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domingo, 31 de marzo de 2013

No es una novela narrada por María Magdalena

Juan 20:1-10
Why Jesus Chose Mary Magdalene to Proclaim His ...
(Mt. 28.1-10; Mr. 16.1-8; Lc. 24.1-12)
“El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos. 10 Y volvieron los discípulos a los suyos”.

Me parece que todo el pasaje está escrito con alegría, específicamente reflejando el gozo que tiene el autor al relatar la historia de los sucesos que vio, porque menciona la carrera entre ambos, y que él le ganó a Pedro (v.4), algo que en comparación parece trivial. La supuesta explicación de la ventaja quizás sea porque es más joven. Si el anuncio del nacimiento de Jesús fue "de gran gozo para todo el pueblo", mayor que esa angelical noticia fue la que oyó María Magdalena, que la tumba estaba vacía, desocupada, que no había nadie en ella, que la roca de la puerta estaba movida, y como no era una erudita en la Escritura, y tampoco se acordaba de los anuncios de Jesús con respecto a su resurrección, pensando deprisa llegó a la conclusión que el cadáver no estaba allí porque se lo habían robado.

Y ¿para qué quiere alguien robarse el cadáver de un crucificado? Y ¿cómo podrán robárselo si está custodiado el sepulcro? Esa teoría enseguida fue desechada. No obstante aunque la explicación no tuviera sentido, el hecho mismo que el sepulcro estaba vacío habría que investigarlo, y eso fue lo que hicieron Pedro y Juan, y ya que éste, quizás también más ligero de peso llegó primero, y es el que cuenta la historia, se detuvo como en el portal y miró hacia adentro del hueco y vio los lienzos puestos allí pero no entró, no por cortesía sino quizás por miedo, como dicen ciertos manuscritos.

El sudario también estaba, y eso indicaba que la teoría del robo quedaba desechada porque nadie desviste un cadáver para llevárselo, ni siquiera para fingir una resurrección, lo que sí es más probable que los detalles concuerdan con alguien que se despierta y se despoja de la ropa, y como meditando mientras camina algunos pasos, decide enrollar el sudario que tenía sobre su cabeza y ponerlo en un lugar aparte (v.7). O sea, Jesús caminó de un lado a otro de la tumba, hasta que salió de ella sin presentarse a los soldados y dejando el recinto vacío para que se acomodaran dentro un par de ángeles, que Juan no menciona, porque no los vio.

Hay muchos detalles variados, no incoherentes, con respecto a la resurrección de Jesús y el abandono del sepulcro, que indican solamente la grandeza del suceso y lo incompleto que somos para poder intelectualmente abarcar en solitario la inmensidad de lo que ocurrió en un pequeño recinto cerrado. Estos detalles precisamente son contados por Juan porque son los que están relacionados con su testimonio y con su fe. Si esto también lo dice para que crean. No recogió aquellas prendas ni se las llevó a casa como reliquias. Todavía no había comenzado la superstición con esas cosas, ni el engañabobos que por pertenecer a algún creyente, ni al propio Jesucristo, esas prendas obren milagros, y mucho menos las que supuestamente pertenecieron a mártires. Por lo visto las dejó allí, y Pedro hizo lo mismo, y nadie las retornó a la familia, a José de Arimatea o alguna de las mujeres.

Lo que se sabe sobre todos los escritos de este suceso es que la resurrección no fue imaginaria, no fue una novela narrada por la escritora María Magdalena, ni soñada por pescadores de Galilea, porque ella como todos los otros aceptaban la sencilla versión que alguien se había llevado el cuerpo, olvidada por completo, y olvidados por completo de lo que Jesús había dicho, en lo que aquí posiblemente se llama la Escritura, o dentro de los libros sagrados judíos. Y teniendo en cuenta la multitud de gente que niega la resurrección, él afirma "lo creo porque lo vi" (v. 8).




