Un cuerpo sin inclinaciones pecaminosas

Mateo 1: 18, 20
Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo.

Se dice “antes que se consumara el matrimonio” (se juntasen) para enfatizar que su nacimiento fue milagroso y diferente a los de la genealogía anterior. Se aparta genéticamente de ella. Su biología o sistema hormonal habría de funcionar distinto, con inclinaciones diferentes a las de sus ancestros porque el Espíritu Santo es el autor de la naturaleza humana de Jesús; él nace por la intervención divina sin la mediación de hombre alguno, y por ende no hereda el pecado original transmitido por Adán, no nace con una naturaleza “sometida a pasiones semejante a la nuestra” (Sgo. 5:17), sino sin pecado y sin contaminación, como cordero de Dios sin mancha y destinado a morir por su iglesia desde antes de la fundación del mundo.
Es así que Jesús es apropiado, en cuerpo y mente, para morir por los pecados de su pueblo. En ese sentido tiene una naturaleza humana pura y como explica la cristología apostólica lo que ocurrió con la sombra del Espíritu fue la encarnación de la segunda persona de la Trinidad que habita en un cuerpo completamente santo como un templo y lo hace su residencia de salvación. No podía residir en un cuerpo “de muerte” como el nuestro y siempre deseando que Dios lo librara de él. Jesús no pecó contra su propio cuerpo ni éste lo poseía. El Espíritu Santo hizo una creación especial preparándole semejante cuerpo para introducir al Hijo en el mundo y le pudieran adorar todos los ángeles de Dios (He. 1: 6; 2: 9; 10: 5; la palabra preparado en griego también significa “ajustado, arreglado, restaurado”). ¿Cómo le podrían adorar los ángeles si su cuerpo hubiera sido exacto al nuestro? Su cuerpo fue restaurado, ajustado, arreglado, para que se constituyera en el "Segundo Adán", la cabeza de una nueva humanidad.

2 Co. 8:9   
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos.

Flp. 2:5-11; Col. 1:15-19; Jn. 1:14; 17:5.
 Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, [6] el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, [7] sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. [8] Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. [9] Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, [10] para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, [11] y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre

Jn. 17:5   
Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.

Jesús siempre supo eso y por ese motivo en diferentes ocasiones se llamó Hijo de Dios, y como entendió el evangelista, “haciéndose igual a Dios” (Jn. 5:18); e igualmente sus enemigos.
Siendo el cuerpo suyo santo podía iluminarse con celestial gloria en el monte.

2Pe. 1:17, 18 
Pues cuando El recibió honor y gloria de Dios Padre, la majestuosa Gloria le hizo esta declaración: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; [18] y nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo cuando estábamos con El en el monte santo.
  
Y además podía pasar entre sus perseguidores sin ser visto (Luc. 4:30). Ese fue el cuerpo que llevó sobre la cruz el pecado de todos nosotros, menos el suyo, porque no lo tenía.

Comentarios

  1. ¡Qué maravilloso! Nuestro gran Dios se hizo carne, eso es asombroso por sí mismo, es extraordinario, e incomprensible. Isaías 53;10 dice: "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento." Mi hermoso Cristo sufrió por mi pecado. Su nacimiento fue extraordinario, su vida intachable, y su muerte horrible, pero a la vez gloriosa. El misterio del Cristo en el A.T. estaba siendo aclarado por medio del sufrimiento del Cordero de Dios, aquel que quitaría (y quitó) los pecados de su pueblo. ¡Gloria a DIos!

    Hebreos dice que era conveniente que Dios perfeccionase por aflicciones al autor de nuestra salvación (Hebreos 2:10)
    El escritor de Hebreos, inspirado por el Espíritu Santo escribe las siguientes palabras que quebrantan lo más profundo de mi ser: "Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen" (5:7-9)
    Eso es suficiente para quebrar al más duro y humillar al más altivo. Dios se hizo hombre para morir por los suyos, ¡Oh qué gran amor es ese!

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  2. Aprendiz, gracias por los textos bíblicos y tus espirituales comentarios. Bendiciones.

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