El llamamiento eficaz y la gracia irresistible

(Tomado del libro, John Calvin, A Heart for Devotion, Doctrine & Doxology; pgs. 174-176).


“La obra del Espíritu Santo en la salvación de los pecadores envuelve el llamamiento eficaz y la regeneración. El llamamiento eficaz debe ser distinguido del llamamiento externo que es hecho a todo aquel que escucha el evangelio (Mt. 28:19). El llamamiento externo tiene que ver con la presentación del evangelio a todo ser humano. El llamamiento interno está conectado y utiliza el llamamiento externo pero ambos no son una misma cosa y no le es dado a todo aquel que escucha el llamamiento externo. El llamamiento interno es dado solamente a los escogidos, y siempre este llamamiento es efectivo. En otras palabras, aquel que es llamado será salvado (Ro. 8:30).


“La regeneración es el acto del Espíritu Santo por medio del cual hace que un hombre que se encuentra en un estado espiritual muerto tenga vida espiritual. Este llamamiento es, en efecto, una "resurrección". En el acto de la regeneración, el Espíritu Santo cambia la disposición del alma y renueva la voluntad. La nueva vida dada en la regeneración inmediatamente manifiesta fe y arrepentimiento. La regeneración no es por lo tanto el resultado de la fe como los arminianos y otros aseguran. Más bien la fe es el resultado de la regeneración.


“El estado del pecador es análogo al estado de Lázaro en la tumba (Jn. 11:1-44). Exactamente así el incrédulo, como Lázaro muerto, es incapaz de hacer algo para cambiar su condición. Jesús ordena al cuerpo que salga de la tumba (y esto destruye completamente las afirmaciones de algunos que dicen que si Dios manda que algo suceda eso quiere decir que se tiene la habilidad natural para hacerlo).


“El llamamiento de Jesús hecho a Lázaro también es análogo al llamamiento externo hecho a todos los incrédulos. Es como Ezequiel predicando en el valle de los huesos secos (37:1-14), el llamamiento externo es hecho a gente espiritualmente muerta. Aquellos que proclaman el evangelio lo están haciendo como en un cementerio. Lázaro no puede obedecer el mandamiento de Cristo hasta que él reciba nueva vida y esto es algo que solamente Dios puede hacerlo. Cuando Lázaro recibe la nueva vida, él inmediatamente responde y sale de la tumba. De la misma manera el pecador muerto espiritualmente no responde al evangelio hasta que reciba una vida espiritual nueva en la obra de la regeneración efectuada por medio del Espíritu Santo. Una vez que es regenerado, no obstante, inmediatamente viene la respuesta, colocando su fe en Jesús. Entonces de este modo por medio de la fe es justificado por Dios.


“La gracia irresistible, también llamada la gracia eficaz, no es una doctrina seca y polvorienta inventada antiguamente por los calvinistas. De hecho es una gloriosa doctrina bíblica, porque sin la obra del Espíritu Santo nos encontraríamos sin esperanza en este mundo y en el venidero. Cuando uno adquiere una completa comprensión de cuál es la seria condición en que se encuentra la raza humana entonces las perspectivas que tiene acerca de las doctrinas cambian dramáticamente. Si nosotros tenemos el concepto de que el hombre solamente se encuentra incapacitado para responder a Dios o enfermo, nunca comprenderemos la riqueza de la gracia de Dios. Pero sin embargo cuando nosotros nos vemos a nosotros mismos como Dios nos ve, no obstante, la verdad adquiere proporciones muy hermosas. Cuando comprendemos que nacemos espiritualmente endurecidos, y que somos rebeldes desde el nacimiento, contra el Todopoderoso y Santísimo Dios, el Creador de los cielos de la tierra, y que somos pecadores hasta el fondo de nuestro ser, entonces no presumiremos de un inflado sentido de bondad y habilidad natural. En ninguna manera aceptaremos el hecho de que Dios nos eligió porque encontró alguna bondad innata dentro de nosotros mismos. Ni tampoco adularíamos a nuestro yo pensando que Dios nos ha escogido porque fuimos los primeros que dimos el primer paso e hicimos el primer movimiento para volvernos a él.


“Todo lo contrario, caemos sobre nuestras rodillas cada día dándole gracias a Dios por su maravillosa gracia y nuestra salvación. Le damos muchísimas gracias porque él llegó hasta nuestra tumba cuando estábamos muertos en delitos y pecados, y él clamó con voz poderosa hacia nosotros ¡sal fuera! Le damos gracias al Señor por habernos dado una nueva vida, por liberar nuestra voluntad del mal, por concedernos fe y arrepentimiento, por haber llegado hasta nuestras tumbas, habernos ordenado salir y despojarnos de ese ropaje mortuorio con el cual nos encontrábamos sujetos.


“Si hemos salido de nuestras tumbas no es exactamente porque hayamos tenido algún poder en nosotros mismos para hacerlo. Tampoco, ¡Dios nos libre!, que pensemos que hemos salido de nuestro cementerio por alguna decisión que hicimos por Cristo. Más bien ha sido completamente por la irresistible y eficaz gracia de Dios, por la soberana y misteriosa obra del Espíritu Santo que nos dio nueva vida. Cuando nosotros finalmente aprendemos esta gran verdad, entonces junto con Calvino y nuestros amados predecesores reformados, adjudicamos toda la gloria de nuestra salvación a Dios y solamente a Dios".

Comentarios

  1. Pastor, le doy gracias a Cristo que alumbro
    mi tumba y me saco de alli,porque me amo sin
    tener que hacerlo; simplemente por el beneplacito de su santa voluntad,por eso mi corazon le alaba porque me saco del muladar.
    Gracias hermano Humberto,que Dios le siga bendiciendo.
    Abrazos, Hno.Mejias

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  2. Mejías.


    Usted tiene razón cuando habla que Dios lo sacó desde un sepulcro, y con infinito agradecimiento por la eternidad puede alabar su Nombre que dijo el suyo y le resucitó. Y usted lo escuchó, sabía que se refería a usted, y no a ningún otro, los cuales siguieron muertos en el polvo de la tierra, en cambio usted salía todo glorioso de su tumba, y contemplaba que ellos seguían en aquel sitio porque Dios no los había nombrado. Aunque hubiera habido allí otros Juan Antonio, quien resucitó fue usted y no ellos que siguieron en sus sepulcros y en sus pecados. Hasta el día de hoy. Cuando el Señor Jesucristo dijo, "Lázaro sal fuera" aunque otros Lázaro hubieran estado alrededor, ninguno de ellos se levantó porque el destino específico de la regeneración y de la nueva vida era usted. ¡Qué maravilloso es pensar que Dios escribió nuestro nombre en el libro de la vida, y que el decreto de nuestra salvación fue antes que el decreto de la creación!

    "El llamamiento interno es dado solamente a los escogidos, y siempre este llamamiento es efectivo. En otras palabras, aquel que es llamado será salvado (Ro. 8:30".

    No se cómo no viven temblando los arminianos que sitúan su salvación en una "decisión" que hicieron en algún momento dado. ¡Dios mío que punto de partida tan inseguro escogen!

    Abrazos.

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