Cómo será nuestro cuerpo de gloria


Lucas 24:36-42
"Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo:¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo:¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos".

Jesús no admitió que él estaba vivo de otra forma que no fuera por resurrección; ningún tipo de cambio. El cuerpo "espiritual" que resucita no es intangible; comió para probar que se vestía con su antigua humanidad. Pero glorificada. ¿Será así nuestro cuerpo eterno, formado por partes vitales y dependientes de su funcionamiento y nutrición? No. ¿Un cuerpo renovado para disfrutar de la creación? Es difícil saber eso, es un misterio, y lo que se dice es que nuestro cuerpo será “semejante” al suyo, y glorioso, “al cuerpo de la gloria suya” (Flp.3:21); y que “es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Cor.15:53-58). 

Un cuerpo que “no sólo vive de pan” sino de “toda palabra que salga de la boca de Dios”; y si fuere necesario, y quiere dar esa prueba, se pudiera ingerir alimentos porque así se glorifica a su Creador. Y en cuanto a los que dudan como Tomás, y no creen como Juan el joven, que al fin vio y creyó,  sepan que el palparlo es mejor prueba que verlo comer, y en fin no se enreden en esas misteriosas cavilaciones, y adórenlo. Y eso hago yo porque es toda mi esperanza de gloria.

viernes, 29 de marzo de 2013

Jesús conocía su agenda

Marcos 14:43-50
 (Mt. 26:47-56; Luc. 22:47-53; Jn. 1:.2-11)
 43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron.47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

Este es un cuadro vergonzoso, un acontecimiento repugnante, una visión desagradable para cualquier espectador, mirar al frente de esta banda de tipos injustos, a Judas Iscariote, el que fuera uno de los doce, un mercenario barato que por poquísimo dinero no sólo entregó una información sino que condujo la operación completa llevándolos hasta el sitio de oración donde se encontraba aquel Caballero Ungido, con la frente todavía perlada con sudor de sangre.
¡Ingrato! 

El tesorero ladrón de un grupo de pobres, cuyo líder recibía caritativas donaciones sin solicitarlas, y él las hurtaba echándose en el bolsillo las monedas sagradas. Olvidado de toda la bondad que con él se usó y la confianza que se le tuvo, decidió también dejar vacante la cátedra apostólica por casi nada. El individuo no solamente es un traidor, un mercenario, sino además un insufrible hipócrita que se abalanza al cuello de su víctima como si fuera un hermano, lo abraza y lo besa, para con afectos postizos señalar fraternalmente a quien se deben llevar preso y dejar libres a los otros. Y el Maestro, el Profeta, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el Mesías, el Hijo del Hombre, es aprehendido por obra y gracia de esa pobre criatura apóstata.

Uno del grupo nombrado Pedro ofreció una pequeña resistencia con un acto violento, impropio de lo que se le había enseñado y corta la oreja de uno de los agresores, la cual Jesús recoge y la restablece a su lugar, sin recibir las gracias de nadie ni evitar con esa bondad que se suprima la fechoría que estaban cometiendo. No discutió con ninguno de ellos ni pidió alguna orden de arresto escrita para entregarse sin resistencia, sino porque conocía su destino, extendió las manos que inmediatamente fueron atadas, temiendo ellos que las utilizara en su contra cuando todavía sus dedos estaban húmedos de la sangre de Malco, que no se interpuso nunca ni dio siquiera indicio de desaprobación de lo que estaba ocurriendo. Ingratitud por todos lados.

Lo único que dijo fue que él no era un hombre violento y que no era necesario venir equipados con armas de guerra y con vulgares palos, como una turba violenta, a prenderle como si hubiese robado alguna casa o asaltado algún bolsillo a alguien en el mercado. Sentían miedo de aquel Hombre y de la gente sencilla que él discipulaba. Jamás ha habido una detención judicial tan burda e infame como esta, dirigida por un grupo de hombres religiosos envenenados por la envidia, altaneros y equivocados, y llevada a cabo por gente anónima, fanática y poco pensante. 

