Educadores practicantes de la cultura cristiana


                                                                                  SALMO 78:1-8
“Masquil de Asaf. En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas. Condujiste a tu pueblo como ovejas por mano de Moisés y de Aarón. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en proverbios; hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos, y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu”.

“Masquil”, es un poema para aprender. Es una composición del tipo didáctico. Ha sido establecida por Dios la enseñanza oral de la familia dentro de ella misma; de la manera que se transmite la cultura particular a la cual pertenezca o en la cual viva, y se forma o deforma con ella. Si queremos tener una sociedad cristiana, hay que pensar en hogares cristianos, no nominales sino educadores practicantes de la cultura cristiana. Las enseñanzas de la Biblia han de pasar de abuelos a hijos y de hijos a nietos (2 Ti.1:5); cada hogar por separado, cada padre responsable de cultivar bíblicamente la mente de sus hijos e hijas y de instruirlos en el valor de la religión cristiana, los hechos poderosos de Dios, la historicidad de la Escritura, la salvación por gracia por medio de la fe y una variadísima gama de aspectos actuales que compete a la familia enfocar desde su seno: aborto, robo, violencia, trabajo, infidelidad conyugal, etc. Incluso, las vidas de los grandes hombres y grandes mujeres cristianas para que admiren e imiten tales figuras (Deu. 6:5-9). Por importante que sea la escuela dominical, es demostrar demasiada confianza en ella confiarle toda la educación bíblica de nuestros hijos tan solo a una hora de instrucción semanal. ¿Estás transmitiendo a tu familia los valores cristianos y culturales? Oh Señor, bendícenos como padres educadores de nuestros hijos, ayúdanos a enseñarles la palabra conforme a lo que puedan y necesiten oír, que podamos adiestrarlos en el enfoque cristiano de sus vidas y la sociedad para que aprueben lo mejor.

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