Si Jesús no es divino, su castigo por Dios es abusivo


Estas son palabras halladas en el libro Our Triune God (Nuestro Trino Dios) Philip Ryken, Michael LeFebvre.

“Tres religiones del mundo, judaísmo, cristianismo, y el islam han heredado el monoteísmo de Abraham. Sin embargo dentro de esas tres el cristianismo permanece aparte: El cristianismo es el único que ofrece el concepto de que hay un sólo Dios y que este sólo Dios es triuno en naturaleza, y además existe en tres Personas, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Tan pronto como ese concepto llega a la mente de una persona en seguida le surge esta pregunta, ¿cómo puede ser posible eso de que haya un sólo Dios y sin embargo exista en tres Personas? Además ¿esa doctrina del Nuevo Testamento es consistente con el concepto monoteísta de Abraham enseñado en el Antiguo Testamento? Estas no son preguntas nuevas sino que han venido haciéndose a través de los siglos de del tiempo los apóstoles. En este mundo hoy globalizado, dentro de una cultura post 9/11, es importante y ha venido siéndolo debido a la influencia cada vez mayor del islam. Dos preguntas generalmente se hacen. Primero, ¿cómo es que lógicamente puede 1 + 1 + 1 =1 . También hay otra pregunta teológica ¿la doctrina trinitaria del Nuevo Testamento se encuentra en armonía con la doctrina del monoteísmo del Antiguo Testamento?" (Pags. 40, 41).

Ahora bien, los adoradores monoteístas, sin el conocimiento o aceptación de la Trinidad, honran y alaban a un sólo Dios sin sentirse pecadores, porque eso no se encuentra en su teología, y por lo tanto tampoco en la agenda de alabanzas y adoración. La adoración de los monoteístas sin la Trinidad está circunscrita exclusivamente a rendir honor y pleitesía a la Deidad, y esto por medio de las obras. Y conocemos la doctrina de la justificación del pecador, por medio de Pablo, que es por fe sin obras.

Se reconoce la existencia de ese solo y único, con sus solemnes y terribles atributos, a quien se le debe admiración, respeto y miedo, pero que no ama ni es amado, como reclama en última instancia el Dios de Abraham, "amarás a tu Dios con todo tu corazón".. Los adoradores monoteístas sin la Trinidad forzosamente tienen que ser en lenguaje eclesiástico, inconversos, y por lo tanto sin arrepentimiento, y sin fe salvadora, no hay salvación, porque no hay gracia; e indica el desconocimiento de esa doctrina, que se hallan "sin Cristo, sin ciudadanía de Israel, apartados de los pactos y las promesas".

Y a todas luces es imposible que haya nuevo nacimiento y por ende el adorador no es una nueva criatura, sus cosas viejas no han pasado, ninguna es hecha nueva, y en esa condición sus alabanzas, que no son por medio de Cristo, sus oraciones, que no son por medio de él, tampoco son aceptadas, porque no ha habido reconciliación y la persona se postra y venera a una deidad que no recibe nada de lo que está haciendo, porque lo principal, la pacificación de un Dios airado contra el pecado no ha tenido lugar.

Hay un aspecto teológico, o de sana exégesis bíblica, que exige que el Hijo sea de la misma sustancia y naturaleza divina que el Padre y es que el sacrificio del Hijo, ordenado por el Padre, sería algo horrible si el Hijo es alguien independiente y que no pertenece a sí mismo. Sin embargo cuando el Hijo y el Padre una cosa son, y pertenecen a la misma sustancia divina, es como si el Padre estuviese castigándose a sí mismo en la Persona del Hijo, y mostrando todo su amor hacia el propio Hijo y hacia aquellos que se encuentran en él, nosotros. Sería ridículo escribir o recitar "porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna", si el Hijo carece de la misma deidad que el Padre, y no era en el principio el Verbo y el Verbo era Dios. Por eso, "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo mismo al mundo" (2 Co. 5: 19).

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