo dio Dios y puede ostentarlo con orgullo. Como no hay injuria en decir blanco tampoco la hay en decir negro. Los hombres por el color de su piel valen todos iguales. 

 

La falta de vergüenza vende

Je. 13:26

“Levantaré sus faldas para que se vea su vergüenza”. 

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer conforme a su semejanza les dio honor y gloria, y cuando las perdieron por su pecado se sintieron culpables y avergonzados y se hicieron con hojas de higuera taparrabos. Como sabían que habían hecho mal se sintieron culpables. La culpa y la vergüenza son naturales y la cantidad de ellas depende de que sepa lo que es bueno y lo que es malo. Mientras el concepto del bien y del mal exista, la culpa y la vergüenza aparecerán. Si el concepto de pecado se elimina con él se van la culpa y la vergüenza. Las dos se pierden. 

El origen de la vergüenza es simultáneo con el origen del pecado y con la violación de la ley de Dios. Los sicólogos y educadores modernos están ayudando a borrar la diferencia entre el bien y el mal haciéndole creer a la gente que es sólo un punto de vista, lo mismo que la verdad y la mentira, o sea un asunto personal, y lo que es verdad y mentira o bien y mal para una persona puede que no lo sea para otra. No mencionan el pecado, que es algo moral, sino que hablan de adicciones, y ellas son sujetas a tratamiento psicológico y no a confesión de pecados a Dios. A eso llaman relativismo y que “nada es verdad y nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”.  Para ayudar a esto desvinculan la vida privada de la pública, dándole más importancia a la imagen que a la vida privada. La vida es un teatro.

Una vez tenido éxito en desalojar del carácter la idea de pecado, todo se vuelve lícito, sólo hay que tomarlo sin que nadie lo impida, darse el gusto que se apetezca y disfrutar cualquier deleite sin remilgo alguno, aunque para lograrlo haya que hacer daño, engañar, robar o cometer un asesinato. 

Si ya no hay pecado ni remordimientos ni culpa, tampoco hay vergüenza para esconderse y tapar el sexo como hicieron Adán y Eva, se pierde el rubor y el pudor y se puede hablar de todo enfrente de una cámara de televisión, contar sonriendo los detalles más íntimos de un matrimonio o enseñar cualquier parte del cuerpo sin que se considere provocación y descaro, al contrario, la falta de vergüenza recibe aprobación y vende, y es lo que más vende, y eso lo saben los productores y clientes donde el comercio entre ambos crece y crece. Las damas dan sus noticias cruzando las piernas semidesnudas, o se levantan las faldas ellas mismas y no Dios, o salen a tomarse fotos casi vestidas como Eva, sólo con sus cabellos, o protagonizan personajes que dan a entender que realizan el sexo ante camarógrafos y espectadores, porque esas exposiciones hacen que suban los ratingsy el precio de los anuncios pagados. 

Así es nuestra generación y contra lo cual las iglesias hacen poco para enseñarles ética porque su deseo al reunirse es sentirse bien, cantar, aplaudir, danzar, decir amenes y aleluyas, y predicar chistosos sermoncitos o experiencias que alimentan el culto a la personalidad, y no enseñan la Biblia y lo que es pecado porque eso sonrojaría el rostro y haría retornar lo que de él se despidió: la vergüenza.  

 

Je. 13:27

Por siglos no; generación va y viene, pasan los milenios y sigue incrédulo y rebelde. ¿No crees que ya es demasiado el tiempo? Has alargado los pesares de tu historia, la has incrementado con dolores y se repetirán tus quebrantamientos.

 

Mucho tiempo para convertirte

Je. 13:22-27

“Si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares. ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal? Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo que pasa. Esta es tu suerte, la porción que yo he medido para ti, dice Jehová, porque te olvidaste de mí y confiaste en la mentira. Yo, pues, descubriré también tus faldas delante de tu rostro, y se manifestará tu ignominia,
tus adulteríos , tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás tú en purificarte?”.

 

Nota como el Señor prepara a Jerusalén para que se convierta; ¿le hace pensar que sus hábitos son como cadenas irrompibles, le hace desmayar ante la perspectiva y sueño de cualquier cambio? No, más bien le enfoca una cosa que ya ella sabe, algo que ha probado y fracasado muchas veces, ¿cuál? Que no puede por sí misma experimentar una transformación (v. 23). Pero en el v. 27 protesta contra ella y le hace ver que se ha tomado mucho tiempo para convertirse... ¿hasta cuándo? ¡Oh si acudieras al Señor ya no te tardarías más en purificarte! No te tomaría toda una vida experimentar un cambio, sino que, en breve, en quizás pocos días, serías una nueva criatura...porque todo esto proviene de El (2 Co. 5:17-18).

¡Oh Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! (Mt. 23:37-39) si hubieras conocido el día de tu visitación (Lc. 19:44). Pero no lo conociste tampoco y fuiste destruida como las otras ciudades. Aunque hubieras tenido tu pecado tan pegado a tu piel como el leopardo tiene sus manchas, aunque hubieras estado habituada a hacer mal por generaciones, hubieras podido mudarte y deshacerte de ese mal hábito, de esas manchas; ¿no puede hacerlo por ti aquel que hace comer al león paja como el buey? ¿Y el que quita el corazón de piedra y pone uno de carne? ¡Oh los pecados generacionales dentro de una cultura!, ¿podrá Dios quitarlos? Sí, no por sus propios esfuerzos porque aunque se lave con lejía la piel la mancha del pecado permanece (2:22), sino por la gracia de Dios. ¿Quién dice que el que hizo la piel no la puede cambiar y colorearla distinto? ¿Quién dice que el que hizo los cielos no tiene poder gloríos o para romper un mal hábito? ¿Acaso una costumbre o un vicio puede derrotarlo? ¿Qué será entonces gracia

Je. 14:1-9

Jeremías era un constante intercesor por Israel (ver 7:16; 11: 14. "Que no practiquen mi religión porque no se las aceptaré". Es que lo harían como un medio para quitarse el castigo de encima, solamente en forma y no de corazón.

Je. 14:7

“Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, actúa por amor de tu nombre”. ¡Qué humildad Señor!, ayuda a los que oren así, que se dan cuenta que han pecado y no les ha aprovechado, que sus pecados testifican en contra, claman a ti desde la tierra. El pecado habla más alto que las palabras y es lo que conforma el testimonio.

Je. 14:11-13

"Señor Jehová, los profetas les dicen: no veréis espada". "Señor excúsalos porque son mal instruidos, la culpa es de otros”.

Je. 14:13-16

"No tienen excusa, no los defiendas porque ellos creen lo que no tienen que creer, prefieren la mentira de ellos a mi verdad. Es cierto que los engañan, pero no debieran dejarse engañar; debieran escudriñar mis palabras y las de ellos, examinar a mis profetas y a sus profetas; pero no lo hacen, creen eso porque les conviene y les gusta". 

Je. 15:1

“Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante mí, mi corazón no estaría con este pueblo”. 

(Ver notas 7:16 y Eze. 14:14). Estos fueron eminentes por sus oraciones y Dios los escuchó (Ex. 32:11; 1Sa.7:9; Sal.99:6). No hay que suponer que en el cielo ellos interceden por los santos en la tierra. Es una suposición, que si ellos estuvieran vivos no lograrían nada con sus oraciones porque el caso del pueblo es ya irremediable. Jeremías pudo haberse dicho: “Quizás la culpa es mía porque no oro suficiente o bien”. Dios le dice, “hay otros tan grandes, o más que tú, y tampoco los oigo, tus oraciones son oídas, sigue orando, pero para edificarte tú, no por ellos”.

Je. 15:2

“Los destinados para la muerte, a la muerte, los destinados para la espada, a la espada, los destinadospara el hambre, al hambre, los destinados para el cautiverio, al cautiverio”. (LBLA).  La palabra destinados se introduce para aclarar el sentido y es obvia. Dios le escoge la clase de castigo y fin a cada cual, de un modo o de otro. “Tú destinado para morir así y tú de otro modo, y a ti tal cosa”. En el NT hallamos la palabra “predestinación”; el camino marcado por Dios y las circunstancias de cada cual según su voluntad; unas veces “permisiva”, y se la merece, y otras activa conforme a su placer. Cuando es así él da la gracia para sostener, fuerza para el largo camino a recorrer hasta que se llegue a la meta y uno diga al final, “sí, Padre porque así te agradó”.

Je. 15:10

"Nunca he dado mi tomado en préstamo, y todos me maldicen". Parece que es préstamo con intereses o usura. No es por eso Jeremías, es por la palabra de Dios. Ponerse uno de parte de Dios puede resultar extremadamente desagradable a otros. La madre no tiene la culpa de que Dios lo haya escogido como su profeta. Eso no es lo que su madre hubiera querido que le sucediera. Paga hermano, el costo de tu ministerio. No fue un error vocacional que cometiste hace años, si así fuera muy pronto hubiera quedado claro que no tenías vocación profética. Los momentos dulces no han sido muchos, pero han sido sublimes; los amargos endulzados y te han dejado experiencia, pero no daño permanente. La vocación profética es impuesta, no se lleva por puro placer, es algo que no se puede evadir. Si recibes maldición de muchos, bendiciones y reconocimientos de pocos, al menos de Dios tienes la bendición y su aprobación. En el cielo, cuando te halles en gloria y coronado, no te pesará el curso de tu vida en la tierra. Hermano, identifícate con este hombre.

Je. 15:11

“Sea así, Jehová, si no he rogado por su bien si no he suplicado ante ti a favor del enemigo en tiempos de aflicción y en época de angustia”. Todo ese maltrato es injusto, por lo que les he predicado, pero ellos ignoran cuánto he rogado a ti por ellos. He sido para ellos un intercesor constante.

 

Todos sus deseos no fueron más que ilusiones

Je. 15:15-18

"Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta. Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables? ".

Esa es la diferencia entre ellos y yo, Señor, la palabra que los hiere y ofende es para mí dulce y me alegra. Ellos la tienen como perversa, pero es buena. ¿Me engañé porque tú me hablabas? No.  Sus palabras tienen dos interpretaciones. Que Dios le habló y que Dios lo llamó; esas son las dos cosas en las cuales medita dulcemente en medio de sus sufrimientos y reprobación; se dice, "tú me llamaste Señor, mi vocación es tuya, y estoy seguro que lo que digo me lo has dicho tú; me gozo en mi vocación y en mis mensajes, aunque no sean creídos por ellos". Por otro lado, esa indignación que menciona haber recibido de Dios es contra la mala actitud de ellos, contra el pecado, y tal vez un poquito contra la situación de incredulidad y la oposición que enfrenta su ministerio. Una mezcla dentro de su corazón, de frustración e impotencia, y fidelidad a la comisión y llamamiento divinos. Las últimas palabras, la pregunta que le hace a Dios, "¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?". Calvino dice que si se toman como tal son casi una blasfemia, y las adjudica a otros. A mí me parece que brotan de su frustración, del rechazo a su predicación, y sin defenderlo, se parecen a las que dijo en 20:7, donde la palabra seducir es más bien engañar, porque cuando uno quiere más de lo que la providencia otorga, más de lo que la palabra y el Espíritu por sí solos logran, cae en un estado depresivo de incredulidad, y está impaciente, dirigida contra el carácter y las disposiciones de Dios; el desaliento, que es común en este profeta, es rebeldía y una forma estática e indirecta de acusar a Dios por los malos resultados que se consiguen; como si el profeta se hubiera hecho primariamente muchas ilusiones con las aguas benditas de la Palabra y resultaron todas en eso, ilusiones (aguas ilusorias) que no consiguieron nunca materializase, y según él, su ministerio terminó como una cosa muerta, como un arroyo seco y nulo. Dios me cambie, y no sea yo un profeta buscador de resultados y éxitos, sino un varón fiel.

Je. 15:17

“Ni me engreí a causa de tu profecía”. Es una traducción extraña. Más bien es “no me senté en compañía de los burladores (o los que se divierten) ni me regocijé con ellos”. Preferí estar solo. No me gusta estar con ellos ni tampoco, indignado como me hallaba, compartir las invitaciones de esos livianos que no conocen las señales de los tiempos. No estoy para fiesta sino para oración. Iré a la casa del luto antes que a la del banquete. Tengo más deseos de llorar que de reír.  (v.8). Por ese versículo parece que teme que el juicio de Dios lo alcance allí si se encuentra entre ellos. Recordó lo que el Señor le dijo a la gente que vivía cerca de la tienda de Coré, que huyera de allí para que no se los tragara la tierra.

 

El sueño de Jeremías era ser la boca de Dios

Je. 15:19-21

“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes”. 

Las palabras indican una pequeña, tal vez aparente separación de Dios; ¿cómo un gran profeta como Jeremías podría separarse del Dios a quien tanto amaba y obedecía? ¿Acaso se enfrentaba a sus mandamientos, rehusaba cumplirlos? No era infidelidad hacia Dios, no. Eran sus quejas; ellas eran las que estaban perturbando la comunión entre el Infinito y su varón profeta. Jeremías se quejaba mucho, frecuentemente, amargamente; se quejaba del mal trato que el pueblo le daba (v.10) y hasta mencionaba a su madre. Se quejaba de que sus palabras no eran oídas y que sus profecías caían en el vacío.

 

Y todo eso, por supuesto, créalo o no, disminuía la comunión entre él y su Señor, una pequeña distancia iba existiendo, una fina fisura que con el aumento de las quejas podría ir agrandándose más y más. La actitud de quejas es falta de confianza en Dios y además disminuye el alma del profeta, achica las posibilidades de hallarse espiritualmente capacitado para hacerle bien al pueblo porque su amor y gozo en servirle se torna en amarguísimos reproches, en continuas filípicas más que en mensajes de amor de Dios. Los alejaría más que los atraería con “cuerdas humanas, con cuerdas de amor”. Ya de por sí el mensaje los alejaba, mucho más afectaría su ministerio la actitud que él tuviera con ellos; pero más bien sus quejas son contra Dios, es de él de quien más se está separando porque quien se queja del ministerio que Dios le dio lo culpa indirectamente a él de haberle dado ese trabajo y de haberse equivocado. El mayor obstáculo que tuvo en su ministerio fueron sus quejas, que provocaban su destrucción espiritual porque el Señor le dice que si se convirtiera (la palabra significa retorno, volverse) él lo “restauraría”, que es la misma palabra que convertirse o regresar. ¿Te quejas ministro, de que no te atienden, que tu comisión es difícil, de que tu pueblo te maltrata, te afrenta, te maldice? Aunque fuera cierto, no te quejes que eso no le gusta al Señor oírlo en tus labios, se entristece. Cuando Dios le dice: “Si te convirtieres” es como si le dijera: “si no te quejaras más del pueblo, de los maltratos y del poco resultado que tienen tus profecías”. Seríais como la boca de Dios. 

El sueño de Jeremías era ser la boca de Dios, y el Señor le dice que tenía que permanecer en su presencia (v.19), o permanecer en su secreto (23:22); y separar dentro de él, lo mismo que hizo de las falsas doctrinas, lo precioso de su palabra de lo vil de las otras, debía salir primero de ese estado espiritual "vil" y confiar en las "preciosas" y grandísimas promesas de Dios (2 Pe. 1:4) para ser un heraldo de Señor; y animado así con la virtud y el poder de Dios, inmunizado con esperanza, ellos podrían convertirse, pero lo contrario pasaría si seguía desanimado, terminaría desanimando a los otros; en esencia y en espíritu debía ser diferente a ellos; para lograr la conversión a Dios debía lograrla en sí para sí; en una palabra, debían encontrar en el mensaje y en él a Dios, siendo ellos imitadores de él como él de Cristo; aunque Dios no intenta sugerirle a Jeremías la posibilidad de que él se endurezca como ellos, existe el peligro de rebelión contra Dios por una razón diferente: El pueblo por incredulidad y él también pero en relación con inconformidad dentro de su vocación. Una cosa grande en el predicador es combatir sus desánimos, frustración, y no condicionar su ánimo, fe y perseverancia a la conquista o derrota de los corazones; debe hallarse en fe por encima de su congregación y apegarse a su llamamiento y mensajes, independientemente del resultado.

 

 

Muestra amor, pero no consueles con mentiras

Je.  16:4-6

“De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Porque así ha dicho Jehová: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi misericordia y mis piedades. Morirán en esta tierra grandes y pequeños; no se enterrarán, ni los plañirán, ni se rasgarán ni se raerán los cabellos por ellos”. En primer lugar, Dios le dice al profeta que no tenga hijos. Es mejor no tenerlos que verlos morir espantosamente. A los que Dios no le da hijos, él sabe por qué. Por otra parte, ¿has tratado de consolar a los familiares de un muerto por el juicio de Dios; por ejemplo: uno que ha perdido su vida ebrio, por SIDA, suicidio, etc.? El pueblo de Israel habría de morir en rebelión, producto de la invasión extranjera; muchos serían los funerales de los que perecerían por la peste, enfermedades espantosas, disenterías, quejándose. Es indudable que el profeta habría de llorar ante esa visión catastrófica, se ablandaría su corazón y podría querer ir a donde ellos a consolarles y mitigar así con palabras suaves el dolor que sentirían. Jehová se lo prohíbe. ¿Por qué? Porque han muerto bajo juiciodivino. ¿Lamentaron la muerte de Datán, Abiram, Coré, cuando iban por el desierto? No, no hubo duelo por ellos. ¿Piensas que la iglesia consoló a los familiares de Judas Iscariote y que le hicieron una colecta para  la viuda? No. ¿Quién consoló a Safira cuando su esposo expiró por mentir? Nadie. ¿La iglesia hizo lamentación cuando Herodes murió por el toque de un ángel y cuya espantosa enfermedad lo hacía sentir el hedor desde lejos? No. Cuando el juicio de Dios visita a un rebelde, los creyentes podrán visitar a los familiares del difunto para evangelizarlos, acompañarlos, pero no para consolarlos o por lo menos no para consolarlos en relación con el finado. Estas visitas son más bien por compromiso y humanidad que espirituales, para hacer grupo y que los dolientes no se sientan desolados. Hay reflexiones provechosas que se pueden hacer en el funeral de un no cristiano; sobre la brevedad, el sentido y empleo de la vida porque es difícil enjugar las lágrimas de los “que no tienen esperanza” ya que las consolaciones bíblicas son únicas; escritas para los escogidos que están en Cristo y no para los reprobados que viven “sin Dios ni esperanza en el mundo”. ¿Qué consolación, sino con mentiras, puedo darle a un doliente si el alma de su difunto se encuentra en el infierno?

Je. 16.:8

"Asimismo no entres en casa de banquete". Tampoco compartas las fiestas con ellos porque están bajo juicio. Sepárate.

Je. 16:10-13

"¿Qué maldad es la nuestra, o qué pecado es el nuestro que hemos cometido contra nuestro Dios?". ¿No saben cuál es vuestro pecado? "No, no hemos renunciado a Jehová, también lo tenemos a él". Mentían, sí sabían cuál era el pecado, pero pensaban no merecían ese mal tan grande. Se hacían que no lo sabían.

Je. 16:14,15

“Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte”. Le anuncia el castigo, la destrucción y la esperanza. Nos ayudan esas palabras, saber que no sufriremos sin límites, que los padecimientos terminarán y no seremos exterminados. Así habla Dios. Dios es justo en contra de sus sentimientos. Bien lo dijo el apóstol, es amor.

Je. 16:18

"Pagaré al doble su pecado". No quiere decir que les castigue más de lo que merecen. Compara con Isa 40:2 y Job 11:6. Los cadáveres se refiere a los animales muertos utilizados o a los cuerpos humanos en los sacrificios idolátricos. El que paga doble, triple y muchas veces, toda la vida con malos recuerdos es el diablo, con vergüenzas y remordimientos dobles; paga en sueños y dentro de la conciencia diurna. El Señor no nos paga así, sino con alivio y perdón, y olvido. Él no nos recuerda en ninguna forma los pecados que borró y perdonó. 

Je. 17:1

“Esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares”. Como lo tiene en el corazón entonces lo lleva a lo sagrado; si está en el corazón estará en el púlpito y en los asientos de enfrente. No hay dudas.

Je. 17: 4

"Y perderás la heredad que yo te di". Yo no quiero perder, oh Señor lo que cada día de mi vida me has dado. ¿No me cayó ella, mi heredad, en lugares deleitosos? Mi heredad es Dios; y coheredero con Cristo soy.

Je. 17:5-7

"Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová". Mira el germen de la doctrina de la fe, confiar y depender sólo de Dios. Oh Señor, si creo nunca dejaré de dar frutos; mi vida espiritual siempre estará verde. Los árboles se ponen tristes y se fatigan cuando no tienen agua (v.8).

Je. 17:9

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso, ¿quién lo conocerá?". Una buena traducción sería en vez de perverso, incurable. Vale mucho conocerse uno mismo, pero ¿quién se conoce suficiente? Conocemos más de nuestro cuerpo que de nuestra mente o nuestro corazón. Sabemos lo que estamos pasando, en algunos casos por qué lo estamos pasando; tal vez podamos presentar algo ante nosotros mismos sobre la naturaleza de esos pensamientos pero una buena parte de ellos no se deja ver y se quedan escondidos porque no queremos verlos o porque no queremos vernos como somos, y sacamos juicios equivocados. ¿Y los sentimientos? ¿Quién los puede conocer? David dijo a Dios: “¿Quién conocerá sus propios errores?, líbrame de los que me son ocultos” (Sal. 19:12).

Je. 17:13

"Los que se apartan de mí serán escritos en el polvo; porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas". Sus nombres se borrarán pronto. Debiera decir "los que se apartan de ti serán escritos en el polvo"; parece que una letra al final fue omitida y a eso se debe el brusco cambio de persona; se refiere específicamente a Jehová no a Jeremías, porque lo que sigue, el manantial de aguas vivas no radica en el profeta sino en Dios. No lo dudes, si lo dejas te secas.

Je. 17:14

"Sáname y seré sano; sálvame y seré salvo". Sáname Señor, sáname de mi enfermedad; si tiene cura, de mi pecado no quedará ni rastro, estaré saludable otra vez, ¿cómo podré alabarte enfermo?

Je. 17:15-18

"¿Dónde está la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora!". Mira con qué furia persiguen al profeta y retan sus profecías, "si es verdad que todas esas calamidades han de venir sobre nosotros, que nos pase ahora mismo". Pero en ese momento no pasaron sino en su tiempo, porque Dios da tiempo para arrepentimiento (2 Pe. 3:9), no hay que acelerar la ira de Dios que es lenta. Jeremías que hasta este momento había sido paciente, y no había orado por castigo, ahora le pide a Dios que los quebrante.

 

El domingo las calles están llenas de gente

Je. 17:19-27

“Pero sucederá que si me escucháis con atención—declara el Señor—no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en día de reposo, y santificáis el día de reposo, sin hacer en él trabajo alguno, entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David; vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre”. 

A primera vista parece extraño que el Señor envíe su profeta a predicar a las puertas de Jerusalén sobre la violación del día de reposo y que les prometa tanto, dado el caso en que lo guarden, como se ve en los vv. 24, 25. En comparación, lo que ellos hacían con el mercadear el sábado, es casi nada; no era más importante la observancia del sábado que el quebrantamiento de las leyes morales y otras ceremoniales. Isaías dice lo mismo en 58:3,4. Pero el cumplimiento o no del sábado en el antiguo pacto era un indicador de la religión en el alma

La profanación del sábado suele descubrir la profanación de todo lo otro; la secularización del día dedicado a Jehová revelaba el desinterés religioso que sufrían; negociaban ese día porque no les importaba adorar a Dios en él, no santificaban el Nombre de Dios  (Ex. 20:8-11); no que las doce horas del sábado fueran de por sí mejores y más santas que los otros días de la semana, no de por sí, sino por el uso que tenían; porque en ellas se adoraba a Dios. El ejemplo del Creador reposando el sábado no era para que reposaran absolutamente, sino para que no lo profanaran religiosamente, quiero decir, para que lo ocuparan en actividades espirituales y fueran “sin culpa” (Mt.  12:5). 

El sábado es un día de mucha actividad espiritual, un día de trabajo para el alma. La secularización de esta sociedad se nota cada día de reposo cuando los comercios, las calles, están llenas de público que no asisten a ninguna iglesia; espiritualmente desinteresados. Aunque los fariseos guardaban el sábado y no practicaban la religión, el reservar un día de la semana para actividades espirituales, especialmente el primero, día de fiesta de la Palabra y resurrección y no irse de mercadeo, es un buen signo de vida en el alma; generalmente cuando el domingo es dedicado al Señor y a la comunión familiar, las otras cosas mayores, suelen ser arregladas.

 

Rotos y arreglados en las manos de Dios

Je. 18:1-6

"Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel". 

Esto no es una visión que le da al profeta sino una ilustración de esperanza para su pueblo, roto y “echado a perder” por la deportación y el castigo sobre el pecado. No sé cómo cada uno ha terminado este día. Quizás no sano. Roto. Lo magnífico que esta ilustración provee es que tiene una aplicación individual. Dios le dice: “lo que hace el alfarero lo puedo hacer yo también y lo que le ocurrió a él con su vasija me ha ocurrido a mí con mi pueblo, se me ha echado a perder en mis manos”. ¿En sus manos? Sí. ¿Cómo puede ser eso? Porque estando en Cristo cometemos locuras que agrietan nuestro testimonio y nos vuelven inservibles. Sin embargo, note la capacidad del alfarero. No tira la masa, sino que vuelve hacer de ella lo que quería en un principio y continúa lo que se descontinuó; prosigue su obra a pesar de lo que ocurrió, y un tiempo después la misma masa se convierte en otra vasija sin rastros de aquellas desgraciadas fisuras. Ni cicatrices quedan, he aquí todo es hecho nuevo, y si pudiera la nueva vasija mirar hacia el pasado sabría que ahora es distinta, gracias al Señor que no la desechó en su quebrantamiento. Sin embargo, la nueva vasija al fin es lo que el Señor le parece porque dice “según le pareció” como habiendo vencido toda resistencia anterior de la masa a dejarse moldear; y por fin el Señor logra lo que tenía en su mente y la nueva figura que deseaba de allí conseguir. Y como dice lo que le pareció mejor hacerla. El nuevo producto después de la calamidad sufrida es superior al anterior y después de todo puede dar gracias por lo que le ocurrió y por los benditos cambios que para bien ha experimentado en la rutina de la rueda y girar de la vida. 

Je. 18:7-10

"Pero si esos pueblos se convirtieran de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles". Aún los condenados a muerte tendrán una oportunidad por su conducta, uno puede evitar el castigo que iba a sufrir o perder la bendición que iba a recibir.

Je. 18:11

LBLA recoge una mejor traducción: “Estoy preparando una calamidad contra vosotros y tramando un plan contra vosotros”; la idea es que está moldeando un castigo y fabricando un plan para destruirlo; una forma humana de avisarle lo que va a hacer para que ellos traten de interrumpir lo que Dios está pensando, pues les da tiempo para que se muevan y hagan algo.

Je. 18:12

"Y dijeron: Es en vano". Si no lo dijeron con palabras la decisión de ellos lo indicaba.

Je. 18: 13

"Gran fealdad ha hecho la virgen de Israel". Es cierto, el pecado presume de belleza, pero está maquillado, se finge otro, es feo. No "fealdad" sino "cosa monstruosa, horrible", es olvidarse de Dios (v.15). Pasa con la traducción lo mismo que en 5:30.

Je. 18:15

“Han tropezado en las sendas antiguas”; o “desviado” de ellas, que es lo mismo; tuvieron dificultades y tropezaron con alguna doctrina antigua y no pudieron llegar a tener fe en ella y se salieron del camino para evitarla y adoptaron un sendero nuevo donde no se encuentre esa enseñanza que a toda costa quisieron evitar, creer y practicar. Lo nuevo en teología es herejía.

 

Dijo Spurgeon que hay lenguas que muerden

Je. 18:18

"Venid y maquinemos, hirámoslo con la lengua”. "Molestémoslo y hagamos nulos sus sermones; hirámoslo en lo más profundo con comentaríos  que le desalienten. Hagámoslo explotar y se calle o se vaya, de todas maneras, hay otros profetas como él, y mejor que él". Oh hermano cómo levantan un ciclón de calumnias contra el ministro, su persona, su familia, su trabajo, para que se sienta herido y destrozado. Hay lenguas, como dijo Spurgeon, que muerden más fuerte que los dientes. Una herida en el cuerpo se sana y uno la olvida y aunque se mire su cicatriz no produce sentimientos algunos, quizás un recuerdo sin dolor, pero en cambio, una herida hecha por una lengua afilada demora mucho en sanar y siempre que se mire sangra.

Je. 18:19-23

"Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos". Es una catástrofe que el ministro intercesor se vuelva enemigo; el que pedía vida pida muerte, el que perdón venganza". Si Jeremías no se defiende así con la oración, lo matan. Por oficio y por corazón es del sacerdote hallarse a favor y no contra los hombres (He.5:1), pero a veces el profeta invoca a Dios contra su pueblo (Ro. 11:12).

Je. 19:6,11-13

“Tofet”, puede significar tambor por el ruido que hacían con esos instrumentos mientras adoraban a Baal y sacrificaban a los niños. O puede que la palabra descienda de taph o toph que significa quemar por el hecho que ya he indicado de los sacrificios de esas víctimas. El fuego allí ardía siempre, siendo un sitio de perpetuo castigo en la mente popular (7:31; Isa. 30:33).

Je. 19:10,11,14

"Quebrarás la vasija ante los ojos de ellos... que no se puede restaurar más". Esta ilustración fue más allá de lo que en realidad pasó porque el Señor usó misericordia y los restauró; pero con todo, el quebrantamiento fue espantoso. ¡Dios mío, con cuántas impresiones ha de haber regresado el profeta!, y así le predicó al pueblo, como uno que venía del infierno, de entre los muertos (Lc. 16:30).

Je. 20:1-6

"Y azotó Pasur al profetas Jeremías". Pasur posiblemente signifique liberación y lo llevan cuatro personas en la Biblia. El Señor no hizo que a él lo azotaran también. No, Pasur, continuó el curso de su vida con un mal destino marcado, y para que mientras se cumpliera la Palabra de Dios tuviera una oportunidad de arrepentimiento. A veces el peor castigo no es sucumbir pronto sino vivir mucho, envejecer, y ser llenado de desventuras. La gente impía no recibe castigo inmediato por sus iniquidades, vive impunemente, pero Dios le prepara un destino conforme a la maldad de ellos (1 Pe. 2:8; Judas 1:4). Oh Señor, nuestro destino depende de nuestra fe o de nuestra incredulidad.

Je. 20:4

“Los que bien te quieren”. Literalmente “los que tienen afectos por ti”, y ahí van los amigos y familiares.

Je. 20:7

“Sedujiste”; no como Calvino y otros traducen “engañaste”; como dice otro, se refiere a su llamamiento como profeta al principio. Aunque el tenor de sus palabras lo sugieren, esos eran sus sentimientos, que Dios lo había engañado, cuando comparaba su llamamiento con el impacto negativo (burlas y azotes) que producía. No es que él se haga eco de lo que los enemigos decían; quiere decir, “Señor me convenciste, impusiste este llamamiento sobre mí, y no creen mis palabras y me maltratan”. Su misión era obligada. ¿Llamado para ser derrotado? (v.8). No. Sin embargo, hoy orando le pedí al Señor que me sedujera en el sentido que me enamorara, me cautivara, que encantara mi alma con piropos bíblicos, con su Palabra, que se acercara a mí y yo contemplara su hermosura santa, su calor divino, su lumbre mejor que la del sol.

 

Dudas para entrar al ministerio y dudas para salirse 

Je. 20:7-9

"Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude". Lo que quiere decir es: “Me obligaste, acepté esta vocación profética y tomé este camino porque tú me pusiste en él, yo no lo hubiera escogido, no te lo pedí ni te sugerí que me lo dieras, no anhelé obispado, me opuse a tu ofrecimiento e hice excusas como tú recuerdas, pero te impusiste en tu poder y tuve que ceder, me fue “impuesta necesidad”. Me hiciste muchas promesas y ahora todo me está saliendo mal; por lo tanto, me regreso, doy un paso atrás, puse mi mano en el arado, pero la quito. No soporto, es demasiado para mí”. Dudas para entrar y dudas para salirse; todo gira en torno a su contradictor mensaje. Pero no puede, porque dentro de él sentía una ardiente pasión por su vocación. Dios no le hizo más fácil su ministerio, al contrario, le aumentó sus tribulaciones y eso le quitó su desánimo y su deseo de retiro (v. 10). Los que bien o mal lo querían miraban si claudicaría o cojearía, o se caería. Nuestros tiempos peores y los más peligrosos no son los de guerra sino los de tranquilidad. 

En medio de tan depresivo ánimo, aunque quisiera renunciar, cambiar de vocación, compartirla con otros deberes o jubilarse, no podría, sólo la muerte pondría fin a su carrera. Fue formado por el Espíritu, por la Palabra que había gustado, ahora, aunque le fuera mal en los frutos de su empresa, no tenía otra bajo el cielo y nada más podía sino ofrecerse en sacrificio y libación sobre el altar de la fe (Flp.2:17). Quédate profeta, no te regreses predicador que no podrás acostumbrarte a tener los labios cerrados toda la semana. Echarás de menos tu santa rutina. No puedes olvidarte del amor de toda tu vida. 

 

Esperaban que el predicador se cayera

Je. 20:10-12

“Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizás se engañará”. La Biblia de las Américas traduce “esperando mi caída”; la palabra esencialmente significa difamación, la difamación puede romperle su nombre; ellos pensaban que eso lo haría retroceder. También se puede traducir en vez de claudicar, engañarse; que el profeta llegue a pensar que su fe es un engaño. La oposición, y el profeta bajo la mirada de sus amigos y enemigos. Decían "tal vez no es tan valiente, ni firme como parece" "quizás Dios no lo ayude". Pero aquel hombre que un tiempo atrás quería dejar su ministerio se mejora por la fe en la palabra de Dios y piensa que tiene un poderoso Gigante a su favor (es mejor la traducción “poderoso campeón” “poderoso monarca”). No es la violencia satánica lo que hace renunciar a un hombre de Dios sino el desgaste espiritual y mental. Como mínimo el cuarenta por cien del tiempo del ministro debe consumirse en sí mismo. 

Je. 20:13

"Cantad a Jehová porque ha liberado el alma del pobre"; esto lo dice antes de ser librado.

Je. 20:14-18

"Maldito el día en que nací"; (ver Job 3:1-19). No maldice a Jehová, ni sus propósitos, ni su santo ministerio. Maldice la vida porque ha sido dura; ¡qué duro es el ministerio!

Je. 21:2

"¿Quizás Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas?". La palabra maravilla también se puede traducir cosas dificultosas y grandiosas; esas son las cosas que Dios puede hacer. 

Je. 21: 8

"He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte". ¿Qué camino de vida, Señor, si ya no hay oportunidad para arrepentimiento? ¿Cómo es que hay alguna ínfima posibilidad que puedan arrepentirse y vivir? Escoge. Decide. Crees o no crees. Y ¿dónde estaba la vida? En el camino de la humillación, pasándose a los caldeos, tragándose el orgullo patrio y ser acusado de traición, su nacionalidad, renunciando a la “libertad” corrupta, aceptación de la esclavitud, la pobreza, el deshonor, en fin, rindiéndose. Y ellos dijeron que no. 

Je. 22: 1-5

“Esta casa vendrá a ser una desolación”.  En el templo fue donde el Señor le dijo que hablara para los que venían a adorar sin arrepentirse. No hacen nada con ir allí sin le dan la espalda a la palabra de Dios y les ponen oídos sordos a los sermones. Les está pidiendo que acepten el castigo por la desobediencia, será humillante pero no tanto, doloroso, pero no tanto; no aceptar el castigo es recibirlo sin atenuantes.

Je. 22:10

"No lloréis al muerto; llorad amargamente por el que se va que no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació". Peor estarán los sobrevivientes que los muertos. A veces es mejor la muerte que el exilio. Pero ¿no le recomendaste tú que se rindieran? Y no lo hicieron, y salieron en cautiverio, pero no como una solución de fe sino como un castigo (vv. 27, 28).

Je. 22:13-17

"¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?". ¿Por qué has escogido prosperar haciendo el mal si tus padres haciendo el bien prosperaron? ¿No son ellos buenos ejemplos de éxito? No te ventilarás por mucho tiempo en tus salas airosas ni envejecerás en casa espaciosa. Una nota: eso de “airosas” no lo dijo Jeremías, pero se supone por las ventanas anchas y posiblemente en casas de dos pisos y con vistosas escaleras. En el v.14 dice que pintaban sus casas con el color rojo o “bermellón”, quizás traído desde muy lejos, desde el Ponto o India, o España. Lo cierto es que eso era caro. Cosa de ricos. En el v.16 el Señor les pregunta ¿no es eso conocerme? Jesús repitió esa verdad a los que eran creyentes de palabras y no de hechos, que más fácil pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al cielo. 

Je. 22:18,19

"No lo llorarán, ni lo lamentarán". Vivió impíamente y será enterrado como un animal, o más bien harán con su cuerpo lo que hacen con este animal cuando muere, halarlo y tirarlo fuera de la ciudad en un basurero o algo así.  

22:24,28-30

"Que si Conías rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha de allí te arrancaría". Si fueras anillo en la mano de Dios, compórtate con la dignidad de tu caso, para que de esa posición no te arranque el \Señor. Ayúdame Señor, por favor, preserva mis pies en mis alturas (Sal. 18:33). No ando pensando en la perseverancia de los santos que nunca falla sino en los privilegios de servicios y acercamientos a Dios que tengo. 

 

Sin hijos y sin dulces memorias

Je. 22:28-30

"¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían conocido? ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá". Será castigado a ser un hombre solitario y a tener una vida sin ningún triunfo; a pesar que era un hombre rico, importante, hijo de reyes y él mismo rey, vivirá en espantosa soledad, sin hijos y sin dulces memorias. Oh Señor qué misericordia es la tuya el no estar solo, haber tenido muchas cosas buenas por las cuales darte las gracias, acariciar a una esposa, tener hijos y nietos y como Abraham, ordenarles que guarden tu ley después de nosotros. En el v.28 donde dice “vasija” se pudiera traducir “ídolo” porque cuando comenzó su reinado así lo tenía el pueblo, como si fuera un dios joven. No era un cualquiera, alguien sin importancia sino todo un personaje, pero que el profeta o Dios, por dos veces le llama con desdén “este hombre” (vv.28,30), porque no es más que eso, hombre y no un ídolo; en eminencia y reputación, pero hombre con las propias limitaciones y fragilidades humanas, con un cuerpo animal que sustentar y limpiar, que digiere y execra, y llegada la muerte se pudre e hiede. Oh hombres líderes mundiales, dioses no divinos sino de tierra.

Je. 23:1, 2

"¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!". Otra traducción: “Las habéis ahuyentado y no os habéis ocupado de ellas”. 

Je. 23:4

"Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten"; gobernantes dignos; hombres responsables del oficio, mucho mejores que los que Jehová quitó. También puede decir: “Y no faltará ninguna”.

Je. 23:5,6

"En aquel día levantaré a David renuevo y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra" o “vienen días”; el Señor levanta sus ojos hacia el futuro y ve que se acercan los días que planeó. Incuestionablemente, el Espíritu aquí nos está hablando de nuestro Señor Jesucristo. Nos lo describe como "dichoso", aquel varón de dolores que al mirar su obra quedó satisfecho (Isa 53), dichoso en relación con su obra de justicia, porque su mayor trabajo, a un costo muy alto, ganaría nuestro perdón (1Co. 1:30). La palabra podría mejor traducirse que ese gran y bendito Renuevo (perennemente nuevo, renovador, renovante), sería inteligente y próspero. La obra de Cristo, la vida de Cristo, es un asunto más de inteligencia y de conducta que de buen humor. De la cruz resulta gozo pero ella misma es bien seria, no es un chiste.

Je. 23:7,8

"Vive Jehová que hizo subir la descendencia de la casa de Israel de la tierra del norte". Dos misericordias distintas y parecidas, no olvidará la antigua pero la nueva será también grande. Dos formas diferentes de liberación. El vino nuevo es mejor que el añejo.

Je. 23:10

"La carrera de ellos fue mala y su valentía no es recta"; como sus caminos no son buenos sus éxitos no son válidos. La palabra valentía también puede traducirse poderío, fuerza, victoria y poder. 

Je. 23: 13

“He visto desatinos”, o he visto frivolidad y tontería, o boberías. Los rezos a los ídolos son boberías religiosas. El salmista dice que los que adoran esculturas son tontos y sordos como ellas (Sal. 115: 8).

Je. 23:14

"Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometieron adulteríos ; y andaba en mentiras, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma". Es un montón de símiles derogatoríos , calificando a Jerusalén como lo peor. Nota que el adulterio es una torpeza, un error; y si los ministros adulteraran el pueblo también lo hace (v.10), como el ministro, en vez de ser diferente el pueblo hace lo mismo, y lo peor es que fingían ser ministros y hablaban en nombre de Dios (v. 15). Es origen del doblez, fingimiento y la hipocresía. Desventuradas son las iglesias que tienen ministros de esta clase. Mejor que traducir torpezas sería temible, horrible; porque al adulterio hay que tenerle miedo y el daño que produce es horrible.

Je. 23:16

“De su propia fantasía” dice LBLA. Es un poquito de interpretación pero está bien.

 

No se va a la tumba sin recordar algunas conversiones

Je. 23:18,21,22

"Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras”. Lee estas mismas palabras en 14: 14; 23: 32; 27: 15. Quiere decir, "tenían un ministerio pero no tenían mi llamamiento"; si hubieran predicado la palabra de Dios, porque hubieran tenido comunión con el Señor, habrían hecho mucho bien al pueblo, pero predicaban mentiras porque el Señor no les había hablado. Nota como el ministro de Dios debe permanecer en secreto con Dios, tener una poderosa vida espiritual personal, individual; en secreto, cerrado su aposento; es cuando y donde el Señor le habla. La base misma del ministerio es la comunión. Como bien Gill comenta, por poco que sea el éxito de un verdadero hombre de Dios, siempre hay alguno, no como él quisiera, no como hubiera podido, pero su tendencia es hacia el éxito. El mismo Jeremías aunque no tuvo todo el éxito que se merecía tan buen varón de Dios, obtuvo lo suyo y no se fue a la tumba sin acordarse de algunas de sus conversiones. Si uno emplea toda su vida, 60 años, en salvar sólo un puñado de almas y edificar en la fe algunos cuantos ¿no valen esas pocas para justificar el empleo de su tiempo? ¿O es que vivió y murió en vano en medio de una profesión equivocada? El honor y la gloria celestial no estriban en los muchos que se han convertido con su mensaje sino en la semblanza que él mismo es de Jesucristo, en el logro de su propia vida a la imagen de Dios. No se te agite el pecho, ministro, lamentando tu esterilidad. 

Je. 23: 23, 24

"¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea?". Ni siquiera cuando era un embrión, en él se posaron sus ojos (Sal.139:16). Sí, Señor tú todo lo ves, tú "sabes todas las cosas" (Jn. 21: 17); eres "el Viviente que me ve" (Ge. 16: 13, 14); no, tú no eres miope. Todos los espacios de la tierra y del cielo están llenos de ti (regocíjate meditando en Jesús glorificado, Efe. 4:10; la palabra “llenarlo” permite estas traducciones: "repletarlo todo" "verificarlo todo" "ejecutarlo todo" "expirarlo todo" "perfeccionarlo todo" "completarlo todo" "suministrarlo todo"; es decir preparar lugar para nosotros); cuando he pecado lo he hecho ante tu presencia y me he olvidado que tú estabas allí. Oh, miserable dureza de mi corazón insensible. Señor tú sabes el lugar y la hora y cómo he pecado; borra mis rebeliones, y dame tu gracia para no volverlo a hacer. Esto habla de omnisciencia. Oh qué cerca estás   de mí, Dios, y tú miras desde muy lejos.

Je. 23: 26-28

"Hasta dijeron mentiras en mi nombre diciendo: Soñé, soñé". La Escritura enseña que Dios se ha revelado en sueños y que les hablaba a sus profetas por los sueños; pero ahora hay otros hombres que dicen "soñé" y no es verdad que sus sueños sean revelaciones. ¿Por qué? Porque son sueños no garantizados por la palabra de Dios, enviada, por la Ley dada a Moisés, por las visiones y teofanías. Gracias Señor por la Escritura; con ella no hay problema. ¿Cuál es la diferencia entre las dos formas? Está en el contenido, la palabra de Dios es como martillo, golpea, abate, reprende, exhorta, lastima, conduce al arrepentimiento y los sueños no (v. 31).

 

Si no es bíblico, es paja, heno y hojarasca 

Je. 23:28

“El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová”. En otro tiempo la paja y el trigo tuvieron cierta conexión, pero ya desapareció. Pero Jeremías no quiere decir que en algún momento el mensaje de aquellos falsos profetas hubiera tenido algo en común con el mensaje de Dios; sino que lo que ellos decían era pura paja, vana, inútil, sin provecho alguno para la vida del pueblo. Sí, era paja porque eran sacados del corazón y no de la revelación de Dios. Ellos soñaban consigo mismos (vv.25, 26) y luego afirmaban que era Dios quien les había revelado el mensaje mientras dormían. Pero ¿cómo podría ser eso cuando el mensaje que ellos predicaban no envolvía moralmente al pueblo, ni siquiera a ellos mismos? (vv.10,14) Si no eran exigentes con la congregación para que se disciplinaran espiritualmente ante Jehová, si ellos mismo practicaban lo que moralmente la ley escrita les prohibía, ¿cómo podrían imaginar que el Señor se comunicaba con ellos en sueños? Jeremías sabía que profetizaban vanidad porque los oía hablar, pesaba el contenido de lo que aconsejaban, de sus instrucciones y luego examinaba moralmente sus vidas. Aunque Dios no le hubiera dicho que ellos eran falsos, él los conocía y hubiera llegado a la misma conclusión. Afirmaban diciendo con entusiasmo: ¡Soñé, soñé!, pero no había tal cosa, soñaban con sus deseos, con lo que ellos querían que fuera, lo que deseaban que ocurriera, lo que convenía a sus ambiciones o intereses. Le llama “paja” a las profecías de estos, no porque fueran insignificantessino por ser dañinas, vana ilusión, por la ausencia de esperanza que tenía el que las creyese. ¿Qué es más seguro para ti, dar crédito a los sueños y visiones de un hombre o mujer o atenerte a lo que está escrito? Jeremías soñaba, tenía visiones, los falsos profetas afirmaban lo mismo. Actualmente no es tanto el hecho del sueño lo que hace falsa esa forma de revelación sino su contenido, sea cierto o errado. Su contenido primero es innecesario, ¿no tenemos la ley escrita? ¿Qué más tiene Dios que añadirnos? Y por otro lado la perjudican porque los que están atentos a los sueños, adivinaciones y horóscopos, se olvidan de ella, no hacen que el pueblo se acuerde más de Dios sino menos, la sustituyen (v.27), hacen que la gente aprecie más ese tipo de mensaje que a la Escritura y más a sus conductores que a los ministros de la Palabra. Los sueños fueron una forma de comunicación transitoria hasta que la ley escrita se completara; ya teniendo en nuestra posesión el Antiguo y el Nuevo Testamento completos, cualquier mensaje divino para la iglesia ha de ser extraído de ella y no de aquellas fuentes. La revelación fue progresiva, Dios habló de muchas formas y de muchas maneras en otros tiempos, pero ahora, habiendo hablado por el Hijo, ya aquello acabó. La Biblia es suficiente, el Espíritu Santo la confeccionó para nosotros y todo lo que él tiene que decirnos ya lo ha dicho, solamente hay que leerla, estudiarla y aplicarla a cada circunstancia que nos haga vivir la sabia providencia. Ni siquiera somos justificados por la voz de la conciencia.

 

Martilla Señor lo que tengas que martillar

Je. 23:29

 

“¿No es mi palabra como fuego, y como martillo que quebrantara piedra?”. No quiere decir que convierte a todo el que la oye, porque muchos no tiemblan ni corren cuando saben la visión; sólo para algunos es olor de vida y para otros, olor de muerte. No porque el mandamiento sea débil. Cuando se dice que la Palabra es como fuego, como martillo, se compara con la paja de los falsos profetas, se habla de su firmeza, de su veracidad y cumplimiento, de su poder para vencer cualquier oposición y al fin imponerse, porque el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Sin embargo Jeremías está hablando sobre la palabra de Dios en juicio, que consume y desmenuza (Mt. 21:41, 42,44), no de cuando ella es aplicada con gracia al corazón y lo torna en otro. No resistas al que nos amonesta desde el cielo (He. 12.25). ¿Por qué darás coces contra el aguijón? ¿Por qué sobreedificar tu vida con madera, heno, paja, hojarasca que no resisten el fuego? Nuestras vidas, como dice Pablo, por el fuego serán probadas, porque todo sacrificio será salado con fuego (Mr. 9:49). ¿No se te ha dicho ya que sobre quien caiga la justicia de Dios será hecho añicos? Ruega al Señor que quebrante, pero con su misericordia, que en la ira se acuerde de su Pacto, que su martillo haga pedazos la dureza de nuestros corazones; nuestra incredulidad sea hecha mil pedazos y quemada con nuestros ídolos en el valle de los hijos de Hinom, nuestras esperanzas engañosas, nuestras obras de justicia y todo aquello que se oponga a la sana doctrina (1 Ti. 1:10).

 

No son ellos la sal sino la miel del mundo

Je. 23:30

"Hurtan mis palabras cada uno de su más cercano; yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: él ha dicho, hacen errar a mi pueblo con mentiras y lisonjas". Dice Gill que posiblemente usaban las mismas frases que los verdaderos profetas, “así dice Jehová” “así dijo el Señor”. Usan palabras bíblicas, pero no son auténticos profetas. Estas palabras no se refieren a los sencillos predicadores poco surtidos de ideas para predicar que compran libros de sermones para predicar y los usan como propios. Eso es bueno hacerlo, leer cómo otros han explicado la palabra de Dios y aprender de ellos. 

Los que menciona Jeremías no es que roban mensajes para predicarlos como propios sino que la palabra de Dios que el pueblo oye, los que la guardan, ellos con su falsedades se la quitan como si se las robaran. Esa es una interpretación, y si yo fuera a ampliarla diría que lo que ellos roban es el oficio de profetas, el llamamiento de profeta, o sea el púlpito

En cuanto a la metáfora de la lengua dulzona parece que es más apropiado tomar el sentido literal, que quiere decir tomar algo y ponerlo alto; o sea que ellos se elevan a sí mismos, se enorgullecen y suben a una posición que no les corresponde, (y eso es pecado, ver He. 5:4) como si tuvieran una voz celestial; y si se quiere decir que con adulaciones embaucan a los ingenuos, es verdad que en contenido eso es lo que hacen, "adulando a los hombres para sacar provecho" (Judas 1:16). No son la sal sino la miel del mundo, y prohibida en los sacrificios (Lev. 2:11).

Hace un par de días estaba escuchando a un “apóstol” hispano predicar; así lo identificaba el subtítulo que se leía en la televisión. ¿Quién lo habrá hecho apóstol? Pensé. ¿Se habrá auto titulado o ya otro auto ungido como tal le habrá pasado el título? Me acordé que cuando fueron a elegir el sucesor de Judas había varíos  que cumplían los requisitos apostólicos y sin embargo eligieron sólo uno y después de ése no se lee que insistieran en completar el favorito número doce; todos se fueron yendo al cielo y en lugar de ellos dejaron los púlpitos ocupados con sus escritos y doctrinas apostólicas. No supe si enojarme o reírme de él por su pretensión, pero cuando llevaba unos quince minutos hablando y haciéndome esperar que dijera algo sin decir nada, terminé aburriéndome y cambié el canal y me puse a mirar Fox News y las calamidades haitianas.

Je. 24.

Se entiende bien el mensaje, la conexión con la visión es lo que hay que trabajar; por lo menos en los higos malos.

Je. 24:1

“Los artesanos y herreros”. Artesanos o cualquiera que haga algo con las manos como carpintero, albañil. No menciona escribas, filósofos, maestros, sino aquellos que pudieran ayudar en la construcción. Los para él más útiles y menos problemáticos. Lo mismo pudo haberse llevado los recogedores de leña, los basureros, carniceros, médicos, farmacéuticos, si los hubiera.

Je. 24:1-3

“¿Qué ves tú, Jeremías? Higos buenos y malos, tan malos que no se pueden comer". El Señor no sólo le da el mensaje sino una representación para que lo recuerde. Las mejores ilustraciones para los sermones son los que el tema mismo nos sugiere.

 

Extrañándolo todo y nostálgicos

Je. 24:4-7

"Pondré mis ojos sobre ellos para bien, les daré corazón para que me conozcan, porque se volverán a mí de todo su corazón". Les quiere decir: "No lamenten la mala suerte que por desgraciados que se sientan, les será de bendición espiritual. Allá lejos, extrañándolo todo, descontextualizados, nostálgicos y rumiando mil amargos pensamientos, les daré un corazón nuevo". La visión los armaría para luchar con sentimientos de menosprecio y las añoranzas, para que no dijeran "hemos perdido nuestra historia con Dios, no valemos nada". Pase lo que pase, hermanos, cualquiera que sea la etapa de nuestra vida, siempre tendremos igual valor para Dios. Con un corazón nuevo lleno de fe se puede esperar mejor. No te sientas, tú extranjero, olvidado por Dios, si pudieras ver al invisible se encontrarían tus ojos con los de él.

Je. 24:5-10

"Y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto". Los que se quedaron pudieron pensar en la suerte, que les había ido mejor, que habían sido más afortunados que los que llevaron en deportación; sin embargo, no sería así, les esperaba un futuro negro. No pienses que aquellos a quienes Dios castiga los ama menos y sobre los que no extiende su vara de justicia los ama más, no, ¿amó más a Caín que mató a Abel, a Esaú que se quedó que a Jacob que se fue? ¿A Lot que se fue o a Abraham que se quedó? No, hermanos, “sino que tiempo y ocasión suceden a todos” (Ecl. 9:11), pero generalmente Dios castiga a los que ama y a los que aborrece no, castiga a sus hijos y no toca a los bastardos (lee para inspiración, He. 12:8).

Je. 24: 8-10

Terrible. El exilio para todos no sería igual, unos serían sobrevivientes, otros serían exterminados entre miserias y culturas. Definitivamente, les iría mal a ellos y detrás de la mala suerte que los acompañaría estaría Dios haciéndolos que fueran comparativamente insignificantes, sin relevancia y haciéndolos desaparecer. Temed más a la maldición de Dios que a la mala suerte.

Je. 25:3

"Desde hace veintitrés años ha venido a mi palabra de Jehová, y he hablado sin cesar; pero no oísteis". ¿Y no te desalentaste? ¿No dijiste que no predicarías más? (20:9). No era un ministro de hierro, pero sí obediente. Seguía predicando, aunque no tuviera resultados, sin embargo él no estuvo sólo en el ministerio (v. 4) y siguientes; una larga lista de heraldos, y todos tuvieron el mismo mal resultado. Se deprimirían, se desalentaban y proseguían hablando palabra de Jehová. Eran tercamente fieles.

Je. 25:11-13

El último versículo parece no haber sido parte de la profecía original (v.13); son inspiradas por Dios y dirigidas a los lectores. Si la historia del mundo no es organizada por Dios ¿qué es esto? Mira como todos esos países por decreto divino sucumbieron.

Je. 25:12

“Setenta años”. Una posible lista para contar sería (Gill); “Se cumple en el primer año de Ciro. Comenzaron con el primer año de Nabucodonosor quien reinó dos años y dos meses con su padre Nabolpolasar y después 43 años solo. Neriglisar reinó 4 años, Belsasar o Nabonido 17 años, Darío el meda dos años, que en conjunto hacen un total de 69 años y dos meses, y 10meses más son añadidos para completar la cifra que termina con el primer año del reinado de Ciro”. Y en cuanto a Babilonia, Dios usó su pecado para castigar a su pueblo y después le dio el pago a ella.

Je. 25:15-26

"Toma de mi mano la copa del vino de este furor, y da a beber de él a todas las naciones". Ya que no es oído por su pueblo extiende su mensaje al mundo entero para que Israel conociera su soberanía y tuviera en cuenta su papel en la historia universal. Cristo, la iglesia.

Je. 25:28

"Tenéis que beber". Tienen que recibir el castigo. Es mi voluntad, he hecho esa resolución y no la pueden cambiar, no hay otra opción, beban pueblos rebeldes, y no de mi Espíritu Santo.

 

Predica aun las doctrinas impopulares

Je. 26:3

"Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras". Hace falta un giro de regreso para evitar el castigo de Dios. Eso es una forma de hablar humana por parte de Dios. Dios habla como si no supiera el resultado de la predicación de los sermones de Jeremías, y como si fuera a arrepentirse y usar gracia con ellos; pero es así para darle esperanza al predicador y oportunidad de salvación al que le escucha. Un caso conocido es el de Nínive que se arrepintió por la predicación de Jonás. Porque pudiera ser tentado a no trasmitir “todo el consejo de Dios” (Hch. 20:27); en el caso de Jeremías por la dureza del mismo pueblo, pero más por las amenazas de muerte que había en contra suya. En otros casos el ministro se calla algunas verdades o algunas partes de ella para no ofender a sus oyentes o porque la doctrina es impopular (como la predestinación hoy), por agradarles o por pura conveniencia. El pueblo del Señor necesita para su fe oír todo el consejo de Dios que abarque toda su experiencia espiritual. Son las verdades de la salvación las que suelen retenerse porque molestan y las que más necesitan del Espíritu para creerlas porque no se pueden naturalmente aceptar. 

Je. 26:4-6

"Y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra". Ustedes han perdido todas las oportunidades que les he dado, no han querido por rebeldes conformarse a mis palabras.

Je. 26:7-9

"Le echaron mano, diciendo: De cierto morirás". Y les dijo: "No me acusen de traidor si les predigo el futuro que merecen vuestras obras. Me podrán matar, pero el destino de ustedes no cambiará".

Je.26:11-13

"En pena de muerte ha incurrido este hombre". Los he llamado al arrepentimiento y por eso me condenan a muerte, ¿tan difícil les es pedirle perdón a Dios? Mejórense.

Je.26:16

"No ha incurrido este hombre en pena de muerte". Al fin se dieron cuenta que no les hablaba con mala intención sino en nombre de Dios.

 

La multiplicación moderna de grupos seudo cristianos 

 

Je. 26:11-16

"Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído. Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal que ha hablado contra vosotros. En lo que a mí toca, he aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os parezca. Mas sabed de cierto que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores; porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos. Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado. Entonces se levantaron algunos de los ancianos de la tierra y hablaron a toda la reunión del pueblo, diciendo". 

Fíjate que los peores y más crueles enemigos de los ministros de Dios son aquellos que también dicen serlo, los que se disfrazan como ministros de justicia (2 Co. 11:15). El daño que puede hacer un falso profeta que se lanza por lucro en el error de Balaán (Judas 11) es grandísimo. Nota que aquellos malos ministros contemporáneos con Jeremías fueron sus más terribles adversaríos ; ni los príncipes ni los ancianos del pueblo estaban dan endurecidos como ellos, tenían más celo y menos ciencia.  Abogaban por someterlo a la peor muerte, con más odio que nadie. ¿Quiénes son los peores enemigos de la verdad? Los que la han dejado. ¿Los príncipes mundanos, los ancianos jueces o los sacerdotes y falsos profetas? Son las sectas heréticas, los seminaríos  liberales, los predicadores por conveniencia, los que más mal le hacen a la iglesia.

Si las autoridades de las naciones han perseguido al pueblo santo y al evangelio como lo hicieron muchos césares, los crímenes mayores los han cometido aquellos que se nombraban cristianos, han quemado a los profetas e hijos de Dios en sus hogueras ensangrentando sus manos con sangre inocente.  Si lees los vv.17-23, verás que había más sensibilidad humana en los príncipes y ancianos gobernantes que en los sacerdotes y falsos profetas. Ninguno tan endurecido como ellos, que pretendían con más rabia el exterminio de Jeremías. Eran más sensibles, actuaban con más gracia, con más del Espíritu; y sacaban lecciones preciosas de la historia de la revelación. Fueron los sacerdotes los que crucificaron a Jesús no esencialmente los romanos, fueron Anás y Caifás y no Pilato o Herodes. Fue Jerusalén y no Roma quien mató al Señor. La multiplicación moderna de grupos seudo cristianos, heréticos, los seminaríos  de teología liberal, el “evangelio de la prosperidad”, el mercadeo en el púlpito, el pluralismo religioso, la “psicologización” del evangelio, son un plan diabólico para dañar la iglesia del Señor, para subestimar o aniquilar la credibilidad de los verdaderos ministros del evangelio. Las crueles autoridades y césares de Roma no dañaron tanto el cristianismo como los falsos apóstoles y lobos vestidos de oveja (2 Co. 11:13; Mt. 7:15).

Je. 26:16-24

"Y Jehová se arrepintió del mal que había hablado contra ellos" Fue muy buena defensa basada en la historia de Israel. Todas las historias debieran leerse teológicamente. A Ezequías le fue bien y a Joacim mal. Es bueno remitirnos a la Biblia para opinar sobre la pena de muerte, la persecución de la iglesia y para opinar teológicamente sobre leyes antirreligiosas y otras movidas políticas que limitan la libertad de culto o de expresión de los ministros y las iglesias.

Je. 27:1-7

"Hice la tierra y la di a quien yo quise". ¿Es Dios del autor de la invasión de un país por otro? Dios castiga los pecados de una nación sometiéndola a otra que subyuga a sus hijos y los explota. Se librarán de los conquistadores cuando el castigo les quede completo. Pablo dice si puedes hacerte libre procúralo más. Es Dios quien traza los mapas y a veces los cambia, o como se dice, los límites de su habitación. Europa y Estados Unidos pudieran ser reconfigurados por haber abandonado al Señor. Prepárense que los musulmanes los están invadiendo poco a poco.

Je. 27:11

"La nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia morará en la tierra". Es dura la esclavitud, es un castigo parcial.

Je. 27:16-19, 21,22

“Los utensilios” que habían sido sacados del templo en tiempos de Joaquín y Jeconías (2 Cro. 36:7). Uno no lo pierde todo de una vez, Dios se lo va quitando poco a poco; si no puede recuperar lo que perdió, al menos puede preservar lo que quede; Dios no aplica su justicia toda de una vez, cada vez que nos suprime algo nos mira a ver qué hacemos, y si no pasa nada y seguimos como si nada, entonces nos retira otro poco hasta que no nos quede nada sino lamentarnos por obtusos. 

Je. 27:21,22

"Así dice Dios acerca de los utensilios". Lo que les quede de buena religión lo perderán; pero yo los restauraré en otros tiempos. ¡Qué palabras para mirar con esperanza, más allá de la confusión de religiones de estos tiempos!

Je. 28:4

"Y yo haré volver a este lugar a Jeconías". Esto es falso, Jeconías nunca regresó de Babilonia. Este hombre mentía imaginando con optimismo la misericordia. Cuando la justicia está en acción es difícil pedir misericordia.

Je. 28:4-6

"Amén, así lo haga Jehová". "Ojalá Dios confirme esas palabras bonitas, haga lo que predices; ¿qué más quisiera yo?, pero no puedo encontrar ninguna promesa para esos deseos". Oh Dios santo que yo no haga mis deseos tus promesas sino tus promesas mis deseos, ni confunda mi optimismo con la fe en tu palabra. Amén.

 

Ojalá la salvación universal fuera cierta

Je. 28:1-9

“Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia. Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia, y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia. Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová. Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar. Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió”. 

Qué más hubiera querido Jeremías que las palabras de Hananías hubieran salido de la boca de Dios; dijo un amén con todo su corazón suponiendo que lo hubieran sido, deseando que fueran así aunque eso fuera contrario a lo que Dios le había enseñado, a lo que formaba parte de su doctrina por años, lo mismo que de sus predecesores, aunque a los ojos del pueblo él hubiera resultado estar equivocado. Pero no era así, no pudo decir amén como quiso, estaba equivocado Hananías. 

Lo mismo nos pasa a nosotros los ministros del evangelio que nos atenemos al Nuevo Testamento y predicamos la fe llamada ortodoxa, la que han creído Pablo, Agustín, Calvino y otros; revisamos como Jeremías las palabras de los profetas modernos por lo que aprendimos de los antiguos y hallamos que lo que ellos enseñan ahora no coincide ni con lo que enseñamos ni con lo que hemos aprendido de los maestros de la antigüedad. 

Quisiéramos decir un amén de corazón a la enseñanza liberal que todos serán salvos al final, que ninguno pagará por su rebeldía contra Dios porque él es amor y los perdonará sin hacerles daño. Si hay algo que encoge nuestro corazón es pensar en las multitudes que serán malditas e irán al infierno preparado para el diablo y sus ángeles. Como somos sentimentales quisiéramos que todos, los que han creído y los que no han creído fueran salvos, con fe o sin fe, hayan sido borrachos, adúlteros, ladrones, miserables blasfemos, indiferentes. Ojalá pudiéramos extender las palabras apostólicas “en Cristo todos serán vivificados” (1 Co. 15:22) y: “Dios no quiere que ninguno se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pe. 3:9), a toda la humanidad. O aquella otra: “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Ti. 2:4). 

Pero no podemos hacerlo con la correcta interpretación de estos textos. Lo que dicen otros muchos y las enseñanzas de los grandes maestros de la iglesia que el camino que lleva a la perdición es muy ancho, que muchos se pierden, que la puerta de la salvación es angosta y que, aunque muchos procuren entrar no podrán. La salvación de toda la humanidad no podemos creerla, no podemos decir amén a semejante enseñanza porque, aunque Dios es amor, también es justicia; indefectiblemente, el que no creyere al Señor Jesucristo ya es condenado (Jn. 3:18). Y como creemos que se perderán los que se hallan en peligro de muerte, procuramos, como dice Salomón, salvarlos. Esa doctrina, de que el que no creyere se perderá, forma parte de nuestra oración agonizante y parte del estímulo a los pecadores para que sean salvos. Como estamos convencidos que no todos creerán y si no creen mueren, oramos intensamente por ellos, implorando al Señor que se vuelvan de sus pecados. 

Quisiéramos que fuera cierta la enseñanza sobre el infierno que hoy se predica. Dicen algunos maestros que no están en línea con los padres de la iglesia, que el infierno es meramente el sepulcro, la tumba y apelan al origen físico de la palabra con el Valle de Hinom a un costado de Jerusalén que servía como basurero. El gusano que nunca muere, el fuego inextinguible, dicen ellos, no es más que una metáfora de la pudrición eterna de los condenados que se extinguirán en el polvo y no aparecerán más sino para volver a hundirse en la aniquilación. 

Amén, quisiéramos decir a esa doctrina que no cree que haya un lugar de tormento para las almas y cuerpos después de la muerte, sino que una vez salidos del mundo nos hundimos en la nada. El infierno es espantoso, parece increíblemente desproporcionado en intensidad y tiempo. La inconsciencia de las almas en el sepulcro es preferible a su tormentosa conciencia en el infierno. Pero bien claro que leemos que Jesús creía en una conciencia en ultratumba donde se llora y se crujen los dientes. El infierno es temido, es parte del temor de Dios y una verdad no escindible en el evangelismo bíblico. 

¿Cómo podemos hablar realmente de salvación si no creemos en una condenación consciente y eterna? Ha contribuido a ese cambio el racionalismo moderno y el positivismo generalizado que oímos por todos lados. Siempre dicen que hay que ser positivo, que no se puede ser negativo y el infierno es una doctrina negativa; o la siempre presente doctrina de los méritos humanos que hacen al hombre tan digno que parecería una cosa atroz que se le castigara. Tenemos que sospechar que todo eso ocurre por el abandono a la doctrina de la salvación por la gracia de Dios. Desearíamos decir amén, pero no podemos. 

No se trata de negar las verdades bíblicas y sustituirlas por otras fabricadas por los deseos humanos que no comprende la ilimitada justicia divina. Si todos serán salvos, ¿cuál es el valor de las doctrinas de la salvación? ¿Cómo decir amén?

Je. 28:16

"Morirás en este año". Ser un profeta impostor es un peligro. Le dio tiempo para que se arrepintiera y le hablara lo opuesto al pueblo y se prepara para morir. Tampoco creyó lo de su muerte y ella lo sorprendió.

 

Je. 29:1-14

"Cuando se cumplan los setenta años yo los visitaré". Hay un tiempo, hermanos, señalado por Dios como castigo por el pecado; una medida justa de sufrimientos y no se pasará un día ni se disminuirá otro. ¿Por qué no aceptas al fin tus malos tiempos?, Dios satisface su justicia y perfecciona tu salvación. ¿Qué actitud tener? De respeto para la decisión de Dios, para que sea justo, y pensar que ella no es destrucción, entristece, hace llorar, pero es lo mejor. Y, en segundo lugar, aceptación, adaptación como si siempre fuéramos a vivir así, hacer la vida normal. No podemos salir del castigo hasta que se cumpla.

Je. 29:12,13

"Me buscarán y mi hallarán porque buscarán de todo corazón". Ayúdame para buscarte así Señor, orar así, con el corazón, no buscar salir de una situación por el enojo de ella, sino con los ojos puestos en ti.

 

Reformas, avivamiento, la Palabra y el Espíritu

Je. 29:10-14

“Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar”.

Nuestro texto específicamente se adapta al avivamiento del pueblo santo. Es en primer lugar un avivamiento de la palabra: “Yo os visitaré y despertaré sobre vosotros mi buena palabra” (v. 10). Cuando Dios en su graciosa voluntad quiere bendecir a su pueblo con un avivamiento, su palabra inmediatamente ocupa un sitio prominente en la vida de la iglesia. Los creyentes comienzan a leerla, a estudiarla, a amarla y a vivirla. Lee por ejemplo el avivamiento que hubo en tiempos de Josías y como había sido abandonada la ley del Señor. Cuando el avivamiento comenzó hizo que encontraran el libro de la ley y lo leyeran (2 Cr. 34:14-21). El avivamiento que viene del cielo siempre pone la Biblia en primer lugar y los santos la aman y la escudriñan. Lee la Reforma protestante del siglo XVI y verás qué lugar de privilegio ocupó, cómo Lutero de las primeras cosas que hizo fue traducir la Biblia al vernáculo y los alemanes comunes podían leerla. En el avivamiento del Señor, los ministros comienzan a escudriñar más la palabra y enseñarla al pueblo y la iglesia se vuelve ansiosa por ella. Hoy se venden muchas Biblias, se compran muchas, pero es una época en que casi no se estudia. Nota en el N.T. y verás lo importante que es la Escritura para sus escritores y especialmente para Pablo.

Se publican muchas Biblias con algún símbolo del Espíritu en su portada para llamar la atención de los compradores. Pero Jeremías nos dice que el Señor nos visita con su palabra. Ahora se habla generalmente del Espíritu, pero en conexión con sueños, visiones, alabanzas, pero no con la Palabra. Lo que aprendemos del mismo Señor es que el ministerio del Espíritu no es de la letra, pero sí de la palabra; cuando él anunció su venida dijo que le glorificaría porque tomaría de lo suyo, es decir, su palabra y nos la haría saber. El Espíritu ha venido para equipar la iglesia con dones, pero principalmente para ministrar con la Palabra. La prueba es la existencia del N. T. como una obra suya. El Espíritu en la adoración siempre se halla asociado a la verdad (Jn. 4.). Cuando el Señor se hace presente entre su pueblo, su palabra es avivada, se cumple, no vuelve vacía. 

Pero además los hombres se tornan a la oración(v.12). Y es un tiempo cuando los medios de gracia son bendecidos mucho más, porque todo el que le invoca lo halla (v.13). Oh hermanos, oremos por un profundo avivamiento entre el pueblo del Señor. Amén.

 

El Señor piensa y hace planes con nosotros 

Je. 29:11

“Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros”. O “los planes”. Todas las cosas buenas que nos suceden son porque Dios ha pensado en hacerlas; primero han estado en los pensamientos de Dios y luego él ha hecho que pasen. Jeremías ha estado anunciando a su pueblo cautivo las grandes cosas que el Señor hará con ellos y para darles seguridad, para quitar el pesimismo que los embarga les dice que sus palabras son los pensamientos de Dios; y no sólo para otorgarles los que les parecería imposible sino para premiar la fe de los que aún esperaran en sus promesas, que todo hubiera obrado para bien y el Señor cumpliera sus promesas. Oh, Señor, yo sé que tú tienes pensamientos de paz para nosotros, que aunque tus promesas se cumplan después de tus castigos, tú harás el bien que nosotros esperamos. Señor, tú castigaste a tu Hijo por nosotros, él sufrió nuestros dolores y lo tuviste por abatido, ¿habrá alguna condenación para los que están en Cristo Jesús? No. Sus pensamientos son pensamientos de paz y no de guerra; en Jesús, en la cruz Dios no nos hace guerra sino paz (2 Co. 5:19; Ef. 2:13-17).

Je. 29:17; ver 24: 2

Je. 29:16-19

No se consideren más dichosos y bienaventurados que los que se fueron o que con más misericordia se les ha tratado; sólo ha diferido el castigo, pero después vendrá y peor.

Je. 29:21-23

Dios usa la impiedad de unos para castigar la de otros, con pecados castiga los pecados.

Je. 29:32

"No verá el bien que yo haré a mi pueblo". Porque se morirá antes que eso ocurra. Dos castigos que pudieran ser. Hará que su nombre desaparezca de la tierra. Los impíos están escritos en el polvo, no en el libro la vida, sino en el de la muerte y el olvido (17:13; Apc. 13: 8; 21:27).

Je. 30:2

"Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado". Comienza con palabras de vida, con palabras de promesas. 

Je. 30:3

"Los traeré a la tierra y la disfrutarán". Conoce a tu Dios, que siempre tiene una palabra de esperanza en las crisis. A Dios le gusta que disfrutemos sus bendiciones, por eso el diablo quiere maldecirlas, y que principalmente lo disfrutemos a él. Y si no puede hacerlo te propone un negocio: Cambiártelas por otras que son inferiores.

Je. 30:9

"Servirán a su Dios y a David". A Dios y a su Rey, el Cristo (Jn. 5:23).

Je. 30:11

"De ninguna manera te dejaré sin castigo, pero no te destruiré". Esto, para que acepte el castigo basado en la esperanza futura: de ningún modo pasarás a la bendición sin castigar tus pecados. Acepta la justicia y tendrás misericordia. Sométete y espera.

Je. 30:12,13

"No hay para ti medicamentos eficaces". Como no te has querido arrepentir te declaro incurable; seguirás enferma, vendrá el castigo. Las enfermedades sociales, morales y teológicas tienen curas bíblicas.

Je. 30: 14

"Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan porque te herí". Cuando uno está bien tiene muchos amigos y colaboradores, pero cuando pecas y eres avergonzado todos te dejan.

Je. 30:17

"Yo haré venir sanidad, sanaré tus heridas". Los castigos de los creyentes no obran la destrucción total. Los hombres podrán olvidarte amada Sion, pero no Dios, tu recuerdo en su corazón siempre está vivo.

Je. 30:18-20

"Y serán sus hijos como antes". ¡Qué promesa!, que las cosas volverán a ser como antes. Oh Señor, yo la quiero para mí, que me devuelvas la santidad que perdí, la fidelidad que menosprecié, que me sienta como un hijo y no como un bastardo ni como un esclavo. Amén.

 

Atrévete a vivir tu vida cristiana como un desafío 

Je. 30:21, 22

“De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová. Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios".  También dice “¿quién se atreve arriesgar su vida?” “Quién compromete su corazón”. Voy a seguir con la RV. El que se atrevió acercarse al Señor llegó a ser su líder y señor de su pueblo porque él lo hizo así; un tipo de David, o del Hijo de David, el Cristo. Eran tiempos difíciles, de mucho desencanto y falta de fe; y había que atreverse a acercarse al Señor, no se miraba bien que alguien lo hiciera, la religión de Jehová no era apreciada ni bien vista. Atrévete a acercarte al Señor, desafíate a ti mismo, empújate a hacerlo, ten fe como un reto a los demás y por tu fe, como Noé, condena al mundo (He. 11:7); desafía a los incrédulos a creer,  a los perversos muéstrale que ser santo es posible, a los violentos que ser pacífico es fortaleza, desafíalos con tu fidelidad matrimonial, enséñales a ser hombres de una sola mujer, desafíalos con tu virginidad hasta el matrimonio, desafíalos a ser amables, a perdonar, a olvidar, oblígalos a reconocer que la marihuana y la cocaína no se hicieron para ti, desafíalos con sobriedad, entereza, con tu vida de oración, con tu gozo y paz en el Espíritu Santo, amando la Biblia, adorando a Dios en los cultos, con tu sostén económico a la obra de Dios. Atrévete a acercarte a Dios cuando te andan gritando que no lo hagas, tapa tus oídos y sigue, aunque, como en los días de Juan el Bautista, el Reino de los cielos sea sólo de los valientes y ellos lo arrebaten (Mt. 11:12).

Je. 30: 24

" No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto". Si no lo entiendes ahora, espera que lo entenderás después (Jn. 13:7); no pidas en este momento respuesta a todos tus sufrimientos; ten fe en la providencia de Dios, aguárdale que ella es sabia, no te mortifiques ni te amargues con Dios; la fe en la Palabra se te ha dado para sostenerte. Cuando todo se cumpla entonces lo entenderás (Jn. 12:16).

Je. 31: 1-3

"Con amor eterno te he amado". Se puede decir “te prolongué mi misericordia” “te atraje”, o “te desarrollé”. Tanto al profeta como a Jerusalén. De cada creyente se puede decir lo mismo. Dios lo ama con amor eterno. No levantes excusa que el amor de Dios fue para otros tiempos porque es un amor eterno; es el mismo que amó a nuestros predecesores. ¿Te quejas de que Dios se olvide de ti? ¿Que no oye tu oración, no entiende tu necesidad, no acude a tu solicitud? ¿Que no te ama por las pesadas cruces que te ves obligada a llevar? Quizás piensas así, con tanta amargura y frustración porque te falta la fe; si hicieras acopio solamente de un poco verías y sentirías que su amor excede a todo conocimiento (Efe. 3:19); si estuvieras en comunión con el Espíritu Santo él te revelaría la grandeza de su amor (Ro. 5:5). Son esas horas de tinieblas, soledad, enfermedad, espada, peligro, cuando nuestra incredulidad por una parte y el diablo por la otra, nos hacen dudar de su amor eterno (Ro. 8:35-39). Antes que te creara, te amó, y antes que te castigara por tus pecados. 

Je. 31:4, 5

“Aún” o de nuevo, tendré misericordia de ti. Se repite dos veces. Es enfático el asunto. Es imposible escasear la fuente de la misericordia de Dios. El Señor te apartará del pecado con su justicia y luego usará contigo misericordia. Lo hará de nuevo. Oh Señor, ¿usarás aún misericordia con tu siervo? ¿Lo amarás de nuevo? Seguro que usarás misericordia con quien ya has usado misericordia. Yo iré a la cabeza de las misericordias divinas (v.7).

Je. 31:9 

“Entre súplicas los guiaré”. “Con suspiros vendrán”. ¡Qué bonito es ser guiado entre súplicas y oraciones, húmedas por lágrimas y suspiros! Irán llorando y volverán riendo. Oh Señor, hazme volver por camino derecho, por favor, Padre, soy tu hijo, “endereza mis pasos”; dame esa bella promesa para mí que estoy en Cristo, él es mi sí y mi amén (Pro. 16:9).

 

Aliéntate con la bondad y belleza de Dios

Je. 31:14

"Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia". Y añade “mi pueblo se saciará de mi bondad”. ¿Hay algo más bonito que eso?  Se puede traducir que mi pueblo se saciará con mi belleza, con mi alegría. Es precioso alimentarse con la bondad, con la belleza y con la alegría de Dios. Esas tres cosas hasta el tope.Qué bueno, Señor, que en esos momentos pensabas en el alma del sacerdote; y ya sé, pensabas en ellos porque cuando tú planeas bendecir a tu pueblo piensas también hacer llegar tus bendiciones a los ministros de tu altar; haces partícipe de los bienes del alumno a el ministro que lo instruye (Ga. 6:6). Sí, el sostenimiento propio de las iglesias proviene por la bendición divina sobre los miembros que la constituyen porque el Señor les da prosperidad, y mejorando la hacienda de ellos y poseyendo un espíritu muy generoso para la religión, animados de la convicción que la prosperidad económica de ellos tiene que significar la prosperidad de su congregación, ofrendan, diezman y se gozan alegremente en la entrega de sus contribuciones. Danos Señor espíritu de privilegio para entender esta cuestión. Amén. Y ah, Señor, sacia a tu pueblo con tu bondad, tu belleza y con tu alegría. 

Je. 31:15

"Voz fue oída en Ramma".  La iglesia primitiva vio en estas palabras una profecía escondida sobre la matanza de los niños en Belén, perpetrada por Herodes; insistió en que el Espíritu camuflaba la profecía entre los hechos sobre la caída de Judá. El gozo de los hermanos al leer la Escritura era hallar la correspondencia entre las ella y los hechos de la vida de Jesús; era tan sublime la historia del Señor para ellos que no se detenían a pensar en el contexto histórico de las palabras que hallaban; para ellos Jesús había sido anunciado por los profetas y emergía indubitablemente de dentro de las profecías. No era de vital importancia que la exégesis fuese recta a no, para ellos sí lo era porque iban de Jesús a la Escritura y con que la forma de la verdad, esto es, las palabrasse ajustaran, ya era suficiente para tomarlas en el sentido cristiano. Ellos afirmaban tener en Cristo el espíritu y sólo necesitaban hallar en la Escritura la letra para darle vida “la letra mata mas el espíritu vivifica” (2 Co. 3:6).

 

Salario hay para tu trabajo

Je. 31:16, 17

"Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra".  No te preocupes por tu porvenir, todo te irá bien y cada cosa la palabra de Dios hará que caiga en su lugar. No trabajarás en vano, tus labores serán recompensadas y el fruto de tu trabajo será una bendecida cosecha. Ninguna lágrima vertida será inútil, por cada una de ellas que hayas vertido “volverás con regocijo trayendo tus gavillas”; esas cosas han partido tu corazón, pero no han hecho más que quebrar su dureza y sobre esa tierra blanda el Señor ha sembrado la semilla de bendiciones futuras. Cosecharás los buenos resultados de tu conducta, o mejor, los frutos de tus desvelos y humillaciones. Ahora, ara con esperanza, como se debe (1 Co. 9:10); mira el porvenir con buenos ojos porque no miras un horizonte oscuro o empañado sino un futuro brillante.  Lo que ha pasado pasó y pagaste la culpa de tu pecado, ahora reponte, yergue tu cabeza y avanza, cree que los días venideros serán los de tu vendimia y mucho mejores que los que ya viviste.  Bendito seas Señor, que haces que un pasado calamitoso produzca resultados tan positivos.

Reprime del llanto tu voz. Ora tus quejas, pero no grites por tus desventuras. Ya vio Dios las lágrimas de tu arrepentimiento y no te ha maltratado tanto como para que no te yergas. ¿Andarás encorvado siempre como si él continuara azotándote? Seca tu llanto y mira el azul del cielo, los dorados de fuego de la puesta del sol, contempla el atardecer y medita con Isaac que un bello amor está en tu camino. Recompensa y salario hay para ti. Dios no nos pide perdón por disciplinarnos pero muestra su dolor con un cúmulo de salaríos  y bendiciones soberbias.

 

Conviérteme y seré convertido

Je. 31:18, 19

"Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud". Aquí el profeta habla de conversión, predice la futura conversión de Israel en esencia y alcance neo-testamentaríos ; aunque de Efraín volvieron muy pocos y de Judá no muchos, la profecía tuvo su cumplimiento, pero plenamente en la iglesia cristiana. Las profecías del A. T. tuvieron su cumplimiento, pero en Cristo es cuando ellas se vuelven sí y amén porque en él habita corporalmente la plenitud de la deidad. El profeta mira hacia el futuro, o mejor dicho sueña con el futuro porque su profecía le fue dada en sueños (v. 26), y ve la conversión a Cristo del pueblo santo. Mira y ve el regreso de los cautivos en Babilonia, pero detrás de ellos, un poco más allá en el tiempo, observa a una multitud inmensa que también sale de Babilonia, del pecado, para asirse de la promesa puesta delante(He. 6:18). 

No es el arrepentimiento carnal de los que se vuelven hacia Dios para que cese el castigo porque lo que quieren es escapar de su justicia; ahora Israel pide una transformación de su corazón, pues ora: “Conviérteme y seré convertido”. Eso es lo que ve Jeremías en su sueño, un pueblo que se vuelve a Dios no buscando beneficios temporales sino eternos, pidiendo su conversión. En un estudio espiritual de su situación Israel se dio cuenta de que ninguna de las tragedias de su historia le aprovecharía en algo a menos que orara a Dios, que comenzara a invocarle, el orgullo de sus sacrificios y la preservación milagrosa como pueblo de nada le valdrían a menos que comenzara a espiritualizarse y le buscase en oración. Sería una época en que Israel examinaría su religión, su culto, sus sacrificios, su templo, su ley, y no confiaría en nada de eso para cambiar su empedernido corazón, con el cual ellos y nadie puede sin la gracia de Dios convertirse. Cada no converso debe orar por su conversión, “conviérteme y seré convertido”, y no tratar de convertirse por sí mismo. Amén y amén.

Je. 31:20

"¿No es Efraín un hijo precioso para mí?". La versión en español contiene una partícula negativa, “no” pero en otras versiones simplemente se lee: “¿Es Efraín un hijo precioso para mí?”, y la respuesta es negativa, no, no es hijo precioso bien comportado y obediente.  Nada de eso, es un hijo malo y contumaz y en él no tengo algún deleite o comportamiento. Sus entrañas se conmovieron porque desde hacía mucho tiempo venía hablándole y advirtiéndole las consecuencias que traerían sus pecados, pero Efraín no hizo el más mínimo caso. Oh Señor, cómo deseara yo ser un hijo precioso y muy querido para ti en quien tú tengas deleite. ¡Si te deleitara yo también como ministro, y fuera para ti precioso! Y lo es, pruebas tengo de la protección divina de mi vocación ministerial. Ambas cosas, mi vida cristiana y mi llamamiento. Aunque sé que mis pies son para ti hermosos porque anuncio el evangelio y la paz. Amén. Cristo es precioso, entonces los que estamos en él también lo somos (1 Pe. 2:7).

Je. 31:22

“La mujer rodeará al varón”, en sentido figurado, Israel como una mujer hará un papel de hombre, o Israel, débil como una dama podrá más que Babilonia  corajudo varón.

Je. 31:25 

"Alma cansada y alma triste". Señor, gracias por esa oferta para mi alma cansada y triste.  Dame reposo, Señor, y alegría.

Je. 31:26

"En esto me desperté". Oh Dios, le había hablado por sueños, y soñó cosas preciosas y exhortaciones para Israel. Sueño contigo Señor, en paz me acostaré y soñaré contigo, y no como a veces con las turbulencias de mi agitada conciencia (Ecl. 5:7). No soñaré  con mi yo sino con Cristo.

Je. 31:29,30

"Los padres comieron las uvas agrias". No es que Dios haya sido injusto anteriormente con el castigo que les impuso donde los hijos también llevaron el pecado de los padres como se dice en Éxodo 20:5, sino que usará más gracia con los hijos e independizará la maldad de los padres de la vida de los hijos. Propiamente aquí ya el Señor se está encaminando hacia el pacto de gracia (vv. 31-33).

Je. 31:34

"Ninguno enseñara a su prójimo porque todos me conocerán". En el pacto de gracia hay muchos cambios, la misericordia entra en acción y la sentencia y los castigos se individualizan; pero además al fin la palabra penetrará el corazón de ellosporque el Dios mismo con su puño y letra (esto es, con su Espíritu y por medio de la predicación del evangelio) escribirá su ley en sus corazones haciendo que la guarden y que todos se vuelvan a él. No habrá ningún inconverso dentro de la familia y los hermanos no tendrán que preocuparse por la conversión de los otros porque no habrá ninguno que rechace al Señor y todos le amarán y amarán su palabra. Lo que no consiguió la ley y la justicia sí lo alcanzará la misericordia y el amor derramado. Amén. El Espíritu Santo será el seguro Maestro de todos. De nuevo, amén.

Je. 31:35

"Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche". Lo ha dicho el creador, nadie duda. La misma voz que estableció las leyes del universo es la que ha hecho promesas de salvación.

Je. 31:37

"Si los cielos arriba se pueden medir". ¿Te parece imperdonable el pecado de tal y tal? ¿Te parece enorme? Dios puede perdonar tu pecado por grande que haya sido. Lamentas lo que hiciste, quizás no te deje dormir la culpa y el temor, pero no dudes que hay para ti perdón. Consigue paz para tu corazón, alza tu vista y mira la luz de tu esperanza. Si los cielos se pueden medir entonces no tendrás perdón, y aun así, el amor de Dios es inmedible.

Je. 32:1-5

"No os irá bien". Porque hay que aceptar la justicia de Dios sobre el pecado, negarse a la porción del castigo que nos corresponde es empeorar las cosas.

Je. 32:6-44

Les dice que les hará mal, que tienen que soportar el castigo, pero les da esperanza de misericordia para que no pierdan el sentido del propósito que tiene con ellos, porque si se desaniman y desaparece la visión del pueblo, se extinguen. Oh Dios que no perdamos la seguridad de tu propósito con nosotros.

Je. 32:15-19, 27

"Dios grande, poderoso". Jeremías está entusiasmado con lo que el Señor piensa hacer, y lo da por hecho; salta de puro gozo porque ve que Dios no ha desechado a su pueblo. Lo cree, lo cree de corazón, porque sabe que nada es imposible para el Creador del mundo, que ninguna promesa suya le será difícil cumplirla. Por dos veces le llama “grande” y una “magnífico”. Oh Señor, para ti no hay imposibles, cumple tu palabra y será “cosa maravillosa a nuestros ojos” (Mt. 21:42). Pero no es sólo el regreso a la patria lo que les promete que hará, lo más maravilloso es que volverán siendo otros (vv.36-41). Sí, este pasaje se dio para que sepamos que la conversión de los pecadores no es difícil para Dios y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Bendito seas Señor.

 

No piensen en imposibilidades

Je. 32:17, 27; 38-42

"¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti; he aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo". 

El que por su palabra hizo el mundo, ¿no podrá cumplir lo que promete? ¿El que ha hecho una promesa, halla luego que no le conviene cumplir o no tiene recursos para ello? ¿El que hizo lo que se ve de lo que era invisible? (He. 11:3). ¿El que llama las cosas que no son como si fuesen, lo que no existe como si ya existiera, lo que no ha ocurrido en el futuro como si fuera historia? (Ro. 4:17). No, para Dios no hay nada que sea imposible, todas las cosas son posibles para él. Jeremías trataba de infundir fe a su pueblo para que creyera que los que ahora salían en la deportación hacia Babilonia, un día regresarían, que como Él los había recogido de Egipto así los recogería de nuevo desde las tierras adonde fueran esparcidos. Fueron los que tuvieron fe y ardientemente lo desearon, regresaron; los otros, la mayoría prefirió otros rumbos sin contacto con la profecía, separados del destino eterno de su pueblo. Para el pueblo era muy difícil creer que, tras 70 años, casi un siglo, ellos volverían a su tierra. ¿Cómo lo haría Dios? Era obvio, si se razonaba espiritualmente, que ellos no podrían ser los mismos que salieron en cautividad; tendría que ser otro pueblo, moral y religiosamente limpio. Un pueblo espiritualmente cambiado (vv.38-42). Para Dios no hay nada difícil. No piensen en imposibilidades.

 

 

Clama por cosas grandes e inaccesibles 

Je. 33:3-9

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas  (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad): He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio. Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y contra mí se rebelaron. Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré”. 

La traducción de la Biblia de las Américas es mejor, “grandes e inaccesibles”, porque tiene que ver más con los misteríos  de la salvación que con otras cosas, como se sabe por 1 Co.2:9; dentro de ellas se hallaba la conversión de Israel a Dios (la iglesia); Dios, tú nos prometes darnos más de lo que pedimos o entendemos. Jeremías predice muchas veces la salvación de Israel y le pide a Dios en oración por ello. Amados, debemos orar por conocer más sobre la salvación, en especial la de Israel para que el Señor les limpie de sus pecados y sea un pueblo de mucha gloria a Dios, ora para que el Señor venga con medicina para nuestras enfermedades y con abundancia de paz y verdad. Fíjate en esa combinación, paz o estado de ánimo, tranquilidad doméstica; y entonces verdad que es un concepto; hogares y familia, la nación edificada con paz y evangelio. Ora por esas bendiciones ya listas para ser enviadas (32:17, 27; Ecl. 11:5). El que hizo el mundo es capaz de responder cualquier oración.

Je. 33:14-16

 

“Yo confirmaré la palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá”. No sólo habla del regreso desde Babilonia y la normalización de la vida (vv.10,11) sino que se extiende hasta Cristo (23:5,6), cuando el Señor haya cumplido en él toda su palabra, entonces habrá hecho justicia a su pueblo porque somos “hechos justicia de Dios en él” (2 Co. 5:21). Nunca habitarás seguro hasta que Cristo haya sido hecho tu justicia, redención y santificación (1 Co. 1:30,31). Las promesas de Dios son “buenas palabras” que nos ha dicho.  Creámoslas.

Je. 33:17,18

“Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y haga sacrificio todos los días”. Se restaurará el gobierno civil y la religión, las dos instituciones básicas, primarias, en el nacimiento y permanencia de una nación. No puede haber nación, esto es, orden, sin un gobierno, ni nación sin la bendición de Dios por medio de la enseñanza religiosa (Sal. 144:15; Ro. 13:1-7). Volverá a nacer la nación (vv.19-22). ¡Qué bueno es que Dios nos dé hijos predicadores, pastores y misioneros! ¿A quién de mis lomos escogerás tú, Dios, para que sea tu heraldo?

Je. 33:24

“Dos familias”, unos dicen que una familia sacerdotal y la otra real, pero más bien se trata de Judá e Israel. Con esa me quedo.

 

De nada valen honrosas exequias fúnebres 

Je. 34:2-5

"Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás. Con todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada. En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la palabra, dice Jehová". 

¿Fue misericordia lo que Dios usó con este rey o un castigo al dejarlo vivo? Lo tomaron preso, le degollaron los hijos en su presencia, luego le arrancaron sus ojos y así sumido en tinieblas lo llevaron a Babilonia con tantos amargos y horribles recuerdos para rumiar, de modo que sus días futuros habrán sido más horribles que la propia vida (2 Re. 25:4-7). De él no se supo más, sino que quizás poco tiempo después murió y lo endecharon sus amigos. Se dice que murió en paz; ¿a cuál paz se refiere? ¿Paz de conciencia? ¿O que nadie lo molestó? Cualquiera que fuera la bendición del Señor; si en esos últimos días entre tinieblas recordó toda la palabra de Dios que escuchó y creyó, moriría no en sus pecados sino en paz con Dios, reconciliado con él. Si no murió con esa paz, con tantas culpas sobre su conciencia, de nada le ha de haber valido las honrosas exequias fúnebres que tuvo; ¿qué consuelo puede tener un alma en el infierno al saber que honran su memoria o que se lamentan por él, o que le dispensan un exquisito discurso fúnebre? ¿Qué vale la gloria humana para un hombre que ya no está en el cuerpo? ¿Qué sirve en un culto en una funeraria, lleno de palabras bonitas, un monumento lapidario, si eso no es eficaz con los que traspasan el pórtico final de la existencia? Busca alma mía, la paz en Cristo antes de morir.

Je. 34:14

“Le servirá seis años y lo enviará libre”. No se acaba la esclavitud por la obediencia a Dios.

 

Para bautizarlos, espera como mínimo el tiempo de un embarazo

Je. 34:8-16

“Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad; que cada uno dejase libre a su siervo y a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase a los judíos, sus hermanos, como siervos. Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron. Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas. Vino, pues, palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre, diciendo: Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído. Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la casa en la cual es invocado mi nombre. Pero os habéis vuelto y profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y siervas”. 

Esta obediencia de que los amos dejaran por ley libre a sus esclavos hubiera traído misericordia de Dios, pero obedecieron por un tiempo sin “considerar los gastos” y luego con la práctica se retractaron dándose cuenta lo que habían perdido, extrañándolo y corriendo a regresarlo. Como dice esta versión, se convirtieron y luego se arrepintieron de tal conversión, hicieron lo bueno y luego les pesó, destruyeron y volvieron a edificar haciéndose transgresores (Ga. 2:18), regresaron al vómito (2 Pe. 2:22). 

¿Qué fue aquella “conversión”? No fue válida porque restauró el mal que había dejado. Eso es evidente. ¿Fue fingida? No creo, pero tampoco profunda. Tendrían sus reparos, pero el entusiasmo de hacerse notables y cumplir lo que era una ley de Dios, hizo que dijeran amén a la iniciativa, pero pasado un poco de tiempo miraron atrás, reflexionaron, y recolocaron las cosas como habían estado. ¿Qué confianza se puede tener, me pregunto, en la conversión de un pecador, en el “testimonio” verbal que da de su conversión? El factor tiempo es importante y cómo su fe convive con la providencia de Dios y maneja sus circunstancias reconociéndola, aceptándola, bendiciéndola y glorificando a Dios y su Palabra. Muy pronto no se puede declarar y menos informar de su conversión, porque hay que esperar que su decisión de frutos y entonces por ellos juzgar la autenticidad del árbol, la raíz que lo sustenta, y la calidad de la semilla que se sembró. Estos esclavistas de los cuales habla Jeremías no quisieron aplicar la palabra de Dios a sus economías y sistema político de esclavitud. Cuando la palabra de Dios pasó de ser una experiencia emocional interna a constituirse en una obediencia civil, se negaron, y tropezaron en ella (Mr. 4:17). Y dijeron adiós al buen paso que habían dado.

Volver de un numeroso culto con la cara sonriente y un papel en la mano con los nombres y números de los que han levantado sus manos recibiendo a Cristo, o que han acudido al frente del púlpito, llorosos y con la cabeza caída sobre el pecho, es ir demasiado aprisa para llamarlos convertidos a Cristo y salvos. Y peor aún si esa decisión ha sido inducida por un predicador ávido de esas anotaciones ya que hacen más atractivo su currículo para la fama como un evangelista brillante. Esperemos, señores, hasta ver cómo se conduce esa conversión cuando entre en la política, los derechos civiles, la clase de vida de otros y el bolsillo. La iglesia apostólica bautizaba pronto, pero la post apostólica prefirió tomarse un tiempo. Aun Pablo dijo, “hasta que sea formado Cristo” en sus corazones y los encargados de eso hayan sufrido al menos un dolorcito de parto (Ga. 4:19), o sea nueve meses.

 

Los seguidores de Recab y de la ley seca

Je. 35:5-10; 18,19

“Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos;  ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera.  Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días”. 

Estos comentaríos  míos no son para hacer volver al vino o la cerveza, a quien lo dejó y que no le conviene exponerse otra vez a la tentación sino sólo una pequeña defensa a la Sola Scriptura en materia de fe. 

Recab concibió un estilo de vida para su familia y ella lo siguió al pie de la letra. Fíjate que los mandamientos que le dio no invalidaban los de Dios, que no bebieran vino, sino para que según él, fuera de provecho para vivir muchos años, muy apropiados para la longevidad. No eran mandamientos religiosos sino apropiados para la familia, una filosofía para la vida. Por la obediencia de los recabitas a las enseñanzas de los padres, el Señor les hizo la promesa que siempre alguno de ellos estaría en su presencia. Esas son las tradiciones familiares que no hay que romper porque no afectan el seguir a Dios (Ef. 6:1-3); sin embargo, cuando vinieron a conocer al Señor aprendieron que esas cosas no tienen valor alguno contra el pecado (Col. 2:23). 

Si alguien no quiere beber vino que no lo beba, si eso se lo dijo Recab o la Southern Baptist Convention, acordado después de la “ley seca” en USA, pero que no se lo imponga como cristianismo al resto de los habitantes de Jerusalén o de América. 

Siempre es mucho más fácil obedecer un mandamiento de hombre, “no comas, no gustes, nos bebas, no manejes” que un mandamiento de Dios. Es más fácil alargar las “filacterias” de la ropa que vestirse del Señor Jesucristo, “santo, amado y de entrañable misericordia”; es más fácil decir “esto es corbán o mi ofrenda a Dios” y no hacer nada por un allegado que no tiene dinero para celebrar la Navidad. Es mucho más fácil no beber vino que no mentir, criticar, envidiar lo que otro tiene y codiciar la casa, el auto o el cónyuge ajeno. Es más fácil  ser un buen hijo de papá o mamá que ser un obediente hijo de Dios. Sea flexible en cosas secundarias que no se imponen para ver al Señor Jesucristo. Cierto es que “el vino es escarnecedor y la sidra alborotadora y cualquiera que por ellos yerra no es sabio (Prov.20:1; Lev.10:9; Dt.14:26; Isa.28:7). Sidra quiere decir bebida fuerte o cerveza.

Le repito, no beba zumo de uvas si no quiere pero no diga que es abstemio porque es cristiano,  ni se lo imponga a la iglesia, sino porque es recabita o fundamentalista, y no le cause molestias a los que regresan de las bodas de Caná, alegres de corazón, sin dar tropezones ni bamboleos (Jn.2:1-10), y les invitan a sus mesas donde prescripto por Pablo y el doctor Lucas beben un poco de vino, junto con los ancianos de Éfeso, por causa de sus enfermedades del estómago o de la grasa que están comiendo (1Ti.5:23).

Je. 36: 2, 3

“Contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones”. La palabra contra también se puede traducir sobre y acerca. Lo que dice sobre y acerca es lo mismo que contra. Si usa la versión Reina-Valera, nota las veces que Dios le dice al profeta Jeremías que escriba la palabra, o mejor dicho la posición de él frente al pecado y a las malas acciones, contra, contra, contra. En realidad, estando contra el pecado estaba a favor del pecador, pero como el pecado y el pecador suelen convertirse en uno porque tiene comunión el uno con el otro, cuando Dios desecha al uno desecha también al otro, y empieza por el pecado y acaba por el pecador. Estas palabras recogen el corazón de temor porque Dios abiertamente señala a quiénes, los nombra, y dice que está en contra de ellos. Dios Santo yo quiero que siempre estés a mi favor.

Je. 36:4-6

Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado. Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: A mí se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades”. 

“Quizás oiga la casa de Judá y se arrepienta”. Esto es quizás para que Jeremías trabaje con esperanza porque si como a Ezequías le dice que no se convertirán, hoy no tendríamos su libro. Nuestro primer deber es predicar la palabra y no solicitar resultados. Aquí se recomienda la buena literatura bíblica como un modo de evangelizar, una prolongación y a veces en lugar de la predicación. Una buena literatura bíblica no solamente consuela sino también exhorta, y manifiesta no por conveniencia propia del pecador, la oposición de Dios contra el pecado, sino porque desvirtúa Su gloria. Debe decir aquellas cosas a las que se opone Dios y las llama pecado y las enjuicia.

 

Excomuniones

Je. 36:5, 6

“Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: A mí se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades”. Es como una excomunión eclesiástica. ¡Qué monstruoso fue prohibir a Jeremías la entrada a la casa de Jehová! ¿No te hace pensar en la excomunión eclesiástica? La expulsión es parte indispensable del sistema de disciplina de cualquier institución humana: los negocios, las escuelas, el gobierno, la policía, las iglesias, las sinagogas. Cuando algún miembro no se ajusta a las leyes de la organización que pertenece, las cuales había prometido cumplir, puede ser expulsado de su seno, perdiendo su membresía y todos sus derechos. Generalmente no se aplica como un castigo tanto como preservación de la organización; para conservar su gobierno y las leyes sobre las cuales se le dio origen. No se trata de analizar si la expulsión es justa o injusta, sino de notar que es un procedimiento necesario para la preservación de la salud del resto, como a un leproso se le separaba en el antiguo Israel. Con ese fin se efectúan las excomuniones dentro de la iglesia cristiana, para guardar la iglesia en orden y salud internas; pero además se usa como medida disciplinaria con el fin de curar el mal de aquel que lo ha contraído. Pero, tenga cuidado en pensar que la suspensión del derecho en una organización, como la iglesia, ya pone a la persona fuera de la salvación y echada del reino de los cielos. Aunque fuera de la iglesia, no una local, nadie puede ser salvo. Pedro ni nadie tienen las llaves para dejar entrar o salir al cielo. Un ejemplo de eso fue el profeta Jeremías a quien se le prohibió entrar al templo, no porque trajera distinta doctrina y fuera un hereje. Al contrario, debió recibírsele y decirle bienvenido en las casas.

Un ejemplo de excomunión en tiempos de Jesús lo hallamos en el ciego curado, a quien los miembros de la sinagoga le quitaron la membresía y el derecho a reunirse con ellos (Jn. 9:22, 23,34). Un poco después, en el período apostólico, también se aplicó la excomunión como medicina para la iglesia y para el enfermo en cuestión. Es el caso del joven incestuoso cuyo relato se halla en 1 Co. 5, y que parece que posteriormente fue restituido.

Je. 36:1-13. 

La excomunión no es un fin en sí misma, no tiene como propósito echar al hermano afuera, sino corregirlo, es una exhortación, la privación temporalde sus derechos y comunión para que piense y sienta lo que significa perder el contacto con el pueblo santo, con sus ministeríos  y ordenanzas. Es un medio de santificación y en algunos casos de evangelización, pues puede ser que un discípulo no sea cristiano y por la disciplina lo llegue a ser. 

Ella no necesariamente es una excomunión de la vida eterna como ha pretendido la iglesia de Roma; se practica a personas vivas. La excomunión puede tener consecuencias eternas si tiene razones fundamentadas en la Palabra de Dios. Si un hermano peca contra otro y se niega a reconciliarse, debe ser excomulgado y pudiera no tener consecuencias eternas (Mt. 18:15-17). En el caso de Jeremías no había que temer la excomunión pues no tenían razones en la palabra de Dios para prohibirle la entrada al templo, al contrario, al desterrarlo a él desterraban la palabra de Dios (vv.7,16). La razón por la cual te unas a la iglesia, debe ser la palabra de Dios y por medio de ella permanecer unido a su cuerpo. Y hay organizaciones que prácticamente han excomulgado la Palabra de Dios.

Je. 36: 9

“Promulgaron ayuno en la presencia de Jehová”. Ayuno está bien, pero mira cómo actúan contra Jeremías y su libro; es una actitud farisaica como hicieron con el cuerpo del Señor y el sábado (Jn. 19:31).

 

El indestructible contenido de la Biblia

Je. 36:13-26

“Y les contó Micaías todas las palabras que había oído cuando Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en el que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc hijo de Nerías tomó el rollo en su mano y vino a ellos. Y le dijeron: Siéntate ahora, y léelo a nosotros. Y se lo leyó Baruc. Cuando oyeron todas aquellas palabras, cada uno se volvió espantado a su compañero, y dijeron a Baruc: Sin duda contaremos al rey todas estas palabras. Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas palabras. Y Baruc les dijo: El me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro. Entonces dijeron los príncipes a Baruc: Ve y escóndete, tú y Jeremías, y nadie sepa dónde estáis. Y entraron a donde estaba el rey, al atrio, habiendo depositado el rollo en el aposento de Elisama secretario; y contaron a oídos del rey todas estas palabras. Y envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó del aposento de Elisama secretario, y leyó en él Jehudí a oídos del rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban. Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él. Cuando Jehudí había leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había. Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras. Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír. También mandó el rey a Jerameel hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escribiente y al profeta Jeremías; pero Jehová los escondió”. 

Mírate en esos príncipes que rodean al rey Joacín; es una cosa mala hacer depender una gran decisión espiritual de un hombre endurecido a la palabra de Dios. No todos son impresionados por ella del mismo modo. Los príncipes se espantaron al oír la lectura del libro y se horrorizaron.  Algunos trataron de impedir la quema del libro, pero un solo hombre, el rey Joacín, impidió que los buenos efectos de la palabra de Dios los condujeran al arrepentimiento. No veo forma con la cual ellos pudieran salvarse si no era renunciando a sus puestos y separándose del empedernido monarca. Era mejor dejar la nobleza que acompañar a un incrédulo al infierno (Hch. 24:25; 13:7-12; 2 Te. 2:14-16). Muy malas compañías. Ni el cortaplumas ni el fuego impidieron que el libro de Jeremías sobreviviera, quemaron una copia, pero no todas porque Dios impidió que aquella literatura sagrada se perdiera (vv.28,32). Y además de eso se le añadieron “muchas palabras semejantes” al primer original. Si después de algunos siglos hubieran aparecido copias con contenido semejante se hubiera pensado que hubo interpolación y algún escriba le añadió lo que no se hallaba en el original. Aunque ese sea el caso en algunas copias de la Biblia, no es así con frecuencia, lo cierto es que se hicieron dos originales y uno más completo que el otro, y el autor fue el mismo. Ese es el caso de los evangelios sinópticos. De los libros de magia que quemaron los efesios no ha sobrevivido ninguno porque Dios no los protegió. Si Dios quiere que un libro pase a la posteridad el fuego no se lo impedirá, como pasó con la Biblia cuyo contenido es eterno Hch. 13:36).

Excepciones entre un abolengo perverso

Je. 36:27-32

“Y vino palabra de Jehová a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: Vuelve a tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras primeras que estaban en el primer rollo que quemó Joacim rey de Judá. Y dirás a Joacim rey de Judá: Así ha dicho Jehová: Tú quemaste este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo: De cierto vendrá el rey de Babilonia, y destruirá esta tierra, y hará que no queden en ella ni hombres ni animales? Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche. Y castigaré su maldad en él, y en su descendencia y en sus siervos; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he anunciado y no escucharon. Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes”. 

No cayó muerto ni sufrió una prolongada enfermedad; su castigo tuvo que ver con su sepultura, que para los judíos eso era una gran desgracia, que un cuerpo se quedara insepulto (Ecl. 6:3), y echado a los perros, como el de Jezabel, una ignominia. El otro castigo tuvo que ver con sus descendientes, a los cuales habría de pasarles la cuenta. Jeconías reinó pero sólo tres meses y Sedequías no fue un sucesor legal (J.Gill). Esa forma tan tremenda de justicia divina forma parte de la ley, “castigo la maldad de los padres sobre los hijos hasta...generación” (Ex. 20:5), entre gente que le aborrecen; no que castigue a los hijos por los mismos pecados de los padres, sino que no perdonará los pecados de los hijos, castigándolos por ellos, y esa falta de misericordia se debe a la apostasía de los padres y a la maldad de ellos. Tu fidelidad, papá, puede servir para que Dios use misericordia con tus hijos, y tus pecados para que él no los visite con perdón. Dios castiga por familias, generaciones y razas (Ge. 9:25-27). Posteriormente la gracia intervino haciendo excepciones, pero todavía la ira de Dios se enciende por mucho tiempo antes que se apague.  La salvación de los gentiles es una excepción. Es aún “el tiempo de los gentiles” para la salvación. Aprovéchalo. Oh, Señor, que aprovechemos el privilegio cuando haces excepciones y nos llamas de entre familias que han sido malditas por siglos, con un abolengo perverso. Se fiel si eres en tu familia un gran cristiano, una excepción.

Je. 36:32

“Y aún fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes”. El que se endurece contra Dios no le va bien, no hemos visto a ninguno, se añaden maldiciones (Job 9:4).

Je. 37:5-10

“Cuando los caldeos que pelean contra vosotros quedasen de ellos solamente hombres heridos cada uno pondrá fuego a esta ciudad”. No piensen que el castigo ha pasado y que su cesación momentánea es liberación completa; es sólo un respiro de misericordia, un paréntesis para pensar en las palabras del profeta. No hacer nada en ese momento es incredulidad. El peligro ha pasado, pero volverá. No se hagan falsas ilusiones. No es tiempo para festividad sino para humillación. Lo mismo cuando de una enfermedad incurable se tiene una mejoría por algunas semanas pensando que se va triunfando sobre ella. La actitud de Jeremías fue la correcta, escapar; si el asedio había cesado por un tiempo era para que ellos tomaran una decisión de fe; huyeran o se rindieran conforme a la palabra. Eso es lo que Dios desea cuando cesa el castigo, una decisión de fe y una rendición completa a él. Amén.

 

Todavía hay palabra de Dios

Je. 37:16,17

“Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado”.

El echó al profeta en la bóveda, un pozo redondo con celdas alrededor. Allí en soledad pasó muchos días, quizás meses, hasta que cansado que le dijeran mentiras religiosas llamó a un varón de Dios, Jeremías. Lo hizo en secreto, por vergüenza que sus amigos y subalternos supieran que quería la opinión, el consejo o un sermón de alguien a quien había descreído y maltratado, para asegurarse si el mensaje había cambiado (Jn. 12:43; Jn. 5:44, Jn. 19:38). ¿Tienes interés en la Palabra de Dios? Debieras tenerlo porque ella es tu vida, “no sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. El diablo no objetó, sabía que era verdad. Ninguna de las veces que Jesús le respondió con la Escritura negó su veracidad. ¿Tienes interés en ella? ¿De qué clase? ¿Geográfico? ¿Científico? ¿Poético? ¿Histórico? Sedequías tenía interés en la Palabra de Dios y envió para oírla, pero parecido al que consulta a un astrólogo o brujo, por curíos idad, para oír algo positivo, alguna solución agradable a los oídos. Otros hombres han tenido un interés equivocado en la Biblia. Herodes deseoso en conocer dónde habría de nacer el Cristo, pero por cuestiones políticas, no espirituales. Recibió ese conocimiento y se olvidó del asunto. Nunca salió con los magos para adorar a Jesús. Herodes Agripa oía a Juan y a Jesús “de buena gana”, pero llegado el momento lo decapitó (Mr. 6:20; 12:37). Sedequías tenía interés en la Palabra de Dios. Sí, para ese momento la había. ¡Oh, siempre la hay! Si tienes interés en ella búscala en el sitio adecuado como lo hizo él cuando envió por el profeta Jeremías. Lee por ti mismo la Biblia, compra libros que la expliquen, reúnete con maestros donde ella se explique en clases y en el púlpito, donde abunde, se enseñe, exhorte (Col. 3:16,17). ¿Está la Biblia vigente? Sí, los pecados de los hombres en todas las épocas son los mismos, aunque haya “inventores de males”. Nunca pasa de moda. Su mensaje es más eterno que el mundo. El mundo pasará, pero la Palabra de Cristo no pasará. Es una revelación histórica, personal, colectiva, está enraizada en la historia de un pueblo, de una nación. Debemos estar atentos a su mensaje en esta época de mucha oscuridad (2 Pe. 1:19-21), y consultar la palabra de Dios.

 

Cuando nos hallamos en una situación incómoda

Je. 37:18-21

 

“Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí. Entonces dio orden el rey Sedequías, y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la calle de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel”. 

No padecía “como malhechor o entremeterse en lo ajeno” (2Ti.2:9; 1Pe.4:15), sino injustamente. Creo que obró bien porque lo hizo sin retractarse de la Palabra de Dios. Si no hubiera hecho eso lo hubieran matado. Es válido que en esa situación hiciera alguna gestión para salvarse. No dijo: “Dios me sacará de aquí cuando él quiera, confío en su providencia” “me echaron aquí porque Dios lo quiso y aquí me quedaré haciendo su voluntad, me conformo”. Hubiera confiado falsamente en su providencia, porque estaba allí no porque Dios lo quisiera sino porque lo había permitido, y cuando por la permisión divina nos hallamos en una situación incómoda, podemos bien hacer lo que podamos para salir de ella; conformarse al molesto e injusto sitio demuestra que no se tiene un concepto claro de las doctrinas del Señor y es dejar que el mal nos moleste y nos destruya cuando Dios bendeciría alguna gestión que hagamos para acabar con la injusta opresión a que por su permisión, pero en contra de sus deseos, los pecados de los otros hombres nos han encerrado. Si tratando de resolver una situación todo esfuerzo es inútil y nada adelantamos, entonces no es la voluntad permisiva del Señor sino su expresa y activa voluntad. En tal caso, orar y ser pacientes hasta que “respiro y liberación” llegue por alguna parte (Est. 4:14); pero si por la malicia humana padecemos y hay algo que se nos ocurre que pueda resultar para anular el propósito diabólico para destruirnos, no vacilemos en hacerlo. Una enfermedad puede ser permisiva o no, un accidente, un asalto, etc.  De todos modos, permitiéndolo o queriéndolo Dios, él se propone enseñarnos algunas cosas, quizás, fidelidad, paciencia, fe, a orar, dependencia suya, y otras. En cualquier caso, permitiéndolo o queriéndolo, es su voluntad y está disponible su misericordia y su amor y es válido idear alguna forma o aprovechar una oportunidad para salir de un encerramiento.

 

No nos quejemos tan pronto

Je. 38:4-6

“Y dijeron los príncipes al rey: Muera ahora este hombre; porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal. Y dijo el rey Sedequías: He aquí que él está en vuestras manos; pues el rey nada puede hacer contra vosotros. Entonces tomaron ellos a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la cisterna no había agua, sino cieno, y se hundió Jeremías en el cieno”.

Oh, Señor, tú sabes cómo ayudar a tu siervo y a tu pueblo, aunque ellos ignoren cómo, qué lejos, ¡qué profundo en el sufrimiento lo llevó su fe en tu palabra! Se hundió aquel santo en el cieno de la cisterna sin pedir clemencia a ese inconstante y débil rey Sedequías, ni su incrédulo, como decir, gabinete de príncipes. Fue un milagro que no lo asesinaran de una vez, sino que el odio ciego los impulsara a ponerle la vida difícil, o porque la injusticia era demasiado grande o porque preferían verlo sufriendo o quebrantado que muerto. Y él, sin abrir su boca en maldiciones, sin retractarse de lo que había predicado, dispuesto y en silencio a pagar con una muerte espantosa la lealtad a ti. ¿Has leído en su libro las quejas del profeta? Aunque difícilmente pudieran excusarse tú sabes bien que tienen que ver más con el progreso de su ministerio que con agravios personales, ¡y lo fácil que nuestra fe siente el agravio! Oh Señor, una fe así nos deja avergonzados, ¿quisieras hacernos crecer más en ella? Queremos ser imitadores de esos que por la fe heredaron las promesas (He. 6:12); danos la fe de los hermanos del Antiguo Testamento, de los cuales “el mundo no era digno” (He. 11:33-40). Aunque no se nombran muchas mujeres sino sólo algunas, ellas también por la fe vencían al mundo, obtenían victorias.  Esta era la fe de los antiguos, fieles hasta donde conocían la palabra del Señor. ¿Lo soy yo? ¿Practico todo lo que conozco? Yo quiero, mi Señor, que mi nombre esté siempre asociado al de ellos y ser perfeccionado con ellos y como ellos, que nada nos separe ni me ponga fuera de esa lista, ¡oh no!

Je. 38:4

“Muera este hombre que hace desmayar las manos de los hombres de guerra”. Que los desanima. La acusación era cierta pero la intención no era mala; ellos no podían aceptar que por castigo a sus pecados tuvieran que rendirse ante un ejército extranjero.

 

Unos pierden sus privilegios y otros los aprovechan

Je. 38:7-13

 

“Y oyendo Ebed-melec, hombre etíope, eunuco de la casa real, que habían puesto a Jeremías en la cisterna, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín, Ebed-melec salió de la casa del rey y habló al rey, diciendo: Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad. Entonces mandó el rey al mismo etíope Ebed-melec, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera. Y tomó Ebed-melec en su poder a los hombres, y entró a la casa del rey debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas en la cisterna. Y dijo el etíope Ebed-melec a Jeremías: Pon ahora esos trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, bajo los sobacos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías. De este modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna; y quedó Jeremías en el patio de la cárcel”. 

