Tramos difíciles
Isaías 46: 6-10
“Sacan oro de la bolsa y pesan plata con balanzas, alquilan un
platero para hacer un dios de ello, se postran y adoran”.
Dios les reta la
experiencia religiosa. Además de hablarles de la inutilidad de los ídolos en
cuanto a la invocación, les dice que
lo pongan a prueba con oración. Les
dice: “Ellos no responden oraciones, yo sí, oren a mí”. Si Dios no fuera una palpable
realidad por medio de la oración no se diría eso porque la experiencia lo desmentiría y todos
los discursos proféticos a su favor serían convertidos en nada. Dos cosas les
servirán de estímulo para orar, la historia
(v.9), las cosas pasadas, y su propósito
(v.10), o sea, su plan. Las invocaciones están concebidas dentro del plan del
Señor y se usan para fortalecer la fe, mantener la comunión con nosotros, son
un medio de corregirnos y conseguir fidelidad. Dios sí tiene un plan para
nuestra vida que nos va dando a conocer poco a poco y la oración es el medio
para poder cumplirlo, en los tramos difíciles.
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