Gente de escaso valor intelectual, sin más principio que la conveniencia, de lo más común de la población que se prestaba sin forcejeo civil ninguno a cumplir los deseos de los que tenían el poder y de quienes podrían obtener beneficios haciendo este favor injusto. Y se lo llevaron, se entregó, hecho todo un Hombre virtuoso que se pone a disposición de un aparato impío, que con datos en su contra preconcebidos, le formularían acusaciones inventadas por delitos que nunca cometió y jamás pudieron probárselos. Pero se colocó en sus manos sin mostrar resistencia porque conocía la Sagrada Escritura y el rol que él conscientemente tenía en ella, y había leído su agenda, y que entendiéndolo bien eran los decretos del Padre para su vida, muerte, y la redención del mundo. Tenía nuestros nombres en su hombro sacerdotal puestos, y engastados en oro y amor con la mente los acariciaba en su corazón.

jueves, 28 de marzo de 2013

Una opinión sobre la familia y la iglesia


Números 6:6-8
“Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello. Todo el tiempo que se aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta. Ni aun por su padre ni por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza. Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová”. 

Ahí podrían entrar en conflicto sus sentimientos familiares y su vocación. El nazareo vivía en un asombroso alejamiento; el mundo y la familia lo perdían (v.12). Por la catástrofe que sufre la familia moderna he oído decir en la consagración de los ministros, que su atención primera debe ser a su familia y después a su iglesia. Es cierto que quien no se ocupa de los suyos ¿cómo cuidará la iglesia de Dios? (1Ti.3:5). Es verdad que muchos pastores han perdido a sus hijos y sus esposas por no atenderlos bien mientras se ocupan de la iglesia. Pero ¿por qué no atender la familia como se atiende a la iglesia y no mejor que ella sino excelente a ambas, o antes que ella, sino al mismo tiempo que ella, integrándola a la iglesia

Cuando dicen que hay que atenderla separadamente de la iglesia ¿quieren decir que como padre y esposo y no como pastor? El pastor debe siempre y con todos ser el pastor y velar por la salvación de la familia, con amor paternal. No es necesario convertirse en un padre o en un marido negligente si se atiende la iglesia junto con la mujer y los hijos. No se les ama menos ni se disminuye la función marital o paternal. Se puede atender la familia perfectamente y a la iglesia igual sin tener que por un tiempo volverle la espalda a la una o la otra y decirles que una tiene la prioridad y la otra es secundaria. Es mi opinión, mi vieja experiencia, y usted puede diferir.

Cargando tablas, estacas y cuerdas para Dios


Números 4:29-33
“Este será el deber de su cargo para todo su servicio en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus basas, las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio; y consignarás por sus nombres todos los utensilios que ellos tienen que transportar”.

Este fue el trabajo de los hijos de Merari, ¡desde los treinta años de edad hasta los cincuenta! Es decir, lo mejor de sus vidas dedicados a armar y desarmar el tabernáculo. Ensambladores. Fijar y remover columnas y estacas, Señor ¿toda la vida para hacer eso? ¿Pudo ese oficio darles "significado a la vida de ellos"? ¿No hubo ninguno de ellos que protestara contra tu propósito y quisiera hacer de su vida algo más "productivo", más "trascendente"?

Esa fue la meta que Dios les impuso. Subrayo impuso. No parece que a ninguno de ellos se le metiera esa idea moderna de “sentirse realizado”. ¿Somos cristianos, o qué? ¿No le llamamos a Jesucristo Señor? ¿No practicaremos la soberanía de Dios? ¿O nuestra fe es un convenio con Dios para que nos deje hacer nuestros gustos?

