La tentación aporta experiencia pero no fortaleza

Lucas 4:14, 15

“Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de Él se divulgaron por toda aquella comarca”. 

Las tentaciones no lo debilitaron espiritualmente porque triunfó sobre ellas. Tampoco lo fortalecieron. No dice que ellas lo hicieron fuerte; quien lo hizo fuerte fue el Espíritu de Dios. El Espíritu Santo es el verdadero triunfador en nuestras tentaciones, por medio de él recibimos fuerzas para decir que no y él nos recuerda todo lo que Jesús nos ha dicho y nos conduce a toda verdad. Los tentaciones lo que aportan es experiencia, conocimiento, pero no fortaleza; y la experiencia sirve para algo pero no es suficiente para rechazarlas; por eso las tentaciones con las cuales el diablo seduce a los hombres son las mismas desde el principio del mundo. Una y otra vez tenemos que pedirle perdón a Dios por pecados que ya nos había perdonado. Y lo más que aprendemos de ellas es a decir que no; y si por la Biblia, reforzada nuestra decisión para decir que no, triunfamos. Jesús enseñó en aquella comarca y era glorificado por todos. Los mejores maestros son los que conocen por experiencia lo que es una tentación y el valor de la Biblia en ese momento. Si la experiencia es santificada por el Espíritu Santo, es de gran valor en la enseñanza del pueblo. El maestro cristiano es un mejor maestro después de sus victorias espirituales. 

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