Una mujer y madre al gusto de Dios


(Notas por el Día de las Madres)

Proverbios 31:10

      I. Es un honor tener una madre al gusto de Dios: una mujer virtuosa

"...mujer virtuosa...". Mujeres bonitas hay muchas pero no tantas exitosas. Las mujeres, sus valores, según la Escritura, dependen no de su cara sino de sus virtudes (v.30). Las virtudes de una mujer son más valiosas que su aspecto. Los jóvenes debieran preguntar por ellas antes de mirar la cara y las piernas, a no ser que sean desgraciadamente carnales.

31:21
“Ropa escarlata”; la Vulgata Latina y la Septuaginta traducen “doble” que cuadra mejor porque el color rojo como otro cualquiera no arropa mejor en invierno. Tal vez el Espíritu dejó lo del rojo como una remota alusión a la justicia cruenta con que nos arropa Jesucristo.

          II. Una madre al gusto de Dios se gana el reconocimiento    de su familia

31:28
“Y su marido también la alaba”, no la critica, ni pasa por alto su esfuerzo por la familia y su generoso aporte al bienestar del hogar. ¿Qué tiempo hace que no alabas a tu mujer?

             III. Esta madre le gustaba a Dios y a sus hijos

31:10-31
“…el corazón del marido está en ella confiado…”. Esto no parece ser la profecía de su madre sino lo que aprendió de ella el hijo. De su madre aprendió sobre sexo y el alcohol (vv.1-9). Sí, de la madre, el hijo varón, y ¿por qué no? 
(1) Aprendió que su padre al casarse con ella ganó (vv.10,31), que era su mayor fortuna, su capital blessing. Puede confiar en ella (v.11), en relación con la economía y por supuesto, en todo. A ella él debía su reputación (v.23), un nombre. Sabía el deleite que ella le producía porque lo oyó alabarla (v.28). Esto hace sonreír a un hijo. No le decía palabras feas ni la ofendía. 

(2) Oyó a sus hermanos llamarla bienaventurada (v.28) por lo que ha hecho Dios con ella, estaban orgullosos de la clase de madre que tenían. Es un término bíblico, relacionado con la obediencia a la ley de Dios. Tenían una madre temerosa de Dios (v.30). Y de ella aprendieron a temer a Dios. 

(3) En cuanto a las virtudes (v.10). No dice “hermosa”, es mejor virtuosa que hermosa (v.30). Su hijo la recuerda como una mujer trabajadora. En el texto es su virtud más destacada, lo que ella hace por su familia, su hogar se halla a la altura que está, porque con sus manos ella lo ha alzado. Seis veces se refiere a las manos de su madre (vv.13,16,17,19,20,31). No a las uñas largas de su madre, ni a sus pestañas postizas, sino a las rústicas manos de ella. Recuerda que era una mujer madrugadora (v.15), y eso que tenía criadas empleadas en su negocio (v.18). 

En su misma casa tenía un taller de tejidos y confecciones de ropas (vv.19,21). También la recordaba como una mujer elegante y atractiva (v.22). La familia no tenía ningún miedo al futuro (v.25), presentaban una cara sonriente a la vida. (4); y no sólo alaba sus manos sino su cerebro y lengua (v.26). Su madre estaba demasiado ocupada para hallar tiempo para chismear. Era una mujer de hechos (v.31), una mujer y madre al gusto de Dios.

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