Nos conviene el Espíritu Santo

Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré” (Jn.16:7-110).  

¿Cómo puede decir Jesús que conviene que se vaya? y ¿a dónde? A la cruz y sobre todo de regreso al Padre. Les anuncia la presencia del Espíritu Santo  y con eso habrá  aumento y cambio, aumento en la cristología y un cambio de relación con él. El impacto principal del cambio lo recibirían sobre la fe porque no andarán más por vista. Al ser removido de los ojos de ellos removería el obstáculo de la fe de ellos, como quien dice se depuraría de la imagen física de la deidad. El Espíritu se encargaría de añadirles conocimientos que hasta entonces no podían “sobrellevar” (vv.12-14). 

Habituados como estaban a mirarlo como Jesús el hijo de María, como un ser humano cumpliendo la ley de Moisés, según los evangelios sinópticos, según la historia de la redención, tendrían que verlo como palabra de Dios, que él y el Padre “una cosa son” (10:30), que quien lo ha visto “ha visto al Padre” (14:9) porque “el Verbo era Dios” (1:1).

La figura humana de Jesús, la totalidad de su vida humana limitaba el conocimiento de él y su fe también. No debían seguir conociendo a Cristo “según la carne” (2Co.5:16), sólo según los sinópticos, tendrían que conocerlo en el Espíritu. Ya no tendrían ante sus ojos el obstáculo de la limitación de su cuerpo. No hallarían problema preguntándose  ¿cómo este hombre mortal hizo el mundo y tiene el poder que todas las cosas en él subsistan (Col.1:17)?

Ya no necesitaría de agua y comida y de  un cabezal para recostar su cabeza, ayuda para llevar una cruz; reasumiría su omnipresencia y omnipotencia; y habitaría en su nuevo cuerpo “la plenitud de la Deidad”. Volvería a tener todo poder “en el cielo y en la tierra” y recibiría la gloria que tuvo antes que el mundo existiera (Jn. 17: 5).. Te adoro Jesús como Dios, nos convino para nuestra cristología que te marcharas y vinieras en Espíritu. Oh, bendito seas Salvador, inmortal y Divino. Amén.

Comentarios

  1. A veces nos olvidamos que es un tremendo milagro que día a día luchemos contra las adversidades y las humillaciones que vivimos por el hecho de ser cristianos, nada más por el tremendo poder que actúa en nosotros. Si no fuera por el Espíritu Santo, no andaríamos ni tres pasos como cristianos y ya quisiéramos "volver a Egipto" como los antiguos israelitas.

    Y el hecho de que hayamos creído en Alguien a quien no vemos, que cuando oramos, creemos por fe que nos escucha y nos comprende; hasta que vemos la respuesta hecha realidad, entonces nuestra fe aumenta. Que soportemos calumnias y desaires de nuestros seres mas queridos, de los mas cercanos, o de los que se dicen cristianos, que nos miran como a lo último de la sociedad, como a la escoria, son embargo ellos son los reyes y los príncipes, que actúan como si Dios fuera su súbdito.
    No soportaríamos nada de eso, si el poder resucitador del Espíritu Santo no estuviera EN nosotros.

    Saludos Pastor!
    PD: he escrito como dos nuevas entradas de Apocalipsis en el blog :D

    ResponderEliminar
  2. Hola Viviana, siempre es un placer contestar tus comentarios, tan llenitos de humanidad y vida cristiana. Es hermosa esa frase que has colocado "si no fuera por el Espíritu Santo, no andaríamos ni tres pasos"; lo cual es la Purísima verdad y la experiencia común de todos aquellos que tenemos el privilegio de servir como templos de la Tercera Persona de la Trinidad.

    Y en cuanto a eso de que en algunos momentos se apetezca regresar a comer ajos y cebollas carnales en Egipto, pertenece más bien a la juventud; cuando pueblen tus sienes las canas, no creo que ya esa clase de pensamientos te molesten; habrás visto mucho más que ahora, y se te revolvía el estómago nada más de pensar comer y beber con los impíos.

