2 Pedro
“Autoridad y Canon. Entre los libros del Nuevo Testamento ninguno ha sido
más disputada su canonicidad y autoridad que 2 Pedro. No hay una referencia
segura de ello en los escritos primitivos sino hasta Origen (185- 254 d. C.)
quien fue el que atribuyó la carta a Pedro. Esta duda persistió hasta el siglo
cuarto. Ello no obstante puede reflejarse en Clemente de Roma, la epístola de
Bernabé y en escritos acerca de Pedro no canónicos, aunque es sólo una
posibilidad. El Evangelio de Verdad y el Apócrifon de Juan probablemente cita o
alude a 2 Pedro, y eso implicaría la aceptación de esta epístola en el siglo
segundo. Sin embargo aunque el apoyo a 2 Pedro completamente no está ausente en
estos siglos, es menos seguro que el que se le da a otros escritos del Nuevo
Testamento. No obstante fue admitida en el canon, y a pesar del amplio
cuestionamiento que ha tenido ella permanece todavía bajo la autoridad de
Pedro, y por supuesto habla con la autoridad de la Escritura. Se han expuesto
alrededor de once argumentos en contra de la autoridad de Pedro como escritor:
que no se puede establecer entre esta carta y su época una línea ininterrumpida
en la tradición, que el estilo es completamente diferente a la 1 Pedro, que el
nombre de Pedro también fue usado en conexión con la literatura gnóstica, que
el conocimiento de esta epístola fue geográficamente limitado, que la autoridad
de esta carta se obstaculiza por su dependencia de la epístola de Judas, que el
lenguaje retórico y helenístico es difícil que pertenezca a un pescador
galileo, también el problema de la Segunda Venida de Cristo pertenece al
segundo siglo, que la mención a la colección de cartas taurinas halladas en el
capítulo 3:15.16, pertenece al segundo siglo, que esta epístola no fue
mencionada por los escritores cristianos del segundo siglo, que ella suena algo
así como un catolicismo temprano más bien que perteneciendo a la primera
generación del cristianismo. Sin embargo aunque el estilo difiere de 1 Pedro
puede ser explicado de la manera siguiente, en relación con los amanuenses (1
Pedro 5:12). Si 1 Pedro fue escrita por este apóstol con la ayuda de un
amanuense llamado Silvano, 2 Pedro pudo también haber sido escrita por un
amanuense o por varios de ellos. Sin embargo el estilo e relación con el
argumento es difícil de evaluar. Según Bruce la libertad con que actuaban los
escribas puede explicar la diferencia incluyendo dentro del cuerpo de cartas
taurinas. El trabajo de los amanuenses puede ser incluido dentro de la
inspiración del Espíritu y ellos aparecer como coautores. Por ejemplo Timoteo
está asociado al nombre de Pablo y en la salutación de 1, 2 Tesalonicenses,
Filipenses, Colosenses y Filemón. El estilo alcanza a diferir dentro de las
Epístolas Pastorales y esto ha sido reconocido. En 2 Timoteo 4. 11, Pablo dice
‘sólo Lucas está conmigo’. Quizás Lucas sirvió como un amanuense de Pablo. Así
los amanuenses de Pablo pudiera hacer diferencia entre sus cartas” (Expositor’s
Bible Commentary).
1:1
"Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido
una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador,
Jesucristo". Cómo se regocija que otros alcancen la fe. Una forma muy
teológica de empezar. ¿Por la justicia? ¿Cómo no dijo por el amor de Dios o de
Jesucristo? Ahí se halla en toda su espesura, comprimida como en un dedal, la
inmensa doctrina de la justificación por la fe. ¡Qué lindo es ser salvo por la
justicia de Dios en Cristo! No me espanta, oh Dios, tu justicia porque es la
admiración de mi salvación.
1: 3
"Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida
y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su
gloria y excelencia". ¿Quién tiene dicho que la vida y la piedad se riñen
entre sí? La vida sin la religión cristiana no es la vida. La vida sin Cristo
no es vida porque Cristo es la Vida. Dos textos ( Jn. 10: 10; 14: 6). Y la
gloria y excelencia son las cosas reveladas en su Palabra acerca de él, las
cuales al oírlas es como si las hubiéramos visto; y a ese encanto y atractivo
el apóstol dice que es un llamamiento.
Llamados para ser envueltos en la gloria divina
1: 4
"...por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y
maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la
naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por
causa de la concupiscencia". Participar, disfrutar de la deidad.
Esto es un llamamiento a la santidad. La fe en las promesas de Dios, nos atraen
hacia él. Las promesas de Dios son maravillosas y proceden de un llamamiento
glorioso y excelente. Se ha comentado que la frase "participantes de la naturaleza
divina" es helénica y pertenece a los estoicos; similar a Hch. 17: 29,
“Siendo, pues, linaje de Dios”. Pero no con el sentido de aquí. Somos llamados
para ser envueltos en la gloria divina. Y la naturaleza divina es la Palabra
que cuando participamos de ella compartimos con Dios. El hombre que tiene la
Palabra de Dios en su mente tiene a Dios en ella, porque “la Palabra era con
Dios y la Palabra era Dios”. No podemos aspirar a tener más de Dios en nosotros
que las aspiraciones que tenemos de recibir su Palabra. Dios hace sentir su
presencia con ella y donde ella falta él está ausente. Dios existe desde la
eternidad como Palabra, Razón y pensamientos. Es la mente universal. Y
por medio de su Palabra como nos dice el versículo anterior, nos transmite con
poder “la vida y la piedad”.