Dios te bendiga Ebed-melec porque por la fe en su Palabra fuiste movido a usar misericordia con su siervo; creíste, aunque eras etíope, el color ébano de tu piel, y tu nacimiento en lejanas tierras, no evitaron que el Espíritu te escogiera para que creyeses la Palabra y fueses útil a la iglesia cuando ella necesitaba de ti. Allí estuviste, y tu fe fue útil, avergonzando a los hijos del reino, que perdían los privilegios espirituales que tú aprovechabas; ellos serían echados en la condenación y tú alcanzarías las promesas que pusieron a un lado (Mt. 8:11,20). En el lugar que crecieron las ramas naturales tú fuiste injertado, y la rica sabia con nutrimentos y vida que iba para otros, que ya no estaban allí, la recibiste tú (Ro. 11:17). ¡Suerte!, dirían algunos, ¡providencia!, los más ilustrados, pero es elección. Como otro (Hch. 8:27).  ¿No había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías y él fue enviado a una pagana en Sarepta? (Lc. 4:25-27). Oh Dios tú has tenido misericordia de nosotros los gentiles abriéndonos la puerta para que ¡entremos!, ¡bendita palabra! (Ro. 11:25; Hch. 14:27). Nota como los elegidos de diferentes tribus, nación y lenguas, hacen las buenas obras que están designadas hacer los hijos (Hch. 10:34). Ebed-melec tenía fe, ya lo he mencionado, por la cual actuaba con denuedo y ponía en riesgo su puesto y vida, ¡oh, y sin un ministerio directo de educación espiritual!, porque no leo que alguien lo instruyera que la Palabra no volvía vacía, la fe lo hacía una persona distinta a los demás, una excepción dentro de la corrupción espiritual de la corte, era uno del grupo sobre quien se había manifestado el brazo de Jah,  un corazón nuevo, lleno de compasión para los instrumentos de la palabra de Dios, para su iglesia. Oh sí, los actos de fe siempre son premiados por el Señor, en esta vida y en la por venir.  Por medio suyo hizo que la Palabra continuara, para que se siguiera predicando el evangelio, el cual hombres malos trataban de impedirlo, para que no se salvasen. Unos perdieron sus privilegios y los tomaron otros. Seguro que tú y yo ocupamos los asientos celestiales que otros no quieren usar.

 

Perdió muchas cosas por causa de malos amigos

Je. 38:14-23

“Después envió el rey Sedequías, e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Te haré una pregunta; no me encubras ninguna cosa. Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te lo declarare, ¿no es verdad que me matarás? y si te diere consejo, no me escucharás. Y juró el rey Sedequías en secreto a Jeremías, diciendo: Vive Jehová que nos hizo esta alma, que no te mataré, ni te entregaré en mano de estos varones que buscan tu vida. Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego, y vivirás tú y tu casa. Pero si no te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, y la pondrán a fuego, y tú no escaparás de sus manos. Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan. Y dijo Jeremías: No te entregarán. Oye ahora la voz de Jehová que yo te hablo, y te irá bien y vivirás. Pero si no quieres entregarte, esta es la palabra que me ha mostrado Jehová: He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás. Sacarán, pues, todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y a esta ciudad quemará a fuego”. 

En la tercera entrada, posiblemente un pasaje secreto de la casa del rey al templo, un sitio privado, oculto a los ojos de sus malvados príncipes. Sedequías hace un contraste con Ebed-melec; él sí tuvo oportunidades amplias para creer a Dios y deseaba creer y no llegó a creer. O más bien, sabía la Palabra y quería recibir algún mensaje de ella que fuera opuesto a ella, que variara, que no fuera condenatorio, que se contradijera, porque se sentía incapaz de ser salvo dentro del medio en el cual vivía, en el puesto que tenía y sobre todo sin disentir, oponerse y separarse de los amigos que lo engañaban espiritualmente.  Oh, por causa de los malos amigos perdió a su pueblo, murió mucha gente, perdió su posición, su familia y sus ojos. ¡Si hubiese creído cuando luchaba espiritualmente!, cuando los tiempos de su “visitación” llegaron a él. Cuídate de la presión de tus amigos, si ellos quieren perder sus almas, que hagan con ella lo que deseen, pero tú, fortalecido por la Palabra, obedece a lo que se te dice y no seas “tan solamente oidor” sino hacedor (Sgo. 1:25). 

Je. 38:24-28

“Nadie sepa estas palabras. El asunto no se había oído”. Si dice la verdad lo matan. ¿Por qué hemos de decir la verdad a nuestros enemigos para que nos hagan daño?

Je. 39:5-7

“Le sacó los ojos y le encadenó”. Cuando uno es largamente amonestado por el Señor y se le dan muchas oportunidades de arrepentimiento, y las desecha, su castigo será severo. Si uno pudiera ver claramente las consecuencias que le traerán sus pecados, no los cometería. Lo último que vio de este mundo Sedequías fue a sus hijos degollados.

Je. 39:15-17; 38: 7-13

“Porque tuviste confianza en mí”. Las recompensas que por acciones buenas uno haga, al fin llegarán. Ebed-melec confió en la palabra de Dios y ayudó al profeta. Fue lo mismo que hizo Abdías (1 Re. 18:3,4) con aquellos profetas cuando los perseguían para matarlos. Mardoqueo también, unos años después de revelar un complot que se tramaba contra Asuero, fue recompensado. La gente lo había olvidado ingratamente, nadie lo había recompensado, pero el Señor lo sabía y en su momento se le dio su paga. Nadie sirve a Dios de balde; él recompensa los gestos buenos que hacemos por su iglesia. Nuestro Señor nos aseguró que si hacemos bien a los profetas no nos quedaremos sin recompensas (Mt. 10:40-42). 

Je. 40:2,3

“Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar”. Parece hipocresía, pero no lo es, él creía en todos los dioses, incluyendo el nuestro, aunque pensaba que era inferior.

Je. 40:2-6

“Ve donde te parezca más cómodo ir”. O conveniente. Se lo merecía, aunque no lo había hecho para que le pagaran con la vida y la libertad. Uno debe ir, según la gente piensa, adonde se halle más “cómodo” o donde le convenga más; pero Jeremías escogió quedarse donde más lo necesitaran, entre los pocos de su pueblo, donde sería más útil en su servicio a Dios y al prójimo, no donde personalmente se beneficiaría más.

Je. 40:16

“Es falso lo que tú dices de Ismael”. No es falso, debes confirmar esos rumores, si no lo mandas a matar, vigílalo. No es uno quien lo dice sino muchos (v.13). Es un ingenuo el hombre a quien se le avisa del mal que le sobreviene y no lo cree ni hace nada para evitarlo. Si eres inteligente, protege tu alma, tu vocación y tu ministerio.

 

 

Morir en una excursión misionera es casi morir como un mártir 

Je. 41:1-9

“Aconteció en el mes séptimo que vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real, y algunos príncipes del rey y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam en Mizpa; y comieron pan juntos allí en Mizpa. Y se levantó Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra. Asimismo mató Ismael a todos los judíos que estaban con Gedalías en Mizpa, y a los soldados caldeos que allí estaban. Sucedió además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún, que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová. Y de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael el hijo de Netanías. Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: Venid a Gedalías hijo de Ahicam. Y cuando llegaron dentro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías los degolló, y los echó dentro de una cisterna, él y los hombres que con él estaban.  Mas entre aquéllos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigos y cebadas y aceites y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos. Y la cisterna en que echó Ismael todos los cuerpos de los hombres que mató a causa de Gedalías, era la misma que había hecho el rey Asa a causa de Baasa rey de Israel; Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos”. 

¿Puede un asesino llorar? Ismael era un cruel asesino. Un individuo despreciable, traidor y bajo. Mató a estos compungidos adoradores de Jehová.  Pobres hombres que del extranjero venían en peregrinación, llorando, gimiendo, humillados, para adorar a Dios, que escapan con vida y regresan para darle gracias por haberlos guardado y para orar por su pueblo, vienen a perderla en manos de un infame hipócrita como éste que se metió entre ellos con sus mejillas húmedas con lágrimas falsas. 

Es el crimen contra inocentes creyentes. Fue el Espíritu Santo quien impulsó y movió a estos hombres para que vinieran a Jerusalén. Quizá dices: “¿Es así como Dios paga a los que le buscan?”. ¿Los trajo a una emboscada? Siendo el motivo del viaje tan loable, ejemplar, excepcional, ¿no debió él haberlos protegido?

No se dice “protegió” sino “evitó”. Dios no evitó los asesinatos. Y ¿no es mucho más loable morir de ese modo, en una excursión espiritual al templo, que perecer en un viaje de recreación o pecaminoso? ¿No es mejor y más gloríos o perecer yendo o viniendo de un lugar santo que de uno profano o pecaminoso? Así murieron los niños en Belén que mató Herodes para tratar de eliminar al niño Jesús. Perder la vida yendo a la iglesia o en una excursión misionera, o leyendo la Biblia o saliendo de una reunión cristiana, es perderla casi como un mártir.  No hubo injusticia en Dios permitiendo aquellos asesinatos sino la oportunidad de honrar la fe con sus vidas. Oh Señor, que nunca te acuse de injusticia, tú sabes por qué sufren los inocentes y por qué perecen los buenos y ganan los malos. De cualquier forma, violenta que sus santos pierdan sus vidas, preciosa es a los ojos de Dios la muerte de sus santos (Sal. 116:15); y peligro, espada, la vida o la muerte, no nos podrá separar del amor de Dios en Cristo (Ro. 8:35).  Todos aquellos ochenta muertos entraron cantando himnos de victoria a la presencia del Dios que los amó hasta el fin. Amén.

Je. 41:15

“Escapó Isamel a los hijos de Amón”. ¿Y quedará siempre con vida ese asesino, impune?

Je. 42:1-22

Le pidieron al profeta que consultara a Dios por ellos y cuando supieron lo que el Señor decía no le hicieron caso porque no venía bien con sus deseos. Señor, ayúdame a entender que el mejor lugar para estar no es donde me guste sino donde tú quieres que esté.

 

Quieren que Dios se parezca a ellos para ser amigos

Je. 42:1-3; 20-22

“Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer. ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo haremos. Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros. Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí”. 

¿No nos pasa así cuando andamos en la carne y no en el Espíritu? El hombre natural, el que somos sin el Espíritu de Dios, ora para que el Señor le haga conocer su voluntad porque dice estar dispuesto a hacerla, sin embargo, ¡qué poco le dura esa resolución! Inmediatamente que oye que la voluntad de Dios es opuesta a lo que él quisiera, rehúsa obedecer y termina haciendo lo que quería que Dios le dijera cuando lo mandó a consultar. El remanente de Judá quería ir a Egipto y Dios le dijo que se quedara donde estaba que allí lo bendeciría. Pero no hizo caso. Cuando le pidió a Jeremías que hablara con Dios a nombre de ellos lo que deseaban era oír de boca del profeta que Dios aprobaba las ganas que ellos tenían. El mejor lugar para estar no es donde nos guste sino donde Dios quiere que estemos. Y esto no se limita sólo a la estancia, incluye mucho más. Por naturaleza quisiéramos hacer lo que nos gusta y si hay un dios, que sea como somos, una especie de aliado o compinche. Nuestra corrupción es tal que quisiéramos que Dios santificara el mal, que aprobara y bendijera nuestras corrupciones, nuestras inmoralidades; quisiéramos estar bien con Dios pecando y que él mismo fuera como nosotros y bendijera y ayudara a nuestros placeres y deleites diversos. Realmente que el dios de nuestros corazones naturales es Satanás, nuestros deseos son como los suyos y él provee y disfruta como nosotros con nuestras mismas desviaciones. Concede todo lo que se le pide. El hombre natural quiere un dios hecho a su semejanza, cuyo paraíso sea una proyección de esta misma vida que ahora tiene, más intensa y más realizada, en el colmo de la eternidad. 

 

Me ofrezco para seguir siendo vuestro Dios

Je. 42:10

“Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho”. Dios no tiene que arrepentirse de nada porque todo lo hace bien, sin embargo, es tan bueno que cuando castiga, mereciéndolo el pecador, le duele tanto que usa palabras como si tuviese que darle una explicación o disculpas. Claro, su arrepentimiento no es como el nuestro, sólo indica una variación en su trato (Num. 23:19), que “ha desistido del mal” que te ha hecho.

¿Dios arrepintiéndose? ¿Está reconociendo que fue un error lo que hizo, que no lo volvería hacer? Esa no es la idea, aunque Dios hable así y no sea tan “teológico” en expresarse. Sino antropológico. Sin antropomorfismo no hay revelación. Sin la encarnación no hay salvación. Dios no teme usar cualquier palabra para ayudarnos a entenderlo. Sacrifica la exactitud de su vocabulario para ayudarnos. Tal vez yo les hubiera dicho: “Dile al pueblo que estoy sufriendo con lo que les hice y aunque fui justo ahora los puedo ayudar si quieren que lo haga”. Esa es la idea que quiere transmitirles, que si lo desean pueden empezar de nuevo y puede obrar de modo contrario a como lo hizo. Si usó justicia ahora usará misericordia, si los trató con severidad ahora lo hará con bondad, si pactó con ellos sobre la ley de piedra ahora pactará con ellos sobre la gracia en sus corazones. Quiso decirles: “Me ofrezco para seguir siendo vuestro Dios”. Tal vez dices: “Dios me ha tratado muy duro, me ha castigado con severidad, me ha destruido”, y ya no piensas que él pudiera ayudarte. Sí lo quiere y si lo deseas podrás verlo rehacer lo que deshizo, curar la herida que abrió y revivir lo que mató. Espera en fe que actúe de modo opuesto a como lo hizo porque él se complace en hacer misericordias. Y a propósito, fíjate que te da ejemplo para que te arrepientas porque si él, siendo justo y bueno dice que se “arrepiente” en su trato contigo, mucho más debieras tú arrepentirte en tu trato para con él.

Je. 42:18

“Seréis objeto de execración y espanto”. Te va a ir mejor aquí que si te pasas para allá.

Je. 42:20-22

“Moriréis en el lugar que deseasteis entrar para morar allí”. Es un grave error actuar opuesto después de haber orado. Una vez que has orado te has puesto en las manos de Dios.  No ignores, cuando vayas a decidir, las oraciones que has hecho. Ninguna oración es vieja ni caduca. Es una afrenta enorme actuar contrario a una oración contestada.

 

Siguiendo a los que no hacen la voluntad de Dios

Je. 43:1-7

 

“Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas palabras por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado a ellos mismos, dijo Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Carea, y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí, sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos transportar a Babilonia.  No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová para quedarse en tierra de Judá, sino que tomó Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado, para morar en tierra de Judá; a hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda persona que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías, y entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes”. 

La suerte de Jeremías estaba echada con el pueblo, para bien o para mal. Por la misericordia de Dios y su fidelidad había escapado de la esclavitud, quedándose con un pequeño remanente de una gran nación. Pero aquellos rebeldes no comprendían la palabra de Jehová ni valoraban su ministerio, acusándole que su mensaje era humano, incitado por otro y no como la voz de Dios. No les bastó con eso sino que lo obligaron a actuar en contra de sus convicciones arrastrándolo a Egipto donde no quería ir.  Eso mismo lo han vivido los ministros del evangelio cuando en crisis con la iglesia ella los ha acusado que sus sermones son humanos, que predican sus prejuicios, las ideas de sus esposas o los chismes que oyen de alguien de un grupo pero no del cielo. También han sido forzados a unirse a la decisión del grupo estando en contra, compartiendo con ellos la misma suerte, siguiéndolos hasta donde sabían que no era la voluntad del Señor. ¿Cuándo crecerás en la fe para respetar y amar el ministerio de tu pastor? (2Co. 10:15). Jeremías no era un político, era un teólogo, un gran ciudadano, un patriota, un hombre con mucha visión para su nación. No tiene Israel mejor estadista, mejor amigo, mejor consejero que el profeta que le aconseja hacer la voluntad de Dios en la política.

 

Je. 43:8-13

“Nabucodonosor asolará la tierra de Egipto”. Esta vez también le profetizó un éxito total. No debían haber ido a Egipto. No hay ningún refugio seguro cuando se desobedece a Dios. Aceptar el castigo y tener fe en la palabra de Dios es la mejor opción. No hicieron caso y pagaron las consecuencias.

Je. 43:12,13

“Y llevará cautivos a su ídolos”; así se pudiera interpretar, no sólo gente sino sus dioses ya sin templos. Y ¿para qué quieren las imágenes si no fueron capaces de evitar que les quemaran sus templos? Bueno, eso no, porque con los objetos de Jerusalén hicieron lo mismo. Los invictos no tenían nada en contra de sus dioses ni la religión, al contrario, querían esos dioses, aunque tuvieran menos poder que los propios y se los llevaban porque en algo podrían contribuir, además a los cautivos les servirían. Una religión buscaba más que destruir las otras, subyugarlas. Los “obeliscos” son pilares redondos que había en el templo del dios del sol, Amón-Re, Heliópolis, situado a unas 6 millas (10 kms.), al noreste de la moderna El Cairo.

Je. 44:7

“¿Por qué hacéis mal contra vosotros mismos?”. No olvides que el pecado que cometes a quien dañas es a ti mismo y lo que es tuyo, pero no a Dios. Si lees en el v.8 “os acabéis”, la palabra significa cortarse uno mismo, consumirse o destruirse uno mismo. ¿Por qué te destruyes a ti mismo? Desobedecer a Dios es como dar “coces contra el aguijón” (Hch. 26:14). 

Je. 44:9

“De las maldades de vuestras mujeres que hicieron en las calles de Jerusalén”. Se refiere tanto a la idolatría como a la prostitución (v.19). ¡Dios mío, prostitutas alquilándose en las calles de Sion!

Je. 44:12-14,28

“No habrá quien quede para volver a la tierra, sino algunos fugitivos”. Aquella sociedad no os recibirá, no verá en vosotros bendición sino maldición. Querrás regresar desde donde te fuiste, Judá, Cuba, Centro y Sur América, pero, aunque suspiras (o añoras) por ella no volverás, te enterrarán donde no querías vivir. Añoras la patria, sueñas con ella todas las noches, y a veces de día, deseas regresar, “rezas” para volver y que tus ojos contemplen lo que ahora son recuerdos, pero pides mal porque pides a tus ídolos, invocas a segundas y últimas deidades y les ofreces votos, comidas, dinero, que no son más que sacrificios a demonios, y como estás casi para morir piensas que Dios no te ha oído. Sí te ha escuchado, pero ¿por qué te ha de conceder esos deseos si lo ofendes con cultos y vida? Tu patriotismo religioso no es más que idolatría. Perfecciona doctrinalmente tu cristianismo, limpia tu corazón de tradicionales y patrióticas impurezas y quizás el Señor te conceda aquello por lo cual has pasado años suspirando. 

 

Hombres que razonan profanamente sobre la historia de su país

Je. 44:15-19

“Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo: La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos. Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?”. 

Esto habla de la historia y la palabra de Dios. No parece ser el pueblo de Israel quien habla sino Moab, Edom o cualquiera otra nación pagana; fíjate que no han podido conocer a Dios en la historia contemporánea sin la ayuda de la Palabra de Dios. Cuando examinan la historia actual, política, económica y religiosamente, no la relacionan con el Dios verdadero; al contrario, la reflexión religiosa que hacen de los eventos, es pagana. El paganismo es la religión histórica de los pueblos del mundo. 

El residuo del pueblo de Israel interpreta los eventos de un modo y Jeremías del otro, pero el correr de los siglos dio su aprobación a la interpretación de Jeremías, se encontraban en aquel estado por la desobediencia al Dios del cielo, no a la reina del cielo. El hombre razona profanamente sobre la historia de su país, pensando que es él mismo quien confecciona la historia y no Dios, o si medita religiosamente adjudica los acontecimientos a una explicación supersticiosa y mítica. El fin último del desarrollo histórico de los pueblos, la historia de la civilización, no se alcanza sino por un análisis teológico de sus progresos y retrocesos, de sus tiempos dorados y sus caídas, de sus adelantos y atrasos, sus guerras y convenios. 

Para interpretar correctamente la historia y destino de un país hay que acudir a la Biblia, la Palabra de Dios. Los pocos judíos que quedaron luego de la caída de Jerusalén se quejan lastimeramente que todo les ha sucedido por haber abandonado el paganismo intruso de sus abuelos; según ellos es la reina del cielo, no Jehová, el que los ha castigado por haberle desobedecido. La principal confusión la extrajeron del análisis de la economía; dijeron que en los tiempos cuando la nación se entregaba a la idolatría fueron los mejores y que el país progresó durante su infidelidad a Dios. 

 

Eso era falso. La ruina económica de la nación fue un producto de su deterioro religioso, sucumbieron viviendo como paganos, no adorando a Dios; y estrictamente la catástrofe económica les provino por la vía política, la nación fue destruida en un conflicto político. Esas son las dos piernas de una nación: su economía y su política; la sociedad camina o cae con ellas. Si la economía está coja, la nación cojea, aunque ande bien con la pierna política, si la pierna política está llagada y supura, la economía se resiente y no marcha bien; pero la medicina de ambas es la religión cristiana. La historia de los pueblos lo atestigua, si una nación prospera económicamente, pero se corrompen sus instituciones políticas, perece; si la política es buena y la economía mala, hay un poco más de esperanza y quizás se arregle la sociedad, sale de su retraso, vence su inflación, supera su recesión. 

Por lo tanto, la economía, la política y la religión son las tres fuerzas más importantes en la continuidad de un pueblo como pueblo. Los pueblos paganos o ateos deben sucumbir. La esencia de la sociedad es su relación con Dios; no podemos saber dónde estamos ni adónde vamos sin hacer un juicio sobre nuestro pasado y presente con la Palabra de Dios. La economía no debe ser el único renglón que miremos de un candidato para darle el voto; la Palabra de Dios también contempla otros aspectos importantes que condicionan nuestra decisión, aspectos éticos, tan sensibles al criterio divino como la creación de nuevos empleos y el seguro social, el derecho al aborto o casarse personas del mismo sexo.  Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, que gobierna por su Palabra, porque entonces la visita con su providencia para darle pan. Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

Je. 44:26, 27

“Mi nombre no será invocado más en la tierra de Egipto”. Los dejaré endurecerse de corazón y se volverán incrédulos, se perderá el conocimiento de la religión verdadera entre ellos y mi culto desaparecerá; sus credos y sus obras serán malos, y por ellas los castigaré. Puede Dios, por enojo dejar que desaparezca de un lugar, nación, la oración, su nombre, y por muchos años o siglos nadie se acuerde que una vez fue creído. Dios mismo se sepulta debajo del olvido. A Dios no le preocupa para nada que lo ignoren si quiere que lo dejen tranquilo. Es él mismo quien está comprometido consigo, con que su nombre viva o desaparezca. Los hombres se olvidan de Dios porque él los olvidó primero. Y el problema mayor del ateo no es con Dios sino consigo mismo; Dios no le es tan incomprensible como inaceptable. Es un asunto moral.

Je. 44:28

“Pocos hombres”. Dejaré algunos vivos no tanto por misericordia sino para que testifiquen del horror que vean sus ojos y den cuenta por experiencia propia que la Palabra de Dios prevalece por encima de la de los hombres y para que las generaciones futuras, leyendo la mala historia de ellos, no peleen contra Dios. Tienes que elegir entre la palabra de Dios o la de los hombres, entre la de él, la Biblia y la tuya.

 

Nuestra grandeza es enseñar la palabra de Dios y vivirla

Je. 45:1-5

“Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc: Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso. Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres”. 

Baruc, el amanuense de Jeremías, era un hombre culto, con muchos sueños en su cabeza y aspiraciones en su corazón; cuando supo el impacto contrario que tendría la lectura del libro ante el pueblo, se sintió frustrado porque imaginaba en sí mismo llegar a ser alguien en la vida, una persona ilustre, célebre y admirado por todos. Era un hombre de Dios, pero queriendo ser grande entre los hombres, con dinero, prosperidad y nombre. Quizás aspiraba  ser un rabí u otro profeta y consejero del rey de Israel, escritor religioso o un importante juez. Esta era la oportunidad que esperaba y había llegado, pero no tendría el resultado que deseaba, había trabajado en vano y preocupándose por gusto. El resultado de la profecía ante el pueblo iba contrario con sus proyectos. Dios se dio cuenta de los sentimientos de su corazón y le reprochó el querer valerse de su palabra para vanidad personal. “No”, le dijo, “tú no has entendido tu ministerio, la grandeza que buscas que es la aprobación de la gente, no la conseguirás conmigo porque para mí es más importante el mensaje que te he dictado que la gloria que tú saques al entregarlo; hacer lo que te pido debiera ser tu felicidad y realización, no conseguir la fama entre los hombres”. Ay Señor, qué equivocados estamos. Nuestra grandeza debe ser enseñar tu palabra y vivirla (Mt. 5:19) con cualquiera que sea el resultado que eso traiga. Grande serán los que enseñan la justicia a la multitud porque se elevarán como luces en el cielo, pero en la resurrección, cuando se recompense el trabajo que hemos hecho (Dan. 12:3). 

 

Je. 46:1-28

La destrucción de Egipto, dibujada su derrota, de antemano, porque Egipto tuvo oportunidad de salvación y la dejó pasar (v.17); y ya no se le repitió el ofrecimiento de la misericordia. Error grande es antes del castigo rechazar la misericordia. Oh, Señor, ¿por qué hemos de buscar refugio en débiles hombres y en aquellos que han rechazado tu gracia? No busques refugio en una fortaleza que será destruida, en aquellos que han cometido tus mismos pecados, Jehová es tu refugio (Dt. 33:27). “No temas la destrucción, pero sí al castigo”; yo temo ambos.

Je. 46:15

“Jehová las empujó”. Es una traducción más gráfica que “los derribó”. Aunque el nombre está en singular se aplica al plural, las ciudades y dioses fuertes como búfalos, Menfis principalmente (v. 19), y además Tafnes y Migdol. Cayeron por mano de Nabucodonosor porque Jehová las empujó, lo mismo que cayó Jericó sólo por la mano divina. El pecado no nos empuja hacia delante ni hacia arriba sino hacia atrás y hacia abajo. Uno se cae “por su propio peso” cuando es el peso del pecado que asedia (He. 12:1) y no un eterno peso de gloria (2 Co. 4:7), que lo exalta. A su tiempo Dios empujará las ciudades de hoy, llenas de violencia y corrupción.

Je. 46:26

“Egipto, serás habitado como en los días pasados”. “No desaparecerás como nación, te repondrás de tu derrota; no te aborrezco tanto como para hacerte desaparecer, no porque haya en ti menos pecados que en otros pueblos sino porque tengo un plan contigo; tendré muchos hijos de entre ti”.

Je. 46:28

“No te destruiré del todo, pero de ninguna manera te dejaré sin castigo”. Puedes conservar tu esperanza, pero no escaparás ileso.

Je. 47:1-7

Parece que el profeta al ver la intensidad y duración del castigo sobre los peores enemigos de Israel, los filisteos, quisiera que la justicia divina no fuera tan intensa ni tan prolongada (vv. 6,7), pero dentro de sí mismo se da cuenta que no es posible ni lo uno ni lo otro. Nadie está preparado para tener una visión del infierno y no enloquecerse, perdería su mente en el acto para no volver jamás a ser una persona cuerda. Nadie ha ido al infierno, ni podemos comprender por qué los pecadores tienen que sufrir tanto y por tanto tiempo; sólo sé que así tiene que ser.

Je. 48:4

“Hicieron que se oyese el clamor de sus pequeños”. Los niños lloran la mala decisión de los padres.

Je. 48:6

Ver 17:5-8; será como retama, un árbol seco y estéril; es cosa de tiempo que las ciudades impías dejen de existir o sean destruidas cuando el mal de la guerra caiga sobre ellas.

48:11,12,42,47

“No ha sido vaciado de vasija en vasija ni ha ido al destierro”. Moab floreció pacíficamente en su pecado sin que nadie la molestara, hasta un día, llena de orgullo y arrogancia que su suerte fuera mejor que la de otros pueblos (vv.2,29), incluyendo a Israel, pero cayó, porque ninguna sociedad que se enorgullece contra Dios y lo ignora puede permanecer (49:3,4,16). Oh Señor guárdanos para no florecer con impiedades.

Je. 48:47

 

“Pero volveré a los cautivos de Moab”. Después de un juicio con tanta venganza, hay como en el infinito cielo negro una lucecita de esperanza o misericordia. Aún hay para las peores naciones del mundo un punto blanco de misericordia, muy distante como una estrella, pero a la cual se puede acudir para implorar a Dios que bendiga la evangelización misionera y la luz del conocimiento de Cristo resplandezca dentro de ella (Isa. 9:2). Oh Señor, todavía no ha entrado la plenitud de los gentiles a la salvación, bendice nuestros deseos de llegar a los tuyos para que no perezcan, amén (Ro. 11:25). 

Je. 49:1

“¿Por qué Milcom ha desposeído a Gad?”. La palabra que usa es reyes, pero según v.3 se toma como Milcom el dios de los amonitas. ¿Por qué se ha dejado quitar lo que le pertenece? Señor, consérvame lo que me has dado. ¿Por qué los dioses postmodernos se apoderan de la iglesia?

Je. 49:6

“Volveré a los cautivos de Amón”. Un pueblo bajo maldición, sin embargo, igual que con otras naciones, por el momento no se propone hacerla desaparecer (v.30).

Je. 49:7-11

“En mí confiarán sus viudas” o “que tus viudas confíen en mí”. Edom tampoco por el momento se irá del mapa, y sus viudas y huérfanos se salvarán, cuando el Señor quite de en medio el obstáculo del padre (v.11). Reflexiona sobre el v.10 “descubriré tus escondrijos”, los lugares secretos; y el v.12  “¿serás tú absuelto del todo?”, “por completo”; aunque no tiene que ver con la doctrina de la justificación me es dulce pensar que por medio de la justicia de Cristo tú y yo hemos sido “absueltos del todo”, somos justificados completamente y ni un solo rayo de la ira de Dios contra el pecado caerá sobre nosotros, su justicia es perfecta. Absuelto de todos los pecados que tengo memoria y los que olvidé.

Je. 49: 23-27

El mal destino de Israel es el mal destino de todos. ¿Le va mal? Jerusalén es la capital del mundo.

Je. 49:28-33

Cedar, de piel morena, árabe. Una tribu nómada, beduinos, que por ser pobres pensaban que nada les pasaría, que los grandes no tendrían interés en ellos. Se equivocaron. Nabucodonosor los barrió. 

Je. 49:39

“En los últimos días haré volver a los cautivos de Elam”; recuerda a los elamitas en Hch.  2, “partos, medos y elamitas”. ¿No ves que Dios preserva las razas, las culturas hasta que quiera? Lo mismo que las especies, una patria existe por el amor de Dios (Sal. 36:6).

Je. 50:1-5

“E irán andando y llorando y buscan a Jehová tu Dios”. El pueblo judío que habitaba en Babilonia cuando fue tomada por los persas, se estremeció, nunca hubieran imaginado que hubiera otra potencia que pudiera deshacer aquella tremenda ciudad; pero la había y Dios la trajo sobre ella. Se produjo una gran crisis espiritual dentro del pueblo que piensa, y viendo que nada había firme en el mundo, que las ideologías pasaban fugaces, comenzó a llorar y a buscar al Dios que habían dejado. Las épocas de muchas decepciones políticas despiertan el apetito por la religión. Europa del Este, Cuba, etc.

Je. 50:6, 7

“No pecaremos porque ellos pecaron contra Jehová”. Cuando la gente se encontraba un judío en la calle, en algún negocio, y podía engañarlo o hacerle daño, no vacilaba en hacerlo sin temor a pecar contra Dios, porque decían, “ellos han pecado, y Dios se alegrará si los maltratamos, los engañamos, los robamos y defraudamos; el pecado de ellos nos permite obrar con injusticia sin temer represalias de parte de Dios, al contrario, nos estará agradecido”. 

Erraban. Sí se peca, cuando se peca contra alguien que ha pecado; el pecado no está justificado por el pecado de otros. Pero es triste que otros se aprovechen para su propio mal de las experiencias negativas nuestras, que nuestro pecado sea para ellos motivo para una mala teología y que se den cuenta que nuestra mala situación está relacionada con la desobediencia al Señor de nuestra esperanza.

Je. 50:17

“El rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó después”. La mitad del castigo de Dios sobre Israel lo hizo uno y la otra mitad el otro, para completarlo. Es tan amplio el castigo que el Señor lo reparte entre varias gentes. La justicia divina, como león hambriento, muerde hasta el hueso.

 

Pecados perdonados

Je. 50:20

“La maldad de Israel será buscada y no aparecerá”. ¿Dónde están los pecados perdonados? Pregunta por ellos a los hombres y los hallarás porque recuerdan las caídas de los santos, pero pregunta a Dios que ve, oye, conoce mejor, contra quien sólo se ha pecado y no lo hallará en sus archivos, no está archivado, ninguna gaveta lo contiene, no hay memoria de semejante acción, porque los pecados perdonados no existen, ni siquiera hay olor de ellos, alguna huella, no hay fósiles de pecados que Dios ha perdonado, como si no se hubieran producido jamás, no existieron.  Cuando Dios perdona inmediatamente lo borra de su memoria, su amor lo cubre en sus profundidades y aunque su justicia quiera localizarlos no sabe dónde se hallan porque las honduras del amor divino son inexplorables para cualquiera de los otros atributos suyos. Bellezas inimaginables. Oh Señor, ¡qué bienaventurado soy! (Sal. 32:1, 2); quizás esté próxima tu bendición. Los que esconden sus pecados con Cristo en Dios nadie los encuentra. ¿Le dirán a Dios, levántate para mirar debajo, quítate para mirar detrás?

Je. 50:24,25

“Te puse lazos y tú no lo supiste”. Seculariza completamente la historia, si quieres, niégale alguna interpretación teológica, pero de todos modos Dios está detrás de ella. Babilonia no supo que el Dios de Israel le marcaba sus días, pero así era.

Je. 50:34

“Abogará la causa de ellos”.  O defenderá la causa de ellos. ¡Qué bonito es pensar eso, que Dios aboga nuestra causa, que ¡“abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”! (1 Jn. 2:1).

Je. 50:38 

“Se entontecen con imágenes”. La palabra puede significar hacer un show, enorgullecerse, tonto o loco. Dime francamente, ¿no es la idolatría una tontería? Creer en una imagen tallada en madera, fundida en bronce, adornada con oro, y atribuirle cualidades divinas,  ¿no es una tontería? Alegar que el santo que representa oye en el cielo cuando se le hable a la imagen y mire desde arriba y vea cuando se le enciende un cirio, sin que eso se enseñe en la Biblia, ¿no es una tontería? Creer mitos y leyendas, ¿no es tontería? Un culto realizado contra la fe y la razón combinadas, ¿no es tontería? Toma a un hombre campesino, dale una Biblia y que la estudie y en unos pocos años te asombrará su sabiduría y su forma racional de culto con el cual sirve a Dios, aumentará su sentido común, será más libre; pero instrúyelo en el paganismo, enséñalo a tener ídolos, llénale su cabeza de mitos, horóscopos, leyendas de santos, santas  supersticiones, y en poco tiempo lo habrás entontecido. Desperdiciar la vida consagrándola al culto y enseñanzas de imágenes religiosas, perder el alma misma y la de los demás, ¿no es una sagrada y funesta tontería?

Je. 50:41-43

 

“Viene un pueblo del norte”. Son los persas que se le echan encima, y por debajo del cauce del río Éufrates se introducen. 

Je. 50:46

Ver Isaías 14.

 

Se puede morir una congregación, pero no su Dios

Je. 51:5

“Israel y Judá no han enviudado de su Dios”. Aunque también se puede traducir abandonado o desechado, divorciado, esta es la traducción primaria y la más elocuente. No ha muerto tu Dios, oh creyente, lo sentirás lejos de ti pero no está muerto, te parecerá que está inmóvil, que no respira, no habla, que es sustancia inerte, pero verás que es “el Viviente que me ve” (Ge. 16:13,14), que es realmente “el Existente” como le dijo a Moisés, “yo Soy el que Soy” (Ex. 3:14). Podrás enviudar de padre, madre, esposo, esposa, pero nunca de tu Dios. Lo que se muere es la vida espiritual de los creyentes, que “tienen nombre de vivos, pero están muertos” (Apc. 3:1); se puede morir una congregación pero no su Dios, se mueren porque se separan de Dios, pierden la comunión con él, pierden el gozo y comen pan de enlutados, pero jamás se muere aquel que no nació sino que “sus salidas son desde los días de la eternidad” (Miq. 5:2); no puede morirse aquel que ya murió y  resucitó y tiene un sacerdocio perpetuo, según una vida indestructible (He. 7:16), que “subió a lo alto llevando cautiva la cautividad” (Efe.  4:8); no pueden morir los que se surten de la vida suya por medio de la fe, la palabra y la oración en el Espíritu.

Je. 51:6

“Huid de Babilonia”. Alguno quizás huyó, pero la mayoría se quedó, ya habían hecho sus vidas allí, hablaban su idioma, entendían su cultura y les gustaba, y se habían olvidado de las arpas que 70 años atrás sus abuelos colgaron entre los sauces, y ahora preferían seguirla viviendo en vez de escapar por fe; inclusive, bajo el reinado persa tampoco quisieron retornar y fueron absorbidos y desparecieron dentro de aquella civilización. Queremos saber más que Dios y nos damos cuenta que no se puede.

Je. 51:8-10

“Jehová sacó a luz nuestras justicias”. Cae Babilonia “y se hace pedazos”. ¡Quién lo diría! También dice “quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado”. ¿Quiénes? Sus amigos y confederados, y puede que los judíos ya amistosos y culturizados. ¡Ellos buscando sanar su país y olvidado del verdadero! Deja la venganza en manos de Dios, porque ella es suya y no tuya (Ro. 12:19), no te pertenece, aunque tengas que esperar muchos años para verla o mueras sin ver que él te venga sobre tus enemigos. La venganza sobre tus enemigos no es un asunto aislado que te concierne sólo a ti, sino que es parte de un plan mayor de Dios con la historia de su obra; espera que él te vengue cuando sea más conveniente para su iglesia.

Je. 51:15-19

“Digna de burla”; o de escarnio, y “obras de error, ilusiones”. También traducen “obra ridícula”.  No tomes este texto para burlarte de los idólatras, es más saludable que razones con ellos, como la idolatría es una tontería y la experiencia con los ídolos acaba siendo desilusionante, aguarda el momento donde quepa bien tu reflexión al respeto, y mientras tanto, ora. Este es el fin del postmodernismo egoístamente centrado. Llegará la ocasión que se den cuenta que, los resultados de semejante actitud han demostrado que se ha vivido descabelladamente. Los necios no entran en razón con argumentos sino con los palos que le da la vida.

Je. 51:17

“Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento”; no “todo hombre” de Israel o de Babilonia sino todo ser humano. Toda Europa y América que se están quedando sin Dios.

Je. 51:20-26

“Por medio de ti quebrantaré jóvenes y vírgenes”. Pero lo que más lástima da son los envejecidos. Dios utiliza el instrumento (el mazo) de su ira y luego lo castiga por el mal que ha hecho. Ella libremente ha operado el mal que quiso, romper y matar; y como operaba totalmente libre, dominada por sus ambiciones y maldades, lo hacía bajo el mando de Dios. Cuenta las veces que el texto dice “por tu medio”; Dios no lo refrena y lo usa.

Je. 51:34-37

“Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne”. Es justo, nación de Dios, que por la aflicción que te hizo sientas deseos de venganza; y serás satisfecha. Dios castiga nuestros pecados con los pecados de otros.

Je. 51:44

“Sacaré de su boca lo que se ha tragado”; reyes y reinas, posesiones ajenas, jóvenes de Jehová, tesoros de la casa del Señor, y del fondo de estómago saldrá lo que pasó por su esófago, y ese gran pez castigador de incredulidades vomitará al profeta que tiene la palabra de Jehová. Vomítame, no tú tierra digna que fluye leche y miel, herencia de Jehová, sino tú león rugiente que casi me devoras, devuélveme lo que te tragaste que no te pertenece y son mis tesoros que guardaba en vasos de barro.

Je. 51:45

“Salid de en medio de ella pueblo mío”. Allá en la lejana tierra de castigo, olvidados de todos mas no de Dios. Oh Señor, que sin rencores nos cuides siempre, yo sé que me amas aun cuando me muestras que eres justo.

 

 

El Dios que tuvimos cuando fuimos fieles

Je. 51:50

“Acordaos de Jehová y de Jerusalén”. Dos incentivos para volver al punto de juicio, recuperarse espiritualmente y volver a empezar: uno teológico, Dios y otro eclesiástico, la iglesia, recordar quién es Dios y qué  iglesia, aunque todo el tiempo que nos separa haya sido llenado con un océano de tristezas, no recordar eso que sólo nos saca gemidos y lamentos del pecho, culpas y vergüenzas, sino recordar la gracia, el amor de Dios y la iglesia cuando estaba sana. 

El primer recuerdo que hay que tener no es sobre nosotros mismos ni sobre el pecado que nos trajo tan malas consecuencias sino sobre el Dios que nos aguarda, el Dios que tuvimos cuando fuimos fieles, el que no cambia. ¿Quién es Dios? Si él ha sido justo, ¿por qué reprocharle nada? 

El trato que Dios te ha dado pudo haber sido severo pero compasivo y no desproporcionado, sino por debajo de lo que merecías, lo suficiente para que tus calamidades no te destruyan sino te aleccionen para un futuro mejor. ¿Es posible una vida espiritual mejor después de haber sido castigado por desobediencia? ¡Cómo no! 

¿No fue capacitado Pedro para confirmar a sus hermanos, los fieles, cuando ellos habían sido más fieles que él? Es que con el perdón y la misericordia viene mucha gracia y crecimiento espiritual que hace crecer y da ventaja sobre los demás. Recuerda que él es fiel; y perdona las infidelidades, cuando fuiste infiel él no se negó a sí mismo para tratarte descomedidamente, él está en el punto donde lo dejaste y puedes volver a empezar como si nada hubiera ocurrido, el Señor no preserva rencores. Recuerda que es tu creador y vence cualquier imposible.  

Pero recuerda también la iglesia, su Jerusalén que desciende de arriba, no las apostasías. No recuerdes las faltas y la culpa de los infieles y las calamidades que sobre el pueblo ellos han traído, recuerda “el remanente escogido por gracia”. Acuérdate de su antigua hermosura, de sus torres, (Sal. 48:12-14), de su río como un cristal (la predicación en el Espíritu Santo) que alegra la ciudad de Dios (Sal. 46:4), recuerda que fue el lugar de tu reposo, el sitio donde en Cristo fuiste bautizado, donde crecieron tus hijos. ¡Buen viaje y Dios bendiga tu regreso!

Je. 51:57

“Y sus príncipes dormirán sueño eterno”. ¿Dónde está vuestra arrogancia, oh príncipes, vuestros deleites, sedas, joyas y sangre azul? Iréis a la fosa y vuestra belleza y carne perfumada se pudrirán y no volveréis a la tierra, nadie sabrá que exististeis, no leerán ni sospecharán vuestras glorias y ambiciones, dormiréis en vuestros sepulcros hasta que suene la trompeta de Cristo (1 Te. 4:16) y resucitaréis en confusión perpetua (Dan. 12:2; Jn. 5:25-29). La muerte no es el telón que cae para siempre sobre esta vida sino el límite de ella antes del juicio, porque todos compareceremos “ante el tribunal de Cristo” y muchos levantarán sus ojos “estando en tormentos”.

Je. 51:59-64

“Cuando acabes de leer este libro le atarás una piedra y lo echarás en medio del Éufrates”. Es un acto simbólico sobre el hundimiento de la ciudad en el Éufrates. Nota que no hay ninguna oportunidad, intención para el arrepentimiento de Babilonia; a la gran ciudad sólo le espera juicio sin misericordia, es olvidada; no es como a Nínive para la cual hubo una oportunidad espiritual. En cuanto al rollo, no hacía falta preservar esa copia que en sí misma era un documento político peligroso para su dueño. Por mucho respeto que sintamos hacia el papel del libro llamado Biblia, más respeto hemos de sentir para su contenido. El Señor ha dejado que sus enemigos la quemen, la critiquen, la adulteren, pero no han podido ahogar la voz de su contenido y siempre han sobrevivido más copias por aquí y por allá que lleguen al alcance de todos los precios. Oh Señor amado, concédenos siempre tu perdón y que tengamos oportunidad para el arrepentimiento (He. 12:17).

Je. 52:2

“Hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. Como Dios ve una cosa, buena o mala, así es. 

Je. 52:3 

“Echarlos de su presencia”. En contra de toda profecía para que no lo hiciera; cuando hay que humillarse hay que humillarse.

Je. 52:5 

“Hasta el undécimo año”. Dos años resistiendo humanamente, porque el orgullo de ellos no les permitía aceptar el castigo por sus pecados.

 

Je. 52:7-11  

“Fue abierta una brecha en el muro de la ciudad”. Vanas esperanzas de escape, una falsa ilusión. Si hubieran aceptado perder menos no hubieran perdido tanto. Perdió a sus compañeros, se quedó sin amigos, perdió a sus hijos, perdió su visión y su libertad; todo por ser terco y no aceptar la humillación. No se pueden preservar los ideales y los sueldos si se peca, hay que entregarlos. ¿Cómo este hombre pudo vivir tantos años con esas dantescas escenas en su memoria? Oh Señor, no permitas que tu siervo sea tan obcecado.

Je. 52:17-23 

“Las despabiladeras, los tazones”. “Despabiladeras” o apagaderas. Quizás preguntes: "¿Qué propósito tiene el Espíritu al recordarnos en estos momentos la obra de arte primorosa del templo? ¿Para que esos lectores del futuro admiren aquella pasada gloria? ¿Para que el pueblo al regresar la reproduzca? o ¿para que aprendamos que por hermosa que sea la obra de Dios el pecado la hace desaparecer? Quizás por esta razón se escribió todo eso. Cada vez que Dios aviva su obra tenemos que empezar por el punto en que no estaríamos. Se hubieran dedicado más pronto a Cristo si no hubieran tenido que regresar y empezar de nuevo tantas veces. Generalmente en cualquier lugar la obra de Dios pudo llegar más lejos si no hubiera sido por su desobediencia. Eran muchos y se quedan pocos; etcétera. Oh Señor, no nos disminuyas más, que no cometamos más, de nuevo, los mismos pecados que tú nos juzgaste. Amén. También esto es un inventario de esperanza, para que ellos piensen que ninguna de esas cosas se perdería; y el culto se restauraría, quedaría alguna verdad que retoñaría, un remanente escogido por gracia. 

Je. 52: 28-30 

“Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo”. ¿Y el resto Señor? Excepto unos pocos, todos muertos y con ese pequeñísimo grupo de toda una nación, a largo plazo, volvió Dios a empezar. Ahora eran casi nada, estaban a punto de desaparecer del mapa, sin embargo, habiendo sido el pecado castigado y el mal cortado, estaban mucho mejor.

Je. 52:31-34 

“Habló con él amigablemente”. Joaquín, a quien sustituyó el rey de Babilonia por Sedequías, el último rey de Judá. Quizás te sonrías y dices: "Ya ¿para qué si estaba tan viejo?" ¿Es que las consecuencias de nuestros pecados no se acabarán nunca? Sí, esto es para enseñarnos varias cosas. (1) Las consecuencias de nuestros pecados nos acompañan por muchos años, pero algún día cesarán ¡aleluya! (2) No somos desechados por Dios, aunque seamos castigados, su misericordia vela mientras duren las consecuencias (3) El que es castigado por Dios en este mundo, si la misericordia del Señor no lo deja no morirá en sus pecados (4) Oh Señor tememos mucho a las consecuencias de nuestros pecados, haz que no endurezcamos nuestros corazones a tu voz; si no los hombres, un día en el futuro háblanos amigablemente. Amén. 

 

 

Lamentaciones

Introducción a las Lamentaciones de Jeremías

“Este libro, como varíos  libros del Pentateuco, es llamado en hebreo, “como” por su primera palabra y otras “lamentaciones”, por su contenido. En la Septuaginta se nombra así por la misma razón. Lo mismo que la Vulgata Latina. La versión caldea no tiene título y consecuente con el antiguo hebreo, y con el último capítulo de Jeremías.

“Es uno de los libros del Megillot, o rollos entre los judíos. Debido a que narra la ruina de los asuntos de los judíos, además contiene promesa de restauración, es particularmente muy apreciado y frecuentemente leído. Los cinco libros de esta colección son: Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Lamentación, Ruth, y Esther. Ha habido muy poca diferencia entre los estudiosos con relación a la autoría de este libro. Tanto los antiguos como los modernos están casi de acuerdo en su mayoría que el autor es Jeremías; y que el estilo en que está escrito es una evidencia suficiente. El señor John Henry Pareau en una disertación en relación con la traducción de estas notas del libro, ha probado este punto ampliamente con suficientes citas del libro de Jeremías contenidas en Lamentaciones. Algunos han pensado que el libro fue escrito por Daniel, Sadrac, Mesac, Abed-nego, y otros, pero casi nadie ha estado de acuerdo. También se ha pensado que el libro fue compuesto en relación con la muerte de Josías, también la relación con la destrucción de Jerusalén y varias desolaciones conectadas a ese evento. En relación con esta última opinión la fraseología general se ajusta mejor. La composición del poema puede ser llamada técnica. Cada capítulo, excepto el último, es un acróstico. De los dos primeros, cada verso comienza con varias letras del alfabeto hebreo.… “La plena gracia del escrito fluye de forma graciosa, con una patética elocuencia en la cual el autor muestra efusiones de un corazón patriótico y de un modo patético expresa su dolor por las ruinas de un país tan vulnerable” (Clarke).

 

 

Lam. 1:7

“Se acordó de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos” o “sus cosas valiosas”; sus tesoros, los profetas, el templo, la adoración, el arca del testimonio, símbolo de la divina presencia. Todo se ha ido, pero ya era tarde, debió haber tenido esos recuerdos cuando se disponía a pecar. 

Lam. 1:9

“Ha descendido sorprendentemente”. Una traducción literal sería milagrosamente, y otra maravillosamente, pero es mejor dejar sorprendentemente porque su juicio asombró, dejó atónitos a muchos. Uno no debiera sorprenderse porque le vaya mal a alguien que peca. Lo que sorprende es que no le pase nada malo.

Lam. 1:17

"Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos". Literalmente significa los que viven a tu alrededor. Cuando tus vecinos, que son mejores que hermanos lejanos (Pro. 27:10), se vuelvan en tu contra, revisa tu vida espiritual. Ora por tus vecinos.

Lam. 2:1

"Y no se acordó del estrado de sus pies". Mira qué forma más bonita de nombrar la iglesia, "el estrado de sus pies", porque en ella está él, es su templo. Su Jerusalén. 

Lam. 2:9

"Su rey y sus príncipes están entre naciones donde no hay ley". Quizás una mejor traducción es que ya no hay ley. La ley ya no es más. O que no tienen forma de guardar como quieren su Ley y practicar su religión. Pero usando nuestra traducción comento: Un gran castigo que sufren los hijos de Dios cuando pecan es que son entregados a satanás, condenados a vivir entre personas que no tienen ley, ni moral, ni nada. Aquellos que han vivido en santidad no pueden mirar el pecado de mañana y de noche sin afligir como Lot sus almas (2 Pe. 2:8). Los que han vivido entre santos no caben entre impíos.

Lam. 2:10

“En silencio”; humillados hasta el piso y rumiando mil amargos pensamientos. Todos en el piso, con muchos recuerdos y sin gloria.

Lam. 2:14

"Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio". Aquellos predicadores optimistas y positivistas hicieron más mal a Jerusalén que los ejércitos enemigos. Se callaron sus pecados por dinero y popularidad; si los hubieran denunciado habrían evitado el cautiverio. Compara esa actitud con Miqueas (3:8). Algunos líderes exitosos, pastores de grandes iglesias, envidia de los de pequeñas congregaciones, tendrán que responder por la destrucción de, las miles de almas que cada domingo les escuchan sus sermones pelagianos o heréticos y narcisistas.

Lam. 2:18

“Corran tus lágrimas como un río día y noche”. Si uno no llora el corazón se rompe.

Si se “psicologiza” la Palabra, se le da muerte

 

Psicologiza tu religión y la disecas 

Lam. 2:19

"Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor". 

Si la ciudad hubiera seguido este consejo dado por Jeremías, no habría caído ante los babilonios. Derrama tu corazón ante el Señor no para que te desahogues ni te sientas mejor, sino para que en tu clamor Dios te responda. La Biblia no enseña a realizar ninguna práctica religiosa por el beneficio psicológico que se pudiera derivar sino para conseguir algo de Dios. Si se “psicologiza” la religión, se le da muerte, se diseca. Un sermón lleno de los sabios y prácticos consejos de la psicología es un sermón perdido que deslumbra por su práctica, engendra ilusiones, y puede que cure la mente, pero aporta ninguna gracia, elemento insustituible en la vida de salvación por la ¨sola gracia¨; el pragmatismo no constituye una defensa segura para el espíritu porque las explosiones y los incendios de la carne incineran en un abrir y cerrar de ojos las mejores resoluciones. Ayudan a quitar la culpa y levanta la frente caída por la vergüenza, producen aceptación y tranquilizan la conciencia, pero no mejoran divinamente ni un centímetro la fe. Seca el alma de la gracia divina. La gracia y la misericordia de Dios son insustituibles. El fin del mandamiento de orar no es producir una catarsis sino echar todos nuestros cuidados sobre él y tener fe en su respuesta. ¿Acostumbras a orar con todo el corazón y confiarle a él lo más íntimo? ¿O retienes algo? Derrama tu corazón, como un cubo, un cántaro de agua en la presencia de Dios. Y esto no tiene que ver personalmente con las históricas amistades que tenemos, a quienes respetamos, sino con la amalgama, sin mercurio, contra la mezcla que han hecho.

Lam. 2:20

Por supuesto que es muy triste ver a las madres comerse las carnes de sus niños muertos y tal vez con más significado ver los cadáveres de los sacerdotes y profetas tirados en el piso del santuario, completamente abandonados por Dios a la espada de los caldeos que no respetaron para nada su unción y vocación. Los judíos también hicieron eso matando a Zacarías (Isa.  8:2; Mt. 23:35).

Lam. 2:22

"Los que crie y mantuve, mi enemigo los acabó". Los crie como a hijos nacidos bajo el pacto de la gracia, les di leche de la mejor y pan de Aser (Ge. 49:20), mejor, pan de nobles (Sal. 78:25), engordaron, crecieron y se fueron amando este mundo. Oh Señor dame mejores hijos que los que se fueron o murieron. Reemplaza con mejores almas a los perversos que tuvimos como hermanos. Puebla nuestras soledades, multiplica la gente, aumenta la alegría. Señor, espero el tiempo de nuestra restauración.

Lam. 3:3

“Volvió y revolvió su mano todo el día”; pensé que las angustias de la mañana con la tarde se acabarían, y vinieron otras y se acumularon. 

 

Las misericordias de Dios se renuevan

Lam. 3:1-4; 21-23

"Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo. Me guio y me llevó en tinieblas, y no en luz; ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día. Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos. Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto, esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad". Recapacitaré en mi corazón, por lo tanto, esperaré; nuevas son cada mañana sus misericordiasgrande es tu fidelidad". 

Dos porciones completamente distintas. La primera no parece que sea el profeta quien habla porque reflexiona en los muchos años en que recibió maltratos. Menciona su envejecimiento (v. 4), encarcelamiento (vv. 6-9), y sus oraciones carcelarias, ellas desesperadas y angustiosas que le parecían no ser oídas (v. 8; vv.55-57). ¿Estás en prisión? ¿Te parece que tus oraciones no salen de la cárcel? ¿No te acuerdas como Dios visitó a Jeremías en la cárcel e inspiró a Pablo varias de sus epístolas y dio a Bunyan el inmortal Peregrino? Recuerda el desprecio con que lo recibía y las burlas (vv.12-14); y recapacita en el día cuando perdió sus esperanzas (v.18). Recapacita en todo eso y cómo fue librado y se dio cuenta que Dios lo había oído y era aún su esperanza (vv.18, 21). Esas cosas fueron recapacitadas para invitar al pueblo a confiar en la misericordia del Señor (vv.22-33). Oh alma, tu Dios es fiel, él renueva sus misericordias, espera en él, acepta su yugo, humíllate, él no desecha para siempre. Misericordia y fidelidad de Dios vindicadas. Él es fiel, no puede negarse a sí mismo, aliéntate, humíllate, obedece. Amén. 

Lam. 3:8

“El cierra el paso a mi oración”; no exactamente que cierra los oídos, sino que le cierra la puerta cuando acude a tocar en oración (v.44). Desde vv.1-8 parece tener en su mente la cárcel donde fue arrojado y donde pensó que su oración también estaba presa y no podía atravesar aquellas paredes. Es grande Dios y nos podemos comunicar con él en cualquier lugar.

Lam. 3:9

“Ha hecho tortuosos mis caminos”; a eso sí, la providencia no es cosa fácil, no se le echa un vistazo y se descifra. “Torció” dice la RV y vale para el mismo pensamiento.

Lam. 3:10,11

“Es para mí (Dios) como oso en asecho, como león”; nunca se le pierde ni se le esfuma la realidad de Dios; piensa que está indiferente o enemigo, pero no ausente ni es un engaño.

Lam. 3:21, 23

“En él esperaré”. Lo repite dos veces. Cuando estamos afligidos debemos repetirnos muchas veces (mejor es audiblemente) que tenemos que esperar (v.26). Es una palabra terrible, pero hay que esperar. El significado en hebreo contiene la idea de tener esperanza y hacerlo con paciencia. Eso no quiere decir que estar espiritualmente inactivo porque dice que los que esperan a Dios le buscan con el alma y él se muestra bueno para ellos (vv. 24, 25).

Lam. 3:22, 23

"Sus misericordias son nuevas cada mañana". Sus misericordias son nuevas quiere decir que son otras, son quizás más grandes, más prolongadas; tienes más libertad y más reposo. Jamás terminan.

 

Jóvenes que preservan el germen de la libertad

3:24-33

“Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.  Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso; ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza; dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.  Porque el Señor no desecha para siempre”. 

Tal vez esta porción se aplica específicamente a los jóvenes hebreos que Nabucodonosor hizo transportar como esclavos para servir en sus negocios en Babilonia. Es como un llamamiento del profeta para impedir brotes de rebelión y decirles que practiquen la paciencia y la fe en Dios que él es bueno, grande y fiel, y les pide que acepten la esclavitud callados(v.26), que cierren sus bocas y no las llenen de maldiciones y de ajenjos, para evitar el castigo y el exterminio que aunque no lo piensen así es bueno someterse a la voluntad de Dios (yugo) desde la juventud (v. 27).  

Y ellos, los jóvenes de la deportación son la esperanza de su pueblo y hacerlo en silencio sin protestar y no perder la esperanza (v.29), que la esclavitud no durará para siempre, porque hay un tiempo marcado para esa salvaje tiranía (v.31), ellos preservarán escondidos dentro de sus corazones el germen de la libertad, y si bien Dios les ha traído aflicciones traerá alivios (v.32), y los sufrimientos que les ocasiona no los ha enviado voluntariamente sino por necesidad (v.33). En vez de incitarlos a manifestaciones callejeras y tomar las armas contra el imperio, y a romper el yugo de los babilonios les pide que no lo hagan porque podrían ser exterminados, que acepten ser esclavos y esperen años hasta que la sociedad cambie. No les siembra el odio. El odio político lo gangrena. El amor es más fuerte que el odio. El amor engendra hijos el odio no. El diablo insufla odio a través de los canales políticos. Si fue así, el mensaje de Jeremías es un mensaje nada patriótico pero muy inteligente, que se acomoden dentro del imperio, como lo hicieron Daniel y sus amigos, sin amar el régimen, como lo hizo Ester, y no sólo sobrevivirán, sino que serán más útiles a su raza.  No los impulsa a convertirse en héroes, sino que actúen políticamente correcto y que dejen andar su curso a la no violencia. 

Y así lo hicieron Daniel, Sadrac, Mesac, Nehemias, Zorobabel y muchos otros que se hicieron profesionales, llegaron a ocupar cargos importantes en el gobierno y pudieron en su momento ser de bendición para su maltrecha patria. Más sobre este consejo se halla en los vv.34-40, para que piensen que eso, precisamente la deportación y el exilio provienen de Dios y nadie se lamente sino en que por sus pecados le ha sobrevenido todo. La hora del castigo es la de la reflexión (v.40), y que cada cual examine sus caminos y ahonde dentro de su corazón para buscar a Dios. El joven prudente en tal tiempo calla, espera, estudia, se prepara, afila su ideología, y en algún momento podrá quitarse la mordaza de la boca (Amós 5:13). 

 

Lo único que hay que lamentar es el pecado

3:39

"¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado”.  La traducción admite que se diga que, ¿se ha de lamentar por el castigo del pecado? ¿Por sus consecuencias? ¿Por qué te lamentas? Los hombres nos lamentamos por muchas cosas; razones tenemos; la pérdida de un ser amado ¿quién no gemirá? La salud ¿quién no lamentará su pérdida? ¿Perder los ahorros, el empleo, su casa? Todas esas cosas las lamentamos si las perdemos. ¿Los errores? ¿No los lamentamos? En este mundo donde tenemos aflicción, hay muchas cosas que lamentar, porque no es nuestra morada final, pero hay una sola cosa que no se lamenta: el pecado. Todas las otras cosas el Señor ha prometido devolverlas: los hijos muertos, la fortuna, la salud, la vida por medio de la resurrección; pero lo que no tiene promesa es el pecado. No tiene futuro. ¿De qué se lamenta? Los hombres se lamentan de la "mala suerte", cuando es en realidad las consecuencias de sus pecados. Muchas malas cosas no nos hubieran pasado si no nos hubiéramos metido en pecado. El pecado siempre trae consigo lamento. Nadie mira para su pecado y no deja de suspirar y preferir que no hubiera ocurrido.

Lam. 3:39,40

Debieran leerse con v.33.

Lam. 3:41

Queda más bonita la traducción si se dice que levantemos nuestros corazones con nuestras manos a Dios.

 

La nube que se interpone a las oraciones

Lam. 3:44

“Te cubriste de nube para que no pasase la oración nuestra”. 

¿Nuestra? El texto no dice “nuestra” es añadida para aclaración. Otra versión dice para que no pasase ninguna oración. ¿Ninguna? El sí oró por el pueblo, pero no fue oído (Ver 3:8; Je. 7:16; 11: 14). Es cierto que en relación con el pueblo no fue oído, pero no con relación a sí mismo (vv.55-57). Y la nube que se interpuso no fue vapor de agua sino una nube de pecados y de incredulidades. Todo ministro del evangelio debe saberlo por experiencia, que Dios oye más sus oraciones personales, sobre sus asuntos o familiares que sobre la iglesia. Él puede ser bendecido, ayudado, vindicado, y sin embargo su rebaño no prospera. No hay ninguna nube entre él y Dios, pero sí la hay entre ellos y Dios. Su ministerio es menos bendecido que su vida. Y aun esto no lo hace feliz.

Lam. 3:65

“Dales dureza de corazón, tu maldición”; no “entrégalos a la dureza de sus corazones”; eso va incluido, pero no es así. También se traduce que le des oscuridad (Ver Isa.6:9; Hch. 28:26). Sin ser Dios el responsable de ese endurecimiento no es una injusticia sino una justa retribución.

 

 

Autoestima y el valor que Dios nos da

Lam.4:2

"Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro". 

Que valían más que el oro puro. Aunque este versículo sea un lamento, mira lo que dice de los hijos de Dios, "preciados más que el oro puro", o que valían su peso en oro puro, son de gran estima y valor, las joyas de Dios. ¿Esto aumenta la autoestima? Sí, la normal, la que se forma por el valor que Dios nos da, por ser obra de Dios, creados por él con dignidad, y por las muchas cosas que él nos concede. Es un concepto correcto de nosotros; primero en relación con él y con su obra de gracia. Es gloriarse en la gracia misma. 

No es aquella autoestima carnal, la que se gloría en la persona misma, en los valores naturales, y gira alrededor del yo; sino lo contrario, aquella que se eleva hacia el trono del Señor y lo bendice por la justicia imputada de Jesús. Ni siquiera sobre los restos de la imagen perdida por la caída en pecado y la semejanza deformada de Dios que por naturaleza heredamos; no es una autoestima edificada sobre los mandamientos de Dios y el potencial humano para cumplirlos, no es una virtud intrínseca, es el gloriarse en el Señor, es una exaltación espiritual por medio de la gracia de Dios de Jesucristo y una obra entera del Espíritu Santo. 

No hay que sentirse siempre vestido de cilicio y postrados en tierra ni decirse continuamente, “no tengo valor y no sirvo para nada”. ¿Es eso cristiano? Claro que no. Son las doctrinas arminianas metidas dentro de esos desperdicios adámicos, sentadas sobre el yo, las que insisten en preservar dignos los residuos benevolentes de la imagen humana y dice “yo valgo mucho, nadie vale más que yo” y dice “me amo primero y luego a los demás” porque el que diga eso poco ama a los otros; y es una incipiente megalomanía esa forma de pensar. Sí, son las doctrinas de Arminio, no las de Calvino, que exalta la gloria de Dios y coloca al ser humano donde más alto pudiera elevarse, en la total gracia.

 

Pecados del intelecto y de los instintos, sodomía 

Lam.4: 6

"Porque se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma". Si hay un pecado que Dios aborrece es la sodomía y que aflige tanto el alma de cualquier justo (2 Pe. 2: 6-8); y los sodomitas no son aceptados por Dios en el reino, sin embargo, no debemos pensar que es el pecado más grande del mundo porque hay otros que Dios castigará más que ese (Mt. 11:23, 24). La sodomía no es definitivamente la blasfemia contra el Espíritu Santo (Mt. 12:31), porque dentro del ministerio de san Pablo hubo sodomitas perdonados (1Co. 6:9,11). Un pecado más grande que la sodomía es rechazar a Cristo, abandonarlo, eso es el pecado imperdonable (1 Jn. 5:16,17); la apostasía definitiva es pecado de muerte (He. 6:4-8). Los habitantes de Sodoma nunca presenciaron el poder de Cristo ni sintieron en sus corazones los poderes del siglo venidero, ni pisotearon la sangre del Hijo de Dios. Y hasta quisieron violar a tres ángeles. Si un sodomita siente el poder de Cristo pudiera arrepentirse y cambiar, no por instrucción, no por enseñanza sino por el poder de Cristo, el poder de su resurrección, porque el reino de los cielos no consiste en palabras sino en poder, por un contacto de fe, que puede lograrlo, como aquella mujer que tocó el manto de Jesús, aunque sea con un dedo inmundo, si así lo desea, si quiere "el Señor puede limpiarlo". Esperanza para todos los pecadores. Por supuesto que todos los pecados no son iguales, unos son más graves que otros, y los pecados del intelecto suelen ser más grandes que los de los instintos y las pasiones bajas.

Lam.4:7

“Sus consagrados eran más puros que la nieve”. O literalmente “sus nazareos”, consagrados para el servicio del Señor que se abstenían de beber vino y de cortarse el cabello. Pero como dice Gill, la palabra también significa “corona” lo que se pudiera traducir príncipes que se vestían elegantemente, limpios, brillantes, y podrían ser comparados al rubí, o mejor aún a las perlas.

Lam.4:13

“El pecado de sus profetas y sacerdotes”; debiera leerse con 2:20, ver nota; y 4:16.

 

No coloques tus gobernantes en el lugar de Dios

4:20

“El aliento de nuestras vidas” (de nuestras narices); se refiere al rey Sedequías (2 Re. 25:3-7; Je. 39:1-8; 52:6-11). ¿Cómo, abrigar tanta esperanza en un ser humano como si fuera el mismo Creador que le da aliento a nuestras vidas; es decir exageraron su poder como si fuera un dios, lo divinizaron, siendo el ultra, el máximo, el soberano de la tierra y pusieron en él todas sus esperanzas y deseos de vivir bajo su cuidado y protección. Y aquellas esperanzas fueron defraudadas porque fue un hombre y no el mesías, que se endureció a la palabra del Señor. Véanle primero huyendo y capturado, y todos sus hijos decapitados delante de él y luego él mismo cegado. Posteriormente encadenado y llevado a Babilonia. No coloques tus gobernantes en el lugar de Dios. Está bien que le demos respeto a la autoridad civil, pero son humanos (Ro. 13:1; Tito 3:1).

Lam. 5:1

"Acuérdate Jehová de lo que nos ha sucedido". ¡Qué bueno es clamar al Señor y decirle: acuérdate de lo que nos ha sucedido y perdona ya por tus misericordias!

Lam. 5:1-9

"Nuestra heredad ha pasado a extraños, nuestras casas a forasteros". El pecado no sólo atrasa o mata, sino que invierte la vida, la hace que la vivamos al revés, Dt. 28:12-14; 32-34;43,44. Señor todo eso lo conocemos ayudar ayúdanos a obedecer.

Lam. 5:7 

"Nuestros padres han pecado y han muerto y nosotros llevamos su castigo". Jeremías aquí tiene que hacerse eco de las quejas y lamentaciones de los niños que pagan las faltas de bendiciones que los padres rechazaron o sus malas decisiones.

Lam. 5:8

“Esclavos dominan sobre nosotros”; pudieran ser los babilonios o edomitas, pero principalmente aquellos gobernantes ahora que antes habían sido esclavos y añadidos al ejército. Son esos los peores jefes (Ver Pro. 30:21,22). Dice Gill que es el cumplimiento de la profecía de Ge. 9:26.

Lam. 5:10-13

"Violaron a las mujeres en Sion". La gente dice ¿por qué si Dios es bueno permite esto? Y ¿si el hombre es tan sabio por qué no lo evitó? ¿Quién es el responsable de las condiciones sociales donde vivimos, Dios o nosotros? ¿Es la injusticia de Dios la culpable de estos crímenes y abusos o nuestra descomposición moral? Volvámonos a Dios y no veremos estas escenas dantescas en las ciudades y la guerra (v.16)

Lam. 5:13

“Y los muchachos cayeron bajo el peso de la leña”. Es triste esa noticia, los jovencitos que tuvieron un futuro brillante por la mala decisión de sus padres ahora sirven como esclavos en los molinos o cargando leña para los hornos y cocinas, tratados como bestias, sin consideración.

Lam. 5:16

“Ay de nosotros pues hemos pecado”; el pecado no trae la felicidad, eso es una cruel mentira, lo que trae es el lamento y el remordimiento.

Lam. 5:20

“¿Por qué nos abandonas tan largo tiempo? Sí, el tiempo de castigo siempre es largo, puede extenderse casi hasta la muerte; no peques, alma que, aunque te arrepientas y seas perdonada, no quedarás limpia de tu pecado por largo tiempo. Oh Señor acorta nuestros días, abrévialos, vuelve nuestros corazones a ti (v.21) para que nuestros días sean breves y hallemos misericordias. ¡Ay de nosotros porque pecamos! (v.16). Señor ayúdanos a no endurecernos (Pro. 29:1).

Lam. 5:21

“Vuélvenos a ti y nos volveremos”; o retórnanos a ti y nos retornaremos. Lo que está pidiendo en oración es conversión por gracia; no sólo una restauración política y social sino una conversión religiosa sin la cual no es posible ningún tipo de regreso. Quiere decir, “cámbianos y podremos volver, si tú nos cambias seremos cambiados” (Je. 31:28); y es una buena oración para los que desean reconstruirse, reparar sus vidas, orar por gracia en vez de anotarse en algún centro de rehabilitación moral. Una vez cambiado el corazón, el destino, por decirlo así, también cambia. Ese es el clamor del Esposo a su Amada (Cant. 6:13).

 

 

Ezequiel

Introducción

 

“Este libro está justamente colocado después de Jeremías; ya que Ezequiel se encontraba dentro de los cautivos en Caldea, cuando él profetizó; sin embargo, Jeremías comenzó a profetizar mucho tiempo antes de la cautividad, y en relación con ella. El nombre de este profeta significa “la fortaleza de Dios” o “fortalecido por Dios” y esta interpretación corresponde perfectamente con la gran tarea que él tuvo que hacer, dentro de un pueblo completamente perverso (3:8).

“Había un levita con ese mismo nombre del cual se hace mención en 1 Cro. 24:16; y este profeta fue un sacerdote (1:3). Según el juicio de la opinión de Jerónimo, su estilo no es muy elocuente ni tampoco muy rústico sino entre ambos, una mezcla de los dos. Las visiones que tuvo este profeta son muy oscuras y de difícil interpretación, especialmente la visión de las criaturas y las ruedas. Basado en esto los judíos prohibían la lectura de eso lo mismo que el fin de esta profecía hasta que las personas tuvieran 30 años de edad.

“Estas visiones divinas en el libro, y todo el asunto de ellas, están de acuerdo con la profecía de Jeremías y el cumplimiento de los eventos predichos, y tal cosa prueba su autoridad divina como siempre ha ocurrido, tanto por los judíos en sus sinagogas como los cristianos en las iglesias. Algunos judíos han preferido no utilizar este libro porque según ellos se encuentran cosas que están en contra de la ley de Moisés” (J. Gill).

 

“Si el “el año 30” (1:1) se refiere a la edad de Ezequiel; él tenía 35 años cuando fue llevado cautivo y 30 cuando Dios lo llamó al ministerio. 30 años es la edad cuando los sacerdotes comienzan su oficio, por lo tanto, fue un año muy notable para Ezequiel. Su ministerio comenzó en 593/592 a. C., y se extendió al menos 22 años hasta el 571/570 a. C. (25:17). Fue contemporáneo tanto del profeta Jeremías que tenía unos 20 años más que él, y Daniel de la misma edad, cuyo nombre se encuentra en 14:14,20; 28:3 como un profeta bien conocido.

 

“Lo mismo que Jeremías (Je. 1:1) y Zacarías (Zac. 1:1; Neh. 12:16), Ezequiel fue ambas cosas, profeta y sacerdote. Debido a su procedencia de entre los sacerdotes, él se encuentra particularmente interesado y se muestra familiar con los detalles del templo, así Dios lo usó para escribir mucho acerca de eso (8:1-11:25; 40:1-47:12). Ezequiel y su esposa, la cual es mencionada en 24:15-27, se encontraban dentro de los 10,000 judíos que fueron llevados cautivos a Babilonia en el 597 a. C. (2 Re. 24:11-18). Vivieron en Tel Avib (3:15) cerca del río Quebar probablemente al sureste de Babilonia. Ezequiel escribió acerca de la muerte de su esposa en el exilio, sin embargo, el libro no menciona la muerte de Ezequiel, la cual la tradición rabínica sugiere que ocurrió a manos de un israelita príncipe idolátrico que rechazaba sus prédicas, alrededor del 560 a. C.

Ezequiel recibió su llamamiento a profetizar en el 593 a. C. en Babilonia” (J. MacArthur).

 

Eze. 1:1

“Estando yo entre los desterrados los cielos se abrieron”. ¿No es eso bonito? Es semejante a Juan en la isla Patmos. Nota que Ezequiel es uno de los desterrados, puesto por Dios allí donde su pueblo lo necesita, no en el templo sino junto al río Quebar, un río de Mesopotamia el cual algunos piensan que es un brazo del Éufrates. 

Eze. 1:6

“Tenía cuatro caras y cuatro alas”. Es bueno que la providencia divina nos presente diferentes rostros, como las estaciones del año, y siempre sea la providencia de Dios; y también que tenga alas que nos garantice que ningún obstáculo terrestre le impide remontarse, y nosotros con ella.

Eze. 1:7

“Sus piernas eran rectas”; siempre derecha, no va la providencia cojeando y bamboleándose, aunque parezcan las cosas que se tuercen y joroban, la sabiduría divina las conduce rectamente, y nos regocijaremos en su resultado. Amén. 

Eze. 1:8

“Tenían bajo sus alas manos humanas”; no se podían ver, se ignoraba quiénes, pero Dios además de sus ángeles suele usar a personas que aparecen y él las usa para nuestro bien y quedamos ligadas a ellas en amor y agradecimiento. Ojalá siempre seamos objeto de la providencia para alguien como lo será alguien para nosotros.

Eze. 1:9,12,17

“No se volvían cuando andaban, iba de frente hacia delante”; nosotros sí tenemos necesidad de revisar y completar lo que dejamos sin acabar cuando fuimos interrumpidos o no tuvimos recursos para proseguir, o debemos volvernos para enmendar, si fuera posible, los errores que dejamos atrás, pero no así Dios que según ejecuta deja sus perfecciones y no tiene que regresar sobre sus pasos y enmendarse; la historia nuestra sigue hacia delante hasta la perfección(He.6:1).

 

Estudia un trozo de tu vida con la providencia de Dios

Eze. 1:4-14

“Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante. Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro, cara de águila.  Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían. Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos. Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos”. 

Este capítulo trata sobre la providencia de Dios; doctrina que enseña que el Señor gobierna sobre la totalidad de su creación, es un poco diferente de su soberanía porque es la aplicación de ella, su intervención, más que su autoridad. La providencia es un gran consuelo para los santos porque nos permite algún entendimiento de nuestros acontecimientos y los del mundo, nos concede tener una actitud de fe ante ellos y hallar la gloria de Dios en las cosas que ocurren.

La providencia divina escoge un medio para realizarla, los ángeles de Dios. En la visión, que como bien dice Mathew Henry, es como una parábola para los ojos, nos enseña su universalidad puesto que tiene cuatro caras mirando hacia los cuatro frentes del mundo y cuatro alas para dirigirse a donde quiera, no hay sitio fuera de su alcance ni demasiado remoto (v.6); e interfiere en todos los reinos del mundo, del hombre, animal, las aves, las bestias, las fieras, las aves (v.10). Los hechos de la providencia son rectos como los pies de un becerro y firmes, cada paso suyo es seguro y avanza (v.7). La providencia de Dios es uniforme, unida por las alas de los ángeles (v.9). Si pudiéramos pegar lo que pasa en un lado con lo que pasa en el otro veríamos que tienen correspondencia; inclusive en la vida de uno mismo, los acontecimientos de una época tienen que ver con los de otra y conducen a ella, las alas de uno tocan a las del otro. La providencia no comete errores, no tiene que regresar para rectificar algo que quedó mal hecho, no se corrige, siempre va progresando hacia delante (v.9); a menudo es incomprensible en su totalidad, en parte oculta y en parte manifiesta (v.11): Y no es lentaporque se dice que corre (v.14), como algunos la tienen por tardanza, es paciente pero no lenta. Confía tus caminos a ella, ora por ella, glorifica a Dios con tu fe. Toma un trozo de tu vida y examínalo, y te aseguro que hallarás en él, sentido y organización. Amén. 

 

 

Notas para un sermón sobre la providencia

La forma de la providencia particular de Dios en la vida humana es una rueda, circular, y eso significa que siempre estaremos sujetos a cambios, movimientos, unas veces arriba y otras abajo, contentos y tristes, riendo y enjugándonos las lágrimas, unidos y separados, buena fama y mala fama, fieles e infieles, con dinero y sin dinero, con éxito y con derrota, satisfechos e insatisfechos, con luz y sin luz, con salud y enfermos, con trabajo y sin trabajo...para enseñarnos que la providencia en la vida es cíclica, porque en medio de este globo donde vivimos, no puede haber líneas rectas, todas son curvas, trabajamos como si fueran rectas pero no lo son, la tierra se mueve, nosotros nos movemos y la providencia de Dios se mueve como una rueda; pero para él todos sus caminos son rectos, absolutamente rectos son los pies del Señor (v.7)...y lo único que no se mueve es el eje en su rueda es su amor (Ro. 8:37-39).

En segundo lugar, la providencia de Dios es incomprensible (v.16) como “rueda en medio de rueda”, es inentendible, a veces parece irracional o supra racional, está sobre nuestra capacidad para entender nuestros propios caminos, nuestra suerte, explicarnos con claridad lo que nos pasa; para cada vida es un secreto y no puede ser adivinada, entendida en el presente, sólo puede ser leída, cuando se mira hacia atrás, en el pasado. No te rompas la cabeza buscando explicaciones, cree solamente que Dios te dirige y lo que hoy te parece torcido algún día lo verás con nuevos ojos, los del futuro, derecho, y como Pablo alabarás (Ro. 11:33). Déjame advertirte que algunas veces te parecerá espantosa (v.18), impresionante, que te da miedo, te hará temblar cuando envuelve a justos y pecadores, a malos y buenos, niños y adultos, y parece que es despiadada, cruel.

La providencia de Dios es inerrante, “no se volvían cuando andaban” (v.17). Dios no tiene que volverse para tomar algo que se le ha olvidado, todo lo tiene pensado desde la eternidad y todo reflejará la gloria de la profundidad de su sabiduría, no tiene que volverse para corregirse como si algo le hubiera salido mal, si hubiera fallado, si no hubiera quedado bien y no fuera “bueno en gran manera....”, el propósito de Dios contigo no está equivocado, incluye tus equivocaciones (entonces ponle límite a tu disgusto y detén tu lamento aunque no entiendes por qué), no es lo que más te gusta, no salió como querías,  pero es lo mejor y has comprobado que “mejor es tu misericordia que la vida” (Sal. 63:3). 

Eze. 1:16

“Tenían la misma forma”; la misma semejanza, se veían iguales o muy parecidas, y eso es lo que nos permite acumular experiencias y juzgar una rueda con la otra, compararlas, mirar los hechos, las circunstancias y las gentes y compararlas con lo que ya ocurrió; presumo que son iguales pero no exactamente iguales o idénticas; por eso no podemos confiar completamente en la experiencia sino en la Palabra de Dios porque a veces nuestros juicios son complicados y llegamos a conclusiones equivocadas; sin embargo todas las cosas tienen algo en común y por eso se dice que “rueda dentro de la otra rueda”. 

Eze. 1:18

“Y los aros (ruedas) estaban llenos de ojos”; ni más ni menos que la omnisciencia de Dios, que nunca es ciega o miope. Las cosas ocurren exactamente como deben ocurrir y bajo su supervisión. Está en el encerramiento y la liberación, y en los detalles. Es que en todos los sucesos de la historia y sus bamboleos y movimientos se halla “el espíritu” que es quien le da vida, las hace andar y volar (vv.1-21).

 

Discierne si es Dios u otra cosa

Eze. 1:24

“Como la voz del Todopoderoso”; mira que es difícil hacer distinción entre la voz de Dios y el ruido del mar o una cascada o de un tumulto militar; uno puede confundir la orientación de la voz de Dios con otros sonidos que la envuelvan y no nos permitan distinguirla con nitidez. ¿Cómo es posible eso, que uno pueda confundir la voz del Señor con esas dos cosas que son tan distintas? Es fácil diferenciar la caída del agua o el rumor del mar de la voz de alguien. Es que lo más posible no es que se confundan, sino que no se entienda y que no se pueda oír. Hay voces y ruidos en este mundo que son casi tan altos como la Palabra de Dios, pero el que presta buena atención la distingue. El joven Samuel confundió la voz de Dios con la de Samuel (1 Sa. 3:4,5). ¿No fue capaz Elías de distinguir “el silbo apacible” de la presencia de Dios del estruendo del viento y del terremoto? (1 Re. 19:11-13). Discierne si es Dios u otra cosa. Si otros pudieron hacerlo, ahí te di los nombres, entones tú y yo con paciencia y oración, y los ojos bien abiertos, podemos llegar a una diferencia y hacer la afirmación con tino y juicio.

Eze. 1:26-28

“En lo más alto de la expansión (firmamento, cielo) había uno semejante (con apariencia) de hombre. Tal era la semejanza de la gloria del Señor. Caí rostro en tierra”. 

Eze. 2:1,2

"Hijo de hombre, ponte sobre tus pies y hablaré contigo". El Espíritu Santo entra con la Palabra (v. 2), siempre la acompaña, va a donde ella va. Oh Señor danos tu Palabra para que tengamos tu Espíritu. Cuando él entra cautiva la mente, los sentimientos, todo.

Eze. 2:3

“Te envío a un pueblo rebelde”; a una nación que sufre una enfermedad de incredulidad generacional y culturalmente hereditaria; tienes que hablarle a un pueblo que tiene una rebeldía genética.

 

Qué hace que un ministro se quede o se vaya de una región 

Eze. 2:3-10

"Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy. Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes".

Ezequiel tuvo que ser un ministro de mucha fe porque trabajó bien sabiendo que no lograría convertirlos. Siempre lo vemos como una piedra, nunca quejándose (como yo) y desanimado (como yo) (3: 9). Pocos ministros han tenido que predicar a una congregación tan obstinada, como los profetas a Israel. Dos cosas importantes (1) Dios siempre les dio un mensaje; la Palabra de Dios no faltó, aunque no hubiera convertidos entre ellos. Oh, Señor yo quiero que eso no nos pase, que los preciosos mensajes de tu Palabra no caigan en el vacío; permíteme Señor ver tu gracia y tu pueblo que escuche (2) el pueblo no lo oiría, tendría un ministerio "estéril", fracasaría con ellos. ¿Cómo? ¡No! Él es fiel a la Palabra de Dios, nunca ha fracasado. Las recompensas que Dios tiene para sus ministros no están en los resultados que ha tenido su predicación sino en su obediencia. No es que cada uno sea hallado exitoso sino fiel (1 Co. 4:2). El pueblo, el éxito y el Espíritu Santo. Hay veces que escogemos permanecer en una iglesia por el resultado que nuestro ministerio tenga y si no hay convertidos a Cristo, nos vamos. Eso es lo que ellos se merecen, es cierto que en otro sitio habría más fruto (3:6), pero puede ser que eso no sea la voluntad de Dios. Este no es un modelo para actuar siempre así (Mt. 10:12-15); pero es posible que haya ministerios específicos. La incredulidad y la oposición pueden ser factores importantes, pero, no determinantes para que un ministro se quede o se vaya de una región.

Eze. 2:4

“De corazón empedernido”; como si le estuviera hablando a las piedras o a estatuas.

Eze. 2:5

“Y ellos escuchen o dejen de escuchar”; eso a ti no debe afligirte, tú has mi voluntad y no te desanimes por el rechazo; Dios sabía que no lo iban a escuchar, pero en este momento no se lo dice, después sí (3:7); eso para no quitarle la esperanza; aunque deseara la conversión de su pueblo la mayor motivación suya tendría que ser hacer la voluntad de Dios.

Eze. 2:6,7

“No temas ni a ellos ni a sus palabras”; su misión es peligrosa y su ministerio será contradicho y confrontacional. No sé si es valiente o necesita serlo porque de modo similar le habló el Señor a Josué (Jos.1); más adelante le da a comer su Palabra que lo ha de convertir en un hombre valiente (3:8,9). Dios no da espíritu de cobardía (Lev.26:36; 2Ti.1:7). Aquel ministro fue hecho precioso y duro como un diamante.

Eze. 3:2

"Alimenta tu vientre y llena tus entrañas de este rollo". Hay veces que no es tan fácil como “abre tu boca y yo la llenaré” (Sal. 81:10). Ezequiel dice que Dios le hizo comer aquel rollo. Hay partes en la voluntad de Dios que son difíciles de ingerir y él tiene que constreñirnos a aceptarlas. Oh Señor si yo pudiera siempre llenarme así de tu Palabra, hasta el vientre, las entrañas, con el pan que descendió del cielo, Jesús, con su verdadera comida y su verdadera bebida. No le dijo: “Toma el rollo y lámelo, pruébalo, sino mastícalo, disfrútalo, y trágatelo”. 

Eze. 3:3

“Fue dulce a mi boca como la miel”; no como el chocolate. No sé cómo pudo hallarlo dulce si contenía tantos “ayes, gemidos y lamentaciones” (2:10). Porque la palabra que Dios ha hablado, siempre es buena, aunque diga cosas duras (Isa. 39:5-9). Ni tampoco fue dulce para él su predicación (v.14).

 

Enseña la palabra de Dios en un idioma que te entiendan

Eze. 3:5-6

"Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran". 

¿Qué provecho haría Ezequiel si va a testificar a Babilonia si no sabe caldeo? ¿No es como metal que resuena o címbalo que retiñe? Y ¿qué ayuda podría darles a los egipcios si no puede ni siquiera dar gracias en el mercado de Menfis cuando compre unas patatas, o quitarle al Nilo su divinidad, o contarles a los egipcios que Ra no es el dios del sol, sino que Jehová lo creó? 

Si uno no conoce el idioma del pueblo donde vive no puede conocer su cultura, entender a sus vecinos y explicarles la Biblia en su contexto social. Lo que no tendría ningún provecho para los pobres incrédulos israelitas es que el profeta hablara una “lengua difícil” entre ellos y no lo entendieran. Supongamos que Ezequiel dijera: “Pero yo me edifico con lo que digo, aunque no sé qué dije”. ¿Qué haría Dios? Buscarse otro profeta porque para llevar la Gran Comisión porque ese susodicho no le sirve.

Hay hermanos fieles que afirman poseer el don de lenguas, pero que son misteríos as y ellos no entienden ni los que los oyen tampoco. ¿Qué provecho tiene para la obra misionera, esos pedacitos de palabras extrañas que sabiondos predicadores meten sin ton ni son en sus sermones o alabanzas?  ¿No es un insulto a la inteligencia? ¿Qué gloria para Dios sacan con eso y a quién impresionan? 

Tal vez como dice Pablo, donde no haya “muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles” (1 Co. 1:26); y con todo, Pablo no llegó al istmo de Corinto hablando en lenguas sino en griego y se comunicó con ellos en ese idioma. Sus cartas las escribió en griego, el idioma de la lógica y la filosofía, ni siquiera en latín el bello lenguaje de la poesía. No sé de quiénes ellos se enteraron del don de lenguas, tal vez por alguno de los predicadores itinerantes, Apolos que llegó a regar o Pedro que les narró su experiencia en Pentecostés. A ambos Pablo los cita once veces como si los corintios los tuvieran a ellos como competidores. Cuatro veces a Cefas (1:12; 3:22; 9:5;15:5), y siete a Apolos (1:12; 3:4,5,6,22; 4:6; 16:12). Por eso Pablo tiene que argumentar que habla más lenguas que todos ellos porque no se las enseñó.

El don de lenguas, en sentido general, prospera entre iletrados y semianalfabetos corintios, pero no en el areópago de Atenas, entre estoicos y epicúreos, o pudiera ser que en Tesalónica donde eran menos razonables, pero no en Berea. Pablo no plantó ninguna iglesia hablando en lenguas sino en griego y hebreo, y aparentemente nunca se suscitó entre las otras esa clase de espectáculos religiosos.

El Señor le dice a Ezequiel que si fuera enviado al extranjero y estuviera entre gente que habla otro idioma, por ejemplo, el caldeo, el persa, el egipcio, tendría que pasar un par de años aprendiendo el idioma para poderse comunicar con ellos y mientras lo aprende pagarle a un buen traductor que le ayude como hizo David Brainerd entre los indios americanos. Lo mismo tuvo que hacer Judson Taylor en China donde sudó “la gota gorda” para aprender el idioma del cual dijo: “el chino lo inventó el diablo para evitar la predicación del evangelio”. Hubiera sido muy fácil para ellos que Dios les diera la capacidad de hablar idiomas sin estudiarlo como hizo con Pedro, con Pablo, pero no fue así, no se ha repetido en ninguno de esos héroes de la fe la historia apostólica. Dios dijo “ya es suficiente, ahora estudien el idioma”.  Los únicos, si estoy bien enterado, que hablan idiomas humanos sin estudiarlos son los ángeles, porque cuando se comunicaron con Ezequiel, Daniel, con María la madre de Jesús, con José en sueños, les hablaron en hebreo (o arameo), no en algún otro idioma que se hable por allá por el tercer cielo.

Eze. 3:9

“Como diamante”; “como esmeril” (LBLA); es más bonito adamantino (Je.17:1).

Eze. 3:16-20

"En su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria". Específicamente los ministros, pero todos tenemos responsabilidad con la salvación de los demás; cuando nos aproximamos a un semejante para explicarle a Cristo, lo hacemos de parte de Dios (v.17), y le rogamos que se reconcilie con él (2 Co. 5: 20), somos sus embajadores. Es nuestro deber amonestar al impío para que se arrepienta; ésta es la primera clase de pecadores a quienes debemos hablar, los que no han oído el testimonio de Cristo. La Biblia habla mucho de ellos porque no son pocos. Alma ¿por qué te perderás? ¿Habiendo empezado por el Espíritu terminarás por la carne? (Ga. 3:3). ¿Volverás a tu cieno? (2 Pe. 2:20-22). Señor ten piedad de los que retroceden, de los que edifican lo que un día destruyeron (Ga. 2:18). ¡Y con qué espíritu destruyeron! Señor ayúdanos a ser evangelizadores. Luego a los apóstatas, para que sus justicias sean recordadas.

Eze. 4:4-10

"Llevarás sobre ti la maldad de ellos”.  Lo primero que uno ve es que es puesto como ejemplo, como ilustración al pueblo que lo visitaba y luego salía de allí, el mensaje de lo que había visto. El Señor le hizo vivir experiencias de su pueblo como si padeciera por adelantado en lugar de ellos, llevando un castigo ajeno; actuaba así a modo de sustituto y profetizaba. El profeta espiritualmente vivía la condenación y salvación de su pueblo, experimentaba el cielo y el infierno y así alentaba a su pueblo. No hay profecías si no hay experiencias vividas. El profeta se dice que sube arriba para recibir el mensaje de Dios, pero también baja dentro de sí mismo y habla lo que siente y Dios le revela. Habla de cosas que espiritualmente ha sentido y no necesariamente ha vivido, la experiencia y la profecía en algún sentido son una misma cosa.

Eze. 4:12-15

“Torta de cebada cocida sobre excrementos humanos”; y a la vista de ellos. Eso era abominación (Dt. 14:3; 23:12-14). Algo maloliente y nauseabundo. Los árabes utilizaban excrementos de animales o leña, pero no de seres humanos. El Señor le cambió el combustible, pero siguió siendo inmundo y muy desagradable. Predice la gran necesidad que tendrán en el sitio de la ciudad.

 

Dios pide a cada ministro sacrificios distintos

Eze. 5:1-7

“Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos. Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos. Tomarás también de allí unos pocos en número, y los atarás en la falda de tu manto. Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego a toda la casa de Israel. Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado”. 

Algunos piensan que se trata de una visión o de una alegoría compuesta y predicada como real, pero la sencilla lectura del relato inclina a pensar que fue algo que al profeta personalmente el Señor le pidió.  Dios en algunos momentos pedía a los profetas que ejemplificaran sus mensajes exigiéndoles mucho de ellos mismos. Ezequiel tal vez es al que más (ver cap. 4 y 5): Que se acostara sobre su lado izquierdo más de un año y después cuarenta días sobre el lado derecho. Dormir cada noche sobre una sola posición es algo muy incómodo sin poder darse vuelta, es un gran sacrificio que pudiera resultar en dormir mal o no dormir y todo eso para después decir, “estoy llevando los pecados de ustedes, casi me paso la noche en vigilia orando por el perdón de esta ciudad”.  Después le ordenó que cociera tortas de cebada con fuego de estiércol humano o de vaca haciendo que nadie se acercara a él por inmundo y menos compartir con él el alimento que les ofrecía para decirles, “lo que ven que yo hago ahora lo harán ustedes durante el sitio de esta ciudad”; y aquí el Señor le ordenó que se rapara e hiciera con sus cabellos todas esas cosas que serían para él muchísima humillación. Y sabía que con eso no conseguiría nada, a no ser que se rieran de él, que lo tuvieran por loco o un excéntrico. Más adelante Dios le lleva a su mujer “el deleite de tus ojos” pero no le permite que llore para que le dijera al pueblo: “¿ven como suprimo mi llanto y no expreso mi dolor? Así les sucederá a ustedes, pero las mujeres no morirán naturalmente sino por el hambre, la violación y la espada, y será tan grande el dolor y la culpa que no podrán llorar”. Cada ministro de Dios es distinto y de modo diferente el Señor le pide que enseñe su Palabra de salvación sin avergonzarse porque es poder para salvación y lo que Dios exige a otros no tiene que ser lo mismo que a mí. Según cada uno conforme a su propósito es llamado.

Eze. 5:5

“Yo la coloqué en el centro de las naciones alrededor”; es más bonito eso que “en medio”; Jerusalén estaba en el centro del mundo porque estaba en el centro de la voluntad de Dios; y los que estamos en Cristo estamos en el centro del corazón de Dios.

 

Eze. 5: 7

"Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos".  Es el Targum el que parafrasea “porque habéis pecado más que las raciones que os rodean”. Ese sentido me parece que encaja mejor con el contexto. En realidad, se multiplicaron en bendiciones y privilegios, que después perderían. Supongamos que se multiplicaran más. ¿Por haberlos bendecido según la promesa, me habéis dejado? (Ga. 5:5). Su benignidad no los guió al arrepentimiento. Puede suceder lo mismo a una iglesia que mientras son pocos son fieles y cuando se multiplican confían más en ellos y en lo que pueden hacer con dinero y número, por sí mismos, y no por la fe.

Eze. 6:8

"Mas dejaré un resto". Ese resto se humilla, se avergüenza de sí mismo, de su incredulidad, de haber participado en los pecados de sus padres, de haber rechazado la Palabra de Dios y de ese pequeño grupo de escogidos, como la semilla de mostaza, Dios crea de nuevo a su pueblo, volviendo a empezar. Con ocho se quedó Dios después del diluvio y volvió a empezar (1 Pe. 3: 20). Y un poco antes aparentemente todos los que eran suyos sumaban setenta (Ge. 46: 27). Oh Señor destruye en nosotros lo que no es tuyo, lo que se ha hecho inútil y volvamos a empezar contigo. ¿Tendremos que llegar casi a un colapso total de la obra? ¿Serán destruidas las instituciones de nuestro orgullo? Gracias Señor que siempre dejarás un resto, un "remanente escogido por gracia" en quien tu obra no resulta vana (Ro. 11:5).

Eze. 7:5,6

"Así ha dicho Jehová el Señor: Un mal, he aquí viene un mal". El fin de la ciudad y el templo. Al leer todo el capítulo, ves como Dios describe el fin de la ciudad, de la misericordia, de su paciencia, de su oportunidad; pero no lo creyeron, no creyeron que hubiese un fin ¡imposible! -Decían- ¿cómo será destruido todo esto? ¡No, no puede ser!, pero un fin y "los elementos ardiendo serán deshechos", ¿el fin de la misericordia, del amor de Dios? ¡Imposible que Dios castigue las almas! ¡No, el infierno no! Y se agotó el tiempo y el fin vino. ¿Serás incrédula alma mía? ¿No cree tras lo que se te anuncia? Dios ha de juzgar a los vivos y a los muertos; tomará venganza sobre sus enemigos.

Eze. 7:7,10

“La mañana viene”; la palabra puede traducirse corona, en alusión quizás al rey de Babilonia que viene como la mañana y hay que esperarla; o trenza y turno (LBLA), lo cual es sugerente porque le llegaría su turno a la ciudad a cada habitante su turno para enfrentarse con la muerte y no podrán dilatarlo ofreciendo oro o plata (v.19); unos irían primero de ese modo otros del otro pero a cada cual le llegará su hora para acudir a Dios, un día que nada puede retrasarlo ni adelantarlo; cuando le llegue su turno ése es el momento. Y por espanto oyendo “rumor” de malos diagnósticos y sintiendo la muerte cercana, se volverán más religiosos y tratarán de ocuparse de lo que nunca se ocuparon o recurrir a las viejas supersticiones y mentiras religiosas por las cuales vivieron (v.26; Mt. 24:6), y en ese momento ningún profeta de Jehová los podrá ayudar.

Eze. 8:1

“Estando yo sentado en mi casa”; junto al río Quebar y en Telabib. En esta sección se hace diferencia entre el remanente dejado en Jerusalén bajo el mando de Sedequías y los exilados en Babilonia (JFB, comentario). Los ancianos que fueron deportados con Joaquín vinieron para oír la palabra de Jehová.

Eze. 8:1-3

Y todos los textos siguientes. Tiene que haber sido impresionante para aquellos observadores mirar cómo se transformaban los ojos y el rostro del profeta y oían de sus labios la visión que sólo él podía ver. Y no fuera del cuerpo como diría Pablo, ni que saliera volando y después regresara, sino que allí mismo su espíritu se transportó hacia Jerusalén (como Pablo al tercer cielo) y recorrió la ciudad sin que físicamente se moviera de su sitio. ¿Realmente fue así, una trasposición? ¿O se le puso delante de sus ojos una imagen proyectada de lo que sucedía a cientos de kms? Una visión es como un sueño, pero despierto. Él pensó que lo habían levantado por “un mechón” de su cabello. Dios no tiene que alzarlo por el cabello si lo que se extiende lejos es su espíritu y no el cuerpo. La imagen de los celos que vio es Astarté o Asera (1 Re. 6:36).

Eze. 8: 6

"¿No ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario?”. ¿Ves cómo el pueblo aleja a Dios? (ver Efe. 2:13). Y él será alejado, vienen las desgracias. La idolatría hace que Dios se aleje de su iglesia. Lo que se dice de Jerusalén se puede decir del corazón nuestro, donde se hallan más y mayores abominaciones (vv.13,15), aún la raíz de toda virtud humana está podrida. A menudo hay más pecado en la iglesia que el que imaginaríamos. Oh Señor líbrame de los que me son ocultos (Sal. 19:12).

Eze. 8:12

“Jehová ha abandonado la tierra”; te ha abandonado a ti no precisamente el mundo. Tu país no a otros. Tu sociedad no otras.

Eze. 8:14

“Había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz”. "La raíz hebrea de la palabra significa "derretirse". Estas mujeres en vez de llorar por los pecados nacionales lloraban por un ídolo. Dicen que le hicieron los ojos de plomo y cuando lo calentaban el plomo se derretía pareciendo lágrimas.  Tamuz (se corresponde a la palabra siria Adonis), también a la palabra Venus, y tiene el mismo nombre. Fue atacado por un oso salvaje y muerto y según la fábula se le permitió pasar la mitad del año en la tierra y obligado a pasar la otra mitad en las partes más bajas del mundo. La fiesta anual en su honor se celebraba en junio (es llamado Tamuz en el calendario judío) en Biblos cuando las mujeres sirias tristes se tiraban de sus cabellos y se ofrecían a la prostitución consagrando su infamia a Venus; los días que seguían por el gozo de su retorno era dedicado al regocijo. La primera fiesta se llamaba la desaparición de Adonis, y la otra el hallazgo de Adonis. Las fiestas de los fenicios eran similares a las de los egipcios en honor de Osiris. La idea de la fábula era que las aguas del río de la primavera y su belleza destruían el calor del verano y la tierra se vestía de belleza la mitad del año cuando el sol se encuentra en la parte más alta del hemisferio y la perdía cuando descendía a las más bajas. El nombre de Adonis no es aquí usado debido a que Adon es un título apropiado para Jehová" (J.Gill).

Eze. 8:16

“Entre el pórtico y el altar había unos veinticinco hombres postrados hacia el sol”; Mira el lugar, un sitio sagrado dentro del templo donde debían más bien llorar por sus pecados (Joel 2:17); “los líderes de las 24 órdenes de sacerdotes, liderados por el sumo sacerdote el príncipe del santuario (1 Cr. 24:18; Isa. 43:28). Ellos representaban la totalidad del pueblo como los setenta ancianos. La adoración al sol es de origen persa que decían que era el ojo de su dios Ormuz, y muy antigua como se indica en el libro de Job (31:26); y por supuesto prohibida por el Señor (Dt. .4:19) (Ver Gill).

Eze. 8:12,15,17; 47:6

“¿Has visto hijo de hombre?”. El ministro tiene que estar informado de los pecados doctrinales y comunes de la sociedad para poder, según la Palabra de Dios corregirlos. No es agradable mirarlos, leerlos, pero al menos de alguna forma tiene que tener conocimientos y estar al tanto de cuáles son las desviaciones que sufre su nación. Eso no quiere decir que visite esos antros carnales o exponer sus ojos a una odiosa realidad carnal, pero al menos documentarse de lo que pasa. Eso da dolor en el pecho, como a Lot cuando veía la infamia conducta de los sodomitas.

 

El varón vestido de lino marcando los escogidos

Eze. 9:1-6

“Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir. Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce. Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano,  y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo”. 

Es interesante el posible significado que tiene este emblemático personaje; vestido de lino como los sacerdotes y como el mismo ángel del Señor (Lev. 16:4; Da. 10:5); está claro que ejecuta las órdenes del Señor y por lo tanto se halla dispuesto para el servicio de la providencia para marcar los escogidos y exterminar a los reprobados, usa su tintero para señalar, marcar y sellar a los de Dios; el mismo lenguaje figurado que se usa en Apc. 7:3; y el mismo modo de actuar cuando los judíos fueron preservados de las plagas (Ex. 12:7). Se señala por dónde comienza el juicio de la casa de Dios (1 Pe. 4:17), pero en sentido judicial, sacando de sus cargos a los funcionaríos  religiosos que no viven lo que enseñan y han apostatado. Es impresionante la matanza puesto que el profeta siente como si él solo haya quedado con vida (v.8). Cuando el ángel exterminador concluye su matanza dice “he hecho tal como me ordenaste” (v.11), o “he acabado de hacer tu voluntad”, que es lo mismo que “he inducido la guerra y Jerusalén ha caído completa por medio de un juicio bélico”. El análisis humano y diabólico de los sucesos queda omitido. Esto es sólo una conexión con el providencial juicio de Dios y las convulsiones sociales para no dejar a Dios ni las explicaciones teológicas, en el desarrollo de los asuntos históricos, como la guerra (ver cap.10).

 

Tiene gran valor andar en el Espíritu 

Eze. 9:4

"Le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella". ¿No ves el gran valor que tiene andar en el Espíritu y vivir piadosamente en Cristo Jesús? Cuando llegue el destruidor pasará como sucedió también en Egipto que se hacía diferencia entre egipcio e israelita (Ex. 11: 7; 12: 22, 23), y de los escogidos ni un cabello perecerá. Tiene gran valor tener el sello de Dios, su Espíritu, su sello tiene una inscripción (2 Ti. 2: 19). Hay ánimo en la visión al conocer que, aunque la corrupción sea general y piense que la ciudad, el mundo, está lleno de perversidad, siempre habrá un remanente escogido por gracia que será salvo, quizás muy pequeño para poder evitar el juicio de Dios, pero suficiente para pensar que los piadosos no se acabarán en la tierra, y que la verdad siempre tendrá testigos. 

Oh Señor gracias por eso porque, aunque no somos mayoría siempre habrá testimonios tuyos y lo más hermoso es que tendrán una gran fuerza de alma y una gran sensibilidad espiritual, pues gimen, claman contra toda la perversidad espiritual que los rodea (v.9; 2 Pe. 2:6-9). Estos pueden ser llamados apropiadamente "los santos de los últimos días", pero que nada tiene que ver con esa denominación de actualidad.

Eze. 10:8

"Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus alas". Este capítulo contiene una repetición de la visión de las ruedas en el cap. 1, ver las notas. Ya sabes que las ruedas simbolizan la providencia de Dios, que es movida por sus ángeles y las alas de éstos mueven las manos de los hombres; tú no puedes ver la mano del hombre o quien las mueve, pero así es, está escondida en la mano de Dios. No es la mano del hombre la que mueve las ruedas de la providencia sino los ángeles. Señor que tus ángeles que ven tu rostro dirijan nuestras vidas.

Eze. 10: 13

"A las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda!” ¡Rueda!, no es que la llame, sino que le dice ¡muévete! Siempre nos parece que la providencia es lenta, que Dios es desesperadamente lento, y que Jesús se demora en asuntos triviales cuatro días cuando su amigo amado agoniza. ¡Qué tontos somos los hombres hechos de barro y agua! Dios se toma su tiempo y hace las cosas a su gusto. La palabra rueda puede traducirse “torbellino”, por analogía o implicación.

Eze. 10:9-15

¡Rueda! Es la segunda vez que esta visión se manifiesta para que la tenga por segura, para convencernos, para que no olvidemos que es Dios quien dirige con su providencia al mundo. No, no es el hombre el dueño de su destino (Je. 10: 23), a no ser que quiera ir al infierno, sino Dios. Señor ayúdame a ser paciente, a no gritar a tu providencia ¡rueda, rueda, muévete, muévete! Oh providencia ayúdame en esta obra. 

Eze. 10:22

"Y la semejanza de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río Quebar". Oh santa providencia, muévete hacia delante, camina derecho hacia tu fin, cumple tu propósito de mí. ¡Oh y maravilloso es saber que la providencia está penetrada con el Espíritu de Dios! (v.17), unas veces se detiene, otras, anda, se alza, se baja, pero nunca retrocede porque a su paso todo va quedando arreglado para la gloria de Dios.Sigue tú tu camino Dios, que yo voy detrás de ti y sé que me llevas derecho hacia delante.

Eze. 11:2-4

"Estos hombres son los que maquinan perversidad y dan en esta ciudad mal consejo". Como Dios conoce a todos los hombres que hay en el mundo, sabe quién es cada cual y conoce a los que obran perversidad. ¿Eres un hacedor de perversidad? ¿La escondes? Estos perversos son parecidos a los que Pedro conocía (2 Pe. 3:3,4). Oh Señor purifica mis obras y no haya en ellas cosa mala ni cometa inmundicia. No son nuestros consejos los que la iglesia necesita sino los consejos de Dios, y no una parte del consejo divino sino todo el consejo de Dios (Hch. 20:27).

Eze. 11:12 

"Habéis andado en las costumbres de las naciones que os rodean". ¿No es eso que hoy llaman "ser moderno", adoptar las costumbres de los otros países? Se deja la fe única, al Dios único, por los dioses y las religiones de las naciones. En la forma normal, acostumbrada, en que vivimos, adoramos, cantamos, escribimos, predicamos, no podemos contra el pecado palpitante y activo de las naciones. Señor mucho es el pecado para combatir, muchos los frentes del mal, a menos que tu Espíritu una a tu iglesia, la llene de tu poder, obres de modo especial, no podemos vencer el mal. Oh Dios, nos bañan de impurezas. Tenemos necesidad de un gran avivamiento en estos tiempos.

Eze. 11:13

"Y aconteció que mientras yo profetizaba, aquel Pelatías hijos de Benaía, murió. Entonces me postré rostro a tierra y clamé a gran voz". Esto tiene parecido con el caso de Ananías y Safira (Hch. 5:5). No es que no estuviera de acuerdo con esa justicia, sino que al ser fulminado este trasgresor temió que fuese el comienzo de una gran matanza, el principio de la muerte de los 25 ancianos, y como hizo Aarón, se postró para interceder (y Moisés, Num. 11:3). Dios suele empezar por los más culpables y por aquellos que la gente tiene como líder del remanente (la raíz hebrea de su nombre significa eso).

 

Darían un dedo de la mano porque nos alejemos de Dios

Eze. 11:15

"Hijo de hombre, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y toda la casa de Israel, toda ella, son aquellos a quienes dijeron los moradores de Jerusalén: Alejaos de Jehová". Posiblemente se refiere a sus parientes en el sacerdocio, los que se hallaban en Jerusalén; sus hermanos naturales, los que pertenecen al sacerdocio como él, ya no son sus verdaderos hermanos sino los exilados con los que se reúne en Babilonia junto al rio Quebar. La idea es que no les haga caso y haga a los cautivos sus verdaderos hermanos. 

Mejor se quedarían callados y no oírlos hablar. ¿Por qué no se meten sólo en sus vidas y aconsejan a los otros? (v.2). Darían un dedo de la mano porque nos alejemos de Dios. Tal vez por eso la palabra parientes puede traducirse “redención”, no al pariente que “redime” sino al que des-redime, al que nos quisiera ver volviendo a nuestro vómito y a revolcarnos en el cieno, a los que “les parece cosa extraña que no corramos con ellos en el mismo desenfreno y nosultrajan” (1 Pe.4:4); y dicen “alejaos de Jehová”.

¿No te han pedido alguna vez tus propios hermanos, los de tu parentesco o tus mejores amigos, que dejes al Señor, que te alejes de la iglesia, que no te juntes con esa gente cristiana? ¿No te han pedido que no leas tanto la Biblia, que no vayas tanto a las reuniones, que no seas tan fanático? ¿O que no te pongas de parte de Dios, de su mensaje? 

Ezequiel quisiera que no fuera así, que sus hermanos en la carne compartieran su apego a Dios y su mensaje, pero no sucedió como él quiso. Sus verdaderos hermanos eran aquellos despreciados, los que habían salido al exilio; aquellos que “oyen la palabra de Dios y la guardan”. ¡Vaya parientes que algunas veces uno tiene!, que le dicen “alejaos de Jehová”.  Mantente fiel, da respuesta a todo el que demande razón de la esperanza que hay en ti (1 Pe. 3:15), ora por ellos, y espera al Espíritu Santo porque quizás les conceda arrepentimiento; y en cuanto a tu testimonio, no retrocedas para perdición porque es importante que ellos lean en tu vida los evangelios y la gracia de Dios en tu esperanza. Darían un dedo de la mano porque nos alejemos de Dios

 

Eze. 11:16

“Seré para ellos un pequeño santuario en las tierras donde vayan”. Aquí la traducción varía, como un santuario pequeño en comparación con el gran santuario del templo. El Tárgum dice que se refiere a las pequeñas pobladas sinagogas que surgieron después del destierro donde se leía la Palabra, se comentaba y se adoraba a Dios. Otras traducciones son “seré para ellos un santuario de pocos” teniendo en cuenta el poco número de los esparcidos; “seré para ellos un santuario por poco tiempo”, dándoles esperanza del retorno. Dondequiera que estemos, lejos o cerca, podemos alzar nuestro santuario y adorar a Dios; seamos muchos o pocos Jesucristo está en medio nuestro y podemos tener esperanza, algún día seremos más y tendremos un gran santuario. Las dos últimas traducciones pegan mejor con la promesa de las palabras que siguen (v.17); por tanto van dirigidas a combatir el desánimo y el pesimismo debido al reducido número de sobrevivientes y la aparente interminable deportación.

Eze. 11:17-21

"Les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne". El pueblo que regresaría será un pueblo nuevo, otro. Necesario le fue al pueblo padecer mucho para que aprendiera la obediencia (He.5:8), que hubiera una deportación en su historia para que llegara a Cristo (Mt. 1:11). Cambiaría su situación y con dolor como una espada del Espíritu, con fuego entraría en sus corazones. Se puede decir que las situaciones de la vida ayudan para que se convierta. Dios tiene su tiempo para obrar la regeneración y él, no ellos, nadie más, puede hacerla, es un trabajo del Espíritu. No hay cosa más difícil en el mundo que cambiarles la mente a los hombres, en relación con Dios. Nicodemo lo supo. Señor tómate tu tiempo.

Eze. 12:5

“Un hueco en el muro”; en el de su casa, como lo harían en el de la ciudad. Eso hizo Sedequías (Je. 52:7).

Eze. 12:17-20

"Hijo de hombre come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con ansiedad". Yo no hubiera esperado que el Señor le pidiera al profeta que temblara y estuviera con ansiedad; esas dos palabras, temblor y ansiedad o angustia, cuando las dos se corresponden y se influyen recíprocamente; la ansiedad engendra miedo y el miedo produce ansiedad. Sin embargo, en tal estado de ánimo quiere Dios que el profeta se encuentre, porque es normal, cuando tiene la visión segura de un futuro tan espantoso (4:16). Hijo e hija de hombre, cuando oigas las palabras del juicio de Dios sobre los pecadores, tiembla. Señor, pon tu temor en mi corazón y así hable al pueblo. No miedo a las circunstancias sino miedo a tu juicio.

Eze. 12:22,27,28

¿Qué proverbio es ése que dice que se alargan los días y desaparece toda visión?”. Un refrán. Se burlaban que el día del juicio no llegaría en su generación, que siempre se había anunciado y nunca llegado, que Jerusalén seguiría siendo santa y de pie ante Jehová (Je. 17:15; 20:7; Zac. 1:12); también (Isa. 5:19; Amós 5:18); y muchos años después los mismos graciosos y burladores que se reían de la segunda venida de Jesús (2 Pe. 3:3,4).

Eze. 13:3-7

"¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!". ¿Cómo es posible que una persona a la que Dios no le ha dado palabra piense que él le confirmará lo que dice? Quizás porque se hace pasar por profeta; eso sólo pueden esperar los profetas que tienen comunión con Dios, pero no ellos, los que toman las corazonadas y pensamientos que les pasan por el corazón como si fuera la voz de Dios; y dicen: "Jehová ha dicho", cuando esas palabras tienen un origen humano; son los deseos de ellos y sus opiniones que confunden con la voz del Espíritu Santo; la Palabra de Dios a los profetas casi siempre era audible, oían la voz de Dios como alguien oye a su compañero (Num. 12:6-8). Sin embargo, algunos podrían salir diciendo "soñé, soñé, una visión" y ver y soñar mentiras que tomaron por verdades (Num. 13:1-5). ¿No oyes que afirman esto y lo otro y creen lo que afirman? Parecen sinceros; sus estudios están equivocados y sus predicciones no se cumplirán. 

Eze. 13:9

“No entrarán en el consejo de mi pueblo ni inscritos en el libro de la casa de Israel”. No serán cancilleres en el senado de los ancianos después del retorno de Babilonia (Esd. 2:1,2); ni aparecerán en el registro de ciudadanía donde se guardan los nombres de los vivos y justos de Israel, que no han muerto ni borrados por sus crímenes (Je. 17:33; Esd. 2:59,62; Neh. 7:5; Sal.  69:28) (ver JFB, commentary). 

Eze. 13:18

“Ay de las que cosen cintas mágicas”; tiene otras traducciones. La palabra cinta también significa “almohada”, y lo mismo para la muñeca de la mano que para los codos; una cinta para atarla a la mano del que viene a consultarlas, diciéndole que es algo mágico o una pequeña almohada donde recostarse para que repose seguro del futuro, que todo irá bien. Y velo sobre la cabeza con el propósito de integrarle en meditación y engañarle con la inducción de algún rapto o trance. En cualquier caso, es engaño. Y de eso vivían ellas, cazando clientes de entre el pueblo.

 

¿Alguien ha visto odio en los ojos de Jesucristo? 

Eze. 13:19

“Dando muerte a quien no debía morir y dejando con vida a quien no debía vivir”.  Se le da muerte a los que deben vivir y se deja con vida a los que debieran ser condenados por sus delitos; y eso no es otra cosa que corrupción política y judicial y no niega la existencia de Dios ni de la providencia sino que afirma el deplorable estado de nuestras sociedades y muestra que cuando se violan las leyes bíblicas se violan con facilidad todas las otras. Si esos políticos y esos jueces, si esos tribunales fueran evangelizados por la Palabra y temieran a Dios, tendrían más sabiduría en sus veredictos y estarían inmunes a la corrupción de la justicia. ¿No ve que en esto como el Señor protesta?  Dan muerte al que no debe morir, el digno y dejan vivo al criminal.

Dicen los incrédulos cuando contemplan esas injusticias, que Dios pudo haber impedido tal y mas cual crimen, fechoría y abuso; y Dios si lo hizo cuando mezcló su palabra en la sociedad, cuando la envió y pidió que fuera cumplida y trató de impedirlo por medio de sus leyes judiciales y morales (Ro. 13:1-7; Tito 3:1), por medio de la revelación, pero fueron totalmente desoídos e ignorados sus mandamientos; semejantes crímenes e injusticias hubieran sido impedidas si se hubieran oído con fe sus palabras pero ellos se negaron hacerle caso, y no fueron cambiados en mejores seres humanos porque como consecuencias de la desobediencia a Dios se han cometido esos crímenes e injusticias y delatan entre los gobernantes una innegable prueba de rebeldía e incredulidad. 

