No le salve la reputación a Dios

Jer. 37;18-21
“Y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán,  para que no muera allí. Entonces dio orden el rey  Sedequías,  y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel,  haciéndole dar una torta de pan al día,  de la calle de los Panaderos,  hasta que todo el pan de la ciudad se gastase”.


Esta gestión que hizo el profeta es similar a la que hizo José cuando interpretó el sueño del copero preso, y pidió que intercediera por él porque injustamente había sido sentenciado. Dios que controlaba sus momentos cuando llegó el tiempo le trajo a la memoria a ese funcionario lo que un preso consagrado a Dios había hecho a su favor (Ge. 40:23; 41:41). Cuando llegó el tiempo predestinado por Dios para José, se pudo mudar la ropa y afeitarse, y se le abrieron las puertas de la cárcel.

En cuanto al profeta, no se puede afirmar que era la voluntad "permisiva" de Dios que Jeremías estuviera en aquella condición. Simplemente era la voluntad de Dios y que por su voluntad lo maltrataban con palabras y con los hechos, aunque por supuesto aunque la voluntad divina coincidía con la de ellos, especialmente con la del rey Sedequías, la motivación que cada cual tenía era diferente, y lo que más bien ocurría era que Dios intencionalmente utilizaba los malvados en su contra, aunque secretamente era a su favor. Siendo la voluntad de Dios, con diferente motivación, la misma que sus captores. Y es por eso que después de orar, supongo, pidió que lo trasladaran de prisión o se moriría de hambre.

Ninguna cosa ocurre en nuestro destino si no es por la voluntad de Dios, y es él quien pone en nuestro corazón lo que tenemos que pedir y no pedir, lo que hay que hacer y no hacer, cuando hay que estarse quieto o moverse. Los que tienen la fe chica y poco entendimiento de la providencia divina, explican cualquier desventura diciendo que Dios se ha quedado con los brazos cruzados y ha dejado que Satanás y los hombres hagan de las suyas pero que interiormente él no aprueba lo que están haciendo. De esa manera le salvan la reputación a Dios, según ellos, y se declaran víctimas de la mala suerte, o la mala voluntad de jefes, compañeros y envidiosos. 

La voluntad de Dios nunca es permisiva, o pasiva, como la generalidad le conoce. Calvino dice que la distinción entre la voluntad de Dios activa y pasiva es una adulación. Es oculta, inexplicable, misteriosa, pero siempre es su voluntad y es por eso que todas las cosas están organizadas para nuestro bien, la que produce cambios en nuestro carácter y fe, incluyendo traslados, éxitos y fracasos, enfermedad y salud, prisión y libertad. Y esas cosas la usa para bien si lo reconocemos en todas ellas. Si le parece exagerada mi explicación, en un comentario podría proveerle los textos bíblicos de donde lo he aprendido.

Comentarios

  1. Nada de exagerada, la pura verdad ... aun así todavía me considero infralapsariana, sera una contradicción la mía?

    ResponderEliminar
  2. Viviana, qué bueno es leer tus comentarios, siempre interesada en teología. ¡Qué sólida es la interpretación calvinista de la Escritura y de la propia vida! ¿Verdad? Nada de contradicción, joven, es "la pura verdad".
    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero

El altar de tierra