Mis hijas no se casarán con sodomitas

Acordaos de la mujer de Lot (Lc.17:32).


La mujer de Lot perdió un futuro brillante por una mirada. Ojalá nunca se hubiera vuelto “del santo mandamiento que le fue dado” (2Pe.2:21). Su historia hubiera sido otra si no hubiera vuelto sus ojos hacia el pasado, a sus antiguos placeres, sus vecinas, la conformidad, tolerancia y admisión de la vida de aquella gente corrupta. Oh, no prives a la gente de la bendición de inspirarse con la lectura de la historia de tu vida. Ella misma puso punto final a su carrera de fe, terminó con el adelanto espiritual que llevaba y perdió su familia. Se quedó atrás y petrificada.

Ojalá no hubiera mirado nunca. Sus dos hijas no hubieran practicado el incesto si ella hubiera vivido, y dos naciones enemigas del reino de Dios no hubieran existido si no hubiera mirado atrás. Su historia hubiera sido otra. La historia del mundo hubiera cambiado un tanto. Hoy leeríamos lo que Dios habría hecho con su vida, las misericordias suyas, lo que aprendió entre los muros de Sodoma. Tendría muchos y valiosos consejos que dar a favor del hogar y la corrupción que lo circula. Centenares de mujeres a través de la historia hubieran recibido inspiración al conocer su caso, ella hubiera sido la cita frecuente de los predicadores en el púlpito, un modelo de virtudes y perfecciones, una mujer sin vicios ni maldades. Dirían “acordaos de la mujer de Lot”, pero con diferente sentido, una santa, una que huyó con sus dos hijas y esposo de la condenación de la ciudad de destrucción.

Di que no al mundo y un no absoluto a novios sodomitas que quieren casar a tus hijas. ¡Cuántas experiencias espirituales has tenido!, has dado alojamiento a ángeles bajo tu techo, has cocido alimento para ellos, has visto la ceguera de los que intentaban derribar la puerta de tu hogar, has sentido la cálida mano celestial ayudándote a salir de la perversión y has oído la voz angelical dándote prisa para que huyas de la condenación. Preserva tus experiencias espirituales en el cofre de tu fidelidad a Dios.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Ahuyenta los pájaros y las aves de mal agüero

El altar de tierra