Prostitución y Sodomía: No es discriminación, señores, es evangelización


1 Reyes 15.9-12

“Quitó del país los sodomitas”.


Dentro de las reformas sociales, y teológicas, que hizo el rey Asa fue expulsar del ejército y de la entera sociedad a los homosexuales. La palabra “sodomita” aquí significa “sagrado” “dedicado”, a la prostitución, licenciosa idolatría, sodomitas. Práctica pagana de adorar con el sexo a los dioses. No fue una reforma sola moral sino teológica porque incluyó a los cultos paganos y la destitución de Maaca como reina madre. No los apedreó ni los condenó a la horca, los envió al exilio. Tampoco decretó a favor de ellos alguna ley que les diera el privilegio social y matrimonial que tienen los heterosexuales. Una medida drástica e impensable en el día de hoy.

No hay que cristianamente llegar a ese extremo pero sí sustentar el mismo principio espiritual de no aceptarlos dentro del reino de los cielos como ellos son si no son lavados y limpiados con el Espíritu Santo, como cualquiera otro pecador (1Co. 6:9-11 ). Pablo tampoco lo hizo. No los bautizó porque el cambio de ellos fue posible por el Espíritu de Dios. Fue un milagro en el carácter de ellos como lo es en una pierna o un brazo muertos. Es que ellos sí querían cambiar, no pidieron heredar la vida eterna como eran. Una sociedad donde la sodomía como opción personal no se mira como un pecado y que se acepta completamente, donde no sólo viven dentro de ella muchos de ellos sino que pueden reclamar derechos y exigen que se les mire como hombres o mujeres normales; y cuando hay muchos cristianos que son de ese pensamiento, ¿están haciendo lo que es recto ante los ojos de Jehová? ¿No es esa filosofía pagana? La más mínima crítica que se les haga se toma como discriminación, como un juicio moral al cual el púlpito no tiene derecho, y no como un requisito teológico, de salvación.

Este mundo es cada vez más débil espiritual, teológica y moralmente. Y la iglesia, ¿qué posición toma para los sodomitas? Algunas hasta les ponen el hábito de obispos. Uno no oye socialmente ninguna condena, generalmente cuando se predica evangelismo eso apenas se menciona porque, dicen que no concuerda con el amor. El mensaje de casi la totalidad de la iglesia es de comprensión y con muy poco énfasis en el arrepentimiento, casi diciéndoles así “Dios te ama así como eres, te acepta así”. ¿Es eso cierto? No, es lo mismo que decírselo a un borracho o a un avaro o fornicario, una mentira propagandística con más consonancia social que evangélica. No se trata de hacer lo que hizo Aza, echar a sodomitas, lesbianas y prostitutas religiosas fuera del país, sino decirles con sincero amor que así no son aceptados por Dios en Cristo; pero tienen esperanza como los de Corinto.

Comentarios

  1. Muy bien fundamentado y claramente integrador. Aún así, seguramente no faltará quien interprete lo escrito como discriminador.
    ¡Bendiciones!
    Daniel

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  2. Quizás, David. Donde la Biblia no habla, callo, donde dice, digo.

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