Pastores Fieles que Edifican la Iglesia


Hebreos 13:7-9 (LBLA)

Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imitad su fe. [8] Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. [9] No os dejéis llevar por doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa es para el corazón el ser fortalecido con la gracia, no con alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban.

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Mira la principal dedicación de los pastores bíblicos y el éxito que tuvieron con sus vidas (conducta) y ministerio. Por bíblicos quiero decir los que forman la historia profética y la apostólica que fueron sus guías, líderes o pastores a los cuales la iglesia debe imitar y obedecer (v.17). Pueden estar seguros que los profetas y apóstoles mostraban una total adhesión a la palabra de Dios eran preparados y oficiaban sólo con ella. El profeta Samuel tenía una escuela teológica donde ella lo permeaba todo, específicamente la alabanza (1Sa 19:20).

Cantaban himnos con inspirada letra profética, o se colocaban los dichos de Jehová en versos que servían para la edificación de ellos mismos y para transmitir mensajes al pueblo. En notas musicales, por medio de la consejería divina, por conversaciones santas y predicaciones vigorosas, el mensaje de Dios llegaba a la nación. Siempre era la palabra de Dios. Precisamente la himnografía era una súbdita fiel de ella, nunca un complemento y menos una sustituta. La letra de aquellas alabanzas provenía del Espíritu, fuera por medio de la interpretación o exégesis de la ley judicial, moral o ceremonial y su pertinente aplicación a las circunstancias del pueblo. Esencialmente la adoración era bibliocéntrica.

La consejería como la practicaron Moisés y sus jueces o Débora, consistía en relacionar toda la vida del pueblo con algún texto de la Escritura y en nombre de Dios alumbrarles sus necesidades con la meridiana luz de la revelación. De ese modo ayudaban y formaban a la gente de su nación. El oficio de aquellos líderes de Israel y los líderes designados por el Señor para guiar y pastorear su iglesia cristiana giraba en torno a la palabra de Dios (v.7) principalmente eso, mayormente eso, casi nada más que eso. El oficio de ellos era predicar, predicar y predicar. Enseñar bien y continuamente la palabra de Dios, hacer que el pueblo oyera lo que Dios decía, transmitirles a ellos el mensaje de él.

La razón principal de la adhesión de ellos a la palabra de Dios es que la tenían como inspirada por Dios y ninguna cosa mejor para desarrollar sus ministerios que ella, por cuanto afirman que toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2Ti 3:15-17). ¿Hay otra razón mejor para rutilar alrededor de ella y otro medio mejor para hacer efectivo el trabajo de aquellos pastores? No. Por eso el autor les recuerda a sus lectores que no olviden el ministerio de aquellos hombres, que consideren el resultado de su conducta, y como terminaron, mártires o no, y que imiten su fe; que copien el ejemplo de sus vidas y la fe que tuvieron.

Es responsabilidad de los obispos o pastores; son los que tienen bajo su supervisión la integridad doctrinal y el testimonio de la iglesia. Los cristianos hacen bien en recordar y leer las biografías de esas vidas ejemplares para imitarlas y resistir la invasión de las herejías, viejas y modernizadas, muertas y resucitadas o modernas; y no permitir que la iglesia haga alianza herético-cultural y se deje llevar por doctrinas diversas y extrañas (v.9). Herejía significa desviación y las formas del judaísmo dentro del cristianismo es un retroceso, tanto una herejía como una apostasía. Y de igual manera ahora la invasión de doctrinas postmodernistas y emergentes y no descontando la preponderancia y el engrandecimiento del yo sicológico y central en la deformación hedonista de la personalidad cristiana.

Y lo mismo se puede decir de las desviaciones gnósticas, como aquellas antiguas que mezclaban el judaísmo con la filosofía griega y el cristianismo, especialmente en lo tocante a viandas o carnes y otros alimentos, y hacer de esas dietas religiosas normas de conducta y servicio a Dios, sabiendo como dice este autor que no fortalecen la vida cristiana y no aprovechan espiritualmente porque no han servido de mucho a los que anteriormente han practicado esa religión mixta, o dicho con sus palabras, porque buena cosa es para el corazón el ser fortalecido con la gracia, no con alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban (v.9).

Indefectiblemente los cristianos que hacen esa mixtura decrecen espiritualmente y se exponen a muchos peligros de la carne porque el único medio que es efectivo contra los apetitos de ella es la gracia de Dios, como dice en Col 2:23 “tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” puesto que “la circuncisión nada vale ni la incircuncisión sino una nueva creación”. Aún las dietas levíticas establecidas por Dios, eran sombra de lo que ha de venir (Col 2:17); y la sombra pertenece a la ley dada por Moisés y no a la gracia que trajo Cristo. Con las ceremonias de la ley mosaica no está el Espíritu Santo y las caídas del practicante de ellas son inevitables. Y no es una exageración, esas sombras dentro del cuerpo de doctrinas cristianas son calificadas como sombras extrañas y deben ser extraídas rápidamente. La única sombra natural que tiene el cuerpo de Cristo es la sombra de la cruz.

Y para todas esas cosas “¿quién es suficiente?”, es suficiente con el ejemplo y colaboración de Jesucristo el cual es el mismo ayer y hoy y por los siglos (v.8), como dice Calvino no habla de la esencia eterna de su divinidad sino de su inmovible carácter, inmovible compañía y fidelidad para acompañar aquellos pastores e iglesias hasta el fin de sus vidas. Como estuvo con los de ayer está con los de hoy que hacen guardia contra el ataque de la invasión gnóstica y del superhombre de Friedrich Wilhelm Nietzsche que ha moldeado la cultura occidental; y estará con los de mañana y es tan fiel hoy como lo fue entonces y lo será en el porvenir.

Las culturas no lo toman desprevenido y como que no sabe qué hacer con sus discípulos dentro de ellas; las culturas no lo vencerán, ni aquellas de otrora, ni el postmodernismo, secularización y hedonismo de hoy, ni cualquiera otra cultura que se imponga en la sociedad; y la conducta de Jesucristo será la conducta de sus discípulos y ellos serán tan inmovibles como él si siguen el ejemplo de su conducta e imitan su fe. Entonces las puertas del hades no prevalecerán contra ella.

Comentarios

  1. ¡Hermoso escrito! El venir aquí y leer, le hace a uno descansar,de tantos "dimes y diretes" por cosas que no tienen vuelta de hoja.
    El Señor le continúe bendiciendo mi estimado pastor.Que este 2009, sea un continuo sembrar para la eternidad con Él.
    Un fuerte abrazo.

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  2. Isa, gracias por visitar esta pagina y leer articulos tan enormes y densos y hallarlo hermoso y te de un poco de reposo espiritual. El buen Dios te siga bendiciendo,a ti y tu familia y este nuevo 2009 les de "conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesus". Bendiciones "de arriba y abajo".

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