Pedid de favor que os abran la Biblia


“¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Luc. 24:32).

Si queréis que una habitación se ilumine, ¿no encendéis una llama? Y si queréis que se caliente, ¿no armaréis un fuego? Si el hogar ha comenzado a apagarse es sensato que le pongáis más leña porque sin ella “se apaga el fuego” (Prov.26:20). La lengua chismosa puede encender un fuego que “inflame la rueda de la creación”, pero ¿qué pasaría si esa lengua ardiente es la de un profeta, la de un apóstol, la del Espíritu Santo? Las palabras dichas por Jesús también hacen arder el corazón de los discípulos y ellos reflexionando en retrospectiva dedujeron que era él porque ningún otro podría atizar tanto las brazas de sus corazones como el Hijo de Dios.

Si queréis que vuestro corazón arda de nuevo y la llama brote de debajo de las cenizas que ahora cubren vuestra madera, tenéis que encender un fuego dentro de vosotros mismos, o mejor dicho, acudir al Señor, sea leyendo, oyendo su palabra y orando, porque a veces ella os es enviada sobre el entendimiento como chispas que salen del altar celestial y caen reavivando el espíritu.

Si vuestro corazón se enfría mortalmente, si no podéis deshaceros del peso de la ceniza de la carnalidad y la indiferencia lo cubre todo, si el frío llena una vida que antes estuvo caliente, hay que actuar rápido, yendo al Señor, pidiéndole que saque la llave de David y abra su Libro y que sus palabras ardan en vuestro corazón. El alma se enfría o arde siempre en relación con el modo en que os llega la Escritura, si ella no es abierta y no podéis verla en su interior, si no podéis llegar adentro a su significado espiritual, si no os impresiona su exposición os estáis muriendo, la llama de vuestra vida está languideciendo. Pensad en vuestras últimas semanas y no os conforméis andar con un corazón que no lo sintáis ardiendo en fe, en amor, en esperanza, como identificación de que es Jesús quien os ha hablado. Pedid de favor cada día que os abran la Biblia.

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