¡Cuántas cosas pasan en la iglesia!



Ram engendró a Aminadab y Aminadab engendró a Naasón, jefe de los hijos de Judá; [11] Naasón engendró a Salmón y Salmón engendró a Booz; [12] Booz engendró a Obed y Obed engendró a Isaí, [13] e Isaí engendró a Eliab su primogénito, luego Abinadab el segundo y Simea el tercero. [14] Natanael el cuarto, Radai el quinto, [15] Ozem el sexto, y David el séptimo; [16] y sus hermanas fueron Sarvia y Abigail. Y los tres hijos de Sarvia fueron Abisai, Joab y Asael. [17] Y Abigail dio a luz a Amasa, y el padre de Amasa fue Jeter ismaelita. [18] Y Caleb, hijo de Hezrón, engendró hijos de Azuba su mujer, y de Jeriot; y estos fueron los hijos de ella: Jeser, Sobab y Ardón. [19] Cuando Azuba murió, Caleb tomó por mujer a Efrata, la cual dio a luz a Hur. [20] Hur engendró a Uri y Uri engendró a Bezaleel (1 Crónicas 2:10-20).

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Muchos de estos nombres son conocidos, pero otros vivieron dentro de la población de Jehová sin que dejaran alguna huella en la historia, hicieron un número y dieron continuidad a la simiente santa, a la palabra del Señor, creyeron, formaron familias aunque no descollaran por algo notable; pero Dios los conoció y planeó que existieran y se marcharon al cielo sin dejar rastros, completamente intrascendentes.

No todos tendrán una historia “maravillosa” “fabulosa” como algunos dicen, Dios no nos creó para eso sino para que existiéramos para él, como las “flores que hoy son y mañana se echan en el horno”, como los insignificantes pajarillos que cantan para él y más nadie les presta atención, excepto él, y así las hormigas, las mosquillas, y millones de criaturas con las cuales se recrea sólo su ojo y se goza su corazón, que no saben nada de lo que es realización, vocación, ni muerte, viven, viven, y vivir para su Creador es toda su función.

La nota que se le hace a Naasón es como un suspiro de aire fresco, fue príncipe donde realmente los hombres son príncipes, en el pueblo del Señor, donde Cristo lleva sobre su hombro el principado. “Como desconocidos pero bien conocidos” (2 Co. 6:9) porque “él levanta del polvo al pobre...lo hace sentar con los príncipes de su pueblo”. A esos príncipes les llama santos e hijos o hijas de Dios.

Al oír de Obed, Isaí, David, me río, siento deseos de ir junto a ellos y acompañarlos, abrazarlos como amigos, porque tuvieron espíritus justos; y por sus historias he sido muy bendecido, me han ayudado sus triunfos, sus fracasos, sus pecados y sus búsquedas de Dios, se que vivieron para mí; pienso en los hermanos que conforman la historia y que yo voy a “ser unido a mi pueblo” del lado allá del río de la muerte; y pienso en los que ahora me acompañan y conozco sus historias y doy gracias a Dios por estar junto a ellos, acompañarlos, y formar parte de la historia de ellos como ellos la forman de la mía y la endulzan, la inspiran y la embellecen.

Siento deseos de llorar por Azael (2 Sa. 2: 23) y Amasa (2 Sa. 20: 9-12); que fueron tan cruelmente asesinados, “me indigno” con los que hacen tropezar a otros (2 Co. 11:29), y matan los buenos testimonios, y caen hombres grandes lanceados por Satanás. Me consterna Joab, y me llena de pavor tener algo semejante a él, estar en la obra de Dios junto a hombres tan grandes y nunca recibir la gracia de ellos y que se diga de mí, “los hijos de Sarvia son muy duros para mí”. Quiero ser usado por Dios pero la gracia que pido para otros la quiero para mí primero.

Y me regocija David, “el dulce cantor de Israel, el hombre conforme al corazón de Dios”, sus oraciones, sus suspiros y su deseo de agradar a Dios, quiero tener su sangre y su espíritu, para exaltar a Dios y para arrepentirme. Sí, todos estos son amados, atractivos, porque componen la historia de este varón de Dios que fue como Jesús. Bendito sea el Hijo de David y su interesante, triste y sublime familia, la iglesia. ¡Cuántas cosas pasan en la iglesia! ¡Cuánta gente diferente, historias diferentes, inspiradoras y deprimentes! Ese es el asombroso pueblo de Dios, en medio del cual él y yo habitamos.

Comentarios

  1. ¡Qué precioso post! Me encantó la perspectiva correcta, porque todos queremos tener y vivir una vida "fabulosa" y "maravillosa" como el rey David, pero ninguno queremos vivir "conforme al corazón de Dios".
    Gracias hermano por hacernos recordar, que Dios no nos creó para eso, sino para que existiéramos para él.
    Me encanta visitar este blog, siempre me voy con un buen "sabor de boca", je,je, tendría que decir: "de ojos", ja,ja,ja.
    Un fuerte abrazo.

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  2. Que Dios te bendiga, Isa, y a tu familia, que tengan salud y otras bendiciones. Como dices, de Dios somos.

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  3. Apreciado Hermano primera vez que visito su blog. Le felicito por las palabras de Fe que imprime. Es muy particular ubicarse en el contexto remoto e histórico para hacerse parte de la escena y sacar lo mejor de la revelación; y que está se convierta en vehiculo de bendición a mucho. ¡Adelante en la misión! Un abrazo desde Venezuela. Bendiciones y éxito en todo lo que emprendas en este tiempo.

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  4. Hola GerardoA, bienvenido a este blog y quiera Dios que lo que leas siempre edifique tu salvación. Me deseas éxito en lo que emprenda en este tiempo; pues cuando leas este comentario ora por mí porque voy a comenzar una nueva iglesia y necesito muchas intercesiones a Dios por mí. Dios bendiga a Venezuela.

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