Sólo nos queda un pedazo para completar la salvación


Esdras 8:31,32
"Y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino y llegamos a Jerusalén". 

Pasaron por entre muchos enemigos, ladrones, todos los vieron pasar pero ninguno les hizo daño. La ley del rey ayudó bastante para que no los molestaran, pero mucho más la providencia santa de Dios que los protegió en todo el trayecto como ellos se lo habían pedido. Oh Dios que este precioso tesoro que me has dado, confiado, que no es mío, llegue completo a su destino, que ningún salteador de caminos se apodere de uno solo de mis objetos sagrados, "porque el ladrón no viene sino para  hurtar, matar   y destruir”. Guarda el camino Señor, aunque ya está más cerca nuestra salvación que cuando creímos, sólo nos queda un pedazo, el final, las puertas de oro se aproximan y el fin de nuestro recorrido estará completo, y tú nos esperas con la corona en la mano; continúa, Señor, protegiendo nuestras almas y nuestro testimonio de fe; ayúdanos a cuidar con mucho celo, temor y temblor aquello que nos has confiado y te entreguemos el depósito completo (Meditar cristianamente en 2 Ti. 1:12-14).

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