Dicen ¿dónde se halla Dios cuando se suceden los ultrajes y violaciones, las balaceras y los tiroteos callejeros que dejan tendidos a capos de la droga, policías honestos y víctimas inocentes? Dios no se ha marchado del mundo, pero sí se ha ido del corazón humanoNo tiene valor culpar a Dios de crímenes cometidos por asesinos o autorizados por jueces injustos.  ¿Acaso Jesucristo pone bombas y carga una metralleta o un fusil y meta en un cine a gente inocente, en vez de una cruz? ¿Alguien ha visto odio en sus ojos sino amor?

Eze. 13:22

“Habéis entristecido el corazón del justo que yo no he entristecido”; este versículo debiera ser leído con la nota anterior. Muchas son las tristezas que llegan al corazón humano, pero no todas las ocasiona Dios; si Dios entristece un corazón no es para muerte sino para arrepentimiento y salvación y jamás sin razón (Lam. 3:33).

Eze. 14:1-5

"¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?". ¿Ha de ser consultado Dios por los que no obedecen, los que son rebeldes? ¿Ha de ser consultado Dios como un dios entre muchos otros? ¿Ha de ser consultado un verdadero siervo de Dios como se consulta a un espiritista, a un adivino, a un mago, a un astrólogo? ¿Quieren saber del futuro y no dejan su pecado? No, consultar el futuro, saberlo, no es más importante que convertirse y sacar los ídolos del corazón. Oh Dios ¡cómo ha perdido valor tu religión y la tienen como una entre muchas, tus siervos semejantes a los de las falsas, y tú uno más entre muchos dioses! Tú oyes a los pecadores, a los que te solicitan de corazón, a los que preguntan por ti y quieren conocerte, pero no al hipócrita. Les respondió con un mensaje de arrepentimiento (v.6)

 

Si Noé, Daniel y Job vivieran en el siglo veintiuno 

Eze. 14:14-20

"Si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren, y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de las fieras, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada. O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias, y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serían librados. O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias, y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas" (Je.7:16;11:14; 14:11).  

Noé pudo convencer a su familia que entrara en el arca. Daniel pudo salvar a sus amigos y a los sabios caldeos. Job oró por sus amigos y Dios no los trató mal. Esto no enseña que los santos son salvos por su propia justicia porque todos somos salvos por medio de la fe; pero se habla de vida, no de fe, en una época de mucha corrupción cuando Dios está juzgando a los impíos por sus vidas. No hablemos de fe, hermanos, cuando tenemos que referirnos a la vida que llevamos, no hablemos de creencias cuando hay que hablar de hechos. La fe sin obras es muerta; las obras, como dice Apocalipsis, deben seguirnos más allá de nuestras tumbas. Sin embargo, ese no es el punto; el cual es que ellos, que en sus tiempos hicieron tanto bien y salvaron gentes con sus oraciones y súplicas, ahora no podrán lograrlo y meramente serían  salvos ellos y nadie más. La sociedad en que ellos vivieron, ¿era peor que la de ahora? ¿Era mejor? Quizás por eso es que cada siervo de Dios nace y sirve en el tiempo adecuado. ¿Por qué te quejas? Si sacáramos a los profetas de sus tumbas y los trajéramos a predicar en algunas regiones hoy, no los acompañaría el éxito de antaño, como en la Jerusalén del tiempo de Ezequiel. No  se trata de ser superhombres o súper santos sino de ser bendecidos por Dios, ayudados por él. No es la sociedad, en último lugar, la que determina el éxito de nuestro ministerio sino tu gracia Señor. ¿Qué sería si Noé, Daniel, Job, Ezequías, Pablo, Pedro y Apolos, Whitefield, Spurgeon, vivieran en este siglo? ¿Podrían tener mejores resultados que los que tenemos? Los tenemos en sus escritos, pero en las iglesias. Quizás si Dios alzara hombres como ellos tendríamos bendiciones ahora como ellos otrora la tuvieron. Nos queda por orar que Dios envíe mensajeros como ellos.

Eze. 15:1-8

“¿En qué es mejor la vid que otros árboles del bosque?”. Este es uno de los símiles más tiernos y bonitos de todos los que hemos visto hasta aquí. La vid no es un árbol maderable, no sirve para hacer una casa, un puente, un asiento y ni siquiera sus ramas servirían para colgar algo. Aun la higuera si no diera fruto y no se quisiera maldecir, se puede con sus hojas tejer delantales para cubrir el cuerpo. El cedro es mejor, el pino, la palma, cualquiera otro. El valorde la vid se halla en su fruto. Si una rama, o ella misma, no lleva fruto no sirve más para nada sino para ser quemada (Jn. 15:6). Y cuando se quema, aunque no en su totalidad, el medio se queda chamuscado y tampoco sirve (v.4). Si el cristiano no da fruto, los frutos del Espíritu Santo, su naturaleza carnal no es árbol maderable y jamás podría usarse para hacer tablas rectas para el tabernáculo. Para nada sirve. El honor del cristiano está en que la preciosa savia de su fe se convierta en fruto, en el buen vino que alegre el corazón del Señor.

Eze. 16:1-3, 45, 46

"Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea". Aunque Abram nació en Caldea vivió su vida y engendró sus hijos en Canaán, tierra de los hititas y amorreos de quienes aprendieron abominables prácticas. En otra parte se dice con diferente figura lo mismo (Isa. 51:1); ver esa nota y el mejor título sería el Señor repoblará su iglesia. Recuerda tu origen y bendice al Señor que ha hecho tanto por ti. Por su gracia eres lo que eres.

Eze. 16:4

“No fuiste frotada con sal”; quizás mezclada con agua, o sola para fortalecer la piel y purificarla.

 

Un romance de privilegios y amor

2 Sa. 16:6-14

“Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor”. 

Completamente abandonada como un aborrecido abortivo, inmunda expuesta a una muerte segura. Pero la compasión de Dios fue grande porque “cuando aún éramos débiles Cristo murió por los impíos”, pasó a nuestro lado y nos dijo ¡vive!, y como Lázaro, salimos afuera. Para eso llegó a nuestro lado para que tuviéramos vida y vida en abundancia. Sí nos lavó con el agua de su Palabra y con su Espíritu y nos saló con la sal del evangelio, envolviéndonos en los pañales de amor y gracia. No tuvo en cuenta nuestro origen natural, hijos de fornicación y pagano. Y todo el símil que sigue después es el bello proceso de enamoramiento y amor, está lleno de gracia y compasión. La niña crece y madura, pasa por la pubertad y se vuelve mujer, y bajo su cuidado se torna hermosa, con una vida preciosa y la envidia de otras con mejor nacimiento, pero menos gracia; ya engrandecida es vestida del Señor Jesucristo con una túnica de muchos colores de sus obras para justificación y de ese modo son cubiertas sus vergüenzas y así queda lista para su boda con quien la escogió, la crio, la hermoseó y la adornó. Entonces hace pacto con ella, le jura fidelidad y amarla y sustentarla siempre. Así es como el Señor halla su iglesia, en el símbolo de Jerusalén famosa, admirada por las ciudades vecinas, y la cuida como una novia hasta hacerla su esposa.

Eze. 16:20

“Los hijos que diste a luz para mí”; para Dios engendramos y concebimos hijos, criamos y los educamos; no para ofrecerlo a mundo ni sacrificarlo en el fuego de los ídolos modernos de ambiciones y fornicaciones. No deben caer sus vidas en otros brazos que no sean los de Jesucristo.

Eze. 16:22

“No te acordaste de los días de tu juventud”; a la apostasía la precede un trágico olvido.

Eze. 16:27

“Las hijas de los filisteos se avergonzaban”; quizás en tiempos de Acaz  (2Cr.28:18; Je.2:10). Las hijas de los filisteos con más vergüenza en la cara que las hijas de Israel. Hacían cosas que aún las inconversas no harían por nada del mundo, esas que nunca han conocido al Señor ni han estado en la gracia y educadas por el evangelio. Se sentían insultadas por la conducta descaradas de las judías. Si no moralmente, al menos, asombradas del cambio religioso de ellas, de su apostasía. 

Eze. 16:29

“Y ni aun con esto te saciaste”; cuando una nación supuestamente cristiana abandona a Dios ya sus desviaciones se vuelven imparables.

Eze. 16:30

“Cuán inconstante es tu corazón”; más bien débil o enfermo. La inconstancia es por eso.

16:33,34

“Pero tú diste regalos”; la apostasía no es algo que se gana, sino que se pierde. No es tanto porque la tentación sea fuerte sino porque el corazón es débil. 

Eze. 16:37,39

“Los que amaste, con los que te gozaste y los que aborreciste’; el pecado no es un amante perenne y lo que hoy hace reír mañana hará llorar, lo que hoy es dulce como la miel mañana será amargo como retama; la tentación es una emboscada; las manos que abrazaban después estrangulan. Y se cometen no sólo los pecados que gustan sino los que se aborrecían y se cosechan las malas consecuencias y se reciben facturas de hechos que se detestaban. Y “te quitarán tus bellas joyas”, que es más bonito que “hermosas alhajas”. Todo lo bonito el pecado se lo lleva; la apostasía deja feo al creyente.

Eze. 16:40

“Te harán pedazos”; es mejor que “te atravesarán”; el pecado hace pedazos la vida. ¡Oh quién los puede volver a juntar!

16:45,46

Ver 16:1-3.

Eze. 16:51,52

“Ni aún Samaria ha cometido la mitad de tus pecados”; los pecados de Samaria o reino del norte, las diez tribus de las cuales ella era su metrópolis. Judá tenía el templo, la ley, los sacrificios y sin embargo pecó más; y en comparación los sin ley eran mejores que los que la tenían. El tiempo que estuvieron sin pecar les formó después un apetito descomunal hacia el mal y se entregaron a la satisfacción de todos los apetitos reprimidos. Los apóstatas sienten una diabólica avidez por el mal. A nadie se le ocurre más injusticias que a ellos.

Eze. 16:53-55

“Sodoma y Samaria volverán a su estado anterior”; algunos judíos piensan que serán restauradas quitándole el azufre y la sal, a una anterior posterioridad como la tierra de Egipto, y eso en los tiempos del Mesías; aunque eso equivale a económicamente florecientes conllevaría también a un regreso a sus antiguos pecados. De lo que sí habla es de la prosperidad espiritual de los gentiles en esa época.

 

Eze. 16:47; 2 Sa. 2:8

Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos”. “Peor que los incrédulos”; cuando se empieza a pecar ya no se puede parar, es difícil ponerle freno al pecado, satanás se niega a dejarse embozar, un pecado trae a otro y se precipitan en cascadas. Adán y Eva pecaron, desde una cima altísima, y pronto uno de su prole fue muerto por el otro hermano, asesino. Lo que tiene que parecernos poco es la calidad cristiana, nuestra semejanza con Dios, poca la oración, poco el contacto, poca la fe, que sobra la capacidad de un dedal. 

Eze. 16:56

“El nombre de Sodoma no era mencionado en tu boca”; nadie hablaba de ese caso, lo conocían, pero procuraban olvidarlo, disculparlo, sin hacer un análisis teológico del asunto ni investigar por qué le había ocurrido aquella catástrofe escatológica. Los hijos no preguntaban a sus padres ni ellos apetecían hablar sobre el asunto porque sabían que la conducta que llevaban era similar a la de los sodomitas y como no querían abandonar sus pecados como aquellos tampoco quisieron, preferían guardar silencio acerca de esa historia y no mencionarla jamás en la mesa, en la escuela, en el trabajo o en los comercios. Como si Sodoma no hubiera existido. Les hubiera hecho bien si lo hicieran (2 Pe. 2:6).

Eze. 16:63

"Para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste". Uno se avergüenza cuando se expone al desnudo el pecado, delante de Dios o delante de los hombres; la culpa nos crea vergüenza y la vergüenza nos hace sentir mal y culpables; pero aquí se dice que la vergüenza les vendría no mediante el castigo que ya había pasado, sino mediante el perdón, cuando alcanzaran la promesa y sintieran en sus corazones que Dios les había sido fiel, que aún era su Dios y su Amigo, que no los había olvidado; entonces le servirían con mejor corazón, humilde y lleno de gratitud; y nunca más abrirían la boca en contra de Dios sino a favor de Dios, nunca más protestarían sobre la providencia divina; aunque en definitiva la esencia de estas palabras la extrae el apóstol Pablo y la destila en esta frase, "para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios" (Ro. 3:19).

Eze. 17:1-24

Es una parábola muy bonita representando los reyes de Babilonia y Egipto y la condición de los judíos. Los vv.1-11 presentan el enigma y los restantes su explicación. “Una gran águila”; el rey de Babilonia (v.3). El Líbano es famoso por sus cedros. “Arrancó un renuevo”(v.4); Jeconías que fue llevado a “tierra de mercaderes”, Babilonia. “La semilla de la tierra” (v.5), Matanías al que llamó Sedequías. “Una vid frondosa (extendida) y de poca altura”; es Sedequías que tuvo algún logro, pero mínimo y supervisado por Babilonia. “Había otra águila”; se refiere al rey de Egipto de quien Sedequías buscó ayuda traicionando al rey de Babilonia; y por tal motivo fue desarraigado y destruido.

 

Le basta con una tentación insignificante

Eze. 17:3-11

“Y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro. Arrancó el principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes, y lo puso en una ciudad de comerciantes. Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un sauce. Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó mugrones. Había también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío. En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta. Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas lozanas se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces. Y he aquí está plantada; ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el viento solano la toque? En los surcos de su verdor se secará. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo”. 

El Señor Jesús hablaba así, casi nunca sin parábolas, y mucho más hermosas. La vid raíz del suelo porque es una vid, ya no un cedro; y por lo visto tampoco con mucha profundidad puesto que el rey de Babilonia la desarraigó completamente hasta secarla (v.9), y eso con mucha facilidad porque no hizo falta mucha gente. Un reino otrora gloríos o, ahora fácilmente vencible por sus enemigos y en vez de volverse al Señor y pedir su restitución, y ganar en altura y profundidad, decidió recurrir a la ayuda humana, Egipto, para que lo defendiera y ampararse en un poder que no fuera su Dios. No querían tomar el camino de la fe. Es ridículo y una tontería en época de juicio de Dios querer librarse de él solicitando la ayuda de un poder extraño que también está destinado a la destrucción. ¿Prosperará?, dice la Escritura (v.9); y la respuesta es negativa. No. No es sólo admirable la obra de Dios que es frondosa si alcanza poca altura espiritual; y si no se eleva tampoco se afianza y no podrá resistir los poderes terrenales porque es débil sin Dios. Y aun un poco de viento y el calor del sol le harán daño (v.10). Le basta con una tentación insignificante para su derrota.  Si el Señor le pone término al crecimiento por algo será, y uno se lo merece, y lo mejor que hace es conformarse con humildad y aceptar sin amargura su poca altura.

Eze. 17:24

“Lo hundo, lo humillo” pudieran traducirse.

 

Comprometidos con nuestros descendientes

Eze. 18:1-4

"Este refrán que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera". Ese viejo refrán tiene una abierta acusación a la justicia divina, que Dios castiga a los hijos inocentes por el pecado de sus padres. Eso no es cierto a no ser que los hijos cometan los mismos pecados que ellos; y cuando en el Antiguo Testamento Dios ha castigado a hijos de ese modo ha sido por eso, los ha dejado andar en sus propios caminos y cometer iniquidades, por las cuales y no por la de sus padres, han sido exterminados. Sí es cierto que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación (Ex. 20:5; 34:7; Dt. 5:9), pero eso no quiere decir que todos fueran inocentes sino que retira su gracia por largo tiempo a esa familia y los abandona a sus propias mentes, porque Dios no está obligado a dar salvación y lo hace con quien quiere. El deseo del texto es avisar a los padres del compromiso que tienen con sus descendientes. También he leído que Dios extiende la gracia a los padres y a los hijos, ejemplo, la casa de Elí (1 Sa. 2:31-33). Oh padres, vivan en gracia; ya no se aplica este refrán y nunca se ha aplicado. Cada uno dará a Dios cuenta de sí (Ro. 14:12).   

 

Dios señala con el dedo nuestro comportamiento

Eze. 18: 21, 22

"Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá". No tomes esto como justificación por obras porque la raíz de toda buena acción es la fe, porque "el justo por la fe vivirá" (Ro. 1:17), y "la fe obra por el amor". El profeta habla de conversión (v.32). Y ¿cómo se convierte un pecador si no es por la fe en las Palabras de Dios? Oye la Palabra, la cree en su corazón y se convierte a Dios. Lo que sí el texto deja claro es que Dios exige una correspondencia sincera entre la fe y las obras, y cuando nos llama la atención acerca de nuestra incredulidad, señala con su dedo nuestro comportamiento, si es justo o es injusto. Cualquier hermano del Antiguo Testamento que leyese esta porción (vv.21-32), podría pensar que por sus obras se salvaba; lo cual ocurrió en la mayoría del pueblo de Israel (Ro. 9:30-10). Lo que el texto no implica es que las obras contengan méritos, que se acumulen por ellas. El profeta dice que para hacer esas obras de justicia tienen que tener un corazón nuevo (v.31), lo que eso implica es el nuevo nacimiento, una nueva creación por medio del Espíritu Santo; Israel y cualquiera que piense de ese modo, si desea alcanzar la salvación por medio de penitencias y obras humanitarias, y sacrificios religiosos, se queda sin alcanzar el perdón, que es un regalo gratuito que nos hace Dios mediante el sacrificio máximo que es el de Jesucristo en la cruz. Y Dios es el único que suministra el Espíritu por medio de la fe (Ga. 3:2,5).          

Eze. 18:25

“Decid que el camino del Señor no es recto”; “no es igual” es una mejor la traducción, que Dios no tiene un balance ni es justo; que Dios no trata a todos igual sino desigual y es arbitrario. Por supuesto que es una injuria.

Eze. 18:31,32

“Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis”. 

“… Pero eso parece absurdo que Dios ordene a los israelitas que ellos se formen su propio corazón nuevo; lo cual da pie para que los hombres poco entrenados en las Escrituras levanten sus crestas como gallos, que pretenden con este pasaje, como si el hombre con su libre albedrío tuviera el poder para convertirse a sí mismo. El clamor de ellos es este, que ya sea que Dios está exhortando engañosamente a su pueblo, o nosotros estando tan completamente alienados de él, somos capaces por nuestro propio movimiento arrepentirnos y volver al camino. Sin embargo, todo la Escritura refuta eso. No es en vano mencionar que a menudo los santos oran a Dios para que los renueve (Sal. 51:12) porque sería algo fingido y mentiroso de la oración si el poder para esa renovación del corazón no fuera un don de Dios. En toda la Escritura muestra a los santos orando a Dios para que los renueve, de modo tal que eso es evidencia de que adjudican a Dios ese don; y que a menos que él mueva su mano, ellos no tienen poder alguno en su interior, y jamás podrán levantarse si él no los levanta. 

“Eso mismo dice el profeta Ezequiel en 11:19, también en 36:26; y Jeremías exactamente menciona lo mismo (31:33). La Escritura por dondequiera da testimonio de esta clase de modo que sería superfluo amontonar pasajes por aquí y por allá para contradecirlo; si alguno haciendo eso, recogiendo esos pasajes que la regeneración no es un don concedido por medio del Espíritu Santo, con eso lo que harían es destruir hasta las raíces todos los principios que tienen que ver con la piedad. Ya en otra parte hemos dicho que la regeneración es otra creación; y si nosotros comparamos esta creación espiritual con la creación del mundo, la creación o regeneración en el cristiano la sobrepasa. Es mucho mejor para nosotros haber sido hechos hijos de Dios y reformados conforme a la imagen suya dentro de nosotros, que habernos creado mortales: porque nacimos hijos de ira, corruptos y degenerados (Efe. 2:3).

“Los sofistas, que siempre están tratando de oscurecer la gracia de Dios, afirman que sólo la mitad del acto de la conversión corresponde al poder del Espíritu Santo, y eso porque afirman que nosotros no estamos totalmente convertidos por el poder de nuestro libre albedrío, pero se imaginan que hay cierta concurrencia o correspondencia entre la gracia y el libre albedrío. Así tontamente nos representan como cooperando con Dios: confiesan verdaderamente que la gracia de Dios va delante; pero que el hombre sigue detrás, así que se convierte por la gracia de Dios y por el esfuerzo humano. Sin embargo, es evidente que Dios no parece contento con esa partición, que le quiten la mitad del mérito en la conversión, porque en ninguna manera dice que él va a ayudar al hombre en la otra mitad para que se convierta y se arrepienta. Dios se atribuye la obra completamente a sí mismo. Por eso es que dice que dará un corazón nuevo y un espíritu nuevo (36:26). 

Podemos estar seguros que se disminuye la gloria cuando se le adjudica una parte al hombre. Sin embargo, todavía nos corresponde a nosotros y es nuestra obligación arrepentirnos, y pagar el precio, aunque no podamos pagarlo porque Dios continúa siendo nuestro acreedor y exige que se pague, aunque ve completamente que no podemos hacerlo. Agustín tenía mucha razón cuando oró en sus Confesiones y dijo al Señor, “concédenos lo que tú ordenas y ordena lo que tú quieras” (Calvino).

Sí, es cierto que Dios nos ordena arrepentirnos, es nuestra obligación convertirnos, debiéramos tener un corazón nuevo, un espíritu distinto, debiéramos reconciliarnos con Dios, debiéramos nacer de nuevo, debiéramos ser distintos, no debiéramos haber pecado nunca. Todo eso es cierto, el problema está en que por nuestra propia voluntad no podemos hacer ninguna de esas cosas, no podemos cumplir con esas demandas. Dios nos pide que nos convirtamos y tiene todo su derecho a hacerlo, y tiene toda su soberanía para castigarnos si no lo hacemos. 

Nuestra incapacidad para arrepentirnos y convertirnos no es una excusa. Estamos así porque lo hemos querido, ha sido nuestra decisión pecar contra Dios. También debiera ser nuestra propia decisión volvernos a Dios y por eso es que se nos pide, para echar sobre nosotros toda la culpa y la responsabilidad. Dios se desborda de sentimientos cuando dice “¿por qué moriréis casa de Israel?”. Y también cuando alarga esa pregunta que se queda sin contestación y afirma que no quiere la muerte del impío, sino que lo que desea es conversión. Y aquí no está mencionando la doctrina de la elección sino acentuando la responsabilidad humana; y lo que dice acerca de que no quiere la muerte del impío, y que se le conmueven las entrañas, es un antropomorfismo para crear una disposición en el hombre favorable al arrepentimiento, quien al darse cuenta que no puede lograrlo por las obras implora de Dios su merced. Que ¿se convirtió Israel? Israel no se convirtió y Dios en otros pasajes del mismo profeta nos dice que tuvo que darle un corazón nuevo (11:19; 36:26). Una vez que se acentúa la responsabilidad y la obligación de convertirse y ello no lo logra ¿qué indica la sabiduría? Que tienen que volverse a Dios y confesar cándidamente: “lo intentamos y no pudimos, no podemos, quisiéramos hacerlo, pero no podemos, en el fondo de nuestro corazón es que realmente no lo queremos”. Y esa confesión de inutilidad espiritual para regenerarse es la que Dios busca, que su pueblo se acerque a él en oración pidiendo gracia y misericordia. Pero andar diciendo de que, porque Dios le pide que se arrepientan, que se deshagan del pecado es que prevé, que tienen el poder interno para hacerlo, es no haber leído bien toda la Biblia, y tener una experiencia cristiana corta.

 

Olvidarse de lo vivido

Eze. 19:1,14

"Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel; Y ha salido fuego de la vara de sus ramas, que ha consumido su fruto, y no ha quedado en ella vara fuerte para cetro de rey. Endecha es esta, y de endecha servirá". 

La palabra en hebreo es "qiynah" y significa un himno funerario. En otros lugares de la Biblia aparecen otras endechas, el Señor mismo en ocasiones pidió que se compusieran; el pueblo las aprendía, las memorizaba, incluso desde la infancia los pequeños en sus juegos usaban la endecha y de ellas Jesús hizo aplicaciones (Mt. 11:17). La gente la usaba como odas fúnebres, como un lenguaje inspirado para expresar sus sentimientos de tristeza o humillación y lamentarse. Una endecha es un lamento. Las doncellas de Israel solían reunirse para endechar a la hija de Jefté (Jue. 11:40); David endechó a Saúl y a Jonatán (2 Sa. 1:17). Si notas verás que las endechas se hacían en torno a algún evento histórico, recogían la historia de alguna persona o del pueblo, con la misma base que las fiestas religiosas; por supuesto, que eran desgracias o fracasos. 

Esto le permitía al pueblo recordar y lamentarse en el presente con las lecciones del pasado; recordar errores, pecados, tragedias y castigos. Las endechas se usaban en tiempos de humillación espiritual y arrepentimiento (Je. 4:8). Su propósito además de la humillación era didáctico. Y aprendían que hay tiempo para endechar y para alegrarse (Ecl. 3:4).

¿Es cierto, como se proclama hoy, que el pasado hay que olvidarlo? Eso es lo que enseña la psicología moderna; y hacen recomendaciones, ponen tratamientos a los pacientes para borrar de la memoria cualquier tragedia (o trauma como le llaman ellos) de modo que la mente se quede en blanco y por un tiempo no recuerde nada y sea como si no hubiera vivido aquello. Es cierto que no hay que recordarlo constantemente, pero ¿olvidarlo es bueno? También es cierto que hay individuos y culturas que no pueden ir hacia delante porque están atados al pasado que tuvieron; el pasado les arruina el presente y les invalida el futuro, viven en estancamiento perenne. Pero esto ocurre porque el pasado los domina, los esclaviza, cuando ellos debieran más bien dominar su pasado. Si miraran cara a cara y enfrentaran el pasado, si razonaran sobre el pasado las lecciones que extraerían para el presente de sus individuales historias, cuales fueran, serían mucho más grandiosas que el mero pretender desentenderse de las cosas que ya han vivido; que al fin y al cabo resulta imposible, una quimera que jamás se consigue. Nuestro pasado está lleno de lecciones. En el pasado Dios nos ha hablado de diversas maneras por medio de nuestras circunstancias y esas cosas no se pueden olvidar, no se deben sacar de la memoria sino reflexionar en ellas de cuando en cuando. ¿Son episodios tristes, amargos, que no da gusto pensar en ellos? Concedido. Pero son útiles. 

Eze. 19:3

“Uno de sus cachorros”; Joacaz (2 Re. 23:30).

Eze. 19:5

“Tomó otro de sus cachorros”; Joaquín el hermano de Joacaz o Sedequías, y su nombre fue cambiado por Eliaquim.

Eze. 20:3

“No me dejaré consultar por ellos; ¿los juzgarás?”; porque vienen con hipocresía, como sucedió con el rey Saúl (1 Sa. 28:6). Le pregunta dos veces porque el profeta se calla, no sabe qué decir si Dios no le da ningún mensaje porque no sabe juzgar a nadie ni nada si no es con la palabra de Dios; por eso le dice que piense en la historia de ellos, en su pasado, y de acuerdo a eso les reproche lo incrédulos que son.

Eze. 20:7,8

“Las cosas desagradables en las que ponen la mirada”; podría ser una posible traducción y embellece la traducción de LBLA “las cosas detestables que les atraen”.  “Las cosas que me disgustan”.  ¡Arrójenlas! ¡Quítenlas de enfrente, no las miren más!; posiblemente la idolatría y todas las inmundicias asociadas a esa religión.

Eze. 20:18,19

"Antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes". ¿Vale más tu religión familiar que la Palabra de Dios? Ella tiene su mérito si es una religión fundada, sólida y realmente en la Palabra de Dios; pero ¿qué pasa si por causa de ídolos y profanidad es opuesta a ella? Y ¿si son supersticiones, tradiciones y mitos? ¿Valen más los sentimientos hacia los padres que hacia la Palabra de Dios? ¿Son ellos tu Dios? ¿Seguirás los pasos de ignorancia que ellos tenían? ¿Y por qué en otras cosas no has seguido los pasos de ellos? Si alguien defiende a los padres es Dios (Mt. 15:4). La Biblia los defiende, pero a veces la teología de la salvación nos hace disentir de nuestros padres y por mucho que como padres se les honre no se les puede obedecer cuando están aconsejando contrario a la Biblia. He dicho a la Biblia no a los decretos de una secta que se vale de su fanatismo para separar la familia, o que con hipocresía usurpa el lugar de honor y la asistencia que como hijos se debe a los padres (Mr. 7:11). Los padres llegarán a comprender que un buen cristiano siempre es un buen hijo.

 

¿Son demasiado grandes los mandamientos de Dios?

Eze. 20:24-26 

"Y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos". 

Se refiere al culto pagano que abrazaron, muy inferior al de Jehová; llegaron a pervertirse más, se descompusieron moralmente, adoptaron reglamentos mucho más complicados y gravosos que los que el Señor les había dado cuyo fin no eran la vida sino la muerte. El cambio de género, de femenino a masculino en hebreo, en el v.25, pudiera sugerir que es diferente a los vv.11,12 (NET Bible).  Las religiones paganas, comparadas con el judaísmo eran mucho más difícil de practicar; y todas más difíciles que el dulce cristianismo, porque su Autor dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.  Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mt. 11:29,30). Y uno de sus discípulos testificó en una carta: "Pues este es el amor de Dios que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1Jn.5:3).

Aquellos mandamientos paganos eran más difíciles de vivir y conducían a la muerte; Dios se los dio, en el mismo sentido con el cual Pablo dijo que le envía un espíritu engañoso para que crean a la mentira todos los que no han amado la verdad para ser salvos (2 Te. 2:11,12).  Pero los judíos y los creyentes modernos que judaízan deben conocer que la misma ley de Diosestá compuesta de mandamientos difíciles de cumplir y hacen que el hombre conozca el pecado, pero no lo salva (Ga. 3:4; Ro. 3:20), es una esclavitud y "pobres y débiles rudimentos". El autor de los Hebreos escribe de modo parecido tocante al mismo asunto de la ley de Dios (7:19; 10:1). Dos cosas tienen que conocer los que pretenden salvarse por las obras de la ley, agradar a Dios por medio de ella (1) Que el que obra para salvarse no recibe el Espíritu, puesto que se recibe por la fe (Ga. 3:2); y si no recibes el Espíritu no eres salvo (2) Que la ley dada por Dios por causa de la naturaleza humana (la carne) es muy débil, porque el hombre para vivir lo que Dios manda necesita algo más que la revelación de su voluntad sino también ser fortalecido; es por eso que Pablo da gracias a Dios que lo fortaleció en Cristo Jesús (Ro. 8:1-8).

Pero hay más, no sólo los paganos y los judíos deben aprender que es difícil vivir los mandamientos de Dios sin su ayuda, sino también los que aumentan los mandamientos de Dios con tradiciones tales como diversas abluciones, y cosas tales como no manejes, no toques, no gustes. De ellos en principio habló el Señor diciéndolo en Mat. 23:4. Y después los católicos, los mormones, los adventistas, que han hecho de la tradición de los hombres una fuente, según ellos, de revelación divina. Lo que han hecho es robar la libertad que tenemos en Cristo y hacernos la vida más difícil. De igual modo proceden los que añaden al cristianismo de Jesús mandamientos sobre comidas, cabellos, ropas, músicas y joyas. Señor, no me entregues a la voluntad de la carne y los pensamientos, no me entregues a una mente reprobada para hacer cosas que no me convienen; dame de tu Espíritu para cumplir los mandamientos que nos dio tu Hijo por medio suyo (Hch. 1:2), para tener una vida que te agrade y no me sea difícil vivirla, amén. ¿Es difícil o imposible vivir como cristiano?

Eze. 20:32-49

"Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros". Este texto, si no me equivoco, habla sobre la perseverancia de la gracia de Dios; Israel por su parte, siempre insistía en abandonar a Dios; en una palabra, no quería ser salvo ni tomar parte en el rol de redención que Dios tenía como destino para él en el mundo. Se proponía ser pagano como los otros pueblos (v. 32), pero el Señor no le permitiría nunca llevar a cabo esa decisión; con brazo fuerte, con enojo derramado cumpliría su propósito en él. Litigaría y lo haría entrar en los vínculos del pacto (no platicaría con él como dos que negocian algún asunto importante; la idea es de una fuerza sagrada). El profeta, hablando de esta nueva redención, la compara con la salida de Egipto; pero nosotros sabemos que sería mucho más gloríos a que aquella en lo que a transformación del corazón del pueblo se refiere (Je. 16:14, 15). Retornaría un pueblo purificado, limpio de ídolos, amante de su patria, de su ciudad, del templo, del culto, de la ley. En cuanto a la gloria externa la de Egipto fue mayor, pero internamente la de Babilonia la excedió.

Eze. 20:32-49

"Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros". Este texto, si no me equivoco, habla sobre la perseverancia de la gracia de Dios; Israel por su parte, siempre insistía en abandonar a Dios; en una palabra, no quería ser salvo ni tomar parte en el rol de redención que Dios tenía como destino para él en el mundo. Se proponía ser pagano como los otros pueblos (v.32), pero el Señor no le permitiría nunca llevar a cabo esa decisión; con brazo fuerte, con enojo derramado cumpliría su propósito en él. Litigaría y lo haría entrar en los vínculos del pacto (no platicaría con él como dos que negocian algún asunto importante; la idea es de una fuerza sagrada). El profeta, hablando de esta nueva redención, la compara con la salida de Egipto; pero nosotros sabemos que sería mucho más gloríos a que aquella en lo que a transformación del corazón del pueblo se refiere (Je. 16:14, 15). Retornaría un pueblo purificado, limpio de ídolos, amante de su patria, de su ciudad, del templo, del culto, de la ley. En cuanto a la gloria externa la de Egipto fue mayor, pero internamente la de Babilonia la excedió.

Eze. 20:37

“Os haré pasar bajo la vara”; un símil de lo que hace el pastor con sus ovejas para contarlas (Lev. 27:32; Je. 33:13). La vara de la aflicción, la vara de la Palabra llevándolos de un modo o de otro al pacto de la gracia.

Eze. 20:49

“Ellos dicen de mí: “¿No habla éste, más que parábolas?”.  ¿No será para que “oyendo no oigan y su corazón se endurezca”? (Mr. 4:10-13).

Eze. 21:12

“Golpéate el muslo’; en señal de aflicción (Je. 31:19).

 

Hay ocasiones cuando los deseos humanos, la maldad de Satanás y la voluntad de Dios coinciden 

Eze. 21:18-23

"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y pon una señal al comienzo de cada camino, que indique la ciudad adónde va.  El camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada. Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado. La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar la orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y edificar torres de sitio. Mas para ellos esto será como adivinación mentirosa, ya que les ha hecho solemnes juramentos; pero él trae a la memoria la maldad de ellos, para apresarlos". 

¿Has oído como hay gente que consulta adivinos, espiritistas o psíquicos y éstos les anuncian cosas que luego tienen cumplimiento? ¿No los has oído testificar a ellos como si fuera el gran poder de Dios? (Hch. 8:10). Los que reciben el beneficio atribuyen a los adivinos o a los ídolos el milagro. El rey de Babilonia se detuvo en medio del camino hacia Jerusalén, consultó su religión falsa, pulió sus flechas, o puso varias, dos nombres; Rabá y Jerusalén y escogió una, o las tiró al aire y miró hacia aquel sitio. Luego puso sus ojos en un hígado, miró si estaba sano y no enfermo o pálido, si su punta estaba correcta, o si no había sido herido en el sacrificio o si tenía doble hígado (Gill). Escuchó a sus adivinos y éstos le dieron un mensaje que luego se cumplió. Pero la Escritura nos alerta muy bien que eso puede ocurrir (Dt. 13:3). Sí, lo que pronostica es cierto. Dios había determinado el castigo sobre Jerusalén. Ellos no profetizaron nada, Dios no les habló ninguna palabra; pero la iniquidad que ellos deseaban coincidía con los planes de Dios. Si hubieran consultado a uno de los profetas de Israel, ellos les hubieran dicho lo mismo. El Señor dijo que la adivinación de ellos era mentirosa (v.25). Creyó una mentira, se engañó. Millones claman en la angustia a sus dioses, ellos le responden, creen en fe algo y quedan confirmados en la adivinación y la idolatría. La contestación a un rezo, a un adivino, puede no ser la señal más confiable (2 Te. 2:9-12). No son los milagros, ni las adivinaciones, ni los sueños la mejor forma para decidirnos a asegurar la fe en la religión. Es la Ley y el Testimonio (Isa.  8:20). Hay momentos, ocasiones, cuando los deseos humanos, la maldad de Satanás y la voluntad de Dios coinciden, y es por eso que "todas las cosas oran para bien a los que a Dios aman" (Ro. 8:28); y todo el mérito es a la suprema inteligencia divina. Señor, que tu pueblo no crea ninguna de esas cosas, aunque ellas sean ciertas.

Eze. 22:5

“Ciudad de mala fama”; infame, contaminada; en relación con las otras naciones y con Dios.

Eze. 22:10,11

“Han humillado a la que estaba impura por su menstruación”; el hijo ha descubierto la desnudez de su padre acostándose como su mujer (Ge. 35:22; Lev. 18:6; 1Co.5:1); y otro ha humillado a la mujer que tenía su ciclo mensual lo cual Dios había prohibido (Lev. 18:19); el adulterio fue otro pecado, otro acostándose con su nuera y otro violando, forzando a su propia hermana a dormir con él. Se piensa que muchos de esas violaciones de la ley del Señor fueron practicadas en el culto a los dioses en los lugares altos (v.9). ¿No son esos mismos los pecados que se cometen hoy que muestra que la familia moderna también está moralmente destrozada? Sexualmente degenerada. Se ha convertido es “escoria” (v.18); tenido como plata para algunos, pero el ojo omnisciente de Dios que todo lo ve le llama basura. ¿Quiénes son esos que acosan sexualmente, violan, arden en deseos y se desbocan como animales sobre su presa? Son la escoria, la basura social, que en los hogares, las calles y las prisiones Jehová llama al arrepentimiento (v.19). La sociedad los convirtió en escoria en vez del evangelio convertirlos en oro, plata y piedra preciosa. Le pasa a esta sociedad lo que le pasó a Israel cuando dejó a Dios, la familia se descompuso.

 

Un ministerio mucho más fácil 

Eze. 22:26

"Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuaríos ; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio". ¿Es extraño que el pueblo se haya convertido en una escoria moral (v.18, no política) cuando los mismos sacerdotes no hacían diferencia entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio? (Lev. 10:10). Hubiera sido mejor que no oficiaran, que renunciaran al oficio sagrado, pero no lo hicieron, retuvieron la designación divina, pero sin la ley divina. Admitían en el culto a Jehová lo mismo un cordero que un conejo, una vaca que un cerdo, lo que se debía y lo que no. Era mucho más fácil mantener un ministerio así donde lo pagano y lo santo eran bienvenidos. Los sacerdotes se acomodaron a la sociedad y abrieron las puertas de la iglesia de par en par; ya no existía un sacerdocio con la ley de Jehová. ¿No pasa con muchos ministros lo mismo? Han ido introduciendo cambios en sus congregaciones, cada vez hay menos y menos ley de Dios entre ellos, han traído alabanzas, testimonios, mandamientos de hombres, pero la ley de Dios ha sido ignorada; hacen esfuerzos para aplicar la disciplina moral pero los castigos no ayudan a un pueblo desnutrido de la palabra de Dios. Y más aún ¿no usan medios profanos para adorar a Dios y para salvar las almas inmortales? Ya no se oye la diferencia entre música religiosa y la profana porque la popular ha sido hecha sagrada por la letra y ¡Dios mío!, hasta los santísimos salmos son cantados con tonos folclóricos o se vuelven bailables; arreglos hechos para contemporizar y para dar más gusto al cuerpo que al espíritu; y aseguran que David cada nueva producción se la presentaba bailando a Jedutún. El testimonio tampoco indica que haya una diferencia entre lo inmundo y lo limpio, los jóvenes de Israel y a veces los adultos se visten, se marcan, igual que los paganos, danzan como ellos, viven como si no tuvieran esperanza, y sin decoro. Y los responsables de eso son los sacerdotes que fuerzan la ley de Dios para apoyar sus deseos y complacer a sus visitantes. Señor envía tu Espíritu de santidad sobre los sacerdotes que ministran en tu obra. 

 

Ser siempre positivos tiene la ventaja de la popularidad

Eze. 22: 28-30

"Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado. El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé". 

¿No oyes hablar de positivismo, que hay que ser positivos? No siempre se puede ser positivo como la gente lo entiende, decir cosas bonitas, agradables; hay veces que uno quisiera cambiar de tono, pero la situación se lo impide (Ga. 4:19,20). No quisiera herir sino curar, vendar y decir, "Dios está contigo". Solamente si uno no juzga espiritualmente al mundo puede ser positivo, pero es imposible aún entre santos, conociendo la perversidad del corazón humano, ser siempre positivos, ¿cómo mantendremos nuestra conciencia despierta si todo lo que hacemos es bueno, si ella no nos reprocha nada? ¿Cómo nos convertiremos si la Palabra no se usa para reprochar, exhortar? (2 Ti. 3:16,17). Ser siempre positivos tiene la ventaja de la popularidad, la que encontraron los falsos profetas, pero eso no es más que lodo suelto (o engañosa cal) y contra ellos habló el Señor (Lc. 6: 26). ¿Dónde estará el arrepentimiento, la convicción de pecados, como se desarrollará el proceso de la santificación? Esas predicaciones humanamente adulonas, hablan de potencial humano, de los valores de la vida; es social, socialmente americana, en el fondo glorifican al hombre y no a Dios, es blasfema y atea. En ese contexto el Señor se queja que no hay un verdadero profeta, un mediador que anuncie al pueblo su camino (Job 33:23,24), que se ponga en la brecha, en el pecado, en la separación y diga las cosas como son, un valiente Miqueas que “denuncie a Israel su pecado” (Miq. 3:8).

Mensaje para desaforados burros y caballos

Eze. 23:1-8;17-21

"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asiríos , vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asiríos , y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud". 

 

Estas dos mujeres son Judá, Ahola (su tienda) y Aholiba (mi tienda en ella), Samaria. Si eres un cristiano novato quizás te has sorprendido con estas palabras y parecidas de otros profetas o dentro de las leyes ceremoniales, explícitas y muy sugestivas que parecen vulgares y groseras; te sonrojan, y no te atreves a reflexionar espiritualmente sobre ellas por temor que la carne siendo débil tome ocasión por la ley y te conduzca al pecado. Pasajes como éste son de mucho más beneficio para los creyentes maduros. Y a quienes se les dijo cumple con la intención de decirles que son puras bestias.

No obstante, quiero decirte que la Biblia es un libro intensamente humano y toca todo lo que significa la palabra hombre, en la carne y en el Espíritu. Si la Biblia hubiera tenido como fin el arte literario o hubiera sido escrita para ser llamada un libro sagrado, aunque así la consideramos, quizás no se hubiera escrito esto que lees. Pero lo que hace grandioso el libro de Dios, firme como una roca, es su fin salvadory registra toda la naturaleza humana donde se halle escondido el pecado, aun en los tuétanos.  

De ese modo todo el rollo de ella es una colecciónque ha venido en un contexto histórico y para circunstancias definidas, dirigida por el Espíritu Santo sin duda, pero adaptada en palabra y lenguaje a hombres y mujeres en sus momentos históricos. La Biblia es un libro para el hombre, habla como un hombre para todos los niveles de la vida humana; no se halla más allá o fuera de la experiencia humana. En la colección de esos documentos intervinieron hombres como Moisés, Josué, Mateo, Juan, etc. Dios no dijo: “Esperen que les voy a dar un libro”, a no ser la Ley, y el simbólico librito de Apocalipsis, sino que en su mayoría fueron narraciones, diálogos, visiones, símiles, parábolas, epístolas, y todos esos documentos agrupados en forma de colecciones. La formación del canon bíblico es como la cosecha del Espíritu Santo de lo que Dios ha dicho a través de los tiempos, para esos tiempos, en verdad universal. Y en cuanto a Ezequiel, hombre noble y culto, sensible y de buena imaginación, les habla en los términos que pudieran entender esos desaforados bípedos burros y caballos.

Eze. 23: 30-35

"Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran capacidad". Oh Dios, no beba yo de la copa de los que te dejan, de la amarga copa de ellos y sufra sus tristes experiencias. Señor tú sabes cuan débil soy e inclinado hacia los mismos pecados por los cuales han sido destruidos. Señor dame no sólo tu Palabra sino la gracia con ella para obedecerte. ¿Cómo he de morir con lo que sé que ocasiona la muerte? Si tengo que beber algo que sea de tu copa (Mt. 20:22) y que ese algo sea tu Espíritu (1 Co. 12:13). 

Eze. 23:39

"Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo". ¿De dónde vienes tú que entras a la casa de Dios? ¿Te has lavado ya los pecados que cometiste antes de entrar en ella? Habiendo cometido tan grandes pecados ¿a qué vienes a la casa de Jehová? Y ¿no es la casa de Jehová para que los pecadores se reconcilien allí? ¿Habremos de echarlos porque bajan a ella contaminados? Si traes un corazón contrito y humillado eres bien recibido en la casa de Jehová con tus pecados, y allí son echados en el fondo del mar (Lc .18:13). Oh Dios perdónanos cuando sin remordimientos oficiamos en tu casa, enseñamos, ofrendamos y ejercitamos algún don.  ¿En qué andan tus hijos por ahí? Sé Señor para que no hagan de tu casa un lugar de pecado; que si pecan lejos de ella vengan, pidan perdón y tú los oigas (2 Re. 8:27-32; 38,39; 48-50).

Eze. 23:40

“Les envió un mensajero”; alianza extranjera (v.16; Isa.57:9).

 

Gastados en pecados

Eze. 23:43

"La envejecida en adulteríos " “gastada, envejecida”. Estas son palabras aplicadas a la ciudad de Jerusalén; pero, ¿no te hacen pensar en ancianos y ancianas envejecidas en sus pecados? Les han cubierto las canas la cabeza, las arrugas el rostro, les tiemblan las manos, casi no tienen visión, andan despacio, encorvados por el peso de los años, y sin embargo aún retienen los pecados que comenzaron a practicar en la juventud o en la misma niñez. No les ha ido bien, pero siguen practicándolos. Señor, ¡nuestros padres, nuestros abuelos!, sin tu misericordia morirán en sus pecados. Ya no pueden pecar como cuando eran jóvenes, pero sienten ganas de hacerlo. Si se fortalecieran un poco sus cuerpos y renovaran algo sus fuerzas, volverían a cometer los mismos pecados para los cuales ahora por la edad están incapacitados. Es algo feo ver a la juventud pecar pero muy triste a  ancianos continuar siendo rebeldes, incrédulos, sometidos a pasiones juveniles, tan cerca como tienen ya el tiempo de sus partidas y el juicio de sus almas. ¿No temerán a Dios estando junto a la sepultura?  ¡Cuántos pecados se cometen en el curso de una larga vida!  Hay otros que como Job, Abraham, Isaac, Jacob, Pedro, han envejecido pero en la gracia. 

Eze. 24:6

“Cuyo herrumbre no se le va”; y cuando comienza a hervir el herrumbre suele desprenderse y mezclarse con la comida; pero en este caso no sucede, el fuego no lo desprende, a pesar del juicio de Dios siguen endurecidos y sin arrepentimiento (Je. 6:29). Entonces vendrá más juicio (vv.10-12).  Y fue un milagro que la herrumbre se desprendiera; tal vez con el juicio llegó un poco de gracia. Incredulidad y testarudez. 

Eze. 24:12

“De trabajos me he fatigado” (LBLA). “El significado es incierto en hebreo; algunos siguen la Septuaginta” (NET). (Je. 15:6). Por el contexto parece referirse a un antropomorfismo hebreo a Jehová.

 

Terminó el sermón, fue a su casa, y halló la esposa muerta

Eze. 24:15-24

"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuoríos ; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados.  Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado. Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces? Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada. Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto. Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.  Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor". 

Dios avisó a Ezequiel que se le iba a quitar su compañera, no porque hubiera mala voluntad por parte del Señor, no porque hubiese incomprensiónsino porque le llegó el tiempo de partir; y cuando eso pasa, tiene que marcharse. El Señor sabía cuánto su marido la amaba pues le dice que ella es su deleite; el deleite de sus ojos. Aun sabiendo como él la miraba, como la contemplaba, como se alegraba de verla, aun así, le llegó la hora de partir y tuvo que ser recogida al seno del Señor. ¿Por qué ha muerto tu esposa? Porque le llegó la hora de estar con el Señor y para ella es lo mejor. No para ti, pero sí para ella. No quieras que regrese de donde la mano divina la puso. No mires la tumba. Ella no se halla en la tierra sino en el cielo. ¿No sabes que la vida humana se acaba y que lo que más disfrutamos hoy puede durar sólo hasta mañana? No, tú no eres incomprendido por Dios. Cuando llegue tu día, también tú seguirás el camino de ella y la verás en gloria. No quieras retener a quien Dios llama ni lamentes la bienaventuranza de los que gozan de la presencia del Creador y del Salvador.

El Señor no es cruel cuando determina la forma de morir de cada cual. A la esposa de Ezequiel le tocó morir de repente porque dice que "de golpe" (la palabra también indica una pestilencia o enfermedad fulminante); pudo no haber pasado por un proceso de enfermedad, él salió por la mañana a predicar y la despidió sana y le dio un beso, por la tarde cuando regresó la halló muerta. No debemos acusar a Dios de la clase de muerte que toque a los que amamos, nosotros no la escogemos, es su elección. La forma de morir cada cual seguro que es la que más ha de glorificarle y puede que sea la que más sentido espiritual tenga. En la forma de morir cada uno hay envuelto un mensaje divino que debemos leer.

Y, por último, el Señor debe ser soberano sobre nuestros sentimientos. Al profeta le pidió algo duro, no sólo que se conformara con lo que había perdido, sino que no se desahogara en público. No se le permitió que se pusiera luto, ni que comiera pan de dolores. Que no buscara ningún consuelo de nadie. Y eso era un mensaje para Jerusalén, porque así saldrían ellos en la cautividad. A Abraham y a Jacob se les permitió llorar a sus muertas, pero a Ezequiel no. 

Oh Dios, prepáranos para sufrir el dolor de perder un ser tan amado como es la esposa. Cuando eso nos pase, Señor, ¿quién nos acompañará en nuestra soledad? Y ¿qué haremos con nuestros recuerdos? La muerte de la esposa hará que todo lo que ella dejó, todo lo que poseemos, aún la naturaleza muerta de los adornos del hogar, nos parezcan más muertos todavía. Ayúdanos en ese entonces, para que tu inefable compañía llene su espacio vacío. Permite que no nos entristezcamos como los que no tienen esperanza, como si no fuera por un momento la separación sino por la eternidad. Padre, enséñanos que las cosas más dulces que hemos empezado en este mundo, algún día se nos acaban. 

Eze. 25: 6

"Porque así ha dicho Jehová del Señor: Por cuanto batiste tus manos y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con tu menosprecio" (Isa. 55:12). Por la sentencia de exterminio de una nación se ve que el pecado es grave. El más pequeño de los pecados merece a los ojos divinos un castigo que a los ojos humanos parece desproporcionado. Dios es más gloríos o de lo que imaginamos o soñaríamos. Cuando Dios castiga un hermano no te goces, porque no hay alegría divina en el juicio sobre los suyos. Dios mientras castiga a un hijo, llora.

Eze.25:15

"Se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades". Guardar el rencor por muchos años y sacarlo para destruir, Dios no aprueba. ¿No has leído como pueblos y familias se matan recíprocamente por odios, de generación en generación? Los abuelos transmiten el odio a los nietos, y a los hijos; Satanás usa algunos para mantener siempre ardiendo la espantosa llama del rencor. También se puede traducir por “escondidas, ocultas” enemistades, o “locas” “desquiciadas” enemistades.

Eze.25:16

“Los cereteos”; de origen filisteos que se unieron al ejército de David durante el tiempo que él estuvo entre ellos, los usó como guardias personales porque eran muy diestros con el arco y la flecha. Su origen se cree que sea de Creta.

 

Vivía peor y se hacía mejores esperanzas

Eze.26:2

"Tiro dijo contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de naciones; yo seré llena y ella desierta". Mejor es traducirla “está rota, se abrió para mí y yo seré llena”. Tiro formó una alianza con Sidón pero los egipcios los vencieron, y luego los babilonios. Se supone que la ciudad se rindió.  La longitud de esta profecía es superior a las de los otros profetas, sin duda tendría algo que ver con el resentimiento de los exilados en Babilonia. Toda esta espantosa aniquilación de la ciudad de Tiro, no es por su burla en sí, por su complacencia en la destrucción de Jerusalén, sino porque ella que vivía peor y se hacía esperanzas mejores. ¿Conoces alguien que se goza cuando un cristiano es castigado por Dios y sin embargo vive impíamente? Eso no debe acontecer. Mira la paja que hay en el ojo ajeno y no la viga que tiene en el propio. No hay ninguna mención en el texto de que ella identificara la caída de Jerusalén con algún juicio de Dios por sus maldades. Quizás miraba sólo política y militarmente el asunto. Ninguna nación juzga los males de otra religiosamente; piensan que los pueblos merecen sus propios destinos sin un Dios que los dirija. Amados, las calamidades políticas y militares de las naciones tienen raíces morales; no pueden los pueblos sobrevivir sin la bendición de Dios. Estas costumbres sociales suelen dejar poco cambio en la vida religiosa de una nación; en tiempos de Jesús la ciudad continuaba espiritualmente endurecida e incrédula (Mt. 11:21,22). La iglesia no debe buscar ni mirar los cambios sociales como el principal factor de mejora para el reino de Cristo. El bien que la transfiguración política trae a las iglesias es poco duradero y afecta poco el corazón religioso de la nación. Es la predicación de la iglesia, la Palabra profética la que realmente beneficia el reino de Cristo y produce cambios perdurables. Es la gracia de Dios más que los cambios sociales lo que cambia el corazón de un pueblo. Señor enseña a los pueblos a mirar sus pecados. ¡Oh Dios soberano, reina!

Eze.26:15

“Se estremecerán las costas”. Al oír lo que sucedió. Si los refugiados cuentan esas cosas ¿qué sería si hubiera existido la TV? Las noticias hubieran atravesado el Atlántico y recorrido con pasmo el mundo entero.

 

No leen el periódico y no oyen las noticias

Eze. 27 (todo el capítulo).

“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro.
Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura”.


En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza”.

Es notable la información económica sobre Tiro que tiene el profeta; no se dedicaba a conocer sólo la moral y le daba la espalda a todo lo demás. Estas cosas no le fueron reveladas a Ezequiel, él las conocía porque las había escuchado o porque las leyó y Dios lo inspiró para que las dijera. Era un profeta de Israel pero supo el impacto que había producido en Tiro la caída de Jerusalén y como ella se gozaba en quedarse ahora sin su competidora. Era un hombre culto y bien informado del comercio internacional de los pueblos.  ¿Quién hubiera podido sospechar que un hombre con tantas visiones como él, tan interesado en el ministerio del templo, que viajó en visión de Caldea hasta su país, podría también hallar tiempo e interés para informarse del curso económico y político que seguían las demás naciones lejanas o circundaban la suya?

Casi ninguno de los profetas de Israel era ignorante de lo que pasaba a su alrededor, de la economía, la política y la moral de las naciones. Pero hoy hay profetas y ministros que no saben nada de estas dos primeras cosas; ignoran casi por completo el giro económico que tiene su país y no les importa nada la política doméstica o exterior que sigan. Se concentran casi exclusivamente en la Biblia y en los asuntos espirituales, ganar almas para Cristo y el perdón de los pecados. No leen el periódico, no oyen las noticias y estudian exclusivamente libros espirituales. Ezequiel pudo informarse bien de lo que tenía alrededor para tener en su momento alguna palabra de salvación para ellos; no conocía la economía de Tiro para admirarla o para disfrutarla, porque no "se enredó en los negocios de la vida", sino para profetizar contextualmente contra ella si fuera menester. Profetas como Ezequiel, Daniel, José, Isaías, Jeremías, fueron mucho más útiles al mundo que otros porque tuvieron interés internacional en la palabra de Dios. Si un cristiano estudia esas cosas podrá llevar a Cristo y a su evangelio a esos planos, haciendo que sean más duraderas que las conquistas económicas que su país tenga. Como hay poquísimos cristianos en esas esferas, abundan las estrategias económicas abusadoras y las impías intrigas políticas. Oh Dios, danos cristianos versados en estos asuntos, pero firmes en la creencia de que la prosperidad económica y esplendor de una nación se mantiene si te es fiel a ti. Yo sé, Señor, que pones y quitas reinos (Dan. 2:21; 5:21) según tu voluntad, no para darle oportunidad a uno y a otro después, sino porque te cansas de los pecados que cometen. Bendice a tu pueblo para que vivamos quieta y reposadamente y tengamos una nación próspera para gloria de tu nombre y para acción de gracias a ti. Amén. 

Eze. 27:4

“Tus edificadores perfeccionaron tu hermosura’; la que dejaron los antiguos, c ada generación de constructores, arquitectos e ingenieros se esforzaban en poner más bella la ciudad, no la de Dios sino la de los hombres. La ciudad de Dios es la iglesia y los pastores, evangelistas, todos los ministros son los que como “peritos arquitectos” ponen el fundamento y edifican encima.

Eze. 27:10

“Lud”, el nombre de dos naciones: Lud y Lidia; Fut, o Put, el nombre de uno de los descendientes persas de esa región. “Gamadeos” (v.11), guerreros.

Eze. 27:19

“Javán”, un pueblo de Arabia, de la cual Uzal es la metrópolis (Gill).

Eze. 27:23

“Harán, Cane, Edén”; ciudades de Mesopotamia.

Eze. 27:32

“Tiro, destruida en medio de los mares”; el Targum dice “la muda o silenciosa entre los mares”, antiguamente llena de canciones e instrumentos musicales (Gill). Un espectro silencioso en medio de mar. Se acabó.

 

El rey de Tiro, orgulloso como el diablo

Eze. 28:1-19

"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,  por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor. Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares. ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador. De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser".  

Este es un texto propicio, por sus referencias, a que los comentaristas hagan volar la imaginación. La referencia tiene mayormente que ver con el anticristo (2 Te. 2), quien se sienta en el templo como Dios y se hace pasar por él. El orgullo del rey de Tiro, por sus muchas riquezas, fue su pecado. Las palabras de los vv.13,14 son las que han dado lugar para imaginar que se trata de una velada referencia sobre la creación y caída de Satanás; pero es que la mención del Edén, el querubín, no se aplica exactamente al hombre Adán ni a uno de los ángeles que guardaron el paraíso. Adán no fue creado con esa clase de vestidura preciosa, al contrario. Ni tampoco se narra la creación especial de alguno de los querubines que protegieron el paraíso. Cuando Adán fue creado no hubo nada de eso, aunque se alegraron los ángeles. Los querubines aparecieron después de la caída, pero no fueron creados en el Edén. A mi entender lo que Ezequiel quiere es comparar al príncipe de Tiro con Adán y los ángeles, en el paraíso que, teniendo tantos privilegios de Dios, tantas riquezas, cometieron falta. Ezequiel quiere decir, "tú Tiro, rica como un Edén, tu rey ha vivido como un Adán en el paraíso, pero se enorgulleció, se creyó Dios, y cayó en pecado". No obstante Pablo dice que el orgullo pudo haber sido uno de los primeros pecados de Satanás (1 Ti. 3:6); y si quieres pensar que al diablo le pasó lo mismo, el rey de Tiro es un tipo del anticristo, y te edificas con esa meditación, lo dejo a tu discreción.

 

El poder que da el dinero

Eze. 28:2,6, 8-10

“Has dicho: “Un dios soy; te harán bajar al sepulcro”. ¿Te crees que, porque tienes conocimiento, poder, dinero, fama, belleza, ya eres un dios? Te equivocas cuando comparas tu conocimiento con el de Daniel(v.3); ni remotamente son semejantes. Tú eres un economista, un hombre de negocios y Daniel un hombre de Dios, Daniel interpretaba sueños y revelaciones divinas, Daniel era un teólogo, Daniel valoraba el conocimiento de Dios como la luz de las estrellas “a perpetua eternidad” y sirve para interpretar la historia hasta la resurrección, en cambio el tuyo no. El tuyo es económico para hacer “contrataciones” o “comercio” (vv.5,16,18); eres una potencia económica, un gran capitalista, y no es que niegues a Dios, sino que te crees ser él o como él y eso, se dice, con el poder que te ha dado el dinero, pero quiero que sepas que el dinero no te hace Dios; con dinero puedes comprar armas, gente y deleites, pero no puedes volverte Dios. Te lo puedes creer, pero te mientes. Y un solo hecho el Espíritu le dice: naciste hombre y por lo tanto eres mortal y ese momento final te demostrará, cuando el verdugo alce su hacha, que tu cuello no es el de los dioses inmortales (v.9). El dinero no te salvará de las plagas y enfermedades y que la guadaña de la muerte te cercene el cuello, algún día.

 

 

Cuando lo coronaron como presidente de una ciudad rica, se sintió como Dios

Eze. 28:15,16

“Perfecto eras desde el día que fuiste creado, te he expulsado por profano del monte de Dios, querubín protector”.  El día que de su coronación es llamado el día de su creación, el día que asumió sus responsabilidades, que tomó su cargo, o sea el día de su unción como rey de Tiro. En ese momento de su comienzo era perfecto, mucho antes de su desarrollo y progreso, antes de adquirir fama, dinero y poder, luego vino su derrumbe cuando Dios halló en él iniquidad cuando se le subió el cargo a la cabeza y empezó a creerse que merecía adoración y que podía sustituir a Dios en el mundo porque había alcanzado renombre mundial. Y la razón que tuvo el Señor para expulsarlo de su posición fue que se volvió secularque es una posible traducción de la palabra “halal”  y de la griega “bébelos”; la Versión Revisada (inglés), la traduce “común” (42:20; 44:23; 48:15); LBLA traduce profano. La misma palabra que se usa en el NT para calificar a Esaú (He. 12:16). El rey de Tiro se volvió inmundo porque no supo diferenciar “entre lo sagrado y lo profano” (22:26); y esa apostasía, que es como pudiera calificarse su secularización ocurre porque no fue “como mi boca”, dijo Jehová, o sea por no comerciar y funcionar en su posición conforme a la Palabra de Dios y teniendo éxito separado de ella empezó a divinizarse y a creerse un “hombre de pecado” que se sienta en el templo de Dios como si fuera Dios. Quien fue considerado como un “querubín” sagrado y encargado de ser un “protector” de la doctrina se secularizó y la puso a un lado y comenzó a hacer marketing con sus conocimientos creyéndose más inteligente que Daniel o la Biblia misma. Por supuesto que fue echado de la posición que alcanzó y su experiencia un día le mostró que se había equivocado y se hundieron con él todos los que compartieron sus ideas y métodos y se hicieron miembros de su “tripulación” (27:34), o sea de su poderoso barco estatal.

Eze. 29:3,9

“Contra ti faraón que has dicho: “Mío es el Nilo, yo mismo me lo hice”; los egipcios en una gran obra de ingeniería habían logrado hacerle canales al Nilo para usar el agua en otras partes menos favorables, logrando no necesitar agua de ninguna otra parte, ni siquiera de la lluvia porque ese gran río al cual debe su existencia se la proporcionaba. La Septuaginta y otras versiones árabes son las que dicen “yo los hice”, refiriéndose al Nilo. En la teología egipcia se afirmaba que el faraón era el dueño y quien controlaba el Nilo. Y lo glorificaban como si fuera un dios, y por supuesto que no lo era porque quien hizo y controla el Nilo es Jehová. En la “teología” actual llamada ciencia quien hizo el Nilo es una diosa que llaman Naturaleza. Anticristos ha habido muchos en el mundo.

Eze. 29:11

“En cuarenta años”; alrededor del tiempo en que Ciro tomó Babilonia y los judíos cumplían sus 70 años allí.

Eze. 29:16

"Y no será más para la casa de Israel apoyo de confianza". 

¿No tienes esa experiencia, que Dios te quite el apoyo carnal que te sostenía? Ahora ya no puedes porque se ha disminuido tanto que para nada te sirve. No llores cuando te priva de él, no pierdas tu esperanza y pienses que el mundo se acabará. Dices ¿ahora que haré sin él? No podré subsistir si tal me falta, (dinero, alguna persona, un puesto de trabajo, honor, alguna habilidad física). ¿Por qué Dios me ha quitado mi apoyo? Porque era pecado, el brazo de carne sustituía al Espíritu, lo que se ve a lo que no se veía, y el hombre a Dios. Ahora podrás caminar por fe y no por vista. ¿Cuándo te ha pasado con Dios lo que con otros apoyos? Él nunca se irá disminuyendo, ni se irá empequeñeciendo como le sucedió a Egipto (vv.13-15). Tú mismo, puedes irte empequeñeciendo, y llorar como Jonás la pérdida de la sombra de una calabacera. Dios es sobremanera grande y suficiente, y con él no necesitas más; no necesitas bastones.

 

El eje del mundo es la iglesia

Eze. 29:17-20

“Aconteció en el año veintisiete en el mes primero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella.  Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mí, dice Jehová el Señor”. 

Cualquiera que sirva al pueblo de Dios recompensa tendrá. Nota que la conquista llevada a cabo por los caldeos sobre los egipcios fue un trabajo, dice el Señor, que se lo hicieron a él y todos los tesoros de Egipto la paga. Todo eso ocurría para que Israel no confiara más en él. No es darle un sentido religioso a la historia secular sino hallarle su verdadero sentido. Cuando pasa algo en el mundo, debemos preguntarnos: ¿Qué tiene que ver eso con la iglesia? ¿En qué perjudica o favorece al pueblo de Dios? ¿No ves como los cambios sociales afectan la iglesia? No convierten a los cristianos, pero colaboran para su salvación. Sean tiranías o democracias, todos los gobiernos cuando se consume la historia se comprobarán que trabajaron para Dios. 

Oh Israel, las historias de las naciones trabajan a favor de tu salvación, hasta que te conviertas al Señor, hasta que todo tu pueblo sea salvo (Ro. 11:25-27). No hallarás tu paz hasta que te conviertas a Cristo, entonces el Señor te establecerá y serás de verdadera bendición para el mundo. El eje del mundo es la iglesia y todo lo que en él pasa, gira a su alrededor. Todas las cosas trabajan para bien de la iglesia porque Dios las hace trabajar (Ro. 8:28); las combina para que tengan ese efecto. Bendito seas Señor, apresura la historia. 

Eze. 29:18

“Pero él y su ejército no recibieron pago de Tiro por la campaña”; porque los tirios viéndose perdidos sacaron todo el oro y la plata que tenían y los llevaron a otras islas lejos de las manos de los conquistadores que se quedaron con ellas vacías.

 

El retoño equivale a futuro, esperanza y porvenir

 

Eze. 29:21

" En aquel tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y abriré tu boca en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová". 

 

Hay palabras, una sola, en la revelación, que es suficiente para llenar de esperanza a los santificados, para mirar el porvenir, más allá del presente, más allá de alguna tentación o del estado de desolación en que se queda el alma después que ha pecado.  ¿No? Lee esa, esa solita y dime si no hay un mundo de aliento contenido dentro de ella.  ¡Qué feliz me siento Señor, al leer esta palabra "retoñar" (es muy gráfica en español); también “poderoso” “brotar el poderío” (LBLA), porque quiere decir que podemos crecer hasta donde un día crecimos, ganar la altura que tuvimos y llevar aquellos dulces frutos que un día cubrieron nuestras ramas! ¡Qué bueno es el Señor que nos da aliento con ella!  

Nuestro Señor no se da prisa para maldecir a sus higueras que no producen fruto como antes; es cierto que lo hizo con una, pero fue para dar un ejemplo de fe a sus discípulos, pienso que estaba menos enfadado con ella por su falta de frutos que para hacerles pensar a ellos en la fe. Nunca hallarás en sus sermones que él se dé prisa en desarraigar a los que ha plantado su Padre celestial, al contrario, siempre pide una oportunidad para regarlos y ayudarlos a que se recuperen (Lc. 13:6-9). 

Para Jesús la más pequeña flor plantada por Dios tiene importancia, es parte de su jardín y si por ventura algo le sucediere y ella perdiere su perfume, su belleza, él deja el espacio donde ella se encontraba porque sabe que la raíz de la Palabra suya tiene “fruto en sí misma” y puede retoñar. Si nos ha elegido para la salvación, siempre queda la raíz, si no somos árboles reprobados y otoñales y no plantados por su mano, aunque nuestra raíz se halle incrustada en una experiencia seca, el rocío del Señor la hará reverdecer y volveremos a cobrar la vida y la dimensión que tuvimos otrora para que el propósito de Dios conforme a la elección permanezca no por las obras(malas o buenas) sino por el que llama” (Dios) (Ro. 9:11). El retoñar equivale a esperanza y porvenir.

 

Oyeron de Dios muchas veces lo mismo

Eze. 30. 

¿Notas cómo se repite y se repite lo mismo, la destrucción de Egipto? Si fueran a reordenar literariamente los versículos se podrían comprimir en un par de ellos. Pero ten en cuenta esto, que los autores de la Biblia no escribieron para hacer un libro literario sino para comunicar mensajes de Dios; lo que escribieron fue lo que dijeron, por eso escribieron como hablaron. Posiblemente repiten porque oyeron de Dios muchas veces lo mismo y páginas como ésta, son compilaciones de esos sermones. ¡Qué duro es nuestro corazón que Dios tiene que forzar su puerta, y una y otra vez con una misma verdad! ¿No es por eso que tenemos cuatro evangelios que muchas veces repiten las mismas verdades? No son nuevas revelaciones lo que la gente necesita, con esos 66 documentos de la Escritura ya tienen; sin embargo, tiene mucho valor la repetición (Flp. 3:1); es por eso que Dios le llama a su palabra martillo (Je. 23:29). No necesitamos otros documentos. Ni siquiera los llamados libros apócrifos. Ni los llamados evangelios heréticos que han ido apareciendo en tiempos modernos. Oh Señor yo quiero creer lo que ya sé, quiero que penetren más en mi corazón esas verdades, que pueda entenderlas mejor, sentirlas más, gozarme con ellas. Yo quiero vivir al calor de las repeticiones de esas verdades hasta que el día esclarezca y salga en mi senectud el lucero de la mañana.

Eze. 30:6

“Se vendrá abajo el orgullo de su poder”; hablando de Egipto. Esa traducción suena más bonita que la RV; y “altivez” se puede traducir como he escrito, orgullo, arrogancia y la pompa. Y “se vendrá abajo” suena más bonito por gráfico que descender o caer.

Eze. 30:11

“La más cruel de las naciones”; se refiere a los babilonios, y se puede traducir como sinónimo “la más terrible, tiránica, temida y violenta”. O sea, una nación como las conocemos hoy que apoyan el terrorismo, envuelven a sus jóvenes con explosivos y les dicen que se suiciden para matar unos cuantos; naciones donde no se respetan los derechos humanos y sus mandones se perpetúan sin democracia.

Eze. 30:21

“De modo que (no) cobre fuerzas para empuñar la espada”; en contraste con aquellos que agradan a Dios que fortalece el brazo para entesar el arco de bronce (2 Sa. 22:35); y de modo que le sobran fuerzas para continuar luchando, aunque se halle muy cansado (2 Sa. 23:10). Que siempre tengamos fuerzas para empuñar la espada de doble filo.

Eze. 31: 9, 14

"Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; tuvieron de él envidia. No se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas". Pueblo, tú qué estás satisfecho con lo que eres, reconoce que Dios te ha hecho así, eres como un Edén, tus árboles, tus empresas prosperan, compañías de renombre; los otros países te envidian, solicitan tu favor y tus inversiones, quieren comerciar contigo y sus ciudadanos desean emigrar a ti, a tu bendito y próspero suelo. No te enorgullezcas sino teme (Ro. 11:20). ¿No has leído que "antes del quebrantamiento es la soberbia", (Pro. 16:18). Cuídate tú, gran nación que los que prosperan suelen olvidarse de Dios (Pro.30: 8, 9). Sí, en el esplendor económico los pueblos suelen comenzar su ruina moral y el principio de su humillación. Señor bendice este gran país que ha empezado a negarte, ha prosperado tanto su economía que se ha olvidado de ti; ha sido la envidia del mundo, y desde sus alturas caerá abajo, al infierno.

Eze. 31:11

“En manos de un poderoso”; hombre fuerte, un líder o “déspota”; pueden ser varíos , entre ellos Nabucodonosor, pagano.

 

El Seol y los que lo ocupan

Eze. 31:16,18

“Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra. También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones. ¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada”. 

Si yo no hubiera sido elegido para la salvación, estando ya en gracia, no pasaría un solo día que no llorara. Si no hubiera “algo” que me detiene de pecar pediría al Creador que me deshiciera. Es mejor no haber nacido que nacer y pecar contra Dios. Es preferible la muerte de un “abortivo” que ir creciendo y pecando y morir sin gracia divina. 

En ese texto se quiere decir que en el Seol donde yacen los muertos, corre la noticia de la entrada del rey de Asiria, muerto. Es algo similar a Isa. 14:9-11 cuando el rey de Babilonia llega. Pudiera ser, conjeturo, que los que están “en las partes más bajas de la tierra” están en el “pozo del abismo” (Apc. 9:1,2), y esto sea una fugaz referencia del Espíritu sobre los que son llevados al infierno, y cuando ven entrar al rey de Asiria se “consuelan”, o sienten como un alivio por el sentido de justicia y venganza que preservan las almas en condenación. 

En realidad, el NT enseña que los muertos en el infierno no son consolados o aliviados en el sentido celestial de la palabra y no pueden ser consolados ya, porque sus conciencias no reciben consuelo porque reproducen remordimientos (Mt. 8:12; Lc. 16:16:25). Y de aquí brota una sugerencia a los que predican, dirigir los sermones a la conciencia por si quieren “salvar algunos”, porque mientras la predicación no impacte la conciencia no puede haber arrepentimiento, conversión y, por ende, fe. La predicación no es un juego divertido de palabras. Es un arte muy serio, un procedimiento de vida o muerte. La conciencia es la imagen de Dios, como el libro o registro de nuestra vida donde se escribe y graba toda (Ro. 2:15; 1 Ti. 1:19). 

El fuego que quema en el infierno, supongo, son los recuerdos que hacen arder la conciencia. Es cosa terrible en el infierno tener memoria. Los muertos sin Cristo no pueden ser consolados porque sus conciencias, como tablas de piedra del corazón, no tuvieron esa experiencia de perdón y el castigo divino es dejado enteramente al fuego de los recuerdos y acusaciones que por todos lados de la conciencia han de atormentar a cada uno. En las partículas de polvo del infierno caben todos los que no se han arrepentido, que han desobedecido a Dios y donde son abandonados eternamente a los recuerdos de sus mentes reprobadas que recalientan las muertas sienes de la inmortal memoria.

Eze. 32:7

"Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol no dará su resplandor". Mira esto, hermano, es una forma de decir sobre la catástrofe que le ocurrirá a Egipto. En ese sentido, la gran caída del mundo, es usado por Mateo 24:29,30.  Es un lenguaje figurado, el mismo que se usa en Apocalipsis y que ciertos intérpretes de ese libro lo toman literalmente.

Eze. 32:9,10

"Y entristeceré el corazón de muchos pueblos". No se entristecerán como se hace por un hermano mayor sino porque si a Egipto le pasa eso ¿qué será de ellos? Y porque perderán económicamente y políticamente. De un modo o de otro es bueno que los pueblos se amen, y los pequeños saquen lecciones cuando les ocurra algo catastrófico a los países adultos. La palabra entristecer se puede traducir indignación. Todos los pueblos no reaccionan igual cuando una gran economía y política exterior de la cual ellos dependían, caen, se vuelven coléricos y disculpan sus errores con los de aquellos que voluntariamente se sujetaron. Señor bendice esta nación que tiene que ver tanto con la economía de otras.

 

 

No lleve al cementerio sus pecados

Eze. 32:27

"Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes". Todos los que muren sin Cristo, mueren en sus pecados, como el Señor dijo (Jn. 8:24); los acompañan en su ataúd, van al cementerio y son bajados con el cuerpo al sepulcro. Eso es lo único que se llevan los que pecan y no se arrepienten (el arrepentimiento quita el pecado de encima, la sangre de Cristo lo limpia) ningunas otras cosas podrán sacar de este mundo: sólo las transgresiones cometidas durante la vida. Los faraones edificaron las pirámides para que les sirvieran de tumbas, pero lo único que se llevaron al otro mundo fueron sus pecados. No podrán descansar en paz los que transportan al cementerio sus pecados. No dice que el pecado de ellos se les queda en el alma porque el alma no está en la tumba, sino en sus huesos, el alma de ellos irá al infierno (Lc. 16:22-24). El pecado de cada cual se quedará en sus huesos, en sus cenizas, lo acompañará siempre hasta que llegue la mañana de la (Jn. 5:28 29), (aunque lo cremen y tiren sus cenizas a un río desde un puente), para recibir una condenación mayor que la misma muerte, la "muerte segunda" (Apc. 20:12-15). ¿Qué estás haciendo con tus pecados, no los sacarás de tus huesos nunca? Si tuvieran que transportar tus huesos de un cementerio para otro, ¿transportarían con ellos tus pecados? (He. 11:22) Si algún otro muerto tocara tus huesos, como los de Eliseo, ¿resucitaría? (2 Re. 13:20, 21). Señor, perdona mis pecados por la sangre de Jesús y que al morir no tenga yo algún perdón pendiente y muera avergonzado (v.30), yo no quiero que bajen a mi hoyo también mis pecados, la historia de mis faltas, que reposen mis huesos en paz, en santidad, en fe, que muera yo esperando que resuciten, que vuelvan nervios a mi cuerpo, que entre mi espíritu de nuevo en ellos, ya transformados y hechos semejante al cuerpo glorioso de Cristo. Amén. 

Eze. 33:7-8

"Y los amonestarás de mi parte". Sí, Señor, tú ruegas por medio de nosotros para que el pueblo se reconcilie contigo, ayúdame a no cesar de hacerlo (2 Co. 5:20; 1 Sa. 12:23). Si no avisamos al pueblo de “la ira venidera” cuando ella llegue y perezcan los cristianos silenciosos tendrán que dar explicaciones al Señor, si las hallan. ¿Qué explicación puede tener semejante negligencia e indiferencia? ¿No le importa la muerte de los que perecen?

Eze. 33:10-16

"Y la impiedad del impío no será estorbo en el día que se volviere de su impiedad; no se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido, según el derecho y la justicia, vivirá ciertamente". El que es fiel que lo sea todavía, el que es impío vuélvase; al que ha sido apóstata no se le recordará el tiempo que fue fiel y el bien que pudo hacer. Siempre puede haber un pecado en el futuro que acabe con mi historia. En el v.13 la palabra “confiar” significa esconderse. Uno no debe esconderse en su conducta sino en la de Cristo, o “con Cristo en Dios”; y “el que quiere estar firme mire que no caiga”. LBLA introduce la palabra “tanto” a fin de aclarar el sentido porque es como una desconfianza desmedida, digo en nuestro caso, en la gracia, que equivale a tentar a Dios. Guárdame Dios para ser fiel. Amados, alguna responsabilidad tenemos con la suerte final de los hombres.

Eze. 33:17-20

"Dirán los hijos de mi pueblo: No ese recto el camino del Señor". Por dos veces cita palabras de ellos donde acusan a Dios diciendo que el camino que ellos llevan es mejor que el Suyo. ¿No conoces a gente que son libres pensadores y están en desacuerdo con Pablo y con Cristo? ¿Y no hay quienes dicen que actualmente no se puede practicar el cristianismo, que es muy difícil amar a los enemigos, perdonar, no mentir, oponerse al aborto, al divorcio y no vivir en fornicación? ¿No serán rectos tus caminos? Los caminos del Señor sí son rectos, los tuyos son los que son torcidos (18:25; Jue. 5:6; Pro. 2:15).

Eze. 33:24.

“Uno solo era Abraham y poseyó la tierra”; las vanas deducciones que sacaban los que se quedaron con Gedalías, y seguían sin arrepentimiento. ¡Cómo uno suele sacar lecciones y consuelos que no se les aplican y se engaña con la misma Escritura! Y eso a veces lo repiten ingenuos evangelizadores que consuelan a dolientes y atribulados, con promesas que son para los hijos del reino y no para los extraños.

 

Les gusta la música y las canciones

Eze. 33:31-32

“Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra”. 

Un cantante cuya voz y la música son apreciadas, pero no lo que dice, la melodía y las palabras, pero no el contenido de lo que canta; así de ese modo el pueblo no presta mucha atención a lo que el profeta dice sino a la manera en que predica. Se deleitan en la armonía de su voz, la elocuencia de sus discursos, lo correcto de sus expresiones, lo magnífica de su dicción y la cadencia de sus palabras, pero sin prestarle interés a la excelencia de las doctrinas que enseña. Se marchan con no más impresión que si hubieran asistido a un concierto de música o hubieran sido deleitados por algún cantante y que además toca bien su instrumento y la música de su canción de amor. Son amantes de la música. El evangelio verdaderamente es una “canción de amores” como puede traducirse, que habla sobre el amor de Dios, el amor de Cristo y la voz del predicador es como un encanto para aquellos que lo entienden, pero para otros es sólo una canción, voces y nada más. Se deleitan en sus sermones y cómo los predica, pero no reflexionan en sus contenidos, oyen las palabras, pero no la aplicación a sus vidas” (John Gill). Los sermones bonitos suenan más bellos que cualquier instrumento musical. Deja de tocar en el piano, arrincona la guitarra, déjame oír lo que están predicando que me encanta.

Eze. 34:1-5

"¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos!". Algunos de nosotros no nos sentimos reprendidos por esas palabras porque no hemos buscado despojar el rebaño de sus posesiones. ¿No los hemos alimentado con grosura tuya, con pan del cielo? Estos pastores eran los gobernantes, los malos gobernantes que esquilmaban la población. Los falsos profetas, sacerdotes, los escribas y fariseos que sólo pensaban en sus salarios y no en el bienestar de aquellos de donde lo recibían. Mire en el v.4 la agenda de trabajo de un pastor, pero vuelta al revés dentro de un reproche. Ese es el trabajo pastoral que Dios pide a sus ministros. De aquellos que no trabajan así y “cuyo dios es el vientre” se ha de deshacer el Señor (v.10). Lobos vestidos de ovejas. Huid de sus rebaños, ovejas del Señor.

Eze. 34:11, 12

"He aquí yo mismo iré a buscar mis ovejas y las reconoceré". Dispersas por todos los continentes, pero él sabe dónde viven, qué hacen, cómo se llaman, porque son sus escogidos y él es omnipotente para congregarlas de nuevo. Es Dios quien termina con las diásporas. Si uno no hace el trabajo bien hecho el Señor lo hace; muchas ovejas morirán, otras se extraviaron para siempre, pero Dios cuida a su pueblo y él permanece. Oh Señor tú eres un buen pastor, la destrucción de tu pueblo no es definitiva (vv. 11-16). Tú miras la iglesia como pueblo, tu propósito para ella está por encima del que tengas con cada uno individualmente. Millones de judíos han muerto por su pecado pero Israel existe. Señor no te pido que corrijas mi indolencia solamente, sino que me ayudes en mi trabajo y lo que no hago bien hecho, por favor Señor hazlo tú y quedará mejor.

Eze. 34:17, 20, 22

"Yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos". El Señor atiende a los pleitos que hay entre oveja y oveja, cuando una abusa de la otra, y él se encarga de hacer juicio. Las que juzgas gordas ahí en el v.16 son los príncipes. Entre débiles y fuertes, saludables y enfermas, ricos y pobres, víctimas y abusadores. El Señor sabe quién es quién y quien tiene la razón y quién la pierde, en qué consiste el caso y lo que se merece cada uno, si castigo, multa o reclusión.

Eze. 34:17-24

"Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará". Este buen pastor prometido es el Cristo, el Rey de los judíos, el Príncipe. Todavía Israel no lo ha reconocido como tal, pero él será.

Eze. 34:28

“Habitarán seguros y nadie los atemorizará”; ¿entonces? ¿Con armamentos modernos? ¿Con mejores armas que sus enemigos? 

Eze. 35:5

“Tuviste enemistad perpetua”; o escondida, o loca. ¡Siendo la vida tan corta! Comenzó con Esaú hacia Jacob y continuó sin interrupción dentro de sus descendientes.

Eze. 35:10

"Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y tomaré posesión de ellas; estando allí Jehová". Puede referirse a la propia, Idumea e Israel o a las dos tribus, Judá e Israel.  ¿Crees que podrás pasar por encima del cadáver de Jehová?  (48:35; Sal.48:1,3;132:13,13). ¿No estarás luchando contra Dios?  (Hch. 5:39). Todos los enemigos de Dios están bajo tierra, el tiempo y el olvido los ha sepultado. ¿Crees Edom que a ti no te alcanzará esa misma desgracia? ¿Aunque has pecado, escapaste, y no pagarás las consecuencias de tu maldad? Si el juicio ha comenzado por la casa de Dios ¿no llegará ti? (1 Pe. 4:17). Oh, mundo, te haces vanas ilusiones con la iglesia donde está Dios (v.10); donde está Dios tu victoria no será definitiva, a la postre, serás echado afuera porque lo que es de Dios siempre será de Dios; las puertas del hades no prevalecerán contra ella. Señor castiga tu pueblo, pero no lo destruyas. 

Eze. 35:15

“Edom te alegraste sobre la casa de Israel porque fue asolada”. Es un pecado grave gozarse cuando un hermano por su pecado es castigado y sufre.

Eze. 36:2- 5

"¡Ea!, también las alturas eternas nos han sido dadas por heredad" “las alturas eternas han pasado a ser posesión nuestra” (Ge. 49:26). El diablo como los antiguos edomitas, alcanza victorias sobre la iglesia y sus “antiguas” o “eternas” doctrinas, pero no son definitivas, las alturas eternas tienen que devolverlas; su gozo no durará; el amado hijo de Dios llevado por la carne a la provincia apartada tiene que regresar y el profeta desobediente vomitado por el pez a tierra. Podrá manosear, deformar y tergiversar las antiguas enseñanzas del evangelio y contaminarlo con herejías, “os han aplastado por todos lados” (LBLA), hasta el día en que el Señor reclame su posesión y los collados antiguos sean redescubiertos y venerados por todo el mundo.

 

Mejor hoy que ayer

Eze. 36:9-11

"Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados. Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas. Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová". A menudo, Señor, pienso y me pregunto ¿podré volver a ser lo que fui, tener lo que tuve, amar con el primer amor, tener una justicia como la que tuve después de mi regeneración, sin mancha? ¿O los asolamientos que ocasiona el pecado son eternos? Veo Señor, que algunas cosas se pierden para siempre, otras se recobran, pero las que tú nos das son mejores. Los judíos morarían en el mismo lugar antiguo, pero ellos no serían los mismos, ni las cosas serían ya más las mismas. Bien nosotros o lo que teníamos, o éramos antiguamente, no éramos ni eran tan buenas ya (v.17) porque las perdimos y no supimos retenerlas. Al perderlas el Señor nos hará mejores y a ellas las cambiará por otras de más valor, cuando miremos melancólicos nuestro pasado extrañando lo que teníamos, no quieras que el Señor te devuelva lo que tuviste, pide cosas nuevas, en ti mismo y en lo que posees. Si lees más adelante, el Señor dice que las hará mejores (v.26), y tendrán más de lo que perdieron. Nota como se habla de multiplicar (vv.10, 11). No pongas los ojos en la multiplicación, sino primero en tu corazón, no como el que antiguamente tuviste, porque no podrás retener tampoco lo que nuevo te dé; no apetezcas una posición para la cual no estés preparado, no ores porque te restituya la posición sino para que te de un nuevo corazón (Job 42:10-17). Oh Señor que nuestros días postreros siempre sean mejores, que aprenda que perder es necesario para mejorar. 

 

Él nombre de Dios es más importante que el nuestro

Eze. 36:19-23

"Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido.  Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos". 

¿Este es el pueblo usurero, opresor y derramador de sangre, y que comete adulteríos ? Eso fue. No se refiere a que el pueblo una vez en la diáspora o destierro haya continuado viviendo apegado a los ídolos o profanando moralmente el nombre de Dios; si por un tiempo fue así y siguieron siendo los mismos, luego todo cambió (vv.25,29). ¿Cómo podrían profanar el nombre de Dios con inmundicias e idolatría entre otros pueblos idólatras e inmundos? El v.20 contiene el meollo del asunto. Es cierto que cuando pecamos con los mismos pecados de otros, se asocia a nuestro Dios con el dios de ellos, no se ve ninguna diferencia; se obstaculiza la salvación de esos pueblos porque no ven razón para cambiar de una religión para otra. Pero también no sólo por el juicio moral que esos idólatras e inmorales hagan sino porque el pueblo de Jehová no debe ser un pueblo derrotado. Para aquellas naciones que el dios de cada pueblo fuera fuerte era algo importante porque habría de ser el dios de los ejércitos, de las batallas, de la prosperidad y preservación nacional. Aquellos pueblos no les importaban tanto tener un dios inmoral si era fuerte, si no era débil; Jehová se identifica como fuerte (Ex. 20:1-5; Isa. 1:24; 1 Sa. 17:45; Num. 21:14). Es cierto que nuestro Dios debe ser fuerte, que pelea y se defiende por sí mismo, que el pueblo asociado a él no debe estar derrotado. En el Nuevo Testamento es menos importante un dios guerrero que un Dios moral; las guerras de Jehová son mayormente espirituales. Dios es poderoso por otras formas; para perdonar, redimir, convertir, resucitar. Un Dios fuerte y santo. Señor ayúdanos a pensar así de ti, que no te concibamos como los paganos.

 

Te conviene saber cómo Dios te ama

Eze. 36:22-32

"Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.  No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel". 

Oye eso, corazón ingrato y orgulloso, hay diferencia entre el objeto del amor de Dios y su razón. Tu eres el objeto y te ama, pero la razón última de su amor está en sí mismo y no en ti, ¿no te das cuenta que no es por méritos que somos amados? La última razón por la cual eres bendecido no eres tú ni tu necesidad sino él mismo. El amor de Dios es teocéntrico. Tú existes para él y no él para ti (Col. 1:16). ¿Te desilusiona saber eso? Entonces es que no entiendes el amor divino. Mucho mejor es que él nos ame de ese modo antes que por razón de nosotros. Si Dios nos ama por razón de sí mismo, su amor es inagotable, no hay temor de que algún día cese y eso significa que es incondicional, no tendrá variación cuando nosotros cambiemos. Si fuéramos infieles, él permanece fiel, no puede negarse a sí mismo (2 Ti. 2:13). Cuando el Señor nota que las gracias que nos ha dado para comunicarse con nosotros han fallado, él no se detiene para seguir amándonos y nos suministra más de ellas. Nuestros pecados nunca podrán cancelar el amor que nos tiene. ¿Quieres ser amado por ti mismo, por lo que eres? Eso es imposible, ¿cómo Dios amará a criaturas que nacen con una naturaleza pecaminosa, escogen vivir en pecado, se ríen de él y no quieren oírle? Por eso vino Cristo para que podamos ser amados en una posición posible, para que podamos ser amados por razón de la gracia en nosotros mismos, cuando nos hace aborrecer el pecado y somos nuevas criaturas conformes a la imagen de su Hijo. Entonces, nos ama por razón de sí mismo en nosotros mismos porque somos como él. Oh Señor, vuélvenos a tu imagen y semejanza, danos un corazón nuevo y un espíritu nuevo que ame lo que tú amas, aborrece lo que tu detestas y elige lo que tú eliges. 

 

Imagínate tu resurrección 

Eze. 37:1-14

“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.  Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová”. 

Esta visión es dada para alentar a Israel que se consideraba muerto y sin esperanza, destruido del todo (v.11). El propósito principal de la visión es hacer que el pueblo tenga fe en la palabra de Dios y que confíe en que lo que se le ha prometido ocurrirá; habrá una resurrección, si es el caso que ellos se consideran muertos. Mientras la palabra va siendo pronunciada, Israel va resucitando; no “en un abrir y cerrar de ojos” sino poco a poco, pero hacia delante. En este texto, la visión de la resurrección no es lo principal como he dicho, sino la palabra profética, pero, sin embargo, como sucede con otros asuntos, el Señor revela más de lo que la circunstancia requiere y se muestra “la esperanza” de Israel. No es casual que a veces en la Escritura Dios para levantar el ánimo de su pueblo le hable sobre la resurrección, para que los suyos, cambiando el sentido del enfoque de las cosas, las vean distintas. Cuando Pablo habla a los tesalonicenses entristecidos les menciona la resurrección “para que no os entristezcáis como los que no tienen esperanza” (1 Te.  4:15-18). La visión de Ezequiel es muy elocuente y sin duda por esa razón, para que el pueblo tan desanimado pueda imaginarse como tendrá lugar la resurrección, si es que de huesos secos ha de partir. Ellos se moverán, se organizarán en forma de esqueletos, vendrán los tendones, luego los nervios, la carne y por último el aliento de vida. Israel sólo necesitaba fe en el futuro para mirar lo que Dios le había prometido y esperar que ocurriera como él lo había dicho. Oh amado Señor, danos fe en tu palabra para esperar que nuestros huesos resuciten. ¿Nos destruirá la muerte para siempre? ¿Iremos, Señor, a nuestros sepulcros para jamás salir de ellos? ¿Nos consumirá la tierra, seremos disueltos en ella con carne y aliento como si jamás hubiéramos existido? ¿Nos haremos otra cosa, una flor, una raíz, nada, hedor, en un ciclo biológico sin fin? ¿Sólo seremos mutaciones y transformaciones, viviendo y reciclándonos en otras formas de vida sin llevar conciencia jamás de ninguna otra? Oh Señor, si los muertos no resucitan es vana nuestra fe, vana nuestra predicación, vano todo lo que hemos hecho y como hemos vivido; mejor fuera entonces que digamos: “comamos y bebamos que mañana moriremos” (1 Co. 15:32).  Es mejor entonces hacer todo lo que queramos, sin freno de ningún tipo, antes que nos hundamos en un mundo sin placeres ni sensaciones; vivir para nosotros mismos y no para ningún otro ni para nada. Sin resurrección, ¿no serían ridículas las virtudes, tontos los heroísmos, debilidad los sentimientos humanos, locuras los derechos, vanidad de vanidad? Si no hay resurrección el concepto del bien y del mal es una creación humana, una invención hecha por conveniencia para defendernos los unos de los otros. Oh Señor Jesús, danos fe en tu palabra para creer que tú eres la resurrección y la vida, que el que haya muerto en ti resucitará, que nuestros huesos se reunirán de nuevo, que tendremos tendones, nervios, carne y hálito, que podremos recuperar lo que la muerte nos quite. Fe en tu palabra para que ya sea en mil años o mil millones volveremos a ver este planeta y a contemplar tus hermosuras. Amén. 

Eze. 37:25-28

“Mi siervo David será su príncipe para siempre…cuando mi santuario esté en medio de ellos”.  Cuando ellos reciban a Cristo como el Mesías y por medio del evangelio él reine, como un santuario estable, en ellos para siempre.

Eze. 38:2

(Ge.10:2; 1Cr.1:5). Tiene varias posibilidades de explicación. Quizás los turcos y luego un tipo del anticristo, de quien Antíoco Epífanes de los seléucidas es uno. Un título parecido al de Faraón en Egipto (JFB). Se les identifica también con los escitas (Col.3:11), una tribu nómada proveniente del Cáucaso, dedicada al pillaje, que no se lavaban nunca con agua, bebían la sangre de su víctimas, sus entrañas y hacían pañuelos con sus pieles (ISBE). “Ros”; escitas en Crimea. La moderna Rusia puede ser indicada, como Moscú de Mesec, y Tobolsk, antigua capital de Siberia, hoy pertenece a Rusia, de Tubal. Es muy difícil asegurar cualquiera. La profecía está bien escondida en nombres alegóricos. “Original de Escitia al norte de China quien traerá mucha gente del Mar Negro y Mar Caspio y también de otras partes del Asia Menor; y los turcos para algunos intérpretes que dicen que se trata del rey del norte (Dan. 11:44; Gill). 

Eze. 38:10

"En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento". Oh Dios, tú sabes lo que el último hombre en el último siglo ha de pensar, los planes que hará, los pecados que cometerá.

Eze. 38:16

"Te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti oh Gog". Gog, alto es su nombre, invadirá la iglesia y la despojará. Quizás los siríos , los turcos, el anticristo, porque es "para los últimos días". Muchas veces Israel ha sido invadido y tomado por el enemigo por lo cual la profecía se ha cumplido muchas veces hasta que tenga su cumplimiento total en la venida del anticristo. Hacemos bien en estar atentos (vv.17-23); se parece mucho a la batalla final. Gog significa tinieblas en lengua sumeria; también se asocia a un lugar al norte de África. Se piensa que su nombre común para los reyes del Asia menor, o los Seléucidas, que ofendieron a los judíos en tiempos de los Macabeos, el principal de los cuales fue Antíoco Epífanes, que se supone que fue principal y especialmente designado como un tipo del anticristo. Señor danos fe en las profecías (v.17), porque tú por medio de muchos anuncias lo porvenir.

Eze. 39:9,12

“Siete años”; un número simbólico que denota la purificación o limpieza de la tierra (v.12,14; Num.19:11). Esto tiene un parecido a Isa. 2:4;9:5.

 

A menos Espíritu Santo menos vergüenza 

Eze. 39:26-29

"Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor". 

La palabra también significa desgracia y deshonor. Esta es una época de desvergüenza, los pervertidos sexualmente se organizan como en sindicatos para exigir la aprobación, legalización y expansión de su desviación común como si fuera un derecho humano, justo; quieren que se les reconozca, permita la práctica pública de sus sodomías. Hombres y mujeres escriben y hablan ante las cámaras de televisión sobre sus vidas íntimas y perversiones, con la frente tan alta como si fueran virtudes. ¿Por qué tanta desvergüenza?, porque todo eso se hace por la ausencia del Espíritu Santo en el mundo. Mientras menos influencia del Espíritu Santo haya en la sociedad, menos vergüenza tendrá la gente. La política, la tecnología, la educación secular, la debilidad de la religión, han contribuido a desplazar al Espíritu Santo. Ese es el origen de la pérdida del carácter sano; del porqué ser alcohólico, usar drogas, fornicar, adulterar que se juzgan como enfermedades o algo así; y en las entrañas de todo eso se encuentra el relativismo filosófico del momento, y por eso no se avergüenzan. Los movimientos cristianos en sus luchas por recolocar la moral judeo- cristiana en su lugar podrán tener algún éxito pero el restablecimiento del sentimiento de vergüenza en la gente ha de provenir, ha de venir junto con el renacimiento del concepto de pecado, contra Dios, contra el prójimo, contra el cuerpo, contra la familia, contra la sociedad, contra la tierra, por medio de un gran avivamiento del Espíritu Santo dentro de la iglesia; eso es lo que hará que el mundo también sea transformado, se mire desnudo y se avergüence. Este texto es precioso para reflexionar en el Espíritu Santo y la moral.

 

Ezequiel 40-48 (resumen de su contenido, John Gill)

 

“El tema de los últimos capítulos de Ezequiel, 40-48 es el establecimiento del reino de Dios. esto es expresado mediante una visión en la cual no sólo se muestra el templo sino el sacerdocio reformado, la reorganización de los servicios, la restauración de la monarquía, una nueva designación del territorio de Israel, gente nueva, y como consecuencia la fertilidad y difusión sobre la tierra. El retorno de Babilonia fue el principio de todo, pero sólo el principio, como un emblema del reino de Cristo sobre la tierra y en el cielo. La visión debe ser estrictamente vista como “simbólica” con los símbolos usados dentro de la ley mosaica. Esas ordenanzas tenían en sí misma un significado oculto. El tabernáculo como una tienda central entre todas y después el templo en la capital significaba la presencia de Dios entre ellos. El sacerdocio enseña la mediación entre Dios y su pueblo, la monarquía la soberanía de Dios, el pueblo los santos de Dios y el territorio su herencia.

“Es posible que esta visión haya sido vista en el año del jubileo (40:1). El templo y la ciudad estaban en ruinas, pero a Dios le agradó de este modo a revivir la esperanza del pueblo. Un examen de la visión demuestra la insuficiencia de la explicación que dan algunos que Ezequiel dejó un modelo para que en el futuro el templo fuera por él edificado y sus servicios restaurados. No sólo este proyecto nunca se llevó a cabo, sino que además era imposible. El tamaño de la tierra no permitiría las medidas dadas en 48:10 con una separación de una milla cuadrada, rodeada por un territorio con 16 por 40 millas. El rio, aunque conectado a la corriente principal al templo (47) es completamente ideal y la distribución de las tribus tampoco es compatible con la historia o con la geografía.

“Los detalles mínimos de la visión se deben a que la esencia de ella permite así al vidente que la tiene enfrente, tener un cuadro completo ante sus ojos. El número de las figuras usadas tienen su significado. El número simbólico del templo de Salomón es repetido por Ezequiel. El cuadrado o el cubo era entre los hebreos una figura perfecta. Así el templo como en el real es el ideal con una medida de 100 codos cuadrados.

“La mayoría de los lectores cuando llegan al capítulo 46 se sorprenden del poco número de servicios y con la omisión de uno de los más grandes festivales (46:25), el Gran Día de Expiación. Si se fuera a seguir al pie literal de la descripción ese detalle es un problema. La visión intenta dibujar la adoración celestial del reino de Cristo, cuyo sacrificio se efectuó una vez en la cruz”.

 

Eze. 40:1-6

"Me llevó allí, has sido traído aquí". Nota que es llevado, en visiones, el ángel le dice que lo trajo (v.4) a Israel, pero él no se movió de su lugar, ni su alma se separó de su cuerpo como si hubiera emprendido un viaje astral.

Eze. 41:3

"Y pasó al interior, y midió cada poste". Mira la atención divina que se le dará a un simple poste; ¿la tendrá menos con aquellos que son columnas en la casa de Dios? (Ga. 2:9; Apc. 3:12).

Eze. 41:8

"Y miré la altura de la casa alrededor". Este hombre además de profeta tiene un gran interés en la arquitectura. ¡Cómo Dios escogió a uno apropiado para darle esta visión!

Eze. 41:17

"Tomó medidas". No hubo nada que no fuera medido; así es importante que seamos medidos por el Señor y alcancemos la medida de la estatura de Cristo (Efe. 4:7,13). La iglesia es una obra de arquitectura y arte.

Eze. 41:18-20

"Entre querubín y querubín una palmera y cada querubín tenía dos rostros". Estos querubines son seres raros, emblemáticos, lo mismo pueden mirar humanamente que de modo terrible. Aparece uno custodiando el jardín de Edén (Ge. 3:24). Ahí es un ángel, lo mismo que los que miraban el propiciatorio (Ex. 25:18-20). En lenguaje político se le concibe como si fuese un corcel (Sal. 18:10). Ellos y las palmeras simbolizan el cielo. Cuando lleguemos a Dios, veremos las cosas más hermosas y extrañas del mundo, las cosas que ojo nunca vio ni oído oyó, ni han subido a corazón de hombre, cosas que no le es dado al hombre expresar (1 Co. 2:9; 2 Co. 12:4). Dios mismo tiene que tener una hermosura indescriptible que arropa todas las bellezas de la creación de donde salieron todas ellas. Dios hizo el mundo bello porque él es bello y lo refleja. El pecado lo ha afeado. Lo más bello que tuvo el Edén fue la pareja que comía del árbol de la vida, la palabra de Dios. La humanidad volverá a ser hermosa si se dispone, con apetito, a comer el evangelio. Cuando se saque definitivamente el pecado del mundo, ese volverá a brillar y reflejar la gloria divina. Cielos nuevos y tierra nueva.

Eze. 42:14

"Cuando los sacerdotes entren, allí dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas, y se vestirán otros vestidos, y así se acercarán a lo que es del pueblo". El Señor Jesucristo hizo lo mismo, se despojó de su gloria para acercarse a nosotros, se vistió con nuestra naturaleza humana, para estar cerca de nuestras debilidades humanas y de nuestros pecados con los cuales venía buscando relación para extraerlos desde nuestros corazones y carnes y llevarlos consigo a su cruz. No lo desestimes porque lo veas pobre, humilde, sin parecer en él ni hermosura, desfigurado su rostro. Él es el Príncipe de gloria. ¿No hallo también una lección de sencillez? Señor que yo te ame y te honre en el estado de mi salvación. ¿No subiste al cielo y eres mi sumo sacerdote? Ahora vives para interceder por mí (He. 7:25).

Eze. 43:4 ,5

"Y he aquí la gloria de Jehová llenó la casa". La gloria de Dios entra a la iglesia por la puerta oriental que es Jesucristo y la llena toda resplandeciendo en su rostro (2 Co. 4:6).

Eze. 43:8

"Mediando sólo una pared entre mí y ellos". ¿Cómo un hombre y un pueblo puede estar tan cerca de Dios y ofenderlo tanto? Es que no creían que lo tenían cerca, ni lo sentían a poca distancia tampoco. Cuando la realidad de la presencia divina desaparece los hombres pecan y esa realidad depende de la fe y la comunión personal con él. No es una filosofía lo que hace al hombre ateo o carnal, es su pecado. Señor que yo no pierda el sentido profético de tu presencia (1 Re. 17:1; Hch. 10:33).

Eze. 43:10-12

"Y avergüéncese de sus pecados y midan el diseño de ella". ¿Qué beneficio espiritual podría hacerle a un pueblo afligido en la deportación e incrédulo, los planos arquitectónicos del nuevo templo? Es que el pueblo fue creado alrededor del tabernáculo, primero cuando iba por el desierto y luego hizo su existencia civil y política alrededor del templo. Adoraba hacia él (Sal. 5:7; 28:2; Je. 7:4-15). La destrucción del templo sería como la aniquilación de su historia y existencia. En el Nuevo Testamento, la segunda venida de Cristo y la destrucción del templo aparecen en un mismo sermón de Jesús (Mat. 24). Para ellos la destrucción de su templo equivalía a la destrucción del mundo, porque el mundo giraba alrededor del templo; y ese templo fue una sombra de Jesucristo; el mundo debe girar alrededor de Jesucristo y la destrucción de todo lo que tiene que ver con Cristo es la destrucción del mundo. Aquel templo era una sombra del cuerpo de Cristo y de la iglesia (Mt. 12:6; Jn. 2:19). Cuando adoramos en Cristo adoramos dentro del templo, y estamos en la misma presencia de Dios. El mundo se está destruyendo cuando las iglesias y el cristianismo se están destruyendo.

Eze. 43:17

"Y sus gradas estaban al oriente". La parte este del templo era la más importante. La parte este del mundo es la más importante. La solución viene del Este; de los judíos, o sea, Cristo (Jn. 4:22).

Eze. 44:2

"Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre porque Jehová Dios de Israel entró por ella". Esas son cosas del Antiguo Testamento cuando Dios enseñaba a su pueblo a hacer diferencia entre lo profano y lo sagrado, entre lo divino y lo terrenal. Dios no necesita una puerta para entrar, pero así les enseñaba que él se hallaba adentro y que allí podían hallarlo cuando oficiaran sus sacrificios e hicieran sus oraciones. Oh Dios tú que ves en secreto, óyenos (Mt. 6:4,6,18).

Eze. 44:6-9

"Basta ya de todas vuestras abominaciones, de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne para estar en mi santuario y para contaminar mi casa". ¿No ves lo bajo que cayó la religión? Empleando gente incapacitada espiritualmente en puestos sagrados; no convertidas. Decían: "No importa, son buenas personas, ellos pueden hacerlo. No son trabajos difíciles ni tan importantes". No, los trabajos en la casa de Dios tienen que ser hechos por los que Dios llama. Hoy lo que asusta es la gran cantidad de gente no convertida por el Espíritu Santo que forman parte de la membresía de la iglesia, reemplazan a los santos como maestros, diáconos y predicadores. Eso es una abominación. Lo maravilloso es, y nosotros no lo sabíamos, que para adorar y servir al Señor en su templo es necesario ser traído por la gracia y dejar de ser "extranjeros y advenedizos" (Efe. 2:19 y nadie debe tomar para sí una honra que no se le ha dado (He. 5:4).

 

Que baje algunos escalones

Eze. 44:10-16

Y los levitas que se apartaron de mí cuando Israel se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos, llevarán su iniquidad. Y servirán en mi santuario como porteros a las puertas de la casa y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para el pueblo, y estarán ante él para servirle.  Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por tropezadero de maldad; por tanto, he alzado mi mano y jurado, dice Jehová el Señor, que ellos llevarán su iniquidad.  No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron.  Les pondré, pues, por guardas encargados de la custodia de la casa, para todo el servicio de ella, y para todo lo que en ella haya de hacerse.  Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la sangre, dice Jehová el Señor. Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas”. 

 

"Los levitas que se apartaron, servirán en mi santuario como porteros y como sirvientes" (v.11). Señor, los que menospreciaron un día tu servicio, no deben ocupar de nuevo la misma posición; pudieran trabajar en tus cosas, pero no en aquellas más dignas que una vez tuvieron. Generalmente decimos "ya se ha arrepentido, démosle una oportunidad". Y como fue una persona útil antes de convertirse en un infiel solemos preguntar "¿quién otro mejor que él para esa función?"; y lo designamos para el puesto que abandonó.

El Señor dijo que aquellos levitas que se habían vuelto idólatras, negando la fe que una vez tuvieron, debían cargar la iniquidad de ellos, quiere decir, expiar el pecado que cometieron; y eso se hace si se les degrada, si se le somete a una exterior humillación no permitiéndoles que funcionen en la misma posición que abandonaron (como a los individuos presos). Dijo que llevarían su "vergüenza y todas las abominaciones que hicieron" (v.13).  No se trata de si un hermano o hermana peca restituirlo "al cargo" que ocupaba para de ese modo ayudarlo espiritualmente. No se le ayuda de esa forma; para que se recupere uno que ha dejado su lugar es ponerlo en uno más bajo, someterlo a la humillación de un servicio inferior para que los demás lo miren y le de vergüenza y sienta moralmente haber menospreciado lo que tuvo. Eso no es falta de amor, es sabiduría en la recuperación espiritual de uno que ha caído. 

Si lo que se quiere es darle la membresía en el grupo a uno que siendo levita se hizo idólatra, que siendo diácono se rebeló contra su obispo, que siendo ministro amó más este mundo, se le puede poner en la misma posición que tenía cuando sirvió de escándalo; pero si lo que se quiere es recuperarlo espiritual y honrar la posición que dejó, no debe elevársele enseguida al puesto que tenía. La recuperación espiritual de un hermano o hermana pasa por una fase de humillación y debe expiar su pecado, sufrir por su causa.  Un poco de menos grados puede traer un poco más de gracia. Si baja algunos escalones.

 

Qué mujer debe ser la mejor cristiana de la iglesia

Eze. 44:22, 23

"Ni viuda ni repudiada tomará por mujer, sino que tomará virgen del linaje de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio". 

 

¿Qué mujer puede ser la esposa de un ministro? Aunque estos requisitos sacerdotales no se pueden aplicar estrictamente a la futura compañera de un pastor evangélico, vale la pena hacerles un poco de caso. No debe ser una mujer estándar, tiene que ser una criatura excepcional y una compañera ideal, un reposo para su marido y una cantera de ánimos.   

La esposa del sacerdote no debía ser una mujer divorciada, repudiada por su marido. Si ya otro no quiso o no pudo vivir con ella (o ella quiso, pero no logró serlo), ¿cómo lo hará un sacerdote? Si ha sido una buena mujer, pero ha quedado viuda, ¿quién garantiza que siendo una mujer formada (o influida) por otro hombre con sus costumbres, gustos y valores, no entre en conflicto con el santo ministerio de su nuevo esposo? Aunque hay viudas que son muy competentes y darían la talla, Jehová dice que no. Era mejor que el sacerdote no eligiera una viuda, excepto si ella había sido la mujer de otro sacerdote como él, que conociera su oficio y lo amara. Calvino se casó con una viuda y la amó mucho.

La mujer de un sacerdote debía ser santa y no traer a la nueva unión costumbres que su otro marido les enseñó, celosa de buenas obras, buscadora de la gloria divina, no amante de este mundo sino una señora piadosa, espiritual y con los ojos puestos en el Invisible y no en las vanidades del mundo (Isa.8:3) y a la vez como la mujer de Ezequiel es “el deleite de sus ojos” (Eze. 24:16). Discreta y guardadora de secretos, buena consejera para las jóvenes, respetuosa de su marido en público, que lo cuide sin ser celosa, que no sea avariciosa ni se crea mejor que las otras. Como el pastor debe ser el mejor cristiano de la congregación, su mujer debe ser la mejor cristiana de la iglesia.

                               

Eze. 45:20

"Para los que pecaron por error y por engaño, y harás expiación por la casa; me hizo pasar hasta las rodillas, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos". Aunque uno peque a sabiendas, que no debe hacerlo, que lo que está haciendo es malo, hay un elemento de engaño en el pecado y su padre el diablo engaña los sentidos (2 Co. 11:3; He. 5:14), y se cae en una equivocación. Por eso es que el Señor propone expiación por error y por engaño que originan el pecado. Señor bien tú sabes que puedo ser engañado, guárdame, porque sabes que soy débil (Sal. 39: 4; 2 Co. 12:10).

Eze. 46: 3,13

"Asimismo adorará el pueblo a la entrada de la puerta, en los días de reposo". ¡Qué deliciosos son los sacrificios matutinos! El cuerpo está descansado, la mente en reposo y el espíritu listo para adorar y recibir bendición en la soledad.

 

El mágico rio de la vida

Eze. 47:1-13

"Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande.  Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina". 

Primero tendríamos que identificar el rio. Si lo vamos a buscar en algún sitio le llamaríamos el rio mágico de la vida. ¿Creo en magia? Yo creo sólo en la magia de Cristo, la magia del Espíritu Santo, la magia de la Palabra de Dios. No es magia negra, ni blanca, es la magia del perdón, de la renovación, la magia de retornar a la vida el que esté muriendo, lavar al que se halle sucio, hacer brillar la esperanza en los ojos del que los tenga muertos, la de hacer caminar al inválido, hablar al mudo, limpiar lo inmundo. Ese rio del cual aquí se habla es Cristo. Oh judíos de la deportación, no lo visteis. Bienaventurados los que lo vieron y lo oyeron, aquel rio que bajó del cielo para alegrar la ciudad de Dios. 

Amado, si has llegado hasta aquí leyendo el libro del profeta, pienso que tomo la intención de su autor si te invito a que te sumerjas en el río de esta visión; oh qué rio, ¿has leído en algún sitio que exista un rio como éste? ¿Hay algún río con aguas, no dice sagradas, sino divinas, como éste? Dios le reveló al profeta que en el futuro templo que ellos edificaran, hallarían ese río; pero Israel nunca lo vio cuando retornó, no, hasta muchos siglos después, cuando Cristo vino al mundo, porque ese río es el Mesías que habría de morir para limpiar el pecado y la inmundicia del pueblo. De la aparición de ese fabuloso río hablan los profetas (Zac. 13:1; 14:8). A Israel no se le enseñó nunca que sus ríos eran sagrados o que eran sus dioses. No hay textos en su historia que digan que los judíos se bañaban en el Jordán para curarse de algo, ni que adoraran su cauce. Sus ríos no son ídolos, ni sus fuentes, ni sus estanques, ni sus pozos. Muchas veces ellos vieron el Jordán seco, pero no su profecía, no la palabra de Dios y quien la obedecía en fe era sanado (2 Re. 5:8-13).  No amado, pero sí se le habla de muchos ríos espirituales que representan sus promesas, la palabra de Dios, el derramamiento del Espíritu Santo. Este es uno. 

En Babilonia había muchos ríos junto a los cuales los israelitas se sentaban a llorar acordándose de Sion (Sal. 137:1); Dios les revela que cuando vuelvan se hallarán ese río maravilloso, mágico, inigualable, purificador, resucitador, como ninguno; el río de la vida. Sí, ese río es Cristo (Apc. 22:1, 2).  Un río muy bendecido por Dios. Cualquiera que se halle enfermo si nadare en él se sanará y si comiere de los árboles que rodean al río vivirá para siempre y hasta sus hojas son para sanidad de los enfermos, curan toda clase de dolores, achaques, epidemias. Yo creo que la visión contiene elementos que se aplican a toda la obra de la salvación de Cristo, especialmente a su sangre con la cual purifica al mundo.  El que pone sus pies en sus aguas le quedan limpios, el que mete sus manos se las purifica, el que lava sus ropas en ella se le quitan las manchas y viste de modo   en inmortalidad. Ezequiel no vio el rostro de Cristo, no miró su figura, pero se le dijo que un río vendría, que saldría del santuario y que daría vida en abundancia. Los que penetren en él, hasta la     altura que lo deseen, se purifican (vv.3-6) porque es el mágico río de la vida.

 

 

EL MEJOR MÁS ADELANTADO

Notas Sobre El Libro De Daniel

 

 

Introducción 

“El más temprano orden Hebreo, preservado en el Concilio de Jannia, incluyó a Daniel entre los Escritos entre Ester y Esdras-Nehemías. El orden del libro en inglés lo coloca entre Ezequiel y los 12 profetas menores. Los judíos de habla griega colocaron a Daniel como uno de los profetas mayores. El cambio refleja una reacción contra lo apocalíptico, con un énfasis sobre la porción profética y también como la tendencia hacia un arreglo cronológico del contenido. Daniel no es mencionado en el Eclesiástico (44-50) entre Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce (180 a. C.). La evidencia en otra literatura indica que el libro no fue citado antes de la mitad del segundo siglo antes de Cristo. No obstante fue conocido y muy apreciado desde la mitad del segundo siglo a. C. (135). Los Rollos del Mar Muerto, 1 Enoc y 1 Macabeos hacen clara referencia a Daniel. Josefo en sus Antigüedades, relata que Daniel fue mostrado a Alejandro el Grande (336-323 a. C.). Esto quizás y probablemente no el libro de Daniel en la presente forma sino el cuerpo del libro. La parte básica del libro se corresponde a la porción escrita en arameo.

Daniel es preservado con partes en hebreo, arameo. Los capítulos 1:1-2:4a y 8:1-12:13 (157 versículos) están escrito en el idioma hebreo. Los capítulos 2:4b-7:28 (199 ½ ) están en arameo. Se piensa que primero circuló en arameo y después fue traducido al hebreo. O también que un escriba que conocía mejor el arameo lo escribió en arameo en vez del hebreo que se usaba en el culto y era clásico. El arameo es el idioma popular y el clásico el del culto” (The Broadman Bible Commentary).

Ningún libro profético les pone nombre a los ángeles, excepto este que menciona a Miguel y Gabriel.

1.

Si alguien merece tributo y honor en este capítulo son los padres y los pastores de estos niños; y las instituciones sagradas donde asistieron y fueron educados, las familias y el templo donde se formaron; 1.5, 7. Niños, hermano, que a pesar de haber vivido en una sociedad que por castigo de Dios fue destruida, sus padres fueron nobles creyentes que los educaron bien en las doctrinas de Dios, ¿vamos a enseñarlos cuando sean adultos? ¿Es posible en una sociedad corrupta criar hijos sanos y santos, que estando lejos del hogar sean fieles y no se dejen absorber por el pecado en las culturas?

