Lutero y Calvino en la Casa de Spurgeon

Unas notas sobre cómo Spurgeon vino a ser calvinista.

En su visita a la catedral de San Pedro el biógrafo Lewis Drummond  dice:

"…fue un momento de mucho valor para Spurgeon por su profunda admiración para la teología de Juan Calvino y eso puede demostrarse oyendo sus propias palabras:

‘Recuerdo el día cuando por primera vez recibir estas verdades en mi alma, cuando ellas fueron como Juan Bunyan dice, fueron metidas en mi alma como con un hierro caliente; y también recuerdo cómo me sentí que crecía desde un niño hasta un adulto, y así he encontrado una vez por todas la relación de estas doctrinas con la verdad de Dios. Una noche cuando estaba sentado en la casa de Dios, y esto no tiene nada que ver con el sermón del predicador porque no creía lo que estaba diciendo, me quedé pensando en cómo es que me volví cristiano.
‘Me respondí a mí mismo que fue por causa del Señor. También entonces me pregunté qué cómo es que yo empecé a buscar al Señor. La verdad fue como un rayo luminoso que entró a mi mente. Me respondí que no lo hubiera buscado a no ser que hubiese habido una previa influencia en mi mente que hiciera que yo le buscara. Yo oro, también pensé pero además me pregunté cómo es que he venido a orar. Y la respuesta fue que fui inducido a orar leyendo las Escrituras. Entonces en ese momento me di cuenta que Dios estaba detrás de todos esos asuntos y que él era el autor de mi fe; de ese modo la doctrina de la gracia me fue revelada y de esa doctrina jamás me he separado".

"Además Spurgeon no dejó dudas en cuanto a la base y fundamento de su teología, fue un calvinista dinámico. Típico de esos sentimientos suyos son las muchas veces que tuvo palabras de elogio para Calvino:
‘Calvino es un árbol cuyas hojas nunca se marchitan, todo lo que ha escrito está vivo y nunca pasa de época porque él expuso la palabra de Dios sin prejuicios ni parcialidad. Nunca tuvo algún reparo de encontrarse dentro del marco de los cinco puntos tradicionales del calvinismo como son expresados en el sínodo de Dort’.
“Por supuesto que Spurgeon estaba completamente convencido de que el calvinismo tenía sus raíces en la Biblia. Además de todas estas expresiones mostrando sus creencias en estas doctrinas, tenía en la sala de su casa un busto de bronce de Lutero y otro de Calvino que indicaban su respeto y amor para los reformadores y su teología. La doctrina reformada de la gracia vino a ser el summum bonum para el pastor del Tabernáculo Metropolintano”.    
(Spurgeon, Príncipe de los Predicadores, pags. 255,611, Lewis Drummond. Los énfasis son míos).


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