El trabajo era poquísimo porque eran muchos. El resto del tiempo podrían usarlo en meditar en la ley, superarse, orar. Pienso que tenemos una especie de psicosis con el tiempo; todo lo pensamos en relación con el aprovechamiento del tiempo, antes que la vida se nos vaya; queremos emplearla bien y el pragmatismo de su utilización consume nuestras 24 horas diarias como si fuese el sebo de una vela que se gasta. Pasar un par de años preso, o  muchos más, como el apóstol Pablo, no es algo que consideramos conveniente para el desarrollo de nuestra vocación y el empleo de nuestros días (Hch.28:30,31). Y ese fue el divino plan para él.

Tener que sufrir una enfermedad y separarse de la iglesia más de la mitad del tiempo quizás sea algo que no consideremos apropiado en el ministerio del señor Spurgeon, o la pobre calidad de vida por su salud del ministro Calvino. Dios puede llamarnos a no hacer muchas cosas sino pocas, pero bien hechas, "fiel en lo poco". Subrayo esta palabra poco (Mateo 25:21); y no es porque las consideremos pocas sino porque en realidad lo son.

Hay unas ansias de ser alguien en la vida, en nuestra personalidad que encuentra su fuerza en el lustre de nuestro nombre y no en la gloria de Dios; queremos andar en “cosas demasiado gloriosas, sublimes, maravillosas y exaltadas” para nosotros (Sal.131:1); subir a una altura que nuestras cabezas no soportarían; y  por eso no nos es dado "llevar muchos frutos" porque lo que buscamos es que nuestra vida signifique algo y no que honre a Dios de cualquier manera, tal vez como estos numerados, cargando  tablas, estacas y cuerdas para Dios. 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Si es para el Señor, que sea lo mejor


Levítico 27:9-13
Y si es un animal de los que se pueden presentar como ofrenda a Jehová, cualquiera de los tales que uno dé al Señor, será sagrado. No lo reemplazará ni lo cambiará, el bueno por el malo, o el malo por el bueno; pero si cambia un animal por otro animal, entonces ambos, el animal y su sustituto serán sagrados”. 

Podrían arrepentirse, podrían cambiar también de parecer y ser tentados a dar una ofrenda inferior, o quizás mejor. Posiblemente con ese pretexto podían ofrecer algo de menos valor. Todo lo que prometes cúmplelo, lo mejor que tú prometiste. ¿Se te pasó la gratitud, el entusiasmo, la urgencia, la fe? (Apc.2:5,19). 

¿No han escuchado, por ejemplo a cantantes en la iglesia, que excusan no haber ensayado suficiente, o sus malas voces, diciendo "esto es para el Señor"? Más o menos están queriendo decir no importa que salga mal, no se rían de mis desentonos, y permítanme seguir utilizando mi inadecuada voz en estos servicios. Lo que se ofrece a Dios tiene que ser varias veces mejor que lo que se da para el deleite y complacencia de los hermanos.

martes, 26 de marzo de 2013

Jesús no era exactamente una figura apolítica

LUCAS 13:1-5
 “1 En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos.  2 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?  3 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.  4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.

