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martes, 27 de abril de 2010

No entregues tu cuerpo a una religión


El cuerpo no es para la inmoralidad sexual, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo (1Co. 6:13-20).

Este texto nos habla de la santidad del cuerpo. Los templos paganos, particularmente en Corinto, eran  sitios de prostitución y andaban por las calles muchas prostitutas que podían arrastrar a los hombres al interior de una casa religiosa o a las suyas propias. El peligro aumentaba en que no pocos maestros filósofos andaban enseñando  que la carne era mala, el espíritu bueno y no había ningún problema con agasajar la carne siempre que el espíritu y la mente se mantuvieran dedicados a Dios. Y esa explicación con el respaldo social encantaba a los que vivían dominados por pasiones porque las sociedades siempre han inventado alguna filosofía que convenza a la gente para pecar sin preocupaciones religiosas.
El peligro de contaminación de la iglesia también provenía del interior de ella haciéndoles más fácil el proselitismo y la entrada a nuevos conversos y la permanencia dentro de ella. Los admiradores de la cultura procuraban adaptar el evangelio a ella. Esa manera de pensar tuvo su éxito y ayudó a debilitar el glorioso ministerio post apostólico proponiendo una ética menos rígida y un camino al cielo más ancho. Y por supuesto no hay que tener una gran imaginación para saber que las iglesias crecían más rápido a la vez que se volvían famélicas, pasando hambre de los nutrientes apostólicos que ahora la enseñanza carecía, y se fue debilitando.
La táctica desintegradora comenzó no con el evangelio puro sino con los contaminados con los ritos y ceremonias de la ley mosaica que insistían más en la forma que en la sustancia, engañando a la gente haciéndoles creer que esa forma de cristianismo dominaba las pasiones y deseos (Col.2:23).  No confíes el dominio de tu cuerpo a las formas cristianas que son incapaces de controlarlo, sino al Espíritu Santo; no lo pongas a disposición de una religión o de un culto voluntario que puede tener cierta reputación pública pero nada puede contra los apetitos de la carne. Contáctate con Cristo.

1 comentario:

  1. He notado hoy que muchos comentarios fueron borrados, incluyendo los míos, no sé lo que pasó, quizás cuando se cambió la forma del blog. ¿Alguno sabrá por qué? Mil excusas a los que escribieron, si quieren pueden comentar otra vez y los publico. De veras que lo siento porque me habían gustado mucho. Gracias por su comprensión.

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