Por favor, ora y no molestes al adjetivo

1 Timoteo 2:1-4 (LBLA)

“Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; [2] por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. [3] Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, [4] el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad”.

Vengo para invitar a orar a calvinistas y arminianos después que comente estas palabras. La más en disputa es el adjetivo “todos” en el v.4. Y por decencia dejémosle que él diga quién es y qué hace ahí donde lo dejó hace dos mil años el apóstol Pablo.

El asunto es que “todos” no está solo, hay otro que le acompaña (v.1) y ambos dicen juntos lo que hacen en ese pergamino. Cuando Pablo escribe que Dios quiere que todos sean salvos es lo mismo que cuando dice que quiere que oren por “todos” y no enfatiza tanto el aspecto sotereológico de la palabra como la posición de los hombres dentro de la sociedad. Lo mismo que indica la palabra “eminencia” (2:2), la cual se refiere a la altura, a clases socio-políticas. Y no hay en su pensamiento ningún tipo de argumentación controversial. Si tienes en cuenta lo anterior verás que el énfasis no recae sobre “los hombres” sino sobre “todos” ellos para que no excluyan a ninguno de sus oraciones de salvación.

Al leer esto los hermanos de Éfeso podrían haber dicho: “¿Orar para que se salven esas bestias salvajes que han hecho tanto daño al reino de Cristo?”. Estaban tan degradados que los hermanos se podrían haber desalentado y ni siquiera imaginar que habría alguna oportunidad de perdón para esos déspotas.

¿Cómo orar por un monstruo romano, bárbaro, escita, americano, alemán, polaco, ruso, o hispano? ¿Desear para ellos el mayor bien del mundo, la vida eterna? ¿No sería mejor que viniera sobre ellos una condenación justa? Y no hay en su pensamiento ningún tipo de argumentación controversial.

El amplísimo “todos” no es universalista como si abrazara personalmente a toda la humanidad. Tampoco es un miope arminano, primo hermano de aquellos, que no quiere ver la totalidad del alcance de la elección por gracia. Con todo, aquí me parece que su intención es mucho más devocional que esquemáticamente doctrinal. “Todos”, es neutral, tiene una función social y un ministerio evangelístico entre los hombres más perversos. De esa palabra fluye la ternura del corazón misionero apostólico que no quiere incluso que se condenen los que mejor que otros se lo merecen. Sacar el versículo fuera del cofre que forma su contexto y empujarlo a la arena de la controversia sobre la soteriología para derribar un sistema teológico glorioso llamado calvinismo, es reclutarlo por prejuicios para una guerra que no quiere entablar. Dios quiere que todas las clases de hombres, “vengan al conocimiento de la verdad”. No lo dijo con esas palabras porque no hacía falta pero es lo que quiso decir. Y al pasar leyendo por esta porción bíblica, por favor no molestes al adjetivo y haz rogativas por los gobernantes de tu país que mejor harían su trabajo si fueran cristianos. Tal vez si los efesios hubieran orado más se hubiera derramado menos sangre en Asia menor y no habrían deportado a Juan a Patmos.