1: 5-8
"Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra
fe, virtud, y a la virtud, conocimiento...". Un llamamiento al crecimiento
cristiano. Parece que algunos se habían detenido en su perfección cristiana. No
poseas una fe solitaria. Asciende, añade, progresa, crece. El que añada a su fe
todas esas cosas que aquí menciona el apóstol, será un excelente miembro de la
iglesia de Cristo.
Pecados purgados y olvidados
1: 9
"Porque el que carece de estas virtudes es ciego o corto de vista,
habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados". O pecados
antiguos, viejos. La idea no es que está espiritualmente en tinieblas sino que
ha perdido de vista el propósito de su vida cristiana, se ha quedado sin la
visión de ella. Te doy gracias, bendito Señor, por permitirme olvidar,
¡qué bendición es olvidar lo que queda atrás y extenderme a lo que está
delante! (Flp.3:13). ¿Cómo podré ir hacia adelante, avanzar hacia el futuro
con un pasado estancándome, amarrándome a él? Oh Dios, no puedo dar un paso, ni
siquiera avanzar un día sin olvidar aquellas cosas malas, desagradables, que
han ocurrido o he hecho ocurrir en tiempos anteriores. ¡Qué bueno es olvidar los
pecados! El infierno consiste en recordar, en oír eternamente la voz
acusadora y los reproches de la conciencia. Si ella no está limpia. Pero la
misericordia es aún mayor cuando podemos olvidar los pecados antiguos,
los que el tiempo no se llevó, los que están incrustados en nuestra
historia, los que nos hacen a nosotros mismos. Son aquellos que pertenecen a
nuestro precristianismo, cuando andábamos sin Dios, sin esperanza, sin
Cristo, sin pacto, sin promesa. Son los mayores pecados, los que cometimos
cuando no teníamos ningún privilegio ni Dios había hecho algún pacto con
nosotros. Pero por lo que Pedro ensalza al Señor es aun mayor la
purificación de esos pecados o “pecados purgados o lavados” “pecados expiados”,
cuando fuimos librados de ellos, quitadas esas manchas de la conciencia,
transformados en personas nuevas. Si fueron lavados, la mancha ya no existe, si
fueron purgados con los sufrimientos de Cristo y expiados por él ¿por qué
recordarlos? (Consolarse con He. 9:14).
1: 10
"Así que, hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro
llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis estas cosas nunca
tropezaréis". Mira qué central es el llamamiento y la elección en la vida
apostólica; se mira y se piensa en la vida cristiana como una acción de Dios;
se siente como un privilegio y gratitud. Si uno abandona su crecimiento
espiritual puede caer en una apostasía; las virtudes cristianas no sólo se
preservan sino que se desarrollan. Una por una; tómala y mejórala. Si el
llamamiento de Dios es irrevocable ¿cómo es que tenemos que hacerlo firme? Lo
que quiere el apóstol es que hagamos evidente el llamamiento y la elección
divina; ni implica que la decisión hecha por Dios en la eternidad tenga que ser
ratificada por la voluntad humana y garantizada por ella; ni que este
llamamiento se vuelva nulo y nada con cualquier tropezón. Apréndase a leer la
Biblia.
1: 11
"...pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al
reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". No amplia entrada
sino ricamente, abundantemente; entrará al cielo como
No te rico, no empobrecido, porque las virtudes de Dios en nosotros son
nuestra bien guardada fortuna.
1: 12
"Por tanto, siempre estaré listo para recordaros estas cosas, aunque
vosotros ya las sabéis y habéis sido confirmados en la verdad que está presente
en vosotros". Aparentemente quizás no les haga falta pero "por si
acaso". ¿Qué no? ¿Con todas las apostasías que menciona en el capítulo
siguiente? El que quiere estar firmemente que no caiga (1 Co. 10:12). Quizás en
mis últimos años no pueda ganar a nuevos convertidos; entonces me dedicaré a
edificar a los que son de otros, y de ayuda a mejores pastores (vv. 12-15).
tires a morir sin que te llegue la hora
1: 13-15
“Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros
con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro
Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que
después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas
cosas”.
