Cambios en apariencia pequeños, pero en realidad muy grandes

GÉNESIS 17:4-8

“Entonces Abram se postró sobre su rostro…”. 

Mientras Abram iba tomando las palabras de Dios, con reverencia él le iba dando más y más. Esa palabra “pacto perpetuo” “seré el Dios de ellos”. ¡Dios mío qué plan tan definido! Por eso Moisés se atrevió a sacar a todo un pueblo para otro lugar, mudarlo completo, con niños, mujeres, casas, todo, para la tierra de Canaán. Dios le dijo “eres un padre enaltecido” (Abram) y con mis bendiciones, cuando cumpla mi propósito contigo serás recordado como “un padre de muchedumbre” (Abraham). Oh bendito Dios, yo quiero ser un padre enaltecido y después un gran evangelista, un padre de multitudes. Continuó siendo un padre enaltecido, pero además de eso padre de muchísimos, con el alargamiento de su vida y nombre. Dios es quien produce nuestros cambios en apariencia pequeños pero en realidad muy grandes. “Fecundo”, qué bonita es esa palabra que quiere decir “te cargaré con frutos”. “no serás más estéril” “verás, o mejor dicho, no verás con el curso de los años lo que haré contigo, no importa que no lo veas el mundo lo verá”.

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