1:2

“Y algunos utensilios de la casa de Dios”; no todos (2 Re. 24:13); se quedaron las basas, las columnas, el mar, etc. (Je. 27:19). Deshicieron completamente el sitio y la adoración, pero no la palabra de Dios que quedaba escrita y la que llevaban en sus corazones.

Da. 1:4

"Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen perecer". En presencia de estos reyes no se podía ser feo o estar triste (Neh. 2:2); ni ser necio; cada uno procuraba tener en su porte lo más excelso. Esos atractivos externos no son requeridos por Dios, pero sí internos, jóvenes de incomparable belleza espiritual y versados en la sabiduría de Cristo, propios para estar en el palacio del Rey que es la iglesia y aptos para aprender si no la lengua de los caldeos sí “el idioma de Canaán” (Isa. 19:18). Barnes dice que el palacio se refiere al templo de sus dioses.

 

No eran religiosos por costumbres sino por convicciones

Da. 1:7

“A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego”. Daniel significa Dios es mi juez; Ananías, Dios es mi gracia; Misael algunos los identifican con Miguel que quiere decir que es como Dios, o que es Dios; y Azarías significa Dios me ayuda. Y fueron cambiados por Belsasar que significa el que esconde el tesoro de Bel (el dios babilónico); Sadrac significa padre tierno o mensajero del rey; Mesac posiblemente el nombre de un dios o diosa de los caldeos; Abed-nego es uno que adora a Nego y la palabra significa brillante o luminoso que puede referirse a algún astro como Venus, o "la estrella de la mañana"; o Lucifer. El propósito fue reprogramarles la mente a los muchachos y borrar de ella cualquier conexión con su pasado, familiar o religioso; es decir, convertirlos en otros y obligarlos, más que por una adaptación voluntaria a la cultura y sociedad babilónicas, a ser babilonios, les guste o no; desarraigarlos totalmente y hacer de ellos otra gente al servicio del imperio, y sobre todo lo dicho quitarles la fe en Jehová y sustituirles en sus corazones las enseñanzas del Señor por otras nuevas, paganas y diabólicas. Pero estos eran muchachos bien criados, bien educados por sus padres, que amaban a sus ancestros y no eran religiosos por costumbres sino por convicciones y el poderoso rey de Babilonia no pudo sacarles de dentro lo que sus maestros les habían puesto. Pudieron llevárselos, confinarlos, transportar los objetos de adoración, pero no deshacer la formación espiritual que tenían. Eran jóvenes inteligentes y santos. Y Dios, por supuesto, acompaña a esos tales jóvenes, que lo representan a él y no dejó que los que los tenían cautivos y disponían de ellos redujeran a cenizas sus cuerpos y convicciones. Pudieron como a José en Egipto, cambiarles el nombre y las ropas, educarlos en otra sabiduría, pero no desalojar a Dios y volver nada el propósito que el Señor tenía con ellos. Estos no eran jóvenes sexo maníacos puesto que eran continentes (eunucos), ni de discotecas, billares, vinos y cervezas, sino de libros, visiones del cielo y posibilidades de encumbrase.

Da. 1:8

"Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey". Dice Calvino que eso de las legumbres fue una estrategia para evadir comer la cena del rey. Gill dice que fue temporal porque como judío sí había comido carne antes y la comería después cuando se hizo importante en la corte (10:3); en ese texto reflexiona en la expresión "hasta que se cumplieron las tres semanas". Algunos autores creen que la razón por la que no aceptó los manjares reales, carnes y vinos, fue que provenían de los templos paganos. En ese caso era comida prohibida por la ley de Moisés, tal como cerdo, manteca, sangre; y vinos ofrecidos a su ídolo Bel. Calvino dice que para no involucrarse en el ambiente corrupto de los nobles. Lo cierto es que el mundo trataba de atraparlo y de un salto se puso fuera de su alcance.  Concédenos Señor, no contaminarnos con las inmundicias del mundo, no ya tanto con comidas y bebidas que tú limpiaste y las cuales no conforman el reino (Mr. 7:17-19; Ro. 14:17) sino las solicitudes que hacen nuestros apetitos pecaminosos.

Da. 1:9

"Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de jefe de los eunucos". Cuando tengas problemas con tu jefe, ora; y aunque no lo tengas, pide la gracia de Dios entre tú y él.

Da. 1:15

“Al cabo de diez días su aspecto estaba más rollizos que los de todos los jóvenes”.  El tiempo era corto y la dieta estricta pero no había comido para Dios (Ro. 14:6) y fue la fe y no la sustancia de los vegetales la que obró el milagro de la salud.

Da. 1:19-21

"En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos". No sólo saludables sino cultos, sino sin vicios, inteligentemente preparados, cristianos y profesionales; no es el líder cristiano un hombre inculto. Algunas veces hay padres que no estudiaron y familiarizan a los hijos con el trabajo, con el deporte, pero no con los libros. Aquellos muchachos estudiaron no para competir por un puesto sino para ser competentes ante Dios y para su gloria. Con ellos entraba Jehová en la corte, y la Biblia. El coeficiente de inteligencia es un don de Dios y él lo reparte como quiere, de modo natural o sobrenatural. Preparar hijos que puedan cabalgar sobre la verdad y la justicia e ir de triunfo en triunfo en vida y vocación. Amén.

Da. 2.

Daniel ascendió en un solo día a una posición de enorme influencia en la ciudad de Babilonia (vv. 46-48).

Da. 2:1-6; 29

"Y el rey les dijo: He tenido sueño y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño". Puede que por mucho tiempo el rey estuviera preocupado sobre el significado de su vida y lo que ocurriría luego que él estuviera muerto. ¿Qué pasará a mi reino? ¿De quién será todo? ¿Para qué me he aferrado y luchado tanto? (Lc. 12:20,21). Se puede decir que estaba bien orientada su preocupación para la salvación de su alma. Haces bien en la soledad enfrentar tu vida y lo que has hecho con ella, en relación con la muerte y lo que pasará a los tuyos cuando la pierdas. El rey entró en una crisis espiritual muy grande cuando se dio cuenta que los que lo habían orientado en su religión eran falsos, que sus creencias eran mentiras. Es por eso que su edicto parece tan drástico. Todo hombre debe chequear su religión antes de morir, someterla a pruebas, porque luego puede ser demasiado tarde. Oh Dios yo quiero morir creyendo sólo aquello que viene de ti y estar seguro de lo que pasará, no a lo que hice sino a mí mismo. Amado Señor ayúdame a no morir creyendo mentiras. 

Da. 2:5

“Y vuestras casas reducidas a escombros”; les quiso decir “se les acaba la buena vida y los corto en pedazos; procuren demostrarme que no me han estado robando con mentiras religiosas”.

Da. 2:9

“Decidme el sueño y os daré la interpretación”. ¿Sí, son ustedes estudiantes de los símbolos freudianos? Este sueño no tiene que ver con el subconsciente del rey ni con deseos reprimidos, cuando más con sus frustraciones, pero ni aun eso porque lo que vio fue historia. El sueño está organizado y claro, como un dibujo o una visión y una foto del porvenir. El diablo no les dijo a los magos lo que el rey había soñado porque no lo sabía y una mentira más podría complicar un tanto las cosas. Los falsos profetas de Israel solían decir “soñé, soñé” y era una mentira que vendían al rey, pero aquí es distinto. Hizo bien el pagano en no dejarse embaucar más y alabo su decisión de someter a la prueba de la verdad su religión o mejor dicho de sus parasitarios instructores que se negaron a que les verificaran sus prodigios. Hoy no sé de otra cosa mucho mejor que someter las supercherías al examen de la oración y la exégesis bíblica. 

 

Los mejores para acompañarnos en la oración

Da. 16-19

"Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo". 

Era imposible inventar una mentira y él no lo haría. Daniel tenía fe (v.19) ¿Cómo pudo estar seguro que Dios le respondería? Porque solicitó las oraciones de otros que eran sus amigos. Si uno ora sabe que Dios le oirá y si solicita la intercesión de otros, mucho más. Cuando hizo eso revelaba humildad, que él no tenía respuesta para todo, que en él no residía la sabiduría sino en Dios, que sus palabras serían las del Señor y no las suyas. Daniel tenía amigos que oraban, sus mejores amigos eran personas de oración, una amistad hecha compacta por la oración. Revelaba que Dios no le oía a él solamente sino a otros. Es magnífico que nuestros hermanos nos ayuden en oración (Ro. 15:30). No es igual que un hijo pida algo a su padre sino varios hermanos. Hay veces que por timidez no solicitamos esta cooperación. Los mejores para acompañarnos en la oración son los que se hallan en la misma situación, que están afectados por el mismo problema y nos aman. Necesitamos la oración de otros para conocer los misterios de Dios, para hacer su voluntad, para vencer la unidad diabólica entre la carne, el mundo y satanás, los conflictos. 

Da. 2:20-22

"Bendito el nombre de Dios de siglos en siglos porque él muda los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes". No sólo le dio al rey una interpretación, sino que además le reveló la historia futura ¿existe eso?, sí y tiene otro nombre: profecía. Nabucodonosor es el destinatario, pero la visión es para todo el pueblo de Dios. Para Daniel lo más importante no era revelar los acontecimientos de la historia, sino que Dios los supervisaba, los planeaba; y que el futuro de los pueblos se mediría por medio de los gobiernos que ellos tuvieran. 

La visión muestra reyes buenos y malos, monoteístas y paganos, pero todos ascendieron a la primera magistratura por la voluntad divina; no porque el carácter de ellos les complaciera ni porque estuviera de acuerdo a la política que desarrollaron, sino porque eso era lo que más convenía para el reino de los cielos. Detrás de un gobierno bueno o malo hay una razón teológica que, aunque a nuestros ojos no lo justifique, lo explica, sea un reflejo de lo que somos o una plaga que merecemos. Oh Dios, bendice nuestra nación. Un hermoso texto para meditar en lasoberanía de Dios

Da. 2:21; 37

“Quita reyes y pone reyes”. Incluye revoluciones, amargas y ambiciosas guerras, fanatismos, golpes de estado, asaltos al poder, mentiras diplomáticas, espionajes, violaciones de tratados, traiciones, asesinatos, elecciones populares y tontos y sabios votos democráticos. El drama humano tiene supervisión y el bien y el mal cooperan para hacer la voluntad de Dios, para castigar y perdonar. Los pueblos a veces merecen lo que consiguen, estrechas fronteras, corrupciones políticas, sus guerras y pobrezas cuando se niegan a mejorar con el evangelio sus culturas o lo expulsan de entre ellas. Las falsas religiones están galopando como jinetes apocalípticos dentro del panorama mundial y le tienen el ojo echado a la libertad con que Cristo hizo a occidente libre.

Da. 2:23

“Te habíamos pedido, nos has dado”; nota el plural, y es justo que hable así porque sus amigos lo ayudaron en oración, y no sólo darles las gracias por haber puesto de su fe sino darles reconocimiento ante Dios y los hombres.

Da. D2:25

“Arioc se apresuró a llevar a Daniel”; este Arioc no tenía ganas que mataran a Daniel y lo llevó corriendo por los pasillos para que viera al soberano.

Da. 2: 31-35; 44

"Estaba mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó". Mira que esa piedra que no procede de mano de hombre se refiere seguramente a Cristo, que habrá de destruir todos esos reinos mundanos. Daniel lo ve todo en conjunto, se le muestra todo de una vez. La idea de la soberanía de Dios es íntima al pasaje (v. 21). Dios ejerce su soberanía por medio de Cristo (Mt. 28: 16-20). Así establece su reino, por sí mismo, sin la mano o la ayuda del hombre. A Dios no hay que decirle como hacer las cosas, él no tiene que solicitar auxilio. Señor ayúdanos a mirar con fe a ti cuando vayas estableciendo tu reino.

Da. 3:1

"Nabucodonosor  hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos y la levantó en el campo de Dura". ¿Una estatua de su dios o de sí mismo? No, por las dimensiones que tenía, entre 90 pies de algo y 6 pies de ancho. “No es probable que esta imagen hubiera sido toda de oro; en ese caso hubiera requerido más oro que el hallado en toda la provincia de Babilonia. Supongo que los 60 codos perpendiculares hacían la altura y dando por sentado que los otros 6 se refieren al diámetro. Una columna con ese diámetro, suponiendo que fuera circular, suponiendo que fuera de 5725 ½  pies cúbicos y como hay 19000 onzas en un pie cúbico el peso de todo el pilar sería de  8 millones 262 mil 806 libras y 10 onzas de oro” (Clarke). Este incidente según notas al margen puede ser colocado después de su humillación (4:33-36). Parece que no se convirtió con la interpretación de su sueño. La verdad por sí misma no convierte, sin la misericordia de Dios. Necesitamos para nuestras clases y sermones, al Espíritu Santo.

Da. 3:2

"Y envió el rey Nabucodonosor que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores". Los que nuestra versión traduce oidores, son los jueces o los astrólogos. Gente económica y políticamente especial. Quizás buscaba una unificación religiosa.

Da. 3:11

"Y el que no se postre y adore sea echado dentro de un horno de fuego". Estos hornos eran usados para quemar piedras con el objetivo de obtener cal. Se ve que él no buscaba proselitar el imperio sino unirlo políticamente a través de la adoración de una estatua impresionante. Esa clase de castigo los judíos padecieron.

 

Los jóvenes dijeron que no tenían que pensar el asunto

Da. 3:15-18

“Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?  Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado". 

Estaba dándoles una oportunidad más para que apostataran; pero se encontró con unos jóvenes endurecidos, caprichosos, testarudos, pero en unas palabras mejores, con jóvenes decididos y con principios religiosos. Sí, si tú buscabas dentro de la salvación de aquellos tres muchachos hallabas que la fe de ellos era sólida porque tenían una esperanza celestial, pero también porque los habían educado de una manera que no estaban preparados para retroceder. Se puede decir que tenían profundidad, que tenían raíz; la palabra había caído en sus corazones y calado hasta lo más hondo de ellos. Una cosa que azora del cristianismo moderno es su superficialidad y especialmente se nota en una gran parte de la juventud. La regeneración o nuevo nacimiento que dicen haber experimentado no es algo profundo, no penetró hasta donde los psicólogos dicen que llega, la subconsciencia. Por la Biblia aprendemos que ese cambio, esa transformación tiene que ir acompañada por el establecimiento de un fundamento, como diría Pablo. Cristo también mencionó al final del sermón del monte que la salvación tiene que tener un fundamento sobre la roca. Ese fundamento son los principios por los cuales vivir, a los cuales responde la práctica de la fidelidad, el buen testimonio, la vida cristiana.

Mi pregunta es ésta: ¿Estamos aprendiendo y enseñando una religión con principios? O todavía más importante: ¿Tiene nuestra esperanza de la vida eterna principios, nuestra salvación, nuestro perdón, nuestra fe? ¿Hemos recibido la gracia de Dios con principios religiosos? ¿O el Espíritu Santo nos concede sus frutos y dones sin principios algunos? El amor, el gozo, la paz, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza, ¿no descansan sobre ningún principio? ¿O esas cosas en sí mismas las tenemos como lo que norma la vida en Cristo?

Nota como aquellos jóvenes no aceptaron pensar el asunto, no concibieron ni siquiera la posibilidad de ser infieles, no pensarían ni siquiera negociar la profesión y la fe que habían sostenido. No habían entrado engañados a la fe, ni mercenariamente. Dijeron: “Toda nuestra vida hemos vivido para Dios y haremos lo mismo con el resto de ella”. O poniendo en sus labios la frase paulina de “y aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús y todo lo tengo por basura por ganar a Cristo”.

Observa la coordinación que tienen entre la fe y los principios religiosos. Los jóvenes tenían fe y dijeron: “Dios puede librarnos y Dios nos librará, pero si no nos libra tampoco adoraremos a la estatua que has levantado.” ¿Cuál es la fe? Que Dios puede librarlos y los librará. Y ¿cuáles son los principios? ¿Cómo se ven? Cuando ellos dicen con resignación, con sujeción a la voluntad de Dios, acatamiento, dependencia “si no nos libra tampoco adoraremos la estatua”. Puedo afirmar que Dios no nos pide que vivamos por fe sin principios cristianos, la fe que no tiene una norma para vivir es una mentira. Si hubieran dicho que tenían fe para ser librados y no estuvieran dispuestos a recibir lo que fuera la voluntad de Dios, bueno o malo, no tenían fe ninguna. Se habrían engañado porque ellos fueron echados al horno de fuego. La fe genuina se somete a la voluntad divina y la acepta como agradable y perfecta. Lo otro es fanatismo. La fe tiene como su máxima expresión los principios normativos de la vida cristiana. Si alguien dice que vive por fe pero rehúsa tener principios normativos para su vida, con una proposición como ésta que les hicieron a los jóvenes hebreos, prometerá pensarlo y podrá negociar con ella. Ellos no contestaron así: “No nos espantan tus amenazas porque Dios nos librará”. El aspecto más firme de ellos no fue, si se quiere ver así, la fe sino los principios de esa fe, la posibilidad de que la voluntad de Dios fuera de otra manera no esperada o deseada. Dijeron que no serían infieles, tanto por fe como por principios de fe “si no nos libra no nos retractaremos tampoco, porque no servimos a Dios para que nos libre de lo malo, para que todo nos vaya bien. Lo adoramos no porque nos conviene adorarlo, no somos mercenarios sino porque lo que creemos es la verdad y no podemos negar la verdad, nada se puede contra la verdad y tú no podrás hacernos daños porque luchas contra el aguijón, nada puedes contra la verdad”.

Da. 3:22

"Y cómo la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama de fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego".  Gill dice que al abrir la puerta del horno las llamas juntamente con el humo (supongo por v.27 que era mucho) los atraparon por que las lenguas de fuego esporádicamente alcanzaban hasta 49 codos. Parecido a eso lo afirma Barnes, que no fue el mero calor que recibieron al aproximarse demasiado al interior, sino que chispas, como si el horno explotara en llamas, los alcanzaron. La justicia de Dios suele pagar con el mismo daño a los que lo practican a otros.

Da. 3:24,25

“¿No eran tres hombres? Yo veo cuatro y uno es semejante al hijo de los dioses”. Gill como pastor al fin, espiritualiza el texto y compara el horno a las aflicciones y las ataduras que se quemaron a aquellas cosas que nos esclavizan y atan en este mundo y que no somos libres de ellas a menos que algún “fuego” las queme. Pero añade algo muy bonito. Dice que el texto de He. 11:34 “apagaron fuegos impetuosos” es una referencia a esto, y citando a un comentador, Saadiah, dice que Dios envió a su ángel Gabriel que preside sobre el granizo o hielo y apagó el fuego para que no dañara a los jóvenes. De todos modos, la historia sin esos adornos sigue siendo bonita. Es cierto que en todas las situaciones difíciles de soportar a la cual somos echados por las manos de la providencia, ella, esto es el Hijo de Dios, salta con nosotros y nos acompaña, aun cuando por el momento no contemos con una compañía humana (2 Ti. 4:16-18).

 

El Dios de ellos

Da. 3:26

" Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego". Esa forma de hablar denota más temor que reverencia. Está horrorizado por lo que ha visto y tiene miedo al castigo divino. ¿Honras de ese modo a Dios, por el castigo que mereces y no por lo que es él? (v. 28). Nota que bendijo “al Dios de ellos” (que bien pudiera haber dicho “dios” y seguro que fue lo que quiso decir), el dios de otros, no el propio, todavía no es suyo. Quizás se ha acercado bastante a la fe, pero aún no está dentro de ella. Si lees los vv. 29 y 30 notarás que parece haber cambiado de religión, o aceptado una nueva, cambió de dios, o revisó la gradación de soberanía de todos los anteriores y puso al Dios de los judíos en el tope. Pero el rey continuó siendo el mismo hombre, un personaje bárbaro y cruel que habla y amenaza de la misma manera (compara 3:29 con 2:5).  Nabucodonosor pensó que Dios tenía el mismo carácter que los otros dioses; conoció que era soberano, pudo haber intuido que era omnisciente pero no conoció su carácter. Y si leemos los capítulos siguientes continuamos comprobando eso, se percató de lo que llamaríamos atributos naturales de Dios, pero no conoció sus atributos morales, que son principalmente los que determinan la salvación de una persona e influyen en su transformación. No supo que Dios era misericordioso, amante, justo, benigno, lento para la ira. No, no conoció a Dios en su carácter. Para poder ser salvo hay que conocer el carácter de Dios; ir más allá de saber de “eterno poder y deidad” (Ro. 1:20). 

Da. 4:1,2

"Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo". Si hubo una conversión de corazón fue ahora y específicamente tiene que ver con una humillación muy grande. En este libro a Dios se le llama repetidamente “Altísimo” o Supremo y Soberano porque quiere explicar a los cautivadores por qué tienen aquellos cautivos (4:17, 14, 15, 32, 34; 5:18,21; 7:18,22,25,27). La arrogancia de los vencedores duele. Quizás esta experiencia se mantuvo dentro de un círculo íntimo. Conviene que digamos a los demás nuestra experiencia con Dios, especialmente nuestra conversión, nuestra humillación, porque Dios nos pone como ejemplo de sus misericordias. ¿No tienes nada que contar de los que Dios ha hecho contigo?; pero mejor sería que mostraras con obras lo que él ha hecho contigo. No esperes que pase mucho tiempo para contar a los demás lo que hace unos pocos días Dios hizo contigo (Jn. 4:39-42; Lc. 8:39; 1 Ti. 1:15, 16). 

Da. 4:3

"¡Cuán grande son sus señales, y cuán potente sus maravillas! Su reino, reino sempiterno y su señorío de generación en generación". Sempiterno lo usa también en v.34.  Y en 7:14,27 dice dos veces que su dominio es eterno. Estas palabras no pueden ser nada más que por su conversión sino de alguien mucho más informado de Dios, educado en la historia de los hechos de Dios. No sólo con la óptica de su propia salvación sino con los hechos de la historia del pueblo de Dios. Después de su conversión fueron años de mucha información y exaltación espiritual. La formación educativa del recién convertido es indispensable para el testimonio efectivo y duradero.

Da. 4:4-18

"Hasta que entró Daniel delante de mí cuyo nombre es Beltsasar, jefe de los magos". Si no propiamente a Daniel, este pasaje trata de exaltar la profecía hebrea; el sueño no estaba muy difícil, los símbolos son simples y el mismo Nabucodonosor podría haber deducido algún significado. Pero ni él ni los otros magos podían interpretarlo porque mucha era la necedad espiritual de ellos. Sucedió siglos más tarde lo mismo con las parábolas de Jesús; no las entendían y sin embargo eran bien sencillas. Así pasa con todo el evangelio, por muy sencillo que sea y los infieles lo tengan enfrente no entienden y para nada les vale. Y hay otra cosa, mira el concepto pagano que tiene de Daniel, a pesar de todo lo que ha visto aún no entiende la persona ni el ministerio profético, no hace distinción entre él y las otras religiones. Para él Daniel era un mago excepcional, con una religión diferente, pero nada más. Las evalúa igual; cuando se convirtió empezó a pensar diferente. Entonces se dio cuenta que los ministros de Dios no eran como los otros ni el judaísmo otra religión. Amado Señor concédeme tu gracia para ver tu verdad, aclara mis ojos y mi juicio. Amén.

 

Sueños y fantasías

Da. 4:5

“Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron”.  El sueño tiene que ver con que Nabucodonosor vio un árbol enorme y frondoso, nido de pájaros y cobija de animales, que fue cortado de un golpe. El rey habló de los pensamientos de su cabeza y de visiones que tuvo. Las Biblias, LBLA y la NASB traducen en vez de pensamientos “fantasías” de la mente. Literalmente es “concepción de la mente”. Este sueño fue una revelación pero la mayoría de los nuestros son fantasías que no revelan ningún secreto de Dios sino de nosotros mismos, las cosas ocultas que guardamos dentro, que procuramos esconder o por lo menos que han pasado por ella y al cruzar han dejado algún rastro y al yo se le permite ir revisando todo lo que tuvo su entrada dentro de ella y formar imágenes simbólicas que esconden un significado. Sin embargo, yo al menos he aprendido más de mis reflexiones diurnas, leyendo la Biblia, de mi historia o mi diario, que, de interpretaciones oníricas, que las desconozco, me resultan caprichosas, incoherentes y locas, y que en realidad me importan poco.  El que se examina como en un espejo frente a la Palabra de Dios, no se olvida de cómo era y no tiene que aparecerle un significado oculto y en símbolo lo que ya le es evidente; en realidad en mi caso, creo no ser el único, no son secretos sino más bien repeticiones de mis miedos, falta de fe y rara vez deseos incumplidos. Será porque mi oración vuelca todo eso en el oído de Dios. Si tengo la oración franca, la Biblia y al Espíritu Santo como su intérprete, de ella y de mi experiencia, huelga otro ayudante que presuma de titular más sabio que ese bondadoso Consolador. Lo que he aprendido de mis sueños no es que yo sea una bella persona sino alguien muy incrédulo y tímido, un hijo de Adán. Lo que me revelan mis sueños, más que mis obras de la carne, son los frutos del Espíritu Santo que he perdido. No dejen que vengan diciéndole “soñé, soñé” (Je. 23:25) y que “se me dan los sueños”, que esas son fantasías para crédulos, santurrones y mojigatos. Mándela a leer la Biblia y a tomar algún sedante para dormir mejor.

Da. 4:11

“Su copa llegaba al cielo”; su arrogancia estaba por las nubes, su autoestima por el cielo, su vanidad en la cúspide y su ego inflado al máximo, por la posición de emperador que tenía. A éste sí se le subió el cargo a la cabeza. Nabudonosor nunca pensó en las muchas experiencias espirituales que habría de tener llevándose prisioneros a los judíos. Su mejor botín no fueron los vasos y copas que se hurtó del templo de Jerusalén, sino los muchachos que desterró y de quienes aprendió lo que para él tuvo más valor. Dios defendió amablemente a su pueblo de un asesino victorioso.

 

Ángeles con misiones humanas 

Da. 4:13,17

“Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra.  Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres”. 

Se refiere a un centinela (vv.17, 23), posiblemente se refiere a un ángel. De estos se ha comentado bastante y algunos piensan que es una concepción pagana, o tiene residuos de tal, porque en la angeología persa existían esos seres, como siete de ellos, que velaban sobre los sucesos y vidas de los hombres. No importa que la teología hebrea halle algo en común con otra cultura, como ésta, oriental, Dios le reveló a su pueblo la existencia de esos mensajeros espirituales y todos los santos fueron informados de ellos y de cómo a ellos se les encargaba misiones dentro de los humanos. Nabucodonosor aprende que Dios tiene los ojos abiertos y que son transmisores o ejecutores de los decretos divinos, y aunque por manos de ellos sean recibidas las órdenes, provienen de más arriba, del Creador. En el libro de Daniel, post-exilio, Dios no pierde un ápice de autoridad y se revela interviniendo y supervisando los acontecimientos históricos de otras comunidades no hebreas, incluyendo los babilonios mismos, los persas y los griegos. Los judíos aprendían lo activo que estaba Dios en la corte de Babilonia y que no los había dejado abandonados y podían someterse al monarca porque a éste él también humillaba.

 

Amor tras la guerra

Da. 4:19

“Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren”. 

No fueron sólo palabras de cortesía y respeto que usualmente se oían en la corte sino salidas del verdadero corazón de un ministro de Dios, un hijo de la deportación que le habla al gobernante que conquistó y masacró su nación. No siente odio político ni rabia para los enemigos de su pueblo. Su teología le permitía “amar a sus enemigos” o por lo menos a los que fueron sus enemigos y ahora son los esclavistas. 

Digo su teología porque miraba las desgracias de su nación en manos de la otra como largamente anunciada por los profetas y merecida por su patria, y que como castigo le había caído encima por decreto de la soberanía de Dios. Daniel enseña lo que es amor tras la guerra, al amor de los vencidos para los vencedores; introduce el olvido, el perdón, la cooperación con aquellos mismos que fueron los invasores. 

Las guerras generalmente lo que dejan es odio y más odio, rencores e inolvidables e imperdonables horrores, y los descendientes de los sobrevivientes no pueden vivir sanamente por las verdades históricas que padres y maestros transmiten, algunas veces con deseos de inocular hasta el alma la retribución y la venganza, y no les dejan quitarse de la memoria los sonidos de los grillos y cadenas con que les sujetaron las manos y los pies para emprender el largo recorrido hacia el extranjero, y no dejándoles dormir ni morir aquellas añejas amarguras, y se las despiertan y resucitan con los cantos de “odio eterno” a los que los saquearon, explotaron y rompieron su cultura. 

El odio no será eterno, nunca lo ha sido, el amor sí es eterno. Se sacan lecciones de la historia y no se les inocula odio, se hacen pueblos nuevos mentalmente sanos. Por eso Daniel le dijo al rey Nabucodonosor, “Señor mío sea todo lo malo de la revelación de este  sueño para los que te odian y su interpretación para tus adversarios ”, y el rey miró admirado a aquel joven que ya era distinto a los que en su misma ciudad anhelaban estrellar los niños de los babilonios contra las piedras (Sal. 137:1-9). En los ojos de Jesús jamás hubo una chispa de odio, ni cuando sudaba sangre ni cuando lo clavaron en la cruz.

 

Da. 4: 24-27

"Y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre el rey; te echarán de entre los hombres y con las bestias del campo será tu morada; hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres y que lo da a quien él quiere; luego que reconozcas que el cielo gobierna". Ahora sí se le habló palabra de salvación. En las experiencias anteriores el Espíritu Santo a través de sueños, etcétera, él no había recibido ningún mensaje para cambiar de vida, pero ahora sí, ver 3:29. Un mensaje dirigido contra su soberbia y mal gobierno. Esto no se le dijo para evitar su humillación sino para que le fuera una bendición, cuando se alzara de aquella dolorosa experiencia debía inmediatamente cambiar su vida. Ese es el mensaje final de Daniel, que Dios es soberano, y muestra su soberanía sobre los gobiernos seculares.

 

Estaba paseando cuando le sobrevino la catástrofe

Da. 4:28-37

"Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves. Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia".  

No cabe duda que el testimonio de Nabucodonosor es importante a favor de la soberanía divina. Su intención es llevar un mensaje de humillación a todos los magistrados del mundo. Tuvo que sufrir esta dolorosa experiencia; en la Babilonia que erróneamente había edificado para gloria suya. Ese fue el mensaje que llevó al pueblo judío en la dispersión, que cualquier gobernante en cualquier parte del hemisferio ha subido a su puesto por la voluntad de Dios y no por su fuerza y su poder. Estaba paseando cuando le sobrevino la catástrofe, cuando colmó su pecado y se enloqueció. No fue una crisis nerviosa, sino que Dios puso su dedo sobre su mente y al momento perdió su juicio y se creía una bestia.  Y lo era. Y feroz. Todos en el palacio estaban advertidos de la profecía y no hicieron nada para aliviarla. El pecado enloquece. Los que han vivido así, como animales y han perdido todo contacto con la realidad de este mundo, complaciendo cada día sus instintos y han recuperado un día su razón, tienen motivos para andar con humildad, bendecir a Dios por su gracia y reconocer su soberanía. ¿Has vivido como un animal irracional, habiendo sido creado distinto? (Jud. 1:10; Lc. 15:17). Santifica, oh Dios, nuestras humillaciones.

Da. 4:34-37

“Bendije al Altísimo. Su dominio es eterno y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada”. Ya se ha mencionado que Daniel y Nabucodonosor están de acuerdo que el Altísimo, esto es Dios, es soberano y que ese atributo suyo es preponderante en todo el libro porque está asociado a la experiencia del monarca y se convenció por sí mismo que Jehová lo puso en el trono, castigó a los judíos por su mano y que puede deponerlo cuando guste. Aprendió la brevedad de todo dominio en relación con el de Dios y que no está circunscripto a un pueblo o una época y hace su voluntad entre los habitantes de la tierra (v.35) y nadie puede evitar su interferencia y pedirle que saque su mano de sus asuntos porque lo hace sin consultar la opinión o el deseo de los hombres. La apariencia y voluntad de los hombres son como nada, cero, porque en este mundo, arriba y abajo, se hace sólo lo que él quiera y el que se vuelve soberbio por el cargo que ha logrado, él se encargará de hacerle ver que no es más que un loco, una bestia, y que semejante presumido animal merece que se lo recuerden literalmente humillándolo hasta la hierba.

Da. 5:1

“El rey Belsasar dio un gran banquete”. 

“De las numerosas interpretaciones que anteriormente se presentaban para explicar la aparente discrepancia entre los registros bíblicos y otras fuentes antiguas, enumeramos las siguientes (según Raymond P. Dougherty, Nabonidus and Belshazzar, pp. 13-14): 

Belsasar fue:  

  1. otro nombre del hijo de Nabucodonosor conocido como Evil-merodac, 
  1. un hermano de Evil-merodac, 
  2. un hijo de Evil-merodac, y por consiguiente nieto de Nabucodonosor, 
  3. otro nombre de Nergal-shar-usur, yerno de Nabucodonosor, 
  4. otro nombre de Labashi-Marduk, hijo de Nergal-shar-usur, 
  5. otro nombre de Nabonido, y 

      (7) el hijo de Nabonido y de una hija de Nabucodonosor. 

 “La confirmación de la conclusión de que hubo corregencia entre Nabonido y Belsasar se produjo finalmente en 1924, cuando Sidney Smith publicó el así llamado "Relato en verso de Nabonido" del Museo Británico, en el cual se hace la clara afirmación de que Nabonido "confió el reinado" a su hijo mayor (Babylonian Historical Text [Londres, 1924], p. 88; ver traducción de Oppenheim en Ancient Near Eastern Texts, Ed. por Pritchard [Princeton, 1950], p. 313). Este texto que eliminó toda duda de que Belsasar hubiera sido rey, resultó un duro golpe para los eruditos de las escuelas de la alta crítica que pretendían que Daniel había sido escrito en el siglo II a. C. Su dilema se refleja en las palabras de R. H. Pfeiffer de la Universidad de Harvard, quien dice: 

"Es de suponer que nunca sabremos cómo supo nuestro autor... que Belsasar, sólo mencionado en los registros babilónicos, en Daniel y en Baruc 1:11, libro basado en Daniel, estaba actuando como rey cuando Ciro tomó Babilonia" (Introduction to the Old Testament [Nueva York, 1941], pp. 758-759).

Da. 5:2

“Ordenó traer los vasos de oro y plata que Nabucodonosor su padre había sacado del templo que estaba en Jerusalén”. En el libro de Ester uno halla más interés en la vida del pueblo judío en Babilonia que en Daniel donde su autor fija sus ojos en el destino y preservación de los utensilios sagrados como una forma de mostrar que todavía Dios estaba cuidando la religión y que ellos volverían. No se menciona el arca del pacto. Daniel parece el complemento sacerdotal y espiritual de los libros de Esdras y Nehemías, y la soberanía de Dios dentro del destierro.

Da. 5:5

“Aparecieron los dedos de una mano escribiendo”. El Señor hace cosas extrañas para salvar a un hombre como para anunciarle su condenación. Mira de qué forma tan extraña reaccionó Belsasar cuando supo de su condenación, premió a Daniel (vv.24-30), pero nada hizo para cambiar su suerte. Además de demostrar cómo Dios cuidaba su religión, fue para volver a traer a la escena al viejo intérprete celestial: Daniel. Es prácticamente lo más connotado de su biografía.

 

Entender la mano de Pablo, Mateo, Juan y otros

Da. 5:5

" En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía". Se asustó sobremanera por la aparición sobrenatural de aquella mano (v. 6), sabía que estaba escribiendo en contra suya sus pecados, pero ni siquiera se encogió de hombros cuando oyó el juicio divino sobre su persona. ¿Por qué? Porque una mano en la pared no revelaba totalmente a Dios, imaginó que el juicio estaba lejano o porque no estaba de acuerdo con el anuncio que oyó. Pudo haber pensado que se trataba de una experiencia maravillosa y que al amanecer haría una gran decisión. Pero no amaneció vivo. Sólo tenía unas pocas horas para arrepentirse, esa noche venían a pedir su alma, como aquel hombre rico (Lc. 12:18-20). Aquella noche, cuando en su gran fiesta profanó los vasos sagrados, llegó su pecado al colmo (8:23; 1 Te. 2:16; Ge. 15:16). Esa era la última gota que faltaba para que el vaso de la ira divina se desbordara y perdiera toda oportunidad de misericordia, y por eso el mensaje le llega sin una gota de gracia, sino como un simple anuncio de su condenación. El mensaje no le vino en un lenguaje claro que pudiera entenderlo, hubo que registrar el reino para hallar a un intérprete celestial y ya el tiempo que le quedaba para aprender más y pensar era muy poco y su destino no pudo ser cambiado. Oh Dios se nos va a acabar la vida, no sabemos cuándo, que ahora que podemos leer, entender la mano de Pablo, Mateo, Juan y otros, lo hagamos para obediencia. Estos son tiempos de gracia, tiempos de salvación, tiempos del Espíritu Santo.

Da. 5:7

"Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación será vestido de púrpura". ¡Qué interesado está ahora en una interpretación de la Escritura!

 

 

Aclara tus dudas primero y después a los demás 

Da. 5:10-12

"La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo: Rey, vive para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu rostro. En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación".

La palabra también significa desatar nudos, resolver enigmas, acertijos y problemas. La reina que entró no fue la esposa de Beltsasar como Porfirio ha dicho, sino más bien la reina madre como Joquiades, dice, la viuda de Evilmerodac su padre, cuyo nombre fue Nitrocris de quien el historiador Herodoto señala que era una mujer prudente, aunque Josefo afirma que era su abuela, la que había sido esposa de Nabucodonosor. Se afirma que Daniel era un experto en resolver dudas o problemas difíciles, esto es en "desenredar líos, zafar nudos, descubrir acertijos". Piensa primero en la duda relacionada con los apóstoles, pastores, maestros y evangelistas. Yo quiero resolver mis dudas, no puedo acercarme al final sin que estén resueltas. Lo deseo para poder disfrutar con gusto las cosas celestiales y no perderme la bendición de vivir en el Espíritu. No quiero tener dudas porque me torturan, me hacen sentir como un hipócrita, me separan de aquellos que amo y admiro, demuestran la posibilidad de mi apostasía. No deseo para nadie la duda de su fe. No quiero tener dudas, sino que todas sean resueltas porque como un maestro, enseño la palabra de Dios y ¿cómo enseñar como verdad aquellas cosas que no estoy seguro que lo sean? ¿Cómo incitar a los hombres que dejen este mundo si no estoy seguro que haya otro? ¿Cómo haré que los demás esperen el regreso de Cristo desde el cielo, la resurrección de sus cuerpos si no estoy seguro de lo uno ni de lo otro? ¿Y cómo pediré a los moribundos que estén tranquilos que pronto habrán de ver el rostro de Jesús, si dudo que tengan alma inmortal? ¡Oh que bendición pierdo sin un espíritu como Daniel que me resuelva mis dudas, como era Daniel para el reino, con sus palabras, sus sermones, sus entrevistas, sus escritos! 

Es feo sembrar dudas y desconfianzas, pero es un bonito ministerio aclarar dudas. Jesús constantemente exhortó a sus discípulos a que no tuvieran poca fe y Pablo dijo a los hermanos que ayudaran a los que tenían dudas (1 Te. 5:4; Judas 22). Debes tratar de hallar alguien que te ayude a creer si no puedes por ti solo resolver tus dudas sobre algún texto difícil, sobre alguna inesperada experiencia, sobre algo que viste, oíste (herejías); no debes llegar al final de tu vida dudando, porque mientras dudas permaneces indeciso y la oportunidad se acaba. Si tienes fe remueve de ella tus dudas y si no has podido creer por el tamaño tus dudas, pide la ayuda de algún varón de Dios como Daniel que sea hábil en resolver dudas. En este mundo hay cada día muchas cosas que resolver, pero dedica un poco de tiempo para aclarar tus dudas espirituales y aclarárselas a otros.

Da. 5:11

"En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos". Un buen intérprete de la Escritura no es olvidado completamente; algún día la iglesia lo necesitará y lo buscará para referirse a él y consultarlo por sus libros, aunque hubiera muerto.

Da. 5:12

“Un espíritu superior” “extraordinario, preeminente, excelente”. 

Da. 5:17

"Daniel respondió: Tus dones sean para ti y da tus recompensas a otros". De gracia recibisteis dad de gracia (Mt. 10:8). Daniel rechazó la paga por su interpretación bíblica. ¿Deben los pastores, misioneros y otros ministros cobrar por sus trabajos? No deben cobrar por sus trabajos, pero sí aceptar la ayuda que les den. El mensaje de Dios ni se vende ni se compra, de gracia recibimos y damos. Un ministro con vocación no trabaja por salario, sólo piensa en su trabajo y no en el salario que recibe. Su piedad tiene ganancias, pero no debe ser una fuente de ganancias (1 Ti. 4:7,8; 6:5,6). La iglesia tiene responsabilidad financiera con sus ministros; él le paga con creces edificándola, lo que ella le da, pero no le paga sus sermones porque él no los vende. No es la iglesia, ni es el ministerio un negocio. 

Da. 5:20

"Mas cuando su corazón se ensoberbeció su espíritu se endureció en su orgullo". El orgullo endurece y prepara para la destrucción.

Da. 5:22, 23

"Y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste". No te engañes, aunque no permitas a Dios entrar en tu vida, ella está totalmente en sus manos. Hijos que no se aprovechan especialmente de los malos caminos de sus padres. ¿No leerás en las catástrofes familiares lecciones divinas sobre el juicio, pecado, hogar, etcétera? ¿Tan cerca que las has tenido? ¡Los hijos suelen comer las uvas agrias de sus padres!

 

Mene, tekel, uparsin

Da. 5:25-27

"Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto". Son palabras caldeas. La primera significa "numerado, numerado" y se refiere a que los días de su reino están contados, o mejor dicho que sus días están contados. La repetición es enfática y al estilo de Jesús "amén, amén o de cierto, de cierto". La segunda palabra caldea significa "pesado" y es indicativo de un juicio que se ha hecho sobre este monarca y las pesas de la justicia lo declaran culpable. La tercera palabra significa división porque su reino sería repartido entre los medas y los persas. Ten por seguro que tu reinado ya se acabó; no seas tonto, no me premies, no me alabes, medita en la verdad que te he dicho, deja los aplausos y halagos, mis palabras son urgentes (vv.29,30); tu persona ha sido pesada, valorada, juzgada por Dios y fuiste hallado falto. Y si Dios me juzga a mí ¿pesaría lo que debo como cristiano antiguo, mi peso estaría en proporción a mis privilegios, los ministerios que Dios me ha dado, los amigos llenos de gracia, los libros, la suministración del Espíritu Santo? Oh Dios ¿será sólida como hierro y como oro mi experiencia cristiana? Y ¿si pesas mi ministerio? Señor si los pesas al lado de lo que pesan mis compañeros tal vez sea hallado falto. Señor, aunque no he sido lo que quisiera yo ni lo que hubieras querido tú, yo sé que tiene cierto valor para ti mi ministerio, mi débil fe y mis pocos dones; en cierta medida te he sido algo útil. No, estrictamente puedo ser llamado “siervo inútil”, y eso tampoco porque lo que tenía que haber hecho no lo he hecho. Oh mi amado Jesús, tus misericordias han sido más grandes que mi vida.

 

Mene, mene, Tekel, Uparsin

Da. 5:25

Una mano espantosa y sesenta y seis bellas

“Mene, mene, Tekel, Uparsin”. 

Aunque estas palabras en el salón de banquetes de la corte babilónica, estaban escritas en idioma caldeo, el idioma de todos los presentes y los magos ausentes, y muy legibles pues dice un rabino que fueron escritas con letra roja sobre la blanca cal, nadie pudo descubrir su mensaje. Significan: “numerado, pesado, falto”, pero ¿a qué se refiere, o a quién? ¿Qué es lo que tiene numeración o está contado? ¿A qué se le ha tomado el peso y demostrado que le falta? De eso sólo pueden salir conjeturas, suposiciones y teorías, pero no una interpretación espiritual, social, política, y menos un mensaje que llene de gloria el púlpito. La oración, si es que eso, no dice nada, “palabras, sólo palabras”; y si tiene algún mensaje, si se pudiera sacar algún sermón de ellas haría falta poseer no “el espíritu de los dioses santos” (vv.11,14) sino un “espíritu mayor, superior, extraordinario”, o sea, el Espíritu Santo y el contenido de las palabras traído como una revelación

No se podría llegar al mensaje, a la comunicación, si no había una interpretación que descubriera o develara lo que la Persona a la cual la mano pertenecía, y que se había escondido, o faltaba, quería decir. No había creído importante revelar su cuerpo, su rostro ni siquiera su espalda sino sólo su mano, y en este caso no la suya divina sino una mano humana, adoptando su forma, el puño de Daniel, o Job, o Isaías, o Mateo o Pablo, escribiendo por medio de sus dedos. La mano que vio el rey fue algo espantoso, cortada del resto del cuerpo, pero las manos que escribieron los sesenta y seis libros la Biblia, bellas.

La escritura, en lujosa pared real, en pergamino o humilde papiro, era de inspiración divina y su aplicación a cargo sólo de los autorizados intérpretes que podían llegar hasta el único y vedado significado del texto. Cualquiera puede leer la letra de la Biblia en la sencillez de sus historias y parábolas y símiles y aunque conozca el significado de cada palabra no podrá reunirlas y ampliarlas o desentrañar el mensaje contenido a no ser que Dios provea de su Espíritu, y generalmente utilice un maestro apropiado con inteligencia celestial, un “escriba que se ha convertido en un pupilo o estudiante del reino de los cielos” (Mt.13:52). Y estos, por desgracia o por castigo, son difíciles de encontrar entre tantos magos, astrólogos, adivinos y falsos profetas y pulpiteros, lobos rapaces que no perdonan las iglesias (Mt.7:15; Hch. 20:29) y se comen de ellas todas las ovejas que pueden, pero Dios que es justo, ha pesado en balanza sus sermones y libros y los ha hallado faltos. Los sermones no se miden se pesan, no por su longitud sino por su peso, no por varas sino por libras, que cada palabra pese y no sea “paja, heno y hojarasca” donde la doctrina sea lo primero y su práctica lo segundo, para que desarrolle la fe y el buen vivir bíblico (1 Sa. 2:3). Así le pasó al rey Belsasar.  Llegará el día en que la edificación sea probada por el fuego (1 Co. 3:13).

 

 

El heno y la paja no pesan casi nada, el bronce y el hierro sí 

Da. 5:24-30

"Pesado has sido en balanza y fuiste hallado falto de peso". 

Palabras dichas al rey Belsasar. También Salomón habla de eso, del peso de los pensamientos y acciones “Jehová pesa los pensamientos y las intenciones del corazón” (Pro. 21:2; 24:12). Mucho mejor que todos los pastores y psicólogos del mundo. Nosotros generalmente consideramos las cosas por su longitud y su volumen “sopesando las cosas una por una para hallar la razón” (Ecl. 7:27). Está bien, pero también es importante tener en cuenta el peso. En el texto ese pensamiento es impresionante, y también la urgencia y prontitud con la que se debe recibir la Palabra de Dios, por lo que le pasó a este hombre. Uno no sabe cuándo oirá o predicará su último mensaje. Hay gente muy insensata. Le quiso decir, “oh hombre, ten por seguro que tu reinado ya se acabó. He contado el número de años que te correspondía reinar y ya se acabaron, no hay ninguno extra, no hay adición, no me implores que te alargue los días, tu oportunidad se halla completa”. Se espera que este hombre se humille e implore a Dios misericordia, que haga alguna oración o por lo menos que pida a Daniel que ore por él, que suspenda el banquete en el cual se hallaba, y convoque ayuno y humillación como hizo el rey de Nínive, pero no, los temblores que había tenido cuando vio la mano escribiendo en la pared se le pasaron y continuó adelante con la fiesta. Un hombre con tantos vicios y pecados de los cuales ser acusado y no se preocupa en lo más mínimo por su sentencia; pensaría que era para un futuro distante. Él se sentía bien, seguro, bien cuidado, saludable, no veía la muerte por ningún lado sin embargo tenía la espada ya en su propio corazón. 

 

O tal vez no era más que un sermón religioso y no una verdad revelada a su entendimiento. Juzgó interesante lo que había oído y pensó premiar a Daniel. Y no era para premiarlo, ni para aplaudirlo o alabarlo por su discurso, por su conocimiento en idiomas y misterios, su valor y su vehemencia. Daniel no quería que lo saludaran, que lo premiaran (v.17), no decía aquellas cosas para que le pagaran, era un mensaje de Dios y eso no se cobra por llevarlo. Le quiso decir “tu persona ha sido pesada (1 Sa. 2:3; Sal. 62:9), valorada, analizada, te he mirado de arriba abajo, he considerado tus acciones, tus pensamientos, tus sentimientos, tus mejores obras, las peores, las malas y muy malas, he analizado las inclinaciones de tu corazón, he oído tu voz, tu risa, conozco tus pasos, y he te he hallado deficiente y digno de condenación. Tu vida se acabó y tu oportunidad también”. Y punto.

Si Dios me juzgara a mí, si pusiera en plato de la balanza mis años en Cristo, los libros que me ha dado para que lea, los pastores que he tenido, como cristiano antiguo, ¿pesaría lo que se espera o he recibido en vano la gracia de Dios? ¿O he bebido el agua, y yo he producido hierba maldecida? ¿Mi peso espiritual estaría en proporción a mis privilegios? El heno no pesa casi nada y tampoco la paja, la hojarasca; pero sí el hierro, el bronce, el oro, y la plata (1 Co. 3:13). El trabajo de cada uno será probado, pesado, valorado por el Señor, y el tiempo y dificultades revelarán el tipo de cristianos que somos y formamos con nuestros sermones, si vidas de bronce, de hierro o de otras cosas menos perdurables y baratas. 

Da. 6:4, 5

“No podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel”. ¿No te emociona este testimonio? Para poder buscarle problemas tuvieron que violarle sus derechos religiosos porque era un creyente fiel y sin vicios. Las palabras que se usan en el hebreo son “errores y corrupción”, en la administración de posesiones o en su vida, y contiene la misma idea de “vicios”. A Daniel no se le podía acusar de corrupción moral. Un vicio es una corrupción, grande o pequeña, pero es corrupción. Los creyentes debemos ser “santos y fieles” en Cristo Jesús, como enseña el evangelio. Fieles hasta la muerte, fieles en la administración de los misterios de Dios; quiero decir, como Daniel, fieles en su profesión religiosa y sin corrupción moral. 

Da. 6:8

"Confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada". Nuestra salvación está sellada con la ley de Media y de Persia que no puede ser abrogada, quiero decir con el Espíritu Santo (Efe. 4: 30). Darío meda, tío, Ciro, persa, el sobrino. Después cuando hubo uno fue persa (Est.1:19).

 

Ora y marca el día con hechos hermosos

Da. 6:10

"Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". No hubo variación en su culto, y ¿por qué no lo hizo en privado? Lo hizo hacia Jerusalén, no hacia el este o Babilonia, no hacia el palacio del rey, sino hacia el sur, hacia Jerusalén, hacia el templo. Porque en religión no es un asunto privado o familiar; no era imprudente sino un joven de convicciones firmes. Se dice que oraba tres veces al día; posiblemente por la mañana antes de al trabajo, después al mediodía a la hora de comer y por la tarde cuando todo su trabajo había sido hecho. Los judíos oraban a las tres, a las seis y a las nueve; o sea a las nueve de la mañana, a las 12 del día y las tres de la tarde (Hch. 2:1). Y el resto del tiempo ¿qué hacían? Trabajar, cumplir con sus obligaciones sociales, atender la política, marcar el día con hechos hermosos, con obras buenas que fueran dignas de ser financieramente remuneradas, que dieran buen testimonio de él, y dentro del espacio que mediaba entre las tres ocasiones cuando se arrodillaba, que era mucho más grande, se dedicaban a la práctica de la religión por la cual Daniel era distinguido como un ciudadano de honor; totalmente entregado a su vocación. Los actos propiamente “religiosos” son mucho menos que los otros en los cuales se ocupaba el día entero; sin embargo su religión los influía todos; había un perfecto equilibrio entre arrodillarse tres veces al día y sus labores sociales. Tres veces al día quizás no parezca tanto como “orar sin cesar” (1 Te. 5: 17); no será mucho, tal vez no sea suficiente para que Dios derrame un avivamiento sobre Babilonia, pero sí era suficiente para sí mismo, para llenar su alma de la presencia de Dios, para reponer sus fuerzas, para no perder su comunión, para entender los misterios, para dirigir sus asuntos con sabiduría, para mantener encendido el fuego en su corazón. Si por lo menos tres veces al día oras y das gracias a Dios como Daniel no tendrás una vida espiritual mediocre sino toda una hermosura. 

Da. 6:13

"Daniel no te respecta a ti, rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición". Daniel no permitió que nadie interfiriera en su vida de oración.

 

Que tengan tu vida como un héroe de novela o de un cuento corto

Da. 6:14,18,19,20 

"Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño. El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?". 

Se ve que por los continuos servicios que Daniel prestó a los babilonios, medos y persas, Darío sentía admiración hacia él y le afectaba profundamente su pérdida (v.14). Tenía un testimonio maravilloso ante sus ojos y apreciaba su vida. Cuando uno lee esta historia le parece que está leyendo una novela o una leyenda, que es en cuento bonito inventado para instruir en la fe a los niños. Daniel se destaca como un héroe de la pureza y de la fe, un hombre que con su teología dentro de la política hizo más bien para la gloria de Dios que si se hubiera dedicado a ella sola. Es un pasaje similar a los hechos de los evangelios y los apóstoles donde se ejecutan “los poderes del siglo venidero”. 

Daniel fue un hombre amado y odiado por muchos, exitoso y envidiado. Cuando lo condenaron a comérselo los leones y el rey lo supo, se entristeció como si fuera un familiar suyo, cuando se dio cuenta que había caído en una trampa y actuado con precipitación e ingenuidad. Trabajó, posiblemente ofreciendo dinero, para que lo dejaran libre. Ayunó, suspendió la música en el palacio y se retiró a dormir temprano y con congojas. ¿Qué le hizo Daniel a este monarca para que se encariñara? ¿Lo aduló? No, sólo vivió con fidelidad a su fe y se puso al servicio del país. Le tomó cariño. El político y el teólogo encariñados. Hay otros casos menos antiguos. El rey Herodes se entristeció por Juan el bautista (Mr. 6:26); el centurión quería a Pablo (Hch. 27:3,42), y algunas autoridades de Asia lo apreciaban mucho (Hch. 19:31). No necesariamente los gobiernos tienen que ser enemigos de la iglesia, si ella no está corrompida y sus ministros no tienen vicios. Bueno, en fin, ojalá que algún día cuando se recuerde nuestra vida la gente se pregunte: “¿No era el Cristo? ¿Juan el bautista o algún profeta?”. Y les parezca nuestra historia la de un personaje raro o mítico, toda ella la de un héroe de novela o un  de un cuento corto.

Da. 6:22

“Envió su ángel”; el ángel del pacto, el que con figura humana se paseaba dentro del horno de fuego, o el Hijo de Dios pre encarnado.

Da. 7:4

“La primera como un león, con alas de águila”; las cuales les fueron arrancadas y adoptó, sin ellas ya, la posición de un hombre y con un poco más de humanidad debido a su humillación de no poder remontarse como antaño. Se dio cuenta que era un ser humano con sus límites y sus conquistas, Nabucodonosor, detenidas, y tú hecho menos sublime y gloríos o. Ya sabemos lo que le sucedió a este arrogante monarca.

 

Opiniones sobre un cuernito 

Da. 7:8

“He aquí otro cuerno pequeño tenía ojos como los de un hombre y hablaba con mucha arrogancia”. 

 “Julio César, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, que fueron reyes pero no podían reinar sin la autoridad del senado y sus poderes son comparados a un pequeño cuerno. Mahoma no vino del imperio romano y el papa no es un gobernante; por lo tanto, no puede ser aplicado a ellos y el propósito de la visión es la consolación de los judíos” (Notas de la Ginebra, Biblia). 

“No Tito Vespasiano ni el imperio turco, ni Antíoco Epífanes, no se refiere a una simple persona sino a un reino o estado y a una sucesión de gobernantes, como los otros diez se refieren a reyes o estados; este pequeño cuerno es parte de la cuarta y no de la tercera bestia a la cual perteneció Antíoco y no en ella como ocurrió con la monarquía griega sino durante el imperio romano o cuarta bestia y habría de continuar hasta la venida espiritual de Cristo o que su reino espiritual se estableciera; y como esa descripción no se aplica a ninguno de ellos, queda sólo interpretar ese cuerno como el papa de Roma. Ireneo y otros escritores antiguos lo identifican con el anticristo” (Gill).

“Los intérpretes varían; algunos tuercen el texto y dicen que el significado es el papa, otros que se refiere a los turcos; pero ninguna de esas opiniones parece probables; pero están equivocados ya que piensan que habla del curso del reino de Cristo cuando a lo que el profeta se refiere llega sólo hasta el advenimiento de Cristo. Está claro que la visión se refiere al primer advenimiento de Cristo; y no tengo dudas que el pequeño cuerno se relaciona con Julio César y otros césares que le sucedieron, principalmente Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón y los demás. Se refiere hasta la predicación del evangelio de Cristo la cual comenzó bajo Claudio, Nerón y sus sucesores. Le llama pequeño cuerno porque César no asumió el título de rey” (Calvino). 

 

Nuestro Padre es Anciano de días 

Da. 7:9,10

“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”. Una descripción muy bonita y solemne de nuestro Dios; se parece un poquito a lo que vio Isaías en el templo, aunque aquí por el contexto su significado es distinto. Para el otro profeta la visión fue un consuelo, pero para éste el mensaje es de juicio y el Señor se presenta como juez de toda la tierra y de los vivos y los muertos. Le llama Anciano de días, supongo, que en relación con su reino el cual no tendrá fin (7:14,27). El espíritu de juicio es similar al de Apocalipsis de Juan quien tomó prestado de este profeta. Los libros son las memorias de Dios, las conciencias de los hombres, y el libro de la ley de Dios, por donde se han de juzgar los hechos de los hombres. Entonces lo que está viendo Daniel es la segunda venida de Cristo; y de hecho así lo dice en 7:13,14,18; 25-27 donde el Señor se acerca al Padre, pero a la vez desciende, para recibir el reino y pasar por el juicio a todos; y en el v.18 “los santos del Altísimo” reciben posesión del reino, o les es devuelto, o el que es conquistado por el Hijo del Hombre y entregado a ellos (vv.22). Aunque su significado fuera la reposesión de la tierra que les habían tomado, y esa sea la esperanza que sigue viva hasta el tiempo de Jesús cuando le preguntaron “cuándo restaurarás el reino a Israel” (Hch. 1:6,7) de manos de los romanos, en un sentido amplio tiene que ver con el triunfo del evangelio en el mundo como dijo Calvino (nota anterior). El Anciano de días es el Señor de la historia y traerá a su pueblo, seguro, a su reino perdurable.

 

El Anciano de días y Jesús 

Da. 7:13, 14; 19-22

"Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino". Es fácil distinguir aquí, que a quien Daniel vio fue al Señor Jesús que recibe toda autoridad en el cielo y en la tierra. Gracias Señor porque el mundo siempre enemigo de la iglesia no la destruirá, la carne, mundanalidad, la  sensualidad, las herejías, apostasías, las puertas del hades no prevalecerán (Mt. 16: 18). No Judas Macabeo, ni el pueblo romano, ni el pueblo de Israel sino el Mesías (2:44; Za. 9:9). En el v. 22 aparece este Anciano, cuyas salidas son desde los días de la eternidad (Miq. 5:2); y con él los santos del Altísimo que reciben el reino; en este asunto aparecen tanto el Señor Jesús como su iglesia, o su pueblo, Israel. Somos herederos y coherederos con Cristo (Ro. 8:17; Efe. 3:6). Si el Señor Jesús tomó el título de Hijo de Hombre de estos versículos, su título es mesiánico y tiene que ver con toda la herencia y todas las promesas hechas por Jehová al pueblo de Israel; acentuando la idea primordial de Reino, reinado, dominio, de potestad, gobierno del mundo. El título Salvador está en función del establecimiento de su reino; la cruz es su triunfo sobre los gobernadores de las tinieblas de este mundo, sobre huestes espirituales de maldad, sobre la enemiga muerte, sobre el pecado, para establecerse como rey por medio de su sacerdocio universal. El desarrollo de la iglesia es el establecimiento del reino de Dios; no es una salvación espiritual hacia el cielo, separada de la firme idea de un reino en este mundo, al cual él regresa no para llevárselos al firmamento, sino para volver con ellos y vivir y reinar los muchos años de la eternidad.

 

Quizás los papas o los césares 

Da. 7:25

“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Casi todos los reformadores y sus discípulos atribuyen esas palabras a los papas de Roma. “Asume infabilidad que pertenece sólo a Dios, y abren y cierran el cielo, y perdonan pecados como si fueran Dios. Se cree más alto que cualquiera de los reyes de la tierra. Dan indulgencia por los pecados. Lleva a cabo guerras contra los creyentes por medio de cruzadas, inquisiciones, masacres y persecuciones de toda clase. Y eso lo han hecho contra todos aquellos que han protestado contra esas innovaciones como los valdenses y albigenses, Juan Hus, Jerónimo de Praga y otros. Han cambiado los tiempos señalando ayunos y fiestas, canonizando personas que llaman santos, otorgando perdón e indulgencia por los pecados, instituyendo nuevos modos de adoración desconocidos por la iglesia cristiana, nuevos artículos de fe, nuevas prácticas y revertiendo con gusto la ley de Dios y del hombre” (Dodd, citado por Clarke). “En lenguaje profético un tiempo equivale a un año, y en lenguaje profético también un día equivale a un año (Jn. 9:24), y es decir que son 1260 años si se tiene cada mes con 30 días como los judíos hacen” (Clarke). Calvino prefiere aplicarlo a todos los césares y tiranos que han perseguido a los elegidos, tanto judíos como a la iglesia.

“Aquellos que toman un tiempo como equivalente a un año, según mi opinión están equivocados y argumentan tomando la cita de Apc. 13:5 de los tres años y medio. Pero ese argumento no es conclusivo puesto que el año tiene 365 días y la palabra año debe ahí tomarse de modo figurado refiriéndose a un tiempo no determinado. Es mejor entonces atenerse a las palabras que dijo el profeta y tomar “un tiempo” como cierto número de meses o días, no simplemente por un año, por un período de tiempo cuyo secreto sólo lo conoce Dios. Después añade “tiempos” y después una sección de un tiempo, indicando un tiempo cortado, incompleto, en el cual Dios le pondrá fin a esos tiranos. Hemos visto la ira de esos césares contra la iglesia. Nerón mismo rugió contra ella y quemó en Roma miles de ellos para ocultar su infamia. El pueblo no pudo soportar la crueldad que mientras quemaba la cuarta parte de la ciudad él estuviera regocijándose con ese espectáculo” (Calvino). Lo cierto es que las palabras se aplicarían a muchos en el pasado y se aplicarán sin dudas en el futuro, pero la interpretación de Calvino es la más prudente y yo la tomo.

Da. 8:2

“Susa, Ulai”; Susa significa Lirio y puede ser por la abundancia de ellos o por la belleza de la ciudad. Y Ulai dicen muchos escritores antiguos que sus aguas estaban muy limpias.

Da. 8:3,4

“Un carnero, tenía dos cuernos”; se refiere al imperio medo-persa (v.20). algunas veces se usa para significar reyes o reinos (7:24). Un reino unificado bajo Ciro y después por sus descendientes, hasta los tiempos de Alejandro. Al principio el reino de los medas era más grande que el de los persas que después fue mayor bajo Ciro y sus sucesores. Hacia el norte: Albania, Armenia, etc. Hacia el sur: Arabia, Etiopía, Egipto e India.

 

Quién era Alejandro, qué el Helesponto y los Dardanelos

Da. 8:5,6

“Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza”. Suele decirse que es Grecia que se halla al oeste de Persia, y que desde Macedonia salió Alejandro el Grande conquistando a los medos y persas, Egipto, Asia, India, de modo que se dice que el mundo no era suficiente para él, y en unos siete u ocho años había conquistado todo el mundo conocido como si volara, esto es, “sin tocar el suelo”. Los dos cuernos se refieren a los medos y persas. Salió de Grecia, pasó el Helesponto y atacó con ferocidad a los persas y medos con sus dos cuernos. (Los Dardanelos o estrecho de los Dardanelos es un estrecho ubicado entre Europa y Asia.  Es el antiguo Helesponto de la Grecia clásica. Comunica el mar Egeo, el mar interior de Mármara y su archipiélago; mide 71 km de longitud, entre 1,600 y 6,500 m. de anchura y tiene unos 50 m de profundidad media. Del mismo modo que el estrecho del Bósforo divide, la ciudad de Estambul entre los continentes asiático y europeo, el estrecho de los Dardanelos separa Europa (en este caso la península de Gallipoli, Gelibolu en turco) y Asia. El nombre de Dardanelos deriva de Dardanus, una antigua ciudad frigia enclavada en la orilla asiática del estrecho) (Wikipedia). Alejandro sólo vivió 33 años y murió de repente, quizás de malaria, otros dicen que borracho y se sospecha que fue envenenado. Le decían que era hijo de Júpiter y ¡lo adoraban como un dios!

Da. 8:8

“Se engrandeció y le salieron cuatro cuernos”. “Fueron Egipto, Grecia, Asia y Siria. Tolomeo fue rey de Egipto y a él pertenecía Libia, Palestina, Siria y Arabia. Casandro fue rey de Macedonia y Grecia. Lisimaco rey de Asia que incluía Tracia, Bitinia y otros lugares; y Seleuco fue rey de Siria y otros países del este: Estas fueron las cuatro cabezas del leopardo o la tercera bestia que significa la gran monarquía griega” (Gill). Con la muerte de Cleopatra reina de Egipto juntamente con su padre Tolomeo XII, terminó lo que quedó del reino macedonio.

Da. 8:9

“La tierra gloriosa”; o hermosa. Se refiere a Palestina. No se refiere al reino de Tito Vespasiano sino a Antíoco Epífanes rey de los seléucidas en Siria, uno de los cuatro cuernos. Se le llama pequeño en comparación con Alejandro, se extendió hacia Siria y Egipto y luchó contra Tolomeo, sitió Alejandría y la hubiera tomado si los romanos no se lo impidieran.

Da. 8:11

“Quitó el continuo sacrificio”. Antíoco Epífanes no destruyó el templo, pero lo profanó. Colocó en él una estatua de Júpiter, sacrificó un cerdo en el altar, lo destruyó y los vasos sagrados rotos.

Da. 8:16

"Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión" (8:2). Para que estuviera calmado y no se atormentara que viviría eso en sus días. Pero, aunque no tuviera cumplimiento sino muchos años después, debía entenderla, estudiarla (v.15) para su propia fe y para enseñar a otros. Oh Dios ayúdame con lo que aprendo y que me sirva también para edificar la fe de los demás. 

Da. 8:17

“La visión se refiere al tiempo del fin”; o “el fin de la visión, cuando los 2300 días expiren” (Gill).

Da. 8:18

“Mientras él hablaba conmigo caí en un sueño profundo con el rostro en tierra”. Dice Gill que debido a su fragilidad humana y la visión demasiado grande. Parece raro que estando el ángel hablando con él se duerma, o continuó durmiendo durante el tiempo de la nocturna visión. No es tan raro entonces que nuestros sermones, con menos categoría y volumen, causen un sueño profundo a ciertos hermanos.

 

Los medos, los persas e Irán  

Da. 8:19,20

“Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia”.  Darío el primer rey de los medas y Ciro el persa que le sucedió o mejor dicho que reinaron juntos; el carnero con dos cuernos son los reyes de Media y Persia unidos bajo una monarquía, y el carnero un emblema de eso. Darío y Ciro habían muerto mucho tiempo antes de Alejandro (Gill). “Con los medos, y los persas que los sucedieron, aparecen en el escenario de la historia mundial pueblos de estirpe indoeuropea. Las únicas otras naciones étnicamente emparentadas que habían desempeñado papeles importantes en la historia anterior eran los hititas y mitanios, que habían florecido en el segundo milenio de la era precristiana. Los medos y los persas habitaban la meseta que se halla entre Mesopotamia y la India, tierra escabrosa que produjo una nación robusta moralmente sana, de guerreros fuertes y acostumbrados a las penurias y las privaciones. Se daban el nombre de arianu "nobles", y a su tierra la llamaban Ariana o Irán, nombre que conserva todavía.

“Las primeras tribus iranias, llamadas medos, aparecen como guerreros bárbaros en los registros del rey asirio Salmanasar III a mediados del siglo IX AC. Sargón II pretende haberlos derrotado sometido en 715 AC y menciona a Daiaukku como su gobernante, nombre que Herodoto da como Deikos (Deioces), a quien atribuye la fundación del reino de Media, y a quien caracterizó como gobernante sabio y justo. Cuando Ciro se apoderó del imperio medo no hubo grandes cambios en la estructura externa del Estado porque los medos y los persas eran tribus estrechamente emparentadas, como lo estaban también las dos casas reales por vínculos de casamiento. Por eso hallamos que los historiadores de la antigüedad y también documentos de la época de distintos países se refieran al imperio como de "los medos y los persas", o muchas veces simplemente como de "los medos", aunque éstos, después de la caída de Astiages, sólo desempeñaron un papel secundario en los asuntos del estado. Por lo tanto, la transición del imperio medo al imperio Persa fue en verdad una entrega de poder de una casa real a otra, y un traspaso de cargos desempeñados por nobles medos a nobles persas. Desde entonces, la nobleza persa ocupó los primeros puestos en la administración del gobierno, aunque aún se empleaba a medos influyentes, y éstos ocupaban muchos puestos importantes durante el período persa” (Edgar Huamán Julca).

Da. 8:21

“Y el macho cabrío peludo representa al reino de Grecia y el cuerno grande es su primer rey”. Alejandro el Grande.

Da. 8:22

“El cuerno roto, los cuatros reinos que saldrán, pero no con su poder”. El cuerno roto es Alejandro (8:8) y los cuatro reinos son Egipto, Asia, Macedona y Siria.

 

Antíoco, locuaz y sin escrúpulos

Da. 8:23-25

“Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana”. 

Ese rey es Antíoco apodado Epífanes que profanó el altar o “abominación desoladora”. Muchos apostataron y se volvieron al paganismo incluyendo algunos sacerdotes. A eso se refiere cuando dice que “los transgresores lleguen al colmo”. Antíoco fue un hombre duro, un asesino, cruel con los judíos, pero muy hábil en sus discursos para engañar a la gente con el arte de la persuasión convenciendo los judíos a que se hicieran paganos, un político locuaz y mentiroso. Se dice que conocía algo de magia y astrología.  Fue el pequeño cuerno que se alzó sobre los otros cuatro, entre los seléucidas. Reinó más de 12 años. Si no hubiera sido por Dios no hubiera llegado hasta donde llegó, y su altura no alcanzó la de Alejandro. En realidad, no hizo ninguna hazaña, ni fue valiente y glorioso en batallas, sino que por engaños, asesinatos y traiciones llegó al poder. En la toma de Jerusalén por los romanos 97 mil judíos fueron cautivos y un millón degollados” (Clarke). 

Da. 9:2

"Yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías". Sucedió en el primer año de Darío, o de Ciro que reinó con él. La palabra de Dios siempre tiene cumplimiento; y haces bien estar atento para que por discernimiento espiritual hagas crecer tu fe. No trotes sobre los versículos, capítulos y libros de la Biblia, sino escudriña la Escritura. Observa que Daniel leía la Biblia, al profeta Jeremías, aunque era primer ministro del gobierno (Je. 25:9; Je. 27:1). Los libros habían sido preservados. Daniel se da cuenta que los setentas años están a punto de expirar. Antes de eso no había nada que hacer. Nuestras oraciones no pueden cambiar el propósito de Dios. Ese es inamovible. Cuando se aproxima el cumplimiento de una bendición es cuando más debemos orar, no menos.(16 agosto 2020).

Da. 9:3

"Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza" (6:10). Un Dios así buscado siempre es hallado; oh Dios ayúdame a poner más énfasis en la búsqueda. El Señor le respondió, pero en vez de hablarle de la reconstrucción de Jerusalén, le habló sobre toda la historia en las 70 semanas hasta el fin. Las lecturas matutinas son para mí un estímulo como lo fueron para el profeta el cilicio y las cenizas. La soberanía de Dios, su Escritura, su predestinación, no invalida la oración, sino que la incluye. Lo que está escrito y predeterminado, incluye la oración y la anima. Eso haremos. Apoyados firmemente en la Palabra de Dios.

Da. 9:4

"Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión, Dios grande, digno de ser temido. Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza". No olvides alabar y confesar pecados cuando ores. Mira el temor que nace no por las acciones que Dios pueda tomar en contra nuestra sino por su dignidad, sus atributos y su gloria. Mira esas dos partes, el pacto y la misericordia. El pacto se ha hecho, tanto como una condición para la vida eterna como una forma para mostrarnos la obligación que Dios se ha hecho consigo mismo, más por nosotros que por él, pues no lo necesita para actuar recta y fielmente con sus criaturas. Así nos da confianza en su interés para con nosotros, aunque él no tiene porqué atarse con sus propias palabras (promesas) ni limitar su libertad. Para que podamos cumplir el pacto se halla a nuestra disposición su misericordia   que otorga la ayuda necesaria (para creer y obedecer) y para restaurarnos al pacto (en arrepentimiento, humillación y confesión) cuando lo quebrantamos. Oh amado Señor, yo sé que siempre cumples tu pacto y tus promesas, ayúdame con tu misericordia para cumplir con la mía y cuando falte mi parte, rescátame, restitúyeme, reconcíliame y vuélveme a ser fiel.

Da. 9:7,8

“Nuestra es la vergüenza en el rostro”; frase que se repite dos veces y significa también “pálido”; la palabra “confusión” es posible. pero para la situación de ellos esta otra se corresponde mejor; en mi idioma al menos la confusión tiene que ver con los pensamientos y la incertidumbre pero la vergüenza con la cara, con el rubor, que uno quiere esconderse. Es muy duro eso, pero a veces el Señor nos pone en ridículo, en vergüenza, como parte del castigo por nuestros pecados y un ingrediente único en su azote para conducirnos a pedir perdón y no volverlo hacer. El problema hoy es la falta de vergüenza en la gente y el descaro se halla a la orden del día y casi ningún pecado público a la gente la sonroja.

 

La maldición y cómo quitársela

Da. 9:11

"Ha caído sobre nosotros la maldición". Esa traducción es más gráfica que “derramada” aunque se apega más al significado original: derramar, derretir, gotear. Es una experiencia amarga estar consciente que por causa de muchos pecados lo malo que le pasa es una maldición que le ha caído. Un profano como Esaú, no un teólogo como Jacob, diría que se trata de “las consecuencias” del pecado; más la palabra correcta es “maldición” porque a la causa que ha traído la mala situación puede hallársele referencia con la violación de la Palabra de Dios. Dios no sólo obra por medio de leyes sino personalmente, es un agente moral con una conciencia perfecta. ¿Puede alguien quitarse una maldición de encima? Sí, pero no por medio de brujerías, yerbas, aguas y otras insensateces, sino por medio de un sincero arrepentimiento y una profunda confesión de pecados a Dios (Ro. 8:1; Ga. 3:10-13). No son los brujos los que quitan la maldición sino Cristo en quien se manifiesta la misericordia de Dios. 

Da. 9:12

“Pues nunca se ha hecho bajo el cielo lo que se ha hecho contra Jerusalén”. Dice Barnes que en aquel tiempo nadie discutiría eso.

Da. 9:13

“Pero no hemos buscado el favor de Jehová apartándonos de nuestra iniquidad y prestando atención a tu verdad”. Dice Gill que oraban, pero sin vida y aquellas oraciones no eran oraciones porque no tomaban decisiones y acciones contra los pecados; seguían orando, pero sin modificar sus vidas. Hay oraciones que no se cuentan como oraciones si no son sinceras. Mire en el v.19 ¡qué clase de oración intensa! ¿No se parece a la de Jesús de quien se dice que “orando más intensamente”? (Lc. 22:44).

Da. 9:17

"Dios nuestro, hagas que tu rostro resplandezca sobre tu santuario, por amor del Señor". Sabe que pudieran brillar sobre nosotros la dulce luz de su rostro en la noche más oscura.

Da. Da. 9:18

"Mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre". Es como si le enseñara con el dedo la situación para que le dé lástima. Muchas veces rogamos así, siempre, seguros en la doctrina de la gracia libre y soberana.

Da. 9:20-23

"Daniel ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento". No pienses que porque una oración se tarda no va a ser respondida, ya lo es desde "el principio de tus ruegos"; cuando estaba “hablando y confesando” sus pecados y los de su pueblo. Si miramos al pueblo pecar y que no se arrepiente, incluyámoslo en nuestro arrepentimiento y con confesión; confesemos las iniquidades con nuestra boca que los labios de ellos no confiesan. Y todas las promesas serán sí en Cristo (2 Co. 1:20). Observa que le llama "muy amado". Si somos “muy” amados nos dará por amor lo que le pidamos. Todos sus hijos somos favoritos. Como si fuéramos el único hijo que tiene, como ama a su “Hijo Unigénito”. Si amamos a Dios como Padre, pensemos que a nuestros hermanos él los ama; tratemos de amarle como él los ama y por la misma razón que él los ama.

 

Calvino explica las setenta semanas

Da. 9:24-27

"Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos". Las semanas deben entenderse en años (Lev. 25:8). El número de años es 490. Los setenta años no comenzaron con la destrucción del templo. A los setenta años Dios obró (Esd. 1:1; Zac. 1:12). Los setenta años empiezan con la cautividad antes de la caída del templo. Hay 550 años desde Ciro hasta Cristo. Después de los setenta años viene un período de gracia hasta Cristo de 490 años que equivale a setenta semanas. Las primeras siete semanas están separadas de las otras 62. Las setenta semanas empiezan con la orden para el regreso y terminan con el bautismo de Cristo. Las siete semanas se refieren a los tiempos de la monarquía de Ciro y Darío. Ciro prometió reedificar el templo, pero tras tres años se interrumpió y luego después de 46 años más se prosiguió sumando un total de 49, o sea, siete semanas-años. Si se cuentan setenta años más 490 da un total de 560 años. Desde Darío hasta el bautismo de Cristo hay 62 semanas, un total de 434 años. Y desde Darío hasta la muerte de Cristo son 480 años. Las setenta semanas acaban en la caída de Jerusalén. Es necesario tomar los vv. 26,27 juntos en la última semana y el v.27 se refieren desde el bautismo de Jesús hasta su muerte, a la mitad de la semana. Aunque los sacrificios continuaron por muchos años después de la muerte de Cristo, sin embargo, podemos decir que no eran legítimos porque no se hacían conforme a la ley prescrita por Moisés. (Tomado de Calvino).

Da. 10:2,3

“Había estado en duelo durante tres semanas”.  Desde que tuvo la visión para diferenciarla de las semanas años.

Da. 10:5

“Un varón vestido de lino…oro de Ufaz”. Se cree que ese varón sea el Verbo de Dios antes de su encarnación; tiene una voz impresionante (v.6); el v.7 es parecido a cuando el Señor se le aparece a Saulo en el camino a Damasco, sus compañeros oyen la voz, pero no entienden nada; sin embargo, Saulo habló con el Señor mientras Daniel se quedó como dormido (v.9) y el varón tuvo que despertarlo. Ufaz es mencionado en Je.10:9, y por eso se cree que se trate de Ofir. La descripción del v.6 concuerda bastante con la del Señor en Apc.1, que pienso que tomó de Daniel su material. Esta es una visión de juicio porque los ojos del Señor en los días de su encarnación no chispeaban como relámpago, sino que mostraban dulzura y amor al prójimo. Y en cuantos sus pies, los de Jesús, firmes en la verdad ya no podían con la cruz que arrastraba. Y esa repetición de que es “muy amado” también coincide con la declaración divina que Jesús es “su Hijo amado en el cual tengo contentamiento”. Y en Daniel se dice en el contexto de darle mucha revelación. Lo único que la reacción de Jesús a la voz del Padre siempre fue distinta, sin temblores y jamás temió que su oración no hubiera sido escuchada (v.12).

Da. 10:9

"Y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mí rostro en un profundo sueño, con el rostro en tierra". ¿Cómo es posible que se duerma enfrente de una visión celestial? Así fue, pero no es sueño del cansancio o de la pereza; no fue fatiga sino un estado de desmayo en inconsciencia por su excesivo temor, más que un profundo sueño. Se ha dicho que se postró con reverencia, pero lo que dice Daniel mismo lo desmiente porque no estaba orando sino durmiendo. Más bien la experiencia lo agotó mentalmente y lo dejó exhausto. 

10:11

"Muy amado". ¿Te chocan como falta de humildad? (v.19). Esto es regocijo. En esta misma forma habla el apóstol (Jn. 13:23; 19-26; 20:2,7; 21:20). En esos mismos términos escribe Pablo (Ro. 8:39). Eso es lo más importante. No sólo amar a Dios sino conocer, saber o descubrir que nos ama, que en momentos difíciles su amor no cesa. Los ángeles también saben que Dios nos ama, se lo han oído decir, y ellos nos aman también por razón del Señor y gustosos se encuentran a nuestro servicio. Por nada del mundo debemos dar culto a los ángeles, pero a Dios le plugo hacer uso de ellos para nuestro servicio, son nuestros consiervos, y nos ayudan en la obra de Cristo. Oh Señor yo no necesito que estas criaturas me digan lo que yo sé por medio del Espíritu y la Escritura, que tú me amas; ellos y nosotros miramos la encarnación del Hijo de Dios y su crucifixión como un sublime acto de amor. Es un misterio conocer como el ángel fortaleció a Jesús en Getsemaní, pero quizás fue que le recordó el amor de Dios para él, el contentamiento que tenía y para todos los que estaba salvando. Además de darle fortaleza con su compañía. La descripción que tenemos en la Biblia de los ángeles es que son seres robustos, fuertes, serios soldados, fieles y santos, obedientes; pero así y todo si Dios nos ama ellos también, y son los mensajeros del amor divino. 

 

Donde oran los creyentes acampan ángeles

Da. 10:12,13   

“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Se trata de Ciro y Cambises su hijo, reyes de Persia. Miguel trata de quitarle las malas ideas al príncipe para que no influya sobre su padre y no deje ir a los judíos a su tierra a edificar Jerusalén y el templo; pero son tan malos los consejos que le da y con tanta astucia que tiene necesidad que venga Miguel, quizás el Hijo de Dios, con más sabiduría que él y le aconseje cómo conducir los asuntos para que quitados los obstáculos al fin los judíos salgan. Así de malos son los pensamientos que Satanás mete en la cabeza de los políticos gobernantes que se necesita mucho de la fuerza divina para triunfar sobre ellos cambiándolos. No se trata de una guerra espiritual entre dos entes angelicales como si hubiera un ángel o demonio gobernando un país. El diablo mismo estaba influyendo sobre aquel príncipe para obstaculizar el deseo del Señor. Así es como los ángeles luchan por la iglesia, conduciéndola con buenos pensamientos y confirmándola con sabiduría en los propósitos y caminos de Dios; y esto en una dimensión oculta no vista por ella, contra los poderes de las tinieblas que operan en las regiones celestes. Paciencia. Esperar que Dios use sus ángeles y nos ayuden. Nuestras oraciones atraen a los ángeles y donde oran los creyentes acampan ángeles con órdenes de responder las oraciones. 

El Señor suele responder las oraciones por medio de ellos; la providencia de Dios usa ángeles en nuestra salvación (He. 1:14); ángeles sellados por su gracia, mueven la rueda misteriosa de nuestra vida (Eze. 1:15-20), que sin sentirlo nosotros nos llevan en sus manos; sin percibirlos acampan a nuestro lado; por eso he dicho que hay ángeles donde los creyentes oran. 

El texto bíblico enseña que tienen que combatir por la respuesta divina, Dios es el que responde las oraciones, no los ángeles, no oramos a los ángeles porque está prohibido dar culto a los ángeles, ellos no son mediadores entre Dios y nosotros, solamente participan de nuestros intereses eternos y temporales. Sin embargo, no podemos afirmar que sean indispensables. También vemos en el texto que hay peticiones difíciles de responder, no porque para Dios haya alguna cosa difícil sino por la oposición demoníaca; el diablo se opone con sus ángeles a las predicaciones, pero también está atento a las oraciones de un santo cuando está de rodillas. Tienen que luchar para lograr complacer nuestros deseos. Las oraciones levantan oposición demoníaca y las cosas se pueden poner peores por un tiempo, pero Dios ejerce su poder a través de ellos y todo saldrá bien. Pueden pasar más de 21 días o años sin que veas tus deseos cumplidos. Solemos pensar que como Dios es omnipotente sólo tiene que decir una palabra o levantar un dedo, hacer una seña y ya todo está hecho. Para responder nuestras oraciones Dios suele usar sus ángeles, si no quisiera su omnipotencia; una oración contestada es un misterio.

Da. 10:16

“Tocó mis labios y hablé” ((Isa.6:7). Quizás se quedó mudo por su sentido de impureza, o de asombro.

Da. 10:18,19

"Me tocó otra vez y me fortaleció y me dijo: muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate". Cuando esté desanimado Señor, cuando me falten las fuerzas para hacer tu voluntad, cuando esté cansado de luchar, o débil, Señor, envía uno de tus siervos espirituales que como llama de fuego incendien mi pecho, me toquen, me hablen y recobre mi vigor y mi paso en este andar. Oh, Dios bendito, ¿es tan amplio el ministerio de los ángeles? ¿Así te animaron a ti en aquella noche terrible en el huerto?

Da. 10:20

“Ahora vuelvo para luchar contra el príncipe de Persia y cuando termine el príncipe de Grecia vendrá”. Primero contra Ciro el persa que no tenía de sí mismo ninguna inclinación de dejar ir a los judíos a reedificar Jerusalén y el templo, y después menciona a Alejandro rey de Macedonia (11:2,3). Alejandro se encargaría del rey persa y después él mismo quiso atacar a los judíos, pero fue pacificado por el sumo sacerdote. Especialmente sus sucesores fueron pródigos en odio contra Jerusalén y el templo, especialmente Antíoco.

Da. 10:21

“Está escrito en el libro de la verdad, pero no hay nadie que se mantenga a mi lado contra estas fuerzas sino Miguel vuestro príncipe”. Me gusta más la interpretación que le da Gill al libro de la verdad, que no es el pentateuco ni lo que acaba de escribir sino el libro de los propósitos de Dios donde se hayan escrito todos los beneficios de los judíos. El ángel del pacto que los guio a través del desierto y los introdujo en Palestina. Miguel el arcángel conoce los propósitos de Dios con la iglesia y que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. Cuando uno no puede contar con la compañía de nadie siempre tiene la presencia de Dios para que no esté solo y darle fuerzas (2 Ti. 4:16,17).

Da. 11.

Bien dice Calvino que esta narración aparece en forma de profecía.

Da. 11:1

“Yo mismo me levanté para serle fortalecedor y protector”; no Daniel sino el ángel que fortalecería la mente de Darío para que dejara marchar a los judíos de su reino. Este versículo pertenece más al capítulo anterior que a éste.

Da. 11:2

“Se levantarán tres reyes, el cuarto tomará fuerzas”. 

Los tres primeros reyes que siguieron a Darío fueron: Cambises II, Smerdis  (Guamata) su hijo y hermano menor de Cambises II;  y Darío I. Y el cuarto parece ser Jerjes que trató de subyugar a los griegos en el 480 a.C. también es conocido como Asuero (Esdras 4:6; Ester 1:1) (LBLA).

Da. 11:3

“Un rey que hará lo que le plazca”; se refiere a Alejandro el Grande (336-323 a.C.).

 

Alejandro el Grande, un gran asesino

Da. 11:4

“Su reino será fragmentado en cuatro”.  “A la muerte de Alejandro, su imperio fue dividido entre sus generales, surgiendo así cuatro reinos: Macedonia, gobernada por Casandro; Tracia y Asia Menor, gobernada por Lisímaco; Siria, gobernada por Seleuco I; y Egipto, gobernada por Tolomeo I (v. coment. en 8:8)” (LBLA).

 

“No a sus descendientes”. La familia de Alejandro tuvo un trágico fin: 

 

1.         Su esposa Estatira fue asesinada por otra esposa de Alejandro, Roxana. 

2.         Su hermano Arideo quien le sucedió fue asesinado junto con su esposa Euridice, y esto    por orden de Olimpia la madre de Alejandro, después de haber reinado unos seis años. 

3.         Olimpia también fue asesinada por los soldados, en venganza. 

4.         Alejandro Aego, su hijo, junto con su madre Roxana, fueron asesinados por orden de Casandro. 

5.         Dos años después su hijo Hércules con su madre Barsina fue asesinado. Así, unos quince años después de la muerte de Alejandro, ninguno de sus descendientes se hallaba vivo. Alejandro el Grande fue un asesino de hombres. Lo asesinaron envenenándolo o se murió en una borrachera cuando sólo tenía 32 años y ocho meses. Esa fue la paga que le dio la providencia de Dios destruyendo su posteridad. Así terminó Alejandro, el Gran Asesino y sus descendientes” (Clarke).  

Da. 11:5

“El rey del sur”. Es decir, Tolomeo I Soter (323–285 a.C.) de Egipto (cp. vers. 8). “Uno de sus príncipes”. O sea, Seleuco I (311–280 a.C.). “Un gran dominio”. El territorio dominado por los seléucidas era mayor que el de los Ptolomeos (LBLA).

 

Da. 11: 6

“Harán alianza”. El matrimonio de Berenice, hija del rey del sur (Tolomeo II Filadelfo; 285–246 a.C.), con Antíoco II de Siria, el rey del norte, selló esta alianzapolítica. “Del norte”. Es decir, del imperio seléucida, que incluía Babilonia y un extenso territorio al oeste (o sea, Siria).  “Ella no retendrá su…poder”. Antíoco se divorció de Berenice y volvió a tomar a su mujer anterior, Laodicea. Para asegurar el trono para sus hijos, Laodicea ordenó matar a Berenice y a su hijo.  “Ni él permanecerá con su poder”. Laodicea mandó envenenar a Antíoco (LBLA).

Da. 11:14

"En aquellos tiempos levantará muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos se levantarán para cumplir la visión, pero caerán". La visión de Israel. Pero la palabra no la cumplen los que quieren sino aquellos que Dios designa y en el tiempo que él establece; se equivocaron. "El rey de Egipto, Ptolomeo Epifanio siendo un menor; y siendo tal Antíoco rey de Siria y Felipe rey de Macedonia, hicieron alianzas para dividirse el reino entre ellos; y según Antíoco empezó la guerra en Siria y Fenicia y Felipe fue contra Egipto" (J. Gill). 

Da. 11:15

“Y tomará una ciudad bien fortificada”. “Se refiere probablemente a Sidón, donde Antíoco derrotó a Tolomeo” (LBLA). “Una estratégica victoria para los ptolomeos lograda por Antíoco el Grande para el reino de los seléucidas” (NET).

Da. 11:16

“Hará lo que quiera… la Tierra Hermosa”. “O sea, la tierra de Israel, Antíoco III tomó el control de Palestina en esta campaña” (LBLA). “El demuestra que no sólo aflige a los egipcios sino a los judíos y entra a su país de lo cual les había avisado para que se dieran cuenta que todo eso provenía de la providencia de Dios” (Geneva).

Da. 11:17

“También le dará una hija de las mujeres para destruirlo”. “Este tratado sería consolidado en Rafia en el año 194 a.C. con el matrimonio de Cleopatra I, hija de Antíoco, con Tolomeo. Es decir, Cleopatra. Esta alianza parece haber sido un complot para derrocar a Tolomeo.  El complot no tuvo éxito porque Cleopatra se puso en contra de su padre” (LBLA). “Es la segunda batalla que Antíoco libró contra Epífanes. Cleopatra es hija de Antíoco. Cleopatra amó a su esposo (Ptolomeo) y no buscó su destrucción” (Geneva), No se puso del lado de su padre.

Da. 11:18

“Un príncipe pondrá fin a su afrenta y hará recaer sobre él su afrenta”. “Hacia Asia, Grecia y las islas que se hallan en el Mar Mediterráneo porque los judíos llamaban islas a todos los países que se encontraban divididos por él” (NET). “Volverá su rostro”, se refiere a Antíoco III; “un príncipe”; el cónsul romano Lucio Cornelio Escipión derrotó a Antíoco en Magnesias (hoy, Manisa) en el 190 a.C.” (LBLA).

Da. 11:19

“Volverá a las fortalezas de su tierra”.  “Se refiere a Antíoco III. Murió en una expedición militar en el Asia Menor” (LBLA). “Por miedo a los romanos huyó. “Pretendiendo pobreza robaría el templo de Júpiter y los ciudadanos le darían muerte” (Geneva). 

Da. 11:20

“Y se levantará en su lugar otro”. “Enviado por Seleuco IV. El cobrador de impuestos ha de haber sido Heleodoro Macabero” (NET). “Seleuco es el hijo de Antíoco a quien sucedió” (Geneva).

Da. 11:21

“En su lugar se levantará un hombre despreciable”.  “Ese hombre es Antíoco IV Epífanes, hermano de Seleuco IV a quien le dio muerte y en contra de la voluntad del pueblo se apoderó con crueldad del reino. El verdadero heredero era Demetrio Soter, hijo de Seleuco” (LBLA). 

Da. 11:22

“El príncipe del pacto”. “Quiere decir el hijo de Ptolomeo Filopater” (Geneva). “Las fuerzas egipcias fueron derrotadas y puestas en fuga por Antíoco IV. El príncipe (pudiera ser Onías III, un sacerdote judío que fue depuesto por Antíoco IV y lo reemplazó su hermano) o puede ser Ptolomeo VI de Egipto” (LBLA). “El hijo de Onías fue Jason” (Clarke).

Da. 11:24

“En tiempo de tranquilidad (en paz) entrará en los lugares más ricos”. “Esos lugares ricos son tanto Palestina como Egipto que pueden ser incluidos en esta descripción. Antíoco IV sobrepasó a sus padres en conquistas, explotación y derroches “pero sólo por un tiempo”.  Se refiere a la muerte prematura de Antíoco en el 164 a.C.” (LBLA). “Estaba contento por un tiempo con poco pero siempre con astucia buscaba cosas mayores” (GENEVA).

Da. 11:25

“Incitará su fuerza contra el rey del sur”. “Fue vencido mediante la traición” (GENEVA). El rey del sur es Ptolomeo VI de Egipto. Ptolomeo fue derrotado por Antíoco en el 169 a.C.

Da. 11:27

“Y en la misma mesa se hablarán mentiras, pero no tendrá éxito”. “Tanto Antíoco como Tolomeo tenían interés en conquistar Egipto, pero las relaciones entre ellos eran de mutua desconfianza y de engaños”; y el fin se refiere a “las guerras siro-egipcias” (LBLA).

Da. 11:28

“Pondrá su corazón contra el pacto santo”. “Antíoco IV profanó el templo de Jerusalén en 169 a.C. Esto fue una violación del pacto de Dios, pues la profanación se hizo también contra la tierra que Dios había dado a su propio pueblo” (LBLA).

Da. 11:30

“Y favorecerá a los que abandonen el pacto santo” (Antíoco) “Mostró su venganza contra los judíos enviando a su general, Apolonio,  con 22 mil hombres contra Jerusalén robándola e incendiándola, derribando las casas, asesinó a muchos y edificó un castillo para controlar el templo y mató a mucha gente pobre que venía a adorar y contaminó el lugar de adoración de modo que el servicio sagrado fue abandonado y al fin todos abandonaron la ciudad. Cuando regresó a Antíoco publicó un decreto que la única adoración sería la griega abrogando completamente la judía y consagrando el templo a Júpiter (romano) (Zeus, griego). ¡Cuán grande ha de haber sido el pecado del pueblo que Dios permitió todo esto! Mientras tanto estableció contacto con los judíos que habían apostatado, abandonando el pacto, especialmente con Menelao el sumo sacerdote y otros que se unieron a él y que de tiempo en tiempo le llevaban información a Antíoco incitándolo contra los propios judíos y su templo” (Clarke). 

Da. 11:31

“Abolirán el sacrificio perpetuo y establecerán la abominación de la desolación”. “La profanación del templo en Jerusalén por Antíoco incluyó la orden de que cesara la adoración a Dios en el santuario, que se instalara un altar al dios griego Zeus y que quemaran unas copias de la ley (8:11). La mención de Jesús de una abominación de la desolación es de un evento futuro e indica que Antíoco fue un tipo del anticristo que perseguirá al pueblo judío durante la tribulación (Mt.  24:15; Mr. 13:14)” (LBLA).

“Josefo expresamente dice que Antíoco prohibió los sacrificios a Dios según la ley judía y eso hizo que el templo quedara desolado por esa abominación y además ayudada por la guarnición de soldados paganos que situó allí que sacaron al sacerdote y la gente del lugar; y todo eso hizo que el sitio quedara abominado y desolado, o como es usual decir con un ídolo allí al cual la Escritura llama abominación, refiriéndose al dios Júpiter que como se piensa fue instalado por Antíoco en el altar el día quince del mes Quisleu” (Gill).       

 

Ayudado con pequeño socorro 

Da. 11:34

"Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas". Aquí está hablando de las revueltas de los macabeos y como el Señor los auxiliaría con “un poquito, con breve socorro, con insignificante socorro”, que es lo que la palabra significa, con pequeñas ayudas para señalar que estaba con ellos, para que resistieran y sobrevivieran, ganaran pequeñas victorias, y pudieron soportar el tremendo peso de la situación. A nosotros para que la tristeza no nos consuma, para que tomemos un respiro, y para que lloremos menos; y ese pequeño socorro nos llega por medio de alguna promesa que nos trae un himno, un recuerdo, una porción de un sermón, un buen libro, etc. Quiere decir que la lucha es larga, que es pareja, perderemos y ganaremos la misma cantidad; la guerra será cruenta y nuestro mejor trofeo será la experiencia que poco a poco acumularemos. Muchas veces Dios nos ha asistido con socorros pequeños para que tomemos aliento y no disminuya nuestra fe y esperanza;

Da. 11:36

"Y contra el Dios de dioses hablará maravillas y prosperará". Unos dicen que esto se refiere a Antíoco Epífane y otros que no; sino que se trata del pueblo romano, o en específico al anticristo. No te asombres que algunas veces el mal triunfe, que eso no ocurre definitivamente. La iglesia puede ser destruida hoy pero no aniquilada definitivamente.

Da. 11:37

“Ni del amor de las mujeres”, es una traducción, pero hay otra “no hará caso del amado de las mujeres”, por lo que puede referirse al dios Adonis. Clarke da a entender que se refiere tanto a la iglesia griega como latina que proscribe el matrimonio y obliga al celibato perpetuo. Calvino niega que se refiera a Antíoco pero que le cabe muy bien a Mahoma y a los papas romanos. También se dice que no le importarán los dioses, refiriéndose a los romanos, porque para ellos, ellos mismos eran más importantes que sus dioses, creados con sus propios vicios, virtudes y maneras.

Da. 11:39

“Los colmará de honores”; posiblemente Antíoco que honró a los judíos apóstatas y le dio poder y propiedades.

Da. 11:40

“El rey del sur se enfrentará con él”; ambos, los egipcios y los sirios se enfrentaron con los romanos pero ellos los derrotaron (Geneva).

Da. 11:41

"Entrará a la tierra gloriosa". Al margen algunos manuscritos leen "tierra de delicias", o ornamento, o buena tierra. Se refiere a Israel, la tierra santa. La misma palabra se halla en 11: 16. Exactamente no debiera decir muchas provincias sino ciudades, cosas, instituciones. La idea es que habrá una gran devastación, que fue una realidad por medio de Antíoco cuando él personalmente por medio de sus generales invadió Israel. Observa que el lugar donde Dios ha manifestado muchas veces su gloria es gloriosa. Señor que tu pueblo sea glorioso (v.15).

Da. 11:44

“Pero rumores del oriente y del norte lo turbarán”; Dice Clarke que puede referirse a Artajerjes rey de Armenia, o a los turcos; significa los persas al norte y los rusos al sur que por un gran tiempo le causan problemas al gobierno otomano. La Geneva dice que los rumores o noticias se refieren a la muerte de Casio y la derrota de Antonio; y que Augusto venció a los partos y recobró lo que Antonio había perdido. JFB también dice que se trata de Artajerjes rey de los armenios en el norte y el arsácido líder de los partos en el este. Antíoco salió contra ellos y cuando regresó murió.

Da. 11:45

“En el monte santo, pero llegará a su fin sin ayuda”; “se refiere a la desolación del santuario por Antíoco y la profanación de Jerusalén por las idolátricas insignias; también alude a la mezquita mahometana y finalmente al anticristo (Isa. 14:3), pero éste será derrotado” (Da. 7:26; 2 Te. 2:8). (JFB). 

Da. 12:1-4

" En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará". Este capítulo debe ser leído conjuntamente con los dos anteriores, el 10 y el 11. Si el capítulo 11 se refiere a los problemas bajo el reinado de Antíoco aquí se escribe cuándo terminará todo. Aunque este texto históricamente trata sólo de maltratos bajo el reinado de Antíoco y los macabeos, como una esperanza figurada de resurrección y mejora, desde el polvo a una situación de paz y prosperidad, brillante, también enseña la profecía en su largo alcance; el ojo del profeta vio más allá, y el Espíritu Santo nos reveló una doctrina mucho más gloriosa contenida en el NT.

“La resurrección política de los judíos en tiempo de los macabeos es el punto inicial de la transición hacia una resurrección literal a la cual sigue la destrucción del Anticristo en la segunda venida de Cristo en gloria. El lenguaje pasa de un evento cercano a otro más remoto al cual sólo se le puede aplicar todo lo que dice” (JFB). No puede referirse a la caída de Jerusalén porque eso sucedió 70 años atrás, está mirando un conflicto mucho mayor que ocurrirá a la iglesia cuando Cristo vuelva. Dice Calvino que se refiere particularmente a los elegidos puesto que los señala como “todos los que se encuentren inscriptos en el libro”. 

Da. 12:3

“Los que guiaron a muchos a la justicia”; “los que enseñan la justicia a la multitud”. “Los creyentes judíos que resistieron al anticristo y llevaron a muchos judíos a la fe de Jesús el Mesías (Apc. 7:19) brillarán en sus cuerpos glorificados” (LBLA). Se refiere particularmente a los ministros del evangelio y también a todos los creyentes que instruyen a los ignorantes (Sgo. 5:20; 1 Co. 15:41,42). 

 

Sacar conocimiento de la Biblia requiere esfuerzo 

Da. 12:4

“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. Deja la profecía como está hasta que tenga su cumplimiento; lo que no se entienda ahora cuando se cumpla será abierta a tus ojos y a los de aquellos que corran de un sitio a otro tratando de entenderla. Con ese esfuerzo procurando sacar de la Escritura su conocimiento se aumentará y el esfuerzo en logarlo retribuido con lo que se aprende. Los discípulos no relacionaron muchos pasajes de la Escritura con Jesús hasta que sucedió algo que le trajo a la memoria lo que estaba escrito. Así se aclaran los misterios con el tiempo y el estudio; y por eso hacemos bien teniendo los ojos abiertos y procurando, con libros y oración, penetrar en ellos. 

 “Cuando se acerque el tiempo determinado mucha gente se sentirá interesada en investigar esta profecía sin tener en cuenta cuán difícil sea y lo que cueste aprender su significado. Leerán la Escritura y aprenderán de ella, compararán un pasaje con otro, lo espiritual con lo espiritual para conocer la mente de Cristo, reflexionarán en los escritos de aquellos que los han precedido y han hablado sobre estas cosas y hablarán con otros que son versados en estas cuestiones para aprender de ellos, y por esos medios, con la bendición de Dios, el conocimiento que tendrán sobre esas profecías se les aumentará y según se acerque el fin las entenderán mejor hasta que las vean cumplidas. Y aún más cuando se vean cumplidas en el conocimiento del evangelio y éste, como dice el profeta, cubra toda la tierra” (Isa.11:9) (Gill).

Da. 12:7-9

“Juró por aquel que vive para siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”. Este es un ángel del Antiguo Pacto que se autorizaba a jurar por Jehová porque en el Nuevo, por Cristo está prohibido jurar. En cuanto al asunto de los tiempos ver nota 7:25. Aun Gill da un tributo a la interpretación literal de los números o sea pre milenaria, escribiendo: “La persecución de la iglesia durará ese tiempo y al final de esa escena ya fijada otra gloriosa se abrirá y cosas maravillosas sucederán para gozo y consuelo de los santos. “Tiempo” significa un año profético, o 360 años y “tiempos” dos años proféticos o 720 años. El “medio tiempo” es la mitad de un año profético, o 180 años, con un total de 1260 años lo cual es el tiempo exacto de duración del dominio del anticristo, o de la iglesia en el desierto, o de los testigos profetizando vestidos de cilicio y pisoteando la santa ciudad, o lo que es lo mismo, durante 42 meses, según Apc. 11:2” (Gill). Ya Calvino lo dijo, los números de Apocalipsis son figurados e indeterminados y no suena prudente tomarlos aritméticamente.

 

Comentarios discutibles e inseguros escritos en la Biblia

Da. 12:11-13

“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.  Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días”. Transcribo lo que escribió Clarke y como se equivocó: “Creo lo mismo que el Obispo Newton, que es una frase proverbial (en eso tiene razón, nota mía) y puede ser aplicada a cualquier cosa que suplante o esté en oposición a las ordenanzas de Dios, su verdad, etc. El templo de Adrián edificado en el lugar del templo de Dios en Jerusalén, la iglesia de Santa Sofía convertida en una mezquita musulmana, etc., pueden ser abominaciones desoladoras. Quizás el mahometismo sea esa abominación que nació en el 612 d.C. Si tenemos en cuenta el número 1290 desde ese entonces llegamos hasta el 1902 cuando se presume que la religión de ese falso profeta dejará de prevalecer en el mundo; desde el presente, el año 1825, quedamos sólo a una distancia de 77 años” (Clarke). Las itálicas son mías. En cuestión de números proféticos ¿no es mejor ser prudentes como Calvino y dejarlo a un tiempo desconocido que sólo el Señor conoce? Con esa regla en mente fue que comenté el Apocalipsis. Lea lo siguiente: “Ya que Cristo habla de este evento como futuro, no se refiere a Antíoco Epífanes (Mt. 24:15), sino al sistema religioso autorizado por el anticristo en Jerusalén cuando establece su propia imagen (Apc. 13:14) y se presenta como Dios (2 Te. 2:4); “mil doscientos noventa días”. A la última mitad de la gran tribulación se le identifica con 42 meses (Apc. 11:2; 13:5) y 1,260 días (Apc. 11:3), y culminará con la segunda venida de Cristo (Mt. 25:31). Los 30 días adicionales pudieran ser para el juicio de las naciones (Dan. 12:11; Mt. 25:31–46). Los 45 días adicionales en los 1,335 días del v.12 pudiera ser para la inauguración del reino milenial (v.12) (LBLA).  No es prudente en una nota dentro de la Biblia se escriban comentarios discutibles e inseguros. Sujetos a perder credibilidad con la erosión del tiempo, que termina por descartarlos.

 

Cómo ha de devolver tu cuerpo la tierra

Da. 12:13

"Y tú irás hasta el fin, y reposarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días". Es bueno leer estas palabras en conexión con el v.2; y “bienaventurados los que tienen parte en la primera resurrección”, la de los escogidos para vida eterna, no en la segunda, para vergüenza y confusión perpetua. Cada quien mire cómo ha de devolver su cuerpo la tierra, si como un vaso de barro hecho para la gloria de Dios que contenía su “depósito” santo o un vaso de barro preparado para destrucción completa. 

El gran libro termina con una promesa de vida eterna para el mismo Daniel, quizás anciano porque sabe que tiene la muerte cerca, para que no piense en ella sino en su resurrección cuando ha de recibir su heredad o porción. Qué bonito es terminar nuestros días pensando en eso, que seremos despertados por la voz del Señor al final de la historia y estaremos con él para siempre, y como dijo Job, me animo pensando, “en mi carne he de ver a Dios”. ¿Quién no desea acostarse si tiene sueño y está cansado? Y ¿quién tiene miedo dormirse? No hay miedo porque está seguro que se despertará al amanecer. Jesús insistió que frente a él la muerte era un sueño (Jn. 11:11-15). Oh Dios que así me pase, acuérdate de mí y despiértame Señor cuando vengas en tu reino. Amén. 

 

OSEAS

VISTA PANORAMICA (LBLA)

“¿Puede alguna persona quedar fuera del amor de Dios? Con qué adoraré al Dios Altísimo. A Oseas se le ordenó que se casara con Gomer, quien era virgen cuando se casó, pero después se hizo ramera, así como Israel primero fue fiel, luego infiel (1:2). Bajo las órdenes de Dios, Oseas se casó con Gomer y tuvieron dos hijos y una hija; sus nombres representan la ruptura de su matrimonio (1:3-9). 

Gomer abandonó definitivamente a “Oseas y a sus hijos para juntarse con amantes, de quienes ella creía que le sostenían sus lujos (2:5) cuando en realidad era Oseas quien pagaba sus extravagantes gastos (2:8). Oseas y sus hijos suplican a la madre que vuelva a casa (2:2). Rechazando sus súplicas, Gomer se vende en esclavitud, y Oseas, quien todavía la ama, paga el precio de rescate (3:2). Él le ayuda durante un período de rehabilitación, luego el matrimonio se reanuda (3:1). Por medio de su mucho amor por su infiel esposa, él se da cuenta de cuánto ama Dios a Israel, su pueblo infiel. Desde la perspectiva del amor de Dios, Oseas le predica al Israel infiel sermones de restauración y de amenaza de juicio, alternadamente.

“Oseas profetizó durante el tiempo de los últimos reyes de Judá, por tanto, fue un contemporáneo de Amós en Israel y de Isaías y Miqueas en Judá (1:1). El vio el deterioro político y la decadencia moral en cada área de la vida de Israel. La degradación estaba a la orden del día; el pecado dominaba la vida social y espiritual del pueblo. Aunque estaban siendo atacados por Asiria, la corrupción interna de la sociedad de Israel era de mayor peligro que cualquier enemigo externo.

“Oseas es el profeta del amor de Dios (11:1,4;14:4). Su libro es un recordatorio de que el pecado es semejante a la infidelidad dentro del matrimonio. El que peca se aleja voluntariamente de Dios; sin embargo, Él ha proporcionado perdón y reconciliación por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Aunque el conocimiento de Oseas acerca de la provisión de Dios era incompleto, por fe él sabía que Dios reconciliaría a su pueblo consigo mismo. A causa de la muerte de Cristo, tanto los judíos como los gentiles que creen en El, por medio de la fe entran en una relación personal con el Señor en la que no hay acusación (Ro. 8:33), ni condenación (Ro. 8:1,34) ni separación del amor de Cristo (Ro. 8:35-39)”.

“Ahora retorno a Oseas. He dicho que su ministerio perteneció especialmente al reino de Israel; porque toda la adoración a Dios en aquel sitio estaba completamente corrupta, no es que la corrupción comenzara más tarde; pero estaban tan obstinados en sus supersticiones que no existía la esperanza para el arrepentimiento. Verdaderamente conocemos, que tan pronto como Jeroboam separó las diez tribus de la alianza con Roboam el hijo de Salomón, entonces se levantó una adoración ficticia, y Jeroboam parece haber sido quien contribuyó a ese artificio con el propósito de que el pueblo no regresara a la casa de Israel. Pero al mismo tiempo por esa causa atrajo para sí mismo y para todo el pueblo la venganza de Dios. Y también aquellos que participaron de su pecado y le siguieron. Cuando tal perversidad llegó a ser intolerable, Dios resolvió ejercer su poder y darles a ellos de inmediato una prueba de su desagrado, con el propósito de que el pueblo recurriera al arrepentimiento. De aquí que Jehú, aunque fue por mandamiento de Dios ungido como rey de Israel, para que posteriormente destruyera toda la posteridad del rey Acab; sin embargo, él también cayó en el mismo pecado de idolatría. Ejecutó el juicio de Dios el cual él pretendió con gran celo, pero su hipocresía muy pronto salió a la luz porque también aceptó la adoración pervertida y sus seguidores tampoco fueron mejores que aquellos que habían seguido a Jeroboam, en el reino del cual él había profetizado” (Calvino).

“Autor y Fecha. La genuinidad de las profecías de Oseas nunca se ha puesto en dudas ni que el nombre que lleve el libro aparezca dentro de un grupo de otros autores con diferente carácter, cultura y fecha, un asunto que ha jugado un papel importante dentro de la crítica de otros profetas. Todo lo que nosotros sabemos de Oseas lo dice él mismo, y por cierto es poco. Su nombre escrito en la Septuaginta y en la Vulgata Latina significa ayuda, liberación, o si lo tomamos como jerónimo lo dijo significa ayudadores y Salvador. Jerónimo dice que en algunos manuscritos tanto en griego como en latín se encuentra escrito un hombre así ‘ause’ pero añade que es inteligible” (The Pulpit Commentary).

Su actividad de profeta puede ser situada entre los años 750-730 a. C. (ver la fecha que da Clarke) profetizó bajo los reinados de Azarías hasta Ezequías (769-693 a. C.) y bajo el reinado en Israel de Jeroboam II. Contemporáneo con Isaías y Miqueas.

Ose. 1:1

Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Je+ hijo de Joás, rey de Israel”. "Si suponemos, dice el obispo Newcome que Oseas profetizó durante 66 años y si se le sitúa desde el 790-720 a.C. ejerció su ministerio 8 años en el reino de Jeroboam II, 33 en el reinado de Uzías, los dos reinados de Jotán y Acazm y 3 años en el reino de Ezequías; pero no sobrevivió a la caída de Samaria. El primer versículo es el título dado por el compilador de las profecías” (Clarke). 

Ose. 1:2,35

El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo”. No debe ser literalmente un matrimonio, eso sería un escándalo más que un símbolo sublime, y el profeta sería objeto de críticas y burla. Es una parábola; que pudo haber referido así, “Jehová me dijo que tomara una mujer fornicaría, y fui y la tomé... tuve hijos con ella, y los nombré así y así”. Así fue escribiendo sus sermones y lo que él contó como una parábola fue tenido como un hecho real, narrado tiempo después como si hubiese ocurrido, y lo describió como si fuese parte de su historia y ha pasado a nosotros de ese modo, como historia y no como una forma literaria de predicación. Sin embargo, serían muy provechosas las lecciones si se tomara como una orden del Señor casarse con una mujer adúltera porque al Señor le podría ser útil un pecado del profeta para revelar su fidelidad y amor por su pueblo; “la injusticia del hombre puede hacer resaltar la justicia de Dios” (Ro. 3:5). 

Ose. 1:2

“La primera vez que el Señor habló por medio de Oseas, le dijo de y tomó por esposa a una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo”.

¿Una prostituta Señor? ¿En visión? Nada de eso. Posiblemente real y cada hijo e hija es un sermón en la fe, en la familia en el vecindario el pueblo y la nación. Cuando uno forma un hogar como Dios quiere, los hijos serán sermones de la palabra de Dios. Desde el nombre a la conducta anunciando los mensajes de Dios. ¡Qué privilegios! 

Ose. 1: 4, 5

“Castigaré a la casa de Jehú por la sangre de Jezreel” (ver 2 Re. 9,10). El Señor por ojos de Eliseo miró la capacidad para hacer mal que tenía Jehú, su corazón, y que podía usarla para castigar la casa de Acab; usó un pecado para castigar otro pecado y luego castigó el pecado que le sirvió de justicia. Dios castiga un crimen con otro crimen y después enjuicia al criminal; así la violencia civil es explicada como la mano de Dios que azota a la sociedad. Pecado contra pecado. El nombre Jezreel significa Dios esparce.

 

Dios, Judá y la iglesia católica 

Ose. 1:6-8

Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes. Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo”. Aquí aparece el nombre de Judá, para que Israel se compare con ella, no porque Judá estuviese sin pecados (Isa. 28:8), sino con el propósito de tocar el corazón de los israelitas, porque si veían el pecado de sus hermanos Dios les dice que el de ellos es mayor. Uno puede pensar que no es tan malo como los otros cuando en realidad es peor. Es muy triste la condición de Israel, el Señor le hace ver que la compacta comunidad de hoy será “esparcida” (Jezreel), se desintegrará como pueblo, que no tendrá compasión (Lo-ruhama), y lo desechará completamente como si nunca hubieran sido su pueblo (Lo-ammi). De esas tres calamidades ¿cuál es la mayor, esparcimientono compasión, o no pueblo suyo? Aunque es difícil separarlas y los castigos son coextensivos. A mí me parece que la de en medio, que Dios rehúse tener compasión. Oh Dios, ten compasión de mí. En los versículos siguientes (vv.10,11) hay una palabra de esperanza, Israel se recuperará. ¿Qué diríamos si el Señor nos dice que no tendrá compasión de nosotros y que ya no somos su pueblo, creyendo lo contrario? ¿Podrán las compasiones de Dios cesar algún día, un manantial que se acaba como las misericordias suyas? ¿Que ya no nos tiene como una iglesia suya, que no nos mira como pueblo de Jesucristo, ni como su cuerpo? Sí, la iglesia romana que un día fue pueblo de Dios ya no lo es por sus muchas iniquidades y apostasías y sin embargo vanamente se glorían en serlo, y se consuelan en su antigüedad y la conexión que tienen con la iglesia primitiva. Pero ¿acaso ellos mantienen el testimonio de Jesucristo y las doctrinas que él enseñó? Muchas de ellas sí, pero mezcladas con muchísimas que no lo son. He oído de católicos que siguen siéndolo sin compartir la idolatría ni la adoración de la misa. 

Ose. 1:11

“Nombrarán para sí un solo jefe”. Las diez tribus no regresaron de la cautividad sino Benjamín y Judá (Esd. 1:5). Se refiere posiblemente al mesías, Cristo, bajo cuyo liderazgo el pueblo será conducido. “no Senaquerib, no Ezequías, no Josías, ni Elías el profeta, ni Zorobabel hacia quien el Tárgum parece inclinado” (Gill). 

 

Ose. 2:1

“El Señor escoge el amor matrimonial para reprochar, definir y edificar a su pueblo, que es en su contexto social, lo entendía perfectamente. Compara la apostasía con la aventura de una adúltera, una prostituta; como siempre ocurre, los que dejan al Señor lo añoran (v.7).

 

Ose. 2:3

“No sea que yo la despoje y la desnude”. Nuestros pecados nos pueden hacer retroceder tanto que nos dejen sólo con la salvación, perder todo aquello que es fruto de una vida cristiana fiel; dejarnos desnudos y sin gloria, como el día de nuestro nuevo nacimiento (Je. 13:22).

 

No son hijos de Dios los de un burdel teológico 

Ose. 2:4,5

Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida”. Estas son palabras fuertes y ofensivas, pero honestas y completamente ciertas. No se alarme usted si sigo el impulso del Espíritu y comento estos en esa forma de la verdad. ¿Es usted de los que creen que hay hijos e hijas de Dios en todas las sectas, vestidos con todos los colores doctrinales habidos y por haber? Los hijos que nazcan fuera del pacto matrimonial entre Cristo y la iglesia son hijos de prostitución, quiero decir fuera del pacto de gracia y no tienen derecho a llevar su apellido, cristiano, ni son coherederos con los hijos nacidos dentro del legítimo matrimonio, entre la iglesia y él. Somos hijos del evangelio los que llevamos su forma y parecido.  Es importante cómo uno es engendrado espiritualmente por la verdad del evangelio, no por un evangelio prostituido con enseñanzas falsas, por medio de una justificación mentirosa de obras con fe, apartada de la persona de Jesucristo, engendrados por las doctrinas y herejías de una secta que miente sobre la divinidad de Cristo, o siendo más hijos de una cultura secular que de la cultura del evangelio. 

