El domingo, una señal de reverencia a Jesús


“El día del Señor, el domingo, ya ha sido marginado en la sociedad y no se tiene como un día de significado bíblico y que le aguarde alguna promesa escatológica, más bien la iglesia contemporánea lo trata como algo opcional y que puede usar a su gusto. En muchas de nuestras iglesias se sigue la lógica que simplemente traiciona el Día del Señor, y me refiero al hecho de que si usted asiste a la actividad de la iglesia con eso ya está cumpliendo con todos los términos que tienen que ver con la responsabilidad ante ese día.

"Me pongo a pensar a través de los años de mi vida como ha cambiado ese concepto. Nos levantamos temprano el Día del Señor y nos vestimos con ropa de domingo. Todavía recuerdo en mis años jóvenes que usaba unos grandes zapatones blancos y la ropa que me ponía no era la que usaba en el resto de la semana sino una especial. Porque se trataba de que el domingo era el Día del Señor. Recuerdo la primera vez que fui a una iglesia grande, me parecía tan grande como que nos iba a tragar a todos. También me acuerdo como sentado en el banco me colgaban los pies los cuales movía continuamente y que mis padres trataban que parara de hacerlo.

"Íbamos a la escuela dominical en la mañana y nos quedábamos para el servicio de adoración y después de eso comíamos juntos, a menudo toda la familia. Y después de terminar la cena al poco rato regresábamos de nuevo a la iglesia para participar de lo que se llamaba Unión de Preparación y practicar el coro para el culto de la tarde, y después de esa práctica nos quedábamos en un tiempo de compañerismo en la misma iglesia.

En fin, el domingo era consumido por completo en la iglesia y le doy gracias a Dios por eso. No sé quién hubiera sido yo si no hubiera tenido esa relación con el pueblo de Dios con tanta frecuencia. Tampoco sé lo que habría sido de mí si cada domingo no hubiera sido confrontado por la palabra de Dios, no solamente durante el tiempo de la predicación sino también por medio de las muchas oportunidades que tenía para estudiar la Biblia y para madurar en experiencia cristiana junto con los demás santos.

En cuanto a ahora ¡qué raquítico y débil me parece como hoy los cristianos tienen el concepto del Día del Señor!, el domingo no es exactamente el sábado judío pero es central en la adoración de la iglesia cuando ella se reúne. Es distinto a otros días sino dedicado completamente para la adoración a Dios. Y debiéramos separarnos y dejar de hacer cualquier cosa que nos evite participar de esa adoración, es un día consagrado al Señor y tiene la prioridad. Cualquier cosa que ocupe nuestras mentes durante la adoración o durante ese día que no sea adorar a Dios puede ser considerado como un asunto de pecado y no un asunto trivial. No tenemos derecho a jugar con el domingo según nuestra complacencia y opinión.

Israel fue llamado por Dios a que cumpliera el cuarto mandamiento. La iglesia está llamada a reposar en Cristo y además a entregarse a la adoración como una señal de reverencia a la resurrección de Jesús. Realmente no podríamos obedecer completamente el cuarto mandamiento como día de reposo si no comprendemos la transformación que ha tenido lugar en cuanto al sábado judío y su cumplimiento en Cristo" (Words from the fire, Al Mohler, pags. 92,93).

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