Jehová no es el rey Midas



Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito (Job 1:21).


¿Podrías decir con fe, Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito? Hay veces que nos hacemos ilusiones que pasan, y nos parece un hecho que tal cosa es para nosotros y de súbito ¡up!, la providencia da un giro y la cosa toma otro rumbo y adiós lo que esperábamos, ¡y a refunfuñar se ha dicho!

Las bendiciones del Señor son prestadas para usarlas y todas son retornables. ¿No dice Job que Jehová quitó? Todo lo que aquél santo varón tuvo se lo había dado su Señor y luego se lo quitó. ¿Protestó? No acusó a Dios de despropósito alguno. ¿Se volvió contra Dios o pensó que lo que había tenido por un tiempo se lo había dado el diablo y ahora lo perdía? No. El sabía que todo se lo dio Dios, por el tiempo que quiso, pero que era suyo y podía quitarlo por alguna sabia y desconocida razón.

La historia de este hombre tuvo  un fin feliz (Sgo.5:11)  para que sepamos que las bendiciones van y vienen, son migratorias, todo lo que poseemos, incluyéndonos a nosotros, salud, juventud, riquezas, amigos, es por un tiempo, los días vendrán en que poco a poco por ley divina Jehová irá quitándonos, súbita o lentamente lo que estábamos acostumbrados  tener. Dios conserva el título de propiedad de nuestras pertenencias.

¿Seríamos capaces de sólo aceptar conformes  la pérdida de un empleo, de una casa y decir “sea el nombre de Jehová bendito”? ¿Dar gracias en todo después de un accidente junto a un cadáver querido, un órgano extirpado, un hijo abortado o una amistad perdida? Un Dios  que siempre da y nunca quita no se llama Jehová, no es el Padre del Señor Jesucristo y no lo predicaron los apóstoles; yo lo he visto forrado en billetes en los sermones de engañabobos que a cierto público les gusta oír, y le pagan un platal al predicador que mientras los esquilma les va contando el cuento del rey Midas que todo lo que en adelante toquen se volverá oro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero

El altar de tierra