"Y considero justo, mientras esté en este cuerpo, estimularos
recordándoos estas cosas...". Nota en la forma cristiana llena de
esperanza con que el apóstol escribe sobre su muerte llamándola “partida”,
y que se produce cuando se sale del cuerpo. Una referencia de la seguridad que
tiene un alma que no se desintegra con la muerte y que ella es un viaje hacia
Dios. El apóstol Pablo también usa esa terminología cuando refiere que tuvo una
experiencia de exaltación espiritual, y menciona que le quedaba la incertidumbre
si eso ocurrió dentro del cuerpo o fuera de él (2 Co. 12:2). A los hermanos y
hermanos en la fe que mueren si hay que esconderles que se están muriendo,
indica el terror que les produce el diagnóstico, que la fe en el otro mundo no
fue bien cultivada. El pragmatismo en los sermones, el énfasis en ayudar a
vivir en este mundo, dar aliento, usar las promesas como ayuda psicológica, son
algunas de las causas que buenos cristianos, mal nutridos en el espíritu
bíblico, teman morir y no puedan decir como Pablo que en ese caso con la muerte
ganaría y que si cuando ella ocurriera, y ocurrió, no perdería nada y estaría
muchísimo mejor allá arriba que acá abajo (Flp. 1:21-23).
Son valiosos los hermanos que despiertan a los otros, aunque es mejor
traducir la palabra como que es mejor "estimularlos con
recordatorios"; o despertarlos con recuerdos; un estímulo
es mejor que un reproche. Generalmente no es edificante la llamada “crítica
constructiva”; es mejor el estímulo. Lo que el apóstol Pablo recomienda, de
reprender con dureza a algunos (Tito 1:12,13), a los malos cristianos
cretenses, puede que no se aplique a hermanos que se han ido durmiendo en la
fe. Como he dicho, un poquito de estímulo que les recuerde sus épocas de oro,
sus brillantes triunfos, pudiera ser más efectivo que una amenaza de juicio
divino o una actitud despectiva y los viejos, repletas sus memorias con
historias, son los mejores equipados para estimular de ese modo a los que están
un poco decaídos. Ahí está el caso de Pedro, que no sale de un rincón para
ayudar porque nunca ha estado allí sino que antes de irse con Dios decide echar
a andar algo que se quede de servicio en su lugar en este mundo. ¿Qué
recuerdos? El apóstol está ya viejo (como el que esto escribe), el tiempo
de su partida está cercano pero todavía tiene algo que hacer por su Señor, aún
sirve a la iglesia según su fortaleza. Y tomó la pluma y papel y tinta y nació
para todas las épocas, esta pequeña carta. Muy bien hecho cuando se sabe que el
tamaño de su futuro es corto. Pedro no se jubiló nunca. Las enfermedades y
limitaciones por los años pudieron limitar su servicio pero su vocación no
desapareció. Algo por la iglesia del Señor pudieran hacer los que
ministros, pastores, diáconos, envejecientes, menos tirarse en una esquina y
dejar que los más jóvenes lo hagan todo. ¿Y la experiencia acumulada, qué? ¿La
dejará que se enmohezca? Si no es un trabajo grande el que pueda hacer, al
menos despertar alguno no será muy difícil para que sea alumbrado y alumbre de
nuevo (Efe. 5:14).
Ya sabes, si Dios todavía no ha enviado a sus ángeles a buscarte, no te
sientes a esperarlos y que en vez de decirte, “bien buen siervo y fiel, entra
en el gozo de tu Señor” te digan, “vamos ocioso”.
No he sido tomado preso por mitos sino por historias muy ciertas
1: 16-21
"Porque cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro
Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que
fuimos testigos oculares de su majestad". Yo sé, Señor, que no estoy
siguiendo fábulas artificiosas, hábilmente tejidas por impostores, por hombres
engañadores enviados por el diablo para torcer la verdad revelada;
aquellos hombres que tú usaste eran estimados por la iglesia como sus columnas,
santos y fieles en Cristo Jesús, sus vidas y escritos circulaban entre
los hermanos como la mismísima palabra divina. Satanás no ha tenido que ver en
lo que hoy conocemos como la Biblia, en su confección. Su trabajo se halla
afuera de ella, en las herejías que intentan desacreditarla, en malos y hombres
ignorantes que la toman ligeramente. La obra del diablo se halla en la
escritura de otros libros tenidos como divinamente hechos, como dados por Dios
para sustituir en el corazón de los fieles a la Escritura, en ese sentido es un
engañador y un “suplantador”. Yo no he sido tomado preso por mitos sino por
historias muy ciertas. Si la Biblia fuera un compendio de mentiras, yo lo
sabría.
La inspiración de la Biblia está relacionada al contenido de su
mensaje, como opuesta a los mitos humanos (v. 21), no primeramente al espíritu
y poder que transmita (lo cual es una virtud del Espíritu Santo y no de la
letra), sino a la fiabilidad de las historias que cuenta, es la garantía de la
verdad, la que coloca un asiento seguro para la fe de modo que no se hunda con
el paso del tiempo, con los vientos de falsas doctrinas, con la anegación de
mentiras que den con ímpetu contra ella. Es la esencia de nuestra determinación
de lo que es bien o mal, que en mucho es lo natural, lo que se
conforma literariamente con la confección misma del universo, porque ambas, la
Biblia y el mundo, fueron hechos por la misma palabra divina. La verdad
inspirada es la garantía para la verdadera adoración porque sólo inspira
genuinamente la verdad eterna y edifica el alma para la salvación; en espíritu
y en verdad. La inspiración divina nos da las armas para defender los
pensamientos, los sentimientos y la devoción personal en la salvación.
