Lo que cuenta es el trabajo y no el título


1 CORITNIOS 15:10
“Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo".

UNAMUNO "los cartones no acortan las orejas"
No dice que es mejor cristiano que ellos, o más apóstol, sino que ha trabajado más. ¿Por qué menciona el trabajo como la cualidad sobresaliente que sella su vocación genuina? Un apóstol auténtico trabaja, se esfuerza, sufre y pierde por causa del evangelio. Una vocación sin duro trabajo es una ilusión teórica e inexistente. Sin embargo, cuando dice, "yo, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo", despeja cualquier idea de orgullo que pudiera estar transmitiendo. Volviendo a la cuestión del trabajo; esa palabra indica conjugada con la gracia, que el trabajo le ha traído bendiciones; las señales y milagros de un apóstol (Ro.15:19; 2Co.12:12). Le llamaba la atención al apóstol Pablo que aquellos “grandes apóstoles” (2Co.11:5; 12:11), teniendo los mismos dones que él y el mismo apostolado trabajaban menos, suponiendo y sin ofensa. Damos gracias a Dios por el buen trabajo que hizo Pablo. 
¿Qué sería de nosotros en la actualidad si Pablo no hubiera trabajado tanto, si no hubieran existido esas iglesias y las correspondencias que desde su pluma llegaron hasta ellas? La obra de los otros apóstoles, y aun la de Pedro que era considerado una columna, su legado a la posteridad parece ser menor que el de Pablo. A juzgar por su correspondencia, y eso también se aplica a Juan, a Mateo, el trabajo de ellos, por lo menos el que sobrevivió confirma lo que el apóstol dice, que no laboraron tanto como él. Sería casi imposible edificar la iglesia cristiana estructurada dentro del mundo gentil, si por ventura no poseyéramos los evangelios sinópticos, y aun el cuarto, y en especial las epístolas paulinas. Si trabajaron más de lo que conocemos, Dios lo sabe. En una disputa de honores, es el trabajo lo que cuenta no tanto títulos comprados o ganados con el fin de decorar un inferior esfuerzo laboral, o las paredes de un despacho u oficina.



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