No son cuentos de mujeres ni disparates



LUCAS 24:11
El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.   Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

"Y a ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron".  O también le parecieron palabras “ociosas, que no tienen sentido, cuentos”. Porque estaban locos de alegría; uno no se atreve a igualar esa incredulidad por incomprensión con la de los otros, "ojalá sea verdad", se decían para ellos, "ojalá esté seguro que  esté diciendo la verdad" "ojalá volvamos a verlo, contemplarlo, tocarlo, que esté con nosotros para siempre" "ojalá no nos deje más, ojalá la muerte sea vencida, el pecado perdonado, ojalá el mundo se arregle a partir de este hecho, sus valores, y un nuevo mundo empiece ahí, un nuevo hombre. Ojalá las locuras del evangelio sean verdad". No eran disparates ni locuras, ni cuentos, eran verdad. No juzge increíble que Dios resucite a los muertos (HECHOS 26:8).

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