No hay cosa más triste que dedicar la vida entera, sacrificarla,
como dice Pablo, negar por su causa las cosas más valiosas, padre, madre,
hijos, y que todo sea una hábilmente tejida mentira. Eso ocurre cuando se creen
los mitos, las leyendas, las tradiciones humanas, no lo que han enseñado los
santos hombres de Dios. Ella nos provee el material eficaz para, como una espada
del Espíritu, defendernos contra los ataques cuerpo a cuerpo del demonio y
sus ejércitos de hombres escépticos y para vencerlos, y llevar cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo. Oh Dios, que cuando dude vaya a tu
Libro, lo estudie y por él me asegure de nuevo de aquellas cosas que
razonablemente les di un día asentimiento; sea ella la cura de mi enfermedad,
que lo entienda todo, como el salmista, cuando acuda a ti, su autor, y me
enseñes de nuevo, porque tú eres mi Rabí, mi Maestro, y lo que he aprendido no
lo he aprendido de hombres. Sáname siempre mi Señor, cada página de tu Libro
sea como una hoja del Árbol de la Vida, que son para sanidad de las naciones, y
mía. Amén.
Estás convertido pero mira si eres regenerado
2: 1
"Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá
también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán
herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró...".
Esto se parece a Hch. 20: 29, 30; 1 Te. 4: 1, etc. "que los
rescató, compró", es una forma pastoral de hablar cuando se menciona
algo en sentido general, sin exigencia o más bien con condescendencia
teológica. Aquí el propósito del autor no es ampliar su reflexión si
después de haber sido comprados vuelven a la esclavitud, de lo cual parece que
piensa que sí (2:20-22), sino la aparición de nuevas herejías y el tremendo
éxito que tendrán. Una forma de expresar la apostasía de una forma poco
paulina.
Sin embargo, por el v.2 “muchos seguirán sus disoluciones” “sus
sensualidades” “sus perniciosos caminos” “su condenación”, deducimos que en su
nuevo culto aparecía la inmoralidad, de las cuales temporalmente habían
sido rescatados o “lavados” como la puerca y el perro mencionados en el
v.22.
La palabra “comprado” es la misma para los salvos como para los apóstatas.
La palabra “conversión” o “arrepentimiento” es la misma para ambos. Recuerde
las experiencias religiosas de Esaú, Judas, y por supuesto al apóstol
Pedro. La diferencia está en que unos se convierten con regeneración y otros
sin regeneración.
Hay que ver en qué sentido “compró” o “rescató” se usa aquí. La traducción
de “comprados” es correcta pero no se refiere a la salvación sino a la compra
de la libertad de un esclavo pero sin la gracia regeneradora, lo cual se
ve que no hay un cambio de naturaleza sino una limpieza de piel, en el caso de
la puerca y de vientre en el perro que regresa a su vómito. Uno sigue con
alma puerca y el otro siendo perro, “mal obrero y mutilador del cuerpo” y no
entra al reino de Dios (Flp.3:2). Esos eran malos obreros.
Estos mediante la gracia temporal recibieron ese beneficio, el
rescate de sus vicios, pero después de un tiempo “recayeron” como dice el autor
de Hebreos (6:6). Los hijos de Dios también son lavados por el Espíritu pero
sus conversiones no son cosméticas, afecta no sólo la piel y el vientre sino
los riñones y el corazón (1Co.6:11). La compra que paga Cristo por los suyos es
su sangre y de éstos no se menciona la sangre del pacto sino el poder
del Espíritu por medio de la Palabra, o como he dicho, la gracia temporal, “de
la gracia habéis caído”, para usar una expresión muy de Pablo. Tomar la frase
“negarán al Señor que los rescató” como un argumento a favor del libre albedrío
y que la salvación puede perderse, es meter dentro del pensamiento de Pedro lo
que no estuvo allí.
Los apóstatas, como Balaán el falso profeta o Judas Iscariote, no
pueden decir que Dios no les haya hecho un gran favor, porque dándoles a gustar
los poderes del siglo venidero y la compañía de Jesús y los privilegios del
discipulado, no se han considerado “dignos de la vida eterna”, y le han negado
con un beso y con un montón de plata. Salieron de Sodoma como la mujer de Lot,
y huían de la Ciudad de Destrucción (Bunyan), pero como dejaban el
corazón en sus calles no pudieron proseguir. No estuvieron lejos del reino de
Dios, y como dijo Bunyan, regresaron desde la misma puerta del cielo. Y
finalmente, eso de negar al Señor no es decir "yo no le conozco" sino
presentar a un Jesús diferente, un evangelio diferente (Ga.1: 7-8), con
disoluciones y sensualidades, como le pasó a Himeneo, Fileto y Alejandro
(1Ti.1:20; 2Ti.2:17), y también como dicen los antiguos le pasó a Nicolás y a
sus seguidores los conocidos nicolaítas. Estás convertido pero mírate si eres
una nueva criatura, si estás regenerado.
