Somos cristianos primero y ministros después
HECHOS 20:28-31
“Por tanto, velad, acordándoos que
por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada
uno”.
Este discurso a los ministros de Éfeso y Mileto es
sumamente importante para nosotros los predicadores del evangelio; el apóstol
los citó a ellos aparte porque tenía cosas que decirles en privado y
concerniente a ellos mismos y a las iglesias que atendían. Como si les regalara a cada uno un manual de
consejos pastorales. Tiene muchos ángulos desde donde mirarlo, quiero decir,
desde donde explorar su contenido.
La primera observación que me impresiona es la
manera en que lo expresó, les habló a ministros recordándoles lo que
ellos eran, profetizando lo que ocurría a las iglesias en relación con la
desgracia de algunos; pero les expresó su mensaje teniéndolos como
cristianos. Si lees con atención lo que predicó verás que mientras el
apóstol les hablaba pensaba que tenía en frente de él a santos, una
parte de las iglesias, miembros de ellas, almas. ¿Pudieras aplicar las
palabras del v.26 a un ministro solamente? "Os protesto en el día de hoy
que estoy limpio de la sangre de todos". Eso tiene que ver con la
salvación de ellos, tanto como la de la iglesia. Es cierto que ellos eran
convertidos de su predicación, que fue quien les habló de Cristo y por eso les
habla como un pastor lo hace a sus ovejas. Pero teniendo en cuenta eso, ¿por
qué hay tan pocos consejos ministeriales en el discurso? No hay
instrucciones homiléticas, ni específicas orientaciones éticas pastorales como
hace en Timoteo y Tito. No, está hablándoles como a cristianos.
Por un lado se halla su convicción en la predicción
que algunos abandonarán sus enseñanzas y por el otro el efecto que eso tendría
sobre la salvación de ellos. Pablo se nota melancólico por lo que ha de ocurrir
con las iglesias una vez que él estuviese con el Señor, pero más por lo que ha
de pasar con sus hijos y compañeros del ministerio, porque teme por la
salvación de ellos. (¡y si supiera cómo están las cosas ahora!). Si analizas
verás que la apostasía que vislumbra tendrá, según sabe, el abandono de Cristo. Cuando menciona
que predicó todas las doctrinas cristianas (v.27), toda la voluntad de Dios para salvación en
Cristo, toda la Escritura, (eso haré
yo si Dios lo quiere) (¡y lo hice!), está
queriendo decir: "Ustedes las
saben, predíquenlas", y esto inmediatamente que habló sobre la sangre de
ellos, la salvación; me hace pensar que las cosas perversas que ellos
hablarían, no encerradas en el consejo de Dios para la salvación, los
conduciría no solamente afuera de lo que llamamos ortodoxia sino del
cristianismo, de la salvación. En sus palabras del v.32, hablando de la palabra
que puede sobreedificaros, ¿no notas que se dirige a ellos como simples
santos? Les menciona el cultivo de la vida espiritual, la sobre-edificación en
la salvación. Se saca en limpio que las herejías apartan de la salvación al que
las cree y que estas se producen por la misma razón que se comete cualquier
otro pecado, por la declinación de la
vida cristiana. Nuestros pecados nos apartan del Señor primero y luego de
sus enseñanzas. Específicamente en el v.28 les exhorta a que cuiden sus vidas
espirituales, que miren por ellos mismos primero y luego por el rebaño. Oh
Señor, edifícanos, ayúdanos a cuidar nuestras almas como quienes han de dar
cuenta por ella; que nunca nos preocupe tanto por servir las de otro y abandone
la propia. Que olvidemos que somos
cristianos primero y ministros después.
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