El arte y los edificios

Lucas 21:5,6
(Mt. 24:1-2; Mr. 13.1-2)
 5 Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: 6 En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.


"Josefo dice, que estas piedras eran blancas y fuertes con quince pies de largo, veinticuatro de ancho y dieciséis de grueso. Si esto fuera cierto no es extraño que los discípulos se hubieran maravillado con ellas" (Clarke). Jesús como que les apagó un poco el entusiasmo que estaba mostrando hacia esos edificios, realmente hermosos, y aún más en aquellas piedras que servían de ornamentos y habían sido piadosamente donadas por almas caritativas. Los comentarios que hizo y recordados por los evangelistas son escuetos, enfatizándolo a él en el templo,  subrayando el hecho que la profecía tuvo cumplimiento y la veracidad de Jesús como profeta establecida.

¿No debieran los edificios cristianos construirse firmes arquitectónicamente y con arte? Quizás esto sea un pensamiento más medieval que primitivo y atraigan la mirada de los adoradores ¿eso qué importa si no son íconos y fetiches, sino admirables y majestuosas construcciones? Es cierto y de teología reformada que los edificios deben ser tan sencillos como el evangelio que se predica, y en correspondencia con la sencillez del discipulado apostólico, que es mejor la inversión en biblias, edificantes libros y el sostén de misioneros que gastar en impresionantes catedrales y colosales edificios cuyas torres y paredes se levanten a través de las nubes del tiempo. Sin embargo en un edificio amplio, cómodo y seguro como fue el Tabernáculo Metropolitano de Spurgeon,  y a la vez hermoso ¿en qué opaca la gloria de Dios si la predicación sigue siendo exuberantemente evangélica?

El evangelio puede predicarse como lo haría el apóstol en su casita en Capernaum, o en un aposento elevado capacitado para más de ciento veinte personas sentadas, en una catacumba, y también en un gran edificio cómodo y acústico y tan bonito como su púlpito, gótico o clásico y del tamaño de una catedral. Dichosa la iglesia cristiana que tiene una casa de oración amplia y está edificada doctrinalmente sobre el fundamento de los apóstoles, las doctrinas de la gracia, piedras vivas que nunca han de ser derribadas.

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