2: 4-9
"Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los
arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para
juicio...". Estas palabra son terribles "no perdonó" (vv. 4, 5);
"condenó" (v. 6), "ser castigados" (v. 9); son suficientes
para helarle a uno todo el cuerpo y para cuidar la salvación con temor y
temblor. No perdonó a los ángeles que pecaron pero socorrió a los hombres (He.
2: 16). ¿Por qué tenían ellos, entonces, que acompañar al diablo a un infierno
no preparado...? (Mt. 25: 41. ¿Por qué tienes que ir a un infierno de cuyo
origen no tuviste que ver? No sigas creyendo que Dios es sólo amor, también se
enciende su justicia. Busca la justificación de tus pecados en Jesús.
2: 9
"...el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y
reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio". No pongas en
dudas que Dios libre de tentación; él fortalece nuestra piedad para que por
ella venzamos, al pecado y las tentaciones diabólicas: dándonos un corazón
sensible que se asombre y sienta al pecado, lo sufra (vv. 7 ,8);
"afligía" "abrumado"; cuando sales a la calle y tanto
pecado ¿te afliges y te abrumas? Cuándo miras la televisión y oyes la lascivia
y la codicia, y el triunfo de la homosexualidad rampante, ¿te afliges y te
abrumas? ¿O disfrutas el show?; Pedro dice "tentación" cuando debiera
decir "condenación" "juicio" porque la una lleva a la otra
y fue tentado hasta lo último y para que no esperemos una liberación milagrosa.
En tiempo de tentación el Señor fortalece nuestro hombre interior por su
Espíritu.
2: 10
"...especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos
corrompidos y desprecian la autoridad...". Andan en la carne y por eso
desprecian el señorío, no desean que Jesucristo los gobierne. Jesús dijo “no
todo el que me dice Señor entrará en el reino de los cielos”. Los cristianos
llamamos a Jesús Señor y vivimos por su señorío. La palabra mejor traducida que
señorío es gobierno. Esa gente desprecia y blasfema las autoridades civiles y
no se siente restringida por ninguna ley, porque vive al margen de ella. Son
delincuentes y por añadidura blasfemos.
2: 13
"Cuentan por deleite andar en placeres disolutos durante el día; son
manchas e inmundicias, deleitándose en sus engaños mientras banquetean con
vosotros". Es una situación grave de la iglesia porque no está el mundo
afuera sino dentro de ella, en sus comidas. Gracias a Dios las cosas han
cambiado. ¿Seguro? ¿No hay sensuales en la iglesia? Observe esta clase de
personas aún durante el día, que debieran estar laborando, andan
pervirtiéndose. Y acaparan la atención de los hermanos en sus comidas fraternales
contando ellos sus villanías.
Pregúntenle a Eva
2: 14
"Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar; seducen a
las almas inestables; tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de
maldición". Tal vez sería mejor decir que tienen el corazón habituado o
entrenado en la avaricia, que cuadra mejor con la palabra usada. Y en cuanto a
inconstante también se refiere, en otra aproximada traducción a la persona
presumida y vacilante. Así son dibujados algunos llamados cristianos del
período de aquellas iglesias. Y la primera plegaria podría ser “no sea yo una
alma inconstante, dejando una doctrina por otra, inconstante en el trabajo, en
el entusiasmo; que siempre me halle en un glorioso proceso de transformación”
(2 Co. 3: 18). Esos perversos dentro de la iglesia seducen a hermanos débiles y
los arrastran con ellos a sus perversiones y los enseñan a pecar, los inducen
al sensualismo. Vienen a la iglesia a corromperla y "un poco de levadura
leuda toda la masa" (1Co.5:6; Ga.5:9). Saquen a esos perversos de entre
vosotros. Jesús dijo que el adulterio sale del corazón (Mt.4:19), pero la
puerta de entrada de su estímulo es la del ojo, por eso dijo “la lámpara del
cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de
luz” (Mt. 6:22). Razón por la cual sólo es necesario pasar la mirada para que
se pongan en acción las tentaciones que se anidan dentro de las glándulas
caídas del sexo. Si se dominan los ojos se refrena el cuerpo, y pregúnteselo a
nuestra madre Eva como empezó su desgracia cuando puso sus ojos donde no
había futuro y además estaba prohibido. Un árbol que era bueno no para
alcanzar sabiduría sino para volverse más necio. Estos individuos en las
iglesias de Pedro tenían los ojos llenos de algo que no era amor limpio del que
se llenaban los de Jesús (Mr.10:21).
2: 15, 16
"...pero fue reprendido por su trasgresión, pues una muda bestia de
carga, hablando con voz humana, reprimió la locura del profeta". Fue un
ángel quien le apareció a Balaam, fue él quien le habló con la voz de hombre.
Los que se interponen en nuestro camino, que nos evitan pecar son ángeles de
Dios, los que cuidan nuestra fidelidad a ti Señor. Gracias por esos ángeles que
con voz de hombre reprenden nuestra locura (Apc. 2: 1).
2: 17
"Estos son manantiales sin agua...". Vidas secas. Nubes vacías.
