Los apóstoles cantaban buenos himnos

Mateo 26:30

“Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos”. Esta es la única vez que en los evangelios el grupo se reúne para cantar. Pudo ser uno de estos seis himnos pascuales (Sal. 113:1-9; 114:1-8; 115; 116; 117:1-2 y 118). Eran antiguos y salmos.

El uso de la música es una cuestión de liturgia más que del evangelio (Col.3:16). El grupo iba por Israel no enseñándoles a los hombres a cantar ni atrayéndolos con música y alegría sino cómo vivir para ser salvos. Pero es muy dulce cantar himnos que tienen que ver con nuestra fe, con el amor de Dios, con la esperanza cristiana; himnos que alaban a Dios y nos estimulan y permiten que expresemos nuestra adoración. Himnos para júbilo y para tristezas; inmortales himnos que no conocerán épocas ni fronteras. (Hch. 6:25; Efe.5:19; Col.3:16); y hay otros himnos cuyas letras Pablo incluye en sus epístolas, que eran cantados por nuestros hermanos primitivos (Efe.5:14;1Ti. 1:17; 3:16). Algunos coros cantados hoy pudieran ser llamados 7/11 Seven Eleven, porque tienen siete palabras once veces repetidas.

Nuestra vida y nuestra apariencia física

Felipe Melachthon

LEVÍTICO 19:32

“Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás; yo soy el Señor”.

“Felipe Melachthon se presentó en Württemberg en agosto 25 de 1518 dos días después de que León X le había pedido al cardenal Cayetano hiciera que Lutero se presentara y lo obligara a retractarse. Fue el momento cuando su amigo Felipe Melachthon ocupara su lugar. La impresión física que produjo Melachthon a la vista de los profesores de Leipsic, no fue nada favorable, se sintieron defraudados debido a lo que esperaban. Era un hombre muy joven, mucho más joven de lo que su edad aparentaba, pequeño de estatura, débil y con un aire de timidez. ¿Acaso podría ser este jovencito el ilustre profesor tan ardientemente recomendado?

“Lutero ni sus compañeros al verlo abrigaban alguna esperanza de éxito, por su evidente timidez y sus delicadas maneras. Pero cuatro días después en la sesión inaugural cuando Melachthon habló en un elegante latín, mostrando lo mucho que sabía, su cultura, y su sano juicio, todos quedaron impactados y llenos de admiración. Los temores acerca de este joven desaparecieron y los que se habían sentido inclinados desfavorables, y en contra de él, terminaron aplaudiéndolo y alabándolo. “Cuando el discurso terminó lo rodearon los grandes profesores saludándolo, pero ninguno estaba tan lleno de gozo como Lutero por aquel joven de quien se habían apresurado a descalificarlo, y escribió lo siguiente “todos nos retractamos de los prejuicios que habíamos tenido con él debido a la apariencia física y ahora lo admiramos por su cultura y su elocuencia” (Philip Melachthon, by Dabid J. Deane, pags, 26,27). Lutero y Calvino, y hasta Spurgeon, no fueron, que digamos, de buen parecer.

Nada importa menos en la historia de nuestra vida que nuestra apariencia física, sino lo que somos y lo que hacemos, que forman nuestra biografía, al pasar por este mundo.

Se tiñen las cejas como la madre

 LEVÍTICO 19:32

“Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás; yo soy el Señor”. 

Para muchos hoy un anciano es alguien acabado, sin futuro, obsoleto y en algunas familias un estorbo. Por eso los echan en un asilo y pagan el cuidado. Para ser moderno hay que ser de ideas jóvenes. Se le mira con envidia a la juventud. Ancianos eran los pastores y los mejores directores de la iglesia apostólica, y ancianos fueron los que en la antigüedad juzgaron, aconsejaron y llevaron por buen camino al Israel de Dios. ¡Oh ancianos menospreciados, sois de Dios un tesoro, un envidiable tesoro! (Pro.16:31). Antiguamente los jóvenes no querían ser imberbes, sino como el padre y no se depilaban las cejas como la madre, lo que hacen algunos hoy. Cuando un anciano venía se ponían de pie hasta que pasara porque Dios les había enseñado que estaban primero en el mundo y tenían más sabiduría y experiencia. ¿Qué es eso de teñirse los cabellos, la barba y hasta las cejas? Es una cobarde payasada, o afeminamiento, que indica la debilidad en el carácter que ha claudicado ante la opinión social.

 CASI CREYENDO

Marcos 12:28-34

 “Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle”.

Los judíos que creen en el AT y los niños de padres cristianos están cerca del reino de Dios. Cuando Jesús le dice a este hombre que no está lejos del reino de Dios (v. 34), le está queriendo decir que ha estado leyendo bien la Biblia, que está tratando bien de aplicársela, es decir que esos pasos están bien orientados hacia el reino de Dios, en una palabra, que ya es casi cristiano. O sea, que una persona puede estar interesada en la Biblia y en su estudio, puede encontrarse practicando muchas de sus enseñanzas, y sin embargo solamente ser casi cristiano, parecerá cristiano, pero solamente es casi cristiano, es una buena persona, pero es casi cristiano. Le falta ser discípulo de Cristo, creer el evangelio y que para entrar al reino de Dios el paso definitivo consiste en hacer a Cristo el centro de su vida religiosa, específicamente recibir los beneficios que Cristo proporciona perdón de pecados en la cruz. O sea, dejar de confiar en que el buen comportamiento lo pone dentro del reino de Dios, y aceptar lo que he dicho para poder entrar. Una persona puede estar cerca del reino de Dios mucho tiempo y sin embargo nunca dar el paso definitivo de convertirse en un cristiano, y morir cerca del reino y no en el reino. Está bien que este hombre ame a Dios en relación con la historia de su pueblo, en relación con el conocimiento que tiene de él, pero le faltaba amar a Dios en relación con su Hijo amado, y establecer la conexión entre ambos para la salvación, para entrar al reino. Eso es lo que Jesús le está pidiendo, un avance doctrinal en su salvación. Estar casado con una mujer cristiana, comer en la misma mesa que ella, dormir juntos en la misma cama, tener hijos de ambos, o tener una Biblia a la mano, o una iglesia cercana, o un pariente cristiano, eso no lo convierte en cristiano. Está cerca del reino y es un gran privilegio estar cerca del reino porque algunos están muy lejos del reino. Hay un himno antiguo que solíamos cantar, antes que pasase de moda ese himnario, que dice, ¿qué significa ese rumor? Y le contestan, pasa Jesús de Nazaret. Y la estrofa final dice “pasó Jesús de Nazaret”, y no le hicieron caso, lo juzgaron y lo condenaron a muerte, y concluye el himno, “hay del que muere casi creyendo, completamente perdido es”. Puede leerlo en mi blog y otras entradas, creo interesantes.