En esta reflexión podremos ver que pensaba Jesús sobre la muerte de inocentes y masacres políticas, en las guerras y por accidentes, y cuál era su opinión en relación con la cantidad de pecados cometidos. La conversación es introducida por estos bíblicamente anónimos, que son quizás seguidores de Judas el Galileo, que vinieron a Jesús para platicarles cómo Pilato había dado muerte a aquel grupo, después de una revuelta quizás, que los persiguió hasta allí y sin misericordia mientras ofrecían su sacrificio en el templo los mató. Pues esos traían un espinoso tema político que incriminaba al Procurador, sospechosamente con la intención de que hiciera alguna declaración en ese campo y condenara la matanza, e ir con el cuento y solicitar su arresto. Pudiera ser, una suposición, que fueran amigos de los herodianos (Luc. 20:22; 23:2).
Aunque evidentemente la pregunta está pensada políticamente, y todo el pasaje transpira ideologías, por la respuesta que da Jesús de que aquellos asesinatos estarían justificados porque eran "más pecadores" que los demás, o sea, que la intención más que buscarle problema con Pilato era buscárselo con los judíos para que justificaran los crímenes. Es como si la opinión de ellos fuera "bien merecido se lo tenían por pecadores", y que Jesús dijera "¡oh sí, yo tampoco condeno la matanza pues pagaron por sus pecados!", haciendo de Pilato la mano justiciera de Dios.
Josefo no registró estos acontecimientos: las muertes por homicidio de estos adoradores de Dios, ni tampoco sobre la existencia de esa torre en Siloé, del cual sólo conocemos un estanque (Jn. 9:7,11). Entre los evangelistas sólo Lucas refiere estas cosas. Jesús dio a entender que no se debía sacar la conclusión de que aquellos inocentes que son asesinados, y los que mueren por accidentes, son más malos que los que no les pasan nada. Mucha gente piensa que la forma de morir la escoge Dios de acuerdo a la forma de vivir de cada cual, lo cual no es cierto porque hay seres inocentes que son aplastados por un vehículo motorizado, o se caen de un piso muy alto o el edificio les cae encima.
Los pecados de los hombres se deducen por sus vidas y no por sus muertes. Posiblemente aquellos 18 que aplastó el derrumbe de la torre fueron tan inocentes como los dos mil doscientas veintitrés que se ahogaron el 10 abril 1912 cuando se hundió el Titanic, o los dos mil que murieron en el atentado sobre las Torres Gemelas en Nueva York. En tiempos de guerra muchos refugiados en templos cristianos han sucumbido durante el bombardeo, y madres con sus niños se han ahogado cuando regresaban de un servicio religioso dominical. La clase de muerte no indica necesariamente con cuanto pecado esa persona murió. Como dice el Eclesiastés le ocurre tanto a uno como otro, como al bueno y al malo.
Comúnmente se ha tenido a Jesús como la figura apolítica, sin embargo, un escrutinio detenido de sus palabras o mejor dicho detrás de ellas, descubre que él dedicaba tiempo para pensar en esa especialidad social, y que sacaba sus conclusiones, aunque evitó él y los apóstoles, envolverse en esas cuestiones. La respuesta del Señor fue "si no os arrepentís pereceréis todos igualmente"; indica que estaba siguiendo con su vista el rumbo político de la nación judía y donde eso desembocaría, en que no quedaría piedra sobre piedra de la amada ciudad. No es que Jesús leyera el periódico, sino que lo sabía porque era profeta y sabía "discernir los tiempos", escuchaba a la gente hablar en las plazas, en las calles, y en su carpintería, y todo eso en conjunto eran potentes evidencias de que el mal sobre la nación se avecinaba.
Jesús vivía envuelto en su contexto social y conocía de primera mano lo que había pasado, y sobre eso podía platicar con sus amigos y discípulos. Sin embargo, sus palabras, en este momento, no fueron una predicción política sino un análisis profundo y espiritual por medio de una teología viva con la cual alumbraba el presente y el futuro de Nazaret, Jerusalén, y desde Dan hasta Beerseba. Sus sentimientos con respecto a esa mortandad no fueron de indignación política sino de compasión teológica, no de resentimiento contra Pilato, sino que le dieron ganas de llorar y no que se le subiera la cólera (13:34,35). Si no se arrepentían de sus pecados, la incredulidad y las ideas políticas que tenían conducirían a la catástrofe histórica que les predijo, la muerte no de dieciocho y no de aquel puñado en el templo, sino de un millón de judíos.

domingo, 24 de marzo de 2013

El pecado al alcance de la mano


Levítico 19:23-25
Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, tendréis por prohibido su fruto. Por tres años os será prohibido; no se comerá”.