Transeúntes. Con ellos no se forma ninguna iglesia sólida. Hoy están aquí y
mañana están allá. Siempre están como el cuervo de Noé, sobre el ala, yendo y
viniendo. Ni beben ni dan de beber. Señor lléname, sea yo una fuente de vida
eterna de donde beba tu pueblo sediento.
Atrás ni para coger impulso
2:17-22
"Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: El perro vuelve
a su propio vómito, y: La puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno".
La iglesia sufrió mucho con las apostasías de sus miembros, nunca pudo retener
en su seno a todos los que alcanzaba con su testimonio de Cristo; tanto los
ministros como los laicos pasaban por la amarga experiencia de contemplar la
ida de familiares y amigos que podían haber tomado el bautismo y las clases de
discipulado. Era una amarga experiencia que no se le deseaba a nadie. En muchas
partes de la Escritura se leen exhortaciones para que sus miembros sean fieles
en doctrinas y en vida. Ese dolor nunca se le ha pasado porque en todas las
edades sigue sufriendo la pérdida de miembros, unos que se pasan para sectas
cuyos orígenes datan de tiempos antiguos y ya condenadas sus enseñanzas en
concilios y sínodos santos; otros se marchan al mundo de donde salieron y
vuelven a disfrutar aquellos pecados de los cuales antes se habían separado,
algunas veces con mucha avidez, como si el apetito se les hubiera estimulado
con el tiempo de abstinencia. No se les quitó el hambre de pecar.
No es el testimonio de “conversión” lo más seguro para dar testimonio de
fe. Los hombres pueden cambiar su conducta por otras razones que no sean la
gloria de Dios sino por intereses propios. Debe haber un cambio espiritual y no
simplemente de conducta. La puerca puede ser lavada pero continúa siendo cerdo.
Limpia. Pero cerdo. Salen de la iglesia. En unas ocasiones los responsables son
los falsos maestros, porque los errores siempre tienen quienes los prediquen en
todos los siglos, que hacen cosecha y "mercadería" de las almas de
ellos; otros son sacados del camino recto por sus propias concupiscencias que
les ahogan la palabra que había sido implantada. Y los otros salen de la mano
con el mismo diablo. Nunca debemos ilusionarnos mucho con los profesantes y que
su deserción nos abata demasiado. Jamás todos los que empiezan terminan y los
que no acaban son más que los que continúan siendo fieles en Cristo Jesús. Oh
Señor, ayúdame a conformarme cuando he exhortado y predicado en vano y a
resignarme a reconocer que sólo había una fe temporal donde me ilusionaba con
una gran obra de gracia. Es algo más que lavado, es una metamorfosis (Ro.12:2),
es una participación de “la naturaleza divina” (1:4), es una confesión que
equivale a un vómito, que se hacen oración y a Dios no únicamente a oídos
humanos, un sostenimiento en la gracia para no dar paso atrás que no agrada a
Dios (He.10:38), ni siquiera una mirada que puede convertir toda la
personalidad en una estatua de sal (Ge.10:26; Luc.17:32)
Es mejor en todo sentido menos uno haber conocido a Cristo
2Pedro 2.21
"Pues hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino de la
justicia, que habiéndolo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue
dado". ¿Cómo puede ser mejor no haber conocido a Cristo, el Salvador, que
conocerlo y negarlo? Hay aspectos en los cuales no es mejor haber
conocido al Señor y negarlo después. Es mejor que cualquier cosa en este mundo
el haber contemplado su rostro (Ex.34:29, 35; 1Jn.1:1) aunque fuera por
una sola hora, por unas semanas, por unos pocos y breves años. Haber conocido
a Cristo, aunque luego se le niegue, es una experiencia inolvidable, un
verdadero momento histórico en la vida de una persona; y se queda dentro de la
vida de ella como un tesoro, como una delicia, asociada a los mejores tiempos
de ella. Es mejor que cualquier cosa en el mundo haber oído su voz y
gustado su palabra; esas son las cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido
a corazón de hombre. Dentro del aburrimiento que pueda tener un apóstata, le
queda el recuerdo de aquellos momentos de inspiración, aliento, de
henchimiento espiritual, de calor para el alma, de elevación celestial que
le produjo la palabra divina, "hasta el cielo eres elevada"
(Mt.11:23); ninguna de las otras cosas por las cuales se cambia la palabra
tiene el futuro que tiene un mensaje de la palabra de Dios.
No, en cierto sentido no es mejor no haber oído la palabra que haberla
oído. Por esa palabra se ha experimentado la verdadera vida, ella llena todos
los requerimientos y las necesidades que una persona tenga, le da un sentido de
satisfacción completo. Aunque una persona muera al menos le queda la dicha de
que por un tiempo vivió; dio un viaje al país de las maravillas, es mejor eso
que nunca haber estado allí. ¡Oh cuántas cosas se pierden los que nunca han
oído la palabra y los que la han negado! Es mejor haber experimentado por un
tiempo la comunión del Espíritu Santo, aunque tal vez no como dice la
Escritura (He.6:6-8), y que un amargo y sublime recuerdo, que no haberla
sentido jamás. ¿Sabes lo que es "comunión"?, es un equivalente a
haber dejado la soledad del egoísmo, egocentrismo, es la satisfacción de sentirse
completo, prolongado; es delicioso ser participante y también copartícipe de la
gracia. Pero la comunión primaria del Espíritu es con la Deidad, el
Espíritu es quien nos atrae al centro de la deidad, junto al Padre y al Hijo.
