Cristianismo, lee la historia

Los ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban gritos de alegría (Esdras 3: 12,13).

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El templo de Salomón fue destruido en 588 a. C., y éste en 534 ó 535 a.C. Los ancianos, los de más de 60 años, eran los más tristes porque comparaban un templo con el otro, más pequeño, sin oro, sin gloria, sin arca del pacto, y sin la Shekinah del Señor. No obstante las voces de alegría por este humilde comienzo ahogaban los llantos de los tristes.

Cristianismo, abre tus ojos y lee en la historia los alzamientos y caídas de hombres y naciones que han resistido la Palabra de Dios y como sus cosas más sagradas, las edificadas para Jehová y donde él un día habitó y las santificó, han sido reducidas hasta el polvo. Como le ha pasado a esos imperios humanos podría pasarte a ti, bendito reino de Jesucristo y a tus muchas denominaciones, otrora gloriosas hoy enfermas con los vicios morales y doctrinales de la modernidad.

El mismo Dios que ayudó al cristianismo pudiera decretar que en sus muros no quede piedra sobre piedra, y ya no se oigan más los salmos y los finos coros de alabanzas, no se huela el humo aromático de los sacrificios de reconciliación y paz; y el arca del pacto se pierda para siempre y cada cual su gloriosa ascendencia porque no habrá más grandes que tomen sus nombres de Jehová.

Muchos años estarán destruidas esas antiguas organizaciones por abandonar la sana doctrina y la moral bíblica, que hoy creen herejías y contemporizan. Pero el cristianismo una vez destruido con juicio y misericordia en su forma actual, volverá a ser edificado. Los ancianos llorarán comparando lo actual con lo que un día fue y los más jóvenes, lectores de la historia de su gloriosa denominación, cantarán de alegría con esperanza que con las lecciones de juicio en el pasado se halla aprendido a guardar para siempre la antigua teología y ética cristianas. Si dejamos a Dios tendremos que conformarnos en el mejor de los casos con logros disminuidos, con cosas de menos calidad.

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