Señores, la mentira doctrinal no engendra hijos para Dios porque su difusión no cuenta con la presencia del Espíritu Santo, jamás engendra hijos santos sino del diablo y los deseos de Satanás quieren hacer y no los de Dios. A la mentira no la acompaña el poder de Dios y por lo tanto nadie puede convertirse de su mal camino sin los poderes divinos del siglo venidero. El Espíritu Santo no engendra hijos por medio de herejías porque ellas no son la simiente de Dios y no pueden engendrar hijos a imagen y semejanza de Jehová. 

Dios no acepta cualquier maestro como rabí suyo, o cualquier iglesia como su legítima esposa, ni cualquier ética llamada cristiana que apoya el aborto, la eutanasia y la homosexualidad. Es importante que usted sepa de quién ha aprendido (2 Ti. 3:14), y por medio de quién ha llegado al conocimiento de la Biblia. 

Fíjese en el texto que Israel por interés personal va detrás de sus amantes, es decir, vendió su honradez a cambio de un vivir mejor, a herejes que lo compraron con dinero y comodidades. En un sentido, aceptó unirse a un evangelio falso con mentirosas proposiciones. ¿Quién es su padre y con qué lo engendró? (1 Co. 4:15; Flm. vv.10,11). No le nacen hijos a Dios en un burdel teológico porque son hijos de prostitución y Jesucristo no tiene hermanos y amigos allí, y tampoco lo visita.

 

El supremo interés divino en nosotros

Ose. 2:6-7

Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora”. 

Es delicioso pensar por medio de estas palabras en la perseverancia de los santos que es igual a la renuencia de la gracia a abandonarnos. En la providencia de Dios que juega un papel sabio en nuestras vidas, misterioso e indescifrable, haciendo surgir impedimentos en frente nuestro para evitar que abandonemos la fe en Dios. Y la santificación que sinceramente dicho y ante todo es más una separación del acto pecaminoso y no una pureza interna. 

Es un texto riquísimo que habla de la benevolencia divina en el cuidado de nuestra salvación, porque “a los que antes conoció también los predestinó”, y enseña que el Salvador no falla en “llevar muchos hijos a la gloria” (He. 2:10), porque “es poderoso para guardarnos sin caídas ni manchas” (Jud. 1:24). El profeta afirma que la seguridad de nuestra salvación está completamente en las manos de Dios. Esa es la más grande verdad que sobresale. Que sin ese supremo interés divino en nosotros todos terminaríamos dejándolo, pero eso no puede acontecer porque si la solución en su plan es llevarnos hacia él y no hacia atrás o hacia un lado, nos rodeará de espinos que, como aguijones, porque nos falta el entendimiento y la comprensión, nos hará tomar la senda correcta. Trataremos de seguir las delicias de los amantes que viven en nuestra carne, pero no podremos realizar locos sueños de nuestra corrupción. Cuando fuimos convertidos por el Espíritu Santo fue que quedamos casados con Jesucristo para siempre y los votos matrimoniales de “en salud y en prosperidad, en pobreza y en riqueza, en la juventud y en la vejez”, nos los hizo repetir en oración Dios.

 

Mojando con lágrimas y besos el camino estrecho

Ose. 2:6-7

Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora”.

La otra y triste verdad que se muestra aquí es nuestra persistencia en pecar. Nacemos para pecar. Nuestro instinto es pecar. No podemos dejar de hacerlo. El pecado por naturaleza nos domina y somos “vendidos al pecado” (Ro. 7:14), e insistentes y persistentes en hacerlo. Todo lo que hacemos por naturaleza, de modo natural, es desobedecer a Dios, ignorarlo por completo y abandonarlo. 

El que es nacido de Dios no practica el pecado“porque la simiente de Dios está en él” (1 Jn. 3:9), o sea la gracia del Señor. No porque no lo intente sino porque no puede. Debe recordar que el primer significado que tiene la palabra santificación es separación y no pureza. La pureza es algo obligatorio. Ningún hombre natural es santo porque voluntariamente lo desee, todo lo contrario. Desprecia la santificación. Claramente ahí lo dice el Señor que si no le pone barreras a su pueblo él se prostituiría. No confía que él le sea fiel porque le ama y desea obedecerle. Le interpone impedimentos que no pueda cruzar, cercas con espinas que le desgarren si lo intenta y paredes que les sean imposibles saltar. 

Si no fuera por esos obstáculos que Dios nos pone, ninguno llegaría fiel al final. Un sermón lo para, una protesta de la familia, la protección de un buen amigo, el pecado se aleja sin decir adiós, o no se llega a tiempo para cometerlo, todo se trastorna, un espíritu de miedo venido de Jehová o un ángel se interpuso con la espada en la mano y la mula lo vio y el apretón del zapato contra la cerca hizo que gritara y desistiera. 

Sin embargo, con todo lo que les cueste saltar esas cercas de púas de vez en cuando algún “prisionero de esperanza” la salta (Za. 9:12), pero entonces paga las consecuencias de su extravío y le va mal con sus amantes que le dan de bofetadas y se le ríen en la cara. Entonces haciendo cuentas concluye que le iba mejor con Dios, con el evangelio, con el Espíritu Santo y con la iglesia que sin todo eso. Y comienza el doloroso, vuelta atrás, humillado, pobre y avergonzado, pidiendo perdón a todos los que ofendió y a su conciencia, y mojando con lágrimas y besos el camino estrecho desde donde planeó su huida. 

 

No financies herejías ni des dinero a estafadores

Ose. 2:8,9,12

“Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal. Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez”. No pongas al servicio de los demonios los dones que Dios te da. El dinero que ganaste te lo dio Dios, no lo tires, no financies cultos idolátricos, no es Baal a quien tú adoras, el que te da la plata, es Dios. No apoyes tampoco con tu dinero a las sectas heréticas ni envíes nada a evangelistas ambiciosos que te dicen lo que quieres oír y te engañan para explotarte. Financia iglesias con sólidas doctrinas, programas de ellas para alcanzar el mundo para Cristo, pastores, no asalariados sino ministros con vocación, proyectos de beneficencias a través de santas congregaciones. Pero nunca le des apoyo a otro que te pide en la puerta, por la radio o la televisión, y “no trae esta doctrina”, ni le digas ¡bienvenido! a tu bolsillo (2 Jn.1:10,11). Y la promesa que ellos te hacen que te irá bien si les envías dinero porque lo estás dando a Dios es mentira, aquí el Señor dice lo contrario, que te empobrecerás y te lo irá quitando poco a poco, y podrás dar menos y menos hasta que no tengas ni para ti mismo.  Usa con amor e inteligencia los recursos económicos que tienes, que siguen siendo de Dios, aunque los tienes en tus manos. 

Ose. 2:10

“Descubriré su locura”; o más bien su inmoralidad, su vergüenza ante sus amantes; pero a mí no me cabe duda que la idolatría, la apostasía y el adulterio son locuras, son cosas vergonzosas y locuras.

 

Quizás otrora éramos mejores 

Ose. 2:14-19

“Y allí cantará como en los tiempos de su juventud”. La palabra cantará tiene otras traducciones; y quedarían así: “allí prestará atención como en los días de su juventud” “allí responderá como en los días de su juventud” “allí hablará, cantará, gritará, como en los días de su juventud” “allí testificará como en los días de su juventud”.  ¿Podrán volver aquellos tiempos para nuestras almas?  Los tiempos de nuestro bautismo del Espíritu Santo, regeneración, justificación, del primer amor, hacia Dios y los hermanos que fue derramado en nuestros corazones (Ro. 5:5).  Cuando fuimos elevados alto hasta el tercer cielo, no sentíamos vergüenza para testificar, nadie podía callarnos y poner un freno en nuestra boca, no sentíamos miedo, huíamos del mundo y sus concupiscencias, sentíamos horror enfriarnos o ser tibios, qué felices éramos; y después que hemos pecado y nos despojaste de lo que nos habías dado, ¡oh Dios qué doloroso es acordarnos de aquellas cosas que tuvimos! Cumple esta promesa en tu iglesia, acorta los días de tu juicio y recógenos como pueblo tuyo. Haznos volver como a aquel peregrino que cuenta Bunyan, donde se nos perdió el bendito rollo, y seguiremos por donde debíamos haber ido.

Ose. 2:14-23

Si la porción anterior es fuerte y chocante, esta es de suprema belleza. Salen de la desgracia y pasan a la esperanza que se halla en tránsito al pasado, a la repetición de los mejores días del pueblo, en su redención y separación del mundo en el desierto. Dios quiere que añoren aquellos tiempos, aquella relación, porque él está dispuesto a olvidar las traiciones, los desaires, los enfriamientos, si ellos quieren retroceder, entonces podrán avanzar y el destino les sonreirá.

 

Ose. 2:18

“Quitaré de la tierra la guerra”. Para eso precisamente vino Cristo, para reconciliar lo que está debajo con lo que está arriba, a todos los pueblos entre sí, y al mundo entero consigo mismo; porque Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (Ef. 2:11-22). Él es el Mesías de paz sin límites (Isa. 9:6,7; 11:6-9).

Ose. 2:23

“Lo-ammi, Ammi”; “no pueblo mío” y “pueblo mío”. (1:6,9; 2:1). Esta promesa no parece haberse ya cumplido con los judíos sino con los gentiles, y está esperando por la conversión de ellos cuando todos le digan a Jesús “bendito el que vino en nombre del Señor”. Y entrará “la plenitud de los gentiles” (Ro. 9:24; 11:26). 

 

Ose. 3:2

Bien en no tocarla porque eso ofenderían a Dios y mataría de dolor a Gomer.

 

Para los cristianos quejosos

Ose. 3:4,5

Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días”. 

¿No te parece raro que teman "la bondad de Dios"? Uno no debe temer a un Dios bondadoso, se teme la cólera, pero no la buena disposición. Pero si el profeta lo dice por algo será. Y eso voy a explicarlo brevemente. El apóstol no dice lo mismo, pero sí algo parecido, que la bondad divina debe ser "mirada" (Ro. 11: 22), pero añade que también su severidad. Cuando miras la bondad de Dios te das cuenta lo que ha hecho y está haciendo por ti y eso te ayuda a permanecer en ella, y decirte a ti mismo “por nada del mundo renuncio a ella” o "no dejaré de verla nunca”.  Oh, cristiano quejoso, ¿qué es lo que fuiste antes de conocer a Cristo? ¿No estabas tirado en el muladar? ¿No te ha hecho sentar con los príncipes de su pueblo? (Sal. 113:7-9). 

La Biblia y nuestra experiencia nos enseñan que Dios nos da y hace por nosotros más de lo que le pedimos (2 Sa. 7:8-12; 18,19), y mucho más de lo que imaginamos. Mira, pídele a Dios reabra tus ojos para que veas el mundo espiritual, sus misericordias para contigo y que ya no es poco lo que te ha dado, pero si te parece poco, más te dará porque habiéndote dado a Cristo ¿cómo te negará algo más? (Ro. 8:32). ¿No ha usado su bondad para conducirte al arrepentimiento? (Ro. 2:4,5). Eso lo dice el profeta para resaltar la bondad de Dios, su paternal bondad, la vio en el futuro, el regreso del pueblo a la tierra y en el Hijo de David, Cristo. 

El texto también se pudiera traducir “su belleza” “su alegría”; ¿por qué vamos a temer su belleza y su alegría si no es porque espiritualmente no somos semejantes a él, bellos como nos hizo y además hemos perdido su alegría? Se fiel, busca su bondad, permanece en ella, bendícela, bésala, como niños a sus padres.

 

Ose. 4.

Todo eso habla de la idolatría y las consecuencias, y la responsabilidad de sus líderes en la falta de instrucción adecuada; la situación social violenta y la inmoralidad sexual como corolario; la rebelión contra los falsos profetas y la exigencia que se prostituyeron igual que ellos como lo hicieron (vv. 11, 15).

 

Ose. 4:4

“Tu pueblo es como los que resisten al sacerdote”. Una evidente señal de degeneración espiritual del pueblo es cuando resiste, lucha y guerrea contra quien lo instruye, lo exhorta y reprocha sus pecados, cuando no soporta la Palabra, la sana doctrina y quiere por todos los medios callar la voz de su profeta. Hay ministros herejes, e inmorales, a esos hay que oponérseles, pero ¿qué pasa con aquellos fieles siervos de Dios que administran sus misterios con mucha oposición dentro de su propio pueblo y les hacen casi imposible desempeñar su deber sin alguna preocupación, y hasta suben al púlpito conteniendo el llanto?

Ose. 4:4,5

“Y tropezará el profeta contigo”. El destino de los falsos profetas y malvados sacerdotes, en la noche oscura de la calamidad, es tropezar con el mismo pueblo que descaminaron.

Ose. 4:6,7

“Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento”. No el Israel de Dios, sus escogidos, sino los que eran israelitas según la carne, los apóstatas, porque el pueblo de Dios nunca puede ser destruido, sino que se le llama para que sea instruido y preservado para la vida eterna. Aquí habla de las diez tribus que no regresaron. Fueron ignorantes porque divorciaban el ejercicio eclesiástico del conocimiento de la palabra de Dios y olvidados de ella nadie la vivía (vv.1-3). Dime ¿no es esta una de las varias causas por la que la mayoría de los cristianos viven superficialmente el cristianismo, porque hay poca Biblia en sus servicios de adoración y aun en su enseñanza bíblica? Y ¿no es un grave error desactivar la enseñanza bíblica en la mañana dominical?

Ose. 4:7

“Conforme a su grandeza así pecaron contra mí”. La idea es que mientras más prosperaban, o mientras más en número crecían, más pecaban (10:1; 13:6). El pecado debe ser medido por la clase de persona que lo comete; mientras más honorable y distinguida sea la persona, mayor será su pecado; porque está escrito que al que más tiene más se le pedirá. Mientras más conocimiento de Dios tenemos más razones hay para vivir como requiere. ¿Soy un ministro, un profeta, un maestro o un diácono? El tamaño del pecado suele medirse por el daño que hace.

 

“Poderoso caballero que es Don Dinero” (Fco. de Quevedo) 

Ose. 4:8

Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma”. Se refiere a los sacerdotes instituidos por Jeroboam, que no pertenecían a la línea de Aarón, y comían de esos sacrificios y de los dineros que el pueblo traía en su falsa adoración porque sacrificaban al becerro de oro que tenían como Dios. Se sostenían con el dinero ganado en el negocio de la idolatría. 

Hay, ojalá que pocos, ministros que no les importan cómo vive su pueblo ni la procedencia del dinero con lo cual se sostiene él y su familia; recibiendo los diezmos y ofrendas de los cuales tienen sospechas y pruebas que el pueblo lo gana ilegalmente o inmoralmente. 

Oh ministro ¿no te atreves a atacar ciertos pecados desde el púlpito a la luz de la palabra de Dios porque temes que algunas ofrendas cesen y no llegue más al culto ese “poderoso caballero que es Don Dinero”?  ¿No has leído que el oro de ese caballerito está enmohecido? (Sgo.5:3). 

Tomar el dinero de ofrendas y promesas a santos es pecado, o de la prostitución, el juego, de un robo, venta de drogas, extorsión, soborno, de pesas falsas, de usura o intereses abusivos, el que se le quita a la familia diciendo “esto es corbán”, y misa, es hacer a Dios cómplice del pecado. El dinero que traen manos que no han sido santificadas primero no es dinero bienvenido en la casa del Señor y no debe formar parte del tesoro sagrado del cual se les paga a los ministros de Jehová. 

¿No sabes que el dinero del cual comes es sagrado? ¿No has leído en la Ley que la paga de una ramera y el precio de un perro no debían tomarlo los sacerdotes? (Dt. 23:18). Aquí la palabra perro es similar a la anterior sodomita, y algunos comentaristas antiguos piensan que el dinero que ganaban alquilando sus cuerpos en el templo los sodomitas, no debía ser recibido como una ofrenda al Señor. Es que la iglesia no debiera recibir dinero de cualquiera. Eso es un privilegio de los santos. Algunos bien plantados diezmadores creen que el predicador no tiene ningún derecho a reprocharle sus turbios asuntos porque al fin y al cabo él le da de comer, y vive de su dinero. Entonces dicen, ¡mejor es que se calle y predique contra otra cosa y se haga el de la vista gorda o va a terminar perdiendo su empleo!

 

Será hijo de fornicación, pero no lo abortes

Ose. 4:10

Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová”. Aquí se habla como de un castigo que no nazcan hijos de esa clase de relación. Un hijo tenido así es un perenne recuerdo del pecado de sus padres. De todos modos, es otra cosa la que quiero decir. 

Aun un hijo nacido de fornicación es una bendición de Dios; comoquiera que venga, queriéndolo o no, un hijo de prostitución o de una violación. Los hijos son dones de Dios y deben recibirse con los brazos abiertos y no con lamento, aunque no traiga un pan debajo del brazo. El hijo en sí es algo bueno no la forma en que ha llegado al mundo. Quizás de una persona que no quisiera que fuera su padre. Que bien pensado nunca lo hubiera escogido para ese papel. El pecado es la fornicación no el hiJoe.

Es cierto que una niña de doce años embarazada, da pena, y será como una niña dándole a mamar a otra niña, y es verdad que es demasiado pronto, pero si una criatura tan joven sale en cinta, que no aborte. Que lo recoja otra familia.

Es la cultura y no la palabra de Dios la que hace mirar a un hijo nacido de ese modo como una carga o un  estigma. Aunque ya ese sentimiento casi se ha extinguido hasta el punto que hay madres que prefieren serlo sin casarse. Un hijo mal tenido puede llegar a ser una gran persona como lo fueron Fares y Zara que llegaron a pertenecer a la genealogía del Mesías, Jesucristo (Ge. 38:24-30; Mt.1:3); y el gran juez Jefté galaadita que libró de sus enemigos a Israel muchas veces (Jue. 11:1). 

Por supuesto que esto no lo digo para disminuir una ofensa contra Dios. Es humanamente injustificable y por todas partes que se mire, un cruel homicidio. Es el fariseísmo y la hipocresía los que han hecho que se considere a un hijo ilegítimo como algo aborrecible. La sonrisa y la voz de un niño compensa todas las amarguras que se hayan sufrido, aunque nazca de una madre aborrecida (Dt. 21:15-17). El aborto no limpia ni tapa un pecado de fornicación, ni borra la memoria de una violación. Pero Dios perdona y el niño o la niña ayudan. No lo abortes, tenlo.

Ose. 4:11,14

“Fornicación, vino y mosto quitan el juicio”. Eso está probado que el fornicario, el adúltero y el alcohólico pierden el juicio, se enloquecen. Guárdanos Señor de esas locuras. Generalmente el mal ejemplo de un padre o una madre adúltera influye sobre los hijos y ellos acaban haciendo lo mismo, y lo peor es que Dios no los disciplina porque no aprenderían, porque se glorifican con lo que sus padres hicieron. Eso no es equivalente a misericordia sino a juicio y reprobación (Ro. 1:28; He. 12:6); el mal sexo y el alcohol destruyen la familia. ¿No habrá ninguno en nombre de Jehová que se oponga? (v.18).

Ose. 4:15,17

"Si fornicas Israel, a lo menos no peque Judá"; o al menos no sea culpable, no se destruya Judá. Israel se prostituyó con ídolos, comenzando con la casa de Jeroboam, y si antes fue Betel, casa de Dios, ahora es Bet-Avén, casa de iniquidad. Gilgal fue en un tiempo un sitio santo donde se adoró a Dios cuando el pacto de la circuncisión fue renovado allí, pero después se convirtió en un sitio de iniquidad cuando Jeroboam instauró su idolatría. Mi Señor, tú te conformas, aunque al menos algunos sean salvos, si alguno quiere pecar que por lo menos otro no lo haga. Quieres salvar a otros, pero si alguno quiere seguir siendo inmundo tú decides que lo siga siendo, y lo dejas a su propia mente reprobada, y sales a gozarte y dar arrepentimiento y vida eterna a algunos (2 Pe. 3:9; comparar con 1 Co. 9:19,22). ¿No sabes que Dios se goza con la salvación de una sola alma? Y los ángeles también. Sálvate tú si otros no quieren.

Ose. 4:17

"Efraín es dado a ídolos; déjalo". O Efraín está unido a los ídolos; Efraín está fascinado; Efraín ha hechocompañerismo con los ídolos y Efraín ha hecho ligacon los ídolos, déjalo sólo, abandónalo, olvídate de él; si persiste en su pecado y no quiere corregirse, si se declara sin remedio, no eches las perlas a los puercos, sacude el polvo de tus zapatos y vete, déjalo sólo. Si es dado a la carne, a la sensualidad, a justificarse por obras y no por fe, déjalo. Está pegado a sus ídolos y habría que desgarrarlo de arriba abajo para quitárselos. Los lleva escondido en sus vergüenzas y no te los mostrará.

Ose. 5:4

“No les permiten sus obras volver a su Dios porque hay un espíritu de prostitución dentro de ellos”. O sea que hay un espíritu de prostitución “en el centro” de ellos; se refiere a los falsos profetas que los instigan a la idolatría y a la práctica sexual en los templos. Se puede traducir “un espíritu de adulterio” no le permite convertirse. Seguro que un espíritu inmundo, un demonio los tiene cautivos y los empuja a prácticas licenciosas e idolátricas. Y lo tienen alojado en el centro mismo de ellos o sea en su alma y corazón; habría que echarlo de ahí para que pudieran convertirse. Con oración y ayunos hermanos, ese género no sale si no es así.

 

Como el hilo a la aguja

Ose. 5:5

"Israel y Efraín tropezarán en su pecado". Cuando uno peca piensa que el pecado lo dejó atrás; sin embargo, no es cierto a no ser que sea perdonado; el pecado siempre se halla en frente, en todos los caminos para tropiezo y es “piedra de tropiezo y roca que hace caer”. Dios lo pone siempre delante de la conciencia y hace que suba a la memoria, propia o de los demás, para bloquear las aspiraciones y obstaculizar el éxito. El pecado que engendramos es un hijo que nos sigue a todas partes, a menos que sea destruido por Dios, con perdón y justificación. Cuando dice que tu pecado te alcanzará (Num. 32:23), lo que quiere decir es que las consecuencias de tu pecado te seguirán como el hilo a la aguja.

Ose. 5:7

“Han engendrado hijos extraños”; que Dios no reconoce, o sea hijos de actos idolátricos, formados en la idolatría con mujeres paganas y por lo tanto ilegítimos.

Ose. 5:10

“Los príncipes de Judá son como los que mueven los linderos” (fronteras, límites). Por avaricia aprovechándose de las calamidades de Israel lo cual estaba prohibido (Dt. 27:17).

Ose. 5:11

“En pos de vanidades”; no exactamente eso sino en pos de mandamientos y por supuesto de hombres.

 

Si tienes polilla o te cayó carcoma

Ose. 5:12

“Yo soy como polilla para Efraín y como carcoma para Judá”. 

¿Tú Señor? No, tú no sino tus juicios y el motivo por el cual hablas así es el pecado de ellos. Ese es el castigo que les corresponde, tanto el pecado como los juicios divinos. El pecado es la polilla que se los está comiendo, y la carcoma la pudrición que les destruye sus huesos. 

El diccionario de la Real Academia Española define la polilla como una “mariposa nocturna de un centímetro de largo, cenicienta, con una mancha negra en las alas, que son horizontales y estrechas, cabeza amarillenta y antenas casi verticales. Su larva, de unos dos milímetros de longitud, se alimenta de borra y hace una especie de capullo, destruyendo para ello la materia en donde anida, que suele ser de lana, tejidos, pieles, papel, etc. Larva de este insecto”. 

Y de la carcoma dice que es el “nombre que se aplica a diversas especies de insectos coleópteros, muy pequeños y de color oscuro, cuyas larvas roen y taladran la madera produciendo a veces un ruido perceptible. Polvo que produce este insecto después de digerir la madera que ha roído. Cuidado grave y continuo que mortifica y consume a quien lo tiene. Persona o cosa que poco a poco va gastando y consumiendo la hacienda”. 

El pecado de lejos parece una mariposa común y uno puede enamorarse de ella, pero si se acerca un poco y se le conoce íntimamente como amigo, esposo, compañero, es otra cosa, un insecto y no un real ser humano, y además la certeza de la cercanía permite estudiar sus hábitos o malos hábitos, perversas costumbres, apetitos y deseos violentos y sus ansias animalescas. La ilusión de una mariposa pasa en pocos días y la novia vestida de muchos colores se cambia con un vestido negro. El pecado no liba sobre las flores ni produce luna de miel, ni posee belleza ni huele a polen y perfume. El que de él se enamora termina sintiendo náuseas. 

La esencia de su naturaleza es devorar como el mismo diablo, todo sobre lo que ha conquistado. Se come a sus víctimas. La vida humana. Generalmente el ambiente de su ataque es nocturno cuando no puede ser vista y se acerca con sus luces apagadas porque no es una luciérnaga; aparece sin ser esperado ni buscado o cuando la situación no es claramente visible y puede ocultarse y ser confundido con otras cosas virtuosas y superiores. Y su propósito es la reproducción y hacer nidos con sus larvas en el pensamiento y el corazón. El pecado como la carcoma, no debe ser subestimado porque sea pequeño porque su poder es altamente destructivo como lo leemos en la experiencia de Adán, Acán, Ananías y Safira y muchos otros lo demuestran. Una pequeña locura puede ser funesta y una zorra pequeña entrar por un portillo y comerse lo mejor cultivado de la familia. El insecticida común para esa plaga es el mismo, la gracia de Dios donde no puede vivir y termina por matarlo; ella sabe dónde se esconde y lo descubre para darle muerte y salvar la preciosa prenda donde aquellos voraces dientes se han clavado.

Ose. 5:15

“Me iré y volveré a mi lugar hasta que reconozcan su culpa; en su angustia me buscarán con diligencia”. Es una forma gráfica de enseñarles lo que les va a pasar cuando él retire su gracia, cuando ellos no cuenten más con su misericordia, su bendición, su protección, es decir cuando no haya salvación. Dios es omnipresente y “en él estamos y nos movemos”; no es posible que haya algún lugar donde no se halle, siempre está en todas partes, pero cuando quiere los hombres no lo notan y pasa de ellos como si no existiera, los abandona a sus propias mentes y los deja sin cuidados. No que ellos pudieran convertirse sin su presencia, sino que estando atestados de problemas clamarían a él y él se les presentaría. En realidad, Dios estaría en sus aflicciones.

Ose. 6.

Aunque comienza con esperanza (vv.1-3); luego presenta un caso sin remedio. Son más las palabras de reproche que las de esperanza. La solución después se halla en el v.6, y que Jesús cita dos veces (Mt. 9:13; 12:7). Amor a Dios con todas las fuerzas y al vecino como uno mismo. El culto a Dios es inútil sin una reforma espiritual y moral. Ésa es la clase de sermones, cargados de conocimientos bíblicos que la sociedad a gritos necesita. Las otras cosas, gritos, aplausos y música con sonrisas, es jugar con ella, adularla y dejarla como está sin huella permanente.

 

Dios es nuestro amanecer, nuestro día

Ose. 6:3

"Y conoceremos y proseguiremos en conocer a Jehová". Algunas versiones dicen "prosigamos en conocer a Jehová"; es como un mandato o una exhortación de los que ya le conocen; se animan unos a otros para proseguir el estudio de Dios, la teología. Oh Señor yo te he conocido y qué deleite es seguir conociéndote, leyendo, estudiando, orando, aquí y en la eternidad; más y más. Nunca es tarde para eso. Muchas iglesias tienen sus lemas, pero muy pocas éste, se glorían en sus metas, pero no en conocer más y más la Biblia y su Autor (1Co. 1:31; 10: 17). ¡Qué forma tan bella de decir que el Señor se acercará a ellos como la aurora y como la lluvia de primavera! La palabra alba es bonita, con sus rosados, pero la aurora lo es más con su esplendor dorado. Dios es nuestro amanecer, nuestro día. La segunda vez lluvia debiera traducirse por elegancia, llovizna o rocío. Unas veces sus bendiciones llegan a torrentes y otras como el sereno, imperceptibles.

Ose. 6:4 

“¿Qué haré contigo Efraín y que haré contigo Judá?”. Comparativamente Judá era más piadoso que Israel. Dios aún gobernaba allí, parcialmente en el culto correcto (4:15; 11:12). No que realmente lo fuera o que lo fuera como debía; cuando Dios escruta nuestras obras, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra piedad se desvanece. El que haya necedad en los ángeles ¿qué hombre natural podrá ser sabio? (Job 4:18). ¿Has pensado que el Dios que tú adoras, el cual te es indiferente o que aborreces, es omnisciente, aborrece las apariencias, la superficialidad y el fingimiento? Podrás creer y hablar de la bondad humana sólo comparativamente, en relación con nuestros esfuerzos, posibilidades, educación, religión; en relación con los demás hombres, pero no por la regla de medida, por el propósito de Dios, por su santidad, mediante las cual ha de juzgar al mundo. Ninguno hay bueno, dice el Señor (Ro. 3:12). No sea tu piedad como rocío de la mañana que se desvanece; sé piadoso siempre. 

 

Son iguales que Adán 

Ose. 6:5-7

Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.  Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí”. Cada vez que oían a un profeta de Jehová salían heridos o partidos en pedazos como la palabra significa. Fuera Isaías, Jeremías, Amós y Oseas. Los auténticos mensajeros de Dios hablaban contra la traición de ellos y el rompimiento del pacto con el Señor; es decir, atacaban el pecado que cometían fingían adoración, pero sin un compromiso de amor con el prójimo. Estaban seguros que si ofrecían sacrificios y mantenían el culto andando y proveían para los sacerdotes y mostraban religiosidad, todo iría bien. Pero Jehová les dice que no es así, que él prefiere el amor al prójimo al culto religioso; no que el culto y los sacrificios fueran malos sino más bien les era “necesario hacer eso sin dejar de hacer lo otro”, pero ellos decían “esto es corbán, mi ofrenda a Dios todo aquello con que podría ayudarte” (Mr. 7:11). Si eran auto centrados en la relación con el prójimo, su adoración no era otra cosa que lo mismo, se adoraban a sí mismos y no a Dios, y aquellos sacrificios eran para ellos mismos y no para el Señor. Dios les pide que sirvan con misericordia a los demás y entonces vengan trayendo sus ofrendas (Mt. 5:23,24). Jehová les dice que él está inclinado a la misericordia, que es lo que la palabra “quiero” significa, y quiere que ellos se inclinen para servir a sus hermanos y compadecerse de ellos. Y esas dos cosas ellos no querían comprometerse con la vida de sus hermanos y ayudarlos, reconciliarse con ellos y después traer animales y dinero al culto. La palabra de Dios es una espada de dos filos que corta hasta partir los huesos y llega a los tuétanos, y ellos decían “no podemos soportarla, ¿quién la puede oír?” Nadie (Jn. 6:60). Iban a su predicación pensando que les pasaría la mano y se hallaban sermones duros. El profeta, estoy seguro, les hubiera dicho palabras de gracia, misericordia y perdón, pero no podía hacerlo a menos en ese momento. Conocimiento de Dios significa una demostración en una buena conducta. Adán pecó y lo echó del paraíso, ellos pecaron y los echó de la tierra que fluye leche y miel.

Ose. 6:9

“Banda de sacerdotes que asesina en el camino a Siquem”. Sacerdotes idólatras, también participando en el pillaje y despojo de los que bajaban a Jerusalén a adorar.

Ose. 6:11

“Para ti oh Judá hay preparada una cosecha”. Dios siempre habla de Judá de modo excepcional, si dice diez palabras con ira incluye varias con gracia, misericordia y perdón; y todo eso por su propósito de enviar por medio de ellos al Mesías, al Señor Jesús. Cuando Cristo está en el camino todos son beneficiados. Las diez tribus de Israel, siendo más, desparecieron en el exilio, Judá retornó, e Israel ahora existe por ellos.

 

Ose. 7: 2

“No consideran que yo recuerdo su maldad”. No olvides tú que Dios jamás se olvida de algo, bueno o malo, cuando olvida un pecado es porque lo ha perdonado. Quien único puede sacar de la memoria de Dios nuestras faltas es Cristo.

 

Divierten con pecados a otros

Ose. 7:3

"Con su maldad alegraran al rey y a los príncipes con sus mentiras". Los reyes y príncipes oían. ¿Concibes tú eso, que haya personas que pequen para hacer feliz a otros, para que se rían? Son comediantes y bufones corrompidos; y también hay quien cuenta sus chistes sucios, historias indecentes, bromas, e invita a los otros a ver shows porno para alegrarse con pecados. Señor que yo no me alegre jamás con ninguna cosa que sea pecaminosa. Si lees el vv.4,5 te darás cuenta que la vena cómica, la diversión, pasaba por el sexo y el alcohol. Eran adúlteros y contaban sus historias de infidelidades para deleite del rey, para congraciarse con él. Animan la concupiscencia del rey con anécdotas muy personales, como si fuera una diversión. Así obran los que preparan fiestas pecaminosas para alegrar a los otros, convierten sus propias casas en casi la antesala de burdeles. Los creyentes que procuran alegrar a otros de esta forma mundana y carnal, que arman sus fiestas al gusto del mundo y del diablo sepan que están dando mal testimonio, arruinando la influencia espiritual que pudieran tener, y como sal perdiendo su sabor y no sirviendo para nada.

 

La gente embobaba suele elegir tiranuelos socarrones

Ose. 7:3

“Con su maldad alegran al rey y con sus mentiras a los príncipes”. 

Les importaba más su rey que Dios, el gobierno más que la iglesia y la política más que la Biblia. Jeroboam levantó dos altares de adoración fuera de Jerusalén, y el pueblo lo siguió. Acab añadió a eso la adoración a Baal y por complacerlo la gente siguió su nueva teología. Y Jehú anduvo en los pecados de Jeroboam e Israel hizo lo mismo. Se cumple lo que dice Pablo en Ro. 1:32 que no sólo hacen cosas dignas de muerte, sino que disfrutan con los que las hacen. El rey se alegra con el pecado de su pueblo y los príncipes con su hipocresía que es otra traducción de la misma palabra mentira. 

Así van las cosas entre la gente y particularmente los sacerdotes ungidos y predicadores entran en el juego de la política de conveniencia, volviéndose por dinero y posiciones, fanáticos de gobiernos perversos que en médula y huesos son anticristianos y no hacen esfuerzos para esconder el desprecio que sienten hacia Jehová, y aunque anden apuraditos inventando leyes para pervertir el cristianismo y apretándoles el cuello a las iglesias la gente socarrona les sonríe, les hace propaganda y los eleva a la primera magistratura del país, y anuncian sus nombres, caras y programas, en sus autos y domicilios. Y ¡viva la democracia!, que embobada también suele elegir sus tiranuelos socarrones que adquieren por la anuencia de la mayoría un poder sin límites para regimentar nuestras vidas, desde lo que comemos, bebemos y vestimos hasta lo que pensamos.

Todo si la economía les mejora un poco; no les importa la apostasía y negar a Dios. Y cierran los ojos si ven a Jesús vestido de rojo y golpeándolo con una caña en la frente, con tal que sus bolsas se vayan llenando de plata; porque si deméritos en periódicos y radios, cine y televisión van y vienen contra la religión, llega un momento que ella no vale más que treinta monedas como las que  vendieron a Jesús. El mal rey soborna liberales de la teología que se adueñan de la revelación y venden la verdad, ungen homosexuales y lesbianas para el púlpito, les dan hurras a los abortos, persiguen a los que tengan principios, y meten en cintura la ortodoxia cristiana dentro de la filosofía política, y de ese modo van corrompiendo a trochemoche la moral del Señor y le dicen al pueblo santo que omita la revelación y salude a los cambios de los tiempos que son hartos convenientes. 

Y el pueblo de nuevo embaucado dice ¡viva el rey y viva Cristo!, y enyugan a dos que no pueden ser compañeros, quieren que camine junta una pareja que no está de acuerdo, y ponen más esperanza en un rey impío que nombraron líder y redentor, que, en un Dios bueno, en las mentiras dichas dentro y fuera de la nación que en las predicaciones bíblicas que se oyen todos los domingos en las iglesias. Les importa más el gobierno que las iglesias. Y ¡Viva la democracia! ¡Ups!

Ose. 7: 8

"Torta no volteaba", inservible, cruda por una cara y quemada por la otra, incomestible porque mezcla su costumbre con la sociedad de otros pueblos. Cuerdo y loco, cristiano-mundano, carnal-espiritual, ni frío ni caliente, tibio (Apc. 3:15,16), claudicando entre dos pensamientos (1 Re. 18:21), ni totalmente vivo ni totalmente muerto, aquí y allá, ni blanco ni negro, ni dulce ni amargo, con Cristo y con Baal, en el mundo y en la iglesia.  ¿Qué es eso señores? ¿Fiel a dos banderas?

Ose. 7:8, 9

Una torta cocida por una parte y cruda por la otra; en una parte está Dios y en la otra no, una cara cristiana y otra cara natural; una con calor y la otra fría; una terminada y la otra no. Una obra que Dios no ha acabado.

 

 

Un día nos acostamos jóvenes y nos despertamos ancianos 

Ose. 7:9

"Devoraron extraños su fuerza y él no lo supo; y aún canas le han cubierto y él no lo supo". 

Poco a poco Israel fue perdiendo su fuerza política, estrechando sus fronteras, perdiendo sus valiosos hijos que morían o emigraban para darle prosperidad a otras patrias y la riqueza económica se le iba y su importancia en el mundo disminuía. Aquí se refiere bien a los sirios en tiempos de Joacaz o a los asirios bajo Pul que vino contra Israel en tiempos de Menahem (2 Re. 15:19); y en los días de Tiglat-pileser otro rey asirio que vino y tomó muchos lugares fuertes y se llevó no pocos cautivos (2 Re. 15:29). Ese era el triste panorama ocasionado por el pecado y los “extraños” que se lo comían. Iban para atrás y más para atrás. 

No nos detenemos de súbito pero cada vez nuestros pasos son más cortos, leemos con menos frecuencia la Biblia, oramos una o dos veces, nos vamos acostumbrando poco a poco a no asistir a los cultos, no hacemos las primeras obras con el mismo amor que antes (Apc. 2:5), la rutina sustituye al celo, nos volvemos poco a poco carnales, poco a poco nos apagamos y vamos perdiendo nuestra vida espiritual sin que lo notemos hasta que sólo nos queda el nombre de que vivimos, pero estamos muertos (Apc. 3:1). Nos envejecimos por dentro sin que nos diéramos cuenta, nos salieron canas como síntomas de decaimiento y declinación. Un día nos acostamos jóvenes y nos despertamos ancianos. Hubiéramos preferido la muerte que vernos viejos. 

 

Si te enfermas, toma las medicinas y ora

Ose. 7:14

"Y no clamaron a mí cuando gritaban sobre sus camas". Así claman muchos por penas y dolores sobre sus camas, sin embargo, no oran, se quejan, sufren, pero no tienen fe en Dios, no elevan ni una sola oración al cielo. Qué terrible es estar enfermo y no saber orar, morir lamentándose, sufriendo dolores, desesperado o espantado y no poseer ni siquiera una gota de gracia para volver la cara contra la pared y pedir sanidad o perdón (2 Re. 20:1-5). No tener alguien a quien llamar para que ore por él, una iglesia que note su ausencia y sus pastores se alleguen junto a su cama o lecho mortuorio (Sgo. 5:14), porque no ha creído el evangelio y ha desestimado el llamamiento de Dios y ha hecho afrenta al Espíritu de gracia. Da horror dormir con sedantes y despertar en la condenación sin haber invocado al Salvador. Esta es la situación espiritual de muchos enfermos.

Ose. 7:16

“Se vuelven, pero no hacia lo alto”. La RV dice “Altísimo”, como refiriéndose a Dios. La palabra original significa tope, sobre. Hacia Egipto no hacia Jerusalén o hacia el templo. No hacia Jehová sino hacia los ídolos. Buscan la ayuda de los hombres no la de Dios, no las cosas de “arriba” sino las de la tierra (Col. 3:1,2). No aquellas “donde está sentado Cristo a la diestra de Dios”, no las celestiales, no las del Espíritu sino las de la carne. Por naturaleza tenemos una gran inclinación hacia lo inferior, al pecado y no a la santificación, hacia el yo y no hacia los otros o hacia Dios, hacia la tierra y no hacia el cielo.

Ose. 8:11

Inventan una nueva religión para salvarse y con ella se pierden.

 

Ose. 8:1

"Pon a tu boca trompeta". Quiere decir que trompetees lo que sabes de Dios; alza tu voz y di bien alto lo que sabes, no silencies tus conocimientos, grita a voz en cuello que Jehová reina (Isa. 40:9), protesta cuando veas el pacto quebrado y a tu Dios ofendido.

Ose. 8:4-6

Obraban con libertad y democracia, poniendo a un lado la teocracia. Bajo una teocracia el hombre puede hacer sus decisiones por sí mismo o dejarlas a Dios. Dios les permitió que establecieran reyes no escogidos por él, también eligieron príncipes sin que Dios "lo supiera", multiplicaron la idolatría, obra de talentosos artífices, pero ninguno de esos ídolos era Dios; tenían libertad para hacerlo, pero estaba prohibido. Y sus príncipes y magistrados les dieron el pago que se merecían por poner en altos cargos a gente aborrecidas por el corazón de Dios (v.10).

 

Fue una mala idea enamorarse de vigorosos músculos y ágiles pies

Ose. 8:2

¡Mentira!, No te creemos porque te comparamos con la ley de Dios.

Ose. 8:4

¡Dios mío, estamos a unos días de las elecciones, 6 de noviembre de 2012, qué el señor Obama no sea elegido, oh Dios!

Ose. 8:7

Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán”. Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija que no se estima. Las naciones se buscan sus descalabros por no buscar a Dios.

 

Fue una mala idea enamorarse de coros, solistas y comprar discos

 

Ose. 8:6-7

“Aunque alquilen entre las naciones, ahora las juntaré, y serán afligidos un poco de tiempo por la carga del rey y de los príncipes”. 

 

“Comenzarán a debilitarse” (LBLA); es una mejor traducción que “comenzarán a entristecerse”; y me parece que es aún mejor si se traduce “comenzarán a disminuirse o disolverse”; que, por supuesto siempre lleva la idea que por la opresión del rey de Asiria y sus impuestos, serán “heridos”, en número, económica y moralmente, haciéndose a la vista de todos un pueblito insignificante; y eso ocurrió durante el reinado asirio de Pul primero y Tiglat-pileser después. Y la desgracia les ocurrió cuando alquilaron a los egipcios y otras naciones para desligarse de Asiria. Fue una mala idea enamorarse de esa clase de fuerza humana, arcos, flechas, vigorosos músculos y ágiles pies. Un dinero mal invertido o una renta pecaminosa que no era de fe. Así se defienden las naciones, así se hacen las guerras de los hombres, pero es una estúpida equivocación hacer lo mismo que hacen ellos cuando se trata de golpear al diablo en la cabeza y combatir a los principados y potestades del aire. Las cadenas hechas por Satanás no se quiebran con fuerzas de hombres. Nunca serían libres ellos ni harían libres a nadie haciendo la guerra de un modo equivocado. En la debilidad de ellos estaba la fuerza divina, el auxilio celestial cuando alzando los ojos arriba pidieran socorro al Trono de la Gracia. Andan hoy los campamentos de los israelitas en todas las denominaciones cristianas haciendo lo mismo, gastando bolsas llenas de dinero en alquilar coros, solistas, directores de música y grupos famosos, para ganar almas para Cristo y el diablo sentado en las nubes se sonríe satisfecho por haberlos embaucado. Si quiere seguir leyendo oprima el enlace abajo.

https://pastorhp.blogspot.com/2020/08/fue-una-mala-idea-enamorarse-de-coros.html

El público viene y se deleita, aplaude y compra CD’s y retorna igual excepto con más alegría. Y contratan jóvenes destacados para que guíen, con el evangelio, a quienes no tienen experiencia, y sacan a los grupos, y los llevan aquí y allá, y les dan programas de virtudes sexuales, y recreaciones aéreas y acuáticas, en piscinas, juegos de bolos, billares, bailes y campeonatos deportivos. Y muy poco se obtiene, el compañerismo ayuda algo, pero no es suficiente para deshacerse de los poderosos pecados. Y a pesar de la espumosa fama y el vertiginoso crecimiento numérico en algunos poblados de Israel, medularmente la iglesia se diluye, se disminuye y se debilita, porque los medios humanos no sirven para su eterno triunfo.

Ose. 8:11

Inventan una nueva religión para salvarse y con ella se pierden.

 

Ose. 8:12

Aunque escribiera muchas Biblias, al gusto de ellos de nada les serviría, aunque tuviera más libros, aunque se encontraran las epístolas perdidas que escribió el apóstol Pablo, nada les aprovecharía porque el problema no es que la Biblia sea un libro incompleto, sino que no les gusta, no quieren más de ella sino menos, acortarla, mutilarla; es más, lo que quiere es escribir ellos sus propios libros sagrados y en eso saldrían victoriosas algunas religiones.

 

La Biblia es el libro de Dios

Ose. 8:12

"Le escribí las grandezas de mi ley y fueron tenidas por cosa extraña". La Biblia es el Libro de Dios; Dios essu Autor. Cuando el Señor dice que "le escribí mi ley", incluye además de los Diez Mandamientos, los libros históricos, los proféticos, los poéticos, los biográficos y las epístolas, porque "los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Pe. 1:21); no que Dios tomara sus manos y ellos mecánicamente fueran escribiendo lo que oían; a veces escuchaban las palabras de Dios pero otras muchas Dios se las hacía pensar y ellos las transmitían en escritos y sermones (1 Co. 14:37). Esa ley se divide en: ceremonial, moral y profética. Dios escribió en símbolos y semejanzas para transmitirnos sus verdades. Por ejemplo, la construcción del tabernáculo y las muchas orientaciones sobre los sacerdotes y las formas de ofrecer los sacrificios, y sobre los sacrificios mismos. Esta ley ceremonial y simbólica es riquísima en contenido moral y teológico; y fue dada por Dios como "sombra", como parábolas de cosas futuras sustancialmente más importantes. El contenido moral de la ley ceremonial establece los principios morales desarrollados después en los evangelios. En realidad, Israel es un pueblo formado por sobre los pueblos del mundo debido a su ley (Efe. 3:10; He. 1:1); por eso el Señor habla de las grandezas de su ley. Sin embargo, hasta ahora su pueblo se ha aprovechado poco de ella y a pesar de todo su desconocimiento es tan alarmante que Dios mismo juzga que su libro es extraño para el conocimiento de los suyos y está ausente de la conducta. 

Aunque escribiera muchas Biblias, al gusto de ellos de nada les serviría, aunque tuviera más libros, aunque se encontraran las epístolas perdidas que escribió el apóstol Pablo, nada les aprovecharía porque el problema no es que la Biblia sea un libro incompleto, sino que no les gusta, no quieren más de ella sino menos, acortarla, mutilarla; es más, lo que quieren es escribir ellos sus propios libros sagrados y en eso saldrían victoriosas algunas religiones.

 

Ose. 9:1

No hagas fiestas, no te rías porque más motivos tienes para llorar. Infiel a Dios.

Ose. 9:2

Los resultados son inferiores (Ge. 3:17-19).

Ose. 9:7-9

De todos los pecados que han cometido el que ocupa la cima es el menosprecio a los siervos de Dios a quienes hombres necios y gente loca, falta de sentido común, insensata, que elevaría, que inventa castigos y promesas cuando todos piensan que van bien. Odian a los pastores.

Ose. 9:11-15

El señor conoce la historia pecaminosa de cada uno (1 Sa. 11:14,15), desde el primer pecado cometido hasta el último; no los recuerda todos. Los que confesamos y pedimos perdón. Pero para Dios no porque los disculpa y los tapa con la justicia de Cristo.

 

Ose. 9: 3

"Comerán vianda inmunda". Este es el colapso de la economía y de la religión.

Ose. 9:4

“Su pan será sólo para ellos”. En Asiria no podrán ofrecer los sacrificios que pudieron ofrecer en su país; pero cuando estaban en él menospreciaron el altar de Jerusalén por los becerros alzados en Dan y Betel (2 Re. 10:29). Lo que ofrezcan se lo comerán sólo ellos porque el divino fuego no lo consumirá como los otros cuando Dios lo aceptaba, comían ellos y “comía” Dios.

Ose. 9:6

"Egipto los recogerá, Menfis los enterrará". Es como si Dios les dijera "lo perderán todo, la apostasía los arruinará, morirán en el extranjero, lejos de mí sin alcanzar las promesas, perderán su religión, atrasarán su futuro y les será tarde para llegar a su destino, envejecerán y morirán allí". La apostasía es un camino que no tiene regreso.

 

No hay gente más cuerda en el mundo que los cristianos

Ose. 9:7

Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución; e Israel lo conocerá. Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y grande odio”. “Un loco el hombre inspirado” (LBLA). O “el hombre viento”.  Loco o tonto. No loco en el sentido peyorativo que se lo dijeron a Pablo (Hch. 26:24), o a aquel joven profeta que envió Eliseo (2 Re. 9:11), o a Jeremías (29:25,26); loco le llamaron al hombre más cuerdo del mundo, a nuestro Señor (Jn. 10:20). Loco está el de este texto, al pretender ser un profeta de verdad siendo un substituto falso, un espurio, que decía hablar en nombre de Dios y lo hacía en nombre de sí mismo e inspirado por el diablo. Locos están los griegos, latinos, anglos, germanos y todos los que oyen predicar a Cristo y leen la Escritura y no la entienden porque se ha de discernir espiritualmente (1 Co. 18,23; 2:14). Sin embargo no hay gente más cuerda en el mundo que los cristianos ni hombre mejor balanceado, cuerdo y en sus cabales que nuestro Señor Jesucristo, de quien los locos dijeron que se hallaba “fuera se sí” (Jn. 10:20). 

¿Quién está más loco, el que se enfrenta a un Dios omnipotente o el que le pide condiciones de paz? (Lc. 14:32). ¿No es como la paja que se enfrenta al fuego? ¿No está loco el que acumula delitos sobre delitos cuando tiene un juicio que le espera tras la muerte? ¿No está loco el que hace vana la cruz de Cristo y no su refugio? ¿No está loco el que vende una perla de gran precio por unos pocos centavos, y a Aquel que es precioso para los que creen, por treinta piezas de plata? ¿No está loco el que rehúsa participar en la primera resurrección, la de los justos sino en la de los injustos para vergüenza y confusión perpetua? ¿No está loco el que vive como si no tuviera alma, como si no hubiera un Creador y Dios en el mundo, como si Cristo no hubiera venido y muerto por nuestros pecados? 

Locos están los que oyen a predicadores inspirados en sus propias fantasías que le dicen a la gente que las respuestas a todo la hallan dentro de sí mismos, incluyendo a Dios y que pueden sacarle a él todo lo que quieran con sólo desearlo, haciendo una oración, y ya, igual que se saca dinero de un cajero automático pasando una tarjeta de débito o crédito. ¿No están locos esos religiosos? ¿No es eso hinduismo en vez de cristianismo?

Ose. 9:7-9

De todos los pecados que han cometido el que ocupa la cima es el menosprecio a los siervos de Dios a quienes hombres necios y gente loca, falta de sentido común, insensata, que elevaría, que inventa castigos y promesas cuando todos piensan que van bien. Odian a los pastores.

 

Ose. 9:10

“Como uvas en el desierto hallé a Israel”. No que se le hubiera perdido. Dios sabía dónde se hallaba porque con él salieron. Es una forma muy amorosa de hablar sobre su pueblo y decirle cuanto se deleita en él. Como un racimo de uvas o un vaso de vino en el árido, seco e inhóspito desierto. Dios nos ama, pueblo escogido por él, Israel de Dios, a pesar de todo y de todos.

Ose. 9:11-15

El señor conoce la historia pecaminosa de cada uno (1 Sa.11:14,15), desde el primer pecado cometido hasta el último; no los recuerda todos. Los que confesamos y pedimos perdón. Pero para Dios no porque los disculpa y los tapa con la justicia de Cristo.

Ose. 9: 11

"La gloria de Efraín volará cual ave, no habrá nacimientos". Israel se tornará en un pueblo de ancianos, escaso de gente, decrépito y achacoso, sin influencia, pasado de moda, enfermo y despreciable. ¿No les pasa lo mismo a muchas iglesias hoy, pobladas de ancianos y sin niños?

Ose. 9:12

“¡Ay de ellos cuando de ellos me aparte!”. Cuando de ellos se retraiga su presencia, se limite y se acabe su favor, se disminuya su gracia, se vaya su luz y vengan las tinieblas, cuando su brazo se acorte para salvar. Piénsalo dos veces antes de apostatar.

 

Cómo deben ser las cosas según el Creador del globo terráqueo 

Ose. 9:15

"No los amaré más; todos sus príncipes son desleales". 

 

¿Cómo es que Dios habla así? ¿No dice que “con amor eterno te he amado y por lo tanto te prolongué mi misericordia”? ¿No dice que Dios es amor? Sí a todo eso, pero el pueblo identificaba el amor divino con su protección y ésta ya no la tendría. Dios les revelaba los sentimientos que la mala conducta de ellos le producía. ¿No crees que la Deidad sea personal? Este Dios no es el del panteísmo ni de los estoicos; él vibra de emoción igual que nosotros, y la inmoralidad de sus criaturas, aquellas que llevan su semejanza, le dan náuseas. No pienses que es pasivo hasta la amoralidad. La fornicación, la idolatría, la homosexualidad, la embriaguez y cualquier otro pecado, los detesta porque son contrarias a las leyes que lo conforman a sí mismo, “contra naturaleza”, es como decir a las leyes con las cuales está constituido Dios, o más exactamente a las leyes con las cuales está constituido su carácter

La naturaleza esencial de Dios, sus leyes naturales muestran su teología y su moral. Los decretos de Dios no son dispuestos a caprichos arbitrarios sino cómo deben ser las cosas según el Creador del orbe, de este mundo loco. ¿Qué le parece?

Ose. 10:1

"Israel da abundante fruto para sí mismo". Que tiene éxito para sí mismo, que vive egoístamente y según progresa se corrompe.

 

Un infarto de la vida cristiana

Ose. 10:2

Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos”. "Está dividido su corazón". Es una mejor traducción que un corazón “infiel”. Piensa dos cosas opuestas, el bien que no hace y en lo malo que hace, con la mente en la ley de Dios y con la carne en el pecado; o, hace cosas buenas y malas, sirve a la carne y al Espíritu, al pueblo de Dios y al mundo, a Cristo y a sí mismo, al Señor y al diablo, es santo y vil, creyente e incrédulo, sagrado por los sacramentos y profano por estilo de vida, es ángel y demonio, oro y barro, un monstruo, una abominación. Tiene dos señores, dos caminos, dos bautismos, pero un solo destino: la muerte. No podemos balancearnos entre dos pensamientos, dijo Elías (1 Re. 18:21). Es el síntoma de la hipocresía y la adulación como se pudiera traducir la palabra dividido. Pablo dijo que, para él, y por supuesto para todos, Cristo es “el todo” o nada (Col. 3:11); entero sí, una parte no, no se le puede negar algo, desalojarlo en algún sitio, echarlo de cierto lugar, prohibirle la entrada y la opinión a ciertos asuntos, dejar un territorio prohibido para él. Un corazón dividido es un corazón roto por algún infarto, grave, enfermo, o muerto. Ya no puede bombear sangre y se para. Entonces, por la causa que sea, ha sufrido un colapso su vida cristiana.

 

No tenemos pastor ni queremos llamar a uno

Ose. 10:3

Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros?”. ¿No tienen rey? Digamos que pudiera ser que no tienen rey elegido por Dios sino por ustedes mismos, conforme a sus gustos y pasiones, un rey que no busca la voluntad de Dios y por supuesto no tiene la bendición del Señor. O sea, puede que formalmente tienen un rey, pero es como si no lo tuvieran, da igual con él que sin él, la iglesia funciona igual teniéndolo que prescindiendo de sus servicios, si de todos modos no reporta gran beneficio porque todos hacen lo que les parece y él no puede hacer nada porque no tiene el poder para hacerlo sino aquellos que lo han llamado como rey y lo gobiernan. 

Se gastan mucho dinero en él y no les compensa. Mejor sería que no lo tuvieran que tener un símil del rey, una persona inútil que no les edifica espiritualmente ni les enseña la ley de Dios. Y si lo tuvieran, ¿qué podría hacer ese pastor por ustedes? Muy poco o nada; la estructura de la iglesia actual donde los principales son los jefes y tienen el mando le mantendrían con las manos atadas y toda iniciativa suya si no es aprobada por los otros es rechazada porque en realidad ellos no quieren la guerra espiritual y vencer a las potestades del aire sino mantener el poder y el dominio sobre los hermanos y ser los señores de ellos. 

Se han hecho reyes a sí mismos desde la posición de subalternos donde los designó el Señor, para servir a las mesas y ayudar a las viudas y sin embargo quieren el ministerio de la predicación y la oración y haciendo eso nada les aprovecha, aunque guardan la forma y creen que están trayendo el mensaje de Dios y que lo tiene de parte de ellos cuando es lo contrario. Matan la iglesia, hombres sin vocación del cielo, los que suben a posiciones no designadas para ellos, y aunque son más baratos que un buen rey bien pagado, el pueblo de Dios no adelanta y la recompensa divina es dejarlos mermarse y convertirse en algo insignificante. Con tales individuos ostentando el poder, la iglesia puede pensar: “No tenemos pastor ni queremos llamar a uno porque “¿qué haría él por nosotros?”.

Ose. 10:7

“Como espuma sobre las aguas”; es mejor traducir “como astilla” o “como un pedazo de madera” sobre las aguas porque la palabra significa algo para cortar la madera. Así son los impíos cuando los invaden las aguas del juicio de Dios, son cortados, hechos leña y trizas.

Ose. 10:8

“Entonces dirán a los montes ¡cubridnos!”. A los montes y collados donde se prostituyeron con altares idolátricos, queriendo esconderse de la ira de Dios. Jesús tomó estas palabras y las puso en su sermón, hallando similitud en la ocasión (Lc. 23:30; Apc. 6:16).   

Ose. 10:10

“Serán atados por su doble pecado”. La frase “dos pecados” se puede referir a (1) el pecaminoso episodio en Gabaa y la subsecuente guerra entre Benjamín y las otras tribus (Jue. 19-21) o (2) todo el incidente y el fallo de Israel de arrepentirse hasta el tiempo de Oseas (NET). La Vulgata dice que se refiere a los dos becerros puestos para adorarlos en Dan y Betel. Es curioso que literalmente significa “dos ojos”. “La lámpara del cuerpo es el ojo”. Si el ojo tiene luz el cuerpo también. 

Ose. 10:14

“Salmán” es una contracción de Salmanasar rey de Asiria, lo mismo que Aven es de Bet-aven (10:8); y Bet-arbel posiblemente una ciudad de galilea de cuya destrucción no hay record bíblico. 

Ose. 11:1

"Cuando Israel era muchacho yo lo amé". A mí también me amaste Señor, antes que yo hiciera bien o mal. De mi cautividad egipcia, o cubana, me llamaste. Ya han pasado muchos años y me consta que me sigues amando.

Ose. 11:2

"Cuánto más los llamaba más se alejaban de mí". Una mejor traducción es “mientras más ellos los llamaban, más se alejaba de mí. Yo ensené andar al mismo Efraín” es una traducción especifica y no se debe dejar fuera, porque nuestro Dios es nuestro Padre que nos enseñó a andar, cuando éramos unos bebés. Y siempre nos está enseñando a andar y por donde ir. La Septuaginta es la que usando una tradición alternativa hebrea traduce la primera persona, mí(NET). Se refiere a los representantes de Dios, los profetas (v.7). Aquí llamamiento es predicación, mientras más mensajes oían, más se alejaban de él. Más profecía, menos conocimiento; más palabra de Dios, más ira, más pecado. ¿No conoces a muchos que mientras más se les predica, peores se vuelven? Hoy están más lejos de Dios después de haber oído el mensaje de salvación que cuando eran completamente ignorantes, sin ser iluminados.

Ose. 11:3

"Al mismo Efraín lo cuidaba". Israel no se daba cuenta que Dios lo cuidaba, o que lo “cosía” y “sanaba”. Era muy ciego para verlo, insensible para sentirlo, muy incrédulo para conocerlo. La imagen es bonita y sugestiva. Así llegamos al Señor, descosidos y él tiene que remendarnos porque estamos rotos. La vida nos ha roto.

¿Sabes que Dios nos cuida desde que éramos “débiles” (Ro. 5:6), infieles, cuando nos hallábamos en ignorancia y no morimos antes de conocerlo? ¡Bendita providencia preservadora y sabia! Hay veces que tenemos que pedirle al Señor que nos deje ver sus bendiciones. Llegan y no nos damos cuenta de ellas. Y sufrimos como si no estuviéramos recibiéndolas.

 

¿Por qué te interesan tanto mis pecados y no mis problemas?

Ose. 11:4

"Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida". “Con cuerdas humanas” o “cuerdas de humana bondad”. El nombre “Adan” en la frase hebrea es tradicionalmente relacionado a “hombre” y se puede traducir literalmente o figuradamente (como metonimia o asociación de humana compasión): “cuerdas de un hombre” o “cuerdas de humana bondad” y “ataduras humanas” (NET). Es que Dios con figura humana, con bondad humana, con compasión humana, atrae a los hombres. La compasión que los hijos de Dios sienten por sus semejantes, esa compasión humana, es también compasión y amor divinos. Y dicha compasión abarca toda la vida de los pecadores y no solamente la salvación “del alma” descarnada. La salvación es un conjunto e incluye el espíritu y el cuerpo y las dos clases de necesidades. Ambas se enferman y necesitan ayuda. 

¿Por qué quieres que visite tu iglesia si no visitas mi casa? ¿Por qué visitaré tu templo si no me visitaste en el hospital? ¿Por qué quieres que coma lo que llamas “pan de vida” si paso hambre y tú lo sabes? ¿Por qué te interesan tanto mis pecados y no mis problemas? ¿Qué me ha dado la iglesia por todo lo que yo le he dado? ¿Crees que se pueden ganar almas a puros latigazos? ¿Que los pecadores correrán detrás de los que los azotan? Nadie puede conducir a Dios a nadie si no le muestra un persistente amor. Inclusive, hasta la justicia divina pastorea al pecador con su atributo de amor. No me hables tanto del amor de Dios y muéstrame el tuyo. ¿No son uno mismo? Please, muéstrame tu bondad y seré un discípulo más ganado para Cristo.

Ose. 11:7

"Mi pueblo se ha adherido a la rebelión, aunque me llaman Altísimo". “Aunque ellos (los profetas) lo llaman para que se vuelva al Altísimo, ninguno (a Él) le exalta” (LBLA; JFB comentario). Es un versículo de difícil traducción y así lo muestran las distintas versiones, “mi pueblo está colgado, se balancea y está habituado a la apostasía”. Se apega a un pecado y ya no quiere dejarlo, hasta que éste lo consume. Le nombran Altísimo, pero también los demonios le llaman "Altísimo" (Lc. 8:26), los hipócritas le llaman Señor (Mt. 7:21); es fácil y terrible desarrollar una religión de lengua y no de manos, pies, ojos y corazón. Huye alma mía, de una religión falsa, de una fe fingida. Que no se diga que tú te has unido al mundo para pelear contra Dios.

Ose. 11:8

“Adma y Zeboim”. Dos ciudades que fueron destruidas por el fuego juntamente con Sodoma y Gomorra (Dt. 29:23). Completamente destruidas y jamás reedificadas. Se conocen bien las dos, grandes, pero no éstas más pequeñas, menos famosas. 

Ose. 11:12

“Efraín me rodea de mentiras…Judá aún gobierna con Dios”, posiblemente durante los días del buen rey Ezequías; pero es dudoso por lo que dice 12:2. Pero las traducciones varían; unas traducen positivamente y otras negativamente. También dice, “Judá todavía anda lejos de Dios” cuando debiera hallarse cerca por cuanto ha recibido tanta ayuda por parte de buenos profetas predicadores. En cuanto al rodeo parece referirse al Señor, pero probablemente tiene que ver con el profeta, falsamente acusado con mentiras.

Ose. 12:1

“Efraín se alimenta de vientos”. No es lo mismo que respirar oxígeno, y ni siquiera llenar la boca de aire sino de “viento”, de peligrosas ráfagas, de espesas y trágicas nubes. Se refiere a la adoración de los ídolos y la dependencia de otras naciones. ¿De qué se alimenta uno que abre su boca y la llena de viento? ¿Podrá eso nutrirle si no tiene dentro nada? ¿Trae eso proteínas, vitaminas y minerales que les renueven el organismo o perecerá por inanición? ¿No andará siempre hambriento? De nada le vale. Es lo mismo que dice en 8:7, “siembran viento y recogen tempestades”; o como dice en otro sitio que “se apacientan de ceniza” (Isa. 44:20). Eso es muy distinto cuando el proveedor es el Señor que dice “abre tu boca y yo la llenaré” (Sal. 81:10). Y lo mismo que aquellos que en santa dependencia del Señor predican la palabra y ésta les llena la boca cuando hablan al pueblo (Efe. 6:19). Por el contrario, los que confían en otra cosa que no sea en el Señor no esperen en el futuro sobre sus vidas sino tormentas destructivas y los que se inflan el corazón de aire, no podrán jamás ser sino nubes o burbujas

 

Piensan que el avivamiento viene sin suspiros, sino con risas y comidas

Ose. 12:4

Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros”. "Lloró y le rogó". Dios le permitió a Jacob aquel tipo de lucha para revelarnos la esencia misma de lo que es la intercesión y lucha espiritual, y que las bendiciones no se reciben fáciles. Jacob mojó sus oraciones con lágrimas y en esos angustiosos suspiros tuvo su potente fuerza (v. 3). ¡Qué distinto es Israel ahora al que era en aquellos tiempos! Sus descendientes no son como el padre, él oró, lloró y luchó con Dios y fue librado del enemigo, pero el de ahora no se postra en oración, no implora la bendición de Dios y piensa que se ha “enriquecido” (v.8), que “de ninguna cosa tiene necesidad” (Apc. 3:17); pero se equivoca, en aquellos tiempos un solo hombre oró y fue oído y bendecido y por medio de un solo hombre, Moisés, todo el pueblo obtuvo grande liberación de Egipto (v.13). No debemos olvidar aquellos tiempos ni aquellos inspiradores ejemplos del pasado; es bueno leer sobre ellos y seguir sus pisadas. El diario de David Brainerd, de Henry Martin, de Edwards y muchos otros. Hoy se piensa que el avivamiento puede producirse sin una gota de lágrima, sin suspiros y angustias, con risas y comidas, con celebraciones en vez de reverentes cultos y todo eso al son de los tiempos modernos. Necesitamos nuevos hombres que luchen con Dios y profetas que hablen con los gobernantes como profetas, como hizo Moisés con faraón, no para sacarles favores sino como dignos representantes de Jehová.

Ose. 12:7,8

"Me he enriquecido". A veces los comerciantes más prósperos, los más exitosos hombres de negocios son también los más inicuos, porque engañan a sus clientes y eso es un pecado. Te aplaudirán los hombres y te aborrece Dios. 

Ose. 12:9

"Te haré morar en tiendas como los días de la fiesta"; haciendo alusión a la fiesta de los tabernáculos (Lev. 23:42). Te quitaré todo lo que tienes, lo perderás todo y volverás a estar siglos atrás en tu historia, sin embargo, en algún tiempo futuro adecuado estarás mejor que ahora porque volverás a empezar. La sociedad será otra, mejor. No lloremos por lo que se ha roto, hagamos las cosas diferentes a como las hicimos; no es malo retroceder si lo que hicimos nos salió malo.

Ose. 12:10

"Y aumenté la profecía". Quiere decir las visiones, sueños y los oráculos. Es decir, las comunicaciones de Dios con su pueblo. Bendiciones grandes son que la palabra de Cristo more en abundancia en nuestro corazón. Y por medio de ellos, según Joel, habló en “parábolas” o en “otras lenguas”; y por medio de esos profetas usó comparaciones y similitudes para que ellos entendieran el mensaje y así lo hicieran entender al pueblo. El Maestro de las parábolas y comparaciones fue Jesús. 

Ose. 12:13

“Por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto”. “El más excelente de los profetas, un tipo de Cristo” (Gill). ¡Lo que puede un solo hombre cuando es dirigido por Dios! Dice que por medio de un profeta; ni siquiera los buenos ayudantes se mencionan, su hermana María también profetisa, su hermano Aarón, el sumo sacerdote, de alguna manera su suegro Jetro y de otra manera los 70 jueces. Y ni qué decir de los cientos que trabajaron en la confección del tabernáculo… todos ellos buenos ayudantes, pero fue por la vara de Moisés y nadie más que Dios hizo las señales en Egipto y abrió las aguas del Mar RoJoe.Más que preparación de líderes, no obviada, por supuesto, lo que la iglesia necesita es una unción fresca de aceite, una nueva unción, más del Espíritu Santo sobre los líderes.

Ose. 13:1

"Israel pecó, en Baal y murió". El texto completo se traduce de dos maneras, una presenta a Efraín temblando y hablando con humildad a las otras tribus que le oían con reverencia y otra cuando él hablaba ferozmente infundía terror; pero todo le cambió cuando se dedicó a Baal. Lo dijo el Señor "si bien hicieres serás exaltado" (Ge. 4:7). Si hubieras hecho lo bueno no hubieras muerto. En aquellos tiempos hacía temblar, hoy hace llorar oír su tragedia.

Ose. 13:2

“Que los hombres que sacrifican besen los becerros”. Se dice como si en el culto idolátrico fuera un ritual indispensable besar al ídolo; o también se dice con asombro prestando una opinión sagrada sobre aquellos idólatras que, figúrese usted, ¡besan a becerros! Los que adoran imágenes hacen eso, las besan como si fueran personas vivas. ¿Pero la imagen de una bestia? La idolatría entontece. Mejor es “besar al Hijo” (Sal. 2:12), aunque es una traducción del arameo y no del hebreo. De todos modos, la idea que expresa homenaje, amor y reverencia se halla implícita. Besar los pies de Jesucristo es mejor que pegar los labios sobre una imagen (Lc. 7:38), la cual todo el mundo besa.

Ose. 13:3

"Serán como la niebla de la mañana y como rocío de la madrugada que se pasa". Es decir, vapor, inestabilidad, transitoriedad y nada. Perderán toda trascendencia. Las otras dos comparaciones son también sugestivas “paja aventada” y “humo de la chimenea”. Todo eso para que se den cuenta que sin Dios y con el pecado se van a convertir en un cero.

Ose. 13:5

"Te conocí en el desierto". En aquel terrible desierto (Dt. 1:19), y situación muy difícil, en la desorientación, desesperación, cuando no veías tu futuro y la promesa era algo muy lejano. El los conoció antes, pero lo dice para hacerles recordar su nacimiento y maravillas. La Septuaginta lee “te alimenté en el desierto”, o “te cuidé” allí.

Ose. 13:9

“Estás contra mí, contra tu ayuda”; así traduce LBLA, que, aunque tal vez no se apegue más al texto, es más bonita que la RV que dice “mas en mí está tu ayuda”. La Septuaginta y la Siríaca traducen en interrogación “¿Quién te ayudará?”. Yo me quedo, por bella, con la primera traducción, ¿cómo estarás en contra de quien te ayuda? ¿Cómo has venido a estar en la oposición, en el bando contrario, entre sus opositores? ¿Qué loca traición es esa? Quien único puede ayudarte es Dios y ¿estarás en contra de tu único benefactor? ¿Qué te ha hecho?

 

La voluntad permisiva de Dios

Ose. 13:11

"Te di rey en mi furor" (1 Sa. 8). Ya estamos familiarizados con esta verdad y recordamos a Saúl; que la voluntad permisiva de Dios equivale a su ira; recibir algo, que salgan las cosas como las queremos no quiere decir mucho. Moisés hizo brotar agua de la roca y sin embargo no lo hizo como debía, Judas obtuvo una porción extra de pan y eso que era el traidor (Juan 13:26. Num. 20:10-13). En el caso de Adán, Dios no se lo permitió en su ira porque le había dicho con claridad que no lo hiciera y para este joven fue más importante la voz de su mujer que la de Dios. Conocí a una pareja a quien Dios no le daba hijos y ellos querían tener uno, lo adoptaron, y el muchacho les dio muchos dolores de cabeza. Muchos adoptan hijos y les va bien con ellos, pero hay que preguntarle a Dios si eso es lo que quiere para uno, lo que ha querido para otros. 

El texto de Samuel fue que Dios quería que siguiera la teocracia, bajo sus mandamientos, pero ellos querían que la voluntad de Dios para ellos fuera como la de otros. Y lo mismo pasa con la inmigración, no es igual para todos, ni para un mismo lugar. Es “agradable y es perfecta” (Ro. 12:2); en la otra Dios dice, “vaya, agarra, come, pero nada saldrá bien en mi furor, desde que empieces a disfrutarlo con gusto, en tus dientes” (Num. 11:33). 

 

La muerte no es un túnel sin luz

 

Ose. 13:14

De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista”. 

 

"Oh muerte yo seré tu muerte, seré tu destrucción".  Estas palabras tienen un cumplimiento perfecto en la resurrección de Cristo (1 Co. 15:55,56), y en hebreo pueden ser traducidas en forma interrogativa. El sentido de Oseas en su última línea no deja duda que se refiere al juicio de Dios sobre Israel y no a alguna compasión que él esté pensando en mostrarle, pero “la misericordia triunfa sobre el juicio” y la gracia revierte una maldición en bendición y es con ese espíritu que Pablo las usa bajo el poder de la resurrección de Cristo. Así Pablo, desde Cristo, leía el Antiguo Testamento.

La promesa en el profeta se hallaba escondida para que la gracia la buscara y la hallara; y el Espíritu que la ocultó se la mostró al apóstol y le dijo; “ahí la tienes, está rebosante de una virgen esperanza”; y el dedicado autor de la epístola la llevó a su corazón, la sacó de su tumba y la pasó a la cristiandad fresca y llena de vida. El Espíritu Santo, su original autor, le cambia el sentido cuando se la entrega al apóstol de la gracia. No nos gusta la muerte, pero me encanta pensar en la resurrección con un cuerpo glorioso; saber que es un suceso destruido, que la obra y presencia de Cristo la llena toda y alumbra sus sombras. No es un túnel sin luz porque su antorcha es Jesús. Y con la cruz como lumbre la transitaremos. ¿No es despojarse de una ropa pecaminosa y dejar atrás los perversos instintos, malos pensamientos y un tabernáculo envejecido y carcomido por enfermedades? 

Y como la gracia torna lo malo en bueno, el espíritu “que anhela estar con Cristo que es muchísimo mejor” (Flp. 1:23), va a Dios, se lo llevan carrozas de ángeles y en pocos segundos se presenta en la puerta del cielo y solicita su entrada en gloria. Y se oye la familiar voz de la Escritura que desde adentro le saluda: “Bien buen siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor” (Mat. 25:21,23). Y entra el alma sin sueño, a mirar al que tras tres días de combate sorbió la muerte en victoria (1 Co. 15:54).

Ose. 13:15

"Aunque fructifique entre los hermanos vendrá el viento de Jehová".  Esta versión sigue el texto masorético y algunos piensan que no es la mejor, sino que “él florecerá como una planta de junco”. No obstante, hago el comentario a la versión RV. Amado, si miráramos el castigo por el pecado nos arrepentiríamos en cenizas. No envidies la prosperidad de los impíos, aunque se distinga entre los hermanos.

 

No todas las malas noticias son castigos de Dios

Ose. 13:16

“Serán estrellados sus niños y abiertos los vientres de sus mujeres encintas”. “Eliseo predijo que Hazael haría ambas crueldades (2 Re. 8:12), Salmanasar degolló sobre una piedra a 42 (2 Re. 10:14); también estrelló los niños el conquistador No-ammon (Nah. 3:10), y lo desea el salmista a los niños de Babilonia como fue profetizado que sucedería (Sal. 137:9; Isa. 13:16). Y el usurpador Menahem en Tifsa y sus costas (2 Re. 15:16), así hicieron los hijos de Amón con las mujeres encintas en Galaad” (Barnes). Dice que la ciudad Samaria “será considerada culpable” por su idolatría y ofrecer a sus hijos en el fuego de altares religiosos, o sea, que este salvajismo es un castigo de Dios, hecho por manos impías, un crimen de lesa humanidad. Al menos éste y contra esa ciudad. Es un pecado que Dios reprueba y que en ciertos casos se convierte en un castigo divino. ¿Eran ellas idólatras? No lo sabemos. ¿Los niños pagando el pecado de sus padres? No, más bien sufriendo las consecuencias. Un holocausto no es algo que uno pueda afirmar sin equivocación que es un castigo de Dios. Ni tampoco que una madre acuchille a sus hijos, un padre que los asfixie, o un asesino que viole niñas y después las descuartice. No todas las malas noticias son castigos de Dios. No tendremos temor a las malas noticias (Sal. 112:13).

Ose. 14:2

"Quitada toda iniquidad se acepta el bien". No quieras que la situación mejore sin que el pecado se te perdone. Me da gozo pensar en la palabra aceptación aquí referida, pienso, no a Dios sino a dos cosas, nosotros y a nuestras oraciones. Ello me hace recordar que somos “aceptos en el Amado” (Efe. 1:6); “la vianda no nos hace más aceptos ante Dios” y no por medio de ella mejoraremos y superaremos para que Dios nos acepte o seamos mejores que otros (1 Co. 8:8). Las oraciones son aceptadas porque primero somos aceptados y lo mismo pasa con las alabanzas, no son aceptadas, por fina que ellas sean y con todo el arte que se hagan, si los labios que las emiten no tienen un corazón aceptado por Dios. Y ¿quién es aquel que es aceptado sin ser justificado por la gracia de Dios y por medio de la fe? Nadie. Somos aceptados y recibidos en Su presencia si nos allegamos vestidos “del Señor Jesucristo”. 

 

No tendremos fe en los caballos 

Ose. 14:3

No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia”. “No montaremos a caballo”. Los caballos eran símbolos de fortaleza en la guerra y en el espíritu del AT equivalía a confiar en el hombre y no en Dios (Sal. 20:7; 33:17). Dios expresamente prohibió que los judíos criaran caballos (Dt. 17:16) y Salomón entre sus varias apostasías violó ese mandamiento (1 Re. 4:26). El caballo era contrario a la fe. Confiar en caballos era incredulidad porque la salvación no la daban ellos sino él (Pro. 21:31) y por esas palabras parece que Salomón en su interpretación de la ley no hallaba contradicción entre el uso de los caballos, como ostentación y elegancia, y no precisamente para ganar guerras que no libró ninguna. 

Parecido, uno puede manipular su exégesis de los textos bíblicos y hacerlos que consientan en decir lo que prohíben y convencer a lectores ingenuos y pocos documentados para que les hagan compañía. Ezequías por otra parte fue un hombre de fe que cumplió la ley de Dios y no tenía un solo caballo ni hombres de caballería en su reino, y por eso el poderoso Rabsases se burló de él, y con todo le probó a los asirios, postmodernistas, emergentes y a todo el mundo actualmente terapéutico, que él no necesitaba de esos animales sino de Dios (2 Re. 18:23). 

Jehová no estaba enseñando a su pueblo civilizado que no tuviera fusiles, aviones y helicópteros, sino enseñando a la iglesia a triunfar con fe. Que si usaba medios para defenderse que no confiara en ellos como lo hacen las pragmáticas sociedades. El pragmatismo bélico suele crear imperios, y ser antagónico a la fe, y no digamos menos del eclesiástico que utiliza medios que la sana doctrina desaprueba, porque la forma de evangelización que desaprueba la teología y usa cualquier cosa para hacer discípulos, no es evangelización sino proselitismo, es confianza equina y no fe en Dios. En fin, no tendremos fe en los caballos, sino en la Escritura, en el Espíritu Santo, en la oración, y ni siquiera en el estupendo caballo de Job.

Ose. 14:4

"Yo sanaré su rebelión, lo amaré de pura gracia"; o sanaré sus apostasías. Basta de pensar que te mereces el amor de Dios. ¡Qué pecado tan grande es la apostasía!, por gracia eres salvo, perdonado y re-perdonado, restaurado; ¿dónde se asienta su amor? En sí mismo. El encuentra dentro de sí razones; en Dios sus planes están llenos de amor, sus pensamientos y sentimientos se hallan en armonía. La palabra “pura gracia” es más bien una interpretación de la hebrea que significa que los amaré “espontáneamente” “voluntariamente” abundantemente”. No es que el Señor los ama previendo su fidelidad, el cambio que ellos van a tener, la recepción que le darán, porque todo eso lo da él mismo para que nadie se gloríe. Sin prever ningún movimiento positivo en ellos es que les ama, absolutamente no, los ama “voluntariamente”, “espontáneamente”, sin ningún estímulo exterior a su propia naturaleza y pensamientos.

 

Con el rocío de Dios es suficiente, para el pequeño lirio o el enorme cedro

Ose. 14:5

Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano”. ¡Qué maravillosa es la bendición del Señor! Medita en el rocío. Son gotas finísimas de agua que suavemente durante la noche, en completo silencio, caen sobre la hierba y los árboles. No es lluvia torrencial, no hay chorros, pero surte un efecto maravilloso. ¿No pudiéramos orar hoy por el rocío celestial, algo así, pequeñísimo porque no merecemos más? Oh, sí, que Dios se volviese rocío sobre nosotros. Señor, ven sobre nosotros en esa forma, y refresca los árboles, recalentados por el estío, renuévalos, con un poco de ti, Señor, ellos no perecerán, con algo de ti cambiarán y al amanecer serán como otros, como si un milagro los hubiera tocado y nadie lo habrá notado.  

Dios compara su bendición al rocío, nos llega silenciosamente sin que lo notemos, en medio de una noche muy oscura. ¿Para qué queremos tu rocío? Porque es una urgente necesidad, nos estamos secando sin ti, establece sobre nosotros alguna forma de contacto que nos devuelva la vida que nos ha quitado nuestra realidad; y porque queremos vivir bonito, Señor. Si tú vienes sobre nosotros, una gotita tuya nos embellecerá y daremos flores. Ahora ni soñarlo. No tenemos posibilidades porque no tenemos fuerzas. Queremos tener vidas atractivas que sean llamativas, que los ojos de los otros se deleiten en contemplarnos. Además, Señor, ven como un rocío sobre nosotros porque así creeremos mejor,se fortalecerá nuestra raíz y nos expandiremos a nuevas profundidades hasta entonces sólo anheladas y soñadas, pero nunca alcanzadas. Oremos por el rocío de su bendición, sobre todos, necesitamos algo así, una bendición condensada que se deposite sobre la cabeza de algunos hermanos quemados por el sol, marchitos o detenidos en su crecimiento. Oh Dios sana nuestras apostasías.

Ose. 14:6,7

“Su fragancia como los cedros del Líbano, su fama como la del vino del Líbano”. El Líbano es un lugar privilegiado por sus árboles, huelen rico, y aunque el olivo no, su fruto es bueno. Se conoce mucho el Líbano por sus cedros, pero no había oído que también fuera famoso por su vino, que alegra el corazón del hombre. Y todo eso para Israel cuando sea restablecido de su apostasía.

Ose. 14:8

“¿Qué tengo que ver ya con los ídolos?, de mí procede tu fruto”. Nada tiene que ver la bendición de Efraín, esto es Israel, con los ídolos que nada dan sino con Dios de quien procede toda suerte de bien. Es por gracia, iglesia, por “pura gracia” (v.4) (Jn. 15:4,5,8; Sgo. 1:17). Sólo Dios responde las oraciones, sólo él cuida. 

 

 

Joel 

Título

“La versión griega llamada Septuaginta (LXX), y la Vulgata Latina, siguen el texto hebreo conocido como Masorético dándole el nombre a este libro es del profeta Joel, quien recibió su mensaje de parte de Dios (1:1). El nombre significa el Señor es Dios; y hace referencia al menos a una docena de otros hombres del AT. Joel es mencionado solamente una vez (1:1) y otra vez en el NT (Hch. 2:16-21).

 

Autor y fecha

“El autor se identifica él mismo como el hijo de Petuel. La profecía no provee más acerca de este hombre. Incluso el nombre de su padre tampoco es mencionado en otro lugar del AT. Aunque él  muestra un profundo celo por el templo y los sacrificios (2:13-16), su familiaridad con la vida pastoral y la agricultura, y su separación de los sacerdotes (1:13,14; 2:17) sugiere que no se trata de un levita. Una tradición fuera de la Biblia menciona que él pertenecía a la tribu de Rubén, Bethom, situada al norte del Mar Muerto en la frontera con las tribus de Rubén y Gad. El contexto de la profecía no obstante sugiere que fue un judío procedente de la vecindad de Jerusalén, de modo que el tono de una persona extraña se encuentra ausente.

“En cuanto a la fecha del libro hay que confiar solamente en su posición canónica, en alusiones históricas y elementos lingüísticos porque (1) la carencia de cualquier mención explícita o de poderes mundiales tales como Asiria, Babilonia o Persia; (2) el hecho es que el estilo de Joel es como el de Oseas y el de Amós, más bien que de los profetas después del exilio; y (3) el paralelo verbal con otros profetas anteriores (3:16; Amós 9:13), unos nueve siglos antes de Cristo durante el reinado de Joás (835-796 a. C.), cuya fecha es bastante convincente. No obstante, mientras la fecha del libro no pueda ser conocida con certidumbre, el impacto de su interpretación es mínimo. El mensaje de Joel es para todos los tiempos, conteniendo doctrinas y enseñanzas que pueden ser repetidas y aplicadas en cualquier época.

 

Precedentes y ambiente

“Tiro, Sidón, y filistea con frecuencia hicieron militares incursiones dentro de Israel (3:2). Una extensa sequía y una masiva invasión de langostas habían destruido completamente todo aquello que era verde y como consecuencia también devastado la economía (1:7-20), dejando el reino del sur muy débil. Este desastre físico le da a Joel la ilustración del juicio de Dios. Como las langostas fueron un juicio contra el pecado, así los futuros juicios durante el Día del Señor serán mucho más grandes. En ese día, Dios juzgará a sus enemigos y bendecirá a los fieles. No es necesario mencionar algún pecado en particular, ni a Judá reprenderlo por la idolatría. Sin embargo, posiblemente debido a la dureza e indiferencia, el profeta los llama al arrepentimiento amonestándolos a “rasgar vuestro corazón y no vuestros vestidos” (2:13).

 

Temas históricos y teológicos

“El tema de Joel es el Día del Señor. Este asunto permea todo el mensaje de Joel, haciendo que sea el más sostenido tratamiento en todo el AT (1:15; 2:1; 2:11; 2:31). La frase es empleada 19 veces por ocho diferentes autores del Antiguo Testamento (Isaías: 1:12; 13:6; 13:9; Ezequiel 30:3; Joel 1:15; etcétera. La frase no hace referencia a un periodo cronológico sino un período general de ira y juicio únicamente perteneciendo al Señor. Es exclusivamente el día que revela su carácter, poderoso, Santo y terrible para sus enemigos” (John MacArthur).

 

Joel es un profeta completo, ¡qué digo yo!, Un pastor completo, o mejor aún ambas cosas porque predice acontecimientos catastróficos como un profeta sin embargo vierte desde su corazón promesas y consuelos. Casi todo estudiante de la Biblia conoce que el tema principal de este pequeño libro profético es una descomunal invasión de langostas, muy comunes en el oriente, que habrían de invadir el país y arruinarían la economía, cada campesino, cada agricultor, habría de ver sus graneros vacíos y sus campos arrasados habiendo perdido completamente la cosecha por causa de estos enemigos del aire; y los demás comerciantes fuera de la región como fuera del país quizás, harían burlas y se alegrarían por la situación económica de la región. Este aspecto de convertirse en el hazmerreír económico afecta profundamente el orgullo judío de los comerciantes. Sin embargo la profecía menciona la solución, y ésta se encuentra en las rodillas de los sacerdotes a quienes él invita a que oren, y derramen lágrimas de arrepentimiento pidiendo compasión al Señor; y ambos cosas que he mencionado, el oprobio de haber sido una potencia económica hallarse en la bancarrota, y la pérdida de la popularidad se encuentran juntas en el 2:7. Casi para cualquier estudiante mediano de la Biblia es conocido que este profeta fue citado por el apóstol Pedro cuando se derramó el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. En resumen, es un pequeño libro valiosísimo, e hizo bien Dios que usó el profeta para que viera con visión larguísima desde las alas de una maldición de langostas hasta las benditas alas del Espíritu.

 

 

1.

El juicio se avecina; la plaga de las langostas, una invasión excepcional, arruinará en pocas horas la economía del país; los agricultores, los compradores, los borrachos, y los sacerdotes mayormente sufrirán el colapso económico; en poco tiempo el país se hundirá en la bancarrota y las transacciones se reducirán a cero. Son los ministros de Dios los que deben orar, haciendo vigilia para que no suceda (v. 13). El juicio de Dios viene según la época y sólo lo puede evitar la oración.

Joe.1:3

“De esto contaréis a vuestros hijos”. Señor concédenos una tradición de gracia y misericordia y no de justicia, que nuestros hijos oigan hablar de historias de amor y perdón y no de castigo. ¿Qué gloria podrán tener si leen sobre nuestras epidemias, apostasías, rebeliones, guerras y divisiones?

 

Cómo escapar de Dios sin pedir perdón 

Joe.1:4

“Lo que quedó de la oruga lo comió el saltón y lo que quedó del saltón lo comió el revoltón”. No son distintas invasiones de langostas ni variaciones de ellas sino estados de la misma. La traducción es difícil. Son frecuentes esas plagas en Palestina y algunas han llegado hasta tiempos modernos. En la profecía no se menciona la plaga de langosta en Egipto. 

Hay lecciones pertinentes que podemos tener en cuenta, comparando la plaga de la langosta que lo devoró todo con el diablo que busca a quien comerse, que los castigos por el pecado llegan  como oleadascon hitos de reposo para darnos tiempo a reflexionar y arrepentirnos, y si una docena de mordidas no exterminan nuestra cosecha, digamos economía, viene otra, y si una mala racha no resulta le sigue otra, y a un contratiempo otro, a una desventura otra, a una pérdida otra hasta que por fin nos alcanza la ruina. 

Si un pueblo no deja la idolatría, por lástima que nos dé su derrumbe, tiembla de nuevo la tierra como señal de que Dios espera, y la tierra enseña su puño amenazador y dice: “humíllense”; pero nos ayudamos a reponernos unos a otros, ejercitamos nuestra generosidad, nos enjugan las lágrimas con ropas, comidas y medicinas, y llegan las ayudas humanas, y los vecinos conmovidos oran y extienden llenas de billetes sus palmas. Y de nuevo seguimos con nuestros detestables cultos a dioses ajenos y persistimos en nuestras anexiones y sincretismos religiosos. El dios que hemos creado no puede ser tan malo como para hacer morir tanta gente, incluyendo mujeres, ancianos y niños. Pero Dios espera. 

Y desde el Líbano, Tiro y Damasco seguimos las noticias de los muertos, pero nos callamos porque una crítica bíblica a un país devastado, parecería inhumano y políticamente incorrecto. El mundo se nos echaría encima si pasamos un juico teológico y profético. No tenemos derecho a ofender y el evangelio ofende. No hablamos como lo hizo Calvino, aunque somos calvinistas. Y preferimos sugerir las cosas, insinuarlas, disimularlas con parábolas y símiles, como éstas, porque el escritor tiene miedo decir en voz baja lo que la Escritura grita, que llueve sobre lo mojado, que un mal complementa a otro y lo perfecciona, uno hiere la esperanza y otro la mata, uno quita la ilusión y el otro trae el desencanto, uno trae la pobreza y el otro la mendicidad. Pero el insecto es el mismo. Y si no nos invaden las langostas, nos matan los tsunamis, los terremotos y el síntoma de inmuno-deficiencia adquirida y con todo, el actual COBID-19, o coronavirus, buscamos con vacunas y científicos sortilegios, y cómo escapar de Dios sin pedirle perdón.

Joe.1:6

“Sus dientes son de león”. Las imágenes son descriptivas, no están dadas para exageración. Los incrédulos y borrachos decían "imposible, ¿cuántos insectos hacen falta para destruir un imperio?". Lo que parece imposible no es mentira. Ya lo verás (Apc. 9:8).

Joe.1:9

“Están de duelo los sacerdotes”; por lo que al mantenimiento de ellos respecta (Lev. 2:3,10; Num. 18:1-15), porque dependían de las ofrendas y por lo que, al ministerio de ellos, que estaba suspendido y descontinuado por la plaga. Los ministros no podían comer del altar porque el pueblo no tenía ni para él mismo. No duelo en cuanto al vestido sino lamento y hasta el llanto (v.13).

Joe.1:12

“Se secaron los árboles, se secó la alegría”; es la misma palabra y debe quedar así. Es más gráfica, como lo quiso el Espíritu Santo.

 

No desenfunden tamborcillos ni suenen panderetas

Joe.1:13

“Lamentaos sacerdotes, gemid ministros del altar”; los hombres de oración, los que están puestos por el Señor para salvar al pueblo, los mediadores e intercesores; sus lamentos y no sus risas, no sus canciones, no su buen humor ni su liderazgo, podrá salvar a la nación de la tropa que viene. No lamentarse de lo que les falta sino dentro de su oficio como parte de su sagrado ministerio porque si éstos, puestos por Dios para que sean sobreveedores y obispos y no lamentan la situación del pueblo, si no lloran pensando en el juicio (2:17), si no hay quejidos que se mezclen con sus intercesiones, sino que el espíritu del conformismo lo penetra todo ¿quién podrá ser salvo? Si los que tienen la responsabilidad de cambiar la situación no lamentan, sino que desenfundan sus tamborcillos, trompetean y suenan panderetas y danzan al pie del altar, ¿quién podrá ser salvo? Mezclen con llantos sus oraciones, sacerdotes. Si esos ministros gimen con gemidos del Espíritu Santo, Dios que conoce esos gemidos salvará. Abrid los ojos ministros y examinad la conducta de vuestro pueblo y si es mala, lamentaos y gemid por ellos, no les mostréis rostros ungidos y sonrisas anchas sino lágrimas en vuestras mejillas.

Joe.1:14

“Proclamad ayuno, invocad a Jehová”. ¿No haremos nada cuando el mal se avecina?

 

No está Cristo intercediendo por las bestias y los pájaros

Joe.1:20

“Aun las bestias braman por ti”. Es lo mismo que los cuervos que claman a Dios (Sal. 147:9). ¿Qué piden estas aves, dinero, casa, ropa? No, comida. ¿Están orando a Dios? Nada. La oración de ellos no es más que quejas porque necesitan comida y agua. ¿Oran en nombre de Jesucristo? ¿El bramido de unos y los graznidos de otros, tienen el Espíritu que clama con gemidos indecibles? (Ro.8:26) No. No tienen Espíritu Santo. ¿A alguno de ellos el Señor les ha dicho, “pedid y se os dará, buscáis y hallaréis”? (Lc. 11:9) Tampoco. Ellos no leen el NT ni saben nada del evangelio. Sin embargo, sus necesidades son importantes para Dios y el clamor instintivo les es contado como oración porque Dios conoce el lenguaje de los pájaros. Y los alimenta. Y ¿a nosotros por quienes murió Cristo, ¿no? Y si las bestias “braman” ¿tú no? ¿No sabrás argumentar en tu oración y firmarla con el nombre que es sobre todo nombre? ¿Está Cristo a la diestra del Padre intercediendo por las bestias y los cuervos? Seguro que no. Jesús no murió en la cruz por las bestias y los cuervos sino por ti y por mí.

Joe.2:2

“Porque viene el día de Jehová”. Una plaga excepcional: la langosta; una plaga excepcional: ¿y el síntoma de inmunodeficiencia (SIDA), coronavirus?

 

Delante el paraíso y detrás el infierno

Joe.2:3

“Como la tierra de Edén es delante y como desierto desolado detrás”. 

Delante el paraíso y detrás el infierno. Por donde pasa el pecado, por donde pasa el diablo y el juicio de Dios, dejan detrás el desierto. Enfrente belleza, detrás fealdad, delante paz detrás división, disensión, pleitos, guerras; delante primavera, detrás la flor seca; delante “el tiempo de la canción y la voz de la tórtola” (Can.2:12), detrás el gemido, la elegía; delante la riqueza, detrás la pobreza. 

Mira la tentación y el pecado por la espalda no por su rostro porque para flirtear contigo se embellece los ojos con antimonio como Jezabel, y huele a nardo puro; mírale detrás y olerá a sepulcro blanqueado y huesos de muertos; enfrente una sonrisa sensual, después amargura, una mordida de placer y después el suspiro y la muerte; no lo que vas a ganar sino lo que vas a perder; el honor, la gloria marchita, la sonrisa ida. Calcula las consecuencias. 

El pecado nunca ha dejado vida detrás, sino maldición (2:14), y ni esperanza, ni fe, ni amor; el pecado tiene aguja y funciona intravenosa, e inocula delirios y fantasías, éxtasis espurios, enfermedad sublime por un instante y por el resto hunde, no engendra vida sino la muerte, es como una plaga de langosta que todo lo devora y consume. Dios es amor que casa y da abrazos de reconciliación, y forma una sola carne; el pecado es codicia que divorcia, Jesucristo te da la bienvenida y el pecado te dice adiós. Míralo por detrás, quiero decir cuando ya es pasado. Delante el fuego de la pasión, detrás las cenizas de mucha culpa y vergüenza. No hace falta que le preguntes a sus víctimas, sus historias se saben.

Joe.2:10

“El sol y la luna se oscurecerán”. Esta singular profecía sobre las langostas ha sido registrada con una importancia soberbia, porque dentro de ella está entretejida la segunda venida de Cristo (Mt. 24:29).

Joe.2:12-14

“Convertíos a mí con todo vuestro corazón con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón”. Es un llamamiento al arrepentimiento y entreabre la posibilidad de que el juicio se detenga, y hasta que en su lugar aparezca la bendición. En tan malas condiciones espirituales se hallaba el pueblo que esta intensidad de espíritu, esta clase de arrepentimiento parece una exigencia superior a las posibilidades de ellos. Así me parece a mí, Señor, en mi iglesia. ¿Por qué vamos a ocuparnos por la asombrosa descomposición actual del mundo, pidiendo menos de lo que es satisfactorio para Dios, con menos fe, con creencia parcial de la Biblia, con alguna mundanidad, con ciertas supersticiones, con rituales y ceremonias en lugar de la palabra de Dios? ¿Con un bautismo sin arrepentimiento, o con una Santa Cena supersticiosa? Oh Dios ayuda nuestra santidad.

Joe.2:14

“Y dejará bendición tras él”. Amado Dios ¿no dejarás bendición detrás de ti? Yo no quiero que vengas para pasar sino para quedarte; ¿será mi iglesia en la que menos bendición dejes?

 

¡Oh Mariel, Oh Mariel!

Joe.2:15-17

“Entre el pórtico y el altar lloren los sacerdotes”; no el altar del incienso que estaba en el lugar santo sino el altar del holocausto. Si queremos, no digo un avivamiento, porque lo que necesitamos es más que eso, sino evitar el juicio de Dios, el llanto debe comenzar por los pastores alegres, sus bandas musicales, sus reuniones divertidas; sus discursos cómicos deben ser convertidos en servicios de confesión de pecados, los bailes en endechas, las risas en suspiros y todos mostrar luto ante Jehová. Proclamad ayuno y oración hasta que la santidad regrese a su pueblo y la adoración sea convertida en reverente temor del Señor y no divertidas reuniones; eso y sólo eso detendrá la invasión de las langostas e iglesias que parecen edenes sean hechas soledades (2:19-20). Este versículo lo escuché mencionar al muy bien recordado Dr. Luis Manuel González Peña, también a otro pastor en una reunión de ellos, y de eso han pasado muchísimos años y cada vez que lo leo me acuerdo de aquellos hombres de Dios que han cruzado la historia de mi vida dejando sus nombres asociados a bendiciones. En aquel entonces yo era un pastor muy joven con un corazón lleno del amor y unas ansias inmensas por extender, cualquiera que fuera costo, del reino de Dios. Y no fue solamente impacto emocional porque desde ese entonces los primeros bancos de la iglesia me escucharon de rodillas en la soledad intercediendo por ella. En aquel entonces pasaron once años y la pequeña congregación se multiplicó y se santificó y los jóvenes crecieron y se robustecieron en espíritu y en manejo de las armas del Espíritu, degollando nociones ateas y matando miedos a testificar públicamente por Cristo en aquella que desalojó a Dios desde la cuna de los niños hasta la tumba de los envejecidos. Fue mi Edén, mi pequeña ciudad habanera, oh Mariel.

 

Joe.2:18

“Jehová solícito por la tierra perdonará a su pueblo”; o “lleno de celo por su tierra”. Joel conoce la misericordia de Dios y sabe que está solícito, celoso, inclinado a perdonarlos, a suspender el castigo de su ley, ¿qué más desea él que ver el país lleno de verdes olivos, de granos de todo tipo, y "al pueblo de la tierra" trabajando, felices con su siembra, las lluvias y las cosechas bendiciendo su Nombre? Señor, ¿estas solícito por esta iglesia? ¿No ha sido satisfactorio nuestro arrepentimiento y no hemos alcanzado perdón? ¿Estás desinteresado de nosotros?

Joe.2:20

“Porque hizo grandes cosas”. ¡Qué fácil es para Dios librarnos de una epidemia si nos arrepentimos! No hemos alcanzado esa colosal bendición porque no hemos traído a todos bajo arrepentimiento. De esas "grandes" cosas de las cuales mucho habla la Biblia, nosotros hemos palpado pocas; fueron dichas para otros, las recibieron, son historias, no las hemos conocido, oímos hablar de ellas, pretendemos obtenerlas y es como si Dios nos dijera "no son para ustedes". ¿Por qué? Ya lo he dicho. Cristo ha hecho grandes cosas, más que la destrucción de Asiria y el regreso desde allá o de Babilonia.

Joe.2:21-25

“Restituiré los años que comió la oruga”. Parece increíble que uno se pueda reponer de tan espantosa devastación, apostasía, sin embargo, la promesa dice que sí, que él restituirá lo perdido no por milagrosa plantación y cosecha sino por medio de la bendición al paciente trabajo de ellos; les promete años mucho mejores. Oh Dios ayúdanos a reconstruir lo que poco a poco se derrumbó; retóñanos Señor. Eres fabuloso, oh Dios, cada vez que abres la boca dejas bendiciones.

 

Volver a nuestra pasada y mejor época

Joe.2:23

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”. “La lluvia temprana y la tardía como en el principio”. Lluvias que corresponderían a nuestro septiembre-octubre, o como Palestina es generalmente seco parte del año, podría ser octubre- diciembre. Y la de marzo-abril. Qué bonito es esto. Dios se acuerda como nos bendecía en aquellos años que éramos fieles y nos enviaba bendiciones tempranas y las tardías para completar el año, en septiembre y octubre, y en marzo y abril cuando la cosecha la necesitaba. Cuando Dios se muestra bondadoso con su creación y obra sobre ella con el propósito fijado. Si nos arrepentimos del pecado Dios volverá a bendecirnos como lo hizo al principio. Si regresamos a lo que fuimos, si se recaptura el primer amor, si nos volvemos en espíritu a nuestra pasada y mejor época, Dios hará ahora y después lo que hizo ayer, y los años idos volverán y la nostalgia desaparecerá porque las cosas que habíamos perdido volveremos a tenerlas, sobre un presente lleno de madurez y experiencia, formando un cúmulo de valor extraordinario en la obra de Dios. Las lluvias que de darse también tienen la virtud de hacer germinar la semilla seca que parecía imposible que de ella saliera alguna vida, un árbol crecido con ramas frondosas y cargadas de frutos. Dios hace milagro donde se encuentre su palabra y honra la fe que otorga.

Joe.2:26

“Y alabaréis el Nombre del Señor y nunca más seréis avergonzados”. Sin rencor y reproches contra Dios; así pasa cuando se asimila el castigo. Es una bendición no volver al pasado constantemente estando en el presente y queriendo llegar al futuro.

Joe.2:26,27

“No seréis avergonzados”. No serán avergonzados, aunque no se dice, se mantienen humillados espiritualmente. El Señor no lo menciona porque es lo que desea y habla en términos eternos cada vez que nos ve caminar bien, deseándonos que así perduremos, para jamás dejar de bendecirnos. Dios no se siente bien, pongamos eso dentro de nuestra cabeza, de vernos humillados, avergonzados y a la gente poniendo en duda la eficacia de nuestra religión (v.17). Si no salimos de la situación que tenemos conociendo el camino, es porque no lo tomamos; así permaneceremos por años y moriremos como no quisiéramos estar.

 

No habrá que estar con el corazón en la boca

2:15-17; 28,29

“Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y profetizarán”. Lo que Joel quiso decir fue que se vería el Espíritu de Dios en todos los que se humillaron; alcanzarán niveles evangélicos de espiritualidad, los ancianos, las doncellas, todos beberán del Espíritu del Señor; alcanzarán la forma de vida que Dios buscaba entre ellos, justo a punto de castigarlos severamente; aquella humillación (vv.15-17), daría paso, frenaría el juicio, vendrían tiempos nuevos con la presencia divina entre todos. Es cierto que en el NT Pedro explicó la aparición del “don de lenguas” como el cumplimiento de la profecía de Joel (Hch. 2:17-21), porque “les oían hablar en sus lenguas nativas”, y sirvió posteriormente con el mismo fin, como una señal para los incrédulos (1 Co. 14:22), que les oían hablar en “idiomas” y deducían con eso que tenían el Espíritu Santo  (Hch. 11:15-17), y servía de unidad para las razas, las religiones, los sexos, las edadeslas clases sociales (Ga. 3:28); el Espíritu Santo es la mejor solución social. 

Así crecía la iglesia, así crecía el reino de Dios en el mundo, así Satanás era atado. De ese modo tendremos una muestra de la segunda venida de Cristo (2:30); ése versículo no se corresponde con la feliz época anunciada anteriormente, y es más que la plaga de la langosta predicha, es un tipo de juicio superior a los conocidos hasta entonces, pero antesque llegue ese momento el que invocare el nombre del Señor será salvo (v.32); indudablemente que el clamor por salvación está precedido por una convicción del juicio que se avecina (Ro. 10:9-13), y así es nuestra evangelización contra esta cultura pecaminosa. 

El énfasis es en el vivir de la familia de Dios donde todos estarán religiosamente activos, nadie será remiso en hacer algo por el Señor, se terminarán las excusas de servicio, la doble vida doméstica, las divisiones familiares, la unidad bajo Cristo de toda la casa, la solución a los mil y un problemas domésticos; no habrá que estar con el corazón en la boca porque los hijos estarán bautizados en el Espíritu Santo, llevarán a Dios dentro y afuera, y realizarán sus sueños, y Dios les hablará  directamente a ellos. 

 

Joe.2:30

Esta profecía es demasiado grande para el punto histórico donde parece estar apuntando; cualquiera que vivió la plaga de las langostas y supiera estas palabras sabía que faltaron aspectos de ella que no ocurrieron, el juicio anunciado era mucho mayor que el ocurrido porque Dios estaba creando una profecía sobre nuestro Señor Jesucristo (v.32). El que pida salvación será salvo.

Joe.3:3

“Cambiaron un niño por una ramera y una niña por vino”. Eso hicieron los victoriosos caldeos con los niños y niñas de Jerusalén, usarlas en la prostitución y la satisfacción de los más bajos deseos de aquellos hombres. Es caro, Señor desobedecerte.

Joe.3:4

“También ¿qué tengo yo con vosotras Tiro y Sidón?”. Es para estremecerse cuando Dios habla directamente para juicio contra una ciudad determinada (Mt. 11:20). Se unieron a los enemigos contra Israel y participaron del saqueo y la humillación.

 

Robar hombres y mujeres de las iglesias evangélicas

Joe.3:6

"Habéis vendido los hijos de Judá y Jerusalén a los griegos para alejarlos de su territorio". 

“Los fenicios practicaban la trata de esclavos y posiblemente en tiempo de los jueces la practicaron contra Israel. En Joel y Amós los filisteos y los tirios aparecen combinados en ese tráfico. En Amós los filisteos robaban hombres; los fenicios los recibían y los vendían (Amós 1:6,9). Los fenicios en tiempo de los jueces eran deshonestos y practicaban el comercio con esclavos” (Barnes). Los griegos aquí mencionados son los habitantes de Tiro a donde llevaban los habitantes de Jerusalén y Judá, vendiéndolos en ese lugar. Eso se ve en Eze. 27:13, y las almas que se vendían son tipificadas por  el comercio de los tirios (Apc. 18:13). 

“Los habéis vendido para alejarlos de su territorio”, queda más bonito que “para alejarlos de su tierra” porque la palabra lo que significa es frontera; y los vendían como esclavos con el propósito que no volvieran a reorganizarse como personas o como nación, y perdieran toda esperanza de regreso a su país. Mientras más lejano sea el exilio menos posibilidad de volver. Eso es lo que el diablo, amo de esclavos, siempre ha querido, alejarnos de Dios, de la iglesia, de su Palabra, tanto que perdamos toda esperanza de regreso, vendernos como esclavos al pecado y perdamos toda esperanza para regresar, seduciéndonos y asimilándonos a sus culturas hasta que, dentro de ella, engullidos, nos disolvamos. 

Tenga por seguro que hay demonios que compiten con el poder del evangelio y batallan para sacar a las ovejas del Señor de su redil y alejar a los santos de sus iglesias, de sus Biblias y pastores, para venderlos como esclavos a una situación que sea casi imposible para ellos regresar. Los filisteos, griegos y los tirios modernos, son tan tratantes de esclavos como los antiguos y esencialmente buscan lo mismo, robar hombres y mujeres de las iglesias evangélicas, traficar con las almas de ellos para venderlos  lejos del territorio de Dios y de la Palabra, donde no haya ciudadanía de Israel, no oigan los cánticos de Sion, y no puedan adorar en espíritu y verdad.

Joe.3:8

Sabeos

Descendientes de Seba (Ge. 10:7); africanos (Isa. 43:3). Fueron hombres de “elevada estatura”. Su conversión al Señor es predicha en Sal. 72:10, y eran mercaderes (Isa. 45:14).  Otra tribu con ese nombre aparentemente era dada a la guerra (Job 1:15). Aquí se lee que comerciaban con esclavos y los judíos fueron una buena mercancía.

 

Dite cuatro cosas que bien te mereces

Joe.3:10

“Diga el débil, fuerte soy”; pero otra versión dice “diga el cobarde, soy un valiente”; cualquiera de las dos traducciones es útil; la primera está adaptada a una situación y es más conservadora con el original, la segunda es un poco más liberal pero también útil, como un diminuto sermón. A veces tenemos que hablarnos a nosotros mismos con respeto pero con firmeza y decirnos la verdad en la cara, “no soy un cobarde, soy valiente, no soy débil puedo hacer eso, seré positivo conmigo mismo y no negativo”; es una forma de escapar de uno mismo cuando la mente se enflaquece y uno se vuelve débil sin razón alguna, se pone tímido y huye sin que haya quien lo persiga (Lev. 26:17); debemos acabar con esa situación y además de orar sentarnos a nosotros mismos en el banquillo de los acusados y decirnos cuatro cosas bien fuertes para ponernos sobre nuestros pies y portarnos varonilmente (1 Co.16:13). Esto no es autosugestión sino funcionando como médico para sí mismo porque solamente uno conoce su propia mente, sus puntos flojos y enfermos. La medicina está junto a la enfermedad, en el mismo yo personal, acobardado y lánguido.

 

 

Joe.3:14

“Multitudes, multitudes, en el valle de la decisión”; o valle de Josafat. La palabra significa “cortar” “decidir”, o sea juzgar. Su significado es que Dios juzga.

Joe.3:18

“Sucederá en aquel día los montes destilarán vino dulce…brotará un manantial de la casa del Señor y regará el valle de Sitim”.  Sitim significa acacia. El libro casi termina positivamente, con una promesa de esperanza para esas multitudes y multitudes que beberán del agua fresca del manantial del evangelio predicado en la casa de Dios, brotando del costado de su Autor. El resto también es promesa, pero de vindicación y concluye el Señor con su ceño fruncido hacia los que maltrataron a Judá.

 

 

Amós

 

“La oración que Juan Calvino acostumbraba a usar al principio de sus exposiciones era “el Señor conceda que podamos ocuparnos en contemplar los misterios de su sabiduría celestial con realmente creciente devoción, para su gloria y para nuestra edificación. Amén. Esto que sigue es una introducción de Calvino a este libro.

“El argumento

“Me he dispuesto a exponer los Doce Profetas Menores. Desde mucho tiempo este número de ellos ha estado junto, y sus escritos han sido reducidos a un volumen, y por esta razón de conservarse juntos, evita que manejándolos por separado, como algunas veces sucede, con el paso del tiempo alguno podría perderse, y además que son muy breves. Entonces los Doce Profetas Menores forman un solo volumen. El primero de ellos es el profeta Oseas, quien fue especialmente destinado para el reino de Israel: Miqueas e Isaías profetizaron al mismo tiempo entre los judíos. Pero debe ser notado principalmente que este profeta fue un maestro en el reino de Israel, como Isaías y Miqueas lo fueron en Judá. 

“El Señor indudablemente intentó utilizarlo a él en aquella parte; porque si hubiera profetizado entre los judíos, hubiera sido distinto, ya que el estado de cosas allí era verdaderamente corrupto, y no solamente en Judea sino también en Jerusalén, el lugar donde se encontraba el Santuario de Dios. Vemos como de forma severa y apropiada Isaías y Miqueas reprochaban al pueblo, y el estilo de nuestro profeta es el mismo que el Señor empleó para su servicio entre los judíos: pero él siguió su propio llamamiento. Sabía que el Señor, eso se lo había confiado, y fielmente realizó su trabaJoe.Lo mismo ocurre con el profeta Amós: porque ese profeta de forma valiente reprocha a los israelitas y pasa por alto a los judíos, y él enseñó en el mismo tiempo que Oseas.

“Vemos entonces en qué aspectos los cuatro difieren: Isaías y Miqueas les reprochan sus pecados a los judíos. Cada uno de ellos asumió la responsabilidad de aquello que Dios le había encomendado; así cada uno respectivamente se limitó al desarrollo del o desempeño de su propio oficio y llamamiento. Porque si nosotros, somos llamados a instruir la iglesia, cerramos nuestros ojos a los pecados que prevalecen dentro de ella, y somos negligentes en aquello que el Señor exactamente nos ha dicho que enseñemos, confundimos todo el orden; porque cada profeta es destinado a un lugar específico y debe cumplir su ministerio y decir las cosas que Dios le ha dicho que diga. Así cumple su llamamiento. Después de dicho todo esto podemos ver específicamente todo el libro de Oseas, o sea lo que tiene que ver con el reino de Israel.

“Pero con respecto a todos los profetas como a menudo hemos dicho, ellos fueron los intérpretes de la ley de Dios. Y este es la suma de la ley, que Dios establece las reglas por las cuales nosotros, bajo su autoridad debemos adoptar. Pero la ley tiene dos partes, tiene una promesa de salvación y de vida eterna, y una guía para las personas piadosas y cómo vivir en santidad. A esto es añadido una tercera parte, que aquellos hombres que no responden al llamamiento de amor de Dios, deben ser restaurados mediante el temor al Señor y las amenazas, y reprendiéndolos. Los profetas así enseñan lo que tiene que ver con la verdadera y pura adoración a Dios; en resumen, ellos instruyen al pueblo para lograr una vida santa y piadosa y a menudo les ofrecen el favor del Señor. No hay ninguna esperanza de reconciliación con Dios excepto a través de un Mediador, y ellos con mucha anticipación anunciaron la venida del Mesías quien desde mucho tiempo atrás Dios había prometido.

“En cuanto a la tercera parte la cual incluye amenazas y reproches, fue peculiar a los profetas; porque ellos en su momento denunciaron y anunciaron el juicio de Dios: “el Señor te castigará en este momento y de esta forma”. Los profetas entonces no simplemente llamaban a la gente ante el tribunal de Dios, sino que también específicamente hablaban acerca de las clases de castigos, y así de la misma forma ellos declaran las profecías con respecto a la Gracia del Señor y su redención. Pero sobre esto de forma muy breve lo toco; porque es mejor tratar todos los puntos de una forma separada durante el proceso de exposición. Volviendo al profeta Oseas, ya he mencionado que su ministerio se desarrolló especialmente dentro del reino de Israel, porque en ese entonces toda la adoración se hallaba corrompida pero fueron tan obstinados en sus supersticiones que no hubo esperanza alguna de arrepentimiento. Sabemos que tan pronto como Jeroboam edificó aquellos becerros de oro el pueblo no regresaría a la casa de David, sino que estaría con él y además recibiría venganza de parte de Dios. Aquellos gobernantes que le sucedieron fueron tan impíos como él. Cuando tal obstinación se hizo intolerable, Dios resolvió ejercer su poder y les dio señales de su inconformidad con el asunto, con el propósito de que de alguna manera el pueblo se arrepintiera. En ese sentido encontramos a Jehú, fue mandado por Dios a que fuera ungido como rey de Israel, y esto con el propósito de que destruyera completamente toda la posteridad del rey Acab. Sin embargo, de nuevo volvieron a caer en la misma idolatría. Este hombre ejecutó el juicio de Dios y pretendió con gran celo hacerlo, sin embargo, su hipocresía pronto salió a la luz porque también abrazó y se permitió en la falsa adoración, y sus seguidores no fueron en nada mejores sino exactamente igual que Jeroboam, en tiempo de quien el profeta predicó”.

 

Un terremoto sin fallas sísmicas 

Am. 1:1

“Palabras de Amós en los días de Uzías y Jeroboam”. No es el mismo Amoz, padre de Isaías. Uzías es también llamado Azarías (2 Re. 15:1). Tecoa según la milla que se usa estaba a 12 ó 9 de Jerusalén. Jerónimo dice que a 12. De ahí era la mujer sabia, que se menciona en 2 Sa. 14. Este Amós era un pastor que cuidaba los rebaños de otros, y colectaba higos silvestres, para su propia subsistencia, para mejorar su salario o para su empleador (7:14). De veras que para ser un pastor de rebaños hablaba muy bonito.

El terremoto quizás sea el mismo referido en Zac. 14:5. En tiempo de Zacarías había pasado casi 200 años que ocurrió y tuvo que haber sido terrible porque aún se recordaba, y más ya que Jerusalén no se encuentra dentro de la línea de fallas sísmicas. Es decir, ocurrió donde no se esperaba ni se podía predecir. Por supuesto que no tendría sólo una explicación natural.  “Los terremotos en el este, como el de Lisboa, son capaces de destruir ciudades. Un poco antes del nacimiento de nuestro Señor, unos diez mil fueron sepultados, dentro de sus mismas casas. Este terremoto que Zacarías describe fue un preludio del disgusto de Dios, el cual Amós predice. Un aviso de dos años antes que ocurriera fue dado para darles tiempo para el arrepentimiento, o sea ‘antes del terremoto’, preludio de algo peor que habría de ocurrirle un tiempo después a los dos reinos, por supuesto, a menos que se arrepintieran. Fue el primer relámpago de truenos que habrían de consumirlos” (Barnes). 

