Las migajas de Jesús


"Las migajas que caen de la mesa de los hijos" (Mateo 15.:27).

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Sólo un pedacito de Dios es suficiente para quitar la tristeza, la opresión del pecho, para dar paz; el más leve contacto con el Señor basta para curar a una mujer que sangre (Lc. 8:44); tal es la abundancia que el Señor tiene y tal es la gracia disponible. Esta mujer, excluida de la comunidad de Israel, sin Dios ni esperanza en el mundo, no se desanimó y se aventuró a pedir algo para ella y su hija enferma (10:5). Jesús al llamarla “perrillo” es como si le dijera en una supuesta conversación: El: “Soy enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel y tú no perteneces a ella”. Ella: “Lo sé pero tú tienes de sobra”. Él: “No tengo que hacer ninguna señal contigo porque la salvación viene de los judíos”. Ella: “Está bien, que tu bondad conmigo no la recuerde nadie ni sirva para consolar y salvar a otros, con todo, hazme este favor”. Y Jesús podría haber insistido probándole su fe: “Pero tú no conoces la Ley y por lo tanto maldita eres” (Un lenguaje que él jamás usó, Jn. 7:49). Ella: “La letra mata pero tú eres Espíritu y Vida. Clava en tu cruz el acta de los decretos que me es contraria”. Él: “No ha llegado mi hora mujer”. Y así podría continuar un imaginario diálogo luchando por gracia, por cambiar la ley y apropiarse de los sí y amenes de una esperanza ajena.

Fíjate que dice “de la mesa de los hijos”. Los que tienen abundancia de pan, los que comen y beben del cuerpo de Cristo. ¡Qué banquete se dan! Tanto, que tienen para compartir con los que están hambrientos y pasan la noche quejándose sin Dios. Los hijos pueden enriquecer a otros (2Co. 6:10), están llenos de riquezas en gloria en Cristo (Flp. 4:19); tienen lo que el mundo no tiene (Hch. 3:6): Vidas abundantes, tesoros en vasos de barro, manantiales que saltan para vida eterna, púlpitos nutridos, libros inmortales y pan de nobles.

Comentarios

  1. Como 2 veces habia leido ese pasaje y hace pocos dias lo escuche y ahora aqui lo leo y es que lo logro entender. En casi 1 año que tengo en los caminos del Señor no habia logrado entender este pasaje de las migajas.

    Dios le bendiga hermano.

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  2. Kquijada.
    Eso que escribí fue un comentario devocional. Los judíos les llamaban a los gentiles perros, y esa mujer con su fe venció esa opinión, o prejuicio social, y Jesús le llama “hijos” a los judíos que tenían a los profetas, los apóstoles, la revelación, y por sobre todo el evangelio mismo; eran ricos y tenían en abundancia la bendición de Dios, hasta el punto que el mundo perdido podía alimentarse con los sobrantes de ellos; eso es lo que significa “el pan de los hijos”, o sea los privilegios de la salvación, las bendiciones de Dios, etc.; con eso el Señor probó la fe de esta mujer y su deseo de ser “injertada” en el Israel de Dios de quien son los pactos y las promesas. Jesús no quiso ofenderla al compararla a los “perrillos” sino salvarla; y ella gustosa le pidió que aunque fuera algo se lo diera, y con esa poca bendición perteneciente a los hijos, esto es a los judíos, ella sería salva.

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