¿Deben las cristianas participar en concursos de belleza?


Ester 2:12-14 
"Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,  entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre".

Todo eso para colmar las pasiones del mandatario, que no importaba que fuera viejo, gordo y vulgar, porque era el rey. Los harenes no eran algo sublime sino asqueroso, la expresión más descarada y abusadora de la concupiscencia. Mardoqueo tuvo que haberse desprendido de ella con mucho dolor, como si se la arrestaran. Nota en el v. 8 que fue llevada, él no la empujó allí ni por su consejo y buena voluntad la ofertó; se la quitaron, la denunciaron y se la llevaron. El no tuvo más remedio que dejarla ir. 

Las bellezas cristianas no debieran participar en esos concursos nacionales de bellezas, que dan fama, fortuna y disipación a las ganadoras; detrás de esos certámenes están las mentes libidinosas de los magnates de la difusión masiva, y los espíritus corrompidos de negociantes y empresarios que aspiran disfrutarlas y venderlas como productos. ¿Darías aprobación a tu mujer, templo del Espíritu Santo, para que se suba a un escenario de ese tipo, bella, elegante, bien maquillada, radiante de vanidad, se la devoren de envidia por dentro las competidoras, y con los ojos tus amigos y te la celebren con piropos?

¿Deben participar las bellas jóvenes cristianas en certámenes de belleza? Pienso que no, aunque la sociedad y los más liberales vengan con el inconvencible sofisma que es un lugar para dar testimonio. A no ser que viviera en Persia y conociera a Jesucristo en un harén.

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