Se ha comentado que esta prohibición tiene que ver con el desarrollo del fruto mismo que no está adecuado para ser ingerido. Eso no tendría Dios que prohibirlo porque lo sabrían. Tiene que tener una aplicación espiritual y moral. Veamos. Plantar y no comerlo. ¿Sí? Y ¿qué comerá? ¿Teniendo los frutos y no comerlos? Sí, podría venderlos, si tuvieran compradores; regalarlos a extranjeros o dejarlos que se pudrieran.

Eran frutos incircuncisos y eso tiende a hacernos pensar en religión y no en mercado ni en la salud. Para enseñarles la abstención espiritual a contenerse que es una gran lección (1Co.9:25) y que aprendieran a tener el pecado al alcance de la mano y sin embargo no tocarlo, a estar cerca de él y no disfrutarlo (1Co.5:9); mirar lo atractivo que es y las supuestas ventajas que tiene y  no tomarlo (Ge.3). Para la obediencia debemos ejercitarnos. Con todo, Señor, no nos permitas rondar cerca de él.

sábado, 23 de marzo de 2013

Jesucristo no odiaba los libros


JUAN 7:15
Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste sabe de letras sin haber estudiado?”.

No querían decir que era un analfabeto como lo fue Mahoma, o que sabía un poco. Jesús sabía escribir y escribió (8: 6; Luc. 4: 17-20) y dominaba perfectamente el contenido de los libros, especialmente toda la Escritura judía (Luc. 24: 27). Lo que quieren decir es que no ha pasado por ninguna escuela rabínica, que no está titulado. Desde niño Jesús cultivó su intelecto y hacía preguntas de adultos (Luc. 2:46). Leia el hebreo de la Escritura, hablaba el arameo cotidiano entre los judíos y por supuesto el latín y posiblemente el griego. Y eso que era la Palabra, el Verbo de Dios, y lo que aprendió lo aprendió del Padre. Es inútil tratar de hallar en Jesús un heredero de la cultura de su época y en el evangelio todos los componentes del pensamiento de su tiempo. Lo sorprendente de Jesús no son sus doctrinas admirablemente nuevas sino su Persona y la relación que ella tenía con la Escritura. No hablaba como un analfabeto (vv. 45-49), hablaba con autoridad. Lo reconocían como un gran orador por su estilo parabólico, la profundidad y sencillez de sus discursos y la belleza de sus imágenes. La gente le oía de buena gana. Con una soberbia imaginación. Le llamaban Rabí o Maestro y esto no se le dice a un analfabeto. El apóstol Pablo, que escribió la mayor parte de nuestro Nuevo Testamento, dijo que era “poder y sabiduría de Dios” (1 Co. 1:18, 24).
No obstante, los evangelistas no se preocupan de presentarlo como un hombre intelectual porque estaban satisfechos con su palpable poder.  Pero su sabiduría era indisputable (Mt. 13: 54). Le llamaban rabí porque era el Maestro. Los discípulos que eran hombres sin letras y del vulgo eran reconocidos que andaban con él (Hch. 4: 13), lo que quiere decir que los elevó intelectualmente. Por algo en este siglo XXI, la sociedad intelectual asocia más el cristianismo con Pablo de Tarso que con los otros apóstoles. Lo que es cierto en Jesús, en nosotros no.
Si un predicador no ha estudiado no tiene letras tampoco. El conocimiento no le llega por ósmosis sino por libros, sea como autodidacta o por escuelas. ¿No sabes que Pablo era un asiduo lector, y por eso pide que le devuelvan sus libros? No porque Carpo pensara quedarse con ellos; no tenía esa mala costumbre, sino porque no quería pasar una sola noche sin leerlos (2 Ti. 4: 13). Ignorancia no es sinónimo de espiritualidad. Y eso que viajó al tercer cielo, sin embargo, estudiaba y leía libros. Los raptos espirituales no sustituyeron sus libros. Excepto Jesús, nadie puede ser un hombre de letras, un estudioso, y que valga la pena ser oído, si tiene un solo librero con tres o cuatro libros, no porque no pueda comprarlos sino porque hace muchas otras cosas, y lee la Biblia, sin comentarios ni explicaciones de otros que saben más que él.

viernes, 22 de marzo de 2013

Jesús explica nuestra muerte para que no nos dé miedo


Mateo 9:18-26
“…y levantándose Jesús lo siguió…y una mujer vino por atrás y se decía que si tocaba el borde de su manto sería sana”. 

