Sepárate de ella pastor, cuéntaselo a tu mujer


 "Para el pueblo de Cristo, el sexo es un asunto que concierne al evangelio. El adulterio sexual y el adulterio espiritual van de la mano. Si tomamos con seriedad del Sermón del Monte que predicó Jesús, hay cosas que debemos eliminar. Debemos eliminar la pornografía. Debemos eliminar la celebración de los pecados sexuales. Debemos eliminar las miradas codiciosas. Debemos eliminar el concepto de monogamia en serie, es decir matrimonio tras matrimonio. Seamos claros. Cuando Dios dijo, "no cometerás adulterio", le dijo a Israel eso con palabras que podían entenderlas bien. Era algo que el pueblo conocía y que podía observar en medio de ellos. Era como una daga clavada en el corazón de la civilización, en el corazón del matrimonio como una institución, y en el corazón del testimonio de Israel entre las naciones.

“Para la iglesia del Señor Jesucristo, la urgencia no es menor, es mucho más grande. La tragedia no es minimizada; es maximizarla, porque como pueblo redimido por Dios nuestra misión es doble, delante del mundo y llevar la palabra del evangelio hasta los fines de la tierra. Así, el adulterio mina ambos aspectos en relación con el testimonio que Dios nos ha dado. El ministerio cristiano es especialmente minado por el adulterio, porque aquí el que asume una posición de autoridad y responsabilidad en la Iglesia, y comete adulterio, no solamente viola el voto matrimonial sino también mina y destruye la posibilidad de un ministerio cristiano efectivo y fiel.

“Y recuerda, Jesús dijo que el adulterio es mucho más que el físico, es también un asunto mental, porque "cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón". Debemos reconocer que hay demasiados ministros cristianos que no han cometido adulterio con el cuerpo, pero que en este momento tienen sus ministerios minados porque están cometiendo adulterio en la mente y dentro de sus corazones.

“Permítame delinear algunas cosas en relación con el pastor de la Iglesia. Usted debe establecer firmes reglas en cuanto a lo que debe hacer y no hacer, donde ir y donde no ir, con quien ir y con quien no ir. En un acto de fidelidad hacia la iglesia y hacia tu Señor, nunca debes violar esas fronteras. En cuanto a lo que tiene que ver con el adulterio y pecado físico nunca debes encontrarte sólo con una mujer. Tal vez esto te suena poco realista, pero eso no me importa, no somos llamados a tener un ministerio realista sino somos llamados a tener un ministerio Santo. No debes aconsejar a ninguna mujer sola. Según el Nuevo Testamento no te encuentras preparado para eso. Lee a Tito. Nunca debes ponerte en una posición de vulnerabilidad.

“En segundo lugar como ministro del evangelio, nunca debes desarrollar una relación emocional con una persona del sexo opuesto que no sea tu mujer. Hay demasiados hombres que sienten la satisfacción emocional y complacen sus egos en desarrollar esa clase relación con otra mujer que no sean sus esposas, alguien a quien no se han dedicado, y en específico quien no es la madre de sus hijos, que no vienen a ellos con demandas y expectaciones, y que no les recuerda en ningún momento las prioridades que tienen establecidas. Muchísimos hombres sienten sus egos halagados por mujeres que se acercan a ellos por su sabiduría y son atraídas hacia ellos por sus talentos y su buena apariencia. Cuando una relación emocional comienza, cuando se siente gusto en estar junto a ella y conversar con ella, probablemente comienza el adulterio.

“Y en último lugar el ministro de Dios debe contar con alguien que lo supervise y la mejor persona para vigilarle su integridad y su santidad es su esposa. La protección de su esposa es completamente innegociable. En muchos casos debes enseñar a la iglesia la importancia de estas fronteras y barreras que has establecido. Y esto puedes hacerlo a través de la predicación de la palabra de Dios y con urgentes exhortaciones del por qué estas cosas son importantes. Debes enseñarle a la iglesia que el sexo es un asunto importante dentro del evangelio, y que este asunto cuando se trata de un ministro debe tomarse en forma muy seria mucho antes que pase algo y que todo esté perdido". (Words from the Fire, Albert Mohler, pags, 141-143).

Sepárate de ella pastor, cuéntaselo a tu mujer.

Comentarios

  1. Palabras sabias. No es de extrañar el hecho que nadie ha querido plasmar un comentario en esta casilla.

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  2. Sí anónimo, es que el asunto es muy sensible y el récord es doloroso, es por eso el silencio de los lectores.

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