(Mt. 24:7) “En lenguaje profético algunas veces significa conmociones políticas. Literalmente significa temblor de tierra trayéndolo todo a la ruina. La tierra se abre, las casas se hunden y se destruyen. Muchos terremotos son mencionados antes de la destrucción de Jerusalén. Tácito menciona uno durante el reinado de Claudio en Roma y dice que durante el reinado de Nerón las ciudades de Laodicea, Hierápolis y Colosas fueron destruidas por terremotos y la ciudad de Pompeya fue casi destruida completa por otro terremoto (Anales 15:22). Otros terremotos se mencionan que ocurrieron en Esmirna, Miletos, Quios y Samos. Lucas dice que ‘habrá señales en el cielo y la tierra’ (Lc. 21:11). Josefo que probablemente nunca oyó de esta profecía ni haría nada para su cumplimiento, menciona prodigios en el cielo y la tierra que precedieron a la destrucción de la ciudad” (Barnes). Calvino dijo que la destrucción de Colosas la envió Dios como un castigo por la herejía que allí hubo.

 

Casi siempre los castigados son los reincidentes

Am. 1:3

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro”. He leído que esta forma de hablar corresponde a la Sabiduría y que Salomón la utilizó (Prov. 30:18-19; 29-3; Ecl. 11:2). Y otros antes que él (Ex. 20:5; Job 33:14,29). Quizás esto enseñe la paciencia de Dios con los pecados que se repiten, o que se acumulan (Mt. 23:35-36; Lc. 11: 50-51; Ro. 2:5) y alcanza su “colmo” (Ge. 15:16; Da. 8: 23). La VI traduce colmo, y deja sin bonita explicación porque se aleja del contenido literal.

Estas palabras como yo las leo son una expresión de la bondad y paciencia divinas con nosotros. Se sabe que Dios castiga el pecado, pero ¿cuándo? Gracias a su gracia no la primera vez que pecamos. Dios no castiga la primera, segunda, tercera vez, sino la cuarta, lo cual según el uso de los números quiere decir que no castiga inmediatamente que el pecado se comete, sino que a la mala acción sigue un período de misericordia, incluyendo aquellos que sonreincidentes, que han cometido el mismo pecado varias veces y en diferentes lugares. 

¿Hay castigo por el primer pecado? –Rara vez o no lo hay- (sin contar Adán). ¿Por el segundo, tercero, y así por muchos? –Por un largo tiempo o tampoco- Pero no se anime a provocarlo porque los pecados y castigos se acumulan. Aun el buen Jesús lo dijo: Lea la cita de Mateo 23: 35-36 y Lucas 11:50-51.

No obstante, uno deduce que no hay inclinación divina hacia el castigo y el ejercicio de la justicia suya. Dios no es proclive a castigar; su ser está lleno de infinita misericordia y mira con compasión a todos los que cometen infracción de su ley y tiene paciencia. Es justo aun con los reprobados y difiriendo el castigo les quita toda excusa. Da tiempo y pone a disposición suya los medios para el arrepentimiento, aunque sea un reincidente

Am. 1:6

“Por haber deportado a todo un pueblo para entregarlo a Edom”. Gaza es una de las cinco ciudades filisteas junto a Ascalón, Ecrón, Asdod y Gat. Esto pudo haber ocurrido durante el tiempo de Joram cuando los filisteos invadieron el reino y tomaron algunas ciudades (2 Cr. 28: 18; Je. 13:19). Y como traficaban con personas, vendieron a muchos a Edom. En Joel 3:1, 3, 6 se ve eso mismo. Y lo mismo hicieron los de Tiro, vender cautivos como esclavos (1: 9).

Am. 1:9

“Y no se acordaron del pacto de hermanos”. Se refiere al pacto que hizo Hiram, rey de Tiro, con David y Salomón en cuanto al suministro de cedro para la construcción del templo y casas reales (2 Sa. 5:11; 1 Re. 5: 2-6; 9:11-14). Tiro olvidó que Edom o Esaú era hermano de Jacob o Israel. Es monstruoso hacerles daño a los hermanos (v.11).

 

Da pesar el odio que se tienen los judíos y los árabes

Am. 1:9-11

“Y perpetuamente ha guardado el rencor” (su ira); sus molestias, sus malos recuerdos; su furor para siempre.  “Esaú siempre mantuvo su ira y odio contra Jacob por haberle suplantado dos veces (Ge. 27: 41); del mismo modo la posteridad suya contra Israel (Num. 20:14,21). Edom mostró su antiguo odio no dejando al pueblo pasar por su territorio y lo amenazó si lo hacía. Luego vinieron los sirios y atacaron a Jerusalén bajo el reinado de Acaz (Comp.2 Cr.  28:17 con 2 Re. 16:5); después Nabucodonosor asaltó Jerusalén (Sal. 137:7,8). En cada ocasión Edom 

mostró su alegría por el mal que le ocurría a su hermano Israel (Abdías 1:10-13)” (JFB).

Mantuvo su furor para siempre. Y desapareció odiando. Es terrible que el rencor entre los familiares dure tanto tiempo y que jamás se perdonen las ofensas; Dios permite que se destruyan recíprocamente hasta consumirse porque han matado dentro de ellos todo afecto fraternal. Da pesar el odio que se tienen los judíos y los árabes y luchan por porciones de tierra. Y son hermanos.

Am. 1:13

“Abrieron a las mujeres que estaban en cintas”. Qué bueno es el Señor, que cometiendo tanto pecado una sociedad, selecciona tres o cuatro por los cuales no enjuiciarla, y los demás los deja, para que continúe funcionando normalmente castigándose sólo con las consecuencias. También pudiera ocurrir que tres o cuatro pecados llenen la medida de su justicia. ¿Salvajes, criminales?  ¿Crímenes de guerra? Espantosos. ¿Y qué me dices de esos médicos que hoy en día abren el vientre de la mujer en cinta practicándole el aborto? ¿O de las que voluntariamente les pagan para que se los abran? También a esto se le puede llamar holocausto.

Am. 2:1

“Quemó los huesos del rey hasta calcinarlos”. Parece que los desenterró y luego los quemó, violando la morada de los muertos y la paz del sepulcro. Profanación.

Am. 2:3

“Quitaré el juez de en medio de él”. El juez representa la autoridad civil; y si el gobierno es destruido el pueblo también lo será.

Am. 2:4

“Y le hicieron errar sus mentiras”.  Sus ídolos (Sal. 40:4; Je. 16:19). El pueblo de Dios también ha pecado como las naciones que lo rodean, y por supuesto, recibe castigo. Los pecados de la iglesia pueden ser distintos, pero son pecados; y a veces ella, teniendo más conocimiento, acumula sus pecados y no se arrepiente. Nota las naciones paganas que se mencionaron antes. Los filisteos, los moabitas, etc. El deseo del Señor es que “no seamos condenados con el mundo”. Aquí se refiere a mentiras teológicas. Por el momento no entra en detalles sobre la corrupción social de Judá, se señala sólo el punto de partida de ella, la desviación de Dios, los mensajes doctrinales falsos.

 

Si un pueblo quiere estimular su economía y agradar a Dios

Am. 2:6

“Vendieron al pobre por un par de zapatos”. Los jueces eran corruptos y aceptaban sobornos; vendían la justicia por dinero. Más bien sandalias, unas tiras de piel atadas a un trozo de madera, que tiene menos valor que zapatos (8:6; Eze. 13:19; Joel 3:3). No obstante Salomón habla de sandalias elegantes en pies femeninos (Cant. 7:1).  Debido a los altos intereses impuestos por los prestamistas los justos pobres perdían su libertad; deudas y usura, que no tenían ni para comprar un par de zapatos. Si un pueblo quiere estimular su economía y agradar a Dios, que reduzca los impuestos y los intereses bancarios. Por ese motivo grandes empresas emigran para países que les cobren impuestos bajos.

Am. 2:7

“Y el hijo y el padre se llegan a la misma joven”; posiblemente una prostituta religiosa. Prohibido dentro del matrimonio (Lev. 18:8; 18:15; Ose. 4:14). No debía hacerlo el hijo por el espíritu de la ley, aunque no hubiera alguna que en letra lo prohibiera. Y por respeto recíproco. Un escándalo de ese orden se menciona dentro de una iglesia cristiana (1 Co. 5:1). ¿Quién hubiera creído esto de un pueblo llamado a ser santo? Téngalo en cuenta, Dios como Creador del cuerpo tiene derecho a intervenir en su uso y no mira con agrado los placeres  ilícitos. Para la salvación la moral importa. ¿Lo sabía? No viva con desenfreno. Es bochornoso el mal ejemplo que algunos padres dan a sus hijos y ellos siguen, a la condenación, sus pisadas.

Am. 2:8

“Sobre las ropas empeñadas se acuestan”. Esto es un alargamiento de la intensidad a que había llegado la usura, cuando los pobres no podían rescatar las prendas empeñadas a los ricos prestamistas y se acostaban sobre ellas en cualquier altar idolátrico (Ex. 22:26). Además, estos jueces se embriagaban con el dinero de las multas que tenían que pagar por infracciones religiosas o de cualquiera causa. ¿En qué usan el dinero los que lo obtienen injustamente? Los que adquieren riquezas injustas, injustamente viven (Lc. 16:6,9). 

Am. 2: 9

“Destruí sus frutos arriba y sus raíces abajo”. Esas son victorias del pasado cuando era un pueblo santo, pero con tanta corrupción actual no tendría ningún impacto en el mundo. Hay veces que pienso con tristeza lo que Dios hizo con nosotros en otro tiempo. Hasta ahora Dios no se ha vuelto aunque he orado y trabajado para invertir el sentido de las cosas; sólo puedo lamentarme y suspirar. Y guardarme del mal porque estoy dentro de la pupila diabólica. (Todos los cristianos lo estamos ¿no recuerdo al fiel Job y al apóstol Pedro?).

 

Ministros con el alma en llamas

Am. 2:11

Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?”.  Desmiéntanme si pueden. La falta de vocación ministerial es una indicación de que las cosas no están bien con Dios. Generalmente, con honrosas excepciones, los hijos de los ministros no sienten la vocación de sus padres, los maestros no tienen hijos ministros y los hijos de los misioneros estudian otra cosa. Cuando Dios quiere bendecir a un país levanta profetas, pastores y misioneros que anuncian el evangelio, hombres consagrados de plano a su Palabra: el estudio de ella y su exposición. Es bellísima cosa oír a una familia hablar con orgullo cómo su hijo ha dejado todo para cursar estudios teológicos y prepararse para servir a Dios. No hay carrera más noble que esa, y descansa precisamente en llevar el sello del divino llamamientosobre la frente, la seguridad de querer con alma en llamas, anunciar el evangelio del Señor Jesucristo. Noble por la pasión que muestra, por las pérdidas y sacrificios que pasa, por la perseverancia que muestra y por la altura de su mirada. 

Un ministro de Dios es un personaje, aunque anónimo sea, es heroico, y el más importante del mundo porque está encargado de enseñar a los hombres el suceso más importante bajo el cielo, la crucifixión y resurrección de Jesús de Nazaret; de atraer las masas hacia allí y reconciliarlas con Dios. Es una vocación trascendente porque todos sus negocios con la Palabra de Dios sobrepasan este mundo hasta la eternidad. Aunque un ministro pase 120 años predicando como Noé y sólo logre atraer a la salvación a su pequeña familia, y muera sin ganar a otros como es su deseo, valió la pena haber vivido para predicar lo que predicó sin importar su éxito o derrota ante los ojos de los hombres. 

Los colegios y universidades preparan a esos hombres, los llaman a clases, pero ellos son llamados por Dios. El profeta dijo que Dios los llamó. El seminario los educa, pero Dios los llama. Entrar a un seminario teológico sin ese requisito indispensable pensando estudiar teología como se estudia cualquiera otra carrera, es un gran error, y mayor todavía si después de su graduación es admitido como pastor en una iglesia. Algunos colegios, ávidos de recursos, casi no comprueban eso y admiten ligeramente a todo el que llene sus formularios y haga los pagos. Se le miran los talentos que tiene, los dones que luce, su apariencia y educación casi pasando por alto si desde el cielo lo han comisionado para ese oficio. 

A veces el estudiante afirma que Dios lo ha llamado, pero en su carácter, sus negocios o en su familia da señales inapropiadas que contradicen su supuesto llamamiento divino. Pero el centro educativo no se entera de eso ya porque el joven no reside en él, o cerca, o porque el claustro no tiene particular interés en ese aspecto. Termina sus estudios y le ofrecen trabajo en una iglesia, y es ahí donde en realidad se va a graduar y probar que es un nazareo de Dios, porque el Espíritu Santo será su principal colaborador; y éste tiene compromiso único con los que el Padre ha llamado a su servicio y no con un suplantador. Y las áreas de trabajo disponibles a la iglesia para corroborar su llamamiento son muchas y más temprano que tarde lo aprueba o lo descarta. La Unción de Dios es indispensable y sin ella no hay ministerio que valga. Ni en los sermones ni en el cuidado de la iglesia. Y, por otra parte, los enemigos espirituales suyos, de su trabajo y de la iglesia, también tienen la diabólica misión de reducirlo a nada y corromperlo, si no con alcohol, con dinero, poder, o con sexo (v.12), y eso no por un día o dos, sino por toda la vida, al principio, a la mitad y al final de su encomienda.

Varones, oigan bien si la voz que oyen es la de Dios, porque si es sublime ser convertido en un nazareo de Cristo, es el peor oficio que puede tener otro que gasta dinero, tiempo y familia en una obra que no cuenta con la colaboración del Soberano Dueño de ella.

 

Am. 2:12,13

“Yo os apretaré en vuestro lugar”. Algunas versiones traducen como si fuera el profeta “estoy oprimido debajo de ti”; o “vosotros”, por Dios mismo dentro de la situación del pueblo. Es un pecado corromper el estilo de vida de los santos (v.12). Guárdate de pecados ajenos. Oh Señor, no me aprietes en mi lugar, no me oprimas en mi sitio, déjame respirar; aprieta y remece tus bendiciones para mí, pero no me aprietes a mí mismo (Lc. 6:38). Tarea de los malos gobiernos: corromper a los ministros y prohibir la libre expresión del cristianismo, estorbar la predicación.

 

No sea abogado del diablo, ellos no quieren ser elegidos

Am. 3:2

“A vosotros sólo os he escogido”. 

Esto es una reflexión para los que se sienten incómodos con la doctrina de la elección. Implícitamente el Señor ha dicho: A ustedes los he elegido y a las demás naciones las he ignorado. Así como suena. La doctrina de la elección en el NT, especialmente desarrollada por Pablo, sistematizada por Agustín y popularizada por Calvino, tiene sus raíces en el AT y la historia de la revelación de la salvación con el pueblo de Israel. Mientras se hacía la historia del mundo Jehová trataba con Israel y a las otras naciones las dejaba andar en sus propios caminos (Hechos 14:16; 17:30). ¿Le parece eso injusto y falta de amor? 

Sin embargo, Israel en comparación con muchas naciones ha sido geográfica y numéricamente un pueblo pequeño. ¿No hubiera sido mejor, dice usted, haber escogido un pueblo que tuviera más gente como India o China? ¿Por qué escoger tan pocos y dejar abandonados por siglos y milenios en sus tinieblas y pecados a la inmensa mayoría? Dios por razones justas así ha obrado y yo estoy conforme con su decisión. No defienda a los que no creen porque no solamente aquellos pueblos no se merecían nada, sino que no preferían a Jehová sino a sus ídolos y pecados. Es evidente que Dios no estaba apurado por salvar el mundo y obraba sin prisa hasta “el cumplimiento del tiempo que envió a su Hijo” (Ga. 4:4). No le concedió el privilegio de la salvación a todos y por eso se ve en la evangelización que “no es de todos, la fe” (2 Tes. 3:2). La doctrina de la elección particular no se revela de modo filosófico sino como un acto de Dios, y con gusto podemos decir ‘sí Padre porque así te agradó” (Lc. 10:21). Y sin controversia, “la salvación viene por medio de los judíos” (Jn. 4:22); es semita y por extensión hebrea e israelita, de los profetas y Jesucristo. 

Y si a alguno no le parece bien que elija quién se ha de salvar, judío o gentil, porque no lo entiende, no está de acuerdo y cree es injusticia, tiene que enfrentarse al apóstol Pablo quien le responde que no tiene derecho a protestar porque Dios es dueño de sus actos y hace con lo suyo, esto es, con su gracia, misericordia y placer, lo que quiere, porque tiene para eso “capacidad, privilegio, potestad y libertad” (Ro. 9:21).  Si usted para oponerse me citara que también la Biblia dice: “Dios no quiere que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento” o “de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino tenga vida eterna”, me daría cuenta que usted necesita un poco de ayuda en lo que se llama hermenéutica o exégesis bíblica. 

Para mí lo que sería raro es que Dios salvara sin arrepentimiento, con la gracia común, sin forzarlos a entrar, sin la violencia de la misericordia electiva, y que usted defendiera a quienes no desean creer siendo abogado del diablo porque sus clientes no aman la verdad y la contradicen todo lo que pueden, no desean ir al cielo, no quieren la compañía de muchos millares de ángeles ni de los espíritus de los justos hechos perfectos, aman la gloria de este mundo y no la de Dios y no sólo hacen cosas dignas del infierno sino que las consienten en los que las hacen, y las disfrutan (Ro. 1:32).

Am. 3:3

“¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?”. La respuesta es que no y la implicación es que Dios está pensando separarse de Israel, porque ya no están de acuerdo; está en perspectiva la ruptura del compañerismo. No porque Dios haya fallado en sus compromisos, que hubiera cambiado, que fuera infiel, no, sino porque han sido ellos, los hombres los que se han olvidado de lo que él ha hecho por ellos. Enoc, Noé, caminaron con Dios porque estaban de acuerdo. Sí, el Señor les advierte lo que va hacer (vv.7,8). Desgraciadamente hay veces que Dios tiene razones para romper su compañerismo conmigo. Yo he sido reconciliado por Cristo. Señor permite que siempre encontremos agradable y perfecta tu voluntad.

 

Llamen a la vieja de apergaminada piel de siglos anteriores

Am. 3:6

“¿Sucede algo en la ciudad que Jehová no haya hecho?”. La pregunta es que, si no hay alguna clase de castigo dentro de la ciudad, invasión, incendio, enfermedad, hambruna, accidente, etc., que el Señor no haya ocasionado. 

Pero la obvia respuesta que es Dios, cambiaría si se le pregunta a una sociedad secularizada. Una ciudad secular y moderna respondería cualquier cosa menos que Dios se halle involucrado en tal y más cual asunto, y diría que los enemigos han echado abajo el muro de protección porque los guardas han sido negligentes, porque no hubo suficiente entrenamiento militar, porque con el presupuesto tan raquítico no se han podido inventar nuevos armamentos o comprarlos, que los incendios y barrios enteros hechos cenizas se debe a que no hay suficientes unidades de bomberos o la policía no hace su trabajo con eficacia, que las últimas plagas se deben a la poca higiene que hay entre la población, la ausencia de vacunación y el pobre adelanto de la medicina, que la pobreza es culpa del sistema social impropio y corrompido, que una nueva distribución de los bienes de producción, un control estatal sobre ellos y una mejor justicia social erradicaría el hambre, y que la multiplicación de accidentes se debe al alcohol y a la estrechez de las carreteras, o a la estupidez, o fortuna, pero, jamás de los jamases que todas conjuntamente con esas calamidades esté operando una Inteligencia Suprema y Soberana que toma venganza para hacer justicia por las faltas en general de la población. 

Los investigadores, los médicos, los sociólogos, los militares, los políticos, los maestros y los economistas explican con satisfacción todo eso de acuerdo a la ley de causa y efecto, física por supuesto, no teológica ni religiosamente. La voz de la teología está excluida de opinar ni ella siquiera tímidamente se atrevería a dar un punto de vista anacrónico sobre la crisis hipotecaria actual, el desplome de la bolsa de valores, el triunfo de ideologías muertas y resucitadas, porque se reirían y haría el ridículo. Entonces esa joven señorita, graduada de los centros educativos y comerciales, pálida por la falta de hemoglobina en su fe, se arrima a la corriente del momento y dice unas cuantas cosas con lenguaje prestado de los impíos doctores que le horrorizan, a lo cual ningún hombre “sensato” prestaría un poco de atención. 

Hay que llamar para que hable la vieja de apergaminada piel, la teología de siglos anteriores, pero que por órdenes universitarias no se le deja pasar, por su vestuario anticuado y su lenguaje cortante, y porque esa sin miedo dirá lo que dirá y traerá el mensaje de Amós, de los nazarenos,  paulinos, de los calvinistas, y el Dios de la historia  le dará  la razón moviendo las circunstancias como su Providencia sabe para que no quede ninguna sospecha que ella es su voz, y que el mundo debe oírla de nuevo, porque es la correcta intérprete de los acontecimientos dentro y fuera de las metrópolis paganas y profanas, y es la misma antigua teología que recogió la sangre de Abel el justo y la examinó y halló razón religiosa para reconocer al culpable y su motivación, y  que coleccionó las piedras de la Ciudad Santa y afirmó que estaban tiznadas de hipocresía e incredulidad y halló escrito en cada una de ellas I.N.R.I,  la misma forma exacta del pensamiento humano enviada a la teocracia y a las democracias o dictaduras, la que se explica con claridad en la historia de Jerusalén y escribió que absolutamente ningún mal ocurre, no llamándose pecado, que Jehová  el Dios de los judíos y gentiles no haya causado,  y que se debe “prestar atención al castigo y a quien lo establece” (Miqueas 6:9).

 

La Biblia no sabe cuándo Cristo vendrá 

Am. 3:7

“No hará nada el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. 

A Noé Dios le reveló el diluvio, a Abram la suerte de Sodoma y Gomorra (Ge. 18:17), a José los siete años de hambre, a Isaías la muerte del Mesías, etc. Eso quiere decir que el futuro sólo lo conoce Dios y nadie más, ni hombre, diablo o ángel. Todos los que afirmen saberlo, mirando la palma de una mano o unas pocas estrellas, cobren por revelarlo o no, mienten. Tampoco porque lo diga algún libro o documento antiguo, exceptuando la Biblia. Y muchísimo menos algún popular señor auto titulado profeta que no pertenece al Antiguo y Nuevo Testamento y quiso recibir su nombramiento cuando ya las puertas del canon bíblico estaban cerradas por Dios.

No hay otro libro escrito que contenga la revelación de Dios que la Biblia. Fueron los profetas de la Biblia los que oyeron la voz de Dios no los de otra religión. La única revelación histórica sin mitos y leyendas, plenamente confiable es la que pertenece al pueblo de Israel y se halla en su literatura sagrada, la Biblia, compuesta por los profetas del Antiguo Testamento y en los profetas del Nuevo Testamento. Y toda ella es “inspirada por Dios y útil” (2 Ti. 3:16). 

El futuro no se conoce por un cálculo de probabilidades; aunque uno pueda suponer a dónde van a caer algunos hombres por el derrotero que llevan, lo que les sucederá como consecuencia de sus actos, con todo no se puede garantizar que les pase esto o aquello. Lo que se conoce sobre el futuro es por revelación. Cuando Pedro le dijo al Señor que era el Hijo de Dios no lo supo estudiando o porque algún otro se lo comentó sino porque el Padre se lo dijo; por ende, el futuro está en la mano de Dios y él sólo conoce nuestros tiempos y podría cambiarlos o no, y precisamente esa es la razón por la que se lo revela a los profetas, para incitarlos al arrepentimiento y a volverse a él. 

Además, aunque la Biblia es una revelación suficientesobre el futuro de todas las cosas; eso no quiere decir que ella dice todo lo que quisiéramos saber sino todo lo que nos hace falta saber. Hay cosas que los profetas no supieron como por ejemplo el día y la hora de la segunda venida de Cristo, y cualquiera que le haga un itinerario con milenios y dispensaciones, registrando dentro de la Escritura y entrevistando a un centenar de autores, está envanecido y “no sabe lo que dice ni lo que afirma” (1 Ti. 6:4). 

Sépalo estudiante, que tiene que ser humilde y confesar “no lo sé” porque “las cosas escondidas pertenecen a Jehová” y sólo “las reveladas a nosotros y a nuestros hijos” (Dt. 29:29); y si ni aún los ángeles o el Señor Jesucristo sabían el siglo y el año de su retorno, ¿cómo lo puede usted hallar en las setenta semanas de Daniel, en el libro de Isaías, en el evangelio de Marcos o Lucas, en Apocalipsis, en Tesalonicenses, si ellos no lo sabían? Si ellos no lo sabían, la Biblia tampoco lo sabe.

Am. 3:8

“Hablando Jehová el Señor ¿quién no profetizará?” (7:12-16). La Palabra dicha por los profetas y apóstoles no sólo fue de origen divino sino predicableen el sentido que fue inevitable que no la comunicaran porque no era de origen “privado” (2 Pe. 1:20); y se sentían como obligados a hacerlo (1 Co. 9:16). La inspiración divina no sólo conserva el mensaje sin errores, sino que lo hace inevitable y efectivo (2 Pe. 1:21). Aquellos hombres, los autores de la Biblia eran por sobre todo predicadores que anunciaban la palabra de verdad, y por esa razón defendían su doble ocupación y no dejaban ser desviados de ellas (Hch. 6:4), ni había impedimento alguno, humano o diabólico que los silenciara (Hch. 4:20;5:29). Y esa misión está relacionada con su llamamiento porque eran varones escogidos por Dios, profetas, para hablar en su nombre; privilegio que no tenían otros de la iglesia que habían sido destinados para escucharlos y aprender de ellos.

Am. 3:12

“De la manera que el pastor libra del león la punta de una oreja”. Muy poco le quedará a Israel después del castigo, con violencia le quitará lo que le dio. Oh Señor, presérvame tus bendiciones, no las maldigas (Mal. 4:2).

 

Am. 3:14

“Serán cortados los cuernos del altar, caerán a tierra”. Caerá la civilización y también hará añicos su religión (los cuernos del altar). La prosperidad será una cosa del pasado (v. 15). Oh Dios, viene la guerra cuando los pueblos se descomponen moralmente; Dios los desintegra o tal vez los purifica.

 

Un nuevo cuerpo hecho con las virtudes de Dios

Am. 3:15

“Y muchas casas serán arruinadas”. 

Dios tiene que arruinar esas preciosas viviendas llenas de pecado, antros de disipación y lujuria (Jue. 3:20; Je. 36:22); y casas de marfil que deben costar una fortuna (1 Re. 22:39; Sal. 45:8). Romper la vida muelle de esos ricos con casas suntuosas, artesonadas (Hag 1:4) que habían hecho sus fortunas con el salario de los pobres a los cuales no habían pagado (5:11; Sgo. 5:4), mansiones llenas de despojos y rapiñas (v.10). Cierran la puerta no para orar a Dios que los ve en secreto sino para pecar escondidos.

¿De qué sirve tener esas comodidades en la tierra si no se tiene un lugar en la casa de mi Padre? (Jn. 14:2,3). Oh Dios, me importa más una “casa” allá que miles aquí, ¿no son ellas más hermosas?, porque espero tener junto a ti una casa de esperanza, una casa espiritual, una casa eterna; y que ésa que comienza a construirse aquí, edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas no sea por el pecado arruinada. 

¿He dicho “casa”? ¿No habrá cielos nuevos y tierra nueva? ¿No será esta tierra purificada con fuego y hecha nueva? Es un mundo inimaginable. ¿Nos hará falta una casa cuando estemos en Dios? No puede ser, los santos no tienen necesidad de techos y paredes en el cielo, no hay allá ciudades, calles, ni árboles sembrados junto a los ríos. Esas son sólo representaciones del cielo, una forma poética y humana de concebir un nuevo mundo. 

Jesús no dijo que iba como algún arquitecto a fabricar casas en el firmamento, sino a preparar lugar. Es cierto que dijo “en la casa de mi Padre muchas moradas hay”, pero la idea no es de una construcción material o de un sitio aislado, sino de una sola habitación, un lugar único donde habita una sola familia, un solo pueblo; y allí hay espacio para todos. Si allí no hay templo tampoco hacen faltas casas, torres y techos y ni siquiera calles de oro macizo porque no les harán falta andar a los que pueden volar como ángeles con las alas de la imaginación y los sueños hechos realidades, y saltar “de gloria en gloria” sobre las notas musicales de sus alabanzas. 

No necesitaré de casas porque mi espíritu y cuerpo serán transformados y ello será en mí mismo una habitación celestial (2 Co. 5:1-5). Estaremos así para siempre con el Señor, participando “de la naturaleza divina”, reflejando en el rostro, como Jesús, la gloria de Dios, y revestidos con la inmaculada ropa blanca de la justificación por gracia, tan blanca como ningún lavador en la tierra la puede hacer y sin necesidad de joyas ni adornos porque las virtudes de Dios de las cuales las esmeraldas, perlas y diamantes son bellos símiles, formarán nuestro cuerpo, espíritu, y su gloria misma. 

Am. 4:1

“Oigan esta palabra ustedes, vacas de Basán, que viven en el monte de Samaria, que oprimen a los desvalidos y maltratan a los necesitados, que dicen a sus esposos tráigannos de beber”; así traduce la VI, pero la palabra que se usa en hebreo no es esposo sino señores, magistrados, soberanos; pero parece que los encargados de esa versión de la Biblia quisieron seguir la imagen o la comparación hecha por el profeta entre esos ricos y las vacas con los cuales él estaba familiarizado como hombre del campo en la ciudad de Tecoa. También hay comentaristas que ven en el género de estos animales una forma ilustrativa de reprenderlo, y hasta ofenderlos comparándolos con vacas y no con toros o sea insinuándole afeminamiento.

Am. 4:2

“Jehová juró por su santidad”. ¡Qué diferente este juramento a aquel otro! (He. 6:16-18); cuando Dios jura por su santidad jura por toda la gloria de todos sus atributos morales. La santidad de Dios se convulsiona cuando su ojo mira el pecado humano. Su santidad le avisa a la justicia sobre la cual siempre mantiene su ojo abierto y está atenta para guardar su gloria; por eso son castigados los pecados de los hombres, porque ofenden su santidad. Buscar la gloria de Dios es buscar que su nombre sea santificado (Mt. 6:9). Sin santidad nadie verá Señor (He. 12:14).

 

No aceptes la invitación de nadie para pecar

Am. 4:4,5

“Id a Betel y pecad; ofreced pan leudado en ofrenda de gratitud” (LBLA). 

¿Cómo? ¿Dios les manda que pequen, que hagan lo que no quiere, que quebranten su ley, que no cumplan la Biblia y adoren del modo que no le gusta? Ese pasaje se puede traducir “id a Betel y pecad, rebelaos, apostatad”. Es una ironía y un sarcasmo, tómelo como tales, como las que se dicen en 1 Re. 18:27; 22:15; Mt. 23:32. Ellos ardientemente estaban pecando y es como si les dijera, “sigan pecando y verán lo que les sucede”. 

Señor, concédenos la merced de no mezclar con nuestros sacrificios sagrados nuestros pecados, que nuestras vidas no sean una triste mezcla de cosas buenas y malas. Buenas: actos nobles, sacrificios, diezmos, salmos y expresiones verbales de alabanzas. Malas: prevaricación, pan leudado, ofrendas con defectos, infidelidad a ti y al prójimo. 

También es cierto que Dios es misericordioso aceptando muchas de nuestras ofrendas “involuntariamente” contaminadas. Para los pecados de ignorancia hay sacrificio, pero para el que voluntariamente peca una horrenda expectación de juicio (He. 10:27). Esto es importante que lo sepan aquellos que eligen su forma particular de practicar la religión para que les satisfaga sus deseos y “adoran” a Dios con bajos estándares e incluso con cosas profanas. “Dios acepta pecadores, pero no consumidores”. Las cosas buenas que hagamos por él no justifican las malas. 

Lo único que Dios no quiere que hagamos es que pequemos y muramos, y menos decirnos pequen allí y así y asao, indicarnos el lugar donde quiere que profanemos su nombre, demos un mal testimonio y desgraciemos nuestra carrera espiritual; y todavía menos señalarnos con quiénes quiere que pequemos y nos amancillemos, a quiénes escojamos como acompañantes y les digamos “vengan y embriaguémonos de amores hasta la mañana” (Pro. 7:18). No debemos pecar ni, aunque Dios lo mande (Es una forma sarcástica de hablar), porque quiere lo contrario.

Am. 4:6-13

 

“Os hice estar a diente limpio”. La iglesia sufre los mismos castigos que aplicó Dios a otros (v. 11) y, sin embargo, no se arrepiente; ¿por qué Señor el juicio que vemos que cae sobre otros no nos educa y sin temblor y con esperanza de escapar hacemos lo mismo? (1) el amor al pecado es mayor que el miedo al juicio (2) el juicio es una posibilidad; la incredulidad la convierte razonablemente en una posibilidad, descendiendo desde la altura sobre la seguridad, (3) porque tenemos un corazón que no teme a Dios ni cree en él. Por esta razón la historia de los imperios, de las civilizaciones y sus caídas es la misma. El mundo avanza en ciencia, pero moralmente gira en ciclos. ¡Oh Dios, hazme una nueva criatura! 

 

Si Dios quiere no hay una gota de agua

Am. 4:7

“Sobre una ciudad hice llover y sobre otra no”; y sobre la parte que no llovió se secó. En eso se ve la mano de Dios bendiciendo a quién y dónde quiere, pero sobre todo para que distingan entre lo natural y providencial; que sí, la lluvia cae por causas que son naturales, pero esas causas son creadas por Dios, es él quien ocasiona el conjunto de situaciones que la hagan propicia y lo hace en los lugares y épocas que lo desea. No son excluyentes. La lluvia que cae o no cae por causas naturales, cae y no cae por la providencial voluntad de Dios. La providencia no es una explicación sino una causa. Dios le enseñaba a su pueblo que le debía la vida y aprendiera a “juzgar los tiempos”, si el cielo tiene arreboles o no y explicar con fe los acontecimientos naturales. Si Dios quiere que llueva allí, lo hace y si su voluntad no lo desea, las condiciones no se encuentran y no cae una gota.

 

Am. 4:11,12

“Como Dios destruyó a Sodoma. Porque te he de hacer esto prepárate para el encuentro con tu Dios”.  Las versiones nuestras parecen extrañas por el cambio de la primera persona. Algunas en inglés sustituyen el nombre “Dios” por “Yo”. El comentario de JFB dice, “Dios a menudo es repetido en hebreo en lugar de Yo”. Con perdón de esos ilustres a mí me parece que se debe a la elaboración sermonaria del profeta, que en sus notas resultó así, mezclándose él mismo dentro de la palabra de Dios que oía y sus propias reflexiones, como ocurre en abundancia dentro del cuarto evangelio. Eso es hermoso, el profeta se siente lleno del Señor y sus predicaciones; y el v.13, el último del capítulo, su éxtasis, le da fuerza a mi suposición.

Am. 4:12

“Israel así haré contigo y…” como te haré eso que acabo de decirte, no si eres inteligente o bruto sino si tienes fe no llegarás a ese momento estando sin preparación porque con ese objetivo en mente es que te he anunciado todas las desgracias que te esperan; y no es la gracia la que te recibirá con los brazos abiertos sino la guerra, corceles veloces, soldados endurecidos, jinetes salvajes que te destrozarán la vida y te llevarán encadenados a sus inmundos países. Con todo eso, tu futuro negro puede ser cambiado si inclinado confiesas tus pecados y pides mi perdón. Ni siquiera imagines que es una posibilidad, es un destino cierto. Prepárate con arrepentimiento y fe, mejorando tus obras, volviendo a mis caminos. ¿No soy yo tu Dios? ¿O acaso tienes otros? Esos serán los causantes de tu ruina y lamentarás un millón de veces, claro hablo de los que queden vivos, haberlos adorado. Echa la plata afuera, las imágenes de oro, la belleza sensual, los ejes de vuestro egoísmo, las carrozas de vuestras vanidades y arrojad al camino estrecho una a una todas las piedras de vuestra incredulidad; pasemos ahora un tiempo juntos y no enfrentándonos porque de seguro yo no perderé y mis palabras todas tendrán cumplimiento. Prepárate para el encuentro conmigo.

Am. 5:1-6

“Buscadme y viviréis”. Aunque un pecado tenga ya su endecha escrita (v.1), su epitafio hecho, el fuego en el infierno encendido para devorar su alma, muchas amenazas hechas, profecías acerca de su condenación, si se arrepiente todo se desarma, todo se cancela, no hay ejecución, obtiene el perdón (vv.4,6,8). ¿Acaso no estábamos todos así antes de recibir la gracia?

Am. 5:3

“La ciudad que salía a la guerra con mil hombres se quedará sólo con cien, y la que salía con cien se quedará sólo con diez”. No es cosa de juego la persistencia en el pecado, inevitablemente se produce una reducción de todo; se reduce la felicidad no la aumenta, se reduce la economía y va hacia la escasez; específicamente el poder, el honor, el prestigio que trae la multitud lo pierde paulatinamente, pero en un movimiento de declinación progresiva constante; y el desánimo que eso produce no puede esconderse y contamina a todos. Debilidad en todos los órdenes es el resultado del abandono a Dios; y como he insinuado esa fatal situación suele a veces transcurrir sin que apenas se note, un poquito menos hoy y otro poquito menos mañana, y otro poquito menos pasado mañana; y así se cierra el año con menos gente y los líderes para ocultar su ineficacia y la desconexión con Dios difaman a los que se quedan atrás pero por mucho que lo intenten no pueden sustituirlos ni en presencia ni en calidad (Ose. 7:9).

Am. 5:8

“El que hizo las Pléyades y el Orión”. Literalmente “las siete estrellas” o sea Pléyades. Y Arturo o constelación de Osa Mayor (Job 9:9; Job 38:32). Los antiguos siendo muchos de ellos pastores y pasando las noches con sus rebaños y no teniendo otra cosa que hacer que contar estrellas y mirar sus movimientos, desarrollando la astronomía. Así unos vieron en ese grupo Orión, la estrella del atardecer, como si fuera un gigante; y supusieron que se trataba de Ninrod que había sido llevado al cielo y atado allí (Job 38:31). Pero el profeta no menciona esos mitos sino la grandeza de Dios al crear la majestad del firmamento. Según se aumenta la ciencia y hace nuevos descubrimientos más motivo les da a los creyentes para alabar la gloria, la sabiduría y el poder de Dios. Amén. 

Am. 5:10

“Aborrecieron al reprensor”. La puerta de la ciudad era un lugar espacioso donde podían reunirse muchas personas (1 Re. 22:10; 2 Cr. 18:9). Jeremías profetizó en las puertas (17:19; 19:2). Aborrecen al que les dice la verdad, al que les trae palabra de vida, pero aman al que los lisonjea con palabras que quieren oír (Rut 4:1, 11; Ga. 4:6). Soportad la palabra de exhortación (He. 13:22).

Am. 5: 11

“Edificasteis casas de piedra labrada”. Recibían el trigo ventilado y limpio y vendían el desecho (8:6). Prestaban a interés a sus hermanos incluyendo los víveres (Lev. 25:37; Dt.  23:19; 28:30, 38,39). Dichoso el país al cual el Señor haga así; lo que uno ve entre las naciones gentiles es lo contrario, Dios no los corrige moralmente con sus juicios y aumenta la desigualdad.

Am. 5:12

“Sé de vuestros grandes pecados”. Que la gente conozca tus grandes pecados no es tan importante como que los conozca el Señor, si ellos se enteran de tus grandes pecados puedes perder la reputación o tu influencia, no podrán perdonarse ni darte una solución, poner fin a sus consecuencias, sacarlos de tu conciencia; estas palabras son para darnos a conocer que si Dios perdona los pecados más grandes también perdona los más pequeños. También cabe la traducción de “vuestros numerosos pecados “poderosos pecados”.  Oh Señor, danos arrepentimiento para los pecados más grandes, por Jesús, amén.

 

Vivir con una mordaza en la boca

Am. 5:13

“El prudente en ese tiempo se calla” (v.10). 

Tiene miedo hablar y no dice la verdad, la comenta en voz baja con la familia, dentro de la casa mirando afuera para ver si alguien escucha. Hay espías por todas partes, delatores voluntarios y pagados que por ganarse honores y escalafón espían la vida privada de los ciudadanos quienes no tienen el derecho ni siquiera de quejarse de lo malo que está la situación y no les es lícito opinar contrario al gobierno ni disentir de leyes injustas. El prudente teme la dictadura y la represión; y lo que no diga la prensa, la radio o la televisión para él decir lo mismo, no lo dice. Es mejor morir con una espada en el corazón que vivir con una mordaza en la boca. 

Pero ¿es prudencia o cobardía? ¿Hay que permitirle siempre a la mentira que tenga los derechos que se le niegan a la verdad? Los cristianos buscamos ser ciudadanos honestos tanto del reino de los cielos como entre los reinos del mundo donde testificamos. Aunque en el evangelio tiene más importancia la palabra hombre que la palabra ciudadano, no es verdad que sea apolítico. Hay que decir la verdad prudentemente según uno la siente, pero decirla. ¿Cree que los césares quemaban a los cristianos y perseguían a sus obispos sólo porque predicaban el perdón de pecados? ¿O porque se oponían a la idolatría gubernamental? No tenían sólo razones teológicas sino políticas porque los discípulos de Jesús se negaban adorar al que tenía cetro y trono, y decían que Señor era uno sólo, Jesucristo. Se creen los estados totalitarios que son divinos y sus líderes dioses. 

Se busca la forma de decir lo cierto, o escribirlo, o gritarlo y esconderse, o transmitirlo desde otro país para que los ciudadanos se enteren de lo que ocurre y se les oculta, y sientan la satisfacción de oír lo que ellos quisieran decir. 

Por eso los tiranos temen a los medios de difusión masiva y pronto se incautan de ellos con cualquier pretexto con el propósito de enmudecer las voces opuestas y extender el dominio de su terror, con silencio; y poder propagar con mentiras como si fueran cosas ciertas, su ideología. A las dictaduras les horroriza la verdad, y que se desmienta que el paraíso que prometen a cambio de renunciar a la libertad de expresión, es una “gran estafa”; por eso intentan desvirtuarla llamándola propaganda enemiga y calumnias de intereses foráneos. Los tiranos no suelen crear una sociedad sino un arsenal, y un grupo de privilegiados únicos.

Am. 5:17

“Habrá llanto porque pasaré en medio de ti”. Con guerra. Pasa Señor, pero, dejando bendiciones (Joel 2:14).

Am. 5:18-20

 

“¡Ay de los que desean el día de Jehová!”. ¿Para qué quieres que Cristo venga si es día de grande juicio, mucha perdición, muchos ayes? ¿Para qué quieres que se cumplan sus palabras de retorno si muchos de tus seres queridos aún no lo han recibido por la fe? ¿No ves que si tornase ahora ellos serían excluidos y así perderían toda esperanza? ¿No sabes que si viene hoy cerrará la puerta del arrepentimiento, y que ya no conducirá a ninguno a la salvación, no bendecirá más su palabra, aunque les fuere predicada o la leyeren con avidez? Si él volviere y no hubiere “oportunidad para el arrepentimiento” los pecadores se endurecerán más que nunca con su juicio y serán quebrantados. 

 

El problema no estaba en que el culto fuera aburrido

Am. 5:21-24

“Aborrezco, desprecio vuestras fiestas, tampoco me agradan vuestras asambleas solemnes.  Aunque me ofrezcáis holocaustos y vuestras ofrendas de grano, no los aceptaré; ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales cebados. Aparta de mí el ruido de tus cánticos, pues no escucharé siquiera la música de tus arpas. Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como una corriente inagotable”. 

O “impetuoso arroyo”. El Señor no aceptó el amor de ellos porque no amaban al prójimo. El problema no estaba en que el culto fuera aburrido o algo así sino porque en los negocios y la justicia no parecían creyentes. Los sacrificios estaban levíticamente correctos y las arpas sonaban bien. Pero debían bajar los intereses bancarios, no aceptar soborno, devolver lo prestado y en vez de construir mansiones de recreos, ser más generosos con los empobrecidos del orden social. Israel pensaba que cumpliendo con la forma de la verdad ya Dios se satisfaría, que el cumplimiento de la letra, del arte externo, y la complacencia, era suficientes. Una cosa es solemne sólo si es santa (vv.10-12). 

Si a pesar de los cambios el culto no mejora y parece que Dios no acepta los sacrificios, sean sermones o música, el problema se halla no en el amor a Dios sino en el del prójimo. Un ejemplo de lo que digo es cuando leemos que no dice que rechaza “la multitud de tus cantares” sino el ruido de tus cánticos. Y eso a pesar del enjambre de gente que la oía porque la misma palabra significa muchos y tumulto. 

Salían de allí contentísimos, sudando y roncos, pero eso no impresionaba a Dios que subía de punto cari serio. Sé que los primeros músicos en el mundo fueron los hijos de Caín a quienes les repugnaba la sangre de la expiación y los altares doctrinales, y silbando canciones y llenando pentagramas huían de Dios en tierra de Nod. La música como parte del culto y acompañando a los sacrificios a Dios no fue parte de la ley de Moisés, sino una noble iniciativa y contribución del rey David, miles y miles de años después (no me malentiendan mis amigos arpistas y tamborileros) que la expiación, la redención, la oración y que la lectura de la Palabra fueran los únicos solitarios ingredientes sobre el altar de la reconciliación. Por supuesto que si usted lo prefiere, por favor no la envíe al exilio pero póngala como sierva de las doctrinas de la expiación, reconciliación, justificación por la fe y por supuesto de la cenicienta predestinación; y además no destituya a Jedutún por lo que he dicho porque me sentiría culpable. No obstante, suspenda los shows que se parecen más a los conjuntos del mundo que a los coros del viejo “músico principal”.  Ah, y no olvide, si también corre el juicio como las aguas y la justicia como impetuoso arrollo. 

Am. 5:25

“Me ofrecisteis, y ofrendas cuarenta años”. Las generaciones posteriores se olvidaron de los mejores ejemplos y enseñanzas de la historia de su pueblo; provocaron adrede un rompimiento con lo mejor de la cultura religiosa que tenían; y el osado experimento, desdichadamente, probó por largos años haber sido un fracaso. ¿No llamamos ahora a eso postmodernismo?

Am. 6:1,2

“Miren a Calne y Hamat”. Calne, llamada Calno por Isaías (10:9), y Cane por Ezequiel (27:23). Fue una de las ciudades edificadas por Ninrod en la tierra de Sina (Ge. 10:10). No es mencionada hasta el tiempo de Amós. Hamat (Ge. 10:18; Num. 34:7,8). Gad fue conquistada por Judá y Hamat por Israel. Sin embargo, no eran menos culpables que ellos. Estos reinos eran más grandes y prósperos que tú y sin embargo han sido desolados por sus iniquidades. Toma y aprende la lección.

Am. 6:3-7

“Duermen en cama de marfil”. Despreocupados totalmente de la vida moral del pueblo; se espera que los ricos de la nación hagan algo por la vida moral, algo más que disfrutar su dinero. Justifican el baile y las orquestas en la iglesia con el ejemplo de David.

Am. 6:5

“Como David inventó instrumentos musicales”. 

"El significado de la frase hebrea es dudoso. Varias opciones pueden incluir: (1) "ellos piensan que sus instrumentos son como los de David"; (2) "ellos se consideran músicos como David"; (3) "ellos estiman tan alto los instrumentos como David"; (4) "ellos improvisan canciones para sí mismos con instrumentos como lo hizo David"; (5) "Ellos inventan instrumentos como David" (The Net Bible).

"El mismo trabajo que David pasó en la música para honrar a Dios, ellos lo emplean para componer música para sí mismos y acogen estas palabras para justificar sus inventos con el ejemplo de David. Muchas personas han justificado su degradado, sensual e inmodesto baile religioso con el ejemplo de la Santa Escritura. La palabra no puede significar otra cosa que instrumento. David inventó esos instrumentos de música para el servicio de Dios. Él fue el que introdujo en el templo el uso de esos instrumentos musicales, la lira y el arpa, en adición a los címbalos. Estos en contraste con las trompetas son llamados "los instrumentos de David" (2 Cro. 29:26), comparar con (2 Cro. 29:25; 1 Cro. 15:16;19-21). Probablemente los adaptó en el servicio del templo. Fue quien de alguna manera mejoró los instrumentos musicales en el servicio de la adoración, pues había demostrado desde su juventud una gran habilidad para la música (1 Sa. 16:16,18,23). Parece que encontró rudos instrumentos y los convirtió en algo más finos para el servicio de Dios. Pero la gente de que aquí habla justificaba su lujuria y sensualidad con el ejemplo de David" (Albert Barnes).

"Creo que David no fue autorizado por el Señor para introducir la multitud de instrumentos musicales dentro de la divina adoración como leemos, me siento satisfecho que su conducta al menos en este aspecto fue reprendida por el profeta, y también creo que el uso de tales instrumentos de música en la adoración dentro de la iglesia cristiana, no encuentra la sanción de Dios y es contra su voluntad; y que esos instrumentos son subversivos al espíritu de la verdadera adoración y por lo tanto pecaminosos. Soy un hombre viejo, y un viejo ministro, y declaro que nunca he pensado que esos instrumentos sean productivos y traigan algún bien a la adoración de Dios. He tenido razón para creer lo contrario, que han hecho mucho mal. La música como ciencia, yo la estimo y la admiro, pero los instrumentos de música en la casa de Dios los aborrezco. El uso de ellos es un abuso de la música, y aquí dejo constancia de mi protesta contra tales corrupciones en la adoración del Autor del cristianismo. El muy eminente y venerable doctor en divinidades Juan Wesley, quien se conoce como un amante de la música, y un elegante poeta, cuando se le preguntó su opinión en cuanto al uso de instrumentos dentro de las capillas metodistas dijo en esta forma y poderosa manera: "Yo no encuentro ninguna objeción para los instrumentos de música dentro de las capillas, siempre que no sean vistos ni oídos" (Adam Clark).

“David empleó instrumentos musicales en la práctica de la religión para alzar su mente a Dios y con otro propósito que éstos. No hay duda que David después de haber sido librado de muchos peligros se deleitaba con el propósito de elevar alabanzas a Dios en el templo y que tanto él como otras piadosas personas pudieran en religiosa devoción elevar sus corazones a Dios” (Calvino). 

“Amós que como pastor de un rebaño sólo usaba la flauta, se escandaliza al ver la multitud de instrumentos y su uso mundano. Inventan canciones ociosas para sus fiestas sensuales y usan instrumentos musicales para sí mismos, degradando el arte religioso y convirtiéndolo en profano” (Maclaren).

¡Y eso que estos santos escritores no viven en este siglo donde se aplaude a los músicos como los del mundo! ¡Y cuánto dinero ellos hacen en sus conciertos! Y han sustituido en aprecio a los sermones. ¡Y hasta danzan!, y afirman que como David. ¿Puede usted concebir en su mente al apóstol Pablo bailando en Corinto o en la Vía Apia? ¿Puede imaginarlo a él y a Silas cantando en la cárcel de Filipo y echándose un bailecito? ¿Y a Evodia y Síntique? ¿O a la virgen María bailando el cántico del ángel con su desposado José? Cuando se dice “regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo regocijaos” ni remotamente se refiere a ese tipo de expresión.

 

No a las fracturas del cuerpo de Cristo

Am. 6:6

“Beben vino en tazones y no se afligen por la aflicción de José”; “tazones” no sólo es una indicación del gusto por la cantidad del vino, apuntando a la ebriedad, sino que la palabra misma significa “vasos del rociamiento, del vino”; como una reminiscencia o indicación a los vasos “del altar” que agrega la LBLA y en inglés “vasos de sacrificios”. Podría pensar en la religiosidad de esos ricos, al menos la mostrada y los privilegios que tenían dentro de la religión hasta para usar unción sagrada, “óleos más finos”; o similares perfumes; es decir bebían, comían y olían a dioses, pero con un desinterés medular en la sociedad israelita o en el pueblo de Dios que padecía brechasruina, y fractura, porque todo eso es lo que se pudiera traducir la palabra “aflicción”. No sea de estos creyentes acomodados a quienes no les importan las brechas que le han hecho los Pul y Tiglatpilezer asirios de tiempos de Peka y míos, rompiendo la unidad de la iglesia y llevándose cautivos a buenos hijos de ella. No les importan ni se afligen un poco por las fracturasy divisiones que esos mismos ocasionan y provocan la ruina de las congregaciones. Sepan, creyentes, que a un buen hijo de Dios se le agolpa cada día la preocupación por todas las iglesias (2 Co. 11:28).

Am. 6:8

“Aborrezco sus palacios” Detesto los adelantos urbanos donde se esconde tanto pecado. Me repugna el ambiente sensual de Jerusalén, de Nueva York, los juegos en Las Vegas y el libertinaje sexual en San Francisco, y no me gusta para nada el ambiente carnal que enrarece la fresca brisa en el South Beach de Miami.

 

Si tienes deseos de mencionar el nombre de Dios en oración, hazlo

Am. 6:10

“Calla porque no podemos mencionar el nombre de Jehová”. Es un texto oscuro que parece referirse a la enorme cantidad de muertos en el sitio de Samaria y el peligro de la plaga por infecciones que podría desarrollarse si algún sobreviviente no sacaba los cadáveres y los quemaba; práctica que los judíos no tenían con la excepción de Saúl, por su emergencia. Los muertos abundaron en todos los sitios, en las esquinas de los hogares, en las calles y en las plazas. Y lo más triste de todo eso es que mientras humeaban los pútridos cuerpos nadie se sentía con derecho para invocar el nombre del Dios que los había castigado y de quien se habían olvidado completamente. Estaban moral y espiritualmente abatidos, sufriendo solos el castigo sin poder hacer uso siquiera de la oración a Dios. Sin embargo, Dios ya ha pasado por alto los tiempos de nuestra ignorancia y sobre Jesús cayó “el castigo de nuestra paz” y “por su llaga somos todos curados”. Señor, nosotros sí podemos mencionar tu nombre porque ya nuestras obras son agradables a ti, estamos reconciliados por Cristo, no tomamos tu nombre en vano. 

¿Crees tú que no puedes mencionar el nombre de Dios porque estás bajo castigo? Sí puedes mencionar el nombre de Dios; precisamente el castigo divino es para que invoques su nombre y seas salvo (Ro. 10:11,12). ¿No puedes mencionar el nombre de Dios porque le has vuelto la espalda y has pecado? Si tienes deseos de mencionar el nombre de Dios en oración, hazlo. Esos deseos te los pone Dios. “Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”. No solamente puedes “mencionar” el nombre de Dios, sino también puedes invocarlo. Puedes invocar el nombre del Padre y también puedes invocar el nombre del Hijo.

Am. 6:13

“Os alegráis en nada” (Lo-debar). “Esta ciudad estaba situada a través del río Jordán en Galaad, la cual el ejército israelita conquistó. Sin embargo, como la palabra Lo-debar significa “nada’, hay una punzante ironía en esas palabras, dando a entender que Israel era feliz con nada y de poca duración” (NET). Se alegran en nada los que se gozan en la apariencia de este mundo, o los que confían en riquezas inciertas; un brusco cambio político o económico los dejará en la ruina. Usando el lenguaje de Bunyan, Hombre-sin-Gracia también es llamado Lo-debar, nada. Lo que somos lo somos por ella.

Am. 7:1

“La cosecha de primavera era después de la siega del rey”. “Los primeros frutos recogidos tiránicamente primero por el rey, después ellos. Las langostas como en Joel, posiblemente son los enemigos humanos de Israel y el crecimiento de la hierba después de la siega del rey pudiera tratarse de un avivamiento bajo Jeroboam II (2 Re. 14:25); después que fuera segado por Hazael y Ben-hadad de Siria (2 Re. 13:3) (JFB).     

 

Dios ha sido severo con un pequeño pueblo

Am. 7:2-6

 

“¿Quién levantará a Jacob? porque es pequeño”. “¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño?”. Que es pequeño lo dice dos veces, es equivalente a débil, a pocos en número. El texto en vez de decir “perdona” literalmente dice cesa. Cese el castigo. Cuando uno recibe un aviso del Señor que ha de castigar a alguien, debe rogar, porque si el Señor se lo ha manifestado es para que interceda, y claramente le está indicando que un juicio avisado es equivalente a una misericordia disponible. El profeta le dice: “Oh Dios, si castigas a tu pueblo tan atrozmente, no habrá líder ni profeta, nadie que pueda colocarlo de nuevo en pie, el desastre será tan grande que su ruina será total. Oh Señor, es mucha tu severidad para un pueblo tan pequeño”. 

Hace muchos años hicieron una película sobre un libro titulado El Hombre Increíble, que por cierta razón se iba empequeñeciendo cada día hasta que era tan chico que cabía en una bota o en zapato. Oí decir a cierto hombre que se sentía tan empequeñecido en su vida como este “hombre increíble”. Un gigante de la familia, de la política, del reino de Dios se puede, por causa de sus muchas locuras, convertir en un enano. Si usted peca y peca no piense que se irá agrandando, no, irá empequeñeciéndose, hasta que le quede grande la ropa que usaba unos años atrás y no sea ni la tercera parte de su propia sombra.       

“¿Quién levantará a Jacob porque es pequeño?” -le dijo el profeta Amós a Dios-, y el Señor aceptó la intercesión y se arrepintió del castigo que le iba a poner. Por varias ocasiones el profeta le dice lo mismo al Señor, “Si castigas a Jacob, como es tan pequeño, no podrá ponerse en pie de nuevo” (7:2-6). Israel que fue, y pudo ser un pueblo muy numeroso, está pequeño. 

 

Am. 7:10-13

“La tierra no puede sufrir todas sus palabras”. Amasías era el sacerdote principal del altar en Betel. Acusaciones similares se las hicieron a Elías y Jeremías (1 Re. 18:17; Je. 37:13,14); y también acusaron de lo mismo al Señor Jesús (Jn. 11: 48-50). También el apóstol Pablo padeció lo mismo (Hch. 17:6,7; 24:5). No pueden soportar sus palabras, pero ¿sí tantos pecados? Al contrario, la tierra es la que no soporta tanto pecado (Ro. 8:22). Si el mundo pudiera expulsaría de su seno a todos los predicadores, pero la tierra los vomitaría primero a ellos (Lev. 18:28; 20:22); no los puede sufrir; gime por tener que sustentarlos. El viento ulula en su contra, los granos no se dejarían comer, el agua se resistiría a calmar la sed de alguien que blasfema a su Creador. Amós siendo de Judá fue muy valiente al ir a predicar al reino idolátrico del norte.

 

No me hace falta un certificado para predicar

Am. 7:14-17

“No soy profeta ni hijo de profeta sino un pastor”. Quiso decirles: “Esta no es mi profesión, soy un campesino sobre quien Dios ha fijado sus ojos y me ha pedido que venga a ustedes y les predique; si por mí fuera me hubiera quedado con mi ganado y recogiendo higos silvestres; no piensen que yo aspiraba a esta profesión, nunca me sentí atraído a ningún colegio de videntes, el pecado del mundo no es un problema mío sino de Dios y yo había elegido estar bien apartado de las maldades de los hombres; aquí estoy frente a ustedes predicándoles pero en contra de mi voluntad; pueden estar seguros que este mensaje no lo inventé sino que me lo dio Dios. La desobediencia de ustedes y el rechazo a mi palabra no me harán callar, no les pido que me acepten como profeta graduado sino como hombre que trae un mensaje del cielo; no me hace falta que me certifiquen”.  No soy pastor, soy un laico. “Soy apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios”. Y “tu mujer será cautiva por los invasores, te la quitarán y en la propia ciudad donde todos la conocen la obligarán a prostituirse para que sea mayor tu dolor y tu vergüenza, o llevada al extranjero y allí hacerlo”. Si los que se oponen a los profetas y las profecías supieran cómo Dios podría tomar venganza sobre ellos y los suyos, lo pensarían dos veces. 

Am. 8:2

“Canastillo de verano. No lo toleraré más”. Una visión sencilla. Nota esa palabra “tolerar” (7:8); se corresponde con el tiempo en el cual una persona está haciendo cosas no permitidas por Dios; sin recibir castigos por ellas. O sea, el verano cuando las frutas están maduras y deben ser comidas o se pudren (Je. 8:20). Tiempo de ceguera espiritual, endurecimiento y rebelión. Quiere decir que no lo dejará sin castigo.

Am. 8:4-6

“Compra a los pobres por un par de zapatos y venden los desechos del trigo” (2:6). No se trata de sacrificar a otros dioses ni tener sus ídolos en casa sino de la corrupción económica. En América Latina y en todos los países hoy llamados “en vía de desarrollo” o “el tercer mundo”, Asia, África, es tan grande ese pecado como la idolatría, practicado por hombres que a veces ayunan y hacen votos religiosos (Isa. 58:1-12). Venden cebada por trigo y el desecho, lo impuro, la paja del trigo la venden también a los pobres que no pueden pagar más; comida barata que no nutre, engorda y no es saludable. Eso es muy opuesto a lo que el Señor había orientado para que hicieran los ricos con los pobres.

Am. 8:7

“No me olvidaré jamás”. Mejor que traducir “la gloria” de Jacob es “la excelencia de Jacob” o “la arrogancia, majestad” de Jacob. Todo eso es como jurar por “la gracia” de Dios en Jacob. No olvides nunca lo que te han dado, quién eres y de la cantera de dónde fuiste cortado (Isa.51:1). “Del muladar al trono” (Isa.2:8; Sal. 113:7). Podemos decir con Pablo, “por la gracia de Dios soy lo que soy”. Y “nunca” o “jamás” es equivalente a “eternamente”, porque un día les derramó su Espíritu Santo y les dio un corazón nuevo para que obedecieran su ley; entonces los reconcilió por medio de Cristo.         

 

Un hambre buena es la de oír y leer la palabra de Dios

Am. 8:11,12

“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”.

El Señor llama “hambre” al deseo de oír la palabra de Dios porque ella es como un alimento celestial; y les da hambre a los hombres para que vivan sus almas, para que se nutran de toda palabra que sale de su boca. 

En el libro del profeta Amós el Señor advierte a su pueblo que un día enviará hambre a la tierra, hambre no de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová, que iría por tierra y mares buscando algún profeta, pero no hallaría ninguno. Será tiempo en que ellos habrán perdido  la bendición de tener hombres que fueran enviados por él para exhortarlos, consolarlos y para convertirlos de sus malos caminos; porque Dios, como quien dice (es solo un decir), cansado y decepcionado del mal trato que le dieron a los que les envió, no llamaría a nadie para que le sirviera de mensajero y así los dejaría vagar en las más densas tinieblas de la ignorancia, la superstición, y hundirse en la consecuente relajación moral. Los tiempos de mucha revelación habrían pasado y ese vacío dejado por el cielo en la tierra sería llenado prontamente por el infierno y con doctrinas de demonios.  Para ese entonces ya no habría escuela de profetas genuinos, ni sinagogas, ni libros llenos de las verdades celestiales sino centros de corrupción espiritual, templos paganos, y literatura vacía completamente del incomparable contenido de la palabra de Dios. 

Yo no sé si esa maldición ha caído o está cayendo sobre la iglesia, no quisiera ser injusto, pero no hay tanta palabra de Dios a disposición del pueblo como uno quisiera. Se distribuyen Biblias, se publican muchos libros cristianos, hay muchas iglesias, los pastores se amontonan; pero ¿realmente abunda la palabra de Dios entre nosotros? ¿Hay verdaderos mensajes de Dios? ¿Tiene la gente hambre de la palabra de Dios? Acude a los lugares de predicación, pero una gran mayoría lo que oye son cuestionables, y a lo sumo privadas y particulares experiencias personales no aplicables a la generalidad. Los sueños, las corazonadas, las visiones, han sustituido la predicación de la palabra, y la juventud en andas se lanza a las librerías para comprar música y librillos con cosas que les pasaron a sus autores y con poco contenido bíblico. En otros lugares donde no son las cosas así, se citan un millar de textos bíblicos dominados por la aplicación psicológica y el pragmatismo y pasan por alto la reflexión exegética. Las ceremonias y el legalismo han destruido la doctrina de la gracia y el esfuerzo humano se enfatiza más que la obra de Cristo en la cruz; y en otros sitios y por las calles andan a pie y en bicicletas hombres uniformados en negro y blanco, dispersando herejías. Hay también un hambre que no es hambre por la palabra, sino aquella “comezón de oír” cuando la gente se amontona conforme a sus propias concupiscencias y aparta de la verdad el oído (2 Ti. 4:3,4); se apresuran a buscar las ceremonias o los beneficios de alguna religión. 

Am. 9:2

“Y aunque subieran hasta el cielo de allá los haré descender”. Hasta los paganos siempre han sabido que cuando la justicia de Dios persigue a un hombre malo no hay lugar en el mundo donde se pueda esconder (Hch. 28:4; Sal. 139:7-12). ¿Quién puede ascender tan alto como el Dios que está en el cielo? ¿Quién puede esconderse en el sheol o infierno si allí lo está mirando Dios? (Sal. 139:8; Job 20:6,7; Je. 51:53; Abd. 1:4).

Am. 9:3

“Allí mandaré a la serpiente y los morderá”. Mira que Dios tiene poder sobre los animales, fieras e insectos (Ex. 23:28; 11: 7; Isa. 27:1; Joel 1:4:2,11).

Am. 9:4

“Y pondré sobre ellos mis ojos para mal”. Oh Dios, siempre míranos con misericordia y no con furia. 

Am. 9:5

“El Señor toca la tierra y se derretirá”. ¿No has visto como chorrea la lava de un volcán con piedras y metales derretidos? El día del juicio será semejante (2 Pe. 3:10-12).

 

No siempre los de piel más blanca son mejores

Am. 9:7 

 “¿No sois para mí como los hijos de Etiopía, oh hijos de Israel?” ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?”.

Gill dice: “Se volvieron tan negros como la piel de los etíopes y fueron idólatras como ellos, y se endurecieron como ellos y se acostumbraron a pecar del mismo modo, tal que les era imposible dejar de hacerlo (Je. 13:23). Los etíopes son representados por Diodoro Siculus como personas muy religiosas o idólatras y los primeros adoradores de los dioses y que les ofrecieran sacrificios a ellos, que los tenían a cambio en especial favor y estima. Homero habla de Júpiter y otros dioses como yendo a Etiopía para una fiesta de aniversario y los llama gente inocente. Luciano menciona que los dioses que viajaban más allá del océano llegaban a Etiopía, hombres honestos que los acogían tan bien sin ni siquiera haber sido invitados”. Un creyente puede comportarse, a veces, de un modo menos virtuoso que un incrédulo.

Observa que no siempre los de piel blanca son mejores que los que tienen la piel de otros colores. Los judíos tampoco eran tan blancos. Los hombres no son mejores ni peores por el color de la piel. Los judíos se gloriaban en ser hijos de Abram, Isaac, Jacob, y haber tenido el privilegio de ser sacados de Egipto por Dios, sin embargo, el argumento del profeta muestra que por su mala conducta habían perdido la bendición de ser tratados de modo especial y que imitando en iniquidades a las otras naciones no podían sino esperar retribuciones divinas similares a ellas. No que los haya desechado como hijos, sino que los ha de recompensar como a los otros. Ni soñar que si hacemos males vendrán bienes, Dios dará a cada uno conforme a sus obras. El alma de ellos, hombres de piel blanca, era más negra que la piel de los etíopes, y a veces éstos, los negros, los excedían en hospitalidad y nobleza.

Por otra parte, nota que el éxodo por cuestiones políticas o económicas es una forma providencial de Dios para formar las emigraciones de los pueblos, y que en sentido general son buenas. El éxodo de los judíos desde Egipto es idéntico a la emigración donde actúa la providencia, cuando trajo a los filisteos de Caftor y a los arameos de Kir. Es lo mismo. El mismo Dios, usando milagros que con providencial inteligencia las produce y usa cambios económicos y políticos, y en ambos casos quien dirige los éxodos de los pueblos y establece para cada uno “el límite de su habitación” (Hch. 17:26). Rut la moabita emigró a Israel por una cuestión familiar. Dios tenía algún propósito con aquellos emigrantes que, desde el Ponto, Etiopía, Mesopotamia, Grecia, Roma, visitaban Israel en Pentecostés cuando fue derramado el Espíritu Santo. Y Juan estaba en Patmos con algún propósito divino y por eso la providencia lo puso allí.

Am. 9:8

“No destruiré del todo a la casa de Jacob”. Por los mismos pecados del mundo que la iglesia comete, Dios la castiga con medida.

 

Continuar con un pasado interrumpido por una larga desgracia

Am. 9:11

“Cerraré sus portillos”. Suena más bonito portillo que brecha, aunque en realidad fue esto. Nunca el Espíritu Santo deja sin esperanza a su pueblo amenazado. La profecía siempre nos infunde aliento para que miremos el futuro con esplendor; nos alumbra no sólo para que caminemos hacia él sino para que pensemos de él de modo brillante (“en cosas bonitas, dijo Walky,2020, Tennessee. Amén, 2 Pe. 1:19). Uno estará de mejor ánimo en el presente “tribulador”, cuando sabe, porque ve, que el futuro será mejor y que el juicio divino sobre sus hijos que han pecado, rara vez se extiende hasta sus últimos días. Amén Señor, amén. 

Y mira lo otro “levantaré sus ruinas y la reedificaré como en tiempo pasado”. Son palabras hermosas. Si casi perdían toda esperanza de retorno para habitar en lo que ahora eran montones de ruinas; pero el Señor le dice que para él esa no es una tarea imposible, esas mismas ruinas se convertirán en nuevas murallas y nuevos hogares con nuevos patios y nuevas casas ¡e increíble!, “como en tiempo pasado”; podrán comenzar a vivir donde lo dejaron y continuar con un pasado interrumpido por una larga desgracia, que ¡al fin se terminará!, y Dios continuará lo suyo donde lo había dejado, con instrumentos nuevos y gente vieja y nueva. Los prisioneros volverán (v.14) y llorarán de melancólica alegría; recordando, pero con aspiraciones de poder olvidar y continuar. Según el v.12 el restablecimiento de Israel incluirá su expansión no territorial porque aquí se refiere al reino de los cielos, al reino de la gracia encabezado por el Mesías que extenderá sus dominios ideológicos sobre las naciones paganas representadas por Edom. Los israelitas volverían pensando que los tiempos serían mejores y que lo que serían excedería a lo que fueron.

Am. 9:13

“Todos los collados se derretirán”. “Se derretirán”, no por juicio (v.5), sino por misericordia. ¡Oh cuánto nos alienta saber que el juicio sobre nuestro pecado tiene un fin! (vv.13-15). Señor, que tengamos cosecha todo el año. Oh Israel, cuántas bendiciones y promesas que nunca alcanzaste. Ahí se han quedado en la historia, en el tiempo, y alguna de cuando en cuando las toman, pero la mayoría no, permanecen sin uso, casi incumplidas, no por falta de veracidad divina ni por falta de deseos suyos sino por falta de fe de aquellos para quienes fueron dadas o para los que pudieron usarlas (Ro. 9:30-32; He. 11:13). 

 

 

Abdías

(Por John Gill) Introducción a Abdías 

 

 

“El título de este libro, en las copias hebreas, usualmente se llama Sefer Abdías, el libro de Abdías y la Vulgata Latina lo llama la profecía de Abdías; así la versión árabe y la Siria lo tienen como la profecía de Abdías. Su nombre significa siervo o adorador del Señor. Quien fue él o su familia y en qué tiempo vivió, su edad, son cosas que no se saben. Si les sitúa en lugares como el reino de Josafat y se piensa que fue uno de los príncipes que él envió para enseñar al pueblo (2 Cro. 17:7. Los rabinos antiguos afirman que se trata de la persona que vivió en tiempos de Acab y dentro de la corte. También aquel que escondió en una cueva se encuentra profetas (1Re. 18:3); para lo cual se objeta porque no es llamado profeta sino solamente uno que temía al Señor. Ser considerado profeta es algo mucho más grande. 

“También ellos dicen que fue un edomita de nacimiento, pero se hizo prosélito de la religión judía y esa es la razón por la cual fue elegido como profeta para predicarles a los edomitas. También la tradición afirma que su mujer fue aquella a la cual el profeta Elías le multiplicó el aceite (2 Re. 4:1). Algunos piensan que se trata del capitán del tercer grupo de 50 a quien el profeta Elías le perdonó la vida en tiempos del rey Azarías (2 Re. 1:13), y debido a eso dejó de ser un sirviente del rey y siguió al profeta y se hizo su discípulo. Se dice que fue original de Siquem, una ciudad de Samaria. Otros por el contrario lo tienen como uno de los trabajadores en la casa del Señor en tiempos del rey Josías (2 Cro. 34:12). 

“Algunos tienen una idea diferente y le ponen la fecha de acuerdo al lugar que ocupa en la Biblia, un poco más temprano y lo hacen contemporáneo con Oseas, Joel y Amos, pero parece más bien ser contemporáneo de Jeremías y Ezequiel, con cuyas profecías concuerda , comparándolo con  Je.49:1. Vivió y predicó después de la destrucción de Jerusalén por los caldeos, contra los edomitas sobre quienes tiene que ver esta profecía 91:11); aunque alguien piensa que eso tiene que ver con el saqueo de Jerusalén por los egipcios (1 Re. 14:25) o por los filisteos y los árabes (2 Cro. 21:16) o por Joás, rey de Israel (2 Cro. 25:21).  

“De todos modos la profecía es incierta porque no se conoce cuando el profeta vivió. El obispo Usher fecha el libro doce años de la cautividad de Jeconías, pero no hay dudas de la autenticidad de la profecía, y llega a la conclusión por el título mismo sino por la forma solemne como empieza y su contenido. Según Jerónimo e Isidoro su sepulcro está  en Samaria, cerca del sepulcro del profeta Eliseo y Juan el Bautista. Monseñor Thevento dice que Juan el Bautista se halla enterrado entre los sepulcros de Eliseo y Abdías”. 

 

Abd. 1:1 

“Visión de Abdías”; sobre la crueldad de Edom contra Judá.

Abd. 1:1-4

“Te haré pequeño entre las naciones”. La enorme arrogancia de Edom lo hundió; el texto más bien quiere decir “que te haré pequeño” (v.2); te escondiste entre las rocas y te perseguí, te atrapé y te despojé de tu orgullo. Contra Dios ningún búnker impío es seguro. Observa en vv.2,5, el pasado del verbo; es tan segura la profecía que ya se da en pasado. Y todas estas profecías fueron mucho más apreciadas después que se cumplieron; y el escritor sagrado las recuerda, las copia, las pone al día. Es por eso, creo y no es indigno, que los verbos suelen aparecer en pretérito. Aunque lo siguiente no tiene que ver sino en palabras con el texto, uno tiene la estatura que Dios quiere, alcanza el tamaño que él desea.

Abd. 1:4

“Aunque entre las estrellas pusieres tu nido de allí te derribaré”. Hemos visto caer luminarias, “luceros de la mañana” apagados. Empezaron siendo intermitentes y luego definitivamente no dieron más luz. ¿Acaso como un águila? Nadie corta mejor que Dios las alas de los arrogantes.

Abd. 1:5,6

“Sus tesoros escondidos serán buscados”. Serás robada de arriba abajo, te quedarás sin nada.

Abd. 1:7

“Los que comían tu pan pusieron lazos debajo de ti”. Parece que Abdías está pensando en las pobres tribus del desierto (Sal. 41:9). Tus amigos te traicionarán. La traición y la ingratitud es parte de la justicia y del castigo de Dios.

 

No te alegres si una iglesia se disminuye

Abd. 1:10-14

“Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.  El día que estando tú delante, llevaban extraños, cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos. Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia”. 

El pecado crece. La maldad de Edom va creciendo; comienza con injurias  (violencia) (v.10); le sigue estar de acuerdo con los saqueadores de Israel, o como el texto indica “ponerse a un lado, en la parte contraria”, es decir, estaban de acuerdo (v.11), por eso dice “tú eras como uno de ellos”, aunque no hubieras metido la mano diste tu voto (v.13); luego la morbosa curiosidad; penetra dentro de las puertas de la ciudad abatida, para contemplar la ruina, los abusos y la calamidad de Israel; una sonrisa sale de sus labios, sus ojos se les iluminan, su corazón se llenaría de  alegría al contemplar el infortunio de su vecino escogido. Los extraños fueron los filisteos y árabes, sirios y caldeos, en diferentes reinos.

Varias veces aparece esta palabra “no debiste”; podías haberlo hecho, lo hiciste, pero no debiste haberlo hecho, te alegraste profundamente del mal de tu prójimo; te faltaron simpatías, debías haberlo lamentado, haberlo llorado y orado por él; pero fuiste inhumano y no tuviste misericordia del caído, del abatido por la justicia de Dios. 

También fuiste oportunista. No te conformaste con eso sino, que quisiste aprovechar su abatimiento, crecer a costa de la derrota de él, sacar beneficio de su caída (vv.13,14). A los que intentaban huir de los caldeos los interceptabas haciéndolos volver “a los dientes de sus enemigos” (Clarke), o matándolos tú. Ayudaste a matar al pueblo de Dios, no planeaste su caída, pero te aprovechaste de la oportunidad. 

Si tu hermano peca y es enjuiciado haces mal en gozarte con lo que le pasa (v.12), es un pecado. Debes más bien orar por él, lamentarte, aunque tengas una remota relación con él; y si puedes ayudarlo a levantarse, mejor; eso agradará a Dios y por ello serás bendecido. Dios se enoja con los que hacen tierra a los que él echa al suelo. ¿Te has alegrado cuando un hermano que no amas ha caído en pecado? ¿Acaso cuando una iglesia se disminuye? ¿O cuando se atrasa en la evangelización? Cuidado no seas tentado, te pase lo mismo y hagas igual (Ga. 6:1). 

Abd. 1:13

“Ni haber echado manos en el día de su calamidad”. Fueron como fieras, aves de rapiña.

Abd. 1:16

“Serán como si no hubieran sido”. Edom llegó a ser como si no existiera; desapareció.

Abd. 1:17

“La casa de Jacob recuperará sus posesiones”. La iglesia puede sufrir muchas desventuras, pero se recuperará, el mundo no (2 Co. 7: 10); las puertas del hades no prevalecerán contra ella. Siempre quedará una raíz, habrá testimonio de Cristo mientras el mundo exista, un pueblo disperso entre las naciones; no se extinguirá mientras muchos pueblos desaparecerán por sus pecados. Te recuperarás hijo de Dios. Si la pérdida ha sido grande y desgarradora te recuperarás también. Con lentitud quizás, pero volverás a tener lo tuyo.

Abd. 1:16,21

De infortunio al reino. Abdías habló paz, bien, para su pueblo, y por lo que dijo sobrevivió. Todo el documento es para advertirnos el mal que vendría sobre un pueblo hermano, Edom, por gozarse y aprovecharse del infortunio de Israel. ¡Oh Dios!, cuánto tú amas a tu pueblo, aun cuando lo castigas lo amas.

Abd. 1:18-21

 

“Se recuperará mi pueblo y ocupará el lugar de los que lo desplazan; su crisis no será definitiva; hay un futuro para él en sus lejanos años”. Israel siempre supo por Dios, que no sería borrado del mapa. Los profetas nunca dejaron que la iglesia perdiera su esperanza. Jamás. De Edom no quedará ni un sobreviviente o como dice esta versión, “ni un resto” (v.17). A nosotros siempre nos queda un resto. Un resto de fe, un resto de esperanza, un resto de amor a Dios, un resto de santidad. Perdemos guerra, pero no nos aniquilan. Somos “derribados mas no destruidos” (2 Co. 4:9). Resurgiremos. Nos repondremos. Oh Dios, nunca me dejes sin un resto. Un resto de lo que fui, un resto de lo que tuve, una muestra de tu misericordia. Mi vida será siempre de Jehová, aunque si por mi infortunio llegare a ser “salvo como por fuego” (1 Co. 3:15). Amén. 

Abd. 1:20

“Los hijos de Israel que están entre los cananeos y los desterrados que están en Sefarad”. Se ha dicho que esos desterrados, arrojados por la violencia a todas las tierras del mundo, han llegado hasta Sefarad, que según Jerónimo es el Bósforo y otros en su lugar creen que se trata de España o Francia. Lo cierto es que tanto judíos como cristianos están dispersos por el globo, y Dios sabe dónde están, y fijando en ellos sus ojos les ha hecho una promesa de retorno y posesión.

 

 

 

 

 

Jonás

Título

“Siguiendo el texto hebreo llamado Masorético, el título del libro es derivado principalmente por su personaje, Jonás (significa paloma), el hijo de Amitai (1:1). La Septuaginta y la Vulgata Latina también lo nombra así.

“Autor y fecha

El libro no especifica directamente quien es el autor. A través de todo el volumen del personaje, Jonás, es nombrado siempre en tercera persona, haciendo que algunos estudiosos piensen que se trata de otro autor. Sin embargo, no es raro en la práctica del Antiguo Testamento, escribir en tercera persona (Ex. 11:3;1 Sa. 12:11). Sin embargo, tantas notas autobiográficas dentro del libro apuntan necesariamente a Jonás como su autor. Las cosas que cuenta, de forma tan usual, se tiene que pensar que se trata de algo escrito por su propio autor. El verso introductorio nos sugiere otra cosa, como ocurre en el caso de Oseas, Joel, Miqueas, Sofonias, Hageo y Zacarías.

“Según 2 Re. 14:25, Jonás es natural de Gath-Jefer, cerca de Nazaret. El contexto lo sitúan dentro de la época próspera del reinado de Jeroboam II (793-753 a. C.), convirtiéndolo en un profeta para las 10 tribus del norte antes de Amós durante la primera mitad del siglo octavo a. C., 760 a. C. Los fariseos estaban equivocados cuando ellos decían “que ningún profeta se había levantado de Galilea” (Jn. 7:52), ya que Jonás es de allí. Una tradición no verificable dice que Jonás fue hijo de la viuda de Sarepta a cuyo hijo el profeta Elías resucitó (1 Re. 17:8-24).

Temas históricos y teológicos

“Jonás, aunque fue profeta de Israel, como ya se ha dicho, no es recordado como tal debido a que no predicó a las tribus sino a una ciudad, la potencia extranjera de la época, Nínive, la capital de Asiria. El enfoque del libro sobre una ciudad gentil, fundada por Ninrod, el nieto de Noé (Ge. 10:6-12). Quizás fue la ciudad más grande en el mundo antiguo (1:2; 3:2,3; 4:11), y sin embargo fue destruida unos 150 años después de su arrepentimiento y la generación que visitó Jonás (612 a. C.), como el profeta Nahúm también profetizó (Nau. 1:1). Jonás fue enviado a Nínive, en parte, para avergonzar a Israel que siendo una ciudad pagana se arrepintió sin embargo ellos no, aunque recibió el mensaje de muchos profetas. El libro de Jonás revela la soberanía de Dios en toda la creación. Jesús usó el caso del arrepentimiento de Nínive para acusar a los fariseos, y denunciar la dureza de corazón de ellos (Mt. 12:38-41). La ciudad pagana de Nínive se arrepintió a pesar de la reluctancia del profeta, sin embargo, Israel no lo hizo a pesar de las abrumadoras señales que Jesús dio de ser el Mesías.

“Se presenta primeramente el desafío en cuanto a la interpretación del libro si se hace de un modo que la narrativa se tome como histórica o como una alegoría o parábola. Los milagros que ocurre son de grande escala tales como estar tres días y tres noches dentro de un pez, lo cual ha conducido a los intérpretes escépticos a pensar que se trata de otra cosa menos histórica, y que lo que enseña son lecciones espirituales, como lo hace una alegoría o una parábola. Sin embargo, a pesar de la grandeza de sus milagros el evento puede ser mirado como una narrativa histórica. Centrado en la historicidad de este profeta su libro tiene que ser mirado de forma histórica, además Jesús no enseñó el libro de Jonás como si fuera una parábola, sino que todo él está enraizado en la historia (Mt. 12:38-41; 16:4, 17; Lc. 11:29-32” (John MacArthur). 

 

Jon. 1:1

“Jonás hijo de Amitai”. Jonás fue un profeta de Israel y predicó durante los reinados de Jeroboam II y Joás, y por supuesto recibió la difícil comisión de predicar a la importante metrópolis Asiria, Nínive (2 Re. 14:25). Le pidió que hiciera “obra de evangelista” yendo a otro país, y de ese modo cambió su acostumbrada trayectoria profética y pastoril al darle súbitamente una misión extraña que nunca había hecho ni le gustaba en la cual tendría experiencias que no hubiera podido imaginar o soñar, casi fabulosas.

Jon. 1:2

“Ha subido su maldad ante mí”. No lo envió a gente que pecaban poco sino a una ciudad cuya impiedad alcanzaba no las nubes sino el cielo. Nota que el pecado sube ante Dios; la maldad sube de punto contra Dios (Ge. 19:13). Cuando Caín mató a Abel, el Señor le dijo que “la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Ge. 4:10). 

 

Dios no tenía otro hombre con el mismo plan

Jon. 1: 1-3

“Se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis”. Se supone que huyó a España. En aquel entonces fuera de Israel era estar “lejos de la presencia de Jehová” o al menos de su influencia. Esa idea es antigua, porque Adán y Eva pensaron que podían esconderse de Jehová (Ge. 3:8-10), y Caín pensó más o menos lo mismo (Ge. 4:16). Se supone que Jonás conocía el Salmo 139:7-10, pero si así fue, virtualmente lo ignoró. Jonás huye del llamamiento de Dios al ministerio profético; para que Dios no lo vuelva a enviar; él no quería romper su comunión con Dios, pero sí desobedecerlo; renunciar a su llamamiento, declinar su comisión, no separarse de Dios tal vez, pero pensó que él se buscaría a otro en su lugar; pero Dios no tenía reemplazo, lo había elegido a él y él tenía que ir; no había otro hombre en todo el mundo que pudiera hacer lo que Dios planeaba que hiciera. Era el único. Se sorprendió con la comisión y echó a huir. Si eres hijo o hija de Dios, él tiene un plan contigo, único, y nadie puede hacerlo por ti, no huyas de esa responsabilidad. Que Dios piense en ti para algo es, un gran privilegio que otros no han recibido. 

Jon. 1:4-6

“Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar”. 

Todos oran a su dios menos él al suyo. Irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Cuando Dios quiere, quiere, y no deja de querer. Cuando un deseo suyo está decidido es inflexible. 

 

Jonás, Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche

Jon. 1:5, 6

“Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos”. Algunas versiones dicen que Jonás roncaba. El peligro común necesita oración colectiva. Este buque lleno de personas con distintas creencias religiosas es una fracción de una sociedad pluralista; cada uno tiene su dios, se arrodilla ante su propio ídolo y no molesta para nada al que tiene otro porque todos se reconocen como verdaderos y es asunto de cada cual determinarlo y de nadie más; ellos se tienen como hermanos y los dioses también lo son; cada cual tiene un dios  para sí, con sus propias experiencias y adora a su gusto sin hacer daño a nadie ni alcanzarlo con alguna crítica. El secularismo moderno prefiere las cosas como en este barco, excepto que en este último el hombre es su propio dios. 

Se pudiera esperar que cada cual añada a sus creencias y agrande así su religión, y según su parecer la haga más útil y la perfeccione; la amplitud religiosa no sólo es recomendada sino promovida y cada cual puede tener una religión ecléctica donde todas son buenas y queda descontado el proselitismo que es equivalente a una crítica y no es necesario porque cada uno tiene su verdad y no es aceptable la crítica ni el atropello de las otras creencias. O sea, hacer evangelismo queda prohibido porque es una arrogancia y presunción hacerlo, es innecesario y un ataque a la tolerancia. Lo contrario, se animan unos a otros a que practique su religión, no sea que enoje a su particular deidad. Por esa razón suponiendo que Jonás había ofendido a su Dios lo tiraron al océano.  Y resuelto el asunto del disgusto de la deidad. Nadie busca un Dios absoluto y soberano, supremo sobre todos porque la multiplicidad de ellos lo hace innecesario. Por eso le pidieron a Jonás que no durmiera, sino que practicara su religión y viera si su Dios los sacaba del aprieto. 

Así también andan las cosas en esta sociedad de pluralismo y relativismo, donde se prohíbe terminantemente quitarle a nadie su propio dios o disminuírselo, porque todos son ciertos y todos son falsos. ¿Habrán desembarcado en Tarsis, España? ¿Tocaron ese puerto europeo? Y pensándolo: una atrevida pregunta, ¿venían Søren  Kierkegaard y Friedrich Nietzsche entre ellos inventando desde el paganismo, el existencialismo y  postmodernismo, y cómo igualar todas las religiones, respetarlas todas, no creer a ninguna y ahogar a Jonás y a Jehová en un mar de ideas?  

Jon. 1:6

“¿Qué tienes dormilón? Levántate y clama a tu Dios”. Uno ve que las cosas le están saliendo mal, procuramos arreglarlas, remamos, desafiamos la tempestad, pero no oramos; y precisamente las cosas nos vienen así para eso, para que clamemos (Sgo. 4:2) ¡Somos tan prácticos!, tenemos (o presumimos) soluciones para todo, que apenas usamos la oración como una solución, no necesitamos de Dios. No, no debiéramos ser así. ¿No te despierta la tormenta cuando ruge a tu lado? No es que duermas como Jesús, en fe sobre un cabezal, sino porque duermes por dentro, aletargado hacia Dios. Velad y orad.

Jon. 1:3,9

“Soy hebreo y temo a Jehová”. Eso está muy bien dicho. Una excelente y doble identificación. No Jonás, pero hay otros que son más ambivalentes que él. ¿Dices como Jonás “temo a Jehová Dios de los cielos que hizo el mar y la tierra”, pero desobedeces? ¿Qué clase de temor es ese que se rehúsa a cumplir los mandamientos del Señor? ¿Cómo puedes temerle y desafiarlo al mismo tiempo, reconocerlo como Dios y rebelarte? No, si hay verdadera religión hay temor a pecar, temor a contrariar al Señor, a menos que por tu teología achiques a Dios en una localidad. Muchos tienen religión en sus labios y llaman a Dios Señor, pero no hacen su voluntad (Mt. 7:21); y el que entrará al reino de los cielos es el que hace la voluntad de Dios. De Job se dijo que era temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Si dices que eres cristiano vive como un cristiano, si te llamas Jacob que no sólo tu voz sea la de Jacob, sino que tus manos no sean las de Esaú.

Jon. 1:11-16

“¿Qué debemos hacer contigo para que el mar se nos aquiete?”. Para ellos tuvo un final feliz; todos quedaron convertidos a Jehová y prometieron dedicar sus vidas a él. Un barco pagano fue convertido en cristiano. Un ministro puede por su desobediencia ser el principal causante de los problemas en la iglesia; tal vez también tuvo que ver con su mensaje porque se negaba a proclamarlo. Y fíjese que Jehová se defiende solo. Esta experiencia de Jonás y su posterior salida del vientre del gran pez, quizás simbolice la aniquilación del paganismo mediante la resurrección de Jesús. 

 

Prefiero estar equivocado con Jesús, si fuera el caso 

Jon. 1:17

“Y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches”. Cuando una mente secular lee esta historia piensa que es un mito, que no puede ser verdad, que es imposible que eso haya ocurrido en la historia de una persona, que quepa dentro del vientre de un pez, que no muera allí si es que se lo tragaron, y que lo vomite intacto. Es parecido a una serpiente o una asna que hablan, un hacha que flota, o un profeta que es levantado por un carro de fuego y llevado al cielo. Esas cosas los literatos las ponen dentro de la leyenda y del mito, pero son las realidades fantásticas de la salvación. Dios mismo, esa innegable realidad está allí, dentro de la irrealidad, en el cuento y lo que ellos llaman superstición. Ese es el mundo de la fe. El mundo del otro mundo. El bello mundo de la fantasía, la verdad y la felicidad. Sin esos llamados mitos el mundo sería más triste. 

Las experiencias de Jonás tienen que ver con la muerte y resurrección de Jesucristo. Su historia es tan extraña como la de Sansón, Jefté, la ascensión del profeta Elías o los milagros operados por Eliseo. Jonás tenía las credenciales de un verdadero profeta de Israel (2 Re. 14:25) a quien Dios llamó para darle una experiencia distinta, muy superior a su común trabajo dentro de su pueblo: la predicación a una ciudad gentil después de salir del vientre del pez, como resucitado, como un día haría Jesús y sus discípulos después de salir él del vientre de la tierra. 

El profeta Jonás fue bautizado en el mar, en el nombre Cristo, y resucitado también en su nombre. Todo debe entenderse como una vindicación de Jehová como único Dios y una profecía dada por el Espíritu Santo y el triunfo sobre el paganismo mediante la “señal de Jonás” o la resurrección de Jesús, la obra maestra de la salvación (Mt. 12:38-41). El mismo tuvo conciencia como si hubiera muerto al decir que se hallaba en el “Seol” (2:2) y que su vida fue preservada en “el pozo de corrupción” o “fosa” (2:6). Así fue dibujando su resurrección. Y concluye diciendo que “la salvación pertenece a Jehová” (2:9); no sólo la suya sino la de todos nosotros. Fue una experiencia de salvación.

Son historias para los escogidos de Dios no para los incrédulos, reprobados y escépticos. No son mitos porque tienen raíces históricas y poseen “pruebas indubitables” (Hch. 1:3); pero no para todo el mundo sino para los que Dios prepara para recibirlas. Jesús vivo no le tocó la puerta a Pilato, a Herodes ni a Caifás y Anás ni cenó con ellos. A los escogidos sólo les dijo “toquen aquí”. La resurrección de Jesús fue sólo para los suyos no para todo el mundo (Hch. 10:41). Las historias más bonitas que pueden leerse en la Biblia, las “cosas que ojo no ha visto ni oído escuchado, que no han subido a corazón de hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Co. 2:9); para que “no se considere increíble entre nosotros que Dios resucita a los muertos” (Hch. 26:8). Y aquel hombre chiquito, manchado todo el rostro y las manos por los jugos gástricos del pez, señales inequívocas de que había estado en su vientre, y sin mencionar su historia a nadie para que la creyera, miles de ninivitas enseguida supieron que era verdad y creyeron su mensaje y se arrepintieron. Pues si ellos creyeron a Jonás y a su historia, los que de primera mano la constataron, si Jesús la creyó, los apóstoles la creyeron, prefiero estar equivocado con Jesús, si fuera el caso, que ponerme al lado de los que no saben ni pueden leer la Biblia.

Jon. 1:17

“Un gran pez”. ¿Un gran pez? ¿Cuál? ¿Tan grande? Fue un pez especial, gigante, preparado por Dios para que sirviese de símbolo la profecía; cualquier pez inventado por él (como la futura calabacera), un animal desconocido, no una ballena o uno desconocido, una parábola, para ayudarnos a vencer los escrúpulos intelectuales referentes a la resurrección de entre los muertos; para que aprendamos a constatar en otros órdenes que no es imposible que Dios resucite a los muertos (Hch. 26:8); son las cosas que nunca han subido a corazón de hombres. Me encanta que el Dios omnipotente y creador de todo, eche por tierra nuestra vanidosa razón humana. No merecemos menos, científicos enfatuados.

 

Jon. 2.

(1) Cuando uno está muerto, no está completamente muerto, aunque se halle en la raíz de los montes y en una fosa (vv.6-7) (2) La religión cristiana es la única que asegura la resurrección del cuerpo. En eso consiste la salvación, la “completa salvación”. Ningún otro dios tiene esa salvación (vv.8-10); y algún día, unos pocos, dará orden al monstruo de la muerte y la tierra nos vomitará afuera. Amén.  ¿Le parece un mito la experiencia de Jonás? ¿Un mito la resurrección de Jesús? Pues esos son los “mitos” de nuestra bien fundada esperanza, y “en ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos”.  

Jon. 2:1

“Oró desde el vientre de un pez”. No hay lugar en el mundo de donde no podamos comunicarnos con Dios, aún en una oscura celda, acostado en el estómago de un pez y en el fondo del mar. No busque dentro de las especies marinas un pez que le quepa dentro un hombre. Este fue un pez preparado por Dios, uno que se salió de lo común, anormal, hecho específicamente para poder tragarse a un ser humano. Dios preparando a su pueblo para defraudar a los infatuados, cuando la tumba de Jesús, cerrada, se quedó vacía.

 

No te han querido más, pero Dios sigue contigo

Jon. 2:1-6

“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, me rodeó el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío”. 

Habla de su estancia en el vientre del pez como si hubiera estado en una tumba (v.6), de la cual salió. Se dice que “oró Jonás a Jehová su Dios” (v.1), sin embargo, su contenido es más bien un salmo de alabanza y una recapitulación de su experiencia en el fondo del mar; lo certísimo es que oró y Jehová lo oyó (v.10). Contiene porciones de su oración, pero no toda ella. Todo el salmo parece decirnos: “Dios me oyó” (vv.1,6,7). ¿Sacarás mi vida de la sepultura oh Dios, volveré a vivir cuando haya muerto, no te olvidarás que existí, me despertarás cuando llegue la hora? No me dejes en el silencio perpetuo, tráeme de regreso para ver tu gloria y adorarte. ¿Te has sentido como un ahogado, con algas enredadas en tus cabellos? ¿Asfixiado por una situación, digo, financiera, te ahogan las deudas, el salario no te alcanza, rodeado por un océano de acreedores y no puedes escapar, el único camino que te queda es la bancarrota? Y sabes que te has metido en esa situación por desobediencia, por huir de Dios, por rehusar su llamamiento porque en la desobediencia no hay bendición; has querido manipular tu vida, sí, no digo dirigirla; ahora te sientes culpable y avergonzado porque te han echado del barco, no te han querido más, pero Dios sigue contigo, y ellos se quedan atrás, y cuando quieran que regreses ya estarás lejos para volver. ¡Oh profeta, flota, nada, o déjate ahogar en fe y confiado en el Señor permite hundirte que en los límites de tu humanidad se hallan los recursos de Dios! No te aman y te echaron, pero el Señor sigue contigo.

Jonás pide otra oportunidad para su ministerio

Jon. 2:1-7

 

“Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo”. “Señor te doy gracias por tu misericordia, ahora veo que no me has querido destruir, y mi angustia  ha llegado hasta lo profundo del Sheol y todavía tengo fuerzas para orar a ti; sácame desde donde me ha echado mi desobediencia, haz que salga a flote y vea de nuevo la tierra de los vivientes; quiero volver a ver el sol y otra oportunidad para seguir mi carrera y ser más obediente que lo que hasta ahora he sido; ¿me puedes oír estando tan bajo donde he caído? ¿Podrá mi oración subir desde el Sheol?”. 

Fueron minutos de espera, horas, y al tercer día el Sheol lo vomitó. El profeta estaba viviendo los sufrimientos que esperaban al Mesías. No hay equivocación, esta experiencia suya es una predicción vívida y de muchos colores sobre la muerte y resurrección de Cristo (vv.1-6). ¿No sabes que en nuestros sufrimientos vivimos porciones de las agonías de Cristo, para que le conozcamos en su muerte y en su función salvadora por la humanidad? (Flp. 3:10). Oh Dios, que no lamentemos nuestros dolores porque a través de ellos vivimos la apasionante vida de Jesucristo, somos trasladados al huerto en Getsemaní y al Gólgota; muy poco conocen de Cristo los que no sufren. Y el pequeño profeta, manchada su cara por los jugos gástricos del pez, sacando las algas de sus cabellos, se dirigió hacia Nínive, convencido que para su ministerio era la segunda y última oportunidad. Se la pidió a Dios, supongo, y Dios le dijo, "el hombre eres tú y el lugar es ese".

Jon. 2:6

“Tú sacaste mi vida de la sepultura”. ¿Sacarás mi vida oh Dios, de mi sepultura? ¿Volveré a vivir cuando hubiere muerto? ¿No te olvidarás que existí? ¿Me despertarás cuando llegue la hora? No me dejes en el silencio perpetuo, tráeme de regreso para ver tu gloria y adorarte; tú eres mi esperanza Jesucristo, los muertos resucitan y vana no será mi fe; concédeme no morir con miedo cuando me acerque al río de la muerte y pueda cruzarlo conociendo que en la otra orilla te hayas tú. No me dejes en la descomposición eterna, recupérame para ti, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Amén.

 

El recorrido perfecto de la existencia humana es la voluntad de Dios

Jon. 2:8

“Los que siguen vanidades ilusorias su misericordia abandonan”. Otra versión dice que los que confían en ídolos. Ídolos pueden ser algo distinto a estatuillas. La palabra en el original significa “destrucción, mentiras, engaños, vanidades e idolatrías”. Esas palabras son muy sagradas porque son partes de una oración hecha por el profeta Jonás dentro del vientre del pez, o como él le llamó dentro del Seol, o sea, desde su tumba. Similarmente cuando uno envejece y se acerca a su salvación (en lo cual también pensó Jonás, 2:9), se da cuenta que aparte de la muerte misma y de Dios todo lo demás es ilusión, está sujeto a decaerse, marchitarse, afearse y corromperse. Pasa. Se va. No queda. El oro y la plata llegan a estar “corroídos” y se “oxidan” (Sgo. 5:3); la belleza pierde su luz y se opaca y termina envejeciendo. Nadie en su muerte se lleva consigo ropas, fama, fortuna y títulos. 

Jonás habiendo pasado por el sepulcro salió a la superficie de las aguas transformado y como un ministro renovado, cambiada su opinión de las cosas, mirando el mundo de una nueva manera, a través de la muerte, la oración, de Dios y la resurrección, y concluyó que el recorrido perfecto de la existencia humana era la voluntad de Dios y no los caprichos, preferencias o prejuicios personales. Aunque el buen Spurgeon en un sermón le llamó, sin ofensas, torpe y cazurro, el pequeño profeta llegó como náufrago a la playa al tercer día de estar en el Seol, siendo un nuevo pastor, con una teología diferente y pesando y valorando distinto las cosas, viviendo en el mundo “sin estar en el mundo”, como un ser fuera de él, ajeno, dominado por los "poderes del siglo venidero", un resucitado en una era de muertos y convencido que es una locura preferir este cuerpo decadente a una nueva habitación celestial, y alejarse de  Dios por vanidades transitorias e ilusorias.

 

La salvación de punta a cabo es una obra de Dios

Jon. 2:9

“Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová”. Eso es importante, porque Dios no se complace en los ingratos y votos falsos. ¿Qué sacrificios? ¿De animales? El mejor sacrificio del mundo para dar a Dios es la obediencia; parece no haber derramado sangre de animales hasta ese momento, porque está ofreciendo sacrificios de alabanzas; buscando la gloria de Dios. “La salvación es de Jehová”; “salvación” es salir vivo del sheol (seol), resucitar a la imagen de Cristo; para eso resucitaremos, para ver la gloria de Cristo. Juan en el Apocalipsis también lo dice: “la salvación pertenece Jehová y al que está sentado en el trono, al Cordero” (Apc. 7:10). No sé con cuánta medida de teología, ni siquiera estoy seguro que el profeta entendiera la palabra salvación como la entendemos nosotros, porque todos ellos estaban investigando a Cristo mediante el Espíritu, pero nosotros sí entendemos desde la revelación del NT que la salvación de punta a cabo es una obra de Dios, desde la elección, la predestinación, los dones de la fe y del arrepentimiento, el nuevo nacimiento, la preservación de todas esas cosas a través de la vida. Es decir, no hay mérito humano alguno que pueda adjudicarse alguna parte de ella. De forma total pertenece al que está sentado en el trono y al Cordero.

Jon. 3:1

“Vino palabra de Jehová a Jonás por segunda vez diciendo”. Silencio total de Dios durante la experiencia de Jonás en el barco y en el océano. Se oye a Jonás orar, pero no hay respuesta de Dios. Una vez salido del Seol, de la fosa, del sepulcro oceánico, es cuando Dios le habla. Así nuestro Señor durante el tiempo que todas las olas de la justicia divina pasaban sobre él, mientras enfrentaba el juicio y la cruz, no hubo ninguna voz de Dios, como si no lo oyera y lo hubiera desamparado, pero al resucitar, Dios muestra que lo ha oído y que el juicio por el pecado se terminó.

Jon. 3:3

“Jonás fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová”. Mira qué obediente ahora; un profeta con una historia de misericordia detrás suyo; ¿no pudo Dios enviar a otro en su lugar? No, quien tiene una misión no la puede hacer otro, sino él. Una ciudad enorme; dicen que más grande que Babilonia, o la más grande del mundo. Se supone que tenía unas 60 millas de circunferencia y que Jonás se tardó tres días en caminar y predicar. Eso explica que su mensaje contuviera sólo lo esencial. Día y noche se oía su voz como una trompeta. Se detendría en algunas concurridas calles.

Jon. 3:4,5

“Comenzó a predicar, Nínive en cuarenta días será destruida”. Aquí se da la esencia de su mensaje; pudo haber sido más largo y el impacto más poderoso, la ciudad tembló y todos se postraron en tierra buscando perdón; en muy poco tiempo miles fueron salvados, y esto contrasta con nuestros esfuerzos evangelísticos y los mil métodos que inventamos para atraer a la gente. ¿Qué nos falta? Jesús tampoco tuvo tanto éxito como Jonás (Mt. 12:39-41); Corazín y Betsaida, Nazaret lo rechazaron, como Jerusalén. La falta de conversión recae completamente sobre la gente, por alguna razón unos son más nobles que otros (Hch. 17:10,11). No es defecto del evangelio o de los predicadores espiritualmente preparados, si son llamados por Dios y tienen su Palabra; es que hay gente de todo tipo y muchos no son “dignos” (Hch. 13:46), porque "no es de todos la fe" (2 Te. 3:2).

 

Las credenciales primero y el mensaje después

Jon. 3:6-10

Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”. 

Mira cómo oraban “fuertemente”, no en susurros, a gritos; como si quisieran alcanzar a Dios en el cielo, querían estar seguros de ser oídos. No es que los ninivitas fueran gente buena porque hay evidencias históricas que estaban corrompidos, como Nueva York, San Francisco etc.; pero uno no sabe, no sabemos lo que la palabra de Dios pudiera hacer. Oh Señor ten piedad de nuestras grandes ciudades. Si el presidente se volviera, si se hicieran más esfuerzos no para adularlo y sacar ventajas de él sino para convertirlo a Cristo, entonces él haría mucho a favor de la salvación de su pueblo. Algunos presidentes decretan en contra de las leyes de Dios y se preocupan más bien por esconder y justificar sus pecados; promueven la corrupción del país y son uno de los principales frenos para que la nación se humille ante Dios. Este hombre no era un santo, pero se convirtió realmente, me refiero al rey de Nínive. Oh Señor, enséñanos a orar como Juan a sus discípulos (Lc. 11:1). Se supone que ayudó a su breve mensaje, su testimonio. Lo verían con la piel quemada por los jugos gástricos del gran pez y sin cabellos en todo el cuerpo. Además, al contar que estaba allí no porque lo deseaba sino porque Dios lo obligó. Que trató de huir, pero lo echaron al mar, Dios le preparó un gran pez del cual había salido vivo y allí estaba. Los ninivitas creyeron sus credenciales. Que tengan evidencias de autenticidad. Descartaron que se tratara de un charlatán. Déjame examinar primero quién eres y después oigo lo que dices. Las credenciales primero y el mensaje después.

 

No quería que su sermón salvara a alguien

Jon. 4:1-5

 

“Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.  Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.  Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad”. 

La palabra apesadumbrado usando otras acepciones quiere decir, “me siento roto en pedazos” “soy bueno para nada” “esto ha sido un error” “he sido humillado”. El Señor definió su estado de ánimo como “enojado y apesadumbrado”, pero psicológicamente el estado del profeta Jonás nos parece un equivocado estado depresivo; tiene pensamientos suicidas y mira sin objetividad su realidad; verdaderamente ha cosechado el éxito, pero él lo toma como un fracaso, se siente fracasado cuando en realidad es un vencedor, ha cumplido la voluntad de Dios y ha participado de su incomprensible plan. Hizo un gran descubrimiento en su vida, él mismo dijo: “la salvación es de Jehová”; no quería la salvación de aquella gente, no quería que su sermón salvara a alguien, y sin embargo Dios se la dio por medio suyo; aunque el predicador tenga motivaciones impuras, si Dios quiere salvar, salva (2:9).

Jon. 4:2

“¿No era esto lo que yo decía estando en mi tierra? Sabía que eres misericordioso y compasivo y que te arrepientes del mal con que amenazas”. La mayoría de los comentaristas, incluyendo a Calvino, piensan que la razón por la cual no quería la salvación de los ninivitas era que al arrepentirse ellos él quedaría como un mentiroso, y por lo tanto perdería su prestigio profético y su honor. Esta explicación satisface a la mayoría. Yo he leído y pensado en otra que resumo: Jonás, como ya he dicho, era un profeta de Israel y allí nadie dudaba de su llamamiento y vocación. Jonás se sentía muy hebreo (1:9) y conocía las profecías de Amós (5:27) y de Oseas (9:3; 11:5), que Jehová usaría a los asirios para castigar a su pueblo Israel. Es natural pensar que deseara la destrucción del reino asirio y no favorecerlo con el beneficio de la salvación. Si Asiria iba hacer un daño tan enorme a su pueblo preferible era que Dios le hiciera lo mismo a ella. Además, como idólatras lo que merecían era el castigo y no el perdón. No pensaba que perdonada Nínive cambiaría su proyecto de destruir a Israel, y es por eso que se enoja cuando ve el resultado de su predicación. Escoja usted.

4:4 

“Jehová le dijo: ¿Haces bien en enojarte tanto?” (La palabra enojo significa brillar, encenderse).  ¿Por qué no le preguntó, por qué no te gozas? Debieras gozarte; esto es para aliento de tu ministerio, pero lo has tomado al revés. Ve para Israel y dile el éxito que has tenido aquí. Pero no lo hizo, y sólo nos dejó su libro. Uno puede tener éxito en un lugar y en otro no. No es seguro que transportando un predicador exitoso en cierto contexto social garantice lo mismo entre otra clase de gente. Depende. De la gente. Depende de Dios a quien hay que clamar para que bendiga la Palabra en un sitio como lo hizo en otro (2 Te. 3:1).

Jon. 4:5

“Se sentó para ver lo que acontecería”. No participó en lo absoluto en la organización de aquel arrepentimiento, y hasta prefirió no verlo y salió de la ciudad. ¿Qué pasó? Nada. No hubo juicio. Jonás hubiera respondido: “quiero fuego del cielo”, pero nada ocurrió, nada, sino perdón.

 

La pérdida de una sombra protectora

Jon. 4:6

“Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera” (“una planta”, LBLA, por la incertidumbre de qué se trataba). Esta planta nació y creció en una noche (v.10). Es una planta fantástica. Me recuerda la vara de Aarón que estando seca echó flores y frutos en unas horas (Num. 17:8). Dios es quien hizo las plantas y no necesita siglos ni milenios de evolución para crearlas. Con este espectáculo le estaba recordando su poder como creador y que el mismo que había dispuesto un gran pez para él ahora le disponía un frondoso árbol. En realidad, el propósito de la calabacera no era darle un refugio permanente sino descentralizar de sí mismo la vocación del profeta que era sensible y podía llorar por la muerte de una planta y no por la condenación de 120000 personas. Ridículo. Jonás no sentía piedad ni lástima por la calabacera sino por la sombra de ella, por el servicio que le prestaba, por la comodidad perdida, por su vida muelle. No iba a sollozar por la calabacera ni por Nínive. Lo que sintió fue cólera. Tuvo un gran disgusto. Jehová lo dejó que fingiera compasión y lo trató como si no fuera una pretensión. Y lo atrapó en su propia proyección o mentira. Las mentiras que nos decimos a nosotros mismos y a otros muestran nuestra inconsistencia espiritual. Dios no se cree nuestras mentiras y nos hace ver que son eso mismo, mentiras.  

 

Gastan en calabaceras, pepineras y palma christis

 

Jon. 4:7

“Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado. Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más”. 

Jonás fue una persona extraña y como profeta aún más, y Dios quiso que se conocieran las cosas más extrañas de su persona, como creyente y mensajero divino. Internamente es una persona con muchas contradicciones, una de las más sobresalientes es su forma de amar la salvación de los pecadores; casi que uno no sabe si en realidad los ama, si lo que ama es su vocación, si es que realmente ama su vocación, y todo eso porque aquellas cosas más bellas y preciosas que Dios le había dado no giraban en torno a Diossino alrededor de sí mismo. Yo temo, y me azoro, que él, si reflexionamos en nosotros mismos, tenga un parecido grande con nosotros; y tal vez por eso, y para eso, nosotros, el Espíritu nos haya dejado conocerlo por dentro, su extraña forma de ser, su paradójica vida espiritual. En esos términos quiero meditar, no con un sentido de superioridad sobre él, sino como de alguien que puede referirse a nosotros mismos. Todo este capítulo es su retrato final, el último toque de un boceto que se hizo de su imagen espiritual. Por dos veces él desea la muerte (vv.3, 8), sin contar que cuando la tempestad en el mar, pidió que lo ahogaran (1:12). ¿No es una persona extraña aquella que apetece la muerte? No que tuviera sentimientos suicidas, no, sino que prefería morir, pero no para estar con el Señor “lo cual es muchísimo mejor”, no es por una ferviente esperanza activa dentro de su fe sino por frustración, decepción, por conflictos internos, para no obedecer la voluntad de Dios. No quería obedecer al Señor y por eso, por esa gran causa, es que se siente interiormente tan mal como aquí lo leemos. 

¿De dónde vienen nuestras frustraciones, decepciones y faltas de ganas para vivir? ¿No provienen de nuestra incapacidad para adaptarnos a la voluntad de Dios para nuestras vidas? Queremos ir por un camino que Dios no quiere y no queremos ir por donde nos ha pedido que vayamos, queremos ser lo que no quiere que seamos, estudiar lo que no quiere que estudiemos, trabajar en lo que no nos gusta y hasta vivir donde no quiere que vivamos. Cuando cumplimos la voluntad de Dios, sólo con mucha crisis, como él la cumplió cuando fue tragado y vomitado por un pez, lo hacemos a regañadientes, sin pasión alguna, como un deber impuesto, una comisión irrechazable, obligados, sin una gota de gozo y placer por lo que hacemos.

Como ya he insinuado, su prejuicio le era un gran obstáculo para ser de utilidad espiritual a otros. Jonás no quería predicar la salvación a Nínive para que los ninivitas no se salvaran, no quería compartir a su Dios, no deseaba que ellos escaparan el juicio que merecían; en su corazón no había piedad sino venganza, y ese fue al fin el mensaje que predicó, sin la más ligera exhortación para que se arrepintieran, sin mostrarles el camino para escapar del juicio venidero (4:1, 2). Quizás no hemos podido ganar a más almas por esa misma razón, no las amamos por razones nacionales, las despreciamos por sus pecados culturales, por su aparente inferioridad, por el color de su piel, por sus hábitos alimenticios, por su vestuario, etc.; si no las amamos, así como son, ¿cómo podremos salvarlas? ¿Cómo podremos orar por ellas? Quizás un obstáculo grande a nuestras misiones o evangelización sea nuestro prejuicio racial, o llámale prejuicios religiosos, si quieres.

Además, como ya indiqué en la introducción, otra gran dificultad que tenía Jonás como misionero y evangelista estaba en la centralización de su vida; él, su forma de ser, su manera de ver las cosas era el centro y no Dios. ¿Por qué se enojaba tanto? ¿Por qué se apesadumbraba? ¿Por qué se deprimía hasta la muerte? Sí, ¿tiene grandes motivos? Eso el Señor se lo insinúa en con una palabra: tanto, 4:4,9). Analicemos el tamaño y el número de los motivos que tenemos para enojarnos, para lamentarnos, para llorar, para perder la fe, para renegar, para molestarnos con Dios y para rehusar el llamamiento a servir a los demás. No sólo dan risa, sino que revelan una total inmadurez. Nos portamos como niños malcriados, nos encariñamos con las bendiciones divinas y cuando nos las quita nos enojamos, hemos aprendido a recibir, pero no a compartir ni a perder. 

Cosas sin las cuales podemos vivir, son las que nos quitan el gusto por la vida, por la vocación. El dolor por la pérdida de ellas, la preocupación que nos invade cuando nos faltan, revelan lo auto centrados que vivimos. El mayor mal, como cristianos, se refleja en la misión que tenemos que cumplir con la salvación de los pecadores. En esa área espiritual se manifiestan todas las deficiencias de nuestra personalidad cristiana. Sonrojémonos ahora al releer el reproche que dejó mudo a Jonás, (vv.10,11) con el cual se termina su libro, y quizás nos deje mudo a nosotros, “Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado. Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más”.  Oigan esa palabra, lástima, ¿qué significa? Piedad, compasión. ¿Por quién? Por la muerte de una calabacera, o pepinera, o palma christis. ¿No es ridículo, insólito, totalmente incomprensible? Hay quien sufre si se le muere un pájaro, una gallina, un perro, un gato; pero ¿quién por una planta? Por una planta que no cultivó, con la cual sólo pasó una noche y sin embargo tuvo una relación afectiva desproporcional (v.10). Y ¿no te preocupan los que mueren sin Cristo, sin oír una palabra de tus labios? ¿No sufres por ellos, no lloras por ellos? 

No sólo no les predicas la salvación por medio de su cruz, sino que no la deseas. No es que no le des un tratado a nadie nunca, sino que no oras por ellos, no lo deseas. Tú andas en la luz, ellos en tinieblas, tú, orientado por la Biblia y el Espíritu Santo, haces decisiones buenas, escoges lo mejor, pero ellos no saben discernir entre la derecha y la izquierda. Tú conoces y lo crees, que habrá un juicio final, que la paga del pecado es muerte, que hay resurrección de los muertos, que hay cielo y condenación, sin embargo, no te dan ninguna lástima. No sólo no estás activo en la evangelización, sino que apenas la financias, la mayor parte de tus recursos se gastan en ti, en calabaceras, pepineras y palma christis, sombras y enramadas y otras cosas, pero no ayudas a vivir del evangelio a los que lo predican en tu lugar. Oh, que Dios tenga piedad de nosotros. 

 

Resumen.

Capítulo 1

La evangelización del mundo y su principal obstáculo: Los cristianos que no quieren hacerlo. Vivimos como si la salvación fuera una exclusividad y dada sólo para nosotros sin incluir a otros.

Capítulos 2-3

La muerte y resurrección de Cristo es el centro de esperanza para la conversión del mundo. En ningún otro hay salvación. Ella es el corazón mismo de la predicación, y Dios garantiza que habrá éxito aun suponiendo que los encargados de predicar no quieran hacerlo y no deseen que otros se salven. El arrepentimiento es la única vía de escape.

Capítulo 4

Los evangelistas no deben deprimirse por las necesidades que les sobrevengan. Si ponen en una balanza la salvación de los ninivitas y las penurias propias, el perdón del mundo, tiene que tener la prioridad. Nada en este mundo, ni plantas ni animales, merecen más compasión que la situación humana de condenación. El gran arreglo a las populosas Nínive del mundo es la predicación de Cristo y este crucificado, y el arrepentimiento de ellas, aunque a sus mensajeros les cueste perder sus comodidades. Ellos, sí, nosotros, debemos vivir menospreciando más la protección de nuestras calabaceras porque el estado espiritual de nuestras ciudades es más importante que las protectoras sombras debajo de las cuales hemos vivido. ¿Con qué otro mensaje hemos de ir al mundo si no es el de pedirle cambios enfrente a Dios y a la resurrección de Jesucristo?

