Si el Altar es Antiguo, Antiguo se Quede


Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros (Jos.22:28).

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¿Quién le ha dicho a usted que tiene que endulzar el evangelio y azucararlo con postmodernismo para que la gente lo paladee? ¿Usted no sabe que no hay que endulzar nada porque en los antiguos sacrificios la miel estaba prohibida usarla? (Lev.2:11), pero no la sal (2. 13); la miel en es la adulación, que también está prohibida (Judas 16); pero la sal la acompaña no la carne sino la gracia (Colosenses 4 .6). Cristo no dijo "vosotros sois la miel de la tierra" sino "la sal de la tierra". La sal es el evangelio; jamás falte esta sal.

Las dos tribus y media que se quedaron al oriente del Jordán dijeron estas palabras. La edificación de aquel altar fue muy noble y bonita, querían decirle a sus hijos y nietos: “Somos de allí, pertenecemos al mismo pueblo, creemos lo mismo, iremos a adorar allá. La religión de ellos es la nuestra, su ley es de nosotros también”.

Es un deber nuestro hacer un símil del evangelio en nuestro credo y vida. Creerlo como lo hemos recibido, predicarlo como se nos ha enseñado y pasar la antorcha ardiente a las generaciones venideras; así cumpliremos con el propósito de haber venido al mundo y nuestro papel en la historia cristiana.

Pablo dijo que “Si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Ga.1:8,9). Y dijo a los efesios que no “seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Ef.4:14).

Si no hacemos eso los hombres no podrán ser salvos con doctrinas que no sean aquellas que describen correctamente a Dios y que no sirven para la fe. Si el altar es antiguo, antiguo se quede. Si el modelo no es conforme a las formas del mundo y no le gusta a muchos, que no sacrifiquen en él, pero es el modelo que Dios ha diseñado. No hay que preocuparse por agradar el gusto de la gente. Si los hombres se salvan por gracia sola no es con gracia y obras. Si es por medio de la fe, no es por la fe y las obras. Si nadie conoce al Hijo sino el Padre y aquel a quien el Hijo lo quiere revelar, no enseñemos el veleidoso libre albedrío y si algún epicúreo o estoico protesta contestémosles “porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado” (1Co.11:23).

Comentarios

  1. ¡excelente! creo que tenemos sintonizado el mismo canal:

    http://iglesiando.wordpress.com/2009/02/14/el-arminianismo-humanismo-con-traje-religioso/

    Muchas bendiciones, y que el Señor sea glorificado en todo lo que hace.
    Su hno. en Cristo,
    Felipe.

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  2. Que Dios te bendiga Felipe,las ondas que oimos vienen del cielo que dan gloria a Dios en las alturas y no al hombre.
    Bendiciones,
    Humberto

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