Todas, todas las oraciones llegan al cielo


(Extracto de mi libro Apocalipsis, el libro de un desterrado)

Apocalipsis 8: 1-5
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.


“Observa que todas nuestras oraciones alcanzan la altura del cielo (vv. 1-5), son purificadas, e inmediatamente bajan respondidas. No temas que tu fe no pueda empujar a lo alto tu petición porque aquí se enseña que las oraciones de la iglesia alcanzan las regiones espirituales más elevadas, “los lugares celestiales”, y si llegan tan alto junto al trono de Dios, si han podido abrirse paso a través de tantos obstáculos, es que ninguna oración se queda flotando acá abajo.

“Además, suponiendo que tenga defectos, Juan observa que se mezcla con ellas perfume (“incienso”) (v. 3) que tiene que ser “el olor del conocimiento de Cristo” (2 Co 2.14-15) ; una oración perfumada con el olor grato a Dios de la vida y ministerio del Señor Jesús, siempre es atendida porque es un “sacrificio espiritual”.

“Si tu oración tiene defectos, “mucho” incienso es añadido, hasta una montaña de aromas, tomados del  “monte de la mirra y “del collado del incienso” (Cant 4.6; 8. 14). Las oraciones podrán tener defectos pero también tienen posibilidades.

“Hay otro elemento que es añadido a las oraciones de los santos: fuego (v. 5), esto es, el fuego del Espíritu Santo que cae desde Dios y trae la respuesta a la tierra. Las oraciones hechas por la iglesia en tiempos angustiosos impactan la tierra, aturden a sus habitantes, levantan “voces” de apoyo y de protestas, griterías, y surcan el tenebroso cielo de las circunstancias con “relámpagos” y “truenos”; “terremoto”, que evidencian que el grupo perseguido está rogando a Dios y éste contestando. 

Hay violencia espiritual en una contestación agonizante de la iglesia por su situación social porque el ángel “arrojó”, tiró violentamente la contestación al panorama donde las iglesias estaban encajadas, en defensa de las mismas. Una oración cuando alcance inmediatamente al cielo pudiera retardarse su respuesta, pero cuando llega la hora parece que retrocede empujada con toda la presión que su tardanza le obligó a contenerse".

Comentarios

  1. Humberto:
    Observa que todas nuestras oraciones alcanzan la altura del cielo (vv. 1-5), son purificadas, e inmediatamente bajan respondidas.

    Cierto, siempre que pidamos conforme a la Voluntad de Dios, nuestras oraciones serán respondidas pues orar en el Nombre de Jesucristo no es una fórmula mágica para satisfacer nuestros deseos mundanos, sino pedir simple y llanamente, lo mismo que Jesús pediría.

    Maranathaaa!

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  2. Renton, es cierto que utilizar el nombre de Jesús como si fuera una palabra mágica es una equivocación.

    El pasaje este de echarle incienso a las oraciones de los santos, me es tan práctico y consolador cuando considero las imperfecciones de egoísmo impureza que tienen nuestras oraciones, por no decir caprichos y obstinaciones.

    Dios te bendiga jovencito.

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