 

 

 

 

Miqueas

 

Comentario escrito por A.R. Faussett

 

Introducción

“Miqueas era nativo de Moreset, no Maresa que se menciona en 1: 15, sino una ciudad de Gat (1:14) que estaba cerca de Eleuteropolis al oeste de Jerusalén, que hace frontera con el país de los filisteos, y así se nombra para diferenciarlo de Moreset de Judá. Su nombre completo es Micaías, no el mencionado en 1Re. 22:8, hijos de Inla, que significa “quién es como Jehová”. El tiempo de este profeta está situado en la introducción del libro, en al reino de Jotam, Acaz y Ezequías, lo cual quiere decir entre los años 757 y 699 a. C. Jeremías (Je. 26:18), cita Miq. 3:12, que predicó en el reino de Ezequías. Así que fue contemporáneo con Isaías y con Oseas. La idolatría practicada en el reino de Acaz concuerda con las denuncias de Miqueas como uno de los grandes males, y concuerda también con la verdad del tiempo que se le asigna (1:1).

“Sus profecías son mayormente contra Israel, es decir Samaria, y parcialmente contra Judá. Como Samaria, la metrópolis de Israel, cayó primero, y Jerusalén, la capital de Judá le siguió; eso se lee en las primeras líneas (1: 1), Samaria expuesta primera, entonces Jerusalén. Miqueas profetisa la captura de ambas; la cautividad de los judíos y su restauración; y la venida del reino del Mesías. Su estilo es completo, redondo, y perspicuo; su dicción es pura, y sus paralelismos regular. Su descripción de Jehová (7:18,19), no es sobrepasado por nadie más en la Escritura. La similitud entre Isaías y Miqueas en algunos pasajes, por ejemplo en Miqueas 4:1-tres, con Isaías 2:2-4 es una señal es de que han sido contemporáneos, e informado cada cual de sus escritos inspirados, y teniendo el mismo tema. Hengtember mantiene que el pasaje en Miqueas es original. Isaías es algo más viejo, siendo un profeta en al reino de Uzias, de su predecesor Jotam, de modo que Miqueas comenzó su profecía en el tiempo de este último.

“El libro consiste de dos partes: (1), la primera con cinco capítulos; (2), el capítulo 6:07, un diálogo o contestación entre Jehová y su pueblo, a quien le reprocha por su ingrata conducta y les amenaza con juicio por sus corrupciones, pero los consuela con la promesa de la restauración después de la cautividad. Éste libro de Miqueas está situado en el número seis de entre los profetas menores en el canon hebreo, pero el tercer lugar en la Septuaginta”.

Miq. 1: 1

“Vino, vio” “en visión” “en las imaginaciones de la noche”; por eso estaban tan seguros de los acontecimientos que Dios les adelantaba. Me gusta esta palabra, “vino” porque los mensajes de Dios no son cosas que se nos ocurren o que inventamos.

Miq. 1: 3

“Desde su santo templo, Jehová sale de su lugar”; el templo pudiera referirse al cielo o al templo sobre el monte Sion. De todos modos, se mueve Dios, pasan las cosas. Pasa Dios sobre las alturas de la tierra (Am. 4:13). Muévete Señor, deja el lugar de tu reposo y actúa, sentimos un vivo celo por tus operaciones (1 Co. 12: 6, 10).

Miq. 1:7

“De dones de rameras los juntó y a dones de rameras volverán” (Dt. 23:18). Eso se refiere primeramente a la fornicación de Israel con sus ídolos por culpa del rey Jeroboam que instauró la idolatría e “hizo pecar a Israel” (1 Re. 15:26,30,34); sin embargo, el pueblo prosperó económicamente y adjudicaban sus riquezas a su nuevo culto prostituido, y los ídolos aumentaron en visible cantidad comprados con dinero de las mujeres asociadas al culto idolátrico. Dones de rameras, dineros de pecado. Lo que con pecado se gana por pecado se pierde. Y lo perdieron.

Miq. 1: 8

“Lamentaré y aullaré, lamentaré como chacales” (2 Sa. 15: 30; Job 12: 17-19). No que anduviera completamente desnudo sino despojado de la ropa exterior. ¿Nos aflige tanto, tantísimo, el juicio que vemos venir? (v. 1), ¿nos humillamos así ante Dios para que detenga el castigo? Oh Dios haznos sensibles a la perdición de los pecadores ¿cómo he de ver sus muertes y no moverme a compasión por ellos? Hasta los pastores nos endurecemos así (Jon. 4: 10, 11).

Miq. 1:10, 11

“No lo digáis en Gat ni lloréis mucho”. No les está pidiendo que restrinjan sus sentimientos de por sí, sino para que los impíos no agraven su dolor; que no lloren delante de ellos, que no los enteren de sus desgracias para que no se gocen; algo similar en 2 Sa. 1: 20.  Bet-le- afra es una ciudad de la tribu de Benjamín y es mencionada en Jos. 18: 23. Safir o Séfora, un lugar fuerte en Galilea cerca de Ascalón.  Zaanán es una de las tribus de Judá y se menciona en Jos. 15: 37. Su significado es “lugar de los rebaños”. Ella no sale a ayudarte, no te servirá de refugio y también caerá.

Miq. 1: 12

“Los moradores de Marot (significa fuentes amargas, o Mara) anhelaron ansiosamente el bien”. O lo anhelaron roídos por la desesperación como si estuvieran enfermos. Pero en vano. Fíjate arriba que esperan en vano ayuda de Zaanán porque no les pueden ayudar y ellos también perecen. Aquí desean la ayuda y se desesperan por ella, también en vano.  No hay salvación en la ayuda del príncipe sino en Dios (Sal. 146: 3).

 

John Wayne, el viejo pato McDonald, el gracioso Cantinflas, y Tres Patines

Miq.1:13

“Oh moradores de Laquis fuisteis principio de pecados a la hija de Sion porque en ti fueron hallados los pecados de Israel”. 

 

Laquis pudo ser la primera ciudad de Israel que se abrió a la idolatría y la recibió. El Señor conoce quiénes son los que contagian a los demás con sus pecados; cómo los influyen y los apartan de la verdad, a los que habían huido de la corrupción que hay en el mundo (2 Pe. 2: 18, 19). Es posible que los pecados del rey pasaran a Laquis, pero más posible es que los pecados de Laquis fueron transmitidos a Israel como por una puerta, así entró el pecado. Laquis tú no fuiste el principio de bendición sino de maldición, tú le hiciste las primeras sugerencias, le sonreíste, lo mirabas con picardía, le colmabas con halagos y llorabas cuando se separaba de ti, y de ese modo lo hechizaste, le hiciste creer que eras excepcional, única, la completa felicidad. Así lo sedujiste y fue seducido. Era como un ingenuo niño cuando compartió tu maldad.

Tú le sembraste las dudas, porque antes de oírte a ti y leer tus escritos él era cristiano, visitaba los templos y se regocijaba con los santos en luz; ya no quiere hacerlo, le has sacado de sus creencias la existencia de Dios, el concepto del bien y del mal, de la verdad y del error, ahora es ateo y tan vacío y desdichado como tú. ¿Eso te conforma, ir por el mundo sembrando incredulidades, levantando malas sospechas y destruyendo santas tradiciones? No mereces un aplauso sino una reprobación.  Tú lo iniciaste en las primeras corrupciones, acabaste con su vida rural y campesina, le cambiaste sus dietas sanas y naturales por los alimentos empaquetados, le quitaste los libros y le diste la televisión para hacerlo vano y sensual y lo lograste; contigo aprendió a reírse con bobadas y entretenerse mirando sandeces y contemplando escenas de lujurias. 

Laquis le diste sus primeros ídolos americanos y él imita sus modas, peinados, vestidos y contempla como éxito lo que es personalmente una derrota y copia tu vida imaginaria como real, y de ti aprendió lo que es físico-cultural, adorar su cuerpo y vivir como si no tuviera alma, y se contempla en el espejo más de la cuenta; siendo macho se entresaca las cejas, se cuelga pendientes en las orejas como las hembras, se deja crecer el cabello como una mujer y a todo eso llama metrosexual; y lo asombroso es que a las mujeres que viven en Sion les gusten esas muchachas con patillas y barbas, diferentes de los genuinos héroes en blanco y negro, el tipazo John Wayne, el viejo pato McDonald y el gracioso Cantinflas que junto con Tres Patines hacían desternillarse de la risa al más amargado, sin decir una palabrota.  Lo ayudaste a dar sus primeros pasos en esa confusión de sexo y ya no se sabe seguro quién es “derecho” y quién jorobado, pasos que lo apartaran de Dios y caminara hacia el infierno. ¿De quién aprendió Israel a ser infiel? De ti. 

Mirando el pecado de los santos y conociendo el mundo se puede establecer de dónde le ha venido, así se sabe cómo un país, ciudad, persona, les transmite sus enfermedades morales a otros, sus herejías, etc., por medio del comercio, la tecnología, los medios de difusión, el turismo, la inmigración. ¿Has sido tú el iniciador de los pecados de otros? Mira como aquellos se han vuelto tan perversos, ¿te lo deben a ti? No sólo tú no entraste a la salvación sino también les has impedido a los que querían entrar, “cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mt. 23:13). ¡Malo!

Miq. 1: 14

“Daréis dones a Moreset-gat”; ciudades filisteas alrededor de Gat. Pudiera ser que Acaz rey de Judá, presionado por Peka, rey de Israel, les pidió ayuda a estos inconversos y le serían por mentira a los reyes de Israel. Aczib significa mentira o engaño. Israel aquí incluye a Judá.

Miq. 1: 15

“La gloria de Israel huirá hacia Adulam” ¡Icabod, la gloria de Israel ha sido traspasada! (1 Sa. 4: 21); nada de “la flor” como dice RV sino “peso, copiosidad, esplendor”. La gloria de Dios pesa (2 Co. 4: 17).  Adulam es una ciudad de Judá, y en una de sus cuevas se refugió David; puede que sea una referencia a la huida del nuevo rey pero con muchísima menos gloria que la huida del valiente de Israel.

 

Hablarles con un gotero a poquitos

Miq. 2: 6, 7

"No profeticéis, dicen a los que profetizan; no les profeticen, porque no les alcanzará vergüenza. Tú que te dices casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son estas sus obras? ¿No hacen mis palabras bien al que camina rectamente?". “Dicen, y profetizan. Aunque ellos no profeticen acerca de estas cosas, no serán retenidos los reproches”; es un texto de difícil traducción y de difícil entendimiento; pero de acuerdo a esta versión habían prohibido a los profetas dar mensajes negativos y eso que se llamaban hijos de Jacob. Trataban de limitar el Espíritu Santo; y parece que procuraban desanimar al profeta diciéndole que cualquiera cosa que predicara no los avergonzaría en lo más mínimo.  

Esas malas palabras y obras de ellos no las haría Jacob ni las inspiraría Dios; sin embargo el profeta vence el desánimo y les contesta que aunque a la mayoría no les aprovecharán sus palabras, las gotas de Dios, a los que andaban rectamente sí les harían bien y por ese puñado de personas él continuaría con su vocación y entregando los mensajes del Señor.  

Cuando dice no les profeticen, la palabra quiere decir “no destiléis” y también gota a gota, o hacer llover y por supuesto que en sentido figurado lo que quiere decir es no hablarles ni predicarles. Y eso nos enseñan que así suelen llegar los mensajes del Señor a través de la Biblia, y mensajeros, cuando no nos habla mucho de una vez sino por poquitos como bien dice otro profeta, “un poquito aquí y otro poquito allá” (Isa. 28: 9, 10). O unas gotas en la mañana y otras en la noche, algunas el miércoles y otras en domingo. Como no somos capaces de recibir mucho es por lo que Dios nos habla despacio, como por sílabas, igual que a los párvulos, y repite, y casi siempre nos suministra sus preciosos asuntos, como el agua de vida si tenemos sed, alimentos si estamos hambrientos, medicinas si enfermos, en pequeñas cantidades con un gotero, despacio, porque no nos gustan los mensajes negativos y las reprensiones duras. Y además, nos toma tiempo digerir bien.  Y no debiera ser de ese modo.

 

No es impaciente el Espíritu Santo

Miq. 2: 7

“¿Se ha acortado el Espíritu de Jehová?”.  Es cierto que la palabra significa cortar, pero aquí tiene un sentido abstracto y puede traducirse como “¿es impaciente el Espíritu del Señor?” como lo hace LBLA. ¿Respondo? No. Los impacientes somos nosotros cuando no vemos en acción al Espíritu del Señor. Dios nos parece extremadamente lento y obrando a un compás desesperante. Y nos equivocamos porque él tiene un carácter perfecto y hace las cosas perfectas y por supuesto que quien hace una obra maestra no puede apurarse o no tendrá premio ni gloria y Dios siempre se lleva el premio en sus cosas y trabajos. La impaciencia denota imperfección, de gracia y de fe. Por otro lado cuando dice: “Mis palabras hacen bien al que camina rectamente”. Respondemos que sí, Señor tus palabras hacen mucho bien al alma, la exhortan, educan; para el que quiere vivir en la luz, pero para el que no quiere vivir rectamente sino según sus propios consejos y según la carne son ofensivas y los términos injustos; para aquellos es olor de vida pero para estos otros es olor de muerte. Si tú no caminas rectamente no te deleitarás con ellas. Y acuérdate que “el que cree no se apresure” (Isa. 28: 18). 

 

Ayer era mi iglesia, hoy y siempre

Miq. 2: 8 

El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; de sobre el vestido quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como adversarios de guerra” (RV). “Hace poco tiempo mi pueblo se levantó como enemigo” (LBLA). Dios mío, ¿cómo es eso, ayer? ¿Y hoy no? ¿Hoy no oiremos tu voz? ¿Hoy no tendremos acceso a la plenitud de Cristo para tomar gracia sobre gracia? ¿Hoy no seremos salvos como fuimos ayer? ¿Hoy no se nos contará la fe por justicia como la contabas ayer? ¿Hoy no seremos regenerados e hijos tuyos como fuimos ayer? ¿No son tus dones y llamamiento irrevocables? (Ro. 11: 29). ¿Es eso lo que se explicó en Hebreos 6: 4-9? No, ni tampoco lo que se dijo en Ga. 5: 4. El que está en la gracia siempre en ella. Y si fuera cierto que hoy se puede ser salvo y mañana no, hoy cristiano y mañana no, y si la salvación se pierde no se recupera jamás. El que ayer era su pueblo, ahora irreconocible, idólatra, incestuoso, traidor, continúa siendo su pueblo porque quedará un remanente escogido por gracia, y el que ayer tenía fe, su fe no faltará (Lc.22:32). Si el pecado abunda sobreabunda la gracia (Ro.5:20), el que es absuelto de sus pecados, redimido, justificado, lo será siempre aunque por un tiempo ande en tinieblas, porque Dios lo guardará para su reino celestial (2 Ti. 4: 18), porque entristece al Espíritu, lo apaga, pero no deja de ser un templo suyo, algún calor le queda, recuerdos, un punto sensible, y no es borrado de la memoria de Dios, y porque no mata completamente su conciencia. Para evitar todas estas aclaraciones es mejor la traducción que hace poco tiempo Israel se volvió enemigo.

 

“Reforma urbana” “Reforma agraria” o “Cambios

Miq. 2: 9

A las mujeres de mi pueblo echasteis fuera de las casas que eran su delicia; a sus niños quitasteis mi perpetua alabanza”. 

 

Toda mujer debe tener derecho a tener comida y una casa. Sustento y un techo. Y por supuesto, un buen marido e hijos triunfadores. Vea cómo el profeta protesta porque les quitaban sus casas quizás porque no podían pagar sus deudas; las compraron con toda la buena intención del mundo con la esperanza de pagarlas en 30 años, pero vino la recesión y se quedó sin trabajo el marido que traía el mejor sueldo y no hubo más remedio que llenar un formulario de bancarrota. Las que más lloraron fueron las amas de casa, y los niños detrás de ellas. 

Volviendo a la antigüedad. Nota el daño que les hacían a las mujeres que amaban tanto sus casas. El Señor se las dio y la sociedad se las quitó, sin piedad ninguna y tal vez por medios fraudulentos. Además, por implicación los niños pasarían trabajo, serían hundidos en la pobreza por el desalojo y se les vería harapientos; el texto hebreo no contiene eso de “perpetua alabanza” sino que la palabra significa gloria, ornamentos, majestad; quiere decir sus ropas bonitas, bien vestidos; y eso es lo que quiere Dios, que las mujeres tengan sus casas y ¡cómo las disfrutan! (el deleite de ellas, su hogar) y en los niños se note el cuidado de ellas y la prosperidad de la familia. Amén. Todo eso quedaba atrás por el pecado de los gobernantes, o jueces codiciosos. 

 

Pero no sólo se puede acusar de robo a los malos capitalistas sino a otros individuos que trabajan con la hoz y el martillo, ¡no, ellos no!, ellos ordenan, reparten y quitan, sino los otros cuya única posesión es su prole; triunfan por los tiros o por el voto del engaño, les quitan las casas a los que con negocios limpios y trabajo duro las han comprado y se las entregan a holgazanes o pobres honrados que no saben cómo mantenerlas; y así las distribuyen entre ilegítimos propietarios que a cambio les van entregando los pensamientos y la libertad, y que a la postre nominalmente se quedarán en sus mansionespero los completos propietarios son los que se las dieron, y además hay que añadir que ellos mismos serán propiedad del gobierno. En este mundo hay de todo, señores, y sépase usted que, si juzga esto como intromisión en lo que no corresponde, que Dios se interesa por la economía, la política, el desalojo y lo que mentirosamente llaman “reforma urbana” “reforma agraria” o “cambios”. Y no llevan razón los que disienten de esto por filosofías sociales, libros de economía y bonitas teorías, pues yo lo conozco por más de medio siglo de experiencia. Y ¿no es ella la madre del conocimiento?

 

 

Miq. 2: 11

“Os hablaré del vino y del licor; ése sería el profeta para el pueblo”; que os hable de las cosas buenas y divertidas que queréis oír, porque si alguno habla de las cosas del mundo el mundo lo oye (1 Jn. 4: 5).

Miq. 2: 12, 13

“Y a la cabeza de ellos Jehová”. Estas palabras parecen una positiva profecía pero no lo son, se trata de la destrucción del rey Sedequías. A la cabeza de todo ese juicio irá Dios. Si se tomaran como si fuera una bendición, y así la toman algunos, son hermosas y prometen la liberación del pueblo en la cautividad y cómo Dios los recogería, cómo ellos encontrarían el modo de hacer una brecha en su prisión y salir a la libertad y delante del numerosísimo pueblo regresando irá el líder de todos: Dios.

Miq. 3: 4

“Clamarán a Jehová pero él no les responderá”. Llegará el día en que os pese haberme abandonado y vuestra oración será inútil (v. 7).

Miq. 3: 5

“Les declaran guerra”. Literalmente “santa guerra”. El que no les dice y le da lo que quieren, les declaran “guerra santa”; y al pobre ministro con confabulaciones le hacen la guerra “santa” y lo echan con su familia a la calle, y que se busque otro lugar donde lo oigan y le den pan y techo.

 

El predicador y su clientela

Miq. 3: 5-8

Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él: Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos. Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios. Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado”. Los otros estaban llenos del espíritu del mundo (1 Co. 2: 12). Hay un gran contraste entre Miqueas y los adivinos, que él no engaña al pueblo y ellos sí. Los falsos profetas y adivinos dicen al pueblo lo que el pueblo quiere oír porque para ellos el auditorio es su clientela, mientras que para Miqueas los que le escuchan son hombres y mujeres que se han apartado de Dios y necesitan escuchar aquellas cosas que los hagan volver al camino del Señor. Para los adivinos lo que ellos tienen es un empleo, para Miqueas es su ministerio; los adivinos tienen que agradar a sus clientes con palabras hermosas, decir las cosas con mucho cuidado, convenientemente, mostrar tacto para no herirlos, no enojarlos, hacerles pasar un rato agradable y adularlos, para poder sacarles provecho. Para los adivinos sus clientes siempre tienen la razón y ellos no se interesan por sus almas sino por su dinero porque lo que hacen es un negocio. En cambio, Miqueas tiene un ministerio dado por Dios para su pueblo y el fin que persigue con él es eterno, no temporal; procurará decirles la verdad, exhortarlos, reprenderlos, promoverles el arrepentimiento, la fe, apartarlos del mal camino, aunque para ellos despierte la ira y no obtenga ninguna popularidad ni reciba alguna compensación y peligre su sustento. Los adivinos arengan al pueblo con supersticiones, filosofía y psicología popular y afirman tener a Dios de su lado; Miqueas no, él solamente comunica mensajes de parte de Dios a quien único prefiere agradar y con el poder y el valor que él le da, aunque sea tenido como una persona amargada y negativa. Un día llegará en que los adivinos y los falsos profetas serán llamados a cuenta y la más densa oscuridad los cubrirá; de nada les habrá aprovechado apoyarse en Jehová (v.11) porque todo ha sido una mentira. 

 

Dios está entre nosotros si vivimos los mensajes que nos envía

Miq. 3: 10, 11

que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia. Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros”. No. ¿Por qué lo dices? ¿Porque hay sacerdotes, sacrificios, templo y la ley escrita? Tienen todo eso pero no están viviendo como agrada Dios; tenéis instituciones sagradas pero los hombres que las administran viven impíamente; las ceremonias y los ritos que ellos ejecutan están contaminados por sus vidas, que es más importante que las piedras del templo, que la sangre de la reconciliación de animales. ¿No recuerdas como Moisés quebró las dos tablas de la ley cuando bajó del monte y vio al pueblo entregado a la idolatría? Porque de nada le valía aquella piedra sagrada si la congregación no practicaba su contenido; tiene que haber correspondencia entre la vida de los ministros y la presencia de Dios. 

La sangre corría en el templo, las alabanzas se entonaban, las ofrendas llegaban, el dinero se recaudaba, y la gente creía edificarse, sin embargo no era así; la “adoración” estaba muy lejos de haber sido verdadera adoración espiritual, el Espíritu Santo no había bendecido sus almas sino que la presencia del grupo, el tumulto, las voces de la gente y la imaginación de que se cumplía lo que agradaba a Dios provocaba éxtasis y emociones dentro de ellos y regresaban a casa como si hubiesen pasado un tiempo maravilloso en la presencia de Dios, pero Dios no estaba allí. 

Dios está presente en su palabra; cuando su palabra es honrada no sólo en su estudio sino en la obediencia a ella. Lo que quiere Dios es vernos vivir, no sólo cantar y oír como “oidores olvidadizos” la palabra de Dios, ni el apego a sus ritos y ceremonias que no es otra cosa que mensajes simbólicos encerrados sobre la palabra de Dios. Dios está entre nosotros si vivimos los mensajes que nos envía. Dios está en el culto para aquel que refleja con su vida la Palabra del Señor. Nos dé su gracia para ello.

Miq. 4: 1-4

 

“Y se sentará cada uno debajo de vid y de su parra sin que haya quien lo amedrente”. ¡Dios mío!, qué asombrosamente cierto es esto en Jesucristo quien ha universalizado tu ley. Una sola mirada nada más al texto y uno identifica que se refiere a los tiempos del Mesías de Nazaret; a su reino eterno y habrá paz universal. Concluirá el armamentismo porque todos los corazones buscarán a  Dios y no habrá codicia, nadie querrá adueñarse de lo que tiene otro, ni explotarlo como a un esclavo; no se invertirá dinero en armas, ejércitos, porque en el corazón de los pueblos no habrá violencia (Isa. 2: 4). Habrá cielos nuevos y tierra nueva. “De Sion saldrá la ley y de Jerusalén la palabra de Jehová” o “la salvación viene de los judíos” (Jn. 4:22. Ver Lc. 24: 37).

Miq. 4: 5

“Aunque todos los pueblos anden en el nombre de su Dios, nosotros andaremos en el nombre de Jehová eternamente y para siempre”. “Escojan los dioses que ustedes quieran, adórenlos y gasten sus vidas inútilmente en ellos que aunque seamos pocos no dejaremos a nuestro Dios. No importa que seamos una minoría, que no seamos una de las grandes religiones del mundo. No importa que no pertenezcamos a una gran denominación, lo más importante es tener a Dios en el corazón. No me importa que no crean en mi Dios, yo creo en El”. Una decisión similar (Jos. 24: 15).

Miq. 4: 6,7

“Recogeré a la descarriada y a la que afligí”. Aquí está hablando de la recuperación del pueblo, sanidades, de cómo él va a rehacer lo que deshizo.

Miq. 4: 8-13

“Gime como mujer de parto…allí te redimirá Jehová”. Una asombrosa mezcla de castigos y consuelos; los profetas le predicen un futuro difícil pero no cerrado; saldrían hacia el castigo sabiendo que se recuperarían; que los padecimientos tendrían un final. ¡Qué promesa para los que han pecado! 

Miq. 4: 13

“Y consagrarás a Jehová su botín”. Cuando te llegue la victoria, acuérdate de dar a Dios los diezmos, consagra a él tu botín,  también como David, para su pueblo, tanto para el que va a la guerra como el que se queda en el bagaje, que eso sea para ti una ley (1 Sa. 30: 22-25); consagra tus riquezas en gloria en Cristo y abre para Jesús como hicieron los magos, sus tesoros.

 

A Miqueas le dijeron dónde habría de nacer Jesús 

Miq. 5:1-4

Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel. Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra”. 

Porque el Cristo es tuyo Señor; tu Hijo amado cuyo propósito de venir al mundo es desde la eternidad. Un origen humilde, de un pueblo pequeño y una joven desconocida; sin embargo “desde la eternidad” ya había sido decretado su envío; “hasta que dé a luz la que ha de dar a luz”. Se refiere mayormente a  María la madre de Jesús. ¿Es éste el perfil de Jesucristo? (v.4). A primera vista parece que el Mesías es un político o un hábil guerrero; los judíos entendieron por éste y por otros versículos que quien vendría sería un militar; aquí se confundieron porque el poder de David y así el de Jesucristo sería el poder de la vida de ellos, no el de las armas que hubieran podido utilizar; reuniría a su pueblo con su vida. Indudable que está prometido el Líder espiritual de Israel, el Redentor, su conexión y grandeza de Jehová; sin embargo su contexto dentro de la redención babilónica permanece, y el regreso de muchos hermanos y de otros no. Así son todas las profecías hebreas, dicen y dicen más de lo que dicen.  Le dijeron dónde habría de nacer Jesús; lo identifico, está ahí escondido. “Sus salidas”, dice Spurgeon en un sermón, que se habla en plural porque el Hijo de Dios en el AT salía mucho en forma del ángel del pacto o ángel de Jehová. Ya lo sabemos, a Miqueas el Espíritu le dijo dónde habría de nacer Jesús, en Belén. Y en nuestros corazones.

Miq. 5: 5

“Y éste será nuestra paz”. Líderes que en la cautividad ayudarían a sobrevivir al pueblo; o generales que comandados por los persas irrumpirían en Asiria y liberarían al pueblo de Israel. Pero las primeras palabras pertenecen a nuestro Señor Jesucristo.

Miq. 5: 1-5

“Y tú Belén Efrata”. Esta profecía no mira hacia el futuro sin mirar primero al pasado, es una ampliación y perfección de lo que ya se recibió. Los judíos añoraban los tiempos de David y deseaban nuevos tiempos como aquellos. La profecía les promete que así sería, inclusive, nacería el Mesías en aquella misma ciudad de Belén. El pueblo se sentiría seguro bajo su reinado, tendría el poder de Dios y sería un reino mundial (v.4), habría paz. El reino de David fue un modelo del reino de los cielos, no tanto por su extensión como por la calidad de vida que en él tuvieron.

Miq. 5: 7

“Y el remanente será entre muchos pueblos como el rocío de Jehová”. Dondequiera que fueran los creyentes serían como el rocío del cielo no tanto para indicar la bendición que serían a la tierra donde llegaren sino que serían un contraste con los otros, áridos, mustios y secos; les predice la vida espiritual que tendrían, la vida eterna como un rocío (Sal. 133: 3); llegarían con frescura y renovación. Seamos, gotas del Señor y para los pueblos como lluvia del cielo.

Miq. 5: 12-15

 

“Destruiré las hechicerías y agoreros”. Exterminaría a los hechiceros, espiritistas, magos y adivinadores; ¿cómo?; allí con el exterminio de sus sociedades y posteriormente con la sabiduría de su Espíritu, porque aquellas cosas existen cuando el suelo de la ignorancia es abundante, ¡oh razones del Espíritu! Ve en el último versículo que amenaza con deshacer esas civilizaciones. Grande la destrucción, ¿no? Sí.

6: 2

“Jehová tiene pleito con su pueblo”; pleito o discusión. Cuando estamos pecando tenemos pleito con Dios, el Espíritu Santo, el Hijo, los ángeles, los hombres, la familia, los vecinos, la Biblia, la creación:el aire, las estrellas, el sol, el agua, la tierra (Jue. 5: 20; Ro.  8: 22). Y ¡ay del que pleitea con su hacedor y se cree igual que él para disputar y disentir! (Isa. 45: 9).

 

No te molestes con Dios

Miq. 6: 3-5

Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí.  Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María. Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová”. Anda, responde justamente, pueblo ingrato e infiel, ¿en qué te ha molestado Dios? ¿Qué te quitó que no te hubiera dado primero? ¿No sabías que lo que te dio fue para tu uso, para tu disfrute, para su gloria y que puede pedírtelo de nuevo? ¿No debieras mejor acostumbrarte, consolarte, a perderlo? ¿Por qué te has molestado con Dios si tu vida es una historia de sus misericordias y complacencia?

Mira que por tres razones no debieras andar molesto con Dios. (1) Tu redención. La liberación de tu esclavitud no por alguna revolución humana sino por el poder del Espíritu de Dios, una liberación con el poder de la religión. Oh Dios siempre lucho contra mi pecado pero siempre me ayudas para que no me domine. (2) La misericordia de Dios al darte tan buenos guías, (que es una mejor palabra que líder), como Moisés, Aarón y María. Guías que son guiados por Dios, ¿qué más pudieras pedir? No toman el camino que ellos quieren, sino que siguen la columna de fuego del Espíritu cuando es de noche y la nube de gloria cuando andas de día, que os da agua de vida, ¿qué mejor cosa quieres?, que os da pan del cielo, maná, alimento de ángelespan de nobles, no hay otro como él, es único,  nada fortalece más y además; sin embargo has protestado por él porque has preferido alimentarte con viandas de la tierra y extrañas los melones y puerros de la esclavitud. ¿No ves que es Dios y no tú quien tiene más motivos para estar molesto? (3) Ha tornado tu maldición en bendición; y esta es la cumbre misma de todo lo bueno que te ha pasado. Balac ha contratado a Balaán para maldecirte y sin embargo cada intento de maldición se ha tornado en un halago a las bellezas de la gracia que tienes y una declaración de bendición, lo malo que te deseaban se ha vuelto bueno, la noche con que deseaban cubrirte se ha tornado día, y la muerte que te perseguía ya no te alcanzará porque cabalgas sobre la luz del día, ahora eres de otro reino, del reino de la vida y contra ti no hay mal agüeros. Amén. ¿Qué te ha hecho Dios que te ha molestado y le has sido infiel? Di la verdad, nada. 

Miq. 6:4

“María”. Calvino dice: “es justo mencionar que se trata de un caso extraordinario que Dios le diera autoridad a una mujer, lo mismo que ocurrió en el caso de Débora, para que nadie considere este precedente como una regla”. Era un tiempo de mucha bendición y se necesitaba una mujer que ayudara y fuera ejemplo para las mujeres que viajaban con el pueblo por el desierto. Así en el NT hallamos a Priscila, Febe, Evodia, Síntique, y otras diaconisas, o profetizas como las hijas de Felipe que fueron de bendición para la iglesia, las hermanas enfermas y los presos. Pero ninguna de ellas fue pastora de una iglesia; excelentes ayudadoras pero no pastoras.

Miq. 6: 5-8

“¿Con qué adoraré al Dios Altísimo?”.  Es una buena pregunta para que cada uno se la haga el día de reposo, ¿con qué me presentaré hoy a Dios? ¿Qué le llevaré para adorarle? ¿Qué tengo para darle? ¿Le llevaré lo mejor que tengo, lo más engordado de mis rebaños, mi nardo puro? Si eres maestro lleva una buena clase bíblica, si cantas hazlo bien, si ofrendas lo más que puedas. Si no tienes qué darle, dale alabanzas, gracias y conversa con Dios en el culto. No te pide grandes obras religiosas sino actos sencillos de amor y piedad para el prójimo. Oh Dios, concédenos que les demos buen trato a los demás y que caminemos espiritualmente humillados ante ti. Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios (Sal. 51: 7). ¿Qué pide Dios? ¿Religión? No, amor al prójimo. Lo que te pide es un mejor corazón. Amén. 

Miq. 6: 13-16

“Te hice enflaquecer”; es mejor traducir te hice enfermar, te debilité; no tiene que ver con la gordura aunque la flaquencia es síntoma de enfermedad. Si eres infiel al Señor no irás hacia delante sino hacia atrás; lee todo el texto y te darás cuenta de ello; producirás para otro, y la tierra no te devolverá tu fuerza; si uno copia los malos ejemplos, los de Omri, el padre de Acab, y ambos llenaron a Israel de supersticiones (1 Re. 16: 23-38); si sigues los decretos de los que fueron maldecidos, llevarás la misma suerte (castigo); trabajarás inútilmente. No hace falta que le demos algo a Dios, ni un hijo ni dinero, todo lo ha dado él por nosotros, su propio Hijo.

Miq. 7: 1

 

“Mi alma deseó los primeros frutos”. No espiritualmente sin frutos sino deshecho, desanimado como si Dios le hubiera quitado todo. Le habían robado todo; perspectivas e ilusiones. Miqueas desea volver a tener los primeros frutos que el pueblo tenía en su principio; ahora ya las cosas son distintas, el pueblo no hace aquellas obras y el pueblo no es como era aquel pueblo de otrora. Quizás tampoco obtenía los primeros frutos de su ministerio. Los tiempos habían pasado y aparentemente su trabajo había ido a menos y no a más. ¡Ay de mí!, dice el pastor descorazonado, ¡yo Señor!

Miq. 7:3

“Para el mal las dos manos son diestras” (B.A.); la idea literal es que tienen éxito en el mal que hace porque lo logran hábilmente, con poder. No es lo mismo lo que se hace con una sola mano que con las dos, que es lo que Miqueas denuncia, o sea que el daño lo hacen bien; no es que “no sepa tu izquierda lo que hace su derecha” sino que ambas son cómplices y el mal que hace una la otra se lo sonríe. Ambos, el príncipe y el juez reciben sobornos y los exigen.

Miq. 7: 4

“El mejor de ellos es como el espino”. La visión que tiene de la sociedad no es pesimista sino real; ese mismo espíritu lo tuvo Jesús (Lc. 11: 29; Pedro, Hch. 2: 40; Pablo, Flp. 2: 15).

Miq. 7: 5

“De la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca”. O “de la que reposa en tu seno”, la cual abrazas en la intimidad y se queda dormida sobre tu pecho. Qué desgracia es esa, no poder confiar ni una palabra a la esposa porque ella puede traicionar el secreto. Este es el mismo cuadro que describe Cristo en Mt. 10: 35, 36, pero no por causa del evangelio y de Jesús, sino por completa corrupción; por otra parte esta situación fue temporal, me refiero a la del evangelio, mucho más digna, condujo a la formación de una familia mejor, pero la del tiempo de Miqueas a la desaparición del hogar.

Miq. 7: 7

“Mas yo a Jehová miraré,  esperaré al Dios de mi salvación;  el Dios mío me oirá”. En medio de esta crisis social y política, y familiar, estaré firme.

 

De vez en cuando Dios esboza una sonrisa de aprobación 

Miq. 7: 8-10

Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.  La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia. Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las calles”. 

Miqueas habla en lugar de Jerusalén, habla respondiendo a los vecinos que harán burla cuando ella sea abatida por su pecado; de todas partes oirá que le gritan: “¿Dónde está tu Dios?”. Y ¿cuál sería la respuesta? “La ira de Jehová soportaré porque pequé contra él” “pagaré por los pecados que cometí, pues bien, la “soportaré”; el profeta habla como si él fuera Jerusalén y dice cosas preciosas y sensibles; forma un alma con su pueblo, como todo un profeta o un apóstol. 

¿Te encarnas con tu iglesia? ¿Sufres y te alegras con ella? Sus gozos son los suyos y sus tristezas también; el profeta es como un redentor, sufre y expía el pecado de los suyos y enseña como el pecado, mejor dicho, como se enfrenta el castigo por el pecado; no con resignación sino con convicción de que hace lo justo, de que tiene que ser castigado sin que eso traicione su amor o haga desaparecer toda esperanza. No hay renuncia a Dios, ni pesimismo sino mudo optimismo de que no será exterminadora y volverán los tiempos buenos. Amén. 

¿No le darás la cara a tus pecados? ¿Irás sin arrepentimiento? ¡Oh cómo sufre Jerusalén porque sus vecinos la vean destruida! En el castigo de Dios siempre hay limitación y mucha misericordia, nunca se excede, siempre aplica menos justicia que la que se merece. Gracias Señor. El siempre deja en pie lo esencial para que nos podamos levantar, lo principal no lo destruye el pecado. Son peores los problemas que acontecen con la justicia incumplida y engendra más sufrimientos que los que produce cuando ella se aplica completa. Estemos tranquilos que cuando Dios nos disciplina mide su justicia y a la vez que castiga tiene misericordia, derrumba y edifica, cierra un negocio y abre oportunidades, pasa mucho tiempo serio pero de vez en cuando esboza una sonrisa de aprobación, hasta que llegue el tiempo y él continúe lo que desde el principio quiso. Viene el día de la recuperación y extensión del tamaño (v. 11).

 

Cualquier profecía con respecto a nosotros sería inmensa

Miq. 7: 14-16

Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo en la montaña, en campo fértil; busque pasto en Basán y Galaad, como en el tiempo pasado. Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto. Las naciones verán, y se avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano sobre su boca, ensordecerán sus oídos”. “Que mora solo en la montaña”; o más bien, separado, o santo. Cuando el pueblo de Israel regresó del exilio de Babilonia, ¿produjo ese impacto en sus vecinos? Temieron algo, es cierto. Ellos se extinguieron e Israel no. Pero cuando se leen las crónicas de ese evento histórico apenas se percibe que haya ocurrido así, no lo vemos en el regreso con Nehemías ni Esdras; los pueblos cooperaron, fueron obligados por el rey persa a que contribuyeran para la reconstrucción del templo y de la ciudad, pero no hay ningún registro de que se hayan avergonzado de todo el poderío que tenía en sí misma Jerusalén; tramaron para que no edificaran las murallas ni el templo; no tenían poder sino el de Dios, y sus vigorosos líderes; lo único que podían mostrar los pocos que regresaron era el poder de Dios; pero tampoco les había profetizado eso sino que los circundantes temerían más bien ante Jehová que ante ellos. Cualquiera profecía que se pudiera hacer con respecto a nosotros sería inmensa y si se escribiera luego lo que obtuvimos de ella sería mucho menos que aquello que nos habían prometido, quedando pendiente una gran porción. Con todo, es “más de lo que pedimos o entendemos” ( Efe.3:20). Dios nos inspira con “preciosas y grandísimaspromesas” (2 Pe. 1:4). Pablo también dice que todas las promesas de la Biblia son “sí y amén” en Cristo (2 Co. 1:20), o sea que hay muchas más de las que nos apropiamos. 

 

Los pecados no nadan ni flotan, se ahogan

Miq. 7:18-20 

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.  El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos”. 

Si esa promesa es para todo un pueblo ¿no lo será para dos, tú y yo? ¿Qué Dios como el nuestro que ahoga nuestro pecado en el mar? ¿Los pecados se ahogan y no nadan ni flotan? No flotan porque pesancomo dice He. 12: 1 y se van al fondo del mar, si esa figura resultara literal. O al fondo del sepulcro donde Cristo los depositó porque él bajó a “las profundidades de la tierra” (Ef. 4:9). 

Es bueno inferir, que con ese modo los saca de la vista de los hombres y de los ángeles porque no leo que alguno de ellos pueda mirar lo que hay en el fondo del mar, sobre todo si está allí escondido. Aquí en este mundo nosotros y los demás recordamos los pecados, pero en el venidero no ha de ser así. Si fuera de ese modo no podríamos allá escapar de la culpa y eso ocurre en el infierno no en el cielo. Si la conciencia y la memoria son sanadas, sólo recordarán lo que Dios quiere y el resto será olvidado como se olvidan las cosas cuando han pasado muchos años.  No los hombres sino Dios, olvida nuestros pecados aquí porque el pecado no puede invalidar perpetuamente las promesas y el pacto de Dios. El perdón de Dios como es perfecto incluye borrar nuestros pecados del recuerdo de todos.  El Señor está con nosotros, la historia continuará, seguirá con su propósito, no se saciará en su justicia porque se deleita en ser misericordioso. 

Saldremos de esta situación, pasaremos adelante, nos reuniremos, comenzaremos, no desapareceremos porque los atributos de Dios y las características de su persona no nos dejarán desaparecer. Porque lo último que existe en Dios, en lo profundo de su corazón no es justicia sino misericordia y los seres humanos que saben eso se esfuerzan en entrar hasta ella, aunque pasen bajo sus amenazas, maldiciones y castigos porque ninguna de ellas es exterminadora y al fin hay perdón. No hay ninguna razón para ser malos, persistir en ser malos, en ser indiferentes para sus mandatos o independientes para ser malos, en ser libres para ser malos, no tiene sentido ser negativos, rebeldes, ateos, blasfemos y mentirosos, adúlteros, incrédulos, frente a un Dios eterno, seguro, bueno, perfecto y misericordioso, alumbrado por la esperanza; abierto a todas las oportunidades y dispuesto a cerrar sus ojos y ahogar nuestra vida pasada pecaminosa, o más bien sepultarla. Es la cosa más extraña e insólita del mundo decirle que no a ese Dios, ignorarlo para ser lo que somos, lo que queremos y no lo que debemos ser. Miqueas no habla de Cristo porque es un paso extra que Dios ha dado, para hacer más amplia la antigua esperanza; más clara la oportunidad, más perfecto el perdón, poniendo ante nuestros ojos la consumación de su justicia y la amplitud total de su amor en su cruz, amén.

 

 

NAHUM 

 

Nahúm profetizó  durante el reinado de Ezequías, y sobre la muerte de Senaquerib. “Lo que hasta el día de hoy se conoce en relación con la vida de Nahúm es exclusivamente lo que el propio libro aporta: que nació en Elcos (1: 1). Pero incluso este dato es poco significativo, ya que no se ha logrado identificar la población así llamada ni existe acuerdo respecto a su emplazamiento. Unos piensan que Elcos pertenecía a Judá y estaba situada en la región de la Sefela, cerca de Moreset-gat; otros, en cambio, suponen que estaba en Galilea, y más concretamente en el lugar donde después se alzó la ciudad de Capernaum. La actividad de Nahúm parece corresponder al período entre el 663 y el 612 a.C., y es probable que el libro fuera compuesto poco antes del 612 a.C., año en que los aliados medo-caldeos atacaron y destruyeron la ciudad de Nínive” (Biblia Reina Valera). 

Una alianza de medos y babilonios puso sitio a Nínive, la capital del Imperio Asirio, en el año 612 a.C. Cuando la tomaron, la destruyeron completamente de modo tal que trabajo cuesta hallar su mención entre los escritores posteriores a su exterminio. 

 

1: 1-15

“Jehová es celoso y vengador. Jehová es bueno, conoce a los que en él confían”. Un solo Dios único, cósmico, “inmenso”, que camina sobre el mundo, “marcha en la tempestad y el torbellino” (Mt. 14: 24-27),  un Dios sideral cuyas nubes son el polvo de sus pies, y las naciones como gotas de agua que caen de un cubo (Isa. 40: 15). Hay textos que estremecen: “y  no tendrá por inocente al culpable” (v. 2) “¿quién permanecerá delante de su ira?” (v. 6) “no tomará venganza dos veces” (v. 9, literalmente dice aflicción, estrechez, angustia); pero mientras estremece al mundo y lo llena de pavor, como una gota de agua fría en medio del fuego, como un oasis en el desierto, una brisa fresca cuando sopla el viento solano, el profeta dice: “Jehová es bueno y conoce a los que en el confían” (v. 7) y mide la intensidad de su justicia y habla consigo mismo cuando la misericordia lo detiene y le pide compasión (vv. 12, 13). Oh la ira y la bondad de un Dios cósmico, ¿estás dispuesto para hacerle frente, tú, diminuta y arrogante criatura?

1: 1-4

“Jehová marcha en el torbellino”. Una forma muy impetuosa para comenzar su libro; es que Nahúm no escribió un libro sino una profecía. Leyendo todo esto (vv. 1-9) nadie querrá ser enemigo de Dios; es mil veces mejor tener muchos adversarios humanos o diabólicos que tener al único y soberano, y cósmico Dios como enemigo; celoso, vengador, de grande ira y tanto poder. Jehová es bueno con su pueblo, con sus amigos, y no es malo cuando da el pago por el pecado a los que se lo merecen. Si te decides a enfrentarse a él, considéralo dos veces, tus rodillas se debilitarán como cera.

1: 3

“No tendrá por inocente al culpable” o no dejará impune al impío. “Inocente”, eso no lo dice para negar nuestra justificación que siendo culpables somos también inocentes al mismo tiempo, porque Cristo nos traspasó su inocencia a nosotros tomando él en la cruz nuestra culpabilidad, haciéndose pecado por nosotros, y cumpliendo toda justicia. Si te arrepientes serás tenido como inocente, quedarás impune por medio de Cristo ante Dios, y él será tu  amigo (Ro. 4: 5; 2 Co. 5: 21). 1: 12. “Bastante te he afligido, no te afligiré más”. Mejor es traducir “aunque” o “y” en vez de bastante. El sufrimiento no sobrepasa la medida que establece su propósito, ni una lágrima en exceso, ni un suspiro de más; cuando la aflicción alcanza su intensidad, bajará.

2 (capítulo).

Con menos que esta profecía por medio de la predicación del profeta Jonás, la ciudad entera se convirtió, pero Jonás entró en ella y predicó en sus calles, mientras que Nahúm escribió lejos un libro, y para los judíos no para los ninivitas. La espada del Espíritu es la predicación. Excepto que hubiera distribuido 500,000 copias en la ciudad. Tampoco. Hubiera hecho falta un nuevo Jonás con su mensaje y sus experiencias espirituales. ¿Qué hace más falta, un orador santo o un escritor santo? Los dos. Por eso tenemos a Nahúm y Jonás. 

2: 3

“El escudo de los valientes es rojo”. Se refiere a los escudos rojos y la ropa púrpura de los ninivitas, que con elegancia se decoraban.

2: 6

“Las compuertas de los ríos se abren”. Se mencionan dos ríos como causantes del desastre de Nínive y que permitieron que los medos la tomaran. El Eufrates y el Tigris. Se dan dos relatos. Uno tiene que ver con una profecía que decía que cuando el río Eufrates se desbordara inundaría parte de la ciudad y dañaría una porción de la muralla permitiendo que los enemigos entraran. Otros dicen que es el Tigris que bajando su cauce, como ocurrió con la toma de Babilonia por Ciro, entrarían por el cauce seco. De todos modos lo que dijo Nahúm se cumplió.

2: 7

“La reina es despojada y deportada”. Traduciendo el nombre por el de la reina de Asiria que pudo escapar y no fue quemada como el rey lo fue; la entregaron a los conquistadores y sus damas se lamentan de su suerte. Algunos en vez de reina traducen Nínive.

2: 10

“Vacía está”. La palabra es enfática indicando lo que sigue, que no le quedó nada. Los invasores se apropiaron de sus joyas, ropas costosas y muebles maravillosos. El terror cayó sobre todos. Unos traducen rostros pálidos y otros ennegrecidos. O ambos.

3 (capítulo)

En este libro de profecías, un contraste con Israel, no hay ninguna promesa de recuperación para Nínive, no existe el perdón.

3: 1

"Llena de mentira". Mentiras teológicas, educación equivocada; engaños y embustes de toda clase; la mentira es una herramienta cotidiana en una sociedad reprobada por Dios.

3: 4

“La ramera de hermosa gracia” “encantadora”. Mira lo atractiva que era esta ciudad para los pueblos del mundo; como una bella y joven prostituta que sabe caminar, mirar, sonreír, hablar, sugerir, insinuar y declarar sus encantos a los varones que hechiza y les propone entregárselo todo a cambio de sus almas. Ciudades lujuriosas que quieren participar de sus riquezas y adelantos. ¡Oh Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Miami, y otras, tentaciones para los pueblos del mundo!

3: 5, 6,17

 

Este texto no habla de lo que yo quiero comentar, la palabra no está, pero el texto en sí mismo indica lo que quiero hablar: inspiración y revelación de la Biblia. Es muy interesante porque en él Dios habla el lenguaje de la venganza humana; exterioriza los pensamientos y emociones de los santos, usándolos e  identificándose él con ellos, para expresarse a sí mismo satisfaciendo la justicia que ellos piden. He aquí como los dedos humanos y los divinos se vuelven uno, la boca de uno es la boca del otro; Dios escribe con la pluma del hombre y la pluma del hombre es la palabra de Dios; con su lenguaje, idioma, extensión amplia o reducida del vocabulario, gramática correcta o incorrecta, buena ortografía o mala ortografía; pero el sentido es claro, el mensaje se expresa y en su propio contexto es entendido, y el pergamino queda escrito. La Biblia está escrita por el hombre y por Dios. Así funciona la inspiración y la revelación (Apc. 6: 9,10).

3: 8-11

"Sin embargo ella fue llevada en cautiverio". Desterrada. Pienso en algunas ciudades modernas como Los Ángeles, Nueva York, Miami, San Francisco, Washington. Capitales de crímenes y drogas. Mis ojos no verán sus destrucciones pero juntas con Londres, París y Madrid, perderán su gloria por su pecado. Sobre la crueldad mostrada aquí con los niños, era común a los conquistadores; extirpaban los enemigos hasta sus simientes. Ni los judíos estuvieron exceptuados de ese odio (Sal. 139: 9). En la traducción correcta parece que los echaban desde los techos de las casas contra el pavimento de las calles o los lanzaban contras las paredes. ¡Bonita la guerra! ¿Verdad? ¡El hombre tiene un corazón noble y bueno! ¿Verdad?  ¡Vivan los arminianos y pelagianos! Y hablan de la bondad inherente del corazón humano.

3: 8,9

“Tebas, Fut, Libia”. Tebas en Egipto. Tomada por los caldeos. Fut (Put) y Libia (2 Cr. 12: 3; Da. 11: 43). Una parte de África y Libia. Que les ayudaban y no pudieron impedir que fuera derribado Egipto.

3: 18

“Duermen tus pastores”. Quiere decir sus líderes, tal vez estos reyes, Sardanapalus o Saracus.

 

 

Habacuc 

 

“Habacuc, Abdías y Malaquías son los únicos profetas menores de los cuales sólo conocemos sus nombres. Sin embargo, Habacuc, junto a Zacarías y Hageo, forma parte del grupo de profetas que se nombran a sí mismos (Habacuc 1:1). Algunas personas creen que el nombre Habacuc tiene relación con el de una planta. Pero, desde los tiempos de Jerónimo, uno de los Padres de la Iglesia que tradujo la Biblia al latín, el nombre de Habacuc ha sido traducido «abrazado» o «que abraza».

“La explicación brindada por Martín Lutero acerca de este significado es digna de mencionar: «Habacuc tiene un nombre apropiado para su comisión. Porque Habacuc significa «abrazo». Y es justamente lo que él hace por medio de su profecía, abraza o contiene a su pueblo. Habacuc los consuela y los toma en sus brazos como uno lo haría por un niño o un adulto que gime.” (Prefacio de El profeta Habacuc, de Martín Lutero). 

El indicio más importante en cuanto a la época en la que Habacuc cumplió con su servicio y a la fecha de escritura del libro lo hallamos en el capítulo 1:6: “Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa”. Algunos críticos del libro de Habacuc han interpretado mal el nombre de los caldeos. Pero no hay razones para dudar que esta mención de los caldeos se refiere a los babilonios. En 2.º Reyes 25:1, Nabucodonosor aparece mencionado como el Rey de Babilonia, y en el versículo 4 del mismo capítulo se menciona a los caldeos y sus soldados (compárese con Isaías 13:19 y Ezequiel 12:13). 

“El nuevo Imperio Babilónico se expandió ininterrumpidamente desde el 625 a.C. bajo el reinado de Nabopolasar (625-605 a.C.). Nínive, la capital del debilitado Imperio Asirio, fue conquistada en el 612 a.C. (ver detalles en Nahum), y en el 605 a.C. tuvo lugar la batalla de Carquemis, en la que los babilonios vencieron a los egipcios (ver Jeremías 46:2). Con todas estas conquistas, el Este quedó a disposición de los babilonios. Su reputación de crueldad fue conocida en todo lugar. Poco después de esto, Nabucodonosor atacó al reino de Judá (605 a.C). En la primera deportación de los judíos a Babilonia, todos los príncipes fueron llevados cautivos (2.º Reyes 20:18; 24:14; Daniel 1:3). Estos príncipes eran exactamente los mismos que antes habían oprimido a la clase baja de su propio pueblo (Habacuc 1: 2-4). Después del primer ataque de los babilonios, siguieron dos más, en los años 597 a.C. y 586 a.C., que culminaron en la destrucción de Jerusalén y la cautividad babilónica de Judá. Sin embargo, todos estos acontecimientos todavía no habían tenido lugar cuando Habacuc escribía su libro. Aun cuando no tenemos datos precisos acerca de la fecha de escritura de este libro, no obstante podemos situarla aproximadamente entre la destrucción  de Nínive y el primer ataque a Judá, es decir, entre el 612 y el 605 a.C. Deducimos entonces que Habacuc fue contemporáneo de Jeremías” (Arend Remmers, Biblecenter). 

 

 

Hab. 1: 1

“La profecía que vio”; se sabe que la traducción de profecía es carga; la carga que tuvo Habacuc; los sermones son una carga, un peso de gloria (2 Co. 4:17); contempló lo que ocurría y lo escribió; y fue futuro.

1: 2, 3

“¿Hasta cuándo Jehová no salvarás, clamaré y no oirás?”. Supongo que todos los profetas de Dios le han clamado de esta manera, con estas palabras, pensando que para ellos orar era por gusto; Habacuc pensaba que Dios no lo oía, las circunstancias ni la gente cambiaban. David tuvo igual experiencia (Sal. 69: 3). Hay gente que la oración no cambia porque ya les pasó el tiempo para cambiar. ¿Será posible eso que  “la oración lo cambia todo”? Todos hemos orado con esa desesperación y sin embargo no renunciamos a la oración ni a nuestra vocación. 

Hab. 1: 4

“Por lo cual la ley es debilitada,  y el juicio no sale según la verdad;  por cuanto el impío asedia al justo,  por eso sale torcida la justicia”. Mucha presión de los malvados sobre los tribunales, jueces y abogados corruptos de modo que la ley no se aplica como debiera, y por el montón de mentiras la justicia sale torcida. Es para un país una fatalidad si el poder jurídico está corrupto. Mira que la oración no es solo para asuntos religiosos sino también los seculares. Para la soberanía de Dios no hay distinción entre unos y otros.

Hab. 1: 5

“Hago una obra que no creerías si se os contara”. Esto se cita en Hch. 13: 41 y es diferente en la Septuaginta y otras versiones. Los judíos no creyeron en la destrucción de la ciudad por los caldeos y los judíos en tiempos de Pablo tampoco creyeron que los romanos la derribarían. Y así fue en las dos ocasiones. Aunque fueron asuntos políticos, revueltas y revoluciones, Dios en su soberanía lo dirigía todo.

1: 10

“Levantará terraplén”, mucho polvo, tierra, y sobre todo escombros para subir sobre las murallas. 

 

A veces Dios responde el rezo a un santo

Hab. 1: 11

Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios” (RV). “Entonces pasará como el viento y seguirá, y se le tendrá por culpable, porque hace de su poder su dios” (LBLA); a Bel en vez de Jehová (Calvino); o “el que se tiene a sí mismo como un dios es culpable” (NET); el significado es incierto y permite pensar que “el poder” de ellos o ellos mismos, son hechos dioses. Son otras traducciones; la palabra atribuyendo tiene que ser insertada en el texto para que tome el sentido de nuestra versión, pero cabe. Cualquiera de las dos formas es jugosa. Los tiranos, los caldeos (v. 6), hacen de su poder su dios. Todas las religiones, logran sus conquistas y adoran a sus dioses; se esfuerzan, Dios se las concede y luego dicen que el dios que adoran les dio la victoria (vv. 15, 16). Los milagros que hacen los dioses paganos, o los santos cristianos, los hace Dios (dejando el poder engañoso del diablo afuera), porque es misericordioso y porque conviene a sus planes; los ídolos no les respondieron, elevaron sus oraciones, hicieron sus rezos, prometieron sus votos, encendieron sus cirios a sus imágenes, pero fue Dios, Jehová, el Padre de nuestro Señor Jesucristo quién respondió la oración; pero ellos se confundieron en la interpretación y como no estaban invocando a Dios sino sus imágenes y fantasías, a esas adoraron; Dios les respondió independiente de la conclusión religiosa que pudieran sacar y sabiendo que habrían de atribuir la respuesta a sus dioses enredándose más en la idolatría. Y piense en los actuales iconos y figurillas religiosas que abundan en altares de iglesias cristianas. Son los planes de Dios por un lado, y por el otro la ignorancia religiosa (v. 16), de la cual se pudiera salir si el Espíritu tiene misericordia.

1: 12, 13

“Lo fundaste para castigar”. ¿Por qué se fortalecen las naciones enemigas de la verdad sino para castigar a los santos? Estados Unidos secularista, toda Europa escéptica, serán castigados con algún poder enemigo (¿asiático? ¿China? ¿Los seguidores del falso profeta Mohamed?). ¿No moriremos? Ojalá, pero sí morirán porque toda alma que peque y se niegue al arrepentimiento, morirá. “El justo por la fe vivirá” (2: 4).

1: 13

“Callas cuando destruye el impío al más justo que él”. Eso siempre ha intrigado a los hombres que piensan, ¿por qué los mejores sufren a manos de los peores? Y sobre todo ¿por qué Dios lo permite? ¿Dónde está Dios cuando eso ocurre? Eso no tiene una respuesta individual sino social, ¿no ha sido la mayoría, los gobernantes, los que han provisto una sociedad sin Dios para que eso ocurra? Es la democracia, el estado, los responsables de las injusticias y las violencias sociales. No inventemos preguntas teológicas cuando sabemos en quienes radica la maldad. 

1: 16

“Por esto hará sacrificio a su red y ofrecerá sahumerios a sus mallas”. ¿Puedes creer eso que un hombre en su sano juicio haga semejante cosa? Piensa que su malla es divina y que sólo a ella debe agradecer su éxito, como aquel en la Eneida de Virgilio que adoraba su mano derecha y su lanza. El hombre es un ser religioso y si no encuentra al Dios Único, adora cualquier cosa. Otra explicación es que adoraban su poder, sus ídolos, su fuerza, sus métodos y capacidades; como he dicho, cualquier cosa, incluyendo su ejército con escudos y lanzas.

 

Su oración podría ser un remedio, pero no fue así

Hab. 2:1-3

Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”. El profeta se quejaba de los males sociales y que Dios no hacía nada, confiaba que su oración podría ser un remedio, pero no fue así. En cuanto al juicio, también se quejó y dijo que castigar a su pueblo con la mano pagana aumentaría la idolatría; ese argumento tampoco fue convincente; Dios no cambiaría, el juicio se demoraría un poco pero vendría. Dios tiene razones mayores que nuestros argumentos; mejor hubiera pedido misericordia y dilatación del juicio. 

Es cierto que el profeta se quejaba, pero en realidad otras traducciones que parecen mejores dicen que le pedía a Dios una respuesta para dársela al pueblo cuando fuera reprendido por sus anuncios, o por qué sus intercesiones por ellos no habían sido respondidas. El que ora esté en guardia esperando la respuesta; tenga los ojos abiertos, si tuvo la osadía de quejarse, que mantenga los ojos abiertos. Hay fe para orar y hay fe para esperar la respuesta. ¿No crees que nos quejamos demasiado? La palabra queja debiera ser quitada del texto o adjudicada a los adversarios del profeta porque no aparece. Lo que dice se refiere al castigo o a los reproches de que era objeto. En todo caso, como una interpretación, “lo tocante a las quejas de ellos contra mí”. Si estás entretenido la respuesta puede llegar y no percibirla.

 

Cuatro escritores gigantes: Moisés, Pablo, Lutero y Calvino

Hab. 2: 2

“Escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella”. Dicen que “corra” aquí lo que significa es que pueda leerla fácilmente “de corrido”. Se escribía en tablas cubiertas de barro y se escribía con un cincel de metal. Se colgaba la escritura en algún lugar público como el templo o en la puerta, o en sus propias casas, para que los que pasaran lo leyeran (Lc. 1: 63). Las 95 tesis de Lutero se colocaron en  la puerta de la catedral. Un amanuense escribió lo que Calvino enseñaba y por eso tenemos una serie de exposiciones que durarán mientras el mundo exista. La escritura es un medio favorito usado por Dios para alcanzar a mucha gente y en otras épocas. La Biblia misma es un Libro. Predica y escribe lo que predicas, amplía tu ministerio; para que te lean los que no te oyen y te crean los que no te oyen. Lo que dices en un lugar y en un momento, que lo sepan otros en otros lugares y otros momentos leyendo tus escritos. Aquel deseo de Job fue inspirado por Dios (Job 19: 23). Jesús no escribió nada excepto aquellas palabras con el dedo en tierra pero sus discípulos pusieron en tinta y papel lo que él había dicho. Marcos escribió oyendo predicar a Pedro y escribió más que lo que Pedro mismo hizo. Imagínese si Pablo hubiera predicado mucho y no hubiera escrito, le faltaría al NT sus trece cartas. O que Moisés hubiera sacado al pueblo y dedicado todo el tiempo a su pastoreo sin escribir la Ley. Tal vez su mayor contribución a la religión verdadera hayan sido sus libros y no los milagros que hizo con su vara. La Biblia es un libro para salir en peregrinación, para correr del juicio de Dios (Ge. 19: 15; 2 Pe. 3: 12). Esencialmente es su propósito. Es un libro de salvación. Y mientras más de ella tenga un autor, más permanencia tiene lo que escribe, como esos cuatro gigantes que mencioné.  

 

 

Cuándo llegaremos a practicar la predestinación y la providencia

Hab. 2: 3

“Aunque tardare, espéralo, no tardará”. 

El profeta se refiere a la retribución sobre Babilonia y contiene la misma natural impaciencia que muestran los santos en el Apocalipsis de Juan. Lo que Dios le dice que espere es su juicio y le aclara que hay un tiempo señalado para ella que sólo él conoce, y además “el día ni la hora nadie lo sabe”. Lo que ha de ocurrir ocurrirá, pero según el calendario de Dios no el de ustedes. Dios está haciendo historia y no necesariamente contestando peticiones. 

El texto dice que Dios se apresura, o su cumplimiento se apresura, pero por contraste se lee que dos veces menciona la tardanza del cumplimiento de los deseos y oraciones de ellos; la primera vez, “aunque tarde” abre la posibilidad que sí se demore o que se piense que se demore, o digan que se demora; pero en la segunda parte afirma que “no tardará”. Se demora según nosotros y se apresura según Dios. Los días divinos tienen más de veinticuatro horas, son más largos.  En esos desesperantes compases de esperas hay dos doctrinas hermanas que acuden para dar paciencia y perseverancia, y son la predestinación y la providencia de Dios. A esas dos ha encomendado el Señor ir a la calle Circunstancias-difíciles y tocar a la puerta de Débil-en-la-fe, donde recientemente se han alojado las gemelas Impaciencia y Precipitación y su cuñada Desesperación. A aquellas dos santas ha encargado Dios desalojarlas y ayudar al creyente a calmar su impaciencia y fortalecerle la fe. 

Si Dios se tarda su promesa, habrá más gloria en el asunto y será mejor; y eso significa que se está dando tiempo para la salvación (2 Pe. 3: 9). Cuando Dios se tarda la incredulidad comienza a decir “es mentira, es fraude” y empiezan a burlarse (2 Pe. 3: 4); pero ya Jesús lo había predicho (Mt. 24: 48-50). Dios no miente, es imposible que él mienta. ¡Cuándo acabaremos de practicar esas dos amigas del credo de nuestra profesión, predestinación, cuyo consejo es: “tu destino está escrito y no es malo y se ha de enderezar”; y providencia que nos dice: “en el monte de Jehová será provisto, cálmate”! 

 

Discípulos de Calvino que se ahogan en un vaso de agua

Hab. 2: 4

“Aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por su fe vivirá”. Yo creo que esa actitud arrogante aquí tiene que ver con la jactancia contra la profecía. La esencia de esa falta se encuentra dentro del carácter del que obra para salvarse  y no por su “sola fe” como se dice en Efe. 2: 8,  “no por obras para que nadie se gloríe”. Pablo por inspiración del Espíritu Santo extrajo de las palabras de Habacuc la doctrina de la justificación por la fe, contraria a las obras. Y fue el campeón de esa doctrina, en credo y vida.

Pero si usted teólogo, compara el uso doctrinal de la justificación por la fe en el NT con lo que dijo el antiguo profeta llegará a la conclusión que la fe para vida eterna es la misma que para vivir la vida temporal. La primera brota de la segunda y no deben separarse nunca. La fe teológica es práctica y se muestra en tiempos como los del profeta cuando la higuera no florece ni hay olivos para recoger ni vacas en el establo. En ese tiempo el teólogo Habacuc se goza en el Dios de su salvación (3: 17-18); y como él toma las cosas  y hace frente a las contingencias de la vida hace un contraste con los incrédulos babilonios y judíos, que se exaltaban a sí mismos y atraían sobre sí la clase de vida miserable y sin reposo que llevaban. 

A veces el creyente tiene una fuerte fe teológica y doctrinal. Cree a pie juntillas el Credo Niceno, la Confesión de 1689, etc., pero no tiene fe cuando se le echan encima una avalancha de situaciones  inesperadas. Es interesante y exacto el comentario que Calvino le hace a los que son “impíos” o injustos; aquellos que se glorían en sí mismos y se exaltan a ellos mismos y cosechan intranquilidad, ansiedad y desasosiego. En cambio el justo, el que vive en integridad pone su fe en la palabra de Dios, vive en paz y ninguna cosa le agita su mente con preocupación. Calvino también explica la conexión que esto tiene con la vida eterna  diciendo que todo lo que Dios nos confiere en esta vida, la paz, la tranquilidad lo hace para “confirmar la seguridad de la vida eterna”. O sea, todos los que saben dicen que el que es justificado por medio de la fe la enseña en su manera de tomar las cosas: con tranquilidad. Y se me ocurre pensar, ¿qué diría Calvino de algunos discípulos suyos que se ahogan en un vaso de agua, toman sedantes para dormir y se muerden las uñas con impaciencia?

2: 5

“El que es dado al vino es traicionero; hombre soberbio”. Aquella generación incrédula sufría una epidemia de alcoholismo. Quizás el alcohol no fuese el único vicio sino el más preponderante; acompañado de otros muchos, “en los cuales hay disolución”. Se refiere también a los babilonios que se embriagarían con la sangre de Judá y particularmente por donde pasaba Nabucodonosor le seguía el Seol, la muerte.

Hab. 2: 6

“Acumular prenda tras prenda”; estaría más apegada al hebreo la traducción “se hacen pesados (ricos)”, que sacan su fortuna del barro, esto es el oro y la plata de sus minas. Y ¿qué hacen con ellas? “Deudas” o lo que es equivalente a “préstamos” (LBLA) o sea meten en deuda o “extorsión” a otros y aumentan su poderío financiero. Funcionan como prestamistas o banqueros y obligan a los clientes a pagarles intereses elevados que hacen imposible la amortización de la deuda contraída.

2: 7-9

“Para poner en alto su nido, para escaparse del mal”. Victoria hoy, derrota mañana.

2: 10, 11

“Has pecado contra tu vida”. El pecado es contra la vida. Se volverá y te matará; los hechos inicuos clamarán contra ti; oirás sus voces de venganza en tus oídos, a tus espaldas y en tu conciencia. En la piedra está escrito y en la madera también, y ellas hablarán. 

2: 14

“Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová”. Cuando el Señor los recupere desde Babilonia, cuando se vengue por ellos, cuando el conocimiento de lo que Jehová predijo y cumplió se extienda por los confines de la tierra y muestren fe en los profetas y Dios de Israel; no exactamente habla de los tiempos cuando el evangelio de a conocer a Dios por toda la tierra y revele su gloria en Jesucristo, pero también puede desearse eso cuando el Señor restaurará la iglesia y su peor enemigo, el diablo, será castigado y puesto bajo los pies de los santos. Señor inunda con tus conocimientos, por tus medios, la tierra.

Hab. 2: 19

“¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él”. Dios no puede tener comunicación espiritual con los ídolos ni con los que se hacen semejantes a ellos (Sal. 135: 18).

2: 20

“Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda tierra”. Habacuc dice: Jehová está en su santotemplo, calle delante de él toda la tierra. ¿No es esto una pretensión, siendo el templo judío mucho más chico y menos suntuoso que aquellos otros, magníficos y soberbios de los dioses paganos? Sí, pero el templo de Jehová es un templo verdaderamente santo mientras que aquellos otros no eran sino sagrados burdeles, ninguna cosa dentro sino inmoralidades y superstición.

El llamamiento de Habacuc, en contraste con los ídolos “mudos” (vv. 18,19) de los idólatras es un llamamiento a la reverencia, la sumisión y  adoración, al silencio para escuchar la respuesta divina

3: 1

“Sigionot”, instrumento de cuerdas; un poema vehemente o una composición en forma de exabrupto emocional como si vertiera sin cuidados métricos todos sus sentimientos. Y no es para menos.

 

                 

Orando por un avivamiento

Hab. 3: 2

Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos. En medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia”. “Oí tu palabra y temí” “Oí el reporte de ti” “Oí lo que se dice de ti”. Son diversas traducciones del texto por cuanto es incierto. Cuando el profeta oyó sobre el juicio de Dios, cuando tuvo la visión y miró el futuro, se estremeció y oró pidiendo compasión. Cuando oyó lo que se dice de Dios, las injustas palabras de los pecadores y los fanfarrones, los mentirosos herejes, tembló y pidió que su pueblo Israel, moribundo, fuese resucitado. Cuando se oye a los hombres desafiar a su Creador uno tiembla, máximo cuando el juicio se halla tan cerca. Hay informes y reportes que se dan de Dios que estremecen. Son injustos los hombres que acusan a Dios de despropósito. Cuando ve su obra de juicio en medio de los años, los largos años, se le encoge el corazón. Han traducido también “en medio de los animales”, como refiriéndose a las extrañas formas que en visión toman las criaturas celestiales. O “en medio de los años”, quiere decir entre el presente y el futuro, o reaviva tu obra ahora y después.   El profeta teme porque lo que ve es espantoso, ve el futuro. Negro. No mates definitivamente tu obra con tu juicio, concede vida aunque merezca la muerte; concédela antes que lleguen “esos años” de  juicio. La obra que te pido es de misericordias. Lo que te estoy pidiendo es que haya un profundo arrepentimiento, que el pueblo se vuelva a ti, que la gente muerta se avive; quiero un despertar espiritual para que tengan vida. Aviva tu obra Señor en estos tiempos. ¿Qué mejor forma de hacerla conocer que usando misericordia con nosotros?, que todo el mundo sepa que mereciendo tu castigo has tenido piedad. Señor que las consecuencias de nuestro pecado no nos consuman, limita el ardor de tu ira y que no sea tan prolongada ni devastadora.

Hab. 3: 3

“Temán, Parán”, desierto y monte, posiblemente sea una referencia hacia el sur, quizás hacia el monte Sinaí donde Israel recibió la ley. Los tiempos de avivamiento se caracterizan por un regreso a la Biblia; en épocas de la ira divina debemos regresar a la Escritura.

3: 4

“Y allí estaba escondido su poder”; donde nadie lo veía, ¿dónde? ¿En el sur?, estaba escondido en su misericordia; una oración “despertó a Dios” y pasó delante del pueblo victorioso. Señor muéstranos tu poder escondido y aviva con él tu obra en medio de “los años”. En el cielo, sí.

 

Avivamiento es un mundo inclinado a los pies de Jesucristo 

Hab. 3: 4-6

“Y el resplandor fue como la luz; rayos brillantes salían de su mano y  allí estaba escondido su poder. Delante de su rostro iba mortandad, ya sus pies salían carbones encendidos. Se levantó, y midió la tierra; miró, e hizo temblar las gentes; los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos”. 

¿Es éste el avivamiento por cual oraba Habacuc, aviva tu obra en medio de los tiempos?  (v.2). Avivamiento como aquí se explica, significa derrotar al enemigo, que salga Dios venciendo y venza (Apc. 6:2); no es un estado anímico de la nación, un alza de su espiritualidad, un tumulto de alegría, sino la acción divina sobre el mal y su triunfo sobre ella; y ¿por qué?, porque “sus caminos son eternos”; y frente a la eternidad lo temporal no puede, no prevalece. El adversario y el mal son temporales, no pueden permanecer y transitarán. El avivamiento de la iglesia es el triunfo de la fe sobre el mundo “la fe que vence al mundo” (1Jn. 5: 4-5); no es tener una iglesia más bonita y llena de personas con un ambiente fraternal exquisito. Aunque eso sea realmente bello el avivamiento de la obra del Señor no es sino un mundo inclinado a los pies de Jesucristo. Y como lo he visto, si de genuinos triunfos se trata, conlleva primero oración, como aquí se demuestra en la oración del profeta. 

En segundo lugar una visión del juicio de Dios sobre los pecados de los hombres por medio de “oír su reporte” y “temer”; lo que es equivalente a una predicación bíblica de fe, doctrinal, donde se menciona de la ley el “juicio eterno” (Mr. 3: 29; He. 6: 2). Como se lee en 3: 3 que “Dios viene de Temán y el Santo del monte Parán” y anoté “posiblemente sea una referencia hacia el sur, quizás hacia el monte Sinaí donde Israel recibió la ley. Los tiempos de avivamiento se caracterizan por un regreso a la Biblia; en épocas de la ira divina debemos regresar a la Escritura”. No menos y menos de ella y más música y entretenimientos sino predicación bíblica. En tiempos apostólicos aquel gran misionero dijo “de manera que desde Jerusalén y por todos los alrededores hasta Ilírico todo lo he 

llenado del evangelio de Cristo” (Ro. 15: 18,19). 

 

 

Una ventana abierta hacia un futuro mejor

Hab. 3: 7-15

He visto las tiendas de Cusán en aflicción; las tiendas de la tierra de Madián temblaron.   ¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos te airaste?¿Fue tu ira contra el mar cuando montaste en tus caballos, y en tus carros de victoria?  Se descubrió enteramente tu arco; los juramentos a las tribus fueron palabra segura. SelahHendiste la tierra con ríos. Te vieron y tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, a lo alto alzó sus manos. El sol y la luna se pararon en su lugar; a la luz de tus saetas anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza.  Con ira hollaste la tierra, con furor trillaste las naciones. Saliste para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido.Traspasaste la cabeza de la casa del impío,descubriendo el cimiento hasta la roca. Selah. Horadaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, que como tempestad acometieron para dispersarme, cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente. Caminaste en el mar con tus caballos, sobre la mole de las grandes aguas”. 

Se sigue la traducción griega porque el texto hebreo está corrupto. La misma palabra que se traduce varas también significa tribus. A unos les da el sentido que las tribus fueron castigadas con el juramento de la palabra eterna o mejor, para otros, que el juramento hecho a las tribus es firme y ese pacto sirve de base para la oración del profeta. Es bueno afincar una oración sobre una promesa. Es una continuación del avivamiento rogado anteriormente, cuando Dios tiene misericordia con su pueblo y sale a pelear en su defensa; Habacuc regresa mentalmente a las victorias pasadas recordando el Dios que tiene Israel, que sirve de base para una proyección de visión futura, anunciando al pueblo que Dios saldrá también a su favor algún día, porque la experiencia pasada lo asegura, y pisará los mares y naciones porque “los juramentos a las tribus fueron palabra segura” (v. 9). Es interesante que toda esta visión triunfalista de un futuro bajo Dios sea cantada justamente antes de un juicio por venir; para alentar al pueblo en su recuperación quizás, y también porque si no podemos alabar la misericordia de Dios en el futuro sí podemos alabarla en el pasado, si no podemos cantar sobre triunfos actuales, aún nos queda la historia. Sí, esta porción es una ventana abierta hacia un futuro mejor a través de las nieblas de la tristeza y desolación, y mirando en la lontananza, cuando el profeta sabe que los días peores son los más cercanos, que “pudrición entró en sus huesos” (v. 16), y se estremece, hace esta tranquila resolución: “Estaré quieto en el día de la angustia cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas” (v. 16). Oh Dios santo, concédenos mirar hacia el futuro, más allá de nuestras tribulaciones y castigos, y ver el sol radiante en el cielo y tu faz sonriente; no queremos desmayar cuando conocemos que los días más próximos serán negros; concédenos estar quietos y conocer que tú eres Jehová.

3: 8

“En tus carros de victoria”; o carros de salvación, de liberación, y de prosperidad; palabras muy sugestivas.

 

No todos somos iguales, no todos tomamos las cosas del mismo modo

Hab. 3:16-19

“Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas. Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; 1con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar. Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerda.

Habacuc no es Jeremías; éste lloraba sin parar por la destrucción de su pueblo, pero Habacuc, aunque impresionado profundamente por el juicio (v.16), de antemano resuelve estar quieto, confiado y hasta alegre en medio de las calamidades. Sus palabras resumen optimismo, fe y esperanza. El v.19 dice “y en mis ‘neginot’ me sostendrá”, un instrumento musical con el cual canta. Nehemías sufría con la ciudad de Jerusalén reducida a escombros, pero Habacuc es mucho más fuerte y para él su salvación es un recurso poderoso. En realidad, Dios, el Dios de su salvación. 

Jesús lloró sobre la impenitente Jerusalén y Pablo padecía preocupaciones por todas las iglesias, pero Habacuc pase lo que pase no se dejará abatir y tomará su arpa y cantará, aunque el panorama a su alrededor sea de desolación y la ciudad, política y económicamente esté arruinada. Si no hubiera decidido tomar de antemano las cosas así, los sucesos lo habrían quebrantado, se habría desgastado su hombre exterior, habría sudado sangre; sabía que la depresión y la tristeza lo habrían reducido a nada. 

Afina su lira, tensa sus cuerdas, la tiene al alcance de la mano, busca sus salmos preferidos y ensaya algunos de ellos para cuando suene la trompeta, comience el asedio y la ciudad se venga abajo, él pueda cantar para sí y para los atribulados incrédulos. No todos somos iguales, no todos tomamos las cosas del mismo modo. Hay ojos que lloran fácilmente y otros que rara vez se humedecen. Parece que no conocen el llanto y les da trabajo exhalar un suspiro. Preparémonos contra las melancolías… Señor, y que tomemos nuestro neginot y no vayamos a la tumba gimiendo y suspirando por el panorama de destrucción, castigo y por alguna higuera tuya que nunca, o quizás pocas veces florece. 

 

 

 

Sofonías

A.R. Faussett

Introducción

“Sofonías, ocupa el número nueve dentro de los profetas menores, profetizó durante los días de Josías (1:1), esto quiere decir entre los años 642-611 a. C. Su nombre significa “Jehová ha guardado”, literalmente “escondido”. La especificación en la introducción, de no solamente su padre, sino su abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, implica que fueron personas notables, o se hace para distinguirlo de otras personas muy notables con ese mismo nombre durante el tiempo de la cautividad. Los judíos se oponen, que las personas que son recordadas como los ancestros de los profetas y que se dice que también lo fueron, no tiene fundamento. No es imposible que Ezequías que fue tatarabuelo de Sofonías, siendo Ezequías rey sea nombrado dentro de las generaciones; el cual reinó 29 años y su sucesor reinó 55, admitiendo de que cuatro generaciones hay entre ellos. Sin embargo la omisión de “rey de Judá” es fatal para la teoría anteriormente dicha (Pro. 25:1; Isa. 38:9).

“Sofonías vivió en la primera parte del reino de Josías. En el capítulo 2:13-15, predice la destrucción de Nínive que ocurrió en el 625 a. C.; y en el capítulo 1:4 denuncia varias formas de idolatría, especialmente la de Baal. No obstante las reformas de Josías comenzaron en el 12º año y fueron completadas cuando llevaba reinando 18. Sofonías por lo tanto estaba denunciando la adoración a Baal y cooperó con el rey en esos esfuerzos, y debe haber profetizado en todo ese período de tiempo entre el año 12 y el 18. El silencio que guardan los libros históricos no es un argumento contra esto, y puede ser aplicado de la misma manera al profeta Jeremías que fue su colega y no se menciona en ese tiempo. La tradición judía dice que Sofonías tuvo como colega al profeta Jeremías, cuya esfera de labor tenía como sitio los mercados y las plazas, y la profetisa Hulda que ejercía su vocación en el colegio de Jerusalén.

 

“La profecía comienza con el pecado de la nación y la subsecuente retribución o castigo por medio de los caldeos. Éstos no son mencionados por nombre, como en Jeremías, ya que las profecías que vendrían después serían más explícitas y darían más detalles cuando estuviesen cerca de su cumplimiento. El capítulo segundo trata acerca de la persecución establecida en la vecindad lo mismo que en Judea. El capítulo tres denuncia a Jerusalén pero concluye con la promesa del establecimiento de la teocracia. El estilo de este profeta aunque no es en sentido general sublime, es gráfico y vívido en cuestión de detalles (1:4-12). El lenguaje es puro y está libre de palabras arameas. Existen ciertas coincidencias con profetas anteriores por ejemplo capítulo 2:14 con Isaías 34:11; 2: 15 con Isaías 47:8; 3:10, con Isaías 18:1. Tales coincidencias se explican en parte debido a la fraseología de la poesía hebrea donde es común un lenguaje fraternal inspirado. En cuanto al Nuevo Testamento, en Romanos 15:6, parece referirse a Sofonías 3:9. Predicó durante el reinado del rey Josías rey de Judá (640-609 a.C.). Fue contemporáneo con Jeremías y la profetiza Hulda. El nombre del libro es tomado de la Septuaginta”. 

 

Si quedaba un resto de pecado

Sof. 1: 1

Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá”. ¿Como en los días del buen rey Josías? No era tiempo de una total apostasía; el rey había hecho cambios muy provechosos para la verdadera religión, los altares habían sido derribados y los dioses falsos, ídolos, quemados, el ambiente moral también había sido mejorado, sin embargo este profeta piensa que las reformas eran incompletas y que aún quedaban “restos de Baal” (v. 4); muchos fingían y otros vivían indiferentes a Dios (vv. 5, 12); aunque el joven rey había hecho un buen trabajo, para el espíritu profético la conversión del pueblo no había tenido la profundidad ni la dimensión deseada por el Señor, ni para él tampoco. Sofonías les predice el mal, la destrucción por el rey de Babilonia, como si la maldad hubiera ya alcanzado su clímax, porque sabe que si quedaba un resto de pecado esa pequeña cantidad como la levadura leudaría toda la masa. Los profetas trabajaban con el mismo espíritu que luego lo harían los apóstoles, para el establecimiento del reino de los cielos, no por el triunfo de la religión, ni para el aumento numérico de la iglesia, sino para que el reino de Cristo fuera establecido entre los hombres; sabían que el mal tenía que ser completamente exterminado o se volvería a reproducir. 

Sof. 1: 3

“Eliminaré animales, aves, peces y haré tropezar a los impíos”. Las aves se enfermarán y bebiendo aguas sucias se morirán, o por inanición, y montones de peces de los ríos aparecerán muertos en la ribera por la contaminación o cualquiera otra epidemia; y todas esas bellas aves y peces serían eliminados y puestos fuera del alcance de los impíos, cuya pérdida sería  su castigo.

Sof. 1: 4

“Exterminaré los restos de Baal”; o el remanente, lo que queda, el residuo de la idolatría, los vestigios del pecado, sus últimas porciones de modo que queden completamente limpios. Esto después de la deportación de las diez tribus. Antes de la reforma de Josías o durante ella. Es del Señor exterminar todas las proporciones del pecado, y yo no quiero que quede de eso o de aquello nada en mí, que lo corte todo, no deje ningún residuo. Que no quede en ti nada de tu vida pasada, de la carne, crucifícala con sus pasiones, crucifica al mundo, haz morir lo terrenal(Col. 3: 5),  no dejes de ello nada vivo. Por pequeño que sea serás bienaventurado si lo estrellas contra la peña. No queremos ser ni un poco de lo que fuimos, doblegarnos ante lo que nos postramos, sentir de un modo parecido pero no idéntico al de Cristo.

 

Tienen dos religiones incompatibles

Sof. 1: 5

Y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom”. En el AT el Señor nos enseñó a Jurar sólo por él (Dt. 6: 13); el juramento formaba parte de la lealtad y devoción a su Nombre. Pero mi nota no va por ese camino sino para señalar el hecho de que el pueblo, posiblemente en tiempos de las reformas de Josías se postraba ante todos los planetas y veneraban los signos de zodíaco (2 Re. 23: 5). Parece que hubo mucho pueblo que no renunció completamente a la adoración del Dios único, Jehová, sino que la combinó con la religión de los amonitas y adoraban tanto al Señor como a Milcom; se postraban ante el Dios invisible y ante un ídolo en forma humana. 

Tenían dos religiones o mejor dicho, una, supuestamente mejor que en esencia es ninguna, una producción particular para  cada uno, “a su manera”, algo hecho para los tiempos y la conveniencia, adaptada a las circunstancias, y así quedaban bien con Dios y con el diablo, con Cristo y con Belial, enyugándolos a ambos, con la luz y con las tinieblas, y servían a dos señores (Lc.16:13), sin aborrecer a ninguno ni amarlo tampoco. A esos ha de destruir el Señor. 

Y en otro sentido son semejantes a los que tienen una lengua para Dios y otra para los demonios, profesan ser cristianos y viven como demonios, los que oran a Dios e invocan imágenes hechas a mano, aceptan el cristianismo y también las religiones africanas, o de sus ancestros, leen la Biblia y consultan el horóscopo y no les importa mezclar el cristianismo con filosofías orientales o  griegas. Están hechos como la estatua del rey Nabucodonosor, de  barro (sus creencias paganas) y de oro (creencias en Jehová), y ambas cosas no se deben mezclar. ¿Qué es eso que dicen “yo creo en Dios y en todos los santos”? Ellos sobran porque Dios es suficiente, y nuestra fe es tan poca que no alcanza para tantos. Es una blasfemia. Y ¿qué eso otro que dicen: “Creo en Jesús y en su Madre María?”. ¿De dónde has sacado ese invento? Ella misma dijo “haced todo lo que él os dijere”; y él dijo “mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la guardan”. Y esto otro, “fe con obras”; esa aleación no pega, no vale, la salvación es sólo por la fe y no por ambas. Y aquello de “la Biblia y la tradición”; tampoco eso vale, por la tradición, dijo Jesús, se invalidan los mandamientos de Dios (Mr.7:9).  O Dios o Milcom. La verdad o la mentira, la mezcla es hipocresía. 

 

¿Prohíbe la Biblia usar ropa extranjera?

Sof. 1: 8

Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero”. “Los hijos del rey, vestidos extranjeros”. Aquí puede referirse a los hijos de Josías o los del rey Sedequías, a quienes el rey de Babilonia hizo sacar los ojos y Dios toma nota de ello (Eze. 23: 12,15). Más que la preocupación con el vestuario del cuerpo debe ser el de la vida por lo cual dice “vestíos del Señor Jesucristo’ y “vestíos como escogidos de Dios, santos” (Ro. 13:14; Col. 3: 12; Efe. 4: 22). 

La Biblia dice que “las mujeres callen en la congregación” y algunos usan esas palabras para someter al silencio a todas las hermanas. La Ley dice que “el varón no usará ropa de mujer” (Dt.22:5; usada por el otro) y eso basta para que ciertos lectores prohíban al sexo femenino los pantalones de hombres, aunque ellas digan que no tienen cremalleras. Otros saben que a los judíos se les prohibía la carne de cerdo y aunque son gentiles y “lo que Dios limpió” no lo llamamos inmundo (Hch.10:15), ellos no la comen; y otro tanto pasa con el último día de la semana que escogen para reunirse y por nada del mundo lo sustituirían por el primero. Los más famosos son los de la secta que prohíbe a sus miembros ponerse transfusiones de sangre porque Moisés tajantemente dijo que comerla, ¡no!; y se quedan sin celebrar sus cumpleaños porque leyeron que Herodes en el suyo decapitó a Juan el bautista. Todos esos amigos debieran saber un poco más la Biblia y ser menos caprichosos. Aprenda usted el espíritu de los textos de la Biblia y cuidado con esos exagerados fanatismos que demeritan la belleza y moderación del evangelio. 

Con respecto al uso de ropa extranjera, en aquel entonces tenía que ver con el lujo y la idolatría. Pero hoy vaya, que hoy no tiene nada malo vestirse con la ropa típica de otros países o con telas y modelos que vienen de lejos aunque las usen tipos estrafalarios. La mala conducta de esos extranjerillos es lo que no hay que copiar. Como tampoco hay algún pecado en comprar aparatos eléctricos hechos en China, Taiwán o Estados Unidos, o conducir un Mercedes Benz alemán, un Peugeot francés, un Opel alemán, u otro de cualquier lugar. Si tiene dinero para comprar autos caros. Si por esa vía se desarrollan los escrúpulos entonces sería un pecado comer el arroz o los vegetales que producen los granjeros del sur de Norteamérica o usar un reloj suizo. Aquí el texto no sugiere esa ampliación y no prohíbe comerse una banana de Honduras y Costa Rica, o Guatemala, ni beber café de Colombia o ponerle gasolina venezolana al automóvil, o cocer carne argentina con gas brasileño. El texto no es una condena al mercado internacional y la globalización, sino una prohibición que juntos con esas cosas buenas recibir de allá y acullá la influencia moral, artística, filosófica y teológica pecaminosa. 

¿No es una locura tomar un texto bíblico para prohibir la importación de esas cosas? Esa gente piensa que el mundo empieza y termina con ellos. Se creen los únicos, patriotas y los mejores. Lo que uno tiene que hacer es no copiar el mundo. Las naciones y los ciudadanos no debieran vivir en ostracismo como si ellos fueran los únicos en el planeta, consumiendo sus propios productos, leyendo sólo a sus autores, sus únicos periódicos, creyendo su única ideología, oyendo su única radio y mirando sus únicos actores en sus domésticos televisores y cines. 

Sof. 1: 9

“Los que saltan por la puerta, los que danzan en el vestíbulo”, en señal de triunfo. O puede referirse a los caldeos que entran para robar, o a los filisteos en relación con la derrota de su dios Dagón.

 

Dicen que Dios no hace ni bien ni mal, que es neutro.

Sof. 1: 12

 

Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal”. Aquí el profeta se refiere a lo que le pasa a los que tienen buena posición social y que Agur no deseaba que le ocurriera, porque prefería no tener mucho dinero a correr el peligro de negar a Dios (Prov. 30: 8, 9).  

Quiere decir que no hay Dios, que hay otras explicaciones, y que pase lo que pase ellos están seguros, tienen dinero, buena posición social, detentan el poder, pueden hacer lo que deseen, viven a gusto propio, y por ende son dueños de sus destinos. Todo funcionará como ellos quieran, saben dominar las cosas para que pasen como lo desean, se enseñorean como el sol sobre el día y como la luna sobre la noche, sólo hay resplandor humano en toda la creación, y no existe para nada el señorío de la luz divina. No hay Dios.  No hace falta Dios, y queda excluido. 

Decían que Dios nada tenía que ver con la buena o mala suerte de una persona, que ni había providencia ni casualidad, y mejor la última que la primera. Ni abundancia o pobreza venían por alguna intervención divina sino por leyes gobernadas por la sociedad y por la habilidad y comportamiento humano. La salud y la enfermedad tampoco eran cosas en las cuales Dios intervendría, y que no había que darle gracias o solicitar su favor sanador porque yerbas y médicos para curar sobraban sobre la tierra para tener que solicitar favores al lejano cielo. Y que de todos modos, había aprendido que tales males son asuntos exclusivos de la higiene, la medicina y la nutrición. La paz o la guerra es problema del hombre, Dios no hace ni bien ni mal, es neutro. Son los hombres, la casualidad, los que gobiernan el mundo, no Dios; quien más se esfuerce y que tenga mejor suerte será quien gane.  

Él no se mete en esas cosas porque son demasiado triviales o porque no les interesan; las ha puesto en manos humanas, las operan leyes físicas que hay que descubrir y manejar, o la ciencia de la conducta social, pero jamás algún Dios como ser personal porque eso no lo hay, y si lo hubo se fue y nos dejó solos (deístas). Ni el bien ni el mal proceden de Dios, y por supuesto, del diablo tampoco.  Esa confianza es exagerada y debiera ser más teológica; es en vano tratar de excluir a Dios de los asuntos mundiales, las consecuencias de nuestros actos nos obligan a considerar no excluirlo de nuestras explicaciones, la prosperidad nos hace echarlo afuera y luego nos damos cuenta que nos hace falta y comenzamos a llamarlo porque aunque hayamos descubierto cómo se curan los males cuando estamos sanos, el alma continúa llena de sobresaltos, presentimientos, y no encontramos un último significado en lo que somos y hacemos. Dios es e interviene en todo, no peca, hace bien y hace justicia.

Sof. 2: 2

“Se repite tres veces la palabra “antes”; el Señor lo anunciaba con antelación cuando todavía había tiempo para escapar. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle entretanto está cercano”, (Isa. 55: 6); y “si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones” (He. 3: 7-15). Antes de morir, después no valen plegarias ni misas. Menciona "el decreto", o "el día señalado". En un punto de referencia en el tiempo para que los cambios que tienen que hacer los hagan antes que llegue el tiempo fijo, y se alcance el límite superior de la misericordia y entre en función la justicia y el juicio.

Sof. 2: 3

“Quizás seréis guardados”. Este es un humilde remanente escogido por gracia. Aun a estos se les dice que busquen escapar del juicio de Dios sobre Jerusalén. Con esa intención Jesús advirtió a sus discípulos que se prepararan para la huida y que oraran para que no fuera en invierno. Hay que tomar medidas antes. En lo espiritual pasa igual. La salvación a última hora es posible, pero no segura, por eso se les dice “quizás” “tal vez” pudiera ser”; llegar hasta allá es un riesgo, algunos la obtienen pero muchos no.

Sof. 2: 7                                                                                                        

“Será aquel lugar para el remanente de la casa de Jehová”. Cuesta trabajo entender a los profetas; mezclan los castigos con el perdón, la justicia con la misericordia y enfocan una situación como si no mediara el tiempo entre una cosa y la otra, y predomina el perdón y la esperanza. Esta promesa es para el remanente escogido por gracia. Los judíos después de la deportación a Babilonia regresarán y tomarían posesión de esos lugares de Palestina. La profecía se cumplió en tiempo de los macabeos. Cuando los apóstoles muchas de ellas eran judías (Hch.8 26).

Sof. 2: 9

Fotografías de la Mina de Sal de Nemocón en Colombia 2020 ❤️“Minas de sal”, o pozos de polvo de sal. ¿Será el azufre que cayó del cielo, donde se halla hoy el Mar Muerto con su elevado índice de sal? Tal vez no.

       Mina de sal en Colombia

Sof. 2: 15

“Sacudirá su mano”. Señales posiblemente con los ojos, la boca y las manos, para burlarse de Nínive. (Je. 18:16; 19: 8). “Ciudad alegre” o muy divertida. Ahora en ruinas. Ningún comercio abierto, no hay música, nadie baila, ninguno sonríe, quiero decir algunos sobrevivientes. Los expulsados se hallan nostálgicos. Recuerdan la alegría que había en las calles y los hogares de la populosa metrópolis.

 

Si somos muy queridos en nuestra pequeña iglesia

 

Sof. 3:4

 

Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley”. 

 

O como dice literalmente en vez de livianos, “globos”, están llenos de aire y nada más, o sea carecen de peso o es mínimo. Sus profetas son “livianos”, y entiéndase como vacíos o vacuos; la idea es que son como una pompa de jabón o que no son importantes; lo que hace importante a un ministro es la palabra de Dios, su santidad, es decir Dios. Si el evangelio es relevante los ministros también son relevantes. La irrelevancia de muchos ministros hoy es porque sus predicaciones son irrelevantes, y son irrelevantes porque son intrascendentes, porque no son profundamente bíblicas y porque tratan de sanar la llaga de la sociedad con liviandad (Je. 6:14; 8:11); se limitan a entretenerlos y hacerlos reír, para que pasen un buen rato los oyentes o para que los feliciten con palmaditas y le digan que predicó un buen sermón. Los grandes temas acerca de la gracia, la redención, el pecado, la expiación, justificación, infierno, fe y arrepentimiento no los tratan; por lo tanto, no son ministros importantes en la sociedad, son quizás populares, pero livianos. La palabra, falsearon, en hebreo, quiere decir que hicieron violencia a la ley de Dios, obligándola a decir lo que no decía. Torturan los textos de la Escritura, si es que los tocan alguna vez, y les obligan a decir lo que ellos no quieren decir.  Y a ese mal en aquel tiempo habría que añadir la falta de santidad de los sacerdotes. Si además de todas esas desgracias anteriores se le añade que el púlpito está manchado moralmente ¿qué más queda?

Un buen ministro de Dios no es importante sólo el domingo sino todo el tiempo, los otros seis días de la semana y los otros del año. Sirve a su pueblo y al mundo con sus oraciones, con su estilo de vida, con el éxito en la familia y con su carácter; y por dondequiera que pase va distribuyendo bendición. Mantiene encendidas las lámparas del santuario, los panes de la preposición listos, y esparcido el humo del incienso de sus incesantes intercesiones. Y con todo, si los ateos y burlones secularistas no lo consideran importante, el Creador del mundo lo tiene a él en mayor estima que a todos ellos. Si somos muy queridos en nuestra pequeña iglesia ¡qué más nos da!

3: 

“El perverso no conoce la vergüenza”. Esa palabra perverso está bien traducida, indica un mal moral. Los falsos profetas, ni los sacerdotes conocen la vergüenza.

Sof. 3: 7

“A pesar de lo que yo había determinado”. Esto es una forma humana de hablar. Dios habló así mientras su pueblo lo iba conociendo y las buenas doctrinas sobre sus atributos se iban perfeccionando en la revelación. Dios les iba enseñando arrepentimiento. Su paciencia. Su Juicio. La teología del NT está mucho más desarrollada.

Sof. 3: 8

“Ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos”. La idea es que se levantaron temprano para pecar. El castigo divino sobre el impío produce enojo; ¿expectativa divina? “Les estoy dando oportunidad, yo estaba abierto”.

Sof. 3: 9

 

“Devolveré yo pureza de labios para que oren, para que me sirvan de común consentimiento”. La salvación por gracia es algo que fue largamente anunciado; Pablo la sitúa antes que la ley (Ro.  4: 10, 11). El pacto de obras fue primero que el de gracia; por lo menos formalmente enunciado dentro de la ley mosaica. Dios guardó el vino añejo para más tarde. Si hubiera revelado su gracia antes el mundo no estaría lleno de religiones; pero Cristo y el Espíritu vienen después, los profetas eran unos ilusionistas espirituales; esa época todavía está por venir; pero él quiere que miremos lejos, muy lejos, más allá de nuestros cortos años de vida. Señor, se ha perdido la pureza de labios, devuélvela y que estemos reunidos, congregados, de común consentimiento.

Sof. 3:11-13

“Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová”. Tiene Dios, porque no hay otro remedio, que desechar la mayoría del pueblo y predecir un tiempo de oro bajo un grupo pequeño. Y es el grupo chico, sabemos por la historia de Jeremías y Crónicas que fue difícil lograrlo, tuvo que ser otro pueblo el que bajó de la tribulación de Babilonia; y leyendo a Nehemías, tampoco fueron esos ¡cuántas intrigas había entre ellos!; solamente algunos fueron santos otros no.

Sof. 3:11

“No te avergonzarás de ninguna de tus acciones con que te rebelaste contra mí”. Esto hay que entenderlo como un beneficio de la gracia ante Dios, sus ángeles y santos. En el día del juicio. Porque todos los pecados habrían sido perdonados, el juicio cumplido y la restauración completa. Realmente que ya no tendrían razones espirituales y teológicas para avergonzarse. Pero ¿qué judío no se avergonzó de lo que le pasó a su nación? ¿No leen aun los cristianos sobre la deportación y se avergüenzan? No tenemos motivos ante Dios para sentirnos avergonzados pero ante nosotros mismos y los demás que han sido testigos ofendidos por nuestra conducta siempre nos sentiremos mal, y quisiéramos que nada de eso hubiera ocurrido, que no hubiera pasado. Nuestra memoria y conciencia no nos permiten olvidar nuestras rebeliones y no recordamos un solo pecado sin sonrojarnos y al mentarlo. 

Sof. 3:14-17

“Callará de amor”. Hay otras traducciones: “Estarás (tú) en silencio por su (Dios) amor” “te callará con su amor” “El reposará en su amor” (por ti; Geneva). El único que insinúa cierta referencia al amor matrimonial es JFB que delicadamente sugiere esa explicación: “Prefiero explicarlo como el silencio en la posesión del objeto de su amor; demasiado grande para ser expresado en palabras; del mismo modo que Dios en la creación reposó el séptimo día y guardó silencio de satisfacción por su obra que era buena en gran manera (Ge. 1: 31; 2: 2)”. Dios guardará silencio por sus faltas ya corregidas y perdonadas, del mismo modo que nos justifica con un eterno silencio en Cristo “no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados”. 

Sof. 3: 18

“Reuniré a los fastidiados por causa de largo tiempo”. Otra traducción es desesperados por las fiestas solemnes, por los días marcados por el Señor para adorarle en su templo. El asunto del tiempo está implícito pero no explícito en el texto. Señor, tú sabes cómo el largo tiempo nos fastidia, cuando la situación enojosa se alarga y no hallamos modo para salir de dentro de ella; los días son pesados y tristes, grises, lloramos junto a los sauces y colgamos dentro de ellos nuestras arpas (Sal. 137: 1-9), nos mata la nostalgia y nos sentimos como amputados de futuro; nuestro cielo es chiquito, está bajo y nos asfixiamos. Señor, acorta nuestros días de fastidio, tristezas y esperas y líbranos del oprobio del castigo.

Sof. 3:19, 20

“Yo pues los pondré para renombre”. Cuando el mundo vea que el pueblo recomienza su destino; un pueblo que sostenido por el Espíritu Santo lucha contra sus errores, los paga, que no se rinde, que no se dejará borrar por las consecuencias de su propia maldad ni ahogar en la historia de los otros pueblos. Entonces quedarán puestos como fama divina por toda la tierra. Así sea Señor. y un largo amén. 

 

 

 

 

                                                                         Hageo

 

“Cuando Ciro el Grande derrotó a Babilonia (539 a. C.), instituyó inmediatamente una política de conciliación hacia la religión de la nación vencida, hasta el punto de mostrar deferencia al Dios babilónico Marduk.  Esta política de conciliación con los sentimientos religiosos de los pueblos vencidos de su imperio se muestra en su decreto que permitía el regreso de los judíos y la reconstrucción del templo judaico de Jerusalén (Esd. 1: 1-4).  Aprovechándose de este decreto, un grupo comparativamente pequeño de exiliados, bajo la dirección de Zorobabel (o Sesbasar), descendiente de David, regresaron a su patria y poco tiempo después pusieron los cimientos del segundo templo (Esd. 2: 64; 3: 1-10).  Durante todo el tiempo de los reinados de Ciro y su sucesor, Cambises, los enemigos de los judíos trataron de conseguir un edicto real que detuviera esa obra (Esd. 4: 5).  Sin embargo, el Señor se interpuso a favor de su pueblo (ver com.  Dan. 10: 12-13), e impidió que esos enemigos tuvieran éxito.  Así se mantuvo abierto el camino para que los repatriados prosiguieran con la reconstrucción de la casa del Señor.

Sin embargo, después de un principio tan halagüeño, el trabajo del segundo templo avanzó cada vez con mayor lentitud hasta que virtualmente cesó, debido principalmente a la oposición continuada y los obstáculos puestos por los samaritanos (Esd. 4: 1-5).  Los repatriados se descorazonaron y empezaron a cultivar sus propias tierras y a edificarse moradas.  Los que lloraban cuando se pusieron los cimientos del segundo templo (Esd. 3:12) no se dieron cuenta cuánto contribuía su ejemplo al desánimo de los que procuraban restaurar la casa de Dios.

Después de la muerte de Cambises, tuvo lugar el breve reinado del falso Esmerdis (en 522 a. C.), lo cual fue grandemente perjudicial para los repatriados.  Evidentemente los vengativos samaritanos al fin consiguieron que ese rey -descrito por Darío como destructor de templos-, diera un decreto para detener el trabajo en Jerusalén.  Todas estas cosas indujeron a los repatriados a declarar que no había llegado el debido tiempo para reconstruir el templo.  Cuando el pueblo dejó de trabajar en la casa de Dios y dedicó su atención a sus propias casas y tierras, el Señor lo castigó con una sequía, y lo hizo fracasar en todos sus planes.  Durante más de un año fue descuidado completamente el templo.  Mientras tanto, el falso Esmerdis fue muerto por Darío, quien ocupó el trono y anuló los decretos de Esmerdis.

El Señor llamó a su servicio a los profetas Hageo y Zacarías para hacer frente a esta deplorable situación de letargo espiritual.  Sus mensajes de amonestación y reprensión, de exhortación y ánimo, llevaron al pueblo a la acción, hasta que finalmente el trabajo del templo fue reanudado en el 2º año de Darío (Hag. 1: 14-15).  Fue sólo después de que el pueblo realmente reanudó el trabajo del templo, confiando en la protección de Dios, cuando Darío, rey que procuraba emular a Ciro en muchas maneras, dictó otro decreto oficial para la reconstrucción del templo.  Esto confirmó y fortaleció el decreto original de Ciro (Esd. 5: 3 - 6: 13).  Bajo el liderazgo inspirador de los profetas Hageo y Zacarías, de Zorobabel gobernador de los repatriados, y del sumo sacerdote Josué (Esd. 5: 1-2; 6: 14), el pueblo prosiguió su trabajo con energía y celo y completó la construcción del templo en el 6º año de Darío (Esd. 6: 15).  De modo que teniendo en cuenta los resultados inmediatos y evidentes, debe considerarse a Hageo como uno de los profetas de más éxito” (copiado).

Hag. 1: 2

"No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada". Pensaban que los 70 años profetizados por Jeremías no habían llegado. Habían transcurrido 69. ¿Qué tiempo estarían esperando? ¿Qué cosa tendría que pasar y qué tener? No, eran excusas. El pueblo se dedicaba más a lo suyo, a levantar una fortuna que a los asuntos espirituales (vv. 3, 4). Si quieres ampliar un poquito este pensamiento lee con Pablo (Flp. 2:19-21).

Hag. 1: 4-6

"¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas y está casa está desierta?". Casas de cedro y lujosas. El templo no estaba en ruinas como cuando Nabucodonosor lo destruyó sino puestos los cimientos y algo de la superestructura pero sin poder ser usado por  14 años. ¿Cuándo aprenderemos los creyentes, que hemos hecho pacto de fe con el Señor, que nos da un trato especial, y que si los incrédulos pueden hacer sus tesoros sin ocuparse de Dios, el Señor altera nuestra economía, para arriba o para abajo, según nos comportamos? Si tú vieras alguno que adora a Jehová, que abandona el culto y se va al mundo y todavía sigue prosperando en sus negocios, y alcanza niveles altos económicos, mayores que los que tenía cuando era fiel, puedes pensar que eso fue lo que pagó al diablo por la venta de su alma, pero más aún, que no ha sido nunca hijo de Dios porque se ha vuelto infiel y Jehová no ha tocado su fortuna (v .9).

Hag. 1: 5 

“Considerad bien vuestros caminos”. “Bien”, incluye la obra de Dios y no sólo sobre el trabajo, los hijos, sino sobre la vida. Continuemos siempre mirando nuestra vida en el espejo de la Palabra de Dios. 

Hag. 1: 6,7

“Meditad” (1:5; 2:15, 18); como puedes ver, aparece varias veces, y es enfática esta palabra en este libro de la profecía; no meditar en lo abstracto sino en la vida corriente y los resultados de los esfuerzos personales, principalmente el resultado financiero de las labores. Trata la gente de hacer las cosas mejor, confía en la suerte, hasta trata de ver adivinos, pero no piensa que lo que le sucede, las consecuencias de su vida tienen que ver con Dios (2: 15-18). El profeta Hageo les pide que reflexionen espiritualmente sobre los acontecimientos cotidianos y se den cuenta que el dinero no les alcanza, echan el salario en “saco” roto o en “bolsa horadada”. Simplemente no ajusta.

Hag. 1: 8

“Pondré en ella mi voluntad y seré glorificado”. “Voluntad” para que la halle todo el que pregunte, “inquirir en su templo” (Sal. 27:4); esto es lo que ansía nuestra alma porque sabemos que es lo mejor. Fíjate la relación que hay entre la voluntad de Dios y su gloria. Ninguna cosa que se haga sin su consentimiento, aunque parezca exitosa, glorifica su nombre. Señor, estoy disponible para hacer tu voluntad, dame buen ánimo. 

Hag. 1: 9

“En casa” o en el banco, da igual, volará. Si no te ocupas de la obra de Dios tu dinero tomará alas y Dios soplará sobre él.

Hag. 1: 12

"Y oyó Zorobabel, y Josué y todo el pueblo la voz de Dios y las palabras del profeta Hageo y temió el pueblo delante de Jehová". ¡Qué buen resultado produjo esa prédica! Levantó entusiasmados líderes y creó reverencia en el pueblo.

Hag. 1: 14

"Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel gobernador de Judá y el espíritu de Josué sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo". Aquí tienes un texto magnífico para conocer como se originó un avivamiento de la obra de Dios. Por muchos años estuvo su espíritu dormido hacia la obra de Dios, sin usar los dones que tenía; como si él no existiera para Dios, como si la obra no lo necesitara (Mt. 25: 14-30). Y eran hombres que ocupaban puestos importantes; ¿cómo puedes ver la obra de Dios pasando necesidad y no hacer nada por ella? Dios comienza llamando a los líderes y ese llamamiento se extiende, a través de ellos, a su pueblo. Nota que empezó con los dos principales y esos dos avivaron al pueblo, o mejor dicho, quien despierta al pueblo es Dios, primero a sus líderes y por medio de sus líderes, y ellos por medio de su Palabra. ¿Es que piensas que es la obra de otros y no lo tuya? Uno puede hallar una increíble cantidad de excusas para declinar responsabilidades, desoír el llamamiento de Dios, para no moverse, para no despertar. O quizás volverse para un lado, bostezar y seguir cabeceando. ¡A qué privilegios Dios nos llama!

 

Un fragmento de futuro

Hag. 2: 3, 4

¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?  Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos". 

Se refiere a aquellos ancianos con más de 80 años que habían visto el templo de Salomón, sus pilares, su mar, sus obras torneadas, su oro y plata. Dentro del gran número que había regresado por motivo del decreto del rey Ciro se hallaban esos longevos, que como cofres guardaban los bellos y tristes recuerdos de la patria y la obra del Señor. 

Y por supuesto, cuando llegaron y compararon lo que conocían con lo que ahora quedaba de todo aquello, no pudieron evitar sollozar (Esd. 3: 12). Sería una escena triste ver esos hombres y mujeres (supongo) llorando con sus recuerdos y todavía pensando que sólo les quedaba un pedazo de su futuro. El Señor les hace ver que no es sólo llorar y consumirse con melancolías sino “trabajad porque yo estoy con vosotros” (v. 4). 

El profeta les pide que se enfrenten a su pasado como haya sido, y se propongan darle alguna clase de continuidad. Les dice, “comparen lo que teníamos con lo que tenemos, lo mucho ayer y lo poco hoy, la gloria de nuestra historia y la insignificancia y humillación en el presente”. Si podemos añorar el pasado y lamentamos el presente, ¿acaso no se puede hacer algo para mejorarlo? No es un mito poder volver a ser lo que fuimos, si nos convertimos, si Dios lo quiere y lo manda. Tal vez tengamos que expiar con muchos sufrimientos y trabajos nuestros pecados para romper los malos hábitos que hemos aprendido, volver a entusiasmarnos con aquello que hacía latir nuestros corazones ahora preparado para esas cosas, volver a tener visión (v . 9). Aquel nuevo templo arquitectónicamente fue inferior al de Salomón. Sin embargo, el Señor les dijo que la gloria de ése sería mayor que la de aquel porque la gloria se la darían ellos edificando en condiciones más difíciles. La gloria estaba no en lo que obtendrían sino cómo lo obtendrían. 

¿Los daños que ha hecho el pecado, los ha hecho definitivamente? ¿No podremos jamás reparar nuestras faltas, hacer las obras, las mismas, que hacíamos? (Apc. 2: 4, 5).  Joven de Cristo, tú lleno de porvenir, dale estas palabras de esperanza a algún buen longevo de Cristo y dile que el Dios que está lleno de misericordias contesta afirmativamente que sí, aunque le quede sólo un fragmento de futuro. Yo ya soy un longevo, 68 años. 

Hag. 2: 4

"Y trabajad porque yo estoy con vosotros". La profecía levanta el buen ánimo, pero hay que trabajar; la madera y los clavos hay que ponerlos, las piedras hay que cortarlas y colocarlas; la obra de Dios que se desea hay que hacerla. Trabajo consciente de que se está haciendo lo voluntad de Dios y se tiene a él por compañero. Esto se lo asegura dos veces, sobre las bases del pacto antiguo para que recuerde que él cumple sus palabras. Les dice "no temáis" porque el trabajo habrá que hacerlo con la molestia de enemigos. Sobre el trabajo en la obra, lee esta familia de versículos (Ro. 16: 6, 12; 1 Co. 15: 10, 58; 1 Te. 5.12, 17).

Hag. 2: 7 

“Vendrán los tesoros de todas las naciones y llenaré de gloria esta casa”. Es una traducción, me parece que mejor que “vendrá el Deseado de todas las naciones” que tiene dos objeciones, una que el verbo está en plural y no en singular y por lo tanto no puede ser la persona del Mesías y segundo el contexto habla de tesoros, dinero, oro y plata no de algún delicioso personaje que si fuera Jesús no sería deseado por los gentiles, al contrario. Y la casa que reedificaron Zorobabel y Josué no fue exactamente la que pisó el Mesías porque Herodes la había reconstruido completamente. La palabra “deseado” se ha traducido “tesoros, riquezas, cosas preciosas”; riquezas que por el contexto significa oro y plata. Eso es lo que desde las naciones llegaría para ayudar a la construcción del edificio. Y fue así.

Hag. 2:8

"Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos". ¿Tú piensas que un templo se hace sólo con dinero? El oro y la plata que necesitas lo tiene Dios. Los bolsillos de los hombres son suyos y los llena y los vacía a su gusto. Lo que te haga falta hoy o en el futuro Dios lo tiene; cuando venga la necesidad él lo proveerá. Vendrán con manos generosas, aquellas que Dios ha abierto. El que creó el oro y la plata es su dueño; pasarán  de mano en mano por un tiempo; pero siempre son suyos. El que manda hacer, financiará el proyecto. ¿No crees que es de él y sabe dónde se halla el último céntimo del mundo? (Mt. 17: 27).

Hag. 2: 9

“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”; Herodes hizo un templo más suntuoso pero con menos gloria espiritual. Cristo fue su oro y plata. Aunque no hay profecía aquí sobre el Mesías, si se trata de la reedificación de Herodes, Jesús es más que ese templo y su presencia en él le dio más gloria (Mt. 12: 6; 26: 55).

 

El pecado es más veloz que la santidad

Hag. 2:11-13 

 “Así dice el Señor de los ejércitos: "Pide ahora instrucción a los sacerdotes: 'Si alguno lleva carne consagrada en la falda de su vestidura, y toca con su falda pan, alimento cocido, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará éste consagrado?' Y los sacerdotes respondieron, y dijeron: No. Y dijo Hageo: Si alguno, inmundo por el contacto con un cadáver, toca cualquiera de estas cosas, ¿quedará inmunda? Respondieron los sacerdotes, y dijeron: Quedará inmunda”. 

Esto pertenece a la ley ceremonial (Lev. 6: 27; Num. 19: 11, 22), y según ella la santificación no es transmisible, lamentablemente se pierde fácil y otra cosa, el pecado es más veloz en su transmisión que la santidad. El pecado siempre está activo, no puede estarse quieto porque sus impulsos son para coparlo todo. ¿Quiere decir eso que es más efectivo que la gracia? ¡En ninguna manera!, porque cuando él abunda sobreabunda ella. 

No obstante, el contacto, aunque sea casual con una persona santa abre la posibilidad que uno sea bendecido y si es cierto que no se recibe la santificación como por ósmosis, la influencia de tal persona y más, pueden ser medios que el Espíritu Santo utilice para acercarnos a Dios. A todos somos deudores porque son muchísimos los que, con el ejemplo, la palabra y la pluma, nos han inspirado atizando la llama de nuestra fe. 

Pregúntale a un buen teólogo si la consagración es transmisible y si el cristianismo de alguien puede ser transferido: su vida de oración, su devoción por la lectura de la Biblia, su amor por la doctrina, su ímpetu evangelístico, y te dirá que transportables no son pero imitables sí

Y no me avergüenzo al decir que copio los buenos ejemplos, que soy imitador de aquellos que por la fe heredan las promesas (He. 6:12; la palabra también significa seguidor; y de ella se deriva la castellana mimetismo), y que los imito como ellos imitan a Cristo (1 Co.11: 1) y como imitan a Dios (Efe. 5: 1). Sé que no podré absorber una personalidad ajena ni quiero, pero sí puedo incorporar a mi vida hábitos ajenos que me conduzcan, con la bendición divina, a ser semejante a Aquel de quien ellos son semejantes. 

Leí en una biografía de Calvino donde dice el autor que tal fue su admiración por el apóstol Pablo, que Calvino quiso ser Pablo (Calvin, Bruce Gordon, pag. 110). Gracias a Dios por aquellas cosas santas que su providencia hace que toquen nuestras vidas y seamos mejores; por supuesto que no por ósmosis, colega, sino por gracioso mimetismo.

 

 

 

Zacarías

Introducción 

(Por Juan Calvino)

“Las profecías de Zacarías vienen ahora. Se trata de un colega y ayudador de Hageo y de Malaquías, como veremos. Estos tres entonces fueron enviados por Dios casi al mismo tiempo, para que se pudieran ayudar el uno al otro, y de esa forma en conjunto como si fueran una sola boca confirmaran que el mensaje era de Dios que los había enviado. Realmente fue un gran testimonio que estos tres confirmaran la palabra de Dios. De esa manera sus profecías requerían una gran autoridad y ello era necesario para un pueblo que tenía que luchar arduamente con situaciones difíciles. Satanás ya había levantado grande oposición, pero los grandes males se encontraban todavía en el futuro. De aquí que para evitar que se desanimaran fuera necesario enviarles varios testimonios para que los animaran.

“Pero lo que nuestro profeta tenía especialmente en mente, fue recordarles que si Dios había tratado de forma tan severa a los padres de ellos, lo haría con ellos, pero también animarles con una esperanza, si realmente se arrepentirían, y eso elevaría sus mentes hacia el futuro y a una verdadera y completa liberación. Sin embargo al mismo tiempo los reprende porque todavía quedaba mucha necesidad de limpieza  ya que todavía el pueblo continuaba en pecados. El problema estaba en que aunque habían sido severamente castigados por Dios, parece que muchos de ellos no lo reconocían de esa manera ni adjudicaban las situaciones difíciles que habían tenido como un castigo de parte de Dios. Fue necesario entonces que se emplease un lenguaje y una actitud fuerte para reprenderlos de modo tal que se arrepintieran y prepararan el camino para recibir a Cristo”.