    Hace años aprendí con los hermanos centroamericanos un coro que dice así "mis familiares y todos mis parientes, fueron la gentes que yo relacioné, me aborrecieron por causa de su nombre cuando supieron que a Cristo me entregué, me aborrecieron por causa de su nombre cuando supieron que yo me bauticé".

    Gracias por avisarme de tus nuevas entradas en el blog.

    ResponderEliminar
  3. Que lindo el cántico! es la pura verdad!

    Que linda esperanza me ha dado, de decirme que en la edad mas avanzada ya no pensaré en volver a Egipto. Pensándolo bien, ahora tampoco querría volver, pero a veces envidio a los impíos y se que está mal que lo haga. Le pido perdón a Dios siempre por envidiarlos, porque se que no me hago ningún bien pensando en ello.

    Bendiciones!

    ResponderEliminar
  4. Viviana, te recomiendo que leas el salmo 73. La experiencia de este salmista pudiera llevarte a muy piadosas reflexiones. Si examinaras con detención las riquezas en gloria que tienes en Cristo Jesús, verías lo afortunada que eres, aunque sé que lo sabes, que tú vales más que "los tesoros de los egipcios".

    Fundamentalmente esos egipcios no valen más que tú. Pedro y Juan entrando al templo con los bolsillos vacíos, y con el poder de Dios, tuvieron más significado para aquel pobre cojo, que los ricos sin virtudes que llenaban el arca de las ofrendas.

    Al mundo lo hace más próspero el dinero, pero mejor, gente como tú, cristianos con sólo una herencia celestial.

    ResponderEliminar
  5. Si, lo que pasa es que mientras nuestras riquezas están como escondidas en Cristo, el mundo nos pisotea y nos trata de lo peor. Y los mas doloroso es que las personas mas cercanas a uno lo hacen. A mi no me importaría que un fulanito venga y me dijera unas cuantas cosas o me tratara mal, sino lo que me duele es tener que recibir "males" de los mas cercanos.
    Es cierto que yo también siempre peco, y voy a seguir pecando - espero que cada vez menos - porque seguiré viviendo en un cuerpo vendido al pecado, entonces cualquier cosa que uno haga o que uno omita hacer, ya lo toman como desaire acompañado de tremendos desprecios.
    El problema mio, es un dolor profundo en el alma, cuando no hay sincronización espiritual con los mas cercanos, y al final el que está mal es uno y no ellos.
    Le voy a enviar un correo porque necesito unos consejitos, please no se aburra de sta pobre cristiana, sumida en un profundo dilema, que vive en una ciudad sin pastor.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  6. Viviana, las joyas cristianas que adornan nuestra vida son para glorificar a Dios y adornar "la doctrina", por eso dice que te muestres fiel en todo para que la adornes (Tito 2: 10). Quizás los más cercanos a ti no ven esas riquezas en gloria que Dios ha puesto, y Dios no te conceda los afectos y la aprobación de los inmediatos, pero nuestra vida comoquiera que sea tiene una proyección pública y otros que no pertenecen a tu círculo más estrecho también te contemplan, y aquellas gracias que luces en tu comportamiento, serán atractivas y a otros que les gustaría también usar esos ornamentos que te has hecho con el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

    Y no sería raro que ellos también quisieran en algún momento embellecer sus vidas con aquellas cosas que han contemplado en ti. Hay gente que tiene una historia familiar y personal semejante a la tuya, y tu biografía con todos sus dolores, altibajos, posiblemente sea similar a las de esos que tienen vista para leer, si saben leer las experiencias ajenas, alguna línea o algún párrafo que con cincel de hierro, en lo más blando de tu corazón, ha escrito el Espíritu Santo. Muchos dolores humanos son comunes, y las experiencias a veces parecen gemelas. A veces nuestros sufrimientos son redentores y enjugan lágrimas desconocidas.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero

El altar de tierra