El texto en conjunto enseña dos cosas bonitas, que nunca interrumpimos a Jesús, la fe no lo interrumpe. Mientras él caminaba para casa del oficial de la sinagoga esta mujer lo detuvo, pero esa detención no perjudicó para nada el bien que se proponía hacer a otra persona. Se podía haber demorado unos días como con Lázaro, que al fin la resucitaría. No debemos pensar que Dios está ocupado con otras personas, que hay mucha necesidad en sus iglesias, que otros son más nobles e importantes que nosotros, que existe mucho lío en este mundo y él tiene que atenderlo, millones de voces que se alzan a él y todas con una necesidad distinta en un lugar diferente; es decir, que pensamos que Dios no tiene un sábado para sí mismo, que no tiene una hora libre para reposar y por lo tanto tiene que dejar de lado lo menos importante o tal vez prolongar su tratamiento. No importa que Dios nos dé la espalda, de espalda sabe quién se acerca y lo que necesita tomar, ni tampoco importa que esté contestando la oración de otra persona para ocuparse de un centenar de otras. 

Por otra parte aunque pudo sanar a la niña sin ir a su casa, fue porque quería enseñarnos a explicar nuestra muerte de un modo que no nos produzca miedo, es decir, como un sueño. Y como nadie tiene miedo dormirse  porque sabe que se ha de despertar, nadie que crea que él es “la resurrección y la vida” debe temerle a la muerte porque él por medio de la muerte sacó para nosotros la “inmortalidad” por el evangelio que conocemos (Jn.11:25; 2Ti.1:10). Si el sueño es profundo pasarán rápido ocho horas, ocho siglos u ocho mil años, hasta que salga el Sol de Justicia y los granos de nuestro cuerpo oigan su voz y se reúnan  para darnos un cuerpo “semejante al de la gloria suya” (Flp.3:21). Amén.

martes, 19 de marzo de 2013

¿De dónde sacan los ateos su arsenal?


Juan 18:2,3
"También Judas, el que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se había reunido allí a menudo con sus discípulos".

Observa que Judas vino con mucha gente, ¿para qué tanta gente? Un grupo manso; los discípulos no necesitaban ese despliegue de fuerzas; no iban a prender a un rebelde, a un ladrón, a un sicario. Le temían extraordinariamente (Num.11:4).

Judas los condujo. Los que más daño pueden hacer al cristianismo, al Señor, a la iglesia, son los que están dentro, ya sea que den mal testimonio o que salgan y se vuelvan contra los que una vez creyeron y contra sus antiguos compañeros. Conocen el camino. Conocen las doctrinas de Cristo y las virtudes y fallas del pueblo; el diablo a menudo prepara sus anticristos dejando que sus hijos estén por un tiempo en la membresía de la iglesia (1Jn.2:18,19). ¿De dónde sacan los ateos y agnósticos su arsenal contra el cristianismo sino de los libros de los herejes, sectarios y liberales? La incredulidad de estos confirma la de aquellos.

domingo, 17 de marzo de 2013

La Biblia habla sin tabús


Levítico 15:1-32
“Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo…”.   
(El texto es extenso, búscalo en la Biblia)