¿No has leído como por el Espíritu tenemos "entrada" a Dios? Es mejor
haber disfrutado por un tiempo la bienaventuranza de haber tenido comunión con
las Tres Personas que nunca haberla tenido. Y tener comunión del Espíritu con los
hermanos. Gente cuyas vidas tienen significado, o si lo quieres, un
significado distinto, la maravillosa construcción de la fe, de la esperanza,
héroes y heroínas que han combatido el pecado, gente donde se halla fácilmente
la auto negación y el amor. Es mejor haber tenido por un tiempo al menos una
familia sobrenaturalmente engendrada que no haberla tenido nunca. Es mejor
haber sentido “los poderes del siglo venidero” que no haberlos sentido nunca,
el poder de la resurrección de Cristo; poder para triunfar sobre el presente,
el pasado y el porvenir, para vencer las potestades del aire y para no ser lo
que no se quiere ser, poder para convertirnos en nuevas criaturas, para
injertarnos en Cristo. Es mejor haber experimentado por un tiempo eso que no haberlo
sentido jamás. Es mejor haber tenido una limpieza temporal, que haber seguido
sucio toda la vida, haber sido decente, pudoroso, honesto, que haber continuado
siendo lascivo, hipócrita, teniendo los ojos llenos de adulterio, avaro,
idólatra. Es mejor haber tenido el olor del conocimiento de Cristo, su perfume,
que no haber sido rociado por él jamás. Oh amado, lo que no es mejor es haberlo
tenido y perderlo, que es lo que afirma el apóstol, en ese único sentido
es que es mejor no haber conocido el evangelio, ni bautizado, ni haberse
apartado del camino del error y de las malas compañías.
3: 1
"Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales,
como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento".
También se puede traducir genuino entendimiento. O "limpio
entendimiento". ¿Lo tienes limpio o sucio? Lee lo que dice Pablo de
ciertas personas ( Tito 1: 15).
Cristo no ha venido porque no somos mejores cristianos
3: 4-10
“3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y
diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que
los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de
la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo
antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra,
que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual el
mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y
la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados
para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 8 Mas,
oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y
mil años como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento”.
El apóstol no discute las palabras dichas por Jesús en los evangelios
y que tuvieron que ser repetidas en la evangelización de la iglesia y
constituían uno de los principales temas doctrinales de predicación;
habiendo llegado a los que tardaban en convertirse en cristianos, dentro
y fuera de la iglesia y disculpaban su falta de arrepentimiento expresando
incredulidad; más aún, riéndose de la predicación de la segunda venida de
Cristo. Es interesante notar que el autor no procura mucho sacarlos de dudas; en
ese caso hubiera explicado las palabras del Señor, pero no lo hace lo cual
hubiera sido mejor para nosotros; simplemente les dijo: no ha venido porque con
el evangelio no hemos alcanzado a todos, no todos nos han creído y no todos
estamos preparados para su segunda vertida de juicio.
Fíjate que no es tanto lo que impide la segunda venida del Señor el alcance
mundial del evangelio, sino el estado espiritual de la iglesia; porque el
"nosotros" implica a los creyentes, a los creyentes que se han
separado del Camino. Más que un asunto de evangelización es un asunto de
purificación de la iglesia. Parece equivocada la idea que cuando se halla
predicado a toda criatura “entonces vendrá el fin” (Mt. 24:13, 14). Me siento
cómodo tomando la palabra testimonio dicha por Jesús y acomodándola a la opinión
de Pedro. No a la evangelización sin preocupación por la santidad eclesiástica.
Si contesto a los burladores por qué hace dos mil años que todos los apóstoles
esperaban en su generación el retorno del Jesús que habían visto volar al
cielo, y no ha venido, les digo: Cristo no ha venido porque no somos mejores
cristianos. Entonces la batalla del diablo contra esa doctrina es
conseguir siempre, en todos los siglos, una iglesia impura.
Han usado la aritmética para contar
2 Pe. 3:3, 4; 9,11
"...y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que
los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la
creación". ¿No te parece esto a lo que hoy dicen que el mundo no se va a
acabar? El mundo, así como está, deformado y caótico, sí se acabará y culminará
la historia humana con el segundo advenimiento de Cristo. Porque, como dice
Pablo, la creación misma está sujeta a vanidad y gimiendo por una
transformación. Lo que sí es cierto es que muchos impostores han profetizado,
sin fundamento, la segunda venida de Cristo; todos se han equivocado porque han
usado la aritmética para contar, con base en números figurados, las profecías.
