¿Quién consoló a la familia de Judas Iscariote?


Jeremías 16:4-6
“No entres a la casa del luto ni vayas a lamentar”.

En primer lugar, Dios le dice al profeta que no tenga hijos. Es mejor no tenerlos que verlos morir espantosamente. A los que Dios no le da hijos, él sabe porqué. Por otra parte. ¿Has tratado de consolar a los familiares de un muerto por el juicio de Dios; por ejemplo: uno que ha perdido su vida ebrio, por SIDA, suicidio, etc.? El pueblo de Israel habría de morir en rebelión, producto de la invasión extranjera; muchos serían los funerales de los que perecerían por la peste, enfermedades espantosas, disenterías, quejándose. Es indudable que el profeta habría de llorar ante esa visión catastrófica, se ablandaría su corazón y podría querer ir a donde ellos a consolarles y mitigar así con palabras suaves el dolor que sentirían. Jehová se lo prohíbe.
¿Por qué? Porque han muerto bajo juicio divino. ¿Lamentaron la muerte de Datán, Abiram, Coré, cuando iban por el desierto? No, no hubo duelo por ellos. ¿Piensas que la iglesia consoló a los familiares de Judas Iscariote y que le hicieron una colecta para  la viuda? No. ¿Quién consoló a Safira cuando su esposo expiró por mentir? Nadie. ¿La iglesia hizo lamentación cuando Herodes murió por el toque de un ángel y cuya espantosa enfermedad lo hacía sentir el hedor desde lejos? No. Cuando el juicio de Dios visita a un rebelde, los creyentes podrán visitar a los familiares del difunto para evangelizarlos, acompañarlos, pero no para consolarlos o por lo menos no para consolarlos en relación con el finado. Estas visitas son más bien por compromiso y humanidad que espirituales, para hacer grupo y que los dolientes no se sientan desolados. Hay reflexiones provechosas que se pueden hacer en el funeral de un no cristiano; sobre la brevedad, el sentido y empleo de la vida porque es difícil enjugar las lágrimas de los “que no tienen esperanza” ya que las consolaciones bíblicas son únicas; escritas para los escogidos que están en Cristo y no para los reprobados que viven “sin Dios ni esperanza en el mundo”. ¿Qué consolación, sino con mentiras, puedo darle a un doliente si el alma de su difunto se encuentra en el infierno?

Comentarios

  1. Fuerte pero cierto. Me ponen incómoda los funerales de las personas inconversas porque siempre se les dice a los familiares algunas palabras de aliento y casi que su difunto familiar está en el cielo...

    Hay que demostrar valentia e integridad para saber decir lo que conviene en el momento adecuado.

    Bendiciones
    Viviana Véjar

    ResponderEliminar
  2. Viviana, como ves, se pueden decir consolaciones humanas, abrazos, besos, atenciones, oraciones, lecturas bíblicas, sin ser desamorados ni engañarlos. Bendiciones.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero

El altar de tierra