Cuando ha llegado el tiempo para ser feliz

GÉNESIS 35:16-21

Y aconteció que cuando su alma partía, pues murió, lo llamó Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín”. 

Pobre Jacob, ahora que podía vivir feliz con su amada y celebrar el nacimiento de otro hijo, ella se le muere en el mismo parto. Ella le llamó “Benoni” o “hijo de mis tristezas” pero Jacob rechazó ese nombre por otro parecido pero no igual con un significado distinto, y pienso que fue dado por el Espíritu porque Benjamín significa “hijo de mi mano derecha” y encierra la ayuda y dependencia que habría de tener aquel hijo con él cuando fuera anciano (44:20).  El Espíritu Santo no quiso afligirnos con el profundo dolor de Jacob y no nos dijo cuánto sufrió por esa pérdida. Y él quiso recordarla a ella en sus alegrías. Los rabinos dicen que Benjamín vivió 111 años. 

Oh amado, cuando nos parece que ha llegado el tiempo más propicio para ser feliz, el tan esperado, puede ser el peor de nuestras vidas, el más lleno de dolor, los días más negros. Acuérdate que cada día está sujeto a la providencia de Dios, a su misericordia, que lo que hoy gozamos, que las pertenencias que poseemos son dones de Dios y no sabemos cuándo van a ser devueltas a su real Propietario. Cada día es suyo, mañana y tarde. ¡Cómo Dios lo preparó especialmente para ese momento! Señor no te separes de mí si llego a esos momentos.

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