 

(Por MacAthur)

“Lo mismo que Jeremías y Ezequiel, Zacarías también fue un sacerdote (Neh. 12:12-16). Según la tradición se dice que él fue miembro de la Gran Sinagoga, un Concilio formado originalmente por Nehemías  y precedido por Esdras. Esto, con el paso del tiempo se desarrolló y llegó a ser lo que después se conoció como el sanedrín. Nació en Babilonia unido a su gran padre Ido con el grupo de exiliados que regresaron a Jerusalén bajo el liderazgo de Zorobabel, y Josué como sumo sacerdote (Neh.12:4). Ocasionalmente suele ser mencionado como el hijo de su abuelo (Esd.5:1;6:14; Neh.12:16), se piensa que su padre Berequias murió joven antes que pudiera sustituirle como sacerdote.

“Zacarías comienza predicando por el año 520 a. C., el segundo año de Darío I (Zac.1:1). El emperador persa Ciro ya había muerto y sucedido en el trono por Cambyses (530-521 a. C.) quien conquistó Egipto. No tuvo hijos; Darío se levantó hacia el trono formando una revolución. Zacarías fue contemporáneo de Hageo y comenzó a profetizar unos meses antes que él. Se le nombra como un hombre joven (2:4) sugiriendo que Zacarías fue más joven que Hageo. El tiempo que funcionó como profeta se desconoce, y la última profecía se encuentra en 7:1, y fue dicha dos años después de la primera, haciendo que coincidiera exactamente con el tiempo de la profecía de Hageo (520-518 a. C.). 

“En cuanto los capítulos 9-14, generalmente se piensa que fueron escritos para un tardío periodo en su ministerio. Diferencias de estilos y referencias a Grecia indican una fecha desde el 480-470 a. C., después de Darío, 521-486 a. C., y durante el reinado de Jerjes, 486-464 a. C. El rey que hizo reina a Ester de Persia. Según Mt. 23: 35, Zacarías fue asesinado entre el templo y el altar, una suerte similar a otros Zacarías mencionado en 2Cro. 24:20,21, quien fue apedreado y muerto”.

 

Zac. 1: 1

“Al octavo mes del año segundo de Darío”. Lo que sería parte de octubre y noviembre. Dos meses después de la profecía de Hageo (Hag. 1: 1) y unos pocos días después de la segunda (Hag. 2: 1); cerca uno del otro y hablándoles el mismo Dios de modo distinto a cada cual; diciendo con distintas palabras las distintas revelaciones a cada uno. ¡Qué bueno es saber que hay otro compañero nuestro que predica de modo liso, sin visiones, la misma palabra de  Dios, que él le habla de otro modo, pero son los mismos mensajes que nosotros!

1: 3

"Volveos a mí, dice Jehová los ejércitos, y yo me volveré a vosotros". Así lo presenta el Señor como si el hombre tuviera que dar un paso hacia Dios primero. El hombre es quien está enemistado, quien ha perdido el favor del Señor, es su responsabilidad convertirse; en la predicación es llamar al pecador con la ley; y cuando sienta que no puede volverse por sí mismo a Dios, sintiendo culpa sin arrepentimiento, entonces pedirá misericordia para la dureza de su corazón y será oído, y será salvo por gracia.  Gill lo dice muy bien, que el arrepentimiento no es la condición sino la consecuencia de volverse Dios a ellos.

 

Los proveedores de la salvación 

Zac. 1: 4-6

"No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová. Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas, ¿han de vivir para siempre? Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso volvieron ellos y dijeron: Como Jehová de los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos, y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros". 

LBLA traduce “los antiguos profetas”, y queda más bonito. Mire como Zacarías reconoce el trabajo de Oseas, Jeremías, Isaías y otros, aparentemente inútil, de aquellos antiguos profetas y piensa que él está haciendo lo mismo aunque no obtenga tampoco como aquellos, el arrepentimiento del pueblo; y eso lo haría sin variar un milímetro su mensaje. Generación tras generación diciendo lo mismo sin modificar la Palabra de Dios para conseguir casi nada. No sólo reconoce el valor y la persistencia de aquellos antiguos profetas sino que se siente en línea con ellos.  No tenemos por qué seguir el mal ejemplo religioso de nuestros padres. Lo que quiere decirles es que aunque los profetas mueran lo que ellos dijeron se cumplirá porque “la palabra de Dios permanece para siempre” (1 Pe. 1:25), porque fueron y son las palabras de Jesús, y aunque el cielo y la tierra pasen, ellas no pasarán (Mt. 24: 35). Y es seguridad nuestra, que el evangelio continuará vivo y predicado hasta el fin del mundo. Por ende, ninguna filosofía postmoderna, racionalista, emergente, podrá acabarlo. Pero el profeta pudo haberles querido decir que oigan a Dios mientras lo tienen cercano” (Isa.55:6), porque los proveedores de la salvación no siempre se hallarán cerca y disponibles, y algún día serán retirados por Dios al cielo o a otra gente que oiga mejor (Isa. 55: 6). Yo soy, Señor uno de esos proveedores de tu salvación. 

Zac. 1:7-21

"¿Qué son éstos, señor mío?". El Señor usa esta clase de visiones, con caballos y jinetes angelicales para que el hombre comprenda, y porque trata de hacer racional su mensaje. El v. 11 para que comprendan como Dios conoce, la omnisciencia; con vista a la fe; además, sería más fácil de recordar y haría más “celestial” el mensaje.

1: 11

“Hemos recorrido la tierra y está tranquila y en paz”. Quizás los países paganos y en particular Persia. Mientras Jerusalén se halla destruida. El propósito de eso es la comparación. Supongo que los ángeles no tengan que salir en corceles trotando para enterarse que no hay guerrillas y terroristas por aquí y por allá; Dios les ha dado ojos para ver lejos porque por su medio ejerce la providencia. Que los países estén tranquilos es un milagro porque casi siempre están espiándose y conspirando unos contra otros.

1: 12, 13

"¿Hasta cuándo Jehová, has estado airado estos setenta años?". No se refiere a los 70 años completos porque ya habían pasado casi 20. Este ángel expresa los sentimientos y clamores del pueblo. Como las almas en el cielo según Apocalipsis expresan los sentimientos de la iglesia perseguida. Y como dice en el v. 13 son palabras de consolación. Le dijo eso al ángel para que creyeran en la “veracidad” de Dios. Les transmite esta conversación para hacer cesar los suspiros y que nazcan las esperanzas.

1: 14

"Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion". Señor, si la has amado tanto ¿por qué la destruiste? “Por su pecado, pero ahora quiero su recuperación”. En el v. 15 les da a entender que pudo haberle pasado peor. No te compares con las naciones que están reposadas porque ellas serán destruidas por los pecados que cometieron contra ti (vv. 16, 17). Dios castiga pero su amor no se pierde.

Zac. 1: 15

"Porque cuando yo estaba enojado un poco ellos agravaron el mal". Fíjate que hablando como hombre el Señor dice que su enojo fue creciendo mientras el pecado de ellos hacía lo mismo, aumentarse. Mientras Dios estuvo enojado un poco su justicia fue reprimida, cuando se enojó mucho ella salió y los abatió. Yo sé que “un poco” significa mucha misericordia, es mucho más de lo que uno pudiera imaginarse. Puede ser toda una vida de pecados, hasta las canas, puede ser toda una generación (Isa. 46: 4). Ten cuidado, Dios no esté enojado sino "un poco" contigo y hagas otras cosas para aumentar su enojo; buscas una solución consultando adivinos en vez de la palabra de Dios, alivio humano en vez de arrepentimiento.

 

 

Dios no tiene que reelegirte, con una vez basta

Zac. 1: 17

"Clama aún, diciendo: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y aún escogerá todavía a Jerusalén". 

Tú dices, “Dios me escogió pero pequé, me escogió en otro tiempo, ahora no soy ya escogido por él, si así todavía fuera, él me hubiera ayudado”. Los judíos en Babilonia pensaban de modo similar, habían sido transportados hasta allí y vividos 70 años (o quizás 50) fuera de Israel lo que les había hecho creer que ya no eran el pueblo de Dios, que Jerusalén había sido desechada como asiento de los pies divinos. 

Perdieron el concepto de la elección como nación y por eso desmayaban, muchos no querían regresar, se miraban como las otras naciones, abandonadas por la providencia y sujetas al azar y la fortuna. Mira que una palabra importante para el profeta para animarlos es escoger y la repite varias veces (2:12; 3:2). Si Dios te escogió cuando eras débil e impío y te dio su gracia, y por un tiempo fuiste su siervo o sierva, ¿no hay ya una razón para devolverte la gracia que malgastaste? Aunque el servicio a Dios no te vista con una justicia intrínseca, ¿es injusto Dios para olvidar el servicio que le prestaste? No se diga eso. Pero aquí no se trata de apostasía sino de un largo tiempo de castigo, y el pueblo se siente abandonado. 

Si aún puedes creer estate seguro que la elección permanece. Los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables (Ro. 11: 28, 29). Zacarías habló mucho del amor de Dios por Jerusalén y que ese amor no había cambiado. La elección divina y el llamamiento de Dios son dos doctrinas inconmovibles que garantizan la fe en la providencia, sabiduría, el proceso de avance del reino de Dios, su triunfo. Si Dios te escogió una vez lo hará repetidamente, cuantas veces sea necesario, si eso hiciera falta. Se siente uno muy privilegiado cuando piensa en su elección, que es una en Jesucristo y eterna. Dios no tiene que reelegirte, con una vez basta, no es necesario porque lo hizo en la eternidad, pero sí que tú hagas firme tu elección (2 Pe.1: 10), no con respecto a Dios sino con respecto a tu fe no dudando de ella y de su oportuna asistencia. Yo haría lo mismo, después de conocer mi elección, lo elegiría a él mil veces si hiciera falta.

1: 18-21

"Éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá". Israel decía: aquí se traduce los “cuatro artesanos” “carpinteros” y aún mejor “herreros” y no alfareros o albañiles. Esos cuatro cuernos tienen que ser quebrados por cuatro poderes, los cuales han solido ser identificados como: Nabopolasar, Nabucodonosor, que derribó el imperio de los asirios; y a éstos los medos y persas y a esos los griegos y a los griegos los romanos. A los romanos los Hunos, Godos y Vándalos por el oeste y por el este los Sarracenos y Turcos. ¿Cómo nos vamos a reponer si los que nos destruyeron aún viven? Dios les dice: Esto no es para satisfacer vuestra venganza sino para que acumulen fe. Existirá no el que tiene más posibilidades sino el que Dios quiere que exista.

2: 1-4

"Alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir. Y le dije ¿Adónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud". Las visiones son como obras de teatro, situaciones ficticias que encierran un mensaje verdadero. Las medidas no son literales sino en relación con las doctrinas y la vida de la iglesia. El profeta se tomó una gran libertad al hacer la pregunta. A Dios no se le pregunta lo que hace ni adónde va. 

2: 4, 5 

"Le dijo habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén; yo seré para ella muro de fuego en derredor y para gloria estaré en medio de ella". Un joven puede ser una referencia a la edad pero también significa siervo, por implicación. Muchos no querían volver por la inseguridad en el país, pensaban que las condiciones no eran buenas y una ciudad sin muros sería presa fácil de los enemigos; pero ¿qué tal si el Señor la habitara? Ningún enemigo llegará, no tendrá deseos de ir y si va no entrará (2:8-10). No necesita una guardia personal el que tiene al ángel de Jehová como custodio. Sin ser imprudentes ni tentar a Dios uno puede confiar en el cuidado divino. Un ángel nos cuida en la salvación; mayormente en los peligros físicos, violaciones, accidentes, etc. Nehemías posteriormente reconstruyó los muros.

2: 6, 7

"Oh Sion, escápate" El Señor insistió para que volvieran a Jerusalén, sin embargo sólo un pequeño pueblo lo hizo, casi todo se disolvió en el exilio.

2: 8

"Tras la gloria"; expresión confusa que puede recibir varias interpretaciones, "tras el juicio" "tras el edicto de Ciro y Darío", o ambas cosas. "El que os toca"; ¿cómo puede entenderse eso dentro de las amargas experiencias vividas? Muerte, violación, desolación, prisión, exilio. ¿Por qué vamos a dudar de tu amor Señor si recibimos lo que buscamos? Oh Dios, que no dude de ti contra toda objeción razonable.

2: 9-13

"Calle delante de él porque se ha levantado de su santa morada". Ha roto su silencio, ha dejado su inactividad y hará algo maravilloso por su pueblo (2: 9-12). "Algún día cuando se cumplan mis palabras se acordarán que fui un profeta de Jehová". Quien profetiza, tras tribulaciones, apostasías, y castigos, un futuro glorioso a la iglesia, acierta.

3 (capítulo)

Un capítulo extraordinariamente importante para este ministro, (1) el perdón suyo, sus compañeros en la vocación ministerial (vv. 3, 4); (2) la renovación de su ministerio (v. 5); (3) un llamamiento a la fidelidad, (v. 6); (4) la importancia de sus trabajos y su papel a largo alcance en el porvenir de la obra (vv. 8-10).

3: 1, 2

"Me mostró al sumo sacerdote Josué. Y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle". La palabra significa adversario o acusador y tiene el artículo definido delante lo que lleva a algunos a decir que, juntamente con la posición que ocupa a la mano derecha que es la del acusador en un juicio, que es parte de la visión pero no necesariamente el diablo. La mayoría de los comentaristas sí creen que se trata de Satanás, aunque sea más propio del NT que de éste. Si el sumo sacerdote representa a Jerusalén ¿a quién representa ese acusador? Si no es el diablo ¿quién es? ¿Los enemigos de Israel? ¿Cuáles de ellos están delante de Jehová? No pensemos que Satanás siempre está en el infierno; también va al cielo para acusarnos. Esa expresión “Jehová te reprenda” se halla también en Judas 1: 8, 9, pero en contextos diferentes. De todos modos el ángel aquí no reprende al acusador sino que le pide al Señor que lo haga que es quien único puede hacerlo.

 

Una doctrina que Satanás no entiende ni le gusta

Zac. 3: 2

"Jehová ha escogido a Jerusalén, Jehová te reprenda; ¿no es éste un tizón arrebatado del incendio?". Pienso lo grande y asombrosa que es la elección de Dios para salvación; el Señor te ha elegido de entre tu familia, en preferencia a tus hermanos y parientes; mientras tú por años has disfrutado de la salvación, ellos permanecen igualmente maldecidos, endurecidos, sin ninguna señal de misericordia como si Dios no diera alguna muestra de qué  piensa hacer con ellos como ha hecho contigo. No fue tu salvación un mensaje que les enviara diciéndoles que ellos también podían ser salvos sino que él escogía a quien quería, tenía misericordia de quien quisiera, se compadecía de quien quisiera compadecerse. A ti, quizás,  no te ha dicho como al carcelero en Filipos "cree en el Señor J.C. y serás salvo tú y tu casa". Tu familia no parece hasta el momento que esté incluida en tu elección.

¿Qué puedes, tú como yo, afirmar de mí?, que somos un tizón arrebatado del incendio. Nuestro destino hubiera sido el mismo de ellos sino porque el Señor entre muchos leños listos para ser devorados por el fuego, caliente ya en medio de las llamas, extendió su mano y nos llamó por su gracia para que no nos incendiara. No halló en nosotros ninguna razón para no dejarnos en la condenación, ni podemos explicar tampoco qué lo movió dentro de él  a hacerlo; sabemos que es el amor, sabemos que usó su libre gracia, que es soberano, pero porqué sus ojos cayeron sobre nosotros y no sobre los otros no lo sabemos; excepto que hubiéramos sido creados para la salvación, que nuestro destino jamás hubiera sido el ser quemado en el incendio, que nuestra aparición en este mundo no fue casual sino que nacimos con un plan ya marcado para que no  nos incendiáramos juntos con los demás, es decir con nuestra vida predestinada. Dios ha creado nuestra vida como la quiso, la concibió, la pensó, la ideó, diferente a la de todos para que ella fuera para la alabanza de la gloria de su gracia, de modo distinto a la de otros. Los de afuera han sido creados para el fuego, cuyos nombres “no están inscriptos en el libro de la vida” desde la eternidad (Apc.20:12, 15; 21:17), son vasos preparados para la destrucción. Una doctrina que no pueden entender ni les gusta a los hombres ni al diablo, a quien Jehová contestó afirmando que Jerusalén había sido elegida para la salvación y esa elección, como los dones y el llamamiento divinos (Ro.11:29), son irrevocables (Isa. 14: 1). 

3: 3-5

"Y Josué estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste habló y dijo a los que estaban delante de él: quitadle las ropas sucias. Y a él le dijo: mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala". Josué estaba vestido de vestiduras viles, y habló el ángel y mandó que le quitaran esas vestiduras y lo vistieran con ropas de gala" (ropas sucias cambiadas por ropas limpias y domingo de resurrección). La completa restauración del sacerdocio, lo incita a que vuelva a su oficio, reanimándolo, porque ya el pecado ha sido perdonado que puede servir con un ministerio hermoso. Si yo fuera a predicar sobre Ro. 13: 14, o de Col. 3: 12; y quisiera hablar sobre la justificación del pecado por medio de la justicia de Cristo, tomaría para ilustrarlo este texto del profeta. Nuestras justicias son trapos de inmundicia, aún en el más santo sacerdote como Josué. Si Josué representa a Jerusalén, representa la obra de justificación de todos los elegidos.

Zac. 3: 5-7

"Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza y le vistieron las ropas de gala". No le va a faltar nada ni carecerá de algo para ejercer su oficio nuevamente. Es la renovación de su vocación. Se volverá a reinstaurar el sacerdocio, con él. Señor si he hecho algo, si me he vestido de inmundicia, cambia mis vestidos por los tuyos y permíteme ejercer del nuevo, con bríos y pureza, vestido de gala, mi oficio pastoral. Bendito seas. Amén.

 

Nuestro trabajo está conectado a la segunda venida de Cristo

Zac. 3: 8

"He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo" (6: 11, 12; Isa. 11: 1; 53: 2). Una traducción pudiera ser "varones de milagros, señales y maravillas". Buena compañía ¿no? Que haga la obra, que su trabajo está conectado con la futura venida del Renuevo, Cristo, no Zorobabel; ¿no es eso un gran aliento para trabajar sin parar, descubrir que aunque nuestra labor sea pequeña, ignorada, que ni siquiera se concluya, sin embargo permanecerá conectada con la segunda venida de Cristo? Sea poca o mucha ella es importante. La mayoría queremos ver el éxito con nuestros ojos y contemplar el significado completo que ha tenido nuestro oficio y eso no es posible, bástenos saber que aunque es una parte pequeña dentro de un total, es nuestro deber hacerla para el futuro del cristianismo. Y si miramos el v. 9 tenemos el mensaje completo; es la primera piedra, única, solitaria que parece no tener importancia, y sí la tiene porque Dios tiene puesto todos sus ojos sobre ella, él la ha puesto y la ha edificado hermosa como una escultura, a su tiempo como un testimonio de su interés y favor por su trabaJoe.¿Qué otro aliento mayor el saber que Dios mira lo que hacemos, que lo embellecerá y después de nosotros continuará haciendo lo que nuestra mano empezó? Bendito seas Señor.

3: 9-10

"Porque he aquí la piedra que he puesto delante de Josué, sobre esta única piedra hay siete ojos; y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día". Esa piedra representa al Mesías (Isa. 28: 16). Los siete ojos representan, digo, al Espíritu de Dios en sus dos atributos, la omnisciencia y su omnipresencia, y enseña que ninguna cosa se halla suficientemente escondida como para que él no la vea. Algo parecido hay en Apc. 1: 4. Ver la nota sobre v. 8. Les está diciendo que los ojos del Señor estarán sobre ellos, y con muchas visiones gráficas les asegura que el pecado por ellos cometido y castigado ya es cosa del pasado, como si en un solo día fuera por fin removido. La cruz de Cristo. Y será un día de paz, tranquilidad, camaradería y fiesta y los vecinos y buenos emigrantes podrán celebrarlo (Isa. 36: 16). ¡Cómo insiste Dios para quitarnos la culpa y que nos sintamos perdonados y olvidemos los pecados que él ya olvidó!

4: 2, 3

“Veo un candelabro con su depósito en la parte superior”. Es la iglesia, el depósito sagrado de la gracia del Señor, luz de Dios para el mundo. De arriba, del cielo, es de donde le llega a ella el combustible para alumbrar, para hacer hazañas. El aceite es la gracia del Espíritu, los tubos conductores son su fe que la conecta con Dios y la llama sagrada es el resplandor que emite. Quizás los dos olivos (vv. 3, 11-14) sean Josué y Zorobabel y aunque de ellos mismos no sale la gracia para el candelabro, o sea el pueblo judío o iglesia, son los medios usados por Dios para esa transmisión. Esto es para animarlos a ellos y para que la congregación les reconozca su divina vocación, detallada en figuras.

 

No mires las cosas con espejo de aumento y la gracia con ojos miopes

Zac. 4: 6-10

"Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra”.  

Zorobabel principalmente tiene que ser estimulado en su fe, en la confianza que la gracia cubrirá todas las necesidades a su momento, que la construcción del templo requiera. Este buen hombre miraba el futuro proyecto del templo y sólo veía dificultades, montañas de problemas insalvables (como el profeta Hageo); pero el Señor le quita esos temores pidiéndole que deje la obra a cargo del Espíritu Santo y de la gracia suya. Desde la primera piedra hasta su culminación habrá gracia, y él se maravillaría; pronto se hará la obra que Dios ordena que se haga, él suministrará los medios para hacerlo. Por eso se ora ¡gracia, gracia a ella! (v. 7), porque no se puede convertir un monte en un pequeño promontorio y menos en un liso valle si no es por la gracia de Dios. Es una obra de gracia de punta a cabo, desde sus cimientos hasta su techo.  A veces miramos las dificultades con espejo de aumento y la gracia de Dios con ojos miopes. Por gracia y más gracia, “gracia sobre gracia”, es lo que tiene que pedir el pueblo que es lo mismo que decir “por mi Espíritu”. Si el Señor dice que la acabará ¿quién podrá impedirlo? Si los ojos de Jehová recorren toda tierra, pasan por donde yo estoy, y tú  (v.10). Oh Señor ¿me hablas a mí? 

 

Aunque tu obra sea pequeña, te alegrarás 

Zac. 4: 9-10

"Los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán". 

No son los que miraron con desprecio la humildad de los comienzos sino que no hicieron caso de ello y se unieron al pequeño grupo para ayudar (Esdras 3: 12; Hageo 2: 3). Los que no hicieron caso del día de las pequeñeces. Son los días de los humildes comienzos, de  los difíciles comienzos cuando pocos tienen que hacer mucho y la obra avanza lenta y pesadamente; pequeños progresos, sólo unos pasos adelante y otros atrás, grandes dificultades, errores que hay que subsanar, desánimos que hay que vencer, críticas que hay que hay que soportar, agravios que hay que olvidar; piedras muy pesadas para manos tan frágiles, roca dura sobre la cual cavar, el dinero que falta, el apoyo que se pierde y los malos deseos de los que no quieren que la obra se concluya. 

A pesar de todo eso, los que no hacen caso de la pequeñez del comienzo y se fijan en la grandeza de la obra, algún día serán como los que sueñan y sus bocas se llenarán de risas. Contexto que ejemplifica todo esto es el ministerio de Pablo (Hch. 20: 24; 1 Co. 4: 9-13); y la experiencia de los salmistas (Sal. 126). Hay otras traducciones del texto que dicen que los que se alegran son los siete ojos que recorren la tierra, o sea, los ojos del Señor, su providencia, porque son los únicos que se mencionan (3: 9).  Cuando hacemos la obra de Dios sus ojos que la miran reflejan el gozo de su corazón, si pudiéramos verlos. Dios estaba mirando lo que estaban haciendo esos dos hombres suyos. Dondequiera que estemos, Dios conoce donde estamos porque allí nos envió él mismo con una comisión encomendada. Si la obra no se acelera como yo quisiera, se hará al ritmo divino y no al mío. ¿Acaso no es él el Supervisor de todo lo que hacemos y con quiénes contamos para hacerlo? Por lo tanto no me dejaré desalentar porque todo, desde los cimientos hasta las almenas, que están aún en la imaginación y en el futuro, parezcan imposibles con un comienzo tan débil y pequeño. Mi mano es pequeña, pero la de Dios es grande.

4: 11- 14

"Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda tierra". Se trata del sumo sacerdote Josué y del gobernador Zorobabel. Designados por el Señor para estar en su presencia, recibir todo lo necesario para el servicio que se les encomienda. Lo principal en la obra que harían estos dos hombres fue su permanencia en la presencia de Dios de donde recibían las fuerzas del Espíritu para aplanar montañas (v. 7). Según Jesús eso es posible cuando se tiene fe. Por tres veces se formula esa pregunta y siempre más minuciosas (vv. 4, 11, 12). 

 

Zac. 5: 1-4 

Abran los ojos y depórtenlos

"De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho. Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras". 

Por un lado, está escrito con maldiciones para el que hurta y por el otro lado maldiciones para el que jura falsamente". Es sorprendente, a no ser que el rollo volara muy despacio y abierto delante de sus ojos, que él pudiera calcularle esas dimensiones. A mí me parece, con poca o mucha razón, que esos dos pecados se hicieron comunes en algunos de los que volvieron desde Babilonia (del mismo modo que gente extraña acompañó a Israel cuando salió de Egipto y ocasionaron problemas). Estos que fingiendo ayudar en la construcción del templo, viendo y teniendo acceso a los materiales que se colectaban, pudieron sentirse tentados a sustraer de ellos para edificar sus casas “con maderas y piedras” (v. 4; Hageo 1: 4); por supuesto con materiales robados. Cuando las sospechas caían sobre ellos juraban que eran inocentes, tomando el nombre de Jehová falsamente (v. 4). 

Robarle a la obra de Dios y fingir santidad e inocencia ante los demás es un gran pecado.  Oscuros personajes que en el fondo de cuyos corazones está sentada la maldad como dentro un efa (vv. 6-11) y oculta a la vista de los demás. ¿Cuál podía ser la solución si hurtaban y juraban que era mentira? Regresarlos a su lugar de origen, a la tierra de Sinar, Babilonia, y si lo que quieren es lujo y casa, que la tengan allá desde donde no debieran haber emigrado (v. 11), porque aquí en la despoblada Judea no hay lugar para ellos. 

¿Por qué no trabajan fuera de la obra de Dios? En otra cosa pudieran hacer dinero limpio. Pero eso lleva tiempo, hay que enfrentar competencia, es duro, mientras que en la obra de Dios no hay competidores, su pueblo es ingenuo y con sólo dos hombres que vigilan las propiedades del Señor; en realidad uno, Zorobabel porque el otro, el sumo sacerdote Josué, es muy espiritual y no se da cuenta de esos malos manejos. Además, es más fácil robar a la iglesia y fingir que se le está ayudando que sudar la gota gorda en un empleo en el mundo. 

A ese tipo de pecado, el hurto de los bienes de Dios, el profeta le llama “la maldad” o “iniquidad”. Supongo que haya sido gente importante porque en vez de prisión lo que se le consigna es una extradición a su país de origen, un judío que no merece hallarse donde ha llegado, un llamado cristiano que en vez de contribuir, quita. Entonces, iglesia, informa al fuego justiciero del gobierno para que consuma sus casas, cuentas bancarias, sus pisos de lujos, sus coches último modelo y su avión privado (v. 4). ¡Abran los ojos, Josué y Zorobabel, y depórtenlos! Sácalos de la iglesia.

5: 6

"Este es un efa que sale. Esta es la iniquidad de ellos en toda tierra". Los pecados de todos los hombres son puestos juntos, como dentro de un efa, una vasija de medir; eso se hace cuando se trata de un juicio colectivo; y se ajusta el castigo a la medida del promedio de pecados.

5: 7

"Levantaron la tapa de plomo y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa".  Eso es lo que debían hacer, que volaran de allí. ¿Qué halla? ¿Lodo nauseabundo, huesos de muertos, insectos repugnantes, un monstruo? No, una figura bella, una mujer; la sensualidad llenando y dominando todo el corazón humano. Esa era la realidad: dinero, vanidad, homicidio, mentira, infidelidad, etc. Y como ya he dicho, el hurto a las propiedades de Dios y sacarle el jugo para beneficio individual. ¡Cuántos hay que tienen casas bonitas, mansiones, aviones, a costa del engaño a la obra de Dios!

5: 11

"Sinar", la tierra de Babilonia desde donde salieron un día llenos de ambiciones.

 

La providencia de Dios es intrincada 

Zac. 6: 1-8

"Caballos alazanes, negros, blancos, overos rucios rodados". Debe admitirse que el texto es oscuro y se presta a diferentes interpretaciones, algunas de ellas sutiles y forzadas; el sentido más obvio y seguro es el que le da Calvino: el profeta está hablando de la providencia de Dios. (1) Son los pensamientos de Dios desde la antigüedad, formados en su corazón y dentro de su mente infinita desde antes de la creación del mundo, a los cuales llamamos decretos eternos cuya firmeza y solidez es representada por el "bronce" (v. 1), que no pueden ser movidos jamás ni hay cataclismos que pueda quebrarlos y hacerlos pedazos; lo que Dios se propone hacer lo hace y no hay fuerza en el aire o en la tierra que pueda frustrarlo. El mundo no está regido por la fortuna o la suerte sino por los sólidos propósitos de Dios los cuales él llevará acabo aunque haya cosas creadas que les hagan oposición. La providencia de Dios hecha por decretos de bronce no puede ser cambiada ni rotos sus propósitos por Satanás o el mundo, porque se trata de la voluntad activa de Dios y no hay quien diga: "¿Qué haces?" (Dan.4:35); Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? (2) no es estática, se mueve de un lugar a otro como en carros y caballos (vv. 2, 3); no hay un punto del horizonte donde Dios no haga su voluntad; pasa de un tiempo a otro, se mueve con las circunstancias y (3) tiene diferentes colores, negro: tiempos y circunstancias de adversidades, perplejidades y muchos sufrimientos y lágrimas derramadas. Blanco: circunstancias mejores, cuando la luz del rostro de Dios brilla de nuevo y nace la esperanza y la alegría. Alazán (roja; canela); guerras, violencia. Overos (melocotón): tiempos de liberación y de esperanza. Rucios: gris, canoso; no negro y blanco; la adversidad y el respiro. 

(4) la providencia de Dios se mueve como los cuatro vientos (v. 5); da la impresión que son fuerzas ciegas y sin orden, que nadie sabe de dónde viene y adónde va; caprichos de la naturaleza, conjunción de factores; instintiva. Esa es la impresión que da la providencia, pero no es así, o mejor dicho: está decretado por Dios que sea así para mostrar la sabiduría y que es intricada

 

Prisioneros de sus desánimos 

 

Zac. 6:9-15 

9Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 10Toma de los del cautiverio a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías. 11Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. 12Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. 13El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos. 14Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como memoria en el templo de Jehová. 15Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios”.

 

Hay cosas muy interesantes en estos versículos, donde encontramos príncipes que debiendo ser ejemplo de fe y sacrificio habían regresado de la cautividad por intereses personales pero hallando una realidad distinta, áspera y agreste, se habían desilusionado y caído en una especie de nostálgica frustración, paralizándolos hacia las cosas que tenían que ver con el propósito divino; la realidad encontrada les había desplomado la fe, y subsistían en la tierra de promisión dentro de una especie de limbo incrédulo. 

El profeta es enviado por Dios a ellos para llamarlos a la fe y le pide a Zacarías que haga dos coronas de oro a la medida de las sienes del sumo sacerdote Josué. La tierra se hallaba “desordenada y vacía”; y ellos, prisioneros de sus propios desánimos; no miraban aquel presente áspero conforme a las promesas antiguas, de un futuro retardado y no cumplido

Se necesita fe para reconstruir, porque se mira sobre cada piedra calcinada el dolor, la frustración y el castigo de Dios; es muy fácil construir cuando los planes son nuevos y la palabra de Dios no ha sido puesta a prueba, cuando todas las promesas brillan en su completa y áurea inocencia en su glorioso estuche de esperanza. Uno puede respirar hondo y mirar lejos y sonreír; no deja nada atrás y todo son sueños e impulsos; la frente está llena de optimismo, el corazón de dicha y se sienten ganas de trabajar, de nuevas relaciones, de todo; y cada cosa es nueva y se mira y se siente con la curiosidad de un niño que comienza a descubrir un mundo nuevo donde no existe el pasado; sólo promesas e ilusiones. 

Pero es difícil reconstruir donde existen tantos “escombros” (Neh. 4:10); donde el mayor obstáculo son los recuerdos que quitan el empuje y reclaman insistentemente que se viva en el pasado. Salir del pasado es una necesidad para los que quieren seguir viviendo, los que oyeron palabras de esperanza y Dios quiere que vivan, y les garantiza que el futuro volverá a ellos. Anímate, Helem, Tobías, Jedaías y Hen hijo de Sofonías; tomen la llave de la fe y abandonen ese inexcusable desánimo.  

Zac. 6: 15

"Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová" (Isa. 60: 8, 9; Apc. 7:13,14). Contar con el Espíritu del Señor para que mueva corazones y aparezcan refuerzos; el número deseado de brazos llegará; Dios se encargará del suministro de gente y dinero. Oh Dios tú todo lo tienes; no hay porqué carecer de perspectivas, o tenerlas chicas. ¡Qué grande eres Infinito!

7: 1-7

"¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años? Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? ¿No coméis y bebéis para vosotros mismos?". En el mes quinto se refiere al aniversario de la destrucción de Jerusalén. En el mes séptimo es la muerte de Gedalías y destrucción del remanente. Parece ser razonable lo que Calvino dice que estas palabras no son aplicables a los cautivos sino al pueblo en general de los cuales los sobrevivientes son la parte del todo; o para ambos; se agradaban a ellos mismos, el ayuno era como una buena obra para cumplir con la ley de Dios con el propósito de beneficiarse, algo que se pagaba a Dios; y se compungían de corazón motivados no por un profundo arrepentimiento sino por un deseo de salir de la situación y escapar del castigo, no por vergüenza y confusión propia, no buscando perdón sino el levantamiento de la sentencia, la restauración de lo que habían perdido. Y todo eso no implicaba una transformación sino un canje que se hacía con Dios, un negocio religioso o espiritual. Aquel ayuno y aquellas lágrimas no servían, cumplían con la forma de la ley de Dios pero estaban invertidas, porque nada vale cualquier ceremonia si no hay arrepentimiento y fe y no se glorifica la justicia y el amor de Dios. Una prueba de que no habían sido transformados era la falta de amor al prójimo (vv. 8-12). El centro de la religión de ellos eran ellos mismos. Las oraciones, los cánticos y todo el culto a Dios era un pretexto, en el centro de todo estaban ellos y no el Señor. Hay una promesa de que un día esos ayunos, esa forma continuaría, pero con un significado distinto (8: 19); se convertirían a la verdad y a la santidad (8: 3). No es el cambio de forma, hermanos, sino de fondo, un cambio de vida. Para transformar una ciudad hay que empezar transformándonos nosotros mismos. Fíjate en el 8:7 que el pueblo futuro será distinto en "verdad y en justicia"; en sinceridad y buenas obras.

7: 7, 12

“Los antiguos profetas”, se refiere a Hageo, el mismo Zacarías y Malaquías. Se leían unos a otros y aprendían a ser profetas entre sí y entregaban las mismas verdades.

8: 1, 2

Ver Santiago 4: 5.

8: 3

"Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad". La salvación viene de los judíos y Jerusalén es un símbolo o tipo de la iglesia (1 Ti. 3: 15). Día glorioso cuando el Espíritu de gracia y de oración se derrame sobre todos ellos y amen la verdad y la santidad (2 Te. 2: 10; Isa. 35:8). Jerusalén será una ciudad de verdad cuando el rey en ella sea Jesús que es el Camino para llegar a ella, la Verdad que se predica dentro de sus muros y la Vida que practica. Entonces será otra Jerusalén o Nueva Jerusalén (Apc. 21: 27). Entonces las formas de ayunos y suspiros tendrán sentido porque lo harán principalmente porellos mismos y no para ellos mismos, como dice el profeta (12: 10-12). ¡Oh Dios, nuestros cultos no tienen resultados porque la meta de ellos somos nosotros mismos y no tú; nos queremos reformar para beneficio de nosotros y no para agradarte a ti! Nos parece humano y sublime que amemos al prójimo y que procuremos salvarlos para que no sufran el infierno, y eso es lo segundo, lo primero es que el pecador es un rebelde y deshonra a Dios en un mundo que no es suyo y con una imagen divina que no merece tenerla porque se ha declarado enemigo de él; por lo tanto lo más importante en la evangelización no es la salvación de ese pecador sino la gloria de Dios, y por ella es que hay que proponerle condiciones de paz a ese enemigo; no por las discuta sino porque las acepté inmediatamente; y ellos consisten en su completa rendición.

 

Si fueras capaz de sonreír por bendiciones futuras

 

Zac. 8:4-8

4Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. 5Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. 6Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. 7Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; 8y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia”.

Sí, si Israel hubiera sido capaz de sonreír por las bendiciones futuras; sus pecados, comido, bebido y estado de mejor ánimo, teniendo delante de sus ojos la visión de Dios y no el panorama presente; y la visión de Dios era una ciudad llena de gentes, de ancianos y de muchachos jugando en sus calles; una ciudad alegre y limpia, repoblada, reconstruida, otra. Eso era lo que el ojo de Dios veía, lo que el ojo de la promesa miraba, la esperanza que los miraba a ellos, el futuro que miraba al presente, y al pasado. Debían transportarse hacia esos mejores tiempos y confiar en Dios que sabe cómo reconstruir, hacer retoñar, reedificar, sanar. El Señor les promete longevidad y las conversiones o nuevos nacimientos de muchachos; matrimonios felices y familias engrandecidas. Señor derrama tu Espíritu para que todo eso nos sobrevenga. Nuestros sueños no son demasiado grandes para que Dios no pueda cumplirlos; Dios está tratando de evitar que pierdan la esperanza completamente y lleguen a creer que es verdad la palabra de Jehová, como él lo ha dicho y como ellos lo quisieran. En Babilonia no realizarían aquel futuro; estaba en otra parte. En Babilonia se habían adaptado, habían hecho sus vidas; educados, aprendieron el idioma del país; gastaron la juventud y habían envejecido, ¿cómo entonces volver? Sí, tenían un presente allí pero no un futuro; no estaban tan cómodos en Jerusalén como en Babilonia; allí se disolverían, no harían historia; ¡vayan donde puedan realizar los sueños de Dios! Es aquí, aquí mismo en Jerusalén, donde enfrentamos ahora tantas dificultades, donde no tenemos las comodidades que habíamos creado allá, es aquí donde Dios quiere que estemos, es aquí donde se desarrollan sus planes; Babilonia fue nuestro castigo no nuestro futuro ni nuestra esperanza, fue lugar para aprender y para depurar nuestra vida religiosa no para establecernos perpetuamente dentro de sus murallas y sus costumbres, debemos renunciar a los amigos que allá tuvimos, separarnos de los vecinos y dejar puestos de trabajos importantes y bien remunerados, para empezar con Dios en el lugar de nuestro origen, para el cual estábamos destinados; no menospreciaremos "el día de las pequeñeces" y los grandes montes que impiden el trabajo de Zorobabel. Oh, Dios, ayúdanos a adaptarnos a Jerusalén y olvidar los ríos de Babilonia y los sauces donde colgábamos nuestras arpas, y donde no queríamos ni siquiera cantar y no podíamos sonreír. Llena nuestras bocas de risas ahora y que pensemos que estamos más cerca de nuestros sueños que lo que estábamos allá. Amén.

8: 13

"Como fuisteis maldición, seréis bendición"; destruisteis y construiréis; vivíais mal ahora bien; se esforzarán nuestras manos en construir lo que destruíamos y edificar la iglesia que asolábamos (Hch. 8: 3; 9: 21). Serán tan bendecidos que sin buscar a nadie todos los buscarán (v. 23). Oh Señor después que nos castigaste, anímanos.

8: 15-17

"Esta son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo, juzgad según la verdad y lo que conduce a la paz en vuestras puertas; ninguno piense mal contra su prójimo". No son muchas cosas, sólo les pide que se comporten bien como vecinos, comerciantes y ciudadanos. Decir la verdad y no hacer nada al prójimo que lo irrite, que lo engañe, y lo incite a la violencia, "conducente a la paz"; ni juramento falso, sabiendo que se dicen mentiras. Quizás para empezar, sólo unas pocas cosas, luego otras como, "no robarás, no matarás, no adulterarás, no dirás falso testimonio". Empezamos cumpliendo un poco la ley de Dios y después mejoramos. El estado de una sociedad es algo que Dios interesa. La ética social para Dios es importante. Hay sociedades que se complace con ellas y a otras odia, y las extermina.

8: 18, 19

"El ayuno del cuarto mes, se convertirá para la casa de Judá en gozo y alegría y en festivas solemnidades". El ayuno no es un día de fiestas sino de humillación, sin embargo el pueblo, con la bendición del Espíritu, gozoso participará de él. Dejará de ser una pesada carga porque será una religión del Espíritu. Según Gill en el mes cuarto se conmemora la caída de Jerusalén (2 Re. 25: 3), en el quinto su incendio (7: 3; Je. 52: 12); dicen los judíos que el primero y segundo templo fueron destruidos ese mismo día;  en el séptimo la muerte de Gedalías (7: 5; Hch. 27: 9), el mismo día de la expiación, y en el décimo cuando la ciudad fue sitiada por Nabucodonosor (Je. 52: 4).

 

No habrá que cargarlos a la iglesia

 

Zac. 8: 20-23

"Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades y vendrán de una ciudad a otra y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré". El número diez significa muchos. Los judíos convertidos convertirán a muchos gentiles. Es un cuadro bello para la iglesia judeo-gentil. Tiempos muy hermosos estaban predichos y las gentes sabrían que las bendiciones vendrían de Dios y vendrían buscándolas. No habrá que invitarles que vengan porque oyendo de vuestras bendiciones y mirándolas también las querrán. Oh Señor ¿cuándo llegarán esos tiempos para la iglesia? Yo veo eso en Jesús, la gente lo buscaba más a él que él a ellos. Era muy atractivo. Y en realidad él los atraía. Cada uno dirá al oírlo "yo también iré"; y el mismo profeta si estuviera en lugar de ellos diría yo también iré. Cuando el Espíritu se derrame sobre la iglesia y la iglesia clame por sí misma, por sus pecados, cada uno por sí; cuando el Señor nos envíe Espíritu de oración y de gracia, sucederán que estos sueños se realizarán. Este es el verdadero método de evangelismo, el método del Espíritu; donde no hay que arrastrar la iglesia para que haga la gran comisión, para que cada uno ore y se preocupe por la salvación de su vecino, porque cada uno estará preocupado por su propia salvación; entonces los hijos que se preocupan por su propia salvación se preocuparán también por la de los padres, y viceversa. El punto de partida de un gran avivamiento somos nosotros mismos, cuando la renovada porción del Espíritu se derrame sobre nosotros, y recibamos una unción fresca; con corazones ardientes, llenos de gracia, cumpliremos todas aquellas cosas que están escritas en la ley y en los profetas, y todos los mandamientos del Señor. Es así como germina un avivamiento, por cual estamos ansiosos, el cual realizará nuestros sueños, y sacará la iglesia del espasmo en que se halla estancada. Todos dirán, "yo también iré", y asirán de la camisa un cristiano para que no vaya sólo a la iglesia, porque ellos también quieren, y les suplican, que los lleve. Oh Señor derrama tu Espíritu de gracia y de oración sobre nosotros. Amén y amén.

9: 1

“Hadrac”, una parte de Siria cerca de Damasco. A partir de este capítulo muchos comentaristas afirman que tuvo que ser otro autor quien escribió hasta el final, Hageo o Jeremías (ver la profecía sobre el Mesías (11:12, 13; Mt. 27: 9, 10), basados en el estilo poético del texto y su contenido, la referencia a los griegos (9: 13) y las conquistas de Alejandro sobre estas ciudades, Siria, Tiro, Sidón, etc. Un conservador escritor dijo: “Llego a la conclusión que estos tres capítulos, (9, 10, 11), fueron escritos mucho tiempo antes de Jeremías y antes de la cautividad de las diez tribus. Se parecen al estilo y tiempo de Oseas, pero quienquiera que los haya escrito su divina autoridad está establecida por las citas que se hacen de ellos (9: 9; 11: 12, 13). Los capítulos 12, 13, 14 forman una distinta profecía y fueron escritos antes de la muerte de Josías (12: 11), pero antes o después de la cautividad y por cual profeta, no se sabe aunque me inclino a pensar que fue antes de la toma de Jerusalén por los babilonios (13: 2-6). Son dos veces citados por el NT (12: 10; 13: 7). Mi opinión es que estos capítulos forman no sólo una obra distinta sino que pertenecen a autores distintos. Si no pertenecen a Jeremías entonces formarían el libro número trece dentro de los profetas menores, sin embargo por un autor desconocido” (Clarke).   

 

Los nuevos convertidos son muy fervorosos

Zac. 9: 4-8

"Y pondré fin a la soberbia de los filisteos; porque ahora miraré con mis ojos". Parece que es mejor la traducción en presente que en futuro como aquí aparece. Es posible que se refiera a las visiones, que vio el profeta, si es que se refiere a él. Hay que mirar en las terribles guerras de los pueblos los designios y la ira de Dios. Dios mira las cosas no a través de nuestros ojos sino a través de los suyos, y nosotros debemos mirar el mundo a través de los ojos de él y no de los nuestros. Aquí se habla de la conversión al judaísmo de esas ciudades filisteas que abandonarían la crueldad del paganismo para adorar a Jehová. Josefo indica que especialmente ocurrió con las ciudades de Gaza y Asdod. No sólo se harían judíos por la prosperidad económica de Israel sino por la teología de ese pueblo. Los vv. 6, 7 son especialmente deliciosos cuando los  de Asdod dejan sus abominables ídolos e ingieren los sacrificios santos del Señor y son tan fervorosos estos nuevos convertidos a Cristo que no se puede hacer distinción entre ellos y los jebuseos o sea los de Jerusalén (1 Cr. 11: 4). Y no todos porque dice que será “un remanente” para Dios, o sea que los escogidos entre ellos creerían a pesar que muchos de sus compatriotas se negaron a convertirse. Siempre, ¡sólo el remanente será salvo! Como estos capítulos son altamente mesiánicos tenemos que pensar que el Espíritu está hablando de la evangelización de los gentiles y su conversión a Cristo y el éxito entre los pueblos no  judíos.

9: 6

“Un extranjero”; es mejor traducir un alineado o hijo de un judío con una pagana, o sea “bastardo” (KJV).

9: 9 

"Alégrate mucho, hija de Sion; porque he aquí vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno" (Mt. 21:5; Jn. 12:15). Si esta profecía o bendición no fue dicha para señalar a Jesús, él  la ha cumplido en un sentido más completo que el que originalmente tuvo. Pero no necesita de la Escritura sino la Escritura de Jesús; él es la Escritura (Jn. 1: 1); la Palabra, el Verbo de Dios; por encima de Cristo no hay nada, ni la Biblia aunque lo digo con mucho respeto, porque ella fue escrita para dar testimonio de él (Jn. 5: 31-39); ni la Ley, ni las ceremonias, ni la teología. Es un favor que se les hace a los lectores de la Escritura cuando dice que Jesús hizo aquello para que se cumpliera (Mt. 27: 35), etc.; pero él no necesita del testimonio de nada ni de nadie. Jesús es autosuficiente y se auto testifica; en último caso el testimonio de su Padre Dios. Las citas bíblicas, a las cuales Jesús se refiere a sí mismo, lo hace más bien por los demás.

 

Perdí la llave del libre albedrío y no quiero recuperarla

Zac. 9: 12

“Prisioneros de esperanza” o como el Talmud parafrasea, “esperanza de redención” porque eso es lo que esperaban los judíos que volverían de la cautividad creyendo la Palabra.  “Quiere decir que a pesar de las aflicciones (Job 13: 15; Sal. 42: 5), y que con todo mantenían la esperanza en que Dios cumpliría su pacto con ellos y eso en contraste con los incrédulos que decían que no había ya esperanza (Je. 2: 25; 18: 12). Habla de aquellos judíos que esperaban en Dios (Je. 31: 17) y no decían que la esperanza estaba perdida (Eze. 37: 11)” (JFB). Y además de aquello, esto me suena a lo que dijo Pablo, que somos libertos del Señor y “esclavos de Cristo” que es nuestra “esperanza de gloria” (Col. 1: 27). 

Tápense los oídos los hermanos arminianos y óigannos decir que somos prisioneros pero no de Babilonia, ni del mundillo de ella, no del diablo que entra y sale a su gusto, porque hemos sido redimidos y no vivimos ya allí sino en Jerusalén la celestial. Pero, y asómbrense, dentro de esas murallas somos prisioneros y aunque no lo crean, libres y prisioneros de amor, prisioneros de la fe y prisioneros de las doctrinas de Jesucristo. Si hoy dijera “no creeré más en la existencia de Dios, me volveré un ateo”, no podría porque un ejército de evidencias me arrollarían trayéndome de nuevo a la celda de mi fe. Si dijera “saltaré las murallas de la Santidad y los muros de la Salvación”, tampoco podría porque lo que he visto desde allá arriba me da asco, es feo, insustancial, y no quiero ser como los que habitan abaJoe.Si dijera, “no leeré más la Biblia sino libros seculares y de otras religiones” tampoco podría porque perdería mi tiempo y son más irreales que el Santo Volumen de Dios, y si tomara en mis manos el Corán, como dijo Spurgeon, desde sus primeras páginas se ve que es falso. Soy prisionero de la verdad.

Todo esto es la esencia de la doctrina de la perseverancia de los santos. Aunque quisiéramos abrir las rejas e irnos no podemos hacerlo porque la llave está sobre el hombro del Señor (Isa. 22: 22) y no la poseemos, y la que tenemos, la del conocimiento, es para abrir las puertas de la ignorancia de los pecadores (Mt. 23: 13), y ellas sólo abren las Escrituras, el acceso al Paraíso, al Río de la Vida y al Árbol que se halla en medio. No sirve para abrir las puertas del infierno y entrar. Somos prisioneros y libres, no para hacer lo malo sino lo bueno. No tenemos la opción de la apostasía porque la llave del libre albedrío la echamos con nuestros pecados al fondo de la mar. Y no tengo interés en recuperarla.

9: 13

“Grecia”. Se refiere a la lucha de Judas Macabeo contra Antíoco que era descendiente de los macedonios, los griegos.

 

Viviendo por promesas que nunca recibiremos

Zac. 9:16,17

“Porque como piedras de una corona brillan sobre la tierra. ¡Cuán grande es su bondad y su hermosura! El trigo hará florecer a los jóvenes y el mosto a las doncellas”. Dice Gill que la palabra corona además de referirse a las sienes de los reyes y sacerdotes significa separación, o apartamiento por el llamamiento de Dios a vivir santamente. Eso tiene importancia doctrinal. Así brillan los santos como luces de la corona de Jesucristo. 

Al final del texto se dibuja el cuadro de prosperidad donde los jóvenes en la flor de sus vidas con las doncellas, no estarán desnutridos sino que por la abundancia (como dice Calvino) crecerán saludables y vigorosos, “el trigo hará florecer a los jóvenes y el mosto a las doncellas”. Todo eso les parecería a los cautivos como un sueño porque son “palabras que oído no oyó ni ha subido a corazón de hombre las que Dios ha preparado para los que le aman”, y que con mucho esfuerzo y peligro lograron cumplirse en partepero no en su plenitud puesto que fueron como ideal, para los que Dios llamó y animó para que regresaran a su país y lo reconstruyeran. 

Idealmente es el cielo lo que les promete, los inspira con “preciosas y grandísimas promesas” (2 Pe. 1: 4), más de lo que ellos recibirían en su tiempo. Los profetas visionan como cuentos y novelas para su pueblo y les dicen que son las promesas de Dios. Y estaban en lo cierto cuando les prometían “villas y castillas” y un mundo de oro, plata, piedras preciosas, agua, alimentos, flores y perfumes; o sea, más de lo que encontraron y recibieron en este mundo porque se dejaría su plenitud para la época del evangelio y más allá, para el reino de los cielos. Aquellas visiones idílicas animaron a la gente y los que tuvieron fe las creyeron y vivieron sonriéndoles al porvenir, aunque nunca sin haber alcanzado lo prometido (He.11: 13). Fueron promesas por las cuales vivir sin conseguir. Y no dejaron de creerlas.

10: 1

"Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos y dará lluvia abundante". Muchas veces ha hecho eso y aún espero la promesa. Suspiro por ella. ¡Oh que tardía algunas bendiciones especificas! El texto dice “a cada uno”, o sea que nadie se quedará fuera. Todo el que tenga su pequeño terreno, como yo, verá caer gotas de agua sobre su semilla. Los que tengan grandes parcelas, y habitualmente recojan muchos frutos, también tendrán suficiente lluvia para continuar con el éxito obtenido. Dios no menosprecia a las iglesias grandes ni tampoco las pequeñas, ambas son suyas. Ningún miembro en particular es menos cristiano por pertenecer a una congregación pequeña.

10: 2

"Terafines". Ídolos; una familia de ídolos, o quizás sanadores.

10: 5

“Y serán avergonzados los que montan a caballo". Se refiere a aquellos enemigos que se opondrán al establecimiento del pueblo en su tierra, enemigos fuertes que vienen corceles de guerra, impetuosos, pero tampoco lograrán sus deseos de truncar el propósito y las promesas de Dios. Gill dice que se refiere a los turcos. Otros dicen que se refiere a los macedonios con una gran caballería.

10: 6

"Y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios y los oiré". Las relaciones con Dios serían tan buenas que parecerá que nunca han pecado, que nunca han hecho nada malo y que jamás los ha castigado. Es que Dios olvida completamente. Cuando Dios cubre nuestro pecado con la justicia de Jesucristo, pasa eso, jamás puede mirar a través de esa justicia para ver el pecado que cometimos, ni mirar las faltas que yacen en nuestro interior, y nuestra piel, en nuestro hueso, en nuestro mundo interior; la justicia de Jesucristo evita que la penetrante mirada divina nos cale y nos llegue a lo profundo; lo único que Dios ve cuando nos justifica es la imagen de su Hijo en nosotros.

10: 8

"Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré". Aquí está usando la figura de un pastor que le silba a su rebaño, sopla la flauta para reunir sus ovejas, y se cumpla aquello dicho porque el Buen Pastor, que sus "ovejas oirán su voz" (Jn. 10: 16); por la predicación del evangelio. La predicación del evangelio es el silbido de Dios para reunir a su pueblo. No son las campanas de una catedral. No son los grupos y bandas musicales, porque no agradó a Dios salvar al mundo por medio de esas cosas sino por medio de la predicación (1 Co. 1: 21). Y la fe no viene por medio de  arpas, címbalos y tamboriles, sino por el oír la palabra de Dios (Ro. 10: 17). Las promesas de Dios son para que miremos hacia delante y veamos un futuro mejor. ¿Seguro que lo habrá? ¿Llegará por fin la lluvia tardía? Tenemos que atrevernos a decir que sí, y quizás la expresión verbal sin la seguridad interna que daría la fe, llegue la afirmación a los oídos condescendientes de Dios y responda que sí.

10: 8

"Y serán tan numerosos como eran". Crecerán tanto como los días cuando estaban en Egipto o en los días de Salomón (Hag. 1: 10). Aunque estén en lejanas tierras, el Espíritu no dejara que se olviden de su Santo nombre, y acordándose de su Dios hará que vuelvan ellos y sus hijos (v. 9). Y en tan grande número que el país les quedará chico (v. 10). Los profetas fueron los incansables creadores de la esperanza de Israel, en todos los siglos, para que mantuvieran vigente la fe y no se sintieran desdichados y abandonados por Dios para siempre. Dios no los dejaba olvidar su tierra.

11: 2

“El bosque impenetrable ha caído". Se refiere a la gran Jerusalén poblada de tanta gente, fue talada. A ella le llama la gloria del Jordán, opacada por el castigo divino. El esplendor de la gran ciudad amada por Dios, arruinado. A ese pueblo castigado por sus pecados Dios envía al profeta para que apaciente, quiere decir para que predique la venida del juicio y el porqué, aunque son ovejas destinadas para la matanza. Y los que destruyen al pueblo, esto es Asiria, o Babilonia, o Roma, se gloríen de que han obtenido el triunfo por la mano de Jehová y así es, porque Dios los usa para castigar las iniquidades de su pueblo, que no llegará al exterminio sino que quedará un pequeño remanente escogido por gracia (vv. 5-7).

11: 5

"Apacienta las ovejas de la matanza”, a las cuales matan sus compradores y no se sienten por culpables y el que las vende dice: Bendito sea Jehová porque he enriquecido; ni sus pastores tienen piedad de ellas". (11: 12; Dt. 29: 19; Os. 12: 8). Un caso calamitoso seguido al pie de la letra no sólo por los gobernantes malvados que han dominado su pueblo sino también pastores y líderes que se han aprovechado de las ovejas y se ha enriquecido a costa de ellas y no sienten ninguna clase de culpabilidad e incluso bendicen a Dios por todo que han obtenido saqueando las iglesias. Insensibles, no se tienen por responsables de la destrucción de su pueblo. Aquí se contrasta el pastoreo fiel del profeta con el de aquellos negociantes.

 

No rompas la belleza de tu relación con Dios

Zac. 11: 7-14

"Y tomé para mí dos cayados: al uno puse por nombre Gracia (belleza) y al otro Ataduras (cuerdas)”. 

 Esta palabra contiene una desgracia muy grande para el pueblo de Dios. La ruptura del pacto y el testimonio de la hermandad entre Israel y Judá. No te detengas a discutir conmigo si el pacto se puede romper o no; yo creo en la perseverancia de los santos. No obstante el Señor tiene razones y derecho para romper este pacto fundado sobre las obras. Es increíble en el NT que el pacto de gracia sea roto. Sin embargo el texto mirado desde un ángulo distinto, cuando el creyente se porta mal con Dios, no sirve de mucho beneficio. Sin que se rompa el pacto que los creyentes han hecho con Dios en Cristo, cuando pecan las cosas no pueden seguir igual. Algo pasa. Se frustra la relación. La "belleza", o "esplendor y gracia" se dañan. Al quebrarse la relación con Dios vendrá el caos y el abandono, como fue el caso con Israel y Judá. Cuando los creyentes fracturan su relación con Dios, se rompe la belleza de la comunión, la belleza que se mira de él, la belleza de la gracia, la belleza de la unión entre los hermanos, la belleza de la iglesia, y toda su belleza manifestada en la persona de Jesucristo; la belleza del Espíritu Santo, la belleza de la Biblia; la belleza de la santidad y su hermosura. Todo se rompe cuando el pacto con Dios se rompe (no el de la salvación) y nos olvidamos de la purificación de nuestros "antiguos pecados" y tenemos "por inmunda la sangre del pacto" (He.10:29; 2Pe.1:9). Que nos guarde Dios de que se rompan esas dos cosas con nosotros, la bellezay las ataduras, que son las cuerdas de amor que nos unen con Dios (Ose.11:4), los compromisos y las decisiones santas que hemos hecho un día con él. No busques el rompimiento de esas ataduras, al contrario, trata de hacer nuevos amarres para que en el día malo los vientos de malas doctrinas y las tempestades de la carne no te separen nunca de él. En vez de tener menos compromisos con Dios ten más compromisos, más obligaciones (si tu tiempo lo permite), para que le sea al diablo más difícil desatarte aquí en la tierra, y nunca en el cielo como pretende. Por supuesto, amárrate con cordón de tres dobleces a la cruz de Cristo, no rompas tu belleza, y no abandones tu familia, el trabajo y otras obligaciones (Ecl.4:12).

11: 7, 11

"Apacenté a los pobres del rebaño; y así conocieron los pobres del rebaño que miraban a mí, que era palabra de Jehová". Son los que en actitudes y fe miran al Señor; los escogidos por gracia, los que no se creen satisfechos y no dicen "me he enriquecido, de ninguna cosa tengo necesidad". Los pobres de espíritu seguirán nuevamente mirando el Señor; se dieron cuenta en ese momento que era palabra de Dios y luego lo comprobaron. No obstante es mejor la traducción “los afligidos’, los que sufrían en el exilio. 

11: 8

“ Y destruí a los tres pastores en un mes pues mi alma se impacientó con ellos". Algunos piensan que se trata de los tres macabeo, Judas, Jonatán y Simón. Otros estiman que se trata de Alejandro, Hircano y Antigono. Otros Juan, Simón y Eleazar, tres líderes judíos. Entonces no se sabe a ciencias ciertas quienes fueron. No quedaría espacio para la gracia de Dios, serían rechazados todos los favores (Calvino). Unos morirían por la guerra, otros irían a la deportación a Babilonia, otros por epidemias; en fin Dios levantaría su mano para no cuidar las de ellos, se desentendería de su rebaño. Y ocurre lo que a continuación menciono, sus cayados pastoriles serían rotos.

 

No lea este comentario si es muy sensible su bolsillo

Zac. 11: 12, 13 

"Y les dije: Si les parece bien, denme mi salario y si no, déjenlo; y pesaron por mi salario treinta piezas de plata". 

Si la parte más sensible de su cuerpo es el bolsillo (bolsa, billetera) no lea este comentario. Quien lo escribe nunca ha pedido un salario por su trabajo sino lo que la iglesia ha estimado conveniente, y que él de buena gana lo ha recibido porque siempre ha deseado no ser carga para su rebaño. Ahora sigo sirviendo pero de gracia, sin sueldo. 

Es como si el profeta quisiera decirles: “Tengo derecho a un salario, me pesa tener que hablarles de dinero, pero si no quieren, no me den nada”. En el texto el profeta por orden de Jehová le pide al pueblo que le paguen un salario por su pastoreo y ellos como lo subestiman le pagan el precio de un esclavo y dicen: ¿para qué más? ¿Acaso vale más? Hay una Biblia anotada que dice que en el código de Hammurabi ese era el salario por dos años y medio de trabajo de un jornalero. En la Escritura era el precio de un esclavo (Ex. 21: 32). Casa del alfarero no había en el templo. 

Los trabajos de un pastor tienen gran valor y si lo hace bien nunca es demasiado, aunque él no pida aumento y esté conforme, como es su deber. En nada estoy de acuerdo con esos descomunales salarios que embaucando a los inocentes se han asignado algunos pillos predicadores, a los cuales no les importan el rebaño del Señor, que esquilman sin remordimientos. Antes me refería a los genuinos profetas de Dios que aman la iglesia más que a ellos mismos, casi como al mismo Dios. 

Por otra parte, hay malos y carnales como estos que aquí el texto trata, que no le dan mucho valor a lo espiritual, ni tampoco al trabajo pastoral que se hace (con o sin defectos) para rescatarlos y reconciliarlos, ni a las visitas que de cuando en cuando les hace el mismo Señor para que sean salvos.  Y si pudieran juntar todos los sermones oídos, las visitas en casas, hospitales y cementerios, oraciones, consejos solicitados y gratuitos, estudios bíblicos, y los llantos acumulados en la redoma de su oficina o platicando con la que duerme a su lado, estimarían que no dejando ni un suspiro afuera, un buen sueldo sería un puñado de monedas que iguale al que menos gane en la iglesia. Pero toda esa profecía no queda lúcida hasta que a Judas Iscariote le paguen su salario.

También es verdad que hay pastores insensatos que no llevan esos aperos mencionados, y no merecen ni siquiera que se les pague con la dracma perdida. ¡Ay de aquellos infelices donde les caiga uno! A continuación el Señor habla de un "pastor insensato que no visitará las perdidas ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada" (11: 15-17). Es un retrato de cierto pastor despreocupado  y holgazán que sólo piensa en quitarles lo que pueda a los hermanos. Es un castigo que les profetiza, dándoles malos pastores que ocupen los púlpitos que tenían los genuinos siervos. Así castiga Dios a las iglesias que desprecian sus buenos pastores, enviándoles auto nombrados apóstoles que los despojen, les empeñen las prendas que recogen en emotivas reuniones, que les quiten lo que tengan, y por añadidura los maltrate, les crispe los puños y los abofetee (2 Co. 11: 19-21).

11: 15-17

"Pastor insensato que no visitará las perdidas ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada". Se refiere a los reyes malos que les enviaría, que los despojarían. Sólo gobernantes que no les importaría para nada la situación espiritual del pueblo. Y de esos Israel y Judá tuvieron muchos. La idolatría y el desfalco gubernamental irían de la mano. Por otra parte esto es un retrato de cualquier pastor evangélico a no ser que sea un despreocupado holgazán que sólo piensa en esquilmar las ovejas. Es un castigo que les profetiza, dándoles malos pastores en sustitución de él mismo y de sus genuinos pastores, los profetas. Así castiga Dios a las iglesias que desprecian sus buenos pastores, enviándoles falsos apóstoles que los despojen, que les quiten lo poco o lo mucho que tengan, y por añadidura los maltrate, hasta el punto que el colérico avaricioso les crispe los puños y los abofetee (2 Co. 11: 19-21).

12: 1

“El Señor que extiende los cielos, pone los cimiento de la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él”. En una forma más “linda” diría que estira los cielos como si fueran elásticos (Sal. 104: 2) y los adorna con puntitos brillantes, y sintamos que él está por encima y nosotros muy pequeños. Aquí abajo también trabajo con su palabra, que son sus manos, e hizo la tierra y sobre ella animó a sus criaturas, entre ellas nosotros. 

 

12: 5

"Los capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios". Los enemigos de la iglesia se verán obligados a reconocer que Dios los fortalece, pero en especial el pueblo de Dios, Judá. Los que lo duden, los desanimados, verán que Dios hace una obra especial con el pueblo donde él habita. Señor danos esa fuerza.

 

Sin bufonadas señores, sin payasos 

Zac. 12: 6-14 

“En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.  Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.  En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.  Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.  Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;  los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí; todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí”. 

 

"Y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén". Estos son los pasos para la restauración divina de la iglesia.  Lo que aquí se dice para la vieja Jerusalén se dice mayormente para la nueva Jerusalén, la iglesia cristiana. Nota primero el lugar de Jerusalén; ¿dónde? En Jerusalén (v. 6). Jerusalén no puede estar en otro sitio sino donde Dios la fundó, sobre el monte de Sion y rodeada de ellos, en el lugar donde Abraham dispuso un altar para sacrificar a su hiJoe.No en Egipto, sitio de servidumbre sino donde fue conquistada por Dios, en lugar de libertad, en una posición de redención. No en Babilonia, en cautiverio, en deportación, sino en Jerusalén, en su propia tierra, no en Atenas, fundada sobre filosofías de hombres sino en la sabiduría del Espíritu. La iglesia tiene que ocupar su lugar, desde Dan hasta Beerseba, en los límites de las promesas, con sus fronteras y límites bien señalados para que no se disuelva en las costumbres de los pueblos del mundo, con sus murallas bien altas, con sus torres para atalayar, en santidad. Si la iglesia es sal de la tierra, luz del mundo, columna y apoyo de la verdad, ocupa el lugar que Dios le ha mandado. Después de un interludio de cómo llegará a ser triunfante (vv.7-9), continúa para decirles que la restauración divina de la iglesia está en las manos del Espíritu Santo (vv.10-14).  

Primero en la abundancia del Espíritu porque dice que "derramaré"; yo no dudo que haya muchas iglesias que estén funcionando con algunas gotas del Espíritu, pero no con la "plenitud" del Espíritu, aún no han experimentado esa celestial abundancia. Y por eso entiendo varias cosas. La disposición y solicitud por el Señor la sigue un profundo interés en la vida espiritual propia; no primero los de afuera sino de los de adentro, de uno mismo, una restauración profunda porque hay mucho lamento por la condición pasada y presente de uno, muchas cosas que lamentar y por las cuales llorar, tanto tiempo perdido, tantas cosas mal hechas, tantas oportunidades desaprovechadas, tantas decisiones  equivocadas, rumbos insensatos, pensamientos errados. No con algún suspiro y cierto remordimiento sino con muchas lágrimas. No con conciertos musicales, obras de teatro y pantomimas. Sin bufonadas señores, sin payasos. 

No se puede recuperar la iglesia sin llorar; o de un modo frío y desinteresado. Los pastores llorando por ellos mismos, las esposas de los pastores llorando por ellas mismas, los hijos de los pastores llorando por ellos mismos, los diáconos llorando por ellos mismos con sus familias, cada joven llorando, lo ancianos llorando por ellos mismos; cada uno preocupado por su propia vida espiritual; entonces y solamente entonces la iglesia estará capacitada para poder predicar el evangelio en el mundo, para tener un mensaje de salvación no culturizado; para salir a buscar las almas perdidas. Una iglesia poderosa: reformada, avivada y evangelizadora. El lugar de Jerusalén es en el Espíritu donde el Señor la fundó, un lugar de mucha seriedad y solemnidad, y si no es así y no llora, Jesús llorará sobre ella.

12: 7

“Salvará primero a las tiendas de Judá”. Empezará Dios por los de extramuros, los que fácilmente pueden ser aniquilados; y empezando con salvar a los de la periferia irá Dios avanzando y ayudando a los mejores protegidos en Jerusalén, para que los de dentro de las murallas no digan que su fortaleza los protegió y no la mano divina. Dios les dio un punto de referencia con los más débiles para que no alardeen. 

12: 8

“El más débil será como David y la casa de David será como Dios y como el ángel del Señor delante de ellos”. ¡De veras que Dios ama a Jerusalén! Si en verdad pudieran creer que eso sucedería en el día del peligro, sus habitantes no se estremecerían de miedo ni con un solo temblor. Dios hará de cada uno de ellos un héroe como David, un guerrero; y más que eso fuertes como el omnipotente, serán como Dios; y por supuesto, invencibles como si tuvieran como en el desierto, el ángel de Jehová enfrente. Esto es para que miren sin temblores las hipotéticas adversidades. Muchas veces hemos pensado en el futuro con mucho miedo, sin bendiciones. Es fe lo que nos falta, y las ayudas de Dios prometidas en la Biblia, permanecen intactas.

Zac. 12: 10

"Y derramaré espíritu de gracia y de oración y mirarán a mí a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito". Por supuesto que esta profecía habla de la crucifixión de Jesús, y si dice “mirará a mí a quien traspasaron” es porque “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Co. 5: 19), no tomándoles a los hombres en cuenta sus pecados. Lo mismo que la profecía sobre las monedas de plata que no arroja su completo cumplimiento sino hasta que le pagan a Judas. Oh cómo anhelo ese espíritu de oración. Oh, Señor, abre mis labios para orar; que mis labios se abran por tu gracia, que sea la gracia la que preceda mi oración, la que me motive a orar; Señor no es verdadera y útil una oración que se eleva sin gracia; jamás llegará a ti. Una verdadera oración es un don celestial. Revela una obra de gracia hecha por ti en el corazón (Ge. 4: 26); indica la presencia del Espíritu Santo sobre la vida del que ora.

 

El pecado es lavable

Zac. 13:1 

“Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza”. 

 El pecado es algo sucio; aquí se le llama impureza o inmundicia. Y aunque la palabra “lavar” no se halla en el original se introduce para aclaración y está bien puesta porque si hay una fuente “abierta” según el texto es con ese propósito específico no para beber, porque el pecado ensucia lo que toca, sean las cosas, las organizaciones humanas, los cuerpos y almas de los hombres.   Entonces el pecado es lavable, aunque no loable porque no merece ni una sonrisa, ni un solo aplauso o aprobación; pero por supuesto que es Dios el único que lo puede lavar no el mismo que lo comete; y si la fuente está abierta quiere decir que está disponible. Y cuando el pecado es  abundante y por eso se habla que hay una “fuente”, no un simple grifo, por cuanto si el pecado abunda “la gracia sobreabunda”. El pecado es mucho. Una fuente disponible por cuanto se halla abierta, o sea una fuente pública y específicamente para la familia de David o sea todo el pueblo de Israel, o toda la dinastía de David, de la cual nosotros por medio de Jesús, estamos en su genealogía. Con todo y lo que somos, porque en la corta lista de nombres que leemos al comienzo del evangelio de Mateo, y lo leímos en la pasada Navidad (Capítulo 1), hay nombres sucios, al menos lo fueron por un tiempo, no para desacreditar la familia sino para dar ánimo a los que estamos lavándonos en la iglesia. Y esa fuente abierta por supuesto que es el costado de Jesús traspasado (12: 10), o sea, su sangre en la cruz; así pues la purificación del pecado equivale al perdón de los pecados y a la santificación, y con ella “nos lavó” en la sangre de Jesucristo (Apc. 1:5)

13: 3

"Y acontecerá que cuando alguno profetizare aún, le dirán su padre y su madre que lo engendraron: No vivirás, porque has hablado mentira en el nombre Jehová; y su padre y su madre que lo engendraron le traspasarán cuando profetizare". No recuerdo que alguien haya llevado su celo a ese extremo: Darle muerte al familiar que abandone el camino del Señor o que se autoproclame profeta sin serlo. Finees alanceó a una pareja pero no era nada de él. Saulo arrastraba a otros, no a los suyos. El Señor pidió algo parecido a Abraham, que sacrificaran a su hijo Isaac. Es en la familia donde se sirve o se rechaza a Dios verdaderamente. Es mejor lo que ocurre en el v. 4 porque por el Espíritu Santo mortificara la conciencia de esos impostores y ellos se arrepentirán. Siempre la entrada en vigor de la gracia y del Espíritu Santo es mucho mejor que la ley. Lo que es imposible para la ley es posible para Jesucristo. Cierto es que quien amare a padre o madre más que a Jesucristo no es digno de él (Mt. 10: 37).

13: 5 ,6

"Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, pues he estado en el campo desde mi juventud". Un testimonio evidente de verdadero arrepentimiento. Hay variadas interpretaciones del texto. Hay quien afirma que fueron los padres que le hirieron en las manos, pero ellos no castigaban ahí; otros que son marcas hechas en cultos idolátricos que se les descubría, lo cual es improbable. Yo prefiero otra explicación, que es como si dijera: “Yo me metí a esto sin saber lo que hacía pero en realidad soy un indocto campesino, lo lamento y mis amigos me han castigado, y lo sé, mucho menos que la pena de muerte, pero Dios se satisface con este castigo similar al de su Hijo Jesús". Los amigos le infringen castigos por lo que ha hecho, por haberlos descaminado y robado; dice Calvino que era un antigua costumbre. Mira como reniega de su antigua profesión y quiere decir que está civilmente castigado y que no se meterá más en ese asunto de usurpar un llamamiento que no le corresponde y mentir (v.4). No estaría del todo mal si se le practican “cuarenta azotes menos uno” a los que suben al púlpito sin permiso de Dios y si insiste y daña una iglesia o a muchos que son fanáticos de su programa de radio y televisión, entonces que se le meta en prisión hasta que pague “el último cuadrante” por indemnizaciones (Mt. 5:25-26).

 

Con un poquito Dios cumple su propósito

Zac. 13: 7-9

"Levántate contra el pastor; y hiere al pastor y serán dispersadas las ovejas y haré volver mi mano contra los pequeñitos". Cristo se refirió a esto (Mt. 26: 31, 32). Así ocurrió, el pastor herido, las ovejas a la deportación y sólo una tercera parte regresaría; con ese poquito, Dios cumpliría su propósito; con esos pocos también sometidos a grandes pruebas como la plata y el oro, seguiría adelante con su plan de salvación hasta que hiciera entender que todo aquel que invocara el nombre del Señor sería salvo. De los cristianos se agradó (1 Co. 10: 4 ,5; Apc. 9: 27). El Señor no necesitará muchos. Cuando Dios elige algunos para una gran obra, esperen sacrificios y persecuciones con bendiciones. La traducción “volveré mi mano contra los pequeñitos” también permite que se traduzca “sobre los pequeñitos”. En el primer caso es como si dijera que los pequeñitos sufren las consecuencias de la herida del pastor; en el caso propio de Jesús y los apóstoles, ellos fueron perseguidos. Pero también se puede decir que su mano benévola estará a favor de los pequeñitos y sobre ellos en todo momento. Con todo, las dos situaciones podrían conjugarse y la una no excluye a la otra. Esta profecía es demasiado oscura para ser explicada en su contexto histórico, sin embargo, siendo halada por el Señor hacía sí mismo, queda clara como el día en un contexto neo testamentario.

13:8,9

“La tercera parte”; será salva aunque metida en muchísimas aflicciones. Es bellísimo esto: “Y meteré en el fuego la tercera parte, y los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocarán mi nombre, y yo les oiré, y diré: Pueblo mío; y ellos dirán: Jehová es mi Dios”. Un remanente, pequeño, escogido por gracia, que ha sufrido mucho, como si fuera quemado vivo; pero sólo la escoria ha de desprenderse de ellos que brillarán como plata pura; y así con muchos pesares en el corazón orarán a Dios y él les responderá, los declarará su auténtico pueblo y su pueblo lo reconocerá como su Dios.  

De ningún otro pueblo puede estar hablando sino de la iglesia cristiana, que en algún momento de su historia, disminuida por la persecución y purificada de sus males, se volverá completa al Señor.

 

Veintisiete nuevos documentos

Zac. 14.

A mí me parece que hay muchas figuras dentro de un marco histórico para hablar sobre la victoria mundial de Israel y su venganza por lo que le hicieron los paganos a su capital; pero siguiendo más allá del triunfo militar que se le pronostica, y apareciendo en la historia Jesucristo y la iglesia cristiana, la visión tiene que estar entre sombras hablando de eso, mezclando la venida de la gracia y la salvación desde Jerusalén a todos los países del globo que militarmente a veces fueron sus adversarios y teológicamente siempre sus enemigos. Esto es un mensaje de esperanza y fe en el futuro, una forma de que crean, y que pase lo que pase se recuperarán y a la larga en alguna manera serán los campeones. A la única venganza que puede aspirar Israel contra todos sus enemigos, es a la conversión del mundo a su fe en Jehová. Pero para eso tiene Israel primero que ser convertido y recibir a su Mesías crucificado y entonces como quien dice desde Jerusalén Cristo gobernará el mundo por medio de su Escritura, ampliada con veintisiete nuevos documentos, es decir el Nuevo Testamento. 

 

Juan, Gill, MacArthur y Calvino

Zac. 14: 4, 5

"Y el monte de los Olivos se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 

Y huiréis al valle de los montes; porque el valle de los montes llegará hasta Azel. Y vendrá Jehová mi Dios y con él todos los santos". 

Con el material de estas palabras los imaginativos inventan teorías, y dicen que literalmente ocurrirá partiéndose en dos el monte de los olivos para hacer espacio para el Valle de Josafat y quepan las naciones beligerantes durante el Armagedón, y después de plantar Jesús sus pies allí, en Jerusalén se queda y comienza su dominio de mil años. 

Calvino está opuesto a esa fractura y yo le sigo gozoso. Debieran a esos imaginativos señores darles un premio por hacer novelas de las visiones y sueños de la Biblia y de bofetadas por enseñarlas como un coherente sistema de escatología. Es decepcionante leer al gran John Gill estar de acuerdo con los preemileniaristas, y otro tanto, otro John, McArthur, que escribe otras cosas muy buenas. Yo por mi parte, si pudiera por celo o exageración, recogería todos esos libros de magia y se los daría a los recién convertidos efesios para que alimenten el fuego de su hoguera. 

Y si eso no es posible porque regados por el mundo andan, cada escritor o predicador si le viene a la mano la ocasión, llame al amileniarismo de otro  John, Calvino, y métase de lleno en sus enjundiosos escritos, que es más excelso que los anteriores, para que diga algo como él sabe decirlo, que estremezca la Catedral de San Pedro, Ginebra, El Tabernáculo Metropolitano (antes del glorioso Spurgeon), y haga eco en Grace Community Church en California, y corra hasta Tarso y se entere a San Pablo, bueno todavía no era San, sino Saulo, y adviértanle lo que quieren hacer con sus epístolas, meter dentro de la segunda venida de Cristo un monte y un “montón” de años, cuando allí no cabe ni un alfiler.

14: 6

"En ese día no habrá luz clara ni oscura". Es difícil escrutar el día final.

14: 8

“Aguas vivas, la mitad irán hacia el mar oriental”. El evangelio fluyendo hacia los países del este. “La mitad hacia el mar occidental”; el mismo evangelio que sale de Israel siendo predicado en occidente. Con todas sus objeciones me quedo con esa interpretación.

14: 10

“La tierra se volverá llana”  como una planicie, una meseta que es fácil caminar por ella y sobre todo ser vista desde gran distancia (Calvino). Una ciudad abierta y sin obstáculos puestos para los que de otros países vengan atraídos por sus lluvias, aguas vivas e incomparables leyes espirituales. La exposición sencilla del evangelio tiene ese mismo efecto, hacer fácil la entrada a los ciegos, cojos, paralíticos, rameras y publicanos que quieran entrar al reino de los cielos.

14: 12-18

"Esta será la plaga: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas de sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca". ¡Qué terrible es luchar contra Dios y qué espantosos son sus castigos! Esta enfermedad da pánico nada más mencionarla y mucho más describirla; pudrirse de pie, vestido, sentir las carnes blandas y caerse y oler cada uno su propia hediondez; ser comido vivo, o muerto quizás, por el gusano que nunca muere; y ser devorado de dolor por las pasiones que como fuego nunca se extinguen. Pudrirse de pie. Es una maldición tan terrible que de pronosticarla nada más debiéramos caer de rodillas y pedir perdón. A la sola mención del abandono de Dios y los castigos del infierno, y los remordimientos de conciencia debieran hacernos pensar dos veces deponer las armas y dejar de guerrear contra el Altísimo.

14: 16

"Y los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, Jehová los ejércitos y celebrar la fiesta de los tabernáculos". Por supuesto que no literalmente porque ya esa fiesta está abolida. Los enemigos convertidos a aquello que odiaban y procuraban destruir, ¡celebrando la fiesta de los tabernáculos como si ellos mismos hubieran estado en el desierto y hubieran recibido la Ley de Dios, como si hubiesen estado bajo el palio de Moisés, como si la Ley hubiera sido dada para ellos, como si fueran verdaderos israelitas! Esa es la maravilla de la conversión, del Espíritu Santo operando un nuevo corazón en el más vil y cruel de los paganos existentes en el mundo. Los que asolaban la iglesia ahora forman parte de ella y son sus mejores defensores; y algunas veces sus más connotados mártires.

14: 16-18

"No vendrá sobre ellos lluvia". No adorar a Dios es un pecado grande; así se le llama. Maldito el que no amare al Señor Jesucristo (1 Co. 16: 22).

14: 16-20

"Y si la familia de Egipto no viniere no habrá sobre ellos lluvia; vendrá la plaga con que Jehová los herirá". Un reavivamiento mundial del judaísmo (de eso habla el Apocalipsis en el caso de los "dos testigos"); y ese gran avivamiento ocurrió con el cristianismo. Y las naciones que lo reciben son bendecidas y las que lo matan en su seno, sufren después y mueren.

14: 20, 21

"Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos". Aquí los literalistas se llenan sus bocas como  en un banquete, diciendo que con la edificación del nuevo templo hecho por el anticristo se pondrá en funcionamiento todo el sistema levítico de adoración, incluyendo por supuesto,  atuendos sacerdotales, caballos de guerra (supongo que de los enemigos vencidos porque ellos los tenían prohibido. Salomón los tuvo), campanillas y tazones llenos de cuerpos de animales sacrificados y revolcados en charcos de sangre. Pero eso lo dejo para otros que tengan una fe del tamaño de un grano de mostaza y puedan  quitar de en medio montes y valles, sicómoros y otros inteligentes obstáculos. Para mí aquí la visión se despide concentrada totalmente dentro de un contexto de esperanza judía. Oh Señor bendito seas. Amén.

 

 

 

Malaquías

Por Mathew Henry

 

“Los profetas de Dios dieron su testimonio a la iglesia, cada uno en su día, por varias generaciones, testificaron contra el pecado y los pecadores, atestiguando las verdaderas intenciones de Dios en su providencia y en su trato con su pueblo, y la clase de intenciones que tenía con su gracia en relación con su iglesia y los días del Mesías, de quien todos los profetas dieron testimonio, y ese testimonio entre ellos concuerda. Ahora solamente tenemos un testigo para llamarlo, el Mesías, y eso lo hacemos con nuestra experiencia, y aunque él es el último y con él la profecía ha cesado; sin embargo el Espíritu de profecía lo veía claramente, tan fuerte y brillante en cualquiera de los tiempos pasados, de modo que su testimonio desafía a cualquiera otro.

“Los judíos dicen que la profecía continuó durante 40 años en el tiempo del segundo templo, y a esta profecía ellos le llaman “el sello de la profecía”, porque en él la serie o sucesión de los profetas fue interrumpida finalmente. Consideremos, primero, la persona del profeta. Lo primero que tenemos en relación con este libro es su nombre, Malaquías, sin saber su país o parentesco. Malaquías significa mi ángel, lo cual ha dado pie a varias conjeturas de que este profeta verdaderamente era un ángel venido del cielo y no un hombre, como se puede ver en esta cita bíblica (Jue.2:1). Sin embargo esta forma de pensar no tiene fundamento. Los profetas fueron mensajeros, mensajeros de Dios, y este profeta fue uno de ellos. Su nombre es exactamente el mismo que se puede encontrar en el original (3:1), por mi “mensajero”. Por lo cual debido a esa palabra puede ser llamado de esa manera aunque probablemente tuviera otro nombre; así se le llama Malaquías.

“La paráfrasis caldea y algunos judíos sugieren que Malaquías fue el mismo que Esdras pero eso tampoco tiene fundamento. Esdras fue un escriba, y jamás se dice que haya sido profeta. Otros sin embargo van más allá de esa probabilidad y lo identifican con Mardoqueo. Pero tenemos razón para concluir que él fue una persona cuyo nombre propio es ese precisamente por el cual es llamado. La tradición de alguno de los antiguos es que perteneció a la tribu de Zabulón y que murió siendo aún joven. En segundo lugar el alcance de la profecía. Hageo y Zacarías fueron enviados para reprender al pueblo por causas de demorarse en la construcción del templo. “Malaquías fue enviado para reprenderlo una vez que el templo fue edificado, y por la profanación del servicio del templo, porque mediante superstición e idolatría se fueron al otro extremo de impiedad y falta de religión, y los pecados que este profeta reprueba son los mismos que uno puede encontrar en las quejas del tiempos de Nehemías, con quien es probable que el haya sido contemporáneo. Ahora que la profecía ha cesado Dios habla claramente por medio de su Mesías que se halla cerca, una vez que todos los otros profetas ya han pasado, y concluye con una dirección dada al pueblo de Dios para guardar la ley de Moisés mientras esperaban el evangelio de Cristo”.

 

MacArthur

Fondo histórico

“Solamente 50.000 exiliados regresaron a la tierra de Judá desde Babilonia (538-536 a. C.). El templo había sido edificado bajo el liderazgo de Zorobabel (516 a. C.), y el sistema de sacrificios renovado. Esta ya había regresado en el año 458 a. C., seguido por Nehemías en el 445. Después de regresar a la tierra de Palestina, solamente un siglo después, la rutina del ritual religioso de los judíos los condujo a la dureza de corazón hacia Dios y hacia su grande amor por ellos, e hizo que se apartaran de su ley, tanto el pueblo como los sacerdotes. Malaquías les reprochó y condenó esos abusos, reprendiéndolos duramente y llamándolos al arrepentimiento. Cuando Nehemías  regresó desde Persia la segunda vez (424 a. C., él vigorosamente los reprendió por estos abusos tanto en el templo como en el sacerdocio, por la violación del reposo de día sábado, por divorciarse sin causa de sus esposas judías para casarse con mujeres gentiles (Neh.13)”.

 

 

A Esaú le iba todo viento en popa, pero no era de los escogidos 

Mal. 1: 1-5

Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob,  y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto. Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová engrandecido más allá de los límites de Israel”.  

A veces uno ve que a los no cristianos les suceden cosas mejores que a los siervos y siervas de Dios, tienen mejor salud y los guía una mejor fortuna, y dicen para sí: “verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia” (Sal. 73: 13). Cuestionan el amor de Dios y descartan la utilidad de la oración, hablan del engaño de la fe, la ilusión de las promesas y las contradicciones de la providencia. La vida espiritual está hecha una ruina.

Israel al mirar a su vecino Edom que prosperaba sin Dios se decía para sí mismo: "permanecen a pesar de sus iniquidades, no importa lo que sus ciudades sean. Ahora son mayores y más hermosas, han mejorado en estos setenta años; han edificado muchas calles y casas nuevas; en contraste con nuestras poblaciones que están ennegrecidas por el fuego y destruidas; ellos permanecen erguidos con más pecados que nosotros, como si haciendo mal les hayan venido bienes" (Ro. 3:8-18). 

Entonces Israel es llamado a la reflexión; ¿cómo se engendraron ambos pueblos? Aunque hayan prosperado serán destruidos, "amé a Jacob y a Esaú aborrecí" (Ro. 9: 13). El amor de Dios hay que localizarlo no en las circunstancias sino en la eleccióny mirarlo con distancia eterna, más allá del tiempo. La elección para la salvación, hecha desde la eternidad, el tener el nombre escrito en el libro de la vida, la suministración del Espíritu Santo, el perdón de los pecados, la esperanza de la resurrección y la entrada al reino de los cielos, valen más que todas las riquezas de las naciones juntas. A la larga la suerte de Lázaro es mucho mejor que la del hombre rico que  elegantemente se banqueteaba día por día. Que Dios nos ignore es la peor mala suerte. La elección es una doctrina de amor.

Es el propósito de Dios con Israel lo que muestra su amor, pero ¿qué propósito y qué elección mostró con Esaú? Ninguna, aunque todo le iba viento en popa y a toda vela. Si acaso para aborrecerlo. Yo diré hoy al Señor "aunque me matares en ti confiaré" (Job 13:15). "Tú me castigas pero no te apresuras a destruirme" (Pro. 19:18). "No respondes mi oración como quisiera pero tienes de mí clemencia". "A la larga, a la larga permaneceré y seré ayudado, por lo tanto no me apresuraré" (Ro. 9:33). Y si la satisfacción de ser un escogido por Dios no sobrepuja mis dolorcillos propios y si continúo con esa chiquillada de que “Dios no me ama”, es que mi fe no alcanza ni siquiera el tamaño de un grano de mostaza.

 

La calidad del culto cristiano

Mal. 1: 6

"El hijo honra al padre y el siervo su señor. Si, pues yo soy padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi temor?". Estas palabras son similares a las que dijo nuestro Señor (Mt. 7: 22, 23), y la esencia de ellas es la hipocresía de una religión verbal; exactamente como dice el apóstol Juan (1 Jn 3:17). Honra y temor son las palabras que se acoplan muy bien dentro del culto que da un verdadero adorador, que adora en Espíritu y en verdad. ¿Cómo dices que amas a Dios y no guardas sus mandamientos? El amor siempre te hace pensar que tú eres hijo y que él es Padre; que hay una distancia entre el uno y otro y que tu vida se la debes a él. El amor de padre conlleva respeto y obediencia, y no se debe explicar el amor de Dios sino dentro del significado de esa combinación de hijo y siervo (Lc. 6: 46), que implica un respeto con temor al castigo o al menos a la posibilidad que suceda. El castigo de Dios está implícito en su justicia y manifestado en la doctrina de la justificación por medio de la fe en la muerte de Cristo. En cuanto al siervo no está delante de su señor temblando sino más bien con respeto y reverencia, también listo para la obediencia. Así que el Señor reclama lo mejor en su culto, amor mostrado en honra y temor mostrado en respeto hacia lacalidad del culto y la reverencia en la adoración. Sobre el comportamiento de estos sacerdotes comentamos los versículos siguientes.

 

Lo mejor es para Dios no para nosotros

Mal. 1: 7-9

"En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos". La causa de toda esa decadencia en la práctica religiosa del pueblo era la decadencia espiritual de los sacerdotes (2: 1, 2). Aquí vemos no sólo un bajo concepto de la religión sino un bajo concepto de Dios mismo, un menosprecio del culto. Lo que estos sacerdotes hacían era inadmisible; Dios pide lo primero y lo mejor, lo excelente, el nardo puro (Mr. 14: 3); la leche no adulterada (1 Pe. 2: 2) (sin engaño), no quiere  pan no leudado con hipocresía (Lc. 12:1; 1 Co. 5: 6-8), un amor ferviente (1 Pe. 4: 8). Oh cristiano, que tu culto no decaiga en calidad, lo defectuoso, lo dañado, lo enfermo, ofrécelo a nadie; si los hombres no lo quieren, Dios menos. Si vas a tañer hazlo bien (Sal. 33: 3); si eres maestro enseña bien, si eres sacerdote y ministro que tus manos estén limpias y tus intercesiones prontas y disponibles a favor de los pecadores porque perteneces al orden de Melquisedec (He. 5: 1-4); ora por el favor de Dios para ellos (v. 9); pide misericordia y pide perdón porque para eso te constituyó Dios. Si vas a construir y continúas sobre otros trabajos y ministerios, no lo hagas con heno y hojarasca (1Co. 3: 12, 13). ¿No es tu meta agradarle? (v. 9). El Señor debe ocupar el primer lugar no el segundo o el tercero. En el culto la adoración a Dios debe ser lo primero y no la satisfacción de los adoradores (que es horrible e indignante), lo cual semejante menosprecio es una blasfemia. ¿Cómo deseamos la ayuda divina, incluso para nuestros propósitos, si nuestras obras no tienen suficiente calidad y si se vendieran tendría que ser baratas?

 

No pongas a Dios en el suelo

Mal. 1: 10-14

¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos. Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable. Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones”. Aquí se sigue el desarrollo del asunto anterior y se amplía en varios sentidos. La palabra inmundo y menosprecio aparecen un par de veces en todo el capítulo, señalando con eso que Dios se sienteofendido, menospreciado, desvalorado cuando el culto establecido por él  es puesto  en el piso, en el suelo, que dicho sea, es uno de los sinónimos que se puede usar para traducir la palabra inmunda refiriéndose a su mesa (v. 12). No solamente con hipocresía llevaban lo peor al culto, lo más malo que tenían, lo que ni siquiera a un hombre se le ofrecía, sino que hacían comentarios, "decís" (vv. 12, 13); y para colmo lo hacían de mala gana, obligados y protestando llamándole "fastidio" (v. 13), que se puede traducir como aburrimiento o problema. Caminaban hacia el culto con el mismo sentimiento que si enfrentaran un problema o fueran a padecer y sufrir con aquella obediencia; les pesaban los pies para andar hacia el templo, y por supuesto no iban a llevar lo mejor sino lo incompleto, lo que les sobraba, lo que ellos mismos no querían, es decir, de segunda, tercera o cuarta calidad. No eran felices en las fiestas solemnes, se aburrían con los símbolos y las ceremonias: eran actos vacíos. Ese estado de ánimo puede ser por decaimiento de la fe o puede ser porque el supuesto adorador es un hombre natural, no nacido del Espíritu. ¿Qué, aborreces la práctica de tu religión? ¿Sacarás algún placer en la adoración, en la alabanza, en el mensaje de la Palabra, en las conversaciones santas? Cuando eso pasa, falta el Espíritu en el culto y no le interesa la adoración de los mandamientos de Dios. Ante esa situación el Señor les dice cosas sobresalientes: que no se agrada de ellos y que imploren, que caigan sobre sus rodillas y oren por su favor (v. 10), o alguien que cerrara el templo a personas con tan defectuosos sacrificios porque dice que "no tengo complacencia en vosotros", es duro (v. 9), "orad por el favor de Dios". Los vv. 11, 12 se explican así: "Tengo a otra gente que también no conocen, no tienen un culto organizado como el que vosotros tenéis, sin embargo ofrecen lo mejor, y además ofrenda limpia. No piensen que son los mejores adoradores del mundo, hay otros desconocidos, que vosotros no sabéis  quiénes son (los gentiles), que son mejores creyentes que vosotros, y sin embargo tienen muchísimos menos privilegios que lo que vosotros tenéis. Si dicen: ¿y qué nos aprovechará? La respuesta es: por nimio que sea el trabajo por Dios, pequeño, no lo hará de gratis, nadie perderá su recompensa (Mt. 10: 42).

 

Qué fastidio es ir al culto

Mal. 1: 13

“¡Qué fastidio! y con indiferencia lo menospreciáis, dice el Señor”. En cuanto a los sacerdotes y ayudantes, decían que lavar el animal, matarlo, derramar la sangre, quemar una parte, desechar otras, recoger las cenizas, componer la leña sobre el fuego, que todo eso era fatigoso, aburrido, y una pesada carga pobremente pagada. En relación con los adoradores tenían que transportar el animal sobre los hombros, en alguna bestia, y les parecía la tarea cansona y sin propósito. Y el Señor lo había oído todo, que para ellos el culto era fastidio y aburrimiento. No podían cambiarlo, tenía que seguir igual como lo indicaba la ordenanza del Señor. Lo que le faltaba a todo aquello era su significado espiritual. La gente lo hacía sin encontrarle una relación con ellos; y eso porque continuaban con el culto pero sin la palabra de Dios y por supuesto sin Espíritu Santo, así les resultaba fastidioso y vacío. 

Es cierto que hay cultos aburridos, y no culpo mucho a los adoradores si así lo encuentran porque ciertamente los ministros son los que lo ponen aburrido. El problema de ellos no se hallaba en el ritual mismo que no podía cambiarse sino que comenzando por los sacerdotes y levitas hasta el pueblo, a todos les era fastidio y aburrimiento el culto religioso; y lo sentían así porque había perdido significado en sus vidas y eso ocurrió al ir desapareciendo la palabra de Dios. Traían aquellas ofrendas defectuosas imaginando que a Dios le daba igual, que no había ningún problema con eso, bien porque desconocían la exigencia de la ley o porque pensaban que no había que ser tan estrictos en su cumplimiento. El asunto estaba situado en la ignorancia de la Palabra de Dios o en su interpretación liberal de ella, en la práctica al menos, aunque no modificaran la letra en sí misma. Habían bajado los estándares bíblicos sin temor alguno, aquello no tenía gran importancia para ellos. Ocurre así: primero desaparece la palabra de Dios del culto, va quedándose sólo la forma y las ceremonias, como consecuencia se debilita la religión, la gente protesta, empieza a descender la calidad de la adoración en relación al contenido bíblico, empiezan a faltar a la rutina y ya finalmente se van todos los adoradores.  Cambiar el culto, no debían. Debían seguir apegados al modelo que se les dio en el monte. Nunca debía ser entretenido sino solemne y con significado espiritual. Que los dejara no contentos solamente sino con gozo en el Espíritu, con deseos de orar, llenos de gratitud, con apetito y ganas de compartir la experiencia con otros.

 

Nuestra prosperidad se llama Bendición 

Mal. 2: 2

Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón”. Como ya he dicho, los sacerdotes eran los primeros responsables del decaimiento espiritual de la religión entre el pueblo. Son ellos los que no ponían la palabra de Dios en sus corazones. "Porque no os habéis decidido de corazón", no es la traducción más afortunada. Mejor sería que no tenían el culto a Dios, o la Palabra de Dios, en el corazón. No habla nada de decisión. La decisión es el clímax de un proceso de salvación. Oh Dios, si no hay bendiciones nuevas al menos ayúdanos a que se preserven las que ya nos diste. No nos quites tu Santo Espíritu, no nos falten tus profetas ni escasee tu palabra entre nosotros, no nos dejes sin visión ni sueños, la oscuridad espiritual es horrible y acudiríamos a otras cosas para sustituir lo que no tenemos. Oh Señor, si tu Santo Espíritu es retirado de nuestras asambleas, tu pueblo perderá su interés en la adoración pública, la profanará y la abandonará; y nuestras vidas se marchitarán como flores a las cuales ya no llega el rocío. Si hemos entristecido tu Santo Espíritu perdónanos y que permanezca en y sobre nosotros. 

No se enfermen las ovejas de tu rebaño, epidemias no toquen sus almas, las sanas que sigan sanas y fuertes y que se reproduzcan así, que los lobos que abundan cerca de las montañas de la salvación no arrebaten ninguna. No se extravíen. Los hijos nazcan fuertes, hereden las cualidades de sus progenitores, las mejores y no sus defectos. Nuestras hijas sean bellas, como esquinas labradas de un palacio, no se desvíen del camino que les hemos enseñado y el amor tuyo hacia nosotros se refleje en ellos. No nos falte el trabajo ni nos comamos nuestras ganancias, bendice nuestras propiedades, nuestros vestidos, zapatos, autos y hogares. Oh Señor, no nos quites tus bendiciones, no las maldigas. Que los hijos no sean objetos de tristezas ni el dinero nuestra maldición. Oh, que reconozcamos que nuestra prosperidad se llama bendición

 

El modelo antiguo de ministros de Dios

Mal. 2: 4-9

"La ley de verdad estuvo en su boca; e hizo apartar a muchos de sus iniquidades; porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría y de su boca el pueblo buscará la ley". Quiere que aquellos sacerdotes miren al origen de sus ministerios, Leví, el modelo antiguo, ¡cómo tenían palabra de Jehová aquellos ministerios antiguos!; y que vieran que los actuales eran muy diferentes a lo que había sido el padre de todos. Todo lo que se dice de Leví es hermoso. La Palabra de Dios es fundamental en todo este lamento divino. En cuanto a Leví, la palabra de Dios era "vida y paz" en su ministerio (v. 5); se nutría de ella, y con temor y humildad guardaba todos esos preceptos, y el pueblo confiadamente acudía a él para recibir mensajes de Dios, porque "la ley de verdad estuvo en su boca" (v. 6) y el resultado podría ser esperado y fue glorioso: separaba a muchos de sus pecados (v. 6). El pueblo confiaba en la integridad de vida de Leví, o sea su testimonio respaldaba la ley de Jehová que encontraban en su boca. 

Sin forzarlo dice que buscaba la ley en sus labios y se sentaba a sus pies a oírlo como quien oye al mismo Dios. En eso consistía principalmente el ministerio de Leví, en temer a Dios, recibir sus mensajes para el pueblo, vivir las palabras que les daba y con ellas, como mensajero de Dios, evangelizar a su nación; y hay un resultado en promesa que ellos irían para escucharlo y una vez de haberlo oído se separarían de sus pecados. Este ministerio sacerdotal y profético, este cuadro vivo dejado por Malaquías representa primeramente a nuestro Señor Jesucristo, a sus apóstoles y profetas y a todos los predicadores del evangelio. Pero desdichadamente en tiempos de Malaquías estos sacerdotes que debían ser profetas no eran ni un pálido reflejo de lo que por ley y designación, y posición, debían haber sido; el resultado fue la corrupción de la religión y que el pueblo los tuviera como gentes viles y bajas (“despreciables y viles” v. 9), porque no vivían lo que predicaban ni sus sermones eran palabra de Dios; la gente no tenía nada que ir a buscar donde estaban ellos. ¡Vivamos ministros, la ley que aprendemos y enseñemos con vida, ejemplo y predicación lo que oímos de Jehová de los ejércitos! Y la promesa es que sin esfuerzo el pueblo acudirá a oírnos.

 

Viejo y divorciado

Mal. 2: 10; 13-16

“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?  Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.  ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales”. 

 

Esto explica el menosprecio que el pueblo sentía hacia los sacerdotes y hacia la palabra de Dios, y que hubieran cerrado sus manos para no traer sus diezmos y ofrendas al templo porque veían vivir a sus líderes espirituales peor que como ellos vivían La gente no temía a Jehová (1: 6), porque los sacerdotes tampoco le temían y no estaban dispuestos a sostener económicamente a estos hombres corruptos, y menos darle lo mejor de sus vidas y ganancias (lee todo el capítulo anterior; y 3: 8-11). 

La calidad de las ofrendas era mala y los diezmos prácticamente no existían y los culpables eran los sacerdotes. Dios les enseña que él estaba contra el adulterio que practicaban, bien a escondidas o por el repudio (divorcio). El Señor piensa en la esposa engañada por su compañero, en la mujer que es víctima del adulterio de su marido, diciendo: "No le hagas eso a quien te dio su juventud". Les hace recordar el pacto que hicieron con ellas. 

¿Cómo haremos ya viejos lo que no hicimos jóvenes? ¿Perderemos la familia y la vocación? ¿Le haremos tanto daño al reino de Cristo? Si la sensualidad y el diablo se amigan para tirar del púlpito a un varón, dice el profeta que Jehová le echará el estiércol a la cara, sobre su nombre y reputación, y lo cubrirá con multitud de heces (v.3). Si lees 2: 10, 15, juntos, te das cuenta de que Dios nos enseña que todos somos hermanos, una familia, y no debemos dañarnos de ese modo. Está en orden que nos arrepintamos de esa locura y volvamos a ser fieles, cuerdos y santos, buenos cristianos como fuimos. Oh no, adulterio o divorcio pastoral nunca, y en la vejez menos.

Si lees 2:10,15, juntos, te das cuenta de que Dios nos enseña que todos somos hermanos, una familia, y no debemos dañarnos de ese modo. Las palabras el v.17, que muestran a Dios cansado por lo que oye decir: "Cualquiera que hace mal agrada Jehová y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?". Yo pienso que son las palabras de desencanto supremo que sentía el pueblo hacia sus líderes religiosos y porque observaban que seguían igual sin que el Dios de justicia los castigara y murieran en sus puestos (1 Te. 4:6). 

 

Jesús es el que nos hace regresar a lo que fuimos 

Mal. 3: 1-4

"He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos". Toda profecía tiene su contexto histórico y aunque tenga un cumplimiento más amplio y con matices diferentes, nunca del momento y para el momento donde se produjo uno puede desprenderse. Juan el bautista vino en juicio y Jesús también, aunque la profecía en primer orden se refiere al castigo de Jehová sobre Israel (v.3). En todo este capítulo se continúa con la situación anterior pero particularmente se extiende paulatinamente hacia el pecado generalizado por los sacerdotes dentro de la población; y Dios le dice a la gente que ellos cometen pecados como los sacerdotes. La venida del "mensajero" que Jehová enviará delante de sí a su templo, pienso que primeramente antes que Juan el bautista (Mt. 11:10); se refiere al mismo profeta Malaquías (2:7); y la venida que aquí pronostica es la anhelada y buscada por la gente, de juicio, porque preguntaban por la justicia de Dios ante tanta corrupción clerical (2: 17); por eso es que pregunta el profeta "¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?, porque él es como fuego purificador" (vv. 2, 3); y el anhelo de algún remanente que es el que oraba en el 2: 17, de que las cosas regresaran a la ortodoxia y pureza anterior en los tiempos de Leví, "como en los días pasados y como en los años antiguos" (v. 4), se cumplirá y vendrá Dios con juicio. Dios siempre preserva un remanente reformador que suspira por el regreso de la religión a lo que fue en siglos pasados, hacia el origen (2: 4, 15); el origen de la vocación, de la humanidad y del matrimonio. Hombres verdaderamente vocacionales, llamados por Dios que vivan lo que predican como sacerdotes y profetas de Dios, especialmente en la relación que tienen con sus esposas. Eso que hacía el mensajero profético, fue lo que hizo Juan el bautista, los apóstoles, y todos los evangelistas y predicadores del evangelio, preparar el camino al Señor, quien se esforzó en que su pueblo regresara al origen de todos, al principio. Ver Mt. 19: 3-8. No caben dudas que la venida súbita al templo de Dios (v. 1), se refiere a Jesús y si lo comparas con 4: 5 donde ese Elías es Juan el bautista, te das cuenta que la profecía está ampliada hasta la venida del Mesías y su precursor. Jesús es el que nos hace regresar a lo que fuimos y nunca debimos haber dejado de ser.

 

Los que cruzan la frontera sin permiso

Mal. 3:5

Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

Los que cruzan la frontera sin permiso”. Castigará duramente aquellos patronos que hurtan parte o todo el salario de sus empleados especialmente los extranjeros, que hoy se les llama “indocumentados” o “ilegales” y por miedo a la agencia de inmigración no pueden hacer ningún reclamo legal. Dios sabe eso, conoce que han evadido las leyes cruzando las fronteras y ahora tienen que buscarse el sustento sin amparo de ley alguna porque son ciudadanos de segunda categoría o de ninguna. Pero son seres humanos y como tales, más que como ciudadanos, se les debe tratar porque los derechos civiles sobre los humanos se asientan y no pueden separarse. El enfermo tiene que ser curado, sea de aquí a de allá, sea indio, negro o blanco, de cualquier pueblo, tribulación. El que hizo el trabajo aunque no tenga sus papeles en regla debe pagársele lo justo porque hizo el trabajo y lo contrario es abuso e inhumanidad. Dios juzgará con cólera a los malos patronos que esclavizan a esa raza que se ha escabullido por las fronteras y ha venido aquí no a consumir drogas, beber alcohol y asesinarse recíprocamente o violar mujeres, sino a conseguir sustento para sus bocas y las otras lejanas a las que prometieron llenar. Jehová juzgará con cólera a los nacionales que no quieren compartir su tierra con los vecinos más pobres y aunque tengan el derecho de producir leyes que ordenen la emigración y controlen el caos fronterizo, deben siempre regir con decretos benévolos y amplios que permitan tener habitante con otros cabellos y colores, que los miran a ellos con la esperanza que no los devuelvan a sus injustas miserias. 

3: 5

“Hechiceros”, también en tiempos del NT existían (8: 9; 13: 6; Ga. 5: 20).

3: 6

"Porque yo Jehová no cambio, por esto, hijos de Jacob no habéis sido consumidos". Esta palabras revelan la paciencia de Dios para con su pueblo pecador; y su paciencia, y su misericordia, y su amor, y su deseo de perdonar, evitan que cambie, establecen moral y volitivamente lo que es por naturaleza, su inmutabilidad. Los llamados atributos naturales de Dios están en función de sus atributos morales, si es que con atrevimiento se pudiera decir eso; pero para que no produzca confusión en nadie digo que sus atributos naturales y morales se coordinan entre sí, se apoyan entre sí y concuerdan. Eso lo repite muchas veces la Biblia, que Dios no cambia, que en él hay eclipses ni “sobra de variación” (Sgo. 1: 17), porque si cambiara por nuestros cambios, ya no existiríamos (Lee 2 Ti. 2: 13).

3: 7 

"¿En qué hemos de volvernos?". Se comían a preguntas al profeta y a Dios como si no supieran nada, no entendieran o no fueran culpables (1: 2, 6,7; 2: 17; 3:8, 15). Esas preguntas tenían que hacérselas ellos mismos y no al predicador o a Dios. La infidelidad y los continuos cambios del pueblo tenían una historia vieja. Ellos no hicieron esta pregunta porque estuvieran pensando en arrepentirse sino porque no tenían nada de qué arrepentirse. Es muy diferente a lo que otros de forma similar preguntaron (Luc 3: 10, 12, 14; Jn. 6: 28;  Hch. 2: 37; 16: 30). Señor que sepamos de veras lo que tenemos que hacer sin fingimientos. 

 

 

Salgan de la tacañería, que ofrendar no los arruina

Mal. 3: 7-12

"Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos". 

Como ya he dicho en las notas anteriores, la decadencia en la continuidad de los diezmos era de esperar después de la mala calidad de la ofrenda que llevaban al templo, producto del desánimo general por la conducta de los líderes religiosos, muy reprobable; como clímax de ese decaimiento religioso se encontraba la bancarrota económica del culto a Jehová porque el pueblo le volvía las espaldas a su responsabilidad de mantener el culto. Y es que la situación económica de ellos tampoco era boyante y por eso se usa la palabra probar (v.10); y la pobreza no era tanto por la mala administración de la economía sino por falta de bendición divina. Ellos tenían que volverse de muchas cosas y entre esas el asunto del sostenimiento con el diezmo. El Señor le llama a esa falta robo (v. 8), porque ese dinero no era de ellos sino que provenía de la bendición divina paradiezmarlo. No obstante, él enseña el camino de la recuperación económica, el ejercicio de la fe en su Palabra al entregar los diezmos, ¡a pesar de la corrupción sacerdotal!; porque la reforma de la religión si no comenzaba con los sacerdotes, el pueblo podría forzarlos a esa reforma con su fidelidad, dándolo para Dios, porque el dinero se entregaba para el culto, para que se mantuviera la forma de la religión, y por supuesto como consecuencia lo recibían los ministros. El ideal hubiera sido que los ministros cambiaran y se hicieran dignos de su salario, pero si eso no sucedía, el pueblo debía tomar una iniciativa de fidelidad y exigirles cambio: “O se limpian de adulterios, se reconcilian con sus mujeres o no damos el diezmo. Nosotros seremos fieles a Jehová, pero ustedes también tienen que serlo”; aunque pienso que Dios proveería su Espíritu para que los sacerdotes se reformaran. El Señor les dice “pruébenme y saldrán de la mala situación económica que tienen, y con la fidelidad de ustedes, y con la prosperidad que yo les daré, también saldrá a flote mi religión”. O pudo haberles dicho, salgan de la tacañería, que dar el diezmo no los arruina. Señor bendice a los pastores y a aquellos que proveen para el sostenimiento del ministerio. No voy a discutir si el uso del diezmo pertenece a la ley y no a la iglesia cristiana porque el diezmo en la gracia es lo mínimo que uno debiera dar, ni tampoco de qué les valía a los fariseos diezmar todo; pues de poco (Mt. 23: 23). No obstante, medita en Flp. 4:19.

 

Se pasan la vida exigiéndole económicamente más a Dios

Mal. 3: 13-15

"Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon". 

La palabra violentas, mejor sería traducir rápidas, precipitadas, fuertes. Es cierto que son violentas pero me gusta más la traducción "precipitadas" porque no estaba bien pensadas, era una conclusión irreal: tenían toda una larga historia de bendiciones para saber que servir a Jehová era provechoso. ¿Cómo es posible que un pueblo con tantas pruebas de la misericordia de Dios en su historia pueda hablar semejantes palabras? Tienen que ser monstruosamente ingratos e ignorantes para no recordar todo lo que Dios había hecho por ellos. Quizás algunos estaban pensando que Dios había cambiado con ellos (3:6), y por eso salía a relucir la inmutabilidad de Dios. Uno habla así cuando está mal espiritualmente y le echa las culpas a Dios por su fracasos cuando lo que necesita es convertirse (vv. 16-18). La palabra del v. 14 que ellos dicen, en nuestra versión aparecen los verbos en presente, sin embargo la idea está en pasado, según ellos dentro de la experiencia que habían tenido con los mandamientos de Jehová de los ejércitos, que poco les había aprovechado la piedad (contrasta lo que Dios dice con esto, 1 Ti. 4:8). La gente ingrata e inconforme se pasa la vida exigiéndole económicamente más a Dios, siempre les parece poco lo que Dios hace por ellos pero no lo poco que ellos hacen por Dios, ni relacionan la poca prosperidad financiera con la poca prosperidad espiritual (3 Jn. 1:2).

Conversando después de la predicación 

Mal. 3: 16

"Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero y Jehová escuchó y oyó y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová y para los que piensan en su nombre". Sí, la palabra del profeta no volvió vacía y algunos se quedaron hablando con sus compañeros y comentando entre ellos sobre lo que habían oído y sintieron deseos de animar a otros a obedecer la Palabra de Dios, especialmente a esos a los cuales el profeta se dirigió. Es importante que los piadosos conversen sobre la corrupción del clero y cómo remediarla, sobre el creciente índice de divorcios y adulterios entre ellos y otras carnalidades que han hecho sucumbir sus ministerios, sobre la apatía de la iglesia al palpar de primera mano la infidelidad de sus líderes, los cultos cansones, la situación económica de la iglesia, cuál su causa y sus posibles remedios, la vida cristiana de los malos patronos y la situación legal, económica y espiritual de los indocumentados y cómo extenderles una mano llena de amor para socorrerlos. Todos esos fueron los temas de conversación que Dios oyó después de los sermones de Malaquías y le agradaron esas pláticas entre hermanos que se distinguían de los otros que se marchaban protestando o hablando sobre cosas insulsas, películas, contándose chismes, o criticando lo que vieron alrededor o escucharon desde el púlpito. Dios toma nota de todo lo que hablamos (Mt. 12: 36), y en especial después de los cultos. Señor que tu palabra nunca vuelva vacía y después de las predicaciones y los servicios de oración cada uno se quede hablando de lo que escuchó. 

4:1

"Todos los que hacen maldad serán estopa (paja)". ¿No te gusta que te llamen estopa? Si eres estopa te convertirán en cenizas (v. 3). Si no quieres que te digan estopa no seas estopa, si no quieres que te llamen impío no hagas maldades, si no te gusta que te digan “inconverso” conviértete a Cristo, si no quieres que te digan mundano deja el mundo. Si no eres estopa, ¿qué eres si estás destinado al horno? Si eres hierba que produces espinos y no grano, irás a tu propio lugar que es el fuego. No hay maldición sino para quien vive en pecados. No te gusta que te digan apóstata sin embargo eres adversario de Dios y hay un  hervor preparado para  devorar a los adversarios (He. 10: 26, 27). He escogido este texto para que seas de otro modo y no lo que eres, para enfrentarte con los nombres y el destino que la Biblia te da. Piensa en todas las reformas religiosas que el profeta quiere que sucedan, en relación con las ofrendas, los diezmos, la fidelidad conyugal de los sacerdotes, etc. Y su motivación no es social sino el temor a Dios. Lee versículo siguiente (v. 2).

Mal. 4: 2

"Mas vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia y en sus alas traerá salvación". Estos son los que contrastan con los que son llamados estopas, el remanente que en las notas anteriores mencioné que tuvo que existir y estaban inconformes con la cúpula religiosa de la nación (3:16). Los que serán salvos les saldrá el Sol y verán, y se calentarán con su calor, y saltarán de gozo cuando tengan fe, cuando vean cumplidas las promesas de fe. Oh Señor yo viví esto cuando te hallé, fui libre y creí, y salté de gozo como becerro de la manada. Oh, Señor, qué larga es a veces la noche: los días de pecado, los sufrimientos; acorta mis noches, y mientras duren dame tus cánticos. 

4:5

“He aquí envío a Elías el profeta”. “No enfáticamente “tisbita” porque habla de modo oficial y no personal. En este sentido Juan el bautista fue un Elías en espíritu (Lc. 1:16, 17), pero no de modo literal Elías. Cuando le preguntaron si era Elías dijo que no (Jn. 1:21). Si era el profeta y lo negó también. Eso implica que aunque conocía lo que el ángel dijo a su padre, que usaba la ropa similar a la de Elías, no cumplió completamente la profecía. Como Moisés representa la Ley, Elías representa a los profetas. Los judíos siempre han pensado que el Mesías tiene que ser ungido por Elías. Elías apareció en la transfiguración (Mt. 17:3,11). De modo figurado aparece en Apc. 11:3,6. Compárese con Sgo. 5:17: (Resumen de JFB). 

Mal.4:

“Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres”; o sea que Restaurará la armonía familiar y eso por medio del arrepentimiento y el anuncio del reino de los cielos (Lc. 1:16,17). No por medio de un “profesional”, un doctor en psicología sino por medio de buenísimos sermones de juicio y arrepentimiento llamando a los jóvenes y viejos a reconciliarse por medio de la Palabra de Dios, poniendo en su lugar lo espiritual y tomando más en serio las cosas del Señor, especialmente dentro del hogar y en relación con la familia. Si Juan el bautista amplió su ministerio a los soldados, a los publicanos y otros pecadores, su especialidad consistió en una reforma de la familia, no al estilo moderno sino con el sello del Espíritu Santo y la Biblia en la mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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