Tabú es una palabra polinesia que significa prohibido. La idea es que ella trata de todo con desembarazo. Quizás pienses, avergonzado por la lectura de este capítulo, que ya cumplida por Jesús la ley ceremonial, este capítulo no debiera incluirse en ninguna versión cristiana de la Biblia. Si así obraras tendrías que quitar también otros pasajes similares y repulsivos quizás por otros temas. Entonces la Biblia no sería la palabra de Dios porque no tendría relación total con la vida humana. Cuando la leemos nos damos cuenta que ella y nosotros somos los mismos. Y ¿por qué no? ¿Porque es muy vergonzoso e íntimo? Sí, pero nota que no se trata con desparpajo, se cuenta con toda la normalidad de una cosa muy natural y no exclusiva de algunas personas sino frecuente entre el pueblo. En la Biblia no hay ningún tema que sea tabú. 

¿Cortarías esta página si la Biblia fuera un libro de medicina? Seguro que no. La Biblia es un libro que expone nuestras miserias y enfermedades. El texto nos ilustra en algunos sentidos.Una enfermedad sexual puede excluir temporalmente a un hombre o una mujer de su comunión ceremonial con Dios. Por causa de Dios debemos ser sexualmente normales y saludables. Normal quiere decir que se usa el sexo de modo natural porque lo contrario es condenado por la Escritura (Ro.1: 26,27); y saludable no implica una malvada inteligencia de prevención, sino que debe ir acompañada la palabra para que se lea así moralmente saludable, o sea, saludable porque se utiliza de forma que agrade a Dios (v.31).

Para las enfermedades físicas que están relacionadas con el sexo, ir al médico y para las mentalmente eróticas, ir al Señor. El Señor está atento, como a todas nuestras cosas, al estado biológico y uso del sexo (Ge.38:8-10).  Si Dios fue quien creó el sexo, tiene derecho soberano sobre él, porque no traspasó su propiedad a la criatura sino que se lo concedió al formarla. Eso lo dijo Pablo, “el Señor es para el cuerpo y el cuerpo para el Señor” (1Co.6:13). Si es el Creador, tiene autoridad para decir lo que es incesto, fornicación, adulterio, afeminamiento, homosexualidad y otras enfermedades morales relacionadas con el género. Haz que la religión de Jehová regule tu salud o enfermedad sexual, para tu bien y para su gloria. ¿Consideras que el tema es escandaloso? Tal vez pero forma parte de la vida humana.

sábado, 16 de marzo de 2013

Jesús no tiene oídos sordos


Juan 11:21, 22, 32
"Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto".  

Hay veces que hablamos desesperadamente y la situación nos hace pronunciar palabras inapropiadas. Esto es una queja, comprensible, sin embargo lo que dice es verdad. Si Jesús físicamente hubiera estado presente allí, no se hubiera negado a recuperarlo. Debiéramos estimularnos a la fe cuando el Señor parece demorarse y entre tanto no nos responde y las cosas no mejoran. ¿Si clamamos a él y no mejoran, se pondrán tan malas que ya no habrá remedio? ¿Qué cosa no tiene remedio cuando Cristo las toque? Nuestra fe necesita ser un poco más sazonada con la paciencia. He llegado a comprender algo sobre la providencia de Dios, y siento que es un poco más fácil entender que esperar. Tal vez lo que necesitemos sea más paciencia que sabiduría. Cuando las cosas pasan de una manera es porque el Señor así lo quiere.

Parece un reproche al Señor por su tardanza: "Te dimos un aviso pero no viniste". ¿Piensas que el Señor se hizo de oídos sordos? ¿Se demora inadecuadamente? ¿Reprochamos al Señor que ignora nuestros planes o que no nos informa con tiempo todo lo que quiere hacer? No acuses al Señor de alguna falta en su procedimiento y déjalo que actúe como guste, no hieras su corazón con reproches, con amor, pero no sabios.

  1 Juan Mayormente el contenido de esta carta, si es que a pesar de la repetición de asuntos, se puede considerar de esa manera y no como...