Erróneo, la segunda venida de Cristo es materia de juicio. Jesús no
habló de que contaran los tiempos sino de que miraran (juzgaran)
los tiempos (Mt. 16: 2,3). Cada generación ha de juzgar por sí misma si Cristo
vendrá dentro de ella o no, y la mejor regla de medida, pienso, es la
abominación, la multiplicación de la maldad. La venida de Dios, del día de
Jehová, o de Jesús, es una venida de juicio. Cuando uno ve que la maldad se
multiplica y parece alcanzar su colmo, y se tornan las cosas como en Sodoma y
Gomorra, lesbianas y homosexuales casándose, como un regreso al paganismo del
primer siglo, o como en los días de Noé, puede pensar con fundamento que Cristo
ha de venir. Como los apóstoles presentan el día del Señor siempre dicen que no
vendrá sin que antes venga, es decir, la apostasía, la venida del hombre
de pecado (2Te.2:3-5), la relajación moral, etc.
Vamos a sumergirnos en las razones que podían tener los burladores para
reírse de la segunda venida de Cristo y descartarla. Luego emergeremos con
aplicaciones pertinentes. Lea 3:11; no cabe duda que la iglesia apostólica
esperaba a Cristo hace 2 mil años y que los que vivían no deseaban ni ellos ni
sus hijos ser quemados vivos en el evento. Nota la demanda ética que
implica la clase de juicio que traerá la segunda venida. Esa aproximación de
juicio, su horror, daba fuerza en temor a la piedad. Lógicamente que la
dilación traería aparejada la laxitud moral (como ya Jesús había previsto en
sus parábolas) y no pocos habrían empezado a sospechar que aquello era un
fraude.
Desde entonces el principal evento escatológico del NT comenzó a perder
efectividad y ponerse en tela de juicio. Algo tuvo que estar equivocado y no
debió ser en la fuente original de la idea (Jesús) sino en sus fogosos
seguidores, aun en los más conspicuos como Pedro y Pablo. A mí me parece que la
iglesia asociaba la segunda venida al juicio y pensaba que esta venida, su
cumplimiento, era final; pero no era final. Cristo vendría con sus
ángeles, el juicio sobre Jerusalén, sobre la casa de Dios, los cristianos,
pero no sería el juicio final, otros muchos juicios y venidas
ocurrirían, y una de ellas podría ser la última. He ahí el problema que
no entendieron los burladores y la iglesia todavía no podría explicarlo porque
le quedaban algunos años por delante antes que las palabras de Jesús tuvieran
su primer cumplimiento. En el año 70 con la destrucción del templo el
evangelio se cumpliría por primera vez, Cristo vendría en juicio sobre la
nación. Cristo vino pero el mundo no se acabó. Y vendría luego en muchas
ocasiones, en la primera y segunda guerra mundial y vendrá, quizás
definitivamente cuando la maldad alcance su clímax.
Vamos a las complejas palabras de Jesús (Mt. 10: 23; 16:28); ¿quién las
dijo, Jesús o la iglesia la puso en su boca? Las dijo el Señor y la iglesia las
repitió. Jesús mismo creyó en su inminente regreso, de un modo y de otro, pero
no dijo cuándo porque no lo sabía. Aun para él fue un solemne secreto, esas no
fueron palabras que escuchó del Padre, no las trajo para revelarlas y nadie las
sabe y precisamente a causa de ese desconocimiento se debe estar siempre
esperándolo. La segunda venida de Jesús es un paréntesis abierto. Un día
volverá por última vez, físicamente como lo predijo, y tendrá lugar la
resurrección de justos e injustos y el juicio final. El mundo anda tan mal y
está tan pervertido que justifica su regreso en cualquier momento. En Pablo el
juicio escatológico toma un sentido distinto, el horror no proviene del fuego
físico ni de la fundición de los elementos, sino por la desaprobación moral y
teológica de las obras (2 Co. 5: 8,10; 2 Te. 1:6-9). Hay unidad de pensamiento
en los autores del NT pero el énfasis en la descripción varía. Si Jesús no
sabía el día de su regreso el NT lo ignora, nadie lo sabe, la Biblia no lo
dice, y los numeritos fijos en la historia son un atrevimiento de autores
sensacionalistas. La aritmética en las profecías es bastante riesgosa.
3: 9
"El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden
la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie
perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento". El que no se
arrepiente de sus pecados todo lo que le ocurra al final le será para maldición
aunque gane todo el mundo perderá su alma; lo que se le quite no se le
devolverá, sus heridas se demorarán en sanarse, lamentará siempre sus
experiencias negativas, cosechará en saco roto (Hag. 1: 6), pero el que se
arrepiente Dios transformará sus males en bien, abonarán sus plantas,
fertilizarán su vida, así puedes encontrar: (1) un hecho: la maldición
persigue aún las bendiciones del que no se arrepiente (Mal. 2: 2) (2) Dios
no quiere maldecir a nadie, "no quiere que ninguno perezca"; él
arreglará todas las cosas para que funcionen para bien. Algunos manuscrito en
vez de vosotros dicen, “no queriendo que ninguno de nosotros perezca”, pero la
mayoría traduce vosotros. De todos modos ellos o nosotros el Señor no quiere
perdernos, y da igual.
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