Ni Dios ni la Biblia están muertos

“Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa y haz conforme a los has dicho”  (2Sa.7:25).

David hizo bien en orar de ese modo, recordando a Dios su palabra, aferrándose en lo que había prometido para él y para Israel su pueblo. Haciéndolo de ese modo no lo zahería, ni le molestaría, ni mostraría impaciencia o inconformidad con alguna presunta lentitud en el obrar divino. Al contrario, el Señor no se molesta como lo haría un hombre que no ha cumplido lo que prometió y los días han visto su promesa sin llevarse a cabo. A Dios le place que a menudo sus hijos le recuerden lo que él les ha prometido porque así ellos muestran que las palabras dichas por los profetas son suyas.

Cuando un cristiano acude a la Biblia y halla en las promesas de Señor un argumento para fundamentar su petición, con ello revela que lo que tiene escrito ante sus ojos lo acepta como palabra inspirada por Dios. En segundo lugar al Señor agrada que le recuerden sus palabras porque con ello le mostramos que las creemos, que tenemos fe en lo que ha prometido y que sabemos que son firmes y seguras. No acudiríamos a ellas ni las invocaríamos en un argumento espiritual si no estuviéramos seguros que son ciertas, si no depositamos nuestra fe primero. Cuando eso hacemos nos hallamos ejercitando la fe y eso al Señor le complace.

Cuando el Señor se alza y responde una petición fundamentada en los dichos de su boca nos muestra que ni él ni la Biblia están muertos. Lo que ha dicho en el tiempo antiguo es cierto y será cierto. El no habló por hablar. Lo que nosotros tenemos como Sagradas Escrituras no son letras muertas ni Dios tampoco se halla muerto sino que muestra que se halla vivo al moverse a responder nuestra súplica.
David oró bien, nosotros le pediremos que confirme su palabra, la de engrandecer su nombre y se diga que él es Dios nuestro, de nuestra iglesia, de nuestra familia. Amén.

Comentarios

  1. Pastor Humberto, después de tiempo volviendo a visitarlo en su blog, me da gusto volver a escribirle, quería saber donde puedo cancelar esa cantidad de dinero, puesto que estoy en Venezuela y el sistema cambiario es complicado, gracias anticipadamente por su respuesta mi querido pastor, que Dios le bendiga.

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  2. ¿De qué dinero hablas pastor Edinson? Siento no haber entendido.

    Bendiciones,

    H.

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  3. Pastor me disculpo si no me expliqué bien, me refería a los 12 dolares que cuesta el libro más el envío a cualquier parte del mundo, mi pregunta era ¿Dónde se cancela los 12 dólares? Nuevamente pido disculpas, saludos pastor Humberto.

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  4. Pastor Edinson, envíame tu dirección electrónica a esta:

    hperez@humbertoperez.net

    No envíes dinero.

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