Dios perdona a los reincidentes


Amós 1:3
“Por tres pecados de Damasco y por el cuarto no revocaré su castigo”.

He leído que esta forma de hablar corresponde a la Sabiduría y que Salomón la utilizó    
(Prov. 30: 18-19; 29-3; Ecl. 11: 2). Y otros antes que él (Ex. 20: 5; Job 33:14, 29). Quizás esto enseñe la paciencia de Dios con los pecados que se repiten, o que se acumulan (Mt. 23:35-36; Luc. 11: 50-51; Ro. 2: 5) y alcanza su “colmo” (Ge. 15: 16; Da. 8: 23).

Estas palabras como yo las leo son una expresión de la bondad y paciencia divinas con nosotros. Se sabe que Dios castiga el pecado pero ¿cuándo? Gracias a su gracia no la primera vez que pecamos. Dios no castiga la primera, segunda, tercera vez, sino la cuarta, lo cual según el uso de los números quiere decir que no castiga inmediatamente que el pecado se comete sino que a la mala acción sigue un período de misericordia, incluyendo aquellos que son reincidentes, que han cometido el mismo pecado varias veces y en diferentes lugares.
¿Hay castigo por el primer pecado? –Rara vez o no lo hay- ¿Por el segundo, tercero, y así por muchos? –Por un largo tiempo o tampoco- Pero no se anime a provocarlo porque los pecados y castigos se acumulan. Aun el buen Jesús lo dijo: Lea la cita de Mateo 23: 35-36 y Lucas 11:50-51.
No obstante, uno deduce que no hay inclinación divina hacia el castigo y el ejercicio de la justicia suya. Dios no es proclive a castigar; su ser está lleno de infinita misericordia y mira con compasión a todos los que cometen infracción de su ley y tiene paciencia. Es justo aun con los reprobados y difiriendo el castigo les quita toda excusa. Da tiempo y pone a disposición suya los medios para el arrepentimiento, aunque sea un reincidente.

Comentarios

  1. ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notoria su potencia, soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira preparados para muerte,
    Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, mostrólas para con los vasos de misericordia que él ha preparado para gloria;

    A ambos los soporta DIOS, pero ciertamente el impío, a su tiempo su pie tropezara y lo que le espera se apresura, más a los escogidos con amor eterno te he amado, por eso he prolongado mi misericordia
    Es evidente la elección en el escogido por DIOS, pues aun en el pecado es infeliz, y no tendrá ni paz, ni gozo hasta que se arrepienta, no así el impío que en su falsa seguridad dice “Ya DIOS me reprenderá y entonces me arrepentiré” el tal no sabe que la paciencia de DIOS para él, no es para arrepentimiento sino para mostrar su ira y su justicia.

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