Ingredientes para avivamiento

Habacuc 3: 4-6
“Delante de su rostro mortandad, sus caminos son eternos”.


¿Es éste el avivamiento por cual oraba Habacuc? (v.2). Avivamiento como aquí se explica significa derrotar al enemigo, que salga Dios venciendo y venza (Apc 6.2); no es un estado anímico de la nación, un alza de su espiritualidad, un tumulto de alegría, sino la acción divina sobre el mal y su triunfo sobre ella; y ¿por qué?, porque “sus caminos son eternos”; y frente a la eternidad lo temporal no puede, no prevalece. El adversario y el mal son temporales, no pueden permanecer y transitarán.

El avivamiento de la iglesia es el triunfo de la fe sobre el mundo “la fe que vence al mundo” (1Jn 5.4-5); no es tener una iglesia más bonita y llena de personas con un ambiente fraternal exquisito. Aunque eso sea realmente bello el avivamiento de la obra del Señor no es sino un mundo inclinado a los pies de Jesucristo. Y como lo he visto, si de genuinos triunfos se trata, conlleva primero oración, como aquí se demuestra en la oración del profeta.

En segundo lugar una visión del juicio de Dios sobre los pecados de los hombres por medio de “oír su reporte” y “temer”; lo que es equivalente a una predicación bíblica de fe, doctrinal, donde se menciona de la ley el “juicio eterno” (Mr 3.29; He 6.2). Como se lee en 3.3 que “Dios viene de Temán y el Santo del monte Parán” y anoté “posiblemente sea una referencia hacia el sur, quizás hacia el monte Sinaí donde Israel recibió la ley. Los tiempos de avivamiento se caracterizan por un regreso a la Biblia; en épocas de la ira divina debemos regresar a la Escritura”. No menos y menos de ella y más música y entretenimientos sino predicación bíblica. En tiempos apostólicos aquel gran misionero dijo “de manera que desde Jerusalén y por todos los alrededores hasta Ilírico todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro 15.18,19).

Y un tercer ingrediente singular en el avivamiento que vence el mundo es el trabajo. Las palabras del apóstol lo implican. No pasaba todo el tiempo en su despacho, si lo tuviera, escribiendo sus epístolas o dictándolas a su amanuense Tercio, sino en las sinagogas, foros, puertas, ríos, calles, donde hubiera gente que le prestaran atención. Si la iglesia quiere un avivamiento ganando el mundo tiene que ir al campo de batalla y enfrentarse con los pecadores. En otro sitio cuando se compara con otros dice que “he trabajado más que todos ellos” (1Co 15.10). Aquí apela a su trabajo. No dice que ha ganado más alma que todos ellos juntos sino que ha trabajado mucho. El resultado es de la gracia del Señor.

La iglesia tiene que trabajar y el crecimiento lo da Dios. El apóstol en otro lugar dice que “en breve aplastará a Satanás bajo de vuestros pies” (Ro 16.20). Y ¿qué es eso sino ponernos en contacto con el mundo por medio del evangelio. Está bien que el diablo sea aplastado en la iglesia pero eso no es lo que ahí implica sino afuera “llevando su vituperio” (He 13.13; He 11.26). La iglesia tiene que salir afuera, trabajar afuera de sus reuniones santas. ¿No es el evangelio eterno? (Apc 14. 6); entonces, el triunfo del pueblo de Dios por medio de la fe sobre el mundo radica en el triunfo de la predicación de ese evangelio, en llevar el perfume del conocimiento de Cristo no solo a los que ya creen sino a los que no han creído, a unos “olor de vida y a otros olor de muerte”.

Comentarios

  1. Estoy plenamente de acuerdo con usted pastor.. eso es lo que necesitamos... pero yo veo que se comienza a respirar ese nuevo aire, por volver a la Biblia y sólo a ella...

    Bendiciones,

    Viviana Véjar Himsalam

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  2. Oh sí Viviana, qué encanto leer que jóvenes como ustedes aman y estrechan la Biblia con dulzura en vuestros pechos agradeciendo al Señor que nos la haya dado. La Biblia triunfará. Dios "cabalga sobre palabra de verdad"(Sal. 45:4) no de mentiras teológicas ni por medio de engañitos de ignorantes, aprovechados y sinvergüenzas. La Biblia es hermosa. Y la usaremos. Leí tu heroica y respetuosa defensa en contra del bautismo de niños, contra kilométricas respuestas opuestas, y aun contra la opinión de nuestro grandioso maestro Calvino. Bravo hermana. Dile a tu esposo que te felicite y a tus hijos que te den un beso uno por uno.

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